CERÁMICA BAJOMEDIEVAL EN ALBACETE: BASES PARA SU ESTUDIO

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La cerámica bajomedieval en Albacete: bases para su estudio 825 Actas del VIII Congreso Internacional de Cerámica Medieval. Ciudad Real ( 2009 ) TOMO II / 825-838 Palabras clave: Arqueología medieval, Albacete, Cerámica. Resumen: La falta de intervenciones arqueológicas en yaci- mientos medievales de la provincia de Albacete sigue haciendo muy difícil afrontar de forma científica un estudio riguroso de las producciones cerámicas bajomedievales. Los trabajos de prospección, especialmente en la mitad oriental del territorio, las intervenciones arqueológicas en va- rios castillos, como los de Almansa, Caudete, Montealegre y Chinchilla, y la intervención arqueológica en puntuales solares urbanos, han proporcionado un corpus documental los sufi- cientemente amplio como para poder iniciar una evaluación de las producciones cerámicas que circulan, se propagan y en ocasiones se producen en el ámbito de los actuales límites de la provincia de Albacete entre los siglos XIII y XV. Key words: medieval archaeology, Albacete, ceramics. *Abstract: The lack of any archaeological intervention on medieval sites in the province of Albacete continues to make it difficult for any rigorous scientific study of late medieval ceramic production to be made. However, the prospecting work, especially in the east- ern half of the province, the archaeological intervention on several castles, including Almansa, Caudete, Montealegre and Chinchilla, and the archaeological work performed on iso- lated urban sites have provided sufficient body of documen- tary evidence to enable an initial assessment to be made of the ceramic productions that circulated, were disseminated and were occasionally actually produced within the current boundaries of Albacete province between the 13 th and 15 th centuries. Mots clés : Archéologie médiévale, Albacete, Céramique. **Résumé : Il est toujours très difficile de mener à bien, de façon scientifique, une étude rigoureuse des productions céra- miques du bas moyen-âge en raison de la rareté des interven- tions archéologiques réalisées dans les gisements médiévaux de la province d’Albacete. Grâce aux travaux de prospection sur la moitié orientale du territoire notamment, aux interventions archéologiques dans plusieurs châteaux (Almansa, Caudete, Montealegre et Chinchilla par exemple), ainsi qu’au travail des archéologues sur des parcelles urbaines ponctuelles, nous disposons d’un corpus documentaire suffisant pour évaluer les productions céramiques qui ont circulé, se sont propagées et ont parfois été produites dans les limites actuelles de la province d’Albacete entre les XIII e et XV e siècles. José Luís Simón García 1. Introducción. La presente comunicación intenta abordar una temática, las cerámicas bajomedievales en el ám- bito de la actual provincia de Albacete (Castilla- La Mancha), que en otros territorios próximos como Valencia, Alicante, Murcia o Teruel fue- ron objeto de estudio y análisis hace algo más de dos décadas. Este retraso en la investigación tiene múltiples causas, como la falta de centros de investigación o de programas de estudio por equipos de trabajo de otros ámbitos geográficos, el secular retraso de la investigación arqueológica en Albacete, o quizás la falta de intervenciones arqueológicas en ámbitos urbanos, espacio donde se concentran de forma habitual el mayor registro de este tipo de restos muebles. Pese a la existencia de un marco normativo, desde 1985 en el ámbito de la legislación nacio- nal y desde 1991 en el autonómico, que establecía la obligatoriedad de efectuar intervenciones ar- queológicas allí donde se presumiese la existen- cia de bienes de naturaleza arqueológica, la “Ar- queología Urbana” en la provincia de Albacete sigue siendo una de las tareas pendientes de la administración, tanto autonómica como de la lo- cal, pese a que son muchos los Cascos Históricos con declaración o incoación de Bien de Interés Cultural (fig.1). * Universidad de Alicante *

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la cerámica bajomedievalen albacete: bases

para su estudio

825Actas del VIII Congreso Internacional de Cerámica Medieval. Ciudad Real ( 2009 ) TOMO II / 825-838

Palabras clave: Arqueología medieval, Albacete, Cerámica.Resumen: La falta de intervenciones arqueológicas en yaci-mientos medievales de la provincia de Albacete sigue haciendo muy difícil afrontar de forma científica un estudio riguroso de las producciones cerámicas bajomedievales.

Los trabajos de prospección, especialmente en la mitad oriental del territorio, las intervenciones arqueológicas en va-rios castillos, como los de Almansa, Caudete, Montealegre y Chinchilla, y la intervención arqueológica en puntuales solares urbanos, han proporcionado un corpus documental los sufi-cientemente amplio como para poder iniciar una evaluación de las producciones cerámicas que circulan, se propagan y en ocasiones se producen en el ámbito de los actuales límites de la provincia de Albacete entre los siglos XIII y XV.

