Ayesha, el retorno de Ella

196

Transcript of Ayesha, el retorno de Ella

Veinte años han pasado desde los eventos ocurridos en "Ella", losaventurerosinglesesLeoVinceyyyelprofesorHollycontinúanenamoradosdede la terribleAyesha.Cautivadosporsu recuerdo recibenunavisióndeque Ella a regresado reencarnada en un rincón remoto del mundo.Esperanzadosdequeestavisiónpudierasercierta,LeoyHollyrealizanunviajehastaelTibetdondeseenfrentanaavalanchas,tribusasesinas,pasesdemontañaylapresenciadeotraalmadesupasadoolvidadoquetienesuspropiosdesigniossobresu futuro.Laesperadacontinuaciónde laseriedeElla.

www.lectulandia.com-Página2

H.RiderHaggard

AyeshaElretornodeElla

ePUBv1.2Superluper28.04.12

www.lectulandia.com-Página3

Titulooriginaleninglés:AyeshaTheFurtherHistoryofSheEdiciónoriginal1905porSirHenryRiderHaggardTraducción:SoniaTribaldosPortadaSuperluperPrimerapublicaciónenePub(español):2012

www.lectulandia.com-Página4

MiqueridoLang:Losaños,¡ay!¿cuántosdeelloshanpasadodesdequedejamosalaencantadoraycariñosaAyeshaynosotrospermanecimosconvida.Comoseprometió

enlascuevasdeKorEllaharegresadodenuevo.Paratiqueaceptastelaprimera,teofrezcoestahistoriadeunadelasvarias

encarnacionesdeesainmortal.Miesperanzaesquedespuésdehaberleídosuexpediente,apesardesussutilezasylospecadosylasdeficienciasdesucronista(nohayoficinafácil!),Puedasseguir

usandotucadenade"lealtadanuestraseñoraAyesha".Tales,loconfieso,eldestinodetuviejoamigo.H.RiderHaggard.

Ditchingham,1905.

www.lectulandia.com-Página5

INTRODUCCIÓN

Rápido e imprevisto es como se presenta siempre lo inesperado. Si algunapersonahabíadequieneleditordeestelibronoseacordaranicreyesevolverasabermásdeella,eraseguramentedeLudovicoHoracioHolly,sencillamenteporquecreíaqueéstehabíamuertohacíavariosaños.

CuandorecibílaúltimacartadeHolly,muchísimosañosantes,conelmanuscritoque la acompañaba y que no era otro que la interesantísima narración deElla,meanunciabaqueélysuahijadoLeoVincey,elbienamadodeladivinaAyesha,partíanpara el Asia Central con la esperanza, según creo, de que allí se les volvería aaparecerElla,llenadedulcespromesas.

Muchasveceshepensadosobrelasuertequeamboscorrieran.Despuésdetantosañoslleguéasuponerquehabríanmuertooingresadoenalgunadelascomunidadesdemonjes tibetanos, o tal vez se hallasen estudiando y practicando lamagia o lanigromancia, bajo la tutela de algún maestro oriental, esperando encontrar algúnmediodeacercarsealaadoradainmortal.

Ahora,cuandoyanimeacordabadeellosnipensaba.volverasabermás,hemeaquíquedeimprovisovuelvenaaparecerenmivida.

Me encontré con un montón de manuscritos, sucios y medio quemados,acompañadosdedoscartas.Apesardeltiempotranscurridoydelosmuchoseventosquehantrastornadomicabezaenestosúltimosaños,conocí,enseguida,laescritura.

Rompíelsobre'y,efectivamente,alpiedelacartaestabalafirmatanconocidaparamídeLudovicoH.Holly.

Niquédecirquedevorésucontenido.Decíaasí:«Midistinguidoamigo:"Tengo la seguridad de que usted todavía vive, y aunque le parezca extraño,

tambiénvivoyo,sibienmifinseacerca."Tanprontocomoentrénuevamenteencontactoconlacivilización,cayóenmis

manossulibroElla,omejordicho,milibro.Volvíaleerloconverdaderaadmiración.Laprimeravezloleíenunatraducciónalalenguaindostánica.Mianfitrión,ministrode una secta religiosa, hombre de talento natural pero de prosaica inteligencia, seextrañaba de que una "historia vulgar" absorbiera mi atención en esa forma. Lecontestéqueamenudoloshombresquehantenidounarudaexperienciadelavidaseinteresan por las aventuras que pueden ocurrir en una "historia vulgar".No sé quéhubierapensadosillegaasaberqueelprotagonistadeesa"historiavulgar"erayo.

"Hevistoquehahechoustedunafieltranscripcióndeloshechos;poresoausted,a quien hace veinte años confié el principio de esta sin igual aventura, quieroconfiarle también el fin. Fue usted el primero en saber de Ella, quien debe serobedecida,laqueporcenturiasycenturiasviviósinperdernadadesubellezaeterna

www.lectulandia.com-Página6

enlossepulcrosdeKor,esperandoquesuperdidoamorreencarnaradenuevoenelmundoyqueelDestinoselodevolvieraparasiempre;yesustedtambiénelprimeroen saber fueAyesha, Hesea y el Espíritu delMonte del Fuego, la sacerdotisa quedesde el tiempo de Alejandro Magno reinó entre las llamas del Santuario de laMontaña del Fuego, era la encarnación terrenal de la diosa Isis, venerada por losegipcios,y tambiénesustedelprimeroentre loshombresaquienreveloelmísticodesarrollodeestatragedia,quecomenzóenlascavernasdeKor.

"Sientopróximomifin.Heconsumidomisúltimasfuerzasenllegaramiantiguacasa, en la que deseomorir.He rogado almédico queme asiste, que cuando todohayaacabado,leenvíeestascuartillas,quemilagrosamentesehansalvadodelfuego.Miprimeraintenciónfuequemarlas.Silleganasusmanos,recibirátambiénunacajaconteniendoalgunoscroquisquecreopuedenserledealgunautilidadyunsistro,elinstrumentousadoenelcultodelaDiosaNatura,porlosegipcios.Seloregalopordosrazones:una,comopruebadeamistadycariño,yotra,comoevidenciadequeloqueenelmanuscritosecuentaeslaestrictaverdad.FueEllaquienmeloregalóenelSantuariodelMontedelFuego.

Tiene también sus virtudes. Encierra una parte del poder deAyesha. Si llega adescubrirlas,tengacuidadodelusoquehagadeellas.

"Las fuerzasme faltan para seguir escribiendo.Mismemorias hablarán pormímismo.

Hagaconellasloquequiera,créalasono,segúnsusentidoledicte."¿QuiénesAyesha?¿QuiénfueAyesha?¿Unaesenciaencarnada?¿Losoñado?

¿Lo cruel? ¿Lo inmortal? ¿Lo desconocido? ¿Lo redimible únicamente por laHumanidadysupiadososacrificio?¡Quiénsabe!Ledeseobuenasuerteytodaclasedeventuras.Adiós,yhastalaotravida.

LUDOVICOHORACIOHOLLY."Dejélacarta.Diversasemocionesparalizaronporcompletomi.pensamiento.Maquinalmenteabríelsegundosobre,queconteníalacartaquetranscribo,sibien

tachoalgunospárrafos,aruegodelapersonaquemeladirigió."Muy señor mío: Como médico que ha asistido al señor Holly durante su

enfermedad,cumplocon lapromesaquehicieraaéste,antesdemorir,deservirdeintermediarioentreélyusted,enlaconfianzadequeminombrenohadefigurarparanada,comotampocolalocalidadenlacualactualmenteejerzomiprofesión.

Sistro(sietrum).LetradeladiosaAlegría,símbolodetalocuraylaorgía."HaceunosdiezdíasfuillamadoparavisitaralseñorHolly,enunaantiguacasa

de lasafueras, cercadelCliff,yquepormuchosañoshabíaestadodeshabitada, alcuidado solamente de los caseros que atendían la limpieza.Esta casa pertenecía alseñorHolly,habiendopasadoasupropiedada travésdegeneraciónengeneración.Lacasera,que fue laqueme llamó,me informóquesuseñor,quehabía regresado

www.lectulandia.com-Página7

hacíapocotiempodeunlargoviajeporAsia,sehallabamuyenfermo,moribundo."Encontré al señor Holly sentado en la cama. Era un hombre de fisonomía

extraña,y siyohubiera sidoartistayhubiesedeseadopintarunespíritu superiorybueno,perogrotescoalmismotiempo,lohubieratomadocomomodelo.

"El señor Holly mostró su descontento por haber sido yo llamado sin suconsentimiento, pero pronto nos franqueamos lo bastante para darme muestras degratitudpor el interésque ledemostraba.Endiferentesocasiones charlamos largosratossobrelospaísesporloscualeshabíaviajadodurantemuchotiempo,envueltoenciertaextrañaaventura,delaquenuncamehablóclaramente.

"Variasvecessevioacometidopordelirios.Hablabamucho,casisiempreenunalenguadesconocidaparamí;noobstante,creo recordarhaberoído frasesdegriegoantiguoyárabe.Sólounavezhablóen inglés,dirigiéndose, alparecer, a algún serimaginario que era objeto de su veneración.Lo que dijo, sin embargo, prefiero norepetirlo,puesentraenelsecretoprofesional.Undíaenqueseencontrababastanteanimado,meseñalóesacajaconstruidaenunamaderadesconocidaparamí,queleenvío, y dándome su nombre y dirección, me hizo prometerle que sin falta se laremitiera,despuésdesumuerte, juntoconelmanuscritoadjunto.Enseñándomelasúltimas páginas que aparecenmedio quemadas,me dijo textualmente: "En verdad,nadapuedehacersecontraloqueestáescrito.Intentédestruirestasmemoriasporelfuego, cuando recibí elmandato terminantedequiendebe serobedecida,dándomeapenastiempoparalibrarlodelasllamas...

"LoqueelseñorHollyqueríadecirconestemandatonolosé,puesnomevolvióahablardelparticular.

"Paso,porúltimo,alospostrerosmomentosdesuvida.Unanoche,cercadelasonce,ysabiendoqueelfindelenfermoestabapróximo,fuiaverlo.Antesdellegarme encontré a la casera, que,muy excitada, salía ami encuentro. Preguntéle si suseñorhabíamuerto,ymecontestóqueno;peroquesehabíamarchadodecasa.Habíasaltadodellecho,saliendoporlapuertadeljardín,perdiéndoseenlaoscuridad.

"Rogué a la casera que fuese a buscar a su marido para ayudarme, si algodesagradablehubieraocurrido,mientrasyocomenzabalabúsquedadelseñorHolly.

"La noche estaba iluminada por una brillante luna; la nieve caída horas antesreflejabasusrayos,dandounaclaridadpoética.ComencéabuscarentrelasrocaslashuellasdelseñorHolly,ynotardémuchoenencontrarsuspasos.Éstosseextendíanenlacolinasituadadetrásdelacasa.Enloaltodeellaexisteunantiguomonumento,formado por erectos monolitos, construido por los primitivos pobladores del país.Este lugar es vulgarmente conocido por el nombre de "Anillo del Diablo". Enrealidad, es un "Stonehenge" enminiatura.Yo lo conocía ya, pues no hacemuchotiempo se habló y se discutió sobre él, en la conferencia de una sociedadarqueológica. Todavía recuerdo que un erudito y excéntrico conferenciante,

www.lectulandia.com-Página8

aseguraba que la piedra grande y vertical, de forma plana en la parte superior, delcentro delAnillo, era una representación de Isis, asegurando a su vez que en estelugarhabíaexistidountemplodeveneraciónycultoaladiosaNatura.

Ni qué decir que esta versión fue acogida por los oyentes como ridícula yabsurda.

Aseguraban que Isis no llegó a venerarse nunca en Inglaterra, aunque en mihumildeopiniónnocreoextrañoquesilosfeniciosolosromanosadoptaronsucultoenalgunasdesuscolonias,bienpudierontraersuveneraciónhastaaquí.Recordéqueel señor Holly conocía este lugar, pues el día anterior me habló sobre él,preguntándomesilaspiedrasestabantodavíaigualqueenloslejanostiemposdesujuventud, asegurándome que con mucho gusto moriría entre aquellas piedras. Elrecuerdodeestaconversaciónfueparamílaclave,ysinpreocuparmedeseguirsushuellas, me dirigí al Anillo, todavía distante como una milla. Cuando llegué,efectivamente allí estaba, de pie, descubierto y descalzo, vestido con su ropa dedormirsolamente.Entrelaspiedrasyenmediodelanievepresentabalamásextrañafiguraquehevistoenmivida.

"El círculo formado por las toscas piedras, de punta, semejando cuchillosemergiendo del suelo, la claridad de la noche, el cielo estrellado, el silencio, todo,todo contribuía a dar un aspecto solemne y tétrico. El gran menhir, erecto en elCentrodelcírculo,proyectabaenlaparteposteriorunagigantescasombraalrecibirdellenolaluzdelaluna;juntoaélpudedistinguirlafigurablancadelseñorHolly.Sucara,intensamentepálida,reflejabasupróximofin.Parecíaestarbajoelinflujodeciertaevocación.Devezencuandomovíasuslargosbrazos,yensumanoderechaempuñabaelsistro,queporexpresodeseosuyoleenvíoausted.

"De lo que a continuación aconteció, no quisiera que creyese que soysupersticioso al tomar por natural una cosa que es completamente absurda ysobrenatural,ylarazónporlacualquieroocultarmiidentidad.Deundolmencentralfueemergiendounasombraquelentamentefue tomandolaformadeunamujer,encuya cabeza brillaba una luz, rodeada por un nimbo glorioso y brillante. Esteespejismo,visión,oloquefuera, .medejósobrecogidoysinfuerzasparamovermedelsitioenquemeencontraba.MedicuentaperfectadequeelseñorHollytambiénloveía.Derepentelanzóungritosalvajedealegría,ydandounospasosvacilantes,cayódebruces,al intentarestrecharalfantasmaentresusbrazos.Cuandoyadueñode mí, corrí hacia él, la visión había desaparecido. Éste había muerto. Tenía losbrazos fuertemente apretadosy en lamano todavía empuñabael sistro,mientras eltintineodesuscascabelesseperdíalúgubrementeenelsilenciodelanoche."

Elrestode lacartadelmédicoserefiereavariosdetallescomplementarios:deltransportedel cuerpodel señorHollyyde los trabajosque lecostóconvencera lapolicía de que no era necesario investigación alguna, pues la muerte había sido

www.lectulandia.com-Página9

natural. La caja de la queme hablaba, llegó satisfactoriamente.De los dibujos nodebodecirnada,ydelsistrounaspocaspalabrassolamente.Teníalaformadecruxansata,oseaelemblemadelaVida,tancomúnentrelosegipcios.Laempuñadurayla cruz estaban combinadas en forma caprichosa; de los lados de la cruz caíanalambresdeoro,yengarzadosenelloshabíagemas,diamantes, zafirosazulmaryrubíes rojos como la sangre; de uno de ellos pendían cuatro cascabeles de oro, desuaveypenetrantesonido.

Cuando lo tuve entre mis manos y lo sacudí ligeramente, lleno de extrañaemoción, loscascabelesprodujeronunamúsicaagradableysuave,parecidaa ladelascampanasoídas.alolejosenelsilenciodelanoche.Creísentir,peronoquieroasegurarlo,puesbienpudoserilusión,queunaextrañasensaciónseapoderódemí;recordélasmisteriosasvirtudesqueenelmanuscritosealuden,peronohedehacerningúncomentario;losdejoalcriteriodeloslectores.LoúnicoclaroparamíesquesiHollyyLeoVinceydicenverdadacercadeloacontecido,todaslasexplicacionessobreAyeshaysupersonalidadnodanningunaclavecapazdeaclararelmisterioquelarodea.Yo,sinembargo,meinclinoacreer,comoelseñorHolly,queElla,siasílaseguimosllamandotodavía,colocaalgunasdesuspersonalidades, talcomoelvagomitodeIsisylaadmirablehistoriadelasacerdotisadelaMontañadelFuego,comovelosqueocultanlaverdad,quesólolarevelaaaquellosqueemprendenelviajealasregioneseternas.

www.lectulandia.com-Página10

ELDOBLEMENSAJE

DecíaasíelmanuscritodeHolly:Veinte años han pasado desde la noche en que Leo recibió el mensaje de la

Inmortal.Quizálosmásarduosyrudosqueserhumanohayapasadoenelmundo.Veinte

añosdebuscayrebuscaporelAsiaenposdelidealsoñado.Mimuerte está próxima. La siento llegar; pero no importa;me alegro, porque

quizáenlaotravidahallaréloquemeestáprometido.Deseoconocerelfindeestedramaespiritual,cuyasprimeraspáginashansidoescritassobrelatierra.

Yo,LudovicoHoracioHolly,heestadomuyenfermo.Heluchadoentrelavidaylamuerte.Lasmontañasqueveodesde lasventanasdeestacasa,enelnortede laIndia Inglesa,envezdehabermedadosaludyvida,hancontribuidoani¡próximofin. Otro hombre, enmis circunstancias, hubiera muerto ya; pero quizá el destinoreservómividaparaquepudieraescribirestasmemorias.

Mi enfermedad todavía me retendrá aquí uno o dos meses, hasta que esté losuficientemente fuerte para poder emprender el regreso a la madre patria. Quieromorirdondenací.Mientrastanto,todavíatengofuerzasparaescribirestahistoria,o,almenos,laspartesmásimportantesdeella,aexcepción,claroestá,deaquellasquenadiedebesaber.

Noesmiideahacerunlibroextenso,sibienenmisnotashaymateriaparallenarvariostomos.

PeropasemosaexplicarelmensajequerecibióLeo.Después que él y yo regresamos de África, en 1885, ansiosos de soledad y

descanso, moralmente conmovidos por el terrible choque que habíamosexperimentado,nosdirigimos

a una antigua casa delCumberland, que perteneció ami familia durante variasgeneraciones.Estacasa,sialguiennoselahaapropiadocreyéndomemuerto,esaúnmíayesallídondepiensomorir.

Algunosdelosqueestolean,preguntarán:"¿Quéchoque?"Como he dicho antes, soy Ludovico Horacio Holly, y mi compañero es mi

entrañable amigo, mi hijo adoptivo Leo Vincey. Nosotros somos aquellos viajerosque en el África Central descubrimos en las cavernas de Kor a Aquella a quienbuscábamos,alaInmortal,aElla,a"quiendebeserobedecida".EllaencontróenLeosu amor reencarnado, al espíritu deKalikrates, el sacerdote griego de Isis, a quienunosdosmilañosantesdieramuerteenunarrebatodecelos.EnEllaencontréyoelsersoñado,lamujeramada,elidealsublime.Ladivinidadsupremaaquienadorar.

EnlascavernasdeKorencontramosalamujerinmortal.Allí,antelosflamígerosdestellosyvaporesdelaFuentedelaVida,declarósumísticoamorporLeo,yante

www.lectulandia.com-Página11

nuestros ojos desapareció entre las llamas, no sin antes decirnos: "¡No olvidarme;tenedpiedaddemí!¡Yonomuero,yovolveré,yvolverémásbellaaún!¡Yovolveré,oslojuro!..

.Peronoescosadevolveradescribirlasescenasqueyasabenustedes,yquesehan publicado ya. En la actualidad son conocidas por elmundo entero. Yo las heleído, primero, en una traducción indostánica y después en inglés, a mi llegada aInglaterra.

En nuestra casa de Cumberland pasamos un año en espera de algúnacontecimiento que nos pusiera en contacto con nuestra adorada Inmortal. Allírecobramos nuestras fuerzas y nuestra salud. Los cabellos de Leo, que se habíanblanqueadodehorrorenlascavernasdeKor,crecíanahoradoradosvabundantes.Suvaronil belleza volvió a ser lo que fue, dejando impreso en su cara los pasadoshorroresungestodeenergíayvoluntad.

Todavíarecuerdoaquellanoche.Estábamosdescorazonadosysinesperanzas.Laausentepermanecíamuertaparanosotros,sinqueningunacontestaciónobtuviéramosanuestrasllamadas.Eraunanochedeagosto.Despuésdecomerdimosunpaseoporlaplaya.Paseábamosensilencio.Derepente,Leo,tomándomedelbrazo,medijo:

—¡Estonopuedeprolongarsemás,Horacio!—asímellamabaahora—.Mividaesuntormento:eldeseodeveraAyeshamartilleamicerebro.Voyavolvermeloco.Mividaasínopuedeser.Deseolamuerteytodavíasoyjoven.¡Tengoqueviviraúnotroscincuentaaños!

—¿Quépiensashacerentonces?—pregunté.—Voyatomarelcaminomáscortoparaconocerlotodooparanosabernada—

mecontestósordamente—.Nosoyinmortal,ymoriré,moriréestamismanoche.Mevolvírápidamentehaciaél.Suspalabrasmedabanmiedo.—¿Sabes lo que te digo, Leo? ¡Que si tal haces eres, un cobarde! ¿Es que no

compartoyotodastuspenas?—Túnosufrestantocomoyo.¡Sabesquelaamoyquesinellanopuedovivir!

Además,túeresmásfuertequeyo,hasvividomás.¡No!¡Nopuedo,noquierovivirmás!

—¡Peroesoesuncrimen!EselinsultomayorquepuedeshaceralPoderDivinoque te ha creado.Es un crimenque te hará acreedor almayor castigo que cerebrohumanopuedaimaginar.¡QuizálaseparacióneternadeElla!

—Pero,¿tangrandelitoesparaunhombretorturadoporeldolor,elquetomeuncuchillo y con él se separe de una vida que ya no tiene objeto, con ansia loca debuscarelolvido?¿Esquenohallarámercedtalserhumano?¡Yoterepito,Horacio,quemoriré esta noche!Ella estámuerta, y quizá en lamuerte estarémás cerca deElla.

—Pero,¿porquécreeseso,Leo?¡QuizáAyeshaviva!

www.lectulandia.com-Página12

—¡No! Si viviera, estoy seguro que me hubiera enviado algún mensaje. Perodejemosestacuestión.Nohablemosmásdeello.

Dimoslavuelta,ynosdirigimoshaciacasa,ensilencio.TeníalaseguridaddequeLeoestabaloco.Aquelterriblechoquemoralhabíadestruidosurazón.Deotraformanocomprendíasumaníadelsuicidio.Leoeraunhombremuyreligioso,yensutratohabíatenidoocasionesdeconocersusestrictasopinionesentalmateria.Mevolví,yledije:

—Leo, ¿será posible que hayas perdido el corazón hasta tal punto que no teimporte dejarme solo? ¿Es así como pagas todo el cariño que siempre te hedemostrado? ¡Quieres mi .muerte! ¡Haz esa locura, y mi sangre caerá sobre tucabeza!

—¿Tusangre?¿Porquétusangre,Horacio?—Porque el camino es ancho, y por él pueden caminar dos personas juntas.

Juntoshemosvivido,yjuntosmoriremos.Sitematas,tenlaseguridaddequemoriré,yserástúquienmehayamatado.

Leoexclamó:—Estábien.Teprometoquenomemataréestanoche.Daremosotraoportunidad

alavida.Llegábamosalacasa.Lecontestésolamente:—Estábien.Ysincruzarpalabra,mefuiamicuarto,llenodecongoja,porqueestabaseguro

de que, una vez poseído del deseo del suicidio, éste llega a convertirse en una.obsesión tan fuerte, que la vida se hace imposible, acabando por matarse. En midesesperación,dirigími almaaAyesha, exclamando: "¡Si tienes algúnpoder, si dealgunaformapuedeshacerlo,daunamuestradequetodavíavives,ynopermitasquemuera tuamado!¡Tenpiedaddesupobrecorazóndolorido!Sinesperanza,Leonopuedevivir,ysinélyomoriré."

Cansadoya,medormí.Derepente,medespertólavozdeLeo,hablándomemuybajo,peroentonomuy

excitado,atravésdelaoscuridad.—¡Horacio—medijo—,Horacio,amigomío,escucha!...Meincorporéenlacama,contodaslasfibrasdemicuerpoentensión.Poreltono

desuvoz,comprendíquealgunacosahabíaocurrido,queibaacambiareldestinodenuestravida.

—Déjameencenderunaluz,primero—contesté.—¡Sin luz esmejor, Horacio; escucha!Me acosté, y ya dormido, he tenido el

sueñomásextrañoymásemocionantequeimaginarsepuede.Meparecequeestabaen el cielo, entre las nubes.El cielo estabamuynegroynohabía una estrella quebrillaraenél.Ungranestremecimientoseapoderódetodomiser.Derepente,subí

www.lectulandia.com-Página13

disparadomillasymillashaciaelespacio.Vientoncesunapequeñaluz,ypenséqueseríaunaestrellaqueveníahaciamí.Laluzseagrandólentamente,comosifueraunglobode fuego.Descendía y descendía hasta que llegó a posarse sobremi cabeza,tomando la forma de una lengua de fuego. A la altura de mi cabeza se detuvo ypermanecióextática,yalaluzqueirradiaba,pudeverlafiguradeunamujerenvueltaen la llama.El resplandorseatenuó,ypudeentoncesverclaramentea lamujer.YHoracio,amigomío, ¡eraAyesha!Ayeshamisma, susojos, sucara, sucabello.Memiraba con reproche, comodiciendo: "¿Por qué dudaste?" Intenté hablar, peromislabios permanecieron mudos; traté de avanzar y abrazarla, pero mis brazospermanecieronquietos.Habíaunabarreraentrenosotros.Ella,conlamano,mehizoseñadequelasiguiera.Laseguí.Miespírituparecíahaberhuidodemicuerpo,perovolvió amíparapoder seguirla.Nosdirigimosvelozmentehacia el oeste, pasandotierrasymares.Enunpuntosedetuvo.Anuestrospies,brillandoalaluzdelaluna,aparecieron lasruinasdelPalaciodeKor.Más lejosseveía lacabezadelEtíope,yentre las marismas vi a los árabes, nuestros compañeros de antaño. Job estabatambiénentreellos;levantólacabezaymevio.Cruzamoslosmaresdenuevoylosarenososdesiertos.Cruzamosmásmares.VimoslascostasdelaIndiaanuestrospies.Y hacia el norte, siempre hacia el norte, vimos enormes macizos de montañascubiertosdenieveseternas.Pasamosporencimadeellasynosdetuvimosuninstantesobreunameseta.Habíaunmonasterio,vimosalosmonjesorandosobresuterraza.Silovolvieraaver,loreconocería.Teníalaformademedialuna,y,loqueesmás,apoca distancia se elevaba una gigantesca estatua de algún dios venerado en losdesiertos.Yocreoqueconoceríaesto.¿Cómo?Nolosé.EstoyseguroqueaquellasmontañaspertenecíanalTibet.Másmontañasyundesierto.Másmontañasypicosnevados.Cercadelmonasterioseelevabaunamontañaderoca,solitariaymásaltaquelasdesuscontornos.Nosdetuvimossobresunevadacresta.Derepente,enotrasmontañasdelosalrededoressurgióunaluzsemejantealasquesecruzanlosmarinosen elmar.Nos dirigimos hacia allí, atravesando una gran llanura, en la que habíavarias aldeas y una ciudad situada sobre un despeñadero.. Cuando llegamos alabrupto pico, vi que éste tenía la forma de crux ansata, símbolo de la Vida en elpueblo egipcio, y que estaba formada por la superposición de capas de lava, hastaalcanzar cerca de cien pies de altura. Vi también que el fuego que brillaba y quehabíamosvistodesdelejos,procedíadelcráterdeunvolcán.Sobrelacrestadeestepicopermanecimos largo rato,hastaque la sombradeAyesha, señalándomecon lamanohaciaelcráter,desapareciódemivista.Entoncesdesperté. ¡Horacio!Nohayduda,esunmensajequemeenvíaAyesha.

Suvozcallóenlaoscuridad,peroyopermanecíabsortoporlaextrañarevelación.Entonces,Leo,sacudiéndomeporunbrazo,medijo:—¿Duermes?¡Habla,porDios,habla!

www.lectulandia.com-Página14

—No—lecontesté—;nuncaheestadomásdespierto;perodejaquereflexione.Melevantéymedirigíhacialaventanaabierta,ydescorriendolacortinamepuse

acontemplarelcielo.Ésteeradeungrisperlaoscuro,teñidodelosprimeroscoloresdel amanecer. Leo vino haciamí, apoyándose en el alféizar. Tan junto estaba, quesentíasucuerpotemblar,comosiestuvieraaterido.

—¿Creesqueesunmensaje?—lepregunté—.Yocreoquesetratasimplementedeunapesadilla...

—¡No;estoyseguro!Fueunmensaje.Loquehevistoesloqueharé.¡Tú,hazloquequieras!MañanasalgoparalaIndia.Contigo,siquieres;sino,solo.

—¿Porquéhablasasí,Leo?—ledije—.Yonoherecibidoningúnmensaje;pero,a pesar de ello, no puedodejar solo a un hombre que hace unosmomentos queríasuicidarse, para que sea víctima de los peligros delAsiaCentral. Todo lo que nosquedaporhaceresbuscarunamontañaquetengalacúspideenformadecruxansata.¿Pero tú crees queAyesha estará reencarnada en elAsiaCentral como sacerdotisaGranLamaoalgoasí?

—Nohepensadoeneso;pero,¿porquéno?Acuérdatequeenciertaescenadelacaverna de Kor nos dijo que laMuerte y la Vida, y la Vida y laMuerte, eran lomismo.

Acuérdate también que nos prometió que vendría de nuevo a estemundo. ¿Y,cómo puede ser eso, sino por la reencarnación, o, lo que es lo mismo, por latransmigracióndelasalmas?

Nosupequécontestaraesteargumento;unaterribleluchainteriorsedesarrollabaenmí.

—Ningún mensaje he recibido —dije— y, sin embargo, he jugado un papelimportantísimo en vuestro drama, y, lo que es más, presiento que mi parte no haacabadotodavía.

Quedamosensilencio,sinsaberquédecir,conlosojosfijosenlainmensidaddelcielo.

Amaneció.Lasnubes,enfantásticasmasas,avanzabannegras,presagiandoundíade tormenta. Una de ellas, enorme, tenía la forma de una formidable montaña; lamirábamos sin fijeza, cómo lentamente, a impulso del viento, cambiaba deapariencia; su cresta tomó la forma de un cráter, haciendo después los jirones denubesunpilarsobreél.Losdébilesrayosdelsoldejaronpasarsuluz,yelcráteryelpilarquedaronblancos, como si fuerandenieve; entoncesun trozodenube,negracomoelhumo,saliópordetrásdeloquefigurabaelcráter,comounaenormemasadehumo...

—Mira,Horacio—dijoLeoconvoztemblorosa—.Esaeslaformadelamontañaque vi enmi visión.Allí está el pilar, y tras él el fuego... ¡Horacio! ¡Horacio! ¡Elmensajeesparalosdos,Horacio!

www.lectulandia.com-Página15

Miré,comoqueriendograbarsuformaysuscontornosenmicerebro,hastaqueelvientolentamentecontinuósuobra,cambiandolaformadelasnubes.

—¡Leo,hijomío—exclamé—;voycontigoalAsiaCentral!

www.lectulandia.com-Página16

ELMONASTERIO

Dieciséis años han pasado desde la noche en que recibimos el mensaje de laadorada Inmortal en nuestra casa de Cumberland, y desde entonces Leo y yoseguimosincansablesviajando,yviajandoconlaesperanzadeencontrarlamontañaquetienelacumbreigualaladelavisióndeLeo.

Nosencontramosahoraenunpaísque,segúnmis informes,nohasidoholladotodavíaporpiedeeuropeoalguno.

EsunapartedelenormeTurquestán.AorillasdellagoBalkash,aunasdoscientasmillashaciaeloestedelmacizodemontañasseñaladoenlosmapasconelnombredeArkartyTau,enlascualesestuvimosunaño,yaunasquinientasmillasalestedelasmontañas llamadas Chergas, de donde acabámos de regresar, después de haberexploradolasdelTau.

Aquíesdondecomienzannuestrasverdaderasaventuras.En uno de los picos de las imponentesChergas, que no están señaladas en los

mapas,estuvimosapuntodemorirdeinanición.Elúltimoviajeroqueencontramos,cienmillasalsur,nosdijoqueentreestasmontañasexistíaunmonasteriohabitadopor lamas,de reconocidogradode santidad,queparaalcanzarméritosmorabanenestatierrasalvajesinmáscompañíaqueladesusoraciones.

No sólo estábamos hambrientos, sino que en este áspero terreno ni abrojospudimos encontrar con los que hacer un fuego para reconfortar nuestros ateridoscuerpos.

Viajábamosdíaynoche, llevandoentre losdosalpobreyak,elúltimoquenosquedabadelacaravana.Eraunanoblebestia,ydelaconstituciónmáshermosaquehevistoentrelosdesuespecie.

Cruzábamosatravésdeunamesetadenieve,dejandoanuestraderechalospicosde las Chergas, cuando el yak se detuvo. Nosotros nos detuvimos también, yarrojandonuestraspieles,nossentamossobreellasen lanieve,aesperar la luzdeldía.

—Tendremosquematar a este animal si no queremosmorir de hambre—dije,compadeciendoalpobreyak,quesetumbópacientementeanuestrolado.

—Quizápodamosencontrarcazamañana—dijoLeoconesperanza.—Yquizáno;encuyocasodeberemosmorir.—Bien;moriremos—contestó—. Éste es el último recurso del fracaso; hemos

hechocuantohemospodido.—Ciertamente,Leo:Hemoshechocuantohemospodido,siasísepuedellamara

nuestrosdiecisieteañosdevidaazarosa,persiguiendolarealizacióndeaquelsueñodeCumberland.

—¡Sabesquelocreofirmemente!—contestóLeo.

www.lectulandia.com-Página17

Elsilencioséhizoentrenosotros,porquecontraestarazóntodoslosargumentosfracasaban.

Eldíallegó,yconélsuluz.Ansiosamentenosmiramoselunoalotro,tratandodedescubrirlasfuerzasquenosquedaban.

Alalumbrar los rayosdel sol con subrillante luz lospicosnevados,vique losojosdeLeoexpresabanadmiración.De repente sevolvióhaciamíymemostróelconfíndeldesierto.

—Miraallí—medijo,señalándomeunacimadeenormealtura.Eraunamontañaanomásdediezkilómetrosdedondenosencontrábamos.De

pronto,volviendolaespaldaaldesiertotrepóporunapequeñacolinaqueseelevabaanuestras espaldas, y por la cual habíamos pasado la noche anterior. El sol seguíaelevándose sobre nuestras cabezas, iluminando alegremente a su paso las desiertasllanuras.Alextremodelacolina,solamenteenlainmensidaddeldesierto,seveíanlas ruinas de un Buda de colosal tamaño, y a sus espaldas, en piedra amarilla, laimponentemasadeunmonasteriobudista.

—¡Porfin!—gritóLeo—.¡GranDios,porfin!Hincandolasrodillasentierra,murmuróunaoracióndegracias,yestoyseguro

dequeloquedijonohubieraqueridoquenadieenelmundolosupiera.Le dejé que diera rienda suelta a los impulsos de su corazón; yo también me

encontrabaemocionado;pero,reaccionando,medirigíalpobreyakquenohacíamásque mirar aquí y allá con hambrientos ojos. Cargué las pieles sobre su lomo, y,tomandodelamanoaLeo,ledije,procurandodaramivozelmayoraplomoposible:

—Ven;sieneselugarvivegente,encontraremoscomidayagua.Ven;latormentanotardarámuchashorasenestallar.

Sindecirunapalabra,se levantó,sacudiéndose lanievedelacarayde laropa,ayudándomealevantarelyak,puestandébilestabaelanimal,quenopodíahacerloporsímismo.EnlacaradeLeosehabíaoperadounatransformación:unagrancalmasehabíaapoderadodesuespíritu.

Descendimospor la ladera de lasmontañashasta el planodonde elmonasterioestaba construido.Nadie parecía habitarlo; no había ni una huella que nos pudieraindicartalcosa.

¿Seríansolamenteunasruinas?¡Habíamosencontradotantosdeestaforma!Estatierratanantiguaestállenadeantiguosmonumentosquesirvierondehogaryretiroalamas, por cientos ymiles de años, antes de que la civilización occidental llegaraaquí.

Micorazón,o,mejordicho,miestómago,quedesfallecía,sesobresaltódegozoal contemplar una pequeña columna de humo que se elevaba débilmente por unachimenea.

Enelcentrodeledificioseelevabaunacúpula,perteneciente,sinduda,altemplo;

www.lectulandia.com-Página18

y, enfrente de nosotros se veía una pequeña puerta.A ésta fue a la que llamamos,diciendoenvozalta:"¡Abrid,abrid,santoslamas!¡Extranjerosnecesitandevuestracaridad!"Detrásdelapuertaoímospasosyapocogirólapuertasobresusgoznes,apareciendoensumarcounhombremuyviejo,vestidoconuntrajeamarillo.

—¿Quiénes sois?—dijo—. ¿Quiénes sois, que venís a tan apartados lugares aturbarlapazdelossantoslamasdelaMontaña?

—Viajeros,sagradolama,queseencuentrandemasiadosolos—lecontestéensupropio dialecto, que en nuestra ruda marcha por el Tibet había tenido ocasión deconocerafondo—.

Viajeros que morirán de hambre sin vuestra caridad —y añadí—: Las leyessagradasnoospermitennegarhospitalidad.

Nosmiróatravésdesusanteojos,y,sinduda,nuestrascarasnadaledecían,puespaseó su vista por nuestras ropas, que estaban destrozadas, y que en sus buenostiemposdebieronserdelamismaformaquelassuyas.Erancomoaquellasqueusanlos monjes tibetanos. Las adoptamos porque en aquellas regiones no era posibleencontrarlasenotraforma.

Dándosecuentadeello,nospreguntóconduda:—¿Soislamas?¿Dequémonasterio?—Lamassomos—contesté—,deunmonasterioquese llamaelMundo, loque

noquitaqueestemoshambrientos.Lacontestaciónpareció complacerle, porque,despuésdeunmomentodeduda,

sacudiendoligeramentelacabeza,contestó:—Noesnuestracostumbreadmitirenestacasaaextranjerosquenopertenecena

nuestrafe,yestoyseguroquevosotrosnopertenecéis...—¿Es quizá contra vuestras leyes, santoKhubilgham—pues así se llaman los

abadestibetanos—,dejarmorirdehambrealosextranjeros?LerecitéunpasajedelasdoctrinasdeBuda,quesereferíaaestepunto.—Veo que habéis leído los libros sagrados —exclamó con admiración—. No

puedo negaros asilo. Entrad, lamas del monasterio del Mundo; entrad, así comovuestroyak,quetambiénnecesitacaridad.

Ydandoungolpeenungong,aparecióotrohombre,másviejoaúnqueél,quenoscontemplóestupefacto.

—Hermano—dijoelabad—;cerradvuestrabocaasombrada,noseintroduzcaunespíritumaligno.Llevadaesepobreyakalestablo,ydadledecomer.

Tomamosnuestrosbártulosdel lomodelyak,yelviejo lama,cuyo retumbantetítuloerade"Maestrodelganado",salióarrastrandoelyak.Cuandosemarchó,nosinhaberlecostado trabajosepararelanimaldenuestro lado,puessehabíaencariñadoconnosotros,elabad,cuyonombreeraKou-en,nosllevóalinteriordelahabitacióngeneral, o,mejor dicho, de la cocina, pues para ambas cosas servía.Allí estaba el

www.lectulandia.com-Página19

restodelacomunidad.Eran unos doce. Estaban sentados alrededor del fuego, cuyo humo habíamos

visto.Unodeellospreparabalacomidamatinal,mientraselrestosecalentabaasualrededor.Todoseranviejos.Elmásjovennotendríamenosdesesentaycincoaños.Kou-ennospresentóaelloscomo"hermanosdelmonasteriollamadoelMundo,quemorían de hambre". El viejo abad no se dio cuenta de la pequeña sátira queencerrabanmispalabras.

Nos tendieron sus arrugadas manos, expresándonos el contento que nuestrallegada les producía. No era extraño, pues éramos las primeras caras nuevas queveían desde hacía mu-chísimos años. No se pararon en palabras; nos dieron enseguidaaguacaliente,conloquenoslavamos,mientrasdosdeellosnospreparabanuna habitación y nos proporcionaban nuevos vestidos y nuevo calzado. Noscondujeronalahabitacióndehonor,dondenuestrosdeseossevieroncolmadosporun reconfortante fuego encendido, dos blandos lechos y unos viejos vestidos,incluyendoropainterior,queenaquellaocasiónnosparecieronflamantes.Yalavadosymudados,dimosungolpealgongquehabíaennuestrahabitación,apareciendounmonje,quenoscondujootravezalacocina,dondeunafrugalcomidaestabaservida.

Terminada ésta, recitamos una oración de gracias budista, lo que impresionógrandementeanuestrosanfitriones.

-¡Susvidas vanpor laSenda! ¡Susvidas vanpor laSenda! -replicaron ellos alunísono.

-Sí,santoslamas;porellavannuestrasvidas,desdehacedieciséisañosdenuestrapresente encarnación. Pero nosotros somos neófitos. Vosotros, sagrados lamas,conocéiscuánanchaycuánlargaesestasenda,máximecuandonoseestáinstruidoenlaformarectademarcharporella.Dirigidosporunsueño,hemosvenidoaturbarvuestrapaz;vosotros,losmáspiadosos,losmássantos,ymássabioslamasdeestoslugares.

-Ciertamente-respondióelabad-,sise tieneencuentaquenoseencuentraotromonasterioencincomesesde jornadaa la redonda.Desgraciadamente,somosmuypocos...

Despuésdeestaescena,pedimospermisopara retirarnosanuestrahabitaciónadescansar;ydormimosveinticuatrohorasseguidas,despertándonosfuertesyfrescoscomosinadahubierapasado.

TalfuelaformacomonosintroducimosenelMonasteriodelasMontañas,puesno teníaotronombre, ydonde estábamosdestinados apasar seismesesdenuestrahistoria.

Segúnparece,muchísimos años antes existió en este lugar unmonasterio en elcualvivíanvarioscientosdelamas.

Asídebióser,puesdeotraformanosecomprendíalasenormesdimensionesdel

www.lectulandia.com-Página20

edificio,lamayorparteruinoso,y,comodemostrabalaestatuadelBuda,antiquísimo.Lahistoriadecía, segúnel viejo abad,que losmonjes, unosdoscientos años antes,fueronpasadosacuchilloporciertatribusalvajequevivíaalotroladodeldesierto,detrásdelasmontañas,yloscualessuponíaneranadoradoresdelFuego.Únicamentese salvaron unos cuantos lamas, llevando la infausta nueva a otros monasterios.Durantecincogeneracionesestelugarestuvodeshabitado.

Por fin, le fue revelado a nuestro amigo Kou-en, cuando joven, que él era lareencarnacióndeunviejomonjequehabitóelmonasterio,quese llamaba tambiénKou-en, y que era su misión en esta nueva vida volver a habitar el abandonadomonasterio, ganando así méritos y recibiendo interesantes revelaciones. Así, pues,reuniendounoscuantosdesuscompañeros,yconpermisodesussuperiores,despuésde seis meses de búsqueda ardua e infatigable, tomaron posesión del monasterio,reparándololosuficienteparasusnecesidades.

Poco después de nuestra llegada al monasterio, comenzó el invierno con sushelados fríos y sus tormentas de nieve. Pronto nos convencimos de que debíamospermanecer allí hasta la primavera. Hubiera sido una locura salir en cualquierdirección,conriesgodeperecer.Conalgunareservaleexpusimosnuestrasituaciónalviejo abad, añadiendo que, para no ser gravosos, arreglaríamos algunas de lashabitacionesdelaparteruinosa,subviniendoanuestrasnecesidadesconpescadodelvecino lago, y alguna caza que cayera en nuestras trampas, cortando el hielo delprimeroycolocandolazosenelpequeñobosquedepinosyabetosquecrecíaasusorillas.Elbuenabadninosquisoescuchar.

-Habéissidoenviadosparasernuestroshuéspedes,ypodéispermanecercuantotiempoqueráis.NosotrosestamosmuycomplacidosenoírhablardelgranmonasteriollamadodelMundo,dondelosmonjesestántanharapientosdecuerpocomodealma.

Aunqueeltiempotranscurríaenunasituaciónbastanteconfortableparanosotros,si lacomparamosconlasangustiaspasadas,nuestroscorazonesseconsumíanenlaimpacienciadeldeseodeproseguirnuestrabusca.Sabíamosqueestábamosenlarutaverdadera;lopresentíamos,y,sinembargo,estábamosimposibilitadosdesalir.Eneldesierto la nieve caía sin cesar y frecuentemente se desataban fuertes vientos quearrastrabanlanievecomosifuerapolvo,formandomontañas.

No obstante nuestra impaciencia, encontramos algo que la mitigó. En unaderruida habitación delmonasterio existía una biblioteca, compuesta de numerososvolúmenes,yobtuvimospermisoparaexaminarloslibremente.Eraverdaderamentelamásextrañacolecciónydevalormásinapreciablequefigurarsepuede.

Lomásinteresantequehallamosfueunaespeciedediario,enmuchostomos,acargo de los "Khubilgham" o abades del antiguo monasterio, y en los cuales,acontecimientosdegranimportanciaestabanexpuestoscontododetalle.Pasandolaspáginasdeunodelostomosmásrecientes,escrito,segúnlasapariencias,hacíaunos

www.lectulandia.com-Página21

doscientosaños,encontramosunospasajes interesantísimos,deloscualesnopuedoacordarmedememoria.

Ensubstanciadecíaasí:

Enelveranodeesteaño,despuésdeunagrantormentadearena,unodenuestros hermanos (el nombre estaba, pero lo he olvidado) encontró en eldesierto a un hombre, habitante del país por detrás de las montañas. Elhombre vivía, pero cerca de él encontramos los cuerpos de dos de suscompañeros,quehabíanmuertoasfixiadospor lasedyelpolvo.Elhombreno quiso decirnos cómo llegó al desierto, manifestándonos solamente quesiguió el camino conocido por los ancianos de antes de que nuestrasrelacionesconelmundocesasen.Despuésnosdijoquesuscompañeros, losmuertos,habíancometidouncrimen,porloquefueroncondenadosamuerte,yqueélloshabíaacompañadoensuhuida.Nosdijoqueexistíaundeliciosopaís detrás de lasmontañas, fértil, pero lleno de ruidos y terremotos.Mástardeéstostuvieronlugarpornuestroscontornos.Lagentedeaquelpaíseraguerrera,perotambiéncultivabalatierra.SiemprehabíanvividogobernadosporKhanes,queerandescendientesdeungriegollamadoAlejandro,elcualconquistómuchos territoriosalsudoestede laregión.Estopuedeque fueraverdad, pues nuestro diario nos cuenta que unos dos mil años antes unejército invasorpenetróporaquellas tierras,aunquedenuestrasrelacionesconellosnadasedice.ElextranjeronosdijoqueaquelpaísadorabaaunasacerdotisallamadaHesoHesea,quereinabaeternamente,degeneraciónengeneración.Ellavivíaenunagranmontañaaislada;eraobedecidayacatadapor todos, pero que no era la reina del país, en el gobierno del cual nointervenía.Eraaella,sinembargo,aquienseofrecíanlossacrificios,yquienincurría en su desagrado moría sin remedio. Le contestamos que mentía,cuandodijoqueeraunamujerinmortal,puescreoqueeraesoloquequeríadecir.¡Nadahayinmortal!¡Nosotrosnosreímosdesupoder!Estoindignóanuestro hombre. Dijo que nuestro Buda no era tan poderoso como susacerdotisa,yqueellalodemostraríacastigándonosanosotros.Ledimosdecomer,yse fue,nosinantesdecirnosquecuando,volviera,veríamosquiéndecíalaverdad.Nosabemosquéfuedeél,ynonosquisodecircuáleraelcaminopara llegaraaquelpaísqueseextiende tras lasmontañas.Yocreoqueeraunespíritumaligno,enviadoparatentarnosyhacernospecar,peroseviofracasado.

Un día, después de este descubrimiento, rogamos al abad Kou-en que nosacompañaraalabiblioteca,yleyéndoleelpasajequeheexpuesto,lepreguntamossi

www.lectulandia.com-Página22

conocía algo sobre este asunto. Sacudió su inteligente cabeza, que siempre merecordabaladeunatortuga,ycontestó:

-Unpoco,muypoco,casinada;yloquesé,serefierealejércitodelreygriegoaquieneseescritoserefiere.

Sorprendidos, le preguntamos cómo era que supiera algo de tan antiguosacontecimientos,aloqueKou-encontestóconcalma.

—Enaquellosdías,cuandolafeenBudaeratodavíajoven,yo,quevivíacomoun humilde hermano en este monasterio, que fue uno de los primeros que seconstruyeron, vi el paso del ejército del rey griego; eso es todo —pero añadióinmediatamente—: Eso pasó... en mi quincuagésima encarnación. ¡No!, estoyequivocadoconotroejército:fueenmiseptuagésimaterceraencarnación.

Al oír esto, Leo no pudomenos de esbozar una carcajada, que evité a tiempo,haciéndole una seña con el pie por debajo de lamesa.De otra formahubiera sidoincurrirenlairritaciónterribledelfanáticoviejo.MeextrañóestoenLeo,puesnuncaseríodelagentequeaceptalateoríadelareencarnación,queeselprimerartículodefeentrecasilastrescuartaspartesdelarazahumana.

—¿Cómopuedeseresto?—preguntémásdueñodemí—.Quierosaberloparamiprogreso,sagradolama.Siemprecreíquelamemoriadesaparecíaconlamuerte.

—¡Ah!—contestó—:asíes,enefecto.Pero,hermanoHolly,muchasveceséstavuelve otra vez para aquellos que están avanzados en la senda que conduce a laVerdad. Por ejemplo, hasta que vosotros no leísteis este pasaje del diario, no sedespertó en mi mente el recuerdo del paso de este ejército. Ahora los veo pasar,estandoyoentreotrosmonjes,alpiedelaestatuadeBuda,contemplandosumarcha.Noeraungranejército;seencontrabamuydiezmado;lamayorpartedesussoldadoshabían muerto o habían sido pasados a cuchillo por las tribus salvajes que losperseguían. Su general tenía gran prisa en poner el desierto entre ellos. Era unhombredealtivaapostura.Quisierarecordarsunombre,peronopuedo.

Llegóhastanosotrosynospidióunahabitacióndondepudieranpasarlanochesumujer y sus hijos. Nos pidió provisiones, medicinas y guías. El abad de aquelentonces lecontestóquenoerapermitidopor las leyesde lascomunidades lamitasqueningunamujerentrarabajonuestrotecho.Él,soberbiamente,noscontestóquesitalnohacíamos,nonecesitaríamosyanuestrotecho,puescortaríanuestrascabezasagolpesdesuyatagán.Paranosotros, los lamas,morirdemuerteviolentarepresentareencarnarvariasvecesenelcuerpodeunanimal, loqueeshorrible;escogimoselmenor mal, accediendo a los deseos del bárbaro, obteniendo después perdón paranuestraculpa,delgranLama.Yonolleguéaveraestamujer,pero,sinembargo,vialasacerdotisaaquienestosextranjerosadoraban.

Kou-enmoviósucabezatristemente,ycalló.—¿Quépasa?—lepregunté,puesestahistorianosinteresabagrandemente.

www.lectulandia.com-Página23

—¡Oh!¡Hepodidoolvidaralejército,peroalasacerdotisa,no!Yhasidoparamíla rémoraquemehahecho caminar lentamente a través demuchas encarnaciones,retardandomimarchahaciaelOtroLado,alaOrilladeSalvación.Yoeraunhumildelama,ysemeencargódeprepararlashabitacionesquehabíadeocupar.Cuandoestohacía,ellaentróenlahabitación,despojándosedesusvelos.Dándosecuentadequeera un adolescente, me hizomuchas preguntas, entre ellas, si me gustaba ver unamujerdesuhermosura.

—¿Cómo,cómoeraella?—preguntóLeo,ansiosamente.—¿Quecómoeraella?¡Oh!Eralabeldadenconjunto,eracomolaaurorasobre

las nieves, como la estrella de la tarde; como la primera flor de la primavera.Hermanos,nopreguntarmecómoera.Nolosabríadecir.¡Esmipecado,mipecado!Surecuerdodormíaenmimente,yvosotroslohabéistraídoparaavergonzarmealaluzdeldía.Perono,deboconfesaroscuánvilymalvadosoy.Yo,aquienvosotroscreíaisunsanto,soypecadorcomovosotros.Aquellamujer,simujerera,encendióunfuegoenmicorazónquenoseapagaránunca,¡nunca!

Kou-ensesentóenelbanco,llorando.Suslágrimasdecontriciónleempañabanlosanteojos,mientrasdecía,lentamente:—¡Me hizo adorarla!Me hizo preguntas acerca demi religión.Yo le contesté,

esperandoquelaLuzsehicieraensucorazónconmispalabras.Maselladijo:—VuestraSendaeslarenunciación,yvuestroNirvana,lanada.Enllegarhastaél

empleáistodavuestravidadesacrificios.Yoosenseñaréunasendamásagradableyunadiosamáspoderosaaquienadorar.

—¿Quésendayquédiosa?—La Senda del Amor y de la Vida—contestó—. Ella es la que ha hecho al

mundo,y es laqueoshahechoavosotros.Ladiosa soyyo. ¡Adóramey ríndemehomenaje!

Pobre de mí, hermanos míos.Me postré de hinojos y besé sus pies. Después,avergonzadodemímismo,salíconelcorazóndestrozado.Alverquemealejaba,medijoentrerisas:

—AcuérdatedemícuandoalcancestuDevachan,siervodelSantoBuda.Yonocambio, yo nomuero, y siempre estoy con aquellos queme han rendido una vezhomenaje.

Y así es, hermanos; aunque obtuve la absolución para mi culpa y he sufridomucho,hastamipróximaencarnaciónnopodréolvidarla...

Kou-ensollozabaconlacabezaentrelasmanos.Cuandosecalmo,tratamosdeobtenernuevosinformes,peronuestraspreguntas

seestrellaron,enloquealasacerdotisaserefería.Nosdijosolamentequenoconocíaa qué religión pertenecía; que se fue a lamañana siguiente con el ejército: que novolvióaoírhablarnuncamásdeella,yqueestuvoduranteochodíasencerradoensu

www.lectulandia.com-Página24

celda, para no seguirla. Únicamente le dijo el abad, que la sacerdotisa era elverdaderojefedelejército.

Eraporsuvoluntadporloquemarchabanhaciaelnorte,atravésdeldesierto,enbuscadeciertopaístraslasmontañas,dondedeseabaestablecerelcultoasupersona.

Preguntamossi realmenteexistíaalgúnpaís tras lasmontañas,a loqueKou-ennoscontestoqueasílocreía.Recordabahaberoídoenésta,oenvidasanteriores,queestabahabitadoporgentedefierascostumbres.Hacíaunostreintaaños,unlamaquellegóhastaelpicomásalto,parapasarallívariosdíasdesolitariameditación,volviódiciendoquehabíavistounespectáculomaravilloso:unacolumnadefuegoardiendomásalládeaquellasmontañas,sinpoderprecisarsifueunavisiónoqué.Noshizoobservarqueporaquelentoncessedejaronsentirporelpaísfuertesterremotos.

ElrecuerdodetodaestaaventurallegóhastaheriralafligidocorazóndelinocenteKou-endetalforma,quesaliódelahabitaciónllorandodedolor,ynoselevolvióaverporunasemana.Nuncanosvolvióahablarmásdeello.

Sinembargo,huboalgopoderosoqueseclavóennuestraimaginación,yeraquedebíamosascenderinmediatamentelamontañadondemeditoaquellama.

www.lectulandia.com-Página25

LACRUXANSATA

Una semana después encontramos la oportunidad de efectuar la deseadaascensión.

Estábamos a lamitad del invierno, y la tormenta había cesado.Aprovechamosestaocasiónparadeciralosmonjesqueíbamosacazar.Nosexcusamosdiciendoquenecesitábamos hacer ejercicios, pues no podíamos soportar por más tiempo elconfinamientofísicoaquedurantetodoelinviernohabíamosestadosometidos.

Nuestros anfitrionesnosdijeronque la aventura erapeligrosayaque el tiempopodíacambiardeunmomentoaotro,yqueenlasladerasdeesamontañaexistíaunacaverna natural, donde podíamos refugiarnos en caso de necesidad. Uno de losmonjes, el más joven y más activo de la comunidad, se ofreció a acompañarnos.Cargando nuestro yak, ahora en las mejores condiciones, con provisiones ypertrechosylatiendadepielesquehabíamoshechodurantenuestrosocios,partimosun buen día al amanecer.Bajo la guía delmonje, llegamos a la ladera norte de lamontañacercadelmediodía.Allíhallamoslacavernacuyaentradaestabaprotegidaporunaroca.Enciertasocasionesdelañoestabahabitadaporpájaros,queconsusexcrementoscubríanelsuelodeunasuavecapadeestiércolformandounaalfombraqueprotegíacontrael rigurosofrío.El restodeldía lopasamosen levantarnuestratienda en el interior de la caverna, en encender un agradable fuego, y en dar unpequeñopaseodeexploraciónporlaladeradelamontaña.Cuandovolvíamoshaciala caverna, pasamos junto a un pequeño rebaño de rebecos ocultos en un valle.Tuvimos lasuertedematarados,congranalegríapornuestraparte,puescomolacarneenaquellastemperaturasseconservaindefinidamente,conestenuevoconcursopodíamosextendernuestroviajehastaquincedíasomássin temoraquedarnossinprovisiones.

Después de cenar nos metimos en la tienda, durmiendo todos juntos y bienapretadosparaconservarelcalornatural,pueslatemperaturadebíadeserdevariosgradosbajocero.

Elmonje al poco rato sequedódormido,peroniLeoniyopudimos cerrar losojospensandoenlamisteriosaluzqueseveíadesdelacumbredelamontaña.

Alamanecersiguiente,habíacalmadolatormentadelanoche,loqueaprovechóelmonjeparavolveralmonasterio,asegurándole,aldespedirnos,quedentrodeunoodosdíasestaríamosderegreso.

Encuantoestuvimossolos,sinperderunminutocomenzamosnuestraascensiónala cumbre. Estaba ésta a unos ochocientosmetros de altura. En algunos sitios eracompletamente inaccesible, pero después de varias tentativas, encontramos uncaminobastante favorable, y singrandesdificultades, almediodía alcanzábamos lacúspide. La vista desde allí era soberbia.A nuestros pies se estrechaba el desierto

www.lectulandia.com-Página26

empequeñecido, y tras él una enorme cadena de montañas coronadas de nieve seperdíaenelhorizonte;todo,todoloquenuestravistapodíaabarcar,eranmontañasymontañas...

—Esteeselmismolugarquevienmisueñohacevariosaños—dijoLeo.—¿Ydóndeestálaluzmisteriosa?—pregunté.—Allí,meparece—dijo,señalandoelnorte.—Puesallínosevenada—lerespondí—,ylaverdad,estelugaresbastantefrío

paracontemplarelpanorama.Como el descenso hubiera sido peligroso en la oscuridad, descendimos a la

cavernaantesquesehicieradenoche.Loscuatrodíassiguienteslosempleamosenlamismaforma.

Todaslasmañanassubíamosalacumbre,paravolveradescenderalapuestadelsol.

Lacuartanochedenuestrallegada,Leo,envezderetirarsealinteriordelatiendacomohabitualmentehacía,salióysesentóalaentradadelacaverna.Lepreguntéporquéhacíaeso,apesardelfuertefríoreinante,ymecontestóquedeseabaestarsolo;asíquelodejé.

