BASES, CONCEPTUALES, METODOLÓGICAS Y ORGANIZATIVAS NECESARIAS PARA EL DESARROLLO DE UNA POLÍTICA Y...

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BASES, CONCEPTUALES, METODOLÓGICAS Y ORGANIZATIVAS NECESARIAS PARA EL DESARROLLO DE UNA POLÍTICA Y ESTRATEGIA NACIONAL DE EDUCACIÓN AMBIENTAL INFORME FINAL ALEJANDRO ÁLVAREZ IRAGORRY DICIEMBRE DE 2008

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BASES, CONCEPTUALES, METODOLÓGICAS Y ORGANIZATIVAS NECESARIAS PARA EL DESARROLLO DE

UNA POLÍTICA Y ESTRATEGIA NACIONAL DE EDUCACIÓN AMBIENTAL

INFORME FINAL

ALEJANDRO ÁLVAREZ IRAGORRY

DICIEMBRE DE 2008

2

CONTENIDO

1. Introducción 3

2. ¿Qué es una estrategia de educación y participación ambiental? 5

3. ¿Sobre que realidades desea incidir la Estrategia? (Justificando la

necesidad de diseñar y ejecutar programas y actividades de educación ambiental)

9

4. ¿Cuáles son los antecedentes en nuestro país y en nuestra región sobre

este tipo de instrumentos de política pública?

12

• Instrumentos de políticas públicas en la educación ambiental de

Latinoamérica y Venezuela

12

5. ¿Qué dimensiones deberá incluir la estrategia? 15

6. ¿Cuál será el marco conceptual y político necesario para orientar una

estrategia de educación ambiental para Venezuela?

17

El contexto de la educación ambiental en Venezuela 17

• Un modelo de trabajo desde el Enfoque de Derechos. La sostenibilidad vista

desde un enfoque de derechos y seguridades

19

• La educación ambiental como factor en la construcción de la seguridad

territorial

22

7. ¿Cuáles son las bases legales y las articulaciones y sinergias que debe

establecer con otros documentos y estrategias a escala internacional?

27

• El Marco Jurídico: La Constitución Nacional y la Legislación Nacional 27

El Marco Constitucional 27

El Marco Legal 29

• El Marco de las Políticas Nacionales 32

• Las Convenciones Ambientales 33

• Los Objetivos del Milenio 35

• Otros Compromisos a Escala Global (La Década de la Educación para el Desarrollo Sostenible)

39

• Acuerdos Marco Regionales 42

• Otras orientaciones de interés 43

8. ¿Cuál educación, cuál participación y cuál comunicación en relación con la gestión ambiental se estará promoviendo en la estrategia?

45

• ¿Una educación o muchas educaciones ambientales? 45

Conceptos de educación ambiental 46

Ejes orientadores de la educación ambiental en Venezuela 48

• Las Múltiples Facetas de la Participación 50

• La Comunicación Ambiental: Un tema novedoso 53

9. ¿Cuáles son los actores que deben ser involucrados en el diseño de la

propuesta de estrategia?

58

3

10. ¿Cuál es la metodología propuesta para el diseño de la estrategia? 64

11. ¿Cuáles elementos debe contemplar el documento de la estrategia? 69

• Elementos comunes en las estrategias revisadas 69

• Elementos específicos en la estrategia 71

12. Bibliografía 72

13. Apéndice 83

4

1. INTRODUCCIÓN

Se presenta a continuación el informe definitivo en relación con la consultoría

dirigida a establecer las bases conceptuales, metodológicas y organizativas

necesarias para el desarrollo de una política y estrategia nacional de

educación ambiental.

Antes de desarrollar los elementos que serán presentados en este informe,

es necesario realizar algunas precisiones que facilitarán la comprensión de

las ideas y propuestas aquí presentadas.

A lo largo de las actividades realizadas durante este año se utilizó el nombre

de estrategia para referirse al proceso de planificación de la política y plan de

acción nacional de educación ambiental. Por esta razón será siendo usado en

este informe. Pero será necesario tomar en cuenta que no necesariamente

este nombre es el pertinente según la normativa legal que rige estos procesos de planificación pública, y por lo tanto es necesario establecer

consultas formales con el Ministerio del Poder Popular para la Planificación y

el Desarrollo Social para poder dilucidar este punto.

Asimismo, aunque frecuentemente se utilice el nombre de estrategia de

educación ambiental, este como será explicado más adelante se toma en una

concepción integral de la acción social en la gestión ambiental, por lo que

estarán incluidos adicionalmente los conceptos de participación y

comunicación ambiental en conjunto con los procesos educativos.

Por otra parte, en la propuesta inicial discutida a principios de este año, se

planteó un esquema preliminar para el desarrollo de un trabajo dirigido al

diseño de una estrategia nacional de educación ambiental, la dinámica del

trabajo llevó a reorganizar el trabajo de tal manera de utilizar el presente año para generar los elementos preparatorios necesarios para el diseño de la

estrategia.

Bajo esas premisas se presenta en este informe las bases conceptuales,

metodológicas y organizativas necesarias para diseñar una estrategia de

educación ambiental.

Para ello se realizó una investigación documental, acompañada de una serie

de talleres de discusión en conjunto con funcionarios de la DGEAPC1, otras

direcciones funcionales del Ministerio y entes adscritos. A través de este

proceso conceptual y participativo se establecieron las orientaciones

principales para el diseño de este tipo de documentos de políticas públicas.

1 Dirección General de Educación Ambiental y Participación Comunitaria del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente

5

A partir de ese proceso de trabajo intentaron contestarse las siguientes

preguntas:

• ¿Qué es una estrategia de educación y participación ambiental?

• ¿Sobre que realidades desea incidir este proceso?

• ¿Cuáles son los antecedentes en nuestro país y en nuestra región

sobre este tipo de instrumentos de política pública?

• ¿Qué dimensiones deberá incluir la estrategia?

• ¿Cuál será el marco conceptual y político necesario para orientar la

misma?

• ¿Cuáles son las bases legales y las articulaciones y sinergias que debe

establecer con otros documentos y estrategias a escala internacional?

• ¿Cuál educación, cuál participación y cuál comunicación en relación con

la gestión ambiental se estará promoviendo en la estrategia?

• ¿Cuáles son los actores que deben ser involucrados en el diseño de la

propuesta de estrategia?

• ¿Cuál es la metodología propuesta para el diseño de la estrategia?

• ¿Cuáles elementos debe contemplar el documento de la estrategia?

Las respuestas preliminares a estas preguntas deberán servir para orientar

los procesos dirigidos al diseño de la estrategia.

Asimismo, es importante recordar que la estrategia al ser orientada para ser

diseñada bajo una metodología participativa e inclusiva, deberá tener

mecanismos que permitan validar, revisar o modificar, parcial o totalmente

estas orientaciones de acuerdo con los resultados de las consultas y de los

aportes que puedan realizar cada uno de los actores involucrados en su diseño.

6

2. ¿QUÉ ES UNA ESTRATEGIA DE EDUCACIÓN Y PARTICIPACIÓN

AMBIENTAL?

A lo largo de los años los gobiernos nacionales han venido ensayando

diferentes instrumentos tanto de planificación, como normativos de tal modo

de organizar la gestión pública frente a problemas de degradación ambiental.

Uno de los instrumentos más utilizados en todo el mundo han sido el diseño

e implementación de documentos de estrategias nacionales aplicados a los

distintos ámbitos de la gestión ambiental2. Este tipo de mecanismo,

adicionalmente ha sido promovido por los distintos convenios y acuerdos

internacionales en materia de la construcción del desarrollo sostenible.

En este sentido, las estrategias han sido consideradas como procesos cíclicos

y participativos de planificación – acción, que buscan mejorar la calidad de

vida de las poblaciones, en las cuales se aplica el pensamiento estratégico a la organización de los distintos ámbitos de la gestión pública del ambiente.

Tales acciones pueden tener alcances temporales y geográficos variables,

desde el mediano al largo plazo y desde ámbitos que incluyen regiones

biogeográficas o políticas (Amazonía, Andes, etc.), naciones, territorios sub-

nacionales o inclusive en zonas particulares (áreas protegidas, zonas de

desarrollo, etc.) dentro de ellas (López, 1995)

Es posible conseguir ejemplos del uso de diferentes modalidades de

planificación estratégica en diferentes ámbitos del desarrollo sostenible en

prácticamente todas las regiones y países del globo. Estas incluyen

estrategias integrales (por ejemplo estrategias nacionales para el desarrollo

sostenible), estrategias sectoriales: Conservación de la Biodiversidad,

Recursos Hídricos, Manejo Forestal y más recientemente para la mitigación y adaptación al cambio climático.

Por otra parte, los países no han establecido una sola modalidad de

planificación y se pueden encontrar diversos instrumentos de gestión pública

a largo plazo (Planes Nacionales, Agendas, Estrategias3, etc.) Estos procesos

de planificación, a su vez, pueden estar enmarcados o promovidos por

instrumentos legislativos (leyes, normas técnicas de rango sub-legal, etc.)

Las estrategias nacionales de educación ambiental adquirieron un fuerte

impulso a partir de las grandes conferencias internacionales de educación

ambiental, en particular la Conferencia de Tblisi de 1977 (UNESCO, 1980) y

más específicamente en la de Moscú de 1987 (UNESCO-PNUMA, s.f.) A partir

de estos eventos, muchos países del mundo han venido desarrollando

2 Manejo, investigación, educación, participación, monitoreo y control, o a un proceso integral que involucre a todos o a una parte de los mismos.

3 Ver el Catálogo de Instrumentos en: www.unep.org/DEWA/Docs/Strategies%20Catalogue.doc

7

procesos de planificación a escala nacional dirigidas a orientar sus acciones

educativas relativas al ambiente (Ruiz, 2000; Tillbury, 1999; Benayas,

Gutiérrez, Segura, y Ruiz, 1997)

Este desarrollo de planes y programas nacionales fue reforzado por la

Agenda 21, en su capítulo 36 dedicado a la educación para el desarrollo. En

ella se exhorta a los gobiernos a preparar o actualizar estrategias orientadas

al logro de la integración ambiente - desarrollo de manera interdisciplinaria

en todos los niveles educativos. A pesar de la controversia internacional que

se inició sobre las diferentes interpretaciones sobre la relación entre la

educación ambiental y la educación para el desarrollo sostenible4, esta

recomendación ha promovido el desarrollo de nuevas estrategias educativas

en diferentes países y regiones del mundo.

Por otra parte, y en contraste con lo común que parecen resultar estos mecanismos de planificación pública, no parece existir un consenso

homogéneo sobre las características de estos procesos.

Por ejemplo, es posible conseguir varias definiciones de estos instrumentos

tales como:

“Procesos de planificación y organización necesarios para alcanzar una meta”

(Anónimo, 1994 en Vasarhelyi y Victor, 1998)

“...procesos de planificación concertada donde los distintos actores de un

país expresan sus aspiraciones en materia de Educación Ambiental. Estas

constituyen grandes marcos de referencia que, además de acuerdos y

compromisos, deben proporcionar las directrices a seguir para el logro de

procesos estratégicos más específicos, de acuerdo a las realidades,

necesidades y posibilidades de los ámbitos nacionales, regionales o locales”. (Álvarez, Ruiz y Benayas, 2000)

“… un proceso orientativo y flexible a través del cual es posible establecer los

fundamentos, las directrices y las acciones referidas al diseño, desarrollo y

evaluación de un plan de acción social considerado relevante para mejorar la

calidad de vida de una población en un marco territorial, temporal y

humano” (Estrategia Gallega de Educación Ambiental 1994. En Ruiz, 2000)

“... un plan sistemático orientado a medio – largo plazo y que aglutina los

esfuerzos de un conjunto amplio de agentes sociales (gestores, educadores,

políticos, ciudadanos y asociaciones) en aras de mejorar o cambiar una

4 Sobre este respecto la complejidad del tema hace que supere el alcance de este informe. Quizá pueda ser suficiente con indicar que los organismos internacionales han impuesto el controvertido e impreciso concepto de educación para el desarrollo sostenible, en desmedro del de educación ambiental. Este proceso de cambio ha sido aceptado prácticamente en todas las regiones del mundo con excepción de Latinoamérica. Para mayor información sobre esta polémica ver: Calvo y Gutiérrez, 2007; Meira, 2006; Gutiérrez y Pozo, 2007; Jickling, 1992, 2005; 2007; Sato, 2005, Hesselink y col. 2000; entre muchos otros.

8

realidad socioambiental en un contexto geográfico concreto” (Gutiérrez y

Benayas, 2000).

Por su parte Tilbury, (1999) indica que el objetivo principal de una estrategia

de educación ambiental es: “concretar un plan para promover y desarrollar la

educación ambiental de una manera sistemática en un período de tiempo

definido”. Adicionalmente especifica que por lo general, una estrategia de

educación ambiental es un documento que “(i) define los propósitos de la

educación ambiental (ii) ofrece un marco conceptual para la educación

ambiental (iii) identifica sectores y grupos claves, y (iv) define un plan de

actuación para integrar la educación ambiental en estos sectores”.

Vasarhelyi y Victor, (1998) resumen estas ideas de la siguiente manera: “La

esencia de la planificación estratégica es analizar lo que los educadores

ambientales y los otros actores responsables de la toma de decisiones en relación con la educación ambiental, necesitamos hacer con el fin de alcanzar

un futuro diferente”

En resumen, las ENEA pudieran ser definidas como: procesos de planificación

bajo un enfoque estratégico situacional, idealmente elaborados de manera

participativa, diseñados para ser implementados en un horizonte de mediano

a largo plazo, el cual debe establecer principios, mecanismos, actores,

recursos, tiempos y procedimientos para alcanzar el mejoramiento de la

calidad de vida de la población a través de la promoción de procesos

educativos.

En cualquier caso, la estrategia deberá establecer orientaciones,

lineamientos y en lo posible acciones específicas que permitan avanzar en el

desarrollo, fortalecimiento, apropiación social y plena ejecución de planes y programas dirigidos a la formación de una ciudadanía informada, formada y

participativa. Ciudadanía que deberá estar en capacidad de ejercer sus

derechos ambientales e intervenir de manera autónoma, efectiva y

responsable en la toma de decisiones con respecto a los recursos y

situaciones de su entorno, así como en la construcción de un futuro

sostenible, humano y endógeno.

Por otra parte, no hay un enfoque ni una metodología estándar para la

elaboración de políticas o estrategias de educación ambiental. Los estudios

realizados sobre sus características dan cuenta de la enorme variedad de

métodos, niveles de complejidad, lapsos de tiempos utilizados en el diseño y

productos finales logrados (Ruiz, 2000; Tilbury, 1999; asimismo ver los

Informes de País presentados en el III Congreso Iberoamericano de

Educación Ambiental en Álvarez, 2003)

Lo que sí está claro es que éstas no podrán tener éxito, sino cuentan con la

voluntad política, la apertura a procesos de participación y consulta

inclusivos, claridad metodológica, procedimientos validados para la

recolección amplia de opiniones y el logro de acuerdos, así como el apoyo

político, económico y social necesario para garantizar su culminación,

9

seguimiento y continuidad en el tiempo (ver: Álvarez, Ruiz y Benayas, 2000;

Benayas y Ruiz, 2000; Tilbury 1999; Benayas, Gutiérrez, Segura, y Ruiz,

1997; Puyol, 1997) Sobre este elemento de continuidad, Puyol (1997)

recalca la necesidad de que en estos procesos de planificación no se hagan

sinónimos del diseño de un documento. En este sentido, los documentos

deben ser considerados únicamente como instrumentos que permiten

explicitar la estrategia de tal manera que pueda ser discutida, consensuada y

aplicada por un amplio espectro de participantes (López, 1995).

Por su parte Sorrentino y col. (2005) enfatizan que la educación ambiental

como política pública debe formar parte de las políticas del Estado dirigidas a

un proceso de transformación social que supere las injusticias ambientales,

la desigualdad social, así como la apropiación capitalista y funcionalista de la

naturaleza y de la propia humanidad. Asimismo, estos autores enfatizan el sentido político, valga la redundancia del desarrollo de unas políticas públicas

de educación ambiental. Por lo demás, este sentido político, en todos los

casos estará presente en la estrategia sea de manera explícita o implícita en

los supuestos, procesos y mecanismos que lo conforman y que configurarán

sus modos de hacer.

10

3. ¿SOBRE QUE REALIDADES DESEA INCIDIR LA ESTRATEGIA?

(JUSTIFICANDO LA NECESIDAD DE DISEÑAR Y EJECUTAR

PROGRAMAS Y ACTIVIDADES DE EDUCACIÓN AMBIENTAL)

Para contestar esta pregunta será necesario realizar un diagnóstico de la

situación socioambiental del país (la situación sobre la cual queremos

transformar) En este momento se presenta un pre-análisis situacional muy

breve, lo que permitirá guiar y precisar la realización de diagnósticos tanto

participativos como técnicos que formarán parte del trabajo de diseño de la

estrategia.

CONTEXTO SOCIAL Y AMBIENTAL DEL PAÍS

El modelo de desarrollo económico aún dominante en Venezuela ha generado

un grave proceso de deterioro ambiental de una importante proporción del el

territorio nacional y de los recursos naturales que en ella se encuentran. Esta situación, por una parte, ha generado graves daños al capital ambiental de la

nación representado por sus cuerpos de agua, biodiversidad, suelos y

condiciones atmosféricas; y asimismo se ha convertido en una amenaza

social al ejercer un efecto importante sobre situaciones tales como: el

aumento de la vulnerabilidad de la población a enfermedades y eventos

ambientales catastróficos, la pérdida de la calidad de vida en los centros

poblados, así como en un acelerado empobrecimiento económico y cultural

de la población, en especial los sectores tradicionalmente excluidos. Estos

procesos de deterioro se ven actualmente magnificados por los efectos ya

perceptibles del cambio climático global.

Algunas de las situaciones ambientales que se presentan actualmente en el

país son de extrema gravedad. Algunos ejemplos son los siguientes:

• Venezuela tiene una alta tasa de deforestación. La combinación del

crecimiento urbano, la expansión de las fronteras agrícolas y la

explotación está generando una pérdida acelerada de superficie

boscosa en particular en la zona norte del país en el cual habita el 80%

de la población (Centeno, 2006; Plonczak, 1997). Esta situación está

incidiendo sobre el deterioro acelerado de las cuencas y otras fuentes

de agua dulce y en la desaparición de hábitats de muchas especies.

