'La apertura de datos como una forma de participación política en un gobierno abierto. El caso de...

31
Universidad Nacional de La Plata Doctorado en Comunicación (FPyCP) Asignatura: Taller de Tesis II. Profesor: Dr . Alejandro Kaufman. Alumna: María Celeste Gigli Box [email protected] La apertura de datos como una forma de participación política en un gobierno abierto: el caso de las hackatones. En las líneas que siguen presentamos una de las dos partes de la evaluación final para este Taller de Tesis II: un capítulo de nuestra tesis final de doctorado. Dado que la segunda parte de nuestra entrega -el diseño de la tesis propiamente dicho-, plantea esta cuestión según un orden diferente (que por supuesto responde a nuestra argumentación), consideramos presentar estas hojas con un desarrollo autosuficiente, com el fin de facilitar la lectura y la labor evaluatoria. De este modo, aquí comenzaremos con un recorrido general acerca del tópico principal de nuestra tesis (la apertura de la gestión de gobierno), para luego poder avanzar hacia la especificidad que aquí nos aúna: una de las nuevas formas de participación ciudadana que constituyen los hackatones de datos abiertos. El desarrollo de la cuestión será muy simple. Comenzaremos con las cuestiones fundamentales acerca de la apertura de un gobierno a través de una caraterización general • 1 •

Transcript of 'La apertura de datos como una forma de participación política en un gobierno abierto. El caso de...

Universidad Nacional de La PlataDoctorado en Comunicación (FPyCP)

Asignatura: Taller de Tesis II.Profesor: Dr. Alejandro Kaufman.

Alumna: María Celeste Gigli Box [email protected]

La apertura de datos como una forma de participación política en

un gobierno abierto: el caso de las hackatones.

En las líneas que siguen presentamos una de las dos partes de la evaluación final para este

Taller de Tesis II: un capítulo de nuestra tesis final de doctorado. Dado que la segunda parte

de nuestra entrega -el diseño de la tesis propiamente dicho-, plantea esta cuestión según un

orden diferente (que por supuesto responde a nuestra argumentación), consideramos

presentar estas hojas con un desarrollo autosuficiente, com el fin de facilitar la lectura y la

labor evaluatoria. De este modo, aquí comenzaremos con un recorrido general acerca del

tópico principal de nuestra tesis (la apertura de la gestión de gobierno), para luego poder

avanzar hacia la especificidad que aquí nos aúna: una de las nuevas formas de participación

ciudadana que constituyen los hackatones de datos abiertos.

El desarrollo de la cuestión será muy simple. Comenzaremos con las cuestiones

fundamentales acerca de la apertura de un gobierno a través de una caraterización general

• 1 •

que recupere la dimensión histórica y las sucesivas reconfiguraciones de la noción de

gobierno abierto (open government), junto con algunas caracterísitcas que consideramos

determinantes en su conceptualización actual. Este recorrido inicial nos permitirá incorporar

una multiplicidad de fenómenos que atraviesan tanto la modernización del Estado como la

comunicación digital, y refractan con particularidades específicas a la hora de conformar la

apertura de la gestión de gobierno (como la denominada tecnopolítica1, innovaciones

democráticas y datos, etc.). En un segundo apartado, recuperaremos un fenómeno de las

hackatones, esas maratones donde un grupo de desarrolladoras y desarrolladores

informáticos trabajan con datos disponibilizados libremente por el Estado para construir

aplicaciones informáticas que serán utilizadas por la comunidad (ciudadanas y ciudadanos,

o rganizaciones del tercer sector e incluso empresas). Este tipo de eventos suelen ser vistos

-de manera acertada, claro- como espacios donde la transparencia se concreta com

participación directa y colaboración de ciudadana (Chiareti, 2013): pero en estas líneas,

pensaremos a caracterizar el fenómeno de los hackatones, no sin antes recuperar el ethos

que encarnan. Por último, finallizaremos estas hojas com una reflexión donde finalmente

podamos destacar el espacio y la instancia de participación política que constituyen estos

eventos para organizaciones de la sociedad civil (OSC), para los desarrolladores voluntarios

y para los ciudadanos individuales que solicitan la utilización de los datos públicos a

resguardo del Estado.

1 El término tecnopolítica refiere a la capacidad de apropiación de herramientas digitales para la acción

colectiva (Toret, 2012), que, como nuevo paradigma implica: 1) una organización y estructuración tecno-lógica

(SuNotissima, Quodlibetat, Axebra, et al, 2012: 12) del trabajo común y distribuído del general intellect; 2)

comucación y difusión posmediática (dado que atraviesa dispositivos de poder político y económico-

financiero); 3) una acción apoyada en el denominado smart swaming, es decir, el acceso a la Internet por medio

de dispositivos móviles (tabletas y relojes y telefonos inteligentes), lo que potencia la capacidad de auto-

organización para acciones coordinadas, con tiempos de preparación y reacción reducidos (SuNotissima,

Quodlibetat, Axebra, et al, 2012). Es necesario diferenciarla del mero ciberactivismo -aunque ambos implican

una acción colectiva mediada tecnológicamente-, dado que éste se limita, de suyo, a la esfera digital. La

tecnopolítica alude a prácticas colectivas que pueden acontecer -o partir de Internet-, pero que no acaban

necesariamente en la Red (Toret, 2012).

• 2 •

1. Gobierno Abierto: Una manera de socializar la información pública.

En este primero apartado abordaremos una caracterización comprehensiva acerca de la

noción de gobierno abierto. Platearemos sus relaciones con otros fenómenos concomitantes

que suelen estar presentes en la órbita de la apertura de la gestión (generalmente

relacionados con tecnologías de la comunicación y la información, la innovación pública y el

uso y desarrollo de las redes sociales digitales). Luego recuperaremos sus antecedentes,

incluyendo su rol en el actual corpus conceptual. Paso seguido expondremos el recorrido del

concepto y enunciaremos una definición operativa. Por último, completaremos la definición

rescatando dos de sus dimensiones determinantes: el gobierno 2.0 y las innovaciones

públicas democráticas.

1. 1. Una caracterización general

La perspectiva de la apertura de la gestión pública tal como la concebimos hoy (Girao, 2013)

ha cobrado un especial interés por diferentes razones: utilidad pública (Ramírez-Akujas,

2012), potencialidades para la modernización de la gestión (Abal Medina, 2008), el impulso

de empresas desarrolladoras de software, y también -por qué no decirlo- la mera moda

(muchas veces estimulada por diferentes servicios de consultoría política). Pero también es

un término en constante transformación (Sainz Peña, 2013), dadas las diferentes maneras

de implementarlo en las oficinas de gobierno, los cruces con otros fenómenos tecnológicos

y/o comunicacionales (desarrollos en apertura de datos, el llamado 'gobierno móvil' 2,

avances de la estructura de la Internet -como la consolidación de la web semántica 3-, el

2 Es decir, el conjunto de aplicaciones de gobierno electrónico ejecutables en plataformas móviles (télefonos,

computadoras portables -notebooks y netbooks-, y tabletas), que vinculan las relaciones en y entre

instituciones gubernamentales, como las relaciones entre éstas y la ciudadanía (OEA, 2012)

3 La web 3.0 o 'semántica' es una Red integrada desde el significado, donde la imbricación suceda desde los

términos y no desde las páginas (a través de sus 'direcciones' o URLs). Esto facilitará la búsqueda, la capacidad

• 3 •

mayor desarrollo de aplicaciones móviles y web para organizaciones de la sociedad civil y

oficinas de gobierno de menor jerarquía en las administraciones públicas, etc). Este

crecimiento y desarrollo contínuo obsta que podamos establecer con certeza una ruta

crítica futura para el gobierno abierto en su dimensión digital, por lo que consideramos que

la mejor introducción a este tópico es exponer algunos de los valores públicos que se le han

sindicado.

En este sentido, la apertura de las gestiones de gobierno ha sido presentada como un vector

de fortalecimiento democrático por la instrumentación de escrutinio público que ofrece

(Conejero Paz, 2013), como también la posibilidad de erigirse en bastión contra indebidas

acumulaciones de riqueza o poder en las manos de pocos (OCDE, 2005: 2) y como un

modelo de gestión que provee más oportunidades para la participación pública (lo que

requiere medidas para fortalecer a la sociedad en su capacidad de favorecerse de esta nueva

lógica)4. Pero estos pilares -si bien muy interesantes y a toda vista deseables-, se presentan

como aspectos muy generales a la hora de ver ventajas concretas (Ramírez-Alujas, 2012).

Por eso enumeraremos algunas cuestiones que caracterizan el gobierno abierto y son dables

de cotejarse en la gestión cotidiana del gobierno -o de una oficina pública- que establezca

una estrategia de apertura.

En primero ligar, abrir una gestión de gobierno (en las diferentes direcciones en que puede

implementarse, como veremos más adelante) propone establecer una mayor confianza de

de compartir, procesar y transferir información. Esta tarea ya ha comenzado, pero lo que aún falta es mucho

más que lo realizado (para un mayor desarrollo de lo que se proyecta a futuro para la Web 3.0, cf.:

http://www.w3c.es/Divulgacion/GuiasBreves/WebSemantica)

4 Organismos especializados de la esfera de Naciones Unidas aseguran que incluso existe una consecuencia en

el crecimiento económico (no ya en el desarrollo) por adoptar políticas de gobierno abierto: estudios

comparativos del Banco Mundial encontraron que países con mayores niveles de transparencia y monitoreo

parlamentario efectivo muestran mayores niveles de crecimiento económico en relación a los países que

poseen menores estándards (OCDE, 2003; 2005).