Amedianoche,despertándome,medijo:—Ven,Horacio,tengoqueenseñartealgointeresante.Salí de la tienda al momento, pues dormíamos con todos nuestros vestidos

encima.Llevándomealapuertadelacaverna,meseñalóunpuntoenelhorizontenorte.

Miré.Lanocheeramuyoscura,peroapesardeeso,lejos,muylejos,seveíaunaluzcomoelreflejodeunfuegodistante.

—¿Quépiensasdeeso?—mepreguntó,ansiosamente.—Nadadeparticular;puedeser...,quizálaluna;no,nohayluna;quizálaaurora,

perono,esdemasiadoalnorte,ynocomienzahastadentrodetreshoras.Esalgoqueestá ardiendo, puede que sea una cosa que se queme, o una pira funeraria..., ¿quépuedeseraquí?

—Creoqueesunreflejo,ysiestuviéramosenlacumbre,veríamos—dedóndeprocedeesta luz—replicóLeo,concalma.,—Sí,peroen laoscuridadnopodemoshacertalcosa.

—Entonces,Horacio,debemospasarunanocheallí.—Queserá,seguramente,laúltima de nuestra presente encarnación —respondí, riéndome—; moriríamoscongelados.

—Debemos arriesgarnos, o si no, me arriesgaré yo solo; pero mira, la luz hadesaparecido.

Teníarazón,laluzyanoestaba,ylaoscuridaderacompletaenlanoche.Volviendo hacia la tienda, pues tenía mucho sueño y me dominaba la

www.lectulandia.com-Página27

incredulidad,dijeaLeo:—Déjalo,yahablaremosmañanasobreesto;vamosadormir.PeroLeo,noobstante,sesentóenlaentradadelacaverna…Alamanecer,cuandomedesperté,encontréeldesayunopreparado.—Dateprisa—medijo—;debopartirenseguida.—¿Peroestásloco?—ledije—.¿Creesquepodemosvivaqueareneselugar?—Nosé;deboir,eiré,Horacio.—Loquequieredecirquedebemosirlosdos.Pero,¿quéhacemosdelyak?—Pordondevayamosnosotrospodráiréltambién—contestó.Inmediatamente comenzamos a recoger los pertrechos, la tienda y buena

provisión de carne cocida, y cargando todo sobre el lomo del yak comenzamos elascenso. Fue difícil, sobre todo porque nos veíamos obligados a hacer grandesdesviaciones para evitar las laderas heladas, con objeto de que pudiera subir elanimal.

Llegadosa lacumbre,comenzamosaexcavar lanieveconobjetode instalar latienda,apilándolaaloslados,deformaquenosprotegieracontraelaireyelfrío.Laoscuridad se iba haciendo rápidamente; nos metimos con el yak en la tienda, ydevorandonuestracomida,esperamos.

Hacíaun fríohorrible.Elcierzosoplaba fuertemente,e introduciéndosepor losresquicios de la tienda, nos quemaba las caras como hierros candentes.Afortunadamente, teníamos el yak con nosotros, y el calor de su sucio cuerpo nosconfortaba.

Pasaronlargashorasdevigilanciayespera:elsueñoseapoderabadenosotros,yteníamosquelucharcontraél,pueseldormirseequivalíaamorir.Enelhorizontenoseveíamásqueelresplandordelasestrellas.Elsilencioeracompleto,pueselairenohacíaruidoaldeslizarsesobrelanieve.Apesardeestaracostumbradoaestavidademontaña,missentidoscomenzabanaembotarse,cuandodeprontoLeomedijo:

—Miratrasesaestrellaroja.Miré,yenelcieloviunvivoresplandor,yenélunamasaoscura.Elfuegocreció

ehizocomounaexplosiónparavolveralmismomortecinoreflejoanterior.Alaluzde sus llamas pudimos ver la misteriosa masa oscura, que se hizo perfectamentevisible.Eraunenormepilarcoronadoporunaespeciedecruz.Sí,nohabíaduda.Sevioperfectamente,eralacruxansata,elsímbolodelaVidaentrelosegipcios.

Aldesaparecerelresplandordelaexplosión,sedesvaneciólaoscuramasa.Nuevamente otra explosión, produciendo los mismos efectos anteriores. A la

tercera,elfuegobrillócontal intensidad,queniunrelámpagopodíaaventajarloenresplandor.

Todo el firmamento, de negro se convirtió en rojo, así como las cimas de lasmontañasvecinas.Enlacumbredelanuestra,todoseviorepentinamenteiluminado,

www.lectulandia.com-Página28

como si un enorme faro pasara su haz de rayos por bu cúspide. A su luz noscontemplamoslascaras,pálidasporlaemoción,yunzorrosalvaje,quealolordelasprovisiones se había acercado a nuestra tienda, huyó aterrado. Lo mismo que losanteriores,laduraciónfuesolamentedeunossegundos.Aldesaparecersuresplandor,quedósumidoenlassombraselpicachoquellamamosdel"SímbolodelaVida".

Permanecíamosensilencio.Leolointerrumpió,diciendo:—¿Teacuerdas,Horacio,cuandoElladijo,enlaPeñaRocosa,dirigiéndoseamí,

queunrayodeluznosseríaenviadoparamostrarnoselcamino,parahuirdelasendaqueconducealamuerte?Ahora,despuésdeesto,creoqueestaluzeselrayoquenosindicadóndeviveAyeshaycuáleselcaminoquedebemosseguirparallegarallugardelaVida,queesdondeEllahabita.

—Puedequeseaasí—contesté,brevemente.Con la aurora se levantóuna fuertebrisaquenosazotóhorriblementemientras

descendíamosporlasladeras.Cadapasoquedábamosenmediodeaquellatempestaddenieve,paraotroshubierasidounpasodemuerte,peroparanosotros,queteníamoslaconfianzadequenuestrasvidaseransagradas,eraunpasomásquenosconducíaalobjetodeseado.Latempestadazotabaconfuria,arrastrandoalyak;ciegosysinpoderni hablarnos, llegamos después de dura marcha, guiados solamente por nuestroinstinto,alaspuertasdelmonasterio.

Elviejoabadnosabrazóllenodejúbilo,ylosmonjeselevaronsusplegariasdegracias.

Hacía poco habían cesado sus rezos de difuntos, pues nos creían ya muertosdespués de la tempestad que se había desarrollado, y que, a su juicio, no habíapersonahumanaquehubierapodidoresistir.

Todavía era mediado el invierno. No teníamosmás remedio que esperar en elmonasterio, educando nuestros corazones en la paciencia, hasta que la nieve sedeshicieraalosprimerosrayosdelsolprimaveral.

PorfincesaronlosrudosfríosdelAsiaylaprimaverallegó.Unatarde,elairefuecálido,yporlanocheelfríodescendiónotablemente.Lasiguiente,lasespesasnubessedeshicieronenlluviaquelentamentefundíanlanieve,convirtiendolosdeclivesensonorostorrentes.Losmonjescomenzarona,prepararsusaperosdelabranza,pueslaestación del trabajo había llegado. Tres días estuvo lloviendo torrencialmente. Alcuarto, el desierto, antes blanco, era ahora de un color tierra, pero esto no fue porlargo tiempo, pues en una semana estaba cubierto de flores. Entonces llegó paranosotroslahoradelagranpartida.

—Pero,¿porquéosmarcháis?¿Adóndevais?—nospreguntóelabad—.¿Esqueno estáis contentos aquí? ¿Creéis que no progresáis en la Senda con nuestrasoraciones y nuestras piadosasmeditaciones?Todo lo que hay aquí, ¿no es vuestrotambién?¡Oh!¿Porquénosdejáis?

www.lectulandia.com-Página29

—Santo abad—le dije—; no hacemucho tiempo en la biblioteca nos hicisteisciertaconfesión...

—¡Oh,nomerecordéisesto!—exclamó,alzandosusmanos—.¿Porquéqueréisatormentarme?

—Lejos eso de nosotros, querido y virtuoso amigo —contesté—; pero da lacasualidad que vuestra historia es la nuestra, en lo que se refiere a la divinasacerdotisa.

—¡Hablad!—exclamó,intrigado.Agrandes rasgos leconténuestrahistoria.En todoel tiempoqueduróésta,no

hizomásquemoverconpesadumbresucabeza, sinqueunapalabradespegasesuslabios...

—Ahora—añadí—, alumbrad con la luz de vuestra sabiduría la oscuridad denuestroentendimiento.¿Noencontráisestahistoriamaravillosa,ocreéisquesomosvulgaresmistificadores?...

—Hermanosdelgranmonasterio llamadoelMundo—contestóel abad, con suacostumbradolatiguillo—;¿porquéhededudardelaspalabrasdequienesdesdeelprimermomentohecreídopersonashonradas?Además,¿porquéhadeservuestrahistoriamaravillosa? ¿Encontráis lamaravilla en conocer una verdad que nosotrosconocemoshacemilesdeaños?Porqueenunavisiónosenseñóestemonasterio,yseñalándoos un punto en el horizonte desapareció, ¿creéis que esté reencarnadadespuésdeverlamorir?¿Porquéno?

En esto no hay nada de asombroso para aquellos —que están al tanto de laVerdad, aunque solamente la duraciónde suúltima reencarnación es contrario a loquelasexperienciasnosdicen.Sindudaalgunalaencontraréisotravezy,sinduda,suRhama,o identidad, será lamismaqueen laqueenotra reencarnaciónmehizopecarparaquearrastraramiculpaatravésdemuchasreencarnaciones.

—Elamoreslaleydelavida—contestóLeo—;sinamorlavidanoexiste.Yobuscoelamorparapodervivir.Yocreoquetodosestosacontecimientosnosllevaránaunfinquedesconozco,peronotemo;cumplirémimisión.

—Noesmideseoapartarosdelcaminoquehabéistrazado.Cadaunoesdueñodesulibrealbedrío;peroescuchadme:esamujer,esasacerdotisa,¿haintervenidoentusanterioresreencarnaciones?¡Sí!Unavezsegúncreohaberosoído,enlapersonadecierta diosa llamada Isis, a quien no quisisteis escuchar. La mujer os tentó, perosupisteis resistir. ¿Qué encontrásteis en ella? Una loca diosa vengadora que osasesinó,ysinounadiosa,unamujerquefueelinstrumentodesuvenganza.Ahorabien;esteinstrumento,mujerodiablesa,sediocuentadequeosamaba,ysenegóamorir,esperandoqueenvuestrapróximareencarnaciónosencontraríadenuevo.Ellaosencontró,ymurióoaparentómorir;ahoraestáreencarnadadenuevo,ycontodaseguridad la encontraréis, y otra vez volverá a morir. Creedme, hermanos míos:

www.lectulandia.com-Página30

renunciad a la aventura, no crucéis las montañas, quedaos conmigo, lamentandovuestrosino.

—No—contestó Leo—; hemos hecho una promesa y no faltaremos a nuestrapalabra.

—Entonces,hermano, id;cumplidvuestrapromesa;perocuandomeditéissobremis palabras, éstas arrojarán la luz en vuestra mente y comprenderéis la inmensaverdad que ellas encierran. ¡Ah!, no me queréis creer; sacudís vuestras cabezas ydudáis;yavendráundía,despuésdemuchasencarnaciones,enque,revolcándoosenelpolvoyelfango,exclamaréis:"HermanoKou-en,vuestraspalabraseranlasdelaprudenciaysabiduría;lasnuestras,lasdelalocuraylamuerte".

Elviejoabad,conlosojosllenosdelágrimas,saliódelaestancia.Nosotros nos dirigimos a nuestra habitación, pues era ya bastante tarde, y nos

acostamos. No pude dormir aquella noche. Las palabras de aquel hombre bueno,prudente y lleno de experiencia, con clara visión del futuro, me oprimían el almaimpidiéndomeelsueño.

www.lectulandia.com-Página31

ELALUD

Dos días después, la salida del sol nos sorprendió en nuestra marcha por eldesierto.

Todavíaveíamos laruinosaestatuadelBuda,y,a travésdelnítidoamanecer, lafiguradelviejoabadcontemplándonoshastaquenosperdimosdevista.

Porlatarde,cazamosunantílopey,haciendounalto,levantamosnuestratienda.Recogimosabrojossecos,con losqueencendimosfuego.Nosfaltabaagua.Sin

embargo,excavamoselsuelohaciendounpequeñopozo,alqueafluyógotaagotalahumedaddelatierra.Alpocoratoymezcladatonlanievederretida,teníamosaguadecalidadexcelente.

Aquellanochecomimosopíparamente.Lacarnedelantílopeerasuperior,yeltéqueaúnquedabadenuestrasagotadasprovisiones,completóelbanquete.Lamañanasiguiente determinamos nuestra situación geográfica por los medios másrudimentarios,ypudimosestimar,quehabíamoscruzadolacuartapartedeldesierto.Segúnnuestroscálculos,paralatardedelcuartodíaesperábamosencontrarnosalpiede lasmontañas. Como decía Leo, las cosas "marchaban a la hora". pero siemprepesimista,lerecordéqueunbuenprincipioes,amenudo,presagiodeunmalfin.Noestaba equivocado.Era allí donde,verdaderamente, fueronerróneos, pues al cuartodíaestábamosalpiedelasmontañas.Éstaseranterriblementealtas,ynecesitábamosdosdíasparaalcanzarsusladerasmásbajas.Elcalordelsol,provocandoeldeshielo,hacíanuestramarchatrabajosa,puesnuestraspiernassehundíanenlanievehastalarodilla, y aun acostumbrados como estábamos a marchas en estas condiciones, elreflejodelasabananosheríalosojos,haciendomásduranuestrajornada.

Lamañanadelséptimodíanosencontramosa labocadeundesfiladeroqueseextendía atravesando el corazónde lasmontañas.Comonos pareció lamejor ruta,nos internamos en él. A poco andar, descubrimos que allí debió haber existido ungrancamino,anchocomounacarreteraordinaria,puesatravésdelamarchaveíamoslarocacortada,dejandoanchopasosobreelbordedelosprecipicios;elcaminoeratodo plano. y dado aquel terreno tan abrupto, era imposible tal cualidad sin laintervencióndelamanodelhombre.Sí;asíera.Entrozosnocubiertosporlanieve,aúnseveíanhuellasdeherramientasquetrabajaronaquellasrocas...

Alllegaraldécimodía,nosencontrábamosalfinaldeldesfiladero,mascomolanocheestabaencima,nosvimosobligadosaacampara la intemperie,enmediodelfríomásespantoso.;Siemprerecordaréaquellashorasterribles!Nohabíaniabrojosparaencenderunfuegoconqueprepararunmiserabletéparasatisfacernuestrased.Nuestrosojosestabantanhinchadosquenopodíamoscerrarlosniparadormir.Elfríoeratanintenso,quenielcalordelyakquemetimosconnosotrosenlatienda,podíaimpedirquenuestrosdientescastañetearansincesar.

www.lectulandia.com-Página32

Por fin llegóel amanecer,y conél el sol.Salimosde la tienda,y recogiéndolotodo, nos pusimos enmarcha hasta alcanzar una revuelta del camino, que, por suposicióngeográfica,recibíadellenolosdébilesrayosdelsol.

Leo,quemarchabaalacabeza,sedetuvo,lanzandounaexclamación.Medirigíhaciaél,porsialgúnaccidentedesagradablelehabíaocurrido,y,¡loadoseaDios!,anuestrospiesseextendíalaTierradePromisión...

Al fondo, a unos diez mil pies cuando menos, veíamos una inmensa planiciebastante llana, formada por terrenos de aluvión y que, a nuestro juicio, en algunaremotaedadfueel fondodealgunode '.osnumerosos lagosqueexistenenelAsiaCentral,ylamayoríadeloscualesestánhoydíaenprocesodedisecación.Loúnicoque alteraba la monotonía de aquella vasta planicie era una gigantesca y singularmontañacoronadadenieve,que,aunqueagrandistanciadenosotros,podíanversesuscontornosclaramentedetalladosenelhorizonte.Esmás,podíamosversucrestaengalanada por un espeso penacho de humo que se elevaba lentamente y que, sindudaalguna,procedíadeuncrátersituadoenlacúspidedeaquelcolosoderoca.Alborde del cráter había un enorme pilar, que recordaba la forma del Símbolo de laVida,tanveneradoporlosegipcios.

Desdeallídivisábamostambiénunaciudaddeblancostejadossituadasobreunalomayrodeadadeárboles.Asuladosedeslizabaunanchorío,extendiéndosealolargodelallanura.Conlaayudadeunosanteojos,unodelosrestosmásqueridosdenuestro primitivo equipo, comprobamos que aquel país debía tener una extensapoblación, dedicada a la agricultura, pues se veían canales y líneas de árboles quemarcabanloslímitesdelaspropiedades.

Sí,ésaera,sinduda, laTierraPrometida,ysolamenteteníamosquedeslizarnosporlaladeraparallegarhastaallí.

Repusimosnuestrasmermadasfuerzasconunpocodenuestrasprovisionessecas,queablandamosentrelanieve,ysinreposarsiquiera,cargamosalyakynospusimosenmarcha.Elcaminoestabamarcadoahoraporpilaresdepiedra,situadosformandocalle.Enlarutanoseveíantrazasdelpasodesereshumanos,perosídelosrebañosdecarnerossalvajesyzorrosdelosmuchosquepueblanaquellasmontañas.

Sus laderas eranmáspenosas de lo que a primera vista creímos.Apesar de larapidez de nuestra marcha, cuando las sombras de la noche se cernieron, aún nohabíamos llegado al pie de la montaña. Tuvimos que interrumpir el descenso,viéndonos obligados a pasar otra noche entre la nieve.Armamos nuestra tienda alabrigodeunaroca,ynosdispusimosadescansar.Comohabíamosdescendidovariosmillaresdepies, el frío, afortunadamenteparanosotros, habíadisminuidobastante.También aquí el calor del sol había fundido la nieve en algunos sitios, dejando aldescubiertolosabrojos,locualnospermitióhacerunreconfortanteté.Elpobreyaktuvosuerteestavez.Apocadistanciahabíaunapequeñapraderademusgo,que,a

www.lectulandia.com-Página33

juzgar por la fruición con que lo comía, era un excelente manjar para su pobreestómago.

Pasó la noche y vino la aurora con su rosado nimbo. Como teníamos prisa endescender,comimos,ynospusimosenmarchainmediatamente.

Amedida que descendíamos, la planicie y el volcán quedaban ocultos por unagigantescaroca,queparecíacortadaapicoporunaestrechagarganta,hacia lacualnosdirigimos,pueshaciaallí,segúnmarcabanlospilares,continuabaelcamino.Almediodía, la roca parecía próxima a nosotros, y espoleados por la curiosidad,forzamos la marcha. En realidad, no era necesaria tal prisa, y una hora despuéssabíamosporqué.

Entrenosotrosyelotro ladode la laderaseabríaunprofundoprecipicioqueaprimeravistatendríatrescientosocuatrocientospiesdeprofundidad.Desdeelfondollegabahastanosotroselsonidodelagua,aldeslizarseentrelasrocas.

En el otro extremo, y frente a nosotros, continuaba el camino, como así lodemostrabaunodelospilaressituadossobreelbordedelabismo.¿Cómoeraposiblelacomunicaciónentrelosdoslados?

—¿Nocrees—dijoLeo—queesteprecipiciosehayaabiertodespuésdejalonadoelcamino?Peronoimporta;hallaremosotro.

—Esaes toda ladificultad: ¡encontrarlo!—respondíyo—.Ydebemosbuscarlopronto,sinoqueremosdetenernosaquíparasiempre.

Volvimoshacia laderechaymarchamosa lo largodelprecipiciomásomenosuna milla, hasta que encontramos un pequeño glaciar. Este glaciar era la únicaposibilidaddepasohaciaelotrolado,porcuantoelprecipiciosehacíacadavezmásprofundo. La mayor dificultad estribaba en que a nuestros pies la vertiente eracompletamente vertical, sin que hubiera medio humano de llegar hasta el fondodondeseencontrabaelglaciar.

Volvimos sobre nuestros pasos, y buscamos una nueva ruta hacia la izquierda.Aquí lamontaña se elevaba enormemente, extendiéndose siempre ante nosotros labocadelhorribleprecipicio.Cuandoelcrepúsculollegó,divisamoscomoaunamillaomásdedistancia,unaenormerocaqueseelevabaalbordedelprecipicio.Haciaellanosdirigimos,conlaintencióndeversidesdesucumbrepodíamosvislumbraralgúnpaso. Cuando después de rudo escalo alcanzamos lo alto de la. roca, que estaba aunoscientocincuentapies,nosconvencimosquelomismoaquíquetraselglaciar,elprecipicio era infinitamente más profundo que donde se cortaba el camino, tanprofundo,queeraimposibledistinguirelfondo.

Mientras buscábamos elmedio de continuar nuestra ruta, la noche se nos echóencima.

Laascensiónhabíasidobastanteruda,dadoloabruptodelagigantescaroca.Así,pues, como estábamos bastante fatigados, resolvimos pasar la noche en un abrigo

www.lectulandia.com-Página34

naturalqueexistíaenlapartesuperiordelasuperficierocosa,yaqueladiferenciadetemperaturanoeramuygrande.Fueasícomosalvamosnuestrasvidas,segúnseveráacontinuación.

Descargamoselyaky levantamosnuestra tienda,acabandoaquella jornadaconunaracióndepescadoseco,acompañadodeuntrozodepannegrodecenteno.Estoeraloúltimoquenosquedabadelasprovisionesquetrajimosdelmonasterio,ynosdábamos cuenta, con el natural dolor, que si no teníamos la suerte de cazar algo,nuestros recursos quedaban reducidos al pobre yak. Desechamos estos negrospensamientos, con la esperanza de un día mejor, y envolviéndonos en las pieles,procuramosolvidarnuestrasmiseriasenelsueño.

No faltaríamuchoparael amanecer, cuandonosdespertamos sobresaltadosporunruidoespantoso,comoelproducidoporladescargadeuncañóndegrancalibre,acompañadodeotrodefusilería.

—¡GranDios!¿Quépasa?—exclamé.De un salto estábamos fuera de la tienda, pero nada pudimos ver, pues todo,

estaba envuelto en tinieblas. El yak mugía aterrado, intentando escapar, presa delpánico. Nada pudimos ver, pero sí oír el ruido producido por los hielos alresquebrajarsecomocristal.Esteruidocesóporunmomento,perofueseguidoporunsordo murmullo que crecía en intensidad y que, sin saber por qué, nos hizosobrecogerdeterror.Laintuiciónnosdecíaqueunsecretopeligronosamenazaba.Eltiempoquedurantelanochehabíasidodeunagrancalma,ahoraseveíainterrumpidopor una ventisca que nos azotaba con una violencia como pocas veces habíamossentido.

Nodurólargoratolaincógnita.Laauroraapareció,yconellalaluzdelnuevodíarasgó las sombras, mostrándonos el más terrorífico y admirable espectáculo quepuedeverseenlasregionesheladas.

Laladeradelamontañasedeslizabasobresímisma,enformadeungigantescoalud,yloqueeramásterrible,sedirigíaaestrellarsecontralarocadondeestábamosacampados.

Comohipnotizados, contemplábamosparalizadospor el terror este espectáculo,cuandolaprimeraoladenievechocócontranuestraroca,ehizovacilaralaenormemole, como lo hubiera hecho una olamarina con una ligera embarcación.Nuestroterrorfuegrande,puesporunmomentopensamosvernosprecipitadosenelabismoalmismotiempoquelaroca.

Segundosdespués,elaludseprecipitabacontranuestroreducto.GraciasaDios,larocaerasólidayresistióalaenormemasaque,detenidaensucurso,seapilósobresímisma,alcanzandounaalturadecercadecincuentapiessobrenuestrascabezas.Aunladoyaotrodenosotros, lanieve,enmillonesymillonesde toneladas,veníaaacabar su Ioca carrera en la boca del precipicio, por donde desaparecía, yendo a

www.lectulandia.com-Página35

engrosarelcaudaldeltorrente.Las rocasque,desplazadasde supuntodeapoyohabíanperdido laestabilidad,

venían a estrellarse al pie de la nuestra, atravesando la nieve con la fuerza de unariete.La.primeralamovióligeramente,quedandoenterradaenlanieve;perootras,conlavelocidaddeunabala,remontabanporlafuerzadelainerciaelpequeñotaludformado contra nuestra roca, y saltando por encima de él, venían a caer sobrenosotros;aquelloparecíaunbombardeo,¡peroquébombardeo!

No sabíamos qué hacer, replegados, reduciendo nuestros cuerpos a la mínimaexpresión,procurábamosadosarnosalassalientesdelaroca,paraprotegernosdelaspiedras fatales. De vez en cuando, éstas pasaban sobre nosotros, extrañándonos acadamomentodehallarnosconvida.Aestaescena tanrápidayfragorosa,sucedióunacalmacompleta.Parecíacomosilanaturaleza,despuésdehaberpuestoenjuegotodossusrecursosdestructivoscontranosotros,quisiera lapaz.Nos levantamos.Elcieloeraazulyelpaisaje,enconjunto,alegre.Parecíaimposiblequelanaturalezasepudiesemostrardetandiferentesaspectos.

Dimos gracias al cielo por conservarnos la vida, pues de otra manera, sinintervencióndivina,noeraposiblequehubiéramossalidoindemnesdeunacatástrofesemejante.Peroenloquesereferíaalordeneconómico,habíamossalidomaltrechos.Nuestra tienda había desaparecido, así como los pertrechos que constituían losúltimos restos de nuestro equipaje, y que para nosotros representaban pequeñostesoros. Lo quemás dolor nos produjo, fue encontrar tras una brecha de la roca anuestrofielcompañero,elpobreyak,muertoyconlacabezadestrozada.

Contranuestro refugiosehabía formado,por lanievedetenidaensumarchaalabismo, un enorme promontorio que alcanzaba muchos metros de altura sobrenosotros.Semejabaunaenormetorredenievecomprimidaymoteadaporlostrozosdepiedra incrustadosenella.Elabismo,delqueantesnoveíamosel fin,mostrabaahora,amuypocadistanciadesuboca,unfondoformadoporlanieveylo.:detritusresbaladosporlaladeradelamontaña.

Estábamos bloqueados, no podíamos intentar el descenso de donde nosencontrábamos,puesequivalíaaenterrarnosvivosenlanieve.Además,alolargodelabismo,yconmenosintensidad,sedeslizabanmasasdenievefaltasdecohesiónque,si bien no eran de gran tamaño, cualquiera de ellas hubiera podido enterrar uncentenardehombres.Estábamosprisioneros.Nopodíamossalirhastaquecambiaraeltiempo,locualequivalíaaesperarlamuertecontodapacienciaenaquellaisladegranitorodeadadeunmardenieve.

La situación no podía sermás desconsoladora.Hambrientos, ateridos, agotadasnuestras provisiones y sin poder encontrar unos tristes rastrojos con que podercalentarnos.

Dirigimosnuestrasmiradasalpobreyak,queapocospasosyacíaconlacabeza

www.lectulandia.com-Página36

destrozada.—Le sacaremos la piel —dijo Leo—; nos será necesaria, quizá, esta misma

noche.Asílohicimos,nosingrandolor,aunquemásdolorosohubierasidoparanosotros

habertenidoquesacrificarlo.Locortamosentrozos,ylavándolosenlanieve,nosloscomimossinmáscondimento.Eraunacarnedesabordesagradable,pero¿quéotracosapodíamoshacerentalescircunstancias?

www.lectulandia.com-Página37

ELGLACIAR

Llegó la noche de aquel aciago día, y después de unos cuantos bistecs crudos,pasamoslanocheenvueltosenlapieldenuestropobreyak,puesnuestratiendahabíadesaparecido.Estavezdormimosconcierta tranquilidad,pues sabíamosqueporelmomentonohabríamásaludesquetemer.Lanocheeradeunfríoriguroso,yanoserporlapieldelyakestoyseguroquehubiéramosmuertodefrío.Aldespuntarelnuevodía,Leomedijo,resueltamente:

—Horacio, tenemos que salir de aquí. Si hemos de morir, prefiero que sealuchando.

—Bien—ledije—;marchemos.Hicimosdos paquetes con las pieles y la carne que—teníamos enterrada en la

nieve,comenzandoeldescenso.Aunque la roca no tenía más que unos sesenta metros de altura, su base,

afortunadamenteparanosotros, erabastante ancha, apilándoseunacolosal cantidaddenieveentrelacúspideyelniveldelsuelo.

Comonada seganabaesperando,nosdecidimosa salir denuestros resguardos,marchandoLeoalacabeza,probandolaresistenciadelpisodenievepasoapaso,yyotrasél.

Congran alegría descubrimosque el frío de la nochehabía endurecido aquellanieve, que nosotros supusimos blanda, lo suficiente para que, andando por susuperficie, pudiera soportarnos. A medida que descendíamos, el camino se hacíamuchomás blando, hasta el punto que nos vimos obligados a tumbarnos sobre lanieve,paraqueelpesodenuestrocuerposerepartieraporunasuperficiemayor,ydeestaforma,pocoapoco,tratardellegaralpiedelpromontorio.

Todofuebienhastaqueestuvimosaunoscincuentapasosdelabase.Debíamoscruzarunapequeña elevacióndenieve, omejordicho, depolvodenieve, puesnopodíallamarsedeotraforma,aquellocasiimpalpable.Leo,comprendiendoelpeligroqueencerrabasupaso,deunágilsaltoevitóelpeligroconmaestría;peroyo,queleseguíaaunpardemetros,alintentartomarimpulsoparasaltar,debido,sinduda,alapesadezdemicuerpo,crujiólanieve,haciéndomeerizarloscabellos.Notuvetiemponideproferirungrito.Mevienterradoporcompletoenlablancamasa.

Cualquier persona que se haya visto sumergida en agua fría a bastanteprofundidad,sabequelasensaciónqueseexperimentanoesdelasmásagradables.Descendiendoentrelanieve,mispiestropezaroncontraalgoduro,quedebíaserunaroca;enellameapoyédesesperadamente,yfueloquemesalvódedesaparecerparasiempre. De pronto, todo fue tinieblas a mi alrededor. La nieve, sin consistencia,había cerrado el boquete que mi cuerpo hiciera al pasar por su superficie, einmediatamentecomencéa sentir losprimeros síntomasdeasfixia.Reuniendo toda

www.lectulandia.com-Página38

misangrefríaytodamicalma,fuimoviendolentamentelosbrazosparanoperdermipunto de apoyo, hasta llevarlos sobre mis hombros, procurando abrir un pequeñoagujerosobremicabezaparaqueentraraelaire.

Siemprehetenidofamadetener losbrazosexcesivamente largos;estaveztratédequemesirvieranparaalgo.Lossaqué,ypudecomprobarquenoteníamásqueunpardepalmosdenievesobremicabeza.Sacándolosaúnmás,tratédeagarrarmeauncuerpoduro conquemisbrazos tropezaron,y, asiéndomea él, procuré elevarmeapulso.Tareainútil;lacantidaddenievequeteníasobremishombros,hacíaimposiblelasalidadeaquelagujero.

Todo esto fue cuestiónde segundos.Viendomis esperanzas fallidas de salir deaquelsitio,mepreparéamorir.Lossentidosmeabandonaban,ypocoapocoperdílanocióndemiser.

Denuevovolvíaverlaluz.LavozdeLeomegritó:—¡Horacio;pronto,agárratealaculatademirifle!Algo rozó contra mi mano aterida; me agarré desesperadamente, y noté que

tirabandemí.Meviizado,ymicabezasaliódeaquelmalditoagujero.Alvermesalir,Leotiródemí.Yo,comopude,meagarrédeél,ytratédesalirpor

completo. Tanto empuje pusimos, que no pudimos evitar que juntos cayéramosrodando por la vertiente, hasta casi el borde del precipicio. Por fin, respiré el airepuro. ¡Qué delicia tan incomparable, cuando se ha estado a punto de morir porasfixia!

—¿Cuánto tiempo estuve allí? —pregunté a Leo, que, sentado a mi lado,enjugabaelsudordesufrente.

—Nosé,exactamente.Cercadeveinteminutos,meparece.—¡Veinte minutos! ¡Me han parecido veinte siglos! Pero, ¿cómo has podido

sacarme?Teseríaimposiblesostenertesobreesepolvodenieve.—No; me he sostenido gracias a la piel de nuestro pobre yak. Al ver que no

estabasjuntoamí,comprendíloquepodíahabersucedido.Medirigíhaciadondetehabíavistoporúltimavez,yvitusdedos,tannegrosporelfrío,quealosprimerosmomentoslostoméportrozosdepiedra.Semeocurrióentoncesalcanzartelaculatadelrifle,y,afortunadamente,todavíatuvistevidasuficienteparapoderlaagarrar.Lodemásya lo sabes.Sinohubiéramos sido losdos tan fuertes,nadahubierapodidohacerse.

—Gracias,muchacho—ledije,simplemente.—,Porquémedaslasgracias?¿Creesquedeseocontinuarsolotodoelrestodel

camino?Has estado durmiendo en una cama bastante fría. Vamos, necesitas ejercicio.

Además, fíjate: estamos encantados de la vida,mi rifle se ha roto, y el tuyo se haperdidoenlanieve.

www.lectulandia.com-Página39

Bien,estonosahorraeltenerquellevarlacargadecartuchos.Diciendo esto, tiró los cartuchos, y se echó a reír jovialmente. Comenzamos

nuestra marcha, dirigiéndonos hacia donde el camino se veía cortado por elprecipicio,puesmarcharensentidocontrarionosparecíacompletamenteinútil.

Llegamos al camino. Allí estaban nuestras huellas, así como las. del yak,impresas en la nieve. La vista de ellasme afectó profundamente, puesme parecíamentiraquehubiéramospodidosobrevivirparaverlas.Nosasomamosalabocadelprecipicio.Eraimposibleintentarhacernadaporallí.

Allí fuimos, descendimos un poco su vertiente y examinamos el terreno.Apreciamos,comoenelprimermomento,quesuprofundidaderadeunostrescientospies, si bien no lo podíamos determinar exactamente, pues la conformación delterreno era tal, que a unos dos tercios la vertiente semetía hacia dentro tomandoforma cóncava. Además, las rocas que sobresalían nos impedían la posibilidad deapreciar suprofundidad.Era imposible intentar elpasopor allí.Subimos,y lamásnegradesesperaciónseapoderódenosotros.

—¿Qué vamos a hacer? —pregunté—. Frente a nosotros la muerte; tras denosotros,lamuertetambién;nopodemoscruzardenuevoesasmontañas,sinvívereso rifles con qué poder proporcionárnoslos. Aquí está la muerte; esperémosla conresignación. Hermano Leo, hemos luchado y hemos fracasado. Nuestro fin hallegado.¡Únicamenteunmilagropuedesalvarnos!

—¡Unmilagro!¿Quéotracosapuedellamarsealoquenosforzóapermaneceren la cumbre del peñasco, y que nos salvó demorir aplastados por la avalancha?¿Qué otra cosa puede llamarse a todo lo que nos ha preservado durante diecisieteañosdepeligrosde losquepocoshombreshubieranpodidosalir indemnes?Ten laseguridaddequeuna fuerzaocultanosprotege,ynomoriremoshastaquenuestrodestinosehayacumplido.¿Porquécreerdequeestafuerzanosabandoneenestosmomentos?¿Porquépensarquenuestrodestinoesveniramorirenestassoledades?

Hizounapausayañadió,resueltamente:—Te digo, Horacio, que aunque no tengamos rifles, provisiones ni yaks, no

volveréhaciaatrássinconsiderarmeuncobardeanteElla.¡Iréadelante!—¿Cómo?—pregunté.—Poraquelcamino—mecontestó,señalándomeelglaciar.—¡Eseeselcaminodelamuerte!—contesté.—Bien.Quizá seaasí,Horacio;peroenestospaíses loshombresencuentran la

vidaenlamuerte,o,almenos,asílocreen.Simorimosahora,moriremosmarchandohaciaElla, ydondeperezcamos seráallídonde reencarnemosdenuevoy serámáscercadeElla.Yo,porlomenos,asíloharé;túpuedeshacerloquequieras.

—Yo hace tiempo que he determinado lo que tengo que hacer. Juntos hemoscomenzado esta aventura y juntos tenemos que llegar al fin. Quizá Ayesha sepa

www.lectulandia.com-Página40

nuestrasituaciónyvengaaayudarnos—dijeconunasonrisairónica.Despuésdehablarsobrelasprobabilidadesdedescenso,decidimoscortarlapiel

delyakentiras,parahacerconellaslasvecesdecuerdas.Despuésnosenvolvimoslas rodillas y la cara con trozos de piel hasta la altura de los ojos, con objeto deprotegerloscontralassalientesdelasrocas.

Hecho esto, hicimos un paquete con nuestras provisiones y nuestras ropaspesadas,yenvolviendoenellasunaspiedras,lasarrojamosporelprecipicio,puessillegábamosalfondoconvida,allílasencontraríamos,ysiperecíamos,yanonoserannecesarias.

Completos todos los preparativos, comenzamos uno de los más peligrososdescensosllevadosacaboporsereshumanos,sinmásayudaquenuestravoluntad.

Comenzamoseldescenso.Cuandoyahabíamosdescendido la cuartaparte,nosdetuvimos a descansar sobre una roca que sobresalía, y volviéndonos, miramos anuestroalrededor.

Verdaderamente,eraunlugarhorrible.Másprofundadeloquenosotroscreímos,lavertienteseveíacortadaporlacavidadqueantesmencioné.Aquellugarlúgubreydesoladornoeraelmásapropósitoparainfundiránimosalosque,comonosotros,descendíamoscontanpocoselementosdeayuda.

Volvimosaemprendereldescenso,concentrandonuestrossentidosenello.Estavez fue más difícil, pues las salientes eran cada vez menores, y dos o tres vecestuvimos que desviarnos para alcanzarlas y poder descansar. Las correas queechábamosporlassalientesdelasrocas,dejandolosdosextremosennuestramano,nossalvaronmásdeunavezdeldesastre.Luego,pararecobrarlas,noteníamosmásquetirardeunodeelloscuandollegábamosaotrasalientequenosservíadepuntodeapoyo.

Llegamosporfinalacavidad.Eraenorme;formaríaunarcodecircunferenciadecerca de setenta y cincometros de longitud. Aquí no había salientes. Únicamentealgunasbreñas,enlasquenopodíamosconfiarnuestraseguridad.

—Concuidado—dijoLeo.Verdaderamente,eradifícilintentarbajarmássinsaberquéeraloquehabíaenel

fondo; lomejor eradescolgarsey explorar cuál era lamejormanerade efectuar eldescenso.

Leímosnuestrospropiospensamientos,ysinnecesidaddemáspalabras,hicelospreparativosparabajaralfondo.

—No—dijoLeo—.Yosoymásjovenymásfuertequetú.Ven;ayúdame.Ycomenzóafijarunextremodelacorreaaunasalientedehielo.—Ahora,átameporlasaxilas.Parecíaunalocura,peronosepodíahacerotracosa.Tomélascorreas,ymientras

Leo descendía, yo iba sosteniendo el extremo libre, hasta que, poco a poco, se

www.lectulandia.com-Página41

desvaneció en la sombra. No necesitó Leo contarme lo que vio, porque yo lo vimomentosdespués.Loqueinteresaesloquesucedió,quefuetanrápidoquenopudeevitarlo.SeguramentequeaLeolefallaríaelpieenalgunadelassalientes,porque,depronto, sentí todoelpesode sucuerpoen lasmanos.Tirédeél instintivamentecuanto pude, y al hacer el apoyome falló el pie. ¡Quién sabe lo que pasó!Enmiterror solté las correas, obedeciendo al instinto de conservación, que obliga a unhombre a cuidar egoístamente de su propia vida. Si fue así, sólo pido perdón.Lascorreassequedarontirantesysujetasenlaroca,próximasaromperse.ElcuerpodeLeodebíadehaberrodadoporelabismo,destrozándoseenlassalientes.

—¡Leo!—exclaméaterrorizado—.¡Leo!Oíunavoz,quecreíadecía:"¡Ven!"¡Oh! ¡Leo vivía! ¡Me llamaba! Lo que realmente Leo quería decir era que no

fuese, pero yo no oía nada. Yo solamente sabía que Leo estaba herido, quizáagonizante,quenecesitabamiauxilio,eibaaprestárselodondeestuviera.

Endossegundosllegué.Parasalvarlenoteníamásremedioquepasarporunladodelavertiente,dondehabíaunafranjadehieloynopodíaagarrarmealassalientes.

Enmi loca carrera en busca de Leo,me dirigí hacia allí, pues la oscuridad enaquellos lugares era grande, y suponía queLeo habría caído hacia aquel lado. Eratantamicegueraquenomedetuveaseguirladireccióndelascorreas.LlamandoaLeoagritos,medirigíporlaestrechafranja,agarrándomealassalientes.Misojos,pocoapocoacostumbradosalaoscuridad,buscabanafanososelcuerpodemiamigo.Derepenteelsuelocedióamispies:elhieloserompiócomovidrio.Ansiosamentemeagarréconlasuñasaunassalientes,mientrasmispiessefijaronenunestrechomargenquedejóelhieloalromperse.Miposiciónnopodíasermáscrítica.Misuñas,incrustadas en las piedras, sostenían el peso de mi cuerpo, y mis pies, sin podersoportarloparanoromperelpuntoenqueseapoyaban,meobligabaaconservarlaposicióndeuncrucificado.;,Quémeimportabamisituación?

CuandoverdaderamentemeestremecídeterrorfuecuandoallevantarmisojosvielcuerpodeLeobalanceándoseenelespacio.Sujetobajolasaxilasporlascorreas,se veía imposibilitado de desasirse del terrible lazo. Mientras tanto, su cuerposuavementegiraba...,giraba...;enmihorrorlleguéacreerqueesonoeramásqueuna terrible pesadilla. Una angustia horrible se apoderó de todo mi ser. Miimprudenciamehabíaconducidohastaelextremo,nosólodedestrozarmivida,sinolademiamigo.Elsudormanabacopiosamentedemifrenteengruesasgotas.Yamisojos, acostumbrados a aquella oscuridad, veíanhasta losmásmínimosdetalles.LacaradeLeo,congestionadaporlapresiónqueensucuerpohacíalacorrea,memiróconunosojosquehelaronmisangre.Ensumanoesgrimíaelcuchillo,ydifícilmenteyalazarintentabacortarellazoquelomanteníacolgadosobreelabismo.Dosotresveces,ensusciegosgolpes,sucuchillohizopresaenlacorrea.Unoscuantosgolpes

www.lectulandia.com-Página42

más,ysucuerposeprecipitaríaenelglaciar.Cadagolpequedabaeraungolpequerecibíayoenmicorazón,conmoviendotodomiser.NoteníanifuerzasparagritaraLeoquenoconsumasesusuicidaobra;lavozsequedabamudaenmigarganta,sinsalirdemislabios.Elcuchillocortólaúltimafibraquelesujetaba,y¡horror!...Undesfallecimientoseapoderódemí.¿Paraquéqueríaahoravivir?Elúnico lazoqueme retenía en lavida estaría convertidoenuna informemasade carne.Susbrazosestaríanrotos,suspiernasdeshechasysucabezadestrozada. ¡Horror!. ¡No,no!Noqueríavivir.Midignidadhumanamegritó:"¡Nodebesvivir,puestucompañerohamuertodestrozadoportuculpa;siguesurutaahoramismo,portupropiavoluntad!"

Mesoltéde lassalientes;estemovimientoeraelquemelibertabade todosmisremordimientosydetodasmistorturas.Porunosmomentosmesostuveenequilibriosobremispies.Fueuninstantesolamente,mientrasmurmurabamipostreraoración,diciendo:

—¡Ya voy, Leo, junto a ti! —y con un impulso me precipité en la negraprofundidaddelglaciar.

www.lectulandia.com-Página43

LAGRANPUERTA

¡Oh! ¡Qué descenso por el espacio! Vi el fondo del glaciar acercársemerápidamente, como si se precipitase sobre mi cuerpo para aniquilarme con supoderosoempuje.

Uncrujido.¿Quéhapasado?Todavíavivo.Estoyenelagua;voydescendiendopocoapocohastalasdiferentestemperaturasdesusprofundidades.Creoquenovoya subir jamás a la superficie. Pero voy subiendo, subiendo. Las ideas vienen amicerebro;recuerdo.Debohabercaídoenelglaciar;elcrujidofue,sinduda,laroturadelasuperficiehelada.Así,pues,ahora,cuandosalgaaflote,encontraréelhielootravez. ¡Oh, qué horror pensar que después de haber sobrevivido a esta caída voy amorirasfixiadobajouna transparentecapaheladadevariosmilímetros!Mismanostocaronelhielo.Estabasobremí.Atravésdeélseveíalaluzdeldía.Diossealoado.Micabezaharotolacárcelquemeaprisiona.Veoquenoessinounadelgadacapa,formadaporelfríodelanocheanterior.Rompoelhielodemialrededor,formandounespaciolibrequemepermitamantenermeafloteenlasuperficie.

Aunossieteuochometrosmásabajo,¡albricias!,vielrubiocabellodeLeo.¡Leovivía!Rompiendoelhielodesualrededor,intentaballegaratierrafirme.

Alverme,susojosbrillarondealegría.Megritó:—¡Vivoslosdos,ysalvadoelprecipicio!¿Notedecíaquevamosguiadosyque

nuestrasvidassonsagradas?—Sí,pero¿adónde?—dijemientrasnosdirigíamosalaorillapróxima.Enella,dosfigurashumanasestabandepiecontemplándonos:unhombreyuna

mujer.Éleramuyviejo,peroensusojosbrillabaunfuegojuvenil.Suscabellosblancos

como la nieve, caían en mechones sobre sus hombros, y su cara, de sardónicosrasgos,eraamarillacomolacera.Hubiérasedicho talladaenmarfil.Susvestidurasparecíanserlasdeunmonjeoriental.Permanecíainmóvilviéndonoslucharporllegaralaorilla.Lamujer,demuyaltaestaturaysingularbelleza,nosseñalóconeldedo.

En laorilla,o,mejordicho, albordedeunade las rocasdel torrente,nohabíahielo; pero sí remolinos que nos hicieron agarrarnos el uno al otro, para, los dosjuntos, nadar conmás facilidad y ayudarnosmutuamente. Esto eramuy necesario,puesalaentradadeltorrentelafuerzadelosremolinoseragrande,y,sobretodo,lafrialdad del agua traspasaba mi cuerpo, produciéndome calambres. Leo, con muybuena idea, me quitó la pelliza de piel, para que pudiera nadar más fácilmente.Despuésañadió:

—Tomaelextremodelacorrea.Así lohice,puesyamequedabanpocas fuerzas.Leoenunadesusmagníficas

proezas, nadaba vigorosamente, remolcándome. Otro hombre cualquiera en sus

www.lectulandia.com-Página44

condiciones,hubieraperecido.Lacorriente,amedidaquenosacercábamosalaorilla,sehacíamásimpetuosa.Nuestras agotadas fuerzas no nos permitían casi luchar contra ella. A una

indicaciónquelabelladesconocidahizoalanciano,éste,conunaagilidadyfortalezaimpropiasdesuedad,sedirigióanosotros,yrecogiendodelsuelounlargobastónenforma de báculo, saltó por las rocas que bordeaban la orilla del torrente, yesperándonosenunapeñamássalientequelasdemás,nolejosdenosotros,noshizoseñasparaquedirigiéramosnuestramarchahaciaaquellugar,afavordelacorriente.Comprendimosaquellasmudasindicacionesyhaciaallífuimos.AlpasarLeo,seasiódesesperadamentealbastóndelviejobienhechor,elcualtiróhaciaél,hastallevarnosa un pequeño remanso, donde, después de desesperados esfuerzos, pudimos salir atierra.

Antes nos había sucedido un pequeño contratiempo. Al llevarnos hasta elremanso, tuvimos que cruzar otro lugar, donde la corriente era bastante fuerte. Elpobre viejo, a pesar de sus buenos deseos, era incapaz de dominar la tuerza quenuestroscuerposhacíanalserarrastradosporlasaguas.Enestemomento,lamujerdemajestuosaaparienciadesterróaquellaextáticacontemplación,yenunnoblegestofue en auxilio del viejo para impedir nuestra segura muerte, pues el estado deagotamiento en que nos encontrábamos nos hubiera impedido luchar unmomentomás.

Minutos después nos hallábamos sobre las rocas. La bella mujer, de pie antenosotros,conlosvestidosempapados,habíarecobradosuairedegravemajestad.SusojosmirabanextrañamentelacaradeLeo,desfiguradoporlasangrequebrotabadeuna herida en la frente. Era una mujer verdaderamente hermosa. Su mirada erainteligente,y todaellaestabaenvueltaenunairedeextrañasuperioridad.Después,diciendo algo a su compañero, se marchó sin dirigirnos la palabra. El viejo noscontemplaba,escrutándonosconsusvivosojillos.Noshablóenunalenguaextraña,que no comprendimos. Entendiéndolo así, se dirigió, al parecer, en otra lengua,aunque con el mismo resultado negativo. Trató nuevamente de hacerse entender,empleandounalenguaque,congranalegría,comprendimos:eraelgriego.Claroqueungriegomezcladoconpalabrasdeotraslenguas;peroenelcentrodeAsianoeraposiblepedirmayorperfección.

—¿Dequéconjuromágicooshabéisvalidoparallegaraestepaís?—Deninguno—contesté,valiéndomedelosconocimientosqueadquirídegriego

en la Universidad—. De cualquiera de las formas hubiéramos llegado aquí. Noconocemoslosobstáculos.

—Conocenlaantigualengua.Todoestalcomosenosavisódesdelamontaña—murmuróenvozbaja.Levantandolavoz,nospreguntó:

—Extranjeros,¿québuscáisaquí?

www.lectulandia.com-Página45

Yo,comoviejo,máscauto,nocontesté,puesinstintivamentevienaquelviejounenemigo.Leo,más jovenyembargadopor la emoción, contestóengriegopésimo,mezcladoconpalabrasdedialectostibetanos.

—BuscamoselpaísdondeestálaMontañadelFuego,cuyacumbreestácoronadaconelsímbolodelaVida.

Elviejoexclamó:—Entonces. ¿vosotros conocéis?... —mas reponiéndose rápidamente, agregó

desconfiado—:¿Aquiénbuscáis?Leorepitió,resueltamente:—AElla,alareina.Creoquequeríadeciralasacerdotisa;perosuescasoconocimientodelgriegole

impedía expresarse más claramente o quizá porque creía que la mujer a quienbuscábamosdebíadeserlareinadelpaís.

—Oh!—dijo el viejo—. ¿Buscáis una reina? ¿Entonces sois vosotros los quetenemosencargodeesperar?¿Cómopodéisdemostrarlo?

—Noeséstalaocasióndepreguntar—respondíbruscamente.deseosodeaclararlasituación—.Decidme,¿quiénsoisvos?

—¿Yo?Extranjeros:yosoyelguardiándelaGranPuerta,ylamujerqueestabaconmigoeslaKhaniadeKaloon.

Leo,agotadassusfuerzas,desfallecía.Notándolo,elviejomedijo:—Estehombreestámuyenfermo;veamos,ahoraquehabéisdescansado,sientre

losdospodemosllevarloamirecinto.Vamos.¡ayudadme!TomamosaLeo,quepenosamentearrastrabasuspies,ynospusimosenmarcha.

AunosdoscientospasosseveíalaGranPuerta,delaqueelviejoeraguardián.Eraunaenormeparedderoca,queseencontrabahoradadaenextensiónsuficienteparadejar pasar varias personas juntas. Por allí era por donde continuaba el caminointerrumpido por el precipicio. Tras la puerta, a la derecha, existía una escaleratoscamente tallada en la piedra, que comenzamos a subir. Las fuerzas de Leo lohabíanabandonadoporcompleto.Yyo,

¡pobredemí!,sentíaquepocoapocomeibadebilitando.Enloaltodelaescaleraapareciólamujerquenoshabíasalvado.Trasella,dos

servidores,vestidosconunaespeciedetrajetártaro,permanecíaninmóviles.Susojosdiminutos y sus caras amarillas no parecían conmoverse lo más mínimo por lapresencia de seres extraños. A unas palabras de su ama, bajaron hasta nosotros,recogiendo el cuerpo de Leo. Buena falta hacía, pues mis piernas se doblaban;agotadasmisfuerzas.

Conligerezasubieronescalerasarriba,llevandolapesadacarga.Apoyándomeenelviejo,losseguítorpemente.Llegamosatunahabitaciónhechaenlarocadondelamujer, a quien el viejo llamaba Khania, desapareció. Pasamos a través de varias

www.lectulandia.com-Página46

habitaciones, hasta llegar a una que parecía una especie de cocina.Un confortablefuego la caldeaba; a ella seguía otra que debía servir de alcoba, a juzgar por loslechosylaspielesqueallíhabía.EnunacamadepositaronelcuerpodeLeo.Elviejoguardián, ayudado por uno de los servidores, despojó a Leo de los harapos quecubríansucuerpo.Conunsignomeindicóquehicieralomismo.Lohicecongranalegría,pueslasropasquellevaba,trasmuchísimosdíassinquitármelasdeencima,noeranmásqueunmontóndeandrajosasquerosos.

A nueva señal del viejo, el otro servidor apareció con una gran jarra de aguacaliente,conlaquemelavéylavaronelcuerpodeLeo.Despuésnosuntaronconunasustancia oleaginosa para curarnos las contusiones y heridas, y cubriéndonos conmantas y pieles nos acomodaron en los lechos. Desapareció el viejo, volviendo alpocoratoconuntazóndebarro,haciéndomebeberpartedesucontenido.Después,entreabriendolabocadeLeo,lehizoingerir.elresto.Instantáneamente,unbenéficocalorsedejósentirportodomiser.Almismotiempocomencéasudarcopiosamente,yperdílanocióndetodoloquesucedióamialrededor.

Asípasarondías,sinquemicerebrosedieracuentadenada,atormentadoporlafiebre.

Una noche la lucidez pareció aclarar mi inteligencia. No sé cuándo fue. Sólorecuerdoqueeraunanocheplácida.Lalunabrillabaenuncielolimpiodenubes.Susrayos, pasando por la ventana, caían sobre la cama de Leo. Vi aquella mujerdesconocidaque,sentadaasulado,velabasusueño.Miamigo,soñando,murmurabapalabras,oraeninglés,oraenárabe,sinilaciónnisentidoalguno.Ella,interesada,noperdíaningunade laspalabras, tratando,quizá,dehallarenellasalgúnsignificado.Comomovidaporunresorte,selevantódesuasiento,ydepuntillas,llegóhastamí.Viéndolavenir,mehiceeldormidoparamejorobservarla.

Yo estaba verdaderamente intrigado. ¿Quién era esta mujer a quien el viejoguardiánllamabalaKhaniadeKaloon?¿SeríalareencarnacióndeAyesha?¿Porquéno?No;nopodíaser.SihubiesesidoElla, estoyseguroque lahubiera reconocidoinmediatamente.

No; por ese punto no había duda alguna.Me miró; y, al parecer, no hallandoningunasoluciónasuaparenteduda,volvióseasentarjuntoaLeo.Miamigo,pasadasucrisis,dormíaprofundamente.Elsilencioeracompleto,tanto,quehubieranpodidooírselaspalpitacionesdesucorazón.Fueestavezellaquiencomenzóamonologardemaneraextraña.Susestanciamepermitíaoír,sinperderpalabra.Seexpresabaenelmismo griego bastardo con que antes nos entendimos con palabras eran apenassordosmurmullos;peroelsilenciodelaelviejoguardián,sibienmezclabapalabrasmongólicas,comoencasitodoslosdialectosdelAsiaCentral.

Suextrañomonólogonodejódeinquietarmeunpoco.—Hombresoñado!—murmuraba—.¿Aquéhasvenido?¿Quiéneres?¿Porqué

www.lectulandia.com-Página47

Heseameobligóaveniratuencuentro?Guardósilencio.Nuevamentecomenzó.—Duermes, estoy segura, aunque en el sueño los ojos están a veces abiertos.

Pero,contéstame,teloruego,¿quéextrañolazonosune?¿Porquétehevistotantasvecesensueños?¿Porquéteconozco,extranjero?¿Porqué?

La voz, que era dulce ymelodiosa, se fue apagando dulcemente.Al inclinarsesobreLeo,susbuclesrozaronlacaradeéste.Instintivamentesellevólasmanosalaparterozada,y,sujetandoelmechóndecabellos,dijoeninglés:

—¿Dóndeestoy?¡Oh!¡Yarecuerdo!Sus ojosmiraron cuanto lo rodeaba, comobuscándome.De pronto, dijo, en su

pésimogriego:—Ya recuerdo; vos sois la dama que nos salvó de las aguas. Decidme: ¿sois

también esta reina a quien busco desde hace largo tiempo y a quien no puedoencontrar?

—No sé —contestó ella, con una voz dulce como la miel y ligeramenteemocionada—.Nosé;peroyosoylareina;sí,reinaesunaKhaniadeKaloon.

—Entonces,dime,reina:¿teacuerdasdemí?—Tehevistoen sueños—contestó—,ycreoquenoshemosencontradoenun

pasadoqueestámuylejos.Sí,lopresentídesdeelprimermomentoquetevienelrío.Extranjero,dime,teloruego:¿cuálestunombre?

—LeoVincey..Ellamoviósucabeza,condesaliento.—¡Noosconozco!,pero,sinembargo,yooshevistoantesdeahora.—¿Que me conocéis? ¿Cómo podéis conocerme? —dijo Leo, agotando las

últimasfuerzasquemomentáneamentelereanimaban.Después,nopudiendoresistirmás,sucabezavolvióacaerpesadamente.

Ella lo miraba sin perder detalle. Sus ojos parecían como fascinados. La viinclinarsesobrelacabezadeLeo,ydulcementedepositóunbesosobresuslabios.

Entoncesmedescubrió.Atónito,mudoyelectrizadoporlasingularescenaqueacababadever,sinsaber

loquehacía,mehabíaincorporadoenellecho.Sí,mevioespiandosuacciónytalfuriaseapoderódeella,quecreíllegadamiúltimahora.

—¡Maldito!¡Mehasespiado!—dijo,entredientes.Ensumanobrillabauncuchillo,quedestinaba,sinduda,paramicorazón.Enese

momentodepeligro,misangrefríavolvióhaciamí,yconformeavanzó,alarguémimanoimplorando.

—¡Oh!, por compasión, por piedad, dadme de beber; la fiebre me quema; meabraso -moví losojos,comoaquelquebuscaalgoquenoveyvolvía repetir-Porpiedad,dadmealgodebeber.¡Oh,amigomío!Vosaquienllamanelguardiándela

www.lectulandia.com-Página48

GranPuerta,¡dadmedebeber!Reuniendo mis pocas dotes de actor, trágicamente me arrojé como extenuado

sobremi lecho. Ella quedó desarmada, por cuanto, tomando un jarro de leche quehabíasobreunamesapróxima,llevóloamislabios,mientrassusllameantesojos,enlosquereflejabalarabiaylapasión,escrutabanmicara,tratandodeencontraralgúnsignodelator.

