Rev.C. Duran, Índexs de La Renaixença, Barcelona 1998, Faventia 21/1, 1999, p. 178.

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Faventia 21/1, 1999 155-181 RESSENYES La costumbre de editar, a menudo como homenaje a un filólogo determinado, volú- menes en que se recojan sus principales artículos científicos es antigua y, por muchos motivos, saludable. Tales recopilaciones constituyen en ocasiones el acceso más sen- cillo, cuando no el único, a trabajos publi- cados en revistas de difícil hallazgo por su antigüedad o su reducida distribución; así ocurre, por poner sólo ejemplos muy cono- cidos, en los Kleine Schriften de Mommsen o Haupt o los Classical Papers de Housman. En todo caso, y aun cuando el autor en cues- tión es más moderno o sus trabajos pueden hallarse sin demasiados problemas en las revistas de mayor difusión en el mundo filo- lógico, este tipo de volúmenes continúa teniendo una utilidad fundamental: muestra la evolución científica del filólogo e invita a una reflexión siempre higiénica en torno a los métodos y los límites de nuestra disci- plina. Este es probablemente el motivo que impulsa a la Clarendon Press oxoniense a ofrecer de tanto en tanto, junto con comen- tarios o estudios generales y específicos, en general de extraordinario nivel de calidad, los Collected Papers de alguno de los filó- logos de la escuela británica. Uno de los más relevantes de las últimas décadas, R.G.M. Nisbet, ha visto ahora celebrado su heptagésimo aniversario con la edición de los suyos a cargo de su discípulo S.J. Harrison y con un prefacio de M. Win- terbottom. Vista su obra desde la perspectiva de este libro, Nisbet se nos perfila como un filólogo de producción no excesivamente abundan- te pero de gran solidez: sus intereses esen- ciales, Cicerón, Horacio y la crítica textual marcan su bibliografía desde la década de los cincuenta hasta hoy. Buena parte de sus trabajos son recensiones críticas de las edi- ciones más importantes o polémicas de ese periodo, desde el Petronio de Müller y el Persio y Juvenal de Clausen hasta el Marcial de Shackleton Bailey, pasando por los Horacios de Syndikus, Quinn o Borzsak, en ellas se conjugan la seriedad del filólogo de vasta formación y la agudeza del crítico pun- tilloso y moderadamente irónico. Su traba- jo más importante está constituido, sin lugar a dudas, por los dos volúmenes de comen- tario a las Odas de Horacio, en colaboración con M. Hubbard; pero Nisbet se ha conver- tido en uno de los nombres más citados de la filología moderna por las treinta páginas en las que ofreció —con la colaboración de NISBET, R.G.M. 1995. Collected Papers on Latin Literature. Edited by S.J. Harrison. Oxford: Clarendon Press. 449 p.

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La costumbre de editar, a menudo comhomenaje a un filólogo determinado, volmenes en que se recojan sus principaartículos científicos es antigua y, por muchmotivos, saludable. Tales recopilacionconstituyen en ocasiones el acceso más cillo, cuando no el único, a trabajos pubcados en revistas de difícil hallazgo por antigüedad o su reducida distribución; aocurre, por poner sólo ejemplos muy concidos, en los Kleine Schriften de Mommseno Haupt o los Classical Papers de Housman.En todo caso, y aun cuando el autor en cutión es más moderno o sus trabajos puehallarse sin demasiados problemas enrevistas de mayor difusión en el mundo fil

NISBET, R.G.M. 1995.Collected Papers on Latin Literature.Edited by S.J. Harrison. Oxford: Cla

lógico, este tipo de volúmenes continúateniendo una utilidad fundamental: muestrala evolución científica del filólogo e invitaa una reflexión siempre higiénica en tornoa los métodos y los límites de nuestra discplina.

Este es probablemente el motivo queimpulsa a la Clarendon Press oxoniense ofrecer de tanto en tanto, junto con comentarios o estudios generales y específicos, egeneral de extraordinario nivel de calidadlos Collected Papers de alguno de los filólogos de la escuela británica. Uno de lo

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Vista su obra desde la perspectiva de elibro, Nisbet se nos perfila como un filólogde producción no excesivamente abundte pero de gran solidez: sus intereses eciales, Cicerón, Horacio y la crítica textumarcan su bibliografía desde la décadalos cincuenta hasta hoy. Buena parte detrabajos son recensiones críticas de las ciones más importantes o polémicas de periodo, desde el Petronio de Müller y

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l’Esglésiai a un llarguíssim etcètera, quepodem encabir dins la història de la culturai la història tout court. Però, si, a més, comen el cas present, el diplomatari ha estat ela-borat per l’erudit mestratge del Dr. Junyenti, encara, revisat i acabat per la sàvia expe-riència del Dr. M. S. Gros i el Dr. R. Ordeig,la utilitat és encara superior.

Per fixar-me només en alguns detalls res-saltaré, per exemple, algunes notícies decaràcter econòmic especialment remarca-bles. El diplomatari ens assabenta del preud’alguns èquids: l’any 889 un cavall coloresaxo cum stelo albo in fronte—el mateix

P.J. Parsons en el caso de las primeras— laeditio princepsde los poemas de CornelioGalo hallados en Qasr Ibrim.

Hay mucho que aprender y que reflexio-nar a lo largo de la lectura de este libro. Losmétodos de la filología han cambiado con-

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estas páginas resultará reveladora, se esté ono de acuerdo con todos los detalles particu-lares, con todas las conjeturas o interpreta-ciones. Nos hallamos ante una obra sólida,coherente y a la vez rica en matices, ema-nada de la pluma de quien asumió la tre-

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Fa ja alguns anys donava la benvinguda, enaquestes mateixes pàgines, al primer lliura-ment del Diplomatari de la catedral de Vic,obra pòstuma del Dr. E. Junyent i Subirà.Amb l’aparició recent del fascicle cinquèhom tanca una col·lecció diplomàtica de 6documents amb una cronologia que va del’any 879 al 1000 com a dates extremes.

No cal ponderar aquí el servei culturalextraordinari que presta un aplec documen-tal a una bona colla de disciplines; adiplomàtica i a la paleografia, per des-comptat, però també a la cronologia, a la lin-güística, a l’onomàstica, a la història del dreti de les institucions, a la història de

siderablemente en este siglo, y sin duda to-vía han de continuar haciéndolo, por máque a veces se tenga una sensación de inm-vilismo. Incluso para la crítica textual, uncampo en apariencia más conservador,columna vertebral por otro lado de la pro-ducción científica de Nisbet, la lectura de

JUNYENT, Eduard. 1980-1996.Notes de lectura. A propòsit del «DiploVic.

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passatge que tant abelleix de citar al pro-fessor Bastardas per tot el seu suc lingüí-tic— valia 30 sous i un altre de colormauricello, 20 (doc. 10); en canvi, un mul,el 972, era valorat en 100 sous (doc. 419).

Altr es documents ens proporcionen elvalor exacte de la terra mesurada en destres.Aquest és el cas d’una peça de terra de 13 × 46 × 10 × 45 destres, és a dir uns4.097m2, si considerem el destre equiva-lent de 2,796 m, venuda per quatre sous el914 (doc. 60). Pocs anys després, el 926, unaltra propietat de 35 × 38 × 25 × 36 destresfou alienada per 10 sous (doc. 117). Elmateix preu costà, el 968, una terra de

amenda responsabilidad de suceder en lcátedra a sir Rogers Mynors y de la quepodemos esperar todavía espléndidos pro-ductos de madurez.

Javier VelazaUniversidad de Barcelona

atari de la catedral de Vic».

25 × 65 × 19 destres (doc. 385).També ens consta algun preu de les vi-

nyes. Una semujada de vinya, el 962, costàcinc sous; d’altra banda, en aquest documenttambé se’ns informa que la semujada tenia53 × 7 × 53 × 5 destres i un pas (doc. 350).El 970 una altra semujada de vinya fou trans-ferida per l’equivalent en espècies de vuitsous (doc. 394). Tres quarterades de vinyacostaren un any després 20 sous (doc. 412).

En aquest capítol de preus, cal ressaltar,per últim, que el 16 de maig de 927 una talSaruïlda vengué a un Odevacre un esclauanomenat Trasovad non furtiuo, non fugi-

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tiuo neque cadiuo, set in omni, mente et c-pore suo, bene sanoper 30 sous (doc. 123).

Entre l’antroponímia és curiós de consta-tar la presència de personatges el nom de piladels quals coincideix —o sembla coincidir—amb un topònim, com Soria (any 881, doc. 3)o Ierusolima(981, 479). O amb un gentili-ci, com Bulgar (893, 21), Bulgara (917, 74),Langouardus(899, 29), Godus(900, 30),Romanus (908, 44), Castelanus (914, 58),Castellana(946,237), Narbonellus(938,182), Narbones(962, 346) i Gerundensis(972, 417). O, encara, amb els noms dels dide la setmana: Lunes(926, 117), Venrellus(942, 203) i Sabbatus(944, 223).

Destaquem, per últim, que al costat d’unaBonamoza(941, 196), d’un Malefeto (942,200) o d’una Cantoria (988-996, 600), s’hpot trobar un Virgilius (924, 109) —o unaVirgilia (920, 90)—, un Donatus(938, 185),un Venencius(940, 188), o un poc freqüentAgustinus (938, 182) o un primerencAntonius(965, 368).

També és possible de trobar en el diplo-matari vigatà alguna curiositat diplomàtica.Com la d’un document del 27 d’abril de 970reduït de mida per la proximitat al foc(doc. 396). Es tracta d’un cas infreqüent isemblant al d’unes butlles pontifícies adreça-des al monestir de Santa Anna de Barcelona,que, malgrat l’encongiment notable provocatper la proximitat a un focus d’escalfor inten-sa, es poden llegir perfectament amb totfacilitat, i que, ara, formen part de la col·lec-ció del Museu Frederic Marès de la

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Biblioteca de Catalunya.Els editors han tingut bona cura d’asse-

nyalar també la presència entre la docu-mentació d’una creu patent dibuixada al dorsd’un pergamí de 957 (doc. 294) o la repre-sentació d’una bèstia quadrúpeda al versod’un diploma de l’any 1000 (doc. 644). Larecollida sistemàtica d’aquests aspect«codicològics» presents en els diplomes poser de gran profit als historiadors de la minia-tura, de l’art i als codicòlegs en general.

Òbviament, el nivell cultural de l’època ala diòcesi d’Osona queda reflectit en el diplo-matari. El cèlebre prevere Adanagild, secre-

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tari del bisbe Gotmar, bon cal·lígraf i nomediocre estilista —és probable que es deguia la seva inspiració (o, almenys, és el primerconegut que l’utilitza) un hexàmetre repetitdins algunes actes de dotació d’esglésredactades per ell mateix: in cuius meritosurrexit limina templi—; també signa encaràcters grecs al darrere d’un document de891 (doc. 16), procediment seguit, aixímateix, pel prevere Altemir el 987 (doc. 533).

Es tracta de petites mostres d’erudició id’innocents exercicis de vanitat «acadèmi-ca», pròpia dels escassos personatges del’època amb alguna cultura literària, que, comés lògic, apareixen més d’una vegada al diplo-matari de la catedral de Vic. Ultra els dosacabats d’esmentar, podem referir-nos al diacai cabiscol Guillem, testimoniat el 960(doc. 328), al prevere i cabiscol de SantaMaria de Girona Riquer, autor, com és sabut,de la còpia del Martirologium Adoniscon-servat encara a l’Arxiu de la Catedral deGirona, i testimoniat en el nostre recull el 962(doc. 346) i el 984 (513), amb sengles novesmostres de la seva escriptura minúscula caro-lina librària. També hi trobem present el levi-ta i cabiscol Riculf entre el 996 (doc. 607) iel 999 (doc. 633). I no hi manca el diaca, jutgei amanuense Bonsom, el cèlebre autor delLiber iudicum popularis, copista també d’al-tres còdexs i documents (doc. 641).

Els editors no han preterit d’assenyalarper mitjà d’un asterisc les persones que sig-naren autògrafament. Així, constatem queel comte i marquès Borrell de Barcelona-

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Osona era capaç d’escriure el seu nom el980, igual que el seu fill Ramon (doc. 465).

Alguna vegada personatges acostumats aescriure semblen excusar-se per no signar depròpia mà —la qual cosa vol dir que el fetde saber de lletra havia guanyat en conside-ració social— i n’expliquen la causa. El jutgeGuillem el 986 deixà constància que «tactunecessitate oculorum signoque impressioniscorroboro» (doc. 524). O l’arxiprevere Enyec,«qui non potuit scribere propter ipsam suamegritudinem quem [sic] abet» (doc. 625).

Vet aquí, d’altra banda, els pràcticamentdos únics estaments professionals en qui la

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capacitat d’escriure quedava reclosa: els cler-gues i els jutges, aquests no infreqüentmenttambé eclesiàstics, tot i que no sempre mani-festen per escrit llur condició clerical. I jaque hem entrat en el tema del nivell d’alfa-betització en la societat medieval potsercaldrà remarcar, una vegada més, que no toels qui estampen llur signatura autògrafa-ment, sense declarar ésser eclesiàstics, sónlaics. Són molts els clergues que firmendocuments sense fer constar llur condicióI, en aquest sentit, no puc compartir ladeducció tan ferma de R. Ordeig sobre elsescrivants laics (p. 562).

