EL PASO DEL CTV POR LAS MERINDADES

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1 EL PASO DEL C.T.V. POR LAS MERINDADES José Luis García Ruiz

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EL PASO DEL C.T.V.

POR LAS

MERINDADES

José Luis García Ruiz

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© 2014 Copyright José Luis García

Ruiz (Chelu)

D.L. SS 597-2014

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Presentación

1. La participación del Reino de Italia en la

Guerra Civil Española (1936-1939)

2. ¿Qué fue el CTV?

3. Cronología del CTV en la Guerra Civil

4. Questa Spagna

5. El Frente Norte

6. La División Littorio

7. Las Divisiónes Fiamme Nere y XXIII de

Marzo

8. La aviación legionaria en Villarcayo

9. Las miradas de los niños

10. La Batalla de Santander

11. Fuoco in L’Escudo

12. Vivere pericolosamente

13. La memoria gráfica

14. Paisajes y Personajes

15. Epílogo

Bibiliografia

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Presentación

La Historia y la Memoria

La Guerra Civil de España (1936-1939) fue un conflicto que contó con la participación de voluntarios de diversas nacionalidades europeas y de otros lugares del mundo. Algunos voluntarios vinieron a título individual, caso de las Brigadas Internacionales en apoyo de la República. Otros vinieron en movimientos de apoyo institucional promovidos por los gobiernos de sus estados, casos de la URSS, Portugal, Alemania o Italia. Finalizada la contienda y regresados los “voluntarios italianos” a su patria, surgió en Italia una literatura de tipo épico, que contó la gesta de las huestes al servicio del bando sublevado. Salvo algunas excepciones, la mayoría fuero memorias de hombres de acción que habían “salvado a España del bolcheviquismo”. Los menos fueron periodistas que, habiendo seguido al C.T.V. su devenir en la península, quisieron hacer lo mismo. Hablando claro, nadie hubiese sido capaz de contar la valentía de los brigadistas internacionales de Giustizia e Libertà o el Batallón Garibaldi en 1940. Primero, porque en Italia no hubiese encontrado editor durante aquellos años. Segundo, porque en caso de encontrarlo los fascistas hubiesen metido al autor y al editor directamente en la cárcel. Respondiendo a esta idea de memorias, quedaron publicados los libros de: Licio Gelli, Davide Lajolo, Sandro Piazzoni, Renzo Lodoli y otros. También las de los observantes, como el periodista Lamberti Sorrentino o corresponsales de guerra para la revista Prospective, dirigida por Curzio Malaparte. En algún lugar perdido de las bibliotecas italianas estarán apolillándose estos libros para nostálgicos,

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que contaron las bondades del fascismo y la “heroicidad de los camisas negras” italianos. En lo referente a España, durante toda la Guerra Civil los golpistas intentaron esconder los apoyos de naciones extranjeras para evitar la internacionalización del conflicto, en cuando podía suponer apoyos a la República. Finalizada la contienda había más razones para callarlo. Ser nación amiga de Alemania e Italia no estuvo bien visto en el mundo durante unos años. Para colmo, “la cruzada” era importante presentarla como un movimiento nacido en el seno del pueblo español. Se publicó poco y escaso a propósito de la participación italiana en el conflicto español. Tuvo que ser un extranjero, John F. Coverdale de USA, el primero que publicó en 1975 un libro con metodología y rigor histórico: LA INTERVENCION FASCISTA EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (Alianza Editorial). Es curioso que en prólogo del libro hace una similitud entre la participación italiana en nuestro conflicto y la participación USA en la recién terminada, por aquellos años, Guerra de Vietnam. Posteriormente, con la llegada de la democracia a España, han surgido muchos libros sobre el tema, casi todos con una excelente calidad. A riesgo de olvidar algunos, citaré: “Credere, obbedire, combattere” de Dimas Vaquero, “La ayuda de Mussolini a Franco en la Guerra civil española” de José Miguel Campo Rizo, “Militares italianos en la Guerra Civil Española” de Carlos Murias y otros, “C.T.V., los legionarios italianos en la Guerra Civil Española, 1936-1939” de José Luis Alcofar. Cuando empecé a investigar el paso del C.T.V. por las Merindades encontré en estos “textos históricos” un vacio total referente a nuestra tierra.

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Todos cuentan las grandes batallas, como Guadalajara o El Ebro, pero apenas escriben algo sobre la Batalla de Santander. Estoy hablando, por parte italiana, de más de cuatro centenares de muertos, cerca de dos mil heridos, cuatro meses de los veintisiete que estuvo el C.T.V. en España silenciados. No he tenido otro remedio que tragarme los libros rancios de memorias de los voluntarios italianos; buscar en las hemerotecas de prensa italianas y españolas, visitar los campos de batalla y acudir a la memoria popular para poder contar algo de aquella gente, de aquella historia que, nos guste o no, es parte de la nuestra. No obstante, agradezco a los historiadores su buen quehacer, que me ha permitido aproximarme y conocer más lo que fue el C.T.V. También deseo agradecer al Archivo Provincial de Bolzano el tesón que han puesto en conservar los testimonios gráficos de Maurizio Lorandi y Guglielmo Sandri. En el caso de éste último dejó un auténtico legado fotográfico sobre cómo eran las Merindades en 1937, que va mucho más allá del ámbito militar y la Guerra Civil.

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1. La participación del Reino de Italia en la Guerra Civil de España (1936-1939)

Durante años se ha intentado justificar la participación del Reino de Italia a favor de los militares sublevados el 18 de Julio de 1936. Entre todos los argumentos esgrimidos, hay uno a priori bastante factible, pero que sin duda no pudo tener tanto peso político, ni valor para tomar una decisión tan contundente: la presión diplomática que ejerció el Vaticano sobre el Duce para que hiciese algo contra el Estado laico que presumía la Republica Española. Otros argumentos surgieron a posteriori para justificar la decisión ya tomada y en parte ejecutada, como el apoyo prestado por Stalin desde la URSS a la República y la colaboración de miles de voluntarios de 52 países diferentes integrados en lo que fueron las Brigadas Internacionales. Está acreditado por diversos historiadores, que Benito Mussolini prometió en fechas anteriores al 18 de Julio de 1936 la ayuda del Reino de Italia a los golpistas españoles para la sublevación militar contra la República Española. Los hechos acontecidos en las fechas inmediatamente posteriores al alzamiento en armas, demostraron el cumplimiento del compromiso adquirido. Otros asunto es que no mostró sus cartas hasta ver que la partida iba en serio y el golpe militar salía adelante. La primera ayuda se concretó en el envío de aviones militares y pilotos, integrantes de la Regia Aeronautica, durante los días siguientes a la sublevación. El 29 de Julio de 1936 salieron del aeródromo de La Spezia 12 bombarderos Savoia Marcheti S-81 con dirección a Cerdeña, donde hicieron escala una noche. Al día siguiente

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desplegaron de aeropuerto de Elmas con destino a Nador, ciudad próxima a Melilla y por aquel entonces perteneciente al Protectorado Español de Marruecos. Los promotores intentaron burlar la cínica neutralidad del Reino de Italia en el conflicto español mediante un engaño muy simple: Mandaron repintar los aviones con urgencia para tapar los distintivos de la Regia Aeronautica. De los 12 aviones sólo llegaron 9 a su destino. Un avión cayó unos pocos kilómetros antes de llegar a Nador en territorio actualmente de Argelia, ocupada por los franceses durante aquellos años. Una vez decapada la pintura reciente por efecto del sol abrasador del desierto, la mentira quedó al descubierto; eran aviones militares italianos1. De este modo la suerte quiso que el Gobierno Francés fuese conocedor de tan burdo engaño y de la violación del pacto de no participación en el conflicto español. Vista la mala experiencia anterior, los siguientes envíos de aviones y recursos humanos en apoyo del ejército sublevado se hicieron por mar. Los pilotos y personal técnico de apoyo actuaron bajo identidades falsas, dotados de documentos que les acreditaron como voluntarios alistados en el Tercio de la Legión. Durante los primeros días de Agosto, partieron del puerto de La Spezia dos barcos cargueros que debían pasar desapercibidos frente a

1 36 barnizadores de la fábrica de aviones Breda de Milán

habían estado desde el día 26 sábado por la mañana hasta el 27 mediodía en dos campos militares barnizando las insignias de los 12 S-81

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Gibraltar, estrecho controlado por la Royal Navy. El primero, denominado Aniene, partió el 7 de Agosto cargando 9 cazas Fiat CR32 hasta Vigo, donde llegó la noche del 26 al 27 de ese mes. El segundo, denominado Alicantino, partió unos días después cargando 12 cazas Fiat CR-32, llegando a Melilla el 14 de Agosto. Es obvio que llegó antes pues el recorrido es más corto.

Puestos a punto los aviones, que en muchos casos vinieron por partes y fue preciso montarlos, una vez probados, los distribuyeron entre Tablada (Sevilla) y

Cáceres. Aviones y aviadores quedaron bajo las órdenes del ejército de aviación sublevado. Conviene recordar que al inicio de la guerra la mayor parte de los aviones y pilotos quedaron bajo control del ejército republicano. Fue por tanto un recurso fundamental, sin el cual los rebeldes no hubiesen tenido porvenir alguno. Los militares y técnicos italianos, voluntarios en todos los casos, vinieron con la idea de que el golpe militar se impondría en poco tiempo y volverían a sus lugares de origen en uno o dos meses. A medida que pasaron los primeros meses comprobaron por si mismos que el golpe militar no se impondría en poco tiempo, eran muchos los españoles dispuestos a defender la República e ideas que comportaba hasta dejar la vida en el intento, si era preciso. Benito Mussolini, iluminado belicista, fue enviando en apoyo de los sublevados más recursos militares

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para los ejércitos de aire, mar y tierra. A estos primeros aviones italianos se fueron uniendo varios cientos hasta llegar a la cifra de 730, principalmente cazas y bombarderos. A la cifra de altas, aviones llegados a España, hay que restar las bajas que fueron aconteciendo, aviones derribados o inutilizados por otras causas. El resultado fue que en algunos momentos de la Guerra Civil estuvieron disponibles para volar sobre España unos 600 aviones italianos. Parece importante destacar al lector que la Guerra Civil de España tuvo la triste desgracia de ser la primera en la que se realizaron bombardeos masivos de ciudades y objetivos civiles. Además de la terrorífica aportación de la Legión Condor alemana, la denominada Aviación Legionaria italiana colaboró con 180 aviones de bombarderos Savoia modelo 81, Savoia modelo 79 y Breda modelo 20. La segunda evidencia del apoyo apresurado de los fascistas italianos en apoyo del golpe militar en España es la presencia de Arconovaldo Bonaccorsi en la isla de Mallorca el 26 de Agosto de 1936. Este aventurero fascista, más conocido como el Conde Rossi, contó con todo el apoyo del Duce para organizar las columnas de falangistas y mercenarios para someter en unos meses a todo el Archipiélago Balear. Sobre el recuerdo y las evidencias de barbarie de Arconovaldo en las Baleares hay bastante escrito. Existe la creencia de que el mismísimo General Franco llegó a dudar de que en el apoyo de Benito Mussolini no hubiese cierta ansia por hacerse con las islas, de modo que al finalizar el año 1936, los voluntarios italianos salieron de allí.

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2. ¿Qué fue el C.T.V.?

C.T.V. son las siglas del Corpo Truppe Volontarie, ejército de tropas mixtas voluntarias y profesionales, que vino del Reino de Italia para participar en la Guerra Civil de España (1936-1939) apoyando al Golpe Militar. En aquella España hambrienta, donde sobraban muertos y chinches, pero no faltaba el humor, algunos lo denominaron “chitibú”.

Desde finales de Diciembre de 1936 y durante los meses de Enero y Febrero de 1937, fueron arribando al puerto de Cádiz unos piroscafos2 requisados por la Marina Regia Italiana a empresas particulares. Como ya ocurrió con el envió de aviones, era preciso pasar desapercibidos frente a la vigilancia británica establecida en el

2 Piroscafos = barcos. En general, fueron vapores con

bonitos nombres de mujer o evocadores paisajes italianos: Antonietta, Calabria, Ernani, Laura Corrado, Liguria, Lodoletta, Lombardia, Sannio, Sardegna, Sicilia, Toscana, Umbria y el barco hospital Helouan. Consta que el Sardegna estaba vendido por su propietario, la Società Italia a Lloid Triestino, pero la operación no pudo ser efectiva hasta finales de ese año. También se sabe que en algún caso (verbi gratia el vapor Lombardia) borraron el nombre e identificadores del barco, para que otros Estados Europeos no sospechasen su contenido.

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peñón de Gibraltar. A finales de Febrero de 1937 habían desembarcado cuatro divisiones y las correspondientes tropas y servicios de cuerpo de ejército. Tres de ellas se nutrían de “camisas negras”, es decir voluntarios fascistas; la cuarta eran tropas regulares del ejército italiano, también reclutadas entre profesionales voluntariamente. Hay muchas discusiones y cifras dispares a propósito de cuantos hombres llegaron de Italia a España incorporados en el CTV. Sirvan como muestra los 50.000 que sostiene Hug Thomas o los 150.000 que dijo en su día Dolores Ibarruri. De conformidad con los Archivos Militares Españoles y F. Bargoni, almirante italiano que se ha documentado sobre el transporte marítimo de estas tropas, sobrepasaron los 70.000. Cifra parecida a la ofrecida por J.F. Coverdale de 74.300. Sin duda no llegaron a permanecer simultáneamente en España esta cifra de militares, pues al número de llegadas es preciso restar los retornos por bajas de heridos o enfermos, los hechos prisioneros por el ejército republicano, los despedidos por falta de condiciones, desertores y finalmente los muertos que tuvieron en combate o en accidentes. Posiblemente, en los momentos de mayor confluencia, acontecidos en 1937, llegaron a estar entorno a 50.000. El C.T.V. tuvo diversas composiciones durante los 28 meses aproximados que permaneció en España. A riesgo de cometer algún error, facilito unas cantidades, generalmente aceptadas, sobre como estuvo compuesto en Marzo de 1937 al inicio de la Batalla de Guadalajara:

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1ª división Dio lo vuole3. Al frente el General Rossi, 6360 hombres 2ª división Fiamme Nere4. Al frente el General Coppi, 6336 hombres 3ª división Penne Nere5. Al frente el General Nuvolani, 6241 hombres 4ª división Littorio. Al frente el General Bergonzoli, 7689 hombres La artillería de Cuerpo de Ejercito la componían dos grupos de 75, cuatro de 100, dos de 105 y dos de 149 atendida por 4379 hombres Había dos grupos de banderas con 1801 y 1800 hombres respectivamente, sumando 3.601 hombres Otros departamentos con 616 hombres. Total hombres: 35.222. De esta cifra 2/3 se estiman eran “camisas negras” y 1/3 militares profesionales. A estas tropas de terrestres es preciso sumar todos los servicios y apoyos precisos: Intendencia, sanidad, comunicaciones, incluso 20 curas, dando por buena una cifra anteriormente citada de 50.000.6 Otros recursos no humanos, pero fundamentales para el desarrollo de la guerra, que aportó el Reino

3 Dio lo vuole = Dios lo quiere.

4 Fiamme Nere = Llamas negras.

5 Penne Nere = Penachos negros.

6 Luis Urteaga, Francesc Nadal y José Ignacio Muro en LA

CARTOGRAFÍA DEL CORPO DI TRUPPE VOLONTARIE, 1937-1939, proponen unos 50.000, que coincide con John F. Coverdale. John F. Coverdale en LA INTERVENCIÓN FASCISTA EN AL GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (Alianza Editorial), dice que hasta el 31 de Diciembre de 1936 habían llegado a España 9.711 suboficiales y tropa, y 353 Jefes y Oficiales. Para el 18 de Febrero la cifra ascendía a 48.823

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de Italia, fueron: 1.930 cañones, 149 acorazados ligeros Fiat-Ansaldo L3 y 240.000 fusiles. 7 El primer general que pusieron al mando de todos los recursos fue Roatta Mancini quien, desde la fecha del alzamiento, venía muy interesado por la Guerra Civil de España. Algunos meses antes había estado en nuestra patria realizando una valoración militar de la situación, en calidad de jefe del servicio de inteligencia italiano. Hablando más claro: había sido espía de Benito Mussolini en la República Española. No voy a entrar en las razones del cómo y por qué se produjeron los acuerdos de colaboración entre el Reino de Italia, representado por el Duce Mussolini, y los militares golpistas españoles, representados por el General Franco. En la obra LA INTERVENCION FASCISTA EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (Alianza Editorial) de John F. Coverdale, queda sobradamente justificada la animadversión de los fascistas italianos por la República Española, amén de un contexto de política europea muy complejo. Recordaré que en Rusia había triunfado el comunismo bolchevique, en Alemania la ideología nacional socialista, bastante similar a Italia de ideología fascista, y otros países europeos continuaban la tradición demócrata, como el caso de Francia y Gran Bretañas. Un puzzle imposible de cuadrar. He citado al principio, que de Italia vinieron personal del dos colectivos claramente diferenciados por sus profesiones: militares y civiles.

7 Los autores antes citados, ofrecen la cifra facilitad por

Paul Preston de 542 piezas de artillería, 105.000 fusiles, dos millones de bombas de mano, 140 millones de cartuchos y cerca de 4.000 vehículos. Cuando los datos proceden de fuentes italianas casi siempre son más altos.

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Los militares profesionales fueron voluntarios que ocuparon los puestos de mando. Gran parte de estos habían participado en la “campaña de Abisinia”8. Los civiles en teoría eran voluntarios fascistas denominados “camisas negras”, en la práctica gran parte de ellos fueron soldados de fortuna. Los jóvenes fascistas vinieron por motivos ideológicos. La propaganda contra la República Española presentaba un panorama caótico y su conciencia nos les permitía consentir que un país católico y conservador pasase a ser ateo y marxista. Para colmo, si a los notorios y públicos desmanes acontecidos en España durante la II República, unimos la persecución religiosa, quema de conventos, matanzas del clero, y otros desastres, en crecimiento exponencial, desde el inicio de la guerra, la justificación de la cruzada, como guerra religiosa, estaba servida en bandeja. Respecto a los mercenarios y busca vidas, han existido en todas las épocas y en todos los lugares de mundo. Pero en el caso presente, cabe pensar que tal vez era más digno servir a ejército de Mussolini que a la mafia napolitana, calabresa o siciliana9.

8 Traducido al castellano: invasión de Etiopía. Parte de la

ideología fascista de Mussolini era constituir un imperio entorno al Mediterráneo, siguiendo el ejemplo de Roma. 9 Todos los historiadores consultados mantienen que gran

parte de la tropa voluntaria se reclutó en las regiones más pobres del sur de Italia, como Calabria y Sicilia. John F. Corvedale, en la obra citada, cuenta que el general Russo, comandante de las milicias fascistas, visitó los campamentos de voluntarios presentados para salir de inmediato, a primeros de Diciembre de 1936. El panorama fue desalentador: parados con el hambre asentada en su

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Es importante aclarar que todos los militares italianos que participaron en la Guerra Civil española estuvieron muy bien retribuidos. Cobraban un sueldo en liras abonadas en Italia, con un plus por hijo, y otro en pesetas recibidas en España. Toda la información que había ido llegando a Italia, durante los meses precedentes, hacía presumir a los altos cargos italianos que el CTV iba a arrasar a los republicanos en España10. Sostiene John F. Coverdale y otros autores, que Franco, desde el inicio de los contactos, deseaba crear unas divisiones mixtas, tropa italiana con oficiales y mandos españoles, pero Mussolini se negó, quería todo el honor y la gloria para los fascistas italianos. El 18 de Diciembre de 1936 salieron para España los 3.000 primeros camisas negras. Durante el resto de ese mes y Enero de 1937 irían desembarcando el personal que constituyó las divisiones del C.T.V. antes descritas y el material bélico. Algunos autores contabilizan que llegaron más de 62 barcos. De aquel puerto andaluz al norte de Burgos quedaba un buen trecho por recorrer a los componentes del Corpo Truppe Voluntarie.

hogar dispuestos a lo que fuese, alcohólicos, delincuentes, etc. Tuvieron que preparar un segundo contingente. 10

Unos de los que animó el ambiente fue Luigi Barcini, corresponsal en España de “Il Popolo d'Italia”, periódico fundado por Mussolini. En una crónica, fechada el 20 de Noviembre, afirmada que una sola división de camisas negras podía tomar toda España. Aseveraba que la infantería española era cobarde y no daba la cara, rehuyendo el cuerpo a cuerpo.

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3. Cronología del CTV en la Guerra Civil

La batalla de Málaga

Antes de llegar el C.T.V. al Frente Norte participó en dos operaciones militares de gran envergadura con resultado distinto. A finales de Enero de 1937 el general Queipo de Llano esperaba impaciente al C.T.V. Todavía no estaban formadas las cuatro divisiones, pero disponían de 9 batallones operativos, que sumaban unos 10.000 hombres, excelentes recursos de artillería, carros de combate y buena autonomía en cuanto a su movilidad. Fueron repartidos en 3 columnas más una de reserva.

