Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio

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1075 Morello et al. 1 CEQUA y Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes. Flavia. [email protected]. [email protected]. 2 DIPA - IMIHICIHU, CONICET. [email protected]. 3 Museo de Historia Natural de Concepción, DIBAM. [email protected]. 4 Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes y McBurney Institu- te - [email protected]. 5 School of Biological & Environmental Sciences, University of Stirling. [email protected]. 6 Depto. Antropología, Universidad de Chile. [email protected], [email protected], [email protected]. Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y medio Flavia Morello 1 , Luis Borrero 2 , Jimena Torres 1 , Mauricio Massone 3 , Manuel Arroyo 4 , Robert McCulloch 5 , Elisa Calas 6 , Marcela Lucero 6 , Ismael Martínez 6 y Gabriel Bahamonde 1 ABSTRACT The first results of a research focused on the evolution of human terrestrial colonization in Tierra del Fuego during the Holocene are presented. Emphasis is given to moments before 2000 BP, focusing on the integration of a new methodological strategy to approach the detection of archaeological sites for this period. INTRODUCCIÓN Con posterioridad a los 8000 años AP, la apertu- ra del estrecho de Magallanes genera la insularidad de Tierra del Fuego con una barrera biogeográfica que habría aislado a los primeros grupos humanos registrados hace ca.10,500 años AP en la Cueva Tres Arroyos 1 (Massone 2004). El poblamiento del Norte de la isla comienza durante el Tardiglacial pero el desarrollo posterior es menos claro, con eventos puntuales y disconti- nuos de ocupaciones de cazadores terrestres, uno discutido, del Holoceno temprano (Marazzi 1, nive- les inferiores), y otros del Holoceno medio-tardío, siempre yacimientos costeros (Morello et al. 1999; Salemme y Bujalesky 2000; Salemme et al. 2007). Aquí se presentan los resultados preliminares de un proyecto enfocado al estudio del proceso de colonización terrestre de Tierra del Fuego durante el Holoceno, con énfasis en momentos anteriores a los 2000 años AP, periodo en que el registro ar- queológico es abundante y variado, interpretado como un aumento demográfico con ocupación efectiva de todos los ambientes de la isla (Borrero 1989-90). Se presenta la información recopilada en los primeros dos años de investigación del proyecto FONDECYT 1060020 “Arqueología de cazadores- recolectores de Tierra del Fuego: el proceso de colonización y el factor de aislamiento geográfico, durante el Holoceno temprano y medio”. Nos con- centraremos, en el modo que se ha integrado una nueva estrategia metodológica para la búsqueda de sitios arqueológicos y los resultados obtenidos, hasta el momento.

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1075Morello et al.

1 CEQUA y Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes. [email protected]. [email protected]. 2 DIPA - IMIHICIHU, CONICET. [email protected]. 3 Museo de Historia Natural de Concepción, DIBAM. [email protected]. 4 Centro de Estudios del Hombre Austral, Instituto de la Patagonia, Universidad de Magallanes y McBurney Institu-te - [email protected]. 5 School of Biological & Environmental Sciences, University of Stirling. [email protected]. 6 Depto. Antropología, Universidad de Chile. [email protected], [email protected], [email protected].

Evaluando el registro arqueológico de Tierra del Fuego durante el Holoceno temprano y

medio

Flavia Morello1, Luis Borrero2, Jimena Torres1, Mauricio Massone3, Manuel Arroyo4, Robert McCulloch5, Elisa Calas6, Marcela Lucero6, Ismael Martínez6 y Gabriel Bahamonde1

A B S T R A C T

The first results of a research focused on the evolution of human terrestrial colonization in Tierra del Fuego during the Holocene are presented. Emphasis is given to moments before 2000 BP, focusing on the integration of a new methodological strategy to approach the detection of archaeological sites for this period.

INTRODUCCIÓN

Con posterioridad a los 8000 años AP, la apertu-ra del estrecho de Magallanes genera la insularidad de Tierra del Fuego con una barrera biogeográfica que habría aislado a los primeros grupos humanos registrados hace ca.10,500 años AP en la Cueva Tres Arroyos 1 (Massone 2004).

El poblamiento del Norte de la isla comienza durante el Tardiglacial pero el desarrollo posterior es menos claro, con eventos puntuales y disconti-nuos de ocupaciones de cazadores terrestres, uno discutido, del Holoceno temprano (Marazzi 1, nive-les inferiores), y otros del Holoceno medio-tardío, siempre yacimientos costeros (Morello et al. 1999; Salemme y Bujalesky 2000; Salemme et al. 2007).

Aquí se presentan los resultados preliminares de un proyecto enfocado al estudio del proceso de colonización terrestre de Tierra del Fuego durante el Holoceno, con énfasis en momentos anteriores

a los 2000 años AP, periodo en que el registro ar-queológico es abundante y variado, interpretado como un aumento demográfico con ocupación efectiva de todos los ambientes de la isla (Borrero 1989-90).

Se presenta la información recopilada en los primeros dos años de investigación del proyecto FONDECYT 1060020 “Arqueología de cazadores-recolectores de Tierra del Fuego: el proceso de colonización y el factor de aislamiento geográfico, durante el Holoceno temprano y medio”. Nos con-centraremos, en el modo que se ha integrado una nueva estrategia metodológica para la búsqueda de sitios arqueológicos y los resultados obtenidos, hasta el momento.

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El diseño de prospección ha sido planeado en múltiples etapas, con un marco interdisciplinario de estudios, y combinando dos tipos de estrategias de prospección, que incluyen muestreos sistemáti-cos y guiados, dependiendo de las características de los sectores de muestreo.

Las etapas de prospección se pueden sintetizar en tres fases generales:

-Inspección geomorfológica y estudios geoar-queológicos: evaluación en terreno de los antece-dentes, identificación de geoformas presentes en el paisaje actual y su cronología relativa (tefracro-nología y otros depósitos estratificados de fecha conocida). Incluye el estudio de procesos de forma-ción de depósitos naturales y culturales utilizando de manera complementaria enfoques tafonómicos y geoarqueológicos, y discutiendo su relación con las reconstrucciones paleoambientales y la preser-vación de registro arqueológico observado y po-tencial.

-Prospección superficial en áreas en las que no se ha desarrollado este tipo de survey. Guiadas y

con muestreo sistemático.-Prospección sub-superficial sistemática (son-

deos, pruebas de pala y barrenos): en sus prime-ras fases de aplicación se ha buscado evaluar el desempeño de distintos sistemas de muestreo sub-superficial en condiciones controladas. En ambas prospecciones se insertan nuevos procedimientos de evaluación tafonómica de casos específicos, en-focándose a procesos de formación del registro, su integridad y potencial de conservación, y, también, estudios geoarqueológicos puntuales.

Las áreas estudiadas en los dos primeros años del proyecto son:

a) Área discontinua asociada a la costa de la transgresión marina del Holoceno medio, entre punta Catalina y bahía Inútil, en la zona Norte y Oeste de Tierra del Fuego: prospección sistemáti-ca.

b) Sector de bloques erráticos al sur de bahía Inútil, entre río Torcido y Cameron: prospección guiada.

METODOLOGÍA

RESULTADOS

Terrazas marinas del Holoceno medioReconocimiento geomorfológicoLa inspección geomorfológica se concentró

considerando los antecedentes existentes, en las zonas de Puerto Percy, bahía Lee, Punta Catalina, Porvenir Norte (costa del Paso Ancho y laguna Ver-de) y Porvenir sur (Cabo Monmouth y el río Santa María) (Figura 1).

El sector de Puerto Percy, península Juan Ma-zía, se visitó con el objeto de identificar y tomar muestras de sedimentos de depósitos marinos de Holoceno medio (De Muro et al. 1996b). Los perfi-les expuestos en la barranca costera1 presentan una secuencia que abarcaba la totalidad del Holoceno:

Arena café, que corresponde a suelo de tiem-pos tardíos.

