LA FACULTAD INTELECTIVA EN EL DEBATE SOBRE LA INMORTALIDAD DEL ALMA DEL SIGLO XVI: LAS...

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PENS Revista de lnvestigación e lnformación Filosófica Serie Especial "a,EHfilili;r1 LOMILtAS vol.69 c núm.261 serie especial n.o 6 (2013)

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PENSRevista de lnvestigación e lnformación Filosófica

Serie Especial

"a,EHfilili;r1LOMILtASvol.69 c núm.261 serie especial n.o 6 (2013)

LA FACUXTAD INTELECTIVA EN EL DEBATE SOBRELA INMORTALIDAD DEL ALMA EN EL XVI

LAs TNTERpRETAcToNES DEL Noús rntmrnnN nE ¡rusrórnrns

JosÉ, MANUEL Gencfa valv¡np¡Universidad de Seülla

RESUMEN: Una de las características más ¡mportanles del ar¡stotelismo renacentista es el gran núme-ro de debates de naturaleza exegét¡ca que se generaron en lorno a los textos de Aristóteles. Estas dis-cusiones se acentuaron aún más a partir de la publicac¡ón en 1516 del De ¡mmodal¡tate animae de Pie-tro Pomponazz¡. Su tesis, relegando la discusión acerca de la inmorial¡dad delalmaalámbito exclus¡vode la te, provocó una enorme polémica que tuvo var¡as vert¡entes. Una de e¡las fue precisamente labatalla por la leg¡t¡m¡dad interpretat¡va de un puñado de textos entre los que s€ encontraba aquel en elque Aristóteles señalaba que en el proceso de generac¡ón de un nuevo ser sólo el intelecto viene defug'a (De genentione an¡mal¡um ll3). Esle artículo trata de estudiar las distintas interpretaciones quede este texto se d¡eron en el seno del citado debale sobre la inmortal¡dad del alma.

PALABRAS CLAVE: aristotel¡smo, renacimiento, pensamiento, intelecto, alma, ¡nmortalidad.

The origin of the intelleetive facuhy within the 16ú Centurydcbate on the immortality of the soul:

The interpretatiotu of Aristotle's noús tlrjruthenABSTRACT: One of the most important features of Rena¡ssance Ar¡stotel¡anism was the large numberof exegetical debates that were ra¡sed around the texts of Aristotle. These d¡scussions were heighlenedfurther after the publication of Pietro Pomponazzi's De ¡mmoñal¡tate animae in 1 51 6. H¡s thes¡s, relegal¡ngth6d¡scussion about the ¡mmortalityof the soulto the exclus¡ve sphere olfaith, produced an enormouscontroversy which had several aspects. One of them was prec¡sely the battle for the r¡ghtful readingand interpretation of a handful of texts among wh¡ch we can find that ¡n which Aristotle noted that inthe process of natural generation only Reason comesfrom outs¡de (De generat¡one an¡malrum ll3). Thispaper seeks to explore the d¡tferent interpretat¡ons ofthis text in the aforement¡oned context.

KEY WORDS: ar¡stotelianism, renaissance, thought, intellect, soul, ¡mmoñal¡ty.

1. INrRoDUccróN

Desde el punto de vista de Aristóteles no puede el ser humano aspirar a una perfec-ción mayor que la que reside en la actividad intelectual. Así lo declara, por ejemplo, enel libro X de la É¡ica a Nicómaco, en donde afirma que la felicidad más alta se sitúa enla ürtud de la facultad intelectiva, la que estií dirigida exclusivamente a los objetos cog-noscibles y es autosuficiente'. Sólo el hombre, entre el resto de seres vivientes terrena-les, alberga en sí esa capacidad, y eso lo asemeja, si bien de una manera incompleta, conlos seres vivientes supralunares, que también piensan, aunque Io hacen sin intermedia-ción corpórea de ninguna clase; ellos son, al fin y al cabo, Inteligencias puras'?.

I Cf. ARrsrórELEs, E rica Nicomachea, X, 7, 1 177 ^12-bl.' También en la áica a Nicómaco (X,7, 117?b2ó) Aristóteles reconoce que la üda conremplariva

está por encima de las capacidades propiamente humanas, deterrninadas por el compuesto de cuerpo yalma que somos. Por ello afinna: .Tal vida, sin embargo, sería superior a la de un homb¡e, pues el hom-bre viviría de esta manem no en cuanto hombre, sino en cuanto que hay algo divino en él; y la actividadde esta parte divina del alma es tan superior al compuesto humano¡ (trad. J. P¡-¡-l). Por otro lado, en

@ PENSAMTENTO. ISSN 0031-4743 PENSAMIENTO, vol. 69 {2013), núm. 261, pp. 979-1000

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980 J. M. GARC1A VAL\,tsRDE , EL DEBATE SOBRE LA INMORTAIJDAD DEL ALMA EN EL ru

El análisis de la facultad intelectiva forma parte, por otro lado, del estudio que Aris-tóteles dedica al conjunto de actiüdades que caracterizan a un ser vivo y que üenen deter-minadas por la menor o mayor complejidad que el fenómeno de la vida manifiesta aquien lo analiza con atención: hay, en efecto, muchas formas de vida, desde las más ele-mentales de los vegetales, que sólo poseen un principio que Aristóteles llama uóúvc¡ü,gOgerrwi¡ roi 1el.vr¡l,xl¡" ', por el que son capaces de alimentarse, de crecer y de reprodu-cirse, hasta la mrás completa del ser humano, que a.lberga en sí mismo además del prin-cipio vegetativo, básico para la vida, el sensitivo, que compafe con el resto de animales,y el intelectivo: estos tres principios o facultades son los constituyentes de una únicaalma, que es substancialmente indiüsible, y que -a pesar de ello- contiene potencial-mente los diversos principios vitales que explican todo cuanto un hombre, en tanto queser üvo, es capaz de hacer y padecern.

Entre el conjunto de tratados biológicos que la tradición nos ha remitido en el senodel denominado Corpus aristotelicum, es el De anima el que está dedicado especffica-mente al estudio y aniálisis de estas facultades; en él el método que utiliza Aristóteles es,porasí decirlo, sincrónico: se preocupa por explicar, con más o menos detenimiento, quées capaz de hacer y de padecer un cuerpo üvo, cuya vitalidad descansa en el alma queposee. No se babla en el De anima del proceso generativo que da lugar al cuerpo vivo.Esta otra perspectiva es desarrollada en otro escrito posterior, el De generatione anima-lium,' en el que se detallan cuiáles son los elementos y las fases que alberga el procesobiológico de la generación.

Si concretamos la cuestión en el ser humano, puede decirse, en definitiva, que el Deanima es la obra gracias a la cual conocemos qué pensó Aristóteles, desde un punto devista biológico, de la extraordinaria complejidad de la vida humana, mientras que el Degeneratiane animaliaz es la obra a la que hay que recurrir si queremos saber cómo enten-dió él el proceso de constitución de esa vida.

En ambos casos, sin embargo, las dificultades interpretativas son enormes, pues eldiscurso de Aristóteles, frente a lo que ocurre en otros asuntos en los que es esclarece-dor, en el tema de la facultad intelectiva, del intelecto y de su actividad propia, manifiesta un considerable laconismo y una falta de claridad que ha dado lugar a un sinfínde interpretaciones a lo largo de los siglos. Ciertamente, en los capítulos cuarto y quin-to del libro tercero del De anima Anslóteles expresa de una manera condensada cuál es

M¿tafísica,Xll,7,1072b24-30, Aristóteles compara la plenitud ütal de Dios, cuya actiüdad es pur:o enten-dimiento, con la discontinuidad de la actividad intelectual humana, que sólo de manera ocasional puedealcanzar las más altas cotas de su p€rfección.

r ARrsrórELEs, D¿ ¿nima,ll, 4, 4l6al9.a Ibídem, 3, 414b27-31: .Por lo demás, la situación es prácticamente la misma en cuanto se refiere

al alma y a las figuras: y es que siempre en el término siguiente de la serie se encuent¡a potencialmente elanterior, tanto en el caso de las figums como en el caso de los se¡es animados, por ejemplo, el triánguloestá contenido en el cua&ilátero y la facultad vegetativa está contenida en la sensitiva, (tmd. T. Cal-vo).3 El De generat¡one anímalium ha sido corsiderado mayorita¡iamente una obra tardía de AxrsrórE-LEs. Su ünculación con el De anima es elidente por varias razones: en primer lugar, porque en el De gene-ratione anímalium el Estagirita remite en varias ocasiones (vg. 73óa37,779b23,786b25, etc.) a los estu-dios realizados previamente en el tratado D¿ aniza; en segundo lugar, porque de ent¡e todos los demásescritos biológicos de ARrsrórELEs es en el D¿ g¿r1 . animal. e¡ do¡de se otxerva con mayor claridad el esque-ma hilemórfico de explicación de la üda que está presente en el ,¿ ar¡im¿. Sobre la datación del De gene-ratione aninnlium véase NuyENs, F., ¿'érolrfion de la psychologie d'Ans¡o¡e, Lovaina: Éditions de l'InstitutSupérieur de Philosophie, 1948, pp. 25ó-2ó3;BlocK, L, (The Order of Aristotle's psychological Writings",en The American Joumal of Phílolog/,82/1, l9ó1, pp. 50-77; Lou6, P., .Introduction", en AFrs'rore, De lag&úration des aninaut, texte établi et traduit par P. Lou6, París: Les Belles Irttres, 2002, pp. D(-xr.

PENSAMIENTO, vol. 69 (2013), núm.261 pp. 97910o0

J. M. GARCIA VALVERDE, EL DEBATE SOBKE LA ] N MORTALIDAD DEL ALMA EN EL XVI 981

su opinión acerca de la naturaleza propia del intelecto humano: éste es el receptáculo de

las fornas inteligibles, por lo que para ser potencial receptor de todas ellas ha de care-

cer de una naturaleza predeterminada; ha de ser, por tanto, inmaterial y no debe estar

ligado en cuanto a su actividad propia a ningún órgano corporal; se trata, en conclusión,de un tipo distinto de alma, por cuanto que las otras almas o facultades vitales desem-

peñan su función a través del cuerpo, ya sea para asimilar la alimentación, ya sea para

percibir por medio de la sensación.'Sabemos igualmente que Aristóteles señala que la pura receptividad intelectual ha de

estar vinculada a un principio agente que conduce al intelecto desde un primer estado

potencial hacia su actualidad; sin embargo, no hay claridad en las palabras que dedica

a este principio agente en el famoso capítulo quinto de D¿ anima 1ll, en donde efectiva-

mente le otorga una naturaleza divina, inmortal, libre de toda materia y, por ello, de todapotencialidad. Pese a que Aristóteles señala al comienzo del capítulo que esos dos prin-cipios intelectuales (paciente y agente) se encuentran ¿t? el alma ("Év rll llr!Xñ'), siempre

ha sido motivo de discusión si efectivamente el alma humana, que nunca es excluida por

Aristóteles de la definición de forrna informante del cuerpo humano, puede albergar en

sí misma tan alta cualidad.En todo caso, dejando a un lado esta difícil cuestión y los debates que ha generado

siempre, no cabe duda de que otra dificultad que suscita la explicación que Aristóteles

da del pensamiento es cómo su facultad se integra entre las que configuran al ser huma-

no, y si es producto del mismo proceso de generación natural por el que el semen mas-

culino, que en la biología aristotélica es portador de la forma, produce en la matriz feme-

nina, que contiene la materia propicia para la fecundación, un embrión7. Esta cuestión,

crrrcial para comprender en realidad cuál es el origen del ser humano, es tratada tam-bién con gran premura en la otra obra de la que hemos hablado anteriormente, el De

generat ione animalium.

' Arislóteles, en efecto, señala en más de una ocasión la peculiaridad del intelecto respeclo al restode facultades vitales: et De an.ll, 2, 413b25 dice que parece ser un género distinto de alma (.UuxrlE Yévos

Érepov eivar'): en M¿¡¿ph.,xll,3, lo7oa24-27 establece la aporÍa de si las formas pueden o no sobrevivira los compuestos de los que son forrnas, y respecto al intelecto precisa: nen algunos casos nada lo impide,por ejemplo, si lal es el caso de) alma, no toda el alma, sino el intelecto. Toda es quizá imposible' No obs-

iante, en otms ocasiones él mismo reconoce la dificultad de la incardinación del intelecto en el estudio de

las facultades naturales del homb¡e. De esta manera debe entendersc, por ejemplo' la afirmación que hace

en De gen. anitñal.,ll,3, 73ób5 ? cuando señála: .Por cso también lo que respecta a la inteligencia -cuán-do, cómo y de dónde reciben su pane los seres que paÍicipan de este principicF presenta una gran difi-cultad, y hay que poner interés en comprenderlo dcntro de nuestros medios y en la medida en que sea

posible' (trad. E. Sa\cHEz). Precisamente este texlo ha servido a lo largo de la historia del aristotelismocomo prueba para aquellos que han sostenido que Aristóteles, en realidad, nunca llegó a tenerclaro cómoaficular, por un lado, la definición que dio del alma, como foÍna informante del cuerpo, con las camc-teísticas que él mismo ]e otorgó al intelecto, independiente de los órganos corporales, como ¡eceptáculode todas las formas y como substancia impasible (c[. NuYENs F., ¿érolution de la psychologie d'Aistote,cit., pp.313-318). Los pocos fragrnentos que consenamos deTeofrasto ponen de manifiestoque debió tm-tarse de un tema candente ya en el seno d€l propio Liceo: gracias al comentario que dcdicó al De animade Aristóteles Temistio, ya en el siglo \1 d.c., sabemos que Teofr:asto se habla preguntado si el intelectoviene de fue¡a o es congénito, fijando de esta manera una pregunta a la que todo aristotélico posterior ha

tratado de dar respuesta: ¿cómo es posible que el intelecto, aun a pesarde venir de luera y sobreaiadirseal proceso de generación natural, puedc considerarse, a pesar de todo, innato? (cf. BaRBortu,E ,I^c théo'ie aistotélicienne de I'intet|ct d'apr¿s Théophr&s¡¿, Lovaina: Publications Universitaires de Louvain, 1954,

p. 178.).