• 4 •

la ciudadanía en el gobierno u oficina de la administración pública que la implemente (Naser

y Concha, 2012). Esta confianza posibilita la voluntad de apoyar las políticas de ese gobierno

(Villoria, 2010) y el acercamiento a la posibilidad de codiseño de programas y servicios que

incluya a las y los ciudadanos en sus roles comunitarios, asociativos y/o privados (además de

poner a disposición un mayor reservorio de ideas para una política pública y hacer más

precisa la intervención universal -sobre necesidades concretas- o la focalizada -sobre grupos

determinados-). En segundo lugar, abrir la gestión también incorpora a personas y grupos

como parte de una administración colectiva (Sainz Peña, 2013), lo que permite la inserción

de diferentes objetivos e intereses en la hechura de políticas. También democratiza el

umbral de acceso (Conejero Paz, 2013), nivelando el ingreso a ciudadanas y ciudadanos que

perciben -en algún sentido-una barrera para su participación (Ramírez-Alujas, 2012). Por

último, las lógicas de la apertura de gobierno hacen también accesible las nuevas formas de

innovación y la creación de valor público, tanto para el propio sector público como para el

privado (sobre todo, en cuestiones de datos abiertos5). Hecha esta caracterización

introductoria y general, esbocemos una definición dinámica y acotada, que sirva de

sustento conceptual a estas líneas.

1.2. Una definición operativa

Para exponer una definición de gobierno abierto, plantearemos el término según dos

5 Los datos públicos abiertos (del original open government data) son aquéllos datos de titularidad pública

puestos a disponibilidad libre para ser utilizados por particulares (fueren individuos o colectivos) y por

reparticiones del mismo Estado. Usualmente denominados datasets (conjuntos de datos), constituyen uno de

los principales vectores para la transparencia en un gobierno abierto (Fumega y Scrolloni, 2013). Los avances

tecnológicos permiten que estos datos puedan ser utilizados en los procesos internos de las oficinas públicas,

pero también puestos a disponibilidad (cumpliendo con unos requisitos de operabilidad informática y

preferentemente comprendidos en una ley de acceso a la información) para que, a partir de ellos, se

desarrollen aplicaciones digitales utilizables sin ningún conocimiento previo en la vida cotidiana (Yu y

Robinson, 2012). Y además, son la base de nuevas áreas de la utilización de la información, realizando

interpretaciones a partir de ellos: esa es la labor del periodismo de datos (Fumega y Scrolloni, 2013).

• 5 •

dimensiones principales: una histórica y la otra conceptual. Comenzaremos desarrollando la

histórica, y para el caso de la conceptual tendremos especialmente en cuenta dos

dimensiones que consideramos esenciales: 1) las innovaciones democráticas en la gestión

pública, y 2) la comunicacional del 'gobierno 2.0' (O'Reilly, 2010), reflejo en la administración

pública y la política de la llamada web 2.0 (representada por las redes sociales y otros

espacios colaborativos como las wikis).

1.2.1. La dimensión histórica

Hacer un recorrido histórico de la noción nos coloca frente dos cuestiones: 1) tener en

cuenta los antecedentes de fenómenos con objetivos comunes -como el acceso a la

información pública y el gobierno electrónico-, junto con el rol que ellos juegan ante la

propia irrupción del gobierno abierto; y 2) un recorrido de corte genealógico que permita

cotejar los diferentes aspectos del decurso de la apertura de la gestión pública.

1.2.1.1. Antecedentes (y componentes del presente)

A la hora de hablar de la apertura de la gestión, dos antecedentes resultan ineludibles: las

leyes de acceso a la información y el gobierno electrónico (Ramírez-Alujas, 2010). Pero antes

de desarrollarlos es necesario destacar que ambos no se reducen a la mera precedencia: son

fenómenos que también forman parte de la implementación actual de la apertura,

completando el espectro de ella, como también ofreciendo herramientas que la

instrumentan. En palabras más simples, podemos decir que preceden al gobierno abierto (y

con seguridad tienen un desarrollo teórico y práctico mayor), pero progresivamente han

comenzado a formar parte de su próprio corpus (Domínguez y Coroján, 2013), proveyendo

• 6 •

perspectivas prácticas y rutas de instrumentación (Banfi, 2013; Pardinas, 2013)6. Veamos,

pues, cada uno de ellos.

1-Las leyes de acceso a la información pública: una legislación adecuada y pertinente que

instrumente el derecho a saber7 resulta un mecanismo inestimable para crear una cultura de

la apertura (Ramírez-Alujas, 2012)8. Todos los esfuerzos enderredor del acceso a la

información pública encuentran su nexo directo en la apertura por medio de la

transparencia y el principio de rendición de cuentas (accountability). Hoy por hoy, dada la

irrupción del gobierno abierto en consonancia con un constante crecimiento de

herramientas informáticas para disponer de grandes volúmenes de datos, asistimos a una

nueva configuración del acceso a la información en manos del Estado (Sainz Peña, 2013).

Concretamente, acontecen dos fenómenos: por un lado, un gobierto puede abrirse con

mayor facilidad y en más sentidos (Yu y Robinson, 2012) que antes de la configuración

societal que hoy llamamos sociedad de la información (Castells 2001); y por otro lado, el

ejercicio de la rendición de cuentas y la transparencia pública se combina con la posibilidad

de crear valor público (Tapscott, 2011) a manos de los ciudadanos y ciudadanas

(individualmente u organizados colectivamente). Esto se concreta a través de un Estado que

disponibiliza grandes volúmenes de datos y así permite: 1) una ciudadanía que puede crear

aplicaciones informáticas para mejorar sus vidas (sea porque las utilizan para la circulación

de información en una causa determinada o porque crean valores privados para rédito

6 Pero así como se han incorporado a la esfera de la apertura, tenemos que enfatizar con firmeza que su

implementación no se define solamente por estos antecedentes, ni se reduce a una combinación de ellos.

7 Desde que EE. UU. sancionó su Acta de Acceso a la Información [Pública] o Freedom of Information Act

(FOIA) en 1966, fueron sumándose países a la disponibilización de la información pública en manos del Estado

(Dinamarca y Noruega hacia 1970, Francia y los Países Bajos en 1978, Australia y Canada en 1982, Hungría en

1992, Irlanda en 1997, el Reino Unido en 2000, Japón y Méjico en 2002, Alemania en 2005 (Ramirez-Alujas,

2010). Lamentablemente, la situación de Argentina es muy precaria en este aspecto (Montes, 2014): no

contamos con una ley de acceso a la información pública, sino que el proyecto que se había logrado ingresar a

la discusión legislativa perdió estado parlamentario en noviembre de 2013.

8 Como también la experiencia que otorga el proceso de promoción, legislación y sanción de la ley, que

redundará en la consolidación de prácticas políticas para uso de este mecanismo jurídico con regularidad.

• 7 •

propio), 2) la batería de acciones circunscriptas en la gestión cotidiana de lo público

(podríamos señalar aquí sumariamente la posibilidad de rastrear asignaciones de recursos -y

los criterios con que éstas se realizan-, cotejar las materias que son priorizadas en los

presupuestos, ver progresiones de crecimiento económico, recaudación fiscal, conocer los

planes y programas vigentes en cada cartera, etc.).

2. El gobierno electrónico: por él entendemos todas las estrategias de aplicación de las

tecnologías de la información y la comunicación (TIC) a los procedimientos y procesos de la

gestión pública (Naser y Concha, 2012)9. El gobierno electrónico pretende alcanzar fines

públicos por medios digitales: sevicios en línea (lo que implica la progresiva

'despapelización' del Estado y la simplificación de procesos -con el fin de alcanzar una

ventanilla única para diferentes trámites-), la capacitación y educación a distancia de

funcionarios y usuarios (sobre todo, en los procedimientos para realizar trámites y acceder a

servicios); y, como ventaja derivada, la mejora en la respuesta al ciudadano (Naser, 2011),

dado que el gobierno electrónico propone una mejor comunicación e interacción Estado-

Sociedad (Ramírez-Alujas, 2010). Pero esta modernización se circunscribe a la incorporación

de tecnología sin avanzar sobre ningún cambio de valores. Sólo una consecuencia derivada

de la utilización de software (Gascó, 2013) lo liga al gobierno abierto: la transparencia y

rendición de cuentas (accountability), con la posibilidad de publicación de gastos de

funcionarios públicos, erogaciones y demás asignaciones de fondos públicos10.

9 Podríamos agregar que esta aplicación de TIC a la gestión pública compete a procesos internos como

externos a la administración (la ciudadanía y el sector privado -empresas y organizaciones de la sociedad

civil-). Dentro de la literatura especializada, suelen presentarse cuatro tipos de relaciones en el gobierno

electrónico: gobierno – ciudadanas/nos (o 'G2C' de acuerdo a sus siglas en inglés: 'government to citizen'),

como en el caso de los portales que ofrecen información o servicios públicos; gobierno a empresas (o 'G2B':

government to business) como por ejemplo, los portales que informan sobre licitaciones y compras públicas ;

gobierno al empleado (o 'G2E': government to employee) usualmente de Intranet, destinados a informar y

recibir información de la planta de empleados; gobierno a gobierno (o 'G2G': government to government),

como el caso de los sistemas de información pública comunes a varias oficinas de gobierno, muchas veces

también en la esfera de la Intranet (Naser, 2011).

