Los Petroglifos de la Quebrada de Agua Blanca

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LOS PETROGLIFOS DE LA QUEBRADA DE AGUA BLANCA Carlota López 1 y Alejandro García 2 1 Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes, UNSJ; [email protected] 2 CONICET UNSJ (FFHA) UNCuyo (FFyL); [email protected] Introducción La presencia de petroglifos en la Quebrada de Agua Blanca es ampliamente conocida a nivel provincial. Sin embargo, como es el caso de la mayoría de los sitios con arte rupestre de San Juan, no existen publicaciones específicas sobre estas manifestaciones, de las cuales sólo se conocen algunas menciones y fotografías en la obra de Schobinger y Gradín (1985). A fin de contribuir a la preservación y difusión de los petroglifos de la quebrada, realizamos el relevamiento del sector medio-distal de la misma y el registro de las manifestaciones que allí se observan. Los resultados se muestran parcialmente en el presenta artículo, cuya finalidad es presentar la clasificación y ordenamiento preliminares de las representaciones rupestres de la zona y evaluar algunos aspectos vinculados con su cronología e interpretación. Ubicación y registro de las representaciones rupestres La Quebrada Agua Blanca de San Juan, Argentina se encuentra ubicada en el noroeste de la provincia (Departamento de Iglesia) en la base de la Cordillera de los Andes (Figura 1). El piedemonte en su zona de acceso (30º 15’ S, 68º 30’ W) se encuentra aproximadamente a 3.000 m s.n.m., y la quebrada alcanza casi 4.500 m s.n.mm al final de su recorrido de ±27 km. El área prospectada de la Quebrada Agua Blanca durante la campaña de febrero/07 alcanzó los 13 km desde su acceso. En esa instancia de trabajo resultó imposible avanzar desde la zona central hasta su límite oeste, pero se tiene noticia de la presencia de otros petroglifos en el sector. El minucioso reconocimiento del terreno evidenció ocho zonas de hallazgos, a las que hemos denominado técnicamente con las siglas ABZ (Agua Blanca Zona) sumado a la numeración correlativa. Las zonas registradas presentaron gran cantidad de petroglifos indígenas y, en menor medida, rocas grabadas con marcas de ganado del

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LOS PETROGLIFOS DE LA QUEBRADA DE AGUA BLANCA

Carlota López1 y Alejandro García

2

1 Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes, UNSJ; [email protected]

2 CONICET – UNSJ (FFHA) – UNCuyo (FFyL); [email protected]

Introducción

La presencia de petroglifos en la Quebrada de Agua Blanca es ampliamente conocida

a nivel provincial. Sin embargo, como es el caso de la mayoría de los sitios con arte

rupestre de San Juan, no existen publicaciones específicas sobre estas manifestaciones,

de las cuales sólo se conocen algunas menciones y fotografías en la obra de Schobinger

y Gradín (1985). A fin de contribuir a la preservación y difusión de los petroglifos de la

quebrada, realizamos el relevamiento del sector medio-distal de la misma y el registro

de las manifestaciones que allí se observan. Los resultados se muestran parcialmente en

el presenta artículo, cuya finalidad es presentar la clasificación y ordenamiento

preliminares de las representaciones rupestres de la zona y evaluar algunos aspectos

vinculados con su cronología e interpretación.

Ubicación y registro de las representaciones rupestres

La Quebrada Agua Blanca de San Juan, Argentina se encuentra ubicada en el

noroeste de la provincia (Departamento de Iglesia) en la base de la Cordillera de los

Andes (Figura 1). El piedemonte en su zona de acceso (30º 15’ S, 68º 30’ W) se

encuentra aproximadamente a 3.000 m s.n.m., y la quebrada alcanza casi 4.500 m

s.n.mm al final de su recorrido de ±27 km. El área prospectada de la Quebrada Agua

Blanca durante la campaña de febrero/07 alcanzó los 13 km desde su acceso. En esa

instancia de trabajo resultó imposible avanzar desde la zona central hasta su límite

oeste, pero se tiene noticia de la presencia de otros petroglifos en el sector.

