La reescritura de obras de polémica antijudía: el \"Libro de las tres creencias\" y unos sermones...

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La reescritura de obras de polémica antijudía: el Libro de las tres creencias y unos «sermones» sorianos Carlos SÁINZ DE LA MAZA Universidad Complutense de Madrid RÉSUMÉ Le Libro de las tres creencias, ou Libro declarante, est l’un des textes classiques de la polémique anti-judaïque de l’Espagne médiévale. Rédigé dans la seconde moitié du XIV e siècle, et diffusé par la suite en Castille, Aragon et Portugal, il a longtemps été attribué au convers Alfonso de Valladolid ( ca 1348), et plus récemment à « saint Pedro Pascual ». Ces deux attributions sont aujourd’hui remises en cause par les chercheurs. Cette étude prétend illustrer un cas précis de réutilisation pratique du Libro de las tres creencias dans la controverse religieuse: il a servi de source d’arguments pour la prédication adressée aux juifs et aux musulmans, comme le montrent les Sermones contra judíos e moros conservés dans le manuscrit H-25 de la Casa de la Cultura de Soria. RESUMEN El Libro de las tres creencias o Libro declarante es uno de los textos clásicos de polémica antijudaica en la España medieval. Datable de la segunda mitad del siglo XIV, se difundió en años posteriores por Castilla, Aragón y Portugal, y ha sido atribuido al converso Alfonso de Valladolid (ca 1348), atribución —como la que, más recientemente lo adjudicaba a «San Pedro Pascual»— hoy puesta en duda por los investigadores. Este estudio pretende mostrar un caso concreto de utilización de esta obra para la práctica de la controversia religiosa y su empleo como fuente de argumentos para la predicación a judíos y musulmanes, tal y como se refleja en los Sermones contra judíos e moros conservados en el manuscrito H-25 de la Casa de la Cultura de Soria. CEHM, n° 29, 2006, p. 151-172

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La reescritura de obras de polémica antijudía:el Libro de las tres creencias

y unos «sermones» sorianos

Carlos SÁINZ DE LA MAZA

Universidad Complutense de Madrid

RÉSUMÉ

Le Libro de las tres creencias, ou Libro declarante, est l’un des textes classiques de la polémique anti-judaïque de l’Espagne médiévale. Rédigé dans la seconde moitié du XIVe siècle, et diffusé par la suite en Castille, Aragon et Portugal, il a longtemps été attribué au convers Alfonso de Valladolid ( † ca 1348), et plus récemment à « saint Pedro Pascual ». Ces deux attributions sont aujourd’hui remises en cause par les chercheurs. Cette étude prétend illustrer un cas précis de réutilisation pratique du Libro de las tres creencias dans la controverse religieuse: il a servi de source d’arguments pour la prédication adressée aux juifs et aux musulmans, comme le montrent les Sermones contra judíos e moros conservés dans le manuscrit H-25 de la Casa de la Cultura de Soria.

RESUMEN

El Libro de las tres creencias o Libro declarante es uno de los textos clásicos de polémica antijudaica en la España medieval. Datable de la segunda mitad del siglo XIV, se difundió en años posteriores por Castilla, Aragón y Portugal, y ha sido atribuido al converso Alfonso de Valladolid († ca 1348), atribución —como la que, más recientemente lo adjudicaba a «San Pedro Pascual»—hoy puesta en duda por los investigadores. Este estudio pretende mostrar un caso concreto de utilización de esta obra para la práctica de la controversia religiosa y su empleo como fuente de argumentos para la predicación a judíos y musulmanes, tal y como se refl eja en los Sermones contra judíos e moros conservados en el manuscrito H-25 de la Casa de la Cultura de Soria.

CEHM, n° 29, 2006, p. 151-172

La aproximación a la reescritura de textos medievales que voy a abordar en las páginas siguientes va a centrarse en dos de las principales varie-dades discursivas que adopta la polémica religiosa castellana (mayorita-riamente antijudaica) durante la baja Edad Media: los manuales para la controversia y los sermones1.

El origen de este trabajo se halla en la selección casual, sobre catálogo 2, del texto titulado Sermones contra los judíos e los moros, que aparece copiado, tras el Sacramental de Clemente Sánchez de Vercial, en el manuscrito 25-H (fol. 201rºa-209vºb) de la Casa de la Cultura de Soria, códice del siglo XIV —o quizá ya del XV3— procedente del cenobio cisterciense, también soriano, de Santa María de Huerta. La obra, propuesta en principio como base para una práctica colectiva de transcripción en un curso de doctorado sobre las relaciones interétnicas en la Castilla medieval, acabó convirtién-dose en objeto de edición y estudio pormenorizado —aún en curso— para el equipo interdisciplinar que, conmigo como coordinador, integran Amparo Alba, Irene Ariza, Mercedes Gutiérrez y Ernesto García Lozano. El texto plantea, como veremos, diversos problemas, que van más allá de, por ejemplo, las habituales lagunas o reenvíos a lugares inexistentes pro-ducto de una mala transmisión, y que afectan a su identidad misma como instrumento de polémica antijudía.

1. En el ámbito, no ya castellano, sino hispánico, de la escritura polémica contra el judaísmo, conservamos testimonios de muchos otros subtipos genéricos de tan especial tratadística: epís-tolas, exposiciones exegéticas, disputationes, extensas síntesis escolásticas, actas de controver-sias, etc. En Castilla, donde, por ejemplo, los textos dialogados se materializan en dos obras clave del género como el Mostrador de justicia (ca 1330) de Alfonso de Valladolid o el Scruti-nium scripturarum (1432-1434) de Pablo de Santa María, se hace notar la ausencia de actas de controversias públicas realmente celebradas, un tipo de escenifi cación de las tensiones interét-nicas que parece haber sido aquí menos popular que en la vecina Corona de Aragón, donde se han conservado interesantes testimonios de lo sucedido en Barcelona en 1263 y en Tortosa en 1413-1414. Parte del Mostrador es accesible en la edición de Walter METTMANN, libros I-V, Opladen: Westdeutscher Verlag, 1994; el Scrutinium sigue falto, como otros textos latinos de polémica doctrinal —baste el ejemplo importantísimo del Fortalitium fi dei, de Fray Alonso de Espina— de una edición moderna.

2. «Sobre catálogo» en sentido literal, pues me refi ero al incluido por Pedro Manuel CÁTEDRA como apéndice de su «La modifi cación del discurso religioso con fi nes de invectiva. El sermón», L’invective au Moyen Âge. France, Espagne, Italie, Atalaya, 5, 1994, p. 101-122.

3. Así lo consideran John DAGENAIS et al. (ed.), The text and concordances of «Sermones contra los iudios e moros». Alfonso de Valladolid (?), Madison, Hispanic Seminar of Medieval Studies, 1991, p. 3 del folleto que acompaña a su transcripción en microfi chas del texto, frente a Timoteo ROJO ORCAJO, «La biblioteca del arzobispo don Rodrigo Jiménez de Rada y los manuscritos del monasterio de Santa María de Huerta», Revista eclesiástica, 3, 1929, p. 196-219, especial-mente p. 214-215 («letra cursiva del siglo XIV»), al que siguen Klaus REINHARDT y Horacio SANTIAGO-OTERO, Biblioteca bíblica ibérica medieval, Madrid: CSIC, 6, 1986, p. 314. Apoyan, sin embargo, una datación de la copia en la primera mitad del siglo XV, los textos de esta época que recoge Agustín MILLARES CARLO, Tratado de paleografía española (3ª ed.), Madrid: Espasa-Calpe, 1983, vol. III, passim.