• La mayoría de las cuencas hidrográficas del país se encuentran bajo

una fuerte presión ambiental, en particular en la zona norte del país

donde se concentra la mayor proporción del país (Rodríguez-

Betancourt y González-Aguirre, 2000; Andressen, 2004). En esta zona

las grandes concentraciones urbanas e industriales arrojan sus aguas

servidas directamente a estas cuencas, en la mayor parte de los casos, sin ningún tipo de tratamiento generando un importante disminución

11

de la calidad de las aguas, aceleración de los procesos de eutrofización

y daño sobre los hábitats acuáticos (OMS, 2000; Rodríguez y Rojas-

Suárez, 1995) Estas situaciones actualmente están afectando de

manera particular a las cuencas del lago de Maracaibo, Río Tuy, Río

Aroa, y Lago de Valencia, entre otros (Rivas y col. 2005; Jaffé, y col.

1995)

• Los procesos de contaminación están afectando de manera perniciosa

la salud humana y ambiental. Hace unos años un problema

principalmente urbano producto de la polución generada por el tránsito

automotor y las concentraciones industriales. Actualmente afecta zonas

antes consideradas libres de peligro. Ejemplos de esta situación son los

efectos sobre la salud humana generados por el uso irresponsable de

pesticidas tanto para uso agrícola (Torres y Capote. 2004; Parra, Canelón y Lorenzo, 2000), como la reciente costumbre de usar estos

productos para envenenar cuerpos de agua para colectar los peces

muertos5. Otra situación es la contaminación mercurial producto de la

minería artesanal en las cuencas de los ríos Caroní y Cuyuní entre

otras cuencas (Álvarez y Rojas, 2006).

• Algunas zonas del territorio nacional se encuentran afectadas por

procesos de desertización, generando una disminución de la

productividad de los suelos afectados. Esta situación está afectando

extensas zonas en el occidente del estado Falcón, noroeste del estado

Lara y algunas zonas en el estado Sucre y algunas de las islas

marítimas del país (Díaz, 2006) Adicionalmente, una parte importante

de los suelos del país están siendo afectados de manera creciente por procesos de erosión, compactación y salinización (González, 2000)

• La acumulación de desechos sólidos municipales se está convirtiendo

en un problema generalizado en todo el país, generándose importantes

problemas de salud ambiental (Gobierno de la República Bolivariana de

Venezuela, 2000). El aumento de las tasas de consumo de bienes

perecederos y de muy rápida obsolescencia convierten a la recolección

y disposición final de los desechos en una situación que genera cada

vez mayores costos económicos, sociales y ambientales. Por otra parte

el muy rápido crecimiento en la producción de desechos y chatarras

tecnológicas (baterías de celulares, partes de monitores de

computación, etc.) generan problemas adicionales de contaminación

por productos peligrosos.

• Se estima que 313 grupos de animales y 185 de plantas se encuentran en diversos grados de amenaza de extinción. Grupos

5 Esta grave situación fue denunciada recientemente por educadores ambientales del sur del Estado Anzoátegui como práctica creciente en diversas sub-cuencas de la zona y corroborado por distintos grupos de pobladores de la zona a lo largo del último año.

12

ecológicamente importantes en sus biomas tales como ranas, aves del

grupo de los crácidos, felinos, árboles de maderas duras y muchos

otros grupos de especies biológicas están siendo afectados por varios

factores, incluyendo la sobre-explotación (por ejemplo peces

habitantes de zonas someras del mar, destrucción de hábitats,

introducción de especies exóticas, contaminación, cacería y tráfico

ilegal de especies, etc. (Llamozas et al. 2003; MARN, 2001; Rodríguez

y Rojas-Suárez, 1995)

• Gran parte de la población venezolana se asienta sobre zonas de alto

riesgo para la ocurrencia de eventos adversos de origen ambiental

(inundaciones, deslaves, terremotos, tormentas, etc.) Adicionalmente

la falta de criterios de ordenación del territorio y la ocupación

irresponsable de ciertas zonas del país aumentan la vulnerabilidad de la población. Esta situación se complica por la presencia de

concentraciones poblacionales en zonas de alto riesgo de ocurrencia de

eventos adversos de origen socio-natural (Cilento, 2005; 2002).

Tales circunstancias afectan en especial a las poblaciones de menos recursos,

a las comunidades rurales y a los grupos menos favorecidos de nuestro país:

indígenas, comunidades en zonas de riesgo, etc. Adicionalmente, los efectos

del cambio climático agravarán la situación socioeconómica, médica,

alimentaria y de seguridad de estos grupos incrementando los problemas

actuales y generando mayores conflictos sociales (emigración a ciudades,

presión social por trabajo, incremento de la demanda de servicios

hospitalarios y sanitarios, etc.)

Por otra parte, tenemos una población que se le ha creado y alentado a

mantener una cultura consumista, derrochadora y dependiente de insumos y

modelos importados, todo lo cual es un elemento potenciador de los

problemas ambientales.

De forma paradójica a las situaciones de hiperconsumo, todavía una parte de

la población sigue estando bajo condiciones de pobreza extrema, no

pudiendo cubrir sus necesidades básicas. Estos grupos humanos además

frecuentemente han permanecido en diversas formas de exclusión social,

injusticia ambiental e inequidad económica.

Esta situación nos lleva a considerar urgente el desarrollo de acciones que

promuevan en la población la capacidad de actuar coordinada y

responsablemente en la implementación de respuestas sociales a os

problemas ambientales basadas en modelos de desarrollo endógeno sustentable.

13

4. ¿CUÁLES SON LOS ANTECEDENTES EN NUESTRO PAÍS Y EN

NUESTRA REGIÓN SOBRE ESTE TIPO DE INSTRUMENTOS DE

POLÍTICA PÚBLICA?

INSTRUMENTOS DE POLÍTICAS PÚBLICAS EN LA EDUCACIÓN AMBIENTAL DE

LATINOAMÉRICA Y VENEZUELA

Un mecanismo que ha sido usado por diversas naciones para la gestión

pública de los procesos educativos-ambientales, es el desarrollo de Políticas,

Estrategias o Leyes Nacionales que promuevan, regulen y articulen estas

actividades en el país, de tal manera de hacerlas más efectivas en el logro de

una mejor calidad de vida para sus ciudadanos. Una muestra preliminar de

los esfuerzos realizados en este sentido en Latinoamérica puede verse en la

tabla 1.

Tabla 1. Instrumentos de Gestión Pública de la Educación Ambiental

en América Latina

PAÍS AÑO TÍTULO DEL DOCUMENTO

Argentina 200? Estrategia Nacional de Educación Ambiental (Actualmente en

proceso de elaboración)

Chile 200? Política Nacional de Educación Para el Desarrollo Sustentable

(Actualmente en proceso de elaboración)

México 2006 Estrategia Nacional de Educación Ambiental para la Sustentabilidad

en México

Costa Rica 2004 Marco Estratégico para la Educación Ambiental I y II ciclos de la

Educación General Básica.

Venezuela * 2003 La Política de Educación Ambiental y Participación del Ministerio del

Ambiente y los Recursos Naturales

Nicaragua 2003 Lineamientos de Política y Estrategia Nacional de Educación

Ambiental

Colombia 2002 Política Nacional de Educación Ambiental

Brasil 1999 Programa Nacional de Educação Ambiental

Brasil 1999 Lei No 9.795, del 27 de abril de 1999

Perú 1999? Política Nacional de Educación Ambiental adjunta a Agenda

Ambiental 2000 - 2002

Costa Rica 1998 Estrategia Nacional de Educación y Extensión Ambiental

Cuba 1997 Estrategia Nacional de Educación Ambiental

Guatemala 1996 Política Nacional de Educación Ambiental

Colombia 1995 Lineamientos Generales para una Política de Educación Ambiental

14

Ecuador 1994 Agenda Ecuatoriana de Educación y Comunicación Ambiental para el

Desarrollo Sustentable. Lineamientos de Políticas y Estrategias

México 1993 Hacia una Estrategia Nacional y Plan de Acción de Educación

Ambiental

República

Dominicana

1992 Estrategia Nacional de Educación Ambiental

Venezuela 1990 Estrategia Nacional en Educación y Formación Ambiental 1990-1999

Guatemala 1990 Estrategia Nacional de Educación Ambiental de Guatemala

Elaboración propia a partir de diferentes fuentes.

(*) El caso del documento realizado por Venezuela en el 2003 se refiere a un instrumento

sectorial del MINAMB y no a uno de alcance nacional. Se coloca en el listado por su valor

como antecedente.

Asimismo, tenemos conocimiento de la existencia de planes y/o políticas

nacionales en Bolivia, y de un proyecto de Ley de Educación Ambiental en

Argentina, pero hasta el momento no hemos podido confirmar esta información. Asimismo, no tenemos noticias sobre programas nacionales de

gestión de la educación ambiental en algunos países de la región, tales como

son los casos de Uruguay, Paraguay, Panamá, El Salvador y Puerto Rico. En

este último caso, su particular estatus político de “Estado Libre Asociado”

bajo la tutela de los Estados Unidos de América, puede hacer pensar que la

EA en este país esté bajo las orientaciones de la Estrategia Nacional de ese

país, pero esta conjetura no ha sido posible confirmarla.

Esta tabla, es sólo un resumen enumerativo parcial de los documentos y

normativas que han sido planteados en la región, y no pretende indicar sí

estos instrumentos han sido efectivos en impulsar el desarrollo (promoción,

institucionalización, evaluación, optimización, articulación, coordinación y/o

financiamiento) de los planes, programas y proyectos educativo ambientales de cada país.

Igualmente, a partir de la muestra, es posible observar que la mayor parte

de los países de la región seleccionaron desarrollar Estrategias Nacionales

(10) incluyendo algunos países que combinaron la definición de Políticas en

combinación con Estrategias. Asimismo, tres establecieron Políticas

Nacionales, uno tiene una Ley Nacional y uno tiene un Programa. Queda

claro que la selección de cuál es el instrumento de política pública que debe

ser usado es una decisión que depende de factores sociopolíticos,

institucionales, oportunidad, conveniencia o pertinencia en cada país y

momento histórico.

En el caso de Venezuela, se da una circunstancia particular, ya que en el año

1990, el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales Renovables

impulsó el desarrollo de una Estrategia Nacional de Educación Ambiental (formalmente: Estrategia Nacional en Educación y Formación Ambiental

1990-1999) la cual estuvo basada en los resultados de la reunión de Moscú

(MARN, 1990). Este documento fue realizado en un taller de trabajo con una

15

importante participación de instituciones tales como Universidades, ONG,

organismo del gobierno y otras instituciones públicas y privadas. A pesar de

ello, en una encuesta realizada a finales de los 90 (Ruiz, 2000) el 68% de los

encuestados dijo desconocer la existencia de un documento de estrategia

realizado en Venezuela. Esta cifra comprende un 61% de los entrevistados

pertenecientes a organismos de la gestión ambiental del país y 76% de los

provenientes de la administración educativa. Estas cifras aún son mucho

mayores en encuestados provenientes de ONG (86%). Asimismo entre los

encuestados que dijeron conocer la existencia de un documento de

planificación nacional de educación ambiental, un porcentaje importante no

supo explicar que se entendía por “estrategia” En este mismo trabajo, al

indagarse sobre las razones de este desconocimiento, uno de los expertos

consultados indicó que: “fue un esfuerzo, pero no tuvo proyección ni difusión; no hubo compromiso de las partes para su ejecución” (Ruiz, 2000;

pág. 228)

En contraste, en la actualidad, algunos funcionarios de la DGEAPC al ser

consultados sobre el tema de la eficacia y permanencia de este esfuerzo de

trabajo, consideran que este documento tuvo una gran relevancia interna

para la dirección y operó como una guía para el desarrollo de planes y

proyectos durante una parte de los años noventa6.

6 Gallegos, M. Comunicación personal.

16

5. ¿QUÉ DIMENSIONES DEBERÁ INCLUIR LA ESTRATEGIA?

Tradicionalmente, se ha pensado a la educación ambiental como un proceso

principalmente escolar, ligado a concepciones y prácticas de la escuela

tradicional. Una estrategia que desee ser realmente transformadora de

valores y procesos humanos, debe superar la acción únicamente escolar para

actuar en las comunidades y en los sitios y con los actores relacionados

directamente con las situaciones ambientales problemáticas (MINAMB, 2003)

En tal sentido, una estrategia transformadora deberá apuntar a promover el

logro de ciudadanos y ciudadanas que estén informados, formados y activos

en los procesos participativos de tal manera que puedan tomar decisiones

responsables en relación con su vida y su ambiente.

Adicionalmente, es claro que el componente una gestión integral del

ambiente deberá incluir a estas tres dimensiones “sociales” en forma interconectada e integrada con las dimensiones “técnicas” (ver figura 1).

Figura 1. Modelo Integrado de Gestión Ambiental

(Álvarez, datos no publicados)

En función de lo anterior la estrategia deberá focalizar como parte integral de

su concepción los procesos participativos y de comunicación en relación con

17

la gestión del ambiente. Esta afirmación está claramente expresada en el

documento de política de Educación Ambiental y Participación del Ministerio

del Ambiente y de los Recursos Naturales (MARN, 2003) En este documento

se subraya que: “Para que estos procesos sean efectivos, será necesario

romper con las concepciones que aíslan artificialmente a la educación

ambiental y a la participación comunitaria, así como a la educación formal o

escolarizada de la no formal o no escolarizada, y ser estas sustituidas por

modelos que comprendan que estos campos de acción están

permanentemente interconectados e interrelacionados”. Así mismo el

documento expresa que: “la educación ambiental debe ser concebida como

un proceso participativo que debe ocurrir principalmente en el ámbito de

las comunidades que se inserta en todas sus instituciones, espacios

(escuelas, parques, organismos locales, servicios públicos, empresas, etc.) y es transversal a todas las actividades sociales. Siendo así mismo concebida

la participación como un elemento primordial y permanente de integración

de las comunidades a la gestión ambiental en todas sus fases, que se

apoya para su implantación en procesos de educación y comunicación

ambiental”.

Por su parte Wilches Chaux (1998) indica que: “...si la gestión ambiental

tiene como objetivo último la búsqueda de la sostenibilidad ... en las

relaciones entre distintos los actores sociales y los ecosistemas urbanos y

rurales de los cuales forman parte y con los cuales interactúan, conviene sí

establecer unos criterios, fundamentalmente políticos, que en lo posible

garanticen que la participación, más allá de constituir un mero enunciado

formal, se convierta en uno de los pilares dinámicos del desarrollo sostenible, sin el cual este último resultaría inalcanzable”.

Asimismo, este mismo autor indica entre los principios de la participación

que: “Las políticas estatales sobre participación ciudadana, sobre educación

ambiental y sobre población, deberán desarrollarse de manera trenzada y

coherente, en función del objetivo último de hacer... una sociedad sostenible

en donde la vida con calidad sea posible para todos los habitantes”

Igualmente, con respecto a una dimensión relacionada con la comunicación

como proceso de gestión ambiental. Se ha afirmado que los procesos

comunicacionales resultan prioritarios para el éxito de cualquier programa de

gestión ambiental (Gomis y Hesselink, 1995)

Por tales razones, estas tres dimensiones conforman una “tríada” integrada

de instrumentos sociales dentro de los programas de gestión ambiental y así

serán considerados para el desarrollo de la estrategia.

18

6. ¿CUÁL SERÁ EL MARCO CONCEPTUAL Y POLÍTICO NECESARIO

PARA ORIENTAR UNA ESTRATEGIA DE EDUCACIÓN AMBIENTAL

PARA VENEZUELA?7

EL CONTEXTO DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN VENEZUELA

En nuestro país toda propuesta dirigida a promover la implementación de

programas de educación ambiental (EA) despierta un gran consenso entre

los más variados grupos y actores sociales. Pareciera que una importante

mayoría de los venezolanos tenemos la percepción de que resulta necesario

educar a la población de tal manera que pueda enfrentar y superar los

desafíos generados por el deterioro ambiental. Es así que una parte

importante del discurso8 de la gestión ambiental en Venezuela expresado en

la legislación, los sistemas de planificación, y en los programas sectoriales

incluyen temas de educación y concientización pública.

Esta idea nos ha acompañado por un período importante de la historia

contemporánea de nuestro país. Por tal razón, es posible rastrear programas

educativos relacionados con el ambiente desde hace más de cincuenta años

(Quero, 1983). Igualmente se expresó como política pública nacional

prácticamente desde los inicios del Ministerio del Ambiente, así como en los

artículos contemplados en la primera Ley Orgánica del Ambiente a mediados

de los setenta del pasado siglo (Camacho, 1998; Brito, 1992; Ruiz, Álvarez y

Benayas, 1999). Asimismo se impulsaron procesos de inserción de la

variable ambiental en los currículos escolares en los distintos niveles y

modalidades educativas del Sistema Educativo Nacional desde hace más de

25 años (Camacho, 1998; Álvarez, 2000; Aranguren y col. 1997). De la

misma forma, esta actividad vivió un proceso de expansión explosiva en los años ochenta y noventa producto del crecimiento de un número importante

de organizaciones de la sociedad civil, instituciones de educación superior y

organismos del Gobierno venezolano los cuales implementaron una amplia

gama de acciones educativas en pro de la conservación del ambiente, así

como de formación de profesionales en este campo (Álvarez, 2000; Kaplún y

col. 2000; Camacho, 1998; Álvarez, 1998). Por otra parte, la acción

ambiental y educativo-ambiental ha formado – y forma – parte importante

de muchas de las luchas populares de resistencia a la depredación de la

naturaleza en todo el territorio nacional (Ovalles, 1983)

7 Una versión preliminar de esta sección fue presentada en el evento: La Jornada Ambiental CVP 2008. Abril de 2008

8 En este caso el término discurso se usa como sistemas de ideas o conocimientos insertos en un

vocabulario específico (ver por ejemplo: Adams y Hulme, 1997)

19

Toda esta trayectoria, tuvo como resultado un movimiento a favor de lograr

el reconocimiento del valor estratégico de la EA como parte de cualquier

propuesta de desarrollo nacional. Este camino histórico tendría como uno de

sus logros más importantes el establecimiento de la educación ambiental

como derecho constitucional (Artículo 107).

Contrastando con esta unanimidad, entusiasmo y energía, nos encontramos

con una realidad donde las evaluaciones realizadas hasta el momento

parecen indicar la existencia de importantes obstáculos para lograr

programas educativos eficaces, pertinentes y contextualizados.

