El futuro de la red: Internet de las cosas

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El futuro de la red: Internet de las cosas Lógicas para la red Máster en Lógica y Filosofía de la Ciencia Javier Taravilla Herrera Diciembre 2011 (CC) Publicado bajo licencia Creative-Commons contribución/compartir igual 3.0

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El futuro de la red: Internet de las cosas

Lógicas para la red

Máster en Lógica y Filosofía de la Ciencia

Javier Taravilla Herrera

Diciembre 2011

(CC) Publicado bajo licencia Creative-Commons contribución/compartir igual 3.0

1. EL PASADO: LA ESCUELA

Recuerdo que un día en la clase de ciencias, un profesor del Instituto –que además era vecino mío– nos expuso una idea que llamó mi atención. “Pensad –decía– que dentro de pocos años, gracias a la tecnología, la leche y otros alimentos se repondrán solos en vuestra nevera”. La cuestión era interesante solo que “¿Cómo podría ocurrir?”, pensé. Y es que esa era una situación que en cierta medida ya se daba. Por entonces yo era adolescente y la mayoría de las veces la nevera se reponía “sola”. No siempre participaba en aquellas interminables tardes de compra que tenían como objetivo acudir a las grandes superficies para reponer el frigorífico de casa. Además, para esa tarea, ya se utilizaban variados elementos tecnológicos: los productos llegaban troceados, preparados o embalados y mediante cadenas de distribución a los estantes de los supermercados, lugar al que los compradores accedían en coche y donde realizaban sus pagos con tarjeta. La tecnología ya participaba en dicho ritual.

Pero el profesor continuó: “Un momento en el que la leche llegará a tu casa sin apenas intervención por vuestra parte. La nevera tendrá unos depósitos dotados de sensores, similares a los de la gasolina de los coches, que llenaréis con leche. Cuando estos sensores detecten que la leche se está terminando, mandarán un aviso al supermercado y una mañana ¡riing!, un repartidor llamará a la puerta y os entregará la nueva provisión. Y no sólo eso; traerá una cantidad precisa porque en el supermercado sabrán cuanto consumís al mes y podrán ajustarlo a temporadas en las que, por ejemplo, estéis de viaje y consumáis menos, u otras en las que siendo más en casa necesitéis más. La conexión entre máquinas permitirán cosas de este estilo”. Pero a pesar de la exposición, la pregunta seguía vigente: ¿Cómo podía esto ocurrir?.

Por entonces corría el año 96-97 e Internet era algo desconocido para la mayoría de los que estábamos en el aula. Ninguno –salvo tal vez el profesor– imaginábamos la expansión que esta tecnología iba a experimentar pocos años después.

Hoy, en el año 2011, la red es una tecnología revolucionaria y ampliamente extendida que ha posibilitado –al menos en los países desarrollados y con un importante crecimiento en las zonas emergentes– modos de organización e interacción entre personas, instituciones, etc, y servicios y empresas completamente nuevos. Pero ¿sería posible una situación como la descrita anteriormente a día de hoy?. La respuesta es sí. Y no sólo es posible, sino que muchas de las tecnologías, servicios e inversiones de los últimos años, la señalan como tendencia inmediata en el futuro de la red. Estamos hablando de lo que se conoce como “Internet de las cosas” o IoT (abreviatura de “internet of the things”)

2. EL FUTURO INMEDIATO: INTERNET DE LAS COSAS

¿Pero qué es eso de Internet de las cosas?. A fin de cuentas Internet ya conecta “cosas”. Son millones las personas que se conectan a diario a una red de la que participan ordenadores de sobremesa, portátiles, servidores, routers, etc, y a los que ahora se suman la nueva gama de dispositivos móviles (tablets, smartphones, pda's, etc). Internet ya es una red de “cosas”.

Pero el concepto de Internet de las cosas pretende superar esta situación. Internet de las cosas es la propuesta de conectar sensores y dispositivos en objetos cotidianos, a fin de que puedan ofrecernos información sobre su estado, localización y características a través de la red fija o inalámbrica. Es decir, que los objetos cotidianos estén también conectados a internet. Una situación que ofrece un mundo de interacciones y servicios entre humanos y máquinas o entre máquinas y máquinas hasta ahora desconocidos.

Un escenario que supondrá que miles de objetos se unan a al red en un breve plazo a la red y

participen en una nueva y tupida malla de interconexiones e información. Se estima ya son 2.000 millones las personas que se conectan a Internet1, y que en 2015 habrá que sumar a los millones de conexiones “humanas” unos 15.000 millones de objetos conectados2. Tanto las personas como los objetos van a poder conectarse y participar en la red en cualquier momento y lugar. En caso de cumplirse las previsiones, nos encontramos a las puertas de un nuevo modo de interacción entre el mundo físico y el mundo virtual inspirado en la idea de ubicuidad y facilitado por el desarrollo de las tecnologías de la información y de la industria electrónica. Se crearía una malla de conexiones en el planeta que establecería una especie de “sistema nervioso mundial”. La aldea global3

alcanzará ahora a los objetos.

Pero aunque la idea se instale con fuerza en los programas de los centros de investigación, desarrollos de empresas y estados, ni el nombre ni la idea son tan nuevos.

En concreto el nombre es atribuido a Kevin Aston, cofundador y director del Auto-ID Center del MIT4, que en 1999 utilizó esta expresión para llamar la atención de los directivos de la empresa Project & Gamble. Intentaba hacerles ver que la inclusión de etiquetas RFID5 en sus cadenas de suministros, sumado a las posibilidades de la Internet de entonces6, podría acarrear importantes beneficios para su empresa.