Capa de arena gris, gravas, guijarros y conchas que corresponden a la formación de una terraza marina del Holoceno medio.

Arena gris oscura del Holoceno temprano, a juzgar por su ubicación bajo los depósitos marinos de la transgresión (ca. 6000 AP) y por sobre la tefra del Reclus (Figura 2).

Tefra del volcán Reclus, ca. 12,600 años AP. Sedimentos de finales del Pleistoceno, origen

glacial.Aunque no se registra material arqueológico en

superficie o en el perfil, se realizó una prospección sub-superficial guiada al sector.

En otras localidades con antecedentes de geo-formas marinas, como bahía Lee, Punta Catalina y cabo Monmouth, se identifican como rasgos ero-sivos las terrazas marinas de la transgresión del Holoceno medio y otras antiguas terrazas glaciola-custres, de antigua data en Punta Catalina, y en el rango de la última glaciación en los otros sectores. Estas geoformas fueron prospectadas de manera sistemática en la siguiente etapa de prospección arqueológica superficial.

La zona de Porvenir Norte permitió registrar una sucesión de entre dos y cuatro terrazas de dis-tinto origen, las que según su altitud y naturaleza de los sedimentos se identificaron como de origen marino holocénico (ca. 5-6 m s.n.m.) o glaciolacus-tre, comparando en terreno con el mapeo geomor-fológico realizado por De Muro et al. (1996a).

En términos geomorfológicos se siguen por de-cenas de kilómetros las formaciones, siendo muy clara en ciertos sectores la transgresión del Holo-ceno medio, debido a la presencia de depósitos marinos en los acantilados y a una altura entre 3 y 6 m s.n.m.

En este recorrido se registraron varios sitios arqueológicos en estas terrazas altas, por sobre

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Figura 1. Tierra del Fuego y las zonas estudiadas. 1) bloques erráticos 2) terrazas marinas del Holoceno medio.

Figura 2. Perfil expuesto en Puerto Percy 1.

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los 6 m s.n.m. Las observaciones realizadas en los yacimientos arqueológicos refuerzan las de los de-pósitos naturales: buena preservación de depósitos y alta cubierta vegetal. Aunque esto redunda en la baja visibilidad del sector, hay agentes que están actuando para dejar materiales arqueológicos en superficie en áreas acotadas (e.g. corureras activas y abandonadas).

Siguiendo el mapa geomorfológico de De Muro et al. (1996a), se inspeccionaron las lagunas ubica-das al norte de Porvenir, en especial Laguna Verde, posible paleo-bahía durante la transgresión marina del Holoceno medio. No obstante, la ausencia de depósitos marinos y por estimación de la altitud, se concluye que el mapa geomorfológico está errado en extender estas terrazas de segundo orden al in-terior de Laguna Verde2.

La misma actividad de identificación de geo-formas y evaluación de visibilidad/potencial es-tratigráfico de estas terrazas se desarrolla entre cabo Monmouth y el sur del río Santa María. El sur de cabo Monmouth se presentó como un área es-pecialmente interesante por la suma de registro arqueológico en terrazas altas (probablemente glaciolacustres), buena preservación de depósitos y perfiles expuestos con secuencias paleoambien-tales de interés.

Prospección superficialLa prospección en distintos segmentos de la

costa norte y noroccidental de Tierra del Fuego buscaba explorar las geoformas asociadas a la transgresión marina del Holoceno medio, en sec-tores no prospectados anteriormente (Massone 1997; Massone et al. 2003). Se recorrieron a) Sector entre cabo del Espíritu Santo y punta Catalina, boca oriental del estrecho de Magallanes; b) sector de punta Espora, Primera Angostura; c) un segmento de bahía Lee, próximo a la Segunda Angostura y sector entre punta Zegers y la localidad de Puerto Percy; y d) el sector costero cercano a Porvenir, ubi-cado al norte de Punta Palo, y la zona delimitada entre el cabo Monmouth y el río Santa María, al sur de Porvenir (Figura 1).

La prospección superficial fue utilizada como base para planificar la fase de prospección sub-superficial. Por lo que, además del registro arqueo-lógico, la prospección superficial incluyó una eva-luación por localidad de las geoformas costeras, en especial la visibilidad de cada sector y el potencial estratigráfico.

Los resultados permitieron registrar 71 hallaz-gos, 44 sitios arqueológicos y 27 concentraciones más de restos culturales (sensu Borrero y Lanata 1992).

Cabe llamar la atención sobre los escasos ar-

tefactos tipológicos diagnósticos de cronología relativa, que además son poco abundantes en el registro. En su ausencia y ante la falta de indicios estratigráficos, consideramos que no es posible generar criterios para diferenciar sitios arqueológi-cos anteriores al Holoceno tardío a priori. Por esto, hemos privilegiado una estrategia de datación extensiva, jerarquizando los sitios en relación a la disponibilidad de muestras idóneas, asociadas a contextos culturales en estratigrafía. En la práctica, durante la prospección superficial, se encontró sólo una pieza de cronología diagnóstica, probablemen-te de inicios del Holoceno tardío, un fragmento de punta lítica lanceolada y denticulada detectada en el sitio Cabo Monmouth 22, y similar a las bifaces registradas en Ponsonby y Lancha Packewaia. Otro elemento considerado diagnóstico son puntas pe-dunculadas pequeñas del tipo “Ona” -asociadas al uso de arco y flecha- (Bird 1993) y artefactos en vi-drio, como el caso de una bifaz detectada en el sitio Lago Vergara E24.

TafonomíaCabo Monmouth y Porvenir NorteSe realizaron observaciones sobre restos de ce-

táceo desarticulados ubicados en las costas cerca-nas al cabo Monmouth y al norte de bahía Chilota.

Las condiciones para enterramiento son muy malas en los niveles aterrazados altos cercanos al cabo. Se destaca una mandíbula y unos fragmentos de cetáceo de gran tamaño al pie de una morena, bastante lejos de la costa. Dado que los fragmentos craneanos, incluyendo las mandíbulas, son los que tienen mayor fidelidad al lugar de varamiento, se puede sostener sobre la base del sustrato no mari-no que se trata de restos transportados. Muy cerca, sobre la morena, hay escasos materiales arqueoló-gicos.

Al norte de bahía Chilota el sitio arqueológico Porvenir Norte 19 se ubica parcialmente sobre una terraza marina del Holoceno medio y con un sector sobre terraza glacio-lacustre, protegido por suaves lomadas. Las condiciones topográficas hacen sos-tenible que los restos de cetáceo y de pinnípedo reconocidos en el sitio no sean resultado de mez-cla post-depositacional. En el sitio Porvenir Norte 26, ubicado un poco más al sur, también hay restos de cetáceo. Nuevamente, las condiciones sugieren depositación cultural. Las costas tampoco acumu-lan restos de mamíferos marinos.

Los escasos restos de cetáceo recuperados lejos de los sitios arqueológicos no pudieron depositarse como resultado de la dinámica actual del sistema marino, por lo que exigen la intervención de algún agente de transporte moderno -seguramente hu-mano- o son testigos de un estado anterior de las

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costas. La situación contextual sugiere que se trata del primer caso.

