Catálogo selectivo de errores morfosintácticos

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CATÁLOGO DE ERRORES MORFOSINTÁCTICOS * SELECCIÓN DE DESVÍOS CARACTERIZACIÓN ACLARACIÓN

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CATÁLOGO DE ERRORES

MORFOSINTÁCTICOS

*

SELECCIÓN DE DESVÍOS CARACTERIZACIÓN

ACLARACIÓN

« Catálogo de errores morfosintácticos – selección de desvíos, caracterización, aclaración »

*

Curso : Lengua Española I Facultad de Filología, Universidad de Sevilla

Docencia: María Auxiliadora Castillo Ponente: Fabian Daldrup

Curso Académico: 2013/2014, primer cuatrimestre

Fabian Daldrup Estudiante de Grado: filología hispánica e historia

Paseo de Cristóbal Colón, 11 41001 Sevilla, Andalucía

Dirección de Correo: [email protected] Universidad de orígen: Universidad de Tubinga, Alemania

Universidad actual : Universidad de Sevilla

Índice I. Introducción II. Catálogo de fallos:

1) Regímenes e irregularidades verbales 2) Fallos de concordancia nominal y verbal 3) Desvíos en el uso de preposiciones 4) Queísmo y dequeísmo 5) Errores en la utilización de pronombres

átonos : leísmo, laísmo y loísmo 6) Otras incorrecciones gramaticales

III. Conclusión IV. Bibliografía

I.Introducción

Este trabajo se ha realizado con el propósito de formular un catálogo selectivo de los desvíos

morfosintácticos que el alumno encuentre en el uso de la lengua castellana en los medios de

comunicación, tanto de prensa escrita como de los medios audiovisuales, según su

valoración de cuales sean los más frecuentes, interesantes o reconocibles y que por eso

merezcan ser mencionados.

Antes de presentar los resultados de la investigación, habría que analizar, sin llegar hasta la

máxima profundidad de este tema complejo, qué es un fallo y cuales son las condiciones

bajo las cuales se comete. Según la opinión convencional, un fallo de lengua es una clara

incorrección, es decir, un uso que comparado con la norma prescriptiva de la propia lengua

resulta mal aplicado o incluso no adaptable según las prescripciones revisadas. En ocasiones,

la diferencia entre un fallo y un elemento innovador que ha sido usado intencionada o

inintencionadamente es difícil de encontrar. Incluso lo que es un fallo en el momento de su

primera aparición puede convertirse por repetición y adaptación en uso. Así, por la

aceptación de sus características, conforme con las normas comunicativas, se transforma en

un elemento novedoso en la propia lengua. En este punto hay que recordar que el habla

según las teorias de comunicación de Ferdinand de Saussure y Eugenio Coseriu es donde se

produce la verdadera innovación lingüística. Por eso hay que destacar que cualquier fallo

que en el presente catálogo sea señalado como tal, todavía puede acabar considerándose

correcto de acuerdo a las normas prescriptivas. Un ejemplo de esta posibilidad es la

admisión de lo que en origen era un error en el uso de los pronombres átonos como

sustitutos del complemento directo: el leísmo, es decir, la sustitución de un complemento

directo masculino singular por el pronombre átono le. Ya podemos adelantar que el uso

correcto de los pronombres átonos será uno de los fallos más frecuentes que haya en los

textos revisados. Incluso se puede hacer la pregunta si cuánto más notable es la frecuencia

de aparición de un determinado fallo, también aumenta la probabilidad de que sea

acceptado de la misma forma que el anteriormente mencionado leísmo, o que al contrario,

por su frecuencia sea reconocible como error y no llegue a estar admitido. El fallo en sí es y

siempre ha sido parte de la innovación lingüística. Uno podría proponer una consideración

aún más valorativa, diciendo que un desvío no afecta a la comprensión de la lengua, sino que

amplía las posibilidades de la mísma. En este escenario, un fallo no es la manifestación de un

“mal uso” sino la prueba involuntaria de que una lengua no termina en sus correspondientes

límites gramaticales.

En este trabajo no se tratará este aspecto filosófico de los fallos, sino que se analizará su

aparición en ciertos contextos. La anteriormente mencionada innovación es un fenómeno

que suele producirse fuera del ámbito analizado para este trabajo. Cada lengua tiene tanto

carácter formal como informal. Mientras la innovación pertenece al plano informal, el uso

material utilizado en el presente trabajo se encuentra dentro del formal, donde la

distribución de información está por encima de la corrección gramatical. No obstante, en un

contexto oficial, los hablantes de una lengua pueden exigir el reflejo de la norma y el uso

ejemplar de la misma por parte de los profesionales en el ámbito lingüístico. Tomando esto

en cuenta, los documentos revisados forman la mejor base para hablar de “fallos”,

referiéndose al fenómeno previamente desarrollado.

Sin embargo, la aparición de fallos en los medios de comunicación es ventajosa por dos

razones: Primero, una lengua solo queda viva si se usa de la única forma que el ser humano

tiene: en la imperfección. Por el otro lado, sigue así predominando el valor informativo del

documento presente.

