Organización social autogestiva y cogestión en el río Júcar: el caso de la acequia real del...

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1 UNIVERSIDAD DE CORDOBA. “PROGRAMA DE DOCTORADO EN AGROECOLOGIA, SOCIOLOGÍA Y DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE” INSTITUTO DE SOCIOLOGÍA Y ESTUDIOS CAMPESINOS Organización social autogestiva y cogestión en el río Júcar: el caso de la Acequia Real del Júcar, Comunidad de Valencia Tesis Doctoral. José Luis Pimentel Equihua Directora: Jacinta Palerm Viqueira Septiembre del 2005

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UNIVERSIDAD DE CORDOBA.

“PROGRAMA DE DOCTORADO EN AGROECOLOGIA,

SOCIOLOGÍA Y DESARROLLO RURAL SOSTENIBLE”

INSTITUTO DE SOCIOLOGÍA Y ESTUDIOS CAMPESINOS

Organización social autogestiva y cogestión en el río Júcar: el caso de la

Acequia Real del Júcar, Comunidad de Valencia

Tesis Doctoral.

José Luis Pimentel Equihua

Directora: Jacinta Palerm Viqueira

Septiembre del 2005

2

INTRODUCCIÓN………………………………………………………………... 2

CAPITULO I

1.1. EL DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN Y PLANTEAMIENTO DEL

ESTUDIO………………………………………………………………………….

6

1.1.1. El punto de partida: el contexto de crisis ecológica mundial……... 6

1.1.2. La problemática en torno al agua y al regadío…………………….. 8

1.1.3. La hipótesis subyacente……………………………………………... 22

1.1.4. El contexto territorial del sitio de estudio………………………….. 24

1.1.4.1. La cuenca del Júcar…………………………………………… 27

1.1.4.2. Extensión territorial, población y algunas características

físico-climáticas…………………………………………………………………...

27

1.1.4.3. El río Júcar…………………………………………………….. 28

1.1.4.4. Infraestructura hidráulica sobre el río ……………………… 29

1.1.4.5. Algunos elementos de la región circundante a la ciudad de

Valencia……………………………………………………………………………

31

1.1.2. El modelo de investigación………………………………………….. 32

1.1.2.1. Las técnicas empleadas………………………………………... 37

CAPITULO II

2.1. LA TEORÍA……………………………………………………………… 39

2.1.1. La organización social y regadío…………………………………... 43

2.1.2. La burocracia……………………………………………………….. 46

2.1.3. Autogestión y participación………………………………………... 50

2.1.4. La cogestión o coproducción……………………………………….. 55

2.1.5. La sustentabilidad…………………………………………………... 56

CAPITULO III.

3.1. EL MARCO DE REFERENCIA………………………………………... 62

3.1.1. La gestión del agua en España……………………………………... 62

3.1.1.1. Antecedentes históricos……………………………………….. 62

3

3.1.1.1.1. Una condición física en el territorio que legitima el

regadío……………………………………………………………………………..

62

3.1.1.1.2. La profundidad histórica del regadío…………………... 63

3.1.1.1.3. El impulso liberal sobre la propiedad del agua………… 63

3.1.1.1.4. La importancia del control de los centros de gestión del

agua………………………………………………………………………………...

65

3.1.1.1.5. La magnitud física actual de los regadíos………………. 66

3.1.2. El marco jurídico del regadío………………………………………. 68

3.1.2.1. La Constitución………………………………………………... 68

3.1.2.2. La legislación de Aguas de 1985………………………………. 68

3.1.2.3. Ley del Plan Hidrológico Nacional…………………………… 69

3.1.2.4. Las Comunidades Autónomas………………………………... 70

3.1.2.5. La normativa europea…………………………………………. 70

3.1.3. La política hidráulica actual……………………………………….. 71

3.1.3.1. La situación actual administrativa desde el Estado…………. 74

3.1.4. La planificación hidráulica…………………………………………. 75

3.1.4.1. Gestión por cuencas…………………………………………… 75

3.1.4.2. El Plan Hidrológico Nacional (PHN)………………………… 76

3.1.4.3. El Plan Nacional de Regadíos (PNR)…………………………. 77

3.1.3. El marco institucional del regadío…………………………………. 78

3.1.3.1. Consejo Nacional del Agua……………………………………. 78

3.1.3.2. Confederaciones Hidrográficas (organismos de cuenca)……. 79

3.1.3.2.1. Asamblea de usuarios…………………………………… 80

3.1.3.2.2. Junta de Explotación…………………………………….. 81

3.1.3.2.3. Junta de Obras…………………………………………… 81

3.1.3.3. Las Comunidades de Regantes……………………………….. 82

3.1.3.3.1. Las comunidades de regantes del río Júcar……………. 84

3.1.3.3.1.1. La Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ).. 84

CAPITULO IV

4.1. LA AUTOGESTIÓN EN LA ACEQUIA REAL DEL JUCAR………. 86

4

4.1.1. Antecedentes históricos…………………………………………….. 86

4.1.1.1. La construcción de la acequia madre………………………… 86

4.1.1.2. El origen de los reglamentos u Ordenanzas…………………. 89

4.1.1.3. Los órganos colegiados de gobierno………………………….. 90

4.1.1.4. El puesto de Acequiero Mayor……………………………….. 91

4.1.1.5. Periodos de autogestión y periodos de intervención central... 93

4.1.1.6. A manera de síntesis de la historia…………………………… 95

4.1.2. La situación actual de la Acequia Real del Júcar…………………. 96

4.1.2.1. El territorio……………………………………………………. 96

4.1.2.2. La huerta, un territorio biodiverso………………………….. 97

4.1.2.3. El marjal, un humedal con múltiples beneficios……………. 97

4.1.2.4. El lago de la Albufera…………………………………………. 100

4.1.2.5. Las fuentes de agua……………………………………………. 101

4.1.2.5.1. Aguas superficiales del río Júcar………………………... 101

4.1.2.5.2. Aguas subterráneas de pozos y ullales………………….. 102

4.1.2.5.3. Los drenajes urbanos…………………………………….. 102

4.1.2.6. La infraestructura hidráulica………………………………… 103

4.1.2.6.1. El azud de Antella………………………………………... 103

4.1.2.6.2. La casa de compuertas…………………………………… 103

4.1.2.6.3. La acequia madre (canal principal)…………………….. 104

4.1.2.6.4. Los brazales (Canales secundarios)…………………….. 106

4.1.2.6.5. Los regueros (canales terciarios)……………………….. 107

4.1.2.6.6. Los azarbes (canales del marjal)……………………….. 107

4.1.2.6.7. Los pozos y motores…………………………………….. 110

4.1.3. El gobierno…………………………………………………………... 110

4.1.3.1. De su personalidad jurídica…………………………………… 110

4.1.3.2. Los pueblos que la integran…………………………………… 111

4.1.3.3. Las Ordenanzas………………………………………………... 111

4.1.3.4. Los niveles de gobierno y la administración…………………. 112

4.1.3.4.1. La Junta General de Señores Diputados………………... 114

5

4.1.3.4.2. La Junta de Gobierno……………………………………. 119

4.1.3.4.3. La Junta General Local………………………………….. 122

4.1.3.4.4. La Junta Local Directiva………………………………… 126

4.1.3.4.5. El Jurado de Riegos……………………………………… 129

4.1.4. La operación y manejo……………………………………………... 132

4.1.4.1. Los empleados (burocracia)....................................................... 132

4.1.4.2. La distribución del agua en la huerta………………………… 142

4.1.4.2.1. En la red de acequias…………………………………….. 143

4.1.4.2.2. A partir de los pozos……………………………………... 148

4.1.4.3. La distribución del agua en el marjal…………………….. 150

4.1.4.3.1. La inundación en verano para el cultivo del arroz… 150

4.1.4.3.2. La inundación de invierno para aumentar la

superficie humedal………………………………………………………………..

153

4.1.4.3.3. Las medidas autogestivas bajo condiciones de

sequía………………………………………………………………………………

155

CAPITULO V

5.1. LA COGESTIÓN EN EL RÍO JUCAR………………………………… 157

5.1.1. Antecedentes………………………………………………………… 158

5.1.2. La cogestión actual en los foros de la Confederación

Hidrográfica del Júcar……………………………………………………………

164

5.1.2.1. La Asamblea de Usuarios, inexistente……………………….. 164

5.1.2.2. La Junta de Gobierno, acuerdos y desacuerdos para el

abasto de agua a otros municipios……………………………………………….

165

5.1.2.3. La Junta de Desembalse, la batalla por el agua, piden pan y

no les dan…………………………………………………………………………..

165

5.1.2.4. La Junta de Sequía, alerta máxima de los regantes para

vigilar los embalses, extraer agua subterránea o solicitar indemnizaciones….

168

5.1.2.5. La Junta de Obras, ocultar información, limitar la

participación………………………………………………………………………

169

5.1.2.6. La Junta de Explotación, no hay información antes de la

6

aprobación………………………………………………………………………... 169

5.1.3. Los conflictos por las fuentes de agua en la cuenca del Júcar y

con otras cuencas………………………………………………………………….

170

5.1.3.1. El conflicto con el acuífero de la Mancha Oriental………….. 170

5.1.3.2. El conflicto con los trasvases………………………………….. 172

5.1.3.2.1. El caso del trasvase del Ebro…………………………….. 173

5.1.3.2.2. El caso del trasvase Júcar-Vinalopó…………………….. 174

CAPITULO VI

6.1. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN………………………………………………. 177

6.1.1. Acerca de la capacidad autogestiva de los regantes de la Acequia

Real del Júcar……………………………………………………………………..

177

6.1.2. Acerca de la capacidad de cogestión de los regantes de la

Acequia Real del Júcar…………………………………………………………...

187

6.1.3. Externalidades negativas que ponen en riesgo a la Acequia Real

del Júcar…………………………………………………………………………...

193

CONCLUSIONES………………………………………………………………... 194

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………. 197

ANEXOS FOTOGRÁFICOS……………………………………………………. 205

7

INTRODUCCIÓN

La autogestión y cogestión alrededor del manejo de recursos naturales de uso común,

cobran relevancia teórica y práctica en el marco del esfuerzo social para la construcción de

la sustentabilidad. Tienen relevancia teórica en relación con la acción social colectiva para

el manejo y gobierno de recursos de propiedad común, y relevancia práctica en un marco de

búsqueda de modelos “adecuados” de gestión y administración del agua, que a su vez

posibilite el diseño de sistemas agrarios sustentables; sobre todo a partir del reconocimiento

de la situación de competitividad por el agua entre diversos sectores, y en la cual está a

debate el papel del Estado y del mercado; en este sentido la cogestión cobra importancia

para estudiar la dinámica de interrelación de los distintos actores cuando utilizan un mismo

recurso como el caso del agua. Esta situación cobra importancia en el horizonte de supuesta

escasez del recurso, lo cual esta generando debates locales, nacionales e internacionales, e

iniciativas de política y planificación hidráulica que intentan una nueva forma de

gestionarlo; hoy se demanda una “gestión integrada del agua y del territorio” (Aguilera

Klink, 1998:8; Dourojeanni et al, 2002:5).

En el caso del agua, existe el consenso de que su gestión debe enmarcarse en esquemas

multicriteriales, sobretodo ante la competitividad a la que se ve sometido el recurso para

cubrir necesidades sociales, económicas y ecológicas. Dicha competitividad se agudiza en

regiones y territorios con escasa precipitación pluvial y fuerte desarrollo capitalista.

Si bien la tecnología para extraer agua del subsuelo, ha permitido atenuar las luchas

sociales por el recurso, la situación crítica de los acuíferos subterráneos, amenaza con hacer

estallas luchas políticas, económicas y sociales en distintas regiones del mundo. España y

más específicamente la comunidad de Valencia, acusan estos rasgos; las sequías

recurrentes, y el impulso económico industrial, amenazan con hacer desaparecer la

agricultura tradicional valenciana, y a sus comunidades de regantes.

Evidentemente el construir la sustentabilidad ecológica, social y económica, implica

conflictos como el hecho de tener que reconocer y respetar los derechos previos a las aguas

8

–en cantidad y calidad- que tienen dichas comunidades de regantes; solamente que estas le

estorban al desarrollo capitalista industrial, que requiere el agua ahí, donde el valor

crematístico adquiere su máxima expresión, y no en la agricultura, actividad marginada de

las grandes ganancias como el turismo, el golf, y las urbanizaciones; con ello se generan

enfrentamientos que necesariamente obligan a la negociación y consensos entre los

distintos usuarios del recurso hídrico.

Además para la sustentabilidad, otro frente de conflicto es aquel que se refiere a la

necesidad de rescatar el conocimiento endógeno y la experiencia local, que no ha merecido

reconocimiento social, incluso es acusado de obsoleto y “atrasado” por la dictadura del

cientismo. Sin embargo las comunidades de regantes han demostrando desde una base

empírica, construida en siglos, que tienen la capacidad de gestionar el agua en su territorio,

y además ser funcionales con las necesidades de la sociedad mayor -aunque sabemos que

en el tema de las necesidades, los consensos no son definitivos, por la evidencia de cambio

de necesidades ante diferentes culturas, los valores y los intereses en juego (Redclift y

Woodgate, 2002)-, participando en los distintos foros, y logrando acuerdos para compartir

el agua en disputa.

Los estudios de la organización social y el regadío han aportado conocimientos vastos en

relación con la capacidad autogestiva comunitaria y multicomunitaria (Palerm:1998), sin

embargo ante nuevos escenarios de competencia con otros usos, y la nueva orientación del

Estado en la gestión del recurso, donde se privilegia la gestión de la demanda, hacen

urgente y necesario el estudio de las experiencias, y las tensiones y los conflictos de las

comunidades de regantes en distintos territorios; porque al parecer existe un abandono de

los estudios sociales (Pérez Picazo: 1997), para construir una gestión adecuada del recurso.

El caso de la comunidad de regantes de la Acequia Real del Júcar es particularmente

interesante, tanto por su centenaria experiencia autogestiva de casi ochocientos años, como

por su capacidad de participar en la cogestión del río Júcar, y distintos foros de la cuenca,

no sin enfrentar duros conflictos, y libra batallas de gestión para defender sus derechos.

9

Para los regantes de la Acequia Real, la cogestión se establece con premisas ineludibles

como: el respeto a sus derechos históricos reconocidos por ley, y la necesidad de ceder y

conseguir acuerdos, ante nuevas transferencias de agua hacia otros territorios, a partir de la

política y planificación hidráulica impuesta por el Estado.

El presente estudio de caso, reviste importancia, en ese marco de construcción de la

sustentabilidad y la gestión del agua para regadío con base de conocimiento y experiencia

local, pero sin olvidar el contexto legal, jurídico y político del agua en el que están inmersas

las comunidades de regantes, contexto que condiciona su actuación de alguna o de varias

maneras.

El marco teórico elegido puso énfasis en conceptos tomados de los estudios antropológicos,

sociales ecológicos: organización social y regadío, burocracia, autogestión participación,

cogestión y sustentabilidad desde una posición pluriepistemológica, y plurimetodológica

que aspira a incluir todos los conocimientos y fomentar el diálogo de saberes (Leff, 2003).

El método de investigación privilegió la investigación de campo, la observación directa, y

las entrevistas con los actores sociales. Durante dos años observando la organización

interna, y las relaciones externas me permitieron describir sus procedimientos de gobierno

y operativos, para destacar su funcionamiento interno en las tareas siempre presentes de los

sistemas de riego, así como su capacidad de participación en instancia externas de gestión

del agua, particularmente con los órganos del Estado.

Los resultados alcanzados muestran que la organización social de la Acequia Real del

Jùcar, desde su dinámica interna es una organización compleja, a partir de su histórica

experiencia social, con niveles de gobierno centralizados y descentralizados -uno de los

cuales, el Jurado de Riegos, se encarga de darle tratamiento al conflicto local- que le

permiten administrar el agua de un territorio de casi 20.000 has, y una compleja red de

acequias, mediante un cuerpo de empleados con conocimientos de base local, lo cual

muestra ejemplarmente que es un caso digno de tomar en cuenta, para sostener la cohesión

social y territorial, como base de la sustentabilidad. Además la participación de la Acequia

10

Real del Júcar en el ámbito del río Júcar mediante la Unidad Sindical de Usurarios del

Júcar, (USUJ) y de la cuenca, la califican como una de las organizaciones autogestivas, y

funcionales más importantes de España.

La estructura del documento presente se compone de seis capítulos: el primero para

situarnos en el contexto de la situación problemática, el sitio elegido, el modelo de

investigación y las técnicas empleadas; el segundo capitulo revisa los conceptos y los

elementos teóricos a través de los cuales se observó a la comunidad de regantes de la

Acequia Real del Jùcar; el capitulo tercero da cuenta del marco de referencia legal, político,

e institucional de la gestión del agua, marco que permite entender el sentido y las visiones

de la gestión hidráulica desde el Estado, así como los derechos y obligaciones formales de

los regantes; el capitulo cuarto entra de lleno a la organización autogestiva, su historia, y su

situación actual en relación con el manejo del agua en sus distintos territorios, sus fuentes

de agua, su infraestructura hidráulica, sus niveles de gobierno, y su operación en la

distribución del agua; el capitulo quinto da cuenta de las relaciones de cogestión que los

regantes establecen, principalmente a través de observar los foros formales de la

Confederación Hidrográfica del Júcar, sin olvidar los trasvases, y otras amenazas para sus

fuentes de agua, y sus derechos históricos; el capitulo seis intenta el análisis y la discusión

del estudio de caso para finalmente llegar a las conclusiones.

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CAPITULO I

1.1. EL DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN Y PLANTEAMIENTO DEL ESTUDIO

1.1.1. El punto de partida: el contexto de crisis ecológica mundial

En el contexto mundial, se reconoce una profunda crisis ecológica y social, provocada

fundamentalmente por el actual modo industrial de producción, y de uso crematístico de la

naturaleza, depredador de la diversidad biológica y cultural; la crisis tiene indicadores que

expresan la posibilidad de extinción de la especie humana: calentamiento global del

planeta, perdida de bio y geodiversidad, contaminación hídrica y atmosférica, agotamiento

de acuíferos, extinción de ríos, perdida de superficie edáfica, inseguridad alimentaría,

individualización, desruralización y perdida de cohesión social, además de guerras

regionales que incrementan odios sociales, alejándola posibilidad un mundo más ético y

humanista.

En foros mundiales y locales se reconoce que el planeta está en riesgo a causa de la forma

industrializada de la apropiación de los recursos naturales, y que por lo tanto es necesario

un cambio de rumbo en nuestra manera de observar y concebir la sociedad y la naturaleza,

porque en ello nos va la vida misma; ya los clásico fisiocratas nos habían advertido de

relación de dependencia entre el hombre y la naturaleza.

Esta conciencia de la situación de riesgo es avalada por los contenidos centrales de los

discursos emanados de reuniones mundiales sobre la tierra; la última celebrada en

Johannesburgo en 2002 convocada por la Organización de las Naciones Unidas (las dos

anteriores son Estocolmo 1972 y Río de Janeiro 1992); especial importancia han recibido el

cambio climático, disminución de áreas de bosques, devastación de selvas, erosión y

contaminación de suelos y escasez de agua, estos últimos recursos críticos que sostienen la

vida misma.

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El diagnóstico apunta a que a partir de la globalización como consecuencia de la expansión

del modelo civilizatorio industrial, se produce la crisis social y ecológica, porque se

establece un conflicto supremo sociedad y naturaleza. Tanto la economía como la

población tienen una inercia expansiva que agrega una norme presión sobre el soporte

físico-biológico planetario en aras de la modernidad, entendida la modernidad aquello

significa profundizar y perfeccionar las relaciones capitalistas en la producción, que para el

caso de la agricultura se trata de independizarla de la naturaleza, subordinando la naturaleza

al capital (Hulme y Turner: 1990).

Strong dice que es una desmemoria apoyada en el desarrollo tecnológico, que lo que pasa

es que se esta olvidando que la relación hombre-medioambiente es, antes que nada, una

relación unitaria, que implica una interacción reciproca entre ambas entidades, que aisladas

de su dialéctica carecen de sentido. No existe un medio ambiente natural independiente del

hombre: la naturaleza sufre siempre su acción transformadora y a su vez lo afecta y

determina en un proceso dialéctico de acciones e interacciones (Strong:1999:31). Una de

las claves para descifrar el intrincado en que estamos metidos puede ser que entre los

sistemas sociales y el medio natural existe un mediador: la tecnología. Cada vez en mayor

medida el grupo social se sirve de este mediador para obtener los bienes que requiere la

satisfacción de sus necesidades. Aunque dichas necesidades cambian dependiendo de las

pautas culturales, de las estructuras económicas y de las características políticas del sistema

social en cada momento histórico y del proceso de desarrollo. Se va produciendo así una

diversificación y una complejidad creciente de necesidades sociales, que requieren para ser

satisfechas, mediante un proceso productivo más sofisticado. Con ello la relación sociedad-

medioambiente se torna más intrincada e interdependiente (Strong:1999:33).

Por su parte la ciencia y la tecnología han dado a la sociedad capacidades de afectar los

sistemas ecológicos naturales de nuestro planeta y transformarlos, a través del uso y la

conversión de la energía, de la manipulación de materiales y del control de los ciclos

biogeofisicoquímicos. Pero estas capacidades han sido utilizadas principalmente con el

propósito de maximizar los objetivos materiales a corto plazo, sin considerar a menudo sus

impactos a largo plazo sobre los sistemas naturales y socioeconómicos. De este modo, la

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despiadada lógica del limitado análisis costo/beneficio puede producir ventajas materiales a

corto plazo para un sector de la sociedad, mientras impone serios costos sociales y

medioambientales a largo plazo sobre la sociedad en su conjunto” (Strong: 1999:22).

1.1.2. La problemática en torno al agua y al regadío

El agua y su gestión comprenden aspectos fundamentales para el individuo y la sociedad:

alimentación, salud, producción de bienes y energía, recreación, y la continuidad del

hombre y la naturaleza. Así que ante los riesgos de su escasez y contaminación el agua esta

presente en los debates ambientalistas y de política general de desarrollo, sea o no

sostenible.

El agua y su problemática, ya no es sólo un asunto de ingenieros o hidrólogos, se han

incorporado, sociólogos, antropólogos, agrónomos, ecólogos, economistas, politólogos,

filósofos, así como individuos y organizaciones ambientalistas etc., cada vez mayor

sociedad, ante la evidencia de los daños producidos a ríos, lagos, acuíferos, y naturaleza en

general.

Los consensos mundiales en torno a una crisis del agua se han hecho manifiestos en

distintos foros y reuniones (el más reciente III Foro Mundial del Agua celebrado en Kyoto,

Japón en marzo de 2003) algunos de ellos bajo el auspicio de las Naciones Unidas, en estos

se destacan algunos datos que manifiestan cuantitativamente la problemática: mil millones

de personas en el mundo carecen de agua potable, y no hay voluntad política para abastecer

a la gente más pobre (El País, 2003-a:32). Existe peligro de graves disputas sociales y el

problema del agua será prioritario en el siglo XXI; la Declaración Ministerial de Kyoto

señala que el agua es clave para el desarrollo sostenible (Rodríguez, 2003:42), y que su

ritmo de consumo es insostenible. El reto es llevar agua a 8.000 millones de gentes en el

año 2025, a pesar del aumento de población y de la superficie de cultivo, del cambio

climático y el agotamiento de los recursos (El País-a: 2003: 34). La distribución mundial es

sumamente injusta: el 20% de la población no tiene acceso al agua potable, el menor

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consumo se localiza en África (47 litros/persona/día) y el mayor en Estados Unidos de

Norteamérica (578 litros/persona/día), 2.000 millones de personas tienen menos de 50 litros

necesarios para beber, cocinar y asearse (El País-b, 2003:34).

Siguiendo el ciclo hidrológico, el problema sería la disponibilidad de agua dulce, al parecer

la velocidad de ese ciclo natural no armoniza con la velocidad y dinámica de

requerimientos de esa agua para producción industrial de la sociedad actual; esta, al ser más

veloz en sus necesidades de consumo, exigiría al ciclo hidrológico cantidades de agua que

este no alcanza a proveer porque son ritmos físicamente desfasados.

El agua dulce (que es la que la sociedad y los sistemas de producción actuales utilizan),

apenas llega al 2.5% del agua total del planeta, por lo que sobre su disponibilidad -

superficial y subterránea- es la mayor presión. Aunque se ha empezado a desalinizar agua

del mar, este método es caro y de alto nivel tecnológico, por lo que no está disponible para

toda la sociedad, ni todos los países; de ahí que organismos internacionales, entre ellos la

ONU están buscando formas de ahorro y de gestión “optimas”, esto es de particular interés

en regiones áridas y semiáridas del mundo, incluido el Mediterráneo español.

A lo anterior hay que sumar otros problemas: el cambio climático (la temperatura global de

la tierra subió 0,6 grados centígrados en el siglo XX), que afecta los glaciares, de los cuales

dependen los ríos del mundo (Barnett y Santer, 2003:38), la “ineficiencia” de los regadíos,

el financiamiento de infraestructuras, la construcción o no de más embalses, y los conflictos

entre regiones y naciones por el uso y abuso de cuencas compartidas (El País, 2003-b:32), y

hay más: contaminación de las fuentes, abatimiento de acuíferos, mayores demandas por

aumento de población, mayor demanda industrial, mayor demanda por aumento de la

producción agrícola y el crecimiento económico, además de problemas de la gestión del

agua.

A partir la problemática expuesta, particularmente en la gestión sigue habiendo un manejo

hidráulico dirigido por “expertos”, a los que la gente común no tiene acceso; en foros como

15

el que organizó la Fundación Nueva Cultura del Agua el mes de noviembre de 2002 en

Sevilla, se habló de sequías administrativas o burocráticas, donde las “burocracias

hidráulicas” poseen la información y el control de las infraestructuras de almacenamiento

de agua y la sociedad no participa en su gestión, es excluida, de ahí la importancia de

impulsar alrededor de la política hidráulica, una participación y acción social en la toma de

decisiones conjunta para la administración del agua y su gestión en los distintos territorios

del mundo, donde la sociedad participe plenamente de las decisiones a que tiene derecho.

Por otra parte, en el contexto de la problemática política, técnica, social, económica y

ecológica del agua los roles de intervención entre el Estado el Mercado y la Sociedad no

están claros, y la polémica está lejos de concluir.

Un punto que se considera neurálgico es el que se refiere a la localización del centro

administrativo del agua; para algunos el lugar mas adecuado es el Estado, para otros el

mercado y otras tendencias se inclinan por los usuarios organizados como capaces de

administrarlo.

A nivel mundial, en un intento por dar tratamiento institucional a los conflictos presentes y

futuros en torno al agua, han surgido diferentes propuestas, la UNESCO menciona la

creación de un órgano internacional de arbitraje para mediar en los conflictos entre cuencas

fluviales (El País-b, 2003:42); por su parte el presidente francés Jacques Chirac propuso un

observatorio mundial del agua, aunque no fue aceptada en la Declaración Ministerial de

Kyoto (El País-b, 2003:38); sin embargo, la necesidad de crear instituciones y mecanismos

de consenso mundial se reconoce.

Sin embargo existe debate en cuanto a las formas de propiedad del recurso, y sus

responsabilidades de conservación. La propiedad de un recurso puede ser necesaria pero no

suficiente para que el recurso se conserve; si bien tiene que pertenecer a alguien para que

no todo mundo lo use y deteriore, esa propiedad es insuficiente en la medida en que no

garantiza que el propietario no pueda explotarlo con un enfoque de minero y lo agote, sin

embargo, la forma de propiedad pública se identifica o con “bienes de libre acceso” o con

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un manejo burocrático ineficiente (Naredo y Parra, 1993:XIII); por otra parte, el mercado

es una arma de dos filos: cuándo paga mucho puede mejorar la conservación de los

recursos, pero cuándo paga poco puede agotarlos (Martínez, 2002:45).

Además la opción por el mercado lleva implícito el concepto de competitividad y este es

incapaz de asegurar el mantenimiento de la vida; el concepto de propiedad privada tampoco

sirve para la gestión de ecosistemas; el concepto más potente y sugestivo teórica y

empíricamente es el de la cooperación (Aguilera, 1991: 176-177). El concepto de propiedad

común va más allá de su aplicación en la gestión de un recurso natural, es básico para la

gestión de los ecosistemas (Aguilera, 1991: 178).

Se recomienda que tiene que revisarse el papel del Estado, observar y analizar la dispersión

institucional, las legalizaciones y actores con acciones encontradas, las pugnas de poder, las

ausencias o vacíos de aplicación de leyes y reglamentos, no respeto a derechos previos,

insuficiencia de datos estadísticos, centralismo, autoritarismo, y otros elementos de la

gestión que complican el panorama. Los programas operativos contienen metas y objetivos

contradictorios que cuando se quieren alcanzar generan conflictos. Esto es particularmente

evidente en los programas de transferencia de infraestructura de riego a los regantes.

(Vermillion, 2001:3).

Frente a la crisis del paradigma intervensionista del Estado, hasta ahora dominante en la

política hidráulica, se observa un desplazamiento de la opinión pública a favor de la simple

desregulación e implantación del mercado. Los excesos del intervensionismo estatal no

autorizan a postular que la desregulación va a resolver los problemas que la gestión plantea.

El Estado debe atender las dimensiones públicas y ambientales del agua: no son panaceas ni

la planificación ni el laissez faire (Naredo, 1997:13-14).

A pesar de que el contexto económico mundial favorece a la alternativa de gestión por el

mercado, existen ejemplos de lo que ocurre cuando la administración de recursos de uso

común se realiza con espíritu privado; la alternativa privatizadora significa, transferir el

control y las ganancias de las operaciones desde los países empobrecidos, hacia los países

17

ricos, apoyando las necesidades industriales de empresas transnacionales. Por ejemplo para

Homero Aridjis, poeta mexicano, defensor de la naturaleza, la privatización del agua

significa un negocio de 400 mil millones de dólares al año. Las multinacionales esperan

aumentar sus ganancias al amparo de los tratados internacionales de comercio e inversión:

“el agua fluye hacia donde está el dinero”.

En este sentido se manifiestan las reacciones de diversas organizaciones no

gubernamentales: un exdirector del Banco Mundial, Richard Camdessus, presentó una

propuesta de financiación privada, para crear infraestructuras hidráulicas, y obtuvo el

rechazo de organizaciones no gubernamentales, que calificaron la propuesta como un

intento de “secuestro del agua” por parte de las empresas transnacionales (El País-a,

2003:42).

Según José Manuel Naredo, en el caso del regadío hoy se privilegia la gestión de la

demanda sobre la gestión de la oferta, esto significa que el agua tiende a fluir hacia quien la

pueda pagar. A partir de considerar ingresos, costes y eficiencias, se diseñan escenarios de

abastecimiento (Naredo, 1997:18), aunque racionales económicamente, al parecer no tienen

amplia aceptación social.

En esta discusión también cobran importancia los estudios locales, aportar argumentos a la

discusión en relación a la capacidad de los actores sociales locales para manejar el agua.

Para Elinor Ostrom la gestión por el Estado o el mercado no son las únicas alternativas;

existe capacidad de los poseedores para manejar los recursos comunes, para ello es

necesario establecer la escala o tamaño adecuados y ciertas reglas básicas que garanticen un

manejo racional (Ostrom, 2001:25-26).

Con base en estudios de caso, otros autores muestran capacidades locales en la gestión del

regadío de España y Estados Unidos; las conclusiones demuestran que los regantes

administran los sistemas con reglas y conocimientos locales, lo cual les ayude a eludir el

poder político y centralizado del Estado ( Mass y Anderson, 1978:4).

18

También con base en estudios de América Latina, tenemos ejemplos que muestran estas

capacidades, en mayor o menor nivel, con mayor o menor simplicidad o complejidad, con

sus especificidades y con conocimientos y elementos que deben tomarse en cuenta

(Boelens y Dávila, 1998).

Por parte de autores mexicanos, se han realizado trabajos para delinear fronteras de

intervención con base en las características físicas de los sistemas de riego. Para Jacinta

Palerm y Tomás Martínez, la simultaneidad de intervención del Estado y autogestión de los

regantes ha sido mencionada pero poco tratada por los investigadores, al centrarse la

discusión en intentar probar que el control técnico del regadío lleva al surgimiento del

Estado despótico, o que este proceso no es necesario porque los regantes son capaces de

manejar autogestiva y democráticamente los sistemas de riego (Palerm y Martínez,

1997:10) y citan las opiniones de especialistas que muestran la polémica de localización del

centro de gestión del regadío:

1. Los sistemas de riego pueden ser y son operados por los mismos regantes, sin

necesidad de una autoridad burocrática/despótica externa (Mass y Anderson, 1976 y

Millón, 1962 citados por Palerm y Martínez, 1997:6).

2. La ausencia una autoridad externa en el manejo del sistema, no implica una

ausencia de autoridad Hunt, 1988 citado por Palerm y Martínez, 1997:6).

3. La presencia de autoridad interna puede ser manejada democráticamente, controlada

por los mismos regantes (Mass y Anderson, 1976 citado por Palerm y Martínez,

1997:7).

4. Los regantes pueden defender sus intereses frente al Estado (Mass y Anderson,

1976 citado por Palerm y Martínez, 1997:7).

5. La organización social para realizar las tareas requiere gran cohesión social, pero

lleva implícito el conflicto (Mass y Anderson, 1976; Millon, Millon, Hall y Díaz,

1962 citado por Palerm y Martínez, 1997:7).

6. La ausencia de una institucionalización y tradicionalización de normas para el

reparto lleva a conflictos serios que hacen necesaria la intervención externa Millon,

Millon, Hall y Díaz, 1962 citado por Palerm y Martínez, 1997:7).

19

7. La ausencia de institucionalización y tradición de normas para la movilización de

los regantes para el mantenimiento lleva al deterioro del sistema, a menos que

intervenga el Estado Millon, 1962 citado por Palerm y Martínez,1997:7).

8. Aún en los sistemas más tradicionalizados e institucionalizados se encuentra el

conflicto como rasgo permanente del sistema y la organización social de los

regantes debe ser capaz de resolverlos para tener continuidad (Millon, 1962 Mass y

Anderson, 1976 citados por Palerm y Martínez, 1997:7).

9. Si desaparece o se deteriora la autoridad centralizada, la tradición e

institucionalización de normas no parecen ser suficientes para evitar y/o resolver el

conflicto, como lo muestra el caso estudiado por Mitchell, (Mitchell, 1975 citado

por Palerm y Martínez, 1997:8).

En la discusión sobre los modelos “adecuados” de gestión sostenible del agua, el debate

incluye los límites o fronteras de actuación o intervención del Estado, el Mercado y los

Usuarios (entre ellos los agricultores regantes) (Palerm, Ostrom, Naredo,). Existe

preocupación por alcanzar objetivos simultáneos con el agua disponible: cubrir necesidades

sociales y productivas, reflejar eficiencia económica vía costos o tarifas, y considerar las

necesidades ecológicas o del medio ambiente; dadas estas condiciones para las

organizaciones e instituciones sociales existe una implicación en la modernidad reflexiva,

deben ser capaces de adquirir compromisos teniendo en cuenta los intereses sociales (Beck:

1997:59), esto es particularmente cierto en la gestión del agua a partir de la necesidad

actual de conciliar crecimiento económico y cuidado del medio ambiente, lo cual significa

que están implícitos y explícitos, diversos elementos que deben ser discutidos alrededor del

manejo del recurso; entre ellos la participación directa o indirecta de la sociedad en la

política hidráulica, y por lo tanto en la toma y ejecución de decisiones, recuperando la

noción de largo plazo mediante una ética del futuro participativa, a partir del

reconocimiento de que la humanidad ha ido creciendo en tamaño y complejidad por fuentes

adicionales de energía e información, y existe integración entre los procesos

socioeconómicos y medioambientales; y para el caso particular del agua la forma aleatoria

(incertidumbre) en que se presenta y los sectores involucrados son elementos de la

complejidad para su gestión integrada (Dourojeanni y Jouravlev:2002:25). El consenso

20

generalizado es que en dichas propuestas e iniciativas, la integralidad debe comprender

factores naturales, económicos y sociales, lo cual implica necesariamente lo complejo a

partir de tres grandes ejes de distribución con el agua como son: cubrir la demanda social,

sostener la actividad económica y cuidar el medio ambiente; los tres ejes conllevan una

conciliación difícil y conflictiva, pero imprescindible, urgente y necesaria para la

sustentabilidad social y civilizatoria, objetivo final del esfuerzo en el que se inscribe la

presente investigación. En este sentido es importante estudiar la relación de las

organizaciones de regantes con el Estado y otros actores sociales que toman el agua de la

misma fuente, en una perspectiva de cogestión.

Las capacidades locales. Con base en estudios de caso, otros autores muestran capacidades

locales en la gestión del regadío de España y Estados Unidos; las conclusiones demuestran

que los regantes administran los sistemas con reglas y conocimientos locales que les

ayudan a eludir el poder político y centralizado del Estado ( Mass y Anderson: 1978:4).

Para Elinor Ostrom la gestión por el Estado o el mercado no son las únicas alternativas,

existe capacidad de los poseedores para manejar los recursos comunes, para ello es

necesario establecer la escala o tamaño, y ciertas reglas básicas que en su opinión apoyan

un manejo racional de los recursos de uso común, entre ellas están las siguientes principios

de diseño organizativo para instituciones de RUC de larga duración:

1. Límites claramente definidos para los individuos a familias que tienen derecho al

acceso de RUC, o sea quienes están autorizados para usarlo, al igual que los límites del

recurso, incluso limitar las cantidades de apropiación y exigir su provisión.

2. Coherencia entre las reglas de apropiación y provisión y las condiciones locales.

Esto significa que las reglas reflejan los atributos específicos del recurso en particular y

de las costumbres locales, por ejemplo en el caso de los regadíos valencianos ningún

conjunto de reglas definido para todos los sistemas podría dar cuenta de los problemas

específicos de administración dadas sus particularidades.

3. Arreglos de acción colectiva, en donde la mayoría de los individuos afectados por las

reglas operativas pueden participar en su modificación, y adaptarlas a sus condiciones.

21

Si se cumple está condición existen posibilidades de no necesitar autoridades externas

para hacer cumplir los acuerdos.

4. Supervisión, para hacer cumplir los acuerdos.

5. Sanciones graduadas, dependiendo de la gravedad y del contexto de la infracción, se

aplican sanciones graduadas, su aplicación está en manos de individuos participantes

miembros de la organización, no de autoridades externas. Esto posibilita además un

menor costo en la supervisión al impulsar un alto índice de cumplimiento de los

acuerdos dadas las reglas en uso y la supervisión colectiva interna.

6. Mecanismos para la resolución de conflictos, los interesados y las autoridades tienen

acceso rápido a instancias locales para resolver a bajo costo conflictos entre los

apropiadores, o entre estos y los funcionarios. Esto posibilita sostener o aumentar los

niveles de cumplimiento de las reglas.

7. Reconocimiento mínimo de los derechos de la organización, los derechos a construir

sus propias instituciones no son cuestionadas por autoridades gubernamentales externas,

al contrario, los funcionarios o la autoridad gubernamental reconocen minimamente la

legitimidad de las reglas.

8. Entidades incrustadas, las actividades de apropiación, provisión, supervisión,

aplicación de las normas, resolución de conflictos y gestión se organizan en múltiples

niveles de entidades incrustadas, y cada nivel tiene sus reglas de acuerdo con sus

necesidades (Ostrom:2000: 148-170).

Porque aunque el principio de administración y organización social autogestiva del agua y

del territorio, surja de las comunidades, en su interior se va formando un grupo que

administra y regula el acceso a los recursos; además esta administración local tiene límites,

tanto por la relación comunidad local-sociedad mayor como por la relación comunidad

local-Estado, y mas en la situación del manejo del agua, la cual fluye por distintos

territorios, y la comparten varias comunidades, lo cual genera cohesión y conflicto social;

de que se requiere revisar el papel del Estado; sobretodo porque se observa dispersión

institucional, legalizaciones y actores con acciones encontradas, pugnas de poder, ausencias

o vacíos de aplicación de leyes y reglamentos, no respeto a derechos previos, insuficiencia

22

de datos estadísticos, centralismo, autoritarismo, y otros elementos que complican el

panorama (Naredo, 1997).

El papel del Estado. En tiempos modernos, por definición de sociedad contemporánea y

ante un recurso importante como el agua, el Estado está omnipresente; aunque esa

presencia tiene una dinámica distinta, dependiendo de los objetivos políticos y económicos

que se sostengan en cada país o región, el comportamiento del Estado es distinto: por

ejemplo la centralización administrativa del regadío se presentó al mismo tiempo que la

promulgación de leyes agrarias en regiones de América Latina, en los años 1960-1990, un

período de control central de los sistemas de riego, un proceso de manejo burocratizado, un

control social de los “beneficiarios” regantes en perímetros construidos dentro de esquemas

“duros” de planificación hidráulica, un modelo que puede ser calificado como despotismo

occidental (Ruf, 2000: vii-viii). Ese despotismo evidentemente costaba sostenerlo con un

aparato burocrático pagado por la sociedad en general vía los impuestos; sin embargo el

enfoque financiero de los sistemas de riego ha girado, los organismos financieros han

decidido que los costos del sostenimiento de la infraestructura los paguen los usuarios, un

proceso identificado como transferencia de los sistemas de riego a los regantes.

Desde la óptica de los organismos financieros mundiales y de los gobiernos centrales, el

proceso de transferencia lleva implícitos ciertos supuestos: que la transferencia reduzca

costos e incremente ganancias para compensar los incrementos en los costos de riego de los

agricultores. De acuerdo con el diagnóstico de las instancias que impulsan la transferencia,

el panorama es complicado, porque en la situación actual existe incapacidad para

proporcionar el riego puntual al agricultor, deterioro de la infraestructura hidráulica,

reducción de la superficie regada, mala distribución y desperdicio de agua, además

incremento de los problemas por anegamiento y salinidad (Vermillion:2001: 2,3).

De acuerdo con opiniones de los “expertos” el éxito o fracaso del proceso de transferencia

de infraestructura del Estado a los regantes dependerá de diversos factores, entre otros, la

capacidad de los regantes para aprender rápidamente el manejo de sistemas de riego, y

administrarlos con criterios de eficiencia y rentabilidad. En este escenario los “nuevos”

23

actores sociales actuarán en un marco normativo e institucional diferente, aprender a

administrar los sistemas de riego completos, fortalecer sus estructuras organizativas

internas, y crear otras estructuras para adecuarse a nuevos escenarios (Naredo, 1997). Es

decir, crear la normatividad e institucionalidad necesaria para evitar el conflicto que

conlleva la apropiación del recurso. Además de que tampoco esta clara la frontera de

intervención del Estado, y en su caso el mercado para gobernar el recurso, debate

urgentemente necesario en la situación de interdependencia actual sociedad naturaleza.

A pesar de que el contexto económico mundial favorece a la alternativa de gestión del agua

por el mercado existen ejemplos de lo que ocurre cuando la administración de recursos de

uso común se realiza con espíritu privado; la alternativa privatizadora significa transferir el

control y las ganancias de las operaciones en los países subdesarrollados, y apoyar las

necesidades industriales de empresas transnacionales.

Sin embargo la gestión por el Estado enfrenta retos como la creciente urbanización e

industrialización en el mundo que ha elevado la demanda de agua, agua que ya tiene

asignaciones por ley otorgadas en su mayor parte a la agricultura, la cual está perdiendo su

agua en cantidad y calidad, factor que puede significar descensos productivos, degradación

de recursos, enfrentamientos campo-ciudad, e inestabilidad de las comunidades rurales, que

en su gran mayoría están subordinadas a los grandes centros de decisión política y

financiera de la sociedad mayor.

Es necesario observar que las sequías si bien pueden suceder por causas geo-climáticas,

otras sequías pueden ser socialmente producidas, provocadas por presión de población,

hábitos dispendiosos, infraestructura en mal estado, etc., (Naredo:1997:17), otro tipo de

causas pueden ser burocrático-administrativas, en este caso la pregunta es ¿Cuánta agua se

genera en una cuenca en un año determinado y cómo se distribuye? ¿Cuál es el criterio de

reparto?, la respuesta puede ser complicada por varias razones: la información no siempre

fluye hacia la sociedad; la información generada en los centros administrativos -convertidos

en fortalezas burocráticas públicas o privadas- son difícilmente accesibles. El agua puede

estar fluyendo hacia la industria u otro sector, donde se genera más ganancia monetaria por

24

unidad de volumen, por ejemplo hacia las fabricas de automóviles, símbolos de

modernidad, en lugar de producir alimentos para la población; o hacía la producción de

cultivos de exportación en vez de granos para el auto-abasto, las prioridades de su uso no

las decide la sociedad, sino un grupo de especialistas o “expertos” que no rinden cuentas

más que a sus jefes.

En esta discusión también cobran importancia los estudios locales, aportar argumentos a la

discusión en relación a la capacidad de los actores sociales locales para manejar el agua.

Para Elinor Ostrom la gestión por el Estado o el mercado no son las únicas alternativas;

existe capacidad de los poseedores para manejar los recursos comunes, para ello es

necesario establecer la escala o tamaño adecuado y ciertas reglas básicas que garanticen un

manejo racional (Ostrom: 2001:25-26).

De acuerdo con los elementos revisados anteriormente, desde las distintas opiniones el

tema de la organización social y el regadío tiene interés teórico y práctico, y no hay

consensos definitivos tanto para la ubicación del locus de autoridad administrativa, como

para aceptar la capacidad/incapacidad de los regantes en la administración de los sistemas

de riego. Esta situación refuerza nuestra opinión, en el sentido de la necesidad de seguir

aportando experiencias y estudios de caso, que muestren las respuestas locales a las

situaciones locales en el manejo del agua y el territorio, que rescaten el conocimiento

empírico y tradicional. Con base en estos estudios se pueden aportar elementos que abran la

discusión acerca de la modernidad excluyente que los actores sociales y las comunidades

rurales sufren.

En el marco de este complejo entramado mundial, requerimos incorporar a nuestra vida

social y política, principios y conceptos sociales ecológicos, económicos, jurídicos y

políticos como: organización, autogestión, participación, cogestión, agroecología, ecología

cultural política, economía ecológica, equidad intergeneracional, principio de precaución,

activo ecosocial, metabolismo social, conservación de la biodiversidad, defensoría del

medio ambiente; asimismo requerimos impulsar modelos de desarrollo multilineales,

diálogo de saberes, respeto a las diferentes culturas, además de apostar por más

25

sustentabilidad (intentar conciliar intereses, ecológicos, sociales, económicos y políticos)

con mayor reflexividad social (aumentar la cantidad y calidad en la toma de decisiones

colectivas y en el control del desarrollo económico y tecnológico) (González de Molina y

Garrido Peña:2004:3).

La organización social que se estudia en esta tesis, gira alrededor del manejo colectivo del

agua, y de la infraestructura hidráulica necesaria para su control. Esta condición ya nos

circunscribe a tener en cuenta la naturaleza física del recurso natural y su influencia en la

organización: para el caso específico del agua, es evidente que fluye por distintos

territorios, y en zonas áridas y semiáridas puede escasear o presentarse en grandes

volúmenes intempestivamente; situación que obligaría a la organización para el manejo de

estructuras de control y almacenamiento, para su posterior distribución a las zonas de

regadío (Wittfogel,1966). Además el manejo colectivo del agua tiene sus propias

implicaciones, existe variación de la respuesta social de los distintos grupos, siendo capaces

o incapaces de controlar el conflicto que genera su apropiación colectiva (Millón: 1997), de

ahí que el presente estudio intentaría rescatar elementos de posibilidad, que puedan ser

referentes para comprender otras formas organizativas en otros espacios, para ir

construyendo la posible regularidad que nos permita avanzar en su comprensión.