Key words: medieval archaeology, Albacete, ceramics.*abstract: The lack of any archaeological intervention on medieval sites in the province of Albacete continues to make it difficult for any rigorous scientific study of late medieval ceramic production to be made.

However, the prospecting work, especially in the east-ern half of the province, the archaeological intervention on several castles, including Almansa, Caudete, Montealegre and

Chinchilla, and the archaeological work performed on iso-lated urban sites have provided sufficient body of documen-tary evidence to enable an initial assessment to be made of the ceramic productions that circulated, were disseminated and were occasionally actually produced within the current boundaries of Albacete province between the 13th and 15th centuries.

Mots clés : Archéologie médiévale, Albacete, Céramique.**Résumé : Il est toujours très difficile de mener à bien, de façon scientifique, une étude rigoureuse des productions céra-miques du bas moyen-âge en raison de la rareté des interven-tions archéologiques réalisées dans les gisements médiévaux de la province d’Albacete.

Grâce aux travaux de prospection sur la moitié orientale du territoire notamment, aux interventions archéologiques dans plusieurs châteaux (Almansa, Caudete, Montealegre et Chinchilla par exemple), ainsi qu’au travail des archéologues sur des parcelles urbaines ponctuelles, nous disposons d’un corpus documentaire suffisant pour évaluer les productions céramiques qui ont circulé, se sont propagées et ont parfois été produites dans les limites actuelles de la province d’Albacete entre les XIIIe et XVe siècles.

José Lu ís S imón Garc ía

1. Introducción.La presente comunicación intenta abordar una

temática, las cerámicas bajomedievales en el ám-bito de la actual provincia de Albacete (Castilla-La Mancha), que en otros territorios próximos como Valencia, Alicante, Murcia o Teruel fue-ron objeto de estudio y análisis hace algo más de dos décadas. Este retraso en la investigación tiene múltiples causas, como la falta de centros de investigación o de programas de estudio por equipos de trabajo de otros ámbitos geográficos, el secular retraso de la investigación arqueológica en Albacete, o quizás la falta de intervenciones arqueológicas en ámbitos urbanos, espacio donde

se concentran de forma habitual el mayor registro de este tipo de restos muebles.

Pese a la existencia de un marco normativo, desde 1985 en el ámbito de la legislación nacio-nal y desde 1991 en el autonómico, que establecía la obligatoriedad de efectuar intervenciones ar-queológicas allí donde se presumiese la existen-cia de bienes de naturaleza arqueológica, la “Ar-queología Urbana” en la provincia de Albacete sigue siendo una de las tareas pendientes de la administración, tanto autonómica como de la lo-cal, pese a que son muchos los Cascos Históricos con declaración o incoación de Bien de Interés Cultural (fig.1).

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Universidad de Alicante*

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Entre las localidades que cuentan con dicha de-claración y protección se encuentran Chinchilla (3 de febrero de 1979), La Roda (15 de mayo de 1973), Villarrobledo (25 de febrero de 1972), Alcaraz (3 de febrero de 1979), Alcalá del Júcar (21 de septiembre de 1982), Yeste (1 de julio de 1982), Letur (27 de mayo de 1983), Almansa (21 de diciembre de 1982) y Hellín (25 de abril de 1977). Podríamos añadir Jorquera, con sus murallas almohades (22 de enero de 1980) y un sin fin de poblaciones de las cuales tenemos constatación documental de su existencia y desarrollo entre los siglos XIII y XV, como Al-bacete, Caudete, Montelagre, Bonete, Higueruela, Tobarra, Lietor, Nerpio, La Gineta, Bienservida, Riopar, etc.

El incumplimiento normativo, y la consecuen-te perdida de datos y bienes arqueológicos, todos ellos irrecuperables, no eran una echo generalizado hasta las últimas décadas del siglo XX por motivos relacionados con la economía y la perdida de po-blación. Las poblaciones que habían crecido desde el siglo XIX, lo habían hecho en su perímetro exte-rior, dejando los Centros Históricos despoblados y en un estado latente que no suponía la renovación del parque inmobiliario. Las técnicas constructivas desarrolladas hasta mediados del siglo XX habían supuesto la superposición de las edificaciones so-

bre los derribos y escombros de las anteriores, ge-nerando un relleno arqueológico intacto y de un valor histórico incalculable, más aún cuando la documentación escrita es extremadamente escasa (PRETEL, 1981).

El incremento en los últimos años de la renta económica de la población y la generalización de segundas residencias, en especial por la población emigrante en otras regiones españolas, ha supues-to un auge en la renovación de las viviendas del Casco Histórico, lo cual ha supuesto una mejora en la calidad de vida de la zona que a su vez ha atraído a nuevos residentes. Estas circunstancias han provocado una aceleración en la construcción de estos núcleos urbanos primigenios, acompañados de las necesidades de las sociedades de finales del siglo XX e inicios del XXI, como sótanos, coche-ras, canalizaciones de servicios, etc. Sin embargo, el vaciado del subsuelo no se ha visto acompañada por el cumplimiento de la legislación vigente, lo cual ha supuesto la destrucción de los hasta ahora intactos archivos arqueológicos.