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Se trata, de hecho, de dos textos distintos4 aunque estrechamente empa-rentados, a los que llamaré Sermón 1 y Sermón 2, copiados sin solución de continuidad e incompletos. Su planteamiento es, a grandes rasgos, ser-monístico: ambos se hallan encabezados por una invocación a Dios y una cita bíblica que hace las veces de thema (un tanto impreciso por su desarro-llo, bien es verdad) y da pie a la exposición de una serie de argumentos supuestamente demostrativos de las verdades cristianas para un auditorio de judíos y moros.

Esto no quiere decir que se trate de sermones efectivamente predicados: carecen de la clásica organización arbórea (lo que, de todos modos, no resulta extraño en textos de este tipo5 y les falta, desde luego, el hálito de vida que se desprende de las reportationes de las prédicas de san Vicente Ferrer 6. Pero sí están muy presentes en ellos rasgos compositivos que los orientan hacia la oralidad homilética, como las interpelaciones al auditorio:

Amigos, todos aquellos que alguna cosa buena o alguna buena razón quieren fazer o començar, a nuestro sennor Dios se deven encomendar e en el su santo nonbre la deven enpeçar. E [...] en su nonbre la deven enpeçar, yo a dezir e vosotros para oýr, rogando [...] (fol. 1rºa).

Agora, si vos plaze, oíd e escuchat, e Dios fable e sus prophetas, e vós todos callat, que son [...] pruebas de verdat» (fol. 2rºb)7.

En el mismo sentido apuntan los frecuentes casos de términos rimados dentro de la prosa:

[La Ley] es aquella que Él quiso a los judíos dar; la qual [...] vino Jhesu-christo después a conplir e a confi rmar, según adelante lo entiendo de provar e declarar (fol. 1vºa).

[Hay] siete razones [...] muy buenas que deve saber e creer e conoscer todo aquel que salvo quiere ser e la bendizión de Dios quiere aver, e porque [...] es

4. Aunque Horacio SANTIAGO-OTERO se refi era a ellos en singular en «Un sermón, castella-no, de controversia», Revista española de teología, 37, 1977, p. 427-429.

5. La ausencia de una organización ajustada a la teoría del ars praedicandi en los sermones de tipo catequismal ad infi deles la señala P. M. CÁTEDRA, Los sermones atribuidos a Pedro Marín. Van añadidas algunas noticias sobre la predicación castellana de san Vicente Ferrer, Salamanca: Universidad, 1990, p. 61 y 69. El segundo sermón del manuscrito de Burgo de Osma allí estudiado es buen ejemplo de tal planteamiento.

6. Vid., por ejemplo, id., Sermón, sociedad y literatura en la Edad Media. San Vicente Ferrer en Castilla (1411-1412), Valladolid: Junta de Castilla y León, 1994, passim, o los textos que retoma en «Fray Vicente Ferrer y la predicación antijudaica en la campaña castellana (1411-1412)», in: «Qu’un sang impur...». Les conversos et le pouvoir en Espagne au Moyen Âge, Aix-en Provence: Presses de l’Université de Provence, 1997, p. 19-46.

7. Los fragmentos reproducidos del manuscrito soriano los tomo de nuestra citada edi-ción colectiva, en curso.

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el aparamiento e el apuramiento de la Ley de Dios en que es su plazimiento (fol. 1vºb).

La exposición doctrinal exhibe también rasgos característicos de la literatura de polémica religiosa castellana, como la mínima presencia de los moros (por lo que la fórmula principal de interpelación al auditorio es del tipo «E bien sabedes vosotros los judíos [...]», fol. 2vºb), o la triple versión, en hebreo transliterado en caracteres latinos, latín y romance de las auctoritates, necesariamente veterotestamentarias, que se aducen8; dato que, de paso, apunta también a una recepción oral y a un contexto polé-mico no especializado, al permitir que el predicador, aun sin saber hebreo, pueda articular el texto bíblico en la lengua de la parte teóricamente fun-damental de sus oyentes. Auctoritates y argumentos son, desde luego, muy trillados y contribuyen al efecto de dejà vu que el lector moderno experi-menta al enfrentarse a los textos.

Pero ese efecto se transforma, sin embargo, en excitante certeza cuando el copista, dejando incompleto el Sermón 1 al fi nal del fol. 2vºb, prosigue con esta frase:

Aquí comiença el libro qu’es llamado Monstra[n]te [...] e otrosí es llamado de tres nonbres, porque fabla de nuestra Ley de los christianos e de la de los moros e de la de los judíos [...]. E desí es llamado Declara[n]te e Proba[n]te, porque se declara e prueva por él la verdadera fe e creencia de Dios que tenemos los christianos en que es la salvación (fol. 2vºb-3rºa).

El epígrafe es revelador. Porque, además, los párrafos siguientes, que sirven de marco al segundo «sermón» del manuscrito, confi rman (gracias, por ejemplo, a una cita común del Pseudo-Catón), que ese libro «de [los] tres nonbres» es nada menos que uno de los más típicos y controvertidos

8. Se ha señalado, si bien sólo para el latín y romance, la pervivencia en Castilla en los siglos XIV y XV de este rasgo de refi namiento homilético de origen británico en la predicación dominica; ver P. M. CÁTEDRA, «El taller del predicador. A propósito de un sermón castellano para el Domingo de Ramos (RAE, ms. 294)», in: Pensamiento medieval hispano. Homenaje a H. Santiago-Otero, Madrid: CSIC et al., 1998, I, p. 290-320, p. 298 y n. 15. En casos como el nuestro hay que tener en cuenta, además, la utilidad práctica de tal recurso para la catequesis y polémica con judíos y moros; ver Dwayne E. CARPENTER, «Polemics and proselytism in fourteenth-century Spain: the Libro de las tres creencias», La Corónica, 15, 1986-1987, p. 285-286. En relación con los musulmanes, los textos de Soria, a pesar de la explícita declaración de intenciones del Sermón 1 (ver «Pues en las razones del Evangelio quiero yo agora aquí començar e después tor-nemos a declarar las del Talmud e Alcorán», fol. 1vºa-b), incluyen sólo una referencia corá-nica a la muerte aparente de Cristo (fol. 2rºa) y, ya en el Sermón 2, una referencia sapiencial en el contexto de la mención del Pseudo-Catón citada más abajo (fol. 3rºa), así como Dt 19, 15 sobre el número de testigos que validan un testimonio (fol. 4vºb) y una referencia a David en relación con el perdón divino (fol. 7vºa).

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textos de polémica antijudaica en romance: el Libro de las tres creencias o, claro, Declarante 9.

