Desastre y Reubicación en Nuevo Juan de Grijalva: Primera Ciudad Autosustentable del Mundo

190
0 BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS COLEGIO DE ANTROPOLOGÍA SOCIAL DESASTRE Y REUBICACIÓN EN NUEVO JUAN DE GRIJALVA: PRIMERA CIUDAD AUTOSUSTENTABLE DEL MUNDO TESIS QUE PARA OPTAR EL GRADO DE LICENCIADO EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL PRESENTA: EDGAR DAMIÁN CÓRDOVA MORALES DIRECTOR: DR. LUIS JESÚS MARTÍNEZ GÓMEZ NOVIEMBRE 2012

Transcript of Desastre y Reubicación en Nuevo Juan de Grijalva: Primera Ciudad Autosustentable del Mundo

 

 

0  

BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

COLEGIO DE ANTROPOLOGÍA SOCIAL

DESASTRE Y REUBICACIÓN EN NUEVO JUAN DE GRIJALVA: PRIMERA CIUDAD AUTOSUSTENTABLE DEL

MUNDO

TESIS QUE PARA OPTAR EL GRADO DE LICENCIADO EN ANTROPOLOGÍA SOCIAL PRESENTA:

EDGAR DAMIÁN CÓRDOVA MORALES

DIRECTOR: DR. LUIS JESÚS MARTÍNEZ GÓMEZ

NOVIEMBRE 2012

 

 

1  

PREMIO NACIONAL A LA MEJOR TESIS DE LICENCIATURA

“FRAY BERNARDINO DE SAHAGÚN”

ÁREA DE ETNOLOGÍA Y ANTROPOLOGÍA SOCIAL

PREMIOS INAH 2013

 

 

2  

Resumen

La noche del 4 de noviembre de 2007, Juan de Grijalva fue borrada del mapa por el

deslizamiento de un cerro y posterior tsunami, en el municipio de Ostuacán, Chiapas.

Por consecuencia, se decidió trasladar temporalmente a los sobrevivientes en la

vecina localidad de Ostuacán, donde permanecieron hasta el 17 de septiembre de

2009, cuando se inauguró la primera Ciudad Rural Sustentable del mundo: Nuevo Juan

de Grijalva, localidad que albergó a las familias reubicadas del desastre, en el marco

del modelo de desarrollo Ciudades Rurales Sustentables. Sin embargo, la recuperación y reubicación de las familias estudiadas ha sido un

complejo proceso social, efecto de un modelo de reubicación impuesto en el nombre del

neoliberalismo y de la unificación estatal, cuyas consecuencias han sido trágicas para

las familias.

Palabras claves

Antropología de los desastres, reubicaciones humanas, modelo de reubicación, Nuevo

Juan de Grijalva, marginalidad, control social, medios de comunicación, neoliberalismo,

estado de shock, técnica de rashomon, solidaridad, reciprocidad, consecuencias socio-

culturales, proceso social.

 

 

 

 

 

 

3  

 

A mis padres, quienes son amor,

apoyo y luz en el sendero de mi vida.

A los fallecidos y desaparecidos

del desastre de Juan de Grijalva

 

 

4  

Agradecimientos

Ante todo, agradezco profundamente a mi director de tesis, el Dr. Luis Jesús Martínez

Gómez, por su incondicional y permanente apoyo, dedicación y asesoramiento.

Al Dr. Fernado Briones Gamboa, quien me introdujo en el estudio de los

desastres y reubicaciones humanas.

A mis lectores, el Dr. Francisco Javier Téllez Ortega y el Mtro. Rodolfo García

Cuevas, por dedicar parte de su valioso tiempo en la lectura de esta investigación.

Asimismo, mis agradecimientos van a todos los habitantes de Nuevo Juan de

Grijalva, pues su paciencia, gentilieza y hospitalidad posibilitaron esta investigación.

 

 

5  

Tranquilizar ha sido la tarea de otros, la

nuestra ha sido la de inquietar

Clifford Geertz

 

 

6  

Índice

Introducción ...................................................................................................................... 9

CAPÍTULO I Antropología de los Desastres y Reubicaciones Humanas ...................... 19

Introducción .................................................................................................................... 19

1. Antecedentes y enfoques teóricos sobre el fenómeno de los desastres .................... 20

1.1 Fisicalistas ................................................................................................................ 20

1.2 Estructural-Funcionalistas ......................................................................................... 22

1.3 Enfoque Alternativo ................................................................................................... 24

2. Principales conceptos ................................................................................................. 27

2.1 Tipos de desastres .................................................................................................... 28

2.2 Contextualizando el desastre .................................................................................... 30

3. Reubicaciones ............................................................................................................ 33

3.1 Tipos y causas de reubicaciones .............................................................................. 35

3.2 Casos históricos y consecuencias sociales de las reubicaciones .......................... 39

3.3 Criterios y postulados teóricos para el estudio antropológico de los reubicados:

haciendo frente al modelo ingenieril y racionalista ......................................................... 42

3.4 La reubicación empresarial e institucional o las necesarias propuestas y

advertencias de los investigadores sociales ................................................................... 46

3.5 A manera de recapitulación ...................................................................................... 48

CAPÍTULO II Modernidad y neoliberalismo: entre la marginalidad y el shock ............... 50

Introducción .................................................................................................................... 50

 

 

7  

1.Marginalidad y solidaridad ........................................................................................... 51

2. Factores desencadenantes de la marginalidad o el desastre social .......................... 55

3. Consumo y medios de comunicación: introduciendo el control social y el

neoliberalismo ................................................................................................................. 58

4. Neoliberalismo y la Doctrina del Shock ...................................................................... 61

5. Antecediendo al modelo ciudades rurales: la interminable lucha contra la

marginalidad o la obsesión por la modernidad. .............................................................. 66

CAPÍTULO III Metodología y diseño de la investigación ................................................ 70

Introducción .................................................................................................................... 70

1. Códigos éticos ............................................................................................................ 71

2. Diseño y estrategia ..................................................................................................... 74

3. Métodos ...................................................................................................................... 77

4. Recapitulación ............................................................................................................ 83

CAPÍTULO IV De Juan de Grijalva a Nuevo Juan de Grijalva: desastre y proceso de

reubicación ...................................................................................................................... 86

Introducción .................................................................................................................... 86

1. Impacto: contextualización y causas del desastre ...................................................... 87

2. Caracterización del desastre ...................................................................................... 96

2.1 Víctimas .................................................................................................................... 96

2.2 Funcionarios y autoridades ..................................................................................... 99

3. Post impacto ............................................................................................................. 102

 

 

8  

3.1 Transición: etapa de emergencia hacia la reubicación ........................................... 103

3.2 Caracterizando a Nuevo Juan de Grijalva: organización espacial, infraestructura y

proyectos productivos ................................................................................................... 121

3.3 Reacciones a la reubicación: Funcionarios ............................................................ 131

CAPÍTULO V Consecuencias socio-culturales y económicas de la reubicación entre las

familias del “sector” Juan de Grijalva ............................................................................ 136

Introducción .................................................................................................................. 136

1. Consecuencias de un modelo impuesto de reubicación: intentos de solidaridad ante

la marginalidad .............................................................................................................. 137

2. El fiasco de los proyectos productivos y factores desencadenantes de la marginalidad

...................................................................................................................................... 148

3. La tragedia social y el fin del sueño del sector Juan de Grijalva .............................. 156

4. Perspectiva de funcionarios y miembros institucionales ........................................... 162

5. Hacia las conclusiones ............................................................................................. 167

Conclusiones ................................................................................................................ 169

Anexos .......................................................................................................................... 175

Bibliografía .................................................................................................................... 179

 

 

9  

Introducción

Hace ya más de 4 años, que el deslizamiento de un cerro y posterior tsunami borró del

mapa a la localidad de Juan de Grijalva, ubicado al margen del embalse Peñitas, en el

municipio de Ostuacán, Chiapas. Según las fuentes oficiales, las inusuales y

torrenciales lluvias que azotaron las regiones del sureste mexicano en el 2007 y el

calentamiento global fueron las principales causas de este desastre, unos de los más

graves y costosos de las últimas décadas. En contraparte, las versiones de algunos

periodistas, investigadores y víctimas apuntan a un exceso de actividad antropogénica

en la zona durante las últimas décadas por empresas y paraestatales, así como de una

posible acción provocada por el Estado y empresas para facilitar y asegurar la

continuidad del proyecto neoliberal en la zona, a través de la expropiación y explotación

de tierras por empresas y paraestatales, de una mayor integración socio-económica de

su población por medio de la concentración territorial, entre otras razones.

En consecuencia, se decidió trasladar temporalmente a los sobrevivientes de

Juan de Grijalva como “refugiados climáticos” en la vecina localidad de Ostuacán. De

hecho, se construyeron habitaciones con materiales prefabricados en un espacio

reducido para los sobrevivientes; sin embargo, el periodo de refugio se prolongó

durante casi dos años, hasta el 17 de septiembre de 2009, fecha en que se inauguró la

primera Ciudad Rural Sustentable del mundo: Nuevo Juan de Grijalva, la cual albergó a

los reubicados del desastre.

Cabe mencionar que el modelo de desarrollo “Ciudades Rurales Sustentables”,1

fue proyectado para ser la principal obra desarrollista del actual sexenio de gobierno.

De igual forma, dicho modelo fue diseñado para lograr los objetivos del Programa de las

Naciones Unidas para el Desarrollo, el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 y el Plan

de Desarrollo Chiapas Solidario, que consiste en la supuesta modernización, reducción

de la pobreza, integración laboral y productiva de trabajadores campesinos, bajo un

esquema de conjunto habitacional urbano y socio-económicamente neoliberal. Cabe

                                                                                                                         1  Es  una  dependencia  de  la  administración  pública  central  del  Estado  de  Chiapas  

 

 

10  

destacar, que según el proyecto del Instituto de Población y Ciudades Rurales de

Chiapas, Nuevo Juan de Grijalva también fue diseñado para albergar a habitantes de

cinco ejidos, tres comunidades y tres rancherías que reúnen tres características:

estaban en zonas de riesgo por derrumbes, deslaves e inundaciones.

Ciertamente, el desastre ocurrido en Juan de Grijalva no sólo aceleró el proyecto

de Ciudades Rurales Sustentables, sino que permitió perfilarse de forma contundente

como la principal estrategia de política pública neoliberal de los gobiernos estatal y

federal cuyo objetivo ha sido promover el desarrollo regional y el combate al binomio

dispersión-marginación, considerado por el gobierno como la principal causa de la

pobreza entre sus habitantes reubicados. Así, se puede afirmar que los habitantes

reubicados en Nuevo Juan de Grijalva son oficialmente parte de un proyecto piloto de

desarrollo social a nivel mundial, siendo así un interesante terreno para caracterizar y

cuestionar este plan de desarrollo, como punto de partida para un análisis que

contraste este modelo con el contexto social de la población en cuestión, y así poder

indagar las consecuencias socio-culturales y económicas que han experimentado los

grupos domésticos2.

Ahora bien, la presente investigación está compuesta por cinco capítulos: dos

teóricos, uno metodológico y dos etnográficos, y las conclusiones. El primero de ellos,

es un diálogo entre los principales autores especializados en el estudio de antroplogía

de los desastres y reubicaciones humanas. Asimismo, se lleva a cabo un recuento

histórico de las principales etapas del estudio de los desastres, rama de la antropología

relativamente reciente, aún en consolidación teórica y llamada a ocupar un mayor

protagonismo en los estudios antropológicos.

                                                                                                                         2  En  esta  tesis,  el  concepto  de  grupo  doméstico     (Segalen,  1992)    será  designado  bajo  el   término  de   familia  para  

fines   prácticos   de   lectura.   Adviértase   que   no   concebimos   como   sinónimo   ambos   conceptos.   Por   ejemplo,   en  

algunos  casos  las  familias  estudiadas  están  compuestas  por  miembros  cuyos  lazos  no  sólo  son  de  consanguinidad,  

lo  cual  va  más  allá  de  la  noción  de  familia.    Ver  definición  de  grupo  doméstico  en  p.80,  Cap.III:  Metodología  y  diseño  

de  la  Investigación.  

 

 

11  

En este tenor, exponemos los conceptos y postulados más trascendentales del

estudio de las reubicaciones humanas, presentando un sólido cuerpo teórico en torno a

las principales causas y tipos de relocalizaciones. A su vez, damos cuenta de algunos

casos de estudios históricos de reubicaciones, en donde distintos especialistas como

Cernea, Macías, Smith, Vera, entre otros, advierten sobre los efectos sociales,

culturales y económicos de las poblaciones reubicadas.

Con base en los postulados de los especialistas citados, señalamos una serie de

argumentos y criterios teóricos para un modelo de reubicación que vaya más allá del

enfoque ingenieril y racionalista. En otras palabras, no sólo cuestionamos la naturaleza

de estos modelos ingenieriles, sino que proponemos una serie de herramientas teóricas

que tengan por objetivo contribuir a gestionar una reubicación que tome en cuenta las

necesidades socio-culturales de las relocalizados. Dichos postulados son, sin duda

alguna, esenciales para identificar las debilidades o aciertos del modelo de reubicación

en Nuevo Juan de Grijalva.

Por otro lado, el segundo capítulo es un cúmulo teórico en donde exponemos

teóricamente las consecuencias socio-culturales y económicas de las reubicaciones

humanas por desastre forzadas, culminando en proyectos de desarrollo. Esto nos lleva

a caracterizar temáticas como la marginalidad, y a indagar en sus factores

desencadenantes, tales como la precariedad, el desempleo, la desarticulación familiar y

la pobreza económica, entre otros, (en el marco del contexto neoliberal y modernizador

del Estado-nación mexicano). Para ello, volvemos la mirada a autores como Lomnitz

(1975), Bourdieu (1999), o Zibechi (1999, 2010) quienes brindan conceptos, postulados,

estudios de casos en torno a dicha temática, sin olvidar las redes de solidaridad y

reciprocidad entre los marginales.

Similarmente, también damos cuenta del contexto socio-económico y político

bajo el cual se desarrolló todo el proceso de reubicación de Nuevo Juan de Grijalva.

Como fruto de lo anterior, pasaremos revista a conceptos como el neoliberalismo, la

modernidad, y la doctrina del shock; sin olvidar la importancia ejercida por los medios

de comunicación y la imposición consumista, considerados como una de las principales

formas de control social. Para ello, retomaremos la perspectiva de los estudios

 

 

12  

culturales sobre medios de difusión. De esta forma, hemos requerido autores como

Klein (2007), Giménez (1994), Curran (19998) o Díaz Polanco (1997), quienes nos

brindan las herramientas necesarias para dar cuenta de un panorama actual basado en

la manipulación mediática, el miedo, el estado constante de vigilancia y la imposición de

políticas impopulares e inadecuadas a las necesidades socio-culturales de las

poblaciones en cuestión. Además, subrayamos la eterna obsesión estatal por integrar

las comunidades más marginadas a la llamada modernidad mexicana, no obstante los

programas de desarrollo social fallidos en décadas anteriores, como lo ilustramos con el

caso de PRONASOL, “abuelo” del programa Ciudades Rurales Sustentables.

El tercer capítulo es básicamente una sección metodológica en donde nos

ocupamos de caracterizar el quehacer antropológico y etnográfico, así como su

vocación histórica de respeto y objetividad en cuanto a problemáticas sociales. Es

decir, hacemos una recapitulación de los principales códigos éticos antropológicos, sus

estrategias y métodos, desglosando las distintas etapas de diseño de la presente

investigación.

En otras palabras, presentamos las distintas estrategias, métodos e instrumentos

metodológicos que posibilitaron la presente tesis, basándonos en el trabajo de campo,

a partir de la observación directa, participante, así como aplicación de encuestas y

entrevistas semi-estructuradas a 18 familias reubicadas, (las cuales viven actualmente

en el sector Juan de Grijalva de la Ciudad Rural), así como a distintos funcionarios y

miembros institucionales, bajo “la técnica de Rashomon”, de gran utilidad en situaciones

de conflicto social, en donde se contraponen puntos de vista o estructuras sociales

antagónicas, que dan sus propias perspectivas a partir de sus intereses.

Dado que las entrevistas y testimonios realizados dan cuenta de experiencias

dolorosas, con opiniones políticas y sociales sensibles y delicadas, hemos decidido

guardar el anonimato de los entrevistados, por lo cual; los nombres de los mismos han

sido modificados en la presente investigación.

Ahora bien, el cuarto capítulo abarca la primera parte del trabajo etnográfico

realizado en la zona de estudio. Comenzamos por caracterizar el área del desastre

(municipio de Ostuacán), confrontando las opiniones de víctimas y funcionarios en

 

 

13  

cuanto a las causas que llevaron a la desaparición de Juan de Grijalva. Lo anterior, nos

ha permitido recuperar dos visiones antagónicas sobre un mismo hecho social, reflejo

de tensiones históricas entre las poblaciones rurales marginalizadas del sureste del

país, así como de instituciones gubernamentales o empresariales.

De igual forma, se hace una caracterización de cómo las víctimas vivieron y

reaccionaron al desastre, y la manera en la que procedieron los rescatistas al socorro

de la población, subrayando la acción de respuesta de las instituciones

gubernamentales.

Similarmente, exponemos el largo proceso de recuperación entre las víctimas,

indagando en la evaluación de daños, en las condiciones del refugio provisional, la

presentación del proyecto de reubicación, la caracterización de distintos organismos

gubernamentales que gestionaron la etapa post-desastre, así como la construcción de

la ciudad. Para ello, confrontaremos los testimonios de las víctimas y las observaciones

de los funcionarios y autoridades locales.

Por otra parte, explicamos la naturaleza del modelo de desarrollo Ciudades

Rurales Sustentables, del cual forma parte la construcción de Nuevo Juan de Grijalva,

“primera ciudad autosustentable del mundo”, en el marco de un gigantesco programa

de desarrollo creado por el Gobierno de México, la ONU, el Banco Interamericano de

Desarrollo, así como algunas de las empresas más importantes de México y

Latinoamérica (Grupo Salinas, Fundación Bancomer, Grupo Carso, entre otras).

En este tenor, caracterizamos la ciudad de Nuevo Juan de Grijalva desde su

estructura urbana, hasta la presentación de sus proyectos productivos de empleo, sin

olvidar sus servicios básicos y centros de desarrollo social, lo cual nos lleva a subrayar

las reacciones divididas entre la comunidad académica y la esfera político-empresarial,

en cuanto a la naturaleza de la reubicación y sus posibles consecuencias (sociales,

culturales, y económicas) sobre la población.

El quinto y último capítulo ahonda en las consecuencias socio-culturales y

económicas de las políticas neoliberales de la reubicación entre las familias estudiadas.

Primeramente, damos cuenta de las observaciones y la percepción de las familias

entrevistadas sobre el estado de la ciudad un año y medio después de la reubicación:

 

 

14  

servicios urbanos, proyectos productivos, entre otros aspectos. De igual forma,

exploramos la opinión de los funcionarios y autoridades locales en torno al proceso de

adaptación y cambio que han vivido las familias reubicadas en Nuevo Juan de Grijalva.

Nos enfocamos en las consecuencias de las políticas del modelo de reubicación,

así como en el impacto de los medios de comunicación y la imposición consumista por

parte de las empresas presentes en la ciudad rural. Dichos factores nos llevan a

caracterizar la tragedia social en la cual se encuentran las familias reubicadas,

resaltando el desempleo, la precariedad laboral, la pobreza económica y la

desarticulación familiar. De igual forma, exponemos la ineficacia de los organismos del

modelo de Ciudades Rurales Sustentables, pues los testimonios de las víctimas

denuncian condiciones laborales extenuantes, mal remuneradas, viviendas que no se

ajustan a sus necesidades sociales, endeudamiento en sus trabajos por la imposición

consumista de las empresas y contratos engañosos, situaciones de stress, depresión y

violencia, que las han llevado a desarrollar estrategias de sobrevivencia con la creación

de redes solidarias en distintos ámbitos para sobrevivir.

Ahora bien, en esta investigación abordamos distintos autores de la antropología

de los desastres y reubicaciones, así como investigaciones que abordan el análisis

sobre la marginalidad y sus factores desencadenantes en el contexto de la modernidad

y el sistema neoliberal (Macías, 2001;2009; Cernea, 2001 ; Fernandez, 1992 ;

Blaikie,1994;1996; Lomnitz, 1975; Zibechi, 1999;2010; Bourdieu,1999; Klein, 2007;

Curran, 1998).

También, nos respaldamos en Blaikie (1994), Cuny (1983), y López (1999) para

advertir que los desastres son procesos sociales basados en la acumulación de

elementos de vulnerabilidad, resultado de interacciones socio-económicas y políticas,

en donde los grupos más marginalizados son los más vulnerables y, por lo tanto,

proclives a sufrir sus consecuencias. De hecho, los desastres nos permiten entrever las

consecuencias de un sistema político desigual, por lo que es necesario un diálogo

multidisciplinario para su estudio.

Por otro lado, a partir de los postulados de Fernández (19992), Cernea (2001),

Cuny (1983), Macías (2001), y Vera (2009), abordamos la relocalización de Nuevo Juan

 

 

15  

de Grijalva, como una reubicación forzada por desastre, culminando en un proyecto de

desarrollo. De igual forma, entendemos a las reubicaciones como un desalojo y

expulsión de la población bajo el estandarte de la modernidad, facilitando a las

empresas y a instituciones gubernamentales la explotación de tierras, los recursos

naturales, o bien la integración de la población afectada al sistema político y económico

del neoliberalismo estatal, con la aplicación de políticas impopulares e inadecuadas a

las necesidades socio-culturales de los reubicados.

Subrayamos que dicha integración se hace posible a través de distintas

estrategias de control social, tales como la imposición y dependencia consumista, la

influencia de los medios de comunicación y la aplicación de terapias de shock a una

población marginal, vulnerable y centrada en su sobrevivencia. En pocas palabras,

advertimos que toda reubicación implica cambios sociales traumáticos en el ámbito

socio-cultural, económico, político y psicológico entre la población, implicando un

proceso de marginalidad social entre sus habitantes, (Klein, 2007; y Curran, 1998).

Cabe mencionar que también tomaremos en cuenta los análisis de Lomnitz (19

75), Bourdieu (1999) y Zibechi (1999), a fin de abordar la temática de la

marginalidad, a partir de un estudio de las estructuras sociales de los grupos

marginales, dejando atrás el determinismo económico. En este punto, afirmamos que

ser vulnerable es ser marginal, esto, por la falta de seguridad económica y social que

padece el afectado. Además, nos ocuparemos de los factores desencadenantes de la

marginalidad, tales como la pobreza económica, la desarticulación de redes sociales, o

la violencia estructural y las redes solidarias.

Ahora bien, tras el trauma y estado de shock producido por el desastre de Juan

de Grijalva, esta investigación tiene el propósito de responderse, ¿qué efectos socio-

culturales ha traído consigo la reubicación de nuevo Juan de Grijalva entre las familias

relocalizadas tras el desastre?, y ¿de qué manera han influido en el proceso de

reubicación las políticas socio-económicas y culturales del Instituto de Ciudades

Rurales Sustentables, las empresas financiadoras y los medios de comunicación?.

 

 

16  

De las anteriores preguntas de investigación, se desprenden los siguientes:

Objetivos generales

• Identificar, analizar y explicar los efectos socio-culturales que trajo consigo la

reubicación de las familias en Nuevo Juan de Grijalva como resultado del desastre.

• Dar cuenta del impacto de las políticas socio-culturales y económicas aplicadas en

Nuevo Juan de Grijalva y su influencia en el proceso de reubicación.

Objetivos particulares:

• Dar cuenta de las causas del proceso de desastre, así como del periodo de

recuperación de las familias reubicadas, así como describir el papel ejercido por los

medios de comunicación y las políticas gubernamentales encargadas del proceso de

reubicación.

• Identificar las contradicciones, debilidades y posibles fortalezas del modelo de

reubicación del programa de desarrollo Ciudades Rurales Sustentables de Nuevo Juan

de Grijalva.

• Caracterizar el proceso de marginalidad social entre las familias reubicadas, e indagar

en sus factores desencadenantes

• Contrastar las opiniones entre las víctimas, los reubicados, investigadores, funcionarios

y miembros institucionales, a fin de brindar un panorama holístico del desastre, el

proceso de reubicación, así como del periodo de residencia de las familias en el sector

Juan de Grijalva de la Ciudad Rural Sustentable.

En este tenor, formulamos las siguientes hipótesis de esta investigación:

El proceso de recuperación y reubicación de las familias en el sector Juan de Grijalva

estudiadas ha sido un complejo y traumático proceso social marcado por el dolor de la

tragedia, que produjo un profundo estado de shock por desastre: aprovechado por las

instituciones gubernamentales, las empresas, y los medios de comunicación, para

 

 

17  

imponer – sin muchos cuestionamientos- un proyecto de reubicación neoliberal basado

en la integración económica y social de los reubicados al proyecto unificador y

modernizador del Estado -nación mexicano.

Por consiguiente, el periodo de refugio se caracteriza por condiciones de

hacinamiento, confusión, desesperación, desacuerdos, y tensiones por la ausencia de

consenso, colaboración y decisiones compartidas entre las familias reubicadas y las

autoridades institucionales en cuanto al diseño de reubicación del Instituto de Ciudades

Rurales Sustentables. Dicha afirmación nos lleva a considerar que los responsables del

proyecto de reubicación no tomaron en cuenta las necesidades socio-culturales y

económicas de los afectados en cuanto a diseños de vivienda, proyectos de desarrollo

social y económico, así como programas de empleo.

Estos factores han provocado una serie de consecuencias socio-culturales y

económicas entre las familias del sector Juan de Grijalva, que se han caracterizado por

un proceso de doloroso proceso de marginación, cuyos factores desencadenantes

creemos han sido: el desempleo y la precariedad laboral por el fracaso de los proyectos

productivos, la desarticulación familiar, el empobrecimiento económico, la violencia

estructural, aunque suponemos la creación de estrategias de solidaridad y reciprocidad

entre las familias, cuyos objetivos son contrarrestar los efectos sociales y económicos

del sistema neoliberal, no obstante la tragedia social vivida actualmente en el sector

Juan de Grijalva.

Asimismo, exponemos la justificación del presente estudio:

Si bien el estudio de los desastres y reubicación humanas ha cobrado relevancia

a través de las últimas décadas, tanto en el ámbito académico como en la agenda

gubernamental, esta investigación es una de las primeras en abordar

antropológicamente dicha temática, a partir del proyecto nacional de desarrollo

“Ciudades Rurales Sustentables” en Chiapas; por lo que cuestionar dicho modelo

neoliberal de reubicación se hace imprescindible no sólo por su proyección social, sino

porque puede dar cuenta de la limitaciones de este proyecto, y así poner en evidencia

 

 

18  

sus consecuencias socio-culturales y económicamente traumáticas sobre la población

estudiada. De hecho, subrayamos la importancia de difundir y dar a conocer una

versión distinta del proyecto de desarrollo Ciudades Rurales Sustentables, pues es

relativamente poco conocido por el círculo académico y público en general. A decir

verdad, las corporaciones mediáticas que estuvieron implicadas en el financiamiento de

la construcción de esta ciudad han presentado y publicitado a Nuevo Juan de Grijalva

como una ciudad ideal y autosustentable, lo cual contrasta radicalmente con la serie de

testimonios recabados entre las familias abordadas. Así pues, alertamos la continuidad

de este proyecto de desarrollo, el cual se extiende por todo el país.

En este tenor, destacamos que la presente investigación aportaría una serie de

reflexiones que podrían ser útiles para aportar mejoras en torno a los futuros proyectos

de reubicaciones, evitando que futuras familias estén expuestas a posibles procesos de

marginalidad social, bajo un estado de shock y violencia estructural.

Por otra parte, es importante señalar que el tema de las reubicaciones humanas

por desastre en México es un campo reciente, por lo que se hace necesario impulsar

esta rama de la antropología, llamada a ocupar un lugar prominente en el área

investigativa multidisciplinar. Además, resaltamos la importancia de complementar

dicha temática con un marco teórico multidisciplinario, basado en una serie de

postulados sólidos: marginalidad, redes de reciprocidad, y medios de comunicación; y

en algunos casos innovadores y actuales, como es el caso de la doctrina del shock.

 

 

19  

CAPÍTULO I Antropología de los Desastres y Reubicaciones Humanas

Introducción

Desde la perspectiva de la antropología de los desastres, el presente capítulo propone

un diálogo entre los principales autores del estudio de reubicaciones, y los desastres

con la finalidad de presentar los postulados teóricos que respaldan la presente

investigación de tesis.

La primera parte propone una revisión de las principales corrientes históricas que

ha abordado el estudio de la antropología de los desastres. En este tenor se exploran

los principales conceptos de dicha disciplina, tales como amenaza, riesgo y

vulnerabilidad, para una mejor comprensión de la concepción del desastre, entendido

como proceso social.

En el segundo apartado, se indaga en los enfoques y postulados más

representativos en torno al concepto de reubicación, principal fase en la cual la

presente investigación explora. En esta parte, se exponen en un primer momento, los

tipos de reubicación que existen, sus causas, así como sus consecuencias socio-

culturales a partir de su carácter transformador y “traumático”. De igual forma, a través

de ciertos estudios de caso, se procede a presentar una serie de críticas y

cuestionamientos en torno a los actuales modelos de reubicación, demasiado

ingenieriles e institucionalizados.

Adicionalmente, se exponen una serie de criterios para la caracterización del

modelo de reubicación idóneo, basado en postulados de corte antropológico y social.

 

 

20  

1. Antecedentes y enfoques teóricos sobre el fenómeno de los desastres

Hasta décadas recientes, la mayor parte de los estudios sobre desastres, había sido

conducida por investigadores de disciplinas, como la sociología y la geografía. La falta

de investigaciones de carácter antropológico, encuentra explicación en la ausencia de

marcos teóricos y metodológicos específicos para llevar a cabo este tipo de estudios

desde una perspectiva social (Acosta Virginia, 1996).

Sin embargo, en las últimas décadas, la antropología ha hecho contribuciones

importantes a dicho campo de investigación. En primer lugar, ha aportado su principal

método de investigación: el trabajo etnográfico de campo. En efecto, la incorporación de

los distintos métodos etnográficos han contribuido significativamente al esclarecimiento

de los factores que resultan, en una mayor o menor vulnerabilidad a los desastres.

El análisis de estos factores ha desvelado por qué ciertas personas o grupos

sociales están más predispuestos que otros, a sufrir las consecuencias de un desastre.

Por ello, los métodos no antropológicos, no pueden examinar esas cuestiones con la

necesaria sutileza ya que se limitan a documentar el impacto inmediato de un desastre,

sin explorar los aspectos de cambio y continuidad socio-cultural que resultan

ulteriormente.

Ahora bien, en cuanto a los principales enfoques teórico-metodológicos que

yacen sobre desastres, advertimos tres: fisicalistas, estructural-funcionalistas y la visión

alternativa. El primer enfoque, aborda aspectos físico/naturales y tecnológicos; mientras

que los dos restantes, han centrado sus presupuestos en teorías de carácter social.

Cabe destacar, que el proceso de la teoría social sobre desastres, ha compartido

campos de acción, sin embargo los resultados han sido distintos, como se verá más

adelante.

1.1 Fisicalistas

Antes que nada, es preciso mencionar, que por muchos decenios los desastres fueron

considerados como actos de la naturaleza: repentinos e incontrolables, sucesos

externos e impredecibles que rompían con la cotidianidad. De hecho, la recuperación

 

 

21  

tras un desastre se concebía como un regreso al status quo y una reparación necesaria

de los daños materiales visibles en las comunidades afectadas.

En el desarrollo teórico de la gestión de riesgos y desastres, sostengo que la

visión denominada fisicalista, representó un avance importante respecto a las

interpretaciones sobrenaturalistas y divinas, ya que generó una serie de conceptos, y

nuevos elementos para la descripción, análisis y evaluación de las amenazas y la

vulnerabilidad física, sobre cuya base fueron elaborados instrumentos, herramientas de

medición y predicción de desastres.

De una u otra manera, los fisicalistas o tecnocrácticos identificaron las amenazas

físico-naturales como la principal causa de los desastres. Su base teórica-científica,

hallaría sustento en las ciencias naturales, tales como la geofísica, la geología o la

meteorología, que proporcionaron conocimientos, técnicas y procedimiento para la

interpretación de fenómenos naturales, a partir de los cuales fueron elaborados criterios

de ordenamiento urbano y normas de construcción. Adicionalmente, se diseñaron

infraestructuras destinadas a disminuir los efectos de eventos extremos, y a proteger la

población y las actividades económicas, ante los fenómenos naturales. Es interesante

notar que de aquello trabajos, los resultados fueron cuantiosos en cuanto al

conocimiento sobre las amenazas, pero los desastres fueron aislados de los fenómenos

sociales. Es decir, no se llegó al meollo del asunto y la concepción del desastre no tenía

aún cabida en los procesos sociales. A decir verdad, el problema de identificar al

desastre como sinónimo de un fenómeno natural, provocó cierto sesgo en las

explicaciones de sus orígenes sociales así como en la elaboración de planes de

prevención y mitigación (Torrio, 2008).

Efectivamente, las principales críticas hacia este enfoque, se basaron en

considerarlo como una perspectiva limitada sobre la gestión de riesgos y poco

convincente para la solución de problemas de desarrollo a largo plazo. En

consecuencia, se recalcó la necesidad de dejar atrás la concepción de los desastres

como eventos eminentemente naturales, como “furia de la naturaleza”, o bien como

sucesos aislados, que irremediablemente ocurren. Por ello, esta concepción generó

 

 

22  

políticas e intervenciones dirigidas a la respuesta, restando importancia a la necesidad

de prevención.

Aquí, resulta óptimo mencionar, que entre las dos primeras corrientes teóricas

antes citadas, surgen dos autores teóricos claves que posteriormente, retomarían los

estructuralistas, se trata de Samuel Henry Prince y Pitrim A. Sorokin.

La investigación realizada por Prince (1920) sobre el impacto social de las

explosiones de municiones en el puerto de Halifax, Canadá, (1917), se considera como

el pionero de los estudios sobre desastres desde una perspectiva social (citado en

Scanlon, 1998:46-47). Pese a sus contribuciones, adviértase que debió pasar casi

medio siglo para que una catástrofe fuese abordada desde la perspectiva de los

cambios socio- estructurales.

Prince sugirió que los eventos catastróficos inducen a un rápido cambio social. A

partir de entonces, la mayor parte de los estudios empíricos en este campo han tomado

como punto de partida la conocida "hipótesis de Prince" y se han dedicado a probarla o

bien a refutarla. Algunos han encontrado que los desastres no dejan efectos de larga

duración en las comunidades que afectan, simplemente las desorganizan

temporalmente; otros insisten en que los desastres pueden acelerar o disminuir la

velocidad del cambio, pero en general no provocan cambios trascendentales.

En tercer lugar, se encuentran aquellos investigadores que han obtenido

evidencias empíricas de que algunos desastres, sí han inducido cambios mayores en

las sociedades afectadas ( Bates y Peacock citado en Acosta V. 1993:43).

Años después, surge el primer trabajo con un enfoque social sobre desastres,

Man and Society in Calamity de Sorokin, (1942). Este investigador extendió la idea de

cambio social, a partir del estudio sociológico de los efectos de la guerra, las

insurrecciones, la hambruna y epidemias. El mencionado autor fue reconocido por

haber dejado de considerar los desastres como eventos sociales únicos, y entenderlos

como elementos imprescindibles en toda investigación de tipo inductivo. (Citado en

Dynes, 1987).

 

 

23  

1.2 Estructural-Funcionalistas

Huelga decir, que los principales representantes de esta perspectiva, en cuanto a los

estudios sociales sobre desastres fueron: Quarantelli, Dynes, Rusell, Wenger, Fritz,

entre otros.

El final de la Segunda Guerra Mundial marcó sin dudas un cambio en el estudio

de los desastres con la creación de centros de investigación especializados, sobre todo

en Estados Unidos. Bajo una perspectiva sistémica y estructuralista, el énfasis de los

científicos sociales interesados en los desastres se centraba en el comportamiento de

los individuos y las organizaciones involucradas durante las diferentes fases de un

desastre: alerta, impacto y consecuencias. Generalmente, los patrones socioculturales

y el contexto histórico de la sociedad en cuestión raramente constituían parte del

análisis (Hoffman y Oliver Smith 2002:1).

Dentro del presente enfoque la sociedad es percibida como equilibrada,

estructurada y altamente funcional, ésta se privilegia como objeto de estudio y, de tal

manera, se enfoca en la reacción de la población en el momento de crisis y desastre

para poder así generar una serie de tipologías y esquematizaciones de patrones de

comportamiento de respuesta colectiva. Desde entonces, el estudio de los desastres

empieza a incorporar postulados de naturaleza antropológica, incluyendo conceptos

tales como desastre, catástrofe y calamidad. Estos conceptos hacen referencia al

momento en el que irrumpe la amenaza (natural, tecnológica y humana), que produce

un momento de crisis. Calamidad es identificado como un evento a nivel local que no

provoca cambios sociales; el desastre es un fenómeno social de mayor nivel (cuando la

comunidad se ve afectada, pero puede seguir funcionando), y catástrofe es cuando las

estructuras se desarticulan o se ven gravemente afectadas en su mayoría (García,

1997:27).

Igualmente la importancia de las investigaciones estructuralistas se distingue por

la incorporación de nociones como resistencia, anglicismo proveniente de resiliencia

pero desarrollado más tarde por la psicología social (Cyrulnik; citado en Duval, 2006).

 

 

24  

Es necesario recalcar que aparte de los “desastres naturales” provocados por

amenazas naturales (sismos, deslaves, incendios, huracanes) y “tecnológicos”

inducidos por el manejo inadecuado de sustancias y de máquinas (derrames,

accidentes, intoxicaciones, explosiones), existe otra categorización, los “desastres

sociales”. Desde la perspectiva de Sorokin (1942), estos últimos son aquellos

fenómenos de origen antropogénico, detonadores de grandes catástrofes como las

guerras. Ciertamente, esta nueva categorización propició el desarrollo posterior del

estudio sobre desastres.

Sin embargo, el geógrafo canadiense Kenneth Hewitt (1983) señaló que la

investigación sobre desastres estaba marcada por el protagonismo de la geofísica, que

otorgaba una mayor importancia a las amenazas que a la vulnerabilidad de de la

sociedad. Por lo tanto, el geógrafo argumentaba que la capacidad de predicción de las

ciencias exactas era el objetivo principal de la prevención de catástrofes (Hewitt; citado

en Briones F., 2008:44).

No obstante, con el inicio de la perspectiva alternativa, empiezan a reconocerse

las limitaciones de la perspectiva tecnocrática convencional, y se comenzaron a tomar

en cuenta las dimensiones sociales de la vulnerabilidad. Por lo que la necesidad de

integrar el análisis de factores políticos, económicos y culturales en la investigación de

los desastres se convirtió en una prioridad (Zaman, 1999:192).

1.3 Enfoque Alternativo

Desde los primeros años de la década de los 80, el desarrollo de perspectivas

científicas, tales como la geografía y la ecología cultural, han llevado a muchos

investigadores a redefinir los desastres en función de las estructuras sociales de las

poblaciones, y no únicamente como resultado de eventos naturales como huracanes,

terremotos, tsunamis o sequías. Este enfoque se centra en la adaptación de la sociedad

a la totalidad de su medio ambiente, incluyendo los elementos naturales, modificados y

construidos del entorno del que la comunidad forma parte. Así pues, las perspectivas

culturales proponen que los desastres no suceden simplemente, sino que son el

resultado de interacciones sociales, políticas y económicas preexistentes en la

 

 

25  

sociedad. Cabe destacar, que esta perspectiva se desarrolló en el marco del auge de

disciplinas como la ecología política, y la antropología del desarrollo (López, 1999:6).

Por otro lado, la introducción de la dimensión temporal cobró importancia en el

estudio de los desastres. Esto significa que las catástrofes surgen como resultado, tanto

de procesos que se han ido desarrollando durante largos períodos de tiempo, como de

crisis repentinas. Estos procesos incluyen elementos tales como la gestión y adaptación

de la población a su entorno físico y la construcción de instituciones socio-culturales

(Hoffman y Smith 1999:2).

Uno de los aportes más relevantes de este enfoque es el de Frederick Cuny

(1983). Ahora bien, el mencionado autor advirtió que los sectores socio-

económicamente marginales son los más propensos a sufrir las consecuencias de una

catástrofe. Si bien los desastres, por su naturaleza transformadora, son capaces de

modificar las estructuras sociales, Cuny (1983: 234) señala que “las catástrofes

acentúan las luchas sociales en una sociedad y subrayan las injusticias inherentes a un

sistema político. Una catástrofe hace evidente la idea de que los pobres son

vulnerables porque son pobres, y eso puede conducir a cambios políticos y sociales

profundos al interior de una sociedad”. Concuerdo con el postulado de Cuny, véase el

caso del huracán Katrina en Nueva Orleans (2005), el cual dejó entrever no sólo las

enormes desigualdades socio-económicas en Estados Unidos, sino la escandalosa

indiferencia y discriminación del gobierno en ayudar a los más afectados, es decir a los

más pobres, en su mayoría poblaciones negras e inmigrantes hispanos. Dicho desastre

hizo resurgir los debates en torno al racismo, la pobreza y la marginalidad en el país

más rico del mundo.

De igual forma, los desastres pueden llegar a ser cruciales en los procesos

políticos, como ilustra el caso del terremoto y tsunami de Japón el 11 de marzo de

2011. Así, en agosto del mismo año, el ex primer ministro japonés Nato Kan renunció a

su cargo por las duras críticas recibidas por la pésima gestión gubernamental tras la

 

 

26  

tragedia, así como por la crisis nuclear que vivió la nación nipona.3 Esta dimisión marcó

el final de 54 años de hegemonía del Partido Demócrata (PD) japonés, lo cual muestra

la amplitud de la crisis política que vivió Japón tras el terremoto, pero que en realidad

arrastraba desde hace más de veinte años por razones económicas. Por otra parte,

esta catástrofe reavivó el debate sobre la continuidad de la energía nuclear como

energía segura, situación que produjo una serie de manifestaciones de rechazo

alrededor del mundo. Otro claro ejemplo fue la decisión del gobierno alemán para

eliminar gradualmente el uso de la energía nuclear hasta 2022.4

De esta forma, en esta etapa del estudio de los desastres la noción de

vulnerabilidad se convierte en uno de los ejes medulares para poder comprender las

causas y efectos de los desastres. El concepto de vulnerabilidad fue desarrollado desde

principios de la década de los 90, hoy en día, sigue teniendo vigencia en los estudios

sobre desastres. Sus principales representantes han sido Piers Blaikie, Gustavo

Wilches Chaux y Allan Lavell, quienes en obras como Los Desastres no son Naturales

(1993) desarrollan una serie de categorizaciones en torno a las múltiples dimensiones

de la vulnerabilidad en contextos sociales en América Latina.

Históricamente, el llamado “paradigma de riesgos” siempre prestó más atención

al evento en sí –huracanes, inundaciones, terremotos, etc.- y frecuentemente promovió

sistemas de planeación jerárquicos y medidas de mitigación y predicción

estandarizadas y tecnocráticas (Blaikie, et al. 1994:218). La vulnerabilidad por el

contrario, se centra en quienes son los afectados y en su capacidad para mitigar,

resistir y recuperarse del daño causado por un desastre. Esta interpretación resalta la

                                                                                                                         3Agencias,   (2011),     Primer   ministro   de   Japón   renunció     en   medio   de   críticas   por   su   gestión,   [en   línea]   El  

Comercio.pe,   26   de   agosto,   <http://elcomercio.pe/mundo/1195485/noticia-­‐primer-­‐ministro-­‐japon-­‐renuncio-­‐

medio-­‐criticas-­‐su-­‐gestion>[consultado  el  22  de  marzo  de  2012]  

4Reuters   y   DPA,   (2011),     Aprueban   diputados   que   Alemania   abandone   la   energía   nuclear   en   2022,   [en   línea]   La  

Jornada,  1  de   julio  de  2011,<  http://www.jornada.unam.mx/2011/07/01/mundo/024n3mun>[consultado  el  23  de  

marzo  de  2011]  

 

 

27  

importancia del orden socioeconómico en los lugares en cuestión e implica hacer un

estudio de fondo sobre las condiciones socio-culturales de la sociedad en cuestión.5

Asimismo, se reconoce que los desastres dependen del orden social, de las

relaciones diarias de la sociedad con el medio ambiente y de las circunstancias

históricas que caracterizan el contexto en que se desenvuelve la población (Hewitt,

1997:141).

En el caso latinoamericano, el estudio de los desastres empezó a cobrar

importancia en la década de los 80, tanto en el ámbito académico como en el político.

Así, por ejemplo, en México, el terremoto de 1985 marcó una coyuntura que modificaría

los paradigmas sobre la concepción de los desastres, ya que dejó al descubierto la

correlación existente entre la vulnerabilidad de un gran sector de la sociedad así como

las grandes desigualdades sociales y la pobreza. Por ello, cobró importancia la

necesidad de dejar de abordar los desastres como eventos meramente naturales, y

considerarlos ante todo como procesos sociales, es decir, una serie de sucesos que a

la acumulación de elementos de vulnerabilidad, donde se hace necesaria la

cooperación tanto académica como política.

Si bien los presupuestos antes mencionados, exhiben las distintas perspectivas

que existen sobre los estudios sociales sobre desastres, es necesario señalar que

estos, aún requieren de más reflexión y elaboración teórica, puesto que esta disciplina

aún es joven.