10 Hemos presentado sumariamente la imbricación de las TIC a la gestión pública y sus potencialidades. Por

• 8 •

Desde ya que también el corte modernizador en la gestión de lo público también está

presente en el gobierno abierto, pero dentro de él encarna un cambio de lógica, una

diferencia cualitativa: principalmente centrada en la colaboración ciudadana (Lathrop y

Ruma, 2010). La idea de apertura en el gobierno implica la convicción de la administración

pública de repensar el modo de interacción del Estado a su interior, y de éste con la sociedad

toda, en un medio de mayor porosidad en el espacio liminar de la gestión pública

(Valenzuela, 2014). Es un movimiento desde las jerarquías hacia las redes, desde la

burocracia al trabajo de compromisos transversales con otros actores -públicos y/o

privados- para construir valor público (Harrison et al, 2011).

1.2.1.2. Decurso del concepto

Dados estos antecedentes principales -y como refractan al interior de la apertura del

gobierno-, tenemos que hacer una brevísima referencia al decurso del propio término

'gobierno abierto' en el escenario de la gestión pública. Lo primero y principal reside en

señalar que no es un término nuevo en lo absoluto: a finales de la década de los setentas del

siglo pasado, apareció en el escenario político británico (Chapman y Hunt, 1987). En ese

entonces, refería a la necesidad de superar la secrecía gubernamental y abrir la posibilidad

del escrutinio ciudadano para reducir la opacidad burocrática. Con el paso del tiempo, esta

primera aproximación fue usada para definir la capacidad democrática de las y los

ciudadanos para demandar una respuesta por parte de los gobiernos acerca de sus acciones

y cotejar la legitimidad de las medidas que toma (Ramírez-Alujas, 2010). Ese derecho esto mismo creemos insoslayable enunciar lo inconveniente que resulta presentar el espacio digital como el

triunfo de la transparencia, la interacción no jerárquica, igualitaria y libre (Sfez, 2002) sin hacerse eco de su

interrelación dialéctica (Perret, 2014) con leyes, formas de apropiación, políticas y poderes corporativos. A esto

debemos agregar los problemas de acceso que presenta la tecnología (brecha digital) y a los bienes simbólicos

(Caijao Brito y Tapia del Salto, 2011) que en ella se intercambian. Si tenemos en cuenta estos aspectos, pues se

ilumarán una serie de problemas que socavan, complejizan y hasta reubican el debate Internet-democracia en

prioridades que hacen más compleja su potencialidad transparentadora, participativa o colaborativa.

• 9 •

ciudadano también incluía la solicitud de información de la gestión de sus oficinas de

gobierno y de su administración interna eficaz y eficiente (Naser y Concha, 2012). En las

siguientes dos décadas, hablar de gobierno abierto significó recurperar los ejercicios del

acceso a la información pública, la protección de datos en manos del Estado, la reforma de

leyes que propendían a la secrecía y la necesidad constante de avanzar a una democracia

más completa garantizando el acceso cívico a la actividad del Estado por cualquier persona

que lo solicitase, sin tener que acreditar ninguna condición más que la de su mera

ciudadanía (Ramírez-Alujas, 2012).

A partir del nuevo milenio, la noción de gobierno abierto es tomada con mayor especificidad,

señalando un nuevo eje articulador para la mejora de las capacidades de gestión y

modernización las administraciones públicas. Aquí son los trabajos de la OCDE (2001, 2003,

2005) los que sistematizan el término y preparan las condiciones para la noción que

manejamos en la actualidad. En esencia, referían con un gobierno abierto a aquél que

contaba con tres elementos esenciales: a) transparencia (en términos de brindar la

posibilidad al escrutinio público), b) accesibilidad a cualquier ciudadana/o en cualquier

momento y lugar (ODCE, 2005: 2), c) dispuesto a nuevas ideas y demandas. En estos

estudios se comienza a destacar la apertura como una noción que comprende pero también

excede la de mera transparencia,y se señalan las diferentes rutas11 y dificultades de la

implementación (OCDE 2003; 2005). Huelga decir que los desarrollos refieren a la órbita de

los países que conforman la OCDE12.

11 En las aperturas que por entonces se habían puesto en marcha -fenómeno que se sigue repitiendo en la

actualidad-, no todos los países habián seguido el mismo decurso en el camino hacia un open goverment:

México preferió el escrutinio ciudadano en la lucha contra la corrupción y la rendición de cuentas. Dinamarca,

apuntó a construir un gobierno (más) amigable en términos de servicios, mientras Canadá procuró aumentar la

interacción con diferentes actores sociales (especialmente OSCs) para mejorar y hacer participativo el armado

de políticas (OCDE, 2005). Allende la dirección de la implementación, todas contribuyen al objetivo de

fortalecer la confianza en el gobierno como condición previa para la eficacia de la política pública (Navarro

Martínez, 2013).

12 Los informes de la OCDE mencionan que esos países tienen dos razones principales para construir un

gobierno abierto: 1) apuntalar la legitimidad y credibilidad de la democracia como forma de gobierno. 2)

• 10 •

1.3. La dimensión conceptual.

Llegado el año 2009, la sucesión de resignificaciones del término encuentra una

preeminencia lo suficientemente importante como para sentar una base conceptual: la

noción que actualmente sustenta las aperturas de gobierno se basa en el Memorandum

de Transparencia y Gobierno Abierto de enero de 2009, con que Barack Obama lanzó su

gestión de gobierno. En él su administración se comprometía a implementar una apertura

sin precedentes, garantizar la confianza pública y establecer un sistema de transparencia,

participación pública y colaboración. Por transparencia, la directiva interpretó un gobierno

que proporciona información sobre la gestión -a la cual considera un bien nacional-,

disponibiliza sus fuentes y bases de datos, y hace públicos su accionar debido a su

responsabilidad en la rendición de cuentas (Ramírez-Alujas, 2012). Esto posibilita el

contralor social, lo que redunda en confianza pública y fortalecimiento institucional13. El

segundo eje lo constituyó la participación, entendida como el derecho de la ciudadanía a

participar activamente en la formulación de las políticas públicas y la creación de nuevos

espacios de diálogo para la implicación y deliberación ciudadana. En este nuevo formato de

gestión, la tecnocracia y las jerarquías internas del funcionariado dejan lugar a plataformas

deliberativas, a la comunicación de doble vía en las redes digitales y a contemplar la

existencia de la sabiduría de las multitudes (Obama, 2009). Y por último, el tercero eje, la

colaboración: donde se implica a ciudadanas y ciudadanos (individual o colectivamente) y

demás agentes sociales (organizaciones sociales, universidades, etc) en el trabajo de

resolución de los problemas públicos, aprovechando el potencial personal, profesional y/o

laboral que aquéllos tienen. Esto supone cooperación y trabajo coordinado de las diferentes

alcanzar metas de igual importancia como crecimiento económio o cohesión social sobre la base de la primera

razón (OCDE, 2005: 2).

13 En este principio se inserta el concepto de datos abiertos, vector de apertura e innovación pública, donde se

utilizan y re-utilizan datos que el Estado pone a disposición para desarrollar aplicaciones y plataformas

informáticas, las que luego se apropiarán organizaciones de diverso tipo (como también alguna oficina de

Estado). Esta innovación social erige al Estado como nuevo proveedor de activos (los datos) en las manos de

diferentes colectivos sociales que, mediante la participación directa (usualmente obteniendo el trabajo de

desarrolladores informáticos) se valen de esa innovación social para empoderar sus actividades cotidianas.

• 11 •

oficinas al interior de la administración pública a través de sus funcionarios14.

1.4. Dimensiones Esenciales: Gobierno 2.0 e Innovaciones democráticas

La apertura de una gestión encarna los últimos tres principios pero también combina otros

componentes. En este sentido, creemos que la dimensión comunicacional incorporada por

los medios sociales refracta en el mundo de lo público como el 'gobierno 2.0', constituyendo

una dimensión específica e insoslayable de la vinculación entre gobiernos y ciudadanos hoy

por hoy. Y en adición a ésta, encontramos las innovaciones públicas de corte democrático

(Moore, 1995), procesos mediados por software -o su desarrollo- que acontecen en redes

sociales digitales, herramientas colaborativas (usualmente wikis) y espacios ad hoc (como el

caso de los hackatones de datos públicos).

En primer lugar, el denominado gobierno 2.0 (O'Reilly, 2010) refiere a la introducción de los

principios que fundamentan la web 2.0 en la esfera de la gestión pública. Esta lógica implica

una reducción dramática de los intermediarios en la comunicación entre

políticos/funcionarios y ciudadanas y ciudadanos15 (Naser y Concha, 2012). También brinda 14 Vale señalar que tomar la Directiva promovida Barack Obama como parámentro conceptual conlleva

algunas consecuencias. En primero lugar, tal documento hace especial hincapie en la transparencia (de

carácter presupuestaria) por sobre la participación y la colaboración (García Álvarez, 2013). En segundo lugar,

existe una relación dispar entre la administración pública y ciudadanía: mientras el gobierno otorga

información para recibir colaboración de ciudadanas y ciudadanos; no pretende brindar colaboración ni

obtener información de éstos (García Álvarez, 2013). Pero aquí no terminan las observaciones que pueden

hacerse: en la mayor parte de la bibliografía se toma la definición como un parámetro, sin hacerle casi ninguna

reformulación (Sainz Peña, 2013; Lathrop y Ruma, 2010), algo que se replica en las producciones teóricas de

autores latinoamericanos (Ramírez-Alujas, 2012) como en europeos especializados en nuestra región (Naser y

Concha, 2012). No es éste el espacio de realizarlo, por eso simplemente anotamos que la Directiva es pasible

de críticas constructivas o variaciones que adapten su contenido a otras configuraciones sociales.