Como razón por la que un fallo se puede producir hay dos aspectos que hay que reconocer

antes de valorar: un fallo surge por un lado, por el simple desconocimiento de la norma que

prescribe la corrección gramatical de una lengua. Esto es el asunto que toca a todos los

alumnos que se dedican al aprendizaje de una nueva lengua. Por el otro lado, solo una

mínima minoría de los hablantes nativos de una lengua conoce perfectamente las normas de

su lengua. Comparando los dos ejemplos de hablantes, el alumno será él que primero se de

cuenta del fallo, según sus progresos, porque en la realización mental de su habla afecta el

“monitoring”, la automática observación de las reglas que intenta cumplir mientras usa una

otra lengua. El desconocimiento de la norma no es la razón por la que se espera sean

motivados los errores encontrados en los documentos, ya que han sido cometidos por un

usuario profesional. Lo que suponemos afecta es la rapidez, confusión, distracción y otros

factores que hacen, por ejemplo, que un periodista descuide ciertos elementos que ejercen

funciones en sus oraciones, como la concordancia, por ejemplo, entre un sustantivo y un

relativo.

En los ejemplos de errores a continuación presentados no se prestará atención a muchos de

los factores que se han mencionado en esta introducción. Pero se intentará clasificar si el

error ha supuestamente sido cometido por desconocimiento de la norma o razones

secundarias.

II. Catálogo de fallos

1) Regímenes e irregularidades verbales

Definiciónes:

Primero tenemos que tomar en cuenta que en el uso de formas verbales hay muchísmas

posibilidades de cometer errores.

Los dos aspectos relativos al uso de formas verbales que lo influyen mucho son el modo en

el que esté puesto y el tiempo. Según los contextos, se puede cometer errores graves en

ambos aspectos. Sobre todo un mal uso del subjunctivo o del indicativo marca un notable

error y el mal uso de tiempo puede afectar a la comprensión de un texto entero.

Otro fallo de los que más se cometen es la mala conjugación de un verbo que entonces ya no

está en concordancia con el sujeto. En estas ocasiones es muy difícil detectar si se trata de

una forma inadecauda del uso del verbo o si un fallo de concordancia está presente.

Tenemos que recordar que, aunque una incorrecta conjugación del verbo ha sido el fallo

original, el resultado todavía puede ser una perfecta descordancia verbal.

También es difícil encontrar un fallo en el uso de los verbos sin que este tocara el ámbito de

los fallos semanticos que por su parte no coinciden con la realidad. Lo que se puede

interpretar como un fallo de verbo podría ser una imprecisión. Si por ejemplo un alumno,

que todavía no ha alcanzado el nivel necesario del castellano como para reconocer la

incorrección gramatical, en vez de “tienes que tomar en cuenta” dijera “has que tomar en

cuenta” se trataba de un mal uso del verbo, ya que el alumno obviamente aprendió los

significados parecidos de “tener” y “haber” y la necesidad de adjuntar la conjunción “que” si

quiere expresar necesidad u obligación, pero todavía le hace falta comprender que en este

contexto solo vale uno de los verbos. Se menciona la posibilidad de cometer fallos de tal tipo

en este trabajo, porque se los considera interesantes sobre todo en cuanto al aprendizaje de

idiomas. Pero es muy poco probable que en medios audiovisuales hispanos se encuentre ni

un solo ejemplo.

Una fuente mucho más prometedora parecen los fallos que se puede cometer relativo al uso

de complementos de régimen. Pero aquellos normalmente no afectan ni a la forma ni a la

precisión con la que fue escogido el verbo, sino que se suele tratar de fallos o de

preposiciones o de queísmos o dequeísmos.

Consideramos la categoría de irregularidades verbales la más insegura de todas, pero vamos

a interpretar los ejemplos que siguen como los entendimos.

Ejemplos:

1) Uso inadecuado del condicional de presente:

“Su madre, Teresa Mañé, era una librepensadora que alcanzaría prestigio internacional

(…).Como destacada feminista anarquista publicaría comprometidos artículos (…).”

Explicación:

La secuencia presente ha sido extraída del periódico catalán La Vanguardia donde fue

publicado el 14 de enero de 2014. Se supone que las formas verbales “alcanzaría” y

“publicaría” fueron usadas con el propósito de hacerlo respecto a la posibilidad de usar el

condicional como sustituto del imperfecto. Como según las normas prescriptivas se puede

hacer esto, no se trata de ningún error exacto, sino que opinamos que se puede llamarlo un

uso inadecuado del condicional de presente. Hay varias ocasiones en las que parece

bastante habitual el uso del condicional en vez del imperfecto y donde está perfectamente

aplicable para expresar acciones del pasado. En esta enumeración de formas verbales le

pueden resultar como obstáculos verbales al lector y el uso en secuencia parece ya un

exceso. Supuestamente se leería el párrafo con más fluidez, si dichas formas verbales

estuvieran puestas en imperfecto: Su madre, Teresa Mañé, era una librepensadora que

alcanzaba prestigio internacional (…).Como destacada feminista anarquista publicaba

comprometidos artículos (…).