En algunos casos puntuales, que no han pasa-do de la recogida selectiva de materiales cerámicos por parte de aficionados a la historia local, han per-mitido constatar la existencia de potentes niveles arqueológicos, mayoritariamente medievales y mo-

Fig. 1: Ciudades de Albacete con el Casco Histórico declarado Bien de Interés Cultural y actuaciones arqueológicas en castillos y solares urbanos.

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dernos, desde fases islámicas a bajomedievales, de una riqueza y singularidad muy importante, siendo un ejemplo e ello la actuación efectuada en el solar de la C/La Estrella 9 de Almansa gracias a la co-laboración de la propiedad Cáritas Interparroquial de Almansa (SIMóN & GARCíA, e.p.), donde se llegó a documentar una estratigrafía histórica con-tinuada de más de tres metros de espesor.

Algo similar podemos señalar de hallazgos en varios solares del Casco Histórico de Lietor a fina-les de los años noventa del siglo pasado, en donde destacaba un conjunto ceramológico fechado entre los siglos X y XII d.C., ya publicado (NAVARRo, 1996), y los siglos XIV-XV, por ahora inédito.

En el resto de la provincia apenas si se posen datos del entorno urbano, como algunas notas de hallazgos casuales en el entorno del Hospital de San Julián de Albacete, en donde se constató la presen-cia de una necrópolis cristiana con enterramien-tos fechados por los hallazgos monetales en el siglo XIV (SáNCHEz,1945), la recuperación de piezas arquitectónicas en solares de Hellín, o la documen-tación de cerámicas y túneles en el cerro del casti-llo, ocupado hoy por la Iglesia del Salvador, en La Roda (MARTíNEz, 1995).

Se ha constatado en otras partes de la región, y en otras comunidades autónomas, que la arqueología urbana, tras un primer rechazo por la novedad que supone, es una de las principales vías de enriqueci-miento patrimonial, tanto por la información obte-nida como por el descubrimiento de piezas muebles y elementos inmuebles ocultos, desconocidos o infra-valorados, como han sido lienzos de muralla y torreo-nes, o edificios religiosos, como sinagogas, mezquitas e iglesias, ejemplo de lo cual lo tenemos en las actua-ciones de Entretorres, en Talavera de la Reina (Mo-RALEdA, SáNCHEz & MARTíNEz, 2004) o el Prado de los Judíos de Molina de Aragón (ARENAS & MARTíNEz, 2004), pasando de ser las actuacio-nes arqueológicas de una obligada molestia a un acti-vo con repercusiones turísticas y económicas.

Creemos que es urgente iniciar la dinámica de cumplimiento de lo establecido por la normativa regional en materia de patrimonio, primero en las propias obras de la administración y seguidamente en la de los particulares, al menos en Cascos His-tóricos tan importantes y singulares como los de Chinchilla, Alcaráz, Hellín, Almansa, Yeste, Jorquera o Lietor, de lo contrario en breve plazo la perdida patrimonial será irreparable.

El segundo campo de actuaciones de la arqueo-logía medieval en Albacete han sido los castillos y las fortalezas, muchas de ellas como consecuencia de los planes de empleo y las escuelas taller finan-ciadas con los programas de cohesión de la Unión Europea. Adscritos a estos programas son las actua-ciones en el Castillo de Almansa (SIMóN, 2000), las Murallas de Jorquera, el Castillo de Taibilla (Nerpio) o el Castillo de Yeste. En otros casos se trata de proyectos cofinanciados entre organismos locales y los fondos europeos, los cuales han per-mitido afrontar tareas de recuperación que incluían estudios arqueológicos, las cuales han posibilitado estudiar la génesis y evolución de este tipo de for-talezas. dentro de este grupo se incluirían las for-talezas de Montealegre del Castillo y Caudete y la Puerta de diablos y Tiradores de Chinchilla.

Sin embargo, el principal handicap de este tipo de intervenciones es la obligada adaptación del pro-grama de investigación a los objetivos del proyecto y a las necesidades de la obra, por lo que no ha sido posible excavar allí donde el estudio previo indicaba una mayor rentabilidad de los trabajos ar-queológicos, sino donde la obra había previsto su actuación.

de todos modos los resultados están siendo muy alentadores y en el presente trabajos pretendemos exponer algunos de los resultados obtenidos hasta la fecha.

2. las producciones cerámicas.Por la escasez de estudios y el panorama existen-

te en territorios colindantes, partimos de la premisa que la mayoría de las cerámicas bajomedievales en la provincia de Albacete proceden mayoritariamen-te de los centros de producción levantinos, tanto valencianos, Paterna y Manises, en el caso de la loza de lujo, o murcianos y alicantinos en el caso de las cerámicas comunes. No descartamos que en un nú-mero y cantidad menor puedan registrarse produc-ciones de centros algo más alejados como Teruel o Granada, como parecen apuntar algunos regis-tros de los cuales a continuación daremos cuenta (fig.2).