El minucioso reconocimiento del terreno evidenció ocho zonas de hallazgos, a las

que hemos denominado técnicamente con las siglas ABZ (Agua Blanca Zona) sumado a

la numeración correlativa. Las zonas registradas presentaron gran cantidad de

petroglifos indígenas y, en menor medida, rocas grabadas con marcas de ganado del

siglo XIX y comienzos del XX. Estas manifestaciones fueron fotografiadas grupal e

individualmente y posteriormente se procedió a la digitalización y procesamiento de las

imágenes con softwares específicos.

Figura 1: Ubicación de la Quebrada de Agua Blanca

Clasificación estilística

Lejos de ser un objetivo del estudio, la diferenciación de estilos, diseños y motivos

simplemente tiende a permitir el ordenamiento del registro para su posterior análisis e

interpretación. Las representaciones observadas fueron clasificadas en primera instancia

en dos grandes grupos estilísticos: figurativas (las que evidentemente hacen alusión a

objetos o figuras conocidas) y abstractas.

1 - Dentro del grupo de estilo figurativo se identificaron cuatro motivos: zoomorfos,

antropomorfos, antropo-zoomorfos y marcas de ganado. Los grabados zoomorfos

(Figura 2) presentan algunas diferencias que permiten proponer la existencia de cuatro

diseños o clases de figuras:

A) Un diseño presenta figuras realizadas con trazos finos, con bordes muy regulares

y patas distribuidas a intervalos regulares.

B) El segundo diseño presenta animales realizados con trazos más gruesos, con las

patas traseras y delanteras más separadas entre sí. Sin embargo, las hembras

preñadas presentan el abdomen muy abultado. Algunos de estos animales

muestran señales de movimiento, mientras que otros están cargados, atados o

montados.

C) El tercer diseño corresponde a camélidos de trazo más grueso aún, diferencia

que se nota en la cabeza, cuello, cuerpo y patas.

D) El cuarto diseño corresponde a un único ejemplar, que presenta un animal de

cuerpo muy esquemático, con el cuerpo y las patas integrados en una línea

curva, cuello vertical y cara, y sin cola, marcado mediante un piqueteo fino

irregular.

Figura 2: Diversidad de diseños en las representaciones zoomorfas

Los motivos antropomorfos (Figura 3) presentan cuatro diseños principales:

A) Figuras humanas con y sin bastones, en actitudes vinculables con actividades de

pastoreo.

B) Figuras humanas de cuerpo triangular largo, en forma de “cuña” con la punta

hacia abajo, con piernas muy cortas, cabeza poco diferenciada y ojos marcados.

Estas figuras pueden presentar algunos aditamentos, como un bastón, un tocado

o líneas terminadas en círculos que salen de la cabeza.

C) Figuras humanas esquemáticas con piernas y brazos en distintas posiciones,

cabeza bien diferenciada que generalmente están coronadas con tocados de

distintas formas, si bien predominan los que presentan líneas paralelas o sub-

paralelas orientadas en sentido predominantemente vertical, o una especie de

peineta triangular con la base hacia arriba. Varios de estos seres presentan un

brazo extendido en posición horizontal, con un objeto de forma semilunar en la

mano, en tanto el otro brazo descansa “en jarra” con la mano en la cintura.

D) Figuras muy esquemáticas antropomorfizadas, con cuerpos globulares sin cabeza

diferenciada y brazos y piernas muy cortos.

Figura 3: Representaciones antropomofas de Agua Blanca

Con respecto a los motivos antropo-zoomorfos, se trata de dos figuras antropomorfas

que presentan rasgos animales. En un caso, se observan una cola de felino, el cuerpo

piqueteado irregularmente que asemeja la piel de un jaguar, y garras (éstas han sido re-

trabajadas en tiempos recientes). El otro caso es el de un ser con grandes fauces y un

largo tocado parecido a una cornamenta.