2) uso incorrecto del pluscuamperfecto

“Ambos ya habían recorría en coche cada rincón y (…)”

Explicación :

El uso correcto del pluscuamperfecto consiste en la forma adecuadamente conjuada del

verbo auxiliar “haber” y en el participio correspondiente. La forma temporal sirve

normalmente para expresar acontecimientos que sucedieron en un pasado anterior. En este

ejemplo parece haber ocurrido una confusión o mezcla de dos tiempos distintos. El verbo

auxiliar ha sido conjugado bien, mientras que en vez de “recorrido” como la correcta forma

del participio se adjuntó la forma de la tercera persona de singular del imperfecto “recorría”.

Suponemos que la explicación más probable es un exceso de velocidad durante la redacción

que ha producido dicha confusión, a través de cual el tiempo del verbo auxiliar también fue

adaptada en la conjugación del participio. Se puede corregir el error sustituyendo la mala

forma en imperfecto por el participio correcto: Ambos ya habían recorrido en coche cada

rincón y (…).

3) Uso inadecuado del modo subjunctivo

“(…) te apoyan en todas las decisiones que tomes (…)”

Explicación :

Este ejemplo fue publicado en la revista «20 minutos » el 13 de enero de 2014. Para

entender por qué decidimos marcarlo como uso inadecuado del subjunctivo hay que saber

que según el contexto dichas “decisiones” ya estaban más o menos perfectamente

aclaradas. El uso del subjunctivo en el verbo “tomar” desplaza esta parte de la oración en un

futuro poco aclarado y con tantas posibilidades, que el uso del indicativo sería demasiado

fijo como para reflejar bien la realidad. Este uso inadecuado está relacionado con el sentido

semantico del texto y suponemos que aqui se toca a un punto donde la corrección

gramatical y el sentido de la oración se conectan. No hay que proponer una solución, ya que

no se trata exactamente de un fallo, pero para adaptar mejor el modo a la realidad

semantica, se podría escribir la frase nuevamente de tal forma: (…) te apoyan en todas las

decisiones que tomas (…).

4) Fallo en la conjugación de un verbo

“(…) de los gastos que tuve el gobierno anterior (…)”

Explicación :

Este ejemplo consiste en un extracto de una entrevista del programa de televisión

guatemalteca “Telediario 3 Información Actual” con el actual presidente de Guatemala y que

fue transmitido el 14 de enero de 2014. Como ni la persona ni el número de la forma verbal

coincide con el sujeto “gobierno anterior” se podría suponer que se trata de un fallo de

concordancia y, de hecho, puede parecer así. Suponemos que es un ejemplo de mala

conjugación y siendo eso, una irregularidad verbal. El presidente, que cometió ese fallo,

había estado desarrollando ya durante un tiempo sus propias acciones y objetivos, volviendo

a usar la primera persona de singular y el tiempo indefinido en sus oraciones. De repente,

mencionó este detalle comparativo y conjugó el verbo de la forma que había usado hasta

este momento. Una irregularidad verbal produjo un fallo secundario, la discordancia verbal.

Se solucionará el problema cambiando la forma de la primera persona de singular por la de

la tercera persona de singular: (…) de los gastos que tuve el gobierno anterior (…).

5. uso ambiguo del complemento de régimen

“El jefe de la bancada mayoritaria en el Senado, el demócrata por Nevada Harry Reid,

advirtió el jueves que no habrá tiempo para que ambas cámaras concilien la versión final de

una reforma migratoria si los republicanos en la cámara baja esperan a que hayan culminado

las elecciones primarias en septiembre para abordar el asunto.”

Explicación:

La citada secuencia fue extraído de una publicación de www.laprensa.com.ni del 16 de enero

de 2014. No se trata exactamente de un fallo, pero lo eligimos porque consta con el uso de

uno de los verbos ambiguos cuyo uso puede, según la costumbre o el aprendizaje del lector,

ser considerado tanto correcto como incorrecto. El verbo “advertir” pertenece a ellos que en

combinación con la preposición « de » solicitan un complemento de régimen, pero que

también pueden ser usados con el uso exclusivo de la conjunción “que”. Si analizamos

entonces dicha frecuencia desde el punto de vista de uno que lo considera incorrecto,

detectaremos un fallo de complemento de régimen. Si lo analizamos desde el punto de vista

entonces opuesto, lo podríamos dejar como una frase perfecta. El problema de la

ambigüedad no salió muchas veces y en caso de que se usara uno de los verbos en cuestión,

normalmente se tendía a usar la preposición “de”. Si en este caso uno cree que tiene que

corregir el uso, solo tendría que poner la preposición, modificando un poco la aparencia,

pero en ningún sentido la corrección gramatical.

2) Fallos de concordancia nominal y verbal

Definición :

La expresión de la concordancia define la obligatoria coincidencia entre diferentes

elementos de una oración, establecida por la adaptación de constituyentes internos de los

mismos que por su parte determinan la forma final del elemento y que sean regidos por las

características centrales. La concordancia, y así también la coincidencia, dependen de los

elementos de género, número y persona que influyen en la determinación de sustantivos,

adjectivos/atributos, verbos y determinantes. Generalmente, hay que diferenciar entre dos

tipos de concordancia que son la nominal y la verbal.