'Cf.ARrsrórELEs,D€gen.animal.,l,20,729^9: .xit lGv áap€v JvlQéI€rú tó t€ e¡6oE xqi riv dodlv r¡qxwúo€(¡Jr rd ¡¿ ot¡.u ró oótto ¡ai, riv ú¡.ry,.

PENSAI4lENTO, vol. 69 (2013), núm. 261 pp.979-1000

J M. GARCÍA VA],\,'ERDE , EL DEBATE SOBRE LA INMORTALIDAD DEL ALMA EN EL XVI

Aristóteles en el capltr¡lo tercero del libro segundo de este escrito se pregunta, en efec-

,", ;;;-;;;;p;."ciendo a lo largo del proctso de ge"etación de un nuevo individuo las

áii.Á,"" fu"rrjt.aes vitales, y si esas facultades comienzan a existir con el individuo que

." ioarnu o ron p."existentes. La respuesta que Aristóteles da a estas preguntas es' per-

ñri.r"".t á" "'"" fógica aplastanteilas facultades que dependen en cuanto a su activi-

ffi;;.d ñ;^,!.pi r"rpo.,a"" "t

titmo proceso de producción que da lugar al nuevo

L. ió"'Jt."-", "in embargo, con la facultad cuya actiüdad es elpensamiento la acti

uláuilirti'tiv" a"l ser humano? El pensamiento -dice Aristóieles- no depende del

.l'erÍo. Dues nen su actividad ,,o pa;i"ipu p-t "ada

la actividad corporaln "; por ello

]]}'#;;;" ,i"" ai"ii",, á" a-", y si nó necesita del cuerpo para ejercer su activi-

il;;; ;;;;;;" de depender de él para llegar a existir' Hav que buscar' pues'

"i* !.iii"""i¿", -ás allá de la estrictamente biológica para entender su origen, así que

ffi;Jil il;ffi;qr".it"tt" ¿" tu""ltades tienen origen en el mismo proceso bio-

lóeico cue da origen al cuerpo vivo, nqueda entonces --dice Aristóteles- que sólo el inte-

l"io viene de fuera v que sólo él sea diüno"'si un mar de letras han generado las palabras de Aristóteles en el capítulo quinto de

o" orit lil, noLva a la zaga lo oue se ita esctito u lo ltrgo de los siglos sobre el signi-

n ^¿Á

i.u" roa. tlr¡rathen'tasimplicaciones que tienela consideración de que la acti-

"i¿"J*" "".".a¡t al se. humano tenga, para Aristóteles' un origen extranatural son

.;;;, ;;;ii;1odo" lo, q'.t" hun q'"idá iLt'tttt ""

pensamiento' comentarlo' hacer-

i" á"á"riili" . to. a"más, se han aplicado siempre a la tarea de elucidar el misterio que

""."". ".i..á"a afirrnación del maestro' Pldría hacerse' desde luego' toda una his-

#;;:fi;t;?;:tJ. ,tti"iáttl"" rtu"a el siglo xr'rr' como poco' en torno a esas pala-

;;;; Ñ;;;.;. "q"l

no podemos ser tan ambici'osos Pero sl consideramos abarcable en

""Ir"¡ir a. *," "uturalera

dar cu"nta de algunas de lasinterpretaciones que se dieron

;t;;*F ;; ;" momento del aristotelismo muv singular' es decir' en el momento en

;;';"";;;;;l"t universidades del Norte de Italia a lo largo del siglo wI el famoso

ü; ;;;;Jl" i;mortalidad del alma era o no defendible desde el punto de vista de

f" Ái.r"fi" p"¡p.,¿tica. Fue a ralz de la publicación del tralado De imtnortt ¡tate an¡mae

+i -.",""", il"tro pomponazzi'o en 151ó cuando se suscitó una acerba polémica que

1""".u.'á.-¿" a" un desagradable contencioso desde el ámbito universitario y ecle-

:;.il ;;;;;;;uto., on"u"dudtto aluvión de textos de diferentes aristotélicos que'

á""á" ¿if.."nt", uias interpretativas, intervinieron en el debate " Naturalmente ' en este

¡ ARrsrórELEs, De g¿,?. anbfial.,11,3,716h29

" ltá"- zs-ás, .Lí*'ar 6i rdr, \,o01, Éóvov 0uQo6€v ¿rx€toúvar xai e€iov tivar pólov''10 citaremos esta obra por la eaicion'iatina de- 1525: poMpoNArü MaNfu^Nt, P., Tractatus acutissimi,

*¿t¡*¡,""il""i"i"ii't ¡¿¡..- v"n"tlit, l*ot"ssum ane et sumptibus haeredum quondam Domini octa-

viani Scoti, 1525; ¡epr. un , cu"u.utto, t"tI.o"t-' lóói (tt rt"''"t ""upa los folios 4l ra-5lvb) La ob¡a ha

|¡fi,.,fril á; ;il;;u. "ai"t"r,". y ,*a""-Jio,,o, uunq.,. de"graciadamente. no¡ay aún una edición lati-

##ff;ü;:;ü.¡iü-".i. -¿." ü" u"."io,,"" a"t t"it" ¿""de su edición orisinal de lsló hasta

;i;;;,i-;", ;.;uo lado, .rna 'eci"'le traducción al españot de esta obra (Por ser la versión más

;::.;tbtl;;";;áil l*e,-," tu-¡l¿" t" "ltut"-"s

entre paréntesis: PoraPoN^zzt'P ' Trata¿lo sobre Iainmot'

tiíA"A *í iÁt, t. u. c^"rra VaLvERtE (ed ), Madrid: Tecnos' 2010 . . . .11 La cuestión del proceso contra tomponazzi y los pormenores del debate que suscitó el D¿ immol-

,,1t." ;;;J;;;;iJ^. úi.n de¡ullado' !n nu""osoi lugu"'' G'r"o" E Auburde Pomwnaui: pto'

hlémarioue de I imnonal¡t¿ de t ¿np en ttal¡i au debut du w7 s¡¿ctc' en "Archives d histoire docrnnale er

íii;;:t'ifi.i;;;:;;;;,; iu"lp61,,r.zti-zzr;NARDI' B sr¿rdi s¡l Pi¿rro Potnponazzi FTote^cia' I,e Mon-

"l"..liis-, "tlj ...' p,"t' M. t., p¡"io P"ipoiaui: radical Philosopher of the R¿naksattce' Padua' Ante-

nore, 1986, PP. 138 ss.

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J. M. GARCÍA VAIVERDE , EL DEBATE SOBRE I'4INMORIALIDAD DEL ALMA EN EL XV] 983

debate la cuestión del intellectus de forís veniens tuvo una relevancia enorme, hasta elpunto de convertirse en la verdadera piedra de toque de las posiciones que adoptaron los

intervinientes en el citado debate. Estas posiciones podrían inscribirse en tres grandes

corrientes interpretativas que, salvando siempre las singularidades de cada autor, esta-

ban ya presentes en el aristotelismo renacentista, esto es, la corriente tomista, la ave-

rrolsta y la alejandrista".

2. LAS TNTER"RETACIoNES roMrsrAs

Santo Tomás había fijado su atención en el pasaje que contiene la afirmación de Aris-

tóteles acerca de la procedencia extema y la divinidad del intelecto como fuerte argu-

mento a favor de la idea de que éste fue defensor, como antes lo fue su maestro Platón,

de la inmortalidad del alma, al menos en lo que se refiere a su manifestación más per-

fecta, el intelecto agente. Su interpretación del pasaje ha sido referente posterior, ade-

más, para los que sitúan la idea creacionista en el propio pensamiento de Aristóteles; en

este sentido, el hecho de que el intelecto se incorpora ode fuera" se interpreta como pme-

ba de que, al no provenir del proceso de generación natural, ha de ser obra directa de

Dios, que lo crea directamente de la nada13.

La interpretación de Tomás era sutil e integraba todos los elementos que se encon-

traban en el texto de Aristóteles'a. Su visión se construía, además, en confrontación con

la que desde los averroístas se tenía del íntellectus de fois. No en vano, encontramos esta

disputa en las págin as del De unitate intellectus contra Avenoisr¿s, en donde Santo Tomás

nos inforna de que aquéllos hablan tomado la afirmación de que íntellectum solum de

foris advenire et dieinum esse solum como evidencia de que en la via Aistotelis el itte-lecto no es una forma que actualice la materia, puesto que, de ser asl, debeía derivar su

ser, como las otras partes del alma, de la potencia de la materia, es decir, de una mezcla

determinada de los elementos's. De esta forma, desde el punto de vista de los averroís-

l¡ cf. K¡rsrELLER, P. o ., Renaissance Ihought a,?d ¿ls So¿¿/¿¿s, Nueva Yo¡k Columbia Univeñity Press,

1979, pp. 32-49; ScHMrr CH. B., .Les aristotélismes de la Renaissance), eñ Arístote et la Renaissance, Parísl

PUF, 1983, pp. 13-42.i' I-u á&nicio" e"."tástica de la creación s€ enuncia como prodt¡ct ío rci ex nihilo sui et subiedL cf

ToMAs, Summa theologica,l, q. 45, art. l; Quaest. disput. ¿Le Pot¿ntia, q 3' al.. 1; o también como p''od'c-tiorcisecu ¡lum suam totam substantiam, nullo praesupposito: cf.To[^s, Summa theolog¡ca, l, q. ó5, art 3'

co. Esta concepción, no obstante, no se encuentra presente en Aristóteles, y es en realidad incompatiblecon su propia concepción de la diünidad, que no interviene en el o¡den sublunar sino a trav¿s de causas

intermedias. Para esia cuestión véase JoLIvEr, R., Essai sur les rapports entre Ia Wnsee grecque et la pensee

chrétíe ne. Aristote et saint Thomas ou I'idee ¿e création. Plotifi et saint Augustifi ou le probl¿me du mal,Paús: Vrin, 1931, p.77.

'' El texto lehe accesible a través de la traducción que de él había ¡ealizado Guillermo de Moe¡be-ke en tomo al 1260, aunque también se disponía desde medio siglo antes de la veEión de Miguel Escoto,que había traducido el teito al latln desde el árabe en el seno de la Escuela de Tmductores de Toledor cf.É¡cx, A. L., .Introduction,, in Aflsrorl-E, P¡u¡ s of Animak. Molement of Animals. Proqerssion of Animab'A. L. Peck y E. S. Forster (ed.), Londres: Loeb, 1998, pp. 39-44

'' Ch. Src¡e o¡ B¡¡salIrE, De anima intellectivT, cap. 8, ed. B. Baán, p. 109: (circa octalum Priusp¡opositorum üdetur sensisse Philosophus, in libro De generatione animalium, intellectilum non perti-nere ad eamdem substantiam seu formam ad quam pe¡tinent vegetatiwm et sensitivr¡m, quia vegetati-vum et sensitiwm corporaliter operantur; et si co¡poraliter sunt, de Potentia materiae educuntur genera-

tione compositi organici, non per se habentes factorem seu factionem; intellecti\um autem non oPemturcorporalitér; quare nec educitur de potentia materiae. Unde dicit ibi Philosophus quod nihil ipsius inte-llecius opeÉtioni communicat corporalis operatio, quare divinum quid est el ab extrinseco; et illud quod

est eductum de potentia materiae, et quod est ab extúnseco, non sunt unilrs subs¡anliaeD.

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J. M. GARCiA VALVERDE . EL DEBATE SOBNE tI I NMORTALIDAD DEL ALMA EN EL XYI

tas, hay que establecer una verdadera diferenciación substancial entre el intelecto, quees formn assistens y no forma informans, y las facultades sensitivas y vegetativas, que sí

son propiamente formas materiales que se constituyen al mismo tiempo que el cuerpovivo que configuran.