—¿Tembláis?—medijo—.¿Lossueñosnoosdejanreposar?—Sí, hermana—contesté—. Así es. Los sueños del maldito precipicio no me

dejandormir.—¿Queréisalgomás?—preguntó.—No,nadamás.¡Oh,quéjornadamásduraparaencontrarunareina!—¿Paraencontrarunareina?—replicó,intrigada—.¿Quéqueréisdecir?¿Estáis

seguro?¡Juradmequenosoñáis!—¡Os lo juro! —dije—. Os lo juro por el símbolo de la Vida y la Montaña

Sagrada,yhastaporvosmisma,¡ohreinadelostiemposremotos!Simulé entonces un desmayo, pues no me convenía decir ni hacer nada más.

Cerré los ojos, y, entreabriéndolos un poco, pudever que su cara, antes rosada; sevolvía pálida como la cera. Parecía que mis palabras la habían afectadoprofundamente.No sé qué clase de pensamientos agitaban a aquellamujer pues, apesardeesto,sumanoempuñabatodavíaladaga.Trasunapausa,hablandoconsigomisma,dijo:

—Mealegroquesueñe,puessialgohubieraoído,serialobastanteparadictarsusentenciademuerte, y noquieroqueunviajeroque tantohapasado, que tantohaluchadopor llegar hasta aquí, tenga como todo funeral que servir de carnaza a losMastinesde laMuerte.Además,aunquepareceviejoy repugnante, tieneelairedehombreprudenteydiscreto.

Aunquemucha satisfacciónme produjo su concepto, no dejé de pensar en losMastines de la Muerte. Oí los pasos del guardián en la escalera, y a los pocosmomentosentróésteenlahabitación.

—¿Cómovanesosenfermos,sobrina?—preguntó.—Estándesmayadoslosdos.—¿Esverdad?Yocreíaqueibanmejorando,meparecióhaberlosoídohablar.—¿Quéesloquehasoído,Mago?—preguntócomopicadaporunavíbora.—¿Yo?¡Nada!Heoídosolamenteelruidodeunadagaalsalirdesufundaylos

lejanosaullidosdelosMastinesdelaMuerte.—¿Yquéesloquehasvisto?—preguntódenuevo.—Extrañascosas,Khania,sobrinamía;perocuidado;estoshombresvuelvenen

sídesuletargo.—Escucha—dijoella—.Mientrasésteduerme, llevaalviejoaotrahabitación,

www.lectulandia.com-Página49

puesesconvenienteestecambio.Además,elmásjovennecesitamásespacioymásaire.

Elguardián,aquienella llamóMago,sosteníaunalámparaensumano.Laluzdabadellenoensucara,ypudeobservarlaconelrabillodelojo.

Puso una expresión tan extraña, que no dejó de alarmarme.Desde el principiodesconfiédeestehombre,quemeparecióvengativoyrastrero.Ahoraleteníamiedo.

—¿Aquéaposento,Khania?—preguntóconciertoretintín.—Llévale—dijo ella, lentamente— a uno donde pronto recobre la salud. Este

hombredebeserprudente.Además,conoce laexistenciade laMontaña,ycausarlealgúndañopodríaserpeligroso.Pero¿porquépreguntáiseso?

—TedijeantesqueoíaullaralosMastinesdelaMuerte.Hacesbien:laabejaquebuscaelpolen,debelibarloantesdequelasfloressemarchiten;peronoolvidesquehaymandatoscontralosqueesneciorebelarse,máximesinopodemoscomprendernadadesusignificado.

Yendohacialapuerta,soplóunsilbato,einstantáneamenteseoyeronlospasosdelosservidores.Lesdiounaorden,ytomándomeentrelosdosmellevaronatravésdesombríoscorredores,y,subiendoporunasescaleras,llegamosaunahabitacióndelamismaformacasiquelaanterior,aunquenotangrande,dondemedejaronsobreunlecho.

Elviejomeescrutabaparaversivolvíademidesmayo.Meagarróunamanoyme tomó el pulso.El resultadodel examenpareció extrañarle, por cuanto nopudoevitar una exclamación. Después me dejó. Cuando aún oía sus pasos, me quedécompletamentedormido,debilitadoporlasemocionesdeldía.

Cuandodesperté, eraunhermosodía.Mi imaginaciónestabadespejada.Estabacontentocomonunca.Ahorarecuerdoquetodoloquesoñénoerasinolainfluenciade las emociones anteriores. Yo había visto y había oído demasiado. Estaba enpeligro;losabía.

Estamujer llamadaKhaniasospechabaqueyo lahabíavistoyoído.Aunque lehabíahabladodelSímbolodelaVidaydelaMontañadelFuego,ydesarmadoconmi comedia, estoy seguro queme profesaba un odio tal que no dudaba que habíaordenadoalviejoguardiándarmemuertedeunaformaodeotra.Peronoséporquéme parecía que él no se mostraba muy propicio a obedecer la orden. Tengo laseguridaddequenomematóenaquellos instantesporque teníamiedodehacerlo.Creoquetambiénenalgoinfluyólacuriosidaddesaberquéeraloqueyosabía.Loprincipaleraquetodavíavivía; luego,losacontecimientosseencargaríandehablar.Eranecesarioobrarconprudencia,y,sierapreciso,fingirunaignoranciacompleta.Siguiendotodasestasconsideraciones,lleguéenellashastalaescenaquehabíavisto,yquetanapuntoestuvodeserlacausademimuerte.

¿EraestamujerverdaderamenteAyesha?¿Quién,exceptoAyesha,podíaconocer

www.lectulandia.com-Página50

algosobrelavidaanteriordeLeo?¡Nadie!¿Pero,porquéno?¿Ysi loqueKou-enysusmonjescreíaneraverdad?Si las

almasdelossereshumanossoninmortales,ysupasosobrelatierranoessinounasucesióndecuerposfísicosquecambiandeforma,sereproducenymueren,mientraselalmanomuere,sinoquereencarnanuevamente,yasí,pormillonesymillonesdeaños.¿PorquéentoncesnohabríadeconocersuexistenciaanteriormásqueAyesha?Por ejemplo, aquella hija del Faraón, llamada Amenartas, que hizo presa en elcorazóndeciertoKalikrates,sacerdotedeladiosaIsis,aquienlosdiosesprotegíanylosdemoniosprestabanobediencia.

¡Oh!Ahora la luz parecía hacerse enmi cerebro.Amenartas y laKhania, estamujermajestuosa,en laque lasoberbiayelorgullodeestirpeparecía reflejarseencadamovimiento,¿noseríanunamismamujer?Aquellaquefuemaga,yqueconsusartes consiguió hechizar al sacerdote hasta el punto de arrebatarlo del culto de ladiosa, ¿no sería la reina de este país desconocido? Si esto era así, si ella eraAmenartasreencarnada,¿nointentaríaotravezhacerlerenunciarasuextrañoideal?Solamente el pensar en el futuro me hizo estremecer de inquietud. La verdad laconoceríamos;pero,¿cómo?...

Sumido en estas reflexiones estaba, cuando la puerta se abrió. En el marcoapareciólaamarillentacaradelviejo,aquienlaKhaniahabíallamadomago.Avanzóunospasos,yseparóantemí.

www.lectulandia.com-Página51

LAPRIMERAPRUEBA

Cortésmente,mepreguntócómomeencontraba.—Mejor—contesté—;bastantemejor.Perodecidme:¿cualesvuestronombre?—Simbrí —respondió—; y como os dije anteriormente, por herencia, soy el

guardiándelaGranPuerta.Porprofesión,soyelmédicoreal.—¿Queréisdecirmédico,omago?—pregunté,imprudentemente.—Hedichomédico;y,graciasamiarte,vosyvuestrocompañerotodavíavivís.

Denoserasí,nohubiéraisresistidounsolodía,dadoellastimosoestadoenqueosencontrábais.

Perodecidmetambién:¿cómoosllamáis?—Holly—dije,simplemente.—¡Oh;huéspedHolly!Soismiamigo,puesestáisenmicasa.—Perdonadmisanteriorespalabrasaltomarospormago.Massilamemoriano

meesinfiel,recuerdovariaspalabrasquemehacencreerquevosylabellaKhanianoosencontrábaisenaquelloslugaresciertamenteporelplacerdepescar.

—Eso es, extranjero. Estábamos a la pesca de hombres, y pescamos dos —respondió,riendo.

—¿Porcapricho?—pregunté.—No,pordesignio.Misestudiosdemedicinaincluyentambiénelestudiodelos

hechos futuros, pues he leído vuestra llegada recientemente, os esperábamos conimpaciencia.

—Verdaderamenteesextrañoycurioso;¿asíqueaquíelmédicoyelmagosonunamismacosa?

—Si así lo creéis... Pero decidme: ¿existe algún país en que los extranjeros notenganqueadmirarsedealgo?

—¡Oh!—contesté—;quizánosepáisquenosotrossomosinfatigablesviajeros,yquetambiénhemosestudiadomedicina...

—Cierto es; así lo creo; de otra forma, no hubiera sido posible cruzar lasmontañasenbuscade...Decidme,¿quéesloquebuscáis?Vuestrocompañerohablódeunareina,alláeneltorrente.

—¿Qué habló? ¿Qué . es lo que habló? No. Seguramente, al ver una mujerbellísimaquenossalvódelamuerteyaquienllamabanKhania,pensóquedebíaserunareina.

—En efecto: una reina es. En nuestro país,Khania quiere decir reina; aunque,amigoHolly,creoqueunhombredeestudioscomovosnopodíaignorarestascosas.Masdecidme,¿cómohabéisllegadoaaprendernuestralengua?

—Fácilmente. La lengua que habláis es antiquísima. En mi país he pasadomuchos años aprendiéndola y enseñándola. Es el griego. Pero aunque todavía se

www.lectulandia.com-Página52

habla en el mundo, no comprendo cómo ha podido llegar hasta estas apartadasregiones.

—Yooslodiré:hacemuchosaños,ungranconquistador,nacidoenelpaísdondesehablaestalengua,llegóhastalastierrasqueseextiendenalsur,trasesasmontañas.Cuando ya se retiraba, uno de sus generales, que pertenecía a otra raza, cruzó lasmontañas,ytriunfandosobrelosnaturalesdelpaís,obligóaloshabitantesaaceptarsu lenguay su religión, suscostumbresy susciencias.Aquí estableció sudinastía,que todavía rige; pero nuestra situación geográfica en medio del desierto, yencerradosentrelasmontañas,nosimpidecomunicarnosconelrestodelmundo...

—Sí,conozcoalgosobreestahistoria.ElconquistadorsellamabaAlejandro,¿noeseso?

—¡Esoes!YelgeneralquellegóhastaaquísellamabaRassen,yeranaturaldeEgipto,o,porlomenos,asílodicennuestrosanales.Susdescendientessonlosquesiemprereinan,ylaKhaniallevasusangreenlasvenas.

—Así,pues,¿ladiosaaquienellosadorabansellamabaIsis?—dije,pasándomedelisto.

—No—contestó—.¡SéllamabaHes!—¡Lo que es igual!—interrumpí—.Hes es uno de los nombres de Isis. Pero,

decidme, ¿su culto se profesa todavía?Lo pregunto, porque enEgipto, que fue sucuna,sehaextinguidohacemuchísimosaños.

—Existe un templo en la montaña —contestó, indiferentemente—. En él haysacerdotes y sacerdotisas que practican el antiguo culto. Pero el verdadero dios deestepueblo, desde losdíasdeRassen, es elFuegoque arde en lamismamontaña,que,detiempoentiempo,seenfureceyestalla,matandoamuchosdesusadoradores.

—¿Y es verdad que vive una diosa entre el Fuego? —pregunté, siempreimprudente.

Memiróconsusojillos,comoqueriendosondearmipensamiento,ymedijo:—Extranjero, no conozco nada acerca de esta diosa. La Montaña es sagrada.

Pretenderconocersussecretos,esmorir.¿Porquémelopreguntáis?—¡Por nada! Únicamente porque estudio las antiguas religiones. Viendo el

SímbolodelaVidasobreaquellacumbre,meintrigué.Lleguéhastaaquípara,entrevosotros,estudiarvuestrastradicionesjuntoalossabiosdelpaís.

—Entonces, abandonad este estudio, amigo Holly: vuestro camino se extiendeentreloscolmillosdelosMastinesdelaMuerteylasflechasdelossalvajes.Además,yocreoquerealmentenohayanadaqueestudiar.

—Masdecidme,amigo,¿quésonlosMastinesdelaMuerte?—Ciertarazadeperrosmonstruosos.Deacuerdoconnuestrascostumbres,todos

losquefaltanalaleyoalavoluntaddelKhan,soncondenadosaserdespedazadosporellos.

www.lectulandia.com-Página53

—¿LavoluntaddelKhan?¿VuestraKhania,entonces,escasada?—Efectivamente,consuprimo,quereinabaenlamitaddelpaís.Ahoralosdos,

unidos, han constituido uno solo, mayor y más poderoso. Pero habéis habladodemasiado.Vinesolamenteadecirosquevuestracomidaestabalista.Mevoy.

Volviéndomelaespalda,marchóhacialapuerta.—Unapreguntasolamente,amigoSimbrí.¿Cómovineaestahabitación?¿Dónde

estámicompañero?—Dormíais cuando os trasladaron; así convenía a vuestra salud, y veo que el

cambiooshamejorado.¿Norecordáisdenada?...—De nada absolutamente —respondí, presto—. Pero, ¿y mi compañero?

Decidmedóndeestá.—Vamejorandorápidamente;laKhaniaAtenecuidadeél.—¿Atene?—dije—.Este esunantiguonombreegipcio.QuieredecirDiscode

Sol,unamujerquevivióhacemuchosmilesdeañosyfuefamosaporsubelleza,sellamóasí.

—Ybien;¿esquemisobrinaAtenenoesundechadodebelleza?—¿Cómopuedoyodecíroslo,amigoSimbrí,siapenasconozcoavuestrasobrina?Salió de la habitación, y los servidores, siempre silenciosos, me trajeron la

comida.Mástardelapuertasevolvióaabrir,y¡ohsorpresa!,dejópasoalaKhaniaAtene,

que cerró y corrió el cerrojo tras de sí. Esta medida no me tranquilizó; pero, sinembargo, incorporándome, la saludé tan cortésmente como pude, aunque, a decirverdad,aquellamujermedabamiedo.Parecióleermispensamientos,porcuantomedijo:

—Tranquilizaos;noosmováis.Notemáis.Decidme:¿quéesdevosesehombreaquienllamáisLeo?¿Esvuestrohijo?No,nopuedeser.Perdonadme:¡laluznonacedelastinieblas!

—No es ésa mi opinión, Khania, pues siempre he pensado lo contrario; perotenéisrazón:noessinomihijoadoptivo,elhombreaquienmásquieroenelmundo.

—Decidme,¿québuscáisenmipaís?—Elcaminoquenos llevehasta lamontañacuyacumbreestácoronadaporun

nimbodefuego.Sucarapalidecióaloírestaspalabras;pero,reponiéndose,añadióconvozsegura:—Allí no hallaréis sino la muerte. Es imposible llegar hasta la cumbre. Sus

laderasestánllenasdesalvajesquelaguardan,ynocaminaréislargotrechosincaerbajo sus mortíferas flechas. Allí se encuentra el templo de Hesea. Violar estesantuario representa lamuerteparacualquierpersona,y lamuertemás terriblequeimaginarse puede: arrojados a las llamas del fuego que nunca se extingue en lacúspidedelaMontañaSagrada.

www.lectulandia.com-Página54

—Y¿quiéneselsumosacerdotedeesetemplo?—pregunté.—Unasacerdotisaaquiennuncahevisto;estanviejaqueparaevitarlasmiradas

curiosasvasiemprecubiertadeespesosvelos.La sangre circuló por mis venas con intensidad, y una extraña emoción se

apoderódemí.Recordédeotrasacerdotisaqueeramilenaria,yqueseocultabaconespesosvelosdelasmiradascuriosasdelosdemás.

—¿Sabéisloqueosdigo,Khania?Queveladaodescubierta,queremosvisitarla;tengolaseguridaddequeseremosbienrecibidos.

—No. No lo haréis. Hacer eso, representa la muerte, y no quiero que vuestrasangrecaigasobremicabeza.

—¿Quién es la más fuerte, Khania? ¿Vos o la sacerdotisa de la Montaña delFuego?

—Yosoylamásfuerte,Holly.Mirad;siyoquisiera,aunaseñalmíasesentamilhombresselanzaríancomounosolo,enferozguerra,mientrasquelasacerdotisanotienemásfeudosquesussacerdotesyunascuantastribusdesalvajesquelarodean.

—La fuerza no lo es todo en el mundo —contesté—; mas decidme, Khania,¿visitafrecuentementelasacerdotisaelpaísdeKaloon?

—¡Nunca!¡Nunca!Existeunantiguopacto,quesehizodespuésdeunaterribleguerraentrelastribusdelamontañaylosmoradoresdelllano,yseconvinoenqueelsololechodequeellacruzaraelrío,significaríaelfindelapazyelprincipiodelaguerra.Delamismamanera,aexcepcióndelosfuneralesdealgúnmagnateoalgunaceremoniadealtorelieve,ningúnKhanoKhaniadeKaloonsubiríaalamontaña.

—Pero,decidmedeunavez:¿quiéneselverdaderoseñordeestepaís?¿ElKhandeKaloon,olasacerdotisadeltemplodeHesea?

—En lo religioso, la sacerdotisa deHesea, que es nuestro oráculo y la voz delcielo.Enlosasuntosmaterialesypolíticos,elKhandeKaloon.

—¿ElKhan?Vosestáiscasada:¿noesasí?—Asíes—contestó—,yyoosdiréloqueprontosabréis,siesquenolosabéis

ya.Soylamujerdeunloco,quealmismotiempoeselhombreaquienmásodio.—Loúltimoyalosabíayo,Khania.Memiróconlosojosrelampagueando.—¿Qué?¿Quéesloquesabíais?¿Osdijoalgomitío,elGranMagodelaCorte?

No.Vosvisteis.Comomefiguré,mevisteis.Hubierasidomejorhaberosdadomuerteenelacto.¡Oh!¡Quépensaréisdemí!

No contesté, pues, en realidad, no había pensado sobre ella en este respecto.Ahorateníamiedodequeestallarasucóleraysuvenganza.

—¡Yo!La que siempre odió a los hombres, la que, os juro, sus labios son tanpuroscomolasnievesdelamontaña;yo,laKhaniadeKaloon,aquienllamanladelcorazóndehielo,nosoysinounapobremujer.

www.lectulandia.com-Página55

Diciéndome esto, se echó a llorar amargamente cubriéndose la cara con lasmanos.

—¡No!¿Porqué?Habráalgunasrazones.Explicadme.Quizápuedaserosútil—ledije,procurandoconsolarla.

—Sí,existenmotivosquemeimpulsanaobrarcomoobré.Yaquetantosabéis,podéisya tambiénsaberlo todo.Yo,comomimarido,debohaberperdido la razón.Desdeelprimermomentoquevilacaradevuestrocompañero,lalocuraseapoderódemí.Yo,yo...

—Vos... lo amáis —le dije, tratando de acabar la frase—. Eso no tieneimportancia;esohapasadotambiénaotraspersonas,sinquehayanestadolocas.

—¡Oh!Esalgomásqueamor.¡Espasión!Aquellanochenoséloquehice.Unafuerzaocultameempujó,meobligóaello.Sí,nopuedonegarlo.Soysuya,todasuya.Yélserámíoporqueloadoro,ydenadiemás.

Con esta brutal declaración, muy peligrosa en las circunstancias en que nosencontrábamos,saliódelahabitación,sindecirmeniadiós.

TresdíaspasaronsinquevolvieraaveraKhania.Simbrí,quemevisitabatodoslos días, me informó que Atene había regresado a la ciudad a preparar nuestroalojamiento.

Tratédequeme indicara la formadepoderveraLeo,peromuyfinamentemecontestóquemi amigomejoraba, y quenonecesitabamis cuidados.Sospechéquealgo anormal pasaba, aunqueno suponía lo quepudiera ser.Enmi impaciencia desabernoticiassuyas,tratédeenviarleunacartaescritaenunahojademidiario;peroelesclavoamarillo,herméticocomosiempre,noquisonitocarlo.Simbrímepreguntóluegoquéqueríayoquehicieraelpobrediabloconescritosquenopodíaleer.

Por fin, la tercera noche, decidí arriesgarme y jugar el todo por el todo paraencontraraLeo.

Estabafuerte,ypodíaandarconsoltura,sinnecesidaddeapoyo.Amedianoche,alumbrándome con la luz de la luna, salté de mi lecho, me vestí, y, tomando uncuchillo,laúnicaarmaqueposeía,salídelahabitación.

Cuandome sacaronde la cámaradondeme encontraba conLeo, procuré en loquepudetomarnotadelcaminoquehacíamos.Recordabaexactamentelosdetalles,yprontomehalléfrentealahabitacióndeLeo.Porlapuertaentreabiertaviquehabíaalguienallí.

¡EraKhaniaAtene!Miprimerpensamientofuehuirhaciamicuarto,peronolohice;apesardeque

dabaporseguroqueseríadescubierto.Determinéafrontarlotodo,ysiellameveía,lehablaría claramente y le diría que no podía estar más tiempo sin saber cómo seencontraba Leo. Me pegué a la pared, y esperé los acontecimientos, un tantoemocionado.

www.lectulandia.com-Página56

Lavisalir,cruzarelcorredor,ycomenzarasubirlasescaleras.¡Diosmío!¿Quéhacer?

LlegarhastaLeoeraimposible;habíacerradolapuertaconlallavequellevabaconella.

¿Volverhacia atrás?No; ¡la seguiríahastaverdónde iba, y simedescubría, lepresentaría la misma excusa! Sabía que jugaba la vida; pero, ¿qué importa?¡Adelante!

Siguiéndola,memetíenunlaberintodecorredoresydeescalerasdecaracolquedaban vueltas y vueltas. Por fin llegó a un descansillo en el que había una puertaentreabierta.Eraantiquísima;laluzsefiltrabaatravésdesusagrietadasroturas.Enlahabitaciónseoíahablaradospersonas:aSimbríyalaKhania.

—¿Hassabidoalgo,sobrinamía?—leoípreguntar.—Poco,muypoco—contestóella.Impulsadoporlaseddeconocertodoaquelmisterio,yllevadoporlaosadía,me

aventuréamiraratravésdeunadelasgrietasdelapuerta.Frenteamí,recibiendodellenolaluzdelalámpara,antelaqueSimbríseencontrabasentado,estabaAtene,depie.Estabaverdaderamentebella.Susropaseranriquísimas,yenlacabezalucíaunapequeña corona de oro, bajo la cual sus cabellos se deslizaban hasta las caderas.Viéndola, comprendí en seguida que aquello obedecía a algún fin secreto, pues sehabíaarregladoconesearteygraciaexquisitaquesabetenerlamujercuandotratadegustaraunhombre.Simbrílacontemplabaconcuriosidadretratadaensuspequeñosojillos.

—¿Quépasóentrevosotros?—inquirió.—Lepedíquemedijeraclaramentecuáleseranlasrazonesqueleimpulsarona

venirhastaaquí.Segúnpudededucirdesusvagasrespuestas,vinoenbuscadeciertamujerderarabelleza...Nomequisodecirnadamás.Lepreguntésieramásbellaqueyo.Muycortésmentemerespondióqueseríadifícilaventurarcuáldelasdoseralamásbella...

Entoncesfuecuandoledijeque,aunquenomegustabahablardeestascosas,nohabíaentodoelpaísmujerquecausaramásadmiraciónqueyo.Además,queeralareina,yqueyoynootrahabíasidoquienlehabíasalvadolavida.Ledijetambiénquemicorazónmedecíaqueyoeralamujeraquienélbuscaba...

—¿Quémás?—preguntóSimbrí,impacientemente.—Medijoquequizáfueraasí;yaqueestamujerhabíareencarnadodenuevo;que

meestudiaría.Mepreguntótambiénsihabíapasadoalgunavezatravésdelfuego.Lecontestéqueelúnicofuegoenelquemialmasehabíaabrasadoeraenelqueardíamipechoahora.

Medijo:"Enseñadmevuestroscabellos";puseensusmanosmisbucles.Éldesatólossuyos,quecayeronhastasushombros,comounacascadadeoro. ¡Oh,Simbrí!;

www.lectulandia.com-Página57

¡eran los cabellosmás hermosos que enmi vida he visto: suaves como la seda, ybrillaban con reflejos metálicos! En mi vida vi unos cabellos tan hermosos y tanfragantescomoaquéllos.

—Vuestroscabellossonhermosos—dijo—;peroved,nosonlomismoquelosmíos.

—Sin embargo, no encontraréis una mujer con una cabellera comparable a lavuestra.

—Quizátengáisrazón;peroloqueyobuscoesalgomásqueaunamujer.Tratédesonsacarlealgomás,peronopude,sentíaqueunodiolocoseapoderaba

demicorazóncontraestadesconocida,yentonces,sinpodercontenerme,medeshiceen improperios que nunca debiera haber dicho.Ahorame arrepiento.Yo te ruego,Simbríquebusquesentreloslibrosquesólotusabiduríapuededescifrar,ymedigasquién es esamujer a quien busca, y dónde está. ¡Busca; busca pronto, que quieroencontrarla,ymatarlasipuedo!

—Bien; ahora lo has dicho: ¡si puedes! —dijo Simbrí—, y si vive. Perocomencemosporelprincipiodeestaextrañaaventura:primerorecibimosunacartadelTemplode laMontaña,queelSumoPontífice,elsacerdoteOros, teenvióhacealgúntiempo;¿noeseso?Veamosestacarta.

Uniendolaacciónalapalabra,tomóunlegajodeentreunmontóndepergaminosquehabíasobreunamesayselomostróalaKhania.

—Lee;prefierooírlodenuevo.Simbríleyó:"—DeHesea,delTemplodelFuego,aAtene,KhaniadeKaloon."Hermana: He sido informada de que dos extranjeros de una raza occidental

llegaránenbreveatupaís,enbuscademioráculo.Elprimerdíadelapróximaluna,teordenoquetúytutío,elsabioSimbrí,guardiándelaGranPuerta,vigiléiselrío,en el glaciar formado al pie del antiguo eamino, pues por el él vienen los dosextranjeros.Ayúdalosentodo,ytráelossanosysalvoshastalaMontaña.Detodoloque les suceda, te exigiré estrecha cuenta.Yonovoy a su encuentro, porque si talhiciéramosromperíamoselpactoacordado,elcualdicequeHesea,ladelSantuariodeFuego,nodebepisarelpaísdeKaloonsinqueseprovoquelaguerra."

—Parecequenosetratadesimplesvagabundos—dijoSimbrí—.Heseaconocesullegada,ylosespera.

—Noseránvagabundosoaventureros,peromicorazónesperabaaunodeellos..NocreoqueHeseaeslamujerquebuscan...

—Esquehaymuchasmujeresenelsantuario—dijoSimbrí, fríamente—.Siesque,enrealidad,intervienealgunamujer.

—Nomeimportaquiénlesespere.ElhombrequeamonoiráalaMontaña.—Sobrinamía,noolvidesqueHeseaespoderosa;quebajolassuavespalabrasde

www.lectulandia.com-Página58

suescritoseescondeunaamenaza.Tieneservidoresen la tierrayenelaireque ledancuentadetodoloquesucede.Aestashorasyasabrálallegadadeestoshombres,yestaráinformadadequelosretenemosennuestropoder.Sabesqueteodiaatiyatucasta, losRassen, desde hacemuchas generaciones. Por eso no te aconsejo que tepongas frenteaellaydesates sucólera,puesesunespíritu ferozy terrible.Sielladicequeestoshombresdebenir,déjalosmarcharenbuenahora...

—¡Noirá!¡Élnoirá!Dejarémarcharalotro,siquiere,¡peroaélno!—Atene,reflexiona.¿QuévasahacerconesehombreaquienllamasLeo,sise

enamoraradeti?—preguntóelmago.Mirándoleduramente,lecontestóconfrialdad:—¡Loharémimarido!

—Primerodebequererloél,ysegundo,¿cómounamujerdenuestrarazapuedetenerdosmaridos?

—¡No tengomarido! ¡Tú lo sabes tanbiencomoyo!Además,por los lazosdefamiliaquenosunen,nopuedesabandonarmeenelmomentoquemásnecesitodetipararecobrarlalibertad.

—Así, pues, ¿pretendes estrechar estos lazos pormedio de un asesinato? ¡No!¡Atene,desechaesa idea!Ya tusculpaspesandemasiadosobremicabeza.Estásalbordedelabismo.Consigueelamordeesehombreportuspropiosmedios,odéjalemarchar,quecreoeslomejor.

—¡No!¡Noledejarémarchar,opocohedepoder!Loamo,yodioalamujeraquienelama,queendurece.sucorazónantelaventurademiamoreterno.¡Oh,GranMago!Túquepuedesleerelfuturoyelpasado,dimeporpiedad,¿quéhasleídoenlasestrellas?

—He sabido, Atene, que tienes razón. Que un estrecho lazo os unió en otraexistenciaaestehombreyati.Quehoyentrevosotrossealzaunpoderosoobstáculo,quemiciencianopuededefinir...,yhesabidotambiénqueelfindeestehombre,detiydemí,estámuypróximo.

—¿Mi fin está próximo?—exclamó con soberbia—. ¡Entonces llevaré hasta elfinmisdeseos!

—¡Cálmate!Meditaqueelpoderdequien tehehabladoantespuede seguirnoshastamásalládelamuerte.

—Mejor—contestóella—.Loscegaremosconelpolvodelailusión.Mañana,alamanecer,enviarásunmensajero,quellegaráhastaeltemplodelaMontaña,ydiráaHeseaquedosancianosextranjeroshan llegado.Fíjatebien:hedichoancianos.Ledirásqueestánmuyenfermos,quesusmiembrosserompieronalcaeralrío,yquecuandosereponganyesténfuertesselosenviaréparaqueconsultensuoráculo.Estoserádentrodeunastreslunas.

Ella lo creerá, y contenta, esperará su llegada. No hablemos más; voy aacostarme,puesmicabezaardedefiebre.

www.lectulandia.com-Página59

Yomedeslicéescalerasabajoenlaoscuridad,mientrassentíaqueotrapuertaseabríaycerrabatrasdemí.LaKhaniahabíaentradoensuaposento.

www.lectulandia.com-Página60

LOSMASTINESDELAMUERTE

Debíansercomolasoncedelamañanadeldíasiguiente,cuandoSimbríentróenmihabitación,preguntándomecómohabíapasadolanoche.

—Hedormidocomountronco—contesté.—Sinembargo,parecéisfatigado,amigoHolly.—¡Oh!Missueñosmehacenpasarnocheshorribles;pero,amigoSimbrí,parece

que vos no habéis dormido tampoco muy a gusto. Jamás os vi con un aire tanfatigado.

—Estoyfatigado.Esverdad;hepasadolanocheestudiandosobrelaPuerta.—¿Sobre qué puerta? ¿Sobre la que pasamos cuando entramos en este país?

¿Esperáisalgúnviajero?—No os chancéis. He estudiado sobre la Puerta que abre paso al futuro y al

pasado.Porun acaso, ¿nomarcháis vosporun caminoque es unpasadohaciaunfuturoqueignoráis?

—¿Perolosdosinteresan?¿Elpasadoyelfuturo?—inquirí.—¡Quiénsabe!Perohevenidosolamenteadecirosquedentrodeunahoranos

pondremos en marcha hacia la ciudad. Justamente la Khania acaba de partir aprepararvuestroalojamiento.

—Está bien. Salvo que eso mismo me dijisteis hace varios días; lo que meinteresaessabercómoseencuentramihijoadoptivo.

—Mejora,mejora.Prontoloveréis.ÉsaeslavoluntaddeKhanía.Aquívienenlosesclavosconvuestraropa.Yoosdejo.Hastaluego.

Cuandoestuvelisto,losservidoresmellevaronatravésdeaquellaberintohastalapuertaquedabaalcamino.CongranalegríaencontréaLeo,que,aunquepálidoydesmejorado,seencontrababastanterepuestodesuenfermedad.

Susvestiduraserandemejorcalidadquelasmíasylesentabanmuybien;yaqueno le daban el aspecto grotesco que me daban a mí. Me abrazó y me hizo milpreguntassobreloquepudierahabermesucedidodesdenuestraseparación.

Lo informé superficialmente, y le dije que más tarde hablaríamos. Ahoraestábamos juntos, que era lo principal. Los criados llegaron trayendo palanquines,cada uno de los cuales era transportado por dos caballitos de raza pequeña, tancomunesenelAsia.Unodelospalanquinesestabasuspendidoentredoslargospalosy fue enéldondenos acomodamosLeoyyo.Auna señaldeSimbrí, los esclavospusieronenmarchaaloscaballos,llevándolosdelabrida.Trasdenosotrosquedabala vieja Gran Puerta, por la cual habíamos sido los primeros extranjeros, desdecientosdeañosha,quehabíanpasadobajosuarcomilenario.

El camino se deslizaba a lo largo de una estrecha garganta que daba vueltas yrevueltas.

www.lectulandia.com-Página61

Enunadeéstas,lavistaquedólibre,yantenosotrosseextendióelpaísdeKaloonentodasubelleza.AnuestrospiesseextendíalafértilllanuradeKaloon,cubiertadeesplendorosaverdura.

Haciaelnorte,yemergiendodelllano,consuavesdeclivesasuspies,sealzabalamontaña que nos había servido de guía durante nuestra peregrinación, y donde sehallabaelTemplodelFuego.

Alvernuevamentelacumbredondehabíabrilladolaluzdenuestrasesperanzas,nuestrocorazónpalpitóconfuerza,máximecuandosabíamosquelasoluciónyelfindenuestraperegrinaciónseencontrabaaunascuantasmillasdenosotros.Asuvista,todoslosservidoresreverenciaronsupresenciainclinandolacerviz,postrándosedehinojosocruzandoelprimerdedodelamanoderechaconelprimerodelaizquierda.Segúnsupedespués,paraconjurarlosmalosespíritus.HastaSimbrí,tanindiferenteatodoloquesereferíaalaMontaña,inclinabasucabezaconunasupersticiónquenohubierasospechadoenél.

—¿Habéisestadoalgunavezenelsantuario?—preguntóLeo.Elviejolevantólacabeza,contestandoevasivamente:—LagentedelllanonosubenuncaalaMontaña.Entresusladerasytraselrío

quebañasuspies,seescondenhordassalvajesconlascualessostenemosfrecuentesguerras, pues viven hambrientas y se dedican al pillaje, roban nuestro ganado ydevastan nuestros sembrados. Además, amenudo se deslizan por las laderas rojasmasasdelavaardiente,quedeshacenalqueseaventuraaescalarsucumbre.

—Ycuando talacontece—preguntóLeo—,¿laardiente lavacaesobrevuestropaís?

—Asíes.¡CuandoelespíritudelaMontañaestáofendido!.—¿QuiéneselespíritudelaMontaña?—inquirióLeo,interrumpiéndole.—Nolosé,señor.¿Puedeacasounhombreverunespíritu?—Noseríaextraño;

vosveismásdeloquerealmentedebiérais—lecontestóLeo,conunamiradamuysignificativa.

La cara del viejo perdió la fría calma que hasta entonces había aparentado.Comprendí que las palabras de Leo traían a su memoria alguna acción de la quetuvieraquearrepentirse.

—Mehacéisungranhonor,señormío;peromicienciaenlavisióndeloshechosfuturos no llega a tal perfección. Pero ved; las barcazas llegan al embarcadero. Elrestodelviajedebemoshacerloalolargodelrío.

Lasbarcazaserangrandesycómodas.Susquillaseranplanas,ysusproaschatas.asícomosuspopas.Aunquenoteníagranexperienciaenmaterianáutica,comprendíque estas barcazas estaban hechas para ser remolcadas y no para ser impulsadas afuerzaderemo.

Leo y yo embarcamos en la más grande de todas, dejándonos solos. Tras de

www.lectulandia.com-Página62

nosotrossedeslizabanporelríootrasbarcazas,conduciendolosesclavos,servidoresyalgunoshombresqueporsuaparienciaparecíansoldados.Lospalanquinesfuerondesmontados y los caballos embarcados y prestos para volver a transportarnos anuestrallegada.

Unoscaballejosenganchadosalosextremosdeunoscabos,aunladoyaotrodelrío,remolcabannuestracaravana,cruzandopuentesdemadera,cuandocanalesoríostributarioscortabanlauniformidaddelaribera.

—¡Gracias a Dios que podemos estar juntos y solos! ¿Te acuerdas, Horacio,cuandollegamosalpaísdeKor?Fuetambiénenbarco.Yaves:loshechosparecequesevuelvenarepetiridénticos.

—Loquetúquieras,puedocreerloquegustes;perolarealidadesquesomosdosmosquitoscazadosenunateladearaña.KhaniaeslaarañayelviejoSimbríguardaelnido.

Peronohablemosdecosastristes.Cuéntamequéhasidodetuvida.Dateprisa,porquenosabemoscuántotiempoestaremosjuntos.

—Teacordarásdenuestra llegadaa laGranPuertadespuésdesersalvadosporKhaniayelviejo,de lasaguasdelglaciar.Pero,¿dóndeestabascuandomedejastecaer? Te llamé y no me respondiste. Creí que, colgado de aquella correa, iba avolverme loco, y antes que eso preferíamorir estrellado; por eso la corté. ¿Dóndeestabastú?

—Tan pronto como caíste, salté tras de ti. Si acabábamos juntos, quizá juntospodríamoscomenzardenuevo.

—Gracias,Holly,gracias—dijo,emocionado.—Bueno; no importa; lo pasado, pasado; tenías razón al decir que llegaríamos

hastaaquí.Cuéntameloquetehayasucedido.—Puesverás.Aldespertarme, despuésdeunodemis sueños febriles, vi a una

bellísimamujer quememiraba, y que, inclinándose sobremí,me besó. ¿Sabes dequiénsetrata?Nosé;quizátodofueraunsueño.

—No,noerasueño—contestéyo—.Yolovi.—Sientomucholosucedido,losiento.LaKhania,pueseraella,vinovariasveces

despuésamihabitación,hablándomeengriego.Pero,oye,¿noescuriosoqueAyeshahablasetambiénelgriego?

—Nosólohablabaelgriego,sinoqueconocíavariaslenguasorientales;perolomismoqueellapuedenconocerlasotraspersonas.Sigue.

—Mecuidócariñosamentedurantemienfermedad;perohastalaúltimanochenoocurrió nada queme hiciera sentir desconfianza o prevención contra ella: siempretenía el buen cuidado de no hablarle de nuestro pasado, que tanto la intrigaba.Siempre le contesté que éramos exploradores, no sin dejar depreguntarle dónde teencontrabas,puesmehabíaolvidadodedecirtequemediperfectacuentadenuestra

www.lectulandia.com-Página63

separación. Todo marchó bien hasta el otro día, en que la volví a ver de nuevo.Después que el viejo Simbrí me trajo la comida, la Khania entró sola en mihabitación. Venía hermosísima, y vestida como una reina. Parecía sacada de uncuento de hadas, con su corona de oro y con sus negros cabellos sueltos sobre laespalda.Comenzódemanerarefinadaydiscreta,empezandopordecirquedesdequeme vio comprendió que nuestras vidas se habían conocido en un pasado lejano, ysuplicándome que no la abandonara y que no le negara su amistad. Traté deconvencerla como pude de que sus temores eran infundados. Pero un hombre quecomotalsetenga,¿puedepermitirqueunamujerbellaleestéhalagandoyhaciéndoletoda clase de cumplimientos? Así, pues, puse fin. a esta escena, diciéndoleclaramentequeveníaenbuscademiesposa,aquienhabíaperdidohacíaaños,puesdespués de todo Ayesha es mi esposa. Contra lo que me suponía, sonrió,contestándomequenoeranecesariobuscarmuylejosparaencontrarladenuevo,puesera ella, que había venido a salvarme de la muerte, sacándome del río.Verdaderamentehablabacontalconvencimientoquecasimeinclinéacreerla,puesrealmenteAyeshapodíahabercambiadoen suactual reencarnación.Yaestabacasiconvencido, cuandome acordé de la prueba del pelo, que es todo lo queElla nosdejó.Desatémi pelo, que cayó sobremi espalda, y a su vista, laKhania no pudoevitar una mirada envidiosa; supongo sería porque era más largo que el suyo, nocomprendootracosa.Nosepudocontener,y tomóunmechónconsusmanosparaprobar,sinduda,sufinuraysuavidad.Elcontactoconmipeloparecióactuarsobresu naturaleza como los ácidos sobre losmetales falsos. Todo sumal instinto y sumaldadsepusodemanifiesto:suvozsetornóbronca,ysuvistasenubló,tomandotoda ella una expresiónde ira vulgary ruin, sin aquella terriblemajestuosidad conque lo hacíaAyesha cuando algún evento hacía iracunda su plácida calma.Quedéconvencidodeque laKhanianohabíasidonuncaAyesha.Eran tandiferentes,quenuncapodíahabersidolamismapersonaenotrareencarnación.Permanecícallado,yladejéhablar,amenazaryhastablasfemar;cansadayrabiosacontramiherméticaytranquila indiferencia,saliódelahabitación,cerrandolapuertaconllavetrasdesí.Esto es todo lo que tengo que contarte, y, lo que es más todavía, hablandosinceramente, no estoy tranquilo; no sé lo que esta endiabladamujer quiere hacerconmigo.Letengomiedo.

—Sí,esverdad;peronoteexcitesyhablesdemasiadoalto;quizáeltimonelseaun espía; he visto a Simbrí varias veces con los ojos clavados en nosotros.Ahoraescuchaloquevoyacontarte,ynomeinterrumpas,pueseltiempoquenosquedadeestarsolospuedeserpoco.

Lecontétodoloquesabía.Leomeescuchabaatónito.Cuandoacabémedijo:—¡GranDios, quéhistoria!Perodime: ¿quién crees túque será esaHeseaque

escribiólacartadesdelaMontañaSagrada?¿QuiénserálaKhaniaentonces?

www.lectulandia.com-Página64

—¿Quiéntediceelinstintoquepuedaser?—¿Amenartas?—dijocomodudando—.¿Lamujerquefuemiesposahacedos

milaños?—¿Amenartasreencarnada?—¿Por.quéno?Acuérdatequesiempreteaseguréquesillegábamosalfindeesta

aventura encontraríamos de nuevo a Amenartas o al espíritu de Amenartasreencarnado.Yavescómoestabaenlocierto.SielviejoKou-enymilesdemonjesbudistasrecuerdansupasadoyjuranqueesverdad,¿porquéestamujer,ayudadaporlamagiadesutíoSimbrí,nohadepoderrecordarsupasado?¿Teextrañaráentoncesqueestamujersevuelvalocadeamoralavistadelhombreaquiennohadejadodeamarnunca?

—Me convences. Si es así, sólo siento el daño quemis palabras hayan podidohaberlecausado.Dehaberlosabido...

Nuestraconversaciónsedeslizósobreel temory laesperanzaquenos infundíaaquellamisteriosaHeseaqueescribióelmensajedesdeelSantuariodelaMontaña,ordenando a la Khania y al viejo Simbrí salir a nuestro encuentro y "que teníaservidoresenelaireylatierra"...

Enfrascados en nuestrosmutuos pensamientos, no nos dimos cuenta de que labarcazahabíaatracadojuntoalaribera,yqueelviejoSimbrí,saltandodelasuya,sedisponía a embarcar en la nuestra. Así lo hizo, sentándose frente a nosotros,diciéndonos fríamente que como la noche caía, deseaba hacernos compañía paraprotegernosenlaoscuridad...

—Éstetienemiedoquenosescapemossaltandoalagua—murmuróLeo.Aunaseñal,losconductoresfustigaronloscaballos,ylanáuticacaravanapúsose

enmarchanuevamente.—Mirad—dijoelmago—;miradlaciudadenlaquedormiréisestanoche.Miramoshacia dondenos señalaba el viejo, y vimosunagran ciudad, formada

por casas de tejados planos. Su posición era bastante buena, pues, como supimosdespués,estabasituadasobreunaislaqueformabaelríoaldividirseendosramas.Aexcepción de un edificio con columnas y minaretes, y rodeado de jardines, no seveíangrandesconstrucciones.

—¿Cómosellamalaciudad?—preguntóLeo.—Kaloon—contestó elmago—; así se llamaban estas tierras cuando nuestros

antecesores,hacedosmilaños,conquistaronestepaís,yasíllamaronalaciudadquefundaron.AlterritorioenqueseextiendelaMontañalollamaronHes,porque,segúndecían, la configuración de su cumbre representa el símbolo de una diosa de estenombre,aquienadoraban.

—¿Es verdad que viven sacerdotisas todavía en ese templo? —preguntó Leoaprovechandolaexpansióndelviejo,parasonsacarlelaverdad.

www.lectulandia.com-Página65

—Sí,ysacerdotestambién.Uncolegiodeéstosestablecieronlosconquistadores,que más tarde fue reemplazado por otro de adoradores del Fuego Sagrado de laMontaña.ÉstosconsagraronaestecultoeltemployelSantuario,yestareligióneslaqueprofesahoydía.

elpueblodeKaloon.—Así,pues,¿aquiénadoráisahora?—AladiosaHesea,oshedicho;perosabemospocosobrelaMontaña,puessus

habitantes son nuestros enemigos de raza.Nos asesinan, y pagamos con lamismamoneda,asesinándolostambién.SondemasiadoscelososensudeberdecustodiarlaMontañaSagrada,ynadiepuedesubirsinpermisoaconsultarelOráculo,aofrecerplegarias y diezmos en tiempos de sequía, o cuando unKhanmuere, o cuando elgranizoo lasdesbordadasaguasdel ríodevastannuestrossembrados,omientraselhambrey lamiseriaazotanelpaís.Nosotros,sinosomosatacados,noviolamos lapaz,aunque,engeneral,todosloshombresdelpaísvanarmadosyestándispuestosalucharcuandoseanecesario.

A medida que iba cerrando la noche, el humo que coronaba la cumbre de laMontaña Sagrada se tornaba de negro en rojo. Al poco rato se convertía en unpenachodellamas,queiluminabaelcielovarioskilómetrosalaredonda.Elenormearco de la cumbre resaltaba como un fanal gigantesco, iluminando las cumbresvecinas.Un resplandor rojizo cubría de una rosada pátina los chatos tejados de laciudad,coloreandosustorresyminaretes.Elreflejodelpaisajeydelaatmósferaeraaltamentepintorescoeimpresionante.

Los conductores de los caballos en la ribera y el timonel de nuestra barcazacomenzaronalanzarenvozaltasusplegarias,dandomuestrasdeuntemorextraño.

—¿Quéhacenestoshombres?—preguntóLeoaSimbrí.—Rezan,porquedicenqueelespíritudelaMontañaestáofendido,ycomopasan

bajoelhazdeluzqueporelarcosefiltra,llamadoelcaminodeHes,pidenaladiosasuprotección.

—¿Esquenobrillasiempreelfuegocomoahora?—inquirióLeo.—No.Laúltimavezfuehacetresmeses;hastaentoncesnohabíabrilladodesde

hacíaaños.Roguemosquenosea laseñaldelcomienzodeunaeradecalamidadesparaKaloon.

Por algunos minutos continuó la iluminación. Poco a poco, la intensidad fuecediendo, desapareciendo el resplandor con la misma lentitud que había venido,quedandoúnicamenteunpequeñoreflejorojizoenloaltodelaMontaña.

Lalunabrillaba,blancacomounaenormeesfera;asusrayosvimoscómopocoapoconos acercábamos a la ciudad.Pero aúnnosdeparaba elDestino algoqueverantesdeentrarenella.

Enelsilenciodelanocherasgaronelairelossalvajesaullidosdeunalocajauría.

www.lectulandia.com-Página66

Losaullidosseacercabanmásymás,creciendodevolumenhastaquellegaronaoírseapocosmetrosdenosotros.Enunaltozano,sobrelosdiques,aparecióunjinetegalopando furiosamente sobre un blanco caballo. Pasó frente a nosotros como unaflecha,peroalpasar,volvió lacabeza,ya la luzde la lunaque ledabaen lacara,pudimos ver el terror y la agonía en sus facciones. Se hundió entre las sombras,seguidodelaescalofriantemúsica.

Unenormeperroapareció,monstruoso,rojo,dealtatallayferocesmovimientos.Paróseunmomentoparaorientarse,sindudaperturbadopornuestrapresencia;peroprontoserehizo,puesdandounaullido,seperdióenlassombras.Trasélaparecieronmás,unadocena,más.

Ciento,todoshorriblesyespantosos,¡aullandosincesar!...—¡LosMastines de laMuerte!—murmuróLeo, impresionado, tomándomedel

brazo.—Sí; parece que van a la caza de ese pobre diablo. Pero, mira: aquí viene el

cazador.Aparecióunsegundopersonaje,esgrimiendounlátigo,querestallabasecamente,

enmediode la algarabíade losperros.Lomismoqueel anterior, alpasar frente anosotros, volvió la cabeza, mostrando en la cara la viva expresión de una locurademoníaca.Nohabíaduda,aquellaexpresiónsalvajeantelacapturadeunsemejante,quehabíadeserdespedazadoporaquellasfieras,nopodíareflejarseenlacaradeunhombre que gozara la plenitud de sus sentidos. Pasó ante nosotros al galope delcaballo, con los ojos inyectados y profiriendo exclamaciones y denuestos, ante laperspectivadequeelpobrefugitivoescapaseconvida.

—¡ElKhan!¡ElKhan!—dijoSimbrí,estremecidoporelterror.Tras él, seguían sus servidores.Seríanunosocho, llevando látigos, con losque

fustigabanasuscaballosexigiendounavelozcarreraquelespermitieraseguirlalocamarchadesuseñor.

—¿Qué quiere decir esto, amigo Simbrí? —pregunté, así que el ruido de loscascosseapagóenladistancia.

—Quiere decir, amigoHolly—contestó el viejo—, que elKhan hace sentir elpesodesujusticia.CazaamuerteaaquelqueofendiósudignidaddeKhan.

—¿Quécrimencometió?¿Quiénesesepobrehombre?—Esungran señordeestepaís.Sucrimeneselhaberconfesadosuamora la

Khania,prometiéndolelevantarelpaísenguerraydarmuerteasumarido,yhacerlasu esposa. Esto le costará el morir en las fauces de la hambrienta jauría, pues laKhania, que odia a los hombres, se lo dijo al Khan, para hacer con él castigoejemplar.¡Estaeslahistoria!

—¡Felizestepríncipe,queposeeunaesposatanvirtuosa!Me miró el mago, y meditando un momento sobre mis palabras, sacudió su

www.lectulandia.com-Página67

cabezacomoqueriendodarlesunalcancequeestababienlejosdemí.Alpocorato,volviéronseaoírlosaullidosdelafuriosajauría.Nuevamente, el primer jinete reapareció en escena. Él y el caballo parecían

agotados por la fatiga. El jinete, viendo que era imposible todo escape, se dirigióhacialaribera,conánimo,sinduda,deencontrarenelríounamuertemenoshorriblequelaqueleesperaba.Elrojomastín,queparecíaserelguíadelaferozmanada,lecortó el camino, arrojándose sobre los flancos del caballo. Encabritóse el pobreanimalyrelinchandodedolorcayóalsuelo.Antesdeloquesetardaencontarlo,lajauría entera había hecho presa al jinete y caballo,muriendo ambos despedazadosantelasalvajeyendemoniadacarcajadadelKhan.

www.lectulandia.com-Página68

LACORTEDEKALOON

Horrorizados por lo que habíamos visto, continuamos lamarcha.Ahora nomeextrañabaquelaKhaniaodiaraaaquellocodespóticoqueerasumarido.SielKhanera un pobre desequilibrado, atormentado por los celos, la perspectiva que se nospresentaba,sillegaseasaberquelaKhaniaestabaenamoradademiamigoLeo,noeradelasmáshalagüeñas.Buenoerasaberloparaprecaverseenelfuturo.

Llegamos,porfin,altérminodenuestrajornada.Enunapartedelaislahabíaundesembarcadero, donde atracaron las barcazas, y saltamos a tierra.Una guardia dehombres armados, al mando de un intendente del palacio, nos esperaba pararecibirnos.Nos condujo a lo largo de estrechas callejuelas, cuyo pavimento estabaformadoporpiedrasplanas,ycuyaestrecheznosobligabaamarcharenfila.Aunqueeradenoche,observéquelascasasnoteníanestiloarquitectónicodefinido.

Nuestrallegada,segúnpudejuzgar,eraesperada,eintrigabaalosmoradoresdeaquellatierrafeliz.Lagente,anuestropaso,salíaalosbalcones,ventanasypuertasparavernospasar.Cruzamoslacalle,llegandoaunaespeciedeplaza.Lacruzamos,ymedi cuenta entonces que nuestra compañía había engrosado congran número decuriosos, que nos contemplaban y hacían comentarios sobre nuestras personas.Llegamos a una puerta, en la muralla de una fortificación interior. El paso estabacerrado, pero a una palabra de Simbrí, se abrieron las puertas, encontrándonos enunos grandes jardines. Seguimos el camino central hasta llegar a una granconstrucciónquesemejabaunpalaciomuysólidamenteconstruido,deundeplorableestiloegipcio.

Tras la puerta principal, encontramos una amplia sala. A esta cámara llegabancorredores, a través de uno de los cuales nos condujo el oficial hasta undepartamento, compuesto de una sala y dos dormitorios. Sus paredes estabanadornadas con trofeos y motivos egipcios. Unas as primitivas lámparas de aceitealumbrabanlaestancia.

Simbrínosdejó,diciéndonosqueeloficialesperaríaen lahabitación inmediatapara conducirnos hasta el comedor tan pronto como estuviéramos dispuestos.Entramos en las alcobas, donde encontramos los mismos esclavos, siempreherméticos,perocomplacientes,quenosayudaronadesnudarnos.

Nosvestimosysalimos,avisandoalintendentequeyaestábamosdispuestos.Noscondujo a través de varias habitaciones, grandes y deshabitadas, hasta una grancámara, donde grandes lámparas colgadas de la pared y techo esparcían una granclaridad."Unfuegocaldeabalahabitación,haciéndolagratayconfortable.Enunodelosextremoshabíaunamesalargayestrecha,cubiertaconuntapizyostentandounricoservicioderepujadaorfebrería.

Esperamosaquíhastaqueunosservidoresaparecieronpara levantar laspesadas

www.lectulandia.com-Página69

cortinas,abriendopasoaunpersonajequegolpeabaunacampanadeplata.Trasdeélseguíanunadocenaomásdecortesanos,vestidoscontrajesblancos,yacompañadosde damas, algunas de ellas jóvenes y hermosas. Nos hicieron una reverencia, ycorrespondimosaella,amaneradepresentaciónysaludo.

.Hubounapausamientrasnosobservábamosmutuamente.Apareciónuevamentelafiguradeaquelquepodríamosllamar"maestrodeceremonias",yconsucampanadeplataseñalólaentradadealgúnnuevopersonajeimportante.Efectivamente,entredosfilasdeesclavos,espléndidamentevestidos,avanzabanlentamentedosfigurasdegravemajestad,seguidasdelmagoSimbríydeotrosgentileshombresdepalacio.LaKhaniayelKhandeKaloonentraronenseguida.

ElKhanparecíaahoraunhombrepacífico,sinaparienciasdeloco.Sumiradaeraserenaysinexpresión,comoladeunserdeoscurainteligencia;hubiérasedichoqueaquelhombreerainsensibleatodaclasedeemociones.LaKhaniaestabatanhermosacomocuandolavimosenelrecintodelaGranPuerta.Alvernosseturbóunpoco,perorehaciéndose,avanzóhacianosotros,diciendoasumarido:

—Señor;estossonlosextranjerosdequienestehehablado.LosojosdelKhansefijaronprimeroenmí.Parecíadivertirleconmiapariencia,

porque,echándoseareírbárbaramente,hablóenaquelgriegomezcladoconpalabrasdelpaís.

—¡Oh,quéanimalmásraro!¡Ja,ja!Eslaprimeravezquenosvemos,¿verdad?¡Ja,ja!

—Perdonad,GranKhan.Perooshevistoestanoche,antesdeahora,distraídoconvuestracaza.¿Esésevuestrodeportefavorito?

Seechóareír,diciendo,mientrasfrotabasusmanos:—Sí,esoes.Lacazadeestanochenoshahechocorrerunpoco;peroalfin,mis

perritoslocazarony¡ham!...Cerrólaboca,ehizoademándecomer.—Cesa ya tu brutal conversación —dijo la Khania con indignación, y

dirigiéndosehaciaLeo,hizoademándepresentárselo.ElKhan,alavistadeaquelbuenmozo,parecióquedarsorprendido.Dirigiéndose

aLeo,ledijo:—¿Sois vos el amigo de la Khania a quien fue a ver a la Gran Puerta de las

Montañas?Ahoracomprendoporquésetomabatantointerés;perotenedcuidado,noseaque

tengaquecazarosavostambién.Leo,indignado,hizoademándecontestarle,perosujetándoleporelbrazo,ledije

eninglés:—¡Calló,porDios!¿Novesqueestehombreestáloco?—Borracho,dirás.¡Comomehableotravezdelajauría,lerompolanuca!

www.lectulandia.com-Página70

LaKhaniainterrumpióparainvitaraLeoasentarsejuntoaella;almismotiempoquemeindicabasitioentreellaysutío,elviejoSimbrí.ElKhansentóseenunsillón,alacabeceradelamesa,entredosdelasmáshermosasdamasdelareunión.

La comida fue abundante, compuestos la mayoría de los platos de pescado,carnero y confituras, todo ello presentado sobre bandejas de plata repujada. Comobebida,sesirvióunaespeciedealcoholdestiladodelgranodelmaíz,delacualloscomensales bebían más de la cuenta. Después de cruzar unas palabras conmigorespectoanuestroviaje,laKhaniasevolvióhaciaLeo,conversandoconélcasitodoelrestodelanoche.YopasélaveladahablandoconelviejoSimbrí.

Ensustancia,loquesupedenuestraconversaciónfuelosiguiente:QueKaloonseencontrabaaisladodelrestodelmundoporestarrodeadodemontañasyhaberserotoelúnicopuentequeen laantigüedad louníaalmundoexterior.Queelpaísnoeramuygrande,yteníaunapoblaciónmuydensa.Queaunqueexistíanminasdemetalespreciosos,quesetrabajabanyseconvertíanenartículosdeútiluso,eldineronoseconocía.

Todaslastransaccionesseefectuabanpormediodelintercambiodeproductos.EntrelosdiezmilaborígenesdelpaísdeKaloon,existíanalgunosquepodríamos

llamardesangreazul,osealosdescendientesdeAlejandroMagno.Su sangre, sin embargo, se encontraba mezclada con la de los primitivos

pobladoresdelpaís.Ajuzgarporlaaparienciadelosdescendientes,losantepasadosdebieronserindividuospertenecientesaalgunasdelasramasdelagranrazatártara.

Queelgobierno,siasípodíamosllamarlo,eradelamásdespóticaconstitución,residiendo todo el poder en lasmanos del Khan, cuyo título era hereditario, fueramujerovaróneldescendiente.

Religionesexistíandos:ladelpueblo,queadorabaalespíritudelaMontaña,yladelosaristócratas,quecreíanenlamagia,laastrologíaylaadivinación.

LaKhaniaeralaúltimadescendientedirectadelprimerconquistador,ysumaridoyprimoeradescendientedeunamaneraindirecta;porestemotivo,laKhaniacontabaconcasitodosloshabitantesdelpaíscomopartidariossuyos.Digocasitodos,porquehabíaalgunosdescontentosporlafaltadedescendiente,locual,alamuertedelKhan,habíadecausartrastornosporlasucesióndeltrono.Porlodemás,laKhaniaerajusta,equitativay compasiva con los pobres, que erannumerosos en el país, debido a ladensidaddepoblación.