Dentro de la concordancia nominal se habla de la coincidencia de género y número de uno o

varios sustantivos, del adjectivo o atributo relativo y, en caso de que apariciera, de uno o

varios determinantes. El elemento central en este caso es el sustantivo cuyo género y

número influye en la adaptación correcta de su posiblemente presente determinante y en el

género y el número de un adjectivo o un atributo ante o postpuesto.

Dentro de la concordancia verbal hay que obedecer las normas prescriptivas en cuanto a la

adaptación del número y de la persona que serán reflejados en el sujeto y el núcleo verbal

de la oración. Como en la forma conjugada o del verbo no se notará nunca ningún efecto del

genéro del sujeto, no hay que prestar atención en la coincidencia del género.

Cuando en una oración hay dos sujetos, o singulares o plurales, que tienen el mismo género,

la forma verbal, será puesta en la correspondiente conjugación del plural y en caso de que

un adjectivo o atributo se refiera a ambos sujetos, el número y género compartido

determinarán la adaptación de este.

Cuando en una oración hay dos sujetos, o singulares o plurales, que no tienen el mismo

género, la forma verbal será igualmente puesta en la correspondiente conjugación del plural,

mientras que cualquier adjectivo o atributo que se refiera a ambos sujetos, será

determinado según el número y el género masculino.

Cuando en una oración hay dos sujetos distintos, se recomienda que pongamos para cada

uno un determinante correspondiente que será igualmente adaptado a número y género del

sujeto.

Durante la investigación para este trabajo se hacía cada vez más visible que los fallos de

concordancia, o verbal o nominal, son entre los más frecuentes. Los fallos consisten en que

no coinciden o género y número entre el determinante, el sustantivo y el adjectivo o

atributo, o entre el número y la persona en cuanto al uso de la forma verbal. En seguida, los

ejemplos presentados demostrarán más claramente como se presentan los diferentes tipos

de discordancia y que factores posiblemente influyen en la aparición.

Ejemplos :

1) fallo de concordancia nominal :

« La protagonista de"Gravity" despuntó con este vestidos color block de la colección pre-fall

de Prabal Gurung y sandalias negras con pulsera. »

Explicación :

El fallo ha sido extraído de la revista Marie Claire y fue publicado el 13 de enero de 2014. Se

trata de un fallo de concordancia nominal, ya que el sustantivo « vestidos » y el

determinante « este » son los elementos afectados. Como la coincidencia genérica sigue

correcta, se trata de un fallo de concordancia de número. El fallo se encontraba en una

secuencia de breves comentarios que tematizaban sin excepción ropa de estilo feminino. Se

supone que por la rapidez, o incluso por un enlace mental que se hizo entre los “vestidos”

mencionados en el título y el único tematizado en dicho comentario ocurrió el fallo. Para

restablecer la corrección gramatical, solo hay que poner el sustantivo “vestidos” en singular,

la oración correcta sería: La protagonista de"Gravity" despuntó con este vestido color block

de la colección pre-fall de Prabal Gurung y sandalias negras con pulsera.

2) Fallo de concordancia nominal :

“…una trabajo formal a que es el 20%…”

Explicación:

Este ejemplo fue encontrado en otra secuencia de la entrevista con el presidente

guatemalteco transmitido por la televisión guatemalteca “Telediario 3 Información Actual” el

14 de enero de 2014. Se trata de uno de solo dos ejemplos pronunciados que fueron

extraídos en absoluto. Como el sustantivo “trabajo” de esta secuencia es un masculino de la

tercera persona singular y el determinante “una” no coincide con ello, estando puesto en

feminino, se trata de un fallo de concordancia nominal. Entre el artículo indefinido “una” y el

sustantivo “trabajo” se produjo una pequeña pausa durante la entrevista. El fallo y esta

circunstancia que hay que analizar también pueden hacer suponer que el presidente, que

cometió dicho error, había querido usar otro sustantivo, a lo mejor uno que hubiera estado

conforme con el género del determinante ya pronunciado. Puede ser que por una decisión

momentánea el hablante cambió de idea, aceptando que se producía un fallo. Este se corrige

tras poner el determinante “una” en la forma masculina: “…un trabajo formal a que es el

20%…”.

3) Fallo de concordancia verbal

“Además de la cantidad que se piden en la demanda, los abogados también exigen cerca de

73.000 euros por un acuerdo para promocionar una marca de detergentes que iba a

protagoniza Paulina Rubio mientras ejercía como coach.”

Explicación:

El fallo ha sido extraído de la revista Vanitatis del 14 de enero de 2013. Como el sujeto y el

verbo no reflejan el mismo número, se trata de un fallo de coincidencia de número y de

persona. El sujeto “la cantidad” está en primera persona de singular, mientras que la forma

del verbo “piden” está puesta en tercera persona del plural. Es posible que el fallo haya sido

cometido por el carácter propio de la palabra “cantidad”. Una cantidad suele describir una

colección de cosas, casi es un singular que incluye pluralidades, se trata de un sustantivo

colectivo. Siendo eso, y si el escritor escribe por ejemplo bajo cierta presión de tiempo, se

puede relacionar este carácter colectivo con el verbo. Efectivamente, la frase se puede

corregir poniendo la forma verbal en tercera persona de singular: Además de la cantidad que

se pide en la demanda, los abogados también exigen cerca de 73.000 euros por un acuerdo

para promocionar una marca de detergentes que iba a protagoniza Paulina Rubio mientras

ejercía como coach.

