EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE ATEGUA: SU PUESTA EN VALOR COMO RECURSO TERRITORIAL ESTRATÉGICO

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EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE ATEGUA: SU PUESTA EN VALOR COMO RECURSO TERRITORIAL ESTRATÉGICO Inversión Económica y Rentabilidad Social Alumno…..David López Casado Entrega…..………..febrero.2012

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EL YACIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE ATEGUA: SU PUESTA EN VALOR COMO RECURSO TERRITORIAL ESTRATÉGICO

Inversión Económica y Rentabilidad Social

Alumno…..David López Casado Entrega…..………..febrero.2012

ATEGUA: UN RECURSO TERRITORIAL ESTRATÉGICO David López Casado, 5º de Humanidades

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ÍNDICE

- CAPÍTULO 1: Introducción.

- CAPÍTULO 2.- Análisis y Diagnóstico Patrimonial.

2.1.- El Territorio

2.2.- El Yacimiento Arqueológico

- CAPÍTULO 3.- Objetivos del proyecto.

3.1.- Objetivos del proyecto patrimonial

3.2.- Propuesta económica y Programación temporal

- CAPÍTULO 4.- Conclusiones.

- CAPÍTULO 5: Bibliografía.

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CAPÍTULO 1.- INTRODUCCIÓN.

Los primeros trabajos de investigación arqueológica realizados sobre el yaci-miento arqueológico de Ategua que están documentados, son los realizados por R. Castejón, F. Hernández y S. Santos Gener en 1933 (Martín-Delgado, 2000). Sin embargo, la historiografía del yacimiento señala las excavaciones del profesor Blanco Frejeiro (Blanco, 1983) como el inicio de los trabajos de investigación, que podemos denominar como sistemáticos. Transcurrido casi medio siglo desde que se iniciaran dichos trabajos -la primera campaña de excavación comienza en el año 1965- se puede afirmar que el conocimiento del yacimiento arqueológico no ha avanzado todo lo que, a partir de los resultados de las primeras investigaciones, cabría esperar de un bien patrimonial de esta envergadura.

En todo caso, no es objeto de este trabajo hacer un análisis crítico sobre la evo-lución del conocimiento científico del yacimiento de Ategua. No obstante, en el capítulo siguiente se hará un breve recorrido por la historiografía del mismo, con el objetivo de dejar constancia, por un lado, del gran valor patrimonial que Ategua tiene desde el punto de vista científico para la explicación de algunas de las etapas históricas más importantes, no sólo de la provincia de Córdoba, sino de los com-plejos procesos de ocupación del territorio durante la prehistoria, o de la etapa de colonización de la cultura romana. Y por otro, con relación a esto mismo, para po-ner de manifiesto las grandes carencias y lagunas de conocimiento que aún hoy tenemos sobre este importante bien patrimonial.

De lo señalado en el párrafo anterior no puede, ni debe colegirse, que el cono-cimiento de un bien patrimonial, en nuestro caso un yacimiento arqueológico, sea una cuestión de la que se pueda prescindir a la hora de acometer un proyecto de puesta en valor o de gestión cultural (Pérez-Juez, 2010). Nada más lejos de nuestra intención. Sin conocimiento, y para ello es imprescindible la investigación, no hay difusión o, al menos, no una difusión de calidad, rigurosa y fiel a la realidad históri-ca de cualquier elemento que forme parte del patrimonio histórico.

Por otro lado, y sin obviar lo señalado anteriormente, creemos que el yacimien-to de Ategua o, para ser más precisos, lo que hasta la fecha conocemos de él, po-sibilita la creación de un proyecto de puesta en valor cuyo objetivo sea el de mos-trar a la población alguno de los episodios de la historia del territorio sobre el que se asienta y de las trascendentales consecuencias que de ellos se derivaron para el devenir de la civilización occidental. Obviamente, esto no imposibilita que se siga avanzando en los trabajos de excavación y de investigación del yacimiento. Es más, estamos convencidos de que la puesta en marcha del citado proyecto, coadyuvaría a que las administraciones y organismos responsables de la tutela del bien, toma-ran medidas tendentes a fomentar los trabajos de investigación.

Durante los últimos 50 años, con una mayor o menor intensidad, se ha hecho un gran esfuerzo por sacar a la luz algunos de los capítulos de la historia del yaci-miento de Ategua. Entendemos que es hora de que, tal como recoge el amplio corpus normativo existente, no solo a nivel regional o nacional, sino también inter-

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nacional, se devuelva a la ciudadanía parte de esa importante inversión realizada, materializada, no sólo en una mayor o menor inversión económica sino también y, sobre todo, en el esfuerzo humano de muchas personas que han dedicado sus conocimientos y su quehacer científico o particular, para tal fin.

Nos parece oportuno traer a colación uno de los puntos recogidos en las Bases para una Carta de Patrimonio y Desarrollo en Andalucía publicada por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico que señala que “no hay patrimonio si éste no es

asumido por un colectivo que se reconoce en él, y no habrá política patrimonial co-

rrecta si este colectivo no participa de forma crítica, constructiva y creativa en ella”. Creemos justo, en este punto, con relación a esto último, dejar constancia del tra-bajo realizado a lo largo de los últimos años por una parte de la ciudadanía de la que se habla, agrupados en torno a la asociación “Amigos de Ategua”, cuya finali-dad, y esto es lo relevante, más allá de otras consideraciones, de proteger y dar a conocer el yacimiento arqueológico al resto de la población.

CAPÍTULO 2.- ANÁLISIS Y DIAGNÓSTICO PATRIMONIAL.

Para la formulación de una propuesta de valorización de un bien patrimonial ha de partirse de un análisis en profundidad de todos los elementos con los que se cuenta, esto es, la “materia prima” de la que partimos. El resultado de dicho análi-sis debe conducirnos y posibilitar la realización de un diagnóstico de la situación de partida para, a partir de ahí, proponer las acciones que entendemos han de im-plementarse con el objetivo de llevar a cabo el proyecto en cuestión.

Como es obvio, el principal activo con el que contamos es el yacimiento ar-queológico de Ategua y, por ello, cualquier propuesta a realizar para su puesta en valor, vendrá condicionada por las limitaciones que el estado actual del propio yacimiento impone. Y si Ategua es, sin duda, el elemento protagonista del proyec-to patrimonial, no es el único. Nuestra propuesta pivotará, además, sobre el terri-torio entendido, no sólo como soporte material donde el propio yacimiento se asienta, sino como valor en sí mismo, pasando así de tener un papel pasivo en las estrategias de valorización patrimonial, a un protagonismo activo.