A més a més dels personatges que aca-bem de veure relacionats amb el món de lacultura i de l’ensenyament, el diplomataride Vic ens confirma, de nou, que a l’edatmitjana l’aprenentatge de la lectura i de l’es-criptura es feia en dos moments distints: primer s’aprenia a llegir, després, a escriu-re. La qual cosa explica els casos no infre-qüents d’adults que sabien llegir, però noescriure, com un tal Sal·la, «qui literas scit etnescit scribere», del 997 (doc. 613).

I un dels llibres bàsics amb què s’apre-nien les primeres lletres era el psaltiri. Quanels redactors d’instruments públics s’apar-taven una mica de les guies del formulismedocumental trobaven sovint en els psalmsmotius d’inspiració, de vegades amb cita-cions textuals. Així, en el preàmbul del tes-tament del bisbe Idalguer s’hi llegeix: «[…]propitio Deo me culpabilem reddo, etomnium iniquitatum mearum scelera

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profiteor recolens illud psalmographum:“Delictum meum cognitum tibi feci et inius-titiam meam non abscondi”» (Ps. 31, 5)(doc. 41). I és que ja de petits els escolarit-zats els aprenien de memòria gràcies a lalectura oral i als exercicis d’escriptura.

No és estrany, doncs, que, quan l’any 1000l’adolescent Dacó disposà de la seva darre-ra voluntat, fes copiar les seves disposicionsen l’última pàgina en blanc del seu exemplard’unes «Flores psalmorum […] cum uariasorationes conmixtas», la qual cosa eviden-cia la carestia del pergamí com a matèriaescriptòrica. Devia ser el seu llibre de pràc-

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tica escolar, qui sap si regalat per algun parentil·lustrat seu que pretenia d’encaminar-lo capal sacerdoci. I és que Dacó, fill del difuntGiscafrè, tenia un consanguineuslevita ano-menat Guifrè, i el seu oncle patern, dit comell Dacó, era sacerdot i jutge (doc. 641).

Però no és aquesta selecció de psal’únic llibre esmentat en el diplomatari delDr. Junyent. Quan el bisbe Idalguer, el mateixque davant l’arquebisbe Arnust de Narbonahavia evocat amb enyorança, durant el con-cili de Barcelona de 906, l’esplendor culturald’època visigoda (doc. 39), féu testament e15 de febrer de 908, deixà, entre d’altresbéns, la seva biblioteca a Sant Pere de Vic, ila formaven els llibres següents: missale quo-dicem I, lectionarium I, prophetarum I, pas-siones apostolorum quodicem I, hactuapostolorum et epistolas Pauli quodicem I,canonem quodicem I, Smaragdum quodicemI, antifonarium I...quaterniones II(doc. 41).

Seguint el costum de dreçar inventari ala mort d’un prelat, amb motiu de l’òbit debisbe Guadamir ens és llegut de saber queel 14 de juny de 957 la biblioteca de la cate-dral vigatana tenia els llibres següents (idocuments rellevants): Testo I...preceptosIII, pr iuilegio I...Eptatiquos II, Degada I,Prophetarum unum, Dispositos III,Quarantenos III, Salomon I, Hactus apos-tolorum I, Iob I, Passionarios II, Regum I,Chanones III, Anthimphonarios IIII,Martir legium I, Ysidorum I, Vita channoni-cha I, Pastorale I, Machabeorum I,Lectionarios III, Missales IIII, Vitas patrumI, Testum I, Psalterios V et alios libros IIII,

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Breuiario I, quaternos cum letania et duosde dedicatione(doc. 303).

Aquesta composició no s’havia vist alte-rada anys més tard, segons consta en l’in-ventari de 971, després de l’assassinat delbisbe Ató (doc. 413).

D’altra banda, quan el comte Guifré II deBarcelona dotà, el 909, l’església de SantaMaria d’Olost destinà una part de les pro-pietats donades «ad partem et proprietatemlibrorum» (doc. 49).

Aquestes petites mostres de circulaciólibrària que reflecteix el diplomatari, junta-

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ment amb les que podem pouar amb pac-cia en altres reculls de documents i en mateixa documentació inèdita, fan veure cla-rament que els manuscrits medievals d’ori-gen i/o procedència catalana arribats fins alsnostres dies són sols un pàl·lid reflex delvolum de llibres —litúrgics, patrístics, jurí-dics i escolars, bàsicament— que es trobavenen les nostres esglésies, catedrals i mones-tirs, i, fins i tot, entre particulars, principal-ment eclesiàstics i jutges.

I que els llibres s’usaven ho proven tambéels documents de Vic per les referències quehom hi fa en alguns textos, del tipus «secun-dum legem romanam et canonica auctorita-te in quadruplo componat» (doc. 53). O en lacèlebre lletra de Cesari, abat de Santa Cecílide Montserrat, adreçada al papa Joan XIIIel 970, quan hom hi diu: «Et ego responsumdet [sic] illis secundum cannonica auctoi-tatem de Niceno concilii, ubi fuerunt CCCXet VIII episcopi, et secundum cannoToletano, ubi fuerunt episcopi LXVI epis-coporum Spanie et Gallie prouincias, editaanno III regnante domno nostro gloriosissi-mo principe Sisinando die nonis decembera DCXXI» (doc. 404).

L’evocació a l’autoritat dels textos libraris,la trobem també en la celebració del concilide Barcelona ja esmentat, quan s’argumenta«iuxta statuta sacrorum canonum», o s’ins-ta el metropolità perquè «reuoluat omniauolumina sanctae legis christiane» per tal decomprovar si una església catedral hadepagar o no tribut a una altra (doc. 39).

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No hi manquen tampoc, lògicament, lesreferències al Liber iudicum amb citacionstextuals, com la que trobem en un dot matri-monial de l’any 1000: «sicut in lege est cons-titutum, ubi dicit: “Maritus si uxori suaaliquid donare uoluerit, manus sua subs-cripcione confirmed”» (V, 2, 7) (doc. 646).

Qualque vegada també hom copia al rectoo al verso dels documents algunes antífonesprocessionals, com al document 272, dl’any 952, però amb les antífones afegidesal segle XI.

La vida quotidiana és present tothora enla documentació amb gran abundància de

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compres i vendes de particulars. Però devegades hi afloren també notícies pròpiede la crònica negra, o, contràriament, delssentiments més purs, com de l’amor mater-nal i conjugal. Com a mostra del primer cas,podem citar la venda que una tal Sabida féu,el 9 de desembre de 953, d’un seu servent,Samuel, que havia estat judicialment reduït al’esclavatge per haver-li mort un fill(doc. 279). Vint anys abans, concretament el5 d’abril de 933, el sacerdot Nèctar redimíen canvi de trenta sous un tal Feliu que haviaesdevingut esclau d’una Adalgís per raó d’ha-ver-li assassinat també un fill (doc. 161).

L’amor de mare, d’altra banda, quedapalesament reflectit en l’expressió «fili caris-sime», amb què Ingilrada, vídua de Borrell,s’adreça al seu fill Miró, a qui confia lacustòdia del seu fill petit Sunyer amb el prec«ut mercedem abeas de illo»; era el 24 d’oc-tubre de 981 i Ingilrada feia testament abansd’emprendre una pelegrinació a Santa Mariadel Puy (doc. 480).

Una altra darrera voluntat, aquesta d’untal Guillem, manifestada el 4 de març del 99fa aflorar la preocupació d’un marit pel benes-tar de la seva esposa, que encomana al bisArnulf amb aquestes paraules: «Et precor te,domno Arnulfo episcopo, ut abeas de mulie-re mea misericoria et pietate» (doc. 614).

És precisament en els testaments, sedubte una de les tipologies documentals mériques en informació diversa, on es mani-festen els sentiments més sincers de les per-sones. I tots, des dels bisbes i comtes,sacerdots i laics, fan importants donacions

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per motius espirituals, que, de vegades, sónexpressats d’una manera que podríem qua-lif icar de literària acompanyades de verta-deres oracions. No cal sinó llegir el llargpreàmbul del testament del bisbe Idalguerposat per escrit, el 15 de febrer de 908, pellevita Otger:

Dum unic [...] uenit, cum in hac uersatur mor-tali carne et erumnosa adque caducam dedu-cit uitam, ut mente pura totaque sollicitudinead illam anelare festinet, que nullo terminoquoangustatur, nec fine concluditur. Mihi

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quoque indigno Idelcherio Ausonensi epis-copo, diu in infirmitate corporis laboranti,uisum est trementer hac suspiriose criminummeorum facinora lacrimabiliter flere, et proeo quod sint innumera toto mentis affectulugere, ut quia in nullo bonitatis mee exiguntmerita, peto ut aeterni regis succurrat cle-mentia. Nunc ergo de omnibus que malegessi, et de bonis que neglexi, propitio Deo,me culpabilem reddo, et omnium iniquita-tum mearum scelera profiteor, recolens illudpsalmographum: «Delictum meum cognitumtibi feci et iniustitiam meam non abscondi»(Ps. 31, 5). Penitet ergo me male egisse, tibiueniam peto, misericordissime Deus, qui nonuis mortem peccatoris, sed ut conuertatur etuiuat. Non enim repperis digna, ut iustifice-ris, sed si adtendis neglecta, magis inuenisut damnes. Meum itaque fuit, o infelix, egopeccare, sed tuum est, o piissime redemptor,misericorditer dimittere. Et si pro meis rea-tibus dignus sum mortalem excipere poenam,tua tantum miseratione credo saluari, et uelultimam in domo tua habere portionem. Protanta namque facinorum pondera, et pro tre-mendo examine aeterni iudicis, omniumfacultatum mearum curam domino hac benig-nissimo principi Wifredo, adque religiosoNantigiso Urgelitane episcopo, meisque fide-lissimis canonicis Audgario, et Adanagildoscilicet et Rodulfo committo, ut ipsi, quorumbonitas hac pietas est immensa, de his facien-do que iubeo et largiendo cui decernorecomp[...]sitam sibi ad Domino in eternamremunerationem consequntur mercedem.

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(doc. 41)

El comte Borrell, per la seva banda,començà el seu testament, escrit pel prevereRegomir el 19 d’octubre de 970, abans deperegrinar a Roma, amb aquestes paraules:

In Dei nomine. Ego Borrellus, gracia Deiomnipotentis uirtute honoris robustus et for-titudi<ni>s humilitate subiectus cepi cogita-re de misericordia Dei et cum nimis mihipauor trepidus inruisset et amor charitatis adme perueniret ut iter peregrinacionis abissemin longioris partis prouincie Romane ad

domum Sancti Petri apostoli et quam pluri-morum alia nomina sanctorum quam nuncdicere longum est enna<rra>re. Cum autemtalis desiderio repletus fuisem, cepi rogareut fierent helemosinarii mei […]. (doc. 403)

Aquests preàmbuls literaris, que no ome-ten, com hom pot veure, el cursus rítmic,constituïen models a imitar i, amb el temppodien esdevenir formularis. Aquest és ecas del pròleg testamentari del sacerdotSunyer escrit pel sotsdiaca Ansefred el 12d’octubre de 955 i adaptat a l’inici del tes-tament del també sacerdot Guifrè Brunicardcopiat pel prevere Llop el 20 d’octubre de981.

Diu el primer:

Cum Saluator noster summa pietate huma-no genus de potestate diabulo et a morte per-petua mirabiliter se ipsum offerendo eripuitet ipsa morte perpetua damnauit, mirumcomodo homo miserabilis tam pura liberta-te meruit abere se ipsum ultraneus denuo dia-bulo subdidit et morti iterum contradit, setillut nobis est glorif icandum qui redimit amorte secunda, cilicet is miseretur homninoqui post pertrata peccata tota corde ad ipsumconuerso, et ideo supra cauendum est ut qupromcior est in delictis promcior sit adconuersacionis et lacrimis effusione si per-cipere cupit remisio delictorum. Hanc egoSuniarius sacer, hanc si indignus peccator etinfelix et, ut uere dicam, super omnes pe-catores trementer et periculose percogitans

Ressenyes

meorum facinorum inmensa delicta et innu-merabilia et insustentabilia ad me perpetra-ta peccata, toto corde ad ipsum conuerso nea ffuribus rapiar ueniam piissimo et miseri-cordissimo Deo indignus humiliter esposcoet iubeo atque di<s>cerno ut sint elemosina-rii mei […]. (doc. 285)

I repeteix el segon:

Cum Saluator noster suma pietatem huma-num genus de potestate diaboli et a morteperpetua mirabiliter se ipsum offerendoeripuit, et ipsa morte perpetua dampnauit

ti

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mirumque modo homo miserabilis tampuram libertatem meruit habere se ipsumultroneus, denuo diabulo subdiit et morti ite-rum contraditum, set illut nobis est glorif i-candum, quia qui redemit a morte primaiterum misericorditer relexando peccata rede-mit a morte secunda, scilicet his misereturomnino qui post perpetrata peccata totocorde ad ipsum conuertuntur. Et ideo sumo-pere cauendum est ut qui promcior est indelictis, promcior sit ad conuersionis emen-datione et cordis compunccione et lacrimiseffusione, si percipere cupit remissio pec-catorum. Hec ego hacsi indignus Wifredus,que uocant Bronicardo, sacer, peccator etinfelix, et, ut uere dicam, super omnes pec-catores, trementer et periculose preco gitansmeorum facinorum inmensa delicta et innu-merabilia et insustentabilia a me perpetratapeccata, toto corde ad ipsum conuerto ne utsubito a furibus rapiar ueniam piissimo etmisericordissimo Deo indignus humiliterexposco et iubeo atque discerno ut sint ele-mosinarii […]. (doc. 479)

I, encara, trobarem aquest formulisme enun diploma del 4 de març de 997:

Cum Saluator noster suma pietate humanumgenus de potestatem diaboli et a morte per-petua humiliter se ipsum hofferendo eripuit etipsam mortem perpetuo damnauit, mirumquomodo misserabilis qui tam pura liberta-te meruit abere se ipsum ultraneus denuo dia-bolus subdidit et morti iterum contraitur set

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illut nobis est glorif icandum et admirandum,quia qui redemit a morte prima iterum mise-ricorditer relaxando peccata redemit a mortesecunda. Scilicet his misserator omnium quipost perpetrata peccata toto corde ad ipsumreuertuntur et idem sumo peccatum est atquepromcior est in deliciis promcior est a conuer-sacionibus emendacione et cordis compunc-tione et lacrimis effussionem, si perciperecupio delictorum remissionem. Hec ergohacsi indignus et peccator nomine Guigelmuset infelice et, ut uerius dicam, super omnespeccatores trementer et periculose precogi-tans meorum facinora inmensa delicta et

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innumerabilia et insustentabilia a me perpe-trata peccata, toto corde ad ipsum reuerto, neut subito a furibus rapiar, ueniam piissimo etmisericordissimo Deo indignus humiliterexposco in manibus amicorum meorum […].(doc. 614)

El tractament literari de l’escriptura esveutambé en el decret de restauració de la canò-nica de Vic pel bisbe Guadamir, amb laincorporació d’unes frases amb un cert ritme:

et uelut stipula uentum rapta rothando depe-reat et sic percuciatur ut curari nequeat.