Por otro lado, la idea inspiradora es la mencionada “ubicuidad”. Una idea aparecida en la obra de Philip K. Dick Ubik y que en 1991 Mark Weiser, director científico del Centro de Investigación de Xerox en Palo Alto, materializó en el término de “computación ubicua” o “ubicomp”. Un término utilizado desde 1988 en los ambientes de investigación y que salta a la luz pública con su artículo “The Computer for the Twenty-First Century”7. Para Weiser, los ordenadores personales deberían ser sustituidos por dispositivos “invisibles” encajados en los objetos diarios. A su entender los ordenadores eran elementos demasiado enredados y suponían demasiado tiempo y atención por parte de los usuarios: requerían una atención casi exclusiva de estos y les distraían de otras tareas. La computación ubicua se definió entonces como el intento de integrar la informática al entorno personal a través de variados dispositivos, con el objetivo de ayudar en el desarrollo de las tareas diarias. El concepto también es conocido como calm technology, persuasive computing, things that think o everyware. Es esta ubicuidad tecnológica, pensada para el entorno doméstico y personal, la que en la actualidad aspira a expandirse al ámbito de la industria, servicios, consumo o medio ambiente, de la mano de la rápida evolución de la electrónica y las redes y bajo el nombre de “Internet de las cosas”.

3. FACTORES QUE IMPULSAN LA IoT.

Una expansión que ha encontrado el motor de su evolución principalmente en dos factores:

3.1. La miniaturización.

Desde que en 1965, el cofundador de Intel Gordon Moore publicara un artículo estimando que el número de transistores de un chip o circuito integrado se duplicaría cada dos años8, su predicción se

1 http://www.internetworldstats.com/stats.htm 2 http://www.alcatel-lucent.com/new-thinking/market-growth/Internet-of-Things.pdf 3 http://es.wikipedia.org/wiki/Aldea_global 4 La red de laboratorios Auto-Id es un grupo de investigación centrado en el desarrollo de etiquetas RFID y sensores

para tecnología, con centros en varios países. Su sitio es: http://www.autoidlabs.org/ 5 Radio Frecuency Identification: http://es.wikipedia.org/wiki/RFID6 Artículo de Kevin Aston: http://www.rfidjournal.com/article/print/49867 Artículo de Mark Weiser: http://sandbox.xerox.com/want/papers/ubi-sciam-sep91.pdf8 En realidad su estimación era por año; fue en otro de 1975 cuando amplio la estimación a dos. Podemos ver el de

1965 en: ftp://download.intel.com/museum/Moores_Law/Articles-Press_Releases/Gordon_Moore_1965_Article.pdf

ha venido cumpliendo. Bien fuera porque Moore consiguiera acertar con el futuro o porque los fabricantes lo entendieran como un axioma de desarrollo, el caso es que en los últimos 50 años esta observación –conocida como “Ley de Moore”– ha marcado la pauta en la industria del chip. El número de transistores es proporcional a la capacidad de cálculo de los procesadores. Y este incremento conlleva a su vez un abaratamiento de costes. Así en 50 años se ha reducido enormemente el coste, consumo de energía y tamaño de los dispositivos. Se ha pasado, en el tiempo equivalente a la vida profesional de un ingeniero, de concebir y montar ordenadores que pesaban toneladas y ocupaban habitaciones enteras, a fabricar dispositivos diminutos. Una miniaturización que supone dos consecuencias evidentes: la primera, que cada vez tenemos ordenadores más potentes y baratos que los anteriores; la segunda, que se pueden fabricar sensores cada vez más pequeños que sean fácilmente integrables en los objetos.

Etiquetas RFID.

Y para colocar un dispositivo en casi cualquier objeto e incluirlo en la red, las ya mencionadas etiquetas RFID (radio frequency identification, en castellano “identificación por radiofrecuencia”) son el principal exponente. Estas etiquetas son circuitos integrados que adheridas a un producto pueden ofrecer información dinámica y en tiempo real sobre aquello en lo que se encuentran. A través de radiofrecuencia, estas etiquetas envían datos a un dispositivo u ordenador que, conectado a la red, reenvía esa información a un humano o a otra máquina. Con ellas se establece lo que en Internet de las cosas se conoce como comunicación M2M (siglas en inglés de la expresión machine-to-machine).

La industria

Y el desarrollo, comercialización y servicios que se pueden ofrecer con estas etiquetas es enorme. En el sector de la logística –donde recordemos fue bautizada la IoT– son muchas las iniciativas para utilizar etiquetas en el seguimiento de cadenas de suministro, permitiendo a las empresas conocer las rutas de los productos, estado de los mismos, elementos en stock, tiempo hasta que son consumidas, etc. Así podrán tener sus artículos controlados mediante su presencia en la red. Imaginemos su aplicación en casos de partidas alimenticias contaminadas o, en los miles de maletas que al año se pierden en los aeropuertos del mundo. El modo de abordar estas crisis sería muy distinto. Se reduciría el tiempo y gasto para resoverlo, a la vez del grado de “pánico” de consumidores, autoridades y usuarios. Del mismo modo, el mundo de la salud también cuenta con una importante inversión en esta linea. Se trabaja desde ya en tener a pacientes monitorizados en su casa mediante sensores y que sean estos los que activen el servicio de emergencia en caso de problemas.

Esto a pesar de que nuestro cuerpo ya cuenta con una vía para manifestar males, enfermedades y problemas: los síntomas. Si para el profesor de literatura y teórico de la comunicación Marshall McLuhan9, cualquier tecnología era una expansión de nuestro cuerpo, la inclusión de sensores en nuestro organismo sería un episodio más: la extensión de sus síntomas. Una extensión sensorial que podría ampliar hasta lo muchas veces oculto que son los síntomas.

El cuidado del medio ambiente también apuesta fuerte en el avance de Internet de las cosas. Los proyectos y congresos de las smartcities o smatrlands son ejemplo de ello10. Decenas de ciudades de Europa, América o Asia, están incorporando dinámicas IoT en su gestión. Edificios que autorregulan su consumo, avisan y lanzan protocolos ante incidencias o abren automáticamente las puertas sólo al personal admitido; servicios de aviso de emergencias, control y gestión del agua, energía, medios de transporte, etc. Todo con la intención –en principio– de promover un desarrollo

9 http://es.wikipedia.org/wiki/Marshall_McLuhan 10 El de 2011 fue celebrado en Barcelona: http://www.smartcityexpo.com/

más sostenible y optimizar el consumo de recursos. Hasta existe un sitio que usa esta tecnología en la vigilancia de parques naturales11.