Si se tuviera la paciencia, y el tiempo suficiente, de hacer un repaso por el abundante número de publicaciones que tienen como objeto de estudio la puesta en valor y musealización de bienes patrimoniales de cualquier tipo, comprobaría-mos, casi con total seguridad, que en los primeros párrafos de cada uno de ellos se repite una idea, siempre la misma, de forma machacona e insistente; estas prime-ras frases irán encaminadas a destacar que “…estamos ante un yacimiento único… el más importante… de importancia excepcional… etc.”, lo cual no deja de ser cier-to, toda vez que no hay dos yacimientos iguales y por tanto, todos son “exclusi-vos”, pese a que ello no aporte nada, ni desde el punto de vista científico ni desde ningún otro punto de vista.

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Por otro lado, y con relación a esto último, las investigaciones cuyo objetivo es indagar en aquellos aspectos que ayuden a poner en valor y dar a conocer los bie-nes patrimoniales, sean del tipo que sean, insisten en que para garantizar el éxito de la empresa, es necesario encontrar un signo distintivo que haga de nuestro pro-ducto algo exclusivo frente a los competidores1 (Gutiérrez, 2008). Esto, unido a que los recursos económicos que se destinan a los distintos ámbitos de la tutela del patrimonio han sido siempre muy escasos, y en la actualidad, por razones obvias, lo son aún más, ayudan a explicar ese empeño de hacer de lo nuestro lo exclusivo como única vía para justificar, en unos casos la inversión realizada y, en los contra-rios, para reivindicar la falta de sensibilidad de las administraciones competentes hacia el bien en cuestión.

2.1.- Análisis y diagnóstico del territorio.

Si bien desde el punto de vista estrictamente patrimonial no es imprescindible contar con el territorio como una variable más a tener en cuenta a la hora de esta-blecer las acciones necesarias a implementar para la puesta en valor de un yaci-miento arqueológico, salvo que se den circunstancias especialmente limitantes o que impidan la puesta en marcha del mismo, creemos que, en casos como el del yacimiento arqueológico de Ategua, el territorio donde se ubica no sólo no es un aspecto limitantes sino que, por el contrario, es una de sus potencialidades.

Figura 1

Vista general de parte de la zona excavada del yacimiento de Ategua con la campiña al fondo.

Fuente: Asociación “Amigos de Ategua”.

El yacimiento de Ategua está situado en plena campiña cordobesa inserto, por tanto, en uno de los ámbitos más fértiles desde el punto de vista agrícola. Por otro lado, su situación estratégica sobre la cima de uno de los cerros más altos de en-

1 Algunos autores han puesto de manifiesto la perversión de un sistema en el que conceptos como los que se han señala-do en cursiva son objeto, no sólo de controversia sino, incluso, manifiestamente reprobables, cuando se asocian a la ges-tión del patrimonio histórico. La pareja cultura-marketing, a la que pertenecen los conceptos reseñados, ha proliferado muy rápidamente en los últimos años, inserta en el bum del turismo, bajo nuestro punto de vista, mal llamado “cultural”.

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torno, le confiere un papel de atalaya sobre un amplio territorio. La imagen ante-rior (figura 1) muestra las extraordinarias vistas sobre el territorio que se tienen desde la zona más alta del yacimiento, poniendo de manifiesto los importantes valores paisajísticos con que cuenta el emplazamiento.

El Preámbulo del Convenio Europeo del Paisaje (Florencia, 20 de octubre de 2000) señala, entre otras cuestiones que “…el paisaje desempeña un papel importante

de interés general en los campos cultural, ecológico, medioambiental y social, y que consti-

tuye un recurso favorable para la actividad económica y que su protección, gestión y orde-

nación pueden contribuir a la creación del empleo” añadiendo, a continuación, que son “…conscientes de que el paisaje contribuye a la formación de las culturas locales y que es un

componente fundamental del patrimonio natural y cultural europeo, que contribuye al bien-

estar de los seres humanos y a la consolidación de la identidad europea”, para concluir en lo que en relación con el contenido del proyecto nos interesa remarcar, diciendo que se reconoce “…que el paisaje es un elemento importante de la calidad de vida de las

poblaciones en todas partes: en los medios urbanos y rurales, en las zonas degradadas y de

gran calidad, en los espacios de reconocida belleza excepcional y en los más cotidianos…”.

El artículo 1 del Convenio señala que ha de entenderse el paisaje como “cual-quier parte del territorio tal como la percibe la población, cuyo carácter sea el resultado de

la acción y la interacción de factores naturales y/o humanos”. Estamos, por tanto, ante un valor importante que ha de sumarse al que proporciona el propio yacimiento arqueológico.

Figura 2

Delimitación del ámbito del área de influencia establecido para el yacimiento arqueológico.

Fuente: Elaboración propia.

Como resultado de todo ello, nuestro ámbito de estudio deja de lado visiones localistas y parciales, ampliando éste hasta establecer una contextualización terri-torial del yacimiento con las poblaciones más cercanas. Así, el territorio analizado

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abarca un total de veinte municipios con el núcleo urbano de Santa Cruz, lugar donde se ubica Ategua, como centro geográfico: Al norte, a unos 30 km, el límite quedaría establecido en la ciudad de Córdoba; el borde meridional del ámbito se situaría en el municipio de Baena, en cuyo término se encuentra el yacimiento ar-queológico de Torreparedones, referente patrimonial que usaremos como paralelo para establecer algunos de los índices de nuestro proyecto; el límite oriental del ámbito quedaría situado en los pueblos de Bujalance y Cañete de las Torres; y, fi-nalmente, el límite occidental estaría situado entre los municipios de Montilla, La Rambla y La Victoria.

En la imagen anterior (figura 2) se muestran los núcleos urbanos que quedarían dentro del ámbito de estudio, así como las relaciones entre ellos. Vemos cómo se trata de un territorio perfectamente estructurado por la gran cantidad de vías de comunicación existentes, algunos de los cuales se asientan sobre antiguas vías ro-manas (figura 4), lo que garantiza una buena comunicación, no sólo entre los distin-tos municipios que forman parte del ámbito, sino de éstos con los grandes ejes de comunicación de la provincia con el resto de la comunidad autónoma. Sin duda hay que destacar la carretera N-432 como la principal vía de comunicación que discurre de norte a sur por el centro del ámbito, sobre la que se sitúa el núcleo de Santa Cruz. Los ejes infraestructurales viarios que quedan fuera del ámbito, pero que están directamente relacionados con éste a través de los municipios de “bor-de”, son la autovía A-4 (Madrid-Cádiz) y la A-45 (Córdoba-Málaga). Todo ello con-forma una de las potencialidades del territorio donde se ubica el yacimiento ar-queológico de Ategua.

