Identificación de componentes orgánicos como aglutinante de la decoración post-cocción al...

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ESCUELA DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE OCCIDENTE SECRETARÍA DE INNOVACIÓN CIENCIA Y TECNOLOGÍA “Identificación de componentes orgánicos como aglutinante de la decoración post-cocción al pseudo-cloisonné de cerámica arqueológica. Estudio de caso de objetos provenientes de los sitios La Higuerita, Tala, Jal., Plan del Guaje, Tonalá, Jal. y Cerro del Teúl, Teúl de González Ortega, Zac.” TESIS QUE PRESENTA MARIELA SARAI CARRILLO DÍAZ PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE LICENCIADA EN RESTAURACIÓN DE BIENES MUEBLES Directoras de Tesis Dra. Martha Lorenza López Mestas Camberos Lic. Martha Cecilia González López Asesores Q. Miguel Ángel Canseco Martínez QFB. Elvira Ríos Leal GUADALAJARA, JALISCO 19 DE DICIEMBRE DE 2014

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ESCUELA DE CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE OCCIDENTE

SECRETARÍA DE INNOVACIÓN CIENCIA Y TECNOLOGÍA

“Identificación de componentes orgánicos como aglutinante de la decoración post-cocción al pseudo-cloisonné de cerámica

arqueológica. Estudio de caso de objetos provenientes de los sitios La Higuerita, Tala, Jal., Plan del Guaje, Tonalá, Jal. y Cerro

del Teúl, Teúl de González Ortega, Zac.”

TESIS QUE PRESENTA

MARIELA SARAI CARRILLO DÍAZ

PARA OPTAR POR EL TÍTULO DE

LICENCIADA EN RESTAURACIÓN DE BIENES MUEBLES

Directoras de Tesis Dra. Martha Lorenza López Mestas Camberos

Lic. Martha Cecilia González López

Asesores Q. Miguel Ángel Canseco Martínez

QFB. Elvira Ríos Leal

GUADALAJARA, JALISCO 19 DE DICIEMBRE DE 2014

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A Cecy

A mi madre

A Clau

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5

Science is the attempt to make the chaotic

diversity of our sense experience correspond to

a logically uniform system of thought.

Albert Einstein

6

7

AGRADECIMIENTOS

Les ofrezco un profundo agradecimiento a mis co-directoras de tesis Lorenza López

Mestas y Cecilia González quienes, desde que la vida les dio la tarea de transmitirme una

parte de su enorme conocimiento, creyeron en mí y depositaron su confianza personal y

profesional pudiendo lograr, después de varios años, la consolidación del presente

trabajo. Es preciso plasmar mi admiración por ambas, ya que son además de destacadas

profesionales cada una en su disciplina, maravillosas personas que me apoyaron de

diversas maneras para poder estudiar esta carrera.

Así mismo, ofrezco un agradecimiento a los arqueólogos Lorenza López Mestas,

Marisol Montejano, Laura Solar y Peter Jiménez, responsables de las piezas en estudio,

por facilitarme el acceso a las colecciones, promoviendo el trabajo interdisciplinario que

forma parte importante de este trabajo. Particularmente doy las gracias a Laura y a Peter

por las facilidades en el comienzo de este trabajo y por acercarme al mundo de la

arqueología de Occidente.

Agradezco también a Miguel Ángel Canseco y Elvira Ríos por colaborar con la

realización de los análisis instrumentales, compartiendo no solamente su experiencia

profesional sino también su enorme amabilidad y cariño. Por otro lado, agradezco a

Rodrigo Esparza por favorecer la realización de varios de estos estudios.

Doy gracias a la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente por la

formación profesional y otorgarme un estandarte que llevo con orgullo. Además,

8

agradezco al Instituto Nacional de Antropología e Historia por el apoyo para la realización

de este trabajo y por darme la oportunidad de poner en práctica mis conocimientos para

la conservación del patrimonio cultural mexicano.

Incluyo en estos agradecimientos a Claudia Blas por sus constantes asesorías,

información, bibliografía, entre otros, que fueron enriqueciendo de manera importante el

contenido de esta investigación.

Agradezco a Jocelyn Alcántara por ayudarme en la consolidación de la

interpretación de los resultados. Extiendo el agradecimiento a Maricela Esquivez, Pedro

Enríquez, Guadalupe Villegas y Roberto Jacobo, quienes colaboraron en la obtención de

algunas materias primas. De igual manera doy gracias a Osvaldo Díaz por todas las

facilidades otorgadas en la biblioteca de la ECRO y su amabilidad, paciencia y apoyo a lo

largo de toda la carrera.

No puedo evitar hacer mención de mi gratitud a todas las personas que me

ayudaron en mi crecimiento personal durante este proceso. Me gustaría comenzar

expresando mi enorme cariño y agradecimiento hacia Cecy, quien me ha apoyado

incondicionalmente desde hace tanto tiempo, construyendo maravillosas experiencias

profesionales y de vida: con esas profundas, y a veces sin sentido, discusiones de química

y restauración por las tardes; varios momentos de consuelo en tiempos difíciles con la

firmeza y ternura maternal que la caracteriza; por ser amiga, cómplice, mentora y casi

madre adoptiva; a quien con estas simples palabras no será posible retribuir

mínimamente pero espero que la vida me dé la oportunidad de hacerlo.

Mi gratitud es también para mi madre a quien le debo gran parte de lo que soy,

que me condujo a salir adelante igual que ella lo hizo y me enseñó a ser responsable y a

hacer siempre lo mejor posible, y quien también me apoyó en la culminación de este

trabajo.

Le doy mil gracias a Clau, mi Ollita, quien me ha apoyado incondicionalmente

desde el inicio de la carrera y me ha acompañado como amiga y casi hermana en el

quehacer profesional y personal; sin su importante ayuda, pero sobre todo sin su enorme

9

cariño y compañía, en esas tardes de tesis en las que avanzábamos poco pero nos reíamos

mucho para descargar las frustraciones, esto no hubiera sido posible.

También quiero agradecer a los muéganos, quienes me adoptaron como parte de

su grupo, me brindaron su amistad y de quienes aprendí que, a pesar de las diferencias

entre cada uno, trabajando en equipo pueden lograrse muchas cosas y que todo es mejor

divirtiéndose.

Finalmente, sin restar importancia, expresaré mi gratitud a todas mis amigas y

amigos por brindarme su sincera amistad, a Mary, Judith, Juan, Ramón, Ivette, Aura, Luis,

Enrique, Tía Laura, Martha y Toño, apoyándome moralmente durante este proceso y

quienes nunca dejaron de preguntar por mi avance ni de darme ánimos para continuar.

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11

I NDICE

AGRADECIMIENTOS ...........................................................................................................................7

ÍNDICE ..............................................................................................................................................11

INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................15

Justificación ......................................................................................................................................16

Objetivos ..........................................................................................................................................19

Objetivos específicos:...................................................................................................................19

Estructura de la investigación ..........................................................................................................20

CAPÍTULO 1

LA CERÁMICA DECORADA AL PSEUDO-CLOISONNÉ. MARCO HISTÓRICO .........................................23

1.1 La cerámica y su decoración .......................................................................................................23

1.2 La decoración pseudo-cloisonné ................................................................................................26

1.2.1. Antecedentes del término ..................................................................................................26

1.2.2. Temporalidad y distribución...............................................................................................33

1.2.3 Características formales y de diseño ..................................................................................39

1.2.4 Iconografía ..........................................................................................................................45

1.3 Las vasijas al pseudo-cloisonné en los sitios de La Higuerita, Plan del Guaje y El Cerro del Teúl 47

1.3.1. La Higuerita ........................................................................................................................49

Contexto geoclimático .............................................................................................................49

12

Investigaciones arqueológicas ................................................................................................. 49

1.3.2 Plan del Guaje..................................................................................................................... 53

Contexto geoclimático............................................................................................................. 53

Investigaciones arqueológicas ................................................................................................. 54

1.3.3. Cerro del Teúl .................................................................................................................... 56

1.4 Contexto social actual ............................................................................................................... 58

CAPÍTULO 2

ANTECEDENTES EN EL ESTUDIO MATERIAL DE LA DECORACIÓN PSEUDO-CLOISONNÉ SOBRE

CERÁMICA ....................................................................................................................................... 61

2.1 Componentes inorgánicos ......................................................................................................... 62

2.2 Componente orgánico ............................................................................................................... 69

2.3 Conformación de la policromía ................................................................................................. 75

2.3.2 Capa pictórica ..................................................................................................................... 77

2.3.3 Aglutinante ......................................................................................................................... 80

Proteínas ................................................................................................................................. 81

Polisacáridos............................................................................................................................ 81

Aceites ..................................................................................................................................... 82

CAPÍTULO 3

PROBLEMÁTICAS PARA LA CONSERVACIÓN DEL PSEUDO-CLOISONNÉ APLICADO A CERÁMICA

PREHISPÁNICA ................................................................................................................................. 85

3.1 La conservación in situ............................................................................................................... 86

3.2 La conservación en laboratorio ................................................................................................ 89

3.3 La importancia del conocimiento de la técnica de factura de la decoración para definir criterios

de intervención ............................................................................................................................... 96

3.4 Implicaciones de la existencia de un componente orgánico como aglutinante de la decoración

para su conservación y restauración ............................................................................................... 99

3.4.1 La técnica de factura ........................................................................................................ 100

3.4.2 El contexto de enterramiento .......................................................................................... 101

13

3.4.3 Deterioros de la decoración pseudo-cloisonné: proceso patológico de un padecimiento 103

3.4.4 Comentarios finales de posibles aglutinantes orgánicos del pseudo-cloisonné.................108

CAPÍTULO 4

DISEÑO METODOLÓGICO EXPERIMENTAL .....................................................................................111

4.1 Análisis formal, técnica de factura y diagnóstico de las piezas pertenecientes a los sitios

arqueológicos La Higuerita, Plan del Guaje y Cerro del Teúl ..........................................................114

4.1.1 Análisis formal ...................................................................................................................114

La Higuerita ............................................................................................................................114

Plan del Guaje ........................................................................................................................116

Cerro del Teúl .........................................................................................................................117

4.1.2 Técnica de factura ............................................................................................................118

La Higuerita ............................................................................................................................118

Plan del Guaje ........................................................................................................................121

Cerro del Teúl .........................................................................................................................123

4.1.3 Diagnóstico material.........................................................................................................126

La Higuerita ............................................................................................................................127

Plan del Guaje ........................................................................................................................130

Cerro del Teúl .........................................................................................................................135

4.2 Selección de especímenes ........................................................................................................138

4.3 Descripción de los métodos analíticos empleados ...................................................................139

4.3.1 Espectroscopía Infrarroja por Transformada de Fourier con Reflectancia Total Atenuada

(FT-IR con ATR) ...........................................................................................................................141

4.3.2 Cromatografía de Gases y Cromatografía de Líquidos de Alta Resolución .......................142

Cromatografía de Gases con Detector de Ionización de Flama (GC-FID) ................................143

Cromatografía de Líquidos de Alta Resolución con Detector de Índice de Refracción (HPLC-IR)

...............................................................................................................................................144

4.4 Desarrollo de la experimentación ............................................................................................145

4.4.1 Elaboración de patrones ...................................................................................................145

4.4.2 Toma de muestras .............................................................................................................148

4.4.3 Análisis con FT-IR con ATR .................................................................................................151

14

4.4.4 Cromatografía .................................................................................................................. 152

CAPÍTULO 5

RESULTADOS DE LOS ANÁLISIS Y DISCUSIÓN ................................................................................ 154

5.1 Resultados del FT-IR con ATR .................................................................................................. 154

5.1.1 Espectros de muestras patrón .......................................................................................... 154

5.1.1 Espectros de muestras de pseudo-cloisonné .................................................................... 157

5.2 Discusión de los resultados del FT-IR con ATR ......................................................................... 160

5.3 Resultados de GC-FID y HPLC-IR .............................................................................................. 163

5.3.1 GC-FID.............................................................................................................................. 163

5.3.2 HPLC-IR ............................................................................................................................ 166

5.4 Discusión de resultados de GC-FID y HPLC-IR .......................................................................... 167

CAPÍTULO 6

CONCLUSIONES ............................................................................................................................. 169

6.1 Líneas de investigación ............................................................................................................ 172

BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................ 175

ANEXOS ......................................................................................................................................... 189

ANEXO 1 ........................................................................................................................................ 191

ANEXO 2 ........................................................................................................................................ 193

Referencias .................................................................................................................................... 203

ANEXO 3 ........................................................................................................................................ 205

ANEXO 4 ........................................................................................................................................ 211

ANEXO 5 ........................................................................................................................................ 217

15

INTRODUCCIO N

El hombre ha plasmado su cosmovisión y percepción de la vida y del contexto en que se

sitúa y desarrolla en diversos objetos que ha facturado por medio de la manipulación de

sus recursos. Son estas piezas, el medio a través del cual podemos conocer los diversos

aspectos que dan cuenta de la cotidianeidad de las sociedades pasadas y del sistema

cultural en que se desenvolvían. Un ejemplo importante corresponde a la cerámica

prehispánica con decoración al pseudo-cloisonné, la cual, además de ser particular en

cuanto a la técnica de elaboración: policromía, materiales, complejidad y finura, se

encuentra cargada de símbolos y escenas iconográficas que aportan información

importante al estudio en el modo de vida de estas sociedades y su manera de proyectar

en éste su perspectiva del universo.

La técnica decorativa al pseudo-cloisonné actualmente es reconocida en el ámbito

arqueológico por ser característica del occidente de México en época prehispánica,

aunque ha sido encontrada esporádicamente desde el sureste mexicano hasta más allá de

la frontera septentrional mesoamericana. El término empleado para este tipo de

policromía tiene su origen en la asignación que algunos exploradores y arqueólogos le

otorgaron en sus reportes de recorridos de superficie y excavaciones. Esta técnica

decorativa tiene implicaciones tecnológicas particulares y ha sido encontrada asociada a

contextos importantes, por lo que son consideradas como objetos suntuosos. Cabe aclarar

que fue utilizada en la decoración de objetos de diversa naturaleza: cerámica, concha,

16

guajes y posiblemente textiles o madera, sin embargo, el caso de estudio se encuentra

limitado a la cerámica, ya que es la más abundante, facilitando la accesibilidad como

primer acercamiento al desarrollo del presente tema.

Las principales investigaciones que se han realizado específicamente del pseudo-

cloisonné fueron efectuadas por Noemí Castillo Tejero y Thomas Holien entre las décadas

de los 60 y 70 del siglo pasado. El trabajo de Castillo se enfocó tanto en la problemática de

la delimitación del término de acuerdo a la técnica de factura y a la identificación de los

materiales utilizados en numerosos fragmentos de diversos sitios. Por su parte, Holien

abordó el tema desde una perspectiva más antropológica, relacionando algunos hallazgos

arqueológicos y piezas de saqueo para conocer su distribución, iconografía e iconología,

funciones, relaciones de intercambio y posible evolución a la actualidad.

A partir de entonces, son pocos los datos que se han publicado acerca del estudio

de esta decoración. De hecho, el presente trabajo es el primero en abordar el tema como

objeto de estudio de la restauración, donde la necesidad de conocer los materiales para

favorecer la conservación.

Justificación

En el año de 2005, se presentó la oportunidad de tener un acercamiento a una vasija con

decoración al pseudo-cloisonné, en el segundo semestre de la licenciatura dentro del

Seminario-Taller de Restauración de Cerámica. Se trataba de una Olla Códice proveniente

del sitio arqueológico La Higuerita, en el municipio de Tala en Jalisco, la cual tenía algunos

años de ser extraída del contexto arqueológico por la arqueóloga Lorenza López Mestas.

Antes de la intervención, se conocía la fragilidad de la decoración por experiencias previas

de la profesora Cecilia González, sin embargo, la pieza presentó una problemática

particular durante los procesos de liberación y limpieza, lo cual condujo a implementar

soluciones específicas y, a su vez, generó diversas incógnitas con respecto a los materiales

constitutivos y su comportamiento frente a la humedad.

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Para el año 2006, como parte de las actividades que realizaba para el Instituto

Nacional de Antropología e Historia (INAH), trabajé en la microexcavación y limpieza de un

bloque de piezas con decoración al pseudo-cloisonné proveniente de la excavación del

sitio de Plan del Guaje, en Tonalá, Jalisco. En esta práctica ya se tenía cierto conocimiento

de las vicisitudes de esta técnica decorativa, por lo que se tomaron ciertas medidas

preventivas para evitar pérdidas; no obstante, hubo casos particulares en los que era

latente la fragilidad de la policromía.

Como otra experiencia personal, el acercamiento a piezas con decoración de este

tipo en 2009, procedentes de saqueo pero entregadas al Proyecto Arqueológico Cerro del

Teúl, en Teúl de González Ortega, Zacatecas, me permitió apreciar ciertas diferencias con

respecto a las vasijas de los otros dos sitios. Los colores de la policromía eran

especialmente brillantes y variados y el estado de conservación se apreciaba

considerablemente mejor.

Por todo lo anterior surgió, entre otras cosas, la inquietud por conocer el tipo de

material que mantenía fijos los pigmentos de la decoración a la cerámica. Por las

observaciones realizadas durante las intervenciones mencionadas de las piezas de La

Higuerita y Plan del Guaje, era evidente que este posible material aglutinante empleado

en la elaboración era soluble al agua después de su extracción; sin embargo, no fue

posible determinar la causa de dicha propiedad, es decir, si el origen de este

comportamiento se debe a la naturaleza química del material empleado originalmente en

su factura o si la solubilidad es debida al deterioro que éste ha tenido en el contexto de

enterramiento, donde se sabe que los materiales están expuestos a transformaciones

químicas importantes.

También se generó la interrogante con respecto a las diferencias de las cerámicas

del Cerro del Teúl, pues se evidenciaba que varios de los materiales podrían ser

diferentes, por lo que se consideró relevante saber si el material utilizado para adherir los

colores también fuese de otra naturaleza y si esto influía en el estado de conservación.

Como ya se mencionó anteriormente, existen análisis previos en identificación de

pigmentos de esta técnica decorativa, sin embargo, hasta la fecha no se han realizado

18

para el aglutinante, por lo que esta tesis será el punto de partida para la identificación del

material orgánico empleado en piezas que comparten características técnicas y formales.

Aunque existe la posibilidad de tener acceso a más de estos objetos en otras colecciones,

se decidió centrar el universo de estudio en estas tres debido a que las arqueólogas

responsables de ellas mostraron gran interés en la investigación, facilitando la

accesibilidad a las piezas y el desarrollo del trabajo. Además, el estudio de los objetos de

estos tres sitios arqueológicos amplía el conocimiento sobre su forma de producción en

otras sociedades contemporáneas. Esto aporta información que amplía el alcance hacia

otras disciplinas como la Arqueología, ayudando a encontrar o descartar vínculos

tecnológicos de esas sociedades.

Los resultados obtenidos permitirán generar y complementar una base de datos

con más objetos cerámicos de este tipo pertenecientes al Occidente del país. Con esto se

podrá contribuir a la delimitación del término “pseudo-cloisonné” que ha sido empleado

en diversas decoraciones de pintura post-cocción.

En la actualidad, la Conservación y Restauración en México cuenta con un diseño

metodológico para el acercamiento a su objeto de estudio y uno de los procedimientos

necesarios es el análisis del estado de conservación que requiere, primeramente, la

identificación de los materiales constitutivos y el proceso de factura (Cruz, 2000).

Entonces, a partir de la problemática de desconocer los materiales empleados en la

manufactura del pseudo-cloisonné y, por ende, la falta de comprensión de sus procesos de

deterioro, dentro de la práctica profesional surge la inquietud y la necesidad de realizar

análisis instrumentales que permitan despejar estas incógnitas, por lo tanto, el presente

trabajo resulta fundamental para el conocimiento de la técnica de factura de una

decoración que no ha sido estudiada con fines de conservación.

Esta investigación también es relevante debido a que ha implicado un trabajo

multidisciplinar y multiinstitucional. Esto confirma cómo la disciplina de la restauración

está colocada en medio de conocimientos humanísticos y científicos, por lo que logra

consensos entre estos campos de estudio con la finalidad de conservar el patrimonio

cultural en México.

19

Objetivos

El objetivo general de la presente investigación fue el de identificar el posible aglutinante

empleado en la factura de la decoración post-cocción al pseudo-cloisonné en cerámicas

arqueológicas mediante el empleo de métodos instrumentales. Fueron analizadas piezas con

dicha decoración provenientes de los sitios La Higuerita, en Tala y Plan del Guaje en

Tonalá, ambos en el estado Jalisco, y Cerro del Teúl en Teúl de González Ortega,

Zacatecas.

Objetivos específicos:

Realizar el diagnóstico de cada elemento con pseudo-cloisonné perteneciente a las

tres colecciones, como herramienta metodológica para la evaluación y selección de

las piezas que cumplieran las características requeridas para la aplicación de

análisis instrumentales.

Solicitar los permisos correspondientes al Consejo de Arqueología del INAH para la

extracción de muestras.

Efectuar la toma de muestras de pseudo-cloisonné, respetando la integridad

estética y estructural de los objetos cerámicos.

Preparación de muestras patrón de posibles materiales utilizados, necesarias para

realizar comparaciones y buscar posibles correspondencias.

Efectuar la identificación de posible aglutinante con las técnicas de Espectroscopía

de Infrarrojo por Transformada de Fourier y Cromatografía de Gases y de Líquidos.

Interpretar y discutir los resultados para complementar los datos existentes acerca

de la técnica de factura de la decoración al pseudo-cloisonné aplicada a cerámica.

Comenzar una base de datos con los resultados de las técnicas aplicadas, que

pueda ser ampliada y sirva como referencia para que esta y otras disciplinas

incrementen el conocimiento de los materiales utilizados en época prehispánica en

el occidente de México.

20

Estructura de la investigación

En la primera parte del Capítulo 1 se comienza con una breve explicación de los tipos de

decoraciones prehispánicas mesoamericanas que se conocen, a fin de identificar y

diferenciar las características tecnológicas del pseudo-cloisonné. Posteriormente se realiza

una síntesis de los hallazgos arqueológicos de este tipo de piezas, los cuales condujeron al

empleo del término para identificarlas; también se expone la distribución espacial y

temporal, así como las características formales e iconográficas que suelen presentar estas

vasijas. En la segunda parte, se realiza una somera descripción del contexto geoclimático

de los tres sitios de los cuales provienen las piezas en estudio (La Higuerita, Plan del Guaje

y Cerro del Teúl), además de una reseña de los asentamientos prehispánicos que

ocuparon estas zonas y su relación con el pseudo-cloisonné. Finalmente, se describe la

manera en que actualmente es valorada esta técnica decorativa.

En el Capítulo 2 se abordan los antecedentes en el estudio de los materiales y la

técnica de factura particulares del pseudo-cloisonné; a partir de los cual se desglosan los

componentes y se mencionan las posibles materias primas que pudieron ser utilizadas

como aglutinantes, de acuerdo con referencias de investigadores del Occidente.

Adicionalmente se exponen las características necesarias para que un aglutinante

funcione como tal y, de manera general, la composición y estructura química que

conforma cada uno de estos materiales.

El Capítulo 3 aborda la problemática de conservación que ha presentado esta

suntuosa decoración, desde el momento en que es encontrada en excavaciones

arqueológicas hasta cuando ya se encuentra en laboratorio. A partir de esto, se realiza una

discusión que relaciona los deterioros identificados con las posibles causas que los

generan.

En el Capítulo 4 se expone el diseño metodológico experimental desarrollado para

este trabajo. Para ello se realizó el análisis formal, la identificación de la técnica de factura

y el diagnóstico de todas las piezas con pseudo-cloisonné de los tres sitios.

Posteriormente, se presentan las piezas seleccionadas para la toma de muestras y se

21

describen, de manera general, los principios del funcionamiento las técnicas analíticas

utilizadas: FT-IR con ATR, GC-FID y HPLC-IR. En la última parte de esta sección, se explican

todos los procesos realizados en esta experimentación, desde la elaboración de muestras

patrón, la toma de muestras de decoración y, finalmente, los análisis instrumentales

realizados y sus especificaciones.

El Capítulo 5 presenta los resultados obtenidos de cada técnica analítica y, a partir

de la interpretación de éstos, la discusión de resultados, donde se conjunta la información

de los antecedentes de los capítulos previos con los resultados químicos.

Finalmente, en el último capítulo se exponen las conclusiones generales como

resultado de este trabajo, además de las posibles líneas de investigación que pueden ser

estudiadas a futuro dentro de la Restauración pero igualmente con un trabajo

multidisciplinario.

22

23

CAPI TULO 1 LA CERA MICA DECORADA AL PSEUDO-CLOISONNÉ. MARCO HISTO RICO

1.1 La cerámica y su decoración

En el ámbito del arte y la arqueología el término cerámica “se refiere a utensilios de

cocina y de mesa y a objetos de arte fabricados de barro” (Rice, 1998: 4). En el México

prehispánico muchos de estos objetos no solamente cumplían una función utilitaria o

meramente estética, sino que además estaban cargadas de simbolismo tanto en su forma

como en su decoración y fueron usadas como ofrendas en altares, tumbas y templos

(Ségota, 2004).

El estudio de la cerámica es uno de los principales puntos de atención para la

arqueología, pues éste ha constituido “uno de los recursos de que dispone para conocer

las posibles relaciones entre culturas y establecer secuencias cronológicas” (García y del

Valle, 1988: 249). Es por esta razón que la mayoría de las investigaciones de estos

materiales prehispánicos ha sido y es realizada principalmente por arqueólogos. Sin

embargo, Sugiura (2008) señala que solamente a partir de datos etnográficos es posible

deducir el proceso productivo de este tipo de objetos cerámicos, donde se reconocen

convencionalmente cinco etapas para la construcción del cuerpo: “extracción, preparación

y amasado de las arcillas, la formación y acabado de las piezas, el secado y finalmente la

cocción” (Sugiura, 2008: 45). Por otro lado, existen también estudios importantes que

abordan, de manera general, los aspectos tecnológico y físico-químico de cerámicas de

24

baja temperatura a los que corresponden las prehispánicas (Rice, 1998), razón por la cual

no se profundizará en dicho tema. No obstante, es necesario referirlo someramente más

adelante, ya que los diversos tipos de decoración encontrados en el Occidente pueden

realizarse desde la formación del cuerpo cerámico hasta después de haberse re la cocción.

En la tabla 1.1 se sintetizan las técnicas decorativas identificadas en cerámica

prehispánica mesoamericana de acuerdo con Lorenza López Mestas y Cecilia González

(2005). En dicha tabla puede observarse que algunas decoraciones implican la eliminación

de material cerámico, mientras que para otras se adicionan materiales o se realizan ambas

acciones como en el caso del champb-levé. A excepción del esgrafiado, donde se retira

parte del barro cocido que constituye la pieza para llevar a cabo una decoración post-

cocción aplicada sobre cerámica, es necesario el empleo de un aglutinante que presente

cualidades adhesivas y cohesivas1, que permita fijar partículas de color. No obstante, cada

técnica decorativa presenta características visuales y materiales diversas, lo que las

convierte en un objeto de interés para su restauración, donde la problemática de

conservación específica debe ser estudiada.

1 La definición de aglutinante y lo relacionado con el concepto será estudiado en el capítulo siguiente.

25

Tabla 1.1. Técnicas decorativas en cerámica arqueológica prehispánica

Momento de

conformación Nombre Breve descripción

Pre- cocción

Incisa Líneas realizadas en el barro fresco con un

instrumento punzante

Pintura pre-

cocción Aplicar pigmentos en la superficie en el barro seco

Calado Extraer con un instrumento material de las paredes

en el barro fresco

Punzonado Marcas con la punta de un instrumento en el barro

fresco

Estampado Imprimir la forma con un sello o un molde no

convencional

Aplicaciones Formas pre-modeladas de barro añadidas al cuerpo

cerámico

Durante la

cocción Negativo Aplicación de cera para bloquear los espacios con

diseños específicos

Post- cocción

Esgrafiado Líneas con un instrumento punzante

Colores fugitivos

o pintura post-

cocción

Aplicar pigmentos en la superficie

Embutido Aplicar pigmentos en líneas esgrafiadas o incisas

Fresco Colocar una capa de estuco de cal y aplicar pigmentos

antes del fraguado

Champb-levé Bajorrelieve en el cuerpo cerámico y rellenando con

pintura

Pseudo-cloisonné Una capa gruesa de color donde se excavan los

diseños los cuales son rellenados con pintura

26

1.2 La decoración pseudo-cloisonné

1.2.1. Antecedentes del término

Actualmente, a pesar de que no se conoce el posible aglutinante que pudo ser empleado

para aglutinar y adherir los materiales minerales que componen el pseudo-cloisonné, sus

características técnicas y visuales la

vuelven una decoración particular que ha

sido objeto de estudio desde principios

del siglo pasado. De acuerdo con Thomas

Holien (2001) el primero en describir

brevemente y dibujar una vasija con

decoración al pseudo-cloisonné fue

Charnay en 1888, dibujada nuevamente

dos años después por Peñafiel en una

impresión de edición limitada llamada

Monumentos del arte mexicano antiguo,

sin especificar su procedencia ni otra

descripción más que señalada como “decoración única” (Figura 1.1).

Sin nombrar aún la técnica decorativa, pero señalando su aparente proceso de

elaboración, el antropólogo físico Aleš Hrdlička en 1903 a su paso por Totoate, Jalisco,

encontró dos vasijas asociadas a entierros cremados, cuya decoración denominó “pintura

incrustada” (Hrdlička, 1903) (Figura 1.2). Por la misma época, Carl Lumholtz señaló haber

encontrado vasijas similares a las mostradas por Hrdlička y detalló que fueron realizadas

con la técnica actual de los tarascos, refiriéndose posiblemente a las lacas michoacanas,

aunque añadió que la cocción era posterior a la aplicación de la decoración (Lumholtz,

1902).

Figura 1.1. Cajete trípode dibujado por Peñafiel en

1890 (Tomado de Holien, 2001).

27

Figura 1.2. Fotografías del interior y exterior de las vasijas encontradas por Aleš

Hrdlička en Totoate (Imágenes tomadas de Hrdlička, 1903).

28

Manuel Gamio aparentemente utilizó por primera vez el término cuando fue

comisionado para visitar los monumentos arqueológicos de Zacatecas; recorriendo el sitio

de Alta Vista localizó, en excavaciones dentro del salón de las columnas, algunas

inhumaciones con vasijas asociadas; estas últimas las describió como “piezas de cerámica

de ornamentación superpuesta, ó de cloisonnés” (Gamio, 1910: 486). Su definición

factiblemente se basa en una analogía visual con la técnica decorativa en metales llamada

cloisonné en francés y tabicado o alveolado en español, cuyo procedimiento consiste en

soldar finas tiras de metal a la placa del soporte y posteriormente se aplican esmaltes para

rellenar los espacios (Calvo, 1997) (Figura 1.4 a). Al parecer esta técnica tuvo su origen en

Figura 1.3. Dibujos de algunas de las ollas adquiridas por Lumholtz en Estanzuela (Imágenes tomadas

de Lumholtz, 1902).

29

el Imperio Bizantino y se extendió por

Europa, en la cultura islámica y llegó al

Lejano Oriente, principalmente a China,

donde se adaptó la técnica a cerámica de

alta temperatura adquiriendo gran

relevancia y profusión, siendo conocida

actualmente como esmaltado (Figuras 1.4

b y c).

Gordon Ekholm en una publicación

de 1940 fue quien propuso el término

“pseudocloisonné” en tiestos y fragmentos

de guajes identificados con el llamado

cloisonné por Gamio (Castillo, 1968). Sin

embargo, para 1942 determina suprimir el

prefijo pseudo, por carecer de contenido

descriptivo, a esta decoración prehispánica

y propone entonces el nombre de

“cloisonné pintado” (Ekholm, 2008) sin

especificar la técnica debido al

desconocimiento del aglutinante utilizado.

La primera en realizar un estudio a

fondo del concepto, fue Noemí Castillo en

1968, quien inicialmente se preocupó por

establecer las características propias de

esta decoración haciendo evidente el uso

tan inconstante del término, lo que

causaba especulaciones en cuanto a la

técnica de manufactura, ya que los

Figura 1.4. a) Imagen de San Jorge matando al

Dragón hecha en placa de oro con pseudo-

cloisonné, S XV; b) Plato esmaltado de la

dinastía Quing; y, c) Tazón esmaltado de la

dinastía Ming (Imágenes tomadas de

cloisonné.com)

a

b

c

30

investigadores en diversos sitios del país, por su simple apariencia, en ocasiones sólo

mencionaban la presencia de “cloisonnés” sin describir o ilustrar las piezas. En otros casos,

por ejemplo, se utilizaba indistintamente tanto “cloisonné” como “estuco”, entre otros

términos. Castillo describe las diversas técnicas pictóricas y algunas decorativas para

establecer las diferencias con el pseudo-cloisonné, haciendo énfasis tanto en los

materiales como en el proceso de factura. Dentro de sus comparaciones concluye que al

parecer ninguna de las técnicas tradicionales conocidas coincide con la del pseudo-

cloisonné.