—Verdaderamente.—dijoSimbrí,mirándomedesoslayo—,seríaunagrancosa,comodiceelpueblo,queelKhan,quetantonosoprimeyaquienodiamos,muriera,pudiendo entonces la Khania tomar otro esposo ahora que todavía es joven yhermosa.Aunque está loco, él lo sabe, y por eso está siempre celoso de cualquierhombre que agrade a la Khania; eso, amigo Holly, ya lo habéis visto esta noche.Cualquieraquegozaradeestefavor,diceRassen,gozaríatambiéndeldelamuerte.

www.lectulandia.com-Página71

—Quizáameasuesposa—dijeaSimbrí.—¡Quizá!Perosiesasí,ellanoleamaniaélnianingunodeestoscortesanos—

contestó,señalándomeconlamiradaalosqueestabanenlasala.Ciertamente,ningunodeelloseracapazdeinspirarunapasión.Aesahora,ensu

mayoría estaban borrachos y hablaban entre sí a grandes voces y reíanestrepitosamente.

Las mujeres habían bebido más de lo suficiente, y ofrecían un lastimosoespectáculo.ElKhan,tumbadoenelsillón,comentaba,entrerisas,losdetallesdelalúgubrecaza.

Atene,enaquelmomento,miróasumarido,yconungestodeamarguraretratadoenelbellosemblante,oíquedecíaaLeo:

—¡Ved! ¡Ved el compañero demis días! ¡No sabéis lo que sufre laKhania deKaloon!

Mas, perdonadme,me encuentromuy fatigada, y deseo descansar.Mañana nosveremosyhablaremosdenuevo.

Llamóaunintendente,ordenándolequenosacompañaraanuestrashabitaciones,donde nos dormimos profundamente, pues estábamosmuy fatigados. Al amanecernosdespertaronlosaullidosdelajauríadelamuerte,quedebíaestarnomuylejosdenosotros.

Al día siguiente de nuestra llegada, laKhaniaAtene nos envió dosmagníficoscaballos blancos, poniéndolos a nuestra disposición. Al mediodía salimos en sucompañía escoltados por una guardia. Nos enseñó, primero, la jaula donde seguardaban los Mastines de la Muerte. Era grande y con. gruesos barrotesentrecruzados.Unaspequeñaspuertasdabansalidaalosmastinescuandofatalmenteeranecesario.Nuncahabíavistoanimalesdetantafierezaydetangrantamaño.LosmastinesvulgaresdelTibetnoeransinosimplesfalderosasulado.Elpelóeracortoy reluciente.Tan pronto comonos olfatearon, se arrojaron contra los barrotes, confuria,dandosaltosyladrandocomodesesperados.

Estos perros estaban al cuidado de guardianes, cuyo cargo era trasmitido depadresahijosdesdehacíamuchasgeneraciones.Losmastinesobedecíanciegamentelasórdenesdeéstos,asícomolasdelKhan,peropobredelquesehubieraacercadoaellos. Estos feroces animales eran los verdugos del país; todos los malhechores yasesinosdelaciudadservíandepiezaacobrarporlajauríaenunalúgubrecaza,enlaqueelKhaneraelmonteromayor.

Después de ver los perros, seguimos a lo largo de la muralla hasta una granavenida,dondealcaerlatarde,loshabitantespaseabanensusratosdeocio.Luego,con gran contento por nuestra parte, cruzamos un primitivo puente de cuerdas ytroncos,ynoslanzamosatravésdeloscampos.

Aquellanochenocomimosenelcomedorreal,sinoenlahabitaciónqueestaba

www.lectulandia.com-Página72

junto a nuestros dormitorios. La Khania y su tío vinieron a acompañarnos,colmándonos de atenciones. Cuando le presentamos nuestros cumplimientos y ledimoslasgraciasporsuatención,nosdijoquehabíadispuestoquecomiéramossolosparanoexponernosarecibirinsultosyapresenciarespectáculosdesagradables.

Las noches siguientes tampoco comimos en el comedor regio. Pasábamos lasveladasennuestrashabitaciones,acompañadosporlaKhania,quehacíaqueLeolecontasecosasdeInglaterra,ajícomodetallesyanécdotasdelascostumbresyusosdelospueblosquehabíavisitado.Yoleconté lahistoriadelreyAlejandro,el jefedelejércitoaquienpertenecíaelgeneralRassen,suantepasado,elconquistadordelpaísdeKaloon.LehablédeEgipto,desuscuriosidadesydesuvida,yasí,gratamentecharlando, estábamos hasta medianoche. Atene escuchándonos muy complacida yconlosojospuestosenLeo.

Dos inquietudes atormentaban nuestras almas: el deseo de escapar y llegar alsantuario,sieraposible,y laKhania,aunquenohabíavueltoa insinuarseconLeo,llegaríaunmomentoenquevolveríaahablardesuamor,encuyocasonohabíamásremedio que despejar la violenta situación con todas sus consecuencias. Estabaseguroquesupasión,envezdeamenguarse,aumentabadíapordía,puesaunqueloslabiosnadadecían,losojoseranmáselocuentesquelaspalabras.

www.lectulandia.com-Página73

ENLACÁMARADELMAGO

Una noche, Simbrí nos rogó que fuéramos a comer con él a su departamento,situado en la torremás alta del palacio. Era allí donde iba a tener lugar la escenadecisivadenuestra aventura enelpaísdeKaloon.Al terminarde comer,Leo,quehabíaestadotodalaveladapensativoycallado,dijo,depronto:

—Amigo Simbrí. Deseo pediros un especial favor: quisiera que rogáseis a laKhanianospermitieseseguirnuestrointerrumpidocamino.

Elmago,aloírlademandadeLeo,palideció.—Creo—dijo,reponiéndose—queseríamejorquevosmismopidiéraisesoala

Khania.Avosnadaosseríanegado.—Hablemosfrancamente,amigoSimbrí,seamossinceros.ParecequelaKhania

Atenenoesfelizconsumarido.¿Noescierto?—Veoquesoisperspicaz.Peroesonoquieredecirqueestéenamoradadevos—

dijoelviejo,tratandodeaplastaraLeo.—¡Tenéis razón! Pero, sin embargo, ha sido tan buena conmigo y he recibido

tantasbondadesdeella,quemehanhechocreer...—Quizá queréis decir que no habéis olvidado lo, que un caballero debería no

recordar...—¡No!RecuerdocosasqueatañensóloavosyalaKhania.—Estábien;¡hablad!—Muypoco tengoquedeciros.Solamente,que jamáspasópormi imaginación

avergonzaralaprimeradamadevuestropaís.—Habéishabladonoblemente,yestooshonra.Masdebodecirosqueenestepaís

nonosadmiramosporciertascosas.Pero,¿quénecesidadtenéisdedarescándalo?Si,por ejemplo, la Khania se decidiese a tomar nuevo esposo, el país entero seregocijaría,porqueellaeslaúltimadescendientedesangrereal...

—¿Perocómopuedecasarsenuevamenteunamujercuyomaridovivetodavía?—¡Desdeluego!Esunacuestiónquehetenidoencuenta,ycreoquelasolución

mássencillaesquepodríacasarsesiesehombre,quees sumarido,muriese.Nadatendríadeextraño;elKhanhabebidotantoenestosúltimosañosque...

—¿Queréisdecir,siestehombrefueraasesinado?—dijoLeo, iracundo—.Puesbien; desde estemomento os digo que no. ¡No quiero saber nada de tal asesinato!¿Meentendéis?

AldecirestoLeo,oíunligeroruidotrasdemí;volvílacabeza,ylacortinaquecerraba el paso al gabinete donde elmagoguardaba sus instrumentos se descorrió,dejandoveralaKhaniaquenoscontemplabaenpie.

—¿Quiénhablabadeasesinatos?—dijo,fríamente—.¿Fuisteisvos,Leo?Levantándosedesuasiento,Leorespondióserenamente.

www.lectulandia.com-Página74

—Señora:mealegrodequehayáisoídomispalabras,aunqueéstashayanpodidodespertarvuestroenojo.

—¿Porquéhadeenfadarmeelsaberqueenmicortehayhombresdehonorquenadaquierensaberdecrímenes?¡No!Estaspalabrasoshonran.Perosabedquejamáspasaronpormimenteesasideas.Masamigosmíos:¡loqueestáescrito,estáescrito!

—Pero decidme, Khania: ¿qué es lo que está escrito? —preguntó Leo conansiedad.

—Simbrí:¡díselo!Simbrí se dirigió a su gabinete; trajo un papiro y leyó: "Las estrellas han

demostradoconsussignosinfaliblesqueantesdelapróximalunanuevaelKhandeKaloon,Rassen,morirá amanos del extranjero de rubia cabellera que llegó a estepaísatravésdelasmontañas".

—¡Lasestrellasmientensitalcosaafirman!—gritóLeofueradesí.—Como queráis—dijo Atene—; pero sabedlo: el Khan debe morir, no a mis

manosnialasdemiscortesanos:debemoriralasvuestras.—¿Pero por qué a mis manos? ¿Por qué no a las de Horacio? ¡Si así fuese,

deberíasufrirelcastigoqueelpueblomeimpusiera!—gritóLeo,desesperado.—¿Por qué os burláis de mí, Leo Vincey? ¿No comprendéis lo que para mí

representamimarido?—dijolaKhania,felinamente.Comprendí que habíamos llegado a la escena culminante, porque Leo,

dominándoseymirándolacaraacara,le_dijo,fríamente:—¡Señora, hablad! ¡Hablad, por lo quemás queráis; quizá serámejor para los

dos!—Os obedeceré, señor. Del principio de este drama espiritual mío, nada os

hablaré; loquerecuerdoserefiereamipresentereencarnación,en laquedesdeminiñezos he amado, sin conoceros enpersona.Laprimeravezqueos vi, en el río,cuandoossalvamosdelasaguas,vuestracaranomefuedesconocida.Yaosconocíapor haberos visto en sueños. ¡Sí! ¡Cuando era una niña, me quedé dormida unamañana de primavera, entre un macizo de flores de mi jardín ... y os vi! ¡Os vi!Vuestracaraeraladeunniño,peroéraisvos.Preguntádseloamitío;élsabequeesverdadloqueosdigo.Despuésosvimuchasveces.Siempreensueños,yporellossupequevoséraismío,¡mío!¡Solamentemío!Pasaronlargosaños.Yosabíaquevosveníaishaciamí,pocoapoco,yendodeunladoalotro,atravésdelospueblosdelAsia, cruzando las heladas montañas, los verdes llanos y los desiertos arenosos,donde los rayos del sol calcinan las blancas osamentas de las caravanas perdidas.¡Siempre,siemprehaciamí! ¡Por fin llegásteis!Unanoche,aúnnohace tres lunas,mientras estaba conmi tío estudiando juntos la Senda que conduce al pasado y alpresente,tuveunaextrañarevelación.Perdíelsentidoenunodeesosdulcessueñosenqueparecequeelespírituseseparadelcuerpoytomafuerzasparaveraquelloque

www.lectulandia.com-Página75

hadesuceder.Vientoncesquevosyvuestrocompañerodescendíaisporunasalientedehielosobreelabismo.¡Nomiento,no!¡Estáescritoaquí!Éraisvoselhombredemisensueñoshechocarne;¡nopodíaserotro!Comoconocíaellugar,haciaallínosdirigimospresurosos, temiendoquepudiéraiscaeryperdersevuestrapreciosavida.Cuandollegamosvimosqueeraverdad.Dospequeñasfigurassedeslizabanporloshielos,pordondeningúnhombrehubierapodidodescender.Vimoscómocaísteisyquedásteis colgado sobre el glaciar; vi también cómo, valientemente,Holly saltabatrasdevos,yvimoscómocortandolacuerdaqueosaprisionaba,osprecipitábaisenelabismo.Peroyoestabaallí,yfueronmismanoslasqueossalvarondeperecereneltorrente;deotraforma,hubiéraismuertosinremedio,vosquesoisparamílavida,mi sueño, el amor soñado y esperado desde hace tantos años. Vos y no otro, LeoVincey.Fueestetemorelqueprevióelpeligro,yestamanolaqueossalvólavida.¿Queréisrechazarlosahora,cuandolaKhaniadeKaloonoslosofrece?

Quedó callada, con los ojos fijos en el vacío, mientras sus labios temblabanligeramente.

—Señora —dijo Leo—. Me salvásteis la vida, y eso sólo basta para que migratitudseaeterna, ¡auncuandoquiénsabesihubierasidomejorquemehubiéseisdejadomorir!Perositodaestahistoriaesverdad,¿porquéoscasasteisconelhombrequeeshoyvuestroesposo?

—¡Oh!No penséismal demí,mi bien amado: fue un acto político el quemeobligóaunirmeaeselocodéspotaaquiensiempreodié.¡Túlosabes,tío!

ElviejoSimbrímovióafirmativamentelacabeza.—Estematrimoniofuenecesarioparaponerfinalaguerraqueensangrentabael

paísentrelaslegionesdeRassenymisfielessúbditos.Yoeralaúltimadescendientedelaverdaderaraza;además,siemprecreíquemissueñosyvisioneseransolamentefrutodemicerebroenfermo.¡Lohicesolamenteporelbiendemipaís!

—Siasífuera,señora,vosseríaislamásgrandepatriotaydignadeadmiración—dijoLeoenuntonorápido,enelquetraslucíaeldeseodeponerfinaestaescena—.¡No!Nopiensomaldevos,Khania.Masmeextrañaquedebaseryoelquetengaquecortarelyugoqueosaprisionaaunmaridoquehabéisescogidoporvuestravoluntad.Además,mehabéiscontadolahistoriadelarevelacióndelasestrellascomolaqueosanunciónuestrallegadaalpaís,ydebodecirosqueesrealmentefalsa.Señora:¡vosestábaisenelríoporquelapoderosaHesea,elEspíritudelaMontañadelFuego,asíoslohabíamandado!

—¿Cómo sabéis esto? —dijo Atene como mordida por una víbora, mientrasSimbrínoscontemplabaestupefacto.

—Delamismamaneraqueconozcomuchascosasmás.Señora:hubiera—sidomejorquehubiéraisdichotodalaverdad.Atene,blancacomolacera,respondió:

—¿Quiénoslodijo?¿Fuistetú,magomaldito?¡Oh!Siesasí,tenlaseguridadde

www.lectulandia.com-Página76

quelosabré,yaunquellevasmisangreentusvenas,lapisotearécuandoestésenlaagonía.

—¡Atene! ¡Atene! —dijo Simbrí, suplicante—. ¡Bien sabes que no puede serverdad!

—¿Entonces fuisteis vos, vagabundo apestado,mensajero del espíritu delmal?¡Oh, por qué no os maté desde el primer momento! Pero ese olvido tiene prontoremedio.

—Señora—respondí—,¿creéisporventuraquesoyadivino?—Sí;esocreoquesois...—Entonces,Khania,decidme:¿quérespuestahabéisenviadoalapoderosaHesea

sobrenuestrallegadaalpaísdeKaloon?—Escuchad—interrumpióLeoantesdequepudieracontestar—.Quiero ira la

MontañaSagradaaconsultaraloráculo.Convuestracomplacenciaosinella iré,ydespuéspodréis juzgarquiénesmásfuerte,si laKhaniadeKaloonoHesea, ladelSantuariodelFuego.

Atenepermanecióensilenciodurantealgunossegundos,quizápornosaberquécontestar a la inesperada resolución de Leo. Después, con una pequeña sonrisa,añadió:

—¿Esestavuestravoluntad?Bien;perocreoqueallínoestáloquebuscáis...Comosiunsecretopensamientocruzaseporsucerebro,unespasmodepenase

reflejóensucara;luegoañadió,conaquellafrialdadtanparticularenella.—¡Viajero!, sabed quemientras yo viva no pondréis los pies en esa montaña.

Sabed también,LeoVincey,queosheabiertomicorazón,yporvuestros labioshesabidoquelamujerquebuscáisnosoyyo,comoenmilocapasiónlleguéacreer.Nooshagoningúnruego,ningunasúplica;peronoolvidéisquesabéisdemasiado...Sinembargo,pensadlobienestanoche,ymañana,alapuestadelsol,mecontestaréis.Nome desdigo demi ofrecimiento;mañaname diréis sime queréis tomar por esposacuandolaocasiónllegue,yreinarenestetranquilopaís,gozandodelafelicidaddemiamor;omorirencompañíadevuestroamigo.

Deprontoviquelallamadelaluzqueiluminabalaestanciasemovió,haciendosombras. Comprendí que algún cuerpo extraño había alterado la tranquilidad delambiente,penetrandoenlaestancia;conuntemorinstintivomiréamialrededor,yvilasombradeunhombrequeavanzabasilenciosamente.Al llegardentrodelcírculoiluminadoporlalámpara,prorrumpióenunasalvajecarcajada.

EraelKhan.Atenelovio.Sumiradanoexpresómiedoniinquietud,comosiloquesucedíafueraunacosaquedeantemanosupierahabíadesuceder;sinembargo,loquedeestanuevafasepudieraderivarsehabríadeserfatalparaLeoyparamí.

—¿Québuscasaquí,Rassen?—preguntóAtene—.Vuelveatucorte,ysiguecontusborrachosytusmujeres.

www.lectulandia.com-Página77

PeroRassenreía,ysurisa,comolade lashienas,nossacudió lasespaldasconrudosescalofríos.

—¿Quéhasoído,quetantotehacereír?—¿Quequéheoído?.—rugióRassen—. ¡Oh!Que laKhania,por cuyasvenas

correpura la sangrede los conquistadores, la primeradamadel país deKaloon, laprincesa cuyas ropas se manchan al sólo contacto con las damas de la corte, miesposa,sí,miesposa,laquemerogóquemecasaraconella,ysabedlo,extranjeros,porqueerasurivalenelgobiernodetodoelpaís,pensandosóloconelloaumentarsupoder'yriqueza,laheoídoofrecerseaunvagabundoaventureroderubioscabellos,yheoídotambiénaésterechazarla.¡Ja,ja!Heoídotambién,peroestoyalosabíayo,¡queestoyloco;loco!¡Ja,ja!Perosabed,extranjeros,queestoylocoporqueesaratavieja—dijo señalandoaSimbrí—medioabeberun filtroen la fiestadenuestrosdesposoriosparareducirmeal lamentableestadoenquehoymeencuentro.Lohizobien, a femía; pero la culpable verdadera de todosmismales no esmás que esamujer,aquienodiocontodaslasfuerzasdemialma,laKhaniaAtene.

Solamente su contacto me pone enfermo; he intentado convivir con ella, peroenvenenaelaireelolordeembrujamientoquedifunde.

Todos estos rudos insultos, que en el fondo no debían quizá carecer defundamento, los escuchó la Khania Atene sin despegar los labios. De pronto,volviéndosehacianosotroscongranreverencia,nosdijo:

—Señores,perdonad;habéis llegadoaunatierracorruptaporelvicioyatacadaporlosmalosespíritus,yaquíveissusfrutos.KhanRassen:tudestinoestáescrito,yno he de hacer nada por impedirlo; durante el corto tiempo en que hemos estadojuntos,nohassidoparamímásquedeshonraycorrupción.Lapróximacopanoseráparaenloquecerte,sinoparahacercallaresalenguavilquearrojatodoelvenenodetucastaalalimpiaypuradelaúltimadescendientedelosconquistadores.¡Tío!Venconmigo;dametubrazo,puesmesientodesfallecerdevergüenzayderabia.

Elmagoavanzóunospasos,yalpasarjuntoalKhan,ymirándoleconsusojillos,quebrillabancomocarbunclos,deteniéndose,ledijo:

—¡Rassen!Oshevistonacer;soiselhijodeunamujermaldita;nadiesabequiénesvuestropadre, sinoyo.Yooshe elevado; amímedebéis el ser loque sois, noolvidéis que puedo haceros caer. Ya os acordaréis de mí cuando llegue el últimoinstantedevuestravida.

Sus pasos se apagaron en el corredor, y el Khan, mirando furtivamente a sualrededor, preguntó,mientras se secaba con lamanga el sudor que le corría por lafrente:—¿Sehaidoyaeseviejohechicero?

Desusojoshabíadesaparecidoelbrillodela locura.Lotranquilicéenseguida,contestándolequeyasehabíamarchado.

—Creeréisquesoyuncobarde,yesverdad; tengomiedodeélydeella,como

www.lectulandia.com-Página78

voslotendréis,rubiogalán,cuandooslleguelaocasión.—¡Quierohuir,Khan!—ledijoLeo—.Ellosmehandichoqueyodebomataros;

estadtranquilo;nobuscovuestramuerte.Creéisqueintentorobarosvuestraesposa,masnosontalesnuestrospropósitos.Deseamossolamenteescapardeestaciudad,enlaqueestamosprisioneros,yaquesuspuertasestáncerradasyvigiladasnocheydía.Escuchad;vosysólovoispodéislibrarnosdeestaprisión.¡Dadnoslalibertad!

ElKhannosmirósorprendido,exclamando:—Perosiosdejaralibres,¿adóndeiríais?—HacialaMontañadelFuego.Rassensequedóatónito.—Soyyoelqueestáloco,osoisvos;pero...,¿queréisiralaMontañadelFuego?

Sinembargo,nomeimportahaciadóndeosdirijáis;masnocreoquepodáis llegarhastaallí...

Perosiasífuera,podríaisvolverdenuevoconhombresparaguerrear.¡Ah!¡Yaveoclaro!

¡Tenéislareinaydeseáisconquistarestefértilpaís!¡Soisambiciosos!¡No!¡Noiréishaciaallí!

—Escuchad,Khan.Sedconsciente.Vuestros temoresson infundados.Nodeseovuestraesposa,niunacredelsuelodeestas tierras.Ayudadnos,ynovolveremosamolestarosniaintervenirenlavidadevuestropaís.

El Khan permaneció pensativo, con sus largos brazos colgando a lo largo delcuerpo.

Derepente,algunaideapasóporsucerebro,porcuanto,estallandoenunadesusbrutalescarcajadas,dijo:

—EstoypensandoquédiríaAtenesimañanaviesequesuspájaroshabíanvolado.¡Ja!

¡Ja! Pero... os buscaría, y entonces quizá se enfadase conmigo, y saldría envuestrabusca,noparandohastaencontraros...—dijo,poniéndoseserio.

—¿Más enojada de lo que está ahora? —repliqué—. Dejadnos marchar estanoche, favorecidos por la oscuridad, y mañana, por mucho que busque, no nosencontrará.

—¿Olvidáis,extranjeros,queellaysutíotienenciertospoderessecretosdequévalerse?

Aquellos que supieron dónde tenían que encontraros, bien pueden saber dóndetienenquebuscarossiescapáis.Peroseríacuriosoversurabiaalsaberquehabíaishuido.¡Oh,mirubiodoncel!¿Dóndeestás?—dijo,imitandocómicamentelavozdeKhania—. ¡Volved,volvedpronto;dejadmequederrita el hielodevuestro corazónconlallamademiamor!

¡Ja!¡Ja!

www.lectulandia.com-Página79

Súbitamenteexclamó:—¿Cuándopodéisestarlistosparamarchar?—Enmediahora—contesté.—Ben.Idavuestrocuartoypreparadlotodo.Dentrodeunossegundosestarécon

vosotros.

www.lectulandia.com-Página80

LACAZAYLAMUERTE

Llegamosanuestrashabitacionessinencontraranadieenelcamino.CambiamosnuestraslujosasropasporaquellasquetrajimosenelviajedesdelaGranPuertaalaciudad.

Recogimos las vituallas y útiles que pudieran servirnos en nuestra nuevaaventura.

Recogimosnuestrosfuertescuchillosdecaza,ynosarmamosconunaspequeñaslanzas,quenosserviríanparacazaroparadefendernos,encasonecesario.

—¡Quién sabe si ese loco no nos engaña o intenta matarnos! Pero nosdefenderemosmientrasnosquedeunhálitodevida—dijoLeo.

—Tienesrazón;noconfíograncosaenesabestiaconformadehombre;aunquesudeseodevernoslejosdesumujer,talveznossirvadeayuda...

—Sí;peronoolvidesquedijoquequiénsabesipodríamosvolverparaencenderen guerra al país.Mientras vivamos, podemos volver; los quemueren no vuelvennunca.

—PuesAtenenopiensaasí—contesté.—Y,sinembargo,estanochehablódedarnosmuerte—contestóLeo.—Supropiapasiónlavolvióloca.Seabriólapuerta,dejandopasoalKhanenvueltoenunlargoabrigodeviaje.—Si estáis ya listos, vamos—nos dijo. Viendo lo que llevábamos, añadió—:

¿Paraquénecesitáisestascosas?¿Vamos,porventura,aunacacería?—No—respondí—;pero,¿quiénnospuededecirquenopodemossercazados?

...—Sicreéisqueesmejor,quedaosdondeestáishastaquelaKhaniaquieraabriros

suspuertas—respondió,mirándonosfijamente.—No;vamos.Nospusimosenmarcha,yendoélalacabeza.Pasamosatravésdevarioscuartos

hastaquellegamosalgranrecibidor;deallísalimosalpatio,donde,envozbaja,nosdijo que nos ocultásemos en la sombra. La luna brillaba aquella noche con tantaclaridad,queasupálidaluzpodíaverse;recuerdoelmusgoquecrecíaentrelaslosasdelpavimento.Mepreguntabayo,enaquellosinstantes,cómonoslasarreglaríamosparasalirporlapuertaprincipal,cuyaguardiahabíasidodobladarecientemente,porordendeKhania.Mas,congranalegríamía,vicómoladejábamosanuestraderechay cómo Rassen nos conducía por un corredor hasta una puertecilla oculta tras untapiz,yqueabrióconunallavequellevabaencima.

Nosencontramosal fin fueradel recintodelpalacio,yenel amurallado jardín,bordeándolo, tuvimos que pasar por donde se encontraba la jaula de losmastines,que,siemprealertayalolfatearnuestropaso,prorrumpieronenterroríficosladridos.

www.lectulandia.com-Página81

ElKhanfuehaciaellosyconsiguiótranquilizarlos.Cuandovolvióareunirseanosotros,leexpliquélostemoresdequequizáhubiera

alarmadoalosguardianes.ElKhanmetranquilizó,diciéndome:—No;nohaycuidado; susguardianes sabenqueestánhambrientos e inquietos

porquemañanaciertoscriminalesdebenmorirasusfauces.Llegamosalaspuertasdelamuralla;elKhan,llevándonoshastauntemplete,nos

dijoqueesperásemos,puesvolvíaenseguida.Leo y yo nosmiramos, pues elmismo pensamiento había cruzado por nuestra

mente:elKhandebíahaberidoabuscaralosasesinosqueteníanquedarnosmuerte.Maspensamosmal,porcuantoalpocoratooímospisadasdecaballossobreelpiso,yelKhanvolvióconduciendodelasbridasa losdoscaballosblancosqueAtenenoshabíaregalado.

—Losensilléconmispropiasmanos—dijo—.¿Quémássepuedehacerparaquepartáis rápidamente? Ahora montad, y cubríos la cara con el cuello de vuestrosabrigos,comohagoyo.

Montamos, y él corrió ante nosotros a pie, como hacían los maestros deceremoniasdeKalooncuandoacompañabanasusamos.

Dejando la calle principal a un lado, nos internamos por el barrio de peorreputacióndelaciudad,cruzandoyrecruzandoeldédalodesustortuosasylóbregascallejas.Llegamosalaribera;allí,enunpequeñoembarcadero,saltamosalinteriordeunabarcazaquehabíaamarradaaunodelospilotes.

—Debéisembarcarvuestroscaballosycruzarelrío—dijoRassen—;lospuentesestánguardados,ytendríaquedescubrirmipersonalidadalossoldadosparaqueosdejaranpasar.

Algocontrariados,embarcamosrápidamentealoscaballos,sujetándolosyodelasbridas,entantoLeoempuñabalosremos.

—¡Adiós, errantes aventureros!—gritó el Khan, en cuanto nos separamos delmuelle—. Rogad al espíritu de la Montaña que el viejo hechicero y su sobrina,vuestra amante, rubio doncel, no estén presenciando vuestra fuga reflejada en elespejomágico,porqueentoncesnosveremosdenuevo.

Lacorriente tomóde llenoanuestrabarcaza, llevándolahastaelmediodel río.Sobreelmuelle,elKhanreíaconaquellarisatrágicaquehacíaestremeceralosquelaoían.

Llamándonostodavía,nosdijo:—¡Corred, corred, extranjeros, si queréis salvar vuestra vida! ¡Lamuerte os va

siguiendolospasos!Leoremóentoncesconfuerzahacialaorilla,conánimodedesembarcar,perola

corrienteimpetuosahacíainútilessusheroicosesfuerzos.—Haríamos mejor en desembarcar y matar a ese hombre, pues sus palabras

www.lectulandia.com-Página82

encierranunaamenaza.Melodijoeninglés;peroRassen,porlamodulacióndelasfrases,opor1tque

fuera,debiócomprenderelsignificado,porcuanto,dandounsalto,echóacorrer;yparándosedepronto,gritó:

—¡Demasiadotarde,locos!Conunacarcajadaseperdióenlasoscurassombrasdelanoche.—Crucemos;déjalo—dijeaLeo.Seguimosremandoydivisamosunpequeñogolfo,yhaciaélnosdirigimos.Desembarcamos los animales, y sin preocuparnos de la barcaza, montamos

nuestroscaballosyemprendimoslaascensiónhacialacumbredondeseencontrabaelSantuariodelFuego.

Poco tiempo después, la aurora tiñó con su púrpura las nieves de las vecinasmontañas, al mismo tiempo que se extendía una densa niebla que nos obligó arefrenarelgalopedenuestroscaballos,decidiendohaceraltoennuestramarcha,enunpequeñotrigal,hastaquelaatmósferaseaclaraseunpoco,almismotiempoqueserefrescabanloscaballos.

El sol salió por fin tras la montaña cuya columna de humo era nuestra guía,convirtiendoenjironesladensanieblaqueantesnosimpedíaelpaso.

Dimos de beber a nuestros caballos, y reemprendimos nuestramarcha hacia lacumbre.

LamalditaciudaddeKaloonquedabatrasdenosotros,yconellalaKhaniacontodasubellezaysuspasiones;conella tambiénquedabasu tíoconsusbrujeríasyadivinaciones,tanviejoenañoscomoenocultoscrímenes,yaquelKhanloco,mitaddiablomitadmártir,perosiemprecobardeycruel.Frenteanosotrosardíaelfuegoenlanevadacumbre,consusmisteriosquetantosañosdeinfructuosabuscanoshabíacostado.Ahora,odescubríamoséste,omoriríamos:¡todoantesqueretroceder!

Amediodíalaconfiguracióndelterrenohabíacambiadoporcompleto:todoeranpequeñas laderas escalonadas, que hacían, por consiguiente, imposible el regadíoartificial.

AlanochecernosparecióhaberllegadoallímitedelpaísdeKaloonconeldelassalvajestribus.Altasyfuertestorresalmenadasseelevaban,sinduda,paraservirderefugio y defensa contra los ataques de los errantes invasores. Debían estardesmanteladas y sin soldados; por lo menos así nos pareció; probablemente eranvestigiosdelosdíasenqueelpaísteníaqueserdefendidodelosataquesambiciososdeconquistadoresdeotrarazapredecesoradeladelactualKhan.

Dejamosesastorrestrasdenosotros,ynosencontramos,yabienanochecido,enunavastallanuraenlaquenovimosservivientealguno.Decidimosdejardescansarnuestroscaballos,paracomenzarnuevamentelamarchaalaluzdelaluna.SabiendoquelaKhaniaquedabaatrás,todaladistanciaentrenosotrosyellanosparecíapoco.

www.lectulandia.com-Página83

Nuestra fuga a estas horas ya se habría descubierto. Si queríamos estar a salvo,teníamosquecorrermucho;seguramenteaestashorasunmensajeroestaríaponiendoenguardiaalpaísparacapturarnos,ylossoldadosseguiríannuestrospasos.

Desensillamos los caballos y los dejamos libremente solazarse, revolcándoseentrelasecahierbaquecubríaelsuelo.Nohabíaagua;perononospreocupamos,yaquenuestroscaballoshabíanbebidopocoantesenunacharcaencenagada.Acabamosconlaescasacomidaqueconnosotroshabíamostraídodepalacio,yquesobriamentehabíamosrepartidoennuestramarcha,apesardelanochesindescansoydelalargajornadaanterior.

Tendidossobrelahierbaestábamos,cuandomicaballo,queserevolcabaconlaspatasatadas,seenredóentalforma,queleeraimposibleponersedepie;despuésdevarias tentativas inútiles, en una de ellas dio toda una vuelta sobre sí mismo,quedando con las patas al aire, junto a nosotros, que contemplábamos, riendo, susinútilesesfuerzos.

—¿Porqué tiene losvasos tan rojoseseanimal?¿Sehabráherido?—dijoLeo,extrañado.

Mefijéentoncesenque,efectivamente,losvasosdelanimalestabanmanchadosderojo,sinqueentodoeldíanoshubiéramosdadocuentadeesedetalle.Melevantéparaverlomejor,figurándomequeseríanmanchasdebarrorojodealgúnfangaldelosquehabríamoscruzado.Efectivamente,erarojo;peroloquemeextrañófuequeaquello no era barro, sino una substancia aromática de olor penetrante ydesagradable;hubiérasedichoqueerasangremezcladaconpimientauotrasespecias.

—¡Quéextrañoestodoesto!—dije—.Veamostucaballo,Leo.Como suponía, el caballo de Leo tenía los vasos embadurnados con la misma

extrañasubstancia.—Quiensabesiestonoesalgúntratamientodelpaísparaprotegerlosvasos—

dijoLeo.Unaterribleidea,fija,punzante,seclavóenmicerebro,obligándomeaexclamar:—No perdamos el tiempo en indagar las razones. Montemos, y escapemos a

galope.—¿Porqué?—murmuróLeo.—PorqueesemalditoKhan,queeldiabloconfunda,hasidoelquehapuestoasía

nuestroscaballos.—¿Paraqué?¿Paraquenopuedancorrer?—inquirióLeo.—No,Leo,¡paraquedejenunahuelladesupasosobrelatierraseca!Leopalideció;balbuciendo,medijo:—Quieresdecirentonces...¡Losmastines!...Asentí. Sin perder un minuto en comentarios, ensillamos los caballos con el

propósitodecomenzarunacarrerafantástica.Justamentecuandoacababadecerrarla

www.lectulandia.com-Página84

últimahebillademimonturapercibíunligerorumorquemehizoaguzareloído.—Escucha,Leo.Nuevamentesedejósentirelrumor,estavezmásclaro,ysindejarlugaradudas

respectoasuorigen.¡EranlosladridosdelosMastinesdelaMuerte!—¡GranDios,losperros!—exclamóLeo.—Sí—contesté con tranquilidad.Ante este evento tan sospechadopormí,mis

nervios se tornaron de acero y el temor desapareció por completo—. Parece quenuestroamigoelKhanvaahacersudeporte favoritoanuestracosta. ¡Poresoreíatanto!

—¿Quéhacer,Horacio?—preguntóLeo—.¿Abandonarloscaballos?Miré hacia la cumbre; todavía se encontraban amuchasmillas de nosotros sus

laderasmáscercanas.—Yatendremostiempodehacerlocuandonosveamosobligadosaello.Nosési

podremosllegaralpiedelaMontañaantesdequelosperrosnosdencaza.Vamos,pues,aluchardesenfrenadamente,aversipodemosescapar.Forcemosloscaballos.Esnuestraúnicaesperanza.

Sujetéalmío,ylehicedarunavueltaparapoderverloquetrasdemísucedía.Alainciertaluzdelcrepúsculopudeverunamultituddepequeñasfigurillasque

corrían, y entre las últimas, un hombre al galope, jinete sobre un soberbio corcel,llevandodesumanolasriendasdeotrocaballo.

—Toda la jauría está suelta —dijo Leo, estremeciéndose—. Rassen vienetambién;¿peroparaquétraeráotrocaballo?Yaséparaquénosserviránlaslanzas,yahorasíquevasavercómosecumpledeverdadlaprofecíadelmago.¡Algalope!

Partimosenlaoscuridad,conlosojosfijosenlacumbre,cuyohumosetornabarosado.

SóloteníamoslaesperanzadepoderalcanzarlavertientedelaMontaña,todavíamuchasmillasdistante,conlajauríapisándonoslostalones,teniendolaesperanzadequelosperros,cansados,senegasenacontinuarlacaza.

La oscuridad se hacía cada vez más densa, ocultando con sus sombras lasmontañas vecinas, mientras los mastines se acercaban cada vez más. Aunquemarchábamosveloces,nopodíamosforzarmásnuestroscaballos,puespodíancaerylastimarse,loqueseríafatal.

De pronto el fuego de laMontaña brilló en una explosión como la que vimoscuandollegamosalaciudaddeKaloon.Brillóintensamente,haciendopasarunhazdeluzporentrelosarcosdelacruxansata,comosifueraungigantescofaro.

Nos.parecióquenosencontrábamossumidosenunamisteriosaluzfosforescentecomoaquellaque irradiaelmaren lasnochescalurosasdelestío.Quizáesto fuerasólounarefraccióndela luzalreflejarenlasnubesyenlasnievesdelascumbresvecinas.

www.lectulandia.com-Página85

Este resplandor, aunque sólo duró unos segundos, nos ayudó bastante paraorientarnos,máximecuandoelterrenoeramuyabruptoyrocoso.

La luna se dejó ver entre las nubes, justamente cuando el extraño resplandordesaparecía.Lajauríasenosacercabacadavezmás.Enelsilenciodelanochesusinfernalesarmoníasalcanzabanunvolumenterrorífico.Pudedistinguirentreellaslostonosquelacomponían.Especialmenteunoprofundoypenetrantecomoelsonidodeunacampana.

Recordéquehabíaoídoelsonidodeesteladridocuando,sentadosenlabarcazasobreelrío,vimosaaquelpobrenobledelacortemorirporelcrimendeamaralaKhania.

Cuandopasó la jauría frenteanosotros,observéqueelqueasí ladrabaeraunabestia enorme, roja y de negras orejas y patas como el ébano, y al que el Khanllamaba"ElAmo".

Le llamaba así porque no había perro en la jauría al que no hubiera vencido.Asegurabaquepodíamataraunhombrearmado,siemprequeésteestuvierasolo.

Ahorasusladridossonabantrágicamenteenmicerebro.¡"ElAmo"noestabaniamediamilladedistancia!

Galopamostanvelocescomopudimos,puesahoraelterrenohabíacambiado,ylaluzdelalunafavorecíanuestrafuga.Sielterrenocontinuabaasí,quizáendoshorasde marcha podríamos escapar de la jauría. Las laderas de la Montaña quedabantodavía a unas diez millas, cuando menos; pero las fuerzas de nuestros caballostocabana su fin; hacían cuantos esfuerzospodíanpor salvarnosy salvarse;pero lafuerzatienesuslímites.Sugalopeseibaacortandopocoapoco,ycreímásdeunavezqueibanacaerreventados.Cruzábamosunterrenollenodematorralesyrocas,situado en una colina, en donde unasmillasmás abajo nacía el río que regaba losenormes flancosde laMontañadelFuego.Apocodemarcharporestacolina,nosvimosobligadosadarvueltaparapoderpasarentredosmasasrocosasqueseabríanante nosotros. Al llegar allí pudimos ver a la jauría. No eran muchos. Sin duda,algunos de ellos debían haber caído en la ruda marcha. No lejos, venía el Khanmontadoenelsegundocaballo,quehabíallevadoderepuestoparacuandosecansaraelotro.

Nuestros caballos también los vieron, y se estremecieron de terror, puesintuitivamentecomprendieronqueestabandestinadosasaciarelhambredeaquellasfieras.

Decidimosmarcharunascuatromillasmáshaciaelnacimientodelrío,decuyasaguasoímoselruido,conobjetodepoderrefrescarloscaballos.

Apenashabíamosandadodoscientosmetros,cuandolosanimalescomenzaronaenloquecerse,sinquenuestrosesfuerzospudierandominarlos.

—¡Saltadetucaballoyescondámonosenunmatorral!—gritóLeo.

www.lectulandia.com-Página86

Asílohicimos,yalpocoratolosperrospasaronresoplandocomoaunostreintametros de nosotros. Corrían silenciosos. pues teniendo la presa ya cercana, creíaninútildesperdiciarfuerzas.

—¡Corramos!—dijeaLeo,tanprontocomopasaron—.¡Notardaránenvolver!A unos ochenta metros de nosotros había una roca que, afortunadamente, nos

daríatiempoparaescalarlaantesquelajauríaestuviesedevuelta.Vimosanuestrosdos pobres caballos corriendo frenéticamente a través de la llanura, por el mismocamino que habíamos hecho anteriormente. Sin peso alguno, y espoleados por elterror,corrían,llevandoladelanteraalajauría,aunque,desgraciadamente,sabíamosqueestonopodíaserpor largo tiempo.ElKhanhacíaesfuerzosdesesperadosparahacerabandonara susmastines lacazade loscaballos;pero losperros,puestosyasobrelapresayolfateandoelfestínenperspectiva,noobedecían.

La juventud estaba ya lejos demí y no podía correr tan rápidamente como lascircunstanciasrequerían;además,conlatensiónnerviosadelalocacarrerasobreloscaballos,mispiernassenegabanasostenerme.Untobillo,torcidoaldarunpasoenfalso,acabódeinutilizarmeporcompleto,dejándometendidoenelsuelo.ImploréaLeo queme levantara, pues a toda costa quería llegar al río; una vez en él, si lovadeábamoso bien caminábamospor sus orillas con los pies en el agua, haríamosperderlapistaalosperros;decualquiermanera,elríorepresentabaparanosotrosunaoportunidaddeescaparconvida.

Los ladridosde losmastines, especialmente el de "ElAmo", sevolvieronaoírcercanos.Seguramente,elKhanhabíapodidoreorganizarladispersajauría,yvolvíasobrenuestrapista.

NoteníamosmásremedioquehacerfrentealDestino.—¡Huye! ¡Escapa! —dije a Leo—. Puedo detenerlos por unos minutos, los

necesarios para ponerte a salvo. Tu vida es sagrada:Ayesha te espera;mi vida esviejaymepesa;elmorirnomeasusta.

—Calla,onosoirán—dijoLeo,mientrasmeayudabaallegaralrío.Estábamoscerca;podíaverelreflejodela lunaensusaguastrémulas.Perolos

mastinesseacercabancadavezmássobrenosotros; tanto,queoímosclaramenteelruidoquehacíansuspatasalcorrersobrelasecatierramezcladoconelde.loscascosdelcaballodelKhan.Yallegábamosalaorilla,cuandoLeodijo,depronto:

—Bien,nopodemosirmásallá;hagamosfrente;juguémonoseltodoporeltodo.Nos detuvimos, y nos dirigimos a una roca cercana, contra la que apoyamos

nuestrasespaldasyesperamos.Aunossesentametros,losmastinesavanzabanhacianosotros;pero,¡loadoseael

cielo! ¡Sólo eran tres! El resto, seguramente, había seguido tras los caballos, yestarían cebándose en ellos. Únicamente tres y el Khan, cuya figura salvaje sedestacabaclaramentesobresucabalgadura.Perosólotres:

www.lectulandia.com-Página87

"ElAmo"ydosmás,muysemejantesaélenfierezaytamaño.—Serámejor—dijoLeo—quehagas frente túa losperrosmientrasyome las

entiendoconelKhan.Preparandolaslanzas,aguardamosfirmeslaacometidadelasbestias,lalanzaen

laderechayelcuchilloenlaizquierdasecándonoslasmanoshúmedasdelsudor.Losperrosnoshabíanvistoyveníanladrandorabiosamente.Notengoreparoen

decirquesentímiedo,pueslosbrutosparecíanleonesporsutamañoyfuror.Unodeellos,elmáspequeño,separándosedelosotros,seadelantó,viniendoderechohaciamí.

Porquéo cómo,no lo sé;quizá fueun impulso repentino;pero el casoesquepunteéunpocolalanza;yelanimalsearrojócontodasufuerzacontraella.Lalanzaleentróporelpecho,entrelaspatasdelanteras,ytanrudofueelchoquequemevilanzado contra la roca.Cuandomepudedar cuenta, el perro rodabamuertopor elsueloconuntrozodelanzaclavadoenelpecho,puesaquéllasehabíapartidoendos.

LasotrasdosbestiassehabíanlanzadosobreLeo,sibiennohabíanhechopresa,aunqueunodeellosllevabaensubocauntrozodesuabrigo.Nerviosamentetirósulanza contra ellos; pero con tan mala fortuna, que pasó rozando a uno, yendo aclavarsecontraelsuelo.¡Estábamosdesarmados!

Lavistadelcompañeromuertodetuvouninstantelafuriadelosmastines,queseretiraronacortadistanciadenosotros,aullandofrenéticamente.

ElKhanhabíasaltadodesucaballo,ysedirigíahacianosotros;sucaraparecíaladeundemonio;penséquetendríamiedodelucharconnosotros;peromebastóversus ojos para persuadirme de que no era así. Estaba loco de rabia y de celos, lasperipeciasdenuestracapturahabíancrispadosusnervioshastaelparoxismo;veníaamataroamorir.

Desenvainó sudaga, y llamandoa losperros,me señaló con ella.Losvi saltarhaciamí,yéldirigirsehaciaLeo.¿Quiénpodríadecirexactamenteloquesucedió?

Micuchilloseenterróenelpechodeunmastín,querodóportierra,aullandodedolor.

El otro. "El Amo", hizo presa de mi brazo derecho, por debajo del codo,produciéndomeconsuscolmillosundolortanagudo,que,enloquecido,dejécaerelcuchillo que sostenía con la mano izquierda. El perro me sacudía con fuerza,intentandoarrastrarmeparaunladoyotro,apesardelospuntapiésqueledabayoenelestómago.Caíalsuelo,yalcaer,mimanoizquierdatropezóconunagruesapiedra,queagarrédesesperado,yponiéndomederodillas,legolpeélacabezafuriosamenteconella;peroniaunasílaferozbestiamesoltabaelbrazo.Hoycreofuemejorasí,puesdeotraformalanuevadentelladamehubieraproducidootranuevaherida.

Rodamosporelsuelojuntoshombreyperro.EnunadelasvueltasviaLeoyalKhanque,abrazados,luchaban,rodandotambiénsobreelsuelo.AotravialKhan,no

www.lectulandia.com-Página88

lejos,contemplandomiluchaconlabestia.CruzópormiimaginaciónlaideadequehabíamatadoaLeo,yqueahoracontemplabamimuerte.

Cuandomeparecíaquetodoseponíanegro,viquealgoselevantabadelantedemí,yqueelperrosoltabasupresa,dejandolibremibrazoensangrentado.EraLeo,que,agarrandoalperroconsushercúleasfuerzas.lolevantabacomounaplumaparaestrellarlocontraelsuelo.

¡Bravo!Enunadeestassacudidashabíaestrelladolossesosdelmastíncontralapiedra,ysucabezanoeramásqueunamasainformenegrayroja.

Leo, reanimándome, pues me encontraba aplanado por el tremendo choquenervioso,medijo:

—Bien;secumpliólaprofecíadelmago;vamosaasegurarnos.Como un autómatame llevó hacia la roca donde estaba sentado el Khan, con

vida,peroincapazdemoverse.Lalocurahabíadesaparecidodesucara,ynosmirabamelancólicamente,conojosdechiquilloenfermo.

—Soisvalientes—dijoconvozapagada—,ysoisfuertes;habéismatadoaesosmastines, y me habéis roto la espalda; ha sido como profetizó el viejo Simbrí.Después de todo, yo a quien debía de habermatado era aAtene y no a vosotros;aunqueviveellaymevengará;nopormí, sinoporsupropiaofensa.Rubiogalán,ellavieneenvuestrapersecución,conperrosaúnmásferocesquelosmíos:losdesudespechada pasión. Perdonadme, y huid a laMontaña, donde vive otramujermásfuerteypoderosaqueAtene.

Lacabezalecayósobreelpechocomotronchada.Estabamuerto.

www.lectulandia.com-Página89

ELEMISARIO

—¡Muerto!—murmuré—.¡Bah!Elmundonohaperdidomuchoconello.—¡Pobrediablo!Nohablemosmásdeél—dijoLeocayendoexhaustoentierra

—. ¡Quién sabe si no era un buen hombre antes de que lo volvieran loco! ¡Él hatenidolaculpa!¡Nohubieraqueridomatarle!

—¿Cómotelashasarreglado?—Haciéndole caer la daga y agarrándole de tal forma que lo aplasté contra la

roca.Eso fue todo.Muy cruel, es verdad; pero se trataba demi vida y de la tuya.Pero,dime,Horacio,

¿estásmuyherido?—Tengo el antebrazo completamente desgarrado; pero nada más, creo. Vamos

hacia el río; tengo una sed abrasadora. Además, tenemos que huir del resto de lajauría...

—No creo que éstos nosmolesten por ahora; tienen nuestros caballos. ¡Pobresbestias!

Esperaunminuto;ahoravuelvo.SelevantóytomóladagadelKhan,ydeunsologolperematóalperroqueyo

habíaheridoconmicuchillo.Despuésrecogiólasdoslanzasymicuchillo,diciendoque aún podrían sernos de gran utilidad. En seguida, sin ninguna dificultad, seapoderó del caballo del Khan, que, a poca distancia, rebuscaba algúnmusgo paracomer,indiferentealadesesperadaluchaquesehabíadesarrollado.

—Ahora—dijoLeo—monta,amigomío;notedejoquecaminesunpasomás.Consuayuda,montésobrelasoberbiasilladelKhan,ytomandoLeolasriendas,

llevó al caballo hacia el río, que, aunque sólo estaba a unos trescientosmetros denosotros, me pareció un camino interminable, pues la fiebre me torturabahorriblemente.

Porfinllegamos.Olvidandomisheridas,metirédelcaballo,arrastrándomehaciaelagua,quebebíconansia,yqueniporelmásdeliciosonéctarhubieracambiado.Cuandoquedéahito,metílacabezaenelagua,asícomoelbrazoherido;sufrescurapareció aliviarme un poco;Leo hizo lomismo, y cuando se levantó con la cabezachorreando,medijo:

—¿Quéhacemosahora?El ríopareceserbastanteancho;unosochentametros.No debe ser profundo; ¿pero quién nos dice que en el centro no tenga másprofundidad?¿Quéhacemos?¿Intentarcruzarelrío,encuyocasoestamossalvados,oesperaraquíaquelleguenlosMastinesdelaMuerte?

—¡Sicasinopuedocaminar!—murmuré—.¿Cómovoyaintentarcruzarunríoquenoconozco?

Enelcentro,aunostreintametrosdelaorilla,habíaunapequeñaisla,cubiertade

www.lectulandia.com-Página90

matorralesycésped.—Quizá podamos llegar hasta ella —dijo Leo—. ¡Vamos! Yo te llevaré a

babuchas.Probemos.Obedecí con dificultad, ymonté sobre él,mientrasLeo usaba la lanza que nos

quedabaenteracomobastónyguía.Elríoera,felizmente,pocoprofundo.Llegamoshastalaislasinningúntropiezo.Leomedejóenelsuelo,mientrasvolvíadenuevoalaorillaarecogerelcaballoylasarmasquehabíamosdejado.Lodesensillóylodejópacermientrasél,agotadaslasfuerzas,caíarendidosobrelahierba.

Noobstante,tuvofuerzasaúnparacurarmelasheridas.Aunquelamangademiabrigo era bastante gruesa, no pudo evitar que la carne de mi antebrazo fueradestrozadaporlasdentelladasde"ElAmo".Meparecióqueelhuesotambiénestabaroto.Leorecogióunasplantasacuáticas,yconunpañuelomeimprovisóunacuraunpoco primitiva, que aliviara los crecientes dolores que sentía.Mientras esto hacía,supongoquemequedédormidoodesvanecido.Decualquiermanera,fueelcasoquenomedimáscuentadenada.

Cuandolosagudosdoloresdemibrazomedespertaron,estabaamaneciendo.Unaligera niebla envolvía todo, y cerca de mí dormía Leo profundamente. A pocadistanciadescubríalcaballoquetranquilamentepacíaenelverde.Estabarecordandonuestrasaventurasdeldíaanteriorylasvicisitudesquetuvimosquepasarhastallegardondenosencontrábamos,cuando,dominandoelruidodelasaguascorrientes,oíunmurmulloquemeestremeció;eraunmurmullodevoces.Melevanté,ymiréentreelramaje,yalláen la ribera,a travésde laniebla,distinguídos figurasacaballo:unhombreyunamujer.

Señalaban al suelo, que examinaban con atención como escudriñando ciertashuellasenlaarena.Oíalhombredeciralgosobrelosmastines,quenoqueríanentrarenelterritoriodelaMontaña.

—Arriba,despierta!—dijeaLeo,despertandolo—¡Nospersiguen!Se puso de pie de un salto, restregándose los ojos, y agarrando una lanza, se

preparóaladefensa.—Bajad vuestras armas, amigos míos—dijo la voz—; no venimos en son de

guerra.Era la voz de la Khania Atene, y el hombre que la acompañaba «era el viejo

Simbrí.—¿Quéhacemosahora?—preguntóLeocongestoamargo;puessienelmundo

habíadospersonasaquienesnoquisieravolveraver,eranésas.—Nosotrosnada—contesté—:esaellosaquieneslescorrespondehacer.—Venid —dijo la Khania desde la orilla—: os juro que no venimos como

enemigos.¿Novéisqueestamossolos?

www.lectulandia.com-Página91

—Nolosé—respondióLeo—;peronoosmolestéis:nonosmoveremosdeaquí,sinoparacontinuarnuestramarcha.

AtenedijoalgoaSimbrí.Quéledecíanolopudeoír,pueshablabanenvozbaja:porlosgestosparecíapersuadiralviejodealgoaqueésteseoponía.

Decidida al parecer la discusión, ambos metieron sus caballos en el agua,dirigiéndoseanuestraisla.Alllegardesmontaron,ynosmiramoslosunosalosotros.El viejo parecía estar rendido por las fatigas del viaje; peroAtene estaba fresca yhermosa,sinqueelcansancionilascontrariedadeshubierandejadohuellaalgunaensuresplandecientebelleza.

Fueellaquienrompióelsilenciodiciendo:—Mucho habéis corrido, amigosmíos; pero al fin os hemos encontrado. Allá,

entrelasrocas,hemosvistoaunhombremuerto.Decidmecómomurió,sinotieneningunaherida.

—Así—dijoLeo,haciendoademán,consusmanos,departiralgo.—Losé—dijoella—:noosmaldigo;estabaescritoqueeraavuestrasmanosa

las que tenía quemorir. ElDestino se ha cumplido. Sin embargo, existe alguien aquientenéisqueresponderdevuestroacto;sóloyopuedoprotegeroscontraellos.

—Entregadmeaellossiqueréis.¿Khania,québuscáis?—Larespuestaquehacedocehorasdebíaishabermedado.Antesdecontestarme,

recordad que puedo salvar vuestra vida y ceñir a vuestras sienes la corona de esepobreloco.

—EncontraréismirespuestaalláenlaMontaña—dijoLeoseñalandoelpico,queseelevabamajestuosoentrelasnubes—;dondeyobuscolamía.

PalideciólaKhaniayreplicó:—Loqueallíencontraréiseslamuerte.Comoosdije,laMontañaestáguardada

porsalvajestribusquenoconocenlapiedad.—Quizá sea así; será entonces la muerte la respuesta que buscamos. Horacio,

vamos;prosigamosnuestrocamino.—Osjuro—dijolaKhania—quealláarribanohaynada;quenoestálamujerde

vuestrosensueños! ¡Yosoyesamujer!Tanciertocomoquevoissoiselhombredemisamores.

—Estábien,señora;probadloenlaMontaña—contestóLeo.—¡No existe ningunamujer allá arriba!—gritó Atene fuera de sí—; sólo hay

fuegoylavozdelOráculo.—¿Quévoz?—LadelOráculo, que habla desde el fuego: la voz del espíritu, a quien jamás

hombre alguno vio ni logrará ver.—Vamos, Horacio—dijo Leo disponiéndose aensillarelcaballo.

—Extranjeros—dijoelmago—.¿Queréisescucharlavozdelaexperiencia?Yo

www.lectulandia.com-Página92

hevisitado aquel lugar cuando, de acuerdo connuestras costumbres, enterramos alpadre de Atene, al anterior Khan, y os aconsejo, si no queréis morir, que jamáspongáislospiesenningunodesustemplos.

—Os agradecemos el consejo, señor —dijo Leo. Después, dirigiéndose a mí,añadió—: Horacio, vigílalos mientras ensillo el caballo; será mejor que estemosprevenidos.

Tomé la lanza en lamano que tenía útil, yme puse en guardia; pero ellos nohicieronningúnmovimientosospechoso.Comenzaronadiscutirenvoztanbaja,quenopodíaoírsinoelmurmullodesuspalabras.Porlosgestos,meparecióquenuestradecisión los contrariaba sobremanera. En unos cuantos minutos el caballo estuvolisto,yconlaayudadeLeo,montésobreél.

—Vamosadondedebemosir,seacuálsealasuertequenosespera;peroantesdepartir,quiero,KhaniaAtene,daroslasgraciasporvuestrasbondadesparaconmigoyrogaros que me olvidéis. Volved a vuestro país, y gobernad sabiamente vuestropueblo,yperdonadmesi,involuntariamente,heturbadovuestravidaylatranquilidaddevuestropaís.¡Adiós,hastanunca!

Ateneloescuchó'conlafrentebaja,ycuandohuboterminadoexclamó:—Agradezcovuestraspalabras;pero,LeoVincey,nonospodemossepararasítan

fácilmente.HabéisdichoquevaisalaMontaña,yhastalaMontañaosseguiré,paseloquepase.AllíencontraréalEspíritudelaMontaña,yconélenfrentarémifuerzaymispoderesmágicos.Paralavictoriosaserálacoronaporlaquetantosañoshemosluchado.

Dandovueltaelcaballo,seinternóenelagua,seguidadelviejoSimbrí.Lapartedelríocomprendidaentrelaislaylaotraorillaeramáspeligrosayde

corrientemásimpetuosaquelaqueyahabíamoscruzado.Apesardeello,llegamossinningúnaccidente.

En aquella ribera se extendía una tierra sucia y cenagosa. Cruzamos aquellasmarismastanrápidamentecomoelterrenonoslopermitió,puesteníamosmiedodequeKhania,habiendoidoarecogersuescolta, llegasedeunmomentoaotroynoshicieraprisioneros.

Dejamos la marisma, llegamos a una ligera pendiente que conducía al primerplieguedelaMontaña,queestabaaúnaunascuatromillasdedistancia.Despuésnosinternamosenunvalledesprovistodevegetación,cuyofondoestabacubiertodelavay detritus provenientes de las lluvias y de las nieves derretidas en el verano. Estevalleestabaenunodesusladoslimitadoporunamurallanaturalderocascortadasapicoydeunaalturadeunoscincuentametros,queveíamosimposibledeescalar.

Nos internamosmásporelvalle,con laesperanzadeencontraralgúnpasoquenospermitierasalirdeallí.Éstesehacíacadavezmásangostoyoscuro,yamedidaquenosinternábamos,nosdimoscuentaquesufondodelavaseencontrabacubierto

www.lectulandia.com-Página93

pormultituddeobjetosblancos.Vimosqueunodeéstoseraunesqueletohumano,yque los demás eran restos de brazos, huesos, calaveras, etcétera. Aquello era unverdaderovalledelamuerte,habíamilesymilesdeellos.