15 Nos referimos a dos intermediarios en particular: 1) los medios de comunicación convencionales (donde las

administraciones públicas solían centralizar una parte de su comunicación con la ciudadanía a través de avisos,

• 12 •

la posibilidad c oncreta que tanto ciudadanos y ciudadanas -de manera individual como

organizados- puedan participar y/o colaborar abiertamente con oficinas de la

administración pública, con mayor posibilidades de conocer y acalar/criticar la actividad de

sus representantes. Y lo más notorio -sobre todo con posterioridad a las grandes

movilizaciones de la llamada 'Primavera Árabe' o el llamado 15M-: facilitar la organización

para la movilización en pos de una causa, idea o demanda de implementación de una

política pública, con ínfimos costos de transacción de la información y coordinación

(Ramirez-Alujas, 2012) en tiempo real. El factor determinante en estas potencialidades es su

organización reticular. El gobierno 2.0 es el espacio donde se puede construír una

inteligencia colectiva (con un/os grupo/s y parte del gobierno o de grupos entre sí), pero

donde también se puede co-crear capital social (Criado y Rojas Martín, 2013).

Este enorme cambio en los patrones comunicacionales y en la manera de producir

conocimiento, nos muestra una sociedad intensiva en el uso de la información (Castells,

2007) que presenta sistemas de gestión de información con un alcance mayor, pasibles de

ser puestos al servicio lograr la apertura de la gestión. Si el poder de la sociedad red es la

comunicación (Castells, 2010), el enorme potencial del gobierno 2.0 no es la excepción:

implica un Estado que se vale de la comunicación para compartir decisiones,

responsabilidades y procesos entre diferentes sectores de la administración pública y la

ciudadanía, de variar y simplificar procedimientos (Criado y Rojas Martín, 2013), informar y

responder inquietudes de manera más expeditiva a los procedimientos burocráticos

establecidos, y una multiplicidad de acciones que, seguramente hace dos décadas vista,

eran imposibles siquiera de proyectar. Pero además de ello, el desarrollo de la web 2.0 y sus

estrategias relacionadas con la política han aportado al escenario político un alcance

potencial mayor y la posibilidad de incluir a más ciudadanos y ciudadanos (individual y

coninformación de servicios y gestión, tandas em radios y televisión , etc.), y 2) las oficinas de prensa que

organizaban la comunicación externa en las diferentes carteras y oficinas públicas (en la actualidad, la

comunicación digital 2.0 suele ser mayoritariamente asumida por cada oficina, con casos -más escasos de los

deseables- de una comunicación independiente de cada oficina articulada com una comunicación central de

mayor jerarquía (Vañó Sempere, 2014)).

• 13 •

colectivamente) en la comunicación con el gobierno (e incluso, de manera más cotidiana).

En segundo lugar, encontramos la dimensión de la/s innovaciones en el sector público, hoy

por hoy presentadas como un proceso colectivo, muchas veces configurado dentro de redes

(tangibles o digitales) (Agranoff y McGuire, 2003)16. Lo primero que debemos saber acerca

de la innovación es que reviste un proceso, y no ya un resultado17 (Benavente, 2005). En la

esfera del Estado se la reviste de un valor especial a la luz de generar una respuesta eficaz a

los cambios en las necesidades públicas y las expectativas ciudadanas, bajar costos y

aumentar eficiencia, aprovechando el potencial de las TIC para crear valor público (Mulgan,

2007: 6). Pero enfrentamos un problema: las innovaciones tecnológicas que conocemos

suelen provenir del sector privado, y estar asociadas a la producción de bienes y servicios de

todo tipo (Benavente, 2005). En el ciclo innovador, el Estado sólo suele aparecer como quien

financia investigaciones en innovaciones que promoverán algún valor para la sociedad, o

bien como apoyo directo del desarrollo innovador a través de subsidios. Hoy por hoy el

Estado es permeable a la tecnología (como lo es la sociedad toda -al menos, la que tiene

acceso a ella-), por lo que la renovación de procesos en pos de la practicidad pero también

de la recuperación de la legitimidad es un objetivo ccreciente en las organizaciones públicas

(Ramírez-Alujas, 2012).

Desde el surgmiento del gobierno abierto, combinado con otros fenómenos concomitantes

16 Es imposible soslayar que pensar el fenómeno de la innovación en el Estado se hace dificultoso: la

innovación no refiere a un objeto o aspecto determinado, por lo que la ambigüedad dificulta su anclaje

conceptual (Pollitt, 2008). Ello también se hace presente a la hora de establecer disquisiciones necesarias al

momento en que la innovación intercepta otros fenómenos como la modernización del Estado, la tecnificación

de procesos, e, incluso, el propio gobierno abierto.

17 La literatura económica suele abordar la innovación como una caja negra, donde se distinguen sólo los

resultados finales, es decir, la incorporación de procesos productivos nuevos que sintetizan tiempo y/o costos

en relación a procedimientos anteriores (Fagerberg y Verspagen, 2003).

• 14 •

que relacionan política con tecnología18, las innovaciones cambian de eje: ya no es sólo el

Estado quien innova -o el quien toma una innovación del sector privado-, sino que es la

propia ciudadanía la que adquiere lugar en ese proceso (proveyéndola, demandándola o

generando un espacio de colaboración público-privado para ello)19. Esto implica un cambio

de lógica en el funcionamiento de lo público, de naturaleza política y con implicaciones

normativas (Ramírez-Alujas, 2012). Es por ello que las innovaciones deben ser adjetivadas

como democráticas, ya que desde las instituciones públicas se imbrican ciudadanos que

proponen aumentar y profundizar la participación ciudadana en la toma de decisiones de

políticas públicas (Smith, 2009). Este tipo de innovaciones públicas se concretan en diversos

dispositivos y procesos (plataformas de participación y emprendimiento cívico, laboratorios

de innovación, hubs20, hackatones organizadas por el sector privado y/o el público, etc)

donde la meta reside en informar, consultar y hacer participar a los ciudadanos en tanto que

pilares de todo buen gobierno. También constituye un medio para concretar la apertura, y

una inversión para la mejorar en la elaboración de las políticas públicas (OCDE, 2003).

18 Con esto nos referimos a fenómenos tan diversos como los relacionadas como el hacktivismo cívico (es

decir, aquéllas personas que se juntan a para crear soluciones abiertas -usando datos abiertos, con el fin de

resolver desafíos relevantes en su localidad, ciudad, provincia o país), o bien a las movilizaciones que buscan

una democracia más real (como por ejemplo las inciativas que signaron el 15M en España).

19 Dado que estos fenómenos están ligados al uso y/o desarrollo de software, se hace presente un nuevo

dispositivo, una nueva trama de particularidades al interior de esa inteligencia que representa el código: si bien

no es el objeto de estas páginas, creemos insoslayable anotar la importancia que reviste la cualidad del

software -open source al menos, libre en el mejor de los casos- a la hora de innovar.

20 Un hub es una comunidad global con personas de todo tipo de extracciones profesionales y laborales que

se articulan para enfrentar desafíos sociales, culturales y ambientales. Su objetivo es inspirar, conectar y

empoderar a innovadores sociales.

• 15 •

2. Gobierno Abierto y participación: muchas caras de un mismo fenómeno.

En este segundo apartado general recuperaremos uno de los principios que caracterizan un

gobierno abierto -la participación ciudadana-, para encontrarla en el espacio signado por

de los hackatones de datos abiertos21. Esta posibilidad de 'hacer cosas con datos' (Durán

Valvede, 2012), un fenómeno emergente de la disponibilidad de tecnología para disponer de

datos públicos que pertenecen a la ciudadanía pero hasta ahora sólo han estado en manos

del Estado, nos coloca frente a una oportunidad: producir información a partir de

información (Mendo, 2013), de manera veloz, colaborativa y experimental, en un período de

tiempo acotado, gracias a aplicaciones de software (Bortz, 2013)22.

Pero no nos adelantemos. Para plantear esta cuestión, es preciso primero caracterizar una

racionalidad diferente de abordaje, intervención y titularidad de la información, que tiene

por protagonistas a las y los hackers.

21 Los hackatones de datos abiertos suelen ser señalados como un espacio (entre otros) donde se concreta el

principio de transparencia a través de la utilización de datos abiertos (Cottica, 2014; Fundación Orange,

2014; ). Esto es cierto parcialmente. En otras palabras, presentar el trabajo con datos que se produce en

hackatones como garantía de transparencia, corre el riesgo de sumergirnos en cierta ingenuidad a la hora de

cotejar los hechos: la idea de open data no asegura transparencia per se, sólo genera sensación de transparencia

si no hay trabajo periodístico encima. Es necesario que los periodistas “intervengan” esas plataformas digitales

para encontrar historias (Blejman, 2012: 55). Esto nos lleva a fenómenos muy relacionados con el gobierno

abierto como el periodismo de datos -la intervención sobre grandes volúmenes de datos- para verificarlos,

cotejar fuentes, presentar visualizaciones interactivas, evaluar su consistencia-, como también el periodismo

abierto (u open journalism) que refiere a la apertura de los procesos de producción periodística. Si bien ninguno

de ellos es el objeto de estas líneas, no carece de valor anotarlos y señalar que no todo termina en la apertura

de unos datos y ponerlos a disponibilidad del público.

