LA CIUDAD QUE NO PUDO DECIDIR: el veto a la participación de Tarragona en el Parlamento catalán...

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«LA CIUDAD QUE NO PUDO DECIDIR: EL VETO A LA PARTICIPACIÓN DE TARRAGONA EN EL PARLAMENTO CATALÁN DEL INTERREGNO» (*) EDUARD JUNCOSA BONET Universidad Complutense de Madrid (UCM) 1 DE LA INVITACIÓN A LA EXPULSIÓN DE LOS SÍNDICOS TARRACONENSES El 22 de julio de 1410, el gobernador general de Catalunya, Guerau Alemany de Cervelló i de Queralt, convocaba desde Barcelona a los miembros de los tres brazos catalanes, de Senyor indubitat viduats 2 , invitándoles a participar en la Asamblea que iba a inaugurarse en la iglesia de san Miguel de Montblanc a fines de agosto. Dicha carta citatoria también fue expedida a los cónsules de Tarragona, informándoles de la delicada situación en la que se encontraba el Principado tras el óbito real e insistiendo en lo necesaria que era su participación en el próximo Parlamento 3 . A tenor de las nuevas recibidas, exactamente un mes más tarde, los máximos representantes del poder municipal promovieron la celebración de una reunión del Consell donde se leyó públicamente la misiva del gobernador y, tras varias deliberaciones, se determinó enviar, en nombre de la ciudad, al jurista Berenguer Martí y a Bartomeu Sabater como síndicos a Montblanc, dotándoles de plenas capacidades para aconsejar, proveer y ayudar en todas las cuestiones expuestas en el documento 4 . (*) Archivo de la Corona de Aragón (ACA), Arxiu Històric de Tarragona (AHT), Colección de Documentos inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón (CODOIN), Cortes de los antiguos Reinos de Aragón, Valencia y Principado de Cataluña (CARAVPC), Real Academia de la Historia (RAH), Textos Jurídics Catalans (TJC), Acta Curiarum Regni Aragonum (ACRA). 1 El presente trabajo se ha efectuado en el marco del proyecto de investigación HAR 2010-16762/HIST de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e innovación, bajo el título: «Prácticas de consenso y de pacto e instrumentos de representación en la cultura política castellana (siglos XIII al XV)». 2 ACA, Cancillería, Procesos de Cortes, vol. 15, f. 209r o . 3 El contenido íntegro de la interesante carta de citación puede leerse en el APÉNDICE 1. 4 Debido a la importancia que tenía la misiva del gobernador, el escribano municipal la transcribió completa en el acta de la reunión. Tras proceder a su exposición pública, los miembros del Consejo determinaron que per part de la Ciutat, sien trameses missatgers, e constituhiren síndichs los honorables en Berenguer Martí, jurista, e en Barthomeu Çabater, als quals donaren plen poder a tots los actes en la dita letra EJB

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«LA CIUDAD QUE NO PUDO DECIDIR: EL VETO A LA PARTICIPACIÓN DE TARRAGONA EN EL PARLAMENTO CATALÁN

DEL INTERREGNO» (*)

EDUARD JUNCOSA BONET

Universidad Complutense de Madrid (UCM)1

DE LA INVITACIÓN A LA EXPULSIÓN DE LOS SÍNDICOS TARRACONENSES

El 22 de julio de 1410, el gobernador general de Catalunya, Guerau Alemany de

Cervelló i de Queralt, convocaba desde Barcelona a los miembros de los tres brazos

catalanes, de Senyor indubitat viduats2, invitándoles a participar en la Asamblea que iba a

inaugurarse en la iglesia de san Miguel de Montblanc a fines de agosto. Dicha carta

citatoria también fue expedida a los cónsules de Tarragona, informándoles de la

delicada situación en la que se encontraba el Principado tras el óbito real e insistiendo

en lo necesaria que era su participación en el próximo Parlamento3.

A tenor de las nuevas recibidas, exactamente un mes más tarde, los máximos

representantes del poder municipal promovieron la celebración de una reunión del

Consell donde se leyó públicamente la misiva del gobernador y, tras varias

deliberaciones, se determinó enviar, en nombre de la ciudad, al jurista Berenguer Martí

y a Bartomeu Sabater como síndicos a Montblanc, dotándoles de plenas capacidades

para aconsejar, proveer y ayudar en todas las cuestiones expuestas en el documento4.

(*) Archivo de la Corona de Aragón (ACA), Arxiu Històric de Tarragona (AHT), Colección de Documentos

inéditos del Archivo General de la Corona de Aragón (CODOIN), Cortes de los antiguos Reinos de Aragón,

Valencia y Principado de Cataluña (CARAVPC), Real Academia de la Historia (RAH), Textos Jurídics

Catalans (TJC), Acta Curiarum Regni Aragonum (ACRA).

1 El presente trabajo se ha efectuado en el marco del proyecto de investigación HAR 2010-16762/HIST de

la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e innovación, bajo el título: «Prácticas de consenso y

de pacto e instrumentos de representación en la cultura política castellana (siglos XIII al XV)».

