EL DESARROLLO ECONOMICO DE NUESTRA AMERICA LATINA

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http://revistanuestramerica.net/content/site/module/magazine/op/ article/article_id/10/page/1/format/html/ EL DESARROLLO ECONOMICO DE NUESTRA AMERICA LATINA ENTRE LA DEPENDENCIA TECNOLOGICA NEOLIBERAL Y EL DESARROLLO CIENTIFICO-TECNOLOGICO ENDOGENO DIRIGICO ALVARO PEDROZA OCHOA RESUMEN El desarrollo económico de nuestra América en general, y de nuestros pueblos en particular, depende en gran medida de cómo sus gobiernos definan su estrategia para el progreso tecnológico de sus infraestructuras físicas y organizacionales. En el presente artículo se analizan los dos modelos políticos-ideológicos de desarrollo en pugna que nutren el debate sobre los medios más adecuados de abastecimiento tecnológico de nuestros pueblos. Por un lado, se profundiza en el medio ideal de abastecimiento tecnológico que el modelo de (sub)desarrollo neoliberal recomienda para nuestros países, es decir, el contrato comercial. En el otro extremo del debate se expone el medio ideal más acorde con el pensamiento de desarrollo endógeno dirigido, a saber, el desarrollo científico-tecnológico endógeno nacional. Con esta diferencia conceptual se analiza la relación entre el progreso tecnológico y el desarrollo económico de nuestros pueblos desde cuatro modelos históricos de desarrollo económico identificados: 1) la economía neoclásica y el desarrollo hacia afuera; 2) la CEPAL y el desarrollo hacia adentro; 3) el neoliberalismo de subdesarrollo recomendado para América Latina; y 4) la alternativa por el desarrollo dirigido de nuestra América. Finalmente, se anexan algunos datos estadísticos que ilustran la forma en que actualmente se intenta medir el progreso tecnológico de nuestros pueblos. Introducción

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EL DESARROLLO ECONOMICO DE NUESTRA AMERICA LATINA

ENTRE LA DEPENDENCIA TECNOLOGICA NEOLIBERAL Y EL DESARROLLO CIENTIFICO-TECNOLOGICO ENDOGENO DIRIGICO

ALVARO PEDROZA OCHOA

RESUMEN

El desarrollo económico de nuestra América en general, y de nuestros pueblos en particular, depende en gran medida de cómo sus gobiernos definan su estrategia para el progreso tecnológico de sus infraestructuras físicas y organizacionales. En el presente artículo se analizan los dos modelos políticos-ideológicos de desarrollo en pugna que nutren el debate sobre los medios más adecuados de abastecimiento tecnológico de nuestros pueblos. Por un lado, se profundiza en el medio ideal de abastecimiento tecnológico que el modelo de (sub)desarrollo neoliberal recomienda para nuestros países, es decir, el contrato comercial. En el otro extremo del debate se expone el medio ideal más acorde con el pensamiento de desarrollo endógeno dirigido, a saber, el desarrollo científico-tecnológico endógeno nacional. Con esta diferencia conceptual se analiza la relación entre el progreso tecnológico y el desarrollo económico de nuestros pueblos desde cuatro modelos históricos de desarrollo económico identificados: 1) la economía neoclásica y el desarrollo hacia afuera; 2) la CEPAL y el desarrollo hacia adentro; 3) el neoliberalismo de subdesarrollo recomendado para América Latina; y 4) la alternativa por el desarrollo dirigido de nuestra América. Finalmente, se anexan algunos datos estadísticos que ilustran la formaen que actualmente se intenta medir el progreso tecnológico de nuestros pueblos.

Introducción

En general, son muy pocos los estudiosos de América Latinaque se han animado a profundizar en las relaciones entre el desarrollo económico y el progreso tecnológico de nuestros países. La mayoría obvian el tema por la evidente relación entre el progreso tecnológico y los cambios estructurales queeste conlleva, sobre todo, en los procesos de industrialización y en el incremento de la productividad de las empresas.

Por lo general, se toma el progreso tecnológico como una realidad absoluta que influye unidireccionalmente en la economía, y se le intenta medir como el agregado de productostecnológicos —internamente producidos o importados— y las innovaciones derivadas de su utilización. Sin embargo, el estudio de los medios de abastecimiento de dichos productos alas economías nacionales resulta por lo regular poco relevante e, incluso, innecesario para muchos.

Quienes se enfocan más en el ámbito del desarrollo científico-tecnológico como medio de abastecimiento tecnológico nacional se limitan a la medición de variables como montos de inversión en los sectores de educación e investigación académica, en los recursos destinados a actividades de investigación y desarrollo de las empresas quelas practican, y el número de patentes tecnológicas registradas dentro de los sistemas nacionales de propiedad intelectual e industrial. Así, el desarrollo tecnológico es medido como una variable multidimensional que engloba otros medios de abastecimiento tecnológico como los comerciales, y no se realiza distingo alguno entre hacer o crear tecnología y comprarla.

Sin embargo, el tratamiento de la relación entre el progreso tecnológico y el desarrollo económico de América Latina es fundamental para la selección de estrategias y el diseño de políticas públicas encaminadas a mejorar el desempeño económico de nuestros pueblos. Su importancia es tal que en todos los casos dichas estrategias se encuentran de cierta forma predefinidas desde el ámbito ideológico-político de los gobiernos en turno. Cuestión esta que es

comprensible, por derecho adquirido de los gobiernos pero, y a la vez, altamente debatible, por la misma naturaleza de su origen ideológico como por las consecuencias de su aplicaciónpolítica.