Este esfuerzo puede ser posible desde la práctica y experiencia local, y regional, sin perder

de vista los intereses y grupos de poder mundiales: rescatar prácticas, conocimientos,

organización y diseños institucionales creados por los actores sociales en su relación con

los recursos naturales, que enriquezcan las alternativas de diseños agrarios sustentables

impulsando el diálogo de saberes (Leff, 2000); ello implica conocer internamente la

naturaleza de la organizaciones sociales, sus causas, alrededor de que elementos se

aglutinan, que recursos tecnológicos utilizan para el trabajo en su relación con el recurso de

su interés, a que obedece la naturaleza de sus reglas de comportamiento social, que reglas

los rigen cómo y de que forma participan en esa colectividad; además, considerando que la

organización social actúa sobre un territorio y recurso determinado, implica conocer sus

relaciones con el Estado, que normas y leyes nacionales o internacionales los rigen, que

políticas y prácticas se aplican en relación con los recursos naturales de su interés, con que

26

otros actores sociales comparten o se disputan el o los mismos recursos, y en que

condiciones se negocian y toman decisiones comunes, así como los conflictos que

enfrentan en su espacio territorial de actuación. El análisis de estos elementos nos permitirá

mostrar la organización endógena local, la capacidad autogestiva, la capacidad de

negociación o cogestión, para con las necesidades de la sociedad mayor, el conflicto y las

posibilidades de aportación a la sustentabilidad.

Por eso la propuesta de seguir, y no abandonar, el estudio de los casos de la organización

social autogestiva y la institucionalidad conformada en los territorios específicos para:

1) Estudiar la organización social “viva” y en funcionamiento, esa que cuenta con

elementos de autogestión y cogestión con base en normas y conocimientos locales.

2) Identificar los requerimientos organizativos para la administración y manejo del

agua y del territorio, y en su caso incorporarlos a propuestas de modelos de gestión

de los sistemas de regadío.

3) Identificar sus capacidades y limitaciones autogestivas, con lo cual se pueden

visualizar ciertas necesidades de intervención del Estado.

4) Discutir los elementos y dimensiones de sustentabilidad social presentes en la

organización.

El estudio de estos elementos apoyaría la continuidad del conocimiento social necesario en

un sistema hídrico compartido, y en la posibilidad de propuesta de diseños institucionales

incluyentes, a contrapropuesta de una visión de competencia de usos, que puede ser

contraproducente, agudizando los conflictos, y no conduce a la eficiencia económica, ni la

equidad social, ni la sustentabilidad ambiental (Dourojeanni y Jouravlev:2002:19).

27

1.1.3. La hipótesis subyacente

La reflexión hipotética de la presente tesis, considera que las organizaciones sociales

locales, endógenas, poseen una importante capacidad autogestiva y cogestiva para el

manejo de los recursos hídricos comunes, y que por lo tanto, a partir del caso de la

comunidad de regantes de la Acequia Real del Júcar, se muestra que la organización

tradicional de regantes tienen capacidad autogestiva, conocimientos locales, y los niveles

organizativos necesarios para el manejo del agua, y es cogestiva y funcional a las

necesidades de la sociedad mayor con relación al recurso hídrico, por lo cual dichas

organizaciones pueden aportar elementos teóricos y prácticos para la construcción de la

sustentabilidad.

Con relación al apoyo teórico, el presente estudio se articula con la antigua tradición de

estudios campesinos en la vertiente de organización social y el regadío, cuyos antecedentes

se remontan a principios del siglo XX; destaca el debate acerca de la evolución

sociocultural multilineal de las civilizaciones, debate donde la hipótesis hidráulica de Kart

Wittfogel fue perturbadora, al afirmar que en el control y la administración centralizada del

agua y de los sistemas hidráulicos, estaba el origen y la base de los regímenes políticos

despóticos de las grandes civilizaciones de oriente (China, Egipto, Mesopotamia, etc) -

hipótesis que ya habían visualizado Marx, Engels, Weber, Stuar Mill, pero no la

desarrollaron ampliamente-, y que al intentar falsarla generó una irradiación de estudios

antropológicos y sociales en distintos sitios civilizatorios del mundo, arrojando una riqueza

de estudios que fortaleció la perspectiva evolutiva multilineal, al agregar otra posibilidad

evolutiva basada en el manejo colectivo del regadío. Esta tradición de estudios con enfoque

wittfogeliano también aportó elementos de discusión acerca de la importancia que tenía

colocar en el enfoque analítico las bases materiales del desarrollo de civilizaciones

prehispánicas, y no necesariamente lo religioso y cultural; estos estudios además

produjeron el concepto de Mesoamerica (Palerm, 1997).

Otra vertiente analítica del caso es buscar y entender el fenómeno de las burocracias, a

partir de la necesidad de los regantes para contratar o no especialistas para operar sus

28

sistemas de riego, donde se afirma que dependiendo de su tamaño y complejidad técnica,

situación que puede o no desembocar en el poder despótico de los gerentes, con la

consiguiente pérdida de la capacidad de control sobre los mismos; de acuerdo con esta

discusión se revisó teóricamente el fenómeno de la burocracia, la cual tiene su propia

dinámica y necesita ocupar determinados espacios, de ahí que el revisar sus formas de

control, nos puede mostrar mecanismos para su control en otros espacios; también por esto

se revisa la organización social y el regadío, porque han generado conocimientos sobre el

cómo analizar esta interrelación, y seguir avanzando en su comprensión.

En el caso de la capacidad autogestiva, esta se entiende como la capacidad de la

organización de darse sus propias reglas de actuación y su gobierno para repartirse el agua,

una vez derivada de su fuente principal, sostener la infraestructura, y defender sus derechos

a las aguas. Para el caso de la comunidad de regantes de la Acequia Real del Júcar, esta

última situación es particularmente difícil y compleja, porque se encuentra en un medio

social dominado por las batallas por el agua entre sectores industrial, turístico y agrícola,

situación a la que no escapan los ríos y las fuentes de agua; además de tratarse de una

región dominada por la eficiencia económica capitalista, la usura, y la especulación del

territorio favorecida por una descapitalización creciente de la agricultura. Por esta situación

es fundamental revisar los elementos de la cogestión, es decir los espacios de negociación y

lucha, donde los regantes defienden sus derechos a las aguas.

Además, nuestro apoyo teórico retoma la discusión de la sustentabilidad, sus características

y problemas de su construcción, porque se considera que las organizaciones sociales

tradicionales como la de la Acequia Real del Júcar, aportan a la discusión de dicha

sustentabilidad, a partir de las experiencias y el conocimiento local, generados por procesos

coevolutivos complejos, dados los múltiples problemas que los colectivos deben enfrentar

tanto al interior como al exterior de la organización, por ejemplo la necesidad de defender

las fuentes y los derechos a las aguas, frente al Estado, y/o al mercado.

29

1.1.4. El contexto territorial del sitio de estudio

Se eligió estudiar un caso de la comunidad valenciana, específicamente en el rió Júcar, el

cual a su vez está situado en la cuenca del mismo nombre, cuya administración territorial

corresponde a la Confederación Hidrográfica del Júcar.

Fig. 1. División territorial de las confederaciones hidrográficas.

30

Fig. 2. Territorio administrativo de la Confederación Hidrográfica del Júcar

Fuente: www.chj.es

31

Fig. 3. Acequia madre y territorios municipales.

32

1.1.4.1. La cuenca del Júcar.

La cuenca tiene importancia nodal porque es el espacio físico-geográfico, referente para

los actores sociales y para las políticas hidráulicas del Estado, que afectan a los distintos

usuarios del agua, y a partir de ese hecho los usuarios distinguen espacios legítimos de

participación.

1.1.4.2. Extensión territorial, población y algunas características físico-

climáticas

La cuenca del Júcar tiene una extensión de casi 43.000 km2, extendida en las provincias de

Albacete, Alicante, Castellón, Cuenca, Valencia y Teruel. Se calcula una cifra de habitantes

cercana a los 5.000 000 incluidos unos 700.000 turistas. Las zonas más pobladas son las de

Valencia y Alicante, de fuerte desarrollo turístico y comercial.

(http://www.chj.es/index2.HTM).

El drenaje general de la cuenca apunta hacia el mar Mediterráneo, tiene áreas de montaña,

con altitudes de más de 1.500 m. y llanuras litorales o planas; se destaca la formación de

albuferas, entre las que sobresale la albufera de Valencia. (http://www.chj.es/index2.HTM)

La cuenca Tiene 16 ríos principales con recursos hídricos naturales de 4.142 hm3/año de

los cuales más del 80% corresponde a los ríos Mijares, Turia y Júcar.

El clima general mediterráneo dentro de la cuenca tiene diferencias por efecto de las

cadenas montañosas, y los vientos húmedos provenientes del mar, generando inversiones

térmicas, situación a la que se le atribuyen lluvias torrenciales e inundaciones

catastrófricas; las sequías se producen en verano, y las inundaciones en otoño; el aporte

anual de agua proveniente del río Júcar se calcula en 1.825 Hm3 al año, siendo el aporte

más significativo en la cuenca. (http://www.chj.es/index2.HTM)

33

La media anual de precipitación es de 450 mm que precipita en su mayor parte en invierno

durante los meses de octubre a noviembre), con gran irregularidad interanual, y un balance

hídrico deficitario, rasgo fundamental de la región, el cual ocurre entre los meses de mayo a

septiembre (http://www.clubdelamar.org/albufera.htm). La precipitación promedio de la

cuenca de acuerdo con los datos de la Confederación Hidrográfica se calcula en unos 408

Hm3, sin embargo las cifras al parecer no son muy confiables. De cualquier manera, y a

pesar de la diferencia, la baja precipitación y su torrencialidad, sería una condición

estructural fundamental que históricamente va a justificar la expansión de los regadíos de la

región.

1.1.4.3. El río Júcar

El río Júcar se localiza en la parte este de la península Ibérica, nace en las serranías Montes

Universales de Cuenca en la Mancha Oriental, y recorre unos 500 km desde su nacimiento,

con dirección general oeste-este, hasta que desemboca en el mar Mediterráneo, ya dentro

del territorio de la comunidad valenciana, a la altura de la playa de Cullera; sus aguas

provienen de manantiales y de otros ríos afluentes, entre ellos el Gabriel, Magro y Verde,

Albaida, Escalona, Valdemembra, Grande Verde, Reconque y otros, además de

aportaciones de acuíferos en su tramo medio, entre ellos destaca el manantial de la Mancha

Oriental, también conocido cómo acuífero 18, el cual se sitúa en el tramo medio del río, a la

altura de Albacete, aportando importantes volúmenes a su caudal. El Júcar es un río de

régimen hidráulico impetuoso e impredecible, otros le llaman un río con un “equilibrio

precario” o pobre, tratando de indicar que en unos años le falta agua y en otros hay

excedentes; la calidad de de sus aguas es reconocida en la región por ser un río de aguas

cristalinas y de montaña.

Por esa condición impredecible e intempestiva, sobre el río Júcar se han construido a lo

largo del tiempo estructuras físicas para desviar sus aguas, controlarlas y repartirlas,

primero para campos de cultivo, y luego para otros usos como la industria eléctrica y el

consumo humano. Los primeros beneficiados con el reparto de las aguas del río fueron los

regantes de los pueblos situados en la ribera baja, conocidos como los regadíos históricos o

34

tradicionales, los cuales tienen en común el haber recibido de los monarcas o reyes los

derechos a las aguas.

1.1.4.4. Infraestructura hidráulica sobre el río

Para transportar agua de una cuenca a otra y de un río a otro a más de un territorio se

construyeron distintos trasvases. El trasvase Tajo-Segura, aunque no toma el agua

directamente del río Júcar, sirve para transferir aguas entre los ríos Tajo y Segura apoyado

en el embalse de Alarcón, supuestamente se trata de aguas provenientes del río Tajo, no del

Júcar (Valero de Palma:1998:15), sin embargo a la hora de que se juntan las aguas de uno y

otro río, ya no se sabe cual es cual. Otro trasvase es el canal Júcar-Turia, que sirve para

transferir aguas provenientes del embalse de Contreras y abastecer de agua potable a la

ciudad de Valencia y su área metropolitana.

Las estructuras físicas más grandes para fines de regulación de las aguas del río son 3

embalses o presas de almacenamiento, aunque no son las únicas: Alarcón y Tous sobre su

cauce, y Contreras en el afluente río Gabriel, y para derivar agua a los regadíos históricos

de la ribera del Júcar, hay siete azudes o presas de derivación. Asimismo se han construido

trasvases para compartir agua entre ríos; a través de ellos el Júcar proporciona agua potable

a la ciudad de Valencia, y a otras comunidades autónomas. En opinión de gente local, el

Júcar se ha convertido en uno de los ríos más intervenidos o regulados. Después de la

construcción del trasvase Tajo-Segura, se mezcla con otras aguas a la altura del embalse de

Alarcón.

Las aguas totales del Júcar están prácticamente concesionadas a los distintos usuarios; en

informes de organizaciones ecologistas se menciona que de manera natural circulan por el

Jucar unos 2000 hm3 de agua al año, y que sólo el 0.55 % de ese caudal llega a su

desembocadura, situación que confirmaría que prácticamente el total de sus aguas se

distribuye a lo largo del caudal (sin considerar datos de infiltración).

35

El Embalse de Alarcón. Alarcón es la mayor presa de almacenamiento de la comunidad

valenciana, se construyó sobre el cauce del río Júcar dentro del territorio de la comunidad

de la Castilla- La Mancha, es el principal embalse sobre el Júcar por su capacidad de

almacenamiento de más de 1112 Hm³ de agua. La zona inundable del embalse ocupa

aproximadamente 6.800 hectáreas Rincón de Arellano:1980:23). Las fuentes de agua de

Alarcón son dos ríos, primero una aportación anual media del río Júcar al embalse, que se

considera en algo superior a los 400 Hm3, y segundo, otros volúmenes provenientes del río

Tajo a través del Acueducto Tajo-Segura, los cuales oscilan entre 200 y 500 Hm3 anuales

(http://www.usuj.es/paginas_2.htm), en ese momento podemos decir que se mezclan las

aguas de dos ríos en el embalse.

El embalse de Contreras. Situado entre las confluencias de los ríos Guadazaon y Cabriel,

tributarios del Júcar, tiene una capacidad de embalse de 891 Hm³, aunque su nivel de

almacenamiento real es de menos de la mitad. Las aguas de este embalse están destinadas

principalmente al canal Júcar-Turia para abastecer principalmente de agua potable a la

ciudad de Valencia (http://acequiarj.es/htlm/creac-cen.html), con ese fin de abasto urbano

lo construyó el Estado.

El embalse de Tous. La presa o embalse de regulación Tous se localiza en el último tramo

del río antes de desembocar al mar, a unos 8 km aguas arriba del azud de Antella; el Estado

lo construyó como embalse de regulación, a diferencia del de Alarcón cuya función

principal es almacenamiento.

Los azudes (presas de derivación). Aguas abajo del embalse de Tous, el río deriva aguas

mediante seis presas de derivación o azudes para seis canales generales o acequias que

sirven para regar tierras de seis comunidades de regantes (llamadas acequias hermanas)

para regar unas 45,000 hectáreas en la ribera del Júcar, de entre ellas la Acequia Real del

Júcar, es “la hermana mayor” (Tasso,1989:7-8), por orden de “aguas arriba” a “aguas

abajo” los azudes son: Real de Escalona, Real Acequia de Carcagente o Carcaixent,

Acequia Real del Júcar, Real Acequia de Sueca, Real Acequia de Cullera y Cuatro Pueblos

(Gual Camarena: 1979: 20).

36

1.1.4.5. Algunos elementos de la región circundante a la ciudad de Valencia

La región de Valencia, tiene kilómetros de litoral con vista al mar Mediterráneo y hermosas

playas; existe una intensa vida económica, social y cultural, teniendo como eje político y

comercial la ciudad de Valencia, capital de la comunidad autónoma, la ciudad es

considerada la tercera más importante de España, después de Madrid y Barcelona

(http://www.expocasa.es).

La región valenciana, al igual que el resto del territorio español, está inmersa en fuertes

procesos de competitividad productiva mundial dentro del marco de la Unión Europea; en

el caso de la agricultura ello conlleva subvenciones y apoyos económicos como parte de la

Política Agraria Común (PAC) que ayudan a la rentabilidad agrícola, pero también

exigencias y controles de calidad que actúan como acicates para cumplir las normas de

productividad, lo cual obliga a una agricultura intensiva con altos inputs agroquímicos, con

los consiguientes elevados costos económicos y ecológicos; una parte importante de los

productos agrícolas de Valencia se destinan a la exportación, tanto a América,

especialmente a los Estados Unidos, como a distintos países de la Unión Europea.

El turismo tiene un notable peso específico, concentrado en la fachada litoral del territorio,

y con una hipercongestión estival; además se registra un notable incremento de los procesos

de urbanización por el éxodo de la mano de obra rural hacía los polos de industrialización

(http://mma.es/cuencas/júcar/actividad.htm).

Sin embargo a pesar de este marco de producción intensiva, competitividad y exportación,

el sentir de agricultores valencianos es que la actividad agrícola, es un desastre desde el

punto de vista económico, no rinde las ganancias que rendía en otros tiempos, aunque

muchos la sostienen porque les permite seguir una actividad de tradición familiar, porque es

una forma de conservar la tierra heredada, un lugar de descanso y recreo, y porque los

dueños de la tierra tienen otras fuentes de ingresos y no dependen totalmente de ella.

37

De hecho genéricamente a la agricultura valenciana se le conoce como agricultura de

medio tiempo o agricultura a tiempo parcial, que es la constituida por productores

propietarios de tierras que no viven exclusivamente de la agricultura, sino conectados a

otros sectores económicos como el comercio, el turismo, la agroindustria y otros servicios,

formando redes económicas y sociales; aunque en menor proporción, existen todavía

agricultores que viven completamente de la actividad agrícola (Romero: 1983: 385).

Un rasgo fundamental de la agricultura valenciana es la tenencia de la tierra bajo

condiciones de minifundio, regionalmente el tamaño de tenencia de tierra se mide en

hanegadas (1 hanegada = 831 m2; 12 hanegadas = 1 hectárea), aunque el rango de

propiedad individual varía fuertemente, desde quien tiene 0,5 hasta quien tiene 1,000,

hanegadas, pero divididas y localizadas en varios espacios territoriales, no concentradas

(Francisco Zaragoza Zaragoza, Subacequiero Mayor de la Acequia Real del Río Júcar),

producto de un marcado proceso de división territorial, como consecuencia de procesos

históricos de acceso a la tierra de renteros, jornaleros y otros propietarios de sectores

distintos, así como la subdivisión por herencia (Romero, 1983: 347, 399).

Los agricultores de la región distinguen los dos grandes paisajes del espacio agrícola, uno

es la llamada huerta que se refiere al territorio donde se cultivan hortalizas, legumbres y

granos, y los árboles frutales, y otro es la zona baja húmeda, donde se cultiva el arroz, el

paisaje es llamado marjal.

1.1.2. El modelo de investigación

La tesis comprende un estudio de caso, que por definición no es repetible, no es posible la

transposición mecánica de esas condiciones en otros espacios, y por la tanto sus resultados

no son generalizables, sin embargo a través de él se pueden observar ciertas condiciones de

posibilidad para estudiar otros casos, tales como los agentes sociales capaces de llevarlo a

cabo, los recursos necesarios, y las redes autogestionarias, con el propósito de debatir que

ante la disyuntiva de completo centralismo por el Estado o completa autogestión por los

38

regantes, existe la posibilidad de negociar fronteras de intervención para unos y otros en los

sistemas de regadío, cumpliendo exigencias productivas, sociales y medioambientales.

Para estudiar la organización, se elaboraron preguntas guía como las siguientes: ¿Cuál y

cómo es su o sus sistemas de gobierno y administración?, ¿Cuál es la organización para

llevar a cabo las llamadas “tareas siempre presentes” de los sistemas de riego?, ¿Quienes

ocupan los puestos de gobierno y de administración? ¿Cuáles son los mecanismos o formas

de participación de los regantes? ¿Cómo participa la organización en la cogestión del agua

con el Estado y otras organizaciones en el río Jucar? ¿Qué capacidades despliegan y que

límites tiene esa capacidad en la participación?, partimos del supuesto que al intentar dar

respuesta a estas preguntas, ello nos llevaría a profundizar en el funcionamiento interno de

la organización, aportar elementos de discusión para entender las causas de la misma, así

como los niveles organizativos necesarios para la gestión del agua en este espacio

hidráulico y los empleados necesarios en los distintos puestos operativos; Distinguir en

donde participan las instancias de gobierno y donde delegan las responsabilidades al

personal contratado, así como las formas de control de los mismos, esto último

fundamentado en la consideración de distinguir tipos de organización autogestiva

(burocrática o no); elementos que en conjunto apoyan la discusión acerca de las

capacidades y limitaciones de las organizaciónes social en su aporte posible a la

sustentabilidad física y social de los sistemas de regadío.

El tamaño y la complejidad del caso elegido podemos sopesarlo por la extensión territorial

bajo riego de 20.000 ha, o por los 35.000 regantes afiliados a la organización, además de

los 500 Km de canales o acequias para distribuir el agua a unas 68.000 parcelas; además de

que es una organización que registra experiencia social de más de 750 años en el manejo

del regadío (Generalitat Valenciana: 2000:8), la cual sigue vigente y funcionando,

constituyendo una fuente importante de conocimiento local y una característica

sobresaliente de sustentabilidad social.

Para nuestro estudio, la dimensión interna de la organización es nuestro punto de partida, a

través del conocimiento de sus relaciones internas y después el arribo a su relación con lo

39

externo y su funcionalidad, conocer como se da la participación y el diálogo de los actores

sociales en un tramo de río, la arena social donde se tratan los problemas del reparto del

agua, y donde también se generan procesos reflexivos para las soluciones, potenciando la

construcción de la sustentabilidad social.

La estrategia metodológica consistió fundamentalmente en establecer el vínculo entre una

base material (el agua y la infraestructura hidráulica), y su manifestación social (la

organización, el gobierno y la administración), la cual se hace operativa a través de las

llamadas “tareas siempre presentes” de los sistemas de riego: la distribución del agua, el

mantenimiento de la infraestructura hidráulica, la construcción y/o rehabilitación de la

misma, el monitoreo y vigilancia, el tratamiento del conflicto y la elección de autoridades;

dichas tareas son la guía para evidenciar la organización y hacerla “visible”, sin embargo,

no se limita a ellas, conforme se avanza en el proceso de investigación, producto de la

experiencia en campo, y de la reflexión de los avances de investigación se incorporan

elementos imprevistos, de tal manera que es un proceso reflexivo, de doble sentido, un ir y

venir de la teoría al campo y viceversa, para no perder todo aquello que se considere

importante, lógico, novedoso y pertinente en una perspectiva abierta, dispuesta a reconocer

lo imprevisto (la serendipia o serendipity).

El método utilizado lleva implícito el pluralismo cognitivo, el cual implica multiplicidad de

niveles en los que se construye el objeto de conocimiento, propio de las ciencias sociales y

particularmente de la sociología, y que debe ser correspondido por un pluralismo

metodológico que diversifique los modos de aproximación a la realidad social (Alonso,

1998: 43), para el caso de la fuente oral, esta permite captar lo que no esta escrito, recoger

los testimonios desde la viva voz de los protagonistas, y después el análisis y la reflexión,

teniendo en cuenta que la información dada no es verdad ni es mentira, es producto de un

individuo en sociedad que hay que localizar, contextualizar y contrastar, la realidad se

reconstruye, no se recoge, toda realidad se construye con materiales y con límites que son

objetivos (Alonso,1998: 69-70); esto significa que toda interpretación por el hecho de serlo,

ni refleja ni traduce la realidad, sino que trata de descubrir de la manera más completa

posible, la trama de significados, a la que el investigador de manera coherente con su

40

proyecto- objetivos particulares, contextos de acción y posición social- encuentra sentido en

cuanto interprete (Alonso,1998: 222).

Por eso los procesos metodológicos particulares de la estrategia, privilegian la reflexión

teórica y la investigación de campo; la observación participante y directa, la entrevista cara

a cara, la interacción del investigador con los actores sociales, sin olvidar las fuentes

escritas para triangular la información, compararla, aumentar la congruencia de la

evidencias y reducir posibles errores de interpretación.

La base física de observación. La unidad física de observación comprendió el territorio

área de comando de la acequia madre, y la red de acequias secundarias y terciarias; así

como un tramo del río Júcar, y el sistema que comprende las presas o embalses de Alarcón,

Contreras y Tous.

La base social de observación. La base social de observación se delimitó a partir de las

autoridades del agua de la Acequia Real del Júcar; se consideró como autoridades del agua

a aquellos que ocupan cargos operativos, administrativos y de gobierno, y que toman

decisiones sobre:

- La distribución del agua

- El mantenimiento de la infraestructura hidraúlica

- Construcción y/o rehabilitación de infraestructura hidráulica

- Vigilancia

- Cuotas y cooperaciones

- Penas y sanciones

- Contratación y despido de personal

- Sistemas de gobierno

- Reglamentos de operación o normatividad.

- Conflictos y formas de resolución.

- Foros o asambleas y participación en las mismas

- Formas y mecanismos de elección de autoridades

41

Los procedimientos operativos generales de la investigación fueron los siguientes:

- Elaborar el proyecto de investigación

- Identificar una zona o sitio de agricultura de regadío.

- Buscar información relacionada con la práctica social del regadío en la zona o

región.

- Buscar contactos de la región relacionados con los regantes.

- Acercarse a la zona y reconocer el área como primera aproximación.

- Observar condiciones de posibilidad organizativa alrededor del regadío

(preguntando con autoridades, revisando literatura, entrevistando otros académicos).

- Contactar a informantes clave (autoridades del gobierno y administración del agua).

- Explicar los objetivos del estudio, y solicitar su apoyo para llevarlo a cabo.

- Establecer una agenda de trabajo con los regantes para realizar recorridos de campo,

durante los cuales se lleve a cabo el reconocimiento del territorio, la localización e

identificación de fuentes de agua, de la infraestructura hidráulica, y el

reconocimiento de patrón de cultivos.

- Realizar croquis de localización de la infraestructura hidráulica y la red de canales y

acequias.

- Identificar órganos de gobierno y autoridades del agua

- Realizar entrevistas semiestructuradas a informantes clave del grupo de regantes.

- Localizar los partidores o sitios donde se comparte el agua entre dos o más

comunidades para identificar autoridades encargadas de la distribución, y en su caso

distintos niveles operativos; para esto es clave seguir la infraestructura hidráulica

“aguas arriba” y “aguas abajo”.

- Asistir a reuniones y asambleas de los distintos pueblos para observar los procesos

de toma de desiciones.

- Identificar y asistir a los foros y espacios de toma de decisiones de los regantes.

- Identificar al personal empleado, sus funciones y áreas de actuación.

- Identificar a las autoridades de la distribución del agua en los distintos espacios de

la red hidráulica.

42

- Escribir resultados, documentar evidencias, reflexionar alrededor de lo encontrado.

- Regresar al campo, y aumentar evidencias.

- Volver a escribir...regresar el campo…y así, sucesivamente, en un “ir y venir”

constante, hasta conformar la lógica del funcionamiento físico, social y

organizativo.

1.1.2.1. Las técnicas empleadas

Observación directa. Para llevar a cabo el trabajo en campo era necesario interactuar con

los regantes en los diferentes espacios de su actuación: me base en la observación directa,

guiado por las orientaciones de distintos autores (Guash, 1997; Alonso, 1998; Malinowski,

1979), conciente de que el investigador nunca deja de ser un observador externo,

parcialmente ciego porque su mirada persigue objetivos condicionados por su investigación

y por su situación social (Guash, 1997:9-11), además de que mi observación dependía de la

teoría, de mi experiencia, de mis espectativas, y de la interpretación que le daría a lo

observado (Chalmers; 1982:42-45); evidentemente yo seleccioné algunas de las imágenes,

pero los sujetos regantes muchas veces giraron mi cuello para dirigir mi vista hacia

determinados ángulos y ocultar otros, eso en ciencias sociales es inevitable.

Mi rol de observador participante ante los regantes sociales fue de estudiante de la

organización del regadío tradicional durante el período de dos años (2002-2003); actor

externo que realizó un estudio de la organización; a partir de esa posición, logré que

empleados y autoridades de gobierno me aceptaran en sus espacios sociales, acompañarlos

en el momento realización de sus tareas, entrevistarlos, observar lo que hacían y,

preguntarles in situ; asimismo compartimos el pan y la sal, permitiendo los momentos para

interactuar como sujetos reflexivos para aclararme dudas, e incluso dejarme con más

confusiones; algunos decían que yo preguntaba “mucho”, eso hacia que ellos, con justa

razón, no tuvieran paciencia para explicarme “olímpicamente me hacían el vacío”, así que

tenía que esperar el momento apropiado para volver a preguntar.

43

Recorridos de campo y asistencia a asambleas. Los recorridos de campo de los

territorios bajo regadío, siguiendo las rutas del agua por las acequias me sirvieron para

identificar los patrones de cultivos, conocer el territorio, ubicar las fuentes de agua y la

infraestructura hidráulica, al mismo tiempo tomaba notas y fotografías. Tuve la oportunidad

de asistir a las asambleas de los distintos niveles de gobierno, ahí pude registrar los temas

tratados y la participación de los regantes, incluidos eventos de inauguración de obras, y

actos de relación con el Estado.

Entrevistas abiertas. Consideré la entrevista abierta útil para obtener información de

carácter pragmático, de cómo los sujetos actúan y reconstruyen el sistema de

representaciones sociales en sus prácticas individuales (Alonso,1998: 72), aprovechando el

tiempo en que observaba las “tareas siempre presentes”, realice entrevistas abiertas a

sujetos autoridades del agua, y empleados de campo cubriendo los distintos niveles de la

infraestructura hidráulica; las entrevistas se llevaron a cabo en distintos sitos o lugares, por

ejemplo junto a una acequia, en los bares, en las oficinas, en el automóvil mientras nos

trasladabamos de un sitio a otro, a la hora del almuerzo o la comida; o de plano en el

momento en que tenían tiempo para responder y cuando mostraban disposición para

contestar con cierta paciencia; pase la mayor parte del tiempo acompañado de autoridades y

empleados que me explicaron la lógica organizativa y la ejecución de las “tareas siempre

presentes” en el sistema de regadío.

Revisión bibliográfica. Con apoyos bibliográficos, en bibliotecas públicas, librerías

archivos de la Acequia Real del Júcar, se revisaron documentos históricos y actuales como

complemento de información.

44

CAPITULO II

2.1. LA TEORIA

Desde una posición que reconoce la complejidad del pensamiento actual, que trata de

reflexionar sobre las interacciones entre los sistemas humanos y los sistemas ambientales,

que requiere manejar ambigüedades, incertidumbres, visiones múltiples y realidades

heterogéneas, que reconoce la ignorancia, y complejidad para explicar los fenómenos; que

ahora se trata de gestionar el bien común, admitiendo que los hechos son inciertos, los

valores están en discusión, y los intereses en juego son altos (Jiménez Herrero:2000:273,

274), nos introducimos en la selva conceptual para estudiar la organización de los regantes

de la Acequia Real del Júcar, con la intención de ampliar en mayor medida la mirada

cualitativa. Interesan particularmente conceptos que tienen que ver con el manejo de

recursos naturales de uso colectivo como el agua: la organización social, el fenómeno

burocrático, la autogestión, la participación, la cogestión, y la sustentabilidad. Un

entramado conceptual que considero enriquecedor desde el punto de vista teórico y

práctico.

En relación con la organización social y el regadío, se reconoce toda una tradición

sociológica y antropológica, a partir del polémico estudio de Karl Wittfogel, cuya hipótesis

hidraúlica, centró la atención acerca del papel de la administración del regadío como factor

causal en la generación de sociedades despóticas; gracias a dicha hipótesis se generaron

estudios en diversas partes del mundo que fructificaron en la ampliación del conocimiento

de diversas respuestas sociales, tecnológicas y culturales a la práctica del regadío (Palerm,

1997).

En este tema son claves los estudios Karl Wittfogel dado su estudio fundamental sobre las

causas del surgimiento del despotismo oriental, y en nuestros días, los trabajos de Arthur

Mass y Raymond L. Anderson en sistemas de riego modernos de España y Estados Unidos

demostrando capacidad autogestiva de los regantes para administrar los sistemas con reglas

y conocimientos locales, capaces de contener el poder político y centralizado del Estado, y

45

negociar fronteras de intervención y autonomía (Mass y Anderson: 1978:4), lo cual niega la

hipótesis wittfogeliana, con ganancias extras en el sentido de que los estudios de Mass

aportan una metodología para el estudio de sistemas de riego modernos (Glick, 1978).

Los procesos autogestivos han permitido pensar a las sociedades desde sus propias

capacidades y potencialidades, fuera del control estatal, incluso como una forma de

contrapoder al centralismo y despótismo; por lo tanto la autogestión es un concepto que

tiene que ver con la libertad, el humanismo, la ética, la diversidad, y el propio desarrollo

humano y social, por lo tanto es clave en la sustentabilidad (Toledo, 2003)

Elinor Ostrom menciona existe capacidad local para el manejo de los recursos comunes, lo

cual representa una seria alternativa a la administración por el Estado y por el mercado.

Incluso para avanzar en este sentido muestra principios de diseño organizativo que se deben

cumplir para la sustentabilidad de las organizaciones.

La burocracia por su parte es un fenómeno siempre presente en los sistemas organizativos

grandes y complejos, es el brazo administrativo del poder, es una estamento social cuyo

poder recide en la capacidad de poseer la información y monopolizar el conocimiento

especializado, condición en la que estariamos ante la posibilidad de menor capacidad

autogestiva, menor posibilidad de participación social, y menor posibilidad de

sustentabilidad.

Por su parte Vaidyanathan señala la necesidad de especialistas de tiempo completo

(burocracia) para administrar grandes y complejos sistemas de riego, y enfatiza que el

problema central es el control sobre los mismos por los dueños del o los recursos (Palerm,

2003), en caso contrario existe el riesgo de limitar la autogestión y aumentar el poder de los

gerentes y de la burocracia.

Los procesos de participación social son el centro de las propuestas autogestivas, y de

alternativas de desarrollo fundadas en la ética, el humanismo, y la sustentabilidad; sin

embargo la participación puede sera amplia o restringida, estar limitada o ampliada en

46

margenes formales, e informales, leyes, reglamentos, foros, derechos, acceso a la

información, etc., por eso es un concepto que adquiere distintas dimensiones en espacios

distintos, con mayor o menor exclusión social, y mayor o menor sustentabilidad.

La cogestión es un concepto reciente, surge a raíz de visualizar la actuación de distintos

actores sociales sobre un recurso natural, dichos actores sociales tienen que discutir,

negociar y consensar espacios de actuación para administrar y manejar los recursos

comunes; para los sistemas de riego, esto es particularmente cierto, dada la naturaleza física

del agua, la cual fluye por distintos espacios, y obliga la relación conflictiva o no, a partir

del manejo de una misma fuente de agua para esos actores sociales.

Nos posicionamos dentro del paradigma de la sustentabilidad porque es un término de

consenso mundial (Naredo, 2004) que intenta favorecer la integración de la sociedad y la

naturaleza para ofrecer alternativas de desarrollo con compromiso ético, social y ecológico.

Esquemáticamente se intenta mostrar lo anterior en diagrama siguiente:

Fig. 4. Diagrama teórico-conceptual para estudiar el caso de la comunidad de Regantes de

la Acequia Real del Júcar.

47

En el modelo teórico conceptual propuesto, se toma como eje central de referencia la parte

física, que es el agua y la infraestructura hidráulica de regadío, para a partir de ello y

tomando como guía o indicadores las tareas siempre presentes identificar y describir las

relaciones sociales y las interacciones de los regantes con ello mismos y con el Estado,

donde en estas interacciones sociales está presente la intervención en mayor o menor

medida de la burocracia, dependiendo de la capacidad mayor o menor de los regantes para

administrar sus sistemas de riego, así como su participación en la cogestión de las fuentes

de agua, ya sea a nivel de río Júcar o de la cuenca hidrográfica; lo anterior consideramos

que nos da elementos de discusión y análisis para ponderar la sustentabilidad social y la

sustentabilidad general de los sistemas agrarios, en una visión dinámica y compleja que

aspira a visualizar lo natural y lo social en sus encuentros y desencuentros.

En el marco general de la sustentabilidad en que se inscribe el presente estudio, no

podemos obviar el contexto de crisis en la que se sitúa la sociedad actual en relación con

los recursos naturales y en particular con el agua, ni tampoco podemos ignorar que estamos

metidos en un entramado donde se tensan distintos objetivos y valores en relación con ese

recurso.

Sustentabilidad General

Sustentabilidad Social

Agua e Infraestructura

Hidraúlica de Regadío (tareas siempre presentes)

Participación social

Estado Organización

Social y Regadío

Autogestión Cogestión

Burocracia Burocracia

48

Por eso las cuestiones del desarrollo sustentable deben y pueden ser tratadas con

efectividad en el contexto de una multidimensionalidad básica, en la cual las interrelaciones

complejas y dinámicas de cada uno de los elementos sociales, económicos y ecológicos

pueden ser entendidas y tomadas en cuenta en procesos de planificación y toma de

decisiones.

En el caso de la práctica del regadío, consideramos que la sustentabilidad implica sostener

el agua misma y sus fuentes, sostener la infraestructura hidráulica para la distribución de la

misma, construir la organización, evitar o darle tratamiento al conflicto para evitar la

ruptura de la organización, y evitar el riesgo en los sistemas de regadío para sostener

determinados sistemas agrarios, necesarios al sostenimiento humano.

2.1.1. La organización social y regadío

Regadío y evolución social. La discusión amplia de la organización social y regadío refiere

a la importancia del regadío como tecnología causante o no de evolución social, las

determinantes causales de la evolución o no evolución de las sociedades, y la discusión

sobre la unilinealidad o multilinealidad de dicha evolución y el papel del regadío en este

proceso, debate que al parecer no ha quedado resuelto. Hoy se reconoce ampliamente que el

manejo del agua estimula la formación de instituciones y cooperación social.

En el debate de las causas de la evolución social el análisis de dos marxistas no ortodoxos-

Childe y Wittfogel- sobre las sociedades hidráulicas plantean una nueva forma de

subsistencia-la agricultura de riego- para explicar el origen de la civilización, no se desecho

la evolución unilineal, sino que se agrego otra línea evolutiva (Palerm:1997:46), con lo cual

fortalecen el frente multilineal, de la que el narodnismo ruso es precursor (Sevilla Guzmán,

2004).

49

Teniendo como antecedentes las observaciones de Marx, Weber y otros autores acerca de

las características peculiares de las sociedades orientales, en las cuales no había clases

sociales con base en la propiedad de los medios de producción, sino que el Estado era el

gran administrador y poseía el control de los recursos estratégicos, entre ellos el agua para

el regadío y la infraestructura hidráulica, y que a partir de dicho control establecía el

despotismo social, político y económico, Wittfogel observó condiciones físicas

estructurales del medio ambiente en el que se desarrollaban las sociedades despóticas:

regiones áridas y semiáridas, de tal manera que las bases naturales de la sociedad hidráulica

se refieren a las condiciones ambientales áridas y semiáridas cuya cantidad y distribución

anual de precipitación pluvial provoca insuficiencia de humedad para cubrir las necesidades

hídricas de las plantas cultivadas, esta condición natural provoca o no cambios en las

formas tecnológicas, en las formas institucionales, y nuevas formas de control social.

Condiciones en las que si se opta por una producción más a menos estable y segura

implicaba necesariamente agricultura bajo riego, con la salvedad de que no todas las

sociedades de regiones con esas condiciones climáticas desarrollan u optan por el riego, ni

desembocan necesariamente en regímenes despóticos, decidirse o no sobre el regadío

implica decidir desde una perspectiva de cultura y valores en un tiempo histórico

determinado, es decir también las sociedades tienen la oportunidad de elegir o no

alternativas tecnológicas, eligen o no el regadío, pueden o no desarrollan un tipo de estado

y sociedad despótico totalitario (Wittfogel: 1966: 30). Una vez adoptada y ejecutada la

decisión, la nueva economía hidráulica refleja tres grandes características: división del

trabajo, cultivo intensivo y cooperación a gran escala.

La condición física del agua, propicia trabajo colectivo. En el caso del agua para el

regadío, dada su naturaleza física de fluidez, bajo determinadas condiciones tecnológicas

(regadío por canales) y climáticas (escasa o abundante precipitación pluvial) su

avenimiento es impredecible, y cuando fluye puede hacerlo en volúmenes escasos o

avenidas de gran volumen, por lo que se requiere de trabajo colectivo para controlarla, y en

su caso, su administración posterior para cubrir necesidades hídricas de los cultivos

agrícolas para la división del trabajo existían actividades preparatorias a gran escala cuyo

fin era el regadío y actividades protectoras cuyo fin era controlar las inundaciones,

50

dependiendo de los patrones hidráulicos de cada región, unas requerirán mayor o menor

obra que otras. Pero invariablemente requerirán de cooperación a gran escala, porque se

manejan grandes volúmenes de agua, pueblos enteros o estratos importantes de población

están obligados a prestar servicios en las tareas de construcción, mantenimiento y limpieza

de canales, bordos, diques, etcétera; es decir que bajo estas condiciones de agricultura de

riego a gran escala, el manejo y administración del agua e infraestructura hidráulica

requiere necesariamente de la cooperación para llevar a cabo “las tareas siempre presentes”,

así como la construcción de organización necesaria para elaborar y aplicar la normatividad

que permita distribuir el agua y como dicen los agricultores “llevar la fiesta en paz”, que

equivale darle tratamiento al conflicto que conlleva la apropiación del recurso.

Conviene señalar que en la discusión wittfogeliana el tamaño de los sistemas de riego si

importa, en el caso de pequeño riego o la llamada hidroagricultura, no se dan las

condiciones para que surja la burocracia hidraúlica y el despotismo, los regantes realizan

las tareas de distribución, limpieza, etc., con sus propios miembros y recursos, incluido el

conocimiento local; a diferencia de la gran irrigación donde las proporciones o tamaños de

los sistemas de riego, implican administrar grandes volúmenes de agua y dimensiones de

infraestructura hidraúlica, que hacen necesaria la cooperación y organización a gran escala,

además del conocimiento especializado de los burócratas.

En resumen la hipótesis de Wittfogel simplificada dice que el regadío fue la base material

causal del surgimiento de un tipo de Estado y sociedad “Sociedad Hidráulica” ó “Estado

Totalitario”, cuyos rasgos característicos fueron la centralización del poder político

mediante el monopolio de la administración de recursos hidráulicos, una relación directa

entre medio físico-ecológico- administración centralizada y control político (Wittfogel,

[1957],1966: 69-71); a pesar del tiempo transcurrido el debate no concluye de tal forma que

la polémica con Wittfogel tiene varios frentes:

1) Con los evolucionistas unilineales y la propuesta de otra línea evolutiva.

2) El tipo societario que propone, en donde no hay clases sociales y la oposición se da

entre sociedad y Estado al controlar este recursos económicos claves.

51

3) El origen de la civilización, Childe propone que se necesitan varios elementos para

que surja una ciudad: una agricultura capaz de generar excedentes, y un forma de

coerción para produzcan y se entreguen: la capacidad de coerción-según Childe-

viene de la organización necesaria para la agricultura de riego (Palerm, V. 1997:

49).

Después de Wittfogel, contribuyó fuertemente en esta vía de evolución multilíneal, la

propuesta de Julian Steward de hacer tipologías de sociedades con base en la organización

social más vinculada directamente a la subsistencia y a la economía de la sociedad, es decir

tomar la adaptación ecológica y al medio ambiente como punto central para elaborar una

tipología de sociedades y explicar la evolución sociocultural (Palerm:1997:46; Sevilla

Guzmán: 2003; Martínez Saldaña: 1988).

Encontramos pues importantes antecedentes del regadío como causante de conformaciones

sociales, en el cual el Estado es un actor central.

2.1.2. La burocracia

La burocracia puede analizarse como problema político y como problema administrativo,

desde Hegel, Marx, Stuart Mill, Trotsky, Lenin, Lukács, Weber, Wittfogel, fueron autores

que la estudiaron preocupados por su creciente presencia y poder en las sociedades agrarias

e industrializadas. Fue T.W. Taylor el primero que distinguió las funciones de dirección y

ejecución dentro del proceso productivo, preocupado por imitar la perfección de la maquina

en el trabajo, el obrero debía parecerse a la maquina, se preguntaba ¿De que manera la

ejecución de las directivas puede llegar a ser lo más racional posible?, entre dirigentes y

ejecutantes debe existir pasos, aparato de control y capataces funcionales, coordinados por

jefes dueños de un papel centralizador (Lapassade:1999:145).

El concepto de burocracia. Cómo tipo ideal la burocracia hace referencia a la

organización que esta diseñada racionalmente y según criterio de máxima eficiencia para

cumplir los objetivos, así que existe una serie de características que funcionan con este

52

propósito: especialización, división del trabajo, jerarquía de mando, asignación de

responsabilidades, reglas y procedimientos, competencia técnica, impersonalidad,

comunicaciones formales y escritas, escala de retribuciones, etc., , aunque en la realidad

existen otras estructuras informales a partir de las redes de lealtades personales o intereses

de grupo que surgen en el seno de la organización burocrática y que muchas veces la

pueden hacer funcionar con mayor eficiencia o ineficiencia por ritualismo, inercia y la

presencia de la oligarquía (Macionis y Plummer:191-193).

La palabra tiene una pluralidad de significados interrelacionados; es un sistema de gestión y

administración que puede ser altamente racional y de eficiencia técnica, caracterizado por

una organización jerárquico-autoritaria, asignación de funciones en base a la capacidad,

rigurosa delimitación de competencias entre las distintas ramas que lo integran,

estructuración con arreglo a normas y a reglas técnicas, objetivos impersonales, el

procedimiento escrito y formal en la tramitación y resolución de los asuntos (García

Pelayo:1974:15-16). Según John Stuart Mill, citado por Krieger la burocracia es una forma

de gobierno que ocurre cuando las tareas de gobernar están en manos de gobernantes de

profesión (Krieger:1981:63).

O bien es un sistema de racionalidad y funcionalidad aparentes, de arbitrariedad y

disfuncionalidad reales cuyo resultado es la ineficacia y caracterizado por actuar con un

formalismo ignorante de la realidad, por la sumisión del concreto vital a abstracciones

desvitalizadas, por la pedantería, (es decir por el detallismo), por la rutina administrativa

(ritualismo), por la dilación en las resoluciones, por la evasión de la responsabilidad y la

sumisión dogmática a los criterios de superioridad o del precedente, por la “incapacidad

adiestrada” (Veblen) o , en fin por ser un sistema de organización incapaz de corregirse en

función de sus errores y cuyas disfunciones se convierten en uno de los elementos

esenciales de su equilibrio interno (García Pelayo:1974:17).

El término burocracia tiene tres significaciones:

53

1. El sentido que le da Hegel, Marx y Trostky que se refiere al poder de las oficinas, al

dominio del aparato administrativo.

2. Para Weber es un sistema de organización racional

3. En el lenguaje popular significa la rutina, el papeleo.

Weber llama burocracia a la racionalidad integral, la cual tiene ciertos rasgos

característicos:

- Competencia de autoridad generalmente ordenado con reglas que señalan

atribuciones de los funcionarios y prevé medios de coerción.

- La burocracia está jerarquizada.

- Importan los documentos escritos para la gestión

- Presupone una formación profesional rigurosa

- El funcionario consagra todo su tiempo a la administración

- El acceso a la función y su ejercicio suponen conocimientos técnicos aprendizaje

jurídico, etc.