22 Este tipo de eventos habitualmente presentan una modalidad de competencia entre equipos de trabajo

(basados en intereses y capacidades de programación). Se trabaja por 12 a 72 horas. Al finalizar el evento se

presentan los desarrollos y un jurado (organizadores, inversores, pares que también desarrollan tecnología,

incluso las ONG que participan) eligen ganadores y entregan premios.

• 16 •

2.2. Hackers: conocer cómo funciona un sistema por dentro.

Poder pensar y comenzar a indagar los hackatones como una esfera activa de la

participación ciudadana nos obliga a retroceder en la historia, para poder conocer el

colectivo hacker que los sustenta, pero también, nos compele hacer un sumario recorrido de

su decurso en la producción de software (Levy, 1984).

No es posible seguir avanzando en la cuestión si no deslindamos la palabra hacker de las

connotaciones delictivas directas (Rodríguez, 2001) que ha recibido com frecuencia. Esta

asociación, debida a la utilización que los medios de comunicación masiva comenzaron a

darle en la década de los ochenta del siglo pasado (Levy, 1984; Himmanen, 2002)

construyeron un estereotipo criminal, donde los hackers no era más que criminales

informáticos intrusando sistemas para alguna actividad delictiva (propia o ajena). Por esta

razón, el propio colectivo hacker designó con el término específico 'cracker' (Jargon File,

1997) a toda persona que incurra en un delito de cualquier índole, con el fin de poder

diferenciar su labor de quienes sobrepasan los límites. Para un cracker, fisurar la seguridad y

conseguir un acceso a un sistema sabe tanto mejor cuanto más seguro aparentemente

resulte, y mejor aún cuanto más sensibles sean los datos que contenga. Por esta sencilla

razón, son también conocidos como black hats (es decir, ‘sombreros negros’) designación

figurada para quienes tienen propósitos espurios a la hora de interactuar con un sistema

informático23. En resumen, allende los sensacionalismos mediáticos, es fundamental

destacar que los límites legales y morales están claros para los hackers. Como sintetizó Eric

Raymond -uno de los hackers más reconocidos en la promoción del software de código

abierto-: mientras los hackers construyen cosas, los crackers las destruyen (Raymond,

2001).

23 La expresión proviene de los primeros Westerns de cine mudo, donde los villanos lucían sombreros negros,

denotando sus intenciones oscuras.

• 17 •

Habiendo deslindado la connotación negativa, nos queda caracterizar propiamente a un

hacker. En primero lugar, tenemos que dejar claro que un hacker es un entusiasta de lo que

hace, por lo que su condición sólo habla de la relación que tiene con su trabajo, sin estar

centrado en la informática o cualquier desarrollo tecnológico: un docente, un artista o un

carpintero pueden ser considerados hackers (Cerverón Lleó y Grimaldo Moreno, 2010). Para

el caso que nos ocupa aquí, referiremos a aquellas personas apasionadas por la exploración

informática, ávidas por conocer el funcionamiento interno de algo para poder expandir sus

límites o repensar su uso (Grammatikopoulou, 2010). Hackear tiene que ver con perseguir un

conocimiento con la predisposición para resolver problemas prácticos como requisito (los

hackers sostienen el principio de 'manos a la obra' constante (Levy, 1984)), y la disposición a

la ayuda voluntaria mutua. En términos colectivos, la comunidad hacker se define

globalmente: su espacio es la Red de redes, la Internet (Levy, 1984; Raymond, 2010). Puede

connotarse cierta vaguedad o laxitud en esta pertenencia, pero la comunidad hacker tiene

criterios de selección meritocrática basados en las habilidades de programación, por lo que

la etiqueta 'hacker' sólo puede ser adjudicada según la reputación del ingresante según el

criterio de los miembros más experimentados de esa comunidad (Raymond, 2001). La razón

de esto es muy simple: ser un hacker no es una pose, por lo que ostentar actitud hacker no

convierte a un programador en tal: Lo verdaderamente definitorio es el conocimiento de

lenguajes de programación, la práctica, y la creatividad (Coleman y Golub, 2008).

2.2.1 El ethos hacker.

Como todo colectivo -aún cuando no esté formalmente organizado-, encuentra su cohesión

por algunas creencias comunes, por una concepción acerca de la realidad y de su trabajo.

Hacia la época en que los estereotipos delictivos comenzaron a pesar sobre ellos (circa

1985), los hackers se dieron ‘una ética’, que en realidad es principalmenteuna manifestación

de principios (Levy, 1984). El primero de ellos promueve un acceso total e irrestricto a las

computadoras y a todo dispositivo que muestre cómo funciona el mundo en esta sociedad

• 18 •

de la información: los hackers creen que toda informacón debe ser libre (particularmente,

en el caso de la que está contenida en un programa informático: es decir, el tan mentado

código de programación). En la medida en que se tenga acceso a toda la información, se

podrán modificar creativamente sus usos y potencialidades, como también intervenir en el

perfeccionamiento de ella (esta idea aplica principalmente al código de programación y la

capacidad de retocarlo para aumentar su funcionalidad) (Himmanen, 2002). Los hackers

también promueven la desconfianza a la autoridad, principalmente de dos maneras: por un

lado, la autoridad que ostentan las burocracias -gubernamentales, universitarias o

corporativas- imponiendo restricciones según razones de su propia organización y no de la

lógica de la programación. Por otro lado, su desconfianza al autoritarismo señala que la

acumulación de poder cultiva la censura y secrecía, además de oponerse a la lógica de

funcionamiento que los define -la cooperación voluntaria y el intercambio libre de

información-. Incluso, dado que cualquier tipo de opacidad les resulta revulsiva, sus

principios los compelen a hacer algo en contra de ella (Levy, 1984). No está alejado de esta

cuestión su férreo convenicimiento por la descentralización de la información (donde resulta

determinante el uso de sistemas operativos abiertos escritos en software libre -o en su

defecto de código abierto-). En adisión a lo anterior, los hackers sostienen que sólo

puedenser juzgados por su trabajo (programar) y no por criterios externos como edad, raza,

condición socioeconómica o títulos universitarios (la meritocracia hacker está asociada al

hacer, no al acreditar competencias). Pero la ética hacker no se termina en los criterios que

escogieron para regular su funcionamiento grupal: Existen dos principios que exceden la

esfera de la programación para resolver problemas o perfeccionar sistemas. De este modo,

reservan un lugar para derivaciones estéticas (creen que una en una computadora se puede

crear arte y belleza), y además, que ellas pueden mejorar nuestras vidas (Levy, 1984)

Este código de comportamiento no está excento de obligaciones: La práctica de aquéllos

principios está sujeta a unos cuidados, unas recomendaciones: nunca dañar algo

intencionalmente (por el simple hecho que conduce a mayores problemas, mientras el ethos

hacker tiene que ver con el trabajo constante para solucionarlos), también se exhorta a

modificar código sólo con un criterio de tolerancia: entrar a un sistema y evitar ser

• 19 •

identificado24. Podemos o no coincidir con estas reglas, pero hay algo innegable: ella guió

desde los años ochenta del siglo pasado a esta suerte de colectivo organizado

informalmente llamado hackers.

Los años pasaron, y cuando llegó el nuevo milenio no sólo los informáticos escribieron sobre

sus experiencias con el colectivo hacker: algunos cientistas sociales se interesaron sobre

esta comunidad de programadores que se regían con parámetros diferentes a los de la

racionalidad que atraviesa a nuestra sociedad contemporánea. Con los desarrollos del

filósofo Pekka Himanen, se comenzó a delinear lo que hoy se llama con mayor precisión

como ‘ética hacker’ (Himanen, 2002). Esta ética no sólo resalta las particularidades al

interior del colectivo hacker y su sistema de convivencia, sino que muestra una clara

diferenciación con la racionalidad instrumental señalada por Max Weber (1964) para las

sociedades modernas: sencillamente, es una racionalidad social del trabajo, dado que

desafía la relación que la sociedad industrial tiene con el uso del tiempo (los hackers valoran

la flexibilidad en el uso del tiempo, la artesanalidad, y el estado de prueba constante -o

'beta', como se dice en la jerga- que les permite experimentaciones en cualquier instancia de

su trabajo). La racionalidad hacker también desafía la relación con el dinero (los hackers

mantienen una relación lúdica con el trabajo, y no necesariamente retributiva), junto con la

relación acerca de la posesión de la información (bajo la racionalidad instrumental moderna,

se obtiene un lucro por su posesión -como por ejemplo, la fórmula de una bebida gaseosa-):

pero los hackers promueven la puesta en común la información y su apertura (openness) a

través de mecanismos legales disponibles para ello (de este criterio derivan las licencias

creative commons y la copyleft)25.

