El periplo de Hanón y las Islas Canarias

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Transcript of El periplo de Hanón y las Islas Canarias

RosaRio CRuz-auñón BRiones

eduaRdo FeRReR alBelda

(coordinadores)

estudios de PRehistoRia y aRqueología

en homenaje a

Pilar acosta Martínez

Estudios dE PrEhistoria y arquEología

En homEnajE a

Pilar acosta Martínez

sevilla 2009

rosario Cruz-auñón BrionEs

Eduardo FErrEr alBElda

(coordinadores)

serie: Historia y Geografíanúm.: 145

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carlos Bordons albaJulio cabero almenaraantonio José Durán Guardeñoenrique Figueroa clementeantonio Genaro leal MillánBegoña lópez Buenoantonio Hevia alonsoJuan luis Manfredi Mayoralantonio Merchán ÁlvarezFrancisco núñez roldán

Índice

Pilar acosta Martínezrosario Cruz-auñón BrionEs .......................................................................... 13

recuerdos del gabinete de dibujo de Pilar acostaFErnando amorEs CarrEdano ........................................................................... 19

comentarios acerca del neolítico antiguo en andalucíaoswaldo artEaga / anna-maria roos ............................................................ 37

algunas reflexiones sobre la interpretación del adorno personal. el caso del neolítico andaluzisaBEl ruBio dE miguEl ...................................................................................... 75

Propuesta para la clasificación funcional y cronológica del arte rupestre esquemático a partir del modelo extremeñohiPólito Collado giraldo ............................................................................... 89

acerca del arte esquemático en aragón. terminología, superposiciones y algunos paralelos mobiliaresPilar utrilla y manuEl martínEz BEa .............................................................. 109

Pintura megalítica en andalucíaP. BuEno ramírEz / r.dE BalBín BEhrmann / r. Barroso BErmEjo .................... 141

análisis de imagen y documentación integral del arte rupestre: una propuesta de futuromiguEl ÁngEl rogErio CandElEra ................................................................... 171

Prospecciones en tierra de Barros (Badajoz). los asentamientos del iii milenio a.n.e.ViCtor hurtado / Pilar mondéjar .................................................................... 187

sistemas de informacion geográfica y análisis espacial intrasite aplicados al estudio de la dispersion del registro arqueológico en la necrópolis del iii milenio a.n.e. de “el negrón” (Gilena, sevilla)rosario Cruz-auñón BrionEs / juan Carlos mEjías garCía ........................... 207

campaniforme, jerarquización social y selección interdémica en el suroeste de la Península ibérica. Una aproximación desde la arqueología evolutivadaniEl garCía riVEro ........................................................................................ 233

sobre barcos y astros. en torno al imaginario cósmico de la Prehistoria reciente en el Mediodía ibéricojosé luis EsCaCEna CarrasCo / BEatriz gaVilÁn CEBallos / martí mas CornEllÁ 255

Metal para los dioses. la secuencia del grupo Baiões durante el Bronce Final ii y el comercio chipriota de hierro hacia Portugal (1200-1050 ac)alFrEdo mEdEros martín .................................................................................. 279

“arqueología rural”, territorio y Paisaje en la protohistoria del Guadiana Medio: una propuesta metodológicaalonso rodríguEz díaz .................................................................................... 305

la vestimenta ibérica prerromana: una lectura social desde “su imagen”mª luisa dE la BandEra romEro ....................................................................... 337

los sacerdotes del Heracleion gaditano y el poderjosé maría BlÁzquEz martínEz ......................................................................... 357

el Kronion de Gadir: una propuesta de análisismª. Cruz marín CEBallos y a.mª. jiménEz FlorEs ........................................... 373

el periplo de Hanón y las islas canariasantonio tEjEra gasPar y mª E. ChÁVEz ÁlVarEz ............................................. 395

a propósito de Tagilit y de otras ciudades púnicas del sureste de iberiaEduardo FErrEr alBElda ................................................................................... 407

la imagen de los dioses de la turdetania a la BéticamErCEdEs oria sEgura ...................................................................................... 419

las ánforas republicanas de Hispalis (sevilla) y la “cristalización” del repertorio anfórico provincialEnriquE garCía Vargas ...................................................................................... 437

el urbanismo del municipio romano de Turobriga (aroche, Huelva)juan m. CamPos CarrasCo ................................................................................ 465

la colonización agrícola de las terrazas del Guadalquivir en época romana: el caso del arroyo de las culebras (Dos Hermanas, sevilla)FranCisCo josé garCía FErnÁndEz ..................................................................... 483

sobre el descubrimiento y primera lectura de cil ii 1151: correspondencia entre ivo de la cortina y antonio Delgado a propósito de los trabajos en itálica en 1839josé BEltrÁn FortEs ........................................................................................... 505

la casa del Oscillvm en Astigi. aspectos edilicioss. garCía-dils dE la VEga, s. ordóñEz agulla y o. rodríguEz gutiérrEz ..... 521

análisis forense de la imagen y manchas de sangre de la sábana santa. aportaciones para la valoración de las circunstancias alrededor de la muerte de Jesús de nazaretmiguEl lorEntE aCosta..................................................................................... 545

las cerámicas finas –alcarrazas blancas– de sevilla en la edad Moderna: la expresión barroca de una tradición almohadeFErnando amorEs CarrEdano / Pina lóPEz torrEs .......................................... 563