Finalmente, las marcas de ganado están formadas por letras y figuras, y a veces están

acompañadas por la inscripción del año.

2 - Por su parte, las representaciones de estilo abstracto corresponden a dos clases de

motivos: unos muestran una especie de derrotero irregular marcado con puntos,

mientras que los otros muestran líneas ondeadas irregulares, una agregación de diseños

sub-circulares, un óvalo surcado longitudinalmente con líneas paralelas y dos figuras

ovales concéntricas.

Secuencia temporal

De gran interés resulta la posibilidad de secuenciar en líneas generales los diseños a

partir de las diferencias que exhibe la pátina que ha cubierto las líneas y puntos de los

mismos. Así, las figuras más antiguas están cubiertas por una capa marrón, mientras que

ese color se va tornando más pálido a medida que los diseños son más recientes. La

validez de este procedimiento de diferenciación de distintos momentos de ejecución de

imágenes está comprobada por la aparición conjunta de diseños de distinta cronología

en la misma cara de algunas rocas, y por la comparación de sus pátinas con las de otros

conjuntos y de presentaciones aisladas. Como es de esperar, las relaciones más seguras

son las que se establecen entre los diseños de una misma roca. Esto se observa con

claridad en el caso de ABZ4 (Figura 4). La roca mayor de este sitio (ABZ4-16) presenta

un conjunto importante de diseños antropomorfos, zoomorfos y zoo-antropomorfos que

por la diferente coloración de sus pátinas pueden agruparse en por lo menos tres grandes

épocas de ejecución.

Entre las representaciones más antiguas se destacan:

1) Un personaje con una gran cabeza circular, de la cual salen dos líneas cortas y

tres más largas que terminan en sendas figuras sub-circulares. El tronco es muy

esquemático y de él salen las cuatro extremidades, de corta extensión. Entre los

brazos y la cabeza se observan dos puntos. En el lugar de ambas manos aparecen

agregados de factura muy reciente.

2) Debajo, a la derecha del anterior, aparece un ser en forma de cuña, con un

tocado en la cabeza (que apenas se diferencia del cuerpo), brazos extrañamente

doblados y piernas muy cortas.

3) Una versión parecida a la anterior presenta un cuerpo más rectangular, con las

piernas ligeramente más largas que en el caso anterior y un gran tocado

coronado por una especie de peineta.

Figura 4: Diferenciación de pátinas en ABZ4-16

Una serie de figuras cuya pátina presenta color más claro corresponderían a una

época más reciente. Entre estos diseños se destacan:

1) Un ser antropomorfo con una gran cabeza con un tocado relleno con líneas

verticales paralelas, del cual salen algunos apéndices, un cuerpo delgado, con

piernas muy cortas, brazos doblados hacia arriba y dos semicírculos con un

punto cada uno ubicados entre los brazos y la cabeza.

2) Un personaje más sencillo, de cuerpo delgado y alargado, cabeza pequeña con

dos prolongaciones hacia arriba y brazos que se continúan y terminan unidos por

una línea sinuosa que circunda la figura por debajo.

3) Una figura de cabeza circular grande con dos piernas que salen directamente de

la cabeza y dos brazos largos que salen uno hacia arriba y otro hacia abajo, y

luego se dirigen en dirección contraria.

4) Algunas figuras de camélidos, una de ellas aparentemente cargada y llevada por

una persona mediante una soga atada al cuello.

Finalmente, otro grupo de figuras no presenta pátina evidente. En este caso aparecen

algunos camélidos, uno de ellos aparentemente atado a una estaca.

Es importante señalar que las diferencias entre las figuras antes descriptas no implican

una sucesión temática en el tiempo, ya que tanto los motivos antropomorfos como los

camélidos aparecen con distintos grados de pátina, lo que indica una significativa

continuidad.