El día 3 de Febrero iniciaron el ataque los dos ejércitos. De acuerdo con el plan de ataque pactado con el general Queipo de Llano, al C.T.V. le asignaron la zona

norte y centro de la provincia. El avance de las columnas italianas dotadas de auto-ametralladoras, carros de combate y novedosos lanzallamas fue imparable. El día 7 por la mañana entraron en Málaga capital por el norte, mientras el coronel Borbón con los requetés y tropas moras lo hizo por el sur. El apoyo prestado por ejército republicano a Málaga fue prácticamente inexistente, tanto por mar como por tierra o aire, dejándola a su suerte en

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manos de unos pocos miles de milicianos mal armados y poco preparados. Los legionarios italianos lograron una rápida victoria como en sus campañas de África, tampoco el ejército que tuvieron enfrente era superior al de Etiopia. A decir de los expertos, el peso de la ofensiva lo llevó el C.T.V. pero los sublevados intentaron esconderlo a la prensa internacional. Habían puesto en marcha la técnica por ellos empleada en África de guerra celere. Consistió en avanzar muy rápido por carreteras o caminos en buen estado con sus unidades motorizadas, auto-ametralladoras y carros de combate. No paraban para establecer posiciones, ni protegían los flancos. En pocos días avanzaban mucho. Suponían que el enemigo desconcertado se limitaba a huir, sin capacidad para organizarse y atacarles por los flancos o la retaguardia. Contaban con un buen apoyo aéreo, tanto de bombardeos previos al avance, como de cazas para prevenir una ataque a sus tropas. Siguiendo a Licio Gelli, el tributo de sangre italiana fue de 5 oficiales muertos y 69 de tropa. 13 oficiales heridos y 208 de tropa. 2 desaparecidos.

La batalla de Guadalajara

La toma de Madrid fue una obsesión de los generales golpistas desde el primer día del alzamiento, aunque todos conocemos que este hecho aconteció como última batalla de la Guerra Civil. Puestos a especular, es posible que si Madrid hubiese sido tomada en alguno de los intentos

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realizados durante el primer año de guerra, ésta hubiese durado menos. En Marzo de 1937 se realizó el cuarto y penúltimo intento por aproximarse a la capital de España. El estado mayor del C.T.V. y sus valedores en Roma estaban eufóricos tras la toma de Málaga. Ellos solitos podían tomar Madrid. El Duce ya veía al ejército italiano desfilando por la Castellana, toda la gloria del vencedor sería para el fascismo. Bajo este prisma tomó parte en la batalla de Guadalajara como unidad autónoma. El estado mayor italiano decidió la estrategia, táctica y momento para atacar. Para conseguir este fin, fue desplazado al frente hasta el último italiano que había llegado a la península, bajo la disciplina de alguna de las cuatro divisiones y otros grupos de apoyo antes descritos. Fue el momento en que más tropas italianas estuvieron en España. El general Roatta planteaba la batalla de nuevo como guerra celere. El C.T.V. avanzaría por la carreta de Francia11 con todas sus unidades motorizadas; partiendo desde la altura de Algora iría imparable dirección noreste hasta Guadalajara. Contaba con doscientos veintidós cañones, ciento ocho tanques, treinta y dos blindados y la protección desde el aire de cincuenta cazas y doce aviones de reconocimiento. Una o dos de sus divisiones apoyarían el flanco izquierdo del ataque, al Este. Por su parte el ejército sublevado apoyaría la ofensiva por el flanco derecho, al Oeste, con unos veinte mil hombres, en su mayoría tropas traídas de África. En todo caso, la estrella principal era el C.T.V.

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La carretera que hemos conocido como N-II a Barcelona, actualmente autovía.

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y el ejército rebelde, al mando del general Moscardó, quedó relegado a ejecutar un papel secundario, El día 8 comenzó la ofensiva del C.T.V. rompiendo el frente la división Fiamme Nere con una columna de carros blindados. Por el lado oeste el general Moscardó avanzó hasta Cogolludos. Ese día cambió el tiempo desencadenándose una tormenta de aguanieve. La temperatura descendió notablemente y las tierras comenzaron a encharcarse. El día 9 continuaron avanzando tomando Brihuela, una hondonada asediada por el ejército republicano. En este flanco dejaron a otra división de apoyo. El día 10 tuvieron lugar cruentos combates contra los Brigadistas Internacionales dirigidos por Lister en las proximidades de Brihuela. Para entonces, el ejército republicano consciente de la gravedad del avance y posible amenaza sobre Madrid desplazó tropas de otros frentes en apoyo de este. Mención aparte merece la aparición en Brihuela de la brigada Garibaldi, compuesta por voluntarios italianos. Italianos matando italianos por una causa de España. La propaganda fue muy fuerte y las deserciones numerosas. El día 11 la división Fiamme Nere continuó avanzando hasta rebasar Trijueque. El ejército dirigido por el general Moscardó continuaba avanzando en paralelo hasta Torre del Burgo. El tiempo iba de mal en peor, el frío, la niebla y la nieve hacían impracticable el terreno. Hasta allí llegaron las tropas italianas, finalizó su avance. El tiempo continuó siendo muy malo, las columnas de tanques quedaban embarradas, los cazas italianos no protegían a sus tropas presa de los aviones republicanos que bombardeaban las columnas motorizadas y ametrallaban a sus

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soldados. El general Roatta se desplazó a Salamanca para pedir ayuda cuando entendió que, aparte de no poder continuar el avance, perderían las posiciones conseguidas, pero no obtuvo respuesta. Él se había metido en aquel desatino y optaron por dejarle en evidencia. En los días siguientes las unidades motorizadas retrocedieron como pudieron. Las tropas de infantería se vieron rodeadas y sin apoyo; la desmoralización cundió entre las mismas. Perdieron posiciones, tuvieron muchas bajas por muertos y heridos, más las deserciones de soldados que estuvieron a la orden del día. Sólo una excelente artillería contuvo el contraataque de los republicanos y permitió el repliegue de las tropas, sin que este hecho fuese convertido en un auténtico descalabro. La batalla se dio por finalizada hacía el día 23, cuando agotadas las tropas del Ejército Republicano renunciaron a seguir el contraataque que tanto éxito tuvo. No tanto por el resultado de la batalla, que puede calificarse técnicamente de empate, de hecho el frente quedó adelantado unos pocos kilómetros, como por todo lo acontecido, los historiadores militares siempre lo han calificado como un autentico desastre para el C.T.V.. Los aviones que debieron de salir de Soria no pudieron hacerlo, pues el mal tiempo embarró las pistas de tierra siendo imposible desplegar. Esto supuso quedar sin apoyo aéreo, tanto de

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bombarderos como de cazas para defenderles de los bombarderos enemigos. Por el contrario aviones republicanos si desplegaron del aeropuerto de Barajas, bombardeando y ametrallando las columnas del C.T.V. No habían contado ni consultado la posible evolución meteorológica durante aquellos días, algo incomprensible en el duro invierno de la meseta.

Las cuatro divisiones mandadas por el general Roatta, hacían la guerra con un plano Michelin de carreteras, escala 1:400.000. Por las escasas carreteras existentes, principalmente por la de Zaragoza y Brihuela quedaron detenidas las columnas motorizadas del C.T.V. Un puente destruido o carretera bombardeada, un vehículo propio averiado, cualquier obstáculo hacía parar a una columna que quedaba inmovilizada durante horas a merced de la aviación enemiga. Cierto que los mapas militares habían quedado mayoritariamente en poder del ejército republicano en Madrid, pero es inconcebible no disponer de otro tipo de mapas topográficos. Desconocían caminos alternativos, la orografía del terreno con los obstáculos para pasar, los oteros, barrancos y hondonadas, etc. Entendieron entonces que esto no era el paseo de Abisinia. Estaban luchando contra soldados de casi cuarenta nacionalidades distintas, dotados de un material bélico, en algunos casos, mejor que el suyo.

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El ataque combinado de tanques rusos, superiores a los italianos, y aviones fue demoledor y desmoralizador para sus voluntarios. El informe enviado por el coronel Francisco Urbano a Franco daba detalles de las acciones militares y criticaba los pormenores. Daba a entender que de las cuatro divisiones, la primera y la tercera, Dio lo Vuole y Penne Nere, no valían para nada, ni por los hechos ni por la actitud, ni la tropa base ni los mandos. Destacando también que la aportación de los militares profesionales era valiosa, no así la de los “camisas negras”, voluntarios fascistas. Informó mal hasta de los apoyos precisos de intendencia y sanidad. En relación con la escasa o nula voluntad para el combate detectada en parte de los voluntarios, el general Roatta se expresó en idénticos términos, acusando de haber existido automutilaciones en personal de tropa. Como ocurre casi siempre cuando algo va mal, no entonó el “mea culpa” sino que la echó sobre quienes habían reclutado el personal. Los voluntarios eran muy mayores y en muchos casos padres de familia, de modo que lo primero que se plantearon fue salvar sus propias vidas. Llegó a decir que no combatían porque “no odiaban al enemigo”. La respuesta está en una pregunta: ¿por qué tenían que odiarlos? Cuando el resultado de la batalla de Guadalajara llegó al Duce Mussolini, éste instauró con seis palabras un nuevo criterio de funcionamiento para el CTV:

- O vincere o non si torna. (sic) Cesaron al general Roatta y pusieron al mando al general Ettore Bastico. Reestructuraron las divisiones pasando de cuatro a tres y crearon una nueva

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división de tropas mixtas entre italianos y españoles denominada Flechas. Pidieron topógrafos y cartógrafos a Roma. En el puerto de Santa María llegaron a entrevistar a casi 10.000 soldados. Como resultado repatriaron a 3.700 por ser poco combativos12 y destinando a puestos de retaguardia a otros 3.000. Siguiendo a Licio Gelli el tributo de sangre italiana fue: muertos 38 oficiales y 377 personal de tropa, heridos 132 oficiales y 1837 personal de tropa, desparecidos 4 oficiales y 159 personal de tropa. Renzo Lodoli, sobre quien contaremos algo en el último capítulo, excombatiente de esta batalla, fue entrevistado por el diario El Mundo en Julio de 2007, contaba a propósito de la batalla de Guadalajara: “Fue horroroso, ya que allí, nuestro Estado Mayor se equivocó en todo. Estábamos a mil y pico metros de altitud, había mucha nieve, hacía mucho frío y no estábamos bien equipados. Los soldados, por ejemplo, no teníamos guantes. Mi general pidió guantes. ¡Llegaron en junio! Algunos compañeros murieron de frío. Había una única carretera, la carretera de Francia. Viajábamos en una fila de autocares que ocupaba toda la calzada con lo que si un autocar se paraba, toda la columna de coches se tenía que detener detrás. Fuimos al bosque de Brihuega, y ahí nos dijeron: «Aquí está el frente». Había anochecido, nevaba. Los italianos de las Brigadas Internacionales habían avanzado 40 kilómetros

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Fue común entre los italianos hechos presos por las tropas republicanas decir que habían venido a la Guerra Civil de España engañados. Algunos declararon que pensaban les transportaban a las colonias de África, otros que desconocían donde les llevaban.

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hasta Torija e intentaban tomar el pueblo. Nosotros éramos más fuertes, pero ellos eran más. Nosotros éramos 40 batallones de infantería, pero 33 eran banderas, es decir, batallones ligeros. Ellos tenían 44 batallones de infantería, 90 carros rusos de combate y la aviación. Nuestros aviones se habían visto obligados a permanecer en la base, que estaba en Soria, porque llovía y había mucho barro lo que les impedía despegar. Sin embargo, los aviones rojos sí salían, porque se encontraban en los campos de Madrid, donde disponían de varias pistas de asfalto. Resistimos lo que pudimos y luego retrocedimos hasta Almadrones. Los rojos tardaron en avanzar dos o tres días. No sabían que nosotros habíamos retrocedido. En el campo no había casas. En la meseta de Castilla no hay apenas casas. Nuestra posición estaba muy próxima al palacio de Ibarra. Era un palacio muy hermoso, decorado con numerosos cuadros, pinturas y alfombras. Cuando una de nuestras banderas llegó al palacio, dijeron: «¡Oh, aquí nos quedamos!» Llevábamos una semana conviviendo con la nieve, la lluvia y el barro de manera que los compañeros no se lo pensaron y se pusieron a descansar allí. Entonces fueron atacados por las Brigadas Internacionales. Murieron casi todos. Fueron sorprendidos mientras dormían, ¡una cosa horrorosa! Es mejor olvidar. Los rojos, después, sepultaron a los suyos y, a los nuestros, los arrojaron a una fosa común que todavía no se ha encontrado. En Guadalajara, con los rojos, estaban los italianos de la Brigada Garibaldi, que no hicieron nada. Decían que no querían que italianos combatiesen contra italianos, de modo

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que aunque la Brigada Garibaldi fue enviada al frente, apenas actuó. Iban en unos camiones con altavoces y nos gritaban: «Italianos, cabrones, tenéis que venir con nosotros. Somos los defensores de la libertad y de la democracia». Y cantaban Giovinezza. Eso era todo lo que hacían. Una noche, en Guadalajara, tuve que ir a tomar contacto con una bandera. Llovía. Cuando les encontré, estaban cantando Giovinezza y les pregunté: ¿Por qué cantáis esa canción? Sólo los rojos cantan Giovinezza». Era para confundir, ya que en el bosque no se sabía quién era amigo y quién enemigo. Además, los uniformes eran casi iguales, bueno, eso cuando había uniformes. El primer rojo que murió en Guadalajara fue uno que se despistó y apareció en nuestras líneas. Se parapetó detrás de un árbol y empezó a disparar. Tenía una chaqueta de civil y un fusil. Los nuestros dispararon y cayó herido muy grave. Antes de morir se santiguó. Llevaba en la cartera estampas de santos y el carné de Socorro Rojo. Era un campesino de Ciudad Real. El primer italiano de mi bando que murió en Guadalajara, fue uno que durante la noche, como no había aseos, se alejó un poco; cuando volvió, un centinela le dio el alto y aunque él se identificó, el soldado le disparó. ¡Mira que durante el día disparaban y no acertaban casi nunca!, pero esa vez, de noche y todo, no falló. Estas cosas pasaban todos los días”.

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4. Questa Spagna

Lamberti Sorrentino fue un periodista y escritor italiano, acreditado corresponsal para el diario Gazzeta del Popolo de Turín en la Guerra Civil (1936-1939). Era por aquel tiempo un fascista convencido, teórico y activo13. Vino a España para seguir al C.T.V., acompañándolo hasta las Merindades. Resuelto el Frente Norte a favor del ejército sublevado, hacia finales de 1937 volvió a Italia. Los medios de que disponían, por aquel tiempo, los corresponsales de guerra eran muy limitados. Los desplazamientos eran en motos o coches bastante lentos, por carreteras muy malas. Apenas existen fotos o grabaciones de medios particulares tomadas desde aviones en el aire. Las que he visto están hechas por los medios oficiales como propaganda. No conozco periodista alguno que volase en un avión de reconocimiento y viese un frente. Los únicos medios gráficos: el dibujo y la fotografía. No se transmitía la guerra por cine o TV, casi en directo, como se hace hoy día con sangre y vísceras. Los antiguos reporteros de guerra en alguna ocasión se acercaron al frente, pero en general la noticia estaba cerca del alto mando. El Estado Mayor diariamente les iba facilitando datos del avance o retroceso respecto de las líneas enemigas, cifras de bajas, heridos, presos del ejército propio y enemigo, combates aéreos, etc. Realizaban entrevistas a los generales, coroneles o a simples oficiales, quienes

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La mayoría de los periodistas acreditados en la GC respondían a este perfil. Bien es cierto, que por aquel tiempo en Italia, se era fascista o antifascista, no existían los neutrales, y la mayoría eran fascistas. A los corresponsales de guerra les dedico un capítulo.

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les contaban su opinión o los entresijos de la guerra, por supuesto siempre a su favor, con descaro y sin rubor. En algunos casos, durante días o semanas había poco que contar, no había tema para hacer crónica de guerra, el frente apenas se movía. El distintivo más importante de la mayoría de estos corresponsales era que escribían con poca objetividad y mucha propaganda favorable al bando de su interés, o mejor dicho lo que convenía a quienes les pagaban. Se ensalzaban los triunfos propios y silenciaban o no reconocían las derrotas.

Alguna vez surge un observador fino, una persona curiosa, un periodista de verdad que mira todo lo que le rodea, incluida la sociedad civil, y relata lo que conlleva la contienda. Eso es lo que me interesa y pretendo rescatar en este capítulo Finalizada la guerra, Lamberti Sorrentino escribió un libro sobre la misma titulado: Questa

Spagna14. En el primer capítulo realiza un repaso a la historia de España, incidiendo en los aspectos más negativos de la República, los separatismos, el peligro de revolución comunista, la compleja situación internacional. Acaba justificando la Guerra Cruel Española, la participación italiana y la decisión del general Franco de integrar todas las ideologías en partido único. Posteriormente, en capítulos sucesivos, el periodista va describiendo aquello de España que más le sorprendió.

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El libro se publicó en el Anno XVII . Obviamente no es después de Cristo, sino de la era fascista, es decir 1939.

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A principios de 1937 Lamberti Sorrentino llegó a Roma procedente de Abisinia, en donde había estado como corresponsal de guerra. A los pocos días se desplaza desde el aeropuerto de Fiumicino a Mallorca. Entrevista a Ramón Franco, a quien le recuerda una entrevista anterior en Buenos Aires con motivo del viaje transoceánico en el “Plus Ultra”. Visita los lugares de George Sand y Chopin. Parece que está realizando un viaje turístico más que la crónica de una guerra. Mientras la C.T.V. está en el frente de Málaga, él se encuentra en Sevilla, junto al alto mando del ejército italiano. Es allí, en aquel momento donde descubre el olor y sabor de España15. Imagínese el lector a qué podía oler y saber aquella España. El periodista afirma que España huele a muerto y sabe a rancio. Llega a escribir que el olor a muerto de España no le abandonará durante los diez meses que permaneció en nuestra tierra. En varias ocasiones volvió a referirse en sus escritos al mal sabor de aceite en las casas y restaurantes16. Cuando escribe estas memorias es 1939, han pasado dos años, tiempo suficiente para haber reflexionado sobre esta guerra cruel, salvaje, injustificable. Sirva de ejemplo: Gian Gaspare

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Mentre a 100 chilometri si svolgeva la bataglia di Malaga, mi ci avevano scaraventato dentro, a questo odore di morte. Un odore che non mi ha abbandonato più durante dieciséis mesi di guerra in Spagna; si son stato come in mezzo a un tanfo di cucina. È come il tanfo dell olio cattivo di cui vi parlerò in seguito. 16

Due barriere naturali ha la Spagna, disse un generale di Napoleone: I Pirenei e l’olio rancio : I Pirinei si possono varcare , l’olio rancio no.

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Napolitano17 ha dicho que el hombre español esta lleno de vida y hoy sobre la tierra nadie como él está tan cerca de la muerte. Entre la parte roja y la parte nacional han muerto en dos años de guerra 1 millón de personas (de estos 1/5 en combate o por heridas) sobre 24 millones. Un número de vidas humanas superior al que costó en toda Europa las Guerras Napoleónicas en quince años. Un muerto por cada veinticuatro habitantes. Lo que no dijo este periodista, ni otros, es que la GC de España hubiese durado bastante menos y habido menos muertos, sino hubiese intervenido estado europeo alguno. Para matarnos nos bastábamos nosotros solos. Pese a que la muerte está presente a todas las horas y en todos los lugares, le llama la atención nuestro carácter. Los españoles están siempre llenos de vida. Escribe: La España trágica de la guerra civil más cruenta y cruel de la historia, es aún hoy un país rebosante de alegría. Para testimoniarlo cuenta una anécdota en primera persona: Era la última noche del carnaval en el Hotel Madrid de Sevilla. Bailaba con una señorita con un vestido negro. Le he dicho que le sentaba muy bien. Me ha respondido que estaba de luto. Me he disculpado:

- ¿Alguien de la familia? La señora, pequeña y graciosa, ha abierto el bolso, sacado un pañuelo y recogido unas lagrimas.

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Gian Gaspare Napolitano fue otro corresponsal de guerra que siguió al CTV y pasó por las Merindades.

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- A mi marido le fusilaron hace quince días en Málaga los rojos.