Thomas Holien (2001) también realiza una importante investigación bibliográfica

que confirma y profundiza en el uso indiscriminado del término “pseudo-cloisonné” por

parte de los arqueólogos para describir decoraciones post-cocción de vasijas de diversos

sitios. El autor manifiesta que en realidad ninguna palabra define o describe la decoración,

puesto que los términos que se han empleado no incluyen ni la técnica de factura ni los

materiales empleados. Por otro lado, utiliza el término “investment”2 para clasificar

genéricamente esta decoración que, al igual que otras decoraciones prehispánicas,

presenta tres componentes: pigmento, aglutinante y un mineral que forma un

recubrimiento con un espesor característico.

A partir de estas investigaciones, la técnica de factura fue adoptada por los

arqueólogos mesoamericanistas, asumiendo que el proceso consistía como se muestra en

la figura 1.5 en: inicialmente aplicar sobre la superficie de un objeto cerámico, ya cocido

(a), una capa de color que varía de gris claro a oscuro (b), en la cual se marcan (c) y

excavan diseños dejando en bajorrelieve el delineado (d); posteriormente, los espacios

son rellenados con pigmentos de colores (e y f), ya sea rojo, rosa, amarillo, naranja, blanco

o verde (Ekholm, 2008; Lister y Howard, 1955; Noguera, 1965; Castillo, 1968; Kelley y

Abbott, 1971; Holien, 2001).

2 Pudiera traducirse como “revestimiento”.

31

Es importante señalar que en la actualidad aún existe confusión para el

reconocimiento de esta técnica decorativa, por lo que también es imprescindible

corroborar que los reportes arqueológicos de cerámica con pseudo-cloisonné realmente

se refieran a esta técnica. El colorido y la apariencia no son las únicas características del

pseudo-cloisonné y, por ello, es necesario ampliar las investigaciones, ya que entre los

autores mencionados hay propuestas diferentes con respecto a la técnica, tanto en la

secuencia de los procesos como en los posibles materiales utilizados. Por ejemplo, en

Figura 1.5. Esquema del proceso general de factura de la decoración pseudo-

cloisonné (Basado en Castillo, 1968).

32

imágenes expuestas por Weigand y Beekman (1998) aparecen vasijas procedentes de una

colección privada señalados como “con diseños emblemáticos en pseudo-cloisonné”

(Figura 1.6), las cuales visiblemente difieren tecnológicamente de la imagen expuesta en

la misma página de una de las ollas obtenidas por Lumholtz en Estanzuela (Figura 1.7a),

que actualmente se encuentran en el Museo de Historia Natural de Nueva York. Otro caso

corresponde a una vasija procedente de Teotihuacán resguardada en el Museo Nacional

de Antropología, la cual se encuentra catalogada como pseudo-cloisonné estilo

michoacano y fue analizada por Ruvalcaba et al. (2009); sin embargo, visualmente se

aprecian diferencias importantes con los dos ejemplos anteriores (Figura 1.7b).

Figura 1.7. a) Olla efigie con pseudo-cloisonné expuesta por los

mismos autores, corresponde con el proceso tecnológico más

reconocido como esta decoración (Imagen tomada de Weigand

y Beekman, 1998: 51). b) Vasija catalogada como pseudo-

cloisonné estilo michoacano donde se aprecia que el color negro

se encuentra como color de fondo y los colores están

sobrepuestos. (Imagen tomada de Ruvalcaba et al., 2009)

b

a

Figura 1.6. Vasijas señaladas

por Weigand y Beekman

(1998) con pseudo-

cloisonné, aunque

aparentemente presentan

un fondo rojo generalizado

sobre el cual se pintaron

diseños amarillos, blancos y

azules.

33

1.2.2. Temporalidad y distribución

Las investigaciones arqueológicas han permitido ubicar la decoración pseudo-cloisonné

prácticamente en el primer milenio de nuestra era dentro del Clásico tardío/Epiclásico (ca.

450 d.C. a 900 d.C.). Los hallazgos indican la presencia de esta decoración principalmente

en las regiones conocidas como el Occidente y Noroccidente mesoamericanos,

predominantemente en los estados de Jalisco, Zacatecas, Nayarit, Michoacán, Durango,

Guanajuato y Aguascalientes (Kelley, 1974), en parte de San Luis Potosí y en el sur de

Querétaro e Hidalgo (Tula) tardíamente y con adaptaciones locales (Solar, 2006). En el

Mapa 1.1 se señalan los sitios más importantes donde se ha reportado cerámica pseudo-

Mapa 1.1. El sombreado indica la propuesta de Charles Kelley en 1974 de la zona de distribución de la

cerámica pseudo-cloisonné. También se señalan los principales sitios donde se ha reportado hasta la

actualidad (Mapa tomado y modificado de Pérez, 2007: 146)

.

.

.

. .

.

. .

.

.

.

. . .

. . 2

4

5

12

.

13

. 19

20

. .

24 23

. 1

3

6

7 8

9

10

11

14

15

16

17

18

.

21 22

. . . 25

1-Alta Vista. 2-La

Quemada. 3-Ixtépete-El

Grillo. 4-Cerro Encantado

5-Totoate. 6-El Cóporo

7-Cerro del Huistle. 8-La

Florida. 9-Estanzuela.

10-Buenavista. 11-La

Purísima. 12-Schroeder

13-Momax 14-Los

Pilarillos. 15-Ahualulco.

16-Ixtlán del río.

17-Jiquilpan. 18-Cerro

Tepizuasco. 19-San

Aparicio. 20-El Teúl.

21-El Ocote. 22-El Piñón.

23-La Higuerita. 24-Plan

del Guaje. 25-Sayula

34

Figura 1.8. Detalle de figuras geométricas de colores en bloques de tierra extraídos de la tumba de tiro de La Florida. Fotografía del autor, Proyecto Arqueológico

Cerro del Teúl-INAH.

cloisonné en el Occidente y en los siguientes párrafos se hará referencia a algunas de las

excavaciones más trascendentes.

Hasta el momento el origen preciso de esta decoración es desconocido; sin

embargo, Jorge Ramos y Lorenza López Mestas consideran al pseudo-cloisonné como

originario del Occidente (Ramos y López Mestas, 1999) debido a su presencia tan

temprana (no exclusivamente de cerámica) desde el Preclásico tardío y Clásico temprano

dentro de la tradición de Tumbas de Tiro. Dicha presencia es reportada, por primera vez,

por Marie-Areti Hers en 1983 en excavaciones de entierros de este tipo en el sitio Cerro

del Huistle, Zacatecas, donde encontró diseños en pigmentos de colores que

presumiblemente habían perdido un soporte orgánico. En este mismo estado, en el

rescate de la tumba de tiro en La Florida ubicada en el municipio de Valparaíso,

encabezado por la arqlga. Laura Solar en el año 2009, se encontraron vestigios de esa

decoración, sin algún soporte

aparente, pero cercanos a un

material de apariencia fibrosa que

aún no ha sido analizado para su

identificación. Los diseños de La

Florida, que se aprecian en la figura

1.8, son solamente figuras

geométricas de círculos, cuadros y

triángulos enmarcados por líneas,

aunque debido al estado de

conservación no fue factible

identificar la posible técnica de

factura.

En la rica ofrenda funeraria de la tumba de tiro de Huitzilapa ubicada en el

municipio de Magdalena, Jalisco, fechada hacia el 65 d.C., fueron halladas algunas formas

geométricas elaboradas con pigmentos pero sin soporte, además de un hacha de piedra

con resto de pigmento. Otros objetos muy importantes que formaban parte de la

35

Figura 1.9. Trompeta de caracol con pseudo-cloisonné encontrado en la tumba de tiro de

Huitzilapa (Imagen tomada de: www.mna.inah.gob.mx

suntuosa ofrenda fueron trompetas de caracol decoradas con diseños de serpientes

bicéfalas y cruces al pseudo-cloisonné con colores variados como el rosa, naranja, negro,

rojo, blanco, verde y amarillo (López Mestas, 2004). En el caso de estos últimos objetos

(Figura 1.9), cabe señalar la diferencia tecnológica con la conocida para cerámica, pues al

parecer se utilizó tanto el color gris como

algunos otros pigmentos para colocar

bandas o segmentos que posteriormente

fueron excavados para formar los

diseños (Lorenza López Mestas,

comunicación personal, 2014).

Secuencialmente, durante el

periodo Clásico tardío/Epiclásico, las

investigaciones arqueológicas señalan

que el pseudo-cloisonné se convirtió en

elemento decorativo importante para

cerámica, a tal grado que en conjunto con otros elementos forma parte de varios

complejos cerámicos que distinguen estos periodos.3 Estas cerámicas son marcadores de

una importante relación que se extiende desde el valle de Atemajac, en Jalisco, hasta

Chalchihuites, en Durango y Zacatecas (Holien, 2001). En este mismo sentido, Peter

Jiménez explica detalladamente las esferas de interacción que comunican rasgos en un

corredor geográfico que ocupa el “área del Valle de Atemajac-el Cañón de Juchipila-los

Altos-el Valle de Malpaso-Chalchihuites” (Jiménez, 1989: 25) donde ha sido más notable la

presencia de esta cerámica.

3 Solar (2006) cita a Smith et al. (1960) para definir el concepto de complejo cerámico de la siguiente

manera:

[…] la cerámica de una cultura o región que se conoce para un intervalo de tiempo particular.

Como tal es directamente comparable con la cerámica conocida para otra cultura, o la misma

cultura en diferente región, durante un intervalo de tiempo particular, si la cerámica está

documentada con el mismo nivel de abstracción y en los mismos términos de síntesis (tipos y

variedades de un complejo). (: 5)

36

Para este periodo, en Jalisco ha sido encontrada cerámica con esta decoración en

numerosos sitios y como parte del complejo cerámico llamado El Grillo, sitio que se

relaciona fuertemente con el Ixtépete conformando la denominada cultura Ixtépete-El

Grillo (Beekman, 1996). Una de las principales características de esta fase es el cambio en

patrones funerarios manifestado en la sustitución de tumbas de tiro y de pozo por tumbas

en forma de caja con un complejo cerámico caracterizador dentro del cual forma parte el

pseudo-cloisonné (Beekman, 1996). Por su parte, Lorenza López Mestas y Marisol

Montejano (2009) manifiestan la profusión de esta técnica decorativa en conjunto con el

negativo y nuevos tipos cerámicos como marcadores importantes de una reordenación de

los grupos humanos en Jalisco conformando nuevos centros ceremoniales para dicha

época, dejando atrás la tradición Teuchitlán del periodo anterior.

El primer hallazgo de cerámica perteneciente al complejo El Grillo con esta

decoración, fue realizado en un rescate por Javier Galván en el año de 1976, donde

encontró algunas ollas miniatura asociadas a un entierro de tumba de caja en el

fraccionamiento Tabachines (Galván, 1976). En 1969, Otto Schöndube y Javier Galván

encontraron una ofrenda con algunas vasijas de este tipo en el Ixtépete; sin embargo, ya

que el río cercano al sitio las dejó expuestas no fue posible el registro completo del

contexto. Un posterior hallazgo de este tipo decorativo fue reportado por Otto Schöndube

en un rescate en el Hospital de Belén en la ciudad de Guadalajara en 1982, donde fue

localizada una olla al pseudo-cloisonné, aunque antes de la excavación fue removida, por

lo que se desconoce su contexto preciso (Schöndube, 1983).

Resultado de excavaciones hechas hace poco más de diez años, para el sitio de la

Higuerita en Tala, Jalisco, López Mestas y Montejano (2009) reportan algunos entierros

primarios y secundarios de la única tumba que presentó restos humanos (Caja Oeste), los

cuales tenían copas pseudo-cloisonné ofrendadas. Así mismo, en el sitio de Plan del Guaje

en Tonalá, Jalisco, también se encontraron numerosas vasijas como parte de la rica

ofrenda funeraria de un entierro secundario (Montejano, 2007). Ambos hallazgos hacen

evidente la utilización de la cerámica de este tipo para rituales funerarios de personajes

de elite dentro de sociedades jerarquizadas y la posible importancia del linaje, donde la

37

Figura 1.10. Fotografía de la ofrenda in situ encontrada

por Kelley donde se observan las copas con pseudo-

cloisonné (Imagen tomada de: www.mna.inah.gob.mx).

profusión de entierros secundarios en el complejo El Grillo (al que pertenecen ambos

sitios) evidencia la necesidad de estrechar la relación con los antepasados por el grupo

dirigente (López Mestas y Montejano, 2009).

En 1908, en el extremo septentrional de la zona en estudio, Manuel Gamio realizó

el primer hallazgo de cerámica con esta decoración asociada a un entierro de la cultura

Chalchihuites, en Zacatecas4,

dentro del conjunto arquitectónico

conocido como el Salón de las

Columnas del centro ceremonial de

Alta Vista. Décadas después, en los

70, Charles Kelley fue uno de los

principales investigadores de dicha

cultura, los resultados lo llevaron a

considerar a la cerámica pseudo-

cloisonné como diagnóstica de

Chalchihuites, ya que fue

encontrada asociada a diversas

fases cronológicas que ha fechado

desde el 200 d.C. al 1000 d.C.; sin

embargo, es durante el Epiclásico

que se vuelve más destacada su producción (Pérez, 2007). En 1971, se realizó uno de los

principales hallazgos en el mismo Salón de las Columnas, pues fueron encontradas cuatro

copas y un fragmento de pipa decorados al pseudo-cloisonné asociadas a un entierro que

4 “El término Cultura de Chalchihuites se refiere a una serie de eventos culturales relacionados que tuvieron

lugar en el occidente de Zacatecas y Durango, en México entre 100 ó 200 y 1,250 ó 1,300 años d.C. Durante

ese tiempo, la Cultura de Chalchihuites representó la extensión máxima, en esa dirección, del área cultural

mesoamericana y de su civilización, a lo largo de la ladera oriental de la Sierra Madre Occidental” (Kelley,

1983: 3).

38

Figura 1.11. Fotografía de un espejo de pirita

procedente del sitio Grewe, Arizona (Imagen

tomada de: www.mna.inah.gob.mx).

se muestra en la figura 1.10 (Medina & García, 2010: 217), piezas a las cuales se refieren

de la siguiente manera:

Sin embargo, otro tipo de cerámica aparece en pequeñas cantidades formando parte

de esa fase y en Alta Vista es la llamada Vista Paint Cloisonné encontrada en un

entierro que se supone se refiere a Tezcatlipoca. Esta cerámica muestra técnica y

diseño sofisticados y es claramente una intrusa en la cultura local así como en las

locales de La Quemada y Totoate. En Jalisco y Michoacán se han encontrado lozas

emparentadas ampliamente distribuidas; los diseños se parecen a los de Mesoamérica

Central, incluyendo a los de Teotihuacan, y son de un contenido altamente ceremonial.

En la cultura Chalchihuites es una cerámica para tumbas asociada al sacrificio humano.

Parece haber tenido su origen en un centro del Occidente de México que representó

tal vez una unidad política regional que caía bajo el control teotihuacano (Aveni,

Hartung y Kelley, 1982: 208).

Hace más de una década, en el

espacio arquitectónico conocido como La

Ciudadela en el sitio arqueológico de La

Quemada, Zacatecas, Achimm Lelgemann

encontró en excavación dos vasijas con la

decoración en estudio. Estas piezas fueron

depositadas en el norte y oeste a manera

de ofrenda y acompañadas de numerosos

fragmentos de varias cerámicas de este

mismo tipo esparcidos alrededor con

intenciones rituales (Pérez, 2007).

Al norte del país, la técnica al

pseudo-cloisonné fue encontrada

decorando placas de piedra arenisca que soportaba espejos en los sitios de Snaketown

(fechados entre 700 y 900 d. C.) y Grewe, Arizona (Figura 1.11) y en Pueblo Bonito, Nuevo

39

México (Ekholm, 2008). En el nororiente se ha reportado en El Bolsón de Mapimí, La

Cueva de Paila y en el área de la Huasteca (Holien, 2001).

Con respecto a temporalidades más tardías o fuera del área del Occidente y

Noroccidente mesoamericano existen pocos hallazgos que Enrique Pérez menciona:

Se ha reportado su existencia tardía entre los materiales cerámicos en la región central

del Altiplano en Tula, sitio asociado al río Pánuco Moctehuma (río Tula), durante el

Posclásico Temprano (Braniff 1972:292, Holien 1977); y en la sierra nevada en el sitio

de Tenenepango, en Puebla. De temporalidad incierta aparece en la cuenca de México

(Braniff 1972: 292) en sitios como Atzcapotzalco, Teotihuacán y Culhuacán (Holien

1977) en la zona Maya aparece en Chichen Itzá (complejo Sotuta) del Posclásico

Temprano 900-1200 d. C. (Pérez, 2007: 148).

1.2.3 Características formales y de diseño

La aplicación de esta técnica decorativa sobre objetos cerámicos fue muy común desde el

Clásico tardío o Epiclásico, principalmente en la decoración de ollas, copas y cajetes de

carácter ritual, es decir, vasijas que funcionan como contenedores pero que no

demuestran huellas de uso por lo menos sobre la decoración. Sólo un caso especial hasta

el momento es la flauta hallada por Kelly en Alta Vista, puesto que no se han encontrado

referencias de otro tipo de objetos cerámicos a los ya mencionados decorados con esta

técnica.

En el caso de las ollas el cuerpo es generalmente de forma esférica o globular

(Figura 1.12); sin embargo, también existen algunas variantes, como por ejemplo las ollas

efigies procedentes del sitio de Plan del Guaje (Figura 1.12b) y Estanzuela, Jalisco, así

como también una olla antropomorfa procedente del sitio de El Cóporo, en Guanajuato

(ver Pérez, 2007: 145), o algunas de las piezas de El Otero, Michoacán, que presentan un

cuerpo de silueta compuesta (Figura 1.12e). Las copas son de soporte anular o de

40

pedestal, predominantemente con cuerpos hemisféricos (Figuras 1.13b, c y d), aunque hay

algunos ejemplares con paredes rectas como en la figura 1.3a. Los cajetes son

normalmente de paredes rectas divergentes o hemisféricos de base anular (Figura 1.14).

Figura 1.12. a) Olla Códice procedente de La Higuerita (Fotografía del autor). b) Olla efigie procedente

del sitio Plan del Guaje (Fotografía del autor). c) Olla globular procedente de Alta Vista (Imagen obtenida

de www.mna.inah.gob.mx). d) Olla miniatura del sitio Plan del Guaje (Fotografía: Ramón Avendaño).

e) Olla Códice procedente del sitio El Otero (Imagen obtenida de www.mna.inah.gob.mx).

a

b

c

d

e

41

Figura 1.13. Copas con decoración pseudo-cloisonné

procedentes de varios sitios: a) La Quemada (Imagen tomada

de: Museo La Quemada, postal); b) La Higuerita (Fotografía

del autor); c) Cerro de Teúl (Fotografía del autor, Proyecto

Arqueológico Cerro del Teúl); d) Plan del Guaje (Fotografía:

Iris González).

a b

c

d

Figura 1.14. a) y b) Cajetes de base anular

procedentes del Cerro del Teúl (Fotografías del

autor, Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl).

c) Cajete de base anular de La Florida (Imagen

obtenida de Cabrero, 2012).

a

b

c

42

En relación a los motivos decorativos, existe una gran diversidad, la mayoría son

figurativos, principalmente representaciones naturalistas y/o geométricas (Figura 1.15),

entre los primeros se pueden observar algunos motivos zoomorfos como aves y reptiles o

bien algunos animales mitológicos. Lo anterior se puede observar claramente en algunos

de los ejemplares de Alta Vista o del Cerro del Teúl, en Zacatecas (Figuras 1.16 b, d y e). En

ocasiones suelen aparecer también personajes ricamente ataviados como los que decoran

las vasijas de Estanzuela y Totoate en Jalisco, o incluso los de las vasijas del sitio de La

Higuerita (Figura 1.16a), también en Jalisco, el Cerro del Teúl, en el sur de Zacatecas

(Figura 1.16b), o El Cóporo, en Guanajuato (ver Pérez, 2007: 145). Finalmente es

importante mencionar que en los diseños geométricos abundan las líneas en zig-zag, los

ojos, las grecas escalonadas y las líneas horizontales paralelas (Figura 1.15).

Figura 1.15. Detalles de diseños geométricos en piezas procedentes de Cerro del Teúl (a, b y d)

(Fotografías del autor, Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl) y de Plan del Guaje (c) (Fotografía: Juan

Rivera).

a

b

c d

43

Figura 1.16. Detalles de diseños antropomorfos ataviados y zoomorfos procedentes en vasijas con

pseudo-cloisonné procedentes dela Higuerita (a) (Fotografía del autor), Alta Vista (b y e) (Imágenes

obtenidas de: www.mna.inah.gob.mx), Cerro del Teúl (Fotografías del autor, PACT-INAH) y El Otero (f)

(Imagen obtenida de www.mna.inah.gob.mx).

a

b

c d

e f

44

Thomas Holien estableció un sistema de clasificación y descripción para este tipo

de cerámica. En él incluye la descripción formal del objeto, seguida de la zona de la vasija

que se encuentra decorada, las características tecnológicas, así como la composición y los

elementos convencionales del diseño (Holien, 2001: 409-411). Esta sistematización resulta

muy importante ya que, como se mencionaba en párrafos anteriores, existen ciertos

patrones estilísticos claramente perceptibles que permiten considerar los datos mínimos

necesarios para el registro de cualquier obra que presente esta decoración. En este

sentido, cabe destacar que es posible realizar una propuesta de ficha clínica específica que

considere estos aspectos, propuestos por Holien, dentro del apartado de estudio formal,

aunado a las observaciones realizadas con respecto al proceso tecnológico y a los

deterioros específicos que serán expuestas en capítulos posteriores, para así conformar el

registro de técnica de factura y estado de conservación, de acuerdo con la metodología de

la Restauración para un primer acercamiento a la obra.

Adicionalmente, el mismo Holien (Ibíd.) llega incluso a generar una categorización

estilística regional en donde distingue 12 áreas: cultura Chalchihuites rama Súchil, cultura

Chalchihuites rama Guadiana, Guadalajara-Ixtlán-Sayula, cuenca del lago de Chapala, río

Lerma Medio, alto río Santiago, Occidente, Altiplano Central, Costa Occidental, Suroeste

de E.U.A., Mesa del Norte y área de la cultura Huasteca. Sin embargo, es probable que a la

fecha sea necesario complementar el análisis con los hallazgos arqueológicos de las

últimas tres décadas.

45

1.2.4 Iconografía

Entre los investigadores que han hablado sobre el significado de la compleja iconografía

plasmada en esta cerámica es comúnmente aceptada la elevada carga ritual y simbólica

de sus motivos decorativos, lo cual también se presume si tomamos en cuenta los escasos,

pero relevantes, contextos rituales en donde han sido encontradas estas vasijas, así como

también la complejidad de la técnica decorativa en comparación con la de otros tipos

cerámicos. Las investigaciones arqueológicas y la analogía etnográfica han sido hasta el

momento los principales recursos para acercarse al entendimiento del simbolismo

plasmado en la cerámica pseudo-cloisonné. Sin embargo, hasta ahora son muy pocos los

estudios iconográficos que se han realizado con este tipo de cerámicas y para los fines de

este trabajo baste con mencionar algunas de las propuestas del significado iconográfico de

algunas vasijas.

En el ya mencionado hallazgo de Charlles Kelley en Alta Vista, se localizó un entierro en

masa en donde las cuatro copas decoradas con esta técnica se encontraban dispuestas en

cada uno de los cuatro puntos cardinales. Tomando este hallazgo como principal ejemplo,

Holien (2001) habla de una relación formal por la presencia de ollas y copas en las

ofrendas donde se encontró pseudo-cloisonné, por lo que llama a esta asociación el

Complejo Copa-Olla como elementos que evocan la intoxicación ritual con bebidas;

ademá,s señala que las variaciones formales se deben a modificaciones locales, como en

el caso de los cajetes trípodes y del soporte anular (Ibíd.). Dicha propuesta acota que no

necesariamente ambos elementos formales deben presentar decoración pseudo-

cloisonné, sino que otro tipo cerámico puede llegar a sustituirlo materialmente, mas no

iconográficamente. Por su parte Anthony Aveni, Horst Hartung y Charles Kelley (1982:

202) también describen algunas de los motivos principales de las mismas copas: “La copa

de cada vasija de sacrificio está decorada con la representación de un águila; las águilas

llevan en sus picos y garras emblemas de serpientes o relámpagos” (Figura 1.17). Tanto la

disposición en que fueron ofrendadas las piezas, como las características formales e

46

iconográficas, fueron interpretadas como elementos rituales característicos realizadas al

dios Tezcaltlipoca por los mexicas descritas en algunos códices (Holien 2001).

En 1992 Phil Weigand analizó a fondo los componentes simbólicos de dos de las

vasijas de Lumholtz. En una de ellas señala los atributos presentes, los cuales

corresponden a Ehecatl (dios del viento y del firmamento), por lo que prefiere llamar a

este personaje como un proto-Ehecatl. En el segundo caso Weigand, habla de la posible

representación de cuatro personajes con importantes diferencias en sus atavíos, por lo

que presume una jerarquía específica para cada uno y menciona que podrían tratarse de

gobernantes, divinidades y/o sacerdotes relacionados, aunque no necesariamente de

manera temporal, como lo sería por ejemplo un linaje dinástico (Weigand, 1992). Así

mismo, Weigand identifica por lo menos 51 posibles glifos que son repetitivos en las

vasijas con pseudo-cloisonné.

Por su parte Nora Rodríguez (2009) interpreta las copas de Alta Vista, encontradas

por Gamio, a partir de la “nueva analogía etnográfica”, la cual resulta útil en los casos

Figura 1.17. Dibujos del interior de algunas de las copas encontradas por

Charlles Kelley en Alta Vista (Imagen tomada de Pérez, 2007).

47

donde no se cuenta con referencias históricas directas. Su propuesta retoma algunas

propuestas de las posibles coincidencias entre la ideología del pueblo wixaritari (huichol) y

la iconografía plasmada en las vasijas arqueológicas y considerando que la cosmovisión de

los antepasados de los huicholes hubiera tenido alguna relación con la de la cultura

Chalchihuites (Medina y García, 2010). La representación del águila devorando la

serpiente que se encuentra en las piezas prehispánicas que Rodríguez analiza, pudiera

tener una correspondencia simbólica con lo que Robert Zingg (1982), citado por la misma

autora, reportó que para los huicholes es la lucha cósmica entre los animales del Padre Sol

y de la Abuela Crecimiento, lucha que permite el equilibrio del mundo, ya que remite a los

cambios de temporada de lluvias y secas.

Finalmente y con respecto al origen de esta cerámica, algunos investigadores han

hecho notar una similitud estilística clara con las representaciones teotihuacanas (Ekholm,

2008; Kelley 1974; Aveni, Hartung & Kelley, 1982; Jiménez 1989 y 1995; Strazizich, 1995).

Para Javier Galván, la cerámica pseudo-cloisonné corresponde a una imitación de las

vasijas decoradas al fresco. En contraste, Ekholm (2008) fue el único en proponer que la

cerámica al fresco de Teotihuacán es una probable imitación del pseudo-cloisonné o como

él le llamó “cloisonné pintado”, aún sin conocer los hallazgos posteriores de esta técnica al

interior de tumbas de tiro.

1.3 Las vasijas al pseudo-cloisonné en los sitios de La Higuerita, Plan

del Guaje y El Cerro del Teúl

Con la finalidad de ayudar en el entendimiento de la técnica de factura de este tipo de

cerámica y en específico del aglutinante utilizado, se seleccionaron para el presente

trabajo algunas vasijas procedentes de los sitios: La Higuerita y Plan del Guaje, en la zona

central de Jalisco, así como del Cerro del Teúl, en el sur de Zacatecas. Como pudo

observarse en el mapa 1.1, estos tres sitios se ubican en el área central de la zona

48

identificada con presencia de vasijas con pseudo-cloisonné y, como puede apreciarse en el

mapa 1.2, se localizan en los valles de Atemajac, Tequila y Tlaltenango, respectivamente,

resultando evidente la mayor accesibilidad y cercanía entre los primeros dos. Esto último

es relevante ya que hace referencia a las esferas de interacción señaladas anteriormente

propuestas por Kelley en 1974, ya que probablemente las características geográficas

influyeron en las direcciones de la comunicación y los intercambios culturales que se

reflejan en los objetos.

Las ofrendas y las estructuras arquitectónicas donde fueron encontradas las vasijas

con pseudo-cloisonné en los dos sitios de Jalisco forman parte del complejo Ixtépete/El

Grillo abordado anteriormente. Por su parte, del Cerro del Teúl ha demostrado mayores

Mapa 1.2. Mapa orográfico del centro-norte de Jalisco y sur de Zacatecas donde se

señalan con puntos rojos los sitios de las piezas en estudio (Mapa obtenido de

www.inegi.gob.mx).

49

relaciones con sitios más al norte, lo cual posiblemente sea el reflejo de una diferencia

perceptible en el uso de materiales de las piezas, por lo menos de algunos pigmentos, más

brillantes y variados, además con un mejor estado de conservación (ambos aspectos serán

abordados en el Capítulo 4). A partir de estas observaciones, del interés de las

arqueólogas responsables de las colecciones por el desarrollo de esta investigación y la

posibilidad de ampliar el alcance de los análisis, se decidió abarcar los ejemplares de estos

tres sitios, ya que desde esta perspectiva pudieran conocerse, entre otras cosas, algunas

conexiones. A continuación se presentan datos generales de cada uno de los sitios con el

objetivo de contextualizar las piezas en estudio.

1.3.1. La Higuerita

Contexto geoclimático

Este sitio se localiza en la parte central del estado de Jalisco, específicamente al noreste

de la cabecera municipal de Tala, ubicada en al este de la región conocida como Valles, es

decir, dentro de la zona orográfica del valle de Tequila (aledaño al volcán del mismo

nombre), misma que a su vez se encuentra en el extremo poniente del eje neovolcánico

transversal (www.inegi.org.mx, 2013). El clima del municipio de Tala es semi-cálido

subhúmedo, con una temperatura media anual de 20.5°C. La precipitación media anual

para este lugar es de 970 mm (SIEG de Jalisco, 2012).

Investigaciones arqueológicas

En este lugar se llevó a cabo un proyecto de rescate en el año 2002 a cargo de la

arqueóloga Lorenza López Mestas, en el que se excavó una plataforma monumental de

forma rectangular, siendo de los pocos vestigios que aún se conservaban, pues el

crecimiento urbano ha hecho desaparecer gran parte del asentamiento. Este sitio, junto

con Plan del Guaje, están incluidos como parte del complejo cultural conocido como El

50

Grillo (López Mestas y Montejano, 2009). Como ya se mencionó, este complejo cuenta con

elementos constructivos y tipos cerámicos muy característicos. Además, La Higuerita es

considerado un sitio ceremonial importante por sus dimensiones y su destacada tradición

funeraria, lo cual refleja que “[…] estas tumbas pertenecieron a miembros de la elite

dominante y, probablemente, integrantes de un linaje o grupo de parentesco ampliado”

(López Mestas & Montejano, 2009, p.142).

En general, la excavación e investigación de este sitio ha permitido fechar su

ocupación en el periodo Clásico, aproximadamente del 450 al 650 d. C., aportando una

fecha más temprana para este complejo (El Grillo) que las que habían sido propuestas

algunas décadas atrás. Esto resulta importante para la arqueología regional, ya que es

posible conocer las relaciones que pudo tener con otras sociedades mesoamericanas

contemporáneas.

Las excavaciones se realizaron en una plataforma monumental, al centro de la cual

fueron hallados tres contextos de enterramiento denominados “tumbas de caja”, las

cuales fueron dispuestas con orientación a los puntos cardinales (López Mestas y

Montejano, 2009). Este espacio funerario dentro de la plataforma estaba delimitado por

un muro de piedra. Fueron excavadas dos de estas tumbas, la oeste y la sur; sin embargo,

dentro de esta última había en realidad dos tumbas, una sobre otra y separadas entre sí

por jal5, mismas que fueron nombradas como Sur I y Sur II. Las piezas de pseudo-cloisonné

que interesan en este trabajo fueron recuperadas de las tumbas Sur I y Oeste.

