El cambio Climático en el Derecho Internacional

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EL CAMBIO CLIMÁTICO EN EL DERECHO INTERNACIONAL UNA VISIÓN PARA LOS CIUDADANOS Y LAS EMPRESAS EN EL PERÚ Y LATINOAMÉRICA GERMÁN VERA ESQUIVEL

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UNA VISIÓN PARA LOS CIUDADANOS Y LAS EMPRESAS EN EL PERÚ

Y LATINOAMÉRICA

GERMÁN VERA ESqUIVEL

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EL

El propósito de esta obra es estudiar el cambio climático y relacionarlo con el derecho internacional considerando que éste

es un problema que requiere soluciones globales. El enfoque del libro es jurídico pero su contenido no puede abandonar las reflexiones políticas y económicas. Busca crear conciencia sobre un reto mundial, que también es peruano y latinoamericano. Tiene un enfoque optimista pues se puede afirmar que conociendo el problema se pueden encontrar soluciones realistas.

Sin duda alguna, como el tema del cambio climático no reconoce fronteras nacionales, la cooperación internacional en la solución de este problema es esencial. El libro también estudia tres casos exitosos de empresas que en el Perú han neutralizado su huella de carbono.

Esta obra será de mucha utilidad para los abogados, los diplomáticos, las empresas, los funcionarios del Estado, las organizaciones no gubernamentales, los estudiantes de las facultades de derecho y todos aquellos interesados en este tema.

Germán Vera Esquivel

Doctor en Derecho de la Pontificia Universi-

dad Católica del Perú. MBA en la Universidad

Latinoamericana de Comercio Exterior de

Panamá. Diplomático. Ha servido en misiones

del Perú en Europa, los Estados Unidos y Cen-

troamérica. Ha sido profesor universitario

en diversas universidades del país y confe-

rencista invitado en varias universidades del

extranjero. Tiene una Maestría en Derecho

Internacional en Inglaterra y otra en Política

Internacional en Bélgica. Ha sido becario del

Consejo Británico y del Programa de “Vi-

sitantes Internacionales” organizado por el

Departamento de Estado de los Estados Uni-

dos. Autor de varios libros. El más reciente se

llama “Introducción al Derecho Internacional

del Medio Ambiente”, el cual fue presentado

en octubre del año 2012 en la sala “Gabrie-

la Mistral” de la Organización de los Estados

Americanos (OEA) en Washington DC. Es

miembro de la Sociedad Peruana de Dere-

cho Internacional desde el año 2007. Ha sido

Jefe de Cancillería en la Embajada del Perú

en Panamá y en la actualidad ocupa el mismo

puesto en la Embajada del Perú en Honduras.

Otros libros del autor

El Nuevo Derecho Internacional del Medio Ambiente. Lima: Academia Diplomática del Perú, 1992.

Negociando nuestro futuro común. Lima: Fondo de Cultura Económica-IDEA. Pontificia Universidad Católica, 1998.

Derecho Internacional Ambiental. (Coautor) Lima: IDEI-IDEA. Pontificia Universidad Católica, 2003.

La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo. Lima: Instituto de Estudios Social Cristianos, 2004.

Derecho Internacional y Cambio Climático. Una visión desde la política ambiental peruana. Lima: Instituto de Estudios Social Cristianos, 2008.

Introducción al Derecho Internacional del Medio Ambiente. Lima: ARA Editores, 2011.

www.peruplanetaambienta l .b logspot .com

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Germán Vera Esquivel

El Cambio Climático en el Derecho InternacionalUna visión para los ciudadanos y las empresas

en el Perú y Latinoamérica

Germán Vera EsquivelDoctor en Derecho de la

Pontificia Universidad Católica del Perú

El Cambio Climático en el Derecho Internacional

Una visión para los ciudadanos y las empresas en el Perú y Latinoamérica

© Germán Vera Esquivel, 2013 © Instituto de Estudios Social Cristianos, Lima, 2013 Bolívar 298 Of. 301 - Miraflores www.iesc.org.pe [email protected]

1a edición: septiembre 2013Tiraje: 500 ejemplares

ISBN: 978-9972-9049-4-3Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: 2013-14778

Diagramación e Impresión: Tarea Asociación Gráfica EducativaPasaje María Auxiliadora 156 - Breña. Lima

Índice

PresentaciónArmando Borda, Presidente del Instituto de Estudios Social Cristianos

PrefacioSoledad Torrecuadrada, Profesora de Derecho Internacional Público, Universidad Autónoma de Madrid

PrólogoDavid Hunter, Profesor de Derecho Internacional del Medio Ambiente, The American University, Washington DC

Palabras previas del autor

Capítulo 1. Los aspectos científicos y económicos del cambio climático

1.1 Los aspectos científicos: la explicación del fenómeno cambio climático1.1.1. Los gases de efecto invernadero y el cambio

climático1.2. Los aspectos económicos del cambio climático

1.2.1. El Informe Stern1.2.2. El Informe sobre el Desarrollo del Banco

Mundial: “Desarrollo y cambio climático” (2010)1.2.2.1. Una revolución energética1.2.2.2. La fijación de los precios del carbono

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1.2.2.3. La transferencia de recursos financieros y tecnología

1.2.2.4. Los seguros climáticos1.2.3. El Informe de la Comunidad Andina de Naciones

(2008)1.2.3.1. Una economía basada en el uso del

carbón y el petróleo1.2.3.2. El cambio climático no tiene fronteras1.2.3.3. Los países andinos tienen el 25% de la

biodiversidad del planeta1.2.4. El Informe del Banco Central de Reserva del

Perú: “El cambio climático y sus efectos en el Perú” (2009)1.2.4.1. El diagnóstico del problema del cambio

climático en el Perú1.2.4.2. Los efectos del cambio climático en el

crecimiento económico1.2.4.3. Nuestra biodiversidad como respaldo

para proyectos de reducción de gases de efecto invernadero

1.3. El legado de Al Gore, ex vicepresidente de los Estados Unidos de América

1.4. La incidencia del Cambio Climático en el Perú.1.4.1. El enfoque desde el Perú: las vulnerabilidades,

la mitigación y adaptación. La pobreza y el desarrollo. La inclusión social

Capítulo 2. El Derecho Internacional y el cambio climático

2. La respuesta jurídica internacional2.1. La Convención Marco de Cambio Climático de 1992

2.1.1. Los Principios Jurídicos Ambientales de la Convención2.1.1.1. El Principio de Responsabilidades

Comunes pero Diferenciadas2.1.1.2. El Principio de Desarrollo Sostenible

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2.1.1.3. El Principio Precautorio2.2. El Protocolo de Kioto de 1997

2.2.1. Los mecanismos de reducción de emisiones en el Protocolo de Kioto.2.2.1.1. El comercio de emisiones2.2.1.2. La implementación conjunta2.2.1.3. El mecanismo de desarrollo limpio

Capítulo 3. Problemática internacional en el tema del cambio climático

3.1 La historia de las negociaciones del cambio climático3.2. Otras reuniones y fechas importantes en el tema del

cambio climático: las Cumbres de Bali, Copenhague, Cancún y Doha.3.2.1. La Cumbre de Bali: preparando la era post-Kioto

(2007)3.2.1.1. Marco general de la Conferencia3.2.1.2. El desarrollo de las negociaciones en

Bali3.2.1.3. Resultados de la Conferencia de Bali

3.2.2. La Cumbre de Copenhague (2009)3.2.2.1. El Acuerdo de Copenhague3.2.2.2. Participación de la sociedad civil

3.2.3. La Cumbre de Cancún (2010)3.2.3.1. La Cumbre de Cancún y los problemas

ambientales del Perú3.2.4. La Cumbre de Doha (2012)

3.3. El cambio climático, las empresas y los mercados de carbono3.3.1. Experiencias exitosas de empresas peruanas en el

mercado voluntario de carbono3.3.1.1. Neutralización de la huella de carbono

de la empresa Lan Perú3.3.1.2. Neutralización de huella de Carbono

del Scotiabank

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3.3.1.3. Neutralización de la huella de carbono de la Universidad de San Martín de Porres (USMP)

Conclusiones

Bibliografía

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A la Academia Diplomática del Perú “Javier Pérez de Cuéllar”

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Presentación

El presente libro se une con singular brillo a la serie de publicaciones del Instituto de Estudios Social Cristianos (IESC), especialmente cuando está próximo a cumplir sus 40 años de fundación, el próximo año 2014.

El Instituto fue fundado el 26 de enero de 1974, con la finalidad de di-fundir la doctrina social de la Iglesia y el social cristianismo, procurando asimismo realizar acciones de promoción social y de fortalecimiento de la ciudadanía, con un criterio democrático y de inclusión social.

Por ello, el IESC organiza cursos y seminarios dirigidos principal-mente a los jóvenes, estudiantes universitarios, profesionales y todas aquellas personas interesadas en esta amplia temática. También promue-ve y publica trabajos de investigación, y cuenta con un Centro de Docu-mentación y una Biblioteca.

En esta oportunidad es grato para el Instituto auspiciar la publicación de la obra titulada “El Cambio Climático en el Derecho Internacional. Una visión para los ciudadanos y las empresas en el Perú y Latinoa-mérica” del Diplomático Germán Vera Esquivel. En este libro, el autor aborda, con rigor académico, el tema del cambio climático, una de las áreas de mayor relevancia en la protección del medio ambiente mundial.

La publicación de este libro adquiere una especial relevancia conside-rando que el próximo año 2014, nuestro país será sede de la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas sobre cambio climático (COP 20). En tal sentido, el libro se puede considerar una contribución académica, desde la perspectiva de un distinguido Diplomático peruano sobre estos temas de gran importancia para nuestro país.

Nuestra mirada global nos remite a ponderar destacadas iniciativas, como la de Cáritas España, que con motivo del Día del Refugiado del año 2012 pidió atención “a las nuevas realidades sociales derivadas del deterioro del medio ambiente, tanto por actividades humanas como por fenómenos naturales”. Para la Cáritas española, es necesario la regula-ción del llamado “refugiado ambiental” por el ordenamiento jurídico

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internacional, lo que llenaría la laguna legal que, a su juicio, existe “y proporcionaría una protección a los cada vez más numerosos refugiados ambientales”.

Los sumos pontífices también han hablado con claridad sobre este fenómeno, lo que nos compromete aún más como promotores del social-cristianismo en el Perú.

El papa emérito Benedicto XVI durante la Jornada Mundial de la Ju-ventud en Sídney 2008, alertó que solo se pueden realizar y desarrollar, comprender y vivir, instancias verdaderas y eficaces contra el derroche y la destrucción de la creación donde la vida se considera desde Dios”.

Y hace pocas semanas, el papa Francisco, refiriéndose a la protección del medio ambiente en la reciente Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, dijo que “se debe respetar y proteger toda la creación, la cual Dios se la confió al Hombre, no para que fuera indiscriminadamente explotada, sino para que fuera un sembrado.”

En tal sentido, me es particularmente grato presentar este libro, que espero sea de interés para todos aquellos profesionales dedicados a los temas internacionales y a todas aquellas personas que tengan interés en los asuntos desarrollados.

Armando Borda HerradaPresidente

Instituto de Estudios Social Cristianos

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Prefacio

Como indica Elena Conde en la introducción a la obra El impacto del cam-bio climático en la seguridad y la defensa, “La interacción de la Humani-dad con la naturaleza ha puesto de relieve la fragilidad del medio ambiente humano como consecuencia, fundamentalmente, de las políticas agresivas de explotación o utilización de recursos desarrolladas por el hombre en relación con su entorno, que han roto o, al menos, violentado, el delicado equilibrio de los componentes esenciales del medio humano: agua, aire, tierra y seres vivos”. Es por tanto, la materialización de la ambición huma-na la responsable del deterioro del medio en el que hemos de vivir, hasta que encontremos otros planetas a los que desplazarnos, una vez que este en el que aparecimos se haya convertido en inhabitable. Quizá si nos concien-ciamos aún estemos a tiempo de alterar esa deriva que nos conduce a un planeta depauperado, pues de lo contrario, el único horizonte que aviste-mos sea el extraño futuro que nos perfilan las películas de ciencia-ficción.

El cambio climático es una realidad, no en vano en el último siglo la temperatura media mundial se ha incrementado en algo menos de un gra-do, lo que produce que el hielo polar se esté deshaciendo con la consi-guiente elevación del nivel del mar. Así, si bien está teniendo como con-secuencia la alteración de los ritmos estacionales habituales, provocando lluvias excesivas e ininterrumpidas que traen consigo inundaciones como las sufridas en marzo de 2013 en Argentina o España, junto con la deserti-ficación del terreno. Además se está advirtiendo un notable incremento en la frecuencia de grandes desastres naturales, como los huracanes. Sin em-bargo, sus efectos no se detienen ahí, pues vienen acompañados de otros como los deslizamientos de tierras fruto del exceso de humedad o las inun-daciones cuando el elevado volumen de lluvia provoca que los embalses se desborden o consigan, como ocurrió hace treinta años (el 20 de octubre de 1982), la rotura de la presa de Tous y la consiguiente riada que después de tanto tiempo, sigue recordándose por su efecto devastador.

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Pero las consecuencias del cambio climático no acaban ahí, pues fru-to de las alteraciones climatológicas observamos la pérdida de cosechas (debido a la alteración de las temporadas de sequias, lluvias, granizo o heladas), lo que puede contribuir de modo decisivo al incremento en los precios de productos agrícolas que son básicos para la alimentación hu-mana. Esta subida se añadiría a la que ya se está produciendo fruto de la producción de biocombustibles (utilizando para ello normalmente azú-car, trigo, maíz o semillas oleaginosas) que producen, debido al aumento de la demanda, una elevación de modo más que perceptible del precio final de estos bienes imprescindibles para la pervivencia humana.

Lo anterior nos coloca ante una espiral con difícil solución, pues el cambio climático fomenta el consumo de energías no fósiles, lo que in-cita a la producción de biocombustibles y con ello mayor demanda de cultivos básicos con estos fines. Si unimos todo esto a la reducción de la oferta como consecuencia de la pérdida de cosechas, alcanzamos un resultado desolador: la potencial multiplicación de los precios nos hace visualizar las hambrunas que sufrirán de nuevo las poblaciones más vul-nerables. Esto es así, dado que si bien es cierto que el cambio climático afecta a todos, no lo es menos que su incidencia se agudiza en aquellos grupos que posean una relación más estrecha con la naturaleza, que nor-malmente son los más pobres.

El escenario que acabamos de perfilar nos permite identificar dos efectos: por una parte, el incremento de las desigualdades, debido a la multiplicación de la pobreza y, por otra, a que estas situaciones, depen-diendo del contexto en el que se desarrollen, pueden ser causa de con-flictos por la lógica dependencia de la supervivencia de la ingesta de productos agrícolas básicos.

Además, el impacto del cambio climático sobre la salud parece claro. No sólo porque determinadas enfermedades, endémicas de algunas lati-tudes, van ampliando el radio de su acción, sino también por la facilidad de su contagio, como se pudo advertir en la crisis producida como conse-cuencia de la gripe aviar. En un mundo globalizado es mucho más difícil evitar los contagios y propagación de afecciones que ahora se difunden por zonas antes ignorantes en la práctica de su existencia con la facilidad de un desplazamiento aéreo.

Si se concreta, aunque sea mínimamente el oscuro futuro recién per-filado como consecuencia de la inacción frente al cambio climático, los

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seres humanos nos veremos ante la disyuntiva de acomodarnos a la si-tuación del medio en el que nos encontremos, o desplazarnos en busca de un lugar que permita nuestra supervivencia. Aquí entraría a operar el concepto de la seguridad humana, en tanto que facilitador de esos des-plazamientos, como reacción frente a la consumación de las peores pre-visiones del cambio climático y la ineficacia de las medidas preventivas adoptadas (ya sea debido al retraso en su adopción o por la escasez de las tomadas en este sentido).

Ciertamente, no nos vamos a asustar por ninguna de las soluciones recién avanzadas, especialmente por la segunda de ellas, puesto que los desplazamientos humanos no son una novedad. La historia de la huma-nidad se encuentra plagada de ejemplos de movimientos a la búsqueda de zonas climáticas que permitan la supervivencia. La migración ha sido un mecanismo adaptativo que, en los tiempos más cercanos, se ha visto facilitado por los avances en los medios de comunicación.

Esos previsibles desplazamientos como consecuencia de la degrada-ción medioambiental requerirán la previsión por parte tanto de los Esta-dos de origen como de destino. Ello sin olvidar la relevancia de los luga-res que, figurando inicialmente en los planes como espacios de tránsito, pueden resultar los de asentamiento o, cuando menos, de una estancia mayor de la inicialmente prevista. Según el Informe de Andrew Morton, Philippe Boncour y Franck Laczko, el incremento de las migraciones en sí mismo puede originar una mayor degradación medioambiental, de ahí la necesidad de previsión por parte de todos los Estados potencialmen-te afectados por este proceso1. Las migraciones fruto de la degradación ambiental del hábitat natural, si bien puede generar los efectos recién indicados, también es susceptible de provocar un autoajuste en la zona originaria con el propósito de permitir la sostenibilidad y supervivencia en aquel entorno, que si bien resultaba insuficiente para la totalidad de la población anterior, es capaz de mantener en niveles aceptables a un núcleo humano más reducido.

De otro lado, este fenómeno, sin duda, afectará a todos los pobla-dores del planeta, pero de forma muy especial a los grupos humanos más vulnerables, entre los que ocupan un lugar relevante los pueblos

1 Vid. el informe de A. Morton, Ph. Boncour y Frank Laczko, “Human security policy chal-lenges” en http://www.fmreview.org/FMRpdfs/FMR31/05-07.pdf.

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o poblaciones indígenas. Esta afirmación se ilustra visualmente con las consecuencias del cambio climático sobre el pueblo inuit canadiense, a quienes el deshielo masivo de las zonas árticas2 del que somos especta-dores, supone la desaparición de sus viviendas en Canadá y Alaska –los igloos-, además de afectar de forma relevante a su modo de vida, y en consecuencia, a sus tradiciones culturales.

Sin embargo, los pueblos árticos no son los únicos indígenas que su-frirán estas consecuencias3, ya que uno de los rasgos comunes más des-tacados de estos grupos humanos es su íntima relación con la naturaleza (tierras, aguas, bosques). La dependencia es tal que sus prácticas cultura-les y religiosas se encuentran íntimamente ligadas a aquélla. Por todo lo anterior, las consecuencias de cualquier alteración y, especialmente, de su deterioro, les afectan en mucha mayor medida que a cualesquiera otras poblaciones. A ello, añádase la vulnerabilidad en la que sobreviven de-bido a la incidencia de la pobreza en estos sectores con carácter general, salvo escasas excepciones. Pensemos en las consecuencias del cambio climático para los pueblos pastores de las regiones áridas y semiáridas, quienes están siendo espectadores de la desaparición de sus pastos como resultado de la desertificación. Ya tenemos ejemplos de poblaciones que han tenido que abandonar sus territorios ancestrales para sobrevivir.4

Ciertamente, los pueblos indígenas no son los únicos afectados por las consecuencias de la priorización del desarrollo sobre la conservación de nuestro entorno, a todos nos afecta y entre todos debemos adoptar medidas para intentar ralentizar su deterioro. Existen variadas previsio-nes, más o menos alarmistas acerca de la continuidad de las condiciones imprescindibles para el mantenimiento del planeta de las que somos es-pectadores y de la vida en él.

Vista la actualidad y el interés del objeto de estudio, nadie mejor que

2 Sobre estos devastadores efectos, vid. S. Joy Hassol, Impacts of a Warming Arctic, Cam-bridge University Press, 2004.3 No está de más recordar que, de acuerdo con los cálculos más recientes de las Naciones Unidas, existen 370 millones de personas de origen indígena en el mundo, distribuidas en 5.000 culturas (de las aproximadamente 6.000 que actualmente sobreviven). Vid. en este sen-tido: http://www.ohchr.org/spanish/issues/indigenous/ 4 Vid. el caso de Vanuatu, donde una comunidad ha tenido que abandonar sus territorios y trasladarse un kilómetro hacia el interior porque sus tierras tradicionales se inundan nada me-nos que cinco veces al año. Vid. en este sentido la información de Naciones Unidas en relación con el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas de 2007, en http://www.un.org

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Germán Vera para emprenderlo, conocida la dedicación al tema (hace más de veinte años realizó la primera investigación jurídica sobre esta materia) y las publicaciones con que cuenta sobre el mismo. Ya en 1991, abordó el Nuevo Derecho Internacional del Medio Ambiente5, y mucho más recientemente, en el 2011 el libro Introducción al Derecho Inter-nacional del Medio Ambiente, que tuve ocasión de recensionar para la Revista Electrónica “Circunstancia” de la Fundación José Ortega y Gas-set-Gregorio Marañón.6

La obra que suscribe el Dr. Vera Esquivel es un trabajo que se orienta en la divulgación del fenómeno del cambio climático con un enfoque claramente jurídico-internacional, disciplina en la que se ha formado desde hace años. Es especialmente relevante el esfuerzo del autor por la profundización en esta temática en la que cuenta con una larga obra que avala sus conocimientos sobre el medio ambiente en general y el cambio climático de modo particular, con especial dedicación al caso peruano. Confío que esta monografía siga la senda de las que la han precedido y tenga el éxito que el trabajo y la dedicación del Dr. Vera Esquivel mere-cen. Además, como ciudadana espero que sus esfuerzos por dar a conocer tanto la realidad del cambio climático como los intentos internacionales por su neutralización consigan concienciar a quienes tienen capacidad de adoptar las medidas necesarias para que el futuro de la humanidad no sea todo lo oscuro que quienes trabajan estos temas auguran.

Germán Vera Esquivel es, además de un gran trabajador y un exce-lente diplomático, un magnífico amigo. Tuvimos ocasión de conocernos en la Academia de Derecho Internacional en La Haya, Holanda, donde estaba destinado. Confío que continúe su producción científica y que siga regalándome su amistad, como en estos más de quince años.

México D.F. 20 de agosto de 2013

Dra. Soledad Torrecuadrada García-Lozano Profesora titular de Derecho Internacional Público y Relaciones

Internacionales en la Universidad Autónoma de Madrid

5 Lima: F.E. Fundación Academia Diplomática del Perú, 1991.6 http://www.ortegaygasset.edu/fog/ver/1423/circunstancia/ano-x---n--28---mayo-2012/resenas-y-noticias-bibliograficas/german-vera-esquivel--introduccion-al-derecho-internacio-nal-del-medio-ambiente-

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Prólogo

Estoy encantado de haber sido invitado a escribir el prólogo para el nue-vo libro de Germán Vera, titulado “El Cambio Climático en el Derecho Internacional”. El Sr. Vera nuevamente nos brinda un profundo e impor-tante libro en el área del Derecho Internacional del Medio Ambiente, esta vez ocupándose de cómo la comunidad internacional debe responder al cambio climático, el más difícil y complejo reto ambiental de nuestro tiempo.