«Típico», ¿por qué? Basta que le echemos un vistazo a su organiza-ción —que detallo en el Apéndice a este trabajo— para darnos cuenta de que la obra se centra en la prueba apologética del Credo, Trinidad y otros temas no menos habituales del género10, abordada por medio de citas casi en su totalidad sacadas del Antiguo Testamento y transcritas según el mencionado sistema trilingüe. El libro es un manual de instrucción polé-mica, un prontuario de argumentos para usar en lo que podríamos llamar predicación de ofi cio a judíos y moros: la desarrollada en un nivel no téc-nico, muy distinto de la confrontación con doctos rabinos presupuesta en los justamente famosos y densísimos libros de fray Ramón Martí o Alfonso de Valladolid11; esto es, la catequesis forzosa que en tantas oca-siones tuvieron que aguantar los miembros del común de las aljamas desde mediados del siglo XIII en adelante y que tan bien representan, por

9. Ver el fragmento soriano del Catón romanceado: «Fijo, myentres vivieres non cesses de aprender, / ca por su mal nasció el que necio quiso ser» (fol. 3rºa), con los del Libro de las tres creencias, ms. 9302 de la Biblioteca Nacional de Madrid: «Fijo, mientra visquieres non quedes de aprender,/ ca por su mal nasció quien nescio quisso seer» (fol. 1rº); id., Escorial, h.III.3: «Fijo [...] nasció el que nescio quiere ser» (fol. CXIº); id., Escorial, P.III.21: «Fijo, mientre bivieres [...]/que por su mal nació todo aquill que necio quiere ser» (fol. 1rº). Sobre el Pseudo-Catón en romance, vid. Karl PIETSCH, «Preliminary notes on two old Spanish versions of the Disticha Catonis», The University of Chicago Decennial Publications, 7, 1902, p. 193-323, especialmente p. 196-200 y 211-212. Sobre el Libro de las tres creencias/Declarante, ver Ramón MENÉNDEZ PIDAL, «Sobre la bibliografía de san Pedro Pascual», Bulletin hispanique, 4, 1902, p. 297-304; Isabel VILARES CEPEDA, «Uma versaõ portuguesa do Libro de las tres creencias», Revista da Biblioteca Nacional, 1-2, 1986, p. 217-224; Dwayne E. CARPENTER —que trabajaba hace tiempo en su edición—, art. cit.; id., «Abner de Burgos, Libro de las tres creencias: The Spanish manuscripts», Manuscripta, 31 (3), 1987, p. 190-197; Walter METTMANN, «El Libro declarante, una obra falsamente atribuida a Alfonso de Valladolid», in: Homenaje a Zamora Vicente, III: Literaturas medievales. Literatura española siglos XV-XVIII, 1, Madrid: Castalia, 1988, p. 71-76.

10. Los temas principales de la apologética antijudía se fi jan entre los siglos II-V en torno a tres focos vinculados entre sí: la anulación de los preceptos ceremoniales del Antiguo Tes-tamento, Jesús como Mesías y los dogmas de la Trinidad y la Encarnación, sobre el fondo de la obstinación (perfi dia) y ceguera (caecitas) judías ante su evidencia. Sí varían, con el paso del tiempo, las técnicas de argumentación doctrinal, que experimentan una verdadera revolución con la entrada en escena, en el siglo XIII, de las órdenes mendicantes y los conversos cultos (Nicolas Donin, Alfonso de Valladolid, Pablo de Santa María, etc.) promocionados por estas, versados en las muy rentables sutilezas del Talmud, Midrás y demás letras rabínicas.

11. Me refi ero, claro, al Pugio fi dei acabado por Martí en 1278 —otra obra huérfana de una edición moderna y bien anotada— y al ya citado Mostrador de justicia del «Maestre Alfonso». Si el primero fue obra de referencia en los studia dominicos para la formación de misioneros, el segundo se usó, por ejemplo, en la controversia de Tortosa de 1413-1414; y ya en 1374 vemos en Ávila a catequistas cristianos servirse de obras de este último autor, según el irritado tes-timonio de R. Moshé Hakohén de Tordesillas, recogido por Isidore LOEB, «Polémistes chré-tiens et juifs en France et en Espagne», Revue des études juives, 18, 1889, p. 43-70 y 219-242, especialmente p. 226-230; del asunto y sus secuelas trata Yehuda SHAMIR, Rabbi Moses ha-Kohen of Tordesillas and his book «Ezer ha-emunah». A chapter in the history of the Judeo-Christian controversy, Leiden: Brill, 1975.

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ejemplo, los pinitos como predicador de Jaime I tras la controversia de Barcelona de 126312 o los sermones de san Vicente Ferrer en su campaña castellana de 1411-1412.

Obra, no por previsible, menos llena de interrogantes: pues aún no hay acuerdo con respecto a su título, ni a su autor, ni tampoco a su data-ción, a pesar de que ciertas observaciones sobre la «captividad» presente de los judíos apuntan como mínimo hacia el decenio de 137013. Pero obra, desde luego, muy difundida, conservada hoy en cinco manuscritos de los siglos XIV y XV (tres castellanos, uno aragonés y otro portugués)14, y utilizada, como se deduce del colofón de uno de ellos, en la dramática coyuntura de 1391-139215. Popularidad y valor práctico atestiguados, pre-cisamente, por el texto soriano que nos ocupa: en éste, y tras el epígrafe de presentación ya citado, se aclara que

Este libro es fecho nuevamente porque todos los christianos e judíos e moros, quantos lo quisiéredes oír e ver, en él tomaredes grande alegría e plazer; así commo en el nuevo panno, que el que nuevamente lo viste, con él toma nuevo plazer, e commo la fruta nueva á plazer el que la come, así con este libro toma-redes nuevo plazer e alegría quantos lo quisiéredes oír e leyer (fol. 3rºa).

A la vista de lo que el autor de los «sermones» hizo con el códice que manejaba del Libro declarante original, la expresión «fecho nuevamente» parece signifi car, a la vez, «nuevo texto», «obra nueva», y «reescrito» o «refundido». De hecho, cada uno de los dos «sermones» del manuscrito

12. Vid. sólo Yitzhak BAER, Historia de los judíos en la España cristiana, Madrid: Altalena, 1981, p. 125 y 694, n. 30.

13. W. METTMANN, «La littérature didactique en prose», in Grundriss des romanischen Literatur des Mittelalters, IX, t. 2, fasc. 7: La littérature dans la péninsule Ibérique aux XIVe et XVe siècles, Heidelberg: Carl Winter-Universitätsverlag, 1983, p. 25, propone el periodo 1370-1392; sin embargo, en «El Libro...», p. 76, lo retrotrae al decenio de 1270, aplicando un cómputo de la «captividad» judía de origen rabínico, que no remite al habitual 70 d. C. Sin embargo, la datación parece muy temprana para Castilla, menos adelantada en estas materias que los reinos orientales, por no hablar de lo extraño que resulta el recurso a tal cómputo en un texto con tan escasas trazas de erudición judaica. El propio Mettmann aplica la cronología tradicional al hablar de otras obras; vid., por ejemplo, su Die volkssprachliche apologetische Literatur auf der Iberischen Halbinsel im Mittelalter, Opladen: West-Deutscher Verlag, 1987, p. 39, n. 83.

14. Dos están en la Biblioteca Nacional de Madrid (M: Libro de las tres [cree]ncias, ms. 9302, segunda mitad del siglo XIV, el más completo; M]: [Declaración del Credo], ms. 864, siglo XV); dos, en El Escorial (P: Libro declarante, P.III.21, fol. 1rº-34vº, tercer cuarto del siglo XIV, aragonés; h: Libro declarante + Tractado de cómmo prueva que Dios es Trinidat, h.III.3, fol. 110rº-154rº, 1392); y el portugués, en la Biblioteca Nacional de Lisboa (L: ms. IL 47, siglo XV). M intercala su contro-vertida atribución a Alfonso de Valladolid (fol. 1vº); sobre la misma, vid. mi Alfonso de Valladolid: edición y estudio del manuscrito «Lat. 6423» de la Biblioteca apostolica vaticana, Tesis doctoral, Madrid: Universidad Complutense, 1990, p. 218-223.

15. Ver «Miércoles veinte días del mes de março del anno de nuestro salvador Jhesú Christo mil et trezientos et noventa et dos annos, en este día se acabó este libro [...] contra los judíos, que es gente muy dura, et para contra todos los turcos, que son todos en crençia de muy grand tenebregura» (h, fol. 214rº).