Me he quedado desolado, ella me ha sonreído y ha dicho:

- Y ahora, bailamos. Deduzco de sus escritos que el periodista vio en España alguna corrida de toros, llegando de lanzar un piropo que no calificaré: Los españoles tienen el don supremo: saper morire con eleganza. Observa el juego del torero: apuntando la espado sobre el cuello del toro, asume una actitud impecable. El horror y el humor. Sin duda, los españoles teníamos que parecer, y tal vez sigamos pareciendo a los ojos de un extranjero, pese a nuestra inconsciencia, un pueblo muy extraño y primitivo.18 A

18 De la entrevista de Renzo Lodoli a el diario El

Mundo. Estábamos obligados a entregar los prisioneros a los nacionales en un plazo de 48 horas. Los fusilaban a todos. Los españoles eran de paredón fácil. De un bando y del otro. Nuestras divisiones estaban llenas de prisioneros. Casi todos eran gudaris vascos. A muchos les pusimos el uniforme italiano para salvarles la vida. Hubo un capitán republicano que combatía en el frente de Santander que fue hecho prisionero y sabíamos que si lo entregábamos lo iban a fusilar. El comandante del regimiento de artillería le puso un uniforme italiano y ese hombre hizo toda la guerra con nosotros como topógrafo. Incluso fue condecorado con una medalla de bronce por detectar un depósito de municiones. Cuando acabó la guerra y volvió a su casa, lo detuvo la Guardia Civil y fue condenado a muerte. Gracias al embajador italiano pudo salvar la vida, aunque tuvo que estar preso durante algunos años.

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Lamberti le resultaba imposible entender aquella España plagada de contrastes, cuando no contradicciones intelectuales y éticas. Para intentar explicarlo propone otro ejemplo real, vivido en los últimos metros del asalto al cinturón de hierro, en el monte Archanda de Bilbao: Los requetés intentaban tomar un nido de ametralladora, con su jefe al frente, un muchacho de vente años, avanzaron bajo el fuego enemigo cantando el “pater noster” hasta llegar al destino y matar a puñaladas a los últimos defensores. De Sevilla fue a vivir a Salamanca, siguiendo al alto mando italiano. Sobre esta ciudad dice: Salamanca es un ciudad estudiosa, seria sin tradición festiva como Sevilla o Barcelona y está habitada por gente catedrática, no proclives al placer fácil. Es una ciudad de 50.000 habitantes. Por contra el Barrio Chino salmantino ocupa una vasta extensión, una veintena de callejuelas, unas 150 casas…. 5.000 personas aproximadamente, un décimo de la población total vive del vicio, en el vicio, al margen del vicio: una gran parte de la población que testimonia aún más la riqueza de este país. Me voy a permitir hacer una reflexión personal antes de continuar con Lamberti. Es frecuente, incluso me atrevo a afirmar que general, que los extranjeros que vienen a España sean muy críticos con nuestro carácter y costumbres. La falta de horarios, el desorden, el desinterés que manifestamos y aparente caos, les desbordan. Un

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país donde lo único previsible es la imprevisión. Llega un día en que se acostumbran y se quedan habituados a nuestro desorden como uno más. Cuenta en su libro que un día paseando con su compañero Gian Gaspare Napolitano vieron un restaurante de nombre blasfemo: “La viuda del fraile”. En la vitrina ofrecía el tostón, “un cerdito pálido y rosáceo, casi un embrión, arrancado del vientre de la cerda”. Decidieron entrar. El hedor que salía de la cocina se mezclaba con el olor proveniente de los aseos. Tuvieron que esperar media hora para comer, mientras contemplaban entre el humo del tabaco a una clientela congestionada de tanto comer. Pero no se fueron, se quedaron a comer medio tostón con ensalada y soplaron dos botellas de López de Heredia. Con una ostería simile la vita a Salamanca comincia a devenir possibile. Lamberti Sorrentino, el fascista perfecto, un buen día dejó la pensión de sabor a aceite rancio, alquilo una casa y marchó con un compañero a vivir a barrio de las prostitutas. Cuenta sus vivencias en el mismo, explicando que por el día era como un barrio cualquiera, por la noche encendían las farolas y las chicas, uniformadas y con un perfume intensamente malo, salían a las calles a buscar clientes. Durante los cuatro meses, que vivió en el Barrio Chino, vio pasar a miles de clientes civiles de todos los ejércitos acuartelados en Salamanca y jamás supo de una bronca grave con sangre. ¡Qué organización más eficiente!, exclamó. Obviamente tuvo anécdotas variopintas, como la noche que llamaron a su puerta, a las cinco de la mañana, una cuadrilla de legionarios españoles, pidiendo guerra, por supuesto que de sexo. También alguna que otra

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borrachera impresionante en el cabaret Manolita, ubicado en la misma calle donde él vivía.

Por las diversas ciudades de España que pasa, observa que los legionarios italianos son bien vistos. Recuerda que: en Salamanca una chica joven y

guapa le confesaba con tristeza: ¡Yo nunca he tenido un novio italiano; y mis amigas todas lo han tenido! Ogni famiglia di quella terrache abbia avuto ospite, per un’ora, un giorno, un mese, il soldatino italiano, si ricorderà con simpatia dell’italianito e identificherà questa simpatia con la idea e la nacione che l’italianito retpresentaba.

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5 El Frente Norte

Retomo la cronología de la Guerra Civil y situación del Corpo Truppe Volontarie en la primavera de 1937. Tras el fracaso del ejército enviado por Mussolini en Guadalajara y la del ejército sublevado, que también tuvo parte proporcional en el descalabro acontecido, el Estado Mayor de los golpistas, ubicado en Salamanca, decidió posponer la toma de Madrid y fijó como objetivo el denominado Frente Norte. Por parte italiana se reestructura el C.T.V. Las divisiones primera y tercera, Dio lo Vuole y Penne Nere, toda vez facturados para Italia los elementos no aptos para el combate se funden en una nueva denominada XXIII de Marzo, que estará lista hacia el verano. Son depuestos la mayoría de los generales, siendo nombrado como comandante general Ettore Bastico, como vicecomandante Mario Berti, general de tropa Attilio Terruzi y jefe de Estado Mayor coronel Gastone Gambara. A partir de esta fecha el C.T.V. pierde autonomía en sus intervenciones, estas responderán siempre a la estrategia descrita por el alto mando del ejército sublevado. También a petición del general Franco, crean una nueva división mixta denominada Flechas (Frecce) con tropa mayoritariamente española y oficialía y altos mandos italianos. Al principio se divide en dos partes, Flechas Azules con destino en Andalucía y Flechas Negras que vinieron al Frente Norte. Posteriormente los dos grupos de Flechas volverán a estar unidos bajo el nombre división de Flechas. En Abril de 1937 este frente aún es muy extenso. Abarca desde el extremo occidental de Guipuzcoa hasta el extremo occidental de Asturias. La mayor

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parte del C.T.V. se desplaza a distintos puntos del mismo. La división Fiamme Nere toma posiciones en Sotoscueva, la Littorio se sitúa en la zona montañosa que va desde El Ribero de Montija hasta Berberana. La división Frecce Nere (Flechas Negras) se dirige al flanco oriental del frente, zona del litoral Cantábrico. Parte de este frente de guerra estaba aprovechando la división natural que proporciona la Cordillera Cantábrica, quedando las cumbres en poder del ejército republicano. Por el sur de Cantabria toda la provincia era zona republicana, extendiéndose a algunos pueblos limítrofes del norte de Palencia y Burgos. Esta última área estaba limitada entre Barruelo de Santullán, Arija y algunas pedanías del Alfoz de Bricia y otras del Valle de Valdebezana19. Continuaba el frente por las cumbres de Sotoscueva, el norte de Espinosa de los Monteros, descendiendo hasta Noceco. Todo el Valle de Mena era fiel a la República, extendiéndose el dominio republicano hasta la próxima Arciniega (Alava). La mayor parte de Álava era territorio sublevado, incluida una pequeña bolsa de territorio vizcaíno entre Burgos y Álava. Era el municipio de Orduña que estruvo en poder de los sublevados desde el primer día. Desde el inicio de la Guerra Civil las posiciones habían sido bastante estables. Nunca se había producido una gran batalla pero eran muy frecuentes los bombardeos aéreos y de artillería y escaramuzas de la infantería. En alguna ocasión, algún pueblo había cambiado de suerte, caso de Cilleruelo de Bezana. En la primavera de 1937 hubo algún

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No eran pueblos agrícolas. En Barruelo vivían principalmente de la mina y en Arija y pueblos circundantes de la fábrica de cristal. El Partido Socialista, Frente Popular y la UGT tuvieron mucha fuerza en la comarca.

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combate de cierta entidad, más en concreto la denominada Batalla de la Descampada en una zona próxima a Campino de Bricia. Este sector, por parte del ejército sublevado estaba defendido por unos cientos de voluntarios venidos de distintos puntos de norte de España y profesantes de distintas ideologías, como falangistas, requetés y CEDA, bajo las órdenes de el teniente coronel Sagardia, que ostentaba ese grado en aquel tiempo, llegando luego a general. En el sector más oriental del frente, a primeros de Abril está lista la división Frecce Nere al mando del general Sandro Piazzoni, dispone de 7 batallones. En algunos momentos contó con la ayuda del IV grupo de banderas XXIII de Marzo. No confundir con la división XXIII de Marzo, de creación posterior. La suma de tropas terrestre fue pareja en ambos bandos contendientes, pero la superioridad aérea del bando sublevado, apoyado por la Legión Condor y la Aviación Legionaria italiana, inclinó la balanza al lado de los sublevados. A finales de Mayo, después de los terribles bombardeos de Guernica y Durango, las tropas dirigidas por el general Emilio Mola, estaban situadas frente al cinturón de hierro de Bilbao También el C.T.V. que había avanzado por el sector de la costa, plantándose frente a Zamudio. Deva, Marquina, Bermeo20 o Baquio son pueblos por donde

20 Un mal entendido les lleva a avanzar en exceso y

quedar rodeados en Bermeo. Il Generale spagnolo Mola,

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pasaron victoriosos. Colaboraron en al asalto del cinturón de hierro por la zona del monte Archanda y entraron en Bilbao el 19 de Junio del 37. El C.T.V. desfiló detrás de los requetés por la Gran Vía de Bilbao. Recuerdo a propósito de los bombardeos a Guernica, Durango y Bilbao, que la Guerra Civil de España ostenta el triste record de ser la primera en el bombardeo de ciudades con el objetivo de causar bajas en población civil y crear una situación de pánico. Cuentan los historiadores que en el palacio de la Isla, ubicado en Burgos, hubo una reunión entre el general golpista Emilio Mola, el general Juán Vigón y el jefe de estado mayor de la legión Condor Wolfram Von Richthofen. En la misma acordaron iniciar los bombardeos ante la no rendición de las poblaciones. De los aeródromos de Gamonal y Villafría en Burgos salieron la mayor parte de los bombardeos alemanes e italianos que lanzaron 28 toneladas de bombas sobre Guernica.

comandante delle operazioni, aveva mandato a Piazzoni un telegramma invitandolo a non avanzare verso il Nord prima che fosse conquistato il Monte Sollube, che gli avrebbe così assicurato il fianco sinistro; però il telegramma arrivò alla Brigata troppo tardi, cioè quando il Colonnello Piazzoni aveva già disposto, lanciando il II Battaglione del 3° Reggimento verso il nord. Questo reparto, agli ordini del Maggiore Puzzoli, avanzando vigorosamente sulla sinistra della Ria del Oca, occupava i paesi di Forue, Morueta, Altamira, Busturia, Pedernales e Mundaca, entrando in Bermeo la sera del 30 aprile. Después siguieron avanzando por Baquio, Plencia, Guecho y contribuyeron a asalto del cinturón de hierro de Bilbao.

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Pocos años más tarde, muchas ciudades italianas y en mayor cuantía alemanas fueron objeto de terribles bombardeos aliados en el marco de la II Guerra Mundial. La historia ofreció una vez más una penosa lección que no debemos de olvidar: “quien a hierro mata a hierro muere”. Tras el C.T.V. anduvo la otra legión. La de los periodistas encargados de cantar sus gestas. Para alojarse no escogieron mal lugar: Hotel Continental de San Sebastián, con vistas a la playa de la Concha incluidas en el precio.

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6 La División Littorio

En unos días que no puedo precisar de Abril de 193721 llegó al Frente Norte una de las divisiones del C.T.V., que salvó el honor de los italianos en Guadalajara: la División Littorio. Al frente de la misma el único general italiano que no fue relevado del puesto durante toda la permanencia del C.T.V. en España: Annibale Bergonzoli.

La División Littorio fue constituida en la ciudad de Littoria por militares profesionales del Regio Esercito, que se apuntaron voluntariamente. La enseña de la División fue el fasces romano de 21 varas y el lema: Credere, obedire, combattere.

Littoria fue una ciudad encarga por Benito Mussolini, a unos 70 kilómetros del sur de Roma, sobre unas marismas que visitó en 1932. El primer arquitecto fue quien planifico la ciudad con forma de telaraña convergente hacía el centro y diseño los primeros edificios racionalistas de uso público, ubicados en el centro. Años después, en 1946, una vez derrocado el fascismo en Italia, la rebautizaron con Latina. Recordaré que la División Littorio había tenido una participación destacada en la Batalla de Guadalajara. No se retiraron las últimas tropas hasta el día 8 de Abril. El descanso y reagrupamiento de las mismas tuvo lugar en la provincia de Valladolid. El siguiente

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Finalizada la Batalla de Guadalajara, el II Regimiento de la División Littorio permaneció en ese frente hasta el día 8 de Abril que fue relevada.

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destino fueron los actuales municipios de Junta de Traslaloma y Valle de Losa. Por la cantidad de recursos movidos, tropas, piezas de artillería, intendencia, etc., pienso que debieron de tardar varios días en llegar y asentarse.

Por lo escrito en algunos libros sobre la Guerra Civil, el C.T.V. llegó al Frente Norte con la misión de reforzar este frente que disponía de una defensa muy débil. Discrepo de esta idea. Primero porque el enemigo era igualmente débil. El Ejército Republicano en esta zona disponía de varios miles de milicianos con mucha voluntad y poca profesionalidad, sin formación militar, con escasez de oficiales y mandos intermedios, incapaces en todo caso de lanzar una ofensiva potente. La segunda razón es que la situación de la División Littorio en el Valle de Losa no respondía a una amenaza, sino todo lo contrario, fue una amenaza. Era imposible atacar Burgos desde el Valle de Mena o Vizcaya. Los

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Montes de la Peña, Sierra Carbonilla y Sierra Salvada eran unas defensas naturales insalvables en aquella época; pero no lo contrario. Por último señalar que las divisiones italianas no respondían al concepto de divisiones de contención, sino de asalto. De hecho la denominación completa de la que estamos tratando fue: División d’Asalto Littorio. Cuentan los historiadores que el general Ettore Bastico siempre ofreció la posibilidad de lanzar sus tropas desde la cuña existente en frente en la zona de Orduña, siguiendo el rio Nervión contra Bilbao. También hubiese sido factible lanzarlas por la Merindad de Montija hacía el Valle de Mena. No me consta la disponibilidad de la columna de blindados Fiat-Ansaldo en Losa, que posteriormente si fue utilizada en la Batalla de Santander. En las faldas de las tres cordilleras antes citadas estuvieron situadas las tropas y mandos del C.T.V.; desde Villalba de Losa hasta el Ribero de Montija. Por todos los pueblos que conducen del Valle de Losa a Medina de Pomar, fueron quedando las evidencias y el recuerdo extendido de su presencia. Finalizada la toma de Bilbao, el 19 de Junio, y la mayor parte de Vizcaya, tanto las tropas del C.T.V. como los corresponsales de guerra quedaron en una situación de espera que no entendían. Durante algunos meses no participaron en una gran batalla, porque no la hubo, al menos en este frente. La mayor parte de las divisiones, del C.T.V. reestructurado, se reubican por las Merindades, hasta que llegase el momento del asalto, a las que un tiempo se llamaron Montañas de Burgos, tarea imprescindible para acceder a Santander. La División Littorio abandonó el Valle de Losa y se reubicó en las proximidades de

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Medina de Pomar y Villarcayo a unos 40 kilómetros de su siguiente objetivo. El motivo de la no intervención del C.T.V. fue fundamentalmente la ofensiva presentada por el Ejercito Republicano en Brunete. El 6 de Julio lanzaron el ataque lo que obligó a Ejército Sublevado a movilizar las Brigadas IV y V que tenía listas para atacar Cantabria por la zona oeste. También distrajo a los cazas y bombardeos de la Legión Condor y Aviación Legionaria, recursos fundamentales para poder entrar en combate. La Batalla de Brunete fue una de las más sangrientas de la Guerra Civil, finalizó el 27 de Julio rendidos ambos ejércitos bajo el sol abrasador de Castilla. Respecto a la actuación de la División Littorio en la Batalla de Santander en su momento la veremos más al detalle. Por ahora explicar que los últimos días vísperas del asalto al frente, está División quedó a las afueras de Soncillo en reserva. Su cometido no fue romper la primera línea y no entró en combate el primer día.

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7 Las Divisiónes Fiamme Nere y XXIII de Marzo

Tras la mala experiencia del C.T.V. en Guadalajara, el general Coppi fue cesado, a pesar de ser de los pocos que se libro de la quema en los informes. Luigi Frusci fue el general nombrado para dirigir la División Fiamme Nere. En cuanto a las tropas fueron retiradas de aquel frente entre el 22 y el 26 de Marzo.

En los primeros días de Abril de 1937 fueron nombrados los nuevos mandos y concentradas las tropas en una zona entre Valladolid y Palencia. Posteriormente, durante el fin de la primavera e inicio del verano de 1937, fueron concentradas en la

zona más septentrional del frente en Burgos a la espera del inicio del asalto. Su presencia se extendió por las orillas de los ríos Nela y sus afluentes. Fueron varios los pueblos de las Merindades de Sotoscueva y Valdeporres por dónde les vieron desfilar. En algunos lugares como Cornejo o Ahedo de las Pueblas, perdura el recuerdo. Para conocer las posiciones del Ejército Republicano en el sector del Frente Norte asignado a la División Fiamme Nere sigo a Miguel Ángel Fraile, quien, en un excelente trabajo, describe las trincheras existentes en el sector de Soncillo: “Comienza en el collado de Matanela, Otero Mayor (cota 1205), no existiendo posiciones anteriores por todo el cordal hasta el puerto de Las Estacas. Viene por La Cruz sobre la raya Burgos-Santander, Castrejón y el puerto del Escudo. Entre La Magdalena y el Escudo, un gran

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trabajo de kilómetro y medio coronando la loma, y a nivel inferior por delante, una primera línea que sobresale en cuña, batiendo espléndidamente la llanura de Corconte. Bajaba la trinchera del otro flanco abrazando la cota 1035, y conserva los altos que se asoman a Valdeporres, en cumbres como Las Canteras, Somaido y La Paradia, adelantándose hasta La Mina y acaparando el macizo hasta atalayarse sobre el angosto de Las Torrientes, por donde tiene acceso el ferrocarril de La Robla. Proseguía encaramándose a la peña estirada de Monte Mojo, que ya se enfrenta al imbatible cerro de La Maza, posición muy fuerte por su elevación y sus cantiles inaccesibles, en poder de los sublevados. Ante ésta, las líneas de Quintanaentello presentan un nuevo despliegue de trincheras largas al norte del pueblo, pero ninguna como la que encinta a media ladera del macizo oeste, de casi dos kilómetros sinuosos e ininterrumpidos hasta Virtus. En este último, una curiosa excavación en la peña arenisca destinada a refugio, con fecha de julio de 1937, y otros similares que se quedaron inacabados. Posición adelantada sobre la suave cota 858, junto a la carretera Cilleruelo-Soncillo, y después va por la cota 941 del macizo de Raspaneras y lo bordea en parte con posiciones intermitentes. El desaparecido Torres de Arriba y la cota 976 eran

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de los nacionales, hasta la doble fortificación de Cielma. Tanto esta última como La Maza, defendían a Soncillo por los flancos impidiendo su envolvimiento, defendiéndose de los republicanos de Tureña. Es el final del sector, retrocediendo levemente por las crestas de Carrales. Soncillo tiene trincheras sobre la misma colina en que se asienta, y sobre el molino de La Gándara”.

El Legionario Aburrido

Hubo un militar italiano, perteneciente a la 640 compañía, que permaneció algún tiempo en Ahedo de las Pueblas. Es posible que con el fin de pasar el tiempo y desahogar su vena

artística se dedicase a realizar unos grabados en unas rocas próximas al centro del pueblo. Sin duda tuvo un nombre, pero como no lo conocimos lo llamaré “el legionario aburrido”. Un día de Agosto de 2012 venia con mi amigo Eduardo de ver las trincheras de la Paradia. El Cantábrico siempre tiene alguna sorpresa. Era una tarde de auténtico bochorno en los valles bajos de las Merindades, pero en la Paradia se había echado la niebla y salimos corriendo pues no estábamos preparados para el frío. Decidimos ir a Ahedo de las Pueblas pues yo había oído hablar de los grabados en las rocas. A la salida del pueblo un grupo de

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señoras mayores paseaban por la carretera “tomando la fresca”. Una de ellas dispuesta a hablar claro nos dijo:

- ¿Quieren ver a la de las tetas tiesas? - Bueno, si se pone

usted así. Pasada media hora y realizadas las fotos de rigor nos volvimos a encontrar con la misma señora. Nos dijo que ella era muy pequeña cuando la guerra y no recordaba nada, pero en el portal de acceso a el patio de su casa un italiano hizo unos grabados en las piedras. Estuvimos viéndolos, allí estaban los símbolos de los requetés.