El ja esmentat levita Bonsom de Bar-celona, en el document 604 del nostre aplec,ens ofereix, parcialment, un text narratiu del’anada del comte Ramon de Barcelona-Osona al monestir de Sant Cugat del Vallèsper celebrar-hi la festivitat del màrtir.

Aquesta permeabilitat dels eixuts textosdocumentals, normalment paraliteraris, apassatges que hom pot considerar literariss’explica de la mateixa manera que cal inter-pretar l’ús de l’escriptura librària en elsdiplomes: perquè els redactaven i els posa-ven per escrit els mateixos que copiavenllibres i, en el seu cas, els escrivien, és a dir,els clergues formats a les escoles monàs-ques i catedralícies, els únics capaços detenir un contacte directe amb el món delescrits.

Aquesta és també l’explicació que unaaltra peça que pot passar per literària, la lle-tra que Cesari, abat de Santa Cecília d

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Montserrat, adreçà al papa Joan XIII vers el970 incorpori algunes glosses: «Iachobus,qui interpretatur filii Zebedei, i, després,Iohannes, qui interpretatur filii Zebedei»(doc. 404).

Fins l’epigrafia pot trobar matèria del seuestudi en aquest diplomatari. En donar elstermes d’Artès, el 938, se’ns diu que van «peripsas lapides ubi sunt ipsas caracteras con-fictas» (doc. 182). I una venda del 30 de maigde 957 la signa l’escrivent d’una manera méspròpia de les inscripcions que no pas delsdiplomes: «Dacho me scripsit» (doc. 301).

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La falconada d’Almansor a Barcelona el985, que tant hauria de ser recordada per ladocumentació posterior, també apareix enel present recull diplomàtic. En manifestarla darrera voluntat del difunt Guilmó, elsmarmessors declararen: «Et postea aliumtestamentum numquam ordinauit et sicperrexit in espedicione publica pro defen-sione Barkinona ciuitate, ubi pro infestatio-ne paganorum captus est uel captiuitateductus et gladio interfectus» (doc. 524).

Un altre mèrit gran del diplomatari deVic és el fascicle cinquè, amb uns índexs

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molt acurats, i una intel·ligent mostra amida natural de les escriptures emprades,utilíssimes per datar còdexs sense indica-ció de data, perquè, com ja he dit, elsmateixos que copiaven documents copia-ven llibres. D’aquí que, per part meva, hagiiniciat també la recopilació de les Chartae

bona part de la seva tasca filològica,Euripidea,de J. Diggle, obeeix a un intentd’autoavaluació per donar compte de leseves aportacions. Fet i fet, el gruixut volumque en resulta comprèn quaranta-un estudissobre la tradició textual, crítica editorial idiversos aspectes lingüístics, estilístici mètrics de l’obra euripídea. Altres estudisparticulars ja han estat publicats en forma dellibre i manta vegada l’autor hi fa referèn-cia. Podem enumerar aquí, des de la sevaedició i comentari Phaeton(Cambridge,1970); passant pels seus Studies on the text ofE. (Oxford, 1981), que justifiquen la seva

5

Riquer, de Randemir o Ranemir —nRecodmirus (làmina 89) ni Lanemirus(làmina 95)—, de Bonsom...

A més, aquesta mostra és precedida d’u-nes consideracions paleogràfiques, que crecque confirmen el que jo mateix he defensatdiverses vegades diferenciant entre els pro-ductes gràfics d’origen rural i els que forenfruit dels centres culturals més avançats.Només una dada em desconcerta: el docu-ment datat del 990, encara escrit amb escrip-tura visigòtica de transició; és una mostrad’un marcat arcaisme o cal considerar, pot-

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ser millor, que l’escrivà, Màier, fou vingutd’alguna zona on a final del segle X encaras’usava l’escriptura de transició visigòtico-carolina, com per exemple Roda? No emsemblaria gens estrany.

Els medievalistes, qualsevulla que siguiel nostre principal centre d’interès, tenim un

5

latinae scriptura libraria exaratae de laCatalunya medieval paral·lelament a la con-fecció de l’obra Catàlegs de manuscritsamb indicació de data, copista o llocenquè treballem el professor A.M. Mundó ijo. I ben libràries són, en efecte, les escrip-tures d’Adanagild, d’Esteve, d’Ató, de

Fruit de més de trenta anys de dedicació de

DIGGLE, James. 1994.Euripidea. Collected essays.Oxford: Oxford University Press. X +

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deure de gratitud amb l’editor i els curadorsde l’excel·lent Diplomatari de Vic.

Jesús Alturo i PeruchoUniversitat Autònoma de Barcelona

Departament de Ciències de l’Antiguitati de l’Edat Mitjana

empresa de renovar el text a l’OCT; fins al

9 p.

més recent The textual tradition of Euripides’Orestes(Oxford, 1991), un treball que posaordre en la complicada transmissió de la peçai que referma un cop més la seva autoritatcientífica davant alguns darrers intents (cf. sobretot l’edició de M.L. West [War-minster, 1987] que aspirava, fonamental-ment, a reduir al mínimum les cruces).

Com hem indicat, el gruix del llibre sónarticles fins ara dispersos que donen co-herència i justifiquen, sobretot, el nou textque en els darrers anys ha renovat l’OCT.Però el volum es constitueix en quelcom mésque un «companion» a la seva edició, per-

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què les dades sobre els usos euripidis de lallengua, l’estilística i la mètrica, amb unabibliografia exhaustiva i actualitzada, són etot moment una prova fefaent del dominindiscutiblement magistral que pot exhibirl’autor. Les innombrables i fines observa-cions de Diggle són una font diríeminesgotable de dades precises i exactes, com-pulsades amb cura exquisida, una autènticlliçó tot plegat. Una d’aquelles lliçons magis-trals de les quals Jean Guitton deia que erendetestables quan no eren autènticamenmagistrals. I Diggle no defrauda.

L’autor inclou, a més a més, alguns es-dis inèdits. En el primer, «Further notes onHelen», estudia els vs. 357-9, 515-19, 774, 873, 1451-61, 1591-3, 1612. Un altre capí-tol gira entorn de passatges de les Bacants:vs. 1, 13-26, 35-6, 59, 257, 537-41, 604615, 712-13, 859-61, 865-8 (885-7), 9531031, 1103-4, 1131-3, 1145-7, 1356 (aquest afegeix unes pormenoritzades notespaleogràfiques sobre Triclini i la relació entreL i P [cf. p. 483-489]). El tercer capítol sónnoves consideracions i notes al textd’Ifigenia a Àulida(p. 490-507): vs. 41-8446-50, 625-6, 656-7, 716-31, 751-72, 139. I, finalment, al Resos(p. 508-519) dedicano només observacions codicològiques (denou les relacions entre L i P), sinó tambéanotacions a passatges concrets: vs. 219-20284-7, 464-6.

Al llarg de les seves pàgines J. Diggleaplega algunes de les seves recensions qudonen compte, així mateix, de la seva visió

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de com és —o ha de ser— estudiada la tè-nica dramàtica de l’atenès (cf. p. ex. les sevesreflexions a l’obra de G. Meller-Hoffmann,Untersuchungen zur I.T. des E. [1969]) i decom llegir i establir el text sense aquells vicisque hom deplorava fa temps: «in malam remabeant isti editores coniectantissimi qui mul-tum non ad textum poetae perservandum etinstaurandum sed ad textum pervertendumet incacandum sudaverint». En aquest aspec-te concret, Diggle ha escrit paràgrafs unamica virulents propiciats per la publicaciód’alguns llibres: A. Tuillier, Recherches cri-tiques sur la tradition du texte d’E. (1968)

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i Étude comparée du texte des scholies d’E.(1972). També és contundent davant algunesedicions: J. Kambitsis, L’Antiope d’E.(1972); H.C. Günther I.A. (1988), i D.J. Mas-tronarde Phoenissae(1988), aquesta darre-ra «by far the most elaborate and ambitiousand the best, edition of an E. play to appe-ar in the Teubner series».

És de lamentar, però, que aquestCollected essaysno recullin alguns treballsque haurem de seguir consultant —i citant—per les fonts originals, com són unes breusaportacions als escolis euripidis (cf. ZPE40,1980, 20) o unes anotacions a l’AlcestisBarcinonensis(ZPE54, 1984, 36). Tampocno s’hi inclouen altres estudis més signifi-catius: «E. Cyclops511-518 and other pasa-ges» (Maia 24, 1972, 345-348), «Notes othe Erechtheus, Cresphontesand Oedipusof E.» (R. Pintaudi [ed.], Miscellanea papy-rologica in mem. di H.C. Youtie, Florència,1980, 57-70), «Notes on TGF vol. II» (M. Capasso-G. Messeri-R. Pintaudi [eds.],Misc. pap. in ocasione del bicent. dell ed-zione della carta Borgiana I, Flor., 1990,149-150, on assigna el F. 123 B a Or. 694-95) i «Commentary on Euripides’ Bacchae1063-1069» (IV Jornadas internacionalessobre textos griegoscelebrades a la UNEDdel 27 al 30 d’octubre de 1993). Aquests tre-balls haurien pogut ser inclosos ben bé dinsun volum de conjunt.

Algunes addicions a manera de postscriptdenoten que Diggle revisa contínuament elsseus plantejaments i que tenim en les n-

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ctres mans una vertadera «editio aucta atqueemendata» (a títol d’exemple, cf. p. 2, 5 n.2,11, 27, 32, 50, 84, 108 n. 58, 114 n. 76(canvi radical d’idea), 136 n. 124, 147 n. 5,156 n. 4, 157 n. 6, 237 n. 33; caldrà incor-porar correccions al seu text OCT (cf. p. 443n. 6).

J. Diggle finalitza el seus Euripideaambuna nova mostra de l’afany per l’exactitud icorrecció que caracteritzen el professor deCambridge: són gairebé dos-cents noms defilòlegs que figuren erròniament en l’aparatcrític ocupant el lloc d’altres. En aquest sen-tit, J. Diggle fa un esforç molt lloable per res-

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tituir moltes de les conjectures al primer queles va proposar tot i que, més tard, d’altreslesferen seves (val a dir que entre aquestsil·lustres oblidats recobra la seva importàn-cia la figura de F.H. Bothe, arran, sobretot,de dos articles de D. Sansone a GGA230,

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doblez de la escritura sobre la escritura, y lalabor mayor sobre los versos se despliegaen relación con otros dos poetas: Calímaco—en menor medida— y Virgilio. En unrecorrido que, como lo supone el subtítulo,es lineal y hasta cronológico, el punto deinflexión mayor en «las ideas sobre la poe-sía» del umbro se marca en el L.2, en el cualse advierte que elementos propios delMonobliblos como la identidad vida-poesíay la poética del servitium se resquebrajan (lafigura del poeta se desliza de servuus a scrip-tor) y se presentan ya indicios de direcciones

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i requereix que vagi acompanyada de bonadosi de reflexió. Diggle aporta llum i solu-cions amb les quals es podrà, evidentment,estar d’acord o no, però els seus planteja-ments el fan una eina de consulta inel·ludibleper abordar qualsevol tema sobre el text euri-

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.Para AAH las recusatio sólo se dan en el

1978, p.237 i QUCC n.s. 1, 1979, p. 157159).

Tal com ha estat concebut el llibre resul-ta d’un ús comodíssim, amb tot de referèn-cies creuades, i sempre ofereix la doblepaginació respecte a la seva primera publi -cació. Però la seva lectura és sempre densa

Las nociones de unidad, coherencia o con-tinuidad —ardiente y antiguo deseo de disciplina filológica— han sido histórica-mente extrañas a los comentarios acerca dela trayectoria poética de Propercio. En estelibro, por el contrario, se intenta mostrar quele son aplicables en gran medida a través deuna estrategia que piensa la poética proper-ciana no como un sistema invariable a tra-vés de los cuatro libros (ni como una síntesteórica final), sino como una autorreflexióncompleja que supo de vacilaciones y dis-continuidades. El amplio corpus de elegíasseleccionado (en el que se le dedican mpáginas a 1,7,8 y 9; 2,1,10-13 y 34; 3,1-5y 25; 4,1,6 y 10) privilegia por lo tanto el

ÁLVAREZ HERNÁNDEZ, Arturo. 1997.La poética de Propercio (AutobiografíaAssisi: Accademia Properziana del Su

pidi. Un completíssim índex miscel·lani, unaltre de termes grecs i el corresponent depassatges comentats clouen molt dignamenel volum.