2 ACA, Cancillería, Procesos de Cortes, vol. 15, f. 209ro.

3 El contenido íntegro de la interesante carta de citación puede leerse en el APÉNDICE 1.

4 Debido a la importancia que tenía la misiva del gobernador, el escribano municipal la transcribió

completa en el acta de la reunión. Tras proceder a su exposición pública, los miembros del Consejo

determinaron que per part de la Ciutat, sien trameses missatgers, e constituhiren síndichs los honorables en

Berenguer Martí, jurista, e en Barthomeu Çabater, als quals donaren plen poder a tots los actes en la dita letra

EJB

Actuando con suma cautela, recordando que, en algunas Cortes pasadas, los

emisarios de la ciudad no lograron participar en las sesiones debido a la negativa

recibida por parte del arzobispo o de su vicario general –quienes alegaban que

Tarragona, por su condición de señorío de la Iglesia, no gozaba de la capacidad para

designar procuradores-, los cónsules y consellers hicieron jurar a sus representantes que,

a pesar de recibir presiones encaminadas a lograr su expulsión, accederían al

Parlamento y cumplirían fielmente con su cometido5.

El temor a la expansión de un brote de peste que se había declarado en la villa

hizo que la Asamblea de Montblanc fuese pospuesta y trasladada a Barcelona6. Ante tal

decisión, y a pesar de las exhortaciones recibidas por parte del poder eclesiástico, los

miembros del Consejo municipal se mantuvieron firmes en su decisión de enviar a la

ciudad condal a sus propios síndicos, respetando la petición del gobernador general de

que fueran pocos, para agilizar las sesiones y evitar escándalos. En esa misma reunión

consistorial, celebrada el 26 de septiembre de 1410, se aprobó que, en caso de que la

presencia de ambos emisarios no fuese imprescindible, se volviera uno de los dos y que,

si finalmente surgiera algún impedimento, los cónsules se reservaban el derecho de

nombrar como sustitutos a los ciudadanos que considerasen oportuno7.

La solemne inauguración del Parlamento de Barcelona se produjo, pocos días

más tarde, en el Palacio Real de la capital catalana mediante la exposición de la

contenguts. E com, algunes vegades, lo senyor Archabisbe, en algunes Corts generals, haja fet contrast als síndichs

de la Ciutat, que los dits síndichs e missatgers prometen e juren que, encara que lo dit contrast los sia fet, ells se

presentaran e entraran en lo Parlament e Consell que·s tendrà e facen llur diligència e lealtat en los dits afers; e si

contrast los és fet, facen bons protests e requestes, donant plen poder als honrats cònsols que puguen administrar

totes messions e despeses sobre açò necessàries (AHT, fondo municipal, acuerdos municipales, nº 26: 1410-

1411, sesión: 22.VIII.1410, f. 12vo).

5 En una nota anexa al margen del acta, se precisa que los síndicos elegidos prestaverunt juramentum die

prima septembris, anno predicto, dicti sindici in posse Petri Çabaterij, scribe consulatus (Idem).

6 La orden del cambio de sede se justificó, por parte del gobernador, per les morts qui en la dita vila eren

(ACA, Cancillería, Procesos de Cortes, vol. 15, f. 152vo. Transcrito en: CODOIN, tomo I: “Procesos de las

antiguas Cortes y Parlamentos de Cataluña, Aragón y Valencia”, Barcelona, Establ. Tip. y Litográfico de

D. José Eusebio Monfort, 1847, p. 223).

7 Corts de la Terra. Del Parlament. A la proposició dels honrats cònsols si trametran al Parlament, lo qual han

mudat de Muntblanch a Barçalona; l’onrat Consell determenà que los síndichs que són elets, ço és, los honrats en

Berenguer Martí e en Barthomeu Çabater, vajen al Parlament e que entren, e aprés, si mester no·y han abdós, que

se’n vingua lo ·I· e hi romangua l’altre; e si aquests o altres d’ells no·y poden anar, que lo qui anar no hi porà ne

substituescha altre aquell qui los honrats cònsols hi elegiran (AHT, fondo municipal, acuerdos municipales, nº

26: 1410-1411, sesión: 26.IX.1410, f. 15vo).

propositio por parte del gobernador y la correspondiente responsio proclamada por el

arzobispo de Tarragona, nomine totius parlamenti8.

A lo largo de las jornadas inmediatamente sucesivas, siguieron llegando más

procuradores, entre los que se encontraban los enviados por Tarragona9. Su aceptación

8 El acto de apertura del Parlamento barcelonés estaba previsto para el día 25 de septiembre, pero fueron

tan pocos los asistentes que se decidió posponerlo nuevamente, con el consentimiento de los presentes,

hasta el 30 del mismo mes. Las fuentes originales donde se recogen, desordenadamente, las distintas

sesiones parlamentarias se conservan bajo la signatura: ACA, Cancillería, Procesos de Cortes, vols. 15-22.

La reconstrucción cronológica de la documentación fue realizada por Pròsper de Bofarull i Mascaró en su

edición del CODOIN, tomos I-III. Asimismo, existe una transcripción posterior promovida por la RAH,

incluida en su colección: CARAVPC, vols. VII-X, Madrid, 1903-1906. Al margen de estas obras clásicas,

véanse también: Rafael CONDE – Ana HERNÁNDEZ – Sebastià RIERA – Manuel ROVIRA, “Fonts per a

l’estudi de les Corts i els Parlaments de Catalunya. Catàleg dels processos de Corts i Parlaments”, en Les

Corts a Catalunya. Actes del Congrés d’Història Institucional [28-30/IV/1998], Barcelona, Generalitat de

Catalunya, 1991, pp. 25-61; Beatriz CANELLAS ANOZ, “Actas de los Parlamentos de Cataluña y Aragón

tras la muerte de Martín el Humano y del Compromiso de Caspe y elección de Fernando de Antequera”,

en José Ángel SESMA MUÑOZ (dir.), La Corona de Aragón en el centro de su Historia (1410-1412): El Interregno

y el Compromiso de Caspe [Zaragoza y Alcañiz, 24-26/XI/2010], Zaragoza, Gobierno de Aragón, 2011, pp. 11-

39.