Por último, el sector textil también trabaja en la incorporación de minúsculas etiquetas en prendas de vestir, que permitan desde localizar y gestionar textiles y prendas de vestir con eficacia, hasta avisar a sus usuarios de las calorías quemadas en un marcha o detectar problemas de salud. En conclusión, un mercado de etiquetas que con más de 30 millones de unidades circulando por el planeta en 2010, espera crecer considerablemente de la mano de la nueva conectividad mundial.

Si de este mundo incipiente queremos conocer alguna de las propuestas más destacadas, esa es sin duda el Proyecto Pachube. Un portal dedicado a geolocalizar y conectar con sensores de todo el planeta y ofrecer su información mediante web. Ofrece datos sobre los que los usuarios, comunidades o empresas pueden construir sus aplicaciones. Una plataforma que tras el accidente nuclear del pasado Mayo en Japón, ha sido determinante en la detección de los niveles de radiación. Todavía hoy podemos entrar en su página y ver los feeds con las etiquetas “radiation” o “japan” ofreciendo mediciones Geiger en distintas zonas del país12.

Ciudadanos, usuarios y consumidores

Pero todos los ejemplos que hemos visto son del lado de la industria y hay que mencionar también las modificaciones del lado de los usuarios y consumidores. Internet de las cosas permitirá por ejemplo prácticas de consumo colaborativo. Se podrá recibir y compartir información sobre productos y servicios a través de los móviles, realizar comparativas de precios o localizar productos similares en las inmediaciones. Aplicaciones como Layar, Google Street View, Barcode Scanner13 o tantas de las que encontramos en los markets de Android o IPhone son ejemplos de este tipo. También les permitirá ser más conscientes de sus hábitos de consumo o tener más controladas sus pertenencias (o a sus familiares). Ya existen empresas que ofrecen mediciones detalladas del consumo energético de los hogares permitiendo moderar el gasto o adecuarlo al horario de precio reducido14. Podría incluso pensarse una versión digital de permacultura. Un movimiento iniciado a mediados de los 70, que buscaba integrar de manera armónica la vivienda y asentamientos humanos con el paisaje y recursos naturales, buscando ahorrar materiales, producir menos desechos y conservar el entorno. Su nombre “permacultura” surge de la contracción de permanencia y cultura15. Entre sus prácticas estaba también adecuar el gasto de casas y comunidades a los ciclos diarios de la naturaleza. Los electrodomésticos funcionan al medio día con la energía tomada de paneles solares, momento en el que se aprovecha para calentar la casa de cara a la noche, cuando se apagan los calefactores, etc. Con la inclusión de sensores y redes, un nuevo e imaginado abanico de propuestas podrían utilizarse, permitiendo a consumidores, usuarios y ciudadanía estar más informados, ser más conscientes de sus hábitos y personalizar sus acciones.

Aunque no todo van a ser ventajas. El uso de estas tecnologías también despierta controversias. Ya en el año 2003, representantes de la Privacy Rights Clearinghouse, Electrónic Foundation Frontier y UCLA, participaron en una audiencia ante el Senado de California para debatir sobre los riesgos que para la privacidad los dispositivos RFID podrían suponer. En palabras de la senadora Debra Bowen “¿Cómo se sentirían ustedes si se enteraran que su ropa interior está informando sobre su paradero?”. Expresaba así, de una manera literal y directa, la preocupación que este país tienen sobre la protección de la intimidad personal. Es esperable que las posibilidades de esta tecnología

11 What's invasive: plataforma para móviles en la que se cuelgan y comparten datos y localizaciones sobre especies que atentan contra el equilibrio de los ecosistemas de parques naturales. http://www.whatsinvasive.com/

12 https://pachube.com/ 13 Aplicación para móviles que realiza comparativas y localización de productos desde códigos de barras. 14 http://opower.com/ 15 http://es.wikipedia.org/wiki/Permacultura

despierte imágenes de seguimiento y control propias de la distopía orwelliana del Gran Hermano16.

Queda por tanto mucho por despejar en este campo. Los aspectos relacionados con la privacidad y seguridad de funcionamiento y los datos, serán centrales para la aceptación de estas tecnologías por el gran público. Porque aunque Internet de las cosas abra una perspectiva de comunicaciones y conexiones increíbles, también reserva un lado oscuro: los ciudadanos pueden estar más informados pero también más controlados. Es muy probable que tras los litigios y controversias de las últimas décadas sobre prácticas monopolísticas o los derechos de autor en la red, las consecuencias y aplicaciones de Internet de las cosas será el escenario de contiendas legales relacionadas con la tecnología de los próximos años.

3.2. Tecnologías de red: superación de las limitaciones de la infraestructura móvil.

Si el anterior punto comenzaba citando a Moore, ahora invocaremos otro principio: la ley de Metcalfe. Una ley que establece que “el valor de una red de comunicaciones aumenta proporcionalmente al cuadrado del número de usuarios del sistema”17. Es decir, que una red adquiere más valor cuantos más elementos haya conectados a ella. Un principio que explica muchos de los fenómenos relacionados con las tecnologías de red pero que apunta en dos direcciones. Por un lado la red adquiere valor con la presencia en ella de individuos; por otro, el valor que tiene para los individuos pertenecer o no a ella. Como dice David de Ugarte en El Poder de las redes “Cuanto más miembros tiene la red de usuarios, más interés tiene para un no miembro pertenecer a ella”. Cambia “individuos” por “objetos conectados” y ya tenemos la generación del valor en nuestra Internet de las cosas. No sólo la red adquirirá valor cuantos más objetos haya conectados a ella, sino que un objeto tendrá mayor valor si tiene la posibilidad de formar parte de la red.