Las razones para esta aparente incongruencia entre el discurso y los

resultados obtenidos, podrían resultar de al menos los siguientes factores:

• Los trabajadores de la educación ambiental, incluyendo los que laboran

en la administración pública, consideran que existe poca valoración de la importancia de la educación ambiental como herramienta de gestión

ambiental y desarrollo de una cultura de la responsabilidad y la

sustentabilidad. Tal situación pareciera prevalecer tanto dentro de las

instituciones de gestión ambiental como en instituciones educativas

(Álvarez, 2002; República Bolivariana de Venezuela, 2000; Álvarez,

1995)

• Un porcentaje importante de los programas existentes en las distintas

instituciones que laboran en el tema de la EA muestran diversos grados

de ambigüedad e incongruencia tanto en los enfoques epistemológicos,

axiológicos y políticos como en sus elementos metodológicos

Programas sin claridad en sus enfoques y metodologías (Álvarez,

2003; Álvarez, 2000; Ruiz, Álvarez y Benayas, 1999; Álvarez [investigación en desarrollo])

• Existe una percepción generalizada entre los especialistas en el tema

ambiental que la gestión en este ámbito está frecuentemente centrada

en la acción “forense”, dándole poca importancia al trabajo de gestión

preventiva mediante programas de educación, comunicación y

participación ambiental (Álvarez, 2002).

• Una parte importante de los trabajadores de la educación ambiental

consideran que existe muy poca continuidad, seguimiento en los

proyectos iniciados, así como la ausencia de mecanismos de

seguimiento y evaluación de los proyectos iniciados (Ruiz, Álvarez y

Benayas, 1999; República Bolivariana de Venezuela, 2000)

• Los recursos económicos, materiales y humanos existentes son

incompatibles con las necesidades y exigencias reales. Así mismo, estos recursos no se compadecen con la importancia que se declara

que tienen los programas de EA y PC para el éxito de la gestión

ambiental (Álvarez, 2002; Ruiz, Álvarez y Benayas, 1999)

20

• Muchos profesionales de la educación ambiental perciben que existen

poca articulación de los procesos educativos con la gestión ambiental y

con los contextos locales (Álvarez, 1998)

• Existe consenso entre los trabajadores de la educación ambiental que

en Venezuela no existen orientaciones ni políticas que permitan

encauzar, articular, coordinar o evaluar los trabajos que se realizan

(Ruiz, Álvarez y Benayas, 1999; Álvarez, 1998)

Por otra parte, también habría que considerar que el país pareciera no existir

una identidad clara sobre el tipo y características que pudieran definir una

educación ambiental “venezolana”, si no por el contrario, es posible

conseguir una gran variedad de enfoques y metodologías frecuentemente

disímiles y contradictorios.

Este hecho no es necesariamente un problema, ya que la EA no es un campo

homogéneo. Por el contrario, está caracterizada por múltiples enfoques,

significados y dimensiones interrelacionados (Sauvé, 2004, Layrargues,

2004, Carvalho, 2001, González Gaudiano, 1999).

En cualquier caso, resulta necesario encontrar algunas pautas generales que

nos permitan orientarnos en este complejo terreno. Para ello necesitamos

establecer unos acuerdos básicos sobre cuáles son las orientaciones

deseables de la EA en Venezuela y, en particular, cuál es el aporte que este

campo puede realizar al logro de las condiciones que permitan alcanzar el

derecho a un ambiente sano seguro y ecológicamente equilibrado, como

establece nuestra Constitución.

UN MODELO DE TRABAJO DESDE EL ENFOQUE DE DERECHOS

La sostenibilidad vista desde un enfoque de derechos y seguridades

Sobre las bases de los contextos presentados en la sección anterior, resulta

necesario iniciar un proceso de discusión sobre cuál educación ambiental

necesitamos y queremos en nuestro país.

Un aporte inicial a esta discusión implica proponer algunos marcos y modelos

preliminares que nos permitan encauzar la discusión dentro de un cuerpo de

ideas explicitado y que pueda ser consensuado y compartido.

Es en tal sentido se propone para la discusión la siguiente propuesta de

marco conceptual para la educación ambiental en Venezuela:

La búsqueda de sociedades sostenibles supone transformar los valores

asociados a las relaciones entre los humanos y la naturaleza, así como las

maneras de interacción y comunicación entre las personas. Así mismo,

significa un cambio en los procesos de toma de decisiones sobre el desarrollo, el cual debe democratizarse, fortaleciendo a las personas y

21

comunidades directamente afectadas por los procesos de transformación

tecnológica y social. Todo esto conduce a repensar todas las relaciones de

poder: hombre – mujer, adulto – niño, comunidades – mandatarios, blancos

– otras etnias, ricos – pobres, entre otras (República Bolivariana de

Venezuela, 2003).

Una educación capaz de apalancar esos cambios sólo podrá ser aquella que

esté dirigida hacia la transformación de los modelos sociales, económicos, y

culturales dominantes en función de la construcción de sociedades

sostenibles. Tal objetivo obliga a la educación a repensarse y trabajar en

función de la apropiación, democratización y recreación del saber ambiental,

la construcción colectiva de una ética de la acción humana que promueva la

formación de ciudadanos y comunidades participativos, solidarios y

empoderados que a partir de ello sean capaces de actuar para construir sus propios futuros basados en sus propias maneras, cultura, capacidades,

sueños y particularidades (Fien y Tilbury, 2002; Febres-Cordero y Floriani,

2002; Tréllez, 2000; Álvarez, 2001; Mayor, 1999; Tréllez, Wilches-Chaux,

1999; Leff, 1997).

Ahora bien, necesitamos traducir estas ideas en términos operativos de tal

manera de poder generar orientaciones que nos permitan establecer políticas

en materia de EA así como orientar el desarrollo de proyectos en espacios y

temas específicos.

El enfoque aquí propuesto es la utilización de los derechos humanos

universales como guía para orientar el proceso de formulación,

implementación y evaluación de políticas en el campo del desarrollo de una

estrategia de educación ambiental (Abramovich, 2006). Desde esta perspectiva, es posible generar una reflexión sobre los derechos

ambientales, su relación con otros derechos humanos y sobre la construcción

de procesos educativos para el desarrollo de ciudadanos ambientales (Alvino

y col. 2007)

Una manera de abordar este enfoque, nace del concepto de seguridad

territorial propuesto por Gustavo Wilches Chaux (2007). En esta propuesta,

los derechos humanos fundamentales se asocian a la idea de un territorio y

las interacciones que en éste se generan. Esta visión articula en un solo

cuerpo conceptual las ideas provenientes de los enfoques de sustentabilidad,

desarrollo humano y desarrollo endógeno.

En este modelo, el autor define a la seguridad territorial como el conjunto de

factores e interacciones, de los cuales depende que un territorio esté en

capacidad de ofrecerles seguridad integral a sus habitantes. Donde la seguridad integral es interpretada por el mismo autor como el resultado de la

interacción compleja entre múltiples factores, que les garantizan a los

integrantes de las generaciones presentes y futuras, las condiciones para

ejercer el derecho a la vida con calidad y dignidad (Wilches Chaux, 2006).

22

Por su parte, la seguridad territorial depende de una serie de factores que

interactúan de manera dinámica y compleja entre sí. Algunos de los

presentados por Wilches Chaux (2007; 2006) y modificados para este

trabajo, son los siguientes:

Seguridad ambiental. La capacidad de las comunidades presentes en

un territorio para utilizar de manera sostenible los recursos y servicios

ambientales que requiere. Así mismo, es la posibilidad de que estas

capacidades impidan que las dinámicas humanas y naturales se

conviertan en amenazas entre sí.

Seguridad y soberanía alimentaria. La capacidad de las comunidades

presentes en un territorio para tener acceso a los alimentos básicos

necesarios para vivir con calidad y dignidad, a la vez que adquieren

autonomía con respecto a las decisiones que se tomen en otros centros económicos o de poder, por fuera de ese territorio.

Seguridad social. Es la capacidad de las comunidades existentes en un

territorio para implementar los derechos sociales de los individuos que

allí habitan. Esto incluye, entre otros, los derechos al trabajo, a la salud,

a la vivienda, a la protección de sus personas y a la protección de los

grupos vulnerables o excluidos (niños, niñas, adolescentes, mujeres,

ancianos, pobres, indígenas). Adicionalmente incluye la capacidad de

establecer relaciones satisfactorias entre los miembros de las

comunidades allí presentes: incluyendo los vínculos de confianza,

solidaridad y reciprocidad.

Seguridad económica. La capacidad de las comunidades presentes en

un territorio para usar de manera sostenible los recursos disponibles y ofrecer a sus habitantes acceso a la producción y a los bienes y servicios

en condiciones de equidad, justicia y solidaridad.

Seguridad jurídica – institucional. La capacidad de una sociedad

dentro de un territorio para establecer instituciones, normas y

procedimientos que garanticen la vigencia plena de los derechos

humanos.

Seguridad cultural. Se incorpora este factor para representar la

capacidad de las comunidades para movilizar sus recursos culturales de

tal manera de apropiarse y tener control sobre los elementos de su

entorno social, ambiental, económico y tecnológico, entre otros. Esta

apropiación favorece que pueda construir sus propios caminos hacia

futuros sostenibles. Está relacionado además con los sentidos de

identidad y pertenencia, así como la capacidad para reconocer, valorar y promover su diversidad cultural (Ver al respecto: Bonfil, 1991; Mayor,

1999; Álvarez y Ortega, 2007; Álvarez, 2001)

23

Estos factores son indivisibles e interdependientes (Ver Figura 1). Esto indica

que, al igual que en el caso de los derechos humanos, todos ellos son

igualmente importantes. Asimismo, impone la imposibilidad de lograr alguna

de las “seguridades” de forma aislada respecto a las demás. Tal situación

surge del hecho de que la seguridad territorial no nace del logro de las

seguridades sectoriales, sino de la interconexión múltiple dinámica y

permanente entre ellas.

Figura 1. Modelo de interconexión entre “Seguridades” (modificado a

partir de Wilches Chaux, 2007)

La educación ambiental como factor en la construcción de la

seguridad territorial

En el contexto de la seguridad territorial, la EA evoluciona para convertirse

en una palanca para la transformación hacia sociedades sostenibles y la

formación de ciudadanos ambientales, este último en el sentido que le da

González Gaudiano (2003). Este proceso incluye de manera prioritaria que

esta educación promueva la formación de capacidades para la toma de

decisiones responsables a partir de consideraciones éticas y la reflexión

crítica de los intereses comunitarios (González Gaudiano, 2003)

Para ello, esta educación deberá permitir al ciudadano percibir la complejidad

inherente a lo ambiental en un sentido integral y facultarle para acceder a los

24

mecanismos de gestión respetuosa, prudente e inteligente (sostenible) del

ambiente.

Debe promover el aprendizaje de mecanismos de producción y consumo

sostenibles, desarrollo de modos de vida saludables y respetuosos, con

competencias para actuar positivamente en la mitigación de riesgos y en la

adaptación a los cambios inevitables y

Igualmente, deberá promover aprendizajes sobre como informarse y

documentarse sobre las problemáticas ambientales locales, sus causas y sus

posibles soluciones, para saber cómo actuar responsablemente sobre las

mismas.

Asimismo, deberá incluir el aprendizaje de competencias para la participación

comprometida y promover la creación de redes y movimientos de

conocimiento solidario. Estos deben entender su acción como construcción de espacios de poder, de derechos y de responsabilidades con respecto a su

entorno. Tales espacios deberán actuar como núcleos sistematizadores de los

conocimientos necesarios para el logro de la sustentabilidad (Alvino y col.

2007; Osorio, 2006).

La EA así planteada, más que dar orientaciones únicas para el desarrollo de

programas, se interroga permanentemente sobre su acción (Wilches Chaux,

2006). En este sentido se pueden realizar las siguientes preguntas

orientadoras:

Cómo puede, y debe, contribuir la educación ambiental a:

Promover que la acción humana sobre los ecosistemas permita que estos

puedan seguir suministrando recursos y prestando servicios ambientales,

incluyendo aquellos de los cuales dependen la resistencia y la resiliencia de las comunidades frente a amenazas actuales y potenciales de distinto

origen.

Facilitar que los habitantes de los distintos territorios del país puedan

generar y acceder a los bienes y servicios de los cuales dependen la

seguridad y la soberanía alimentarias. Así como que los ecosistemas

locales sigan estando en la posibilidad de garantizar esa “seguridad”.

Comprometer a los distintos actores y sectores económicos presentes, o

que tienen influencia sobre el territorio, a establecer relaciones de

producción que sean responsables, equitativas y solidarias.

Promover el fortalecimiento del tejido social y el mejoramiento de las

relaciones entre personas y comunidades, de tal manera de favorecer el

logro de una cobertura universal de los derechos sociales, políticos e

individuales.

Fortalecer las capacidades institucionales para generar procesos de

gestión ambiental participativos, transparentes, responsables y efectivos.

25

Impulsar la conservación y revitalización de los valores culturales locales

y el empoderamiento de las comunidades de tal manera que se apropien

de sus recursos y actividades económicas, establezcan orientaciones

propias que guíen sus procesos de desarrollo y promuevan la valoración

de su diversidad cultural.

Fundamentado en las propuestas educativas antes descritas, podemos

delinear cuáles serían las áreas críticas que deberán ser atendidas por un

programa de EA basado en derechos humanos y en el modelo de seguridad

territorial.

Para hacer un poco más clara la presentación, los objetivos se presentan

agrupados en categorías según el tipo de “seguridad” al cual atienden con

prioridad, aún cuando es claro que estas no son separables, razón por la cual se presentan temas que son interdependientes entre sí:

1. Seguridad económica:

Establecer programas de capacitación de tal manera de coadyuvar en la

formación de núcleos de empresas de economía social principalmente en

sectores que faciliten el desarrollo de prácticas sustentables y basadas en

el desarrollo endógeno, tales como los sectores turístico, agropecuario,

pesquero, artesanal, así como en el uso sostenible de los recursos

naturales locales.

Capacitar a los productores agropecuarios locales en enfoques

agroecológicos y otras prácticas de agricultura sustentable.

Promover en la población el uso y valoración de los recursos y productos

locales a través de campañas comunicacionales y su valoración en el

currículo escolar.

Establecer programas de capacitación de comunidades dirigidos al

desarrollo de proyectos locales de autosuficiencia energética a través del

uso de fuentes alternativas de energía (eólica, solar, biogás, etc.).

2. Seguridad social

Establecer programas de educación en todos los niveles y modalidades

educativas dirigidos a desarrollar en la población una visión integral de la

salud, desde un enfoque de salud ambiental9.

Establecer programas de educación ambiental dirigidos a la prevención

de riesgos10

9 Considerada la salud ambiental como el área de la salud pública que se ocupa de las formas de vida, las sustancias, las fuerzas y condiciones del entorno del hombre que pueden ejercer una influencia sobre su salud y bienestar (OMS en Orozco, 1997)

26

Establecer programas educativos dirigidos a educar a la población en

relación con las prácticas y técnicas necesarias para prevenir, superar o

impedir el contagio de infecciones de transmisión sexual, así como

prevenir los riesgos derivados del embarazo precoz.

Establecer programas educativos dirigidos a promover procesos de

construcción de viviendas y otras infraestructuras basadas en criterios de

sostenibilidad.

Establecer procesos de formación y actualización docente en temas clave

del desarrollo local con criterios de sustentabilidad en función del avance

hacia una educación de calidad, innovadora, inclusiva y socialmente

pertinente.

3. Seguridad ambiental

Implementar campañas de formación de valores y conocimientos

necesarios para la adecuada gestión de los desechos sólidos.

Establecer procesos de formación para la participación comunitaria en la

gestión sostenible de los recursos hídricos.

Establecer campañas educativas sobre la importancia de la preservación

de la biodiversidad y del hábitat.

Impulsar procesos de formación para la participación comunitaria en la

gestión ambiental dirigida al uso sostenible de la biodiversidad local y

regional.

Desarrollar programas de capacitación dirigidos a la implementación de

sistemas agroecológicos, huertos familiares, viveros comunitarios,

zoocriaderos, agroforestería, programas de reforestación y forestación,

ecoturismo, etc.

4. Seguridad y soberanía alimentaria

Establecer programas de capacitación dirigidos a los productores del campo con el fin de mejorar las prácticas agrícolas a través del uso de

criterios de desarrollo endógeno y sustentable.

Implantar programas de capacitación dirigidos a los productores del

campo dirigidos al aprovechamiento sostenible de productos que sean

adecuados a las condiciones ambientales, sociales y culturales de cada

localidad.

Crear un plan de educación dirigidos a las comunidades sobre los

beneficios, preparación y consumo de productos autóctonos.

10

Sobre la relación entre educación ambiental y la gestión de riesgo ver: Chamizo, 2000.

27

5. Seguridad jurídica – institucional

Implementar programas dirigidos a promover en la población en general la

formación de principios éticos tales como paz, tolerancia, respeto y

responsabilidad, a fin de disminuir los efectos de la violencia social e

intrafamiliar.

Capacitar a las comunidades en procesos participativos de cogestión

social de los problemas locales.

Fortalecer las instituciones locales: municipales, comunales y de otros

sectores para que actúen como factores sociales de mitigación,

resistencia y resiliencia frente a los impactos sociales, económicos y

políticos que puedan incidir sobre la zona, incluyendo los derivados del

Cambio Climático Global.

Fortalecer la capacidad de las empresas locales para emprender

proyectos de desarrollo social basados en el fortalecimiento de las capacidades locales, el respeto a las culturas y procesos propios de las

comunidades, así como a la búsqueda de relaciones de equidad y no

dependencia.

Promover el desarrollo de redes de conocimientos, cooperación y

complementariedad entre comunidades, regiones nacionales, regiones

internacionales y entre otros países, comunidades o grupos que permitan

fortalecer las capacidades globales para enfrentar los grandes problemas

ambientales.

6. Seguridad cultural

Promover los valores culturales y patrimoniales locales como estrategia

para el fortalecimiento de la identidad y sentido de la pertenencia.

Impulsar el desarrollo de instituciones dirigidas a promover programas

de animación socio-cultural en función de fortalecimiento de las manifestaciones culturales populares.

Establecer programas dirigidas a valorar la diversidad cultural local, así

como promover el respeto, la tolerancia y el apoyo mutuo entre los

distintos grupos sociales existentes.

28

7. ¿CUÁLES SON LAS BASES LEGALES Y LAS ARTICULACIONES Y

SINERGIAS QUE DEBE ESTABLECER CON OTROS DOCUMENTOS Y

ESTRATEGIAS A ESCALA INTERNACIONAL?

En esta sección se realizará una primera aproximación a la red legal y

programática que permitirá vincular la estrategia a los grandes procesos

sociales a nivel tanto nacional como internacional.