Sin detalle, con trazos rectos muy imperfectos, ofrezco la situación del frente en Las Merindades a primeros de Agosto de 1937.

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La división XXIII de Marzo

La división XIII de Marzo fue constituida el 3 de Julio de 1937. Su duración fue más bien corta, pues en el otoño de ese mismo año se fusionó con Fiamme Nere constituyendo la división XXII de Marzo-Fiamme Nere. Como división independiente sólo participó en la Batalla de Santander. Durante el mes previo al combate fue ubicada en el entorno de Cubillos del Rojo, en aquellos años Cubillos de las JONS. Los más ancianos de este pueblo aún recuerdan la presencia de los italianos. Los más jóvenes pueden apreciarla mediante un letrero colocado en una casa, dando nombre a la “plaza del pueblo” como “PLAZA XXIII MARZO.

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8 La Aviación Legionaria en Villarcayo

Oficialmente la Aviación Legionaria fue un ejército y el C.T.V. otro. Como parece lógico trabajaban coordinados, pero cada uno con su propia estructura organizativa, mandos y Estado Mayor. El C.T.V. solicitaba el apoyo aéreo y la Aviación Legionaria accedía a la petición, si disponía de recursos y la consideraba prioritaria. No obstante lo dicho, no quiero pasar por alto la existencia del Aeródromo de Villarcayo, que conozco desde que era un chaval como “el campo de aviación” y el paso por nuestra tierra de Aviación Legionaria. Para la Batalla de Santander el bando sublevado disponía de cuatro grandes aeródromos situados dos en Burgos, uno en Logroño y otro en Vitoria. Fue desde estos tres primeros de donde desplegaron los bombarderos que actuaron en las principales batallas de Frente Norte. También hubo otro, más pequeño e improvisado, en Alar del Rey que utilizó la Legión Condor. Deduzco al respecto, que el aeródromo de Villarcayo respondió a la necesidad de disponer de uno más próximo al frente para realizar patrullas de vigilancia y despegar con inmediatez cazas que protegiesen a sus bombarderos o se enfrentasen a los ataques republicanos. Fue lo que se denomina aeródromo avanzado. Encontrar documentación escrita sobre el campo de aviación de Villarcayo ha sido bastante difícil. Sólo encontré una mención en el artículo “Villarías” de Nicolás López Martínez, editado por la Institución Fernán González. En una línea del citado artículo hace referencia a la contribución forzosa con sus trabajos a que fueron sometidos algunos hombres de Villarías. Con los medios existentes en 1937 y

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considerando que las pistas fueron de tierra, es probable que fuesen obligados a colaborar no menos de un centenar de pares de brazos para quitar las piedras y mover la tierra con cestos. Respecto a las fechas de construcción, tuvieron que estar entorno a la primavera del aquel año. Referente a la Aviación Legionaria hay disponibles más datos. Dentro del mundo de la aviación militar los pilotos de cazas disponen de una épica particular. Su valía queda refrendada en listas de aviones derribados. Sobre el cielo de las Merindades y la vecina Cantabria tuvieron lugar encarnizados combates entre la aviación italiana y el “circo Krone”, como fue conocida la Aviación Republicana que defendió Santander. El nombre, per se, es una burla a los recursos asignados por el Ejército Republicano en este frente. El libro “Guerra di Spagna e aviazione italiana” de Ferdinando Piedrali es referencia obligada en este tema. Siguiendo a éste autor y otros, conocemos que desde Soria se desplazó la escuadrilla las escuadrillas 31 y 32 del VIº Gruppo de Cacia. Al mando del grupo estuvo el mayor Leotta, al mando de las escuadrillas 31º y 32º los capitanes Borgogno y Botto respectivamente22.

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De acuerdo con las normas de la Regia Aeronaútica Italiana, una escuadrilla se componía de 2 grupos que a su vez tenían 2 secciones y cada una 4 cazas. Total 16

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En el libro de Alfredo Logoluso Fiat CR.32 Aces of the Spanish Civil War, encontré una foto hecha en Villarcayo de la escuadrilla 32ª. Están ocho hombres en el plano principal y dos en un segundo, éstos últimos prácticamente inidentificables. Siguiendo el

rastro del líder, Ernesto Botto, encuentro que en su cuadrilla se integraban el Teniente Edoardo Molinari, el Subteniente Valerio de Campo, el Subteniente Vittorio Barberis, el

Sargento Mayor Ugo Corsi, el Sargento Bartolini y el sargento Pietro Calistri de quien contaré algo en el último capítulo. En la foto (empezando por la izquierda) identifico a: 1º Valerio de Campo y 3º Ernesto Botto. Por último, aunque solo tenga que ver tangencialmente con el aeródromo de Villarcayo, me ha parecido interesante para el lector enumerar los bombardeos registrados en el mes de Agosto en Las Merindades. Constan en el libro Inventario del Fondo OPERAZIONE MILITARE SPAGNA (OMS). Fueron los siguientes: Cilleruelo de Bezana, Monte de la Magdalena, Bercedo, Puerto del Escudo, Venta Nueva, Balneario de Corconte y Virtus. Sin duda todos ellos precisaron del apoyo

aviones una escuadrilla. Por lo tanto el VI gruppo envió 32 cazas a Villarcayo. Harold Philby en la crónica que envía el día 24 para el Times cita 30 aviones en Villarcayo, pero entiendo se trata de una aproximación..

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9 Las miradas de los niños

En el verano del 2011 empecé a realizar las primeras entrevistas, o simples preguntas, sobre la presencia del C.T.V. en las Merindades a personas que habían vivido la Guerra Civil. Sin duda encontré respuestas; la prueba es que aquí están y lector podrá leerlas. Pero enseguida me di cuenta que debían ser personas de más de 80 años para dar información de primera mano. La lógica de la vida nos enseña que cada vez quedan menos mayores y ha sido preciso correr un poco para recoger su testimonio. El resto de entrevistados consiste en escuchar a quienes dicen: mi padre me contó…. La segunda cuestión que aprendí rápido, toda vez que me puse a restar fechas y edades, es que una persona que en 2011 tenía 85 años, en 1937 tenía 11 años, casi la edad mínima para tener un recuerdo fiable. Cuando pregunté a varones que habían cumplido el servicio militar obligatorio, existente hasta hace pocos años, sobre el tipo de unidad que estuvo en su pueblo, es decir compañía, batallón, regimiento, arma de infantería, caballería, etc, comprobé que no sabían nada. Son detalles que entonces no contemplaron. Lo que me ofrecieron y recogí fueron las miradas de unos niños aburridos y hartos de mal comer, pero no por ello menos interesantes.

Una larga primavera en el Valle de Losa

Sin duda la primavera de 1937 tuvo que hacérseles muy larga a los soldados italianos que permanecieron en el Valle de Losa y a la población

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civil que tuvo que convivir con ellos. Para los primeros tuvo que ser aburrido permanecer dos meses en unos pueblos dispersos y poco poblados. Los segundos vivieron tiempos de miedo que a veces mejor ni recordar. Esas son las conclusiones que saqué escuchando los testimonios de quienes fueron testigos de la presencia del C.T.V. La primera persona a quien oí hablar de la estancia de los italianos en el Valle de Losa y Junta de Traslaloma fue a Hortensia Ezquerra (q.e.d.). Nacida en Villatarás y veraneante en Medina de Pomar. Contaba en el verano de 2012:

- Los italianos se adueñaron de nuestra casa y nos mandaron afuera a la familia, así que tuvimos que dormir en el pajar durante aquellos meses.

En idénticos términos se expresaba otra señora que entrevisté dos veranos más tarde en Lastras de

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la Eras, pero esta señora lo contaba como una experiencia traumática:

- Yo tenía 5 años y se presentaron los italianos en mi casa diciendo que querían quedarse allí. Mi padre les dijo que no, entonces uno de ellos saco una pistola y le dijo que le daba un tiro. Yo vi a mi padre que estaba en la escalera y el militar apuntándole dese abajo, me puse a llorar pensando que lo iban a matar. Ellos se quedaron en la casa y nosotros tuvimos que ir a dormir al pajar. Para colmo los soldados se quedaron a dormir en las eras. Era primavera y la hierba para el ganado estaba muy alta a punto de corte. Nos segaron ellos la hierba para utilizarlas como colchones y nos dejaron sin comida para el ganado.

El losino que vino con un pan bajo el brazo José Antonio Gómez nació en Teza de Losa en 1937. Cuenta que marchó con 17 años a trabajar a Bilbao. Ahora, una vez jubilado disfruta de un chalet coqueto y funcional junto a la casa que le vio nacer. La primera idea que me viene a la cabeza, cuando me dice el año de su nacimiento, es que fue mal año para nacer en España. Pero como él explica, anticipándose a que yo de crédito a mi hipótesis, fue un año bondadoso, al menos en su casa:

- La casa que ve usted a su derecha era en aquellos años de mi padre, que se llamaba Pedro Gómez. Cuando llegaron los

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italianos desplazaron a mis padres hacia el lado sur de la casa y en el resto se aposentaron los oficiales. Verá que detrás hay otra casa, en esa se alojaron los suboficiales.

- Me alegro, –respondo- de encontrar por fin una familia a la que no despacharon a dormir al pajar. ¿Y la tropa?, ¿saben ustedes si estuvieron en tiendas de campaña por las eras o fincas?

- No, nunca oímos nada. – continua- - Ellos se encargaban de hacer la comida.

Mi madre siempre dijo que fue el período que mejor se comió en nuestra casa.

Acaba José Antonio contándome una historia algo confusa que no soy capaz de interpretar. Dice:

- Hubo un par de ellos algo judíos (sic), que se pasaron con las mujeres y los fusilaron.

Hasta donde yo sé, el Tribunal Militar que enjuició a los militares del C.T.V. estuvo en Vitoria. Al menos fue en esta ciudad donde juzgaron a los desertores. ¿Tardarían meses en juzgarles?, ¿cómo supieron que les había fusilado?

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Vino y plátanos en Cornejo Viendo una película del Instituto Luce referente a la toma de Santander (B1159 del 01/09/1937), pueden observarse unos soldados italianos desfilando delante de la fuente de un pueblo. En otra toma de la misma película, los soldados limpian sus utensilios de comer en la misma fuente.

La fuente es inconfundible. En el centro dispone de un monolito rematado en su parte superior por un tímpano, en ambos lados del mismo dispone de pilones para abrevar el ganado. A la derecha de la fuente hay un cartel sobre un poste, posiblemente anunciador de una dirección. Me puse a buscarla por donde consideré era más probable que estuviese. Inicialmente lo hice por los pueblos del Valle de Valdebezana. No la encontré por más vueltas que di. Pensé que los pueblos han cambiado mucho en 75 años, pero una fuente hecha en piedra de sillería con esas características es difícil que la destruyan, o al menos sería un auténtico desatino.

El 18 de Julio de 2012 pasando una vez más por Cornejo me di cuenta que era esa fuente que llevaba medio año buscando. El cartel de la derecha lo han girado y ahora no indicaba a Villamartín. En el

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monolito central han añadido un cartel de 1950 en agradecimiento al entonces Gobernador Civil de Burgos, Alejandro Rodríguez de Valcárcel. Paré el coche, la observe un rato y me dispuse a realizar unas fotos. 5 PM, el señor que denominaré X-1925 (año de su nacimiento) está sentado junto a la fuente. La pregunta es obligada: - ¿Usted recuerda si estuvieron aquí los italianos en la guerra? - Como si fuese hoy. La percepción que tiene un niño de ciertos hechos no tiene nada que ver con la que tiene un mayor. No sabe si estuvo una compañía o un batallón, si tenían piezas de artillería, etc. Recuerda muy bien que todas las tardes cuando los italianos acababan de comer él se dirigía al rio para ofrecer sus servicios de limpieza de los utensilios de la comida. No hace falta preguntarle ¿por qué? Los soldados italianos estuvieron muy bien pagados y en general tengo la sensación de que eran generosos, más aún con aquellos niños con cara de hambre. - Recuerdo que tenían vino y plátanos. Al rato aparece el señor que denominaré Y-1924. La charla se complica, somos 3 españoles y hay 3 conversaciones. Yo pregunto por los italianos, uno me habla de los moros que estuvieron a lado de Espinosa y el otro de Bilbao, ¡como el pueblo no hay nada!, afirma con convicción éste último. - Tú no tienes ni idea, ¿de qué te acuerdas tú? Y-1924 recuerda el día que un soldado italiano estaba borracho lo llevaron a la era de Daniel y lo ataron a un roble con unas correas de subyugar los bueyes.

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- ¿Es usted de Medina?. El día que estalló la guerra estaba yo en Medina. Aparece un tercer interlocutor en liza. - A estos no les haga ni caso. Orden, que me van a volver loco. Dicen que el bar se abre de 8 a 10 de la noche. Volveré otro día con la foto de la fuente y me quedaré con los nombres. Ya en el coche recuerdo que el 18 de Julio es Santa Marina, día de feria en Medina. Seguro que Y-1924 fue acompañando el ganado, con algún familiar, a la feria. Por el número de soldados que desfilan en la película, cálculo que pudieron estar acampados en Cornejo, junto al río Trema, un batallón de infantería de Fiamme Nere.

Duros de plata en Medina de Pomar

De acuerdo con la tradición oral, ubico a los italianos entorno a Medina de Pomar en varios lugares. Uno es Villarias, Otro es la ribera del Trueba tramo y lado correspondiente a Villacomparada de Medina. Recuerdo que en aquellos años no existía puente para comunicarse con Medina a la altura de esta pedanía, pero el rio en verano podía vadearse saltando de piedra en piedra. José Villarán, nacido en Villacomparada, era entonces un niño pero aún los recuerda. Los hermanos Isla, de Miñón, siempre contaron que allí hubo muchos italianos cuando la guerra. Sin duda estas dos pedanías de Medina los fueron dos excelentes lugares, por el caudal del agua para las tropas, sombra en los días de calor y camuflaje. Por último, Gabriel Fernández Barros, memoria viva y gráfica de Medina de Pomar, octogenario que

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guarda en su retina y sus clichés con perfección todas las imágenes de su infancia, me fue desgranando sus recuerdos: - Los italianos estuvieron acampados en la chopera, junto a la Virgen, y en otra chopera hoy desaparecida en la salida de Bilbao a mano derecha, en la que fue finca de los Angulo. También tuvieron una oficina en la casa de los Angulo frente a las Torres, en el piso propiedad actual de la familia Oleaga. Venían a la ferretería de "Evelio", mi padre, y pagaban con papel moneda. En el caso de que entre los cambios les entregásemos algún duro de plata, siempre lo guardaban. Sin duda alguna yo también hubiese hecho lo mismo, fiarse de un papel-moneda correspondiente a una España dividida y en guerra era poco fiable. Continúa: - En la cumbre de la Revilla tuvieron un nido de ametralladoras. - ¿No serían baterías antiaéreas? - No te puedo decir con precisión. - Los niños nos acercábamos a los soldados para pedirles balas. Cuando conseguíamos alguna la desmontábamos sacando la pólvora y fabricando nuestro explosivo particular. Una vez en la calle Rocamayor nos explotó una y a Salazar el de San Lázaro le impactó en la cara. - También recuerdo, pues me llamó sobremanera la atención, que instalaron dos teléfonos para comunicarse con Burgos. - ¿Recuerdas algo de sus comidas? - Las chocolatinas eran muy buenas. Medina de Pomar, como centro comercial de la comarca, disponía ya por aquellos años de diversos

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establecimientos de hostelería para pernoctar. No obstante no eran suficientes para alojar a los altos mandos que por esta ciudad pasaron. Unos, caso de los tenientes coroneles, coroneles y generales estuvieron muchos días; otros, caso del Estado Mayor, llegaron la víspera del combate. En casa del D. Ramón Leivar, uno de los médicos titulares de Medina en aquellos años, les obligaron a alojarles. El procedimiento ya lo conocíamos del Valle de Losa.

Poza de la Sal: Queso gigante y chocolate

Uno nunca sabe dónde va a encontrar la mejor información. Comentando a una compañero de trabajo, natural de Poza de la Sal, mi extraña afición, me explica que su padre a él en más de una ocasión le ha hablado de cuando estuvieron los italianos. Cierto que Poza de la Sal no corresponde a las Merindades, pero sin duda la presencia allí del C.T.V. está estrechamente relacionada. La elección de Poza de la Sal como centro logístico para los diversos aprovisionamientos de víveres, municiones o armamento que precisó el CTV en el Frente Norte tuvo una lógica aplastante. Un pueblo equidistante entre Vitoria y Burgos, con una estación de ferrocarril a sus pies y diversas carreteras alternativas para acceder al frente y a las citadas ciudades, debieron ser argumentos suficientes para que los mandos CTV, o tal vez los de Burgos, eligiesen la villa salinera como centro de referencia para la distribución. En realidad el grueso de la tropa de Intendencia, por utilizar el lenguaje militar, no estuvo en Poza, sino en el pinar existente entre Poza y Cornudilla, más próximo a la estación del tren, junto

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a un arroyo para aprovisionamiento de agua y camuflado ante el reconocimiento de aviones. Creo conveniente recordar, por si estas líneas las lee algún joven, que Poza de la Sal actualmente dispone de 1/6 de población en relación con 1937, entonces tenía más de 1.500 habitantes. No dispongo de documentación escrita o gráfica al respecto, pero si del testimonio personal de D. Jesús Cerezo, pozano octogenario con una memoria privilegiada. En 1937 era un niño con 10 años que guardó buenos recuerdo de la presencia de los italianos en la primavera y verano de dicho año. Al igual que otros de su edad, dice que lo peor vino después cuando acabó la G.C. Cuenta que los italianos tomaron posesión de las Escuelas y del Santuario de la Virgen de Pedrajas. Incluso le consta que en este último lugar de culto guardaron armas y municiones. El mando superior fue un Teniente-Coronel, lo que, tanto a D. Jesús como a mí, nos indica la importancia de este destacamento militar (¿mínimo un batallón?). Describe a los italianos como personas muy amables e incluso queridas por varias razones. Todos los días, a la hora de comer, compartían su rancho con los vecinos. Hacían dos colas una para los soldados del CTV y otra para las gentes del pueblo. Malos tiempos para los estómagos, sobre todo los de los españoles. Siguiendo con las comidas cuenta que a los italianos no les gustaba el pan que se hacía en la zona y todos los días les traían el pan de Burgos. Aparte de la pasta italiana, recurso base en sus comidas, lo que a aquel niño le llamó la atención fue aquellos quesos enormes y el chocolate negro. Todos los niños de Poza andábamos detrás de los soldados italianos,

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dispuestos a hacerles recados o lo que precisasen, con el pensamiento en los trozos de chocolate negro que ellos amablemente nos largaban. Pero no sólo los niños estuvieron contentos con ellos: También algunas mujeres viudas o solas, por la marcha de sus maridos al frente, agradecieron los dineros que les dieron por encargos de limpieza de ropas, cosidos, etc. Un centro de logística militar es imprescindible disponga de unas comunicaciones adecuadas con los aprovisionadores y los que precisan sus servicios. En casa de Urcelay estaba el teléfono, pieza clave en la comunicación civil y militar de Poza y del CTV (Desconozco si esta conocida familia pozana, con posibilidades económicas, ya disponía del teléfono antes de la G.C. o lo instalaron los ingenieros italianos). Recuerda que la casa estuvo habitada por suboficiales del CTV, creo que no disponían de mucha graduación, que estaban pendientes del teléfono todo el día. Si en alguna ocasión lo abandonaron un rato quedábamos algún niño para avisarles en caso de llamada. Todos deseábamos este encargo por la recompensa del chocolate. D. Javier Urcelay, nieto del propietario de la casa en 1937, cuenta que su abuelo fue médico militar y en aquellas fechas se encontraba en el frente. Recuerda que cuando era niño, en la casa de Poza de la Sal sobre una pared blanca estaban las marcas de una radio para uso militar que tuvo instalada el ingenio del CTV. También, como en el desván quedo alguna caja con cosas que abandonaron los italianos. En un aspecto lúdico los italianos tenían fama de simpáticos, amables, dicharacheros y traían de cabeza a las mujeres solteras. Durante los meses

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que estuvieron participaron en bailes y fiestas populares. Un teniente del CTV, llamado Primavera, se echó una novia en el pueblo, de la familia de los Revuelta, y al finalizar la guerra se casó con la muchacha, marchándose a vivir a Italia. Cree nuestro informante que este militar posteriormente fue diplomático. Otro informante me dijo que en el 2013 la viuda de este italiano vivía en Burgos. Sin duda tenía que ser muy mayor.