Por ejemplo, es natural observar que en aquellos países donde impera el modelo de desarrollo neoliberal, la relación entre desarrollo económico y progreso tecnológico queda vinculada estrictamente a los esquemas de crecimiento económico, de asistencia científica y transferencia de tecnología. En este modelo, el progreso tecnológico se equipara a la gestión administrativa y explotación comercial de tecnologías importadas. Su ejecución se deja en manos de gestores privados que tienen la obligación, a mediano y largoplazo, de alcanzar los mejores términos de intercambio y de lograr las estrategias óptimas de abastecimiento y capacitación para su uso, para que dichas tecnologías cumplansu ciclo de vida alcanzando el óptimo productivo esperado.

En cambio, en aquellos países en donde se han elegido modelos político-ideológicos alternativos de desarrollo, la cuestión es distinta, no tanto por la inmediata conversión delos esquemas de transferencia de tecnología a esquemas de desarrollo científico tecnológico, sino por sus convencidas intenciones de volver a incursionar por el camino del desarrollo endógeno desde dentro, como señala O. Sunkel (1995) .

Esta alternativa de desarrollo que desde hace más de una década se ha presentado en nuestra América ha reabierto la discusión sobre la importancia estratégica de reiniciar y proteger procesos de desarrollo científico-tecnológico endógenos así como sobre las estrategias para lograr, en estanueva oportunidad histórica, un impacto directo sobre el desarrollo socioeconómico de nuestros pueblos.

Desarrollo económico y progreso tecnológico desde los modelosneoliberal y de desarrollo dirigido

Comenzaré planteando una pregunta fundamental : ¿cuál es la legítima finalidad del conjunto de actividades humanas —

díganse políticas, económicas, sociales y culturales— de una nación integradas dentro de una lógica de país?

Las respuestas pueden ser tan interesantes como la misma pregunta, y tan diversas como las perspectivas disciplinariasdesde las cuales se intente contestar. Pero antes de dar una respuesta conveniente a los fines del presente trabajo me permitiré analizar brevemente la pregunta.

Puede argumentarse, por inicio de cuentas, que si una respuesta se considera una solución, la pregunta debe considerarse entonces un problema a resolver. Esta pregunta específica se refiere a la finalidad del conjunto de actividades humanas de una nación. Dicho elemento obliga lógicamente a solucionarla desde una perspectiva antropológica antes —o simultáneamente si se prefiere— que económica. Antropológicamente hablando, cuando buscamos la solución a cualquier problema recurrimos siempre a las herramientas disponibles y más adecuadas para lograrlo, es decir, a la tecnología específicamente creada para tales fines. De ello se deduce y se afirma que el ser humano resuelve sus problemas tecnológicamente y de ninguna otra forma .

Desde la economía política, la gama de respuestas se reduce considerablemente, y después de una decantación histórica de las ideas económicas , se llegaría hasta las dosgrandes canteras temáticas y discursivas de la disciplina, a decir: la del crecimiento por un lado y la del desarrollo porel otro. Estas dos concepciones son fuentes de un álgido debate que rebasa los límites académicos hasta posicionarse dentro de los terrenos ideológico-políticos de las naciones. Sin embargo, conocer, o mejor dicho, suponer la respuesta correcta no resuelve el dilema fundamental del cómo debe lograrse el crecimiento y/o el desarrollo económico de una nación.

Toda respuesta es la semilla de otra pregunta. Por ello, saldada la pregunta sobre la finalidad de la actividad humana—ya sea con crecimiento o con desarrollo—, la siguiente

incógnita tiene que ver con el cómo una nación se desarrolla o crece económicamente, a decir: ¿Qué estrategia debe elegir un pueblo para que el conjunto de sus actividades humanas lo dirija a procesos de desarrollo o crecimiento económico?

Esta pregunta es la que más interesa para los fines de este artículo, y mi respuesta inicial es: una que genere progreso tecnológico sostenido y acorde a las necesidades particulares del pueblo que elige.

Desarrollaré esta respuesta desde una diferencia esquemática entre las dos líneas ideológicas en pugna respecto a este tema: 1) la defendida dentro del modelo neoliberal que dice que el crecimiento económico es la principal finalidad de la actividad humana, pues de ahí se derivan los efectos deseados de desarrollo socioeconómico; y 2) la alternativa, que identificaré como la defendida dentro del modelo de desarrollo dirigido, que afirma que el desarrollo socioeconómico debe ser la principal guía de la actividad económica de una nación, y que el crecimiento debe esperarse como uno entre varios posibles efectos del desarrollo económico.

Las diferencias entre los modelos son fácilmente identificables. El hincapié que hace el modelo neoliberal sobre la preferencia por el crecimiento es congruente con la dinámica económica que promueve. Para el neoliberal, la exitosa consecución de un desarrollo socioeconómico sostenible y duradero tiene que esperarse como efecto —a mediano como a largo plazo— del éxito que las inversiones capitalistas tengan al recibir las ganancias esperadas. Los beneficios sociales llegarán con el derrame económico producido por la adecuada actividad de las economías de escala, las cuales, para el caso de América Latina, dependen directamente de la eficiencia en la gestión administrativa requerida para el óptimo aprovechamiento de las tecnologías importadas .