FueentoncescuandoexperimentamoslaprimeraextrañaemociónenlaMontaña.—Sinoencontramosuncaminoparasalirdeestetrágicovallecreoquenuestros

huesos van a hacerle compañía a los de los antiguos habitantes deKaloon—dije,mirandoamialrededor.

Segúnhablabameparecióverconelrabillodelojoqueunbultoblancosemovía.Miscabellosseerizaron.Sí;aquelbultosemovíaypocoapocoseponíadepie.Eraunafigurahumana,aparentementedemujer;deestonopodíaestarseguro,puesibacubiertadehombrosapiesporunmantoblancoysucaraveladaporun lienzo,o,mejordicho, porunamáscara con agujerosparapoderver.Avanzóhacianosotros,mientras estábamosmudos y como pegados al suelo. El caballo, cuando la vio, seespantótanviolentamente,quecasimeechaalsuelo.Cuandollegóaunosdiezpasosde nosotros nos hizo un saludo con lamano, que también llevaba cubierta con unguanteblanco.

—¿Qué ser sois vos?—dijo Leo, y su voz sonó lúgubremente entre aquellasrocas.

Lablancafiguranorespondió.Leo avanzóhacia ella con ánimode asegurarse de si aquel fantasma era real o

todoeraunaalucinacióndenuestrasmentesfebriles.TanprontocomoLeoavanzó,elfantasmaretrocedió,subiéndosesobreunmontóndehuesosyquedandoallídepie.Leonosedetuvoycontinuóavanzando.AntesdequeLeollegasehastaél,lavisiónorealidad levantó sumano enguantaday señalóprimero la cimade laMontañao elcielo,vdespuésalamuralladerocaqueteníamosantenosotros.

Leo,volviéndoseamí,mepreguntó:—¿Quéhacemos?—Seguirle, creo; debe ser un emisario enviado de arriba—dije, señalando la

cimadelaMontaña.—Está bien, pero te advierto que la presencia de este guía no es de las más

agradables.Con un gesto indicó al fantasma que podía obrar. Aparentemente debió

entenderle,porcuantobajandodesualturaavanzóentrelaspiedrasyesqueletossinhacerruido.Leseguimossincruzarpalabrahastallegaraunaprofundahendiduraenla roca:Esta hendidura ya la habíamos visto anteriormente, pero creyendo que erauna grieta sin comunicación alguna pasamos sin prestarle atención.El fantasma seinternóporella,desvaneciéndose.

—Debeserunavisión—dijoLeo,dudandotodavía.—Sealoquesea,debemosseguirla.¡Adelante!—dije.Hicimosinternarsealcaballoporlahendidura,ycuandoyaparecíaquenopodía

www.lectulandia.com-Página94

seguirmáshondo,vimosqueéstahacíaun recodo rápidoyqueel fantasmaestabaesperándonosallí.Siguióadelante,ynosotros trasélporunaestrechagargantaquehacíaunapronunciadapendienteyqueacababaenunacavernaogaleríatrabajadaenlaroca.

Aquí nuestro guía nos esperó, aparentemente, con la intención de agarrar alcaballoporlarienda;peroéste,alnotarlapresenciadeaquelextrañoser,sitalera,seencabritó de tal manera, que más de una vez creí que iba a caer de espaldas. Lablancafiguraseñalóconsumanolacabezadelnoblebruto,yéstecomenzóasudarcopiosamente, aterrorizado, sin hacer ninguna tentativa de desobediencia o fuga.Entonces, tomando la brida por un lado con su enguantada mano, mientras Leososteníalaotra,nosdispusimosainternarnoseneltúnel.

Salimosporfindeltúnel,que,seguramente,noshabíaevitadoungranretrasoennuestramarcha,encontrándonosporfinenlaprimeraestribacióndelaMontaña,queseelevabamillasymillashaciaarriba,hastallegaralablancacaperuzadenievequecoronabalacumbre.Aquíencontramosseñalesdevidahumana,pueslamayoríadelos campos estaban cultivados en parcelas y numerosas vacas y corderos se veíanpastarenloscamposlejanos.

Nos internamos enun estrechovalle, siguiendouna sendaque se extendía a lolargodeuntorrentequesaltabaruidosoentrelaspeñasdelfondo.Depronto,oímosunestridentealarido,ynosvimosrodeadosdeungrupocomodecincuentahombresde salvaje apariencia, rostro fiero y ademanes bravos y resueltos, dando gritos yalaridos,yconintenciones

evidentesdehacernosblancodesuslanzazos.Lamayoríaeranpelirrojos,aunquemuchosdeelloserandetezmorena.Ibancubiertosconpielesyarmadosdelanzasyescudos.

—¡Vamos a ellos!—gritó Leo sacando la daga—. ¡Adiós, Horacio! ¡Allá nosveremos!

—¡Adiós,Leo!—contesté,comprendiendolaverdaddeloqueKhaniayelmagonoshabíandichorespectoalastribusdelaMontaña.

Mientras tanto,nuestrofantasmagóricoguíasehabíadesvanecidotrasunaroca.Sin duda, cumplida su misión, nos dejaba a merced de estos salvajes, que daríancuenta de nuestras miserables existencias. Pero fui injusto al pensar así; ,; puescuandolossalvajesestabanaunoscuantosmetrosdenosotros,aparecióenloaltodelaroca,ylevantandounbrazo,sinpronunciarunasolapalabra,paralizóporcompletolasansiasbélicasdenuestrosatacantes.

A su vista, todos aquellos hombres de fiera apariencia quedaron suspensos ymudos, mientras que el que debía ser el capitán de aquella horda se adelantó y,cayendoderodillas,inclinósucabezaconairedesumisión,comosifueraunperrocastigado.Elfantasmalehizounsigno,señalándonosprimeroanosotrosydespuésa

www.lectulandia.com-Página95

la alta cumbre, y cruzando y abriendo sus enfundados brazos, pero sin quepudiéramos oír una palabra que saliera de sus labios. El capitán debió entenderlerápidamente, pues, dirigiéndose a sus compañeros, les dijo algo en un lenguajegutural, incomprensible para nosotros. Prorrumpieron en gritos de nuevo, y sealejarona todavelocidad, sindarnos lamáspequeñamolestia.Enunosminutossedesvanecierontanrápidamentecomohabíanaparecido.

Nuestro guía nos hizo un signo para que le siguiésemos, y comenzamos aascenderporlacañada,comosinadahubierasucedido.

Cercadedoshorasduróaquellamarcha,hastadesembocarenunsuavedeclivecubiertodehierbaydeapacibleaspecto.Congransorpresanuestra,encontramosunfuego ardiendo, y en él colgaba sobre un trípode una olla de barro, sin queaparentementepersonaalgunacuidasedeaquelfogónimprovisado.Nuestroguíanoshizoseñadedesmontar,y señalándonosel fuego,nosdioaentenderque íbamos :icomer el contenido de la olla, que, sin duda alguna, nos había sido preparado deantemano,seguramenteporlossalvajesquehorasantessedisponíanadarcuentadenosotros.Nosparecióestarenelmejordelosmundos,ytodocambiódecolor,puesenaquellosmomentoselhambrehincabasurudazarpaennuestroestómago,y,¡ohgenteprevisora!,elcaballotambiénteníapreparado,acortadistancia,unmontóndepastoverdequeloresarciríadesuabstinenciaforzosa.

MientrasLeodesensillabaydabaelpiensoalcaballo, toméuncuencodebarroqueallíhabía,ydirigiéndomealtorrentedelacañada,lollenédeaguafresca,alpasoque sumergía en ellami dolorido brazo, con la esperanza de amenguar un poco elardordelaherida.

Llené el cuenco, y me dirigí de nuevo adonde se encontraba Leo y nuestroportentosoguía.

Alllegaralfogónsemeocurrióunaideaquepudieradarnosaconocerquiéneranuestro desconocido protector.Con la esperanza de que se descubriese al beber, leofrecíunvasodeaguaclara;pero,él,agradeciéndomeloconungestocortés,así lointerpreté,mevolviólaespalda,dándomeaentenderquedeclinabamiatención.Noquería o no podía beber. Tampoco quiso comer, pues, igualmente, rechazó elofrecimientoqueLeohizocuandonosdispusimosahacerlo.

Tanprontocomosacamos laolladel fuegoydejamosenfriarsucontenido,nosdispusimos a devorar la extraña comida que nos había sido preparada, puesestábamosmaterialmentedesfallecidospor las largas jornadasyelescasoalimento.Después de comer, Leo volvió a curarme el brazo, tan bien como nuestros pobresmediosnospermitían.

Todo el resto del día caminamos sobre laderas cubiertas de verdura, sin queviéramosningúnserhumano,auncuandoalgunasvecesoíamosaquelsalvajealarido,tanparticularentre'losmoradoresdeJaMontaña.

www.lectulandia.com-Página96

A la llegada de la noche habíamos dejado las vertientes bajas, y nosencontrábamosenelcorazóndelaMontaña.

Pronto la ligera senda desapareció. Cruzamos por varios caminos intrincados,capacesdedesorientaralmejorobservador,hastaqueporfinllegamosaunlugarqueparamejordarunaideapodríamossemejarleaunanfiteatrohechoporlanaturalezaenlarocaviva.Enunrincóndeesteanfiteatronaturalseveíanunascuantascasuchasdepiedras,construidascontralaparedderoca.Lalunadabadellenoenaquelsitio,iluminando una curiosa e interesante escena. Formados en semicírculo había unasciento cincuenta personas entre niños, ancianos, hombres ymujeres, entregados, alparecer,alacelebracióndealgúnextrañorito.

Frente al semicírculo humano, un gigante pelirrojo, sin más vestido que unminúsculo taparrabos de piel, gesticulaba y gritaba en medio de las más rarascontorsionesquepersonapuede imaginar,mientras sobre su cabeza, y con el lomoarqueado,sesosteníaungatocompletamenteblanco.

No lejosdedonde los salvajes celebrabanesa ceremonia, o loque fuese, habíauna gruesa roca de unos dosmetros de altura, tras la cual nos ocultamosmientrasnuestro guía se internaba en un bosquecillo de pinos, indicándonos que loesperásemosallí.

Atravesó el bosquecillo, y se dirigió a un lugar donde, sin ser visto, podíaperfectamentedivisarloqueacontecíaenelllano.Parecíaperplejoysorprendidoporaquellaescena,queparecíadesconocer.

Nuevamente nos hizo un signo indicándonos de que le esperásemos, almismotiempo que nosmanifestaba con otro expresivo ademán que guardásemos silencio.Deprontodesapareció,sinquenosdiésemoscuentadecómo.

Sinsaberquéhacer,esperamosallí,mientraspocoapoconosinteresábamosporloquesucedíaenlaplazadeaquelcirconatural.

Una vez que cesaron todas aquellas salvajes gesticulaciones y alaridos delgigante,siemprellevandoelgatosobresucabeza,unacolumnadehumoseinicióenlapira,indicandoqueéstahabíasidoencendida.

Apocospasosdedistanciadeellahabía,enelsuelo,sietepersonasconlasmanosatadasalaespalda.Lossieteestabancolocadosenlínea,ytodosparecíanposeídosdeun extraño temor, por cuanto las piernas les temblequeaban, y una de lasmujeresllorabadesesperadamente.Todospermanecíanindiferentesaellosyconcentrabansuatenciónenelfuego,queenaquellosmomentostomabatodasuintensidadyfiereza,alumbrandotodoslosdetallesdeloqueacontinuaciónsucedió.

Cuandopareció que todo estaba listo, un hombre entregó al pelirrojo oficiante,queestabasentadoenun toscoasiento,unavarademadera,mientrasdepositabaelgatosobresusrodillas.Tomólavaraconlasdosmanos,yaunapalabrasuya,elgatosaltósobresusrodillas,yendoaquedaragarradoconellomoenarcosobrelavara.

www.lectulandia.com-Página97

Enmediodelmásintensosilenciocomenzóaentonarunaplegariaaparentementealgato, mientras éste, sentado sobre la madera, lo miraba con sus ojos refulgentes.Después, llevandosiempreal felino sobre lavara,comenzóapasearpor juntoa lahileraformadaporlosprisioneros,aproximándosecadavezmásaellos.Cuandoyaestuvobastantecerca,elgatosaltósobrelaespaldadelúltimo,comenzandoaarquearel lomo en felinosmovimientos; después pasó a los hombros del otro, haciendo elmismo juego; después al otro, hasta llegar al que hacía el quinto, y que era unamuchacha;alllegaraella,elgatocomenzóamaullar,yconlasorejasechadashaciaatrásyelpeloerizado,bufabairacundo,mientrasconsuspequeñaszarpastratabadearañarlacaradelainfelizcondenada,mientrasellaexhalabadesesperadosquejidos.Todos los espectadores prorrumpieron en una sola exclamación, que ya habíamosoídoantesentrelasgentesdelpaísdeKaloon:¡Bruja!¡Bruja!¡Bruja!

Los verdugos se precipitaron sobre ella, arrastrándola hacia la pira, donde lamuchachaestabacondenadaaserquemada.

—Nopuedopermanecerimpasibleanteesto,Horacio—dijoLeo,desenvainandosudaga.

—Quizáserámejordejarlosquesearreglensolos—dije,mintiendo,porcuantolasangremehervíaenlasvenas.

Sime oyó o nome oyó, no lo sé. En un segundo vi a Leo lanzarse como unhuracán,dagaenmano,enmediodeaquellabatahola.Siguiendosuejemplohinquélasespuelasen lascostillasdelcaballo,precipitadamente trasél.Enunossegundosestuve a su lado.Al verme amí, los salvajes se quedaron de pronto silenciosos ysuspensos,puesnosdebierontomarporapariciones.

Losejecutoresdel sacrificioestabancon suvíctimabien sujeta, juntoa lapira,donde los troncos resinosos elevaban enormes lenguas de fuego que iluminabanfantásticamente aquel aquelarre.Leo, conun "¡Atrás, asesinos!", seprecipitó sobrelosverdugos,hiriendodeungolpededagaaunodeellos,quesujetabaalamuchachaporlagarganta.Conungritoderabiaydolor,elhombresoltóasuvíctima,mientrasésta se internaba en la oscuridad.Vi también al hechicero, sosteniendo aún al gatoentresusbrazos,dirigirseaLeoyespetarleuntorrentedepalabrasininteligiblesque,a juzgarporel tono,noerandecortesíaprecisamente.Leo,a todoesto,contestabaconunajergadeinglés,griegoyárabe,queniélmismoentendía,creoyo.

Entonces,elgato,enfureciéndose,saltóde losbrazosdelhechiceroa lacaradeLeo;pero,atrapándoloésteenelaire,lehizodartresocuatrovueltas,sosteniéndoloporlacolaylanzándoloalasllamasdelapira.

A la vista de aquel espantoso sacrilegio -pues, para ellos, que adoraban a eseanimal,elactodeLeoteníaesecarácter-sonóungritounánime,ungritodehorror.Entonces, avanzó lentamente aquella ola humana hacia nosotros. Un hombre seinterpusoentreLeoyyo;perodeunlanzazoloderribé.Enuninstanteestuvejuntoa

www.lectulandia.com-Página98

él; lamasahumananosempujabahacialahoguera.Leoluchabacontratodosellos,contitánicoempuje;loshombrescaíanbajosuspuñoscomosimplesmuñecos;Leoerahercúleoensusfuerzas,ysusatacantesestabanmediomuertosdemiedo.

—¿Por qué no dejaste al gato en paz?—le recriminé, estúpidamente, pues nosabíaloquedecía—.¿Novesquevamosamoriramanosdeestossalvajes?

Tanto empujaba la masa humana, que en unos segundos me encontré con elcaballocasiencimadelfuego;sentíchamuscarsemipeloyeldelcaballo,yviquelasrojascavernasdefuegomeesperabanparaapoderarsedemidoloridocuerpo.¡Tristefinaunavidadeluchaydeideal!Deunbrutalempujóndemanosdesconocidascaídelcaballoymeencontrésentadosobreelsueloy...

Frentealfuego,consubrazolevantado,estabanuestrofantásticoguía,apuntandoconuníndice•algigantescohechicerodelatribu.Peronoestabasolo:conélhabíaungrupodehombresvestidosdeblancasropas,armadosdedagas,ojosrasgadosynegros, gestode ascetas y caras y cabezas afeitadas, quebrillaban al reflejo de lasllamasenlaoscuridad.

A la vista de estos nuevos personajes, los salvajes experimentaron un pánicoindescriptible, emprendiendounaprecipitada fuga en todas las direcciones..El queparecía el jefe de aquellosmonjes, unhombre alto, de apuesta presencia y de caraagradable,yornadadeunasimpáticasonrisa,dirigiéndosealhechicero ledijoalgoqueyointerpretéasí:

—Perro—dijoenvozsuave,perotraslacualsetraducíaunaterribleinflexión—;¡perromaldito! ¿Qué ibas a hacer con los protegidos de la poderosaMadre de laMontaña?¿Esparaesoparaloqueseoshaconcedidolamerceddevivir,atiyalosidólatrasque te siguen? ... ¡Contesta, abortodelaverno,contesta si tienesalgoquedecir,porquetequedapocotiempoquevivir!

Conelterrorretratadoensurostro,elgigantescohechicerocayódehinojosalospies, no del jefe de los monjes, sino de nuestro fantástico guía, articulando, enguturalesexclamaciones,demandasdepiedad.

—Envano—dijoelsuperiordelosmonjes—;ellaeselMinistroquejuzgaylaEspadaqueejecuta la sentencia.Yo soyelOídoy laVoz.Hablaydime. ¿Porquéibaisamataraestoshombres,aquienhabíaisdedarhospitalidadyapoyotalcomoseosestabaordenado?Ibaisamatarlossolamenteporquearrancarondevuestrasmanos.aesapobrevíctimaydestruyeronelobjetodevuestraidolatría.Lohevistotodo.Ysabequeestonohasidosinounatrampapuestaparaprobarteati,aquientantavidasetehabíaconcedido.

Elpobrediabloseguíapostradoantenuestroguíasinatreversealevantarsusojosdelsuelo.

—Emisario—dijoelsuperior—:tútieneslaJusticia.Dictatuveredicto.Entonces nuestro guía, levantando su mano lentamente, apuntó al fuego. De

www.lectulandia.com-Página99

pronto, el hechiceropalideció cayendohacia atrásmuerto, asesinadopor supropioterror.

Lamayoríadelosconcurrentesalextrañoritohabíahuido;noobstante,algunoscuriososquedabancontemplandoatónitos la lúgubreescena.ElSuperior losmandóacercarse con autoritaria voz. Como perros temerosos se acercaron hasta llegar apocospasosdeél.

—Mirad—dijo,señalandoalcaído—;miradytembladantelaJusticiadeHesea,laMadre.

Estasuerteseguiréiscadaunodevosotrosqueabandonesucultoparadedicarsealcrimenyalaidolatría.¡Llevaosaeseperroapestadoquefuevuestrojefe!

Algunosdelosmásarriesgadosseacercaron,levantandoelcadáverdelsuelo.—Ahoraarrojadloallechoquehabíaispreparadoparasusvíctimas.Los portadores de la fúnebre carga se dirigieron hacía la llameante pira, y

arrojaronenellaelcuerpodelhechicero.—Escuchad—dijoelmonje—,ysabréisporquéestehombrehasidocastigado.

¿Sabéisporquéqueríamataraestamuchachaaquienlosextranjeroshanarrebatadodesusgarras?

Porqueelgatoidolatradolaseñalócomobruja,pensaréisvosotros.¡No!Yooslodiré,ymivozesladelaVerdad.Nofueporeso:porque,siendohermosa,laqueríaparasí,comohahechoconmuchasotras,aunsiendocasadayamandoasumarido.Comoellalerechazó,envenganzaqueríahoysumuerte.PeroelOjove,laVozhablay el Emisario emite su veredicto. Ha sido cazado en sus propias redes, y así ossucederá a cada uno de vosotros que se aparte del camino trazado para seguir elcaminodelmal.TaleslajusticiadeHesea,transmitidaamídesdesutronoentrelosfuegosdelaMontañaSagrada.

www.lectulandia.com-Página100

BAJOLASALASPROTECTORASDELADIVINIDAD

Unotrasotro,lossalvajesfueronabandonandoeltrágicolugar.Cuandoelúltimohubodesaparecido,elSuperioravanzósaludandoaLeo,poniéndoseunamanosobrelafrente.

—Señor—dijoen lamisma jergagriegaqueusaban loshabitantesdel llano—.Noos pregunto si os encontráis heridos, porque sé que, desde elmomento en quehabéisasentadovuestrospiesenelríoquebañaestepaís,vosyvuestrocompañeroestáis protegidos por una fuerza invisible, de tal forma, que no hay hombre ni sersobrenatural que pueda produciros el menor daño. Sin embargo, manos viles eindignashanosadotocaroseintentadoponerfinavuestrapreciosaexistencia,yeseldeseode laPoderosaMadreySeñoraaquiensirvoque, si tal esvuestravoluntad,todosesoshombresqueosofendieron,moriránantevuestrosojos.¿Eséstevuestrodeseo?

—¡No!—dijoLeo—.Los perdono.No sabían lo que hacían; estaban ciegos ylocos;noquieroderramarunagotadesangre.Eselúnicofavorqueospido,amigo...

—MellamoOros—contestó.—Amigo Oros; ahora, si es tal vuestra bondad, nos proporcionaríais una gran

alegríaindicándonosrápidamenteelcaminoqueconducealapresenciadeAquellaaquienllamáisMadre,ycuyoOráculohemosvenidoaconsultardesdelejanastierras.

Conunainclinacióndecabeza,contestó:—Vuestros alimentos y vuestros lechos están ya preparados, y cuando hayáis

descansado,tengoordendeconducirosadondedeseáisllegar.¿Queréisseguirme?Poniéndose en marcha, nos guió a un pequeño edificio, distante como unos

cincuentametros,construidocontralamuralladeaquelanfiteatronatural.La casa ' estaba dividida en dos habitaciones: la primera era una especie de

comedor,porelcualsellegabaalasegunda,queparecíaserundormitorio.—Entrad—dijo—;necesitáislavarosycambiaros.Ydespués,dirigiéndoseamí,

agregó:—Y vos, debéis curar ese brazo, al que las dentelladas del mastín han herido

gravemente.—¿Cómosabéiseso?—pregunté.-Elcómonoosinteresa,perolosé-respondióOros,gravemente.Meayudóalevantarelprimitivoapósito,ymelavólaheridacuidadosamentecon

agua caliente, en la que había mezclado alguna sustancia, haciéndolo todo con laexperienciadeun«profesional.

—Los colmillos del animal han hecho heridas profundas; pero no tengáis

www.lectulandia.com-Página101

cuidado;estaréiscuradoenpocosdías.Asíquemecuró,meayudóa lavarmeyadespojarmede las ropasviejas,para

sustituirlaspor las limpiasynuevasquehabíasobreel lecho,poniéndome,unavezqueestuvevestido,elbrazoencabestrillo.Mientras,Leohabíahecholomismo,yalpocoratodejamoslahabitación,completamentedistintosalosastrososyderrotadosviajerosqueentraronenelrefugiomomentosantes.

En la otra habitación encontramos la comida preparada, atacándola con furiamerecedora demás altas empresas; terminamos de comer sin haber cambiado unasola palabra. Después, y sumidos en el sopor que es de suponer tras tanta fatiga,volvimosa laotracámara,arrojándonossobrelos lechos,ydespojándonostansólode nuestras prendas exteriores, caímos en pocos minutos en un sueño profundo yreparador.

De pronto, enmedio de la nocheme desperté. Tenía esa secreta intuición quesobresaltaelespíritucuandosabemosquehaentradoalguienennuestrahabitación,sin que le hayamos visto ni oído. Agucé el oído cuanto pude, y percibí un ligerorumor,yentonces,alaclaridadunpocodifusadelalunaqueentrabaporlaventana,vilafiguradenuestroguíafantasmaaproximarsealapuerta.Ahoramásquenunca,aquella forma humana o espectral parecía un fantasma de los que describen lashistoriasdeaparecidos.MirabahaciadondeLeoseencontraba,o,almenos,asímepareció,pueshaciaaquelladoteníadirigidasucabeza.

Huboalgodehumanoentonces,algoquesolamentepuedesalirdelosseresquesientenypadecen.Elfantasmasuspiró,yaquelsuspiroparecíasalirdelomáshondodeunalma.

Así,pues,noeratanfantasmacomocreíamos,puessufríayexpresabasudolordeunamaneracompletamentehumana.Pero...,¿quéhace?...¡ExtiendelasmanoshaciaLeo,enunademándeternurainfinita!ParecequeLeosientetambiénelinflujodelaproximidadde aquel ser.Habla.Escucho.Habla tanbajo, quenopuedooír lo quedice...,peroparecequehablaenárabe...Yaoigo,dice:

—;Ayesha!¡Ayesha!Lafiguraavanzaysedetiene.Leosesientaenel lecho,siemprebajola influenciadesusueño,puestienelos

ojoscerrados.Extiendesusbrazoscomoqueriendoabrazaraalguienconquiensueña,diciendo

convozapasionada:—Ayesha:atravésdelavidaylamuertetehebuscadodesdehacemuchosaños.

¡Ven,midiosa!¡Miesperada!Lablancaformaseacercóaúnmás,ypudeverquetemblaba,yquesusbrazosse

extendíantambiénenmudacontestaciónalosdeLeo.Sedetuvo.Almismotiempo,Leocayósobreellecho.Lasfrazadasquecubrían

www.lectulandia.com-Página102

su cuerpo habían caído, dejando al descubierto su pecho, donde ocultaba elguardapelodecueroqueconservabaunrizodeAyesha.Leodormíaprofundamente,ylosojosdeaquellaextrañafigurapermanecíancomoatraídosporaquellareliquia...,pero aún hizo más; con agilidad sorprendente, sus dedos enguantados abrieron elguardapelo,sacandoellargorizodesedososybrillantescabellos.

Los contempló un momento, volviéndolos a colocar en su anterior lugar, quecerró cuidadosamente. Me pareció oírla llorar. Mientras, Leo, que continuabasoñando,sacólosbrazoslomismoqueantes,diciendoconvozapasionada:

—¡Ven,amadamía!¡Venamí!¡Nomeabandones!Aloíresto,comohaciendounesfuerzosobresímismo,conunágilmovimiento

saliódelaestanciaelfantásticoguía.Lamañana siguiente, los recuerdos eranmásborrosos, y los temores sehabían

disipado.Cuandodesperté,laluzdeldíaentrabadellenoenlapieza,yOrosestabadepiejuntoamicama.Melevantédeunsalto,ylepreguntéquéhoraera.Conunasonrisa, y hablando en voz baja, me respondió que faltaban dos horas para elmediodía,añadiendoquehabíavenidoconobjetodecurarmeelbrazo.MedicuentaentoncesdequehablabatanbajoporqueLeocontinuabatodavíadurmiendo.

—Dejadlo descansar —dijo, mientras me desvendaba el brazo—. Ha sufridomucho,yloqueesmás—agregósignificativamente—puedesufrirmástodavía.

—¿Qué queréis decir, amigo Oros? ¿No dijisteis que en la Montaña nosencontrábamosasalvodetodopeligro?—Osdijesolamente,amigo...

—Hollyesminombre.—...amigoHolly,quevuestroscuerposestabanasalvo,peronodijenadade lo

demás...El hombre es algo. más que una masa de sangre y carne, es alma y es

sentimiento...,yésospuedensufrirtambién...—Pero,¿quiénpuedehacerlossufrir?...—Amigo—dijo, gravemente, el sacerdote—; vos y vuestro compañero habéis

llegadoaestastierras,nocomosimplesaventurerosaquieneselazarcondujohastaaquí,puesdeserasí,haríayatiempoquehabríaisperecido,sinoconelpropósitodedescorrerelveloquecubreunmisteriodesdelosmásremotostiempos.¡Quiénsabesi,alfin,conseguiréislograrvuestrospropósitos!Pero,siloconseguís,quizálleguéisaconoceralgoquehundavuestrasalmasenladesesperaciónylalocura...Decid...,¿noteméiselfuturo?...

—¡Algo!—contesté—.Pero,sinembargo,mihijoadoptivoyyohemosvistoyvividodemasiadoextrañascosasparasentirmiedodelodesconocido.HemosvistolaLuzdelaVida,hemossidoloshuéspedesdeunamujerinmortal,yhemosvistoalamuerte apoderarse de ella, mientras nosotros quedábamos inmunes. ¿Creéis quepodemossentirnoscobardesahora?¡No!¡Llegaremoshastaelfin!

www.lectulandia.com-Página103

Ante estas palabras,Orosno experimentóni curiosidadni sorpresa, como si loqueyoledecíaloconocieradeantemano.

—¡Bien!—respondió,sonriendo,alpasoquehacíaunacortésreverenciaconsuafeitada cabeza—. Dentro de una hora, marcharéis adonde os conduce vuestrodestino.Siheheridovuestrasusceptibilidad,perdonadme...Siespreciso,presentarétambiénmisexcusasalseñor...—dijo,mirandoaLeo.

—LeoVincey—dije.—LeoVincey;sí,LeoVincey—dijorepitiendo,comosiaquelnombre le fuera

familiar, pero que por el momento se hubiera borrado de su memoria—. Pero nohabéiscontestadoamipregunta:¿Esnecesarioquelepresentemisexcusas?

—No,perositenéisgranempeño,podéishacerlocuandodespierte.—No;piensocomovos;además,seríamalgastareltiempohablandoinútilmente,

y perdonad la comparación; de lo que el lobo viejo no huye, no huye tampoco elvaleroso tigre.Peromiradquébuenaspectopresentan lasheridasdevuestrobrazo;estányacicatrizando.AhoraosvendarédenuevoydentrodeunassemanaselbrazoestarátanfuerteysanocomoantesdeencontraralKhanRassencazandoenelllano.Dentrodepocovolveréisaverlo,asícomoasubellaesposa.

—¿Verlosdenuevo?¿Asíque,unavezmuerto,vieneavivira laMontaña?—pregunté,sorprendido.

—No;vieneparaserenterrado;esunantiguoprivilegiodelosreyesdeKaloon;perocreoquelaKhaniatienetambiénalgoquepreguntaralOráculo...

—¿QuéeselOráculo?—dije,intrigado.—ElOráculo—replicó,vagamente—esunavoz.Loquesiemprehasido...—AlgoheoídosobreelloaAtene;perounavoznecesitaalguienque laemita.

¿EsquizáporaquellaaquienllamáisMadre?—Quizá,amigoHolly.—¿Yestamadre,esunespíritu?—Esésteunpuntosobreelquesehadiscutidomucho.Unespírituosdijeronen

elllanoqueera,¿noeseso?AsílocreentambiénlastribusdelaMontaña.Quizásearazonablepensarasí,puestoquetodoslossereshumanossoncuerpoyespíritu.Perovosotrosformaréisvuestraopinión,ydespuéspodremosdiscutir...Vedvuestrobrazo;yaestálisto.

Tened cuidado con moverlo o llevarlo colgado. ¡Mirad! Vuestro compañerodespierta.

Unahoramás tardecomenzábamosdenuevo laascensión;yoenelcaballodelKhanyLeoapieprecedidossiemprepornuestroguía,alavistadecuyafiguralasgentessepostrabandehinojosyasípermanecíanhastaquenosperdíamosdevista.

Unodeellos,unamujer,levantándoseyrompiendonuestraescoltadesacerdotes,llegóhastaLeo,arrodillándoseasuspiesybesandosumano.Eralamuchachacuya

www.lectulandia.com-Página104

vida habíamos salvado; tras ella estaba su marido con los brazos heridos por losgolpesdelanocheanterior.Nuestroguíapareciófijarseenesteincidente,ehizounsignoalSuperior,queésteinterpretó.

Llamandoa lamuchacha lepreguntócómoseatrevíaamancharconsus labiosviles al extranjero. La muchacha le dijo que sólo quería testimoniarle su gratitudeterna.Orosdijoquesiendoésalacausaeraperdonada,yqueencompensaciónasussufrimientos, quedaba nombrado sumarido jefe de la tribu, según los deseos y laorden de la Madre. Dicho lo cual siguió su camino, sin escuchar las palabras deagradecimientodelamujerylaaclamacióndelatribu.

Cuandohubimossalidodeaquelloslugaresynosencaminábamosporelsenderoabandonado lanocheanterior,unmurmullodecánticosyoracionessedejóoír.Enuna vuelta del camino nos encontramos con una procesión que avanzabasolemnementeporelpequeñovalle.AlacabezamarchabalaKhania,seguidadesutíoSimbrí,elviejomago,ytrasellosungrannúmeroderapadossacerdotes,vestidosdeblanco,llevandounasparihuelas,enlasquereposaba,conlacaradescubierta,elcuerpodeldifuntoKhan.Ibacubiertodenegrospaños,ysucara,antestanexpresivademaldad,había tomadocon lamuerte laserenaydignaexpresiónque le faltóenvida.

Pronto lo alcanzamos. A la vista de las blancas vestiduras de nuestro guíafantasma,elcaballodelaKhaniaseencabritóenformatanviolenta,quemásdeunavez creí que iba a salir despedida de lamontura. Pero buena amazona, dominó alcaballo,ydirigiéndoseanosotros,gritó:

—¿Quién es ese encubierto de blancas ropas que interrumpe la marcha por lamontaña de laKhaniaAtene y su fallecido señor? ¡Amigosmíos; os encuentro enmalacompañía,puesmeparecequesoisconducidosporunespíritu.delmalhaciaun fin peor! ¡Cómo será de horrible y repugnante que necesita taparse la cara! ¡Sifueraunamujerquenadatuvieraquetemer,descubriríasurostroalasmiradasdesussemejantes!

Elmago,nervioso, tomóa laKhaniaporelbrazo,mientrasOros,haciendounadiscretareverencia,lerogóquecesaseenaquellasneciaspalabrasquepodíanllegaraoídosdequienélnoquisiera.AlgúnsermalignoactuabasobrelaKhania,pues,lejosdecallar,sedirigióalguía, llamándolede"tú"tratamientoqueeramuyusualenlaMontaña,peroraroentreloscortesanosdeKaloon.

—Déjalasqueelvientolasllevedondequiera—gritaba—.¡Bruja!¡Quítateesostraposy enséñanos tu caradevil gusano! ;Muéstranos cuáles son tus artes! ¿Creesquemevasaasustarconesasvestidurasdeaparecido?

—;Callad,señora,callad!—dijoOros,perdiendounpocosuimperturbablecalma—.¡EllaeselMinistroyconellavaelPoder!

—¡PeroéstanadapuedecontraAtene,KhaniadeKaloon!—gritó laKhania—.

www.lectulandia.com-Página105

¡Meríodesupoder;déjalaquenoslomuestre!Sialgúnpodertiene,noserádeella,sinodelahechiceradelaMontaña,porquienquierehacersepasar.

—¡Sobrina,calla,teloruego!—dijoelviejoSimbrí,cuyacaraestabablancaporelterror.

Oros, mientras, había levantado las manos al cielo, como suplicando a algunafuerzainvisible,diciendo:

—¡Oh,túquetodolovesytodolooyes!¡Perdonalalocuradeestamujerqueasíla hace hablar, y no hagas que la sangre de un forasteromanche lasmanos de tussiervosantelaofensaatusagradoculto!

AsírogabaOros;peroaunquesusmanosestabanalzadashaciaelcielo,susojosestaban,comolosnuestros,fijosenelguía.Mientraselsacerdotehablaba,viquesumano se alzaba lentamente, lo mismo que cuando la levantó para sentenciar alhechicero de la tribu. Pareció reflexionar, y su mano se detuvo apuntando a laKhania.Casinosemovió,nohizoelmenor'ruido,únicamenteseñaló,yloslabiosdeAtene quedaron mudos, la furia desapareció de sus ojos y el color huyó de susmejillas,quedandosilenciosaypálidacomoelcadáverquetrasellaconducían.

Comomagnetizadaporestafuerzainvisible,espoleóelcaballocontantadurezaque el animal, pegando un salto y un relincho, salió desbocado por el camino queconducíaalaciudad.

CuandoSimbrísedisponíaaseguiralaKhania,Oros,agarrandoporlasriendasalcaballoquemontaba,ledijo:

—Mago;parecequenoeséstalaprimeravezquenosencontramos;porejemplo,cuando el entierro del padre de vuestra señora actual. ¡Rogadle, pues, vos queconocéis algo acerca del Poder y de la Verdad, que hable más cortésmente sobreaquellaquerigeestepaís!

Decidle, además, de mi parte, que de no haber sido nuestra huésped en estafúnebreembajada,yporconsiguienteinviolable,seguramentehubieracompartidolasparihuelasdesuesposo.Adiós;mañanahablaremosdenuevo.

Soltandolabrida,Orossiguiósucamino.Tan pronto como dejamos atrás a aquella triste procesión, salimos del estrecho

valle.Fueentoncescuandonosdimoscuentadequenuestroguíahabíadesaparecido.—¿HabráidoacastigaralaKhania?—preguntéaOros.—No—dijo conuna ligera sonrisa—; creomásbienque senosha adelantado

parapreveniraHeseaquesushuéspedesestánporllegar.—Quizá—contesté, examinando el estrecho valle donde ni unamosca hubiera

podidopasarsinquelahubiéramosvisto.Quizásenoshabríaadelantado,podríaser;peroloquenopodíacomprenderescómohabíadesaparecido.Comoaquellapartedelamontañasemejabaunacolmenallenadegaleríasydecuevas,supusequenuestro

www.lectulandia.com-Página106

guíapodríahaberdesaparecidoporunadeellas.Todoelrestodeldíacontinuamosnuestramarchaascensionalacercándonoscada

vezmásalablancacaperuzadenieve.Hacia el crepúsculo pasamos a través de campos cultivados como jardines, y

llegamos a una pequeña ciudad construida en la lava. Era aquí donde vivían losmonjes,ycuyaentradaestabaprohibidapara loscomunesmortalesde las tribus,oparalosextranjeros.

Siguiendo lacalleprincipalnoshallamosfrenteaunaenormeojivacerradaporunas gigantescas ymacizas puertas de hierro, fantásticamente trabajadas.Al llegaraquí,loshombresdenuestraescoltaseretiraron,llevándosemicaballoydejándonossolosconOros.

Traspusimosesapuertaynoshallamosenunpequeñopasadizoqueacababaenotras grandes puertas de hierro. Éstas se abrieron al llegar nosotros frente a ellas,quedandomediociegosporelresplandorbrillantequedesuinteriorsalía.

Imagíneseellectorlanavedelacatedralmásgrandequehayavistoensuvida.Puesbien;figúreseotraeldobleoeltriple,yquizátengaunaideadelamagnituddeltemploenelquenosencontrábamos.Quizáen los remotos tiemposhabía sidounacaverna; pero ahora sus altas paredes se habían convertido en lasmás formidablesobrasdeartequejamásvieronlosojosdehombrealtransformarselentamentebajoelcinceldegeneracionesygeneracionesdeadoradoresdelfuego,desdemilesdeañosatrás. Toda descripción resultaría pálida con la realidad. Era algo gigantesco,formidable,sobrehumano...

Pero...,mepreguntaréisquizá,¿cómoestabaalumbradaunanavetanenorme?Seguramente no os lo podéis suponer...; estaba alumbrada por la luz que

despedíanardientesllamasdefuego,quebrotabandelsueloaintervalosregulares.Loadmirable era la carencia de humo u olor, supongo que debido a las grandeschimeneas de la bóveda, que establecían un fuerte tiraje, haciendo que las llamasadquiriesenlaformadeinmensascolumnasdefuegoqueseentrabaneneltecho.

El templo estaba completamente desierto, y salvo el ligero murmullo de lacombustióndeloxígeno,reinabaenla,inmensanaveunabsolutosilencio.

—¿Pero no se apagan nunca estas admirables luminarias? —preguntó Leo,mientrasseponíaunamanoantesusojos,mediocegadoporelresplandor.

—¿Cómopodríaser?—dijoOros,solemnemente—siprocedendeleternofuegoque adoramos? Así brillan desde hace miles de años, y así brillarán por toda laeternidad,aunquesiqueremos,podemosapagarlasseparadamente.

—¡Seguidme,tenéisquevercosasmásadmirablesaún!Loseguimosensilencio.¡Oh,cuánínfimosymiserablesnossentíamosenmedio

de la grandiosidad sublimede aquel templo iluminadode tan fantástica y dantescamanera!

www.lectulandia.com-Página107

Llegamosporfinalotroextremodeltemplo,dedonde,aderechaeizquierda,seelevaban gigantescas escaleras. Oros nos hizo señas de que nos detuviéramos yprestáramosatención.

Oímosunsuaverumordecánticosgravesymelodiosos,mientrasdosprocesionesdeblancasfigurasseadelantabansolemnementedesdeelotroextremodeltemplo.

Avanzaban como fantasmas con movimientos pausados y majestuosos. Laprocesión de la derecha estaba compuesta por sacerdotes, y la de la izquierda porsacerdotisas.Seríancomounoscienentotal.

Los hombres se colocaron frente a nosotros,mientras lasmujeres se colocabandetrás,yaunaseñaldeOros,entonaronunexóticohimnodemodulacionesextrañasy salvajes, mientras nosotros atravesábamos, precedidos del Sumo Sacerdote, unaestrecha galería, cerrada al final con dobles puertas de madera. Tan pronto comonuestra procesión llegóhasta allí, las puertas se abrieron, y ante nosotros quedó elpasofrancoaunagranhabitacióndeformaelíptica,enlaqueseelevabaunpequeñoaltar, traselcualhabíaunacavidadque, segúnpudimosvercuandonosacercamosmás,teníaensuentradapesadascortinasdetisúdeplata.

Según pude comprobar tiempo después, esto se efectuaba tapando los orificiospordondesalíael fuego,con losasdepiedra,quesemovíanpormediodecabrias,ingeniosamenteconstruidas.

Sobreelaltarhabíaunagranestatuadeplatabruñida,quealrecibirelreflejodelasllamasresaltabacomoascuasobrelanegrarocaqueleservíadefondo.

La estatua en toda su belleza, era algo imposible de describir. La figurarepresentaba una mujer de edad madura. Era alada, y su rostro era de puras ygraciosasformas.Comoprotegiendoconsusalasrecogidasseveíalaimagendeunniño recostado sobre su pecho y sostenido por sumano izquierda,mientras con laderecha le señalaba el cielo... ¿Cómo podría yo describir el alma de aquellas dosimágenes?...

Laestatuaensíno representabamásqueunniñoatemorizadoen losamorososbrazos de su madre... pero había algo tan sublime, tan real y fascinador en suejecución, que la mente del observador como una quimera forjaba gestos yexpresiones de aquella obra de algún genio desconocido, muerto puede ser hacíamiles de años. Aun para el más profano, se veía claramente que aquello era elsímbolodelahumanidadsalvadaporladivinidad.

Mientras permanecíamos absortos en la contemplación de aquella maravillosaobra de arte, los sacerdotes y las sacerdotisas habíanse colocado en semicírculo,dejandoenmediodoscolumnasdefuegoqueelevabansuslenguasllameanteshastalabóvedadelrecinto.

Tangrandeseranlasmangasdefuego,queloshombresymujeresjuntosteníanqueestarbastanteseparadoslosunosde,losotrosparanoquemarse.Anuestrosojos

www.lectulandia.com-Página108

parecíangnomosvestidosdeblanco,dadalagrandiosidaddetodoloquenosrodeabay suscánticos interminablesnosparecíanel lejanomurmulloque seoye surgirdelfondodeuntorrente.

Lavistadetodoesteconjuntoeraimponenteysoberbia,ynuestroánimoestabaempequeñecidoantetantamagnificencia.Nossentíamosanulados.Orosesperóaqueelúltimosacerdotehubieseocupadosulugar,yvolviéndosehacianosotros,nosdijo,siempre.

enaqueltonotancortésqueleeraparticular:—¡Postraosdehinojos,oh,bienvenidosviajeros,y,ofrecedvuestrosrespetosala

Madre!—Orosnosseñalabaalaestatua.—¿Dóndeestá?—preguntóLeoenunsusurro,pueslaemociónanudabasuvoz

enlagarganta—.Noveoanadie.—¡Heseaestáallídetrás!—contestóOros;despuéstomándonosdelamano,nos

llevóatravésdelainmensanave,hastacercadelaltar.¡Oh,quéemoción!Conformeavanzábamoshaciaél,lossacerdotesentonaronde

nuevosuscánticosqueahoraydesdeotrolugar,consusnotasrecogidasyampliadasporlaacústicadelagigantescanave,sereproducíancomounasolanotadevibrantestonos, como un canto triunfal de vida y amormientras nosotros nos acercábamos,sobrecogidos,haciaelaltardondenuestrocorazónnosdecíaquedebíamosencontrarelfindenuestrasaventuras.

Alllegarjuntoalaltar,Orossepusoderodillas,inclinándosehastatocarelsueloconlafrente,enseñaldesumisiónyrespeto.Despuésselevantó,colocándosetrasdenosotros, con la cabeza baja y las manos entrecruzadas, quedando en silencio.Nosotrostambiénquedamossuspensosymudos,yelpalpitardenuestroscorazonesindicaba el temor y la esperanza, la alegría y la emoción que precede a lodesconocido...

www.lectulandia.com-Página109

ELTRIBUNALDELAMUERTE

Las cortinas se descorrieron dejando al descubierto la cavidad a que me hereferido, en cuyo interior había un trono, y en él, una figura de blancas vestidurasque,cubriéndoladepiesacabeza,parecía,alassuavestonalidadesquerecibíadelaslenguasdefuego,unaestatuadealabastro.Nadapodíamosver,aexcepcióndeltronoyde sus vestiduras, debido a la oscuridad de aquel agujero. Solamente percibimosqueelOráculoteníaensumanounsistroenformadecruxansata.

Movidosporno séqué secreto impulso, quizá imitando la accióndeOros, nospostramos de hinojos, y así permanecimos. Después oímos un suave tintineo decascabeles, y levantando la cabeza vimos que la enguantadamano que sostenía elsistro nos señalaba con él. Entonces, una cálida voz, clara y suave nos habló (meparecióquetemblabaunpoco)engriego,peroenungriegomáspuroycorrectoqueelquehabíamosoídohastaesemomentoporaquelloslugares.

—¡Yoossaludo,oh,viajeros,quedetanlejosvenísavisitarelcultomásantiguoyesplendorosoquesereshumanosvieron,yaunque,sindudaalguna,profesáisotrafe distinta de la nuestra, no os avergonzáis de reverenciar a este humilde ser queinmerecidamentegozaladichadeserOráculoyguardiándesusmisterios!Levantaosy no temáis ningún daño. ¿Acaso no he sido yo quien he enviado un Emisario ynumerososservidoresparaqueosconduzcanaesteSantuario?

Noslevantamoslentamente,quedandoensilencio,sinsaberquédecir.—Bienvenidos, ;ohviajeros!—repitió lavoz—.Dimetú—yelsistroseñalóa

Leo—:¿cómotellamas?—LeoVincey—contestó.—¡Leo Vincey! Bonito nombre. Y tú, compañero de Leo Vincey, ¿cómo te

llamas?—LudovicoHoracioHolly.—Bien; decidme, Leo Vincey y Ludovico Horacio Holly, ¿qué venís a buscar

desdetanremotospaíses?Nosmiramoselunoalotro,emocionados;yo,reponiéndome,contesté:—Lahistoriaeslargayextraña.Mas,decidme,¿cómodebemosllamaros?—Porelnombreconqueaquímellaman:Hesea.—¡Oh,Hesea!...—dijeadmiradoaloíraquelnombrequetantasveceshabíamos

oídorepetir.—Sinembargo—meinterrumpió—,quisieraconoceresahistoria—mepareció

que la voz se había tornado ligeramente opaca—. Pero no toda esta noche, sóloúnicamente algúnpasaje de ella; comprendoque estaréis fatigados.Cuéntamela tú,Leo,tanbrevecomoquieras,diciéndomelaverdad,puesenpresenciadelaqueYorepresentonadapuedeocultarse.

—Sacerdotisa—dijo Leo—; os obedeceré.Muchos años ha, cuando yo era un

www.lectulandia.com-Página110

muchacho,mipadreadoptivoyyo,siguiendolashuellasdelpasado,llegamosaunatierra salvajedondeencontramosaciertamujermilenariadeperegrinabelleza,quehabíaconseguidodetenerlamarchadeltiempo...

—Peroesamujerdeberíaserviejísimaydehorribleapariencia...—Oshedicho,sacerdotisa,quehabíaconseguidodetenerlamarchadeltiempo.

Éstenoejercíalamenorinfluenciasobreellanisobresujuventud.¡Erainmortal!No,noerahorrible,eralapersonificacióndelabelleza.

—Pero tú no adorarías a esamujer sólo. por su belleza comocualquiermíseromortal.

—No, no la adoré. La amé, que es otra cosa parecida, pero distinta. Oros, elsacerdote,teadoraati,aquienllamaMadre.¡Yoaméaaquellamujerinmortal!

—Así, pues, ¿la amarás todavía? Bien, muchas veces el amor es tambiéninmortal...

—Laaméylaamo¡auncuandomurió!—¡Cómo!¿Quéeseso?¿Nodecíaisqueerainmortal?—Graciasalcielo,solamentefueunaficcióndemuerte;ellacambiasolamente,

nomuere. La perdí, y lo que perdí es lo que juntos buscamos desde hacemuchosaños,díapordía.

—¿PorquélabuscáisenmiMontaña?—UnavisiónfuequienmeaconsejóquevinieraaconsultartuOráculo,puessólo

aquíesdondeesperoencontrarindiciosdemiperdidoamor.—Ytú,Horacio,¿amaste tambiénaaquellamujercuyavidaparecía respetar la

muerte?—¡Oh,señora!—contesté—.Yonohagosinoseguiramihijoadoptivo.Dondeél

va,conélvoy,yélvatrassubellainmortal...—Ytúconél...Así,pues, losdos seguísaunamujerhermosacomohacen los

hombresdesdequeelmundoesmundo,ciegosylocostrasdesuideal...—¡No!—le contesté—.No son los hombres tan ciegos desde elmomento que

puedenveryadmirarlobello,ytampocolocos,puestoquereconocenvaprecianlabelleza.¡Elconocimientoylossentidossonmáspropiosdehombresprudentesquedeciegosylocos!

—Me admira la precisión de tus respuestas, Holly ... Mas, dime, ¿os acogióhospitalariamentemi sierva laKhaniadeKaloon,proporcionándoos en seguida losmediosparallegarhastaaquí,comoleordené?

—No sabíamos que fuera vuestra sierva —respondí—. Hospitalidad, sí nosproporcionó,aunqueunpocointeresada,ydelarapidezenponernosencaminohaciatu Santuario se encargaron los Mastines de la Muerte, azuzados por el Khan, suesposo. Pero decidme, ¡ohHesea! ¿Qué es lo que sabéis acerca de nuestros largosañosdevagarincesantetrasnuestroideal?

www.lectulandia.com-Página111

—Muypoco—contestósuavemente—.Haceunastreslunasmisvigíasosvieronsobre las lejanas montañas, y acercándose a vosotros escucharon vuestraconversación,enterándoseasídelobjetodevuestroviaje,loquemefuecomunicadoinmediatamente.AlenterarmeordenéalaKhaniaAteneyasutío,elviejomago,queesalavezguardiándelaGranPuerta,iral.antiguocaminodeKaloonarecibirosyconduciroscontodarapidezhastaaquí.Pero,sinembargo,parahombresque,comovosotros,ardíaisendeseosdeconocermiOráculo,latardanzaenllegarhastaaquíhasidogrande...

—Hemosvenidotanrápidamentecomonoshasidoposible,Hesea—dijoLeo—;ysivuestrosguíashanpodidollegarhastalugaresinaccesiblesparaelhombre,ellosospodrándecir lascircunstanciasquenos impidieron llegarhastaaquí. ¡Nonos lopreguntéisanosotros!

—No.SeráAtenelaquetendráquecontestar,laKhaniamisma.Oros,traeamipresenciaalaKhania.¡Rápido,teloruego!

—Ahora—dijo en inglés Leo, nerviosamente en el silencio que siguió al salirOros—.

Ahorameparecequeescuandovanacomenzarlasverdaderasaventuras.Daríacualquiercosapornohallarmeaquí.

—Soydetuopinión—contesté—,perocreoqueeslomejorquepodíasuceder,porqueserálaúnicamaneradeponerenclarolaverdad...

ComosifueraunarespuestaamicontestaciónaLeo,lavozdijo:—Eresprudenteydiscreto,Holly;tienesrazón,eslamejormaneradeponeren

clarolaverdad.Lavozcalló,quedandoyomudodeestupefacción.Las puertas se abrieron, dejando paso a una fúnebre procesión de enlutadas

figuras, seguidas del mago Simbrí, que precedía a unas parihuelas, sostenidas porochosacerdotes,portadoresdelcadáverdelKhan.Trasellos ibaAtene,cubiertadenegrosvelos,ycerrandolamarcha,ungrupodesacerdotes.

Al llegar frente al altar, los portadores de la fúnebre carga se detuvieron,depositandolasparihuelasenelsuelo,yretirándoseenseguida.Quedaronsólojuntoaél,Ateneyelmago.

—¿QuébseamivasallalaKhaniadeKaloon?—preguntóHesea,fríamente.Atene avanzó, arrodillándose en una forma que fácilmente demostraba cuánto

disgustoleproducíarealizaresamuestraderespeto.—¡MadredelTodo;yotereverencioysaludo,ohSantayVeneradaMadre,como

hanhecho todosmisantepasadosdegeneraciónengeneración!—Haciendonuevasreverenciascontinuó—:Madre,el inanimadocuerpodeestehombre tepidepormibocaelderechodesepulturaeneleternoysagradofuegodelaMontaña,talcomoescostumbrehacerconlosrealesrestosdesdeelprincipiodenuestradinastía.

www.lectulandia.com-Página112

—Cierto es—contestóHesea—, y si esta costumbre ha sido respetada por lasanteriores sacerdotisas, no seré yo quien la altere esta vez, negando sepultura a tudifuntoesposo,comoloharécontigocuandotuhoraseallegada,Atene.

—¡Gracias,ohHesea!,yyo teagradeceríaqueestamerced fueraescritaen tuslibros para recuerdo de las generaciones venideras, pues ya la nieve de los añosdepositasusblancoscopossobretucabeza,yprontonosdejarásparasiempre.Yoteruego,Hesea,queescribasestamerced,paraquelasacerdotisaquetesucedapuedacumplirestapromesaasudebidotiempo.

—¡Calla!—exclamóHesea—. Cesa de arrojar tu veneno sobre aquella que teordenaacatamientoyreverencia.Pobrecriaturaloca,cesaentusoberbia;¿nosabesqueeldíademañanaelfuegodestruiráesaarrogantebellezaqueeshoytuorgulloytuesplendor?¡Calladeunaveztusodios,ydimecómohamuertoesehombre!

—Noes amí a quiendebespreguntar, sino a esos vagabundosque fueronmishuéspedes.Lasangredemiesposohamanchadosusmanosyhemeaquí,Hesea,atuspies,pidiendovenganza.

—¡Yolomatéendefensapropia,parasalvarmivida!—gritóLeo,fueradesí—.Tratódedespedazarnosconsusmalditosperros;aquíestán,palpables,laspruebasdesusdientes—añadió,señalandomibrazo—.Oroslosabebien,puestoqueesélquienhacuradolasheridasdemiamigo.

—Mi esposo estaba loco —contestó, humildemente—, y ése era su deportefavorito.

—¿Sí?¿Yeracelosotumaridotambién?¡No!¡Callaesamentiraquevaasalirdetuslabios!LeoVincey,contéstametú.No,tampoco.Noquieroobligarteadescubrirlossecretosdeunamujerquetehaofrecidosuamor.Hablatú,Holly,ydimetodalaverdad.

—Estaeslaverdad,Hesea:hacetiempo,laKhaniaysutíoSimbrínossalvarondelamuerteenlasaguasdelríoquebañaelpaísdeKaloon.Despuésestuvimosmuyenfermos y fuimos tratados amablemente, pero la Khania se enamoró de LeoVincey...

Alllegaraquí,meparecióverquelaveladafiguraseestremecíabajosusblancosvestidos.

—¿Y correspondió Leo Vincey a ese amor? Siendo un hombre, bien pudosuceder,porquelaKhaniaeshermosa,sinobjeciónalguna...

—Élpuedecontestaraeso,¡ohHesea!TodoloqueyoséesquetratóportodoslosmediosdehuirdeellayqueporúltimolaKhanialedioaelegirentrelamuerteyelmatrimonioconella,almorirsuesposo.AyudadosundíaporelKhan,queestabacelosodeél,huimoshaciaestasmontañas,queconstituíanelobjetodenuestroviaje.El Khan nos engañó, azuzando a sus perros contra nosotros en nuestra huida. Lomatamosy,adespechodeestaseñora,suesposa,ydesutío,quequeríanevitarque

www.lectulandia.com-Página113

llegáramoshastaaquí,encontramosenunvalle,quemásbienparecíaunosario,unveladoguíaquenoscondujohastaelSantuariodelaMontaña,salvándonosdosvecesdelamuerte.Éstaestodalaverdaderahistoria.

—Mujer,¿quétienesquedeciraeso?—preguntóHeseaconvozautoritaria.—Muypoco—contestóAtene, francamente—.Durantemuchosañosheestado

ligadaaunbruto,ysimehedejadollevarpormiinclinaciónhaciaestehombre,notengolaculpa.

Después,lanaturalezahablópornosotros.Esoestodo...Luego,parecequetuvomiedo de la venganza de Rassen, o quizá Holly, a quien los perros debían haberdespedazado, le hizo tener miedo. Pudieron escapar y sin rumbo alguno llegaronhasta tu Montaña. Pero Hesea, estoy fatigada; ten compasión de mí, y no mepreguntesmás;déjamedescansarhastaeloficiodemañana.

—Has dicho, Atene —dijo Hesea, sin hacer caso de la súplica—, que lanaturaleza habló por vosotros y que, por consiguiente, su corazón correspondió altuyo. Después, miedoso de la venganza de tu esposo, huyó de ti. No tengo laimpresión de que sea un cobarde. Dime entonces: ¿es también, pues, tuyo elcontenidodelabolsitaquellevaenelpecho?

—Nosénadadeesabolsa—respondióAtene—.Sindudatehacontadonuestrossecretos,cosaqueningúnhombrequepor tal se tuviesesehubieradejadoarrancardelpecho.

—¡Nadadije,Khania!—gritóLeo,fueradesí.—No;túnadamedijiste,viajero;fueronmisespíritusguardianesquienesmelo

dijeron.;Oh,pobreAtenequecreequepuedeocultar laverdadaHesea,que todo love

desde su Santuario de la Montaña! No me digas nada, pues todo lo sé desde elprincipio. Perdono y olvido tu desobediencia, pero no puedo perdonarte que hayasqueridoobligaraLeoaqueteamase,habertenidoprisionerosamishuéspedesytusmentiras.

Callóporunmomento,añadiendodespuésconunavozglacial:—Mujer:nosólohascometidogravesfaltas,sinoquehasacabadodeperderteal

mentirmeenesteSagradoSantuario.—¡Ybien,tedesafío!—contestólaKhania;brutalmente—.¿Esqueamasaeste

hombre?No.Seríamonstruoso;¡lanaturalezaenteraclamaríacontratalcrimen!¡Oh,notiemblesderabia,Hesea!Conozcotusmaléficospoderes,perosoytuhuéspedyestoybajo la proteccióndelSímbolode laVida, bajo el cual nopuedederramarsesangre.Además,túnopuedesnadacontramí,¡yosoytuigual!