Contra esta posición Santo Tomás argumentaba desde distintos frentes, todos ellos,sin embargo, teniendo como base común la interpretación del pasaje del De generatione

animalium: para é1, en efecto, es contrario a los principios de la biología aristotélica, yconcretamente a la letra de este pasaje, decir que el alma, sea del tipo que sea, provienede la concreción de la materia, porque Aristóteles señala aqul claramente que toda almaparticipa de una virtualidad superior que él identifica con el calor celeste, distinto delque produce el fuego, y gracias a esta virtualidad el semen del macho es reproductivo.Ahora bien, ¿significa esto --dice Tomás- que toda alma, también la vegetativa y la sen-

sitiva, viene de fuera? En absoluto: Aristóteles señala bien a las claras que es sófo el inte-lecto el que viene de fuera, y esto puede explicarse sin necesidad de establecer una dua-lidad de sujetos (uno que constituye por sí mismo el intelecto, y otro que está constituidopor el cuerpo y las almas vegetativa y sensitiva); en realidad, esta dualidad rompe la esen-

cial unidad del individuo, y va en contra de la psicología Aristotélica, por cuanto que enDe anima II,, 3, 414b27 (t. 31) dice que las almas superiores tienen en sí mismas poten-cialmente las inferiores, como las figuras geométricas más complejas contienen las más

simples en sí mismas, pero potencialmente. Precisamente con este texto como referen-cia, Tomás señala que el cuadrado es en especie una forma distinta del triángulo, perono lo es con respecto al triángulo que tiene en sí mismo en potencia; por ello se puede

decir que el alma vegetativa, tomada por sl misma, es distinta en especie del alma sen-sitiva, y tiene una agente productor distinto; ahora bien, cuando concurre potencialmenteen el alma sensitiva ambas poseen un mismo principio agente, que es capaz de desen-volverse en dos niveles, el meramente vegetativo y el sensitivo. Esto mismo vale igual-mente en el caso del alma intelectiva:

oSi ergo sic dicatur, quod vegetativum et sensitilatm quod inest intellectivo, est acausa extnnseca a qua est intellectivum, nullum inconveniens sequitur. Non enim incon_

veniens est, effectum superioris agentis habere ürtutem quam habet effectus inferiorisagentis, et adhuc amplius; unde et anima intellectiva, quamüs sit ab exteriori agente,

habet tamen virtutes quas habent anima vegetativa et sensitiva, quae sunt ab inferiori-bus agentibusn ''.

Así pues, en comparación con el alma sensitiva y al alma vegetativa, tomadas en esen-

cia, el alma intelectiva tiene un principio agente externo, y esto es lo que queía decirAristóteles cuando señaló que sólo el intelecto viene de fuera, pero sin que haya que lle-gara la conclusión de que en el hombre hay dos formas específicas; en realidad, hay unasola, que debe su naturaleza en última instancia al acto creativo de Dios, el cual nos otor-ga un principio informante superior; este principio puede desempeñar, sin embargo,todas las funciones ütales que poseemos, tanto la que no requiere de órgano corpóreo,como las otras que sí lo necesitan.

Teniendo como referencia este esquema interpretativo del texto aristotélico algunosconcurrieron en la disputa en torno a la inmortalidad del alma. Efectivamente, ya el pro-pio Santo Tomás había señalado que el hecho de que el alma humana intelectiva sea ensu operación propia independiente del cuerpo implica su naturaleza subsistente como

'6 ToMAs, De un¡tate infellectus contra Averois¡as, cap. I , co.

PENSAMIENTO, vol. 69 (2013), núm. 261 pp. 979-10m

substancia inmaterial, y como tal no puede ser generada de forma natural' sino sólo por

un acto creativo de Dios: nPonere ergo animam intellectivam a generante causari' nihil

est aliud quam ponere eam non subsistentem; et per consequens corrumpi eam cum cor-

p".. si ii;; há-"ticum est dicere quod anima intellectiva traducatur cum seminen 17'

'"- ll^iii"r¡n"bía criticado esta concepción señaland o que de facto caia en el mismo

"-át ""1 q* lt.Ulan caído los averroistas, es decir' en el de romper la integral unidad

á"t r". ft,r-uno, p"es supone integrar en un mismo sujeto dos formas substancialmen-

t" áif".".rt""; "¿ió

¿os sutstancias distintas pueden, al fin y al cabo' tener dos formas de

onerar esencialmente distintas entre sí, una independiente del cuerpo, y la otra depen-

ái""i. J"-!f ¡¿.Jr, .,o ., .oh"."rrt" con Aristóteles afirmar que el alma intelectiva

hr--u p""a" "p"rar

con independencia absoluta del cuerpo' puesto que el mismo Esta-

;;;;;"i"-;"tÁ""ia-.nte clu.o que el inteligir humano requiere inicialmente de las

i*ág"t ". sensibles, y sin éstas no itt"de e" modo alguno alcanzar conocimiento algu-

"r. ñá. i. .u"a, f" i*ultad intelectiva humana, si bien tiene una menor implicación cor-

pá.".,-"" J"ju á" tenerla y por ello es' como el resto del alma' perecedera'''

Ahora bien, el propio Pomponazzi debía enfrentarse al texto en el que Aristóteles dice

qll".iirri"i"",á rri"ne'de fuera- Brevísimamente lo hizo e n el De immortalitate animae de

ilto, ."¡.lu.r¿o "ntonces

que si Aristóteles dijo que la mente üene de fuera fue o bien

;;;;;;;;;;;""sando en la mente per s¿, no en la versión depauperada que le corres-

ior,á" d "". h.l-uno, o bien porqueno lo estaba diciendo en términos absolutos sino

i;;;;t,';i;;,t*mente, et alma intelectiva humana participa en mavor medida de

iu di.rir,idud "., "o-paración

con el alma sensitiva y con la vegetativa' según un cierto

orden de perfección ''."' -ó;;J ;i;;rpretación se levantaron voces relevantes en el transcurso de la polé-

-i* q"" t"t"it. a escrito de Pomponazzi Esto hizo que éste se viera obligado a afinar

-.rlt ó -a. ",, i,ri"io al respecto en las obras apologéticas que escribió con posteriori-

dad. Más tarde analizaremos estos textos Ahora nos detendremos en las crÍticas que

á"rá" "i

¿ÁUi , ¿"1 tomismo se formularon a la posición de Pomponazzi por lo que se

refiere concretamente a la cuestión d el noús thirathen ' Para ello nos serviremos de las^fi;t;";;

¿.t;".t Contarini y de Agostino Nifo, dos nombres de gran peso doctrinal y

"-t'#,ico ."v* ..g"mentos Po-po"azzi no pudo en modo alguno pasar por alto'

óo-"nt.ndo pá, "l

primero, antiguo discipulo de Pomporrazzi' al que' a pesar de la

pol¿--i"u, ti*p." "stuvo

unido por lazos de afecto y amistadro' su reíirtación de la tesis

r. M. cARcfA VALVERDE . EL DEBATE soBP-E LA INyg!I!Lt2!2 !!! !!11! !!9 tyl 985

'1 ToÚl¡', Summa theologica,l, q.I18, a 2'c" ¿;.';;;;;;;;; i'., t;immoiotitat" an¡mo"' cap' 8, rf 43va-44va (trad cir'' pp 4s-ól) . ,,.' f UiaÁ. ."p. e. f 45vb {rrad ci¡ p 8ot Cumque ulterius.dice.batw ipsam venirc de lons lnt?ut'

*,¿r-'",t ,i'^"r1" r¡^plic¡ter' non u¡ huÁaiaivet "i

ú humarc' ¡ntelligendum et non absolute' sed quod

'¡n ii¿¡n" od t"rt,t¡uo- eI veeetativom magis pa'liciPal dP divin ak"' ";"'ó"",Jria..";peñ¿

diferentes cárgos priÉlicos en su ciudad natal, venecia, enrre los cuales des-

tr"..t p'.p"f "á-..-tálaáor

en ta Cont aé Cattos V, en donde defendio la alianza de Venecia con Fmn-

cisco I rev de Francia. Tambien como reprcsentante de su ciudad paÍicipó en las rcuniones que dieron

i;#; i;il;;;;;';" ¿. i"--, .' u b* larios Esrados it¿lia;s v Franc¡a se ál¡aron en contra del

.T".r.ao.. fn t528 fue enviado como e;baiador de la Liea a la Cone del papa Clemente Vll con ins-

i."|.ái'* a" ,i''..i",,'.,--1,, á.ni- a" u .¡Lu¿, iiga. No obsrinre, en ts3o asisrió en Bolonia a la solemne

....r".il" J. c*1"" V. A su reg¡eso a venecia; como reconocimiento a sus tmbajos en beneficio de la

"irá.á, i"" li"-"á" , ¿esempena'r alto".argos adminislmtivos y posteriormente tue nombrado miembro

;.ji";"d".;;G3s tue elevarlo a la dtgnidid de cardenal, pese a su condición d€ laico, por elnuna raulo

ilt. I "."1. ¿. ""ri _icia una larga y -densa

carrera eclesiástica que le llevó a figurar enrre los denomi-

"ial,.G"iüii.i."r.*" á" i. árá.-" i.terna de ta rglesia Romana; tue nomb¡ado p¡esidenre de una

.oÁl"ioii q"" ¿"1"e¿ "l

propio Papa para estudiar los procedimientos más adecuados de dicha reforma'

PENSAMIENTO, vol. 69 (2013), núm. 261pp.979-1000

FI, DEBATE SOBRE LA INMORTALIDAD DEL ALMA EN EL XVI

mortalista de su maestro se fraguó inicialmente en un escrilo De immortalitate enimae

q,-r" ."-i iO a f"..tto y que éstelublicó anónimamente como anexo a su -Apologia' publi-

ciáa en 1518. l,t¿s tarde, sin embargo, el propio Contarini se animó a editar su obra

a-pliad. en dos libros, el primero de los cuales recogla el escrito remitido anterior-

-"i-rt"''. Er, é"," ," asumla ¡e entrada la concepción tomista que afirma la existencia de

formas que son, al mismo tiempo, substancias por sí mismas subsistentes y actos del

""..p". É"- C."t-ini esta posi¡ilidad interpretativa merece, al menos, una considera-

ciOn detallada, más allá de lá cltica que Pomponazzi le habia diigido en el De immor-

talitote'. Su opiniOn es que desde un punto de üsta rigurosamente aristotélico es más

que razonable, y para sostener esto se sirve de la relación entre las Inteligencias celes-

i"", q,l" "ot

t"Áá" subsistentes por sl' y los cuerpos celestes en los que causan un moü-

ttti"il .i.""tu. ","rno;

así, desde este punto de vista, se constata la existencia de enti-

áuá"" "+".uau" "

independientes que ámbién ejercen la función de forma informante

i"inur.io" ot¡qu¡dque al mismo tiemp o es unquo aliquid) Contarini considera que este

-i.-o u"ai"it p""áe ser aplicado también al alma humana, al menos en su manifesta-

"i¿" -j" p"*""iu, el intelecto. Para ello estudia de manera detallada las dos operacio-

,r"" qr" t" p"tt"tt "en

propiamente y de forma caractelstica a nuestra alma' esto es' inte-

iini. u o.r.Lr. para Cántarini, la t""i. d" Potnpott ""i

de la integral materialidad de las

d.,.íori., ur,l^i.us humanas no logra en ningún momento socavar la evidencia de que'

po.,.rn lado, el itttelecto es capaz de pensar todas las cosas, las-materiales y las inmate-

iái"r,l ""o'i-pti"a

su propia inmaterialidad y su subsistencia'?r; y, por otro lado' que la

uof"",á¿ a"""" "o-o

filn el sumo bien, que no puede ser alcanzado en esta vida' y por

ello nos remite a otra futura, Terreno más inestable era, sin embargo, para contarini el

á" iu lotttlO".""lOtt de la preexistencia del alma y el de su condición como entidad sepa-

rada del cuerpo; aquí la razón humana sólo puede avanzar hipótesis y conjeturas incom-

pi"á. v, pt. áfá, ti"cesitadas de la luz sobrenatural, la cual explica en toda su amplitud'uq".Uá q"" el hombre, con sus propias capacidades, apenas es capaz de vislumbrar"'

ecisa-ent en esta clave interpretativa piensa Contarini que hay que entender el texto

en "ique

,lti"tOt"les manifiestamente declara la procedencia externa del intelecto huma-

no. En su opinión son intrínsecamente válidos los argumentos que dio Tomás para esta-

blecer el origen por creación divina del alma humana, pero en todo caso estos argumentos

". ""^"ltí." '"1".

una pmeba indirecta y requieren, en todo caso, el refuerzo de la fe'

i. -i"-t qrr" ,to pudo tener Aristóteles; por ello es fácil encontrar entre sus afirmacio-

nes ciertas contradicciones achacables a las dificultades que la propia razón tiene cuan-

do se enfrenta a cuestiones que están más allá de sus capacidades's'

Entre otÉs actuaciones destaca el hecho de que lgnacio de Loyola lo reconociem como uno de los pro-

-.ü*" -¿" i-p."."tes en Roma de la creaiión en septiemb¡e de 1540 de la Compañfa de Jesúsi El t"*to

"r, "r, irrt"gridad está recogido enl^s opera omnia de contarini publicadas en Parls en

I SZ f ; "*otó"-"* ."f"*áos al primer lúro, que es el que Pomponazzi conoció y al cual replicó en la

e"rir"J' i. Ji"*-." for b.diclá" d. los r'ccutus acutissimi de 1525, en donde aparece bajo el título

iractitus Contradictoris, ocuPando los folios 75 -80vb'- "-J'--éf. it**ott courrc|ri V '.LApologia: Bilanci, Anticipazioni, polemiche'' enP PoaPoÑ^zzt' Apo'

loeia, tntrod. trad. e comm. di V. PERRoNE, Florencia: Olschki, 2011' pp x\'.In-xrx'

" cf. Coñ^Rri¡r, G. , De immortalitate a¡iÍrae' ed ls25,f 79ra'

' Ibfdem, ff. 7óra; 78rb.