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soriano, y no sólo el segundo, aprovecha distintas partes del Libro de las tres creencias, bien adaptando, bien copiando literalmente los pasajes selec-cionados. Aunque el códice que utiliza como fuente no depende directa-mente de ninguno de los manuscritos conservados del Declarante, estos sí nos sirven para ejemplifi car distintos aspectos del trabajo de reescritura del material original; una labor que, como se verá, enlazó ese material con unas formulaciones homiléticas que traslucen repetidamente la fi nalidad, ilusoriamente práctica16, de ese, digamos, predicador a cuyo taller vamos a asomarnos mediante algunos ejemplos concretos.

Una primera aproximación nos ilustrará sobre el modo diverso en que ambos «sermones» adaptan parte de los motivos que aparecen al comienzo del Libro de las tres creencias. A la vista del esquema organizativo de este último, ver:

16. Ver, en el sermón vicentino de 1412 sobre los «cuatro aguijones que nos da Jhesú Christo»: «ca la ordenaçión que el rey ha fecha que vengades a la predicaçión, por vuestra salvaçión es fecha, aunque venides por fuerça e con aguyjones e a mal de vuestro grado», apud P. M. CÁTEDRA, Sermón, sociedad y literatura..., p. 384.

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La creencia cristiana (la Ley propiamente dicha) se resume en los doce «viessos» del Credo que se van a probar (fol. 1vºb).

Para probar la verdad se necesitan varios testigos de buena fama; aquí, las auctoritates transcritas en distintas lenguas (fol. 2rºb).

A partir de aquí comienzan las divergencias entre ambos «sermones» en la selección de material del Libro de las tres creencias:

Cristianos, judíos y moros concuerdan en que hay una Ley y tres creencias: sólo la cristiana es la verdadera, de ahí su identifi cación con la «Ley» dada por Dios (fol. 1vºa).

Id. (fol. 7vºb).

Id. (fol. 4vºb)

Utilidad del deseo constante de saber, ilustrada por la mencionada cita del Pseudo-Catón en cuaderna vía, de la que se deduce la necesidad de la catequesis (fol. 3rºb-3vºa).

Necesidad de probar la buena fama de los apóstoles. Enunciado de los «viessos» del Credo (fol. 8rºa-vºb).

Sermón 1 (ms. So, fol. 1rºa-2vºb) Sermón 2 (ibid., fol. 2vºb-9vºb)

En nuestro segundo ejemplo, el texto del Sermón 1 expone el motivo de la Ley única plasmada en una triple diversidad de creencias:

[Libro de las tres creencias: prueba del primer versículo del Credo] Referencias al supuesto plural «Dios» (Elohim) frente al «Dío» (Adonay) judío; se reproduce incluso un argumento de tono anecdótico y cotidiano como el ejemplo en que se compara el uso de «Dío» con los de «Çaguiello» y «Mosseyuelo» para nombrar a unos supuestos y respetables D. Çag y D. Mossé (fol. 9rºa-b).

En este último caso, sin embargo, no se plantea probar el Credo, como en el lugar correspondiente del Libro de las tres creencias, sino la Trinidad de Dios (tema que en la fuente cuenta con una sección propia). De hecho, a pesar del relieve dado al Credo en ambos «sermones», éste es sólo objeto de exégesis en el primero. El otro se centra en los sacramentos y, en segundo lugar, en la Trinidad *.

Sermón 1 (ms. So, fol. 1rºa-2vºb) Sermón 2 (ibid., fol. 2vºb-9vºb)

3rº-vº] Ca los prophetas quieren dezir pruevas e testimonios verdaderos de la ley de Dios, que es una la su ley de Dios e non tres leyes, mas son tres creencias(*) por que cree cada uno de su manera. Que esto

1vºa] Pues bien deben entender las gentes que nunca enbió nuestro sennor Dios en el mundo tres leyes. E con muchas prophecías e prophetas lo podría e lo puedo yo bien provar que non es nin ay más de una ley

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

* También es material compartido, aunque no provenga del Libro de las tres creencias —al menos en el estado en que lo conocemos— el repertorio de «razones» que se ofrecen como declaración de intenciones de ambos «sermones»: en el Sermón 1, mostrar «cómmo devemos orar, e quáles son las cosas que devemos pedir e recebir, e creer e obrar, e guardar e estrannar» (fol. 1vºb), serie que, en el Sermón 2, se repite, con ciertas variantes, en otras tres ocasiones (fol. 3rºb, 3vºa y 4vºb).

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Aquí, el Sermón refunde el texto del Libro de las tres creencias y enlaza dos fragmentos no consecutivos. Llaman la atención dos posibles —ya que des-conocemos cómo sería el texto o textos fuente— cambios: el subrayado, muy catequético, de que el Nuevo Testamento de Jesucristo completa al Antiguo Testamento o Biblia judía; y la sustitución de cada «creencia» por su correspondiente libro santo, acercando tramposamente a lo concreto la percepción del receptor, en un momento en el que la tradición conde-natoria del Talmud y el Corán como libros escandalosos, impíos, fan-tásticos, etc. posee un arraigo secular17. De paso, y en esa misma línea,

17. Ya en el siglo XII, el converso Pedro Alfonso y Pedro el Venerable, abad de Cluny, se habían acercado con propósitos apologéticos al Talmud y al Corán. El género anticoránico cuenta con un destacado ejemplo castellano de ca 1300, el Contra la secta mahometana del Pseudo-San Pedro Pascual; sobre la obra, vid. ahora W. METTMANN, «Eine alphonsinische Kompilation

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

sea verdat, que las creencias son tres e la ley de Dios es una, ansí nos lo muestra Moysén en un lugar en que les dixo Dios: «Una será la ley a vós e a vuestro pelegrino» [Nú. 15, 16].

(*) mas [...] M: mas son tres sciencias P (Esc. P-III-21), mas yo digo que non son más de una ley e dos creencias h (Esc. h-III-3, copiado en 1392)

1rº] (Tras las sentencias de «Catón») Ca los que se llaman sabios de los judíos fazen creer a los judíos de una manera. E los que se dizen sabios de los moros, a los moros de otra manera. E los sabios de los christianos, a los christianos de otra manera. E de aquí adelant desvarían e son contrarios en su razón unos de otros [...]

[Los sabios cristianos, los doce Apóstoles, dieron el Credo, etc.]

de Dios, por que todos nós devemos creer que es aquella que Él quiso a los judíos dar; la qual ley vino Jhesú Christo después a conplir e a confi rmar, según adelante lo entiendo de provar e declarar. →

→ Pues después que esta ley dio Dios a los judíos sabedes que son fechos tres libros después acá por los quales se guían christianos e judíos e moros, cada uno por el suyo: los christianos por el libro de los Evangelios e los moros por el Alcorán e los judíos por el Talmud. E son estos tres libros contrarios el uno del otro.

[De aquí que para averiguar cuál dice la verdad haya que recurrir a la Torá y Profetas, admitidos como palabra de Dios por las tres comunidades.]

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

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notemos la interesante variante del manuscrito h del Libro de las tres creencias: Islam y Judaísmo resultan, así, implícitamente identifi cados como herejías con respecto al Cristianismo, única religión identifi cable con la Ley pro-piamente dicha.