4) Fallo de concordancia verbal

“Almanzor destruyó Coímbra, arrasó León, y Bermudo II se refugió entonces en Zamora,

ciudad de la que el campeón islámico le sacó también antes de destruirla, además de

conquistar Gormaz y Coruña del Conde (aún conocida como Clunia), Astorga y saquearon

Castro Bergidum (El Bierzo) y Santiago de Compostela.”

Explicación:

El fallo se extrajo de la revista ABC y fue publicado el 26 de diciembre de 2013. Se trata de

una discordancia verbal, ya que el sujeto « Almanzor » no coincide en cuanto a persona y

número con la forma verbal “saquearon”. Mientras que “Almanzor” es una tercera persona

singular, “saquearon” parece incluir un sujeto gramatical de tercera persona plural. Se puede

imaginar que se cometió el fallo, porque el sujeto Almanzor semanticamente se reunió a los

habitantes de una entera ciudad (Zamora), por eso puede ser que el sujeto se haya

multiplicado en la imaginación del escritor y que por eso resultara la forma verbal en tercera

persona de plural. Esta explicación parece aún más convincente, si tomamos en cuenta que

las dos formas verbales que siguen más directamente al sujeto en la primera línea están

puestas en tercera persona de singular. La corrección de la frase consiste efectivamente en

la transformación de la forma verbal de la tercera persona de plural en la tercera persona de

singular: Almanzor destruyó Coímbra, arrasó León, y Bermudo II se refugió entonces en

Zamora, ciudad de la que el campeón islámico le sacó también antes de destruirla, además

de conquistar Gormaz y Coruña del Conde (aún conocida como Clunia), Astorga y saqueó

Castro Bergidum (El Bierzo) y Santiago de Compostela.

3) Desvíos en el uso de preposiciones

Definición :

Aparte de las unidades superiores de sujeto, predicado dentro de una oración hay otras

unidades de morfemas que son imprescindibles para marcar y definir claramente las

relaciones que tienen los diferentes grupos elementares de la oración entre sí. La

preposición es el elemento de la precisión, si por ejemplo un sustantivo como “la casa” es el

elemento tratado del complejo, el uso de la preposición “de” producirá efectos que se

distinguen esencialmente de los que produciará la preposición “en” sustituyendo la primera.

Las preposiciones por ejemplo pueden señalizar también si un complemente es directo o

indirecto. El ámbito de preposiciones diferentes, que incluye los que pueden marcar

posesión, lugares u otras circunstancias, es muy amplio y permite modificaciones

minimalistas de las oraciones, aunque no todas sean igualmente aplicables en cualquier

contexto. Hay ciertos verbos que rigen preposiciones y un fallo o la falta de esta en dichos

contextos puede producir graves problemas de la comprensión de la oración entera, o al

menos malentendidos. Como la influencia de las preposiciones en la comprensión correcta

del contenido de una oración es muy grande, los fallos o imprecisiones en este aspecto se

hacen muy notables y la extrema sensibilidad de este complejo gramatical se refleja en lo

radical que se cambia el sentido de una frase cuando se pone una falsa o ninguna

preposición donde hace falta. Por otro lado se verá en los ejemplos que revisamos, que un

fallo de preposición no hay por qué causar efectos tan graves y como surge que muchas

veces uno ni siquiera se da cuenta de su presencia.

Ejemplos:

1) falta de preposición

“Robert Pattinson le vende su casa Jim Parsons, actor de «Big Bang Theory» ”

Explicación :

Este ejemplo de una falta en el uso de preposiciones se extrajo de la revista ABC del 16 de

enero de 2014. Se trata de una oración en la que el sujeto está procesando una acción

manifestada por un verbo bivalente y que por eso incluye un objeto directo tanto como un

objeto directo. Antes de la forma verbal correctamente conjugada aparece el obligatorio

pronombre átono del complemento indirecto “le” que coincide con el complemento

indirecto que es masculino y singular. Como con “Jim Parsons” un ser humano es el

complemento indirecto, hay que utilizar la preposición “a” para marcar esta condición.

Como esto no ha sucedido, se trata de un claro fallo de uso de preposición. La explicación

más lógica es simplemente la rapidez con la que supuestamente este texto fue redactado. Se

corregirá el fallo introduciendo la preposición adecuada antes del sustantivo del

complemento indirecto “Jim Parsons”: Robert Pattinson le vende su casa a Jim Parsons, actor

de «Big Bang Theory»

2) falta de preposición (y por eso, del pronombre átono)

“La actriz ayuda un perro maltratado en Corea del Sur.”