" s"gtln i"tnpo"""ti 'lraú? eñ sú Apologia, Contarini le remitió una carta' al-margen de su propio

"r"¡¡o o"'¡i*o¡oi¡tote animae (cf. Pontá¡t¡zlt,P., Apologia,l' cap T' ed l525, f ó4vb), en la que se refe-

rla e*plicitamettt" al f."gm e'¡rto de D¿ genetatione aninalium II 3; aqll señalaba' en efecto' que' aunque

." orráa. "abet

u trav¿s áe h razón natural que el alma es inmortal, es mucho más oscu¡o el tema rela'

"i"'".i"-."" "i**J. a.f alma después de la muerte, y con su oúgen previo a la gener¿ción del individuo,

PENSAMIENTO. vol. 69 (20'13), núm.261 pp. 979-1000

J. M. GARCIA VALVERDE , EL DEBATE SOBRE TA I N MORTA]'] DAD DEL ALMA EN EL ){YI 987

Este mismo argumento de la impotencia de la razón lo hallamos también en Agosti-

no Nifo, otro de los que desde una posición tomista se enfrentó a Pomponazzi'?ó. Su escri-

to, repleto de una densa erudición, fue el único al que el Peretto dedicó en respuesta una

obra completa, el Defensoium, publicado originalmente en 1519. Dos ideas atraviesan

de parte a parte el De immoftalitate animae de Nifo". En torno a ellas se agrupan la enor-

me cantidad de contenidos de la obra, cuya finalidad va más allá de una respuesta sis-

temática a la obra homónima de Pomp onazzí. La pimera idea congrega la mayor parte

de los capítulos y podría muy bien formularse de esta manera: Pomponazzi no es un legí-

timo aristotélico, y no lo es porque su lectura de A¡istóteles es superficial, inexacta o

conscientemente tergiversadora; no lo es, además, porque interpretó mal el pensamien-

to de las grandes luminarias del aristotelismo: se equivoca con respecto a Teofrasto,

Temistio, Simplicio, Averroes, Tomás, etc. La segunda idea se articula dando primera-

mente la razón a Pomponazzi en cuanto a que el discurso sobre la inmortalidad del alma

debe tratarse, en efecto, en dos terrenos diferenciados, aquel que se circunscribe al dis-

curso físico y aristotélico, y aquel otro al que Nifo se refiere como discrrrco verdadero o

discurso según la verdad, que se remite en última instancia a la verdad de la fe revelada'

No obstante, Nifo quiere demostrar que esta disparidad de discursos no implica, como

Pomponazzi entendía, una contradicción; no implica Ia formulación de dos verdades

diferentes, ni tampoco la carencia de apoyos racionales, físicos y aristotélicos del segun-

do. Esta idea le lleva a proponer una especie de refundación tomista del dogma de la

inmortalidad del alma por la que se plantea de un modo que pretende ser sistemático las

grandes cuestiones derivadas de la pregunta por el destino post morfem del alma: aquí

es cuando Nifo repite una y otra vez que lo que está a nuestro alcance de esta cuestiónpodemos conocerlo bien sea por conjeturas fundamentadas en la filosofía natural o, en

iodo ca.o, por snposiciones que no se contradicen con los postulados bien establecidos

de la filosofía natural, es decir, de la doctrina natural de Aristóteles. En definitiva, se

trata, por un lado, de deslegitimar a Pomponazzi precisamente en aquello en que había

fundamentado su discurso, la correcta interpretación de Aristóteles y, por otro lado, se

trata de cerrar el peligroso abismo que se había abierto entre Ia fe y la razón-

Concretamente en el terreno de Ia exégesis de los textos aristotélicos, Nifo va anali-zando la lectura que Pomponazzi hizo de conocidas autoridades aristotélicas relativas

al origen y la naturaleza del intelecto y, en general, de la facultad intelectiva humana. Enese recor¡ido el Suesano se detiene a analizar con gran detalle el pasaje del De genera-

tione animalium que nos ocupa. Para él hay que poner los ojos en las palabras de Aris-

tóteles aquí para deterrninar qué opinó verdaderamente y sin ambages acerca del origendel alma intelectiva. Para dilucidar esta cuestión del origen del alma intelectiva, el Esta-

y por eso Aristóteles se contradrce en varios lu z^re* en Metafísíca xII, 3, 1070 a 20-25 señala que el alma

comienza con el cuerpo, mientras que en D¿ 8¿neratione animaliufi II, 3, 73ób25-28 dice 10 opuesto.

'" Un exhaustivo informe de Ia bibliografía de este importante aristotélico renacentista, que fue Prc-fesor concurrente con Pomponazzi en Ia Universidad de Padua, para llevar después una ca¡rera acadé-

mica distinta de la del Peretto, puede encontrarse en DE BEdIs, E ' Bibliografia di ASostino Nifo, Floren'

cia: olschki, 2005. Por ot¡o lado, con respecto a la evolución del pensamiento d€ Nifo, que pasó de unincipiente averroísmo hasta unas posicion€s mrás afines al tomismo, véase SPRUIT, L., (Introdl¡ction', en

AcosrrNo NrFo, D¿ ir?t¿ll¿c¡¡r, L. SPRUIT (€d.), L€iden: B¡ill, 2011 Finalmente, con respecto a la polémicaque protagonizaron Pomponazzi y el proPio Nifo con motivo d€l debate sobre la inmortalidad del alma,véase GARcla VaLVERDE, J. M., .Nifo v¿,'srs Pomponazzil la discusión exegética sobre los textos de Aristó_teles,, en scARBr, M., Pletro PomponazzL Tradizione e dissenso,Floreflcia: Olschki, 2010, pP. 18l-214

'? Hay una edición recienie de este texto, que es por la que 1o citareños. NtFo A., L'immottalitd dell'aima contro Pomponazzi, ed. biling. de J. M- GaRcla VaLWRDE y F. P. RalMoNDI, Milán: Nino Aragno, 2009.

PENSAMIENTO, vol.69 (2013), núm- 261 pp. 979-1000

J. M. GARCfA VALVERDE , EL DEBATE SOBÍIE I-A I N MORTALIDAD DEL ALMA EN EL XVI

girita parte de la consideración de que el semen que se proyecta en el útero estáya arj.i-

mado, de forma que posee ya por sí mismo, al menos, el alma vegetativa. Posteriormen-te, a lo largo del desarrollo del feto, se materializa la segunda de las facultades anfmicas,es decir, el alma sensitiva, que es por sf misma perfeccionante de algunos tipos de seres

vivos, pero no lo es propiarnente del ser humano, ya que lo que verdaderamente consti-tuye la forma definitoria de la condición humana es el alma intelectiva, que acude enriltimo lugar en el proceso de formación generativa. Inmediatamente se pregunta Aris-tóteles si el alma intelectiva proviene del semen o, por el contrario, naccedat extrinsecuscreata ab ipso Deon'8, La cuestión es planteada desde un triple punto de vista, ya que

Aristóteles dice: (por lo que respecta a la inteligencia, cuándo, cómo y de dónde recibensu parte los seres que participan de este principio presenta una gran dificultadn. La res-puesta a cuiíndo se produce el advenimiento está ya aclarada: en último lugar del pro-ceso constitutivo. Las siguientes cuestiones son ya más difíciles. En primer lugar, saberel córzo es responder a la crucial pregunta de si el alma intelectiva procede, como lasotras, del semen; y, en segundo lugar, saber de dónde es conocer si üene de Dios o vienedel cielo. En todo caso, dice Nifo, antes de avanzar en la aclaración del pensamiento de

Aristóteles hay que tener bien presente que cuando él habla aqul de intelecto, inteligen-cia o noús no debe ser entendido como una parte del alma intelectual, de tal manem que

sobre éste se este formulando las anteriores preguntas, sino como el alma intelectiva ensu totalidad, y ello porque el contexto deja bien a las claras que se trata de una diluci-dación del alma intelectiva como forma informante y constituyente del ser humano, y lasolución que se da a los interrogantes que se han suscitado es aplicable únicamente alalma intelectiva, y no a una posible parte de ella.

Por otro lado, Nifo pone el acento en señalar que la aclaración de estas cuestiones es

para Aristóteles algo de gran dificultad y a lo que sólo cabe una aproximación parcial: élmismo promete afTontarlas hasta el límite de sus fuerzas. En todo caso, intentando darrespuesta a la cuestión de cómo se produce la actualización del alma intelectiva, Aristó-teles se pregunta de inmediato si todas las almas se actualizan en la semilla sin existirpreüamente antes, o existiendo ya, o existiendo preüamente unas y otras no. Ademiás,

si vienen sin existir antes, habrá que saber si, aun careciendo de actualidad prerria, se dasu potencia ya en el semen, o no. A partir de aquí

-continúa interpretando Nifo- Aris-

tóteles, que da por sentado que todas las partes del alma se actualizan en el proceso degeneración natural sin existir preüamente, dice que es necesario saber si vienen todaslas almas de fuera (y añade aqul Nifo "scilicet per creationemn)", o ninguna, o unas sly otras no. En respuesta a esto dice que no todas pueden venir de fuera por la razón evi-dente de que la operación que propiamente ejercen no puede darse sin el cuerpo: aslcomo decimos que la facultad de desplazarse localmente no se da sin el cuerpo, así deci-mos que ella no puede venir de fuera, ni tampoco puede anteceder al cuerpo, ni muchomenos ser separable de é1. Por consiguiente, estas almas nno son hechas antes del cuer-po, como dice Platón, ni existen en el cuerpo en acto bien sea emigrando de cuerpo encuerpo, como los pitagóricos --dicen-, bien sea teniendo un estado de latencia, comodijo Anaxágorasn'o; todas estas hipótesis reciben una única respuesta: antes del semenno hay nada, ya que es mutati cibi eÍcrementum', esto implica que antes del semen nohay alma, lo que significa, a juicio de Nifo, que antes del cuerpo no pueden ser hechas

" lbfdem, p.202.

'" Ibfdem, p. 2M.' Ibídem.

PENSAMIENTO, vol.69 (2013), núm. 261 pp.979-1000

J. M. GARCIA VALVERDE . EL DEBATE SOBRE LA INMORTALIDAD DEL ALMA EN EL XVI

las almas. Por ello precisamente, Aristóteles, ante la evidencia de que no todas las almas

surgen del cuerpo, resuelve la última cuestión a la que había que dar respuesta, y dice:

Restot igitur intellectum sohtm extrinsecus accelere, et divinum esse solum. De modo que,

para Nifo, la solución puede expresarse en los siguientes términos: Est iSit¿{/ s olutio inte-

llectus non est factus ante corpora, et non venit ex corpole: ig¡tur renit eatrinsecus creútus

a Deo't.

3. LAS INTER"RETACToNESA\aERRolsrAs

Naturalmente, también desde las filas averroístas se levantaron escritos en respues-

ta al De immortalitate animae de Pomponazzi. Recordemos brevemente que éste habfa

dedicado un espacio considerable a refutar la concepción de la unidad del intelecto en

base a dos argumentos que más adelante en la obra utilizará igualmente en contra de

Santo Tomás. El primero era que cuando Aristóteles habla definido el alma como la per-

fección primera de un cuerpo fisico y orgrí'nico lo habla hecho de una forma absoluta-

mente normativa y válida para todos los niveles anímicos; el segundo residla en el hecho

de acentuar la dependencia que tiene nuestro pensamiento de las imágenes sensibles.

Sobre estos fundamentos, que Pomponazzi considera extraldos del núcleo central de lapsicología de Aristóteles, se formula la refutación de Averroes: para demostrar la sepa-

rabilidad del alma intelectiva, y, en consecuencia, su inmortalidad, es condición nece-

saria y suficiente que posea alguna operación total y absolutamente desünculada del

cuerpo. La razón es clara: dado que la actividad depende de la esencia, si somos capa-

ces de encontrar una actiüdad en la que el alma intelectiva no dependa en modo algu-

no del cuerpo para llevarla a cabo, entonces estaremos en disposición de afirmar que ella

misma es independiente de la materia, separable y finalmente imperecedera' Ahora bien,

a la hora de encontrar una operación de ese tipo había que tener bien presente la cláu-

sula de la no dependencia del cuerpo, porque no se trataba solamente de que el intelec-

to en su realización no dependiera de ningún órgano, es decir, que no necesitara del cuer-po como instn.rmerrto (ut subiectum), sino que además debía carecer por completo de

toda relación con él: este requisito implica que esa actiüdad no pueda darse a partir de

las impresiones sensibles, las cuales no pueden convefirse en su objeto. En resumen, si

se trata de afirmar la separación y la independencia del alma intelectiva, y en conse-

cuencia, según el razonamiento de Averroes, su carácter universal y único, habrá que

encontrar una actiüdad que no dependa del cuerpo ¿¿l s ubiectum, ni tampoco ut obiec-

farn. ¿lPuede acomodarse una operación de este tipo con lo que Adstóteles sostiene en el

De anima? I-,a respuesta de Pomponazzi es evidentemente negativa:

uouodsi sic est, unde igitur est, quod A¡istoteles attentum faciens auditorem in pro_

oemio De anima dixit "Necessarium est praeiotelligere de suis operationibus", subdit_que, "si intelligere est sicut phantasia vel non sine Phantasia, non contingit ipsum sepa-

rari?" Quare ad concludendam separabilitatem inseparabilitati oppositam oportetconiunctim sumere neque esse phantasiam et in aliquo sui opere non dependere a phan-

tasia; et per consequens non dependere a corpore tamquam subiecto neque tamquamobiecto, saltem in aliquo sui opere; quod est oppositum concessi' rt.

" Ibldem." PoMpoNÁzzr, P., D¿ i mmortalitate aninae, cap. 4, f. 42\a (tad. cit. , p. 29').