9 Finalmente, los emisarios elegidos fueron: Berenguer Martí y Bernardo Joya, este último en sustitución

de Bartomeu Sabater, quien, estando impedit de malaltia, no hi pogué anar (AHT, fondo municipal, acuerdos

municipales, nº 26: 1410-1411, clavaria, f. 28vo). El retraso en su llegada a Barcelona puede explicarse como

un factor estratégico, fruto del recelo que despertaba la más que probable negativa del arzobispo a tolerar

la presencia de los procuradores en las sesiones, como había sucedido en tantas otras ocasiones en el

pasado. Su estancia en la ciudad condal se prolongó durante un par de semanas, como se desprende de

los datos ofrecidos por los registros de clavería que se transcriben en el APÉNDICE 2. El estudio detallado

de los distintos casos nos permite corroborar cómo, a veces, fueron los propios monarcas quienes, para

evitar un enfrentamiento de mayor calado con la Mitra, decidieron revocar la convocatoria (como

sucediera en 1333 y en 1340); en otros momentos, los prelados, a través de su vicario general, a sabiendas

de que la ciudad había sido invitada por los reyes, ordenaron requisar las cartas citatorias, llegando a

amenazar a los magistrados municipales, forzándoles a entregar dicho documento en un plazo máximo

de tres días (tal situación se dio en 1365, 1367 o 1373); asimismo, fue a partir de 1375 cuando los

representantes del gobierno local –bajo el amparo más o menos directo de la Corona- decidieron

emprender una política más activa al respecto, aun corriendo el riesgo de la excomunión, dando lugar a

situaciones muy similares a la vivida en 1410. Si nos fijamos en lo sucedido en las Cortes generales de

Monzón de 1383-1384, puede confirmarse que los emisarios tarraconenses se encontraban en dicha villa el

día 11 de junio, la jornada previa a la inauguración oficial de la Asamblea, pero no entregaron su carta de

procuración hasta diez días más tarde, amparándose en el periodo de gracia concedido por el rey y

posponiendo hasta el límite el inevitable enfrentamiento directo con el vicario arzobispal, quien amenazó

con bloquear el adecuado discurrir de las sesiones si antes no se expulsaba a los duo probi homines qui se

dicunt sindicos et procuratores universitatum civitatis Terracone [los cuales] erant in ipsa Curia et cum ibi esse ut

dixit non deberent nec in ipsa Curia admitti (ACA, Cancillería, procesos de Cortes, vol. 9, f. 43vo. Transcrito

en: Josep Ma SANS I TRAVÉ (coord.), Cort General de Montsó: 1382-1384 [TJC, VIII], Barcelona: Generalitat de

Catalunya, 1992, p. 91; José Ángel SESMA MUÑOZ (ed.), ACRA, tomo V, Zaragoza, CEMA-Gobierno de

Aragón, 2009, p. 198). Dicha situación se produjo, siguiendo unas pautas casi idénticas, en las Cortes de

1388-1389 y en los Parlamentos de 1393, 1398 y 1400-1401.

para intervenir en las sesiones provocó una airada respuesta por parte del

metropolitano, quien, considerándose profundamente agraviado, advirtió públicamente

de la presencia de dichos síndicos, requiriendo su inmediata expulsión y advirtiendo

que, en caso contrario, sería él mismo quien abandonaría el Parlamento. Sus palabras

desataron toda una serie de réplicas y contrarréplicas centradas en discutir el derecho

de asistencia y participación de los representantes municipales como parte del brazo

real que, por su interés y relevancia, considero oportuno exponer detalladamente.

Concretamente, fue el día 14 de octubre cuando se desencadenó el conflicto con

el arzobispo Pere de Sagarriga, después de que, ante el pleno de la Asamblea, dirigiera

estas palabras a todos los asistentes:

– Senyors, ací veig dos hòmens qui són vassalls meus e de la Sgléya de Terragona per ésser e

entrevenir en aquest Parlament. No és acostumat ne·s deu fer que vassal d’Església, de baró o

cavallers entrevenga en Corts ne en Parlament algú, car lo prelat, baró o cavaller, o tot altre qui

vassalls haja, entrevé ja en aquells per tots sos vassalls e hòmens; perquè deman e requir que los

dits hòmens, vassalls meus, sien expel·lits e foragitats del dit Parlament de continent, ans que a

alguns actes sia proceyt. En altre manera, sapiats que yo, ab tota ma condició, hic exirem que

no·y serem en res, car no volem ni poríem soferir tan gran prejudici.