Antes dábamos un cifra: 15.000 millones de objetos conectados a la red, junto a 2.000 millones de humanos para 2015. La empresa Intel mantiene la tendencia y estima que en el año 2020 habrá cerca de 31.000 millones de dispositivos conectados además de 4.000 millones de usuarios18. Y ante este escenario, la aparición de smartphones y dispositivos móviles para consumo humano, puede saturar las conexiones de red: la capacidad de la infraestructura de telefonía móvil es limitada. No quedan lejos los años en los que era imposible utilizar tu teléfono móvil en las noches navideñas. Tal era la actividad de felicitaciones y llamadas, que las redes estaban saturadas. Un problema que hemos vuelto a encontrar en las manifestaciones ciudadanas ocurridas en España en los últimos meses al tirón del 15M. Las noches del 15-M o la del 15-O, los convocantes de la manifestación, que querían contactar con otras ciudades en las que también había gente manifestándose, pedían a los “presentes” que apagaran la conexión wi-fi y de red telefónica de nuestros teléfonos. Tantos dispositivos solicitando conexión en un mismo punto estaba desbordando el espectro.

Y si la proliferación de aparatos móviles y smartphones satura en ocasiones la capacidad de la infraestructura móvil, es de esperar que el problema se reproduzca de manera reiterada con los millones de dispositivos que irrumpirán con la IoT. Es probable que en los próximos años llegue el momento en el que se genere más información desde sensores y elementos automáticos que desde nuestros tradicionales ordenadores. De ahí que la propuesta de pasar de IpV4 a IPv6 sea necesaria. Pasaremos de una conexión para 4.300 millones de direcciones con Ipv4, a la increíble cantidad de 340 sextillones de direcciones (2128) pudiendo tener 670 mil billones de conexiones para cada milímetro de la tierra19. No es por tanto casual que empresas-mumi20 como Google, Facebook o Yahoo participaran el pasado mes de Junio en el día de la Ipv6. A nadie le llama la atención que

16 http://news.cnet.com/2100-1029_3-5065388.html 17 http://es.wikipedia.org/wiki/Ley_de_Metcalfe 18 http://www.symplio.com/es/2011/09/4-infographics-about-internet-of-things/ 19 http://es.wikipedia.org/wiki/IPv6 20 “Mumi”, término utilizado en “El Poder de las redes” para designar a los agentes (empresas o personas) que

funcionan como generadores y empoderadores de red. Ver más en: http://lasindias.net/indianopedia/Mumi

estas tres empresas vean un auténtico filón en los servicios que surjan de esta situación “everywhere”.

Pero no solo es importante conectar más dispositivos, sino que también lo es conectarlos eficientemente. Para ello el desarrollo de las tecnologías 3G y LTE21 en combinación con la tecnología móvil, la fibra óptica y las conexiones wifi, cobran una importancia crucial a la espera de la llegada inminente del 4G. Una tecnología que según las distintas operadoras llegará a algunas zonas de España, para empresas y particulares, entre finales de este 2011 y primer trimestre del 201222.

Que estados como Argentina o Estonia23 –en cuya capital Tallin se encuentra la sede de Skype y Kazaa–, den cobertura wi-fi gratis en todo el país, o que haya empresas dedicadas a ofrecérselo a sus clientes por todo el mundo mediante hotspots24, no hace sino afianzar la tendencia.

Internet 0

Pero para la interconexión entre algunos objetos y sensores, no es necesario mucho ancho de banda. Para Neil Gershenfeld la llamada “Internet 0” podría ser la mejor solución para establecer conexión entre los pequeños dispositivos de redes inteligentes. Frente a los servicios comerciales o grandes maniobras telemáticas que necesitan cada vez más ancho de banda, los sensores de viviendas o edificios –el sueño de Weiser–, no precisarían apenas recursos de red. Como señala Greshenfeld “una bombilla no necesita ancho de banda”25. “Internet 0” es la propuesta para conectar a precios bajos, edificios, viviendas y espacios contiguos, con el objetivo de reunir información que mejoren su eficiencia y permitan un mejor control; por ejemplo, los sistemas de iluminación, calefacción o seguridad. Como leemos en Wikipedia “The design intent is to provide a simple, very inexpensive system that can transmit data slowly over many types of media, and yet still connect devices to the internet”26. El objetivo de un sistema así sería el acceso a una red y la fácil integración con otros sistemas.

El smartphone

En días pasados escuchábamos la noticia: “Casi la mitad de los móviles en España ya son smartphones”27. No podíamos hacer este trabajo sin comentar algo sobre la killer application28 del lado de los ciudadanos en el Internet de las cosas: el smartphone. Un teléfono que cumple con sus funciones smart gracias a las posibilidades de conexión a la red.

Si con las etiquetas RFID se podía sensorizar el mundo de los objetos, el smartphone es el sensor ideal para los humanos. A través de ellos se recoge y envía información sobre nosotros a la red y se accede a las aplicaciones y servicios que comentamos en parte anteriores del texto. Si con las etiquetas y los sensores, los objetos informan sobre su situación y estado y reciben información para interactuar con su entorno, los individuos utilizan habitualmente el smartphone de esa manera. Podemos proveemos de informaciones hasta ahora vedadas y con ellas decidir nuestras acciones.Un sector que también se encuentra bajo una fuerte expansión. Los cálculos indican que en el 2010

21 Long Term evolution, nuevo estándar para la norma del 3GPP: http://es.wikipedia.org/wiki/Long_Term_Evolution22 http://www.elmundo.es/elmundo/2011/09/07/navegante/1315393438.html 23 Sobre Argentina: http://www.elciudadanoweb.com/?p=90254

El caso de Estonia en: http://www.elrincondesele.com/estonia-un-pais-2-0-con-wi-fi-en-el-bosque/24 Accesos públicos inalámbricos como los que encontramos en aeropuertos, bibliotecas, hoteles, etc.25 http://www.elpais.com/articulo/portada/reto/Internet/cosas/elpeputeccib/20070517elpcibpor_1/Tes 26 Internet 0: http://en.wikipedia.org/wiki/Internet_027 http://www.rtve.es/noticias/20111221/49-moviles-espana-ya-son-smartphones/483909.shtml 28 Expresión utilizada para aquella aplicaciones, cuya aparición supone la aceptación mayoritaria de una tecnología. Se

cataloga como killer porque desplaza del mercado a todas sus competidoras.

se han vendido unos 320 millones de teléfonos inteligentes y que en 2016 esa cifra será de mil millones de terminales29. Sólo en España su número en 2010 era de 10 millones.