La causa principal del cambio climático es bien conocida. Desde el comienzo de la Revolución Industrial en el siglo XIX, la actividad huma-na ha generado el dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero que se han almacenado en la tierra por milenios. El resultado es que las concentraciones de estos gases están aumentando en la atmósfera. Debi-do a la quema de combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo, y la destrucción de los bosques, la concentración atmosférica de dióxido de carbono ha aumentado en casi un 40 por ciento; de 280 partes por millón (ppm) a 395 ppm, entre 1750 y 2013, y, si las tendencias actuales en el uso de combustibles fósiles continúan, las concentraciones llegarán de entre 600 a 700 ppm a finales del siglo XXI. Las concentraciones de metano, el óxido nitroso y otros gases que causan el cambio climático también están aumentando, lo que se demuestra con el aumento del me-tano en más de 250 por ciento desde su nivel de 1750. Como resultado de esto, una mayor proporción de la energía solar es atrapada dentro de la atmósfera, haciendo que la atmósfera del planeta se caliente. El carbón negro u “hollín”, aunque no es un gas de efecto invernadero, es ahora aceptado como un generador de corto plazo del cambio climático, tal vez sólo superado por el dióxido de carbono en su efecto de calentamiento, en particular en las regiones polares.

También está bien documentado el incremento de la temperatura en todo el mundo y los consiguientes impactos de esta en el medio ambiente

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y en la calidad de vida. Según el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), la temperatu-ra superficial media global aumentó 0,74° C desde 1900. El calentamien-to global se ha acelerado en las últimas dos décadas, siendo estas las más cálidas en los últimos 1,000 años. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés) ha determinado que los primeros doce años del siglo XXI, se encuentran entre los catorce años más calurosos de la historia.

Las proyecciones futuras de la temperatura son aún más alarmantes. Como resultado de las acciones humanas proyectadas, el IPCC estima que la temperatura superficial global promedio podría aumentar de 1,8 a 4,0° C para el año 2100 respecto a 1990; dependiendo de las hipótesis ge-nerales sobre el futuro de la política climática y el crecimiento económi-co. Al año 2012, la revisión de la ciencia del clima, documento preparado para el Banco Mundial llegó a la conclusión de que el mundo se enfrenta a un aumento de 4,0 ° C para el año 2060 si no se hacen esfuerzos de mitigación significativos.

Las temperaturas medias globales sólo cuentan parte de la historia, ya que las variaciones regionales harán a muchas regiones aún más calien-tes (y a algunas más frías). Las temperaturas sobre la tierra y sobre todo en el hemisferio norte, por ejemplo, se prevé que serán superiores a los promedios mundiales. En Alaska, en el oeste de Canadá y en el este de Rusia, las temperaturas medias de invierno ya han subido hasta en un 3 a 4° C en los últimos 50 años, y se prevé que aumenten de 4 a 7° C en los próximos 100 años. De acuerdo con el informe elaborado por el Banco Mundial, las olas de calor extremo cada vez más se pueden esperar en muchas áreas, incluyendo la América del Sur tropical. Los meses de ve-rano en muchas regiones cálidas y áridas, incluyendo partes del Perú, es probable, que sean más calientes, con mayores olas de calor extremo de las que se experimentan en la actualidad. Dicha tasa de calentamiento no tiene precedentes en los últimos 10,000 años.

El planeta ya está siendo testigo de los impactos del cambio climáti-co. Los casquetes polares de hielo retroceden, sobre todo en el Ártico y Groenlandia, reflejando el calentamiento sin precedentes que está ocu-rriendo allí. Los glaciares de todo el mundo, incluso en los Andes del Perú, están desapareciendo, lo que a su vez genera riesgos de alteración de caudales de los ríos y amenaza la agricultura. La cantidad de muchas

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especies de fauna silvestre ya están cambiando debido al calentamien-to del clima. Aunque es difícil de demostrar a ciencia cierta, muchas sequías, huracanes, tifones y otros fenómenos meteorológicos extremos pueden intensificarse por los impactos del cambio climático. Y el calen-tamiento de los océanos podría cambiar las corrientes oceánicas, inclui-das las que dan forma a la corriente de Humboldt que es increíblemente beneficiosa en las costas del Perú. Estos son sólo algunos de los posibles impactos del cambio climático, que en última instancia afectarán a todas las comunidades del mundo y que se espera que afecten en todos los as-pectos de los sistemas sociales y económicos humanos, creando nuevos retos para la seguridad alimentaria, el acceso al agua y la salud pública.

Dada la amenaza bien documentada del cambio climático, los líderes políticos mundiales se enfrentan a dos preguntas interrelacionadas, cuyas respuestas deben dar forma a nuestra reacción política global en el tema del cambio climático.

Primero, ¿Qué impactos debemos evitar para asegurar un plane-ta habitable? Aunque los decisores políticos pueden diferir sobre qué impactos son tolerables en el tema del cambio climático, casi todo el mundo está de acuerdo en que hay que evitar los peores impactos po-tenciales. Al respecto, como ya conocemos muchos de los impactos ya están ocurriendo y no se pueden evitar razonablemente en el futuro (por ejemplo, el derretimiento de los glaciares y muchos cambios en los eco-sistemas naturales). Sin embargo, en comparación con los impactos fu-turos esperados, -- en un escenario “business as usual” --, los impactos de la actualidad son relativamente modestos. Aunque tendremos necesa-riamente que incurrir en algunos costos derivados del cambio climático, todavía podemos evitar los impactos más importantes - por ejemplo, una mayor caída de la producción de alimentos o la afectación de los eco-sistemas naturales, el derretimiento de Groenlandia o las capas de hielo del oeste del Antártico, o el término de la circulación termohalina en el Océano Atlántico.

Segundo, ¿Cuál es el nivel máximo de aumento de la temperatura que puede ocurrir sin correr el riesgo de sufrir efectos climáticos masi-vos? Algunos científicos recomiendan un límite de 1° C de la temperatura más allá de 1990 para proteger los arrecifes de coral, 2° C para proteger el hielo de Groenlandia y la Antártida Occidental, y 3° C para proteger la cir-culación termohalina. Del mismo modo, el Dr. James Hansen, el ex cien-

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tífico más importante del clima en la Administración Nacional de la Aero-náutica y del Espacio (NASA) de los EE.UU. estableció originalmente un aumento de no más de 1° C por encima de la temperatura del año 2,005 (aproximadamente equivalente a un aumento total de 2° C), sobre la base de una estimación de cuánto más calentamiento puede tolerar el planeta antes de desencadenar un aumento del nivel del mar de 1.5 metros. Aunque es evidente que existe cierta incertidumbre sobre esta cuestión, muchos científicos están de acuerdo con esta evaluación de que debemos limitar nuestro aumento total de la temperatura a un máximo de 2° C (aproxima-damente 1° C más que el calentamiento actual), para tener la certeza de que podemos evitar un cambio negativo significativo. Esta posición concuerda también con temperaturas históricas, dado que ahora estamos en 1,0° C por encima de las más altas temperaturas del último millón de años.

El objetivo de limitar el calentamiento en no más de 2° C ha influido en las negociaciones globales que a menudo apoyan esta meta. El Acuer-do de Copenhague, por ejemplo, aprobó la “opinión científica de que el aumento de la temperatura global debería estar por debajo de 2 grados C.” Dada la incertidumbre que señala que incluso esta meta podría ser demasiado alta, el Acuerdo de Copenhague y las recientes negociaciones han dejado abierta a la discusión la posibilidad de bajar la temperatura objetivo a largo plazo en 1,5° C.

El cambio climático es esencialmente un problema global. No sólo los impactos del cambio climático son padecidos por todos los países, sino que las emisiones de gases de efecto invernadero se mezclan en la atmósfera de manera uniforme y contribuyen al cambio climático global de la misma, no importando en qué parte del planeta se emiten. Incluso si un país (o varios países) dejaran de emitir todos sus gases de efecto invernadero, esto no resolvería el problema del cambio climático, ni pro-tegería a ese país de los efectos del cambio climático causado por el resto de las emisiones del mundo. Resolver el problema del cambio climático por lo tanto requiere la cooperación internacional y, al menos en cierta medida, de la aplicación de la ley internacional.

Sin embargo, reconociendo que todos los países deben cooperar en la respuesta al cambio climático, ello no implica que todos los países deban responder por igual. Algunos países, especialmente los Estados Unidos y la Unión Europea, han contribuido históricamente con una des-proporcionada cantidad de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

25El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

Su desarrollo se ha beneficiado con el uso desenfrenado de combustibles fósiles. Por ello, se debe esperar que ellos tomen un papel de liderazgo y respondan con gran parte de los costos de resolver el problema del cambio climático. Al mismo tiempo, las economías emergentes, sobre todo China, están siendo testigos de los mayores aumentos anuales en las emisiones actuales de gases de efecto invernadero. Por lo menos desde 2007, China ha sido el más grande emisor de gases de efecto invernade-ro. Cualquier solución global al cambio climático también debe incluir las fuentes de crecimiento de las emisiones.

Dadas las realidades cambiantes de la política sobre el cambio climá-tico y los grandes problemas económicos en juego, no es de extrañar que las negociaciones internacionales hayan tenido dificultades para trazar un camino claro para las negociaciones globales sobre el cambio cli-mático. La comunidad mundial ha “acordado llegar a un acuerdo” para adoptar un nuevo tratado internacional u otro instrumento para el año 2015. Sin embargo, las partes están todavía lejos de determinar la forma y el alcance de tal acuerdo.

Para comprender las negociaciones sobre el cambio climático, es útil examinar las negociaciones a través de dos enfoques muy diferentes, el de las normas vinculantes (obligatorias) del Protocolo de Kioto y el del compromiso voluntario del Acuerdo de Copenhague.

El Derecho Internacional/ El modelo del Protocolo de Kioto. El Protocolo de Kioto refleja un enfoque del derecho internacional tradicio-nal basado en los tratados con un proceso impulsado desde arriba, con base en criterios científicos, donde la comunidad global negocia una serie de compromisos vinculantes relacionados entre sí, que están destinados en conjunto a cumplir con un límite global científicamente definido en las emisiones. En un principio, según este enfoque, se espera que los paí-ses industrializados sean los primeros en lograr compromisos reales (a través del Protocolo de Kioto) y los países en desarrollo seguirían con los compromisos posteriores. Si todo hubiera salido según el plan del Proto-colo, los países industrializados ahora estarían negociando objetivos más ambiciosos en virtud del modelo de Kioto y, al menos, algunos países en desarrollo estarían adoptando sus primeros compromisos vinculantes.

El Protocolo de Kioto se describe en el capítulo 2 de este libro, y muchos aspectos de su enfoque siguen siendo fundamentales para las negociaciones sobre el clima actual. El propósito del Protocolo de Kioto

26 Germán Vera Esquivel

es fijar metas y plazos, para que los países industrializados (del Anexo I) pudieran reducir sus emisiones netas de gases de efecto invernadero du-rante un período de cinco años, desde 2008 hasta 2012. En conjunto, los países desarrollados tenían como meta una reducción del 5,2 por ciento respecto a los niveles de 1990 para el primer período: 2008-2012. La mayoría de los países europeos acordaron reducir sus emisiones en un 8 por ciento por debajo de los niveles de 1990, mientras que los Estados Unidos inicialmente acordaron una reducción del 7 por ciento.

Además de las metas y plazos, el Protocolo de Kioto también esta-blece parámetros generales para diferentes mecanismos de flexibilidad, como el comercio de emisiones, la implementación conjunta, y una nue-va iniciativa denominada “Mecanismo de Desarrollo Limpio.” De esta manera, el Protocolo de Kioto creó un ambicioso sistema de “limitación y comercio de emisiones (cap-and-trade system)”, donde se limitaron las emisiones de los países desarrollados, pero se les permitiría reducir sus costos de cumplimiento a través de la negociación en uno o más de los mecanismos de flexibilidad. Los parámetros también se establecieron para el cumplimiento y se creó un sistema de monitoreo para la utiliza-ción de algún mecanismo de uso del suelo y las actividades que puedan alterar depósitos o sumideros de carbono forestal.

Al finalizar el primer período del Protocolo de Kioto en 2012, los negociadores trataron de ampliar y fortalecer el enfoque de Kioto. Estas negociaciones fueron formalmente independientes, pero estrechamente entrelazadas con la cuestión más amplia de cómo llegar a las Partes que no tenían objetivos vinculantes en virtud de Kioto (a saber, los Estados Unidos y los países en desarrollo) para lograr que participen en un acuer-do más universal. Al final, treinta y siete países, incluyendo la mayor parte de Europa, Australia y Kazajistán, acordaron tomar una segunda ronda de compromisos vinculantes en el marco de un “Kioto II”. Mien-tras varios Estados Partes originarios del Protocolo de Kioto, en particu-lar Rusia, Japón, Nueva Zelanda y Canadá, se negaron a participar. Los países que accedieron a la segunda ronda de compromisos bajo Kioto II ahora sólo representan el 15 por ciento de las emisiones globales de ga-ses de efecto invernadero. No obstante, el acuerdo para extender el Pro-tocolo de Kioto que permite su marco institucional, autoriza extenderlo al menos hasta el 2020, momento en el cual se espera se haya negociado un acuerdo global y que haya entrado en vigor.

27El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

Los relativamente pocos países que aceptaron el Kioto II, se compro-metieron a las metas acordadas en conjunto para reducir el total de sus emisiones en al menos un 18 por ciento por debajo de los niveles de 1990 durante el segundo período de compromiso: 2013-2020. Como parte del acuerdo, los veintisiete países de la Unión Europea se comprometieron a reducir sus emisiones en un 20 por ciento desde los niveles de 1990. La decisión reconoce que las Partes podrán aplicar provisionalmente la modificación en espera de su entrada en vigor y, quizás más importante, alienta a los países a aumentar su nivel de comprometerse más. Se pide a cada país revisar su nivel de compromiso a más tardar el 2014, y cada país puede aumentar su nivel de compromiso en línea con el objetivo más ambicioso de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero entre 25 y 40 por ciento por debajo de los niveles de 1990 para el año 2020.

El Derecho Comparado / El modelo de Copenhague. En los días previos a la Cumbre del Clima de Copenhague en 2009, existía la espe-ranza de que todos los países adoptaran un acuerdo global sobre la base del enfoque del Protocolo de Kioto. Sin embargo, lograr consenso entre las Partes resultó políticamente imposible, y cuando la Cumbre de Co-penhague se acercaba a su fin, un grupo de países adoptaron el Acuerdo de Copenhague, que no tiene carácter vinculante. El acuerdo refleja la aparición de un segundo modelo, un enfoque que depende de cada país, para que este determine por sí mismo qué medidas está dispuesto a to-mar para combatir el cambio climático. El Acuerdo de Copenhague nos puso en un camino donde los países se comprometieron esencialmente unilateralmente (no dependiendo del resultado de las negociaciones a nivel mundial). Es como si cada país se le diera un lapicero y se le pi-diera que fuera al frente de la sala de negociaciones y escribiera lo que esté dispuesto a hacer para evitar el cambio climático. Por ejemplo, los Estados Unidos aceptaron condicionalmente reducir sus emisiones un 17 por ciento de las emisiones de 2005, para el año 2020. Para la misma fe-cha, el Perú acordó, entre otras cosas, aumentar la parte de la energía que consume en un 33% de fuentes renovables y eliminar la deforestación de los bosques primarios.

Según el enfoque más descentralizado del Acuerdo de Copenhague, el régimen climático internacional garantizaría menos el cumplimiento de las normas vinculantes y más bien buscaría la armonización, coordi-

28 Germán Vera Esquivel

nación y apoyo a los enfoques dispares que cada país se haya compro-metido a tomar. El enfoque de Copenhague también permite una mayor flexibilidad y diversidad en los múltiples foros y en la forma de abordar los diferentes aspectos del cambio climático.

Tanto el enfoque del Protocolo de Kioto y el de Copenhague tienen sus ventajas y desventajas y, finalmente, el régimen climático global pro-bablemente incluirá elementos de ambos. La principal ventaja del Proto-colo de Kioto es que las metas y plazos se derivan, al menos en teoría, de una comprensión científica de mutuo acuerdo, de cuanto esfuerzo es ne-cesario para evitar los peores impactos del cambio climático. Para cual-quier acuerdo futuro, el límite se justifica científicamente y la asignación negociada mutuamente entre los países tiene un fundamento para que los países industrializados contribuyan más. La negociación mutua y respeto a la ciencia permitirían aumentar los compromisos mundiales.

De otro lado, la debilidad más evidente del Acuerdo de Copenhague no es que es voluntario, sino que el nivel global de compromisos no es suficiente para cumplir con las reducciones requeridas por una compren-sión científica del problema del cambio climático. Se necesita cerrar la llamada “brecha de la ambición” entre lo que se ha prometido bajo Co-penhague y lo que la ciencia sugiere para lograr el objetivo de limitar el aumento de la temperatura a menos de 2° C. Los defensores del Protoco-lo de Kioto argumentan que tenemos que poner los hallazgos científicos de nuevo en el centro de las negociaciones como un contrapeso a la falta de ambición política que se refleja actualmente en los compromisos de Copenhague.

Por otro lado, el enfoque del Protocolo de Kioto ha demostrado ser po-líticamente inestable para lograr un consenso global que limite o reduzca las emisiones. Los Estados Unidos rechazaron el Protocolo de Kioto en el año 2000, lo que refleja las opiniones nacionales profundamente divi-didas sobre la necesidad de tomar medidas contra el cambio climático. Los Estados Unidos ahora creen que los compromisos vinculantes que se necesitan deben tener compromisos sustanciales (y presumiblemente vinculantes) de China, India y otras potencias económicas emergentes. Los países en desarrollo, haciendo hincapié en las emisiones históricas y las disparidades de riqueza, creen que los Estados Unidos todavía tienen que tomar medidas enérgicas antes que los países en desarrollo adopten compromisos vinculantes.

29El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

El enfoque voluntario del Acuerdo de Copenhague, en cierta medida no pasa por estas cuestiones políticas fundamentales. Mientras que el consenso mundial sobre metas y plazos vinculantes no sea políticamente posible, todavía se puede avanzar a través del apoyo y seguimiento de los compromisos futuros, como los realizados en el marco del esquema de Copenhague. La conveniencia política argumenta que se siga forta-leciendo el enfoque de Copenhague, tanto mediante el fomento de un mayor compromiso de cada país, sino también en búsqueda de los temas en los que el consenso político puede ser alcanzado, incluso en ausencia de un marco global acordado de compromisos de consolidación.

En el debate sobre el futuro régimen climático, se pone mucha aten-ción en el carácter vinculante respecto de lo que se está negociando. El Acuerdo de Copenhague fue así rotundamente menospreciado por no ser vinculante. Horas de negociación en los últimos años no llegaron a nin-gún consenso. En Durban en 2011, los negociadores se comprometieron a que en el 2015 todas las partes deberían estar de acuerdo con un “pro-tocolo, instrumento legal o un resultado acordado con fuerza legal para que entre en vigor y se aplique a partir de 2020.” Nadie sabe realmente lo que significa “este acuerdo con fuerza jurídica”. Para los que quieren hacer hincapié en “jurídicamente vinculante”, el modelo de Protocolo de Kioto es definitivamente el preferido, pero tal vez se debería considerar más profundamente lo que se entiende por “jurídicamente vinculante”. Un enfoque obligatorio en la forma del acuerdo puede ir en detrimento de un enfoque en la sustancia. Los países pueden aceptar menos si saben que el acuerdo a negociar es vinculante, y los tratados vinculantes pue-den enmascarar un lenguaje no vinculante o condicional.

En lugar de centrarse en la forma del instrumento a medida que nos acercamos a futuras negociaciones sobre el clima, puede ser mejor cen-trarse en la claridad y la ambición de los compromisos, los mecanismos para el seguimiento y la evaluación del progreso hacia el logro de los compromisos, y los incentivos para recompensar a aquellos países que estén haciendo progresos y sancionar a los que están por debajo de lo solicitado.

Independientemente de las negociaciones climáticas futuras, dos co-sas quedan claras. En primer lugar, los ciudadanos informados y moti-vados por el cambio climático son necesarios en todos los países para garantizar que los líderes mundiales tengan la voluntad política nece-

saria para realizar los difíciles compromisos necesarios para afrontar el reto del cambio climático. En segundo lugar, todos los caminos hacia un régimen climático en el 2015 pasan por el Perú, que tiene la tarea funda-mental de albergar las negociaciones climáticas del 2014. Esto permitirá a este país mostrar los impactos del cambio climático en sus recursos naturales, pero también debe mostrar los pasos significativos que está tomando para hacer frente a esta amenaza. Como anfitriones, los líderes del Perú también tendrán que facilitar el consenso y llevar a varios paí-ses juntos por el difícil camino de la adopción de un tratado climático universal e integral.

Estas dos razones hacen de este libro particularmente oportuno. El Sr. Vera es digno de elogio en llevar adelante un tratamiento tan claro de un tema tan importante y complejo. Su publicación apoya a los líderes y ciudadanos del Perú para que participen con energía en el desarrollo futuro del derecho internacional del cambio climático.

David HunterProfesor de Derecho Internacional del Medio AmbienteDirector, Programa de Estudios Legales InternacionalesThe American University, Washington College of Law,

Washington DC

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Palabras previas del autor

Sin duda alguna el cambio climático es uno de los temas más importantes en la agenda internacional.

Así lo ha reconocido Barack Obama, el Presidente número 44 de los Es-tados Unidos, quien señaló durante el discurso con el que dio inicio a su segundo mandato, que el cambio climático es una amenaza global. En aque-lla ocasión Obama indicó que: “responderemos a la amenaza del cambio climático, conscientes de que si no lo hacemos, estaremos traicionando a nuestros niños y a las futuras generaciones”1

Esto ha sido reiterado en junio de este año cuando el Presidente Oba-ma presentó su plan contra el cambio climático. Este plan, que no tiene fechas precisas de cumplimiento: “incluye incentivos a las energías reno-vables y límites en las emisiones de CO2, tanto en el transporte como en la industria. Especialmente relevante es la limitación de emisiones en las 1.100 plantas de carbón, que producen el 37% de la electricidad de EE UU, pero también el 40% de las emisiones de CO2.”2

Los Estados Unidos también han propuesto mantener negociaciones con China, India y Brasil, -- también grandes generadores de gases de efecto invernadero--, para buscar objetivos conjuntos, aunque aún no se conoce el resultado de estas conversaciones.3

El actual Secretario de Estado de los Estados Unidos, el ex Senador John Kerry ha secundado las afirmaciones del Presidente Obama, mani-festando que la política exterior de los Estados Unidos se debe caracteri-zar: “por el liderazgo en cuestiones peligrosas como el cambio climático o la lucha para salvar millones de vidas mediante la promoción de la libertad y la democracia, desde África hasta las Américas”.4

1 http://www.eluniversal.com.mx/notas/930897.html 2 http://elpais.com/elpais/2013/06/26/opinion/1372272364_976614.html 3 loc. cit. 4 http://iipdigital.usembassy.gov/st/spanish/article/2013/01/20130128141519.html#axz-z2OfIVV4VA

32 Germán Vera Esquivel

Lo mencionado basta para reconocer que el problema del cambio cli-mático es uno de los más relevantes y que se requiere un esfuerzo global para su solución.