Figura 3

Red de Vías Pecuarias y espacios de la Red Natura 2000.

Fuente: Elaboración propia.

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Figura 4

Principales vías romanas localizadas en el ámbito.

Fuente: Asociación “Amigos de Ategua”.

Otro de los elementos que ponen de manifiesto la relevancia territorial del ám-bito de estudio, es la importante riqueza del mismo desde el punto de vista natu-ral. Así, encontramos que la zona está atravesada por una gran cantidad de vías pecuarias, algunas de las cuales se han convertido, con el paso del tiempo, en ca-rreteras de orden secundario, que posibilitan la comunicación entre núcleos de población y municipios próximos. En la imagen anterior (figura 3) podemos ver, además de esa importante red de vías pecuarias, algunos de los elementos perte-necientes a la Red Natura 2000, todas ellas zonas con un importante valor patri-monial, en este caso, desde el punto de vista natural y ambiental, entre los que cabría destacar el LIC del tramo medio del río Guadajoz, junto al núcleo urbano de Santa Cruz o el LIC de las Lagunas del Sur de Córdoba. Todos estos aspectos ven-drían a sumarse como valores y fortalezas del ámbito donde se localiza Ategua.

Desde el punto de vista de la población nos encontramos con un área con ca-racterísticas muy similares a la media de la comunidad autónoma y de la provincia. El ámbito que hemos delimitado como área de influencia directa del yacimiento arqueológico cuenta con una población total de algo más de 475.000 habitantes según los datos extraídos del nomenclátor para el año 2011.

La pirámide de población (figura 5) muestra la forma típica de una sociedad donde se empiezan a ver los rasgos regresivos, con tendencia al envejecimiento. Se trata, tal como señalábamos anteriormente, de las características comunes y extrapolables para el resto de la población provincial, autonómica y nacional. Se-gún comprobamos, más de dos terceras partes de las personas están comprendi-das entre los 20 y los 64 años.

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Figura 5

Pirámide de población del área de estudio.

Fuente: INE. Elaboración propia.

Desde el punto de vista de la instrucción también extraemos datos similares a los existentes para el resto de la provincia, aunque aquí sí se acentúan las diferen-cias con el resto de las provincias andaluzas y, por supuesto, con el resto de las comunidades del país. Según los datos extraídos de las tablas estadísticas elabora-das por el Instituto Nacional de Estadística para el período 2001-2008, la población de la provincia de Córdoba ha pasado del 33,20% de personas mayores de 16 años analfabetas o que carecen de estudios, hasta casi el 20% del año 2008, tres puntos por encima de la media andaluza y casi nueve de la media nacional que se sitúa en el 11,29%. En cuanto al nivel de estudios superiores para la población mayor de 16 años, Córdoba ha pasado del 8,20% de 2001 al 18,53% en el año 2008, siendo la media andaluza del 19,12% y la nacional algo superior al 23%. Los datos anteriores ponen de manifiesto el nivel de atraso de la provincia de Córdoba con el resto de la comunidad autónoma, brecha que se acentúa aún más si los comparamos con la media del territorio nacional.

El análisis de los datos sobre el empleo es aún más revelador. Córdoba pasó de una tasa de paro del 16,48% en el año 2008, a casi el 34% en el último trimestre del año 2011, siendo la media nacional del 21,52%. Por lo que a la tasa de activi-dad se refiere, la provincia pasó de algo más del 56% en el año 2008 a casi el 58% en el año 2011, dos puntos por debajo de la media nacional.

Nos encontramos, por tanto, en un ámbito donde se conjugan dos circunstan-cias muy reveladoras que ponen de manifiesto el fracaso de las políticas sociales y de reactivación económica. Por un lado, el alto grado de analfabetismo o de per-sonas que carecen de estudios, unido al altísimo nivel de desempleo, uno de los mayores de todo el territorio nacional.

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Los últimos datos que creemos interesente destacar son los relacionados con el nivel de ocupación hotelera así como la capacidad de acogida, en este caso, refe-renciados a la provincia de Córdoba. Según los datos elaborados por el Instituto Nacional de Estadística para el período 1991-2008, Córdoba pasó de las 5,82 pla-zas de hotel por cada 1.000 habitantes a las 12,41, cuando la media andaluza se situó en el año 2008 en las 35,36, cifra coincidente con los datos para la provincia de Granada, que creemos es nuestra más directa competidora dadas las similitudes tanto en tamaño como en el tipo de patrimonio histórico y de turismo cultural que acoge.

En consonancia con los datos anteriores, los que se refieren a las pernoctacio-nes arrojan unos resultados similares. Córdoba pasó de las algo más de 54 pernoc-taciones por cada 100 habitantes en el año 1991 a las algo más de 131, cuando en Granada, en este mismo período, se pasó de las casi 145 a las 327 pernoctaciones por cada 100 habitantes, una cifra casi dos veces y media por encima de la de Cór-doba. No podemos olvidar que el yacimiento arqueológico de Ategua se sitúa en el núcleo urbano de Santa Cruz, junto a la carretera nacional N-432, paso obligado de los vehículos que realizan el trayecto Córdoba-Granada.

Con relación a esto último, creemos interesante destacar algunos aspectos re-lacionados con la intensidad del tráfico rodado que soporta la citada carretera. La imagen siguiente (figura 6) muestra dichos datos para trayecto entre Córdoba y Baena. Como vemos, el número total de vehículos que salen de Córdoba por la carretera N-432 es de algo más de 8.000, de los cuales 96 son extranjeros. De és-tos, sólo 1.900 entran al municipio de Baena donde, recordemos, está situado el yacimiento arqueológico de Torreparedones. Sobre estos datos volveremos cuan-do abordemos las cuestiones relacionadas con la potencialidad del yacimiento de Ategua para la acogida de visitantes tomando como base, además, los datos con que contamos para el primer año de apertura al público del yacimiento de Torre-paredones.

Figura 6

Datos de la intensidad media del tráfico diario para el año 2011.

Fuente: Dirección General de Tráfico.

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2.2.- Ategua, historiografía de un yacimiento arqueológico: Análisis y dia-gnóstico patrimonial.

Tal como ha quedado dicho en el capítulo anterior, la producción científica ge-nerada sobre el yacimiento arqueológico de Ategua es muy escasa2, sobre todo si tenemos en cuenta la gran relevancia histórica que dicho yacimiento tiene, ha-biendo sido ésta puesta de relieve en algunos de los, como decimos, relativamente pocos trabajos de investigación publicados sobre el mismo (Blanco, 1987; Martín, 2000 y 2001; Fuertes, 2010a, 2010b y 2011).