24 Esta obligación conlleva una recomendación que creemos vulnera ciertos parámetros éticos, porque

demuestra un comportamiento estratégico: nos referimos a la intervención desde servidores remotos (dado

que cuanto más cercanos sean, más fácil es rastrear a la/el hacker)

25 Suele pensarse al movimiento hacker como underground, contracultural. Esto no quiere decir que un sector

de ella no comience a ser embebida por otros espacios que antaño le eran ajenos (en algunos casos, hasta

pueden resultar contradictorios con sus principios): tal es el caso de la contratación de hackers en Facebook

para construir continuas mejoras (cf. https://www.linkedin.com/job/facebook/hacker-jobs/)

• 20 •

Estas consideraciones pueden sonar utópicas para nuestra racionalidad instrumental

moderna -en plena vigencia aún-, pero es interesante destacar que gran parte de los pilares

que sostienen la sociedad de la información en que vivimos han sido construidos por

personas que trabajan bajo estos principios, como Linus Torvalds, creador del sistema

operativo de software libre Linux; Eric Raymond, el portavoz del movimiento de código

abierto; Stephen Wozniak, cofundador de Apple; Denis Ritchie, uno de los padres del

lenguaje C; Tim BernersLee, creador de la World Wide Web; entre otros. Seamos conscientes

o no, los hackers han diseñado gran parte de nuestras interacciones digitales y por lo tanto,

gran parte de nuestras vidas, dada la injerencia que aquélla tiene en los procesos que

conforman nuestra cotidianeidad.

2.2.2. De los hackers cívicos

El adjetivo cívico nos señala la dirección del trabajo de los hackers: el desarrollo de

herramientas para mejorar el acceso público a datos útiles en manos de los gobiernos (Rosa,

2014). Este tipo de acciones redunda en el camino hacia la transparencia gubernamental y lo

que es más importante aún: la mejora del compromiso de la ciudadanía con su comunidad.

Aquí, los hacker ponen a disposición su expertise para desarrollar aplicaciones de programas

que realizan diferentes acciones en una computadora o en un teléfono inteligente, tomando

conjuntos de datos (datasets) en manos del Estado (que deberían ser de acceso público,

pero que usualmente no lo son), y con ellos desarrollan software que luego podrán a

disposición de la comunidad. Usualmente, el hackerismo cívico se concreta en tres espacios:

1) organizaciones y redes específicas (como Hack & Hackers26, Code for America27, etc), 2)

26 Hacks & Hackers es una red global (con capítulos en diferentes países) donde confluyen hackers,

periodistas, diseñadores y activistas de diferentes sectores de la sociedad civil. En América Latina se nuclean

bajo esta red unos cinco mil miembros (uno de los capítulos más desarrollados es el de nuestro país), y han

devenido en un núcleo de innovación, apertura (apoyan las licencias abiertas y software libre) y

patrocinamiento de otros proyectos en periodismo de datos.

27 Code For America (Programa para Estados Unidos de América) es una organización sin fines de lucro y

• 21 •

hacklabs o hackerspaces: espacios donde los hackers se juntan para generar proyectos y

socializar ideas, y 3) los más conocidos: hackatones o maratones de hackeo28 (eventos de

muchas horas de duración, donde se juntan los desarrolladores a programar utilizando los

datos liberados por el Estado)29. A diferencia de otros intentos de acceso a la información en

soporte papel como el pedido de documentos, expedientes y demás registros (Banfi, 2013),

los hackers cívicos prefieren que la información gubernamental sea liberada una vez

digitalizada para poder acceder a conjuntos mayores de datos, legibles por las máquinas,

que luego pueden ser analizados detenidamente para encontrar información más

significativa (patrones, tendencias, disrupciones, etc.).

La labor de los hackers cívicos se enmarca, como ya hemos mencionado, en lo que se

denominan datos abiertos dentro de las políticas de gobierno abierto (open government

data). Esta innovación cívica aúna ciudadanía, desarrolladores de software, diseñadores y

organizaciones de la sociedad civil (OSC) y/o emprendedores a colaborar creando nuevas

soluciones usando datos públicos, programación y tecnología para resolver los desafíos que

existen en su organización, comunidad, ciudad, provincia o nación (Bortz, 2013). El

hackerismo cívico encierra un cambio cultural en el gobierno para trabajar de manera más

efectiva y creativa con su ciudadanía y su característica privativa reside en ser un proceso

apartidaria que desde 2009 se propone vincular el sector privado y público (principalmente trabajan en

innovación a nivel local) con herramientas de código abierto (open source). Code for America organiza hackers

cívicos para desarrollar aplicaciones, patrocinan emprendimientos y se suma a otras iniciativas similares (como

por ejemplo OpenPlans, que vncula los sistemas de transporte con la apertura de gobierno).

28 Existen diferentes tipos de hackatones. Según su objetivo de desarrollo, como aplicaciones determinadas

(móviles, videojuegos, desarrollo web); según el lenguaje utilizado (HTML5, PHP, Python, etc.); según la

finalidad comercial (como los emprendimientos tecnológicos o start-ups); como método de reclutamiento de

desarrolladores para empresas; como espacio de promoción de la innovación; entre otros tipos más. Aquí nos

interesaremos en los hackatones cívicos, donde se desarrollan soluciones tecnológicas para una OSC, una

causa, o una problemática social, involucrando hackers cívicos. Este tipo de hackaton está ligado a ideas y

movimientos de gobierno abierto apertura de datos públicos (open government data) (Boltz, 2013).

29 Si tuviésemos que pensarlo en los términos más generales posibles, podríamos afirmar que una hackatón es

una transferencia de valor desde el espacio del contenido -los datos- hacia la dimensión del software -la

inteligencia, en términos de un tipo determinado de iteración informática-, y viceversa (Antón Bravo, 2013)

• 22 •

orientado por la tecnología30, pero también por dos factores más, típicos de los principios

hacker: 1) la filosofía del 'manos a la obra', y 2) la conducción determinante de la ciudadanía.

En menos palabras, el hacking cívico implica el trabajo rápido, creativo y mancomunado de

la ciudadanía, valiéndose de tecnología y diseño para hacer que un gobierno local o una

organización de la sociedad civil tenga una mejor administración de recursos y capacidad de

respuesta a los problemas (Scrollini, 2013).

3. Participación en hackatones: Hackers, OSCs y público en general.

La participación política refractada en la esfera del gobierno abierto suele ser abordada por

la bibliografía especializada de diferentes maneras. Sin pretender ser exhasutivos,

mencionaremos aquellas asociadas a la colaboración en el diseño de políticas públicas

(Villoria, 2010; Ramírez-Alujas, 2012; Inzulza, 2013); a la resolución de problemas comunes y

provisión de servicios y bienes públicos (Subirats, 2013); a la utilización de plataformas

30 Existen posiciones críticas acerca de la productividad de las hackatones cívicos. Por un lado, podemos

señalar que los prototipos de software desarrollados tal vez nunca alcancen la forma de una aplicación a

disposición del público (Bortz, 2013)-, por lo que implica una pérdida de tiempo y esfuerzo considerable (los

desarrollos de un hackaton -las líneas de código que se escriben-, deberían ser alojadas en un repositorio para

quedar a disposición de la comunidad. No siempre es posible contar con este espacio, y el trabajo comenzado

queda perdido). Otra gran limitación reside en la investigación necesaria para desarrollar una herramienta

adecuada: en el escaso tiempo de un hackatón se trabaja en propuestas que sólo acaban por presentar una

respuesta intuitiva de un grupo de desarrolladores (nos explicamos com un ejemplo: supomngamos el caso de

una OSCs que presenta una necesidad de su labor cotidiana. Los desarrolladores la interpretan -sin ser

especialistas en el objetivo de esa OSC-, y ofrecen una opción para solucionar tal necesidad con una aplicación.

Esto sucede en un tiempo limitado -'sobre la marcha'-, y sin la indagación que pudiere ser necesaria para

aquélla problemática). Para cotejar algunas de las posturas críticas, cf. Claire Topalian: “'Hackathon' Events: Do

They Really Help Anyone? http://www.forbes.com/sites/groupthink/2013/04/19/hackathon-events-do-they-

really-help-anyone/; cf. Jake Porway You Can’t Just Hack Your Way to Social Change en

https://hbr.org/2013/03/you-cant-just-hack-your-way-to; cf.

• 23 •

digitales para compartir conocimiento y experiencias para la construcción de sinergias

(O'Reilly, 2010); entre otras perspectivas. Aquí nos centraremos en una perspectiva donde la

participación estará relacionada a la transparencia en tanto que acceso la información en

manos del Estado, y la intervención de los y las ciudadanas se concreta por medio de la

utilización de las tecnologías de la información (Peschard Mariscal, 2013).

No obstante lo prolífico que comienza a ser el campo de la apertura de la gestión pública -en

sus múltiples dimensiones y casuística-, creemos que los desarrollos que vinculan datos

abiertos con hackatones en un marco de apertura de gestiones públicas (Bojórquez, 2013;

Barros, 2013; Güemes y Ramírez-Alujas, 2013) no avanzan lo suficiente sobre prácticas que

resultarán cada vez más determinantes en la configuración del espacio social digital.