Cabo Monmouth 20Se trata de una extensa localidad que presenta,

en distintos sectores, concentraciones de materia-les líticos y óseos. Hay evidencias de mucha acti-vidad de roedores. Por debajo se ha identificado una tefra del Reclus. Las condiciones de hallazgo se prestan a algún proceso de mezcla. Se observa-ron rocas estalladas en las cercanías del sitio Cabo Monmouth 6. También se realizaron observaciones tafonómicas sobre restos de pinnípedos prove-nientes de sitios arqueológicos. Las carcasas que eventualmente puedan depositarse en estas costas están expuestas a fuertes marejadas, que las de-ben remover fácilmente, como ha ocurrido con los ejemplares de Otaria de Cabo Vírgenes o los dos ca-sos de carcasas de ballenas francas de cabo Espíritu Santo (Borrero et al. 2009). La ausencia de huesos desarticulados es interesante, dada la abundancia de basura traída por las corrientes. Se registró la presencia de escasos restos de cetáceo, que pre-sentan fracturas poligonales, semejantes a las de-finidas como resultado de meteorización (Borella 2004). Parte del material arqueológico y al menos un húmero de pinípedo se ubica en superficie sobre un sector que contiene, en estratigrafía, una turba y una tefra. De aquí provienen fechados radiocar-bónicos de 5565 ± 40 (Ua-33946) y 2410 ± 35 (Ua-33947) años AP.

Al norte de cabo Monmouth en general el suelo es poco penetrable, disminuyendo mucho las pro-babilidades de mezcla con materiales recientes. Este tipo de mezclas sólo parece ocurrir en secto-res erosionados, para los que la detección de las mezclas se basa en criterios de completitud y colo-ración, incluyendo restos de ballenas y pinnípedos. Dada la posición sobre la barranca, la mayor parte de estos materiales son aceptables como resulta-dos de actividades humanas, aunque no posean huellas de corte o patrones de fractura asociados con explotación humana.

El sitio Cabo Monmouth 3 contiene moluscos en capa y está localizado en una terraza muy alta. Hay huesos de pingüino, pinnípedo y guanaco en superficie, a veces con líquenes. Estas concentra-ciones de huesos alternan con exposiciones de una tufa lacustre, muy anterior, que en algunos casos ha contribuido al teñido de los huesos. Los huesos se han depositado con posterioridad a la tufa.

Cabo Monmouth 5 está también localizado a cierta altura (ca. 30 m s.n.m.) e incluye numerosas bolas, moluscos, huesos de pinnípedo, guanaco y cánido. Se destaca la presencia de champa cubrien-do materiales.

En resumen, para la micro-región de cabo Mon-mouth y Porvenir Norte, es claro que la zona de de-positación de materiales mezclados por excelencia es al pie de las barrancas, en una situación fácilmen-te determinable como secundaria. El destino de es-tos materiales no es sólo el de mezclarse en nuevas asociaciones secundarias, sino eventualmente ser lavados por el mar. Por otra parte, en este sector, al alejarse de la costa también aumentan los riesgos de contaminación, pues es muy fuerte la actividad de Ctenomys sp. Sin embargo, no parece existir mucha evidencia arqueológica allí. En los casos en los que la señal arqueológica se superpone con esta zona de actividad de roedores, hay huesos enterra-dos en posición vertical. En otras palabras, las po-sibilidades de que la mezcla reciente haya afectado mucho a los conjuntos de cabo Monmouth son ba-jas.

Bahía Inútil, surLa erosión retrocedente en las barrancas del sur

de la bahía es muy notable, exponiendo casi total-mente la tefra del Reclus. Este proceso, ha llevado al desprendimiento de la barranca en bloques y tie-ne un alto potencial de exposición de materiales ar-queológicos, por sobre los límites de la distribución de la tefra.

En una situación similar, en Río Torcido se re-gistraron casos de caídas en bloque que expusieron materiales arqueológicos, incluyendo huesos que muestran evidencias de re-exposición a la meteo-rización. Estas remociones en masa, muchas veces incluyen materiales arqueológicos. Los materiales que caen estrictamente al pie de la barranca tien-den a ser cubiertos por los sedimentos -tanto eó-licos como de desprendimientos posteriores de la barranca- y quedan redepositados desordenada-mente. En otras palabras, al pie de la barranca se están formando numerosos sitios (acumulaciones discretas de materiales arqueológicos dictadas por la distribución de los bloques caídos) que carecen de integridad. Los huesos presentan blanqueado en el sector que se expuso primeramente, por lo que manifiestan una condición que puede deno-minarse “exposición pre-desbarrancamiento”, útil marcador en el corto plazo. A largo plazo esa dife-rencia se perderá en muchos huesos, excepto en aquellos que permanecieron demasiado tiempo en esa posición previa a la caída, que en el largo plazo sufrirán la destrucción de una de las epífisis.

Bahía Inútil, esteSe exploraron los campos de dunas transversa-

les a las cabeceras de la bahía. Están parcialmente vegetadas, con pequeños cuerpos de agua. Son du-nas longitudinales, por lo que presentan un cierto

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grado de estabilidad. Hay condiciones adecuadas para el enterramiento de animales parcialmente articulados, debido principalmente a procesos eó-licos y, más recientemente, a pisoteo por ganado vacuno, más la acción de coruros. Cerca de la costa aumenta notablemente el número de huesos en su-perficie. Solamente en la playa se registran huesos de mamíferos y aves marinos, incluyendo huesos largos de Aptenodytes sp.

Las dunas desarrolladas sobre dos niveles ate-rrazados sucesivos, son más recientes que estos. En el fondo de la bahía sólo las dunas ofrecen cier-ta protección, además de agua y ejercen atracción sobre animales. Sobre la terraza glacial pueden esperarse ocupaciones con edades del Holoceno medio. Esta terraza ofrece mala visibilidad, pero las oportunidades de enterramiento y preservación son relativamente buenas.

Puerto Percy y bahía LeeEn Puerto Percy, han sido muestreadas tefras y

valvas en barrancas con nidos de cormoranes y po-zos de roedores que indican ciertas condiciones de mezcla.

En bahía Lee se recorre un amplio sector que ha sido cubierto por las aguas de la transgresión del Holoceno medio. Ubicamos sectores por sobre esa cota en los que se encuentran algunos conjuntos arqueológicos. Hay hallazgos aislados, incluyendo restos óseos y líticos (Bahía Lee Lagunas 2) (Figura 4).

Las observaciones tafonómicas no indican faci-lidad para el enterramiento de huesos modernos. Solamente en el sector que ha estado cubierto por las aguas se dan buenas condiciones de mezcla con huesos de guanacos modernos, básicamente por pisoteo. Lo mismo ocurre en bajos de Estancia Cla-rencia, más al sur.

La actual lluvia de huesos modernos de mamí-feros marinos en la costa es muy baja (P. Cardenas, comunicación personal 2006), lo que disminuye las posibilidades de contaminación actual en sitios del Holoceno tardío -como Bahía Lee 3- y, con más razón, durante el Holoceno medio, alejados de la costa y a cotas mayores.

La única forma de prospección posible, al igual que en otros sectores, parece ser recorrer los te-rrenos de edad apropiada y utilizar criterios tradi-cionales de reconocimiento. La duración relativa-mente larga (unos 4000 años) de la transgresión permite esperar que los sitios estén marcados por la presencia de moluscos. En otras palabras, hubo tiempo suficiente para que las costas de la trans-gresión fueran biológicamente productivas.

Prospección sub-superficial sistemáticaLa prospección se enfocó sobre las geoformas

identificadas como terrazas que corresponden al litoral disponible durante el Holoceno medio, te-niendo como referencia de base las terrazas mari-nas identificadas y situadas alrededor de 6 m s.n.m. en estos sectores. Por sobre este nivel se observan terrazas glaciolacustres, depósitos morrénicos al-tos, drumlins y dunas interiores, entre otras geofor-mas que fueron inspeccionadas anteriormente y/o constan en referencias geomorfológicas (De Muro et al. 1993, 1996a; Bentley et al. 2005).

La prospección superficial permitió seleccionar dos áreas de interés (Porvenir Norte y Cabo Mon-mouth), considerando la evaluación del potencial estratigráfico y la visibilidad de todos los sectores costeros. Además, estas localidades presentan un abundante registro arqueológico superficial, aspec-to que permitió contrastar las observaciones super-ficiales con técnicas de muestreo sub-superficial. El potencial estratigráfico se consideró como una evaluación promedio del espesor de sedimentos en capa preservados sobre los depósitos glaciares finipleistocénicos y, por lo tanto, es un criterio que busca estimar el potencial de formación y preserva-ción de depósitos del Holoceno.