De ello puede deducirse que, prácticamente, la inclinacióno preferencia por el crecimiento es la única alternativa

posible dentro del modelo neoliberal aplicado a nuestra América —tecnológicamente subdesarrollada—, pues las ganancias son indispensables para promover futuras inversiones, y sin inversiones no hay crecimiento económico. Además, para el modelo neoliberal es ideal que la dirección de las actividades económicas competa exclusivamente al sector privado, y las empresas que lo componen se encuentran obligadas a saldar el crédito concedido por los inversionistas, so pena de ser absorbidas por los mismos capitales que las sostienen. Sobra decir que la actuación de los gobiernos neoliberales se guía por el principio de la menor intervención posible sobre las actividades económicas.

Esa dinámica difiere mucho cuando los gobiernos, además deasumirse como actores económicos legítimos, se comprometen a dirigir el desarrollo socioeconómico de sus pueblos. La prioridad se le concede a los procesos de desarrollo, y el crecimiento económico se asume como un posible —aunque no necesariamente buscado— efecto del desempeño económico. Dialécticamente hablando, puede decirse que es la misma prioridad por el desarrollo socioeconómico de los modelos de desarrollo dirigidos, la que altera —negándolo— el principio neoliberal de la no dirigencia estatal en actividades económicas.

Para este modelo, la dirección del desarrollo, como responsabilidad estatal, supone la priorización de metas y elestablecimiento de medios específicos para alcanzarlos. Las inversiones de capital dejan de ser vistas como finalidad económica esencial y pasan a ser consideradas como medios financieros al servicio del desarrollo socioeconómico de los pueblos. Lo mismo pasa con los mercados, que en el modelo neoliberal sirven de fundamento ideológico-político, en el dedesarrollo dirigido vuelven a considerarse medios naturales de intercambio y abastecimiento.

En lo que respecta al progreso tecnológico, los dos modelos acuerdan que el mercado es un medio para los fines decrecimiento o desarrollo económico. En el modelo neoliberal se considera, por lo regular, que el progreso tecnológico es

una de las metas por excelencia de todo país que quiera salirdel subdesarrollo, pero en realidad se toma como un mercado más, susceptible de inversiones y crecimiento. En el modelo de desarrollo dirigido se asume que el desarrollo económico no depende directamente de la eficiencia del sector productivo, sino de las estrategias de distribución que se diseñen. Sin embargo, ambas cuestiones requieren de progreso tecnológico para incrementar tanto el producto como la eficiencia de su distribución.

La diferencia clave entre ambos modelos de desarrollo, respecto al progreso tecnológico, radica principalmente en las formas de lograrlo; es decir, en la preferencia por los distintos esquemas de abastecimiento tecnológico que se asuman. La variedad de esquemas se restringe a una serie de graduaciones en la combinación de las estrategias de abastecimiento, a decir, entre el hacer la tecnología y comprar la tecnología. En otras palabras: entre el contrato comercial y el desarrollo científico-tecnológico endógeno.

Desde esta perspectiva se ve más claro el escenario. El modelo de crecimiento neoliberal —recomendado por los organismos financieros internacionales— prefiere como la opción ideal la compra de tecnología; es decir, el abastecimiento tecnológico desde contratos comerciales internacionales de transferencia de tecnología y asistencia científico-técnica. En cambio los modelos alternativos de desarrollo dirigido —recomendados desde instancias políticas nacionales internas y refrendados electoralmente por los respectivos pueblos— prefieren como la opción ideal el hacer su propia tecnología; es decir, el abastecimiento tecnológicodesde el desarrollo científico-tecnológico endógeno.

Desarrollo y Subdesarrollo tecnológico: la importancia deldesarrollo endógeno en América Latina.

Es innegable la relación biunívoca entre progresotecnológico y crecimiento o desarrollo económico. Lasrevoluciones tecnológicas del siglo XX en los sectores decomunicaciones, energía, biotecnología, materiales e

informática así lo demuestran. La globalización, generadadesde la inmediatez del comercio internacional, ha dadomuestra de la gran capacidad de la tecnología para generarprogreso tecnológico fuera de sus fronteras de origen. Noobstante, es también claro que el impacto en el desarrollosocioeconómico de las naciones importadoras no es tanprofundo como el que se registra en los países de origen.

Mientras en los países creadores la transferencia detecnología genera círculos virtuosos de reproducción,diversificación y asimilación de tecnologías intra eintersectoriales, en los países receptores se generan brechasy vacios tecnológicos difícilmente salvables por las empresaslocales. Estas se ven obligadas a recurrir a la intervenciónde mayores capitales dirigidos a la atracción de latecnología faltante. El costo de dicha intervenciónincrementa su dependencia de los inversionistas, y se obligana aceptar las condiciones por ellos impuestas en lo referentea la selección y gestión de las tecnologías más adecuadas.Estas condiciones se ven reforzadas por las impuestas por losmismos proveedores de las tecnologías, que por lo regularestán dirigidas a defender sus derechos de propiedadintelectual e industrial.

La existencia de los mencionados círculos virtuosos seexplica porque el origen de la tecnología se encuentra alinterior de los mismos. Dicho de otra manera, la virtud delos círculos proviene de desarrollos tecnológicos endógenos,y de la capacidad que ello les da a sus creadores demonopolizar el conocimiento y, sobre todo, la experienciaderivada de haberlo generado. Y es que, como se dijo, elorigen de toda tecnología es la habilidad humana para salvarproblemas, vale decir, el conocimiento aplicado que, comotodo producto dentro de un modelo neoliberal es susceptiblede privatización y de monopolio de su potencialdesarrollador. Los centros originarios del conocimientoutilizan ese derecho, y juegan con las capacidades delconocimiento sin perder el control sobre la propiedad delmismo, es decir, permiten que la información —tratada,

manipulada e incompleta, pero adecuada— fluya deliberadamentemediante los mecanismos del mercado.