La respuesta de los síndicos no se hizo esperar, pues inmediatamente se alzó

Berenguer Martí para afirmar que:

–Senyors, mossèn lo governador de Catalunya ha scrit a la Ciutat de Terragona que

trametessen síndichs o procuradors lurs al Parlament e, per aquesta rahó, la dita Ciutat hic ha

tramès mi e mon companyó. E com lo senyor Arquebisbe diu que no havem acostumat de

entrevenir en Corts o Parlament, responch que sí havem, car alguns de nostres predecessors hi

són entrevenguts. E açò, per tant com Terragona ne los habitadors d’aquella no són in solidum

del senyor Arquebisbe, car lo senyor Rey hi ha tres parts e lo senyor Arquebisbe, dues. Axí que

pús nostres predecessors hi han acostumat de entrevenir-hi, nosaltres no·n devem ésser

repel·lits.

A lo que el prelado replicó:

–No és veritat que los meus vassalls e de la Sgléya de Terragona hajen acostumat de

entrevenir en Corts ne en Parlament, ne·n són en possessió alguna, ans del contrari, és en

possessió la Sgléya. E hagueren ben fet que no·us hi haguessen tramesos, car solament del

attemptar o assajar, deuríets ésser punits e castigats. E si no fos per reverència del Parlament

ací present, yo·us parlara pús agre que no faç, e haguérets vós bon callar d’açò que dit havets

que lo senyor Rey ha tres parts en Terragona e yo tan solament dues, car veritat és que la

juredicció de Terragona és comuna per indivís entre lo senyor Rey e mi, e ultra açò he yo la

fealtat éntregament [sic] dels hòmens de Terragona, la qual és de la Sgléya de Terragona e mia

tant com seré Arquebisbe, e no de algun altre. E si lo contrari diets, imposats a vós e als hòmens

de Tarragona tal màcula que no serets fets nets a vostra vida; perquè yo·us man que, de

continent, hic isquats e no hic aturets, sol axí com no devets.

Ante las graves amenazas del arzobispo, fue el gobernador general de Catalunya

quien tomó la palabra para defender a los representantes tarraconenses mediante

pruebas tomadas de procesos de Cortes pasadas. Con todo, y a fin de no entorpecer más

el desarrollo parlamentario, Guerau Alamany pidió a los hombres de Tarragona que se

fueran, no sin antes elevar protesta de lo sucedido:

–Yo he trobat en alguns registres antichs que alguns per la Ciutat de Terragona

comparegueren en Corts e·ls fo scrit per lo senyor Rey, e fon-los fet semblant debat que ara és

fet. E aquells qui hi eren per Terragona faheren algunes protestacions e salvetats, les quals los

foren admeses. E en aquesta manera, ells foren repel·lits e isqueren de les Corts. E axí, parríem

que vosaltres –dreçant les paraules als dits missatgers- fahéssets aquelles protestacions e

salvetats matexes que lavors foren fetes, e que·us ne anets en bona hora10.

El altercado concluyó cuando Martí y Joya abandonaron la sesión, siguiendo las

indicaciones apuntadas por el gobernador, cuyo mandato, según los registros, contaba

con el acuerdo de totius parlamenti11.

Transcurrido un año y medio, una vez desplazado el Parlamento a Tortosa12, se

propuso un nuevo cambio de sede, siendo Tarragona la opción que contaba con más

partidarios. Al parecer, había sido enviado un mensajero a la ciudad solicitando la

concesión de una gran cantidad de franquicias, en caso de que finalmente se decidiera

trasladar la Asamblea, peticiones que al Consell le parecieron excesivas e inadmisibles,

por lo que no fueron otorgadas, al menos al present13. Si, de todos modos, se mantenía la

decisión del traslado, se determinó que vinguen en bonora, car la Ciutat los farà tot bon

acolliment, perhò tot a ordinació e volentat dels cònsols, sens altra obligació ni estrinyement,

10 Los fragmentos que se presentan han sido transcritos directamente del proceso original (ACA,

Cancillería, Procesos de Cortes, vol. 15, ff. 219ro-220vo), corrigiéndose distintos errores tipográficos y de

transcripción que figuran en el volumen correspondiente de la colección: CARAVPC, VII, pp. 90-91.

11 El conflicto relatado se presenta también, aunque con mucho menor detalle, en: CODOIN, I, p. 267,

donde solamente se afirma que, en la sesión del día 14 de octubre de 1410, “a la petición del arzobispo, y

después de algún altercado, salieron del Parlamento, bajo protesta, los síndicos de Tarragona, por ser

vasallos de dicho prelado”.

12 En esta ocasión, el traslado vino motivado por un factor geográfico, pues Tortosa era una ciudad vicina

regnorum Aragonum et Valentie, quorum vicinitate fierent tractatis et comunicationes salubres (ACA,

Cancillería, Procesos de Cortes, vol. 17, f. 746ro).

13 La ciudad, inmersa en una profunda crisis económica, advirtió de las dificultades que tendría que

afrontar para la satisfacción de las franquicias que se le solicitaban, recordando, además, que la cuestión,

con el fin de evitar escándalos y nuevos conflictos jurisdiccionales –la práctica consuetudinaria establecía

que la sede de Cortes y Parlamentos había de ser una ciudad de realengo-, debería ser tratada y aprobada

previamente por el prelado.

siempre y cuando se hubiese planteado previamente la consulta al arzobispo y tratado

la cuestión con su vicario14.

Sin llegar a acuerdo alguno en relación con el cambio de sede, el Parlamento

general de Tortosa se disolvió a primeros de julio de 1412, pocos días después de

haberse conocido la noticia de la elección del rey Fernando de Antequera como nuevo

monarca de la Corona de Aragón por los compromisarios de Caspe.