PENSAMIENTO, vol. 69 (20f3), núm.261 pp. 979-'1 000

El argumento de Pomponazzi descansa sobre dos pasajes del De anima q.ue mani-

n."tur, .ár, .lu¡dud cuál ei el pensamiento de Aristóteles sobre la actiüdad más perfec-

i. á.i .ft".i ""f""do la hipótesis disyuntiva del libro I según la cual no será posible la

."p..J¡ifiJ.a ¿"f .1¡¡¿ ¡¡¡e1gq1¡v¿ "si el inteligir es imaginación o no se da sin la imagi-

.,u'"¡Orr" ", .on ta ufirmación rotunda en el libro III de que el alma no piensa sinel con-

",riro d" i-ag"n"r3o, Pomponazzi, mediante razonamiento lógico35' niega la posibilidad

á"1""m"Á1¿"a po. lo qrr" ""

."fi.t" al alma humana' la cual' como las demás almas

J" lo. .ni-ule., ac"bu ¡l,ttiu-"ttt" ton el cuerpo del cual es perfección'--

nu"-n uu¡o. uu.aróístas los que decidieron, como hemos dicho anteriormente' levan-

ta. "r.¡i* l.-pfetos o incluyeion en sus obras comentarios en contra de esta inter-

;;";;ft;"-"orá.,eos ai p.opio Pomponazzi tueron Luca Passicioru v el célebre'lvf.i.urrrorrio Zi-u* , attor delas iabula et Dilucidationes in dicta Ar¿stotelis et Averrois '

¡"t" Afti-o, ""

f. obra que acabamos de citar, enormemente útil incluso hoy para tener

;;;;.;;;""tario aristotélico en cada una de las disciplinas filosóficas' insiste en

-a" a",rrrt í"u"iOtt en la idea de que la interpretación de Pomponazzi se encuentra fuera

á" üúi" fif"..fía aristotélica, pues no admite una intermediación entre las formas

"¡*J"* v f"" -"teriales". Por oiro lado, e'.r cuanto a la necesidad que tiene el inteli-

"i" rrl"-""á a" f"t imágenes sensibles, argumento en el que sustenta en gran medida la

i..tr "átto.""-"na

d"e la integral mortalidad del alma humana' zimara señala que en

i." piü"'"i.)(,* ae Aristótele;e manifiesta una neta diferencia entre la naturaleza del

inie'le"io y la d"l alma. Precisamente, el rexto del De generatione a-nímalium lI' 3 es apor-

tado coml prueba (entre otros textos de Aristóteles) de que el intelecto no puede ser pues-

il u"i"i"-.i"-" a"fir,i"iór, d" .l-u que el resto de facultades anímicas; ésta es, aiuicio

á" 2l-u*, tu u".¿"dera ortodoxia aristotélica: 'Nam omnes Peripatetici notant ex mente

Á¡riot"ti"'irrt"ll".tum abstractum qui de foris accedit, non esse animae potentiam, sed

""r" .t,t"t^rrtiuan qttandam longem pulchriorem quam sit anima-' " Por lo tanto' han de

,"iiu.iu¿* ¿" "o

aristotélicoi aqueltos que no aceptan esta substancial diferencia'- -

Entre los a*,erroístas posteriores a Zimara hubo figuras destacables que empuñaron

lu pl l-u pura a""pondeia Pomponazzi a través de escritos levantados e'r professo cort-

¡ra el De immortaiitate animae. Así, e\contramos, por eje mplo,la Disputat¡o de intellec-

ii, iu on¡ immortalitate de Marcoantonio Genua o la D¿ anima r&tionali peñpatetico'lir""i*¡t

a" fr""cesco da Vimercate' publicada en 1543 y cuya segunda cuestión está

i"i"ó.-""," dedicada a refutar la posición de Pomponazzi Enestas obras encontra-

-or-d" ,tr..r"t o ."f"."ncias explícitas al debate sobre la cuestión delno4s thirathen' Con-

r. M. cARclA VAL\T,RDE , EL DEBATE soBRE LA tNMoY44!422!!i!4!:!:!!!

" ARIsrór€LEs. D¿ ¿t?., I, l, 403a8; trad ¿if! ARIsrórELEs, De aÍ., III, ?,431a1ó; trad cit

" siJi"j."." J"r -.ao áe iormul.¡ moderno, lo que señala pompon-azzi€s sencillamente que, esta-

bb.td;l;;;;;;;-.f | "o-o .o"alfi"n que impiica la no separabilidad del alma' ésta puede afir-

-..r" "*"r"i. .o¡o .f ,r"g-oo" t. p-po.i.ion éondic'ionante, y esta negación (-(p q)' por las leyes de

i" ü""""".-fr" *"f". "rai.ono.idus

áe"ie h Antigúedad, se cónvierte én la negación conjuntiva de cada

fi'';:;;;;;;"-; - lo,,á; iui-."... q"e, p; que el alma intelectiva sea sepamble será necesano

Ii]l ii *". ,ir"J"".,á, nii.ñJ, á" ru inluitnacion: aho* b¡en, como quiera que ArisLóreles señale que

:iliil;;ffi";; ;.. au in ru, ¡,n¿e.n"rluno de los dos requisiros se incumple y por ello hay que con-

cluir la -no

separabilidad del alma intelectiva-*;- A;iÑ;;;;', ¿ ., L;immonalitd del|anima nel Rinascimento, Turfn: Societá Editrice Intemaziona-

le, 1963, pP 3l9-320"';--iÍ.'2,"^*i,u.,IabulaetdilucidationesinDictaAristotelísetA1)er'Nuncrecensrecognita 'vene'tiis, apud V. Valg¡isium, 1564' f. 3va

" Ibídem. f.74ra

PENSAMIENTO, vol. 69 (2013)' núm 261pp. 979-1000

I. M. GARCIA VALVERDE, EL DEBATE SOBTIE LA INMORTALIDAD DEL ALMA EN EL XVI 991

cretamente en la D isputatio de Genua, inicialmente insefa en la pafe final de su comen-

tario al libro III del De anima, y posteriormente publicada póstumamente en solitariopor uno de sus discfpulos ]x el argumento aduersus Pomponatium se desemrelve en torno

i la idea de que el alma verdaderamente intelectiva sólo puede asistir al cuerpo huma-

no, cuya verdadera forma es el alma cogitativa, íntimamente vinculada a la sensibilidad;

para Genua, pues, el alma intelectiva se vincula a la facultad cogitativa como el capitán

al barco que gobierna, o como la Inteligencia a su esfera, es decir, a través de su opera-

ción, sin constituirse en forma informante, sino sólo asistente; ahora bien, esa opera-

ción, es decir, la actividad intelectual, sólo parcialmente puede considerarse humana; en

realidad, se trata mfu bien del vínculo que permite transitar desde la unidad específica

del ser humano hasta la unidad completa del universo. Precisamente éste es el elemen-

to central de la cútica que Genua hace a Pomponazzi: el inteligir, teniendo como objetopropio la realidad inmetadal, no se ve afectado por la ligazón que circunstancialmente

tiene con la imagen sensible{; si no fuera asl, y ----como Pomponazzi sostenía- este

hecho fuera definitivo para concluir su carácter material y perecedero, se rompela el

carácter mediador del alma humana (el cual era afirmado por el mismo Pomponazzi)

entre la realidad inmaterial y la material, y con ello se estableceía un hiato insalvable

entre los distintos niveles ontológicos del universo.La misma doctrina acerca de la naiuraleza independiente del intelecto encontramos

también en Vimercate. En su caso, la posición que adopta sobre el debate acerca de la

inmortalidad del alma es compleja. Enla Disceptatioo' sostiene al modo averrolsta que

el alma intelectiva es acto del cuerpo sólo como forma asistente, no como forma infor-ma¡te: su naturaleza es independiente del cuerpo, y asl también lo es su origeno' Una

atenta lectura de D¿ generatione anim^liant II, 3 no permite extraer otra conclusión: uHis

s cf. Dr NApou, G., ¿'immonalitá tl¿\l'anima ftel Rí ascimento' cit,,pp. 348-350; NaRDI, B , Saggi, c¿l ,

pp. 399-404; K.EssrxR, E., "The intellective soul", en cH. B ScMrrr y Q. SXTNNER (eds ), Il¡¿ Cambtidge His'

iim of Renaissance Philosopáv, Cambridge: C.U P ' 1988 pp 523-527.o GENUA, M., Ir? ¡res libros Aristorelis de Anima etcactissími commertalii..., Venetiis, apud D. zenan¡rn

et Socios, 157ó, f. 188vb.¡1 VIMERCATE, F., D¿ a nirrú ratiotali peipateti.a ¿lisceptatio, en Commentarii in tertium librum Arist'

¿le anina, Fnncisco a vimercato Me¡liolanefis¡....eius¿lem ¿le anirna rationali periwtetica d¡sceptatio, P^i-siis, ex officina Ch. Wecheli, 1543.

': La posición de Vimercate ha sido cátificada de ortodoxamente averoísta (cf. DI NaPou, G , ¿ttl-monalitd iell'anima nel R¡nascimento, cit ,p.35l;NaRDI, B,S¿ggi, c¡f, pp.404-412) No obstante, si bien

se decanta por la unidad del intelecto Porque --¿ice eúla üsceptatio, cít., p 268- las r^zones que apo-

yan esta tesis son más eficaces que bs ótras y están más en conformidad con los principios de la filosoffaaristotélica, su posición no deja de tener un fuerte componente cítico e independiente. En efecto, él con-

sidem que pretánder acomodar los textos de A¡istóteles a una posición determinada al respecto de la natu-

r¿leza i la inmonalidad del intelecto es ir Irllás allá de lo que esos textos Pemiten: {Probant --¿ice- autem

omnes non dictis Aristotelis quae nulla de unitate aut multitudine, pauca autem admodum d€ origine sive

originis modo apud illum dJhac re aperta axistl¡nt, sed Étionis ex his" (Disceptatio' cít., p. 267'). Estas

cueitiones son tmtadas por vimercate desde una interesante perspectiva histórica: las distintas posicio-

nes en tomo al tema del intelecto son el producto de un desarollo histórico qué el mismo se enca¡ga de

sintetizar de la siguiente manera: (Dua€ autem in universum sectae de hac re inter se concertant, una est

Theophrasri queri imitati sr¡nt, Themistius, SimPlicius, Commentator, et qui eius doctrinam profitentur,quorum omnium sententia fuit intellectum humanum unicum esse in omnibus hominibus, qui iüis assis_

ieret, perinde ac sol sive eius lumen toti mundo assistit, illumque illuminans perficit, et ob eam rem aeter'num, qui non tunc incipiat, cum homines nascuntur'.. Altera secta est Alexandl'i Aph¡odisei, qui intellec-tus multiplicatos ad numerüm hominum posuit, et illos quidem cum corporibus incipientes, quem qüod

ad hoc sp;ctat, imitati sunt Algazel Arabs, divus Thomas et ex Latinis multi alii, quamvis de ipsomm inte-llectuum productionis modo ab eo admodum dissenserint, (p. 2ó7)

PENSAMIENTO, vol. 69 (2013), núm.261 pp. 979¡ 000

J. M. GARCÍA VALVERDE ,EL DEBATE SOBRE U I N MONAL]DAD DEL ALMA

verbis Atistoteles differentiam viúum animae, quod attinet ad communionem cum cor-

;;:, ;;;ii;;t"dti, atque di"isione "ommunissima

de modis quibus eas in corpore

esse contingit praemissa, eas corporeas esse et per se consistere non valere' quae cum

ñ;;d;;,';;""l"dit. r,,t"ll""tt'- tt't"m' quod actiones eius a corporis non pende-

;.;;";il;;;;" cum illis communicet' extri-nsecus accedere' hoc,est' non e materiae

iffi ;;;;;" ;;, qrr"Áu¿-"¿"- t"liquaewires- educi ' ¡r' Paravimercate el texto no

Duede interpretarse más que como pruebá del hecho de que el intelecto humano' para

ilr;;t.É;,'..-;;;.ntiaui ai'inu y !"parada del cuerpo: en efecro. aquí se habla preci-

""#"t*á1 óJr""ultades a"imlcáslá las que están presentes potencialmente en el feto

al"l"""pttJ¡i", v ".,u1"" ,o"

'"pt*bI"", y to t" p"tdt pt"tender interpretar el noús pre'

sente en estas líneas como una substtnciu ajena al proceso de constitución de un ser

humano. De esta m.rr".", p,,"", ú-"t* dirige sui durdo" contra Alejandro de Afro-

ili'ili" iíit.""á-""i" "l'tttt" "t pt"pi" pompJnazz-i)' por senalar que este intelecto es'

"" i"rr\4"a, "ii"i"r;",o

.g",,a" (pát ¡i"jandro identificádo con Dios' y por Pomponazzí

il;;;i;; il"x!"r,"á9' "t

inttttti" agente' en efecto' üene de tuera v no es extra-

iJ. a" i. 0",""Á a" ia mate¡u, como si lo e-s el intelecto potencial' que es el que le corres-

J"""*a" ot'.oj"^"",. al hombre' Ahora bien -responde Vimercate- esta interpretación

iuoone una tergiversaci¿n manitelta á"ii"*,o, p"""," q"e aqul Aristóteles no habla de

;1::, :.i#ili i;; v ii *. r.."ráa", propias, ias mismas que están ya potencialmen-

te en la semilla.