Otro proceso diferente ocurre dentro de los paísesreceptores. La información que fluye —junto con losdispositivos tecnológicos adquiridos— contiene conocimientode tipo gerencial, es decir, el necesario para el uso ymantenimiento de los equipos. Incluso en los casos en que secomparta conocimiento científico relacionado con eldesarrollo tecnológico de los dispositivos transferidos, latransferencia se realiza a sabiendas de las incapacidadesestructurales del receptor para asimilar y aprovechar dichainformación.

Es en este proceso en donde se encuentra una de lasdiferencias clave entre el modelo neoliberal desarrollado ylos modelos neoliberales subdesarrollados —como los aplicadosen América Latina. En el primero se transfiere elconocimiento — y su propiedad— entre empresas, es decir, secuenta con el suficiente capital para comprarlo, y puederegistrarse la transferencia completa del mismo. En elsegundo modelo, en el neoliberal subdesarrollado, no existencapitales reales para tales efectos, y el crédito no lossustituye aunque así se pretenda. La intención detransferencia de tecnología y conocimiento en los modelosneoliberales subdesarrollados es tramposa e incompleta, seceden los derechos sobre su uso y explotación, pero en ningúnmomento se cede la propiedad sobre los mismos.

Aunque parezcan iguales no son lo mismo. El progresotecnológico de los países desarrollados se originó desdeesquemas de desarrollo tecnológico dirigido, y logró serautosuficiente, sostenible e, incluso, exportable. Elprogreso tecnológico registrado en los paíseslatinoamericanos que adoptaron el modelo neoliberal desubdesarrollo es comprado, costosamente sostenible, y enextremo dependiente, además de que no es capaz de generarcírculos virtuosos de desarrollo socioeconómico e innovacióntecnológica por sí mismo.

Desde la perspectiva política-ideológica neoliberal —aplicada a América Latina— pareciera mentira que el origen dela potente relación entre desarrollo socioeconómico einnovación tecnológica se encuentra, nada menos, que en lasestrategias nacionales de desarrollo científico-tecnológicoendógeno. Pero en realidad no lo es. Mientras los paísesorigen de las tecnologías cuentan con historias de desarrollocientífico-tecnológico endógeno y dirigido, que rebasan en eltiempo la historia de sus modelos neoliberales, los paísesreceptores han sustituido los esfuerzos por desarrollarsetecnológicamente de manera endógena por el abastecimientodesde desarrollos tecnológicos ajenos de los dispositivostecnológicos requeridos por sus economías. Esta estrategia seinicia en los procesos colonizadores de América Latina, y sefortalece y expande desde las últimas tres décadas hastanuestros días mediante los esquemas de asistencia ytransferencia de tecnología.

Por ello, atribuir el acelerado progreso tecnológico delas últimas dos décadas de los países creadores a los modelosneoliberales es un tanto engañoso . La infraestructura físicae intelectual que permite ese despliegue de capacidadestecnológicas globalizadoras se encuentra en los esfuerzosdirigidos del siglo XX. Por ello puede afirmarse que uno delos efectos más evidentes del desarrollo tecnológico endógenodirigido es el alto impacto que ha generado en los procesosde desarrollo socioeconómico de las naciones que lo lograron.Tómese en cuenta los casos de Inglaterra, Estados Unidos,Alemania, Rusia, China y Japón.

La diferencia entre el modelo neoliberal de desarrollo yel modelo neoliberal de subdesarrollo es clara. Mientras elmodelo neoliberal de subdesarrollo ha sido capaz de generarprocesos de cambio tecnológico que impactan positivamente enel crecimiento económico y negativamente en laautosuficiencia tecnológica de nuestros pueblos; en el modeloneoliberal de los países creadores de la tecnología, elcambio tecnológico impulsa directamente mejoras en eldesarrollo socioeconómico de sus pueblos. Pequeña grandiferencia, que las recomendaciones que los organismos

financieros internacionales sugieren para el desarrollo denuestra América pasan por alto. Una recomendación congruentecon dicha diferencia sería el de dirigir las grandesinversiones para el pago del esfuerzo de científicos ytecnólogos nacionales, para crear endógenamente latecnológica adecuada para el desarrollo particular de cadauno de nuestros pueblos.

El progreso tecnológico desde los modelos históricos dedesarrollo económico en América Latina

En la historia de América Latina y el Caribe la aplicaciónexclusiva de estos modelos —neoliberal y dirigido— ha sido lapretensión más alta del juego político de las naciones.Pueden encontrarse diversos episodios históricos en los quedominan, conviven o toleran, pero ninguno todavía en el quese excluya alguno por completo. Sin embargo, las diferenciasconceptuales son claras e identificables y sirven bien paraanalizar las diversas, complejas y diferenciadas realidadeshistóricas de la región.

No obstante, realizar un marco histórico que abarque conexactitud las etapas particulares de cada naciónlatinoamericana es una tarea que rebasa los objetivos delpresente trabajo. Por ello, este apartado se reduce a unbreve resumen que destaca los objetivos de progresotecnológico y el lugar que han tenido en la aplicación decada modelo de desarrollo.

Para efectos metodológicos, se expondrán cuatro apartadosde la historia del pensamiento económico latinoamericano, adecir: 1) la economía neoclásica y el desarrollo haciaafuera; 2) el pensamiento de la CEPAL y el desarrollo haciadentro; 3) el neoliberalismo subdesarrollado recomendado paraAmérica Latina y; 4) la alternativa por el desarrollodirigido de nuestra América.