Ello porque para nadie es un secreto que el clima a nivel mundial se está modificando de manera muy alarmante. Desde hace mucho tiempo los científicos, miembros del Panel Intergubernamental del Cambio Cli-mático (IPCC por sus siglas en inglés)5, han llamado la atención sobre este asunto. Estos académicos han señalado, que sin duda alguna, los ecosistemas mundiales están cambiando de manera dramática por el ca-lentamiento global.

Así, cada vez más en el planeta, tenemos constantes inundaciones, tsunamis y huracanes (como el “Sandy” en los Estados Unidos) de gran intensidad. Del mismo modo se está produciendo el derretimiento de zonas polares y de glaciares. En el caso de nuestro país, ello se pue-de apreciar nítidamente en el caso de nevados emblemáticos como el Huascarán en Huaraz y el Salkantay en el Cusco, los cuales han sufrido modificaciones de manera sustantiva en los últimos años. Pero no solo eso, en Europa ocurren inundaciones inusuales y en América Latina los ciclos hidrológicos sufren crisis. En China también se han registrado las peores inundaciones de las últimas décadas.6

Sin duda alguna hay que reconocer que el cambio climático está liga-do, al tema de la energía y al ciclo de petróleo, dado que es fundamen-

5 El Panel Intergubernamental de Cambio Climático se creó en el marco de las Naciones Unidas en el año 1988. Por iniciativa de la Organización Meteorológica Mundial, las Naciones Unidas convocaron a un número de científicos de diversos países para que presentarán infor-mes e hicieran mediciones sobre los efectos del cambio climático en el planeta. Los trabajos del Panel Intergubernamental han sido cuestionados en numerosas oportunidades. Sin embar-go, los últimos informes presentados han sostenido que se ha podido comprobar en un 90% que los gases de efecto invernadero – generados por el ser humano - son los causantes de las graves consecuencias del cambio climático en nuestro planeta.6 “Alemania acaba de sufrir las peores inundaciones en quinientos años. Estados Unidos ha tenido la racha más devastadora de tornados jamás registrada. Brasil, Argentina, Chile y Colombia enfrentan el peor ciclo hidrológico en décadas, lo cual reduce su capacidad de pro-ducción hidroeléctrica, aumenta los precios de la electricidad y les obliga a usar combustibles más contaminantes. En muchos países los ciclos de las cosechas están cambiando y con ellos los patrones de producción agrícola. El número de refugiados y personas desplazadas debido a las catástrofes climáticas supera al provocado por guerras y conflictos políticos.” En: Naím, Moisés. ¿Abundancia energética, precariedad ambiental?. El País de España, 8 de junio de 2013. Véase: http://internacional.elpais.com/internacional/2013/06/08/actualidad/1370705506_524740.html

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talmente la utilización de combustibles fósiles (petróleo y carbón) el que causa el calentamiento global, por las emisiones de gases que generan.

Para algunos analistas durante esta década la humanidad alcanzará el consumo medio del todo el petróleo existente en el planeta. Eso, en tér-minos económicos, significa que el ciclo del petróleo terminará en algún momento y que la humanidad deberá buscar su reemplazo en energías alternativas. Sin embargo, las inversiones en petróleo y carbón continúan en el mundo.

El problema del cambio climático es financiero como ya lo señaló el Informe Stern.7 Se reduce a definir cuánto cuesta (en dólares, eu-ros, yuanes o yenes) financiar la solución del problema y quien (que Estado, Estados o empresas multinacionales) están dispuestos(as) a contribuir con esa cantidad de dinero para la solución de este proble-ma global.

Igualmente, como señala Moisés Naím, no hay soluciones mágicas para el problema del cambio climático pero añade que se pueden hacer: “una serie de esfuerzos que pueden, si no revertir, al menos desacelerar la marcha al desastre. Encarecer el uso de energía que emite CO2 e in-vertir masivamente en nuevas tecnologías son dos objetivos obvios. Pero el problema no es el qué hacer, sino tener la voluntad de hacerlo. Y eso es lo que falta”.8

De todos modos, con realismo y sin alarmismo, los pronósticos señalan que dado que seguiremos generando emisiones de CO2 sin pausa, nos enfrentaremos en breve a un mundo cuya temperatura pro-medio aumentará en al menos dos grados centígrados, aunque algunos científicos hablan ya hasta de cuatro grados. Esto cambiará dramática-mente el planeta como lo conocemos ahora pues habrá, entre otras mo-dificaciones, un incremento en el nivel de los mares, inundaciones más frecuentes, desaparición de algunas islas, veranos e inviernos más largos, peligro en la seguridad alimentaria mundial, entre otros problemas gene-rados por este fenómeno.9

A nivel internacional, la búsqueda de soluciones al problema del cam-bio climático es incesante pero los países desarrollados no parecen estar

7 Véase la información del Informe Stern en el capítulo 1 de este libro.8 En: Naím, Moisés. ¿Abundancia energética, precariedad ambiental?. El País de España, 8 de junio de 2013, loc. cit.9 loc.cit.

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muy preocupados por el tema en este momento, sobre todo por la actual crisis económica internacional.

Incluso las declaraciones del Presidente Obama al inicio de su segun-do mandato y el reciente plan que ha presentado han sido cuestionadas por sectores cercanos al Partido Republicano que tiene otra forma de entender el problema del cambio climático. Como se sabe Obama per-tenece al Partido Demócrata de los Estados Unidos y sus ideas en favor de combatir el cambio climático son consideradas parte de la agenda liberal10 de este partido.

Para el Partido Republicano de los Estados Unidos el tema del cam-bio climático afecta a las empresas estadounidenses y a las políticas ener-géticas de ese país. En ese sentido, en esta coyuntura económica es muy difícil que las ideas del Presidente Obama puedan tener el apoyo de los representantes republicanos en el Congreso estadounidense.

De otro lado, a nivel multilateral, en el marco de las Naciones Uni-das, solucionar el problema del cambio climático requiere de consenso y un compromiso global, siendo necesario adoptar medidas concretas que limiten la emisión de los gases de efecto invernadero. Este consenso aún no existe. Los países desarrollados mencionan que recién en el año 2015 ó en el 2020 podrán presentar una solución al tema.

Sin duda, desde el plano jurídico-político, se necesita el reforzamien-to del régimen multilateral creado con el Protocolo de Kioto, principal acuerdo internacional sobre este tema, así como lograr el estricto cum-plimiento de los compromisos allí asumidos. Pero como sabemos, al no haberse logrado un acuerdo sobre este tema en las últimas reuniones, la mayoría de los países, pero no todos, aceptaron prorrogar el Protocolo de Kioto por algunos años más. Esto en la práctica demuestra, como ya hemos mencionado, la falta de consenso en el tema.

La puesta en práctica de las obligaciones emanadas del Protocolo de Kioto (o del instrumento internacional que lo sustituya dentro de algunos años) significará que todos los Estados Partes, tendrán que limitar sus emisiones de gases invernadero y reducirlas a los niveles de décadas an-teriores. Para los países en desarrollo, que son Parte del Protocolo, como

10 El término “liberal” en el vocabulario político estadounidense se refiere a gran parte de la agenda social promovida por el Partido Demócrata como son los temas de la protección de los derechos humanos, la legislación favorable para los inmigrantes en los Estados Unidos y el tema del cambio climático, entre otros. En el Perú, el término liberal tiene otra connotación.

35El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

es el caso del Perú, ello podría permitir un mayor comercio internacional de unidades de reducción de carbono lo que puede ser muy favorable para nuestro país.

***

El objetivo del presente libro es relacionar los conceptos del Derecho Internacional con el tema del cambio climático, desde una visión peruana y latinoamericana. Este libro es una actualización de uno anterior editado por el Instituto de Estudios Social Cristianos en el año 2008. Esta obra se ubica en el contexto de que el Perú en el año 2014 será sede de la Con-ferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP 20), y contiene mis opiniones personales que no comprometen a ninguna institución.

Para lograr lo antes mencionado, el presente trabajo abordará en el capítulo 1 el tema de los aspectos científicos y económicos del cambio climático. Se tratará en este acápite de explicar, cual es la naturaleza del fenómeno del cambio climático, sus aspectos económicos y cuáles serán sus consecuencias si no se le enfrenta adecuadamente.

Seguidamente abordaremos en el capítulo 2, el tema de la regulación jurídica internacional del cambio climático a nivel internacional. En este capítulo se hará una breve explicación de cuales han sido los remedios legales para enfrentar este problema global. Se hará por ello, en esta parte, un estudio de la Convención Marco de las Naciones Unidas so-bre Cambio Climático (CMNUCC) de 1992 y del Protocolo de Kioto de 1997 y de sus principios rectores en el derecho internacional.

Finalmente, en el capítulo 3, estudiaremos la problemática interna-cional del cambio climático revisando los principales temas de las nego-ciaciones de las Cumbres de Bali, Copenhague, Cancún y Doha. En este capítulo revisaremos también los mecanismos de reducción voluntarios de los gases de efecto invernadero y estudiaremos tres casos exitosos de empresas que en el Perú han neutralizado su huella de carbono (Lan Perú, Scotiabank y la Universidad de San Martín de Porres).

El propósito de este libro es llamar la atención sobre un problema glo-bal que requiere soluciones globales. El enfoque del libro es jurídico pero su contenido no puede abandonar las reflexiones políticas y económicas.

36 Germán Vera Esquivel

La idea es crear conciencia sobre un reto global, que también es peruano y latinoamericano. El libro tiene un enfoque optimista pues creemos que conociendo el problema se pueden encontrar soluciones realistas.

Sin duda alguna, como el tema del cambio climático no reconoce fronteras nacionales, la cooperación internacional en la solución de este problema es esencial. Este libro será de mucha utilidad para los aboga-dos, los diplomáticos, las empresas, las organizaciones no gubernamen-tales, los académicos, los estudiantes de las facultades de derecho; y, todos aquellos interesados en este tema.

Al terminar estas líneas, deseo agradecer a Armando Borda Herrada, Presidente del Instituto de Estudios Social Cristianos que cumple sus 40 años de fundación. Igualmente, al Ministerio de Relaciones Exterio-res del Perú y a la Pontificia Universidad Católica, mi “alma mater”, ahora que cumplo 25 años de graduado de sus aulas. Asimismo, a los Embajadores Manuel Rodríguez Cuadros, Luís Chuquihuara, José An-tonio García Belaúnde y Juan Álvarez Vita. Junto a ellos a mis cole-gas diplomáticos Eloy Alfaro, José Ignacio Mariátegui, José Betancourt, Abel Cárdenas y David Gamarra. Del mismo modo, a David Hunter de la American University, Soledad Torrecuadrada de la Universidad Au-tónoma de Madrid, Claudia de Windt en la OEA, y Francisco Belaúnde en Lima, quienes han compartido conmigo las inquietudes propias del Derecho Internacional.

Del mismo modo, a Lorenzo de la Puente Brunke y a Pierre Foy Va-lencia con quienes hemos reflexionado sobre el derecho ambiental y mi-nero. Por último, a Jorge Caillaux, Carlos Loret de Mola, Antonio Brack, Iván Lanegra, César Ipenza y Mariano Castro por ser nuestra familia ambiental. También en un lugar especial a Manuel Pulgar-Vidal actual Ministro del Ambiente del Perú, y a Jaime Quijandría por nuestras con-versaciones en Washington.

Finalmente a Lan Perú, Interbank, Scotiabank y Fernando Carvallo del Centro Cultural Garcilaso de la Cancillería por su apoyo generoso. Así como a Guillermo Gonzáles Arica y Anel Townsend por su amistad en Honduras. Igualmente, en Lima, a las librerías Communitas y El Virrey.

Lima/ Ciudad de Panamá / Tegucigalpa, octubre de 2013

Capítulo 1

Los aspectos científicos y económicos del cambio climático

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1.1 Los aspectos científicos: La explicación del fenómeno del cambio climático1

Para nadie es un secreto que el clima está cambiando a nivel mundial. Este fenómeno, sin embargo, no es nuevo. Los científicos señalan que la modificación del clima siempre ha sido parte de los cambios natura-les del planeta y de la biósfera. Imaginemos, por ejemplo, los cambios climáticos producidos en la era glaciar. Sin embargo, hay que reconocer que dichos cambios se han desarrollado de manera lenta y a lo largo de varios miles de años. Esto último, sin duda, ha permitido la adaptación de las especies.

Pero el cambio climático que en el pasado ocurría de manera lenta y progresiva no ocurre en la actualidad. En nuestro tiempo, el clima está cambiando, y lo está haciendo de manera muy rápida y alarmante. La causa, como se ha mencionado acertadamente son las actividades huma-nas y en particular la utilización constante por parte del ser humano de combustibles fósiles.

El uso reiterado de estos combustibles (en particular, el petróleo y el car-bón) han creado modificaciones en el planeta de manera muy veloz, lo que ha generado condiciones peligrosas para la viabilidad de nuestro mundo.

Las demostraciones fácticas las vemos cada día: veranos más largos o más calientes en el hemisferio sur, retroceso de los glaciares (en el caso del Perú, el Huandoy y el Huascarán son casos emblemáticos junto con el Salkantay en el Cusco), huracanes (como el “Sandy” en los Estados Uni-

1 Para la elaboración de este capítulo se han seguido varios de los conceptos vertidos en las siguientes dos publicaciones: Secretaría del Cambio Climático. Convención Marco de las Na-ciones Unidas sobre el Cambio Climático. Los diez primeros años. Bonn, documento publica-do con el apoyo del Ministerio de Medio Ambiente Español, 2004; y, Naciones Unidas. Para comprender el Cambio Climático: Guía elemental de la Convención Marco de las Naciones Unidas. Oficina de Información sobre el Cambio Climático: Ginebra, 1995.

40 Germán Vera Esquivel

dos), inundaciones (como las ocurridas recientemente en China), tsunamis, descongelamiento de las zonas polares (como es el caso de varios sectores en la Antártida), inter alia.2 En fin, son incontables los casos con los que se puede demostrar que el clima está modificándose cada vez más.

1.1.1. Los gases de efecto invernadero y el cambio climático

Es importante definir cuáles son los gases que producen el cambio cli-mático que origina el calentamiento global del planeta. Estos gases son los denominados “gases de efecto invernadero” o en inglés “greenhouse gases” (GHG).

Universalmente se ha reconocido que los siguientes son los gases que producen el calentamiento global. Estos gases son: el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4), el óxido nitroso (N2O), el clorometano (CH-3CI) y el ozono troposférico (O3).

De todos ellos el más relevante es el dióxido de carbono. Este gas es liberado a la atmósfera principalmente como consecuencia de activida-des humanas llamadas “antropógenas”. Está demostrado que ello ocurre fundamentalmente cuando se produce la quema de combustibles fósiles como ya hemos mencionado.

Veamos lo que dice al respecto la Secretaría del Cambio Climático sobre el dióxido de carbono: “Los últimos datos confirman (…) que el gas de efecto invernadero predominante es el dióxido de carbono, por lo que los resultados relacionados con él determinan en buena medida la tendencia global. (…) En el caso del dióxido de carbono, la principal fuente fue la quema de combustibles, que representaba el 95% de las emisiones”.3

2 “El cambio climático es cada vez más reconocido como un gran desafío y representa a me-diano y largo plazo, una de las mayores amenazas para el desarrollo y bienestar humano. No es posible predecir exactamente lo que pasaría en los distintas localidades, pero las tendencias analizadas apuntan a cambios en los patrones de lluvias y temperaturas, un posible aumento del nivel del mar, reducción de la biodiversidad, derretimiento de glaciares y mayor frecuencia en la ocurrencia de eventos extremos tales como huracanes, sequías, y fuegos forestales.”. Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La ciencia del cambio climático. Manual prác-tico para tomadores de decisiones en Mesoamérica, 2010. En: http://weather.unl.edu/RCM/reports/manual/La_Ciencia_del_Cambio_Climatico.pdf 3 Secretaría del Cambio Climático. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Los diez primeros años, op. cit., p. 27.

41El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

Consecuentemente, basado en las opiniones precedentes, se puede afirmar que el dióxido de carbono es el principal gas de efecto inverna-dero y causante del calentamiento global del planeta.

Lo que también es interesante preguntarse en esta parte, es sí hay al-guna relación entre el crecimiento económico y el calentamiento global. Es decir, si a mayor crecimiento económico en los países (que usualmen-te es mediante la utilización de combustibles fósiles), hay mayor emisión de gases de efecto invernadero y consecuentemente mayor calentamien-to global. Ésta, es una cuestión sobre la que no hay, hasta la fecha, con-clusión firme a nivel multilateral.4 Sin embargo, acertadamente algunos investigadores peruanos han señalado que esa correlación si existe.5

1.2. Los aspectos económicos del cambio climático

1.2.1. El Informe Stern

El informe Stern (“Stern Review on the economics of climate change”) es un documento fundamental para entender los aspectos económicos del cambio climático. Nicholas Stern es un economista muy prestigiado del Reino Unido al que se le solicitó preparar un informe sobre el tema de la economía y el cambio climático.

4 En el lenguaje diplomático de la mayoría de los informes de las Organizaciones Interna-cionales, la Secretaría del Cambio Climático señala sobre este tema que: “La cuestión clave es si, en estos y en otros países, el crecimiento económico resulta o no más favorable al clima. Una manera de examinar este tema, es comparar la tasa de crecimiento de las emisiones y la del crecimiento del PIB. Si las emisiones aumentan más lentamente que el PIB, el crecimiento tiene menos “intensidad de emisiones” (…) a medida que aumentó el PIB entre 1990 y 2000, la concentración de emisiones disminuyó. No todo ello ha sido debido a un abandono parcial de la producción basada en el carbono ni a un aumento de la eficiencia energética. Una parte considerable se debe sencillamente al continuado cambio estructural a largo plazo que tiende a la sustitución de la industria y las manufacturas por los servicios, que en general suelen consumir menos combustibles fósiles. Es difícil distinguir una cosa de otra, pero es al menos evidente que las economías en general tienen cada vez menos intensidad de emisiones”. Vid. Secretaría del Cambio Climático. Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Los diez primeros años, op. cit., pp. 28-29.5 Galarza, Elsa; Galarza, Francisco; Gómez, Rosario; y, Kamiche, Joanna. “La gobernanza ambiental frente al cambio climático”. En: Cuando despertemos en el 2062: Visiones del Perú en 50 años. Universidad del Pacífico: Lima, 2013.

42 Germán Vera Esquivel

Este documento fue presentado al entonces Primer Ministro Tony Blair.6 Dicho Informe va más allá de la mera preocupación ecológica y más bien une los conceptos de la economía con los del cambio climático. Lo que hace Stern, en buena cuenta, es preguntarse cuál es el costo eco-nómico de no enfrentar el problema del cambio climático a nivel mundial y, asimismo, cuánto financiamiento se necesita para resolver este proble-ma a nivel mundial.

Por considerarlo de interés, vamos a citar algunos párrafos del men-cionado documento.

En su informe Stern llega a conclusiones muy interesantes. En pri-mer lugar señala cuales pueden ser las consecuencias de no enfrentar adecuadamente la amenaza del cambio climático. Así sostiene que: “So-bre la base de las tendencias actuales, las temperaturas medias globales aumentarán en 2-3 grados centígrados en los próximos cincuenta años, aproximadamente y, si las emisiones siguen aumentando, la Tierra ex-perimentará un aumento de varios grados más en la temperatura. Este calentamiento tendrá múltiples y graves consecuencias, a menudo rela-cionadas con el agua”.7

En efecto, del informe podemos entender que los más afectados por la falta de suministro de agua serán las zonas importantes de la India, China y Sudamérica. África sufrirá duros reveses en su capacidad de producción agrícola y las grandes ciudades costeras experimentarán gra-ves peligros por inundaciones producto de la elevación del mar, que a su vez es consecuencia del aumento de la temperatura en 3 ó 4 grados centígrados.8

6 Nosotros hemos revisado una versión resumida del informe, -- en castellano --, preparada por el Ministerio de Hacienda del Reino Unido. Véase: Stern, Nicholas. Stern Review. La economía del cambio climático. En: www.hm-treasury.gov.uk/media/E1B/OB/Stern_long-summary_spanish.pdf (Ultima visita el 5 de junio de 2007).7 loc. cit.8 loc. cit. En el Informe revisado se señala que:“ - Inicialmente el derretimiento de los glaciares aumentará el peligro de inundaciones y, a continuación, el suministro de agua se verá considerablemente reducido. En su día, ello ame-nazará al 16,5% de la población mundial y, en particular, a la del subcontinente indio, ciertas partes de China y la región andina de sudamérica.- Como consecuencia de la reducción en el rendimiento de las cosechas, especialmente en Africa, cientos de millones de personas podrían quedar sin capacidad para producir o adquirir alimentos suficientes. (…) Con aumentos de 4 grados centígrados en adelante, es probable que la producción alimenticia mundial se vea seriamente afectada (…)

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Stern enfatiza, además, en este punto, algo que resulta paradójico: “Si bien todos los países se verán afectados, aquellos que sufrirán antes y más intensamente serán los países y poblaciones más pobres, a pesar de que son los que menos han contribuido a las causas del cambio climático. El coste de las condiciones meteorológicas extremas, con inclusión de inundacio-nes, sequías y tormentas, está aumentando ya, aun en los países ricos”.9

Establecidas cuales serían las posibles consecuencias del cambio cli-mático, en el mencionado informe se sostiene que es necesario tomar con prontitud las medidas para revertir el proceso al que nos está llevando el modelo de industrialización basado en el uso del carbono.