El contexto de la Caja Sur I es descrito de la siguiente manera:

[…] estaba cubierta por una banqueta de piedras, debajo de la cual también se

hallaron dos agrupamientos de ofrendas. Al igual que en la Caja Oeste, sobre el jal se

colocó un piso de barro preparado encima del cual se depositaron los restos óseos, las

ofrendas y después la banqueta mencionada. Los huesos se encontraban en muy mal

5 “También llamada PIEDRA POMEZ o TEPOJAL: Es un tipo de piedra volcánica extrudida, la cual se produce

cuando la lava es expulsada por un volcán con un alto contenido de agua y gases denominados volátiles.”

(cladimaco.com, 2014).

51

estado de conservación; aunque se detectaron algunos huesos largos muy

fragmentados en la esquina SW, así como pequeños pedazos de hueso cubiertos por

bateas de cerámica. Las ofrendas se ubicaron en agrupamientos hacia las cuatro

esquinas y adosadas a los muros; consisten en abundante cerámica, macrolascas de

obsidiana y cuentas de piedra verde y turquesa (López Mestas y Montejano, 2009:

141-142).

Las vasijas con pseudo-cloisonné de la Caja Sur I son un tecomate y una Olla Códice

(Figura 1.18). Cabe mencionar que el descubrimiento de esta tumba sucedió debido a los

trabajos que se realizaban para la construcción de una escuela, en los cuales se dañó una

de las esquinas de la tumba donde se encontraba depositada la olla códice, por lo que se

desconoce el grado de alteración que ocasionó la maquinaria en esta sección (Lorenza

López Mestas, comunicación personal, 2005).

En la Caja Oeste, se encontraron varios individuos como entierros primarios y

varios secundarios. La ofrenda de esta inhumación resultó ser la más rica en materiales, ya

que fueron rescatados más de un centenar de objetos cerámicos, de los cuales 19 fueron

copas con decoración pseudo-cloisonné. En este caso, seis copas (Grupo 9) fueron

depositadas cerca de uno de los individuos, hacia el sur (Figura 1.19), otras tres más se

encontraban intercaladas en el grupo hacia el oeste donde se estaban la mayoría de las

piezas amontonadas y las diez restantes se encontraron en un nivel superior hacia el muro

este.

52

Figura 1.18. Caja Sur I, vista oblicua desde el

sur, donde se muestran los lugares donde se

encontraban depositados el tecomate (a) y la

Olla Códice (b) y detalles de éstas in situ

(Fotografías del Proyecto Arqueológico La

Higuerita).

a

b

53

1.3.2 Plan del Guaje

Contexto geoclimático

Este sitio se localiza en el municipio de Tonalá, Jalisco, en el extremo oriental del valle de

Atemajac, ubicado en el borde oeste de la barranca del río Santiago (López Mestas y

Montejano, 2009: 143) (Figura 1.20). El clima en este sitio es semicálido subhúmedo, las

lluvias se presentan en verano (631mm anuales), aunque por su parte el invierno es

semiseco y la primavera seca y semicálida, considerando en general una humedad media

(Salazar, 2003, en Montejano, 2007). El arrastre de secciones aledañas elevadas tiende a

depositarse en las pendientes. El bosque tropical caducifolio donde se encuentra Plan del

Guaje genera que el contenido de materia orgánica sea de media a alta (Ibíd.).

Figura 1.19. Caja Oeste, vista oblicua desde el oeste, donde se señala con un círculo la

ubicación de las seis copas con pseudo-cloisonné del Grupo 9. Fotografía: Proyecto

Arqueológico La Higuerita.

Grupo 9

Muro este

54

Investigaciones arqueológicas

Plan del Guaje se encuentra muy cercano al sitio de Coyula, registrado en los años 70 del

siglo pasado como un sitio importante y considerado como posible centro rector de la

zona, con plataformas monumentales y una ocupación clara del Epiclásico (Ibíd.). Al

parecer, el sitio de Plan del Guaje fue identificado como una unidad residencial con uso

funerario, pero de dimensiones menores al de Coyula. Aparentemente los datos apuntan

a que en este sitio no se realizaron actividades productivas, sino sólo de consumo de

bienes de prestigio, los cuales debieron ser adquiridos y consumidos por un grupo de élite

(López Mestas y Montejano, 2009).

En el año 2006 se realizó un proyecto de rescate arqueológico en este sitio

encabezado por la arqueóloga Marisol Montejano. En la excavación fue localizado un

Figura 1.20. Excavaciones en Plan del Guaje. Proyecto Arqueológico Plan del Guaje. Fotografía:

Marisol Montejano.

55

conjunto arquitectónico dentro del cual, en la Unidad Sur, se encontraron seis entierros

cuyas ofrendas corresponden tipológicamente al complejo El Grillo (Montejano, 2007).

Uno de ellos, el Entierro 2, se trató de un posible entierro secundario donde sólo se

rescataron la bóveda craneal y algunos huesos largos en posición vertical, pero a su vez

presentaba la ofrenda más numerosa “de más de 90 piezas de cerámica y un collar de 134

cuentas de piedra verde y concha” (Ibíd.: 141). De entre todas las vasijas, las que interesan

en este trabajo son las 23 que tienen decoración pseudo-cloisonné, incluyendo varias

copas de base pedestal y ollas de varios tamaños. Como se muestra en la figura 1.21, la

mayoría de las piezas se dispusieron de forma lineal delimitando el sureste de la tumba,

colocando las ollas y posteriormente las copas; un poco más hacia el centro fue colocada

una olla efigie de mayor tamaño que pertenece al mismo grupo. En el sur fueron

ofrendadas una olla globular y cuatro ollas miniatura alineadas más cerca de la esquina

suroeste.

Figura 1.21. Sección sur de la ofrenda del Entierro 2 vista desde el oeste; se encuentran circuladas las

vasijas con decoración pseudo-cloisonné y se señalan los grupos a los que pertenecen. Proyecto

Arqueológico Plan del Guaje. Fotografía: Marisol Montejano.

Cráneo

Entierro 2

Grupo C, Bloque Norte

Grupo E

Grupo C

Grupo D

56

1.3.3. Cerro del Teúl

El sitio Cerro del Teúl se localiza en el municipio de Teúl de González Ortega (Figura 1.20),

en el sur del estado de Zacatecas y dentro de la Provincia de la Sierra Madre Occidental

(SPP, 1981). El municipio presenta dos tipos de climas: semicálido subhúmedo y templado

subhúmedo; ambos con lluvias en verano y precipitación invernal muy baja. El primero de

ellos se encuentra en la cabecera municipal, de donde provienen los objetos

arqueológicos en estudio, presentando una precipitación media anual entre 600 y 1000

mm y una temperatura media de 18 a 22°C (Ibíd.).

A partir del año 2008 se ha desarrollado un proyecto arqueológico de manera

permanente, el cual ha sido dirigido por los arqueólogos Peter Jiménez y Laura Solar.

Dicho proyecto ha centrado sus actividades en el llamado Conjunto Oriente, en donde se

ubican los principales y más grandes conjuntos arquitectónicos del antiguo centro

ceremonial. Estos trabajos han arrojado numerosos hallazgos que corresponden a estas

diversas temporalidades; de hecho, la arqueóloga Laura Solar (2012) ha señalado que el

sitio cuenta, por lo menos, con 18 siglos de ocupación prehispánica continua,

Figura 1.20. Cerro del Teúl visto desde el norte. Fotografía del autor.

57

remontándose probablemente a varios siglos antes de Cristo y hasta la entrada de los

españoles a la región.

Dentro de los vestigios más antiguos se encuentran los que pertenecen a la

llamada Tradición de Tumbas de Tiro (ca. 100 a.C.-400/450 d.C.), mientras que algunos

tipos cerámicos diagnósticos atestiguan la ocupación del Clásico temprano y medio. Así

mismo, se tiene bien establecida la intensa ocupación del periodo Epiclásico (600-900

d.C.), del cual es muy característica la cerámica con decoración al pseudo-cloisonné,

misma que formaba parte importante de las redes de interacción de la época y que

vinculó a este sitio con asentamientos como La Quemada y Altavista al norte (Solar,

2012).

El siguiente periodo identificado en la secuencia del sitio es el Postclásico

temprano y medio, el cual representa el momento de apogeo y ocurre aproximadamente

entre los años de 900 a 1350 d.C. Es en este momento cuando el sitio participa en la

llamada red Aztatlán de la costa del Pacífico y se adoptan una ideología, sistemas y estilos

constructivos y tecnológicos propios de la época. Finalmente, varias fuentes históricas

atestiguan la ocupación caxcana del asentamiento durante el Postclásico tardío, periodo

que marca la última ocupación indígena del asentamiento (Ibíd.).

Enfocándose en el periodo Epiclásico, periodo en el que la cerámica pseudo-

cloisonné forma parte importante de la vajilla ritual, es importante mencionar que hasta el

momento aún no se han recuperado piezas completas de esta cerámica en contextos de

excavación (sólo tiestos). Sin embargo, se cuenta con numerosas piezas, la mayoría de

ellas completas, que proceden de contextos saqueados y que fueron entregadas al INAH

por parte de algunos pobladores del municipio. Todos estos objetos evidencian una

impresionante destreza tecnológica, pues es posible observar dentro de la técnica

decorativa líneas muy finas, detalles y diseños intrincados que manifiestan una verdadera

especialización en el manejo de esta técnica.

58

1.4 Contexto social actual

La importancia de un bien cultural radica esencialmente en la valoración que le otorga el

grupo social en el que se encuentra inmerso. En la actualidad los objetos arqueológicos

prehispánicos son transmisores materiales de significados que el arqueólogo debe inferir

para divulgarlos, es decir, son principalmente de interés en el ámbito académico para la

investigación de los grupos humanos que los crearon. Para la Restauración, este tipo de

objetos se encuentran en un proceso de revaloración mediante el cual se intenta conocer

el uso que tuvieron originalmente. Las investigaciones arqueológicas permiten acercarse

al conocimiento del valor original codificado en estos objetos, lo que a su vez promovió su

creación. En ocasiones, las piezas y la información obtenida son expuestas al público,

donde continúa este proceso de revaloración, ahora por un grupo social más amplio.

Con este objetivo, “la restauración contribuye a la lectura del objeto arqueológico

y a su construcción, porque hace fehaciente su organización y la pone a disposición de

otros observadores” (Jiménez Ramírez, 2004). La cerámica con decoración pseudo-

cloisonné es un claro ejemplo de ello, donde una oportuna intervención permite la

apreciación del discurso iconográfico de manera más completa y, al mismo tiempo,

procura su preservación, tanto para su presentación al público como para el futuro.

Las vasijas con pseudo-cloisonné fueron objeto de estudio en décadas pasadas por

la arqueología y también apreciadas estética y tecnológicamente desde principios de siglo

por viajeros y exploradores en el Occidente y Noroccidente de México. La importancia

que ha adquirido esta decoración en el ámbito arqueológico desde los primeros hallazgos

y hasta el momento es sintetizada por Ramos y López Mestas (1999: 256) de la siguiente

manera:

Se ha señalado una serie de características propias que operan y determinan el

carácter ceremonial de este tipo cerámico, entre las que se cuentan: una

estandarización formal y funcional de la decoración; una cohesión iconográfica como

referente ideológico; la asociación recurrente de artefactos específicos; contextos

59

recurrentes de depositación, como serían las áreas funerarias; así como una práctica

de uso contemporáneo a nivel regional (Holien, 1979; Kelley, 1974).

Desde otra perspectiva, cada vez más la interdisciplinariedad de los últimos años

ha permitido que estos artefactos de origen prehispánico sean adoptados como objeto de

estudio de otras ciencias con intereses particulares. Por ejemplo, es cada vez más común

que la Restauración, encargada de la conservación de estos bienes, se sirva también de

otras disciplinas, como la física y química, para generar conocimiento que sea utilizado

para su propio fin y, a su vez, estas áreas científicas generen metodologías específicas con

nuevas tecnologías.

60

61

CAPI TULO 2 ANTECEDENTES EN EL ESTUDIO MATERIAL DE LA DECORACIO N PSEUDO-CLOISONNÉ SOBRE CERA MICA

En el campo de la Restauración, el estudio material se refiere a la identificación de

aquellos aspectos que conforman el objeto en sentido tangible, es decir, todas aquellas

materias primas que se utilizaron en la elaboración, así como de los procesos necesarios

para su factura.

La conjunción de este conocimiento genera una idea de las características formales

y visuales de la obra una vez concluida su elaboración y antes que se integre a la sociedad

misma que lo concibió para determinado fin. Comparando esta concepción original con

los deterioros presentes al momento del reconocimiento, se deducen entonces los

mecanismos que pudieron generar las transformaciones en el objeto y sus posibles

causas. Es decir, es punto de interés para la disciplina el conocer la naturaleza de los

materiales, su composición e interacción entre sí y con el medio que les rodea para

entender su transformación. Así pues, es a partir de esta investigación que el restaurador

realiza un proceso cognitivo que le permite determinar los criterios de intervención más

adecuados para cada objeto en particular, mismos que serán analizados en apartados

posteriores para el caso de estudio.

Para los procesos anteriormente descritos, la Restauración se sirve del

conocimiento generado, tanto de otras disciplinas como por sí misma. En la presente

cuestión, las fuentes principales son el resultado de investigaciones realizadas décadas

62

atrás por algunos arqueólogos y antropólogos que se preocuparon por definir los

componentes del pseudo-cloisonné. Ciertamente, la mayoría de los pocos análisis

arqueométricos realizados se enfocaron al estudio e identificación de los componentes

inorgánicos de tiestos y pocos objetos completos con esta decoración; esto debido

principalmente al desarrollo tecnológico con el que se contaba para este tipo de material

desde hace más de medio siglo. Sólo dos investigadores han intentado encontrar, por

diferentes medios, el posible origen del aglutinante que se presume fue empleado para

dicha técnica decorativa y que serán expuestos más adelante.

Resulta poco asertivo el intentar analizar la posible existencia de un componente

orgánico en el pseudo-cloisonné, sin tomar en cuenta los análisis realizados con

anterioridad a sus compuestos inorgánicos, ya que todos los elementos constituyentes

interaccionan entre sí para otorgarle características y propiedades particulares que a la

vez son las que la distinguen del resto de las decoraciones. Así pues, a continuación se

exponen los análisis realizados, tanto arqueométricos como etnohistóricos, preámbulo a

las posibilidades del presente estudio.

2.1 Componentes inorgánicos

El primero en reportar estudios de esta decoración fue Gordon Ekholm (2008) realizados

en 1942 por el Sr. Jones, del Laboratorio de Etnobotánica de la Universidad de Michigan.

El reporte de este análisis indica que el mineral del “material principal” -factiblemente

refiriéndose a la capa de color gris- posiblemente fue calcita, ya que se señala que algunos

“cristales de cuarzo” no mostraron reacción al ácido clorhídrico como el resto del

material6. Los anteriores resultados fueron confirmados por el Dr. Matson, entonces

curador del museo de la misma universidad, mediante luz polarizada bajo el microscopio

6 Reacción química de efervescencia que sucede en compuestos con presencia de carbonatos como la

calcita.

63

(Ekholm, 2008 ). Además, se efectuaron las mismas pruebas por dichos investigadores a

muestras de artesanías de lacas de Uruapan de esa época, concluyendo que el material

que conformaba esta capa no era dolomita como había informado el mismo Ekholm al

encargarlas. Con respecto a los pigmentos de los demás colores solamente se pudo

comprobar, de manera general, su naturaleza inorgánica por su estabilidad por exposición

al calor y, específicamente, la posible composición calcárea del blanco por estudio a través

de la reacción con HCl.

En secuencia cronológica, Noemí Castillo (1968) realizó importantes estudios

arqueométricos a la pasta y a la decoración de numerosos tiestos y algunas vasijas

procedentes de diversos sitios. Éstos consistieron, principalmente, en observaciones

microscópicas para reconocer la estratigrafía; posteriormente, análisis petrográficos y, en

algunos casos, químicos. Realizó una clasificación importante tanto de la técnica como de

los materiales utilizados en 60 muestras provenientes de 12 sitios y diez de origen

desconocido. En el Anexo 1 se muestra una tabla con algunos de los resultados

particulares que Castillo obtuvo con respecto a los materiales constitutivos de la

decoración. Cabe señalar que esta autora utiliza el término capa-base para referirse a la

capa gris o negra que es aplicada inicialmente y sobre la cual se excavan los diseños, por lo

que se empleará de igual manera a partir de ahora.

Castillo (1968) reporta que la pasta de los tiestos muestreados y analizados por

petrografía procede del mismo sitio donde fueron encontrados, pues los desgrasantes7

son originarios de yacimientos cercanos a los mismos. Con este dato y tomando en

cuenta la variabilidad de tipo de piezas, la misma autora afirma que se trata de una moda

del estilo decorativo y no de comercio de objetos.

Como se puede observar en la gráfica 2.1, los componentes que identificó Castillo

como posibles cargas para la capa-base presentaron tres variables: cal, arcillas y mezcla de

7 Los desgrasantes o cargas son materiales que se añaden al barro al momento de la construcción del cuerpo

cerámico, con la finalidad de distribuir las fuerzas de contracción y expansión al momento del secado y la

cocción.

64

cal y arcillas, predominando esta última. Por otro lado, realizó una caracterización aparte

del material empleado como pigmento para este estrato, donde la mayoría mostraron

presencia de carbón vegetal y, eventualmente, malaquita o arcillas limoníticas (Gráfica

2.2). Se identificó sólo una variante local en el sitio del Cóporo, Gto., donde el color de la

capa fue dado por arcillas limoníticas que originaron tonalidades rojizas (Castillo, 1968).

Gráfica 2.1. Posibles cargas identificadas en la capa-base por Noemí Castillo donde se

muestra el porcentaje de presencia en el total de los especímenes.

65

Con respecto al material utilizado para embutir los espacios excavados, los

resultados arrojaron la presencia de pigmentos minerales, predominantemente de fácil

obtención, que bien pueden ser también de cada localidad: limonita, malaquita, hematita

y cal (Castillo, 1968). Hubo algunas excepciones claramente identificadas como el caso del

cinabrio, probablemente importado de la Sierra Madre del Sur y parte de Querétaro y

Guanajuato, donde se conocen yacimientos de mercurio (Castillo, 1968). Cabe señalar que

resulta necesario confirmar la procedencia de los pigmentos, para lo cual podrían

aplicarse técnicas no destructivas como la fluorescencia de RX para conocer los elementos

traza y compararlos con depósitos de cada lugar. Los materiales que más destacaron por

abundancia fueron la cal blanca y la malaquita para los colores blanco y verde,

respectivamente (Gráfica 2.3). Los pigmentos de color rojo también fueron cuantiosos,

pero en este caso el porcentaje fue muy similar entre la hematita y el cinabrio, además de

la combinación de ambos.

Gráfica 2.2. Posibles pigmentos identificados en la capa-base por Noemí Castillo donde se

muestra el porcentaje de presencia en el total de los especímenes.

66

En el aspecto tecnológico, fueron encontradas hasta cinco variantes en los colores

de relleno: en algunos casos se empleó una mezcla de cal con los pigmentos; en otros

casos se aplicó una capa de cal y posteriormente la de pigmento; otra variante fue la

mezcla de pigmentos con arcillas en sustitución de cal; una más donde se presentaron

combinadas dos de las anteriores; y, finalmente, una variante donde sólo se utilizó

cinabrio para rellenar los campos.

Poco más de una década después, Marie-Areti Hers publicó algunas observaciones

de vestigios de esta técnica decorativa en las excavaciones de la tumba de tiro en Cerro

del Huistle. En esta investigación apunta que los materiales empleados para la elaboración

del pseudo-cloisonné son muy similares a los caracterizados por Castillo para La Quemada:

la capa-base presentó carbonato de calcio, arcillas y carbón vegetal, mientras que los

pigmentos de relleno identificados fueron carbonato de calcio, hematita y limonita (Hers,

1983). Cabe resaltar que el color verde empleado en estos ejemplares fue hecho con

Gráfica 2.3. Posibles pigmentos de relleno identificados por Noemí Castillo donde se muestra el

porcentaje de presencia en el total de los especímenes.

67

celadonita (Hers, 1983), señalado por la autora como de procedencia local aunque en

ninguno de sus datos especifica la técnica utilizada para su análisis.

Otro estudio importante que ha sido publicado más recientemente fue el de Nicola

Strazizich (2002), quien menciona los materiales constitutivos de la decoración que se

conservó en algunos fragmentos de vasijas procedentes de La Quemada, aunque tampoco

señala la técnica analítica utilizada para la identificación. Para la capa-base hace mención

de tierra de diatomeas como carga, lo cual resulta un dato muy interesante, ya que el uso

de este material otorgaría características muy particulares de brillo, textura, color,

plasticidad e higroscopicidad. Además, fue caracterizada ilmenita como el mineral que

aporta el color negro de este estrato. En cuestión del tema los pigmentos de relleno

fueron identificados: celadonita para el pigmento verde; geotita y limonita en el amarillo

y, hematita o, con menos frecuencia, rutilo mezclado con minerales arcillosos para los

rojos. También fue reportado que todas las celdas de color fueron primeramente

rellenadas con calcita y posteriormente con los pigmentos. Además, las variaciones

tonales se llevaron a cabo mediante mezclas con calcita, volviendo los colores más claros

(Strazicich, 2002).

Algunos datos presentados por Strazicich son iguales a los resultados que

obtuvieron Castillo y Hers décadas atrás, mientras que otros complementan o contrastan.

Por ejemplo, los tres estudios coinciden en el uso de hematita y limonita como pigmentos

y algunas arcillas del mismo origen. Strazizich no menciona cal como componente de la

capa-base, pero señala una mezcla de arcillas con minerales dentro de los cuales puede

estar o no incluida la calcita. Por su parte, es posible que una de las mencionadas como

arcillas por Castillo se trate en realidad de la tierra de diatomeas que describe Strazizich.

Una variación importante entre estos estudios es la caracterización del pigmento

verde. Castillo señala que todos los pigmentos verdes en sus muestras estaban

constituidos por malaquita, mineral a base de cobre, con casos aislados de azurita; sin

embargo, en su trabajo no reporta análisis específicos que identifiquen este catión (Cu+)

más allá de la petrografía. Como ya fue apuntado, Strazizich y Hers no mencionan qué

tipo de análisis químico realizaron o su fuente bibliográfica; no obstante, destaca que la

68

celadonita, utilizada en este color, se encuentra en yacimientos cercanos a los sitios de La

Quemada y Cerro del Huistle, respectivamente; sin embargo, Strazizich apunta que la

“huella digital” en la composición química determinó la procedencia de los minerales.

Otro dato contrastante es la caracterización efectuada por Strazizich, donde la

ilmenita aparece como el material que otorga el color a la capa-base y que no fue

reconocido por Castillo o por Hers, quienes mencionan que el color negro es dado por el

uso de carbón vegetal en todos los especímenes.

Recientemente Patricia Acuña (2012) expone el resultado de varios análisis de una

muestra de origen prehispánico que señala como la “laca prehispánica”, en un tecomate

procedente del cerro La Garrafa en el Estado de Chiapas. 8 Aquí se identificó la presencia

de carbonato de calcio correspondiendo con los datos obtenidos por Castillo y los

reportados por Ekholm. El ejemplar, que logra apreciarse en la figura 2.1, evidentemente

no parece la misma técnica del pseudo-cloisonné del Occidente, en la que una capa-base

es excavada y rellenada de colores.

8 En este caso además del uso del MEB se utilizó Energía Dispersiva de Rayos X (EDS) y Fluorescencia de

Rayos X.

Figura 2.1 Vistas de un tecomate con una decoración llamada “laca prehispánica” procedente del cerro

La Garrafa, Chiapas (Imagen obtenida de Acuña, 2012).

69

2.2 Componente orgánico

Dentro de los mismos análisis que Ekholm encargó a la Universidad de Michigan en 1942,

también se buscaron residuos de materiales grasos como aglutinante, presumiendo la

correspondencia con las lacas michoacanas. En este estudio no fueron encontrados

resultados favorables en las muestras de contexto arqueológico pero tampoco se

especifica el método utilizado (Ekholm, Excavaciones en Guasave, Sinaloa, 2008 ).

Una fuente bibliográfica importante en el desarrollo del presente tema de

investigación es la tesis doctoral de Thomas Holien (2001), quien se preocupó por realizar

una extensiva compilación de datos etnohistóricos procurando, entre otras cosas,

encontrar la posible evolución de la técnica del pseudo-cloisonné, principalmente del

aglutinante utilizado. Dicha investigación presenta una fuerte tendencia a relacionar la

técnica prehispánica con el actual trabajo de las lacas o maques realizadas en Michoacán,

atendiendo a que previamente algunos autores como Carl Lumholtz en 1902, Gordon

Ekholm para 1942, Donald Brand en 1944, Herbert Spinden para 1948 y Miguel

Covarrubias en 1957 ya habían propuesto o asegurado esta correspondencia (Holien,

2001: 32-33). En términos generales, Holien propone que es muy evidente que los

procesos entre las características observables del pseudo-cloisonné y las artesanías

actuales son sistemáticamente paralelos, aunque reconoce que no existe una referencia

precisa que describa la elaboración de una decoración como la que actualmente se

conoce como pseudo-cloisonné. Las fuentes que cita este autor hablan del uso

prehispánico del aceite de chía9 y el aje10 para decorar y/o barnizar o lustrar vasijas en el

centro de México y en el área maya, entre ellos las obras de Fray Bernardino de Sahagún y

Fray Diego de Landa.

9 El aceite se extrae de las semillas de la planta de chía, como se le conoce comúnmente en México. Ver más

en el Anexo 2. 10

El aje es una “Grasa animal que se obtiene de la cocción y trituración del cuerpo de un insecto hemíptero

denominado Llaveia axin o Coccus axin […] Este insecto habita en ciertos arbustos o árboles como el ciruelo,

el jobo, la acacia, el piñolero, el palo mulato, etc.” (Ordóñez et al., 2002: 252).

70

Castillo (1968) transcribe una descripción hecha por Sahagún en una versión de

1956, en donde hace referencia de algunas maneras de decorar con laca las jícaras y

venderlas:

El que vende jícaras cómpralas de otro para tomarlas a vender y venderlas bien, primero

las unta con cosas que las hacen pulidas; y algunos las bruñen con algún betún con que las

hacen relucientes, y algunas las pintan rayando o raspando bien lo que no está llano, ni

liso y para que parezcan galanas úntanlas con axin o con los huesos de zapotes amarillos

molidos, y endurécelas o cúrales al humo, colgándolas en la chimenea y todas las jícaras

véndelas poniendo aparte o por sí las que traen de Guatimela y las de México, y las de

otros pueblos unas de las cuales son blancas, otras prietas, otras amarillas, otras pardas,

unas bruñidas de encina, otras untadas con cosas que les dan lustre, unas son pintadas,

otras llenas sin labor […] (: 17-18)

La descripción resulta un poco confusa con respecto a las decoraciones, Castillo

(1968) lo interpreta como referencia a lacas monócromas proponiendo que el incrustado

fue resultado de la influencia de los taraceados árabes, mientras que Holien (2001) y

Acuña (2012) aseguran que Sahagún también habla de la técnica incrustada. En este

sentido, tampoco se conoce una fuente que hable del origen de las lacas michoacanas; sin

embargo, Gonzalo Obregón asegura que Francisco P. de León en su obra Los esmaltes de

Uruapan demostró que la técnica no tenía su origen en influencias orientales más que en

los diseños a partir del siglo XVIII (Obregón, 1964), aunque el mismo Holien remite a

algunos autores que señalan viajes de navíos orientales a la Nueva España desde la

segunda mitad del siglo XVI (Holien, 2001).

En el trabajo de las lacas michoacanas es claramente diferenciada la existencia de

dos técnicas: el maqueado y el incrustado (Castillo, 1968; Holien, 2001; Ordóñez et al.,

2002). El proceso de maqueado implica “la aplicación de una capa de ‘tiza o dolomía’ de

color deseado y en la de un aceite (generalmente de chía) con gotas de aje, […] una vez

seca la capa se procede al pulido de la misma valiéndose de un lienzo suave” (Castillo,

1968). Por otro lado, la técnica conocida como incrustado y que es tradicional del

71

municipio de Uruapan, es a la que todos los autores hacen referencia y que,

aparentemente, podría llevar el mismo procedimiento que la decoración prehispánica en

estudio, donde una vez maqueado el objeto se marcan los motivos decorativos,

extrayendo el material previamente aplicado para rellenar nuevamente los huecos con el

mismo procedimiento que al inicio; finalmente, una vez seca la incrustación, ésta se pule

con un lienzo suave aplicando aje. Ordóñez et al. especifican un poco más los materiales

colorantes utilizados:

El aje […], el aceite de chía o de chicalote […] y una tierra blanca pulverizada de origen

mineral denominada dolomía (carbonato doble de magnesia de cal), a la que se agregaban

otras tierras y diversos colorantes de origen mineral (como las tierras), vegetal (como el

palo de Brasil) o animal (como la grana) (Ordóñez et al.,2002: 253).

Sin embargo, estudios recientes de Patricia Acuña (2012) realizados a lacas

michoacanas de la época virreinal, han revelado datos importantes con respecto a la

evolución de la composición de la mezcla a lo largo de varios siglos. En objetos que datan

de finales del siglo XVI o principios del XVII, se caracterizó el uso de puzolanas, mediante

Microscopio Electrónico de Barrido (MEB-EDS), como material constitutivo de la

decoración de piezas que además mostraban un muy buen estado de conservación

(Acuña, 2012). Por otro lado, ejemplares elaborados a partir del siglo XVIII presentaban

otros minerales constitutivos como sulfato de calcio y ocasionalmente dolomita, además

de presentar mayores deterioros. Estos análisis ponen en cuestión el uso de dolomita

como el material tradicional descrito por los frailes. Por otro lado, Acuña también

menciona que al parecer en las muestras más antiguas existen vestigios de algún

aglutinante orgánico, dato también trascendente, ya que demuestra que a pesar del uso

de puzolanas era necesario el empleo de un aglutinante que permitiera la adhesión al

soporte, como se ha señalado para el pseudo-cloisonné.

72

Por otro lado, Holien evoca el tiempo de secado lento que caracteriza a los aceites

secantes como una factibilidad para realizar el corte en la capa-base cuando aún no

secaba completamente. Sin embargo, en reportajes actuales de la técnica tradicional es

mencionado que este proceso se realiza

“ya que se secó bien” la capa de laca

(Sánchez, s.f.). De acuerdo con Castillo, la

plasticidad o suavidad de la capa-base era

una característica del momento de

factura, ya que bajo el microscopio no se

observaron marcas de herramienta sobre

la superficie de cerámica que se

efectuaran al momento de excavar la

decoración, lo cual indica que no se

trataba de un utensilio tan afilado o duro, para lo que ella propone el uso de una tira de

otate11 como herramienta para realizar los cortes y la extracción (Castillo, 1968).

En relación a lo anterior, vale la pena aludir el caso de la aplicación de bol para

estofado en escultura virreinal, el cual contiene como materiales constitutivos cola de

conejo y arcillas rojas muy plásticas. Esta mezcla hace permisible generar capas de grosor

considerable con cierta flexibilidad y, además, es posible reblandecerlas con agua por lo

menos al poco tiempo de su aplicación.

Otros materiales orgánicos de los cuales se tiene registro de su uso para fines

artísticos en época prehispánica son los mucílagos de tzauhtli y de nopal. En ambos casos

no se cuenta con una referencia directa que los relacione con el pseudo-cloisonné o con

11 Otate: nombre que deriva de los aztequismos: otatli: caña dura; ótatl: caña maciza y recia. Es una planta

parecida al carrizo, pero de mayor tamaño y resistencia; tallo cilíndrico, leñoso, con nudos a 10 cm uno de

otro, aproximadamente; color verde o verde amarillento; alcanza unos 10 m de alto. (Guerrero Cultural Siglo

XXI, rescatado en 2012 en http://www.enciclopediagro.org/index.php/indices/indice-flora-y-fauna/1206-

otate).

Figura 2.2. Tallos de otate (Imagen obtenida de

http://www.enciclopediagro.org/).

73

algún otro artefacto en el Occidente; sin embargo, ninguno es lejano de ser una opción

factible por su origen y distribución geográfica en esa época.