Políticamente se puede definir a la burocracia como un modelo específico de producción, es

decir como una formación económico-política a escala mundial (Lapassade:1999:293-295).

Michel Crozier establece cuatro caracteres de la burocracia:

1. Desarrollo de reglas impersonales, exámenes de admisión y ascenso en las

categorías jerárquicas; principio de antigüedad son reglas que protegen de la

arbitrariedad y el fanatismo; sin embargo subsisten márgenes de dentro de los cuales

los protagonistas pueden encararse y negociar.

2. La centralización de las decisiones, para evitar iniciativas personales, de encarnar la

arbitrariedad. Pero el resultado es un incremento de la rigidez de la organización;

quienes deciden están lejos de los problemas concretos diarios de la organización, y

quienes están en cambio cerca de esos problemas no pueden hacer otra cosa que

aplicar las reglas, aún cuando éstas paralicen las conductas de adaptación.

54

3. Aislamiento de cada categoría jerárquica. Entre las categorías se establecen barreras

protectoras que por otra parte impiden el desarrollo de redes informales o

sociométricas de relaciones capaces de recortar la separación de los

4. Desarrollo de relaciones de poder paralelas. A pesar de todas las normas y reglas

siempre quedan relaciones de poder informales; el peso del orden formal hace surgir

el orden informal como orden de oposición y defensa (Lapassade:166-170).

Las implicaciones de la burocracia. Hegel proclama que la burocracia tiene por misión

introducir la unidad en la diversidad, el espíritu del Estado en la sociedad civil anuncia el

tiempo de la burocracia, como el nuevo rostro de la historia, aurora de tiempos modernos.

Marx rechaza el modelo de Hegel diciendo que es un sistema “racional” profundamente

irracional, pero la historia parece haberle dado la razón al primero (Lapassade: 1999:109).

Para Weber la burocracia era el espíritu del sistema absoluto en la organización, es la

negación de la vida, de la creatividad, con su rigidez, y jerarquías absolutas tiende a negar

el cambio perseverando en su ser; sin embargo eso es sólo ilusión, porque en el nivel de la

burocracia no es posible la estabilidad acabada, porque aquí no acaba la historia

(Lapassade:1999:210).

El fenómeno burocrático tiene su propia especificidad, que se desarrolla a gran velocidad,

en una escala gigantesca, que invade Estados, modela relaciones humanas e introduce

sistemas de valores, aunque hay quienes ven en el una vicisitud del capitalismo, pero muy

bien puede disociarse del capitalismo y constituir un nuevo modo de dominación

(Lapassade:1999:222).

Poner al administrado en el lugar del burócrata, no resuelve nada porque el administrado se

vuelve a su vez en burócrata, nada se puede hacer si no se destruye la relación jerárquica en

todas partes donde se la pueda destruir para construir una nueva relación

(Lapassade:1999:234).

55

La discusión se ubica en la corriente de análisis acerca de la presencia y el carácter de la

administración burocrática, sea o no del Estado, es decir cuando los no propietarios

controlan (Palerm y Rivas: 2005: 11-12), lo cual tiene importantes implicaciones en la

discusión acerca de los limites de la capacidad autogestiva.

Al parecer Saint-Simón ya observaba la necesidad de una coordinación “no política” como

imperativo administrativo de la sociedad moderna (Krieger:1981:72).

La experiencia indica que cuándo la administración de sistemas de regadío es asumida por

el Estado -sobretodo en sistemas grandes- involucra una burocracia hidráulica, la cual

mediante conocimientos “especializados” -generalmente adquiridos en universidades- y

estructuras racionales y complejas, administra los sistemas de regadío de manera “racional”

y centralizada (a partir de su misma complejidad técnica), un manejo burocrático

institucional fuerte (Vaidyanathan), espacios que no admiten otras lógicas administrativas,

parafraseando a Enrique Left, sin diálogo de saberes (Leff, 2003).

Lo opuesto a la burocracia sería la autogestión, la creatividad, la iniciativa, la

comunicación, la participación directa, la toma de decisiones por los involucrados y la

responsabilidad directa de sus actos.

2.1.3. Autogestión y participación

La autogestión y sus implicaciones. Desde lo social las ideas fundamentales detrás del

concepto de autogestión, en último término coinciden en alto grado con antiguas ideas del

humanismo, se identifica con: libertad, autodeterminación, participación, solidaridad,

justicia, y equidad; significa que el concepto de autogestión es un entronque o una filosofía

del ser humano, de la vida y de la sociedad, que tiene dimensiones por lo menos en tres

niveles: en el ámbito ideológico, en el político y en el técnico. Tiene alcances en el ámbito

ideológico porque es una concepción de la existencia y de la vida que busca la creación de

una nueva sociedad. Tiene dimensiones políticas por que pretende cambiar el orden

establecido, lo cual significa una transferencia de poder desde las minorías que lo detentan

56

hacia la mayoría que gana el sustento con su esfuerzo y trabajo. Por último tiene

dimensiones técnicas, ya que trata de utilizar los métodos más eficientes para alcanzar los

objetivos buscados, incluyendo métodos nuevos de carácter participativo y democrático,

“...la búsqueda de la libertad y de la autodeterminación han constituido de siempre una

especie de continuo en la historia humana...buscar formas superiores de organización y de

vida”. (Espinoza, 1983:66-68).

La autogestión seria la forma de producción y de vida en que la organización y la gestión,

están en manos de la colectividad, motivaciones y decisiones verdaderamente colectivas, no

es propiedad de unos cuantos. La autogestión tiene raíces en la vida afectiva y en la cultura

de los grupos (Lapassade:1999:290-291).

Desde la economía, el modelo autogestionario de producción constituye la evolución

adecuada de la sociedad post-industrial para superar el autoritarismo político y económico,

la crisis del sistema debido a sus contradicciones, la guerra como consecuencia de ella, la

destrucción del medio ambiente, la economía de lucro. En vez del derecho de propiedad

para ser rico por que otros sean pobres, para privar a otro de su derecho al trabajo, para usar

y abusar del poder del dinero, la propiedad debe estar en función social. Se pretende la

creación de una sociedad comunitaria, donde el hombre decida, en sus empresas, localidad,

comarca región, país y planeta, una sociedad autoorganizada, no programada por

tecnócratas, burgueses o burócratas (Guillén: 1983:59,61,62). La autogestión, participación

y la democratización económica buscan en esencia, aumentar la ingerencia y la

participación de todos los trabajadores en la administración y manejo de las empresas y en

todas las actividades que los conciernen (Espinoza, 1983:78). La participación es un

método de gobierno, un estilo de hacer política, asumir la diversidad y el conflicto,

flexibilizando la rigidez y la burocracia, impulsando la transparencia. La autogestión debe

organizar los espacios económicos y ecológicos con plena participación popular en los

gobiernos locales, comarcales y regionales, con democratización de las empresas, con

descentralización del poder burgués o burocrático, surgiendo así una democracia directa

(Guillén, 1983:60).

57

Marx opone al régimen de la burocracia el self goverment de los trabajadores, pero no

desarrollo el principio de la autogestión, aunque advierte la solución en la experiencia de la

comuna, sin embargo persiste la pregunta ¿qué puede significar un sistema no burocrático?

¿De qué modo concebirlo? (Lapassade:1999:208). Una posibilidad de indicadores es que a

partir de que la autogestión es un componente importante de la sostenibilidad, y desde este

concepto se entiende que es la capacidad que tienen los sistemas sociales o productivos de

regular sus relaciones con el exterior, a partir de un sistema organizativo que define

endógenamente sus metas, objetivos y prioridades (Massera, et al, 2000:22), con lo cual se

indicaría el control sobre la toma y ejecución de decisiones.

En América Latina el tema de la autogestión local está cobrando importancia vínculada a

las visiones prácticas de las relaciones socioeconómicas, la organización y la praxis

política; la propia descentralización de procesos económicos y sociales y la reestructuración

o adelgazamiento del Estado en la atención a problemas de la sociedad y los individuos,

unidos a los reclamos de mayor participación social, han impulsado los procesos de

autoorganización de los grupos formales e informales, en ocasiones a raíz de crísis

económicas y estatales como sucedió en Argentina o Bolivia, otras veces a raíz de un

proceso dirigido desde el Estado, en un proyecto social amplio y revolucionario como está

sucediendo en Venezuela, donde los procesos de cogestión (Estado-obreros) está vinculado

directamente a las fabricas e iniciando una interesante experiencia de administración y

gestión colectiva. La situación Latinoamericana nos muestra al menos dos caminos de

impulso a los procesos autogestivos: “desde arriba” en un marco nacional impulsado por el

Estado, “desde abajo” en respuesta a crísis socieconómicas generalizadas.

Los problemas de la autogestión en la práctica. Para discutir los procesos prácticos de

autogestión, podemos retomar las experiencias de participación social en la administración

de empresas por los trabajadores, muchos autores pusieron énfasis en que se trataba de

aumentar la participación y el control de la gente sobre la administración de sus recursos,

sobre la planificación y sobre las formas de interrelación económica de la sociedad, y

aunque hablaban de experiencias particulares del control de las empresas por los

trabajadores, en esencia estaban describiendo los procesos de la autogestión.

58

Una experiencia importante de autogestión se llevó a cabo en la antigua Yugoslavia, las

Constituciones de 1953 y 1963 consagraron la autogestión en todo el país, experiencia que

según Eduardo Bastos Noreña, se inspiró en la zadruga (comunidad campesina familiar

tradicional típica de los eslavos del sur, regida democráticamente por asamblea de

miembros de la comunidad), y que mostró necesidades de manejo burocrático y

conocimientos especializados en ciertas áreas de las empresas (Bastos, 1974:153) dada la

falta de experiencia previa de los trabajadores; por lo tanto la necesidad de contratar

administradores o burócratas que después se hacen del control de las fabricas, excluyendo a

los trabajadores. Es decir que la práctica de la autogestión tuvo que resolver problemas

técnicos que no dependían de elección democrática, se requerían especialistas para resolver,

el problema entonces sería como controlar estos nuevos burócratas.

Así por ejemplo, se distinguen tres etapas en el desarrollo de la empresa autogestiva: una

primera etapa, de la conquista del autogobierno, con alto nivel de participación; segunda

etapa se empiezan a enfrentar los problemas de la falta de crédito, canales de

comercialización, dispersión de esfuerzos internos, etc., tercera etapa, agotamiento de

capital, retrazo tecnológico, falta de capacidad gerencial, el problema de la propiedad de los

medios de producción, algunos estudios llaman a esta etapa “la del poder de los

administradores”, que es la que se da en aquellas empresas que aún tienen una situación

económica rescatable. Es decir, en esas empresas los trabajadores ante la eventualidad de

perder sus puestos de trabajo, son aconsejados o se inclinan a contratar un técnico o a un

administrador general, quien habitualmente parte concentrando todos los poderes dentro de

la empresa, volviendo así a las situaciones de autoritarismo similares a las anteriores al

punto de partida (Espinoza, 1983: 73-74); según Bastos, los yugoslavos opinaban que una

cierta tecnocracia se presentaba como inevitable a un nivel dado de desarrollo y de

concentración de la empresa, pero era necesario limitarla y controlarla en lo posible,

opinión que también tenían los israelíes (Bastos, 1974:350).

59

Estas experiencias previas de autogestión pueden retomarse para la discusión acerca de la

necesidad o no de un staff profesional para manejar grandes sistemas de regadío, dada la

complejidad técnica de algunos sistemas (Vaidyanathan, 2000:23).

Para nuestro caso de estudio sabemos que los sistemas colectivos de regadío son un motor

de participación, que a su vez puede generar capacidades para otras participaciones, además

al haber un valor comunitario del uso del agua y de la infraestructura física, posiblemente

se generen reciprocidades y confianzas mutuas, aunque evidentemente también conflictos.

Entre ellos que haya riesgos de concentración de poderes en el personal administrativo, en

los sistemas de regadío gobernados por los mismos regantes, de ahí la importancia de

observar distintos tipos de autogestión; al menos se distinguen dos, una cuando los regantes

contratan a especialistas para llevar a cabo la administración, pero vigilados por los

regantes, y la otra es que los regantes cubren todos los puestos, tanto de gobierno como

administrativos se distingue una de otra al separar analíticamente gobierno y operación, de

ahí la importancia de identificar a los empleados y sus funciones. (Palerm, 2001).

Ante la situación de crísis del agua que se manifiesta entre otras cosas en el abatimiento de

acuíferos, la disputa por derechos a las aguas y a las tierras (de facto, aunque no

necesariamente de jure) tanto por sobreexplotación del recurso como por políticas

hidráulicas (que no hidrológicas necesariamente) de trasvases intercuencas, contaminación

del agua, la perdida de regadíos tradicionales, erosión de la cohesión social comunitaria,

introducción de tecnologías de riego que intentan “eficientar” los sistemas y desplazan o

eliminan las tecnologías y el conocimiento local. Un frente de actuación posible para

contrarrestar esta situación es el Estado que cómo actor fundamental en la organización de

la producción agraria, tiene relación con la sociedad mayor, como un ente legítimo y

normativo, arbitro a ciertos niveles del conflicto, esto es particularmente cierto en el

manejo social del agua.

60

2.1.4. La cogestión o coproducción

Los conjuntos sociales jamás se encierran en si mismos, se comunican necesariamente con

otras organizaciones dentro de conjuntos institucionales, que cooperan, que entran en

conflicto. El sentido de los conjuntos está aquí, ahora y en otra parte, y en la historia,

ningún conjunto social puede constituir una totalidad acabada (Lapassade:1999:210).

En un escenario de mutua dependencia de diferentes actores sociales con relación a un

mismo recurso, o también de relación social, en este caso el agua y las comunidades de

regantes, así como el Estado y las empresas privadas, se intenta comprender la dinámica de

participación, negociación, colaboración, y conflicto a partir del concepto de cogestión,

también llamado coproducción.

La cogestión es un concepto que implica una situación en la cual dos o mas actores

negocian, definen e intentan llegar a acuerdos para definir derechos, funciones y

responsabilidades, en relación a un territorio determinado, a un recurso natural o un

conjunto de ellos. La cogestión parte de supuestos como: de respeto a la pluralidad de

pensamientos, conocimientos, y sentido de equidad, justicia social y democracia, basado en

condiciones de completo acceso a la información de los problemas relevantes, libertad y

capacidad para organizarse, libertad para expresar necesidades y problemas, un medio

ambiente no discriminatorio; además de considerar que los procesos son complejos,

contradictorios, confusos, envolviendo frecuentes cambios, sorpresas, información

contradictoria, lo cual requiere reconocer que no hay una “unica y objetiva” solución para

el manejo de recursos naturales, sino que por el contrario existe una multiplicidad de

opciones diferentes, capaces de conjuntar las necesidades de conservación y desarrollo,

aunque se reconoce que también existe una multitud de opciones negativas y desastrosas

para el medio ambiente y el desarrollo.

61

El concepto de cogestión es importante para discutir las actuaciones sociales, los diseños

institucionales y la negociación en el manejo del regadío; donde interviene el Estado, que

participación social, bajo que formas, foros y mecanismos y que reflexividad social desde

los regantes, sobretodo aceptando que la tecnología del regadío implica componentes

técnicos y sociales porque no basta que exista el agua y la infraestructura de riego, debe

existir la capacidad para organizarse, y hacer que el sistema o los sistemas de riego

funcionen y se sostengan a través del tiempo, lo cual exige esfuerzo colectivo para realizar

las “tareas siempre presentes” con requieren administración y presencia de organización,

que puede o no ser asumida por el Estado (Palerm,1998).

2.1.5. La sustentabilidad

Los orígenes. A partir de las consecuencias y efectos en el medio ambiente que el modo de

uso industrial de los recursos naturales estaba (y esta) causando, en los años sesentas y

setentas del siglo XX, surgieron protestas de grupos ecologistas quienes advertían de los

graves daños de continuar en ese camino destructivo; solo entonces se empezaron a

discutir los limites al crecimiento económico.

La aparición del informe Nuestro Futuro Común, también conocido como informe

Brundtlan en 1987, colocaron el desarrollo sustentable en la agenda de los organismos

mundiales; el concepto de sustentabilidad precedido del concepto de ecodesarrollo,

desarrollo integra y otros, incorporo los aspectos ecológicos, (sustentabilidad ecológica),

sociales (sustentabilidad social), y económicos (sustentabilidad económica), que se

convirtieron en la “santísima trinidad”, necesaria para el desarrollo (Foladori, 2002).

La polisemia del concepto. Reconocido oficialmente en la Agenda 21 de la Organización

de las Naciones Unidas, como producto de la declaración de Río sobre Medio Ambiente y

Desarrollo, el desarrollo sustentable se ha establecido como un paradigma que pretende

conciliar el desarrollo económico de la sociedad y el equilibrio de la naturaleza. Aunque es

un paradigma en construcción, es un termino de consenso que circula como moneda

62

corriente en ciertos espacios científicos y académicos, sobretodo porque tiene atractivo

discursivo de salvación, ante la crisis ecológica y social presente.

La sustentabilidad, incluye elementos ecológicos, económicos, políticos y sociales, a partir

del reconocimiento de la necesidad de compatibilizar el crecimiento económico con el uso

de los recursos naturales, y los impactos de dicho crecimiento sobre el medio ambiente que

nos coloca en situaciones de riesgo social y ambiental mundial; de tal manera que a partir

de las protestas de grupos ecologistas, y para hacer compatible en el discurso, el

crecimiento económico y el cuidado del medio ambiente, se acuño el término desarrollo

sustentable o sostenible, intentando que se convirtiera en el lenguaje posible de lograr el

consenso entre científicos, académicos, luchadores sociales, ambientalistas, intelectuales,

políticos e incluso instituciones financieras mundiales. Sin embargo el concepto es

polisémico, por un lado es un objetivo político y por otro lado se erige como un adjetivo

que califica de forma dinámica un estado de cosas.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo la

sostenibilidad puede entenderse como aquel proceso de adaptación y de encuentro entre los

distintos sistemas o funciones sociales, económicas y ecológicas en las que se desarrollan

las actividades humanas (Tábara:2003:447).

Podemos entender a la sustentabilidad como aquel continuo proceso de aprendizaje

reflexivo que es capaz de anticiparse a los cambios ecosistémicos perversos, mediante la

creación de aquella estructura social cuyo objetivo dinámico consiste en la integración

social, el respeto, y la conservación de conocimientos, de racionalidades y de valores

culturales y naturales relevantes para la optimización de los diferentes subsistemas de

información y de los recursos de los que depende (Tábara:2003:449).

Los problemas de su definición, originan problemas de su medición. Hemos

mencionado que el concepto de sustentabilidad intenta ser la guía de consenso para la

acción social, sin embargo, de origen tiene problemas porque tiene múltiples

interpretaciones, dependiendo de los intereses de los actores involucrados en el discurso, lo

63

cual permite que desde de su definición empiecen los problemas, por ejemplo: es el proceso

mediante el cual se cubrirían de manera permanente las necesidades materiales y

espirituales de todos los habitantes del planeta sin deterioro e incluso mejora de las

condiciones socioambientales que le dan sustento (Massera, Astier y López-Ridaura

2000:10), observamos que sobre el corazón mismo de esta definición, se sitúa la discusión

acerca de las necesidades, tema polémico porque tiene implicaciones ideológicas, sociales y

culturales al plantearse el problema de quién las define, y quién las delimita; Strong, pone

énfasis en los valores, de donde resulta que los diferentes sistemas de valores, producirán

diferentes necesidades y metas de desarrollo, y esas metas darán lugar “en su momento” a

las distintas decisiones para el desarrollo (Strong: 1999:20), es decir que evidentemente las

necesidades son distintas si comparamos sociedades en los Estados Unidos y sociedades en

México o en África; distintos sistemas de valores y distintas metas de desarrollo. El

concepto, al tener implicaciones técnicas, socioeconómicas, políticas, éticas y culturales,

exige una perspectiva interdisciplinaria, y el impulso de mayor participación de la gente,

para ello se requiere utilizar marcos multicriteriales y multitemporales de evaluación, con

lineamientos claros y coherentes (Massera y López-Ridaura, 2000). Además es un concepto

que implica “equilibrio dinámico” entre múltiples variables, equidad, sustentabilidad

ambiental y crecimiento económico (Dourojeanni y Jouravlev:2002:17).

La cuestión central es como lograr el equilibrio entre la satisfacción equitativa de las

necesidades humanas y la conservación de los sistemas biofísicos, de tal manera que se

sostenga la humanidad sobre el planeta y disminuir el riesgo de extinción (Jiménez,

Herrero:2000:21). Conseguir que el mundo sea equitativo, y sostenerlo en el tiempo implica

reconocer la complejidad de la realidad y empezar por cambiar el “metabolismo” de la

sociedad industrial para “engranar” la economía mundial, con la ecología global (Jiménez,

Herrero:2000:26), el problema es como lograrlo porque la economía actual no contiene los

conceptos, ni valoraciones que hagan compatible esos objetivos (Naredo y Martínez Alier,

2003).

La propuesta del metabolismo social. Un nuevo paradigma se empieza a abrir paso en la

construcción teórica de la sustentabilidad, autores como Victor Manuel Toledo, consideran

64

que es clave para la sustentabilidad pensar la naturaleza y la sociedad bajo el paradigma del

metabolismo social, se refiere en esencia a un análisis socioecológico de la realidad, esto

implica una perspectiva holística y heurística bajo una concepción de intercambio entre

sociedad y naturaleza, donde la sociedad para su funcionamiento, internaliza de la

naturaleza los elementos químicos y biológicos necesarios, que le van a permitir realizar los

procesos esenciales para su continuidad, los cuales serán inmediatamente consumidos,

circulados o transformados dentro de procesos más amplios de intercambio, para finalmente

también ser excretados total o parcialmente bajo diferentes formas nuevamente hacia la

naturaleza (Toledo, 2003).

En este enfoque se establece que la sociedad debe respetar la capacidad de la naturaleza de

absorber o reciclar esas excretas. Se trata de ver la sociedad y la naturaleza en su propia

dialéctica de mutua influencia, en sus relaciones de intercambio, dentro de las cuales están

localizados los procesos sociales (políticos, ideológicos, culturales, institucionales, formas

de propiedad y acceso de los recursos naturales, formas de producción, etc.) a manera de

una modelo orgánico celular, donde la membrana de la sociedad sería la producción

primaria y el sector rural, compuesta de unidades de producción-apropiación que en general

son tres grandes tipos históricamente construidos: 1) cinegético; 2) agrario-campesino; 3)

agroindustrial, grandes o pequeñas, familiares o corporativa, locales o nacionales o

multinacionales (Toledo, 2003), la parte interna sería la sociedad y la parte externa la

conformaría la naturaleza.

El nuevo paradigma se establece a partir de la tesis de que el desarrollo del modelo

industrial, constituye una modernidad incompleta y hasta perversa, a partir de la cual es

necesario construir una “segunda modernización”, esta “post-modernización” nace como

una reacción de emergencia frente a aquello que amenaza el planeta, desactivar la crisis

ecológica que es al mismo tiempo y antes que todo una crisis social. La alternativa que se

presenta es que la política ecológica debe dirigirse hacia la reorganización de la sociedad,

pues la organización es fuente de poder (Toledo, 2002).

65

La sustentabilidad no sólo depende de mantener el estoc de recursos naturales o la calidad

del medio ambiente en buen estado, sino que también supone evitar la destrucción de

información y conocimientos acumulados por la humanidad durante su evolución, en el

entorno en que esos conocimientos y esa información son imprescindibles para encontrar

soluciones, criterios y valores que permitan resolver problemas derivados de la escasez y

derroche de los recursos naturales (Tábara:2003:448).

Por su parte Victor Manuel Toledo apunta que, existe manipulación del concepto de

sustentabilidad, y miles de definiciones, por lo cual es necesario impulsar una versión

critica del mismo, que sea coherente, fidedigna, legitima, avalada por ejemplos

certificables, empíricamente comprobables en acciones y proyectos, tales como: manejo

adecuado de recursos naturales, equidad, democracia participativa, respeto por la memoria

y los saberes locales, la autogestion y el uso respetuoso de la ciencia y la tecnología.

Contrario a una modernidad dominante que se fundamenta en el mercado, las

corporaciones, la democracia desde arriba y un uso perverso de la ciencia y la tecnología

(Toledo, 2005).

La dimensión social de la sustentabilidad. La dimensión social de la sustentabilidad va

enfocada hacia los sistemas humanos, hacia la participación y hacia la reflexividad social

(González de Molina y Garrido Peña:2004), se trata de incidir en la organización social e

institucional y en la participación de la gente, con los objetivos de lograr cohesión social y

mantenimiento de la estabilidad social y cultural (Jiménez, Herrero, 2000:116),

necesariamente implica observar formas de organización, tipo y estructura de gobierno,

niveles y mecanismos de resolución de conflictos.

Para algunos autores en la sustentabilidad social es importante una serie de elementos, entre

los que se pueden destacar: a) tipo de contrato social que rige entre los actores locales y los

que tienen intereses a distancia; b) sistemas culturales en materia de derechos sobre

recursos como propiedad (tenencia), usufructo o custodia; sistemas de autoridad y

aplicación de normas; d) organización de productores; e) sistemas de bolsas de trabajo; f)

66

sistemas de valores y creencias, entre otros, los cuales se consideran cruciales en la

creación de organización y formación de capital sociocultural (Jiménez, Herrero, 2000:116-

117); los objetivos y valores de la sustentabilidad incluyen la recuperación del

conocimiento que a lo largo de la historia han desarrollado las diferentes culturas sobre el

uso de recursos, el derecho a la gestión participativa en el manejo comunitario de los

recursos que construye la legitimidad social, así como los instrumentos técnicos y legales

para reorientar las decisiones hacia los objetivos y valores de la sustentabilidad; por lo

tanto, debe ponerse atención en las decisiones que se toman en la práctica del manejo de los

recursos naturales, cuáles son los criterios de su manejo, a que lógicas obedecen las formas

de organización y administración de su manejo, cuales son los espacios de participación de

los actores sociales, y que implicaciones tiene en su relación con otros actores locales y el

Estado. Si no se discuten esas relaciones, estamos negando que la sustentabilidad también

depende del poder y como consecuencia del Estado, reconocer que este ejerce un control

generalizado en los derechos a participar en las decisiones, legitíma intervenciones y

excluye otras.

A manera de conclusión podemos decir que el esquema teórico elegido cobra relevancia en

la situación actual, donde existe el consenso de que la sustentabilidad de los sistemas de

riego se logrará con plena participación social, con usuarios que se incorporen a la

discusión y toma de decisiones, con acceso previo a la información, más en situaciones de

riesgo extremo como el caso de sequía, donde la reflexividad social puede ayudar a romper

el monopolio del conocimiento de los “expertos” y de la burocracia hidráulica, evitando los

despotismos hidráulicos y fortaleciendo la autogestión.

67

CAPITULO III

3.1. EL MARCO DE REFERENCIA

3.1.1. La gestión del agua en España

Revisar la gestión del agua significa revisar la política hidráulica del Estado,

particularmente importante en la actual situación de fuerte competencia por el agua, dónde

se han introducido actores sociales, económica y políticamente más fuertes que el sector

agrario, tanto por la menor rentabilidad de la agricultura, como por el marco que establece

la Unión Europea en materia hídrica. Ante esta situación nos preguntamos ¿Qué legislación

existe sobre el regadío?, ¿Qué instituciones están presentes y qué acciones formales llevan

a cabo?, ¿Cuál es la situación de la gestión hídrica y que retos enfrenta?, y con ello

localizar espacios y márgenes legales y de participación que tienen las comunidades de

regantes tienen para defender sus derechos y fuentes de agua.

3.1.1.1. Antecedentes históricos

3.1.1.1.1. Una condición física en el territorio que legitima el regadío

Bajo las condiciones del clima mediterráneo, la precipitación pluvial interanual e intra-

anual en el territorio de la Península Ibérica, es una condición física que legitima la

planificación hidráulica y el regadío. Por las variaciones registradas entre cuencas,

encontramos valores que van de 200 mm en el sureste y las Canarias orientales, a zonas con

más de 2,400 mm en el norte. También las variaciones temporales son fuertes: las

precipitaciones del año más seco de la serie son del orden de 60% de la media, y hasta el

150% en el año más húmedo (López, 1993:178).

Dicha “irregularidad”, obligaría a observar en el regadío, una alternativa tecnológica para la

producción agrícola, elegida desde tiempos históricos para colonizar y administrar

territorios, impulsar el crecimiento económico y productivo, y provocar los consecuentes

impactos sociales y políticos.

68

3.1.1.1.2. La profundidad histórica del regadío

Como producto de la visión unidireccional del desarrollo y la escasez de precipitación

pluvial, se establecieron sistemas de regadío por todo el territorio, tanto por iniciativa de

señores feudales y propietarios, como por parte del Estado; en opinión de los expertos, por

su origen, al menos un tercio del regadío es histórico, un tercio más es de los establecidos

con intervención estatal y de la iniciativa privada, por política de expansión en la época

franquista y un tercio es el referido a las aguas subterráneas (López y Naredo, 1997: 15).

Desde el primer milenio a.C. se encuentran regadíos autóctonos en la vertiente

mediterránea con influencia fenicia, griega, cartaginesa, romana, árabe, siria y egipcia;

para el siglo XVIII se desarrollaron legislaciones sobre uso y posesión de las aguas tanto en

Aragón, con Jaime I, como en Castilla con Alfonso X y sus Partidas, de ahí surgieron los

primeros esbozos de las Comunidades de Regantes.

Uno de los impactos sociales más reconocidos del regadío español, y una de las

instituciones más sostenible social y jurídicamente, es el Tribunal de las Aguas de Valencia

. Este tribunal muestra fuerte capacidad autogestiva (Maass y Anderson, 1978: 11-52),

heredera de una fuerte tradición y práctica social intensa en la región.

3.1.1.1.3. El impulso liberal sobre la propiedad del agua

Reconociendo la importancia del control administrativo y de la propiedad del agua, en la

Europa medieval los recursos hidráulicos fueron bienes personales o patrimoniales sujetos

al dominio del soberano; de esta manera podían ser sujetos de cesión, enfiteusis, donación o

alineación de dominio, a título de derecho privado en beneficio de señores, monasterios,

abadías, pueblos, ciudades u otras entidades. Aunque había un derecho a disponer del

soberano, otros tenían derecho a utilizar; el elemento comunal se insertaba en el señorial

junto con los montes, prados y tierras. Era un sistema con 4 tipos de propiedad

jerárquicamente relacionadas: el soberano, los señores, los pueblos y los particulares

69

(M.M.A., 2000:335). Además en el derecho antiguo medieval, la comunidad rural y la

noción de “bien común” tenían una posición importante (Pérez y Lemeunier, 1990:12).

Para la Edad Moderna, los primeros siglos representan la transformación del regadío

medieval tanto en construcción de grandes obras (por ejemplo el Canal Imperial de Aragón)

como con la regulación jurídica. A partir del siglo XVIII se inicia la época del regadío

fomentada por el Estado con la abolición del régimen patrimonial de las aguas. Durante el

siglo XIX se crean empresas con capital privado, que realizaron obras motivadas por el

régimen de concesiones. De hecho la Ley de Aguas de 1866 es el primer código español y

europeo específico en la materia (M.M.A., 2000:283).

La construcción y ordenación hidráulica del territorio obedeció a un impulso histórico para

conformar una sociedad industrial, a partir de la revolución liberal burguesa; se trato en

esencia del desarrollo del capitalismo vía cambios legales profundos, (sin guerra

generalizada, a diferencia de la revolución francesa) para que los agentes económicos

actuarán en libertad tomando decisiones guiadas por el mercado (García y Garrabou,

1985:9), aunque con discursos que señalaban que las reformas intentan superar una

situación de miseria social y económica de la España seca, agudizada por la crisis agraria

de los años 1880, vía el llamado regeneracionismo hidráulico, (Ortí, 1984:11-12). El

regeneracionismo hidráulico restablecerá no sólo la “armonía ecológica”, sino la “armonía

social” en el campo español de fines de siglo XIX (Ortí, 1984:18). Este impulso

productivista aumentó la demanda de agua, y de forma progresivamente acelerada a lo

largo del siglo XVIII en el conjunto de la Europa occidental, y singularmente en el área

mediterránea según Jordi Maluquer de Motes. Las transformaciones de las fuerzas

productivas que impulsaron el arranque del proceso de industrialización estaban basados

justamente en la multiplicación de la cantidad e intensidad de los usos del agua, lo cual

incluía a su vez promover las formas capitalistas de propiedad y circulación de los bienes

tales como la “despatrimonialización de las aguas”, dada la existencia de derechos

señoriales sobre los mismos (Maluquer de Motes, 1985:281).

Sin embargo la intervención del Estado sólo se conseguirá lenta y tardíamente. Hasta

70

entrado el siglo XX, la administración pública empezó a promover y a ejecutar realmente,

de modo subsidiario y titubeante, grandes planes de obras hidráulicas (por ejemplo, desde

la ley de grandes regadíos de 1911) (Ortí, 1984:14).

El mapa general del regadío español no comenzó a experimentar cambios significativos

hasta bien entrado el siglo XX con respecto a la secular del regadío tradicional. El primer

paso de la política hidráulica moderna en España está simbolizado en el Plan de

Aprovechamientos Hidráulicos de 1902, un catálogo de canales y pantanos sin una

concepción integral de la cuenca “Puesto que todos nuestros ríos son de un carácter

claramente torrencial (apenas si el Ebro escapa a esta condición), se ha pensado que

regularicemos su régimen por medio de grandes embalses, y que distribuyamos el agua de

los mismos por una extensa red de canales” (Del Moral:1991:473).

Joaquín Costa en 1872, exige que sea el Estado quien construya y explote los canales y

pantanos de interés general, sin concederlos a ninguna empresa particular. Así, Costa se

convierte, en el principal impulsor de la idea de intervención estatal directa en materia de

obras hidráulicas. Las sucesivas disposiciones legales como el Real Decreto del 29 de abril

de 1860, la Ley de aguas de 1879 y la Ley del 27 de julio de 1883 sobre grandes regadíos

se fundamentaban en la “consideración de que el Estado debía limitarse a fomentar y

facilitar las iniciativas privadas de intervención espacial (estrictamente empresariales o de

las Comunidades y Sindicatos de Regantes) sin que se manifestase todavía la posibilidad, o

conveniencia de que el propio Estado llevase a cabo una actuación directa en el campo de la

política hidráulica (Ortí, 1984: 81).

3.1.1.1.4. La importancia del control de los centros de gestión del agua

A partir de la revolución liberal, y a medida que se extiende el regadío, la necesidad de su

control administrativo crece; para lo cual hubo dos sistemas diferentes de control

estrechamente relacionados con el estatuto del agua: por un lado, en las huertas donde el

derecho al riego estaba unido a la tierra, las estrategias del colectivo propietario estuvieron

dirigidas a incrementar el nivel de apropiación del suelo y a conseguir la hegemonización

71

de los nuevos organismos gestores del agua (las Comunidades de Regantes), o a su

marginación cuando se temía que no sirviesen a los intereses de la oligarquía; por otro lado,

donde el agua estaba separada de la tierra, los Sindicatos de Riegos fueron el vehículo que

facilitó el control del agua por los titulares de derecho a riego (Pérez, 2000:46).

A manera de conclusión, podemos decir que en general la revolución liberal fue el inicio de

la transformación de las formas de uso de recursos (tierra y agua) basados en la propiedad

colectiva, hacia formas más individuales de base industrial. En palabras de Sevilla Guzmán,

“...con la legalización ideológica de la Ilustración, se inicia de hecho el proceso material de

la consolidación de las desigualdades en la estructura social agraria, que finalizará con la

implantación en España del modo de producción capitalista” (Sevilla, 1979:61). Este es un

parte-aguas histórico, necesario referente para entender los orígenes de la situación actual;

sin embargo, a pesar de las reformas liberales que impulsan el individualismo hubo

espacios territoriales, como el caso de la huerta de Valencia, donde se sostuvieron formas

sociales colectivas en la administración del agua y los sistemas de regadío, las cuales hoy

día están vigentes y conservan cierta autonomía y capacidad autogestiva.

3.1.1.1.5. La magnitud física actual de los regadíos

Actualmente, el regadío español ocupa casi 3,5 millones de ha que comprende

aproximadamente el 13% de la superficie agrícola útil y representa el 6% de la superficie

del territorio; asimismo el regadío demanda el 80% de los usos consuntivos de agua, de los

cuales el 68 % del territorio regable se riega con aguas superficiales y el 28% con aguas

subterráneas, un 4% con mixtos y otros. En un 59% se realiza riego por gravedad

(canales), un 24% por aspersión y el 17% es riego localizado (M.M.A., 2000:289, 290). Si

nos atenemos a estas cifras, la mayoría del regadío, posee condiciones físicas en las que los

regantes tienen que compartir el agua, ponerse de acuerdo para repartirla, y en general estar

organizados para sostener los sistemas, lo cual implica la existencia de condiciones

materiales para la autogestión, la cogestión y el conflicto.

Dentro de esta magnitud física del regadío, existe una subdivisión que alude a periodos

72

históricos de su construcción.

Los regadíos tradicionales. Se consideran regadíos tradicionales aquellos realizados antes

de 1900, con una superficie aproximada de 1.075.000 ha, gestionados por Comunidades de

Regantes en su mayoría, aunque unas 350.000 ha están gestionadas directamente por las

Confederaciones Hidrográficas (M.M.A., 2000:432); Estos regadíos tradicionales se

localizan a lo largo y ancho del territorio peninsular, en grande o pequeña escala.

Para nuestro caso estos regadíos serían el centro de atención, puesto que en ellos se

acumularía la mayor experiencia social colectiva. Paradójicamente, son estos regadíos a los

que se les exige “modernización”, porque de acuerdo con los parámetros de evaluación

crematística, son “ineficientes”. Están en la mira de los ingenieros y de los planificadores,

señalados prácticamente en la mayoría de los foros, como regadíos que tienen que superar

un cúmulo de fallas, entre otras su derroche indiscriminado de agua porque sus técnicas de

riego son “ineficientes” (Llamas, et al: 2001:265).

Los regadíos de iniciativa pública. Son los regadíos desarrollados en el siglo XX, a

iniciativa del Estado o auxiliados por este; alcanzarían una extensión de 1.518.00 ha

(M.M.A., 2000:433), están en manos de Comunidades y Sindicatos de Regantes, que la ley

obliga a crear en el momento que el Estado les da la concesión para explotar el agua.

Los riegos privados individuales. Alcanzarían una superficie de 1.168.000 ha y son todos

aquellos que utilizan aguas superficiales y subterráneas, aunque con predominio de éstas

ultimas, que utilizan sistemas con alto grado de tecnificación (M.M.A., 2000:433). Estos

regadíos se encuentran en manos de particulares, ya sea individuales o colectivos, muchos

de ellos usando el agua subterránea sin mayor control por parte del Estado. También se

localizan a lo largo y ancho del territorio español, muchas veces compitiendo con los

regadíos tradicionales, al explotar un mismo acuífero.

73

3.1.2. El Marco Jurídico del regadío

Podemos decir que son cinco grandes reglamentaciones las que constituyen la columna

vertebral del marco jurídico y legal en los que se asienta la regulación hídrica española: la

Constitución, la Ley de Aguas de 1985 y la de Canarias de 1990, la Ley del Plan

Hidrológico Nacional, el Plan Nacional Regadíos y los Estatutos de Autonomía de las

Comunidades Autónomas. Todos más o menos articulados alrededor de un eje que

pertenece al Estado central en primer término y en segundo lugar a las Comunidades

Autónomas.

3.1.2.1. La Constitución

Como máxima ley del territorio español, señala que corresponde al Estado la Planificación

Hidrológica en el marco de las competencias que le son atribuidas por la Constitución, a

partir de la declaración del Dominio Público Hidráulico del Estado constituido por las

aguas continentales, superficiales y subterráneas, cauces de corrientes naturales, lechos de

los lagos y lagunas y las de los embalses superficiales en cauces públicos, y los acuíferos

subterráneos (Reverte, 1986:34,Art. 2.º a,b,c,d). Establece que los Planes Hidrológicos de

Cuenca y el Plan Hidrológico Nacional, son la base de toda la actuación de la

Administración Pública en materia de aguas (Reverte, 1986:20-21).

3.1.2.2. La legislación de Aguas de 1985

Establece la aspiración de que mediante la colaboración con las distintas administraciones

se logre un uso racional y la protección del recurso. Se trataría de regular las relaciones

entre los distintos usuarios, en compatibilidad con la conservación del agua, con la

ordenación del territorio y la protección y conservación del medio ambiente y la

restauración de la naturaleza (Reverte, 1986:14).

Se establece que el Estado tiene funciones claves: planificación hidrológica (ejemplo de

ello sería el Plan Hidrológico Nacional), la adopción de medidas para el cumplimiento de

74

acuerdos nacionales e internacionales, otorgamiento de concesiones en cuencas

intercomunitarias, y autorizaciones en las mismas cuencas, funciones que se descentralizan

en las Confederaciones Hidrográficas y el Consejo Nacional del Agua (M.M.A., 2000:65).

La concesión administrativa o disposición legal es la forma jurídica principal para la

utilización y aprovechamiento de aguas en España. La concesión es cuando la

Administración Central otorga a un particular un derecho real al aprovechamiento, en un

plazo determinado y para fines de utilidad o interés público (M.M.A., 2000:334). Hoy día,

la asignación de aguas, se hace a partir de un modelo que combina aguas públicas en

régimen de concesión por el Estado, y la propiedad privada de aguas, principalmente

subterráneas, aunque en la realidad se dan una serie de reasignaciones y transacciones,

como las subastas gestionadas por las Comunidades de Regantes, los mercados donde se

vende el agua de pozos, el trueque dentro de las Comunidades de Usuarios, la venta entre

Comunidades de Regantes y Ayuntamientos (Maestu, 1997:122-126).

3.1.2.3. Ley del Plan Hidrológico Nacional

Aprobada como ley número 10/2001, el 5 de julio, se apoya en motivos de “solidaridad

colectiva y de integración territorial”, y como necesidad de superar desequilibrios hídricos

entre cuencas “superavitarias” y “deficitarias” mediante regulación de transferencias de

agua vía trasvases, la ley del Plan Hidrológico, intenta alcanzar un “buen estado ecológico

de las aguas”, garantizar el uso racional, y sostenible de los recursos hidráulicos, y la

gestión eficaz (Plan Hidrológico Nacional, 2001:11-17), sus objetivos declarados son:

a) Alcanzar el buen estado del dominio público hidráulico y de las masas de agua

b) Gestionar la oferta

c) Vertebrar el territorio nacional para alcanzar el equilibrio en el desarrollo regional y

sectorial.

d) Reequilibrar las disponibilidades de agua protegiendo su calidad y economizando sus

usos

75

La citada ley se hace operativa en cada Plan Hidrológico de Cuenca. Corresponde al

Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo la elaboración del Plan Hidrológico Nacional,

conjuntamente con los departamentos ministeriales relacionados con los recursos

hidráulicos (Art.43.2. en Reverte, 1986:47), es decir una planificación centralizada.

3.1.2.4. Las Comunidades Autónomas

En el marco del artículo 148.1.7.ª de la Constitución se establece que es materia de las

Comunidades Autónomas lo relacionado a la agricultura, corresponde a éstas la

programación y ejecución de obras hidráulicas de transformación en regadío, dentro de

cuencas intracomunitarias, aunque cabe la posibilidad de intervención estatal cuando la

obra sea de interés general, lo cual no se basa en el criterio territorial (M.M.A., 2000:59).

Esto es particularmente cierto cuando se trata de cuencas intercomunitarias. Según el

artículo 149.1.122.ª, el Estado tiene competencia exclusiva en materia de legislación,

ordenación y concesión de recursos y aprovechamientos hidráulicos cuando las aguas

discurran por más de una Comunidad Autónoma (aguas intercomunitarias que al parecer

son mayoría). Ejercerán competencias dentro de cuencas localizadas integramente dentro

de su territorio, respetando los criterios generales del Estado en materia hidraúlica

permitiendo la representación (en al menos un tercio de los miembros) de los usuarios ante

órganos colegiados de gestión, y permitiendo al menos a un delegado del Gobierno Central

a efectos de colaboración con el Plan Hidrológico de la Cuenca, de la legislación estatal y

de previsiones de la planificación hidrológica.

3.1.2.5. La normativa europea

Además de la normativa estatal, autonómica y municipal de las aguas, España está inmersa

en las disposiciones dentro de la Unión Europea, específicamente la Directiva Marco de

Aguas, y que aun cuando dicha normativa no es ley, esta propuesta pretende establecer una

única normativa del agua para los países de la Unión, con el propósito de alcanzar el buen

estado fisico-químico y ecológico de las aguas (M.M.A., 2000:68); por lo tanto, es una

normativa que marca directrices que España debe seguir en materia de aguas y condiciona

76

su actuación de la gestión en los distintos niveles.

La Directiva Marco pretende que los estado miembros de la Unión adopten estrategias y

opciones coincidentes en materia hidráulica, básicamente en tres aspectos: planificación

hidrológica, medio ambiente y sistemas tarifarios. Este último aspecto toca de inmediato a

los usuarios, porque el ajuste de los precios del agua incide directamente en la rentabilidad

de la actividad agrícola; de hecho se prevee la recuperación total de costes para el año 2010

para todos los países miembros (Sumpsi, 1998:72).

3.1.3. La política hidráulica actual

En general los estudiosos del regadío consideran dos grandes orientaciones de la política

hidráulica española: la primera, aquella que tradicionalmente estuvo vinculada a la

ejecución de obras (pantanos y canales) para extender las estructuras físicas -incluido el uso

cruel y abusivo del Estado al forzar su construcción con presos políticos de la guerra civil-

para impulsar el capitalismo en el territorio; y la segunda, el momento actual con el

surgimiento de nuevas visiones en el marco de la integración europea y del discurso del

desarrollo sostenible.

En ese contexto, el discurso hidráulico de hoy señala una política integral del agua (sin

precisar que se entiende por integral), privilegiando la gestión de la demanda sobre la

gestión de la oferta, que pretende desde la administración pública involucrar acciones a los

distintos niveles para la asignación, preservación y gestión de los recursos hídricos

(M.M.A., 2000:509); se acepta como punto de partida que no existe el problema del agua

en abstracto, sino que existen alrededor del agua un cúmulo de problemas de distinta

intensidad y origen, que requieren ser abordados con una visión “poliédrica”,

“multifacética” y “relativista” para acercarse con cierta solvencia a los asuntos hídricos

(M.M.A., 2000:5), se reconoce que el uso del agua tiene dimensiones humanas, sociales,

tecnológicas, ecológicas, económicas, por lo cual la atención sobre los modos de gestión

lleva implícita la necesidad de armonizar esas dimensiones; la variable tecnológica dejo de

77

ser independiente (Pérez, 2000:40-41). Se tienen que enfocar múltiples dimensiones; se

acepta el principio de complejidad; y el referente físico para el punto de partida de la

gestión integral del agua es la cuenca hidrográfica, la cual juega un papel central en la

administración y planificación del recurso; de hecho la Unión Europea en su Directiva

Marco del Agua, la reconoce como uno de sus elementos fundamentales de su política de

aguas (M.M.A., 2002:50).

Por otro lado, con la incorporación de España a la Unión Europea, se adiciona un marco de

actuación internacional en la gestión hidráulica local, lo cual agrega otras consideraciones

al manejo del agua y de los regadíos porque se acelera la transformación de la agricultura

como modo de vida a la agricultura como negocio, una agricultura moderna, intensiva,

vinculada a los mercados nacionales y mundiales en el marco de la Política Agraria

Comunitaria (PAC) (M.M.A., 2000:287).