2. Principales conceptos

En el presente apartado, se esbozarán los principales conceptos del estudio de los

desastres, así como su implicación en las comunidades humanas. Así, para poder

entender qué es un desastre se hará necesario, por una parte indagar sobre los

conceptos asociados “vulnerabilidad” y “riesgo” y, por la otra, dar cuenta acerca de las

perspectivas contrastantes entre los postulados de corte naturalista y social, que pese a

                                                                                                                         5  Posteriormente  se  ahondará  en  la  definición  del  concepto  de  vulnerabilidad  

 

 

28  

las tensiones históricas entre ambas perspectivas, han contribuido a la consolidación

del campo de estudio de los desastres dentro de las ciencias sociales.

Así, por ejemplo, Omar Cardona (1992) señala que un desastre puede definirse

como un evento repentino e inesperado, causando una serie de alteraciones intensas,

que pueden ir desde la pérdida de la vida hasta la destrucción de los bienes de una

colectividad y/o daños severos sobre el medio ambiente.

2.1 Tipos de desastres

Básicamente, hay que destacar que los desastres pueden ser originados a partir de

amenazas que son definidas como la probabilidad de la ocurrencia de un evento físico

dañino para la sociedad (Lavell, 1996). De esta forma, se pueden señalar 3 tipos de

desastres: los desastres naturales, los desastres socioculturales y los desastres

tecnológicos.

2.1.1 Los desastres naturales

La mayoría de estos fenómenos ocurren en forma cataclísmica, es decir súbitamente y

no pueden ser controlados. Las erupciones volcánicas, los huracanes o los terremotos

son ejemplos de amenazas que no pueden ser intervenidas, mientras que inundaciones

y deslizamientos de tierra pueden llegar controlarse o ser evitadas con construcciones

de infraestructura o con la mejora de las condiciones de vida. En estos ejemplos,

podemos incluir la reciente erupción volcánica del Eyjafjalla en Islandia (abril 2010) que

ha causado la mayor crisis aérea de la historia en el hemisferio norte, y que ha

mostrado la fragilidad de la mundialización al paralizar los desplazamientos entre

Europa y Norteamérica, perturbar fuertemente los vínculos comerciales entre ambas

regiones y provocar una crisis social durante una semana al dejar varados a millones de

pasajeros. Si bien se generó un sentimiento de frustración generalizado, en este caso,

las “víctimas” de dicho suceso desastroso, no tendieron a manifestarse de forma

contundente ya que se trató de un evento natural incontrolable e incuestionable.

 

 

29  

2.1.2 Los desastres socio-culturales

Este tipo de desastres de origen antrópico, pueden ser originados intencionalmente por

la acción humana o por una falla de carácter técnico, la cual puede desencadenar una

serie de fallas en serie causando un desastre de gran magnitud. Entre este tipo de

calamidades, se pueden mencionar las guerras, las explosiones, los accidentes, los

atentados terroristas, así como los incendios. Un ejemplo claro serían los atentados

terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington. El papel de

Estados Unidos en la escena internacional, así como sus políticas económicas y

militares hacia ciertas regiones del orbe, fueron algunos de los detonadores de este

evento catastrófico que tuvo repercusiones gigantescas, tanto en la cotidianidad como

en las prácticas socio-culturales de sus habitantes, marcando el inicio de un nuevo

orden mundial, y con ello, la llamada guerra contra el terrorismo.

2.1.3 Los desastres tecnológicos

Esta amenaza es relativamente reciente ya que está ligada con el avance tecnológico

del ser humano. Actualmente, se puede considerar que los centros urbanos son los

principales espacios donde este tipo de eventos pueden presentarse, debido a la alta

presencia de industrias, gran densidad demográfica así como por la concentración de

riquezas e instituciones de corte político y económico. Explosiones nucleares y

descargas de sustancias tóxicas son algunos sucesos de este tipo de desastres.

Un ejemplo claro sería el incendio de la fábrica de plaguicidas ANAVERSA en

Córdoba, Veracruz, ya que causó la muerte de centenares de personas como

consecuencia de las enfermedades derivadas por los efectos de las sustancias tóxicas,

que contaminaron a gran parte de la población que habitaba en las inmediaciones de la

fábrica. A 21 años del desastre, aún no ha habido ninguna investigación seria, ni se ha

responsabilizado a nadie.

Igualmente, se podría agregar el desastre nuclear de Fukushima, como

consecuencia del tsunami que arrasó las costas japonesas el 11 de marzo de 2011. Si

 

 

30  

bien un evento natural (tsunami) desencadenó este desastre, la seguridad propia de la

central, su gestión durante la situación de emergencia ante la población, así como el

manejo de la crisis por las autoridades (compañía TEPCO), redimensionaron

Fukushima a un plano social, en donde se dejaron ver sus vulnerabilidades (zona de

sismo, alta densidad poblacional, falta de mantenimiento) y el incalculable impacto

emocional que dejó en la población.

2.2 Contextualizando el desastre

Por otra parte, Maskrey (1989:9), pionero en los estudios sobre los desastres, parte del

desarrollo desigual entre las sociedades y afirma que los desastres afectan de manera

diferencial a los grupos marginales, pues sus condiciones de vida y sus actividades

económicas son más vulnerables, por lo que su recuperación después del desastre

tiende a ser más difícil:

Las políticas de los gobiernos a menudo exacerban las desigualdades sociales, políticas

y económicas. Cuando las condiciones de vida empeoran, la gente ya no se puede

adaptar a los peligros de la naturaleza, sólo se puede minimizar un riesgo u otro en un

juego precario de sobrevivencia (Maskrey; 1989:9)

Al respecto, Maskrey señala la importancia de tomar en consideración el

contexto socio-económico y resaltar su importancia en la construcción social del riesgo,

ya que tradicionalmente se abordaba el desastre a partir de una amenaza natural. Otro

autor que es necesario destacar es Allan Lavell (1993), pues afirma que los desastres

son más bien fenómenos de carácter eminentemente social, no sólo en términos del

impacto que los caracteriza, sino en términos de sus orígenes, así como de las

reacciones y respuestas que suscitan en la sociedad política y civil.

Una vez desvelada la importancia de los contextos sociales en el proceso de los

desastres, se hace necesario profundizar en un concepto que ha marcado el estudio de

los desastres en las últimas dos décadas: la vulnerabilidad.

 

 

31  

2.2.1 Vulnerabilidad

Como antes se mencionó, este concepto se refiere a una condición construida

socialmente, que tiene que ver con las condiciones de los grupos, clases, regiones o

países. Para Cardona, la vulnerabilidad puede entenderse como la predisposición

intrínseca de un sujeto o elemento a sufrir daño debido a posibles acciones externas

(Maskrey, 1993).

Ciertamente, este concepto puede clasificarse en 2 ramas: la primera social, de

carácter cualitativo, ya que se relaciona con cuestiones económicas, culturales e

ideológicas; el segundo enfoque, de carácter técnico, pues se enfatiza tanto en

aspectos cuantitativos y funcionales, como en las pérdidas referidas a los daños por un

desastre.

En la misma dirección, Maskrey (1993:4-5) indica que “ser vulnerable es ser

susceptible de sufrir un daño y tener dificultad de recuperarse de ello”. Sin embargo,

afirma que no toda situación pone a la gente en situación de vulnerabilidad, sólo si

ocurriera un evento de tipo desastroso como una inundación o un deslizamiento de

tierra por ejemplo. Según el autor, ser vulnerable es sinónimo de carecer una vivienda

segura y presentar condiciones de marginalidad socio-cultural (desempleo, falta de

ingresos, escasez de bienes, acceso a la educación, entre otros aspectos). Además,

afirma que las precarias condiciones económicas son por sí mismas condiciones de

vulnerabilidad, ya que ante un desastre estas condiciones imposibilitan la recuperación

de la población por falta de recursos financieros.

Uno de los más reconocidos y prominentes especialistas en el estudio de los

desastres es Gustavo Wilches Chaux, pues desarrolló la noción de vulnerabilidad

global, la cual puede entenderse como un sistema dinámico, a partir de una serie de

categorizaciones de vulnerabilidades que se dividen en los siguientes aspectos: la

vulnerabilidad física, técnica, cultural, económica, política, ideológica, institucional y

educativa. (en Maskrey, 1993),

 

 

32  

Entre todas estas categorías, cobran amplia relevancia la vulnerabilidad política,

la cultural, económica, y la ideológica, pues son de mayor interés para la presente

investigación, ya que se busca cuestionar el proyecto de reubicación del Estado

mexicano, y dar cuenta de las transformaciones sociales en Nuevo Juan de Grijalva.

Así, por vulnerabilidad política se entiende por un lado, la incapacidad de los

responsables locales para identificar problemas que pueden representar riesgos y, por

otro lado, la incapacidad para formular soluciones adaptadas a las necesidades socio-

culturales de los habitantes en cuestión. La vulnerabilidad económica es quizás el eje

más significativo dentro de esta serie de categorías, ya que autores como Wijkman y

Timberlake (1985), muestran como los sectores económicamente más pobres son los

más vulnerables frente a los riesgos naturales.

2.2.2 Riesgo y amenaza

A riesgo de simplificar, Wilches Chaux, Maskrey y Allan Lavell (miembros de la Red de

Estudios Sociales en Prevención de Desastres en América Latina, la RED), han

planteado que la amenaza se refiere a un peligro latente o factor de riesgo de un

sistema o sujeto expuesto, que se puede expresar como la probabilidad de exceder un

nivel de ocurrencia de un suceso con cierta intensidad, en un sitio específico y durante

un tiempo de exposición determinado. Adicionalmente, han señalado que la

vulnerabilidad se configura socialmente y es el resultado de procesos económicos

políticos y sociales (La RED, 1992). Por lo tanto, para moldear la vulnerabilidad, es

necesario tener en cuenta, no sólo los aspectos físicos, sino también los factores

sociales, tales como la fragilidad de las economías familiares y colectivas; la ausencia

de servicios sociales básicos; la falta del acceso a la propiedad; la presencia de

discriminación étnica y política.

En esta relación directa entre amenaza y vulnerabilidad se genera el riesgo, que

corresponde al potencial de pérdidas que pueden ocurrirle al sujeto o al sistema

expuesto, resultado de la concomitancia de la amenaza y la vulnerabilidad. Así, el

riesgo puede expresarse como la probabilidad de exceder un nivel de consecuencias

 

 

33  

sociales, económicas o ambientales en un cierto sitio y durante un cierto período. De

esta forma, se pueden unir estos conceptos que se obtiene de relacionar la amenaza, o

probabilidad de ocurrencia de un fenómeno de una intensidad específica, con la

vulnerabilidad de los elementos expuestos.

Dicho de otra forma, Cardona concluye que “no se puede ser vulnerable si no se

está amenazado y no existe una condición de amenaza para un elemento, sujeto o

sistema si no está expuesto y es vulnerable a la acción potencial que representa dicha

amenaza” (2001:11).

En otras palabras, no existe amenaza o vulnerabilidad independiente, pues son

situaciones mutuamente condicionantes que se definen en forma conceptual de manera

independiente para una mejor comprensión de riesgo. En resumen, para evaluar el

riesgo deben seguirse tres pasos: la evaluación de la amenaza o peligro; el análisis de

la vulnerabilidad y la estimación del riesgo como resultado de relacionar los dos

parámetros anteriores. De esta manera se genera la siguiente ecuación: Riesgo =

Vulnerabilidad X Amenaza.

Esta formulación es un análisis crítico del concepto del riesgo y propone abordar

el desastre como un proceso que engloba una serie de procesos que se relacionan y

que dan cuenta de una clara concatenación. Asimismo, marca la consolidación del

presente campo de estudio, ya que sienta las bases para abordar bajo un enfoque

multidisciplinario la dimensión social y el carácter antropológico en torno a la línea de

los desastres, sus implicaciones, sus detonadores, así como su orientación teórica

como proceso social. De hecho, en el siguiente apartado se desarrollará a profundidad

la noción de reubicación, como parte de la fase post desastre.

3. Reubicaciones

Para Jesús Macías (2009) el desastre, visto como proceso social implica una serie de

transformaciones y no un evento repentino como tradicionalmente se consideraba. Por

lo tanto, el autor señala que el desastre viene siendo “una sucesión de fenómenos en

fases, momentos, etapas, etc. una de las cuales corresponde al impacto de un

 

 

34  

fenómeno destructor, y otras fases corresponden a otros momentos que son previos y

posteriores al impacto que se suele tomar como referencia” (2009:50).

De esta forma, el desastre como proceso requiere de una definición organizativa

de sus múltiples temporalidades para efectos de conocimiento y de intervención. Por

ello, D. Neal (1997:37) señala que “el uso de las fases de desastre ha sido practicado

tanto por investigadores como por funcionarios encargados de intervenir en asuntos de

desastre”, ya que pueden ser referentes básicos para organizar y planificar sus

actividades.

La obra “Investigación evaluativa de reubicaciones humanas por desastres en

México” de Jesús Manuel Macías (2009), es uno de los principales referentes en torno

al estudio de reubicaciones desde una perspectiva antropológica. En efecto, en este

libro Macías advierte que ante todo, es necesario tener claro que la reubicación

corresponde a una etapa específica dentro del proceso de desastres, ya sea antes (por

anticipación) o después del suceso catastrófico (consecuencia de desastre). Por ello,

se hace necesario dar cuenta de estas múltiples fases que ayudarán a brindar una

mejor comprensión y conceptualización de la noción de reubicación.

Básicamente existen 3 etapas dentro del proceso de desastre: el pre-impacto, el

impacto y el post-impacto. Autores como Barton (1970), Mileti (1975), Drabek (1986) y

Bolin (1983) se han referido a la fase pre-impacto como sinónimo de pre-desastre,

donde se realizan detecciones y se generan alertas y preparativos ante un suceso

desastroso inminente. También esto puede ser entendido como acciones de mitigación.

El momento del impacto es per se, el evento desastroso, alrededor del cual se

organizan estas fases. Y respecto al post-impacto, estos autores lo definen como una

fase de respuesta social en la cual se recibe ayuda y se procede a una restauración y/o

reconstrucción, y recuperación como consecuencia del desastre.

Por su parte, Macías (2009:50) advierte que esta fase de recuperación “no debe

ser vista de manera aislada respecto de los otros momentos del proceso de desastre

(mitigación, preparativos) ya que de otra manera las actividades que se realicen

orientadas hacia la recuperación están ligadas a altos contenidos de falibilidad”.

 

 

35  

Es necesario subrayar que las reubicaciones, no son un fenómeno reciente, ya

que el traslado de personas de un lugar a otro es un hecho muy antiguo en la historia

de la humanidad; muchos territorios alrededor del mundo han sido poblados por la

movilidad de las poblaciones humanas con el objetivo de buscar nuevos asentamientos

más propicios para vivir. También incluyen estos movimientos a los fenómenos

demográficos más conocidos como lo son las migraciones o los reasentamientos

motivados por la búsqueda de recursos. En cuanto a la historia de México, Juan

Manuel Pérez-Zevallos (ibídem: 2009) remonta a las primeras reubicaciones que los

españoles realizaron durante La Colonia, para reordenar y mejor gestionar los

asentamientos indios y hacerlos más controlables y funcionales para la explotación

económica y el consumo. Estos ejemplos son esenciales para poder demostrar que las

políticas actuales de reubicación por desastre reproducen esquemas muy semejantes y

se han inspirado de las estrategias colonialistas.

3.1 Tipos y causas de reubicaciones

Cabe destacar que las causas de las reubicaciones pueden variar, sin embargo, no

deben considerarse como un simple cambio de residencia o mudanza desde el lugar de

origen a otro espacio distinto. La reubicación implica cambios que pueden llevar a las

poblaciones afectadas a mayores niveles de vulnerabilidad. Estos cambios se dan en el

ámbito social, económico, político, cultural e incluso psicológico y se presentan tanto a

nivel individual, familiar e incluso de comunidad (Macías, 2009:43).

Básicamente, podemos encontrar dos tipos de reubicaciones:

a) voluntarias (por colonización o por razones ideológicas)

b) forzosas (por desastres o por proyectos de desarrollo)

Al respecto, Scudder y Colson (1982:287) señalan que:

Las primeras presentan la característica de que se llevan a cabo sin la medida

planeación por la necesidad de que la población afectada pueda recuperarse y

 

 

36  

restablecer sus condiciones de vida para lograr regresar a la “normalidad” en el menor

tiempo posible. En el caso de las relocalizaciones por desarrollo y por desastre se

plantea que uno de los componentes de las mismas será la planeación del nuevo

asentamiento y un paquete de acciones con proyectos y partidas financieras para que la

población desplazada pueda reconstruir su base productiva, dando como resultado que

los afectados se vean beneficiados.

En la misma dirección, Gabriela Vera (2009) propone una serie de 4 categorías

para distinguir tipos diferentes de reubicaciones:

a) Por desarrollo

b) Por desastres

c) Involuntarias

d) Voluntarias

Vera propone una distinción primaria entre desastre y desarrollo, donde

principalmente cuenta el llamado factor expulsor de las antiguas comunidades, que

generalmente tienen secuelas dentro las acciones y prácticas sociales de las personas

reubicadas.

Así, la autora propone que las reubicaciones por desastres son marcadas por la

destrucción (repentina o lenta) de la infraestructura, así como un colapso y

desarticulación de las esferas sociales, económicas y políticas. En cambio, las

reubicaciones por desarrollo surgen de la construcción de obras de infraestructura

como conjuntos de fábricas, autopistas o presas.

Uno de sus principales aportes, reposa en la cuestión de la voluntariedad, como

la otra distinción, que ella señala a partir de las observaciones en campo. Gabriela

Vera indica que al momento de decidir sobre una reubicación por desastre,

generalmente se observa que hay una respuesta inicial dividida por parte de la

población afectada, es decir, que en un primer momento los afectados se muestran

favorables a la reubicación, pero conforme avanza el tiempo, se van acumulando

desacuerdos y tensiones que llegan a culminar en prácticas de resistencia de acuerdo

 

 

37  

con el proceso del reasentamiento. En cambio, en los proyectos por desarrollo, se ha

observado que de manera casi generalizada, hay una oposición por parte de la

población a ser reubicada, aunque se suponga que el estado parte de un plan

previamente establecido, y existe una participación organizada de dependencias y

organismos públicos para atender a los reubicados desde el principio del proceso.

Cabe destacar, que las reubicaciones “involuntarias” han ocurrido desde hace

mucho tiempo, pero recientemente estos procesos se hacen cada vez más recurrentes

ya sea por los proyectos de carácter desarrollista, o bien por los desastres cada vez de

mayor envergadura. Lo anterior nos muestra, que las categorizaciones de Gabriela

Vera, son ante todo mutables e interdependientes, lo cual nos permite entender el

carácter complejo del tema de las reubicaciones, ya que se pueden presentar bajo una

serie de circunstancias variadas, lo cual nos obliga a abordarlas desde distintos

enfoques de análisis.

En este contexto preciso, se hace imprescindible profundizar en los conceptos

teóricos de los miembros de la Red, en cuanto a la caracterización de las

reubicaciones. Uno sus principales representantes, Piers Blaikie (1996), caracteriza en

El entorno social, político y económico de los desastres, los dos tipos de reubicaciones

que se presentan como consecuencia del desastre: las reubicaciones por proyectos

desarrollistas del estado y por consecuencia de un desastre. Hay que destacar, que

ambas definiciones se encuentran y entremezclan, ya que existen casos de

reubicaciones por desastre que han culminado en un proyecto desarrollista, tal como la

reubicación de Nuevo Juan de Grijalva.

3.1.1 Las reubicaciones “por desarrollo”

Las políticas gubernamentales, en su objetivo de reducir los niveles de pobreza

existentes en las comunidades humanas, conciben el desarrollo como la inversión en la

creación de infraestructuras (hidroeléctricas o caminos y puentes), para relanzar la

economía local, mejorar los servicios públicos, así como integrar a los habitantes de la

comunidad a la economía de mercado. De esta manera, las instituciones que realizan

 

 

38  

las reubicaciones buscan garantizar a familias de escasos recursos económicos una

vivienda de tipo “progresivo”, con servicios básicos de drenaje, agua y electricidad.

De tal forma, Walter Fernández considera que:

Las reubicaciones por desarrollo son un desalojo, una manifestación de la lucha por el

control de los recursos naturales entre una minoría poderosa que se respalda en el

interés nacional del desarrollo y el progreso para conseguir objetivos particulares, y una

mayoría desprovista de poder para oponerse. Este desalojo se basa en una legitimación

de los procesos que proclama la igualdad de derechos y acceso a los recursos para

ambas partes, pero que casi nunca se lleva a la práctica, dando como resultado una

distribución desigual de los recursos y un acceso inequitativo a los mismos. (Citado en

García, 2003:62)

3.1.2 Las reubicaciones por desastre

Esta dimensión corresponde a las acciones de reconstrucción como resultado de los

daños humanos y materiales en una comunidad por causa de un fenómeno desastroso

y, por lo tanto, la imposibilidad de reconstruir la infraestructura afectada en el mismo

sitio por razones de riesgo.

Si bien el tema de las reubicaciones humanas, ha sido bastante explicado en la

creación de obras de desarrollo de infraestructuras como las presas, en las

reubicaciones por desastres, la mayoría de ellas, son simplemente reacciones a un

impacto destructor. Por añadidura, este tipo de reubicaciones generalmente son

planeadas con márgenes de tiempo muy limitados y con el compromiso de restablecer

a la población sus condiciones de vida “normales” lo más pronto posible.

Ante este dilema, Macías Medrano (2001) plantea por su parte que:

Las reubicaciones por desastre son acciones traumáticas dado que las relaciones

individuales y colectivas de las personas con sus entornos de vida inmediatos y

mediatos, involucra relaciones emocionales y materiales referidas a las dimensiones

productivas y reproductivas, social y biológicamente hablando. El cambio que implica la

 

 

39  

reubicación generalmente no es buscado sino impuesto por factores o actores externos

y de ahí su naturaleza traumática.

Además, los casos históricos de reubicaciones han mostrado que éstas, han sido

generalmente asimiladas sólo como proyectos de construcción de viviendas, careciendo

de proyectos agregados de desarrollo social. Por su parte, Walter Fernández (1992) y

Michael Cernea (2001) consideran la reubicación como un proceso que culmina en la

práctica de la distribución desigual de los recursos y el acceso inequitativo a los

mismos.

Ahora bien, gran parte de los estudios realizados sobre reubicaciones por

proyectos de desarrollo, no han logrado sus objetivos, no obstante, su planeación y los

programas de desarrollo económico para el restablecimiento del nivel de vida de las

poblaciones. Debido a esta situación, se dieron argumentos y señalamientos de los

efectos que han provocado en las regiones en donde se han llevado a cabo las

reubicaciones, como son la desarticulación de las redes de relaciones de grupo,

modificación en los sistemas de producción, falta de acceso y control de recursos.

También se han hecho patentes los conflictos que enfrentan los reubicados, las fallas

jurídicas en la implementación del proyecto, los problemas que surgen entre los

derechos de los afectados y la agencia o institución encargada del proyecto, los

impactos negativos en el medio ambiente (Campos, 2004:10).

3.2 Casos históricos y consecuencias sociales de las reubicaciones

Scudder y Colson (1982:267-287) proponen un marco conceptual para identificar y

clasificar a las consecuencias sociales de las relocalizaciones involuntarias. Dichos

autores advierten que éstas provocan una serie de “conflictos” en la población

desplazada y caracterizan los efectos como “stress multidimensional”, cuya existencia y

grado de intensidad producen en la población una crisis de identidad sociocultural que

eventualmente puede culminar en una “anomía” social generalizada. Es decir, que la

población relocalizada no genera nuevas estrategias de adaptación que sean

apropiadas para responder a la situación de cambio de carácter compulsivo.

 

 

40  

Los componentes de su marco conceptual son:

a) el fisiológico, que se evidencia por el incremento de la morbilidad y la mortalidad,

b) el psicológico, que se manifiesta por la presencia de los síndromes de “perdida del

hogar” y el de la “ansiedad”,

c) y el componente sociocultural, que deriva del impacto sobre el sistema económico,

político, social y cultural.

Asimismo, nos basaremos en los postulados de Michael Cernea (2001), quien ha

analizado los problemas de empobrecimiento que lleva consigo una inadecuada

planeación en la reubicación de las personas, que tiene como principal consecuencia el

desempleo, lo cual implica una mayor marginalidad, deterioro económico, inseguridad

alimentaria así como la desarticulación de la comunidad al modificar y fragmentar los

vínculos sociales. (Citado en Oliver Smith, 2001). Ciertamente, él considera el proceso

de empobrecimiento como asunto clave para tratar de entender aspectos relacionados

con el éxito o fracaso de las reubicaciones. Consecuentemente, la pauperización de los

habitantes de una reubicación, será entonces un producto o resultante de una

reubicación mal diseñada o ejecutada.

De hecho, existen trabajos académicos que señalan que a lo largo del siglo XX,

muchas reubicaciones, incluso a nivel mundial, no funcionaron, porque se descuidaron

aspectos culturales y de calidad de vida de la población (Robinson; en Oliver Smith,

2001). A decir verdad, son pocos los casos exitosos de reubicaciones registrados a lo

largo de las últimas décadas. En cuanto al contexto mexicano, podemos encontrar

varios estudios de caso de reubicaciones emprendidos por Macías Medrano (2001) en

México, durante la última década. Aún más, podemos citar reubicaciones como la de

Arroyo del Maíz y Tecolotitlán al norte de Veracruz, La Nueva Junta de Arroyo en

Puebla (1999); Tigre Grande y el Escondido en Yucatán (2002), y los casos de

reubicaciones realizadas en diferente momento en el estado de Chiapas.

Los resultados de estos estudios de campo, han mostrado las carencias,

debilidades y críticas que se tienen a este tipo de proyectos, emprendidos por el

 

 

41  

estado, pues al final del camino han sido considerados como fracasos por la

marginación, los altos índices de desempleo y las constantes tensiones entre los

habitantes, aunado a las inversiones millonarias de los proyectos.

Similarmente, desastres como el terremoto de Perú en 1970, en donde Oliver

Smith (2002) realizó un estudio sobre las implicaciones y consecuencias sociales de las

políticas de reubicación, ejemplifican el fracaso en los proyectos de reconstrucción y

reubicación, por la inadecuada asistencia por parte del gobierno, así como la manera

desigual en que se repartieron los fondos financieros. De hecho, una década después

del desastre, había aún una gran dificultad en introducir un modelo de reubicación

adecuado a las necesidades culturales de las personas. Otro problema para los

funcionarios (de ayuda de emergencia), fue la injerencia por intereses comerciales o

públicos de las compañías financiadoras de los proyectos de reconstrucción y

reubicación. Por otro lado, Smith (2002: 86) considera que quienes participan en la

reconstrucción post- desastre, necesitan reconocer que no se tiene por qué volver a

crear "estructuras que reflejen, apoyen y reproduzcan patrones de desigualdad,

dominación y explotación".

Otros proyectos de reubicación fallidos fueron los de Milenio III (1998) y Vida

Mejor III (2005) en la ciudad de Motozintla, Chiapas, por tanto que dichos proyectos

tuvieron básicamente un enfoque ingenieril, lo cual se tradujo en construcciones de

casas inadecuadas para las necesidades socio-culturales de las personas, así como en

asentamientos de alto riesgo y demasiado alejados de los lugares de trabajo de sus

habitantes.

El resultado fue un bajo porcentaje de ocupación, así como un recrudecimiento

de la marginalidad social. De tal suerte, se puede señalar que no son las reubicaciones

el problema fundamental, sino los modelos implantados (Briones, 2009:11). Cernea

(2002), por su parte, al hacer un balance de las relocalizaciones involuntarias,

encuentra que si bien estos programas se consideran necesarios, pues permiten el

desarrollo de un país y los beneficios llegan a un importante número de ciudadanos,

también reconoce que éstos no siempre alcanzan a la población desplazada, antes

bien, los afectados suelen terminar en peores condiciones que las que tenían previo a

 

 

42  

su desplazamiento. Asimismo, el efecto más extendido es el empobrecimiento de la

población afectada, las pérdidas materiales y culturales suelen ser enormes. De ahí,

que sea necesario diseñar medidas adecuadas preventivas y protectoras para que la

distribución de beneficios sea más equitativa, de tal manera que se pueda contrarrestar

a la marginación socio-cultural.

Mientras tanto, Cernea (Macías, 2009:77) plantea la reubicación como un riesgo

potencial de empobrecimiento de la población, consecuencia de las transformaciones

que todo desplazamiento de habitantes implica. Así, el autor identifica una serie de

puntos adversos que se dan en toda reubicación:

a) Los sistemas de producción son desmantelados, dispersión de grupos de parentesco.

Alza del desempleo.

b) Se pierden tierras y bienes, afectando trabajos y sistemas productivos, las actividades

comerciales se deterioran, los niveles de salud tienden a deteriorarse, aumenta la

inseguridad alimentaria y morbilidad.

c) Uno de los principales riesgos de reubicación es el empobrecimiento de los

desplazados, así como la descomposición social, consecuencia del deterioro de sus

relaciones con su trabajo, posesiones, salud y pérdida generalizada a los accesos pre

construidos a todos los servicios.

3.3 Criterios y postulados teóricos para el estudio antropológico de los

reubicados: haciendo frente al modelo ingenieril y racionalista

Como se ha podido corroborar a lo largo de este capítulo, los procesos de reubicación

no son tan eficaces como pretenden ser a la hora de su aplicación, ya que en la

mayoría de los casos, no sólo se presenta un proceso de alienación social, sino

también acarrea una aceleración de la marginalización de la población reasentada. Por

consiguiente, esto nos lleva a cuestionar la naturaleza de los modelos de reubicación,

sobre quienes deben participar para la conformación de estrategias más eficaces y

cómo deberían operar, en caso de que se buscara tomar en cuenta las necesidades

socio-culturales de las personas.

 

 

43  

Según Jesús Macías (2009:79); “un modelo de reubicación debe considerar que

se trata de una acción que debe ser concertada entre los diferentes niveles de gobierno

y la población afectada, las decisiones cruciales, por tanto, son compartidas. Estas

decisiones se refieren a la elección del nuevo sitio, al diseño del proyecto de la

reubicación sobre todo en lo que concierne a los espacios privados y las áreas

públicas”.

Dentro de los múltiples modelos de reubicación, se destacará la propuesta Piers

Blaikie, Terry Cannon, Ian David y Ben Wisner (1996), quienes a partir de los casos de

estudio sobre reubicación de Oliver Smith (1986) y De Waal (1989), logran establecer

una serie de principios para la gestión de la fase post-desastre. Esta propuesta propone

que cada modelo de reubicación debería estar sujeto a un contexto específico, por lo

que cada proyecto de reubicación tiene que ser adaptado a los esquemas culturales,

ecológicos y económicos.

De esta manera, los siguientes postulados presuponen la manera idónea de

cómo gestionar una situación post desastre. Los más importantes serían los siguientes:

3.3.1 Cuidado con la explotación comercial

Las firmas comerciales nacionales e internacionales, que a veces trabajan en

conveniente sociedad con agencias de socorro, son muy activas en situaciones de

reconstrucción. Esas compañías pueden ejercer presiones sobre comunidades locales

o incluso gobiernos, y eso puede dar como resultado soluciones inútiles, culturalmente

inapropiadas que no regeneran la economía local deteriorada.

3.3.2 Equilibrar reforma y conservación

En la planificación de la reconstrucción siempre existe la necesidad de que la reforma

introduzca medidas de mitigación, así como cambios sociales, políticos y económicos

para reducir la desigualdad y la vulnerabilidad. Pero, también hay una necesidad

paralela de continuidad con el pasado.

 

 

44  

Ante esta serie de planteamientos y contribuciones de los autores antes

abordados, se hace necesario cuestionar los actuales proyectos de reubicación, ya que

gran parte de ellos, han sido resultados de políticas territoriales deficientes y suponen

procesos sociales delicados. Asimismo, se deben explorar soluciones alternativas,

evitando la reubicación porque implica un gran trauma social a sus habitantes,

desencadenando una serie de consecuencias socio-culturales que en muchos casos

culminan en un proceso de fragmentación y marginación social ( Barrios,2000).

3.3.3 Los reubicados

Una de las etapas determinantes dentro del periodo de la reubicación por desastre, está

compuesta por los planes de reconstrucción, lo cual generalmente se traduce en la

llegada de inversiones en cuanto a los proyectos para la población afectada. La

presencia de funcionarios e inversionistas, a menudo ha causado distinta clase de

tensiones6, muchas de ellas irreconciliables, afectando la reubicación de las víctimas.

Así pues, con base en lo anterior, creemos que es necesario incorporar a los

reubicados, es decir, tomar en cuenta sus necesidades culturales, así como sus

estrategias solidarias que mitigan las dificultades de recuperación post-desastre, las

cuales pueden traducirse en un proceso de reubicación menos agobiante.

Ahora bien, en cuanto al problema de la vivienda ubicado en la fase de

recuperación, Quarantelli (en Macías, 2009) expuso que generalmente los damnificados

sufren esta fase a través de 4 estadíos: albergue de emergencia, albergue temporal,

vivienda temporal y vivienda permanente. Sin embargo, la investigación social en estas

fases es aún bastante limitada y reciente en México, ya que el terremoto que azotó la

Ciudad de México (1985) y el desastre de Guadalajara (1992), son las referencias más

concretas en cuanto al proceso de reconstrucción, (socialmente hablando).

No obstante, contamos con el modelo de análisis de recuperación de desastres

de Bolin y Borton (1986), basado en el estudio de la familia, el cual será de gran utilidad

                                                                                                                         6Originadas  por  el  discurso  colonialista  de  imposición  de  modelos  de  reubicación  básicamente  ingenieriles    

 

 

45  

para los fines de este trabajo7, pues conciben a la familia como una unidad “abierta”. De

igual forma, argumentan que el impacto de un desastre sobre una familia conduce a

ésta a situarse a un nivel de “comunidad”, requiriendo así la asistencia de agentes

externos para la adquisición de recursos materiales, sociales así como psicológicos.

Ahora bien, según Macías, Marshall8 y otros investigadores advierten que, las

familias reubicadas, generalmente obtienen recursos a través de una compleja red de

“sistemas” de apoyo, que incluyen desde agencias federales del gobierno, relaciones de

vecindad, hasta el soporte de algunas ONG´s. De igual forma, hay que destacar otras

formas en las cuales las familias interactúan con sus sistemas de parentesco, tales

como las redes de apoyo (conjunto de personas o familias de las que dependen en

crisis). Este concepto ha tenido gran importancia entre autores como Kahn y Antolucci

(1998), quienes identifican tres elementos en el apoyo social: afecto, afirmación y

ayuda.

Los estudios de Bolin y Bolton (en Macías Medrano, 2009:62) han demostrado

que:

En las culturas con fuertes sistemas de parentesco la función del parentesco extenso es

la de un “proporcionador” primario de ayuda material y emocional y promueve la

recuperación familiar. En cambio, las sociedades que enfatizan menos las relaciones de

parentesco, se ha demostrado que las redes de apoyo dan importante apoyo de carácter

afectiva mitigando así los efectos del trauma del desastre”

Estos postulados de Bolin y Bolton son esenciales para la presente

investigación, ya que sirven de respaldo para recalcar la importancia de abordar a las

familias como base de análisis para el estudio de los desastres y las reubicaciones,

pues la vida en albergues temporales, la muerte, la separación durante la evacuación

                                                                                                                         7La  familia  como  unidad  de  análisis  en  esta  investigación.  Ver  apartado  metodológico  en  donde  se  detallan  dichos  

postulados.  

8Ver  apartado  metodológico  

 

 

46  

de familiares o personas cercanas, son formas de ruptura de las redes de apoyo que

afectan de manera casi irreparable a las víctimas. De igual forma, estos autores indican

que en cuanto suceden estos traumas y presiones sociales:

Las reubicaciones y sus ejecutores rompen los patrones rompen los patrones del

vecindario, las redes de apoyo social y el entorno espacial conocido y ello complica los

niveles de estrés que experimentan las víctimas. Dado que los fenómenos de

evacuación, vivienda temporal y de reubicación son factores de estrés a largo plazo,

pueden producir también desordenes de estrés crónicos o retrasarlos entre las víctimas

(Bolin y Bolton; citado en Macías Medrano, 2009:63).

3.4 La reubicación empresarial e institucional o las necesarias propuestas y

advertencias de los investigadores sociales

Es necesario resaltar, que tomando en cuenta la gestión caótica y empresarial de las

reubicaciones en México, los afectados difícilmente logran superar las consecuencias

de un desastre décadas después. Por lo tanto, es necesario seguir realizando estudios

en este campo de investigación, sumando un enfoque necesariamente antropológico,

pues si no se toman en cuenta todos los temas previamente abordados, hay pocas

probabilidades que veamos reubicaciones exitosas, aún con los “mejores” proyectos

ingenieriles.

Según Coburn (en Macías, 2009), hay 3 factores cruciales para el éxito o fracaso

de los proyectos de asentamientos:

a) el ambiente físico del nuevo asentamiento;

b) las relaciones hacia el viejo asentamiento;

c) las capacidades de la nueva comunidad para lograr su autodesarrollo.

Sin embargo, pienso que es necesario tomar otros aspectos como el sitio de la

construcción o la estructura de la vivienda. Aún más, es esencial que se empiece a

evaluar una reubicación en cuanto a proyectos a largo plazo, y con un cierto

 

 

47  

seguimiento hacia los sistemas de producción social y económica, tomando en cuenta

las necesidades socio-culturales de las personas, así como el conocimiento y

experiencia que tienen de su entorno.

Por tales razones, ha habido un sinfín de casos de reubicaciones fallidos. En

consecuencia, asistimos cada vez más a reubicaciones forzadas cargadas de tensión

entre la población y las autoridades, ya que crece la resistencia a este tipo de

estrategias, porque la reubicación implicará un periodo muy largo de inestabilidad.

Partridge (1989: 376) señala de manera muy acertada que “desde la perspectiva de las

personas reemplazadas, el reasentamiento forzoso es siempre un desastre”.

A su vez, es necesario abordar aspectos que no siempre son tomados en cuenta,

cuando se hacen críticas a proyectos de reubicaciones: me refiero a la parte de carácter

contable. Si bien la temática de la gestión financiera e institucional, no siempre ha sido

del interés del antropólogo, es importante caracterizar las distintas instituciones, tanto

gubernamentales como voluntarias, ya que el investigador social tiene que interactuar

con estas entidades para poder abarcar una mirada holística de las problemáticas en

torno a las reubicaciones humanas. Igualmente, si se quieren generar aportes para la

mejora de proyectos de reubicación, en donde se pueda considerar la cuestión socio-

cultural, es necesario que el antropólogo ceda y trate de generar un diálogo común con

la parte institucional del estudio de los desastres.

De tal forma, en la Investigación Evaluativa de Reubicaciones Humanas por

desastres en México de Macías (2009), se puede encontrar una gran parte dedicada a

la caracterización, así como a la manera en que operan estas instituciones y se

relacionan entre ellas o con el resto de la población. Cabe agregar que, esta obra ha

sido uno de las bases informativas para esta investigación.

En México, la Secretaria de Desarrollo Social (Sedesol) ejerce un papel

importante en cuanto a programas de desarrollo social tras un desastre. Esta institución

es de carácter federal y es asumida a través de programas derivados de las acciones

(en el anexo VII de las reglas de operación) del Fondo de Desastres Naturales

(Fonden). Dichas acciones, están dirigidas a “acciones de atención a la vivienda” así

como la “etapa de emergencia”. De éstas, convergen acciones de atención inmediata,

 

 

48  

de reconstrucción, que comprende la reparación de daños menores y parciales; la

reconstrucción en el mismo sitio en caso de pérdida total; y la reubicación y

construcción, en donde las viviendas han sufrido daños y se encuentran en zonas de

riesgo, tal como lo estipula el Anexo VII, Reglas de Operación del Fonden.

En efecto, es importante saber que las acciones coordinadas por Sedesol son

determinadas en primera instancia por las normas de operación del Fonden. En cuanto

a las acciones de Sedesol (en la fase de recuperación), éstas están regidas por las

normas del Sistema Nacional de Protección Civil. Por el resto, considero imprescindible

dar cuenta de la importancia de la existencia de distintos subprogramas que se generan

al interior de estas dependencias, y que en cierto modo, esquematizan los distintos

niveles de comunicación e intervención: funcionarios públicos del gobierno, víctimas de

los desastres y entidades o empresas ejecutoras y asociadas.

3.5 A manera de recapitulación

En este proceso de caracterización de las reubicaciones por desastre, se han expuesto

ciertos postulados, así como opiniones que apuntan y respaldan la consolidación de

una crítica constructiva, que permita dar cuenta de las debilidades de las reubicaciones

ocurridas en los últimos años en México, así como el cuestionamiento de los actuales

proyectos de reubicación, como es el caso de Nuevo Juan de Grijalva. Con la iniciativa

de Macías (2009) y distintos especialistas del área, tales como Cernea, Smith, Scudder,

entre otros, se busca llegar, no sólo a la constitución de un modelo teórico que explique

los procesos de reubicación, sino a la construcción de un diálogo basado en

experiencias pasadas que sirvan como ejemplos para identificar aquellas fallas que

puedan ser evitadas en un futuro.

De tal forma, estos autores plantean que dentro de este enfoque que se quiere

resolutivo, es necesario empezar por considerar a la reubicación como la imposición de

un cambio y que no se puede sólo limitar a un simple cambio de vivienda. Ciertamente,

la idea de reubicación debe ser concebida como abarcadora de estados y procesos

sociales ligados al grupo de afectados. Estos señalamientos son una crítica a la manera

 

 

49  

en que se han gestionado las reubicaciones, reduciéndolas a simples proyectos de

vivienda, carentes de proyectos de desarrollo social y comunitario. En efecto, en un

modelo de reubicación, las decisiones deben ser compartidas entre autoridades

(gobierno) y la población afectada. Por añadidura, la presente investigación pretende

respaldarse en estos presupuestos para poder realizar una crítica al modelo de

reubicación empleado para Nuevo Juan de Grijalva.

A manera de recapitulación, Macías (2009) ha propuesto este modelo de

reubicación por desastre post-impacto, basado en 3 dimensiones operacionales:

a) condiciones de vida del grupo o grupos afectos por un desastre, así como las

condiciones del lugar de reubicación;

b) actores participantes en el proceso: gobierno (federal, estatal y municipal), y la

población afectada (damnificados, comunidad); y

c) los procedimientos y acciones durante el proceso de reubicación.

Por lo tanto, se puede señalar que el tipo de reubicación que se decida emplear,

será determinante en el éxito o fracaso de un proyecto de este género. De ahí, la

importancia de enfatizar en la revisión y estudio de casos anteriores, así como en el

aspecto socio-cultural, presidido por la antropología de los desastres, dimensión

privilegiada para la contribución de un manejo más conciliador y la escucha de las

poblaciones afectadas. Sin embargo, considero que en el estudio de las reubicaciones,

no sólo nos debemos limitar a la crítica o propuestas enfatizadas en las necesidades

socio-culturales de los afectados, sino que debemos demostrar y persuadir que la

reubicación no es una alternativa viable a largo plazo, por los traumas sociales que deja

en la población, así como los fracasos económicos que a la larga cobran factura.

 

 

50  

CAPÍTULO II Modernidad y neoliberalismo: entre la marginalidad y el shock

Introducción

Este segundo apartado teórico es un diálogo entre aquellos autores que atienden a las

consecuencias socio-culturales y económicas de las reubicaciones, es decir, la

marginalidad, y sus factores desencadenantes: la precariedad, la violencia estructural,

aunque también las redes de solidaridad y sobrevivencia (Lomnitz (1975), Bourdieu

(1999), Zibechi (1999; 2010), Klein (2007), Giménez (1994), Curran (1998). Cabe

destacar que en esta sección discutiremos conceptos tales como: neoliberalismo,

consumo, medios de comunicación y la doctrina del shock, términos tan

interrelacionados como característicos del discurso de la modernidad, del cual se

fundamentan las políticas de reubicación de Nuevo Juan de Grijalva.

Ahora bien, en la primera sección mostraremos un estudio de caso (Larissa

Lomnitz, 1975) sobre los marginados y sus estrategias de solidaridad para sobrevivir en

una barricada de la Ciudad de México. Asimismo, exponemos distintos postulados de

Zibechi, en donde caracterizamos los factores desencadenantes de la marginalidad, es

decir, el desempleo, la pobreza, la violencia estructural y la crisis familiar.

En este contexto preciso, enfatizamos en algunas de las causas que alimentan

la marginalidad e imposibilitan el desarrollo de las redes de solidaridad: las estrategias

de control social del Estado en Nuevo Juan de Grijalva, así como las prácticas de

consumo y la gran influencia de los medios de comunicación en la población.

Esto nos lleva a caracterizar al modelo neoliberal y la modernidad, exponiendo

algunos casos históricos de programas de desarrollo aplicados en Chiapas. A su vez,

también indagaremos en la doctrina del shock: teoría social que dicta que los gobiernos

se sirven de desastres naturales o crisis sociales para implantar políticas impopulares

en una población en shock por dichas crisis, situación que describe perfectamente la

reubicación de Nuevo Juan de Grijalva.

 

 

51  

1.Marginalidad y solidaridad

Si bien la temática de la marginalidad (y sus estrategias sociales) no pertenece

específicamente al entramado teórico de los estudios sociales sobre desastres y

reubicaciones, la presente investigación considera imprescindible abordar dicha

temática, pues los desastres y reubicaciones implican consecuencias social y

económicamente traumáticas.

En este tenor, nos apoyamos en la obra de Larissa Adler de Lomnitz (1975), a

fin de indagar y caracterizar la manera en que operan los marginados para sobrevivir

ante la precariedad económica y la exclusión social, situaciones presentes en Nuevo

Juan de Grijalva.