El tzauhtli fue empleado como adhesivo y aglutinante en la época prehispánica y

colonial. Es extraído de seudobulbos de las orquídeas y su proceso de extracción y usos

fueron documentados desde el siglo XVI en el Códice Florentino (González, 1996) y por

Francisco Hernández, médico e historiador de Felipe II, en su obra Historia de las plantas

de la Nueva España, donde señala:

[..] se prepara con ella un gluten excelente y muy tenaz que usan los indios y

principalmente los pintores para adherir más firmemente los colores, de suerte que no se

borren fácilmente las figuras. Se corta la raíz en trozos pequeños, se seca al sol y se muele,

y con el polvo se prepara este famoso gluten. Podía ser llevada esta planta a España, pues

vive en cualesquiera lugares, altos o bajos, y principalmente en los más cálidos.

(Hernández, 1943, págs. 376-378)

Este material fue ampliamente estudiado por Rocío González (1996) quien reporta

como principales usos el de adhesivo para mosaicos de plumas y como aglutinante de

papel, pinturas, esculturas de pasta de caña, entre otros. En el caso de la pintura reconoce

la poca bibliografía existente al respecto, tal es el caso de la previa descripción de

Hernádez (1943), quien nunca especifica a qué tipo de soporte se aplicó. La mayoría de las

referencias corresponden a grupos con los cuales los españoles entraron en contacto y

realizaron el registro de estas actividades, como los mexicas o los tarascos. Es importante

señalar que en análisis recientes de la policromía del relieve monumental de la diosa

Tlaltecuhtli del Templo Mayor, fueron encontradas bajas concentraciones de glucosa y

manosa como aglutinante (Barajas, 2012)12, por lo que se presume podría tratarse del

mismo tzauhtli.

12 El método analítico utilizado en este estudio fue la cromatografía de gases acoplada a espectrometría de

masas.

74

El posible uso del mucílago de nopal en obras pictóricas fue estudiado por Diana

Magaloni en las pinturas murales del sitio arqueológico de Cacaxtla, en el estado de

Tlaxcala; dicha identificación fue realizada por métodos cromatográficos (Magaloni, 1994)

encontrando coincidencias entre los azúcares de una muestra patrón y una prehispánica.

Schöndube menciona algunas de las especies de plantas endémicas del occidente

mexicano previo a la introducción de especies por los españoles: “También estaba la chía,

que se añadía a algunas bebidas, la papaya, el maguey o agave; los humildes nopales”

(Schöndube, 2006: 209). De los cuales la chía y el nopal pueden ser considerados como

materia prima para la extracción de sustancias aglutinantes de las que se conocen

referencias. Adicionalmente, Rocío González (1996) reporta varias de las especies de

orquídeas productoras de tzauhtli presentes en todos los estados del occidente y

noroccidente donde se ha reportado la presencia de pseudo-cloisonné.

En todos los casos mencionados, donde fueron identificados posibles aglutinantes

para objetos con finalidades artístico-simbólicas, los grupos sociales prehispánicos que los

utilizaron no se encuentran relacionados temporal ni geográficamente con el uso del

pseudo-cloisonné; sin embargo, si se comerciaron artefactos a largas distancias durante

diferentes épocas, por lo que no resulta imposible que también el conocimiento de las

propiedades de los materiales fuera ampliamente conocido e incluso aplicado para

diversos fines a través del tiempo.

Dentro de los aglutinantes convencionales a los que el hombre tiene fácil acceso se

cuentan algunas proteínas. Estos compuestos están presentes de manera abundante en la

naturaleza, principalmente en animales. No se ha encontrado alguna referencia

etnohistórica que hable del uso de sustancias proteicas para fines decorativos en

cerámica; sin embargo, ha sido documentada la existencia y la domesticación de varias

especies animales en época prehispánica, de las cuales pudieron obtenerse proteínas

tanto del huevo como por la cocción de los huesos. Por ejemplo, se mencionan algunas

especies animales de las cuales pudo extraerse material proteico y que pudieron ser los

domesticados en esa época como “el perro y el pavo, […] y el pato muscovy que todavía se

ve como ave de corral en algunos ranchos aislados de la región” (Schöndube, 2006: 210).

75

Por otro lado, en contextos arqueológicos se han encontrado restos óseos de animales

endémicos a los cuales evidentemente tuvo acceso el hombre: “[…] venado, pecarí, liebre,

conejo, armadillo, tejón, zarigüeya, perrito de las praderas, pato, ganso, paloma, codorniz,

tortuga, pescado, cangrejo y langostinos, entre muchos otros”, de los cuales también era

factible obtener materia prima para diversos fines.

Otro de los compuestos naturales disponibles con posibilidades de este uso son las

gomas que exudan algunas especies de árboles. Un ejemplo de éstos procede del árbol

conocido como huizache, del cual se tienen referencias de su uso prehispánico solamente

como planta medicinal en el Códice Florentino (BDMTM-UNAM, 2009). Sin embargo,

María Vázquez (2010) señala otras especies que contienen estas gomas y de las cuales se

tienen registros etnográficos de su empleo para pintar en las Tierras Bajas Mayas.

En términos generales de la técnica de manufactura, Kelley y Abbott (1971)

proponen que los técnicos que realizaban este trabajo conformaban un gremio artístico-

ceremonial de especialistas en cada generación, que esencialmente tenían conocimientos

tanto de la técnica como del contenido religioso. Esto es importante para poder entablar

premisas acerca del origen del conocimiento tecnológico, su transmisión espacial y

temporal y las probables adaptaciones locales que pudieran ser necesarias. Por lo

anterior, y en base a la procedencia identificada de la cerámica y de los pigmentos del sitio

de La Quemada, parece factible que el aglutinante pueda también tener su origen en

alguna especie local, vegetal o animal, para obtener las mismas propiedades y

características necesarias en la elaboración del pseudo-cloisonné.

2.3 Conformación de la policromía

Dentro de los análisis arqueológicos, desde hace varias décadas, el material que añade

color a la superficie de una pieza cerámica es considerado una decoración y se clasifica de

acuerdo a la cantidad de colores aplicados. Así pues, cuando existe sólo un color en toda

la superficie se le llama monócroma, cuando son dos diferentes se conoce como bícroma

76

o también a partir de esta cantidad es considerada polícroma; en este caso se suele

sustituir “decoración polícroma” con la acepción “policromía”. Como fue señalado en el

capítulo anterior, el pseudo-cloisonné es considerado una clase de decoración post-

cocción, por ello entra en la clasificación de polícroma.

El pseudo-cloisonné difiere del resto de las decoraciones de cerámica

mesoamericana y de técnicas pictóricas tradicionales, aunque sí comparte características

visuales con otros tipos prehispánicos y ciertas similitudes materiales con técnicas de

pintura que no deben ser pasadas por alto. Este fenómeno pareciera generado por una

combinación particular e interesante de varias técnicas que otorgan propiedades formales

y cromáticas especiales sobre un soporte poco convencional.

En el caso de estudio, es posible generar una discusión en torno a la acepción que

debería emplearse. Gómez (2002) señala una importante diferencia entre policromía y

capa pictórica para objetos reconocidos como artísticos:

La policromía es más un ‘maquillaje’ que no se debe asimilar a una representación

pictórica que sugiere una forma ficticia, sino a la iluminación o acabado de una

escultura o elemento arquitectónico u ornamental cuyo modelado viene dado ya por

la forma plástica (Gómez, 2002: 17).

Por lo anterior, el pseudo-cloisonné no está lejos de ser considerado como obra

pictórica, pues como se ha visto no se trata de una simple policromía que decora

elementos tridimensionales, como en el caso de la escultura policromada, sino que el

estrato de color forma por sí mismo una imagen que es la transmisora material del

significado que el ejecutor de la obra intentó plasmar. Si bien es cierto que estas

definiciones son utilizadas por la disciplina de la historia del arte para objetos “artísticos”,

resulta importante efectuar una revaloración del pseudo-cloisonné no solamente desde el

punto de vista arqueológico, sino también de la trascendencia de su componente

expresivo. El reconocimiento implicaría la apreciación de la imagen generada, su

contenido simbólico y la destreza con el uso de los materiales para lograrla. En este

77

sentido, para las obras pictóricas que incluyen componentes iconográficos, también

Gómez menciona que éstas pueden estar conformadas por una gran diversidad de

imágenes “[…] pasando desde la expresión de una mancha gestual, formas geométricas,

fitomorfas, zoomorfas y representaciones humanas, hasta la de escenas y paisajes”

(Gómez, 2002: 18).

Por otro lado, no puede ignorarse la funcionalidad visual de la capa-base, la cual no

otorga per se efectos volumétricos, ya que la imagen final se presenta de manera

bidimensional; sin embargo, debe existir una razón por la cual no solamente se pintó todo

el diseño sobre las vasijas, sino que se determinó llevar a cabo todo el complejo proceso

que ya ha sido descrito.

2.3.2 Capa pictórica

Los estratos que normalmente constituyen una obra pictórica, ya sea mural o de caballete,

son tres: soporte, base de preparación y capa pictórica. Si se intentara cotejar el presente

caso de estudio con una obra pictórica, el soporte correspondería al cuerpo cerámico

aunque, como también se mencionó en el apartado del marco histórico, ha sido

encontrada sobre otro tipo de soportes inorgánicos como placas de pirita, u orgánicos que

presumiblemente se trataron de guajes, textiles o madera , o mixtos como los caracoles.

En el caso del pseudo-cloisonné no se cuenta con una base de preparación como

tal, la cual se emplea para otorgar un aspecto uniforme a la superficie y favorecer la

adhesión al soporte (Calvo, 1997), sino que los pigmentos fueron colocados directamente

sobre la cerámica. No obstante, como se expuso anteriormente, se han observado capas

blancas de cal por debajo de algunos pigmentos de relleno, las cuales pueden estar

cumpliendo una o varias funciones. Por un lado, es posible que se empleara el carbonato

de calcio para mejorar la adherencia de algunos pigmentos o aumentar el brillo del color

mediante la vibración con el blanco de fondo; aunque pudiera tener alguna otra finalidad

técnica, como por ejemplo ocupar más espacio y así utilizar menor cantidad de pigmentos,

78

los cuales pudieron estar más lejos del alcance del artista, como en los casos que

identificó Castillo (1968) de La Quemada o algunos observados en Cerro del Teúl.

El estrato que funciona como transmisor de una imagen es conocido como capa

pictórica. Ésta, de manera general, se conforma por la mezcla de un pigmento o carga a

manera de suspensión en una sustancia filmógena, la cual cohesiona las partículas de

color y a su vez las adhiere al estrato donde será aplicada (Matteini y Moles, 2001; Gómez,

2002). Es posible reconocer, entonces, que el estrato que podría resultar equivalente en el

pseudo-cloisonné a una capa pictórica está conformado por dos tipos de mezclas que

cumplen funciones distintas: la capa-base y los pigmentos de relleno. Como se expuso en

el primer apartado, los análisis presentados por Castillo (1968) y Strazicich (2002) con

respecto a la identificación de elementos inorgánicos, coinciden en que la capa-base

difiere de manera importante con los pigmentos de relleno, en cuanto a la composición

química y la cantidad de materiales presentes. Sin embargo, ambas mezclas se encuentran

estratigráficamente en un mismo nivel y, en conjunto, funcionan como transmisoras de la

imagen, por lo que se puede considerar que su conformación responde de manera

importante a intenciones también estéticas y no solamente técnicas.

Así pues, la capa-base tiene como componente constante una carga finamente

molida, ya sea cal o tierra de diatomeas de acuerdo con la bibliografía, además de un

pigmento que le otorga su color característico que va de gris claro a negro (dado por

carbón vegetal o ilmenita según los reportes).13

Por otro lado, los pigmentos de relleno han sido identificados como pigmentos

minerales, ya sean solos o eventualmente combinados. Es importante destacar que “Los

pigmentos están constituidos por unos polvos muy finos, coloreados, e insolubles. Al

mezclarse con el aglutinante forman una pasta más o menos densa que manifiesta

propiedades cubrientes a veces muy relevantes” (Matteni & Moles, 2001: 25). Así, los

materiales no deben reaccionar químicamente entre sí al ser mezclados, para que se

13 Esto está basado en la bibliografía y no se realizarán análisis del material inorgánico, ya que el objetivo de

este estudio se concentrará en el posible material orgánico empleado.

79

conserven las características cromáticas, y una de las propiedades más importantes de los

pigmentos es su estabilidad, especialmente los minerales que componen

mayoritariamente el pseudo-cloisonné.

Cabe destacar la adición de cal a ciertos pigmentos en especímenes de algunos

sitios, posiblemente con la finalidad de emplearla como carga. A continuación se presenta

una definición de carga en una capa pictórica, con la que pueden entenderse algunas

posibles causas del uso del mineral mencionado:

Las cargas son materiales orgánicos o inorgánicos sin color, generalmente blancos, de bajo

índice de refracción (similar al del aglutinante con el que se ligan). Sirven para mezclar con

pigmentos, para dar menor cuerpo al pigmento y hacerlo más transparente, para abaratar

el pigmento o crear ciertos efectos especiales en la pintura (Palet, 1997).

Sin embargo, todos estos materiales no poseen, por sí solos, la capacidad de

adherirse a la superficie, por lo que es necesario un material que funcione como

aglutinante, para así formar una capa pictórica. Por dicha razón, se presume la adición de

un aglutinante tanto en la capa-base como en los pigmentos de relleno, lo que a su vez

conforma la hipótesis de este trabajo, ya expuesta con antelación.

También en el arte pictórico existe una manera de clasificar las obras de acuerdo al

aglutinante utilizado, a lo que se conoce como técnicas pictóricas. En el presente caso de

estudio, la naturaleza del aglutinante empleado es desconocida, por lo que no es posible

determinar, de acuerdo con la clasificación tradicional, si pertenece a alguna técnica

pictórica. Castillo (1968) ya intentó aclarar este aspecto, exponiendo la falta de datos que

confirmen los términos empleados por los exploradores que asociaron la decoración post-

cocción pseudo-cloisonné de cerámica arqueológica con técnicas como el fresco, el secco o

al óleo.

80

2.3.3 Aglutinante

Un aglutinante es una sustancia con la capacidad de cohesionar partículas de pigmento y

cargas entre sí y, a su vez, poder adherirlas a una superficie determinada (Calvo, 1997); en

estos compuestos también se suele buscar que su adición no altere significativamente las

propiedades cromáticas de las partículas de color. Los aglutinantes se clasifican por su

composición química en inorgánicos y orgánicos; estos últimos serán explicados a

profundidad, ya que son el tema de interés del presente de estudio.

Los aglutinantes inorgánicos son también llamados aglomerantes; constituyen

sólidos conformados por cristales que alternan con las partículas de pigmento (Gómez,

2002). Un ejemplo sería el caso de la técnica pictórica conocida como fresco, donde la cal

aglutina el color, que fue propuesto por varios investigadores para el pseudo-cloisonné

como se expuso anteriormente.

Los compuestos orgánicos que se emplean como aglutinantes están químicamente

conformados por largas cadenas de átomos de carbono a los cuales normalmente se unen

átomos de hidrógeno y dependiendo del componente también hay oxígeno, nitrógeno y

azufre con diversos tipos de enlaces entre sí. Este tipo de moléculas pueden estar

clasificadas como proteínas, polisacáridos o aceites de acuerdo con sus componentes y

estructura. Las proteínas y los polisacáridos son conocidos como polímeros, ya que son

macromoléculas que están conformadas por moléculas más sencillas llamadas

monómeros; así, cada tipo de compuesto orgánico está conformado por un tipo específico

de monómeros o unidades estructurales. Sin embargo, los aceites utilizados en el arte

pictórico no son polímeros, sino hasta tiempo después de ser aplicados en una superficie,

ya que las reacciones químicas que experimentan naturalmente al volverse sólidos los

transforma en macromoléculas.

81

Proteínas

En el caso de las proteínas o polipéptidos, las unidades estructurales son llamadas

aminoácidos, cuya característica primordial es la presencia del grupo funcional amino14, es

decir, un átomo de nitrógeno unido a hidrógenos y a un carbono que, a su vez, se

encuentra enseguida de un grupo funcional ácido carboxílico (Brown, LeMay, Bursten y

Murphy, 2009). Cuando estas unidades estructurales se unen entre sí para conformar el

polímero, el grupo funcional amino se transforma en amida y presenta la siguiente

estructura general, donde R es una cadena policarbonada diferente para cada aminoácido

que está unido:

Polisacáridos

Los polisacáridos están conformados por la unión de numerosas moléculas de azúcares,

los cuales se conforman por cadenas de enlaces de carbono, hidrógeno y oxígeno. Estas

últimas se clasifican en hidroxialdehídos o aldosas y polihidroxicetonas o cetosas

14 El grupo funcional se define como el sitio de reactividad de una molécula, por lo que determina su

comportamiento.

Figura 2.3. Representación del enlace amida (abajo) a partir del enlace de

dos aminoácidos (arriba) por la pérdida de agua (Basado en Peris, 2007).

R R

82

(González, 1996), de acuerdo con el tipo de átomos que se unen para formar el grupo

funcional. Cuando se unen los

monosacáridos forman el enlace

glucosídico, cuyo grupo funcional es un éter,

como se aprecia en la figura 2.4.

Las moléculas de los polisacáridos son

predominantemente de tipo lineal; sin

embargo, las gomas y mucílagos que se

utilizan como aglutinantes son

normalmente ramificados y conformados

por varios tipos de azúcares, por lo que son

clasificados como heteropolisacáridos

(González, 1996). Este tipo de moléculas

presentan ciertas propiedades como solubilidad y adhesividad, gracias a la elevada

cantidad de grupos hidroxilos (OH) que forma enlaces entre los hidrógenos (Masschelein-

Kleiner, 1995). Como ejemplos de estos polímeros ya mencionados se encuentran la baba

de nopal, el tzauhtli y la goma de huizache.

Aceites

Los aceites secantes, como se conoce a los tipos de aceites empleados en obras pictóricas,

son moléculas conocidas como triglicéridos, conformados por la unión ácidos grasos

insaturados y glicerol. Los ácidos grasos son largas cadenas de carbono, con uno o más

enlaces dobles entre carbonos, además de un grupo funcional ácido carboxílico en el

extremo; los ácidos grasos más comunes en los aceites secantes son el oleico, linoléico y

linolénico. El glicerol es un alcohol (grupo funcional OH) de tres carbonos y se une a tres

ácidos grasos (que pueden ser iguales o diferentes) mediante hidrólisis para constituir un

enlace éster, el cual se convierte en el grupo funcional del triglicérido.

Figura 2.4. Formación de un enlace glucosídico a

partir de la unión de dos azúcares (Tomado de

http://medicina.usac.edu.gt).

83

Una vez que el aceite fue aplicado como parte de una obra pictórica, los enlaces

dobles reaccionan con el oxígeno atmosférico y se oxidan formando enlaces

entrecruzados entre una cadena y otra de ácidos grasos (Figura 2.5), formando un

polímero de muy elevado peso molecular (Peris, 2008). De entre las referencias

mencionadas, el aceite de chía es considerado como un aceite secante pues lo constituyen

los tres principales ácidos grasos mencionados (Figura 2.5).

Finalmente, cabe destacar que cada tipo de aglutinante de origen orgánico natural,

ya sea polisacárido, lípido o proteína, presenta características particulares que son

determinadas por la conjunción de sus propiedades físicas y químicas, las cuales deben ser

observadas y evaluadas empíricamente por el artista durante el proceso de factura para

determinar el procedimiento correspondiente. Sin embargo, cuando pigmentos y

aglutinante se combinan, se crean características físicas específicas de cada mezcla que

permiten su manipulación y trabajo en determinada manera, para que el objeto adquiera

la imagen y forma deseada una vez que quede concluido.

Figura 2.5. Representación de la oxidación de los ácidos grasos que conforman los triglicéridos de los

aceites secantes (Tomado de Peris, 2007).

84

85

CAPI TULO 3 PROBLEMA TICAS PARA LA CONSERVACIO N DEL PSEUDO-CLOISONNÉ APLICADO A CERA MICA PREHISPA NICA

La problemática de conservación de la decoración al pseudo-cloisonné ha sido reportada

por investigadores décadas atrás reconociendo que “es un tipo de decoración inusual y a

veces espectacular cuando la aplicación frágil es fortuitamente conservada” (Holien, 2001:

7). Por otro lado, Kelley y Abbott (1971) hicieron una importante distinción en la que

señalan que la base negra es más resistente que los colores de relleno que son altamente

fugitivos. Por su parte, Ekholm (2008) describe esta decoración como quebradiza con

apariencia de gis, mientras que Galván (1976) atribuye su fragilidad a que fue aplicada

posterior a la cocción. A partir de estos reportes arqueológicos, es posible presumir que la

fragilidad de esta decoración es predominantemente debido a los materiales utilizados y a

la técnica de factura, comparada con otras decoraciones cerámicas, pues a pesar de que

se ha localizado en sitios distantes con características climáticas y geológicas diversas, son

inminentes los faltantes o fragilidad del estrato.

Por otra parte, tomando como base la definición de Salvador Muñoz del concepto

de conservación, específicamente dentro de la disciplina de la Restauración, donde

establece que es la actividad que consiste en adoptar medidas directamente sobre un

bien, para que éste experimente el menor número de alteraciones (Muñoz, 2003), resulta

inminente encontrar dichas condiciones más aptas para esta decoración, ya que

lamentablemente el estado de conocimiento parcial de la técnica de factura evita que la

investigación en torno al tema se desarrolle.

86

De manera personal, gracias a la experiencia en el ámbito escolar y laboral,

principalmente en conservación de cerámicas con decoración al pseudo-cloisonné

procedentes de excavaciones en Jalisco, se logró observar durante los procesos de

microexcavación y limpieza que la decoración era extremadamente frágil en determinadas

condiciones, puesto que los objetos de un sitio y otro presentaron problemáticas

diferentes, tanto por el momento en el que se realizó la intervención como por las

características particulares de las piezas. Por dicha razón, más adelante se expondrán las

problemáticas observadas en los procesos mencionados, ya que fue en estos momentos

donde surgió la interrogante de la constitución del pseudo-cloisonné.

3.1 La conservación in situ

La conservación in situ, en ocasiones también llamada conservación arqueológica, se

realiza desde hace poco más de 20 años en México (Orea, Grimaldi y Magar, 2001), cuyo

objetivo principal consiste en procurar la recuperación de la mayor cantidad de

información del hallazgo y su contexto, al mismo tiempo que se facilita el estudio

posterior de los objetos (Alonso López, 1996). Dentro de los trabajos en campo pueden

realizarse actividades ya sea de conservación o conservación preventiva. Los primeros

implican la intervención directa sobre los objetos, realizando procesos que garanticen la

estabilidad estructural; por otro lado, la conservación preventiva se preocupa de controlar

los agentes que pueden llegar a incidir en el objeto para evitar de forma indirecta el

deterioro.

Al momento de realizar el hallazgo de objetos en un contexto arqueológico, éstos

son susceptibles a transformaciones, “debido a que la materia se encuentra en una

búsqueda constante de equilibrio termodinámico con su medio” (Guevara, 2001) y dicho

proceso se ve alterado por la incidencia de agentes externos de manera abrupta

reiniciando procesos de deterioro (Alonso Olvera, 1998). Inmediatamente después de que

los objetos son liberados “los principales factores que pueden causar deterioro son el

87

cambio de temperatura, luz, humedad, pH y salinidad, aunado a estos están los agentes

biológicos, y los objetos asociados al contexto donde se encuentran” (Guevara, 2001).

Orea et al. (2001) señalan la importancia que tiene para la conservación de bienes

arqueológicos no realizar tratamientos in situ, principalmente consolidaciones, puesto que

se elimina la posibilidad de análisis químicos o bioquímicos a futuro, los cuales aportan

datos importantes del contexto o del objeto mismo y que deben realizarse únicamente si

se ha definido previamente que lo que se desea conservar es sólo la forma de la pieza.

Por esta razón, es necesario conservar los objetos en condiciones lo más similar posibles o

por lo menos sin fluctuaciones, con acciones de conservación preventiva, en tanto se

realiza el registro gráfico y fotográfico del hallazgo, así como también durante su

levantamiento y transporte al laboratorio.

El trabajo en campo debe realizarse muy de cerca con el arqueólogo responsable

de la excavación, pues la comunicación entre los especialistas es la clave para rescatar los

objetos en las mejores condiciones, junto con la mayor cantidad de información de su

contexto. Ciertamente, lo más deseable es la planeación del levantamiento, en la cual se

puedan prever el tipo de materiales que pueden encontrarse y los mejores métodos para

realizar tratamientos emergentes y el levantamiento. Las condiciones en un hallazgo

pueden presentar innumerables variables que implican diversos factores, desde las

características del contexto, el tipo de material, las condiciones ambientales, el tiempo,

los recursos del proyecto, entre otros. Sin embargo, resulta necesario exponer las

recomendaciones básicas que permitan la conservación de piezas con decoración al

pseudo-cloisonné desde su hallazgo hasta su traslado al laboratorio.

Como referencia, es imprescindible mencionar los tratamientos de rescate

realizados a las piezas encontradas en el sitio Plan del Guaje (Figura 3.1). A pocos días del

hallazgo por la arqueóloga Marisol Montejano, la profesora Cecilia González realizó una

visita al sitio. Algunas vasijas fueron extraídas en bloque por el Seminario-Taller de

Restauración de Cerámica (STRC) de la Escuela de Conservación y Restauración de

Occidente (ECRO) en el año 2006. El objetivo principal fue evitar la desecación en campo y

con ello el desprendimiento de la policromía, teniendo ya conocimiento del

88

comportamiento de esta decoración frente a las fluctuaciones de humedad, gracias a las

observaciones realizadas en la intervención de la Olla Códice, Elemento 7, Grupo A, Caja

Sur I, proveniente de La Higuerita un año antes (caso que será expuesto más adelante);

por ello, se determinó que lo más adecuado sería que las piezas recibieran tratamientos

de conservación en laboratorio.

La deposición de los objetos era muy compleja, ya que las piezas se encontraban

ofrendadas en forma de herradura, apiladas y colocadas de costado (identificadas como

Grupos C, D y E). Por esta razón, se determinó levantar previamente las vasijas que no

ostentaban dicha decoración, para permitir la accesibilidad al conjunto con pseudo-

cloisonné. Posteriormente, se dividió en tres secciones de manera transversal con

espátula de pintor, eliminando la tierra excedente para delimitarlos. En cada sección se

detalló el banqueo que había realizado previamente la arqueóloga previamente durante el

Figura 3.1. Levantamiento en bloque de vasijas con pseudo-

cloisonné en Plan del Guaje. Fotografía: Daniel Gallo.

89

hallazgo e inmediatamente después se inició con la colocación de capas de protección: la

primera fue una capa de Egapack® colocada de manera longitudinal; la segunda capa fue

conformada por varios fragmentos de papel aluminio, ajustando mediante presión manual

para amoldar a la forma de las piezas cerámicas; la última capa fue de vendas enyesadas

cortadas en trozos pequeños y dispuestos alternadamente para evitar la contracción

unidireccional al secar. Debido a la complejidad del terreno no fue posible cortar la tierra

con una lámina continua, por lo que fue necesario auxiliarse de espátulas para cortar el

soporte de manera paulatina y liberar el bloque. Una vez eliminadas las concreciones de

tierra que lo adherían, el bloque fue volcado sobre una charola plástica y, en algunas

ocasiones, la parte de matriz expuesta fue cubierta con la misma estratigrafía de

protección del anverso. Finalmente, fueron envueltos en plástico burbuja y sujetados con

cinta canela a la charola para su transporte. El mismo día fueron trasladadas a la ECRO

donde se había preparado una cámara de monitoreo para recibirlas (González,

comunicación personal, 2014).

3.2 La conservación en laboratorio

Una vez que los materiales arqueológicos se encuentran en laboratorio “la velocidad y los

diversos tipos de cambios a los que se someten los objetos dependen tanto de las

características de la materia prima como las de su nuevo ambiente” (Filloy, 2000). Es por

esta razón que las facilidades que un ambiente controlado ofrece deben ser aprovechadas

al máximo; con ello es posible establecer condiciones ambientales que favorezcan la

conservación de los objetos provenientes de excavación, para introducirlos en un proceso

de climatización que permita su posterior intervención sin su detrimento material. Una

vez estabilizados, los objetos son analizados más detalladamente, tanto macro como

microscópicamente, con la finalidad de poder identificar la técnica de factura, materiales

constitutivos, posibles usos y mecanismos de deterioro (Suárez, 2011).

90

Sin embargo, controlar las condiciones de un objeto después de su levantamiento

no siempre es posible. En numerosas ocasiones, las piezas arqueológicas llegan a manos

del restaurador tiempo después de la excavación, generalmente por la falta de recursos

para la asesoría de un profesional en campo. Laura Suárez (2011) enumera y describe de

forma generalizada los procesos más comunes realizados a cerámica arqueológica en

laboratorio: microexcavación, limpieza, unión de fragmentos, reposición de faltantes,

resane y reintegración de color. Sin embargo, cada pieza presenta problemáticas

específicas que pueden incluir todos estos procesos, incluso sólo uno o muchos más.

La Olla Códice, Elemento 7, Grupo A, Caja Sur I, es una olla globular con

decoración pseudo-cloisonné que fue hallada en el sitio La Higuerita, municipio de Tala,

Jalisco, en el año 2002 por la arqueóloga Lorenza López Mestas (comunicación personal,

2005). La compleja iconografía que fue lograda mediante la aplicación de esta decoración

hace que sea reconocida por los arqueólogos como una Olla Códice. La ofrenda a la cual

pertenecía esta olla fue “matada”, es decir, fracturada de forma intencional por razones

rituales al momento de colocarla (López Mestas, comunicación personal, 2005). Esta pieza

fue encontrada fragmentada y, al igual que el resto de los objetos rescatados del sitio, fue

resguardada en el Centro INAH Jalisco, dentro de contenedores de cartón.

En el año 2005, como parte de la práctica del STRC en la ECRO, me fue asignada

esta pieza para iniciar su intervención. El objeto se encontraba fragmentado, los tiestos se

estaban cubiertos de tierra de contexto la cual unía a varios de ellos entre sí, por lo que

era necesario realizar microexcavación y limpieza para lograr apreciar las características

de los fragmentos. Se comenzó con la limpieza mixta de tiestos independientes, esto

mediante el empleo de agua-alcohol 1:1 y espátulas dentales para retirar las concreciones

más grandes de tierra y con hisopo ya cerca de la superficie. Durante el proceso se

observaron desprendimientos que fueron resueltos como se describe a continuación

(Figura 3.2):

Debido a que al secarse, la decoración se desprendía de la pasta y quedaba adherida a la

concreción de tierra, fue imprescindible fijar la decoración mediante el goteo, con una

91

jeringa, de una solución de Paraloid B72 al 3% en xilol. En ocasiones, esta concentración no

fue suficiente y se aumentó gradualmente al 5%, 7.5% y finalmente se llegó al 15%,

consiguiendo así una mayor estabilidad de la capa pictórica. A pesar de esto, se desprendía

la tierra junto con la decoración, por lo que se procedió a fijar las escamas, con el adhesivo

Mowithal B60H diluido en una concentración del 15% en acetona. (López Mestas y

González, 2005).

El proceso más problemático fue la separación de varios fragmentos que se

encontraban adheridos entre sí por la tierra de contexto; en este caso, la adhesión de la

decoración era mayor a la matriz arcillosa que al mismo soporte cerámico. La propuesta

de la profesora Cecilia González fue colocar el bloque de tiestos dentro de una cámara de

humidificación, esto con el objetivo de humectar de manera paulatina y constante todos

los materiales a fin de alcanzar una humedad relativa (HR) elevada y estable (Figura 3.3).

Con este procedimiento se pretendía generar la disminución de la fuerza de cohesión de la

Figura 3.2. Abajo, imagen del proceso de fijado de la

decoración de un tiesto de la Olla Códice; a la

derecha, un detalle del proceso. Fotografías: Claudia

Blas.