Igualmente creemos que debe de tenerse pre-sente la posibilidad de la existencia de talleres lo-cales, en especial para la cerámica común, al menos en la segunda mitad del siglo XIV y durante todo el siglo XV, dado que en el XVI se empiezan a co-nocer la existencia de talleres en centros que poste-

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riormente tendrán una larga tradición productora, como Hellín, dato facilitado por Javier López Pre-cioso, o Chinchilla (SáNCHEz, 1989) donde se podrían concentrar una serie de talleres regionales por el carácter de urbe organizadora del territorio tanto en época andalusí como feudal, en un pro-ceso similar al constatado para la zona valenciana y analizado por diversos autores (RoSSELLó & LERMA, 1999). Podrían coexistir con pequeños talleres locales que tengan como ámbito de su pro-ducción su entorno inmediato y cuyo fin sea el abastecimiento de piezas funcionales y sin compli-caciones tecnológicas, hecho que por otra parte se documenta desde el mundo Ibérico, como el Alfar de Alcalá del Júcar, (CoLL, 1989).

2.1. Las producciones mudéjares.La definitiva conquista del sector oriental de la

provincia de Albacete, entorno a 1243, se enmarca en el proceso encabezado por el entonces infante

Alfonso, posteriormente Alfonso X, que le permite incorporar a Castilla el Reino de Murcia, en un proceso denominado por algunos autores como “protectorado” que se extenderá hasta la revuelta mudéjar de 1266, momento en el cual se produce la plena integración de Murcia en la corona caste-llana.

Posiblemente en la citada fase continuasen fun-cionado algunos de los talleres locales que desde época almohade se habían dedicado al abasteci-miento de las necesidades de la población local, de los cuales parecen atisbarse algunos datos de las intervenciones que en los últimos años se vienen desarrollando en ámbitos urbanos de la cuenca del Vinalopó en Alicante, como los más que proba-bles talleres en Elda. A estos, y quizás a otros de localidades próximas, podamos atribuir la realiza-ción de una serie de tinajas estampilladas, de clara raíz almohade y con múltiples ejemplos en el rei-no murciano, caracterizadas por la falta de calidad

Fig. 2: Distribución de los tipos de cerámica bajomedieval en la Provincia de Albacete.

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general de las piezas, tanto en sus pastas, cocción y en especial en el estampillado, este último falto de definición y precisión, y con una temática que en ocasiones apunta a una imitación de motivos geométricos o epigráficos muy alejados de los tipos clásicos de fases anteriores. Su apariencia es la de una producción local imitadora de unas produc-ciones anteriores sin los conocimientos técnicos ni formales de sus antecesoras, destinada posiblemente a grupos de mudéjares que en los momentos in-mediatamente posteriores a la conquista sufren el inicio de un claro proceso de marginación dentro de las nuevas sociedades feudales.

Aparecen estas tinajas estampilladas en Elda y Benejama (GARCíA, RIzo & SEGURA, 2003) y dentro del ámbito de la actual provincia de Alba-cete en los registros de los castillos de Almansa (SI-MóN, 2000), Caudete y Montealegre del Castillo y en la alquería de Bogarra de Caudete.

En el primer caso se trata de un fragmento de tinaja con una decoración de motivos geométricos enmarcados en bandas horizontales, mientras que en Caudete y Montealegre se trata de un moti-vo vegetal esquematizado enmarcado dentro de un cuadrado y estampillado en bandas horizontales superpuestas (fig.3.1-2). Como se puede apreciar se trata de piezas localizadas en fortificaciones de la zona oriental de Albacete, limítrofes con el valle del Vinalopó y por lo tanto dentro de la zona de distribución de estos talleres locales. Muy posible-mente su área de dispersión no sobrepase el sector oriental de la provincia, y en concreto el ámbito del Corredor de Almansa, si bien pudieran llegar hasta el Campo de Hellín.

La represión mudéjar, la feudalización de los procesos de producción de los alfares y la concen-tración de los mismos en el área valenciana, en con-creto en Paterna y Manises, debió de suponer el cierre y destrucción de estos pequeños talles, y con ellos los tipos y decoración en ellos elaborados.

2.2. La cerámica verde-manganeso.A partir del siglo XIV se impondrán en Albacete

las producciones valencianas, si bien, los conflictos bélicos entre Aragón y Castilla, el estadio germinal de los nuevos núcleos de población, la escasa im-plantación de una nobleza en la zona y los mínimos recursos del resto de la población, supondrá en mu-chas ocasiones el decaimiento del tráfico comercial. Esta situación quizás explique, pese a lo aleatorio

del registro que actualmente disponemos para Al-bacete, el bajo porcentaje de cerámicas adscritas a las producciones de verde-manganeso.