Por tanto ya tenemos el último ingrediente de la fórmula. Si a las millones de etiquetas para objetos, le sumamos las posibilidades del 4G e Internet 0, la potencia de cálculo y la capacidad de almacenamiento de los sistemas cloud30, y le añadimos el gadget ideal del smartphone, tenemos la tormenta perfecta para la irrupción de Internet de las cosas en nuestras vidas.

4. AGENTES Y MODELOS DE DESARROLLO.

Una vez que hemos analizado los aspectos más técnicos de esta Internet de las cosas, es interesante dirigir la mirada a las cuestiones que tradicionalmente entendemos como políticas en el ámbito de la tecnología. En concreto las preguntas ¿quiénes dirigirán el proceso de su desarrollo?. ¿Qué zonas del planeta o países serán el motor de su desarrollo?. ¿Qué modelo de desarrollo seguirá?. ¿Podremos aplicar el esquema de Catedral vs Bazar para su desarrollo?.

Las anteriores preguntas abrirían un amplio territorio de investigación, que escapa a los objetivos de este trabajo. Sin embargo, sin ánimo de ser exhaustivo, hay algunos rasgos que sí podemos dibujar.

Agentes.

Como en todo albor de una tecnología es imprescindible el establecimiento de estándares. Ocurre con todas las tecnologías pero aquí la cuestión es si cabe más acuciante. Para una tecnología que apunta y se basa en la mundialización, la adopción de acuerdos para su desarrollo son imprescindibles. El éxito de Internet de las cosas dependerá del grado integración e interoperabilidad entre tecnologías y dispositivos participantes. No se debería caer en el círculo vicioso mediante el cual los organismos encargados de la elaboración de estándares no se ponen a su diseño por carecer de empresas o modelos de negocio definidos en los que basarse, al tiempo que las empresas interesadas en el sector no maduran sus investigaciones o servicios por falta de un estándar regulador. Lo más probable es que una empresa invierta en el desarrollo de la tecnología y servicios derivados, con el objetivo de obtener un expertise que le coloque en una posición de relevancia a la hora de llegar a acuerdos, un modelo muy habitual en la tecnología en las últimas décadas.

En cuanto a las zonas del planeta que estarán en la vanguardia, hay que destacar el caso de China. Un país que se ha puesto como objetivo convertirse en el referente mundial de Internet de las cosas. Para ello, el Viceministro de Industria e Informática Xi Guohua, informó el pasado mes de Julio que su gobierno está trabajando en el desarrollo de un plan nacional para Internet de las cosas. Bajo la ecuación “Internet + Internet de las cosas = conocimiento de la tierra”, el viceministro chino prevé un mercado de miles de millones para los próximos 5 años. En él se incluye el “plan 530” que consiste en llevar en 5 años 30 emprendedores del sector IoT a la ciudad de Wuxi y ofrecer todo tipo de facilidades para starts-up31 del sector. Al mes, informaron de un convenio firmado entre el municipio Chonqging y la empresa de telecomunicaciones China Unicom, para crear una zona que sea el Silicon Valley Chino de Internet de las cosas32. No debe extrañarnos ver al gobierno Chino desarrollando tecnologías con el ánimo de optimizar la organización, consumo y gestión de los recursos de sus país. Pero al mismo tiempo genera preocupación que un país con tendencias controladoras y que en la actualidad se encuentra litigando con Google por el uso en su territorio de los motores de búsqueda, acompañe sus investigaciones sobre objetos de otras relacionadas con el

29 http://www.siliconnews.es/2011/07/21/la-venta-de-smartphones-crecera-un-230-en-los-proximos-cinco-anos/ 30 En la red hay muchos documentos para saber en qué consisten las tecnologías cloud.31 http://www.elmundo.es/elmundo/2010/07/12/navegante/1278933382.html 32 http://www.elmundo.es/elmundo/2010/08/13/navegante/1281705095.html

control de su población. Es probable que hechos de este tipo frenen el interés de empresas de otras partes del planeta a participar en el negocio del IoT chino, pudiendo ser un obstáculo para el desarrollo de la iniciativa, aunque no hay que dudar de las posibilidades de la autarquía china.

Si nos fijamos en otras zonas del planeta, es igual de evidente el interés y las iniciativas que Estados Unidos está poniendo en este sector. No solo la liberación de megaherzios del espectro sino las iniciativas empresariales que ya están en marcha33. Para el caso de Europa cabe destacar en el marco de las smartcities el proyecto Amsterdam Innovation Motor34 y otras iniciativas que anteriormente vimos35.

Pero además de los estados o las empresas, hay que destacar también el papel de los usuarios, ciudadanos o clientes. En el último año hemos visto el poder de reacción y organización que la ciudadanía puede conseguir utilizando las redes y sus gadgets móviles. Desde las cyberturbas de Filipinas en el 2001 y las francesas de 2005, a las primaveras árabes y 15-M español: todas han sido la conclusión en las calles de un proceso deliberativo comenzado en la red y organizado a través de ella. Es un ejemplo de las posibilidades de la ubicuidad aplicadas al activismo ciudadano. Un patrón puede aplicarse al consumo. Así en 2009 los vecinos del barrio de Bakersfield, en Californa, accedieron a que la empresa eléctrica “Pacific Gas & Electric company” colocara sensores en sus contadores de luz para poder controlar y mejorar su consumo. Sin embargo, en lugar de traducirse en una reducción de la factura, ésta se vio incrementada desmesuradamente. La empresa argumentó que se debía a que en aquel verano el calor había sido especialmente intenso y los vecinos habían utilizado en exceso el aire acondicionado. Pero los vecinos insistieron y plantearon una demanda millonaria contra la empresa. Un caso ejemplar de como las aplicaciones smart no siempre son exitosas para las empresas. También nos permite ver cómo la adquisición de nuevas informaciones y organización colectiva, puede llevar a la modificación de las políticas empresariales. Sea cual sea el resultado final, es caso es que la reacción vecinal y el fiasco de la empresa, han llevado a que las empresas tengan que plantearse la instalación de algunas de estas tecnologías. Un cliente informado y con herramientas de organización puede ser un enemigo respetable36.