La obra de la mencionada autora, es un estudio antropológico en una barriada de

la Ciudad de México, cuyo objetivo se remite a los mecanismos de supervivencia de los

pobres, que habitan las zonas más desheredadas de distintos países de América

Latina. De manera particular, la autora señala ante todo, que los mecanismos de

supervivencia de los marginados comportan la totalidad de su sistema de relaciones

sociales, y que la marginalidad se concibe como un proceso caracterizado por la

desvinculación de la población respecto al sistema económico industrial, urbano y

próspero. Igualmente afirma que las características básicas del marginado son: la falta

de seguridad social y económica. Por tales razones, enfatiza que la marginación no se

puede medir solamente en términos de ingresos económicos o en la ubicación, sino que

implica un análisis a profundidad de las estructuras sociales de los grupos marginales.

Específicamente, Larissa Lomnitz analiza una barriada de la Ciudad de México

(Cerrada del Cóndor), zona extremadamente marginal en donde la autora pasó varios

años no sólo dando cuenta de la exclusión, sino también de las estrategias que hacen

posible la supervivencia. A decir verdad, su argumento fundamental reside en que las

redes de intercambio recíproco, a través de las agrupaciones por parentesco y vecindad

conforman el mecanismo de supervivencia básico de los marginados. Lomnitz

(1975:26) resume claramente lo antes señalado:

 

 

52  

La función económica de la red de intercambio se limita a producir seguridad: es un

mecanismo de emergencia, necesario porque ni el intercambio de mercado ni la

distribución de recursos a nivel nacional garantizan la supervivencia de los marginados.

Por lo demás, la red de intercambio utiliza plenamente uno de los pocos recursos que

posee el marginado: sus recursos sociales

Ahora bien, la autora propone que la reciprocidad entre pobladores marginales,

depende básicamente de dos factores que favorecen el intercambio: la cercanía física y

la confianza. La cercanía física tiene una importancia de gran relevancia ya que a

mayor vecindad, hay más posibilidades de interacción social, y por lo tanto de

intercambio; mientras que la confianza se basa en la capacidad de entablar una

relación de intercambio recíproco, así como en la voluntad de cumplir con las

obligaciones implícitas de dicha relación. De hecho, la confianza se da en mayor grado

entre iguales, y fundamenta la reciprocidad simétrica.

Sin embargo, es necesario recalcar que las redes de intercambio recíproco y la

desvinculación del sistema económico industrial, no contribuyen a la prosperidad social,

económica, así como a la posibilidad de movilidad social del marginado, ya que sus

opciones son limitadas al contar con el apoyo de amigos o familiares que tiene su

misma situación marginal. Además, se puede advertir que las mismas tácticas de

sobrevivencia de este sector social también confirman y alimenta la desigualdad

económica, social y política en los países latinoamericanos.

Por otra parte, retomamos los postulados de Raul Zibechi (1999)9, quien en sus

estudios ha abordado de forma sobresaliente la precariedad y marginalidad entre los

trabajadores y desempleados, así como los factores y consecuencias que influyen en la

descomposición de las redes familiares.

Si bien Lomnitz (1975) advierte que desprenderse de las instituciones no es la

solución de los marginales para su sobrevivencia, Zibechi (1999) señala que el precario

debe apostar por sus propios recursos, pues su desconfianza del Estado y, por tanto de

                                                                                                                         9  Escritor,  periodista  e  investigador  social  uruguayo  en  Movimientos  Sociales  en  América  Latina  

 

 

53  

la política, impide su proceso de liberación. Sin embargo, tanto Zibechi como Lomnitz

coinciden en apostar por la solidaridad y la necesidad de mantener redes de apoyo

como soluciones ante las amenazas de las dinámicas hegemónicas del Estado.

Así, desde la visión de Zibechi, exponemos las consecuencias de las políticas

económicas del libre mercado en el empleo y la desocupación:

Para los trabajadores, las consecuencias son negativas en todos los casos: disminución

de los ingresos y empeoramiento de las condiciones de trabajo, división y diferenciación

entre trabajadores, ya que unos les va bien como “patrones” y otros naufragan. […]

Desde el punto de vista ideológico, tiende a perderse la solidaridad (Zibechi, 1999:26).

Si bien dichas políticas producen la precariedad y amenazan en su momento la

solidaridad comunitaria, suponemos que es en este punto crucial de marginalidad en

donde se empiezan a conformar las redes de sobrevivencia entre las personas. En este

sentido, Zibechi (1999:26) advierte que el potencial transformador de los marginales

reside en su capacidad de creación de redes y organizaciones solidarias, como

cooperativas independientes, mutuales autónomas, con sus redes asentadas en la

participación y en valores opuestos al del libre mercado.

Un ejemplo claro es un estudio realizado por Zibechi (2003) en El Alto (Bolivia),

ciudad vecina a La Paz, constituida básicamente por poblaciones de indígenas aymaras

procedentes del campo, que llegaron a la capital en busca de mejores condiciones de

vida. Con el tiempo, El Alto se convirtió en una ciudad-barricada marginal de más de

medio millón de personas, y se consolidó como una de los principales núcleos rebeldes

de Bolivia, a partir del auge del neoliberalismo en los años 90. Zibechi define a El Alto

como una ciudad muy precaria, pobre, con altísimos índices de desempleo, en donde

muchos de sus habitantes no tienen acceso a agua potable, servicio eléctrico, servicios

de salud, vivienda y educación.

Como consecuencia de tal marginalidad, el autor explica que sus habitantes se

organizaron para poder sobrevivir. De tal forma, surgieron una serie de agrupaciones de

microempresas y trabajadores que trabajan por cuenta propia y de forma comunitaria.

 

 

54  

Igualmente, las familias crearon juntas vecinales en las que se realizan asambleas

semanales y mensuales en las que discuten los problemas de su barrio. Para Zibechi

(2003), estas acciones son “parte de un proceso de auto organización social para

debatir y buscar resolver las necesidades básicas de la ciudad (educación, campos

recreativos, agua, atención de salud)”.

De forma similar, los habitantes también han creado movimientos de

contestación y movilización a través de sistemas de rotación o turnos, como durante la

llamada “Guerra del Agua” originada en Cochabamba en 2003 o las movilizaciones

aymaras en 2000. Zibechi nos ejemplifica que a través de un ancestral sistema de

turnos, surgido en comunidades rurales, los asambleístas generalmente se movilizan

asegurando de manera simultánea bloqueos de calles, la alimentación de los

manifestantes y el mantenimiento de la acción callejera. Dicho sistema permite la

rotación por zonas, comunidades y familias, permitiendo que mientras unos participen,

otros descansen y vivan su cotidianidad, permitiendo la durabilidad a largo plazo de las

movilizaciones.

Ciertamente, Zibechi (1999:31) considera a las redes comunales creadas en

zonas marginales, como “una suerte de extensión natural de la comunidad rural y la

forma de organización que asegura la sobrevivencia en un medio hostil”. Y de forma

similar, resalta que:

La forma de movilización y acción de esas bases echa luz sobre lo que realmente es y

significa este entramado social. Esto supone acercar la mirada a estas llamadas micro-

estructuras de movilización barrial, ya que es durante esa movilización cuando se

despliegan las potencias y se hacen visibles aspectos que aparecen ocultos o

sumergidos en la cotidianeidad (Zibechi, 2003).

En suma, este estudio de caso da cuenta no sólo de la importancia de las redes

de solidaridad, sino también su capacidad de mantener la acción social y transformarla

ante decisiones o acciones10 que ellos consideran hostiles o represivas.                                                                                                                          

10Generalmente  de  empresas  o    del  Estado.  

 

 

55  

De hecho, el investigador uruguayo (2010) retoma el concepto de economía

solidaria11 de Razeto Luis12, ligado a la marginalidad urbana. Dicho autor investigó

durante la década de los 80´s cómo sobrevivía la gente en los barrios populares de

Santiago, en medio de un desempleo crónico. De tal suerte que, el economista chileno

(Razeto; en Zibechi, 2010:42) observó “las prácticas económicas diferentes a las

hegemónicas, basadas en valores y racionalidades como la donación, la cooperación y

la frugalidad” que no forman parte de los postulados neoliberales.

Razeto se enfocó en investigar y dar cuenta de las estrategias que hacen

posible, no sólo la conversión de la economía de mercado a la economía solidaria13,

también la puesta en práctica entre los grupos marginales. A esto, Zibechi (2010:46)

añade que la economía solidaria “nació en la resistencia a las políticas de reajuste

estructural del neoliberalismo, creció y se fue expandiendo en la búsqueda paralela de

un hacer que no se reprodujera el capitalismo”. No obstante, hay que señalar que

dichas prácticas de solidaridad no resuelven la situación de marginalidad entre las

personas, sino que simplemente son un modo de encarar la cotidianidad en condiciones

sociales menos alienantes.

Cabe aclarar, que hemos retomado los postulados de los autores antes

mencionados, a fin de indagar y exponer las estrategias que los reubicados en Nuevo

Juan de Grijalva han conducido ante su condición actual de marginalidad.

2. Factores desencadenantes de la marginalidad o el desastre social

Pese a la creación de redes de solidaridad y organizaciones comunitarias ante la

precariedad y la marginalidad socio-económica, Zibechi alerta sobre la descomposición

social entre las familias, efecto de la marginalidad, en gran parte debida a la

precariedad laboral y el desempleo.

                                                                                                                         

11Concepto  con  más  de  dos  siglos  de  historia,  aunque  muy  reciente  en  América  Latina  (años  80).  

12Socio  economista    chileno.  

13Término  acuñado  por  Razeto  .  

 

 

56  

En sus palabras, el autor menciona:

Los desempleados terminan “olvidando toda perspectiva de trabajo y terminan

engrosando las filas de la delincuencia o quedan sometidos a formas autodestructivas

de existencia (desde el aumento de suicidios, hasta el alcoholismo, la violencia sexual y

doméstica, etc.). En suma, se puede hablar de descomposición social, fenómeno más

destructivo que el simple y real aumento de la explotación económica, ya que afecta la

identidad (1999:29).

Autores como Bourdieu (1999:121) indican que la marginalidad se refleja y “se

hace especialmente visible en el caso de los desempleados: la desestructuración de la

existencia, privada, entre otras cosas, de unas estructuras temporales, y la degradación

de las relaciones con el mundo, el tiempo y el espacio que provoca”. De hecho, este

investigador menciona que quienes padecen del desempleo o la precariedad laboral

resultan afectados en su capacidad de proyectarse en el futuro (incertidumbre), dejando

a un lado la fe y la esperanza en el porvenir, aspectos necesarios para la movilización

contra el presente.

Asimismo, Zibechi (1999:36) concuerda con Bourdieu (1999) advirtiendo que la

perdida de trabajo repercute en la “valoración personal, familiar y social”, pues la

sensación de marginalidad conlleva generalmente a un sentimiento de derrota social,

sobre todo entre los hombres, generalmente cabezas de familia. A su vez, dicha

situación genera comportamientos violentos que son “trasladados” al entorno familiar

(mujer, hijos). Por ejemplo, en muchos casos el desempleado se ve forzado a emigrar

de su barrio o ciudad, separándose de sus familias y reconfigurando los esquemas de

organización familiar (madres solas a la cabeza de la familia). Similarmente, el autor

menciona que el desarraigo forzado, así como la falta de espacios públicos de

convivencia “se resumen en una profundización del aislamiento social de las personas

debilitando lo que fuera en otra época un intenso flujo de interacción social” (ibídem:

37).

Por su parte, Saraví (2010) sostiene que la marginalidad es multidimensional y

procesual, además, implica una fragilización de los lazos sociales. Adviértase que, sus

 

 

57  

factores desencadenantes (pobreza, el desempleo, la precariedad laboral) acentúan de

forma progresiva la sensación de exclusión entre la comunidad, llevándola a una mayor

desinserción y fragmentación social, causando la pérdida de solidaridad social, la

dilución de sentimientos de empatía, la desaparición del reconocimiento mutuo, ente

otros.

Sin duda alguna, uno de los grandes aportes de Bourdieu (1999:124) es exponer

que el desempleo y la precariedad laboral no son producto de crisis económicas

mundiales, sino de una falta de voluntad política, “que sólo puede instaurarse con la

complicidad activa o pasiva de los poderes directamente políticos”. De igual forma, el

autor francés menciona que las empresas “flexibles”14, anteponen su seguridad

económica a la seguridad laboral del trabajador, muchas veces víctima de violencia

estructural, es decir, la angustia permanente de perder el trabajo, y origen de depresión,

suicidios, alza de la delincuencia, alcoholismo, y violencia cotidiana.15 En pocas

palabras, Bourdieu lamenta que las políticas neoliberales no consideren, ni evalúen lo

que él denomina costos sociales:

Sería preciso que todas las fuerzas sociales críticas insistieran en la incorporación a los

cálculos económicos de los costes sociales de las decisiones económicas: ¿qué costará

eso a largo plazo en despilfarros, sufrimientos, enfermedades, suicidios, alcoholismo,

consumo de drogas, violencia familiar, etc. cosas todas ellas que cuestan muy caro en

dinero, pero también en sufrimiento? (1999:57).

En suma, el autor concluye que el paro aísla, atomiza, individualiza desmoviliza,

insolidariza y engendra angustia, desmoralización y conformismo, y alerta que ante la

                                                                                                                         14Eufemismo   acuñado   a   toda   empresa   que   ejecuta   planes   de   saneamiento   económico   (ahorro   de   costos)     en  

detrimento   de   los   trabajadores   a   través   de  medidas   perjudiciales   (recortes   de   personal,   horas   extras   sin   pago,  

explotación,  etc.)    (Bourdieu,1999).  

15Tanto  Bourdieu   como   Zibechi   coinciden   en   las   consecuencias   de   la  marginalidad,   producto   del   desempleo   y   la  

precariedad  laboral.  

 

 

58  

violencia estructural “todo el universo de la producción, material y cultural, público y

privado, es llevado de ese modo a un amplio proceso de marginalidad” (ibídem: 125).

3. Consumo y medios de comunicación: introduciendo el control social y el neoliberalismo

En el presente apartado, nos interesa dar cuenta de la gran importancia y del rol que

ejercen los medios de comunicación y el consumo como factores de control social.

Para Fossaert (en Giménez, 1994), el consumo es un elemento de

transformación social y, por lo tanto, no se le debe reducir a su dimensión económica.

De este modo, Zibechi (1999:51-52), establece que:

La revolución consumista (uno de los grandes valores hegemónicos del neoliberalismo)

ha modificado radicalmente las formas de vida y la vida cotidiana […] El consumo diluye

identidades y debilita los lazos comunitarios. De esa forma remodela los

comportamientos y agudiza la crisis de identificación, ya que el consumo, por sí mismo,

no puede hacerse cargo de la crisis de los apuntalamientos particulares (familia,

residencia, trabajo) y los profundiza.

Por lo tanto, señalamos que los cambios en los patrones de consumo16 implican

grandes consecuencias en todas las dimensiones de la vida social, además

subrayamos la gran influencia que ejercen los medios de comunicación, que junto con

el consumo “son una de las principales formas de control social” (1999:52). Para

Zibechi, uno de los principales instrumentos de control social es el marketing, y advierte

de las nuevas formas de control17 “a cielo abierto”, es decir, a través de los medios de

comunicación, campañas publicitarias, fundaciones o contratos engañosos y

desventajosos llevan a las personas a endeudarse.

                                                                                                                         16En  este  caso,  el  cambio  fue  de  una  organización  comunitaria  rural  al  consumo  del  libre  mercado  

17   El   autor   plantea   que   tradicionalmente   el   control   social   se   resumía  muchas   veces   en   espacios   físicos   cerrados  

(familia,  fábricas,  hospitales,  cárceles)  

 

 

59  

De igual forma, retomamos algunos de los postulados surgidos del Centro de

Estudios Culturales de la escuela de Birmingham en el marco de los Estudios

Culturales. Así, exponemos que dentro de la sociología de medios de comunicación se

han opuesto básicamente dos tradiciones: la liberal y la radical. En esta línea, Curran

(1998:195) resume:

Mientras la tradición radical clásica ve a los medios de difusión como organismos que

“retuercen la realidad” y crean una toma de conciencia engañosa, la tradición liberal

asume la existencia de un grado mucho más elevado de afinidad entre los medios de

difusión, la realidad y el público. Aceptan que los medios de difusión reflejan, antes que

forman, la sociedad.

En efecto, la llamada corriente liberalista representa a los medios de

comunicación como reflejo del consenso, lo cual se opone a la visión radical, en donde

los medios de difusión promueven el consenso para el orden social, “maquillando” la

naturaleza y la dinámica del poder.

Ahora bien, presentamos tres ejes de la visión radical. La primera

perspectiva del funcionalismo radical señala que las políticas de los medios de

comunicación (vínculos con el Estado, propiedad de empresas corporativas)

predisponen a los medios de difusión a servir a los intereses dominantes (Murdock y

Golding; en Curran, Morley y Walkerdine, 1998). El otro eje cultural-estructuralista del

funcionalismo radical concibe a los medios como configurados por la cultura dominante,

así como por las estructuras de poder de la sociedad (Hall; 1986 en Curran, Morley y

Walkerdine, 1998:203). Por su parte, el tercer eje plantea que las estructuras de control

dentro de las organizaciones de los medios de comunicación están engranadas con los

de la sociedad (Herman y Chomsky; 1988 en Curran, Morley y Walkerdine, 1998). En

todo caso, Curran señala que las tres perspectivas comparten la misma posición: los

medios de difusión tienden a ser portavoces de las fuerzas sociales dominantes de la

sociedad.

 

 

60  

Asimismo, sostenemos que la visión radical muestra a los medios de

comunicación como organismos de control. Por su parte, Curran (1998:218) menciona

que dichas estructuras “funcionan de arriba abajo, como instituciones subordinadas al

poder establecido y que sirven a sus intereses”.

En este tenor, presentamos algunas de las llamadas presiones que “tiran” de

los medios de comunicación, hacia los grupos dominantes de la sociedad. Destacamos

la propiedad corporativa (medios en manos de grandes corporaciones), es decir, el

poder que ejerce la propiedad para influir en asuntos nacionales, el fomento de políticas

que favorecen las empresas. Otro aspecto es la concentración de monopolios.

En otras palabras, lo que Curran señala es que “los medios de comunicación

están sujetos a influencias sistemáticas que socavan sus pretensiones de

independencia y neutralidad, y su mediación desinteresada en los discursos colectivos

de la sociedad” (ibídem: 219). En efecto, los argumentos de Curran encajan

perfectamente en la realidad de los medios de comunicación mexicanos, ya que el

duopolio televiso (Televisa y TV Azteca) y la telefonía celular, se consolidan como el

portavoz del proyecto modernizador del Estado.

Asimismo, se ha demostrado que el poder de los medios es utilizado a favor

del poder estatal para influir en el clima de opinión o en los temas políticos.

Similarmente, Bourdieu (1999:97) quien ha realizado distintos estudios sobre los

medios de comunicación (televisión y prensa), advierte que los medios de comunicación

“producen e imponen una visión extremadamente especial del campo político que nace

de la estructura del campo periodístico y los intereses específicos de los periodistas que

en él se forman”. En suma, el autor alerta de la falta de objetividad o la manipulación

mediática, así como la constante visión despolitizada y demagógica del mundo,

consecuencia de presiones comerciales. Un ejemplo claro, es el actual movimiento

masivo estudiantil #Yo Soy 132, cuya principal demanda es la democratización de los

medios de comunicación. En efecto, actualmente se le acusa a Televisa18 de manipular

la información a favor de uno de los candidatos a la presidencia de México. A principios

                                                                                                                         18Cadena  de  televisión  y  entretenimiento  mexicana    más  grande  y  poderosa  de  Latinoamérica  

 

 

61  

de junio de 2012, The Guardian19 y Wikileaks, confirmaron que dicha televisora recibió

una importante suma de dinero para favorecer mediáticamente al candidato del PRI20,

mientras que la televisora negó rotundamente cierta noticia.

Si bien la presente investigación se apoya sobre todo en los postulados

radicales, no excluimos algunos presupuestos liberales, los cuales dictan que los

medios “no sólo promueven un sentimiento común (nosotros), sino que también

favorecen a la integración dentro del orden normativo y de valores morales de la

sociedad, dentro de sus sentido de lo correcto e incorrecto”. (Ericson; en Curran, Morley

y Walkerdine: 201). Aquí, lo que Ericson plantea es que el fin último de los medios de

comunicación es unir, y afirmar una identidad común, es decir, buscan que la sociedad

se vea de una forma idealizada. En el caso de la reubicación de Nuevo Juan de

Grijalva, los medios de comunicación tuvieron una influencia enorme, pues recordamos

que TV Azteca21 fue uno de los principales financiadores de la construcción de la

Ciudad Rural, cuya finalidad fue la concentración de diferentes comunidades para

integrarlas al actual proyecto del Estado mexicano, a través de un esquema (social,

económico y cultural) unificador y homogéneo.

4. Neoliberalismo y la Doctrina del Shock

Hasta aquí, hemos dado cuenta de la gran influencia de los medios de comunicación y

la capacidad coercitiva que estos ejercen en el mercado de consumo. Todo pareciera

indicar que a pesar de las redes solidarias de sobrevivencia, no hay una oposición

posible a la visión neoliberal dentro de los círculos marginales.

De acuerdo con Bourdieu, el neoliberalismo se presenta con la apariencia de la

inevitabilidad, es decir, como una imposición en donde se admite de manera ciega que                                                                                                                          

19Diario  británico  con  sede  en  Londres,  Reino  Unido  

20Partido  Revolucionario  Institucional  

21Parte  del  consorcio  Grupo  Salinas,  una  de  las  principales  empresas  que  financiaron  la  construcción  de  Nuevo  Juan  

de  Grijalva  

 

 

62  

el crecimiento máximo, la competitividad y la productividad, son los fines últimos de las

acciones humanas, cuya resistencia es casi imposible.

Asimismo, el sociólogo francés (1999:51) afirma:

El neoliberalismo es un discurso poderoso, una idea matriz, una idea que tiene fuerza

social, que consigue que se crea en ella y cuya ley del más fuerte ratifica y glorifica el

reinado de los llamados mercados financieros, es decir, una especie de capitalismo

radical, pero racionalizado y llevado al límite de su eficacia económica por la

introducción de formas modernas de dominación, como el management, y de técnicas

de manipulación, como la investigación de mercado, marketing, y publicidad comercial.

Por su parte, Giménez (1994) caracteriza al neoliberalismo a partir de la triada:

libre mercado, adelgazamiento del Estado y la apertura comercial. Según el autor, estos

factores implican la homogenización socio-cultural de las sociedades.

A su vez, Naomi Klein22 (2007) propone el término de “Doctrina del Shock”, la

cual insta a los gobiernos a aprovechar periodos de crisis económicas, conflictos

armados, ataques terroristas o desastres naturales, para implantar reformas a favor del

libre mercado, a través de miedo, la represión, la prepotencia y la fuerza.

Por su parte, Bourdieu (1999:32) concuerda con la autora al señalar que el

modelo racional, económico y social de las grandes corporaciones es “la expresión y

justificación de la arrogancia occidental que lleva a actuar como si algunos hombres

tuviesen el monopolio de la razón y pudieran constituirse en gendarmes del mundo, es

decir, en poseedores autoproclamados del monopolio de la violencia legítima”.

En este tenor, Klein (2007) explica que para entender a la teoría de la Doctrina

del Shock23, es necesario remontar al economista Milton Friedman24, precursor del

                                                                                                                         22  Periodista  e  investigadora  canadiense,  autora  de  la  Doctrina  del  Shock  

23Versión  alterna  de  cómo  el  neoliberalismo  o  capitalismo  salvaje  dominó  a  el  mundo.  

24Célebre   economista,   y     ex   catedrático   de   la   Universidad   de   Chicago:   uno   de   los   arquitectos   y   defensor   de   las  

políticas    económicas  del  libre  mercado  durante  la  segunda  parte  del  siglo  XX,  ejerciendo  gran  influencia  en  el  Chile  

 

 

63  

capitalismo salvaje desregulado, cuyos principales postulados se centran en la

desregulación de los mercados, así como la disminución del papel del estado en las

políticas públicas. Cabe destacar, que su teoría económica se inspira de las terapias de

shock psiquiátricas de los Interrogatorios de Contrainteligencia Kubark,25desarrolladas

por el psiquiatra Ewen Cameron, cuya tesis fundamental era que una persona expuesta

al shock sufría una regresión en su personalidad, que la convertía en un sujeto

vulnerable a la sugestión y a la obediencia. De este modo, Friedman toma nota de los

efectos del shock en la población, en su caso con el fin de posibilitar la implantación de

las políticas neoliberales en otras naciones.

En suma, Friedman propuso e impuso la terapia de shock económico: como una

serie de reformas económicas sumamente impopulares con graves consecuencias

sociales, sólo aplicables a partir de shocks, es decir, crisis, estados de emergencias o

desastres.

Para el primer experimento a gran escala, Friedman instauró un plan de

vinculación académica (intercambios) entre universidades chilenas y el departamento

de Economía de Chicago, con la finalidad de difundir las políticas liberales y

contrarrestar a la influencia de la política socialista de Allende. De este modo, se creó

un movimiento de economistas con gran influencia llamado Chicago Boys26, que tras el

derrocamiento de Allende fueron los asesores económicos27 de la dictadura militar de

Pinochet.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                         del  régimen  de  Pinochet,  en   la  dictadura  argentina  de  Videla,  entre  otros.  A  su  vez,  gran  opositor  de   las  políticas  

públicas  gubernamentales  y  la  regulación  de  los  mercados  

25  En  1951  investigadores  se  reunieron  con  miembros  del  gobierno  norteamericano  para  poner  en  marcha  un  plan  

de  investigación  psiquiátrico  

26Los   Chicago   Boys   son   todos     aquellos   discípulos,   alumnos   y   defensores   de   las   teorías   del   libre   mercado   de  

Friedman.  

27  Los  Chicago  Boys  Chilenos  realizaron  el  anteproyecto  del  plan  económico  de  Pinochet  “  El  Ladrillo”.  

 

 

64  

Así pues, con la población en shock tras el golpe de estado, Pinochet impuso las

políticas de los Chicago Boys: eliminando control de precios, vendiendo empresas

estatales, recortando el gasto público. Las consecuencias socio-culturales y

económicas fueron desastrosas para la población, pues por una parte, la pobreza, el

desempleo y la precariedad laboral aumentaron y, por otra, las persecuciones,

desapariciones, torturas, asesinatos (estudiantes, sindicalistas y opositores al régimen),

así como la instauración de campos de concentración, sembraron un ambiento de

terror, alienación y descomposición social entre los chilenos. Por ejemplo, el estudio

antes citado de Razeto (2002) sobre los barrios marginales de Santiago y el desempleo

masivo, ilustra perfectamente una sociedad en shock.

Similarmente fue el caso de Argentina, con el derrocamiento de Perón y la

imposición del General Videla en 1976. Los Chicaco Boys ocuparon puestos claves en

el gobierno militar. Klein (2007) menciona que dichas políticas “terminaron modificando

la economía, la sociedad y la cultura”. Como en Chile, la gente tuvo que ser

aterrorizada para aceptar las reformas en Argentina.

Posteriormente, se impusieron las teorías neoliberales en el mundo anglosajón.

Así, durante los años 80, Margaret Thatcher28 (Reino Unido) y Ronald Reagan (Estados

Unidos) aplicaron las políticas desreguladoras. Por su parte, las políticas impopulares

de Thatcher produjeron muchísimas huelgas, disturbios callejeros y desempleo, así

como pocas probabilidades de ser reelegida. Sin embargo, la instauración de una crisis

(Guerra de las Malvinas) y la victoria británica, exaltó el fervor patriótico a través de

grandes celebraciones, realzando la popularidad de Thatcher. De esta forma, en 1983

realizó su segundo mandato, el cual aprovechó para desregular las entidades

financieras y aplicar un programa masivo de privatizaciones (agua, industrias, gas,

electricidad).

En el caso de Reino Unido, se utilizó por primera vez el shock de una crisis

bélica para provocar en los ciudadanos el necesario estado de conmoción que les

obligue a bajar la retaguardia ante las políticas abusivas de sus gobernantes.

                                                                                                                         28Amiga  y  aliada  de  Augusto  Pinochet.    

 

 

65  

Otro ejemplo más reciente es la guerra contra el terrorismo (desde los atentados

a las Torres Gemelas hasta la guerra de Irak). En la guerra contra Irak, Klein (2007)

considera que hubieron 3 etapas de shock. La primera fue la invasión basada en la

mentira (armas de destrucción masiva, presencia de Al Qaeda) así como bombardeos

devastadores (destrucción de la ciudad y servicios públicos) para agotar física,

emocional y psicológicamente a la población. El segundo shock consistió en lucrar con

la guerra, es decir, abrir al país a los negocios para intereses norteamericanos,

(despido masivo de funcionarios, corrupción, proyectos humanitarios y de

reconstrucción con pocos resultados y fraudulentos) lo cual provocó movimientos de

resistencia armada, manifestaciones multitudinarias, desaparecidos (caos y violencia).

Y por último, se caracteriza la imposición del poder invasor a través los arrestos

sistemáticos y las torturas (Guantánamo y Abu Ghrabi).

Según Klein (2007), el shock iraquí “provocó cientos de miles de muertes, cuatro

millones de desplazados, redujo el país a la violencia y el sectarismo”.

Por otra parte, la autora señala lo que denomina el apartheid o privatización del

desastre. A partir de desastres naturales, Klein ejemplifica el caso del huracán Katrina

(2005) y el tsunami en Asia (2005), en donde se impidió a las víctimas regresar a sus

tierras de origen para que pudiesen ser privatizadas y vendidas a lujosos hoteles. Por

ejemplo, en el desastre de Juan de Grijalva, se observa una situación similar29 en

donde la Comisión Federal de Electricidad (CFE) expropió una gran parte de las tierras

que fueron evacuadas tras el desastre, obligando a miles de pobladores a abandonar

sus tierras.

En efecto, Klein (2007) señala que el shock (trauma psicológico) tras un

desastre “permite un atraco sistemático de la esfera pública, cuando las víctimas están

centradas en la emergencia, en sus preocupaciones inmediatas como para proteger sus

intereses”. En sí, las grandes corporaciones y los gobiernos aprovechan las graves

consecuencias socio-culturales que produce un desastre para implementar en la

población políticas socio-económicas, que bajo otras condiciones no hubieses

                                                                                                                         29Dicha  situación  será  caracterizada  en  el  siguiente  apartado    

 

 

66  

aceptado. De este modo, Klein subraya que el shock por desastre produce las mismas

secuelas que en guerras, o en crisis políticas.

Por último, Klein (2007) subraya que “hay tres formas de shock que trabajan

juntas y se refuerzan entre sí: shock de la guerra o conflicto, seguido por la terapia del

shock económico. Y a medida que crece la resistencia a esa transformación económica,

a ese rápido shock económico, tenemos el shock de la imposición que incluye la tortura

o la represión, sea simbólica o tangible”.

5. Antecediendo al modelo ciudades rurales: la interminable lucha contra la marginalidad o la obsesión por la modernidad.

Desde hace varias décadas, se han implementado vastos programas sociales para

combatir la pobreza y la marginalidad en México. Gran parte de dichos proyectos, han

puesto especial énfasis en el estado de Chiapas, considerado uno de los más pobres y

marginales del país, sin embargo, el más rico en recursos naturales, y fósiles.

Cabe destacar, que el debate de la modernidad ha siempre ocupado un lugar

importante en dichos programas de desarrollo social. Así, Giménez (1994: pp.X) parte

del supuesto de que México no está exento de las tensiones de la modernización. En

este tenor, Fossaert (en Giménez, 1994) plantea lo que considera los seis caminos de

la modernización: la industrialización, el consumo, la urbanización, la escolarización de

masas, la comunicación de masas y la administración burocrática racional.

Por otra parte, Giménez (1995:40) señala que “la modernidad se caracteriza ante

todo por sus instituciones únicas y singulares, totalmente distintas de las que daban

fisionomía propia al orden tradicional”, en donde se le asocia un desarrollo lineal.

De esta forma, el autor plantea que existen cuatro dimensiones institucionales

básicas de la modernidad:

a) Industrialismo: transformación de la naturaleza por medios tecnológicos, es decir, el

desarrollo de un entorno artificial;

b) Capitalismo: acumulación de capital en el contexto de mercados competitivos;

c) Instituciones de control y vigilancia: control de la información y supervisión social;

 

 

67  

d) Poder militar: control de medios de violencia.

Además, Giménez (1995:16) caracteriza de forma precisa el proyecto

modernizador del Estado mexicano:

El Estado pugna por unificar a su población en un pueblo convertido en lo más

homogéneo posible por efecto de su administración, de su justicia, así como por la

acción de sus escuelas, de su ejército de conscripción, de su mercado nacional, y por

último, de sus medios de comunicación de masas.

De esta forma, para Giménez la modernidad mexicana se traduce en “una

profunda transformación de la naturaleza, del alcance y de las relaciones entre grupos

de convivencia en los que viven los mexicanos” (1995:30). Sin embargo, el autor

advierte que ante la soberanía del sistema neoliberalista mundial y las instituciones

internacionales (Banco Mundial), el discurso gubernamental ha acentuado y acelerado

el llamado proceso de modernización, muchas veces de manera impositora y

colonialista, sin tomar en cuenta la diversidad socio-cultural de distintos grupos sociales

que habitan el país. En otras palabras, este proceso de modernización neoliberal ha

implicado la creación de un sinfín de programas desarrollistas, dispuestos a integrar las

comunidades marginales a la dinámica del libre mercado, a costa de la desarticulación

social de los grupos “beneficiados” por dichos programas.

Aún más, Giménez (1995:42) advierte de los impactos de la modernidad sobre la

cultura30. De tal manera, deduce que la cultura moderna está principalmente

caracterizada por la desvinculación de todo espacio particular y determinado como

efecto de la movilidad geográfica, por la abstracción creciente de las relaciones sociales

provocadas por la globalización, por la orientación individualista y ya no comunitaria, y

la fragmentación social.                                                                                                                          

30Entiéndase  cultura  como  la  dimensión  simbólico-­‐expresiva  de  todas  las  prácticas  e  instituciones  sociales,  es  decir,  

el   universo   de   informaciones,   valores,   creencias,   que   dan   sentido   a   nuestras   acciones   y   al   que   recurrimos   para  

entender  el  mundo.  Definición  de  Thompson  (1998:78).  

 

 

68  

Así pues, un ejemplo claro fue PRONASOL31, programa que propuso erradicar la

pobreza con la creación de “comités de solidaridad”, permitiendo a las comunidades ser

partícipes. Los fondos destinados al gasto social de México fueron centralizados en el

PRONASOL para apoyar 3 áreas: bienestar social, proyectos productivos y desarrollo

regional.

De tal forma, durante el sexenio de Gortari (1988-1994), se crearon miles de

comités en todo el país, aunque Zibechi subraya que “en vez de disminuir la pobreza,

existe consenso entre distintos analistas que dicho programa fue uno de los factores

que agravó el descontento entre campesinos e indígenas que apoyaron y militaron en el

movimiento zapatista del 1 de enero de 1994” (2010: 33).

Si bien se adoptaron cuatro criterios para garantizar el éxito del programa

(respeto a la identidad, cultura y organización de pueblos indígenas; respeto y no

discriminación a la participación y representatividad de las comunidades y

organizaciones sociales; no paternalismo), Zibechi (2010:35) recuerda que:

PRONASOL no sólo no pudo cumplir los objetivos que se había trazado, sino que

consiguió todo lo contrario […] Los proyectos no sólo naufragaban por burocratismo y

centralización, sino por el predominio de los aparatos técnicos en desmedro de los

líderes de las organizaciones sociales […] Pese al discurso de descentralización y

participación, el gobierno de Salinas manejó todos los hilos del programa. El resultado

fue un atropello a los pueblos indígenas y a los sectores populares organizados.

De hecho, autores como Díaz-Polanco (1997:104-125) afirman que el propósito

de PRONASOL nunca fue erradicar la pobreza sino contrarrestar las consecuencias del

programa neoliberal y ejercer un mayor control sobre las comunidades indígenas. En

efecto, México vivía el auge del neoliberalismo (Tratado de Libre Comercio, NAFTA), y

el Banco Mundial exigió fortalecer la participación comunitaria o el “desarrollo

participativo”. En otras palabras, se buscó incorporar e integrar mano de obra barata al

servicio de intereses estatales y privados. De forma similar, podemos considerar que                                                                                                                          

31Programa  Nacional  de  Solidaridad  

 

 

69  

PRONASOL fue una terapia de shock socio-económica aplicada a cientos de

comunidades en condiciones de extrema marginalidad socio-cultural y económica.

Evidentemente, las consecuencias del programa PRONASOL fueron graves,

pues “se acentuaron las desigualdades sociales entre regiones y se generó un clima de

irritación y desesperación en las comunidades” (2010:37).

Zibechi (2010) calificó esta experiencia como desastrosa, mientras que Díaz

Polanco (1997:124) sentenció señalando que “las políticas gubernamentales de

desarrollo para los pueblos indígenas y marginales requieren de la existencia de un

interlocutor adecuado”.

A pesar del tiempo transcurrido, el ejemplo de PRONASOL es muy significativo

porque muestra dinámicas y objetivos muy similares con el modelo de desarrollo

Ciudades Rurales Sustentables, lo cual expone y augura el fracaso social del actual

programa de desarrollo gubernamental, cuya estructura y funcionamiento apunta a una

reactivación de la revolución de libre mercado en el sureste, que a una reducción de la

marginalidad y pobreza. En los siguientes apartados del presente trabajo, tendremos la

oportunidad de comprobar las afirmaciones anteriores.

 

 

 

70  

CAPÍTULO III Metodología y diseño de la investigación

Introducción

En el presente apartado, damos cuenta de las estrategias y herramientas

metodológicas empleadas en la presente investigación. Asimismo, resumimos los

principales códigos éticos antropológicos seguidos en esta investigación, es decir, las

aptitudes requeridas y las reglas que respetamos como parte de nuestro trabajo de

campo (honestidad, respeto de la privacidad de estudiados, etc.). De forma similar,

pasaremos revista a las distintas etapas en todo diseño de investigación, subrayando la

importancia de ciertas fases (generación de problemática, necesidad de crear

contactos, entrevistas), entablando un diálogo con especialistas en el área de estudio

(Valles (1999), Kottak (2006), Aristizabal (2008), Beaud y Weber (2003), entre otros).

Además, mostramos las distintas estrategias y métodos antropológicos que se utilizaron

en esta investigación.

Ahora bien, Beaud y Weber señalan que tradicionalmente, la ciencia

antropológica y la etnografía han tenido por vocación dar sobre todo la palabra a los

que no la tienen: pueblos colonizados, clases dominadas y reprimidas o víctimas de

desastres, entre otros, sin juzgar, ni condenar en nombre de un punto de vista

“superior” (2003: 9).

Similarmente, dichos autores recuerdan que en las sociedades contemporáneas,

la investigación antropológica también es un instrumento de combate, tanto científico

como político. Por lo tanto, deducimos que el método etnográfico no se limita, ni se

complace de las categorías ya existentes en la descripción del mundo social (teorías,

estadísticas y postulados estandarizados), sino que cuestiona los análisis “generalistas”

y los esquemas preestablecidos del mundo social. De esta forma, la ciencia

antropológica aborda la realidad social, confrontando muchas veces las versiones

oficialistas así como las miradas monopólicas sobre el mundo.

 

 

71  

En este tenor, uno de los principales propósitos de esta investigación, es

cuestionar el modelo de desarrollo implementado por la dependencia Ciudades Rurales

Sustentables, a través de la reubicación de los sobrevivientes del desastre de Juan de

Grijalva. La importancia de realizar una crítica hacia este modelo reside en el hecho que

este modelo de reubicación no ha tomado en cuenta las necesidades socio-culturales

de sus reubicados, por lo que está causando una serie de transformaciones sociales

entre sus habitantes: marginación, desempleo, desarticulación de las redes sociales,

entre otras. De igual forma, distintas empresas, dependencias gubernamentales y

grandes corporaciones mediáticas que financiaron la construcción de esta ciudad, han

presentado y publicitado Nuevo Juan de Grijalva como una ciudad ideal, y

autosustentable, lo cual contrasta con la serie de testimonios recabados en campo.

1. Códigos éticos

Kottak (2006:41) advierte que por razones éticas y legales los antropólogos no pueden

estudiar cualquier cosa sólo por el hecho de que tenga valor científico. En este tenor,

opino que efectivamente el compromiso ético fundamental, tanto del antropólogo como

aquellos que aspiran a serlo, es con la gente que estudia.

Escoger el tema de la investigación es un momento determinante que condiciona

la manera de realizar el trabajo ulterior. Esta decisión es muchas veces tanto delicada

como difícil. Según Kottak, la sensibilidad cultural es un requisito indispensable cuando

los objetos de estudios son persona en cuyas vidas se interfiere. Igualmente, aclara que

para llevar a cabo una buena investigación: “es preciso establecer y mantener unas

relaciones de colaboración y de no-explotación con los colegas y los informantes de la

comunidad que nos recibe” (ibídem: 44).

Así, uno de los primeros pasos es informar a la comunidad académica y

funcionarios sobe los propósitos de la investigación, su financiamiento, sus objetivos

científicos así como su impacto en las poblaciones estudiadas.

 

 

72  

Kottak especifica:

Los investigadores tienen que obtener el consentimiento informado (aceptación a

participar en la investigación sabiendo lo que eso implica) de todas las partes afectadas.

No sólo las autoridades, sino también la gente de la comunidad deben conocer el

propósito, la naturaleza y los procedimientos de investigación, así como sus potenciales

costes y beneficios para ellos (ibídem: 42).

Otro aspecto vital para el desarrollo de la investigación es la creación de redes

de contactos. Por ejemplo, la primera vez que estuve en Nuevo Juan de Grijalva32, la

ciudad aún estaba en construcción y muy pocas familias estaban ya instaladas. Un gran

número de funcionarios gubernamentales y representantes de las empresas privadas

estaban en la zona dirigiendo la obra así como gestionando la construcción de la

ciudad. Por su parte, las familias sobrevivientes del desastre de Juan de Grijalva

estaban aún en los albergues temporales en la ciudad de Ostuacán. Estos factores

complicaron la primera visita, pues no pudimos crear suficientes contactos necesarios

para esta investigación, ni tener una visión clara del perfil de Nuevo Juan de Grijalva.

Sin embargo, el hecho de haber ido con un investigador que tenía conocimiento

de la zona y algunos contactos, nos permitió poder conocer a un par de habitantes de

Ostuacán33 con información valiosa sobre el proyecto de Nuevo Juan de Grijalva y los

funcionarios claves, así como detalles sobre el periodo de refugio de las víctimas. Al

final, dicha visita fue esencial para la consolidación de nuestro anteproyecto y para

regresar con mayor confianza a la zona.

En la presente investigación, retomamos algunos puntos clave del código ético

de la American Anthropological Association (AAA), cuyos principales fundamentos

señalan que los investigadores tienen obligaciones con su academia, la sociedad y la

especie humana. De acuerdo con el Código: “los antropólogos deben ser transparentes

                                                                                                                         32  Primera  visita  fue  en  el  mes  de  septiembre  de  2009,  en  una  fecha  previa  a  la  inauguración.  

33  Ciudad  vecina  a  Nuevo  Juan  de  Grijalva  que  albergó  los  refugiados  del  desastre  de  Juan  de  Grijalva  

 

 

73  

acerca de sus propósitos, impactos potenciales y fuentes de apoyo” (ibídem: 44). Ahora

bien, señalamos los principales postulados que la presente investigación ha tomado en

cuenta:

a) Responsabilidad para con las personas: la principal obligación ética del antropólogo

es con las personas, cuyo objetivo es evitar daños o males, respetar el bienestar de los

humanos y realizar un trabajo que beneficie a todas las partes.

b) Respeto de la privacidad, la dignidad y la seguridad de las personas estudiadas.

Aquí, enfatizamos en asegurar el bienestar psicológico de las familias estudiadas, no

obstante la naturaleza de esta investigación.

c) Otro factor importante es saber con anticipación si los sujetos de estudio desean

permanecer en el anonimato o ser reconocidos. Similarmente, es preciso comunicar a

la gente las metas y procedimientos de investigación, y el consentimiento como

participantes. En este caso, se respetó la voluntad de no mostrar los nombres de las

familias, para no poner en riesgo su seguridad, dado el contenido de ciertos testimonios

así como las relaciones tensas entre funcionarios y reubicados. Cabe mencionar que

las autoridades, representantes, funcionarios así como personas entrevistadas fueron

informados sobre la naturaleza académica de esta investigación así como de sus

objetivos.

d) La honestidad y sinceridad del antropólogo en la investigación es vital. Engañar,

manipular información o fabricar evidencias no sólo condena la investigación, sino que

pone en jaque la reputación de la disciplina antropológica en dicho lugar, impidiendo

también que futuras investigaciones puedan darse ahí.

e) Otro aspecto importante es tomar en cuenta las implicaciones sociales y políticas del

trabajo, tratando que sea entendido, contextualizado adecuadamente y de forma

responsable. Este punto es importante pues la presente investigación es una de las

 

 

74  

primeras34 en abordar y cuestionar la naturaleza del proyecto de Ciudades Rurales

Sustentables, y la reubicación de las víctimas del desastre de Nuevo Juan de Grijalva:

la primera ciudad autosustentable del mundo. Por lo tanto, se ha tratado de ser lo más

posiblemente preciso y claro en el trabajo etnográfico y en los postulados teóricos

empleados.