Ramon Torné TeixidóIES Lluís de Peguera (Manresa)

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futuras: la «poética de paz» y el «helicon-mo» que tendrán desarrollo y mayor énfa-sis en el libro siguiente. Si bien las razonesde estos cambios son justificados casi en sutotalidad a partir de una cuestión histórica(el ingreso del elegíaco al círculo mecená-tico), ésta deviene para la tesis un asuntestrictamente literario: «la problemática cen-tral de toda la metapoesía de L.2: la proble-mática de definirse frente al epos heroico deVirgilio» (172). A esta certidumbre se arri-ba a partir de dos apuestas básicas: por ulado, la distinción entre recusatio y excusa-tio; por otro, la lectura del uso propercianode la «simbología helicónica» en 2,10 y 13

rtística del «Calímaco romano»)asio. 336 p.

Monobiblos (1,7 y 9) y en la primera mitadde 2,34 (con respecto al severo Linceo); elresto serían excusatio, «en cuyo marcoel poeta se declara atraído por la idea decelebrar hazañas heroicas, pero confiesa suincapacidad actual y remite a un momentofuturo esa posibilidad» (24). Así considera-da 2,1 entonces —en la que se supone unapostura ambivalente frente a la heroizaciónde la escritura—, será determinante para elplanteo del libro el análisis del grupo 2,10-13. Frente a la noticia de un agotamiento deltema de la puella —sostenida más desde una

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puella ficticia que real—, se pretende mos-trar que el uso de ascreas alusiones signifi-caría «la adopción del concepto evolutivode la escritura» propio de Virgilio, tal comose plantea en el proemio al tercer libro delas Geórgicas y como se puede rastrearenlas mismas Églogas (sobre todo 6,64-74y en 9,32-36). Propercio habría aceptado esanoción de «evolución» aunque explicitaríaal mismo tiempo una «poética alternativa»en la que todos los géneros convivirían enun nivel de jerarquía (2,12-13), propuestaque el autor también registra en los difícilesversos dedicados a la trayectoria del man-tuano en 2,34 (acerca de los versos 83-84escribe: «lo que Propercio le dice a Virgilioes que en el terreno de la verdadera poesíano hay anseres y olores», 192). Y si en elL.2 se encuentran ya las «ideas» funda-mentales que aparecerán en los librossiguientes, lo mismo puede decirse del capí-tulo II de La poética de Propercio frente alos capítulos que, dedicados a los LL.3 y 4sistematizarán y ajustarán la bibliografíaexistente a partir de la tesis planteada. En L.3 —con la clausura definitiva del servi-tium— el elegíaco enfatiza su posición deampliar el espectro temático y estilístico desu poesía (continuación de la «simbologíahelicónica»; pretensión de vecindad con ecanto mítico taumatúrgico) y se manifiestauna aspiración a la materia heroica que sig-nificará la propia «evolución» del verso ele-gíaco hacia «los grandes temas» del mito la Romana historia. El L.4 es propuesto

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como la concretización de lo delineado enel libro anterior (la elegía etiológico-patrió-tica anunciada en 3,9 alcanza su cumbre en4,6) en la forma de una coexistencia homo-génea de materias heroicas y eróticas (segúnun proceso de «heroización de la escrituraelegíaca»). En el recuento final, la voz delas elegías pasa así de poeta amante servus(L.1), a poeta scribens (L.2), a poeta sacer-dos (L.3) y a poeta vates-augur (A.A.H. con-sidera que en el L.4 se supera lo etiológicoy se llega a lo vático: «se trata más bien derevelar y consolidar (=refundar) unos fun-damentos que hacen a la esencia de Rom

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277), posiciones que ubicarán los distintmodos desde los que se trabajará la «poéti-ca calimaquea», uno de los elementoscontinuidad a través de los versos. Más alláde que el nombre del alejandrino recién apa-rezca en 2,1, se desmonta parte de su pre-ceptiva en las recusatio a Póntico de 1,7 y9 y hasta se sugiere la posible lectura neo-térica del alejandrino (la identidad vida-poe-sía cierta en Catulo) en el epigrama 28 (Pf.);el cirenaico será luego leído con un énfasismayor en lo estético (signo de una tradiciónde escritura), aunque cruzado con ese nes-quio quidque es para Propercio la comen-zada Eneida, lo que se supondrá unsuperación de la dicotomía entre poesía sutily refinada y poesía estridente y extensa,cuyos resultados se verán, ya en el L.3, desdela perspectiva de la ciuitas, ya en el L.4,desde la perspectiva de una función revela-toria.

En gran medida, La Poética de Propercioes un Propercio leído desde Virgilio. Perola facilidad de esa enunciación es engaño-sa, ya que esa decisión de lectura supone elreplanteamiento de varias cuestiones claves.En primer lugar, quien lee desde el dMantua lee también con un tamiz alejandi-no-neotérico: frente a la procedencia comúnde imágenes de escritura hay que asumir eldesafío de percibir la funcionalidad diversade posturas genéricas. Con respecto a estose advierte una flexibilidad mayor en la con-sideración de los límites y del peso ident-ficatorio del género. En segundo lugar, elcontrapunto con la metapoesía de las Églo-

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gas, las Geórgicas o la Eneida supone lidearen la polémica de la cuestión poder-escritu-ra. El Propercio de AAH es augusteo: «noentendemos cómo puede decirse quePropercio no produce versos para Augusto.Sin duda son pocos (el poeta es el primeroen reconocerlo y en disculparse) […] peroson» (137) o «tenemos ya un manifiestoindudable de adhesión a la ideología augus-tea, tal como se consolidaba literariamenteen el epos virgiliano» (238). En tercer lugar—y ésta tal vez sea la jugada más inquie-tante del libro—, al trabajar desde el ida y

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vuelta de la poesía sobre la poesía, la graciaestá en sobreentender que a fin de cuentasel princeps es el mantuano. Ese desliz le pe-mite correr de perspectiva ciertas proble-máticas usuales como la del ingreso dePropercio al círculo de Mecenas, la cual nestaría dada por «el dilema político-ideol-gico de adherir o no al princeps y a su pro-grama» sino por «el dilema artístico deadecuar o no a la elegía materias de interéscívico o patriótico como el mito fundacio-nal de Roma o las gestas romanas del pasa-do y del presente» (311). Otras cuestionesquedan, sin embargo, tal cual, lo que no esajeno a la complejidad del recorte temáticodel libro, no tanto porque la metapoesía esconstitutiva de la elegía properciana, sinoporque su ubicación es variable. Es decir:no siempre es en las elegías llamadas «pro-gramáticas» donde las «ideas» se juegan; yademás, lo que no se puede obviar —al estaren el ejercicio de una práctica— es el modde su presentación. Se destaca, por ejempque en 2,12 aparece por primera vez la cali-dad de lo leuis asociada a la elegía, y seseñala la alusión a una poesía «no seria» que,sin embargo, se desdibujará en las conclu-siones a la poética de este libro bajo el pesode la «simbología helicónica» de 2,10 y 13Si bien a los efectos probatorios de la tesispuesta en juego se comprende que el ele-mento mayor de continuidad con los LL.2y 3 resulte primordial, habría que tener encuenta que esa presencia es mínima en ulibro polémicamente extenso. Y en esaextensión el verso leuis y gracilis tiene un

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resplandor propio que, si no contradice,modifica o es indiferente a la tradición delHelicón: el grácil uso de un «verbo de reso-nancias órficas» como stupefacio en 2,13,7es signo de toda una poesía que permitiríarecuperar para la poética la lectura homéri-ca de Cintia (2,1,49-50), el extraño modo enque la amada desarma la ficción del poetaamans para distanciarlo como poeta scrip-tor en 2,33b,37-40 o la recurrencia de la ima-gen de la lectura in gremium puellaede ese2,13 pasada de la privacidad a lo público en3,4,15-16 como inque sinu puellae(en estos

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o,

últimos tres casos, por ejemplo, se da la a-sión a espacios físicos de lectura que podráncombinarse o yuxtaponerse frente a los espa-cios «simbólicos» —como también el d3,3,19-20—, pero que expresan sin dudatambién «ideas sobre la poesía» y no sonsimple continuación de la poética deMonobiblos). La dificultad de esta correla-ción entre el ideario y el resto de los poe-mas —no privativa de una etapa que exhibala identificación vida-poesía— tal vez estédada por la imagen elegida para nombrar elmodo de la trayectoria poética. El subtítulo«Autobiografía artística del “CalímacoRomano”» exhibe la correspondencia poe-sía-ser vivo —la adjetivación «artística» noanula la metáfora (una variatio sobre el moti-vo zoon-lógos de Fedro 264b-c)—, quemantiene los versos en una exageradadependencia de un «crecimiento» (aunqueal revés: como si las anteriores elegías fue-ran leídas buscando indicios del L.4), máaún cuando el trabajo sobre esta relación esintenso, ya que se le suma, por un lado, teoría de las aetates señalada por Propercioen 2,10 que AAH hace suya y combina conla noción de «poética evolutiva» importadadel corpus virgiliano; el resultado de estaperspectiva supone así etapas de juventud ymadurez (sostenidas por una jerarquía de lomenor y mayor que permite hablar de «ver-dadera» poesía) y una extraña biologíapositivista de la literatura (un escrito no esunhombre: aunque a veces se parezca a unmonstruo —Horacio dixit—).

La poética de Propercio no pierde, en la

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ambición del proyecto, la paciente exhaus-tividad del análisis: muestras son ya la inten-ción de ubicar el peso de importantes jugadasde poética en pequeñas iuncturas (un reco-rrido que va de aliquid quaerimusde 1,7,6a moenia... disponerede 4,1,57, pasando porlustrare Heliconade 2,10,1 y colere verbade 3,2,10), ya la tenue percepción de ciertasexpresiones (leer a lo largo de los libros laconstante transformación de ingenium en elléxico del umbro, o cómo en mea... prae-cordia de 2,1,41 «el sutil pasaje de una poé-tica regida por la sensibilidad estética, como

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la de Calímaco, deviene en Propercio poéti-ca del sentimiento», 108). Y lo que se lograno es sólo una primera exposición, con másque afinados argumentos, de la trayectoriapoética properciana a lo largo de los cuatro

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por parte de la filología clásica y de la lite-ratura moderna. Se propone señalar lascaracterísticas de las poesías elegíacas deOvidio y las diferencias con los elegíacosaugusteos, especialmente con Propercio yTibulo, a partir del análisis de la poesía ini-cial, una especie de introducción programá-tica de los tres libros de Amores. En eltrasfondo resuenan los ecos de los primerosversos de la poesía inicial de Propercio y deTibulo. El amor es una fuerza irresistible queobliga al enfrentamiento con el sistema tra-dicional de valores y, en el caso de Tibulo,a la entrega de su vida al servitium amoris.

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Properzio,1977) y D’Anna («L’evoluzionedella poetica properziana», en Atti delConvegno per il Bimillenario della morte diProperzio,1986), se apoya —con ciertos

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libros, sino cierta puesta a punto de la hist-ria misma de la lectura crítica de las «ideasobre la poesía» del elegíaco. A grandes ras-gos (ya que el uso de la bibliografía esamplio), La poética de Propercio desarrollay critica y pule planteos de La Penna(L’Integrazione difficile. Un profilo di

Un brevísimo prólogo de los editores abre elpresente volumen, producto de un encuentrollevado a cabo en la Universidad de Zürich,en el semestre de invierno de 1991/92, qureunió a diversos especialistas alrededor deun tema central: la recepción de la obradeOvidio desde la época de Estacio, pasapor los siglos XI a XIII y la lírica de los trova-dores, hasta llegar a Dante.

El primer trabajo (p. 1–21) «Ille ego quifuerim, tenerorum lusor amorum. Zur Poetikder Liebesdichtungen Ovids» [Hacia unpoética de las poesías amorosas de Ovidio]de Bernhard Zimmerman de la Universi-dad de Düsseldorf, Alemania, destaca lrevalorización actual de la figura de Ovidio

PICONE, Michelangelo; ZIMMERMANN , BOvidius redivivus. Von Ovid zu Dante.Stuttgart: M & P Verlag für Wissenscha

disensos— en los comentarios de Fedeli, yse contrapone con fuerza a la tesis de StahPropertius: «Love» and «War». Individualand the State under Augustus,1985.

Sergio RaimondiUniversidad Nacional del Sur

Bahía Blanca. Argentina

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Propercio llega a la elegía de la mano delamor, personalizado en Cintia, nombre conel que inicia su libro de elegías. En cambioOvidio carece de objeto amoroso y ubica supoesía en un entorno puramente literario,sudedicación a la elegía no se debe a unadeterminada posición de vida, sino a unade-cisión puramente literaria: él mismo ironi-za sobre ésta, cuando explica que Cupido lerobó un pie al hexámetro y así llegó al pen-támetro, es decir que llegó a la elegía porrazones métricas.

Zimmermann recorre las cuatro primeraspoesías de Amores tratando de esclarecer lasconsecuencias del flechazo de Cupido quecondujo al poeta a la poesía amorosa, aún

rnhard (eds.). 1994.

t und Forschung. 223 p.

sin una puellaque le produjera esos senti-mientos y que recién en I,5recibe un nom-bre: Corina. Se detiene especialmente en dostécnicas narrativas: la configuración de laimagen de la bella Corina desde I,1 hasta I,5, «trazo por trazo» (Strichzeichnung), y elrecurso de la elipsis que obliga al lector areconstruir partes dejadas en blanco en elproceso de enamoramiento.