La economía neoclásica y el desarrollo hacia afuera

La gran depresión del sistema capitalista internacionalacontecida en 1929 dio como respuesta el desarrollo de la

teoría económica keynesiana, que se orientó a resolver lapreocupación por la inestabilidad cíclica del sistemacapitalista. Con ella, terminaba de forjarse el pensamientoeconómico neoclásico, y con él las bases ideológicas-políticas e instrumentales-económicas del modelo neoliberal.La debacle económica internacional obligó a los gobiernos delos países industrializados a abandonar esquemas deorganización económica basada en los mercadosinternacionales, y comenzaron a emplear medidas keynesianaspara reactivar sus economías nacionales.

Para ese entonces, América Latina se encontraba embarcadaen una estrategia de desarrollo nacional basada en laproducción intensiva de aquellos sectores que históricamentese encontraban más ligados con las economíasindustrializadas, a decir, el minero-agroexportador. Lasjóvenes naciones de América Latina concluían largos procesosde estabilización política que eran sostenidos por pequeñaseconomías de enclave dedicadas, principalmente, alabastecimiento de productos primarios requeridos por eldesarrollo de las economías avanzadas de Europa y EstadosUnidos.

No existía en este modelo una estrategia de desarrollotecnológico per se, pues no se tomaba el sector exportadorcomo una fuente generadora de tecnología derivada para elabastecimiento de pequeñas industrias complementarias. Setrataba, más bien, de un simple enclave de explotación de losrecursos primarios más requeridos por el desarrollo de laseconomías capitalistas avanzadas, del cual se esperaba rentassuficientes para invertir en infraestructura urbanaprincipalmente. Por ello se le denominó como el modelo dedesarrollo hacia afuera, pues el desarrollo interno de lospaíses de América Latina dependía principalmente de losmercados internacionales.

En esta etapa, el sector exportador —como se dijo, elprincipal aglomerado industrial conformado por la minería yla agricultura extensiva—, abastecía al gobierno con losrecursos económicos necesarios para dotar al territorio de la

infraestructura tecnológica necesaria para el desarrollourbano, como caminos, ferrocarriles, energía eléctrica, etc.La tecnología se transfería directamente para fortalecer elsector exportador e incrementar su productividad. El progresotecnológico era en extremo lento y estaba concentrado en eseexclusivo sector, mientras que el grueso de la economía semantenía atrasado y sumido en modelos productivos precapitalistas y de autoconsumo.

Aun así, la industria ligada al sector agroexportador y,en algunos casos —donde los mercados internos comenzaban afortalecerse como México, Argentina y Brasil—, el sectormanufacturero gozaron de un dinamismo considerable, impulsadosobre todo, por el incremento de la demanda internacional deproductos primarios como alimentos, acero y carbón querequerían aquellos países que se preparaban para la guerra.Sin embargo, los beneficios del progreso tecnológicoimportado se concentraban en la agilización de la dinámicaeconómica del sector minero-agroexportador, impidiendo suimpacto en el desarrollo de los mercados internos.

El impacto del abastecimiento tecnológico se registrabaprincipalmente en el crecimiento de la infraestructuraproductiva y en la especialización de los sectorestradicionales de exportación. La distribución de losbeneficios era mínima y se reducía a la modernización de lasprincipales ciudades de la región. El tamaño de los jóvenesmercados internos no era suficiente para generar procesos dedesarrollo socioeconómico equitativo, y la polarizacióneconómica de los pueblos se incrementó considerablemente.

Más que un modelo de desarrollo económico se trataba estede una estrategia para la rápida modernización de lasprincipales urbes de la región; es decir, la intención eralograr en el corto plazo el desarrollo socioeconómico ytecnológico que a Europa le había costado más de dos siglosde investigación científica y desarrollo tecnológico.

El pensamiento de la CEPAL y el desarrollo hacia adentro

El fin de la segunda Guerra Mundial inaugura una época enque era prioridad el rápido crecimiento económico de lasnaciones devastadas por el conflicto. La presencia victoriosade la Unión Soviética forzaba a los Estados Unidos a promoverprocesos de industrialización acelerada en Europa para evitarla creciente influencia socialista en las economíasoccidentales. Así, se implementó el conocido Plan Marshallrespaldado financieramente por los Estados Unidos.

En América Latina, al verse las economías nacionalesseriamente afectadas por la grave reducción de los mercadosinternacionales —de los cuales dependían sus modelos dedesarrollo hacia afuera—, comienzan los gobiernos a exigir unplan de desarrollo similar al Plan Marshall para promover sureactivación económica.

En respuesta a esta petición, la Organización de lasNaciones Unidas estableció una agencia especializada pararealizar estudios que condujeran a propuestas de políticaeconómica para los países de la región, la CEPAL. Uno de losplanteamientos más influyentes de la CEPAL fue la orientaciónde los esfuerzos de industrialización mediante programas desustitución de importaciones, aprovechando los excedentes delsector exportador para su financiamiento.

El progreso tecnológico sería propiciado por laimportación directa de bienes de capital que abastecerían lainfraestructura tecnológica necesaria para tales fines. Eldesarrollo científico-tecnológico quedaría entoncessupeditado a este proceso. Las empresas serían lasresponsables de emprender sus propias actividades deinvestigación y desarrollo para impulsar procesos deinnovación que imprimieran dinamismo a la economía interna.