2. Diseño y estrategia

Por su parte, Valles (1999) plantea que toda investigación se crea dentro de un

contexto socio-histórico concreto, en donde las decisiones (implícitas o explicitas) del

investigador dan cuenta de su adherencia ideológica y sus compromisos. Asimismo,

este autor (1999:74) señala:

Dichas decisiones incluyen la elección del tema de estudio, su enfoque teórico desde

paradigmas o perspectivas concretas, así como la utilización de unas estrategias y

técnicas metodológicas. Todas ellas, decisiones de diseño, en apariencia meramente

técnicas o prácticas, pero en el fondo (o en sus consecuencias) asociables a posturas

ideológicas o sociopolíticas determinadas.

En efecto, todo tema de investigación está ante todo fuertemente determinado

por el interés, la curiosidad así como por la historia de vida del investigador, entro otros

factores. Las investigaciones de corte social nacen a partir de inquietudes y

preocupaciones personales, producto de experiencias vividas o a partir de casos de

estudios específicos vistos en sedes académicas. Erlandson (en Valles, 1999:86)

subraya la importancia de que el problema seleccionado intrigue al investigador, le

apasione y así consiga encarar mejor las realidades de estudio, con el fin de evitar el

mayor número de sesgos posibles.

                                                                                                                         34   Desde   la   perspectiva   de   la   antropología   de   los   desastres   y   reubicaciones   humanas   a   nivel   de   licenciatura   en  

México  

 

 

75  

Por su parte, Janesick (en Valles, 1999:210) afirma que el diseño de la

investigación cualitativa empieza con un interrogante. Igualmente, Beaud y Weber

(2003:34), afirman que el universo político-mediático y el teórico-académico permiten al

investigador social orientar y pulir los cuestionamientos para emprender una

investigación seria, pues las noticias, los documentales o los seminarios, entre otros,

son estimulantes que motivan a la investigación de corte cualitativa.

En efecto, si bien no sabiamos que existía una rama de la antropología que se

especializaba en los desastres, siempre nos sentimos atraídos por la temática de las

sociedades en conflicto, desastres y reubicaciones humanas. Así, cuando nos

informaron del proyecto de ciudades rurales sustentables, y de la reubicación de los

sobrevivientes de Juan de Grijalva (como consecuencia de un desastre natural),

decidimos emprender esta investigación.

Ahora bien, abordamos la cuestión del diseño en la investigación cualitativa, en

donde autores como Ruiz Olabuénaga e Ispizua (en Valles, 1999:61) afirman que todo

estudio cualitativo tiene prácticamente el mismo proceso de desarrollo que aquellos de

corte cuantitativo, es decir, estableciendo cinco fases de desarrollo: definición del

problema, diseño de trabajo, recogida de datos, análisis de los datos, validación e

informe.

Si bien el impacto de las principales técnicas cualitativas (observación

participante, entrevista personal, historia de vida, etc.) autentifican el proceder

cualitativo en estas cinco fases, Valles advierte que este diseño: “se basa en un

compromiso, tomando el camino pragmático (didáctico) de la analogía con el proceder

de la investigación cualitativa” (ibídem: 76), lo cual impide una mayor autenticidad,

flexibilidad e independencia en el proceso de investigación cualitativa.

En contraparte, Marshall y Rossman (en Valles, 1999:45) advierten: “que se

elabore un plan de investigación que incluya muchos de los elementos de los planes

tradicionales, pero que se reserve el derecho a modificar, alterar y cambiar durante la

recogida de datos, ya que la flexibilidad es crucial”. De igual modo, Erlandson (en

Valles, 1993) propone el concepto de diseño emergente.

 

 

76  

Así pues, coincidimos con Valles al decir que no debe haber ni confrontación, ni

“conflicto” entre los diseños cuantitativos y cualitativos, sino más bien un equilibrio entre

ambos, lo cual implica terminar con el estereotipo que los métodos y técnicas

cualitativas sólo tienen propósitos exploratorios y descriptivos, enfocados en culturas

exóticas.

En este tenor, es imprescindible dar cuenta de la importancia de las decisiones

de diseño. Para el autor español, diseñar significa:

Tomar decisiones a lo largo de todo el proceso de investigación y sobre todas las fases

que conlleva dicho proceso. Algunas de estas decisiones se tomarán al principio,

mientras se va perfilando el problema de investigar y se delimitan los casos, el tiempo y

el contexto del estudio […] Lo importante es retener que se trata de cuestiones que

deben trabajarse y resolverse en cada circunstancia concreta de investigación (Valles,

1999:46).

Diseñar una investigación no es trazar un cronograma inamovible, ni proyectar

postulados, objetivos o hipótesis inalterables. Efectivamente, durante el transcurso de la

investigación y sobre todo en el periodo de campo, es normal que los objetivos o

hipótesis fijadas se vayan reajustando a las circunstancias del campo. Por ejemplo, al

principio pretendíamos delimitar los sujetos de estudio a las familias reubicadas que

trabajaran en uno de los proyectos productivos (producción de tomates). Sin embargo,

meses después, la suspensión de este proyecto por el bajo rendimiento productivo y el

desempleo crónico, hicieron enfocarme en las familias del sector Juan de Grijalva en la

Ciudad Rural. En definitiva, entrevistamos y realizamos encuestas a 18 familias que

accedieron a ser consultadas, pues buena parte de las familias reubicadas rechazaron

ser entrevistadas.

Asimismo, señalamos que nos identificamos y retomamos la propuesta de

“decisiones de diseño en la investigación cualitativa” de Janesick (en Valles, 1999).

Este autor indica que al principio del estudio, las principales decisiones de diseño son:

la formulación del problema, la selección de casos y contextos, la selección de

 

 

77  

estrategias metodológicas, la detección de sesgos e ideologías del investigador, así

como los aspectos éticos.

Durante la segunda etapa (fase de estudio), el autor señala que las decisiones

primordiales son: el reajuste de cronograma de tareas, la añadidura o anulación de

observaciones y entrevistas, la modificación de protocolos de observación y guiones de

entrevistas, así como la generación y comprobación de hipótesis. Y en la última fase

(final de estudio), Janesick señala que las resoluciones importantes se basan en el

momento y manera de abandono de campo, y en la decisión de presentación y escritura

del estudio.

En su diseño, Janesick destaca los fundamentos ideológicos y éticos, así como

la importancia vital del propio investigador en el diseño cualitativo, es decir, aseverar

que el proceso de investigación empieza con el reconocimiento que el investigador está

condicionado histórica y socioculturalmente, así como de las características éticas y

políticas de la investigación. Aquí, opinamos que el estar condicionado (lo cual es

normal) nos permite dar nuestro sello personal a la investigación, y por tanto no tiene

porque ser un aspecto que vaya en detrimento de nuestro trabajo.

3. Métodos

A lo largo del siglo XX, la etnografía se ha consolidado como una estrategia de

investigación clave dentro del universo de la antropología social. Kottak (2006:44)

señala que los etnógrafos han buscado siempre la comprensión global de cualquier

cultura. Igualmente, menciona que: “los etnógrafos adoptan una estrategia de libre

acción para la recolección de sus datos. Se desplazan de un lugar a otro y de un sujeto

a otro para descubrir la totalidad y la interconexión de la vida social”.

Kottak nos recuerda las etnografías clásicas desatendían las temáticas de corte

político, la historia y el sistema mundial; sin embargo, la tendencia cambió en las

últimas décadas, dejando ver ciertas limitaciones en el quehacer etnográfico frente a la

necesidad de abordar temáticas globalizantes, siempre más cambiantes, complejas, y

rigurosas. Esto ha llevado a renunciar los informes generales, favoreciendo

 

 

78  

investigaciones multilocales35 enfocadas en problemáticas más concretas, en

momentos determinados.

En este tenor, exponemos las principales estrategias metodológicas en la

antropología social y en el estudio de desastres, las cuales algunas fueron empleadas

en esta investigación. Así, Kottak (2006:46-47) propone:

a) La Observación Directa: consiste en la observación del comportamiento individual y

colectivo, así como el registro lo más posiblemente preciso de impresiones en campo.

b) La Observación Participante: es tomar parte de la vida de la comunidad que se

estudia, ya que no se puede ser observador distanciado y completamente imparcial. De

tal forma, el autor advierte la importancia de esta estrategia:

Al participar intentamos comprender cómo y por qué son significativos para los propios

actores, esos eventos, al mismo tiempo que vemos cómo se organizan y llevan a cabo

[…] La común humanidad del estudioso y de los estudiados, el etnógrafo y la comunidad

investigada, hace inevitable la observación participante (2006:47).

c) Entrevistas: La entrevista de carácter cualitativo es una de las estrategias más

flexibles e importantes en toda investigación. Puede ser considerada como una

conversación solicitada explícitamente por el entrevistador. Asimismo, la entrevista se

dirige a sujetos elegidos por sus características (vivencias, pertenencia a grupos

sociales, etc.), y por tanto, la información que brindan contribuye a los fines de la

investigación. El objetivo de la entrevista cualitativa es cognoscitivo, y busca acceder a

la perspectiva del sujeto estudiado para comprender sus categorías mentales, sus

interpretaciones, percepciones o sentimientos (Aristizabal, 2008).

Encontramos básicamente tres tipos de entrevistas cualitativas: estructuradas,

semiestructuradas y no estructuradas, las cuales se diferencian de acuerdo con su

                                                                                                                         35  Estrategia  metodológica  en  donde  el  investigador  trabaja  en  al  menos  dos  campos  de  trabajo.  

 

 

79  

grado de libertad/constricción que se concede al entrevistador y al entrevistado.

Aristizabal señala que la entrevista estructurada se realiza a partir de un formulario ya

preparado y sistematizado, con una serie de preguntas establecidas, planteándose

siempre en el mismo orden y anotando en el cuestionario las respuestas de manera

textual (2008:85).

En el caso de la entrevista semiestructurada, el investigador dispone de un guión

que contiene los temas a tratar. Cabe destacar que tanto el orden, así como el modo de

formulación de preguntas, se dejan al libre criterio del investigador.

En la entrevista no estructurada, la persona entrevistada tiene mayor libertad,

pues no hay una estandarización formal, ya que ni el contenido de las preguntas está

establecido, y pueden variar. En este tipo de entrevistas, la finalidad es despejar y

ubicar los temas que se desean abordar. Las entrevistas no estructuradas pueden

adoptar otras modalidades, como las focalizadas y no dirigidas.

En la entrevista no dirigida por ejemplo, el entrevistado tiene toda la libertad de

expresar sus sentimientos y opiniones al investigador. Aristizabal menciona que: “su

función es fundamentalmente la de servir como catalizador de una expresión exhaustiva

de los sentimientos y opiniones del sujeto y del ambiente de referencia dentro del cual

tiene personal significación de sus sentimientos y opiniones” (ibíd.:86).

Por otra parte, Beaud y Weber (2003), exponen tres tipos de entrevistas:

informativas, personales y profundizadas. Las primeras son útiles para dar un

panorama relativo al tema de investigación. Las personales serían como borradores de

entrevistas profundizadas, aunque ciertos pasajes pueden resultar reveladores e

importantes. Y por su parte, la entrevista profundizada es aquella que resulta

fundamental para la investigación. Se caracteriza por ser largas, en donde se exponen

historias de vida o testimonios.

d) Historias de vida: Kottak (2006:49) señala de forma acertada: “los antropólogos, al

igual que cuando están en su propio entorno, también tienen sus preferencias, gustos y

rechazos en el campo”. De esta forma, es usual que los investigadores se sientan más

atraídos por ciertas personas, por lo que muchas veces se recoge su historia de vida.

 

 

80  

Esta estrategia es considerada: “como un retrato cultural más íntimo y personal de lo

que sería obtener por otros medios”. Cabe agregar, que generalmente las historias de

vida se registran a través de grabaciones sonoras o audiovisuales.

e) Encuestas: Aristizabal (2008) advierte que la encuesta es una de las técnicas más

utilizadas para recoger y generar información primaria. Así pues, los investigadores la

utilizan para obtener información de una muestra (un grupo de personas) de entre una

población representativa y seleccionada. Por otra parte, la encuesta consiste en un

cuestionario de preguntas precisas y concisas, acerca de diferentes aspectos

(población, datos económicos, preferencias políticas, etc.).

En este tenor, cabe destacar que autores como Denzil y Lincoln (en

Valles,1999:99) consideran que: “la combinación de múltiples métodos, materiales

empíricos, perspectivas y observadores en un solo estudio se entiende mejor como una

estrategia que añade rigor, alcance, y profundidad a cualquier investigación”. Por lo

tanto, se considera la investigación cualitativa como multimétodo.

Además, cabe destacar que actualmente la investigación antropológica se

interesa más en el estudio de los flujos y conexiones entre gente, tecnología, imágenes

e información, reflejo de las sociedades contemporáneas y cada vez más complejas.

Por su parte, Kottak (2006:51) advierte que si bien la información proporcionada

por el informante en campo es básica, el investigador debe complementarla y

confrontarla con otras fuentes (mediciones, consulta de archivos, artículos, datos

gubernamentales), pues justamente en un mundo cada vez más interconectado, los

informantes: “carecen de conocimientos sobre muchos factores (regionales, nacionales,

internacionales) que afectan sus vidas”. Sin embargo, citamos un ejemplo de Durham

(en Curran, 1998) donde señala que los medios masivos de comunicación han

permitido que la gente experimente de manera simultánea lo local y global,

describiéndolas como “bifocales”, y cuyas interpretaciones locales están

irremediablemente influidas por el exterior.

 

 

81  

De este modo, se estudian cada vez más a los migrantes, los turistas, los

refugiados (como es el caso de esta investigación), entro otros; y paralelamente,

también se reconsideran cada vez más los enfoques provenientes de las “tradicionales”

estructuras dominantes (organizaciones gubernamentales o empresariales), pues es

importante reconocer las distintas perspectivas de grupos y actores sociales para un

análisis que resulte lo menos sesgado posible.

Por consecuencia, nos hemos basado en la técnica de “Rashomon” para abordar

la presente investigación. Lozano (2007:255) señala que esta técnica tiene sus

orígenes en los cuentos de Rashomon y En el Bosque del escritor japonés Ryunosuke

Akutagawa, en donde se plantean una serie de cuestionamientos como: ¿qué es la

verdad?, ¿qué historia se cuenta?, ¿qué es lo que realmente sucede? Así pues, se

plantea que las historias, las versiones cambian dependiendo quién cuente la historia,

de sus intenciones y de su perspectiva de un hecho.

Por ejemplo, En el Bosque se exponen distintas versiones de la muerte de un

joven, contadas por un leñador, un monje, una anciana, un soplón, un asesino, la joven

esposa, y el mismo espíritu del muerto a través de un bruja. La historia de la muerte,

quién es el asesino, qué lo motiva, son distintas y antagónicas (ibídem: 256). De tal

forma, el lector no tiene la posibilidad de descubrir qué pasó “realmente”, a pesar de

haber escuchado las evidencias de aquellos que confesaron dicho asesinato.

Décadas después, el cineasta nipón Akira Kurosawa filma en 1950 Rashomon,

largometraje que se basa en las historias de Akutagawa, y las hace mundialmente

famosas. Posteriormente, las ciencias sociales y jurídicas crean la técnica metodológica

Síndrome Rashomon, inspirada en estos cuentos. Lozano (2007) menciona que dicha

técnica es sumamente útil en situaciones de conflicto. Igualmente, la consideramos

imprescindible para abordar casos en donde se contraponen actores o estructuras

sociales antagónicas, que dan sus propias perspectivas a partir de sus intereses.

Por consiguiente, dicha técnica encaja perfectamente en el contexto de esta

investigación, pues confronta las versiones de las víctimas del desastre con la de los

funcionarios institucionales, en cuanto a las causas del desastre, el periodo de refugio,

los planes y el proceso de reubicación, la situación actual de la ciudad y los proyectos

 

 

82  

productivos hoy en día. De forma similar, contraponemos las opiniones entre

intelectuales, especialistas y agentes de gobierno respecto al proyecto Ciudades

Rurales Sustentables. De este modo, no sólo se obtiene una visión mucho más amplia

sobre los hechos y el proceso de reubicación, sino que también brinda la posibilidad de

identificar los prejuicios, prioridades, así como visiones de los autores confrontados.

En este tenor, subrayamos que metodológicamente se han hecho muchos

progresos en el estudio de las reubicaciones. De tal forma, hemos tomado como unidad

base de análisis al grupo doméstico, lo cual abre toda una dimensión de análisis a los

antropólogos en los estudios de desastres, pues permite en un primer momento

delimitar a los sujetos de estudio y, posteriormente, entender los conflictos familiares

como consecuencias de guerras, crisis sociales u otro tipo de desastres.

Salta a la vista que la presente investigación tomará como base de análisis, el

grupo doméstico por conveniencia teórico-metodológica, ya que muchos de los estudios

realizados sobre desastres han partido de esta unidad de observación, dado que

representa un componente social que envuelve los lazos de sangre, parentesco, alianza

sexual, organización productiva, de consumo, vínculos legales para garantizar la

reproducción de esa misma unidad social (Marshall; en Macías, 2009).

Asimismo, nos basamos en el postulado de Segalen para definir grupo

doméstico. Dicha autora lo define así:

Un conjunto de personas que comparten un mismo espacio de existencia: la noción de

cohabitación, de residencia común aquí es esencial. De igual forma, agregamos que

dicho espacio de existencia también puede ser un espacio de trabajo y de producción:

por ejemplo, una explotación agrícola, el burril del artesano, la tienda del comerciante.

Puede ser solamente un espacio de descansao, de convivialidad y de consumo […]

Algunos grupos domésticos están constituidos únicamente por una sola familia. Otros

pueden comprender varias, ya sea varias parejas casadas que entre sí tienen (o no)

lazos de filiación (padres ancianos, hijos casados) o de colateralidad (parejas de

hermanos) (1992:37).

 

 

83  

Agregamos que Segalen (1992) señala que el grupo doméstico puede incluir

también personas sin relación de parentesco, que comparten las actividades de

producción, tales como domésticos, obreros, o que no las comparten (inquilinos,

huéspedes, etc.). Por lo tanto, la autora indica que la noción de familia es más

restringida que la de grupo doméstico, pues hace referencia esencialmente al lazo

conyugal, asociación fundada en la alianza, y los hijos.

De esta forma, el concepto de grupo doméstico se ajusta perfectamente a los

miembros entrevistados, pues dichos espacios no sólo son de reproducción económica,

sino que en algunas viviendas habitan de forma intermitente miembros sin relación de

parentesco, al igual que hay casos de familias extensas y mono-parentales.

4. Recapitulación

La investigación de campo realizada es de carácter longitudinal36, ya que ha constado

de tres estancias, entre septiembre de 2009 y octubre de 2011.

Dicho periodo de tiempo ha sido necesario para poder observar, constatar y dar

cuenta del largo proceso que los reubicados han vivido: desde las semanas previas a

su reubicación hasta el segundo aniversario de la ciudad. De esta manera, ha sido

posible lograr los objetivos propuestos y responder a la hipótesis planteada en la

investigación, pues las transformaciones sociales, las consecuencias de una

reubicación erróneamente diseñada, así como la creación de redes de solidaridad tras

la crisis, no se hacen notar inmediatamente, ni de forma repentina.

Como se mencionó anteriormente, la primera estancia fue realizada antes de la

reubicación formal de las víctimas del desastre. Si bien dicha visita no propició los

contactos suficientes, pudimos localizar y conocer informantes que nos permitieron

recabar las primeras impresiones de algunos reubicados y funcionarios.

Cabe destacar, que esta estancia no sólo nos permitió conocer de manera el

campo de refugiados en Ostuacán, la zona del desastre, y Nuevo Juan de Grijalva en                                                                                                                          

36Kottak  (  2006)  señala  que  es  un  estudio  a  mediano  y   largo  plazo  de  una  comunidad,  región,  sociedad,  cultura  o  

cualquier  otra  unidad,  basado  generalmente  en  varias  visitas    

 

 

84  

proceso de construcción, sino también pudimos documentar fotográficamente dichos

espacios, como muestra de un testimonio visual único.

En sí, este primer trabajo de campo fue determinante, pues sirvió para

reconocer el terreno, confrontar el diseño de investigación con la realidad social, ajustar

y delimitar objetivos, entre otros aspectos.

Las dos siguientes estancias fueron mucho más productivas37, ya que el eje del

trabajo de campo se centró básicamente en realizar entrevistas y encuestas al conjunto

de familias reubicadas. Igualmente, nos dedicamos a efectuar una descripción

etnográfica del lugar de estudio.

En resumen, la metodología utilizada en la recolección de datos que se

presentarán en los siguientes apartados, se basan elementalmente en el trabajo de

campo, a partir de encuestas38 y entrevistas semi-estructuradas39 realizadas a 18

familias reubicadas por el desastre y distintos funcionarios, habitando actualmente el

barrio Juan de Grijalva, zona en donde se ha instalado la comunidad sobreviviente en

la Ciudad Rural Sustentable Nuevo Juan de Grijalva. Dicho análisis ha sido llevado a

cabo a través de un marco teórico basado en los estudios sociales sobre reubicaciones

humanas por desastre.

Es necesario recalcar, que la casi totalidad de las entrevistas fueron realizadas al

interior de las casas de las familias, mayoritariamente en horarios nocturnos, porque a

esas horas el jefe de la familia llegaba del trabajo y tenía tiempo para la entrevista, y,

por otra parte, porque en la noche los funcionarios de Sedesol, así como los

representantes de las fundaciones, dejaban de rondar por las calles y los vecinos se

sentían en mayor confianza. Cabe destacar, que la duración promedio de las

entrevistas osciló entre 20 y 25 minutos.

                                                                                                                         37El  conjunto  de  familias  estudiadas  llevaban  1  año  viviendo  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva  

38Encuesta  basada  en  un  modelo  aplicado  a  las  familias  estudiadas.  

39Entrevistas  basadas  en  un  guión  realizado  para  las  familias  reubicadas  y  un  guión  para  funcionarios  locales  

 

 

85  

Los casos presentados en esta investigación dan cuenta de experiencias de vida

y del proceso de transformaciones socio-culturales traumáticas, algunas muy dolorosas,

en donde gran parte de los entrevistados expresan puntos de vista de naturaleza

sensible y estremecedora, en cuanto a temas de orden político y de desarrollo social,

por lo que hemos decidido respetar su anonimato. Igualmente, se insiste en el hecho

que muchísimas familias, así como la mayor parte de distintos funcionarios y políticos,

se rehusaron a ser entrevistadas por múltiples razones, que van desde el temor a

revelar información y padecer posibles intimidaciones o amenazas por parte de agentes

externos, hasta el simple hecho de ya no querer tener contacto alguno con

investigadores y medios de comunicación, como resultado del escepticismo y

decepción que dichas familias tienen hacia distintos sectores sociales.

 

 

86  

CAPÍTULO IV De Juan de Grijalva a Nuevo Juan de Grijalva: desastre y proceso de reubicación

Introducción

En el presente capítulo, realizaremos un mapeo general del área de estudio, brindando

datos históricos, socio-económicos y culturales del municipio de Ostuacán y del antiguo

poblado Juan de Grijalva. De esta forma, exponemos los episodios climatológicos

excepcionales que antecedieron al evento desastroso, así como un recuento histórico

de la actividad antropogénica que influyó en su desenlace.

Así pues, nos hemos basado en las entrevistas de las víctimas y funcionarios

para indagar no sólo las causas que llevaron a la desaparición del poblado de Juan de

Grijalva, sino también para caracterizar cómo las víctimas vivieron, reaccionaron y

recuerdan el desastre: razón de la reubicación y de la construcción de la primera

Ciudad Rural Sustentable del mundo.

Asimismo, exponemos todo el proceso que vivieron las 18 familias entrevistadas,

desde el momento del rescate hasta la inauguración de Nuevo Juan de Grijalva. En la

medida de lo posible, hemos buscado mostrar la evaluación de los daños, el periodo de

refugio provisional de los sobrevivientes, el largo proceso que implicó la presentación

del proyecto de reubicación y la construcción de la ciudad: los trámites burocráticos, las

ayudas recibidas, el estado de shock, el planeamiento de viviendas, las juntas

informativas; sin olvidar las reacciones, puntos de vista, desacuerdos y opiniones de las

familias reubicadas y funcionarios, autoridades locales y trabajadores sociales.

Similarmente, intentamos dar un panorama general del modelo institucional

Ciudades Rurales Sustentables, así como de la ciudad Nuevo Juan de Grijalva. De

manera particular, describiremos la estructura urbana y sus viviendas, las actividades

económicas y proyectos productivos, los servicios básicos y el equipamiento urbano,

sus centros de desarrollo social así como su situación gubernamental y legal.

 

 

87  

De igual forma, damos cuenta de aquellos argumentos y reacciones divididas por

parte de distintos investigadores sociales, periodistas, funcionarios, empresarios y

políticos, en cuanto a la viabilidad y consecuencias socio-económicas y culturales de

este proyecto, cuyo enorme respaldo y cobertura mediática no tiene precedentes en los

proyectos de desarrollo en México.

1. Impacto: contextualización y causas del desastre

La temporada de lluvias del 2007 es considerada como una de las más largas, intensas

y destructivas en la historia de México. Sin duda alguna, sus episodios más siniestros

fueron tanto las inundaciones que azotaron los municipios de Tabasco entre los meses

de octubre y diciembre de 2007, como el deslizamiento de tierra que borró del mapa a

Juan de Grijalva, Chiapas, el 5 de noviembre del mismo año.

Estas inundaciones han sido catalogadas como el peor desastre natural que ha

vivido esta zona del sureste mexicano en 50 años, constituido por el hundimiento de la

planicie tabasqueña por siete ríos, entre los cuales dos de los más caudalosos de

México, el río Usumacinta y el río Grijalva, sobrepasaron sus máximos históricos a

causa de las precipitaciones excepcionales en la región (López, 2007). Cabe desatacar,

que las lluvias dejaron bajo el agua al 80% de la región, así como 400 mil damnificados,

siendo así el segundo desastre más costoso en México desde 1985, con una pérdida

en más de 50 mil millones de pesos para la recuperación de la zona (Martínez, 2007).

Ahora bien, los principales daños y pérdidas pueden agruparse de la siguiente

manera:

• Afectación del 62% de la zona de Tabasco y norte de Chiapas.

• 1 mil 456 localidades afectadas.

• 24 mil empresas afectadas.

• 570 mil hectáreas siniestradas.

• 113 unidades de salud afectadas.

• Se afectaron 1,328 km de carreteras y 132 puentes (CEPAL-CENAPRED, 2008)

 

 

88  

Otras consecuencias registradas durante los últimos días del mes de octubre

(2007), por los frentes fríos 4 y 5, fueron la saturación de suelos y escurrimientos muy

significativos que causaron derrumbes y deslizamientos de tierra. Dicha situación

ocasionó severos daños en las obras hidráulicas de protección de la ciudad de

Villahermosa y en la infraestructura de carreteras y puentes del Estado. Los servicios

de agua potable y alcantarillado también reportaron daños significativos. En menor

escala, también se registraron afectaciones en los servicios de suministro de energía

del Estado, así como en la infraestructura de telecomunicaciones. En cuanto a la

infraestructura energética, se debe mencionar que en el Alto Grijalva (Chiapas) se ubica

un sistema de cuatro embalses en cascada, que concentran la mayor parte de la

producción hidroeléctrica del país (Hinojosa-Corona, 2011:16).

Es en esta zona donde se concentrará la presente investigación,

específicamente en el área de la comunidad de Juan de Grijalva, poblado situado en el

municipio de Ostuacán, en el norte de Chiapas, al borde del río Grijalva. Según los

datos censales levantados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI,

2006) dicha localidad contaba con una población de 416 personas y 87 viviendas.

Juan de Grijalva fue parte de la cuenca del río Grijalva, de 60 256 km2, entre la

presa de Malpaso y Peñitas, que se extiende hasta la Sierra de Cuchumatanes en

Guatemala, expandiéndose en México a lo largo de la Depresión Central de Chiapas,

cercada por la Sierra Madre, los Altos y las Montañas del norte de dicha entidad.

(Ibídem).

Ahora bien, el 4 de noviembre, a las 20.32 horas (tiempo local en el estado de

Chiapas), ocurrió un gran deslizamiento de ladera en la margen derecha del río Grijalva,

a 16 kilómetros de la presa Peñitas y 57 kilómetros de la presa Malpaso. A lo largo de

600 metros sobre el cerro La Pera, se inició el desprendimiento de un enorme bloque

de aproximadamente 1300 metros de longitud y 75 metros de espesor, que se

desplomó, acarreando enormes rocas y arena. Este deslizamiento afectó un área de

aproximadamente 80 ha y un volumen de 55 millones de metros cúbicos, lo cual generó

un tapón de rocas en el río Grijalva de alrededor de 80 metros de altura, de 800

 

 

89  

metros largo en el embalse de la presa Peñitas, impidiendo el flujo proveniente de

aguas arriba de la presa Malpaso. Este desastre afectó a la localidad de Juan de

Grijalva en las orillas del río. El derrumbe de tierra, al desplazar las aguas del río,

generó un tsunami de 50 metros de alto que sumergió gran parte de la comunidad. (Martines, Alcántara y Domínguez; en Hinojosa-Corona, 2011:22).

De los 416 habitantes pertenecientes a 87 viviendas en Juan de Grijalva,

fallecieron 25 personas (INEGI, 2006). Este desastre, al que se le sumaron las

estrategias de desazolve de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y la Comisión

Federal de Electricidad (CFE) para liberar dicho afluente, mantuvo bajo el agua por más

de tres meses a 404 casas de 33 pueblos y 960 mil hectáreas productivas (datos

obtenidos de la cobertura que realizó el diario La Jornada entre 2007 y 2008) (Poseelt,

2011).

A partir de dicha descripción, abordamos el desastre de Juan de Grijalva desde

la perspectiva alternativa, la cual propone básicamente que los desastres no suceden

de manera inexplicable, sino que son el resultado de interacciones socio-culturales,

económicas y políticas (López,1999). Sin embargo, también reconocemos algunos

postulados estructural-funcionalistas40, pues dicha perspectiva priorizó la reacción de la

población en el momento de crisis y desastres, sin olvidar la hipótesis de Prince (1920),

la cual sugiere que los desastres inducen a un rápido cambio social.

En esta línea, concebimos el desastre como un proceso social: una serie de

hechos que propician la acumulación de elementos de vulnerabilidad, en donde se hace

necesaria la cooperación tanto política como académica (Blaikie, 1993).

En este tenor, exponemos que no obstante las versiones oficiales, han habido

toda una serie de investigaciones y testimonios contradictorios a todos los niveles que

van desde la descripción del desastre mismo, hasta sus posibles causas. Por ejemplo,

aún hoy en día se piensa que fue el deslizamiento lo que sepultó al pueblo, sin

embargo, se ha podido afirmar que el deslizamiento de tierra creó un tsunami que

afectó directamente Juan de Grijalva. Así lo afirma el Lic. Alejandro de la Torre

                                                                                                                         40Visión  incursora  en  la  incorporación  de  teorías  sociales  al  campo  de  los  desastres  

 

 

90  

Castillejos, Técnico de Urgencias Médicas y Coordinador de la Unidad Municipal de

Protección Civil en el municipio de Ostuácan, que durante el desastre fungió como

Comandante Operativo de la Comisión Nacional de Desastre en el Instituto Chiapas

Solidario, así como encargado del tráfico aéreo de rescate. En palabras de Alejandro,

tenemos:

Hay una falsa creencia que fue el deslizamiento de tierra lo que sepultó el pueblo, pero

en realidad el desgajamiento no afectó directamente, ni tocó ninguna vivienda, sino que

creó un mini tsunami de 50 metros de alto, que recorrió aproximadamente 40 kilómetros,

avanzando hasta topar con la presa y regresando, por lo cual afectó doblemente las

comunidades a la orilla del río. […] Lo que pasa es que Juan de Grijalva estaba justo a

un lado del deslizamiento, creando daños enormes, pero sólo resultó muy afectada la

orilla del río, lo cual permitió a la mayoría de la gente salvar sus vidas. Por lo tanto, las

víctimas, en su mayoría fueron lancheros que regresaban a sus casas después de un

día de pesca o gente que vivía al borde.41

En cuanto a las causas del desastre, como se mencionó anteriormente, también

hay aún un amplio debate y polémica protagonizada por los sobrevivientes de Juan de

Grijalva y autoridades de distintas instancias, sobre este tema volveremos más tarde.

Comenzando con las versiones oficiales, Alejandro Hinojosa42 señala que los

deslizamientos de tierra, en la mayoría de los casos, se deben a causas naturales como

las precipitaciones prolongadas, como es el caso en Juan de Grijalva en donde se

acumularon precipitaciones no antes vistas de 1208.5 mm en la cuenca en los 8 días

previos al deslizamiento. Igualmente, los sismos y la actividad volcánica también juegan

                                                                                                                         41Entrevista  realizada  el  24  de  enero  de  2011  en  la  Sede  de  Protección  Civil,  Ostuacán,  Chiapas  

42Doctor  en  Geología  en  el  Depto.  Geología,  División  de  Ciencias  de  la  Tierra,  CICESE,  Carret.  Ensenada-­‐Tijuana  No.  

3918,  Zona  Playitas,  Ensenada,  22860,  B.C.,  México  

 

 

91  

un papel decisivo43. Sin embargo, hay que resaltar que gran parte de las causas del

desastre ocurrido, se debió al exceso de actividad antropogénica en la zona durante los

últimos años, ya que según la Economic Commission for Latin America and the

Caribbean (ECLAC), se trató más bien de un problema de orden sistémico, agravado

por factores antrópicos a la vez complejos y acumulados por un proceso de desarrollo

espacial, económico y social de muchas décadas, que resultaron en intervenciones

humanas de larga duración y no resultantes de una planificación adecuada, que incluyó

cortes, bloqueos, modificaciones en el trazo original del río, encauzando su flujo a

zonas no protegidas en donde hay asentamientos humanos (CEPAL-

CENAPRED,2008).

Asimismo, se ha demostrado que la permanente deforestación y excavación para

la extracción de petróleo y gas que ha sufrido esta zona -tan codiciada por grandes

empresas-, ha vulnerabilizado aún más a la misma, ablandado los suelos y, por lo

tanto, propiciando mayores deslaves ya que los árboles cumplen una función de

amortiguamiento. En todo caso, los deslizamientos son tanto más desastrosos en la

medida en que suceden en áreas pobladas y con mayor infraestructura (Mendoza, et

al., 2002 ).

Cabe destacar, que todos los funcionarios trabajando en Nuevo Juan de Grijalva, así

como trabajadores de gobierno sostienen la versión oficial antes mencionada.

Por otra parte, hay toda una serie de hipótesis que son respaldadas por la

inmensa mayoría de las familias entrevistadas, las cuales apuntan a que el

deslizamiento de tierra no fue un desastre natural, sino una acción provocada por

miembros de las “altas esferas dirigentes”, como lo afirma 1-RR44, madre soltera, al

mando de una cocina económica. Ella asegura que el gobierno orquestó el desastre por

                                                                                                                         43Cabe  destacar  que  Juan  de  Grijalva  se  encontraba  a  17  kilómetros  del  volcán  Chichonal  y  el  30  de  octubre  se  había  

reportado  un  sismo  de  magnitud  4.5  en  las  inmediaciones,  por  lo  que  no  se  descarta  la  influencia  de  dicha  actividad  

telúrica  en  el  desastre.  

44Por   cuestiones   de   anonimato   y   practicidad,   se   codificará   el   nombre   de   los   jefes   de   familias   entrevistados,  

ordenándolos  por  número  de  entrevista  y  siglas  de  apellidos

 

 

92  

la presencia de minas de uranio, así como por la urgencia de expropiar esas tierras

para que la CFE pudiese continuar desarrollando proyectos de infraestructura. Así

como ella, hay un consenso en torno a una hipótesis de “atentado” o de conspiración:

alrededor del 80% de los entrevistados están convencidos que el deslizamiento fue un

acto provocado, mientras que el resto de los entrevistados tienen gran escepticismo o

prefieren no pronunciarse por temor. Por su parte, 4-DM y 9-DM, familias que perdieron

varios de sus miembros, sostienen las misteriosas circunstancias del desastre:

Estamos convencidos que no fue un desastre natural, pero no podemos investigar

porque nos amenazan. […] La forma en que fue el desastre indica que fue intencional,

haciendo referencia al corte perfecto y lineal de la masa de tierra que se desprendió lo

cual nos hace pensar que fue provocado por alguna explosión, según expertos en

ingeniería. […] Otra cosa muy sospechosa es que apenas sucedió el desastre, había ya

muchísima gente de rescate y helicópteros…la verdad se portaron de forma que nos

pusimos a pensar porque el gobierno pone tanto empeño en eso.45

Otros datos informativos alertaron por una parte, la presencia de supuestos

reforestadores en la zona pocos meses antes del desastre y, por otra parte, una de las

hipótesis con mayor peso es la que apunta a un tapón estratégico que evitó una mayor

inundación en Tabasco. Así, por ejemplo, 7-VV, 10-SB y 12-SR concordaron en los

siguientes testimonios:

Igualmente, antes del desastre hubo una gran presencia de extranjeros que

supuestamente eran reforestadores. Eran de Israel y también habían estadounidenses.

Sospechamos las actividades que realizaron porque solamente salían durante la noche,

pero creemos que en realidad estaban interesados en los minerales, ya que hay mucho

uranio y petróleo en la zona y los vimos hablar varias veces con personal de Pemex.

Igualmente hubieron varias avionetas sobrevolando la zona. […] Por otra parte, Tabasco

                                                                                                                         45  Entrevistas  realizadas  el  21  de  enero  de  2011  (Familia  4-­‐DM)  y  el  22  de  enero  de  2011  (  familia  9-­‐DM)  en  Nuevo  

Juan  de  Grijalva.  

 

 

93  

y particularmente Villahermosa se estaban hundiendo, la presa de Peñitas estaba por

colapsar y necesitaban tapar el curso del río para evitar una tragedia aún mucho peor.

Resulta que el desastre en Juan de Grijalva salvó Villahermosa, porque sirvió de tapón

en el río, evitando así peores inundaciones. Al final sacrificaron unas cuantas víctimas

en vez de miles […] Al gobierno no le interesan las vidas humanas y sobre todo los

pobres, les interesa el dinero.46

En cuanto a la entrevista a la familia 7-VV, uno de los comentarios más reveladores

fueron: “nos hubieran dicho al menos su plan para evitar muertes. Nos sentimos mal y

traicionados.” Un factor interesante es que el entrevistado se siente aún más indignado

y defraudado, al pensar que las muertes y pérdidas fueron debidas a una intervención

humana impuesta, por lo que en cierto modo pudo haberse evitado; mientras que en un

desastre natural se concibe como inevitable y resultado de la voluntad de la naturaleza

y Dios. Es necesario subrayar, que no es del objetivo de la investigación determinar las

causas del desastre. Independientemente que se puedan corroborar o no las hipótesis

presentadas, estos testimonios son útiles para mostrar el punto de vista de los

afectados. En este caso, dan cuenta de una clara hostilidad y escepticismo histórico

hacia el gobierno, dejándonos ver de qué forma los desastres son procesos sociales

traumáticos, evidenciando la falta de credibilidad hacia las instituciones oficiales por

parte de los reubicados.

Por otro lado, hay un gran contenido político y de protesta en sus opiniones, ya

que las víctimas se sienten defraudadas y engañadas por haber sido despojados de su

tierra. En efecto, desde hace varias décadas y con la entrada del neoliberalismo, se han

implantado distintos programas de desarrollo y combate a la pobreza en Chiapas,

región más marginalizada de México. Señalamos que PRONASOL ejemplifica

perfectamente el clásico programa de desarrollo fallido, que no sólo generó mayor

marginalidad y tensión entre las poblaciones “beneficiadas”, sino cuya finalidad fue

fortalecer la presencia del Estado en la zona, a fin de tener un mayor control de las

poblaciones chiapanecas marginales.                                                                                                                          

46Entrevistas  realizadas  el  21  de  enero  de  2011  (  familia  7-­‐VV)  y  22  de  enero  de  2011  (  familias  10-­‐SB  y  12-­‐SR)  

 

 

94  

Marcela Turati, periodista de Proceso, Excelsior y otros medios, publica una serie

de testimonios narrados por habitantes de la zona, detallando las experiencias vividas

años atrás, sobre la excesiva actividad antropogénica en esa área. Al respecto, Turati

(2007) retoma el testimonio de Miguel Juárez Bouchot, uno de los fundadores de Juan

de Grijalva:

La única a la que se le puede echar la culpa del ablandamiento de la tierra es a la

compañía Comesa (Compañía Mexicana de Exploraciones, SA de CV), que trabaja

para Pemex, porque vienen a perforar, meten dinamita bajo la tierra, la truenan y cada

100 metros vuelven a hacer lo mismo, meten otra línea, dinamitan, y ahí van tronando

buscando petróleo.

Igualmente, en su artículo detalla testimonios de los habitantes de pueblos

vecinos como Playa Larga y Esperanza, quienes afirman haber vivido experiencias

similares, y caracterizan los procesos de indemnización, cuya empresa

Comesa47compensa económicamente según el kilometraje que afecten. Aunque

subrayan que es necesario movilizarse para recibir la ayuda, tal como lo expresa Eliseo

Hernández Sánchez, quien fue secretario del comisariado ejidal de Juan Grijalva. Por

su parte, el tesorero saliente del vecino ejido Playa Larga, Benito Pérez, explicó las

razones por las cuales ha habido derrumbes anteriormente: “perforan hasta 30 metros

de profundo y de ahí le meten la carga y dinamitan, y con la tronada se sume la tierra,

hasta el agua de los pozos se va más abajo y ya no la podemos sacar”, […] Por ese

cerro que se cayó ya pasaron varias veces”. (Turati, 2007).

De acuerdo con observaciones recabadas en el terreno, Marcela Turati señala

que las versiones de los sobrevivientes de Juan de Grijalva podrían estar

fundamentadas, ya que en la cima de los cerros vecinos de la zona de Juan de Grijalva,

se pueden ver cercas que rodean cabezas de válvulas verdes, así como la presencia de                                                                                                                          

47Como   su   página   de   Internet   lo   indica,   es   una   empresa   de   participación   estatal  mayoritaria,   coordinada   por   la  

Secretaría   de   Energía  y   las   acciones   que   componen   su   capital   social   son   propiedad   de  Pemex  y   del   consorcio  

internacional  Schlumberger.  Para  más  información,  véase:  http://www.comesa.org.mx/

 

 

95  

un tambo metálico, así como una tina para varias toneladas de líquido y un mechero

prendido.

Es necesario comentar que uno de los primeros habitantes del antiguo Juan de

Grijalva, señaló que hace 25 años, la Comisión Federal de Electricidad (CFE)

construyó secciones de la presa Peñitas, inundando una gran parte de la zona. Por

dicha razón, los habitantes de Juan de Grijalva, así como pobladores de localidades

vecinas, tuvieron que asentarse sobre parte de las laderas de los cerros. Décadas

después, con este desastre, la CFE tuvo que detener la generación en sus centrales

hidroeléctricas y los niveles de agua aumentaron gradualmente a una velocidad de 10

cm/día en los distintos embalses de la zona (Hinojosa-Corona, 2011:19).

La elevación del nivel de agua ponía en riesgo a las poblaciones asentadas

aguas arriba del tapón y de la presa Malpaso, por lo que la CFE y la Comisión

Nacional del Agua (CONAGUA), emitieron una declaración de emergencia en conjunto,

apoyados por Petróleos Mexicanos (PEMEX), el Ejército Mexicano y los Gobiernos de

los estados de Tabasco y Chiapas. De igual manera, las autoridades de Tabasco y las

instituciones involucradas en el PICI (Proyecto Integral contra las Inundaciones de los

Ríos Grijalva y Usumancita) reexaminaron las operaciones y beneficios de las obras

hidroeléctricas que en esos años estaban en construcción, y decidieron replantear la

revisión para la ejecución de un Plan Hidráulico, de mayor envergadura. Estos estudios

fueron ejecutados y coordinados por la Comisión Nacional del Agua (CNA), participando

también la CFE y el Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de

México (UNAM).

Desde la perspectiva de las víctimas, el gobierno propició este desastre para

acelerar el proyecto de Ciudades Rurales Sustentables, a través de la reubicación de

las víctimas en una nueva ciudad, y al mismo tiempo para expropiar las tierras que los

habitantes ocupaban. Con base a lo anterior, podemos deducir que los habitantes

recibieron la terapia del shock por desastre ( Naomi Klein, 2007).

En efecto, dichos hechos dan cuenta de la dimensión social del desastre de Juan

de Grijalva, pues se concuerda con Sorokin (1942) que efectivamente todas las

catástrofes son detonadas por fenómenos de origen antropogénico, en este caso la

 

 

96  

grave deforestación, la perforación y ablandamiento de los cerros, las presas

hidroeléctricas, la presencia de empresas en busca de recursos fósiles, el propio

calentamiento global, o una posible conspiración gubernamental: resultado de décadas

de tensiones, relaciones conflictivas y socio-económicamente desiguales entre el

aparato estatal y la población del sureste del país. En suma, tanto la versión oficial

como las hipótesis de los sobrevivientes reflejan la construcción social de un evento

natural.

2. Caracterización del desastre

2.1 Víctimas

Los testimonios recabados indican que antes del desastre que sepultara a Juan de

Grijalva, sus habitantes se dedicaban prácticamente al cultivo de tierras (maíz, frijol), la

ganadería y en menor medida a la pesca. La mayor parte de sus habitantes se

reagrupaban en casas con solares en donde también criaban animales y disponían de

paneles solares, ahorrando así costos de electricidad.

El patrón de residencia anterior a la ubicación, se basaba en viviendas por

familias nucleares, habitadas desde generaciones atrás. En cuanto a los ingresos, con

un promedio mensual oscilando entre 2000 y 3000 pesos regulados por el jefe de

familia, las familias aseguran no haber sufrido problemas económicos, así como

tampoco algún tipo de enfermedades o epidemias durante los años anteriores al

desastre.