92

tierra por debajo de la fuerza de adhesión de la policromía a la cerámica. Este proceso se

realizó de la siguiente manera:

Para esto, se armó un dispositivo que comprendía una cámara de cristal cuadrangular,

donde fueron colocados los fragmentos empalmados sobre una gradilla que permitiera la

circulación de la humedad; se utilizó una lámina de plástico para establecer conexión entre

el humidificador y la cámara, se cubrió con plástico Egapack y se selló con cinta adhesiva,

con lo que se obtuvo un sistema casi cerrado, dejando salir parcialmente la humedad por

un orificio, pero siempre manteniendo la saturación de la humedad. Cuando se observaba

que las concreciones, en conjunto con los fragmentos estaban totalmente humedecidos,

se sacaron del sistema y se continuó con la remoción del lodo con un bisturí, manteniendo

un control del secado de los fragmentos húmedos cubriéndolos con bolsas de poliuretano

[polietileno], para conservar la humedad y que la evaporación fuese lenta y gradual, con el

fin de evitar contracciones diferenciales entre las arcillas y causar mayores deterioros. El

empleo de este método resultó favorable, pues la separación fue casi inmediata al sacarlos

de la cámara y sin pérdidas de policromía (López Mestas & González, 2005).

Figura 3.3. Cámara de humidificación utilizada en la intervención de la Olla Códice. Fotografía del

autor.

93

En este último caso la humectación favoreció la realización de la microexcavación y

limpieza con la menor cantidad de pérdida de decoración. Esto debido probablemente a

que las moléculas de agua hidrataron la arcilla aumentando su volumen y disminuyendo

su dureza y la adhesión a la policromía. Al finalizar el proceso de unión de fragmentos, se

realizó un fijado general con Paraloid B72® por aspersión con aerógrafo; cabe señalar

también, que después de casi nueve años de haber fijado la Olla Códice de La Higuerita, la

decoración se observa estable y la superficie no aparenta tener cambios cromáticos.

Otro fenómeno importante es la pérdida de decoración pseudo-cloisonné que

tuvieron algunas copas de este mismo sitio, pero de una ofrenda diferente. Estas piezas

fueron re-decoradas, es decir, originalmente fueron decoradas pre-cocción y durante la

cocción, con técnica al negativo en rojo sobre naranja o monócromas en naranja, todas

con acabado pulido, posteriormente les fue aplicado el pseudo-cloisonné lo que ocasionó

falta de adhesión al sustrato (González, comunicación personal, 2014).

En el ya mencionado caso de extracción en bloque de los objetos provenientes de

Plan del Guaje, el mecanismo que se realizó para una climatización cuando las piezas se

encontraban ya en laboratorio, fue la implementación de una cámara de humidificación

que mantuviera los bloques de piezas extraídos en un nivel de humedad relativa (HR) en

un rango constante, para evitar que la tierra aún contenida secara y ocasionara con su

contracción el desprendimiento de la decoración. Esto se logró construyendo un espacio

cerrado con plástico bajo una mesa; dentro, la humedad era incrementada y estabilizada

con un humidificador ultrasónico marca Sun Shine modelo HUM005, monitoreando el

nivel con un termohigrómetro marca Radio Shack modelo 63-1032. Cuando se estabilizó la

humedad relativa se comenzó el proceso de desecación y microexcavación controlada del

Bloque 1 Norte la siguiente manera:

Una vez asegurado el bloque en una cama de arena, con un bisturí se realizó un corte

longitudinal y luego otro perimetral para retirar la parte superior del yeso junto con la

lámina de aluminio y la película plástica que envolvían el bloque, para dejar al descubierto

las piezas con la misma disposición que presentaban en el pozo de excavación.

94

Al final de cada jornada de trabajo, con un aspersor se humectaban las piezas

nuevamente, se colocaban algodones húmedos alrededor del bloque para conservar el

nivel de humedad, y se cubría la caja de plástico con plástico burbuja.

El nivel de la tierra se fue rebajando con una espátula de dentista, al tiempo que se

procuró humectar constantemente con un aspersor para conservar la humedad y facilitar

la remoción del material.

Cuando las concreciones más grandes ya habían sido eliminadas, se limpiaba la superficie

de las piezas con hisopo rodado impregnado con agua destilada, hasta el punto en el que

todas las piezas fueran evidentes, por lo que para cada elemento se llegó a una

profundidad diferente que fue registrada en los esquemas, señalando el punto cero como

el más alto. Se utilizó una retícula con medidas de 5x5 cm por cuadrante para realizar el

registro gráfico. (González & Montejano, 2006)

Figura 3.4. Proceso de microexcavación del Bloque 1 Norte. a) Eliminación parcial del material

amortiguante colocado en el levantamiento; b) microexcavación con espátula dental; c) Vista general

del bloque sobre cama de arena una vez que se limpió el primer nivel visible. Fotografías: Cecilia

González y del autor.

95

Durante este proceso, la Olla

miniatura, Elemento 6, Grupo C, Pozo

5742, Bloque 1 Norte, manifestó falta de

adhesividad de la decoración; para

mantener las escamas en su lugar, fue

necesario aplicar de manera emergente y

debido a que la pieza se encontraba

húmeda Primal AC33 al 3% por goteo

(Figura 3.5). Valorando la adhesión

insuficiente del polímero aplicado, una vez

liberado y seco el objeto, se aplicó Paraloid

B72® al 5% para asegurar la adhesión de algunas escamas y proseguir con la limpieza.

Por otro lado, las piezas del Cerro del Teúl demuestran una mayor preservación de

la decoración donde, a pesar de tener elevada complejidad en el diseño, se observa mejor

adherencia de la capa-base y de los colores de relleno. En la intervención de la Copa de

base pedestal con decoración pseudo-cloisonné 2013PJ039, solamente se observó

fragilidad al momento de retirar concreciones salinas de la superficie del pigmento de

relleno, para lo cual fue necesario fijar con Paraloid B72®, para poder realizar la remoción

con bisturí.

A partir de las primeras observaciones realizadas con la microexcavación y

limpieza, los objetos de suntuosa pero frágil policromía provenientes de La Higuerita y

Plan del Guaje, es posible proponer algunas recomendaciones referentes principalmente a

la humedad relativa. De manera general, es recomendable evitar fluctuaciones; los rangos

no deben ser muy bajos o muy altos, ya que aparentemente el comportamiento

diferencial entre el soporte cerámico, que es más estable, y la decoración que presenta

características higroscópicas, al manifestar variaciones dimensionales genera su propio

desprendimiento.

Figura 3.5. Proceso de fijado por goteo del

Elemento 6. Fotografía del autor.

96

3.3 La importancia del conocimiento de la técnica de factura de la

decoración para definir criterios de intervención

No cabe duda que la situación actual de la Restauración en México y diversas partes del

mundo, conduce a la misma disciplina a valerse de diversas herramientas que le permitan

conocer a fondo su objeto de estudio. Ciertamente, “el conocimiento de las propiedades

de los materiales que constituye un bien material es indispensable para poder elegir

materiales y métodos de restauración adecuados” (González R. , Tesis de licenciatura,

1996). Pero, finalmente surge la interrogante de la realización de análisis científicos a los

objetos y la utilidad de esto para la Restauración: ¿por qué realmente esta clase de

estudios sirve a la Restauración?, ¿en qué punto convergen las disciplinas y cuál es el

límite en el campo de estudio?

Una de las principales funciones de la restauración consiste en “preservar los

datos que contiene la obra ante todo, para que los investigadores puedan estudiarlos y

contribuir el conocimiento sobre el ser humano” (Alcántara, 2000). A fin de cubrir esta

necesidad y como parte de la profesionalización de la disciplina, en nuestro país se ha

generado una metodología específica donde no sólo se observa el estado material del

objeto para realizar una intervención, sino que se han establecido una serie de instancias

que deben ser tomadas en cuenta. Adriana Cruz (2000) los agrupa en cuatro procesos

fundamentales: contextualización y valoración, análisis del estado de conservación,

propuesta de restauración y, finalmente, documentación. Estos son los pasos que

normalmente suelen encaminar a una intervención integral, con una evaluación crítica

que le sirve al restaurador para comprender el estado actual del objeto y generar el nuevo

estado que será transmitido al futuro.

Dentro del análisis del estado de conservación, Cruz Lara (Ibíd.) señala que, como

primer paso, es necesario realizar la identificación de los materiales que conforman el

objeto. De esta manera se podrán conocer las materias primas empleadas y la técnica,

para poder entender entonces los efectos de deterioro existentes y que son propios de

cada tipo de material en un contexto específico.

97

En el caso de estudio de las cerámicas con decoración al pseudo-cloisonné no se

cuenta con este conocimiento previo específico y es necesario realizar una investigación

que permita llegar a él. Los análisis por métodos instrumentales más modernos “significan

un complemento útil a los análisis microscópicos y microquímicos, ya que aportan

aspectos nuevos más específicos y no obtenibles por otras vías” (Cabrera, 1994), y se

convierten en una herramienta imprescindible, debido a la carencia de datos históricos

acerca de los materiales y la técnica de factura de esta decoración.

Mucho se ha discutido acerca del uso de ciencias exactas, como la Química, la

Física y la Biología en el ámbito de la Restauración. Esto debido a que hace algunos años

llegaron a convertirse en parte de la metodología a tal grado que, con la justificación de

una total objetividad en la intervención, se dejaban de lado todos aquéllos aspectos que

aportaran subjetividad a una intervención, nombrada a partir de entonces como

Restauración científica. Como respuesta a esta situación, surgió la llamada “teoría

contemporánea de la Restauración”, la cual se preocupó por aquellos valores inmateriales

y subjetivos que un objeto restaurable posee y cuestiona la pertinencia y verdadero

alcance de los análisis científicos. Sin embargo, en la actualidad se pretende que el estudio

de un objeto sea de manera integral, donde se conjunten el conocimiento de la

materialidad y su significado actual, para conformar un discurso coherente en el contexto

actual de la obra intervenida y que a su vez favorezca su conservación.

Por lo anterior, es necesario hablar de una “ciencia aplicada a la Restauración”, a la

que se conoce como “una rama de la ciencia que se ocupa de los problemas planteados en

esta disciplina” (Muñoz, 2003). Dicha vertiente tiene como objetivos específicos, de

acuerdo con Reedy (citado por Muñoz, Ibíd.):

a) Conocer los componentes materiales de los objetos

b) Conocer los procesos de deterioro de los objetos

c) Conocer las técnicas y materiales empleadas en restauración

Tomando en consideración los puntos anteriores, cabe destacar que la

metodología utilizada en este estudio se enfoca principalmente en la materialidad de

98

objetos arqueológicos, lo cual suele conocerse como estudios arqueométricos15. En este

sentido, es importante el apoyo en la investigación arqueológica y etnohistórica, pero

además, resulta trascendental abordarlo desde la perspectiva de la Restauración como

parte de su objeto de estudio. En cuestiones prácticas, la cerámica al pseudo-cloisonné se

convierte en uno de estos objetos cuando surge la necesidad de su preservación como

testigo material de numerosos signos plasmados en el momento de su elaboración varios

siglos atrás y que ahora buscan ser reinterpretados.

Actualmente, la tendencia que promete llevar a cabo una restauración íntegra

consiste en la actuación de un sistema interdisciplinario, donde Ciencias Sociales y Exactas

en conjunto con la Restauración aborden el objeto desde sus propios puntos de vista, pero

que al mismo tiempo confluyan y se complementen en aras de la conservación del

patrimonio cultural. Es por esto que “el experto en restauración tiene que ser, además, un

estudioso de ambas disciplinas para poder intervenir de la manera más adecuada,

logrando no solo la recuperación de la obra sino, sobre todo, de su significado.” (Matteni,

2001). Es aquí donde comienza la investigación y el papel de la Restauración como una

ciencia generadora de conocimiento de una manera independiente, por lo menos, del

ámbito arqueológico, ya que esta ciencia puede ocupar parte del estudio del objeto como

lo son su iconografía, uso, técnica de factura y contexto de enterramiento, pero sólo la

restauración puede estudiar y determinar cómo estos factores inciden en el estado actual

del objeto proyectado en sus patologías y proponer, a partir de esto, una intervención que

promueva su conservación, pero también transmita un discurso plenamente sustentado.

Para este caso en particular, es necesario cotejar los estudios arqueológicos

previos, tanto de Noemí Castillo, Thomas Holien y Nicola Strazicich, junto con las

observaciones durante las intervenciones ya efectuadas y los resultados que se obtengan

del análisis instrumental, para entonces poder construir las pautas que permitan dar un

15 La Arqueometría se ocupa, principalmente, de análisis científicos de los objetos arqueológicos, aunque

también se ha incluido el análisis de objetos artísticos en periodos históricos. (Montero, García y López-

Romero, 2007)

99

paso más en el conocimiento de la técnica decorativa al pseudo-cloisonné y, por ende, de

la cultura prehispánica en el Occidente de México.

Desde el punto de vista de la Restauración, este acercamiento científico apoyará

en el desarrollo de la metodología propia de la disciplina “que se lleva a cabo mediante la

imbricación constante de una práctica y una reflexión abstracta y científica” (Schneider,

2009); dando lugar a la ejecución de intervenciones fundamentadas donde los procesos

dependan y sean determinados a partir de las características materiales y significantes del

objeto y no en sentido contrario.

Mauricio Jiménez (2004) señala la importancia de las relaciones de derivación a

partir de las cuales la Restauración comienza a desentrañar el proceso de ontogénesis. En

un principio este fenómeno ocurre mediante la observación del estado actual, donde se

infieren sus transformaciones y estados previos. A partir de esto, es posible realizar

acciones predictivas del comportamiento a futuro, tanto del objeto como de los

materiales y procesos de intervención aplicados, para recomendar un contexto ambiental

conveniente.

3.4 Implicaciones de la existencia de un componente orgánico como

aglutinante de la decoración para su conservación y restauración

Hasta el momento, las pocas fuentes que hablan de la posible técnica de factura del

pseudo-cloisonné, coinciden en la factibilidad de que un componente orgánico fuera

utilizado como aglutinante. Pensando en dicha eventualidad, es necesario adentrarse un

poco en las implicaciones tanto tecnológicas como de todos aquellos factores que inciden

en el patrimonio cultural y que son objeto de estudio de la Restauración. Además, cabe

mencionar que la existencia de un aglutinante orgánico sería de gran interés no sólo para

la Restauración, sino también para la Arqueología, pues abre pautas para efectuar

investigaciones acerca del origen natural del aglutinante, ya sea una resina, aceite,

100

mucílago, entre otros, así como su posible procedencia. Es sabido que, tratándose de un

componente de esta naturaleza, es ciertamente muy complicado encontrar las

correspondencias con las especies endémicas a partir de análisis instrumentales, debido a

las anomalías de las estructuras químicas degradadas por un contexto arqueológico. Sin

embargo, esta ciencia puede valerse también de otras herramientas como las

antropológicas y etnohistóricas, para intentar reconstruir parte del pasado prehispánico,

tanto en la técnica como en visiones cosmológicas palpablemente propiciadas por redes

de intercambio ideológico y comercial.

Así pues, en términos de conservación, las posibilidades del conocimiento obtenido

de esta investigación tendrían tres aportaciones consecuentes importantes, que son

cruciales para la disciplina y, a su vez, conducen el presente estudio:

a) Conocer la naturaleza química del supuesto aglutinante para definir la técnica de

factura.

b) Descifrar el proceso ontogénico en conjunto con los deterioros de dicha

decoración.

c) Comenzar discusiones críticas con respecto a métodos y criterios de restauración

adecuados para estos bienes y el cuestionamiento de los ya aplicados.

Si se logra saber si se utilizó algún aglutinante y de qué tipo es, entonces se puede

definir qué ocasiona el deterioro para que la Restauración busque los criterios más

adecuados para este tipo de material y los procesos de conservación que son necesarios

para evitar o tratar los deterioros.

3.4.1 La técnica de factura

En sentido tecnológico, el proceso de factura que incluye el empleo de material orgánico

en la decoración consistiría en la preparación de una mezcla de arcillas, cargas y

aglutinante que cubrirían el cuerpo de las vasijas, aunque se desconoce si la combinación

101

se realizaría directamente sobre el cuerpo cerámico, como en el caso del maque

michoacano actual (propuesta de varios autores abordada anteriormente) , o si la

elaboración sería previa y se aplicaría en estado líquido para hacer un baño o mediante

brocha o en estado sólido a manera de pasta; cabe señalar que existe la posibilidad de que

ocasionalmente se aplicara por capas como se expondrá en una vasija en el capítulo

siguiente. Una vez que los diseños fueran excavados se rellenarían con pintura, es decir,

una mixtura de pigmentos y aglutinante, con algunas cargas eventuales que, en este caso,

sólo podía ser de consistencia pastosa, aplicado con herramientas como pinceles o

espátulas o mezclado sobre la pieza como proponen varios autores por la correspondencia

con el maque.

Los factores que determinan el estado material de un artefacto durante su devenir

en el tiempo se pueden clasificar de manera general en dos grupos: intrínsecos y

extrínsecos. Los primeros se refieren a las particularidades del objeto, determinadas por

sus materiales constitutivos y técnica de factura; los segundos, a las características del

contexto que lo rodea (Guevara, 2001). Sin embargo, en pocas ocasiones es un solo factor

el que genera deterioros en un bien, ya que normalmente las causas intrínsecas son

acentuadas por factores externos o viceversa, las características propias de los materiales

son facilitadores de ciertas alteraciones.

3.4.2 El contexto de enterramiento

Al finalizar la factura de la decoración de estas vasijas (las cuales no presentan huellas

visibles de uso posterior), fueron ofrendadas en contextos donde comenzó su proceso

ontogénico (transformaciones en el tiempo), cumpliendo en primera instancia con el uso

ritual para el que fueron elaboradas. Consecutivamente, el objeto es transformado tanto

por la matriz donde fue enterrado como por los elementos a los que estuvo asociado. Las

alteraciones materiales ahí generadas pueden llevarse al cabo de unos segundos como

102

hasta a lo largo de varios siglos, por diferentes causas y mecanismos. No obstante, en la

mayoría de los casos, el restaurador solamente logra apreciar la manifestación de estas

transformaciones en el bien cultural, debiendo atender a su conocimiento y a la

investigación para entender los procesos y posteriormente el origen.

A diferencia de la mayoría de los objetos culturales que se encuentran en uso o

formando parte de un acervo, las piezas arqueológicas presentan en su proceso el común

denominador de permanencia bajo tierra por un lapso determinado de tiempo,

diacrónicamente mayor en objetos prehispánicos -como en el caso de estudio- que en los

coloniales. Este suceso es sumamente relevante para el estado de conservación de los

objetos de este tipo, pues las incidencias de los procesos edafoquímicos en los suelos son

tales sobre los objetos orgánicos, que solamente en ciertos contextos el material logra

preservarse.

En el caso de los materiales arqueológicos, los factores extrínsecos de tipo

ambiental son determinantes en la generación de transformaciones en los objetos

enterrados, agentes que son ocasionados principalmente por el clima y las características

fisicoquímicas del suelo (Brito, 1999; Guevara, 2001; Alonso, 1998; Grimaldi, 2001), donde

la incidencia de ambos genera las condiciones específicas que forman el contexto. Como

elementos del clima destacan el agua (gravitacional, subterránea e higroscópica) y la

temperatura (Guevara, 2001). Dentro de las características del suelo se encuentran:

composición, tamaño y forma de partícula, pH, gases disueltos, profundidad y procesos

edafogenéticos (Guevara, 2001). Esta situación ha llevado a la disciplina a cierta

especialización en el estudio y tratamiento de este tipo de objetos, desde el momento del

hallazgo, su traslado e intervención posterior.

Los materiales orgánicos tienden a ser mucho más susceptibles de deterioro

químico por los agentes externos, más aún en un contexto de enterramiento. Por un lado,

estos materiales son utilizados por algunos organismos como alimento. González (1995)

menciona que si existe un porcentaje de humedad relativa (HR) de 65%, con poca

ventilación y ausente de luz, los microorganismos pueden desarrollarse y debilitar los

materiales.

103

Todas estas características del suelo conforman un sistema de agentes que actúan

de un modo en particular con cada tipo de material y su técnica de factura, produciendo

una vasta cantidad de variables patológicas del patrimonio cultural, a tal grado que dos

objetos similares en una misma ofrenda pueden presentar deterioros diferentes. Sin

embargo, es posible acotar algunos efectos de deterioro que sí se presentan de manera

constante en cada material, aunque en menor o mayor grado, como es el caso de la

decoración en estudio.

3.4.3 Deterioros de la decoración pseudo-cloisonné: proceso patológico de

un padecimiento

En términos médicos, una patología es el conjunto de síntomas que manifiesta una

enfermedad (Real Academia Española, 2001). Esta similitud ha sido abordada en algunos

trabajos de investigación en el ámbito de la Restauración, principalmente en bienes

culturales inmuebles (Broto, 2006; Correal, 1994) y algunos bienes muebles (Contreras,

2010). Así pues, al extrapolar esta definición se podría usar como analogía de patología el

faltante de la decoración pseudo-cloisonné sobre cerámica, donde el proceso patológico

(mecanismos) logra ser analizado y entonces deducir las posibles causas. Una de estas

últimas puede ser la presencia de un aglutinante orgánico que genera esta “enfermedad”

o padecimiento; sin embargo, es factible presumir que otra posibilidad es que los

materiales utilizados conjuntamente y su interacción con el contexto sean los

responsables, ya que pocas veces los factores son aislados. No obstante, como en muchos

casos médicos, es necesario realizar análisis para tener mayor certeza de las causas de las

alteraciones.

Ahora bien, como parte del trabajo de la Restauración existe la oportunidad y la

necesidad de hacer algunas inferencias del devenir de los objetos, construidas a partir de

la observación de las patologías y algunos de sus procesos. Estos últimos se han

identificado en el pseudo-cloisonné como los siguientes deterioros: higroscopicidad-

solubilidad (si no es original de factura), craqueladuras, escamación, pulverulencia, falta

104

de adhesión al soporte e incidencias mecánicas. Así pues, a continuación se describen

estas transformaciones observadas en el objeto de estudio y sus probables causas.

Higroscopicidad-solubilidad

Esta particularidad puede ser la principal causa de pérdida de la decoración en correlación

con su contexto de enterramiento, puesto que la humedad a la que son expuestos estos

objetos genera la hidratación y el reblandecimiento del pseudo-cloisonné. El origen de

este efecto es una de las principales incógnitas por resolver a partir de los resultados de

este estudio, pues si los análisis confirman la presencia de un aglutinante orgánico y

determinan la naturaleza de éste, será entonces posible establecer si es una característica

propia de la decoración o si es propiciado por la alteración del material orgánico.

Craqueladuras

Están presentes tanto en la capa-base como en la pintura de relleno. Se manifiestan como

delgadas fisuras o grietas sin un patrón aparente y de manera poco prolongada. Es posible

que este fenómeno se origine por el secado abrupto del estrato al momento de la factura ,

contrayendo el aglutinante, o por fluctuaciones de la humedad en el contexto (Figura 3.6).

105

Escamación

Este tipo de desprendimiento de la decoración ha sido identificado principalmente en la

capa-base y esporádicamente en los pigmentos de relleno. Este efecto se puede apreciar

como separación de la decoración desde el soporte cerámico y normalmente es de 0.1 a

2.0 cm de extensión (Figura 3.7). El desprendimiento se ha observado por alguna acción

mecánica durante su manipulación y, en ocasiones, la separación está limitada por el

craquelado. Las causas probables de esta alteración pueden ser también las fluctuaciones

de humedad en el contexto o el deterioro del aglutinante; cualquiera de los anteriores

aunado al contacto físico con el material constitutivo, donde ya no existe suficiente

anclaje mecánico entre el soporte y la decoración.

Figura 3.6. Detalle de la decoración exterior de una copa procedente de Plan del

Guaje donde se observan craqueladuras en los colores rojo y amarillo. Fotografía

del autor.

106

Pulverulencia

Este deterioro se ha detectado únicamente en las zonas de color que rellenan los espacios

excavados en la decoración. Se manifiesta como falta de cohesión de las partículas de

pigmento desprendiéndose como polvo (Figura 3.8). Dentro de las posibles causas se

pueden mencionar algunas reacciones químicas debido a las características del suelo (pH,

gases disueltos, etc.). En caso del empleo de un aglutinante en la factura, la pérdida de

cohesión estaría originada por un proceso de despolimerización sucedido en el contexto.

Figura 3.7. Detalle de la decoración interior de una copa de Cerro del Teúl,

donde se aprecia escamación de la capa-base y craqueladuras en los demás

colores. Fotografía del autor, Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl-INAH.

107

Falta de adhesión al soporte

Se han observado algunos ejemplares con este

problema que se debe principalmente a la

reutilización de las vasijas, donde la decoración

presenta una extrema fragilidad notablemente

mayor a la sensibilidad propia de la decoración. Los

casos referidos son de algunas piezas procedentes

de La Higuerita y Plan del Guaje, que inicialmente

fueron concebidas con un acabado de superficie no

apto para generar el anclaje del pseudo-cloisonné,

como es el pulido (Figura 3.9).

Figura 3.8. Detalle de sección de color verde que se percibe pulverulenta de

la decoración exterior de un cajete de base anular del Cerro del Teúl.

Fotografía del autor, Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl-INAH.

Figura 3.9. Olla miniatura procedente de

Plan del Guaje donde se aprecia la

cerámica roja pulida debajo del pseudo-

cloisonné. Fotografía del autor.

108

3.4.4 Comentarios finales de posibles aglutinantes orgánicos del pseudo-

cloisonné

Como se ha explicado con antelación, para la determinación del proceso de deterioro de

un aglutinante primero debe conocerse su composición química; sin embargo, a partir de

las referencias antes citadas acerca del posible material utilizado en época prehispánica,

en conjunto con las problemáticas de conservación observadas, es posible realizar

algunas conjeturas de las transformaciones que presentan estos materiales ante la

humedad. Por un lado, la disolución al agua puede deberse a la naturaleza química del

material empleado originalmente como aglutinante en su factura; aunque por otro lado,

esta característica puede ser generada por el deterioro que el material ha tenido en el

contexto de enterramiento, donde se sabe que puede estar expuesto a transformaciones

por el contacto con el suelo y ser degradado.

En experiencia personal, al momento de realizar micro-excavación a ollas con

pseudo-cloisonné de dos sitios diferentes, fue claramente observada la fragilidad que

evidenciaba la decoración, demostrando la afinidad del estrato con el agua, de manera

que presentaba una alta capacidad de absorción y solubilidad ante la misma. Esto es un

fuerte indicativo de que el aglutinante empleado tiende a comportarse, en origen, como

un polisacárido o una proteína, ya que estos materiales son total o parcialmente solubles

en agua.

Ahora bien, tomando en cuenta la propuesta antes abordada de Holien (2001), es

necesario aclarar que cuando se emplean aceites secantes, en este caso el de chía y/o aje,

“la capa filmógena formada está constituida por materiales insolubles en agua y posee

elevada hidrofobicidad, por lo que una vez formada constituirá una eficaz protección

contra los efectos de la humedad en los pigmentos y capas inferiores” (Peris, 2008).

Entonces, si la decoración al pseudo-cloisonné fue elaborada primordialmente de esta

manera, indicaría que el contexto de enterramiento de los objetos produce un deterioro a

tal grado que los ácidos grasos polimerizados se vuelven solubles al agua. Esto puede

tener su origen en la ruptura de los dobles enlaces cuando aún la molécula no se

109

encuentra completamente polimerizada o por la separación de las cadenas en este mismo

lugar cuando el ácido graso se encuentra ya oxidado, formando ácidos carboxílicos de bajo

peso molecular formando comúnmente ácido azelaico (Ibíd).

Por otro lado, como fue expuesto en el capítulo anterior, tampoco es posible

hablar de la cal como aglutinante inorgánico, puesto que un porcentaje elevado de los

especímenes analizados por Castillo no presentaron este compuesto como constituyente.

En todo caso, si se se hubiera empleado cal este estrato sería insoluble, ya que una de las

características del hidróxido de calcio como técnica decorativa es que, una vez que fragua

adquiere esta propiedad y se vuelve altamente resistente. Esto significaría que, en caso de

presentar deterioro, éste sería de origen químico y se manifestaría predominantemente

como pulverulencia y no como escamación.

Se ha observado poca cantidad de pigmento blanco conservado comparado con

otros colores, esto conduce a reflexionar si en este caso el origen de dicho deterioro tiene

que ver con la interacción que tienen las partículas de este pigmento con el aglutinante

que probablemente se empleó.

En síntesis, este análisis de los procesos patológicos de la decoración al pseudo-

cloisonné acerca cada vez más a la hipótesis de varios investigadores desde los primeros

hallazgos y ratificada desde finales de los 60´s por Noemí Castillo (quien asume esta

técnica como post-cocción) en cuanto a la factible presencia de un aglutinante. Por ello es

imprescindible, desde varias ciencias, tener un conocimiento objetivo que confirme o

deseche esta teoría; para esto, se requiere de un análisis científico con apoyo de la

investigación arqueológica y etnohistórica.

110

111

CAPI TULO 4 DISEN O METODOLO GICO EXPERIMENTAL

Como se mencionó al inicio de esta investigación, el objetivo principal es la identificación

de componentes orgánicos como aglutinante de la decoración pseudo-cloisonné de

cerámica arqueológica proveniente de los sitios La Higuerita, Plan del Guaje y Cerro del

Teúl. Para alcanzarlo, se propuso un diseño metodológico experimental que consistió

inicialmente en realizar la observación y registro de cada uno de los objetos de las tres

colecciones, cuya finalidad es determinar el estado actual de cada uno. Se ha señalado con

antelación que en la actualidad existe una metodología específica para el registro dentro

de la disciplina de la Restauración, de manera que, atendiendo a ello, se realizó el registro

de los datos generales de cada pieza, características formales y de técnica de factura, su

estado de conservación incluyendo las intervenciones anteriores y cualquier dato

particular que aportó información relevante.

La información anterior fue condensada y analizada para realizar la selección de

especímenes aptos para la toma de muestras que serían sometidas a los análisis

experimentales. Como parte de este proceso selectivo se evaluaron los requerimientos

técnicos de las muestras, cotejando con las posibilidades que ofrece cada pieza cerámica

conforme a los datos obtenidos para determinar la pertinencia de la extracción.

Posteriormente, se identificaron las zonas adecuadas, donde no se comprometía de

manera importante las características visuales de la obra.

112

Cuando fue determinado el número de muestras factible de obtener de cada

colección, se procedió a solicitar los permisos correspondientes al Consejo de Arqueología

del INAH exponiendo los requerimientos. Una vez con la autorización, se efectuó la toma

de muestras: una de La Higuerita, dos de Plan del Guaje y dos más de Cerro del Teúl. Por

otro lado, se efectuó también la preparación de muestras de polímeros naturales para

generar patrones de comparación, con la finalidad de encontrar posibles

correspondencias con las muestras de pseudo-cloisonné.

Posteriormente, se realizó el análisis de los patrones y las muestras con el método

de Espectroscopía Infrarroja por Transformada de Fourier con Reflectancia Total Atenuada

(FT-IR con ATR) por el químico Miguel Ángel Canseco Martínez, en el Instituto de

Investigación en Materiales de la Universidad Autónoma de México. Así mismo, con las

mismas muestras se efectuaron posteriormente los análisis de Cromatografía de Gases

con Detector de Ionización de Flama (GC-FID) y Cromatografía de Líquidos con Detector de

Índice de Refracción (HPLC-IR) por la Dra. Elvira Ríos Leal en el Centro de Investigación y

de Estudios Avanzados de la Universidad Politécnica Nacional. Los resultados serán

presentados en el siguiente capítulo.

A continuación se expone el diagrama de flujo de las actividades propuestas para

esta investigación:

113

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114

4.1 Análisis formal, técnica de factura y diagnóstico de las piezas

pertenecientes a los sitios arqueológicos La Higuerita, Plan del Guaje

y Cerro del Teúl

4.1.1 Análisis formal

El análisis formal responde a la identificación de las características del cuerpo cerámico

con respecto a su forma, de acuerdo con convencionalismos utilizados por la Arqueología,

para reconocer el uso que pudo tener el objeto. De manera general, las piezas de

cerámica de estos tres sitios son únicamente vasijas, es decir, piezas que por su forma

tienen la capacidad de ser contenedores, de los cuales es posible identificar tres tipos:

ollas, copas y cajetes. Los ejemplares que cuentan con decoración pseudo-cloisonné de La

Higuerita son copas, una olla y un tecomate, en Plan del Guaje solamente existen ollas y

copas, mientras que en Cerro del Teúl hay copas y cajetes.