Además de la prospección sub-superficial sis-temática se desarrollaron sondeos de diverso tipo en sitios arqueológicos registrados anteriormente, con el fin de mejorar su caracterización y buscar depósitos estratigráficos. Estos son considerados sondeos guiados por cuestiones particulares del registro arqueológico, y el objetivo es distinto al de la prospección sub-superficial que busca evaluar la metodología y técnicas usadas para el descubri-miento de sitios arqueológicos, no detectables con métodos tradicionales de prospección superficial, lo que incluye depósitos arqueológicos de baja o nula visibilidad superficial.

Se implementaron dos técnicas de muestreo sub-superficial: pozos de sondeo de 50 x 50 cm y barrenos de 10 cm de diámetro3. Los dos tipos de sondeo fueron implementados sistemáticamente y de manera similar en las dos localidades con el fin de comparar los resultados.

La prospección sub-superficial sistemática in-cluyó 10 transectas de 250 m de largo, con puntos de muestreo cada 50 m, llegando a 6 puntos por transecta. En cada punto se realizaron un sondeo y dos barrenados, a 5 m a cada lado del punto de sondeo. La selección de la ubicación de cada tran-secta consideró tres criterios: a) correspondencia exacta con las áreas de la prospección superficial; b) que uno o varios de los puntos de una transecta intercepte o pase sobre el área de un sitio arqueoló-gico ya registrado por observaciones de superficie,

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y c) variabilidad de condiciones ambientales, prin-cipalmente dadas por aspectos geomorfológicos y topográficos.

Una de las principales dificultades de imple-mentar este tipo de prospección es el tiempo y los recursos necesarios para dar una buena intensidad y cobertura al estudio. No obstante, el énfasis prin-cipal de esta prospección sub-superficial fue poner en marcha y evaluar el desempeño de este tipo de prospección de manera comparativa, ya que las características de los sectores de Porvenir Norte y Cabo Monmouth demostraban que la detección de hallazgos arqueológicos era en todos los casos rea-lizable vía prospección superficial clásica. Aunque la visibilidad en ambas localidades era predominan-temente baja a mediana, con buenas expectativas de preservación de depósitos arqueológicos, el ma-terial cultural también se detectaba en superficie - aunque en poca densidad. Los principales agentes de transporte o erosión registrados fueron: la ac-ción de roedores, ovejas, el perfil de erosión de la barranca costera y las huellas vehiculares.

Entonces, contábamos con un registro arqueo-lógico relativamente bien controlado y conocido a partir de los restos detectados en superficie, por lo que usamos esta información para comparar y eva-luar la metodología sub-superficial, y testear si el método permitiría detectar las eventuales concen-traciones o sitios arqueológicos estratificados.

Los resultados de las transectas realizadas en Cabo Monmouth indican que en los 35 puntos de muestreo sub-superficial (6 transectas), 22 inter-ceptaron sitios arqueológicos, 20 estaban registra-dos previamente en la prospección superficial y 2 pozos de sondeo detectaron material cultural en estratigrafía, sin que previamente se detectaran en superficie. De los 22 sitios interceptados, el 59% (n=13) de los pozos de sondeo registró material cul-tural en capa (artefactos y ecofactos), y por lo tan-to podríamos decir que detectaron los yacimientos. En cambio, el 27% de los barrenos detectó mate-riales en estratigrafía, pero hay que considerar que en 9 puntos de muestreo (casi 40% de los puntos) no se utilizó esta técnica por problemas de equipo. Entonces, si consideramos solamente los 17 puntos de muestreo en los que sí se realizó tanto un pozo de sondeo como los barrenados, los resultados in-dican que un 46% de los barrenados permitió de-tectar los sitios arqueológicos interceptados (13 puntos de muestra).

En el sector Porvenir Norte se realizaron 4 tran-sectas. Los resultados indican que de los 24 puntos de muestreo, 20 interceptaron sitios o concentra-ciones arqueológicas y en 50% de estos puntos se detectó material cultural en el pozo de sondeo standard. Esto incluye 2 áreas en que no se había

observado material en superficie y en la que sí se registraron restos culturales en capa. En el caso de los 20 puntos de muestreo con barreno, 16 inter-ceptaron restos arqueológicos, 25% de estos fue detectado en barreno 1 y 38% en barreno 2. No-tamos igualmente en esta localidad un único caso en que se registró material en un pozo de barreno pero no en el sondeo de 50 x 50 cm del mismo pun-to de muestra.

Sondeos en Sitios ArqueológicosUna serie de pozos de sondeos fueron realiza-

dos en sitios arqueológicos con el objeto de recopi-lar información estratigráfica y materiales en capa, para fechar.

Puerto Percy 1Este lugar de gran interés para las reconstruc-

ciones paleoambientales fue foco de una búsque-da guiada para evaluar la posibilidad de detectar hallazgos arqueológicos enterrados, en las capas del Holoceno temprano y medio (transgresión ma-rina). Para ello se realizaron pozos de sondeo y/o barrenado cada 5 m, harneando todo el material extraído. En total se realizaron 4 sondeos de 100 x 50 cm y 9 barrenados (Figura 3).

El resultado de los pozos es acorde a lo observa-do en la estratigrafía de los perfiles expuestos, con los sedimentos arenosos de color plomizo del Holo-ceno temprano a bastante profundidad. Debemos señalar igualmente que fue difícil excavar la capa de la transgresión marina del Holoceno medio pues se presentaba como un estrato de conchas muy com-pacto y en algunos sectores con grandes guijarros. El estrato del Holoceno tardío, post-transgresión marina, se asocia a la formación del suelo actual, compuesta de arena café, gravas y abundantes rai-cillas.

El pozo S1 llegó a 164 cm, estéril en términos culturales (Figura 3). En el sondeo S2 se detectó material lítico en la capa superior. Corresponden a lascas ubicadas a 24 y 54 cm en la capa que co-rresponde al Holoceno tardío. El pozo S3 llegó a 163 cm, también estéril.

Los 9 barrenados realizados en los ejes C y D tampoco registraron material cultural en estrati-grafía.

Por último, en el pozo de sondeo S4 se registró a 60 cm un fragmento de lasca interna, pero por su profundidad y al ser un hallazgo aislado, no se puede descartar su caída de capas superiores del perfil de excavación. Se llegó a depósitos glaciales a 132 cm.

Los sondeos, entonces, permitieron dar cuenta de un sitio arqueológico de poca densidad que pasó desapercibido a las observaciones superficiales y de perfiles expuestos.

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Bahía Lee Lagunas 2Este sitio fue descubierto en la inspección

geomorfológica, detrás de una laguna estacional y a los pies del talud de una terraza paleolacustre. Se registra una amplia distribución de material lítico disperso (lascas, núcleos y raederas) y restos óseos de lobo marino y guanaco. La visibilidad es nula y se estima que el área debe estar a una altura cer-cana o superior a 5 m s.n.m., aproximadamente a 1 km del mar.

Con el fin de evaluar el potencial estratigráfico se realizaron dos ejes sistemáticos de barrenado y pruebas de pala en algunos sectores (Figura 4). De un total de 18 barrenados, 12 resultaron positivos (67%) para la detección de material lítico en estra-tigrafía (sólo en un caso se registró una concha de maucho, Nacella sp.). No obstante, las dos pruebas de pala (30 x 30 cm) no registraron material en de-pósito.

A estos sondeos debemos agregar los resulta-dos del pozo de sondeo (30 x 35 cm) realizado en una campaña anterior, el que resultó positivo, de-tectándose dos restos líticos entre 10-20 cm de profundidad (1 fragmento distal lasca interna y 1 desecho). En general en los barrenados se regis-tró una lasca (<5 cm) en cada sondeo, solamente se presentaron 3 casos con dos lascas en un mismo barreno. Los materiales líticos en estratigrafía se distribuyen entre los 10 y 70 cm aproximadamente, pero de preferencia entre 10-20 cm.