El deslizamiento de tierra que provocó el tsunami (el 4 de noviembre de 2007

alrededor de las 20.32 horas) sepultó por completo a Juan de Grijalva, obligando a la

evacuación y posterior traslado de los sobrevivientes a una zona más segura. Si bien

las versiones oficiales han esclarecido tanto las causas como la caracterización del

hecho desastroso, en la presente investigación habremos de considerar los testimonios

recabados a partir de historias orales por parte de las sobrevivientes de aquel siniestro.

Adviértase, que esta información nos es útil ya que nos deja ver como las personas

 

 

97  

reaccionan ante los desastres, la manera en que éstas lo recuerdan y como lo

describen. De igual forma, dan cuenta de la magnitud del evento, así como su impacto

en la comunidad.

Conviene aclarar, que la totalidad de las familias entrevistadas, concuerdan que

fueron completamente sorprendidos por el desastre. Muchos de los sobrevivientes

pudieron huir gracias a los ruidos de los animales, por lo que salieron de sus casas

pensando que se trataba de algún hurto. Afortunadamente, al encontrarse fuera les fue

más fácil partir.

Algunas de las familias entrevistadas (1-RR, 2-RJ y 13-J) creyeron en un primer

momento, que era la presa de Malpaso que había colapsado, ya que sintieron la tierra

temblar, así como fuertes vientos por lo que salieron asustados de sus casas para tratar

de refugiarse en lo alto del cerro más cercano, frente a la inminente inundación.

Si el número de muertos es considerablemente elevado, es porque el desastre

ocurrió un domingo por la noche, cuando muchas de las personas se encontraban en la

iglesia, descansando en sus casas, o bien en el río regresando de la pesca. Así por

ejemplo, la familia 2-RJ nos cuenta que durante el derrumbe, estaban en la iglesia y la

ola se llevó a 5 de sus familiares. De igual forma, el testimonio del hijo mayor de la

familia 12-SR, nos muestra la imprevisibilidad y rapidez con la que ocurrió el

deslizamiento:

Al momento del desastre, estaba jugando con mis amigos en un poblado cerca de río.

Escuchamos que según se estaban robando ganado, pero en realidad era el derrumbe

que ya se estaba llevando mi pueblo. La oleada se tragó todo en un par de minutos, y yo

no pude nunca regresar a mi casa […]Murieron 6 de mis familiares y nunca recuperé los

cuerpos. Fue muy triste para mí, tenía 15 años y mis papás eran lo único que tenía. […]

También desapareció el rancho. Todo se había acabado.48

                                                                                                                         

48Entrevista  realizada    el    22  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva,  Ostuacán,  Chiapas.

 

 

98  

Otros testimonios de las familias 4-DM, 7V, 8 SA, 9-DL, 11DL son similares, en

cuanto a la caracterización del desastre y la huída. De hecho, estas aseguran que:

Se deslavó el cerro lo cual provocó que empezara a temblar la tierra. […]

Posteriormente, se fue la luz y la gente empezó a alarmarse. Se oyeron varias

explosiones en un lapso de 20 minutos. […] La mayoría de la gente decidió huir y subir

el cerro más cercano para evitar ser arrastrados por la ola.49

En el mismo tenor, la familia 15 R-P nos narra que estuvieron como 5 horas en la

cima del monte y no pudieron bajar sino hasta la 1.00 AM. En efecto, los sobrevivientes

que se encontraban en el pueblo al momento del desastre, lograron salvar sus vidas al

subir al cerro. Muchas familias pasaron la noche en las montañas esperando ayuda, y

prácticamente, la totalidad de los sobrevivientes perdieron sus casas, ganado, bienes

materiales, así como a sus familiares.

Por otra parte, la gran mayoría de las familias concuerdan en que nunca

pensaron que en Juan de Grijalva pudiese ocurrir un desastre de dicha magnitud, tal

como lo cuentan las familias 9-DM y 17-SM, “nadie sabía que un desastre podría ocurrir

en esta zona. (…) Estábamos en un lugar en donde no pensamos que sucediera un

desastre. Para nosotros eso sólo se veía en otras partes pero nunca acá, nunca a

nosotros”.50

Las narraciones anteriores, nos llevan a repensar sobre los diferentes

significados que tiene el concepto de desastre y, más específicamente, entre la

población de esta zona de Chiapas. Así, antes de la tragedia, los habitantes de Juan de

Grijalva concebían un desastre como un evento repentino que siempre ocurría en otro

sitio y transmitido por la televisión, a través de las noticias u otros medios de

                                                                                                                         49Entrevistas  realizadas  el  21  y  22  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva,  Ostuacán,  Chiapas  

50Entrevistas  realizada  a  9-­‐DM  el  22  de  enero  de  2011  y  a  17-­‐SM  el  23  de  enero  del  mismo  año.  Ambas  en  Nuevo  

Juan  de  Grijalva.

 

 

99  

comunicación. Después de haber vivido la tragedia, la mayoría de las familias nos

relatan que ignoraban qué hacer en caso de un desastre.

Podemos deducir, que la condición sorpresiva del desgajamiento del cerro, se

basa en el hecho que no era un fenómeno conocido, y que la familiaridad que sus

habitantes tenían con las tormentas estacionales, no les permitió advertir la magnitud

del desastre, ni las consecuencias de sus daños.

Para ejemplificar lo anterior, las citas siguientes revelan la opinión general de las

familias entrevistadas: “nunca habíamos recibido consejo o asesoría sobre qué hacer

en caso de catástrofe. (…) Fue nuevo para nosotros porque nadie nos dijo nada. (…) El

gobierno nunca nos dijo que en realidad estábamos en una zona de riesgo”. 51

Efectivamente, antes del desastre no existían planes de prevención y mitigación

en Juan de Grijalva, y sus habitantes jamás habían tenido una experiencia directa en un

desastre de grandes magnitudes, lo cual nos hace suponer que no existía una cultura

de riesgo. En sí, los testimonios recabados reflejan que las víctimas concibieron el

desastre de Juan de Grijalva bajo una visión fisicalista, es decir, como un fenómeno

meramente natural, repentino e impredecible de la naturaleza, sin advertir sus orígenes

sociales.

2.2 Funcionarios y autoridades

En este apartado me enfocaré en exponer las opiniones sobre la caracterización del

desastre, entre distintos actores sociales externos a Juan de Griajalva, entre los cuales

destacan: el Lic. Alejandro de la Torre Castillejos, (actual Coordinador de la Unidad

Municipal de Protección Civil del municipio de Ostuacán); la Lic. Adela Cantoral

Ramírez, (Agente del Ministerio Público Auxiliar en Nuevo Juan de Grijalva); FJL,

(abogado de casos de afectaciones por la CFE y el Gobierno), Tamara H.,

                                                                                                                         51Recopilación  de  algunos    testimonios  de  entrevistas  realizadas  entre  el  20  y  27  de  enero  de  2011  en  nuevo  Juan  

de  Grijalva  

 

 

100  

(representante de la Fundación Azteca en Nuevo Juan de Grijalva) y Marcial C.

(responsable del Centro de Desarrollo Comunitario52).

Diremos en un principio, que el testimonio del Lic. Alejandro de la Torre

Castillejos53, es esencial para ejemplificar de manera clara y precisa la reacción de los

rescatistas, así como la gestión por los organismos gubernamentales al momento del

desastre. Además, nos brinda una serie de detalles sobre la forma en que ocurrieron

las labores de rescate:

A las 21.00 horas empezamos a escuchar rumores sobre lo que había pasado en Juan

de Grijalva. Después a las 23 horas nos confirmaron que algo había sucedido ahí […]

Éramos un grupo de rescate de 15 personas, que actuamos bajo las ordenes del

presidente municipal Justo Tomás Hernández, que nos mandó a la zona […] No

sabíamos aún que había pasado, había demasiada niebla y poca visibilidad, no pudimos

entrar por la inestabilidad del terreno, pero al final fuimos los primeros rescatistas en

entrar a la zona […] A las 4.00am, que se despejó un poco, pude ver el panorama y me

dieron ganas de llorar al ver una destrucción sin precedentes.54

Por su parte, Alejandro de la Torre considera la magnitud del evento como un

desastre sin precedentes en esa zona, y como el más duro que ha tenido que afrontar

como rescatista. Igualmente, relata que los daños fueron muy severos, ya que “la ola

destructiva fue total y se llevó casas, terrenos y animales”.

Señala también que pocas horas después del evento, llegaron seis helicópteros

de rescate del Gobierno del Estado, así como Protección Civil, a fin de iniciar las

labores de evacuación entre los habitantes de la zona, ya que se temía la ruptura del

                                                                                                                         52  CEDECO  

53Al  momento  del  desastre  era  Comandante  Operativo  de  la  Comisión  Nacional  de  Desastre  en  el  Instituto  Chiapas  

Solidario  

54Entrevista  realizada  el  24  de  enero  de  2011  en  la  sede  de  Protección  Civil,  Ostucán,  Chiapas

 

 

101  

tapón. Alejandro señala que esa misma madrugada se rescataron aproximadamente a

60 familias de diferentes poblados de la zona.

El Coordinador de la Unidad Municipal de Protección Civil, fungió ulteriormente

como encargado del tráfico aéreo, ya que vinieron helicópteros procedentes de otros

estados del país, del ejército y la marina.

En lo que concierne al impacto psicológico sobre la población, destaca que “lo

que ví en las caras de las víctimas que pudimos salvar fue terror y pánico, así como una

gran incertidumbre por sus familiares. Así que no dejamos que los medios se acercaran

a la gente ya que primero tenían que recibir asistencia psicológica”.55

En efecto, la muerte de familiares, la separación de los seres queridos durante la

evacuación, la pérdida de bienes materiales y entorno espacial por un desastre, suelen

causar traumas irreversibles que no sólo disuelven las redes de reciprocidad entre las

personas, sino que también las llevan a vivir periodos de profunda depresión y estrés,

tal como lo advierten Macías (2009) y Scudder and Colson (1982), con el postulado del

“stress multidimensional”.

No obstante, la reacción casi inmediata de rescatistas y organismos

gubernamentales, Alejandro de la Torre reconoce que no existían planes de

evacuación, ni una “cultura de riesgo” que hubiese podido evitar un número elevado de

fallecidos. Dentro de las categorizaciones de vulnerabilidad global (Wilches Chaux,

1993), resaltamos que ante el desastre, las víctimas fueron más vulnerables desde el

punto de vista político, económico e institucional: resultado de décadas de políticas

institucionales que nunca se interesaron en identificar riesgos de desastre en zonas

marginales, ni propusieron planes de desarrollo (reducción de marginalidad) adecuados

al contexto socio-cultural de los habitantes del municipio de Ostuacán.

En cambio, hoy en día, De la Torre señala que la situación es completamente

diferente, ya que Protección Civil ha implementado distintos planes de contingencia en

las comunidades, así como en escuelas que ayudan a las personas a convivir con el                                                                                                                          

55  Entrevista  realizada  el  24  de  enero  de  2011  en  la  sede  de  Protección  Civil,  Ostucán,  Chiapas

 

 

 

102  

riesgo. En efecto, tras lo ocurrido en Juan de Grijalva, las autoridades finalmente

tomaron en cuenta la dimensión temporal en los desastres (concebirlos como la

culminación de largos procesos sociales), al crear, reorientar y fortalecer instituciones

enfocadas a la mitigación, en detrimento de la recuperación post-desastre.

Igualmente, son útiles los comentarios de la Lic. Adela Cantoral Ramírez56; si

bien al momento del desastre, no ocupaba ningún cargo gubernamental, Cantoral

afirma que ha tenido acceso a archivos e informes que detallan las operaciones de

rescate y la reubicación. No está de más, pronunciar que sus opiniones sobre la

catástrofe, son sin duda alguna un reflejo del discurso que manejan los organismos

gubernamentales tanto estatales como federales: “la respuesta gubernamental ante el

desastre fue inmediata y se les ayudó en todo a las víctimas”.57

Por su parte, Marcial C. señala que hubieron “temblores y mucho viento” antes

del derrumbe y de la posterior ola que ahogó a la población. Igualmente, reseña que “4

casas no fueron destruidas, y aún hay algunas personas que viven en la zona del

siniestro por costumbre y pertenencia a la tierra”.

Al igual que los demás funcionarios entrevistados, Tamara H. comenta que la

respuesta de socorro fue inmediata, aunque reconoce que muchas familias fueron

separadas y tardaron varios días en rescatar y juntar a todos.

                                                                                                                         

56Actual   Agente   del  Ministerio   Público   Auxiliar   por   parte   de   la   Procuraduría   General   de   Justicia   de   Chiapas   que  

funge  como  principal  autoridad  política  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva  ya  que  la  ciudad  no  cuenta  actualmente  con  un  

Delegado.  Ella  es  la  cuarta  persona  en  ocupar  dicho  cargo  desde  la  fundación  de  Nuevo  Juan  de  Grijalva.    

57   Aunque   durante   la   entrevista   confesó   no   conocer   con   exactitud     las   razones   del   desastre,     afirmó   estar  

consciente  de  la  magnitud  que  éste  tuvo  y  de  la   inexperiencia  en  gestión  de  desastres  por  parte  del  Gobierno  en  

aquellos  años.  

 

 

 

103  

3. Post impacto

3.1 Transición: etapa de emergencia hacia la reubicación

Entre el desastre y la reubicación, hay una fase muy delicada que podría ser

denominada como una etapa transitoria o de emergencia.

Tal como lo indica Macías (2009:89), la etapa consecuente al impacto es un

periodo de emergencia en el que “la ruptura de los arreglos sociales generan nuevos

problemas a la población impactada y dichos problemas son vistos en términos de

demandas o exigencias, y se puede agregar que, a fin de cuentas, son nuevas

necesidades sociales creadas por el impacto”.

Por su parte, la antropóloga Sandrine Revet (2007:366) caracteriza este

momento como “particularmente corto, marcado por sus características operativas”. En

este sentido, la autora señala que se trata del tiempo durante el cual se llevan a cabo

las acciones de salvamento y de evacuación de los habitantes fuera de la zona

afectada por el desastre.

Cabe destacar que es en esta fase, durante la cual el peligro se ha alejado y, por

lo tanto, las autoridades recobran el control de la situación. Efectivamente, para los

funcionarios, la entrada en fase de emergencia consistió en brindarles ayuda lo más

rápidamente posible (distribución de frazadas y alimentos, primeros auxilios, etc.).

Ahora bien, prácticamente todas las familias entrevistadas que resultaron

afectadas por el desastre, señalan que en un primer momento la reacción por parte de

los rescatistas y Protección Civil fue rápida y eficiente, pues:

La reacción del gobierno fue inmediata y la ayuda fue muy buena. Recibimos dinero,

despensa, ropa, alimentos y calzado. La ayuda fue tan buena, al principio que

sospechábamos de las intenciones del gobierno […] Igualmente participaron muchos

organismos que nos dieron apoyo.58

                                                                                                                         58  Entrevistas  realizada  el  22  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

104  

Otro caso fue el de la familia 10-SB, la cual quedó muy satisfecha y agradecida

con los rescatistas del desastre: “nos llevaron en helicóptero, y a mi esposa la llevaron

a Tuxtla para que pudiese dar a luz”. Efectivamente, De la Torre59, advierte que

alrededor de 60 familias pudieron ser rescatadas por seis helicópteros del Estado. De

igual forma, él también fungió como encargado del tráfico aéreo: “venían helicópteros

del Ejército, la Marina y diferentes Estados del País.”

Por otro lado, De la Torre informa sobre la impresionante cobertura mediática

que dieron los principales medios de comunicación del país. Nos cuenta que pocas

horas después del desastre, ya estaban las principales televisoras dando cuenta del

desastre ocurrido la noche precedente, apareciendo en la primera plana de varios

periódicos del país. Asimismo, nos dice que la presencia de estos medios obstruyó

parcialmente las tareas de rescate, así como la protección de las víctimas. Con

respecto a lo anterior, el actual Coordinador de Protección Civil advierte que “nunca

dejamos que los medios de comunicación se acercaran a los rescatados, ya que sus

caras expresaban terror y pánico[…]En aquel momento, era lo último que queríamos ya

que aún había mucha incertidumbre por los familiares de las víctimas. Habían aún

desaparecidos”.60

Dicha cobertura mediática del desastre, puso no sólo en evidencia los altos

índices de marginalidad socio-económica del municipio de Ostuacán, sino también

confirmó la hipótesis que los marginales son altamente vulnerables por su propia

condición de pobreza (Cuny, 1983). El caso de Juan de Grijalva la ilustra

perfectamente.

Se puede afirmar que a diferencia de la mayoría de los desastres ocurridos en

México, en donde reina una ausencia de autoridad política hacia el cumplimiento de

obligaciones elementales de seguridad de la población, en Juan de Grijalva el rescate

                                                                                                                         59 Comandante  de  la  Comisión  Nacional  del  Desastre

60  Entrevista  realizada  el  24  de  enero  de  2011  en  la  sede  de  Protección  Civil,  Ostuacán,  Chiapas  

 

 

105  

se dio de manera efectiva. Cabe destacar, que numerosas asociaciones y ONG´s, tanto

mexicanas como extranjeras, mandaron dinero, comida, ropa, agua, entre otras cosas.

Adviértase, que ante la magnitud de la tragedia, el Gobierno Estatal pidió un

mayor apoyo al Gobierno Federal, por lo que fueron enviados más helicópteros, así

como mayor número de militares para las labores de rescate y búsqueda de posibles

sobrevivientes. Igualmente, participó un grupo de rescate del Reino Unido, que colaboró

en la búsqueda de cuerpos, con helicópteros, lanchas rápidas y buzos. Por su parte,

Stef Hopkins61, explicó que el escenario era sumamente adverso, pues tras el

derrumbe, se formaron montañas de tierra y roca que dificultaron la labor de rescate

(Suverza, 2007).

Pese a los esfuerzos anteriores, recordamos que se reveló una profunda falta de

preparación de las autoridades, frente al desastre, pues no contaban con programas de

mitigación para este tipo de eventos. Es menester comentar, que ningún lugar había

sido identificado como albergue potencial, y tampoco se había previsto ningún

procedimiento particular, con un protocolo de acciones a seguir, mucho menos se

habían preparado a las poblaciones.

En suma, coincidimos en que para entender mejor la magnitud de la tragedia de

Juan de Grijalva, es necesario subrayar décadas de políticas gubernamentales que

agravaron las desigualdades socio-económicas y políticas, incrementado la

vulnerabilidad global de sus habitantes y, por ende, el riesgo de sufrir una catástrofe.

De tal forma, se afirma que dicho desastre no puede ser considerado como un evento

meramente natural.

Cabe mencionar, que los gobiernos estatal y federal, la CFE, la CONAGUA, así

como Fundación Azteca y Fomento Social Banamex, tomaron la decisión de aportar

recursos y diseñar programas de ayuda para los damnificados (Limeddh,2011).

Posteriormente, las autoridades de SEDESOL decidieron reubicar

temporalmente los refugiados del desastre en Ostuacán, cabecera del municipio

                                                                                                                         61Comandante   del   Search   and   Rescue   Assistence   in   Disastres,   grupo   británico   especializado   en   búsqueda   de  

personas  en  desplomes.  

 

 

106  

homónimo, con una población de alrededor de 3278 habitantes y situada a

aproximadamente siete kilómetros de Nuevo Juan de Grijalva (INEGI, 2011).

Los sobrevivientes del desastre fueron trasladados en calidad de “refugiados

climáticos” a dicha localidad. Ahí mismo, se instalaron albergues en la Secundaria de

Ostuacán y, más tarde, se emprendió el programa de “Campamentos Solidarios” en un

campo de fútbol, situado en la entrada del pueblo, a fin de albergar a una población de

1180 personas, agrupadas en 277 familias procedentes de otras 13 localidades.

Nótese, que con la evacuación total de todas las comunidades asentadas en los

márgenes del río Grijalva, se alcanzó las 20 mil personas afectadas, instalándose 31

refugios temporales en 13 municipios.62

A partir de la entrevista realizada a De la Torre, (jefe de Sector de la

dependencia Chiapas Solidario)63, se pudo indagar con mayor precisión sobre la

distribución de ayuda a la población afectada, así como la caracterización de las

viviendas en los albergues. Así, nos informa que en un primer momento se encargó de

la parte organizativa, es decir, el trato directo con las víctimas, las problemáticas

internas de los albergues, el manejo de censos, así como el suministro de ayuda a los

damnificados, a través de la activación del Plan DN-III-3, a cargo de la Secretaria de la

Defensa Nacional y la Secretaria de Marina, a fin de efectuar acciones de evacuación

preventiva y auxilio a la población.

Por su parte, Macías sintetiza de manera clara la intervención de los agentes de

Sedesol en esta fase del desastre, manejo que igualmente fue aplicado a los

damnificados de Juan de Grijalva.

                                                                                                                         62Gobierno  del  Estado  de  Chiapas-­‐  PNUD  México,   (2008)    Plan  de  Recuperación   .Zonas  afectadas    por   los   frentes  

fríos   2,   4   y   del   derrumbe   en   la   comunidad   Juan   de   Grijalva,   [en   línea]  

<http://www.haciendachiapas.gob.mx/contenido/Planeacion/Informacion/PNUD/Archivos/PDF_Plan_Recuperacio

n%20-­‐FF%202,4.pdf>  [  consulta  1  de  diciembre  2011]  

63Durante  el  periodo  de  refugio  de  las  víctimas  

 

 

107  

En sus palabras, tenemos que:

El programa de Empleo Temporal (PET), integra las Mesas de Atención Social y

constituye los Comités de Vivienda e informa a la población que va a integrar los Censos

de Damnificados; participa haciendo un primer registro de daños en vivienda e

infraestructura urbana. Inicia levantamiento de Cédula de información socio-económica y

de verificación de daños para constituir el padrón de beneficiarios (2009: 84).

Alejandro T. (actualmente Coordinador de Protección Civil); la Lic. Adela C.

(Agente del Ministerio Público de Nuevo Juan de Grijalva), así como la Lic. Tamara H.

(representante de la Fundación Azteca), coinciden en que la canalización de la ayuda

estuvo marcada por una excelente organización.

Habiendo sido activado los recursos del FONDEN64, se iniciaron formalmente los

procesos de auxilio a la población de los municipios afectados y la consecuente

evaluación de daños, a fin de cimentar un Plan de Recuperación. Derivado de estos

acontecimientos, se autorizaron con cargo al Fondo Revolvente de la SEGOB 54 mil

despensas, 150 mil litros de agua, 6 mil kits de aseo personal, 1200 kits de limpieza, 24

mil colchonetas, 23 mil cobertores, 1500 impermeables, 600 equipos de herramientas y

700 láminas de zinc; representando un costo aproximado de 18.4 millones de pesos.

Asimismo, se implementaron programas para favorecer a las familias afectadas con un

presupuesto de 157 millones de pesos, destinados a Sedesol, el DIF y la Secretaria del

Campo del Estado de Chiapas. Así, por ejemplo, el reporte señala que Sedesol

organizó su apoyo de la siguiente manera:

• Ayuda Humanitaria. Distribución de alimentos y equipamiento de cocinas y dormitorios

para los campamentos.

                                                                                                                         64Fondo   de   Desastres   Naturales:   su   finalidad   es   defender   los   efectos   de   los   desastres   naturales   cuya  magnitud  

supere  la  capacidad  de  respuesta  y  de  entidades  federativas.  

 

 

108  

• Reactivación Económica. Apoyos económicos para proyectos productivos y jornales

para el pago de comisiones de cocina, limpieza y actividades de saneamiento

ambiental.

• Apoyos Compensatorios. Recursos para pago de renta y enseres domésticos a la

población afectada.

• Fortalecimiento de Capacidades. Acciones de capacitación técnica y de convivencia65.

En cuanto al DIF Estatal, tenemos que esta institución realizó diversas acciones

de ayuda humanitaria otorgada a las familias afectadas de los campamentos. Por citar

tenemos:

• Asistencia alimentaria. Se otorgaron diariamente 10,533 raciones diarias de alimentos

calientes a los damnificados.

• Habilitación y equipamiento para dormitorios y módulos de cocina, con un total de 1355

equipos para dormitorios como literas, colchones, cobertores, sábanas, almohadas, etc.

Igualmente, el DIF otorgó 50 equipos de cocina (estufones, gas).66

El sistema DIF nacional logró un acopio de 410,244.24 litros de agua, 5,962.5

litros de leche, casi 600,000 kilogramos entre víveres y ropa, y más de 16.000

kilogramos de medicamentos, tal como lo indica el Reporte de Recuperación del Estado

de Chiapas.67

                                                                                                                         65Gobierno  del  Estado  de  Chiapas-­‐  PNUD  México,   (2008)    Plan  de  Recuperación   .Zonas  afectadas    por   los   frentes  

fríos   2,   4   y   del   derrumbe   en   la   comunidad   Juan   de   Grijalva,   [en   línea]  

<http://www.haciendachiapas.gob.mx/contenido/Planeacion/Informacion/PNUD/Archivos/PDF_Plan_Recuperacio

n%20-­‐FF%202,4.pdf>  [  consulta  1  de  diciembre  2011]  

66  Ibídem:  57  

67Op.cit.  p.59

 

 

109  

No obstante, Alejandro T. confiesa que tardaron relativamente mucho tiempo en

abastecer a todos los damnificados, ya que llegó a haber un exceso de víveres lo cual

dificultó la organización. Desgraciadamente, muchas cosas tuvieron que ser tiradas.

Este testimonio concuerda con el juicio de muchos entrevistados que se quejaron por

la lentitud de ciertos víveres, así como de prácticas ilegales por parte de miembros

organizativos, pues se apropiaron de una parte de los suministros para uso propio o

reventa.

Cabe destacar, que de acuerdo con la información proporcionada por varios

funcionarios, hubo una excelente relación entre los organismos federales y privados, lo

cual favoreció una óptima fluidez de ayuda por parte de numerosas ONG´s,

organizaciones de Club de Rotarios, asociaciones religiosas (como los Adventistas), la

Cruz Roja, así como el apoyo en general de la sociedad civil.

Por su parte, el Lic. FJL68, acusa al DIF de corrupción ya que el organismo

vendía la ropa que enviaba la población civil. Además, señala que el desastre fue muy

lucrativo para muchas empresas, permitiendo al gobierno emplear acciones que

políticamente hubiesen sido condenadas.

En cuanto a los comentarios de las familias entrevistadas, éstas dijeron que se

enteraron básicamente por medio del personal de Sedesol, pues les informaron sobre la

manera en que se canalizarían los suministros, así como los documentos necesarios

para la vivienda temporal.

Adicionalmente, algunos entrevistados señalaron que recibieron “buenas

cantidades” de dinero y despensas semanales, por lo cual dieron opiniones favorables

en cuanto a la ayuda que recibieron en un primer momento. Por su parte, Alejandro T.

informó que los damnificados recibían despensas cada dos o tres días, y que eran

alimentados tres veces al día. Incluso, señala que muchos de las víctimas llegaron a

beneficiarse con electrodomésticos y otros “privilegios”, que no eran de ninguna

                                                                                                                         68Habitante  de  Juan  de  Grijalva  y  abogado  que  lleva  el  caso  de  los  defraudados  por  la  expropiación  de  tierras  por  

parte  de  CFE.  

 

 

110  

necesidad para el estatus de la víctima. A través de este pasaje, se puede observar su

punto de vista sobre este tema en cuestión:

El Gobierno del Estado fue demasiado paternalista y, por eso, ellos [las víctimas] se

volvieron muy caprichosos. Accedieron a muchísimos proyectos que les concedimos,

como trabajar en lavanderías y panaderías, pero no se esforzaron y no prosperaron […]

Querían que les cayera todo del cielo […] Como refugiados, ellos estuvieron mejor como

nunca lo habían estado antes. […] Igualmente, Sedesol y las demás dependencias

dieron muchísimo.69

Así pues, de acuerdo con los entrevistados, la relación entre las familias y los

funcionarios fue cordial durante la primera etapa de emergencia, la cual consistió en el

rescate de víctimas y en la suministración de ayuda en los campamentos. A

continuación, podemos exponer algunas citas que reflejan la opinión general de los

entrevistados:

Estamos agradecidos porque nos apoyaron y nos dieron albergues […] Hubo mucha

ayuda de muchos lugares […] La ayuda fue buena durante el traslado hacia los

albergues […] Sedesol nos dijo que nos iban a dar comida y que no teníamos que

pensar […] Trabajé como bodeguero durante el periodo de los campamentos. Hubo

posibilidad de trabajar un poco.70

Sin embargo, después de aproximadamente cinco meses de refugiados71 se dio

inicio al programa “Campamentos Solidarios”, en un campo de fútbol. En esta etapa,

las condiciones de los refugiados se deterioraron considerablemente, a tal punto que

                                                                                                                         69Entrevista  realizada  el  24  de  enero  de  2011  en  la  sede  de  Protección  Civil,  Ostuacán,  Chiapas.  

70Recopilación  de  algunos    testimonios  de  entrevistas  realizadas  entre  el  20  y  27  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  

de  Grijalva  

71  Primero  en  la  secundaria  de  Ostuacán,  y  posteriormente,    trasladados  en  un  campo  de  football.  

 

 

111  

algunas familias prefirieron salir por voluntad propia, dadas las molestias y la situación

de insalubridad y hacinamiento que reinaba en dicho campamento. Desde la

perspectiva de las familias, los organismos gubernamentales se vieron rebasados por la

situación, ya sea por falta de organización, menor empeño en el trabajo ante mayores

exigencias, o bien una creciente disconformidad e impaciencia por parte de las

víctimas, las cuales no veían claridad en su proceso de reubicación. Muchas familias

tenían aún la esperanza de regresar a sus tierras, pero durante ese periodo se les

confirmó que serían reubicados en el marco del proyecto de desarrollo Ciudades

Rurales Sustentables.

Tal como se ha comentado, es en este periodo que las familias comenzaron a

mostrarse con mayor escepticismo y recelo hacia los funcionarios. Cabe recalcar, que

el periodo de refugio de la gran mayoría de las familias en los Campamentos Solidarios,

duró alrededor de un año y medio, lo cual se tradujo para muchas personas en una

situación de desesperación, tal como lo ilustra el siguiente pasaje:

Ya no queremos saber nada de Sedesol porque después tuvieron una mala intervención

[…] Los desastres naturales enriquecen a otros, son un negocio porque ahora nos

quieren mandar lejos en un lugar donde les conviene. […] Nunca pude regresar a mi

casa porque la zona está sitiada; pensaba regresar […] A pesar de lo que dicen otros o

en las noticias, muchos de nosotros notamos hostilidad entre el Gobierno y nuestras

familias. Hubo distorsión por parte de los medios de comunicación […] La relación con

agentes de gobierno fue cordial al principio pero después fue decepcionante.72

Prácticamente, los sobrevivientes del desastre vivieron en pequeñas casas de

madera, lo cual también produjo mucha inconformidad, tal como lo comenta la familia

15- RP: “El año en Ostuacán fue horrible porque el espacio era muy reducido, alrededor

de 4X5 y además era de madera”.

                                                                                                                         72Recopilación   de   testimonios   de   entrevistas   realizadas   entre     el   20   y   27   de   enero   de   2011   en   Nuevo   Juan   de  

Grijalva  

 

 

112  

De acuerdo con muchos testimonios, durante la temporada de lluvias toda el

agua entraba y se inundaban las casas. Además, el espacio era extremadamente

reducido, tomando en cuenta que las familias están compuestas por un promedio de

cinco a seis miembros.

A juzgar por nuestras entrevistas, podemos deducir que a pesar de los esfuerzos

que han preconizado los funcionarios, no hubieron suficientes programas, ni

investigaciones (de corte socio-antropológico) que profundizaran en los posibles efectos

de concentrar distintas comunidades en un mismo espacio, los posibles conflictos entre

distintos grupos, o la desintegración familiar: efecto del trauma y del shock psicológico

(Klein, 2007) producido por la muerte de familiares y la separación de sus miembros,

por falta de espacio en las casas de los campamentos. En suma, el periodo en los

campamentos fue de tensión, de roces con otras comunidades, así como de tristeza.

En otras palabras, confirmamos que ser refugiado tras un desastre implica ser

marginal, dadas las condiciones de vulnerabilidad socio-cultural y económica que

presentaron los sobrevivientes de Juan de Grijalva.

Durante el periodo de refugio, los damnificados por el desastre fueron informados

que serían reubicados en una nueva ciudad, como parte de un nuevo proyecto de

desarrollo inédito en México y el mundo, proyectado por el gobierno mexicano en

colaboración con la ONU y el Banco Interamericano de Desarrollo.

La Presidencia de la República presentó oficialmente el proyecto de la siguiente

manera:

El Plan propone construir una red de centros de integración rural, cuyo objetivo será

impulsar regiones o zonas con infraestructura y servicios básicos para ir concentrando

en ellos a las comunidades dispersas, logrando una más eficiente organización

territorial73.

                                                                                                                         73Presidencia  de  la  Republica  2001,  "Plan  Puebla  Panamá:  Capitulo  México,  Documento  Base"  

 

 

113  

A su vez, Juan Mouriño, entonces Secretario de Gobernación, describió el

proyecto antes mencionado, como un intento muy novedoso de resolver el problema de

llevar servicios y alcanzar mejores niveles de vida a muchos mexicanos en situación de

marginalidad.

Así, con la presentación del proyecto de reubicación, las familias supieron que no

tendrían nunca más la posibilidad de regresar a sus tierras. Tal como se mencionó, el

gobernador de Chiapas, Juan Sabines, con el aval del Gobierno Federal y la

representación de la ONU en México, tomaron la decisión de reubicar a los refugiados

del desastre de Juan de Grijalva.

Cabe destacar, que ninguno de los miembros de la comunidad fue partícipe de

dicha decisión. Más bien, sólo recibieron la noticia, no hubo desacuerdo ante la noticia

de reubicación, es más, cuando fue presentado el proyecto la mayoría de las familias

recibieron el proyecto con entusiasmo: “el personal de gobierno nos presentaron el

proyecto de reubicación en una pantalla y se miraba muy bonito […] El proyecto de

reubicación parecía magnífico porque nos ofrecían trabajos, ayudas y casa”. 74

Otras familias que habían perdido familiares o amigos en el desastre, no

compartieron el mismo entusiasmo inicial. Por ejemplo, la familia 2-RJ comentó que:

“aceptaron el proyecto porque no tenían otra opción. No tenían nada”. Igualmente,

señalaron que las personas creyeron y aceptaron todo el proyecto como producto de la

desesperación y el trauma del desastre75.

Si bien el plan de la reubicación tuvo aceptación; posteriormente fue objeto de

controversia entre los habitantes, debido a la naturaleza del proyecto, orientado a

concentrar personas de distintas comunidades en un esquema desarrollista urbano:

modelo social, económico y cultural completamente opuesto al del antiguo Juan de

Grijalva, como parte del proyecto de modernización de las zonas más marginadas del

país. Sin embargo, ciertos funcionarios y familias afirmaban haber recibido visitas por                                                                                                                          

74  Recopilación  de  algunos    testimonios  de  entrevistas  realizadas  entre  el  20  y  27  de  enero  de  2011  en  nuevo  Juan  

de  Grijalva  

75Entrevista  realizada  el  21  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

114  

parte de funcionarios de Sedesol, para realizar censos y preguntas sobre el “modo de

vida” de los antiguos habitantes de Juan de Grijalva, a fin de tomar en cuenta sus

modos de vida. Dicha afirmación no pudo ser confirmada a lo largo del trabajo de

campo.

Como se dijo anteriormente, el Gobierno del Estado a través del Programa de

Reconstrucción de Vivienda de Sedesol, presentaron el proyecto integral de reubicación

para la construcción de la primera Ciudad Rural Sustentable. En este sentido, los

entrevistados contaron que durante casi 1 año estuvieron implicados en la construcción

de la nueva Ciudad Rural asistiendo a numerosas reuniones informativas. Los

siguientes testimonios reflejan la opinión de casi todas las familias entrevistadas:

“hubieron muchas reuniones sobre los proyectos de reubicación […] Recuerdo que casi

todos los días teníamos que ir […] Nosotros no asistimos a todas las reuniones pero

fuimos al menos 10 veces”.

Es menester aclarar que hubieron quejas sobre la falta de organización y mucha

confusión sobre el procedimiento de los trámites burocráticos, y el origen de los

recursos para la construcción de la ciudad. Según Macías (2009), dichas

irregularidades se deben a la escasa claridad que caracteriza los esquemas

burocráticos mexicanos. De tal manera, la familia 1-RR reseña que “hubo mala

organización por parte del Gobierno ya que nos enteramos de los trámites por otras

personas y ya era tarde. Hubo muy poca información y por eso no salí beneficiada”.76

Otro de los entrevistados, asegura que su situación de analfabetismo lo mantuvo

alejado durante el proceso de coordinación entre el gobierno y los reubicados. Es

necesario subrayar, que no todas las familias entrevistadas asistieron de manera

regular a las reuniones informativas, como fue el caso de las familias 11-LD quien

confesó que no prestó atención suficiente durante las juntas y reuniones a las cuales

asistieron, ya que aún seguía vivo el trauma del desastre, y estaban “destruidos” por el

luto. Esto hace inferir que las familias que sufrieron la pérdida de uno o varios

familiares, estuvieron menos atentas al proyecto de reubicación y a las ayudas de los

                                                                                                                         76  Entrevista  realizada  el  22  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva  

 

 

115  

programas por el luto y la tristeza. En palabras de la familia 17-SM, tenemos: “muchas

veces el hecho de haber sobrevivido al desastre y saber que estás vivo impide

conformarse fácilmente, porque lo has perdido todo y quieres recomenzar con tus seres

queridos”. 77

A partir de esta serie de testimonios mencionados, deducimos que desde el

momento del desastre hasta la reubicación, los sobrevivientes de desastre estuvieron

en un estado de shock (Klein, 2007), es decir, desorientada, centrada en la emergencia

de la catástrofe, en sus preocupaciones diarias por sobrevivir, por lo que gran parte de

las familias aceptaron la propuesta de reubicación, sin siquiera analizarla o

cuestionarla.

Cabe agregar que del universo de las familias entrevistadas, sólo dos pudieron

responder de manera correcta el nombre de los organismos e instituciones que

gestionaron el proyecto de la reubicación y la coordinación de recursos económicos.

Por otra parte, se les pidió a los entrevistados actas de nacimiento o credencial del IFE

para su registro en el padrón de beneficiaros y para el derecho de residencia en la

nueva ciudad rural.

Pese a algunas confusiones y problemas de organización, el proyecto integral de

la construcción de Nuevo Juan de Grijalva fue explicado a las familias entrevistadas. De

acuerdo a los testimonios, el predio fue elegido escuchando las demandas de los

antiguos habitantes de la zona del siniestro, así como por las autoridades

gubernamentales que determinaron el emplazamiento en una zona alta de 80

hectáreas, a 15 kilómetros del lugar del desastre y a 7 de Ostuacán. Por lo tanto, el

terreno elegido fue declarado apto para albergar a la nueva Ciudad Rural, en una zona

fuera de riesgo de desastre.

Según las fuentes oficiales, se eligió un lugar apto, seguro, y menos vulnerable:

“el gobierno compró la tierra a partir de la petición de las personas […] Nosotros dimos

                                                                                                                         77  Entrevista  realizada  el  24  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva  

 

 

116  

nuestra opinión para escoger las tierras entre tres lugares que ya estaban detectados

de acuerdo a los estudios gubernamentales”.78

Sin embargo, el emplazamiento en una zona alta ha traído muchos problemas a

sus habitantes, que repetidamente se quejan de las fuertes ráfagas de vientos que

azotan a la ciudad, muchas de ellas acompañados de precipitaciones pluviales que

entran al interior de la casa e inundan todo.

Por otro lado, el plano arquitectónico de Nuevo Juan de Grijalva, incluyó la

construcción de lotes en toda una zona al borde de un barranco, lo cual implicaba un

gran riesgo de desgajamiento para sus habitantes, principalmente durante la temporada

de lluvias.

De hecho, poco antes de la inauguración de Nuevo Juan de Grijalva, sus

habitantes habían sufrido los embates de una serie de tormentas, que además de

inundar sus casas, causaron daños a la infraestructura de la ciudad, por ejemplo, el

desgajamiento de un pequeño barranco y fisuras de algunas aceras.

Otro gran problema que implicó el lugar de la reubicación fue la lejanía que tenía

Nuevo Juan de Grijalva con respecto a las tierras de cultivo, pues implicaba grandes

gastos diarios de transporte, muchos de ellos incosteables; una gran pérdida de tiempo

y menos tiempo con la familia.

Asimismo, la gestión de la SEMADUVI 79 fue insuficiente, ya que delegó a

autoridades estatales la gestión de la elección del predio, cuya compra fue negociada

con los ejidatarios locales, privilegiando así la cuestión económica en detrimento de la

reducción de riesgo. Cabe subrayar que en muchos casos de reubicación, con una

inadecuada gestión y malas inversiones, han habido procedimientos similares de

elección de terrenos en zonas inadecuadas, lo cual no sólo ha traído problemas de

vulnerabilidad ante desastres, sino también graves consecuencias sociales, tales

como: pobreza, desempleo, desarticulación de redes sociales, migración, entre otros

factores.                                                                                                                          

78  Entrevista  realizada  el  24  de  enero  de  2011  a  la  Lic.  Tamara  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

79Secretaría  de  Medio  Ambiente,  Desarrollo  Urbano  y  Vivienda.  

 

 

117  

Autores como Argüello (2004:3), quien ha abordado la relación entre riesgo y

arquitectura, advierte que una adecuada gestión de riesgos no sólo se puede basar en

responsabilidades institucionales, ya que como él lo menciona: “la satisfacción de las

necesidades de vivienda lleva a una serie de acciones constructivas que incluyen el uso

de tierras inadecuadas para habitar”.

Adicionalmente, dicha autora subraya que en el caso de una reubicación por

desastre, es necesario que se construyan verdaderos asentamientos habitables y

funcionales, y no sólo conglomerados de casa. Dicha afirmación es prácticamente

compartida por otros estudiosos en los estudios sociales sobre reubicaciones humanas,

como Macías (2001; 2009), Oliver Smith (2002), Cernea (en Macías, 2009), Briones

(2009), entre otros.

Coincidimos con la postura de Macías (2009), en cuanto que todo modelo de

ubicación debería resultar de la colaboración entre autoridades institucionales y la

población afectada, es decir, el diseño del proyecto de reubicación, la elección del sitio

o los proyectos de desarrollo social. Sin embargo, hemos observado que dicha

dinámica no caracterizó del todo el proyecto de reubicación de Nuevo Juan de Grijalva,

pues ya se tenía un diseño previo.

Es necesario evocar un sinfín de reubicaciones fallidas en años anteriores, como

los casos de las colonias Milenio y Vida Mejor por el desastre de Motozintla (Chiapas)

en 1998 y 2005, las reubicaciones de Tecolotitlán y Arroyo del Maíz (Veracruz), de la

Junta de Arroyo Zarco (Puebla), o el Escondido y Río Grande (Yucatán), por citar

algunos casos. Los resultados arrojados por dichos estudios demostraron que dichos

reasentamientos tuvieron básicamente un enfoque ingenieril: proyectos de

construcción de vivienda, sin un previo estudio socio-cultural de sus habitantes, ni

planeación de programas de desarrollo social, tal como sucedió en la reubicación de

Nuevo Juan de Grijalva.

Una vez delimitado el lugar de su reubicación, las familias cuentan que pudieron

ver el plano integral de la ciudad, al igual que el modelo de la casa80.

                                                                                                                         80  Evidentemente  fue  el  aspecto  más  importante  para  los  reubicados.  

 

 

118  

De igual manera, las entrevistas dejaron ver que la casa también fue objeto de

controversia por su modelo, ya que el Gobierno de Chiapas previó 2 prototipos para que

los reubicados pudiesen decidir. Empero, en un primer momento, no llegaron a un

consenso, antes bien a desacuerdos y tensiones.

La diferencia entre los modelos reside en que uno de ellos, estaba construido

con muros de adoblock, mientras que el otro de tabla- roca. Al final, los habitantes

escogieron el modelo de casa con adoblock, pero causó reacciones negativas entre

muchas familias en Juan de Grijalva, alegando que otras comunidades habían apoyado

el modelo de la casa escogido, por lo que ellos tuvieron que asumir el proyecto. Ahora

bien, muchas familias de Juan de Grijalva, culpan a otras comunidades por el error de

haber elegido el modelo de la actual casa, inclusive, muchas mujeres se arrepienten de

haber sido exclusivamente convocadas a las reuniones en donde se les mostraban los

planos de las casas y otros proyectos.

Posteriormente, durante la construcción de las casas (a las cuales ellos pudieron

tener acceso), empezaron a surgir desacuerdos entre las familias y los funcionarios

gubernamentales y empresas de construcción. Una de las primeras quejas, atañe al

tamaño del terreno que correspondía a cada familia.

Los reubicados querían lotes más grandes para poder cultivar y tener sus

animales, pero las instancias gubernamentales se negaron a modificar los esquemas

arquitectónicos ya establecidos, por razones financieras y burocráticas. Sin embargo,

los entrevistados relatan que como resultado de sus insistentes quejas y unión, lograron

que se modificara un poco el modelo. El cambio consistió en incrementar la superficie

de adoblock en una de las partes de la casa, ya que en esa zona hay mucho viento.