4. LAsINTERPRETAcIoNESALEJANDRTSTAS

La tercera gran corriente interPretativa que concurrió en la batalla exegética en torno

a los textos de A.ristóteles, y conciretam"nte en tomo al ¡exto del De generatione aníma-'

liarz sobre el que e",t-o" ptoy""iu"áá el foco de atención en este escrito' es la que está

conformada por aqu"tlo, qt" 'oitJt "t la concepción del alryd: A"iTg.*lTdi

.i." ü -"jo. -.rr"i. de interpretar la psicologla de Aristóteles' Todos estos autores corn-

.iiir" ""'"it.,""tt

tl que todas üs ia'cui*dá t'Lul"" tienen un mismo origen natural;

;i# ;i"g;t ;ú." ""ta

i""o'á" iu ¿efinición que Aristóteles da de alma en el libro

seeundo del De animo' y c) qu", fo"anto' tl "lma bumattu es' como forma informanle

l:i:l;;;i*;;;;"1r"ái ¿r'v' páiar"' perecedera* Esta concepción exisra' sin embar-

" VTMERCATE, F., D¿s¿ep tatio, cit , p 242

' ü;;e]il;i",¿il de ú psi;;lo;; de Alejandro de Afrodisias v desu inrluencia desde su época

hasta el Renacimiento pu.a" .nto"tt"r.tt !n "n

coípletfsimo estudio de Eckhard-Kessler recienLemente

oublicado: Kessren E., .¡¡.,,"nd.t ot 'lp¡'oiitiui -á hit oocl¡nt of Lht Soul l4OO Years ol t-asting Sig-

"¡fi.^nce'. en E¿¡tv Sc ¡ence and uea¡c¡ne iiiióifr'pp i-si' tonttttamenteJas tercera y cuarta parte de

:,:¿:l,']i;;;.*;J.uá", u t" p*"n'i" d" ¡leia¡áü en los sielos xv v x'r (Pp 2s-82) Kessler pone en

¿ü.lencia oue va antes de la aparlción aeti- i-*íJi"l¡*i" "¡*l* ¿e Plmponázzi en l5lo el aleiandris'

;J#á1:;;;':iltl{l¡:tl * l*imü*:'f"m":H:U,",*1,#Tif;iii:i1""tr':lá tnducción latina que el patrrcro venecn

cada en 1495). El debate ent e l'¡i'otetto Láü tl¿ió'r¿ósl v tu ¿l"tipulo Agoslino Nifo (1473-1538) es

:;:1i:;ñ:;b;;;;;; - ,o-o "

t" 'u'"ti¿n

Jla i"moáiidua del átma la presencia de la interpreta-

.ión de Aleiandro era vu ou,"n," "o tu trai"ii¿i'"itt" i*

"iel"" - v *t ("r k"ssrpR' E ' nAlexander of

ilffit";$;il;ü;n ""¡' sour' "ii np ro"' r t*l'^io'u'" r' n 'Nicolerto verrua a¡d Asostino

iÍ""ii;fi;ñ;;;pitod¡.i","1" un"o¡led'óispute''en Riüsta ctitica di storia ¿ella frlosolia 22 19ó8

oD. 2ó8-290). Por oro l"do, huy qut t";a"tiumbie'n que ha l¡abido importantes eitudiosos de la filosofía

H""á""¡.i" ..-. p. o. G.,.ir.. t'p"¿t-tln i"trolti. '"á ¡'.""¿asm in lhe Ligir ol Recent studies'

in Aristotelisrrú padovtno " fit"'o¡lo o¡"ái"iilx-.Áit¡ itt xit co"e'u* ¡"tetuaziohatc di filosolia ' fx' Rlo'

ré¡.ia: sansoni. l9ó0, p rsol v c oi rapáii ll;¡Á-i""itt¿ ¿¿rí"¡"* 'EI

Rinascimento' cit''w r33-r34

PÉNSAMIENfO, vol.69 (2013)' núm 261pp.979-'lm0

go, una solución a los textos de Aristóteles que hablan del intelecto como una entidadseparable, no mezclada, continuamente en acto y, por tanto, eterna; para estos autores,estos textos hacen referencia a un intelecto agenie tuyo .e. ,ro fo.ma parte de las facul-tades cognoscitivas individuales, y que esidentificado en atgurr^ olu"iorr".

"on Dios, tary como hizo Alejandro 05, o con algunas de las Inteligencia-s celestes. por otro lado, eratambié¡ urgente aclarar en qué sentido hablaba Aristóieles a,

" ioi, tt irotA"n de carác_ter divino (sólo él) y funcionarmente independiente del cuerpo. i..r""tio'era, desdeluego, crucial para aquellos que querlan desvincula. .adi"al-ent" el alrna humana detoda.injerencia sobrenatural y que querlan dar una explica"ion fisicu no solo a la cons-titución de los seres humanos, sino también al desenvolürrri"rrto á" ,,r" p.opias capaci_dade_s intelectuales. Así pues, no es de extrañar qu" a, a-,,

".r" pasaje desarrollaran

una frenética actividad exegética.Por otro lado, aunque todos estos autores coinciden en la idea de que el intelecto divi-no y eterno no forma parte de las facultades humanas ni interviene iirectamente en elproceso de generación natural, se observa una enorme variedad de perspectivas a la horade afrontar el comentario y la interpre tació\ d,el De generatione animalium.Esta varie_

dad es, a nuestrojuicio, incomparablemente mayor q:ue lu q,r" "rr*rria._o, en los auto_res de las corrientes rivales. Es cierto que está muy p.e"eni"

"l argumento de que aquíAristóteles no trata la cuestión del intelecto sino de unu -un".. dibit"tiu" v nada defi-nitiva, pero no es menos ciefo que todos ellos hicieron un ""o.-" ".t"".rJ irr.[i.o_tivo que se tradujo en un buen número de páginas centradas en ia cuestiOn. En estaspáginas abundan, porlo demás, las disquisiciones de carácter filológico, de acuerdo conel nuevo impulso que el conocimiento del griego clásico turro

"rrt." i3, .¡"totélicos espe_cialmente de la segunda mitad del siglo xv,r.

Ya hemos mencionado en este artículo la forma en que po rnponazzi a6ordó en eI Deimmoftalitate anim¿e la interpretación del noús thfratien. I-u tLÁJu a" que con estaexpresión Aristóteles se estaba refirien do a u\ intellectus pel s¿ que no cor.responde pro_piamente a la naturaleza humana y que no es causa eficí,ente d; la actividad intelectr¡al

y 278) qxe han negado que en Italia hubie¡a propiamente una oescuela, alejandrista, y sí en cambio auto_res que bebieron deras tuenres de ra interpreiacion que Arejandro hiz" ¿J'p.i""iáer. a"Aristóteres. pa¡aI¿s caracLenstica\ que comparreron lo\ arisrorelicos con"¡ierado, ¿1"¡.rJí.,"."""."r. ,"rn¡ien Nar¡Dr, 8.,Sr.¿BBi cil.. pp. 3o8-j69.

'¡ Cl ALETANDRo DE A¡¡.oDtstls, De anima,L.BRUNs (ed.), p. g9,10-21: .xai. émrv ó toroúroE voüE X(oQrfiógr¡ tioi dnflort< rar dg¡T4c d¡.¡.irr. o rawo arlr\u b,o'r"X-p,. i,fag oi,o, ü"anr.,. ,.n,of", ,. 1"n xor aú¡óE xoo.aúrov üv óLc roi'ro. ruv yao Évutruv €rótov oübrv Xoptoróv ij ),oyo ¡ovou i.i, qóopc" c, ur,i,u rinor rov cno ¡ tEú,!rE r{,e!ofov. a}.}.o 'rdi

dnooí<.6rr td ndoro" É,',*.," ,r ül,t-;, ; j;";ñ;;i. a,me¡6 or ou,ct ¡,¡Lr€¡üyÉvoE úlI rrvi. xoi. üó'cBtóq éorw. ÉveQyi,o ü,

""i .idos x;ai¿ ;;""*.E1. ,.", ¡lqr. -loúxov ó¿ óv::i:lllÍi:::*:::r1:::::"y:::ll'*'óxa xupi.cior'vo'ci."i.[J.]¡'""ii""ij'."a;.;;;^u, ,,¡mrtgos ouroc o voL,S rori rv r¡lrv rr xcl ú)¡roú.6r, év ftáorv ro roLoúv roü ,ráolovroe flluórrQov xor róx."ais úIrrE ro'ouv i'¡n' r "

y un rar in Lerecro esra separado u es i-pu"ibr.l no -riezcrado

con oLm co"a:propiedades todas gue el posee porque esra sep*"a. a" r" -",..i1.'eJ".i".ijo "n

.,..,.. ,.,,,,. oo.\i por esra ra¿ón: ninguna de las lormas unidas a una maLeria es sep*"Uf.,'. i" "i".;1.

.."ceptualmenre,pues la separacron de la mareria comnorta.su corrupción. p* r- frá", Á-á^¡ién impasible po¡queaquello que padece es en todo caso ta áateria y a ."É"t.rt". si."jo np"iüü.. *-.l"do con ninsu_na mareria es.rambien incorrupribte, porque es acro y forma sin por;i"i¿"á,.i ái.r, ",, _rreria. Ahorabien, Arisloleles ha moslr ado oue de ral nalur"t.ru ., f" ..r"n pJ...r. qr.

". ,"^¡¡* *

"ent ido propioinrelecro. ya que la forma rnmarerial es inLelecro en senrido propi". p"llff., .r,.'ir*l.cro riene malorvalor que aquel que está en nosotros, o sea, q,u. a ¡nt.f..t" _Jr.íuf, pr*.qr.ifJo* _ro" tiene en todo

::;Ji#::1j:i,r'. ,o que padece, y aque o que es,a tibre de mar..ru ."'-as ,}io"o que aquelto que

J. M, CARCIA VAL\¡ERDE, E¿ DEBAIE SOBRE L4INMORTAL]DAD DEL ALMA EN EL XVI 993

PENSAMIENTO, vot. 69 (2013), núm. 261 pp. 979-1000

J. M. GARCÍA VAL\ERDE' EL DEBATE SOBRE LA INMORTALIDAD DEL ALM

" Ibídem.

PENSAMIENTO, vol. 6S (2013), núm 261

humana, fue objeto, como hemos visto, de la crítica tanto desde el punto de vista de los

autores de tendencia tomista, como por los de tendencia averrolstas' en ambos casos per-

;;;;il;;i""i*u ut"rrtu d"li"xto en cuestión en el que Aristóteles habla del ori-

o". v el nosterior desarrollo de las facultades vitales de un individuo Este argumenlo

:::"1;ff;il;;-;;;;;.';i.' q"e, después de él' mantuvieron una posición ale-

iff;H jij ;;ú;i" ,"u.. L'i"-.""lidad dei alma o simplemente en su actividad exe-l$HXio,i'J;il.."-it"

J. m"tJt"rts, un formidable reto para nantener intacto el

nrincioio de que el alma humana, en todas sus facetas' es objeto de estudio de la filoso-

ilu n"t,r."l, y no d" la metafísica o Ia tec logÍa'"- n" "fX.-á"

pon po,,t""i lt t""'tión-ruelve a ser tratada tanto e..la Apologia de

151;;;;.;;i;¿íuo'ium de 1519 como respuesta en el -primer

caso a contarini' v

";;l t;;; ";.; u Nifo. r,, h apologia se repite la.ideav a fotIJllulada en el De immor-

'iliri1"r^á" ¿r-*" u ai"iniauá q"J"e le otorga al intelecto no es absoluia' sino rela-

tiva, en corresponden.ia con "u

tayor perfección con respecto a Ias otras facultades del

ffifi;;;i&;l"g¿, t" "tpri", ti" embargo' esta respuesta: el mismo Averroes va

i"¿ru-.'t*, I"i;'Ái"tot"t"", "ilLt" sensitia es constituida en su ser por la Inteli-

g"""i" .g;"," V p"r un motor extrínsecon'; por lo tanto' mucho. más se ha de decir eso

del intelecto humano, que es mas digno que la sensibilidad'.Ahora bien' igual que no

debemos suponer que ese origen "*á-o d" lt

""""ibilidad le reporte una naturaleza

;;o;;; ; ;J;""Aente del cluerpo, tampoco lo dehemos suponer del intelecto' En rea-

lidad, dice Pomponazti, .l que se áiga que la sensibilidad- es constituida por el intelecto

;;;i" ;á.b" :;;.;ders. Én tos t¿áinos de una creación o un proceso creativo direc-

r{)- sin oue concurTan las primeras cuatro cualidades ele¡nentales (nihil fit nisi ex m&te-

';;;;;:';;';;;;;;;)^"li"l'i'"'¡'"atutatis fit aquattuor quatitatibus prímis' vetomni-

bus, vel ali4ua ipsarutll"'t los seres superiores no actúan de manera inmediata en los

#;t:;ff;;Á:ino Áediante el mouimiento celeste' que hace la tunción de causa efi-

"i""i" -"J1"*. i ".ncluye finalmente Pomponazzi:-'sed pro tanto dicuntur fieri ab inte

llisentia et a motore extrinseco, quoniam plus de illis paficipant, eisque magrs assrmr-

üil;;d";;;iu-'f.oa',.ti""" quaituor qualitates primae magis se habent ut

iir,rri*"r,,r-, o.tu- in producendo ipsas primas qualitateso'3'

Pero es en el Defensoium en el qtte Pomponazii dedica más atención ya no sólo a

internretar esDecíficamente la proceáencia exierna del intelecto' sino a comentar el con-

Ho"iii ;;:;:it.,u "ttu uri'..'t"l¿n de Aristóteles se trataba' en efecto' de respon-

4". á Ñif. ""

a ,"-eno d" la pur""a "tegética'

aquel -en

el que Nifo le había lanzado el

guante en este como en otros mu"hos táos tl'isiotélicos de los que Pomponazzi hizo

uso para fundamentar su Posición'--- íii^ el,en efecto, afirmar que el alma viene de fuera y' sin embargo' no precede al

"r".pl, "", por r.,t tado, incongruente con Aristóteles y' por otro lado' incongruente con

la razón misma. lncongluente con Aristótel.s, po.qu. iuardo.e preguntó si todas las

¡r".r-p."|"¿"" .f "uerpo,

o ,ring,rna, o unas sl y otias-no, la respuesta que dio se basa-

U.^"" á"", ¿a it*fto d" q.," tto ádt' pueden venir de fuera' por ejemplo' aquellas cuya

;;;;;;; ; i" sin el cuerpo, se concluye precisamente que esas mismas no pueden

preceder al cuerPo:

=..........'-' cfjo"**-r, , P., Apologia' r, cap 7, f ó5rb;AvE_RxoEs' L Añg De.an II't coññ ó0'ed F S

Crawford, p. 221: ¡n A ri.l,. De an lll t corn.f. 5'ed F S Crawlord P 4ul'

" Po;PoNAzzI, P., Apologia,l, c^p 7'f 65rb'

pp.9791000

J. M- GARCIA VALVERDE, EL DEBATE SOBRE L4 INMORTALIDAD DEL ALMA EN EL)ÚI

Así pues, el medio, según Aristóteles, por el que se demuestm que las almas prece-den o no preceden al cuerpo es el venir o no venír de fuera; por lo que, como para tí elintelecto humano viene de fuera, en consecuencia precede al cuerpo, que es lo contra-rio de lo que tú dicesa'.