Los ejemplares documentados son mayoritaria-mente escudillas del tipo A1.1 (LERMA, 1992), de pie anular, solero con umbo, panza hemiesférica de paredes abiertas y borde recto, y en una proporción mucho menor jarras, zafas y lebrillos. Los motivos decorativos registrados en varias escudillas son el motivo heráldico centrado y rodeado por finas pin-celadas radiales. destacan los ejemplares de la C/La Estrella 9 de Almansa (fig. 3.3), Castillo de Montea-legre y el Castillo de Jorquera (fig. 3.5).

En el ámbito de los motivos figurativos apare-ce en especial la temática animalística, en concreto en el Castillo de Caudete se documenta parte del cuerpo de una jarra, en al cual se documenta el tercio inferior de un ave (fig. 3.4). otros fragmen-tos muestran el típico relleno de escamas, pero su reducido tamaño impide precisar el motivo. Se do-cumentan en el Castillo de Caudete y en la C/La Estrella 9 de Almansa.

En los platos destaca el ejemplar de la C/La Es-trella 9 de Almansa, el cual pese a estar incompleto muestra su amplio diámetro, el borde engrosado, con una paredes en donde una suave inflexión se-para claramente el ala de la pieza del cuerpo, fal-tando el pie. La decoración consiste en una orla de pinceladas gruesas e inclinadas en el borde y un motivo central de disposición radial mediante un tema vegetal de estrella foliácea cruciforme.

Se registran en otros yacimientos un conside-rable número de fragmentos adscritos tanto a la “Serie Clásica” como a la “Serie Esquemática” de este tipo de cerámicas, mayoritariamente con temas geométricos, muchos de los cuales son los propios de cada uno de los soportes cerámicos. En las es-cudillas predominan las cenefas de líneas oblicuas paralelas y triángulos rellenos de espirales y en los lebrillos orlas de pincelas gruesas y oblicuas próxi-mas al borde. Los encontramos en el Castillo de Almansa, Caudete, San Gregorio de Alpera e Hi-gueruela y en alquerías de doloche en Carcelén, San Antón de Almansa, Los Villares del Bachiller en Chinchilla y Aguaza en Corral Rubio. Su distri-bución geográfica se centra el sector oriental de la provincia, más próxima a las zonas de circulación y producción, pero quizás dicha apariencia se deba al sesgo registro, mucho mejor en dicha comarca que en el resto.

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Fig. 3: Cerámicas Pseudoimpresas: 1 Castillo de Almansa. 2 Castillo de Caudete. Verde y Manganeso: 3 C/La Estrella 9 (Almansa). 4 Castillo de Caudete. 5 Castillo de Jorquera.

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Por la pasta de algunas de las piezas registradas, de un color rojizo intenso con tendencia al par-do, frente a las anaranjadas o amarillento pálido de las producciones valencianas, cabe la posibilidad de que existan piezas procedentes de los talleres de Teruel, en especial en los conjunto ceramológicos del Castillo de Almansa, el Castillo de San Gregorio de Alpera y la alquería de dolonche en Carcelén, lo cual no sería nada extraño si tenemos en cuentan la actividad económica que durante el siglo XIV posee el Valle de Ayora, primero adscrito a la corona de Castilla y posteriormente a Aragón y el papel de la zona como principal vía de comunicación con Requena y Teruel. No será extraño que los castillos y núcleos de Júcar y el Cabriel aporten en un futu-ro tanto piezas valencianas como aragonesas.

2.3. La loza azul.Se presenta en los mismos yacimientos que para

las producciones anteriores, pero en un número mucho más elevado, en especial las del siglo XV, tanto por la mayor producción de los talleres valen-cianos, considerada por muchos autores como de carácter industrial, como por su mayor popularidad frene a las producciones de loza dorada, mucho más caras y lejos del alcance de la población más humil-de. A ello deberemos sumar el aumento de pobla-ción constatado en las villas de Albacete (PRETEL, 1981; 1992), la consolidación de las estructuras de gobierno municipal o el incremento del comercio entre Aragón y Castilla, lo cual conlleva la necesidad de una mayor regulación de las tasas de mercado, en especial en puertos secos, como en Almansa, cir-cunstancia que podemos apreciar en la trascripción parcial de unas ordenanzas del Marques de Villena, fechadas hacia 1380, donde se nos señala que las cerámicas de Paterna y Manises pagaran “En Al-mansa es su termino se coje a ha de coger el derecho de al-moxarifadgo desta guisa... Tierra de Manizes... por carga menor quinze dineros, por carga mayor dos maravedís...” (PRETEL, 1981).