En tal sentido consideramos que será necesario articular la estrategia con los

siguientes grandes ejes de referencia:

• Marco Jurídico: Constitución Nacional y Legislación Nacional

• Políticas Nacionales

• Acuerdos marco internacionales

• Acuerdos marco regionales

• Otros documentos orientadores

A continuación se describen cada uno de estas articulaciones:

EL MARCO JURÍDICO: LA CONSTITUCIÓN NACIONAL Y LA LEGISLACIÓN NACIONAL

El Marco Constitucional

A partir de 1999 con la aprobación de la Constitución de la República

Bolivariana de Venezuela (CRBV) se establece en nuestro país un nuevo

marco jurídico que orienta los procesos políticos, sociales, ambientales y

económicos en el país.

En la nueva Constitución se recogen las aspiraciones existentes de sumar a

los derechos de los venezolanos los referidos a la disfrutar de una vida y de

un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado (Artículo 127)

En la misma constitución se definen los instrumentos principales para lograr

el disfrute pleno de este derecho: La educación ambiental, la participación de

la ciudadana en la gestión ambiental de la nación y el acceso a la

información pertinente sobre los temas ambientales que les afectan.

En tal sentido, el artículo 107 establece que:

La educación ambiental es obligatoria en los niveles y modalidades del sistema educativo, así como en la educación ciudadana no formal (...)

29

Este mandato constitucional determina la universalidad de la educación

ambiental al establecer un ámbito de acción para ésta más allá del sistema

educativo formal o escolarizado.

Asimismo, la nueva doctrina constitucional promueve y establece la

participación ciudadana como Política de Estado en todos los ámbitos de la

relación entre los ciudadanos y el Estado, y en todos los procesos que los

involucran.

Este principio constitucional se expresa de manera directa en el Artículo 62,

el cual especifica que:

Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas.

La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica.

Este enfoque hacia la participación protagónica se expresa en el campo

ambiental en Artículo 127, aparte único, el cual define que:

Es una obligación del Estado, con la activa participación de la sociedad, garantizar que la población se desenvuelva en un ambiente libre de contaminación, en donde el aire, el agua, los suelos, las costas, el clima, la capa de ozono, las especies vivas, sean especialmente protegidos, de conformidad con la ley (negrillas nuestras)

Igualmente en el artículo 128 se expresa que:

El Estado desarrollará una política de ordenación del territorio atendiendo a las realidades ecológicas, geográficas, poblacionales económicas, políticas, de acuerdo con las premisas del desarrollo sustentable, que incluya la información y consulta y participación ciudadana. (Negrillas nuestras)

En ambos artículos queda establecida la participación de la sociedad en todos

los ámbitos relacionados con el ambiente, ya no como una simple aspiración

sin realidad práctica, sino como una política general del Estado.

En relación con el tema de la comunicación, la Constitución de la República

Bolivariana de Venezuela determina que todos los ciudadanos tenemos

derecho a tener acceso a documentos de cualquier naturaleza que

contengan información cuyo conocimiento sea de interés para comunidades o

grupos de personas (Artículo 28) así como a recibir información oportuna,

30

veraz e imparcial, sin censura, de acuerdo con los principios de la

Constitución (Artículo 58)

Asimismo, se estipula la obligación del Estado de garantizar servicios

públicos de radio, televisión y redes de bibliotecas y de informática, con el fin

de permitir el acceso universal a la información (Artículo 108)

Un elemento adicional de importancia en nuestro régimen Constitucional es

que reserva al Estado el desarrollo de políticas nacionales y la legislación en

materia de ambiente y participación (Artículo 156).

El Marco Legal

La base Constitucional nacional es desarrollada y ampliada en las

disposiciones presentes en las distintas leyes del país.

En este sentido, en Venezuela el marco legal ambiental y así como las

disposiciones que desarrollan los procesos socioambientales es extremadamente extenso, por lo que en esta sección sólo incluiremos

algunas leyes que pueden conformar una parte de la base jurídica en que se

sustente una estrategia nacional de educación ambiental.

Los distintos aspectos que pueden ser extraídos de nuestro ordenamiento

legal ambiental van a representar grandes temas que será necesario

considerar en el diseño e implementación de la estrategia.

Ley Orgánica del Ambiente (2007)

Esta ley incluye de manera extensa una serie de principios de gestión

ambiental que pueden servir de base legal del diseño de la estrategia.

Algunos de los elementos presentes en la misma son los siguientes:

• Se establece entre los principios para la gestión ambiental los de

participación ciudadana y educación ambiental (Artículo 4 Numerales 4

y 6)

• Se define entre los objetivos de la gestión ambiental el de fomentar y

estimular la educación ambiental y la participación protagónica de la

sociedad (Artículo 10, Numeral 5)

• Se especifican a la participación ciudadana y la divulgación de la

información, como procesos incorporados en todos los niveles de la

planificación del ambiente. (Artículo 23, Numeral 4)

Al mismo tiempo, esta Ley incluye de manera extensa elementos para

orientar el desarrollo de programas de educación ambiental. Entre otros

aspectos establece como concepto de educación ambiental al siguiente:

“Proceso continuo, interactivo e integrador, mediante el cual el ser humano

adquiere conocimientos y experiencias, los comprende y analiza, los

internaliza y los traduce en comportamientos, valores y actitudes que lo

31

preparen para participar protagónicamente en la gestión del ambiente y el

desarrollo sustentable” (Artículo 3)

Asimismo, precisa como objetivos de la educación ambiental: “promover,

generar, desarrollar y consolidar en los ciudadanos y ciudadanas

conocimientos, aptitudes y actitudes para contribuir con la transformación de

la sociedad, que se reflejará en alternativas de solución a los problemas

socioambientales, contribuyendo así al logro del bienestar social,

integrándose en la gestión del ambiente a través de la participación activa y

protagónica, bajo la premisa del desarrollo sustentable” (Artículo 34).

Igualmente, la Ley establece la obligación de realizar programas educativos

ambientales en el ámbito de los procesos educativos no formales que

promuevan y fortalezcan el derecho a la participación de ciudadanos,

ciudadanas y comunidad en general, en el marco de una gestión del ambiente en forma compartida (Artículo 35 Parágrafo 3); así como en la

transformación de los sistemas productivos desde un enfoque de desarrollo

endógeno (Artículo 35 Parágrafo 4); en todos los procesos que impliquen

utilización de los recursos naturales y de la diversidad biológica (Artículo 36)

y en todos los programas de capacitación de personal de todas las

instituciones públicas y privadas (Artículo 37)

Por otra parte, la Ley determina que todas las personas tienen el derecho y

el deber de participar en los asuntos relativos a la gestión del ambiente

(Artículo 39).

Al mismo tiempo, esta Ley expresa que el derecho a la información sobre el

ambiente debe ser reconocido a cada persona y hace del Estado garante del

ejercicio de este derecho y de la confiabilidad de la información y de su difusión (Artículo 64)

Finalmente la Ley impone la obligación a los medios de comunicación y

difusión de incorporar en su programación, los temas ambientales que

propicien la información y el conocimiento de las complejas interrelaciones y

vínculos entre los procesos de desarrollo social y económico en la búsqueda

de un ambiente seguro, sano y ecológicamente equilibrado, fomentando la

educación ambiental (Artículo 74)

Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes

Esta Ley incluye entre los derechos de los niños, niñas y adolescentes el

disfrutar de un ambiente sano y ecológicamente equilibrado, así como a la

preservación y disfrute del paisaje (Artículo 31. Derecho al ambiente)

32

Leyes Ordinarias

Una importante cantidad y variedad de leyes ordinarias que forman parte del

cuerpo de la legislación ambiental de Venezuela incluyen de manera

importante elementos de educación, participación e información relativos al

ambiente que deberán ser considerados en el diseño de la estrategia. Un

breve resumen de estos elementos en la legislación ambiental venezolana se

presenta a continuación:

Ley de Bosques y Gestión Forestal 2008

Declara de interés público la promoción y difusión de los valores de los

bosques venezolanos, así como la inclusión y participación de la ciudadanía

en la gestión de los bosques (Artículo 6 Numerales c y d)

La Ley establece un principio de corresponsabilidad y participación ciudadana

en la gestión forestal, al determinar el derecho ciudadano a participar en

esta gestión (Artículo 9 Numeral 3).

Asimismo, en su artículo 10 determina como componentes de la gestión

forestal a la educación ambiental y extensión forestal orientadas a promover

y difundir los valores del bosque y demás componentes del patrimonio

forestal en la población (Numeral 10)

Por otra parte, al enumerar las atribuciones de las comunidades locales con

respecto a la gestión forestal incluye la formulación y ejecución de

programas comunitarios orientados al fortalecimiento de capacidades para la

gestión, mediante la educación ambiental y difusión de la cultura del bosque

en la localidad, la extensión rural y la investigación participativa (Artículo 20,

Numeral 3)

Ley de Aguas 2001

Establece en su Artículo 5 que la gestión del agua debe ser realizada de

forma participativa. (Parágrafo 8)

Asimismo indica que el Estado deberá promover la participación de las

organizaciones sociales, en la gestión integral de las aguas, mediante la

difusión de información que involucre al ciudadano y a la ciudadana en los

problemas del agua y sus soluciones (Artículo 9)

Ley de Diversidad Biológica 2000

En esta Ley al definir los elementos que componen la conservación de la

diversidad biológica, incluye: la promoción de la educación ambiental y la

divulgación para incentivar la participación ciudadana con relación con la

conservación y uso sustentable de la diversidad biológica; El reconocimiento

y la preservación del conocimiento que sobre la diversidad biológica y sus

usos tienen las comunidades locales, y la participación justa y equitativa en

33

los beneficios que se deriven del aprovechamiento de la diversidad biológica.

(Artículo 4, Numerales 9, 10 y 11)

Asimismo establece como obligación del Estado: promover la educación

ambiental con énfasis en el uso y conservación de la diversidad biológica, a

fin de alcanzar el desarrollo sustentable para el logro de una mejor calidad

de vida de las generaciones actuales y futuras. (Artículo 12); así como,

promover la educación para la conservación de la diversidad biológica, con el

objeto de lograr cambios de conducta que permitan el desarrollo de nuevas

formas de aprovechamiento sustentable, tomando en consideración el

conocimiento tradicional y los aspectos culturales de cada zona (Artículo

110).

Como complemento de la disposición anterior, dispone la inclusión en los

programas de educación y en los programas de estudio, las materias relacionadas con la conservación de la diversidad biológica. (Artículo 111)

Por su parte, determina la obligación del Estado de proveer los mecanismos

para la efectiva participación de la comunidad organizada en los procesos de

planificación, de investigación y vigilancia, así como para la protección de la

diversidad biológica (Artículo 113)

Ley de Residuos y Desechos Sólidos 2004

En esta Ley se señala la obligación del Estado de realizar una gestión integral

de los residuos y desechos sólidos, conforme a los principios de integridad,

participación comunitaria, información, educación y sin discriminación,

debiendo ser eficiente, sustentable y sostenible, a fin de garantizar un

adecuado manejo de los mismos (Artículo 10)

Asimismo en el Artículo 12 especifica como competencias del Poder Público

Nacional, entre otros: Promover y asegurar la participación comunitaria para el manejo integral de los residuos y desechos sólidos y desarrollar e

implementar programas de educación en el manejo sanitario y

ambientalmente seguro de los residuos y desechos sólidos. Igualmente como

competencias de de la Comisión Nacional para la Gestión Integral de los

Residuos y Desechos Sólidos se incluye el diseño y promoción de programas

de educación ambiental y sanitaria (Artículo 21)

EL MARCO DE LAS POLÍTICAS NACIONALES

El Plan de Desarrollo Social y Económico de la Nación 2007 – 2013, conocido

como “Proyecto Simón Bolívar, Primer Plan Socialista”, establece las

orientaciones centrales de la acción del Estado Venezuela. En este Plan se

definen como elementos importantes los procesos de educación ambiental,

participación e información.

34

En el primero de estos campos, la directriz “Suprema Felicidad” expresa en

su enfoque: “la educación ambiental debe permear todos los estratos

sociales y todos los niveles educativos” (Numeral O)

En función de este enfoque en la estrategia II-3.4 “Profundizar la

universalidad de la educación bolivariana” indica en su numeral II-3.4.3

“Fortalecer la educación ambiental, la identidad cultural, la promoción de la

salud y la participación comunitaria”.

Por su parte, en la Directriz: “Democracia Protagónica Revolucionaria”

expresa en su enfoque un elemento que puede servir de orientación ética en

el diseño y ejecución de la estrategia:

“Para alcanzar mayor solidez de la democracia protagónica revolucionaria se

hace necesario restituir a la política su carácter público, participativo, ético y

solidario, cuyo principal sentido es la constitución de ciudadanía, los espacios de civilidad, las instituciones y una cultura política democrática basada en

una elevada conciencia social ética y una activa y consciente participación

ciudadana”

Así mismo, este mismo Plan en relación con el tema comunicacional expresa

en su objetivo III-3.9 “Utilizar los medios de comunicación como

instrumentos de formación en valores ciudadanos”.

Las Convenciones Ambientales

Venezuela es signataria de un muy extenso e importante conjunto de

Convenios internacionales en materia ambiental. Estos instrumentos incluyen

diferentes tipos de acuerdos entre países tanto a nivel global, regional como

bilateral. Algunos de los más importantes involucran la realización de

complejos procesos de regulación, cooperación y coordinación internacional a escala global. Todos ellos al momento de ser ratificados por la Asamblea

Nacional pasan a tener rango legal de ley aprobatoria.

Es posible clasificar las Convenciones en dos grupos más o menos bien

definidos11:

Convenciones Ambientales Globales. Establecidas en el marco de las

Naciones Unidas, desarrollan principios y procesos de cooperación y

regulaciones internacionales dirigidas a la solución o mitigación de los

problemas globales relativos a ambiente y desarrollo, generalmente

presentadas desde un enfoque de desarrollo sustentable en el cual los temas

ambientales son articulados con temas sociales y económicos. Un ejemplo de

estas convenciones es la de Cambio Climático Global. En general, en los

documentos internacionales al nombrase las Convenciones Ambientales

Globales tiende a estar referido principalmente a las tres grandes

11

Algunos documentos hablan de tres grupos. En este informe se usarán los dos más comunes.

35

convenciones globales: Cambio Climático, Diversidad Biológica y

Desertificación.

Convenciones Específicas. Tienen como finalidad emprender acciones

correctivas o preventivas en diferentes áreas ambientales problemáticas, tal

como el tráfico de especies amenazadas como es el caso de CITES, Capa de

Ozono, etc.). La mayoría de estas convenciones fueron creadas previamente

a la Conferencia de las Naciones Unidad sobre Ambiente y Desarrollo

(Cumbre de Río) Pueden tener alcance global, en el caso de por ejemplo, la

Convención Ramsar sobre Humedales, o regional tal como lo es el caso del

Protocolo SPAW (Protocolo Relativo a las Áreas y Flora y Fauna Silvestres

Especialmente Protegidas del Convenio para la Protección y el Desarrollo del

Medio Marino de la Región del Gran Caribe).

Un ejemplo de algunos de estos Tratados y Convenios Internacionales que

pueden tener influencia sobre temas educativos, de participación ciudadana y

comunicación en temas ambientales son los siguientes:

• Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático

(ver: http://unfccc.int/)

• Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación

(ver: http://www.unccd.int/)

• Convenio sobre Diversidad Biológica (ver: http://unfccc.int/)

Los tres temas tratados en estas convenciones de manera sinérgica

representan los grandes desafíos globales socio.-ambientales que deberán

ser enfrentados en el siglo XXI. Todos ellos incluyen en su desarrollo asuntos relativos a la educación, participación ciudadana y la comunicación, y

deberán servir como ejes orientadores en el desarrollo de la estrategia.

Otras convenciones que podrán servir de orientación en temas específicos

incluyen:

• Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional

como Hábitat de Aves Acuáticas (Convención Ramsar)

• Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas

de Fauna y Flora Silvestre (CITES)

• Convenio de Estocolmo sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes.

• Convenio Sobre el Procedimiento de Consentimiento Fundamentado

Previo Aplicable a Ciertos Plaguicidas y Productos Químicos Peligrosos

Objeto de Comercio Internacional (Convenio de Rótterdam)

36

• Protocolo Relativo a las Áreas y Flora y Fauna Silvestres Especialmente

Protegidas del Convenio para la Protección y el Desarrollo del Medio

Marino de la Región del Gran Caribe (Protocolo SPAW)

Los Objetivos del Milenio

En el año 2000, las Naciones Unidas convocaron a los países del mundo a la

Cumbre del Milenio. En este evento global, los participantes, que incluían 189

dirigentes del mundo, acordaron una serie de metas y objetivos medibles y

con plazos preestablecidos, dirigidos a combatir la pobreza, el hambre, las

enfermedades, el analfabetismo, la degradación del medio ambiente y la

discriminación contra la mujer y crear una asociación mundial para el

desarrollo (Ver: http://www.un.org/spanish/millenniumgoals/).

Este pacto internacional, que ahora se conoce como los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), fue acordado por todos los Países Miembros de

las Naciones Unidas. Los ODM se centran en el desarrollo humano, deben

lograrse dentro de plazos definidos y debe poder medirse su avance

Los títulos de los ocho objetivos, con sus metas específicas, son:

Objetivo 1: Erradicar la pobreza extrema y el hambre.

- Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, la proporción de personas que

sufren hambre.

- Reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, la proporción de personas

cuyos ingresos son inferiores a un dólar diario.

- Conseguir pleno empleo productivo y trabajo digno para todos,

incluyendo mujeres y jóvenes.

Objetivo 2: Lograr la enseñanza primaria universal.

- Asegurar que en 2015, la infancia de cualquier parte, niños y niñas

por igual, sean capaza de completar un ciclo completo de enseñanza

primaria.

Objetivo 3: Promover la igualdad entre los géneros y la

autonomía de la mujer.

- Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza

primaria y secundaria, preferiblemente para el año 2005, y en todos

los niveles de la enseñanza antes de finales de 2015

Objetivo 4: Reducir la mortalidad infantil.

- Reducir en dos terceras partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad de

niños menores de cinco años.

Objetivo 5: Mejorar la salud materna

37

- Reducir en tres cuartas partes, entre 1990 y 2015, la mortalidad

materna.

Objetivo 6: Combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras

enfermedades.

- Haber detenido y comenzado a reducir la propagación del VIH/SIDA

en 2015.

- Lograr, para 2010, el acceso universal al tratamiento del VIH/SIDA

de todas las personas que lo necesiten.

- Haber detenido y comenzado a reducir, en 2015, la incidencia de la

malaria y otras enfermedades graves

Objetivo 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente.

- Incorporar los principios del desarrollo sostenible en las políticas y los

programas nacionales y reducir la pérdida de recursos del medio ambiente.

- Haber reducido y haber ralentizado considerablemente la pérdida de

diversidad biológica en 2010.

- Reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas sin acceso

sostenible al agua potable y a servicios básicos de saneamiento.