—Atene—dijo la voz—; si lo quisiera podría hacerte desaparecer, a pesar detodastusartes.Perotienesrazón,nopuedomatarteauncuandoereslamásinfieldetodosmis siervos.Dime, ¿no envié unmensaje a tu tío elmago para que fuera al

www.lectulandia.com-Página114

encuentrodeestosviajerosylostrajerainmediatamentealaMontaña?Di,contesta,¿porquédesobedeciste?

—Fueésemideseo—contestóAteneconunaamargavoz,conlaqueintentabaocultar la falsíadesuspalabras—.Tedesobedecí,porqueestehombreesmíoynotuyo,porqueyoloamoyleheamadodesdeanterioresreencarnaciones;porquedesdemucho antes de que nuestras almas surgieran a la vida, yo lo amaba y él mecorrespondía.Micorazónmismomelodecía;mitíoelmagotambiénlodijo,aunquecómoydóndenoshabíamosamadonolopudimossaber.Esporesoporloquevengoati,MadredelosMisterios,Guardiándelossecretosdelpasado,aquemedigaslaverdad.No;túnopuedesmentir,yennombredeesospoderesqueposees,delosquealgúndíatendrásquedar,cuenta,teruegoquemedigastodalaverdadaquíyahoramismo.¿Quiénesestehombreaquientodomiserpertenece?¿Quéesloquehasidoparamí?¿Quétienequevercontigo?Habla,Oráculo,¡telosuplico!¡Pondeunavezenclaroesteterriblesecreto!Habla,aunquedespuésdehablarmedeslamuerte,¡siesquerealmentepuedes!

—¡Habla, habla—dijoLeo—,pues estoy sumido enun terriblemar dedudas!Los recuerdos, las esperanzasy el temor tienenatenazadami almacon sus cruelesgarras.

Unítambiénmivozsuplicante,ycomotodos,dije:—¡Habla!—LeoVincey—preguntóHesea,despuésdeunapausa—,¿quiéncreesquesoy

yo?—Creo—dijoLeo,solemnemente—queeresesaAyeshacuyasmanosmedieron

muertehacemilesdeaños.CreoqueeresesaAyeshaaquiennohaceaúnveinteañosencontré y amé con pasión en las mismas cavernas de Kor, y a quien vi perecermiserablemente,jurándomequevolveríamosaencontrarnosalgúndía.

—Ved a qué estado llega la locura de este hombre—exclamó Atene en tonotriunfal—.Dicequenohaceveinteañososhaamado,cuando.yosébienquehacemásdeochentaestíosmiabuelotevioensujuventudsentadaenesemismotrono.

—¿Yquiéncreestúquesoyyo,Holly?—preguntólaMadresinhacercasodelaspalabrasdeAtene.

—LoqueLeo cree, es lo que creo yo.Losmuertos vuelven a la vida, algunasveces. Sin embargo, tú eres la única que conoce la verdad y la única que puedesrevelarla.

—Verdades—dijoella,ycomounecoagregó—:Losmuertosvuelvenalavida,algunas veces. . ., y en formas extrañas. Cierto es, yo sola conozco la verdad.Mañana, cuando sea subido ese cuerpo a la cumbre para su enterramiento,hablaremos de nuevo. Hasta tanto, preparaos para ver mañana grandes ysorprendentescosas.

www.lectulandia.com-Página115

Cuando Hesea acabó de hablar, las plateadas cortinas cayeron tanmisteriosamente como antes se habían abierto. Como si esto fuera una señal, elcortejodesacerdotesavanzó.

Haciendoungranrodeo,laKhaniaysutíoabandonaronelsantuario.Segúnpudever,elviejoparecíaabatidísimoporelmiedoylafatiga,pues,apoyadoenelbrazodesu sobrina, caminaba lentamente con los ojos bajos, como si todo. aquel extrañoresplandorparecieraherírselosintensamente.

Al salir, los sacerdotes y las sacerdotisas que, aunque cerca de nosotros noestabanlobastanteparaquehubieranoídonuestraconversación,sedividieronendosgrupos, y entonando sus cánticos de nuevo, partieron, dejándonos solos en clSantuarioconOrosyelyacentecuerpodelKhan.

ElSumoSacerdote nos indicóque lo siguiéramosy tras él partimos.Congranalegríaabandonamosaquellugar,cuyaextrañaaparienciaylasescenasqueenélsehabíandesarrolladohabíandeprimidonuestrosnervios.

Atravesandodenuevolagrannave,llegamosalaspuertasdehierro,ypasandoatravés de la galería llegamos a las de madera, que se abrieron ante nosotros,encontrándonos, por fin, al aire libre que, por ser el alba, era fresco y fragante,acariciandosuavementenuestrosrostrosresecosporelfuego.

Oros nos condujo a una casa bien construida y amueblada, como si fuéramosautómatas,puesnuestrossentidosestabancompletamenteembotadosporlosterribleschoquesnerviososexperimentadosenlosúltimosacontecimientos.Alllegarnosdioabeberunlicorextrañoque,indudablemente,conteníaalgunadrogaadormecedora,porcuanto,unavezbebida,seapoderódemíunasomnolenciatalque,apesardemisesfuerzos, los párpados se me cerraban y las fuerzas me fueron abandonandolentamente...

Cuandodesperté,me encontré tendido en una camay completamente repuesto.Me sorprendió grandemente ver que una lámpara luciera en la estancia, lo quemedemostrabaquetodavíaeraoscuro,yque,porconsiguiente,nopodíahaberdormidolargorato.

Saltédemilecho,yviquehaciamísedirigíaunafigurahumana.EraOros,quetraíaunalámpara.

—Habéisdormidomucho,amigoHolly,yhallegadolahoradesubiryobrar.—¿Mucho?—preguntésorprendido—.¿Cómopuedeser,sitodavíaesdenoche?—Porque,amigomío,estanochees lasiguientea laqueosacostasteis.Habéis

dormidocercadeveinticuatrohorasseguidas.Habéishechobienenreposartodoloquehabéispodido,¡porquequiénsabecuándopodréisdescansardenuevo!Vamos,tengoquecurarvuestrobrazo.

—Mas,decidme...—inquirí.—Nada, amigoHolly, no insistáis; nada os diré, a excepción de que dentro de

www.lectulandia.com-Página116

breves minutos tendréis que poneros en marcha para presenciar la ceremonia delentierro del difunto Khan, y, por consiguiente, para conocer la contestación devuestrosenigmas...

Diezminutosmástardemecondujoalcomedordelacasa,dondeencontréaLeoyavestido,puesOroslehabíadespertadoantesqueamí,eindicadoquesepreparasepara lanueva jornada.OrosmedijoqueHeseanonosmolestaríahasta lasúltimashorasdelanoche,peroqueelcaminoqueteníamosquerecorrertodavíaeralargo.

De nuevo pasamos por la gran nave, hasta llegar a la de forma elíptica, dondeestaba el altar. El lugar se hallaba completamente desierto; las plateadas cortinasestabancaídas,yelcuerpoyacentedelKhanhabíasidoretirado.

—La Madre ha marchado a honrar al difunto Khan, siguiendo la antiguacostumbredenuestrospredecesores—nosdijoOros.

Llegamoshastaelaltarytraslaestatuaencontramosunadisimuladapuertaenlaroca,y trasellaunpasadizo,al finaldelcualhallamosunaespeciede"hall",enelquehabíapuertasqueconducían,comonosdijoOros,alosdepartamentosdeHeseaysusservidores.

Nosdijo,además,queestashabitacionesdabansusventanashaciael ladodelaMontaña, sobre jardinesquepurificabanyembalsamabanel aireambiente.Eneste"hall" nos aguardaban seis sacerdotes, cada uno de los cuales conducía un haz deantorchasbajosubrazoyunalámparaenlamano.

—Nuestro camino se extiende ahora en las tinieblas—dijoOros—; si fueradedía,hubiéramossubidoporlasnievesdelacumbre,peroporlanoche,espeligrosoydebemosadoptarestecamino,quepodríamosllamarsubterráneo.

Tomando las antorchas, las encendió, dándonosuna a cadauno.Seguidamente,nospusimosenmarcha.

Subimosporunaseriedegaleríasempinadas,interminables,trabajadasenlarocaporgeneracionesdeadoradoresdelfuegodurantemilesymilesdeañosenelmismocorazón de la Montaña. Debían de tener estos corredores varios kilómetros, puestardamosmásdeunahoraymedia en llegar al piedeunaescaleraque se elevabafrenteanosotros.

—Ahora,adescansarunpoco,señormío—dijoOros,dirigiéndoseaLeo,conladeferenciaquehaciaélhabíademostradodesdeelprincipio—;estaescaleraeslargaypesada.Nosencontramossobre lacimadelaMontaña,ydebemosllegarhastaelextremodelpilarquelacorona.

Nossentamossobrelosescalones,aspirandoconfruiciónelairefrescoqueafluíaanosotrospor laescaleradesdeelexterior.Buenafaltanoshacía,puesenaquellasgaleríashacíauncalorinsoportableque,unidoanuestrapesadamarchaascensional,noshacíasudarcopiosamente.Oíentoncesunlejanomurmullo,ypreguntéaOrosdedóndeprocedía.Mecontestóqueaquíestábamosmuycercadelcráterdelvolcán,y

www.lectulandia.com-Página117

queelruidoqueoíamosatravésdelarocanoeraotracosaqueelcontinuofragordesusfuegosyexplosioneseternas.

Comenzamos la ascensión por la empinada escalera de piedra. A pesar de noofrecer ningún peligro, era penosa y fatigante, pues cada tramo tendría unosseiscientosescalones.

Descansando de vez en cuando subimos aquellos escalones, en los que elmáspequeñotendríaunostreintacentímetrosdealtura.Llegamosalacúspidedelpilar,ynosfaltabaahorallegarhastaelarcoquelocoronaba.Haciaallífuimos,yendoOrosalacabeza,congrancontentomío,porquedichoseasinsonrojo,sentíaciertotemoralodesconocido.

Por fin, vimos luz ante nosotros. Unos veinte escalones más, y nosencontraríamossobreunaplataformaderoca.ViqueOrosyotrosacerdoteagarrabanprecipitadamenteaLeo,quecaminabadelantedemíylepreguntabanquéeraloqueibaahacer.

—¡Nada—gritó—;quesi tardanunossegundosmás,mehubieramatado! ¡Tencuidado,Horacio!¡Damelamano!

Ahora que estaba fuera del túnel comprendí que si no hubiera sido por lasalvadoramanodemiamigomehubieraprecipitadodesdelamasarocosa,puestalera"elespectáculoquesepresenciaba,queparalizabalossentidos.

Nosencontrábamossobreloquepodíamosllamararcosuperiordelacruxansata.Era un espacio llano, de roca, de unos setenta y dosmetros de longitud por unosveintisiete metros de ancho, formado por la superposición de capas de lavaprocedentes de las erupciones del volcán. Hacia el sur, unos seis kilómetros bajonuestros pies, se extendía la llanura deKaloon, y hacia el este y oeste las blancascumbres"nevadasde lasmontañasvecinasconsusgrandes. laderas.Haciaelnortecontemplábamosotravistabiendiferentedelasdemás,ysuperioracuantoelcerebrohumano pueda suponer. Allí, bajo nosotros, pues el pilar tomaba forma cóncava,estaba el enorme cráter del volcán, y en su centro un ancho lago de fuego queburbujeaba, lanzando pequeñas llamaradas intermitentes, mientras a su orilla lalíquida lava saltaba sobre la rocaconmovimientosanálogosa losde lasondasdelmar.

De la superficiedeeste ardiente lagoemergíanhumosygasesque seelevabanlentamenteenelespacio,queconteníanardientespartículasformandounagigantescanubeluminosa.ÉsteeraelresplandorquedevezencuandoseveíadesdeKaloon,yque fue el que habíamos visto nosotros desde la cumbre de la montaña del lamasolitario.

Absortosporaquelterroríficoespectáculoqueparecíalavisiónrealdeunpasajedantesco, permanecíamos inmóviles como fascinados, con aquella fascinación queofrecesiempreelfuego.Mearrojéalsuelo,apoyándomesobrelasmanoslasrodillas,

www.lectulandia.com-Página118

indicandoaLeoquehicieralomismo.Miréamialrededoryobservequelargasfilasdesacerdotes,cubiertosconlargascapas,estabanderodillasenactituddeorar,perodeHesea,laMadre,odeAteneydelosrestosdelKhan,noseveíanada.

Mientras me sumía en un mar de suposiciones y pensamientos sobre dóndepodrían hallarse,Oros, sobre cuyos nervios aquel aterrador espectáculo no parecíaejercerninguna influencia, nos condujoporuna sendaque corría escalofriante a lolargodelbordemismodelaroca,hastaunrefugiodonde,conunosveintepasosmás,nos encontramos en una gran hendidura hecha, indudablemente, por la manó delhombre,ycubiertaporcompletoporuntechodelava.

Esterefugioocámaraderoca,queeralosuficientementegrandeparaacogerbajosutechoungrannúmerodeseres,estabayaocupadoporotraspersonas.

SentadasobreuntronoderocaestabaHesea,cubiertaconunmantodepúrpuraque la envolvía de pies a cabeza.También estaba laKharia y el viejo Simbrí, queofrecíaunaspectodeplorable;y,porúltimo,iluminadoporlaspirasfunerarias,ensufúnebrecatafalco,elcuerpodelKhanRassen.

Avanzamoshaciaeltrono,inclinándonosreverentementeanteHesea.Éstalevantólacabeza,volviéndolaadejarcaerasuprimitivaposición,comocorrespondiendoanuestro saludo. Seguidamente se dirigió hacia Oros con ademán de hablarle. Elsilencioenaquelrecintoderocasehizoprofundo.

—Loshas conducido a salvo hasta aquí,mi fiel servidor—dijoHesea—,puespara los forasteros el camino que hasta aquí conduce es pavoroso y terrible.Extranjeros:¿quedecísdelosdominiosdelosHijosdeHesea?

—Nuestra fediríaque esto es el caminodel infierno—dijoLeo—,yaque esegigantescocráterpareceserlabocaquehaciaelconduce.

—No,noeselinfierno—contestóHesea—;infiernosóloeselcortoespaciodetiempo en cadavida, de los que en sus nuevas reencarnaciones viven alrededor deesta pequeña estrella de fuego. ¡LeoVincey, el infierno está aquí, sí, aquí!—dijogolpeandosupechoeinclinandolacabezacomobajaelpesodeunsecretodolor.

Asípermanecióporunosmomentos.Depronto,volvióahablar,ydijo:—Lamedianochehapasado,ymuchohadehacerseymuchosehadesufrirantes

delalba.Lastinieblashandeconvertirseenluz...,oquiensabesilaluznosehadeconvertiren tinieblaseternas.Mujerde realestirpe—dijo,dirigiéndoseaAtene—:como es tu derecho, has de enterrar a tu señor en este lugar sagrado, donde lascenizasdesusantepasadoshanservidodepastoaleternoe idolatradofuego.Oros,siervomío, trae al acusador y al defensor, y deja que se abran los libros para quepuedadictarsentenciayllamarsualmaalavida,odejarqueesasehundaporlossiglosdelossiglosenlasprofundidadesdelfuego.

¡Sacerdotes!¡EltribunaldelaMuerteestáabierto!

www.lectulandia.com-Página119

LASEGUNDAPRUEBA

Oroshizouna reverencia y salió del lugar, indicándonosHesea, conuna señal,quenoscolocásemosasuderecha,mientrasseñalabaaAteneunlugarasuizquierda.

Por ambos lados, en número de unos cincuenta, se habían alineado contra lasparedes los sacerdotes y las sacerdotisas. Penetraron en el recinto dos figurascubiertasdepiesacabezapornegrosmantos,llevandograndeslibros,ysecolocaronaunoyotroladodelcatafalcodelKhan,mientrasOrosseparabafrenteaHesea.

Cuandoestuvieron todosubicados, laSeñorade laMontaña levantóel sistro,ycorrespondiendoaestaseñal,Orosdijo:

—;Queloslibrosseanabiertos!Aestafrase,elenmascaradoacusador,queestabaaladerecha,rompióelsellodel

libro, loabrióycomenzóa leer.Era lahistoriade las faltasydelitoscometidosenvidaporelKhan,comosifueralavozdelaconcienciaque,deseosadeverselibredesusculpas,tomaravidayvozparahacerlospúblicos.Enfríosyhorriblesdetalles,elacusadorcontótodoelinfiernodelavidadeRassen,desdesuniñez,atravésdesujuventudysusañosmaduros,hastasumuerte...

Por fin, la largahistoria terminóconel relatode lamuertedelnoble cortesanosobrelaribera,elatentadocontranuestrasvidas,lacruelcazaconsusmastinesporelllanoy,porúltimo,sufinamanosdeLeo.

Elacusadorcerrósulibro,ydejándolosobreelsuelo,dijo:—Taleslahistoria,Madre.Tenlaencuentacuandohagasjusticia.Sinhablar,Heseaseñalóconelsistroaldefensorque, rompiendoelsellodesu

libro,comenzóaleerlo.Éste era la historia de todas las buenas obras que había hecho, así como sus

buenosactos;losplanesquehabíaideadoparalaseguridadyelbiendesusvasallos;las malas tentaciones a que había resistido; el verdadero y puro amor que habíaprofesadohacialamujerquefuesuesposa,ydelasplegariasyofrendasquehabíahechoenhonordeHesea.

Sinhablar,Heseaseñalóconelsistroaldefensor,lamujer,queerasuesposa,loodiaba;elporquéellaysutíoelmago,quelahabíacuidadoyeducado,pusieronensucaminoaotrasmujeresparadistraerloyaturdirlo,teniéndoloasísiemprefueradesudeber;decómolosdos,encriminalcomplicidad,prepararonlapócimaquehabíade volverlo loco, encendiendo un infierno en su corazón, perdiendo de esta formatodaesperanzaderecobrarelamordeaquélla,aquientodavíaamaba.

Tambiénrelatóelarrepentimientoquesuscrímenesleproducían,alosquehabíasido llevado por su esposa, tratando de hacerlo odioso a los ojos y al corazón delpueblo.Relatótambiéncómolosceloslearrastrabanacometeractosodiososhastaelpunto de obligarle a violar la ley de la hospitalidad, tratando de asesinar a los

www.lectulandia.com-Página120

forasteros que se habían albergado bajo sumorada, amanos de uno de los cualespereció.

Terminóeldefensor,ycerróellibrodejándolosobreelsuelo.Enseguidadijo:—Taleslahistoria,Madre,quedebestenerencuentacuandohagasjusticia.La Khania, que hasta aquel entonces había permanecido de pie, impasible y

glacial,seadelantóparahablarconsutíoelmagoSimbrí.Peroantesquelapalabrasalieradesuslabios,Hesealevantóelsistro,diciendo:

—Tu hora no ha llegado todavía; nada tenemos que escuchar de ti. Cuando túreposesdondeélreposaahora,loslibrosdetuvidaseránleídosaaquellaencargadadejuzgar,ytuabogadoseráquienrespondaporti.

—Asísea—exclamóAtene,desfallecida.AhorahabíallegadoelturnodelSumoSacerdoteOros.—¡Madre!—dijo—; tú lo has oído. Pesa los actos buenos y los malos, y de

acuerdocon tu sabiduría, dicta sentencia. ¿Debemos lanzar esoque fueRassen, depiesenelardientelago,paraquedeestamaneravuelvaacaminarporlasendadelavida, o debemos, por el contrario, lanzarlo de cabeza y considerarlo muerto parasiempre?

Entonces, mientras nuestros pechos se deshacían de impaciencia, la gransacerdotisadictósuveredicto.

—He oído, he pesado y he tenido en cuenta, pero no puedo juzgar; no puedo,porquenotengotalpoder.DejadqueelEspírituqueloenvióalavidalorecojaotravezy juzgue su alma.Este hombrepecómucho, peromás fue obligadoquede suvoluntad.Noesaestehombreaquiendebemospedirlaresponsabilidaddesusculpasydesus faltas.Lanzadlodepies,demaneraquesunombrepueda llegar limpiodetodaculpaaoídosdelasgeneracionesfuturasypuedavolveralavidaenlafechaqueleseaindicada.

Elacusador,tomandoellibroqueyacíaasuspies,avanzó,lanzándoloalcráter.Despuésdesaparecióporunahendidura.Eldefensor,porelcontrario,recogiendo

sulibro,loentregóaorosparaquefueseguardadoenlosarchivosdelSantuarioportodalaEternidad.

Los sacerdotes, una vez hecho esto, comenzaron un litúrgico canto funeral ysolemneinvocaciónalpoderosoSeñordelCentrodelMundo,querecibiríasuespírituy que lo juzgaría lo mismo que en la tierra habían sido juzgados por su ministroHesea.

El cortejo de sacerdotes, siempre cantando, se dirigió lentamente hacia dondereposabaelKhanensucatafalco,ytomándoloenbrazos,lollevaronhastaelbordedelcráter;entoncesyaunsignode laMadre, lodejaroncaerdepieenelardientelago, mientras que, con miradas de ansiedad, observaban la forma de caída en elfuego.Segúnsusreglas,sielcuerpoalCaerdabaunavueltaenelaire,eraseñalde

www.lectulandia.com-Página121

queeljuiciodelosmortaleshabíasidorechazadoenellugardelosinmortales.Sinodabaningunavueltaydescendíarectocomounaflecha,eraseñaldeasentimiento.

El cuerpo delKhan se precipitó recto y rápido en la roja lava, desapareciendoparasiempre.Estonoeraextraño,pues,comopudesabermástarde,lospieshabíansidocargadosconpesos.

Laceremonia,siasípodemosllamarla,acabó.ElKhansiguióelcaminodellibrodesuspecadosatravésdeaquellúcidomardefuego,yahoraestaríaconvertidoenun puñado de negro polvo. Pero si sus libros habían sido cerrados, los nuestrospermanecían abiertos en uno de sus más extraños capítulos. Lo sabíamos, yesperábamoselresultadoconexpectación.

Heseavolvióasentarseensutronoderoca.Ellatambiénsabíaquenuestrahorahabía llegado. A una palabra y un movimiento de su sistro, los sacerdotes y lassacerdotisas salieron, sin que los volviésemos a ver. Dos de ellos, sin embargo,quedaron:OrosyPapava,unamujerjovendenoblecontinente.

—Escuchad,mis servidores—dijoHesea—.Grandes y admirables cosas estánpróximas a suceder, que estaban anunciadas para la llegada de estos extranjeros, aquienesheaguardadodurantelargosaños,comovossabéis.Nadapuedodecirosdeloque'sucederá,pues,aunquemuchopodersemehadado,eldondelavisiónfuturanomehasidoconcedido.

Pudierasuceder,sinembargo,queestetronoestéprontovacíoyqueestacarnalenvolturaseapastodelosfuegoseternos.Masnoapenaros,no;yonomuero,ysiasíacontece,miespírituvolverádenuevo.

"AmadaPapava:túereslaelegida.Atisolateheabiertotodaslaspuertasdelasabiduría.Sipartiera,ahoraomástarde,tomalosantiguospoderes,ocupamilugar,yhaz en todo de acuerdo con mis enseñanzas, de forma que no se apague, en estaMontaña,laluzquealumbraelmundo.Además,teordeno,asícomoati,Oros,quecuando parta trates a estos extranjeros con todo afecto y hasta, si es posible,proporcionándolesunaescoltaquelosconduzcaatravésdelpaíshastaelcaminoqueseextiendeporeldesiertoylasmontañasdelnoroeste.SilaKhaniaAtenetratasededetener,sumarchacontrasuvoluntad,levantaenguerralastribusdelaMontaña,ennombredeHesea,ycaesobrelatierradeKaloon,destronaalaKhania,conquistaelpaísygobiérnalo.Escuchayobedece.

—Madre, te escuchamos y te obedecemos—contestaron Oros y Papava comounasolavoz.

Hesea levantó su mano, haciendo un signo de que el asunto había concluido;despuésdeunapausa,dijo,dirigiéndosealaKhania:

—Atene,anochemepreguntaste:"¿Porquéamasaesehombre?"Aestapreguntapuedo responder con una contestación fácil: ¿No es por ventura Leo Vincey unhombre que puede inspirar una ardiente pasión a unamujer como tú? Pero tienes

www.lectulandia.com-Página122

razón:tucorazónposeetambiénunpocodelpodermágicoquetutíoteenseñó,yelcorazóntedice,ynoteengaña,queantesquetúvinierasaestavidalehabíasamado.Yohejuradoalosquemeconfirieronlospoderesquehoyposeo,descorrerlacortinaqueocultaelpasadoyhacerteconocerlaverdad.

"¡Ha llegado tu hora! Obedezco tus deseos, no porque sean tus órdenes, sinoporque es mi voluntad. Del . principio nada puedo decirte, pues soy todavía serhumanoynodiosa.

No séporqué secretodestino estamosnosotros tresunidos tan íntimamente enestaseriedehechos...Noconozcoelfindelajornadahacialacualcaminasdurantemilesdeencarnaciones...Poresocomenzaré lahistoriadesdedondeseconserva laluzenmicerebro.

Heseahizounapausa,yvimossucuerpoestremecersecomobajoelinflujodeunviolentoesfuerzo.

—¡Miradhaciaatrás!—exclamó,elevandosusmanosalcielo.Volvimoslacabeza,ynadavimosdemomento,salvolacortinadefuegoquese

elevabadesdelosabismosdelvolcán;masamedidaquenuestrosojosmirabanmásymás, tratandodepenetrar laespesuradesurojizovelo,vimosreflejarseenellaunaadmirablevisión,comoenelmágicocristaldelaredomadeloscuentosdehadas.

Untemploseelevabaenmediodelasamarillasarenasdeundesiertoyunanchoy caudaloso río de orillas pobladas de exuberantes palmeras, corría no lejos deltemplo. El patio, de ornados pilares, era atravesado en aquel momento por unaprocesión de oficiantes... El patio quedó vacío; pude ver reflejada en su amarillosuelolasombradelasextendidasalasdeunhalcónvestidoconlasblancasropasdesacerdote,afeitada lacabezaydescalzos lospies,entróenelpatiopor lapuertadegranitoenlacualestabarepresentadalaesculturadeunamujer,ornadadeladoblecoronadeEgipto,conunaflordelotoyempuñandoensumanounsistrosagrado.Depronto,elextrañosacerdote,comosorprendidoporalgúnrumor,sedetuvomirandohacianosotrosy,sobretodohaciamí;pero...¡granDios!¡Quéveía!Sucaraeralademihijoadoptivo,deLeoVinceyensujuventud.¡EraaquelKalikratescuyocuerpovimoshacíaañosenlascuevasdeKor!

—¡Mira,mira!—dijoLeo,apretandomibrazo.Nolecontesté;solamentemovílacabezaportodacontestación.

El hombre se puso en marcha nuevamente, y al llegar junto a la imagen, searrodillóanteella,yabrazadoasuspies,elevósusplegarias.Deprontoseabrieronlaspuertasdeltemplodejandopasoaunaprocesión,alfrentedelacualaparecíaunamujerdenobleapariencia,cubiertadeblancosvelos,llevandoofrendasquedepositóenlamesasituadaparaesteobjetoantelaimagen,doblandodespuéssusrodillasantelaefigiedeladiosa.

Hechassusgenuflexiones,sedispusoamarchar,nosinantestocarconsumanola

www.lectulandia.com-Página123

espaldadelsacerdote,que,absorto,lasiguió.Cuando todo el cortejo desfiló y atravesó las puertas del templo la velada

sacerdotisaysuacompañantesedirigieronhaciaunodelospilares,yseñalandoelríoy las tierras que se extendían al otro ladode la orilla,murmuró algo a suoído.Elsacerdoteparecióturbarse;dijoalgo,yella,despuésdemirarsospechosamenteasualrededor,dejócaersusvelos,einclinándoseleofrecióelnéctardesuslabios,quesuamanteapuró.

Al retirarsucara,éstasevolvióhacianosotros,yaquellamujereraAtene.Susnegroscabellosestabansujetosporlacoronadeoroqueindicabasurangoreal.Miróalafeitadosacerdoteyríoconlaalegríaquedaeltriunfo;señalóelsolponienteyelrío...,ylavisióndesapareció..

AquellarisafuecontestadaconladeAteneenpersona.porqueellareíatambiéntriunfante,ygritandoalmago,dijo:—Buenos adivinadores fueron vuestros corazones; ved cómo mi vida estuvo

ligadaalasuyaenelpasado.Entonces,comohieloenelfuego,cayólavozdeHesea,diciendo:—¡Callaymiracómoloperdistedespués!Laescenacambió:unamujeraparecedurmiendosobreunaotomanadeartística

forma y de ricos ornamentos. Sobre ella se inclina la sombra de la diosa querepresentalagraníticaimagendelpatio.Lamujerdespertódesusueñoymiróasualrededory,¡ohsorpresa!,eralacaradeAyesha,talcomolavimosporprimeravezaldespojarsedesusvelosenlascavernasdeKor...

Sumiradasecruzóconlanuestra;nosabríaexplicarquésingularemociónhizopalpitaraceleradamentenuestroscorazones.

Volvióadormirsedenuevo.Denuevotambiénlasombradeladiosaseinclinósobreella;leseñalóunpuntoenelvacío.¡Oh!Veíaseuntempestuosomar,unbarcoluchandoconlatormenta.Enelbarco,dospersonasabrazadas:eranelsacerdoteylamujer de estirpe real. Sobre ellos, como el brazo de la venganza, la tormenta losazotabaimplacablemente.

Cambiódenuevolaescena.Enlarojapantallasereflejaronlosgraníticosmurosdeunacaverna,querecordábamosbien.Tendidoenelsueloconsuslargosydoradoscabellos que cubrían ahora su afeitada cabeza yacía el sacerdote, con el cuerpocubiertodesangrey losojos inmóviles,comofijosenuna ignota regióndelvacío.Dosmujeresestabanjuntoaél.Unaempuñabaunadaga,ysucuerpoestabadesnudocompletamente...;sunegrocabellolacubríacomounmanto.Bella,bella...comonoesposibleimaginar...Laotra,cubiertadenegrasvestiduras,parecíainvocar,porsusgestosyademanes,elcastigodelcieloparasurival.LamujerdesnudaeraaquellaaquienlasombradeladiosaIsisavisólafugadelsacerdote.Laotraeralamujerdeestirperealquelobesóbajolosarcosdeltemplo.

www.lectulandia.com-Página124

Lentamente,lasfigurasfueronperdiendointensidadhastaquedesaparecieronporcompleto.Hesea,quedurante todoel tiempohabíaestadodepie, cayóensu tronorendidaporelpesoyelesfuerzodesupropiamagia.

Entonces Hesea habló con voz dulce al principio, que gradualmente fuecambiandodetono:

—¿Estátuconsultacontestada,Atene?—¡Grandes cosas he visto, ohMadre, que me demuestran la perfección de tu

magia!¿Perocómopodemossaberqueloquehemosvistonoessinolareflexiónsobre

esosvaporesdetupropiocerebroconobjetodereírtedenosotros?—Escucha,pues—dijoHesea—, la interpretaciónde lasescriturasyno tientes

mipacienciacontusdesdeñosasdudas.Hacemuchosaños,apocodecomenzarestalarga reencarnación presente, Isis, la gran diosa de Egipto, tenía su templo deveneración en Behit, en el valle del Nilo. Ahora está en ruinas y la diosa Isis hadejadoEgiptoparasiempre,aunquebajoelpoderquehatransformadosuculto,reinatodavía sobre estemundo, porque ella es la naturalezamisma.De su santuario enBehit era SumoSacerdote un griego llamadoKalikrates, escogido para su servicioporlavoluntaddeladiosa,devotodeella,yperteneciéndoleaellasolamenteporunsagrado juramento que no debía ser roto sin incurrir en el castigo eterno. En lasllamasvistealsacerdotequeahora,reencarnado,estájuntoatiparaquesecumplasudestinoyelnuestro.AllítambiénvisteaciertahijadelosFaraones,Amenartas,quepuso susojosenKalikrates,haciéndole romperelvotodeamoreternoa Isis,puesentonceslomismoqueahorapracticabalamagia,;yesaAmenartaserastú,AtenedeKaloon!Porúltimo,allívivíatambiénciertaárabellamadaAyesha,unamujersabiaque,asusabiduría,uníasuhermosuraqueenelvacíodesucorazónhabíabuscadorefugio en el amor de la Madre del Universo, pensando alcanzar la verdaderasabiduríaqueiluminaseparasiempresualma.AestaAyeshaquevistetambién,yaquienladiosavisitódurantesusueño,lediosuomnipotentepermisoparaseguiralosperjuros,llevandoconellalavenganzadelcieloyprometiéndolecomopremioasuvictoria el triunfo sobre la muerte y una belleza tal como mujer alguna pudieraposeer. Los siguió hasta muy lejos. Donde ellos llegaban en busca de refugio yamparo, allí los esperabaAyesha.Guiada por un hombre que estaba a su servicio,llamadoNoot-¡tú,¡ohHolly!,erasesehombre!-,encontróelmanantialdelaesenciadelavidaenelcualbañarserepresentabalainmortalidadporlossiglosdelossiglos.Se bañó en él exclamando: "Los mataré a los dos tan pronto los encuentre. Losmatarétalcomosemehaordenado".FueeldestinodeAyesha!Cuandoencontróaaquelhombre,laquenuncaconocióelamor,amóalsacerdotecontodaslasfuerzasdesualma.Locondujoalmanantialdelavida,proporcionándoleelconseguirlosdoslainmortalidadydejarmoriralamujerdeestirpereal.Élrehusó,yundíaAyesha,

www.lectulandia.com-Página125

locadecelosporquedespreciósumortalhermosuraporaquellade lamujermortalque estaba a su lado,mató a aquel hombremientras ella, ¡oh desgracia!, quedabainmortal.YfueelcastigodeladiosaIsiselcondenarasusinfielessiervosalhorrorcomoalsacerdoteKalikrates,alasoledadymiseria,comoaAyesha,yalosamargoscelosdurante todassusgeneracionescomoa la realAmenartas,deseandoeldíaenque loscielospusierandenuevoensucaminoaaquelaquien tantoambashabíanamado. Los años han pasado, y ha llegado el día fijado para la inmortal. Ayesha,mientras,haesperadoporcenturiasycenturiasalreencarnadodeseadodesucorazón.Espantado,éllavioperecerllenademiseriaydehorrores,peronoperecióaunquelainmortalparecíamorir.¿Peronotedijo,¡ohKalikrates!,quenopodíamorir?¿NotejuróAyesha,alláenlascavernasdeKor,queellavolveríadenuevo?LeoVinceytúeresKalikrates.Laluzquebrillaenestepináculoeslaquedespuésdemuchosañosdevariaspesquisastehaconducidohastaella.Durantetodoslosdíasdeestosaños,durante cada instante, su alma ha estado junto a ti, cuando dormías, cuandomarchabas, previniendo y preservándote de todo peligro hasta que por fin laencuentrasdenuevo.

Heseahizounapausa,ycomomiraseaLeo,éstecontestó:—Del principio de esta extraña historia nada sé, a excepción de lo que en el

escrito me legaron mis antepasados; de lo demás, sabemos que es verdad. Sinembargo,quierohacerteunapregunta,porqueacadamomentoquepasa,ladudametorturahorriblementeyyoteruegoqueturespuestaseaprontaybreve.Dijistequeenestahoradedichaencontraríaami

"adoradaAyesha.¿Dóndeestá,pues,Ayesha?¿Noerestúporventura?Sierestú¿porquéhacambiadoeltimbredetuvoz,porquéeresdemenorestaturaqueella?¡Oh! Yo te ruego en el nombre del dios a quien adoras, que me digas: ¿eres túAyesha?

—YosoyAyesha—contestó la sacerdotisa, solemnemente—.YosoyAyesha,aquientúperteneceseternamente.

—¡Miente,miente!—gritóAtene—.Yoteaseguro,esposomío,puesasíhadichoella que eras, que de aquellamujer a quien amaste no queda elmenor vestigio debelleza.YotedigoquenoesotraquelaviejasacerdotisaquerigeestaMontañahacelomenos cien años. ¡Déjala que se despoje de esos velos que ocultan su horriblefealdad!

—Oros—dijolaMadre—,cuéntalelahistoriadelasacerdotisadequienhablalaKhania.

Elsacerdotehizounareverencia,ysiempreconaquellafríacalma,imperturbable,dijocomosisetrataradeunsucesoqueacaecíatodoslosdíasysinánimodellevarelconvencimientoaningúnespíritu:

—Dieciocho años atrás, en la cuarta nochedel primermesde inviernodel año

www.lectulandia.com-Página126

2333delafundacióndeltemplodeHeseaenestaMontaña,lasacerdotisaaquienlaKhaniaAteneserefiere,murióbajoelpesodelaedad,enmipresencia,aloscientoochoañosdereinado.

Treshorasdespuéstuvimosquellevarladeltronoenelcualmurió,conobjetodeprepararsucuerpoparalaceremoniafunerariaenelfuegodelaMontaña,siguiendolaantiguacostumbre.Mas,¡ohmilagro!,vivíadenuevo,muycambiada,peroeralamisma.

"Pensandosiseríalaobradeunsermaléfico,lossacerdotesylassacerdotisaslarechazaron y quisieron arrojarla del trono; pero la Montaña comenzó a rugir enespantosos truenos; las luces que alumbraban el templo se apagaron y el terror seapoderódenuestrasalmas.Entonces,ysurgiendodelastinieblas,traselaltardondeestá la imagende laMadrede losHombres, seoyóunavozquedecía:"Aceptadaquienhedesignadopara reinar sobrevosotros, quemis juiciosymispropósitos seacatenysecumplan".Lovozcesó,y las luminarias seencendierondenuevo.Nosarrodillamos anteHesea, y la llamamosMadre desde el fondo de nuestro corazón.Éstaeslahistoriaquecientosdepersonaspuedendarosfedesuverdad.

—Yalohasoído,Atene—dijoHesea—.¿Dudastodavía?—Sí—contestólaKhania—;Orostambiénmiente,ysinomiente,deliraosueña;

además,¿quiénmedicequelavozqueoyeronnoeralatuyapropia?Sitúeresesamujer inmortal, esa Ayesha, haz una prueba con estos dos hombres que te hanconocidoentuvidapasada.Despójatedeesosvelosqueguardantancelosamentetusformas.Seguramentequetuamantenohabráolvidadotusencantos,seguramentequetereconoceráehincarásurodillaentierraanteti,diciendo:"¡Túeres,oh,Ayesha,miadoradainmortalalaquesiempreheamado!"Entonces,ynohastaentonces,creeréque tú eres la mujer que pretendes ser, un espíritu maligno con una inmortalidadmanchadaporelcrimen,yqueusasudemoníacabellezaparahechizarlasalmasdeloshombresqueseprendandetusencantos.

Pareció contrariar a Hesea la proposición de la Khania, pues, después depermanecer pensativa unos momentos, dijo, restregando sus manos, como bajo elpesodeunprofundodolor:

—Kalikrates,¿esésatuvoluntad?Siesasí,teobedeceré.Sinembargo,teruegoquenomeloordenes,puestoquelahoranohallegadotodavía,lapromesatienequecumplirse.Estoyalgocambiada,Kalikrates;sinembargo,yosoyquien teamóy tebesó,alláenlascavernasdeKor.

Leomiróentornodesídesesperadamente,hastaquesusojostropezaronconlairónicacaradeAtene,quegritó:

—Ordénalaquesedespojedesusvelos,señorydueñomío.Tejuroquenotendrécelosdeella.

—¡Sí,teordenoquetedescubras;quierosaberlotodo,aunqueseamidesgracia!

www.lectulandia.com-Página127

¡Todo,antesquevivirenestaansiedad!Cualquieraqueseaelcambio,sieresAyeshatereconoceré,ysiellaes,sóloaellaamaré—dijo,dirigiéndoseaAtene.

—¡Oh,cómomehierentuspalabras!—dijoHesea—;perodesdelomáshondodemicorazónteagradezcotusfrasesdeamorydeconfianzaalaquenoconocesensu presente reencarnación. Mas la Verdad debe ser conocida y nada puedo yaocultarte.Hasdesaberqueunavezdespojadadeestosvelosquecubrenmicuerpo,estáescritoquedeberásescoger,porúltimavezenlatierra,entreesamujer,mirivaldesdeelcomienzodelmundo,ylaAyeshaacuyasmanosperecisteenlascavernasdeKor. Puedes repudiarme si quieres; ningúnmal te provendrá de ello; al contrario,bendiciones,poder,saludyamor.

Únicamentea cambio tendrásqueborrarmi recuerdode tucorazóny seguir tumarcha y cumplir tu destino solamente amerced de tu propio esfuerzo, hasta quellegue el término de tu vida. Por fin, al cabo de los años y en pago a vuestrossufrimientosydoloresconoceráslaverdad.Tencuidado,noespequeñalapruebaaque te sometes, ten cuidado.Yo nada puedo prometerte, salvo amor,mucho amor,comonuncamujerpudoamarahombrealguno,pero...estáescritoqueesteamornopuedesersatisfechosobrelatierra...

Después,volviéndosehaciamí,medijo:—¡Oh,tú,Holly!¡Túelverdaderoamigo,laverdaderaesenciadelaamistad;tú,

el más próximo a mi bienamado; tú, el de clara e inocente alma, el que posee lasabiduría,dale el consejoque tu experienciay tu saber tedictan;yoobedeceré tuspalabrasylassuyas,ycualquieraquesean,lasbendecirécontodamialma,ycuandopartamosdelatierraparamarcharahabitarlasideralregiónquesenoshadesignadoy donde las pasiones terrenales no tienen razón de ser, nos uniremos y viviremosjuntosenunaeternaypuraamistadgloriosa.

—Ayesha—exclamé—; teagradezco tuspalabras.Conellasycon tupromesa,yo,tupobreamigo,puesnuncapensésermás,estoymilvecespagadoportodaslasinquietudes y sufrimientos pasados. He de decirte que yo creo eres Ella, a quienperdimos,puesesospensamientosypalabrassólosondenuestraadoradainmortal.

Así hablé, sin saber lo que decía exactamente,mas sólo sé que embargabamialmaunagranalegríainterior,unacalmayunasatisfaccióninefables,queemanabandemicorazón.

AhorasabíaqueAyeshamequeríalomismoquesiemprehabíasidoqueridoporLeo;eraunacadenadeamistadquenuncapodríaromperse,cualquieraquefueranlosacontecimientos.¿Quémáspodíadesear?

Hablamos Leo y yo, mientras Ayesha nos contemplaba en silencio. Lo quehablamosnolorecuerdobien,peroa lapostre,comodijoHesea,Leomerogóquefuerayoelque juzgaraydierami juiciodeelección.Entoncesenmimentesurgióuna orden clara, terminante, concisa, emitida por mi propia conciencia o por otra

www.lectulandia.com-Página128

voluntad ajena a mí; ¿quién lo puede decir? La orden era que debería mandardescubrirsealaveladaHeseaydejarqueeldestinocumplierasuspropiosdesignios...

—Decide—diceLeo—, no puedo soportarmi duda.Quien quiera que sea esamujer,sucedaloquesuceda,nuncatemaldeciré,Horacio.

—Bien;hedecidido—respondí,ydandounpasohaciaadelante,dije—:Hemostomadoconsejo,Hesea,yesnuestravoluntadelconocerlaverdadhastaelfinal;así,pues,terogamosquetedespojesantenosotrosdeesosvelosquecubrentucuerpo.

—Osobedeceré—contestólasacerdotisaconvozdesfallecida—;únicamenteloqueospidoesquetengáispiedadynoosburléisdemí;noechéislaleñadevuestrodesprecio al fuego interior que consume mi alma, pues soy lo que soy por tisolamente, Kalikrates. Yo también quiero conocer. estoy sedienta de verdad, puesaunquemucho,esmisaberymipoder,aúnhayalgoquepermaneceignoradoparamíyessielamordeunhombrepuederealmenteviviratravésdeloshorroresydelamiseria.

Levantóse entoncesHesea y se dirigió lentamente hacia el espacio descubiertofrentealacámararocosa,deteniéndosecercadelbordedelprecipicioencuyofondoestabaellagodefuego.

—¡Ven,Papava,quítamelosvelos!—ordenóconvozdébil.Papava avanzó, y después deHacer una reverencia ante ella, comenzó la tarea

ordenada.Papavanoeraunamujerdeaventajadaestaturay,sinembargo,teníaqueinclinarse para cumplir la tarea. Los primeros velos cayeron sin revelar nada.Cayeronotros,yantenosotrosapareciólafigurafantasmaquesenosaparecióenelvalledelasosamentasalllegaralaMontaña.Así,pues,nuestromisteriosoguíaylasacerdotisaHeseaeranunmismoser.

Más velos fueron cayendo; parecían no tener fin. Aquel cuerpo debía serpequeñísimo, desmesuradamente pequeño. ;Oh!, los últimos velos caían yaparecierondosesqueléticosmiembrosqueparecíanserdosmanos.Despuéslospies,pero;quépies!Comoaquellospiesrecordabahabervistolosdeunamomiareal,unavezenEgipto,yporunextrañojuegoderecuerdos,vinoamimemoriaelnombredeaquellamomiaquellamaban"LaBella".

Todos los velos habían caído ya, a excepción del últimomás espeso, y que lacubríadepiesacabeza.HesearechazóconungestoaPapava,quesearrojómediodesfallecidaalsuelo,tapándoselosojosconlasmanos.Luegolasacerdotisasoltóelveloquelacubríayquecayóasuspequeñospies,yhaciendounesfuerzosupremodedesesperaciónsevolvióhacianosotros.

¡Oh!Era:..Noladescribiré,perolaconocíalinstante.puesfueasícómolaviatravés de lamáscara de su inmortalidad, ante el Fuego de laVida; eraAyesha, laformadelacara,suairedesoberbiodesafío..Depieantenosotros,lanubedellamasponíaaldescubiertotodassuslacrasymiseria...

www.lectulandia.com-Página129

Sehizounsilenciodemuerte.VicómoloslabiosdeLeosetornabanderojosenblancos;ycómosusrodillassedoblabansinfuerzasparasostenerlo;perohaciendounesfuerzosobrehumanosemantuvofirmecomoelcadáversostenidoenpieporunsoporte.

Vi a Atene que volvía la cabeza en una expresión de repugnancia y quizá dedolor.Hubieraqueridoverasurivalhumilladaporsubelleza;perolavistadeaquelhorrible cuerpo pareció conmoverla. Parecía que aquella visión hubiera despertadouna fibra sensibledormidaen lomás intimode su femineidad.ÚnicamenteSimbríqueparecíaesperarlosucedido,yOros,permanecieronimperturbables.Èsteúltimo,enmediodeaquelsilenciosepulcral,exclamó:

—Vedenesaviejalámparalaluzeternaqueluceenella,atravésdeesaarrugadacáscaraelalmainextinguiblequelaanima!

Aplaudí desdemi corazón estasnoblespalabras.PensabadelmismomodoqueOros,

;perogranDios!,micerebroibaaestallaryyodeseabaqueestallasedeunavezparanooírnivernadadeloquemerodeaba.

Aquella visión de Ayesha momificada me espantaba. Al principio tuveesperanzas, pero éstasmurieron y la angustia y sólo la angustia se apoderó demicorazón.

Algo había que hacer, esto no podía durar. Mis labios estaban resecos, migargantanopodíaarticularpalabraymispiessenegabanamoverse.

Hubierapreferidomilvecesyacerenlasprofundidadesdelcráterdondeposabanlas cenizas del difunto Rassen, antes que vivir un minuto más en esta angustiosasituación.

Atene, al fin, habló. Se dirigió al cuerpomomificadodeAyesha, e irguiéndosecontodalasoberbiadesumajestuosabelleza,exclamó:

—¡LeoVinceyoKalikrates!,tomaelnombrequequieras;pensarásmaldemíalcreerquevoyamofarmedeunarivalensudesgracia.Noshacontadounahistoriaque, verdaderao falsa, quizámás falsaqueverdadera,mehahecho conocer cómosedujealsacerdotedelsantuariodeunadiosa,ycómoestadiosa,Ayeshamisma,sevengó de mí asesinando al hombre a quien yo amaba. ¡Deja a la diosa, siverdaderamenteestal,quehagaloquemásleplazca,queyo,mortal,quierohacerlamía,hastaquelavidatoqueasufin!¡Yoquierosertambiéndiosa!¡Oh,tú,hombre!Notengovergüenzadedecirqueteamodelantedeestosextraños;teamo,y,segúnparece,estamujerodiosatambiénteama,yaqueahoramismoacabadedecirtequedebesescogerentreellaoyoyahoraparasiempre.Escoge,LeoVincey,yponfinaesta extraña historia. No quiero defenderme; tú sabes quién soy, pero puedo darteamorvfelicidad,ydescendientes,queteseguiránatienelgobiernoyadministracióndel país. ¿Qué es lo que puede ofrecerte esa hechicera? Nada, palabras dulces,

www.lectulandia.com-Página130

visiones, obra de su magia en la pantalla de fuego, sabias máximas, historias delpasadoyparacuandohayasmuerto, ladicha,cuandoesa terriblediosaaquien tanfirmemente sirve haya perdonado y olvidado. He acabado, Leo Vincey, poro sólodeboañadirunapalabra. ¡Oh, túporquien, segúnHesea,abandonéyabjurédemirangorealparahuircontigoycompartirlospeligrosdeunmartempestuoso!¡Oh,túaquien,aunatravésdelasedadesmicorazónhaseguidoamando!;Oh,túaquiennohace mucho tiempo salvé de la muerte en el río que baña el precipicio! ¡Escoge,escoge!

Todaestaalocucióntanmoderadaalparecer,perotancruelenelfondo,tanbienrazonadaytanfalsa,parecíaescucharlalapobreAyeshacomosideelladependieseelfinaldesuinmortalexistencia.Sinembargo,nadacontestó,niunapalabra,niunmovimiento.Parecíacomosihubieradichotodoloqueteníaquedeciryhechotodoloqueteníaquehacer.

Miré a la pálida cara deLeo. Lentamente se dirigía haciaAtene atraído por elbrillo de la pasión que emanaba de sus hermosos ojos negros. Mas de pronto,rehaciéndose,sacudiólacabezaysusojosbrillaronconfelizalegría.

—Despuésdetodo—dijopensandomásquehablando—,nadatengoquehacerconrespectoapasadosquedesconozcoysucesosdemividaanterior.Ayeshamehaesperadoporcercadedosmilaños.Atenesecasóconunhombreaquienodiabayloenvenenó,comoseríacapazquizádeenvenenarmeamíeldíaquedemísecansase.NoséquéjuramentohiceaAmenartas,sitalmujervivió.RecuerdosóloeljuramentoquehiceaAyesha.Siahora rechazoaAyesha,esquemiamornopuede resistirelpaso del tiempo ni sobrevivir a la presencia de lamuerte. ¿No juré que tomaría aAyesha tal como fuera? El amor es inmortal. ¿Por qué no retenerlo en nuestrocorazónhastaquelamuertedejelibresnuestrasalmas?

DeteniéndoseantelaformadeAyesha,searrodillóanteellabesandosuspies.Sí,besóaquellaformahumanatanhorrorosaycreoquefueunodelosactosmás

valerososquehombrealgunopudierahacer.—Túlohasescogido—dijoAtenefríamente—;mashededecirte,LeoVincey,

quetuelecciónteseparademíparasiempre.¡Quédateconlaesposaquetúmismohaselegido!

Ayeshanohabía todavíahechoningúnsignonidichopalabraalgunahastaque,cayendo de hinojos, comenzó a rezar en voz alta. Estas fueron las palabras de suoración,talcomoselasoí,aunquenoséexactamenteaquépodersobrenaturalerandirigidas;esmás,nuncalolleguénicreolollegaréasaber...

—¡Oh, tú,ministrode laTodopoderosaVoluntad, que esgrimes la espadade laley,llamadanaturaleza;túquetecoronastecomoreinadelosegipciosconelnombrede Isis, pero que eres la diosa de todos los países y de todas las edades; tú queconducesalhombre;quedaslavidaalniñoporelpechodesumadre,quedasmuerte

www.lectulandia.com-Página131

alavida,yquedesdelasnegrasprofundidadesdelamuerteiluminaslastinieblasconla luz de tu risa; tú que eres la abundancia sobre la tierra, que tu sonrisa es laprimavera,queturisaeselrumordelmar,cuyaplacidezeselotoñoycuyosueñoeselgélidoinvierno;oyelassúplicasdetuhijaescogidaytuministro!Desdelosmásremotostiemposmedistelafuerzayelvigorparalainmortalidad,almismotiempoquemeconcedíaslabellezasupremasobretodaslasmujeresdelatierra,acambiodecenturiasycenturiasdeglacialsoledadenlamáshorrorosafealdadantelosojosdemiamado.Yoteruegodesdeelfondodemialmaquecambiesmiinmortalidadpormianteriorbellezaydejesqueelverdaderoamorendulcemissufrimientos;ysiestonopuedeser,dalamuerteaestapobreyhumildesiervatuya.

www.lectulandia.com-Página132

LATRANSFORMACIÓN

Aestaoraciónsiguióunalargapausa.Leoyyomirábamosdesanimadosaunoyotro lado,comoesperandoalgoquesabíamosquenohabíade llegar.Esperábamosunarespuesta.aestaadmirablesúplicadirigidaalanaturaleza,yloquepodíasucedernopodíasermásqueunmilagro.

Algosucedió...Larojizapantallafueapagándoselentamente;nonosadmiramosmuchoalprincipio,puessabíamosqueala llegadadelaauroraelfuegodelcráter,quedurantelanochebrillabaconfuerza,perdíaintensidad,yyaelamanecernodebíaestar lejos.Estocontribuyóahaceraúnmás terrorífica laescena,pues las sombrasibaninvadiéndolotodolentamente...Alosúltimosresplandoresdelaclaridad,vimosavanzaraAyeshaunospasoshaciaunapequeñalenguaderocaquesobresalíaenelabismo, y por donde fue lanzado el cuerpo del Khan Rassen ... La vimos de pie,resaltandosu raquíticocuerpoa losúltimos resplandorescontraelnegrohumoqueascendíadelfondodelcráter.

Leoselanzóhaciaella,pues,sinduda,creíaqueibaalanzarseaaquelinfierno;así creí yo también que iba a hacer; pero Oros y Papava, obedeciendo a algunasecreta orden que recibieron, sujetáronlo por los brazos, obligándolo a retirarse deaquellugar.

Las tinieblasnos rodearonal fin.A travésde laoscuridadoíamoselcánticodeAyesha, un himno entonado con voz patética en una lengua desconocida paranosotros ... Una enorme lengua de fuego aislada, como otras que habíamos vistoaquellatrágicanocheperderseenelespacio,aparecióelevándosedelabismo...

—Mira—medijoLeo—;¡esallamaavanzacontraelviento!—Quizáelvientohayacambiado—contesté,aunquebiensabíaquenoeraasí,

sinoquesoplabaaúnmásfuerteenlamismadirecciónqueantes.Poco a poco se fue acercando la lengua de llamas; eran dos, y algo oscuro se

divisabaenellas.PorfinllegaronallugardondeestabaAyesha.Laslenguasdefuegoparecieron cubrir el cuerpo que allí estaba implorante de la Divina gracia de susprotectores...Laluzdesapareció,ytodoquedóotravezentinieblas...

Cuántotiempopasó,nolosé...Recuerdosolamentequeuncuerporozójuntoamí, y supuse que era el de Papava; al instante volvió con la respiración jadeandocomolapersonaqueespresadegranterror...

Nohabíaduda;¡Ayeshasedebíahaberlanzadoalabismo!¡Latragediasehabíaconsumado!

De pronto se oyó una música admirable y melodiosa. Era algo sublime,enternecedor,sobrehumano...Parecíaexpresartodaslasemocioneshumanas,larabia,lapasión,lafuerza,lacólera,sufrimientos,misterio,amor.EraelalmadeAyeshacontodalagamadecaracteresquelaformaban...Eralahistoriadelatransformaciónde

www.lectulandia.com-Página133

un alma elegida y poderosa, era como las nubes de incienso que se esfumanlentamenteenelespacio,asíaquelmelodiosocánticofuedulcementealejándoseenlaestanciahastaqueseperdió.

Delestesurgióunrayodeluzdiurna.—Comienzalaaurora—dijolavoztranquiladeOros.Efectivamente,eldébilrayodelprincipiofuerasgandolastinieblas,inundandode

luztodoloqueencontrabaasupaso,yendoadetenerse,noenlasrocosasparedesdelcráter, sino en el pequeño promontorio que formaba la lengua de roca sobre elabismo.

¡Oh! Allí, cubierta con un manto de gloria, había una forma celestial. Parecíadormida,puessusojosestabancerrados.¿Estaríamuerta?Sucarapálidaparecía,alprimermomento, ladeunmuerto.¡Oh!Abriólosojosasombradoscomolosdeunniño;eranunosojosnegros,hermososyaterciopelados.Sereanimaban.Suscabellosflotabanalviento,quelosenredabacaprichosamentealrededordesutorso.Ladébiltúnicaquelacubríaseciñó,perfilandouncuerpoturgenteydivino...

¿Era una ilusión, o era la de Ayesha esa forma que veíamos tal como laencontramosporprimeravezenlascavernasdeKor?Sinpoderloevitar,caímosderodillasanteaquellavisión,alargandolosbrazosimplorantes...Masaldarnoscuentade que aquello no era sino una feliz realidad, lanzamos un grito de feroz alegría,cayendo en un fuerte abrazoLeoy yo.Entonces una vozmás dulce que lamiel ysuave como elmurmullo de un arroyuelo, habló cerca de nosotros, y sus palabrasfueronlassiguientes:

—¡Venhaciamí,Kalikrates;quieropagarteelbesodeamorydefequehaceunmomentomediste!

Leo,comounborracho,tambaleando,llegóhastadondeAyeshaestaba,cayendoasuspies,quebesóconpasión.

—Levanta—dijoella—;soyyolaquedebobesarte—yasídiciendo,tomólodelamano, tratandodelevantarlodelsuelo.Leonosemovió,yentoncesella,pocoapoco, se inclinó sobre él, besándolo tiernamente en la frente. Después me llamó.Lleguéhastadondeestabanyquisearrodillarmeanteella,peronoloconsintió:

—No—dijoconsuargentinavoz—;hetenidomuchosquemehanrendidocultoyadoración;¿perodóndepodréencontrarunamigotanbuenoytanlealcomotú,mibuenHolly?—ydiciendoesto,mebesóenlafrente.

Ayesha estaba fragante como las rosas al recibir los primeros rayos del solnaciente.Sucuerpo,encontrasteconsusnegroscabellos,dabanaéstetransparenciadeperlayunaradianteaureolaemergíadetodosuser.Nohabíaescultorenlatierraque pudiese modelar unos brazos más perfectos y maravillosos que aquellos queestaban ahora tendidos haciamí, ni estrella en el firmamento que brillase conmáspurezaqueaquellosojosquememiraban...

www.lectulandia.com-Página134

Recibísubesocastamente.¿Quémáspodíadesear?...TomandoaLeodelamano,Ayeshaentróconélenlacámaraderoca,yalentrar

bajo el abrigo de sus paredes vi que se estremecía, como si notase el cambio detemperaturaambiente.'Estehechomeprodujogranalegría,puesmedemostrabaqueAyeshaerahumana,yquecomoserhumanosentía.Elsacerdoteylasacerdotisasehabíanpostradoderodillasantelaesplendorosareencarnación;peroellalosobligóalevantarse,poniendosubellamanosobresuscabezas.