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10 La Batalla de Santander

Dentro de la terminología de la Guerra Civil, denominaron Batalla de Santander a la que tuvo como objetivo conquistar esta provincia, para lo que eligieron romper el frente situado en el lado sureste de la Cordillera Cantábrica. El planteamiento del Ejército Republicano, que sin duda esperaba el ataque, estaba centrado en tres líneas defensivas. La primera constituida en torno a las trincheras existentes en el frente. La segunda aprovechando las crestas del Cantábrico, protegida también por trincheras y puestos fortificados. La tercera una vez iniciado el descenso a los valles de la cara norte; en territorio perteneciente a Cantabria en su integridad.23 Por parte del ejército sublevado la estrategia supuso el ataque de dos ejércitos, coordinados pero distintos. Uno en Palencia-Cantabria con el objetivo de atacar al ejército republicano por el norte de Reinosa. El otro atacó desde las Merindades de Castilla, con el objetivo de tomar y pasar los altos del cantábrico por la zona de la Magdalena y el Escudo. Para llevar adelante este segundo objetivo era preciso sacar al ejército republicano de las trincheras, existentes en el Valle de Valdebezana y el Alfoz de

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Algunos historiadores cometen el error de citar como hito principal de esta Batalla la toma del Escudo, desconociendo las tres líneas defensivas. La línea sita en ese lugar fue la que primero abandonó el Ejercito Republicano. Estas cumbres apenas ofrecían protección frente a los ataques de la aviación, artillería y carros de combate. Observo este fallo en el último libro leído de Arrigo Petacco: ¡Viva la muerte! Mito e realta della Guerra Civile Spagnola (1936-1939).

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Bricia, que he citado en otro capítulo, desplazándoles bien hacia el norte o hacía el valle de río Virga24. La victoria por el ejército sublevado en las tres o cuatro jornadas iniciales, permitió de facto la conquista, en diez días, de todo el territorio que hoy día constituye la Comunidad Autónoma de Cantabria. La concentración de tropas republicanas, sobre todo desde la caída de Bilbao fue muy alta en esta zona del frente, pero su moral muy baja, a lo que se unió una descoordinación importante. Al mando del general Mariano Gámir Ulibarri había batallones de gudaris vascos, ejército de Santander y ejército de Asturias25. Por parte del Ejército sublevado, tras la muerte del general Emilio Mola, el mando supremo de todo este frente lo ostentó el general Fidel Dávila. Bajo su mando 4 brigadas de Navarra y 2 de Castilla y un tabor de regulares de África. Respecto al C.T.V. detallemos su composición para esta batalla más adelante. Las cifras de contendientes de infantería, caballería (carros de combate) y artillería que

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El espacio ocupado, a día de hoy, por el pantano del Ebro fue un valle denominado la Virga, o la Vilga por otros. El nombre provine del río Virga que pasaba por el centro en sentido este oeste. 25

Dolores Ibarruri, Pasionaria, en “El último camino” escribe: Hablar del Ejército del Norte era un eufemismo. Había las milicias de Asturias, las milicias de Santander y las del País Vasco, que en general actuaban cada una con sus propios mandos... No se toleraba que ningún intruso se inmiscuyese en asuntos de familia, aunque la estrechez egoísta y localista llevase a unos y a otros a la catástrofe, y a todos, a ir preparando el terreno para la derrota de la República…

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facilitan para la defensa de Santander, por parte del ejército republicano, o asalto, por parte del ejército sublevado, en esta batalla son disparatadas. Ambos bandos contendientes afirman que las tropas enemigas eran el doble. Así Dolores Ibarruri dice que hubo 150.000 italianos en la G.C. Sabemos que casi la totalidad del C.T.V. participó en esta batalla y según sus cronistas no llegaron a 30.000. Los corresponsales de guerra italianos contaron que sólo el ejército de Euzkadi disponía de 155 batallones, un cuerpo de ejército, lo cual suponía no menos de 100.000 gudaris vascos. A estos habría que sumar el ejército de Cantabria y el de Asturias. Imposible saber la verdad a propósito del número de tropas contendientes. Después de leer mucho, me atrevo a dar como cifras aproximadas, 80.000 para el ejército sublevado y puede que algo más para el ejército republicano26. La superioridad aérea del ejército sublevado fue evidente. La Legión Condor (alemanes) disponía de 70 aviones, la Aviación Legionaria (italianos) otros 70 e idéntica cifra el ejército español sublevado27. En total más de 200 aviones. El ejercito republicano disponía en el Frente Norte de 33 cazas y bombarderos, mas 11 aviones de reconocimiento. Cifras aparte, los resultados acreditaron la superioridad en medios aéreos por el ejército sublevado y sus aliados extranjeros. Sin los

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Cuerpos de Ejército: XIV (Euskadi), XV Cantabros, XVI y XVII Asturianos. 27

A la mayoría cuantitativa hay que sumar la cuantitativa. Los cazas Fiat CR 32 tenían ligereza y maniobrabilidad superior al resto. Para la II Guerra Mundial quedaron obsoletos.

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bombardeos de la Aviación Legionaria y la Legión Condor husiese sido muy difícil romper este frente. Por último señalar la situación de las tropas mixtas italianas-españolas de Flechas, conocidas por los italianos como Frecce Nere. Asignadas el sector de la costa, cerraban Cantabria en una bolsa a que solo dejaban respirar por Asturias o por el mar. Esta última división apenas llegó a intervenir por la rendición de los gudaris vascos en Santoña. El corresponsal de guerra Lamberti Sorrentino, finalizada la contienda, escribió un artículo en un número de la revista monográfica Prospective titulado “Santander”28 que intento reproducir con la máxima exactitud:

12 de Agosto de 1937 SANTANDER

La toma de Santander fue el resultado de la aplicación metódica, por parte de varios Comandos, del plan de operaciones preparado por el Estado Mayor Legionario. Quiero decir que todo lo que las tres columnas legionarias y una española tomaron en catorce jornadas de acción, del macizo de Maza a Santander, con un avance de cincuenta kilómetros, estaba todo previsto y ya calculado en el plan de operaciones. El Estado Mayor Legionario tenía ocasión afortunada de aplicar el arte de la guerra en el terreno, en el cuerpo vivo del adversario, con una correspondencia entre la teoría y la práctica, entre el proyecto y la ejecución, que no tiene precedente en la historia militar. La Oficina de

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Prospective Nº 6. Monográfico: Italiani in Spagna. De Málaga a Madrid. Dirección de Curzio Malaparte.

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Operaciones, autora del plan, residió, con el Comando Legionario, en Vitoria, desde fin de Abril. En una rueda de prensa que el general Basili dio a los enviados especiales, en Salamanca, se pregunto si aquella sede, sería definitiva. La respuesta fue clara: El Mando se mantendrá en estrecha proximidad con el frente. Considero que el Mando debe de mantener una cierta distancia de los puestos avanzados, pero no tanto que el jefe no los alcance rápidamente. Desde Vitoria las tropas legionarias avanzaron, por una vasta cuenca, para hacer frente a las posiciones de los batallones de Santander. Parte de las fuerzas nacionales fueron sustituidas, en línea, por las tropas legionarias. La acción parecía próxima. Tan cercana que pregunté al subjefe de del Estado Mayor de la División Frusci: “¿Cuánto quedará aún?”. “Una quincena”, me respondió. Estábamos a primeros de Mayo. La acción ofensiva sobre Santander comenzó el 12 de Agosto. Cuatro meses en lugar de quince días. Esta larga pausa debida a un conjunto de motivos independientes de la voluntad del Comando Legionario, explica algunos aspectos de la conquista de Santander, explica la seguridad y el estilo desenfadado. Mientras el corresponsal de guerra fue veinte veces a Vitoria para asistir al inicio de la operación, siempre pospuesta. A finales del mes de Julio emigraron en masa, con armas y bagajes, pero después de unos días volvieron todos a San Sebastián, en donde el Hotel Continental tiene una parte notable en la historia de la retaguardia de esta guerra. Durante un mes vivimos al día. La

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duda de que la acción comenzase de improviso era insoportable. Todos los días algún grupo de corresponsales se escapaba a escondidas, en el coche, hacia Medina de Pomar, donde, por segunda vez se había transferido el Comando de C.T.V., estábamos a trescientos kilómetros por carreteras secundarías y con notables desniveles. Finalmente una noche una noche llegó la llamada esperada: saltamos de la cama. La ofensiva comenzaba a las 6 de la mañana. Fui a las 10 a Medina de Pomar: ignoraba la posición y la carretera. Las oficinas militares estaban vacías, se habían llevado todo al frente. Mientras dudaba perplejo: “Ven conmigo”, me gritó Sandro Sandri, y marchamos por una carretera llena de curvas que atravesaba pueblos y más pueblos. El orden en la zona pareció perfecto. La señalización de la carretera estaba en italiano. Nuestra policía de carreteras había previsto casi todo…. Así empieza la crónica de Lamberti Sorrentino sobre la batalla de Santander. Como propaganda de la C.T.V. está bien, como corresponsal de guerra muy mal. La derrota de Guadalajara sirvió de lección a los generales italianos y a otros del ejército sublevado. Entendieron que esto era una guerra cruel, difícil, exigente en medios, exigente en estrategia y desarrollo táctico. No se decidieron a lanzar el ataque hasta que tuvieron todos los cabos bien atados. - Buscaron un puesto de mando idóneo. El Cerro de la Maza, 1160 metros de altitud. Desde allí se controla desde el Castro Valnera, siguiendo por el Otero Mayor, La Magdalena y El Escudo, hasta Reinosa. A sus pies todos los pueblos del frente: Ahedo de las Pueblas, Robredo, Cabañas,

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Quientanentello, Virtus, Soncillo, Bezana, Herbosa, Arija, etc.

- El 17 de Mayo había llegado a España una Sección Topográfica desde Italia, que a finales del mismo mes se instaló en Vitoria. Sin descanso elaboraron los mapas topográficos de la zona. Era preciso definir con exactitud las posiciones enemigas. Elaborar un mapa de bombardeos aéreos y de artillería. Fijar el plan de avance para los carros e infantería. Meter los carros y la infantería entre aquellos montes, sin unos mapas que marquen curvas de nivel por cada 10 o 20 metros hubiese sido un suicidio. - Era preciso disponer de un pronóstico meteorológico claro para elegir el día de inicio del combate. Contar con la actuación de la aviación era parte fundamental del plan. La zona pese a ser Agosto es propensa a las nieblas. - Se trazó plan estratégico de ataque combinado, por el frente Oeste, Sur y Este. Sin duda todo esto era imprescindible, pero no garantizaba el éxito. Tenían enfrente unos hombres valientes que sabían se la estaban jugando. La derrota sería un desastre para el ejército republicano

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11 de Agosto de 2011

Han pasado 74 años desde el día que se movilizó el C.T.V. desde Medina de Pomar al Monte Maza. Como lo hicieron en su día los reporteros de guerra, he partido desde Medina de Pomar, temprano, al observatorio del Alto Mando. Tal como describe Lamberti Sorrentino, he pasado por muchos pueblos: Villarcayo, Cigüenza, Tubilla, Escaño, Escandiuso, Brizuela, Puentedey, Quintanabaldo, Santelices y San Martín de las Ollas. Desde este último la ascensión tiene dos tramos diferentes. El primero de un kilómetro y medio aproximadamente tiene bastante pendiente, el segundo, de parecida longitud, es muy tendido. Llegado al punto más alto he observado en distintos lugares cortes en la roca. En algún caso como cuevas, sin duda refugios antiaéreos. Algunas construcciones en piedra, hoy derruidas e incluso trincheras.29 El día es despejado como lo fue entonces. Voy girando 360º. Por el Sur, por donde he llegado, se divisa gran parte de la Merindad de Valdeporres. Por el Este el los montes del Cantábrico, a sus pies quedan Ahedo y Robredo. Al Norte el Escudo, todos los pueblos del Ayuntamiento de Campoo de Yuso hasta Reinosa, algo difuminada. Al Oeste, a sus pies quedan Riaño, Castrillo, Quintanaentello, Soncillo, y más lejanos Cabañas, Montoto, Bezana, hasta Carrales.

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El Monte Maza fue posición de ejército sublevado desde el inicio de la guerra. Es probable que las protecciones subterráneas o aéreas se construyeron durante el año precedente a esta batalla. Por los combates aéreos sabemos que el ejército republicano intentó destruir este observatorio privilegiado.

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Vuelvo a la crónica de Lamberti Sorrentino. El día 12 de Agosto el ejército sublevado movilizó todos sus efectivos por el lado este, pero no entraron en combate el día siguiente. Presumo que durante el día 13 de agosto fueron aproximando piezas de artillería y creando la infraestructura precisa para la batalla. La cantidad de munición empleada tuvo que precisar una intendencia my eficaz. Asimismo la preparación de dispositivo sanitario en una zona rural poco poblada, etc.

Por el lado oeste, la noche del 13 al 14 los requetés navarros tomaron las cotas más altas, el pico Valdecebollas de 2143 metros y el Cueto de 2085. Con esta acción su posición era ostensiblemente mejor cara a la toma de Reinosa. La composición del C.T.V. para la Batalla de Santander fue la siguiente:

- División Fiamme Nere, al frente el general Luigi Frusci

7º Grupo de Banderas integrado por: 724ª Bandera Inflessibile 735ª Bandera Implacabile 740ª Bandera Disperata Grupo de 65/17

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Grupo de morteros Sección de Ingenieros 8º Grupo de Banderas integrado por: 730ª Bandera 738ª Bandera 751ª Bandera Grupo de 65/17 Grupo de Morteros Sección de Ingenieros 10º Grupo de Banderas 824ª Bandera Tembien 835ª Bandera Scire 840ªBandera Carso 535ª Bandera Tempesta Grupo de 65/17 Grupo de Morteros Sección de Ingenieros Regimiento Banderas 9 de Mayo Batallón ametralladoras de la división Compañía Lanzallamas Regimiento de Artillería de la División Tres grupos Dos Baterías antiaéreas de 20mm.

- División XXIII de Marzo, al frente el general Enrico Francisci

4º Regimiento de infantería Batallón Bufalo Batallón Vampa Batallón Toro Batería de acompañamiento Pl morteros 5ºRegimiento de infantería Batallón Lupi Batallón Ardente

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Batallón Inesorabile Bateria de 65/17 PL morteros

- División de Asalto Littorio, al frente el general Annibale Bergozolli

1ª Regimiento de Infantería con 3 Batallones 2º Regimiento de Infantería con 3 Batallones Regimiento de Artillería Littorio con 4 grupos de varios calibres Columna Celere 2 Batallones de Carros de Combate 1 Batallón de auto-ametralladoras 1 Compañía de autos-blindados 1 Batallón de Infantería Motorizada

- Reagrupamiento de Artillería del C.T.V., al frente el general Ettore Manca

8 Grupos de varios calibres 5 Baterías antiaéreas de 75 CK

- Reagrupamiento de Ingenieros, al frente el coronel Emilio Lastrucci

1 Batallón de Artillería 2 Compañías de Transmisiones 1 Compañía de Foto-Electricistas

- La aviación legionaria esta mandada por el general Bernasconi.

Licio Gelli fue todo un personaje, con cuya biografía se puede llenar varias novelas. Fascista, y por encima de todo anticomunista, vino a la G.C. de España enrolado en los “camisas negras” del C.T.V. Tras su regreso a Italia, en 1940, hizo un libro titulado “Fuoco Cronache legionarie della insurrezione

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antibolscevica di Spagna”. Al igual que otros libros del mismo género, lo primero que hace es explicar, con un soporte de historia reciente (dictadura de Primo de Rivera, Monarquía y República), porque tuvo que venir a España a salvarnos, pegando tiros y matando españoles. Posteriormente empieza, con el consabido tono de gesta épica, a narrar las batallas de la Guerra di Spagna en las que participó el C.T.V. Desconozco si este excombatiente estuvo o no en primera línea de la batalla del Escudo. Pero entre los libros que he leído es el único autor-protagonista que habla desde “el corazón del combate”, no desde la retaguardia. También seguiré las crónicas que para el periódico Stampa de Milán hicieron Riccardo Forte y Sandro Sandri. Grosso modo conocemos la posición de cada ejército sobre el terreno, sus trincheras, el número de efectivos y otros recursos. Sólo falta saber el día y la hora en que lanzaron la gran ofensiva.

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11 Fuoco in L’Escudo

14 de Agosto de 1937

Eran las 5 de la mañana del sábado 14 de Agosto de 193730, apenas se vislumbraban los primeros rayos de sol, cuando el cielo de las Merindades se cubrió de aviones. Bombarderos de la Regia Aeronáutica Italiana y la Legión Cóndor Alemana, escoltados por cazas Fiat CR32

destacados en el aeródromo de Villarcayo, fueron lanzando, apenas sin reproche, su mortífera carga por todas las trincheras que el ejército republicano tenía en el Valle de Valdebezana y en el Alfoz de Bricia. El día naciente desapareció. El cielo se cubrió del manto negro producido por la nafta quemada de los aviones y las columnas de humo que levantaban las bombas al explotar. Fue el estruendo de la tormenta más cruel que recuerden nuestros antepasados. Presagio negro para el ejército republicano en la deriva de aquella guerra. Por el lado oeste los bombarderos intentaban destruir la naval de Reinosa y el nudo ferroviario de Mataporquera, en donde hasta el día de hoy se cruzan las vías que unen el norte con el sur

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Recuerdo que España hasta 1940 disponía del horario que por su situación le corresponde. En ese año añadieron una hora para que el horario coincidiera con Alemania e Italia. Posteriormente se impuso otra hora más como corrección de verano. Por consiguiente las 5 de la mañana en 1937 equivalen a las 7 de hoy y las 4 de la tarde a las 6 actuales.

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(Cantabria y Castilla) y el este con el oeste (Vizcaya y León).

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Los pocos cazas de ejército republicano que se atrevieron a intentar parar a los bombarderos entraron en encarnizados combates aéreos con los “cherris” italianos, la ventaja sin duda para estos últimos.31La superioridad aérea de los agresores extranjeros, en número y calidad de aviones, fue abrumadora. Entonces se supo porque el ejército sublevado y el C.T.V. esperaron tanto para dar la batalla. El alto mando del C.T.V. necesitaba unos planos precisos. Durante varias semanas la Sezione Topocartografica enviada desde el Istituto Geografico Militare de Florencia había hecho un buen trabajo. Me atrevo a decir que imprescindible. Los bombarderos sabían donde era preciso soltar su lastre mortal, la infantería conocía las cotas a remontar. Los objetivos de los bombarderos coinciden con el mapa de asentamiento de trincheras que facilité en un capitulo anterior desarrollado sobre la exposición de Miguel Ángel Fraile en Cuadernos de Campoo. Los bombardeos más fuertes son en el triángulo formado por Cilleruelo de Bezana, Riaño y Soncillo]. Necesitaban un pronóstico meteorológico preciso para saber que sus aviones podrían actuar. Habían acumulado en la retaguardia próxima todo el material necesario.

Pasadas las primeras horas, a los bombardeos aéreos se unieron los de la

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El trabajo de los cazas italiano debió de ser muy brillante. Por las hojas de servicio, sabemos que Ernesto Botto, el capitán de la 32 escuadrilla con destino el Villarcayo, despegó 5 veces ese día para misiones de acompañamiento.

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artillería del C.T.V. El regimiento de artillería de la división Fiamme Nere, a ritmo de cincuenta disparos por minuto, hizo temblar la tierra de las Merindades como si fuese de cartón. El ruido era ensordecedor. El aire de aquella mañana limpia y soleada se fue llenando del olor de la pólvora. Los campos verdes se fueron tiñendo de rojo. Los soldados republicanos solo tenían dos opciones: morir en las trincheras o salir retrocediendo32. Salieron de las trincheras, abandonando posiciones y armas. Puede que hasta los topos tuviesen que abandonar la protección de la tierra, aquel día maldito. Los tanques Renault fueron las únicas armas que durante unas horas pudieron hacer frente a la artillería y los Fiat Arnaldo de los carristi italianos. Hacía el mediodía la división XIII de Marzo lanzada en la zona sur del frente asignado tomó el cerro Raspanera, dirigiéndose a Montoto y Bezana. Fiamme Nere avanzó más al norte, tomando la estación de Soncillo desplazándose después hasta el monte Picones. Sólo el destino pudo parar aquel bombardeo del diablo, aquella encarnizada batalla. Eran las 4 de la

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Lucio Gelli en Fuoco relata: Gli sbarramendi costruiti

dal nemico verso Soncillo si moltipilcavano qui ad ogni paso rivelando nn’acuratezaa ingegnosa che ricordava le cinture fortificate di Bilbao…Era un rullio continuo di esplosioni, un clamore assordante, infernale…Daba un tono di apocalitlico splendore…

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tarde cuando en pocos minutos se echó una niebla densa que impidió continuar los bombardeos y el avance33. Para entonces las divisiones del C.T.V. habían tomado todos los pueblos que encontraron hasta hacerse con el control de la carretera Burgos-

Santander.