- Haber mejorado considerablemente, en 2020, la vida de al menos

100 millones de habitantes de barrios marginales.

Objetivo 8: Fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

- Desarrollar aún más un sistema comercial y financiero abierto,

basado en normas, previsible y no discriminatorio.

- Atender las necesidades especiales de los países menos adelantados.

- Atender las necesidades especiales de los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo (mediante el

Programa de Acción para el desarrollo sostenible de los pequeños

Estados insulares en desarrollo y los resultados del vigésimo segundo

período extraordinario de sesiones de la Asamblea General).

- Encarar de manera integral los problemas de la deuda de los países

en desarrollo con medidas nacionales e internacionales para que la

deuda sea sostenible a largo plazo.

- En cooperación con las empresas farmacéuticas, proporcionar acceso

a los medicamentos esenciales en los países en desarrollo a precios

asequibles.

- En cooperación con el sector privado, dar acceso a los beneficios de

las nuevas tecnologías, especialmente las de la información y las

comunicaciones.

38

Venezuela ha realizado avances importantes hacia el logro de los ODM

(República Bolivariana de Venezuela, 2004) y deberá mantener el rumbo

fijado para lograr – e incluso sobrepasar – las metas establecidas en este

Convenio. En tal sentido, una estrategia de educación ambiental deberá

servir como palanca para el logro de los ODM y se deberán orientar los

principios, estrategias y actividades de la misma en este sentido.

Una primera aproximación en este sentido, incluiría los siguientes elementos

que nacen de la discusión presentada en la sección anterior (Estrategias para

la Seguridad Territorial):

Tabla 1. Procesos de Educación, Participación y Comunicación

Ambiental y su Relación con los Objetivos de Desarrollo del Milenio

Objetivos del

Milenio

Estrategias Posibles (Ejemplos)

Erradicar la pobreza

extrema y el hambre

Coadyuvar en la formación de núcleos de empresas de economía

social principalmente en sectores que faciliten el desarrollo de

prácticas sustentables

Establecer programas de capacitación dirigidos a los productores del campo con criterios de desarrollo endógeno y sustentable.

Implantar programas de capacitación dirigidos a los productores

del campo dirigidos al aprovechamiento sostenible de productos

adecuados a las condiciones ambientales, sociales y culturales de cada localidad

Lograr la enseñanza primaria universal.

Establecer procesos de formación y actualización docente en temas clave del desarrollo local con criterios de sustentabilidad en

función del avance hacia una educación de calidad, innovadora,

inclusiva y socialmente pertinente.

Promover la igualdad

entre los géneros y la

autonomía de la mujer

Implementar programas dirigidos a promover en la población en

general la formación de principios éticos tales como paz,

tolerancia, respeto y responsabilidad, a fin de disminuir los

efectos de la violencia social e intrafamiliar.

Fortalecer la capacidad de las empresas locales para emprender

proyectos de desarrollo social basados en el fortalecimiento de las

capacidades locales, el respeto a las culturas y procesos propios

de las comunidades, así como a la búsqueda de relaciones de equidad y no dependencia

Reducir la mortalidad infantil

Establecer programas de educación en todos los niveles y modalidades educativas dirigidos a desarrollar en la población una

visión integral de la salud, desde un enfoque de salud ambiental

Mejorar la Salud

Materna

Establecer programas de educación en todos los niveles y

modalidades educativas dirigidos a desarrollar en la población una

visión integral de la salud, desde un enfoque de salud ambiental.

Con énfasis en temas de saneamiento ambiental

39

Objetivos del

Milenio

Estrategias Posibles (Ejemplos)

Combatir el VIH/SIDA,

el paludismo y otras

enfermedades

Establecer programas de educación en todos los niveles y

modalidades educativas dirigidos a desarrollar en la población una

visión integral de la salud, desde un enfoque de salud ambiental.

Establecer programas educativos dirigidos a educar a la población en relación con las prácticas y técnicas necesarias para prevenir,

superar o impedir el contagio de infecciones de transmisión

sexual, así como prevenir los riesgos derivados del embarazo

precoz.

Garantizar la

sostenibilidad del

medio ambiente

Implementar campañas de formación de valores y conocimientos

necesarios para la adecuada gestión de los desechos sólidos.

Establecer procesos de formación para la participación comunitaria en la gestión sostenible de los recursos hídricos.

Establecer campañas educativas sobre la importancia de la

preservación de la biodiversidad y del hábitat.

Impulsar procesos de formación para la participación comunitaria en la gestión ambiental dirigida al uso sostenible de la

biodiversidad local y regional.

Desarrollar programas de capacitación dirigidos a la

implementación de sistemas agroecológicos, huertos familiares, viveros comunitarios, zoocriaderos, agroforestería, programas de

reforestación y forestación, ecoturismo, etc.

Fomentar una

asociación mundial

para el desarrollo

Promover el desarrollo de redes de conocimientos, cooperación y

complementariedad entre comunidades, regiones nacionales,

regiones internacionales y entre otros países, comunidades o

grupos que permitan fortalecer las capacidades globales para

enfrentar los grandes problemas ambientales

OTROS COMPROMISOS A ESCALA GLOBAL (LA DÉCADA DE LA EDUCACIÓN PARA EL

DESARROLLO SOSTENIBLE)

Un elemento importante que deberá abordar la estrategia es lo referido a

establecer una política clara con respecto a la posición de Venezuela ante la

Década del Desarrollo Sostenible.

Este programa global fue proclamado por la Asamblea General de las

Naciones Unidas, en su Resolución 57/254, para ser cumplido en el período

2005-2014 Asimismo, se designó a la UNESCO organismo rector de la

promoción del Decenio.

El objetivo primordial del Decenio es integrar los principios, valores y

prácticas del desarrollo sostenible en todos los aspectos de la educación y la

enseñanza. Este esfuerzo educativo fomentará cambios en el

comportamiento que crearán un futuro más sostenible en términos de

40

integridad ambiental, viabilidad económica y una sociedad justa para las

generaciones presentes y futuras.

En otra parte, ya expusimos que esta propuesta ha tenido fuertes críticas por

parte de diferentes instituciones e investigadores en distintas partes del

grupo, principalmente en la región de Latinoamérica, así como en España12.

En este sentido una importante declaración es la realizada por el Consorcio

Mexicano de Programas Ambientales para el Desarrollo Sustentable

(Conexus, 2004) el cual indica que:

“Al adoptar acríticamente la propuesta de la UNESCO del Decenio de la

Educación para el Desarrollo Sustentable, nos arriesgamos a negar nuestras

identidades locales. No se trata de una diferencia terminológica; las

palabras, cuando reflejan una historia, una capacidad institucional y unas

referencias ideológicas, se transforman en un concepto difícil de sustituir sin perder aquel bagaje. La discusión debe realizarse al interior de nuestros

países, de nuestras comunidades, preguntándonos qué proponemos para

caminar en la dirección de la sustentabilidad en América Latina. Esto es, se

trata de recuperar y de evaluar las iniciativas para aprender y para seguir

construyendo a partir de ellas”

Pero, asimismo la misma declaración indica que:

• El Decenio de la Educación para el Desarrollo Sustentable es una

propuesta con lineamientos internacionales que podrá aportar recursos

a las iniciativas locales, que pueden ser aprovechados y valorados para

el avance de los objetivos que sean planteados.

• Es importante dialogar con la propuesta de educación para el

desarrollo sustentable desde los enfoques con los que se ha construido la educación ambiental latinoamericana.

Por su parte, Gutiérrez, Benayas y Calvo (2006) indican que el “Decenio

significa una oportunidad para la reflexión sobre los problemas que

enfrentamos, convertidos en retos y en desafíos. La creatividad y la

imaginación, las respuestas colectivas, son criterios valorados de forma

positiva desde el mensaje de las Naciones Unidas. La propuesta es lograr un

nuevo enfoque en programas y en actividades, y no tanto en crear nuevas

líneas que coexistan de modo paralelo con las anteriores, sino que se crucen

con las políticas y con la gestión cotidiana para ir creando escenarios en los

que las respuestas sostenibles sean más sencillas y vengan dadas por las

nuevas condiciones”.

En Venezuela, el desarrollo de los lineamientos de política del Ministerio del

Ambiente y los recursos Naturales (2003) incluyeron objetivos relacionados

12

Ver página: 5 de este informe.

41

con la educación ambiental en el marco del desarrollo sostenible. Estos

objetivos son aún muy relevantes, por lo que vale la pena retomarlos:

Objetivos Específicos

1. Propiciar un proceso de discusión nacional sobre la educación en el marco

del desarrollo sostenible.

2. Establecer grupos de consulta y discusión para definir lineamientos para la

EA en el marco del desarrollo sostenible.

3. Propiciar eventos dirigidos a la discusión y la divulgación de los principios

y acciones relacionadas con el desarrollo sostenible.

4. Establecer un banco documental sobre el marco conceptual y las

experiencias internacionales en materia de educación y sostenibilidad.

En estos últimos años desde el 2005, fecha de inicio del Decenio, el autor de

este informe no conoce sí en el país se ha establecido alguna decisión oficial o explícita con respecto a ésta. A pesar de ello, de manera no oficializada en

algún documento, los funcionarios de la DGEAPC han expresado en

diferentes eventos y foros una posición crítica y desfavorable a asumir los

términos y enfoques de la Educación para el Desarrollo Sostenible. Así

mismo, el autor, a solicitud de la DGEAPC, presentó una opinión por escrito

sobre el uso que se le podía dar en Venezuela al concepto de Educación para

el Desarrollo Sostenible. Esta opinión aparece en el Anexo 1 de este informe.

Finalmente, vale la pena incluir un aporte interesante en la polémica sobre

las relaciones entre la educación ambiental y la educación para el desarrollo

sostenible. Realizado por la profesora Teresa Franquesa de la Universidad de

Barcelona España (Comisión Española de Educación Ambiental/ UICN, 1995),

la cual consideró:

(...) Si hacemos educación ambiental hacemos educación para la transición hacia la sustentabilidad y la equidad, transición que requiere profundos cambios económicos y tecnológicos con implicaciones en las políticas de población, energéticas y de uso de los recursos naturales y en los patrones de consumo. Estos cambios suponen una renovación en el pensamiento, los valores, las normas (...), las instituciones, la planificación, la gestión, los indicadores, la investigación, etc. Por añadidura es evidente que en este proceso de cambios hay que redistribuir y que el norte tiene que reducir: van a ser caminos difíciles e impopulares. También los procesos educativos deben cambiar, pues, profundamente.

Si cuando hablamos de educación ambiental no entendemos todo esto, dejemos de hablar de ella: si es posible una educación ambiental en la que se mantengan los recursos mientras la mitad de la población pasa hambre o está sometida por la fuerza de las armas, hablemos de la educación para la equidad y la paz. Si todos estos conceptos están incluidos en los términos de una Educación para el

42

Desarrollo Sostenible (EDS), hablemos de EDS, tal como ya se ha empezado a hacer. El nombre no importa, siempre que tengamos claros los objetivos y los contenidos...

En cualquier caso, la estrategia podría elaborar un lineamiento claro que

permita al país establecer un camino propio frente a la Década de la

Educación para la Sostenibilidad.

ACUERDOS MARCO REGIONALES

Uno de los elementos que deberá atender la Estrategia es el referido al

desarrollo de procesos que fortalezcan una nueva geopolítica internacional.

En este sentido las orientaciones políticas del Gobierno venezolano

expresado en el Plan Simón Bolívar, presentan entre sus tesis13:

• La profundización de la amistad, confianza y solidaridad, para la

cooperación y coexistencia pacifica entre los pueblos.

• Profundización del intercambio cultural, educativo, científico y

comunicacional.

• Se hace necesaria la producción de conocimiento, la recopilación de

información y la reflexión académica sobre los procesos y

problemáticas internacionales.

Sobre esta base, resulta pertinente para el desarrollo de la Estrategia, el

objetivo de este Plan expresado como: Reforzar la integración social, cultural

y ambiental en América Latina y el Caribe (VII-3.2.4)

En función de esta orientación, es importante que uno de los ejes de la

Estrategia sea el referido al desarrollo de procesos de cooperación,

integración y solidaridad internacional, especialmente en la región de

América Latina y el Caribe.

En tal sentido, son relevantes los trabajos de coordinación realizados a través del Tratado de Cooperación Amazónica y especialmente el

desarrollado entre los países de América Latina y el Caribe por el Foro de

Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe.

Este proceso de cooperación y coordinación interregional se inicia en el año

1982 por convocatoria del Programa de las Naciones Unidas para el Medio

Ambiente (PNUMA), posteriormente, en su XI Reunión realizada en Lima en

1998, los Ministros consolidan el Foro, acordando las Líneas Temáticas

Prioritarias para la Región, a efectos de tener posiciones de interés común

frente a los grandes temas de la agenda ambiental global y concertar

13

Ver en: República Bolivariana de Venezuela, 2007 lo referido al eje “Nueva Geopolítica Internacional”

43

actividades de cooperación entre sus países que sirvan para fortalecer la

gestión ambiental en la región. Posteriormente, se establece un programa de

trabajo conocido como la Iniciativa Latinoamericana y Caribeña para el

Desarrollo Sostenible (ILAC) el cual nació como proceso preparatorio regional

hacia la Cumbre de Desarrollo Sostenible en Johannesburgo en el 2002.

La ILAC se convirtió en un marco de regulación y cooperación regional

compatibles con el Plan de Implementación de Johannesburgo y a las Metas

de Desarrollo del Milenio, estableciendo áreas prioritarias en temas tales

como: La preparación contra desastres naturales, mejoramiento de la salud

humana, lucha contra la pobreza y la discriminación racial y de género, así

como con la protección de la diversidad biológica, conservación y uso

sostenible del agua, los bosques y el consumo y producción sostenibles.

En noviembre de 2003, Venezuela elevó a la consideración del Foro de Ministros de Ambiente de Latinoamérica y del Caribe, reunidos en Panamá

con motivo de su XIV Reunión, un proyecto de Programa Latinoamericano y

del Caribe de Educación Ambiental (PLACEA) MARN (2004).

Esta propuesta fue aprobada por el Foro a partir del reconocimiento general

de los Ministros y Jefes de Delegación presentes con respecto a la

importancia de la educación ambiental como factor decisivo en el logro de la

implementación del Programa Latinoamericano y del Caribe de Educación

Ambiental para el Desarrollo Sostenible (ILAC) Adicionalmente en el mismo

Foro se decide encargar la coordinación para el seguimiento de la

implementación de las decisiones y acuerdos adoptados en la XIV Reunión

del Foro de Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe para

el bienio 2004-2005, en el punto relativo a la educación ambiental a Venezuela en conjunto con Uruguay, Chile y Jamaica.

Adicionalmente, la propuesta de Plan de Acción Regional del Foro de

Ministros de Medio Ambiente de América Latina y el Caribe (2004-2005)

establece entre otros temas que los relacionados con el incremento de la

conciencia ambiental es un tema transversal a este Plan de Acción, y por lo

tanto deberán incorporarle un valor agregado a las actividades del bienio

2004-2005.

En seguimiento de este proceso en Noviembre de 2004 por convocatoria del

Gobierno Venezolano, se realizó en la Isla de Margarita, Estado Nueva

Esparta la 1ra Reunión de Especialistas en Gestión Pública de Educación

Ambiental de América Latina y el Caribe. En esta reunión se establecieron los

lineamientos organizativos, comunicacionales, financieros y programáticos

necesarios para la implementación del Programa. Así mismo, se eligió a la República Bolivariana de Venezuela en conjunto con el representante de la

Red de Formación Ambiental de ALAC (PNUMA/ORPALC) como coordinadores

regionales para el período 2005-2007 (Ver: Álvarez, 2004).

Sobre esta base, será necesario que la estrategia considere un eje de

cooperación y coordinación internacional a escala regional, tomando como

44

ejes orientadores los temas prioritarios de ILAC. Asimismo, será necesario

retomar el liderazgo del país de tal manera de revitalizar el PLACEA y

relanzar la implementación del Plan de Acción Regional propuesto por

Venezuela en el 2007 (Álvarez, 2007)

OTRAS ORIENTACIONES DE INTERÉS

Dos documentos internacionales pueden tener un valor importante como

orientadores éticos y políticos de la estrategia. Estos documentos son: La

Carta de la Tierra y el Tratado sobre Educación Ambiental para Sociedades

Sustentables y Responsabilidad Global.

El primero de estos documentos es una síntesis de valores, principios y

aspiraciones ampliamente compartidos personas de distintos países e

ideologías en relación con los grandes temas sociales, ambientales,

económicos, culturales y principalmente éticos que nos conectan a todos los seres humanos14.

El documento es un intento de reflexión y llamado a la conciencia humana

desde fuera de los círculos de poder, así como a los intereses mercantilistas,

de inequidad, injusticia e irresponsabilidad que han obstaculizado muchos de

los procesos de negociación relacionados con los grandes acuerdos

internacionales.

La Carta de la Tierra es una declaración de principios fundamentales que

tiene el propósito de formar una sociedad justa, sostenible y pacífica en el

siglo 21. Busca inspirar en los pueblos un nuevo sentido de interdependencia

y responsabilidad compartida para el bien de la humanidad y las demás

especies que habitan la Tierra. Es una expresión de esperanza así como un

llamado de ayuda para crear una sociedad global en un momento crítico de la historia.

En tal sentido, este documento puede ser usado como una guía ética de la

estrategia, así como un enfoque humanista y de responsabilidad integral de

las misma.

El Tratado sobre Educación Ambiental para Sociedades Sustentables y

Responsabilidad Global es uno de los documentos emanados del Foro

Internacional de ONG y Movimientos Sociales que se reunió en paralelo a la

Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992 (Foro Internacional de ONG y

Movimientos Sociales, 1992).

En este se impulsa el desarrollo de una verdadera educación basada en

fundamentos éticos y profundamente democráticos y respaldó la idea de que

la educación ambiental se debía orientar al cambio, considerando que se

sostiene en valores para la transformación social, y subrayando que requiere

14

Una descripción es español de la Carta de la Tierra y conexiones al documento y acciones posibles con la carta puede ser vista en: http://www.iepe.org/cartadelatierra/queeslacarta.htm

45

tratar cuestiones globales críticas, sus causas y sus interrelaciones, con una

perspectiva sistémica en su contexto social e histórico.