HP_Propietario
Resaltado

i •■

.Vi.

El periplo de Hanón y las Islas Canarias

Antonio Tejera Gaspar y Ma E. Chávez Áluarez

Dpto de Prehistoria, Antropología e Historia Antigua.

Universidad de La Laguna

El supuesto conocimiento de las Islas Canarias por fenicios y púnicos en la

Antigüedad es un topos muy reiterado que, sin solución de continuidad, ha lle

gado hasta la actualidad, con algún episodio singularmente relevante como el

acontecido en la década de los cincuenta del siglo XX, en el que de nuevo resur

giría la polémica sobre este tema tan controvertido, debido al hallazgo de unas

cuentas de adorno vidriadas en una cueva, ubicada en el acantilado de Martiá-

nez en el Puerto de la Cruz (Tenerife), que fueron entonces consideradas fenicias,

aunque en realidad no eran otra cosa que objetos de fines del siglo XV, asociados,

sin duda alguna, a la etapa de contacto de guanches y castellanos, similares por

cierto a las que por esas fechas los conquistadores castellanos intercambiaron con

los tainos de La Española y de otras islas del Caribe.

Del mismo modo, en las últimas décadas se han hecho una serie de propues

tas, sin duda del máximo interés, sobre la supuesta presencia de los fenicios y más

tarde de los púnicos en este Archipiélago, aunque hasta la fecha no han podido

ser dentífícamente probadas, por la ausencia de evidencias arqueológicas bien

contrastadas para su correcta corroboración. En esta ocasión pretendemos refe

rimos sólo a las diversas opiniones vertidas acerca de la vinculación del archipié

lago canario y el Periplo de Hanón, y dejando para otra ocasión la discusión más

detallada y profunda sobre la pretendida relación de fenicios y púnicos al sur de

Mogador y, por extensión, con las Islas Canarias. Hechos ambos que no cuentan

con el suficiente apoyo arqueológico, ni tampoco documental, para que puedan

ser considerados con ciertos visos de verosimilitud, por lo que no son otra cosa,

por el momento, que meras conjeturas1.

1. De la extensa bibliografía sobre la pretendida presencia de fenicios y púnicos en las islas Cana

rias, puede consultarse entre otros trabajos, los de P. Atoche y J. Martín (1999); R. de Balbín, P. Bueno,

R. González y M'. C. del Arco (1995); C. del Arco, R. González, R. de Balbín, P. Bueno, R. Adrián, M.

Esther
Texto escrito a máquina

396 Antonio 1%era Gaspar y Ma E. ChAvez Álvarez

Desde muy temprano ya figura en las fuentes históricas sobre este Archipiélago

las primeras opiniones acerca de esta cuestión, según se recoge en la obra Sauda

des da Térra del azoreano Gaspar Frutuoso, autor de fines del siglo XVI, quien refi

riéndose al conocimiento de los antiguos sobre estas islas, dice que desde"440 años

antes de la venida a él del Salvador del Mundo, Hannón, capitán cartaginés, partió

de Andalucía con su armada hacia las costas de África y Guinea; y dicen que éste

fue el primero que, siguiendo este camino, descubrió las Islas Afortunadas, que lla

man ahora las Canarias; y además de ellas las otras que se dicen Coreadas, Hespé-

rides y las Gorgonas, que se llaman ahora de CaboVerde"(Frutuoso 1964:87-88)2.