LAS CLAVES DE UN CONFLICTO PLURISECULAR

Las tensiones que se desencadenaron en la sesión de mediados de octubre de

1410 no eran una excepción, pues se habían convertido en la tónica general desde

mediados de los años ’70 de la anterior centuria15, repitiéndose de un modo similar cada

vez que los síndicos tarraconenses, citados por uno de sus señores, acudieron a las

distintas Cortes y Parlamentos celebrados.

Desde el momento en que se produjo la cristalización institucional de las Cortes

generales, con Pedro el Grande, los distintos soberanos solían convocar a Tarragona para

que, junto con las demás ciudades y villas de realengo, les ofreciera su ayuda y consejo. Por

su parte, el arzobispo –cabeza del brazo eclesiástico y, por ende, el poder más importante

de las Cortes tras la figura del monarca- no estuvo nunca dispuesto a renunciar a su control

sobre la ciudad y una de las mejores formas de demostrarlo públicamente era erigiéndose

como su único representante legítimo, pues la aceptación de su plena participación

implicaría la modificación del estatus jurídico municipal16.

14 Del Parlament. A la proposició dels honrats cònsols quina resposta faran a ·I· missatger del Parlament que hic és

estat demanant moltes franqueses en cas que lo Parlament se mude de Tortosa a Tarragona; l’onrat Consell

determenà que açò que demana lo missatger, que fon legit en Consell, los par molt carreguós e no admissible (AHT,

fondo municipal, acuerdos municipales, nº 28: 1412-1413, sesión: 15.IV.1412, f. 4ro).

15 Fundamentalmente, a partir del momento en que Pedro el Ceremonioso amparó al Consejo municipal

de Tarragona para declarar que la ciudad era exclusivamente de realengo. Dicha proclamación pública

tuvo lugar el 10 de septiembre de 1373. A pesar de que el volumen de actas municipales correspondientes

a dicho año no se ha conservado, podemos obtener tal información gracias a la noticia que aporta el

Repertori Municipal, 1683, cajón III, documento nº 31: Acte en pergamí escrit en lo qual apar com la Ciutat de

Tarragona y hòmens de ella són del Rey y an de prestar los homenatges al Rey, y los homenatges que la Ciutat preste

al Señor Archabisbe són de Corpore et de honore, al deu de setembre, 1373. El pergamino al que alude el antiguo

catálogo del archivo de la ciudad se encuentra, actualmente, en un estado de conservación bastante

deplorable; responde a la signatura: AHT, fons municipal, pergamins, nº 76.

16 Los prelados estaban presentes en las Cortes por dos supuestos: para proteger los intereses de la Iglesia,

pero sobre todo, por razón de las temporalidades de que disponían, en función de la propiedad o el

patrimonio eclesiástico. El caso más significativo de esta duplicidad (prelado-señor de vasallos) era el

arzobispo de Tarragona. Sobre esta cuestión, véanse: Eva SERRA I PUIG, “Estudi introductori. Les Corts

En cualquier caso, la ciudad, con la única excepción de las Cortes de 1283, no

empezó a responder a las convocatorias cursadas desde la cancillería real mediante el envío

de sus síndicos hasta el último cuarto del Trescientos17, momento en que la actitud ofensiva

de Pedro el Ceremonioso empezó a destacar con fuerza. Los responsables de un gobierno

municipal cada vez más maduro y deseoso de ampliar su capacidad de acción frente al

poder ejercido por su señor más próximo, vieron en esta situación una posibilidad para

alcanzar sus objetivos. Una vez iniciados los enfrentamientos entre los distintos

procuradores y prelados, el rey, mediante una estrategia basada en la provocación, siguió

citando a la ciudad y esta respondió nombrando a sus propios emisarios, dando lugar al

estallido de nuevos choques pero siempre bajo un mismo telón de fondo.

Según los representantes municipales, Tarragona tenía todas las cualidades para

intervenir en el brazo real de las Cortes, pues era cabeza de veguería y gozaba del privilegio

de ciudad insigne entre las del Principado de Catalunya por su antigüedad, grandeza y

población. Alegaban que debía ser admitida porque, como ciudad real, así lo dictaban el

derecho común, los Fueros de Aragón y las Constituciones catalanas; porque también así lo

marcaba la costumbre, tanto por las convocatorias recibidas desde tiempo inmemorial,

como por su repetida asistencia en el pasado –hasta que empezaron a producirse las

primeras contradicciones-, o por haber sido sede de Cortes; y porque, jurisdiccionalmente,

sus habitantes eran hombres propios y sólidos del conde de Barcelona ya que, tras haber

conquistado la ciudad, esta fue dada a la Iglesia de Tarragona en la persona de san

Oldegario quien, para poblarla, concedió privilegio y libertad a todos los habitantes y a sus

sucesores para que no le debiesen nada más que el diezmo y la primicia; siendo incapaz de

lograr la reunión de una población suficiente, y frente los nuevos ataques de los

musulmanes, los arzobispos devolvieron la ciudad a Ramon Berenguer con el fin de que,

con ciertas retenciones, fuese de dicho conde, y sus habitantes, sus vasallos, obligados

solamente a hacer juramento y homenaje de fidelidad al arzobispo18. Por todo ello, en cada

convocatoria a la que asistieron, los síndicos de Tarragona debían procurar ser restituïts en la

possessió tenim d’entrar en Corts, de la qual som estats spoliats19, además de procurar fer entendrer

Catalanes. Una aproximació històrica”, en Antonio de CAPMANY, Práctica y estilo de celebrar Cortes en el

reino de Aragón, principado de Cataluña y reino de Valencia y una noticia de las de Castilla y Navarra, Barcelona,

Base, 2007 [Madrid, Impr. de don José del Collado, 1821], p. 11; Antoni JORDÀ I FERNÁNDEZ, “La ciutat de

Tarragona i el vot a Corts. Una petició de l’any 1647”, Quaderns d’Història Tarraconense, XI (1992), p. 45.