Este documento representó el primer intento de darle un marco ético, social

y político a la educación ambiental en el marco de las propuestas del

desarrollo sostenible. En este se expresa que:

“La Educación Ambiental es un derecho de todos; debe tener como fundamento pedagógico y filosófico el pensamiento crítico e innovador de una nueva sociedad; debe estimular la solidaridad, la igualdad y el respeto a los derechos humanos, valiéndose de estrategias democráticas e interacción entre las culturas; debe tratar las cuestiones globales críticas, sus causas e interrelaciones en una perspectiva sistémica, en su contexto social e histórico; debe ayudar a desarrollar una conciencia ética sobre todas las formas de vida con las cuales compartimos este planeta, respetar sus ciclos vitales e imponer límites a la explotación de estas formas de vida por los seres humanos”.

Un elemento prioritario de este tratado alternativo es que ratifica que “la

educación ambiental no es neutra, sino ideológica. Es un acto político,

basado en valores para la transformación social”.

46

8. ¿CUÁL EDUCACIÓN, CUÁL PARTICIPACIÓN Y CUÁL

COMUNICACIÓN EN RELACIÓN CON LA GESTIÓN AMBIENTAL SE

ESTARÁ PROMOVIENDO EN LA ESTRATEGIA?

Estas preguntas no son triviales, ya que todos estos términos son de carácter

polisémico y todos ellos han sido usados con fines no siempre acordes con

una propuesta que debería ser propulsora de la responsabilidad, la

democracia, la justicia social y ambiental, así como y el respeto por la vida y

la diversidad humana en todos sus planos. Por ello, resulta necesario

exponer unas ideas preliminares que sirvan de borrador de trabajo para

promover la consulta entre todos los actores.

¿UNA EDUCACIÓN O MUCHAS EDUCACIONES AMBIENTALES?

Frecuentemente se habla de la educación ambiental como si se tratara de un

campo homogéneo, sobre el cual existiera un consenso universal sobre su significado, alcance y objetivos.

Nada más alejado de la realidad, la educación ambiental presenta múltiples

enfoques e identidades. Dentro de esta diversidad, existen muchas ideas que

son complementarias o resultan de desarrollos conceptuales o metodológicos

que no son excluyentes entre sí. En cambio, algunas de ellas son

abiertamente contrastantes u opuestas (Sauvé, 2004, Layrargues, 2004,

Carvalho, 2001, González Gaudiano, 1999). En tal sentido es muy

importante considerar el trabajo de Lucie Sauvé (2004) en el cual se

describen quince corrientes existentes en la educación ambiental.

Por tales razones resulta necesario tener ideas claras sobre los enfoques y

supuestos presentes en los programas educativo-ambientales que se

realicen, ya que no siempre puede haber articulación entre lo que se desea lograr y lo que se está haciendo para ello.

Por otra parte, muchos estudios sobre la educación ambiental existente

indican que frecuentemente se presentan como programas educativos,

actividades basadas en modelos educativos que en algunos casos privilegian

la transmisión vertical de información y/o la realización de acciones que en

muchos casos son inefectivas, incongruentes, transmiten de manera expresa

o soterrada los valores de los grupos dominantes, así como frecuentemente

están descontextualizadas en lo conceptual, ideológico y metodológico, por lo

que resultan inefectivas, cuando no contraproducentes (Calvo y Gutiérrez,

2007; Carvalho, 2002; Martínez, 2007; Athman y Monroe, 2001)

Por tales razones, es muy importante explicitar cual modelo, enfoque o

corriente de educación ambiental se desea propulsar en esta estrategia.

47

Una primera aproximación en este sentido puede partir de establecer una

propuesta de concepto de educación ambiental que pueda ser usado en el

diseño e implementación de la misma. Este concepto debería estar unido a

un enfoque y unas orientaciones clave que puedan darle sentido y coherencia

a la propuesta de estrategia.

Conceptos de educación ambiental

A lo largo de la historia de la educación ambiental se han realizado una

amplia variedad de intentos de delimitar este campo, aquí presentaremos

algunas definiciones existentes y una síntesis que sirva de propuesta para la

discusión en el diseño de la estrategia.

El concepto de educación ambiental que ha tenido mayor trascendencia y

popularidad fue el proveniente de la Conferencia de Tbilisi en 1977. Este es

la siguiente:

Un proceso permanente mediante el cual los individuos y la comunidad conocen su ambiente y adquieren los conocimientos, los valores, las habilidades y las experiencias necesarias, así como la voluntad para actuar individual y colectivamente en la solución de los problemas ambientales presentes y futuros (UNESCO, 1986)

Este enfoque propone a la educación ambiental como un instrumento para la solución de problemas ambientales (llamado enfoque resolutivo por Sauvé,

2004) En tal sentido busca actuar sobre los resultados de la crisis ambiental

(los problemas) pero no sobre sus causas.

De manera similar en un enfoque similar la educadora ambiental danesa

Søren Breiting (1997) presenta el siguiente concepto:

Educación ambiental es la educación que, de formas diversas, trata la relación problemática del hombre con la naturaleza -incluyendo la degradación ambiental, la explotación y el reparto de los recursos, el crecimiento de la población humana y el exterminio de las especies animales y vegetales- con el fin de lograr ciudadanos activos y bien informados.

Por su parte, en Latinoamérica, Tréllez y Quiroz (1995) amplían el concepto

de educación ambiental al expresarlo como “Formación Ambiental” para

distinguirlo de las nociones escolares asociados al término educación, y lo

definen como:

“... conjunto de procesos dinámicos mediante los cuales, los seres humanos, como individuos o grupos sociales organizados, enriquecen y mejoran su conocimiento y comprensión acerca de las formas de interacción entre la sociedad y la naturaleza, sus causas y consecuencias, y se hacen conscientes de cómo estas interrelaciones afectan la sostenibilidad de desarrollo a escala humana y la calidad de vida de los pueblos ... El resultado de esa formación debe manifestarse en la participación activa de la población en una gestión, ambiental integral constructiva

48

y raciona”.

El concepto de Tréllez y Quiroz, enfatiza la educación ambiental como camino

hacia sociedades sostenibles y de toma de conciencia de la red de

interacciones sociales, económicas y políticas que hacen posible este camino.

Por su parte el Gobierno de Brasil para el desarrollo del Plan Nacional de

Educación Ambiental estableció el siguiente concepto:

“Procesos por medio de los cuales los individuos y las colectividades construyen valores sociales, conocimientos, habilidades y competencias dirigidas a la conservación del medio ambiente como bien de uso común del pueblo, esencial para una saludable calidad de vida y de su sustentabilidad. (En: Sorrentino et al, 2005)

En este caso el concepto está focalizado hacia el desarrollo de habilidades y

competencias para ejercer los derechos ambientales y el logro de la

sustentabilidad.

Sorrentino y colaboradores (2005) nos indican que la educación ambiental:

...al educar para la ciudadanía, puede construir una posibilidad de acción política, en el sentido de contribuir en formación de una colectividad que sea responsable por el mundo que habita”

Aquí los autores enfatizan las dimensiones políticas y éticas de la educación

ambiental.

Por su parte, aquí en Venezuela, la Ley Orgánica del Ambiente de 2006, define a la educación ambiental como:

“Proceso continuo, interactivo e integrador, mediante el cual el ser humano adquiere conocimientos y experiencias, los comprende y analiza, los internaliza y los traduce en comportamientos, valores y actitudes que lo preparen para participar protagónicamente en la gestión del ambiente y el desarrollo sustentable”

Por su parte, el Ministerio del Ambiente en las Políticas de Educación

Ambiental del (Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales, 2003)

aparece la siguiente definición:

La EA es un proceso permanente de enseñanza-aprendizaje, participación y acción en la vida y por la vida, cuyo objetivo es la formación de ciudadanos y ciudadanas ambientalmente responsables, informados, participativos y activos que se hayan apropiado y sean garantes de los derechos ambientales de todos los venezolanos

Otra posibilidad es construir un nuevo concepto adaptado a la realidad

venezolana. En este sentido, en este año se realizó un ejercicio de construir

un concepto a partir de un trabajo de expectativas y necesidades realizado

con los funcionarios de la DGEAPC. El concepto logrado fue el siguiente:

“Un proceso permanente de enseñanza y aprendizaje cuyo fin es lograr que los

49

ciudadanos estén en capacidad de utilizar herramientas conceptuales, metodológicas y técnicas que les permita ejercer activamente sus derechos ambientales y tomar decisiones responsables de tal manera que puedan mejorar su calidad de vida, la de sus comunidades y la de las generaciones futuras”

Este intento de síntesis busca resaltar la búsqueda del desarrollo de una

ciudadanía ambiental, tal como lo proponen González Gaudiano, 1999;

Tréllez 2006) explicitar sus derechos ambientales y en transformar esos

ciudadanos en sujetos participativos y protagónicos de su propio camino de

sustentabilidad.

Estos pocos ejemplos nos muestran distintos enfoques posibles de la

educación ambiental. Será necesario establecer orientaciones claras para la

estrategia que permitan seleccionar alguna de estas orientaciones o

cualquier otra que se adapte a las expectativas y necesidades que el país

tiene en este campo.

Ejes Orientadores de la Educación Ambiental en Venezuela

Es importante que la estrategia proponga un enfoque que oriente el

desarrollo de los programas de educación ambiental en el país.

En otra sección de este informe hemos propuesto una orientación basada en el enfoque de derechos; pero adicionalmente es posible proponer otras guías

al trabajo de tal manera que pueda cumplir con las cualidades que se desea

contenga la propuesta educativa contemplada en la estrategia.

De manera preliminar podemos considerar que una educación ambiental

pertinente para el país debería tener un enfoque:

• Popular, crítico y liberador (Carvalho, 2001; Sorrentino, et al.

2005)

• Participativo y comunitario (Tréllez, 2002; Tréllez y Quiroz, 1995)

• Fundamentado en el desarrollo de una ética de la

responsabilidad (Leff, 2002; Carta de la Tierra; Foro Internacional de

ONG y Movimientos Sociales. 1992)

• Contextualizado cultural y socialmente (Valero, 2007, Álvarez, 2003)

• Articulado a los procesos de gestión ambiental del país (Calvo y

Gutiérrez, 2007), y

• Orientado hacia una praxis política y crítica que promueva la

transformación social (Martínez, 2007)

Asimismo pueden establecerse una serie de guías orientadores del proceso

de trabajo. Algunas de ellas ya fueron presentadas en la política de

educación ambiental y participación del Ministerio del Ambiente y los

Recursos Naturales (2003) En ese documento de políticas se expresa que:

50

todos los programas educativos y de participación comunitaria en la gestión

ambiental deberán cumplir con los siguientes criterios:

• Que sean procesos permanentes de enseñanza-aprendizaje,

participación y acción en la vida y por la vida, cuyo objetivo sea la

formación de ciudadanos y ciudadanas ambientalmente responsables,

informados, participativos y activos que se hayan apropiado y sean

garantes de los derechos ambientales de todos los venezolanos.

• Que promuevan de manera permanente y sostenida la incorporación y

la participación efectiva de todos los actores sociales en la toma de

decisiones y en todas las actividades relacionadas con la conservación

y uso sostenible del entorno natural.

• Que promuevan la defensa y revalorización de la identidad, tradiciones

y patrimonio socioambiental de las comunidades, etnias y grupos sociales del país.

• Que apunten hacia la construcción de nuevos modelos de desarrollo

fundamentados en una sólida base ética democrática, de respeto

ambiental, justicia y solidaridad.

• Que estén dirigidos a la solución de los problemas concretos de las

comunidades, dándole prioridad a los temas ambientales relacionados

con la pobreza, la salud, la producción sostenible y el consumo

responsable. Así mismo que promuevan la toma de conciencia

ciudadana y la toma de decisiones responsables y concertadas sobre la

protección de las áreas naturales protegidas, la diversidad biológica, la

gestión de los impactos ambientales y el conocimiento, defensa y

protección del patrimonio socioambiental del país.

Las Múltiples Facetas de la Participación

La participación social en el diseño, ejecución y evaluación de las políticas

gubernamentales es una de las mayores aspiraciones humanas que llevó a la

búsqueda de cambios en los regimenes de las naciones hacia estadios de

cada vez una mayor democracia y apertura hacia la intervención de la

sociedad civil en los asuntos del Estado.

Asimismo, ha sido una aspiración histórica de muchos grupos,

particularmente de las fuerzas progresistas, la de fortalecer la organización y

la participación social.

Esta lucha ha llevado a que el discurso de la participación actualmente se

haya propagado universalmente y esté presente en los discursos de muy

diferentes grupos y organizaciones, desde los gobiernos nacionales, hasta las organizaciones de desarrollo social, y desde los organismos internacionales

hasta las organizaciones sociales de base.

51

El enfoque de participación como herramienta para el desarrollo humano

tuvo un importante impulso internacional en la Conferencia de las Naciones

Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo, realizada en Río de Janeiro en

1992. En este evento se presentaron una serie de principios para el

desarrollo sostenible, de los cuales el principio 10 señala:

"El mejor modo de tratar las cuestiones ambientales es con la participación de todos los ciudadanos interesados, en el nivel que corresponda. En el plano nacional toda persona deberá tener acceso adecuado a la información sobre materiales y actividades que encierran peligro en sus comunidades, así como la oportunidad de participar en los procesos de adopción de decisiones. Los Estados deberán facilitar y fomentar la sensibilización y la participación de la población poniendo la información a disposición de todos."

Por su parte en el Capítulo 3 de la Agenda 21 se expresa que:

"Para que una estrategia pueda hacer frente simultáneamente a los problemas de la pobreza, el desarrollo y el medio ambiente, debe comenzar por centrarse en la producción de recursos y en la población, y abarcar cuestiones demográficas, el mejoramiento de los servicios de salud y de educación, los derechos de la mujer y la función de los jóvenes, de las poblaciones indígenas y de la comunidades locales, y comprender asimismo un proceso de participación democrático, ligado al mejoramiento de la administración" (negrillas nuestras).

Esta claro que la participación es un proceso social que resulta una

dimensión imprescindible e incuestionable de cualquier proceso de desarrollo

social de gestión ambiental y sin el cual no es posible alcanzar la

sostenibilidad (Tréllez, 2006; González Gaudiano, 2003; Kliksberg, 1999;

Ministerio del Medio Ambiente, 1998) Así mismo es un proceso que

actualmente reviste una enorme importancia como componente de los procesos educativos (Torres, 2007; Ministerio del Ambiente y los Recursos

Naturales, 2003; Velasco y Hernández, 1998)

Asimismo, la participación tiene una importancia principal en la gestión de

conflictos ambientales. Gustavo Wilches-Chaux (Wilches Chaux, en Ministerio

del Ambiente y los Recursos Naturales, 2003) señala que estos procesos

tienen la oportunidad de “convertirse en escuela y pilar de una cultura de

convivencia ciudadana, entendida ésta como la "gestión pacífica de las

diferencias": una cultura dotada de mecanismos que eviten que las

contradicciones necesariamente se traduzcan en violencias, que lejos de

solucionarlas, las alimentan y agudizan”

Ahora bien, para que la participación pueda convertirse en instrumento de

desarrollo, ésta debe ser: “significativa y auténtica, involucrar a todos los actores, diferenciando pero sincronizando sus roles” (Torres, 2007) Tal

señalamiento es necesario, ya que no siempre los procesos que son descritos

como “participativos” lo son de manera efectiva, a veces son recursos

retóricos y en algunos casos ocultan intenciones de manipulación económica

52

o política (Aguilar, 1997) Si a esto lo unimos a la naturaleza

multidimensional y polisémica del término “participación” hace imprescindible

que la estrategia pueda concertar una definición de participación que recoja,

al igual que en el caso de la educación ambiental, las expectativas de los

actores involucrados en la misma y oriente claramente las acciones que se

quieren lograr con estos procesos en función de principios ideológicos claros.

Como contribución a la discusión, aportamos varios conceptos de

participación que sirvan como elemento base a la misma. Cada uno de estos

aporta diferentes puntos de vista que pueden aportar ideas para la reflexión

sobre los procesos participativos en la gestión ambiental:

En primer lugar, el teólogo brasileño Leonardo Boff lo define como:

(La intervención) “directa de las personas en la toma de decisiones, en la definición de su futuro colectivo y gestión de los bienes ambientales a través de estructuras de gobierno descentralizadas y democráticas”. (Boff, L. 1996 en Martínez 2007)

En esta definición, Boff hace énfasis no sólo en el proceso social de

participación: “la incorporación de las personas a la toma de decisiones”, si no de que esta es inseparable de la construcción de una democracia donde

estas acciones pueden ocurrir.

Por otra parte, el Instituto de Investigaciones de las Naciones Unidas para el

Desarrollo Social (UNRISD por sus siglas en inglés) considera que la

participación puede ser definida como:

“los esfuerzos organizados para incrementar el control sobre los recursos y los movimientos por parte de aquellos que hasta el momento fueron excluidos de tal control” (UNRISD en Rahnema, 1996)

En este caso el UNRISD pone el énfasis en la participación como mecanismo

de reivindicación de los que no tienen poder. Por lo cual este se vuelve un

mecanismo de auto-empoderamiento a través del control cada vez mayor

sobre los recursos que necesitan para su desarrollo.

Por su parte, el ambientalista, educador y especialista en gestión colombiano

Gustavo Wilches-Chaux en el texto de las políticas de participación del

Ministerio del Medio Ambiente en Colombia, describe a la participación como:

...un proceso continuo, colectivo y de largo plazo, que debe permitirles a los actores acopiar y procesar la información necesaria y convertirla en decisiones concretas dentro de procesos determinados (Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales. 2003)

En este caso se puntualiza sobre los procesos de toma de decisiones. La

participación se convierte en un mecanismo de acción social.

Asimismo, la Ley Orgánica de Planificación en su artículo 58 establece como

definición de participación social:

53

“el derecho que tienen los sectores sociales de estar debidamente informados, de elaborar propuestas, de identificar prioridades y de recomendar formas de participación que incidan en la construcción, viabilidad y perfectibilidad de la planificación”

En este caso la Ley asume la participación como derecho y como instrumento

de los procesos de planificación del Estado.

Finalmente, la antropóloga Costarricense Lorena Aguilar propone la siguiente

definición:

“Proceso por el cual las personas y entidades que tienen un interés legítimo ejercen influencia y participan en el control de las iniciativas de desarrollo y en las decisiones y recursos que los afectan” (Aguilar, 1997)

En este caso la participación se convierte en un proceso integral que

involucra a la sociedad en todas las fases de las acciones que los conciernen.

Cada una de estas definiciones presenta algunas de las facetas de la

participación como proceso social que a su vez responden a enfoques

ideológicos, conceptuales y metodológicos particulares que deben ser

explicitados para comprender el alcance de cada una de las propuestas

presentadas. Por otra parte será necesario construir una serie de principios

orientadores de la participación en la gestión ambiental en Venezuela15.

La Comunicación Ambiental: Un tema novedoso

Desde un enfoque amplio, se entiende a la comunicación como una actividad

en el cual un transmisor envía mensajes a uno o más receptores, y

viceversa.