El yacimiento arqueológico de Ategua está situado a unos 6 kilómetros del nú-cleo urbano de Santa Cruz, localizado éste en la margen izquierda de la carretera nacional N-432 Badajoz-Granada. Se trata de una pedanía perteneciente al muni-cipio de Córdoba, al que se llega tras un recorrido por la citada carretera de unos 30 kilómetros aproximadamente en sentido Granada.

Siguiendo con lo que señalábamos al principio, los primeros trabajos de inves-tigación arqueológica realizados sobre el yacimiento que están documentados son los realizados por R. Castejón, F. Hernández y S. Santos Gener en 1933 (Martín-Delgado, 2000), si bien se tiene constancia de unos trabajos previos realizados por el General Stoffel a finales del siglo XIX, de los cuales no se conservan los resulta-dos (Fuertes, 2010b: 92). Sin embargo, la historiografía del yacimiento señala las excavaciones que el profesor Blanco Frejeiro llevara a cabo en 1965 (Blanco, 1983) como el inicio de los trabajos de investigación, que podemos denominar como sistemáticos. Unos años más tarde, en 1968, se produce, tras un hallazgo casual durante las labores agrícolas que se realizaban en las inmediaciones del yacimien-to, la localización de uno de los elementos a los que el yacimiento quedará defini-tivamente unido e identificado de manera indiscutible; nos referimos a la conocida como Estela de Guerrero de Ategua, fechada en el Bronce Final (Fuertes, 2010b: 93). Mucho se ha escrito sobre la funcionalidad de estos elementos, desde las primeras interpretaciones que las asociaban a estelas funerarias, hasta los más recientes es-tudios que abren la puerta a otros posibles usos (Celestino, 2001; Murillo-Morena y Ruiz, 2005). La Estela de Guerrero de Ategua se convierte así, en uno de los ele-mentos diferenciadores y clave para abordar el proyecto de musealización del ya-cimiento y su discurso patrimonial.

Son pocos e inconexos los estudios y excavaciones arqueológicas llevadas a ca-bo sobre el yacimiento durante los últimos 50 años. Pese a ello, los resultados de dichas investigaciones han puesto de manifiesto que Ategua tuvo una ocupación que se puede establecer entre los siglos XI a.C. y el siglo XIV de nuestra era, mo-mento en que se constata su definitivo abandono (Fuertes, 2010a: 368). Este largo proceso de ocupación, junto con otros problemas, derivados sobre todo de la pro-pia historia de las intervenciones arqueológicas realizadas sobre el yacimiento, lo cual ha provocado que en un mismo nivel se entrecrucen elementos pertenecien-

2 De los algo más de veinte artículos publicados hasta la fecha sobre Ategua, no llegan a quince los que se centran exclusi-vamente en los aspectos históricos o arqueológicos del yacimiento.

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tes a diferentes etapas históricas y protohistóricas, dificultan enormemente su mu-sealización y puesta en valor (Fuertes, 2010a: 369).

Pese a todo, y sólo con lo conocido hasta el momento, se ha podido poner de manifiesto que el yacimiento de Ategua es un lugar de una extraordinaria impor-tancia, no sólo desde el punto de vista arqueológico e histórico, sino también des-de la vertiente puramente científica y de la investigación de los procesos de ocu-pación de esta zona del territorio de la provincia de Córdoba. En este sentido, dos son los aspectos que son destacados por todos los investigadores como elemen-tos que forman parte de los valores patrimoniales del yacimiento. El primero es la extraordinaria significación paisajística con que cuenta, no sólo el propio yacimien-to, sino el territorio vinculado al mismo donde éste se inserta. Y el segundo, mu-cho más relevante, por ser exclusivo del Sitio, los importantísimos valores históri-cos con que cuenta Ategua asociados a uno de sus momentos de ocupación.

Es esta última una cuestión sobre la que queremos abundar, ya que será uno de los pilares sobre los que se asiente nuestra propuesta para el proyecto de pues-ta en valor del yacimiento.

En el año 45 a.C. Ategua y los terrenos más próximos a ella, fue el escenario de una de las batallas que, a la postre, se revelarían como decisivas para el devenir de la historia de la civilización romana, por la cual César, tras ser repelido en su inten-to de ocupación de Corduba, dirigió sus pasos hacia la vecina Ategua con la inten-ción, igualmente, de hacerla suya (figura 7). La ciudad, al igual que ocurría con Cór-doba, se alineó del lado de Pompeyo, y pese a repeler los sucesivos ataques de César y resistir un largo asedio de casi un mes, finalmente sería tomada el 19 de febrero del año 45 a.C.

Figura 7

Localización de los distintos campamentos de César y Pompeyo durante el asedio de Ategua.

Fuente: Asociación “Amigos de Ategua”.

Esta victoria de César se convertiría en crucial en los planes de éste de tomar Córdoba, lo que ocurriría poco tiempo después de hacerse con el control de Ate-gua. Las consecuencias para Córdoba son de sobra conocidas; tras la toma de con-

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trol de la ciudad por parte de César, ésta sería incendiada, arrasada y masacrada su población. Poco después, tras recibir una deductio de soldados veteranos, cambia-ría su estatus por el de colonia de ciudadanos romanos, pasando a llamarse Colo-nia Patricia.

De lo que se conoce hasta la fecha, como resultado de las diferentes campañas de excavación realizadas así como de las investigaciones posteriores, cabría desta-car, junto con lo señalado en los párrafos precedentes, la existencia de una serie de restos arqueológicos de gran interés. Así, se ha documentado una necrópolis de incineración fechada en el siglo IX a.C., un recinto amurallado de época tartésica, el recinto amurallado de época íbero-romana, perfectamente visible en la actualidad desde el exterior de la zona acotada del yacimiento, unas termas de época altoim-perial, las estructuras de una domus abandonadas en el siglo II, así como una mu-ralla tardomedieval y una plaza localizada en su lado meridional, con edificaciones adosadas a la citada muralla datado, todo el conjunto, en época cristiana (Fuertes, 2010b: 100).

Algunos de estos datos, junto con los resultados de la prospección arqueológi-ca superficial realizada en el año 2002 en la zona próxima al yacimiento, que arrojó como resultado la localización de otros de 54 yacimientos (figura 8) con cronologías que abarcaban desde la Protohistoria hasta la Edad Media (Fuertes, 2010b: 94), hizo que la Consejería de Cultura procediera, tras la incoación del oportuno expe-diente, a la declaración como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, del yacimiento arqueológico de Ategua (Decreto 255/2005, de 22 de noviembre -Boja núm. 244 de 16 de diciembre de 2005-), quedando dentro de dicha de-limitación una superficie total de algo más de 200 ha, de las que aproximadamente 31 son las declaradas Bien de Interés Cultural, mientras que el resto forman parte del territorio afectado por el entorno delimitado.