17 Al menos documentalmente no se puede confirmar lo contrario.

18 Todos los argumentos expuestos pueden leerse en distintas minutas, súplicas, memoriales de agravios

u opiniones de juristas. Sirvan como ejemplo los documentos: AHT, fondo municipal, documentos

sueltos, expedientes de causas, sig. top.: 7/15, 9/309, 18/1874.

19 La idea del expolio se repite en distintas ocasiones. A veces, simplemente para solicitar la posibilidad

de ser oída y poder así plantear la reclamación de sus derechos: Y si·s a hont de alguns anys ensà no sie

al Rey lo quant va a la mà lo Archabisbe y la majestat en voler aniquilar la jurisdictió real y eixalsar

la sua, pretenent que lo Rey és son vassall, com públicament ha dit, pretenent que a ell tocha lo

regiment de la Ciutat, e que no podem usar de privilegi real que ell no·y consenta20.

Según los arzobispos, los síndicos de Tarragona eran expulsados de las Cortes com

aquells que no·y deuen ésser. Aludiendo a la observancia de las constituciones, consideraban

que, de ninguna manera, la ciudad debía ser convocada ni admitida en las Asambleas por

ser sus pobladores vasallos de la Iglesia21, argumentando que, cada vez que se producía tal

citación, los prelados eran despuyllats de la possessió que tenien e tenen en dits hòmens de

Tarragona de no ésser stats ni convocats per la majestat del senyor Rey en Corts22. Los prelados

también recurrieron a la costumbre para dar fuerza a sus argumentos, pero, evidentemente,

de forma contraria a como lo hicieron los «nuncios» municipales23.

estada admesa en celebratió de Corts, és estat espoli y fet sens cognitió alguna de dret ni sens ésser estada oyda la

Ciutat. Y axí, sent estat salvat dret a la dita ciutat, axí en lo petitori com en lo possessori, de manera que la repulsió

no ha pogut causar prejudici a la dita Ciutat... (AHT, fondo municipal, documentos sueltos, expedientes de

causas, sig. top.: 11bis/800.

20 AHT, fondo municipal, documentos sueltos, expedientes de causas, sig. top.: 1/97.

21 Los síndichs de la Ciutat de Tarragona no han dret ni poden entrevenir en les Corts, attès és considerat que

aquella Ciutat de Tarragona és de la santa Església e del reverendíssimo Archebisbe de Tarragona, e axí aquella

universitat és del prelat e de la Església [...], considerat que Tarragona no és ciutat real, e sols les ciutats, viles e

lochs reals fan lo bras real (AHT, fondo municipal, documentos sueltos, expedientes de causas, sig. top.:

1/91); Lo reverendíssimo Archebisbe de Tarragona, per la Església sua, hòmens e vassaylls seus és en possessió de

tant de temps ençà, que no és memòria de hòmens en juí de ésser e entrevenir en Corts generals e particulars en lo

present Principat de Catalunya (AHT, fondo local, documentos sueltos, expedientes de causas, sig. top.:

1/92).

22 Se remite en su defensa, como base jurídica, a las constituciones: Ítem que Nós e officials nostres no

despullen algú o alguns de qualque condició o stament sien sens conexença de causa de possessió, e quaix de aquellas

cosas que tenguen o posseesquen, o quaix e si algú o alguns contra la dita forma havem despullats, sien restituïts

íntegrament salvant lo dret de la propietat (Constitucions y altres drets de Cathalunya, lib. VIII, “Pere segon en la

Cort de Barcelona, any 1283”, cap. XXIV, f. CXLI, Barcelona, 1495); Part açò conformants lo capítol fet en la

Cort de Leyda per lo senyor Rey en Jacme, de bona memòria, avi nostre, celebrada, lo qual comença: Statuhïm e

encara ordenam sobre lo capítol qui parla etc. E aquell capítol declarants statuhïm e sanccim que tots los prelats e

religiosos e lurs capítols, comtes, vezcomtes e altres barons, cavallers, ciutadans e hòmens de viles e universitats e

qualsevol altres persones ecclesiàstiques e setglars en Cathalunya stants citades per Nós o succehidors nostres qui

vinguen a les Corts les quals en Cathalunya manar se sdevendrà, d’aquí avant, venguen e venir sien tenguts

personalment, e les universitats e capítols lurs síndichs, poder sufficient havents, trameten e trametre sien tenguts.

E si per ventura les persones citades per just e sufficient empatxament seran detengudes, ne a les dites Corts poran

personalment compàrer, en aquell cas, ydònea e sufficient persona en procurador lur trametre sien tenguts...