En tal sentido, el economista británico señala que sería necesario es-tabilizar las emisiones de carbono en la atmósfera a niveles menores de los actuales, algo que también ya se ha propuesto en el Protocolo de Kioto. En tal sentido, él indica que estos niveles debe ser de entre 450 y 550 partes por millón de CO2, lo que implica que para el año 2050 estas emisiones sean por lo menos 25% menores que las actuales. No obstante que lo ideal sería que se redujesen en más del 80%.10

Para ello, evidentemente, se requerirá una paulatina reconversión industrial a nivel mundial, así como medidas paralelas para lograr este objetivo. Stern sugiere que las emisiones de dióxido de carbono puedan reducirse a través de una mejora de la eficiencia energética e, igualmente, con cambios en la demanda y con la adopción de tecnologías limpias en los sectores de la energía, calefacción y transporte.11

- La elevación del mar hará que cada año haya entre decenas y cientos de millones más de personas afectadas por las inundaciones, si las temperaturas aumentan en 3 ó 4 grados centí-grados. Se producirán graves riesgos y aumentarán las presiones para la protección costera en el sureste asiático (Bangladesh y Vietnam), en las pequeñas islas del Caribe y del Pacífico y en las grandes ciudades costeras, tales como Tokio, New York, El Cairo y Londres. De acuerdo con una de las previsiones, para mediados de siglo, es posible que 200 millones de personas se vean permanentemente desplazadas como consecuencia del aumento experimentado en el nivel del mar, inundaciones más devastadoras y sequías más intensas (…)”9 loc. cit. 10 loc cit. El informe señala: “El riesgo de las peores consecuencias del cambio climático podrá reducirse sustancialmente si se consigue estabilizar el nivel de gases invernadero en la atmósfera entre 450 y 550 ppm (partes por millón) de equivalente de CO2. El nivel actual es de 430 ppm de CO2 y su aumento anual es superior a 2 ppm. La estabilización en la gama indicada requeriría que, para el 2050, las emisiones fueran, como mínimo, un 25% inferiores a los niveles actuales y aún quizá mucho más (…) En última instancia, la estabilización de la situación a cualquier nivel requerirá que las emisiones anuales se reduzcan en más del 80% de su nivel actual.”11 loc. cit.

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Stern igualmente reconoce que la responsabilidad para lograr revertir el cambio climático es mayor en los países desarrollados. Sin embargo, él es consciente que es necesaria la ayuda de los países en desarrollo para lograr el objetivo conjunto de reducir los efectos dañinos del carbono en el planeta.12

1.2.2. El Informe sobre el Desarrollo del Banco Mundial: “Desarro-llo y Cambio Climático” (2010)

Una visión económica de los efectos del cambio climático se presenta en este informe del Banco Mundial. Aunque coincide en la mayoría de propuestas para afrontar este fenómeno, le otorga un peso especial a la administración de la energía y a la promoción de políticas climáticas inteligentes.13

El Banco Mundial señala enfáticamente que la meta de las reduccio-nes de emisiones de gases de efecto invernadero sólo se alcanzarán si se produce una transformación en nuestro sistema de energía y la gestión de la agricultura, el uso de la tierra y los bosques.

1.2.2.1. Una revolución energética

Prácticamente, se necesita de toda una revolución energética sustenta-da en un despliegue a gran escala de las fuentes de electricidad, bajas emisiones de CO2, una gestión más adecuada de la demanda energética, incluso lograr precios adecuados para ésta, impulsar programas de efi-ciencia, reformas normativas, reglamentarias, de incentivos financieros y reducción de los costos de energía renovable, así como el mejoramiento en la innovación de las tecnologías y los proyectos de captura y almace-namiento de carbono (se calcula en 1.000 millones de toneladas de CO2 anuales para el 2020).

Las inversiones en eficiencia energética son, para esta institución, muy importantes, por cuanto producen el triple de dividendos lo cual

12 Sobre este tema véase el desarrollo del principio jurídico de “Responsabilidades comunes pero diferenciadas” en el capítulo 2 de este libro. 13 http://web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/EXTDA-TRESINSPA/EXTRESINSPA/EXTWDRINSPA/EXTIDM2010INSPA/0,,contentM-DK:22305585~pagePK:64168427~piPK:64168435~theSitePK:5358190,00.html

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proporciona un mayor ahorro de energía, una reducción de las emisiones de GEI y un mayor número de empleos.

Por el lado de la agricultura, recomienda la protección de los ecosis-temas para evitar mayores usos inadecuados de las tierras de cultivo y la depredación de los bosques, mediante el empleo principalmente de la eco-agricultura.

Como elemento derivado de esto, recomienda el uso eficiente y sen-sato del agua, que vaya acompañado de programas piloto que promue-van una agricultura más sostenible y poseedora de recursos e innova-ción.

Aunque estas medidas, denominadas “sin efectos negativos”, son sus-ceptibles de cuestionamiento, las coincidencias de los estudios científi-cos se han visto reflejadas en dos puntos en concreto: “Los beneficios de la estabilización superan a los costos con un calentamiento de 2.5 C (aunque no necesariamente con una subida de 2 C). Y en todos se conclu-ye que sería un desastre continuar como hasta ahora (es decir, renunciar a todo esfuerzo de mitigación)”.

En esa línea de pensamiento, se ha llegado a determinar que estas medidas tendientes a la disminución de los gases de efecto invernadero tendrán un impacto calculado a largo plazo, por cuanto las partículas de CO2 tardan siglos en desaparecer.

1.2.2.2. La fijación de los precios del carbono

Esta información ha llevado a concluir al ente internacional que: “la fija-ción de los precios del carbono, sea mediante un impuesto o un sistema de límites máximos y comercio, es la solución más adecuada para ge-nerar recursos destinados al financiamiento del carbono y orientar esos recursos a oportunidades eficientes”.

Por otro lado, reconoce este organismo internacional la doble car-ga que tienen los países en desarrollo, en el sentido de enfrentar de un lado todos los efectos perjudiciales que trae consigo el cambio climático, mientras que por el otro están obligados a mantener su preocupación por adoptar medidas para disminuir los altos niveles de pobreza de su población.

En ese sentido, se considera que no es inevitable la antigua vincula-ción, directamente proporcional, entre el crecimiento económico y las

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emisiones de gases de efecto invernadero. Así, como la necesidad del empleo de combustibles fósiles para el desarrollo, dadas las limitadas alternativas formuladas hasta el momento.

En todos los planteamientos rescatados en el estudio, subyace la con-vicción de que es necesario un acuerdo a nivel mundial mucho más inte-gral con el objetivo de conservar los bienes comunes que son altamente vulnerables a los efectos del cambio climático. Esto permitiría detener el aumento de los costos y ser más eficientes en la adaptación a este fenómeno, aun cuando exista una gran incertidumbre de las pérdidas y riesgos de catástrofes asociados al cambio climático.

La acción conjunta que propone, pues, el Banco Mundial apunta a contener el creciente riesgo propiciado por el cambio climático y a brin-dar las capacidades necesarias para que las comunidades sensibles pue-dan adaptarse. Todo esto en un tiempo cada vez más breve, ya que este fenómeno -acelerado por las actividades humanas- está restringiendo el límite para que las sociedades y los ecosistemas se ajusten a este ritmo climatológico.

La entidad financiera internacional reconoce, pues, que “las estrate-gias sólidas normalmente incorporan la flexibilidad, la diversificación y la redundancia en las capacidades de respuesta”, las mismas que de-ben estar reflejadas en acuerdos internacionales eficientes y eficaces, con consideraciones a las realidades del desarrollo, que podrían fomentar también la innovación tecnológica y el acceso a ésta de países que más los necesiten.

1.2.2.3. La transferencia de recursos financieros y tecnología

No es de extrañar que también se reitera siempre en el informe la nece-sidad de la transferencia de ingentes recursos financieros y tecnología hacia los países en desarrollo, ya que se estima que ellos se convertirán en los nuevos emisores de gases de efecto invernadero, pero al mismo tiempo serán los que más sufran los daños provocados por las modifi-caciones climáticas (entre el 75% y 80% del costo). Además, para los países desarrollados, existe actualmente un alto beneficio en apoyar financieramente medidas tempranas de adaptación por parte de las na-ciones menos favorecidas. El retraso ya tiene un costo considerable a futuro.

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De esta manera, ha concluido el Banco Mundial que “el flujo de fi-nanciamiento suficiente hacia los países en desarrollo –junto con el for-talecimiento de la capacidad y acceso a la tecnología- puede contribuir a un crecimiento y desarrollo con bajos niveles de carbono”.

Aunque los países desarrollados sufren actualmente los embates de la crisis financiera, esto no es considerado como una justificación para detener aquella transferencia, que aún sigue siendo reducida, ya que ésta crisis -a decir del propio organismo financiero internacional- resulta un hecho pasajero, a diferencia del cambio climático que tiene un carácter de permanente y de avance progresivo.

Es más, el Banco Mundial propugna, de manera específica, mejorar el sistema de comercio, alejándolo a éste de los vaivenes de precios y asegurando tanto el suministro de agua como la provisión de alimentos. De manera general, entonces, todo acuerdo mundial en la materia debe tener en cuenta las necesidades y obstáculos de los países en desarrollo. Es decir, incorporar en estos acuerdos la equidad.

1.2.2.4. Los seguros climáticos

Estos hechos, han motivado la adopción incluso de seguros climáticos, los mismos que han tenido una aceptación limitada dado el fuerte gasto que implicaría la expansión de los efectos del cambio en la temperatura de la tierra. Sin embargo, lo que sí está claro es que finalmente serán los Estados quienes asuman dichos pasivos, en términos de apoyo para la recuperación y reconstrucción.

Al parecer, el desarrollo que los países experimentan debe tener una fuerte consideración en el riesgo climático y atmosférico. En ese senti-do, los cálculos de este organismo internacional han determinado que un apoyo decisivo de los países desarrollados es determinante para que las naciones menos desarrolladas afronten de la mejor manera las crisis o situaciones de emergencia que se le presenten en el futuro.

El Banco Mundial recomienda también la consolidación de políticas climáticas inteligentes con el acompañamiento de instituciones idóneas para manejar este tema, que propicien el desarrollo, disminuyan la vul-nerabilidad, mejoren el uso de la información científica en el diseño de políticas públicas y faciliten el financiamiento de la transición hacia niveles más bajos de emisiones de carbono. De esta forma, estas po-

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líticas propiciarán una intervención inmediata, de alcance mundial, y diferente.

Mantener la temperatura a un máximo de 2 grados centígrados (establecido ya como un consenso entre los científicos) debe ser una tarea principalmente de las grandes potencias, cuyas emisiones deberían disminuir en un 80% para el año 2050, en un esquema de coordinación internacional que aborde con mayor eficacia este fenómeno y que permita que, en un escenario sin cambios, dentro de veinte años las emisiones a nivel mundial disminuyan a un nivel equivalente al total de las emisiones actuales de los países de ingresos altos.

Bajo el análisis del Banco Mundial se llega a concluir que uno de los desafíos más complejos que ha planteado el cambio climático resulta ser las modificaciones en el comportamiento, así como en los objetivos y normas institucionales, incluso de la forma cómo funcionan los gobier-nos. De este modo, si la población se encuentra sana, educada y con pro-tección social, sus capacidades para afrontar estos retos es mucho mayor.

Esto se verá con mayor claridad en los sectores rurales donde la trans-ferencia que se haga de la tecnología requerirá de un adecuado nivel de instrucción. Lo que en buena cuenta provocará un cambio en el compor-tamiento y la opinión pública, y aumentará la participación de este sector con sus conocimientos locales sobre las vulnerabilidades presentes en sus respectivas zonas de desarrollo.

1.2.3. El Informe de la Comunidad Andina de Naciones14 (2008)

Este Informe se denomina: “El cambio climático no tiene fronteras: Im-pacto del cambio climático en la comunidad andina”.

Este es el primer documento que fija las particularidades de los efectos del cambio climático en la subregión andina. Este Informe se elabora a solicitud de la Comunidad Andina (CAN) y tuvo los auspicios de la coo-peración española. Las coordinaciones para este estudio estuvieron a cargo del profesor de la Universidad del Pacífico del Perú, Carlos Amat y León.

El informe consta de cuatro capítulos donde se destacan el contexto global del cambio climático; la originalidad de los países andinos (que en buena cuenta es una valoración geográfica de la subregión); los impactos del cambio climático en esta zona; y los desafíos de ésta.

14 http://www.comunidadandina.org/public/libro_cambioclimatico1.pdf

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Los dos últimos capítulos constituyen la parte central de este trabajo. En ellos se determina que los países andinos se verán impactados negati-vamente por la disminución de los glaciares y su consiguiente afectación a la disposición de agua y generación de energía. De la misma forma, el Fenómeno del Niño aumentará en intensidad y frecuencia.

Siendo la subregión una zona dedicada mayormente a actividades pri-marias, ligadas a la extracción de recursos naturales, la presencia de estos fenómenos naturales en la forma como se predice ocasionará perdidas sustanciales a las economías de los países que la conforman.

Lo que resulta más preocupante es el hecho de los países andinos aún mantienen características que los vuelven más vulnerable a los efectos del cambio climático: “la presión demográfica; el crecimiento urbano sin planificación; la pobreza, la inequidad y migración rural; la baja inver-sión en infraestructura y servicios; la degradación de tierras o su defo-restación; la contaminación y sobreexplotación de recursos naturales; y los problemas de coordinación intersectoriales y capacidad limitada de las instituciones”.

La importancia del estudio radica en que por primera vez se analiza, en términos generales, el escenario potencial sobre el cual se desenvol-verán los países de la CAN, con todas las modificaciones que generará el calentamiento global. Es más, se ha calculado en 30.000 millones de dó-lares anuales las pérdidas por los daños que ocasionará el cambio climá-tico a la subregión al año 2025. Cifra que representa el 4.5% de su PIB.

1.2.3.1. Una economía basada en el uso del carbón y del petróleo

La idea central en base a la cual se sustenta esta investigación es que la responsabilidad de los cambios que está sufriendo la tierra radica en los modelos de desarrollo establecidos por los países desarrollados (con una “economía basada en el uso del carbón y el petróleo”), los mismos que resultan inviables para países de menores ingresos como los andinos, por cuanto implicarían un consumo excesivo de recursos, hecho que no tiene precedentes en la historia de la humanidad.

En ese sentido, alcanzar los estándares de vida de estas naciones in-dustrializadas ya no sería una meta real de los Estados andinos, no sólo porque pondrían en juego las fuentes de alimentación sino también su potencial energético. Por ello, la tarea se centraría en aumentar la capa-

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cidad de respuesta ante los efectos perjudiciales ocasionados por estos cambios ambientales drásticos.

La diversidad de ecosistemas con que cuentan los países andinos, los convierte en una zona interesante para el inicio de cualquier iniciativa que esté destinada a evaluar los efectos que tendrá en la tierra el cambio climático. Es más el informe ha concluido determinando que estas nacio-nes son “el Banco Central de la Vida de la Tierra”.

Las evaluaciones realizadas por el informe han partido, primero, por encontrar las semejanzas en términos de riesgo al cambio del clima con otras regiones del mundo. Luego, se ha determinado las particularidades que hacen a la región andina más vulnerable a este fenómeno ambiental. Y finalmente, ha destacado las potencialidades que ésta tiene para rever-tir la situación.

El estudio de la Comunidad Andina ha hecho abundante acopio de otras reconocidas evaluaciones en la materia, como es el caso del In-forme Stern, del cual se nota una significativa influencia. Sin embargo, y aunque parezca arriesgada la aseveración, el Informe de la CAN ha determinado que la metodología que le ha servido de herramienta para dibujar el escenario ambiental futuro de esta subregión, es limitado para establecer un cálculo certero del impacto del cambio climático en los países andino-amazónicos.

1.2.3.2. El cambio climático no tiene fronteras

Es interesante poder apreciar que en las argumentaciones de “El cambio climático no tiene fronteras” subyace siempre la idea de darle sustento al principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Especialmen-te cuando señala que “parecería que el daño económico potencial estuviera correlacionado negativamente con la intensidad de la contaminación”, lo que determina que en todo el mundo este daño potencial “no es uniforme”.

Esto lleva a afirmar a los investigadores que la extensión e intensi-dad de los daños económicos del cambio climático dependerá sustan-cialmente de factores como la temperatura inicial de cada país y el nivel de desarrollo económico. Por ejemplo, el que aumente sólo en 1ºC la temperatura de la tierra significaría un daño de entre 0,5% y 2% del PIB.

Aunque los autores reconocen que ésta ha resultado ser una investi-gación preliminar, la magnitud de sus propuestas deja una gran respon-

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sabilidad por desarrollar mayores evaluaciones sobre una de las regiones más sensibles al cambio climático.

Lo que ya parece un común denominador de los informes estudiados hasta el momento es la reiteración de que la región andina no sólo sufrirá con mayor intensidad los embates del cambio climático sino que, pa-radójicamente, no cuenta con los instrumentos tecnológicos necesarios para adaptarse a ellos. Ante esta situación, la respuesta inmediata de la Comunidad Andina es el desarrollo de una buena gobernabilidad.

1.2.3.3. Los países andinos tienen el 25% de la biodiversidad del planeta

En efecto, si tomamos en cuenta que los países andinos cuentan con el 25% de la biodiversidad de la Tierra, con 84 de las 114 zonas de vida y 28 de los 34 climas que existen en el planeta, la gobernanza ambiental que se propone va tener que pasar por una integración regional más sólida en temas ambientales. Y es que si Europa inicio su cohesión en torno al car-bón y el acero, porqué Latinoamérica no podría hacer realidad este sueño con la administración de ecosistemas naturales que le son comunes.

Se ha puntualizado en el informe que la complejidad natural de los países andinos es tal que su biodiversidad “al funcionar como un sistema de vida, conduce a que la alteración de una de las partes afecte a todo el conjunto”. Y aunque esta afirmación nos hace pensar que estos son escenarios cada vez más intocables, las condiciones de “reservas ecoló-gicas” dentro de esta subregión los pone en una situación expectante para enfrentar el déficit ecológico mundial.

La agricultura, actividad milenaria dentro de la región andina, al pare-cer sería la primera en verse afectada ante las modificaciones en el clima de la tierra. Para una sociedad con poco desarrollo industrial y tecnoló-gico, esto no sólo significa un perjuicio para su PBI sino también una involución en su calidad de vida y en los niveles de crecimiento.

La conclusión del informe es clara: En estos momentos los países desa-rrollados tienen con qué enfrentar el cambio climático; las naciones andi-nas no. Pero estas tienen mucho por ofrecer: sustanciales recursos hídricos renovables, extensas reservas biológicas y un gran potencial hidroeléctri-co. Todo lo que asegura la sostenibilidad alimentaria de su población.

Para la Comunidad Andina, las políticas estratégicas deben apuntar al manejo integrado de los recursos de las cuencas de la región andina,

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especialmente del agua; el desarrollo de energía limpia; y mantener la se-guridad alimentaria con la administración cuidadosa de la biodiversidad.

“El cambio climático está en nuestros Andes”, asevera la CAN. Y siendo éste el punto inicial de todo el proceso del cambio climático en los países andinos, incluido Venezuela y Chile, uno de los últimos esla-bones de esta cadena de efectos perjudiciales sería la desaceleración de los procesos regionales de integración.

Las futuras administraciones de la Comunidad Andina deben, pues, buscar mayores resultados en el fortalecimiento de las capacidades de las naciones que la integran en los asuntos de gestión ambiental, así como de políticas, medidas y estrategias de adaptación a este fenómeno.

1.2.4. El informe del Banco Central de Reserva del Perú: “El cam-bio climático y sus efectos en el Perú”. (2009)15

Al parecer el informe Stern y el de la Comunidad Andina motivaron al Banco Central de Reserva (BCR) a investigar sobre la perspectiva eco-nómica del cambio climático en nuestro país. En ese sentido, en julio del 2009, el BCR auspicia la publicación de un documento de trabajo, denominado “El cambio climático y sus efectos en el Perú”.

La autora, Paola Vargas, especialista en crecimiento económico de la mencionada institución, fue la encargada de elaborar este informe, el mismo que ha rescatado la información de los referidos trabajos extran-jeros con respecto al impacto que tendrá éste fenómeno en países en desarrollo como el nuestro.

Con la metodología que brinda el análisis económico, el informe des-taca un hecho particular: aún no se cuenta con información suficiente para determinar aquel impacto. Se tendría, por lo menos, que generar cincuenta años de datos estadísticos que registren las transformaciones que la naturaleza ha experimentado producto de nuestro estilo de vida. Ello llenaría los vacíos que las fórmulas estadísticas necesitan para acer-carnos a un escenario futuro.

No es extraño, entonces, que las conclusiones a las que se ha llegado en este trabajo se encuentren en la categoría de aproximaciones, con la

15 http://www.bcrp.gob.pe/docs/Publicaciones/Documentos-de-Trabajo/2009/Documen-to-de-Trabajo-14-2009.pdf

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intervención de factores constantes y soslayando otros no generados en registro alguno. De esta manera, las premisas sobre las que se han tra-bajado son las mismas que se han empleado en otros informes, con la diferencia que se aplican sólo al escenario peruano.

El análisis de esta investigación inicia con la consideración al déficit ecológico como un indicador de la acumulación de gases de efecto in-vernadero en la atmosfera. Se señala que éste “tiene dos consecuencias que aceleran el cambio climático. Por un lado, se emite mayor cantidad de GEI de los que la tierra está en capacidad de absorber; y por el otro, se depredan recursos naturales capaces de absorber la emisión de GEI, con lo que la biocapacidad de la tierra disminuye”.

El contraste del llamado déficit ecológico, también planteado como la diferencia entre la huella ecológica y la biocapacidad de la tierra, es el crédito o reserva ecológica, de la cual el Perú goza en aproximada-mente tres hectáreas globales per cápita y aporta tan sólo con el 0.4% de las emisiones de GEI, frente a la pronunciada deuda de los países más industrializados, pero paradójicamente menos afectados por el cambio climático.

1.2.4.1. El diagnóstico del problema del cambio climático en el Perú

Entonces, las investigaciones plantean la siguiente cuestión: si se tiene una reserva tan considerable en Latinoamérica ¿por qué es una de las regiones más afectadas por las modificaciones del clima?. La respuesta vuelve a reiterarse en este mismo trabajo: tenemos una alta dependencia a sectores primarios sensibles a este fenómeno (agricultura, pesca y bosques); nues-tra población cuenta con un bajo ingreso per cápita y deficientes servicios públicos; las temperaturas ya son en promedio altas (si aumentan impacta-rán en la productividad agrícola, morbilidad y mortalidad).

En ese sentido, los efectos para el Perú también se registran en éste informe en la misma línea que el elaborado por la Comunidad Andina. Es decir, retroceso glaciar (que también resulta ser el principal en nues-tro caso); aumento en intensidad y frecuencia del Fenómeno del Niño, producto del calentamiento de la capa superior del océano, y elevación del nivel mar.

Otros efectos adversos que, al parecer son corolarios de los anteriores o tienen una influencia directa o indirecta con estos, son: la agudización

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del periodo de estiaje con la disminución de la disponibilidad del agua; aumento del riesgo de desastres naturales; menor productividad pesque-ra; sabanización de bosques tropicales; pérdida de biodiversidad y extin-ción de especies.