Relaciones regionales

La semejanza entre los diseños de Agua Blanca y los de algunas zonas cercanas

permite establecer algunas relaciones formales y avanzar en el proceso de datación

relativa de aquellas manifestaciones. En este sentido, las vinculaciones más confiables

son la de los petroglifos más recientes. No sólo es importante el hecho de que sea

conocida la fecha de ejecución de algunos de ellos (mediados del siglo XIX y principios

del siglo XX) sino también la constatación de que el lapso de aproximadamente 150

años hasta la actualidad no fue suficiente para la formación de pátina

microscópicamente visible. Por otra parte, algunas de las marcas son similares a las

observadas en la zona de Ischigualasto (Podestá et al. 2006). Por ejemplo, el signo

trazado en el sitio ABZ4 aparece representado en el libro de registros de marcas de

Valle Fértil (Podestá et al. 2006:184-185). Esto permitiría sugerir que por lo menos

algunas marcas de la quebrada podrían indicar la pertenencia original de parte del

ganado que procedente de Valle Fértil era trasladado a Chile. No obstante, una de las

marcas es similar a las registradas en el Valle de Zonda, por lo que cabe considerar el

paso por la quebrada de ganado de distinta proveniencia o el uso de marcas similares

por arrieros de distintas zonas, lo que añade mayor dificultad a los intentos de

reconstruir los trazados de las antiguas rutas ganaderas a través de los petroglifos.

El principal conjunto de imágenes que permite una aproximación regional es el de

ABZ4-16. En efecto, los seres antropomorfos de este sitio guardan un notable parecido

con los registrados en las pinturas rupestres de la localidad Morrillos de Ansilta y el

sitio Gruta del Lagarto del Río Ansilta (Gambier 1977). En estos casos pueden notarse

claras afinidades en los siguientes elementos:

1) Los seres esquemáticos con forma de “estaca”. La figura de Los Morrillos, pintada de

color negro con los ojos blancos, presenta igual forma general, ubicación y tamaño de

los ojos, y brazos flexionados que las de ABZ4-16. En Agua Blanca se observan varias

modificaciones menores a la figura, principalmente ausencia de piernas o presencia de

las dos, tocado, “peineta” o “antenas” terminadas en circunferencias similares a las de

otras figuras del sitio, etc.).

2) Dos personajes de cuerpo globular sin cabeza, uno de ellos con un punto interior a

manera de ojo, son similares a los pintados de negro y rojo en el techo de un pasillo de

acceso a las Grutas 2 y 3 de Los Morrillos. Uno de estos personajes tiene la misma

“peineta” que varios de los de Agua Blanca, mientras que otro presenta varias saliencias

terminadas en circunferencias, elemento también observado en Agua Blanca (Figura

10).

3) Varios personajes de ABZ4-16 sostienen en una de sus manos un elemento de forma

semilunar, en tanto que una figura con dos diseños semilunares unidos por una línea

corta fue pintada en negro a la entrada de la Gruta 2 de Los Morrillos.

4) Finalmente es interesante señalar que en la Gruta del Lagarto se registró una

representación de un felino con cola larga y manchas. El cuerpo del animal está pintado

de negro y las manchas de blanco (Gambier 1977:123). Esta imagen recuerda a la del

personaje de AB16 vestido con una piel de jaguar, con garras y una larga cola. Una

figura similar ha sido registrada en la Quebrada del Molle Norte (Varela 2001:104), a

unos 180 km de Agua Blanca.

Cronología

Pinturas rupestres vinculables con los petroglifos de Agua Blanca han sido adscriptas

por Gambier (1977) a la por él denominada “Cultura de Ansilta”, cuyo desarrollo estaría

enmarcado por dos fechados de 3710 ± 110 (Gak 6903) y 1400 ± 100 (Gak 5041). Para

las grutas 2 y 3 de Los Morrillos los fechados obtenidos fluctúan entre 2930 ± 110 (Gak

4800) y 1740 ± 80 (Gx 1985), período más acotado con el que podrían relacionarse las

pinturas antropomorfas de esa localidad. Por su parte, en la Gruta del Lagarto del Río

Ansilta no se obtuvieron dataciones radiocarbónicas (Gambier 1977:161-162).