Figura 8

Mapa de localización de yacimientos en las proximidades de Ategua.

Fuente: Asociación “Amigos de Ategua”.

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CAPÍTULO 3.- OBJETIVOS DEL PROYECTO.

Una vez que ha quedado puesto de manifiesto tanto la importancia patrimonial e histórica del yacimiento arqueológico de Ategua, como los singulares valores con que cuenta el territorio donde éste se inserta, además de las debilidades y amenazas del ámbito geográfico que hemos asociado al mismo, se hace necesario abordar de manera clara y concisa cuáles son los objetivos que se persiguen con la elaboración del proyecto patrimonial.

Afirmar que el patrimonio histórico es un recurso susceptible de generar siner-gias en un territorio que coadyuven a fomentar el desarrollo de actividades gene-radoras de riqueza, es una cuestión que está, hoy por hoy, fuera de toda duda. Obviamente, la mera existencia de una importante riqueza patrimonial en un de-terminado ámbito, sea el patrimonio del tipo que sea, no garantiza por sí mismo un aumento en el desarrollo económico de la zona. Será necesario la implementa-ción de una serie de medidas que, englobando todas y cada una de las etapas que conforman la tutela del patrimonio, tengan como punto de llegada la difusión del bien patrimonial en cuestión, facilitando la contemplación y la visita pública de las personas.

Las medidas antes aludidas quedan englobadas en unos documentos que a lo largo de los años han ido adoptando diferentes nombres, pero también, y esto es lo realmente relevante, con contenidos y finalidades sustancialmente diferentes. Desde los proyectos de gestión, con una clara vinculación con el mundo de la em-presa y, por añadidura, del marketing, y todo lo que ello conlleva, hasta los moder-

nos Planes Directores3 que, en Andalucía, tras la aprobación de la Ley de Patrimo-nio Histórico (Ley 14/2007) han de redactarse con carácter preceptivo para todos y cada uno de los Espacios Culturales4 que se encuentran en su territorio.

Siguiendo el discurso que venimos defendiendo desde los primeros párrafos, nuestra propuesta ha de quedar englobada en el ámbito de lo prescrito en la nor-mativa autonómica, no sólo porque así ha de ser desde el punto de vista legal, si-no porque creemos, y así se señalaba al principio, que sin ser riguroso en el cum-plimiento de todas y cada una de las etapas de la tutela, no es posible ofrecer una explicación del bien patrimonial de forma rigurosa. De no ser así, son muchos los riesgos que se corren; desde provocar daños irreparables sobre el elemento en cuestión o, incluso, su destrucción, hasta llegar a banalizar el discurso histórico hasta tal punto que lo que resulte sea más propio de un parque temático que de la explicación de un bien patrimonial.

3 Según el artículo 79 de la Ley 14/2007, de Patrimonio Histórico de Andalucía, los Planes Directores son los instrumentos a través de los cuales se “desarrollarán programas en materia de investigación, protección, conservación, difusión y gestión de los bienes tutelados”.

4 Art. 76 de la Ley de Patrimonio Histórico de Andalucía señala que “se entiende por Espacio Cultural el comprendido por aquellos inmuebles de titularidad pública o privada inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, o agrupaciones de los mismos, que por su relevancia o significado en el territorio donde se emplazan se acuerde su puesta en valor y difusión al público”.

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Por razones que son obvias, no es objeto del presente trabajo abordar la re-dacción de un plan de estas características. Por el contrario, los objetivos que se persiguen son mucho más modestos; esto es, poner de manifiesto cuáles son, bajo nuestro punto de vista, las características del bien patrimonial, en nuestro caso el Yacimiento Arqueológico de Ategua, que le hacen susceptible de ser puesto en valor y, consecuentemente, abierto al público. Para ello, destacaremos las particu-laridades o los rasgos que le hacen diferente de otros yacimientos de similares características crono-morfológicas, así como las potencialidades con que cuenta el territorio donde se inserta.

3.1.- Análisis de la propuesta.

Dada la actual coyuntura económica y social, no parece viable proponer actua-ciones encaminadas a realizar nuevas excavaciones en el yacimiento con objeto de avanzar en su conocimiento científico, lo que sin duda es su mayor y principal po-tencial como bien patrimonial; no en vano, el yacimiento cuenta con una de las estratigrafías más interesantes de la provincia, al constatarse un período de ocupa-ción ininterrumpido situado por algunos investigadores entre la Edad del Cobre y el siglo XIV de nuestra era, lo que podría suponer más de 4.500 años de historia.

Es por esta razón por lo que la propuesta de puesta en valor del yacimiento no contempla acciones sobre éste que conlleven la excavación de nuevos espacios. Por tanto, las que se propone que se lleven a cabo serán sólo las estrictamente necesarias para acondicionar los itinerarios internos para la visita de las zonas ya excavadas así como los trabajos que se precisen para garantizar la seguridad de los visitantes.

Por otro lado, la propia riqueza patrimonial del yacimiento, ya destacada en los apartados precedentes, le confiere otra serie de rasgos, más allá de la explicación de los restos que hoy están a la vista, que lo hacen apto para ser abierto al público ofreciendo un discurso museográfico coherente y completo que permite explicar dos de los momentos históricos más importantes a los que se vincula Ategua.

Lo anterior no obvia que sea posible, además de necesario, por medio del co-rrecto tratamiento museográfico de los restos arqueológicos ya excavados, expli-car toda la historia del propio yacimiento, no sólo desde el punto de vista históri-co, sino desde una perspectiva patrimonial completa, que permita al visitante en-tender cuál ha sido la evolución en el proceso de investigación del yacimiento y cuál el resultado de la misma, lo que ha de poner de manifiesto la forma adecuada de acometer los proyectos de investigación, protección, conservación, difusión y gestión de los bienes patrimoniales que eviten situaciones similares a las que se encuentra el yacimiento de Ategua.

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XVI

De esta forma, los elementos sobre los que se asienta nuestra propuesta para la apertura al público del yacimiento arqueológico de Ategua son:

1º) Visita a la zona excavada del yacimiento.

2º) Explicación de la campaña militar del asedio por parte de las tropas de César a la ciudad de Ategua.

3º) La Estela de Guerrero de Ategua y el territorio.

Por las razones expuestas en los apartados precedentes, escapa de las posibi-lidades del presente trabajo abordar en profundidad cada una de estas propuestas que, en su conjunto, conllevaría la redacción de los proyectos museológico y mu-seográfico que las materializara. Sin embargo, y aún a riesgo de pecar de atrevi-miento, ofrecemos en los apartados siguientes una breve explicación de cuáles serían, bajo nuestro punto de vista, los contenidos que deben abordarse en cada uno de los tres apartados en que hemos dividido la explicación del yacimiento.