Cabo San Vicente ISe trata de un extenso yacimiento descubier-

to por la Misión Arqueológica Francesa en 1959 y re-estudiado en distintos momentos por Mauricio Massone y Flavia Morello (Morello 2005; Massone y Morello 2007). Se ubica en un sector de terrazas abarrancadas, en su mayoría sobre los 6 m s.n.m. En un área de más de 4 km de largo y cientos de metros de ancho, se registraron concentraciones diversas, incluyendo 32 basurales conchíferos, en-tre los que se sondeó y dató el conchal N°9 en 805 ± 40 años AP (Ua-24689, Massone y Morello 2007). Luego, en la etapa de reconocimiento geomorfo-lógico se inspeccionó otro de los conchales, regis-trándose un hueso de guanaco con corte perime-tral semi-expuesto que fue datado, entregando un resultado de 2135 ± 30 años AP. Considerando el amplio rango temporal de ocupaciones registra-das, se realizó un segundo pozo de sondeo en las cercanías del borde erosionado de una laguna es-tacional, y a partir del sondeo se realizó un eje de barrenos4. Los barrenos se ubicaron en un eje, cada 10 m, y 4 otros fueron guiados a conchales y otros rasgos. Hay presencia de materiales líticos, óseos y

Figura 3. Croquis de Puerto Percy 1 y pozos realizados.

Figura 4. Distribución de sondeos en Bahía Lee Lagu-nas 2

EvaluandoelregistroarqueológicodeTierradelFuegoduranteelHolocenotempranoymedio

1083Morello et al.

malacológicos en estratigrafía hasta los 60 cm en el sondeo. Los resultados de los barrenos son ne-gativos en 3 casos y en 8 pozos se detectó material cultural en estratigrafía.

Cabo Monmouth 20El sitio Cabo Monmouth 20 es un extenso yaci-

miento descubierto en el año 2006, al sur de Por-venir, sobre la barranca costera, que en este sector tiene una altura estimada entre 6 y 10 m s.n.m. El sitio es muy extenso (1000 m N-S y 150 m W-E, Massone et al. 2007) y se emplaza en una terra-za glaciolacustre asociada al Avance E del Último Máximo Glacial (McCulloch 2007, 2008).

La visibilidad del lugar es mala a nula (75 a 95% cubierta vegetal), no obstante se observan artefac-tos dispersos en el perfil expuesto de la barranca costera y en superficie en sectores alterados por roedores (coruros). Se registran diversos materia-les líticos (lascas, núcleos, raederas y bolas) y algu-nos restos óseos (guanaco, lobo marino, cetáceo y conchas) (Massone et al. 2007).

En el perfil de la barranca, en la zona sur del ya-cimiento, se observaron restos óseos de guanaco y artefactos líticos en estratigrafía, y en un sector cercano se registró un estrato de sedimento plomi-zo, muy orgánico, con restos de conchas. En este

sector se recolectó una muestra de sedimento que fue datado y corresponde a un paleosuelo.

Cerca de esta sección (Figura 5) se extrae del perfil de la barranca una epífisis de guanaco con corte perimetral, en un estrato por sobre el paleo-suelo. Los resultados de los fechados radiocarbóni-cos son los siguientes: 2410 ± 35 años AP, sobre el mencionado hueso (Ua-33947), y 5565 ± 40 años AP (paleosuelo, -21 a -28 cm profundidad, Ua-33946).

Los estudios efectuados en Cabo Monmouth 20, en especial el análisis geoarqueológico prelimi-nar y el Sondeo 1 resultaron positivos, confirmando la presencia de un depósito arqueológico con arte-factos líticos y conchas asociadas a un fechado cer-cano a 5500 años AP. El contexto está ubicado en el techo del paleosuelo mencionado e inserto en él. Hay concordancia entre la estratigrafía registrada en los perfiles expuestos y datados, y lo observado en la excavación del sondeo.

Considerando la coherencia estratigráfica del perfil expuesto5, en conjunto con la existencia de concentraciones de materiales líticos en distintos niveles del sondeo, se concluye que en el sector registramos al menos dos ocupaciones estratigráfi-camente superpuestas, una asociada a la fecha de 2410 y otra algo anterior, posiblemente cercana a 5565 años AP. Sin embargo, la densidad de mate-riales es mediana a baja y, hasta el momento, hay ausencia de restos óseos de claro origen antrópico.

Sitio Cabo Monmouth 5El yacimiento fue registrado en la prospección

superficial y se decidió tomar una muestra de uno de los conchales visibles en superficie, pues su em-plazamiento geomorfológico era sugerente, y se asociaba a un paleosuelo y evidencias paleolacus-tres del Avance D del Último Máximo Glacial, visi-bles en el perfil expuesto de la barranca costera (cfr. McCulloch 2008).

El sitio presenta una gran superficie deflacio-nada hacia la barranca costera y hacia el interior restos de conchales con materiales en estratigra-fía, insertos en dunas vegetadas. Se limpia el perfil de uno de los conchales expuestos en superficie, y se registra un lente de fogón con concentraciones de conchas que tiene un espesor aproximado de 10 cm y que se extiende horizontalmente entre 1 y 1,5 m. Desde allí tomamos una muestra de sedimento carbonoso y conchas entre los -45 y -55 cm de pro-fundidad de la superficie de la duna, para fechar.

En 3 sectores del perfil expuesto del conchal se observan abundantes restos óseos (aves, guana-co, roedor y conchas – mayoritariamente choritos, también Nacella sp. y Fisurella sp.). Se recolectan 2 fragmentos de diáfisis de guanaco con marcas, una con percusión y la otra con huellas de corte, a

Figura 5. Croquis del perfil expuesto sobre la barranca en CM20, el lugar de extracción de las muestras data-das y la localización del Pozo 1.

1084

ArqueologíadelaPatagonia-Unamiradadesdeelúltimoconfín

unos 20-40 cm del sedimento del conchal-fogón. También se observan lascas pequeñas que afloran del perfil. El fechado radiocarbónico sobre Mytilus sp. del lente de conchas indica que el sitio es tardío: 1460 ± 40 años AP (Beta-240942).

Cabo Monmouth 22Es uno de los pocos casos de registro superficial

de elementos diagnósticos de cronología – frag-mento de punta lanceolada denticulada. Con el fin de desarrollar una mejor caracterización del sitio se volvió al lugar para desarrollar dos sondeos (S1 y S2), evaluar la presencia de depósitos en capa, y tomar muestras para datar. Lamentablemente, los resultados fueron negativos para ambos objetivos, aunque en ambos se registraron escasas conchas de mauchos y choritos, de difícil adscripción. Como observación adicional de los materiales registrados en la prospección superficial (1 núcleo, 1 fragmen-to de punta y conchas dispersas), debemos notar la presencia de un fragmento de hueso, probable-mente mamífero marino, quemado. Hay una co-rurera activa actualmente en el sitio, que ha hecho aflorar en superficie el hueso y algunas conchas dispersas.

Porvenir Norte 12Se realizó un sondeo 50 x 50 cm en el sitio PN-

12E, que corresponde a una extensa concentración de material cultural ubicado en una terraza inter-media de aproximadamente 5 a 6 m s.n.m., sobre depósitos de la transgresión marina del Holoceno medio, por lo que creíamos se trataba de un yaci-miento de antigüedad menor a 6000 años AP.

El sondeo se localizó a 25 m del talud de la te-rraza y registró abundante material en estratigrafía hasta los 50 cm de profundidad. Entre los materia-les líticos se registran un núcleo, lascas y desechos de bola. La fauna representada corresponde a gua-naco, aves, roedores y cetáceo. Además se registra un lente de conchal en que predominan los mau-chos y choritos. Una muestra de conchas de Mytilus edulis chilensis del nivel de 40-50 cm fue datado en 3850 ± 70 años AP (Beta-241363).