El aspecto de la reflexión poética y de laintertextualidad es estudiado a través de unexhaustivo análisis del poema I,15, que ade-más de enmarcar los límites literarios entrelos que se ubica Ovidio, es una abierta pro-

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fesión de fe en la fuerza inmortalizadora dela poesía.

Fritz Graf, autor del segundo artículo(p. 22–42) «Die Götter, die Menschen undder Erzähler. Zum Göttermythos in Ovids“Metamorphosen”»[Los dioses, los hom-bres y el narrador. El mito de los dioses elas Metamorfosis de Ovidio], desarrolla tresposibles formas de lectura de las Meta-morfosis, la gran enciclopedia mitológica:Ovidio acerca el mundo de los dioses y dlos héroes a nuestro mundo, de alguna mane-ra humaniza a los dioses, los trae desde elejano pasado mítico al presente, y este con-traste entre lo mítico tradicional y la con-ducta humana de los dioses, esta «distairónica», provoca muchas veces una diverti-da sonrisa. Otra posible lectura consiste enencontrar en el trasfondo de las Metamorfosisuna significación política que tiene que vercon la posición crítica de Ovidio frente alimperio de Augusto. Un tercer nivel de lec-tura que Graf llama poetologisch tiene quever con la forma en que los poetas épicos ta-tan los mitos, sin olvidar la crítica del miejercida desde los presocráticos.

El episodio de la asamblea de los diosesdel libro I retiene la atención de Graf. Hayaspectos de la narración que tienen que vercon el relato épico, pero en todo caso soresonancias épicas. Ovidio toma como refe-rencia el libro X de la Eneida, pero al con-trario de Virgilio, la mirada de Ovidio sedirige de abajo hacia arriba, es decir, delmundo humano al de los dioses, que

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cierto tienen rasgos muy imprecisos. Otraposible lectura de esta asamblea —que nodescarta la anterior— tiene que ver con unainterpretación política. Lo importante es queeste antiguo y frecuente motivo épico semanifiesta en Ovidio con una gran multi-plicidad.

La presencia de los dioses es imprescin-dible, ellos son los que inspiran al poeta,detrás de cada metamorfosis hay una divi-nidad, ¿cuál? Esto no lo sabe el narrador. Yesta ignorancia demuestra la distancia entredios y hombre. Pero los dioses de Ovidio noson los de los trágicos, pueden deponer su

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superioridad divina y mostrar su debilidad.Y esta ambivalencia también podría aceptaruna lectura política.

Graf concluye admitiendo que la perso-na de Publio Ovidio Nasón no es la mismdel narrador, del que habla en primera per-sona y hace comentarios de contenido moral.Pero a pesar de los muchos narradores delas Metamorfosis siempre hay una sola voz,el Yo narrador omnipresente pero no omnis-ciente, del que Ovidio se aparta voluntaria-mente.

Gianpiero Rosati (p. 43–62) «Momenti eforme della fortuna antica di Ovidi:l’Ac hilleide di Stazio» [Momentos y formasde la fortuna de Ovidio en la Antigüedad: Aquileida de Estacio] ofrece un aporte inte-resante sobre la relación intertextual deEstacio —especialmente la Aquileida— yOvidio: no sólo las Heroidasrepresentan unmodelo expresivo y narrativo sino tambiénlas Metamorfosis. Establece notorias simi-litudes y puntos de encuentro cuando com-para el episodio de la despedida de Deidamy Aquiles, antes de la partida del héroe paraTroya, y una escena similar en el adiosArgia y Polinice (Tebaida 4,89) y en lasHeroidas, 13. El gesto de Aquiles en emomento de partir, frente a su mujer que sesiente abandonada (relicta) y ante la vistade Ulises, es motivo de un extenso análisissobre el significado de respicere y el rastreodel mismo en otros pasajes literarios. Elaspecto de la ambigüedad, el engaño, laidentidad incierta, la indefinición sexual ocu-

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pan un espacio importante en la Aquileida,que encuentra su modelo más directo en lasMetamorfosisde Ovidio.

Por último, Rosati llama la atención sobreun caso muy particular de intertextualidad.En el episodio de la Aquileida, donde se des-cubre a Aquiles entre las hijas de Licomede,la narración se interrumpe para dejar pasoa la voz del narrador que acusa a un perso-naje por no conocer determinada literatura.Este reproche también se escucha en Ovidio,cuyos personajes tienen su propia existencialiteraria, su pasado en otras obras, con locual se demuestra no sólo la «memoria lite-

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raria», sino también la predilección del poetapor los contactos entre textos, inclusive entresus propios textos, proponiendo así una lec-tura autorreferencial.

Jean-Yves Tilliette de la Universidad deGinebra, en un extenso artículo acompaña-do de notas muy esclarecedoras titulado(p.63–104) «Savants et poètes du moyen âgeface à Ovide: Les débuts de l’aetas Ovidian(v.1050-v.1200)» [Eruditos y poetas de ledad media frente a Ovidio: los comienzosde la aetas ovidiana] se ocupa de destacarlugar ocupado por Ovidio en la literaturamedieval. Divide su exposición en dos par-tes: en la primera analiza la transmisión delas obras de Ovidio en la edad media;segunda parte la dedica al estudio de la obade Baudri de Bourgueil, un brillante imita-dor de Ovidio. Parte de la conocida divisióncronológica en tres edades de LudwigTraube: aetas virgiliana (renacimiento caro-lingio), aetas horatiana (sigloX) y aetas ovi-diana(siglos XII y XIII ), cuyos comienzos seubican —según la opinión de Tiliette— entreel 1100 y 1150. A pesar de la inclusión delsiglo XII en los siglos propiamente ovidia-nos, sin embargo antes del siglo XIII las obrasde Ovidio tuvieron muchos menos lectoresque el De Inventionede Cicerón, según loprueban las cifras de los estudiosos.

Parte de las investigaciones de BirgerMunk Olsen —al que reconoce como e«meilleur spécialiste actuel de la traditiondes classiques latins au moyen âge» (p.64)—para proponer algunas hipótesis de trabajosobre la difusión de las obras de Ovidio. Se

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plantea cuatro preguntas básicas: cuántocuándo, dónde y cómo. Las respuestas a estacuestiones confirman que las obras de Ovidiohan sido muy poco leídas antes del 1200pero en todo caso bien leídas como paapoder ser modelos literarios. Según los catá-logos modernos, 96 copias de las Meta-morfosisproceden del siglo XIII , un siglo queno incluye el estudio de B.M. Olsen.

Como lugares de transmisión de la obrade Ovidio, se destacan Alemania (AbadíadeTegernsee y Benediktbeuren) para los car-mina amatoria y las poesías del exilio, y

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Francia que retiene el mayor número demanuscritos de los Fastos. Tardíamente,hacia el 1200, se recoge toda su obra en unsolo volumen, lo cual se explica entre otrascosas por la extensión de la misma —alre-dedor de 35.000 versos— y por el hecho deque Ovidio no era un autor leído enlasescuelas, sobre todo en lo que respectaa las poesías amatorias y Metamorfosis.

A continuación Tiliette pasa revista avarios poemas de Baudri de Bourgueil y esta-blece los correspondientes paralelismos consu modelo Ovidio. Un apartado especial lemerece la que considera la palabra clave deesta poética de la poesía ligera: iocus, un tér-mino que significa el juego poético, el ejer-cicio literario, que adquiere connotacionesnegativas en la tradición cristiana, que es aso-ciado también al juego y goce sexual. Peroeste concepto también tiene otro significa-do: es el poema mismo en su textura verbal,es «l’acte même d’écriture, je veux dire lamise en fiction» (p.85).

Baudri de Bourgueil es el mejor testimo-nio medieval de las Heroidas, género inven-tado por Ovidio y practicado, según HeinrichDörrie, por autores de los siglos III y IV perono presente en la literatura de la edad mediaTiliette recorre los seis poemas, repartidosen tres grupos de dos, y analiza muy dete-nidamente los carmina 7 y 8, reescrituras delas Heroidas16 y 17, un intercambio epis-tolar entre Paris y Helena, que no han goza-do del favor de la crítica. Baudri retoma enellos los argumentos y el juego de seducciónque ya estaban presentes en Ovidio, pero

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entre los dos autores, que vivieron en unentorno social y moral muy diferentes, hayuna distancia estética manifestada en lasupresión de pasajes narrativos y en el ingre-so de desarrollos discursivos y descriptivosmuy extensos de personas y lugares.

Queda claro que Ovidio no era autorpopular hasta el 1150 aproximadamente. Enrealidad la supervivencia de Ovidio se debeen gran parte a quienes se dedicaban a la lec-tura sin ninguna otra finalidad que la delmero placer. Hasta que la atmósfera liberalde algunos monasterios alemanes y france-

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ses no logró imponer la lectura de Ovidio,éste no fue materia de enseñanza en laescuelas. De ahí la conclusión: «jamais, peutêtre, contre toute apparence, le moyen âgene sera aussi réllement ovidien» (p.100).

Dos anexos cierran el artículo: el primeroes un registro de las ocurrencias del términoiocusy otros del mismo campo semánticen la poesía de Baudri de Bourgueil; elsegundo reúne algunas objeciones a las hip-tesis de Christine Ratkowitsch sobre el car-men 97Florus Ovidio y el 98 Ovidius Florosuo del autor medieval.

En «I trovatori e l’esempio ovidiano»(p. 105-148) Luciano Rossi, de la Univer-sidad de Zürich, se propone aportar nuevoselementos que confirman la significación dela creación ovidiana en la poesía d’oc y d’odel siglo XII .

Comienza por rastrear la presencia delnombre de Ovidio en la lírica trovadorescaoccitana: la primera mención en la poesílírica en lengua vulgar está en un «debate»entre un caballero y el trovador Marcabrú,del año 1133 aproximadamente. Rossi trans-cribe íntegramente el texto con su traduc-ción, en el que se habla de algunos aspectonegativos del amor, teniendo como punto dreferencia los Remedia amoris de Ovidio.Otros autores y otros textos de la lírica tro-vadoresca que registran referencias ovidianasson motivo de estudio. Finalmente, despuésde aceptar que los ejemplos en la lírica delámbito d’oil no son ni mucho menos tanabundantes, Rossi concluye que la mayoríade las menciones y referencias de trovado-

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res y troveros no son tan genéricas comosostienen algunos estudiosos, sino que ma-fiestan auténtico conocimiento y frecuenta-ción de las obras de Ovidio.

La segunda parte consiste en individua-lizar algunas «isotopías poéticas» que paaRossi son «quelli immagini che riescono aconservare un carattere connotativo anchein testi appartenenti a ambiti linguistici ecronologici molto diversi» (p.132). Bernartde Ventadorn será el trovador elegido paraejemplificar algunas metáforas poéticas queevocan sin duda otras similares en Ovidio.

La última parte de la contribución deRossi al esclarecimiento de estos puntodecontacto entre la lírica en lengua vulgar yla poesía ovidiana se centra en el troveroChretien de Troyes, autor del Cligés, cuyosprimeros once versos contienen abundantesalusiones, empezando por las primeras pala-bras «Cil qui fist» en las que resuenan losecos de «Ille ego qui...» de unos versos alcomienzo de la Eneidadudosamente atri-buible a Virgilio, y de las Tristia IV, x, 1:«Ille ego qui fuerim...». Otros textos, comopor ej. Amors tencon et bataille, y D’amorqui m’a tolu a moi confirman analogías ycorrespondencias con los preceptos ovidia-nos que sin duda Chretien de Troyes logratrasponer al código feudal.

«Aspects de l’Ovide moralisé»(p. 149–172) [Aspectos del Ovide morali-sé] se titula el artículo de Marc-René Jungde la Universidad de Zürich. Se inicia conla caracterización de esta traducción de lasMetamorfosis: «Ce texte se veut épique, maisil ne propose pas sa matière dans une sériede cycles épiques, au contraire, il veut êtreun perpetuum carmen, un texte qui offre unflux ininterrompu du récits, les uns souventenchevêtrés dans les autres» (p.149). Todosestán de acuerdo en admitir que lasMetamorfosis son un relato que va desde losinicios hasta Augusto, pero donde no hayopinión unánime es con respecto a la estruc-tura interna de la obra. ¿Qué mundo es elque ha presentado Ovidio? ¿un mundo armó-nico, solidario, o un mundo caótico? ElOvidio Moralizado fustiga los vicios del

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mundo y hace un llamado a la reencarna-ción y al juicio final. La obra no es un tra-tado de teología de la historia ni tampocouna exégesis de las Metamorfosis. Paraexplicar el texto hay que echar mano a lasteorías evemeristas. La época mítica deOvidio está desmitificada.

A continuación Jung ofrece una serie deregistros que consignan los agregados, refe-ridos casi todos al aspecto histórico, con queel autor completó su traducción de Ovidio.En este sentido la obra es una historia anti-gua hasta Augusto, del mundo griego y

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romano, en el que el lugar más importantelo ocupa Troya. Pero no sólo es esto. Aunen aquellos manuscritos donde se han intro-ducido las explicaciones evemeristas y sehan eliminado las moralizaciones, gran partedel texto está constituido por fábulas quenarran metamorfosis. Después de una brevecomparación de los relatosdel libro XI delOvidius Moralizatusde Pierre Bersuire y losdel Ovide Moralisé, Jung se concentra enéste último para establecer una distinciónentre lo que él llama recitque corresponde ala traducción de Ovidio y séquence, las par-tes de texto compuestas de récit y morali-sation, para concluir afirmando que lasmoralizaciones de este libro constituyen unsermón cuyo tema es «la prédication de labonne doctrine», un resumen del episodiode la muerte de Cristo.