La Higuerita

Como ya se mencionó en el primer capítulo, son 21 los objetos decorados con pseudo-

cloisonné encontrados en las excavaciones realizadas en este sitio, 19 corresponden a

copas, una olla y un tecomate. Las piezas provienen de las Tumbas de Caja Sur I y Oeste;

en la primera fueron halladas las dos vasijas que difieren formalmente del resto y las

demás, que corresponden a copas, fueron encontradas en la segunda. A continuación se

presenta una tabla con los datos de cada pieza:

115

Tabla 4.1 Piezas cerámicas con pseudo-cloisonné de La Higuerita

Título* Datos Arqueológicos

Olla Códice Elemento 7, Grupo A, Caja Sur I

Tecomate Elemento 35, Grupo D, Caja Sur I

Copa Elemento sin número, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 5, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 6, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 7, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 8, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 9, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 10, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 11, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 12, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 13, Grupo 2, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 14, Grupo 2, Caja Oeste

Copa Elemento sin número, Grupos 9, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 1, Grupo 9, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 2, Grupo 9, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 3, Grupo 9, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 4, Grupo 9, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 5, Grupo 9, Caja Oeste

Copa miniatura Elemento 6, Grupo 9, Caja Oeste

Copa de base anular Elemento 74, Grupo 10, Caja Oeste

* No fue incluida la palabra pseudo-cloisonné del título original, ya que todas presentan esta decoración

116

Plan del Guaje

El total de piezas que cuentan con decoración pseudo-cloisonné de este sitio asciende a

23, todas como parte de la ofrenda del Entierro 2 de la Unidad Sur. De estas piezas, diez

son copas de base pedestal y 13 ollas: una globular efigie y 12 globulares (diez de ellas

miniaturas).

Tabla 4.2 Piezas cerámicas con pseudo-cloisonné de Plan del Guaje

Título* Datos Arqueológicos

Olla globular Elemento 2, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura Elemento 3, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura Elemento 4, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura Elemento 5, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura Elemento 6, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura Elemento 7, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla miniatura Elemento 8, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal Elemento 11, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal Elemento 12, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal Elemento 13, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal Elemento 14, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal Elemento 15, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal Elemento 16, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal Elemento 17, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal Elemento 18, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal Elemento 19, Bloque 1 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Copa de base pedestal Elemento 20, Bloque 2 Norte, Grupo C, Pozo 5742

Olla efigie Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742

Olla globular Elemento 6, Grupo D, Pozo 5742

Olla miniatura Elemento 1, Grupo E, Pozo 5742

Olla miniatura Elemento 2, Grupo E, Pozo 5742

117

Tabla 4.2 Piezas cerámicas con pseudo-cloisonné de Plan del Guaje

Título* Datos Arqueológicos

Olla miniatura Elemento 3, Grupo E, Pozo 5742

Olla miniatura Elemento 4, Grupo E, Pozo 5742

* No fue incluida la palabra pseudo-cloisonné del título original ya que todas presentan esta decoración

Cerro del Teúl

Dentro de las vasijas que fueron entregadas al INAH, a través del proyecto, se cuenta en

total con nueve piezas: cuatro cajetes de base anular y cinco copas de base pedestal.

Tabla 4.3 Piezas cerámicas con pseudo-cloisonné de Cerro del Teúl

Título* Número de inventario

Copa de base pedestal 2013PJ023

Copa de base pedestal 2013PJ024

Copa de base pedestal 2013PJ038

Copa de base pedestal 2013PJ039

Cajete de base anular 2013PJ040

Cajete de base anular 2013PJ073

Cajete de base anular 2013PJ074

Copa de base pedestal 2013PJ0158

Cajete de base anular 2013PJ0159

* No fue incluida la palabra pseudo-cloisonné del título original, ya que todas presentan esta decoración

118

4.1.2 Técnica de factura

La técnica de factura de los objetos cerámicos consiste en la identificación del

procedimiento empleado por el alfarero al momento de levantar los cuerpos cerámicos así

como de su posterior decoración. Sin embargo, se enfatizará en detalles particulares

observados en la técnica de la decoración, a fin de que esta información ayude a conocer

más acerca del tema en estudio.

Todas las piezas fueron elaboradas en barro cocido a baja temperatura,

probablemente en una fogata, puesto que presentan variaciones en la cocción y golpes de

fuego que hablan de una atmósfera heterogénea. Las arcillas utilizadas varían hasta en un

mismo sitio, aunque en varias piezas no logran apreciarse; de manera general, tienden a

ser claras en colores como bayo, amarillo, rosa o naranja. El estudio de los desgrasantes

no se aborda en este texto, ya que eso requiere mayor detalle e investigación.

La Higuerita

Existen algunas diferencias en cuanto a la construcción de los cuerpos de estas vasijas,

aunque de manera general en las copas se utilizaron moldes no convencionales para los

cuerpos y se añadieron rollos o placas para colocar los soportes. Por otro lado, la Olla

Códice fue elaborada a partir de rollos con los soportes pre-modelados y añadidos

posteriormente (López Mestas y González, 2005). En el caso del tecomate, al parecer se

emplearon placas y moldes no convencionales. Resulta importante mencionar que en la

Olla Códice y en el tecomate se observan algunas transformaciones que se realizaron

intencionalmente antes de ser enterrados (Figura 4.1). En el primer caso, la pieza carece

de los tres soportes y solamente hay vestigios de éstos en la unión con el cuerpo. En el

tecomate existe un desgaste intencional en el borde, donde se aprecia el canto de la

cerámica, esto conduce a presumir que el objeto originalmente se trataba de una olla y le

fue retirado el cuello (López Mestas y González, 2004).

119

Es de llamar la atención la gran cantidad de piezas que fueron re-utilizadas, es

decir, recibieron una decoración original pre-cocción con un acabado pulido que,

posteriormente, se cubrió con pseudo-cloisonné. Las copas presentan colores como rosa o

naranja en la superficie y algunas tienen una línea roja en el borde y/o diseños muy

tenues al negativo en el cuerpo (Figura 4.2a); algunas de estas piezas muestran un

texturizado en la pasta de origen desconocido (Figura 4.2b). Adicionalmente, es posible

apreciar, desde el borde hasta el cuello de la Olla Códice, una decoración roja pre-cocción

con acabado pulido; no obstante, es difícil precisar hasta dónde se extiende, ya que la

mayoría está cubierta por la decoración, aunque hay secciones del cuerpo en las que aún

se observa parte del rojo debajo del gris como se observa en la figura 4.2c.

Figura 4.1. A la izquierda, vista de la base de la Olla Códice donde se observan las huellas donde se

encontraban los soportes. A la derecha, boca del tecomate donde se aprecia el canto de la pasta

cerámica. Fotografías del autor.

120

En todas las piezas de este sitio se observa la técnica de factura del pseudo-

cloisonné con el proceso general, es decir, primero se aplica la base gris la cual se excava y

se rellenan los vacíos con pigmentos. La capa-base es de color gris medio,16 aunque

16 Recuérdese que en el Capítulo 2 se mencionó la adopción de este término al hablar de la capa gris, que es

colocada al inicio de la elaboración de la decoración pseudo-cloisonné en la cual se excavan los diseños.

Figura 4.2. a) Copa donde se aprecia una banda color rojo en el borde con acabado pulido bajo la

capa-base gris. b) Copa donde son evidentes numerosos rayones en la pasta. c) Olla Códice donde se

observa la decoración roja pre-cocción donde se ha perdido mayor cantidad de pseudo-cloisonné.

Fotografías del autor.

a

c

b

121

existen variaciones con tonos ligeramente más azules y otros más oscuros. En algunos

casos se utilizó el color de la capa-base para formar algunos diseños sin la necesidad de

excavar (Figura 4.3). Con respecto a los pigmentos de relleno, el color que se encuentra en

la mayoría de las piezas que aún lo conservan es el rojo; sin embargo, se ha observado

adicionalmente amarillo y verde en la Olla Códice y blanco en el Elemento 74, Grupo 10,

Caja Oeste (López Mestas y González, 2005).

Plan del Guaje

En general, los cuerpos cerámicos de las piezas que presentan esta decoración fueron

elaborados a partir de placas sobre moldes no convencionales con formas hemisféricas.

Los soportes de las copas fueron pre-modelados también con placas y posteriormente

añadidos; los bordes de las ollas se realizaron agregando un rollo o placa delgada, dando

la forma por pellizcado. En el caso de la Olla efigie, la figura añadida fue modelada a mano

Figura 4.3. A la izquierda, detalle de personaje de la Olla Códice donde se aprecia el faldellín y otros

detalles conformados por la capa-base. A la derecha, algunas figuras geométricas formadas por la

base gris en el interior de una copa. Fotografías del autor.

122

en una placa, unida por arrastrado y decorada mediante incisión y punzonado (González y

Montejano, 2009).

La mayoría de las vasijas de Plan del Guaje con este tipo de decoración al parecer

fueron elaboradas ex profeso, es decir, su acabado de superficie alisado conduce a

presumir que desde la construcción se pensó en que la cerámica sería cubierta con

pseudo-cloisonné pues con esta característica se facilita el anclaje (Figura 4.4a). Sin

embargo, existen cuatro ollas en las que es posible observar un acabado de superficie de

color rojo muy liso que da la apariencia de pulido o bruñido (aunque no es posible

apreciar marcas), donde la decoración post-cocción no parece premeditada, por lo que es

posible pensar en una reutilización.

El color de la capa-base de las piezas en estudio es variado, pues va de gris muy

claro a gris medio;17 en varias ocasiones también se utilizó este material para formar

17 Colores Munsell registrados: 10YR 7/1, Gley 1 7/N, Gley1 8/10Y, GLEY 2 6/5PB.

Figura 4.4. a) Olla en la que logra apreciarse la superficie de la pasta cerámica a la que fue colocada la

decoración post-cocción (Fotografía: Daniel Gallo). b) Olla miniatura que presenta una superficie roja

pulida bajo el pseudo-cloisonné (Fotografía: Giovana Jaspersen).

a

b

123

figuras. Por otro lado, los pigmentos de relleno aquí presentes son rosas, rojos y amarillos,

con algunos posibles residuos de blanco y verde (González y Montejano, 2009).

Cerro del Teúl

La simetría de los cuerpos de los nueve objetos estudiados de este sitio, indica que fueron

elaborados a partir de placas colocadas sobre moldes no convencionales (Figura 4.5). En el

caso de las copas, el cuerpo y el soporte se realizaron de manera independiente y,

posteriormente, se unieron mediante arrastrado; en cambio, al cuerpo de los cajetes de

base anular les fue añadido un rollo o una placa delgada para conformar el soporte.

Las vasijas pseudo-cloisonné de este sitio aparentemente fueron también

elaboradas con la finalidad de ostentar dicha decoración, pues todas las piezas estudiadas

presentan un acabado de superficie alisado, con lo que probablemente se facilitó el

anclaje de la capa-base (Figura 4.5a). Solamente los cajetes de base anular 2013PJ040 y

2013PJ159 tienen pintura roja pre-cocción, con acabado de superficie pulido en el exterior

del soporte; esto evidencia la finalidad del alfarero por dejar el cuerpo de los cajetes

preparados para recibir la decoración post-cocción y complementar la imagen con la

franja roja que genera la decoración del soporte (Figura 4.5b).

Figura 4.5. a) Detalle de copa donde se aprecia la superficie de la cerámica en faltantes de pseudo-

cloisonné. b) Cajete que presenta el soporte con decoración pre-cocción rojo pulido. Proyecto

Arqueológico Cerro del Teúl. Fotografías del autor.

a b

124

Analizando la técnica de factura de la decoración de estas vasijas fue posible

apreciar que la capa-base fue colocada de manera convencional; sin embargo, cabe

señalar que el color de este estrato es prácticamente negro. La mayoría de las

delineaciones son muy finas y las representaciones muy intrincadas que, en conjunto,

denotan una enorme destreza en la técnica. Los pigmentos de relleno de estas piezas se

distinguen por ser más diversos, ya que hay verdes, amarillos, rosas, rojos, naranjas y

blancos, además de ser éstos abundantes y brillantes. En algunas zonas se utilizó el mismo

material de la capa-base para conformar figuras, al igual que en las vasijas de los otros dos

sitios.

Se aprecian algunas particularidades generadas en el proceso de elaboración que

vale la pena resaltar. Algunas de las piezas de este sitio presentan una base blanca

aplicada previamente a la colocación de algunos pigmentos rojos y amarillos, proceso

también identificado por Castillo (1968) para tiestos de La Quemada. (Figura 4.6) Esta

característica está presente sólo en los colores mencionados, incluso en piezas que

contienen tonos variados; además, se aprecia que la superficie de estas zonas se

encuentra con un acabado más compacto, liso y saturado que los colores que no cuentan

con el fondo blanco.

Figura 4.6. A la izquierda el detalle del exterior de un cajete y a la derecha el interior de una copa, en

ambos casos se aprecia una capa blanca debajo de los colores de relleno. Proyecto Arqueológico

Cerro del Teúl. Fotografías del autor.

125

Se observan algunas “reintegraciones” donde se perdió parte de alguna línea de la

capa-base y fueron completadas posteriormente con los pigmentos de relleno por el

mismo artífice o, en otros casos, aparentemente no se colocó la línea negra y se

delimitaron los espacios sólo con los pigmentos (Figura 4.7). En la copa de base pedestal

2013PJ024 existe una forma en zig-zag que fue recortada, pero que no se excavó en su

totalidad, lo cual permite apreciar el grosor del instrumento utilizado (Figura 4.8a). Otra

particularidad es la presencia de capa-base en las copas 2013PJ023 y 2013PJ024, al

interior de los soportes; en la primera al parecer estuvo todo cubierto, aunque solamente

se conserva la sección unida al cuerpo; en el segundo caso se encuentra en las paredes,

mas no llega hasta la unión con el cuerpo (Figura 4.8b).

Figura 4.7. a) Interior de una copa donde aparentemente se utilizó el color rojo para cubrir algunas

secciones donde se perdieron partes de la capa-base. b) Exterior de un cajete donde los colores de

relleno no están separados entre sí por líneas de capa-base. Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl.

Fotografías del autor.

a b

126

Existen algunas piezas que forman parte de la misma colección a la que pertenecen

las vasijas en estudio, que presentan restos de pigmento con la apariencia de ser pseudo-

cloisonné sobre una decoración al negativo hecha pre-cocción. Es difícil precisar si este

fenómeno se deba a que fueron redecoradas y debido al acabado de superficie pulido que

todas tienen se desprendió la decoración, o al contacto que pudieron tener con otras

piezas de la misma ofrenda que sí fueron decoradas. Lo anterior se presume a partir de

que piezas cerámicas procedentes tanto de contextos de Tumba de Tiro (Solar, 2010)

como del Epiclásico (Solar y Padilla, 2013) han presentado estos residuos. Sin embargo, en

general los cajetes de base anular con decoración al negativo con estos residuos de

pigmento, que son las piezas pertenecientes al Epiclásico, presentan mayor cantidad de

vestigios de este tipo en la superficie, que las del Preclásico que son cajetes trípodes y

ollas miniatura.

4.1.3 Diagnóstico material

El diagnóstico material consiste en hacer la identificación de los efectos de deterioro

presentes en cada una de las piezas para, posteriormente, entender el mecanismo que se

llevó a cabo para que el objeto llegara a ese estado y, finalmente, determinar la o las

a b

Figura 4.8. a) Copa de base pedestal 2013PJ024 que presenta la línea de corte de la capa-base

marcada. b) Interior del soporte de una copa donde se aprecia que las paredes presentaron capa-

base. Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl. Fotografías del autor.

127

causas. Conocer el origen de las transformaciones es vital en la disciplina, puesto que con

esto es posible detener, desacelerar o prevenir el deterioro en el objeto o bienes que

puedan presentar la misma problemática.

La Higuerita

Como fue señalado en el capítulo anterior, la pérdida de policromía es el padecimiento

característico de la decoración pseudo-cloisonné, en la colección de La Higuerita es posible

encontrar faltantes mínimos del 20% hasta casi la pérdida total.

Como puede observarse en la tabla 4.4, algunas piezas presentan escamación,

pulverulencia e higroscopicidad-solubilidad y sólo una craqueladuras; sin embargo,

ninguna de ellas tiene falta de adhesión al soporte debido a un acabado de superficie tan

liso como en ejemplares de otros sitios. Es importante señalar que todas las piezas fueron

intervenidas en diversas temporadas de trabajo dentro del STRC de la ECRO, por lo que

algunos de estos deterioros ya fueron tratados mediante procesos de fijado y la

escamación, pulverulencia o higroscopicidad-solubilidad no se encuentran activas; razón

por la cual no fueron contemplados en la tabla, aunque originalmente sí estaban

presentes en las piezas, según fue señalado en los informes correspondientes. Como fue

descrito en el capítulo anterior, estos deterioros son resultado de la posible presencia y

alteración de un material orgánico como aglutinante, debido tal vez a su propia naturaleza

y a la exposición a una importante cantidad de agentes físico-químicos y biológicos

presentes en el suelo donde fueron depositados.

Todas las piezas presentan abrasión en la superficie, la cual pudo también ser

generada por las partículas de diferente granulometría del contexto de enterramiento

que, debido a la humedad presente y al reblandecimiento de la decoración, pueden

resultar muy abrasivas.

Algunos de los deterioros sobre el pseudo-cloisonné de estas vasijas, que

claramente fueron generados en el contexto de enterramiento, son las manchas. Por un

lado, existen manchas de manganeso que son generadas por bacterias que fijan este

128

metal (Pickering y Cuevas, 2003). Solamente el tecomate tiene una gran mancha amarilla

posiblemente de azufre y algunas manchas de naturaleza desconocida que aparentan ser

residuos de material orgánico como alguna resina (López Mestas y González, 2004) (Figura

4.9).

Figura 4.9. Vista oblicua del tecomate, donde al lado izquierdo se aprecia la mancha amarilla

presumiblemente de azufre. Fotografía del autor.

129

TABLA 4.4 Estado de conservación de la decoración pseudo-cloisonné de piezas de La Higuerita

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A., C. S. 1 20

E. 35, G.

D., C. S. 1 45 SR

E. s/n, G.

2, C. O. 30

E. 5, G. 2,

C. O. 25

E. 6, G.

2, C. O. 60

E. 7, G. 2,

C. O. 55

E. 8, G.

2, C. O. 93

E. 9, G.

2, C. O. 60

E. 10, G.

2, C. O. 80

E. 11, G.

2, C. O. 85

E. 12, G.

2, C. O. 99

E. 13, G.

2, C. O. 70

E. 14, G.

2, C. O. 97

E. s/n, G.

2 y 9, C.

O.

50

130

TABLA 4.4 Estado de conservación de la decoración pseudo-cloisonné de piezas de La Higuerita D

ato

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lógi

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nte

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ón

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cion

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as

Inte

rven

cion

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nte

rior

es

Res

tau

raci

ón

Otr

os

E. 1, G.

9, C. O. 25

E. 2, G. 9,

C. O. 70

E. 3, G.

9, C. O. 95

E. 4, G. 9,

C. O. 95

E. 5, G.

9, C. O. 99

E. 6, G. 9,

C. O. 25

E. 74, G.

10, C. O. 25

S= Mancha amarillenta, posible azufre.

R= Mancha café oscuro, posible resina.

Plan del Guaje

Los porcentajes de faltante son menores en las vasijas de Plan del Guaje, puesto que no

superan el 60% en la decoración más deteriorada. De manera general, estas piezas

presentan deterioros muy similares a las de La Higuerita y también en este caso todas

fueron intervenidas en la ECRO, por lo cual, a continuación se explicarán los deterioros

que no ha sido mencionados y solamente están presentes en esta colección.

131

En las piezas de Plan del Guaje es probable que la mayor conservación se deba a

los procesos de rescate, climatización y microexcavación en laboratorio que estas piezas

recibieron, ya que evitaron que la contracción de la tierra de contexto o de la misma

decoración, debido a la desecación abrupta, generara mayores desprendimientos. En

experiencia personal, las tierras que contenían tanto las piezas de La Higuerita como las

de Plan del Guaje eran arcillosas con inclusiones angulosas;18 sin embargo, estas últimas

se encontraban en mayor cantidad en el segundo sitio arqueológico. También es

importante apuntar que la arcilla de la Higuerita era de color café y muy plástica, aunque

más rígida debido a la cantidad de inclusiones; en cambio, la de Plan del Guaje era color

café muy oscuro y menos plástica. Las características de esta última ocasionan que la

contracción de la matriz sea menor pero a su vez favorece un secado rápido.

Un deterioro que no fue mencionado anteriormente y que parece constante en la

decoración pseudo-

cloisonné de esta colección

es un “efecto de picado”,

es decir, numerosos

orificios que generan una

superficie irregular, que

resulta muy evidente en la

capa-base de algunas

piezas (Figura 4.10). Esta

alteración pudo generarse

por la incidencia de las

numerosas inclusiones

angulosas que presentaba

18 También cabe señalar que en La Higuerita se colocó un piso de barro extremadamente rígido que estaba

en contacto con algunas piezas con pseudo-cloisonné.

Figura 4.10. Base de una olla donde se aprecian pequeñas marcas en

la superficie del pseudo-cloisonné. Fotografía del autor.

132

la tierra de este contexto durante el reblandecimiento de la decoración por la presencia

de humedad elevada.

Un caso particular es la olla miniatura, Elemento 7, Grupo C, pues al parecer

presenta exfoliación en algunas zonas, alteración que consiste en el desprendimiento de

delgadas láminas, en este caso de la capa-base, que no ocupan el espesor completo del

sustrato (Figura 4.11). Para que este deterioro suceda, primero debe existir una

estratificación de la capa (al menos dos capas); por ello es que probablemente la causa

sea la técnica de manufactura, es decir, que la capa-base se aplicara por capas

subsecuentes, posiblemente por retoque o para engrosar al estrato, no en un mismo

momento o debido la falta de incorporación de todos los componentes. Esto sucede

cuando existe falta de anclaje entre una capa y otra, por las características de las dos

superficies unidas, fenómeno que normalmente se acentúa por diferencias de humedad

entre las capas y fluctuaciones de humedad o temperatura en el contexto, donde ocurre

un esfuerzo diferencial de los estratos por dilatación o contracción.

Figura 4.11. Detalle de exfoliación en el cuello y borde del Elemento 7.

Fotografía: Ramón Avendaño

133

TABLA 4.5 Estado de conservación de la decoración pseudo-cloisonné de piezas de Plan del

Guaje

Dat

os

arqu

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ón

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Otr

os

E. 2,

G. C 20

E. 3,

G. C 10 P

E. 4,

G. C 20 p

E. 5,

G. C, 15 P

E. 6,

G.C 15 P

E. 7,

G. C 20 X

E. 8,

G. C 20 P

E. 11,

G. C 35 P

E. 12,

G. C 25

E. 13,

G. C 40 p

E. 14,

G. C 40 T

E. 15,

G. C 30

E. 16,

G. C 7.5 P

E. 17,

G. C 20 T

134

TABLA 4.5 Estado de conservación de la decoración pseudo-cloisonné de piezas de Plan del

Guaje

Dat

os

arqu

eoló

gico

s

% A

pro

x. f

alta

nte

gen

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Cra

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Falt

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ón

Co

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Ray

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Otr

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cion

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res

Res

tau

raci

ón

Otr

os

E. 18,

G. C 25 PT

E. 19,

G. C 45 TPR

E. 20,

G. C 40 TP

E. 24,

G. C 55 *

E. 6,

G. D, 60

E. 1, G.

E 25 P

E. 2,

G. E 15 R

E. 3,

G. E 15

E. 4, G.

E 15 P

P= Efecto de picado

X= Exfoliación local

T= Transformación química

R= Marcas de raíces

135

Cerro del Teúl

El estado de conservación de la decoración de las vasijas de este sitio es mucho mejor

(Tabla 4.6), a pesar de que fueron extraídas por saqueo. Existen varias razones probables

por las que el pseudo-cloisonné se preservó en un grado mayor; una de ellas puede ser la

diferencia en la utilización de determinados materiales constitutivos (pigmentos y/o

aglutinante), puesto que a simpe vista la decoración se observa más estable y con

abundancia de pigmentos muy brillantes, lo cual puede indicar que los materiales

disponibles localmente son en general más estables. También es posible que el evidente

dominio de la técnica haya generado que la decoración fuera más firme o compacta,

formando una superficie más resistente a las incidencias externas. Otra posibilidad que

pudo favorecer el estado de conservación es el contexto de enterramiento, puesto que la

mayoría de las piezas de esta misma colección (incluyendo los cajetes de base anular al

negativo contemporáneos, mencionados anteriormente) tienen depositadas en la

superficie concreciones salinas insolubles (Figura 7.12), las cuales en algunos casos han

ayudado a conservar la decoración como fue el caso de piezas de Tumbas de tiro que

conservaron policromías post-cocción, incluso en superficies bruñidas, y que fueron

protegidas por una gruesa capa de sales que también se observaron en las paredes de las

cámaras de tumbas del sitio (Carrillo, 2010). Estas sales han sido identificadas como

sulfatos por reacciones a la gota, aunque posiblemente se encuentren combinadas con

silicatos como señalan Susan Buys y Victoria Oakley (1993) y que son arrastrados de la

roca madre por filtraciones de agua y depositados en las piezas (Carrillo, 2012).

136

Un deterioro presente en todas las piezas es la presencia de concreciones de color

blanco grisáceo sobre la decoración, presumiendo que se trata de las sales mencionadas

anteriormente, aún no identificadas. Sin embargo, existen otras concreciones muy

blanquecinas que se aprecian muy pulverulentas, pero se desconoce su naturaleza.

Como se aprecia en la figura 4.13, un efecto muy particular de la copa de base

pedestal 2013PJ038, es la presencia de craqueladuras en la base blanca y que no se

reflejan en el color que se colocó encima. Éstas posiblemente se debieron a que sucedió

un secado abrupto, que la mezcla tenía una excesiva cantidad de aglutinante o que la

propia naturaleza de éste generó contracción al secar.

Figura 4.12. Vista del interior de un cajete donde se observan concreciones salinas

blancas, principalmente cerca del borde. Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl.

Fotografía del autor.

137

En el interior del cuerpo del cajete 2013PJ073, decorado con líneas que forman

círculos concéntricos, se observan marcas de corte en la cerámica, perpendiculares a las

líneas de la capa-base, por lo que se asume que se utilizó un objeto más duro que la

cerámica; desafortunadamente la tierra y sales depositadas en esta pieza y en el cajete de

base anular 2013PJ074, que presenta el mismo tipo de decoración, no permiten evaluar

completamente la causa pero, al parecer, fueron realizados luego de su extracción. El

cajete de base anular 2013PJ040 tiene en la superficie unas incisiones circulares de una

posible herramienta metálica y, además, cuenta con deyecciones de insecto; ambas

alteraciones posiblemente fueron generadas por agentes externos donde fueron

almacenadas después del saqueo.

Finalmente, otro deterioro de tipo visual presente en cinco piezas son las

intervenciones anteriores, en este caso de unión de fragmentos. Para esta acción se

utilizó, presumiblemente, un adhesivo comercial que penetró en los poros de la cerámica

y la decoración, generando manchas oscuras y, adicionalmente, en una de ellas se añadió

una pasta epóxica para reforzar la unión.

Figura 4.13. Detalle de craquelado en la capa blanca colocada debajo del

color rojo. Proyecto Arqueológico Cerro del Teúl. Fotografía del autor.

138

TABLA 4.6 Estado de conservación de la decoración pseudo-cloisonné de piezas de El Cerro del

Teúl N

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de

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os

2013PJ023 45

2013PJ024 50 Gp

2013PJ038 55 Gp

2013PJ039 50

2013PJ040 40 D

M

2013PJ073 15 I

2013PJ074 5

2013PJ015

8 55

2013PJ015

9 85

G= Golpe I= Incisiones D= Deyecciones de insecto M= Marca de posible herramienta

4.2 Selección de especímenes

Como se especificó en la introducción del diseño metodológico, se realizó una selección

de las vasijas factibles de ser muestreadas para el análisis. Los criterios que determinaron

las opciones fueron los siguientes:

1. Que las piezas se encontraran disponibles para ser evaluadas.

139

2. Aquellas que aún conservaran en su superficie una cantidad considerable de pseudo-

cloisonné.

3. Que tuvieran una zona donde la extracción no afectara de manera importante la

lectura de la imagen, según los requerimientos de los estudios a realizar.

4. Que no hubieran recibido una intervención en la decoración con procesos de fijado o

consolidación en la sección que se considerara más viable.

Finalmente, se determinó obtener, por lo menos, una muestra de la capa-base de

una pieza de cada sitio y una muestra de algún pigmento, que en este caso se optó por el

rojo o rosa debido a su mayor abundancia en las tres colecciones.

4.3 Descripción de los métodos analíticos empleados

La Química analítica involucra todos los métodos que se utilizan para determinar la

composición química de la materia (Skoog, Holler y Nieman, 2001). Éstos se clasifican

históricamente en clásicos e instrumentales; estos últimos comenzaron a desplazar a los

primeros a principios del siglo XX. Los clásicos incluyen reacciones químicas con

compuestos específicos para laidentificación, mientras que los instrumentales utilizan

fenómenos que en su mayoría “requieren una fuente de energía para estimular una

respuesta medible que procede del analito” (Skoog et al., 2001: 2).

Convencionalmente, por motivos de accesibilidad y costos, en el campo de la

Restauración la identificación de componentes orgánicos constitutivos de un objeto se ha

realizado principalmente por el método clásico conocido como microquímico o “análisis a

la gota”. Los procedimientos correspondientes fueron adoptados de la histoquímica19 y se

basan en la tinción de grupos funcionales característicos de aceites, proteínas y

carbohidratos empleados en la factura de capas pictóricas. Por otro lado, desde hace

19 “[…] es una rama particular del análisis químico que hace uso de reacciones específicas, sobre todo

colorimétricas, para la evidenciación e identificación de diferentes estructuras sobre una lámina delgada de

un tejido biológico” (Matteini y Moles, 2001: 69)

140

algunas décadas, los análisis instrumentales, en especial los no destructivos, han ido

adquiriendo gran importancia en el estudio del patrimonio cultural. Este tipo de estudios

permiten no solamente identificar de manera más específica los tipos de moléculas

constitutivas que los métodos clásicos, sino que además la cantidad de muestra requerida

es mucho menor y, en algunos casos, no es necesaria, ya que la lectura puede realizarse

directamente sobre el objeto.

El empleo de análisis microquímicos resulta complicado para el estudio del posible

aglutinante en el pseudo-cloisonné, debido a que son pocas las muestras que pueden

extraerse de colores aptos para lograr apreciar la coloración generada exclusivamente por

los reactivos en el aglutinante, sin que interfieran los pigmentos. Esta limitante ocasiona

que no se pueda hacer comparación para corroborar resultados. Además, el contexto del

cual provienen estos objetos tiende a deteriorar en alto grado los compuestos orgánicos,

donde la cantidad que haya logrado conservarse puede ser mínima.

Para la realización de análisis más precisos, se determinó en la presente

investigación el uso de métodos analíticos instrumentales, debido a su elevada

sensibilidad y capacidad de caracterización a nivel molecular y atómico con muestras muy

pequeñas. La selección de estas técnicas se realizó a partir de las referencias bibliográficas

que señalan a la espectroscopía infrarroja y a la cromatografía de gases y líquidos como

las más útiles y prometedoras para el análisis de materiales orgánicos que constituyen el

patrimonio cultural (Peris, 2008; García, 2008).

De forma particular, se determinó el uso de FT-IR con ATR como estudio inicial ya

que el equipo permite la colocación de una muestra mínima directamente y sin

preparación previa; por lo que se utilizaría solamente una pequeña fracción de cada

muestra de pseudo-cloisonné. Posteriormente, lo restante se sometería a los análisis de

cromatografía (GC-FID y HPLC-IR), los cuales requieren la extracción de los componentes,

por lo que es necesaria una mayor cantidad de muestra (considerando que las muestras

de material original en este caso son muy pequeñas) para poder analizar el residuo de la

extracción que en este caso se presumía era mínimo debido a la antigüedad y probable

deterioro del material orgánico.

141

4.3.1 Espectroscopía Infrarroja por Transformada de Fourier con

Reflectancia Total Atenuada (FT-IR con ATR)

La espectroscopía se ocupa del estudio de la estructura de las moléculas mediante las

reacciones físicas de su interacción con la luz. Es posible realizar la detección de la energía

que es absorbida, reflejada o transmitida por los movimientos que presentan los tipos de

enlaces que componen la molécula. Por dicha razón es que esta técnica analítica es

empleada para la caracterización de componentes orgánicos, pues las diferencias entre

ellos se presentan principalmente en la estructura y forma de asociación entre los átomos.