Es, además, racionalmente insostenible que venga de firera y no preceda al cuerpo,porque, por definición, si üene de fuera, entonces existe antes de que informe la mate-ria: es --iice Pomponazzi- incomprensible que algo le venga de fuera a otra cosa sinque exista antes de verrir:lei ígitur anima est prius extra corpus, quam infotnef, igitur animapraecedit corpusso. Y si el alma viene de fuera, debe tener, según la filosofia aristotélica,una operación completamente independiente del cuerpo.

Por otro lado, si el alma üene de fuera, eso implica que no se encuentra en la poten-cia de la materia, pero de aquí derivan muchos inconvenientes. Primeramente, se con-tradice con lo que el propio Aristóteles dice en el texto, ya que expresamente señala quela semilla posee en ¡rotencia el alma vegetativa: odel alma sensitiva también se debe hablarde la misma manera, y asimismo de la intelectiva: es necesario que todas, en efecto, seantenidas primero en potencia, que en acto> 5r, y ya en el libro IX d,e la Metafísica se rnanl-fiesta que ésta es una condición propia de los seres generables y corruptibles: omniaautem talia sunt in potentia matet'iae, non igitur anima ipsa extinsecus venit, quando-quidem ipsa est ín potential mateñaes'1. Además, si no está en potencia en la materia, otraconclusión que extrae Pomponazzi es que entonces no es constituida en su ser por elsujeto humano, pero éste, en cambio, sí es constituido en su ser por ella, por lo que nece-sariamente precede a1 sujeto yeluti intelligentia orbem. Ahora bien, si el alma humanatiene la misma consideración de una Inteligencia celeste, entonces es completa en su sery opera por sí misma de foma independiente. Sin embargo, lo que es así no puede porsí mismo unirse con otra cosa: para que se produzca una unidad substancial a partir dedos cosas es necesario que ambas se den previamente en potenciass. En el caso del almahumana no se daía esta condición: quare homo non erit unum per se ens.

Por otro lado, tampoco el alma humana puede definirse por el cuerpo físico si ni pro-viene de Ia potencia del cuerpo, ni tiene un hábito esencial hacia la materia: pero esto

-dice Pomponazzi- está en contra de Aristóteles en el libro VII de la Mer¿fkica: "rtbidocet animam, accidentia et reliquas formas existentes in subiecto essentialiter definiriper subiectumo 5n. Además, esto mismo se confirrna igualmente por el hecho de que elalma es un motor que a su vez es movido por otra cosa, por 10 que entra dentro del campode estudio de la filosofía natural: igil¿¿r neque secundum esse, neque secundum conside-rari polest separari a materiass; pero lo que es objeto de estudio de la física no posee unaexistencia independiente de la materia: el alma, por lo tanto, no es independiente de lamateria.

Una posible respuesta a estas objeciones es que el alma antecede al cuerpo en natu-raleza, pero no temporalmente. Sin embargo, esto no casa bien con la letra del texto, por-

* PoMpot^zzt, P., Defensorium, cap. 13, f. 8grb-va: medíum ita4ue secundum Aistotelem per quotl probat animas praecedere corpus, rel non praececlere, est ertinsecus a¿fuenirc, vel non a^)efiire: quare cum perte hunanus intellectus exlinsecus a¿leniat, ígifur plaecedit corpus, cuíus oppositum tu dicís.

" Ibldem, f.89va.s' Ibídem; ct ARrsrórELEs, De anima,ll,3, 414b27-31." Ibfdem; ci ArrsrorElEs, ¡4¿¡ap¿., Ix, 8, 1050bó ss.5r Ibídem, \{II, 3, 1043a29 ss.

'a PoupoN^zzt, P., Defensodum, cap.13, f. 89va; ARrsrórELEs, Metaph.,Vll, 3, 1028b35 ss.35 Ibídem.

PENSA[.4IENTO, vol. 69 (2013), núm. 261 pp. 979-1000

J, M. GARCfA VAIVERDE, EL DEBATE SOBKE IA INMORTALIDAD DEL ALMA EN EL XVI

que no hay duda de que Aristóteles habla alll de la antelación temporal: sens& abm etiam,

qua animal est, tempore praecedentem recipi, et rationq.lem, qua homo, certum est*. Porotro lado, lo mismo indica el uso continuo en el texto de adverbios y conjunciones tem-porales como npriusquamn, (postea', (antea, etc. Por si esto fuera poco, Pomponazzi

iecuerda que también las demás almas preceden en naturaleza al compuesto informa-do, puesto que son causas formales a partir de las cuales se produce la animación: e/

causa causatum natura prapcedit. En definitiva, aun aceptando la posibilidad de la pre-

cedencia en naturaleza de la mente humana, en esto no habría ningln rasgo distintivode su dignidad, ya que todas las demás almas, incluso la más alejada a ella en dignidad,comparten eso. Y dice Pomponazzi que si se reflexiona pausadamente sobre todas estas

consideraciones, el texro del De generatione animalium podía parecer que apoya de algu-

na manera la posición de Averroes, pues es bien cierto que para éste el intelecto posee

una operación en la que no se comunica con el cuerpo, ya que, antes de unirse a é1, de

ninguna manera depende de é1, ni en su existencia, ni tampoco en cu¿rnto a su opera-

ció;. Ahora bien, ese apoyo es sólo aparente, dado que no se puede olvidar que aquí Aris-

tóteles dice que el alma intelectiva se da primero en potencia que en acto, como pasa con

las demás almas.En consecuencia, Pomponazzi sostiene que Aristóteles defiende la idea de que cada

alma que es verdaderamente alma, y por lo tanto actualiza el cuerpo generable y com;p-tible, es forma material y, por tanto, también generable y cormptible: la afirmación de

que cada una de las almas a las que se alude en el texto está primero en potencia que en

acto no permite otro tipo de interpretaci ót modo ista est conditio generabilium et coffup-

tibilium, ut patet IX Metaphysicae universaliter5'. No obstante, como se podla pensar

entonces que todas las almas tienen el mismo grado de implicación en la materia, cuan-

do en reaúdad el alma intelectiva está menos vinculada a ella que las demás, por elloAristóteles, queriendo aclarar las cosas, explica cuál es la condición propia de la mente

verdadera, lá cual está completamente separada y viene de fuera, ya que las Inteligen-cias no reciben su ser de los cuerpos celestes, sino al revés. De aqul que la mente de laque habla el texto no pueda ser en modo alguno la mente humana, pues si lo fuera, Aris-

tót 1"" ""tu.í. ".y"ndo

en una contradicción manifiesta con lo que ha dicho anterior-mente y con lo que se encuentm en otros momentos de su obra: antes ha dicho, en efec-

to, que el intelecto humano está antes en potencia que en acto, y que lo que es de esta

naturaleza no puede preceder al cuerpo, ni venir de fuera. Por lo demás, no se puede

negar que aquí Aristóteles dice que la mente viene de fuera y que su actiüdad no se comu-

.tiá cón el iu"rpo de ninguna manera, lo cual es manifiestamente falso en el caso del

intelecto humano: ¿ um clnra voce ubique clamet intellectum nostrum nihil intelligere sinepassivo inteüectu's. Ahora bien, como hemos dicho, el que aquí se refiera Aristóteles a la-mente

per se no se debe a otra razón más que a la necesidad de señalar que el intelectohumano, en la medida en que comparte, si bien de un modo parcial, la independenciapropia de las Inteligencias, está menos implicado en la materia que las demás faculta-des anímicas. Por ello, de estas palabras puede derivarse que, aunque el intelecto huma-no es material (uquoquo modon), pues se da primero en potencia que en acto, tambiénpuede considerarse inmaterial y seParado en comparación con las otras pafes del alma,

en la medida en que él participa más de la mente verdadera.

ró Ibfdem; ARrsrórEr¡s, De gen. an.,ll,3,736b1-4; trad. lat. en Antf- operu curtt Alteffoís comft., ed.

Apud lunctas , .vol. vl, f. 7 4rD.

" Pourpotlt;zA, P., Defensorium, cap. 13, f. 89vb.

" Ibfdem.

PENSAMIENTO, vol. 69 (2013), núm.261 pp. 9791000

J, M. GARCIA VAL'\"ERDE , EL DEBATE SOBRE L4 INMORTALIDAD DEL ALMA EN EL X1,/I

Otra interpretación influyente entre las que se dieron por parte de autores afines alas posiciones de Alejandro de Afrodisias fue la del napolitano Simone Porzio'", la cualserá muy tenida en cuenta por importantes figuras posteriores del aistotelismo comoGiulio Castellani y el propio Giacomo Zabarella. Porzio en s u Disputatio de humana menteafronta desde una perspectiva naturalista el estudio de la facultad intelectiva humanacon un repaso amplio de los textos más significativos en la confrontación sobre la inmor-talidad del alma60. Concretamenle, sobre De generat¡one animalium II, 3, el aristotéliconapolitano sostiene que del análisis de las palabras que se dedican aquí al estudio delorigen de las facultades vitales se extrae que el Estagirita establece en todas ellas unacondición potencial y dos tipos distintos de acto. Señala que potencialmente todas lasfacultades, incluida la facultad intelectiva, que por é1 es identificada con el intelectopotencial, están presentes en la semilla. No obstante, las diferencias se manifiestan enlo que se refiere al primer acto de cada una de ellas; así, la pregunta que se formula Aris-tóteles es precisamente de dónde proviene la primera actualización de las facultades vita-les: no hay problema en resolver esta cuestión en cuanto a las facultades vegetativa y sen-sitiva; ambas tienen una actualidad predetenninada por la semilla; de hecho, ya el fetoes capaz de alimentarse e incluso de sentir, sólo que lo hace no como un cuerpo vivoindependiente, sino como parte del cuerpo de la madre; en todo caso, el segundo acto,constitutivamente definitivo, se produce con el nacimiento, que es cuando el bebé yapuede alimentarse por la boca y sentir a través de los sentidos.

Ahora bien, con respecto a la facultad intelectiva hay en esto un cambio significativo;en efecto, dice Porzio, la potencia del intelecto, igual que las otras, es otorgada por la natu-raleza a través del individuo engendrante, pero dado que Aristóteles sostiene que estapotencia en particular sit absoluta et simpler potentía'', de modo que antes del acto deinteligir del individuo (es decir, una vez qluehaya alcanzado la plenitud de su naturaleza,siendo ya adulto) no puede ser nada en acto; el intelecto, según lo que consta e¡ De animaIII 4, no podría ser receptivo de todas las formas si poseyera previamente a actualizarseuna determinada naturaleza. Porlo tanto, todos sus actos, tanto el primero como el segun,do, tienen un origen externo a Ia propia constitución material del individuo y c¿fece decualquier tipo de actualidad tanto dentro como fuera del útero materno, mientras que elniño no es propiamente hombre: "omnis actus ipsius est ab extrinseco, nempe ab intelli-gibili, et ab intellectu qui dicitur agens. Habet enim ab hoc primum actum, qui est utscientia; habet et actum secundum, ipsam considerare et intelligere" ",.

'" En los úliimos decenios se ha producido un renacido inre¡és en la ñgura de este médico y filóso-fo napolitano, cuya obra aún boy está esperando, en su gran mayoría, una edición cdtica y un análisisdetallado. Respecto a la repercusión histórica del pensamiento de Po¡zio véase Vasolr, C., (Tm Aristote,le, Alessandro di Ah.odisia e Juan Valdés: note su Simone Porzio", en Rivista di Stor.a della ftlosofia 4(2001), pp. 5ó1-ó07; C¡srELLr, D., .Un bilancio storiog¡afico: il caso Simone Po¡zio', en Br¿niana & Carn-panetliana l4/1 (1008), pp. 163-177; DEr SoLDAro, E., Simone Por.io: Iln aristoÍelico tra natura e e1,azia,Roma: Edizioni di storia e letteratura, 2010.