Entonces, la intersección de las características de nuestro país con los potenciales efectos del cambio climático en el territorio peruano, termi-na por darnos una variedad preocupante de consecuencias nefastas. Por ejemplo: los eventos del Niño modificados por el fenómeno en estudio, afectan nuestra agricultura en la medida que le genera pérdidas en su campaña de productos como la papa, maíz, cebada, arroz y plátanos.

De esta manera, y aunque el futuro con cambio climático incluido no está definido, se ha alcanzado a determinar con cierto grado de certeza que las áreas que experimentarán problemas muy agudos son la agricul-tura, salud pública, pesca, infraestructura y energía.

1.2.4.2. Los efectos del cambio climático en el crecimiento económico

Como era de suponer, en un informe de este tipo, el llamado de atención se centra en el impacto que tendrá el cambio climático en nuestro creci-miento. Por ello, el modelo de análisis que se ha empleado para este fin es el que evalúa directamente los efectos del primero sobre el segundo, prescindiendo de adentrarse en explicar los mecanismo del fenómeno en cuestión. Además, como se ha mencionado, el Perú no cuenta con “sufi-ciente información climática y de producción sectorial”.

Al parecer, los resultados delatan que hasta en un escenario modera-do nuestro crecimiento se vería afectado. La vinculación que éste tiene con los recursos naturales que poseemos será la causa de futuros déficits en nuestras finanzas. Entonces, un ambiente extremo prácticamente anu-laría nuestra capacidad de disponer de lo que la naturaleza nos ofrece, afectando también la infraestructura generada para explotarla.

Aun con el empleo de un marco teórico donde se determina dos me-canismos por los cuales afecta el cambio climático a la productividad agregada, es decir al nivel de producción y al crecimiento de la pro-ductividad, se ha llegado a estimar una pérdida promedio anual hasta el 2050 de entre 7,3% y 8.6% del nivel de PBI potencial de cada año. Con políticas de mitigación, este impacto negativo disminuiría entre 14,5% y 16,6%.

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La idea del Informe Stern se prolonga en este trabajo cuando se men-ciona que es menor el precio de la mitigación si se actúa antes de que se agrave el problema climático, por cuanto “a partir del 2030, no sólo se asumiría un mayor costo sino que sería casi imposible revertir los efectos negativos”.

A esto le debemos agregar nuestro desconocimiento del impacto real no sólo por la mencionada carencia de información climática sino tam-bién la falta de consideración en los cálculos estándares de otros com-ponentes que son igualmente sensibles a los aumentos de la temperatura, como la biodiversidad, la superficie boscosa, el aumento del nivel del mar, la perdida de los glaciares y el aumento de enfermedades.

Aunque el panorama aparece un tanto pesimista para el Perú, las re-comendaciones del informe hacen énfasis en el hecho de tomar mayor conciencia de las ventajas que nos ofrecen los compromisos internacio-nales en la materia, que han implementado, por ejemplo, el comercio de emisiones reducidas mediante proyectos.

1.2.4.3. Nuestra biodiversidad como respaldo para proyectos de reduc-ción de gases de efecto invernadero

Las sugerencias también van por el lado de explotar mejor nuestras ven-tajas comparativas frente a los Estados más desarrollados, quienes si tie-nen compromisos urgentes de mitigación de emisiones de GEI, de acuer-do a los compromisos internacionales. Nosotros, en cambio, tenemos una gran biodiversidad que puede servir de plataforma para respaldar proyectos de reducción de emisiones de estos gases, como los vinculados a la actividad forestal y explotación de fuentes de energía alternativas.

Según lo mencionado, el estudio termina por concluir en recomendar que se deben priorizar tres acciones de adaptación y mitigación: La ges-tión del conocimiento de la información climática; la gestión del agua, energías renovables y bosques; y las acciones preventivas a partir de ex-periencias del Fenómeno del Niño. Adicionalmente, recomienda man-tener una política fiscal más austera y focalizar el gasto en políticas de mitigación. De esta forma, las medidas que se adopten tempranamente, permitirán tener un mayor margen de maniobra en el largo plazo.

Ubicar este informe dentro de la línea del resto de estudios, resulta un reconocimiento de que los patrones negativos que se darán en otros

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escenarios geográficos producto del cambio climático se van a cumplir también para el Perú. La irreversibilidad de este fenómeno nos pone en un escenario futuro caracterizado por pérdidas en nuestro PBI. Las po-líticas de adaptación o mitigación que se adopten a partir de ahora sólo contribuirán a disminuir este efecto adverso en nuestra economía.

Afectaciones del 6% del PBI peruano para el año 2030 y 20% para el 2050, significarán un golpe tremendo no sólo a nuestro crecimiento económico sino también al desarrollo de nuestra población. Las acciones que generen una reversión de esta situación se encuentran en manos de nuestros gobernantes.

1.3. El legado de Al Gore, ex vicepresidente de los Estados Uni-dos de América

Este capítulo no estaría completo y ningún trabajo sobre el cambio cli-mático se encontraría terminado si es que no se hiciese una referencia a la labor del ex Senador y ex vicepresidente de los Estados Unidos de América, Al Gore, quien durante la década pasada se convirtió en un activo promotor de la lucha contra los efectos nocivos del calentamiento global del planeta.

Gore recibió un Oscar por su documental “Una verdad Incómoda”. Igualmente, las ideas centrales de su planteamiento también se encuen-tran incluidas en una publicación.16 En la película y en su libro Gore nos señala su preocupación sobre el tema ambiental y en particular sobre la amenaza del cambio climático.

Al respecto Gore en la introducción de su libro señala que: “La tra-ma esencial de la historia de la crisis climática es hoy muy parecida a como era entonces. La relación entre la civilización y la Tierra ha sido totalmente transformada por una combinación de factores que incluye la explosión poblacional, la revolución tecnológica y el deseo de ignorar las

16 Gore, Al. Una verdad Incómoda. Madrid: Gedisa, 2007, 328p.. El ex Senador Gore no es nuevo en el tema ambiental. Ya en el año 1992 publicó otro libro sobre estos temas: “Earth on the Balance” en el cual también abordaba el tema del cambio climático. Ha recibido el Premio Príncipe de Asturias en España por haber contribuido con sus planteamientos a que el planeta tome conciencia del problema ambiental del cambio climático. Igualmente, ha recibido el Premio Nobel.

57El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

consecuencias futuras de nuestras acciones presentes. La realidad sub-yacente es que estamos chocando con el sistema ecológico del planeta y que sus componentes más vulnerables se están desmoronando a conse-cuencia de ello”.17

Del mismo modo añade que: “He aprendido que, más allá de la muer-te y los impuestos, hay al menos un hecho indiscutible: el calentamiento global causado por los seres humanos no sólo es real, sino que se está haciendo cada vez más peligroso, a un ritmo que lo ha convertido en una emergencia planetaria”.18

Así, luego de explicar en su libro en que consiste el problema, Gore señala que evitar el cambio climático no es una cuestión de política sino de moral. Durante una visita a España hace algunos años Gore: “sin pre-tender ser alarmista, pero con datos en la mano, enumeró cuales son al-gunos de los hechos indicadores de la existencia de una alteración del clima de la Tierra. Entre ellos, citó que el año 2006 fue el más cálido desde que existen registros de temperatura, que durante el verano de 2003, murieron 40,000 personas en Europa debido a la ola de calor, que ya se ha perdido el 30% de la humedad de Estados Unidos, que el Polo Norte ha perdido un 40% de hielo en 40 años, que el sexto lago mayor del mundo se ha evaporado, o que los terremotos glaciales aumentan en Groenlandia sin parar.”19

Del mismo modo: “también aseguró que el cambio climático implica un desordenamiento del clima, con más fenómenos extremos como inun-daciones y sequías. Una de las consecuencias de estas situaciones puede ser la aparición de refugiados climáticos, es decir, personas desplazadas que huyen de los fenómenos meteorológicos adversos. Finalmente, ma-nifestó que sólo la actuación mediante criterios de desarrollo sostenible puede frenar este proceso.”20

A decir de numerosas publicaciones y de los premios que ha ganado en todo el mundo por su cruzada ambientalista, Al Gore se convirtió en el “Profeta del Cambio Climático”,21 aunque es innegable el apoyo que

17 op. cit., p. 718 loc. cit.19 News Soliclima. En: http://news.soliclima.com (última revisión 24 de junio de 2007).20 Ibid.21 Como lo señala el diario “El País” de España. Véase la entrevista a Al Gore. Vid. “El País”, Madrid, 25 de Junio de 2006.

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ha recibido de los sectores liberales (Partido Demócrata) de su país y de las empresas multinacionales no petroleras.

Sin embargo, desde Europa, Al Gore también ha sido criticado por considerarse sus planteamientos algo catastrofistas. Sobre todo porque hay un debate sobre cuál debe ser la prioridad de los temas más relevan-tes para mejorar la viabilidad del planeta.22

Empero, para nosotros no hay duda que la humanidad enfrenta graves problemas y uno de los más importantes es sin duda el problema del cambio climático y el ex Senador Gore, con quien concordamos en cada uno de sus planteamientos, hizo en su momento, un importante llamado de atención mundial sobre este tema.

De todos modos, para efectos de la agenda peruana sobre el cambio climático es importante tener presentes estos conceptos sobre todo por lo que más adelante denominaremos la “agenda ambiental ajena”, ya que a veces las agendas ambientales de los países desarrollados no siempre coinciden con la de los países en desarrollo. Por ello, a los países como el Perú les conviene tener claras las prioridades sobre cuáles son sus pro-blemas ambientales más relevantes.

Por último, el planteamiento de Al Gore es muy importante porque ha puesto el énfasis en un problema ambiental global cuya solución se ha estado posponiendo por mucho tiempo. Del mismo modo, Gore ha aprovechado su condición de ex Senador demócrata, ex Vicepresidente y ex candidato a la Presidencia de su país para, con su peso político, tratar de reorientar las políticas globales sobre este tema. Es este su mérito, el que todo el mundo le ha reconocido.

22 Así Xavier Sala i Martín, desde una perspectiva económica, aparentemente contraria a los planteamientos de Gore, señala que quizá, antes de solucionar el problema del cambio climático, es más importante resolver otros problemas acuciantes en el planeta, como, por ejemplo, el de la pobreza, el de la escasez de agua o el de las pandemias. El economista español cuestiona las bases del concepto del desarrollo sostenible al plantear que lo más importante es ayudar a los pobres de hoy, que experimentan también graves problemas ambientales, para luego apoyar a los que vendrán dentro de un siglo. Darle prioridad al tema del cambio climático implicará restarle fondos al presupuesto de los países desarrollados que eran destinados a la cooperación interna-cional, por cuanto disminuir la emisión de gases de efecto invernadero resulta muy oneroso.” Xavier Sala i Martín es un economista catalán y estadounidense. Doctor en Economía de la Uni-versidad de Harvard en 1990. Desde 1996 es catedrático de Economía en la Columbia University y profesor visitante de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). Ha sido profesor también en Yale (1990-1996). Es considerado un economista “neoliberal”. Tomado de: http://www.eumed.net/cursecon/economistas/Sala-i-Martin.htm (última visita el 21 de junio de 2007).

59El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

1.4. La incidencia del cambio climático en el Perú

El tema del cambio climático para el Perú es de gran relevancia. Un in-forme señala que nuestro país es uno de los más vulnerables al cambio climático. Baste señalar que, de acuerdo a este documento, nuestro país ocupa el tercer lugar en vulnerabilidad frente a este fenómeno, única-mente después de Bangladesh y Honduras.23 Ello fundamentalmente por que la mayor parte de nuestra población se encuentra ubicada en zonas costeras y áridas, lugares donde habrá grave estrés hídrico en caso que los glaciares tiendan a disminuir.24

Igualmente, esto ha sido reconfirmado por un informe del Banco Mundial25 en donde se sugiere que el estrés hídrico se producirá porque la mayor parte de nuestra población se encuentra en la costa y sierra del país donde hay menos cantidad de agua. El informe de los expertos del Banco Mundial señala que la mayor cantidad de agua de nuestro país se encuentra en el oriente peruano, por lo que para enfrentar este problema habría que trasvasar las fuentes de agua o desplazar parte de nuestra po-blación a esas zonas.

1.4.1. El enfoque desde el Perú: las vulnerabilidades, la mitigación y la adaptación. La pobreza y el desarrollo. La inclusión social

Con relación al tema del cambio climático nuestro país prioriza un en-foque que reconoce nuestras vulnerabilidades y aplica, de acuerdo a las normas internacionales, los mecanismos de la mitigación y la adaptación para enfrentar esta amenaza. Esto quiere decir que nuestro país es vul-nerable al cambio climático (por ejemplo, por el derretimiento de los

23 Risk Level Indicators, N. Brooks y N. Adger, Tyndall Centre, UK, 2003. En: PNUMA. Informe Nacional sobre el Estado del Ambiente GEO PERU, 2002 - 2004, p. 16724 “El Perú está dotado con abundantes recursos hídricos. Tiene un promedio nacional de abastecimiento de agua fresca de casi 60,000 metros cúbicos per cápita, una cifra que es en varios órdenes de magnitud más grande que otros países latinoamericanos como México o Argentina. Sin embargo, los recursos hídricos están desigualmente distribuidos a través del territorio, y la mayor parte de la población y de las actividades económicas están ubicadas en la región costera árida, generando considerable estrechez del recurso”. Banco Mundial. Análi-sis Ambiental del Perú: Retos para un Desarrollo Sostenible. Resumen Ejecutivo. Mayo 2007, Unidad de Desarrollo Sostenible, Región de América Latina y el Caribe, pp. 25-2625 Ibid.

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nevados que producen escasez de agua en la costa y en la sierra), pero que a la vez debe enfrentarse a esos problemas a través de la adaptación (por ejemplo, creando reservorios de agua) o en base a la mitigación. La mitigación, en el fondo, significa que el mundo deje de explotar el petró-leo, lo cual es imposible en la actualidad.

Un informe del PNUMA señala que el Perú es un país vulnerable a las consecuencias adversas del cambio climático, cuyas manifestacio-nes son la constante recurrencia de desastres naturales y el incremento de las pérdidas materiales y de vidas humanas que se derivan de estos, poniéndonos, en el tercer lugar dentro de los países más riesgosos con relación al cambio climático. Esto expone a peligros a los sectores más vulnerables de nuestra población. De ello se desprende la necesidad de considerar estos temas con seriedad, para que sean tomados en cuenta dentro de las políticas de desarrollo sostenible.26

Sin embargo, unidos a los temas de la vulnerabilidad, la mitigación y la adaptación, cuando hablamos de cambio climático en el Perú, no de-bemos perder de vista los tres temas más relevantes en el tema ambiental en nuestro país como son la lucha contra la pobreza, la inclusión social y la búsqueda del desarrollo.27

La Cancillería peruana se ha preocupado desde el principio por el tema del cambio climático. Una muestra de ello es:- La Cumbre de Johannesburgo de 2002. Lo relevante aquí en el tema

del cambio climático es lo que señaló en su discurso el entonces Can-ciller, Embajador Allan Wagner, quien manifestó que era necesario: “adoptar iniciativas concretas que logren una reducción de la vulne-rabilidad que exhiben los países de la Cuenca del Pacífico frente al fenómeno del cambio climático, así como el desarrollo de mecanis-mos de alerta temprana y de cooperación para mitigar los fenómenos meteorológicos extremos y los desastres naturales, como es el caso del fenómeno de El Niño, que recurre cada vez con mayor frecuencia e intensidad y que produce graves estragos económicos, sociales y ambientales a nuestros países.”28

26 PNUMA, Informe nacional sobre el estado del ambiente GEO PERU, 2002-2004, p. 16727 loc. cit. 28 Vid. Vera Esquivel, Germán. La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johan-nesburgo. Una visión jurídico-política de tres décadas en la historia del Derecho Internacional Ambiental. Lima: Instituto de Estudios Social Cristianos, 2004, p. 124.

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- En las Naciones Unidas el 17 de abril de 2007. En esa ocasión el Representante Permanente del Perú ante las ONU, Embajador Jorge Voto-Bernales, señaló que: “El cambio climático será pues un factor que exacerbará las condiciones económicas y sociales que hoy en día ya son potencialmente detonantes de la inseguridad, como la pobreza, la marginación y la exclusión”. Igualmente indicó que: “La pobla-ción del Perú habita en una alta diversidad de ecosistemas. En nuestro caso, la mayor intensidad y frecuencia del Fenómeno del Niño aca-rrea severas inundaciones en la costa y sequías en los Andes causan-do graves daños sociales y económicos. Al mismo tiempo nuestros glaciares, que representan más de la mitad de los glaciares tropicales del mundo, están afectados por un rápido deshielo que agravará la es-casez de agua para el consumo humano, la agricultura y la generación de energía. El bosque amazónico peruano, el segundo de América Latina por su extensión y que constituye una reserva de biodiversidad incalculable, se verá igualmente afectado. Aunque el fenómeno del cambio climático afectará de manera diversa y grado a cada región, es un problema de dimensiones globales. Por tanto, sólo podremos hacerle frente a través de una acción multilateral y concertada de toda la comunidad internacional, de acuerdo al marco jurídico acordado y a los principios que lo sustentan, en particular el de la responsabilidad común pero diferenciada”.29

- Igualmente, en las Naciones Unidas en el año 2009, en el Sexagési-mo Cuarto Período de Sesiones de la Asamblea General de las Na-ciones Unidas el entonces Canciller, Embajador José Antonio García Belaúnde, señaló: “Otro tema sensible y que ha merecido un debate especial es el del cambio climático y la preservación del medio am-biente en general. El Perú sufre de manera dramática los efectos del calentamiento global en el retroceso acelerado de sus glaciares tropi-cales y los problemas sobrevinientes para la atención adecuada de los requerimientos de agua de su población. El Perú estima que es indis-pensable establecer objetivos concretos relativos a la cooperación y transferencia tecnológica, así como a la creación de fondos que brin-den cooperación financiera para desarrollar proyectos que combatan

29 Vera Esquivel, Germán. Derecho Internacional y Cambio Climático. Una Visión desde la política ambiental peruana. Lima, Instituto de Estudios Social Cristianos, 2008. p. 51

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directamente los efectos del cambio climático en los países que más se han visto afectados. Ante la urgencia de hacer frente a los efectos adversos del cambio climático, el Perú apoya el continuo estableci-miento de compromisos internacionales vinculantes para los países de origen del problema.”30

- En febrero de 2012, el Embajador Manuel Rodríguez Cuadros, ex Canciller de nuestro país, refiriéndose al cambio climático señaló que: “Para desacelerar los efectos negativos del cambio climático los principales países emisores deben asumir obligaciones exigibles para limitar las emisiones globales de dióxido de carbono. Según el último informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), las emisiones han aumentado en un 5% a pesar de la peor recesión económica en 80 años. La China es hoy el principal emisor con 24% y los Estados Unidos el segundo con 16%. Faith Birol, responsable del área econó-mica de la AIE, ha sintetizado bien el dilema (…): “Si no cambiamos la forma en que estamos usando la energía, acabaremos más allá de lo que los científicos consideran como el nivel mínimo de seguridad. La puerta se cerrará para siempre”. De allí la urgencia de asegurar la continuidad y la ampliación del Protocolo de Kioto.31

30 José Antonio García Belaunde en el Debate General del 64° Periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en: http://www.un.org/en/ga/64/generaldebate/pdf/PE_es.pdf 31 http://manuelrodriguezcuadrosarticulos.blogspot.com/

Capítulo 2

El cambio climático y el derecho internacional

65

2. La respuesta jurídica internacional

Desde el plano jurídico, dos son los instrumentos internacionales funda-mentales en el tema del Cambio Climático. El primero es la Convención Marco de Cambio Climático de 1992 y el otro es el Protocolo de Kioto de 1997.

2.1. La Convención Marco de Cambio Climático de 1992

La Convención Marco de Naciones Unidas sobre de Cambio Climático (CMNUCC) se adoptó en la Conferencia de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992.32 En aquella ocasión, los representantes de los países del mundo acordaron el texto de la Convención que luego entraría en vigencia el 21 de marzo de 1994. Desde entonces ha sido ra-tificada por 189 Estados, logrando una de las más amplias membrecías a nivel internacional.33 La CMNUCC y su instrumento complementario, el Protocolo de Kioto, tienen como objetivo primordial proteger a la tierra de los efectos del cambio climático.

Con la adopción de la Convención de cambio climático, se puede afir-mar, en nuestra opinión, que formalmente se inicia la llamada “Diplo-macia del cambio climático”, ya que con la CMNUCC se crea el “siste-ma del cambio climático”, un conjunto de mecanismos y organizaciones que a nivel internacional se van a ocupar de este tema.34 Igualmente,

32 En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo de 1992 también llamada la “Cumbre de la Tierra” se adoptaron cinco instrumentos internacionales: la “Declaración de Río de Janeiro sobre Medio Ambiente y Desarrollo”; la “Convención sobre Diversidad Biológica”; la CMNUCC; El Programa o Agenda 21; y, la “Declaración sobre Bosques”.33 Mehling, Michael y Brandt, Arturo. “Cambio Climático”. En: Sindico, Francesco y otros (ed). Derecho Internacional del Medio Ambiente. Una visión desde Iberoamérica. Londres: Cameron May, 2009, pp. 187-18834 Como la Secretaría del Cambio Climático, la Conferencia de los Estados Partes (COP), el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, inter alia. El Panel de todos modos ya existía

66 Germán Vera Esquivel

en particular en los países desarrollados, se crea una nueva especialidad entre los negociadores: el área del cambio climático.