Cabe destacar que la gran mayoría de las familias relataron que si bien tuvieron

acceso a observar los avances de las construcciones, en ningún momento pudieron

proponer modificaciones o ser copartícipes de la obra. Al respecto tenemos las

observaciones de las familias 8-SA y 13-J:

Pudimos ver las casas durante la constricción pero sin la posibilidad de hacer

modificaciones […] Nos dijeron que podíamos estar presentes durante la construcción:

 

 

119  

opinar si estábamos de acuerdo o modificar si entrabamos en desacuerdos pero no fue

así porque el Gobierno no escuchó críticas.81

En oposición, la corresponsal para CNN México, Hanako Taniguchi (2011), relata

una versión distinta a la recopilada, en donde afirma que: “para la fundación de Nuevo

Juan de Grijalva, los habitantes construyeron sus propias viviendas basados en una

maqueta presentada por el Gobierno. Las autoridades dicen que los pobladores

estuvieron de acuerdo con el diseño de la casa en la que habitarían” (Taniguchi, 2011).

De igual manera, Julián Domínguez López Portillo82, y Franceso Piazzezi

Tomassi (director de la Fundación Adobe Home Aid), supervisaron las obras de

vivienda, señalando que la construcción estaba a cargo de las propias familias

damnificadas, bajo el método de autoconstrucción asistida por la fundación Adobe

Home (SEMADUVI-Sánchez, 2008). A la par, indicó que dicha autoconstrucción de

vivienda es un proceso social que favorece la querencia del nuevo hogar, y reafirmó

que este sistema constructivo está avalado técnica, social y ambientalmente. Por su

parte, la Lic. Tamara H. de la Fundación Azteca, confirmó dicho método de

construcción: “no hubo imposición en nada, pues los habitantes escogieron terrenos, se

les informó de todo y participaron en el modelo y construcción de las casas”.83

Indagar sobre la veracidad de señalamientos formulados, no es de suma

prioridad para los objetivos de este estudio. No obstante, este contraste de opiniones

nos permite dar cuenta de la percepción de descrédito, así como la hostilidad por parte

de los reubicados hacia el Gobierno y empresas que participaron en la construcción de

la Ciudad Rural. Muchas de las quejas por parte de las familias se debieron a la

arrogancia de algunos representantes de las empresas participantes en la construcción

de la ciudad. Efectivamente, el modelo socio-económico y racionalizado de las

empresas financiadoras de la reubicación encarnan a la perfección el llamado

                                                                                                                         81  Entrevista  realizadas  el  22  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva    

82  Secretario  de  SEMADUVI  

83Entrevista  realizada  el  24  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

120  

monopolio de la razón (Bourdieu, 1999), al no haber tomado en cuenta las necesidades

socio-culturales de los reubicados.

Posteriormente, los reubicados se desilusionaron y decepcionaron al ver las

casas terminadas, ya que según ellos resultaron extremadamente pequeñas y

disfuncionales.84 Los testimonios de las familias 3-CA, 5-PR, y 11-LD resumen el

sentimiento y las observaciones de las familias durante las semanas previas a la

inauguración de la Ciudad Rural:

El proyecto presentado por el Gobierno no fue malo, pero la construcción fue pésima ya

que los contratistas y agentes se robaron recursos […] Nos aseguraron que las casas

eran con materiales buenos, pero no es así […] Estuvimos de acuerdo cuando vimos el

video del proyecto, pero cuando quedó listo, ya no nos pareció bueno […] No se ve

como nos lo habían presentado […] Toda la gente se arrepintió del modelo de la casa.85

Por su parte, Julián Domínguez, secretario de SEMADUVI, destacó la gestión y

el sistema constructivo de Fundación Adobe, premiada a nivel nacional de vivienda por

la calidad de las casas, así como por los beneficios que brinda a las comunidades.

Igualmente sostuvo que ningún programa de vivienda en México ofrece un lote tan

grande, así como un nuevo concepto de ciudad, agradeciendo así el apoyo del

gobernador de Chiapas, Juan Sabines.

De acuerdo con el proceso previo a la reubicación, coincidimos con Vera (2009)

al señalar que, en un primer momento las víctimas de Juan de Grijalva no opusieron

resistencia, ni expresaron desacuerdo a la reubicación; pero con el paso del tiempo, las

                                                                                                                         84Las  razones  y    características  de  las  deficiencias  del  modelo  de  la  casa  serán  expuestos  en  párrafos  siguientes.  

85Entrevistas  realizadas  el  22  Y  26    de  enero  de  2011    en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

 

 

 

121  

tensiones y desacuerdos se fueron incrementando, producto del hartazgo del refugio, la

complejidad del programa de reubicación, así como falta de consenso en torno a

distintas propuestas, como el modelo de la casa. En efecto, al salir del estado de shock,

muchas de las víctimas se dieron cuenta de la naturaleza de este proyecto, pues no

tomó en cuenta sus necesidades socio-culturales durante su reubicación.

De esta forma, se concluyó la construcción de Nuevo Juan de Grijalva con el

objetivo de reubicar y formar ciudadanos activos y emprendedores, y superar la

condición de marginalidad económica y social que afectan diversas regiones de México.

3.2 Caracterizando a Nuevo Juan de Grijalva: organización espacial,

infraestructura y proyectos productivos

Finalmente, el jueves 17 de septiembre de 2009, en un histórico y pomposo evento, el

Presidente de México Felipe Calderón Hinojosa, acompañado de los gobernadores de

Chiapas, Guerrero y Tabasco; de Ricardo Salinas Pliego (Presidente del Grupo

Salinas); Magdy Martínez Solimán (Coordinador Residente de la ONU en México); Flor

Jiménez Jiménez (Presidenta Municipal de Ostuacán); del Lic. Juan Gabriel Coutiño

Gómez (Presidente del Tribunal Superior de Justicia); de Fernando Peón Escalante

(Director General de la Fundación de Fomento Social de Banamex); y del Arq. Ariel

Cano Cueva (Director General de la Comisión Nacional de Vivienda); entre otros, se

inauguró la primera Ciudad Rural Sustentable del mundo: Nuevo Juan de Grijalva,

nombre designado en honor a las víctimas del desastre de Juan de Grijalva.

Así pues, Nuevo Juan de Grijalva se perfiló como una ciudad pionera y

vanguardista, a fin de reconfigurar la organización territorial y socio-económica de

Chiapas y México, promoviendo el desarrollo regional, la activación de la competitividad

económica en zonas marginadas, y la lucha contra la dispersión territorial, considerada

por el Estado como unas de las principales causas de la pobreza en México.

El proyecto de Ciudades Rurales Sustentables estuvo coordinado por el Plan Nacional

de desarrollo 2007-2012, el Plan de desarrollo Chiapas Solidario y con el Programa de

las Naciones Unidas para el desarrollo. De tal modo, Nuevo Juan de Grijalva fue

 

 

122  

igualmente construido con el propósito de atender a los ocho objetivos de Desarrollo del

Milenio, establecidos por la ONU: erradicar la pobreza y el hambre, asegurar educación

universal, la equidad de género, sustentabilidad ambiental, reducir la mortalidad infantil,

mejorar la salud materna, combatir el VIH y otras enfermedades de rezago, y la

asociación mundial, vinculada a la conectividad.

De acuerdo con la postura de Macías (2009) y Scudder y Colson (1982),

clasificamos esta relocalización como una reubicación forzada por desastre, que

culminó en un proyecto de desarrollo. En esta línea, la nueva Ciudad Rural se convirtió

para el Gobierno Federal en una nueva política pública, que estimula la concentración

en centros de desarrollo bajo esquemas urbanos, a fin de frenar el crecimiento

poblacional anárquico y desordenado, ya que entre 1970 y 2005 se crearon 11,646

nuevas localidades en Chiapas, lo que equivale a la creación de una población nueva

por día, tal como lo preconiza el Instituto de Población y Ciudades Rurales.86

Igualmente, dicha dependencia recalca “la accidentada orografía que dificulta el

otorgamiento y la dotación de servicios e infraestructura para el desarrollo, en

detrimento de la calidad de vida de la población” (Taniguchi, 2011).

Las obras de construcción de Nuevo Juan de Grijalva fueron supervisadas por la

Secretaria de Medio Ambiente, Desarrollo Urbano y Vivienda (SEMADUVI), SEDESO

Chiapas, Adobe Home Aid, invirtiéndose alrededor de 570 millones de pesos para su

construcción. Las principales empresas que aportaron recursos para la construcción de

Nuevo Juan de Grijalva fueron Banorte, Maseca, Fundación Televisa, Fundación

Telmex, Grupo Carso, Fondo Social Banamex, BBVA Bancomer, las fundaciones Río

Arronte y Azteca, Techos Mexalite, Cementos Cruz Azul, Farmacias del Ahorro,

Ecoblock Internacional y organismos como Natura y Ecosistemas Mexicanos. También

se contó con la asesoría del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Organización

de Naciones Unidas (a través del PNUD) y embajadas, indica el informe del gobierno

estatal (Mariscal, 2009).

                                                                                                                         86Documento  electrónico  <http://www.ciudadesrurales.chiapas.gob.mx/>  [consultado  el  20  de  diciembre  de  2012].  

 

 

123  

En efecto, la fuerte presencia de empresas privadas y organismos económicos,

dan cuenta del carácter neoliberal del programa Ciudades Rurales Sustentables: la

implantación del libre mercado y el aliento al consumo. De igual forma, la cadena

televisiva TV Azteca desempeñó un papel fundamental durante todo el proceso de

reubicación. Por una parte, contribuyó con grandes campañas publicitarias a dar a

conocer el proyecto de reubicación entre las víctimas y el público en general y,

posteriormente, con un reportaje de Nuevo Juan de Grijalva para presentar la ciudad al

resto del país.

En la misma dirección, el Gobierno de Chiapas informó que, desde el comienzo,

el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estuvo al tanto del

proyecto de Ciudades Rurales Sustentables, proyecto, diseñado por sociólogos,

antropólogos y otros expertos, investigadores y académicos de la Universidad Nacional

Autónoma de México.

Indudablemente, Nuevo Juan de Grijalva encarna el carácter institucional de la

modernidad (Giménez, 1994), es decir, una empresa cimentada en decisiones políticas

de carácter económico y tecnológico para una mayor productividad y competitividad, en

detrimento de los aspectos socio-culturales de sus habitantes. Así pues, la finalidad de

dicho proyecto es la unificación, la integración capitalista y la unidad nacional, tal como

lo dicta el modelo de reubicación de Ciudades Rurales Sustentables.

La superficie de Nuevo Juan de Grijalva abarca un predio de 80 hectáreas, de las

cuales 50 hectáreas fueron destinadas para la construcción de la infraestructura

urbana, el desarrollo social, las viviendas así como los distintos proyectos comerciales e

industriales en una zona de 23 manzanas y 19 calles.87

De acuerdo con las observaciones en campo, el planeamiento urbanístico de

Nuevo Juan Grijalva fue diseñado bajo un esquema netamente urbano, es decir, un

trazado que asemeja al hipodámico, el cual organiza la ciudad mediante el diseño de

                                                                                                                         87   Documento   electrónico   <http://www.ciudadesrurales.chiapas.gob.mx/>   [consultado   el   20   de   diciembre   de  2012].  

 

 

 

124  

sus calles en ángulo recto, creando manzanas rectangulares. Sin embargo, la presencia

de laderas y la irregularidad del terreno hacen que la ciudad presente muchas

pendientes.

Juan de Grijalva también se caracteriza por estar organizada sectorialmente, lo

cual también fue tomado en cuenta durante el trazado de la ciudad. Así pues, se puede

observar que la zona central de la ciudad es la parte baja donde desembocan las calles

de los distintos sectores que son habitados por diversas comunidades, que entre ellas

mismas se organizaron para poblar de manera conjunta a dichas colonias. A su vez, el

centro se distingue por ser atravesado por una calle que divide y atraviesa la ciudad de

oriente a poniente, la calle Central Poniente, donde se concentran los edificios

públicos, ministeriales así como la escuela, el centro de salud y un hotel.

Las 30 hectáreas restantes fueron destinadas para el desarrollo de distintos

proyectos productivos agroindustriales,88 que puso en marcha el Instituto de Población y

Ciudades Rurales, a través de la Secretaria de Reconversión Productiva para ofrecer

fuentes de trabajo a los habitantes de la Ciudad Rural, bajo el estandarte de la

sustentabilidad, la apertura al comercio y la competitividad. Dichas actividades

productivas fueron previstas para que los habitantes de Nuevo Juan de Grijalva,

tuviesen salarios que fueran desde 3,700 hasta 8,000 pesos mensuales, como lo indicó

el titular del Instituto de Población y Ciudades Rurales, Alejandro Gamboa. Al momento de su inauguración, Nuevo Juan de Grijalva recibió inicialmente a

1704 habitantes, pertenecientes a 410 familias damnificadas, de las 11 comunidades

oficialmente afectadas dentro del municipio de Ostuacán: Juan de Grijalva, Ejido

Salomón González Blanco, Ejido Playa Larga Tercera Sección, Ejido La Laja, Ejido

Pichucalco (antes Muspac), Comunidad Playa Larga Primera Sección, Comunidad

Peñitas el Mico, Comunidad Antonio León, Ranchería Antonio León Anexo, Ranchería

Loma Bonita y Ranchería Nueva Sayula. Todas estas familias se instalaron en 410

viviendas, cada una con un predio de 300 metros cuadrados, 60 metros cuadrados de                                                                                                                          

88 Documento   electrónico   <http://www.ciudadesrurales.chiapas.gob.mx/>   [consultado   el   20   de   diciembre   de  2012].  

 

 

125  

construcción y un traspatio de 240 metros cuadrados, como lo afirma el Instituto de

Vivienda y Ciudades Rurales Sustentables. Además, las distintas esferas institucionales

encargadas de este proyecto, subrayaron que las viviendas fueron edificadas con

criterios de construcción sostenibles, enfatizando en la modernidad así como en el

carácter vanguardista de la infraestructura y servicios públicos donados por distintas

fundaciones.

De acuerdo con la información obtenida en el portal web oficial de Ciudades

Rurales Sustentables,89 observaciones realizadas en campo y distintos funcionarios,90

las viviendas en Nuevo Juan de Grijalva fueron construidas con paredes en adoblock y

láminas especiales que mantienen el interior de la casa más fresca de la temperatura

ambiental. El portal web indica que las estufas son ecológicas, seguras y cuentan con

un sistema de ahorro de combustible. De igual forma, los funcionarios entrevistados

coincidieron que en Nuevo Juan de Grijalva los habitantes tienen la fortuna de contar

con este tipo de estufa, ya que anteriormente los beneficiados en reubicaciones

contaban con fogones en el suelo y cocinaban con leña, que a su vez era nociva para la

salud de los inquilinos y representaba un potencial peligro en casa.

El Instituto de Ciudades Rurales Sustentables indica que las casas cuentan con

un extenso traspatio que permite a las familias tener autonomía alimentaria para poder

criar aves de corral, así como plantar árboles frutales y hortalizas. En cuanto a los

servicios básicos, las casas cuentan con servicios de agua potable y drenaje sanitario

así como pluvial.

Según el contrato establecido entre los habitantes y el Instituto de Ciudades

Rurales Sustentables, las casas fueron entregadas a sus beneficiarios bajo la dinámica

de “donación condicionada”, a ser habitada por 25 años, por lo que durante ese tiempo

                                                                                                                         89   Documento   electrónico   <http://www.ciudadesrurales.chiapas.gob.mx/>   [consultado   el   20   de   diciembre   de  

2012].  

90    Lic.Tamara  H.,  representante  de  la  Fundación  Azteca,  Marcial  Cruz  González,  contador  y    responsable  del  Centro  

de  Desarrollo  Comunitario  (CEDECO),  el  Lic.  José  Bersaín  Salas,  quien  fungió  como  Director  de  Programas  Especiales  

por  parte  de  la  Secretaria  de  Desarrollo  y  Participación  Social,  entre  otros.  

 

 

126  

la casa no puede ser rentada o vendida. Así pues, el Gobierno Federal invirtió 400

millones de pesos para la construcción de las casas.

La red de distribución eléctrica de la ciudad es subterránea, y el alumbrado

público se compone de 238 lámparas además de iluminación con celdas fotovoltaicas.

De acuerdo a esta información, el portal gubernamental informó que la ciudad cumple

con el objetivo siete, enfocado a la sustentabilidad del medio ambiente.

El sistema de agua potable y de drenaje es tratado por una planta potabilizadora

de agua, lo cual supuestamente brinda a cada habitante 200 litros diarios de agua, lo

cual cumpliría con la recomendación de la ONU, como lo detalla el Instituto de

Ciudades Rurales Sustentables. Igualmente, Nuevo Juan de Grijalva cuenta

oficialmente con una planta de tratamiento de aguas residuales con paneles solares y

biodigestores así como un relleno sanitario.

En lo que concierne al equipamiento urbano, la Ciudad Rural cuenta con un

camino de acceso pavimentado, así como 19 vialidades y banquetas pavimentadas. De

igual forma, la ciudad posee una terminal de transporte público con 5 andenes de

donde salen pequeñas camionetas cada 10 minutos aproximadamente, dependiendo la

demanda de pasaje. Además, hay algunas tiendas y pequeños restaurantes en su

interior. Esta terminal enlaza la ciudad rural con la vecina localidad de Ostuacán y otras

poblaciones vecinas.

Cabe destacar, la construcción de dos templos religiosos: una iglesia católica y

un templo adventista. Dichos templos se encuentran opuestamente situados en la cima

de dos laderas en el extremo norte y sur de la ciudad. Igualmente, la ciudad tiene

parques y algunas canchas deportivas de básquetbol y fútbol rápido, financiadas por

Farmacias del Ahorro, cuyo logo aparece en los tableros así como en el círculo central

de la cancha.

Por otra parte, Nuevo Juan de Grijalva tiene una agencia de Ministerio Público,

en donde oficialmente se encuentra un delegado, quien funge como máxima autoridad

de la ciudad. Asimismo, hay una Comandancia con presencia policial, cuyo propósito es

garantizar el orden y la seguridad de la ciudad, así como una Posada Rural, “La Tierra

Prometida”, con 8 habitaciones con baño, un comedor, servicio de lavandería y un

 

 

127  

administrador. La finalidad de este hotel es promover el turismo, aunque por lo regular

la posada sirve para hospedar ingenieros y funcionarios de las dependencias que

vienen a trabajar en la zona.

Otras obras de relevancia han sido el Centro de Asistencia Infantil Comunitario,

cuyo objetivo es apoyar a las madres trabajadoras, brindando servicios de guardería,

alimentación y salud a niños; y el Centro de Desarrollo Comunitario (CEDECO), lugar

donde se ofrecen servicios de capacitación y orientación a las familias. De igual forma,

el Lic. Marcial Cruz González indica que el CEDECO funge igualmente como centro

cultural, ya que ofrece cursos de alfabetización, talleres de marimba, guitarra, pintura,

danza, tanto a jóvenes como adultos. A su vez, indicó que hay programas para

personas de la tercera edad, así como para personas con capacidades diferenciadas.

Según el Instituto de Ciudades Rurales Sustentables, durante el periodo escolar 2009-

2010, el CEDECO atendió a 60 habitantes.

Por otro lado, la ciudad cuenta con un centro de salud que fue financiado por la

Fundación Teletón. Es operado en un 80% bajo el esquema de Seguro Popular y en un

20% por el programa Oportunidades. De igual forma, el equipamiento fue donado por la

Fundación Carso de la Salud, junto a Fundación Gonzalo Río Arronte. De acuerdo con

la información recabada en campo, el Instituto Carso de la Salud capacitó al personal

médico. Según el portal del Instituto de Ciudades Rurales Sustentables, este complejo

brinda 142 servicios a la población y dispone de dos consultorios de medicina general,

uno de medicina preventiva, uno de odontología, una sala de procedimiento, un

laboratorio para tomas de muestra, una farmacia y servicio de ambulancia. A su vez,

destaca un área de monitoreo de embarazo por riesgo.

En cuanto al aspecto educativo, la Fundación BBVA Bancomer y el Gobierno de

Chiapas, invirtieron alrededor de 30 millones de pesos en la construcción del Centro de

Educación Básica del Estado de Chiapas (CEBECH), área escolar que abarca desde el

grado preescolar hasta la secundaria, y que puede atender hasta 800 niños, con un

equipo de 46 computadoras, 240 bancas, 29 pizarrones y 40 restiradores. La

Subdirectora Conti Sánchez Salas, señaló que el centro educativo cuenta con 24

salones, de los cuales 6 de preescolar, 12 de primaria, 6 de secundaria, así como aula

 

 

128  

de medios audiovisuales, baños, una cocina, laboratorios multidisciplinarios, una plaza

cívica y canchas deportivas. Adicionalmente, la Subdirectora subrayó que los alumnos

de secundaria cursan talleres de capacitación para el trabajo, para vincularlos con el

potencial productivo y económico de la zona.

Un aspecto que fue considerado como prioritario por el Instituto de Ciudades

Rurales Sustentables, fue la conectividad y la comunicación. Por tanto, el grupo Iusacell

financió la construcción de una torre de comunicaciones bautizada “Torre Azteca” con

la finalidad de brindar servicios de Internet y telefonía Iusacell.

Tal como lo menciona el Instituto de Ciudades Rurales en su portal web, esta

torre posee una plataforma tecnológica, compuesta de una sala audiovisual, una sala

de cómputo, una mediateca, una radio comunitaria (89.9 FM), un aula de seminario, un

restaurante y un mirador. Por otra parte, la Lic. Tamara H.91, comentó que ahí se

imparten cursos de capacitación en distintas áreas y carreras a distancia por parte de la

UNACH,92 así como cursos de computación de manera gratuita. Igualmente, mencionó

que en la Torre Azteca opera la Radio Comunitaria del Sistema Chiapaneco de radio y

televisión.

En el ámbito económico, la ciudad presenta un corredor comercial en la zona

oriental con 19 comercios, como tiendas de artículos para el hogar, peluquería,

comercios de ropa y pequeños restaurantes. Contiguamente, hay un Corredor

Industrial donde se encuentra una fábrica de muebles y blocks, una herrería, un modulo

de mixtamalización, una tortillería, y un molino. Además, en distintos puntos de la

ciudad existen 5 tiendas de abarrotes, llamadas “Súper Chiapas”, una panadería y una

refresquería. En total, el Instituto de Ciudades Rurales Sustentables censó 48 micro-

empresas, atendidas por 162 socios que recibieron capacitación y financiamiento para

equipamiento de trabajo. Cabe resaltar que durante la fase de refugio, fueron otorgados

los empleos de carácter empresarial y de comercio.

                                                                                                                         91Representante  de  la  Fundación  Azteca  y  responsable  de  la  Torre  Azteca  

92Universidad  Autónoma  de  Chiapas.  

 

 

129  

Además, en el extremo poniente de Nuevo Juan de Grijalva, se encuentra el

Módulo Mi Gobierno (MIGO), que alberga oficinas de la Secretaría de Hacienda;

BANCHIAPAS, el banco de préstamos para el crecimiento de negocios, y

Telecomunicaciones de México (TELECOMM-TELÉGRAFOS).

Sin lugar a dudas, considero que los Proyectos Productivos Sustentables a cargo

del Instituto para la Reconversión Productiva y Agricultura Tropical, fueron el sector que

más creó expectativa, y que suponía darle a Nuevo Juan de Grijalva el esplendor de

presentarse como una ciudad moderna, vanguardista y con una población laboralmente

activa y sustentable, como en ninguna otra parte del mundo. Desde un primer

momento, estos proyectos representaron en cierto modo, el eje medular del proyecto de

Ciudades Rurales Sustentables, ya que es en este sector donde convergen los

principales objetivos planteados por el Gobierno Federal y la ONU, es decir, generar

oportunidades de empleo permanente e ingresos bien remunerados, a través de una

integración a la economía de mercado, transformando así a sus habitantes en

emprendedores y, por ende, reconfigurando todo un vasto esquema socio-cultural de la

población.

De hecho, los proyectos productivos se pueden dividir en dos áreas: los

proyectos agro-industriales y la reconversión productiva. Ahora bien, se caracterizarán

los siguientes proyectos agro-industriales diseñados para los reubicados a Nuevo Juan

de Grijalva:

• El sector pecuario con la instalación de 3 granjas de aves de postura para fines

comerciales y de autoconsumo, administradas por grupos de 10 mujeres socias en

cada granja. Según datos oficiales, las granjas cuentan con 2400 aves que producen

1920 huevos rojos al día.

• El sector agro-industrial con la instalación de una planta procesadora de lácteos para el

acopio de leche y transformación en queso y yogurt, operando con 18 familias

organizados en una sociedad cooperativa. Según el Instituto para la Reconversión

Productiva, se producen 2500 litros diarios de leche y el queso “Chiapas” se vende con

éxito en distintas tiendas.

 

 

130  

• El sector agrícola con la producción de chile habanero (antes tomate) en ocho

invernaderos de alta tecnología de 996 hectáreas, situados en la parte alta de Nuevo

Juan de Grijalva, a cargo de 71 productores organizados en ocho cooperativas. Según

los datos oficiales, los chiles habaneros son vendidos en la central de abastos de Tuxtla

Gutiérrez, así como en localidades vecinas.

• Una planta fermentadora y secadora de cacao situada a la salida de la ciudad, en

donde trabajan 14 socios para la producción de pasta de chocolate.

En cuanto a la reconversión productiva, la estrategia fue impulsar un programa

de reconversión en las parcelas de 76 productores para sembrar 267 hectáreas con

especies frutales, agroindustriales y agroforestales como el mangostán, el lichi; plantas

como el ucote para la producción de biocombustibles y árboles maderables como el

cedro y el matilishuati. De acuerdo al Instituto de Ciudades Rurales Sustentables, estos

proyectos están alineados al Objetivo número 7 de Desarrollo de la ONU, que es

garantizar la sustentabilidad del medio ambiente, así como al 1, erradicar la pobreza

extrema y el hambre, ya que oficialmente estos trabajos aportan mayores ingresos.

En entrevista, Jorge García (técnico de campo de Ciudades Rurales

Sustentables), explicó que durante el periodo de refugio93, los reubicados recibieron

propuestas por parte de los proyectistas del proyecto Ciudades Rurales Sustentables,

para incorporarlos en una serie de proyectos productivos de reinserción laboral, donde

se tomaría en cuenta “el deseo y las propuestas de la gente”. Este gran plan de

reconversión resultó en las 5 áreas productivas –antes mencionadas-, cuya agrupación

de trabajadores se dio por afinidad e intereses; pero como lo mencionó Jorge García,

los miembros de los equipos se reagruparon en función de sus comunidades de

procedencia. Por ejemplo, los reubicados procedentes del antiguo Juan de Grijalva

decidieron trabajar juntos y, por lo tanto, unirse en un determinado proyecto.

                                                                                                                         93Periodo  en  donde  los  refugiados  fueron  informados  de  la  reubicación  a  Nuevo  Juan  de  Grijalva    

 

 

131  

3.3 Reacciones a la reubicación: Funcionarios

Ahora bien, habiendo caracterizado a Nuevo Juan de Grijalva, su organización espacial,

su infraestructura así como sus sectores laborales, el siguiente paso es exponer los

distintos puntos de vista, comentarios, críticas, así como las reacciones ante la

edificación de Nuevo Juan de Grijalva y la reubicación de sus habitantes. Sin duda

alguna, las siguientes opiniones recolectadas, bastan para dar cuenta de las

percepciones y los discursos antagónicos de dos dimensiones sociales claramente

definidas: la esfera académica e investigativa, y el universo político y del Estado.

Comenzando por los testimonios de carácter político, el presidente Felipe

Calderón H. comentó- durante su intervención en la inauguración de la ciudad- que

Nuevo Juan de Grijalva se hizo realidad, gracias al esfuerzo de los chiapanecos, del

gobernador Juan Sabines, los empresarios que participaron en este esfuerzo, y como el

resultado de la cooperación entre diferentes niveles de gobiernos, la iniciativa privada y

fundaciones: “aquí no caben los cinturones de miseria ni el crecimiento desordenado e

irregular de los habitantes como ocurre en las zonas urbanas. Aquí la población rural,

que vive en el campo, genera desarrollo sustentable"94.

Por su parte, el gobernador Juan Sabines aseguró que con la estrategia de

Ciudades Rurales Sustentables, se demuestra que la política gubernamental prioriza y

resuelve la pobreza en México, atendiendo a sus causas de fondo (Burguete, 2009).

En cuanto al responsable de la ONU en México, Magdy Martínez Solimán,

destacó el esfuerzo colectivo del gobierno, el sector empresarial y la sociedad civil para

erradicar la pobreza, ya que según él, la lucha contra la pobreza tiene que ser

financiada y los recursos se tienen que distribuir a quienes más los necesitan.

De acuerdo con el Secretario de SEMADUVI, Julián Domínguez, Ciudades

Rurales Sustentables es el tránsito de una marginalidad social a la formación de

                                                                                                                         94El  Sol  d  México,   (2009)   ,  Calderón  y  Sabines   funda   la  primera  Ciudad  Rural,   [en   línea],  OEM,  18  de  septiembre  

<http://www.oem.com.mx/elheraldodechiapas/notas/n1328967.htm>  [consulta  21  de  diciembre  de  2011].  

 

 

132  

ciudadanos activos y participativos, que sean actores en el proceso de su propio

desarrollo y superación (SEMADUVI-Sánchez, 2009).

En tanto, Ricardo Salinas Pliego, presidente del Grupo Salinas, ratificó que

Nuevo Juan de Grijalva no es un proyecto urbano, sino un proyecto humano (Ramírez,

2009). Igualmente, mencionó que tiene firmes bases sustentables, tanto en lo ecológico

como en lo económico. Cabe destacar, la extensa cobertura mediática que realizó TV

Azteca a través de sus canales para dar a conocer la reubicación de la ciudad, en la

que fue presentada como una ciudad ideal, próspera y desarrollada por una conductora

con tintes de edecán. De igual forma, se efectuó un vasto programa de marketing,

promocionando los productos de las empresas patrocinadoras de la reubicación.

En este tenor, señalamos que algunos habitantes del sector Juan de de Grijalva,

atestiguan que en la cobertura mediática se exageraron las cifras de producción de los

proyectos agroindustriales, y se seleccionaron previamente las viviendas visitadas en

donde se les indicó a los entrevistados qué decir ante las cámaras. De igual forma, se

asegura que ante la supuesta carencia de equipo médico que padecía el Centro de

Salud, se hizo traer exclusivamente material hospitalario para la filmación del reportaje.

Estos ejemplos exponen claramente el papel de la manipulación mediática

(Bourdieu, 1999) que ejercieron distintos medios de comunicación en Nuevo Juan de

Grijalva95, para influir favorablemente en la percepción y opinión de las audiencias

sobre la reubicación, los organismos y fundaciones involucradas en su proyecto. Por lo

tanto, muy poco de lo que se expone en esta investigación ha sido difundido por los

medios de comunicación.

3.3.1 Reacciones a la reubicación: académicos e investigadores

Pese a lo anterior, distintos académicos, asociaciones así como medios de

comunicación, han alertado y cuestionado fuertemente el plan de Ciudades Rurales, así

como sus supuestos objetivos de reducir la pobreza y marginación en Chiapas.

                                                                                                                         95Consecuencia  de  las  presiones  comerciales  de  distintas  empresas  financiadoras  y  del  campo  político.  

 

 

133  

En este sentido, distintos investigadores han indicado que el objetivo principal de

este proyecto es “reconfigurar” el uso de los recursos, concentrar a la población en

poblaciones pequeñas, y poner sus tierras a disposición de grandes corporativos, tal

como lo resume Ángeles Mariscal, corresponsal para el Periódico La Jornada (Mariscal,

2009). Dicha periodista, en su artículo cita a Japhy Wilson (renombrada investigadora

en la Escuela de Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad de Manchester), quien

sostiene que el plan de Ciudades Rurales Sustentables, no es más que una

reproducción del proyecto Mesoamérica por su dinámica comercial y social. Igualmente,

señala que los fines de este proyecto son meramente de orden económico, conjugando

mano de obra barata, extracción de recursos naturales, plantaciones agroindustriales y

una eficaz reconfiguración territorial.

A su vez, Mariela Zunino y Miguel Pickard, integrantes del organismo civil Centro

de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria, integrantes de

diversos proyectos de corte político-económico en Chiapas, señalan que Ciudades

Rurales Sustentables son cómplices de las dinámicas del mercado neoliberal

internacional.

Las investigadoras explicaron que con la reconfiguración del Plan Puebla-

Panamá (PPP), y el Informe sobre desarrollo mundial 2009 del Banco Mundial, se

plantearon nuevas prioridades como la integración de todo el territorio, a través de la

construcción de ciudades con esquemas urbanos para la integración económica de

zonas rurales. Por tanto, argumentan que la finalidad es proponer núcleos rurales

urbanizados y densamente poblados para encauzar las fuerzas del mercado, y así

evitar que nadie se quede fuera de la dinámica económica liberal. Por consiguiente,

deducimos que la lógica del plan es económico y no socio-cultural.

Por su parte, Japhy Wilson (2008), investigadora inglesa, publicó en la revista

América Latina en Movimiento, un extenso artículo en el cual se señala que el proyecto

Ciudades Rurales Sustentables es la nueva fase del Plan Puebla Panamá en Chiapas.

El autor sostiene que este plan fue promocionado bajo un discurso de “servicios” y

“calidad de vida”, ante el análisis del Documento Base del PPP que identificaba la

dispersión de la población como una gran “debilidad” en el sureste mexicano. Por ende,

 

 

134  

J. Wilson advierte que esta estrategia de concentración poblacional está íntimamente

integrada a la reestructuración neoliberal de la economía campesina de la región.

De igual forma, subrayó que aunque la postura gubernamental insista en el

carácter novedoso y pionero de Ciudades Rurales Sustentables, este proyecto tiene

varias semejanzas con estrategias coloniales de control social durante el periodo de la

Conquista, en donde comunidades indígenas fueron reagrupadas para evitar

poblaciones dispersas y potencialmente desafiantes ante el poder de la Nueva España.

Por otra parte, el 2 de septiembre de 2011 se realizó en la ciudad de Puebla, el

Primer Encuentro sobre Ciudades Rurales Sustentables, al cual asistieron

principalmente investigadores de distintas universidades, tales como la UNAM, la UAM,

la BUAP, la ENAH96 y representantes de diversas asociaciones (Maseual Siuamej,

Proterra, Cipac, Tosepanpajti, Tosepantomin, entre otras). Tal como lo subraya Martín

Hernandez (2011) (corresponsal de la Jornada de Oriente), los ponentes y

participantes coincidieron que la política de Ciudades Rurales Sustentables ha

resultado ser un auténtico fracaso, ya que no promueve el desarrollo y, además, atenta

contra la identidad de distintas comunidades campesinas, al “esclavizar” a sus

habitantes en consumidores y empleados. De igual forma, M. Hernández subraya que

el encuentro centró su atención en la región chiapaneca, pues en dicha región se están

construyendo otras tres Ciudades Rurales, además de Nuevo Juan de Grijalva y

Santiago el Pinar, recientemente inaugurada durante el verano de 2011.

De igual forma, los asistentes concordaron que la concentración de la población

desplazada por el desastre en J. de Grijalva, se ajusta al interés de distintos

corporativos que pretenden aprovechar los territorios desocupados por la tragedia para

la explotación minera, la industria agrícola y el turismo ecológico, entre otras

actividades, lo cual es un ejemplo claro de shock por desastre (Klein, 2007).

En esta línea, nos hemos apoyado en distintos postulados de investigadores en

la materia, entre los cuales subrayamos Fernández (1992), Cernea (2001), y Macías

                                                                                                                         96Universidad   Nacional   Autónoma   de   México,   Universidad   Autónoma   de   México,   Benemérita   Universidad  

Autónoma  de  Puebla  y  la  Escuela  Nacional  de  Antropología  e  Historia.

 

 

135  

(2009) pues consideran a las reubicaciones como cambios sociales traumáticos, que

implican la expulsión de la población, así como una disputa por el control de recursos

naturales y capitales económicos entre una minoría, bajo el nombre del progreso y

desarrollo social.

3.3.2 Reacciones a la reubicación: el autor

De acuerdo con las impresiones recabadas en dicho encuentro, se afirma que el diseño

de carácter neoliberal del proyecto Ciudades Rurales Sustentable, no es apto para

mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Por el contrario, los habitantes de las

Ciudades Rurales han sufrido un proceso de marginación, efecto de las políticas

neoliberales socio-económicas, políticas y consumistas de las empresas

financiadoras.97

Así pues, se han podido contrastar perspectivas opuestas al modelo

implementado en Nuevo Juan de Grijalva, en donde por una parte funcionarios, los

representantes gubernamentales y medios de comunicación, se jactan de las virtudes

de dicho proyecto de desarrollo, influyendo a la audiencia televisiva mexicana; y, por la

otra, se expone la consternación y la condena de distintos académicos, investigadores,

periodistas de los riesgos y debilidades del plan Ciudades Rurales Sustentables, a

pesar de lucir como un proyecto modelo para la sociedad.

                                                                                                                         97  Posteriormente  se  detallará  las  causas  y    el  proceso  de  marginación  entre  los  reubicados.    

 

 

136  

CAPÍTULO V Consecuencias socio-culturales y económicas de la reubicación entre las familias del “sector” Juan de Grijalva

Introducción

En este capítulo, nos focalizamos exclusivamente en las familias procedentes del

antiguo poblado Juan de Grijalva, habitando la zona Juan de Grijalva, sector de la

ciudad en donde los sobrevivientes del desastre decidieron instalarse. Con base en las

observaciones realizadas en campo, las encuestas, las entrevistas y testimonios de 18

familias, originarias del mencionado poblado, exponemos la percepción que tienen de

su ciudad: infraestructura, servicios urbanos, proyectos productivos y empresas, así

como su relación con los funcionarios y empresas. De igual forma, realizamos el mismo

ejercicio con los miembros de las instituciones abordadas, recabando sus opiniones

sobre la situación actual de la ciudad y sus reubicados.

Asimismo, nos enfocamos no sólo en exponer y caracterizar el impacto y las

consecuencias de las políticas neoliberales del modelo de reubicación ingenieril de

Nuevo Juan de Grijalva, sino que también exponemos la enorme influencia y coerción

ejercida por los medios de comunicación, la imposición consumista y las empresas

financiadoras en sus vidas cotidianas. Con ello, se obtienen más bases no sólo para

cuestionar, sino también para exhibir las debilidades o posibles aciertos del modelo de

reubicación de la dependencia Ciudades Rurales Sustentables.

En este tenor, indagamos en el proceso de profunda crisis y marginalidad social

que han experimento las familias estudiadas, identificando así sus factores

desencadenantes: la pobreza económica, el desempleo y la precariedad laboral, la

desarticulación familiar,el desvanecimiento de las redes de reciprocidad, la violencia

estructural, entre otros factores. Paralelamente, resaltamos las estrategias de

solidaridad y reciprocidad de las familias marginadas para sobrevivir y contrarrestar los

 

 

137  

efectos de las políticas neoliberales de esta reubicación, basada en un enfoque

ingenieril.

1. Consecuencias de un modelo impuesto de reubicación: intentos de solidaridad ante la marginalidad

Si bien el sector Juan de Grijalva no está oficialmente registrado como una colonia

oficial, el hecho de haberse instalado en una misma colonia, es el resultado de la

voluntad y decisión conjunta que los antiguos reubicados del desastre decidieron tomar

tras haber vivido la desaparición de su tierra. En distintas charlas con los entrevistados,

éstos enfatizaron en el acierto de haberse instalado juntos, a fin de “tratar de honrar a

los muertos, renacer el espíritu de Juan de Grijalva y evitar la desintegración de la

comunidad”, tal como lo dice una vecina que considera el sector Juan de Grijalva, como

una refundación del mismo poblado desaparecido. De igual manera, 17-SM Y 11-LP

enfatizan en el hecho que al existir otras comunidades, es necesario “conservar la

identidad y la solidaridad entre los que sobrevivieron para tratar de afrontar juntos los

problemas”. Otro dato interesante es que en varias pláticas con distintos miembros del

sector J. de Grijalva, muchas personas concordaron que “haber sobrevivido a un

desastre, te hace no sólo valorar más la tierra que tenías, sino estar más orgulloso de tu

origen”.

Para las familias no fue fácil pasar a ser parte de una nueva ciudad de casi 2000

personas, la mayoría de ellas desconocidas. Por lo tanto, la totalidad de las familias

consultadas, coincidieron que la decisión de vivir en comunidad se debe a que ya

existía confianza, así como una cercanía previa entre sus miembros, lo cual les permite

tener mayores posibilidades de interacción y de solidaridad entre los mismos, a fin de

superar el trauma del desastre y afrontar juntos un cambio socio-cultural drástico. Por

otra parte, es necesario recalcar que en esta zona también habitan algunas familias de

otras comunidades.

 

 

138  

De tal forma, afirmamos que la decisión de haberse reagrupado98 por

parentesco y vecindad, permitió a los reubicados mantener sus redes de apoyo e

intercambio recíproco basadas en la confianza y la cercanía física (Lomnitz, 1975), a

través de tres elementos de apoyo social: afecto, afirmación y ayuda (Kahn y Antolucci,

1998). Subrayamos que estos mecanismos básicos de supervivencia, pudieron en un

primer momento mitigar los efectos del trauma del desastre, prevenir temporalmente la

desarticulación social y fomentar la interacción social.

El sector de Juan de Grijalva no tiene límites precisos, sino que es un área en la

zona sur de la ciudad, que abarca alrededor de 2 manzanas de aproximadamente 100 x

35 metros. En esta zona, se encuentran dos pequeños parques con bancas y algunos

juegos para niños, una cancha de Basquetbol, 2 tiendas de abarrotes “Súper Chiapas”,

la iglesia adventista, varias tienditas particulares, así como la Torre Azteca y la torre de

comunicaciones.

De acuerdo con las encuestas realizadas, la totalidad de las familias

entrevistadas cuentan con electricidad, agua, drenaje, alumbrado público, gas y servicio

semanal de recolección de basura. Oficialmente, el agua de la llave es potable aunque

ha sido desmentido por las familias entrevistadas.

El promedio de integrantes de las familias entrevistadas es de aproximadamente

cinco miembros, aunque hay varios casos en donde hay más de seis integrantes,

habitando una misma vivienda. Asimismo, las familias entrevistadas tienen al menos

tres hijos, cuya edad oscila entre los 13-14 años. En cuanto al nivel educativo, la mayor

parte de los padres de familia tienen sólo la primaria acabada, a excepción de un par de

personas, que tienen los estudios de secundaria concluidos. No obstante, todos los

niños están siendo escolarizados en el CEBECH de la Ciudad Rural.

De acuerdo con las encuestas realizadas, el salario promedio entre las familias

entrevistadas, oscila entre 2500 y 3000 pesos mensuales. Obviamente, con tales

                                                                                                                         98En  el  “sector”  Juan  de  Grijalva.  

 

 

139  

recursos las metas de sacar de la marginalidad económica a las familias, ha quedado

lejos de ser alcanzado99.

Por otra parte, el 85% de los entrevistados pertenecen a la religión adventista,

mientras que el resto son católicos.

Ahora bien, los primeros datos arrojados por la observación en campo y las

entrevistas, exhiben que desde la inauguración de la ciudad, se ha constatado un grave

deterioro de la infraestructura de la ciudad, sus servicios, los proyectos productivos así

como en las interacciones sociales, lo cual contrasta radicalmente con el discurso de

diversos funcionarios y agentes gubernamentales. Evidentemente, esta situación ha

causado serias disconformidades entre las familias reubicadas, las cuales serán

detalladas a continuación.

La primera de ellas, es la casa, por su tamaño. Todas las familias coinciden que

la casa de 60 metros cuadrados, es demasiada chica y no responde para nada con sus

necesidades.

Así, los entrevistados lamentaron las insuficiencias de la casa, mientras

afirmaban su resignación: “no estoy a gusto porque no responde a mis necesidades ya

que es muy chica: no se puede poner nada. Apenas cabe una mesita pero ¿qué se le

va a hacer? […] Las casas están muy chiquitas pero era la única opción […] No estoy a

gusto y no es apta para nosotros, pero no hay otra opción”.100

En este tenor, 11-LD, madre de 3 hijos, señala que su casa no está adaptada a

su modo de vida, porque ellos nunca estuvieron habituados a vivir en un espacio tan

reducido, ya que “su costumbre era hacer salas, cuartos, comedores en una gran casa”.

Igualmente, agrega que su casa le da una “sensación de encierro”. Asimismo, 8-SA se

                                                                                                                         99El  Instituto  de  Ciudades  Rurales  Sustentables  preveía  que  las  familias  reubicadas  tuviesen  ingresos  mensuales  que  

fueran  de  3500  a  8000  pesos  mensuales.  

100Recopilación   de   testimonios   de   entrevistas   realizadas   entre   el   20   y   27   de   enero   de   2011   en   Nuevo   Juan   de  

Grijalva.  

 

 

 

140  

lamenta que las viviendas sean demasiadas estrechas y que las divisiones para las

habitaciones le den una sensación de encierro.

En efecto, las viviendas fueron diseñadas bajo un esquema habitacional urbano,

que no tomó en cuenta los mayores índices de natalidad en las zonas rurales de la

región chiapaneca y, que por tanto, deja de ser apto para el caso de Nuevo Juan de

Grijalva. Así pues, se confirma que las casas no son funcionales, ya que la opinión de

los habitantes no fue tomada en cuenta para definir el tamaño ideal, así como la

estructura interior de las viviendas.