Y aquí reside la diferencia conceptual que queremos plantear en estas páginas: al momento

de considerar la dimensión participativa que creemos existe en los hackatones iremos un

poco más lejos que recuperar el universo conceptual de la participación política tal como es

concebida en el campo del gobierno abierto, para avanzar en un universo de sentido de un

fenómono nada nuevo, pero que también incursiona en los espacios de la apertura de la

gestión como se la concibe hoy en día: el hacktivismo31. Fusión de los términos 'hacker' y

'activismo', el hackativismo refiere a la intervención sobre la realidad a través de tecnología

para alcanzar un objetivo social o político (Wray, 2003). La intervención socio-tecnológica

que implica desarrollar aplicaciones con datos abiertos puestos a disponibilidad por parte

del Estado, suele ser pensada en relación a las y los hackers, en cuanto su expertise

31 Desde ya, este énfasis tiene su razón de ser: la enorme diferencia que representa que el Estado ponga en

manos de la ciudadanía conjuntos de datos que antaño no alcanzaban más que a funcionarios, tracciona el

interés de los especialistas en gobierno abierto. Nuestro interés se centra en pensar lo que sucede com esos

datos abiertos, adentrarnos en las prácticas que signan estos espacios de desarrollo, y fundamentalmente, en

visibilizar el lenguaje del 'hackerismo cívico' y sus implicancias en una nueva sociedad (la misma que dio un

nuevo impulso y decurso a lo que llamábamos gobierno abierto a principios del siglo XXI). Ampliar la

perspectiva, encontrar fenómenos enderrerdor de la apertura de la gestión redunda en conocer de qué

maneras abordar essa apertura, pero imbricada en un lógica social mayor, de la que es depositaria en gran

parte.

• 24 •

(programar), y no como una manera de intervenir en la esfera pública32 a través de un vector

conocido como código33.

En un hackaton de datos públicos, los desarrolladores escriben código de manera

desinteresada a cambio de la comida y la bebida que aportan los organizadores a través de

sus sponsors. Concurren bajo la modalidad de convocatoria abierta, y reciben las demandas

de una organización no gubernamental de manera directa, para ofrecerles una solución

estimada (desde ya que estas organizaciones del tercer sector también participan de la

ayuda de la comunidad -en este caso a través de hackers-, pero el resultado final -el

desarrollo informacional que llevan a su organización o bien continúan desarrollando por su

cuenta-, es parte de un dispositivo hacker vasto, que aúna un ethos, una dinámica de

funcionamiento social34 con un particularísimo vector: el código. De este modo, las OSC

obtendrán como mejoras a su trabajo cotidiano según aquello que los hackers determinen

con su escritura).

Concebir, cotejar y comenzar a tender puentes entre la apertura de la gestión de gobierno y

los fenómenos socio-informacionales que la intersectan -como el hackativismo- nos

enfrenta a cuestiones que quedan fuera de la apertura de gobierno en los análisis técnicos,

pero en la realidad se encuentran profundamente imbricadas (sin ir demasiado lejos,

encontramos el colectivo Wikilieaks, con clara similitud a uno de los intereses hacktivistas

más atávicos: desterrar la secrecía de la esfera gubernamental con anterioridad a la

Directiva de Obama y a otros antecedentes de la actual apertura de gobierno). Comenzar a

32 Los hackers crean, introducen nuevas entidades en el mundo. En algunos casos, cuestionan conceptos pre-

existentes y modos de representación establecidos (Kelty, 2008). Por esta razón suele decirse que hackear es

sinónimo de reconfigurar, de ir más allá de lo que los protocolos delimitan (Amadeu da Siveira, 2010)

33 El código, es nada menos que el único lenguaje ejecutable (Galloway, 2004). Performático por definición, en

él significado y acción son una y la misma cosa (Amadeu da Siveira, 2010). Ya Leissing (2002) había asegurado

que el escribir codigo es establecer las leyes que determinan nuestras acciones. Participar en una maratón de

datos abiertos pone en acto este fenómeno rizomático llamado hacktivismo.

34 Stewart Brand, uno de los organizadores de la Conferencia Hacker en 1984 y un referente de la cultura

hacker (cuando las connotaciones del término eran positivas), aseguró que un verdadero hacker no es una

persona, sino grupos (Galloway, 2004).

• 25 •

visibilizar cruces, construir espacios teóricos que asocien prácticas, ampliar la perspectiva

para verla según sus implicaciones, nos ayudará a ver los diferentes aspectos de la apertura

de la gestión de gobierno.

4. Bibliografía

• Amadeu da Silveira, Sérgio (2010): Ciberativismo, cultura e o individualismo colaborativo, en

Revista USP, São Paulo, n.86. pp. 28-39.

• Abal Medina, Juan Manuel (2008), entrevista en Revista Nuevo Espacio Público, Revista de

Gobierno y Políticas Públicas; N° 1, IPAP: Río Negro.

• Antón Bravo, Adolfo (2013): El periodismo de datos y la web semántica en CIC, Cuadernos

de Información y Comunicación, UCM, vol. 18. pp: 99-116

• Alvarado, Sara; Ospina, Héctor; Botero, Patricia y Muñoz, Germán (2008). Las tramas de la

subjetividad política y los desafíos a la formación ciudadana en jóvenes en Revista Argentina

de Sociología, vol. 6, n. 11. Disponible en: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?

script=sci_arttext&pid=S1669-32482008000200003&lng=es&nrm=iso [consultado el 15 de

diciembre de 2014]

• Antoun, Henrique y Fábio Malini: Monitoramento, vazamento e anonimato nas revoluções

democráticas das redes sociais da Enternet, Revista Fronteiras: Estudos Midiáticos, São

Leopoldo: Unisinos, v. 14, n.2. pp: 68-76

• Alcalá, María y Nelesi Rodrigues Hacktivismo: a nueva cara de la participación en

Comunicación (instituto Gumilla), N 159 y 160, Caracas. Pp: 38-45

• Banfi, Karina (2013): América Latina: las organizaciones no gubernamentales ante las

políticas de apertura de los gobiernos en Hofman, Andrés; Ramírez-Alujas, Álvaro y José

Bojorquez (comps): "La promesa del gobierno abierto para América Latina". Disponible en

http://www.lapromesadelgobiernoabierto.info/ [Consultado el 16 de diciembre de 2014].

• Blejman, Mariano (2012): De qué sirve a los periodistas el gobierno abierto, en Revista

Cuestión de Derechos, Asociación de Derechos Civiles, número 2, Buenos Aires.

• 26 •

• Boix, Montserrat (2012): Redes Sociales: un cambio imparable, en Boletín 94, Fundación

Mujeres: Madrid.

• Bortz, Gabriela (2013): El hackatón como metodología de producción de bienes

informacionales. Limitaciones y desafíos en la producción de aplicaciones de software para la

resolución de problemas sociales y ciudadanos en Hipertextos, Vol. I, N° 1: Buenos Aires. pp:

133-162.

• Cajiao Brito, Fernando y Nina Tapia del Salto (2011): Internet como un espacio de

interacción social y opinión: Diferencias entre ecuatorianos que estudian, no estudian, trabajan

a tiempo completo y tiempo parcial en ComHumanitas, vol 2, N° 1.

• Cerveron Lleó, Vicente y Francisco Grimaldo Moreno (2010): Entrevista a Richard Stallman,

en Novática nº 203, enero-febrero. pp 42-44.

• Chiareti, Alessandro (2013): Datos abiertos (enlazados) y acceso a la información en Chile,

ponencia ante el XIV Simposio de la Internacional del Conocimiento 2013: Santiago de Chile.

• Criado, Ignacio y Rojas-Martín, Francisco (eds) (2013). Las redes sociales digitales en la

gestión y las políticas públicas. Barcelona: Escola d’Administració Pública de Catalunya.

• Conejero Paz, Enrique (2013): Gobierno Abierto Y Democracia Participativa en Hofman,

Andrés; Ramírez-Alujas, Álvaro y José Bojorquez (comps): "La promesa del gobierno abierto

para América Latina". Disponible en http://www.lapromesadelgobiernoabierto.info/

[Consultado el 16 de diciembre de 2014].

• Coleman, Gabriella y Alex Golub (2008) Hacker practice: Moral genres and the cultural

articulation of liberalism, en Anthropological Theory, vol.8, número 225.

• Durán Valverde, Oscar (2012): Open data en 'Hacia la Sociedad de la Información y el

Conocimiento', PROSIC, Universidad de Costa Rica.

• Garman, Tabetah (2012): We are legion: Civil desobedience in the Cyber Age, Northeast State

Community College: Blountville.

• Grammatikopoulou, Christina (2010): On Becoming A Hacker: A new political and cultural

practice [consultado el 22 de diciembre de 2014], disponible en

http://interartive.org/2010/12/cultural-hacking/#sthash.sIRpq5QY.dpuf

• Girao, Augusto (2013): Gobierno Abierto: un paradigma participativo en la gestión pública

actual, ponencia ante el VII Congreso Latinoamericano de Ciencia Política (ALACIP): Bogotá.

• 27 •

• Fagerberg, Jan y Bill Verspagen (2003) Innovation, Growth and Economic Development:

Why Some Countries Succeed and Others Don’t, ponencia ante la conferencia “Innovation

Systems and Development Strategies for the Third Millenium”: Rio de Janeiro, Brasil.

• Fundación Orange (2014) Datos abiertos en las Comunidades Autónomas y sus mayores

ayuntamientos, Resumen ejecutivo, s/d. [Consukltado el 20 de diciembre de 2014 en

http://www.proyectosfundacionorange.es/docs/eE2014/Datos_Abiertos_2014_resumen_eje

cutivo.pdf]

• Herranz De La Casa, José y Francisco Cabezuelo Lorenzo (2009): Comunicación y

Transparencia en las Organizaciones Sociales en Icono 14, Nº 13, Madrid. pp. 172-194.

Himmanen, Pekka (2002): La ética hacker y el espíritu de la era de la información, Editorial

Destino: Buenos Aires.