—Tengofrío—dijo—;dadmemimanto.Papava le echó el manto rojo sobre sus hombros, dándole una apariencia

majestuosa.—Nohasidomiperdidabellezaloquemehasdevueltocontubesoderedención,

amadomío,sinomiespíritu,queestabapresoenlasamargurasdeunsecretodestino.¡Oh,amormío!LosPoderesofendidosnoolvidanfácilmente,auncuandoconcedensuperdón,y aunquea tusojosnuncamás servirédeburlanide escarnio,no sé eltiempoquesenosestáconcedidopermanecerjuntosenlatierra,aunquepresumoqueéste será breve.Mas no te apenes,Leomío; iremos a otros lugaresmás gloriosos,dondebeberemoslacopadedulceambrosíaquenosrecompensarádelossorbosdeamarguraydolorquehastaahora llevamosapurados.Odioeste lugar.Hasidoaquídondehesufridocomomujeralgunapudosufrirsobrelatierra.¡Loodio,loodio!...¿Quéideapasaahoraportumente,viejomago?—dijo,volviéndosedeprontohaciaSimbrí,queestabanolejos,pensativo,conlosbrazoscruzadossobreelpecho.

—Nada; únicamente que poseo el don de que tú, a pesar de tu belleza y de tusabiduría,careces:eldelavisióndelfuturo.Veoaunhombremuertoaquí...

—Unapalabramás,ytúserásesehombre—contestóconiraAyesha—.Loco,nopiensessiquieraenmí,puesahorasoylobastantefuerteparadartemuerteconmispropiasmanos...

Sus ojos, momentos antes tan tranquilos y plácidos, tomaban ahora reflejosmetálicos...

El viejo hechicero retrocedió unos pasos, atemorizado ante aquellas palabras,hastatropezarconlaparedderoca.

—¡Oh, Ayesha, yo te saludo y reverencio! Ahora, como desde el principio,solamenteconocemoslahistoriatúyyo—respondióelmago—.Nadamástengoquedecir —continuó—: la cara de ese hombre no la he visto. Solamente sé que unhombreungidoaquíKhandeKalooneraprecipitadoenel fuegocomoelquehaceunashorasfuelanzadoalabismo...

—Sin duda algunamuchosKhanes deKaloon serán ungidos aquí—respondióAyesha,fríamente—;masnotengomiedo,mago;miirahapasado:séprudente,sinembargo,ynoprofeticesmalesaquienestienenmáspoderquetú.Puedesmarcharte.

SinsoltarlamanoaLeo,pasódelacámararocosaaotramayor,ubicadasobreel

www.lectulandia.com-Página135

pilar,ydesdeelcualcomounmiradorseveíaalaluzdelsolnacientelasmontañasvecinas y el fértil país de Kaloon inundado por los dorados rayos del sol.MostrándoseloaLeo,dijo:

—Estehermosopaísserámiregalodebodas.Atene,quehastaentonceshabíaestadosilenciosa,dijo,depronto:—¿Quieresdecir,Hesea,siesverdadqueHeseaeresynoundemoniosurgidode

las profundidadesdel infierno, queofrecesmis territorios a este hombre comounapruebadeamor?¡Siesasí,antestendrásqueconquistarlos!

—Demasiado a prisa hemos quizá hablado tú y yo —contestó Ayesha—; sinembargo,olvidotuspalabras,perodeboadvertirtequeyotambiénpodréescarneceramirivalcuandolleguelahoradelavictoria.Cuandotúeraslamáshermosabienleofrecisteestastierras,¿peroquiéneslamásbellaahoradelasdos?¡Miradnostodosyjuzgad!—dijoAyeshasonriendoaAtene,ydirigiéndoseanosotros.

LaKhania -como ya he dicho- era unamujer de extraordinaria hermosura; nohabía visto mujer que pudiera compararse con. ella, ¡pero cuán burda y pobreresultaba su hermosura junto a la admirable y Celestial belleza de Ayeshareencarnada!Lahermosurade ésta no era humana: era algo superior.Estaba ahoraaúnmásbellaquecuandolavimosenlascavernasdeKor.Ahoraeralabellezadeunespírituhechocarne.

La radianteaureolaqueemergíade sucuerpo, suamplioybien formado torso,sus divinos ojos, que a veces adquirían el brillo de las estrellas y a veces parecíaflotar en ellos la inmensidad azul del espacio, sus rojos labios, sus finos cabellos,relucientescomolaseda,suesbeltocontinente,y,sobretodoaquellaalmadelaqueOros nos había hablado, no contenida en una vil vasija, sino en un cuerpo grácil,juvenil y lleno de vida, hecho de alabastro, rosas y perlas... Ninguna de estascualidadeserandeserhumano.

Atene,dándosecuentadeello,respondió:—Yonosoysinounamujer.Loquetúeres,túlosabesmejorqueyo:micarne

mortalnopuedecompararseconlagloriaquetehaconcedidoelinfiernoenpagoatusserviciosyhomenajesalSeñordelMal.Sinembargo,comomujersoytuigual;como espíritu serás inferior a mí,' cuando, desaparecidas todas esas bellezas queahorason tusoberbiaaltivez,aparezcasdesnudayavergonzadaanteelTribunaldequieneshasdesertadoydesafiado.Yahoraqueestáscontuamado,noolvidesquelacarneyelespíritunopuedenllegaracomprenderse.

Atenecallórechinandolosdientesderabiaydecelos.Ayeshaparecióinmutarseunpocoanteaquellaspalabras,yelcarmínparecióhuir

desuslabiosyoscurecerseyturbarsesusdivinosojos.Fueunosinstantessolamente;la turbación desapareció pronto, y con una voz vibrante como el sonido de unacampanadeplatadijo:

www.lectulandia.com-Página136

—¿Porquéteestrellasenvano,Atene,comoelarroyueloformadoenlosvallesentiempodelluviascontralasdurasrocasdelacantilado?¿Piensas,pobreflordeundía,destruirlarocademipodereternocontusturbiasyescasasaguas?Escucha.Nobuscotupobrepaís,puessiquisierayoobtendríaelimperiodelmundo.Sinembargo,noolvidesquemeperteneces,quedentrodepocotiempoiréavisitarteentuciudad.¡Túpuedeselegir entre laguerray lapaz!Quiero,poreso,Khania,que limpies tucortedelosviciososyharaganesqueahoralapueblan,ymoderestusleyesparaquecuandoyollegueaKaloonpuedaencontrarelcontentoylaalegríaqueahoralefalta,parapoderconfirmarteasíenelgobiernodelpaís.Teaconsejotambiénqueescojasaalgúnpoderososeñorcomoesposo;déjalesercomoélquiera;escógeloatuvoluntad;solamentenecesitasqueseajustoyrectoparapoderservirtedeguíayconsejoenelgobiernodeKaloon.Venid,mishuéspedes—nosdijoAyesha,ynoscondujoporelescalofriantecaminoquepasamosparaasistiralTribunaldelaMuerte.

Fue todo tan rápido e imprevisto, que hasta después que estuvimos solos ycambiamos impresiones, no nos dimos cuenta exacta de lo que había sucedido.AlpasarAyeshajuntoaAtene,éstasacódeprontounadaga,queensusropasllevabaoculta,ylahundióalparecercontodassusfuerzasenlaespaldadesurival.Ladagacayóalsuelo,ylaquedebíadecaerheridamortalmentequedóindemne...

Viendo sus propósitos fallidos, con una rapidez felina, Atene se arrojó sobreAyesha,conintencióndearrojarlaalabismo;perosusbrazosquedaronparalizados,ynofueAyesha,sinoAtenelaquecaíaalabismo,yanoserporAyesha,queasiéndolapor los cabellos la levantó como si se tratara de un niño, poniéndola sin esfuerzoalguno en lugar seguro, hubiera perecido abrasada en elmar de fuegoque había anuestrospies.

—Necia,másquenecia.—dijoAyeshaentonocompasivo—.¿Tandesesperadaestabas que querías perder esa graciosa forma que los cielos te han concedido?Seguramenteestás loca,puesnocreoque ignoresenquéextrañaformavolveríasareencarnaren la tierradenuevo.Nocomoreinaseguramente, sinoenunadeformecriatura,horriblealavistadetodas,yqueeseldestinoqueaguardaatodosaquellosqueasímismosehandadomuerte.Tuformaseríaladeunabestia,ungato,unperro,un tigre..., porquemirad—dijo, recogiendo la daga del suelo—, esta arma estabaenvenenada.¿Quéhubierasidodeti,pobrecriatura,sillegasaherirteconella?

Atenenopudoresistiryatantaburla,ymásenvenenadaaúnquesupropioacero,exclamó:

—Eres inmortal. ¿Cómo podré vengarme de ti? Ruego al cielo que sea él quecastiguetumaldad—yllorandoamargamente,searrojódesfallecidasobreunaroca.

Leo, que estaba junto a ella, a la vista de aquella reina tan profundamentedolorida, pareció condolerse de su desgracia, y trató de prodigarle palabras quemitigasen un poco aquel dolor.Atene se apoyó en el brazo de Leo; pero después,

www.lectulandia.com-Página137

deshaciéndosedeélrudamente,fueaapoyarseeneldeSimbrí.—Veo—dijo Ayesha— que eres siempre cortés y bondadoso con los débiles;

peroessupropiosiervoquiendebecuidardeellayconducirla;además,puedequetenga aún alguna daga oculta entre sus ropas. Vamos, el día se ha hecho, ynecesitamosdescansar.

www.lectulandia.com-Página138

LOSDESPOSORIOS

Descendimos las interminablesescalerasy lososcuroscorredoresperforadosenla roca hasta llegar a la puerta de las habitaciones de la sacerdotisa, siendoconducidos a una sala del interior. Ayesha nos dejó allí, diciéndonos que seencontrabamuyfatigadaporlosacontecimientosdelapasadanoche,nodecuerpo,sinodeespíritu.Suformadelicadasemejabaladel liriodespuésdela lluvia,yconojosentornadosyunavozdulcecomounmurmullonosdijo:

—¡Adiós! Oros cuidará de vosotros y os conducirá a mí cuando llegue elmomento.Descansad.

Cuando salió, el sacerdote nos condujo a una bella habitación que daba sobreunosjardines.Nosencontrábamostanextenuados,queapenaspodíamoshablar.

—Nopuedomás—dijoLeoaOros—;¡quierodescansar!Conunareverencia,Orossedispusoaconducirnosanuestrodormitorio.Eraéste

unaespaciosahabitacióncon lechosen losquenos tumbamos,quedandodormidosenpocossegundos.

Cuando despertamos, era ya el mediodía. Nos levantamos y nos bañamos, ydiciendo que deseábamos estar solos, nos dirigimos al jardín, que aun en aquellashoras y aun a fines delmes de agosto su ambiente era apacible y cálido. Tras unmacizodecampánulasyotrodefloreshabíaunbanco,enelcualnossentamos.Asuspiescorríaunarroyueloqueserpenteabaporeljardín.

—¿Qué tienes que decirme, Horacio? —preguntó Leo, poniéndome un brazosobreelhombro.

—¿Decir? —pregunté—. Que las cosas que han pasado son de lo másmaravilloso.Quenohemostrabajadonisoñadoenvano.¡Queereselmásafortunadodelosmortalesyqueseguramenteseráselmásfeliz!

Memiródeunamaneraextraña,quedenotabaunagranpreocupación,ycontestó:—Sí,esmuyhermosa,esverdad...,pero—ysuvozsehizocomounsoplo—,yo

quisiera que Ayesha fuera un poco más humana, como cuando la conocí en lascavernas de Kor. No estoy muy convencido de que sea de carne y hueso comonosotros...Cuandomebesó, si besoqueremos llamar a aquel soplo, nome tocó lapiel siquiera... ¿Masquépuede ser unapersonaqueha cambiadode forma enunahoraescasa,sinounespíritu?Lacarneylasangrenopuedensalirdelfuego,Horacio.

—¿Pero túcreesquehayanacidodel fuego?¿Nocreesmásbienqueaquel serhorribleymomificadosólohayaexistidoennuestrasmentes?¿PorquénopuedeseréstalamismaAyeshaqueenellejanoEgiptoconocimos,transportadahastaaquíporalgúnagentemisterioso?

—¡Quizá,Horacio!Nolosé,ycreoquenolosabrénunca.Loqueséesqueparamí,estoesalgoterrorífico.Mesientoatraídoporellacomoporunafuerzamagnética.

www.lectulandia.com-Página139

Susojosincendianmisangre,elcontactodesumanomeembargadeemoción,y,sinembargo,apesarde todoesteamor,notoquehayalgoquenossepara,unabarrerainvisible, algo que no acierto a descifrar; quizá sea solamente aprensiónmía... ¿Tehasfijado,Horacio,quetienemiedodelaKhania?ConmenosmotivosquelosqueAtenehadadoenestosúltimosdías,lahubieramatadoyolvidadoenunahora.¿TeacuerdasdeUstane?

—Quizá se haya hecho menos cruel, Leo; quizá haya tenido, como nosotros,duraslecciones...

Antesdequepudieraresponderme,aparecióOros,yhaciendounareverenciaconsu característica humildad ante Leo, dijo que la Hesea deseaba que estuviésemospresenteseneloficioqueesedíasecelebrabaenelSantuario.AntelaperspectivadeveraAyesha,Leoselevantódeunsalto,dirigiéndosehacianuestrosaposentos.

Aquínosaguardabanlossacerdotes,afeitadosdecabezaybarba,quenosasearonyvistieron.Despuésnos calzaroncon sandalias conadornosdeoro,y cubriendoaLeo con un magnífico manto blanco, adornado de oro y púrpura, y con una ropasimilar,peronodetantariqueza,meataviaronamí:porúltimopusieronuncetroenlamanodeLeoyenlamíaungruesobastón.Elcetroteníalaformadebáculo,loquemeindicóenseguidalaclasedeceremoniaqueestabapróximaaefectuarse.

—¡ElbáculodeOsiris!—murmuréaLeo.—Escucha, Horacio; yo no deseo encarnar la figura de ningún dios egipcio o

mezclarmeenestosodiososactosdeidolatría.Desdeluegomeopongoaello.—Creoqueesmejorverloquesucede;quizáseasolamentealgúnactosimbólico.PeroLeo,queapesardetodaslascircunstanciasextrañasenquesuvidasehabía

vistomezcladaenlosúltimosaños,conservabaensucorazónlasideasreligiosasqueyo le había inculcado en la niñez, se negó terminantemente a tomar parte en laceremonia, sin saber antes qué clase de acto era éste y qué intervención tenía quetenerenél.FueélmismoelqueexpusoelasuntoaOros.Éste,alprincipio,semostrómuysorprendidoyconfusoporlapregunta,diciendoalfinquesetratabasolamentedeunaceremoniadedesposorio.

Senoscondujoporlargospasadizoshastaunagaleríaquedesembocabafrentealas grandes puertas de madera que daban paso a la nave de la Madre de laHumanidad.Alnotarnuestraproximidadseabrieron laspuertasyentramos,yendoOros a la cabeza, tras él Leo y después yo. Siguiéndonos venía la procesión desacerdotes.

Tan pronto como nuestros ojos se habituaron a la claridad deslumbradora queiluminabalanave,nosdimoscuentadequesellevabaacabounagranceremoniaoritoeneltemplo.Enelfrente,anteladivinaestatuadelaMadre,habíalargasfilasdesacerdotesvestidosdeblanco, ennúmerodedoscientos aproximadamente; frente aestacongregaciónyunpocomásalládelasdoscolumnasdellamas,estabasentada

www.lectulandia.com-Página140

Ayesha en un trono sobre una plataforma, con objeto de que pudiera ser vista portodos.Asuderechahabíaotrotronosimilar,yqueprontoaventuréquiénhabríadeocuparlo.

Estaba descubierta, hermosísimamente vestida; sus ropas más parecían de unareina que de una sacerdotisa. Su cuello estaba rodeado de unmagnífico collar deperlasqueservíadesujeciónalmismotiempoasuespléndidomantodepúrpura.

Estemanto,abiertopordelante,revelabaunatúnicadesedablancaabiertaporelpechoysujetaporunoscordonesdeorotalcomoaquellaqueusabaEllacuandolavimos en Kor; hubiera asegurado que era la misma. Sus manos, desnudas deornamentosyjoyas,teníanenladerechaunsistroadornadocongemasycascabeles.

Marchamos entre las filas de sacerdotes hasta que Oros se detuvo, dándonoscuenta entonces de que estábamos frente a Ayesha. Entonces ella, levantando sucetro,hizocesarelcántico.Enmediodeunsepulcralsilencioselevantódeltronoydescendiendounos escalones llegóhasta donde se encontrabaLeo, tocándole en lafrenteconelcetro,diciendoasíconfuerteydulcevoz:

—¡BenditoseaelescogidodeHesea!Comountrueno,todosloscircunstantesexclamaron:—¡BenditoseaelescogidodeHesea!Mientrasque los sonidosdeaquellavozgeneral retumbabanyseapagabanpor

losámbitosdelasparedesderoca,Ayeshamehizounsignodequemedetuviera,alaparqueella tomabaaLeode lamanoy loatraíahaciasíenformaquequedasedefrente a los sacerdotes y sacerdotisas. Teniéndole tomado de lamano, habló a lospresentes:

—¡Sacerdotesy sacerdotisasdeHesea, siervosconellade laDivinaMadredelMundo,oídme!Eshoyporlaprimeravezqueaparezcoantevosotrostalcomosoy;vosotros,quesólodemíconocéisunamezquinafiguracubiertasiempredeespesosvelos,sinconocermicaraniexpresión,deseoquesepáisahoralacausaqueaellomeha obligado durante tantos años. Ved a este hombre a quien todos consideráis unextranjeroaventureroyquehallegadohapocoanuestrosdominios;masyoosdiréquenoestalextranjero:él,envidaspasadas,hasidomiseñorydueño,yahoravienedenuevoenbuscademiamor.¿Noesasí,Kalikrates?

—Asíes—respondióLeo.—SacerdotesysacerdotisasdeHesea;comosabéis,escostumbreancestralpara

aquellaqueocupemilugarelderechodeeleccióndeesposo,¿esesoasí?—¡Asíes,ohHesea!—respondieronacorolospresentes.Hizo una pausa, y dirigiendo unamirada de infinita ternura aLeo, se arrodilló

lentamentequedandopostradaanteél.—Di—dijoAyesha,mirándolo con aquellosojos tan admirables—;di ante los

aquí presentes y ante las desconocidas fuerzas, que no puedes ver y que nos

www.lectulandia.com-Página141

escuchan,¿meaceptasdenuevoporesposa?—Sí, mi adorada señora—contestó Leo son voz temblorosa, pero pasional—;

¡ahoraysiempre!Entonces,antelasatónitasmiradasdetodoslospresentes,Ayeshaarrojóalsuelo

sucetroabriendosusbrazosselosofrecióamorosamenteaLeo.Éstese inclinó tambiénhaciaella,yhubieraqueridobesarlaensus labios;pero

yo,quedecercaloobservaba,vicómoalestarjuntoaellasucarasetornabablancacomolanieve,mientrasquelaextrañaaureolaquedeellaemergíahacíabrillarcomoel oro los cabellos de Leo. Vi también que aquel hombre fuerte como un robletemblaba como un azogado entre los brazos de Ayesha, pareciendo que iba adesplomarsedeunmomentoaotro.

CreoqueAyeshatambiénlonotó,puescuandoibanajuntaresuslabiosseseparódeélbruscamente,yaquellaleveinquietudquesereflejóensurostroenlacamaderocavolvióaaparecerensubellacara.

Fue todo cuestión de un instante. Separada de sus brazos, le tenía fuertementeasido de unamano, como sosteniéndolo para evitar que se cayera. Así estuvieronhastaqueLeopareciórecobrarlafirmezadesuspiesylasfuerzasdesucuerpo.

Orosdevolvióleelcetro,yellaagregó:—¡Oh,amadomío!,ocupaellugarpreparadoparati,dondevivirásparasiempre

conmigo,porqueconmigomismatedoytambiénmásdeloquepuedasdisponer;ypara demostrártelo, ahora verás. ¡Sube a tu trono, oh, Prometido Hes, y recibe laadoracióndetussiervos!

—¡No!—contestóél,ysuspalabraseranfirmesy terminantes—.Aquíyahoramismohededecirteparasiempre,quesoysolamenteunhombre,quenadaconozcoacercadediosesextraños,de susatributosyde susceremonias.Noconsentiréquenadiehinquesurodillaantemísobrelatierra;¡yohincarélamíasolamenteanteti,miadoradaAyesha!

Estaspalabras,pronunciadasenmediodeunsilenciosepulcral,llegaronhastalosoídosdelosmáspróximos,que,atónitos,semiraronunosaotros,murmurandoentresí.Unavozexclamó:

—¡Tencuidado,escogido,alfurordelaMadre!Ayeshaparecióturbarseunmomento;perodespués,sonriendo,dijodulcementea

Leo:—Yyoseréaltamentecomplacida,miadoradoLeo;peroparatiahorasolamente

hasonadolahoradelosdesposorios.Convencido por estas palabras, Leo, sin responder, subió al trono y,

afortunadamente, si algún rito de semi-idolatría iba a celebrarse, Ayesha halló lamaneradeprevenirsucelebración,yelpequeñoincidentefueprontamenteolvidadoporlaatenciónprestadaaloscánticosdelossacerdotesylassuavesarmoníasdesus

www.lectulandia.com-Página142

coros.Ayeshalevantósucetroylossacerdotesysacerdotisasseformaronentresfilasy

desfilaron ante la sacerdotisa, para salir por las grandes puertas demadera, que secerrarontrasellos.

Cuando todos hubieron salido, dejándonos solos al fin con Ayesha, Oros yPapava,queera laquecuidabadesuseñora,Ayeshapareciódespertarcomodeunfelizsueño.

Sonriendo,levantósedeltrono,ydijo:—Hermosocánticoyde antiguaarmonía, ¿noosparece?Esunode losque se

entonabanenlasfiestasenhonordeIsisyOsirisenBehit,enellejanoEgipto.Fueallídondelo

.aprendí,antesdeverporprimeravezlastenebrosascavernasdeKor.Masven,miamado,dimecómodebodellamarte.TúeresKalikrates,ytodavía...

—LlámameLeo,Ayesha—contestómi amigo rápidamente—; he sido con esenombrebautizadoenlaúnicavidadelaquetengonoción.LlámameLeoenvezdeKalikrates;tengoyabastantesamargosrecuerdosdeéldesdeaquellahorriblenochequecontemplésucuerpoenlascavernasdeKor.

—¡Oh!, ya recuerdo —dijo Ayesha—. Te viste a ti mismo yacente en aquelestrecho catafalco y te canté aquel cantar, ¿no fue así?, del pasado y del futuro.Solamente recuerdo dos líneas; el resto lo he olvidado: Siempre adelante, sinfatigarnos, cubiertos por el manto del esplendor. —Hasta que se cumpla nuestrodestinoylassombrasdelanochetiendansusnegrasalas.Sí,miqueridoLeo;ahorasíquelanochetiendesusnegras"alas",¡yahoranuestrofinestápróximoa_versecumplido!Entonces verdaderamente llegará el día que nos cubramos con elmantodelesplendor—ymirandoamiamigotiernamente,ledijo—:¡Déjamequetehableenárabe!¿Lohasolvidadotú?

—No.—Entonces deja que sea nuestra lengua, pues la amomás que ninguna.Ahora

dejadme sola. Creo —y dijo esto más bien hablando consigo misma— que hayalguienaquiendeboconcederaudiencia.

Salimosdeltemplo,suponiendoqueAyeshaibaarecibiraalgunacomisióndelosprincipalesjefesdetribusdelaMontañaqueveníaafelicitarlaporsusdesposorios.

www.lectulandia.com-Página143

LATERCERAPRUEBA

Una hora, dos... El tiempo pasaba, y aunque tendidos sobre nuestros lechospretendíamosdescansar,sentíamosciertaextrañaopresiónquenosimpedíahacerlo.Eraalgo invisiblee impalpable,peroque,sinembargo,parecíapesarcomolosadeplomosobrenosotros,impidiéndonosdescansar.

—¿Por qué no viene Ayesha?—preguntó Leo al fin, rompiendo el silencio ycomenzandoapaseardeunladoaotrodelahabitación—.Deseoverladenuevo;nopuedo, es imposible para mí separarme de esa mujer. Parece como si una fuerzamisteriosameempujarairremisiblementeaella.

—¿Cómopuedoyocontestarte,pobredemí?¿Porquéno lepreguntasaOros?Debedeestarfuera,enlapuerta.

Fuehaciaallí,ypreguntóaOros;peroésteselimitóasonreír,contestandoquelaHesea no había todavía entrado en sus habitaciones y que, seguramente, estaríatodavíaenelSantuario.

—Entoncesvoyabuscarla.¡Venid,Oros,ytútambién,Horacio!Oros agradeció la. invitación con una sonrisa, pero rehusó acompañarnos,

añadiendoque"aquelaquientodaslaspuertasteníaabiertas"podía,siasílodeseaba,volveralSantuario.

—Piensobien,entonces—contestóLeo—.¿Vienestú,Horacio,oirésinti?Dudéunmomento.ElSantuarioeraenverdadun lugarpúblico,peroallíhabía

quedadoAyesha,yhacíapocohabíadichoquedeseabaestarsola.Sinembargo,alverqueLeoseencogíadehombrosy,sindecirpalabra,sedisponíaamarchar,ledije:

—Nopodrásencontrarsoloelcamino;teacompañaré.Atravesamos largos corredores hasta que llegamos a la galería. Las puertas se

hallabancerradas,peroLeoconsiguióabriruna,yentramos.DebíamosencontrarnosenelSantuario,y,aunqueobservamosdeunladoaotro,

nadapudimosver,pueslastinieblasmásespesasnosenvolvían.Tratamosdevolverhacia atrás para salir, pero no encontramos las puertas de madera. Estábamosperdidos.

Con el alma oprimida, evitamos toda conversación. Anduvimos unos cuantospasos y nos detuvimos de repente. Teníamos la seguridad de que no nosencontrábamossolos.Nosparecíahallarnosenmediodeunamultitudextraña,quenoerannihombresnimujeres.

Eran ciertos seres que se oprimían contra nosotros, sentíamos sus ropas muycerca, pero no podíamos tocarlas; sentíamos su respiración, pero ésta era glacial.Sentíamoslastenuescorrientesdeairequesemovíandeunladoaotro,dejandopasoaseresqueibandeaquíparaalláenunaprocesióninterminable.Unestremecimientode pánico sacudió nuestro cuerpo; mis sienes chorreaban sudor y los pelos de mi

www.lectulandia.com-Página144

cabezaestabanerizadosporelterror.¡Estábamosenmediodeunmardesombrasdelpasado!Por último, una luz apareció a lo lejos, y vimos que ésta emanaba de las dos

columnas que brillaban a un lado y a otro del altar y que, repentinamente, habíacomenzadoalucir.

ReconocimosqueestábamosenelSantuario,yno lejosde laspuertas.Lasdoscolumnas de fuego brillaban débilmente en el suelo, y su luz era tan escasa quedifícilmentepodíanrasgarlastinieblasquereinabaneneltemplo.

Pero si en ellas no podíamos ser vistos, pudimos ver nosotros a través de lassombras.

¡Yquévimos!Allí,ensutrono,estabaAyesha,sentada,envueltaenunamajestadde muerte. Las luces azules que emanaban del suelo reflejaban su tenue claridadsobreella,dejandoverensupálidacaraelmássoberbiogestodealtivasoberbiaquecriatura humanapudiera adoptar.La fuerza parecía emerger de ella, sí; emergía deaquellosdosgrandesojosnegros,,comoemergenlaslucesdelaspiedraspreciosasalquebrarseelresplandordelsolenmúltiplesrayosporsuslabradasfacetas.

Ayesha parecía una reina de lamuerte recibiendo el homenaje de sus lúgubressúbditos.Massiellarecibíaelhomenajedealguien,nosésieranmuertosovivos,puesviunasombralevantarseanteeltrono,einclinarsederodillasanteella;traséstesiguióotroyotro,yotro...

Acadavagoserqueaparecíayseinclinabaanteella,Ayeshalevantabasucetroenseñaldesalutación.Podíamosoíreldistantetintineodeloscascabelesdelsistro,elúnico ruido que se percibía en aquel tétrico lugar. Veíamos sus labios—moverse,peronooíamosnadadeloquedecía;...¡Seguramenteestabarecibiendolaadoracióndelosespíritusdelasgeneracionespasadas!

Instintivamentenostomamosdelbrazo,ysinsabercómo,encontramoslapuerta.A nuestro esfuerzo se abrió, dejándonos el paso libre; sin indagar más, salimos,encontrádonosenlagalería.Enunosminutosmásllegamosanuestrashabitaciones.

Anuestrallegada,Orospermanecíaenelmismositioenqueledejamosalsalir.Fijósusojosennuestrascaraspálidasdeterror,ysindecirnadaselimitóasonreír.Entramosennuestrashabitaciones,sentándonosennuestroslechos.

—¿Quiénesesamujer?—preguntóLeoconvozronca¿Unángel?—O,almenos,algoasí—respondí,aunqueteníaelpensamientodequedebían

existir muchas clases de ángeles. —¿Pero qué hacían allí aquellas sombras? —preguntóLeodenuevo.

—Dándolefelicitacionesdespuésdesutransformación—supongo—.Peroquizánofueransombras;puedequefueransacerdotesconotrasvestidurasquellevabanacaboalgúnsecretoceremonial.

Leoseencogiódehombrosynocontestó.Alpocorato,Orosentródiciendoque

www.lectulandia.com-Página145

laHeseaordenabanuestrapresenciaensushabitaciones.Oprimidos por el temor y la duda, pues lo que habíamos visto era lo más

sorprendentedeloquehastaahoranoshabíasucedido,nosdirigimosalencuentrodeAyesha,queseencontrabasentada,descansandoconairefatigado.ConellaestabalasacerdotisaPapava,quehacíaunosmomentoslahabíadespojadodelricomantorealquelucíaenelSantuario.

AyeshaatrajoaLeohaciasí,tomándolodelasmanostratandodeleerensucaraconojosnoexentosdeansiedad.

Mevolvíconelpropósitodedejarlossolos,peroAyeshamedijo,sonriendo:—¿Porquéquieresdejarnossolos,Holly?¿ParairalSantuariodenuevo?—yme

mirócondobleintención—.¿TienesalgoquepreguntaralaestatuadelaMadre,quetanto te atrae aquel lugar? Dicen que habla, diciéndoles el futuro a aquellos quepermanecenpostradosderodillasanteellacompletamentesolosunanochedesdeelcrepúsculohastaelalba.Yohehechoesomuchasveces,peronuncamehahablado,aunque bien es verdad que nunca he permanecido el tiempo que para ello esnecesario.

No respondínada a esto, si bien esverdadque ella tampocopareció esperar larespuesta,pues,cambiandodeconversación,dijo:

—Dejemoslossolemnespensamientosporahora.Estanochecomeremoslostresjuntos.

Oros,puedes retirarte,y túPapava también;ya te llamarédespuésparaquemedesnudes.

Hastaentonces,quenonosmolestenadie.Ayeshanosmostróunapequeñarotondacondivanesycojinesalrededordeuna

mesa,sentándoseeinvitándonosahacerlomismofrenteaella.Lacomidaerasimple.Paranosotrossirvieronhuevoscocidosyvenadofrío;para

ella,lecheconbizcochosyfresasdelaMontaña.Leo,antesdesentarse,sedespojódesupurpúreomantoyarrojósobreunasillael

cetro queOros, al dirigirnos a las habitaciones deAyesha, había puesto de nuevoentresusmanos.Ayesha,alveresto,sonrióydijo:

—Parecequehacespocoapreciodeesosemblemas,amadomío.—Muy poco –contestó—. Ya oíste mis palabras en el Santuario, Ayesha; así,

pues,esmejorquehagamosunpacto.Tureligiónnolacomprendo,puessolamenteentiendo lo que me enseñaron en mi niñez, y por nada del mundo, ni aun por timisma,tomaríaparteenningúnactodeidolatría.

Meparecióqueestaspalabras,unpocoduras,excitaríanlairadeAyesha;peroselimitósolamenteabajarlacabezaenseñaldeasentimiento,respondiendo:

—Tuvoluntadeslamía,Leo,aunquenoseráfácilexplicarsatisfactoriamentetuscompletas ausencias en las ceremonias del templo. Sin embargo, tienes derecho a

www.lectulandia.com-Página146

conservartureligión,quees,sindudaalguna,tambiénlamía.—¿Cómopuedesereso?—preguntóLeo,sorprendido.—Porquetodas lasgrandesreligionesson lamisma,cambiadassolamenteenel

exteriorporlascostumbresylosusosdelospueblosquelaprofesan.—Sí,Ayesha,peroHeseaoIsisestudiosa,puestoqueesaellaaquiendirigestus

plegarias y con quien, según nos contaste, has tenido comunicaciones. ¿Quién es,pues,esadiosaHesea?

—Has de saber, Leo, que la que así llamo es el alma de la naturaleza; nodivinidad, sino el secreto espíritu del mundo; ella es la Madre Universal, cuyosímbolocoronalacumbredeestaMontañayencuyosmisteriosseencierratodalavidayconocimientosdelahistoriadelmundo.

Poniendosubrazosobrelamesa,Ayeshalemiróconojossombríosycontinuó:—¿En la fe que tú profesas no tenéis dos dioses, cada uno de los cuales tiene

variosministros,siendounoeldiosdelobueno,yelotroeldiosdelomalo,osea:unOsirisyunSet?

Leomovióafirmativamentelacabeza.—Asílosupuse.¿Noeseldiosdelamaldadfuerteypuedemuchasvecesadoptar

la formadelbueno?Dime,pues,entonces,Leo,enestemundodehoydíadelcualdesconozco muy poco, ¿no has oído hablar alguna vez de pobres almas que porciertasvanidades terrenashanvendidoesamercedconamargurayangustia terribleparasuspobresalmasdoloridas?

—Todos los seres demalos instintos hacen lomismo, de una u otra forma—contestóLeo.

—Y si una vez vivió una mujer que tan loca estuvo y tan sedienta de vida,belleza,saberyamorquepudo,¡oh!...

—¿VenderseaesediosllamadoSetoaunodesusacólitos?Ayesha,¿quéquieresdecir?—yLeo,levantándosedesuasiento,acabóconlavozveladaporelterror—.¿Quétúerasesamujer?

—¿Y si así fuera? —preguntó, incorporándose a su vez, y dirigiéndoselentamentehaciaél.

—Siasífuera—contestóLeo,suspirando—,siasífueracreoqueseríamejorquecumpliéramosseparadoscadaunonuestrodestino...

—¡Ah! —dijo Ayesha con una mueca de tristeza pintada en el rostro—. ¿Temarcharías entonces conAtene?Hede decirte que no puedes dejarme; tú lo sabesbien,puesunaveztedimuerte.Perotúnoteacuerdasdeello,¡pobrecriaturadeundía!...Perorecuérdalobien,yanotetendréconmigomuertocomoantaño,ahoratetendrévivoparasiempre.Miramibelleza,Leo,¡yahoravetesipuedes!¿Porquéteacercaste tanto a mí? ¡Leo, éste no es el camino de la liberación! Pero no he detentarte.Ve,siquieres,Leo,ysiésaestuvoluntad.Vete,amadomío,ydéjameque

www.lectulandia.com-Página147

sola sufra mi destino y mi dolor. Ahora como siempre, Atene te hospedará en supalacio hasta que llegue la primavera y puedas cruzar las montañas y volver a tumundoyaaquellascosasdelavidacomúnquesontuvidaytualegría.Mira,Leo,mecubriréconmisvelosparaquenopuedatentartemibelleza...—diciendoestosecubriólacabezaconlapuntadelmanto,demaneraquetapasetotalmentesucara,y,derepente,espetólasiguientepregunta—:¿NovolvisteisdenuevoalSantuario,Leoytú,despuésderogarosquemedejaséissolaallí?Meparecióverosenlapuerta...

—Sí,fuimosabuscarte,Ayesha—contestóLeo.—Yencontrasteis amáspersonasde lasquebuscabais, ¿noes así?Menosmal

quepudeprotegeros,aunqueloquevisteishubierapodidoserlacausadelamuertedeotros.

—Pero,¿quéhacíasallísentadaeneltrono,yquiéneseranaquellassombrasqueseprosternabananteti?—preguntómiamigo,fríamente.

—Hereinadobajomuchasformasyenmuchospaíses.Eranantiguoscompañerosyservidoresmíosquevinieronunavezmásapresentarmesusrespetosyadhesiones.Oquizáfueransolamentesombras,frutodetucerebro,comoaquellasvisionessobreelfuegoquetehiceverparaponeren juegotufuerzay tuconstancia.LeoVincey,debes conocer la verdad; todas las cosas son ilusiones, no existe el pasado ni elfuturo:todoloquehasidoytodoloqueseráeseterno.Hasdesaberqueyo,Ayesha,soy una hechicera, cruel cuando me ves cruel, hermosa cuando me ves hermosa,como una piedra preciosa cuando en tus labios aparece para ella la alegría de tusonrisa.Piensa enesa reina ante la cual esas fuerzasde la sombra reverenciabanyadoraban,porqueésasoyyo.Piensaeneseserhorroroso,pobrepingajohumanoquevistedesnudoenlaroca,porqueésesoyyo.¡Oh,quiéremeyadórametalcomosoy,conociendo todo el mal que encierra mi espíritu, porque ésa soy yo! Ahora, Leo,sabes la verdad.Arrójamede tu corazónpara siempre si ése es tudeseo, y estaráslibre;o tómame, tómame talcomosoy,yenpagoamisbesosyamieternoamor,tomamisinosobre tucabeza ...No,Holly,no ledigasnada,esél sóloquiendebejuzgarydecidir.

Leo se volvió, y al principio creí quebuscaba la puerta.Perono; solamente selimitó a pasear por la habitación en actitud preocupada. Después, llegando hastadondeestabaAyeshasedetuvo,hablandosimplemente,convoz tranquila, talcomoloshombresdesunaturalezahacenenlosmomentosdemayoremoción.

—Ayesha—dijo—;cuandotevitalcomoeras,viejayhorrible,túlosabesbien,me postré ante ti. Ahora, cuando me has contado el secreto de ese pacto impío,cuando mis ojos te han visto reinando como señora de espíritus buenos y malos,vuelvoapostrarmeanteti.Dejaquetusino,grandeopequeño,cualquieraquefuera,seatambiénelmío.

CuandoAyeshaoyóesto,sumantocayóalospies,yporunossegundospareció

www.lectulandia.com-Página148

silenciosa,comosorprendidaporlaspalabrasqueacababadeoír;mas,reaccionando,rompióallorarconardienteslágrimas.DespuésllegóhastaLeo,postrándoseanteélhastaquesu frente tocóel suelo.Aquelpoderososerqueeramásquemortal,antequien los sacerdotes se postraban de hinojos y que hacía unos momentos habíaaspirado el incienso del homenaje de los fantasmas o espíritus, se arrojabahumildementealospiesdeaquelhombre.

Conunaexclamacióndeterroralavistadeeseactotanenternecedor,Leoasióladeunbrazo,obligándolaalevantarse

yaocultarsuslágrimasenunaotomanacargadadealmohadones.—Túno sabes lo que has hecho—dijo al finAyesha—.Deja que todo lo que

visteen lacumbrede laMontañaoenelSantuarioseanvisionesde lanoche;dejaque lahistoria:de ladiosaofendidaseaunafábulasi túquieres;pero loquedebescreer,puesesverdad,esquetúhassidolaculpadetodosmisdoloresysufrimientos,quepor ti compré labelleza infinitaque transformómicuerpoyquehepagado ladeudaconinteresesenescarniosyburlasquehanamargadomividaenestosúltimostiempos...

Leointentóhablar,peroAyeshaleindicósilencio.—MiraLeo—continuó—, por entre tres grandes peligros ha pasado tu cuerpo

duranteestaúltima jornadade tuvida juntoamí: lasmontañas, losMastinesde laMuerteyelprecipicio.Puesbien;hasdesaberqueesosolamentefueronpruebasaquehasidosometidatualma.Lomismoquedescendisteporelprecipiciodelglaciarsinsaberloquehabíaenelfondo,asíahora,yportupropiaelecciónyporamoramí,tehashundidoenunabismoqueesaúnmásprofundo,paracompartirsushorroresconestapobrealmamía.¿Hascomprendido?

—Algo,notodo;pero...—contestóLeo.—Seguramentetecubreundoblevelodeceguera—dijoAyesha, impaciente—.

Escucha de nuevo: tú me rechazaste ayer escuchando el grito de la naturaleza, alverme en aquella triste forma, debiendo, por consiguiente, continuar representandomipapeldesacerdotisadeunafeolvidada.Éstaeralaprimeraprueba,lapruebadetucarne.¡No,noeralaprimera!,laprimerafuelatentacióndeAteneconsuspromesasysuamor.Perotúeresleal,yenelfondodetusrecuerdosmiamor,mibellezaymihermosuraparecieronrenacer...Túmehasrechazadoestanoche:cuandoasímefueordenado,temostrélavisióndelSantuarioyteconfeséelnegrocrimenquemialmaencerraba; entonces, sin esperanza y humillado ante mi poderosa fuerza terrenal,estabayoobligadaacontinuarmimarchaen lasprofundasyeternassombrasde lasoledad ... Ésta era la tercera prueba que se te estaba designada, la prueba de tuespíritu...PerotufortalezahasabidoaflojarelyugoqueelDestinoteníaceñidoamicuello...Ahorayaestoyregeneradadeti,pudiendoesperarcontigootravidamásfelizy verdadera en la cual reencarnarás de nuevo. Sin embargo, si tú sufrieras, ¡si tú

www.lectulandia.com-Página149

sufrieras!...—¡Pues sufriría!—dijoLeo, serenamente—.Salvo algunas cosas,mimente lo

comprende todo, y creo que al fin resplandecerá la justicia algún día para todosnosotros. Si he roto el yugo que oprimía tu cuello, si te he salvado de algúnmalespiritual que te amenazaba, tomando un riesgo sobre mi cabeza, ¡bien! ¡No hevivido,pero si esnecesario tampocomoriréenvano!Así,pues,vamosaexaminaresos problemas, o mejor, contéstame primero a uno, Ayesha: ¿cómo has podidotransfigurartesobrelacumbredelaMontaña?

—Entrellamastedejé,yentrellamasvuelvoatidenuevo,yentrellamaspuedeserque juntospartamos. ¡Masquiénsabesielcambioestabasolamenteenvuestravistaynoenmifigura!Yatehecontestado.Nopretendassabermás.

—Una sola cosa pretendo saber todavía, Ayesha: nuestros desposorios se hanrealizadoestanoche,¿cuándoseránuestromatrimonio?

—Todavía, no; todavía, no—contestó Ayesha con la voz entrecortada—. Leo:debeshacerdesapareceresaesperanza,porelmomento,detucabezahastadentrodealgunos meses, quizá un año; mientras tanto tendrás que contentarte con ser miprometidoymiamado.

—¿Por qué? —preguntó Leo, contrariado fuertemente por este obstáculoinesperado—.

Ayesha:yohesidotuamigoytuamadodurantemuchosañosdíapordíayhoraporhora;vael tiempopasando,yalcontrarioque tú,voyenvejeciendo.. .Lavidavuelayhayvecesquepresientoquesufinseacerca...

—¡Nohablesenesaforma,amadomío!—dijoAyesha,saltandodelaotomanaydandounfuertegolpeconsusandaliaenelsuelo,llenadeunarabia,hijadelmiedo—. Sin embargo, dices verdad. Tú no estás prevenido contra los accidentes de lavida•ydeltiempo.¡Oh,horrible,horrible;meaterrorizaelpensarquepudierasmorirydejarmeamíviviendotodavía!

—Entonces,dametúvida,Ayesha.—Yoteladaría;¿perotúsabesloqueesorepresenta?...Enlaprimavera,cuando

las nieves se derritan, nospondremos en camino todos juntos haciaLibia, y allí tebañarásenlaFuentedelaVida,delacualundíatuvistemiedodebeber.Despuésteperteneceré.

—Ocho meses hasta abril antes de que podamos ponernos en marcha, ydespués...,

¿cuánto tiempo hasta cruzar las montañas y todo el vasto territorio que seextiende trasellas..., losmares,y las llanurasdeKor?Dosañosalmenos,Ayesha,handetranscurrirantesdequelleguemosaaquelloslugares.

Leocallócomopensandoenelnuevogiroquepresentabanlosacontecimientos,ycomoesperandoalgunafrasedeAyeshaquealegraselatristezadeestalargaespera.

www.lectulandia.com-Página150

PeroAyeshanadadijo,nada,nada...¿Fueporquenadateníaquedecir?¿Fuepormiedo?Lociertoesque,levantándose,nosdespidióporquedeseabadescansar.

www.lectulandia.com-Página151

LEOYELLEOPARDO

LeodeseabaestarcontinuamentejuntoaAyesha,apesardequepasábamostodaslasveladasjuntoaellay lamayorpartedeldía,hastaqueAyeshasediocuentadequeestainactividadylalargapermanenciaenlugarescerradosejercíasuinfluenciaen mi amigo, que por tantos y largos años había vivido a la intemperie. Alreconocerloasí,yapesardequeestabainfluenciadaporelterrordequepeligraralavida de su amado Leo, se dispuso a organizar cacerías de carneros salvajes y deibices,queenabundantesrebañosvivíanporlosriscosyvertientesdelamontaña.Enestoscinegéticosejerciciosraramenteacompañabayoamiamigo,pueselbrazomecausabafuertesdolores.

Una vez ocurrió un accidente. Estaba yo sentado conAyesha en el jardín, y lacontemplaba en silencio. Tenía ella la cabeza apoyada en una mano, mientras sumirada,absorta,parecíacontemplarsuspropiospensamientos.Viendoasísubelleza,inexpresivayfascinadoracomoaquellahermosaHelenadelaIlíada,secomprendíaque aquellamujer, en su largavida, podría haber sido la causade sufrimientos sincuento,sihubierapodidomostrarlaenotroslugaresdelmundomenosapartadosqueaquél.

Entodasestasmudasreflexionessetorturabamicerebro,ymisojosnocesabande contemplarla, cuando de improviso se agitó terriblemente, y señalando a unaladeradelamontañadistante;exclamó:

—¡Mira!Miré,ynadavi,aexcepcióndeunainterminablesabanadenieve.—¡Necio!¿Tanciegoestásquenopuedesverquemibienamadoestáenpeligro?

—gritó—.¡Oh!,heolvidadoqueeresciego,mastomademílavistaquetefalta—diciendo

esto,me agarró unamano y noté que una extraña corriente circulaba por todomicuerpo,delacabezaalospies.

Instantáneamentemisojos seabrieron,peronoparacontemplarelpaisaje, sinoparapoderverenelaire,apocospasosdemí,aLeorodandoyluchandoentrelazadoconunleopardodelasnieves,mientraslosjefesyloscazadoresqueloacompañabanbuscaban la oportunidad de exterminar al bruto con sus lanzas, 'pues Leo estabadesarmado.

Ayesha,rígidaporelterror,suspirabaamilado.Elfindeestaescenallegó,puesviqueLeoextraíadeentresusropasunlargocuchilloylosepultabaenelvientredelleopardo,que,despuésdevariassacudidasagónicas,quedó inmóvil.EntoncesLeo,levantándose,seechóa reír, señalandoasuvíctimayasusdesgarradasvestiduras.Unodeloscazadoresseadelantó,apresurándosea.vendaralgunasheridasqueensumano se había producido durante la lucha, con trozos de lienzo procedente de las

www.lectulandia.com-Página152

ropasinterioresdeLeo.La visión se desvaneció tan repentinamente como había venido, y noté que

Ayesha se apoyaba enmi hombromedio desvanecida por elmiedo, como pudierahaberlohechocualquiermujercomún.

—Estepeligrohapasado, ¿pero cuántos handevenir aún? ¡Oh, pobre corazónmío!

¡Cuántotienesquesufrirtútodavía!Su ira entonces fue a descargarse contra el jefe de los cazadores, enviando

mensajerosconunalitera,yungüentos,ordenándolestraerasuseñorLeo,asícomoasuscompañeros,asupresencia.

—¿Hasvistocómosonmisdías,mifielHolly?Puesasíhansidodurantemuchosaños—dijoAyesha—;peroesosperrosmalditosmepagaráncarosestosmomentosdeagonía.

CUATROhorasmás tarderegresabaLeo,marchandotras la literaen lacualnoiba él precisamente como se pensó, sino un carnero de la montaña y la piel delleopardodelasnieves,quehabíapuestoallíparaahorraraloscazadoreseltrabajodetransportarla.Ayeshasaltóhaciaélyloabrazócontiernasolicitud,dirigiéndoletodaclasededulcesreproches.

Leo,quelaescuchabaasombrado,preguntó:—¿Cómo sabes tú lo que ha pasado? ¡Todavía no te he enseñado la piel del

leopardo!—Lo sé porque lo vi —contestó Ayesha La herida más grave la tienes en el

cuello.¿Tehaspuestolaunturaqueteenvié?—No—dijo—.PerositúnohasdejadoelSantuario,¿cómolohaspodidover?

¿Portumagia?—Sitúloquieresasí,sí;yotevi,comoasítambiénHolly,rodandoporlanieve

conesefieroanimal,mientrasesosmalditosterodeabantemblandocomocriaturas.—¡Yaestoycansadodetantamagia!—interrumpióLeo,firmemente—.¿Esque

no puede un hombre estar solo en la montaña, aunque sea con un leopardo? Yrespectoaesosbravos...

EnestemomentoentróOros,ymurmuróalgoquenopudimosentender.—Loque respectoaesos"bravos",ya trataréyoconellos...—dijoAyeshacon

amargo énfasis y cubriéndose, pues nunca aparecía descubierta ante la gente de laMontaña,saliódelaestancia.

—¿Dóndehaido,Horacio?—preguntóLeo—.¿AalgunadesusceremoniasenelSantuario?

—¡No sé! —contesté—. Pero si es así, creo más bien sea para celebrar losfuneralesdeljefedeloscazadores.

—¿Quieresdecir?...—einmediatamentesaliótrasdeAyesha.

www.lectulandia.com-Página153

Un minuto o dos más tarde creí conveniente seguirlos. En el Santuario sedesarrollabaenaquellosmomentosunacuriosaescena.Ayeshaestabasentadafrentea la estatua. Ante ella, empequeñecidos por el terror y postrados de rodillas, unhercúleojefe,pelirrojo,asícomosuscincocazadoresllevandotodavíasuslanzasdecaza,aguardabanatemorizadoselfindeaquellaescena,delaquedependíasuvida.Leo, que como supe después, había intercedido en favor de aquellos hombres yobligadoaguardarsilencio,esperabaenpie,conlosbrazoscruzados,elresultadodela sentencia.Apequeñadistancia, en segundo término,habíaunadocenaomásdeguardianesdeltemplo,armadosdeespadasytemiblesporsufortalezayestatura.

Ayesha,consumásdulcevoz,preguntabaaaquelhombrecómoelleopardo,cuyapielestabaapocadistancia,habíallegadoaatacaraLeo.Eljefecontestóqueelloshabíanencontradoalafieraentrelosrocas;queunodeelloslahabíaheridoyqueelanimal,enfurecido,saliódesurefugiosaltandosobreelhombrequelohirió,yquemilagrosamente pudo ponerse a salvo, pero no así el señor Leo, al que el animalatacó,cayendolosdosrodandoenferozabrazohastaquealfin,elhombre,máshábil,lediomuerte.Esoeratodo.

—No todo—respondióAyesha—, pues olvidáis contar, cobardes, que vosotrosprocurabais poneros en seguridad, abandonando ami señor a la furia de la bestia.Bien. Conducidlos fuera de la Montaña, allí donde moran las fieras, para queperezcanasusfauces;asísabránqueaquelquelesdécomidaoloscobije,muere.

Comprendiendoquenohabíalugarapiedadoexcusa,eljefeysuscompañerosselevantaronyhaciendounareverenciasedispusieronasalir.

—;Un momento, camaradas! —gritó Leo—. Jefe, dame tu brazo; mis heridasparecenempeorarynopuedoirmuyaprisa.Acabaremosjuntosestacacería.

—¿Quévasahacer?¿Estásloco?—preguntóAyesha.—No sé si estoy loco—repitió Leo—, pero lo que sí sé es que eres cruel e

injusta.Mira estos hombres: no hay nadie más bravo que ellos. Este hombre—yseñalóauno,alqueelleopardohabíaderribado—ocupómilugaryfuedelantedemíporque yo le ordené que atacara a la fiera, y así fue herido. Como todo lo viste,tambiéndebistevereso.Despuésmeatacóamí,yel restodemiscompañerosmerodeaban,acechandolaocasión'deatacar,quenoerafácil,puesestandolafierayyoestrechamente abrazados, podían involuntariamente herirme a mí. Así estábamos,cuandounodeellos,conlasmanosdesnudas,puedesverlasseñalesdelosdientesenellas, agarró a la fiera, sin que, desgraciadamente, hubiera alcanzado un resultadopositivo,hastaqueyomismopudehundirmicuchilloensuvientre.

¡Así,pues,siellosdebenperecerenlaMontaña,yo,quesoyelculpabledetodo,iréamorirjuntoconellos!

Mientras los cazadores le miraban con fervorosa gratitud, Ayesha, después dereflexionarunosmomentos,dijosinceramente:

www.lectulandia.com-Página154

—En verdad, mi dueño y señor, si yo hubiera conocido toda esa admirablehistoria, bien empleados me estaban los calificativos de injusta y cruel; pero,desgraciadamente,sólosabíaloquehabíavisto,yciertamenteenaquellosmomentoslaconductadeestoshombresnoeradelomásadmirable.Missiervos,miseñorhaintercedido por vosotros, y estáis perdonados; es más, aquel a quien el leopardoderribó y aquel que lo agarró con sus manos serán recompensados; pero mal lopasaréissiotravezpusieraisenocasióndepeligrolavidademiseñor.¡Idos!

CUANDOdejamoselSantuario,ydenuevoestuvimossolosenel recibidor, latormentainteriorquelacaradeLeopresagiaba,estalló.Ayesharenovósuspreguntasacercadesusheridas,ydeseabaqueOros llamaraalmédicoparacurarlas,ycomoLeosenegara,'ofreciócurarlasellamisma,yéllepreguntó,muyserio,sicreíaqueeraunniñodepechoparanecesitardetantiernoscuidados.Anteesto,dichotanenserio,nopudemenosdesoltarunacarcajada.

Leo riñó a Ayesha, sí, ¡la riñó! Deseaba saber qué quería decir con aquelespionajemágico,quenuncahabíaqueridoydelquesiemprehabíadesconfiado.Quéeraaquellacondenaimpuestaaaquellosvalientes,susbuenosamigos,aunamuertetan indigna y tan cruel, y qué significaba aquella orden a los cazadores de quecuidarandeélcomosisetratasedeunpobreniñoinválido,obligándolosaresponderconsuvidasiélsufríalamáspequeñaherida;¡él,queentiemposhabíamatadotodaclasedecazamayorypasadoatravésdetodoslospeligrosimaginables!

Asílamaltratabaconsusduraspalabras;perolomásadmirableeraqueAyesha,esesersuperhumano,escuchabapacientementetodaaquellalluviadereproches.Sinembargo,ningúnhombrehubieraosadohablaraaquellamujernisiquieraenformamás suave que mi amigo, pues seguramente sus frases y su vida hubieran tenidosimultáneamenteelmismofin,sabiendoyocomosabíaquepodíamataraunhombrecon el solo esfuerzo de su voluntad. Pero, en cambio, comenzó a llorar. Gruesaslágrimas brotaban de sus hermosos ojos, rodando por sus mejillas de rosa -puesestabainclinadahaciaadelante-ycaíanalsuelocomogruesasgotasdelluviadivina.

A la vista de aquella palpable evidencia de humanidad, la ira de Leo pareciófundirse en su corazón de enamorado. Ahora era él el que humildemente pedíaperdón...Ella,entonces,lediolamanoenseñaldeperdónyolvido,diciéndole:

—Dejaquelosotrosmehablencomoellosquieran;perodeti,Leo,tuspalabrasme hacen sufrir atrozmente. ¡Oh, eres cruel, cruel! ¿En qué he podido ofenderte?¿Puedeofendertequemialmaestésiemprevigilándotesinquetúlosepas?¡Asílohehechosiempre,desdequepartistedelaFuentedelaVida!¿Puedeofendertequemeespantealverqueterodeanpeligrosquenopuedoconjurar?¿Quérepresentalavidadeunoscuantoscazadoressemisalvajescomparadosconunsolosuspirodetupecho?Siloshubieramatado,otrosleshubieransubstituido,másvalientesycuidadososdetuvidayseguridad.Ahora,comonoleshematado,ellososuscompañerospueden

www.lectulandia.com-Página155

conducirteaotrospeligrosquepodíanacarreartumuerte.Ayeshapronuncióconhorrorestaúltimapalabra.—Escucha,amadamía—dijoLeo—.Lavidadelmáshumildedeesoshombres

esdetantovalorparaélcomoeslamíaparamí,ytúnotienesmásderechoamataraesoshombresqueelquetienesparamatarmeamí.¡Cuántodolormecausaelverquetuexcesivocariñopormípuedeconducirtealacrueldadyalcrimen!Sitienesmiedopormivida,cúbremeentoncescontu inmortalidad, lacual,auncuandola temounpoco, proviniendo de una nomuy santa alianza y no permitida en la tierra pormireligión, la aceptaría congozo al saber quedesde entonces estaría junto a ti y quenunca partiría de tu lado, y si, como tú dices, esto no es posible todavía, deja quetomemosloquelafortunanosdepareyseamosfelices.

Todosloshombresdebenmorir;perosiyohedehacerloantesquetú,déjameserfelizcontigohastaentonces...,aunquesóloseaporunahora...

—Si pudiera ser, ¿cómo no lo haría? —contestó Ayesha con un piadosomovimientodesumano—.¡Oh,noinsistasmás, te loruego,Leo,porquesino,nopodréalfinresistiryharásqueteconduzcaporuncaminodemuerteydesolación!Leo,¿nohasoídonuncahablardelamorquemataodelvenenoquepuedeocultarelsorbodelacopadeunafelicidaddemasiadoperfecta?

Y al decir esto, Ayesha, como si tuviera miedo de sí misma, en un rápido einstintivomovimiento,saliódelaestancia.

www.lectulandia.com-Página156

LAALQUIMIADEAYESHA

Pocotiempodespuésdelincidentedelleopardo,Ayeshacomenzóadiscutirsobrelos planes de nuestro poderoso futuro, aquella terrible herencia que nos habíaprometido.

Aquídeboexplicar,siesqueantesnolohice,que,apesardemisnegativasenañosanteriores,ydelapreciosaoportunidadquesemeofrecía,meseríaconcedidalamerceddebañarmicuerpoenlosfuegosdelavidaeterna,auncuandonosabíadequéformahabíadesalirdeellos.PormuchoqueselopreguntéaAyesha,nomeloquisorevelar.