La estrategia de sustitución de importaciones tuvoexcelentes resultados en cuanto al crecimiento de laseconomías nacionales, y sobre todo, en cuanto alabastecimiento de infraestructura tecnológica para eldesarrollo industrial. Si bien la dinámica industrial sebasaba principalmente en los sectores primarios como el

extractivo-minero y el agrario, — y energético en aquellospaíses que contaban con recursos petroleros —, también sehabían logrado encadenamientos industriales horizontaleshacia otros sectores como el textil, el transporte y laconstrucción.  

Sin embargo, el progreso tecnológico fue en su mayoría deorigen importado, y no se creó desde dentro medianteprogramas de desarrollo científico-tecnológico propio. Elalto valor de las tecnologías importadas generó un altísimonivel de deuda externa, y los excedentes obtenidos delincremento del mercado interno no alcanzaron para saldarla.Además, la continuidad del progreso tecnológico sedificultaba e, incluso, se interrumpía por la inestabilidadeconómica derivada de las fluctuaciones bursátilesinternacionales, que llegaban a hacer impagables las deudascontraídas para la transferencia de bienes de capital de basetecnológica.

La dependencia política derivada de la deuda externacontraída obligó a la mayoría de los países de la región areestructurar sus modelos de desarrollo y apegarlos a loscriterios recomendados por los organismos financierosinternacionales FMI, el BM y el BID. Dichos criterios seencontraban basados en el famoso consenso de Washington, baseideológico-política del modelo neoliberal de subdesarrollo.

El gran dinamismo económico que había logrado eldesarrollo industrial de América Latina no fue suficientepara cerrar círculos virtuosos entre el progreso tecnológicoy el desarrollo económico de nuestras naciones. El impactosobre el crecimiento económico, aunque notable, fueinsostenible a largo plazo por la creciente dependencia dedesarrollos tecnológicos y los capitales foráneos necesariospara obtenerlos. Además, el progreso tecnológico siguiósupeditado al crecimiento económico, y no se diseñó ningunaestrategia dirigida para desarrollar, sectorialmente y haciaatrás, los recursos tecnológicos de una cadena de valorindustrial potencialmente tractora de otras industriascomplementarias.

Puede decirse que la estrategia de sustitución deimportaciones no era equivocada, por lo menos en cuanto a sudinámica de desarrollo hacia dentro. Su fracaso se explicamás por el objeto de sustitución. La opción por sustituirbienes de consumo final en vez de bienes de capital de basetecnológica fue una respuesta cortoplacista y mal atinada. Noobstante, constituyó un antecedente histórico importante queevitará su repetición en el futuro.

El neoliberalismo de subdesarrollo recomendado para AméricaLatina

Una de las fallas político-ideológicas del modelo dedesarrollo hacia adentro fue el no haber entendido que undesarrollo socioeconómico sostenido debe tener su origen enuna base material que sustente la vida de una organizaciónsocial; es decir, que permita su autosuficiencia. Por ello,los gobiernos deben diseñar estrategias para lograr elabastecimiento de dicha base sin comprometer valores como losde soberanía e independencia nacional. Los medios paralograrlo también se rigen por principios político-ideológicos, aunque estos sean menos evidentes que los fines.

Desde este punto de vista, la autosuficiencia de unanación se presenta como un problema a resolver, y como seseñaló al principio del este artículo, dicho problema deberesolverse tecnológicamente. La tecnología de que dispone ungobierno es la política pública, y para el abastecimiento delsustento de vida de una nación puede recurrir,principalmente, a dos grandes fuentes estratégicas: lacomercial y la científica-tecnológica. Con la primera puedeadquirirse la tecnología necesaria comprándola a quien laofrezca, de forma rápida mediando la firma de un contratocomercial. Con la segunda puede adquirirse la tecnologíanecesaria mediante el esfuerzo dirigido de investigadores,científicos y tecnólogos, a mediano, largo y muy largo plazode tiempo.

Ninguna de las dos es de aplicación exclusiva, alcontrario, el progreso tecnológico necesita de su armónica

combinación para alcanzar los objetivos designados. Noobstante, entre las dos estrategias existe una diferenciafundamental relacionada directamente con la propiedad de labase material que abastecen. La propiedad está ligada alorigen de la tecnología en cuestión, y el origen de latecnología tiene que ver, como se dijo antes, con el problemaque la motiva como solución. El problema fundamental de lasnaciones es el sustento material de la vida de su pueblo, yese se logra en primer lugar mediante la transformación de suentorno más inmediato.

Así, la propiedad de las herramientas físicas necesariaspara la transformación de dicho entorno rebasa el planocontractual —como los títulos de propiedad—, para insertarseen el plano cognoscitivo y experimental; es decir, en elsaber y el hacer, que es la propiedad última a la que todanación puede aspirar por ser la quintaesencia de laautonomía. Los títulos pueden adquirirse mediante contrato decompraventa, incluso también el conocimiento científico y eltécnico — mediante impresión en papel o conversión digital —,mas no así la experiencia de haberlo realizado. Es lapropiedad de esa experiencia en la que se encuentran lascapacidades y potencias del desarrollo sostenido de procesoscontinuos, conexos y coordinados de autosuficienciatecnológica. En resumen, la aplicación exclusiva de laestrategia comercial para el abastecimiento tecnológico deuna nación nunca logrará la autosuficiencia tecnológica de supueblo.