Porvenir Norte 26El yacimiento es una concentración de mate-

rial lítico (núcleo y lascas) y restos de cetáceo en un sector bastante alto (20 m s.n.m. y a 300 m del mar, aproximadamente) en una zona de hondona-da entre morrenas y junto a una laguna estacional. Aunque la visibilidad es nula y todos los materiales se ubicaron sobre la cubierta herbácea, se estimó la distribución entre aproximadamente 100 x 20 m. La presencia de al menos 3 fragmentos de un cetáceo grande nos motivó a testear sub-superficialmente

el sitio.Es por esto que se desarrollaron sondeos de

barreno de manera sistemática (cada 5 m) y una prueba de pala. De los 10 barrenados, solamente se registraron dos lascas en B2. La prueba de pala (P1) también resultó estéril (Figura 6).

Sitio Porvenir Norte 17Este extenso yacimiento ubicado en la costa de

Paso Ancho, ha sido re-visitado en diversas oca-siones con el fin de profundizar los datos arqueo-lógicos, paleoambientales y geoarqueológicos que encierra el sector. Se registra un delgado rasgo cul-tural en el perfil expuesto de la barranca: lente de conchal (choritos y algunos mauchos) asociado a material lítico en estratigrafía. Este punto se defi-ne como sector A de PN17. Junto con muestras de micromorfología y sedimentos -que están en pro-ceso de análisis - se toma una muestra del conchal, que entregó una fecha de 2850 ± 60 años AP (Beta-240941).

Porvenir Norte 19Este sitio se ubica sobre una terraza glaciola-

custre a mayor altura que PN17, no obstante su datación fue de 710 ± 30 años AP (Ua-33945). Se realizó un pozo de sondeo, datándose un hueso de guanaco registrada entre 50-70 cm.

Sitio Bahía Inútil 27El sitio fue registrado en un proyecto anterior

(Massone et al. 2003; Massone y Morello 2007), se ubica en las cercanías de Bahía Inútil, a unos 500 m del camino entre Porvenir y Onaisin, y a una distan-cia similar de la costa, en una terraza alta (de proba-

Figura 6. Distribución espacial de barrenados en Porvenir Norte-26

EvaluandoelregistroarqueológicodeTierradelFuegoduranteelHolocenotempranoymedio

1085Morello et al.

ble origen glaciolacustre, terraza de primer orden sensu De Muro et al. 1993) y rodeado de lagunas estacionales y sectores con dunas. Dada la ubica-ción y la presencia de un contexto de cazadores te-rrestres con abundantes materiales faunísticos del litoral (conchal, pinnípedo, cetáceo y pingüino rey, entre otros) pero bastante alejado de la costa, se decidió re-visitar el sitio con el objeto de recolec-tar una muestra para datar. Se realizan dos pozos de sondeo de 50 x 50 cm, con el fin de recolectar conchas, por lo que se seleccionan los sectores más densos del conchal.

El Pozo 1 no presentaba cubierta vegetal y, al igual que el siguiente pozo, la matriz es arena me-diana a gruesa color gris, muy suelta con gravas dispersas. Sólo se registra material semienterrado en los primeros centímetros del sondeo. Esta capa se extiende hasta -30 cm de profundidad, aunque sin asociación a materiales culturales. Entre los materiales se observan abundantes choritos (al-gunos quemados), mauchos y caracoles, chitón y fragmentos de erizo. Se observaron restos óseos de guanaco, ave y roedor que presentan distintos estadios de meteorización y blanqueamiento, inde-pendiente de si estaban enterrados o semi expues-tos (W>1 hasta 3-4). Los restos líticos (desechos) enterrados en los primeros centímetros del pozo y hasta -10 cm, también presentan estados de con-servación distintos, con piezas bastante patinadas. Estas pátinas y meteorización diferencial de pie-zas enterradas indican lo complejo de los procesos postdepositacionales de erosión y re-enterramien-to que han sufrido los materiales del yacimiento.

El Pozo 2 es muy similar en matriz y contex-to, distinguiéndose con el registro de un rasgo en un área acotada. Se trata de un reducido lente de arena de un color más oscuro, con fragmentos de carbón y una concentración de conchas quemadas (choritos y mauchos). Podría tratarse de los restos de un rasgo de combustión. Se recolectaron todos los restos de conchas. El rasgo se extiende entre los -10 y -26 cm de profundidad. Una muestra de con-chas (Mytilus edulis chilensis) de este rasgo se dató en 1600 ± 50 años AP (Beta-235774).

Bloques Erráticos (Río Torcido – Cameron)El reconocimiento geomorfológico de esta

zona se basó en los antecedentes geomorfológicos entregados por Bentley et al. (2005).

Prospección superficial e inventarioLa prospección guiada al sur de bahía Inútil per-

mitió evaluar el comportamiento de los depósitos estratigráficos asociados a un gran número de blo-ques erráticos ubicados en las cercanías del camino a Cameron y su potencial arqueológico. Se registra-

ron 262 bloques, denominados consecutivamente BIS 1 a 2626. En 139 de estos se evaluó el potencial estratigráfico, ya sea por pruebas de pala o a par-tir de los perfiles expuestos. En los restantes 122 se decidió no realizar evaluación estratigráfica, ya sea por el tamaño de los bloques, la altura poco sig-nificativa de éstos, el bajo potencial estratigráfico constatado en bloques muy adyacentes, la ausen-cia de materiales arqueológicos en bloques colin-dantes, o un conjunto de estos factores.

La mayoría de los bloques sin prospección sub-superficial presentan un tamaño mediano (75 blo-ques), es decir en el rango de más de 2 m y menos de 6 m. El resto son de tamaño pequeño (n=39), 7 grandes y 1 muy grande.

En cuanto a los bloques evaluados estratigráfi-camente la mayor parte presentó un buen poten-cial estratigráfico (n=64), es decir, con más de 50 cm de depósito. Casi en igual proporción se encon-traron los depósitos con potencial mediano (n=61, depósitos entre 30-50 cm profundidad).

Bloques con hallazgos arqueológicos De la totalidad de bloques registrados el 12,9%

(n=34) presentó registro arqueológico asociado. Además se desarrollaron 11 pozos de sondeos diri-gidos a los bloques con mejor potencial estratigrá-fico cultural y/o natural.

Por otro lado, podemos observar que los resul-tados de hallazgos culturales se asocian tanto a blo-ques grandes como medianos y en menor medida a muy grandes. En el caso de los bloques pequeños no se hallaron materiales culturales asociados.

En cuanto al tipo de depósito arqueológico, cabe destacar la cantidad importante de depósito arqueológico (n=15) que fueron detectados sólo a partir de pruebas de pala, ya que a nivel superficial no se hallaron evidencias. No obstante, hubo con-juntos arqueológicos que sólo presentaron eviden-cia superficial (n=10), lo que fue constatado a partir de pruebas de pala. Por último, también se hallaron bloques con depósitos tanto superficiales como es-tratigráficos (9). En síntesis, el 74% (n=24) de los si-tios de bloques erráticos presentaron depósitos es-tratigráficos, lo que constituye un porcentaje muy significativo. Con relación a esto la cobertura vege-tal cumplió una función decisiva en la preservación de los depósitos, ya que los contextos presentan en general una buena cobertura vegetal principal-mente conformada por praderas con arbustos y en menor medida praderas bajas o vegas. Asimismo, la visibilidad en la mayoría de los casos fue nula a mediana.

Cabe destacar que los bloques con mejor po-tencial estratigráfico, tanto total (considerando depósito estéril hasta el techo del depósito glacial)

1086

ArqueologíadelaPatagonia-Unamiradadesdeelúltimoconfín

como cultural, se concentraron sobre la terraza marina alta al noroeste del camino a Cameron.