El tipo más usual de este tipo de lozas seguirá siendo la escudilla, caracterizada por el pie anular, solero con umbo, panza hemiesférica, de paredes abiertas y borde recto (fig.4.2), si bien a medida que avance el siglo XV aparecerán con mayor profusión los platos, normalmente de pie anular sobreeleva-do, paredes convexas muy abiertas y borde recto o exvasado (fig. 4.3). En menor proporción se docu-mentan jarras de panza troncocónica alta, candiles

de pié alto (fig. 4.4) y un alfardón procedente del Castillo de Alcaraz (fig. 4.5).

Las decoraciones mayoritariamente son motivos geométricos, o vegetales muy esquematizados, cir-cunstancia que caracteriza a este tipo de produc-ción por su carácter repetitivo y estandarizado. Se trata de motivos centrados y radiales, en especial el disco central con ocho radios que terminan alter-nativamente en palmetas triangulares y hojas par-cialmente rellenas de líneas paralelas, presentando en el borde un doble filete (fig. 4. 2 y 3). Le siguen el tema geométrico con disco central con cuatro segmentos de circulo rellenos de líneas paralelas y espirales que determinan un cuadrado, decora-do con una palmeta estilizada. La banda anular se encuentra reticulada y habitualmente poseen una cenefa de “peces” o semipalmetas triangulares con-trapuestas (fig. 4.6).

Todos estos tipos aparecen con mayor o me-nor profusión en los Castillos de Almansa, Caudete, Montelalegre, San Gregorio de Alpera, Higueruela, Alcaraz, Cinchilla y Hellín, en la Casa del Conde de Hellín, las alquerías del Villar del Bachiller de Chinchilla, Aguaza en Corral Rubio, y en las co-lecciones de piezas recogidas en solares de Lietor, C/La Estrella 9 de Almansa, o en los fondos del Museo Provincial de Albacete adscritos a la Colec-ción Sánchez Jiménez, los cuales carecen de pro-cedencia.

Una de las decoraciones menos abundantes, pero presente en el Castillo de Almansa, es una escudilla con la orla de la “Corona” (fig. 4.1), motivo que sin ser extraño suele ser más usual para las lozas doradas.

El alfardón del Castillo de Alcaraz procede con todo seguridad de alguno de los edificios emble-máticos de la fortaleza, dado el punto de su loca-lización, y que hoy en día ocupa el cementerio municipal, ámbito en donde se situaría la alcazaba, la iglesia gótica de Santa María o algunos de los palacios de la nobleza local.

Con forma de naveta, presenta una decoración en azul sobre esmalte blanco, de cuadrados entrela-zados con una cruz a modo de motivo vegetal en el centro, quedando los extremos triangulares relle-nos de motivos vegetales esquematizados. La pieza presenta un fileteado mediante una banda la cual se superpone a otra realizada con oxido de hierro. La destrucción de la fortaleza, y su posterior abandono, tras la Guerra del Marquesado, llevó seguramente a la ruina el edificio al cual perteneció este alfardón.

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Fig. 4: Loza Azul. 1 y 2 Castillo de Almansa. 3 Castillo de Montealegre. 4 y 5 Castillo de Alcaraz. 6 Casa del Conde (Hellín).

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Los microelementos de la loza azul en Albacete son generalmente vegetales, documentándose ma-yoritariamente las palmetas, tal y como podemos apreciar en la parte interior de la base del candil de pie alto del Castillo de Alcaraz (fig.4.4), acompaña-dos de fondos de puntos.

2.4. La loza dorada.Sin lugar a dudas se trata del conjunto de ce-

rámicas bajomedievales más numeroso y de mayor representación en el ámbito geográfico de Albacete, tanto en las series propias del siglo XV como las que avanzan a lo largo del siglo XVI y XVII.

Pese a no existir ninguna diferencia geográfica, cronológica, tipológica o técnica, salvo la derivada de la combinación de los esmaltes azul y dorado, podemos agrupar las producciones en aquellas pie-zas decoradas mediante el exclusivo uso del esmalte dorado y las que lo combinan con el azul.

Las piezas que unen el azul y el dorado son me-nos numerosas, posiblemente por su mayor coste, al necesitar de una mayor elaboración en la deco-ración y en las cocciones. Quizás por ello se trate en muchos de los casos de piezas que podríamos considerar de lujo, y la prueba de ello no sólo sea la decoración sino también la forma y la funcionali-dad a la que están destinadas.

Abarcan en el ámbito de las formas las escudillas, los platos y las jarras. Entre las primeras destacan algunos ejemplares del Castillo de Montealegre, de-corados en el interior con un motivo cuadrangular de trazos gruesos en azul con un reticulado interior en trazos muy finos dorados, presentando en el inte-rior del pie anular un motivo en dorado de roseta.

Entre los platos destaca un ejemplar del Castillo de Chinchilla, de cual se conserva un fragmento que abarca parte del ala plana y del cuerpo con-vexo. En la cara interior presenta una decoración

Fig. 5: Loza Azul y Dorada. 1 Castillo de Chinchilla. 2 Castillo de Caudete. 3 Castillo de Almansa.