15 de Agosto de 1937

Con los primeros rayos de sol también levantó la muerte, con su maldita guadaña hambrienta de cadáveres. Por el frente este, los legionarios de la División XXIII de Marzo y requetés controlaban todo el Alfoz de Bricia. La división Fiamme Nere llegó hasta el pueblo de Corconte y se situó en la falda del Escudo. A las 15, 30 hora de la tarde, tres bengalas de humo negro altísimas daban la señal a la infantería para avanzar34. La División Fiamme Nere marchó al asalto. Tres columnas salieron hacia la montaña en orden perfecto. Los veloces carros armados de la división Littorio, fueron ascendiendo en fila por la carretera hacia Venta Nueva. La aviación atacó las posiciones de las

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En todo el Cantábrico burgalés cuyas laderas miran al sur, los días de más calor se produce el fenómeno que lo meteorólogos conocen como “solanas y umbrías”. Desde del amanecer estas laderas reciben los rayos solares acumulando mucho aire caliente y evaporando agua que se concentra en las laderas norte. Hacia la media tarde estas capas de aire caliente ascienden y su lugar lo ocupan las capas frías, con humedad acumulada, que se desplazan de norte a sur. 34

Sigo la crónica que para el periódico La Stampa de Turín

escribió Sandro Sandri.

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baterías que el ejército republicano mantenía en la cresta. Dicen que al final los últimos metros siempre son de la infantería. De la bomba de mano y el fusil con la bayoneta calada. Del cuerpo a cuerpo, de la muerte con rostro aterrador del hombre. Por el frente oeste, a las 5 de la tarde la 4ª y 5ª brigadas de requetés navarros daban por conquistada Reinosa, ante la desbandada del ejército republicano. Después avanzaron hacia Orzales.

Más de dos batallones del ejército republicano habían quedado embolsados por la tenaza formada entre el C.T.V. y los requetés. La estrategia del ejército sublevado había funcionado. Durante el día se fueron entregando. Dejaron atrás los tanques, las ametralladoras, los morteros…la esperanza. No les quedó otro remedio que entregarse. Al atardecer los últimos batallones que hacían frente aprovecharon para huir por el camino que de Lanchares va a San Miguel de

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Aguayo. Triste día sin duda; para algunos el último de su vida, para otros el de la vergüenza que que intentarían no recordar jamás. Era la noche de la Asunción de la Virgen, aunque con más propiedad, en El Escudo era la Notte di Ferragosto. Una noche mágica que durante días esperan con ilusión los jóvenes italianos. Una fiesta de iniciación en que los chicos y chicas intentan buscar pareja en las verbenas de las ciudades de Italia. ¿Qué pintaban aquellos muchachos allí, jugándose la vida cada metro que avanzaban? ¿A 2000 kilómetros de sus pueblos cantando la giovinezza? Cierto que de momento en aquella batalla habían salvado el pellejo, pero esta no era su guerra. La cifra de bajas, siempre fría e indiferente como si contasen patatas, contabilizaba en su bando: 30 oficiales y 456 soldados de tropa muertos; 1547 heridos y 1 desaparecido. Matar o morir por 20 liras diarias, el sueldo de un legionario35 para luchar contra la rivoluzione rossa, la croisada antibolscevici

bendecida por el santo padre. Los hospitales de campaña quedaron llenos de heridos necesitados de soluciones rápidas. En la mayoría de los casos amputar. Mediante los ferrocarriles más próximos fueron evacuando al millar y medio de heridos. Unos por el ferrocarril Santander-Mediterraneo hasta Villarcayo

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Superior al de una maestra de 550 liras mensuales. Sin duda muchos vieron a quitar el hambre.

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Oña o Burgos. Otros por el ferrocarril Bilbao-La Robla hacía Bilbao. Hospitales llenos de moribundos esperando cavasen una fosa en el cementerio36.

Los capellanes castrenses37 no daban abasto para decir la última oración por los compañeros caídos. Iban de pueblo en pueblo del Valle de Valdebezana. En el cementerio del pueblo más próximo38 a donde habían caído, les decían los responsos. A todos los muertos italianos les enterraron con una botella y dentro sus datos personales. A los

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El hospital de sangre de Villarcayo estaba próximo al antiguo cementerio de la ermita de San Roque. Este tuvo 95 tumbas de italianos, según relata Dimas Vaquero en el libro CREDERE, OBBEDIRE, COMBATTERE (Título que coincide con el lema de la división Littorio). Sin duda a los que morían en el Hospital los enterraron allí. 37

Los capellanes castrenses no eran voluntarios. El obispo castrense les seleccionó con el único criterio de su voluntad. Supongo que más de un capellán se acordó unas cuentas veces del obispo que le envió allí. 38

En relación con la foto que se acompaña, el pie es erróneo. En Cabañas de Virtus no hay cementerio. A los fallecidos en este pueblo les enterraban en Cilleruelo de Bezana.

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oficiales les ataron la botella en el brazo, al personal de tropa en la pierna.

Sigo una vez a más Licio Gelli en la estadística macabra de la batalla. El tributo de sangre italiana fue: muertos 30 oficiales y 456 personal de tropa, heridos 111 oficiales y 1436 personal de tropa,

desparecidos 1 personal de tropa. Después vinieron las medallas, los homenajes y los panteones para los muertos. Más tarde, como ocurre casi siempre, llego el silencio, el olvido. Desaparecieron las cruces blancas que recordaban a los caídos y, hoy, solo las vacas, indiferentes antes los héroes, van dejando su recuerdo.

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12 Vivere pericolosamente

Vivere pericolosamente Sandro Sandri Uomo e Gesta es el sugestivo título que Mario Bassi puso a un libro dedicado a la figura del corresponsal de guerra Sandro Sandri en 1940, dos años después de muerto. También es el título que yo he elegido para este capítulo en el que intentaré aproximarles a los periodistas que estuvieron en

nuestra tierra y a las crónicas que escribieron. Aunque les aseguro que todos no vivieron peligrosamente.

Los corresponsales de guerra italianos

El seguimiento que se hizo de la Guerra Civil Española y del C.T.V. en la prensa italiana fue cuantioso. En cualquier periódico de provincias aparecieron noticias sobre muertos, heridos, homenajes, medallas concedidas. Numerosa la presencia en España de corresponsales de guerra italianos. Unos enviados por periódicos prestigiosos y otros por agencias que facilitaban las noticias para pequeños periódicos de provincias. Erano Renzo y Achille Benedetti del Corriere de la Sera, Piero Saporini del Stefani, Marco Francetti de la Tribuna, Riccardo Forte de la Stampa, Gian Gaspare Napolitano de Omnibus y otros muchos “corresponsales oficiales” pagados por el estado italiano. Siendo imposible escribir sobre todos ellos,

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he optado por referirme a tres, muy diferentes y bastante especiales39.

Sandro Sandri: el hombre de acción

Escribí en otro capítulo que, en mi opinión, los corresponsales de guerra italianos que siguieron al C.T.V. en la Guerra Civil de España tuvieron más de vividores que de aventureros, más de políticos y publicistas fascistas que de reporteros objetivos de una guerra. Sandro Sandri no responde a ese perfil. Fue un fascista de primera hornada. Hombre de acción, echado para adelante, al contrario que la mayoría de sus compañeros. Antes de venir a España, había hecho la campaña colonial en África. Finalizada la toma del Frente Norte fue enviado a la guerra de China donde murió antes de fin de año, durante el bombardeo del cañonero “Panay”. Un compañero de fatigas, Giovanni Artieri, desde San Sebastián, le dedicó estas líneas: “Sandro Sandri quería la guerra y odiaba, como todos nosotros, los perfiles íntegros de las casas sobre las que no

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La mayoría dejaron de ser fascistas cuando les invadieron los alemanes en 1943. El resto en 1945, cuando colgaron, por los pies, en la plaza de Milán, los cadáveres del Duce Mussolini, su señora y algunos más. Prensa italiana consultada: L'Assalto, de Perugia; La Provincia di Bolzano, de Bolzano; Sentinella d'Italia, de Cuneo; Corriere di Saluzzo. Las mejores crónicas, sin duda alguna, están en la La Stampa, de Turin. En el Journal des Nations, de Ginebra, y otros varios de Paris, se limitan a los comunicados del alto mando y es frecuente que confundan los nombres de lugares. Así he encontrado: Lescudo, Villa Arcaio, Cabanas, etc.

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había caído una sola bomba o a las que no había llegado un cañonazo; odiaba las campiñas sobre las que no se encontraban soldados; los muros sin sacos terreros; los tejados sin fortificar, y las ventanas sin ametralladoras. En esta guerra de España, Sandro Sandri había encontrado lo que quería. Había vivido los principales combates de Irún y San Sebastián, con su fusil ametrallador, y quería entrar en Madrid en un carro de combate”. En mi opinión fue el más parecido a un corresponsal de guerra actual e hizo las mejores crónicas en primera línea de combate. Lamberti Sorrentino compartió con él algo más que aventuras de la guerra. En su libro “Questa Spagna” dedicó a su memoria el último capítulo. Se desprende del mismo que vivieron juntos en el Hotel Continental de San Sebastián40 y algunos días a marchaban a San Juan de Luz y Biarriz; que yo sepa allí no había guerra y si la había era de otro tipo. También compartieron hospedaje durante algunos días en Medina de Pomar. Cuenta Lamberti sobre Sandro aquellos días: “Fue en Medina de Pomar, durante la batalla de Santander. Fueron ocho días que paso sin mujer, y la patrona del albergue donde estábamos alojados, una paisana sensual, forrada con seis vestidos superpuestos, te había dicho <<no>> aquella tarde…” ¡Qué se había pensado! Hay que ser muy hábil para seducir a una medinesa. He dicho que cuando en 1937 llega el C.T.V. a Cádiz, Italia es un país dividido en fascistas y antifascistas. Una ideología de este estilo no permite

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Derribado en 1974. Estaba en la primera línea de la playa de La Concha, junto al Hotel Londres. Un veraneo de lujo en 1937.

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la neutralidad. Cualquier observación de Italia en la década del 1930-40, sobre cualquier ciudad, hemerotecas de prensa, fotografías, símbolos, etc, sólo muestran al Duce. Su protagonismo y el culto a su personalidad rozaban la idolatría.41 En este contexto, los periodistas que acuden a España siempre dejaron claras dos cosas: - Primero la necesidad que teníamos los españoles de que nos rescatasen de las garras del marxismo. - Que la participación italiana fue imprescindible para la victoria y los soldados italianos fueron los mejores de la GC. Respecto al primer punto, se llegan a utilizar argumentos perversos, tales como: la pastoral del obispo de Vitoria y Pamplona, la carta del cardenal Goma, “primado de España”, la encíclica del Pío XI, “Divini Redemptoris”, la carta de los obispos españoles a los de todo el mundo, etc42. La participación italiana no tuvo su origen en una

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Italia entonces era una monarquía. Por cada vez que aparece en la prensa el rey Víctor Manuel, aparece Mussolini cien veces. El Duce era omnipresente, en el ejército, en el deporte, en las fábricas. Viajaba constantemente de un extremo de Italia a otro. 42

El profesor Alberto B. Mariantoni, recogiendo argumentos de otros, incide en esta justificación de defensa del catolicismo, que a partir de 1937 pasó a llamarse “cruzada”.

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petición de la iglesia española a favor de “la cruzada”, sino que estaba decidida por el Duce antes del alzamiento de julio del 1936. Respecto al punto segundo, la importancia de la participación italiana en la Guerra Civil, creo que si fue imprescindible para la victoria. Sin la Regia Aeronautica Italiana, artillería y carros de combate, el ejército sublevado, muy mal armado, difícilmente hubiese roto los frentes del ejército republicano. Respecto a los soldados italianos, sin duda algo aportaron, pero los auténticos protagonistas en la conquista del Frente Norte y resto de los frentes de guerra en el norte de España fueron los requetés de Mola.43 Finalizada la Guerra di Spagna, el periódico La Stampa de Turín publicó el 10/06/1937 un balance de la contribución de la Aviación Legionaria. Más de 11 millones de kilogramos de bombas lanzadas.

Lamberti Sorrentino: el escritor

Fue un periodista italiano, destacado corresponsal en varias guerras, escritor y novelista. Nació en Sala Consilina, provincia de Salerno, en 1899; murió en 1993 en una residencia para periodistas en Grottaferrata. En Sudamérica se inició como periodista y allí aconteció una de sus muchas aventuras, o mejor dicho desventuras. En 1924 participó en la revolución de los tenientes, condenado a muerte con contumacia se refugió en Argentina. Llegó a ser reconocido por el general Isodoro Diaz Lopez como

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Los requetés, en un porcentaje muy alto, eran vasco-navarros. Leiza, Hernani, Urnieta, Usurbil,

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“un Garibaldi” y por su amigo Montanelli como Il Pampero. De regreso a Europa fue corresponsal en Abisinia, en la Guerra Civil de España y en la Segunda Guerra Mundial. A la caída del fascismo se encontraba en Budapest, donde los nazis lo capturaron y enviaron a Mauthausen. Entonces escribió el libro “Soñar en Mauthausen”. En 1956 los soviéticos le hicieron preso en la revolución húngara. En 1959 estuvo en Cuba en la revolución castrista. Pero no todo fueron guerras en este aventurero y hombre de acción al ms puro estilo Hemingway. Entrevistó a Jorge Luis Borges, Ingrid Bergman, Roberto Rossellini, Marlene Dietrich y al mismísimo sha de Persia. Cuentan que tenía una casa de nombre exótico en la isla de Capri y una ragazza a la que doblaba en edad. Entre sus amigos todos los grandes contemporáneos del periodismo italiano, como Sandro Sandri, Montanelli, Giaspare Napoitano,Vergani, Monelli, Buzzati…y Curzio Malaparte44. Y políticos del momento como el Conde Ciano.45

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Curzio Malaparte fue un destacado miembro del Partido Nacional Fascista, de donde fue expulsado, para dedicarse a combatirlo con denuedo, por lo que en más de una ocasión fue represaliado. Periodista, editor de prensa y escritor de novelas de gran de éxito, acabó siendo maoísta. Si, como lo leen, seguidor de Mao. Murió en el seno de la Iglesia y del Partido Comunista Italiano en 1956. Irrenunciable amigo de Lamberti.

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Para mi fuel una mal corresponsal de guerra. Hay batallas en las que parece que no se enteró de nada. Uno duda si estuvo en el frente o en el bar de enfrente, si conocía y tenía interés por la estrategia ý táctica militar de cada batalla. Es por el contrario, el escritor, el hombre que guarda en su retina todo lo que ocurre a su alrededor y, en especial, el acontecer humano. Cuando estuvo en Spagna era un fascista ejemplar. En algún momento colaboró con el Ufficio Stampa46 responsabilizándose del apartado de radio e incluso fuer director durante Abril de 1937 de “Il Legionario”47. Cuentan sus biógrafos que con los años fue desarrollando una gran independencia de juicio y desprecio hacia los poderes constituidos. Lo cual supone que no le interesas a nadie en el poder y te aíslan. Creo que en Italia, actualmente, hay un premio periodístico que lleva su nombre.

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Se conocieron en la Argentina. Ciano, miembro del partido fascista, se encontraba allí en misión diplomática. Posteriormente al casarse con la hija de Mussolini llegó a ser Ministro de Prensa y Propaganda, pasando posteriormente a Ministro de Asuntos Exteriores. 46

Ufficio Stampa, fue la oficina de propaganda del estado fascista italiano en España. Tuvo varios nombres y ubicaciones, pero respondía al mismo concepto. Llegó a editar un periódico para el C.T.V. denominado “Il Legionario”. 47

Le sustituyó en la dirección Stanis Ruinas, periodista fascista, que finalizada la II G.M. se hizo comunista, al igual que Curzio Malaparte.

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Indro Montanelli: la voz discrepante

Al igual que el anterior tuvo una larga vida, pues nació en 1909 y murió en el 2001. Dicen que de joven era de ideología anticapitalista y anti-burguesa. Participó como voluntario en la guerra de Etiopia, desde donde comenzó su andadura como corresponsal de guerra. Vino, en 1937, a la GC de España siguiendo al C.T.V. como corresponsal para el periódico Il mensajero. Entonces era fascista, igual que el resto de periodistas. Publico un artículo bastante crítico sobre la batalla de “El Escudo”, en el que dijo que “había sido un paseo con un único enemigo: el calor”. Sin duda se pasó. Las 2.000 bajas, entre muertos y heridos que tuvo el C.T.V. así lo atestiguaron. Rápidamente el Duce Mussolini llamó al orden al periódico citado y le obligaron a retirase y dejar de escribir. Posteriormente el “Corriere della Sera” lo rehabilitó escribiendo durante toda la II Guerra Mundial crónicas sobre los distintos países y entrevistando a los principales políticos de la época. Acusado de traición al Duce, los fascistas le condenaron a muerte, de la que le libro el obispo de Milán. Finalizada la II Guerra Mundial continuó ejerciendo el periodismo, siempre político. Su posición, por encima de otra idea, fue anticomunista y manifestó cierta afinidad con la democracia cristiana. Pero siempre fue crítico. Indro Montanelli, aparte de su faceta como periodista, fue un prestigioso divulgador histórico. En 1965 redactó la Storia d’Itali,a en 23 volúmenes, para los que contó con la colaboración de Roberto Gervaso y Mario Cervi. Un millón de ejemplares vendidos avalan el interés que despertó en Italia esa gran obra.

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La Guerra di Spagna

La Guerra di Spagna, que es el nombre con el que siempre se ha conocido a nuestra Guerra Civil (1936-1939) en Italia, fue seguida con mucho interés por gran parte de su población. Hubo muchas razones para ello. La primera es que todas las personas tuvieron un familiar, un amigo o un conocido próximo que estaba en ella. Cíclicamente en los periódicos de provincias aparecían listados de muertos, heridos o repatriados, esquelas e incluso noticias extrañas; escribían siempre en descrédito de la España Republicana o exaltación de lo propio. La segunda razón es que los fascistas instauraron una prensa que denominaré oficial, pues para el caso es lo fue,

hecha a su imagen y semejanza. En todas las regiones y mayoría de provincias existió un periódico fascista que diaria o semanalmente cantaba las excelencias y logros del fascismo y el Duce48. El sistema de proporcionar al pueblo la lectura dirigida por el partido en el poder tuvo tan buen resultado que fue copiado en España

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Italia en aquellos años era una monarquía. Por cada vez que apareció en la prensa el rey Víctor Manuel, apareció Mussolini cien veces. El Duce era omnipresente en todos los actos de Estado, en el ejército, en el deporte, en las fábricas. Viajaba constantemente de un extremo a otro de Italia, en baños de multitudes.

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denominándose Prensa del Movimiento. He querido acabar este apartado sobre la prensa italiana, seleccionando dos portadas del Suplemento Dominical del Corriere de la Sera, de entre las varias que dedicó a la G.C. Española. Una, a la izquierda, corresponde al domingo 29 de Agosto de 1937 y la ilustración recrea la toma de "El Escudo" por la división "Frecce Nere". La segunda, a la derecha, corresponde al siguiente domingo, 5 de Septiembre de 1937, y recrea la entrada de los legionarios italianos en Santander (según el "Corriere" ciudad basca).

Imparciales y sospechosos

Los corresponsales de guerra italianos fueron todos fascistas. Hubiera sido imposible lo contario. Pero existieron otros corresponsales europeos y americanos que fueron imparciales e intentaron hacer unas crónicas objetivas. No eran momentos de neutralidad, de modo que el hecho de no pronunciarse a favor de un bando directamente los convirtió en sospechosos de colaborar con la causa roja. George Steer, reportero de The Times y The New York Times fue expulsado de Burgos porque a los sublevados no les terminaron de gustar las crónicas imparciales que enviaba. Cuentan que tras

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el bombardeo de Guernica se desplazó allí para verificar la masacre causada. Fue el primero en denunciar el salvaje bombardeo realizado por la Legión Condor. Por su rigor e imparcialidad le despidieron de The Times. Wiliam Camey del New York Times fue otro de los independientes a quien el fascista Arrigo Petaco acusó de ser el primero en ofrecer una versión trastocada del bombardeo de Guernica. Harold Philby tengo serias dudad de si puede incluirse en esta categoría de imparciales y sospechosos, pero lo dejaré aquí por ser anglosajón. La crónica que hizo para el The Times el 24 de Agosto, firmada en Santander es bochornosa. El título de la misma es: The Taking of Santander; el subtítulo: Italians’ part in the attack. Desconozco si en aquellos días calurosos este corresponsal estuvo bañándose en las playas del Cantábrico o tomando cañas en las terrazas de las cafeterías, pero donde sin duda alguna no estuvo fue en El Escudo. Conoce la existencia y participación de Frecce Nere (Black Arrows) al mando del General Sandro Piazzoni. De una forma confusa cita que también han intervenido las diviones Fiamme Nere (Black Flame) y 20th March (23 de Marzo, no sé por qué la adelantó tres días). Desconoce la existencia de la División Littorio, tropa fundamental para asaltar la 3º línea de defensa republicana situada detrás de El Escudo y la participación de la Legión Condor en los bombardeos. Ofrece como cifra de contendiente 30.000 hombres entre las dos brigadas de Navarra, un tabor de regulares y los italianos. Cita el trabajo fundamental de la Aviación Legionaria e identifica a la Legión Condor con la aviación nacional del ejército sublevado. Resumiendo, parece que no enteró de la

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participación de las tres divisiones del C.T.V. como elemento decisivo en esta batalla.

La prensa española y el C.T.V.