La CMNUCC tenía como objetivo el estabilizar las emisiones de ga-ses de efecto invernadero en el año 2000, a los niveles de 1990. Así, con un preámbulo y 26 artículos: “tiene entre otras provisiones, un meca-nismo financiero para apoyar los esfuerzos medioambientales realizados por los países desarrollados y también un cuerpo permanente – la Secre-taría -- para la puesta en marcha del Tratado”.35

La Convención, cubre la mayor parte de las actividades humanas que generan el calentamiento global, ya que está dirigida a reducir tanto la quema de combustibles fósiles cuanto la deforestación, más aún cuando ha quedado demostrado científicamente que las actividades humanas in-fluyen en el clima de la tierra.36

La CMNUCC encarga también a los países industrializados la tarea de liderar la lucha contra el cambio climático y sus consecuencias per-judiciales, por ser ellos los que tienen más responsabilidad en la conta-minación ambiental y por ser sus industrias las que cuentan con altos índices de emisión de gases con efectos nocivos sobre el clima.37

Sin embargo, este Tratado invoca a todas las partes a que adopten también las medidas necesarias “de precaución para prevenir o re-ducir al mínimo” este problema. Asimismo, reconoce a cada una de ellas el derecho al desarrollo sostenible al igual que al crecimiento económico.

con anterioridad (desde 1988), sin embargo, lo que queremos decir es que con la CMNUCC se formaliza su actuación y se entrelaza con el trabajo de las otras oficinas dedicadas al tema.35 Vera Esquivel, Germán, Negociando nuestro futuro común. Lima: Fondo de Cultura Eco-nómica, 1998, p. 110.36 El Informe del Grupo de Trabajo I del Panel Intergubernamental de cambio climático, entregado en París, el año 2007, asevera con un 90% de certeza científica que el problema del cambio climático se debe a la acción humana cuya mayor responsabilidad corresponde a los países industrializados especialmente los Estados Unidos de América y la República Popular China. Esto no se ha modificado.37 Sobre el tema del cambio climático hasta los países desarrollados se encuentran divididos: “La renuencia de los Estados Unidos de participar en un diálogo internacional ambiental no ha silenciado a los otros miembros de la comunidad internacional, pero las acciones de los EEUU (sobre este tema) han limitado los esfuerzos internacionales que han intentado ocuparse del cambio climático”. (La traducción es nuestra). Véase Harswick, Tamara L. “Developments in Climate Change”. Colorado Journal of International Environmental Law and Policy, número 25, 2002, pp. 25

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Este Convenio por los compromisos que recoge constituye “un primer paso acertado hacia la consecución de una estabilización ade-cuada en la emisión de los gases invernadero”.38 No obstante, hasta la fecha, sólo algunos pocos Estados han cumplido con las reducciones propuestas.

Es importante señalar, en este punto, un elemento más sobre la CMNUCC. La Convención tiene el nombre de “marco” porque únicamente crea obligaciones generales para los Estados partes, es decir es una suerte de plan o guía de acción. En tal sentido, la Convención no genera obligaciones específicas, las cuales se dejan para posteriores documentos, como por ejemplo, el Protocolo de Kioto.39

En esta misma línea de pensamiento, debemos reconocer que los negociadores diplomáticos de la Convención, tuvieron que aceptar que en el año 1992, aún con los conocimientos científicos que había en esa época, no se podía legislar de manera estricta sobre el tema del cambio climático. Así, ante la falta de certeza científica sobre la existencia del cambio climático, la Convención fue hecha de manera flexible para que pudiese adaptarse a los cambios de los nuevos tiempos a través de en-miendas y protocolos. Hoy, en el año 2013, no existen dudas de la exis-tencia del cambio climático.

Es igualmente, importante señalar que el artículo 4.7 de la Conven-ción reconoce que mientras no se hagan efectivos los recursos financie-ros y la transferencia de tecnología de los países desarrollados, no se po-drá exigir el cumplimiento de los compromisos a los países en desarrollo.

38 Vera Esquivel, Germán, Negociando nuestro futuro común, op. cit.,p. 110. 39 “en la diplomacia medioambiental, a menudo, una gran participación se traslada en acuer-dos sustantivos que, siendo resultado de un consenso unánime, no encapsulan reglas muy estrictas. Siguiendo un patrón reciente encontrado en acuerdos multilaterales ambientales, la CMNUCC establece un marco sofisticado de instituciones y procedimientos, prorrogando la adopción de obligaciones más detalladas a protocolos subsecuentes o modificaciones. En vez de una cuantificación de las reducciones de emisiones, la CMNUCC declara como su objetivo último: “la estabilización de concentraciones de GEI en la atmósfera a un nivel que preven-ga una peligrosa interferencia antropogénica con el sistema climático”. Como la redacción sugiere, el objetivo alcanzado por este artículo es altamente incierto, incitando opiniones de que incluso no constituiría un acuerdo sino sólo una declaración.” Mehling, Michael y Brandt, Arturo, op. cit., en: Sindico, Francesco; Fernández Egea, Rosa, y, Borrás Pentinat, Susana. De-recho Internacional del Medio Ambiente. Una Visión desde Iberoamérica. Londres: Cameron May, 2009, p. 188

68 Germán Vera Esquivel

Sin embargo, este derecho trae aparejada una obligación, puesto que los países en desarrollo tienen el compromiso de preparar comunicacio-nes nacionales a la Secretaría de la Convención que contengan sus inven-tarios de emisiones de gases invernadero y las medidas que han adoptado para aplicar la Convención.

2.1.1. Los principios jurídicos ambientales de la Convención

En nuestra opinión, son tres los principios fundamentales contenidos en la Convención marco del cambio climático. Ellos son: el Principio de las Responsabilidades Comunes pero diferenciadas; el Principio del Desa-rrollo Sostenible; y, el Principio Precautorio.40

En las próximas líneas estudiaremos los mencionados principios.

2.1.1.1. El Principio de Responsabilidades Comunes pero Diferenciadas

En palabras simples este principio significa que dado que los países de-sarrollados han contribuido en mayor medida a la generación del cambio climático, son ellos los que tienen una mayor obligación para remediar-lo. Así, los países desarrollados tienen una mayor responsabilidad en la solución de este problema. Por supuesto de acuerdo a sus capacidades económicas, como también señala la Convención.

Al respecto, podemos destacar que en este principio se encuentran inclui-dos dos elementos: “El primero referido a la responsabilidad común de los Estados por la protección del ambiente, o de parte de este, a nivel nacional, regional y global. El segundo concerniente a la necesidad de tomar en cuenta las diferentes circunstancias, particularmente con relación a la contribución de cada Estado en la creación de un problema ambiental en particular y su responsabilidad para prevenir, reducir y controlar la amenaza”41

40 Como lo señalan Mehling y Brandt una serie de principios guían los objetivos de la CMNUCC: “incluyendo, especialmente, el principio de responsabilidad común pero diferenciada, el principio precautorio, el derecho al desarrollo sostenible, y la necesidad de proteger el sistema climático para las futuras generaciones. Al mismo tiempo, se deben observar las circunstancias de los países en desarrollo y los requerimientos de “apoyar un sistema internacional económico abierto”. Mehling, Michael y Brandt, Arturo en: Sindico, Francesco y otros, op. cit., p. 189 41 Sands, Philippe, Principles of International Environmental Law, New York: Manchester University Press, 1995, Vol. I., p. 217

69El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

En tal sentido, podemos concluir que el tema de las responsabilidades comunes se aplica a los casos en que los recursos no son, o no están bajo jurisdicción exclusiva, de un solo Estado, de tal manera que la naturaleza legal de la responsabilidad de los Estados implicados va a diferir según los recursos y los instrumentos sobre los que basen su interés. De igual manera, serán diferentes las responsabilidades de prevenir los daños am-bientales.

Por otro lado, las responsabilidades diferenciadas: “se traducen en los diferentes patrones ambientales sustentados sobre la base de una serie de factores, incluyendo las circunstancias y necesidades especiales, de la futura evolución económica de los países en desarrollo, y la contribución histórica para ocasionar un problema ambiental”.42

Como veremos más adelante el principio de “responsabilidades co-munes pero diferenciadas” es muy importante porque jurídicamente es la baza fundamental para defender la posición de los países en desarrollo en los foros internacionales en el tema ambiental.

Sin duda alguna, los países que han contaminado más el medio am-biente (por ejemplo, en el caso del cambio climático, los Estados que han generado más carbono por sus modelos de industrialización) están llamados a aportar más en la solución de estos problemas. Vale decir a contribuir financiera y tecnológicamente más en estos temas. Aunque hay que reconocer que la solución es global y sin el apoyo de los países en desarrollo no se podría enfrentar adecuadamente la amenaza del cam-bio climático.

La CMNUCC reconoce este principio en su artículo 3.1 cuando se-ñala: “Las Partes deberían proteger el sistema climático en beneficio de las generaciones presentes y futuras, sobre la base de la equidad y de conformidad con sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus respectivas capacidades. En consecuencia, las Partes que son países desarrollados deberían tomar la iniciativa en lo que respecta a combatir el cambio climático y sus efectos adversos”.43

42 Ibid, p. 219.43 Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, 1992.

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2.1.1.2. El Principio de “Desarrollo Sostenible”

El Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon señaló en el año 2012 que el desarrollo sostenible era la prioridad número uno de su gestión.44 Igualmente, el ex Secretario General de la ONU, Kofi Annan indicó, siguiendo lo señalado en el Informe Brundtland de 198745, que el desarrollo sostenible persigue dos objetivos fundamentales: “satisfacer las necesidades económicas de la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer también sus propias necesidades, y, al mismo tiempo, proteger el medio ambiente”.46

Sin duda, el principio de desarrollo sostenible es recogido correcta-mente en la Convención de cambio climático porque el objetivo de este instrumento internacional es proteger a las generaciones presentes y fu-turas de los efectos nocivos del cambio climático.

El concepto del “desarrollo sostenible” fue acuñado por el Informe Brundtland y significa fundamentalmente lo ya mencionado: satisfacer las necesidades de las generaciones actuales sin comprometer la capa-cidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. Es decir que la generación actual no debe dejar en herencia un mundo ambientalmente degradado a las generaciones del futuro.

La sostenibilidad es, pues, un concepto que atraviesa a las sociedades desarrolladas y a las en desarrollo. Para nuestro país, el principio de “de-sarrollo sostenible”, básicamente enfatiza el concepto de reducción de la pobreza y el de inclusión social. Ello, porque en el Perú, la protección del medio ambiente (en el tema al que se refiere este libro, el combate a la amenaza del cambio climático) esta indesligablemente unido al concepto

44 http://www.compromisorse.com/rse/2012/01/26/ban-ki-moon-senala-el-desarrollo-soste-nible-como-prioridad-numero-uno/ 45 El Informe Brundtland fue un documento encomendado por las Naciones Unidas y realiza-do por una Comisión liderada por Gro Harlem Brundtland, por ese entonces, Primera Ministra de Noruega, para evaluar el estado del medio ambiente mundial en el año 1987.46 Kofi A. Annan, Un destino común, un compromiso renovado, Nueva York: Naciones Uni-das, 2000, p. 73. Agrega también el ex Secretario de las Naciones Unidas, tomando como base el concepto de desarrollo sostenible, que “la relación de apoyo mutuo existente entre la protección y regeneración del medio ambiente, por una parte, y el desarrollo y la erradicación de la pobreza, por la otra, se ha venido poniendo de relieve por lo menos desde la aprobación del Programa 21 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo celebrada en 1992”. Kofi A. Annan, Alianza para una comunidad mundial, Nueva York: Naciones Unidas, 1998. p. 41.

71El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

del desarrollo. Y el desarrollo en el Perú y en América Latina significa erradicar la pobreza y lograr la inclusión social. En tal sentido, en cada negociación internacional se deberían recordar estos temas.

2.1.1.3. El Principio Precautorio47

El Principio Precautorio establece que la falta de certeza científica sobre la posible existencia de un daño al medio ambiente no debería ser con-siderada impedimento para tomar medidas que eliminen o reduzcan ese posible daño.48 Este principio es uno de los más importantes en materia ambiental internacional.49

Sin duda, este principio fue fundamental para la adopción de la Con-vención de cambio climático en el año 1992. Debemos recordar que en ese año aún no existía la certeza científica de que el fenómeno del cam-bio climático pudiera tener efectos nocivos en la viabilidad del planeta. En tal sentido, la Convención de cambio climático fue adoptada por los países signatarios teniendo en consideración una aproximación precauto-ria. Hoy día, en el año 2013, no hay dudas de la amenaza que constituye el cambio climático para el planeta.

La CMNUCC de 1992, en su artículo 3.3., recoge este principio de la siguiente forma: “Las Partes deberían tomar medidas de precaución para prever, prevenir o reducir al mínimo las causas del cambio climático

47 Un estudio más amplio de este Principio puede verse en nuestro ensayo: “El Principio Precautorio en el Derecho Internacional”. En: Revista “Política Internacional”, Academia Di-plomática del Perú, 2008.48 Nuestra definición está inspirada en la de: Hey, Ellen, “The Precautionary concept in en-vironmental policy and law: institutionalizing caution”. En: The Georgetown International Environmental Law Review, Vol. 4, 1992, p.311.49 Probablemente un ejemplo pueda aclarar de una mejor manera el contenido del principio que estamos estudiando. Imaginemos que las torres de alta tensión eléctrica puedan generar alguna enfermedad en las personas que sufren exposición diaria o están en contacto permanen-te con ellas. Así, por ejemplo, si estas torres se encuentran cerca de un poblado o de un colegio, la aplicación del principio precautorio nos obligaría a retirar las torres eléctricas cercanas o a no instalar en el futuro más de ellas en las cercanías. En este caso, la certeza científica que estas torres causen alguna enfermedad no existe. Lo que existe es una probabilidad que causen un efecto dañino. Consecuentemente, aplicar el principio precautorio, en este caso, significa que aun cuando no haya plena seguridad científica que la exposición a las torres cause daño a las personas – que son parte del medio ambiente – la sola presunción de este daño obliga a evitar la acción que pueda causarlo. Así, como puede apreciarse el principio precautorio, tiene un espectro de protección muy amplio.

72 Germán Vera Esquivel

y mitigar sus efectos adversos. Cuando haya amenaza de daño grave o irreversible, no debería utilizarse la falta de total certidumbre científi-ca como razón para posponer tales medidas, teniendo en cuenta que las políticas y medidas para hacer frente al cambio climático deberían ser eficaces en función de los costos a fin de asegurar beneficios mundiales al menor costo posible. A tal fin, esas políticas y medidas deberían tener en cuenta los distintos contextos socioeconómicos, ser integrales, incluir todas las fuentes, sumideros y depósitos pertinentes de gases de efecto invernadero y abarcar todos los sectores económicos.”

El elemento central en este concepto, es el de anticipación, “reflejan-do una necesidad por hacer efectivas las medidas ambientales basadas sobre acciones que se toman a largo plazo y las cuales podrían predecir cambios en las bases de nuestros conocimientos científicos”.50

Sin embargo, y aún cuando tenga como finalidad este principio el de “proteger al medio ambiente antes que una situación de riesgo lo haya puesto en peligro”,51 se han generado discrepancias en torno a la aplica-ción de la aproximación precautoria.

2.2. El Protocolo de Kioto de 199752

Este es el instrumento internacional fundamental en el tema del cambio climático. El Protocolo de Kioto logró la materialización de los objetivos de la Convención de cambio climático, pues a través de él se cuantifica-ron los límites, plazos y metas para reducir los gases de efecto inverna-dero determinados en la CMNUCC de 1992.

En los diversos artículos del Protocolo se recogen las obligaciones asumidas por los países desarrollados para reducir los gases de efecto

50 Sands, Philippe, op. cit., p. 210.51 Vera Esquivel, Germán, Negociando Nuestro Futuro Común, op. cit., pp. 155-156. 52 Algunas opiniones académicas sobre el Protocolo de Kioto pueden verse en: Peterson, Thomas D., The Evolution of State Climate Change Policy in the United States: Lessons learned and new directions. 14 Widener Law Journal, Pennsylvania State University, 2004, pp. 81-118, Thackeray, Richard W. Jr. Struggling for air: The Kyoto Protocol, Citizens´suits under the Clean Air Act, and the United States options for addressing Global Climate Change. 14 Indiana International and Comparative Law Review, 2004, pp. 855-903, Bryner, Gary C., Carbon Markets: Reducing Greenhouse Gas Emissions through Emissions Trading, 17 Tulane Environmental Law Journal, Summer 2004, pp. 267-299.

73El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

invernadero (GEI), todos ellos parte del anexo I de la CMNUCC. Una muestra de ello es el artículo 3 del Protocolo de Kioto, que señala que los Estados Parte incluidos en el anexo I (países desarrollados y de Eu-ropa Central y del Este), deberían reducir para el período 2008-2012 sus emisiones de GEI en no menos de 5% de las emisiones que tuvieron en el año de 1990.53

Del mismo modo, con el propósito de poder llevar a cabo las me-tas establecidas en este Protocolo, se establecieron tres mecanismos que contribuirían a la reducción de las emisiones de los GEI. Ellos son: el Comercio Internacional de Emisiones (CIE), la Implementación Conjun-ta (IC); y, el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). Estos mecanis-mos, llamados inicialmente mecanismos de flexibilidad (“flex- mechs”), también se han denominado mecanismos de mercado (“market mecha-nisms”).

De estos tres mecanismos, el MDL es el único que tiene aspectos muy interesantes para el Perú; sobre todo, por su posible contenido de inversiones y financiamiento de los países desarrollados a los países en desarrollo.

No debemos ocultar, que en la elaboración de este Protocolo hubo du-ros enfrentamientos entre la Unión Europea, los Estados Unidos y el Ja-pón por el tema de los mecanismos y medidas que debían implementarse.

Esto motivó que en el texto final del Protocolo, se recogieran metas que aunque moderadas implicaban tocar directamente intereses indus-triales e involucrar a estos – sobre todo a las empresas multinacionales - en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. En particular, cuando esta demostrado que el cambio climático tiene como causa principal la industrialización y los patrones de consumo de muchos países desarrollados. Esto debería ser tenido siempre en consideración en el momento de negociar acuerdos ambientales relativos al cambio climático.

El Protocolo de Kioto no prevé ningún sistema de sanción para los países que no lo cumplan. Asimismo, este instrumento internacional

53 Los países del anexo I son Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Bulgaria, Canadá, Dina-marca, Eslovaquia, España, Estados Unidos de América, Estonia, Federación de Rusia, Fin-landia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Irlanda, Islandia, Italia, Japón, Letonia, Liechtens-tein, Luxemburgo, Mónaco, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, República Checa, Rumania, Suecia y Suiza.

74 Germán Vera Esquivel

no cuenta, por ahora, con el respaldo de los mayores emisores de ga-ses invernadero en el mundo, especialmente de los Estados Unidos,54 quien inicialmente suscribió el acuerdo, pero que luego que la anterior Administración Republicana asumiera el poder, retiró su firma del ins-trumento, señalando así su oposición a éste55 y enfatizando su respal-do a algunas industrias energéticas estadounidenses. Aunque debemos reconocer que esta postura ha sido modificada recientemente por el Presidente de los Estados Unidos, al lanzar un plan para el cambio climático en ese país.56

Con pocos o muchos intereses de por medio, el Protocolo de Kioto, tendría que ejecutarse en su integridad para que los planes de desarro-llo sostenible global tengan un sustento real y contundente. Igualmente, para que al menos se muestre un interés de la Comunidad Internacional por solucionar este problema. No podemos hablar de eliminar la pobreza cuando sobre la tierra existen diversas amenazas, entre ellas, la del cam-bio climático.

Algunos autores han señalado que una de las premisas fundamentales de la Convención de cambio climático y el Protocolo de Kioto fue que el liderazgo de los países desarrollados combinado con un tratamiento diferenciado en favor de los países en desarrollo era la base equitativa para enfrentar la amenaza del cambio climático.57 En la actualidad, otros autores han señalado que en los últimos diez años el enfoque ha cambia-do y que los países desarrollados están orientando las negociaciones de este tema para lograr que la responsabilidad de todos los Estados (desa-rrollados y en desarrollo) frente al cambio climático sea similar, erosio-nando así los fundamentos del principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas.

54 Hoy en día hay estudios que señalan que el mayor emisor de gases invernadero es la Re-pública Popular China.55 Esta idea esta tomada de McFarlane, Amy. In the Business of Development: Development Policy in the first, two years of the Bush Administration, Berkeley Journal of International Law, Número 21, año 2003, pp. 525-526.56 Véase la introducción del libro.57 Rajamani, Lavanya. “Differentiation in the emerging climate regime”, op. cit., p. 152

75El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

2.2.1. Los mecanismos de reducción de emisiones en el Protocolo de Kioto

Los mecanismos que establece el Protocolo de Kioto para la reducción de gases de efecto invernadero son tres: el Comercio de Emisiones, la lm-plementación Conjunta; y, el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL).

2.2.1.1. El Comercio de Emisiones

Es el mecanismo que se desarrolla entre países desarrollados. Esta estable-cido en al artículo 6 del Protocolo y mediante este mecanismo se puede ad-quirir o reducir, de la otra parte, emisiones antropógenas, vale decir gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono. Igualmente, permite la remoción de gases invernadero a través de sumideros de carbono.58

En principio, lo que se espera es que los países desarrollados puedan reducir sus emisiones a nivel nacional. Sin embargo, si ello no fuera po-sible, se permitirá la compra de emisiones de carbono a nivel internacio-nal. Por ejemplo, este mecanismo se ha venido usando tentativamente, con singular éxito, en algunos países de la Unión Europea, como España.

Evidentemente, el esquema del Comercio de Emisiones parte del principio de que existiría un mercado libre para la compra y venta de emisiones, que funcionaría como se desarrollan en la actualidad las ope-raciones de la bolsa de valores. Los países y las empresas multinaciona-les podrían comprar “derechos de emisión” en diversos países y podrían comparar precios, de modo que comprarían en aquellos países donde fuese más económico este procedimiento.

Los Estados Unidos han llegado a acuerdos previos sobre este meca-nismo con países como Australia, Canadá, Japón y Nueva Zelandia. Sin embargo, el sistema aun no se ha implementado adecuadamente. En todo caso, siempre hay que recordar que el principal obstáculo para que este mecanismo funcione, es la inexistencia, hasta el momento, de mecanis-mos certeros para la medición de las emisiones de gases invernadero.59

58 Este punto puede entenderse mejor con un ejemplo. Son “sumideros de carbono” los bos-ques porque “atrapan” los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, que se encuentra en la atmósfera. Este procedimiento es muy importante para los países en desarrollo como el Perú pues nosotros tenemos grandes extensiones de bosques.59 Esto es discutible, pues aparentemente ya habrían medios de medición certeros para cuan-tificar las “emisiones de carbono”.

76 Germán Vera Esquivel

2.2.1.2. La Implementación Conjunta

Permite que un país industrializado pueda invertir en otro país industria-lizado a fin de crear proyectos que puedan generar unidades de reducción de emisiones de carbono. En términos coloquiales, este sistema sería un joint-venture entre países industrializados. Por supuesto que este sistema requiere cumplir con ciertos requisitos como los incorporados en los artí-culos 5 y 7 del Protocolo relativos a los sistemas e inventarios nacionales de gases invernadero. Este procedimiento, como el anterior son sólo su-plementarios, pues se entiende que cada país debe velar por reducir sus propias emisiones de carbono.

Se ha señalado como una crítica a este sistema que, dada la asimetría entre algunos países industrializados, este mecanismo podría beneficiar a los países con mayores recursos en contra de los países con menor ri-queza. Cabe señalar que este mecanismo se ha usado fundamentalmente entre países desarrollados y los entonces países de economías en transi-ción como los de Europa del Este y Central.