Fbr su parte, Leonardo Torriani en su obra de 1592 Descripción e Historia del

Reino de las Islas Canarias antes Afortunadas con el parecer de sus fortificaciones, en

el capítulo IV que encabeza con la denominación de"Quiénes fueron los prime

ros habitantes de estas islas" (Torriani 1977:20), en la que trata además sobre las

distintas opiniones acerca del poblamiento de las Islas Canarias, dice que"Otros,

siguiendo por otros rumbos, creen que una de estas islas fue poblada por carta

gineses, por aquello que escribió el pseudo Aristóteles en su libro De las maravi

llas del mundo, el cual cuenta que"ciertos mercaderes cartagineses, navegando por

muchos días más allá del estrecho de Hércules, encontraron una isla que hasta

entonces no había sido descubierta, habitada solamente por fieras y llena de ár

boles maravillosos".Y respecto de las andanzas de Hanón en estas Islas, el autor

cremonés asegura que el cartaginés conocía la existencia de Canarias, pero que

no vino a ellas"por temor al edicto \por lo que] no se atrevió a acercarse a las Afor

tunadas, sino que siguió su rumbo y vio las Górgonas, a pesar de hallarse éstas

últimas más alejadas de tierra firme", según lo recoge en el capítulo IV, aunque

al mismo tiempo afirma que "autores de mucha solvencia creen firmemente que

los Cartagineses vinieron a estas islas" (Tomara 1977:25). El edicto al que se re

fiere nuestro autor es el que figura citado en el texto del Pseudo Aristóteles.Y su

creencia de que la isla de Gran Canaria fue poblada por los cartagineses es lo que

explica, según él, porqueros canarios fueron hombres prudentes, estudios (sic),

animosos, tuvieron rey, apreciaron la religión, la nobleza y la castidad, y en cos

tumbres fueron en gran parte diferentes a los demás; pero después, por faltar

les las cosas necesarias, se adaptaron a la vida primitiva y vivieron en cuevas y en

pequeñas chozas hechas por los primeros moradores, nietos de Jafet e hijos de

Gomero" (Torriani 1977: 25). En este relato, el ingeniero italiano recoge además

otras ideas, cuando se refiere a que "Esta isla dice Aristóteles que es abundante

en grandes ríos y que es fértil y abundosa en toda clase de productos, y muy ale

jada de la tierra firme de África. Se cree que ésta es la Gran Canaria, por la cantidad de aguas que tiene, y de árboles maravillosos; y aunque Aristóteles la ponga

muy alejada de África, no supo la distancia mejor que los que después de él escribieron" (Torriani 1977:21).

del Arco y L. González (2000); R. González R. de Balbín, P. Bueno y C del Arco (1995); A. Mederos y

G. Escribano (1999 y 2002).

2. Damos las referencias que figuran en los textos, tal como las recogen las ediciones manejadas,

en las que respetamos grafías, acentuaciones, etc.

El periplo de Hartón y las Islas Canarias 397

Otros autores contemporáneos suyos, como Alonso de Espinosa y Juan de

Abreu Galindo, nada dicen al respecto del Periplo, aunque sí se hizo eco de ello el

poeta tinerfeño Antonio deViana en su PoemaAntigüedades de las Islas Afortunadas,

publicado en Sevilla en 1604, autor que sería el inspirador de la obra de Lope de

Vega Los guanches de Tenerife. Su información sobre la posible vinculación del almi

rante cartaginés con el archipiélago canario, aparece sólo unos pocos años después

de que el texto fuese publicado por primera vez en 1535, asegurando que"También

Hanón dende la gran Cartago/ pasó en el tiempo de su triunfo a verlas;/ de bien

Afortunadas justo título..." (Viana 1986: 42). No es de extrañar que las andanzas

de Hanón fueran conocidas por el poeta, al tratarse de una persona de formación

clásica que debió de conocer tales testimonios a través de los autores latinos como

íbmponio Mela (III, 9,89-96,99) y, sobre todo, Plinio elViejo (VI, 36,198-201).

Estas primeras referencias a la relación del periplo y las Islas Canarias, hechas

por autores de fines del siglo XVI, no es como pudiera parecer, un hecho aislado

en la historiografía canaria, sino bien al contrario, ya que no es raro encontrar alu

siones reiteradas al supuesto recorrido hecho por las islas en este viaje explorato

rio del cartaginés Hanón, como se puede comprobar en una pléyade de autores

de los siglos XVm y XDC que estudiaron este periplo.Y sobre todo los de esta úl

tima centuria, entre quienes encontramos diversas alusiones sobre esa supuesta

relación del periplo con el Archipiélago.

En el siglo de las Luces, el historiador tinerfeñoViera y Clavijo, autor de la pri

mera Historia de Canarias Noticias de la Historia General de las Islas Canarias, da

cuenta en el libro III de su obra, de la presencia en las Islas de los fenicios.Y en el

capítulo 6, dedicado precisamente a Los Fenicios recoge sus opiniones al respecto,

diciendo que "el geógrafo Scilax Cariandeno asegura que los fenicios navegaron

por este mar Atlántico hasta la isla de Cerne, la cual en opinión de Luis del Már

mol, no es otra que la isla Graciosa. Pero como el sabio Bochart afirma que Cerne

en lengua fenicia significa lo mismo que chernan, que quiere decir lo último de la

habitación' o la habitación última', se puede creer que bajo de este nombre es

taban comprendidas todas las Canarias, reputadas en la antigüedad por la última

tierra habitable"(Viera 1982:239).