Esa orientación productivista de la agricultura, establece parámetros que condicionan

necesariamente las actuaciones generales de ámbito nacional en materia de regadíos; una de

las más relevantes es por ejemplo, el alcanzar la Recuperación Plena de Costes (Cabrera, et

al, 2002:40). En este contexto volvemos al punto de discusión de fronteras de intervención

entre Estado, Mercado y Sociedad para el manejo del agua y de los regadíos, porque la

radicalización neoliberal exige mayor “eficiencia”, apropiación privada, y gestión

individual de los recursos hídricos, es decir el predominio del mercado.

Esta postura es contraria a la que economistas ecológicos expresan; ellos pugnan por una

propiedad “comunal”, y una mayor descentralización de la gestión del agua, lo que no

significa que el Estado deba abandonar sus funciones de control y arbitraje (Pérez,

2000:43), incluso señalan diferencias en los niveles de intervención del mercado y

normatividad estatal, ya sea en relación a aguas superficiales o subterráneas. En este último

caso detectan mayor eficiencia y dinamismo socioeconómico por un lado, y desgobierno e

insostenibilidad por otro (Arrojo, 2001:10).

Otros autores señalan que existe un foco de interés distinto (ya visualizado en el

anteproyecto del Plan Hidrológico Nacional), de que lo importante no es la gestión de las

78

obras hidráulicas, sino que ahora se privilegia la gestión del agua como recurso, lo cuál

conlleva dificultades prácticas ineludibles considerando la exigencia de los tiempos y las

operaciones políticas, sin olvidar los necesarios cambios administrativos, la información

estadística confiable, y el nuevo aparato conceptual, así como el consenso entre los

distintos actores (Naredo, 1997:11-12). Otros consideran que la gestión de la demanda “es

una ciencia” poco consolidada y que, sin embargo, es la mejor o única alternativa para

mantener equilibrios entre oferta y demanda de aguas (Cubillo, 2002:48).

La fundación Nueva Cultura del Agua ha emprendido una lucha frontal en contra del PHN

y de la política de los trasvases en particular, ha organizado y participado en foros, debates,

reuniones, marchas, para explicar y debatir porque debe cambiar la política hidráulica en

España, poniendo énfasis en la gestión sustentable de la demanda de agua al interior de

cada cuenca, no de la oferta. Este debate se ha dado en el caso de la cuenca del Júcar,

argumentando que la comunidad valenciana será perjudicada con el PHN porque “perderá

los derechos históricos sobre el río Jucar”, cuyos recursos se consumirán en su mayoría en

la Comunidad de Castilla La Mancha, a cambio del agua del Ebro que llegará con mala

calidad, y un alto costo.

Otros argumentos en contra de los trasvases se refieren a que es posible gestionar mejor el

consumo de agua dentro de las cuencas respectivas, reducción de las fugas, eliminación del

despilfarro, progresivo incremento en los precios del agua, y la modernización de los

regadíos, el tratamiento de aguas residuales, la desalación, medidas que harían innecesarios

los trasvases y ahorrarían cantidades de agua seis veces superior a la prevista en el trasvase

del Ebro.

En la polémica en relación con los trasvases, considero que la acción de trasvasar aguas

entre ríos, obedece mas a visiones económicas y políticas que a tener en cuenta los

impactos ecológicos de la cuenca o los ríos que van a ceder sus aguas e incluso de los que

van a recibir nuevos caudales, a pesar de las garantías sobre los caudales ecológicos que se

proponen en cada plan de trasvase, las evaluaciones sobre como armonizar disponibilidades

de agua con equilibrios ambientales sigue pendiente.

79

3.1.3.1. La situación actual administrativa desde el Estado

La situación actual de los regadíos españoles reconoce una problemática técnica y social:

en la parte técnica, insuficiente precisión en los aforos, insuficiente precisión en la

estadística, infraestructura en situaciones de pobre mantenimiento; en la parte social las

Comunidades de Regantes se ocupan de la distribución, pero no de la gestión, no disponen

de información para gestionar problemas en su ámbito territorial, se mueven en un marco

institucional laxo y desordenado y la normativa actual para los procesos de transferencia es

al menos problemática (López y Naredo, 1997: 23-24).

Según el diagnóstico de algunos autores, los problemas reconocidos en algunos de los

organismos de la gestión estatal del agua son propios de ciertas burocracias: insuficiencia

de personal y tecnología para atender los proyectos que se le encomiendan a la

administración; la normativa sobre los contratos es poco adecuada a la realidad hidráulica;

procedimientos administrativos lentos y rígidos que no permiten flexibilidad para resolver

conforme a las necesidades sociales; sistema económico-financiero insuficiente, así como

insuficiente número de especialistas requeridos en relación con lo que la Ley de Aguas

establece como responsabilidades, en materia de protección del dominio público hidráulico,

y de la calidad de las aguas; falta de procedimientos claros, en relación con las

responsabilidades individuales y corporativas en materia de proyectos, obras y defensa del

medio ambiente; subsistencia de un sistema de concesiones y registros que reflejan poco la

realidad de los usos del agua; solapamiento de estructuras organizativas entre órganos

centrales del Ministerio y las Confederaciones Hidrográficas, reduciendo autonomía de los

organismos de cuenca e indefinición de mecanismos de cooperación y responsabilidades

mutuas (M.M.A., 2002: 414; Sánchez y Montesillo, 2002:104).

80

3.1.4. La planificación hidraúlica

3.1.4.1. Gestión por cuencas

España ha sido pionera en la gestión del agua por cuencas hidrográficas (Reverte, 1986:22).

En 1926 creo la Confederación Hidrográfica del Ebro y poco tiempo después lo hizo

extensivo en prácticamente todo el territorio. Para la legislación de aguas, se entiende por

cuenca hidrográfica el territorio en el que las aguas fluyen al mar, a través de una red de

cauces secundarios que convergen en un cauce principal único (Art.14 en Reverte,

1986:36).

En opinión de los “expertos”, la cuenca hidrográfica es el marco espacial más adecuado

para gestionar el agua, apreciación basada en dos supuestos: a) porque no recibe en régimen

natural transferencias superficiales de agua, y las que recibe subterráneamente son poco

importantes; b) en la cuenca interactúan el medio físico y las actividades humanas, por lo

que permite una visión global de los procesos relacionados con los recursos hídricos

(M.M.A., 2002:50, 79).

La intención declarada de la gestión por cuencas es lograr metas específicas con gestión

integrada de los recursos hídricos y el desarrollo sustentable, y se considera que la cuenca

es el espacio adecuado para coordinar las acciones entre autoridades centrales, autonomías,

organizaciones de usuarios, y otros organismos públicos y privados.

En correspondencia con esta visión, el ejercicio de las funciones de los distintos organismos

de la gestión del agua se somete a principios como: unidad de gestión, tratamiento integral,

economía del agua, desconcentración, descentralización, coordinación, eficacia y

participación de los usuarios, respeto a la unidad de la cuenca hidrográfica, de los sistemas

hidráulicos y del ciclo hidrológico; compatibilidad de la gestión pública del agua con la

ordenación del territorio, la conservación y protección del medio ambiente, y la

restauración del territorio (M.M.A., 2000:65).

81

3.1.4.2. El Plan Hidrológico Nacional (PHN)

Fue el instrumento mayúsculo de la política y panificación hidrológica del Estado en

España, en la administración anterior del Partido Popular, sujeto de gran polémica,

movilización social a favor y en contra, y discusiones intensas en el Congreso de

Diputados, el debate a llegado al marco de la Unión Europea, la cual es la principal

instancia financiera para llevarlo a cabo.

La columna vertebral del Plan Hidrológico Nacional son los trasvases entre cuencas

“superavitarias” y cuencas “deficitarias”. Estos términos importados de la economía,

pretenden justificar que la naturaleza es “ingrata”, porque a unos les da mucha agua y a

otros poca, por lo tanto hay que repartirla “solidariamente”, para que los territorios que no

la tienen, la tengan vía los trasvases, y puedan llevar a cabo los procesos productivos que

les permitan desarrollo económico.

Un río está en el corazón del Plan Hidrológico Nacional, el Ebro, al que se pretende quitarle

más de mil hectómetros cúbicos de agua anuales, para mandarlos a otros territorios al sur

del mediterráneo español.

El Plan Hidrológico Nacional tiene como eje principal las transferencias de las aguas de la

parte sur del río Ebro, a través de la costa mediterránea hacia el río Júcar, de este a su vez al

río Segura y de ahí al sur de Almeria, el proyecto pretende trasvasar el 6% del flujo anual

del río Ebro. Se supone que el agua transferida tendrá como destino usos agrícolas, urbanos

e industriales, así como la restauración de ecosistemas, sin embargo la agricultura será el

principal uso.

Las Comunidades de Cataluña y Aragón, que serían las cuencas cedentes, se oponen a que

se realicen las transferencias de volúmenes como están programados, argumentan que

ciertos caudales ecológicos son necesarios para no dañar irreversiblemente los ecosistemas

nativos que el Ebro sostiene, estas argumentaciones están avaladas con evaluaciones

realizadas por comunidades científicas, tanto de España como de Estados Unidos y México,

82

en ellas se establece que existe el peligro de severos daños al ecosistema deltario del Ebro,

porque se requiere un caudal mínimo para sostener los humedales y arrozales de la zona, y

que de llevarse a cabo el trasvase, estos quedarían irreversiblemente dañados. Además de

ese daño a la naturaleza, otro daño sería a las conformaciones productivas y sociales

alrededor del arroz, que en el delta del Ebro significa la vida de muchas comunidades

rurales.

Al parecer el argumento del aumento de los trasvases para el aumento de bienestar de las

zonas del sur, no se sostiene, ni ecológicamente por el daño previsto al delta del Ebro, ni

siquiera desde la economía clásica, porque principios como el de Pareto dicen que un

aumento del bienestar es aquel que se produce cuando se mejora la situación de al menos

un individuo sin perjudicar a otro; es evidente que los trasvases perjudican a miles de

agricultores de las cuencas cedentes, los cuales tienen derechos previos a las aguas.

En esta visión se tiene en cuenta “la naturaleza” de los ecosistemas “donantes”, sus

características y necesidades hídricas, sin embargo, es polémico el cálculo de necesidades,

y aunque se ha realizado una evaluación multicriterial, esta no convence plenamente a la

sociedad.

El Plan Hidrológico Nacional fue derogado por el nuevo gobierno emanado del PSOE en el

2004, iniciandose una nueva polémica sobre los trasvases entre ríos, y por lo tanto poniendo

a discusión nuevamente los fundamentos mismos de la política hidráulica y de la

integración territorial española.

3.1.4.3. El Plan Nacional de Regadíos (PNR)

Aprobado en 1996, el Plan Nacional de Regadíos tiene como propósito declarado lograr la

competitividad de los regadíos españoles, de tal manera que las producciones agrícolas sean

acordes a los topes impuestos por la Unión Europea, compatibilizando con crear zonas

83

regables por interés social, ordenación del territorio y desarrollo rural, etc,. Entre sus

objetivos declarados están aumentar el nivel de vida del productor, mantener la población

en el medio rural, mejorar el medio ambiente, consolidar el sistema agroalimentario,

racionalizar y optimizar el consumo del agua para los regadíos, y aportar a la planificación

hidrológica información y criterios que procedan (M.M.A., 2000: 303-304). Para cumplir

con sus objetivos el Plan cuenta con programas de actuación: superficie de nuevos

regadíos; superficie de regadío actual a mejorar; consumo y ahorro de agua; adopción de

tecnología eficiente; cultivos a establecer en concordancia con la Reforma de la PAC y del

acuerdo con la OMC; estudios de rentabilidad y posibles alternativas; zonas a transformar

en regadío por razones sociales; formación de los regantes y divulgación de las técnicas de

regadío

3.1.3. El marco institucional de la gestión del agua

El gobierno central y el de las 17 comunidades autónomas y 2 ciudades (Celta y Melilla)

disponen de poderes y asumen responsabilidades compartidas y concurrentes en materias

ambientales y de gestión de recursos, asuntos sobre los que también incide la competencia

municipal (ello supone superposiciones de ámbitos, competencias, y heterogeneidad

normativa) (M.M.A., 2000:52-53). Están involucrados a nivel estatal: el Ministerio del

Medio Ambiente, el Ministerio de Urbanismo y Obras Publicas, el Ministerios de

Agricultura y Alimentación; a nivel de las Comunidades Autónomas las Juntas de Gobierno

de las mismas, y enseguida las provincias y los municipios locales.

Para coordinar acciones y consensar acuerdos entre todos los actores, el gobierno estatal

central creo un principal órgano consultor, el Consejo Nacional del Agua (CNA).

3.1.3.1. Consejo Nacional del Agua

Es el órgano consultivo superior que junto con la administración del Estado y de las

Comunidades Autónomas están representados los organismos de cuenca, así como las

organizaciones de profesionales y económicas “más representativas” del país relacionadas

84

con el uso del agua para informar acerca de:

Plan Hidrológico Nacional

Planes Hidrológicos de Cuenca

Proyectos relativos a la ordenación del dominio público hidráulico

Cuestiones comunes a dos o más organismos de cuenca

Cuestiones que pudieran ser consultadas por el gobierno o por los órganos ejecutivos de las

Comunidades Autónomas

Estudios e investigaciones para aspectos técnicos como la obtención, empleo, conservación,

recuperación, tratamiento integral y economía del agua (Art. 18 en Reverte, 1986: 38-39).

3.1.3.2. Confederaciones Hidrográficas (organismos de cuenca)

Las Confederaciones Hidrográficas son entidades de derecho público, con personalidad

jurídica propia, y con plena autonomía, adscritas a efectos administrativos al Ministerio del

Medio Ambiente. Son las encargadas de la administración hidráulica territorial en las

cuencas y de la atención estatal para las Comunidades de Regantes. Entre sus funciones

están:

Elaboración del Plan de Cuenca, su evaluación y seguimiento

Administración y control del dominio público hidráulico

Administración y control de los aprovechamientos de interés general

Proyecto construcción y explotación de obras realizadas con cargo a los fondos del propio

organismo

Otorgamiento de concesiones y autorizaciones de uso de aguas

Inspección y vigilancia del cumplimiento de las condiciones de la concesión

Realización de aforos y estudios de hidrología

Estudio, proyecto, ejecución y mejora de obras incluidas en sus propios planes (Arts. 21,22

en Reverte, 1986:39-40).

Sus órganos de Gobierno y administración son la Junta de Gobierno y el Presidente de la

85

Confederación (Art.24.1en Reverte, 1986:41).

La composición de la Junta de Gobierno se determina por vía reglamentaria de acuerdo con

los principios y directrices siguientes:

La Presidencia de la Junta corresponde al Presidente del Organismo de la Cuenca

La administración del Estado cuenta con al menos tres vocales, uno de cada uno de los

ministerios de Obras Públicas y Urbanismo, Agricultura Pesca y Alimentación, e Industria

y Energía

Los usuarios tienen al menos un tercio del total de los vocales

Las Comunidades Autónomas que hayan decidido incorporarse tienen al menos un vocal

(Art.25 a,b,c,d, en Reverte, 1986:41).

Los órganos de gestión son: la Asamblea de Usuarios, la Comisión de Desembalse, la Junta

de Explotación, las Juntas de Obras y la Junta de Sequía (Art.24.2. en Reverte, 1986:41).

Según la ley de Aguas, los Usuarios representan intereses sectoriales concretos. Están

divididos en agricultores, industriales, y ayuntamientos, representados en los organismos de

cuenca, en proporción de al menos un tercio del total de vocales, con un mínimo de tres,

integrándose dicha representación en relación a sus respectivos intereses en el uso del agua

(Art.25.c. en Reverte, 1986:41). Participan como asamblea en Juntas de Explotación para

coordinar la explotación de obras y de los recursos del agua en la cuenca (Art.29 en

Reverte, 1986:42).

3.1.3.2.1. Asamblea de usuarios

La Asamblea de Usuarios, es un foro integrado por todos los usuarios que forman parte de

las Juntas de Explotación, tiene por finalidad coordinar la explotación de las obras

hidráulicas y de los recursos de agua en toda la cuenca, sin menos cabo del regimen

consecional y derechos de los usuarios, entre sus funciones están:

- Conocer las cuestiones que se susciten entre dos o más Juntas de Explotación y

86

proponer las Presidente las oportunas resoluciones.

- Entender y debatir en su caso aquellos asuntos que el Presidente considere oportuno

presentar y de manera especial la memoria anual de actividades del organismo.

- Informar los presupuestos anuales de ingresos anuales de las Juntas de Explotación.

- Proponer los representantes de los usuarios en la Comisión de Desembalse.

Se reúnen sesión ordinaria una vez al año, y en sesión extraordinario siempre que lo solicite

la tercera parte, al menos de los miembros de la asamblea o cuando así lo decida el

Presidente. La presidencia de la Asamblea le corresponde al Presidente de la Confederación

Hidrográfica (Bolea Foradada:1998:72).

3.1.3.2.2. Junta de Explotación

Es el foro de gestión de las confederaciones que tienen por finalidad coordinar la

explotación de las obras hidráulicas y de los recursos de aguas de aquel conjunto de ríos,

río, tramo de río o unidad hidrogeológica, cuyos aprovechamientos estén especialmente

interrelacionados (Bolea, Foradada:1998:75)

3.1.3.2.3. Junta de Obras

Es el foro para informar a los usuarios del desarrollo e incidencia de las obras, tanto si se

realizan por cuenta exclusiva del Estado, como si se llevan a cabo con la participación

económica de los interesados (Bolea, Foradada:1998:73)

La Comisión de Desembalse es un foro para la programación y planeación de la

distribución anual de las aguas, por lo regular sesiona mensualmente en las oficinas de cada

Confederación Hidrográfica; el período de mayor interés para los integrantes de la

Comisión es lo que se llama campaña de riegos, la cuál inicia en función de los

requerimientos de los distintos cultivos en una región, cuando por la ausencia de lluvias se

demanda abasto de agua vía el regadío.

87

En este espacio la Confederación informa por escrito a las Comunidades de Regantes

acerca de los niveles de agua existentes en los embalses; cada Comunidad a su vez solicita

determinados volúmenes de agua con base a una programación previa de sus necesidades

remitidas a la Confederación, se discuten las cuotas requeridas en función de las

disponibilidades y se intercambian opiniones. La regla es que la Comisión, -presidida por el

Presidente de la Confederación-, negocia con los usuarios los volúmenes solicitados por los

mismos, así como una calendario de asignaciones volumétricas.

3.1.3.3. Las Comunidades de Regantes

De acuerdo con juristas, el concepto de Comunidad de Regantes es herencia de la

dominación árabe en España (Ibarra, 2002:617), y se refiere a las entidades colectivas sin

fines de lucro, con derecho a usufructuar aguas para la producción agrícola sobre una

superficie territorial determinada (Jiliberto y Marino, 1997:185), son organismos titulares

de un aprovechamiento de aguas públicas (Martín-Retortillo, 2002:591), y representan

intereses sectoriales en el contexto general de la administración de recursos de uso común

como el agua.

En España existen 6,188 Comunidades de Regantes, que administran el 80 % de los usos

consuntivos del agua, en 3,4 millones de hectáreas aproximadamente; el número de

comuneros en cada Comunidad fluctúa de menos de 20 a 200 (Jiliberto y Marino,

1997:183-184) (posiblemente está tomando como comunero un pueblo, porque el caso de la

Acequia Real del Júcar son 35.000 regantes individuales que pertenecen a 20 pueblos)

Sus funciones son: distribución del agua (que incluye distribución por turnos y con base en

la demanda), conservación y mantenimiento de infraestructura, actualización del padrón de

regantes, extracción de aguas subterráneas y cobro de las cuotas de riego (la cuota

establecida se basa en tres criterios: a) por hectárea; b) por metro cúbico usado por cada

regante y c) binómica, es decir por gastos de conservación de infraestructura y por los

metros cúbicos gastados) (Jiliberto y Merino, 1997:185-187).

88

En relación con su organización interna las comunidades de regantes, tienen tres órganos

colegiados: 1) Junta General o Asamblea constituida por todos los comuneros, 2) Junta de

Gobierno y 3) Jurado de Riegos. Entre las funciones de la Junta general se encuentran la

elección del Presidente y Vocales de la Junta de Gobierno y del Jurado de Riegos, examen

de la memoria de actividades y la aprobación de presupuestos de mantenimiento de los

sistemas y las cuotas de riego o cequiaje general, imposición de derramas o cuotas extras,

adquisición y enajenación de bienes, solicitud de nuevas concesiones o nuevas

autorizaciones y la redacción y modificación de las Ordenanzas que son la expresión formal

de su gobierno interno (estas generalmente aprobadas bajo la resolución y en su caso

aprobación de la Confederación Hidrográfica respectiva).

En opinión de Teresa Pérez Picacho, actualmente se perciben nuevos enfoques para

estudiar los organismos administrativos del regadío, entre ellos a las comunidades de

regantes, una vez que se ha mostrado hasta que punto la fisonomía de los mismos y/o de las

Ordenanzas que hacían respetar eran resultado de la dinámica social y equilibrio de poder

de los distintos contextos hidráulicos (Pérez, 2000:41).

Los documentos oficiales mencionan que estas Comunidades deben convertirse en gestores

“modernos”, cumpliendo la función social que les confiere su carácter de corporaciones de

derecho público (M.M.A., 2000:69); se enfatiza que el marco jurídico es genérico, que no

delimita con precisión sus derechos y deberes en la gestión del patrimonio público que

utilizan, que tienen ausencia de normas para responder a la función social que realizan y

que no llevan una contabilidad transparente, lo que es causa de que no tengan gestión

económica “moderna” que responda a su carácter de Corporaciones de Derecho Público

(M.M.A., 2000:414-415).

A pesar de estas afirmaciones, faltaría actualizar los estudios que avalen esta situación;

Pérez Picacho señala que los estudios de las organizaciones locales y conocimiento local

están abandonados, lo que podría avalar el hecho de que en las iniciativas de política y

planificación hidráulica no se les tome en cuenta.

89

3.1.3.3.1. Las Comunidades de regantes del río Júcar

Para el caso del río Júcar identificamos 8 comunidades de usuarios que tienen derechos a

sus aguas:

1. Comunidad de Usuarios del Canal Júcar-Turia

2. Comunidad de Regantes de la Acequia Real del Júcar

3. Comunidad de Regantes de Sueca

4. Comunidad de Regantes de Cullera

5. Comunidad de Regantes de la Real Acequia de Escalona

6. Comunidad de Regantes de Real Acequia de Carcagente

7. Comunidad de Regantes de la Acequia Mayor de la Villa y Honor de Corbera (Acequia

de Cuatro Pueblos).

8. Comunidad de Regantes del Acuífero de la Mancha Oriental

Fuente: (http://cedex.es/intituciones/comunidades_usuarios/comunidades).

3.1.3.3.1.1. La Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ)

La USUJ es una sociedad civil, creada en 1942 a partir de una condición del Estado, para

que los regantes de las acequias tradicionales del Júcar y los industriales productores de

electricidad, participaran en la construcción del embalse de Alarcón sobre el río Júcar. Los

regantes e industriales le solicitaron al Estado participar en su construcción, para lo cual se

asociaron entre ellos, intentando cumplir dos objetivos: 1. regular las aguas del río para

disminuir los riesgos de las sequías y las inundaciones que con cierta frecuencia se les

presentaban, y 2. aprovechar la caída de agua del embalse para generar electricidad, “una

simbiosis de interéses” (Juan Antonio Delgado Aleixandre, Presidente de la Acequia Real),

de tal manera que los miembros de USUJ son 7 organizaciones, 6 de ellas de regantes, y 1

empresa privada productora de electricidad: Acequia Real del Júcar, Real Acequia de

Escalona, Real Acequia de Carcagente, Sindicato de Riegos de Sueca, Sindicato de Riegos

90

de Cullera, y Villa y Honor de Corbera o Comunidad de Regantes de Tavernes de

Valldigna e Iberdrola, S.A.

La composición interna de la Junta de Gobierno de USUJ es de una Junta Central o de

Gobierno, compuesta a su vez por 6 vocales regantes (uno por cada acequia) y 6 vocales

industriales, de entre los cuales se elige a 1 Presidente que siempre es el Presidente de la

Acequia Real del Júcar, 1 Vicepresidente que siempre es un miembro de la empresa

hidroeléctrica Iberdrola, S.A.; para propósitos operativos la Junta Central nombra a 1

Secretario General, que en este caso es la misma persona que ocupa el puesto de Secretario-

Depositario de la Acequia Real del Júcar (Abogado Juan Valero de Palma Manglano),

encargado de asesorar a la organización en todo lo relacionado a los aspectos legales y de

gestión del regadío, y 1 Ingeniero encargado de asesorar a la organización acerca de los

aspectos técnicos del regadío, y en sus relaciones con técnicos de la Confederación

Hidrográfica del Júcar y otras instancias.

La función principal de la USUJ es la vigilancia sobre los volúmenes del embalse de

Alarcón, para que la Confederación Hidrográfica del Júcar en su caso cumpla con los

acuerdos firmados en relación con el manejo del agua del embalse citado.

Evidentemente este escenario tiene una historia, la cual muestra encuentros y desencuentros

entre el Estado y los regantes, incluida la intervención militar cuando al Estado le interesa

una magna obra como el caso del trasvase Tajo-Segura.

91

CAPITULO IV

4.1. LA AUTOGESTION EN LA ACEQUIA REAL DEL JUCAR

El acercamiento a los procesos organizativos autogestivos de la comunidad de regantes de

la Acequia Real del Júcar, de acuerdo con el método de la presente investigación, parten

desde elementos de la base material como: el territorio, el patrón de cultivos, las fuentes de

agua, y la infraestructura hidráulica en los sistemas de riego, como condición necesaria para

buscar la manifestación social, la cual a su vez incluye las normas y reglamentos, los

niveles de gobierno, los procesos de toma y ejecución de decisiones en las tareas siempre

presentes, y los responsables de ejecutarlas, de tal manera que en el ejercicio descriptivo se

van manifestando las capacidades autogestivas y el conocimiento local.

4.1.1. Antecedentes históricos

4.1.1.1. La construcción de la acequia madre

Si consideramos la condición climática estructural de la región valenciana, caracterizada

por escasa e irregular precipitación pluvial (menos de 600 mm), elevada evapotranspiración

potencial en verano, y las sequías como una amenaza permanente, el control de las aguas de

los ríos valencianos y el regadío significaron la posibilidad tecnológica para la agricultura

intensiva, el establecimiento de población y la base material en un primer momento, del

crecimiento de las ciudades; así pues la región agrícola valenciana se consolidó al amparo

de los sistemas de regadío.

Por otro lado, existe el consenso generalizado de que en Valencia y otras regiones de

España, en la época musulmana, florecieron los sistemas de regadío por acequias, aunque

en pequeñas áreas dispersas, lo cual a través del tiempo le dio una característica cultura del

agua a la región del Levante español, y aunque la Acequia Real del Júcar tiene más de 750

años de existencia, su paternidad aun la discuten los historiadores (para unos es árabe y

para otros romana), al parecer el consenso de los historiadores favorece el orígen romano

(Romá:1998:69) y la opinión de que en el siglo XIII Jaime I El Conquistador la pone en

92

funcionamiento como estrategia para establecer poblaciones peninsulares después de la

expulsión de los moros. Es decir que la acequia madre fue concebida como objetivos

políticos y económicos: propiciar la atracción y fijación de población mediante la

productividad agrícola, y aprovechar que la tradición misma del regadío en la zona se

convierte en una forma de defensa territorial (Guinot, et al: 2000:16).

La construcción de la primera sección. En general se observan dos grandes momentos en

su construcción, el primero comprendió desde el pueblo de Antella hasta Alzira, tramo

conocido como Primera Sección, con 10 pueblos incorporados a su regadío, a pesar de que

a partir del privilegio real se quedó proyectada la ampliación hasta Albal, sin embargo fue

en un segundo momento siglos más tarde que su ampliación se llevó a cabo, a fines del

siglo XVIII (1760-1815) por el Duque de Híjar, Señor de Sollana, ampliación conocida

como segunda sección, extendiéndola hasta Albal ya muy cerca de la ciudad de Valencia.

La acequia a tenido distintos nombres, el primer tramo llegó a ser designado como Acequia

de Alberic, después cambio a Acequia Real de Alzira, por ser este pueblo el primer

poseedor de los privilegios reales sobre el canal y las aguas, y actualmente se llama

Acequia Real del Júcar.

Aunque la construcción se puede dividir en esos dos grandes momentos, Tomás Peris

Albentosa dice que en lo específico o particular, la construcción se realizó en distintas

etapas: una primera fase que llegaba hasta donde comenzaba el brazal de Alzira, una

segunda fase el tramo entre el Dantell Major d´Alzira y las fesas de Alásquer o Ressalany

para regar las tierras altas de Alberic, una tercera fase para llevar el agua hasta la fesa de

Aurí, y una cuarta etapa para llegar hasta el término de Algemesí, incluyendo la

construcción del cano de Guadassuar para atravezar el cauce del río Magre (Guinot, et

al:2000:17).

La financiación de la red hidráulica, del azud y el canal principal corrió a cargo de la

hacienda real, mientras que los propietarios de las parcelas completaron las instalaciones

para que el agua llegara hasta sus predios, correspondiendole al monarca establecer el

monto de pago del cequiaje (Guinot:2000:16-17).

93

La primer sección del canal sin mayores ampliaciones estuvo en funcionamiento durante

aproximadamente 500 años, sin embargo el privilegio otorgado por el monarca para la

ampliación hasta Albal seguía vigente, pero no aprovechado, principalmente por la

oposición de los pueblos primigenios; sin embargo, diversas circunstancias influyeron para

resquebrajar la oposición a la ampliación: la guerra de Sucesión provocó perdida de

padrones de regantes, las sequías disminuyeron, la creciente influencia de terratenientes de

la ciudad de Valencia que se interesaban por mejorar la productividad de las tierras que

poseían; es así que el Duque de Hijar, Señor de Sollana, rescata la oportunidad y realiza las

gestiones para la ampliación del canal, lo cual favorecía sus tierras, además de cobrar

impuestos para los nuevos regantes. Otro de los elementos que favorecían los intentos de

ampliación eran las sequías, tal como sucedió en la segunda mitad del siglo XIV, los

pueblos que perdían sus cosechas observaban que los únicos que cosechaban eran los que

regaban de la Cequia del rey Don Jaime, sin embargo las dificultades económicas y

organizativas impedían los intentos de completar el tramo de canal, aún cuando ya existían

bases legales y tecnológicas para llevarlo a cabo (Guinot, et al: 2000: 19, 21) así que un

acuerdo entre los regantes y el Duque de Híjar Señor de Sollana, quien decididamente se

interesó porque beneficiaría sus tierras arrozales hizo posible la ampliación convirtiendo a

la Acequia Real en la más importante de los regadíos valencianos (Guinot:2002:22).

La construcción, ampliación o modificación del curso del canal de riego, implicó

necesariamente la modificación o posesión del recurso de unos usuarios con relación a

otros potenciales, así que la ampliación del canal no estuvo exenta de fuertes conflictos -

como los que platican los lugareños en el sentido de que las obras se suspendían porque los

albañiles encargados de realizar las obras amanecían muertos, situación que intimidaba a

otros trabajadores, logrando parar las obras- lo cual a su vez explicaría en parte el período

de tiempo transcurrido para completar la segunda sección. Evidentemente existían

resistencias a la ampliación una vez que se habían creado privilegios e intereses alrededor

del aprovechamiento hidráulico, entre ellos los pueblos de Alzira, Algemési y Guadassuar.

La resistencia tenía temores porque había que repartir el agua entre más usuarios, además

de romper el monopolio de cultivos altamente demandantes de agua cómo el arroz. Los

94

usuarios se oponían a nuevas ampliaciones porque temían sufrir escasez, además de la

competencia de otros que podrían tener cosechas como el arroz, que hasta ahora era

privilegio de unos (Guinot, et al: 2000: 21).

Otros elementos conflictivos que explican la tardanza de la construcción de la segunda

sección fueron las sublevaciones musulmanas, la muerte del rey Jaime I, el poco caudal de

agua o al menos insuficiente, y la oposición de los pueblos realengos de la primera sección,

entre ellos Alzira, Guadassuar y Algemesí que tributaban a las arcas reales, a diferencia de

los pueblos que se iban a incorporar, los cuales pertenecían a señoríos, por lo tanto no iban

a tributar al rey. Además la resistencia de los regantes tradicionales cuyo Consejo General

de Regantes era la instancia única y competente para autorizar cualquier ampliación del

sistema, además de que tenían la exclusividad de cultivos que exigían regarse con

frecuencia como el arroz (Guinot:2000:19-21).

4.1.1.2. El origen de los reglamentos u Ordenanzas

Como esqueleto general de gobierno del canal podemos definir las ordenanzas que el rey

dictó, como un principio general, ante la inexperiencia de las comunidades de regantes en el

manejo y administración de una obra de ese tamaño.

Prácticamente desde los tiempos remotos en que inicia su funcionamiento anterior a 1273,

se supone que se dictaron Reales Ordenanzas para su gobierno, las cuales tuvieron

actualizaciones en distintos períodos: renovadas en 1350 por el Baile General del Reino de

Valencia; en 1620 otras Ordenanzas dictadas por Felipe III, y nuevamente en 1845 en el

marco de la revolución liberal se dictan otras, las cuales siguen vigentes (Guinot et al,

2000:43), aunque con modificaciones, para adaptarlas a los lineamientos de la política

hidráulica en distintos momentos.

Antiguamente las ordenanzas eran promulgadas por el rey a petición de los regantes y solo

podían ser revocadas por él (Guinot:2000:39). A pesar de que las ordenanzas constituían el

marco jurídico del gobierno de la Acequia, al parecer no recogían toda la normativa que

95

regulaba su funcionamiento, eran las prácticas diarias, discutidas y resueltas en asambleas

de regantes lo que iba conformando su funcionamiento real. Esto también ayuda a explicar

en parte el largo período de vigencia de las ordenanzas, las complejidades, resistencias y

contraposición de intereses entre las diversas zonas regadas. Además de la posición del

monarca de no admitir trabas a su libre decisión; un período de vigencia nada menos que de

1620 a 1845, a pesar de los cambios tanto en política general, en la estructura social de la

zona y en el sistema agrario (Peris Albentosa:1992:162).

Existo pues un derecho consuetudinario que ocupó un lugar destacado en la regulación del

funcionamiento de la Acequia, las referencias a los usos y costumbres son una constante en

litigios y pleitos de tal manera que dichas referencias y costumbres cristalizaban y se

consolidaban, Por ejemplo, los dictámenes de las asambleas de regantes eran normas

puntuales que se iban consolidando. Por lo tanto existió una necesaria flexibilidad en el

gobierno y la administración del canal, de tal manera que según la circunstancia, la

organización y actuaciones debían ser distintas (Peris:1992:163-164).

Apoyado en los usos y costumbres se destaca un período grande de autogobierno desde

1350 hasta bien entrado el siglo XVIII, de tal manera que las disposiciones sueltas que

surgían en las asambleas de regantes eran los preceptos con que se regulaba la distribución

del agua. Sólo en ciertas circunstancias las disposiciones puntuales y ordinarias eran

sustituidas por un conjunto más o menos amplio de normas dictadas por la autoridad

externa, sancionadas por el rey (Peris: 1992:169).

4.1.1.3. Los órganos colegiados de gobierno

Históricamente los sistemas de gobierno fueron órganos colegiados: la Junta Particular, el

Consejo de Señores de Traste y el Consejo General de Regantes que representaban a los

poderes regios, a los regantes y a los empleados (Guinot, et al: 2002: 42).

El gobierno de la Acequia estuvo concentrado en una elite que monopoliza la gestión del

agua en el pueblo de Alzira entre 1479 y 1620 ( podemos hablar de despotismo local u

96

oligarquía) (Peris:1994:156), como consecuencia de que desde la antigüedad, quien más

aportaba económicamente para el mantenimiento de la acequia peleaba los privilegios de su

gobierno, además el rey así lo establecía, una especie de transacción entre quien otorgaba

los privilegios del regadío y quien pagaba a las arcas reales por recibir tales privilegios.

Incluso el monopolio se extendía al control de los principales empleados para la

distribución del agua, Alzira peleaba que los acequieros fueran naturales de esa villa o de

Algemesí, pero no de otros grupos de población (Peris:1992:166).

4.1.1.4. El puesto de Acequiero Mayor

Definitivamente que para operar el canal principal, el cargo de Acequiero fue clave en la

distribución del agua, por eso prácticamente desde principios de funcionamiento de la

acequia, se hace la primera mención del cargo de Acequiero, mismo que va unido al de

maestro de obras del canal (Gual: 1979:56). Al Acequiero siempre lo nombraba el rey, sin

embargo, aproximadamente 100 años después de haber construido el canal y de haber

estado en funcionamiento, en 1393 el rey Juan I otorgó a Alcira el privilegio del cargo, es

decir la capacidad de elegirlo y en 1406 Martín I lo ratificó, podemos hablar de una

importante cesión para el nombramiento del empleado clave y la posibilidad del

conocimiento y el control de la distribución del agua por los pueblos, mediante el

nombramiento de un funcionario clave, aunque no como una facultad de todos los pueblos,

puesto que paso de ser nombrado en exclusiva por el monarca hasta 1393, a convertirse por

un privilegio de Fernando el Católico y en una atribución que correspondía al municipio de

Alzira.

Podemos empezar a visualizar que a partir del carácter regio del canal, las competencias

asumidas por las comunidades de regantes se fueron consiguiendo mediante concesiones

del rey, particularmente a favor de Alzira, de manera que este pueblo mantuvo una posición

privilegiada y obstruyendo la posibilidad de que otros pueblos optaran a los principales

cargos de la Acequia Real; aunque de cualquier manera siempre quedaba el poder del

soberano que podría cambiar las decisiones. Todos estos privilegios por el carácter práctico

97

de que el municipio de Alzira entregaba recursos a las arcas reales y el rey les comedía

privilegios de carácter acumulativo e irrevocable (Peris:1994:1158-59; Peris 1992:162).

Cuando en 1269 se da el nombramiento del Acequiero, el puesto tiene especiales

características tales cómo:

- su cargo es vitalicio (después será eventual).

- es el custodio de la acequia

- es el encargado de recibir el cequiaje en nombre del rey (con facultad para imponer multas

y confiscaciones (Gual:1979:57).

Con la práctica, y la dinámica propia de la administración del regadío, las funciones del

Acequiero se fueron ajustando y modificando, de acuerdo al aprendizaje de la

administración del canal, además de que las actuaciones mismas del Acequiero, iban dando

las pautas para delimitar sus responsabilidades. En el siglo XIV se fue perfilando su

carácter jurisdiccional. Lo de custodio y perceptor de sus gabelas (cuotas) que tenía en el

siglo anterior, se perfecciona en este, pasando a ser el ordenador del regadío, del caudal de

agua, de tener el azud a su cargo, de poner remedio en caso de roturas, de dar paso a la

madera que desciende por el río y de proporcionar agua suficiente para el regadío

(Gual:1979:58).

Medidas para controlar al Acequiero. Un elemento interesante es que ya desde las

ordenanzas de 1273 se pone al lado del Acequiero un representante de los regantes

(Veedor), el cual además de revisar las cuentas anuales que presenta el Acequiero

(Gual:1979:61), es decir, que se reconoce la necesidad de que los regantes tengan un

contrapeso de autoridad a su favor, y supervisar la actuación del Acequiero, y por otro lado

el Baile General de Valencia y su lugarteniente el Baile de Alzira se encargaban de

defender los intereses del real patrimonio, cuidando que con el buen funcionamiento del

sistema de riego, se aumentara la producción agraria, con lo cual aumentaba el rey su

diezmo-tercio percibido (Peris:1994:159).

98

4.1.1.5. Periodos de autogestión y periodos de intervención central

Por los altos niveles de conflicto con otros pueblos, provocado por el monopolio de Alzira,

el Estado se vio forzado a intervenir. La oligarquía alzireña tuvo que compartir la

administración del canal con Algemesí y aceptar la multiplicación de mecanismos de

control para que los otros pueblos supervisaran el comportamiento de las autoridades del

canal (Peris:1994:160). Por iniciativa de Felipe III, se le quitan atribuciones al pueblo de

Alzira, y lo obligan a compartir el gobierno con el pueblo de Algemesí, destacando el que

este pueblo va a tener acceso a los cargos importantes en la distribución del agua y el

mantenimiento del canal, como al puesto de Acequiero Real, el Veedor Bolsero y el Veedor

no Bolsero, turnandose los puestos con Alzira (Peris:1992:235).

Los regantes de los diversos núcleos de población procuraron siempre obtener las mayores

cotas de participación en el gobierno de la Acequia, y cuando no era posible buscaban que

por lo menos el Acequiero no tuviera competencias directas sobre la distribución de los

brazales, lo cual resultaba factible cuando el agua del canal secundario incumbía

exclusivamente a regantes de un municipio (Peris:1992:166).

A fines del siglo XVIII desde que se hizo la ampliación hasta Albal,, el rey nombró a un

Juez Comisionado con poderes omnímodos para que gobernara la Acequia y dirigir las

obras, quitándole al pueblo de Alzira el privilegio del autogobierno (Guinot:2000:22).

1768-1815 la reacción de los regantes tradicionales al oponerse a la ampliación de la

Acequia Real, propició una fase de autoritarismo. Primeramente la ampliación había sido

un asunto local, el estado borbónico no intervenía, pero cuando surgieron conflictos entre

las partes, el Duque de Hijar tuvo la habilidad de convertir un interés particular en un

interés general atrayéndose a su bando a las autoridades estatales (Peris:1994:163).

Para la ampliación de la segunda sección, en 1771-1778 el Juez Comisionado, Juan

Casamayor desmantela las instituciones autónomas y posesiona a los jueces comisionados

99

por el rey que eclipsan a los representantes de los regantes (Peris:1994:164), y se da una

creciente afirmación formal de la autoridad del rey.

Además se dispuso de medidas contra la acumulación de varios cargos en una misma

persona o contra la perpetuación de un mismo miembro de la oligarquía; sin embargo la

ampliación de esta dimensión de la participación no fue lo más importante, sino que el

hecho de recalcar la capacidad de intervenir del rey (Peris:1994:160).

Las ordenanzas de 1620 sancionan y ratifican la división del gobierno de Alzira y

Algemesi; sin embargo mantienen concentrado en manos de la oligarquía de estas

poblaciones la dirección y control del regadío en la zona (Peris: 1992:184).

Podemos ubicar el período de 1276-1608 como de una continua o paulatina cesión de

atribuciones del rey en favor de los regantes, incluso entre 1350-1608 el rey promulga

ordenanzas en donde pierde la dimensión de propiedad regia, y se consolida como

concesión a la comunidad de usuarios. Los regantes asumen competencias como el

proponer los cargos de Acequiero y Veedor Bolsero y alcanzan relevancia las asambleas de

regantes que pasan a tener competencias ejecutivas, ordenando al Acequiero cumplir sus

decisiones, de tal manera que entre 1620-1710 tenemos mayores mecanismos de control

para el Acequiero, lo cual limita su potencial de arbitrariedad (Peris:1994:156-158).

1815-1820 concluida la construcción del segundo tramo desde 1817, el gobierno de la

Acequia volvió a la Bailía; el proyecto de ordenanzas de 1815 es un intento frustado de

imponer un sistema de administración más centralizado y homogeneizante

(Peris:1994:165).

En 1845 ante las nuevas condiciones por la revolución burguesa, la despatrimonialización

alteró el sistema legal de las aguas y el juego de las fuerzas internas (Peris:1994:165). Las

ordenanzas de 1845 fueron un instrumento que intentó resolver el conflicto suscitado por la

ampliación del riego, así como dar respuesta a las transformaciones políticas (ascenso

100

burgués) y económicas como la consolidación de la propiedad terrateniente forastera en la

zona regada y la expansión de cultivos comerciales exigentes en agua cómo el arroz

(Peris:1994:169). En el siglo XIX las nuevas ordenanzas de 1845 introdujeron criterios

restrictivos a los regantes para el acceso al gobierno del canal, exigiendo ser propietarios de

una cantidad mínima de tierras, así surge la figura de un Juez Director, no vínculado a las

comunidades de regantes mermando las atribuciones de los cargos tradicionales

(Peris:1992:241).

Los Jurados de Riegos creados por Real Decreto en 1878 tenían doble función: propiciar la

distribución equitativa de las aguas en cada término municipal y actuar como tribunales con

sus funciones propias y sus fallos ejecutivos (Peris:1994:172).

Con esas ordenanzas el gobierno y la administración de la Acequia Real quedó centralizado

en manos del Jefe Político Provincial al que le correspondía el gobierno y la dirección

superior de la Acequia (convocaba a Junta General Extraordinaria cuando lo creía

conveniente, suspender ejecución de acuerdos, nombrar al Acequiero, suspender al

Acequiero y los Síndicos (Peris:1994:170).

4.1.1.6. A manera de síntesis de la historia

Evidentemente por su propio origen regio, es el estado el que construye la acequia madre, y

a partir de su construcción el rey emitió ordenamientos en forma de Ordenanzas que fueron

la base formal de gobierno para superar la inexperiencia de los regantes ante la magnitud de

la nueva obra, y garantizar su manejo, el rey asigna los puestos de administración de la

misma, período que se ha señalado como de génesis institucional; sin embargo los regantes

fueron aprendiendo y a través de las asambleas, establecieron reglas y principios que fueron

enriqueciendo las normas originales, de tal manera que el gobierno del canal se lo fueron

apropiando los regantes, y el Estado fue cediendo atribuciones ante quien garantizaba la

recuperación de costos de construcción y mantenimiento del canal; en su momento el

pueblo de Alzira, ahí podemos señalar una etapa de cierto autogobierno, el cual duró unos

500 años, aunque con sus limitaciones por ser el canal propiedad regia, conviene señalar

101

que a pesar de esta relativa autogestión, un rasgo interesante al interior del gobierno de los

regantes, que señala Paris Albentosa, es casi siempre existió el sustrato despótico a veces

sutil a veces explicito, que en esencia no cambió, en plena Restauración se asistiría al

reforzamiento de mecanismos clientelares entre el poder político provincial y esas

burocracias que durante generaciones controlaron los órganos de gobierno de la Acequia y

los propios ayuntamientos (Peris:1994:166).

Luego podemos decir que ciertas condiciones externas influyen en la autogestión interna,

tal es el caso de la necesidad de la segunda ampliación del canal principal, que se convierte

en objetivo de Estado, y este es capas de realizar las reformas necesarias por sobre los

regantes, imponiendo jueces empleados que van a cubrir funciones que antes

desempeñaban los mismos regantes, para lograrlo el Estado utiliza instrumentos legales y

operativos. Si bien en un inicio todo se origina en las iniciativas del monarca, la práctica del

regadío y las necesidades organizativas para repartir el agua, y sostener el canal, va

generando en la práctica la autogestión, está cómo un proceso, en la que los regantes se

van apropiando de conocimientos, dominando las nuevas condiciones tecnológicas y crean

nuevas reglas para resolver nuevas necesidades. Si bien en las ordenanzas existe un

esqueleto general de gobierno, la práctica del gobierno diario exige ajustes, matices,

flexibilidades para resolver aspectos prácticos, en el que son los actores locales los que

resuelven con su propia lógica y conocimiento.

4.1.2. La situación actual de la Acequia Real del Jucar

4.1.2.1. El territorio de la Acequia Real del Júcar

El territorio o área de comando de la Acequia Real comprende más de 20.000 ha dentro de

las cuales se distinguen dos paisajes: la huerta y el marjal, con una pendiente general en

dirección oeste-este cuyo drenaje confluye hacia el límite del territorio que circunda al lago

de la albufera, este situado a su vez en la frontera con el litoral mediterráneo (ver croquis).