Es interesante la bilbiografía que agregaJung al final de su artículo: ediciones deOvide moraliséy una bibliografía críticaacompañadas de un breve comentario sobreel contenido, y un listado de manuscritos.

El último aporte lo ofrece MichelangeloPicone (p.173–202): «Dante argonauta. Laricezione dei miti ovidiani nella Commedia»Lo que hoy se conoce por intertextualidadya había sido definido en 1942 por GiorgioPasquali, que diferenciaba las reminiscen-cias, o sea repeticiones lingüísticas y est-lísticas de un texto a otro, de las alusiones,es decir evocaciones y citas de textos, y delas imitacionescon las que el autor intenocultar al lector la presencia del otro texto.

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Las primeras producen una forma estáticade intertextualidad, mientras que las segun-das y últimas exigen una memoria activa,una intertextualidad dinámica. Ambos pro-cedimientos imitatio y aemulatio no sonajenos al medioevo, y los tendrá en cuentaPicone en su análisis de la intertextualidaddantesca. Dante recurre a los mitos ovidia-nos: «li imita quando li ripropone comesituazioni esemplari che spiegano la realtàultraterrena della sua visione; li emula quan-do fa vedere i complessi sviluppi inventiviai quali può condurre l’alta fantasia cristia-na» (p.175). La imitatio es parte de lo lin-

güístico y estilístico, la aemulatio del con-tenido ideológico y del juicio de valor. Dantedialoga permanentemente con Ovidio, peroentre las Metamorfosisy la Commedianohay continuidad y supervivencia, sino dis-continuidad y ruptura. Dante reescribe losmitos ovidianos pero destaca la ausencia dla dimensión «salvadora» en el ámbito clá-sico. El contraste entre la vocación «trági-ca» del poeta clásico y la vocación «cómica»del poeta medieval es claro.

Luego analiza cuidadosamente el mitde Faetón y su reescritura en la Commedia,destacando la fragmentación del mito enunidades que Dante recompone, según lasnecesidades de la composición. El mito Icaro que Ovidio cuenta en el libro VIII183-235 es retomado por Dante, quien alreescribir lo destaca el contraste entre elaspecto negativo del viaje del héroe mito-lógico y el viaje positivo del héroe cristiano.

La otra figura mitológica estudiada porPicone es la de Jasón y su encuentro con elpoeta peregrino, en el octavo círculo infer-nal, entre los seductores. En la caracteriza-ción dantesca de Jasón también hay dosaspectos contrapuestos: es elogiado comopersonaje de empresas ilustres, héroe de unagran conquista, pero es despreciado comoseductor. En ambas visiones está el inte-texto ovidiano: el libro VII de las Meta-morfosiscuenta la gloriosa empresa de losArgonautas; las Heroidas,en cambio, rela-tan los actos de seducción y las traicionesde Jasón. Del hecho de destacar uno u otro

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aspecto, el heroico o el erótico, surgierontres distintas tradiciones literarias: la épica,representada por las Argonáuticas deApolonio de Rodas, la trágica, cuyos expo-nentes son la Medeade Eurípides y la deSéneca, y la tradición lírica, que represen-tan la oda IV de Píndaro y el carmen 64deCatulo, que reúnen ambos aspectos heroicoy erótico. Del fragmento de las Meta-morfosis VII, 1–121, Dante registra en sumemoria cuatro elementos importantes: elcampo jamás arado, el público dividido enespectadores activos y pasivos, el viaje aúnno intentado por el desconocido mar y la

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superación de las pruebas impuestas alhéroe. Sin duda, el fin del viaje dantescorefleja el fin del viaje argonáutico: el autorretornará con la corona poética así como

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establir un lligam amb la història de cadaperíode que ha analitzat capítol rere capítol,amb la intenció d’oferir al lector eminent-ment jurista tot un seguit d’obres històriquesque complementin la visió genèrica que ellmateix ens ha ofert. És en aquest punt, noobstant això, que li podríem discutir l’elec-ció d’una monografia o d’una altra, al mateixtemps que observem una certa dificultat peractualitzar-la. De vegades no sabem si el lec-tor serà prou conscient que alguns dels títolsllistats han estat superats a bastament fins aconsiderar-los «clàssics». També és cert,però, que l’autor ha incidit en diverses oca-

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Cierra el cuidado volumen un elencobibliográfico, al que remiten las notas a piede página, con la inclusión de las edicionesde textos antiguos, traducciones (en alemán),

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Jasón regresó con el vellocino. Una reflexión final: el mito argonáutico

tiene una función muy amplia, es un mito«poetologico che serve ad affabulare, piúche la realtà della visione ultraterrena o lacondizione del poeta pellegrino, la vitadell’opera stessa» (p.200).

Des de l’òptica de la història de la Hispàniaromana i visigòtica aquest manual d’histò-ria del dret romà pot també interessar aquellsque no tenim una formació jurídica, i quenecessitem ajuda en l’aclariment de con-ceptes bàsics de la disciplina romanística ofins i tot, definicions dels termes més usatsen aquest àmbit. De tota manera, la volun-tat principal de l’autor és la de servir d’o-rientació als estudiants universitaris delsprimers cursos d’aquestes matèries. A causad’això, l’estructura del llibre és deutorad’una clara vocació pedagògica. En aquessentit, destaquen sobretot els apartatsbibliogràfics, en els quals no només s’aple-ga la literatura jurídica de consulta i esp-cialitzada. L’autor, a més a més, ha procurat

MORALES ARRIZABALAGA, Jesús. 1995Ley, jurisprudencia y derecho en HispZaragoza: Prensas Universitarias de Za

textos medievales y una extensa lista delibros y revistas especializadas sobre lostemas tratados.

Nélida Iglesias de FabriziUniversidad Nacional del Sur

Bahía Blanca, Argentina

sions en qüestions com la crítica a una cetavisió de la història com quelcom immutablei establert, manifestant la necessitat de l’his-toriador del dret de tenir present l’evolucióhistòrica en la seva anàlisi dels fenòmensjurídics. Alhora, l’autor ha intentat defugirels tòpics que durant dècades han dificultatla història de la Hispània romana i visigòti-ca, com per exemple, la recerca d’una supo-sada «fàcies hispànica originària», o fins itot un caràcter «unitari» en la resistència deles poblacions preromanes a la RepúblicaRomana. L’apartat gràfic que acompanya elstextos és prou ampli i divers, tot i que devegades prescindible.

Més enllà de qüestions metodològiques, lamonografia està estructurada en dues grans

ia romana y visigoda.goza. Colección de Textos Jurídicos.

àrees. En primer lloc, Jesús Morales estudiala història jurídica de la Hispània Romana,centrant-se en una certa història de les ins-titucions sociopolítiques, tant del món pre-romà com romà, a la península Ibèrica, desdel desembarcament d’Escipió a Empúriesel 218 aC fins a l’anorreament de l’Imperiromà d’Occident. L’acompanyen uns qua-dres sinòptics sobre la història política decadascun dels períodes que conformen elsdiversos capítols, juntament amb uns epílegsque incideixen sobre problemàtiques con-cretes, com ara la conquesta militar, la roma-nització, la Constitutio Antoniniana,etc. Sens

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dubte, aquests resums seran de gran utilitatper a aquells lectors poc avesats a la histò-ria antiga de la península Ibèrica, malgratque no hagin estat escrits per un especialis-ta. Al mateix temps, destaquen pel seu trac-

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tament jurídic fenòmens com els pactes dededitioo les reformes flàvies en l’estatutdeles comunitats hispàniques. Sens dubte,però, la part més interessant del llibre és laque analitza amb tot detall la legislació i eldret de la Hispània visigòtica. Diem això per-què sobtadament el llibre tracta el tema mésdirectament del que havia fet fins aleshores,i tal vegada deixant de banda el to divulgatiu,la qüestió dels codis legals d’època tardoro-

d’estudi era Catalunya, sota qualsevolaspecte, i, més encara, si es tractava de laseva història de l’art medieval, matèria quepodria passar com l’especialització d’unsavi que sabia franquejar amb tota llibertatles tènues fronteres del coneixement humà.La rica bibliografia de Joan Ainaud, que potconsultar-se en el darrer número de Mis-cel·lània litúrgica, publicació, dit sigui depassada, excel·lent de la Societat Catalanad’Estudis Litúrgics, quedava culminada ambla direcció del Corpus Vitrearum Cata-loniae, del qual sortiren tres volums en vidadel seu iniciador i director, i ara acaba

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entre el dret romà i el dret no romà reflectiten l’anàlisi dels diferents codis legals —elBreviari o la Lex Visigothorum—) té unarelació directa amb diverses problemàtiqueshistòriques, com l’origen i el caràcter de la

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monarquia visigòtica o la seva conversió alcatolicisme, partint d’uns esquemes romans,germànics i catòlics. Aquesta voluntat inter-disciplinària que plana en tota la monogra-fia, malgrat les lògiques mancances d’unllibre adreçat prioritàriament als estudiantsuniversitaris, ajuda a entendre en conjunt elprimer període de la història del dret aHispània.

mana i la seva continuïtat i canvi en el perío-de visigòtic gràcies a influències diverses.El tractament en cada capítol de les qües-tions estrictament jurídiques (com la relació

Tots els qui hem tingut el privilegi deconèixer personalment el Dr. Joan Ainaud ide Lasarte som testimonis directes de laseva erudició extraordinària dins un ampliventall de temes i d’èpoques. Però aquestsconeixements augmentaven quan l’objecte

AINAUD I DE LASARTE, J.; MUNDÓ, A.M.;CAÑELLAS, S.; VILA I DELCLÒS, A. 1997Els vitralls de la catedral de BarcelonaCorpus Vitrearum Medii Aevi. EspanyaFotografies de R. Roca i Junyent.Barcelona: Institut d’Estudis Catalans,

Toni ÑacoUniversitat Autònoma de Barcelona

Departament de Ciències de l’Antiguitati de l’Edat Mitjana

d’aparèixer-ne un de pòstum dedicat avitralls de Barcelona.

Tal com explica en el pròleg el Dr.Anscari M. Mundó, que, per expressa volun-tat del Dr. Ainaud, l’ha succeït en la direc-ció del projecte, l’origen d’aquesta empresa

ILA-GRAU, J.; ESCUDERO I RIBOT, M.A.;

i delmonestir de Pedralbes.9- Catalunya, 4.

mbit Serveis Editorials. 394 p.

sorgí en el Congrés Internacional d’Històriade l’Art celebrat a Amsterdam el 1952. Dosanys després la Unió Acadèmica Inter-nacional el féu seu i l’Institut d’EstudisCatalans l’assumí tot seguit. La particularsituació històrica que visqué Catalunyaaquells anys, però, impossibilità l’inici deltreball fins al 1979. Després hom treballàamb diligència, com ho proven els volumsapareguts el 1985 (Santa Maria del Mar), el1987 (Catedral de Girona) i el 1992 (Catedralde Tarragona i monestir de Santes Creus), iara el de la catedral de Barcelona, del mones-tir de Pedralbes i del monestir de Sant Cugat.

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En aquest darrer volum encara hom haestat a temps de recollir una breu presenta-ció del propi Ainaud, on hom explica i agra-eix la part de feina que ha correspost a cadun dels col·laboradors. Ve a continuació laintroducció deguda a Joan Ainaud i aM. Asumpta Escudero, on se’ns explica queles primeres notícies sobre vitralls de lesfinestres de la catedral de Barcelona remun-ten a època romànica amb un esment l’any 1072 que fa referència a la venda d’u-nes terres per 160 mancusos d’or destintsa l’obra dels vitralls de les finestres de lafaçana septentrional de la catedral. D’èpocaromànica sembla també un petit fragmentde vidre trobat el 1995 vora l’actual capellade Santa Bàrbara en fer-hi les obres per a lainstal·lació d’un ascensor. L’època gòtica —la central del llibre— hi és, naturalment, mésben testimoniada, per bé que les pèrdues delsegle XV «han estat molt greus» i les del se-gle XVI «han estat totals».

També hom dóna notícies diverses sobreels vitralls d’altres edificis religiosos deBarcelona, com els de l’església de SaMaria del Pi, de Santa Caterina, i del con-vent de Santa Maria i Sant Jaume deJonqueres. Pel que fa als edificis de caràc-ter profà (Palau de la Generalitat, Casa dela Caritat i cases particulars), hom remet alcinquè volum d’aquesta col·lecció.

En tot aquest capítol hom fa detalladesanàlisis iconogràfiques i hom dóna data-cions molt precises recolzades sovint en lesfonts arxivístiques exhumades, tot i que e

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alguna hom hauria volgut una transcripcióno tan ràpida. Vegeu, per exemple, les notes44 i 45 de la pàgina 28 amb algunes dis-traccions.

Ve després un apartat amb el títol «Lesvidrieres gòtiques de la seu de Barcelona.Estat de la qüestió. Comentari a la docu-mentació. Regests», de Sílvia Cañellas, qus’obre amb una il·lustrativa planta que di-buixa la situació de les vidrieres segons ladocumentació de l’època. L’estat de la qües-tió és ràpid i esquemàtic, però suficient; lestranscripcions, correctes i basades sobretot,però no exclusivament, en la sèrie de Llibres

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de l’Obra, van del 5 de juny de 1072 al 5 dejuny de 1577.