Otra diferencia, entre los modelos neoliberales de lospaíses desarrollados y los modelos neoliberales de los paísessubdesarrollados, puede identificarse desde ese punto devista; es decir, desde la composición de su estrategia deabastecimiento tecnológico. Mientras en la estrategia de lospaíses desarrollados prima el componente del esfuerzodirigido de sus recursos científicos-tecnológicos, a lospaíses subdesarrollados se les recomienda organizar suestrategia de abastecimiento tecnológico desde la fuente delcomercio internacional, y especializarse en la gestión decontratos comerciales de importación de tecnología, que

impacten a corto plazo y sean sostenibles a mediano y largoplazo. Así, desde el modelo neoliberal de subdesarrollo, elprogreso tecnológico de América Latina debe abandonar laestrategia de sustitución de importaciones, y replantearla entérminos de asistencia tecnológica y transferencia detecnología.

Con este cambio de modelo, el Estado cede su protagonismoal sector privado. En el modelo neoliberal subdesarrollado,el mercado dirige los procesos de progreso tecnológico, y eldesarrollo científico-tecnológico se considera como unaactividad indispensable para el crecimiento de las empresas,y por ende, y en el agregado, para el crecimiento económico.El desarrollo científico-tecnológico nacional se reduce así,a un conjunto inconexo de actividades aisladas deinvestigación y desarrollo (I&D) universitarias yempresariales.

Además, aquella infraestructura tecnológica, que fueradiseñada y construida durante el modelo de desarrollo haciadentro, comenzó a ser privatizada —en el caso de propiedadesestatales—, desmantelada y sustituida por infraestructuraimportada en su mayor parte. Las conexiones intersectorialeslogradas por el desarrollo tecnológico endógeno fueronsustituidas por canales de abastecimiento tecnológico directovía crédito, mediante una creciente gama de modelos degestión financiero-empresarial.

El desarrollo socioeconómico se vio muy afectado por lacreciente concentración del ingreso, y los niveles dedesigualdad y polarización social se incrementaron de maneradrástica. En cambio, el crecimiento económico se viofuertemente impulsado por la intervención directa de loscapitales financieros internacionales. El supuesto político-ideológico que defendía este orden de cosas se encontraba enla experiencia de los países desarrollados del siglo XX, lacual había registrado el mismo comportamiento inicial deconcentración progresiva para alcanzar un tope máximo ydescender al mismo ritmo mediante procesos de redistribuciónde los recursos económicos. El cambio estructural fue

drástico y muchas naciones optaron por vías alternativas dedesarrollo. Otras como México, Chile, Colombia, Costa Rica yel Perú decidieron profundizar el modelo de subdesarrolloneoliberal, seguir las recomendaciones de los organismosinternacionales y sortear una a una las dificultades yobstáculos procedentes de los sectores inconformes de suspueblos.

La alternativa por el desarrollo dirigido de nuestra AméricaLatina

En el modelo de subdesarrollo neoliberal se presenta unaparadoja que lo distingue de los modelos neoliberalesdesarrollados. En la misma medida en que crece suabastecimiento tecnológico crece su dependencia político-económica-tecnológica de desarrollos tecnológicos foráneos.En muchos países de nuestra América esta paradoja hamovilizado a sus gobiernos a buscar alternativas dedesarrollo que reviertan ese efecto. Desafortunadamente,salvo en Brasil, las estrategias de desarrollo tecnológiconacional no han encontrado el balance necesario entre elcontrato comercial y el desarrollo científico-tecnológicoendógeno que les potencie para generar procesos continuados ysostenidos de desarrollo socioeconómico.

No obstante, las matrices político-ideológicas de paísescomo Venezuela, Cuba, Ecuador, Argentina, Paraguay, Nicaraguay Bolivia están dando un viraje discursivo más congruente conla estrategia de abastecimiento tecnológico desde esfuerzosde desarrollo científico-tecnológico endógeno, y de supotenciación mediante esquemas de cooperación científica ytecnológica sur-sur. Dicho viraje representa, sin duda, unprimer e indispensable paso en el camino de laautosuficiencia tecnológica de nuestra América, puesgarantiza gobiernos conscientes de su importancia estratégicaen la organización y dirección de los recursos materiales,intelectuales, científicos, tecnológicos y estatalesnecesarios para concretar el contenido del discurso. Noobstante, es claro que todavía hoy, rebasada la primeradécada del siglo XXI, todavía no hay luces claras sobre el

cómo potenciar dicho discurso y, sobre todo, acerca de cuálescriterios son los adecuados para esbozar el diseño de lasnuevas políticas de abastecimiento tecnológico propio denuestros pueblos.

Es por ello que la literatura sobre planeación, que se hadesarrollado en nuestra América, debe ser rescatada,revalorada y actualizada a favor de aquellos procesos dedesarrollo endógenos ávidos de orientación estratégica ypropuesta para la innovación. A juicio del autor, uno de losexponentes latinoamericanos más calificados sobre planeacióny estrategias de desarrollo endógeno dirigido es OscarVarsavsky (1920-1976) . El rescate académico e ideológico desu importante obra sobre los criterios de planificación deproyectos de nación adecuados para modelos de desarrollosocialistas es necesario, además de históricamente justo. Susideas, junto con las de otros pensadores de la llamadacorriente de pensamiento científico-tecnológico de AméricaLatina, cobran hoy especial importancia cuando se cuestionanlas supuestas virtudes del crecimiento y los, cada vez más,cuestionados logros de los modelos neoliberales desubdesarrollo en materia de autosuficiencia tecnológica denuestros pueblos.  