102

4.1.2.2. La huerta, un territorio biodiverso

La llamada huerta comprende el 70% del territorio total de unas 20.000 ha que administra

la Comunidad de Regantes de la Acequia Real; en esta parte del territorio se cultivan

frutales y hortalizas -naranja, mandarina, melocotón, manzano, caqui, albaricoque,

melocotones alternado con parcelas de hortalizas o verdes (llamado huerto), sandía, melón,

pimiento, alubia (frijol), jitomate, lechuga, alfalfa, incluso algunos cultivos de flores y

hortalizas bajo condiciones de invernadero.

El método de riego en territorio de la huerta es el llamado riego a manta, una técnica

tradicional de riego por inundación, derivando el agua por gravedad a partir de las acequias

desde las cuales se introduce el agua a las parcelas agrícolas.

En este territorio se está introduciendo el riego a goteo, utilizado principalmente en frutales

cítricos y otros. El riego a goteo tiene un fuerte impulso en las políticas de la reconversión

tecnológica aplicado a los regadíos tradicionales, para la zona de la Acequia Real las obras

de construcción están en marcha.

4.1.2.3. El marjal, un humedal con múltiples beneficios

El marjal ocupa el 30 % del territorio total de la Acequia Real, es una zona de tierras bajas

inundables donde se cultivan unas 6. 000 ha de arroz, conformando un territorio humedal,

declarado Parque Natural en 1986 y área ZEPA (Zona de Especial Protección para las

Aves) en el marco del Convenio Internacional RAMSAR, y de la Directiva 94/24CE

relativa a la conservación de aves silvestres. De acuerdo con estudios recientes está áreas es

de importancia fundamental en la conservación de microclimas y biodiversidad en la

región. Desde la óptica del derecho internacional destaca la protección que emana de la

Convención de Ramsar de 2 de febrero de 1971, relativa a los humedales de importancia

internacional particularmente como habitats de aves acuáticas, entre las que se incluyen 6

humedales de la comunidad valenciana (Doménech:2003:5). Los valores del humedal van

103

desde lo hídrico, biótico, económico, cultural, paisajístico y científico (Doménech:2003:8-

9). La importancia de los humedales en está zona radica en que son ecosistemas

reguladores de los regímenes hidrológicos, y no necesariamente compite con los usos

agrarios, en el caso del arroz, se complementan, además de que los marjales son un dique

para la intrusión marina (Doménech:2003:17).

Cuadro.1. Área de regadío de la Acequia Real del Júcar y distribución de cultivos en los Términos Municipales.

Término

Municipal

Superficie

regable (ha)

Superficie

regada (ha)

Cítricos Frutales Huerta Arroz

Albal 329,87 294,04 150,10 2,50 68,46 72,98

Albalat de la

Ribera

1.272,99

1.234,53 871,76 8,07 36,50 54,56

Alberique 1335,68 1.275,24 970,66 47,34 202,68 54,56

Alcacer 113,15 107,65 98,05 1,24 8,36 -

Alcira 1.870,02 1.803,08 1.560,79 144,35 94,77 3,17

Alcudia de Carlet 595,86 557,47 256,01 152,03 149,43 -

Algemesi 3.437,65 3.356,24 2.858,98 242,93 172,82 81,51

Alginet 856,30 839,93 469,25 260,68 110,00 -

Almusafes 587,94 523,26 285,33 26,52 211,41 -

Antella 286,10 252,52 248,18 0,47 3,87 -

Benifayo 598,53 553,49 358,04 33,54 161,91 -

Benimodo 166,17 143,01 54,23 75,51 13,27 -

Benimuslem 365,18 367,47 337,43 15,35 14,69 -

Beniparrel 174,77 166,88 127,05 3,98 35,85 -

Gabarda 298,31 291,34 246,94 36,04 8,36 -

Guadasuar 1.430,07 1.382,43 962,29 216,90 203,24 -

Masalaves 615,85 525,12 340,30 92,95 91,87 -

Picasent 379,59 331,64 203,91 14,79 112,94 -

Silla 2.077,31 1.927,51 538,91 10,21 299,53 1.078,86

Sollana 3.652,94 3.532,76 707,70 98,77 442,00 2.284,29

Total 20.454,28 19.465,61 11.645,91 1.484,17 2.441,96 3.893,57 Fuente: Generalitat Valenciana Conselleria d’ Agricultura, Peixca I Alimentacio Modernización de los regadíos de la Acequia

Real del Júcar

El agua que nutre la mayor parte (70%) del marjal proviene principalmente de los

escurrimientos o escorrentías de la zona de huerta, además de aguas directas del río Júcar

dirigidos expresamente para el cultivo de arroz, y manantiales o ullales de la zona que todo

el año están emanando sus aguas; a ello se sumarían escurrimientos de barrancos alrededor

de la zona y los drenajes de núcleos poblacionales.

El río Júcar una vez derivados sus caudales hacia la Acequia Real y regar sus tierras,

alimenta con sus escurrimientos al lago de la Albufera, un lago muy antiguo, cuyas aguas

conforman un ecosistema en la región, permite la vida económica de pescadores, controla

caudales, recarga acuíferos, contiene la intrusión marina, y recrea un humedal anexo donde

se lleva a cabo la reproducción de aves migratorias y actividades recreativas. Se calcula que

104

los escurrimientos de los regadíos tradicionales del Júcar aportan hasta el 50% del agua del

lago, y que de este porcentaje el 53 % procede de las escorrentías de la Acequia Real. El

otro 50 % del agua del lago es de mar.

En el humedal anexo al lago se cultiva arroz en los meses de marzo-septiembre. Los

arrozales forman alrededor del lago un semicirculo que actúa como filtro de las aguas

residuales, ayuda a conservar el nivel del lago, y sirven de laguna de sedimentación para los

contaminantes agrícolas y urbanos.

La salinidad del lago de la Albufera es regulada por la mezcla del agua dulce del humedal y

el agua salada del lago. La mezcla de aguas ocurre mediante dos mecanismos y momentos:

el primero ocurre en los meses de septiembre a marzo durante la llamada inundación

invernal, cuando los terrenos arrozales se llenan con los escurrimientos y caudales del Júcar

liberados ex profeso una vez que no hay cultivo de arroz. Estos caudales inundan las tierras

hasta que el nivel de agua supera el bordo, mezclandose las dos aguas y prácticamente

alcanzando un mismo nivel que unifica los dos ecosistemas. El segundo momento de

mezcla de aguas dulces y saladas ocurre durante el cultivo de arroz, en una dinámica de

llenado o inundación de los terrenos arrozales por los escurrimientos de la huerta aguas

arriba, y aguas directas del Júcar, de tal manera que las aguas excedentes del cultivo de

arroz en los terrenos cercanos, se bombean hacia el lago para su circulación, oxigenación y

para regular el nivel del humedal.

En general la parcelación del territorio marjal es rectangular; si se observa en vista aérea, se

distinguen filas o columnas a manera de campos alargados, orientados hacia la pendiente

general como mirando hacia el mar; cada una de las filas a su vez contiene un grupo de 3-4

parcelas; cada fila a su vez separado una de otra por un muro de cemento, como carriles; a

cada fila localmente se le conoce cómo malla, las parcelas de una malla a su vez están

separadas por bordos de tierra, transversales a la pendiente general. Una parcela individual

es conocida localmente como baza.

105

Otras parcelas situadas en los límites con el lago de la Albufera, se les conoce como

tancats, -el vocablo tancat es una palabra del idioma valenciano que significa "cerrado"-;

así se identifica a aquellas fincas o parcelas que lindan con el lago y no tienen una salida de

agua o drenaje por gravedad al estar cerradas con el muro o mota o límite del lago; muro

que a su vez significa una protección del embate de las aguas del lago; dado que dichos

terrenos están situados por debajo de su nivel; bajo esta condición las aguas de cultivo del

arroz no tienen salida o drenaje, por lo que para evacuar las aguas y darles circulación, se

emplean motores para subir el agua hacía canales situados en una cota mayor y volver a

introducirlas a las parcelas de arroz para que vuelvan a circular por gravedad, o en su caso

superar el muro o mota y enviar las aguas al lago.

Por otro lado, a partir del cultivo de arroz y su condición de zona inundable, el manejo

hidráulico anual de esta zona tiene dos tiempos bien diferenciados: la inundación de

invierno y la inundación de verano.

La inundación invernal se realiza después de la cosecha del arroz, una vez que se queman

los residuos y la parcela queda libre; es una práctica que inicia en el mes de octubre, y

termina en febrero o marzo, en este período que dura 5-6 meses, aves de distintas especies

habitan la zona, hibernan y se reproducen; los beneficios agro-ecológicos y paisajísticos

incluyen la presencia de patos silvestres que migran desde el norte de Europa, anguilas,

ranas y peces. Incluso se realiza cacería pública y privada que genera una derrama

económica importante, porque los Ayuntamientos rentan los derechos de caza.

4.1.2.4. El lago de la Albufera

El nivel de las aguas del lago de la Albufera se mueven incluso hasta llegar por debajo del

nivel del mar, o incluso por arriba del nivel del mismo. Para separar el lago del humedal

que le rodea existe un bordo o mota de unos 5 m de ancho por 2 metros de alto que deja a

las aguas del lago de la Albufera en un nivel superior con relación al nivel de las aguas del

humedal, condición que permite separar las aguas del lago y del humedal y manejar los

106

niveles de inundación de ambos ecosistemas. Por gravedad los terrenos aledaños a la mota

toman agua del lago para inundar parcelas de cultivo.

Cuando existe una cantidad excesiva de agua sobre el lago, esta se drena al mar mediante

compuertas conocidas localmente como golas, localizadas a la altura del bordo que separa

al lago de la playa del mar Mediterráneo.

Las interacciones lago-humedal históricamente ha tenido una dinámica compleja cuyas

fronteras han sido movidas por procesos de azolvamiento dirigido y multidireccional, que

se angosta y se ensancha. En un primer momento se le ganó terreno al lago, -este ha ido

desde 30.000 ha, 20.000 en la época musulmana, 14.000 en el siglo XVIII, 8.000 en el siglo

XIX al impulso de una política de desecación de zonas húmedas para eliminar los nichos

reproductivos de los mosquitos causantes del paludismo, y menos de 3.000 en la actualidad;

hoy día los arrozales están cediendo terreno, avanzan sobre ellos las plantaciones de

naranjos y otros frutales, lo mismo que la ciudad, las autovías y las industrias, empujando

para ocupar área agrícola, y está a su vez “adelgazando” al no poder empujar más allá de

cierta frontera con el lago.

4.1.2.5. Las fuentes de agua para la Acequia Real del Júcar

4.1.2.5.1. Aguas superficiales del río Júcar

La comunidad de regantes de la Acequia Real por derecho puede disponer de un volumen

oficial de agua de 35, 655 litros por segundo del río Júcar, de acuerdo con sus derechos

históricos desde que les fue concedido el privilegio por el rey Jaime I de Aragón. 35, 000

litros por el azud de Antella y adicionalmente de 655 litros por segundo a partir de la

Acequia Particular de Antella. Las demás Acequias Reales tienen menor caudal. Sobre el

cauce del río Júcar la primera acequia que se construyó y recibió el privilegio del total

aprovechamiento de sus aguas por parte del rey Jaime I de Aragón, fue la Acequia Real de

Alzira (hoy Acequia Real del Júcar), incorporando a 10 pueblos aledaños, tomando el agua

partir de una presa derivadora e introduciendola a un canal.

107

4.1.2.5.2. Aguas subterráneas de pozos y ullales

Además de las aguas del río Júcar, otra fuente de agua para el territorio de riego de la

Acequia Real, son las aguas del subsuelo, extraídas mediante motores eléctricos o de gasoil.

De acuerdo con la frecuencia y momentos de su uso podemos decir que los hay de dos

tipos: uno son los pozos llamados de sequía, son unos 60 localizados en las tierras altas o

área de huerta, predominantemente hacia la parte media y terminal a lo largo del territorio

agrícola; son pozos que han sido construidos hace no más de 20 años.

Otros pozos conocidos como “los motores” fueron instalados a fines del siglo XIX y

principios del XX, extraen aguas subterráneas para el regadío de las tierras altas, a

diferencia de los pozos de sequía, estos funcionan permanentemente, haya o no sequía.

Otra fuente de aguas subterráneas lo constituyen los ullales, son pequeños manantiales u

ojos de agua que se encuentran dispersos en el territorio de huerta y humedal, aunque cada

vez son menos por abatimiento de acuíferos, todavía escurren sus aguas hacia los

barrancos, canales y arrozales sin estructuras de control, lo cual aumenta en cierta

proporción el caudal disponible para el riego y para el lago de la Albufera.

4.1.2.5.3. Los drenajes urbanos

Dentro del territorio de riego de la Acequia Real se encuentran asentados al menos 20

pueblos cuyos drenajes son vaciados al río Júcar, a los canales de riego, a los barrancos que

van a dar al río, y al lago de la Albufera. Algunos de estos drenajes tienen un tratamiento

mediante plantas de tratamiento de aguas residuales, otros no. Los 20 pueblos en su

conjunto tienen una población aproximada de 120,000 habitantes, aunque no se tienen datos

precisos sobre los volúmenes de drenaje que se generan, con la cantidad de población

estimada y con una base de generación de 200 litros per capita por día, la estimación

asciende a 24,000 m3 por día, sin considerar los efluentes de industrias y otras actividades

económicas.

108

4.1.2.6. La infraestructura hidráulica

Durante siglos sólo las estructuras de derivación o azudes existían sobre el río, en el siglo

XX se agregaron las presas de almacenamiento sobre el cauce principal y afluentes para

distintos usuarios: la presa de Alarcón inaugurada en 1959 para usos agrícolas e

industriales, la presa de Contreras sobre el afluente río Gabriel para abastecer a la ciudad de

Valencia, la presa de Tous para regular las aguas del río antes de proporcionarlas a las seis

acequias tradicionales. Además a partir de los años 60´s y 70´s del siglo se expandió el uso

de las bombas para extracción de aguas subterráneas, con lo cual se agregó una mayor

capacidad de extracción de agua, sumándose a las norias de la época musulmana.

4.1.2.6.1. El azud de Antella

Es una estructura alargada de material sólido (cemento), en forma de media luna, está

situada transversalmente a la corriente del río Júcar, mide unos 12 metros de largo y unos 3

metros de ancho, y sirve para elevar el nivel de las aguas del río y derivar parte de sus

aguas hacía una de sus orillas, margen izquierda del río, de tal manera que este es el

principio de derivación o captura del agua . Se localiza en el pueblo de Antella.

4.1.2.6.2. La casa de compuertas

La casa de compuertas es un edificio situado a la entrada de la acequia madre, justamente

donde termina el azud y empieza el canal; ahí se albergan 3 compuertas que regulan en un

primer momento la entrada de agua del río hacia el canal principal. Es un edificio de unos

10 metros de ancho, 3 de lado y unos 5 metros de altura, emblemático, símbolo de la

Acequia Real del Júcar.

109

Fig. 5. Azud de Antella, casa de compuertas y acequia madre

4.1.2.6.3. La acequia madre (canal principal)

Localmente conocido como acequia madre, es la columna vertebral de la de la

infraestructura fisica para distribuir las aguas de riego en el territorio administrado por la

organización de la Acequia Real del Júcar. Su trazo general es de dirección sur-norte,

empieza en el pueblo de Antella y termina cerca de la ciudad de Valencia, a la altura del

pueblo de Albal, recorriendo una distancia apróximada de 52 km.

Es un canal revestido de cemento o mampostería, el cual tiene unos 52 km de largo

aproximadamente y distintas magnitudes de ancho a lo largo de su recorrido, empieza en la

cabecera con 10 metros de ancho y termina con 1 metro aproximadamente. La cabeza del

canal es la entrada principal de agua al sistema y está ubicada en un sitio donde capta las

aguas del río Júcar mediante el azud.

110

La mayor parte del recorrido de la acequia se realiza a “cielo abierto”, en ciertos tramos

para sortear barrancos y autovías, se transforma en canos (sifones), en cuya entrada están

colocadas rejas de acero para detener basura y evitar taponamientos - como recuerdo de

otros tiempos a un lado de esas entradas existen todavía las llamadas casas del cano, eran

sitios o lugares donde vivían los guardas encargados de sacar las basuras acumuladas sobre

la reja para darle fluidez al agua-.

La acequia, atravieza y cruza barrancos, núcleos poblacionales, zonas agrícolas e

industriales y vías de comunicación (autopistas y vías férreas); en algunos tramos de su

recorrido los espacios o caminos laterales que sirven para su mantenimiento y vigilancia

llamados también servidumbres de paso, se perdieron debido a la construcción de casas,

cercas, muros y autovías, esto es particularmente acusado en el último tercio del canal. En

su recorrido atravieza la zona agrícola de la huerta con dirección noreste.

En tres tramos de su recorrido, y como respuesta al relieve montañoso, la acequia se

transforma en tramos de túnel, en estos espacios, sólo se observan los respiraderos o

“bocaminas” como señal de su curso subterráneo; los tramos de “bocaminas” se localizan a

la altura de los términos de Silla, Picassent y Alcacer.

Como rasgo distintivo de la acequia madre, es que sobre sus paredes laterales, destacan

casetas, localmente llamadas fesas, estas son construcciones de unos 2 m de ancho por 2 m

de largo y 3 de altura a manera de casas o torres que encierran compuertas para regular el

agua; las fesas están ubicadas a cierta distancia unas de otras a todo lo largo del canal.

A lo largo de sus paredes laterales la acequia madre, deriva el agua mediante unas 300

tomas de distintos tamaños, la mayoría de las tomas están situadas hacia su margen

derecha, para aprovechar la pendiente general del terreno; hacía la margen izquierda existen

pocas tomas, por existir menor superficie de riego hacías esa parte.

111

Para manejar y regular la velocidad y el volumen del agua, y distribuirla a lo largo de los 54

kilómetros de la acequia madre, hacia territorios de relieve irregular, particularmente

aquellos mas altos que el nivel piezométrico de la acequia, y el nivel de agua por si mismo

no alcanza a derivar hacia esos territorios, se utilizan estructuras transversales al curso del

agua llamadas paradas que son obstáculos transversales hechos de madera y otros de acero;

sobresalen las paradas grandes hechas de cortinas de acero, las cuales son movidas

verticalmente mediante un mecanismo de engranes y cadenas para subir el nivel o

reembalsar mayores volúmenes de agua que ayudan a derivarla por gravedad para los

territorios altos; se observan paradas en tramos de la acequia, a la altura de los pueblos de

Gavarda, Alberic, Massalavez, Algemesi y Benifayó. A partir de las tomas laterales de la

acequia madre se derivan otras acequias conocidas como brazales.

4.1.2.6.4. Los brazales

La mayoría de los brazales están revestidos de mampostería o cemento, pocos de tierra, sus

dimensiones y capacidades volumétricas son variables, al parecer, de acuerdo a la

extensión territorial que le corresponde abastecer de agua de riego a cada uno de ellos; para

dar idea de dimensiones diremos que hay brazales que miden desde 1 m de ancho por 1 de

profundidad y 10 km de largo, otros miden 5 m de ancho por 2 de profundidad y 15 km de

largo; algunos superan en sus dimensiones ciertos tramos de la acequia madre.

También en sus paredes tienen tomas para derivar el agua, las cuales son de diferentes

tamaños, en función de la superficie de riego que cubren sus aguas; las tomas están

reguladas con partidores o compuertas, algunas de estas por su dimensión e importancia

también se encierran en fesas semejantes a las de la acequia madre; las compuertas y fesas

tienen candados para evitar robos de agua.

En su recorrido también atraviesan núcleos de población, zonas agrícolas e industriales,

pueden ir a “cielo abierto”, o esconderse por debajo del asfalto de carreteras, o de patios de

112

las industrias perdiendose a la vista y volviendo a salir kilómetros adelante; algunos

brazales desembocan en otros que se les cruzan, o en barrancos o en el río Júcar, y otros se

prolongan hasta las tierras bajas del marjal. De los brazales se desprenden otras acequias de

menores dimensiones conocidas como regueros o cequietas,

4.1.2.6.5. Los regueros (canales terciarios)

las cuales van lindando a los terrenos o parcelas de cultivo, cruzándose por distintos

caminos, tejiendo un entramado complejo y articulado; los regueros también tienen tomas

reguladas mediante compuertas y pequeños partidores conocidos como andronas o paletas,

a partir de las cuales el agua se deriva hacia los regueros particulares, que son la

canalización última antes de que el agua penetre al terreno de riego; las paletas, son

“tablas” de cemento o de metal de unos 40 cm de alto 30 de ancho, colocadas

equidistantemente en una de las paredes de los regueros.

4.1.2.6.6. Los azarbes (canales del marjal)

Los azarbes son aquellos canales que se localizan en la zona de frontera entre los territorios

de la huerta y el marjal; los azarbes están situados en esta parte porque su ubicación

obedece a una lógica funcional en relación con la pendiente general del territorio, ubicados

o construidos así sirven para captar y reutilizar las aguas de escorrentías o sobrantes de los

regadíos de la zona de huerta; por lo tanto se construyeron como continuación de los

brazales o barrancos para recibir las escorrentías del riego de la huerta, en una lógica de

reutilización del agua, además reciben otros escurrimientos, incluidos los vertidos de los

pueblos y de las industrias. Su característica distintiva es que son canales situados en las

zona baja para captar y abastecer de agua a los arrozales, permitiendo el continum de flujo

hidráulico entre territorios de huerta y marjal. Los azarbes están revestidos de cemento o

mampostería, aunque algunos son de tierra, y sus dimensiones en algunos casos superan a

algunas de las partes de la acequia madre; construidas para conducir importantes volúmenes

113

de agua, sobretodo en época de lluvias; a partir de ellos también se localizan tomas laterales

para que sus aguas se distribuyan a partir de tomas laterales de las cuales derivan cequietas

y regueros que a su vez abastecen a las parcelas de arroz (marjal).

114

Fig. 6. Tramo de la Acequia Madre y red de acequias

115

4.1.2.6.7. Los pozos y motores

Los pozos de sequía. Dentro del área de huerta, la infraestructura de regadío disponible

incluye alternativas a las aguas superficiales, mediante pozos y motores que pueden extraer

agua del subsuelo, algunos utilizados en situaciones de sequía o escasez. Los pozos

llamados de sequía son unos 18 pozos localizados en el área de huerta, predominantemente

hacia la parte media y terminal de la acequia madre.

Los motores. Son motores instalados desde fines del siglo XIX y principios del XX,

extraen aguas subterráneas para el regadío de tierras altas, donde las aguas de la acequia

madre no llegan.

Los pozos privados individuales. Son pozos privados que extraen aguas subterráneas,

pertenecen a propietarios individuales.

4.1.3. El gobierno

4.1.3.1. De su personalidad jurídica

De acuerdo con su definición se entiende por Comunidad de Regantes al conjunto de todos

los individuos regantes, también llamados comuneros que utilizan aguas para riego a partir

de una toma común, en este caso las aguas se toman del río Júcar a través de la presa

derivadora o azud de Antella, localizada sobre la parte media del río Júcar en la localidad

de Antella, a partir de ese punto se distribuyen por el canal principal de la Acequia Real del

Júcar (Ordenanzas:1992: art.1). Como Corporación de Derecho Público que es, tiene

personalidad jurídica propia, por lo tanto puede ejercer acciones comerciales, civiles y

judiciales. En cualquier caso a través de la Junta de Gobierno puede solicitar el auxilio del

116

Estado vía la Confederación Hidrográfica (organismo de cuenca) para ejercer sus

funciones, incluidas la distribución de las aguas.

4.1.3.2. Los pueblos que la integran

El conjunto de individuos regantes de la comunidad de la Acequia Real del Jucar y sus

parcelas pertenecen a 20 Términos Municipales o pueblos, cada Termino se refiere a un

núcleo de población y su territorio de riego; los pueblos que conforman la comunidad de

regantes son: Antella, Gavarda, Alzira, Benimuslem, Puchol (agregado hoy a Benimuslem),

Alberich, Massalavés, Resaleny (hoy Benimodo), Guadasuar, l’ Alcudia, Montortal

(agregado hoy a l’ Alacudia), Algemesí, Albalat de la Ribera, Sollana, Alginet, Benifayó,

Almussafes, Picassent, Silla, Alcácer, Beniparrell y Albal.

4.1.3.3. Las Ordenanzas

Las ordenanzas refieren al documento que señala las normas y los principios para el

gobierno y la administración de las aguas y de los bienes de la organización, el cual

incorpora usos y costumbres de los regantes, producto de su experiencia histórica, social y

colectiva para la distribución del agua y el mantenimiento de sus sistemas de riego (Sr, Juan

Valero de Palma, Secretario-Depositario de la Acequia Real del Júcar).

El documento referido se titula Ordenanzas para el Régimen y Administración de la

Acequia Real del Júcar, que a su vez se circunscribe y es un requisito dentro de la

legislación general del Estado que en materia de aguas gobierna los regadíos españoles; de

hecho las ordenanzas son aprobadas por el organismo de cuenca, en este caso la

Confederación Hidrográfica del Júcar, porque hay una primacía de la Ley de Aguas como

fuente normativa de las comunidades de regantes (Bolea Foradada:1998:98).

117

El documento de las ordenanzas se divide en tres grandes apartados o libros: libro I “De la

Comunidad de Regantes Acequia Real del Júcar y su organización general”; libro II “Para

la más justa y cómoda distribución de las aguas de la Acequia Real del Jucar en los

términos municipales que riegan la misma” y libro III “Para la elección de señores

Diputados y suplentes de la Acequia Real del Júcar”.

De acuerdo con el documento, los propósitos declarados de la comunidad de regantes son:

la distribución equitativa entre sus comuneros de las aguas de que dispone, el

mantenimiento del aprovechamiento, el ejercicio de las facultades de policía en el ámbito

de sus cauces y evitar los conflictos entre los usuarios.

4.1.3.4. Los niveles de gobierno y la administración

En relación con los niveles de gobierno destacan cinco instancias de gobierno de las cuales

dos cubren todo el territorio bajo riego, la Junta General de Señores Diputados y la Junta

de Gobierno y, tres instancias de gobierno local cuya área de influencia se circunscribe al

territorio de un pueblo o Termino municipal respectivo la Junta General Local, la Junta

Local Directiva y el Jurado de Riegos; es decir dos instancias de gobierno centrales y tres

locales. Cada una de estas instancias compuesta con cierto número de integrantes y

funciones.

118

Fig. 7. Coordinación de niveles de gobierno en la Acequia Real del Júcar

Cuadro. 2. Instancias de gobierno y número de integrantes.

Instancia de gobierno Número de integrantes

Junta General de Diputados 58 Diputados

Junta de Gobierno 10 Diputados

Junta General Local 7 Regantes de la Junta Local Directiva +

Regantes presentes

Junta Local Directiva 7 Regantes

Jurado de Riegos 5 Regantes

Fuente: elaboración propia

119

4.1.3.4.1. La Junta General de Señores Diputados

Es el órgano de gobierno de máxima autoridad, concretamente se refiere a la reunión o

asamblea general de representantes regantes, dentro del territorio bajo jurisdicción de la

Acequia Real, según las Ordenanzas, cada uno de ellos ha sido previamente elegido como

Diputado en el pueblo correspondiente, y es cuando se convierte en representante, de uno

de los 20 pueblos que integran la comunidad de regantes (a manera de delegados); en el

momento de su instalación como asamblea lo cual sucede una vez al año, la Junta General

se convierte en el órgano máximo de autoridad sobre los regantes y sobre todos los

empleados de la organización (cómo dijo un Celador, “son los jefes”), y cómo máximo

órgano de gobierno tiene las funciones o atribuciones máximas en la organización. Entre

sus funciones están

- Elegir a la Junta de Gobierno, y a los cargos correspondientes, que incluyen al

Presidente, al Vicepresidente y a los Vocales.

- Examinar y aprobar, la memoria y los presupuestos del ejercicio anterior (elaborada

por la Junta de Gobierno).

- Nombrar una Comisión de Diputados, para la revisión o examen de las cuentas del

ejercicio anterior (nombran en el momento de la Asamblea General).

- Fijar el importe del Cequiaje General. (a propuesta de la Junta de Gobierno)

- Examinar y aprobar los presupuestos de ingresos y gastos, de toda la Comunidad de

Regantes (a propuesta de la Junta de Gobierno).

- Examinar y aprobar proyectos de obras (a propuesta de la Junta de Gobierno).

- Informar de los asuntos de interés general, y asignar responsabilidades a la Junta de

Gobierno.

- Revisar y autorizar mecanismos de distribución del agua en situaciones de sequía.

- Modificar las Ordenanzas

- Aprobar el nombramiento de los empleados de mayor jerarquía, como el Secretario-

Depositario, el Acequiero y Subacequiero Mayor.

120

Estas tareas se ejercerían en el momento cuando se forma la Junta General, pero en cada

una de dichas funciones, le corresponden distintos tiempos para su ejecución, por ejemplo,

el presupuesto se aprueba cada año, pero nombrar la Junta de Gobierno sucede cada cuatro

años.

El origen y la elección de sus integrantes. La Junta General se integra por 58 Diputados

cuyo origen de cada uno de ellos es por elección previa en los pueblos de donde son

vecinos. Como regla general los mayores propietarios de tierra en cada pueblo son los

elegidos como Diputados, en función de que juntan más votos porque de acuerdo a la

superficie poseída es el número de votos a que se tiene derecho.

Para ser candidato, y por lo tanto tener la posibilidad de convertirse en Diputado, un

individuo debe cumplir ciertos requisitos como el saber leer y escribir, ser mayor de edad,

y tener registrado a su nombre al menos 30 hanegadas, aunque para aquellos que no cubren

esa superficie se pueden contabilizar las hanegadas de su cónyuge, entre otros requisitos

(Ordenanzas art. 26), evidentemente esta normativa excluye el acceso a los puestos de

gobierno y la posibilidad de representación directa para los regantes que tienen poca

superficie.

De acuerdo con las ordenanzas la proporción de votos es la siguiente:

Cuadro. 3. Rangos de superficie y número de votos correspondiente

Rango de superficie en hanegadas Número de votos

De 30 a 59 y 3 cuartones 1

De 60 a 89 y 3 cuartones 2

De 90 a 119 y 3 cuartones 3 Fuente: Ordenanzas para el Régimen y Administración de la Acequia Real del Júcar y adaptación propia

Y así sucesivamente, aunque se menciona en las ordenanzas que ningún propietario puede

emitir más del 50% de los votos de todos los comuneros (Ordenanzas, art. 212).

El puesto de Diputado es honorífico, gratuito y obligatorio y dura 4 años con posibilidad de

reelección (Ordenanzas: art. 25), y de hecho los Diputados se reeligen con alta frecuencia,

algunos pueden llegar a estar 8, 12, 16 o mas años en un puesto; además los puestos no son

121

excluyentes, un Diputado puede tener más de un cargo, por ejemplo, Presidente de Junta

Local, miembro de la Junta de Gobierno y de la Junta General, acumulando cierto poder.

Además existen diferencias en la calidad de la representación de los diputados; hay

Diputados Titulares y Diputados Forasteros, con sus respectivos suplentes, el Titular es

avecindado en el pueblo de referencia, el Forastero es por su calidad de no avecindado. Esta

diferenciación, conlleva diferencias en la oportunidad de participación con voz y voto, por

ejemplo en determinados eventos como la Junta General de Señores Diputados, se prefiere

invitar al Titular más que al forastero o al Suplente.

Entre pueblos, la diferencia de representación está basada en la extensión territorial que

tiene registrada cada pueblo: 9 de los 20 pueblos tienen derecho a nombrar 2 Diputados

titulares y 2 suplentes cada uno, y en cada uno de los 11 pueblos restantes se nombran 1

Diputado titular y 1 Suplente. Aunque por situaciones específicas (fallecimiento o retiro de

regantes) algunos pueblos pueden carecer momentáneamente de representación de

Diputados forasteros o suplentes, otras veces hasta que no ocurran nuevas elecciones se

podrá recuperar la representación, por ejemplo el caso de las representaciones de 2001-

2004, donde se reportan al menos 2 pueblos, Puchol y Guadasuar, que no cubren sus

espacios de Diputados Suplentes (http://www.acequiarj.es/html/organiza.html), esta

diferenciación limitaría la posibilidad de participación directa de los regantes individuales

y de los pueblos en este nivel de decisión. De acuerdo con la versión de Diputados a estas

reuniones no acuden los Diputados Suplentes porque a ellos no se les cita; en las

ordenanzas se señala que los Diputado Titulares tienen preferencia en voz y voto,

solamente en ausencia del Titular el Suplente tiene voto; por definición de Junta General de

Señores Diputados, tampoco están los Presidentes de las Juntas Locales.

La asamblea General y su dinámica. La Junta General de Diputados, sucede regularmente

en el mes de enero de cada año, se reune en la sede o casa social de la comunidad de

regantes, situada en la ciudad de Valencia, mismo lugar que es el sitio de operación u

oficinas de la Junta de Gobierno, y sus empleados; la asamblea la preside el Presidente de

la Junta de Gobierno, acompañado del resto de los integrantes de la misma en el presidium;

122

la voz principal y la conducción de la asamblea la lleva el Presidente de la Junta de

Gobierno, apoyado en la información que le proporciona el Secretario-Depositario.

El orden del día es estricto en lo general, de tal manera que la reunión adquiere más bien un

carácter informativo, pasando de un punto a otro en voz del Presidente de la Junta de

Gobierno, pregunta de viva voz si se aprueba o no el punto en exposición, si están o no de

acuerdo los Diputados en el asunto respectivo, cuando los Diputados mueven la cabeza en

señal afirmativa o contestan que si, enseguida el Presidente procede a afirmar que “hay

acuerdo”, y se pasa al siguiente punto; no hay temas o debates fuera del orden del día.

Como guía de seguimiento al informe, a los Diputados asistentes se les proporciona un

documento escrito en el que se señalan en general los puntos de la orden del día, por

ejemplo: la Junta General Ordinaria del 28 de enero de 2004 contiene la siguiente orden del

día:

Primero.- Lectura y aprobación, en su caso, del Acta de la Junta General Ordinaria

celebrada el día 7 de febrero de 2003.

Segundo.- Memoria de la Junta de Gobierno y aprobación en su caso, de los acuerdos

derivados de la misma: cequiaje, obras de modernización, recompensas, etc.

Tercero.- Aprobación definitiva, si procede, de las cuentas de Depositaría de 2002.

Dictámen de las cuentas del ejercicio 2003 presentadas por la Junta de Gobierno y

nombramiento de Sres. Diputados para el examen de las mismas.

Cuarto.- Examen y aprobación, en su caso, de los presupuestos de ingresos y gastos de la

Comunidad para el ejercicio de 2004.

Quinto.- Información sobre la modernización de la Acequia Real del Júcar.

Sexto.- Integración de la Acequia Real del Júcar en la Comunidad General de Regantes de

la Ribera Alta del Jucar.

Septimo.- Ruegos y preguntas.

El tiempo de duración de la reunión fué de aproximadamente 2 horas, y en el orden del día

me pareció importante destacar elementos como los siguientes:

123

- La lectura y aprobación del acta de la Junta de Diputados corresponde a la que se celebró

hace 12 meses, la cual contiene los acuerdos alcanzados en aquel momento, prácticamente

un año después.

- La aprobación de las cuentas fue del ejercicio del período pasado (de hace 12 meses).

- La alta participación de la Junta de Gobierno en actividades autogestivas, y cogestivas,

como las siguientes: solicitudes de obras; reclamaciones; autorizaciones; los convenios

firmados; las altas y bajas de Diputados y Presidentes de Juntas Locales; el ingreso de la

Acequia Real a otras organizaciones superiores de regantes; reuniones con representantes

de partidos políticos y gobiernos centrales autonómicos y locales; ponencias y conferencias

dictadas por miembros de la Junta o por el Secretario-Depositario relacionadas con la

gestión del agua; el comportamiento del padrón de catastro para registrar altas y bajas de

parcelas bajo riego; los plazos de recaudación del cequiaje; la situación laboral del personal

contratado; los asuntos judiciales y contenciosos en relación con el embalse de Alarcón, las

actividades de la Unidad Sindical de Usuarios del Júcar; el comportamiento de los registros

de consumos de agua de la Acequia Real de acuerdo con los reportes de la Confederación

Hidrográfica con el propósito de vigilar la curva de reserva o garantía de agua para los

regadíos tradicionales, información y seguimiento acerca del proceso de conversión de los

regadíos de riego por gravedad mediante acequias a riego por goteo.

- El examen de aprobación del presupuesto para el año en curso, que incluye el monto que

deberán pagar los regantes por concepto de cequiaje general; el monto de las subvenciones

(subsidios del Estado), los contratos de obras y el cálculo de inversión previstos; el cuadro

de evolución de la facturación o recaudación del cequiaje y la presentación y el análisis

para la aprobación del presupuesto financiero de ingresos y gastos de la organización

correspondiente para el año que comienza la cual es oral, gráfica y por escrito, en ese

momento algunos integrantes de la Junta General pueden hacer -y de hecho lo hacen-

observaciones a los proyectos de obra y a los costos que se les presentan por parte de la

Junta de Gobierno, y en su caso esta indica al Secretario-Depositario la necesidad de la

124

corrección, aunque es posible que se vuelvan a presentar las correcciones a la Junta General

12 meses después.

Estos indicadores me parecen significativos para analizar la participación y la capacidad

autogestiva y de cogestión de los regantes en asuntos clave de la organización.

Con relación a la asistencia y participación de Junta General, registre una asistencia de 25

Diputados, de un total nominal de 58.

Aunque en las ordenanzas se menciona que es obligatorio asistir a las reuniones

convocadas (Art. 29) no se registran sanciones por no asistir; comúnmente la Junta sesiona

con los Diputados presentes, haya o no mayoría y los acuerdos son válidos, situación que se

ajusta a lo que mencionan las ordenanzas (Art. 30).

4.1.3.4.2. La Junta de Gobierno

Es la instancia inmediata inferior de gobierno y dirección administrativa después de la

Junta General de Diputados, encargada de ejecutar los acuerdos de esta; se compone de 9

regantes: 1 Presidente, 1 Vicepresidente y 7 vocales, entre los cuales 2 son Vocales

Generales, 1 es Vocal General Suplente, 1 es Vocal Representante de la Primera Sección, 1

Vocal Suplente Representante de la Primera Sección, 1 Vocal Representante de la Segunda

Sección, y 1 Vocal Suplente Representante de la Segunda Sección; los suplentes tienen solo

tienen voz en presencia de los titulares.

Las atribuciones de la Junta de Gobierno son las siguientes:

- Nombrar y despedir empleados de la comunidad, que no corresponda nombrar y

despedir a la Junta General de Diputados; en este caso Guardas, Secretarios de

Juntas Locales, archivadores, secretarias, mensajeros y auxiliares.

- Aprobar dictámenes técnicos y propuestas de obra, reparación, etc., para que sean

consideradas y en su caso aprobadas ante la Junta General de Diputados.

125

- Redactar la memoria anual de actividades y elaborar los presupuestos que se

pondrán a consideración de la Junta General de Diputados.

- Ordenar o aprobar los fondos financieros de acuerdo con los presupuestos

aprobados por la Junta General de Diputados.

- Disponer la redacción de proyectos de reparación y conservación, y ocuparse de la

dirección de los mismos (en su caso la vigilancia cuando se contratan empresas

privadas para realizarlos).

- Ordenar la redacción de proyectos de obras nuevas.

- Dictar disposiciones y reglas para distribuir el agua, sobretodo establecer turnos de

agua y otras medidas en situaciones de escasez (se supone que en momentos críticos

la coordinación se establece con la Confederación Hidrográfica).

- Hacer cumplir la legislación de aguas y las Ordenanzas, con el apoyo directo de las

Juntas Locales (para cumplir esta función se apoyan directamente en el Secretario-

Depositario, el Acequiero Mayor, el Subacequiero y los Guardas e indirectamente

en Celadores y Regadores).

- Resolver y defenderse de litigios civiles y laborales que se formulen contra la

Comunidad, ya sea por los mismos regantes individuales u otras instancias externas

(en esta función es muy importante el apoyo del Secretario-Depositario).

- Proponer reformas a las Ordenanzas, las cuales una vez aprobadas, pasan a ser

dictaminadas y en su caso aprobadas por la Confederación Hidrográfica).

- Representar a la Comunidad de Regantes ante las distintas instancias del gobierno

local, autonómico y central; este papel lo llevan a cabo en gran medida el Presidente

y el Secretario-Depositario).

Elección de sus integrantes. De acuerdo con las Ordenanzas (Art. 46) todos los integrantes

de la Junta de Gobierno son elegidos por la Junta General de Señores Diputados, de entre

los mismos Diputados se elige a los integrantes de la Junta de Gobierno.

Los cargos se ejercen en principio por cuatro años, con la posibilidad de ser reelegidos;

sucede con frecuencia que algunos integrantes ocupan puestos por varios años, por ejemplo

126

pasando de la Vicepresidencia a Presidencia más las reelecciones del mismo cargo,

llegando a alcanzar 8, 12, 16 o mas años en esos puestos de representación.

Para ser candidato a puesto de Junta de Gobierno, un comunero debe tener registradas a su

nombre al menos 30 hanegadas, (aproximadamente 2.5 hectáreas) y al igual que el caso de

la Junta General de Diputados se pueden contabilizar las hanegadas de su cónyuge.

Las sesiones y su dinámica. La Junta de Gobierno ordinariamente sesiona mensualmente,

regularmente en la sede de la casa social en la ciudad de Valencia, aunque ocasionalmente

en la sede de uno de los pueblos de la comunidad. En esta instancia donde se van

preparando las decisiones que serán o no aprobadas en la Junta General de Diputados, de tal

manera que en está última se aprueba lo que en la Junta de Gobierno ya se consenso

durante todo el año en las reuniones mensuales (Diputados, comunicación personal).

Por ejemplo, los asuntos que se trataron en una sesión de Junta de Gobierno fueron los

siguientes:

- Los volúmenes de agua existentes hasta el momento en el embalse de Alarcón,

vigilar la curva de reserva y garantizar el agua para los regadíos de la Acequia Real.

- Los avance de la transformación de los regadíos por acequias, a riego por goteo.

- Los informes de las Juntas Locales con relación a cumplimientos técnicos de obras

realizadas, por ejemplo colocación correcta de tuberías con diámetros determinados

en las fesas.

- De la revisión de estipulaciones y normas de cumplimiento para obras específicas

que llevan a cabo las empresas industriales, con relación a los regadíos (por ejemplo

dimensiones de acequias, tipos de materiales, diámetros de tuberías, cotas

existentes, desagues, etc.).

- Los informes del Acequiero Mayor acerca de novedades en el campo, por ejemplo

de la existencia o no de contingencias por el corte de aguas ante la necesidad de

avance de las obras de transformación de los regadíos.

127

- De la tramitación de expropiaciones llevadas a cabo con motivo de las obras del

AVE, acordándose transferir a las Junta Locales el porcentaje correspondiente a las

acequias e instalaciones que administra cada Junta Local.

- De los resultados del trabajo realizado por el Secretario-Depositario para asesorar a

comunidades de regantes de otros países, en el marco del Apoyo a la Agencia

Española de Cooperación.

- De las subvenciones que recibe la Acequia Real por parte de la Conselleria del

Medio Ambiente de la Generalitat Valenciana por realizar obras de conservación de

las acequias del Parque Natural de la Albufera.

- De la aprobación de nombramientos de Secretarios-Depositarios en las Juntas

Locales.

Quienes ejercen la administración cotidiana en este nivel son el Presidente, apoyado

siempre en el Secretario-Depositario, tanto para el interior de la comunidad como en sus

relaciones con el exterior.

4.1.3.4.3. La Junta General Local

La Junta General Local es la instancia de gobierno en cada pueblo, se refiere a la asamblea

o reunión anual que llevan a cabo el mayor grupo de regantes, dueños de tierra o

arrendatarios locales registrados en la Acequia Real; el evento se realiza regularmente en

los primeros días del mes de diciembre y es en esta reunión donde la Junta Local Directiva

en voz del Secretario-Tesorero de la misma, rinde un informe anual de actividades, ante los

regantes de la localidad. El Diputado Titular por el pueblo respectivo es el que preside la

Junta General, aunque acompañado por el Presidente de la Junta Local y los Vocales.

Funciones. Aunque La Junta General Local tiene una serie de atributos, su objetivo central

es aprobar los presupuestos de gastos e ingresos, las cuentas del año antepasado y el

presupuesto anual del año próximo, incluyendo las cuotas del Cequiaje y Desagüe

Particular para su Término Municipal.

128

Además de lo anterior le corresponde realizar lo siguiente:

- Elegir los vocales de la Junta Local Directiva y los miembros del Jurado de Riegos.

- Elegir al Secretario-l Tesorero.

- Fijar los sueldos de sus empleados

- Cualquier asunto relacionado con la distribución de las aguas dentro de su término

municipal.

Sesiones y su dinámica. La Junta General Local acuden sólo los regantes que tienen una

superficie determinada, una superficie mínima de 10 hanegadas (0.8 ha), y sus obligaciones

cumplidas; situación que se verifica en el momento de la reunión mediante un listado

preparado por la Junta de Gobierno.

La sesión de Junta General adquiere un carácter informativo, el informe y las propuestas de

presupuestos financieros se reparten por escrito a los asistentes, y con la lectura en voz alta

por parte del Secretario-Tesorero, se van siguiendo los números y las cuentas presentadas.

En general no hay solicitudes de aclaraciones, y se está de acuerdo con la información

vertida, a partir de que las cuentas y los presupuestos, no se elaboran en presencia de los

regantes, sino que son cuentas que han sido elaboradas previamente por las Juntas

Directivas Locales.

La participación de los regantes en estos foros es escasa, se pueden juntar 10, 20, 50

regantes en los distintos pueblos. Esto es significativo en contraste con los miles de

regantes reportados como integrantes de la Junta General Local. Cuando preguntamos a los

directivos la razón del porque acudía poca gente a las reuniones, la respuesta fue: “la gente

confía en que se lleva bien el gobierno y la administración, por eso casi no vienen” (Sr.

Grabriel Ridaura Cañada, Presidente y Diputado de la Junta Local de Sollana).

Las Juntas Generales Locales en general son convocadas por la Junta de Gobierno, suceden

en el marco de un programa general EDICTO de toda la Comunidad de Regantes Acequia

129

Real, el EDICTO se publica en medios de la prensa local y regional, de tal manera que en

una semana se cubren todas las fechas de reuniones para los 20 pueblos con ordenes del día

más o menos estandarizados, incluidos los horarios de inicio de las reuniones.

Además la Junta de Gobierno establece las condiciones generales en que deben realizarse

las Juntas Generales, instruye con unos dos meses de antelación a los Presidentes y

Secretarios de las Juntas Locales para que se cumplan las condiciones siguientes:

- La Junta General Local Ordinaria será convocada por el Presidente de la Junta

Local Directiva con aproximadamente 45 días de antelación a la semana en que

sucederán las reuniones de toda la comunidad de regantes.

- En cumplimiento de primera y segunda convocatoria (esta una hora después que la

primera) se realizará la reunión independientemente del número de asistentes.

- Los asistentes deben ser regantes titulares de fincas inscritos en el libro padrón y

regantes representantes de grupos con una superficie mínima en conjunto de 10

hanegadas (0.833 ha).

- La Junta de Gobierno remitirá las listas de quienes tienen derecho a asistir, y serán

expuestas al público, excluyéndose aquellos regantes que tengan recibos de pagos

pendientes, de acuerdo con los informes del Recaudador.

130

Fig. 8. Edicto emitido por la Acequia Real del Júcar

ACEQUIA REAL DEL JÚCAR.