Explicación:

El segundo elemento de esta categoría fue extraído de la revista Cuore del 13 de enero de

2014. Se trata de un ejemplo especial, aunque conociendo el contexto de la oración, se puede

solucionar el problema facilmente. Tal como está la frase, “la actriz” tanto como “el perro”

podrían ser tanto objeto directo como sujeto. Como se trata o de un ser humano o de un

animal habría que poner la preposición “a” o antes de un sustantivo o antes del otro. De

hecho, es la actriz que salvó al perro, según la información del artículo, así que la solución

más sencilla sería la introducción tanto de la preposición que falta como del pronombre átono

“lo”: “La actriz lo ayuda a un perro maltratado en Corea del Sur.” Pero si se deja analizar la

frase a uno que no conoce el contexto, este podrá llegar a la siguiente solución: “A la actriz la

ayuda un perro maltratado en Corea del Sur.”. De toda forma, tanto la falta de la presencia

como del pronombre átono son fallos. La razón por que se han producido no tiene por que ser

la rapidez. Consideramos más probable que fuera un exceso de abreviatura, la frase

emblemática se encontraba debajo de una imagen de dicha actriz con un perro. Quizás el autor

haya dejado hablar la imagen, aceptando la incorrección gramatical.

4) Queísmo y dequeísmo

Definiciones:

Si se habla de “queísmo” se refiere a la ausencia de la preposición necesaria “de” que se

habría que anteponer a la conjunción “que” en determinados casos. El elemento no ha sido

completado así y en los distintos casos de aparición de este fenómeno gramatical se produce

confusión. Esperábamos que el queísmo y el dequeísmo fueran unos de los fallos más

frecuentes que se nos presentaran, en realidad encontramos muy pocos ejemplos. El

queísmo suele aparecer en las ocasiones siguientes : Hay muchos verbos (pronominales o

no) cuyo uso solicita la anexión de un complemento de régimen, y muchas veces este se

inicia con la preposición « de ». Donde entonces falta la obligatoria preposición, se produce

un queísmo. Eso pasa por ejemplo si en vez de “me olvidé de que tenías hoy el examen” se

dice “me olvidé que tenías hoy el examen“ . El queísmo puede igualmente surgir cuando se

usa un sustantivo o un adjectivo que necesariamente lleve un complemento preposicional,

como por ejemplo en el caso de “deseo”: “Tengo un fuerte deseo de que vengas”, o de

“seguro”: “estamos seguros de que va a venir”. En ambos casos se produciría un fallo, si

faltara la preposición “de”. También hay construcciónes especifícas como ciertas locuciones

que solicitan el uso del “de” antes del “que”, como por ejemplo ”darse cuenta de algo” o en

verbos especiales después de de cuales se suele añadir el conjunto de la preposición y de la

conjunción, como es el caso con los verbos “avisar”, “informar” o “cuidar”. La falta de la

preposición después de estos verbos es por el otro lado un caso crítico, ya que se los puede

usar tanto con la preposición como sin ella. En estos casos puede depender de la costumbre

del lector si cree detectar un fallo morfosintáctico o no. En caso de que sí, tanto un elemento

como ”informó de que” como “informó que” le puede parecer falso.

El dequeísmo es practicamente el fenómeno gramatical opuesto al queísmo. Donde suceda

un dequeísmo ha sido puesto la preposición “de” antes de la conjunción “que” sin que

hubiera algún elemento que lo exigiera o solicitara. Los dequeísmos suelen aparecer junto a

oraciones subordinadas sustantivas, por ejemplo cuando esta ejerce la función del

complemento directo: “temo de que se hayan equivocado” donde el verbo “temer” no

solicita el uso de la preposición. Casi lo mismo acontece cuando una oración subordinada

sustantiva ejerce la función del sujeto: “me afecta de que os portéis tan mal conmigo”.

Aunque el fenómeno puede ocurrir en varias ocasiones más, solo mencionamos el uso de

una oración subordinada como atributo: “lo que vemos mal es de que seáis tan

desordenados”. Como ya explicamos anteriormente, los verbos como “informar” se pueden

usar tanto con como sin la preposición “de” y por eso son una trampa para los que quieren

detectar uno de los fenómenos gramaticales.

Aunque hay tantas ocasiones en las que acontecen el queísmo y el dequeísmo, solo

podemos presentar muy pocos ejemplos. Lo que se puede deducir de ellos es que se

malinterpreta facilmente la aparición.

Ejemplos :

1) Ambigüedad de uno de los verbos particulares

“La policía informó que el accidente se produjo a la 1 p.m. del domingo cuando José Manuel

Ruiz Vilchez (46) cruzaba la vía.”

Como ya está desarrollado en una explicación de la primera categoría, ciertos verbos

pertenecen a los que se pueden utilizar tanto con la preposición “de” antes de la

conjugación « que » como sin ella. Este colectivo de verbos también incluye « informar »

aparte de « avisar », « advertir » y otros parecidos. Según el diccionario panhispánico de

dudas, depende otra vez de la percepción del lector si se considera la forma presente

incorrecta o correcta. En caso de que la considere incorrecta, detectará un queísmo, ya que

le parecerá que la preposición “de” en este ejemplo falta. Se podría corregir el fallo

poniendo la preposición correctamente y el problema estaría solucionado. Si después uno

que tenga la percepción opuesta intentase analizar la frase equivocadamente corregida, la

cambiaría al original, creyendo realizar la corrección a su vez. El verbo “informar” en cuanto

al queísmo es un verbo ambiguo y ofrece tanto corrección como incorrección en este

contexto.

2) dequeísmo

“Luego de que el juez rechazara anular el juicio contra el corredor de seguros.”