La zona excavada. Uno de los problemas que se han puesto de manifiesto en el yacimiento ar-queológico de Ategua es la complejidad que presenta a la hora de elaborar un discurso coherente que permita explicarlo adecuadamente. Dicha problemática deriva, precisamente, de uno de sus principales valores patrimoniales, cual es su importante cronología que, como ya se ha señalado, abarcaría una ocupación inin-terrumpida desde el Calcolítico hasta la alta Edad Media. Figura 9

Vista general de parte de la zona excavada del yacimiento de Ategua.

Fuente: Asociación “Amigos de Ategua”.

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XVII

La imagen anterior (figura 9) muestra una vista aérea de la zona excavada del yacimiento. En la esquina inferior izquierda aparece la zona del mercado medieval de época cristiana, parte del cual aparece adosado a la muralla que cerraría el re-cinto tardomedieval. El resto de lo que se conoce hasta la fecha, como resultado de las campañas de excavación realizadas así como de las investigaciones poste-riores, cabría destacar, junto con lo señalado en los párrafos precedentes, la exis-tencia de una necrópolis de incineración fechada en el siglo IX a.C., un recinto amurallado de época tartésica, el recinto amurallado de época íbero-romana, per-fectamente visible en la actualidad desde el exterior de la zona acotada del yaci-miento, unas termas de época altoimperial así como las estructuras de una domus abandonadas en el siglo II. La mayoría de estos restos son perfectamente identifi-cables y pueden ser explicados con unos medios convencionales de difusión, por medio de unos sencillos carteles colocados en los lugares estratégicos de los itine-rarios interiores que se diseñaran al efecto.

La visita de los restos ya excavados debiera completarse, además, de una ex-plicación que pusiera de manifiesto sus carencias y los problemas interpretativos derivados de la ausencia de un proyecto coherente que hubiese tenido en cuenta todas y cada una de las etapas de la tutela patrimonial.

El asedio de Ategua.

Los hechos que tuvieron lugar en Ategua y en los territorios circundantes en el año 45 a.C., convierten a este yacimiento en un elemento clave para entender la evolución histórica de la cultura romana, no sólo en territorio hispano, sino a nivel de todo el imperio. Y esto es así por cuanto es el único lugar de la provincia donde está perfectamente documentado (figura 10) todo el proceso de los hechos que tu-vieron como consecuencia final, además de la toma de Ategua por parte de César, la posterior entrada de éste en Córdoba, tras el primer intento fallido que tuvo lu-gar unas semanas antes.

Figura 10

Croquis del asedio de Ategua según Dodge.

Fuente: Asociación “Amigos de Ategua”.

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XVIII

El relato que ofrece el Bello Hispaniense sobre la campaña de las tropas de Cé-sar en Córdoba y Ategua, ha permitido a los investigadores (entre ellos el coronel T. A. Dodge) localizar y recrear en detalle los distintos escenarios de dicha batalla. Conocemos, así, que en Ategua y en los territorios circundantes fue el lugar donde se desarrolló una de las batallas que, a la postre, se revelarían como decisivas para el devenir de la historia de la civilización romana, por la cual César, tras ser repeli-do en su intento de ocupación de Corduba, dirigió sus pasos hacia la vecina Ate-gua con la intención, igualmente, de hacerla suya. La ciudad, al igual que ocurría con Córdoba, se alineó del lado de Pompeyo y, pese a repeler los sucesivos ata-ques de César y resistir un largo asedio de casi un mes, finalmente sería tomada el 19 de febrero del año 45 a.C. Tras hacerse con el control de Ategua, César dirigiría sus pasos de nuevo hacia Córdoba y, en esta ocasión, pudo romper las defensas de las tropas afines a los hijos de Pompeyo y entrar en la ciudad, con las conse-cuencias de sobra conocidas para ésta y para su población.

La propuesta desde el punto de vista de la musealización consistiría pues, en usar esta información para ofrecer una explicación de los hechos acaecidos en los primeros meses del año 45 a.C. en Ategua para, a partir de ahí, abordar el proceso de cambio y consolidación del imperio romano en tierras hispanas, con las reper-cusiones que éste tuvo para la definitiva victoria de César sobre Pompeyo y la lle-gada del primero al poder absoluto de todo el imperio romano.

Las actuales herramientas y avances tecnológicos permitirían a través, por ejemplo, del uso de técnicas de realidad aumentada, recrear los distintos campa-mentos de cada uno de los contrincantes así como los movimientos que ambos hicieron durante el tiempo que duró el asedio.

Por otro lado, el uso de este discurso museológico permitiría conectar definiti-vamente Córdoba con Ategua ya que, la que llegó a ser capital de una de las tres provincias en las que se dividió Hispania, no puede entenderse sin los hechos acaecidos en el año 45 a.C. en Ategua.

La Estela de Guerrero de Ategua.

El último de los elementos sobre los que se asienta la propuesta de valorización del yacimiento arqueológico de Ategua y lo que, a nuestro juicio, permite ofrecer un recurso patrimonial único en el ámbito provincial, es la contextualización de la Estela de Guerrero de Ategua (figura 11).

Es conocida la controversia sobre la interpretación de estos elementos que la comunidad científica viene alimentando desde los años sesenta, con el estudio realizado por Almagro Basch5 hasta uno de los últimos realizados por Murillo, Mo-rena y Ruiz (Murillo-Morena-Ruiz, 2005) , éste referido a nuestro ámbito geográfi-co más próximo, pasando por los trabajos de E. Galán y S. Celestino.

5 Almagro Basch, M. (1966): Las estelas decoradas del suroeste peninsular, Madrid.

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XIX

Por razones obvias, queda fuera del alcance del trabajo abordar cuestiones re-lacionadas con alguno de los aspectos que forman parte del debate científico mencionado. Baste señalar que, según Murillo, Morena y Ruiz, estaríamos ante unos objetos que serían “…el reflejo cultural de un determinado modo de apropia-

ción, tal vez más simbólica que real, del territorio y de autorepresentación ideológica

de las poblaciones del suroeste de la Península Ibérica en los albores del I milenio

a.C.” (Murillo-Morena-Ruiz, 2005: 7-8).

Figura 11

Estela de Guerrero de Ategua.

Fuente: Asociación “Amigos de Ategua”.