Pozos de sondeo Consecutivamente a la etapa de registro y pros-

pección sub-superficial, se realizaron pozos de son-deos de 50 x 50 cm dirigidos a los contextos con mejor potencial. Así, se sondearon 11 bloques y se dataron restos de guanaco asociados a restos líticos en BIS46 El Hediondo, obteniendo un resultado de 1470 ± 35 años AP (SUERC-18279); y el sitio BIS63 Los Maderos, que arrojó una datación de 4345 ± 35 años AP (SUERC-18282). En ambos casos, los blo-ques se ubicaron sobre la terraza alta (barranca).

También se enviaron a fechar otras muestras de bloques erráticos asociadas a evidencias antrópi-cas, como es el caso de BIS41 que dio un fechado tardío de 935 ± 35 años AP (SUERC-18283 ) y otros dos sitios al aire libre, ubicados en terrazas cercanas a la costa y con perfiles expuestos sobre la barran-ca: el sitio La Ballena 2 dio un resultado de 740 ± 35 años AP (SUERC-18281) y el yacimiento Taca Taca Sur una fecha de 2970 ± 130 años AP (GX-33013).

En general, la información recopilada muestra que los bloques ubicados al noroeste del camino a Cameron presentan mayor potencial estratigráfi-co y cultural que los del interior, especialmente los

ubicados sobre los sistemas morrénicos. La vege-tación y la ausencia de erosión, permitió una buena preservación de los depósitos estratigráficos.

Se identificaron, igualmente, varias concen-traciones ubicadas a cielo abierto, entre bloques erráticos, y sobre la terraza alta, los que presentan altas posibilidades de contar con buen potencial es-tratigráfico, a juzgar por observaciones en perfiles expuestos.

Además, a nivel metodológico, fue necesaria la evaluación estratigráfica por medio de pruebas de pala7 para la detección de sitios ya que muchos pre-sentaban visibilidad mala o nula por la vegetación.

Los bloques con registro arqueológico presen-taron escasos materiales y baja diversidad. Por el contrario, los escasos contextos registrados a cielo abierto presentaron mayor variedad y abundancia de materiales y rasgos.

Sitio Marazzi 13, Bloque de la ObsidianaEn la pequeña cueva ubicada en el sector sur del

Bloque de la Obsidiana, de donde se habían recogi-do en superficie lascas de obsidiana negra (Pampa del Asador, Stern 2004) y una lasca de obsidiana verde (Otway-Riesco), se realizan sondeos siste-máticos hasta completar una trinchera de casi 2 x 0,50 m de ancho (Figura 7). El objetivo de esta ex-

Figura 7. Vista de la pequeña cueva de Marazzi 13, Bloque de la Obsidiana.

EvaluandoelregistroarqueológicodeTierradelFuegoduranteelHolocenotempranoymedio

1087Morello et al.

cavación era mejorar el conocimiento del contexto de hallazgo de estos restos líticos y encontrar aso-ciado material para datar. Los hallazgos arqueoló-gicos se encuentran todos en los primeros 10 cm de excavación (Figuras 8 y 9). La cuadrícula B10 resul-tó estéril.

Cuadrícula C10: fragmento de lasca de obsidia-na negra y otra de materia prima indeterminada. Escasos fragmentos de carbón. Se encuentra pozo de sondeo realizado en el año 2000.

Cuadrícula D10: fragmento de lasca de obsi-diana negra y escasos fragmentos de carbón. En el perfil Este se registra un delgado y pequeño lente de sedimento carbonoso y bajo éste un lente algo más extenso de ceniza (Figura 9). Se toman mues-tras para fechar del lente carbonoso que arrojan una edad radiocarbónica de 3930 ± 40 años AP (Beta-243210).

Cuadrícula E10: se recolecta un fragmento de lasca interna de roca indeterminada.

Se realizan dos sondeos exteriores, de 30 x 30 cm, ubicados en las cercanías de la pared este del bloque, resultado estériles.

En fin, también se realizó un pozo de sondeo de 1 m2 en el sitio Marazzi 2 - Río Torcido (Calas y Lu-cero 2009).

TafonomíaLas observaciones tafonómicas realizadas en un

sector de bloques erráticos de la zona interior del río Marazzi, indican escasas posibilidades de mez-cla reciente. En algunos casos, como en el Bloque de la Obsidiana, se registran restos de guanacos muertos recientemente en superficie. No obstante, se han reconocido condiciones de preservación ex-cepcional para sitios en algunos bloques interiores.

La prospección superficial y sub-superficial de los bloques erráticos ubicados entre río Torcido y Cameron presenta una expectativa diferente de depósitos estratigráficos profundos, lo que pre-liminarmente podría relacionarse con aspectos geomorfológicos locales y su cronología.Figura 8. Sitio Marazzi 13, unidades excavadas en la

cueva.

Figura 9. Perfil Este de las unidades excavadas en Marazzi 13, incluyendo el rasgo datado (Lente Z) en 3930 años AP.

1088

ArqueologíadelaPatagonia-Unamiradadesdeelúltimoconfín

GeoarqueologíaUn conjunto de observaciones nos permitió am-

pliar considerablemente la perspectiva de los estu-dios geoarqueológicos en curso. Se puso especial énfasis en el estudio en terreno y muestreo para análisis de laboratorio de dos dimensiones comple-mentarias del registro paleo-paisajístico.

(1) Por una parte, y de manera más intensiva, se abordó el estudio de sedimentos estratificados expuestos por las excavaciones arqueológicas. El principal objetivo de estos estudios se plantea cómo reconstruir los procesos de formación de sitios desde una perspectiva geoarqueológica, es decir, contextualizar la depositación, preservación y destrucción de vestigios materiales; relevar y caracterizar antiguas superficies de ocupación; y situar las dinámicas responsables de estos proce-sos en las trayectorias regionales de evolución del paisaje.

(2) Se consideró, de manera más extensiva, el estudio de los paleosuelos que se observan en el área de estudio: relevamos un número importante de horizontes enterrados en una transecta que se extiende a lo largo de aproximadamente 250 km lineales de costa. Tenemos la certeza que todos es-tos paleosuelos se han desarrollado encima de fa-cies glaciales finipleistocénicas. Ello implica que la gran mayoría de ellos data de distintos momentos del Holoceno, hipótesis respaldada por otros estu-dios de paleosuelos en la región (e.g. Favier-Dubois 2003; McCulloch et al. 2005). Dado que los paleosue-los identifican momentos de stasis en las dinámicas geomorfológicas, su estudio es de gran interés para comprender la evolución de los paisajes que fueron habitados por las antiguas comunidades humanas de la isla; enriquecer otros aspectos de los estudios de formación del registro arqueológico en la región (e.g. Borrero 2007) y establecer un diálogo inter-disciplinario entre los estudios de paleo-ecología y

dinámicas glaciales (McCulloch 2007) y los estudios arqueológicos propiamente tales.

En su conjunto, las observaciones sintetizadas ilustran que los estudios geoarqueológicos ofrecen una especial oportunidad para comprender mejor tanto los procesos de formación del registro ar-queológico de Isla Grande como las dinámicas de evolución del paisaje fueguino a lo largo del Ho-loceno. Las relaciones crono-estratigráficas del conjunto de paleosuelos relevados durante los úl-timos dos años sugieren que esta región presenta un conjunto de superficies enterradas de diferente antigüedad. Algunas de éstas atañen precisamente a momentos poco conocidos de la historia del po-blamiento y ocupación de la región. Su presencia en sedimentos con vestigios arqueológicos alien-ta una mejor comprensión de sus características como manera de abordar el registro arqueológico de estas ocupaciones.

En la actualidad sólo se cuenta con la siguien-te información parcial de paleosuelos, su potencial uso como cronología relativa y su relación con con-diciones climáticas más benignas (humedad relati-va) hacia finales del Holoceno medio (ca. 5500 años AP):

Cabo Monmouth 20, fechado directo de paleo-suelo: 5565 años AP.