2.2.1.3. El Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL)

Es el mecanismo propuesto por el Protocolo de Kioto para los países en desarrollo como el Perú. El MDL permitirá que los países desarrollados y las empresas de dichos países puedan invertir en nuestros países en proyectos de conservación referidos a reducción de emisiones. Así, los países desarrollados podrán participar en proyectos como la construc-ción de centrales de energía y en otros proyectos energéticos eficientes donde podría haber incluso transferencia de tecnologías limpias a precios concesionales.

En la práctica, el MDL es un sistema win-win de negociación, ya que los países desarrollados podrán comprar certificados de emisiones de carbono a precios menores que si comprasen los mismos derechos de emisión en los proyectos realizados en sus propios países. Asimis-mo, los países en desarrollo recibirán inversiones y tecnología soste-nible que les permitirá adecuarse a los nuevos estándares ambientales mundiales.

De todos modos, tenemos que reconocer que hay ciertas opiniones críticas a este mecanismo ya que, nuevamente la asimetría entre países

77El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

desarrollados y en desarrollo hará que los términos de negociación no siempre sean los más favorables para los países menos desarrollados.

En tal sentido, es importante resaltar que la aplicación del Mecanis-mo de Desarrollo Limpio (MDL), será valioso sólo en el entendido que este esquema sea un procedimiento adicional a otros esquemas de coo-peración ambiental y especificando la necesidad de establecer mecanis-mos certeros para la medición de los niveles de emisión que se podrían mitigar con los proyectos relacionados al MDL. Si ello es así, como se ha podido apreciar en numerosos proyectos, el mecanismo podría ser útil ofreciendo a nuestro país y a los de Latinoamérica, una excelente oportunidad para favorecer las inversiones en la protección del medio ambiente.

En nuestro país el Ministerio del Ambiente (MINAM) y el Fondo Nacional del Ambiente (FONAM) han aprovechado de manera acertada diversos proyectos MDL lo cual ha beneficiado a nuestra economía.

Capitulo 3

Problemática internacional en el tema del cambio climático

81

3.1. La historia de las negociaciones del cambio climático

La historia de las negociaciones sobre el cambio climático tiene un hito fundamental en el año 1992 con la adopción de la Convención sobre este tema y también con el Protocolo de Kioto de 1997.

Sin embargo, hay reuniones y años que son fundamentales en la his-toria del cambio climático. Por ejemplo, a inicios del año 200560 entró en vigencia el Protocolo de Kioto gracias a la adhesión de la Federación de Rusia.

Es pertinente señalar que para la adopción del Protocolo de Kioto hubo un gran interés de parte de países como el Japón, por ser el país anfitrión, y de grupos de países como los de la Unión Europea. Sin em-bargo, es importante resaltar que para que el Protocolo funcione es in-dispensable la participación de los Estados Unidos; país responsable, en gran medida, de las emisiones de CO2. Sin embargo, como se sabe, Esta-dos Unidos no es, hasta la fecha, parte del Protocolo. Igualmente, se debe reconocer que China es un gran emisor de gases de efecto invernadero.

Para nadie es un secreto que, en la elaboración del Protocolo de Kio-to, hubo duros enfrentamientos entre la Unión Europea, los Estados Uni-dos y el Japón por el tema de los mecanismos y medidas que debían implementarse para la reducción de los gases que causan el cambio cli-mático.61

60 16 de Febrero de 2005.61 En relación a los enfrentamientos sobre este tema el profesor Todd B. Adams de la Univer-sidad del Estado de Michigan ha señalado que: “Ningún país o grupo de países puede obligar al resto del mundo a ponerse de acuerdo en como limitar las emisiones de gases invernadero o ponerse de acuerdo sobre un método particular para alcanzar tal limitación. No hay un gobier-no mundial con poder soberano para imponer una solución”. Adams, Todd B., Is there a Legal Future for Sustainable Development in Global Warming?. Justice, Economics, and Protecting the Environment. The Georgetown International Environmental Law Review. Volume XVI, Issue 1, Fall 2003, p. 121.

82 Germán Vera Esquivel

El Protocolo de Kioto es importante porque se contrapone a uno de los componentes que ocasiona el efecto invernadero: la industrializa-ción, sugiriendo a las multinacionales del petróleo y la industria el uso de tecnologías limpias. Asimismo, plantea el gran reto a los gobiernos de trabajar en el rubro del transporte (sobre todo aviación) y combustibles para prevenir al mundo de sus efectos nocivos para el cambio climático.

Es pertinente señalar que los Estados Unidos se oponen al Protocolo de Kioto. La posición de este país ha sido expresada claramente en el año 2011 en la carta que envió el entonces Presidente George W. Bush a los entonces Senadores Hagel, Helms, Craig y Roberts donde mencionaba que: “Como ustedes saben, me opongo al Protocolo de Kioto porque ex-cluye al 80% del mundo de su cumplimiento incluyendo grandes centros poblacionales como China e India y podría causar serio daño a la econo-mía de los Estados Unidos. La votación del Senado, 95-0, muestra que hay un claro consenso que el Protocolo de Kioto es un acuerdo injusto e ineficaz para enfrentar las preocupaciones del cambio climático.62

De todos modos, hay que señalar que la situación de crisis financiera internacional ha impedido a los Estados Unidos y a otros países desarro-llados el poder contribuir más decididamente en la solución del problema del cambio climático.

3.2. Otras reuniones y fechas importantes en el tema del cambio climático: las Cumbres de Bali, Copenhague, Cancún y Doha

3.2.1. La Cumbre de Bali: preparando la era post-Kioto (2007).

La renuencia de algunos de los principales países contaminantes del mundo en suscribir el Protocolo de Kioto y la difícil situación en la que se encontraba el cumplimiento de los objetivos planteados en este ins-trumento internacional llevaron a la idea de reformular lo estipulado en 1997.

De esta forma, se llegó a una de las más importantes reuniones so-bre cambio climático que se haya realizado en el marco de las Naciones

62 Rajamani, Lavanya. “Differentiation in the emerging climate regime”. En: 14 Theoretical Inquiries in Law, enero de 2013, nota 22

83El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

Unidas, con la presencia de cerca de 187 países asistentes que llevaron a Bali a un total de 11,000 personas. Para el registro, se debe señalar que mientras las naciones integrantes de la Convención sobre cambio climá-tico tuvieron en Bali su décimo tercera reunión, los Estados Partes del Protocolo de Kioto cumplieron su tercer cónclave.

3.2.1.1. Marco general de la Conferencia

La Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de 2007 se llevó a cabo desde el 3 al 14 de diciembre en la isla de Bali, en Indone-sia. El propósito era debatir una agenda internacional para disminuir los efectos negativos del cambio climático cuando finalice la vigencia del Protocolo de Kioto señalado para el año 2012.

En ese sentido, como era de suponerse, la polarización que causó este tema no sólo se percibió en las calles (de las que fueron muestras repre-sentativas las marchas con disfraces de osos polares de Oxfam o la llega-da del barco Rainbow Warrior II de Greenpace a las costas indonesias) sino también en la mesa de negociaciones.

Europa presentó una valiosa propuesta adoptada dentro de su Parla-mento de poner límites máximos para las naciones industrializadas que permita reducir las emisiones de CO2 hasta en un 50%, sin dejar de lado la responsabilidad en esta tarea de los países de reciente industrialización.

Así, la Resolución europea correspondiente señala: “Los países indus-trializados, incluidos los que todavía no han ratificado el Protocolo de Kio-to, han de asumir el liderazgo en la lucha contra el cambio climático a esca-la mundial y comprometerse a reducir sus emisiones en al menos un 30 % en 2020 y un 60-80 % en 2050 respecto de los niveles de 1990; (asimismo) estima que el futuro régimen ha de prever una serie de compromisos vin-culantes para los países desarrollados hasta 2050, de conformidad con el objetivo a largo plazo, con el cumplimiento de objetivos intermedios cada cinco años, cuyas condiciones obligatorias se habrán de fijar y revisar so-bre la base de los últimos conocimientos científicos.” 63

63 Resolución del Parlamento Europeo, de 15 de noviembre de 2007, sobre la limitación del cambio climático global a 2 °C: los preparativos para la Conferencia de Bali sobre el Cambio Climático y para después (COP 13 y COP/MOP 3). Véase: http://www.europarl.europa.eu/si-des/getDoc.do?pubRef=-//EP//TEXT+TA+P6-TA-2007-0537+0+DOC+XML+V0//ES&lan-guage=ES (última visita diciembre de 2007).

84 Germán Vera Esquivel

En ese sentido, la idea fuerza de los argumentos europeos se centraba en la consecución de la estabilidad climática mundial, de tal forma que se obtenga como producto técnico de las negociaciones “un acuerdo in-ternacional vinculante sobre el cambio climático” para el 200964, dando así tiempo a los países para que lo evalúen internamente y lo adopten.

Por otro lado, días antes de la Cumbre de Bali, el entonces electo Primer Ministro australiano, Kevin Rudd, anunciaba a la comunidad in-ternacional la suscripción, por parte de su país, del Protocolo de Kioto dando una clara señal del nivel de compromiso de su Estado con los objetivos de disminución de las emisiones de los gases de efecto inver-nadero, comprometiéndose al uso más intenso de energía renovable y la adopción de un sistema de comercio de emisiones para el 2010.

Esta posición reflejó, para algunos analistas, un alejamiento de Aus-tralia, de la postura norteamericana contraria al mencionado Protoco-lo, pero debemos recordar que la Administración estadounidense para entonces había reiterado también su deseo de “desarrollar soluciones concretas al desafío a largo plazo del cambio climático mundial y la se-guridad energética” apoyando, de esta forma, el desarrollo de una Hoja de Ruta de Bali.65

La reunión de Balí se presentó como la oportunidad de crear un marco más eficaz de reducción de los gases de efecto invernadero, incluso así fue percibido por las crecientes economías asiáticas como la India y Chi-na. De esta forma, un sector de la opinión publica percibió que “había un sentido de emergencia”.66

3.2.1.2. El desarrollo de las negociaciones en Bali

Aunque el discurso de las principales potencias era similar, en el momen-to de los debates la discrepancia principal se centró en torno al estable-cimiento de metas cuantitativas, especialmente la sugerencia de reducir

64 http://www.europarl.europa.eu/news/public/story_page/064-14203-337-12-49-911-20071130STO14189-2007-03-12-2007/default_es.htm. (última visita diciembre de 2007).65 Departamento de Estado de los Estados Unidos. Oficina del Portavoz. 26 de noviembre de 2007. Hoja informativa: Política de EE.UU. sobre el cambio climático mundial. En: http://usinfo.state.gov/xarchives/display.html?p=washfile-spanish&y=2007&m=November&x=-20071127155614sa0.374035166 Alejandro Nadal, http://www.mas.org.ar/periodicos/per_117/071227_13_bali.htm (última visita Diciembre de 2007).

85El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

las emisiones de un 25% a un 40% por debajo del nivel de 1990 para el 2020. Esta moción fue apoyada por los países del Asia y la Unión Europea mientras que los Estados Unidos, Canadá, Japón y Australia mostraron su oposición a este planteamiento dado que consideraban que los países en desarrollo también deberían tener un compromiso firme con la reducción de las emisiones.

La aguda preocupación en los otros Estados fue evidente. Un ejemplo lo podemos encontrar en las palabras del representante francés: “Nuestra obligación es clara: aquí en Bali, debemos adoptar una hoja de ruta, un mandato de negociaciones imperativo sobre los cuatro grandes pilares, inclusive la lucha contra la deforestación, la degradación de los bosques y la desertificación y sobre compromisos claros y cuantificados para re-ducir las emisiones de los países industrializados. Si no fuese posible, se-ría una gran derrota para la Humanidad. Por tanto, me gustaría dirigirme a los países industrializados que dudan en comprometerse claramente para reducir entre un 25% a un 40% sus emisiones de gases de efecto invernadero, entre hoy y el 2020, recurriendo a los mecanismos econó-micos y de mercado ; y, a las tecnologías, para lograrlo. »67

A este llamado se sumaron no solo las instituciones representantes de la sociedad civil sino también las organizaciones financieras internacio-nales. En aquella oportunidad el entonces Presidente del Banco Mundial señaló que el cambio climático “constituye un desafío desde el punto de vista del desarrollo, la economía y la inversión. Ofrece una oportunidad de transformación económica y social que puede llevar a una globali-zación incluyente y sostenible. Por esta razón, abordar el problema del cambio climático es un pilar fundamental del programa de desarrollo”.68

67 Discurso del Ministro de Estado, Ministro de Ecologia, de Desarrollo y de Ordenacion soste-nible, Jean-Louis Borloo (Bali, 12 de diciembre de 2007). En : http://www.diplomatie.gouv.fr/es/accion-francia_217/medioambiente-y-desarollo-sostenible_683/diplomacia-medioambien-tal_1712/cambio-climatico_1802/13-conferencia-las-partes-convencion-marco-naciones-uni-das-sobre-los-cambios-climaticos-03-14.12.07_5090.html (última visita diciembre de 2007). 68 No hay que olvidar la advertencia hecha por este representante sobre los efectos nocivos de este fenómeno en los pobres que son: “los más expuestos al cambio climático, los más afectados por este fenómeno, y los que están en peores condiciones de hacer frente a sus efec-tos”. El Presidente del Banco Mundial señaló en ese entonces que las deliberaciones durante la Conferencia pueden contribuir a “hacer realidad las esperanzas y aspiraciones de estas comunidades y ayudarlas a enfrentar los cambios en las condiciones de salud, la producción de alimentos, los recursos hídricos, la integridad de las zonas costeras y la biodiversidad”. Discurso de Robert B. Zoellick, entonces Presidente del Grupo del Banco Mundial. En: http://

86 Germán Vera Esquivel

Casi en las postrimerías de la Cumbre de Bali, la posición norteame-ricana fue flexibilizándose otorgando reconocimiento a la diferencias en las capacidades que cada Estado tiene para abordar el tema del cambio climático, con especial énfasis en la labor que pueden desempeñar los países en desarrollo.

3.2.1.3. Resultados de la Conferencia de Bali

En términos generales, esta reunión impulsó un compromiso de estable-cer un acuerdo sobre el cambio climático, calificado como de urgente, que sustituya al Protocolo de Kioto, elaborando para ello una agenda de negociaciones en las que intervengan también los Estados más industria-lizados. Dichas tratativas deberían finalizar en el 2009.

Por otro lado, y con el fin de reforzar el apoyo financiero para la dis-minución de las emisiones, se implementó un Fondo de Adaptación al Cambio Climático ya previsto en Kioto bajo la administración del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (Global Environmental Facility), órga-no del Banco Mundial.

Por otro lado, Bali generó un programa estratégico de desarrollo y transferencia de tecnología, creando al mismo tiempo grupos de expertos que trabajen los diferentes temas fundamentales del Protocolo de Kioto buscando medir los objetivos alcanzados que serán luego sometidos a evaluación.

Las críticas señalan que la Conferencia de diciembre del 2007 “no hizo casi referencia a cifras concretas de reducción de la emisión de ga-ses de efecto invernadero”69 soslayando también el tema de los biocom-bustibles.70

Por otro lado, apreciaciones como la del entonces Ministro indonesio de Medio Ambiente, Rachmat Witoelar, intentaron resaltar como con-tribuciones sustanciales de esta reunión internacional, el compromiso de

web.worldbank.org/WBSITE/EXTERNAL/BANCOMUNDIAL/NEWSSPANISH/0,,con-tentMDK:21584437~pagePK:64257043~piPK:437376~theSitePK:1074568,00.html). (última visita diciembre de 2007).69 Walden Bello, http://www.mas.org.ar/periodicos/per_117/071227_13_bali.htm. (última visita diciembre de 2007). 70 Marwaan Macan Markar. http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=86915 (última visita di-ciembre de 2007).

87El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

establecer una Hoja de Ruta de Bali, una agenda y una fecha límite para adoptar acuerdos.

3.2.2. La Cumbre de Copenhague (2009)

Este es otro hito importante en la historia de las negociaciones sobre el cambio climático. Del 7 al 18 de diciembre de 2009 se llevó a cabo en Copenhague una reunión decisiva para resolver los problemas que gene-ra el cambio climático.

La Conferencia empezó con mucho entusiasmo, por ejemplo el se-nador John Kerry, ex candidato presidencial estadounidense y actual Secretario de Estado señaló, por aquella época, en una conferencia en la Universidad George Washington que la mayor amenaza a la seguri-dad planetaria en la actualidad era la del cambio climático. Del mismo modo, los científicos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático señalaron, en aquel entonces, que si no se adoptaba un acuerdo sobre este asunto, en diez años veríamos las más serias consecuencias de este fenómeno.

De hecho, se recordó en aquella época, que nuestro país sería uno de los más vulnerables al cambio climático junto con Honduras y Bangla-desh como lo ha señalado el prestigioso think-tank inglés Tyndall Centre for Climate Change Research.

En este escenario, el tema fundamental del debate internacional era quien o quienes aportarían, en mayor medida, para pagar la “factura am-biental” necesaria para revertir o al menos mitigar los desastrosos efectos del cambio climático en el mundo. El austríaco-holandés, Ivo de Boer, entonces Secretario General de la Convención de cambio climático de la ONU señaló, con buen criterio, que luego de la reunión de Copenha-gue, como un primer paso, serián necesarios 10,000 millones de dólares de ayuda inmediata para los países en desarrollo. Sin embargo, en una situación de crisis financiera internacional ello era muy difícil de lograr.

En tal sentido, trascendió en opinión de los analistas internacionales que no podría haber acuerdo en Copenhague si no eran parte los Estados Unidos. Tampoco lo habría si no estuviera China. Europa tenía una po-sición favorable al tema pero sus electores también tenían el peso de la crisis internacional en sus bolsillos.

88 Germán Vera Esquivel

En términos energéticos, los asistentes a la Cumbre se preguntaron: ¿significaría la reunión de Copenhague que entraríamos en un nuevo modelo de industrialización ya no sólo basado en los combustibles fó-siles, sino en otros que sean “sostenibles” como los provenientes de los bio-combustibles, los de la energía solar y/o eólica?. ¿Estaríamos ad por-tas de una nueva revolución industrial?. ¿a quién favorecería este nuevo modelo energético?. Sólo el futuro responderá a estas preguntas.

Para la reunión de Copenhague, el Perú apoyó acertadamente la cam-paña “sellemos el acuerdo” propuesta por el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon, por supuesto remarcando que si se al-canzaba un acuerdo en Copenhague, este debería incluir mayores recur-sos financieros para los países en desarrollo. Como sabemos este acuerdo no se alcanzó.

Así, para los analistas internacionales fue muy poco lo que se avanzó en esta reunión. Incluso, para algunos de ellos la Cumbre fue una decepción.

Una razón de la falta de acuerdo se podría deber a que no hubo vo-luntad política para solucionar los problemas generados por el cambio climático. Según lo que creemos, esa voluntad política debió provenir básicamente de los países desarrollados, de los principales actores en la crisis climática mundial. Pero, ni los Estados Unidos ni la República Popular China – los más grandes emisores de gases de efecto invernade-ro – tuvieron, por el momento, el interés suficiente para solucionar este problema global.

En cuanto a los países de la Unión Europea se debe reconocer que tu-vieron una actitud optimista y productiva durante la reunión pero la falta de consenso con los demás países impidió la adopción de un acuerdo global sustantivo y unánime.

Los países en desarrollo, como el Perú, también tuvieron una actitud muy proactiva en la reunión. Sin embargo, los países en desarrollo espe-raban soluciones más ambiciosas que sólo podían provenir de los países desarrollados. Estas soluciones no llegaron aún.

3.2.2.1. El Acuerdo de Copenhague

La reunión concluyó con la adopción del “Acuerdo de Copenhague”, una mera decisión (Decision -/CP.15) de la cual los Estados participantes simplemente “tomaron nota”. Este fue un artilugio diplomático de último

89El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

momento a fin de salvar la reunión y tener un documento emanado de la Cumbre.

Como ha quedado claramente establecido este Acuerdo, -- para efec-tos jurídicos --, no es de obligatorio cumplimiento y así se une al abun-dante “soft law” que existe en los acuerdos sobre los temas ambientales internacionales.

Sin embargo, el “Acuerdo de Copenhague” trajo elementos intere-santes. Por ejemplo reconoció una vez más que “el cambio climático es uno de los más grandes desafíos de nuestro tiempo (…) y enfatizó la necesidad de una decidida voluntad política para combatir rápidamente este flagelo de acuerdo con el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y las respectivas capacidades de los países”.

Asimismo, acordó “limitar el incremento de las temperaturas glo-bales hasta en dos grados Celsius”. Ello por supuesto no era suficiente, pero era un avance que se debe reconocer.71

Finalmente, el “Acuerdo de Copenhague” incorpora también meca-nismos financieros de ayuda a los países en desarrollo para controlar los efectos del cambio climático, aunque la mayoría de los analistas ha reconocido que son insuficientes.

3.2.2.2. Participación de la sociedad civil

Un elemento que es importante señalar es que en la reunión de Copen-hague participaron miles de activistas de todas partes del mundo. Aún cuando la reunión de Dinamarca se llevó a cabo en el formato que tienen las Naciones Unidas para todas las reuniones internacionales globales, se debe reconocer que el tema del cambio climático genera gran expectativa en la sociedad civil, pues cientos de Organizaciones No Gubernamenta-les (ONG´s) acreditaron representantes para esta Cumbre mundial.

Sin embargo, las expectativas de los representantes de las ONG´s no fueron alcanzadas, razón por la cual hubieron diversas protestas de estas organizaciones, sobre todo en los medios de prensa internacionales.

71 Algunos analistas han señalado que con el incremento de dos grados de temperatura la amazonia peruana y la brasileña se podrían convertir en una sábana como la que existe en el África, lo cual crearía graves consecuencias ambientales. Opinión expresada por el Profesor Carlos Amat en el Seminario sobre Economía llevado a cabo por el Instituto de Estudios Social Cristianos el día miércoles 18 de marzo de 2010.

90 Germán Vera Esquivel

3.2.3. La Cumbre de Cancún (2010)

En diciembre de 2010 tuvo lugar en Cancún, México, una de las más importantes reuniones internacionales para discutir la problemática del cambio climático. La Décimo Sexta Conferencia de los Estados Partes de la Convención marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático (COP 16) y al mismo tiempo se llevó a cabo la Sexta Conferencia de las Partes del Protocolo de Kioto (CMP 6). Esta reunión fue la continuación del cónclave de Copenhague, celebrado en diciembre del año 2009.

Durante esta reunión se remarcó que el cambio climático estaba in-crementando la vulnerabilidad de los países a los desastres naturales. Con respecto a nuestro país se señaló que el aumento de la temperatura generará la intensificación de los efectos negativos del fenómeno de El Niño.