Un autor también del siglo XVIII, Rodríguez Campomanes, en su estudio sobre

el Periplo de Hanón, destaca la relación del viaje del cartaginés con las islas Cana

rias, con las que según él, se podían asociar fácilmente gran parte de las referen

cias contenidas en los diferentes parágrafos del texto. Así entiende que"la Laguna

Nigretes (en la cual penetró Hannon a costa de la navegación de un día) no en

tiendo, cuáles sean las tres Islas mayores, que Cerne, señaladas dentro de ella en su

viaje; a no entenderse de las Fortunatas, o Canarias, que aunque más en número

son las más cercanas a la costa, que describiendo el Periplo, y descubría por enton

ces Hannon sólo las tres. Me inclino a esto en vista de las cartas antiguas formadas

por el sistema de Ptolomeo, y así la palabra Lime, unas veces se debe tomar pro

piamente Laguna dentro de tierra, y otras por Golfo de mar profundo, en que no

se descubren corrientes, o por un Archipiélago metido entre islas. Las demás islas

398 Antonio T^era Gaspar y M* £. Chávez Álvarez El periplo de Hartón y las Islas Canarias 399

Fortunadas, o Canarias se descubrieron después en tiempo del rey/ufa, como se

dijo en su lugar"(Rodríguez Campomanes 1756: 77-78). Lo mismo dice en otroapartado referido a un monte altísimo que se recoge en el texto: "Mandro llama

Ptolomeo este monte junto a la Laguna Nigretes en 14 grados de longitud, y 19 delatitud, y como nuestro Hannon no nos da nombre de él, y sólo refiere su eleva

ción, no podemos aclarar mucho sin otros auxilios este punto. Estrabón, y Plinio

ya dejan desde «stos parajes la costa hablando solo por mayor, no quedándonosotro recurso, que Ptolomeo, porque los otros dos, y Mela hablan de lo más espe

cial, pero interpoladamente y sin orden. Alguno podría creer, que por el carácterde Altísimo, con que se nombran estos montes (y aun la voz Thala de Ptolomeoen fenicio, y árabe significa lo propio) se entendiese bien del que hoy llamamosPico de Tenerife, por estar en esta isla que es una de las Canarias, respecto a su

eminadísima cumbre". Más adelante vuelve de nuevo a utilizar las islas Canarias

como un referente indudable de los lugares citados en el texto, diciendo que"J?o-

chart rastreó en hebreo la raíz púnica de esta voz: yo exprimiendo mi dictamen

la encuentro en la voz Kernan, en que hay las letras radicales de Kerne, y significaeminencia que está defrente, y justamente conviene esto con lo que advierte Plinio

arriba de esta isla recogiendo lo que habían dicho otros geógrafos. Alguno incli

naría a tomar esta isla por la de Tenerife, a causa del elevado picacho de Teide, que

es la mayor eminencia, y altura de aquella costa occidental; no disconveniéndole

las más de las señales que dan de ella los autores citados en Plinio, en especial lade estar frente al Atlante"(Rodríguez Campomanes 1756:73).

Otro autor del siglo XVffl, A. Calmet sostenía en su obra Dissertatio de regione in

quam Chananaei.... que los fenicios frecuentaron las islas Afortunadas, basándose

en lo relatado en el capítulo 27 del libro bíblico de Ezequiel. Lo dicho en él habría

de entenderse referido a los tirios que llevaban la tinta purpúrea u orchilla3 de estas

islas, y que el profeta las recomendó bajo el nombre de islas de Elisa. En una pa

labra: "la gloria del primer descubrimiento de nuestras islas debe numerarse entre

las hazañas memorables de los navegantes fenicios; de manera que si ellas no les

están en la obligación de haberlos tenido por sus primeros habitantes, les están a lo

menos en la de haber adquirido por ellos la fama y el renombre de Elisias o deAfor

tunadas, con que empezaron a ser conocidas en el mundo"(Viera 1982:240).

En la historiografía canaria del siglo XDC se halla muy arraigada asimismo la

idea de que las Islas Canarias no sólo habían sido conocidas por los fenicios, sino

que era un hecho comente que a ellas se acercaran para comerciar con sus pro

ductos, debido a la proximidad de este Archipiélago a la costa africana, llegando

incluso a considerarlas dentro de las rutas frecuentadas por los púnicos, siendo

por ello fácil de suponer que con poco esfuerzo se acercaran hasta aquí, en busca

3. La orchilla es un liquen muy característico de las Islas Canarias del que se obtiene un producto,la orrina, a partir de la cual se extraían colorantes de extraordinaria calidad La existencia de este producto en el Archipiélago ha dado pie a pensar que fue una materia que pudo atraer a los navegantesfenicios en la Antigüedad, por lo que las asociaron con las islas purpurarías, a pesar de que hoy creemos seguro que se trata de las de Mogador (Marruecos).

de las supuestas riquezas -sobre todo de productos tintóreos- existentes en las

islas que los creían un gran atractivo para sus transacciones mercantiles.