Obviamente, un espacio limitado con muchos inquilinos propicia mayores

tensiones entre los miembros mismos de la familia. Varios de los entrevistados afirman

que muchos de sus hijos pelean recurrentemente por los espacios al momento de

compartir la recámara. De hecho, en Nuevo Juan de Grijalva es normal encontrar a dos

o tres niños compartir una cama en una recámara de reducidas dimensiones. Incluso,

en las familias más numerosas, algunos miembros de las casas duermen en la sala, o

en hamacas en la cocina. Adicionalmente, las familias condenan el hecho que las casas

hayan sido fabricadas con materiales de baja calidad. Así, para la familia 2-RJ, el

problema son los materiales “basura”, ya que las viviendas son hechas de tierra, arena

y un poco de cemento, lo cual no sirve para nada. Según él, las casas durarán sólo

algunos años más, porque están muy “enclenques”. De igual manera, 3-CA menciona

que no se siente tranquilo por su seguridad y la de su familia, pues los materiales no le

inspiran confianza. En el mismo tenor, el resto de los entrevistados afirman, que las

láminas son “muy corrientes” y se mueven mucho con el viento, temiendo que algún día

se caigan sobre ellos. Igualmente, un gran número de familias se han quejado de

ratones que se filtran a través de las láminas y se comen la comida.

Las siguientes aseveraciones dan cuenta de la inconformidad de los

entrevistados en cuanto a las láminas, las ventanas y las paredes:

Durante la temporada de lluvias, toda el agua se filtra por las láminas y es una pesadilla

porque toda la casa se inunda […] Lo peor son las filtraciones de agua por el techo, pero

también entra muchísimo el agua por las ventanas […] Cuando hace aire, siempre se

 

 

141  

siente mucho porque entra por las ventanas que no están bien selladas. […] Tenemos

que sellar las paredes porque se filtra toda el agua, pero es muy caro para nosotros […]

El tejado es muy débil.101

Efectivamente, ante las insuficiencias de la casa, los inquilinos tienen que invertir

dinero en arreglar, hacer modificaciones o agrandar la casa. Eso supone un gasto

suplementario, que agrava aún más la precaria situación económica que afecta

prácticamente a todas las familias reubicadas. Al respecto,1-RR señala que ya no podrá

agrandar la casa porque no tiene dinero, ya que apenas sobrevive. Otro caso parecido

es el de 13-J, madre de un bebé quien habita con su esposo, su papá y sus tres

sobrinos. Ella nos cuenta que “la gente de gobierno pasa a preguntar si hay defectos

para arreglar, pero que nunca hacen nada”. Entonces, dice que ella no ha podido

agrandar su casa porque no tiene recursos, por lo tanto, “todos seguimos viviendo

como sardinas”.

Otras familias han hecho modificaciones a la casa, pero se han endeudado

severamente o han tenido que sacrificar otros gastos importantes, lo cual ha

recrudecido la pobreza.

De esta forma, aquí se compilan los siguientes casos de las familias 14-P y 18-I:

Estamos tratando de poner dinero para hacer remodelaciones porque salió muy

defectuosa pero estamos endeudados […] Hemos tenido que hacer modificaciones para

mejorar la casa, pero nos afecta mucho económicamente […] Agrandamos una

recámara porque ya no cabíamos. Valió la pena el pago, pero eso le correspondía al

gobierno.102

Por otra parte, la instalación de fogones en las cocinas significó en la política

gubernamental como una decisión estratégica para mostrar aprecio, respeto y

                                                                                                                         101Entrevistas  realizadas  el  23  y  24  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

102Entrevista  realizadas  el  24  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

142  

beneplácito, ante las necesidades culturales de los reubicados. Sin embargo, dicha

estrategia no tuvo el efecto deseado, ya que en Nuevo Juan de Grijalva fue

extremadamente difícil encontrar leña para cocinar, lo cual implicó que sus habitantes

efectuaran largos recorridos y gastaran mucho dinero para comprar leña. Eso significó

no sólo un deterioro económico en sus habitantes, sino también una gran pérdida de

tiempo. Por otra parte, dos de los entrevistados reportan que el viento tumbó la

chimenea tres días después de la inauguración, y que reiteradas veces el humo se

fugaba y se expandía en el interior de la casa. Por estas razones, la gran mayoría de

los entrevistados tuvieron que comprar estufas de gas, aprender a manejarlas y

readaptar el espacio. Hoy en día, muchos de los fogones han sido readaptados como

altares, y hasta mesas para colocar objetos. No obstante, desde que utilizan estufas,

las familias tienen que afrontar nuevos gastos.

Además, las familias concuerdan que otro error cometido por el Instituto de

Población y Ciudades Rurales Sustentables, fue no haber diseñado un modelo de

vivienda adaptable al clima de Nuevo Juan de Grijalva. En efecto, las familias se

lamentan que en el diseño de la vivienda, no se haya contemplado muros para proteger

el interior de las ráfagas de vientos y lluvias recurrentes, que se dan durante gran parte

del año, ya que la ciudad se construyó en una zona alta. Muchos vecinos hicieron saber

su descontento ante esta situación, ya que durante la temporada de lluvias se

inundaban el interior de las viviendas.

De igual forma, en el reporte del Instituto de Población y Ciudades Rurales

Sustentables, se especificó que las casas eran térmicas, es decir que durante la

temporada de calor la temperatura interna de las viviendas sería de al menos 4°c menor

a la exterior, manteniendo así un ambiente fresco ante las altas temperaturas que

durante varios meses superan los 35°c. Sin embargo, los testimonios de los

entrevistados, desmienten los reportes oficiales, pues el interior de las viviendas son

unos “auténticos hornos”, que les impide dormir por las noches, durante la temporada

de calor. Adicionalmente, se agrega que no plantaron árboles en las calles, lo cual

impide que la gente encuentre una sombra para resguardarse del sol. Con base en lo

 

 

143  

anterior, se puede afirmar que para la construcción de las viviendas no se tomaron en

cuenta las condiciones climatológicas del lugar.

Además, una franja de casas situadas en el extremo sur de la ciudad, fueron

construidas prácticamente en la orilla de una barranco, lo cual representa un riesgo

potencial de desgajamiento, situación que pareciera incoherente, ya que el lugar de

reubicación de la Ciudad Rural fue oficialmente elegido para que no se reprodujesen

nuevos riesgos ante posibles desastres.

Sin embargo, tal como lo advirtió MJH, presidente del comisariado del extinto Juan de

Grijalva, muchos habitantes del sector de Juan de Grijalva se encuentran en una zona

de gran riesgo, con casas agrietadas a punto de derrumbarse. Asimismo, señala que

una parte de la ciudad está construida sobre suelos arcillosos, filtrados por arroyos, lo

cual representa un riesgo para sus habitantes.

Hay que subrayar, que una de las mayores razones del descontento de los

habitantes que viven en el sector de Juan de Grijalva es el hecho de contar con

solares103 demasiado pequeños. En efecto, los solares representan una fuente vital

para las familias, porque ahí se siembran ingredientes básicos para el autoconsumo

como el frijol, jitomate, así como árboles frutales como el plátano y aguacate. De igual

manera, también se tienen animales como gallinas, cerdos u ovejas que pueden

representar una importante fuente de ingresos para la familia, ya sea al vender huevos

o a los animales.

En todo caso, las entrevistas confirman que algunas familias no recibieron sus

solares completos, es decir, que no accedieron a la totalidad de la tierra y que algunas

no pueden cubrir el pago de renta por el solar. Por otra parte, todos coinciden que el

espacio dedicado al solar es demasiado reducido.

Aquí, los siguientes testimonios muestran el descontento de las personas:

No podemos producir nada y ni nos alcanza el espacio para poder sembrar plantes.

Antes teníamos un patio grande del cual podíamos vivir. Ahora, si decidiéramos poner

                                                                                                                         103Lotes  situados  alrededor  de  la  casa  

 

 

144  

gallinas en el patio, viviríamos con ella codo a codo […] Es imposible para mí criar

animales en un espacio tan chico […] Nos afecta mucho en lo económico que no

tengamos espacio para cultivar nuestras plantas y criar nuestros animales […] Este

espacio era parte de nuestra costumbre y ahora sólo tenemos un patiecito con un piso

duro.104

Efectivamente, el pequeño tamaño del solar ha sido el aspecto que ha hecho

realizar a las familias reubicadas que ahora viven en un territorio rural urbano. No

obstante, ellos han resentido económica y culturalmente la ausencia de este espacio

tan importante para las familias que habitaban en el poblado de Juan de Grijalva.

Las insuficiencias de la casa contrastan drásticamente con las viviendas que las

familias contaban en el antiguo poblado. Así, durante las entrevistas, las familias se

referían siempre a sus rancherías con profunda nostalgia, como un lugar amplio en

donde no faltaba nada y sobre todo donde ellos podían cultivar sus alimentos y criar sus

animales. Actualmente, no hay mercados en Nuevo Juan de Grijalva, y muchas

familias que perdieron sus tierras agrícolas, se surten básicamente en las tiendas

“Súper Chiapas”, que carecen de frutas y verduras, lo cual representan una dieta

desequilibrada para sus habitantes por la exagerada concentración de azúcares y

carbohidratos y pan dulce.

A grandes rasgos, los testimonios recolectados dan cuenta de la baja calidad de

las construcciones, contraria a los avalúos oficiales donde se especifican oficialmente

materiales de construcción mejores que los utilizados, tales como tubería de metal (que

en realidad son de plástico), tejas de metal (siendo de material reciclado), lavabos mal

hechos, demasiado altos, puertas que se han roto fácilmente, baños demasiado

pequeños, entre otras.

Adicionalmente, algunos entrevistados señalan que tardaron mucho tiempo en

contar con suministro de luz y agua. A su vez, denunciaron que durante los primeros

meses las únicas casas construidas correctamente eran las que se encontraban al                                                                                                                          

104Recopilación de testimonios de entrevistas realizadas entre el 20 y 27 de enero de 2011 en Nuevo

Juan de Grijalva.  

 

 

145  

borde la calle principal de la ciudad, porque esas eran las que visitaba el gobernador

cuando rendía visita.

Por otra parte, una de las grandes transformaciones que han vivido las familias

reubicadas han sido los pagos por los servicios de vivienda, los cuales ellos no estaban

habituados a realizar. Así, 1-RR, madre soltera comenta que:

En esta ciudad no pienso mejorar mis condiciones de vida porque todo es caro. La luz

es carísima. En mi antiguo rancho tenía una planta solar y un acumulador, y con eso

tenía para dos años de luz sin tener que pagar un centavo. Aquí no puedo pagarla, me

la cortaron pero mis vecinos me ayudaron a reinstalarla clandestinamente. Lo bueno es

que entre nosotros nos ayudamos.105

De igual forma, 9-DM muestra su frustración y descontento a través del siguiente

testimonio:

Uno de los principales cambios que hemos tenido han sido los pagos. Allá en Juan de

Grijalva todo se cultivaba y no se pagaba casi nada, ni luz, ni agua. En cabio en esta

maldita ciudad, todo se paga y ni siquiera tengo espacio para vivir bien o tener al menos

unos animalitos.106

Y bajo este discurso, el resto de las familias condenan los pagos excesivos de

servicios en la ciudad. He aquí, algunas aseveraciones a partir de las entrevistas

realizadas:

El Gobierno sólo hizo de la reubicación un negocio y nos puso aquí para pagar todos

estos gastos, y ni siquiera hay trabajo […] Allá todo era diferente y más fácil. Aquí todo

es comprado, el gasto es diario y es difícil sobrevivir: la situación no mejora. A veces no

                                                                                                                         105Entrevista  realizada  el  20  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

106Entrevista  realizada  el  21  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

146  

tengo ni para a leche de los niños. […] Ni siquiera tenemos aparatos y cada mes

aumentan los precios de la luz.107

Estos relatos dan cuenta de la difícil situación económica, que a su vez favorece

el sentimiento de marginalidad entre las familias reubicadas. Cabe destacar, que

caracterizamos a la marginalidad como la situación de precariedad económica y

exclusión social (Lomnitz, 1975), situación reflejada entre las familias por su falta de

seguridad y desvinculación socio-económica y cultural respecto al ideal neoliberal del

proyecto Ciudades Rurales Sustentables.

En esta línea, agregamos que todos se sienten engañados porque aseguran que

cuando recibieron las casas, el Instituto de Población y Ciudades Rurales les aseguró

que no pagarían ni un centavo de luz, ni agua, ni impuestos. Durante el discurso de

inauguración de Nuevo Juan de Grijalva, el presidente Felipe Calderón Hinojosa se

comprometió a que los habitantes de la Ciudad Rural no cubrieran los gastos de los

servicios, porque se empezaría a experimentar con paneles solares y otros

mecanismos de carácter sustentable para el bienestar de las familias y del medio

ambiente. Sin embargo, el pago excesivo de servicios, aunado al fenómeno de

desempleo crónico en esta ciudad, ha hecho que las familias no tengan una seguridad

alimentaria, lo que ya ha provocado que 40 familias hayan dejado la ciudad para

regresar a sus antiguas tierras, motivados principalmente por el alto costo de vida y el

desempleo, aunque algunas familias alertaron que han recibido amenazas, por parte de

funcionarios, si dejan las casas. Dicha información ha sido respaldada por el Lic. FJL,

abogado de las víctimas defraudadas por la expropiación de tierra, pero desmentida por

la Lic. Adela Cantoral Ramírez, agente del Ministerio Público, así como por

representantes de la Comandancia de Nuevo Juan de Grijalva.

Ahora bien, resaltamos el caso de la organización entre las víctimas defraudadas

por la expropiación de sus tierras por la CFE tras el desastre, exigiendo una resolución

                                                                                                                         107Testimonios    recabados  de  las  entrevistas  realizadas  a  las  familias  entre  el  20  y  27  de  enero  de  2011  en  Nuevo  

Juan  de  Grijalva.  

 

 

147  

para que reciban sus pagos. En este caso, observamos la creación de una asociación

basada en asambleas y juntas108, en las que se discuten los avances de dicho proceso

de demanda legal. Desafortunadamente, el Lic. FJL señala que el proceso se anuncia

aún largo y tedioso, pues la cantidad y la complejidad de los trámites burocráticos, el

poder de la CFE, así como la dificultad de llegar a acuerdos precisos entre las víctimas,

frena dicho proceso.109

Sin embargo, podemos citar este caso como un ejemplo de resistencia hacia la

política del shock (Klein, 2007) impuesta a las familias del sector Juan de Grijalva.

Además, cabe destacar que dichas juntas vecinales también sirven para aclarar

tensiones entre vecinos, discutir asuntos básicos sobre la ciudad, y encontrar

soluciones económicas, ante la situación de marginalidad que la gran mayoría de las

familias atraviesa. De igual forma, en las juntas no entran los miembros institucionales o

gubernamentales, por lo que dicho espacio es utilizado para descargar frustraciones,

criticar a los funcionarios y las políticas que se aplican en la ciudad. Sin duda alguna,

deducimos que esta organización ha propiciado la creación de una red solidaria y de

reciprocidad (Zibechi, 1999 y Lomnitz, 1975) entre las víctimas, mitigando un poco los

efectos de la marginalidad.

Si bien podemos citar algunas estrategias de solidaridad entre las familias del

sector Juan de Grijalva, los testimonios exponen y confirman por una parte, las

consecuencias sociales de una reubicación que no tomó en cuenta las necesidades

socio-culturales de sus supuestos beneficiados y, por otra parte, dan cuenta de un

primer panorama que exhibe el fracaso evidente del modelo Ciudades Rurales

Sustentables, pues el anormal y rápido deterioro de la infraestructura y de las

construcciones de la ciudad, ponen en duda la credibilidad de dicho programa.

En este tenor, retomamos el postulado de Lavell y Wilches (1992), al afirmar que

la vulnerabilidad se configura socialmente y es resultado de procesos políticos y                                                                                                                          

108Respaldada  por  el  abogado  Lic.  FJL,  experto  en  el  tema.    

109Si  bien  el  interés  de  la  presente  investigación  no  es    indagar  en  la  resolución  del  proceso,  se  cita  este  caso  porque  

muestra  un  claro  ejemplo  de  solidaridad  entre  los  reubicados  marginales  del  sector  Juan  de  Grijalva.  

 

 

148  

sociales, por lo que es necesario no sólo tomar en cuenta los aspectos físicos, sino

también los socio-culturales.

Por lo tanto, subrayamos que las familias del sector Juan de Grijalva siguen

presentando altos índices de vulnerabilidad económica, política e institucional (Wilches,

en Maskrey, 1993), no obstante, la reubicación que suponía reducir riesgos y

amenazas. Así pues, los responsables institucionales y empresariales no han sabido (o

no les ha importado) identificar riesgos y formular soluciones adaptadas a las

necesidades socio-culturales de las familias: basta recordar el ejemplo de la franja de

casas construidas al borde un barranco, la precariedad económica de las familias, los

malos servicios públicos de la ciudad, la discriminación política, escasez de bienes,

entre otros.

En este contexto, afirmamos que la vulnerabilidad global (institucional,

económica, política, social) es un componente de la marginalidad, ésta reflejada en la

precariedad laboral, el desempleo, la crisis familiar, la violencia estructural, la

desarticulación social y ruptura de las redes de solidaridad entre los habitantes del

sector Juan de Griijalva, factores que detallaremos a continuación.

2. El fiasco de los proyectos productivos y factores desencadenantes de la marginalidad

Las insuficiencias en el diseño de las viviendas que no tomaron en cuenta las

necesidades socio-culturales de los reubicados, y lo altos precios de los servicios en la

ciudad, como resultado de promesas incumplidas, se suman al desempleo y la

precariedad laboral, siendo considerando en el presente estudio, como uno de los

factores que marca el fracaso del modelo de reubicación implementado por el Instituto

de Ciudades Rurales Sustentables y la ONU en Nuevo Juan de Grijalva. Dicho fracaso

es, tanto económico como socio-cultural, pues pese a la añoranza por las tierras

perdidas, muchas personas intentaron ver el lado positivo de la reubicación, esperando

entrar en “las dinámicas de la modernidad: con una casa urbana, un trabajo en un

ambiente empresarial y novedoso”, aunque los resultados evidencian todo lo contrario.

 

 

149  

La mayoría de los colonos del sector Juan de Grijalva se incorporaron al proyecto

de los invernaderos, cultivando tomates durante la primera fase, y posteriormente chile

habanero, cuando éste lo remplazo. El Instituto de Ciudades Rurales previó que los

proyectos fuesen integrados por grupos de familias, y aquellas procedentes de Juan de

Grijalva decidieron aliarse como grupos de trabajo. En un primer momento, esta

asociación entre vecinos permitió de igual forma poder reconstruir las redes de

vecindad entre los habitantes del sector, así como mejorar el estado de ánimo de las

familias, en una comunidad donde aún el duelo y el trauma están presentes. Así pues,

la presente estrategia de reciprocidad ilustra una vez el recurso social de los

marginados (Zibechi, 1999): la formación de redes solidarias, en este caso creadas

entre los trabajadores precarios del sector Juan de Grijalva.

Sin embargo, los siguientes testimonios exponen las debilidades y las carencias

de los proyectos productivos, que con el paso del tiempo se volvieron insuficientes,

poco remunerables y una fuente de estrés y ansiedad por la inseguridad alimentaria,

económica y laboral que producen. Por lo tanto, proponemos exponer y caracterizar los

componentes de la marginalidad por medio el stress multidimensional ( Scudder y

Colson, 1982), y postulados de los autores abordados en el marco teórico.

La totalidad de las familias entrevistadas perciben los proyectos productivos

como un fracaso y fraude, marcado por la corrupción, el desinterés por parte del

Instituto para la Reconversión Productiva, y la falta de estímulos económicos para

intensificar la producción. Prácticamente, todas las personas que forman parte de los

proyectos productivos ganan menos de 3500 pesos al mes, lo cual no les permite

asegurar los gastos de vivienda, alimentación y educación para sus hijos.

Por otra parte, la entrevista realizada a Gustavo Méndez Martínez, (ingeniero

agrónomo de la SECAM), difiere de los testimonios que fueron realizados a las familias

entrevistadas, lo cual es interesante para confrontar las distintas percepciones que

tienen sobre los proyectos productivos, especialmente los invernaderos, ya que fue

originalmente el proyecto agro-industrial elegido por los colonos de Juan de Grijalva, el

cual ha sido en el presente abandonado por muchas familias.

 

 

150  

Así pues, Gustavo M., señala que primero trabajó para el Proyecto de

Reconversión Productiva,110 a fin de reactivar la agricultura de la región y

promocionando árboles frutales como el lichi, mangostán o la guanábana, llegando a

cultivar 800 hectáreas a nivel municipal con asesoría técnica. Posteriormente, se

integró como coordinador de los invernaderos de Nuevo Juan de Grijalva, los cuales

describe como “muy buenos ya que ayudan a la conservación de los suelos, apoyan a

la economía familiar de la ciudad e implica contrarrestar el exceso de la ganadería.”

No obstante, Gustavo M. afirma que el comienzo fue difícil ya que hubo poca

asistencia a los cursos de capacitación como resultado del gran escepticismo entre la

gente, considerando la agricultura protectora como algo extraño para ellos.

Pasando al cúmulo de información concerniendo los proyectos productivos, 1-RR

lamenta haber escogido una cocina económica en el corredor comercial de la ciudad.

Dice que tuvo que escoger la cocina porque ya no quedaban proyectos productivos,

aunque esperaba tener ganancias que le permitieran vivir “dignamente”; sin embargo,

desde hace meses sólo gana alrededor de 50 pesos diarios y no vende casi nada.

Aparte, tiene una deuda acumulada de más de 5000 pesos de luz, lo cual ella no puede

pagar. Por estas razones está contemplando seriamente abandonar la ciudad con sus

cuatro hijos, y para ello, rentará su casa a fin de obtener una nueva fuente de ingresos.

Asimismo, 5-PR, padre de familia, es uno de las pocas personas del sector Juan

de Grijalva que decidió conservar su empleo en los invernaderos de chile habanero.

Relata que él apoyó la iniciativa desde el principio del proyecto, pero con el paso del

tiempo, se dio cuenta de la “cruda realidad”, sosteniendo que el problema de los

invernaderos y de los proyectos productivos es que no hay suficientes estímulos

económicos, ni comercialización, porque el precio del kilogramo del chile habanero es

excesivamente bajo, por lo que él lo considera un comercio poco rentable.

Por otra parte, confiesa que a pesar de sentirse “afortunado” por contar aún con

un trabajo, se siente extremadamente marginalizado pues no ha podido mejorar sus

condiciones de vida, y por sentirse “menos” por la prepotencia de los capacitadores de

                                                                                                                         110Integró  los  proyectos  productivos  desde  su  comienzo  

 

 

151  

los invernaderos y los funcionarios gubernamentales. Por esta razón, dice que mucha

gente quiere regresar a sus antiguas tierras, además, cuestionan el proyecto de esta

ciudad sustentable, que según ellos no presenta ninguna de estas características.

De igual forma, 14-P, 16-A y 17-SM, trabajadores en los invernaderos, se

lamentan de los salarios bajos y el desempleo que afecta a la comunidad:

No estoy a gusto aquí porque no hay empleo, ni nada. Lo digo aunque trabaje en los

invernaderos que es casi lo mismo que hacer nada […] Los proyectos productivos no

tienen nada de sustentable y la verdad prefiero trabajar en el campo porque al menos

ahí gano todos los días, aunque sea un poco. […] La vida se ha hecho muy dura aquí

porque no hay empleo. Hay mucha gente que ha tenido que regresar a sus parcelas y

abandonar su hogar. […] Vivir aquí sin empleo es una derrota. Las fundaciones son

unos mentirosos porque no hay cambios, ni ayudas. Tv Azteca y otras empresas son un

fraude. Debimos habernos quedado en el rancho porque ahí nacimos, crecimos y ahí

quisiera morir.111

Igualmente, estos tres trabajadores entrevistados coincidieron en que los precios

fijados son excesivamente bajos. Al momento de la entrevista, 16-A llevaba un año y

medio trabajando en los invernaderos y llegó a la conclusión que fueron sobrevalorados

y el gobierno no les dio continuidad.

Adicionalmente, comentan que la primera producción de tomate fracasó por la

alta humedad que se concentraba en los invernaderos y, por lo tanto, la producción era

insuficiente y salían demasiado chicos. Y ahora, el problema con el chile habanero es

que “el bajo precio les mata de hambre porque se está vendiendo en 7 pesos el

kilogramo”. Esto les hace suponer que los compradores son coyotes que están

asociados con la Secretaria del Campo para prácticamente regalarles los productos.

Otras de las familias entrevistadas que aún forman parte de algunos de los

proyectos productivos son 6-A y 10-SB, la primera está a cargo de un restaurante

                                                                                                                         111Entrevistas  realizadas  el  26  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

152  

situado sobre la avenida principal, el segundo es trabajador en una de las cinco tiendas

de abarrotes “Súper Chiapas” de la ciudad.

Al momento de la inauguración, 6-A se consideraba una de las afortunadas por

haber recibido a cargo un restaurante, ya que las autoridades le habían prometido que

no gastaría nada en pagos de servicios (luz, gas, agua). Sin embargo, después de

algunos meses de buenas ganancias, (gracias a una clientela conformada por

funcionarios que durante el primer año venían recurrentemente) éstas se derrumbaron y

ahora le es casi imposible “vivir dignamente”. Asimismo, resume de la siguiente manera

su situación actual:

Los precios de la luz son carísimos y, por lo tanto, nosotros sólo trabajamos para pagar

las cuentas del gobierno porque apenas si sacamos para comer. […] Toda la ciudad es

carísima y es muy difícil vivir, así que si preferiría irme de aquí o regresarme a mi

antiguo rancho, porque aquí no se mejora y es difícil ver un panorama optimista para

Nuevo Juan de Grijalva en unos años.112

Por su parte, 10-SB, padre de familia, es vendedor del “Súper Chiapas” del

sector Juan de Grijalva. Al igual que los demás entrevistados, opina que los proyectos

implementados por el gobierno fueron un fracaso, aunque él haya recibido una

capacitación especial. Nos cuenta muy afligido que con dificultad logra sacar 100

pesos al día para mantener a su esposa y a sus dos hijos, pues tiene que pagar 3500

pesos de luz cada dos meses, más los impuestos y el agua. Esta situación aunada a las

bajas ventas y al surgimiento de alrededor de 50 tienditas particulares, (como resultado

del desempleo crónico que azota a la comunidad) lo ha llevado a pensar en la

posibilidad de abandonar la ciudad y migrar.

Los entrevistados que recibieron cocinas económicas, tiendas o restaurantes,

han tratado de denunciar el delito de defraudamiento, aunque sin éxito. La razón radica

en que los verdaderos beneficiados son los “representantes” que han recibido ciertas

sumas de dinero para la compra del mobiliario de los negocios. Así, 1-RR nos cuenta                                                                                                                          

112Entrevista  realizada  el  21  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

153  

que recibió 125 000 pesos para armar su cocina económica, pero como es analfabeta,

tuvo un proveedor que se “encargó de hacerle la compra del material”. Sin embargo,

sólo la hizo firmar la factura de la compra y al final sólo le dio un micro-ondas, unas

cuantas sillas, dos refrigeradores, una pequeña estufa y algunas cacerolas, por lo que

afirma que fue defraudada.

Muy parecido es el caso de 10-SB, quien recibió 200,000 pesos para comprar

todo el mobiliario de su tienda, pero denuncia que le vendieron carísimo todo el material

y no pudo invertir adecuadamente su dinero. Relata que la computadora de la tienda le

fue vendida en 28,000 pesos, mientras que el precio real de un ordenador escritorio HP

no supera los 12 OOO pesos, pero él no conocía el precio. De hecho, asegura que la

computadora no le sirve de nada, porque los productos no contienen códigos y además

“la gente no está acostumbrada y no le gusta recibir ticket impreso”.

De forma similar, 18-I, madre viuda con tres hijos, había recibido un crédito de

30, 000 pesos para comprar una estética en el corredor comercial. Ella, cuenta que

estaba entusiasmada ya que veía en este negocio una oportunidad para mejorar sus

condiciones de vida; sin embargo, el negocio no prosperó y empezó a acumular deudas

para el pago de la luz y renta, por lo que ahora debe alrededor de 10,000 pesos. Al

momento de la entrevista, comentó que “toda la gente de Juan de Grijalva ha dado

demasiado. Nos mataron, nos robaron nuestras tierras y ahora les debemos a ellos

(haciendo alusión a la CFE)”. Muy resignadamente comentó que prefiere no pagarles y

que le corten la luz.

Desafortunadamente, muchos de los supuestos beneficiados de los programas

de trabajo han terminaron endeudados o cerca de la bancarrota por los contratos

perjudiciales y engañosos que les ofreció el Instituto de Ciudades Rurales y los

impuestos que tienen que pagar. Por lo tanto, los trabajadores precarios se encuentran

en un estado de shock económico: endeudados, bajo vigilancia y tutela de distintos

funcionarios, y obligados a pedir préstamos a BANCHIAPAS113, los cuales muy pocos

podrían pagar. Si bien dichos prestamos se realizan por “compromiso de palabra” y

                                                                                                                         113  Banco  de  préstamo  para  el  crecimiento  de  negocios.  

 

 

154  

bastantes familias han regresado a sus antiguos trabajos, muchos empleados

permanecen aún atados a sus empresas y comercios, soportando los embates del

control social ejercido por el Estado.

Otras familias que perdieron sus tierras, han tenido que recurrir a verdaderos

ejercicios de adaptación de sus casas para instalar tiendas o una taquería, como es el

caso de 4-DM, padre de familia con cuatro hijas, quien improvisó en su jardín,

asociándose con sus vecinos. De igual forma, expone su rotundo desacuerdo respecto

a la política de empleo manejada por Ciudades Rurales Sustentables: “mucha gente no

pudo acceder a los proyectos productivos; y aquellas personas que accedieron como él,

decidieron abandonar el empleo porque no eran prometedores y no tenían nada de

sustentables”. Además resalta que “el gobierno no nos cumplió la promesa de impulsar

el empleo” y que “la falta de trabajo es el cáncer y la perdición de Nuevo Juan de

Grijalva”.114

Casi en los mismos términos, 4-DM enfatiza que nota el descontento

generalizado de la comunidad y que la gente está muy desmoralizada por el

desempleo, por lo que se sienten muy deprimidos y excluidos por el resto del mundo.

Asimismo, afirma que si pudiera, regresaría a su antiguo trabajo como campesino,

porque no le sirve de nada vivir en una ciudad que ofrezca servicios si no hay empleo.

Por otra parte, aplaude cierta solidaridad de los vecinos de Juan de Grijalva, a pesar de

“la situación dramática que vive la ciudad por el desempleo, la inseguridad, así como

los posibles conflictos que se pueden crear a partir de asociaciones de trabajo entre

varios vecinos, o envidias hacia los que fueron beneficiados por algún proyecto

productivo en sus principios”.115

El resto de los entrevistados se encuentran literalmente desempleados, y

algunas familias han regresado a sus antiguas actividades como agricultores en las

parcelas que aún conservan. Así, las presentes declaraciones dan cuenta de la

                                                                                                                         114  Entrevista  realizada  el  21  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

115  Entrevista  realizada  el  21  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

155  

situación actual de la mayoría de las familias en el sector Juan de Grijalva como es el

caso de 7V, 13J y14P:

He regresado a trabajar a mi tierra cerca del poblado desaparecido porque no me

gustaba el trabajo en el invernadero […] Yo me salí de los proyectos productivos porque

ganaba sólo 40 pesos diarios. Ahora produzco frijol, maíz y chayote y con eso saco para

el mes. […] Antes del desastre, era agricultor y pescador y ahora he regresado de nuevo

a mi antiguo trabajo porque no sólo me va mejor, sino que me gusta más. […] Aquí la

gente sufre mucho y no veo ningún cambio positivo entonces yo estoy por irme. No se

gana nada en los proyectos, ni siquiera sacamos para la comida: es una pérdida de

tiempo.116

A través de estos testimonios, hemos caracterizado la situación de marginalidad

de los reubicados en el sector Juan de Grijalva, subrayando que el desempleo y la

precariedad laboral son los factores que más les afectan y preocupan, situación

contrastante y opuesta a la que vivían en el antiguo poblado destruido. En efecto, ante

lo observado, coincidimos con Zibechi (1999) al afirmar que el desempleo aísla,

engendra angustia, frustración, stress, y genera un sentimiento de derrota social.

Además, resaltamos el empeoramiento de las condiciones de trabajo, la pobreza

económica, la imposición consumista, la inseguridad alimentaria y la violencia

estructural: la angustia permanente de perder el trabajo (Bourdieu, 1999), las tensiones

o envidias surgidas por el acceso desigual a los proyectos productivos, la presión

ejercida por las empresas ante la dificultad de paga entre las familias, la arrogancia de

algunos miembros institucionales, entre otros casos.

Por otra parte, agregamos que uno de los entrevistados fue parte del programa

de reconversión productiva, trabajando para la Secretaria del Campo y el Instituto de

Ciudades Rurales Sustentables, en la plantación de frutas, flores tropicales y

bioenergéticos. Aunque el programa parecía atractivo, 15-RP decidió abandonar el

proyecto y vendió su tierra, porque cada día gastaba más de 30 pesos de pasaje y                                                                                                                          

116Entrevistas  realizadas  el  22  y  23  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.    

 

 

156  

ganaba 40 pesos de jornalero. Además, pasaba cuatro horas diarias viajando entre

Nuevo Juan de Grijalva y su parcela, entonces ya no podía pasar tiempo con su familia,

y muchas veces no regresaba a dormir a casa. Por lo tanto, con ayuda de unos

vecinos, también decidió montar una tiendita en una casa que ya estaba desocupada.

Ahora, entre los socios, pagan la renta al propietario, y les va un poco mejor con el

negocio. De igual forma, algunas familias han abandonado sus hogares para rentarlos,

llevándolos a instalarse en viviendas con familiares o amigos, compartiendo así las

ganancias económicas de la renta.

Sin duda alguna, los casos de la taquería de la familia 4-D en asociación con los

vecinos, las cooperativas, así como la renta de casas a costa del “confort” son algunos

de los ejemplos claros de economía solidaria (Razeto; en Zibechi, 2010) en el sector

Juan de Grijalva, es decir, la aplicación de prácticas económicas contra-hegemónicas y

solidarias entre marginales, basadas en la cooperación y la frugalidad.

Coincidimos con Razeto (en Zibechi, 2010) al señalar que dichas prácticas no

solucionan la situación de marginalidad, subrayamos que efectivamente las prácticas y

redes solidarias son una opción para mitigar las consecuencias socio-culturales y

económicas del programa neoliberal aplicado en Nuevo Juan de Grijalva.

3. La tragedia social y el fin del sueño del sector Juan de Grijalva

Otra transformación social que muchas familias han experimentado es la dispersión de

los grupos de parentesco. En varias familias entrevistadas, el padre de familia se ve

obligado a realizar extenuantes trayectos diarios para cultivar sus parcelas. Inclusive,

en algunos casos los entrevistados han comentado que se quedan en las tierras

durante varios días, para ahorrar dinero y ganar tiempo. Evidentemente, esto repercute

fuertemente en las relaciones familiares, así como en la repartición del trabajo. Por

ejemplo, ciertas actividades que generalmente eran reservadas a los hombres

(carpintería), ahora son realizadas por las mujeres, que ante la ausencia del padre de

familia, deciden emplearse en este tipo de actividades. Igualmente, se ha observado

 

 

157  

que varias de las tiendas particulares que han abierto son manejadas por mujeres, que

ahora empiezan a contribuir al sustento económico.

En otros casos, algunos entrevistados han tenido que vender su tierra para

migrar a ciudades como Villahermosa, Puebla, o inclusive a los Estados Unidos. La

mayoría de estos nuevos migrantes, fenómeno hasta hace poco tiempo desconocido

para ellos, son albañiles, carpinteros, u obreros que van en busca de una vida mejor, y

pasan largas temporadas sin ver a su familia, modificándose y fragmentándose así los

vínculos familiares. Por lo tanto, ahora es más recurrente encontrar familias

disgregadas, en donde la figura paterna está ausente.

Ahora bien, los entrevistados también dieron su opinión en cuanto a los servicios

de salud, educación y el estado de la infraestructura de la ciudad, así como su

percepción sobre la seguridad. Así pues, la totalidad de las familias coincidieron que

uno de los principales problemas que aqueja la comunidad es la sensación de

inseguridad y el creciente vandalismo en el sector Juan de Grijalva.

Las familias señalan que el alumbrado público presenta casi siempre muchas

fallas, y ciertas partes del sector están siempre oscuras durante las noches, lo que les

impide salir por temor a sufrir algún asalto. De igual forma, aseguran que en Antiguo

Juan de Grijalva, no habían robos, ni problemas de seguridad, mientras que

actualmente la Ciudad Rural padece de inseguridad.

Por otra parte, los habitantes del sector Juan de Grijalva reprueban

enérgicamente el papel de las autoridades policiales en Nuevo Juan de Grijalva, porque

dicen que nunca están y no cumplen con sus tareas. De igual forma, los acusan de

permitir el establecimiento de burdeles y cantinas clandestinas en las casas

desocupadas por el abandono de sus habitantes.

Asimismo, estas casas clandestinas han propiciado el consumo de drogas,

alcohol y un auge de la prostitución en la Ciudad Rural, lo que ha provocado una mayor

recurrencia de peleas callejeras y arreglos entre bandas.

En efecto, los habitantes indican que muchas personas ajenas a la comunidad

entran a la ciudad durante las noches para vender droga u alcohol, lo cual no tendría

 

 

158  

que suceder porque oficialmente la ciudad tendría que contar con un vigilante en la

caseta de vigilancia, la cual se encuentra a la entrada de la ciudad.

Por lo tanto, los entrevistados señalan que, tanto en el sector Juan de Grijalva,

como en la ciudad, se vive en estado de impunidad y ausencia de autoridades que se

encarguen de velar por la seguridad de sus habitantes.

Sin embargo, las organizaciones que se encargan de vender clandestinamente el

alcohol y la droga no son otra cosa sino el resultado de una red de apoyo y solidaridad

entre ciertos grupos de jóvenes para tratar de contrarrestar la exclusión social, los

efectos de la descomposición familiar y el desempleo.

Además, los habitantes señalan que ni siquiera pueden contar con el Delegado,

la máxima autoridad de la ciudad y el encargado de resolver los problemas de la

comunidad. En efecto, el Lic. José Bersaín Salas Culebro nunca estuvo presente

durante las estancias de campo y muchos habitantes afirmaron no haberlo visto desde

hace varias semanas. Un vecino del sector Juan de Grijalva señaló que “el Lic. sólo

estuvo presente en la comunidad durante los primeros meses y las visitas del

gobernador, pero ahora sólo viene dos días y se va por dos meses porque no le importa

la ciudad. Por lo tanto, indicó, que la ciudad está muy vulnerable, marginalizada y

condenada a su abandono.

Tal como lo indica dicho comentario, la ausencia de autoridades en la Ciudad

Rural y la inseguridad sólo alimenta la sensación de exclusión entre los habitantes del

sector abordado.

El Lic. FJL, joven abogado y residente en Nuevo Juan de Grijalva, supone que:

La identidad de Juan de Grijalva está cambiando porque los jóvenes están entrando

más en un ambiente de ciudad, es decir, ahora ya no quieren ser campesinos, se

dedican a emborracharse porque están desubicados, ya que no sienten apego por la

comunidad […] Como están desempleados, se dedican a vagar. 117

                                                                                                                         117Entrevista  realizada  el  26  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

159  

Un aspecto que hay que tomar en consideración es que la Ciudad Rural no está

bien comunicada con las principales carreteras que conducen a otras poblaciones, lo

cual provoca una “sensación de encierro entre los jóvenes”, que les hace más difícil

salir de la comunidad a buscar trabajo o realizar otras actividades.

Igualmente, subrayamos la llegada de los servicios de internet, de televisión de

paga y la red de celular entre las familias reubicadas. Si bien el acceso a la

conectividad de internet es algo desigual, porque se cobra para tener acceso a las

computadoras (lo cual contradice el acuerdo establecido por Fundación Azteca118),

sostenemos que la presencia masiva de medios de comunicación, reflejada por el

corporativo TV Azteca (a través del personal de Fundación Azteca y su torre de

comunicaciones), la televisión, internet (especialmente Facebook) y un mayor acceso a

la telefonía celular, han efectivamente engendrado transformaciones sociales entre los

jóvenes, modificando los lazos comunitarios en el sector estudiado (Zibechi,1999). En

efecto, algunos entrevistados se lamentan que con la llegada de Internet y las redes

sociales, los jóvenes ya no quieren ayudar en el campo a los padres, y prefieren pasar

sus tardes en el café internet viendo videos de música, chateando en el Messenger o

interactuando en Facebook, pues muchos de ellos ya se consideran citadinos.

Sin embargo, el acceso a estos medios de comunicación son algunas de las

pocas ventajas que la reubicación ha traído a los jóvenes en particular, pues para ellos

representa el acceso a formar parte de lo que consideran una “sociedad moderna y

emprendedora”, teniendo por objetivo consumir aparatos electrónicos (celulares,

laptops, reproductores de música), ropa y música de moda, y ejercer profesiones

basadas en la competitividad.

Por este medio, dichas observaciones corroboran la gran influencia y función de

control social que ejercen los medios de comunicación: portavoces del proyecto de

unificación e integración neoliberal del modelo Ciudades Rurales Sustentables.

Otra de las grandes promesas fallidas, según las familias, ha sido el Centro de

Salud. En efecto, los testimonios de los reubicados concuerdan en el hecho que el

                                                                                                                         118El  cual  dictaba  que  el  acceso  a  Internet  sería  gratuito  para  los  jóvenes  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

160  

servicio en dicho centro no es eficiente. Así, 2-RJ afirma que “hace algunos meses mi

esposa y mi hijo estuvieron enfermos, entonces fuimos al centro de Salud, pero no

querían darle consulta a ella porque me dijeron que sólo atendían a uno por familia”.119

Igualmente, 4-DM así y el resto de las familias entrevistadas, afirman que el

servicio es malo, porque no los quieren atender y los médicos sólo consultan a un

miembro por familia, situación que les hace sentir discriminados por el personal médico.

Dicha información no pudo ser corroborada, ya que ningún miembro del Centro de

Salud accedió a ser entrevistado, y no se pudo tener acceso para conocer las

instalaciones al interior. Adicionalmente, los habitantes del sector Juan de Grijalva se

lamentaron que durante largas temporadas hay poco personal para atender a la

población. No obstante estas discriminaciones, las familias se conforman con tener un

centro de salud a escasos cientos de metros.

Por otra parte, la escuela parece ser el único motivo por el cual muchas familias

en el sector Juan de Grijalva aún no han abandonado la Ciudad Rural. En efecto, según

las entrevistas, las familias 7-VV, 11-LD, 18-I aseguran que “la única ventaja aquí es

que la escuela está cerca para mis hijos […] La escuela está bien equipada y es bueno

para mis hijos, y sólo por eso no me voy de la Ciudad Rural […] Lo único que nos

retiene aquí es la escuela que está cerca”. En efecto, ahora la escuela se encuentra a

200 metros del sector Juan de Grijalva, lo cual es una gran ventaja para los estudiantes

que ahora no tienen que realizar extenuantes trayectos para asistir a clases. No

obstante, las familias han manifestado una gran inquietud en cuanto a los elevados

gastos para la educación de sus hijos, pues tienen que pagar útiles, libros, así como

uniformes, lo cual representa un gran sacrificio y descontento por los “pedidos

exagerados por parte de los profesores de la escuela”.

Con base en los testimonios, sostenemos que a más de dos años de la

reubicación, se ha manifestado el carácter multidimensional y procesual de la

marginalidad entre las familias entrevistadas (Saraví, 2010), por medio de una

progresiva crisis social, caracterizada por la fragmentación y desarticulación social y

                                                                                                                         119  Entrevista  realizada  el  21  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

 

 

161  

familiar, el desvanecimiento de las redes solidarias, la exclusión y el aumento de la

criminalidad, entre otros factores. De igual forma, en el marco analítico de stress

multidimensional (Scudder and Colson, 1982), hemos identificado entre las familias

reubicadas, el componente fisiológico por el incremento de la morbilidad, así como el

psicológico por la ansiedad y la frustración por las condiciones de marginalidad, sin

olvidar el trauma del desastre aún presente entre las familias que más miembros de su

familia perdieron.

Asimismo, confirmamos el planteamiento de Cernea (en Macías, 2009), al

advertir que toda reubicación “mal” planeada implica el empobrecimiento de la

población, la dispersión de grupos de parentesco, el deterioro de las condiciones

laborales y las actividades comerciales, el alza del desempleo, la perdida de tierras, el

aumento de la morbilidad y el deterioro de los niveles de salud: situaciones presentes

en el sector Juan de Grijalva. Tenemos de igual forma la coacción ejercida por las

empresas financiadoras, bancos (Banco Azteca) y TV Azteca para alentar el consumo

televisivo, de internet, de telefonía celular Iusacell (la única red disponible), de luz y gas,

bajo planes de crédito no siempre favorables para las familias.

En este tenor, señalamos que la precariedad laboral y el desempleo han

repercutido duramente en el entorno familiar, de lo cual se desprende el sentimiento de

fracaso y frustración del desempleado, lo cual lo ha llevado a emigrar, causando la

desintegración del núcleo familiar y reconfigurando sus roles. La lejanía del padre o del

marido se traduce muchas veces en un sentimiento de depresión, tristeza y apatía entre

los hijos o las esposas, ahora mujeres solas al mando de la familia y de igual forma

trabajando, lo cual no sucedía antes.

Asimismo, se ha constatado un aumento en la delincuencia y consumo de

alcohol y drogas entre los jóvenes, no obstante, la presencia de escuelas, centros de

acceso a internet y las leyes que impiden el consumo de alcohol en la ciudad. En

efecto, dichos factores no son más que el reflejo de la violencia estructural (Bourdieu,

1999) que ejerce el sistema socio-económico impuesto a los reubicados del sector Juan

de Grijalva. Sin duda alguna, dicha situación refleja perfectamente la situación de toda

 

 

162  

una generación excluida por el sistema en los ámbitos urbanos, localizada básicamente

en los barrios marginales, arrasados por el desempleo y la pobreza.