• Insulza, José (2013): Prólogo en Hofman, Andrés; Ramírez-Alujas, Álvaro y José Bojorquez

(comps): "La promesa del gobierno abierto para América Latina". Disponible en

http://www.lapromesadelgobiernoabierto.info/ [Consultado el 16 de diciembre de 2014]

• Lemos, André: Cibercultura, tecnología e vida social na cultura contemporánea. Porto

Alegre: Sulina, 2002.

• Lévy, Pierre (1997): A Inteligência Colectiva – para uma antropologia do ciberespaço, Lisboa:

Instituto Piaget.

• Levy, Steven (1984): Hackers: heroes of computers revolution, O'Reilly: Massachussets.

• Instituto Universitario Ortega y Gasset (2012): Goberna América Latina, Fundación José

Ortega y Gasset: Madrid.

• Islam, Roumeen (2003): Do More Transparent Governments Govern Better?, Documento de

Trabajo, Banco Mundial N° 3077, junio: Washington.

• Giddens, Anthony (1995): La constitución de la sociedad, Amorrortu: Buenos Aires.

• López, Orlando (2003): Hackers & Crackers & Phreackers: Una perspectiva ética, en Revista

de Tecnología, Volumen 2 N° 2, Universidad del Bosque.

• Magallón Rosa (2014): Tecnologías cívicas y participación ciudadana en Revista Estudios de

Juventud, UCIII, núm. 105: Madrid. [Consultado el 22 de diciembre de 2014] Disponible

http://www.injuve.es/sites/default/files/2014/44/publicaciones/4%20Tecnologias%20civicas

%20y%20participacion%20ciudadana.pdf

• 28 •

• Mendo, C; Ramos, L. F.; Arquero, R.; Del Valle-Gastaminza, F.; Botezán, I.; Sánchez, R.;

Tejada, Carlos; Peón, Jaime; Cobo, Silvia et al. (2013). Del acceso a la reutilización, del dato al

documento: una visión conceptual de la información pública en Revista Española de

Documentación Científica, 36 (3). Madrid.

• Naser, Alejandra y Gastón Concha (2012): Gobierno abierto a la hora de la igualdad,

CEPALILPES: Santiago de Chile.

• Navarro Martínez, Fredy (2013) ¿Qué Transparencia Requiere El Gobierno Abierto? en

Revista de Gestión Pública Volumen II, Número 2, Julio-Diciembre. pp. 303-333

• Piscitelli, Alejandro (2009): Nativos digitales: dieta cognitiva, inteligencia colectiva y

arquitecturas de la participación, Santillana: Buenos Aires.

• Obama, Barack (2009). Transparency and open government. Memorandum for the heads of

executive departments and agencies, en Federal Register, nº 15, vol. 74, pp. 4685–4686.

• OCDE (2001): Citizens as Partners: Information, Consultation and Public Participation in

Policymaking. Resúmen de avance: Washington.

• OCDE (2003): Public Sector Modernisation, OECD, Resumen de políticas: Washington.

• OCDE (2005): Public Sector Modernisation: Open Government, Resumen de Políticas:

Whashington

• OEA (2012): E-gobierno y m-gobierno (Bol etín Foro E-Gobierno), Canadá: CIDA.

• Open Government Partnership (2011): Declaración de Gobierno Abierto, septiembre:

Washington D.C. Disponible en http://www.opengovpartnership.org/es/acerca-de/declaraci

%C3%B3nde-gobierno-abierto (Consultado el 18 de diciembre de 2014)

• Oliveira Loureiro da Silva, Lídia (s/d): Comunicação: A Internet – a geração de um novo

espaço antropológico, Biblioteca Online de Ciencias de la Comunicación (BOOC). Disponible

en http://bocc.ubi.pt/pag/silva-lidia-oliveira-Internet-espaco-antropologico.html#_ftnref1

[Consultado el 11 de diciembre de 2014]

• Peschard Mariscal, Jacqueline (2013): Del gobierno abierto a la transparencia proactiva: la

experiencia del IFAI en 2011 en Hofman, Andrés; Ramírez-Alujas, Álvaro y José Bojorquez

(comps): "La promesa del gobierno abierto para América Latina". Disponible en

http://www.lapromesadelgobiernoabierto.info/ [Consultado el 16 de diciembre de 2014]

• Prada Madrid, Ennio (2005): Las redes de conocimiento y las organizaciones en Revista

• 29 •

Bibliotecas y tecnologías de la información Vol. 2 No 4 (Octubre Diciembre).

• Pelaya, Lucía y Ana Sanllorenti (2010): Las Miserias contra la filosofía, en Beatriz Busaniche

(comp.) “Argentina copyleft: la crisis del modelo de derecho de autor y las prácticas para

democratizar la cultura”, Fundación Vía Libre: Buenos Aires.

• Perret, Gimena (2014): Notas básicas en torno a la relación tecnología-sociedad. Internet:

¿Tecnología democrática? en Monsalve Patricia y Verónica Cáceres (comps.): “Hacia la

Promoción y Protección de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales en la Argentina”,

actas de las I y II Jornadas DESCA-IDH, Universidad General San Martín: Polvorines.

• Ramírez-Alujas, Álvaro (2011): Open Government and Modernization of Public Management:

Current Trends and the (inevitable) way forward: Seminal Reflections, Instituto Universitario

de Investigación Ortega y Gasset Madrid, España Vol. IX, N° 15. pp: 99-125.

• ------------------- (2012): Open Government And Public Management Modernization: A New

Paradigm? GIGAPP -Ortega y Gasset University Research Institute (IUIOG). Ponencia ante el

Congreso Internacional de IIAS 2012 - Mérida.

• Ramírez Alujas, Álvaro y Manuel Villoria (2012): Innovaciones de raíz democrática en la

Administración: ¿Recuperando legitimidad ante la crisis? en Revista Vasca de Economía

'Ekonomiaz' Nº 80, edición segundo cuatrimestre: Euzkadi.

• Raymond, Williams (1997): The new hacker's dictionary (o 'The Jargon File, Version 4.4.8),

Editado por cath.org. Disponible en http://www.catb.org/jargon/ [consultado el 7 de

diciembre de 2014]

• Raymond, Williams (2010): How to become a hacker. Versión original y actualizada

disponible en http://www.catb.org/~esr/faqs/hacker-howto.html [Consultado el 17 de

diciembre de 2014]

• Raymond, Edward (2001) The Cathedral and the Bazaar: Musing on Linux and Open Source

by an Accidental Revolution, O'Reilly Media: Sebastopool.

• Renee Irvin y John Stansbury (2004): Citizen Participation in Decision Making: Is It Worth the

Effort?, en Public Administration Review N° 64, 1, Graduete Institute Gineva: Santiago.

• Rodríguez, Pablo (2001): Feos, sucios y malos. La imagen de los hackers en los medios de

comunicación, ponencia ante el IV Congreso Chileno de Antropología. Disponible en

Naturalis: http://naturalis.fcnym.unlp.edu.ar/id/20120424010364 [Consultado el 17 de

• 30 •

diciembre de 2014]

• Rosteck, Talcott, (1994). Computer Hackers: rebels with a cause. Honours thesis. Sociology

and Anthropology, Concordia University, Montreal.

• Sáinz Peña, Rosa (2013): Las TIC en el gobierno abierto, Fundación Telefónica-Ariel:

Barcelona.

• Soares, Luís (1999): Contra a Corrente: Sete premissas para construir uma comunidade

virtual en Alves, José; Campos, Pedro y Brito, Pedro (coord.) (1999) “O Futuro da Internet –

Estado da arte e tendências de evolução”, Centro Atlântico, Lisboa. pp: 75-77.

• Bubiratz, Joan (2013): Preámbulo en Hofman, Andrés; Ramírez-Alujas, Álvaro y José

Bojorquez (comps): "La promesa del gobierno abierto para América Latina". Disponible en

http://www.lapromesadelgobiernoabierto.info/ [Consultado el 16 de diciembre de 2014].

• Toret, Javier (2013): Tecnopolítica: la potencia de las multitudes conectadas. El sistema red

15M, un nuevo paradigma de la política distribuida, en IN3-WPS – Internet Multidisciplinary

Institute de la Universitat Oberta de Catalunya. Disponible en

http://in3wps.uoc.edu/index.php/in3-working-paperseries/article/view/1878 [consultado el

13 de diciembre de 2014].

• Vanhaverbeke, Wim (2006). The Interorganizational Context of Open Innovation, en

Chesbrough, Henry, Wim Vanhaverbeke & John West (eds): "Open Innovation: Research a

new paradigm", Oxford University Press: Oxford. pp. 205-219.

• Vañó Sempere, Mayte (2013): Estrategias de implantación y gestión de las redes sociales en

el sector público, ponencia ante el V Congreso Internacional en gobierno, Administración y

Políticas Públicas GIGAPP-IUIOG e INAP (España), Madrid.

• Villoria, Manuel (2010). La democratización de la Administración Pública: Marco Teórico en

'Gobernanza Democrática y Fiscalidad: Una reflexión sobre las instituciones', Jesús Ruiz-

Huerta y Manuel Villoria (dir), Editorial Tecnos: Madrid.

• Wray, Stefan (2003) Electronic Civil Disobedience and the World Wide Web of Hacktivism.

Disponible en: http://switch.sjsu.edu/web/v4n2/stefan [Consultado el 27 dicembre de 2014]

• Wolton, Dominique (1999): Internet et après?. Une théorie critique des nouveaux médias,

Paris: Flammarion.

• 31 •