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en azul y dorado, si bien este último se encuentra muy pedido y apenas apreciable. En el ala se con-serva parte de la cenefa en azul “MA” procedente de la leyenda “Ave María” (fig. 5.1), delimitada por finas líneas horizontales en azul. En el anverso de la pieza se puede apreciar los restos de la decoración en dorado de un tema geométrico de bandas de líneas inclinadas.

En el Castillo de Caudete se ha registrado parte del ala inclinada de un planto en donde se conserva en azul la letra M de la leyenda “Ave María”. Al igual que la pieza anterior la decoración en dorado esta muy mal conservada (fig. 5.2).

En el Castillo de Almansa sobresalen dos piezas, un fragmento procedente de una jarra de cuerpo tronconónico con decoración en bandas vertica-les en azul y dorado, y una escudilla del tipo B.1.1 de Lerma (1992), de perfil completo, base cóncava, panza hemiesférica y borde recto (fig. 5.3). La de-coración interior es un motivo geométrico centra-do y radial, un cuadrado subdividido en otros y del cual parten una serie de brazos que en el extremo desarrollan un motivo triangular reticular, todo ello realizado en gruesos trazos en azul. El relleno en dorado consiste en puntos y finas rallas. La cara ex-terna presenta una decoración horizontal de bandas de finas líneas paralelas.

otros fragmentos, por desgracia de un tamaño que impide atisbar el tipo formal al cual se ads-criben, nos muestran decoraciones radiales, segura-mente de motivos vegetales, cuya cronología para algunos autores (MESQUIdA, 2001) podrían re-montarse a finales del siglo XIII o al siglo XIV.

La cronología de la mayoría de las piezas ex-puestas se sitúa entre el siglo XV e inicios del siglo XVI, en especial algunos fragmentos de escudillas de orejetas y platos que presentan motivos de sicó-moro en azul.

Las piezas con exclusiva decoración en dorado recorren de una forma mucho más amplia las for-mas y decoraciones conocidas, tanto por su mayor número como por su distribución a lo largo de casi todo los yacimientos de Albacete.

Las escudillas, platos y jarras, son los tipos más usuales, a los cuales se les unen en menor medida los bacines. Se pasara del pie anular sobreelevado (fig. 6. 1) a las bases cóncavas (fig. 6.2), tanto en escudillas como en platos, y al final del siglo XV aparecerán las orejetas, en especial en las escudillas, habitualmente en forma trilobulada, Las jarras, de las que conserva-

mos picos, pies y parte del cuerpo, son generalmen-te de peana hueca (fig. 6.7), con picos vertedores muy pronunciados, elevados y aplicados al vaso al estar efectuado como pieza aparte (fig. 6.6).

Los conjuntos más representativos los encontra-mos en los Castillos de Almansa, Caudete y Mon-tealege, si bien es cierto que en estos últimos la colección han aumentado considerablemente de-bido a las intervenciones desarrolladas en ellos en los últimos años.

Las decoraciones muestran multitud de tipos y variantes, en especial en el interior de las piezas, con disposiciones centradas o radiales y motivos especialmente vegetales y geométricos, los cuales se ven acompañados por microelementos de flores, puntos y triángulos con espirales. En el exterior la decoración habitual son las bandas de líneas, tanto horizontales como inclinadas, apareciendo las espi-rales y los círculos asilados en las piezas de cronolo-gía más avanzada.

Algunas de las piezas destacan por decoraciones muy conocidas y populares dentro de este tipo de producciones, como es el caso del fragmento de es-cudilla del Castillo de Caudete en el cual se aprecia la cara del motivo del ángel con las alas desplegadas y la cabeza ladeada, cuyos rasgos se ejecutan con trazos finos y el resto, contorno de la cara y alas, con trazos gruesos (fig. 6.5). Este tipo de piezas se fecha claramente en la segunda mitad del siglo XV, uno de los momentos de mayor singularidad dentro de la estratigrafía del edificio.

otras escudillas que alcanzaron una gran di-fusión por las tierras albaceteñas fueron las que contaban como decoración un motivo central, ge-neralmente vegetal, rodeado de bandas verticales completamente rellenas de dorado alternando con otras rellenas de espirales, o una flor central, tipo margarita, rodeada de otras cuatro flores inscritas en óvalos. En los platos destacan las decoraciones de cenefas concéntricas de hojas de hiedra, con pe-queños tallos y frutos, o bandas con el motivo de solfa repetido a lo largo de toda la pieza. Se trata de producciones del siglo XV que poco a poco se verán sustituidas por aquellas que se adentran ya en el siglo XVI.

otras piezas más tardías son las escudillas deco-radas con cuatro espacios con dobles radios, deco-rados dos a dos, unos con gruesas bandas en arco y otros en líneas verticales rectas y onduladas (fig. 6.3), o los platos decorados con franjas de bandas

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Fig. 6: Loza Dorada. 1, 3, 4, 6, 7 Castillo de Almansa. 2 Castillo de Montealegre. 5 Castillo de Caudete.