De los diferentes autores que en este siglo trataron el tema, merece destacarse

a Bory de Saint-Vicent, al grancanario Gregorio Chil y Naranjo y al tinerfeño Ma

nuel de Osuna y Saviñón, entre otros. Bory de Saint-Vicent, no dudaba en afir

mar que el descubrimiento de las Islas se debió a los fenicios, del mismo modo

que con posterioridad sus naves frecuentaban el Archipiélago, basándose para

ello, como hemos visto en la referencia de Viera y Clavijo sobre la citada obra de

A. Calmet, afirmando que la isla de Cerne se asociaba mejor con El Hierro que

con ningún otro lugar, por encontrarse ubicada en un lugar extremo del Atlán

tico. Se atreve a más, al considerar que el famoso Periplo de Nekao se había adelan

tado"veintiún siglos aVasco de Gama, {ya que] hizo escala en Canarias, así como

las flotas que Salomón mandó partir de los puertos de Ailath yAsiongabe para ir a

buscar oro en el hermoso país de Ophir" (Bory 1988: 218).Y al referirse a los car

tagineses no duda que la expedición del Periplo de Hanón, cuya realización la fija

en el año 435 a.C, también"hizo escala seguramente en Canarias, ya célebres con

el nombre de Afortunadas"(Bory 1988:217).

Por su parte, Chil y Naranjo en el capítulo XVTI de su obra Estudios históricos,

climatológicos y patológicos de las Islas Canarias, lo dedica justamente a recopilar las

distintas referencias dichas por los investigadores de su tiempo sobre la presen

cia de los fenicios en estas Islas, y de cuyas teorías también él se hace partícipe.

Las opiniones vertidas por este autor son en buena parte, como puede compro

barse, una glosa de las sostenidas por Viera y Clavijo, aunque complementadas

con las de otros autores contemporáneos suyos.A ellos se refiere, en primer lugar,

citando a F.C Movers y su obra clásica Die Phónizer, Zweiter Theil, Gesichte der Co-

lonien (1850), quien en el artículoV alude a las múltiples colonias tinas que se en

cuentran en la costa occidental de Mauritania, en donde "los antiguos geógrafos

y modernos viajeros encomian unánimes la situación venturosa que la distingue,

por la sanidad del clima y los halagüeños paisajes que dieron motivo á los mitó

logos griegos y á los poetas para colocar allí los Campos Elíseos, los jardines de las

Hespérides, las Islas de los Bienaventurados y el pueblo de la Atlántida, atraídos á esta

idea por las nociones oscuras y relaciones de los marinos sobre lo risueño y rico

de aquellos países" (Chil, 1876:1,143).Y aunque de modo expreso no se cita con

el nombre de Canarias a este Archipiélago atlántico, es de suponer que la alusión

a las islas de los Bienaventurados ha de entenderse como una referencia precisa a

estas islas, apoyándose para ello además en las opiniones de Mr. de Gaffarel, quien

se halla igualmente convencido de que "aquellos infatigables marineros y activos

comerciantes hubieron de conocer las Islas Canarias, que las visitaron con frecuen

cia, y [...] negociaron con los productos de su suelo" (Chil 1876:1,144). El propio

Chil se halla convencido de que los fenicios no sólo debieron de avistar las islas

Canarias/'sino que casi está ya fuera de toda duda que las conocieron, que las vi

sitaron, y llevaron á la Europa y al Asia los preciosos productos de su suelo" (Chil

1876:1,144). De los productos a los que alude nuestro autor, serían sobre todo los

tintes derivados de la orchilla, al que se le ha supuesto siempre un gran aprecio

400 Antonio Tejera Gaspar y M' E. ÜMvez Álvakez El periplo de HaruSn y las Islas Canarias 401

con relación al comercio de los fenicios y a sus transacciones comerciales nunca

bien probadas, por cierto, para quienes era común la reladón con los habitantes delas Islas Canarias, suponiendo en ese momento que este territorio estaba ya habi

tado. Hoy creemos, por el contrario, que las islas no fueron pobladas hasta finesdel siglo I a.C. o inicios del s. I d.C, aunque existen algunas cronologías en la islaTenerife que muestran una horquilla más amplia, anterior a nuestra Era, como han

sido documentadas en algunos yacimientos de esta isla, datados entre los siglos IVy H a.C. para las que aún no tenemos una explicación razonable.