EDICTO

Se pone en conocimiento de los regantes de la Comunidad que las Juntas Generales locales Ordinarias se celebrarán del día 1 al 7 del próximo mes de diciembre, en cada una de las localidades y en

los domicilios, días y horas que, a continuación se indican.

LOCALIDAD DOMICILIO FECHA HORA

ANTELLA PINTOR SANDOVAL ABRIL

19

SÁBADO DÍA 6 11.00

GAVARDA DOMICILIO SOCIAL,

PLAZA AYUNTAMIENTO 1

DOMINGO DÍA 7 11.00

ALZIRA CASA DE LA CULTURA,

ESCUELAS PÍAS 4.

LUNES DÍA 1 18.00

BENIMUSLEM JOAN DE JOANES 2 (CASA

SOCIAL)

SÁBADO DÍA 6 11.00

ALBERIC SANT LORENA 17 JUEVES DÍA 4 19.00

MASALAVES C/ VALENCIA , 12 (BAJO

AYUNTAMIENTO)

MARTES DÍA 2 19.00

BENIMODO CÁMARA LOCAL

AGRARIA

VIERNES DÍA 5 19.00

GUADASUAR C/ MAYOR, 40 (CASA

SOCIAL)

JUEVES DÍA 4 19.30

L’ALCUDIA CASA DEL LLAURADOR,

PLAZA P. VALENCIA 7.

MIÉRCOLES DÍA 3 19.00

ALGEMESI C/ BENITO BALLESTER, 10

(CASA SOCIAL)

LUNES DÍA 1 18.00

ALBATAT DENME, 17 (CASA

SOCIAL)11.00

JUEVES DÍA 4 18.00

SOLLANA C/ MIGARRO, 8 (CASA

SOCIAL)

VIERNES DÍA 5 11.00

ALGINET C/ SAN ANTONIO, 34

(CASA SOCIAL)

DOMINGO DÍA 7 11.00

BENIFAIO CÁMARO LOCAL

AGRARIA

JUEVES DÍA 4 19.00

ALMUSSAFES C/ MAYOR 67 (CASA

SOCIAL)

DOMINGO DÍA 7 09.00

PICASSENT PLAZA AYUNTAMIENTO 2

(CÁMARA AGRARIA)

MARTES DÍA 2 18.00

SILLA C/SANTA TERESA, 11-1

(LOCAL SOCIAL)

DOMINGO DÍA 7 10.00

ALCASSER C/ MESTRO CHAPI, 3, BAJO DOMINGO DÍA 7 11.00

BENIPARRELL CASA DE LA CULTURA VIERNES DÍA 5 18.30

ALBAL BLASCO IBÁNEZ, 40

(CÁMARA AGRARIA)

VIERNES DÍA 5 20.00

El Orden del Día de la Junta General Local estará fijado en el tablón de anuncios de la

respectiva localidad y como principales asuntos figuran los siguientes: Lectura y aprobación, en su caso,

del acta anterior; Lectura y aprobación, en su caso, de las cuentas del ejercicio actual; Lectura y aprobación, en su caso, de los presupuestos para ejercicio del año 2004 y la cuota de cequiaje particular;

Información sobre los nuevos plazos de recaudación, Ruegos y preguntas.

Las juntas Generales se constituirán con la mayoría del número de regantes comprendidos en

las listas de propietarios regantes con derecho a asistir a las mismas. Si no ocurriese dicha mayoría, se

celebrarán, en segunda convocatoria, como mínimo, una hora después de la señalada para la primera, quedando válidamente constituidas cualquiera que sea el número de asistentes.

Para cualquier información o aclaración, pueden ponerse en contacto con las oficinas de la

Junta de Gobierno de la Comunidad, teléfono 963915208-07 y Juntas Locales respectivas. Internet: www.acequiarj.es Valencia, Noviembre de 2003.

EL PRESIDENTE.

131

4.1.3.4.4. La Junta Local Directiva

Es la instancia de gobierno y administración inmediata en un pueblo o Termino Municipal;

se compone de 7 comuneros de los cuales 4 son propietarios de tierra asentados en la

comunidad y 3 foráneos. De este conjunto se elige un Presidente, un Vicepresidente y el

resto fungen como Vocales Propietarios y Suplentes. Las funciones son:

- Llevar los registros contables y administrativos del pueblo correspondiente

- Acordar las medidas de distribución de las aguas, mantenimiento y construcción de

obra a partir de los brazales

- Gestionar y representar a la Junta Local ante el municipio, y las instancias locales.

- Resolver los problemas de distribución del agua y aplicar el reglamento dentro de su

área de influencia.

- Citar al Jurado de Riegos cuando existe una violación al reglamento.

- Supervisar obras, desagues, y documentar los asuntos que ordene la Junta de

Gobierno.

Cada Junta Local Directiva calcula el monto del cequiaje particular, en función de sus

gastos específicos, los cuales varían a su vez en función del número de hanegadas que tiene

cada pueblo, y como consecuencia de mayor o menor longitud de canales de riego, y que

supuestamente tiene que ver con mayores gastos de mantenimiento y administración.

También las Juntas Locales Directivas acuerdan las tarifas por ordenes de riego,

modificandolas de acuerdo con sus criterios locales, por ejemplo en el caso de la localidad

de Sollana que a partir de la campaña de riegos de 2003 y de acuerdo con la aprobación en

sesión de fecha 13/02/2003 aplica las siguientes tarifas:

132

Cuadro. 4. Tarifas de riego aplicadas en la localidad de Sollana

Tarifa Precio

(euros/hanegada)

Condiciones

1 1,00 Si la parcela está obligadamente en turno de riego, el riego lo

efectúa el regador designado en cada partida; si los regantes

quieren realizar el riego ellos mismos, de cualquier manera deben

pagar la tarifa.

2 0,50 Aplica sólo para cultivo de hortalizas cuando el Celador señale

“turno para verdes” y el riego lo efectúen directamente el

propietario y/o cultivador de las parcelas. En caso de que el riego

lo aplique el Regador, se aplica la tarifa 1

3 10,00 Solamente para cultivo de ajos tiernos. Es un pago único para toda

la campaña de riegos. El regador solamente encaminara las aguas

hacia la parcela para el riego de la misma o para el arrancado de la

cosecha.

Fuente: Junta Local de Sollana, adaptación propia.

Elección de sus integrantes. Las elecciones de sus miembros se llevan a cabo cada cuatro

años, en Asamblea de Junta General Local coincidiendo con las elecciones de la Junta de

Diputados y de la Junta de Gobierno.

Los cargos son honoríficos, gratuitos y obligatorios, renovándose cada cuatro años con

posibilidad de reelección (Ordenanzas Art. 146). Para que un regante sea candidato a

puesto dirigente de la Junta Local Directiva necesita tener registrado a su nombre, al menos

10 hanegadas, (menos de 1 ha), asimismo a mayor número de hanegadas que tiene un

individuo aumenta su número de votos en la asamblea, en proporción de 10 hanegadas por

un voto, aunque se señala que un individuo no podrá sobrepasar el 50 por ciento del total de

votos (Ordenanzas Art. 131).

De acuerdo con las ordenanzas la proporción de votos es la siguiente:

Cuadro. 5. Rango de superficie y número de votos

Rango de superficie en hanegadas Hectáreas Número de votos

De 10 a 19 y 3 cuartones 0.8-1.6 1

De 20 a 29 y 3 cuartones 1.6-2.4 2

De 30 a 39 y 3 cuartones 2.4-3.2 3 Fuente: Ordenanzas para el Régimen y Administración de la Acequia Real del Júcar y adaptación propia

Los regantes tienen derecho a hacerse representar de acuerdo con el número de votos que

les corresponden.

133

Las sesiones y su dinámica. La Junta Local Directiva sesiona una vez por mes en las

oficinas correspondientes a la misma en cada pueblo. Esta reunión es presidida por el

Presidente de la Junta Local, y en voz del Secretario se discute con los miembros de la

Junta Directiva los asuntos cotidianos de la distribución del agua, construcción y

rehabilitación de infraestructura, mantenimiento, gastos, conflictos, seguimiento de

acciones previas, el estado de cuentas, pagos e ingresos, informes de comisiones de trabajo,

planificación de acciones próximas, obras en las acequias, reclamaciones y conflictos con

los regantes además de los asuntos que les turna la Junta de Gobierno.

En estas reuniones se van construyendo los presupuestos financieros y los acuerdos que se

pondrán a consideración de la Junta General Local.

Cada Junta Local Directiva tiene cierta autonomía funcional dentro de su área de influencia

y el Presidente, apoyado en su Secretario-Tesorero es el que ejerce cotidianamente el

gobierno y la administración. Se encarga de organizar tareas, de vigilar los trabajos, recibir

y enviar información en coordinación con el Celador.

Los recursos con que opera la Junta Local Directiva provienen en su mayor parte de la

recaudación del cequiaje particular, adicionalmente ello se agregan aportes del Estado,

subvenciones y apoyos a la agricultura en general por parte de distintas instancias:

Ministerio del Medio Ambiente, Generalitat Valenciana y los Ayuntamientos.

Personajes centrales del diario ejercicio del gobierno y la administración local, son el

Presidente, el Secretario-Tesorero y el Celador, quienes conocen y ejercen el seguimiento

de las acciones diarias; el Presidente ordena al Secretario las actividades que se tienen que

realizar: convocar reuniones, invertir en obras, contratar servicios, revisar estados

financieros, gestionar recursos, solicitar subvenciones, etc. El Secretario al ejercer estas

actividades, posee la información necesaria, lleva el control directo de las finanzas, elabora

informes, se coordina con otros empleados de la Junta de Gobierno para tramitar y resolver

acciones inmediatas, posee medios y recursos necesarios para comunicarse y agilizar

trámites ante esas y otras instancias externas; por su parte el Celador es el informante

134

directo para el Presidente ante problemas en campo y realiza la supervisión de trabajos de

reparación de infraestructura y para ejecutar acciones de distribución del agua.

4.1.3.4.5. El Jurado de Riegos

Es la instancia de autoridad local en cada Junta Local Directiva para dar tratamiento a

ciertos conflictos, y es la instancia legítima para dictar las correspondientes sanciones. Es el

tribunal, árbitro y juez entre los regantes locales. Por ejemplo cuando un regante acusa a

otro de robar el turno de riego, entonces el acusador acude ante el Celador, este recibe la

queja, y juntos acuden al lugar o parcela de referencia, si el Celador lo considera

conveniente prepara un informe para la Junta Local, y lo hace llegar al Secretario-Tesorero,

y este lo comunica al Presidente de la Junta Local; a criterio del Presidente y dependiendo

de la gravedad de la falta, se convoca o no al Jurado de Riegos; en voz del Presidente “se

intenta que entre los regantes lleguen a un acuerdo, una disculpa o la promesa de no volver

a intentarlo, si se arregla así, bien, si no, entonces se elabora un escrito y se empieza a

armar el expediente para integrarlo a la orden del día en reunión de próxima Junta Local

Directiva”. (Señor Enrique Presentación Rosell, Presidente de la Junta Local Directiva de

Algemesí).

Origen y elección se sus integrantes. Elegidos en Junta General sus integrantes son un

Presidente, cuatro vocales propietarios y cuatro suplentes, los cuales tienen que ser vecinos

del pueblo (Ordenanzas Art. 188); es común que el Presidente de la Junta Local Directiva

sea el Presidente del Jurado de Riegos, o en su caso el Diputado Titular.

Sesiones y su dinámica. El Jurado de Riegos sesiona cada vez que el Presidente de la Junta

Local Directiva lo convoca, lo cual ocurre a su vez cuando existen sanciones pendientes, o

conflictos que resolver; por ejemplo cuando un regante rompe un candado de una

compuerta para tomar agua fuera de turno de riego, a denuncia del Celador, el Jurado

impone la multa respectiva, o cuando haya que lograr un acuerdo entre regantes para dar

derecho de paso de aguas o drenaje entre parcelas vecinas o cuando se hace una obra que

modifica las tomas de riego o drenaje; en caso de que no se presente el acusado o por

135

alguna razón no quiera cumplir con la sanción impuesta, entonces el expediente se manda a

la Junta de Gobierno de Valencia, allá si le van a cobrar por la vía del apremio, incluso

puede llegar a suspenderse sus derechos al riego, o incluso más, a quitarle la tierra, porque

la Acequia Real tiene todas las facultades para ejercer ese derecho (Sr. Enrique

Presentación Rosell, Presidente y Diputado de la Junta Local de Algemesí). A continuación

de ejemplifica un proceso de sanción, en el cual se observa cuando y como intervienen los

distintos actores:

Se incoa el expediente E/119-97, ante la denuncia formulada por el Celador de la Junta

Local de Sollana poniendo en conocimiento del Jurado de Riegos Local la colocación, sin

permiso, de una androna con paleta y un tramo de tubería desde el cauce de la Acequia del

Desagüe, linde pol. 8/327; y una androna en el margen del Rec del Amarrador, linde pol.

8/818, ambas situadas en el perímetro del denominado “Tancat del Motor de Llopis & Cía.

Ante la controversia de estos hechos, por haber manifestado el propio Presidente

del Tancat que no riegan con las aguas de la Comunidad de Regantes de la Acequia Real

del Júcar y que en base a ello solicitan la baja en el Padrón de Regantes, con fecha 18-4-

97, se le cita para que explique a la Directiva Local la razón y finalidad última de dichas

obras, significándole que cualquier obra de mejora o modificación de las tomas de riego

en las acequias deben ser solicitadas y contar con la preceptiva autorización de la Junta

Local de Riegos o de la Excma. Junta de Gobierno de la Comunidad.

Con fecha 22-4-97, y ante las previsibles consecuencias que conllevarían dichas

obras, se requiere la presencia del Notario D. Manuel Chirivella Bonet a efectos de que

alce Acta de Notoriedad y Presencia, dando cuenta de las modificaciones llevadas a cabo

por los responsables del “Tancat del Motor de Llopis & Cía.

Con fecha 25 de Agosto de 1.997 tiene entrada en las oficinas de la Junta Local de

Sollana un escrito del Presidente del “Tancat”, indicando que las obras señaladas han

sido llevada a cabo dentro del perímetro del Tancat del Motor de Llopis & Cía.

Visto dicho escrito y en un afán de llegar a un entendimiento entre las partes antes

de proceder a la convocatoria formal del Jurado de Riegos, con fecha 27/8/97, se remite

escrito al Sr. Presidente del Tancat indicándole que según lo dispuesto en la vigente Ley de

Aguas y en las Ordenanzas de la Acequia Real del Júcar, los márgenes de las acequias son

136

parte integrante de las mismas, y a efectos de evitar las sanciones pertinentes, se le

concede un plazo de un mes para proceder a la legalización y regularización de las obras

llevadas a cabo.

Pasado un período de cinco meses sin que los responsables del “Tancat del Motor

de Llopis & Cía” hayan contestado a nuestro escrito ni hayan legalizado las obras

realizadas en el Rec del Desagüe y en el Rec del Amarraor, mediante Decreto de la

Presidencia, se convoca al Jurado de Riegos Local para celebrar Sesión el día 5-2-98,

dándose cuenta de dicho Decreto al Sr. Presidente del Tancat del Motor de Llopis & Cía.

A dicha Sesión del Jurado de Riegos, no comparece nadie en representación del

“Tancat” ni tampoco alegan imposibilidad de asistencia, por lo que a tenor de lo dispuesto

en las Ordenanzas de la Acequia Real del Júcar, el Jurado de Riegos, tras conocer todo el

expediente, procedió a deliberar emitiéndose el fallo siguiente:

“…PRIMERO: Proceder a taponar con cemento las andronas construidas en el Rec

del Desagüe y en el Rec del Amarrador, por entender que el Tancat de Llopis tiene

suficientes tomas de riego abiertas para mantener los niveles de aguas correctos durante la

campaña de cultivo del arroz, beneficiándose además de las instalaciones del Bombeo

instalado en la zona para la reutilización de escorrentías.

SEGUNDO: Imponer al Tancat de Llopis, … como entidad responsable reconocida de los

hechos, la sanción de cincuenta mil pesetas.”

Notificado el fallo del Jurado de Riegos con fecha 9-2-98, el día 17 de marzo de

1.998, el Sr. Presidente del Tancat formula Recurso de Reposición contra dicho fallo en

base a distintos motivos, solicitando al Jurado de Riegos se sirva anular el mismo y dejarlo

sin efecto.

Trasladado el expediente íntegro a la Excma. Junta de Gobierno a tenor de lo

dispuesto en el art. 197 de las Ordenanzas de la Acequia Real del Júcar, para su estudio y

posterior informe, la misma, no detecta defecto de forma alguno en la tramitación del

expediente, por lo que el Jurado de Riegos reunido de nuevo en Sesión de fecha 23-4-98 se

ratifica en el Fallo emitido en Sesión de fecha 5-2-98, decretándose la ejecución inmediata

de dicho fallo.

137

Taponadas las entradas de agua del Rec del Desagüe y del Rec del Amarraor, los

responsables del Tancat las vuelven a reabrir, formulándose las pertinentes denuncias del

Celador, dando cuenta de los hechos los días 22-5-98 y 29-5-98.

En vista de ello, se vuelve a convocar al Jurado de Riegos y al responsable del

Tancat para comparecer ante el Jurado en Sesión de fecha 10 de junio de 1.998,

produciéndose entre tanto otra apertura de las boqueras y rotura de candado los días 3-6-

98 y 9-6-98.

A esta Sesión, sí comparecieron los representantes del Tancat, reconociendo la

autoría de los hechos denunciados y monstrándose total y radicalmente opuestos a la

legalización de las obras, considerando que las mismas están situadas fuera de los límites

de la zona regable de la Acequia Real del Júcar.

Tras diversas consideraciones, el Jurado de Riegos, emitió el fallo pertinente,

acordándose “…proceder a arrancar las boqueras construidas de forma ilegal en el Rec

del Amarraor y en el Rec del Desagüe, reconstruyéndose el margen de tierra de las citadas

acequias…” imponiéndose además una sanción de veinte mil pesetas por rotura repetitiva

de candados” (fuente: archivo de la Junta Local de Sollana).

4.1.4. La operación y manejo

4.1.4.1. Los empleados (burocracia)

En el análisis sobre el funcionamiento autogestivo de la organización de los regantes, cobró

importancia identificar al grupo de empleados que realizan las tareas siempre presentes, su

número, formación, experiencia y capacitación, así como sus funciones, de quien reciben,

y a quien dan ordenes, que posición ocupan en la estructura organizativa, y cuales son los

mecanismos de control que sobre ellos tienen los regantes. Está discusión se enmarca en

contexto del fenómeno de la organización autogestiva burocrática, como uno de los

aspectos relevantes en el marco de la teoría sobre el manejo y administración de grandes

sistemas de riego, la cual señala como un punto crítico el control de los empleados por los

regantes (Vaidyanathan, citado por Palerm, et al 2004:374-375).

138

Se partió del supuesto de que a partir del tamaño y la complejidad de los sistemas de riego,

se vuelve complejo el manejo y la administración del agua, así como los recursos

humanos, materiales y financieros de la organización, lo cual a su vez obligaría la

generación de mecanismos y estrategias por parte de los regantes para estar informados

sobre cuáles son las ejecuciones de los empleados, el cumplimiento de sus tareas, y tener

capacidad de control sobre los mismos y por lo tanto sobre los sistema de riego.

En general observamos que en la Acequia Real se distinguen dos grupos de empleados: 1)

los empleados operativos o de campo, aquellos que a partir de sus funciones del manejo del

agua y de la operación de la infraestructura hidráulica actúan en el campo; y 2) los

empleados administrativos o de oficina, aquellos que manejan los papeles y expedientes

tienen la información para la planificación interna y uno de ellos desempeña importantes

funciones de cogestión.

Cuadro 5. Tipo de puesto y empleados

Tipo de puesto Empleados Sitios de

actuación

Cantidad

Operativos o de campo

Regadores Brazales, Regueros

y parcelas

100 aprox.

Celadores Brazales y

Regueros

20

Guardas Acequia Madre 12

Subacequiero Mayor Acequia Madre,

Brazales

1

Acequiero Mayor Acequia Madre,

Brazales

1

Administrativos o de oficina

Secretario-Depositario Oficinas centrales e

instancias externas

1

Secretarios-Tesoreros Oficinas de Juntas

Locales

20

Archivistas Oficinas centrales 5

Secretaria Oficinas centrales 1

Fuente: elaboración propia

Los regadores. Los Regadores son un grupo de aproximadamente 100 empleados

eventuales, distribuidos en número variable en los distintos pueblos integrantes de la

Acequia Real en función de la superficie bajo riego, y a su vez de la superficie regada en

cada temporada o campaña de riego.

139

Su función es llevar el agua directamente a las parcelas de cultivo, a través del control de

las compuertas de las tomas de brazales y/o regueros.

Este conjunto de empleados regadores proviene y son gente vecina de los pueblos

integrantes de la Acequia Real, algunos de ellos son regantes (no existe impedimento para

que lo sean), parientes o amigos de otros regantes, por lo que existe relación cercana.

Para obtener el puesto de Regador, cada uno de ellos acude cada temporada de riegos a las

oficinas de la Junta Local del pueblo respectivo, a solicitar incorporarse como regadores,

sin mayor trámite, acuden y hablan directamente con el Secretario-Tesorero, o el Celador, o

el Presidente de la Junta Local, para ser tomados en cuenta. Otra posibilidad de contrato

para es que cuándo se necesitan regadores, la Junta Local pide a los empleados, en especial

al Celador que busque al posible personal, y también entre los regantes pueden recomendar

a alguien, una vez seleccionados por la Junta Local, esta les asigna la partida de la que se

van a hacer responsables.

Son un caso especial, hasta el momento de la investigación no eran empleados propiamente

dichos, no eran contratados formalmente por la comunidad de regantes, aunque si recibían

ordenes de la Junta Directiva Local vía el Celador, pero es el regante el que les paga cuando

riegan la parcela correspondiente; por lo tanto no tienen los mismos derechos que los

empleados permanentes1, aunque es la Junta Local la que los selecciona y anualmente les

autoriza el importe que van a cobrar por hanegada de riego.

Su capacitación para el trabajo la obtienen en la práctica diaria, no se requieren

conocimientos ni preparación convencionales más allá de la estructura básica escolar

oficial, saber leer y escribir, porque realizan anotaciones o registros de riegos dados,

nombre del regante y número de parcela; deben ser personas de campo, que conozcan o

hayan tenido experiencia mínima para manejar el agua, regar, y conocer el territorio.

1 Por reformas a la ley laboral, a partir del año 2004 los regadores, tienen que ser contratados cómo

permanente, con todas las prestaciones de ley, y la Junta Local Directiva sería el sujeto contratante.

140

Los regadores reciben ordenes directas al Celador, aunque ello no impide entenderse con el

Guarda, cuando se requiere ajustar volúmenes de agua, o vigilar las tomas, y ponerse de

acuero sobre los avances del riego, en coordinación con el Celador identifican a quien

tienen que prohibirle el riego, aquellos regantes que no han pagado su cequiaje o cuotas.

Para los Regadores no existe horario de trabajo fijo, tratan de ajustarse a un rango o período

de tiempo (8-10 horas) que empieza a las seis de la mañana regularmente, es de acuerdo al

número de parcelas y riegos que tengan enlistado, si hay menos demanda de riegos trabajan

menos horas.

En caso de conflicto en las parcelas, por ejemplo que el Regador no riegue la parcela de

acuerdo con el turno, o que sorriegue (derramar el agua sobre una parcela aledaña a la que

se está regando), el regante, le avisa al Celador, o en su caso tiene el siguiente acceso que

es el Presidente de la Junta Local Directiva, y si por alguna razón estos no resuelven el

problema, puede tenerse acceso a la Junta de Gobierno, aunque eso no garantiza que la

situación se resuelva favorablemente al regante; si es el caso de que el conflicto llegue a la

Junta de Gobierno, esta solicita un informe técnico al Acequiero y al Presidente de la Junta

Local, y con base en eso toma una determinación.

Así, hay relación directa: entre regantes, Regadores, y Celadores, los primeros son los que

vigilan que su parcela esté regada, y una vez cumplido este servicio pagan a los Regadores.

Una vez aceptados como regadores, se ponen a las órdenes del Celador de cada Junta

Local, este es su jefe inmediato. La instancia que lo puede despedir es la Junta Local a

recomendación del Celador.

Los Celadores. Los Celadores conforman un cuerpo de 20 empleados, uno por cada pueblo

regante, son gente vecina de los pueblos de referencia, pueden o no ser regantes (no hay

impedimento para ser regante). Su trabajo es fundamentalmente de campo para entregar el

agua, abrir y cerrar compuertas de los brazales, y controlar a los regadores.

141

Para desempeñar este puesto, es la práctica lo que lo hace ejercer correctamente su función,

aunque debe saber leer y escribir.

El conjunto de Celadores son trabajadores contratados formalmente por las Juntas Locales,

tienen todas las prestaciones de ley, que incluyen un salario establecido en nómina, por lo

tanto no sujeto a variaciones de demanda de riegos ni climáticas, tienen seguridad social, y

vacaciones pagadas, de tal manera que sus ingresos son constantes en el año.

Regularmente los Celadores fueron regadores, y por su buen desempeño, los integrantes de

la Junta Local también lo consideran un elemento adecuado y responsable, muchas veces

también es recomendado por sus propios padres o parientes que son empleados de la

Acequia, de tal manera que por está vía se va eligiendo al personal cuya relación es cercana

a los directivos.

Su jefe inmediato superior es el Presidente de la Junta Local, aunque se coordina

estrechamente con el Secretario para fines de desempeño en otras tareas, por ejemplo llevar

los controles de los registros y pagos de riegos, así como algunos trámites de oficina.

Los Guardas. Los Guardas son un grupo de 12 empleados, encargados de abrir, cerrar y

vigilar las compuertas de la Acequia Madre para distribuir el agua hacia los brazales cada

uno de ellos se encarga de un tramo de Acequia con sus respectivas compuertas;

proporcionar la información de los niveles de agua que lleva o conduce la Acequia, son los

auxiliares directos del Acequiero Mayor, quien es su jefe inmediato.

A partir de ese tramo se les asigna la vigilancia de una determinada superficie de riego,

ellos son los que proporcionan información al Acequiero ante algún problema de

distribución del agua desde la Acequia Madre; en su caso acuden a vigilar algún brazal,

pero no interfieren la labor de los Celadores.

Para realizar su trabajo, no requieren especialización técnica convencional, pero si conocer

el territorio, y ubicar las estructuras de control que le corresponden, así como saber leer y

escribir.

142

Los Guardas son gente vecina de los pueblos miembros o cercanos de la Acequia Real,

pueden ser o no regantes; la forma de ingreso a este puesto de trabajo es por apoyo de

parientes que está trabajando dentro de la organización, de tal manera que son gente

conocida por los regantes.

Son empleados formales, tienen las prestaciones de ley, vaciones y salubridad, incluyendo

un salario constante, no sujeto a variaciones.

El subacequiero Mayor. El subacequiero Mayor es un empleado originario y vecino de

uno de los pueblos regantes (Silla), substituye al Acequiero Mayor en caso de ausencia de

éste, normalmente actúa como Guarda de una sección del canal general; recibe

instrucciones del Acequiero Mayor, de el Secretario-Depositario, y de el Presidente de la

Junta de Gobierno. Conoce todas las compuertas y salidas de agua de la acequia madre,

sabe calcular los tiempos necesarios para regar las una determinada superficie, de acuerdo

al volumen aparente y la velocidad del agua.

Cuenta con experiencia para “mover las aguas” a lo largo del canal principal, además de

saber leer y escribir; es empleado de tiempo completo, con sueldo fijo y las prestaciones de

ley, vacaciones y salubridad. Para desempeñar su trabajo cuenta a su disposición con un

vehículo oficial y teléfono celular o móvil. Lo contrata directamente la Junta de Gobierno.

El Acequiero Mayor. El Acequiero Mayor es el empleado principal responsable para el

reparto o distribución del agua en todo el territorio de la Acequia Real; sigue siendo central

en la repartición del agua; antes de ocupar este puesto era Guarda; accedió al puesto de

Acequiero vía elección de la Junta de Gobierno; fue elegido de entre otros Guardas; la

Junta de Gobierno consideró el más idóneo, bajo el criterio de la experiencia adquirida en el

proceso de trabajo como Guarda, aunque se le practicaron exámenes de conocimientos

básicos y psicométricos para el nuevo puesto; sin embargo la base de conocimiento

empírico la tenía, al conocer la forma y los mecanismos de distribución del agua sobre la

acequia madre. Tiene una antigüedad aproximada de 12 años en el puesto.

143

El tiempo que le dedica a la actividad es prácticamente las 24 horas del día, y la mayor

parte del año, incluyendo sábados, domingos y días festivos, con excepción de unos 15 días

de vacaciones en el año. Su área de trabajo es toda la superficie de riego. Para desempeñar

su trabajo tiene a su disposición a los 12 guardas, 1 teléfono celular y automóvil oficial.

Está pendiente de recibir órdenes del Secretario-Depositario, y del Presidente de la Junta de

Gobierno. Tiene autonomía funcional para repartir el agua en de la acequia madre, hacia

todos los brazales para los distintos pueblos.

Las formas de control sobre su trabajo son por tres vías:

1) Estar pendiente de las ordenes de sus jefes inmediatos superiores;

2) Se le piden informes técnicos orales y por escrito, y en su caso en las

sesiones de la Junta de Gobierno.

3) Que ninguno de los Celadores y Presidentes de las Juntas Locales se quejen

de falta de agua en sus respectivos territorios; se trata de abastecer de agua a

los distintos territorios, sin que aflore el conflicto, para eso los Celadores y

los Presidentes de las Juntas Locales están pendientes de que su abasto de

agua sea suficiente. Si surgiera una complicación, el Celador es el encargado

de comunicar al Presidente de la Junta Local, este a su vez hablará con el

Acequiero Mayor y en su caso, si el problema no se resuelve ante la Junta de

Gobierno a través del Presidente de la misma.

El Secretario-Depositario. El Secretario Depositario obligadamente es Abogado,

seleccionado y elegido por la Junta General de Diputados. Su jefe inmediato es el

Presidente de la Junta de Gobierno.

Es el encargado de llevar todos los asuntos legales y administrativos día a día, asesorar a

los regantes en los aspectos técnicos y jurídicos para la defensa y conservación de sus

derechos a las aguas; elaborar y proponer alternativas de presupuestos y gastos, de

ordenamientos internos, de diseños organizativos a nivel de río y cuenca, diálogo y

negociaciones ante los técnicos de la Confederación Hidrográfica.

144

Es quién redacta y lee ante el pleno de Diputados los informes anuales que rinde la Junta de

Gobierno. Tiene una antigüedad aproximada de 20 años en el puesto. Su centro de trabajo

son las oficinas centrales de la ciudad de Valencia.

Además de ser el Secretario Depositario de la Acequia Real del Júcar, es el Secretario

General de la Federación de Regantes de España, y Secretario de la Unión Sindical de

Usuarios del Júcar, inclusive proporciona asesoría nacional e internacional en la gestión del

regadío bajo el mandato del gobierno central español vía la Agencia Española de

Cooperación Internacional (AECI). En voz de los Diputados esos puestos lo califican como

uno de los expertos gestores de las aguas en España.

Los Secretarios-Tesoreros. Los Secretarios-Tesoreros son los empleados de las Juntas

Locales Directivas, uno en cada una de ellas, se encargan y entienden lo relacionado a la

contabilidad y administración financiera por lo tanto, poseen información sustantiva de la

administración operativa de las Juntas Locales Directivas; tienen a su cargo elaborar los

informes mensuales y anuales para que los regantes tomen las decisiones.

Es personal con estudios de nivel técnico o licenciatura; en general es gente de los pueblos

donde están trabajando, conocidos por los propios regantes, incluso parientes de ellos

mismos.; pueden o no ser regante (no hay impedimento en que lo sean).

Su jefe inmediato es el Presidente de la Junta Local Directiva y a él le rinden cuentas. son

empleados a tiempo parcial, para desempeñar su labor emplean unas horas diarias por la

tarde o por la mañana, entonces se abren las oficinas para tratar los asuntos cotidianos

algunos incluso trabajan en otras empresas o instituciones. Pueblos cómo Sollana,

Algemesí y Almussafes tienen a la misma persona de Secretario-Tesorero, el cual les

realiza un trabajo eficiente y satisfactorio (Sr. Gabriel Ridaura Cañada, Presidente de la

Junta Local de Sollana).

145

El Ingeniero. Es un profesionista encargado de elaborar y revisar proyectos de

construcción y/o reparación de obra para la Acequia Real, así como de supervisar trabajos

que se llevan a cabo en el sistema riego en general. No tiene personal directamente bajo su

mando, obedece instrucciones del Presidente de la Junta de Gobierno y del Secretario-

Depositario.

Los archivistas. Es personal con preparación profesional técnica ya sea en contabilidad o

administración, son los encargados de integrar y tener en orden los expedientes, los

registros contables, los montos de las recaudaciones, las facturaciones, el catastro o padrón

de parcelas y regantes, la biblioteca, los informes y actas de asambleas, la memoria de

actividades, etc., su jefe inmediato superior es el Secretario-Depositario, quien los controla

en su trabajo. Tienen horario de trabajo establecido, prestaciones de ley y salario fijo.

La Secretaria. Es una empleada encargada de llevar las agendas del Presidente de la Junta

de Gobierno y del Secretario Depositario, además de organizar expedientes, clasificar

documentos, girar oficios y ciertas instrucciones a los archivistas, y en general es la

encargada de la comunicación inmediata vía telefónica o internet con el exterior. Su horario

de trabajo está determinado, tiene prestaciones de ley y sueldo fijo. Su jefe inmediato es el

Secretario-Depositario.

146

Cuadro.6. Puestos contratados y características de relaciones laborales en la Acequia Real del Júcar

Puesto Instancia

que lo

contrata

Instancia

que lo

puede

despedir

Quién es su

jefe

inmediato

Prestaciones y

seguridad social

Personal

bajo su

mando

Tipo de

Estudios y/o

conocimientos

necesarios en

el puesto

Tiempo dedicado

al puesto

Secretario

Depositario

Junta de

Gobierno

Junta de

Gobierno

Presidente de

la Junta de

Gobierno

Seguridad social y

Vacaciones

1 Ingeniero

4 archivistas

1 secretaria

Abogado,

normas y leyes

de aguas

Tiempo completo,

disponible a

cualquier hora

Ingeniero Junta de Gobierno

Junta de Gobierno

Secretario-Depositario

Variable en función de obra y

contrato según lo

demanda la Junta de Gobierno

Ninguno Ingeniería proyectos para

obras de

conducción de aguas

Variable en función de obra y contrato

Archivista Junta de

Gobierno

Junta de

Gobierno

Secretario-

Depositario

Vacaciones

Seguridad social

1 Mensajero Saber leer y

escribir, contabilidad y

administración

40 a la semana

Secretaria Junta de

Gobierno

Junta de

Gobierno

Secretario-

Depositario

Vacaciones

Seguridad social

1 Mensajero Secretariado,

mecanografía

40 a la semana

Acequiero Mayor Junta de

Gobierno

Junta de

Gobierno

Secretario-

Depositario

Vacaciones

Seguridad social

12 Guardas Saber leer y

escribir; aforar,

cálculo de volúmenes y

capacidades de

canales

Tiempo completo,

incluidos sábados y

domingos

Subacequiero-Mayor Junta de

Gobierno

Junta de

Gobierno

Secretario-

Depositario

Vacaciones

Seguridad social

12 Guardas Saber leer y

escribir, aforar,

cálculo de volúmenes y

capacidades de

canales

Tiempo completo,

incluidos sábados y

domingos

Guarda Junta de Gobierno

Junta de Gobierno

Acequiero Mayor

Vacaciones Seguridad social

Ninguno Saber leer y escribir; leer la

escala

volumétrica sobre los

canales

Tiempo completo, incluidos sábados y

domingos

Celador Junta Local Directiva

Junta Local Directiva

Presidente de la Junta Local

Directiva

Vacaciones Seguridad social

Regadores Saber leer y escribir;

calcular

volúmenes y capacidades de

canales

Tiempo completo, incluidos sábados y

domingos

Secretario de Junta

Local

Junta de

Gobierno a propuesta de

la Junta

Local Directiva

Junta de

Gobierno a propuesta de

la Junta

Local Directiva

Presidente de

la Junta Local Directiva

Vacaciones

Seguridad social

1 Mensajero Estudios

técnicos o a nivel

licenciatura;

contabilidad y administración

En general unas 15

horas en función de los días de apertura

y hora de oficinas

Regador Junta Local

Directiva

Junta Local

Directiva

Celador Variable en

función del número de riegos, está bajo

Régimen Especial

Agrario

Ninguno Saber leer y

escribir; calcular

volúmenes y

capacidades de canales;

controlar el

agua dentro de la parcela.

Tiempo completo,

incluidos sábados y domingos,

Fuente: elaboración propia.

147

4.1.4.2. La distribución del agua en la huerta

Indudablemente que la tarea central de la Acequia Real del Júcar es la distribución del

agua, tarea en la que intervienen distintos niveles de gobierno y la ejecutan los empleados

de campo; es una tarea compleja a partir de la intrincada red de acequias; destaca la

coordinación entre distintos niveles de gobierno y los empleados de campo, así como el

hecho de que la distribución se lleva a cabo con una base de conocimiento local y

mecanismos tradicionales.

No hay dotaciones de agua específicas por comunidad o pueblo, quién tiene más superficie

recibe más agua, porque está basado también en relación al tipo de cultivo, si son hortalizas

se les da agua más frecuente, y en períodos críticos, si son frutales esperan más días para

que les vuelva a tocar el turno, aunque cuando hace calor aumenta la demanda de agua -

recordamos que las mayores temperaturas y por lo tanto la evapotranspiración se

concentran en los meses del verano (abril-septiembre)- sin embargo, a pesar de la presión

climática más o menos se mantiene un equilibrio con base en la autoridad central del

Acequiero, los Guardas, y las autoridades locales, entre ellos Celadores y Regadores, de tal

manera que se asignan volúmenes según criterio y experiencia local.

Hemos señalado anteriormente que los empleados de campo ejecutan la distribución del

agua, de tal manera que ellos se convierten en las autoridades inmediatas, cada uno en un

ámbito de actuación de acuerdo con la infraestructura hidráulica.

Al igual que la jerarquía física de la red hidráulica, se observa una estructura de autoridad

de “arriba” hacia “abajo”, el Acequiero Mayor, y el Subacequiero y los Guardas sobre la

acequia madre; los Celadores a nivel de brazales, y los Regadores a nivel de regeros y

parcelas, pero no a la inversa.

148

4.1.4.2.1. En la red de acequias

Hemos señalado que la casa de compuertas marca el inicio de la acequia madre, en este

punto está de responsable un Guarda, quien se encarga de manipular el sistema de palancas

que permiten bajar o subir las compuertas de entrada de los volúmenes de agua que

provienen del río; el Guarda sitúa o establece la altura de las compuertas según se lo

indique el Acequiero Mayor. En período de campaña de riegos, todos los días por la

mañana las compuertas se abren de día, y por las noches se cierran parcialmente para que

no ingrese demasiada agua y evitar que se derramen los volúmenes ante la ausencia de

riegos nocturnos; las compuertas no se bajan por completo para permitir el flujo de ciertos

volúmenes durante la noche, y que está llegue a la cola de la acequia, de tal manera que

cuando empiecen los riegos al día siguiente, las aguas no tarden demasiado en llegar al

final; además se requiere que en cierta compuertas como la de Sollana, el agua esté

fluyendo todas las noches para abastecer los arrozales del marjal.

Para distribuir o “mover el agua” a lo largo de la acequia madre y determinar el nivel de

apertura de las tomas, el Acequiero Mayor toma como base la información del llamado

parte de dotaciones, que se refiere a los niveles de agua que todos los días los Guardas

miden sobre la escala situada en una de las paredes de la acequia; está información se

genera tres veces al día, todos los días de la semana; el primer reporte se realiza a las 7 de

la mañana, el Acequiero Mayor o el Subacequiero les llama a los Guardas por radio

walkie talkie, y estos estando situados en la orilla del canal, y frente a la escala de

medición del nivel de agua, reportan el nivel de las aguas; el segundo reporte se lleva a

cabo a la 1 de la tarde; y el tercer reporte a las 7 de la tarde (más o menos cuando el sol se

está ocultando). Los Sábados y Domingos se registran los niveles de agua dos veces al día

(mañana y tarde) para dar un período de descanso a los Guardas.

A partir de la extensión del territorio que abastece cada canal secundario, en unas 20 tomas

el agua fluye todos los días -y prácticamente las 24 horas- porque son tomas que abastecen

las más grandes superficies, en estas tomas están situadas las escalas de medición para el

parte de dotaciones. Los turnos de agua dependen regularmente de la mayor o menor

149

extensión territorial que tiene que regar cada toma, de tal forma que si una toma controla

una sección grande de terreno, por ejemplo 2,000 hanegadas (apróx.166 ha), el agua fluye

por la misma todos los días, como el caso del Romaní o Silla. Para las tomas más medianas

o más pequeñas existe un turno de agua, de tal manera que si la toma abastece una

superficie pequeña, no hay necesidad de que tenga agua fluyendo todos los días,

simplemente se le asigna un día a la semana para abrirla por unas horas como se ejemplifica

en cuadro.

Cuadro 7. Tomas y turnos de riego en la acequia madre

Nombre de la toma Día de riego Términos municipales

La Torre Lunes Pcassent

Foya Martes Pcassemt, Amussafes y Sollana

Bou Miércoles Picassent y Almussafes

Mari Jueves Picassent y Benifayó

Ferrero Viernes Picassent y Almussafes

Romaní Lunes, miércoles y viernes Benifayó, Sollana

Martes, jueves y sábado. Almussafes, Sollana

Domingos Sollana

Silla Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes,

sábado.

Silla

Algudor Lunes, martes, miércoles, jueves, viernes

y sábado.

Silla.

En la experiencia del Acequiero Mayor, en general la distribución del agua a lo largo de la

acequia madre depende básicamente de tres factores: los caudales que ingresan por el azud

de Antella (los cuales a su vez dependen de cuanta agua envíen por el río los funcionarios

de la Confederación Hidrográfica, encargados de los embalses), de el clima y de la

demanda de riegos.

“ Nos ajustamos según venga más o menos agua por el canal, también depende de si llueve

o no, si hace más o menos calor, cuando es verano lógicamente se solicitan más riegos,

pero en el invierno la demanda es mucho menor” (Sr. Vicente Llopiz, Acequiero Mayor).

En los brazales el Celador es el máximo responsable de la distribución del agua, controla

las tomas y las compuertas; se coordina con los Guardas para recibir el agua desde la

acequia madre y programar los riegos según la demanda interna de su respectivo territorio;

150

a su vez se coordina con el Regador para entregarle el agua y para establecer los turnos

para cada canal reguero.

El Celador organiza a su vez una distribución del agua por partidas (una partida refiere al

conjunto de varias parcelas localizadas en un predio), las cuales tienen asignados sus días

de riego, por ejemplo en el pueblo de Silla dice el Celador que la partida “vega” riega

miércoles y sábados, la “silvestre” riega lunes y jueves, la partida “altero” martes y viernes

y así sucesivamente; el domingo el agua va a los arrozales del marjal (Sr. Alberto Alapont,

Celador de Silla); esta mecánica de distribución por partidas la conoce y la aprueba

previamente el Presidente de la Junta Local, de tal manera que el Celador no actúa a su

libre albedrío, sino bajo el control de su Jefe inmediato superior.

Cuando los arrozales están en plena producción (de marzo-agosto) es obligación de dejar

pasar el agua a los arrozales, los domingos más las noches (Sr. Alberto Alapont, Celador

de Silla).

Para el caso de tomas grandes que abastecen dos o más pueblos, por ejemplo la toma del

Romaní y que tienen agua todos los días durante las 24 horas del día, al inicio de la

campaña de riegos los Celadores de cada pueblo se reunen con el Acequiero Mayor y se

ponen de acuerdo para establecer un tandeo entre pueblos -Benifayó, Almussafes y Sollana-

Por ejemplo en la campaña de 2003 quedó así: los días lunes, miércoles y viernes el agua

fue para el poblado de Almussafes, debido a que es la comunidad con más superficie para

regar de esa toma; martes jueves y sábado se reparten el agua entre Sollana y Benifayó. El

domingo toda el agua se va a los arrozales de Sollana.

151

Cuadro 8 . Distribución del agua en el Brazal “El Romaní”

Día de turno Tomas Reglas

Lunes Onet y pinet Toman el agua a las 6 de la mañana, y la sueltan a las 6 de la tarde (12 horas)

Lunes-martes Travesa y demás Toman el agua a partir de las 6 de la tarde el lunes y la suela a las 6 de la mañana el martes (12

horas)

Martes-miercoles Basa alta y Porteta A partir de las 6 de la mañana del martes y la suelta a las 6 de la mañana del miércoles (24 horas)

Miércoles Pinar y demás Toman a las 6 de la mañana del miércoles y las sueltan a las 6 de la tarde del miércoles (12 horas)

Miércoles-jueves Travesa y demás Toman a las 6 de la tarde del miércoles y las sueltan a las 6 de la mañana del jueves (12 horas)

Jueves Basa alta y porteta Toman a las 6 de la mañana y la sueltas a las 6 de la tarde del jueves (2 horas)

Jueves-viernes Travesa y demás Toman a las 6 de la tarde del jueves y las sueltan a las 6 de la mañana del viernes (12 horas)

Viernes Onet y Pinet Toman a las 6 de la mañana del viernes y la sueltan a las 6 de la tarde viernes (12 horas)

Viernes-sábado Pinar y demás Toman a las 6 de la tarde del viernes y la sueltan a las 6 de la mañana del sábado (12 horas)

Sábado Onet y Pinet Toman a las 6 de la mañana del sábado y las sueltan a las 6 de la tarde del sábado (12 horas)

Sábado-domingo Travesa y demás Toman a las 6 de la tarde del sábado y la sueltan a las 6 de la mañana del domingo

Domingo Arrozales Toman a las 6 de la mañana del domingo y las sueltan el domingo a las 6 de la tarde (12 horas)

Domingo-lunes Pinar y demás. Toman el agua a las 6 de la tarde del domingo y la sueltan a las 6 de la mañana del lunes (12 horas)

Las tandas se coordinan entre nosotros como Celadores, y luego le avisa cada quien a su

Presidente, aunque al inicio de la campaña de riegos hay una reunión entre los

Presidentes, y los Celadores para ponerse de acuerdo como se va a trabajar en la

temporada (Francisco Gil Parra, Celador de Sollana).

En caso de diferencias o conflictos entre Celadores con relación a dicho tandeo, intervienen

los Presidentes de las Juntas Locales y citan al Acequiero Mayor para llegar a acuerdos.

Una vez consensados los acuerdos, cada Presidente de Junta Local le instruye a su

Celador para que realice lo acordado.

En la práctica ocurre que las horas de duración del turno para determinadas tomas se puede

prolongar o reducir según la demanda de riegos, y los volúmenes de agua disponibles,

siempre de acuerdo con el criterio del Acequiero Mayor, porque aunque los Celadores y

Regadores piden más agua, no necesariamente les dan.

“La verdad es que todos le pedimos más agua al Acequiero, y este nos dice que si, que

ahorita nos manda más, pero a veces falla, será porque seguramente él la tiene que estirar

más para otras tomas” (Celador de Alzira).

Una vez asignada el agua por partidas a partir del brazal, en los regueros son los

Regadores los encargados de llevar el agua directamente a las parcelas. Ellos organizan los

turnos de riego en las partidas bajo su responsabilidad; a un Regador corresponde una, dos

o tres partidas dependiendo del tamaño de la partida.