El problema que el estudio de estos elementos ha planteado tradicionalmente es que han sido hallados de forma aislada y descontextualizada y, por tanto, sin referentes culturales claros. El caso de la estela localizada en las proximidades del yacimiento de Ategua proporciona la posibilidad única, al menos en el ámbito provincial, de asociar uno de estos elementos a una población concreta y, por tan-to, al territorio al que está directa e indisolublemente unida. Esta circunstancia po-dría dar pié, por medio de la elaboración de un discurso museológico adecuado, a la explicación del territorio directamente vinculado a la población de Ategua en ese momento histórico que, como sabemos para el caso de la estela localizada en las proximidades, se sitúa en Bronce Final.

3.2.- Propuesta económica y Programación temporal

Para concluir el trabajo y completar la propuesta de valorización del yacimiento arqueológico de Ategua, nos parecía adecuado ofrecer una cuantificación econó-mica de lo que, a nuestro modo de ver, supondría los trabajos necesarios para la apertura al público del mismo, a la que se acompaña un avance de programación temporal con reparto de la inversión prevista.

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XX

Se señalaba en los párrafos precedentes que el principal referente usado para la elaboración de la propuesta de apertura al público de Ategua era la experiencia llevada a cabo en el yacimiento de Torreparedones, situado en el municipio de Baena. Las razones que nos llevan a ello son varias. Primero, se trata de un yaci-miento donde es posible ver los restos de una ciudad de época romana, coetánea a los sucesos acaecidos en Ategua hacia el año 45 a.C. En segundo lugar, su ubica-ción con respecto al núcleo urbano principal del municipio donde se encuentra, también presenta similitudes, ya que ambos yacimientos están separados de sus respectivos núcleos, aunque próximos a uno de los ejes de comunicación terres-tres importantes de la provincia, la nacional N-432 de Badajoz a Gradada, aunque sin duda, Ategua presenta una situación mucho más favorable que el yacimiento de Torreparedones, al cual se llega tras transitar más de 15 Km. por una carretera secundaria. A esto hay que unir, que la nacional N-432 ya no pasa por el municipio de Baena, al haberse puesto en servicio desde hace unos años, una nueva variante. En tercer lugar, Torreparedones lleva abierto al público sólo un año, período du-rante el cual ha recibido, según las noticias aparecidas en la prensa6, 15.000 visi-tantes. Se trata, sin duda, de una cifra muy considerable si tenemos en cuenta los condicionantes en cuanto a su localización antes mencionados.

Acondto. terreno y Tjos. Previos 40.000,00 €

Instalaciones 50.000,00 €

Adecuación Itinerarios 40.000,00 € * No se contempla el asfaltado del camino de acceso (220.000 €)

Equipamientos 140.000,00 €

Otros 10.000,00 €

Total P.E.M. 280.000,00 €

GG.BI. 64.400,00 €

Subtotal 344.400,00 €

IVA 61.992,00 €

Total inversión inicial 406.392,00 €

Costo necesario para la apertura al público

Cuadro 1: Estimación de la inversión prevista para el acondicionamiento a la visita del yacimiento. Elaboración propia

La figura anterior (cuadro 1) presenta un avance del presupuesto que sería nece-sario emplear en los trabajos a ejecutar para el acondicionamiento del yacimiento arqueológico de Ategua con objeto de permitir su apertura al público de manera continuada. Los importes que aparecen son fruto de la aplicación de precios de mercado a los trabajos incluidos en cada uno de los capítulos.

Como ya se señaló, y puede verse en las imágenes de las figuras 1 y, sobre to-do 9, el yacimiento se encuentra en un estado tal que con la realización de una serie de pequeñas y puntuales actuaciones, es posible su apertura al público de manera prácticamente inmediata. El capítulo de Acondicionamiento del terreno y

6 Diario Córdoba, jueves 9 de febrero de 2012.

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trabajos previos contemplaría aquéllas labores encaminadas a preparar el espacio para la instalación de los servicios de administración y núcleo de aseos, así como la adecuación de los accesos hacia el yacimiento y la reparación del vallado perime-tral. El segundo capítulo recoge los trabajos relativos a la instalación de los servi-cios de apoyo a la visita, tanto administrativos como los aseos. El siguiente capítu-lo cuantifica las partidas a ejecutar para la adecuación de los itinerarios interiores del yacimiento, dotándolos de accesos adecuados y seguros. El apartado de Equi-pamientos se refiere a la dotación de todos los elementos necesarios para la mu-sealización del yacimiento. Finalmente, se ha incluido un último capítulo para im-previstos y gastos complementarios.

Decíamos al principio del trabajo que la situación económica y social actual no permite que se lleven a cabo nuevas campañas de excavación en el yacimiento, aspecto éste que, insistimos, sería determinante a la hora de poner de manifiesto la que es, sin duda, la principal potencialidad del mismo, o sea, su relevancia desde el punto de vista histórico. Dado que esto no es posible, la propuesta planteada gira en torno a la valorización de otros valores igualmente de una gran importan-cia patrimonial. Obviamente, para llevarla a efecto, se hace necesario la realización de inversión económica que ha quedado cuantificada en el cuadro anterior. Sin embargo, pese a ser un importe considerable, la propia peculiaridad del yacimien-to permite que éste se pueda divido en fases. La figura siguiente (cuadro 2) muestra una propuesta de programación de la inversión necesaria la cual se ha establecido en cuatro anualidades.

Capítulo Año 1 Año 2 Año 3 Año 4

Ato. terreno y Tº Previos 8.708,40 € 15% 14.514,00 € 25% 8.708,40 € 15% 26.125,20 € 45%

Instalaciones 72.570,00 € 100% 0,00 € 0% 0,00 € 0,00 €

Adecuación Itinerarios 8.708,40 € 15% 14.514,00 € 25% 17.416,80 € 30% 17.416,80 € 30%

Equipamientos 30.479,40 € 15% 50.799,00 € 25% 60.958,80 € 30% 60.958,80 € 30%

Otros 725,70 € 5% 2.902,80 € 20% 5.079,90 € 35% 5.805,60 € 40%

TOTAL ANUALIDADES 121.191,90 € 82.729,80 € 92.163,90 € 110.306,40 € 406.392,00 €

Cuadro 2: Distribución de la inversión en anualidades. Elaboración propia7.

Vemos, por tanto, que con una inversión inicial el primer año de algo más de 120.000 euros, es posible la apertura al público del yacimiento de Ategua. Nos pa-recía interesante hacer este esfuerzo en proponer una programación en la inver-sión necesaria, con objeto de responder a una más que previsible respuesta de las administraciones que tienen competencias sobre el yacimiento, sobre las que re-cae la facultad de acometer dichos trabajos, en el sentido de negar la posibilidad de abrir la público el yacimiento hasta no disponer del total del importe necesario para ello.