El argumento del autor canario sería pues utilizado con posterioridad comouno de los mejores fundamentos para explicar el seguro comercio de aquéllos

con las Islas Canarias, hasta el extremo de que según Chil, el ya dtado benedic

tino A. Calmet, basándose en Estrabón, dice que"á los Fenicios se debe el que las

telas Canarias hayan sido conocidas de los antiguos bajo el nombre de Elíseas ó

Afortunadas: que á aquellos les fueron éstos deudores del gran comercio que hacían con ellas y de los beneficios que sacaban con la extracción de la púrpura, queno es otra cosa que el tinte que produce la ordiilla (Lidien rocella de L), lo que les

valió considerarlas como las Purpurarías" (Chil 1876:1,14). Ifera otros autores,como d'Anville y Gossellin, se demostraría"que eran las islas de Lanzarote y Fuer-teoentura las que les suministraban la planta que producía aquel magnífico Unte

que en tanta estimación y precio era tenido y tan lucrativo fue para los industrio

sos fenicios"(Chil 1876:1,145; m, 6,239-240).

Chil y Naranjo deja pues establecido que los fenicios no sólo conocieron las

Islas Canarias, sino que a ellas vinieron para aprovecharse de sus recursos conlos que comerciar, lo que le permite aseverar que más tarde los cartagineses/ del

mismo modo que aquéllos, también las frecuentaron, como dice taxativamente

en el capítulo XXde su obra ya citada (Chil 1876:1,156).Y para ello trae a coladón

el Periplo de Hanón, creyendo que la isla de Kerne mendonada en él podría tra

tarse de la isla de La Gradosa4, basándose en la opinión expresada por Luis Már

mol y Carvajal, historiador español del siglo XVI, según fue recogida en su obra

Descripción general de África ó Historia de las guerras entre cristianos é infieles. Otroargumento que utiliza Chil para reladonar las Islas Canarias con la de Kerne, lo

fundamenta en la opinión de Bochart, quien suponía que la palabra Cerne significaba en lengua fenida lo mismo que Chernaa/'cpie quiere decir lo último de lahabitadón ó la habitadón última; y como quiera que las Canarias se consideraban en la antigüedad como lo último de la tierra, no es extraño que todas ó al

gunas de estas islas se hallasen comprendidas bajo aquel nombre"5 (Chil 1876:1,160). El corolario de su tesis sobre la presenda de los cartagineses en este Archi

piélago, lo sintetiza didendo que el viaje de Hanón debió de desarrollarse"entre

las Canarias y la costa de África, y no en el Golfo de Guinea, como quieren Cam-pomanes y Bougainville"(Chil 1876:1,161).

4. La isla de La Gradosa es una de las que forman el Archipiélago Chinijo formado por las islasde menor tamaño, como Alegranza, Montaña dará, Roque del Este y Roque del Oeste.

5. Hipótesis que de una u otra forma siguen, como hemos visto, las opiniones del ilustrado tiner-feño José deViera y Qavijo, como recogemos en párrafos anteriores.

Más adelante en el libro m, capítulo 11, dedicado a Los cartagineses, vuelve a jus

tificar la presencia de los habitantes de Cartago en estas islas, manejando una serie

de argumentos basándose en que el nombre de las dos Junonias del texto de Cayo

PUnio Segundo, Plinio el Viejo, les viene"por ser Juno la diosa tutelar de la nadón

púnica" (Chil 1876: DJ, 11,246), a lo que también se había referido Viera y Clavijo

para quien el nombre de las dos Junonias se debía directamente a la diosa Juno6.

Muchos autores han defendido asimismo el recorrido del periplo por las Islas

Canarias, planteando que si en efecto llegó a realizarse por estos mares, el Archi

piélago tuvo que ser avistado por los marineros tenidos, ya que al navegar a la al

tura del Cabo Bojador, antes de entrar propiamente en eV'mar de Canarias", las

embarcadones debían internarse hada el Atlántico, momento en el que se po

drían reconocer algunas de las dos islas orientales, Fuerteventura y Lanzarote. De

entre los muchos estudiosos que se han referido a este fenómeno, destacaremos

al Almirante Jáuregui, quien consideraba que cuando las naves remontaban el

Cabo Bojador, al costear el litoral africano, "de Norte a Sur se encontrará con in

superables dificultades de las que buena prueba son los fracasos de las expedido-

nes que desde Sagres mandó el Infante don Enrique y que sólo adentrándose en

el mar pudieron remontar Cabo Bojador, que tomó este nombre justamente por

las dificultades insuperables que el bojeo o navegadón cercana a la costa ofreria.