Tot i que no fa referència directa a la cate-dral de Barcelona, potser també hauria val-gut la pena de recollir en aquest aplecl’esment que hom fa al vidre en la lleuda deBarcelona de circa 1150, publicada perJaume Sobrequés i Sebastià Riera dins laMiscel·lània Aramon i Serra, IV, Barcelona1984, p. 329-346 i, més en concret, p. 340,on hom llegeix:

Primum mercator qui exit de Yspania donatdenarios XL unum de qualicumque auereaportat, et si intrat illuc de Barchinona cumsua mercada assecurat ut in Barchinonamaplicet et redeat; quod nisi fecerit, debet daredenarios XL unum et passaticum de quali-betcumque auers illuc portet precium auri.Et hoc totum est domini, excepto blancho etpiscis et clede et anizon et uidre et classeet ferri et papiro, hec datur denarios XXunum et denarios XL unum, qui ibi poniturad iniuriam et pecatum. Capit Berengariusuigesimum et potestas quadragesimum.

És a dir, que el mercader que portavavidre d’Espanya a Barcelona havia de pagar21 diners i 41 diners més en concepte demulta.

Joan Vila-Grau i Antoni Vila són elsencarregats d’elaborar el «Catàleg», els qualsens donen de primer les sigles emprades iun codi de trames destinat a fer comprensi-ble al lector l’estat de conservació delsvidres. Les descripcions són sempre molt

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detallades i permeten al lector de gaudirencara més de les esplèndides fotografiesdels vitralls degudes a Ramon Roca iJunyent. L’esquema que hom segueix en ladescripció és el següent: composició, orna-mentació, conservació, iconografia, i tècni-ca, color i estil. Llàstima, però, que hom nohagi reservat un apartat per a la cronologia,si més no, per recordar-nos el que hom hadit al respecte a la introducció general!

Segueix després el «Catàleg del mones-tir de Pedralbes», també degut a Joan Vila-Grau i a Antoni Vila. En ell, després d’un

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comentari general, els autors aprofiten l’avi-nentesa per matisar el que ells mateixoshavien dit dels vitralls de Girona, en elsquals veien similituds amb els de Pedralbes.Ara, però, observen un arcaisme i unaexpressivitat més gran en els vitralls dePedralbes que no pas en els de Girona. Perla resta el sistema de descripció és el mateixi la precisió de detalls i d’anàlisis, idèntic

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Aquí també els esquemes de trames, perfec-tes, i les fotografies, insuperables, permetende fer-se una idea absoluta de l’estat de con-servació dels vitralls i de gaudir-ne fins almés petit detall, guiats tothora per les expli-cacions completes i precises que les prece-deixen.

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cido inédito, lo cual siempre es un motivode celebración. Es la historia de Bulgaria delfranciscano Blasius Kleiner, muerto en 1785.Según el plan de la obra, Kleiner pretendióabarcar en tres partes (archivum tripartitum)la historia de los Búlgaros: en la primeraatiende el periodo desde los orígenes hasta latoma de Constantinopla por los turcos(1453), fecha admitida habitualmente comoel límite entre las edades media y moderna.Esta primera parte fue concluida por Kleineren 1761. La segunda atiende a la cuestióndela función y establecimiento de la ordendelos franciscanos en territorio búlgaro. La

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perduts, de la catedral de Barcelona i deSanta Maria del Pi, amb l’únic exemple delfragment de vitrall de possible època romà-nica. Un glossari, utilíssim (però necessitatpotser de més coherència interna. Per quèdefinir dues vegades «brusidor», una subvoce, l’altra en l’entrada «ferre de trencarvidre»? Per què explicar «corrosió» i no«capcer», «dosser» o «galze», per exem-

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ple?), elaborat per Joan Vila-Grau, i la biblio-grafia i un resum en castellà i francèstanquen, amb la taula, el llibre.

La lectura i visió d’aquest llibre, verta-derament magnífic en la forma i en el con-tingut, són captivadores; és un gaudi visuali estètic que hem d’agrair als directors de

Els mateixos catalogadors descriuen acontinuació els vitralls del monestir de SanCugat del Vallès.

L’últim capítol, dedicat a il·lustracionscomplementàries, és degut a Joan Vila-Graui a Anscari M. Mundó. Es tracta de pecesdisperses o de fotografies antigues de vitralls

A través de la colección «Nueva Roma» delCSIC, subtitulada Monumenta Slavico-Byzantina et Mediaevalia Europensia,vol. VII, el doctor Javier Juez nos ofrece untexto que hasta el momento había permane-

JUEZ GÁLVEZ, Francisco Javier. 1997.Blasii Kleiner Archivium tripartitum incMadrid: CSIC. Col. «Nueva Roma», 4

l’empresa, a tots els col·laboradors i a la ins-titució que ha permès de fer-la realitat.

Jesús Alturo i PeruchoUniversitat Autònoma de Barcelona

Departament de Ciències de l’Antiguitati de l’Edat Mitjana

tercera parte, que, como indica J. Juez, pre-sumiblemente Kleiner no llegó a escribir,sería la continuación de la primera hasta laactualidad, es decir, el siglo XVIII . En el libroque reseñamos, J. Juez ofrece la edición crí-

ytae provinciae Bulgariae.Madrid.

tica de la primera parte, es decir, los folios1-207 del manuscrito original, actualmenteconservado en dos volúmenes en la Bi-blioteca Franciscana de Buda. Esperamosque el autor continúe con la edición del restode la obra.

Junto a la edición del texto de Kleiner,J. Juez ofrece su propia traducción en cas-tellano, lo cual, por definición, amplía elacceso al texto de parte de lectores no espe-cializados o no familiarizados con la lengualatina. El estudio de la introducción contie-ne información sobre la biografía y produc-ción de Kleiner, así como la descripción

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filológica del manuscrito y un estudio sobrecaracterísticas de estilo. En el apéndice,J. Juez ha construido un index nominumeincluye una bibliografía especializada sobrela materia. Finalmente, la edición de «NuevaRoma» ha tenido la sensibilidad de añafotografías de algunas páginas del manus-crito de Kleiner que contribuyen a visuali-zar los criterios de edición que J. Juez haaplicado en su edición del texto. Es enco-miable la labor del autor de este trabajo encuanto a las numerosas notas de identifica-ción de los nombres que Kleiner va citandoen su relato histórico, así como de loscomentarios de realiay de identificación defuentes. Esta labor, tratándose de un textode esta naturaleza, es valiosa por lo menosdesde el punto de vista de lo inhabitual queresultan los estudios sobre textos latinos tar-díos y, más aun, de la historia de la Europaoriental.

Mirando las fotografías del manuscritojunto a los datos sobre la historia del textoque felizmente aporta el estudio de J. Juez,se nos ha despertado la sospecha de que emanuscrito estaría preparado para la impren-ta, aunque luego no tuviera la fortuna degozar de la misma hasta que llegara a manosde J. Juez. Sin atrevernos a aseverar esta hipó-tesis, vemos que las características demanuscrito señalan en esta dirección: comoindica la introducción del manuscrito(fol. 1a), Kleiner acabó su obra en 1761, perolo que tenemos ahora es la copia de AndreaWipffler, también franciscano, llevada a cabo

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en 1764. Esta copia, muy cuidada, disponeen el margen de «pequeños epígrafes o suma-rios que resumen o avanzan el contenido deltexto» (introducción, página XXIX ). Estasnotas marginales han sido incluidas en lareciente edición de J. Juez dentro del cuer-po del texto, encerradas entre corchetes. ¿Noserían notas para la construcción de una tablao índice de cara a la imprenta? Si pretende-mos alimentar esta hipótesis, encontramosen la copia de A.Wipffler otros datos quenos hacen pensar en un manuscrito para suinminente impresión. Esta primera parte delArchivum tripartitumdispone de un Titulum

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(fol. 1a) y breve resumen del contenido glo-bal (fol. 1b), Praefatio o prólogo al lector(fols. 1b-1d) y distribución del texto en cincocapítulos, cada uno, como está dicho, subdi-vididos en epígrafes colocados en el margenque hacen referencia a los contenidos derelato histórico. Además de estas caracterís-ticas, tras el último episodio de esta primeraparte, es decir, la toma de Constantinoplahay un elogio de la labor de los padres fran-ciscanos (fol. 191); pero a continuaciónencontramos una Series chronologica prin-cipum ac regum Bulgarorum ab eorum inEuropam ingressu usque ad regni Bulgariaeexidiumen la que nosotros vemos un moder-no index nominum (regum honorificorumquehominum) (fols. 192-207), que abunda en lahipótesis de un manuscrito para la impren-ta. Finalmente, los folios 207-208 leen unpárrafo de despedida para la primera parte.

Además de todo ello, queda claro que elmanuscrito sufrió un cierto proceso de revi-sión, según demuestra la relación de correc-ciones y tachaduras que hace J. Juez en suestudio (páginas XXVII -XXVIII ). En la mayo-ría de ocasiones, las correcciones sirven parainterceder en cuestiones ortográficas o cam-bio por palabras de grafía similar. En otrasocasiones, pero muy eventualmente, inter-viene una segunda mano, la cual, si la hipó-tesis de la preparación para la imprentaresulta cierta, podría ser la de un correctorprofesional, dada su actitud de mediacieventual y disgregada.

El estudio de introducción de J. Juez

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(páginas XXI -XXII ) señala que en 1765, esdecir, un año siguiente al de esta copia, salede la imprenta la obra de Paisij Hilendarski,Historia Eslavobúlgara, que tuvo una enor-me distribución y varias reimpresiones.Quizás se pueda apreciar aquí una compe-tencia editorial entre Kleiner e Hilendarski,de manera que el éxito del segundo expliquela razón de la inedición de la historia deBulgaria de Kleiner.

Como señala J. Juez (introducción, pági-na XXIII ), a partir de los estudios y la tra-ducción búlgara de Dújcev y Telbízov (Sofía,1977), la obra de Kleiner comienza a ser

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considerada en recensiones actuales sobrela historia de Bulgaria. Esperemos que traslaedición de J. Juez el texto goce pronto delreconocimiento que merezca tanto para his-toriadores, como bizantinistas, eslavistas y

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interessos són clarament explicats i esta-blerts. Preparació, nom, antecedents, dadecronològiques hi són presents i hi fan reviu-re els moments d’entusiasme jovenívol d’unageneració excepcional que féu de LaRenaixensael seu estendard, batejat perAntoni Aulèstia i Pijoan i publicat per pri-mera vegada el dia u de febrer de 1871.

L’evolució de la revista, de l’organitza-ció i del seu ideari són també un tema dediscussió de la introducció de Carola Duran.No hi manquen tampoc dades interessantssobre la il·lustració que acompanyà la revis-ta. Des d’un punt de vista polític s’analitzen

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1000, ed. Ramón Teja, Aguilar de Campoo-Madrid, 1998, (páginas 141-158), donde pro-fundiza sobre la herejía de los Bogomilos,estrechamente asociada con la historia de laBulgaria medieval y con el ámbito bizantino

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filólogos latinistas.Del mismo J. Juez acaba de ver la luz la

ponencia «Los Bogomilos de Bulgaria» (fir-mada junto a M.A. Bunes) publicada enCristianismo marginado: rebeldes, exclui-dos, perseguidos. I: De los orígenes al año

En molt poques ocasions un índex va mésenllà de la seva entitat material disposada iclassificada amb un grau més alt o més baid’encert. Aquest és un d’aquests casos es-cials en els quals un índex, o més ben dit,dos índexs acompleixen la seva funció deforma excel·lent per ells mateixos, peròtambé cal dir que va molt més lluny, car l’es-tudi que l’autora anteposa als índexs cons-titueix una excel·lent monografia de més devuitanta pàgines sobre uns anys cabdals de lahistòria de Catalunya gairebé contemporà-nia ben contextualitzada històricament iliterària. No cal dir que també és una hist-ria d’aquesta important revista i que la sevaideologia, les seves motivacions i els seus

DURAN I TORT, Carola. 1998.Índexs de «La Renaixensa» (BarcelonaBiblioteca Renaixença. Textos, DocumBarcelona: Editorial Barcino. 469 p.

de la Europa del Este.

Óscar de la Cruz PalmaUniversitat Autònoma de Barcelona

Departament de Ciències de l’Antiguitati de l’Edat Mitjana

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les postures polítiques de la redacció de larevista i dels seus col·laboradors que li val-gueren suspensions a partir de 1878. La rela-ció de La Renaixensaamb el catalanisme éspràcticament el leitmotiv de tota la intro-ducció i es fa especial èmfasi en les rela-cions amb d’altres publicacions del mateixcaire, així com amb les principals activitatsdel moment, tant des del punt de vista cu-ral com polític.

Res no era aliè a La Renaixensa:JocsFlorals, història local o novel·la i, fins i tot,els importants fulletons. Tot això lligat a unaspecte molt notable: el sentiment de pertà-nyer des del catalanisme a un renaixementliterari comú a les altres cultures mediterrà-

1871-1880).nts, Estudis, volum VII.

snies sorgides de l’antiga Roma, i paral·lela-ment la invenció de fer arribar el missatgea totes les capes socials.

Amb claredat i concisió reprèn l’autoraels temes en un breu resum final on es veuen una ràpida seqüència no només l’evolucióde la revista en aquests deu anys, sinó tambél’evolució dels seus col·laboradors i lectors.Resulta emocionant recordar que aixoplugàles primeres obres catalanes d’autors con-sagrats i de savis que fins aquells momentsno havien emprat la seva llengua, o bé dónanotícia de la potent creativitat literària, musi-cal i artística d’aquells anys de represa, mal-

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grat les dificultats polítiques que es traduïrenen suspensions, tot intentant aproximar-secada vegada més, raó dels fulletons, a unpúblic que volien més ampli.