En relación a los motivos mascariformes que observara a lo largo de toda la

Quebrada de Agua Blanca, Schobinger (1985), quien los adscribía a los del «estilo

Ovalle» del Norte Chico chileno, destacaba que

“la existencia de este motivo en la región cuyana occidental –visitada a veces

por representantes de la cultura de El Molle y donde «prendieron» algunas de

sus influencias como el tembetá– no es debido al azar. A través de sus variantes

refleja la llegada algo más tardía de ese movimiento, en los últimos siglos de la

cultura de Ansilta y los primeros de la llegada de los grupos del Noroeste.

También aquí este etilo «pervivió», y se combinó con diversos motivos,

integrándose en un momento dado con las influencias de la cultura de La

Aguada” (Schobinger 1985:65).

En base a lo anterior, ese autor opinaba que estos motivos podían englobarse

“en términos generales dentro de un convencional «Temprano-medio» que

puede ubicarse entre los siglos IV y X a.C., con posibles supervivencias algo

posteriores” (Schobinger 1985:65).

Aunque es difícil verificarlo en el estado actual de desarrollo del estudio, la fuerte

pátina de las representaciones más antiguas, estilísticamente similares con las referidas

por Gambier (1977) y Schobinger (1985), podría indicar una antigüedad mayor que la

referida anteriormente.

Por otro lado, las figuras que presentan rasgos felínicos asociables con el jaguar

podrían tentativamente vincularse con la iconografía “Aguada” y por lo tanto ubicarse

hacia la segunda mitad del primer milenio d.C., lo que avalaría parcialmente la

antigüedad que les atribuyera Schobinger.

Acerca del significado

Las características de algunas representaciones de Agua Blanca permiten comenzar a

avanzar en su interpretación y evaluar algunas propuestas previas relacionadas con

manifestaciones similares en otros sectores del territorio sanjuanino.

Como se ha mencionado supra, algunos motivos han sido comparados con los de las

grutas de Los Morrillos. Las figuras antropomorfas de Los Morrillos han sido

relacionadas con la trilogía sol – luna – Venus. Según Gambier (1977:161),

“la composición de esta trilogía astronómica en una manifestación artística

posee un simbolismo que para la región, aunque en épocas muy posteriores, no

era desconocido si hemos de recordar a los cronistas cuando hablaban de los

cultos de los pueblos denominados con el nombre de Huarpes y de otros

localizados en las Sierras Centrales acerca de la adoración a una trilogía

astronómica compuesta por el Sol, la Luna y Venus”.

Asimismo, este autor sugiere

“representaciones de jerarquía manifiestas por la brillantez, la iridiscencia y los

atributos, las de sexo por las actitudes y formas de la figura y las de la edad por

el tamaño de las mismas. La representación de un hombre, una mujer y un niño

configuran la ejemplificación básica de la familia…” (Gambier (1977:161).

Consideramos factible esta interpretación astronómica, tanto para las figuras de Los

Morrillos como para las representaciones similares de Agua Blanca. Schobinger, por su

parte, ha vinculado las figuras antropomorfas de Agua Blanca (“cabezas mascariformes

aureoladas”) con

“una eclosión religiosa, de carácter shamánico-visionario, en que la vivencia de

fuerzas internas de la cabeza humana jugaba un papel preponderante. Podemos

imaginar su influencia sobre las poblaciones de la zona, y su perduración,

aunque poco a poco el tema de la cabeza mascariforme (o «cabezas-tiara» según

Klein) se fuera simplificando, y agregándose también a veces la representación

esquemática de todo el cuerpo humano” (Schobinger 1985:65).