152

En la toma del algudor (sobre un brazal) hay un regador que controla tres regueros

principales, a cada uno de los regueros se le dan las aguas un día; un día por reguero y

por partida” (Sr. Alberto Alapont, Celador de Silla).

Es decir, la distribución sigue un turno de riego por partidas y luego por campos (parcelas),

siguiendo la pendiente del terreno, primero los campos más elevados, y luego los más

bajos.

A partir de los regueros, y para aplicar el riego por parcela existe coordinación y

comunicación Regadores-Regantes, para lo cual se han generado distintas alternativas y

mecanismos, según la costumbre en cada pueblo: distintos sitios de encuentro, a la plaza del

pueblo, por las tardes acuden los Regadores y Regantes, y ahí se entrevistan como en el

caso de Benifayó; otra opción es un bar conocido por todos – ya establecido por la

costumbre como punto de reunión-, donde acuden a tomar el almuerzo los Regadores y el

Celador como el caso de Silla y Alzira; otra opción es acudir a las oficinas de la Junta Local

Directiva, donde son atendidos en su caso por el Secretario-Tesorero quién les gira una

orden de riego mediante papel o boleta que luego le mostrarán al Regador como el caso de

Albalat y Sollana, este servicio implica que el Regante puede acudir a las oficinas y turnar

u ordenar riegos para varios turnos, y si lo desea puede domiciliar el pago en su cuenta

bancaria; una alternativa más de comunicación regador-regantes, es marcar el número de

teléfono que se encuentra pintado en paredes de algunas fesas, y concertar el riego como

sucede en Algemesí; en Benifayó los regadores anuncian en una pizarra, colocada en una

de las esquinas de la plaza del pueblo, las partidas a las que les corresponde el turno de

riego; los Regantes ya saben en que partida está situada su tierra, también en las oficinas

del Ayuntamiento se colocan avisos. Otra alternativa es que los regantes encuentran en

campo al Regador, cuando éste anda regando, y ahí se ponen e acuerdo; en el pueblo de

Silla por ejemplo, en las mañanas acuden los regantes a las compuertas del canal, donde el

Celador abre las compuertas y da el agua al canal correspondiente, en este caso el regante

quiere regar por él mismo la parcela y solicita turno; el Regador, anota en su libreta el turno

153

solicitado, revisa cada parcela, y a ésta se le da o no el riego en función del cubrimiento de

los pagos realizados (emolumentos).

Los Regadores a su vez llevan el control de las parcelas individuales mediante un registro

escrito en una libreta, cada parcela tiene asignado un número, en secuencia con relación al

turno de riego. En la libreta se registra el nombre del dueño de la parcela, su apodo, y su

situación con relación al pago de la cuota (emolumento).

“A turno riguroso, un campo detrás de otro, y si estamos a mitad de turno y se requiere un

riego que no estaba anotado, entonces el turno lo llevo yo que soy el Regador y si alguien

quiere regar un campo en medio, me dice, para ver si hay lugar lo acomode en medio, en

la noche o sábado o domingo” (Regador de Algemesí).

Sin embargo el turno “riguroso” tiene flexibilidad: el Regador sigue una secuencia

programada de parcelas, pero el Regante tiene derecho a decidir individualmente la forma

de manejo en su parcela – por el tipo de suelo, tipo de cultivo, variedad, edad de la planta,

clima, etc.-; esta condición obliga a los Regantes a acudir en busca del Regador de la

partida y comunicarle su decisión de aplicar o no el riego a su campo, en caso contrario el

Regador sigue su secuencia de turno e introduce el agua, para regar y cobrar, puesto que él

lleva los turnos de las parcelas.

Los tiempos de turno de agua para cada campo y tipo de cultivo están consensuados a a

partir de la experiencia del Celador, Regadores y Regantes, para los frutales cada 20-25

días, para las hortalizas cada 10-12 días, no existe un cuadro estricto de usos consuntivos o

de requerimientos de agua por cultivo, más bien es un sistema flexible de asignación por

experiencia local.

4.1.4.2.2. A partir de los pozos

En los pozos de sequía. Para fines operativos la Confederación Hidrográfica faculta a la

comunidad de regantes de la Acequia Real del Júcar para que se encargue de vigilarlos, y

154

en su caso extraer los volúmenes al poner en marcha los motores o bombas de succión,

cuando se declare la condición de sequía.

De tal manera que la autoridad operativa en los pozos es la Junta General de Gobierno de la

Acequia Real, la cual faculta directamente al Acequiero Mayor, el cual apoyado en Guardas

y Celadores, los ponen en funcionamiento cuando consideran que por la acequia madre

viene poca agua y existe demanda de riegos para las partes media y baja del territorio.

En los motores privados-colectivos. La distribución del agua adquiere una dinámica

distinta a la del abastecimiento con agua superficial, cuando lo desea el regante pone en

marcha el motor y el riego; el regante acude al edificio donde se albergan el motor y las

instalaciones de encendido, introduce fichas de metal, adquiridas en el Banco de la

localidad, y pone en marcha el motor; cada ficha cuesta 1 euro, y extrae agua durante media

hora, (mediante un tubo de aproximadamente 8 pulgadas de diámetro) suficiente para regar

aproximadamente 2 hanegadas; con esa base el regante calcula cuantas fichas requiere para

regar de acuerdo con el tamaño de su parcela, y el tipo de cultivo.

“Al motor se le pone una ficha de 30 minutos para regar, con eso se riega un par de

anegadas” (Regante en Silla).

Para fines de control de derechos o delimitar fronteras de acceso a regantes ajenos a los

motores, se coloca un croquis o plano con los campos y parcelas que tienen derecho a regar

de esa fuente, mecanismo que sirve para disminuir la posibilidad de que el agua riegue

parcelas no inscritas en el padrón del motor; el control es sobre las tierras, de tal manera

que si un Regante o Regador observa que se está regando una tierra sin derecho, puede

denunciar el hecho ante la directiva de la sociedad de motor.

En los pozos privados individuales. A partir de que son pozos que fueron perforados en

fincas de propiedad privada, con recursos propietarios particulares, y como tal pertenecen

los dueños de las parcelas; estos ponen en marcha los motores y extraen agua cuando la

necesitan, sin mayor limitación que su propio criterio. La relación de estos propietarios con

155

la comunidad de regantes de la Acequia Real del Júcar, es el pago de una cuota anual por

estar dentro del área concesionada a la organización.

4.1.4.3. La distribución del agua en el marjal

A partir de que esta zona por su ubicación geográfica tiene íntima relación con el lago de la

Albufera y en términos de la relación hidráulica no se pueden disociar, dada la reutilización

de las escorrentías y drenajes de la zona de huerta principalmente.

Destaca que la autogestión y cogestión en este territorio obedece las particularidades tanto

del cultivo de arroz como a aquellas asociadas a la lógica de manejo del territorio humedal.

El caso cobra importancia si lo observamos en el marco de una situación de preocupación

creciente por el manejo integral del agua y del territorio.

La superficie del marjal ocupa el 30% del territorio total que administra la Acequia Real del

Júcar, aunque el marjal total que rodea al lago de la Albufera es más grande.

4.1.4.3.1. La inundación en verano para el cultivo del arroz.

La comunidad de regantes de la Acequia Real maneja el agua para unas 4,000 ha de arroz,

para coordinar el llenado o embalse del territorio para el cultivo, el Presidente y el

Secretario-Depositario de la Junta de Gobierno acuden a la Confederación Hidrográfica, en

la fecha que esta convoca a reunión de Junta de Desembalse, para ponerse de acuerdo con

los regantes del río Júcar, y establecer fechas posibles de inicio de la campaña de riegos,

estas fechas de siembra o plantación están más o menos establecidas en la región en el mes

de abril; una vez establecida la fecha, la Confederación a través de sus técnicos preparará la

suelta de aguas desde los embalses.

Una vez establecida la fecha aproximada de inicio de la campaña de riegos la Junta de

Gobierno a través del Secretario-Depositario, avisa al Acequiero Mayor para que esté

pendiente de la suelta de aguas por el río Júcar, cuándo esto suceda, el Acequiero ordenará

156

al Guarda abrir las compuertas de entrada a partir del azud de Antella, y avisará a los

Presidentes de las Juntas Locales, para que a su vez avisen a sus Celadores, y Regadores

acerca del inicio del embasado del territorio arrozal.

El Acequiero Mayor, el Presidente de la Junta de Gobierno y los Presidentes de las Juntas

Locales acuerdan la secuencia de llenado, según la ubicación de las tierras de cada pueblo,

con relación a la entrada de agua de la acequia madre, y de acuerdo con la pendiente

general del territorio, primero llenan los pueblos de “arriba” y luego los de “abajo”, primero

Albalat, luego Algemesí y luego Sollana y Silla; cuando el Acequiero envía las aguas por

la acequia madre, les instruye a los Celadores en el sentido de que esas aguas son para

llenar las partidas arrozales, ya se sabe a quienes van dirigidas, y el Celador del pueblo

correspondiente, ya tiene controlado sus tomas o compuertas en sus azarbes para controlar

el agua y evitar desbordamientos.

En cada territorio de cada pueblo se van envasando (llenando) por turnos las partidas y las

mallas (un conjunto de parcelas cultivadas con arroz) y bazas (parcelas individuales

cultivadas con arroz), que previamente designó cada Junta Local Directiva, por ejemplo

Sollana elabora un Programa de Embalse de las Partidas Arrozales que considera la

secuencia de inundación para todas sus partidas inundables, por malla y por baza, según su

ubicación "aguas arriba" y "aguas abajo", de tal manera que el agua va pasando de una baza

a otra y se va controlando el llenado entre bazas. Cada baza está separada de otra por un

bordo o muro de tierra, y se comunican entre si mediante una apertura en el bordo

colindante; de tal manera que el agua vaya pasando por gravedad de una parcela a otra; a

esto acción se le conoce localmente como pasar agua caballera.

La base es el manejo de las compuertas de los azarbes y enseguida las compuertas de los

brazales para a su vez controlar el llenado de la malla, primero las mallas de “arriba” y

luego las de “abajo”, cuidando de no sobreinundar a los de abajo o arrastrarlos con

demasiada agua (Sr.Francisco Gil, Celador de Sollana).

157

Una vez establecido el programa de embalsado el turno es estricto, no hay retorno, “si un

regante no quiere embalsar su baza, al llegarle el agua en la partida y malla

correspondiente, pierde el derecho de inundar hasta que el Celador o el Acequiero Mayor lo

considere oportuno”(Sr.Francisco Gil, Celador de Sollana).

Cuando para la siembra del arroz se requieren llenar la tierra de agua, entonces en la

parte de arriba se prohíbe por un período regar naranjos, para disponer de prácticamente

todo el caudal para los arrozales. Los arrozales se gobiernan como comunidad, hay

coordinación para regar los distintos campos de arroz (Sr.Francisco Gil, Celador de

Sollana).

No se permite que un regante individual tome en sus manos el llenado de su parcela porque

rompería con la secuencia de embasado establecido, así, el regante está obligado a realizar

estas actividades en coordinación con los demás, es decir a la colectividad.

Una vez embalsado el territorio, el nivel de las aguas se sostiene, enviando caudales desde

la acequia madre, y con las escorrentías de la huerta, además del agua que sale de los

Ullales.

La practica del aprimo y del aixuo. El aprimo es una acción de vaciado de agua de los

territorios cultivados de arroz, ocurre dentro del período de crecimiento del cultivo, consiste

en que a los 15 o 20 días después de la inundación de nacencia del arroz, se baja el nivel de

las aguas de inundación para aplicar herbicidas; la Junta Local Directiva elabora el

programa de aprimo; el Celador coloca carteles avisando a los Regantes los días de aprimo

por partida.

Para ejecutar el aprimo se coordinan el Acequiero Mayor, los Guardas, los Celador y los

regadores, para llevar un control de caudales por cada malla. Los Regadores son los únicos

autorizados para manejar las estructuras de control (paletas, partidores, andronas, etc.) de

ingreso de agua a las mallas.

158

Otro momento necesario de coordinación es el llamado aixuo consiste en interrumpir la

entrada de agua a los arrozales, dejar que el suelo se seque para provocar que el arroz

profundice su raíz, y fortalecer la planta y reducir el riesgo de su caída cuando vengan los

vientos fuertes; esto requiere nuevamente coordinación para el vaciado de las parcelas y

nuevamente el llenado de las mísmas, por ejemplo la Junta Local Directiva de Sollana

realizó el programa de desembalse temporal ó aixuo de las partidas arrozales de acuerdo

con el programa siguiente:

Cuadro 9. Ejemplo de programa del aixuo en una parte del territorio de Sollana

Fecha Partida

19 de junio “Borronar”, “Romaní”, “Malla del Barranquet”,

“Maquial” y “Partida Vella”

25 de junio Partidas de “Rastoble”

Fuente: archivo de la Junta Local de Sollana, programa de 2003

Cuando se acerca la maduración de las plantas de arroz porque ya llenó el grano, entonces

se requiere quitar el agua para empezar el secamiento y preparar la cosecha del arroz, para

lo cual también se lleva a cabo un programa de desembalse de las partidas arrozales como

el siguiente:

Cuadro 10. Ejemplo de programa de desembalse de algunas partidas en Sollana

Fecha Partida

1 de septiembre Hondas

3 de septiembre Intermedias y “Pará Calsina”

5 de septiembre Altas

Fuente archivo de la Junta Local de Sollana, programa de 2001

4.1.4.3.2. La inundación de invierno para aumentar la superficie humedal

La inundación de invierno en el marjal, sucede después de la cosecha del arroz, una vez que

se queman los residuos y la parcela queda libre; es una práctica que sirve para ampliar la

zona de humedal, inicia en el mes de octubre, y termina en febrero o marzo, en este período

que dura 5-6 meses, aves de distintas especies habitan la zona, hibernan y se reproducen;

los beneficios agro-ecológicos y paisajísticos incluyen la presencia de patos silvestres que

migran desde el norte de Europa, anguilas, ranas y peces. Incluso se realiza cacería pública

y privada que genera una derrama económica importante, porque los Ayuntamientos rentan

los derechos de caza.

159

En el mes de marzo termina la inundación de invierno, y nuevamente se vacía el agua, para

preparar los terrenos e iniciar un nuevo ciclo de cultivo de arroz.

La cogestión para el mantenimiento de las acequias del marjal. A partir de que el

territorio del marjal forma parte del humedal que a su vez protege al Lago de la Albufera,

existen normas ambientales nacional e internacionales que la Acequia Real debe cumplir,

razón por la cual la Junta Local Directiva solicita permiso ante instancias estatales para

llevar a cabo tareas de mantenimiento en las acequias y azarbes, por ejemplo la Junta Local

de Sollana solicito permiso para la realización de trabajos de mantenimiento y reparación al

Consejo Directivo del Parque de la Albufera, dependiente de la Conselleria del Medio

Ambiente de la Generalitat Valenciana, el cual dictamina las condiciones y las normas que

se deben cumplir para la protección especial ecológica del marjal. Esto permite realización

de actividades de limpieza, monda, desbroce, reparación y refuerzo de canales y acequias y

sus márgenes, pero sin que eso signifique construcción de obra nueva de fábrica se trata de

cuidar la conservación del humedal. De tal forma que si la Junta Local Directiva solicita

realizar una serie de medidas como las siguientes:

Cuadro 11. Obras de mantenimiento en la zona de marjal

Obra Acequia Actuación

Partidor del Rec de l´llla Rec de l´llla Impermeabilización y reparación general del partidor

Sifó del Rec de l´llla Acequia Obera Reconstrucción del sifón

Piedra de escollera Acequia del Mich Colocación de piedra, linde a camino para proteger el

margen de la acequia.

Piedra de escollera Sequieta dels Cloto Colocación de piedra, linde a camino para proteger el

margen de la acequia

Mejora de cauce y

traslado a la otra parte

del camino

Rec de Carrillo Traslado del cauce a la margen derecha del camino y

reconstrucción del cauce de riego para mejorar el

servicio a las parcelas del marjal

Piedra de escollera Rec de Carrillo Colocación de piedra, linde a camino para proteger el

margen de la acequia

Fuente: Archivo de la Acequia Real del Júcar

La respuesta por parte del Consejo Directivo del Parque de la Albufera, indica que se

permiten reparaciones, pero no obra nueva de fábrica; los refuerzos de piedra deberán

coronarse con una capa de tierra y volver a instalar las especies vegetales autóctonas de la

zona. Cuando se trata de trasladar un cauce como el señalado en el Rec de Carrillo, deberá

hacerse un estudio de impacto ambiental.

160

4.1.4.3.3. Las medidas autogestivas bajo condiciones de sequía

Las situaciones de sequía a todo mundo ponen nervioso, la posibilidad de perder el

arbolado, o la cosecha de hortalizas es una situación extrema que obliga a estar en máxima

alerta: las autoridades y empleados de la Acequia Real, por su experiencia y conocimiento

tienen previstas medidas y restricciones que van a permitir en un momento dado, repartir el

agua existente a lo largo y ancho del territorio con derecho a riego; las medidas y ajustes

incluyen todos los niveles de la infraestructura hidráulica, desde la acequia madre hasta la

parcela individual. El primer paso es citar por parte del Presidente de la Junta de Gobierno

a una reunión de carácter informativo a Diputados Titulares y Suplentes, Secretario-

Depositario, Acequiero Mayor, Subacequiero Mayor, Presidentes, Secretarios y Celadores

de las Juntas Locales y Guardas, con el propósito de informar de las medidas que deberán

adoptarse internamente.

- A nivel de acequia madre se establecen tandeos por brazales; decisión que se toma en

reunión de Presidentes de Juntas Locales con el Acequiero Mayor. Una vez tomado el

acuerdo de tandas, se instruye a los Guardas para regular las tomas o fesas; además se

solicita a los Celadores máxima alerta en la vigilancia.

- Se alarga el tiempo que tarda un turno en dar una vuelta completa; en el caso de los

frutales puede durar 40 días, cuando en situación normal dura 25 días en dar la vuelta.

- Se activan los motores de sequía, sobretodo para cubrir el riego de las hortalizas que

requieren riegos puntales.

- Se contratan mas Regadores y no se permite que el Regante riegue directamente, sino que

el agua debe ser controlada por el Celador y los Regadores, se intenta evitar los

escurrimientos de las copas de las acequias.

- Se avisa por medios orales y escritos que la siembra de hortalizas corre por cuenta y

riesgo del Regante, sin garantía de riego.

- Los riegos se realizan de día y noche, incluidos días festivos (en período normal no se

riega por las noches).

- Se llevan a cabo trabajos de reparación en partidores y paradas para evitar fugas de agua.

161

- Se limita el tiempo y el volumen de riego por parcela.

- La limpieza, monda y desbroze de brazales, regueros, y acequias en general se

intensifica.

- Revisar que se construyan los caballones (bordos) dentro de las parcelas que sirven para

controlar el agua, y que esta camine más rápido, en caso de no tenerlos prohibir el riego en

esa parcela.

- Se establece un turno de riego para toda la partida, independientemente del tipo de

cultivo.

- Revisar que cadenas y candados a los partidores estén en buena condición para evitar

robos de agua fuera de turno.

- El llenado y embalse de las parcelas o campos se efectúa estrictamente por los regadores.

- Si la sequía se hace más severa, el Acequiero Mayor y los Celadores priorizan las

cosechas pendientes.

- Si el horizonte es más drástico existe la posibilidad de que la Junta de Gobierno decrete

un riguroso tandeo entre pueblos.

- Ajustar el reparto de los caudales en función de la superficie regada respetando los turnos

(quién tiene más superficie y cultivos en pie, recibe más agua).

- Acatar las directrices del Acequiero Mayor, Subacequiero y Guardas en decisiones

puntuales para mantener los arrozales, como el dejar pasar el agua por las noches y los

domingos.

Si bien las medidas enunciadas anteriormente obedecen a la lógica interna autogestiva de la

Acequia Real del Júcar, el fenómeno de la sequía se da en un territorio mucho más grande,

o al menos en el espacio de la cuenca, razón por la cual las batallas por al agua disponible,

se libran en un espacio mucho mayor, lo cual exige y obliga una intensa cogestión del agua

en los espacios de decisión de la Confederación Hidrográfica.

162

CAPITULO V

5.1. LA COGESTIÓN EN EL RÍO JUCAR

Desde la perspectiva de la Acequia Real del Júcar, se identificaron y analizaron elementos

de la cogestión en un tramo del río. Siguiendo la principal fuente de agua observamos que

la Acequia Real del Júcar forma parte del conjunto de comunidades de regantes

organizados en la llamada Unidad Sindical de Usuarios del Júcar (USUJ), además, a partir

de la dinámica de crecimiento económico y poblacional se han agregado otros usuarios del

agua del río, entre ellos los Ayuntamientos de Valencia y Albacete, la Comunidad de

Usuarios de la Mancha Oriental, y la Comunidad General de Usuarios del Canal Júcar-

Turia, conformando un complejo marco de cogestión, donde se libran batallas técnicas,

legales, y políticas alrededor del recurso hídrico. Al parecer la tarea central de los regantes

históricos del Júcar es la defensa de sus derechos a las aguas, los cuáles están en inminente

riesgo, a partir de las políticas generales hidráulicas que enfatizan la visión crematística del

agua y la transferencia entre cuencas vías trasvases.

163

Fig. 9 Territorio de regadío de las acequias integrantes de USUJ

5.1.1. Antecedentes

El primer acuerdo: la construcción del embalse de Alarcón.

La historia de la construcción del embalse de Alarcón nos dice que en el marco del Plan

Nacional de Obras Hidráulicas “Ortega y Gasset” de 1932, por iniciativa propia las

Comunidades de Regantes del Júcar y los industriales productores de electricidad,

propusieron al Estado la construcción de una obra de regulación y almacenamiento de agua

sobre el río Júcar, ofreciendose a participar en su financiamiento al 100%, dadas las

dificultades financieras del Estado para construir la obra en ese momento. En 1932 el

Estado aceptó la participación de estas organizaciones en su construcción, y para tal fin

164

aprobó una ley exclusivamente para construir el embalse, observando que además del

regadío y la producción de electricidad, dada su futura ubicación geográfica, el embalse

serviría para trasvasar agua a otras cuencas, potencialmente reuniendo aguas de los ríos

Júcar, Tajo, Guadiana y Segura. Así en 1934 se crea por iniciativa del Estado, la

Confederación Hidrográfica del Júcar dándole prioridad a la construcción del embalse de

Alarcón (Rincón de Arellano:2001:30, 31). En 1933 en el Plan Hidrológico Nacional de

Lorenzo Pardo se habla del embalse de Alarcón como necesario para regular las aguas del

Júcar y como pieza clave para trasvasar aguas al río Segura reuniendo aguas del los ríos

Tajo, Guadiana y Júcar (Rincón de Arellano:2001:30).

Fue así que mediante escrito de 19 de febrero de 1941, los usuarios agrícolas e industriales

de las aguas del río Júcar (comprendiendo la totalidad de los regantes de la ribera de

Valencia que riegan sus aguas con el Júcar y la totalidad de los aprovechamientos

industriales existentes entre el tramo de Alarcón y el mar), se comprometieron a asumir el

costo total de las obras del embalse de Alarcón con el siguiente reparto, 50 por ciento

pagado por los usuarios agrícolas y 50 por ciento pagado por los usuarios industriales

productores de electricidad. El Estado por su parte aceptó esta forma de participación

mediante orden ministerial de 25 de marzo de 1941, condicionando a los interesados a que

se conformarán en una organización que los incluyera a todos, así nace la Unidad Síndical

de Usuarios del Júcar (USUJ), mediante escritura pública de 11 de febrero de 1942, con lo

cual la organización adquirió validez legal para actuar como sujeto responsable en la

construcción del embalse de Alarcón.

Para llevar a cabo el financiamiento inicial de la obra, se firmó un convenio, en el cual se

especificó una inversión inicial del 20% por parte de USUJ y un 80% por parte del Estado

del monto total necesario para iniciar la obra; el 80 % lo pagaría USUJ en un plazo de 50

años. Desde el principio de la construcción del embalse, los regantes e industriales

solicitaron participar en el gobierno del embalse, en concreto en la Junta de Desembalse,

con un número igual de representantes de regantes e industriales, aunque presidido por un

representante del Ministerio de Obras Públicas.

165

El primer desacuerdo: la ocupación militar de Alarcón.

En 1968 el Ministro de Obras franquista decidió “manu militari” ocupar el embalse de

Alarcón para que por ahí pasara el trasvase Tajo-Segura, a pesar de las protestas de los

regantes tradicionales del Júcar, porque significaba mezclar las agua del río Júcar y el Tajo,

lo cual a futuro iba a complicar la gestión del agua, la gente de los regadíos tradicionales

protestó, pero fue decisión del Estado, y no se logró suspender o modificar la obra (El País,

6 de diciembre de 2002).

El segundo desacuerdo: la no entrega de Alarcón a los regantes por el Estado

El embalse se terminó de construir en 1970; sin embargo nunca los regantes e industriales

llegaron a administrar el emblse, simplemente el Estado no se los entregó argumentando su

posición y tamaño estratégico sobre el río; acto seguido se inició un litigio que derivó en

sentencia en 1983 por parte del Tribunal Supremo, en la cual se reconocía la propiedad del

embalse para USUJ, sin embargo, y a pesar de la sentencia, el Estado no cumplió la entrega

(folleto, Alarcón un embalse valenciano).

El segundo acuerdo: el convenio entre USUJ y el Estado para administrar el embalse de

Alarcón.

Derivado del incumplimiento por parte del Estado, de la entrega del embalse a los regantes,

el litigio continuo de una u otra forma, desplegados de prensa, foros, marchas,

manifestaciones, y durante este proceso emergieron otros actores sociales, entre ellos los

regantes del acuífero de la Mancha Oriental, los cuales argumentaban que el embalse de

Alarcón al estar situado dentro de su Comunidad Autónoma, era una injusticia el no tener

derecho a sus aguas, de tal manera que el litigio se complicó, y permaneció sin solución

durante varios años.

Finalmente después de varias negociaciones el 23 de julio de 2001 se llega a un acuerdo

para la firma de un convenio específico entre la Unidad Síndical de Usuarios del Júcar y el

166

Ministerio del Medio Ambiente, dicho convenio se da en el marco del Plan Hidrológico del

Júcar aprobado por Real Decreto 1664/1998 que regula “la asignación y reservas de

recursos en el Sistema Júcar”, mediante normas que establecen los criterios a aplicar, las

asignaciones concretas tanto de aguas superficiales como de aguas subterráneas, y las

condiciones generales de explotación de los recursos hídricos, entre las cuales destacan:

Se da prioridad de uso del agua a los usos existentes frente a usos futuros.

Se da prioridad a los regadíos tradicionales de la ribera del Júcar.

Entre las infraestructuras existentes, el embalse de Alarcón ocupa un lugar de máxima

importancia para el Plan Hidrológico del Júcar, y sobre el mismo no podrá menoscabarse

los derechos de USUJ.

Se incluye a los regadíos de la Mancha Oriental en el reparto de las aguas de Alarcón.

El convenio firmado en opinión de autoridades de Castilla-La Mancha, fue un paso que

benefició principalmente a las provincias de Albacete y Cuenca, al permitir que las aguas

del embalse de Alarcón fueran utilizadas por regadíos, pueblos y ciudades de la región,

además de que podrían participar en las decisiones que adoptaran las Comisiones de

Desembalse de Alarcón-Contreras y Tous, capacidad que tenían vedada hasta antes de la

firma del convenio.

El convenio establece entre otros objetivos:

1. Posibilitar el cumplimiento del Plan Hidrológico de la cuenca del Júcar

2. Dar cumplimiento a la obligación de entrega del embalse a USUJ, conforme a la

sentencia del Tribunal Supremo de 12 de abril de 1983. Sin embargo, en el mismo acto de

entrega del embalse de Alarcón por parte del Ministerio del Medio Ambiente a USUJ, esta

cede la explotación y conservación del embalse de Alarcón al Ministerio del Medio

Ambiente y por lo tanto a la Confederación Hidrográfica del Júcar, es decir fue un acto

simbólico de entrega del embalse por parte del Estado a los regantes para cumplir con la

sentencia del Tribunal Supremo.

167

3. Integrar el embalse de Alarcón en la gestión optimizada y unitaria del sistema Júcar, a

desarrollar por el organismo de cuenca con pleno respeto a los derechos de USUJ.

El convenio también establece que si el volumen almacenado en el embalse de Alarcón no

supera el indicado como reserva en la curva de garantía, no se podrá derivar agua destinada

a usos diferentes de los correspondientes a los miembros usuarios agrícolas de la USUJ, y

que en caso de no cumplirse dicha garantía se fijarán las correspondientes indemnizaciones

a los miembros de USUJ.

A cambio de la concesión del embalse de Alarcón, el Estado se comprometió a transformar

los regadíos tradicionales mediante acequias a regadíos por sistemas de goteo (en el

lenguaje oficial se les llama modernización de los regadíos tradicionales), y exoneró por 60

años a los regantes de USUJ de pagar gastos ordinarios y extraordinarios de conservación,

explotación, gestión, inversiones y mejoras realizadas o que se ejecuten en el embalse

citado. Después de los 60 años, los regantes estarán obligados al cumplimiento de

disposiciones tanto de orden económico como administrativo.

Con la llamada modernización de los regadíos se persiguen dos objetivos declarados: 1)

compensar a los usuarios agrícolas integrados en USUJ a cambio de las inversiones que

realizaron para construir el embalse de Alarcón, y 2) ahorro de agua.

El tercer desacuerdo: el incumplimiento del convenio en la llamada curva de garantía del

embalse de Alarcón.

A partir del convenio, ha habido controversias y conflictos entre USUJ y la Confederación

Hidrográfica; USUJ ha denunciado ante la misma Confederación y ante la prensa, que se

incumple el convenio de Alarcón firmado el 13 de julio de 2001 con el Ministerio del

Medio Ambiente, al no respetarse la reserva mínima de agua en el embalse que estaría

destinada a los regadíos históricos. Juan Valero de Palma Secretario de USUJ y de la

Acequia Real del Júcar menciona las discrepancias en la interpretación sobre esas garantías;

168

de acuerdo con sus informes, la Confederación argumenta que las garantías han de

entenderse no solamente en las reservas de Alarcón, sino también en la suma del agua de

los tres embalses Alarcón-Contreras-Tous, a lo que el Secretario refuta que no es así que el

compromiso es sobre Alarcón; la Confederación a su vez argumenta que el agua derivada

de Alarcón es para usos urbanos y ecológicos y que son usos preferentes a los agrícolas, a

lo cual responde Juan Valero que se deje de regar en la Mancha para atender esas

preferencias y asegurar el agua para los regadíos tradicionales (Las Provincias:2002:3).

En su opinión el Ministerio del Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica le han

dado una interpretación diferente a la curva de garantía hídrica establecida para los regantes

valencianos por lo que USUJ se ha inconformado en la Junta de Gobierno de la

Confederación (Levante el mercantil valenciano, 22 de octubre de 2002).

Las alegaciones de USUJ han sido en el sentido de que sus derechos son de 725 Hm3 al

año, y que para trasvasar aguas, primeramente deben cumplirse sus derechos. Además de

que cuando no existan sobrantes, se utilicen las aguas concedidas a USUJ en el marco de la

legislación de aguas que da preferencia a los abastecimientos de la población, se debe

indeminizar a sus integrantes.

El incumplimiento de la curva de garantía del embalse de Alarcón se une la de los grupos

ecologistas quienes manifiestan que la mitad del agua liberada en Alarcón es la que llega a

la ribera valenciana debido a las extracciones de Castilla-La Mancha (Levante el mercantil

valenciano, 22 de octubre de 2002).

El tercer acuerdo: la firma del Plan Hidrológico del Júcar

A partir de la planificación hidráulica por cuencas que lleva a cabo el Estado, se elaboraron

planes hidrológicos en cada una de las cuencas, es un mandato por ley, una condición que

obliga a los regantes, Estado, y demás usuarios, a establecer acuerdos de cómo se va a

distribuir el agua, y gestionar el recurso hídrico dentro de la cuenca.

169

De acuerdo con el Plan Hidrológico del Júcar, a cada uno de los usuarios, se le asignan

determinados volúmenes de agua para garantizar su abasto, para el caso de los regadíos

tradicionales de USUJ se asignaron 725 Hm3 anuales, (ver cuadro anexo), es la medida o

referente principal para la cogestión.

El cuarto desacuerdo: incumplimiento del Plan Hidrológico del Júcar

Uno de los desacuerdos de los regantes y el Estado, es el incumplimiento de los volúmenes

asignados en el Plan Hidrológico del Júcar, por ejemplo en el caso de la Comunidad de

Regantes de la Mancha Oriental, los regantes de USUJ dicen que en 1999 estos

consumieron 440 Hm3, cuando según el Plan, les corresponden 320 Hm3, con el

consiguiente impacto de un menor volumen de agua disponible a los regadíos tradicionales,

situación discutida y negociada cada año en la sesión de Comisión de Desembalse.

5.1.2. La cogestión actual en los foros de la Confederación Hidrográfica del Júcar

5.1.2.1. La Asamblea de Usuarios, inexistente

La Asamblea de Usuarios de la Confederación tiene años que no funciona porque la

Confederación no la convoca, y porque los usuarios tampoco se preocupan de hacerlo, pues

bastaría un tercio de los mismos para solicitar una reunión extraordinaria, sin embargo no

lo hacen para no entrar en conflicto con la Confederación.

Es manifiesta la inconformidad de los regantes al manifestar que desearían tener un mayor

control y participación en los órganos de gobierno de la Confederación, aumentando el

número de representantes, y mayor injerencia, por ejemplo proponiendo una terna ante el

Consejo de Ministros de la cual surja el Presidente del Organismo. (José Canut, Presidente

de la Real Acequia de Carcagente).

170

5.1.2.2. La Junta de Gobierno, acuerdos y desacuerdos para el abasto de agua a

otros municipios

De acuerdo con el acta de 17 de junio de 2002 de la reunión de Junta de Gobierno de la

Confederación Hidrográfica, en su seno se negoció, la autorización de abastecimiento de 10

m3 del río Júcar para los municipios de Alicante, Elche, Santa Pola, San Vicente del

Raspeig y Aspe. El Presidente elevó la propuesta a la Junta de Gobierno para su

aprobación, y enseguida se hizo uso de la palabra un representante de la Consejería de

Obras Públicas de Castilla La Mancha, manifestando que un primer acuerdo fue que el

abasto de agua a esos municipios sería excepcional, pero que se estaban dando ya con tres o

cuatro años consecutivos y cada vez en mayor cuantía, pero lo más inquietante es no se

sabía si realmente los volúmenes autorizados serían para consumo humano y no para otros

usos. Los alegatos en contra no sirvieron la propuesta se aprobó por mayoría de votos, pero

con la abstención de los representantes de Castilla La Mancha.

Otro caso de desembalse desde el embalse de Alarcón fue cuando se derivaron 10 Hm3

para la Mancomunidad de los canales de Taibilla que abastece la zona sur de la provincia

de Alicante con la autorización de la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica

del Júcar, pero sin el acuerdo de la totalidad de las comunidades de regantes.

(http://www.jccm.es/prensa/nota.phtml)

5.1.2.3. La Junta de Desembalse, la batalla por el agua, piden pan y no les dan…

En relación con la Comisión de Desembalse los regantes de USUJ, manifiestan que es un

órgano que delibera para proponer al Presidente de la Confederación los tiempos y los

volúmenes de agua con que han de ser llenados y vaciados los embalses y acuíferos.

Aunque él Presidente de la Confederación siempre tiene la última palabra en base a lo que

le informan también el Comisario de Aguas, el Director Técnico y el Jefe de Explotación,

los cuales son vocales con voz pero sin voto.

171

Los Presidentes de las acequias van pidiendo los caudales que necesitan según la

climatología, si llueve se pide menos, pero si no llueve pides más, pero no puedes rebasar

el límite de tu caudal que te corresponde, puedes pedir menos pero no más, nosotros como

regantes nos reunimos previamente aprovechando las reuniones convocadas por la

Confederación, previamente nos ponemos de acuerdo sobre lo que se va a solicitar de

volúmenes de agua, más o menos para llevar un consenso y no contradecirse. Se trata de

vigilar la línea mínima de garantía de embalse o nivel de agua que debe haber para

garantizar los regadíos de las seis acequias, y la producción de electricidad para

Iberdrola, S.A., a cada azud se le entraga el agua desde el pantano de Tous, pero es agua

del embalse de Alarcón, puesto que Tous sólo es de regulación. (Jose Canut, Presidente de

la Real Acequia de Carcagente).

La Confederación Hidrográfica es la responsable directa de la distribución de las aguas de

Alarcón, para lo cual las aguas cuenta con ingenieros encargados de medir los volúmenes

almacenados, ellos ordenan abrir o cerrar las compuertas, además están unos tres o

cuatro guardas fluviales que andan vigilando que no tome nadie agua de más; y en cada

entrada de aguas, ahí donde está la presa derivadora o azud, está un aparato,

caudalímetro, que controlan ellos los de la Confederación para medir cuanta agua está

pasando al canal, así que te dan el agua medida (Jose Canut, Presidente de la Real Acequia

de Carcagente).

Para llevar a cabo la Junta de Desembalse, la Confederación Hidrográfica convoca a sus

oficinas en un mismo día a distintos grupos de usuarios de la cuenca, los cuales están

agrupados por secciones, lo cual significa que los agrupan de acuerdo a la fuente de donde

toman el agua, y de acuerdo con esta división, ingresan a la Sala de Juntas a distinta hora;

por ejemplo los grupos de usuarios que corresponden a la sección 7 son los de los ríos

Jucar y Cabriel, los de la sección sección 2 del río Mijares, los de la sección 5 los usuarios

de los embalses de Bengeber, Buseo y Loriguilla (sobre el río Turia); y así hasta concluir

con todos los grupos; en el caso de la sección 7 ingresan los representantes de las acequias

que riegan con aguas del río Júcar, además de los representantes de la empresa

hidroeléctrica Iberdrola, S.A., que utiliza los saltos del Júcar para producir electricidad, los

172

representantes del Canal Júcar-Turia que surte de agua potable a la ciudad de Valencia y su

área metropolitana, y los representantes del ayuntamiento de la ciudad de Valencia.

La dinámica de la reunión de desembalse se desarrolla teniendo como eje de articulación la

demanda de agua por parte de los usuarios, y la oferta de los funcionarios de la

Confederación; en el momento del encuentro, los funcionarios de la Confederación

encabezados por el Presidente de la misma reparten a los representantes usuarios, los

documentos que reflejan estadística y gráficamente los niveles de agua almacenados eb los

embalses en los últimos 10 y 20 años, así como las estadísticas del sistema Júcar que

comprende los embalses de Alarcón, Contreras y Tous, como un respaldo o referente para

la negociación con los regantes y usuarios; enseguida el Presidente de la Confederación

marca la pauta para que cada representante usuario hable y solicite sus volúmenes de agua;

en opinión de estos representantes, la solicitud se realiza con base a una programación

previa de sus necesidades de agua, remitidas previamente a la Confederación, de tal manera

que cuando se llega a la reunión los funcionarios de la Confederación ya conocen cuanta

agua van a pedir los regantes y con que frecuencia. La negociación gira en torno a las

cuotas o volúmenes de agua requeridos por mes para cada organización, en función de las

asignaciones previas otorgadas –de hecho los funcionarios siempre tienen a la mano las

estadísticas de lo otorgado a cada organización en los últimos 10 años-, y en base a los

volúmenes almacenados, se intercambian opiniones y puntos de vista acerca de posibles

necesidades de agua para todos los usuarios.

El Presidente de la Confederación, asistido por sus técnicos, negocia con los representantes

los volúmenes solicitados, en general se intenta darles un poco menos que en años

anteriores, para impulsar a la baja la demanda, aunque por las características de la

agricultura se establece una negociación más puntual, porque sus necesidades varían mes

con mes y en el año y entre años; así los regantes piden agua y el Presidente de la

Confederación, revisa sus estadísticas anteriores y con esa base intenta dar menos; sin

embargo en esta negociación los regantes tienen un referente importante que es la curva de

garantía del embalse de Alarcón la cual les otorga un determinado volumen y preferencia.

En voz de los representantes regantes se trata de conciliar intereses, disponibilidades de

173

agua en los embalses y las necesidades de sus cultivos, incluyendo las necesidades de los

ayuntamientos para agua potable. El Presidente de la Confederación apoyado en sus

técnicos, ofrece ciertos volúmenes en ciertos tiempos con base en las estadísticas, revisa el

historial y con esa base negocia con los usuarios. Acto seguido la secretaria toma nota de

los acuerdos y se levanta la sesión para que ingrese otro grupo de usuarios pertenecientes a

otra sección.

5.1.2.4. La Junta de Sequía, alerta máxima de los regantes para vigilar los

embalses, extraer agua subterránea o solicitar indemnizaciones…

En situaciones de sequía, los regantes de USUJ están alerta para utilizar motores y pozos de

aguas subterráneas, realizando estudios jurídicos para cuidar cumplir con la Ley de Aguas,

y solicitar en su caso declaración de utilidad pública las obras en relación con la utilización

del dominio público hidráulico en el que se encuentran sus regadíos, además de vigilar que

por parte de la Confederación no se adopten medidas de abastecimiento a la ciudad de

Valencia con todas las aguas fluyentes del Júcar, porque Valencia tiene concesión de aguas

reguladas sólo por el embalse de Contreras, y los regadíos tradicionales tienen sus

concesiones de las aguas fluyentes de los ríos Júcar y Cabriel. Por ello en caso de que

sucediera la utilización de esas aguas para la ciudad de Valencia se requiere expediente de

expropiación forzosa de las aguas, y la compensación o indemnización respectiva ya sea

económica o mediante la sustitución de caudales por otras fuentes como son los pozos; sin

embargo en condiciones de sequía severa, tampoco el recurso a los pozos lo consideran

aceptable, por que esa es la última opción de salvaguardia de sus regadíos, además del

incremento en los costos por gastos energéticos adicionales. Ante estas condiciones el

Estado anuncia inversiones para perforar más pozos, electrificar otros ya previamente

perforados y reutilizar aguas residuales en la región (Levante-EMV, 16 de Septiembre del

2005).

174

5.1.2.5. La Junta de Obras, ocultar información, limitar la participación…

Para los regantes del Júcar la Junta de Obras es un órgano que se constituye cuando la Junta

de Gobierno lo aprueba, y eso sucede cuando lo solicitan usuarios de una obra ya aprobada,

pero su función es meramente informativa (Sr. Andrés del Campo, Presidente de la

Federación de Comunidades de Regantes de España).

5.1.2.6. La Junta de Explotación, no hay información antes de la aprobación…

En relación con las Juntas de Explotación los regantes manifiestan que es un órgano

importante encargado de la explotación de las obras, y lo relacionado al establecimiento de

los canones (tarifas) de regulación y utilización de las aguas; sin embargo la Confederación

no facilita la información previa a los regantes, antes de su aprobación, por lo tanto su

participación es limitada y que aunque los usuarios tienen representación para tomar

decisiones, generalmente la Confederación y sus funcionarios elaboran los presupuestos y

prácticamente deciden los montos de las cuotas de pago por el servicio, existe poco margen

para que los usuarios influyan en las decisiones de la Confederación porque ya traen todo

“cocinado” (Sr. Andrés del Campo, Presidente de la Federación de Comunidades de

Regantes de España).

El Consejo de Agua, la misma historia…

En cuánto a los organos de planificación como lo son el Consejo de Agua de la Cuenca, si

bien es el encargado de elevar al Ministerio del Medio Ambiente el Plan Hidrológico de la

Cuenca, y ahí también participan formalmente los usuarios con al menos un tercio de los

vocales, un tercio corresponde a los vocales representantes de la administración central, y

otro tercio a los representantes de las Comunidades Autónomas, pero a los usuarios no se

les remite el proyecto de directrices del Plan Hidrológico de la Cuenca, lo cual no les la

oportunidad conocer los documentos base de la elaboración del citado Plan, ni de presentar

175

las alegaciones y sugerencias oportunas (Sr. Andrés del Campo, Presidente de la

Federación de Comunidades de Regantes de España).

5.1.3. Los conflictos por las fuentes de agua en la cuenca del Júcar y con otras

cuencas

5.1.3.1. El conflicto con el acuífero de la Mancha Oriental

A partir de los años 70 comienza a desarrollarse en la provincia de Albacete la agricultura

de regadío, la cual obtiene las aguas directamente del acuífero de la Mancha Oriental

localizado en el tramo medio del río Júcar; para ello se instalaron bombas legales e ilegales,

disminuyendo las aportaciones del acuífero al río, situación que provoca que al desembalsar

el agua desde Alarcón al río Júcar, se pierdan volúmenes para los abastecimientos de los

regadíos tradicionales del Júcar, teniéndose que desembalsar más agua de Alarcón de la que

normalmente se haría, provocada por la sobreexplotación de las aguas subterráneas de la

acuífero de la Mancha Oriental; al estar este sobreexplotado, provoca insuficiencia de agua

para garantizar el abasto de los regadíos, y a la industria Iberdrola, S. A., productora de

electricidad.

El acuífero de la Mancha Oriental es un problema porque absorbe agua que procede del

pantano de Alarcón, antes el acuífero daba agua, pero ahora le quita agua al río porque

hay muchos regadíos ilegales, muchas bombas que antes no existían. Hay que considerar

que el Júcar viene encañonado, por lo tanto en los terrenos más altos antes era difícil

robarse el agua, ahora con las bombas ya se puede elevar el agua y robarsela; esta

situación ha hecho más complicado el gobierno del río, la batalla apenas empieza (Juan

Antonio Alexandre Presidente de la Acequia Real del Júcar).

La sobreexplotación del acuífero de la Mancha Oriental es quizás el principal y más grave

problema de todos los que se plantean en el ámbito territorial de la Confederación

Hidrográfica del Júcar (Juan Antonio Aleixandre, Presidente de USUJ y de la Acequia

Real del Jucar).

176

Los regadíos tradicionales del Júcar mediante USUJ o por separado han mostrado

inconformidad por los bajos volúmenes asignados por la Comisión de Desembalse, lo que

les ha obligado a tener gastos extraordinarios para hacer frente a las sequías y a las

consecuencias de la sobreexplotación del acuífero de la Mancha Oriental.

Las protestas por escrito de la Acequia Real del Júcar han sido en varios foros e instancias,

entre ellas el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (acta remitida por

parte de la Acequia Real del Júcar al Tribunal el 23 de noviembre de 1995).

La Unidad Sindical de Usuarios del Júcar no está de acuerdo con la forma de administrar

las aguas de Alarcón por parte de la Confederación, esta mide los caudales del río en series

amplias de tiempo sacando promedios que no reflejan la realidad del desabasto del acuífero

de la Mancha Oriental, en otras palabras la Confederación sobrestima la disponibilidad de

aguas en el río y no quiere aceptar que hay sobreexplotación del acuífero.

Ante situaciones de escasez, en el foro de la Comisión de Desembalse la Dirección Técnica

de la Confederación explica la difícil situación hidrológica, la imposibilidad de regar en el

verano con normalidad y aplica restricciones en las dotaciones de los regadíos tradicionales

-a pesar de que ya en el Plan Hidrológico del Júcar tienen una asignación prioritaria

después del abastecimiento a la población-, sin dejar de sobre-explotar el acuífero de la

Mancha Oriental. Esta situación es la que tiene inconformes a los regantes de USUJ (ellos

no pueden vigilar las extracciones del acuífero, luego tampoco confían en que las

autoridades de la Confederación lo hagan).