El primer dels índexs redactats perC. Duran és el d’autors i obres anònimes onha fet un important esforç d’identificar ini-cials, de reconèixer pseudònims i de fer unabreu ressenya del contingut dels articles sufi-cient i molt orientadora. La descripció de les«Novas» d’aquests anys tenen una utilitatexcepcional que, combinada amb l’índexsegüent, estalviarà moltes recerques feixugues.

L’índex de matèries i noms implica, peell mateix i pel que fa a les matèries, un tre-

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No ha sido Prudencio uno de los autores lati-nocristianos últimamente más estudiadosEn cuanto a sus obras, la Psychomachia es laque mayor atención ha merecido por partede los críticos. No obstante, la colección decatorce piezas agrupadas bajo el títulocomún de Peristephanon viene concitandoun interés creciente. Las diversas transfor-maciones que en él se operan del antiguogénero épico han atraído la atención devarios estudiosos, entre otros, J. Fontaine,quien le ha dedicado numerosos trabajos, a

ball de selecció i per tant una presa de posi-ció per part de l’autora. Val a dir que elresultat és ben rendible. Un exemple potésser les subdivisions de temes quesegueixen l’entrada «Barcelona», o lesreferències a les associacions i acadèmieAquest índex desenvolupa el contingut d’al-guns articles, com és el cas, per exemple,

ens

Si la revista ho abraça gairebé tots elsíndexs no podien fer altra cosa i resultarana partir d’aquest moment una línia indis-pensable per a l’estudi de la cultura d’aquelldecenni crucial del segle IX. Estudiosos del’art, de la literatura, musicòlegs i historia-dors en general l’han d’utilitzar, tant comclassicistes, historiadors del llibre i fins i totjuristes, un llarg etcètera d’especialistes quno podran ignorar-lo, puix que aporta unariquesa de contingut que fa veure la realitatd’una cultura en el decenni que consolidàseva pervivència. Els que s’interessen perla història del periodisme i de les publica-cions periòdiques hi trobaran també una mina.

Els contactes entre les diverses cultures

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són un tema gens menyspreable que trobaen aquests índexs una guia segura. Les horesesmerçades per l’autora en la composiciód’aquest útil repertori no han passat deba-des i ens permetran utilitzar a partir d’aramolt millor i més còmodament un elementd’informació indispensable. Hem, doncs, de

dels d’Aulèstia sobre «Lo moviment litera-ri català» de diversos anys entre 1875 i 1879.Totes les referències van remetent al con-tingut del primer índex que numera els con-tinguts alfabèticament per autors i obresanònimes, com ja hem indicat més amunt.

ROBERTS, M. 1993.Poetry and Cult of the Martyrs. The libRecentiores: Latin Latin Texts and CoAnn Arbor: University of Michigan Pre

felicitar les persones que han fet possibleaquesta iniciativa ara ben reeixida i impe-cablement presentada.

Marc MayerUniversitat de Barcelona

r Peristephanon of Prudentius.texts.s, p. X + 222.

.los que deben sumarse los de G. Richard(1969), «L’apport de Virgile à la créationépique de Prudence dans le Peristephanonliber», Caesarodunum, 3, 187-193, y, parti-cularmente, J. L. Charlet (1980), «L’apportde la poésie latine chrétienne à la muta-tion de l’épopée antique: Prudence précur-seur de l’épopée médiévale», BAGB,207-217. Todos ellos han sido tenidos muyen cuenta por M. Roberts, no obstante suestudio continúe claramente la línea de tra-bajo de Anne-Marie Palmer (1989), Pru-

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dentius on the Martyrs,Oxford, la de PeterBrown (1980), The Cult of the Saints. ItsRise and function in latin Christianity,Chicago, y la de Martha Malamud (1989),A Poetics of Transformation: Prudentius andClassical Mythology, Ithaca, Nueva York.

Frente a tradición crítica de tal enverga-dura, el proyecto de Roberts se distingue posituar y estudiar la colección de poemsobre las coronas de los mártires en el con-texto cultural de la cuarta centuria de la eracristiana, haciendo notar que las catorce pie-zas no deben considerarse aisladas y sin rela-ción entre sí, sino que constituyen unaunidad de sentido. Ello revierte en una seriede interesantes observaciones (Roberts nose propone el tema como estudio sistemá-co) sobre la tradición épica en general. Elplan de trabajo está esbozado al final de laintroducción por medio de interrogaciones:«what is the relation between martyr textand martyr cult in the Peristephanon? howare the beliefs about and the practice of themartyr cult embodied in the text? what isPrudentiusí poetics of the martyr text?»(p. 7). A partir de estas inquietudes ha ddesarrollar su estudio.

El capítulo 1 comienza con una catalo-gación de los catorce poemas en la que sdestacan extensión, nombre y procedenciadel santo al que están dedicados; en algucasos, el metro correspondiente. Bajo el títu-lo: «The Martyr in Time and Place», Robertshace notar la recurrente estructura tripartitade la mayor parte de los himnos, cuyos tópi-

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cos motivos son: lugar del martirio, gene-ralmente al principio y al final, el culto (queincluye alabanza y petición al o a la mártir),como marcos a la narración central de supassio. En el análisis de estos distintos com-ponentes Roberts parece tener muy vivorecuerdo del libro de Brown arriba citado,del que extrae sus mejores notas para apli-carlas intensivamente en los poemas dePeristephanon. No obstante, extrañamos aquíuna revisión del culto heroico antiguo y su,sin duda, seguro influjo en la constitucióndel cristiano, tema que roza Brown (1996)en su trabajo más reciente: The Rise of

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Western Christendom. Triumph andDiversity, AD 200-1000.Son destacables,en cambio, las precisiones con respecto a ladiversidad con que se configuran los rasgosarquitectónicos en los cultos, como los túmu-los, altares, aras, monumentos e inscripcio-nes conmemorativas, basílicas, capillas, etc.Lugares que están situados en ciudades aque, a su vez, transfieren cierta sacralidad yvuelven dignas de alabanza, lo que desem-boca en el tan conocido tópico del laus urbis.Este primer capítulo, por las temáticas quaborda, asociadas vivamente al cercano pasa-do clásico, debería haber merecido, quizás,una reflexión, aunque liminar, al papeldesempeñado por la memoria en los poemasdel Peristephanon.

El capítulo 2: «The Marty Narrative: bet-ween heaven and earth», comienza reme-morando una técnica de apertura, destacadapor Quintiliano, consistente en concentaren una palabra inicial (clave o radiante,como la llamara N. I. Herescu, La PoésieLatine, 1960, París), el decurso semánticodominante en el texto. El procedimiento,afirma Roberts, es utilizado por Prudenciopor medio del término passio o su referen-te de segundo grado, sanguis, como alusio-nes precisas, englobadoras, de la totalidaddel martirologio. La estructura de las diver-sas torturas, lo que parece ser la passio,cuyo fin es la muerte del santo a la vidaterrena y su ascensión al cielo, logrando lavida eterna, también verif ica tres momen-tos: disputa con el magistrado, tortura físi-

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ca con muerte corporal y ascenso del almadel mártir al cielo.

El capítulo 3: «The Road to Heaven»,refiere con meticulosa precisión las distin-tas variantes del «encierro», la cárcel o pri-sión que el cuerpo representa para el alma. Elconcepto proviene desde, por lo menos, lasespeculaciones de Platón, pero Roberts seña-la con acierto que en el PeristephanonPrudencio va más allá, llegando a equiparartal prisión con el mundo terrenal. El viajeespiritual desborda, desde esta perspectiva,sus marcos de referencia individuales, losde cada mártir, para pasar a abarcar y hacer

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partícipe a todo cristiano, cuya vida en latierra tendría el valor de una peregrinaciónpor la materia, peregrinación purif icatoria,necesaria para la obtención de la vida eterna.Como en el capítulo siguiente, cita Robertslos antecedentes bíblicos pertinentes de cadauno de los temas tratados.

En el capítulo 4: «The Martyr as Bishopand Teacher», se refiere Roberts, en par-ticular, a los poemas 6, 7, 9, 11, 12 y 1señalando la asociación reiterada, intencio-nal de Prudencio, entre la figura del mártiry la del modelo ejemplar, Cristo, como inter-mediario entre los estadios terreno y celes-te. Una figura que puede adquirir los rasgosalternativos de maestro, protector, abogado,intercesor por su comunidad.

El capítulo 5: «Poet and Pilgrim», estádedicado a la inclusión de la voz del poetaen el contexto de las narraciones sobre losmártires, asumiendo un activo papel comorepresentante de su comunidad. Para elloescoge Roberts pasajes en primera personade aquellos poemas de la colección (9, 12) en que Prudencio interviene decidida-mente como autor.

El capítulo final, de unas pocas páginas,se encuadra bajo el título: «Conclusion:Sacred Space and Time and the Poetics ofMartyrdom». En ellas recupera y reactuali-za, desde una perspectiva ahora más sólida,su tesis de que los textos poéticos dePeristephanon sobre los mártires cristianosse alinean tras la idea dominante de unidade fe por encima de los distintos espacio

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tiempos del Imperio Romano de Occidente.Idea que Prudencio desarrolla desde lamatriz de una lengua en tratamiento polisé-mico, gracias al intensivo uso de la metáfo-ra y la sinécdoque.

El estudio de Roberts tiene, creemos, unavirtud sobresaliente: la de resumir y con-densar, en cierto modo, aproximaciones rea-lizadas tanto sobre la obra cuanto sobre elcontexto histórico y social de los tiempos dePrudencio. Una síntesis de envergadura paraproyectarse hacia una nueva y convincenteinterpretación del papel que desempeñan lomártires del Peristephanon en la encrucija-

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da cultural de principios del siglo V. Sinembargo, durante la lectura del trabajo deRoberts se perciben los amplios y vírgenescampos que se abren sobre múltiples temasde vital importancia para la historia de laliteratura y sus transformaciones. En esteaspecto, el de dejar planteados grandes inte-rrogantes sin respuesta, también es enrique-cedor el estudio de Roberts, a pesar de qusu propuesta esté centrada particularmenteen el culto de los mártires. Sea como fuere,al tener que considerar temas tan capitalespara la nueva fe como el del camino al cielopor ejemplo, Roberts no debe haber podidosino preguntarse por las características dearquetipo heroico. Intentar responder a esrequerimiento (decurso de transfiguracionesque destaca de manera general H. Ingleberten sendos artículos «Les Héros Romains,les Martyres et les Ascètes», Révue des étu-des Augustiniennes,1994, 305-325, y «LesCauses de l’Existence de l’Empire Romainselon les Auteurs Chrétiens des III e-Ve siè-cles», Latomus, 1995, 18-50), le habríademandado la redacción de un nuevo tra-bajo.

Su propuesta, además, pone en primerplano una obra bastante olvidada por la cr-tica, el Peristephanon, quizás debido a losjuicios acerbos y no siempre justificados queuno de sus editores más reconocidos, M.La-varenne, vertiera tanto sobre aspectos gene-rales cuanto particulares de la mismaMuchos de ellos han sido rebatidos conacierto por L. Rivero García (La Poesía dePrudencio,Huelva, 1996). Destacable es

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también, en esta obra de Roberts, el exhaus-tivo repertorio bibliográfico de estudios crí-ticos y textos antiguos, índices de temas ypasajes. En cuanto a la bibliografía, en par-ticular, creemos conveniente no omitir laamplitud en la selección llevada a cabo porRoberts, enriquecida por la lectura de tra-bajos en lengua castellana; un criterio queno frecuentan numerosos investigadoreseuropeos.

No obstante lo señalado, pensamos quecaben dos reparos. En cuanto al soporte teó-rico de crítica literaria, hubiera sido acon-

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sejable recurrir, además de los citados (refe-ridos a la literatura contemporánea o de tongeneral), también a los trabajos específicossobre la materia que G. B. Conte, entreotros, comenzara a publicar desde 1978 (cola aparición de Materiali e discussioni perl’analisi dei testi classici),aplicados a lasobras de la literatura clásica de la antigüe-dad, particularmente Virgilio. Con respec-to a la edición de la obra de Prudencio

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utilizada por Roberts, la de M.P. Cun-ningham (CCL, Turnhout, 1966), llama laatención su desconocimiento de las fuertescríticas que sobre la misma realizaraK. Thraede (Gnomon, 1968, 681-691), dequien cita otros trabajos.

Para terminar, con particular benepláci-to aprobamos y saludamos las traduccionesde los pasajes citados en latín de la obra dePrudencio. En primer lugar, porque pensa-mos que toda traducción manifiesta unaliminar intelección del pasaje citado. Ensegundo lugar, y más precisamente con res-

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pecto a los de la obra de Prudencio, porquecompartimos la reflexión con que J. Harries(CR, 1990, 38-40) cierra su reseña a pro-pósito del trabajo de Anne Marie Palmer(Prudentius on the Martyrs): «Los editoresdeberían haber tenido en cuenta un pequedetalle. Prudencio es un escritor cuya poe-sía puede ser estudiada por cristianos noclasicistas o personas con un interés gene-ral por la literatura, la historia, la liturgia

cristianas, y es una pena que no se les hayaprovisto de traducciones de algunos de lostextos citados a fin de facilitarles el accesoa este importante trabajo». El detalle fueobservado por Roberts, logrando que suensayo fuera accesible a un público másamplio que el acostumbrado a frecuentarlos textos originalmente escritos en lengualatina.

Rubén FlorioUniversidad Nacional del Sur

Bahía Blanca, Argentina