La singular decoración con figuras mascariformes y la dominación visual del paisaje

nos llevan a coincidir con Schobinger, y nos conducen a pensar en este sitio como un

lugar sacro, dedicado probablemente a diversos tipos de rituales (hierofantes,

iniciáticos, propiciatorios de caza y fecundidad, de sanación, etc.).

Otro elemento destacable en este caso es la posible geometría cosmogónica de las

rocas, según se observa en ABZ4. En este sector se observa una roca de importantes

dimensiones (ABZ4-16) que contiene numerosas figuras ántropo e ideomórficas

cosmovisionales y astronómicas, además de otros motivos esquemáticos y naturalistas

ántropo y zoomórficos en interacción. Junto a ella se encuentra una roca de menor

tamaño (ABZ4-17), con una representación de línea serpenteante. La disposición de las

peñas donde han sido grabados evoca claramente la cosmología de la creación, según

indica la sugerencia de una vulva femenina en la cara sur de la roca principal y la forma

itifálica de la roca menor del conjunto, que además presenta una línea serpenteante que

podría interpretarse como el esperma o fluido creador (Figura 5).

Figura 5: Vista general de ABZ4-16 y ABZ4-17. Obsérvese la particular posición de

ambas rocas y la dirección de la representación de línea ondulada.

La geometría cosmogónica de las rocas, sumada a la singular decoración descripta y

a la dominación visual del espacio, podría vincularse con la teoría del simbolismo

masculino del paisaje (Whitley 2000), basada en una oposición direccional extensa que

equipara las montañas elevadas con el género masculino y las depresiones o valles con

lo femenino.

Perspectivas y conclusiones

La continuidad de los estudios en Agua Blanca contempla la necesidad de lograr

mayor precisión en la secuenciación y en la agrupación de los motivos de diversos

sectores, como punto de partida para un análisis interpretativo general. Para ello será

también necesario completar el registro a través del relevamiento de la mitad proximal

de la quebrada e intentar vincular las representaciones rupestres con otros componentes

del registro arqueológico que eventualmente se hayan preservado.

A pesar de que no resulta factible estimar el ritmo de formación de las pátinas, es

importante destacar la continuidad temporal de los aspectos ideológicos vinculados con

estas representaciones, según se comprobaría por la presencia de seres antropomorfos

similares con diferentes grados de pátina.

También resulta interesante la localización de representaciones antropomorfas

similares en el sur y centro-norte de San Juan, ya que si la adscripción cronológica

propuesta es correcta puede sugerirse que al contrario de los aspectos tecnológicos y

estilísticos, que tienden a diferenciarse desde ca. 2.000 años AP en el norte y sur de la

provincia (Gambier 1988), algunos aspectos ideológicos vinculados con las imágenes de

los sitios comentados serían compartidos por las poblaciones de ambas áreas.

Esta situación tiene implicancias aún mayores, ya que avalaría la necesidad de

revisar el marco de interpretación tradicional de la prehistoria sanjuanina, que a

consecuencia del sobredimensionamiento de las diferencias en el registro y de la

adopción y sostenimiento a través de ca. 40 años de un esquema explicativo histórico-

cultural ortodoxo ha optado decididamente por explicar esos cambios en términos de

sustitución o mezcla de poblaciones Por el contrario, nuestras observaciones llevan a

considerar la posible presencia continua de un mismo sustrato ideológico

probablemente compartido por grupos que, sin embargo, pueden presentar profundas

diferencias en otros componentes del registro arqueológico.

Agradecimientos

A CONICET, UNCuyo (SeCyT) y UNSJ (CICITCA) por el apoyo económico. Al

Fondo Nacional de las Artes, que financió el estudio de la Quebrada de Agua Blanca a

través de una Beca otorgada la autora principal. A Ana Eguaburo y Anabel Rodríguez

por su colaboración en las actividades de registro. A Susana Carrizo por su ayuda en la

logística de los trabajos de campo y a Mónica Ceferino por su participación en el

proceso de digitalización de imágenes.

Bibliografía

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