La espectroscopía infrarroja se basa en la identificación de los enlaces químicos

característicos que conforman los compuestos orgánicos, mediante la detección de la

reflexión de radiaciones electromagnéticas vibracionales particulares, utilizando la energía

con longitudes de onda del infrarrojo medio que se ubican entre 4000 a 660 cm-1

(Brewster, VanderWert y McEwen, 1970). La Espectrometría Infrarroja por Transformada

de Fourier utiliza una pieza llamada interferómetro, que permite un análisis simultáneo en

todo el espectro; las señales son captadas mediante numerosos detectores y un

microprocesador convierte de manera inmediata toda la información utilizando la

transformada de Fourier y se obtienen las amplitudes de onda generadas por la muestra a

manera de espectro (Rouessac y Rouessac, 2003).

El método de reflectancia total atenuada (ATR) consiste en el uso de un material de

índice de refracción elevado que sostiene la muestra y ocasiona que el haz penetre

débilmente, atenuando la señal y generando varias reflexiones (Ibíd.). Con esto es posible

realizar la lectura directamente sobre la muestra en su conjunto, sin necesidad de alguna

preparación especial como disolución o extracción de los componentes orgánicos (Ibíd.).

Técnicamente, para realizar la lectura en el espectroscopio es necesario realizar lo

siguiente:

Para obtener el espectro de una muestra, primero se obtiene el espectro del fondo

mediante la transformada de Fourier del interferograma que proviene de dicho fondo

142

(disolvente, agua del ambiente y dióxido de carbono), después se obtiene el espectro de la

muestra y finalmente se calcula la relación entre ambos espectros para trazar la gráfica de

absorbancia o transmitancia20 frente a la longitud de onda o el número de onda (Skoog,

West, Holleret al., 2010: 786).

El análisis con FT-IR con ATR es un método no destructivo que en las últimas

décadas ha ido adquiriendo gran importancia en la identificación de componentes

orgánicos, por su característica no destructiva y altas posibilidades en el procesamiento de

espectros que permite análisis de micromuestras (Rouessac y Rouessac, 2003). Esto

facilita enormemente el estudio del patrimonio cultural, ya que es importante extraer la

menor cantidad posible de material original.

4.3.2 Cromatografía de Gases y Cromatografía de Líquidos de Alta

Resolución

La cromatografía se describe en términos generales de la siguiente manera:

El principio sobre el que se funda el proceso cromatográfico para la separación de los

componentes de una mezcla es el distribuirlos en dos fases diferentes (por ejemplo, en

dos líquidos inmiscibles, en un líquido y un sólido, en un líquido y un gas, etc.). Una de las

dos fases (fase móvil21) se caracteriza por su movilidad respecto de la otra (fase

estacionaria22). Así, la disposición diferenciada de los componentes en cada una de las

fases lleva a su separación. Las dos fases son dos sustancias con propiedades físico-

químicas muy diferentes de modo que una solución entre ellas no sea posible. (Matteini

& Moles, 2001: 87)

20 Absorción o transmisión de la energía infrarroja que tiene la muestra cuando es expuesta a ella.

21 La fase móvil es un gas o un líquido que arrastra los componentes de la muestra (Gómez, 2008).

22 La fase estacionaria es un líquido o un sólido que puede retener los componentes de la muestra de

acuerdo a su afinidad (Gómez, 2008).

143

Los equipos se encargan de registrar los tiempos de retención de cada compuesto

presente en la muestra, este lapso corresponde al tiempo en minutos desde que la

muestra es inyectada hasta la aparición del pico en el detector cuando sale de la columna

cromatográfica. El tiempo de cada componente es particular, por lo cual aporta

información cualitativa y se refleja en un cromatograma a manera de pico, la altura o área

de éste indica la cantidad (García, 2008).

A partir de este principio, existen diferentes tipos de cromatografía de acuerdo con

la naturaleza de las fases, que a su vez son más adecuadas para el análisis de

determinados compuestos. En el presente estudio se utilizaron dos cromatografías,

tomando en cuenta la naturaleza de los patrones a analizar y la disponibilidad de

materiales y equipo: una llamada Cromatografía de Gases con Detector de Ionización de

Flama (GC-FID) y la otra Cromatografía de Líquidos de Alta Resolución con Detector de

Índice de Refracción (HPLC-IR); a continuación se describen los principios generales de

cada uno se éstas.

Cromatografía de Gases con Detector de Ionización de Flama (GC-FID)

La cromatografía de gases (GC) consiste en el empleo de gases como fase móvil además

de vaporizar la muestra a analizar, el gas arrastra la mezcla y ambos entran en la fase

estacionaria. Esta fase puede tener afinidad a determinados componentes de la muestra y

retenerlos en lapsos diferentes. El detector percibe la temperatura específica o el tiempo

de retención (si la temperatura se mantiene estable) a la que cada componente del analito

se evapora (García, 2008). Debido a que no todas las sustancias presentan la propiedad de

ser volátiles se requiere obtener los derivados que sí lo sean, mediante el procesamiento

con reacciones químicas con la mezcla, para ser sometidos a este tipo de análisis (Matteini

& Moles, 2001). Es importante señalar que esta técnica requiere de muestras estándares

que faciliten la comparación de los tiempos registrados, ya que de no ser así solamente se

obtiene una medición relativa (Ibíd.).

144

Para la realización de análisis mediante esta técnica, es necesario tomar en cuenta

que los compuestos a analizar deben ser estables a las temperaturas que utilizan estos

equipos para volatilizar, es decir, deben tener las características de ser volátiles y a su vez

estables a temperaturas desde los 50 hasta los 300°C (Christian, 2009).

La ionización de flama es un tipo de detección que mide la polaridad de los

compuestos orgánicos cuando son expuestos a una flama donde la medición corresponde

a la cantidad de átomos de carbono y a su estado de oxidación (Ibíd.). Este tipo de

detector es altamente sensible pues permite medir concentraciones de partes hasta por

mil millones, además de ser insensible a la mayoría de compuestos inorgánicos (Ibíd.).

Cromatografía de Líquidos de Alta Resolución con Detector de Índice de

Refracción (HPLC-IR)

En esta cromatografía, la fase móvil se trata de un líquido y la fase estacionaria

corresponde a un sólido. Por tal motivo, se utiliza para el análisis de compuestos que no

son volátiles o que se descomponen con la exposición a altas temperaturas (García, 2008).

Entonces, “los parámetros fundamentales en HPLC para la separación son función de las

propiedades del sólido adsorbente, de la fase móvil y de la naturaleza del soluto (García,

2008: 177). En esta técnica, debido a la baja difusión entre ambas fases, es necesario el

uso de presiones altas para favorecer la elución23.

El tipo de detector IR se constituye por una celda de vidrio dividida, una sección de

referencia y la otra de la muestra. La primera contiene sólo la fase móvil y la segunda

recibe la muestra junto con el solvente, ambos son irradiados por un haz de luz, que

registra las diferencias de la flexión que generan los componentes de la muestra con

respecto al eluyente solo (Shodex, s.f.).

23 Proceso mediante el cual los solutos son arrastrados a través de una fase estacionaria por el movimiento

de una fase móvil (García, 2008: 175).

145

4.4 Desarrollo de la experimentación

En este apartado se describe el proceso experimental, para el cual el paso inicial fue la

extracción de materiales para la generación de patrones de comparación; posteriormente,

se realizó la toma de muestras de decoración pseudo-cloisonné y, finalmente, se

efectuaron los análisis experimentales de FT-IR con ATR y GC-MS.

4.4.1 Elaboración de patrones

El objetivo principal fue la extracción de materias primas orgánicas naturales disponibles

en la región desde épocas prehispánicas, cuyas propiedades fisicoquímicas son tales que

presentan posibilidades de haber funcionado como aglutinantes para técnicas decorativas

post-cocción sobre cerámica como el caso de estudio. Esto serviría para generar patrones

de comparación con los resultados de los análisis de la decoración y encontrar posibles

correspondencias. Para esto se eligió por lo menos un compuesto de los principales

grupos de polímeros que se han utilizado a lo largo de la historia para conformar capas

pictóricas, es decir, algunos tipos de lípidos, proteínas y polisacáridos. Retomando la

información del Capítulo 2, acerca de las especies de las que se conoce su presencia

prehispánica en la región, se determinó utilizar para este estudio: baba de nopal, goma de

huizache y mucílago de chía como ejemplos de polisacáridos, aceite de chía como patrón

de lípidos y huevo de guajolota y cola de conejo como ejemplos proteínicos.24 La

metodología utilizada para cada material se expone a continuación:

24 Los especímenes utilizados fueron solamente elegidos por disponibilidad, sin realizar a fondo la búsqueda

de todas las especies autóctonas, puesto que se trata de un primer acercamiento al estudio de los

materiales de esta región. Más información de los materiales utilizados puede verse en el Anexo 2.

146

Baba de nopal

Los ejemplares fueron cortados

directamente del Cerro del Teúl. Se

extrajo el mucílago poniendo los nopales,

previamente picados, a macerar en agua

durante 24 horas. Se obtuvo un líquido

transparente y viscoso; posteriormente,

se aplicaron capas de este mucílago con

una brocha de pelo sobre la superficie

limpia de un vidrio. Una vez seco por

evaporación, se retiraron las pequeñas

láminas casi a manera de polvo mediante

el uso de un bisturí (Figura 4.14) y finalmente se almacenaron en frascos de vidrio.

Huevo de guajolota

El huevo fue conseguido de guajolotes criados en corral en el municipio de Teúl de

González Ortega. El huevo fue abierto y se separaron la yema de la clara, luego se

aplicaron películas de cada componente sobre un vidrio mediante una brocha (Figura

4.15). Enseguida se retiraron las capas ya

secas, mediante un bisturí, y se

almacenaron por separado en frascos de

vidrio.

Cola de conejo

La cola de conejo fue adquirida de manera

comercial en la ciudad de Guadalajara, en

presentación de perla. Las perlas se

hidrataron con agua purificada durante 24

Figura 4.14. Empleo de bisturí para retirar la

película de baba de nopal del vidrio. Fotografía

del autor.

Figura 4.15. Colocación de la yema del huevo

sobre un vidrio. Fotografía del autor.

147

horas y posteriormente se colocó la cola a baño María para convertirla a estado líquido.

Luego se disolvió al 10% en agua purificada y se volvió a calentar a baño María; enseguida

se aplicó la cola tibia en estado líquido sobre vidrio para formar películas que una vez

secas fueron retiradas con bisturí e igualmente almacenadas en un frasco de vidrio.

Goma de huizache

La goma fue tomada directamente del tronco de un árbol de huizache, localizado al pie del

Cerro del Teúl, y almacenada en un frasco de vidrio.

Aceite de chía

En este caso las semillas de chía fueron compradas en un local comercial del municipio

de Teúl de González Ortega. Inicialmente se molieron las semillas en un mortero de

porcelana y, posteriormente, se colocaron en un vaso de precipitados y se agregó

hexano, dejando reposar por 36

horas en una campana de

extracción en laboratorio. Se

obtuvieron dos fases, en la parte

superior la capa de aceite y en la

inferior los residuos de las semillas

con un poco de líquido turbio que

parecía agua mezclada también

con algún otro componente de la

semilla. El aceite fue separado por

decantación y almacenado en un

frasco (Figura 4.16).

Figura 4.16. Proceso de decantación del aceite. Fotografía

del autor.

148

Mucílago de chía

Las semillas de chía en este caso fueron adquiridas en la Ciudad de México. Para la

extracción del mucílago se colocaron en agua y fueron calentadas a 50°C durante 1 hora,

posteriormente se filtró el líquido resultante y se aforó con agua.

4.4.2 Toma de muestras

Se realizó la extracción de cinco muestras de pseudo-cloisonné, tres de capa-base y dos de

pigmento rojo. En la tabla que se muestra a continuación se exponen los datos de las

piezas y en la figura 4.19 se ilustran los objetos muestreados.

Tabla 4.7 Piezas seleccionadas para la extracción de muestras

Sitio Capa-base Pigmento Rojo

La Higuerita

“Copa”

Elemento s/n, Grupo 9, Caja

Oeste

_

Plan del Guaje “Olla efigie”

Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742

“Copa de base pedestal”

Elemento 16, Grupo C

Cerro del Teúl “Cajete de base anular”

2013PJ073

“Copa de base pedestal”

2013PJ023

La toma de muestras se realizó una vez que las piezas y la zona específica fueron

seleccionadas. Antes de comenzar el procedimiento, se tomaron fotografías generales y

de detalles para evidenciar el estado de la pieza antes de la extracción. Posteriormente, se

realizaron esquemas para señalar la zona de la extracción (Ver Anexo 3); además, se

149

elaboró una plantilla en la cual se tuviera 1 cm2 como ventana para poder tener una

referencia de la superficie que sería extraída (Figura 4.17).

El corte de la decoración pseudo-cloisonné, tanto de capa-base como de

pigmentos, se realizó con una navaja de bisturí nueva en cada ejemplar para evitar

contaminación y la muestra fue almacenada en frascos de vidrio nuevos (Figura 4.18). Se

realizó registro fotográfico de cada proceso.

Figura 4.18. Proceso de toma de muestra en algunas vasijas. Fotografías del autor.

Figura 4.17. Ejemplo de plantilla utilizada para la toma de muestras.

Fotografía del autor.

150

Adicionalmente, se tomó una muestra de tierra asociada que fue retirada del

Elemento 24, Grupo C, de Plan del Guaje durante el proceso de restauración en el año

2006 y que hasta la fecha se encontraba almacenada en una bolsa de polietileno con

cierre hermético. Esto con el objetivo de conocer los posibles contaminantes que aporta el

suelo en el contexto y que aún pudiera contener la muestra de decoración de esta pieza.

Figura 4.19. Vasijas a las cuales se le extrajo

muestra de decoración: La Higuerita (a), Plan del

Guaje (b y c) y Cerro del Teúl (d y e). Fotografías

del autor.

151

4.4.3 Análisis con FT-IR con ATR

El objetivo de este análisis fue realizar espectros patrones mediante FT-IR con ATR de

algunos compuestos orgánicos de diversa naturaleza que pudieron emplearse en época

prehispánica como aglutinantes en la factura de decoración pseudo-cloisonné, así como

analizar muestras de dicha técnica decorativa con el mismo método infrarrojo para

realizar comparaciones y encontrar posibles correspondencias. Operativamente se

realizaron dos sesiones: en la primera se realizaron los espectros de las muestras patrón

que ya estaban preparadas, así como una muestra de tierra asociada a una de las piezas y

las muestras de material original arqueológico. En esta misma sesión se realizó la

preparación para la extracción del aceite de chía. Fueron inicialmente analizados para la

generación de espectros patrón los compuestos naturales siguientes:

1. Baba de nopal

2. Clara de huevo de guajolota

3. Cola de conejo

4. Cola de conejo molida

5. Yema de huevo de guajolota

6. Goma de huizache

Antes de realizar los análisis para generar los espectros, fue necesario establecer el

background, el cual realiza una lectura del ambiente y el resultado es eliminado de los

futuros espectros. Posteriormente, todas las muestras patrón fueron colocadas en estado

sólido y sin disolver sobre el detector mediante una espátula. No obstante, las láminas de

cola de conejo que se habían obtenido no permitían obtener un espectro claro, debido al

gran espacio de aire que generaban, por lo que el responsable determinó moler cola de

conejo en perla (directo del envase comercial) en un mortero de ágata. También en el

caso de la goma de huizache fue necesaria la molienda para poder colocarla sobre el

accesorio de ATR.

152

Además, se generó el espectro de la muestra de tierra asociada al Elemento 24,

Grupo C, de Plan del Guaje. Esto con el objetivo de observar a partir de los espectros si los

contenidos de la tierra de contexto pueden llegar a contaminar las muestras de

decoración pseudo-cloisonné en estudio.

Finalmente, se analizaron las cinco muestras de pseudo-cloisonné extraídas de

piezas originales procedentes de los tres sitios arqueológicos. La cantidad necesaria para

colocar en el detector fue muy pequeña, por lo que se utilizó solamente una fracción de la

decoración extraída. La secuencia fue la siguiente:

1. Rosa Plan del Guaje

2. Rojo Cerro del Teúl

3. Capa-base Higuerita

4. Capa-base Cerro del Teúl

5. Capa-base Plan del Guaje

En la segunda sesión se repitió un espectro de la capa-base de La Higuerita, ya que en el

primero no se obtuvo un espectro claro. También se realizaron comparaciones de la

muestra original con su tierra asociada, utilizando la muestra de tierra como background

de manera que el resultado de un nuevo espectro de la olla efigie de Plan del Guaje fuera

solamente del componente orgánico de la misma. Finalmente, se efectuó el análisis del

aceite de chía en estado líquido que resultó de la extracción25.

4.4.4 Cromatografía

El objetivo de este análisis fue separar los componentes de algunos compuestos orgánicos

endémicos que pudieron ser empleados para la elaboración del pseudo-cloisonné

mediante técnicas cromatográficas, así como realizar posteriormente este mismo análisis

25 Con esta técnica analítica no se realizó análisis de mucílago de chía.

153

a muestras originales de pseudo-cloisonné para encontrar posibles correspondencias. El

estudio se efectuó con dos técnicas diferentes de acuerdo al tipo de compuestos que se

intentaba comparar, así pues, como se mencionó al inicio del capítulo se utilizó

Cromatografía de gases con detector de ionización de flama (GC-FID) para la

caracterización de ácidos grasos y Cromatografía de líquidos con detector de índice de

Refracción (HPLC-IR) para polisacáridos, ambos tanto en patrones como en muestras de

decoración. A continuación se describen los procedimientos realizados por la Q.F.B. Elvira

Ríos Leal y el I.Q. Gustavo Medina en ambas técnicas.

En este estudio Las muestras patrón fueron casi las mismas que se utilizaron en los

anteriores solamente se añadió una muestra de mucílago de chía. El tratamiento de las

muestras fue realizado consecutivamente en embudos de separación para lograr extraer

componentes de diferente naturaleza. Debido a la polaridad química de los patrones,

inicialmente cada muestra se disolvió en 2ml de agua y se agitó por 15 minutos para

extraerlos. Posteriormente, para la extracción de ácidos grasos de naturaleza no polar se

adicionaron 2ml de hexano y se volvió a agitar por el mismo lapso dejando separar las

capas; se separaron ambas fracciones y se llevaron a secar mediante proceso de vacío

para evitar la degradación de los compuestos. En el residuo se repitió el proceso dos veces

más para lograr extraer la mayor cantidad de componentes orgánicos.

La fracción acuosa seca se aforó con agua a 200µl, de esta fracción una alícuota se

analizó por Cromatografía de Líquidos para obtener un perfil cromatográfico de

compuestos de Pesos Moleculares (PMs) de mayor a menor. Para esto se utilizó un

Cromatógrafo Perkin Elmer Series 200, con Detector de Índice de Refracción y una

columna TOSOH Bioscence TSK gel G5000PW 7.8mm X 30cm, 10µ.

La fracción orgánica también seca se derivatizó hidrolizando y metilando los ácidos

libres y como metil ésteres se determinaron los ácidos grasos por Cromatógrafo de Gases

Perkin Elmer Auto System con Detector de Ionización de Flama, con nitrógeno como gas

de acarreo y con una columna Zebron FFAP de 30m, 0.25mm X 0.25µm.

154

CAPI TULO 5 RESULTADOS DE LOS ANA LISIS Y DISCUSIO N

5.1 Resultados del FT-IR con ATR

5.1.1 Espectros de muestras patrón

En la figura 5.1 pueden observarse los espectros de las muestras patrón; las

interpretaciones de éstos se realizaron en base a las tablas presentadas por Ralph Shriner

(2012) y R. Brewster, C. VanderWert y W. McEwen (1970).

Baba de nopal

Se observa una banda ancha con la parte más estrecha en 3200 posiblemente de

enlaces O-H asociados (Miguel Canseco, comunicación personal, 2013). En los análisis

cromatográficos realizados por Diana Magaloni (1994) fueron identificados como

azúcares característicos de la baba de nopal la galactosa, arabinosa, xilosa y ramnosa.

Posiblemente el banda de 1594 sea del enlace C=O (Shriner, 2012) que se encuentran

en los monosacáridos. En el caso de las bandas que se encuentran entre 1000 y 1400

155

pueden corresponder al estiramiento26 del C-O o a la flexión de los O-H de los

alcoholes (Ibíd.).

Aceite de chía

Se observan varias bandas características: una de los dos más importantes en 2924 a

los dobles enlaces de los ácidos grasos insaturados (Brewster et al, 1970). Por otro

lado, la otra banda prominente se encuentra en 1743 que, junto con el de 1160 y

algunas cercanas, son características de los estiramientos de los enlaces ésteres que

se encuentran en los triglicéridos, el primero del C=O y el segundo del C-O (Shriner,

2012).

Clara de huevo de guajolota

Dos bandas características de amidas: la primera en 3283 corresponde al estiramiento

del N-H; la segunda, en 1636, se trata de la vibración de estiramiento del C-O y flexión

del N-H (Ibíd.), posiblemente igual que en 1534.

Dos bandas más en 2930 y 2962 del estiramiento del enlace N-H (Ibíd.).

Yema de huevo de guajolota

Presenta bandas tanto de proteínas como de grasas que contiene la yema. Las cimas

de los lípidos son más intensas y se encuentran entre 2921 y 2852 por largas cadenas

hidrocarbonadas; también tiene el de 1743 de los ésteres de los triglicéridos, pero en

mucha menor proporción comparado, por ejemplo, con el aceite de chía. Las bandas

de proteínas se localizan en 3283, 1648 y 1541, de manera similar como pudo

registrarse en el espectro de la clara del mismo tipo de huevo.

26 El estiramiento (ya sea simétrico o asimétrico) y la flexión (angular) son los tipos de movimientos más

comunes que manifiestan los enlaces cuando son sometidos al infrarrojo y son característicos de cada tipo

de molécula, por lo que se reconocen como “huella digital” (Rouessac y Rouessac, 2003).

156

Cola de conejo

Bandas características que corresponden a las amidas en las proteínas son en 3302 y

3272, por el estiramiento del enlace N-H; los picos de 1634 y 1532 corresponden al

estiramiento de C-O y 1450 al estiramiento del C-N. Los aminoácidos que conforman

el colágeno son: cisteína, glicina, prolina, hidroxiprolina (Peris, 2008).

Goma de huizache

Se observa la banda entre 3250 a 3400 que corresponde al estiramiento de los O-H de

los azúcares; el pico en 1031 corresponde al estiramiento de C-O, la cima en 1419 que

podría trarse de la flexión del enlace O-H, el de 1597 por el estiramiento del enlace

C=O de cetonas; los anteriores característicos de los polisacáridos.

Figura 5.1. Espectros obtenidos de patrones: baba de nopal, aceite de chía, clara de huevo de guajolota,

yema de huevo de guajolota y cola de conejo (Espectros: Miguel Canseco, 2013).

157

5.1.1 Espectros de muestras de pseudo-cloisonné

Como es posible apreciar en la figura 5.2, todas las muestras presentaron prácticamente

las mismas bandas con variaciones únicamente en cuanto a intensidad. La principal banda

se presentó entre 1000 y 1030, en ocasiones con una segunda dentro del mismo rango,

éstas acompañadas de otra en 906-910. Picos menores se encontraron en 1640-1630,

1410-1415 y 795-785. Dos de los espectros, el rojo de La Higuerita y el gris de Plan del

Guaje, tienen un par de cimas muy claras en 3695-3700 y 3625-3530; los demás parece

que también los presentan, pero en medio de varios picos que, en conjunto, podrían

tratarse de ruido27 (Miguel Canseco, 2013, comunicación personal). A continuación se

presentan los espectros de las cinco muestras analizadas con FT-IR.28

27 El ruido se refiere al límite de sensibilidad del equipo de infrarrojo que no corresponde a la muestra

(Claudia Hernández, comunicación personal, 2014). 28

Los espectro de forma independiente se encuentran en el Anexo 4.

MC GRIS CERRO DEL TEUL

MC R OJO PLA N D EL GUA JE

MC R OJO CE RRO D EL TE UL

MC GRIS P LAN DE L GU AJE

MC GRIS LA H IGU ER ITA

MC GRIS C ER RO DE L TEU L

35

40

45

50

55

60

65

70

75

80

85

90

95

%T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

Bandas

de CO2 Bandas

1640-1630

Bandas

1000-1030

Bandas

906

Bandas

795-785

Banda de

3200 a 3400

Bandas

1410-1415

Bandas

3700-3530

Figura 5.2. Los cinco espectros FT-IR con ATR de las muestras de pseudo-cloisonné con las bandas más

importantes señaladas; cada uno se distingue por un color (Espectros: Miguel Canseco; imagen: Mariela

Carrillo, 2013).

158

Las bandas entre 1000-1030, 905-910, 3300-3500, 3625-3530 y 3695-3700, fueron

detectadas por la base de datos del software InterpretIR+, dentro del mismo programa

OMNIC® utilizado para generar los espectros, como coincidentes con

aluminosilicatos/arcillas caoliníticas (Figura 5.3).

Como fue posible observar, los resultados de las muestras de pseudo-cloisonné

representan un espectro en donde no es posible determinar un solo componente. Como

se mencionó anteriormente, existe una coincidencia de la mayor parte de las bandas con

el espectro de arcillas caoliníticas/aluminosilicatos que encontró la base de datos del

equipo, lo cual evidentemente corresponde a los componentes inorgánicos que

conforman la decoración, puesto que en esta técnica analítica no se realizó la extracción

Figura 5.3. Comparación del espectro de muestra color rojo procedente de Plan del Guaje con las

bandas características de arcillas caoliníticas/aluminosilicatos existente en la base de datos del equipo.

Espectros: Miguel Canseco; imagen: Mariela Carrillo, 2013.

159

de componentes orgánicos. Debido a esto, es necesario enfocarse en las bandas donde no

interfieren las arcillas que correspondería a los restos de material orgánico aún presentes.

Así pues, las bandas a tomar en cuenta se localizan en 1640-1630, 1415-1410 y

795-785. Estas bandas se insertan en los rangos señalados por Shriner (2012) y Brewster

et al (1970) como correspondientes a las amidas: la banda en 1640-1630 correspondería al

estiramiento del enlace C-O y flexión del N-H; la que se ubica en 1415-1410 podría

tratarse del estiramiento del enlace C-N; y, la de 795-785 sería una banda por el balanceo

de la unión N-H.

Como puede apreciarse en la figura 5.4, al momento de comparar el espectro de la

muestra extraída del Elemento 24, Grupo C, de Plan del Guaje, con la muestra de tierra de

contexto que le fue retirada años atrás durante su restauración, ambos parecen muy

similares, aunque en el de la tierra la intensidad está entre 1300 y 1700. Esto conduce a

presumir que la interacción entre el objeto cerámico y el contexto produce posiblemente

migración de compuestos.

Figura 5.4. Espectros obtenidos del Elemento 24, Grupo C (rojo) y de la tierra de contexto que se

encontraba adherida a éste (azul). Espectros: Miguel Canseco; imagen: Mariela Carrillo, 2013.

160

5.2 Discusión de los resultados del FT-IR con ATR

Retomando los análisis previos a los compuestos inorgánicos por otros investigadores,

posiblemente los aluminosilicatos detectados se traten de las arcillas que mencionan

Castillo (1968) o Strazizich (2002) como componentes de la capa-base y de los pigmentos

o contaminación del contexto puesto que, como pudo observarse anteriormente, también

la tierra de contexto presentó estas bandas. Eliminando estas bandas muy definidas, las

resultantes son muy pocas y de tamaño muy reducido, las cuales es posible que se trate

de componentes orgánicos aún presentes en las muestras. Sin embargo, cabe resaltar que

también el espectro de la tierra asociada presentó estas bandas, pero en menor

intensidad, lo cual puede deberse a la migración de componentes del aglutinante hacia el

suelo o viceversa. Sin embargo, debido a que todos los espectros de la decoración de las

otras piezas presentaron las mismas bandas y proceden de contextos de enterramiento

diversos, se presume que se trate del componente orgánico aún presente en el pseudo-

cloisonné.

Si se comparan entonces los espectros de las muestras de decoración con los de

los patrones de naturaleza proteica, como son el de cola de conejo y huevo de guajolota,

es posible apreciar que no todas las bandas coinciden; sin embargo, resulta necesario

tomar en cuenta que el pseudo-cloisonné es un material deteriorado por agentes del

contexto de enterramiento (agua, pH, etc.), el cual puede alterar algunas de sus

características químicas y, por consiguiente, se puede reflejar como ligeros

desplazamientos de las bandas en IR. Por lo pronto, las bandas que presentan los

resultados de la decoración coinciden con los rangos que los autores mencionados

señalan para las amidas.

Como se muestra en la figura 5.5, María Luisa Gómez (2008: 205) presenta un

espectro también complejo de una mezcla de carbonato de calcio y cola animal, en donde

señala como bandas del carbonato los que se encuentran en 712, 876 y 1428 y especifica

que el pico del componente proteínico está en 1654, el cual se encuentra dentro del rango

característico de las amidas, que debe corresponder, como ya fue mencionado

161

anteriormente, a los enlaces C-O y C-N presentes en las proteínas (Brewster et al., 1970;

Rouessac et al. 2003; y Shriner et al., 2012). Algunas de las bandas del carbonato de calcio

que detecta Gómez (2008) podrían incluso corresponder con bandas de enlaces de las

amidas presentes los espectros de las muestras de pseudo-cloisonné, por lo que,

probablemente, ella toma en cuenta sólo el que se localiza en 1654 para descartar el

material inorgánico que interfiere en los mismos rangos.

Mediante esta técnica analítica fue posible observar que ninguna banda

corresponde con el aceite de chía en estado líquido. Sin embargo, contemplando la

similitud del aceite de linaza con el de chía, tampoco correspondería ninguno con el aceite

de chía en estado sólido, ya conformando capas pictóricas, como se muestra en el

espectro de una pintura del siglo XIX (Figura 5.6), donde las bandas de 1739, 2926 y 2865

corresponden a los ácidos grasos al igual que en estado líquido (Juanes y Ferrazza, 2012).

En todo caso, si se tomara en cuenta el deterioro mencionado por Peris (2008) para los

Figura 5.5. Espectro FT-IR presentado por Ma. Luisa Gómez (2008) de una mezcla de carbonato de calcio

y cola animal; en rojo está señalada la banda identificada como característica de las proteínas.

162

ácidos grasos en pinturas al óleo, donde se empleó aceite de linaza (muy similar en

composición al de chía), el espectro del pseudo-cloisonné demostraría picos característicos

de ácidos carboxílicos que se forman cuando se hidrolizan los ácidos grasos reticulados.

Estas cimas se observarían como: una banda ancha de estiramiento de los O-H de 3340 a

2500, un pico prominente de estiramiento del C=O entre 1780 y 1660, así como dos

bandas cercanas una entre 1430 y 1350 y otra entre 1325 y 1200 (Shriner, 2012). Por lo

tanto, la única correspondencia sería la banda ancha de 3340 a 2500; sin embargo, en este

caso la presencia de arcillas evita tomarla en cuenta.

Figura 5.6. Espectro FT-IR presentado del aceite de linaza presente en una pintura mural del siglo XIX

analizada por Juanes et al (2012), donde se señalan las bandas propias de los ácidos grasos (con flechas

rojas), las cuales corresponden con las que presentó el aceite de chía en estado líquido.

163

5.3 Resultados de GC-FID y HPLC-IR

5.3.1 GC-FID

Los resultados de los cromatogramas en esta técnica aplicada a ácidos grasos indicaron

que el 80% de las muestras de pseudo-cloisonné tuvieron de entre cuatro y nueve

coincidencias con los tiempos de retención de los ácidos grasos existentes en el patrón de

cola de conejo29 (los cromatogramas independientes pueden ser consultados en el

apartado de Anexos). En la siguiente tabla se condensan los resultados reportados por la

Q.F.B. Elvira Ríos Leal:

TABLA 5.1 RESULTADOS DE ÁCIDOS GRASOS EN LAS MUESTRAS CON TÉCNICA CG-FID

SITIO ELEMENTO COLOR MUESTRA PATRÓN DE

COINCIDENCIA

La Higuerita “Copa”

Elemento s/n, Grupos 2 y 9, Caja

Oeste

Gris Cola de conejo

Plan del Guaje

“Olla efigie”

Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742 Gris Cola de conejo

“Copa de base pedestal”

Elemento 16, Grupo C Rosa Cola de conejo

Muestra de tierra asociada a

Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742 - Aceite de chía

Cerro del Teúl

“Cajete de base anular”

2013PJ073 Gris Aceite de chía

“Copa de base pedestal”

2013PJ023 Rojo Cola de conejo

29 Con este tipo de análisis no es posible definir la especie de la cual proviene la proteína, solamente se toma

en cuenta la similitud como un posible origen animal.