4. Perspectiva de funcionarios y miembros institucionales

Ahora bien, en los siguientes apartados expondremos las observaciones por parte de

los funcionarios en cuanto a las transformaciones socio-culturales de los reubicados,

así como su desempeño en los proyectos productivos. Ahora bien, algunos de los

siguientes testimonios contrastan rotundamente con la percepción de las familias

reubicadas, sin embargo, algunos funcionarios reconocen las debilidades del proyecto

de Nuevo Juan de Grijalva, concerniendo sobre todo el aspecto del desempleo y la

marginalidad de muchas familias.

De tal manera, la Lic. Adela Cantoral, agente del Ministerio Público y máxima

representante en Nuevo Juan de Grijalva, ofrece un panorama completamente opuesto

al caracterizado por los habitantes del sector Juan de Grijalva, describiendo la Ciudad

Rural como un lugar “agradable, tranquilo y pintoresco”, afirmando que en comparación

con otros lugares de Chiapas, Nuevo Juan de Grijalva no está nada mal.

Agregó que anteriormente las personas estaban acostumbradas a vivir en un

espacio abierto y en el campo, mientras que ahora conviven más y, por lo tanto, han

aprendido a vivir en conjunto y armonía, lo cual demuestra que el modelo de

reubicación ha sido un éxito, augurando así un futuro prometedor para la Ciudad Rural,

gracias al enorme esfuerzo del gobierno.

Asegura que “la ciudad es moderna y está muy desarrollada, distinguiéndose

por sus avanzados servicios en materia de salud, seguridad, educación”, destacando

así la situación de tranquilidad, diálogo y ambiente familiar que se vive en el sector Juan

de Grijalva, en donde los traumas del pasado se están superando. Sin embargo,

reconoció que las denuncias registradas son debidas a casos de violencia intrafamiliar,

muchas veces relacionado con el alto consumo de alcohol en la comunidad; aunque se

jacta que afortunadamente no hay tensiones entre las comunidades de distintas

procedencias.

 

 

163  

De similar forma, ha dado cuenta de las múltiples transformaciones que ha

observado entre los habitantes de Nuevo Juan de Grijalva, y en especial del sector en

cuestión: “antes la gente no tenía conciencia de lo que era la verdadera ley, porque era

gente que vivía la ley del monte, es decir, hacían lo que querían ya que vivían lejos de

la civilización y las instituciones. No pensaban en normas, y ahora con todos estos

cambios: están mejor”.120

En este tenor, la Lic. Tamara H., representante de Fundación Azteca en la

ciudad, señaló que casi todas las casas están habitadas, y que la razón del abandono

de viviendas se debe a que “hay aún gente que todavía no le entra en la cabeza el

discurso de la civilización”.

Adicionalmente, afirma que gran parte de la población está contenta porque

tienen mejores servicios, y que al menos 60% de los habitantes de la ciudad y del

sector Juan de Grijalva están empleados, aunque reconoce que una de las posibles

causas del malestar de ciertas personas se deba a que: “estaban acostumbradas a

vivir en la naturaleza, a no tener un vecino cerca; por eso les sienta incómodo estar

aquí, pero al final les gusta”

Asimismo, la Lic. Tamara H. resaltó en estos años los “progresos de la gente

para adquirir un cierto sentido de la unidad, a diferencia de los primeros meses en

donde reinaba el desorden y la tensión por la concentración de distintas comunidades

en una sola ciudad”. También elogió a las familias que piensan en el futuro de sus hijos,

y deciden quedarse por los “buenos servicios” de la ciudad, como la escuela, el hospital

y el acceso a la conectividad digital. Sin embargo, lamenta la situación económica de

las familias, pues según ella “los proyectos no fueron debidamente planeados, y por eso

no han funcionado como se esperaba”, aunque también responsabiliza “la forma de

actuar de la gente”, argumentando que no están hechos para los negocios, a pesar de

las capacitaciones que recibieron. Otro aspecto que reprueba es el alto consumo de

                                                                                                                         120Recopilación  de  testimonios  de  entrevistas  realizadas  entre  el  20  y  27  de  enero  de  2011  

 

 

 

164  

alcohol en la ciudad, cuando “la idea era que no se vendiese alcohol en Nuevo Juan de

Grijalva para evitar esos problemas”.121

Por su parte, Marcial C. confiesa que los proyectos productivos no son realmente

sustentables, ni han sido del agrado de sus habitantes “por la forma de pensar y actuar

del campo”.

De igual forma, contamos con el testimonio del Lic. Rodibel Ramos M.122, quien

también expone las debilidades del proyecto de Nuevo Juan de Grijalva:

Las grandes ventajas de vivir en la Ciudad Rural son las instalaciones, la educación, así

como los servicios de comunicación y agua. Por ejemplo, las casas son buenas, y hasta

yo rento una aquí. De hecho, la gente está a gusto porque tienen una buena porción de

terreno. Pero el desempleo, el bajo crecimiento económico y la mala capacitación de los

trabajadores han afectado de manera terrible a la ciudad, obligando mucha gente a

regresar a sus comunidades de origen […] No hay fuentes de empleo y en ese aspecto,

hay descontento general.123

Mauricio Cortés F., operador del módulo Banchiapas,124 confiesa que muchas de

las familias “beneficiadas” no tienen la posibilidad de poder pagar los préstamos,125

dada la situación de marginalidad socio-económica en la que se encuentran la gran

mayoría de las familias. De igual forma, aclara que una gran parte de los préstamos son

destinados a las pequeñas tiendas de abarrotes que yacen por toda la ciudad, como

                                                                                                                         121  Entrevista  realizada  el  24  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

122Promotor  Fiscal  de  la  Secretaria  de  Hacienda  del  Módulo  MIGO  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva,  cuya  labor  se  centra  

en  la  Recaudación  de  Impuestos  de  Pequeños  Contribuyentes.  

123Entrevista  realizada  el  27  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

124  Desempeña  dicho  cargo  desde  diciembre  de  2009.  Dicho  banco  otorga  préstamos  para  los  pequeños  negocios.  

125Cabe  destacar  que  los  préstamos  se  dan  por  “compromiso  de  palabra”.

 

 

165  

estrategia de sobrevivencia y solidaridad entre muchas familias, consecuencia del alto

porcentaje de deserción de los proyectos productivos.

En este tenor, el ingeniero Gustavo Méndez indicó que unas de las principales

dificultades de sus empleados, fue el tenerlos trabajando todo el día en los

invernaderos, a diferencia del campo en donde sólo se trabaja la mitad del día.

Adicionalmente, subrayó que aún hoy en día, los empleados no entienden las

dinámicas empresariales, si bien empiezan a ser más autónomos gracias al hecho de

vivir en un ambiente más moderno y civilizado.

En cuanto a su percepción sobre los habitantes del sector Juan de Grijalva,

señaló que:

A pesar de tanto cambio en la Ciudad Rural, la gente sigue siendo muy ignorante y

necia. No están acostumbrados a que les manden. […] Les cuesta trabajo entrar a la

civilización de la ciudad, porque tienen dificultad de adaptación […] La gente se queja de

todo y no tienen ninguna iniciativa.126

Las entrevistas con los distintos funcionarios y miembros institucionales,

desvelan un discurso paternalista y colonialista, pues los términos y recriminaciones

hacia los reubicados, exponen una visión arrogante, monopolizadora e impositora:

típica del sistema de control que busca ante todo la unificación socio-cultural, en torno

al discurso estatal y una integración económica, a través de una imposición consumista

neoliberal respaldada en parte por los medios de comunicación, menospreciando otras

concepciones y sistemas de organización social que no van acorde al modelo

competitivo, productivo y comercial de Nuevo Juan de Grijalva. Asimismo, sólo han

elogiado el modelo ingenieril y la infraestructura de la ciudad.

Sin embargo, en cuanto al abandono de la ciudad y el desempleo, su discurso se

acerca más al de las familias entrevistadas.

                                                                                                                         126Entrevista  realizada  el  26  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva    

 

 

166  

Así, el ingeniero opina que:

A pesar de ser una bonita ciudad, Nuevo Juan de Grijalva estará más abandonada en

cinco años. Será una ciudad fantasma porque ahora hay muchísimas gente que se está

quedando sin empleo […]. Las familias que se quedan lo hacen por sus hijos y,

básicamente, por el servicio del hospital y la escuela”127

Además, admitió que con el paso del tiempo, el cultivo en invernadero ha tenido

menor aceptación, al punto que al momento de la entrevista sólo quedan 20 empleados

de las 200 personas que fueron capacitadas. Tal como lo indica, la razón del abandono

del empleo es básicamente: “los salarios que no son insuficientes para una familia

numerosa, por lo que está obligando a algunas personas a regresar al cultivo tradicional

en sus tierras”.128

Si bien el Gustavo M. reconoce el fracaso del modelo implementado en Nuevo

Juan de Grijalva (a diferencia de la responsable de Fundación Azteca y de la agente

ministerial), este ingeniero critica severamente a las familias que abandonan la ciudad,

y concuerda con el resto de los funcionarios al asegurar que Nuevo Juan de Grijalva es

el lugar ideal para la educación de los niños por sus centros educativos. De esta

manera, afirmó lo siguiente: “las familias que abandonan la ciudad son tan

inconscientes que no da la oportunidad a sus hijos de crecer en un buen ambiente”. 129

Dichos comentarios dan cuenta del evidente fracaso de los proyectos productivos

en nuevo Juan de Grijalva, tan obvios que ni sus promotores pueden negarlo.

                                                                                                                         

127  Entrevista  realizada  el  26  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

128Ibídem.  

129  Ibídem    

 

 

167  

5. Hacia las conclusiones

Habiendo caracterizado las principales consecuencias socio-culturales que han vivido

las familias entrevistadas en el sector Juan de Grijalva, recolectamos algunos

testimonios que engloban este universo de cambios en la Ciudad Rural. Así, para 2-RJ,

la transformación más drástica que vivió a lo largo de esta reubicación ha sido “el

cambio del campo a esta ciudad, una ciudad poco hospitalaria, en donde todo es muy

caro”. Igualmente, agrega que “nos han impuesto un modo de vida porque ya no

querían [el gobierno] que viviéramos allá”.130 De forma similar, 14-P, 7-VV, 8-SA, 9-DM

y 3-CA concuerdan afirmando que:

Nos han impuesto un cambio de vida que no nos ha traído ningún beneficio […] Ha

habido muchos cambios porque supuestamente entramos en la modernidad

instalándonos en una ciudad todos juntos, pero no podemos vivir sus ventajas con esta

situación tan mala […] Los cambios que he tenido son mayor pobreza y más tristeza […]

Antes me se sentía más tranquilo con la vida de campo, mientras que ahora hay mucha

inseguridad, litigios, perversión y la maldad de los funcionarios.131

Ahora bien, el testimonio de 10-SB expresa de manera acertada y contundente la

percepción que los habitantes del sector Juan de Grijalva tienen de su propia ciudad y

del proyecto de Ciudades Rurales Sustentables, a más de un año y cuatro meses de su

inauguración:

La reubicación, los proyectos productivos, la casa y el resto es una imposición de los de

arriba. Para mí, el cambio a la modernidad fue ser afectado económicamente y vivir

                                                                                                                         130Entrevista  realizada  el  21  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva.  

131Entrevistas  realizadas  entre  el  20  y  27  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva  

 

 

168  

como agachados porque nos discriminan en todas partes, y la gente de gobierno no

escucha nuestras preocupaciones. A nadie de fuera le importa la Ciudad Rural.132

Como se ha mencionado anteriormente, 10-SB confirma el deseo general de la

población para abandonar Nuevo Juan de Grijalva y regresar a sus antiguas tierras para

poder practicar sus actividades: “si pudiese, regresaría a mi antigua vida y trabajo. Aquí

me siento cansado y defraudado. [...] Sólo quiero regresar a la tierra para sembrar y

volver a ser ganadero.”

De igual manera, el padre de esta familia confesa que a pesar de todo el tiempo

pasado “aún no me adapto a vivir y trabajar aquí. Me hace falta mi libertad, antes me

daba tiempo para hacer otras cosas como deporte, y ahora no tengo nada que hacer

más que estar esclavizado en esta tienda”133

Efectivamente, los resultados de las entrevistas han evidenciado que pese a las

estrategias de solidaridad y reciprocidad, la gran mayoría de las familias entrevistadas,

aún no superan el dolor de la muerte de sus familiares y/o amigos. Dicho dolor, aunado

con el trauma social que implica toda reubicación, la condición de marginalidad

presente en la comunidad estudiada, impide que las familias se sientan satisfechas con

la reubicación.

El conjunto de entrevistas, testimonios, observaciones e información recabada en

campo, exponen el evidente fracaso de la reubicación de Nuevo Juan de Grijalva y del

modelo Ciudades Rurales Sustentables, pues los costos sociales han sido sumamente

elevados entre las familias estudiadas. En efecto, afirmamos que dicho fracaso no es el

producto de una serie de proyectos socio—culturalmente mal enfocados, sino de la

iniciativa política y empresarial, sujetas a la presión ejercida por las leyes del libre

mercado y de los organismos internacionales.

                                                                                                                         132  Entrevista  realizada  el  22  de  enero  de  2011  en  Nuevo  Juan  de  Grijalva  

133Ibídem.  

 

 

169  

Conclusiones

El deslizamiento de tierra y posterior tsunami que significó el desastre de Juan de

Grijalva (por la desaparición del poblado y la muerte de decenas de habitantes), no ha

sido un evento excepcional e imprevisible, sino el resultado de un largo proceso social

basado en la acumulación de vulnerabilidades sociales. En efecto, la ausencia de

políticas de riesgo y mitigación de desastres por décadas, los programas de desarrollo

social fallidos, los altos índices de marginalidad socio-económica en la zona, la intensa

actividad antropogénica, reflejo de un sistema político neoliberal desigual y colonialista,

fueron determinantes en la magnitud del desastre y, por ende, en el impacto socio-

cultural, económico y psicológico en las familias reubicadas. En efecto, dichos

enunciados son el resultado de haber abordado el estudio del desastre bajo un enfoque

alternativo,134 lo cual también nos llevó a corroborar que los sectores socio-

económicamente más marginados, son aquellos más vulnerables a sufrir las

consecuencias de una catástrofe.

No obstante, un excelente procedimiento de rescate a las familias reubicados, lo

cual no habíamos pronosticado en lo absoluto;135 confirmamos que la experiencia de

haber presenciado la pérdida de su seres queridos, la destrucción de sus viviendas, y

de su entorno espacial, produjo entre las víctimas efectos devastadores y psico-

socialmente traumáticos, los cuales aún hoy en día persisten.

Por estas razones, el proceso de recuperación de las 18 familias estudiadas fue

muy doloroso y bajo el estado de shock, el cual permitió a las instituciones

gubernamentales y empresas (con el respaldo de los medios de comunicación)

retomar, acelerar e imponer una terapia de shock económica a las familias reubicadas

(centradas en la emergencia del desastre y en el dolor). Esto fue posible, a través del

proyecto de reubicación de Nuevo Juan de Grijalva, en el marco del modelo de

                                                                                                                         134  Y  no  solamente  como  un  evento  aislado  e  impredecible.  

135Pero,  que  nos  llevó  a  confirmar  el  gran  interés  público,  empresarial  y  gubernamental  hacia  el  desastre  abordado  

 

 

170  

desarrollo neoliberal Ciudades Rurales Sustentables, basado en la integración

económica de sus habitantes al libre mercado y, por ende, a las riendas del proyecto

modernizador de México.

En efecto, la implementación de la Doctrina del Shock fue acertada, pues nos

permitió vislumbrar el presente estudio bajo una perspectiva no-oficialista,

dimensionando en un contexto socio-económico más amplio, los intereses socio-

políticos y económicos generados por el evento desastroso y su consecuente proyecto

de reubicación. Así, hemos logrado indagar y caracterizar la manera en que las

instituciones gubernamentales y empresas lucraron con el trauma producido entre las

víctimas, presentando un proyecto de reubicación que terminó siendo aplicado con

facilidad, cuando éste no se ajustó a las necesidades socio-culturales de las familias

estudiadas.

Si bien hemos afirmado que las familias estuvieron más centradas en el dolor de

las pérdidas humanas y materiales producidas por el desastre, que por el diseño de la

casa y los proyectos productivos propuestos; ratificamos que conforme avanzó el

proyecto de reubicación, se fueron acumulando tensiones entre las familias y los

funcionarios institucionales, lo cual se tradujo en una marcada oposición a la idea del

reasentamiento: observación ya advertida por otros investigadores alertando sobre los

riesgos sociales en reubicaciones forzadas.

Otro aporte que consideramos en este estudio, fue haber evidenciado la gran

influencia y coerción ejercida por los medios de comunicación y las empresas

financiadoras, como formas de control social136sobre las familias reubicadas:137

basando sus promesas de prosperidad social en el discurso estatal de la modernidad, a

través de la imposición consumista y la manipulación mediática, por medio de

campañas publicitar ias, el marketing, contratos engañosos y desventajosos a las

familias. De esta manera, se maquilló el proyecto de reubicación y sus proyectos

propuestos.

                                                                                                                         136A  lo  largo  de  la  investigación,  proceso  de  recuperación  y  residencia.  

137Y  opinión  pública  en  general.  

 

 

171  

De acuerdo con el cúmulo de información recabado a partir de las familias

estudiadas, efectivamente, ratificamos que el diseño del proyecto de reubicación fue

concebido bajo un enfoque meramente ingenieril, que básicamente no tomó en cuenta

las necesidades socio-culturales, ni las opiniones de las familias, provocando

posteriormente el descontento general de los reubicados, a pesar de que varias familias

habían creído que la reubicación significaría una mejora en sus condiciones de vida.

Hemos constatado que el diseño de la casa demasiada chica, con un pequeño solar,

presentó uno de los principales problemas del diseño urbanístico de Nuevo Juan de

Grijalva, pues no sólo acrecentó las condiciones de hacinamiento y tensiones

familiares, sino que también provocó grandes dificultades económicas al haber privado

las familias de una fuente vital de autoconsumo, e ingresos. De la misma forma,

pudimos exhibir los altos precios de servicios urbanos y de consumo en general, el

rápido deterioro de la infraestructura, la ineficiencia de los centros de desarrollo, así

como los contratos laborales desventajosos y perjudiciales de los proyectos

productivos: salarios miserables y excesivas horas de trabajo.

En este tenor, concluimos que esta serie de observaciones realizadas confirman,

no sólo el fracaso del modelo de reubicación implantado en Nuevo Juan de Grijalva,

sino que exponen una serie de efectos socio-económicas y culturales que se han

caracterizado por un proceso de marginalidad entre las 18 familias reubicadas, efecto

de las políticas neoliberales y consumistas, de las cuales son todavía víctimas. Así

pues, hemos sido testigos de un sector de la ciudad marcado por la pobreza

económica, el desempleo crónico, el deterioro de interacciones sociales entre

habitantes y funcionarios, violencia estructural, y la desarticulación de las redes

familiares, fenómenos sociales similares a los que se encuentran en las barricadas de

las grandes urbes.

En efecto, reiteremos que las entrevistas han puesto en evidencia el fracaso de

uno de los ejes del plan de desarrollo del Instituto Ciudades Rurales Sustentables: los

proyectos productivos. A decir verdad, el acceso a estos no sólo ha sido desigual, lo

cual ha provocado desacuerdos entre las familias, sino que la mala gestión por parte

del Instituto de Reconversión Productiva se ha reflejado por condiciones laborales

 

 

172  

marcadas por relaciones rígidas entre funcionarios y trabajadores, resultando en

condiciones de stress, precariedad; ocasionando el empobrecimiento económico:

marcado por la morbilidad, la falta de acceso a servicios de salud o el endeudamiento

financiero.

Así pues, confirmamos los postulados enunciados en este estudio por los

distintos investigadores sobre reubicaciones humanas, los cuales advirtieron de los

efectos sociales traumáticos de las reubicaciones por desastre.

Además, hemos destacado la presencia de nuevos fenómenos sociales para las

familias estudiadas como: la presencia de flujos migratorios por parte de los hombres

de familia, causando la desintegración de las redes familiares, y reconfigurando sus

roles, implicando la emergencia de la mujer a la cabeza de la familia. Por otra parte,

hemos advertido un gran número de casos de cuadros de ansiedad y frustración por las

condiciones de marginalidad, lo que ha llevado a Nuevo Juan de Grijalva a convertirse

en una ciudad depresógena, lo cual ha impedido un buen proceso de resiliencia tras el

trauma del desastre por parte de las familias reubicadas.

Asimismo, una de las observaciones que hemos podido constatar, es el estado

de abandono de la ciudad por parte de las autoridades locales, quienes no están

presentes para atender los numerosos problemas del sector Juan de Grijalva. Por lo

tanto, hemos sido testigos del auge de la criminalidad, de la violencia doméstica y el

consumo de drogas y alcohol, reflejos indiscutibles de la marginalidad de los habitantes

del sector estudiado.

Además, destacamos que los resultados del trabajo de campo no mostraron

indicios de tensiones entre miembros de las dos religiones presentes en el sector, o

problemas entre las comunidades de distintos sectores, lo cual habíamos presentido al

inicio de la investigación. Destacamos, que la tendencia de organización sectorial de la

ciudad sirvió para que las distintas comunidades permanecieran aisladas, y asimismo

contribuyó para cohesionar y solidarizar más las familias al interior del sector Juan de

Grijalva, llevándolas a reagruparse juntos en los proyectos productivos.

En este tenor, los testimonios arrojaron una serie de datos interesantes; la

creación de redes de solidaridad y reciprocidad entre las familias del sector estudiado,

 

 

173  

lo cual expone una de las características de la propia condición de marginalidad: las

estrategias de sobrevivencia. Hemos confirmado que dichas redes forman parte del

impacto que han generado los factores desencadenantes de la marginalidad. Asimismo,

comprobamos que estas estrategias han tenido por objetivo contrarrestar las políticas

impopulares y neoliberales del Instituto de Ciudades Rurales Sustentables, basadas en

el afecto, la confianza o la economía solidaria.

De hecho, hemos podido evidenciar el caso de la organización asamblearia

vecinal de las víctimas por la expropiación de tierras de la CFE, que igualmente ha

fungido como un espacio para la solidarización entre las familias del sector, así como la

presencia de distintas cooperativas, restaurantes montados entre vecinos o casas

rentadas. Sin embargo, concluimos que a pesar de las distintas muestras de resistencia

hacia la política de shock (ejercida por el Instituto de Ciudades Rurales Sustentables),

el proceso de marginalidad se ha ido recrudeciendo entre las familias, inclusive

amenazando de disolver o al menos frenar estas redes de reciprocidad. Esto nos lleva a

deducir que el sector Juan de Grijalva ( así como la ciudad) está destinado a su

abandono, pues varias familias han ya dejado la ciudad o estarían por hacerlo, pese a

la presión ejercida por el Estado, las organizaciones que financiaron la ciudad y los

medios de comunicación.

Por otro lado, hemos demostrado que solamente el Centro Escolar, la

conectividad a internet y en menor medida el Centro de Salud, son algunos de los

aciertos del modelo de reubicación, lo que significa para algunas familias las únicas

razones para no abandonar la ciudad.

Adicionalmente, la inclusión de distintos postulados teóricos en torno a la

temática de la marginalidad social, nos permitió vislumbrar y ahondar en el estudio de

las consecuencias socio-culturales y económicas que engendró el modelo de

reubicación a las familias del sector Juan de Grijalva. Por otra parte, deducimos que

otro acierto ha sido aplicar la técnica de “Rashomon” a lo largo de la investigación, pues

nos ha permitido contrastar y confrontar las opiniones, puntos de vista y reacciones

entre las 18 familias reubicadas, investigadores y periodistas, y distintos funcionarios

institucionales, lo cual nos ha brindado un panorama holístico y objetivo en cuanto a las

 

 

174  

causas y caracterización del desastre, el proceso de recuperación, de reubicación y

posterior periodo de residencia en la Ciudad Rural. En efecto, esta técnica nos hizo ver

claramente las posiciones antagónicas existentes entre el discurso estatal dominante y

el de las familias marginales, como reflejo de un sistema socio-político y económico no

sólo desastroso, sino alienante y en crisis.

Con base en lo expuesto, ratificamos la corroboración de las hipótesis

planteadas, así como la respuesta a las problemáticas presentadas en esta

investigación. Por lo tanto, concluimos que los objetivos presentados han sido

alcanzados.

En definitiva, concluimos no sólo que las reubicaciones por desastre y bajo

enfoques ingenieriles implican consecuencias sociales-culturales traumáticas, sino que

los programas desarrollistas del sistema gubernamental-empresarial neoliberal,

respaldado por los medios de comunicación, han acelerado el sistema de

modernización y, por ende, de integración del sureste del país de forma impositora y

colonialista.

Las familias reubicadas de Nuevo Juan de Grijalva han sufrido una serie de

terapias de shock, que las llevaron a ser protagonistas de la tragedia social que hoy

padecen: el primer shock por el desastre, el segundo por medio de una terapia

económica que implicó una voraz integración; y el tercero, por medio de la imposición

consumista y empresarial que los sumergió en las condiciones de marginalidad que hoy

conocemos: un estado de dependencia en una espiral que no parece tener fin. Lo único

que queda esperar es que las familias reubicadas puedan hacerse resistentes a las

terapias de shock, por medio de sus recursos sociales, es decir, la solidaridad, el afecto

y la autoorganización. Además, que en los próximos años asistiremos seguramente al

abandono de las viviendas, y por ende, de los proyectos de trabajo.

 

 

175  

Anexos

Mapa 1. Ubicación del municipio de Ostuacán, Chiapas.

Mapa 2. Ubicación de Nuevo Juan de Grijalva

 

 

176  

Anexo II Imágenes

Figura 1. Vista aérea de la zona tras el desastre Fuente: CEPAL-CONAPRED 2008

Figura 2. Campamento desalojado tras la reubicación de los afectados. 2009

 

 

177  

Figura 3. Vista del sector Juan de Grijalva en la Ciudad Rural. 2011

Figura 4. Vista exterior de una casa en el sector Juan de Grijalva. 2011

 

 

178  

Figura 5. Habitantes del sector Juan de Grijalva. 2011

Figura 6. Vista exterior de uno de los invernaderos (Proyecto Productivo). 2011

 

 

179  

Bibliografía

ADLER DE LOMNITZ, Larissa (1975) Cómo sobreviven los marginados, Siglo XXI

editores, México.

ALCÁNTARA-AYALA, I., DOMÍNGUEZ-MORALES, L., (2008) The San Juan de Grijalva

Catastrophic Landslide, Chiapas, Mexico: Lessons Learnt, Proceedings of The First

World Landslide Forum: Tokio, Japón, United Nations University, ICL-International

Consortium on Landslides/ISDR-United Nations International en HINOJOSA-

CORONA,A., (2011) El deslizamiento de ladera de noviembre 2007 y generación de

una presa natural en el río Grijalva, Chiapas, México , Boletín de la Sociedad Geológica

Mexicana, Vol.63, núm.1, p.15-39

ARISTIZABAL, C., (2008), Teoría y Metodología de investigación, [en línea], Guía

Didáctica y Módulo Fundación Universitaria Luis Amigo,

<http://www.funlam.edu.co/administracion.modulo/NIVEL06/TeoriaYMetodologiaDeLaIn

vestigacion.pdf> [consulta 31 de mayo de 2011]

ARGÜELLO, MANUEL, (2004), Riesgo, vivienda y arquitectura, Conferencia Congreso

ARQUISUR, Universidad de San Juan, Argentina.

BARRIOS, E. ROBERTO 2000 Reconstruyendo la marginalidad: la economía política

de la reubicación después del huracán Mitch en el sur de Honduras. CRID - Centro

Regional de Información sobre Desastres para América Latina y el Caribe.

BEAUD S., WEBER, F., (2003), Guide de l´enquête de terrain. Produire et analyser des

données ethnographiques. Édit. La Découverte, Paris XIIIe.

BLAIKIE, P., CANNON, T., I. DAVIS & WISNER, B. (1994) At Risk: Natural Hazards,

Peoples’ Vulnerability and Disasters, London: Routledge.

 

 

180  

BLAIKIE, Piers; CANNON, Terry; DAVIS, Ian, WISNER, Ben. (1996) Vulnerabilidad: El

Entorno Social, Político y Económico de los Desastres. LA RED; ITDG, Tercer Mundo

Editores, Colombia.

BANKOFF, Greg. (2004) The Historical Geography of Disaster: Vulnerability and Local

Knowledge in Western Discourse, BANKOFF, G.; FRERKS, G.; HILHORST, D.

(Eds.),Mapping Vulnerability: Disasters, Development and People. Earthscan, London.

BOLIS, R. y BOLTON P. (1986) Race, Religion, and Ethnicity in Disaster Recovery.

University of Colorado Institute of Behavioral Sciences. Monograph 42. Boulder.

Colorado. E.U. En MACÍAS MEDRANO, Jesús (2009) Investigación Evaluativa de

Reubicaciones humanas por Desastre eb México. CIESAS, México.

BOURDIEU, P. (1999) Contrafuegos. Reflexiones para servir a la resistencia contra la

invasión neoliberal, Anagrama, Barcelona.

BRIONES, GAMBOA Fernando. (2008) La construction sociale du risque : l´isthme de

Tehuantepec face au phenomene climatique « El Niño ». Paris, Presentada en la

Escuela de Altos Estudios en ciencias aociales para obtención de grado de Doctor en

Antropología y Etnología.

BRIONES, GAMBOA Fernando. (2009) Inundados, reubicados y olvidados: Traslado

del riesgo de desastres en Motozintla, Chiapas. CIESAS, México.

BURGUETE, L. (2009), Inaugura el Presidente Felipe Calderón ciudad rural “Nuevo

Juan de Grijalva”, [en línea], Notinúcleo, 18 de septiembre,

<http://www.notinucleo.com/estatales/inaugura-el-presidente-felipe-calderon-ciudad-

nuevo-juan-de-grijalva.html> [consulta 21 de diciembre de 2011].

 

 

181  

CAMPOS, Maria (2004) La presa de Aguamilpa y los huicholes. Cambio sociocultural

en dos ejidos indígenas relocalizados, ENAH, Tesis de Maestría en Antropología Social,

México.

CARDONA O.D. (1993) Evaluación de la amenaza, la vulnerabilidad y el riesgo. En:

MASKREY A. (comp.) Los desastres no son naturales. La Red, Red de Estudios

Sociales en Prevención de Desastres en América Latina.

CEPAL-CENAPRED (2008), Tabasco: Características e impacto socioeconómico de

las inundaciones provocadas a finales de octubre y a comienzos de noviembre de 2007

por el frente frío número 4 [en línea] Economic Comission for Latin America and the

Caribbean.

CEPAL-CENAPRED (2008), Tabasco: Características e impacto socioeconómico de

las inundaciones provocadas a finales de octubre y a comienzos de noviembre de 2007

por el frente frío número 4 [en línea] Economic Comission for Latin America and the

Caribbean, 16 de junio,

<http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/3/33373/L864_parte_8_de_8.pdf> [consulta 22

octubre 2011].

CURRAN J., MORLES D., WALKERDINE V. (1998) Estudios Culturales y

Comunicación. Análisis, producción y consumo cultural de las políticas de identidad y el

posmodernismo. Paidos, Barcelona.

CYRULNIK Boris, DUVAL Philippe. (2006) Psychanalyse et résilience. Editions Odile

Jacob, Paris.

 

 

182  

DENZIN K., LINCOLN Y., (1994), Handbook of qualitative research, Thousand Oaks,

Sage, California, en VALLES, M., (1999), Técnicas Cualitativas de Investigación Social.

Reflexión metodológica y práctica social. Edit. Síntesis, Madrid.

DE LA SOUDIÉRE, Martin. (2002) Notre temps quotidien. Pour une ethnographie de la

météorologique ordinaire. In KATZ, Esther, LAMMEL Annamaria, GOLOUBINOFF,

Marina. Entre ciel et terre, Climat et société. IRD, Paris, pp. 163-169.

FOSSAERT, R. (1994) Modernización e identidades. México en el centro del Nuevo

Mundo. En Modernización e Identidades Sociales. GIMÉNEZ G., Universidad Nacional

Autónoma de México, México DF.

GARCÍA ACOSTA, Virginia (1993) Enfoques teóricos para el estudio histórico de los

desastres naturales. En MASKREY, Andrew, Los desastres no son naturales. (comp.)

LA RED-ITDG-Tercer Mundo Editores, Colombia.

GARCÍA ACOSTA, Virginia. (1996) Historia y Desastres en América Volumen I.

Coordinadora. LA RED/CIESAS.

GARCÍA ACOSTA, Virginia. (2002) Historical Disaster Research. In HOFFMAN,

Susanna M., OLIVER-SMITH, Anthony, Eds. (2002) Catastrophe and Culture. The

Anthropology of Disaster, School of American Researche Press, Santa Fe.

GARCÍA ESPEJEL, Alberto (2003) Las contradicciones del desarrollo: el impacto social

de los reacomodos involuntarios por proyectos de desarrollo. Serie Humanidades,

Universidad Autónoma de Querétaro.

GIMÉNEZ, G. (1994) Modernización e Identidades sociales, Universidad Nacional

Autónoma de México, México DF.

 

 

183  

GIMÉNEZ, G. (1995) Modernización, Cultura e Identidad Social [en línea] Espiral,

enero-abril, año/vol. I, núm.2 <http://redalyc.uaemex.mx/pdf/138/13810203.pdf>[

consultado el 7 de abril de 2012].

HEWITT, K. (1997) Regions of Risk: a geographical introduction to disasters, Harlow:

Addison Wesley Longman.

HERNÁNDEZ, M., (2011), Rechazan académicos y organizaciones modelo de

Ciudades Rurales para Puebla,[en línea], La Jornada de Oriente, 5 de septiembre,,

HINOJOSA-CORONA,A., (2011) El deslizamiento de ladera de noviembre 2007 y

generación de una presa natural en el río Grijalva, Chiapas, México, Boletín de la

Sociedad Geológica Mexicana, Vol.63, núm.1, p,15-39.

HOFFMAN, Susanna, OLIVER SMITH Anthony (1999) The Angry Earth: Disaster in

Anthropological Perspective. New York, NY: Routledge.

INEGI (2011), México en Cifras: Información nacional, por entidad federativa

ymunicipios[enlínea]<http://www.inegi.org.mx/sistemas/mexicocifras/default.aspx?e=7>

[consulta 15 noviembre 2011].

KONRAD, HERMAN W. (1996) Caribbean tropical storms: Ecological Implications for

Pre-Hispanic and Contemporary Maya Subsistence on the Yucatan Peninsula. Revista

Mexicana del Caribe. Año 1, número 1.

KOTTAK C., (2006), Antropología Cultural, Mc. Graw Hill-Interamericana de España,

S.A.

 

 

184  

KLEIN, N. (2007) La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre. Paidos

Ibérica. Barcelona.

LIMEDDH (2011), Informe sobre afectados por Tapón del Rio Grijalva, [en línea] Liga

Mexicana por los Derechos Humanos, 9 de marzo,

<http://www.espora.org/limeddh/spip.php?article509> [consulta 15 noviembre 2011].

LÓPEZ, Marisa (1999) La contribución de la antropología al estudio de los desastres: el

caso del huracán Mitch en Honduras y Nicaragua. Instituto Hondureño de Antropología

e Historia. Tegucigalpa.

LÓPEZ, René;(2007) Vive Tabasco la “peor catástrofe” en 50 años; 500 mil

damnificados y un muerto [en línea], La Jornada en Internet, 1 de noviembre,

<http://www.jornada.unam.mx/2007/11/01/index.php?section=sociedad&article=038n1s

oc> [consulta 15 octubre 2011].

LOZANO, M., (2007) El síndrome de Rashomon o la Comunicación de la Ciencia y la

Técnología en situaciones de conflicto, [en línea] Redes, año/vol. 13, núm.026,

Universidad Nacional de Quilmes Bernal Este, Argentina

< http://redalyc.uaemex.mx/pdf/907/90702614.pdf>[consulta 29 de marzo de 2012].

MACÍAS MEDRANO, Jesús M. (2001). La reubicación del riesgo. En Macías Medrano,

Jesús M. compilador. Reubicación de comunidades humanas. Entre la producción y la

reducción de desastres. Universidad de Colima, México.

MACÍAS MEDRANO, Jesús (2009) Investigación Evaluativa de Reubicaciones

humanas por Desastre en México. CIESAS, México.

MARISCAL, A., (2009), Alertan académicos sobre plan de ciudades rurales

sustentables, [en línea] La Jornada en Internet, 31 de

 

 

185  

agosto,<http://www.jornada.unam.mx/2009/08/31/estados/028n1est>,[consulta 22 de

diciembre 2011].

MARISCAL, Á.; (2009), Desarrollo, el objetivo de Ciudades Rurales: gobierno de

Chiapas, [en línea] La Jornada en Internet, 1 septiembre

<http://www.jornada.unam.mx/2009/09/01index.php?section=estados&article=029n1es>

[consulta 19 de diciembre 2011].

MARTINES, L.E., (2007) El “tapón” salvó a Tabasco, Juan de Grijalva a la expectativa:

El Heraldo de Tabasco, 24 de noviembre de 2007, [en línea]

www.oem.com.mx/elheraldodetabasco/notas/n501481.htm

MARTÍNEZ, J. (2007), Los 10 desastres más costosos en México [en línea] CNN

Expansión,8 denoviembre,<http://www.cnnexpansion.com/actualidad/2007/11/08/los-10-

desastres-mas-costosos-en-mexico?q=3761433388> [consulta 17 octubre 2011].

MASKREY, A., (1993), Los Desastres No son Naturales (Comp.) LA RED-ITDG-Tercer

Mundo Editores, Colombia.

MASKREY, A (1989) Disaster mitigation: a community based approach, Oxford: Oxfam.

MASKREY, Andrew, ROMERO, Gilberto. (1993) Como entender los desastres

naturales. In Andrew MASKREY Los Desastres No son Naturales. (Comp.) LA RED-

ITDG-Tercer Mundo Editores, Colombia.

MENDOZA-LÓPEZ, M.J., DOMÍNGUEZ-MORALES, L., NORIEGA-RIOJA, I.,

GUEVARA-ORTIZ, E., (2002) Monitoreo de laderas con fines de evaluación y

alertamiento: Cd. de México, Centro Nacional de Prevención de Desastres

(CENAPRED).

 

 

186  

MUSSET, Alain. (1996) Mudarse o Desaparecer. Traslado de Ciudades

Hispanoamericanas y Desastres [Siglos XVI-XVIII]. En GARCÍA ACOSTA, Virginia

[Coord.] Historia y desastres en América Latina. Vol. I. La Red.

NEAL David (1997) Reconsidering the phases of disasters. En: International Journal of

Mass Emergencies and Disasters,RCD/ISA, Tempe. Agosto, vol.15, núm.2

OLIVER SMITH, A. (2001) Consideraciones teóricas y modelos de reasentamiento de

comunidades. En Reubicación de comunidades humanas. Entre la población y la

reducción de desastres. MACÍAS, J. (comp), Universidad de Colima,México

OLIVER-SMITH, Anthony, HOFFMAN, Sussana M. (2002) Why Anthropologists Should

Study Disasters. In OLIVER-SMITH, Anthony, Eds. Catastrophe and Culture. The

Anthropology of Disaster. School of American Research Press, Santa Fe.

OLIVER SMITH, Anthony (2002) El gran terremoto del Perú, 1970. El concepto de

vulnerabilidad y el estudio y la gestión de los desastres en América Latina, en:

Desastres Naturales en América Latina. A. J. Lugo y J. Invar (comps.), FCE, pp. 147-

160

PARTRIDGE,W. (1989) Involontary Resettlement in Development Projects. En Journal

of Refugee Studies 2, pp. 373-384.

POSSELT, A. (2011), El Tapón de Grijalva [en línea] Contralínea, Periodismo de

Investigación, 10 de abril,

<http://contralinea.info/archivorevista/index.php/2011/04/10/ciudad-rural-en-chiapas-

imposicion-desigualdad-y-represion-limeddh/> [consulta 26 octubre 2011].

RAMÍREZ, O.(2009), Nuevo Juan de Grijalva, primera ciudad rural sustentable del

mundo: Felipe Calderón y Sabines asisten a acto fundacional,[en línea]

 

 

187  

GenteSur,18deseptiembre,<http://gentesur.com.mx/2009/10/bnuevo_juan_del_grijalva_

primera_ciudad_rural_sustentable_del_mundo_felipe_calderon_y_juan_sabines_asiste

n_al_acto_fundacional_b/> [consulta 22 de diciembre de 2011].

RAZETO, L. (2002) Las empresas alternativas, Nordan, Montevideo. En

Contrainsurgencia y Miseria. Las políticas de combate a la pobreza en América Latina.

ZIBECHI, R.

RUIZ O., ISPIZUA M., (1989), La descodificación de la vida cotidiana. Métodos de

investigación cualitativa, Universidad de Deusto, Bilbao, en VALLES, M., (1999),

Técnicas Cualitativas de Investigación Social. Reflexión metodológica y práctica social.

Edit. Síntesis, Madrid.

REVET Sandrine, (2007), Anthropologie d´une catastrophe. Les coulées de boue de

1999 au Venezuela, Presse de la Sorbonne Nouvelle, Paris, France,

SCANLON, J. (1998). The perspective of gender: A missing element in disaster

response. In E. Enarson & B. Hearn Morrow (comps.), The gendered terrain of disaster

pp.45-51. Miami: International Hurricane Center.

SCUDER,T. y COLSON, E. (1982) From Welfare to Development: A conceptual

framework for the Analisis of Dislocated People: Involuntary Migration and

Resettlement: Causes and Context. En [OLIVER SMITH, A. y HANSEN, A. (comps.)],

Westview Press. Boulder, Colorado.

SEMADUVI- SÁNCHEZ, E., (2008), Avanza construcción de vivienda en Nuevo Juan de

Grijalva [en línea] Gobierno del Estado de Chiapas, 15 de julio,

<http://www.chiapas.gob.mx/prensa/boeltin/avanza-construccion-de-vivienda-en-nuevo-

juan-de-grijalva>[consulta 17 de diciembre].

 

 

188  

SEMADUVI-SÁNCHEZ, E. (2009), En Chiapas, ejemplo de unidad “para superar la

marginación que causa dispersión”, [en línea], Gobierno del Estado de

Chiapas,18deseptiembre,<http://www.cocoso.chiapas.gob.mx/documento.php?id=2008

0311031914>[consulta 21 de diciembre de 2011].

SOROKIN, Pitrim; Horowitz, I. (1942) Man and Society in Calamity. New York: E. P.

Dutton & Co.

STEWARD, Julian H. (1955) the Theory of Cultural Change: The Methodology of

Multilinear Evolution. University of Illinois Press, Urbana.

SUVERZA, A. (2007), Chiapas: El profético quinto día; emergen más cuerpos, [en línea]

El Universal en Internet, 9 de noviembre,

<http://www.eluniversal.com.mx/notas/460265.html>, [consulta 3 de noviembre de

2011].

TANIGUCHI, H. (2011), Ciudad Sustentable: erradicar la pobreza a cambio de casa

nueva [en línea] CNN México en Internet, 14 de febrero,

<http://mexico.cnn.com/nacional/2011/02/14/los-antecedentes-nuevo-juan-del-

grijalva>[cosulta 17 diciembre].

TORRIO, C., (2008), Los enfoques teóricos del desastre y la gestión local del riesgo [en

línea] National Centre of Competence in Research North-South

(NCCR),junio2008,<http://www.crid.or.cr/digitalizacion/pdf/spa/doc17856/doc17856-

c.pdf>,[consulta 15 de abril 2011].

TURATI, M. (2007) Culpan a compañía contratista de tragedia y a Dios de

salvarlos[enlínea]Elxcelsior,<http://aguadetabascovino.blogspot.com/2007/12/comentari

os-de-marcela-turati.html> [consulta 30 octubre de 2011].

 

 

189  

VALLES, M., (1999), Técnicas Cualitativas de Investigación Social. Reflexión

metodológica y práctica social. Edit. Síntesis, Madrid.

VERA CORTÉS, Gabriela (2009) Devastación y éxodo: Memoria de seminarios sobre

reubicaciones por desastres en México. Papeles de la Casa Chata, México

WIJKMAN, A., TIMBERLAKE, L. (1985) Natural Disasters: acts of god or acts of man,

International Institute for Environment and Development (London and Washington, DC).

WILSON, J. (2008), La nueva fase del Plan Puebla Panamá en Chiapas, [en línea]

América Latina en Movimiento, 27 de mayo,< http://alainet.org/active/24401&lang=es>

[consulta 22 de diciembre 2011].

ZAMAN, MOHAMMAD (1999) Vulnerability, disaster and survival in Bengladesh: three

case studies. En: Disaster in Anthropological Perspective. HOFFMAN Susanna and

SMITH Anthony (comps.) New York, NY: Routledge.

ZIBECHI, R. (1999) La Mirada horizontal. Movimientos sociales y emancipación,

Nordan-Comunidad, Nordan-Comunidad, Montevideo, Uruguay.

ZIBECHI, R. (2010) Contrainsurgencia y Miseria. Las políticas de combate a la pobreza

en América Latina, Pez en el Árbol, Montevideo, Uruguay.

ZIBECHI, R. (2003), El Alto: un mundo nuevo desde la diferencia, [en línea]

PensamientoCrítico,<http://www.pensamientocritico.org/rauzibe200905.htm>[28 de

marzo de 2012].