En general, en el bando denominado nacional se silenció la participación del C.T.V. en la G.C. No interesaba el conocimiento de los estados europeos favorables a la república de las intervenciones italianas y alemanas en la contienda; aunque sin duda siempre lo supieron. En "Unidad", Diario de Falange Española Tradicionalista y de las J.O.N.S., editado en San Sebastián, los días 16, 17 y 18 de Agosto se recoge el avance del ejército sublevado al otro lado de la cordillera Cantábrica. El resultado final lo describe correctamente, fue un hecho probado la toma de Santander. La descripción del desarrollo de la batalla es vergonzoso. Por el lado oeste, Reinosa, la toma la hicieron los falangistas; por el lado este, Soncillo, la toma la hicieron los legionarios de Millán Astraín. Los bombardeos fueron realizados por la aviación del General Franco. Jamás se menciona a los requetés (vasco-navarros, castellanos, incluso gallegos), ni al C.T.V., ni a la Aviación Legionaria, ni a la Legión Condor. La única información veraz (la he oído a quienes lo presenciaron) es que los iconos y símbolos religiosos de las iglesias fueron quemados por los milicianos; pero en muchos casos lo habían hecho meses antes, no el día de la retirada. Recordaré, al respecto de estas mentiras, que San Sebastián está tiro de piedra de Francia y esta prensa podía estar leyéndose en Hendaya en cuestión de una hora. Imprescindible mentir.

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En algún periódico de carácter local y sin ninguna proyección internacional, se publicaron pequeñas reseñas. Así, en del Diario de Burgos, de 24 de Septiembre de 1937, encuentro "Homenaje a Italia". En Octubre de 1938 otra reseña sobre la "La despedida a los voluntarios italianos"; obviamente no fue la gran despedida de Mayo de 1939. Respecto al bando republicano, se denunció insistentemente la participación de ejércitos extranjeros en la G.C., pero no sirvió de mucho. El interés acreditado por los estados democráticos, o no democráticos, fue principalmente para vender armamento a la República y dejar España arruinada. En esta batalla de Santander la única participación de militares profesionales aliados de la República sólo consta fue de aviadores rusos. En lo referente al material bélico y de transporte incautado, citan expresamente elementos franceses y rusos.

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13 La memoria gráfica

Los legionarios fotógrafos

Repasando libros, buscando en la web y mirando archivos digitales de distintas procedencias, encuentro que los mejores fotógrafos que reflejaron el paso del C.T.V. por España fueron tres legionarios que, a su vez, dispusieron de tres características comunes: Los tres fueron nacidos en el norte de Italia, ejercieron como militares profesionales, aunque no de alta graduación, y combatieron en la División Littorio.

Michele Francone

Fue un piamontés nacido en 1913 en Bosconero (Turín). En 1932 ingresó en I Regimiento del Cuerpo de Ingenieros Minadores y Cavadores. Llegó a Cádiz a finales de Septiembre de 1937. Encuadrado en la División Littorio participó en las campañas de Aragón, Levante y Cataluña. Fue el director de la banda de música de su unidad. Siempre con la cámara a punto, realizó más de 2.500 fotografías. Su afición por la fotografía también la acreditó durante sus vacaciones en la retaguardia (Rioja y Álava), realizando interesantes fotos de la vida civil de los españoles. La foto que se acompaña obtenida en Oyón (Rioja Alavesa) me impacta, desconozco si le causó la misma sensación a quien la hizo. Un montón de mujeres vestidas de negro riguroso, posiblemente en una procesión con destino a la iglesia, y cinco italianos contemplándolas. Recordaré a los más jóvenes que hasta hace pocos años en las

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procesiones primero iba el clero, después los hombres y por último las mujeres. Retrato perfecto de una España clerical y cruel, donde a las mujeres no las obligaban a llevar un burka, pero si ir de negro hasta los tobillos. Por la fecha de llegada a España está claro que no pasó por las Merindades, no obstante me he permitido poner alguna foto suya. Michele Francone falleció muy joven en la II Guerra Mundial. Actualmente, los propietarios de las fotos son sus hijos Giancarlo y Vittore. Hace algunos años editaron un libro con fotografías y regalaron a cada pueblo que consta en el mismo las correspondientes.

El síndrome del turista

En alguna ocasión he citado los errores cometidos por periodistas y escritores en las denominaciones de lugares de nuestra geografía, el último que he encontrado es Ariza por Arija, en escrito de Lamberti Sorrentino. El más generalizado es situar las Merindades en

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Santander. En algún caso Santander es del Pais Basco o Bizcaglia. Soncillo, Virtus o El Escudo para los italianos siempre son Santander; cierto que el paisaje y la arquitectura son cántabros y las divisiones algo que hacen los políticos. Supongo que personas que recorrieron tantos lugares de España en tan poco tiempo, sino documentaron al momento los lugares donde estuvieron, tuvieron muchas probabilidades de confusión. Algo así como el denominado “síndrome del turista”. Algo similar ocurre con algunas de las fotos de Michele Francone. Si desembarcó en Cádiz el 26/09/1937 malamente pudo hacer 64 fotos entre Soncillo y Santander en los 4 días de Septiembre que quedaban, contando que se tuvo que desplazar hasta nuestra tierra. Me puse en contacto por e-mail con Giancarlo Francone, quien muy amablemente me atendió, para intentar aclararlo. Este señor, que apenas tuvo la oportunidad de conocer a su padre por su prematura muerte, me contó que Michele, muy aficionado a la fotografía, dejó unos álbumes con las ubicaciones. Giancarlo, a la muerte de su madre, se hizo cargo de estos álbumes y realizó un cronograma en donde fue situando las 2391 fotos (8 álbumes) en el espacio y en tiempo de conformidad con las distintas fases de la guerra en que participó. Me envió como muestra una hoja que solo dispone de la referencia Soncillo.

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Fotos de Michele Francone cedidas por Giancarlo Francone

Está claro que prestando sus servicios en una Compañía de Ingenieros vino a las Merindades, finalizada la toma de Santander, para rehacer los puentes dinamitados por el ejército republicano en su retirada. Analizadas con detalle algunas fotos comprobamos que confunde territorios de Asturias con Cantabria y Norte de Burgos.

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Zara Bizcay ubicó una de las fotos en Santander

Maurizio Lorandi

No he encontrado nada sobre su biografía. Sólo sé que llegó en Febrero de 1937 y estuvo en "todas las campañas" en que participó el C.T.V., como oficial de la División Littorio. Del puerto de Cádiz partió de regreso a Italia el 31de Mayo de 1939. Al igual que los otros dos fotógrafos, hizo muchas fotos pero escasamente documentadas. De aquellas que se disponen de datos, en algunos casos, tengo dudas razonables. A día de hoy son difíciles de ubicar en el espacio y en el tiempo. Han cambiado mucho los paisajes. La colección dispone de unas 10 fotos realizadas en las Merindades y algunas, sin concretar, que también pudieran ubicarse en este ámbito geográfico. El C.T.V. pasó en España dos veranos, el de 1937 y el de 1938. En el caso concreto del autor de esta colección, estuvo un verano en las Merindades y el otro en Aragón junto al río Jalambre. Por lógica, todas las fotos en las que se encuentran bañándose o con escasa ropa está realizadas en unos de estos dos lugares. No puedo decir que Maurizio Lorandi fue un fotógrafo de la guerra, pero sí que en las fotografías que tomó predomina la temática militar, porque es evidente.

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En la fotografía, propiedad del Archivo Provincial de Bolzano, los generales Terruzzi, Frusci y Riscaccianti. De conformidad con la documentación de las mismas, la foto está hecha en el mes de Junio de 1937 en Trespaderne. Hay tres fotos realizadas los días de la Batalla de Santander. Coinciden con la cronografía de la misma, que hemos visto, hasta el paso del puerto del Escudo.

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La foto anterior está hecha en las cocheras frente al Balneario de Corconte, pomeriggio 17-08-1937. Un Carro Fiat-Ansaldo rodeado de soldados Maurizio estuvo en España 28 meses, período en el que realizó 720 fotos. Pongamos unas 25 fotos por mes. El reportaje en su conjunto refleja la cronografía exacta del C.T.V. Desde la toma de Málaga, derrota de Guadalajara, batalla de Santander y toma de Asturias, frente de Aragón, entrada en Barcelona y finalmente la partida del puerto de Cádiz, el mismo a donde había llegado.

Guglielmo Sandri

En 1992 una chica de nombre Samantha Schenider encontró junto a las basuras, en una calle de Vipiteno (Provincia Autónoma de Bolzano, Región de Trientino-Alto Adigio), una caja de madera que contenía paquetes de fotografías. Durante algunos

años intentó descubrir el contexto al que pertenecían. Incapaz de ubicarlas en el espacio y en el tiempo, y sin reconocer persona alguna, en 2004 se dirigió al Archivo

Provincial de Bolzano, cediendo el fondo fotográfico. Andrea di Michele, doctor en investigación histórica al servicio del Archivo, realizó los estudios correspondientes. Los uniformes y distintivos militares

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le llevaron a pensar que correspondían a la División Littorio, integrada en el C.T.V. Se puso en contacto con la Asociación Nacional de Combatientes Italianos

en España (A.N.C.I.S). Renzo Lodoli, en aquel tiempo presidente, recordó que había un teniente llamado Guglielmo Sandri que siempre estaba haciendo fotos. Para

más datos se acordó de que hablaba alemán e incluso llegaron a pedirle hiciese de intérprete. El legado fotográfico que dejó Gugliemo Sandri sobre su permanencia en España, consta de unas 4.000 fotografías. Su propietario actual es el Archivo Provincial de Bolzano. El autor desembarcó en Cádiz, estuvo en Guadalajara, Las Merindades, Cantabria, La Rioja, Aragón, Levante, Cataluña y Madrid. Un recorrido idéntico al que hizo Maurizio Lorandi, quien aparece en alguna fotografía. También hizo instantáneas durante días de permiso que pasó en San Sebastián, Bilbao, Burgos, Vitoria, Valladolid, Zaragoza o Valencia, entre otras capitales. No fue fácil para Andrea di Michele encontrar el pasado de Guglielmo Sandri. Nació como Wilhem Schrefler en Merano el 12 de Febrero de 1905. Por aquel tiempo toda la comarca era territorio austríaco.

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Finalizada la Gran Guerra (1914-1918) pasaron a incorporarla a Italia. Wilhem Schrefler quedó huérfano siendo muy joven junto a su hermano Ludwig. Fue acogido por una viuda, teniendo una vida difícil. Posiblemente esto le condujo a ingresar joven en el ejército. La llegada del fascismo en 1922 hizo que estuviesen mal vistos los nombres alemanes en Italia. En 1935 cambió su nombre (Guillermo en castellano) por Guglielmo y su apellido Schrefler por Sandri, en honor de un famoso motorista boloñés en aquellos años. También consta que él mismo fue un buen aficionado a las motos y que perteneció al club motorista de Merano. Finalizada la Guerra Civil de España, estuvo en Yugoslavia y Norte de África durante la II Guerra

Mundial. Fue herido en alguna ocasión. Retirado del ejército, ejerció como guarda en su tierra natal hasta su fallecimiento en 1979. Gugliemo Sandri ejerció como teniente

del II Regimiento de Infantería de su división. Permaneció en las Merindades aproximadamente unos cuatro meses. Desde una día de Abril de 1937, que no puedo precisar, hasta el 15 de Agosto que entró en combate en la toma de El Escudo. Durante

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este período realizó unas 300 fotografías en Las Merindades. Al contrario que Maurizio Lorandi, no fue un fotógrafo que abundase en la temática y vida militar, sino todo lo contrario. Fotografió los montes y desfiladeros del Cantábrico, tal vez echase de menos

su Tirol natal. Se llevó como recuerdo las imágenes de los conventos, las iglesias, las mansiones señoriales, los escudos de piedra. Recogió los oficios y

el vivir de los humildes moradores de los pueblos del Norte de Burgos en aquellos años. El legado fotográfico que dejó de Las Merindades es impresionante. Comprende todo, abarca todos los ámbitos de la vida de las personas y descripción material de todo su entorno; es como una radiografía de nuestra tierra hecha en 1937. En sus fotos hay un pasado que nunca veremos. También llama a la puerta de nuestra conciencia mostrándonos un presente que debemos conservar.

El Instituto LUCE

No quiero acabar este capítulo sin hacer una referencia al Instituto LUCE (Libera Unione Cinematográfica Educativa). Es una institución nacida en 1913 con el fin de explotar las posibilidades educativas de la fotografía. Asentados los fascistas en el poder en 1926 se hicieron cargo de ella. A partir de entonces su fin fundamental fue ser el medio de propaganda cinematográfica del fascismo.

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Siguiendo a Emeterio Diez en su libro “Historia social del cine en España”, el Ufficio Spagna creó un departamento denominado Ufficio Stampa e Propaganda. UgoToria dirigió esta sección bajo cuyo mandato hubo tres operadores de LUCE que iban grabando toda la grandeza de la España contralada por el bando sublevado y desolación en la España Republicana. Enviaban a Roma el material y allí producían los documentales y noticias sobre España. Para quienes tenemos cierta edad, recordando el NODO nos hacemos una idea de lo que fue, su omnipresencia e importancia. Incluso sugiero que el NODO español fue una copia a imagen y semejanza de LUCE italiano. Para quien esté interesado en ver algunos reportajes que los fascistas italianos realizaron sobre el C.T.V. facilito el siguiente enlace a su archivo histórico: http://www.archivioluce.com/archivio/ Les recomiendo no se pierdan los cortos B1153, B1159, B1164 y B1165. En uno de ellos podrán ver a todos los generales del CTV más uno español, que me parece el general Dávila, en el Monte Maza dirigiendo la ofensiva de Santander.

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14 Paisajes y Personajes

El Monte Picones

En distintos apartado del paso de “El paso CTV por las Merindades” ha salido a colación el Monte Picones. En concreto, en las referencias a crónicas de periodistas italianos que siguieron la batalla los días 14 y 15 de Agosto. No busquen un monte con esta denominación en Burgos, no existe; no lo encontrarán ni en los mapas de SIGPAC, ni en los del Ejército. El 7 de Agosto de 2012, 7 días antes del 75 aniversario de la batalla, fui a Castrillo de Bezana. El termómetro marcaba cerca de los 40º C, tal vez como el día del "Apocalipsis en las Merindades". Saludé a un hombre de avanzada edad que estaba sólo sentado junto a la fuente intentando escapar del calor como podía. Estaba deseando hablar con alguien, al igual que las personas de otros pueblos que estoy visitando. Las preguntas son elementales: - ¿Usted es de aquí? - Si. - ¿Me puede decir dónde queda el Monte Picones? - ¿Los Picones? - Me contesta. Me cuenta, sin preguntarle, que es natural de Castrillo, el último ganadero que queda. Me advierte que "Los Picones" corresponden a la Junta Vecinal de Riaño, mientras yo empiezo a entender que a éste pequeño monte se le conoce con diversos nombres. - Allí estuvieron los rojos frente al Monte Maza, qué era donde estaban los nacionales. ¡Puf!. Exclama moviendo la mano, como intentando decir menuda la que se armó. Le pregunto por una fuente

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que hay antes de llegar al pueblo con un letrero que dice: Fuente Romana San ....(ilegible). A su forma, me explica que es una fuente de aguas termales y el nombre se lo pusieron unos veraneantes de Madrid. El calor aprieta, razón por lo que decido despedirme de mi amable interlocutor, no sin antes responder a la curiosidad de mi confidente como corresponde. Me pregunta: - ¿Y usted de donde es?, lleva un coche de San Sebastián. - ¡Abuelo!, no se le escapa ni una. Regreso a Los Picones el viernes 9 de Agosto, que hace un poco menos calor. Dejo el coche en Quintanaentello y me dirijo a noreste del pueblo por la carretera. Ando un poco más de un kilómetro y me adentro hacia la cumbre. Algún animal ha debido de morir recientemente, está lleno de buitres. Mal fario para ir a visitar un campo de batalla. Dos o tres kilómetros cuadrados donde debieron de morir muchos soldados de ambos bandos. Recuerdo las palabras que escribió Lamberti Sorrentino a propósito de la mañana del día 14 de Agosto de 1937: "I rossi non si sono arresi. Malgrado che l'artiglieria avesse escardinato ogni difensa organizzata, i santanderini hanno resistito nei ridotti fino ad esaurire la riserve di bombe a mano e, alcuni, si sono difesi all'arma bianca. Monte Picones rigurgita di cadaveri". Algunas rocas areniscas presentan unas hendiduras cilíndricas y en su exterior algo de metal ferruginoso. Sin duda son esquirlas metálicas, restos de los impactos de armas de infantería, artillería o bombardeos. Examino las trincheras, no están exactamente en la cumbre, pienso que de ser así

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hubiesen sido un blanco fácil. Se encuentran camufladas unos metros hacia abajo, mirando hacia el Macizo de la Maza. Entre las trincheras recojo algunos restos de las bombas que llevaré a casa. No me molesto en buscar casquillos de bala o similares, en su día los aldeanos arruinados ya lo hicieron para venderlos a los chatarreros y sortear la miseria. Está claro que el "Monte Picones", como escribieron los italianos, "Los Picones" que dicen los nativos y "El Mojo", que es como lo denominan en los mapas, son las mismas formaciones rocosas.

De Los Picones las trincheras se dirigían a Virtus, en sentido norte-sur. Cruzo la carretera y marcho hacia allí. Cuando asciendo a la cuota 945 (Alto de la Coronía) contemplo la vista de lo que fue un feroz campo de batalla, un territorio donde estuvieron frente a frente las dos Españas que se odiaron a muerte. También estuvieron jugándose la vida unos italianos que no debieron de tener vela para acudir a este entierro, que al final fue suyo.

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Garitas en la piedra

A un kilómetro de Quintanaentello, en el kilómetro 565 de la carretera N-232, dirección Santander, se encuentran unas oquedades talladas en la roca. Estas pequeñas cuevas están situadas una a cada lado de la carretera sobre la línea de trincheras que van de El Mojo a Virtus. Sus medidas corresponden con las de una garita. Sin duda allí controlaron el paso.

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General Annibale Bergonzolli

Nacido en Cannobio 1-11-1884, respondió a un prototipo de hombre militar por encima de todo. Pasó

30 años de su vida en guerra. Participó en la Guerra de Libia contra los turcos (1911-12), I Guerra Mundial (1914-1918), Guerra de Libia (1919-1931), Guerra de Etiopia (1935-1936), Guerra Civil de España (1937-1939) y II Guerra Mundial (1940-41) hasta que fue hecho prisionero y deportado a USA.

Cuentan sus biógrafos que empezó como subteniente de infantería en la Guerra que se desarrolló en Libia contra los otomanos, después de finalizar su período en la Academia Militar. En la Primera Guerra Mundial empezó como capitán finalizando como teniente coronel. En este conflicto fue condecorado con dos medallas de plata y una de bronce al valor. En las siguientes revueltas de Libia alcanzó el grado de coronel. A la Guerra de Etiopia acudió como general de brigada, volviendo con una herida y una nueva condecoración, la insignia de la Orden Militar de Sauria. Llegó a la Guerra Civil de España como general de la División Littorio donde alcanzó la Medalla de Oro al Valor Militar. Cuentan que en el asalto a la tercera línea defensiva planteada por el Ejército Republicano a la altura del Valle de Luena se puso al frente de la División, pistola en mano, haciendo retroceder al enemigo. Por su barba tiesa fue conocido como “Barba Eléctrica” y quienes hicieron la guerra con él lo recordaron como un manojo de nervios al ataque.

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Fue el preferido del General Franco durante toda la permanencia del C.T.V. en España. En la II Guerra Mundial fue destinado a África con el grado de general de división. Tienen las guerras que sólo pueden ganar unos y otros las pierden. Italia estaba llamada a perder una guerra en la que jamás debió de participar. Cuentan que tras la caída de la ciudad libia de Bardia, el 5 de enero de 1941, Bergonzolli fue capaz de escapar caminando 120 kilómetros por el desierto hasta llegar a Tobruk. Hecho prisionero por los británicos, lo deportaron inicialmente a la India y luego a USA. Afirman que al acontecer la división de Italia en 1943, le ofrecieron un puesto en el Ejército Aliado y lo rechazó; puede que sólo fuese el colofón necesario para engrandecer aún más su leyenda.

Volvió a Italia en 1946 y vivió en Cannobio hasta su muerte el 31 de julio de 1973. Durante años fue presidente de ANCIS (Asociación Nacional de Combatientes Italianos en Spagna). No puedo confirmar en qué establecimiento de Medina de Pomar pernoctó o en cual otro tomó un

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café, pero no tengo duda de que, al igual que Ettore Bastico o Mario Berti, en víspera de la Batalla de Santander pasó por esta ciudad

Ernesto Botto (Gamba di Ferro) Nació en Turín en 1907, obtuvo su licencia como piloto militar en 1933.