(Constitucions y altres drets de Cathalunya, lib. I, “Pere terç en la Cort de Perpinya, any 1351”, cap. XXX,

f. XXI, Barcelona, 1495).

23 Sirva como ejemplo ilustrativo un documento en el que se presenta la relación de Cortes y Parlamentos

en los que no s’asentí que entrassen ni entrevinguessen en aquelles los hòmens de Tarregona, [...] axí com no hi

poden ni deuen (AHT, fondo municipal, documentos sueltos, expedientes de causas, sig. top.: 1/91).

CONCLUSIONES

Por un factor ajeno a la voluntad de la universitas, la ciudad de Tarragona fue uno

de los grandes ausentes del Parlamento catalán del Interregno24, perdiendo así toda

capacidad de participación y decisión autónomas en una de las principales encrucijadas

a las que tuvo que dar respuesta la Corona de Aragón en el ocaso del Medievo.

El conflicto desatado por la representación de la ciudad –protagonizado por uno

de sus señores y los síndicos municipales- a punto estuvo de bloquear el desarrollo de

una Asamblea que resultó ser clave para la elección en Caspe del nuevo monarca

mediante la vía del compromiso.

Pero, por encima del interés que pueda despertar el episodio relatado en sí

mismo, el altercado vivido poco tiempo después de haber sido inaugurado el

Parlamento de Barcelona debe ser analizado en un marco amplio que permita

interpretar adecuadamente toda una sucesión de enfrentamientos que siguieron una

dinámica con escasas variaciones.

Y es que, lejos de resolverse, la cuestión de la participación de Tarragona en las

Asambleas representativas –convertida en un capítulo más de la disputa de sus copríncipes

por hacerse con el dominio jurisdiccional exclusivo de la ciudad y su veguería- perduró a lo

largo del Antiguo régimen. Los procesos abiertos y las comisiones creadas con objeto de

alcanzar un juý de Cort fracasaron reiteradamente, pues no se alcanzó ningún acuerdo que

lograse poner fin al que las fuentes califican como el eternal problema 25.

24 Otro ejemplo remarcable sería el caso de Lleida, que tampoco asistió a las sesiones del Parlamento

general a pesar de haber sido convocada, pero por una razón bien distinta a la que motivó la ausencia de

Tarragona, pues la ciudad del Segre estaba inmersa en una intensa lucha de bandos que bloqueó toda

posibilidad de alcanzar acuerdos para fijar su representación en la Asamblea del Principado.

25 Atendiendo a unos u otros argumentos, tan interesados como irreconciliables, la historiografía ha

seguido ofreciendo, hasta nuestros días, una imagen demasiado simplificada y parcial del problema.

Véanse las aportaciones de: Joan-Ferran CABESTANY I FORT, “Tarragona i les Corts Catalanes (1283-1422)”,

Quaderns d’Història Tarraconense, I (1977), pp. 69-79; Francesc CORTIELLA I ÒDENA, Una ciutat catalana a les

darreries de la Baixa Edat Mitjana: Tarragona, Tarragona, Diputació Provincial, 1984, pp. 49-55; José ADSERÁ

MARTORELL, “Tarragona, ciudad con voto en Cortes”, en Tarragona, capital de provincia. Estudio histórico-

documental sobre la división del territorio, Tarragona, 1986, pp. 263-283; Víctor FERRO I POMÀ, El dret públic

català. Les institucions a Catalunya fins al Decret de Nova Planta, Vic, Eumo, 1987, pp. 196-197; Antoni Ma

UDINA I ABELLÓ, “Pere el Cerimoniós i les ciutats catalanes a través dels Parlaments”, en Les Corts a

Catalunya, p. 218; Oriol, OLEART I PIQUET, “Organització i atribucions de la Cort General”, en ibídem, p. 23;

A. JORDÀ, “La ciutat de Tarragona”, pp. 43-49; Sebastià SOLÉ I COT, “La Cort General a Catalunya. Síntesi

de la institució. Projecció posterior a la seva extinció”, en Josep SERRANO DAURA (coord.), El territori i les

seves institucions històriques. [Actes de les jornades d'estudi commemoratives del 650è aniversari de la incorporació

definitiva del marge dret del riu Ebre a Catalunya. Ascó, 28-30/XI/1997], Barcelona, Fundació Noguera, 1999,

APÉNDICE 1

1410, julio, 22. Barcelona AHT, fondo municipal, documentos sueltos, cartas de gobernadores generales y lugartenientes reales, sig. top.:

19/1911

1 f., catalán, en estado de conservación regular

Guerau Alemany de Cervelló, caballero y gobernador general de Cataluña, convoca a los

representantes de Tarragona al Parlamento de Montblanc, para el día 31 de agosto, con el fin de

proveer la sucesión del rey Martín el Humano.