Por ello, la comunicación es una de las actividades básicas y trascendentes

en los seres humanos y sus sociedades. Se ha dicho que los humanos lo que

no podemos hacer es no comunicarnos, ya que en todos los momentos y

circunstancias estamos enviando mensajes a otras personas sea de forma

escrita, gráfica, verbal o gestual.

Es en este contexto que nace la comunicación ambiental como proceso de

transmisión deliberada y sistemática de mensajes que incluyen valores,

conocimientos y hechos con el fin de influenciar sobre la formación de

opinión y la toma de decisiones con respecto a determinados temas ambientales (modificado a partir de Hesselink, 2003)

Es en este sentido que la comunicación ambiental es mucho más que

difusión de información, a la vez que idealmente este proceso debe ser

bidireccional de tal manera que pueda promover el conocimiento mutuo y el

intercambio de valores y experiencias.

15

Ver por ejemplo: Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales. 2003

54

Es claro que el proceso comunicacional está ligado al derecho ciudadano a la

información, ya discutido en otra sección. Adicionalmente es un componente

de gran importancia en la gestión ambiental, ya que es conocido que los

ciudadanos que manejan información adecuada sobre un tema tienen

mayores posibilidades de tomar decisiones correctas (Andelman, 2003;

Solano, 2001; Sabatini, 1999; Gomis y Hesselink, 1995)

Por otra parte, algunos autores consideran que los procesos

comunicacionales ligados a la gestión ambiental no siempre son bien

entendidos y manejados (Hesselink, 1999). Muchos gestores desconocen sus

posibilidades, se hace sinónimo del uso de informar (realmente difundir) del

uso de medios de comunicación y no se comprende el proceso de

comunicación como acto humano que involucra personas con diferentes

niveles de conocimientos, percepciones y valores.

Un elemento adicional que debe ser incluido en este sentido, es la dimensión

ambiental de la comunicación. Toda comunicación dentro de un proceso

sociales un acto político. Por esta razón debe ser asumida más que como una

simple labor profesional, si no como un compromiso político de

transformación de las sociedades, con las comunidades a las cuales se

Wilches-Chaux (2006) Como dice este autor, “un compromiso con nosotros

mismos, con nuestras familias, con nuestra comunidad, con nuestra región,

con nuestro país. Con el Cosmos”.

En Venezuela aunque existe una larga trayectoria de periodismo ambiental,

así como actividades de divulgación ambiental, la información ambiental aún

es insuficiente y se le da relativamente poca relevancia en los medios de

comunicación nacionales (República Bolivariana de Venezuela, 2000) Esta situación parece provenir de concepciones imperantes en los medios de

comunicación donde se prioriza los hechos “dramáticos” y catastróficos,

generadores de atractivo económico, así como de una baja prioridad de la

comunicación como estrategia en la gestión ambiental (República Bolivariana

de Venezuela, 2000)

Asimismo otro factor limitante en algunos países puede apreciarse es el

sesgo de los medios de comunicación a satisfacer las demandas de los

sectores económicamente más poderosos, más que a cubrir las necesidades

requeridas por las grandes mayorías (Prieto, 1999)

En el informe de país realizado para el III Congreso Iberoamericano de

Educación Ambiental se resalta el desarrollo creciente de dos procesos

comunicacionales novedosos para el país: El uso de las nuevas tecnologías

de comunicación (TIC) y el crecimiento importante de los medios “alternativos” (República Bolivariana de Venezuela, 2000). No es conocido

por el autor de este trabajo sí se ha evaluado el avance e impacto que

puedan haber tenido estos procesos en estos casi diez años desde que se

realizo esa evaluación.

55

Sobre estas ideas base, queremos aportar algunas definiciones de

comunicación ambiental que puedan servir para iniciar la discusión sobre

este tema:

La enciclopedia en línea “Wikipedia” define a la comunicación ambiental

como:

“al estudio y práctica de cómo las instituciones, sociedades y culturas crean, distribuyen, reciben, comprenden y usan mensajes sobre el ambiente y las interacciones humanas sobre el mismo” (traducción propia)

En esta primera definición el énfasis se realiza sobre el proceso

comunicacional sin referirse a los propósitos y contextos en que ocurre el

mismo.

Por su parte el comunicador español Ricardo de Castro señala que:

“Un programa de comunicación ambiental pretende impactar en los conocimientos, las actitudes y los comportamientos ambientales de las personas a través del desarrollo coordinado de acciones informativas y persuasivas” (de Castro, 2002b)

En este caso, se trabaja sobre el propósito a lograr y se subraya que las

acciones de comunicación incluyen elementos de información y persuasión.

Este mismo autor la define asimismo como:

La comunicación ambiental puede ser definida como el proceso de desarrollo e intercambio de mensajes entre diversos actores con el objeto de promover la extensión de conocimientos, actitudes y comportamientos proambientales y sostenibles (Castro, 1999, en: Castro, 2002a)

En este caso de nuevo el énfasis es sobre el propósito de la comunicación.

Por su parte el comunicador holandés Fritz Hesselink considera con respecto

a al uso de la comunicación para la conservación de la biodiversidad, como:

una intervención de “hablar y oír” (usando una amplia variedad de medios) para (ayudar a) cambiar situaciones existentes en situaciones deseadas: a través de cambiar y desarrollar actitudes, valores, percepciones, comportamientos en nuestras audiencias, con el fin último de que la biodiversidad sea conservada y usada sosteniblemente (traducción propia) (Hesselink, 2001)

En este último caso se busca hacer énfasis en un proceso de comunicación

múltiple y bidireccional con propósitos claros y bien definidos.

Todos estos conceptos pueden ser usados como base para una discusión con

los “comunicadores” (no sólo periodistas) para alcanzar consensos sobre los

propósitos de la comunicación ambiental en Venezuela.

Antes de finalizar resulta necesario traer a esta discusión el tema de la

comunicación en el contexto de la gestión del cambio climático global. A este

respecto un texto reciente del educador español Pablo Meira (2008)

56

establece una serie de principios para una eficaz comunicación con respecto

al cambio climático (CC). Estos principios son los siguientes:

• proporcionar información veraz y científicamente correcta sobre qué es

y cuáles son las causas del CC de origen antrópico,

• identificar las consecuencias a medio y largo plazo y hacerlas

socialmente significativas,

• proponer y promover soluciones o alternativas que puedan mitigar sus

impactos ecológicos y sociales,

• resaltar el grado de amenaza que supone y la necesidad urgente de

actuar,

• identificar y destacar las responsabilidades individuales y colectivas en

la génesis del problema y en las alternativas para enfrentarlo.

Fundamentados en estas bases, es posible concluir que la estrategia debe

incluir procesos relacionados con:

• La divulgación de realidad ambiental. Incluyendo noticias,

información sobre los recursos regionales y las interacciones entre

formas de interacción entre la sociedad y la naturaleza, procesos de

gestión ambiental, metodologías de trabajo, procesos de participación

comunitaria, legislación y casos de estudio, entre otros temas. En esta

área pueden estar incluidos:

Campañas a través de medios de comunicación tradicionales

(radio, prensa, TV)

Producción de videos divulgativos, didácticos, etc.

Desarrollo de contenidos a través de tecnologías de información y comunicaciones, incluyendo el desarrollo de páginas Web,

portales, sitios “wiki” así como foros de discusión y redes vía

correo electrónico

Intercambio de información y opinión a través de contactos

interpersonales (Foros, conversatorios, reuniones, asambleas,

etc.)

Edición de publicaciones impresas y/o electrónicas

Diseño y distribución de materiales didácticos, incluyendo

impresos, juegos, “kits” de demostraciones y experimentos, etc.

• Generación de opinión y persuasión. Por medio del uso de

campañas a través de medios de comunicación y el contacto

interpersonal.

57

Un mecanismo de importancia para la divulgación ambiental, será la creación

y consolidación de centros de documentación ambientales en todas las

regiones del país. En tal sentido en las políticas del Ministerio del Ambiente y

los Recursos Naturales (Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales.

2003) se indican los siguientes objetivos que siguen muy vigentes aún:

Establecer y mantener Centros de Documentación y Divulgación

Ambiental en todas las regiones del país.

Proveer a los Centros de Documentación con información relevante en

temas de ambiente, EA, participación comunitaria y desarrollo sostenible.

Para ello se establecerán políticas institucionales para la compilación de

información relevante en relación con el ambiente, así como se

establecerán convenios y alianzas con instituciones relacionadas con la

gestión e investigación ambiental, tanto internacionales, nacionales y regionales dirigidas a recopilar o intercambiar documentación ambiental

relacionada con el país.

Optimizar el servicio de suministro, conservación y registro de la

información bibliográfica y no bibliográfica en materia ambiental que

dispongan los Centros de Documentación y Divulgación Ambiental. Para

ello será necesario realizar acciones dirigidas al establecimiento de

normas y procesos técnicos de registro y conservación de información,

desarrollo de procesos de automatización e interconexión, etc.

Organizar un banco de documentos bibliográficos y no bibliográficos

(audiovisuales, fotográficos, cartográficos, etc.) fundamentales en materia

de ambiente, EA y desarrollo sostenible. Este banco documental deberá

estar a disposición de todos los interesados a través de su reproducción y colocación en todos los centros de documentación y/o su localización en

páginas web.

Finalmente, en este punto, resulta pertinente ratificar el objetivo que

apareció en las mencionadas políticas que propone: “Promover el desarrollo

de un marco conceptual y metodológico para la implementación de procesos

de comunicación en la gestión ambiental en Venezuela”.

58

9. ¿CUÁLES SON LOS ACTORES QUE DEBEN SER INVOLUCRADOS EN

EL DISEÑO DE LA PROPUESTA DE ESTRATEGIA?

A esta pregunta, para muchos la respuesta obvia podría ser: “TODOS, ya

que todos tenemos que participar en la promoción de la educación, la

participación y la comunicación ambiental”. Esta respuesta, no resulta

totalmente satisfactoria ya que los procesos de planificación de políticas

públicas nacionales deben definir desde el principio, cuáles instituciones,

grupos o personas deberán formar parte de la propuesta y cuál será el rol

que deberán asumir cada uno de ellos.

Para ello resulta necesario establecer un mapa de actores que permita: i)

identificar los actores involucrados, ii) delimitar las relaciones que se

establecerán entre ellos, y iii) establezca el grado de participación de cada

una de ellas.

Con este fin, se utilizó una metodología cualitativa de identificación de

actores y sus relaciones. Ésta se realizó en dos etapas: en un primer

momento se describieron los actores sociales participantes en la estrategia, y

en un segundo memento se establecieron niveles de relaciones y

participación entre los entes intervinientes. Las técnicas utilizadas para ello

fueron lluvias de ideas realizadas en talleres de trabajos realizados con

distintos grupos dentro del Ministerio del Ambiente, revisión bibliográfica y

entrevistas con actores claves.

El proceso de trabajo generó un listado importante de actores sociales al cual

se le dio una clasificación que intentara describir sus relaciones y grado de

participación en la estrategia.

En tal sentido fueron descritas cinco categorías, las cuales fueron ordenadas dentro de una matriz de actores de tal manera que permitiera observar

gráficamente estos resultados.

La descripción de las relaciones entre los distintos actores y sus niveles de

participación en la estrategia, puede observarse en la figura a continuación.

59

Figura 1. Esquema de relaciones entre categorías de actores

participantes en el desarrollo de la Estrategia

A su vez la descripción de cada una de las categorías es la siguiente:

Organismo Promotor: Representa a (o a los) organismos que tienen la responsabilidad de promover e impulsar el diseño de la estrategia. Su función promotora y de orientación de la estrategia, no implica posición jerárquica frente a los otros organismos, pero sí la responsabilidad de promover, facilitar, organizar y estimular la realización de las actividades necesarias para diseñar, implementar y hacer seguimiento de la misma.

Copartícipes Directos en el Diseño de la Estrategia: Conformado por los organismos rectores en los sectores de ambiente, educación, planificación y participación. Deben coordinar (y coordinarse entre sí) para establecer las orientaciones, procesos, organización y metodologías, así como facilitar los procesos de trabajo para el diseño y posterior implementación de la estrategia. Les corresponderá concertar diferentes aspectos del trabajo de planificación tales como la recolección de datos, promoción de la participación, generación de consultas en cada uno de sus sectores, etc. Asimismo, deberán generar procesos de coordinación a largo plazo para establecer metodologías para el seguimiento y control de la implementación de la estrategia, así como mecanismos para promover, acompañar y estimular su desarrollo. Pueden establecer alianzas con otros sectores o grupos para compartir la tarea de coordinación.

Copartícipes Estratégicos: Organismos que representan los diferentes sectores técnicos de la gestión socioambiental del Estado. Cada uno de ellos podrá suministrar información, proponer orientaciones, así como plantear metodologías y propuestas sectoriales para el diseño de la estrategia, así como asumir responsabilidades en la implementación de la misma desde cada uno de sus

60

áreas de competencia específicas. Deberán ser consultados durante el diseño de la estrategia y validar la misma para cada uno de sus sectores.

Organismos de Ejecución. Aquellos que tienen responsabilidad directa en la implementación de la estrategia desde cada uno de sus campos de competencia. Deberán ser consultados durante el diseño de la estrategia y participarán en la validación de la misma.

Públicos Metas Clave. Grupos sociales asociados a grandes temas ambientales en el país y que deberán participar en la gestión de los mismos. Podrán ser consultados durante el diseño de la estrategia y participarán en la validación de la misma.

Esta clasificación, no es, ni puede ser rígida, por lo que algunas instituciones pueden estar cumpliendo más de un papel en distintas fases y procesos de la

estrategia, por lo que aparecen en varias de las columnas. Por otra parte,

cada uno de los actores puede ser subdividido para representar las unidades

o grupos dentro de éstas que tendrán responsabilidades específicas en el

desarrollo de la estrategia.

En la Tabla 1 se presenta una matriz preliminar de actores sociales, la cual

contiene una primera aproximación a sus roles en las distintas fases de la

estrategia (diseño-implementación-seguimiento y control) Esta matriz

permitirá asignar niveles de responsabilidad y compromiso, así como hacerle

seguimiento al nivel de participación de cada uno de los involucrados.

Esta matriz podrá revisarse, ampliarse o corregirse en la medida que se

diseñe la estrategia.

Estos resultados preliminares indican la existencia de un enorme y

heterogéneo grupo de actores involucrados, con enfoques y miradas

diferentes. Un elemento para la coordinación entre todos estos actores

podría ser el establecimiento de una Mesa Técnica Permanente de

Coordinación de la Estrategia, cuyo fin será promover, coordinar y realizar el

diseño e implementación de la Estrategia.

Tabla 1. Matriz Preliminar de Actores de la Estrategia Nacional de Educación Ambiental

Organismo

Promotor

Copartícipes

Directos en el Diseño de la

Estrategia

Copartícipes

Estratégicos

Organismos de

Ejecución

Públicos Metas

Clave

M. Ambiente -

DGEAPC

M. Ambiente

M. Educación M. Educación

Superior

M. Planificación

M. Participación M. Ciencia y

Tecnología

M. Ambiente –

Direcciones Sustantivas

M. Turismo

M. Cultura

M. Comunicación e Información

M. Defensa

M. Pueblos

Indígenas M. Salud

M. Agricultura

CNDNA

Fundacomunal Protección Civil

CENAMEC

PDVSA

CANTV

INCES Alcaldías

Gobernaciones

IES

Medios de comunicación

Organizaciones

civiles

ambientalistas

MPP. Ambiente –

DEAs INPARQUES

Hidros

CONARE

Zonas Educativas y Autoridades

educativas estadales

y municipales

Planteles educativos IES

Fundacites

Unidades Estadales

del M. Agricultura Direcciones

Regionales de Salud

Misiones Educativas

(Robinson, Sucre y

Rivas) Misión Árbol

Comandos

Regionales de la

Guardia Nacional - Guardería Ambiental

Direcciones

Regionales de

Protección Civil PDVSA (otras

empresas del

Concejos Comunales

Niños, niñas, adolescentes y

jóvenes en el

sistema escolar

Asociaciones y grupos campesinos

Funcionarios de

gestión ambiental

Comunidades en riesgo

Docentes en

formación

Docentes en ejercicio

Empleados de

empresas

Autoridades

municipales Comunidades en

áreas con recursos

ambientales

estratégicos (Cuencas, Áreas

protegidas, bosques,

humedales, etc.)

Usuarios de recursos biológicos

(pescadores,

62

Organismo

Promotor

Copartícipes

Directos en el

Diseño de la

Estrategia

Copartícipes

Estratégicos

Organismos de

Ejecución

Públicos Metas

Clave

Estado)

Empresas privadas

Organizaciones civiles

ambientalistas

Grupos Ambientales

Comunitarios

INCES Alcaldías

Gobernaciones

IES

Medios de comunicación

Organizaciones

civiles

ambientalistas Grupos Ambientales

Comunitarios

cazadores,

madereros, etc.)

Usuarios de servicios

ambientales (Mesas

de Agua,

cooperativas en las

áreas de desechos sólidos, etc.)

Consumidores de

recursos

ambientales Grupos Ambientales

Comunitarios

Abreviaturas utilizadas (por orden alfabético):

CANTV: Compañía Nacional Teléfonos de Venezuela

CENAMEC: Fundación Centro Nacional para el Mejoramiento de la Enseñanza de la Ciencia

CNDNA: Consejo Nacional de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes

CONARE: Compañía Nacional de Reforestación DEAs: Direcciones Estadales Ambientales

DGEAPC: Dirección General de Educación Ambiental y Participación Comunitaria

Fundacomunal: Fundación para la Promoción y Desarrollo del Poder Comunal

Hidros: Empresas Hidrológicas Regionales IES: Institutos de Educación Superior

INCES: Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista

INPARQUES: Instituto Nacional de Parques

63

M. Agricultura: Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y las Tierras

M. Ambiente: Ministerio del Poder Popular para el Ambiente

M. Ciencia y Tecnología: Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y la Tecnología

M. Comunicación e Información: Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información

M. Cultura: Ministerio del Poder Popular para la Cultura M. Defensa: Ministerio del Poder Popular para la Defensa

M. Educación Superior: Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior

M. Educación: Ministerio del Poder Popular para la Educación

M. Participación: : Ministerio del Poder Popular para la Planificación y Protección Social M. Planificación: Ministerio del Poder Popular para la Planificación y Desarrollo Social

M. Pueblos Indígenas: Ministerio del Poder Popular para los Pueblos Indígenas

M. Salud: Ministerio del Poder Popular para la Salud y Protección Social

M. Turismo: Ministerio del Poder Popular para el Turismo PDVSA: Petróleos de Venezuela, S.A.

Protección Civil: Dirección Nacional de Protección Civil y Administración de Desastres

10. ¿CUÁL ES LA METODOLOGÍA PROPUESTA PARA

EL DISEÑO DE LA ESTRATEGIA?