Un nuevo ejemplo del Sermón 1 nos ilustra acerca del tratamiento dado a las pruebas del tercer versículo del Credo ofrecidas por el Libro de las tres creencias. Es notable la reducción del número de pruebas aducidas, más asi-milable en una práctica oral, así como la fusión de argumentos relativos a versículos distintos (de hecho, los atribuidos a San Pedro y San Juan, que abren el Credo, no son siquiera objeto de discusión en el Sermón). La abrevia-ción de alguna cita no elimina, sin embargo, su transcripción plurilingüe:

über die “secta de Mahomad”?», Romanische Forschungen, 98, 1986, p. 258-303. El Talmud, en el punto de mira de la Iglesia desde comienzos del siglo XIII, constituye una materia prima esencial en los escritos de Alfonso de Valladolid, al que podríamos considerar el primer gran traductor —eso sí, fragmentario— de la Ley Oral al castellano. En los «sermones» sorianos, sin embargo, el papel de ambas obras es mínimo, como lo era también en el Libro de las tres creencias.

160 CARLOS SÁINZ DE LA MAZA

16rº-vº] [Pruebas de la encarnación divina en la Virgen, versículo de Santiago, hijo del Zebedeo]

[...] e veamos si este justo salvador que nos muestra [David] que es Dios si avié a descender de los cielos e avié a seer engendrado en la tierra. E lo primero provemos con Ysaýas [45, 8] / que enbió con él Dios a dezir en hebrayco ansí: «Harihu samahani mi mal usquemin incedo cedet tista eros boy fuyjese». En latín: «Ro[r]ate celi de super et nubes pluant iustum; aperiatur terra et germinet salvatorem et iusticia oriator simul; Ego Dominus creavi eum». En que dize: «Destellen los cielos de suso e las nubes lluevan al justo; ábrase la tierra e engendre al Salvador e la justicia nascerá con él de conso-uno, ca Yo, Dios Sennor, lo crie». →

2vºa] [ Las pruebas —seis— se numeran; no se indica hasta acabar —2v°b— la atribución del versículo. No se conserva el texto correspondiente a los siguientes versículos]

[...] Lo tercero pruevo con el propheta Ysaýas, que dize: «Arisu sami fami»; en latín dize: «Rorate celi de super et nubes pluant iustum; aperatur terra et germinet salvatorem», que quiere dezir: «Roscíen los cielos de arriba e las nubes lluevan el justo; ábrase la tierra e germine el Salvador». →

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

Para cerrar nuestra serie de ejemplos ilustrativos de la utilización del Libro de las tres creencias por el autor de los «sermones» del monasterio de Huerta, reproduciremos la sección del Sermón 2 en que las coincidencias entre ambas obras, dentro de lo conservado en el códice soriano, son más extensas: la que se ocupa de los Sacramentos.

→ E veedes commo dixo el justo salvador que es Dios que avié a descender de los cielos a se engendrar en la tierra, e que avié a nascer della e la justicia con Él; ansí lo fi zo, que la más justicia cruel fue en Él fecha segunt adelant se prueva que nunca fue en cuerpo de otro ser. Mas provemos con David [Sal 85(84), 12], que dize: «Emet [...] niscaf». En latín: «Veritas de terra orta est [...] prospesit» [...]. →

→ [Siguen otras muchas auctoritates en apoyo del mismo versículo.]

→ E pues es provado que Dios abrá de descender de los cielos a se engendrar en la tierra e nascer della, segund que los dixo por el propheta David [Sal 87(86), 5], que dize ansí: «Homo natus est eam: et ipse fundavit eam Altissimus», que quiere dezir: «Honbre muy alto es della nascido e Él mismo la fundó e la fi zo», pues ¿quál otro omne del mundo podría nunca tal cosa fazer nin fundar, que desa cosa mesma pudiese nascer, si non fuese Dios, en quien es todo poder?

[El desarrollo de esta última cita toma un rumbo distinto al del Libro de las tres creencias, aunque al fi nal parece haber un eco de la frase que encabeza el fragmento de la obra-fuente que reproducimos *. Las auctoritates de las pruebas primera y sexta, sin embargo, coinciden con dos de las usadas en el Libro de las tres creencias en apoyo del versículo de san Juan —Jesucristo, Hijo del Padre—;respectivamente, Is 7, 14: «Ecce virgo concipiet […]», e Is 9, 5: «Puer natus[…]».]

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

* Ver Libro de las tres creencias, fol. 16rº-vº: «Justus es, Domine, et rectum judiçium tuum» [ = «Justo es el Sennor e derechero su juizio», Sal 119(118), 137] + «Vias tuas, Domine, demostra michi, et semitas tuas adoçe me. Dirige me in veritate tua, quia Tu es Deus sal-vator nostris, et te sustinuy tota die» [ = «Sennor, demuéstra-me las tus carreras e ensénna-me las tus poridades, e enderésça-me en·la tu verdat, ca Tú eres Dios mío salvador e mío soste-nedor», Sal 25(24), 4-5].

LA REESCRITURA DE OBRAS DE POLÉMICA ANTIJUDÍA 161

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

40rº] Agora vos quiero provar los santos Sacramentos de la Santa Madre Iglesia de los christianos [Baptismo, Unción, Confi rmación, Consagración, Penitencia, Matrimonio, Orden.]

40rº-vº] [Bautismo, prueba con «Isaías»](*) + Is 1, 16 [«Lavamini mundi (...)»] →

→ [Por el bautismo] tirarse íe de vós el endurescimiento de vuestros coraçones segunt vos lo Dios enbió a dezir con Ysaýas [Ez 36, 26-27], que dixo así: [hebr. + lat.] + «Arredraré de vós coraçón de piedra e daré en vós coraçón de carne, alma nueba daré en vós e spíritu nuebo».

(*) Is 12, 3 [lat.] + «Aparejaredes aguas con gozo en fuentes de salvación» [sigue refª al cautiverio de mil trescientos años «e más»; como consecuencia: inutilidad espiritual del lavarse diario]

41rº] [David e Isaías (pero Jn, 3, 5): lat.] + «Non ha criatura que pueda ser salvo si non fuer baptizado en agua de Spíritu Santo».

5rºb y sq.] [Trata los Sacramentos como parte de la demostración de los bienes que trae escuchar la doctrina cristiana, sin presentarlos como tales ni numerarlos.]

4vºb-5vºb] [Bautismo]

5rºb] [Por la ceguera nacida del endurecimiento del corazón de los judíos por el diablo] dixo Nuestro Sennor a los que se vinieren a baptizar, el nonbre de Jhesú Christo oviesen de confesar, que tirarié los coraçones de piedra y que les darié corazones de carne, e que su Spíritu entraría en ellos para los alunbrar, por que viesen, supiesen, entendiesen el camino de la verdad, por que pudiesen salvarse, →

La transformación de la cita en discurso indirecto la integra en la explicación.

→ segund que por el ebrayco me lo oyestes provar [no en el sermón] en lo que dixe: «Aposat aguas con gozo de fuente de salvaçión» [consecuencia: inutilidad del lavarse diario]

Ambos textos desarrollan la misma idea apoyándose en citas muy distintas.

[Texto totalmente diferente al del Libro de las tres creencias: poder sacerdotal de tornar «el agua mundanal spiritual»]

5vºa] E los que [...] se viniesen a baptizar, según que me lo oyestes que «Non ay criatura que pueda ser salva si non fuere baptizada en agua

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

162 CARLOS SÁINZ DE LA MAZA

[Fin de la prueba del Bautismo.]

41rº-vº] [Unción]

A la ora que dan el baptismo a la criatura, chico o / grande, toma el sacerdote con el olio bendicho e con las santas palabras que Dios mandó e faze la sennal de la cruz, «†», por la qual fue el mundo salvo e redemido, en la cabeça e en los pechos e en las espaldas, e dale ansí la unción; e de allí adelante es llamado «christiano», que quier dezir «untado» de la unción que Dios mandó.

de Spírito Santo», e los que fueren baptizados, aquellos serán salvos e linpios serán de sus pecados.