Modelos de desarrollo.

Y tras analizar brevemente las zonas en las que se prevé que la tecnología despunte y cómo modificará el papel de los ciudadanos o consumidores en las decisiones de gobiernos o empresas, llegan las preguntas sobre su modelo de desarrollo: ¿Qué modelo de desarrollo seguirá?. ¿Podremos seguir aplicando el esquema de Catedral vs Bazar?.

La primera respuesta es que todo indica que será un modelo mixto de desarrollo. Convivirán estrategias cerradas y propietarias, con otras abiertas y horizontales, lo que supone responder afirmativamente a la segunda cuestión.

Por un lado es esperable que muchas empresas adopten estrategias cerradas y tipo catedral para sus productos. La gestión del secreto sigue teniendo un valor estratégico y económico de difícil renuncia para la industria. En sectores como la salud y la logística, donde las ganancias de las empresas se cifran en millones de dólares, es esperable encontrar estándares propietarios de desarrollo. Estas compañías basarán sus beneficios en productos identificables que explotan su propiedad intelectual e intervendrán en su sector de una manera vertical. Seguramente busquen explotar su expertise desde una posición de dominio hasta que un árbitro –público principalmente– obligue a abrir el estándar y sus aplicaciones.

33 http://www.infobae.com/notas/547430-Los-EEUU-estudian-ampliar-el-espectro-para-dispositivos-moviles.html 34 AIM: http://www.aimsterdam.nl/35 Me refiero al congreso de smartcities de la nota número 10.36 http://www.smartmeters.com/the-news/690-pgae-smart-meter-problem-a-pr-nightmare.html

Pero aquí también surgen propuestas con espíritu open, bazar y adscritas a los movimientos de tecnología libre. El principal argumento es que la cantidad de datos, objetos y dispositivos conectados es tal, que ninguna empresa puede aspirar a imponer un estándar cerrado. Una situación que además supondrá que ninguna empresa podrá aspirar a escribir todo el código necesario para la puesta en marcha y gestión de los millones de objetos de esta industria. Así, junto al anteriormente destacado proyecto Pachube, que permitía montar tu aplicación o servicio desde los datos que ofrecen en su web, está habiendo movimientos en este sentido por parte de empresas como IBM, el grupo Eurotech o la Fundación Eclipse, actual responsable en el desarrollo del famoso entorno de desarrollo abierto Eclipse. Se puede saber más sobre las propuestas de IoT abierta, en el artículo de Gly Moody titulado “Why The Internet Of Things Will Be Open”37.

Destacar por último el proyecto italiano Arduino38. Un proyecto 100% Open Source, que trabaja no sólo por el desarrollo abierto del código de sus tarjetas, sino también en el desarrollo abierto de su hardware. Esto la convertiría en un proyecto OpenSource tanto desde el punto de vista del software como desde el hardware. No debe extrañar el que si con la nueva IoT asistiremos a la conexión de “nuevas cosas”, las mismas propuestas que se impulsaron para el desarrollo de las “antiguas cosas” basadas en el trabajo abierto –pc's y servidores o tablets y smartphones– busquen su aplicación en el nuevo escenario de objetos. Sabemos que la innovación en los entornos abiertos siempre acaba superando con creces la de los sistemas cerrados.

5. CONSECUENCIAS PARA LOS IDEALES DE LA I.A. INTELIGENCIA DE LAS COSAS.

Hemos aprendido que los sensores permiten ubicar y contextualizar objetos, estudiar su comportamiento y desencadenar acciones desde ellos. Pues bien; esta tres acciones se estructuran en la llamada “Pirámide de inteligencia de los objetos”, que determina que grado de inteligencia poseen objetos determinados y que mostramos a continuación.

Pirámide de la evolución de un objeto más inteligente de Accenture. Extraída del documento nº15 de la Fundación Bankinter titulado “El Internet de las cosas: un mundo conectado de objetos inteligentes”39

De modo que resurge la “vieja” pregunta de la inteligencia artificial: ¿cómo de inteligentes son los objetos?. En el primer nivel el objeto, mediante por ejemplo una etiqueta RFID cobra “identidad unívoca”. Es decir que es identificado con un número y una serie de propiedades primarias. En el segundo piso, el objeto identificado puede informar de su trayectoria o posición, a través de las

37 http://blogs.computerworlduk.com/open-enterprise/2011/11/why-the-internet-of-things-will-be-open/index.htm 38 http://www.arduino.cc/es/ 39 http://www.fundacionbankinter.org/es/publications/the-internet-of-things

tecnologías GNSS como son el GPS, Galileo o GLONASS40. En el tercer nivel el objeto informa de su estado en un momento concreto y sus nuevas propiedades, tarea que realiza a través de una conexión a la red dotada de tecnología 3G, 4G o afines. En el cuarto y último, los objetos reciben información de su contexto con el objetivo de interactuar en el de alguna medida. En este grado se diría que los objetos adquieren “consciencia” al ser capaces de desencadenar acciones sobre su entorno. Y este último paso es posible, al igual que anterior, gracias a una conexión a la red.