'SrMoNrsPoRrnNEApottttm,Dehunanamentedisputatio,Florer'tiae,apudL.Torrentinum, l55lSu posición al respecto de la supervivenciapost mottem del alm^ es claramente negativa (cf. Dr NÁpou, G.,L'immoñalitA de 'anima n¿l Rinascimento, ci¡., pp. 354-357; DEL SoLD^.to, E, Simone potzio, cit., p. 113.,KESSLER, E'., .Alexander ofAphrodisias and his Doctrine of the Soul", cit,. pp.67 -72). para porzio, en e[ec,to, si Aristóteles hubiese querido dectuqueelcurso vital del hombre es distintodel de los demás seres vivossublunares no hubiese hablado de él en el tratado que dedica expresamente a la generación de los ani-males, o bien junto al D¿ generatione animalíum habría debido componer otro trarado que hablara espe-cíficamente de la generación humana (cf. Po¡Lzro,5., De humana mente disputatio, cit., p. 16).ó' Ponao,5., De humana mente ¿lisputatio, cit., p. 64.ór Ibídem, p. ó4.

PENSAI¡lENTO, vol. 69 (2013), núm. 261 pp.979-1000

J. M. GARCÍA VAL\,'ERDE, EL DEBATF SOBRL IA INMORTALIDAD DELALMA EN ELXVI

Hay que señalar que Porzio inicia el De mente humana analizando detenidamenteel concepto de évrei'"é1erc y su relación con el de ór,Épyen, como los dos términos esen-

ciales para comprender la biologla y la psicologla de Aristóteles. Para aquél no hayduda de que éwei"é1erc hace referencia a la perfección de un organismo vivo en el sen-

tido de que es la actualización de sus potencias propias, una vez que el proceso de desa-

rrollo ha concluido en un individuo perfectamente realizado. Por lo tanto, tiene un sen-

tido más bien estático, mientras que évégyelc hace referencia bien sea al movimientoque se realiza desde la potencia hacia su perfección, bien sea al moümiento funcionalque el organismo es capaz de desarrollar una vez alcanzada su perfección ur. Y preci-samente en relación con estos términos hay que entender todo el fragmento comenta-do del De generatione animal¡um. Aristóteles se pregunta, en efecto, de dónde procede

la primera perfección de las facultades anímicas; la respuesta se da en virtud precisa-

mente del tipo de évéQy€u (actividad) que esas facultades son capaces de generar: así,

aquellas actividades que se dan necesariamente a través del cuerpo poseen un primeracto que en modo alguno puede ser anterior al cuerpo que está en potencia de reci-birlo, En el caso de la facultad vegetativa, la más imperfecta de todas, Aristóteles llegaa decir que su primer acto se da incluso en el semen, pues hay en él ya una cierta acti-vidad vital primitiva; y evidentemente, también se da en acto en el feto, que ya se ali-menta y crece, pero no lo hace autónomamente. La segunda facultad en perfección es

la facultad sensitiva, cuya actividad también se realiza a través del cuerpo, es decir, de

los órganos sensoriales, por lo que su acto se produce en el cuerpo vivo que es poten-cialmente sensible. En ambos casos, tanto en el de la facultad vegetativa, como en elde la sensitiva --dice Porzio- cabe hablar de un primer estado potencial intrauteri-no, y una plena realización extrauterina, es decir, cuando el bebé puede autónoma-mente alimentarse por la boca y percibir sensorialmente a través de los sentidos; ahorabien, cabe señalarse una primera realización imperfecta de las dos facultades prima-rias dentro del útero materno, por cuanto que el feto puede, como hemos dicho, ali-mentarse y tener algún tipo de sensación (ut extensiofiem et controctionem)s. Ahorabien, un caso distinto es el de la facultad intelectiva; ésta, dada su total y absolutapotencialidad, no obtiene ningún tipo de realización antes del nacimiento, ni tampo-co en las primeras fases de la vida independiente del niño; su realización viene con laedad adulta, y se obtiene al completo por obra, como hemos visto antes, del inteligible y del intelecto agente, que para Porzio no es ni identificable con Dios, ni con algu-na de las inteligencias celestes u': su naturaleza responde más bien a una r.,is que Diosha extendido por las substancias materiales, que las melve inteligible y hace posiblede esta forma que el intelecto en potencia pueda alcanzar su actualización. Es enton-ces cuando éste logra al mismo tiempo su évre),é1euo. y su propia évéqyer,o, de modo que

tiene sentido decir que sólo él viene de fuera, pues frente a lo que ocurre en las otras

" Ibfdem, pp. 7-9; cfr. DEL SoLDAro, E., Simone Ponío, cit., pp. lll-112.* Pop¿\o, 5., De humana mefite ¿lisputatio, cit., p. 65.

"s ParaPorzj,o (De humar¡a mente dísputetio, c¿¿, p. 87) es un enor considerar que el intelecto agen-te se identifica con Dios, como hizo Alejandro, o con alguna de las Inteligencias, como hizo Averroes yposteriormente el mismo Pomponazzi; esto supone un quebr¿ntaúiento de los principios generales delaristotelismo, que determinan que las entidades celestes no intervienen dir:ectamente en el orden sublu-nar sino sólo a tEvés de moümientos intermedios y de la luz solar; sin embargo, el intelecto agente inter-viene directamente en el inteligir humano, coúo motor extemo del misño. cf. DEL SorDAm, E., SimonePorzio, cít., p.ll9.

PENSAMIENTO, vol. 6S (2013), núm. 261 pp. 9791000

J. M. GARCÍA VALTVERDE, E¿ DEA¡TE S OBKE 1.4 INMORTAI.IDAD DEL ALMA EN EL XVI

facultades, su realización no viene del propio desarrollo vital del feto, sino que es com_pletamente exterior a éste.

, Esta concepción de la procedencia externa del intelecto fue posteriormente critica-da por Castellani y por el mismo Zabarclla, curio.ament" .or, á mismo argumento*.Ambos coinciden en afirmar que aplicar la frase de Aristóteles en la que se dice que sóloel intelecto üene de fuera al segundo acto, es decir, a la actiüdaá fue desarrolla el inte_

f1,::"i "..i.1,:"rzado su ac^ro.primero, es un error interpretativo grave porque en todoel rexro Anstóteles se está refiriendo siempre a la substancia del alma, es decir, al actoprimero por el que perfecciona al cuerpo vivo. Ambos, sin embargo, tanto Castellanicomo Zabarella, obüan el hecho de que porzio afirma que en el in'telecto, y sólo en elintelecto, los dos actos se dan en simultáneo, cuando es ápu" d" .".ibi.lo" irrteligibles.Ahora bien, en opinión de Zabarella esto también." ,.rr,...á. á. pu.te de porzio: si--dice aquél- la actualización de una facultad fuera debida únicamente al motor exter-no de la misma, entonces también la facultad vegetativa, y la sensitiva deberfan prove_nir del exterior, pues ambas poseen movientes

"it"*o", "r, .,r,

"rso el alimento y en erotro el sensible.

Del mismo modo, también pomponazzi pecó ajuicio de Zabarella en la correcta inter_pretación del noús thirathen , pese a que -señala_ meo quid.em iudicio protime omnium

ad Aristotelis mentem....'. En su respuesta a pomponazzi Zabarella se rifiere ala Apolo-gia, en donde el primero señala que la procedencia externa aplicada a las facultades üta_les debe entenderse en el sentido de que su causa eficiente'riltima áebe remitirse a loscuerpos celestes, que actúan a través de las cualidades corpóreas como instn_rmentossuyosó3. Esta concepción, señala Zabarella, es notablemente insuficiente pam compren_der el texto del De generatione animaliun, pues si ."

"lg'tr" "t ".lt".lo interpretativo dePomponazzi en realidad todas las facultadei vitales tienán un principio extemo (Aristó_

teles dice allí, como hemos üsto, que toda.alma participu d" un fi'n.ipio más noble yde origen celeste), por lo que queda sin explicar por qué'AristOteiÁ ái¡o que salo el inte_lecto üene de fuera, otorgándole de

"st. marr..a .,rr'"".a"i". a*af,_rrilro con respecto alresto de facultades vitales.

._ En realidad, sostiene Zabarella, el texto tiene un cariz eminentemente aporético y por

ello no se puede extraer de él la opinión definitiva de Arist¿teles aceica ¿e la proceden_cia del intelectoóe. El peso del argumento se sitúa en poner de manifiesto simplementeque las facultades que tienen una actiüdad dependienie del .,r".po ,o p.l.d., p."..d..a éste en su acto; la aparición del intelecto aq;í, y la afirmaciónie que sOlo él üene defuera es sólo un apéndice de dicho argumento, y sólo sirve pu.a poni. e., eüdencia (node manera conclusiva, sino meramenie declaraiiva) que f" ái"-á .uro" q"e se aplica alas otras facultades para señalar su carácter inseparable, es decir, su depend".rciu co._poral para llevar a cabo sus acciones, no sirve para el intelecto, cuya operaclón no depen_de del cuerpo. Ahora bien, extraer de aqui sencillamente q,",.

"iiiül.i,o,i"n" un origen

- , .* Cfr. I. CASTETLANT FarEN"rrNl, Ir¡ lr¿¡or A risrctelis de humano intellcctu disputatíones... ad CosmumMedicem, venetiis tsó8, f. ó1vr ,aBARELLA a., o" *""t" i"Ái,*'l¡tii,".Á'nrÉí' "**"mus tibn ){nt,Sumptibus Lazari Zetzneri, ló07 (ed. anast., Fmnktun, Minerva, C¿;;. ó;;.

"'1 Z^B RtLt A, c., De mente hwfiana, cit-, col. gS5_d Cf. supra ¡.46.", En esto Zabarella coincide con lá opinión que el mismo Averroes tenía del texto (cf.In libros quin_que de Generatione animat_ium, ed. A¡>¡udlinctas_ vot. v¡, f. zSr¡_pj, p".

"iiü."r, *" a*aos conr¡a losaverroístas que no han sabido tener en cuenra, f.ent a s,, p.ec...sári .r "á.JJ"iluui,u,¡"o a. 1". *¡"_xiones que Aristóteles hace aquí sobre el intelecto.

PENSAMIENTO, vot. 69 (2013), núm. 261 pp. 979-f000

1000 J. M. cARciA VAL\,.ERDE, EL DEBATE soBRE LA INM)RTALIDAD DEL ALMA EN EL xvr

extracor?óreo o extranatural, y que por ello es separable es malinterpretar aquí a Aris-tóteles, y desde luego decir mucho más de lo que el texto permite'0.

Es precisamente tras haberse manifestado de esta manera acerca del intelecto cuan-do se puede comprobar que Aristóteles abandona este tono dubitativo y expresa ya demanera clara su propia opinión acerca del tema del origen de las facultades anímicas (apartir de 73ób30 en la referencia bekkeriana). A partir de aquí, Adstóteles

-subrayaZabarella- dice que en realidad toda alma posee una causa eficiente que no está en loselementos, sino que procede del árnbito supralunar: esta causa eficiente no es otra queel calor celeste, que no debe confundirsc con el calor del fuego, que no es productivo denada; de esta manera, Aristóteles sostrene que el alma no es producto de la simple mez-cla de los elementos; requiere un principio agente superior a éstos, proveniente del ¡ámbi-to celeste, lo que incide en la famosa sentencia aristotélica de que el hombre es produc-to del hombre y del sol''; y como en el ámbito celeste hay substancias más perfectas yotras menos perfectas, del mismo modo hay igualmente a.lmas más perfectas que otras,siendo el alma racional la más perfecta, y por ello mismo la m¡ás divina de todas: es cons-tituida por el principio celeste sin que su operación dependa del cuerpo".

Udversidad de Seü ajvatverd€ [email protected]

JosÉ M¡NuEr G¡ncl¡ V¿nnno¡

[Aprobado para publicación en este nlmero extraordinario en diciembre 2012']

" Z^B^psLL-^, G., De mente humana, cit., col. 959: .sed lAristotel6] utitur dictione adve¡sativa, quaenihil aliud significat, quam id, quod modo diximus, non poss€ er intellectu idem argumentum sumi, quodex aliis animae partibus sumptum erat, propterea quod ipse non est org¿nicus; aáeo üt dubium de ipsomaneat, an extrinsecus accedat, necne,.

'' Cf. ARJsror EtEs, P,,rys., u.2, l94bl3.?: No obstante, Zabarella se atreve a ir más allá del dubitátivo d¡sq¡rso de Aristóteles acerca de laprocedencia externa del intelecto y su natumleza diüna, para formutar u¡ra lectum *sub specie aetemita-tis de la doctrina que subyace en estas palabms: nempe ut dicamus alias panes animae praeter mtiona-lem ita produci ab illo co€lesti principio, ut ipsae de potentia materiae educi ab illo dicantur; animam ve¡orationalem, a solo Deo immediate creari in corpore, pendere tamen ipsam quoque a coelesti principionobilissimo, quopd materiam tantummodo pmeparet, sed ipsarnmet animam no; produc au (De mintehumana, cít., col. 96 I).

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