[Sigue la fórmula de aceptación del bautismo por el convertido, casi como un dictado al auditorio *.]

Los argumentos tomados del Libro de las tres creencias reciben una aplicación práctica, catequética, que acerca el Sermón a los sermones.

5vºb-6rºa] [Unción]

5vºb] [A] la [ora], el sacerdote que da el baptismo a la criatura grande o pequenna, luego le da la unción, ca luego le unge con el olio bendicho en que Dios puso su bendición, e fázele la sennal de la cruz con el olio en los pechos e en la cabeça e en las espaldas. E de allí adelante es llamada «unción», que quiere dezir en ebraico e en latín «christiano», que es nonbre muy ensalçado e a Dios mucho alegrado e sobre todos los nonbres de los omnes más honrado.

Puede plantearse la duda de si, más allá de la mala transmisión, no quedan ecos de un trueque deliberado de las palabras de la fuente que buscara explotar la rima interna en á-o para subrayar la voz «christiano».

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

* «E pues que oyestes que Dios enbió a mandar que aquellos que/ [fol. 5vºb] se viniessen a bap-tizar, que devién al Sennor confesarse e llamar, e lo que deven dezir quiérovoslo mostrar, que deven dezir ansí: “Sennor mío, Dios bueno, Padre; Jhesú Christo, fi jo de Dios padre, verdadero bivo, e de la Virgen María, reina celestial, que veniste de los Cielos a la tierra ha encarnar en la Virgen María e nasciste della e guardeste la virginidat suya, e rescebiste muerte en la cruz por nós pecadores salvar, e quisiste descender a los infi ernos a quebrantarlos, e saqueste dende a los prophetas e a nuestro padre Adam e levástelos al tu reino celestial, donde sienpre gozan e gozarán; e al tercero día quesiste resuscitar, e a los cuarenta días a los Cielos con el tu Padre sobir e reinar con Él e con el Spíritu Santo en una unidad, poque sodes tres personas e un Dios en Trinidad; e has de venir todo el mundo a juzgar: perdona los mis pecados, Sennor, por tu bondad”. E el que aquesto dixere e baptismo rescibiere en el nonbre del Padre, del Fijo e del Spíritu Santo, e biviere dende en adelante commo christiano, éste será bienaventurado.»

LA REESCRITURA DE OBRAS DE POLÉMICA ANTIJUDÍA 163

[Refª a unción de los reyes judíos.]

41vº-42rº] [Confi rmación]

Después del baptismo e de la unción viene el obispo o el prelado mayor e dale la confi rmación, ca confi rma en bendición e, commo vos dixe, con todas estas cosas dan la sagración, ca santígualo en nonbre de las tres personas que son en un Dios: Padre, Fijo e Spíritu Santo. Ca sin ementar las tres personas en un Dios non es ninguna bendición acabada. →

→ (*) →

→ [...] vos lo enbió dezir Nuestro Sennor declaradamente por los sus profectas [Lv 20, 7-8]. E vet commo lo dize: [hebr. + lat. *] + «Santiguadvos e seredes santos; ca Yo, Dómino Dios, só vuestro santiguador». E dízevos más David [Sal 97(96), 12]: [lat.] + «Alegratvos los justos en el Sennor e confessat la remenbrança de la su santiguación». En que vos muestra que la non abscondades, mas que la confessedes a Dios e a todo el mundo segunt vos lo manda la vuestra ley e Davit [...] →

[Refª a unción de los reyes de Israel, con texto distinto del Libro de las tres creencias y con abundancia de rimas internas.]

6rºa-b] [Confi rmación]

6rºa] Después que el christiano rescibe el baptismo e la unción, viene el arçobispo o el prelado mayor, e con la crisma de Dios confi rmada bendita, e fázelo bendito e santígualo «En el nonbre de Dios Padre, Filio e Spiritui Sancto» →

La formulación que ofrece el Sermón facilita la acción gestual frente a un posible auditorio.

→ [Con este sacramento Dios quiso mostrar «muy grande santidat». Prueba] lo primero en ebraico e en latín con Ysaýas, que dixo así: [hebr.] + «Santiguadvos e seredes santos; ca Yo só vuestro sennor, vuestro santiguador». E David dize ansí: [lat.] + «Alegratvos e gozatvos vós los justos en nuestro sennor Dios, e confesat la su confesación». En que nos muestra que non sea ascondida la nuestra santiguación, mas que todo el mundo la vea, alçando nuestras manos y bendiziéndonos e santiguándonos «En el nonbre del Padre [...]» →

En contraste con la segunda persona del plural empleada en el Libro de las tres creencias, el «nos» busca aquí la integración entre la voz enunciadora y su hipotético auditorio. El añadido

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

* La cita latina corresponde, sin embargo, a 1ª Te 4, 3-4: «Haec est voluntas Dei […]».

164 CARLOS SÁINZ DE LA MAZA

→ [...] así seredes salvos e santos segunt vuestro Sennor vos lo enbió dezir con los prophetas.

(*) [La Ley nombra al Dios de Abraham, Isaac y Jacob: Trinidad.]

42rº y sq.] Consagración del cuerpo de Dios →

→ que consagra el sacerdote de los christianos sobre el santo altar e commo, por virtut de las santas palabras que Dios mandó dezir âquel su sacerdote, que torna aquel pan cuerpo de Dios mesmo e el vino la su verdadera sangre. →

→ La qual razón dizen los / vuestros non sabios e vós con ellos que non podrié seer, que a mí conbiene provar con vuestra ley misma e non con ál. E lo primero pruevo con Moysén [Éx 25, 30] [hebr.] + «Pornás sobre el mi altar pan de fazes» que sea tan claro de un cavo commo del otro, segunt vós veedes la Ostia que consagran los christianos [...]

fi nal implica, además, una segura gestualización de tinte catequético.

→ Ca ya oyestes que dixo que los que fuesen santiguados serían salvos. →

→ Esto es porque en el santiguar confi esan la verdat commo son tres personas e un solo Dios en Trinidad.

Nueva alteración del orden del material citado. Sin embargo, el ms. So no aprovecha aquí la formulación «Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob»*, que se reserva para las referencias a la Trinidad al fi nal del texto.

6rºb-7rºb] [Consagración]

El otro sacramento de Jhesú Christo, nuestro sennor, vos quiero agora provar: que consagra el nuestro clérigo sobre aquel santo altar que fi zo e faze cuerpo de Dios verdadero de aquel pan e de aquel vino con aquellas santas palabras que Dios le mandó dezir. →

→ Mostrarlo quiero, lo qual judíos nin moros non lo queredes / conoscer nin crêr nin otorgar; mas por que non dubdedes, quiérovoslo provar con Dios e con sus pruevas verdaderas e con sus profetas. e dize en ebraico [...] Moysén [hebr.] + «Ponet sobre el mi altar pan de azes». Mandó Dios poner sobre [...] aquella Hostia que es clara e redonda, que tan bien tiene haz clara de la una

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

* Vid. Libro de las tres creencias, fol. 4vº: «Ca [vuestra Ley] vos muestra bendezir en el nonbre de Dios de Abrahán e del de Isac e del de Jacob en que vos fi zo entender que son tres personas en un Dios [...]». Ver Éx 3, 6: «¡Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob!».