164

A continuación se muestran algunos cromatogramas para ejemplificar las

correspondencias entre los patrones y las muestras de pseudo-cloisonné identificadas por Leal:

Figura 5.7. Arriba: cromatograma obtenido de cola de conejo por GC-FID. Abajo: cromatograma de la muestra de la Copa de base pedestal, Elemento 16, Grupo C, de Plan del Guaje con la misma técnica; en

éste se señalan con flechas rojas las nueve bandas que coinciden con las de la cola de conejo (Cromatogramas: Elvira Ríos, 2014).

165

Figura 5.8. Arriba: cromatograma obtenido de aceite de chía por GC-FID. Abajo: cromatograma de la muestra de la Cajete de base anular, 2013PJ073, de Cerro del Teúl con la misma técnica; en éste se

señalan con flechas rojas las seis bandas que coinciden con las del aceite (Cromatogramas: Elvira Ríos, 2014).

166

5.3.2 HPLC-IR

Los resultados obtenidos por esta técnica cromatográfica, que se efectuaron con la

finalidad de identificar correspondencias de polisacáridos entre los patrones y las

muestras tipo, revelaron resultados más complejos, pues en los especímenes de pseudo-

cloisonné aparecen mezclas variadas de bandas de los patrones donde predominaron las

que presentaron el mucílago de chía y la baba de nopal; sin embargo, hubo algunas pocas

correspondencias con la cola de conejo.

A continuación se presenta una tabla donde se especifican las correspondencias de

cada muestra de decoración con los patrones que fueron también reportados por Ríos

(2014) y algunos ejemplos en cromatogramas (Figura 5.9).30

TABLA 5.2 RESULTADOS DE POLISACÁRIDOS EN LAS MUESTRAS CON TÉCNICA HPLC-IR

SITIO ELEMENTO COLOR MUESTRA PATRÓN DE

COINCIDENCIA

La Higuerita

“Copa”

Elemento s/n, Grupos 2 y 9, Caja

Oeste

Gris Cola de conejo + Baba de

nopal

Plan del

Guaje

“Olla efigie”

Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742 Gris Mucílago de chía + Baba de

nopal

“Copa de base pedestal”

Elemento 16, Grupo C Rosa Mucílago de chía

Muestra de tierra asociada a Elemento

24, Grupo C, Pozo 5742 -

Mucílago de chía-Cola de

conejo

Cerro del

Teúl

“Cajete de base anular”

2013PJ073 Gris Baba de nopal

“Copa de base pedestal”

2013PJ023 Rojo

Mucílago de chía + Baba de

nopal

30 Los cromatogramas de cada uno se muestran en Anexo 5

167

5.4 Discusión de resultados de GC-FID y HPLC-IR

Los estudios cromatográficos realizados fueron de una gran importancia para la

complementación de los análisis previos con la técnica FT-IR con ATR. Específicamente, la

técnica de GC-FID ayudó a reafirmar la posible naturaleza proteica del aglutinante. En este

Figura 5.9. Cromatogramas de muestras de pseudo-cloisonné obtenidos por HPLC-IR donde se señalan las correspondencias con los cromatogramas de mucílago de chía (MC), baba de nopal (BN) y cola de

conejo (CC). Arriba: Copa, Elemento s/n, Grupo 9, Caja Oeste, de La Higuerita. Abajo: Olla efigie, Elemento 24, Grupo C, Pozo 5742, DE Plan DEL Guaje (Cromatogramas: Elvira Ríos, 2014).

168

sentido, se puede decir que la metodología de procesamiento de las muestras fue de gran

utilidad, ya que se conocieron los componentes de los ácidos grasos de forma individual.

La importancia de esto radica en que los procesos de deterioro que llegó a tener el

aglutinante en el contexto de enterramiento pudieron haber alterado en un grado

indeterminado la estructura polimérica; sin embargo, al hidrolizar o separar en unidades

estructurales tanto las muestras patrón como las muestras de pseudo-cloisonné, es

posible tener información más compatible entre sí que pueda ser comparada. Es decir, de

esta manera se pudieron analizar los componentes de manera independiente en todas las

muestras y no moléculas completas de patrones recién extraídos versus moléculas de las

muestras tipo, que tienen altas posibilidades de no encontrarse íntegras debido al

deterioro.

Cabe destacar que con esta técnica de cromatografía de gases también se pudo

visualizar una posible diferencia con el material aglutinante utilizado en el color rojo de

relleno de las celdas de la muestra del Cerro del Teúl. Esta información podría ser

analizada nuevamente con otra técnica para ser corroborada.

Además, con la GC-FID fue posible identificar de manera más específica la

divergencia del material orgánico contenido en la tierra de contexto comparada con la

muestra de color gris de Plan del Guaje a la cual se encontraba asociada, descartando la

pérdida total del aglutinante o una contaminación importante debida a los componentes

del medio de enterramiento.

Por otro lado, la cromatografía de líquidos ayudó a conocer la presencia de

compuestos solubles en agua, posiblemente polisacáridos adicionales a las probables

proteínas animales en las muestras de pseudo-cloisonné. Esta información también resulta

de gran importancia pues al parecer el aglutinante empleado presenta gran cantidad de

componentes de naturaleza diversa.

169

CAPI TULO 6 CONCLUSIONES

Gracias a los análisis instrumentales realizados con la técnica espectroscópica FT-IR con

ATR y las cromatográficas GC-FID y HPLC-IR fue posible corroborar la hipótesis de la

presencia de componentes orgánicos que conforman el aglutinante utilizado en la factura

de la decoración pseudo-cloisonné. La evidencia experimental sugiere que el aglutinante

está conformado por compuestos de diversa naturaleza, por lo menos ácidos grasos y

polisacáridos. Sin embargo, los resultados de las técnicas FT-IR con ATR y GC-FID apuntan

a que el principal componente del aglutinante utilizado tiene posiblemente su origen en

una proteína animal.

Cabe mencionar que también fue posible encontrar diferencias, en cuanto a la

composición, entre los constituyentes orgánicos de la decoración de una vasija y la tierra

de contexto que le fue retirada durante la intervención, mediante una técnica altamente

sensible como la cromatografía. Esta diferencia también resulta relevante para comenzar

a conocer el alcance del deterioro de estos materiales en contexto, pues el compuesto

orgánico que compone al pseudo-cloisonné conserva su naturaleza en algún grado,

aunque aún es necesario ampliar la investigación para poder confirmarlo.

Como parte de la metodología requerida para los exámenes analíticos, se

generaron espectros patrón de algunos materiales disponibles en época prehispánica, los

cuales pudieron ser utilizados para diversos fines. Con esto se comenzó a formar una base

170

de datos que será fundamental para futuras investigaciones de aglutinantes de decoración

post-cocción de cerámica arqueológica del Occidente de México.

Si bien con los análisis realizados a la decoración no ha sido posible precisar el

origen de la proteína, el uso de algún animal ya sea de caza o doméstico para este fin no

parece ahora tan lejano. El empleo de estos recursos en época prehispánica,

específicamente el manejo y la crianza de conejos y liebres en Teotihuacán

(contemporáneo al uso de pseudo-cloisonné en el Occidente), recientemente investigado

por Somerville et al (2014), es de gran importancia puesto que existe la posibilidad del

empleo de estas especies, no solamente para alimentación, sino también para el factible

aprovechamiento del material como pudo ser la extracción de colágeno con propiedades

aglutinantes que quizá se relacione de alguna manera con la factura del pseudo-cloisonné.

Cotejando las observaciones realizadas durante las intervenciones de objetos

cerámicos con pseudo-cloisonné, en conjunto con los resultados obtenidos de los análisis,

es posible presuponer que el comportamiento que presenta esta decoración

posteriormente a su excavación, se deba en cierta medida a la posible naturaleza proteica

del aglutinante. De esta manera, el aglutinante pudo ser, en origen, soluble o

parcialmente soluble en agua y, por lo tanto, la sensibilidad de la decoración a la humedad

quizá no es a causa del deterioro en contexto.

En el presente estudio el trabajo interdisciplinario resultó de gran importancia,

pues fue necesario reunir la información existente generada por las diversas disciplinas

que estudian el patrimonio cultural, desde las perspectivas propias de análisis, ya sea

desde el punto de vista de las ciencias sociales o exactas, para conocer los antecedentes y

las posibilidades que encaminaran esta investigación. Sin embargo, es necesario resaltar

que a pesar de que la hipótesis de la existencia de un aglutinante orgánico ya se había

planteado décadas atrás por varios investigadores, es desde la perspectiva del objeto de

estudio de la Restauración donde surge la necesidad imperante de conocer los materiales

constitutivos para un fin en sí mismos, que es la intervención de estos objetos de la

manera más favorable para su preservación.

171

Con este trabajo, aún no se descarta completamente la hipótesis de la derivación

del pseudo-cloisonné al actual maque michoacano, propuesta y estudiada extensamente

por Thomas Holien, sino que se abren nuevas líneas de investigación para conocer más a

fondo la complejidad que hasta el momento presentan los materiales. Es posible pensar

en una técnica mixta de proteínas y polisacáridos, que posteriormente pudo ser

trasformada o adaptada regionalmente durante los varios siglos que ocupó el Postclásico,

donde no se tienen evidencias de la continuación en el uso de pseudo-cloisonné sobre

cerámica. También cabe resaltar el importante análisis realizado recientemente por

Patricia Acuña, donde la evidencia experimental señaló que algunas piezas de maque de

finales del S. XVI y principios del XVII (las más tempranas conocidas hasta el momento) no

presentan dolomita en su composición, como se maneja en la mayoría de la bibliografía,

sino puzolanas y que, a su vez, difiere de una decoración prehispánica a la que reconoce

como posible antecedente.

La intervención previa de piezas con esta suntuosa decoración, no solamente

condujo a generar la problemática de conocer los materiales constitutivos, sino a efectuar

tratamientos emergentes y oportunos que fomentaron la preservación integral de estos

objetos. En este sentido, cabe resaltar los resultados altamente favorables de los trabajos

de levantamiento in situ durante las excavaciones y de las medidas preventivas para

realizar una aclimatación gradual al momento que se realizaba la microexcavación en

laboratorio de los objetos provenientes de Plan del Guaje. Con estos procesos se evitaron

numerosas pérdidas de decoración y se facilitó la intervención posterior. Así pues, es

posible resaltar la importancia de la participación que debe tener el restaurador desde el

momento del hallazgo, pues resulta imprescindible realizar climatización y secado gradual

a la par de los procesos de microexcavación y limpieza para la conservación del pseudo-

cloisonné.

Por su parte, la intervención en laboratorio de la olla códice, procedente de La

Higuerita, manipulando las condiciones de humedad durante la microexcavación y

limpieza, a pesar de que la intervención fue muy posterior a su extracción, también

172

permitió conservar en lo mayor posible el importante discurso iconográfico materializado

en una compleja y frágil técnica pictórica.

6.1 Líneas de investigación

En las muestras analizadas se pudieron encontrar correspondencias entre los

ácidos grasos presentes en el pseudo-cloisonné y los de la muestra patrón

correspondiente a las proteínas. Para corroborar el empleo de proteínas como

aglutinante, resultaría conveniente realizar análisis de Cromatografía de Gases con

Espectrómetro de Masas (GC-MS) de proteínas, para lo cual será necesario determinar la

factibilidad del estudio y la cantidad necesaria de muestra, sin poner en riesgo la

decoración de las piezas. Dicho estudio podría ser efectuado en el CIVESTAV del IPN.

Por otro lado, aunque las vasijas con pseudo-cloisonné intervenidas presentan un

buen estado de conservación después de varios años de su intervención, con este primer

acercamiento a los materiales constitutivos orgánicos valdría la pena retomar el tema de

las intervenciones realizadas y evaluar los materiales aplicados mediante análisis

instrumentales como MO-UV, MEB, FT-IR, entre otros, propiedades como la penetración,

envejecimiento, resistencia, etc. Lo anterior, en conjunto con nuevas investigaciones a

futuro podría conducir a la propuesta del empleo de nuevos materiales consolidantes o

fijativos o a continuar con el uso de los ya empleados hasta el momento.

Gracias a que con esta investigación se determinó una técnica post-cocción y el uso

de un aglutinante posiblemente proteico, resultaría interesante la reconstrucción de la

técnica de factura mediante el uso de probetas, conjuntando los resultados con los

estudios de pigmentos de investigaciones anteriores. Esto sería útil, por un lado, para

conocer más a fondo el proceso de preparación de materiales y la técnica de aplicación y

sus particularidades.

De manera general, es imprescindible continuar con el análisis de éstos y otros

materiales constitutivos y las técnicas de factura de los objetos prehispánicos en el

173

Occidente de México, pues este estudio es apenas un preámbulo al conocimiento de los

posibles recursos utilizados por las sociedades en esta región, desconocidos aún en

muchos aspectos, información de vital importancia para entender los mecanismos de

deterioro y así poder realizar intervenciones favorables para la conservación.

174

175

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ANEXOS

190

191

ANEXO 1

Cal

Arc

illa

sC

al y

arc

illa

s

Car

n

vege

tal

Mal

aqu

ita

Arc

illa

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41 42 47 53 54 55 61 62 65 66 67 69 70

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ac.

29 30 31

33 36 37 43 44 45 52 56 57 58 59 60

Tula

, Hid

algo

64 68

CTe

ne

ne

pan

go, P

ue

.6

Co

loti

tlán

, Jal

.11

Am

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lán

, Jal

.15 16

El C

óp

oro

, Gto

.18

La Q

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a, Z

ac.

32 46?

48 50 51

La P

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, Co

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116

DLa

Qu

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ada,

Zac

.1

Co

loti

tlán

, Jal

.12

La Q

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mad

a, Z

ac.

27

EA

lta

Vis

ta,

Zac

2

La Q

ue

mad

a, Z

ac.

8 49

FLa

Qu

em

ada,

Zac

.19 20 21 22 23

DEC

OR

AC

IÓN

PIG

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TIP

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O.

CA

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de

los

anál

isis

rea

liza

do

s p

or

No

emí C

asti

llo (

1968

)

192

193

ANEXO 2

Aceite de chía

La chía

La chía (Salvia hispánica) “es una planta anual, de verano, que pertenece a la familia de las

Lamiaceae; es originaria de áreas montañosas de México” (Di Sapio, Bueno, Busilacchi, &

Severin, 2008).

La semilla de la chía tiene un alto contenido de ácidos grasos insaturados,

aproximadamente el 33% (Di Sapio, Bueno, Busilacchi, & Severin, 2008), Adicionalmente,

Figura 1. A la izquierda la planta de chía y arriba la

semilla. Fotografías tomadas de:

www.fcagr.unr.edu.ar

194

la semilla de chía presenta los siguientes componentes de acuerdo con Osvaldo Di Sapio,

Mirian Bueno, Héctor Busilacchi y Cecilia Severin (2008):

23% de proteína, con aminoácidos esenciales entre los cuales se encuentra la lisina

714 mg de calcio en la semilla entera y 1180 mg en las semillas parcialmente desgrasadas

(harina)

6,4 mg de hierro

390 mg de magnesio

700 mg de potasio

1.057 mg de fósforo

buenos valores de cinc y manganeso, muy pobre en sodio

27% de fibra, principalmente soluble

Otros estudios reportan que este aceite “contiene, adicionalmente, compuestos con

potente actividad antioxidante, como ácido cafeíco, miricetina, quercetina y kaemperol”

(Solís, 2006).

Aceite de chía

El 75% de los ácidos grasos en el aceite de chía son insaturados, predominando el

linolénico con un 50.7%, el linoléico con 18.8% y en menor cantidad el oleico en 6.9% del

total (Solís, 2006). A continuación un cuadro comparativo presentado por Di Sapio et al

(2008) donde se exponen las diferencias en composición con otros compuestos

considerados con altos niveles de ácidos grasos.

Cuadro 1: Composición de los ácidos grasos de la chía, lino, pez menhaden

195

Figura 2. Conejo Oryctolagus cuniculus de donde

posiblemente se extrae la cola. Imagen obtenida de:

www.asociacionparquecordillera.cl

Cola de conejo

El conejo

El conejo pertenece al orden Lagomorpha, que en conjunto con la liebre y la pica se

conocen como lagomorfos. Los dos primeros pertenecen a la familia Leporidae (IB-UNAM).

La alimentación de estos mamíferos es principalmente de “pastos, hierbas, arbustos y

algunas partes de los árboles” (INECC, 2007).

En general se distribuyen por todo el mundo aunque no presentan gran diversidad

pues sólo existen 78 especies (IB-UNAM), de las cuales 14 se encuentran en México de

acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático:

Cuenta con nueve diferentes especies de conejos, ocho conocidas científicamente

como Sylvilagus y una más como Romerolagus, más cinco diferentes tipos de

liebres conocidos como Lepus. La mayoría de estos conejos y liebres (ocho en total)

son endémicos o exclusivos de nuestro país, y se restringen a zonas muy pequeñas

con excepción del conejo montés o mexicano (Sylvilagus cuntcularlus) y de la liebre

torda (Lepus caüotfs), que a pesar de ser endémicos viven en una superficie

relativamente mayor dentro del territorio nacional (INECC, 2007).

Cola de conejo

La cola de conejo, ya sea en presentación

granulada o en polvo se obtiene de la piel o

partes del conejo; ya que su uso es

conocido tradicionalmente en Europa,

probablemente la especie más utilizada

para su elaboración y comercialización sea

196

Oryctolagus cuniculus (conejo europeo que se muestra en la Figura 2).

El colágeno constituye el principal componente de las colas animales, el cual está

conformado por glicina, prolina e hidroxiprolina y el peso molecular varía de 40,000 a

10,000 (Masschelein-Kleiner, 1995), aunque también están presentes algunas otras

proteínas y glicerina (Peris, 2008). La estructura de este compuesto forma tres cadenas

enrolladas helicoidalmente unidas por puentes de hidrógeno, no obstante sus

propiedades físicas y químicas dependen de la fuente de extracción y del proceso (Peris,

2008).

Figura 3. Cola de conejo en presentación en perla. Imagen

obtenida de: www.classic-conservation.com/

197

Baba de nopal

Nopal

De acuerdo con el Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias de la

Universidad de Guadalajara, el nopal (Figuras 4 y 5) presenta las siguientes características:

Pertenecen a la familia de las cactáceas, que son plantas carnosas de formas diversas que

almacenan jugos lechosos o gomosos que les permiten resistir la sequía; tienen una cutícula muy

gruesa casi todos con espinas y por lo general sin hojas. Crecen en climas cálidos y templados; en su

flores constan de cáliz de muchos sépalos y pétalos, estambres indefinidos y ovario ínfero; su fruto

es una baya. Se reproducen por semilla o por fragmentos de tallo.

Pertenece al grupo de las Platyopuntias que se caracterizan por presentar los tallos redondos y

aplanados. Los nopales tienen tallos articulados, compuestos de piezas ovales o redondeadas

(pencas) cubiertas de grupos de espinas, pues las hojas solamente se ven durante algún tiempo en

pencas jóvenes. Sus flores en su mayoría son amarillas y crecen en la parte superior de las pencas.

Son plantas típicamente mexicanas, muy abundantes y variadas particularmente en las regiones

áridas. Algunas especies existen por el norte y sureste de los Estados Unidos y por el Sur hasta

Argentina y Chile, pero México posee el mayor número de especies (CUCBA-UDG).

De acuerdo con esta misma fuente (CUCBA-UDG), la penca de nopal presenta los siguientes

componentes:

Agua 6.840%

Grasa 2.158%

Carbohidratos 43.016%

Proteínas 5.254%

Fibra 14.320%

Cenizas 28.412%

198

Baba de nopal

De acuerdo con Nora Pérez (2009), la composición de la baba o mucílago de nopal

presenta la siguiente composición:

El extracto acuoso del mucílago del nopal se ha caracterizado como un polisacárido compuesto de

proporciones variables de D-galactosa, L-arabinosa (formando tanto anillos de furanosa como

piranosa), D-xilosa y L-ramnosa, siendo estos los principales monosacáridos neutros. Asimismo, se

ha notado un alto contenido de ácido D-galacturónico. La estructura primaria propuesta para este

mucílago consiste de una repetición lineal de una “unidad” estructural compuesta principalmente

por la unión (1-4) de ácidos _-D-galacturónicos interrumpidos por la inserción (1-2) de unidades de

L-ramnosa. Unidas al O(4) de los residuos de L-ramnosa se encuentran cadenas de trisacáridos de

_(1-6)-D-galactosa. Los residuos de galactosa a su vez presentan cadenas laterales ya sea en sus

posiciones O(3) u O(4). La composición de estas cadenas laterales es compleja: al menos 20 tipos de

oligosacáridos (principalmente disacáridos y trisacáridos) han sido identificados. Éstos

invariablemente contienen residuos de L-arabinosa presentes como residuos unidos por medio de

enlaces O(1-5) así como unidades únicas de D-xilosa presentes como grupos terminales, dando una

relación xilosa:arabinosa aproximada de 1:2 (Pérez, 2009).

Figura 4. Plantas de nopal.

Fotografía tomada de:

colotlan.wordpress.com

Figura 5. Detalle de pencas de nopal del

municipio de Teúl de González Ortega, Zac.

Fotografía: Juan Rivera, 2011.

199

Huevo de guajolota

El guajolote

El guajolote, como se le conoce generalmente en México al pavo (Melleagris gallopavo

L.)31, es un ave que puede encontrarse en estado silvestre y mayoritariamente

domesticado (Figura 6). “El hábitat típico del guajolote silvestre son los bosques de pino-

encino, pero se le puede encontrar también en bosques de coníferas, bosques de encino,

matorral xerófilo y en bosques mesófilos, debido a que se adapta con facilidad a esos

ambientes” (Márquez, García, González, & Tarango, 2005). En el territorio mexicano se

han identificado cuatro subespecies que han existido y/o aún existen: M. g. gallopavo, M.

g. mexicana, M. g. merriani, M. g. intermedia; de éstas, la primera es la que corresponde

al pavo domesticado (Camaco-Escobar, Jiménez-Hidalgo, Arroyo-Ledezma, & Sánchez-

Bernal, 2011).

31 Existen más de 30 nombres populares, además de las denominaciones en las lenguas indígenas existentes

en México.

Figura 6. A la izquierda un guajolote o pavo domesticado; imagen

obtenida de: www.larednoticias.com.

200

De manera natural, el guajolote “es un excelente granívoro y consume cualquier

tipo de alimento (vegetal o animal) según la época del año, requerimientos nutricionales,

y según la diversidad, abundancia, disponibilidad y apetencia de los nutrimentos”

(Márquez, García, González, & Tarango, 2005).

Huevo de guajolota

Existen ciertas diferencias en composición entre la clara

y la yema de huevo, probablemente incluyendo el de

guajolota (Figura 7). Los datos para el huevo en general

indican que la clara contiene cerca del 87% de agua,

12% de proteínas y aproximadamente un 2% de

polisacáridos (Masschelein-Kleiner, 1995). El 65% de las

proteínas de la clara la constituye la ovoalbúmina,

formando una disolución acuosa coloidal que expuesta

al calor tiene la capacidad de coagularse (Masschelein-

Kleiner, 1995; Peris, 2008); esto mismo sucede “cuando

está diluida y extendida en una capa fina, y exponerse a

la luz” (Peris, 2008: 20).

Por otro lado, la yema es una emulsión que contiene más del 51% de agua, más un

porcentaje del 17 al 38 de proteínas (livetina y fosvitina), así como cerca del 2.2% de

lecitina la cual ayuda como surfactante (Masschelein-Kleiner, 1995).

Figura 7. Huevo de una guajolota

de crianza en el municipio de Teúl

de González Ortega, Zac. Imagen

del autor, 2013.

201

Goma de huizache

Huizache

La planta conocida como huizache en la región de occidente de México presenta las

siguientes características:

Arbusto espinoso o árbol pequeño, perennifolio subcaducifolio, de 1 a 2 m de altura la forma

arbustiva, de 3 a 10 m la forma arbórea, con un diámetro a la altura del pecho de hasta 40 cm.

Copa redondeada. Hojas plumosas, alternas, frecuentemente aglomeradas en las axilas de cada par

de espinas, bipinnadas, de 2 a 8 cm de largo incluyendo el pecíolo, con 2 a 7 pares de folíolos

primarios opuestos y 10 a 25 pares de folíolos secundarios.

Tronco corto y delgado, bien definido ramificado desde la base con numerosos tallos. Ramas

ascendentes y a veces horizontales, provistas de espinas de 6 a 25 mm de longitud.

[…]Sus brillantes flores están apiñadas en bolas densas y mullidas y con frecuencia cubren el árbol

en forma tal que éste da la sensación de una masa amarilla.

[…] Vainas moreno rojizas, semiduras, subcilíndricas, solitarias o agrupadas en las axilas de las

espinas, de 2 a 10 cm de largo (CONAFOR-SEMARNAT).

Figura 8. A la izquierda, arbusto de huizache

del municipio de Teúl de González Ortega,

Zacatecas; arriba, detalle de goma exudada

del tronco. Fotografías del autor.

202

Se localiza en prácticamente todos los estados de la República Mexicana, a

excepción del Edo. De México, Tlaxcala y el Distrito Federal (CONAFOR-SEMARNAT). Tiene

la capacidad de crecer en una amplia gama de suelos ya sean muy arenosos hasta muy

arcillosos: “rendzina, xegorendzina, vertisol, arenoso, húmedo, caliza, yeso, lutita y

aluvión” (CONAFOR-SEMARNAT). Debido a esto suele encontrarse cerca de caminos,

arroyos, terrenos que se encuentran en desuso, donde predominan climas cálidos o

semicálidos, con precipitaciones anuales medias (CONAFOR-SEMARNAT).

Goma de huizache

No se han encontrado reporte de la composición química específica de la goma de

huizache; sin embargo, se sabe que la estructura polimérica de polisacáridos de las gomas

de acacias es muy compleja, pues están conformadas por una gran variedad de azúcares

(algunas contienen ácido urónico) distribuidos irregularmente y en composiciones

variables (Masschelein-Kleiner, 1995).

203

Referencias

Camaco-Escobar, M., Jiménez-Hidalgo, E., Arroyo-Ledezma, J., & Sánchez-Bernal, E.-L. E.

(marzo de 2011). Historia natural, domesticación y distribución del guajolote

(Melleagris gallopavo) en México. (M. Estrada, Ed.) Recuperado el julio de 2014, de

Revista Universidad y Ciencia:

http://www.universidadyciencia.ujat.mx/sistema/documentos/volumenes/27-3-

2011/528.pdf

CONAFOR-SEMARNAT. (s.f.). Acasia Farnesiana. Recuperado el agosto de 2014, de

Sistema Nacional de Informacion Forestal:

http://www.bioplanet.com.mx/www/index.php?option=com_content&view=articl

e&id=58:huizache-clave-aa004&catid=13:catalogo&Itemid=91

CUCBA-UDG. (s.f.). Nopal. Recuperado el agosto de 2014, de cucba.udg.mx:

http://www.cucba.udg.mx/anterior/sitiosinteres/coaxican/nopal.htm

Di Sapio, O., Bueno, M., Busilacchi, H., & Severin, C. (abril de 2008). Chía: importante

antioxidante vegetal. Recuperado el agosto de 2014, de Revista Agromensajes de

la Facultad: http://www.fcagr.unr.edu.ar/Extension/Agromensajes/24/3AM24.htm

IB-UNAM. (s.f.). Características de los lagomorfos. Recuperado el Octubre de 2014, de

Instituto de Biología: http://www.ibiologia.unam.mx/amcela/Lagomorfos.html

INECC. (noviembre de 2007). Los familiares del conejo zacatuche. Recuperado el octubre

de 2014, de Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático:

http://www2.inecc.gob.mx/publicaciones/libros/7/familia.html

Márquez, M., García, E., González, C., & Tarango, L. (abril de 2005). Composición de la

dieta del guajolote silvestre (Melleagris gallopavo mexicana, Gould,

1856)introducido en "Sierra Fría", Aguascalientes, México. (FMVZ-UNAM, Ed.)

Recuperado el octubre de 2014, de fmvz.unam.mx:

http://www.fmvz.unam.mx/fmvz/revvetmex/a2005/rvmv36n4/rvm36403.pdf

Masschelein-Kleiner, L. (1995). Ancient binding media, varnishes and adhesives. (J.

Bridgland, S. Walston, & A. E. Werner, Trads.) Roma: ICCROM.

Pérez, N. (2009). Formulación de un mortero de inyección con mucílago de nopal para

restauración de pintura mural. Tlaquepaque, Jalisco: Instituto Tecnológico de

Estudios Superiores de Occidente.

204

Peris, J. (2008). Estudio analítico de materiales empleados en barnices, aglutinantes y

consolidantes en obras de arte mediante métodos cromátográficos y

espectrométricos. Valencia: Universidad de Valencia.

205

ANEXO 3

206

207

208

209

210

211

ANEXO 4

Espectros FT-IR con ATR

MC BABA DE NOPAL

1046

.5

1115

.21239

.5

1396

.11515

.1

1594

.0

3198

.7

MC B ABA D E NOP AL

64

66

68

70

72

74

76

78

80

82

84

86

88

90

92

94

96

%T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

MC CHIA

552.

256

5.5

590.

5

721.

8

1099

.3

1160

.9

1237

.9

1375

.6

1458

.4

1743

.2

2853

.4

2924

.0

3010

.0

MC C HIA

45

50

55

60

65

70

75

80

85

90

95

100

%T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

212

MC CLARA DE GUAJOLOTA

558.

156

7.8

1075

.3

1235

.4

1309

.8

1396

.1

1449

.1

1534

.3

1636

.7

2930

.829

62.3

3283

.2

MC C LARA D E GUA JOLOTA

35

40

45

50

55

60

65

70

75

80

85

90

95%

T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

MC COLA DE CONEJO POLVO 2

1532

.9

1634

.8

1646

.53275

.4

3302

.8

3561

.335

84.7

3627

.8

3674

.8

3729

.6

3851

.0

MC C OLA DE CONE JO P OLVO 2

82

83

84

85

86

87

88

89

90

91

92

93

94

95

96

97

98

99

%T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

213

MC YEMA DE HUEVO

1088

.8

1162

.81235

.7

1377

.8

1465

.2

1541

.5

1648

.1

1743

.3

2852

.1

2921

.9

3009

.1

3283

.9

MC Y EMA D E HUE VO

35

40

45

50

55

60

65

70

75

80

85

90

95

%T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

MC GOMA DE HUIZACHE

556.

6

1031

.7

1419

.6

1597

.0

2927

.1

3309

.3

MC GOMA D E HUIZACH E

40

45

50

55

60

65

70

75

80

85

90

95

%T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

214

MC GRIS LA HIGUERITA

910.

6

1001

.3

1634

.8

3416

.4

3616

.1

3690

.5

MC GRIS LA H IGU ER ITA

50

55

60

65

70

75

80

85

90

95

%T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

MC GRIS PLAN DEL GUAJE

792.

9

1023

.5

2355

.2

MC GRIS P LAN DE L GU AJE

35

40

45

50

55

60

65

70

75

80

85

90

95

100

%T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

215

MC PLAN DEL GUAJE TIERRA 2

906.

4

1110

.1

3616

.1

3694

.4

MC P LAN DE L GU AJE TIE RRA 2

-0.26

-0.24

-0.22

-0.20

-0.18

-0.16

-0.14

-0.12

-0.10

-0.08

-0.06

-0.04

-0.02

-0.00A

bs

orb

ance

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

MC ROJO PLAN DEL GUAJE

785.

1

906.

4

1030

.4

2359

.1

3627

.8

MC R OJO PLA N D EL GUA JE

45

50

55

60

65

70

75

80

85

90

95

100

%T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

216

MC GRIS CERRO DEL TEUL

560.

6

785.

1

906.

4

1027

.3

2355

.2

2930

.8

3367

.5

MC GRIS C ER RO DE L TEU L

30

35

40

45

50

55

60

65

70

75

80

85

90

95

%T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

MC ROJO CERRO DEL TEUL

796.

8

910.

4

1008

.6

2359

.1

3416

.4

MC R OJO CE RRO D EL TE UL

35

40

45

50

55

60

65

70

75

80

85

90

95

%T

1000 1500 2000 2500 3000 3500

Wavenumbers (cm-1)

217

ANEXO 5

Cromatogramas de GC-FID

218

219

220

221

222

Cromatogramas HPLC-IR

223

224

225

226

227

228

229

230

231

232