Pero ¿en qué influye esta nueva perspectiva de desarrollo para los ideales de la IA?. Lo primero que vemos es que aquí no se está buscando generar ingenios mecánicos que simulen sin diferencia actividades humanas. Lo que se pretende es generar redes de objetos que interactúen entre ellas y con su entorno de una manera eficiente -lo que dista muchas veces del ser humano. La idea es generar dinámicas de eficiencia por autocorrección o de inteligencia por realimentación informativa. Pensemos en edificios que adecuan su consumo de luz o calefacción según las condiciones meteorológicas. La prueba a superar no es una conversación, sino una interacción dinámica y eficiente con un entorno concreto. Los objetos que sea capaces de comportarse de ese modo podrán ser catalogados de inteligentes y colocados en la parte alta de la pirámide. Es un nuevo test basado no en la interlocución sino en la interconexión. Pasamos de la conversación hablada o escrita a la conversación digital entre objetos y personas41.

Este marco trae a la mente una de las ramas de investigación en computación de las últimas décadas: la computación distribuida. El comportamiento eficiente no viene determinado por un gran agente que actúa como elemento de procesamiento central y organiza a las distintas partes. Los elementos se comunican entre ellos mediante un lenguaje y órdenes básicas. Son capaces de desarrollar un comportamiento inteligente, o establecer y mantener estructuras complejas al actuar coordinadamente. La empresa KIVA Systems es pionera en el desarrollo de tecnologías que automatización distribuida para gestión de almacenes42. Es lo que el gurú de la tecnología Steven Levy describe en su artículo “The AI revolution is on”43.

6. NAVEGACIÓN Y HTML.

Pero todo esto, ¿qué más va a suponer para nuestro modo de estar en la red y navegar por internet?. Pues en primer lugar señala la muy posible ruptura del habitual binomio de la anterior pregunta. Cada vez menos veces estar en la red será equivalente a navegar.

Como ya apuntaban en 2001 los autores de Push!, publicado en 1997 en la revista Wired, nos moveremos cada vez más en un entorno post-HTML. No es que vayan a desaparecer los navegadores, sino que estarán tan integrados en nuestras aplicaciones y consultas de red, que se convertirán en invisibles en cuanto omnipresentes. Serán el medio natural de nuestras aplicaciones. Pero aunque el navegador no desaparezca, el papel determinante de la web sí que cambiará. El acceso a los datos, la información y sitios habituales de internet se hará a través de frontends de pantalla que atraerán y enviarán contenidos a la red sin necesidad de abrir el habitual navegador44.

Es lo que en un auténtico alarde de futurología, llamaron navegación “Push!”. Un sistema mediante el cual los contenidos de la red se nos presentarían en el reloj, la pantalla de la televisión, cristal del vehículo o cualquier elemento de hardware disponible. Navegación invocando iconos u objetos; acceso a la red mediante un sinnumero de híbridos de ordenadores y navegador. Algo como hemos visto muy parecido a lo que harán los millones máquinas y sensores que están a punto de irrumpir

40 GNSS es el nombre genérico para identificar los Sistemas Globales de Navegación por Satélite. Los tres nombre siguientes corresponden al sistema de navegación americano (GPS), el europeo (Galileo) y ruso (GLONASS).

41 En Internet de la cosas la comunicación máquina a máquina se conoce como M2M42 Animo a ver alguno de los vídeos que muestran el trabajo en uno de sus almacenes: http://www.kivasystems.com/43 http://m.wired.com/magazine/2010/12/ff_ai_essay_airevolution/ 44 http://www.wired.com/wired/archive/5.03/ff_push.html

en la internet de las cosas. Y llama poderosamente el acierto –el artículo se escribió en los mismos años que la anécdota del principio con mi profesor–: es lo que hoy ocurre cuando utilizamos una tablet o un smartphone; un modo de navegar que ha saltado también al escritorio de los “antiguos” ordenadores con la GNOME-shell de Gnome 3.

Una propuesta que encaja perfectamente con la proliferación de gadgets y dispositivos dotados de navegación. Un mundo en el que la web quedará como una biblioteca; maravillosa biblioteca sí, pero poco más allá. La interacción con la red ya no se hará mayoritariamente mediante HTML, que quedará como repositorio desde el que se lanzan aplicaciones o se accede a recoger una información oculta. Igual que en el mundo físico. En la actualidad tenemos bibliotecas que son auténticas joyas y que poseen listados impresionantes de obras, pero que distan mucho de ser el centro de la vida cultural o intelectual de la comunidad. Son vigilantes de la memoria escrita de la humanidad a las que sólo se accede en casos puntuales de estudio o consulta. Algo parecido le espera a la web según estos autores.

Una tendencia que encuentra su continuación y confirmación en otro artículo de la misma revista titulado “The Web Is Dead. Long Live the Internet”45. Según este artículo, la red está volcada en desarrollar aplicaciones que ofrezcan información en lugar de servicios de búsqueda (se lo ha llevado todo Google). Impulsado por la informática móvil –a partir de ahora ubicua– se invierte cada vez más en aplicaciones que usan los navegadores para transportar los datos pero no para su visualización. Un entorno en el que de nuevo, el HTML no reina. Al calor de estas aplicaciones, las empresas de desarrollo han encontrado una veta de ingreso y los usuarios un modo más sencillo de articular su vida en la red. Una aplicación para leer tu periódico favorito, otra para conectarte a redes sociales y una última para escuchar música o ver el estado de tu vuelo. Todo en dispositivos distintos al pc.

La consecuencia es que la web no es la culminación de la revolución digital. Así al menos lo indican las mediciones de tráfico de red en Estados Unidos. Un gráfico que aunque sólo incluya el tráfico norteamericano –probablemente extrapolable– y no incorpore los accesos vía apps –precisamente la que nos interesa aquí–, puede servir como ejemplo de la tendencias de red de los usuarios. Veamóslo.