LA REESCRITURA DE OBRAS DE POLÉMICA ANTIJUDÍA 165

La expresión «e vós con ellos» sugiere que el Libro de las tres creencias no se dirige a rabinos especialistas en polémica religiosa, sino a los judíos del común; un destinatario coincidente con el de los textos de So.

42vº-43rº] E pues veamos qué pan es este; preguntémoslo al propheta [Le 21, 22]: [hebr.] + «Pan de Dios, santo de los santos e de las sagra-ciones, deste pan comet». Catad, deste pan de Dios que es Dios mismo vos manda comer e comulgar con ello e non con verças en morte-ruelo commo vosotros fazedes. →

→ E que esto sea verdat, que este pan de Dios que es Dios mismo, →

→ el propheta [pero Jn 6, 51] lo dize ansí: [hebr.] + «El Sennor es pan bivo que del cielo descendió». →

parte commo de la otra, que aquel nuestro clérigo pone sobre el santo altar, segunt que ya prové que Dios lo enbió a mandar. →

Lógica mayor brevedad del Sermón, que selecciona su material de una fuente relativamente extensa —cincuenta fol.— como el Libro de las tres creencias. Así por ejemplo, So tiende a eliminar las referencias a la sangre de Cristo en la Eucaristía.

→ Pues todavía sepamos qué pan es este que dixo Moysén, [hebr.] + «Este pan de Dios, el santo de los santos e de las sus santiguaciones, e deste pan comed». En que ya vedes que deste santo pan nos manda Dios comer e comulgar, e non verças en morteruelo commo fazéis vosotros los judíos. Pues ya oyestes [...].

La mención de las «verças en morteruelo» revela como en el Sermón incluso los detalles aparentemente cotidianos pueden carecer de espontaneidad y proceder directamente de una fuente escrita.

6va] Que esto sea verdat, que Dios es aquel pan que el clérigo consagra sobre aquel santo altar, con cinco prophecías e dos evangelios que conciertan con ellos lo quiero provar. →

→ Lo primero con nuestro sennor Jhesú Christo, [hebr.] + «El sennor Dios, que es pan bivo que del cielo a la tierra vino».E dize lo segundo con el propheta David [Sal 78(77), 25]: [lat.] + «El pan de los ángeles[...]».

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

166 CARLOS SÁINZ DE LA MAZA

→ Pues más provemos con David [Sal 22(21), 28 y 30] que dixo así: [lat.] + «Retornarse an e conbertirse an al Sennor de toda la universidat de la tierra, e adorarlo / an delante sí todas las generaciones unas grandes gentes [...] grosura de la tierra». →

→ Assí lo fazen los christianos, que fueron aquellas gentes que se conbertieron al Sennor, que le adoran delante sí e lo comen en la grossura de la tierra. Ca aquel pan e aquel vino que vos dixo que ponen en aquel santo altar commo Dios mandó, de la grosura de la tierra es, pues que ella los cría. →

→ Ya vos dixe que ponen ý vino con este santo pan. Veamos si fue mandado por la vuestra ley. Dígovos que sí, ca en un lugar [Sal 116 (115), 13] dize: [hebr.] + «Vasso de salvación alçarás e en el nonbre de Dios llamarás». E en otro lugar [Je 25, 17] dize: «Alçarás el vaso lleno de Dómino», en que se prueva que Dómino está en aquel pan e en aquel vino. →

[El Libro de las tres creencias, fol. 10vº, usa la misma auctoritas (Sal 110(109), 4: «Juró Dios [...] Melchisedech») como prueba de que Jesucristo es el Mesías.]

Lo tercero, el dicho propheta David dixo así: [lat.] + «Retornarse an e convertirse an al sennor Dios de toda la universidat de la tierra e de los fi nes della, e adorarlo an [...] en la grossura de la tierra». →

→ E pues oístes que el propheta dixo que en la grosura de la tierra avían de comer los honbres a Dios e lo adorarían, non deve ninguno en las prophecías dubdar, pues Aquel es vino, Aquel es pan, el cual el clérigo consagra en aquel santo altar. →

Nuevo juego de rimas internas en el remate de la frase, que no se da en el Libro de las tres creencias.

→ E pues me oyestes del vino consagrar, quiérovoslo provar que Dios lo mandó con el propheta David [hebr. + lat.] + «Vaso de salvaçión tomaré e el nonbre del Sennor llamaré». E más dize: «Alçaréis el vaso de [Dóm]ino(*)», en que muestra que el Dómino conplido está en aquel vino. →

(*) Dómino M: vino So.- El Libro de las tres creencias permite corregir, como aquí, ciertos errores del ms. So.

→ E lo quarto, pruevo [Sal 51(50), 20-21: «Faz buena voluntad con Sión[...]»] →

→ Lo quinto, pruevo con Moysén [...] e en otro lugar dize el propheta David: [hebr. + lat.] + «Juró el Sennor [...] según la horden de Melchisedehc», en que nos muestra

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

LA REESCRITURA DE OBRAS DE POLÉMICA ANTIJUDÍA 167

* Ver Mostrador de justicia, ed. cit., cap. I., sobre los textos utilizables por los polemistas cris-tianos y judíos.

168 CARLOS SÁINZ DE LA MAZA

→ (*) →

43rº-vº] → E otrosí de lo que oístes que testiguan los prophetas que Dios es pan bivo que descendió de los cielos, Él mesmo lo confesó por la su / boca, segunt lo dize Sant Johan apóstol evangelista en el su Evangelio [Jn 6, 51-54]: [lat.] + «En aquel tienpo dixo nuestro sennor Jhesú Christo a los sus disciplos e a una muchedunbre de los judíos: “Yo só pan bivo que del cielo descendí, e quien comiere deste pan abrá vida para sienpre; e el pan que Yo dó la mi carne es por el mundo de la vida”. E dixieron los judíos: “¿Cómmo puede ser que nos Él dé la su carne a comer e que nós la andemos comiendo?”. e dixo Jhesú Christo: “Bien vos digo: Quien non comier la mi carne e non beviere la mi sangre non abrá vida en sí. E quien comier la mi carne e la mi sangre bevier abrá vida para sienpre e en el postrimero día yo lo ressucitaré”». →

→ Agora vos he provados los sacramentos de los christianos, e los

[que los sacerdotes cristianos hacen sacrifi cio de pan y vino a Dios]. →

Ejemplo de aplicación diferente de una misma cita de autoridad.

7rºa-b]

→ Lo sesto, pruevo con la palabra de Dios que está en el Evangelio escripta, que dize: [lat.] + «Nuestro sennor Jhesú Christo dixo / a sus apóstoles e a una gran conpanna de judíos: “Yo só pan bivo que del cielo descendí, e quien comiere deste pan avrá vida para sienpre; el pan que Yo dó, mi carne es, al mundo vida”. E dixeron los judíos: “¿Cómmo puede ser verdad que nos dé Él de la su carne a comer e que nós la handemos comiendo?”. E díxoles Jhesú Christo: “De verdad vos digo que quien non comiere de mi carne, non avrá vida eterna; en el postrimero día Yo le resuscitaré para sienpre jamás”».

El uso, desaconsejado por los especialistas, de auctoritates neotestamentarias en la polémica antijudía*, apunta de nuevo a un auditorio implícito general, no rabínico, en obras como el Libro de las tres creencias o los Sermones sorianos.

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

vuestros non sabios por mintrosos e por vanos.