Explicación :

Esta frase ejemplar, extraída de la revista en línea www.elnuevodia.com del 16 de enero de

2014 consta con un simple mal uso de la preposición « de » antes de la conjunción « que »,

convirtiéndola en un dequeísmo. El fenómeno parece la manifestación escrita de una frase

como se la podría escuchar pronunciada en ambiente relajado donde la corrección

gramatical está suprimida a favor del valor informativo de la oración. Se puede corregir este

dequeísmo quitando la preposición y dejando la frase como sigue: Luego que el juez

rechazara anular el juicio contra el corredor de seguros.

5) Errores en la utilización de pronombres átonos : leísmo, laísmo y loísmo

Definiciones :

I. el loísmo

Cuando hablamos de « loísmo », nos referimos al uso incorrecto del pronombre átono “lo”

(o “los”) que normalmente sustituye complementos directos masculinos tanto singulares

como plurales, en vez de “le” (o “les”) que es entonces el adecuado sustituto de

complementos indirectos.

Hay casos difíciles en los que resulta complicado decidir qué pronombre átono hay que

poner. Esto es por ejemplo el caso cuando se usa oraciones impersonales como : « se lo/le

ve peor ».

Hay que tomar en cuenta que no se habla de loísmo cuando se usa « lo » o « los » en vez de

« la » o las. Un mal uso de esta forma solo se puede considerar un fallo de concordancia, o

de género o de número y un fallo de ese tipo no pertenece a la análisis de este fenómeno

gramatical. En caso de que por ejemplo se diga “lo he dado los regalos a todos” en vez del

correcto “les he dado los regalos a todos”, se podría hablar tanto de loísmo como de un fallo

de concordancia.

II. El laísmo

Si detectamos un « laísmo », habremos encontrado un ejemplo de un uso incorrecto del

pronombre átono “la” (o “las) que normalmente sustituye complementos directos femininos

tanto singulares como plurales, en vez de “le” (o “les”) que también en estas ocasiones

habría que poner como sustituto gramaticalmente correcto del complemento indirecto.

Con los laísmos ocurre practicamente lo mismo como con los loísmos. Es decir, en una frase

impersonal como “se la/le ve la mejor” resulta difícil la diferenciación .

Tanto como en la explicación del loísmo avisamos de que no se puede hablar del laísmo

cuando se usa “la” o “las” en vez de “lo” o “los”, este fallo sigue siendo un simple fallo de

concordancia de género o de número. Pero si la oración por ejemplo solicita el uso de un

“les” y se pone un “la”, se puede marcar tanto un laísmo como un fallo de concordancia.

III. El leísmo

Este fallo gramatical es, sin duda, el que con más frecuencia apareció en los documentos

revisados.

La expresión “leísmo” describe el uso del pronombre átono “le” (o “les”) que marca la

sustitución de un complemento indirecto, o en vez de uno de los pronombres átonos “lo” o

“los” o de “la” o “las” que normalmente sustituyen los complementos directos masculinos y

femininos tanto singulares como plurales.

Dentro del fenómeno del leísmo encontramos una notable particularidad: cuando se pone

“le” en vez del correcto “lo”, se trata de un leísmo, pero es el único leísmo que se admite en

el uso del castellano.

Hay una explicación que consideramos lógica y que nos da razones por que incluso hablantes

nativos que conocen bien su idioma tienden a cometer leísmos: si no se sustituye el

complemento indirecto por su pronombre átono, se lo inicia con la preposición “a”. Esta

misma se usa también si se trata de un complemento directo, en cuanto este sea o un ser

humano o un animal. La detección del complemento correcto puede resultar extremamente

complicada y hay una cierta probabilidad de estar equivocado.

El uso de “le” o “les” en vez de “la”, “las” y “los” siempre marca un leísmo, pero junto a este

todavía es posible cometer un fallo de concordancia.

Como ya dijimos previamente, la mayoría de los fallos que encontramos pertenecían a esta

parte de la análisis y escogímos los más interesantes:

Ejemplos:

1) laísmo

“Incluso hay quienes aseguran que la ven más que antes, que meriendA con ella, van al cine

y quedan a comer en restaurantes mexicanos que tanto la gustan.”

Explicación :

Esta frase fue publicada en la parte que trata la vida de la realeza europea del diario EL PAÍS

el 16 de febrero de 2010. El núcleo verbal que en esta frase hay que analizar es “gustan”, el

pronombre átono que en este caso se refiere a una persona debería ser “le”, el hecho de

que se puso “la” convierte el uso en un fenómeno de laísmo. El error puede haber sucedido

por la dificultad propia del verbo “gustar” de detectar que es el sujeto y que son los objetos

directos e indirectos. Se corregirá el fallo sustituyendo el pronombre átono “la” por “le”:

Incluso hay quienes aseguran que la ven más que antes, que meriendA con ella, van al cine

y quedan a comer en restaurantes mexicanos que tanto le gustan.