Ascendió muy rápido, pues ese mismo años ya era teniente instructor y en 1936 capitán. En Mayo de 1937 vino a la Guerra de España en calidad de capitán de la 32ª escuadrilla del VI grupo de cazas, del 4º Stormo. En Junio de 1937 se desplazó a Villarcayo en donde inició su contador particular de aviones

derribados. Sus actuaciones en la Batalla de Santander y en el cielo de las Merindades fueron muy destacadas. Finalizada la toma de Santander, marchó con la escuadrilla 32ª al Frente de Aragón. El 27 de Octubre de ese año se encontraba encima de Fuentes de Ebro, cuando un “Rata” soviético le destroza la pierna con una bala explosiva, el fuselaje del avión terminó de balazos como un queso gruyere. Conseguir aterrizar fue un auténtico milagro. Perdió la pierna y su lugar lo ocupó una prótesis de hierro, razón por la que le llamaron a partir de entonces Gamba di Ferro. Volvió a pilotar cazas en África durante la II Guerra Mundial, hasta que un accidente de automóvil se lo impidió. A partir de entonces ocupó puestos de oficina.

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A la creación de la República Social Italiana, Benito Mussolini lo nombró Secretario de Estado de Aviación. Su prestigio arrastró consigo a muchos aviadores militares italianos. Pero su mala relación con los alemanes y algunos jerarcas fascistas le indujeron a pedir el cese al año siguiente. Fue Medalla de oro al valor militar en la Guerra de Spagna.

Pietro Calistri

Nació en Verona en 1914, obtuvo su licencia como piloto militar en 1936.

El 28 de Mayo de 1937 vino a participar en la Guerra de España integrado en la escuadrilla 32ª del VI grupo de cazas de la Aviación Legionaria. Estuvo bajo las órdenes del capitán Ernesto Botto y permaneció en mismo período que éste en Villarcayo. En junio de 1938 regresó a Italia y sus meritos fueron reconocidos

ascendiendo a teniente. Participó en la II Guerra Mundial ascendiendo a capitán, siendo objeto de diversos reconocimientos y condecorado con tres medallas. Ante la división de Italia en 1943, la llamada de Ernesto Botto le inclina a tomar parte por la República Social Italiana de Benito Mussolini. La casualidad hizo que se encontrase prestando un servicio con la Luftwaffe el 26 de Abril de 1945, en la misma columna que intentaron sacar a Mussolini de Italia. Los partisanos lo confundieron con Virgil Pallottelli, el

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piloto personal del Duce, y lo fusilaron junto al resto de la expedición en el lago Dongo.

Virtus 14-08-1937

He citado dos aviadores italianos que estuvieron en Villarcayo protegiendo a los bombarderos italianos y alemanes durante los días de la Batalla de Santander, pero ¿quién protegía a los ciudadanos de los bombarderos? Una guerra se puede ver con ojos muy distintos. Cuando olvidamos el fervor patriótico y los fusiles, quedan las personas. Gentes ajenas a las guerras y las banderas que tienen que vivir día a día durante las contiendas protegiendo a sus familias. Estas últimas, toda vez alistados los jóvenes al frente, se componen mayoritariamente de mujeres, ancianos y niños. Hablando con personas de los pueblos donde estuvo el frente, les he oído decir que muchos vecinos se marcharon de aquellos pueblos alojándose en casas de familiares o amigos donde se sintieron más protegidos, hasta que la situación volvió a la normalidad. En Virtus tuvieron que soportar unos cuantos bombardeos, de modo que sus habitantes empezaron a cavar en la roca una cueva para protegerse cuando escuchaban el zumbido de un avión. Ahora, ya sabe el lector dónde pasaron los vecinos la víspera de la Festividad de la Virgen de 1937.

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Aldo Vidussoni

Nació en Fogliano de Redipuglia en 1914. Estudió Derecho y Economía en la universidad de Trieste. En 1936 se afilió al Partido Nacional Fascista, apuntándose como voluntario en la Guerra de Etiopía. En 1937 vino como voluntario a la Guerra de Spagna, encuadrado en la División Fiamme Nere. En el paso del Puerto del Escudo fue herido en un ojo y perdió un brazo. De regreso a Italia, en 1938 fue nombrado Secretario del Grupo Universitario Fascista de Trieste. En 1940 pasó a ejercer el mismo cargo a nivel nacional. Al año siguiente Benito Mussolini le nombró Secretario Nacional del Partido, cargo en el que duró aproximadamente año y medio debido a las presiones de los jerarcas del partido. Hecho el recuento de las Medallas de oro al valor concedidas a integrantes del C.T.V. que permanecían vivos al final de la contienda, sumo nueve. Hemos visto dos protagonistas con medalla y éste es el tercero. El resto fueron distinciones a título póstumo que entregaron a las madres de los héroes muertos. Pongo textual el documento donde constan los valores ejercidos por este intrépido soldado, quien en su vida política también dio muestras de ser un iluminado belicista: Comandante di un plotone fucilieri, sapeva infondere nei suoi uomini il suo ardore e il suo slancio giovanile e si offriva sempre volontario nelle azioni più rischiose e difficili. Nell’attacco di una munita posizione nemica giungeva primo sull’obbiettivo dove resisteva bravamente al contrattacco di rilevanti forze avversarie, subito accorse. Ferito una prima volta, rifiutava ogni

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soccorso, incitando i suoi militi alla difesa nel sacro nome della Patria e del Duce. Nuovamente e gravemente ferito agli occhi, perduta una mano per lo scoppio di una bomba lanciatagli a bruciapelo, insisteva nei suoi propositi di resistenza ad oltranza, trovando ancora l’energia di intonare l’inno « Giovinezza ». Esempio altissimo di eroismo e di rarissime virtù militari.» Venta Nueva, 15 agosto 1937. Dejó escrito el Conde Ciano en sus memorias, a propósito de una entrevista que tuvo con Aldo durante el período en que fue éste último Secretario del Partido, que hablando del problema existente con la invasión de Yugoslavia, Aldo le dijo que se resolvía matando a un millón. Valiente energúmeno. Finalizada la Guerra Civil de Italia, abandonó la actividad política y trabajó en una compañía de seguros. Podía haber empezado por ahí.

El Conde Ciano entre El Escudo y Corconte

De las tres líneas defensivas planteadas por el General republicano Mariano Gamir Ulibarri para la defensa de Cantabria, la que menos resistencia opuso fue la segunda ubicada a la altura del Escudo. Relatan los corresponsales de guerra italianos que durante la mañana del 16 de Agosto comprobaron que el Ejército Republicano, tras los duros ataques realizados la víspera por la aviación carros de combate e infantería la habían abandonado replegándose a la tercera línea. La guerra tiene siempre su épica, el honor y la gloria son parte de la mercadotecnia para venderla. En el caso presente, el paso del Escudo quedó como

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emblema de la Batalla de Santander por muchas razones. Cuentan que fue un militar del arma de ingenieros, regresado a Italia, quien realizó la primera propuesta de homenaje a los caídos en esta batalla. Posteriormente un capellán castrense consiguió echarla a andar en la primavera de 1939. Desconozco quien costeó la obra, pero sí que el diseño y dirección corrió a cargo de los italianos. En el mes de Julio de 1939, finalizada la Guerra Civil el Conde Galeano Ciano, yerno del Duce Mussolini y a la sazón Ministro de Asuntos Exteriores de Italia, vino en visita diplomática a España. De su paso por España corrieron ríos de tinta; la interpretación en términos políticos de la visita tuvo muchos puntos de vista. Pero volviendo al Escudo, el jueves 13 de Julio de 1939 estuvo visitando las obras del monumento a los legionarios italianos. Para el seguimiento de esta noticia, he tomado La Vanguardia del día 14 de Julio de dicho año en su página 4. Dada la extensión que tiene, en un intento por resumir, nos situaremos en Santander con el Conde recién descendido del crucero “Almirante Cervera”. El conde Ciano salió luego al paseo de Pereda y allí tomó el coche en compañía del ministro de la Gobernación, señor Serrano Súñer,

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con el gobernador, marqués de la Eliceda, y con el alcalde, sin que cesaran ni un momento las ensordecedoras aclamaciones, que se repitieron en el mismo tono entusiasta hasta que, por los Cuatro Caminos, seguido por una caravana de más de cien coches, salió el conde Ciano en dirección al puerto del Escudo, donde se había de celebrar la solemne ceremonia de descubrir e] monumento erigido en memoria de los legionarios caídos en aquel lugar. Todo el trayecto que había de recorrer el conde Ciano hasta el puerto del Escudo, estaba materialmente cubierto de público, pues de todos los pueblos habían acudido los vecinos para rendir homenaje al representante de la nación amiga. En los pueblos de Alceda y Ontaneda se habían levantado artísticos arcos y el pueblo en masa saludó a su paso el conde Ciano. Al llegar la comitiva al pueblo de Entrambasaguas el conde Ciano se apeó del automóvil, visitando el pequeño cementerio del pueblo, donde reposan algunos de los voluntarios italianos que cayeron en la campaña de liberación de Santander, y cuyas tumbas aparecían engalanadas con banderas italianas y españolas y estaban materialmente cubiertas de flores. El conde Ciano pronunció las siguientes palabras: «Voluntarios itaia.nos caídos en España:»; a lo que todos los asistentes contestaron: «¡Presentes!». Seguidamente emprendió la comitiva la subida al Puerto del Escudo, en el cual visitaron, en primer lugar, e1 cementerio en el que reposan diez oficiales italianos, y donde se repitió la misma ceremonia que en Entrambasaguas.

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En el Alto del Escudo A las once menos cinco minutos de la mañana llegó la comitiva al pie del monumento elevado en el Puerto del Escudo. Allí esperaban el general Gámbara y otros oficiales italianos. El monumento, que ha sido erigido por artistas italianos, representa una pirámide blanca con escalones, que, asimismo, representan las cotas del Puerto del Escudo. Al pie del monumento aguardaban al conde Ciano, además de las autoridades locales, unas bellísimas señoritas ataviadas con trajes típicos montañeses. El capellán italiano, Bazianini, explicaba al conde Ciano y a su séquito las particularidades de este sobrio monumento a los caídos de Italia por la defensa de España. S. E. el ministro de Relaciones exteriores de Italia se interesaba vivamente por todos los pormenores y circunstancias de este monumento, en el que reposarán los restos de todos los voluntarios legionarios italianos que hoy se hallan enterrados en diferentes cementerios de la Montaña, y que será inaugurado el día 28 de agosto, aniversario de la liberación de Santander.

Complementa la noticia, la visita que seguidamente hizo a Corconte y al monumento en construcción ubicado en Cilleruelo de Bricia. Este último sabemos que se hizo a instancias del general Sagardía, quien le acompañó este día.

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Quien esto escribe recuerda haber estado en el Cementerio de los Italianos en 1963, cuando aún venían italianos a honrar la memoria del padre, del tío o del abuelo muerto en a la Guerra di Spagna. Por desgracia El Escudo también tiene otra leyenda negra para los italianos. Al cementerio de los italianos vinieron durante décadas familiares de los allí enterrados a rendirles tributo. Excursiones a título individual en coches o colectivas organizadas por familiares o la asociación de excombatientes. En mayo de 1971 un autobús, en el que viajaban excombatientes y familiares, desde El Escudo hacia Santander se precipitó a la altura de la Puente Zorrilla cayendo por un desnivel de unos 20 metros. El balance fue de 11 muertos y 23 heridos. El Escudo se cobró su último tributo de sangre italiana. Algún excombatiente que salió ileso de la contienda en 1937, no lo hizo de aquel autobús en 1971.

El fascista perfecto: Renzo Lodoli

Nacido en Venecia e ingeniero de profesión estuvo en la Guerra de Etiopía y se apuntó como camisa negra a la Guerra di Spagna. El fascismo fue para él como una especie de religión y profesó del mismo durante toda su vida, que fue muy larga49. En una

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Tomado del diario El Mundo. “Cuando empezó la guerra de España tenía 23 años. Era ingeniero pero todavía no estaba trabajando. Acababa de regresar de África de luchar en Abisinia como miembro de un batallón de estudiantes voluntarios. Todos nosotros éramos fascistas. En aquel entonces todos los italianos eran fascistas. Había una organización de universitarios fascistas, de donde posteriormente surgirían los más antifascistas. Llegué a España con

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entrevista que le hicieron para La Domenica di Republica, publicada el 14-05-2006, y en otra para el Especial del Mundo, dedicado al 70 aniversario del inicio de la Guerra Civil, contaba los motivos que le llevaron a alistarse como voluntario. Fundamentalmente fueron dos: la defensa de la religión católica en España y la propagación del fascismo. Respecto al primer motivo la explicación es la redicha cruzada contra el ateísmo y el bolcheviquismo. En cuanto al segundo, 70 años después explicó: “esperaba que el franquismo fuera fascista. No lo fue, pero eso nosotros no lo sabíamos entonces. Franco adoptó la boina roja, el Cara al sol, el saludo romano y poco más”.

Este hombre representaba una forma de pensar inconcebible hoy, forjada en el contexto bélico de la primera mitad del siglo XX. Decía que la guerra

era la escuela en la que se forjaban los hombres. Fue fundado del Movimiento Social Italiano, partido de

un regimiento de la División Littorio, en un barco que no tenía nombre ni nacionalidad. Salimos de Nápoles y tardamos cinco días en llegar a Cádiz. No sé por dónde pasamos. Al llegar, nos pusieron grados y emblemas y una boina negra con una estrella de cinco picos. Teníamos, como los alféreces provisionales españoles, una hombrera de paño negro con una estrella de oro. A los alféreces, nos pusieron dos estrellas blancas de plata. No llevábamos bandera italiana ni nada semejante. Llevábamos una bandera negra, con una cinta italiana y otra española

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extrema derecha, y fue presidente de ANCIS. Durante muchos años volvió a España a rendir homenaje a sus compañeros caídos y recordar mejores tiempos. Mediante las fotos de Gugliemo Sandri lo reconocemos como uno de los militares que pasó por las Merindades. Tal vez la foto que mejor lo identifica, en cuerpo y alma, es una que acompaño en la que se encuentra dentro de un eremitorio existente en Manzanedo.

El fascista imperfecto: Davide Lajolo

Nació en Vinchio el 29-07-1912, en el seno de una familia de labradores. Estudió en los salesianos de Castelnuevo y la universidad de Alejandría, manifestando una gran inclinación por la literatura y el periodismo. Se alistó en el ejército como salida para solventar la pobreza económica de su familia, igual que otros muchos jóvenes de su generación. Fue esa la motivación que le condujo a la Guerra di Spagna y que dejó muy clara en sus libros. Joven temperamental se apuntó al fascismo y vino voluntario a la Guerra de Spagna integrado en el 1º Batallón del II Regimiento de la División Littorio50. A su regreso a Italia escribió un libro sobre la misma e inicio sus trabajos en el periódico Corriere Adriatico de Ancona. Sobre el libro Bocche di donne bocche di fucili, fue uno más del género de memorias de un fascista, con la particularidad de que el general Annibale Bergonzolli escribió el prefacio.

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El mismo regimiento en el que estuvo el teniente “fotógrafo” Gugliemo Sandri

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Se incorporó a II Guerra Mundial como oficial, participando en los frentes de Albania y Grecia. A la división de Italia en 1943, dio un giro espectacular en su pensamiento y se integró con los partisanos que luchaban contra la RSI de Benito Mussolini, bajo el alias de Ulises. Otro fascista perfecto que se acabó haciéndose comunista. Finalizada la Guerra Civil en Italia ejerció durante toda su vida como escritor, periodista y poeta. Aparte de su actividad profesional, durante tres legislaturas fue diputado del Partido Comunista Italiano.

En la novela Il Voltagabbana51 (1962) expuso las razones por las que un joven fascista acabó haciéndose comunista. Por mucho que explicó, los fascistas italianos, que los hubo y los sigue habiendo, no se lo perdonaron nunca. Para ellos siempre fue un traidor. De los dos libros citados, llenos de experiencias vitales, me he permitido sacar tres extractos. ¿Por qué se hizo fascista?: La única vía para un joven, para sentirse vivo, para hacer, para

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Il Voltagabbana= El tránsfuga

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movilizarse, para luchar por que las cosas pudiesen cambiar. Cuenta al respecto de su entrada triunfante del C.T.V. en Santander: “Entramos en Santander después de que la batalla había reducido la ciudad a un montón de escombros. Por la carretera, largas filas de gente hambrienta delante de los almacenes en la esperanza de tener un trozo de pan. Pequeños y mayores tenían todos el mismo rostro marcado por el hambre y el miedo”. Relata un conversación que tuvo una noche hablando con su compañero Bosco, un calabrés de pocas palabras, sobre las razones de la guerra. Bosco:

- Me parece que aquí estoy en mi país teniente. Puesta la cabeza fuera de la tienda continuó. – También son como nuestras las casas, las carreteras y la gente. El mundo está lleno de pobres. Hemos partido de tan lejos para dejar nuestra miseria y aquí hay tanta como allí. También las guerras las siguen pagando los pobres.

- Para esto hacemos la guerra, Bosco, para acabar con esta miseria y para que toda la gente pueda vivir mejor.

Bosco estaba de pie, plantado frente a mí, no había entendido. - ¿Para acabar con la miseria hacemos la guerra? - Si – Respondí. - ¿Pero no la aumentamos también aquí, haciendo la guerra? ¿Un frente que divide a un país en dos, con bandos que se disparan,

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que conducen a la imposición y la muerte, puede acabar con la miseria? No sabía muy bien que contestarle para convencerlo.... Aquella noche tuve clara la sensación de haberle mentido y de haber mentido a mí mismo.

Torres de Arriba: símbolo de la guerra Durante años he pasado muchas veces por la carretera que une Soncillo con la N-623 a la altura del Puerto de Carrales. A un kilómetro aproximado de Soncillo se pasa por Torres de Abajo. Continuando hacia Carrales nunca observé la existencia de otro pueblo en todo el recorrido. Por el libro “Los pueblos del silencio” de Elías Rubio sé de la existencia de un pueblo destruido en la Guerra Civil denominado Torres de Arriba. También conozco por las crónicas de los periódicos italianos, durante el día 14 de Agosto de 1937, de los bombardeos acontecidos en el Cerro Raspanera y Torres de Arriba. En otoño de 2012 decido ir a visitar ambas localizaciones. No es difícil encontrar el Cerro Raspanera, sólo es cuestión de buscar el otero más alto. Corresponde con la cota 984, a la que se puede ascender bien desde Montoto o una vez pasado un kilómetro desde Torres de Abajo girando a la derecha. Fui por este último camino y regresé de nuevo a la carretera citada Ya en la carretera no tuve otro remedio que preguntar a unos ganaderos del pueblo dónde se encontraba Torres de Arriba. La respuesta me dejó perplejo:

- Está en Torres de Arriba.

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Torres de Arriba no debió de ser muy grande, pero en todo caso lo arrasaron.

Las piedras de sillería que conservaron fueron aprovechadas para hacer casas nuevas y de lo que fue un pueblo con vida hoy sólo quedan un montón de cantos.

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15 Epílogo 15 de Agosto de 2011

Es de noche. Veo las columnas de humo negro producidas por la pólvora quemada elevándose al cielo, oigo el estruendo de las explosiones, el grito ensordecedor de la muchedumbre, siento los empujones. A mi espalda oigo hablar italiano….Son los jóvenes italianos de hoy, que contemplan los fuegos artificiales de la semana grande de San Sebastián. Mañana por la mañana, en formación, con su arma entre las manos, como si del C.V.T. se tratase, atacarán por el Cantábrico cabalgando sobre sus tablas de surf, tomarán la playa de La Zurriola e intentarán conquistar algunas chicas. Me alegro, ¡Bienvenidos sean!

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Bibliografía

ABC, HEMEROTECA ARRIGO, Petacco: ¡Viva la Muerte! Mito e realtà della guerra civile spagnola 1936-39. Arnoldo Mondadori Editore, Milano 2006 BARTRINA LOZANO, Ángel: La batalla de Guadalajara. Historia de España. BIBLIOTECA NACIONAL DE ESPAÑA: Hemeroteca Digital. Consultas varias. BIBLIOTECA PANIZZI, Il Solco Fastista. CARRUBBA, Marco: La memoria del C.T.V. en las publicaciones del régimen fascista y en las biografías de los voluntarios. Universidad de Pisa. CORRAL, Pedro: Desertores. La guerra civil que nadie quiere contar. Edición DeBolsillo, Febrero de 2007. COVERDALE, John F: La intervención fascista en la Guerra Civil española, Madrid, Alianza Editorial,1979. DIEZ PUERTAS, Emeterio: Historia social del cine en España FRAILE LÓPEZ, Miguel Ángel: Arqueología de la Guerra Civil: El Frente Norte Cuadernos de Campoo. Septiembre de 2003. GELLI, LICIO: Fuoco. Cronache legionarie della insurrezione antibolscevica di Spagna ISTITUTO LUCE, ARCHIVIO STORICO. La Domenica del Corriere, portadas. LA STAMPA, ARCHIVIO STORICO. LA VANGUARDIA, HEMEROTECA. LOGOLUSO, Alfredo: Fiat CR.32 Aces of the Spanish Civil War MARIANTONI, Alberto B.: Guerra di Spagna. Perché l’Iitalia di Mussolini vi partecipó.

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