(*) 43rº] E commo vos dixe con este pan e con este vino consagrado, que es cuerpo de Dios, commo dicho he, vos manda comulgar. Pero que vos alinpiedes primero de vuestros pecados con penitencia, segunt vos lo enbió dezir Dios con Ysaýas, que dixo: «Si así fi zieren aquellas gentes […]», →

→ e segunt lo dize David [Pr 28, 13]: «Mehace [...] hurtu», que quier dezir: «Quien encubriere sus pecados nunca aproescrá e quien se manifi esta dellos perdonado será».

Única referencia a la Penitencia en el Libro de las tres creencias tal como lo conservamos.

43vº] [Pasa a tratar de la Encarnación.]

7rºb-vb] [Penitencia]

7rºb] Si más pudiere ser, que aquellos serán bien aventurados que con el santo manjar serán comulgados, alimpiándose con penitencia primero de sus pecados, que es el seteno sacramento, de la penitencia, que me ya oyestes. El qual dicho sacramento con Dios e con sus prophetas lo quiero provar →

→ [Ez 18, 21 + Ez 18, 28] →

→ Lo tercero pruevo, con el propheta David, que dize en ebraico: «Mehaze […] yehuja»; dize en arávigo: «Mir […] vataly», que quiere dezir que el que confi esa sus pecados perdónalo Dios. →

→ Lo [cuarto, quinto y sexto (...)] →

→ [Conclusión: hay que confesarse con un sacerdote que imponga la penitencia adecuada,] «con honbre commo yo».

La deíxis implícita en esta fórmula apunta nuevamente a una aplicación oral y catequética del Sermón.

[Fin de los sacramentos (la «razón tercera»); se pasa al Credo (la «razón cuarta»).]

Libro de las tres creencias, ms. M (9302 BNM)

Sermones contra los judíos e moros, ms. So (H-25, Soria)

LA REESCRITURA DE OBRAS DE POLÉMICA ANTIJUDÍA 169

Qué conclusiones de conjunto se pueden proponer? Lo cierto es que, más allá de que la forma de adaptar el material procedente del Libro de las tres creencias apunta en los Sermones hacia el ámbito oralizado de la predicación, no parece aún llegado el momento de elaborar conclusiones precisas, que, en último término, habrán de ser el producto de la refl exión colectiva de quienes estudiamos el códice soriano. Sí cabe, empero, ir planteando ya algunos interrogantes de gran interés: Así por ejemplo, ¿cuál es el modo de articulación, si es que hubo alguno, de los dos Sermones? El marco con que se abre el segundo de ellos permitiría tal vez apuntar a un orden ori-ginal inverso al de la copia conservada, y quizá podría postularse la exis-tencia previa de una colección de textos, más o menos breves, de aplicación práctica en el ámbito de la catequesis impuesta a los infi eles bajo autoridad cristiana. En relación con esta, podemos preguntarnos si, en su integridad original, los textos estudiados y sus hipotéticos acompañantes no podrían haberse planeado como una serie de sermones-ejemplo a partir de los que articular posibles prédicas reales; o si, por el contrario, no estaremos ante los restos de auténticos sermones de catequesis, elaborados para predicar o leer por la fuerza a los judíos (y tal vez, simultáneamente, a los mudé-jares) en iglesias o sinagogas, o en algún otro tipo de ceremonia pública con idéntica vocación de afi rmación etnicista18.

Habría que valorar, igualmente, si el «Aquí comiença el Libro […] de los tres nonbres» que encabeza el Sermón 2 nos permite imaginar al predi-cador catequista esgrimiendo efectivamente el libro (esa refundición en «sermones» del Libro de las tres creencias que acabamos implícitamente de apuntar) ante el auditorio, y si, en tal caso, lo haría sólo para mostrárselo a éste o para proceder a leerlo en alta voz19.

Faltan, por último, datos que permitan fechar con precisión los Ser-mones, y el Libro de las tres creencias no contribuye demasiado en este sen-tido. Podrían relacionarse, tal vez, con la actividad doctrinal antijudía del decenio de los setenta del siglo XIV, o bien —si el manuscrito soriano es del siglo XV, como quieren nuestros colegas del Hispanic Seminar de Madison— con las más tardías y violentas campañas del periodo 1391-1412. La cuestión, como muchas otras relativas a este curioso texto, está aún lejos de aclararse.

18. Pienso, en concreto, en actos como la ya mencionada controversia de Ávila de 1374, producto del clima de agitación antijudía impulsado en Castilla por el magisterio de personajes como Alfonso de Valladolid y, poco después, por la irresponsable demagogia desplegada por el bando trastamarista durante la guerra contra Pedro I. Sobre este periodo, y los años inmedia-tamente posteriores, vid. José María MONSALVO ANTÓN, Teoría y evolución de un confl icto social. El antisemitismo en la Corona de Castilla en la baja Edad Media, Madrid: siglo XXI, 1985, p. 227-249.

19. El Libro de las tres creencias ya está salpicado de oralismos, si bien más discretos que en los «Sermones».

170 CARLOS SÁINZ DE LA MAZA

Apéndice: Organización del Libro de las tres creencias o Declarante.

Preliminares (ms. 9302 de la Biblioteca Nacional de Madrid, fol. 1rº-4rº):

1. Invocación a Dios.2. Cita romance de los Castigos de Catón. Valoración del saber, para más valer.3. Acuerdo en las tres religiones: un solo Dios. Doctrina discordante en todo lo demás. Es necesario identifi car a los verdaderos sabios.4. Primeros testigos de la fe cristiana: los Apóstoles, en el Credo y sus doce versículos. Los judíos y moros niegan sus núcleos temáticos: Cristo-Hijo (y Trinidad de Dios), Encarnación, nacimiento de madre Virgen, Pasión y muerte.

* El manuscrito 9302 de la BNM interpola la autorreferencia a Alfonso de Valladolid como autor de la obra20.

5. Necesidad de probar previamente la buena fama de los Apóstoles para creer sus palabras. Las tres religiones admiten que sabían las setenta y dos lenguas del mundo, que eran santos y que hacían milagros.6. Hay una sola Ley y tres «creencias» que la adaptan de modo discor-dante. Cristo fue un enlace entre el A.T. y el N.T.

Cuerpo central de la obra (fol. 4rº-31vº):

7. Prueba de los doce versículos del Credo. Auctoritates del A.T. (Pentateuco, Salmos, Profetas), originalmente en versiónes hebrea transliterada en carac-teres latinos, latina y castellana; los manuscritos omiten a veces alguna de las dos primeras. Indicios de conocimiento superfi cial del Talmud. Oca-sionales referencias a los «moros».

Otras partes de menor desarrollo (fol. 31vº-50rº):

8. Sobre la Trinidad: importancia de las triadas en la Naturaleza y la sociedad. Fol. 31vº-36rº.9. Sobre el Mesías. Es Dios Hijo. Ya ha venido. Trajo la Ley Nueva (N.T.). Fol. 36rº-40rº.

20. Ver «[...] digo yo, maestre Alfonso de Valladolit, que ante avía nobre Rabí Amer de Burgos cuando era en la ley de sin salvación [...]» (fol. 2rº).

LA REESCRITURA DE OBRAS DE POLÉMICA ANTIJUDÍA 171

10. Sobre los Sacramentos (se conservan Bautismo, Unción, Confi rma-ción y Eucaristía). Fol. 40rº-43vº.11. Encarnación en María y virginidad de esta. Fol. 43vº-47rº.12. Tres argumentos que suelen oponerse a los cristianos: ¿por qué quiso Dios morir por los pecadores; por qué Dios Hijo pide ayuda al Padre en la cruz; si muere, cómo va a salvarnos? Fol. 47rº-50rº.

172 CARLOS SÁINZ DE LA MAZA