Vendda la dificultad de remontar Cabo Bojador, quedó abierta la costa africana a

las exploradones portuguesas. Esta sola razón sería sufidente para demostrar el

indudable conocimiento que de las islas Canarias tenían púnicos y cartagineses"

(Jáuregui 1954: 271),Y de esa forma resultaba fácil explicar algunos rasgos geo

gráficos sobre las islas que se atan en el texto del periplo, así como también algún

rasgo geográfico destacado, como la referenda a lugares elevados que se hada

con el volcán Teide, situado en Tenerife7.

6. Y de nuevo esta idea aparece estudiada en un trabajo de José Delgado (2001).

7. Las supuestas navegaciones de Hanón por el entorno de las islas Canarias se enmarca, comohemos visto, en una tradición historiográfica en la que se daba por hecho tal conocimiento, basán

dose sobre todo en el texto citado de Diodoro de Sicilia sobre una isla atlántica que había sido des

cubierta por los fenicios, y a la que en ocasiones, y siempre de modo arbitrario, se hacía coincidir conalguna de las de este Archipiélago, pero también con las del cercano de la Madera. Diodoro de Sicilia es un autor griego, contemporáneo de César y Augusto, nacido en tomo al año 90 a.C. en Agyron

(Sicilia) que murió a fines del s, I a. C. En su obra recoge un texto alusivo a una isla existente en el

Océano Atlántico» que la cree descubierta por los cartagineses, y en la que parecen mezclarse hechosreales y ficticios.

0 texto del autor griego es como eigue:"TJas haber hablado de las islas sitas en la parte de acá delas columnas de Hércules, describiremos ahora las que hallan en el océano. Fbr el lado de Libia, y en

alta mar, hay una isla de gran extensión Bita en pleno océano. Está separada de Libia por varias jornadas de navegación siguiendo la ruta del Occidente. Su suelo es fértil, siendo la mayor parte mon

tañosa, aunque una no pequeña eB una llanura de extraordinaria belleza. Hállase cruzada por ríosnavegables, aprovechados para el riego, y tiene muchos parques plantados con toda dase de árbolesy jardines cruzados por corrientes de agua dulce. Hay en ella soberbias villas campestres magnífica

mente construidas, cuyos jardines están adornados con templetes cubiertos de flores, donde sus ha

bitantes pasan el verano, mientras el país les proporciona en abundancia todo lo que contribuye a su

disfrute y placer. La parte montañosa está cubierta de grandes y espesos bosques de toda dase de ár

boles frutales y para la estancia en las montañas hay valles y numerosas fuentes. En una palabra, la

402 Antonio Tüera Gaspar y M." E. Chávez Álvarez

Modernamente la asociación del fleriplo de Hanón figura en muchas obras dedivulgación en las que hay alusiones reiteradas a esa supuesta vinculación del famoso viaje cartaginés con este Archipiélago, al que se le hace partícipe no sólo

de un posible avistamiento de los navegantes de esa Expedición, sino de quieneshan creído incluso que buena parte del recorrido del periplo tuvo lugar en Ca

narias, lo que requiere de un gran esfuerzo imaginativo, ya que las descripciones

geográficas y faunfericas, que resultan perfectamente lógicas en África, como loshipopótamos, cocodrilos, entre otros, aquí estarán totalmente fuera de lugar. Undefensor de esta hipótesis es P. Schmitt (1968), quien se esfuerza por demostrarque en el derrotero del periplo por la costa atlántica africana, al sur de Mogador,

las Islas Canarias desempeñaron un papel primordial, hasta el punto de considerar que muchas de las referencias geográficas del Periplo de Hanón, que se en

cuentran a partir del parágrafo 9, pueden relacionarse con el archipiélago canario.

Sus propuestas plantean muchos problemas, sobre todo cuando pretende aso

ciar la geografía del periplo con los hechos reales de las islas orientales, en especial con Fuerteventura, que en ningún caso se corresponde con lo conocido de esaisla. Lo mismo sucede con otros parágrafos a través de los que pretende asociarla erupción volcánica que se cita en el periplo con una posible que debió habertenido lugar en Lanzarote, del mismo modo que el Theon Ochema, el"carro de

los dioses", es asociado con el volcán Teide de Tenerife, como relaciona tambiéncon los habitantes de esta isla la existencia de las mujeres peludas que se descri

ben en el texto.Y así sucesivamente.Y para demostrarlo, no sólo propone una rutaposible que sería seguida por las pentecónteras de Hanón por medio de las islas,

sino que llega incluso a desgajar la península de Jandía, el extremo sur de Fuerte-ventura, o mejor, a buscar un estrecho -por lo demás, inexistente- entre esta pe

nínsula y el resto de la isla (véase figuras 1-3), en una interpretación hecha conextrema ligereza, ya que geológicamente resulta imposible de aceptar (Schmitt1968:380 y ss.).