7 Los importes que aparecen en cada uno de los capítulos llevan prorrateados los conceptos de GG.BI así como el IVA correspondiente.

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Se ha querido también, realizar una estimación del número de visitas previsto para el yacimiento una vez abierto al público y para un período igual al establecido para la ejecución de la inversión necesaria para la adecuación a la visita del mismo. Los parámetros y datos que se han tenido en cuenta son, fundamentalmente, el número de visitantes con que contó el yacimiento de Torreparedones durante su primer año de apertura al público entre los meses de enero de 2011 y febrero de 2012, datos extraídos de la noticia de prensa señala. Por otro lado, para la estima-ción de la evolución en el número de visitantes se ha tenido en cuenta el número de vehículos que circulan a diario por la carretera N-432 de Badajoz a Granada, dado que es el mismo eje de comunicación que da acceso a ambos yacimientos. Estos datos se han extraído de los mapas de Intensidad Media de Circulación que publica la Dirección General de Tráfico (figura 6).

1,75

Datos para el tramo Córdoba-Santa Cruz

Día Mes Año

Número vehículos 8.006 240.180 2.882.160

Número personas 14.010,50 420.315,00 5.043.780,00

Datos para el tramo Santa Cruz-Baena

Día Mes Año

Número vehículos 1.921 57.630 691.560

Número personas 3.361,75 100.852,50 1.383.120,00

Número de personas/vehículo

Cuadro 3: Cálculo de número de personas que circulan por los municipios de Santa Cruz y Baena. Fuente: Dirección General de Tráfico. Elaboración propia.

Como vemos (cuadro 3), según los datos que facilita la DGT para la intensidad media diaria de tráfico de cada uno de los tramos considerados, y habiéndose es-timado que en cada vehículo circulan 1,75 personas, el resultado es contundente. Por el núcleo urbano de Santa Cruz, lugar de acceso hacia el yacimiento de Ate-gua, circulan una media diaria de algo más de 8.000 vehículos, lo que supone un tráfico anual de casi los tres millones. Eso supone que, teniendo en cuenta la esti-mación de personas que van en cada vehículo antes señalada, por el núcleo de Santa Cruz pasarían cada año algo más de cinco millones de personas, frente a los 1.383.120 que circularían por Baena.

Con los datos que arroja el cuadro 3 podemos hacer, a su vez, una estimación de la evolución del número de visitantes que podría tener el yacimiento de Ategua partiendo, como se señalaba anteriormente, de los datos de visita del yacimiento de Torreparedones para el año pasado, primer año de apertura al público. Por otro lado, se ha querido hacer la propuesta partiendo de que sería necesario establecer un importe para la entrada de acceso al yacimiento, situada en 1,5€. La última es-timación que se ha realizado es el índice de crecimiento de visitas anual. El dato del 30% establecido, auque, a priori, pueda parecer excesivo, lo entendemos pro-

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porcionado, sobre todo si lo ponemos en relación con el número de personas que, en función del número de vehículos que transitan por Santa Cruz, serían hipotéti-cos visitantes. Como vemos en la cifra que aparece junto con la estimación de visi-tantes, la proporción de personas que accederían al yacimiento en el año 4 se si-tuarían sólo en el 0,65% del total de las que circulan por la carretera N-432.

Número de personas/vehículos 1,75

Coste entrada Yacimiento 1,50 €

Incremento de visitas anual previsto 30,00%

Año 1 Año 2 Año 3 Año 4

Número de visitantes/año previsto 15.000,00 0,30% 19.500,00 0,39% 25.350,00 0,50% 32.955,00 0,65%

Ingresos previstos por acceso Yacimiento 22.500,00 € 29.250,00 € 38.025,00 € 49.432,50 € Cuadro 48: Cálculo del número de visitantes y de los ingresos previstos por pago del acceso al yacimiento. Elaboración propia.

Para concluir con este apartado, se presenta en la figura siguiente (cuadro 5) el importe previsto para los gastos de mantenimiento y limpieza del yacimiento así como para el pago del personal de control y vigilancia. Como vemos, en el año 4 se alcanza a cubrir los costes de mantenimiento sólo con el importe que propor-cionaría el pago de las entradas de acceso al yacimiento.

Personal de vigilancia 25.000,00 €

Servicio de mantenimiento 20.000,00 €

Total inversión inicial 45.000,00 € * Importe ANUAL

Costo necesario para MANTENIMIENTO

Cuadro 5: Cálculo de los costes de mantenimiento y vigilancia. Elaboración propia.

CAPÍTULO 4.- CONCLUSIONES.

Son muchas las cuestiones que se han tratado en los capítulos precedentes, todas ellas con un único fin: poner de manifiesto la extraordinaria importancia pa-trimonial el yacimiento arqueológico de Ategua y su potencial para el desarrollo social y económico de una zona especialmente deprimida de la Comunidad Autó-noma de Andalucía. Creemos haber ofrecido argumentos sólidos sobre la indiscu-tible importancia histórica de Ategua, además de los rasgos que le hacen diferen-ciarse del resto de los existentes en la provincia, lo que lo convierte en un activo importante para fomentar y acentuar la oferta cultural de su entorno más inmedia-to. Por otro lado, las estimaciones que se han realizado creemos que están, igual-mente, sólidamente fundamentadas e incluso nos atreveríamos a decir que son un

8 Las cifras que aparecen junto a las de estimación de visitantes representa el porcentaje de personas que visitarían el yacimiento sobre el total de las que circularían por la N-432.

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tanto conservadoras, teniendo en cuenta, sobre todo, la situación geográfica estra-tégica donde se ubica el yacimiento, gracias a su proximidad a la carretera nacio-nal N-432. En definitiva, la puesta en marcha del proyecto aquí presentado, conlle-varía una serie de consecuencias que hemos querido resumir en los siguientes apartados:

� Es posible la apertura al público del yacimiento en un plazo corto de tiempo.

� Con ello, se fomentaría la actividad económica del entorno más próximo.

� Podría suponer un incremento de la labor investigadora sobre el yacimiento.

� Abriría la posibilidad del inicio de otras líneas de investigación en el ámbito territorial.

� Tendría una incidencia positiva sobre el nivel de ocupación hotelera de la ca-pital y del entorno más próximo.

En definitiva, la puesta en marcha del proyecto de apertura la público del yaci-miento arqueológico de Ategua supondría un acicate para la maltrecha economía provincial, además de servir para intentar subsanar algunos de los desmanes co-metidos sobre el yacimiento en las últimas décadas como consecuencia de la inac-tividad de la administración autonómica y de su falta de determinación a la hora de proponer un proyecto sistemático de investigación sobre el mismo.

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CAPÍTULO 5.- BIBLIOGRAFÍA.

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