A decir de Varsavsky (1977), todo modelo tiene susventajas y desventajas. El modelo de desarrollo dirigidotiene la gran ventaja de basarse en proyectos planeados ydirigidos desde instituciones de gobierno responsables deléxito o fracaso de los mismos. Los mercados de tecnología,nacionales e internacionales, juegan a favor de los proyectoscomo medios de abastecimiento, y no como determinantes deléxito del mismo. Dicho de otra manera, si la tecnología queofrecen los mercados está disponible, es asimilable y enmediano plazo sustituible tecnológicamente, pueden biencomplementar el proyecto. De forma contraria, la dirigenciadel proyecto tiene la obligación de optar por no comprarla yejecutar un segundo proyecto para desarrollarla internamente.Para ello es necesario contar con los recursos humanossuficientes y necesarios.

Posteriormente, y para efectos de creación y distribucióntecnológica, es indispensable aprovechar un sector industrialestratégico que sea capaz de absorber rápidamente losdesarrollos tecnológicos, de innovar sus usos y aplicacionesmás importantes y derivarlas hacia otros sectoresindustriales para potenciar su utilidad. Dicho sectorestratégico funcionará como tractor tecnológico de otrossectores industriales, paralelos y complementarios, loscuales se beneficiarán en un segundo momento —de distribucióny expansión intersectorial— del desarrollo tecnológico y delos dispositivos tecnológicos derivados.

Dadas las actuales circunstancias, históricas y globales,por las que atravesamos como especie dependiente ycohabitante de un sistema ecológico planetario vulnerable y,en extremo vulnerado, uno de los pocos sectores industrialesque podría ser aprovechado como tractor tecnológico para eldesarrollo de nuestros pueblos es, sin lugar a dudas, elsector de la tecnología en energías renovables. Entre ellas,y por las que este autor apuesta como la de mayor potencial,se encuentra el sector de la tecnología fotovoltaica.

La cadena de valor de esta industria de alta tecnología esespecialmente estratégica por diversos motivos. Entre ellossu pertinencia histórica debida a las condicionesmedioambientales antes mencionadas. Pero además, por elpotencial que su dominio ofrece para la incursión en eldesarrollo —paralelo o consecutivo— de tecnología desemiconductores, microelectrónica y todas aquellas posiblesaplicaciones tecnológicas derivadas para campos como los dela informática , biomédica, robótica, aeroespacial, etc. Porello, puede considerarse el fotovoltaico como un sectortractor de otros sectores industriales y, además, como unárea de oportunidad para dirigir proyectos de abastecimientotecnológico que impacten en el desarrollo de recursos ycapacidades científicas y tecnológicas endógenas de nuestraAmérica en general y de nuestros pueblos en particular.

Nuestros pueblos y, sobre todo, nuestras comunidadescientíficas deben superar ese determinismo cultural que

históricamente nos hemos forjado como países colonizados ytecnológicamente dependientes del centro. Para ello, esnecesario rescatar las experiencias exitosas de desarrolloscientíficos-tecnológicos endógenos y tomar de ellas ejemplo,confianza e inspiración para proyectarnos como puebloscapaces de crear y no solo de consumir tecnología. Laalternativa bolivariana que actualmente abandera el pueblo deVenezuela representa una de las oportunidades históricas másclaras para acoger y apuntalar ambiciosos proyectos dedesarrollo científico-tecnológico endógeno, que potenciennuestras capacidades de autosuficiencia tecnológica y, porende, de independencia política y económica de nuestrospueblos.

Anexos:

(In)dependencia científico-tecnológica. Es interesantenotar una continua disminución en la tasa de autosuficiencia,proporcional con el aumento continuado de la tasa dependenciacientífico-tecnológica de América Latina, en las últimas dosdécadas de aplicación del modelo de subdesarrollo neoliberal.Sin embargo, esta medición nos dice muy poco acerca delproblema estructural de la dependencia tecnológica. Lacalidad de residente del solicitante no garantiza laactivación de procesos de independencia tecnológica, pues suexplotación a escala no depende de los inventoressolicitantes en particular, sino de los explotadorescomerciales de dichas invenciones. La solicitud de patentespor no residentes es también un recurso perverso para eldesarrollo científico-tecnológico de nuestros pueblos, y muyprovechoso para el contrato comercial como medio deabastecimiento tecnológico a gran escala. 

Una más congruente medición de la (in)dependenciatecnológica tendría que contemplar el número de proyectos dedesarrollo científico-tecnológico dirigidos —desde el sectorpúblico como desde el sector privado nacional— y el número deinnovaciones que resulten del éxito de dichos proyectos.

La paradoja de la inactividad creativa. Aunque en lasúltimas dos décadas el gasto en Ciencia y Tecnología eInvestigación y Desarrollo se ha incrementadoconsiderablemente, el coeficiente de invención ha idodisminuyendo continuamente.

La paradoja es clara: entre más dinero se invierte paraacelerar el progreso tecnológico de nuestros pueblos, seregistra una menor actividad creativa de nuestros científicosy tecnólogos. El contrato comercial como medio deabastecimiento tecnológico domina y demerita tanto eldesarrollo científico-tecnológico endógeno, como el talento yla capacidad creativa y propositiva de nuestros científicos ytecnólogos, quienes se ven obligados a especializarse en lastécnicas de uso de los dispositivos tecnológicos importados.

Crecimiento y desempeño económico. El crecimientoeconómico no necesariamente reporta un incremento o mejora enel desempeño económico de nuestros pueblos. El desarrolloeconómico derivado del crecimiento del PIB no parece impactardirectamente en la eficiencia económica interpretada como laintensidad del uso de la energía.

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