La expansión de los fenicio-púnicos en el Atlántico, en lo que se refiere al Pe

riplo de Hanón, es necesario enmaracarlo en sus correspondientes coordenadashistóricas, ya que sus exploraciones debieron estar ligadas a un posible controlde las costas africanas por su interés comercial. Es en este contexto en el que hande entenderse los casi seguros viajes exploratorios de los fenicios primero, y delos púnicos después, que pudieron haberse internado en varias ocasiones por lascostas al Sur de Mogador, aunque las dificultades de la navegación y la imposibi

lidad de encontrar un asentamiento adecuado en las costas saharianas, debieron

isla entera está regada de aguas manantiales y dulces que contribuyen no sólo al disfrute de sus habitantes, sino también a su salud y fuerza. Hay abundante caza de animales y fieras de todas clases,por lo que sus habitantes, al estar bien surtidos de éstos para los festines, no tienen ninguna escasezde lo necesario para el regocijo y despilrarro.B mar que baña con sus olas esta isla contiene cantidadde peces, dado que el océano, por su propia naturaleza, es abundante en ellos por doquier. En general, la misma isla tiene en su contomo un aire tan templado que la mayor parte del año produce enabundancia frutos de los árboles frutales y de otros propios de cada estación, de suerte que, por esteexceso de felicidad, la isla parece más residencia de algún dios que morada de los hombres"{DiodoroSículo,V, 19-20).

El periplo de Hanón y las Islas Canarias403

Figura 1. El posible recorrido de las naves de la expedición mandada por Juba n,

a fines del siglo I a.C, primer tercio del s. I d.C, según la descripción de Püraoel Viejo, en donde figuran los nombres recogidos en los parágrafos 202-206

del libroVI de la Historia Natural del autor latino, según P. Schmitt (1968).

Figura 2. La isla de Fuerteventura. El extremo sur, en la península de Jandía se

supone, según P. Schmitt (1968), formaba una isla en la fecha en que se llevó a cabo

la expedición de Hanón, a pesar de ser una hipótesis geológicamente inaceptable.

404 Antonio Tejera Gaspar y Ma £. Chávez Álvarez

Figura 3. Recorrido que, según P. Schmitt (1968), hicieron las naves

de la expedición de Hanón por las islas de Tenerife, Gran Canaria,Fuerteventura y Lanzarote, que figuran dispuestas de Oeste a Este.

hacerlos desistir de tal idea ante la evidente imposibilidad de su realización, porlo que estos periplos -incluido el de Hanón- han sido puestos en duda por la crítica histórica.

Todas estas propuestas se fundamentaban también, aunque de manera indirecta, con el tan discutido hallazgo de unas monedas púnicas en la isla de Corvo,

perteneciente al archipiélago de las Azores, situadas en el Atlántico norte, con el

que se pretendía demostrar un más que seguro avistamiento de estas islas por los

fenicios, aunque nada tampoco ha podido confirmarse de manera cierta sobre esesupuesto conocimiento de este archipiélago macaronésico, y desde luego tam

poco de ninguna isla en el de La Madera8.

Nosotros creemos, siguiendo la opinión de muchos estudiosos, que «i Periplo

de Hanón en su recorrido por las costas atlánticas no superaría los islotes de Mo-gador (Marruecos), y si acaso pudieron haber llegado no mucho más al sur hasta

la desembocadura del río Dráa, ya que ni las condiciones de la costa, ni los vientos, ni las corrientes, el estado del mar, entre otros muchos tactores, facilitaríanesta exploración por las riberas atlánticas cercanas a las islas, y menos aún esa

8. Sobre este aspecto puede verse los trabajos de J.M. GómezTabanera (1976); B.SJ. Isserlin (1984yl985);yJ.Rxíolyn(1778).

El periplo de Hanón y las Islas Canarias 405

pretendida relación con el archipiélago canario9. Por el momento, pues, y mien

tras no contemos con datos arqueológicos precisos, no resulta probable relacio

nar la presencia de los fenicios por estas zonas ubicadas tan al sur de las riberas

atlánticas africanas.

Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación subvencionado

por la Consejería de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del

Gobierno de Canarias. (Ref.: PIO42004/056).

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9. Este problema lo estudiamos en el capítulo n/El periplo de Hanón ¿una realidad falseada?",

que puede ser consultado en el libro de A. Tejera, M* E. Chávez y M. Montesdeoca, Canarias y el África

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