En Cancún volvió a reconocerse que las negociaciones internaciona-les sobre este tema son de lenta maduración. Evidentemente, la reunión de Cancún fue relevante para poner nuevamente en el primer lugar de la agenda internacional la presencia de esta amenaza global y la nece-sidad de enfrentarla. Sin embargo, nuevamente no hubo acuerdo entre los Estados (desarrollados y en desarrollo) para alcanzar un instrumento internacional relevante que enfrente el problema del cambio climático en el planeta.

En términos jurídicos y políticos, por aquel entonces, profesores eu-ropeos como David Freestone señalaron que los Estados Partes de la Convención marco de las Naciones Unidas de 1992 se encontraban en el proceso de negociar un régimen que reemplace al del Protocolo de Kioto de 1997 cuyo período de cumplimiento terminaba en el 2012.72

Al respecto, se ha señalado que: “como los científicos han previsto que la amenaza del cambio climático requiere mayores acciones radica-les de mitigación, las negociaciones apuntaban a un más comprensivo y amplio acuerdo que incluya nuevos actores – como los Estados Unidos – así como tomar en cuenta nuevas fuentes de contaminación (como las emisiones de los aviones) y nuevos mecanismos como el REDD (Redu-

72 Freestone, David y Streck, Charlotte (eds.) Legal Aspects of Carbon Trading. Kyoto, Copenhaguen and beyond. Oxford University Press, 2009, 550p. Véase igualmente: http://www.oup.com/us/catalog/general/subject/Law/EnvironmentalLaw/?view=usa&sf=toc&-ci=9780199565931

91El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

cing Emissions through Deforestation and Degradation) para los países en desarrollo.73

Durante la Cumbre de Cancún quedo claro que para la adopción de un nuevo acuerdo global sobre el cambio climático, -- en los Estados Unidos --, el debate se encontraba entrampado entre continuar el modelo del “límite y comercio de emisiones” (cap and trade system) como el que proponía el Protocolo de Kioto, o; el adoptar el modelo del impuesto al carbono (carbon tax). O, finalmente la puesta en marcha de un modelo mixto que probablemente sería el que se adopte.

Por aquel entonces se mencionaba que el nuevo régimen post-Proto-colo de Kioto, que se crearía a partir del año 2012, significaría que todos los Estados Partes tendrían que necesariamente limitar sus emisiones de gases invernadero y reducirlos a los niveles de décadas anteriores. Ello como sabemos no se logró puesto que el Protocolo de Kioto se prorrogó por algunos años más.

3.2.3.1. La Cumbre de Cancún y los problemas ambientales del Perú

Paralelamente a la realización de la Cumbre de Cancún, en nuestro país se volvió a tener presente la sensación que el Perú tiene problemas am-bientales que van más allá de los generados por el cambio climático. La Defensoría del Pueblo señaló en el 2010 que eran los conflictos so-cio-ambientales los que se manifiestaban en mayor cantidad en nuestro país.74 Sugirió trabajar en su disminución.

De otro lado, el tema de la minería informal mostró que podía causar graves consecuencias en las áreas en las que se desarrollaba, especial-mente en la amazonia. Sin embargo, no hay que dejar de señalar que este asunto también tiene, hasta la fecha, una problemática social y de seguri-dad detrás de ella a la que se debería buscar soluciones.

73 loc. cit.74 De acuerdo a la Defensoría del Pueblo hasta el 31 de marzo de 2010, se registraban 255 conflictos sociales, de los cuales 165 se encontraban activos (65%) y 90 en estado latente (35%). Los conflictos socioambientales ocupan el primer lugar con 49% (126 casos), seguido de los conflictos por asuntos de gobierno local con 14.5% (37 casos), y los conflictos laborales con 11% (28 casos), entre otros. Defensoría del Pueblo. Septuagésimo tercer reporte sobre conflictos sociales de distinta intensidad entre población, autoridades de diferentes entidades públicas y empresas, con información actualizada al 31 de marzo de 2010. En: http://www.defensoria.gob.pe/conflictos-sociales/home.php?sec=1&pag=2 (Ultima revisión 26 de abril de 2010).

92 Germán Vera Esquivel

Sobre el tema de la minería informal, el Dr. Francisco Miró Quesada Rada, Director del Diario El Comercio indicó en ese entonces que se debía actuar: “con sensibilidad ecológica y no como sucede en diver-sos Estados sudamericanos, donde una minoría informal “vinculada a yacimientos no energéticos, como el oro o la plata” esta paulatinamente diezmando la superficie forestal de amplios espacios de altísima signifi-cación ecológica.”75

Por otro lado, se reconoció que la minería formal es muy importante para el desarrollo del país y este autor la apoya plenamente pues es fuen-te generadora de ingresos y de empleo en el Perú.

3.2.4. La Cumbre de Doha (2012)

La Cumbre de Doha también fue una decepción. Solo el hecho que la Cumbre se realizará en un país petrolero era una señal que mostraba las limitaciones que tendrían las negociaciones para la solución del proble-ma del cambio climático. En la COP 18 en Doha, de todos modos, se extendió el Protocolo de Kioto, convirtiéndose en un Kioto 2 que rige desde este año 2013 hasta el año 2020. Pero esta extensión fue firmada por pocos países claves, los países de la Unión Europea y Australia pero no los grandes emisores como los Estados Unidos y China.76

Organizaciones como Greenpeace señalaron que los Estados Unidos tuvieron una posición a favor de no obtener ningún acuerdo en esta Cum-bre. De otro lado, hicieron un llamado para que los países emergentes como China, India, Brasil y Sudáfrica den: “un paso adelante y asuman un papel más progresista en la construcción de un acuerdo climático para el 2015. También deberían ajustar sus objetivos en cuanto al corte de emisiones antes del 2020.”77

Los representantes de los Estados Unidos en la reunión de Doha hi-cieron notar que no tenían margen para hacer propuestas dada la exis-tencia de la crisis financiera internacional mientras que Latinoamérica

75 Prólogo al libro del profesor español Javier Junceda. En: Junceda, Javier. Derecho Am-biental en el Amazonas. Un reto para Sudamérica. Lima: Fondo Editorial del Congreso del Perú, 2010, Introducción, 140p.76 http://www.greenpeace.org/argentina/es/noticias/Cumbre-del-Clima-en-Doha-Fraca-so-en-las-negociaciones-sobre-cambio-climatico-/ 77 loc. cit.

93El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

quedó como un continente que pedía ayuda para la adaptación al cambio climático.

El diario “El Tiempo” de Colombia lo ha recogido así: “En medio de esa falta de interés, justificada en el caso de EE. UU. por la crisis econó-mica, que según sus representantes no da margen de maniobra para que la industria invierta en soluciones sostenibles, aparecen África y Améri-ca Latina, cuya función en esta reunión, en la que participan delegados de casi 200 países, se ha limitado a pedirles a las naciones desarrolladas y causantes del cambio climático, apoyo para adaptarse”.78

La Cumbre, a la que asistieron casi 17,000 personas, fue inaugurada por la Presidenta de la Cumbre anterior (llevada a cabo en Durbán en el año 2011), la Ministra sudafricana de Relaciones Exteriores, Maite Nkoana-Mashabane. La Ministra enfatizó en que era necesario: “caminar hacia delante con la perspectiva de 2020 y conseguir fondos para luchar contra el cambio climático”. Sin ambages, remarcó que Doha ofrecía una oportunidad única para “hacer historia” y abrir un nuevo capítulo de cara a 2020, mostrando que era muy difícil que hasta esa fecha se logre un acuerdo sustantivo sobre este tema.79

A su turno, la Secretaria General de la Convención de Naciones Uni-das sobre cambio climático, Christiana Figueres, reconoció que esta Cumbre servía para marcar el final de primer período de compromiso de Kioto, añadiendo que ello exigía una “urgente respuesta al cambio climático”. En su opinión, la Cumbre de Doha “presentó el reto único de mirar hacia el presente y el futuro” ofreciendo la oportunidad de valorar lo que han hecho los países sobre este tema.80

3.3. El cambio climático, las empresas y los mercados de carbono

Este libro no estaría completo si no tratásemos el tema del cambio climático y la empresa. Para estos dos temas son muy importantes los mercados de carbono. Al respecto, constituye opinión generalizada que existen dos tipos de mercados de carbono: los de cumplimiento regulado y los voluntarios.81

78 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12405940 79 http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/26/natura/1353942149.html 80 loc. cit. 81 http://www.fao.org/docrep/012/i1632s/i1632s02.pdf

94 Germán Vera Esquivel

Los mercados de cumplimiento regulado usualmente son utilizados por los gobiernos, los cuales por acuerdos internacionales tienen la obli-gación de rendir cuentas de sus emisiones de gases de efecto inverna-dero. Para los mercados de carbono de cumplimiento regulado son muy importantes los tres mecanismos del Protocolo de Kioto que estudiamos en el capítulo 2, es decir el mecanismo del comercio de emisiones, el de la implementación conjunta y el mecanismo de desarrollo limpio. Al-gunos gobiernos, como el de los Estados Unidos, aunque no son parte del Protocolo de Kioto, tienen mecanismos obligatorios creados por su legislación interna.

Los mercados de cumplimiento voluntario son facultativos y son uti-lizados por los gobiernos y sobre todo las empresas.

Como señala la FAO los dos mercados difieren de manera sustantiva, por ejemplo en el año 2008: “se comerciaron en el mercado regulado 119.000 millones de dólares estadounidenses (US$), y en el voluntario, 704 millones US$ (Hamilton et al., 2009)”.82

3.3.1. Experiencias exitosas de empresas peruanas en el mercado vo-luntario de carbono

Muchas empresas peruanas aprovechando la flexibilidad que ofrecen los mercados voluntarios de carbono han iniciado procesos de reducción de su llamada “huella de carbono”. La ventaja de usar este mecanismo es que la empresa puede definir ella misma, con la ayuda de una entidad certificadora, cuál es su “huella de carbono”. De otro lado, le beneficia pues puede señalar que es una empresa socialmente responsable, lo cual redunda favorablemente en su imagen corporativa. Creemos que es acer-tado y meritorio que las empresas participen en este tipo de mecanismos y muestran, sin duda, la modernidad en el enfoque ambiental.

Veamos que dice al respecto la FAO: “Los créditos de Reducción Verificada de las Emisiones de carbono (VER, siglas en inglés) son ad-quiridos principalmente por el sector privado. La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y las relaciones públicas están entre las motivaciones más habituales para la compra de créditos de carbono. Otras razones son

82 loc. cit.

95El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

consideraciones tales como la certificación, la reputación y los beneficios ambientales y sociales. Algunas empresas ofrecen a sus clientes neu-tralizar las emisiones de carbono (p. ej., British Airways ofrece vuelos neutros de carbono y Morgan Stanley provee la cantidad equivalente de créditos de carbono). El sector privado puede comprar los créditos de carbono directamente de los proyectos, de las empresas (p. ej., Ecosecu-rities) o de los fondos de carbono (p. ej., Fondo de Biocarbono del Banco Mundial)”.83

3.3.1.1. Neutralización de la huella de carbono de la empresa LAN PERU

La empresa Lan Perú, en el año 2012, neutralizó emisiones equivalentes a 7,000 toneladas de CO2. La certificación de la “huella de carbono” de LAN en Perú fue hecha por la “Asociación Española de Normalización y Certificación” (AENOR). La neutralización se hizo mediante la compra de bonos certificados de captura de CO2 de un proyecto de reforestación con especies nativas en Ucayali, en nuestro país, de la compañía Bosques Amazónicos (BAM).84

Como señala la misma empresa LAN: “el alcance de la medición de la huella de carbono de la compañía en Perú consideró todas las activi-dades que generan emisiones directas e indirectas de Gases Efecto Inver-nadero (GEI), tales como: emisiones derivadas de operaciones aéreas; equipos de climatización; consumo de energía eléctrica de oficinas de ventas y administración; equipos terrestres (consumo de gasolina y de diésel); emisiones derivadas de transporte de empleados y de viajes aé-reos de negocios”.85

La compañía también ha señalado que: “está actualmente buscando alianzas con proyectos emblemáticos preferiblemente de reforestación, que estén actualmente capturando CO2, como lo es el proyecto de Bos-ques Amazónicos en Perú. Una vez que encontremos tales proyectos podremos implementar el mismo plan de verificación y neutralización

83 loc. cit.84 http://www.lan.com/es_co/sitio_personas/prensa-lan/noticias-y-comunicados-de-prensa/comunicados-de-prensa/lan-airlines-proyecta-neutralizar-completamente-sus-operaciones-te-rrestres-al-ano-2020 85 loc. cit.

96 Germán Vera Esquivel

de nuestra huella en cada país donde operamos. Estamos actualmente en conversaciones con entidades en: Colombia, Chile y Ecuador, y se-guimos buscando organizaciones en el resto de los países donde opera-mos”.86

3.3.1.2. Neutralización de la huella de carbono del SCOTIABANK

Como ha señalado esta empresa: “Scotiabank fue la primera empresa peruana en comprar bonos de carbono provenientes de bosques mane-jados en la Amazonía peruana y el primer banco en el Perú en medir y neutralizar su Huella de Carbono”.87

De acuerdo a lo señalado por este banco: “Scotiabank Perú y la em-presa maderera forestal Maderacre fueron las primeras entidades en el Perú en suscribir un convenio mediante el cual el banco adquiere bonos de carbono para neutralizar sus emisiones de gases de efecto invernadero (Huella de Carbono)”.88

Añade la empresa que: “Los recursos obtenidos por Maderacre serán invertidos en la gestión y manejo de un bosque en Madre de Dios, ase-gurando el aprovechamiento sostenible de los bosques en dicha región. Al mantener el bosque en pie, se garantiza la captura de carbono y se contribuye a mitigar los efectos del cambio climático, además de facilitar la conservación de la biodiversidad y la generación de empleo local en la zona de Iñapari”.89

El objetivo de Scotiabank, una empresa peruana de origen canadien-se, es poner en primer lugar el uso de los bonos de carbono que: “son instrumentos financieros mediante los cuales, las empresas financian proyectos e iniciativas de energía renovable y forestales que contribuyen con el aprovechamiento responsable de los recursos naturales”.90

86 loc. cit.87 http://www.scotiabank.com.pe/scripts/_muestra_noticia.aspx?flg_tipo=0&cod_noti-cia=187 88 loc. cit.89 loc. cit. 90 loc. cit.

97El Cambio Climatico en el Derecho Internacional

3.3.1.3. Neutralización de la huella de carbono de la Universidad de San Martín de Porres (USMP)

La Universidad de San Martín de Porres se convirtió en la primera uni-versidad “carbono neutral” del país. La certificación fue dada por la em-presa A2G Carbon Partner debido a su inversión de 450,000 nuevos soles en el Proyecto Joven Forestal de Cajamarca.91

Con ello la USMP neutralizó la huella de carbono de su campus de Santa Anita mientras realizó una inversión en el proyecto de Reforesta-ción de áreas de pastura en la Sociedad Agrícola de Interés Social “José Carlos Mariátegui” – Proyecto Joven Forestal de Cajamarca.92

Para realizar esta neutralización de su huella de carbono, la empre-sa certificadora tuvo que hacer el cálculo de las emisiones de gases de efecto invernadero, generadas en el desarrollo de las actividades de la USMP en su Campus de Santa Anita. Estas emisiones: “fueron de 1,930 toneladas de CO2 e incluyeron el consumo de energía eléctrica, agua, papel, viajes y transportes”. La información reseñada añade que: “estas emisiones fueron calculadas en base a los lineamientos internacionales del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero y las Guías del Panel In-tergubernamental sobre Cambio Climático”.93

91 http://gestion.pe/empresas/universidad-san-martin-porres-invirtio-s450-mil-compe-sar-huella-carbono-2057067 92 loc. cit. 93 loc. cit.

99

Conclusiones

Como hemos visto la amenaza del cambio climático ya está comprobada. Esto ha sido señalado, seriamente por los científicos del Panel Intergu-bernamental de cambio climático y por informes como el del prestigioso economista inglés Nicholas Stern, así como por diversos documentos entre los que destacan los del Banco Mundial94 y el de la Comunidad Andina.

Asimismo, como ya hemos mencionado, baste recordar que de acuer-do al prestigioso Tyndall Centre for Climate Change Research, think tank del Reino Unido sobre el cambio climático, nuestro país se encontraría entre los diez países más vulnerables al cambio climático. Así que hoy la pregunta que deberíamos hacernos es que puede hacer el Perú, un país de ingresos medios, en los foros internacionales que son los espacios donde se negocian tradicionalmente estos temas.

En primer lugar, creo que deberíamos reafirmar el “principio de las responsabilidades comunes pero diferenciadas”. Así, si el cambio climá-tico amenaza al mundo, son los países desarrollados quienes han con-tribuido más a la contaminación mundial y por ello son ellos los que deberían contribuir más a la solución de estos problemas. Ellos pues de-berían recoger la “factura ecológica” de sus estilos de desarrollo. De to-dos modos, hay que recordar que la solución es global y los países como el Perú y los latinoamericanos deberían contribuir también en resolver esta problemática.

En segundo lugar, deberíamos diseñar nuestra propia “agenda am-biental” y no necesariamente seguir “agendas ajenas”, especialmente las creadas por los países desarrollados. Lo que deberíamos hacer es traducir

94 Así también lo confirma el informe del Banco Mundial de 2009, denominado: “Desa-rrollo con menos carbono. Respuestas latinoamericanas al desafío del cambio climático”. El documento puede verse en: http://siteresources.worldbank.org/INTLACINSPANISH/Resour-ces/17920_LowCarbonHighGrowth_Spanish.pdf

100 Germán Vera Esquivel

las preocupaciones globales (v.g.: lucha contra el cambio climático) por los temas prioritarios de nuestra propia agenda, como, por ejemplo, la lucha contra la pobreza y la búsqueda de la inclusión social.

Como tercer punto, sería conveniente diversificar nuestra matriz ener-gética. Para nadie es un secreto que para los países desarrollados el tema del cambio climático está íntimamente ligado al uso de la energía, espe-cialmente la que proviene de los combustibles fósiles como el petróleo. Por ello, para los países como el Perú es menester diversificar sus fuentes de energía y así deberíamos invertir en soluciones más amigables con el medio ambiente. Por ejemplo, energías que dependan menos de los com-bustibles fósiles como el etanol o el biodiesel. Asimismo, no deberíamos dejar de lado otras energías como la energía solar y eólica.

La pregunta que deberíamos hacernos también en este punto es si ¿existe una plataforma común latinoamericana en el tema del cambio climático?. Y la verdad es que ella no existe. Y no existe por la diferencia entre nuestros países. Hay algunos países que tienen petróleo (como Ve-nezuela), otros que no lo tienen; y, hay otros que crecen de manera espec-tacular como el Brasil, país que cada vez se industrializa más, generando más gases de efecto invernadero. Así, los países en Latinoamérica son muy disímiles y no hay un denominador común en este tema.

Entonces, es pertinente recordar que los principales intereses del Perú en el tema del cambio climático se encuentran en la reducción de las vul-nerabilidades de nuestro país ante este fenómeno como son el retroceso glaciar, el aumento de la frecuencia e intensidad del Fenómeno del Niño, y la elevación del nivel del mar.

Asimismo, nuestro país debe promover el uso de energías de fuentes renovables limpias. Del mismo modo, no debemos dejar de considerar que nuestro país tiene una renta estratégica en sus bosques tropicales, por ello se debe agradecer el interés de algunos países desarrollados en apoyar la conservación de estos.

En cuanto a la política internacional creemos que las áreas de interés están delimitadas con precisión para nuestro país y que se puede tener una visión optimista de la posición peruana hasta el momento, especial-mente porque el Perú será el país anfitrión de la Conferencia de los Esta-dos Partes de la CMNUCC (COP 20) en el año 2014, en Lima.

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110 Germán Vera Esquivel

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SeptiemBre 2013 lima - perú

EL CAMBIOCLIMÁTICOEN EL DERECHO INTERNACIONAL

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UNA VISIÓN PARA LOS CIUDADANOS Y LAS EMPRESAS EN EL PERÚ

Y LATINOAMÉRICA

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El propósito de esta obra es estudiar el cambio climático y relacionarlo con el derecho internacional considerando que éste

es un problema que requiere soluciones globales. El enfoque del libro es jurídico pero su contenido no puede abandonar las reflexiones políticas y económicas. Busca crear conciencia sobre un reto mundial, que también es peruano y latinoamericano. Tiene un enfoque optimista pues se puede afirmar que conociendo el problema se pueden encontrar soluciones realistas.

Sin duda alguna, como el tema del cambio climático no reconoce fronteras nacionales, la cooperación internacional en la solución de este problema es esencial. El libro también estudia tres casos exitosos de empresas que en el Perú han neutralizado su huella de carbono.

Esta obra será de mucha utilidad para los abogados, los diplomáticos, las empresas, los funcionarios del Estado, las organizaciones no gubernamentales, los estudiantes de las facultades de derecho y todos aquellos interesados en este tema.

Germán Vera Esquivel

Doctor en Derecho de la Pontificia Universi-

dad Católica del Perú. MBA en la Universidad

Latinoamericana de Comercio Exterior de

Panamá. Diplomático. Ha servido en misiones

del Perú en Europa, los Estados Unidos y Cen-

troamérica. Ha sido profesor universitario

en diversas universidades del país y confe-

rencista invitado en varias universidades del

extranjero. Tiene una Maestría en Derecho

Internacional en Inglaterra y otra en Política

Internacional en Bélgica. Ha sido becario del

Consejo Británico y del Programa de “Vi-

sitantes Internacionales” organizado por el

Departamento de Estado de los Estados Uni-

dos. Autor de varios libros. El más reciente se

llama “Introducción al Derecho Internacional

del Medio Ambiente”, el cual fue presentado

en octubre del año 2012 en la sala “Gabrie-

la Mistral” de la Organización de los Estados

Americanos (OEA) en Washington DC. Es

miembro de la Sociedad Peruana de Dere-

cho Internacional desde el año 2007. Ha sido

Jefe de Cancillería en la Embajada del Perú

en Panamá y en la actualidad ocupa el mismo

puesto en la Embajada del Perú en Honduras.

Otros libros del autor

El Nuevo Derecho Internacional del Medio Ambiente. Lima: Academia Diplomática del Perú, 1992.

Negociando nuestro futuro común. Lima: Fondo de Cultura Económica-IDEA. Pontificia Universidad Católica, 1998.

Derecho Internacional Ambiental. (Coautor) Lima: IDEI-IDEA. Pontificia Universidad Católica, 2003.

La Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo. Lima: Instituto de Estudios Social Cristianos, 2004.

Derecho Internacional y Cambio Climático. Una visión desde la política ambiental peruana. Lima: Instituto de Estudios Social Cristianos, 2008.

Introducción al Derecho Internacional del Medio Ambiente. Lima: ARA Editores, 2011.

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