836 J. L. Simón: LA CERÁMICA BAJOMEDIEVAL EN ALBACETE: BASES PARA SU ESTUDIO

alternadas de espirales enfiladas, separadas por retí-culas finas y menudas.

Una pieza singular, por su importancia en la datación de las fechas de abandono del castillo de Montealegre, es una escudilla de fondo convexo, cuerpo hemiesférico y borde recto que presenta una decoración interior con un motivo vegetal en el centro y alrededor cuatro espacios separados por dobles líneas verticales, decorados dos a dos, unos con un motivo reticular y otros con líneas paralelas. El exterior se decora con líneas paralelas. Las ca-racterísticas del esmalte, la tipología de la pieza y su decoración fechan la pieza en la primera mitad del siglo XVI, fecha mucho más tardía a la aportada por la documentación que situaba en la segunda mitad del siglo XIV el abandono del edificio.

En la actual provincia de Albacete no sólo cir-cularon lozas que podríamos calificar de comunes, sino que en la medida de las posibilidades de la zona se llegó a adquirir, por la baja nobleza o la hidalguía de la zona, piezas algo más suntuarias. Entre ellas podemos señalar un plato del Castillo de Almansa (fig. 7) con una decoración de radios de acicates (espuelas turcas), en dos grupos de a cuatro, motivo figurativo considerado por algunos autores como uno de los signos de la nobleza (VVAA, 1996). Por desgracia se ha perdido la mayor parte del motivo central, enmarcado en un cuadrado, pero parece ser un tema vegetal de cuatro pétalos entre los cuales existen una serie de puntos. desconocemos si di-cho motivo pudo tener un significado heráldico o familiar, como solía ser habitual.

Este tipo de piezas tiene paralelos muy signifi-cativos en platos hondos, de mayor elaboración y valor (VVAA, 1996) fabricados en Manises, y en escudillas, algunas con decoración exclusiva en azul de origen aragonés (VVAA, 2002).

El plato podríamos fecharlo por paralelos, en el tercer cuarto del siglo XV, tanto en las series valen-cianas como en las aragonesas, por lo que estaría vinculado a la fase en la cual el castillo se encuentra bajo la posesión del II Marques de Villena, don Juan Pacheco, uno de los momentos de máximo esplen-dor en el edificio, como lo demuestran las numerosas e importantes obras acometidas (SIMóN, 1998).

3. Conclusiones.El estudio de las cerámicas bajomedievales en

la provincia de Albacete depende esencialmente del cumplimiento de la normativa patrimonial de

ámbito nacional (1985) y autonómico (1992), pues los principales registros se encuentran en el ámbito de los Cascos Históricos, y si bien es cierto que los estudios arqueológicos vinculados a las tareas de restauración de edificios históricos, como los casti-llos, empiezan a dar sus frutos, el registro será siem-pre sesgado y parcial, pues es en los niveles urbanos donde este tipo de producciones se muestran en todas sus facetas.

La renovación del parque de viviendas en los Cascos Históricos se ha visto notablemente acele-rado en los últimos años, como se puede apreciar en Chinchilla, Almansa o La Roda, y dado el re-ducido tamaño que tuvieron estas villas y ciudades de Albacete en la Edad Media, la falta de actuacio-nes arqueológicas puede suponer la perdida total de la información en ellos contenida en muy po-cos años, pudiendo llegar a un punto irreversible e irreparable.

La investigación podría desvelar datos sobre la existencia de alfares anteriores a la conquista, su posterior desaparición o conversión en la Baja Edad Media, el tipo de producciones y su ámbito de distribución y si tuvieron o no algo que ver con los talleres que se documentan a partir del siglo XVI.

Por otro lado permitiría conocer la distribución de las producciones valencianas, y quizás aragone-sas, en el ámbito albaceteño, las fluctuaciones de las mismas en función de las circunstancias sociopolí-ticas resultantes de los conflictos entre las coronas de Aragón y Castilla, los tipos y decoraciones más frecuentes y si existen diferencias entre las diferen-tes comarcas.

El registro y conocimiento de dichas pro-ducciones supone un elemento cronocultural de primer orden a la hora de fechar los niveles de ocupación de los edificios, tal y como ha queda-do plasmado en las intervenciones realizadas en los Castillos de Almana, Caudete y Montealegre, per-miten matizar y en ocasiones desvelar datos que en las fuentes escritas eran inexistentes o mucho más parcas.

Por desgracia si no se adoptan medidas urgentes en las líneas que hemos señalado con anterioridad, no podremos avanzar en el conocimiento histórico de un periodo clave de la historia de la actual pro-vincia de Albacete, hasta el punto de constituirse en la génesis de la ocupación y organización del territorio tal y como hoy lo conocemos.

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Fig. 7: Loza Dorada. Castillo de Almansa.

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