En Guerau Alamany de Cervelló, cavaller, Governador general de Cathalunya, als amats los

cònsols e prohòmens de la Ciutat de Tarragona, salut e dilecció. Bé crehem sabets l’estament en què, al

[pr]esent, per mort del molt alt Senyor en Martí, Rey d’Aragó de loable recordació, són los Regnes e

Terres de la dita Corona Reyal d’Aragó, e quant és necessari als cathalans [tenir] [Par]lament [genera]l

per socórrer a les urgents necessitats iminen[ts] al Principat de Cathalunya, specialment per la mort del

dit [Sen]yor, e per posar lo [di]t Principat en degut estament, ab consell d[e]ls prelats e persones

ecclesiàstiques, barons, [cav]allers e hòmens de paratge, e síndichs de universitats de C[iu]tats e viles

reyals del dit Principat; perquè [af]ectuosament vos pregam, e ab la present vos requerim e amonestam,

[q]ue per tenir lo dit Parlament, axí com és de gran n[e]cessitat, constituats de vosaltres certs síndichs e

procuradors qui per aqueixa Ciutat sien al derrer die del prop vinent mes d’agost en la vila de

Muntblanch, la qual a tenir lo dit Parlament havem assignada, ab poder bastant de co[n]sellar, provehir e

ajudar en totes les dites necessitats, especialment, si necessari serà, sobre la forma e manera que·s de[u]

tenir per lo dit Principat, ensemps ab los altres Regnes e Terres de la dita Corona, en tractar e ordonar de

la su[c]cessió dels dits Regnes e terres de la dita Corona d’Aragó, la qual su[c]cessió lo dit senyor Rey en

Martí, en la sua fi, v[o]lch e ordonà ésser dada a aquell a qui per justícia pertangués. E per ço, com là on

ha multitud de gents, ha per[so]nes de diverses enteniments, per la qual diversitat moltes de ve[g]uades se

segueixen escàndels, e sabets quant ser[ie] nohïble en aquest temps, per ço aparrie, si a vosaltres semblarà

b[o], que los qui venran al dit Parlament sien pochs en nombre, e que per mils demostrar benignitat,

fraternitat, c[ari]tat, unitat e amor vera, venguen en la pús simpla et honesta manera que poran. E açò no

mudets ne d[il]atets si la perdició del dit Principat, posat en extrema [n]ecessitat, desigats esquivar. E en

aquests affers e tots altres, hajats a memòria la gran feeltat e [n]aturalesa que vostres predecessors e

vosaltres havets tostemps [h]aüda en conservació e creximent de la dita Co[ro]na reyal. Dada en

Barchinona, a XXII dies de juliol, en l’any de la N[ativitat de Nostre] Senyor M CCCC X. Gubernator.

p. 127; Miquel PÉREZ LATRE, “Les Corts i les veus de la Terra. La participació política dels no convocats

(1552-1599)”, en Actes del 53è Congrés de la Comissió d’Història Internacional per a l’estudi de la Historia de les

Institucions Representatives i Parlamentàries, Barcelona, Parlament de Catalunya – Museu d’Història de

Catalunya, 2005, pp. 697-715.

APÉNDICE 2

1410, octubre, 30. Tarragona AHT, fondo municipal, acuerdos municipales, nº 26: 1410-1411, clavaria, f. 28ro-vo

Relación de los gastos derivados del envío de los síndicos tarraconenses al

Parlamento de Montblanc – Barcelona – Tortosa.

En Pere Martí, clavari, etc. Com la Ciutat sia stada citada per lo governador de Cathalunya que

tremetés sos síndichs al Parlament general de Cathalunya que·s devia celebrar en la vila de Muntblanch

sobre la successió del Realme d’Aragó e l’onrat Consell hi haja elets en síndichs los honrats en Berenguer

Martí, jurista, e en Berthomeu Çabater, qui hi són anats a Muntblanch. E aprés, lo Parlament se sia

mudat a Barçalona. E per ço com en Berthomeu Çabater, impedit de malaltia, no hi pogué anar, substituí

lo honrat en Bernardo Joya, lo qual, ensemps ab lo dit en Berenguer Martí, és anat al dit Parlament de

Barçalona, perquè dats e pagats a los dits síndichs les quantitats següents:

Primerament, a·n Berenguer Martí, per la anada de Muntblanch, que foren dos

dies entre anar, estar e tornar, a rahó de dos florins ell ab si altre, e dues

cavalcadures, quatre florins, que valen:

Ítem, al dit Berenguer Martí, per XV dies entre anar, star e tornar de

Barchinona, per lo dit Parlament ab si altre, ab dues cavalcadures, a raó de dos

florins per dia, ·XXX· florins, que valen:

Ítem, a ell mateix, que ha bestrets en una letra de salvament fet a la Ciutat per

lo Governador, com lo senyor Archabisbe haja contrastat als dits síndichs la

intrada del Parlament e per un trellat de un protest que los síndichs feren:

Ítem, que ha donats a correus per letres que han tremès:

Ítem, són deguts a·n Barthomeu Çabater, per II dies de la anada de Muntblanch

ab si altre e dues cavalcadures, a raó de ·II· florins per dia, ·IIII· florins, que

valen:

Ítem, són deguts a·n Bernardo Joya, per XV dies que ha stat ab sa cavalcadura

entre anar, estar e tornar a Barcelona ab lo dit en Berenguer Martí, a raó de un

florí tot dia, ·XV· florins, valents:

Axí que són, en suma, viginti novem libras, ·XVIIII· ss. E recobrats dels dits missatgers ensemps ab lo

present albarà de rebuda de paguar aquestes despeses, havent poder per determinació de Consell celebrat a

XXVI del mes d’agost pús prop passat.

·II· ll, ·IIII·

ss.

·XVI· ll, ·X· ss.

·XIIII· ll, ·VI· ss.

·II· ll, ·IIII· ss.

·VIII· ll, ·V· ss.

·I· ll, ·VI· ss.