2) leísmo

“También valora mucho al equipo que le rodea, el ya citado repostero Torreblanca y los

mentores del programa:”

Explicación:

Esta frase se copió de un artículo sobre una presentadora de televisión que fue publicado en

la revista Vanitatis el 14 de enero de 2014. Como el pronombre átono “le” en esta frase se

refiere a dicha presentadora, la expresión sin uso del pronombre sería “(…) que rodea a la

mujer.”. Así queda claro que el pronombre átono en uso sustituirá un complemento directo

feminino singular, por tanto se debería poner: También valora mucho al equipo que la

rodea, el ya citado repostero Torreblanca y los mentores del programa:”. Supuestamente el

fallo aconteció por la exacta causa que ha sido explicada en “Definiciones”. La preposición

“a” del complemento directo en caso de que se trete de una persona hace pensar que se

trata de un complemento indirecto.

3) leísmo

“Y sus compañeros le han sorprendido con un gran ramo de flores.”

Explicación:

El segundo ejemplo del leísmo está muy parecido al primero. Este lo encontramos en el

mismo artículo que el anterior de la revista Vanitatis el 14 de enero de 2014. El pronombre

átono incluso se refiere a la misma persona y hay que creer que la razón por que ocurrió

este fallo morfosintáctico sigue igual. La sorpresa que la toca a una mujer en este ejemplo

está expresada por el núcleo verbal “han sorprendido”, el complemento directo, que es la

misma presentadora de televisión debería estar representada por el pronombre átono “la” y

una vez más el autor puso el pronombre del complemento indirecto “le”. Aqui también se

puede conseguir la corrección de la frase sustituyendo el uno por el otro: Y sus compañeros

la han sorprendido con un gran ramo de flores.

6) Otras incorrecciones gramaticales

Definición:

Anadimos este grupo de fallos al trabajo para que contuviera aquellos fallos morfosintácticos

que encontramos sin que hubieramos sido capaces de agregarlos a una de las categorias,

pero que nos parecían dignos de ser mencionados.

1) uso inapropiado del castellano, mal uso de adverbio

“(…) en la rue du Cirque, son pisos burgueses de muy bien «standing». ”

Explicación :

Esta frase poco habitual fue sacado de la revista ABC del 14 de enero de 2014. Lo que en

primer lugar se nota es la palabra inglesa “standing”. La intención habrá sido usar una

expresión moderna y en ciertos contextos técnica. Se podría discutir si esto es un uso

apropiado del castellano, también porque obviamente produce otro fallo relacionado. El

“standing” es un gerundio derivado de un verbo, pero en la forma presente es un sustantivo

aunque parece que el autor permaneció mentalmente con la idea verbal, porque en vez del

más adecuado “buen” antepone el adverbio “bien” al anglicismo. Puede ser que el autor

haya pagado el modernismo inglés con otro fallo en la misma frase. Se podría transformar la

última parte de la frase en algo más castellano para recuperar la corrección gramatical: (…)

en la rue du Cirque, son pisos burgueses que están muy bien situados.”

2) uso inapropiado del plural

“ (…) y lo ha puesto en conocimientos de los Juzgados ordinarios.”

Explicación:

Este fragmento de una oración fue publicado en la revista “Crónica Madrid” el 13 de enero

de 2014. El uso del plural en esta frase no puede ser ningún fallo de concordancia, porque no

hay ninguna palabra relativa de “conocimientos”. Una interpretación del fallo como fallo

ortográfico sería posible, pero poco probable, porque la expresión tal como está existe. El

fallo surgió supuestamente por una asociación mental del autor que pensaba en el uso de la

palabra “conocimientos” como sustantivo regular en vez de parte de una frase hecha. La

corrección del desvío en este caso será bastante sencillo. Solo se debe quitar la “s” de la

palabra y la frase quedará perfectamente correcta: (…) y lo ha puesto en conocimiento de

los Juzgados ordinarios.

III. Conclusión

Revisando los resultados de las investigaciones, se puede reconocer unos hechos muy

interesantes. Primero hay que mencionar que en todos tipos de medios de comunicación se

comete fallos morfosintácticos. Además, hay al menos en el uso de los pronombres átonos

ciertas tendencias personales que hacen suponer que el mismo fallo puede repetirse en el

uso de una persona y convertirse casi en un fallo característico de esa. Lo que queda muy

claro es que la frecuencia de todos tipos de fallos morfosintácticos es considerablemente

más alta en artículos de la prensa rosa y que hay más desvíos en revistas que en los grandes

diarios.

Entre los tipos de fallos que analizamos podremos apuntar como resultado que el fallo más

cometido es el leísmo, mientras que en segundo lugar se encuentran los fallos de

concordancia. Se encuentran fallos que no son tan fácil de poner en una categoría y hay

fallos que solo en el primer vistazo parecen ser fallos y que luego demuestran que tienen un

carácter mucho más complejo.

El último resultado se refiere a las razones y al estilo de los autores. La publicación de

revistas y diarios en línea, el afán a la actualidad y la gran presión temporal apoyan a la

aparición de fallos evitables. El nivel general de cualquier lengua solo puede ir

empeorándose por esta forma de manejar un idioma.

V. Bibliografía

1. Diccionario panhispánico de dudas, edit. Real Academía Española, edit. Asociación de Academias de la Lengua Española, Madrid 2005.

2. Alarcos Llorach, Emilio, Gramática de la Lengua Española, Colección

Nebrija y Bello, edit. Real Academia Española, Espasa, Madrid 2010.