El cuadro de comparación de la asignación del Plan Hidrológico del Júcar con el reparto

estimado por los regantes, muestra que los repartos estimados para los regadíos

tradicionales son menores que los volúmenes asignados, y que en el caso del acuífero de la

Mancha Oriental es el que tiene el mayor reparto estimado aún cuando no le corresponde la

mayor asignación volumétrica, situación que genera inconformidades de los regantes.

Además no cuentan con la información de los volúmenes y caudales medios diarios

177

desembalsados del embalse de Alarcón y el destino de esos recursos. Información que si

tiene el Director Técnico de la Confederación Hidrográfica (Jose Canut, Presidente de la

Real Acequia de Carcagente).

Una de las últimas acciones del Estado, fue la creación en 1995 de la Junta Central de

Regantes de la Mancha Oriental, porque supuestamente existía la preocupación por los

efectos del incremento de las extracciones sin concesión, y la baja drástica en los niveles

del acuífero durante el período de sequía; situación que provocaba a su vez un clima de

conflicto por la reducción en las dotaciones a los usuarios al declararlo acuífero

sobreexplotado, intentando cierto control administrativo para regularizar las explotaciones

y hacer un frente común a las demandas de los regantes valencianos y a los industriales de

la electricidad (Llamas, et al:2001:305-306).

5.1.3.2. El conflicto con los trasvases

Desde la visión del Estado, la política de trasvases de agua entre cuencas representa una

solución a la problemática de escasez de agua, sin embargo para los regantes de cuencas

cedentes, no necesariamente es la mejor solución.

En este sentido, identifique los factores polémicos desde la visión de los regantes ante las

obras de trasvases:

- Sostener caudales ecológicos para el río, el lago y el territorio.

- Lagunas de gestión que minan la confianza de los usuarios (el caso del manantial de

la Mancha Oriental)

- El destino de las aguas trasvasadas no necesariamente sería para consumo humano,

se sospecha de mayor apertura de campos de golf, regadíos y zonas turísticas.

Dicho análisis cobra importancia en el contexto de la construcción de los trasvases que

preveen extraer mayores caudales del río Júcar, y la modernización de los regadíos que

pretende disminuir los escurrimiento hacia el marjal y el lago de la Albufera, y el posible

impacto ecológico y social en la región, que en principio serían hechos que contradicen la

178

nueva política del agua en el contexto de la Directiva Marco de la Unión Europea que

dedica mayor atención a los aspectos ecológicos.

Sobre los trasvases o “prestamos” de agua entre comunidades de regantes, las dudas surgen

entre la comunidad cedente, acerca del destino de esa agua, que se justifica para cuando es

para uso humano, pero otras veces se ha dedicado al ocio, turísmo, campos de golf, etc.

A la problemática de la gestión por trasvases ha sumado el cuestionamiento de la calidad de

las aguas según las fuentes, esto se observa por ejemplo cuándo los regantes mencionan que

la calidad de las aguas del Júcar es mucho mejor que la calidad de las aguas del Ebro,

situación que obliga a tomar en cuenta más variables en la toma de decisiones de trasvasar

aguas entre cuencas.

Dentro de la política hidráulica de los trasvases se inscribe la medida de la llamada

modernización de los regadíos tradicionales, como una medida que apunta a lograr ahorros

de agua para luego enviarlos a otras regiones con déficit. Sin embargo los cuestionamientos

de los regantes surgen al ver que dentro del espacio territorial del Júcar, todavía existen

lagunas de gestión como el caso del Manantial de la Mancha Oriental, este es un factor que

juega en contra del convencimiento de los regantes para colaborar en la gestión integrada

de las aguas.

5.1.3.2.1. El caso del trasvase del Ebro

En el mes de marzo del año 2003, la Generalitat Valenciana en conjunto con comunidades

de agricultores, regantes y políticos salieron en multitudinaria marcha bajo el lema “agua

para todos”, el objetivo central era impulsar la ejecución del trasvase del Ebro al río Segura,

pasando por tierras de Valencia, hasta llegar a Murcia. Las protestas se han acentuado

sobretodo a raíz de que el gobierno de Catalunya había dispuesto que no permitiría su

ejecución, a partir de contar con estudios de impacto ambiental sobre el delta del Ebro,

cuyos resultados mencionan graves afectaciones ecológicas y económicas de llevarse a

cabo el trasvase.

179

Además existen otros elementos en la discusión, por ejemplo, para lo catalanes no está

claro que el agua que se trasvasaría a Valencia vaya a resolver necesidades de la población,

o en su caso de los regadíos tradicionales, existen rumores de que esas aguas irían a parar a

regar pastos de campos de golf, luego entonces las aguas del Ebro servirían para enriquecer

a empresas hoteleras y turísticas.

En este combate por las aguas, está inmerso el río Júcar y sus caudales, de llevar a cabo el

trasvase del Ebro, el Júcar jugaría el papel de río receptor de aguas del Ebro, y parte de sus

caudales irían a para a Murcia, recibiendo aguas de menor calidad (más salinas) y dando

aguas de mayor calidad, con lo cual también está en juego el impacto a los humedales y al

lago de la Albufera.

En el mes de junio de 2004 con la caída del poder del PP y ascensión del PSOE se derogó

parcialmente el PHN, abriendose nuevamente el debate sobre la política hidráulica

española. Los situados “aguas arriba” (la Comunidad de Catalunya) argumentando los

posibles daños al delta del Ebro, los de “aguas abajo” (Valencia y Murcia) argumentando la

“solidaridad territorial” y su “derecho a tener agua”.

5.1.3.2.2. El caso del trasvase Júcar-Vinalopó

A la situación del trasvase del Ebro se ha sumado la situación del proyecto del trasvase

Júcar-Vinalopó, se trasvasarían anualmente 80 Hm3.

De acuerdo con opiniones de grupos ecologistas, como Paco Sanz y Graciela Ferrer en

nombre de Xúquer Viu y Antonio Estevan de la Fundació Nova Cultura de l'Aigua. es un

trasvase inviable porque el Jucar no tiene suficientes caudales como consecuencia de la

sobreexplotación del acuífero de la Mancha Oriental.

Se transferirán aguas sobrantes de la modernización de los regadío tradicionales- en opinión

del Presidente de la Acequia Real del Jucar, considera que las dimensiones de la obra son

180

mucho más grandes que la capacidad de transferencia de agua, ya que en su criterio sólo se

podrían transferir unos 30 Hm3 cada 20 años, y no la capacidad de canalización que es para

80 Hm3 (Levante el mercantil valenciano, 5 de mayo de 2002, p. 29).

El trasvase ha recibido cuestionamientos por parte de los regantes del Júcar, y grupos

ecologistas, entre ellos la plataforma nueva Cultura del Agua y Xucar Viu en el sentido de

que su capacidad proyectada es mucho mayor que la existencia de aguas sobrantes reales

del río Júcar, en prensa se han publicado las cantidades cada vez menores de agua que ha

recibido la Acequia Real, lo cual evidencia que la Confederación Hidrográfica no cumple

con otorgar los derechos a las aguas de los regadíos tradicionales, mucho menos existen

aguas para otros trasvases; los alegatos de los regantes no se han tomado en cuenta, porque

las obras del trasvase continúan. A decir de los regantes, no se niegan a compartir las aguas,

pero las condiciones para que esto se de dicen las autoridades de la Acequia Real, es que se

lleve a cabo la modernización de los regadíos tradicionales, y se pare la explotación del

acuífero de la Mancha Oriental.

Lascondiciones previas para que se pueda llevar a cabo el trasvase de las aguas son las

siguientes:

1. Según el Plan Hidrológico del Júcar, que haya aguas sobrantes en el río Júcar, los cuáles

a decir de los regantes no hay.

2. Debe cumplirse una firma que autorice una nueva demanda en el marco del convenio

USUJ-Ministerio del Medio Ambiente para tomar aguas reguladas del embalse de Alarcón.

3. Según el Plan Hidrológico del Júcar se deben elaborar normas de explotación para que

no se rebajen las garantías del resto de los usuarios.

4. El Plan Hidrológico del Júcar reconoce los derechos preexistentes de los usuarios

integrados en USUJ, por lo que se les otorga mayor prioridad en relación con otros

aprovechamientos como los del acuífero de la Mancha Oriental y los del Canal Júcar-Turia.

5. En caso de reducción en los abastos de agua de los derechos previos, proceden

indemnizaciones a las partes afectadas.

181

Para hacer cumplir las condiciones previas los actores sociales involucrados están

desarrollando toda su capacidad cogestiva, los regantes de la Acequia Real del Júcar, a

través de USUJ establecen negociaciones con el Ministerio del Medio Ambiente, la

Confederación Hidrográfica, Generalitat Valenciana y con Junta Central de Usuarios del

Vinalopó.

Un punto polémico en estos momentos es el que se refiere al trazado original de la obra

situado en el tramo medio del río a la altura de Cortes de Pallás (pactado con el Estado),

dadas las condiciones actuales de sequía y la baja en los caudales del río, USUJ y otros

grupos ecologistas has propuesto un nuevo trazado, instalando la toma del río en la parte

final, cerca de la desembocadura con el mar Mediterráneo. Sin embargo los regantes de la

Junta Central de Usuarios del Vinalopó exige que se respete el trazado original, por que en

ese punto se garantiza agua de mejor calidad, y en la toma final del río se les daría agua

salina y contaminada por pesticidas, y herbicidas elevando los costos de su depuración

(Levante-EMV, 16 de Septiembre del 2005).

Es importante señalar que de acuerdo con el Ministerio del Medio Ambiente, ninguna

comunidad autonoma puede prohibir, ni imponer un trasvase entre cuencas. Esta es una

decisión que corresponde al Gobierno Central, en cual debe proponerlo al parlamento y en

su caso ser aprobado por Ley (Levanta Mercantil Valenciano, 16 de Septiembre del 2005)

182

CAPITULO VI

6.1. ANÁLISIS Y DISCUSIÓN

6.1.1. Acerca de la capacidad autogestiva de los regantes de la Acequia Real del

Júcar

A partir del cultivo de arroz y de la conservación del humedal, el manejo del territorio y del

agua en la zona del marjal incluye dos inundaciones controladas o dirigidas con propósitos

tanto de cultivo agrícola como de creación del humedal artificial, para ampliar su superficie

y darle más agua al lago de la Albufera. Estas prácticas agrícolas y medioambientales no

están separadas, podemos hablar de la contribución de la agricultura al medio ambiente, y

viceversa, contribuyendo mutuamente a la sustentabilidad ecológica, económica y social.

Desde el punto de vista de la gestión del territorio podemos observar que existe una gestión

sostenible, y que por lo tanto, en la discusión acerca del manejo integral del agua y del

territorio deben estar presentes los actores sociales que ahora hacen posible la recreación

agrícola y el humedal. Por lo tanto deberá tenerse en cuenta que no necesariamente puede

verse el gasto de agua en la agricultura, sin ver los servicios que esta a su vez presta al

medio ambiente, porque muchas de esas aguas superficiales al infiltrarse en el perfil del

suelo también apoyan la recarga de acuíferos subterráneos.

Desde la perspectiva de la sustentabilidad ambiental, la red de acequias y el continum

hidráulico huerta marjal-lago constituyen una relación ecosistemica que favorece la

biodiversidad local, a partir de la pendiente territorial el escurrir de las agua que a su vez

favorece crear microclimas acequieros, y propiciar vida a otras especies animales y

vegetales, con la consiguiente generación de nichos de biodiversidad, de alimentos

mediante la agricultura, y cría de especies comestibles (anguilas, ranas, peces, aves),

además del mejoramiento de la fertilidad de los suelos para la nutrición de las plantas

mediante la fijación de materia orgánica, y el reciclaje de los elementos químicos vía los

microorganismos, depuración de las aguas de drenaje agrícola, contención de la intrusión

183

marina, y con ello control de la salinidad, siendo un claro ejemplo de funcionalidad entre la

agricultura y el cuidado del medio ambiente.

En principio se reconoce que el lago de la Albufera evita la intrusión marina y por lo tanto

la posibilidad de que la salinidad proveniente del mar dañe los suelos y cultivos agrícolas

alrededor del lago. Por lo tanto sostener el nivel del agua de la Albufera es una condición

estructural para sostener el marjal. Es decir que se requiere manejar las necesidades de agua

para los ecosistemas en su conjunto. La Confederación Hidrográfica tiene una tarea

importante junto con las organizaciones de regantes, porque la necesidad de manejar ese

equilibrio se incrementa en época de sequía.

La articulación y delimitación de funciones que se observan entre niveles de autoridad y

gobierno, permiten cubrir la infraestructura de riego sin dejar vacíos, y aplicar los

reglamentos de manera directa, la organización distribuye el agua desde la acequia madre

hasta los regueros y las parcelas individuales, mediante empleados situados en cada nivel

de la infraestructura, sin mayores conflictos graves. Esto indicaría alta eficiencia en el

sistema de distribución (Glick, citado por Ostrom 2000:129).

La Acequia Real tiene una organización territorial de 20 pueblos, todos ellos unidos

administrativamente por el abasto de agua de una fuente común, como es la acequia madre.

Esta infraestructura del canal principal es la que se corresponde con el mayor nexo

centralizador de la administración y el gobierno; la descentralización en los pueblos se

correspondería con el gobierno y administración de los brazales y regueros.

Las cinco instancias de gobierno colectivo (Junta de Diputados, Junta de Gobierno, Junta

Local Directiva, Junta General Local y Jurado de Riegos) tienen su espacio de cobertura

según el nivel de la infraestructura que se está cubriendo: la Junta de Diputados y Junta de

Gobierno, predominantemente en la acequia madre, los pozos de sequía; las Juntas Local

Directiva y Junta General Local, en los brazales y regueros.

184

Para la comunicación y el consenso social existen distintos medios de comunicación

disponibles para los regantes; los escenarios colectivos (asambleas anuales y mensuales)

operan con regularidad de tal forma que se favorece la certidumbre de los foros para tratar

los asuntos necesarios y darles seguimiento.

Las reuniones y asambleas, significan un poder normativo con base en las ordenanzas-

aunque seguramente no el único- donde se puede reclamar las reglas que crean la

institución, y las que delimitan la acción de los directivos y empleados, y que en un

momento dado, si se separan de ellas, se reduce su legitimidad, lo cual presiona a su

cumplimiento. El carácter público de las autoridades implica que en su actuación tienen que

rendir cuentas y han de ponderar y en su caso poder obedecer al interés general, es decir de

alguna manera someterse al escrutinio público.

La continuidad de las acciones en el tiempo y el espacio a nivel de Junta de Gobierno y

Juntas Directivas Locales, favorece la detección oportuna de problemas, el diálogo y la

concertación directa, así como la capacidad de instancias de dar respuesta a los regantes,

y/o reclamar cualquier incumplimiento en el abasto de agua.

La organización tiene jerarquías y delimitación de funciones, procedimientos racionales

escritos, contratación de personal para los puestos operativos expresan elementos propios

de una organización burocrática, es que existen roles y funciones y un poder centralizado y

jerarquizado, pero al mismo tiempo uno descentralizado en las Junta Locales. El individuo

regante está sometido a un reglamento por estar dentro de una organización, esto

necesariamente implica que en la organización existe una estructura de poder y jerarquía,

una diferenciación de funciones. Las reglas generales de las ordenanzas encuadran

principios de comportamiento sin menoscabo de reglas locales necesarias para el ajuste

interno en cada espacio territorial.

Es un sistema organizativo e institucional que opera en un espacio hidráulico conformado

históricamente. Tiene continuidad en el tiempo y cobertura de gobierno a través de sus

185

instancias centrales y locales, estas ultimas incluso con vida social comunitaria que

potencializa la cohesión comunitaria de los regantes.

La Junta General de Diputados sobresale como el nivel organizativo superior, donde se

toman las decisiones generales que establecen las políticas internas de la Acequia Real

como comunidad de regantes, lo cual es una evidencia de la capacidad autogestiva, donde

no está el Estado, son los dirigentes los que deciden que hacer y como repartir el agua

disponible en su territorio.

El carácter de las asambleas generales anuales condiciona que ahí se tomen decisiones

generales; las decisiones más inmediatas recaen en la Junta de Gobierno y Juntas Locales

Directivas, en estas instancias está el peso de la administración cotidiana.

La dinámica interna de su gobierno y administración está en sus manos, en los distintos

niveles de gobierno: Junta Locales Generales, Juntas Locales Directivas, Jurados de Riegos,

Junta de Gobierno hasta la Junta General de Señores Diputados, al menos 5 niveles

organizativos internos, en una situación de centralización y descentralización al mismo

tiempo; si lo observamos desde la Junta de Gobierno es un sistema de gestión centralizado,

si lo observamos desde las Juntas Locales es descentralizado.

Los Jurados de Riegos locales que actúan como tribunales territoriales que permiten tener

cercanía de los órganos encargados de impartir justicia entre regantes, y que pueden ayudar

a evitar los excesos centralistas, esta situación se conoce como principio del juez natural

donde el poder judicial está cerca del justiciable (López Garrido:2004:9), resolviendo los

conflictos locales, en cuya instancia se agotan los procedimientos, evitando saturar las

instancias centrales, y solamente en casos más serios y difíciles intervienen la Junta de

Gobierno o la de los Diputados, que además siguen siendo instancias donde gobiernan los

regantes. El sistema de impartir justicia o castigar las faltas se basa fundamentalmente en la

sanción económica, ante la denuncia de los funcionarios de campo de las Juntas Locales,

aunque las relaciones siguen siendo cara a cara, y las autoridades guardan cierta legitimidad

ante los regantes.

186

El manejo del agua tiene la coordinación necesaria para hacer llegar el agua a todas las

parcelas de los regantes. El conocimiento local socialmente construido, esta presente y

"vivo" en la practica diaria de los regantes.

A partir de las variaciones en los volúmenes de agua que ingresan a la acequia madre en el

año y entre años existe una situación que provoca u obliga a ajustes internos para los

canales secundarios y terciarios y cubrir los riegos con el agua disponible, situación que

exige alto nivel de coordinación y vigilancia entre las autoridades encargadas de la

distribución. Estos ajustes implican que el parte de dotaciones no puede faltar todos los

días, esa es la información clave para observar tendencias a corto plazo, día con día, y en su

caso decidir cuales compuertas se cierran o se abren. Por eso la coordinación estrecha entra

responsables de la distribución desde la acequia madre hasta el último reguero.

Por su parte la Junta de Gobierno de la Acequia Real aunque no interviene directamente en

asignar volúmenes de agua por pueblo y toma, si está informada vía el Acequiero y

Subacequiero Mayor de lo que pasa con la distribución de las aguas en el canal principal y

en el resto de la red hidráulica, además los Presidentes de las Juntas Locales, vía los

Celadores y Regadores ejercen labor importante de vigilancia para abastecer las parcelas.

En situaciones de sequía operan medidas dictadas desde la Junta de Gobierno, de “arriba”

hacia “abajo”, desde la acequia madre hasta los brazales y los regueros, hasta donde llega la

vigilancia del cuerpo de empleados conocidos por todos los regantes, y con la autoridad

para ser obedecidos.

En brazales como el Romaní, donde están involucrados tres pueblos en la distribución del

agua, estos están obligados a llegar a acuerdos en una reunión con el Acequiero Mayor y

Celadores, y en su caso si se requiere la intervención de los Presidentes de las Juntas

Locales, aumentando así la necesidad de comunicación y consenso, y con ellos

posiblemente la cohesión social, aunque cabe la posibilidad del conflicto como lo dice

Millón (Millón, 1997:123) y otros.

187

Parece ser exitosa la operación con personal contratado, no se observan conflictos graves en

la distribución, ni en colas del canal ni en las cabezas, de hecho las escorrentías y los aporte

directos para el arrozal que está al final del sistema evidencian la buena distribución.

Sus procedimientos operativos cubren las estructuras físicas grandes y pequeñas sin dejar

vacíos. El control del agua está en manos de empleados relativamente autónomos como el

Acequiero y los Guardas, los Celadores y Regadores, que hace flexible y práctica a la

organización para distribuir el agua, existe una responsabilidad directa en primera instancia

en los empleados; son ellos los que resuelven pronta y expeditamente los problemas en

campo, controlan los turnos de agua, los niveles organizativos a nivel de campo permiten la

flexibilidad organizativa para mover las aguas a todas las parcelas donde se requiere.

La comunicación entre Regantes y Regadores para el servicio de riego es eficiente y

expedita con múltiples alternativas para llevarla a cabo, empleando los medios locales de

las costumbres, de los pueblos, sin desplazamientos a grandes distancias para hacer el

trámite, ni mayores requisitos burocráticos. El trato es entre gente local, conocidos y de

confianza, esto asegura que la parcela se va a regar, y el riego se va a pagar.

Cada uno de los empleados en los distintos tiene definidas sus tareas, lo cual es indicador

de una administración funcional a la complejidad del sistema de riego, existe delegación de

autoridad en los distintos distintos niveles, de tal manera que existe la posibilidad de dar

respuestas al conflicto “desde abajo” y “desde arriba”.

La administración de la Acequia Real parece rebasar el límite de operación por los propios

regantes (Palerm 2001, 2002). Sin embargo no obstante la importancia de la contratación de

personal, los directivos regantes a través de sus instancias de gobierno tienen y contra una

participación en la toma de decisiones de operación, hay participación directa con base en

el conocimiento del sistema de riego.

Los empleados están controlados por los dirigentes regantes, todos los días estos acuden a

las oficinas administrativas, revisan los asuntos pendientes, conocen los expedientes,

188

deciden y dan instrucciones en el momento; existe resolución directa para que se cumplan

las ordenes.

Para la ejecución de las tareas, algunas de las capacidades necesarias (leer y escribir) fueron

adquiridas en la formación escolar, pero otras (integrar expedientes, regular

compuertas,etc.), sólo mediante la práctica diaria; estos empleados al ir dominando los

requerimientos técnicos de los sistemas, fueron adquiriendo habilidades e información cada

vez más compleja.

El nivel de escolaridad, el origen local o foráneo, sus privilegios o prestaciones salariales,

quien lo contrata y a quien le sirve, que tareas desempeña, son indicadores de su

importancia y trascendencia, y por lo tanto que tan importante es tenerlo bajo control;

destacan los empleados Acequiero Mayor, Secretario-Depositario, Celadores y Secretarios-

Tesoreros, estos serían la columna vertebral de la burocracia hidráulica de la Acequia Real.

A partir de que es una sola la entrada principal de agua, el reparto del agua en la acequia

madre está centralizado en la autoridad del Acequiero Mayor, y a partir de que desde la

acequia madre se desprenden los brazales existe una descentralización de la distribución

para cada comunidad o pueblo en la autoridad del Celador y los Regadores, aunque hay

capacidad del Acequiero Mayor para intervenir en el nivel de brazal y reguero si se

requiere, por lo tanto hay también control de la autoridad central; sin embargo también se

tiene control del Acequiero Mayor a través del Presidente de la Junta Local, situación que

asegura que ninguna tierra del pueblo respectivo con derecho al riego, se queda sin agua,

incluso en momentos de escasez, mecanismo que previene el conflicto en el reparto. Esta

situación refleja que a partir de la complejidad del diseño de la infraestructura hidráulica, se

manifiesta una coordinación compleja por niveles entre autoridades, lo cual pone en

evidencia que simultáneamente se produce la centralización y descentralización de las

decisiones de la distribución.

Una de las evidencias más notables de esta coordinación centralizada y descentralizada es

el abasto de las aguas para el marjal, el cual a pesar de situarse en la cola del sistema y

189

consumir más agua, sigue siendo abastecido, incluso con aguas directas de la acequia

madre.

La capacidad de los regantes para controlar su burocracia se basa en el conocimiento del

sistema y en el funcionamiento de mecanismos de rendición de cuentas, los regantes, no

pierden el control del sistema, además el personal contratado no es especialista formado en

la ciencia convencional, es un personal que surge de entre los propios regantes, y como tal

tienen una cultura y lenguaje común.

La participación de la mayoría de los regantes en la toma de decisiones es relativamente

baja. En las Juntas locales participan un número reducido y no representativo de los

regantes; la elección de los miembros de la Junta Local, al basarse en la superficie de tierra

poseída, es excluyente, lo que podemos interpretar como una limitación a la capacidad

autogestiva del sistema (Espinoza, 1983:66-68)

Existen elementos de riesgo a la sustentabilidad social, al restringir la participación de la

mayoría de los regantes en las instancias de gobierno, que si bien facilita la gobernabilidad

inmediata, limita las demandas; de ahí que participan autoridades y funcionarios de manera

diferencial en los distintos foros, para racionalizar las decisiones y reducir la multiplicidad

de intereses.

Si bien teóricamente los procesos autogestivos implican plena participación y democracia,

en el gobierno de la Acequia Real no necesariamente se cumple con estos requisitos, por

ejemplo la autonomía regulatoria de los gobiernos locales en el establecimiento de la tarifa

o monto del cequiaje particular es relativa en función de que existe una tarifa de cequiaje

general que impone la Junta de Diputados sin participación de la mayoría de los regantes,

situación que contradice los procesos autogestivos que implican plena participación y

democracia (Adizes:1997:303-304). La autogestión también cobra dimensión en relación

con la capacidad de controlar los procesos internos, y contener los procesos de injerencia

del Estado, el cual prácticamente está ausente en el gobierno interno, situación que nos

190

remite a considerar que en este caso se trataría de un tipo de organización social

autogestiva-burocrática con empleados controlados (Palerm,2002).

Como Corporacion de Derecho Publico la Acequia Real desempeña una activa gestion ante

instancias externas y con otras acequias hermanas para planificar y diseñar los usos del

agua a partir de las infraestructuras sobre el rio Jucar, reclamando su participación y

organizando otros niveles para trascender lo local como el caso de USUJ, con ello se evita

o previene el riesgo de que sus aguas se vayan a otros sitios, es una forma continua de

defensa y vigilancia de sus derechos a las aguas, pero tienen la flexibilidad necesaria para

ser funcionales a las necesidades de abasto de la ciudad y otras actividades productivas.

Se observa que en cada una de las instancias existe capacidad para establecer nexos y

relaciones con instancias del Estado, que permiten la cooperación para conservar los

sistemas de riego, aunque sin una dependencia total; esta relación con el Estado, se da a

partir de que la Acequia Real administra un bien público, posee un gobierno legitimo, y que

en su carácter de Corporación de Derecho Público tiene derechos y obligaciones públicas.

Es en este nuevo contexto que a nivel del Estado, la política y la planificación hidráulica

debe revisar sus criterios y proponer otras líneas y horizontes de gestión y manejo del agua;

ello implica necesariamente la mayor participación de los usuarios en los distintos niveles

de toma de decisiones, mayor reflexividad social alrededor del recurso hídrico.

Específicamente cuanta agua existe, quien la tiene, a donde fluye, como se utiliza, y

quienes toman las decisiones para que así ocurra. En este sentido también es necesario

incorporar plenamente la gestión de las aguas subterráneas, sobre todo a raíz de su

explotación masiva en los años 60´s (Llamas, et al, 1998), aguas que aún permanecen en la

práctica casi al margen de cualquier supervisión externa, estableciendo la dualidad aguas

superficiales vigiladas, aguas subterráneas poco vigiladas; a pesar de que la consideración

legal establece la unidad de la gestión a partir de la unidad del ciclo hidrológico.

Además la parte social es la que interesa menos, en las evaluaciones de los proyectos

hidrológicos y de manejo del agua, predominan criterios de eficiencia ambiental y

económica crematística, por estar España inmersa en un fuerte desarrollo unidireccional

capitalista, cuyo rasgo central competitivo con otras potencias de la Unión Europea

191

pretende lograr una agricultura moderna, altamente rentable, para lo cual los discursos

incorporan el desarrollo sostenible; sin embargo haría falta incorporar la sustentabilidad

social, la capacidad autogestiva de los regantes, su participación plena en los distintos

espacios donde se gestiona el agua. Esta es una demanda de los propios regantes, reconocen

que la estructura de las Confederaciones no necesariamente represente proporcionalmente a

los regantes, por lo que demandan mayor incorporación en número.

Existe un escenario difícil y alto riesgo para continuar al menos con la cogestión hasta

ahora observada, en política y planificación hidráulica, el Estado español ha legislado y

establecido un marco legal e institucional que pretende planificar todos los usos del agua,

con base en el criterio de integración territorial, “solidaridad hidráulica” vía trasvases, la

capacidad de cogestión estaría referida a la capacidad de defensa en el abasto de agua de

acuerdo con sus derechos, participar y decidir criterios de distribución del agua sobre el río

Júcar; La capacidad de cogestión está limitada por la Confederación Hidrográfica que es la

que maneja directamente las presas de almacenamiento y el río Júcar, la capacidad de los

regantes está limitada a pedir los volúmenes de agua requeridos, y exigir el cumplimiento

de la curva de garantía en el embalse de Alarcón.

La participación de la Acequia Real del Júcar trasciende lo local, y alcanza lo regional para

defender sus derechos a las aguas, como una forma continua de defensa y vigilancia de sus

derechos; sin embargo con cierta flexibilidad para ser funcionales a las necesidades de

abasto de agua a la ciudad y otras actividades productivas como lo muestran en las

Comisiones de Desembalse, situación que obliga al Estado vía la Confederación

Hidrográfica, a las organizaciones de regantes y a otros usuarios del agua, a una intensa

actividad en la comunicación, consenso y coordinación de propuestas para su reparto y

distribución y “llevar la fiesta en paz” en la medida de lo posible.

Cabe destacar la interdependencia funcional que tienen las Comunidades de Regantes tanto

con otras organizaciones como con el Estado o la Confederación Hidrográfica en los

distintos foros donde participa (Junta de Gobierno, Junta de Desembalse) procesos de

cogestión que van conformando mecanismos, redes sociales y experiencia organizativa,

192

como instrumento de tratamiento del conflicto. Un ejemplo de esta capacidad de

negociación lo ejemplifica el hecho de que los regantes utilizaron el conflicto del embalse

de Alarcón para establecer condiciones para el proceso de modernización de los regadíos,

obligando al Estado a invertir el cien por cien de los costos, y salvando pagos de canon a la

Confederación Hidrográfica por 60 años, además de establecer la curva de garantía, y en

caso de que la Confederación decida tomar aguas de Alarcón cuando las reservas de agua

estén por debajo de dicha curva, se obliga a la consiguiente indemnización a los regadíos

tradicionales, obligando la negociación entre el Estado y los regantes.

Sin embargo, y a pesar de estas evidencias, son mecanismos de negociación no seguros

para los regantes, porque a pesar de que existe garantía legal de abasto de las aguas,

respetando la garantizando la curva de garantía de los regadíos tradicionales, está situación

no necesariamente se cumple; es la Confederación Hidrográfica basada en la legitimidad de

autoridad suprema de la Cuenca la que establece las prioridades y dirección de los flujos de

las aguas, a partir de que controla directamente los embalses, los ríos, y la información de

las aguas precipitadas, escurridas y disponibles, además de que tiene las llaves de las

compuertas y los empleados de los embalses.

Con relación a política de los trasvases o “prestamos” de agua entre cuencas, existe en

algunos actores sociales entre ellos los regantes de USUJ desconfianza, la desconfianza

básica es que el destino del agua prestada es incierto, no necesariamente es para consumo

humano sino para el ocio y el turismo.

6.1.2. Acerca de la capacidad de cogestión de los regantes de la Acequia Real del

Júcar

La complejidad de la cogestión del agua sobre el río y las limitantes a la capacidad

autogestiva de los regantes están basadas fundamentalmente en que las infraestructuras de

almacenamiento (Alarcón) y de regulación (Contreras y Tous) las controla el Estado el cual

entrega las aguas a distintos tipos de usuarios (regantes y ciudades).

193

Hay usuarios con derechos legales, entre ellos los regantes, pero no incluye a todos los

usuarios reales de las aguas del Júcar, el caso de los aprovechamientos clandestinos del

manantial de la Mancha Oriental, es un ejemplo, situación que retomamos a partir de la

discusión de Ostrom acerca de los requisitos para organizaciones sustentables que

administran recursos comunes (Ostrom, 1990).

Otro elemento es que la información de las cantidades de agua o reservas del recurso,

proviene de una sola fuente, que es la Confederación Hidrográfica, de tal manera que los

usuarios no están convencidos del buen reparto y destino de las aguas, minando la

confianza necesaria para la conformación de capital social, necesario en un manejo

sustentable de recursos comunes.

Otro elemento que limita la capacidad cogestiva es que aún cuando los regantes tienen

mecanismos formales de participación en los órganos de gobierno de la Confederación, no

controlan directamente la información, los aforos de los ríos, ni los niveles de aguas de los

embalses, ni los mismos embalses, lo hace un cuerpo burocrático del Estado, el cual no está

bajo su control; en un sistema burocrático como el que controla los embalses del Júcar, se

cumple en parte lo que los teóricos de la burocracia establecen en el sentido de que resulta

difícil saber cómo, cuando cómo y donde se decide (Lapassade:1999:199); esta situación

evidencia un problema administrativo vigente, la necesidad de mecanismos de control sobre

la burocracia por los usuarios y regantes (Palerm, 1998); en esta faceta se observan límites

de la capacidad de cogestión de los regantes, en el nivel del río.

Otra limitante a la cogestión a nivel del río es que los usuarios regantes no pueden

modificar la política hidráulica del Estado en el sentido de los trasvases; aunque ha habido

cuestionamientos a esta política estatal, las estructuras de la Confederación Hidrográfica y

de sus órganos de gobierno, limitan la representación de los regantes.

Otro de los indicadores de límites a la cogestión para los regantes son los ajustes a la baja

en los volúmenes asignados por la Confederación Hidrográfica a los regantes, ello conlleva

ajustes internos, que modifica sus patrones de cultivo, y les aumenta los costos de

194

operación al poner en marcha los pozos de sequía, inclusive aumentan las extracciones de

agua del subsuelo con el riesgo de abatimiento de los acuíferos; además dichos ajustes a la

baja disminuyen las cantidades de agua de escorrentías de la huerta hacia el humedal,

situación que pone en riesgo al mismo lago de la Albufera. Esta situación obliga incluso a

revisar los conceptos de eficiencia en el uso del agua y de los sistemas de riego, al parecer

tenemos que ver el balance en conjunto dentro de la cuenca para entender dentro del ciclo

hidrológico, la dependencia mutua de distintos ecosistemas en un territorio como es el caso

de la huerta, el marjal y el lago de la Albufera.

Los desacuerdos de los regantes con el Estado tienen fundamento en que es este el que tiene

la mayor capacidad de decisión sobre el río, los regantes sólo la tienen a partir de los

canales generales; en el caso del embalse de Alarcón, tienen capacidad de vigilancia sobre

la curva de garantía, pero no la tienen sobre los embalses de Contreras y Tous, de hecho el

Estado maneja los tres embalses como si fueran uno sólo, y los regantes no tienen certeza

de los niveles de las aguas, por lo que se convierte en “agua virtual”.

Por parte de los regantes de USUJ en los órganos de gobierno de la Confederación, no

tienen mayoría en asuntos clave se los “mayoritean”. Ahí estaría otro límite a la capacidad

de autogestión.

Esto cobra importancia porque en realidad a las acequias no les dan los volúmenes de agua

que les corresponden legalmente, a los volúmenes solicitados la Confederación les hace

ajustes con tendencia a menor disponibilidad de agua.

Para la cogestión es importante la opinión de los regantes y usuarios de la Mancha Oriental,

quienes en principio tienen derechos porque el embalse de Alarcón está localizado en su

territorio y tienen derecho a usar las aguas del mismo, situación que los regantes

valencianos aceptan, pero estos también exigen que se termine con las extracciones ilegales

del acuífero de la Mancha Oriental que disminuyen los caudales que se sueltan de Alarcón

para los regadíos tradicionales.

195

En USUJ no está integrada la comunidad de regantes de la Mancha Oriental, ni la

comunidad de regantes del Canal Jucar-Turia, cuando la lógica del reparto de las aguas y el

diseño de la infraestructura diría que sí, puesto que de hecho comparten las aguas de una

misma fuente. Además la Confederación mezcla la información de uno y otro embalse,

imposibilitando que los regantes tengan vigilancia sobre Alarcón. Los regantes en este nivel

no controlan a la burocracia hidráulica, generando una centralización en el manejo del río.

Un elemento que se suma a la complejidad de la cogestión son los trasvases, los cuales

están fuera de la vigilancia de los regantes de USUJ, esto significa una condición

estructural que limita el carácter participativo y democrático en la cogestión de las aguas

del Júcar. A ello se suma que importantes foros de participación formal para los regantes

como la Asamblea de Usuarios, no operan en la práctica, disminuyendo los espacios de

cogestión de las aguas a los regantes, obligando a la lucha política por el agua.

Los acuerdos de los regantes con el Estado muestran capacidad de los primeros para llegar

a la cogestión adecuada, sin embargo los desacuerdos minan la confianza de los regantes,

debilitando la cohesión y la sustentabilidad social.

Es una instancia de gestión inmediata del territorio y del agua intermedia entre el Estado y

los regantes, a partir de que agrupa y cohesiona miles de individuos, posibilitando acciones

sociales colectivas para ejecutar una serie de tareas que permiten la sustentabilidad de los

sistemas de riego.

Las ordenanzas y sus reglamentos, la memoria histórica de sus archivos y sus documentos,

así como su vida comunitaria expresado en la realización de reuniones y asambleas anuales

y mensuales, no es creación actual, es producto de la experiencia social colectiva de casi 8

siglos de intensa actuación social.

La Comunidad de Regantes de la Acequia Real del Júcar, al estar inserta en un contexto de

poder político estatal –puesto que ninguna organización opera en el vacío- que regula y

tutela la política hidráulica, y como Corporación de Derecho Publico, está obligada a una

196

intensa cogestión ante instancias externas y de su entorno, con las acequias hermanas, con

la Confederación Hidrográfica, ante las industrias, los Ayuntamientos, actuación

importante, a partir del conflicto entre los diferentes usos del agua y del territorio.

Si observamos la perspectiva histórica de la gestión del agua en España, ubicamos tres

momentos históricos: en un primer momento es evidente que los primeros regadíos

peninsulares eran de iniciativa de los soberanos en turno, ejemplo claro es Jaime I para la

primera sección del canal principal de la Acequia Real de Júcar, sumados a la iniciativa

privada de Condes y Varones como el caso de la expansión de la segunda sección del canal

de la Acequia Real por el Señor de Sollana, lo cual requirió establecer leyes y reglamentos

para gobernar los regadíos desde la iniciativa de quien los construía, y a los regantes

correspondía su aprendizaje y aplicación práctica, lo cual fue ajustando las estructuras

internas de la organización, en un largo proceso de aprendizaje, que en el caso de la

Acequia Real, le permitió un creciente desarrollo de la capacidad autogestiva, aunque en

momentos clave limitada por el mismo soberano; un segundo momento fines del siglo XIX

y principios y mediados del siglo XX, cuando el Estado decide intervenir abiertamente para

el fomento de los regadíos a raíz de la iniciativa del llamado Regeneracionismo Hidráulico

de Joaquín Costa período identificado como de un modelo de “gestión de la oferta” de

agua, apoyando la construcción de infraestructura hidráulica, los embalses y fomentando

las figuras asociativas de comunidades de regantes, para superar las crisis agroalimentarias,

y aumentar la oferta de alimentos, es decir el regadío como catalizador de desarrollo

económico; un tercer momento actual de gestión de la demanda cuándo el regadío compite

por el agua con otros sectores, industria y servicios, donde la agricultura no es el principal

detonante de la economía, e incluso se cuestiona el porque utiliza la mayor cantidad de

agua, si genera menos PIB y tiene escasa población económicamente activa, situación a la

que se ha agregado el cuidado del medio ambiente, en el marco de la gestión que exige la

Unión Europea, además de cuidar la calidad de las aguas y la recuperación plena de costos.

A lo anterior se ha sumado otra consideración, en opinión de USUJ la intrusión salina

puede aparecer cómo consecuencia del cambio en las dotaciones a los regadíos

197

tradicionales o sistemas de riego que hiciesen descender el nivel freático conduciría a

perder aportaciones a los acuíferos y a la salinización del acuífero costero (USUJ:1995:43).

La complejidad de la cogestión del agua sobre el río incluye: el hecho de que existen

usuarios con derechos legales, entre ellos los regantes, pero no incluye a todos los usuarios

reales de las aguas del Júcar, como el caso de los aprovechamientos clandestinos del

manantial de la Mancha Oriental, situación que no cumple con los límites claramente

definidos, uno de los requisitos que señala Elinor Ostrom para el diseño de organizaciones

sustentables que administran recursos comunes (Ostrom, 1990).

Otro elemento es que la información de las cantidades de agua o reservas del recurso,

proviene de una sola fuente, que es la Confederación Hidrográfica, de tal manera que los

usuarios no están convencidos del buen reparto y destino de las aguas, minando la

confianza necesaria en un manejo sustentable de recursos comunes.

Otra limitante a la cogestión es que los usuarios regantes no pueden modificar la política

hidráulica del Estado en el sentido de los trasvases; aunque ha habido cuestionamientos

importantes a esta política estatal. Por un lado el Estado proporciona derechos ala cogestión

y por otro lado limita esa capacidad.

Esto cobra importancia porque en realidad a las acequias no les dan los volúmenes de agua

que les corresponden legalmente, a los volúmenes solicitados la Confederación les hace

ajustes con tendencia a menor disponibilidad de agua.

Un elemento importante que subyace en esta problemática es el manejo de la información,

la Confederación Hidrográfica del Jucar realiza los aforos de los ríos, obteniendo medias

anuales para evaluar la disponibilidad de agua, sin embargo USUJ señala que así se están

sobreestimando los volúmenes disponibles, sin reflejar la sobreexplotación del acuífero de

la Mancha Oriental que es más reciente con pozos legales e ilegales. Este es un problema

que se considera recurrente por los regantes de USUJ.

198

La Confederación es la organización que controla directamente las aguas del Júcar y la

infraestructura sobre su cauce, situación que le permite no cumplir la curva de garantía para

los regadíos tradicionales de USUJ, situación que se complica más porque la Confederación

mezcla la información de uno y otro embalse, imposibilitando que los regantes tengan

vigilancia sobre Alarcón. Los regantes en este nivel no controlan a la burocracia hidráulica,

generando una centralización en el manejo del río Júcar.

6.1.3. Externalidades negativas que ponen en riesgo a la Acequia Real del Júcar

Es generalizado la construcción de instalaciones industriales y habitacionales avanzando

sobre los terrenos agrícolas, destruyendo, desapareciendo o modificando el curso original

de las acequias, además de los vertidos que contaminan las aguas de regadío.

En el caso de la organización de la Acequia Real del Júcar administra y gobierna un espacio

hidráulico no constante, tanto por la salida de regantes del padrón de la Acequia, como por

supresión de su área de riego como consecuencia de invasión de sus territorios ante el

crecimiento de las actividades productivas no agrícolas y construcción de vías de

comunicación que han invadido la huerta, en este sentido estamos identificando serios

riesgos de continuidad en sus sistemas de riego. El avance de las infraestructuras de

comunicaciones, vivienda, producción y recreación está terminando con los espacios

tradicionales de la huerta, situación que pone en riesgo la tierra agrícola y cómo

consecuencia el derecho a los volúmenes de agua de los regantes.

199

CONCLUSIONES

A partir del presente estudio se confirma la necesidad de identificar diseños organizativos

de base local, para impulsar la autogestión y cogestión optimas de los recursos con plena

participación social; lo cual a su vez clarificaría la discusión de cuánto Estado, cuánto

Mercado y cuanta Sociedad es necesaria, y delimitar fronteras de intervención entre actores

sociales alrededor del agua; tiene potencial el partir del entendimiento de situaciones

concretas, considerando los actores locales, la naturaleza del recurso que se maneja, los

derechos previos, los conocimientos endógenos, las costumbres locales y los niveles

tecnológicos utilizados en su aprovechamiento.

Dentro del universo de la Comunidad de Regantes de la sequía Real del Júcar, existen

experiencias sociales para, desde lo local potenciar la construcción de lo global, los

regadíos situados en las zonas llamadas de territorios de regadíos históricos son

representativos -por siglos de historia- de experiencia autogestiva y cogestión en el manejo

y administración del recurso. Ahí está un nicho social de conocimiento local, importante

para aprender formas sociales de como gestionar mejor el agua y de tratamiento del

conflicto conservando la cohesión social aportando a la sustentabilidad.

El gobierno y la administración de la Acequia Real muestran rasgos o indicadores de diseño

institucional, y sustentabilidad que coincide con los señalado por Elinor Ostrom

(Ostrom:2000:148-170) entre los cuales cabe destacar: el tratamiento local del conflicto, el

alto índice de recuperación de cuotas de riego, el mantenimiento de los sistemas con base

en sus propios recursos, la capacidad y el conocimiento local para hacer llegar el agua a

todo lo largo y ancho del sistema, la continuidad de los foros de discusión para tratar los

asuntos cotidianos y resolver problemas delimitando quienes tienen derechos a las aguas.

Pero existen otros que considero importantes como la estabilidad laboral de los empleados,

con continuidad generacional de secretarios, acequieros, celadores, etc., situación que

posibilita la acumulación de experiencia y el conocimiento local.

200

A nivel social y en los territorios específicos de actuación de los regantes, existe déficit de

estudios sociales actualizados (Pérez Picaso, ); a pesar de que en el territorio español

existen al menos siete mil conformaciones sociales colectivas que tienen como eje de unión

y actuación colectiva el manejo del agua y los sistemas de regadío, reconocidos por la

legislación, y depositarios de un derecho al uso de las aguas -que es el sector que emplea

los mayores volúmenes de agua- no hay evaluaciones sistemáticas sobre su funcionamiento

interno, cuales son sus capacidades de participación; cuales son sus prácticas para sustentar

el manejo del agua; como están organizados para participar como organismos responsables

del medio ambiente.

Una situación contradictoria es que a pesar del déficit de estudios sociales del regadío,

surgen recomendaciones cómo las siguientes: los regantes deben cambiar su manera de

gestionar el agua, modernizarse, pagar lo justo, cambiar los criterios de sus derechos a las

aguas, etc., recomendaciones que al menos deberían surgir de diagnósticos sociales y

técnicos para identificar su situación interna en cada espacio territorial en el que ellos

actúan, que niveles de gobierno han construido, como toman y ejecutan las decisiones, cual

es su staff profesional, como lo controlan, cuales y como son sus relaciones con la

burocracia hidráulica de las Confederaciones Hidrográficas, que espacios de participación

usan y cuales les están vedados para manejar un río o fuente de agua común; ciertamente

hay estudios históricos, pero considero que hacen falta mas estudios de la situación actual,

para clarificar las necesidades, y en su caso propuestas de nuevos diseños y/o conservación

de sus formas de organización local.

Ante la poca transparencia con que actúa la Confederación Hidrográfica, al no controlar

aquella las tomas ilegales en el acuífero de la Mancha Oriental, y permitir apertura de áreas

de riego ocupando volúmenes de agua que harían falta a los regadíos tradicionales y

violentando la sustentabilidad de la zona del Júcar aguas abajo, cuestiona seriamente la

llamada gestión integrada del agua y del territorio, y aquí ya tenemos que tener en cuenta

la ecología política, que implica hablar de gestión pública, ecología y política al menos, y

que cobra importancia ante la crisis ecológica presente. Por lo que este enfoque de la

ecología política nos presta un bagaje pluridisciplinar y pluriepistemológico, un nuevo

201

horizonte de interpretación (Garrido Peña:1993:4), para la reflexividad social que permita

enfrentar la evidente crisis social y ecológica, de continuar con ese camino unidireccional,

como lo avala la problemática del río Júcar que tiene ya el abatimiento y degradación de

acuíferos.

202

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Junta General de Diputados

Junta de Gobierno

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Junta General Local

Junta Local Directiva

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