La metodología para el diseño de la estrategia se ha concebido como un

proceso de planificación participativo, en el cual los distintos actores sociales

puedan ser incluidos mediante distintos mecanismos para que realicen

aportes efectivos a este proceso.

En tal sentido se propone la realización de un proceso de trabajo dividido en

cuatro fases a ser realizadas a partir del 2009, tal como se presenta en la

figura 2 a continuación.

Figura 2. Fases y Actividades Propuestas para el Diseño de la

Estrategia

En la figura se presenta una primera fase descrita como “Fase 0”. La cual

representa la recopilación de información y desarrollo de las bases y orientaciones necesarias para el diseño de la estrategia. Esta información y

orientaciones se están presentando en el actual informe.

Durante el año 2009 se realizarán las actividades dirigidas al diseño de la

estrategia. Estas fases y sus actividades son las siguientes:

65

Fase 1. Coordinación

En esta Fase se realizarán los procesos organizativos y políticos necesarios

para establecer un Mesa Técnica de Coordinación Interinstitucional cuya

función sea establecer procesos, coordinar las acciones y promover la

participación de los diferentes actores involucrados en el diseño de la

estrategia. Asimismo, deberá supervisar el desarrollo de los trabajos

realizados, establecer los responsables del trabajo técnico necesario para el

desarrollo de la estrategia, establecer las coordinaciones necesarias para

darle una base política a la estrategia y finalmente coordinar la validación,

publicación, divulgación e implementación de la misma.

Los integrantes de la Mesa Técnica serán los identificados en la categoría

de: “Copartícipes Directos en el Diseño de la Estrategia” en la matriz de

actores presentada en la sección anterior. Así como cualquier otro “actor social” que sea convocado por los mismos.

Es deseable que esta Mesa Técnica tenga un mandato claro, permanencia y

capacidad para la toma de decisiones. Para ello sería recomendable que su

funcionamiento pudiera realizarse a través de una decisión o acuerdo

conjunto entre ministerios. Así mismo que exprese de manera clara su

voluntad de realizar la estrategia, de tal manera de transmitir un mensaje de

pertinencia, urgencia, equilibrio e inclusión hacia el resto de los actores

involucrados (Álvarez, Ruiz y Benayas, 2000)

Al instalarse esta comisión deberá establecer responsabilidades, acciones a

realizar y mecanismos de comunicación y toma de decisiones. Es

recomendable que el representante en esa Mesa Técnica por el MPP

Ambiente actúe como coordinador de la Mesa y tenga funciones de secretaría de esta comisión. Para ello será necesario mantener y reforzar la Comisión

de Trabajo que ha estado coordinando las acciones realizadas durante el

2008.

El tiempo de duración de esta Fase dependerá de la celeridad en que

puedan realizarse los procesos de coordinación política entre las instituciones

involucradas.

Fase 2. Consulta Participativa

A partir de la conformación de la Mesa Técnica de Coordinación

Interinstitucional, esta instancia organizará un proceso amplio e inclusivo de

participación que permita lograr los siguientes objetivos:

Establecer el estado de desarrollo de la educación ambiental en los

distintos sectores de Venezuela.

Este objetivo implica la realización de un proceso de diagnóstico que incluya la mayor cantidad posible de sectores. En particular será necesario

establecer diagnósticos en relación con: el sector educativo escolarizado

(incluyendo los programas educativos en la formación inicial, básica, media,

66

técnica – profesional y superior); el sector educativo no formal; el sector

comunicacional y el sector de participación en la gestión ambiental.

Una posible metodología de trabajo que facilitaría la estandarización de los

trabajos es solicitar a representantes de cada uno de los sectores analizar su

situación a través de la construcción de una matriz FODA. Esta metodología

puede garantizar para identificar áreas donde existen debilidades

importantes, de tal manera de proponer medios para superarlos, establecer

recursos disponibles y visualizar los recursos, situaciones y escenarios que

pueden actuar como oportunidades, así como los avances logrados en los

campos objeto de la estrategia.

Un material de gran importancia para el desarrollo de los diagnósticos son

los informes realizados por las comisiones sectoriales de apoyo para la

ponencia de Venezuela en el III Congreso Iberoamericano de Educación Ambiental. Entre ellos son relevantes los diagnósticos sobre: educación

básica y media (González y Diez de Tancredo, 2000) educación ambiental

para la conservación de la biodiversidad y las áreas protegidas (Pelegrini y

col., 2000), equipamientos y espacios para la educación ambiental (Mujica y

Díaz, 2000), educación desde el ámbito de las ONG (Kaplún y col. 2000),

educación ambiental en pueblos indígenas (Velasco y Videla, 2000)

educación ambiental y cultura (Velasco y Kaplún, 2000) Un resumen de los

mismos, así como otros temas, pueden ser consultados también en el

informe de Venezuela (República Bolivariana de Venezuela. 2000) Así mismo

existen diagnósticos sectoriales en temas tales como biodiversidad (Álvarez,

1998) instituciones de educación superior (Informes de los Encuentros

Nacionales de Educación Superior y Ambiente en el MARN-DGEAPC) etc.

Establecer una imagen de futuro deseable en cada uno de los

sectores

En particular se necesita consultar a los distintos grupos sobre las

expectativas sobre cambios y avances deseables en cada sector y para la

educación ambiental en Venezuela en general, de tal manera de construir los

objetivos estratégicos de la estrategia.

Este será un ejercicio de construcción de futuros deseables en materia de

educación, participación y comunicación ambiental. En particular se deberá

buscar que cada uno de los sectores involucrados exprese su visión de

cambio de estos campos en el país como medios para lograr una

transformación de los modelos insostenibles actuales.

Un documento que puede servir de base para este proceso es La Política de

Educación Ambiental y Participación del Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales: Nuevas Orientaciones para una Sociedad

Ambientalmente Participativa y Protagónica (Ministerio del Ambiente y los

Recursos Naturales, 2003)

67

Definir caminos o modos para alcanzar las transformaciones

deseadas

Aquí se trata de lograr que los participantes hagan recomendaciones

específicas sobre acciones para lograr el cambio deseado. Esto implica

expresar posibles acciones en temas específicos tales como formación de

formadores y gestores, generación de recursos, definición de mecanismos

para la articulación interinstitucional, definición de temas críticos y

metodologías preferidas, etc.

Por otra parte, se propone que el mecanismo de consulta esté concebido

para ser implementado en tres ámbitos simultáneos (ver imagen):

• Sectorial. En este caso se realizarán Mesas de Trabajo que reúnan a los

sectores prioritarios para la estrategia (p. ej. Educativo Escolar,

Instituciones de Educación Superior, Gestores Ambientales, etc.) Se podrán hacer tantas Mesas de Trabajo16 como las capacidades

económicas y organizativas lo permitan, de tal manera de poder cumplir

la mayor cantidad posible de sectores.

• Regional. Por su parte, este ámbito tiene como propósito lograr que se

expresen los contextos, autores y aspiraciones locales en la estrategia.

Para ello se realizarán bajo la coordinación de las DEA17 talleres de

trabajo en cada una de los estados del país. Al igual que en el anterior

caso se realizarán tantos talleres como sea posible.

• Procesos de participación ampliados. Este ámbito deberá

comprender una serie de mecanismos para garantizar que el mayor

número de personas puedan tener la oportunidad de participar en las

consultas sobre la estrategia. En particular se espera que este mecanismo facilite incluir en este proceso a sectores tales como el

comunal, grupos y sectores campesinos y de pescadores, niños, niñas y

adolescentes, comunidades en sectores prioritarios para la gestión

ambiental etc. Para ello, se espera establecer al menos los siguientes

mecanismos de consultas: Abrir espacios de consulta y participación

sobre la estrategia en todos los eventos que se realicen con los sectores

prioritarios (Encuentros de grupos sociales, agrícolas, etc.) Implementar

una página WEB sobre la estrategia que permita informarse y participar

en el diseño de la estrategia; Así como establecer una campaña a través

de medios de comunicación que divulgue la estrategia y puntos de

contacto (lugares de contacto, números telefónicos, correos electrónicos,

sitios WEB, etc.)

16

Cada Mesa de Trabajo podrá representar un evento específico o desarrollarse varias Mesas en un mismo evento.

17 Direcciones Estadales Ambientales

68

Una comisión deberá recopilar y sistematizar los aportes recibidos en cada

uno de los mecanismos y momentos previstos para la consulta,

estableciendo a partir de estos resultados los diagnósticos por sectores, los

lineamientos, propuestas y líneas de acción formulados por los distintos

participantes en la consulta.

Fase 3. Desarrollo de Documentos

A partir de la sistematización de los resultados recopilados en la anterior

fase, se redactará un primer documento de estrategia. Para ello deberá

crearse desde un principio un equipo redactor ad hoc. El primer documento

borrador deberá someterse a tres procesos de validación: uno político

realizado por los integrantes de la Mesa Técnica de Coordinación

Interinstitucional y autoridades de cada uno de los ministerios involucrados.

Una validación “técnica” realizada por una representación de los organismos involucrados en el trabajo y una ampliada en la cual se ponga a la

disposición del público (en lugares, páginas WEB, etc.) copias del documento

borrador de tal manera que puedan revisar y proponer cambios al mismo.

Realizado el proceso de consulta se elabora un documento casi final, que

deberá ser revisado por los integrantes de la Mesa Técnica de Coordinación

para darle su redacción definitiva.

Fase 4. Implementación

Luego de finalizado el documento se establecen tres acciones inmediatas:

1) Divulgar la estrategia en todo el ámbito nacional; 2) Iniciar las actividades

previstas en la estrategia y 3) Comenzar la ejecución de los mecanismos de

seguimiento y control mediante el seguimiento de indicadores previstos en la

estrategia.

69

11. ¿CUÁLES ELEMENTOS DEBE CONTEMPLAR EL

DOCUMENTO DE LA ESTRATEGIA?

Como parte de este trabajo, y siguiendo el enfoque de Benayas y col (1997),

se revisaron una serie de estrategias nacionales de educación ambiental

realizadas en latinoamericana, de las cuales se tiene acceso al documento de

estrategia.

Estos documentos se revisaron con el fin de establecer los aspectos

comunes, así como los aspectos diferenciales entre las mismas.

Las estrategias revisadas fueron las siguientes: Cuba (CITMA/CIDEA, 1997),

Ecuador (Ministerio de Educación y Cultura, 1994); México (Instituto

Nacional de Ecología/ SEDESOL / UNESCO, 1993) Venezuela (MARN, 1990)

A este grupo se la adicionó al análisis la estrategia española (Calvo y

Corraliza, 1999), los avances de Argentina en el desarrollo de la Estrategia Nacional de Educación Ambiental18, así como los aportes de Benayas y col

(1997), Benayas y Ruiz (2000) y López Ornat (1993). Igualmente se

revisaron el Plan Nacional de Ciencia y Tecnología (Ministerio de Ciencia y

Tecnología, 2005) y la Estrategia Nacional de Conservación de la Diversidad

Biológica (MARN, 2000)

ELEMENTOS COMUNES EN LAS ESTRATEGIAS REVISADAS

Las características que son comunes a las estrategias revisadas y los

trabajos consultados, son aquellos que resultan de los elementos que

conforman un proceso de planificación. En tal sentido, es esperable que toda

estrategia contenga:

• Un marco situacional, conceptual e institucional. Esta sección debe

contextualizar la estrategia con respecto al menos los siguientes puntos:

o Establecer las definiciones básicas que regirán a la estrategia. Para

ello será necesario establecer qué se entenderá en la estrategia

por educación ambiental, participación y comunicación ambiental

(ver lo discutido en la sección correspondiente)

o Encuadrar la estrategia dentro de la situación socio-ambiental

sobre la cual la educación, participación y comunicación ambiental

deberá incidir. En particular se deberá especificar los temas claves

que deberán ser atacados con prioridad dentro de la estrategia

(ver lo discutido en la sección correspondiente).

18

Disponible en: www.ambiente.gov.ar/archivos/web/PENEA/File/estrategia_educacin_ambiental%20.pdf -

70

o Determinar la situación de origen sobre la cual actuará la

estrategia y a partir de allí justificar la necesidad de cambios en los

procesos de educación, participación y comunicación ambiental.

Esta sección deberá surgir de los diagnósticos realizados tanto a

nivel sectorial como regional (ver lo discutido en la sección

correspondiente).

o Señalar el marco conceptual que deberá orientar a la estrategia.

Este marco deberá apuntar a un modelo de desarrollo por lo que

tendrá componentes sociopolíticos globales (por ejemplo el marco

del desarrollo sustentable) y nacionales (el desarrollo endógeno, el

Plan Simón Bolívar, etc.) (ver lo discutido en la sección

correspondiente)

o Establecer el marco institucional que regirá los procesos educativos, de participación y comunicación en el marco de la

estrategia. En particular se podrán establecer instituciones

rectoras, organismos responsables y procesos de articulación,

coordinación y comunicación interinstitucionales.

• Una visión de futuro del cambio deseado. En esta parte la estrategia

deberá incluir al menos los siguientes aspectos:

o Determinar unos principios orientadores de la estrategia. Estos son

elementos sobre las características que se desea guíen las

acciones realizadas en el marco de la estrategia. Estos principios

pueden incluir al menos: la participación, la inclusión, el enfoque

educativo crítico y popular, así como la articulación entre la

educación, participación y comunicación la gestión ambiental, la construcción de una sociedad participativa, responsable y solidaria,

etc.

o Establecer el propósito y objetivos de la estrategia. Los objetivos

deberán ser construidos de manera que faciliten el desarrollo de

indicadores de seguimiento y evaluación.

• Un plan de acción. Es decir una serie de actividades dirigidas a cumplir

con los objetivos planteados. El plan de acción deberá incluir:

o Recomendaciones sobre acciones a ser realizadas.

o Cronogramas posibles para la realización de actividades

o Mecanismos de seguimiento y evaluación de los mismos.

o Mecanismos para el financiamiento de los mismos.

71

ELEMENTOS ESPECÍFICOS EN LA ESTRATEGIA

Independientemente de los elementos de planificación que son generales y

deseables en los documentos de estrategias, existen algunas particularidades

que será necesario resaltar durante el diseño de la estrategia:

• Un enfoque sociopolítico claro y coherente con el actual contexto

nacional. Este le permitirá darle pertinencia social y posibilidades de

apoyo futuro.

• Un enfoque equilibrado nacional – regional. Es decir debe ayudar

no sólo a cumplir con aspiraciones nacionales, si no que debe atender a

las particularidades, aspiraciones y necesidades de las distintas regiones

del país. En particular deberá ayudar a generar programas educativos,

participativos y comunicacionales basados en las necesidades locales y

en las capacidades y potenciales comunitarias para enfrentar las situaciones ambientales que se presentan en cada zona del país.

• Un enfoque que articule los elementos “técnicos” de la estrategia

con los elementos culturales locales. La estrategia no debe

solamente enfocarse en elementos “técnicos” educativos, si no debe

fundamentarse y potenciar las culturas locales sostenibles. En este

sentido la estrategia debe convocar no sólo a educadores y técnicos, si

no en particular a artistas, folkloristas y cultores del patrimonio vivo de

los pueblos. La estrategia en tal sentido “debe hablar” en el lenguaje y

sentimiento de las personas en cada una de las localidades del país.

72

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13. APÉNDICE

EN RELACIÓN CON EL CONCEPTO DE EDUCACIÓN PARA LA SOSTENIBILIDAD

El término “Educación para la Sostenibilidad” es un desarrollo reciente nacido

a partir del campo emergente de la Educación para el Desarrollo Sostenible

descrito en el Capítulo 36 de la Agenda XXI y promovido por la UNESCO a

partir por la aprobación de la Década de Educación para el Desarrollo

Sostenible 2005-2014 propuesta en la Cumbre de Johannesburgo y aprobada

por la Asamblea General de las Naciones Unidas. En este sentido el concepto

de “Educación para el Desarrollo Sostenible” o “Educación para la

Sostenibilidad” en algunos países del mundo está sustituyendo o abarcando

al de Educación Ambiental.

A pesar de ese desarrollo internacional, la República Bolivariana de

Venezuela no ha considerado justificado el uso de este concepto en relación con los programas educativos relacionados con la gestión social del ambiente

debido a las siguientes razones:

• La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela precisa que la

educación ambiental es obligatoria en los niveles y modalidades del

sistema educativo, así como en la educación ciudadana no formal...

(Artículo 107) Adquiriendo por lo tanto rango de derecho

constitucional.

• En el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación 2001 -2007

“Los Cinco Equilibrios” Se indica: “Promover la participación de los

actores del desarrollo nacional en la gestión ambiental” Detallando a

continuación que este logro se alcanzará entre otros medios:

Implantando la educación ambiental en todos los niveles y modalidades de la educación formal y no formal o popular (Objetivo 2.1.4.6)

• Por su parte en los Lineamientos Marco de la Dirección General de

Educación Ambiental y Participación Comunitaria se establecen los

siguientes Lineamientos:

o Apoyar la consolidación de los programas de educación ambiental

en el ámbito escolarizado y su integración a enfoques educativos

comunitarios.

o Consolidar las orientaciones para el desarrollo de programas de

educación en el marco del desarrollo sostenible. Este tema se

desarrolla adicionalmente a través del objetivo: Propiciar un

proceso de discusión nacional sobre la educación en el marco del

desarrollo sostenible. Tal objetivo aunque deja abiertas las

puertas para una discusión posterior en relación con los temas

84

relacionados con el desarrollo sostenible y su aplicación

educativa, no propician la sustitución de un concepto por el otro.

• La Dirección General de Educación Ambiental y Participación

Comunitaria ha seguido y participado del debate internacional y en

particular latinoamericano en relación con los temas de educación

ambiental y educación para el desarrollo sostenible. En tal sentido, ha

considerado que en el caso de la educación para el desarrollo

sostenible o para la sostenibilidad que no están totalmente aclaradas

sus connotaciones ideológicas, sociales y pedagógicas, ni resueltas las

dudas que se tienen sobre ella. Por el contrario, la educación ambiental

con sus orientaciones claramente definidas desde las Conferencias de

Estocolmo, Tblisi y Moscú tiene una trayectoria reconocida y

consolidada en todos los países del mundo. Por todo lo cual, en el marco del Programa Latinoamericano y del Caribe de Educación

Ambiental (PLACEA) ha concordado realizar una discusión amplia y

participativa sobre este tema.

Alejandro Álvarez Iragorry

Marzo de 2007