Fuentes: Cisco y CAIDA publications46

45 http://www.wired.com/magazine/2010/08/ff_webrip/all/1 46 www.caida.org

Como vemos el porcentaje de documentos HTML enviados al puerto 80 a través de protocolo http, representa en la actualidad menos de un cuarto del tráfico internet. Una gráfica que aunque presentada en términos absolutos demuestre que hoy hay obviamente más navegación de web que en años anteriores47, mostrada en términos relativos de comparación con otros modos de acceso, muestra que la navegación html/web, pasa de un 50% en el año 2000 al 23% del pasado 2010. Una dirección que muy probablemente será afianzada por la expansión de los smartphones. El tamaño de la pantalla y del dispositivo, hará que los usuarios no busquen navegar sino acceder a aplicaciones específicas. Serán usuarios de red pero no de web. Algo que encajaría como un guante con el modo de participar y “conversar” en la red por parte de los objetos inteligentes de Internet de las cosas. Es como si se equilibrara el status comunicativo de humanos y máquinas: todos en la red vertiendo y recogiendo datos. Navegar por HTML va a quedar como algo romántico.

7. CONCLUSIONES

Nos encontramos por tanto a las puertas de lo que será una malla de comunicación pocas veces imaginada. La aldea global de McLuhan nunca pensó llegar tan lejos. Los objetos “no-vivos” empezarán a tener una relevancia y papel en nuestra vidas radicalmente distintos. Da vértigo imaginar la cantidad de IP's que sirve la IPv6. Objetos cotidianos, síntomas, personas, fenómenos naturales, etc: todo podrá ser medido, ubicado e instrumentalizado. El valor de uso y cambio de los objetos deberá contemplar ahora sus posibilidades conexión.

Pero ya que vamos de predicciones certeras, traigamos ahora otra. En este caso del filósofo francés Jean Baudrillard. En su obra El Otro por sí mismo48 afirma que “Todo ha partido de los objetos, pero ya no existe el sistema de los objetos”. Ante esto podemos decir que no es que no haya sistema de objetos, sino que lo que se revela es un nuevo sistema de objetos. Un sistema en el que, a nivel de conectividad, objetos y humanos se equipararán, y a nivel de generación de información, los primeros pronto superarán a los segundos. Aunque nos queda el pretexto de saber que el mero acceso a la información, dista mucho de suponer conocimiento o sabiduría.

Y continúa “La oposición del sujeto y el objeto siempre fue significativa, al igual que el imaginario profundo del espejo y de la escena. Escena de la historia, pero también escena de la cotidianidad emergiendo a la sombra de una historia cada vez más políticamente desinvestida. Hoy, ni escena ni espejo, sino pantalla y red. Ni trascendencia ni profundidad, sino superficie inmanente del desarrollo de las operaciones, superficie lisa y operativa de la comunicación. A imagen y semejanza de la televisión, el mejor objeto prototípico de esta nueva era, todo el universo que nos rodea e incluso nuestro propio cuerpo se convierten en pantalla de control”.

Pantallas de control, superficies lisas y carentes de toda trascendencia y una historia cada vez más políticamente desinvestida. Esto es, una historia cada vez más carente de espacios para lo político y el encuentro para el debate y la acción en la polis. De nosotros depende de nuevo que la tecnología que llama a la puerta y que propone cambiar para siempre el modo en que la humanidad se ha relacionado entre ella, con los objetos y su planeta, nos beneficie como comunidad. Podemos convertirnos en usuarios menguados49 al amparo de corporaciones tecnológicas que nos proponen sencillez a cambio de dinero, o usuarios con competencias en nuevas tecnologías. Adquiere fuerza aquello de que analfabetismo digital va a ser igual que el analfabetismo tradicional. Un punto de tensión va a ser, como en otros momentos de nuestra reciente historia digital, la posibilidad de influir, intervenir o fabricar su propia tecnología por parte de la gente. Como decía Gernshenfeld "la clave es que cuando la gente puede crear su propia tecnología es entonces cuando se despierta la

47 Trabajo hecho por Ivan Adaime en su Tumblr: http://ivanadaime.tumblr.com/post/968256163/hace-un-tiempo-veiamos-los-pronosticos-que

48 Localizable en red en http://www.temakel.com/texfilotrosimismo.htm49 Alonso, Enrique, “La quimera del usuario: resistencia y exclusión en la era digital”.

pasión. La solución no es solo una mejor educación o software más amigable sino dar la posibilidad de que la gente pueda crear tecnología por sí mismos". Una pasión en la actividad que tal vez nos permita alejarnos de esa historia, como dice Baudrillard, cada vez más políticamente desinvestida.

Tal vez esta Internet de las cosas sea el paso necesario también para la Internet interplanetaria con la que sueña Vinton Cerf50. O también, como afirma en la entrevista que le realiza Mark Stevenson en Un Viaje optimista por el futuro51, algo que ayudará a hacernos recordar dónde están las gafas. Lo enredados que estemos y el modo en que éste enredo determine nuestra vida, está como hemos ido viendo no sólo en manos de individuos, sino en manos de los colectivos y grupos que sepan articular su actividad tanto dentro como fuera de la red.

50 http://www.rfc-es.org/rfc/rfc3271-es.txt 51 Capítulo 8: “Unas comunicaciones constantes y complejas”

Fuentes y bibliografía.

Para la elaboración de esta trabajo la principal fuente ha sido el documento de la Fundación de la Innovación Bankinter, El Internet de las cosas. En un mundo conectado de objetos inteligentes. Disponible en red en http://www.fundacionbankinter.org/es/publications/the-internet-of-things y diversas entrada de Wikipedia. El resto de fuentes están presentes en el mismo texto.

También me he apoyado en las siguientes obras:

Ugarte, David, El Poder de las redes, Barcelona, Editorial El Cobre, 2001. Disponible en red en http://lasindias.org/el-poder-de-las-redes

Stevenson, Mark, Un viaje optimista por el futuro, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2011.

Las imágenes utilizadas ha sido tomadas de las obras y artículos referenciados. La imagen de portada la he tomado del post de Zahid Ghadialy http://3g4g.blogspot.com/2010/12/6lowpan-low-power-wireless-personal.html