Marazzi 1 (Sector 3), corresponde estratigráfi-camente al contexto datado en 5570 años AP (La-ming-Emperaire et al. 1972).

Marazzi 2-Río Torcido registra un estrato que corresponde a un paleosuelo enterrado bajo el con-chal antrópico datado en 2745 años AP (fecha míni-ma, Morello et al. 1998).

Cabo Monmouth 5, paleosuelo de más de 1460 ± 40 años AP (fechado de conchal antrópico, Beta-240942) pues el contexto fechado está inserto en una formación de dunas que sobreyace al paleo-suelo.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

La implementación de nuevos métodos de des-cubrimiento de sitios y restos arqueológicos ante-riores a los 2000 años AP ha sido puesta en marcha en el marco del presente proyecto. Los primeros resultados obtenidos muestran un aumento en la riqueza de información y además la cantidad de da-tos nuevos que se generan con un diseño de pros-pección de múltiples etapas, en el marco de un es-tudio interdisciplinario. La información es cada vez más detallada, mejorando notablemente la eficien-cia del estudio en terreno, para obtener una buena relación de intensidad y cobertura en las zonas con el mejor potencial de información, para las proble-

máticas planteadas en el proyecto.El estudio geomorfológico realizado previa-

mente a la prospección arqueológica fue de suma importancia para delimitar los lugares disponibles durante el Holoceno medio (y en menor grado del Holoceno temprano) en la costa norte y norocci-dental de Tierra del Fuego.

La prospección sub-superficial permitió generar una primera evaluación de la metodología, compa-rando la información del registro superficial y sub-superficial, con casos controlados de yacimientos arqueológicos conocidos y delimitados según in-formación de superficie y perfiles expuestos.

EvaluandoelregistroarqueológicodeTierradelFuegoduranteelHolocenotempranoymedio

1089Morello et al.

Los resultados de dicha comparación indican que los pozos de sondeo son muy adecuados para la detección de depósitos culturales enterrados, pero tienen una clara limitante en cuanto a la pro-fundidad alcanzable y el tiempo requerido para su realización.

En la localidad de Cabo Monmouth se demostró la eficacia de los sondeos con barreno para detec-tar registro arqueológico en estratigrafía, pudien-do llegar a profundidades considerables en poco tiempo. Pero como observación general debemos señalar que existe menos control sobre la mezcla de materiales y sedimentos caídos de los bordes, debido a la misma acción giratoria del barreno. Los porcentajes de interceptación de sitios en la pros-pección sub-superficial en Porvenir Norte son algo más bajos, pero igualmente satisfactorios.

Los esfuerzos por datar contextos culturales asociados a estas localidades costeras disponibles durante el Holoceno medio -e inicios del tardío-, sobre el nivel marino transgresivo, han dado re-sultados positivos, con ocupaciones humanas que fluctúan entre 5500 y 2900 años AP. Igualmente, fueron positivos los análisis de dos abrigos rocosos en bloques erráticos de bahía Inútil.

En cuanto a estas localidades de bloques errá-ticos de bahía Inútil, la información recopilada per-mite observar que los bloques ubicados al noroeste del camino a Cameron presentan mayor potencial estratigráfico y cultural que los bloques interiores (sureste), especialmente los ubicados sobre los sis-temas morrénicos. Junto con el potencial estrati-gráfico como indicador, la cobertura vegetacional y su relación con la medición de la visibilidad de una localidad fueron variables pertinentes para deter-minar zonas con buena preservación de los depósi-tos estratigráficos.

Se identificaron, igualmente, varias concentra-ciones ubicadas a cielo abierto, entre bloques errá-ticos, y sobre la terraza alta de origen glaciolacus-tre, los que presentan altas posibilidades de contar con buen potencial estratigráfico.

Además, a nivel metodológico, fue condición necesaria la evaluación sub-superficial (pruebas de pala) para la detección del registro arqueológico asociado, ya que muchos presentaban visibilidad mala o nula por las características de la vegeta-

ción.En general, los bloques con registro arqueoló-

gico presentaron escasos materiales y baja diversi-dad. Por el contrario, los pocos contextos registra-dos a cielo abierto presentaron mayor variedad y abundancia de materiales y rasgos.

A nivel metodológico, los pozos de sondeos en sitios arqueológicos de ambos sectores también sirvieron para discutir la eficiencia de las dos téc-nicas de muestreo sub-superficial evaluadas: pozos de sondeo y barrenos. El caso del sitio Bahía Lee Lagunas 2 y Cabo San Vicente I son muy positivos por cuanto más de la mitad de los barrenos permi-tieron detectar material en capa, incluso cambian-do la percepción inicial de bahía Lee de una con-centración de materiales superficiales dispersos, a un sitio con bastante potencial estratigráfico.

En los otros sondeos guiados los resultados comparativos entre registro superficial y estrati-gráfico son similares a los obtenidos en la prospec-ción sub-superficial sistemática.

Es evidente que la capacidad de detección de yacimientos arqueológicos en estratigrafía por par-te de los sondeos (pozos y barrenos) se relaciona con la densidad de materiales en cada yacimiento. Lamentablemente en la prospección superficial no fue posible cuantificar esta variable, al igual que otras relacionadas, como la distribución espacial de estas distintas densidades de registro. Esperamos en el futuro generar herramientas metodológicas para discutir este aspecto y su injerencia en los re-sultados de las metodologías de prospección.

En fin, como conclusión, creemos que con los resultados recopilados, los pozos de barreno ten-drían la relación más conveniente entre eficacia y detección de sitios arqueológicos. Pensamos espe-cialmente en su aplicación futura en zonas de visi-bilidad nula, y en las que haya predominio de depó-sitos culturales enterrados (potencial estratigráfico mayor a 50 cm de profundidad), y/o en los que no se observe registro arqueológico superficial.

El balance realizado de los datos obtenidos en estos dos años tiende a positivo y permite generar importantes expectativas de avance en el conoci-miento del poblamiento del Holoceno medio-tar-dío de Tierra del Fuego.

AGRADECIMIENTOSEl presente estudio fue posible gracias al financiamiento de los Proyectos FONDECYT 1060020, e

Incentivo a la Cooperación Internacional 7070071 y 7060304. Además agradecemos al Centro de Estudios del Cuaternario (CEQUA) por el financiamiento de algunos análisis y dataciones.

Igualmente, apreciamos la colaboración de los funcionarios de ENAP Magallanes de Cerro Sombrero, a René Milicevic y familia, y Carmen Hevia.

A Manuel San Román y Jr. por su apoyo incondicional.

1090

ArqueologíadelaPatagonia-Unamiradadesdeelúltimoconfín

NOTAS1. La altura de la superficie superior de la barranca es de aproximadamente 4 m sobre la playa actual

y aproximadamente 5 m s.n.m.2. Las terrazas de segundo orden, en el mapa geomorfológico de De Muro et al. 1996 a corresponden

a formaciones entre alturas de 6 y 11 m s.n.m. de origen marino y/o lacustre. 3. Se siguieron niveles artificiales de excavación, harneando con malla de 7 y 10 mm.4. Sondeo 1, 100 x 50 cm, niveles artificiales de 10 cm, harnero malla 7 mm.5. Esto debe considerarse con relación a la sucesión y características de los estratos del Sondeo 1 y de

los distintos puntos de muestreo del perfil expuesto de la barranca, y no necesariamente implica profun-didades semejantes.

6. Los bloques de dimensión mayor a 2 x 2 m fueron numerados y marcados en terreno con pintura roja.

7. En los bloques erráticos no fue posible probar el uso de los barrenos como muestra subsuperficial pues no se pudo usar el equipo durante la campaña de terreno respectiva.

BIBLIOGRAFÍA

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