LosplanesdeAyeshaerangrandesyterroríficos.Cuando llegamos aKor, recuerdoquenos sorprendió en extremoel oír decir a

EllaqueteníaladeterminacióndeapoderarsedeGranBretaña,sóloporelhechodequenosotrospertenecíamosaaquelpaís.Ahoraquesuspodereshabíanaumentado,sus ideas sufríanelmismoparangón,yhabíadecididohaceraLeoel soberanodelmundo.

—¿Ycómo—preguntóLeoconunsuspiro ronco,puesestavisióndegobiernouniversal,parecíanoserdesuagradopodrástú,Ayesha,llevaracabotalescosas?

—Seharíamuy fácilmente.Yopuedomandarun ejércitoquedestruiría losdelmundo y hundiría sus escuadras en las tenebrosidades delmar. Sí, yo, a quien losrayos y las fuerzas elementales de la naturaleza obedecen. Pero tú, amadomío, teestremecesalavistadelamuerte,ycreestodavíaqueelcieloseenojaráporqueyomismameconvierto,osoyescogida,comoinstrumentodelmismocielo.Así,pues,dejémoslo por ahora, pues tu voluntad es la mía, y puede ser que, mientras,encontremosuncaminomenosviolento.

—¿Y cómo llegarás a convencer a los reyes de la tierra a que depositen suscoronasatuspies?—pregunté,atónito.

—¡Obligandoa suspueblos aque tal hagan!—contestóAyesha suavemente—.¡Ah,Holly,Holly,cuánestrechaestumente,quéenrevesadossonlospensamientosque pueblan tu imaginación! Desecha las tinieblas que pueblan tu cerebro, yreflexiona.Cuando nosotros aparezcamos entre los hombres, arrojando el oro paraque satisfagan sus necesidades, revestidos de un poder terrorífico, con una bellezadeslumbradorayconnuestravidainmortal,nosgritarán:"¡Sednuestrosmonarcasygobernadnos!"

—Quizá—contestédudoso.Sinembargo,yono tenía lamenordudadequeAyeshaeracapazdeponer sus

pensamientos en práctica y que éstos nos habían de conducir a alguna conclusiónsorprendente.¿Porquéno?Lamuertenopodíatocarla;habíatriunfadosobreella.Subelleza espléndida -aquella "copa de locura" de sus ojos, como una vez los llamó

www.lectulandia.com-Página157

delante de mí- era capaz de convertir en esclavos incluso a los hombres másindiferentes.Suprodigiosainteligenciaeracapazdeinventarnuevosmediosdeluchacontra los cuales los más poderosos ejércitos a estrellarían y se destrozaríanimpotentes.Además, no hay que olvidar que como ella decía, y como yo tambiénteníalaseguridaddeello,AyeshapodíadisponerdelasfuerzasdelaNaturaleza,talcomoloselementosylaelectricidad,haciéndolaterriblementetemible.

MientrasestabasumidoenestasreflexionesconlaesperanzadequeAyeshanosetomaselamolestiadeleeréstasenmipensamiento,medicuentadequeOrosestabapostradoanteellaconlafrentepegadaentierra.

—¿Quépasa,sacerdote?—preguntóvivamente,puescuandoestabaconLeonoqueríaserpornadainterrumpida.

—Hesea,losespíashanvuelto.—¿Por qué no los envías afuera de nuevo? —contestó indiferente—. ¿Qué

necesidadtengodetusespías?—Hesea,asímeloordenaste.—Bien;¿cuálessuinforme?—Es gravísimo. El pueblo de Kaloon está desesperado porque la sequía ha

destruido sus sembrados en tal forma, que el hambre hace presa ya en ellos.EllosculpandesudesgraciaalosextranjerosquehanatravesadoelpaísysehancobijadoentuSantuario.LaKhania,porotraparte,estálocaderabiacontratiycontranuestroSantoColegio.Trabaja noche y día en la organización de dos grandes ejércitos decuarenta y veintemil hombres, respectivamente, el últimode los cuales lo envía aluchar contra ti almando de su tío, elmago Simbrí. En el caso de que resultaranderrotados, se proponepermanecer conun segundoymáspoderoso ejército en losllanosquecircundanKaloon.

—Interesantesnuevasenverdad—dijoAyeshaconunadespreciativasonrisa—.¿Habrásuodiovueltolocaaestamujerhastatalpuntodequererlucharcontramí?MifielHolly,haceunosmomentospasabaportuimaginaciónlaideadesiestaríayolocaalpensarenaquellaforma.Puesbien,enunoscuantosdías,seisnomás,podrásver,aunquelaexperienciaserápequeñísima,hastaquépuntopuedellegarmipoder,yentoncesnotequedarálugaradudas.Esperad,miraréyo,puestemoquelosespíaspuedanhabersidovíctimasdesuspropiostemoresodelafalsíadeAtene.

Entonces la mirada de Ayesha se perdió a lo lejos, y sus facciones quedaronrígidas como las de un cadáver; la aureola de luz perdió intensidad y sus grandespupilassecontrajeron,perdiendosucolor.

Alpocorato,unoscincominutos,pareciódespertarcomodeunprofundosueñoypasandounamanoporlafrenteconunasuavelanguidez.

—Esverdad—dijo—ydeboponermeprontoenacción,almenosquemuchosdemis hombres sean asesinados.Mi Leo, ¿querrías tú ver esta guerra? No; tú debes

www.lectulandia.com-Página158

permanecerenseguridadaquí,mientrasyovoyavisitaraAtenecomoleprometí...—¡Dondetúvayasiréyo!—gritóLeorojodevergüenza.—¡Yoteruegoqueno!'¡No,novengas!—imploróAyesha,aunqueenelfondo

sabíaquesu ruegoera inútil—.Yahablaremosdeesomás tarde.Oros,enmarcha.EnvíaelFuegodeHeseaácadajefe.Deaquíatresnoches,alasalida.delsol,reúnetodas las tribus; no todas, unos veinte mi hombres serán bastante, y que el restopermanezcaaquíguardandoelSantuarioylaMontaña.Quelleven.provisionesparaquince días. Yo me reuniré con ellos en la próxima aurora. ¡Ve a cumplir misórdenes!

Oros se inclinó y salió del aposento. Ayesha, como si nada hubiera pasado,continuóhablandodeltemaqueleinteresabatanto.

Fueeneltranscursodeunaveladasimilaraladelanocheanterior,cuandounasobservacionesdeLeonosdieronocasióndepresenciarunamaravillosaexperienciadelospoderesdeAyesha.

Leo,que todoel tiempohabíaconsideradoycensuradosusplanesdeconquistatan eficazmente comopudo,dijodeprontoqueal fin tendríanque serdesechados,puesto que su ejecución costaría tan considerable cantidad de algún material detruequequeAyeshamismaseveríaimposibilitadadeprocurarse.

Ellalomiróyechándoseareír,dijo:—Tienes razón, Leo, para ti, sí; y para Holly aquí presente, a quien debo

parecerleunamuchacha loca, agitadapor elvientoy la fantasíayhabitandoenunpalaciohechodehumoyvaporesoderayosdesol.¿Piensasquevoyadisponermeahacer la guerra, una mujer contra todo el mundo—y cuando así habló, su figuracrecióengravemajestadysusojosmirarondetalformaquehelaronmisangreenlasvenas—sinprepararmeantesparasusexigencias?¿Porqué?Siloprevimostodo.Yolotengoenconsideraciónenmimemoriayahorasabráscómosincostoalgunoparaaquellosaquienesgobernemos,yollenarélasarcasdeltesorodelaEmperatrizdelaTierra. ¿Te acuerdas, Leo, de cómo en Kor encontré un singular placer duranteaquellosterriblesañosdesoledad,forzandoamiMadrelaNaturalezaadepositarenmísusmásescogidos secretos?Seguidme losdosyveréis loquemortalesojosnohanvistotodavía.

—¿Quéesloquevamosaver?—preguntédudoso,puessolamenteteníanocióndelospoderesdeAyeshacomomediosfísicos.

—Loquetúsabrás,oloquenosabrás,sitequedasaquí.Ventú,Leo,amormío,ydejaaesesabiofilósofoquedescubraelenigmayseestrellecontraél.

Atravesamoslargospasajes,porlosquenuncahabíamospasadohastaentonces,hasta llegar a una puerta que Leo abrió a indicación de ella. Estábamos en unacavernadesdecuyofondosalíaunresplandordeluz.Comovimosenseguida,aquellugar era su laboratorio, pues había allí grandes frascos de metal, así como

www.lectulandia.com-Página159

instrumentosderaraforma.Además,unhorno,prácticamenteconcebido.Cuando entramos, dos sacerdotes estaban trabajando. Uno de ellos removía el

contenidodeunacalderaconunagruesabarradehierro,mientraselotrorecibíasucontenidoenunosmoldesdeyeso.SedetuvieronparasaludaraAyesha,peroaunaseñaldeellacontinuaronsutrabajo,mientraslespreguntabasitodomarchababien.

—¡Muybien,oh,Hesea!—contestaron.Después pasamos a través de esta caverna y de sombríos corredores hasta una

pequeñahabitacióncortadaenlaroca.Allínohabíalámparaniluminariaalguna,y,sinembargo,el lugarestaballenodeunasuaveluzqueparecíaemanarde laparedopuesta.

—¿Qué hacían aquellos sacerdotes? —pregunté, más que nada por romper elimpresionantesilencio.

—¿Paraquégastarpalabrasentantontaspreguntas?—contestó—.¿Esqueentupaísnosefundentambiénlosmetales?

¿Nohascomprendidotodavíaloqueestoyhaciendo?Aunquesinverlonuncalocreerías.Ven,ahoraloverás.

Diciendoesto,nosseñalódosextrañosobjetos,colgadosdelapared,hechosdeunmaterialraro,mitadmaderaymitadpaño,provistosdeunoscascossemejantesalasescafandrasdelosbuzos.

Bajosudirección,Leoyyonosembutimosenaquellasvestiduras,desdedentrodelascualesnopodíamosoírningúnruidoniverlaluzdelexterior.

—¡Estamoscompletamenteen las tinieblas!—dije,peronadie respondió.Teníalaseguridaddequenoestábamossolos,cosaquenohubieradeseado...

—Sí,Holly—exclamóburlona la vozdeAyesha—, en las tinieblas has estadosiempre,peroenlasprofundastinieblasdetuignoranciaytuincredulidad.Bien,notepreocupes;ahoracomosiempre,teinundarédeluz.

Mientras.hablaba,percibía travésdemiescafandrael ruidosordodealgoquerodaba,supusequeeraunapuertadepiedra.

Allí había luz aun a través de aquel aparato que nos protegía contra la luzexcesiva;eratallaabundanciadeéstaquecasinoscegaba.Viquelaparedopuestaanosotrossehabíaabiertoyquenosencontrábamosenelumbraldeotracámara.Alfinaldeéstahabíaalgocomounpequeñoaltarderocaobscuraysobreestealtarunamasadeltamañodelacabezadeunniño,peroafectandolaformaoblonga-supongoqueporfantasía-delojohumano.

Fueradeesteojoseesparcíaaquellacegadoraeintolerableluzqueerareflejadapormilesdepantallasdeunapiedranegruzcacomodeladrillosquemados;esmás,laluzveníaacaeryacentuplicarseenluminososrayosenunamasademetalsostenidaporunarmazóndehierro.

www.lectulandia.com-Página160

¡Quérayoscruzabanelespacio!Sitodoslosdiamantesdelatierrasecolocaranjuntosytrasunapoderosalámparaeléctrica,laluzquedespediríannopodríasernilamilésimapartedelaqueaquíbrillaba.Misojosseirritabanycreoquesentíaresecarmi piel bajo su influencia. Ayesha permanecía allí indiferente e insensible a todainfluenciaexterior.Después,yendohastaelfondodelahabitación,retirósuveloyseinclinósobrelamasaqueestabasostenidaporelarmazón.Parecíaasusreflejosunamujerdeacerolíquido,cuyoshuesosfueranvisibles.

—Estoestá'listo,yalgomásprontodeloqueyopensaba—dijo.Después, aunque la masa representaba ser de un peso excesivo, la tomó

ligeramente con susmanosdesnudasy trayéndolahaciadondenos encontrábamos,nosdijoriendo:

—Decidme ahora si habéis visto u oído hablar alguna vez de una mejoralquimistaqueestapobresacerdotisadeunareligiónolvidada.

Ytomandolaincandescentesubstancia,laacercóalamáscaraquemecubríalacara.

Me volví y eché a correr o mejor dicho a tambalear, pues vestido de aquellamaneranopodíacorrer,hasta llegara laparedfronteradondequedépegadocontraella,yallí,conmisespaldashaciaAyesha,protegiéndomelacabezaconlasmaros,puesfirmementecreíaqueaquellaardientemasameibaaseraplicadaalacara.Asíestuve hasta oír la risa irónica deAyesha que se burlaba demis espaldas, oyendodespuésunruidoparecidoalanterior,comosilapuertadepiedrasecerrase.Después,comounpremiodelfuego,lasemiobscuridadreinóenaquellugar.

Nos quedamos mirando Leo y yo como los búhos a la luz del sol, mientrasgruesasgotasdesudorcorríanpornuestracara.

—¿Estásyasatisfecho,miqueridoHolly?—preguntóAyesha.—¿Satisfechoconqué?—inquirímalhumorado,pueselescozorquesentíaenlos

ojosmeproducíaunamolestiaatroz—.Si te refieresaquemadurasybrujerías, ¡yaestoybiensatisfecho!

—Yyotambién—dijoLeo,quenodejabadejuraryperjurarenvozbaja.PeroAyeshaseechóareír,enunaformatanextraña,queparecíacomosifueraladiosadelarisasobrelatierra.Cuandodejódereír,preguntó:

—¿Porquéesta ingratitud?Tú,miqueridoLeo,¿noqueríasver lasadmirablescosasenquetrabajo?Ytú,Holly,¿nohasvenidoportúpropiavoluntad,puestoquete dije que eras libre dequedarte donde estabas si tal era tu gusto?Ahora, los dosestánenfadados,osmostráisbruscosylloráiscomoloschiquilloscuandosequemanundedo.Tomaesto—ymediounapomadaquehabíasobreunestante—;frótateconellalosojosyveráscómoquedascuradoinmediatamente.

Así lo hice, y efectivamente, -el dolor desapareció, aunquehastamuchas horasdespuéstuvelosojosrojoscomolasangre.

www.lectulandia.com-Página161

—¿Y cuáles son esas admirables cosas?—pregunté—. Si quiere decir aquellaespantosabrasa...

—Noquierodecirloqueestáardiendoenella;entúignorancianosabesnicuáles el nombre de ese poderoso agente. Mira, ahora —y Ayesha me señalaba lametálica masa que había tomado con las manos y que todavía resplandecía,depositadaenelfuego—.No,noestácaliente.¿Creesquehubieraqueridoquemarmelasmanosparaconvertirlasendosformasrepugnantes?¡Toca,notemas,Holly!

Peroapesardesusruegos,nolohice.PensabaquemuybienpodíaestarAyeshaacostumbrada al contacto de aquellas ígneas masas, como había oído de ciertospueblosdelsurdeAsia.Mequedémirandodurantelargorato,sindecidirmeatocar.

—Bien,¿quéesesto,Holly?—Oro—respondí;después,corrigiéndomeañadí,cobre,puesladuracoloración

rojizaparecíamásladelcobrequeladeloro.—No,no—contestó—,¡esoro,oropuro!—Elfilónenestelugardebedesermuyricoentonces—dijoLeo,incrédulo,al

verqueyonodecíanada.—Sí,laminadehierroesmuyrica.—¿Laminadehierro?—preguntóLeoatónito.—¡Seguramente! —contestó—. ¿De qué mina podría sacarse el oro en tan

grandesmasas?Hierro,mibuenamado;hierroquemialquimiaconvierteenoro,queprontonos

serviráparallevaracabonuestrospropósitos.Leopermanecíamudoporelestupor;peroyonollegabaacreerqueaquellofuera

oro y mucho menos que éste fuera hecho del hierro. Entonces, leyendo mispensamientos en uno de aquellos cambios de manera de ser, que le eran tanparticulares,Ayeshagritó:

—¡Por la Naturaleza misma! ¿Eres tú, mi fiel Holly, quien se complace enmortificarmeconsuincredulidad?Siyoquisieraconvertiríaenoro,alexponerlaalossecretosrayosqueposeo,hastaloshuesosdetúmanoderecha.Pero,¿porquéhedeservejadoportiqueeresciegoysordo?Peronoteapenes;tútepersuadirásdequeloquetedigoescierto.

Dejándonos, pasó por el corredor, hasta donde se encontraban trabajando lossacerdoteseneltaller.Despuésvolvióhacianosotros.

Alpocorato,lossacerdotesentraronllevandoconellosunaespeciedeangarilla,entrelascualeshabíadepositadounlingotedehierrodegranpeso,alparecer,puesaduraspenaspodíanlevantarloentrelosdos.

—Ahora—dijo—,¿cómoquieresmarcarestamasa,lacual,comoverás,essóloun lingote de hierro? ¿Con el signo de la Vida? Bien. — A una seña suya, unsacerdote,conuncorta-fríosyunmartillo,sedispusoagrabarelsímbolodelacruz

www.lectulandia.com-Página162

egipcia,lacruxansata.—Estono esbastante—dijo, unavezquehubieronacabado—.Holly, dame tú

cuchillo,ymañanatelodevolveré,másvaliosotodavía.Saquémicuchillodecaza,hechoenlaIndia,conunmangodehierroplateado,y

selodi.—Túconocesbiensusmarcas,¿noeseso?—yseñalóalasvariasmuescasyel

nombredelfabricanteestampadosobrelahoja.Moví lacabezaconduda.Entonces,ellaordenóa lossacerdotescolocarlo todo

bajo la influencia de los secretos rayos de los cuales habíamos desconfiado,indicándonosquefuéramosalahabitacióninmediatayallíesperásemosconnuestrascarascontraelsuelo.

Así lo hicimos, permaneciendo en esa forma hasta que algunos minutos mástarde,Ayeshanosllamó.Noslevantamosyvolvimosalacámara,dondeencontramosalossacerdotes,quesehabíandesposeídoyadelasescafandrasyahoraseuntabanyfrotaban los ojos con el ungüento que anteriormente había yo empleado; vimostambiénqueellingotedehierroymicuchillohabíandesaparecido.DespuésAyeshales ordenó que colocasen el rojizo lingote de metal sobre las angarillas y que lollevaranconellos.

Obedecieron,yalponerseenmarchanotéque,aunqueaquellossacerdoteseranfuertesyrobustos,respirabantrabajosamentebajoelpesodesucarga.

—Perocómopuedeserquetú—dijoLeo—,unamujer,levanteselpesoqueesoshombresaduraspenaspuedentransportar?

—Éstaesunade laspropiedadesdeesta fuerzaque tú llamasfuego—contestóella,dulcemente—,yquesolamentepuedenhacerlolosquehanestadoexpuestosalainfluenciadelvapordelavida.Deotraforma,¿cómoyo,quesoytandébil,podríaconelpesodetanenormebloque?

—¡Ah,yavoycomprendiendo!—contestóLeo.Laáureamasa fuedepositadaenunaespeciedecavidaden la roca,queestaba

provistadeunapoternadehierro,despuésdelocual,regresamosalashabitacionesdeAyesha.

—Todaslasriquezassontuyas,asícomolafuerza—dijoLeo,puesyoestabatancortadoantelasevidenciasdeAyesha,quemedabavergüenzadespegarloslabios.

—Asíes,enefecto—dijoellaconvozfatigada—,desdehacemuchísimossiglosposeoestesecretoynohequeridousarlohastaquetúhasllegado.Peroaquí,nuestrobuenHolly,siemprepesimista,creequetodoestoescosademagia;sinembargo,yopuedodecirtequenadahaydeesacienciaysíúnicamentedeldominiodeunsecretoquehetenidolasuertededescubrir.

—Desdeluego—dijoLeo—,mirándolodesdeciertopuntodevista,esdecir,eltuyo,lacosaesbiensimple.

www.lectulandia.com-Página163

Creo que Leo hubiera querido agregar algo más, pero no lo hizo. Despuéscontinuó:

—¿Has pensado que ese descubrimiento tuyo conmocionaría el mundo? Esemundoquetúhasconocidoentus...—sedetuvo.

—Tusfugacesviajes—apuntóella.—Sí,entusfugacesviajes,haelevadocomoestandartedelpoderydelariqueza

eloro.Seencuentracomotalentodaslascivilizaciones.Hazaéstetancomúncomotú

puedeshacerlo,yésteperderásuvalor.Elcréditodesapareceráyentonces,destruidoelcomercioylaindustria,tendránquevolvercomosusantepasadosasuplirseellosmismossusnecesidadescomoahorahacenlagentesdeKaloon.

—¿Porquéno?—preguntóAyesha—.Estoseríamássencilloylosconduciríaaaquellosremotostiemposenqueeranbuenosysimples.

—Lo que no impedía que unos a otros se atacasen con hachas de piedra...—añadióLeo.

—Mientrasahorasedestrozanelcorazónconacerooconproyectilesdeesosquehemoshabladoantes. ¡Oh,Leo!,cuando lasnacionesseanpobresporquesudinerohaya perdido su anterior valor; cuando el usurero y el comerciante tiemblen y sevuelvan blancos de terror al ver que el vilmetal que antes ansiaban no vale nada;cuandohayadestruidotodaslasbolsasdelmundoymiburlaymirisaatraviesenlasruinasdelosantiguosemporiosdeloro,¿porquédudardequeentoncesnovuelvanasuprimitivoestado?. ..¿Porquéhadedescorazonaresta ideaaaquellosquecomovosotrostenéisunaltoconceptodelvalorydelavirtud;aaquellosquecreen,comoelProfetaHebreodijo,queantespasaráuncamelloporelojodeunaagujaqueunricoenelReinodelosCielosdondeÉlhabita?¿Porqué,sipuedoprobaros,¡locos!,quepuedohundirenorohastaahogarlosaaquellosmagnatesquesóloambicionansuvistaysucontacto?¿Porquéesemundovuestroque tantoamáisnoserámásfelizentonces?

"Pero,mira,Hollyestácansadoyrendidoporlavisióndecosastanadmirables.¡Oh,Holly, tú eres un duro crítico de la evidencia!Holly, no debes olvidar que aveces aquellos que rigen y crean, se impacientan por tan insignificantes dudas ycavilaciones. Pero no tengasmiedo,mi viejo amigo, no tomes amalmi enojo.Tucorazón,por sí solo esyadeoro,perodelmáspuro. ¿Paraqué entonces teníamosnecesidaddeconvertirenestemetaltushuesos?"

DilasgraciasaAyeshaporsuscumplidos,ymefuiadormir,pensandoquéhabíade verdad en el corazón de aquellamujer; si su ira o su bondad, o si ambas eranfingidas...

Lamañanasiguientemelevantéconelconvencimientodequecualquiercosaquepudiera haber de falso en la conducta deAyesha, nada impedía que ésta fuera una

www.lectulandia.com-Página164

formidablealquimista,lamásgrandequizáquehayaexistido.Mascuandocreciómiadmiración fue al ver que aquellos sacerdotes que el día anterior había vistotrabajando en el laboratorio, entraban enmi habitación llevando entre los dos unapesadacargacubiertaconunpaño,yquebajoladireccióndeOroscolocaronenelsuelo.

—¿Quéeseso?—pregunté.—UnaofrendadepazqueosenvíaHesea—respondióOros—,conlacual,según

creo,habéistenidoayerunpequeñodisgusto...Quitaronelpañoybajoélbrillabaunaenormemasametálica, lamismaqueen

presenciadeLeoymía fuemarcadaconelSímbolode laVida,que todavíapodíapercibirseensusuperficie.Loadmirableesqueaquellonoerahierro,sinooropuro.Mi cuchillo también estaba allí y su mango. aunque no su hoja, había sidotransformadoenoro.

Ayesha, queme rogó después que se lo enseñara, pareció disgustarse al ver elresultadodelexperimento.Meenseñóunasestríasformadasporlasburbujasdeoroal resbalar por la hoja de acero. Dijo que esto bien podía haber destemplado odebilitadoelfilo,puessólohabíasidosupropósitodorarelmango.

No podía menos de admirarme ante este nuevo milagro de Ayesha,preguntándome, extrañado, de qué substancias , se compondrían aquellosdeslumbrantes rayos que le servían de útiles en aquel formidable trabajo, y noextrañándomedequeenaquellaobranointervinieraelfuegoinmortaldelaVidaquebrillabaenlascavernasdeKor.

He creído seleccionar este incidente entre los muchos y muy admirables quecallo,parademostrarcuángrandeypoderosoeraeldominiodeaquellasobrenaturalmujersobrelasfuerzasdelaNaturaleza.

Más tarde, tuvimos otra ocasión de presenciar un aterrador ejemplo de estafuerza.

www.lectulandia.com-Página165

LAPROFECÍADEATENE

El día siguiente tuvo lugar en el Santuario una gran ceremonia a la que noasistimos,peroque,segúnnosenteramosdespués.eraparaconsagrarlaguerra.Porlanoche,comodecostumbre,pasamoslaveladaconAyesha.Aqueldíaestabademalhumor, pero su variabilidad era tal, que de la seriedad grave pasaba a la carcajadajovialeinfantil.

—Sabed—nosdijo—,quehoyhahabidoOráculo;hanvenidotodoslosneciosjefesdetribusapreguntaraHeseacómoserálabatalla,cuáldeellosmoriráycuálganaráhonores...

Yo,claroestá,nadahepodidodecirles:loshedespedidoconpalabrasambiguas,quebienpodíantomarseenunsentidooenotro.¿Quécómoserálabatalla?Esoloséyomuybien,puesseréyoquienladirigirá;perodelfuturo...¡Ah,deesonadapuedodecir!

Después,dirigiéndoseaLeo,dijo:—¿Querrás escucharmis ruegos y quedarte en elSantuario, o bien, salir a una

partida de caza?Hazlo así y yome quedaré contigo; podemosmandar aOros y aHollyadirigirlabatalla.

—¡Noquiero!—dijoLeorotundamente,temblandodeindignación,pueslaideadequeyoibaaserenviadoacombatirmientrasélquedabaeneltemploenseguridad,empujaba a un hombre valiente como él a la rabia y descontento. Aun cuando enteoríadesaprobabaestabatallapor tratarsedesuseramado, tomabasucausacomopropia,llenándolodecorajeyansiasdelucha.

—Tedije,Ayesha,quenoharíatalcosa—repitió—;además,quesitúmedejasesaquí,yoencontraríaelcaminoparasaliralencuentrodetustribus.

—Ven,sitalestudeseo—contestóAyesha,vencida—ytuculpacaigasobretucabeza.

No,nosobrelatuya,amadomío,sobrelamía,sobrelamía...Despuésdeestaextrañareacciónquedócomosifueraunaniñariendoportodoy

contándonoshistoriasdellejanopasado.Noshablódesusinvestigacionesacercadelaverdad;decómoenbuscadelsaber

habíaconocidotodaslasreligionesdesusdíasylashabíarechazadounaporuna,decómohabíapredicadoenJerusalénydecómofueapedreadaporlosDoctoresdelaLey;decómohabíaviajadoporArabia, siendo rechazadapor supueblocomounareformadora; de cómo había viajado por el Egipto y en la corte de los Faraonesencontradounmagofamoso,mitadcharlatánymitadvidente;quelainstruyóenestearte con tal perfección, que al poco tiempo era ella la maestra y lo obligaba aobedecerleciegamente.

Entonces,aunqueparecíaqueAyeshaqueríacontarnosalgomás,pasódeEgipto

www.lectulandia.com-Página166

alpaísdeKor.EnesoestabacuandoentróOrosenlahabitación.—¿Quépasaahora,Oros?¿Esquénuncapodrévermelibredetiaunquesólosea

porunahora?—dijoAyesha.—¡Perdón,ohHesea!Esunescritode laKhaniaAtene—dijoel sacerdotecon

humildevoz.—Rompe el sello y lee—dijo Ayesha sin preocuparse—.Quién sabe si se ha

arrepentidodesulocuraypideperdón.Orosleyó:"AlaHeseadelSantuariodelaMontaña,conocidaporAyesha'sobrelatierray

enlosdominiosetéreosconelnombredeEstrella-que-cayó.—Unbonitonombreporcierto—interrumpióAyesha—.¡Oh,peroAtenenoha

vistoelevarsealasestrellasaunqueéstasesténdebajodelatierra!...Sigue,Oros..."¡Saludos,ohAyesha!Túqueereslamásanciana,quemuchohasaprendidoen

tuvidadelargascenturiasyque,ayudadaporotrasfuerzas,aparecescomohermosaalos ojos de los hombres, ojos que antes has cegado con tus artes. A pesar de tusprodigios, una cosa te faltaqueyoposeo,y es el poderde lavisiónde loshechosfuturos. Sepas, Ayesha, que yo ymi tío, el gran vidente, hemos leído en los mássabioslibrosloqueestáescritoquesucederáalfinaldeestaguerra.Yeslosiguiente:

"Paramílamuerte;masnomeapena,meregocija;parati,unadagahundidaentu cuerpo por tu propiamano. Para el país de Kaloon, ¡sangre,miseria y ruina! -ATENE.KhaniadeKaloon."

Ayesha escuchó en silencio, pero ni sus labios temblaron ni su cara expresó lamenoremoción.SólodijofríamenteaOros:

—DialemisariodeAtenequeherecibidosumensaje,yquedentrodepoco lellevaré la respuesta personalmente a su palacio deKaloon.Ve, sacerdote, y nomemolestesmás.

CuandoOrossalió,Ayeshanosdijo:—Este destino mío, desde largo tiempo escrito, se ha de cumplir. Como

Amenartas profetizó, Atene profetiza, puesto que ambas son una misma persona.Bien;dejemosqueladagasehunda,sihundirlaenmipechodeberé;noretrocederéporello,puesséquealfinhedetriunfar.¡QuiénsabesilaKhanianodicesóloestoparaatemorizarme!Mas,siesverdad,mibienamado,debemosaceptarlo,pueshasdesaber que nadie puede escapar del influjo de su propio destino, como no puededeshacerseellazoquenosuneconeluniverso.

SERÍAelmediodíadelasiguientejornadacuandodescendíamosporlaladeradelaMontaña con las fieras tribus de apariencia salvaje. Los escuchas habían salidoantes que nosotros en vanguardia. Detrás iba la caballería, jinetes en nerviososcaballos, mientras a la derecha, a la izquierda y por la retaguardia avanzaba lainfantería,formadaenregimientos,consusjefesalacabeza.

www.lectulandia.com-Página167

Ayesha, velada ahora -pues no quería mostrar su hermosura a aquellas hordassalvajes-,marchabaenmediodelosjinetes,sobreuncaballoblanco.ConellaíbamosLeoyyo.

Leo,montadoenelcaballonegrodelKhan,yyoenotro,nodetanfinaestampa,pero más fuerte y salvaje. Rodeándonos iban un cuerpo de guardia de armadossacerdotes,yunregimientodesoldadosescogidos,entrelosqueibanloscazadoresqueLeohabíasalvadodelairadeAyesha,yqueahoraeransusmásfielesyvalientescompañeros.

Ibamostodoscontentos,puesconelfrescoairedelaMontaña,entibiadounpocoporlosrayosdelsolyperfumadoporlasmilesenciasdelanaturaleza,eracapazdehacer olvidar todos los temores y todos los recelos experimentados en aquellascavernasdelaMontaña.Además,elmovimientodeaquellosmillaresdehombresysuspreparativosdeguerraexcitabannuestrosnervios.

Hacíamucho tiempoquenohabíavistoaLeo tan rozagantey tan feliz.En losúltimostiemposestabapálidoydelgado;peroahora,susmejillasestabanrojasysusojos brillaban alegres. Ayesha también parecía contenta, pero su carácter era tanvariablecomoeldelanaturalezamisma,estandotanprontoalegreyrisueñacomounrayodesol,comotristeymelancólicacomounrayodeluna.

—Demasiadotiempo—nosdijoriendo—heestadoencerradaen"lasentrañasdeesa Montaña, acompañada solamente por mudos salvajes o por melancólicossacerdotes cantores; ahorame siento contenta y alegre de ver de nuevo elmundo.Créeme,Leo;másdeveintesigloshacequeestoysentadaenmitronoy,comoves,no he olvidado la equitación, aunque este animal no es tan fino como aquelloscaballosárabesquemontéenlosextensosdesiertosdelaArabia,galopandoensonde guerra al lado de mi padre. Mira, allí está la boca de la garganta donde vi elhechicero que idolatraba a su gato, y que os hubiera matado a los dos por haberlanzadosumascotaalfuego.ElgeneralAlejandro,elprimerRassendebióserquientrajoesacostumbredelEgipto.DeestemacedonioAlejandropuedocontartemuchascosas,puesfueuncontemporáneomío.

Leo y yo la miramos admirados, y pudimos darnos cuenta de que ella nosobservabaatravésdesutupidovelo.Comosiempre,eraamíaquienriñó,puesleíatodosmispensamientos.

—Tú,Holly—dijo,rápidamente—,ereselhombremásdesconfiadoeincréduloquehevisto;siemprepiensasqueteestoyengañando,ysabesqueesomedisgusta.

Protesté,diciendoquesolamentereflexionabasobrelasvariacionesdedosideas.—Nohagasjuegosdepalabras—contestó—;tú,enelfondodetucorazón,crees

quesoyunaembustera,yesomeenoja.Hasdesaber,necio,que,cuandoyotedijealgunavezqueelgeneralmacedonio

vivióantesqueyo,mereferíaaestavidapresentemía.Enlaexistenciaqueprecedió

www.lectulandia.com-Página168

aésta,aunquevivítreintaañosmásqueél,nacimoslosdosenelmismoverano,yloconocíaperfectamente,porseryoelOráculoqueélconsultabaantesdeacometersusempresas, y es a mi saber a lo que debió sus victorias. Después reñimos, y loabandonéconRassen.Desdeaqueldía,labuenaestrellaquebrillabaparaAlejandrosedesvaneció.

Enmediodeaquellaagoníaaprensivaydesechandotodaslascríticasqueporellopudierarecibir,meaventuréadecir.recordandolasextrañashistoriasdelmonjeKou-en:

—¿Yrecuerdas,Ayesha,todolosucedidoentusvidaspasadas?—No; no todo —contestó, meditando— únicamente los grandes sucesos y

aquellosquehepodidorecordarconayudadelestudiodelascosassecretas,yquetúllamas videncia o magia. Por ejemplo, mi querido Holly, puedo recordar que enaquellavidavivíastú.Creorecordaralgodeunfilósofomuyfeo,vestidosiempreconsuciasropas,siempreborracho,quedisputóundíaconAlejandrohaciéndolemontarencólera.Norecuerdosunombre.

—SupongoquenoseríaunollamadoDiógenes—dijeconsorna,sospechando,nosinfundamento,quequizáAyeshaseestababurlandodemí.

—No—respondió gravemente—.ElDiógenes de que tú hablas era unhombremuchomásfamoso,unoderealyverdaderasabiduría,aunquetampocohacíaascosalvino. Tengo pocos recuerdos de aquella vida; sin embargo, nomenos que los quetienenalgunosdelosadeptosdelprofetaBuda,cuyasteoríasestudiéydelascualestú,miqueridoHolly,tantomehashablado.¡Peroalto!¡Lavanguardiahaentradoencombate!

Efectivamente,un lejanoruidodecombatesedejóoír,enesemomento,viendodespuésunescuadróndecaballeríaquesedirigíahacianosotros.EraparadecirnosquelasavanzadasdeAteneestabanenplenaretirada.Unprisioneroqueacababandetomar,alserpreguntadoporunsacerdote,lecontestóquenoeranlospensamientodela Khania atacarnos en la Montaña, sino en la orilla del río, teniendo así comodefensa sus aguas, las cuales debíamos cruzar, con lo que demostraba un perfectosentidomilitar.

Aqueldíanohubolucha.Todalatardelaempleamosendescenderlasladerasdela Montaña más rápidamente de lo que nos costó su subida, después de nuestraazarosa fuga de la ciudad Kaloon. Antes de la puesta del sol, llegamos alcampamentopreparadodeantemano;unaampliallanuraenlaladeraqueacababaenlacrestadelVallede lasOsamentas,dondedíaspasadosencontramosalmisteriosoguía.Alvalle,sinembargo,nollegamos,aunquebienpodíamoshacerloatravesandoél profundo túnel; pero, como dijo Ayesha, aquel pasaje era suficiente para unejército.

Doblandohacialaizquierda,seelevabaunenormenúmerodeinaccesiblesrocas,

www.lectulandia.com-Página169

bajo las cuales pasaba el túnel, hasta que por fin pudimos llegar a la cresta de laoscuragarganta,dondepensamospernoctar,asalvodetodoataque.

Aquellanoche,Ayesha se sintió turbadapornuevosmiedos en loque antesnohabía pensado. Por fin pareció vencerlos por un supremo esfuerzo de la voluntad,anunciándonosqueibaadescansarparareconfortarasísualma-laúnicapartedeellaquenecesitabasiempredescansar-.Susúltimaspalabrasparanosotrosfueron:

—Dormid vosotros también, dormid y no os alarméis si os llamo durante lanoche;quizáenmissueñospuedaencontrarnuevosconsejosynecesitecomunicarlosantesdequenospongamosenmarchaaldespuntarelalba.

Así nos separamos, pero ¡ah!, ¡qué poco sospechábamos cómo y dónde noshabíamosdeencontrardenuevolostres!

Estábamos cansados y pronto quedamos dormidos profundamente al lado denuestrovivac,conlatranquilidaddelquesesabeguardadoporunejércitoentero.

Despuésnorecuerdomáshastaquemesentídespertadoporuncuernodecaza,que, luego de una pausa, se dejó oír de nuevo, esta vez tocado por el oficial denuestraguardia.

Otrapausa,yunsacerdotehacíaunareverenciaantenosotrosmientraselfuegodelahoguerasereflejabaensuafeitadacabeza.Meparecióreconocerlo.

—Yo—me dijo un nombre que me era familiar, pero que he olvidado— soyenviadoavos,señores,porOros,elcualmeordenadecirosqueHeseaquierehablarconvosotrosdosalinstante.

Leo, en estemomento se despertó, y alarmado preguntó de qué se trataba. Leconté lo que sucedía, y malhumorado dijo que bien podía Ayesha haber esperadohastaeldía;despuésañadió:

—Bien; qué le vamos a hacer. Vamos, Horacio —y se dispuso a seguir almensajero.

Elsacerdoteseinclinódenuevo,ydijo:—LaordendeHesea, señoresmíos, es quedebéis ir armados y escoltados por

vuestraguardia.—¿Para qué?—preguntó Leo—. ¿Para qué protegernos por un paseo de cien

metrosatravésdelcorazóndeunejército?—Heseahadejadosutienda,yestáenelValledelasOsamentasestudiandolas

líneasdeavance.Poreso,Heseaosruega,señoresmíos,quellevéisvuestraguardiaconvosotros,puesellaseencuentrasola.

—Estaráloca—gritóLeo—.¡Pasearporunlugarcomoéseamedianoche!RecordéentoncesqueAyeshanosdijoquequizáenviarapornosotros,yteníala

seguridad de que si algún peligro no se sospechase, no nos hubiera rogado llevarnuestraescolta.Así,pues,llamamosanuestraescolta-unosdoceentotal-,tomamosnuestraslanzasydagasynospusimosenmarcha.

www.lectulandia.com-Página170

Comenzamosadescenderlaspendientesdelvalle,conlasquenuestrosacerdoteguíaparecíaestarmuyfamiliarizado,puessedeslizabaporellascomosihubierasidoporlasescalerasdeltemplo.

—Quéextrañolugarparaunareuniónenlanoche—dijoLeocuandoestuvimosenelfondo,yvimosunbultoblancoquesepaseababañadoporlaluzdelalunaalpiedelvalle; era lavelada figuradeAyesha—.Míralapaseándose en esemacabroagujerocomosisetrataradel"HydePark".

Lafigurasevolvióynoshizoseñasdequelasiguiéramos,internándonosporelfondo del valle, donde velase rota la parda monotonía de la lava rocosa por lasblancassalpicadurasdelascalcinadasosamentas.Llegamoshastalavertienteopuestaqueestabaensombra,puesnollegabahastaallílaluzdelaluna.Aquí,enlasépocaslluviosas,corríaunarroyueloquehabíacortadounasendaenlarocaeneltranscursode siglosy siglos,y losdetritusquehabíaarrastradosupaso, los ibadejandoaunladoyotrode sucurso,de tal formaquecasi todas lasosamentasdequeel fondoestabasembradosehallabanensumayoríaenterradasenlaarena.

Enunlugardondelosrestoseranmásabundantesynumerosos,nosdetuvimos.Los cráneos, tibias y fémures se veían esparcidos por aquí y allá, indicando losúltimosrestosdefieroscombatientesdeunasingularbatalla.

Aquí Ayesha se detuvo a contemplar todos aquellos blancos despojos, comopensando en la necesidad de hacerlos revivir para emprender de nuevo la batalladecisiva. Llegamos cerca de ella, y el sacerdote que nos guiaba detuvo a los delcuerpo de guardia, dejándonos solos con ella, como si les estuviera prohibido elaproximarse aHesea.Leo, quemarchaba delante demí comounos cuatro o cincometros,exclamóalllegarjuntoaAyesha:

—¿Por qué te aventuras por tales lugares de noche, Ayesha? ¿No temes unaemboscada?

—No—contestó.—Sevolvióhacianosotros,yabriendolosbrazoslosdejócaerdenuevoaamboslados.Comosiéstafueraunaseñal

dirigidaalassombrasquepoblabanaquelloslugares,sucedióunacosaterrorífica.Portodoslosladosvimoslevantarsealosesqueletosdesuslechosdearena.Vi

cómoblancascalaveras,brazosypiernasseponíanenmovimientoyavanzabanhacianosotros.

El masacrado ejército volvía de nuevo a la vida armado de lanzas y espadas.¡Horrible!

Pensé en seguida que aquello era la obra de un nuevo experimentomágico deAyesha, que quería que fuese contemplado por nosotros, sacándonos para esto denuestrotranquilosueño.Confiesoquetuvemiedo.Esmás,retoalmásvalientedeloshombres, aunque esté libre de toda superstición, a que no es capaz de evitar unestremecimientodeterror,sipermanecieseenunaiglesiavacíayamedianocheviera

www.lectulandia.com-Página171

quelosmuertossalíandesussepulcros.Taleramicaso;aúnmássalvajeyterrorífico,portratarsedeaquelsombríolugar,deprimentedeporsí.

—¿Qué nueva brujería es ésta? —preguntó Leo con voz ronca. Ayesha nocontestó.

Oí ruido trasdemíymiré.Losesqueletoshabían rodeadoanuestro cuerpodeguardia, que en su mayoría, pobres diablos, estaban paralizados por el terror, yalgunoshabíanarrojadosusarmasalsuelo,quedandoderodillasimplorandomerced.Losfantasmaslosatacaronconsuslanzas,yvimoscaerasusgolpesalgunosdeellos.Laveladafigura,señalandoaLeo,dijo:

—Tomadlo,perosileherís,meresponderéisconlavida.¡Horror!¡EralavozdeAtene!Tardeentoncescomprendílatrampaenquehabíamoscaído.—¡Traición! —grité, pero antes de que las palabras acabaran de salir de mis

labiosunesqueletomeredujoalsilenciodeunviolentogolpeenlacabeza.Aunquenopudearticularpalabra,missentidosnomeabandonaronporunossegundos.ViaLeoluchandofuriosamenteconvarioshombres,dosdeloscualesyacíanasuspies.Lasangrebrotabadesuboca.

Perdíentonceslanocióndecuantomerodeaba,ycreyendoqueeralamuerte,meabandonéamidestino.

Por qué nomemataron, no lo sé; es probable que en su huida los disfrazadosguerrerosmecreyeronmuerto,yseevitaronasíelgolpedegracia.Salvolacontusiónenlacabezanorecibíningunaheridamás.

www.lectulandia.com-Página172

LAPÉRDIDADELOSPODERES

Cuando volví en mí, era de día. Vi la cara plácida y tranquila de Oros, que,inclinado sobre mí, vertía sobre mis labios un líquido que pareció correr por misvenas,dándomenuevavidaydescorriendolaoscuracortinaquecerrabamicerebro.JuntoamíestabaAyesha.

—Habla, por tu vida, habla —dijo con voz terrible—. ¿Qué es lo que hasucedido?Sitúvives,¿dóndeestápuesmiseñor?¡Dímelo,omueres!

Estaera lavisiónque tuvecuandoperdímis sentidosalquedarenterradoen lanievedelaavalancha.—¡Atenlohasecuestrado!—contesté.

—¿LohasecuestradoAteneytúvives?—Nodescarguestuirasobremí—contesté—;noesculpamía.Yenpocaspalabraslecontélosucedido.Escuchó;después,mirandohaciadondeyacíanloscuerposdelos individuosde

nuestraguardiaconsuslanzassintrazasdesangre,dijo:—¡Bienpor losmuertos!Ahora teconvencerás,Holly,decuálesel frutode la

piedad.Las vidas de aquellos que perdoné son las que han conducido ami señor a su

desgracia.DespuésseacercóallugardondefueLeocapturado.Enelsuelohabíaunadaga

rota-aquellaquepertenecióalKhan-,yloscuerposdedoshombresmuertos.Ambosestabanvestidosconunaespeciedehábitonegro, teniendosuscabezaspintadasdeblanco, así como otras partes del cuerpo imitando los calcinados huesos de losesqueletoshumanos.

—Buenatretaparaengañaralosniños—exclamóAyesha—.Bienhastramadolatrampa,Atene... Pero dime,Holly: ¿estabaLeo herido cuando tú lo dejaste?Dimetodalaverdad.

¡Oh,esmíalaculpa;susangrecaerásobremí!—No,cálmate,Ayesha;susheridasnoerangraves,ningunacreo;sólounasgotas

desangrecaíandesuslabios.Mira,poraquíhayalgunas.—Porcadaunadeellastomarécienvidas.¡Lojuropormímisma!—dijoAyesha,

ahogandounsollozo.Despuésgritóconvoyvibrante—.¡Atrásyacaballo,tenemosmuchascosasquehacerenestedía!Túesperaaquí,Holly;nosotrosvamosporunasendamáscorta,mientraselejércitoatraviesaelvalle.Oros,daledecomerybeber,ycúrale laheridaquetieneenlacabeza.Noesdegravedad,puessusombreroysuscabelloslehanprotegidodemalmásgrave.

Oroscomenzóafrotarmelacabezaconunalocióndesinfectante.Despuéscomíybebítantocomopude,puesaunquefuegrandeelgolpe,nohabíaperdidoelapetito.Cuandoestuvelisto,trajerondoscaballosparanosotros,ymontandocomenzamosa

www.lectulandia.com-Página173

marcharporelsecocursodelasaguas.—Mira—dijo Ayesha, mostrándome huellas y trazos marcados en el suelo—.

Habíaun coche esperándolo, tiradopor cuatro caballos.La ideadeAtene fuebienplaneadayllevadaacabo.¡Yyoque,descuidadayconfiada,dormíaprofundamente!

Aquí las tribus habían comenzado la ascensión antes del alba y todavíacontinuaba.

Estacolinahabíasidoremontadaporcincomilhombres,cadaunodeloscualesllevabauncaballodelarienda.Ayeshareunióalosjefesycapitanesdetribu,yleshablódeestaforma:

—SiervosdeHesea:elextranjeroqueeramiprometidoyhuéspedhasidorobadoporunafalsasacerdotisaquesehainternadoennuestrocampamentoengañandoalosguardianes.Esnecesariocapturarlaantesquepuedahacerlemalalguno.Vamos,pues,aatacaralejércitodelaKhaniaensusmismasfronterasdelrío.Cuandoéstasseanrotas,yopasaréporsusbrechasconlosjinetes,puesquierodormirestanocheenelpaís de Kaloon. ¿Qué dices, Oros? ¿Que un segundo y más poderoso ejércitodefiende sus murallas? ¡Ya lo sé, y si es necesario destruiré ese ejército! Jinetes,venidconmigo,¡yoosconduciréalavictoria!

Capitanes:seguidme,ymalditoseaaquelqueretrocedaenlahoradelabatalla;lamuerte y la vergüenza eterna sean su castigo, y la fortuna y el honor sean paraaquéllos que luchen bravamente, pues para ellos serán las hermosas tierras deKaloon.Yotomaréelcentrodelataque.Dejadqueavancenlosflancos.

Los jefes,aestaarenga,contestaronconunalarido,pueseranhombresfierosycuyos antecesores habían amado la guerra durante muchas generaciones. Además,porlocaqueparecieralaempresa,ellosteníanfeciegaensuOráculoyensuHesea,y como todos los pueblos conquistadores, fueron prontamente encendidos con lapromesadelpróximobotín.

UNAhorademarchaforzadacondujoalejércitohastaelbordedelasmarismas.Porsuerte,éstas,porserlaestacióndegransequía,estabanfirmesysólidas,loquecontribuía favorablemente para el ataque por el río, cosa que anteriormente tuvemiedoquefueraimpracticable.Alaorillaopuesta,sobrelaribera,seveíanformados,enescuadronesdepieyacaballo,losregimientosdeAtene.

Mientras la infantería de los flancos se desplegaba a derecha e izquierda, lacaballeríahizoaltoenlospantanos,dejandoquesuscaballossehartarandelverde,queallícrecíaabundante,ydelaguaquehabíaenalgunascharcas.

Durantetodoestetiempo,Ayeshaestuvoensilencio,ydesmontandodejóqueelcaballofueraapacerconlosotros.Porfinhabló,diciendo:

—¿Creesqueéstaesunalocaaventura,Holly?Di,¿tienesmiedo?—No;teniéndoteatiporcapitán,no.Sinembargo,aquelsegundoejército...—Desapareceráamivoluntadcomolanieblaaladelviento.Después—agregó

www.lectulandia.com-Página174

con voz baja y temblorosa—,Holly te aseguro que verás cosas que jamás hombrealgunoviosobrelatierra.Acuérdatedeloquetedigocuandoyopierdamispoderesy tú sigas el tremolento velo deAyesha a través de los destruidos escuadrones deKaloon.¿MasquépodremoshacersiAtene lehadadomuerte?¡Oh,siellaatacarasiempredefrente!...

—No te aflijas—le dije, pensando lo que querrían decir aquellas palabras depérdidadelospoderes—.Creoqueloamademasiadoparamatarlo.

—Agradezcotuspalabras,Holly,perotemoquecomoél laharechazadoyestálocaderabiaycelos,todoestosehayaconvertidoenlafatalsentenciademiamado.Si esto fuera así, ¿de qué valdría entoncesmi venganza? Bebe y come de nuevo,Holly;no,yonocomohastaquepuedahacerloenKaloon,ysujetabienlacinchaylabridadetucaballo,puestenemosqueatacarenunasalvajecarrera.MontaeneldeLeo,queesrápidoyseguro.

Ayesha estaba ahora de pie, contemplando el cielo en tal forma que me eraimposibleversuveladacara.Parecíacomositodasuatenciónyvoluntadestuvieranconcentradasenunobjetodesconocidodelespacio,puessucuerpo temblabacomoundébiljuncoalimpulsodelviento.

Eraunaextrañamañanafríayclara;teníaunararapesadezelambiente,comolaqueprecedealasgrandescaídasdenieve,aunqueeratodavíaprontoparalasgrandesnevadas.

Unaodosvecesenmediodeestacalma,meparecióoírcomoun ligerorumorquenoeraelruidoordinariodelostruenos,pueselcieloestabatranquilo.

ComounacontestaciónalaestáticacontemplacióndeAyesha,grandesmasasdenegras nubes fueron apareciendo una por una en el cielo sobre el pico de laMontaña...

Viendoaquellasenormesyfantásticasnubes,meaventuréaadvertirlequeparecíaqueeltiempoibaacambiar;claroestáqueestonoeranadaextraordinario,peronosénicómolodije.

—¡Sí—contestó—;estanocheeltiemposeagitaráaúnmásfuriosamentequemicorazón!

¡No se elevará más el grito de "agua" en Kaloon! ¡Monta, Holly, monta! ¡Elataquecomienza!—ysinvacilarmontóenlacabalgadura.queOroshabíapreparadoparaella.

Enmediodelpolvolevantadoporloscincomiljinetes,comenzóeldescensoalvado.

Cuando llegamos a sus bordes vi que las dos divisiones de infantería estabanatravesandoelríocomoenunamediamillaaunladoyaotro.Deloquelessucedióaestasdivisionesnomedicuentaenaquelmomento,sibienmástardemeenterédequehabíanconseguidoromperelcercocongrandespérdidasporamboslados.

www.lectulandia.com-Página175

Frente a nosotros se extendía el principal cuerpo del ejército de la Khania,escalonado por regimientos en los diferentes bancales de la ribera. Pronto seencontraron con las furiosashordasdenuestras tribus.Mientras esto sucedía,Orosllegó hasta donde Ayesha estaba, diciéndole que Leo, prisionero en un carruaje yacompañado de Atene, Simbrí y una guardia,. habían pasado a través del campoenemigogalopandofuriosamentehaciaKaloon.

—Ahorratuspalabras;losé—contestóAyesha.Nuestrosescuadronesganaronlaorillaopuesta,habiendoperdidolamayoríade

sushombresentrelasaguas,puestanprontoasentabansupiesobrelatierrafirme,losenemigosatacaban,volviéndolesotravezalagua,diezmándolosimpunemente.Tresveces atacaron y tres veces fueron rechazados en la misma forma. Ayesha estabaimpaciente.

—Necesitanunjefe;yolesdaréuno—dijo—.Venconmigo,mifielHolly.Yseguidaporlamayoríadelosjinetesseinternóenelríoyesperóhastaquelas

rechazadastropasllegaronhastanosotros.Orosmurmuróamioído:—¡Esunalocura,mataránalaHesea!—¿Locreéisasí?—contesté—.Antesmoriremosnosotrosqueunaheridalesea

producidaaAyesha.AloírestosonrióOrosyseencogiódehombros.Oroseramuyvalienteysabía

muybienquesuseñoranopodíaserherida.Creoquelohizoparaprobarme.Ayesha levantó su mano, en la cual no llevaba ningún arma, e hizo señal de

avanzar.Un gran alarido contestó a este signo de ataque,mientras ella decía algo a su

caballo,queseinternabamásymásenelagua.Dosminutosmástardelasflechasylaslanzaspasabansobrenuestrascabezasen

tangrandescantidadesqueparecíanoscurecerelcielo.Vicaerahombresycaballosaunladoyaotro,atravesadosporlasflechas,peroningunametocóamínialafiguracuyasblancasvestidurasflotabanaunmetroodosdedistancia.Aloscincominutosganamoslaorillaopuesta,dondecomenzólaverdaderalucha.

Eratallabravuradelataque,quenosevioalablancafiguradeAyesharetrocederniunmilímetrosobresuspasos;adondeellaibaallísedirigíanlosfuriososataquesdelashordas.Estábamossobrelaribera,yelenemigonosrodeaba,perolentamenteíbamosrompiendosucercoeinternándonosenelpaísdeKaloon.

Pasamos a través del corazón del ejército enemigo mientras. las tribus sepreocupaban de deshacer sus esparcidos fragmentos, que se retiraban en huídavergonzosa.Muchosdenuestrosguerrerosestabanheridosymuchosmuertos,perosehabíadadoordendequetodosaquellosquecayeranheridosdebíandarsucaballoaloscompañerosparareemplazaraloscaídos.

Nosrehicimos,ynospusimosnuevamenteenmarcha;éramosunostresmil,no

www.lectulandia.com-Página176

más,llevandocomoobjetivolaciudaddeKaloon.Marchábamosaunpasolargo,queseconvirtióentroteydetroteengalope,puescruzábamosunaplaniciesinfin,hastaquealmediodía,ounpocodespués,vimosalolejoslaciudaddeKaloon.

Se ordenó hacer alto, pues aquí existían unas albercas en las cuales había aúnbastanteagua,ydondeloscaballossaciaronsused,mientraslosjinetesreparabansusmermadas fuerzas con carne seca y pan de cebada. Aquí, dos espías más se nosreunierondiciendoqueelgranejércitodeAteneestabaapostadoalaentradadelosgrandes fuertes, y que atacarlos con nuestras escasas fuerzas era ir a una seguradestrucción.Ayeshanoquisoescucharestaspalabrasniprestócasiatenciónaellas.Únicamenteordenóquetodosloscaballosqueestuvieranfatigadosfueransustituidosporlosquesellevabanderefresco.

Marchamos adelante hora tras hora, en perfecto silencio. Las formacionesnubosassehabíanagrandadotantoytanespesassehabíanhecho,quetodoelcamposeveíaenvueltoenlasombra.Marchabansobrenosotroscomosifueraunejércitodelos cielos, mientras de vez en cuando, se desgarraban jirones de nubes que sealargabancomopuntasdegigantescasespadas...

Bajo ellas reinaba una gran tranquilidad. Parecía como si la vidamuriese bajoaquelpaliobermejo.

NosaproximábamoscadavezmásaKaloon.Lasavanzadasdelenemigoestabancada vez más próximas, y podíamos ver cómo levantaban sus jabalinas, siendocontestadassusfrasesdeburlaconestentóreosecos.Veíamoslossedosospenachosdelosjefesagitadosporelvientoylosescalonadosdestacamentosdecaballería...

Unaembajadaseacerca,yaunaseñalde lamanodeAyeshahicimosalto. Ibadirigidaporunseñordelacorte,cuyacarareconocíenseguida.Detuvosucaballo,ydijo,insolentemente:

—Escucha,Hesea,laspalabrasdeAtene.Tuamadoextranjeroestáprisioneroensu palacio. Avanza y te destruiremos a ti y a tu pobre ejército; pero si por algúnmilagrotúalcanzaslavictoria,élmorirá.MárchateatuMontaña,ylaKhaniatedarálapazyatupueblosusvidas.¿QuécontestasaestaspalabrasdelaKhania?

AyeshamurmuróalgoaOros,quedijo:—Nadahayquecontestar.Márchatedeprisasiamas tuvida,porque lamuerte

pasacercadeti.Al oír estas palabras se marcharon rápidamente. Por unos momentos Ayesha

permaneciópensativa.Sevolvió,yatravésdesufinovelopudeverquesufazestabablancayteníaunaspectoterrible,yquesusojosbrillabancomobrillanlosdelleónenlanegruradelanoche.Mehabló,ysuspalabrassilbabanporentresusapretadosdientes:

—Holly,prepárateaasomartealabocadelinfierno,quisierapoderloevitar,telojuro,peromicorazónmeobligaasercrueleimpíayusardetodomisecretopodersi

www.lectulandia.com-Página177

quiero ver a Leo todavía vivo. Te digo, Holly, que en estos momentos tratan deasesinarlo.

Entonces,levantándosesobresusilla,gritó:—Nada temáis, capitanes; somospocos,peroconnosotrosva la fuerzadecien

millonesdehombres.AhoraseguidaHesea,y,sucedaloquesuceda,nodesmayéis.Repetidestoalosguerreros:quenadatemanyque,sucedaloquesuceda,siganalaHeseaatravésdelenemigo,delospuentesydetodoslosobstáculoshastallegaralaciudaddeKaloon.

Losjefeshablaronunosyotros,yporunmomentosearmóunaterriblealgarabía;pocoapocoserestablecióelsilencioy—seoyógritar:

—Nosotros, los que te hemos seguido a través de las aguas, te seguiremostambién a través de la llanura. Adelante, Hesea, que la noche se cierne sobrenosotros.

Sedieronalgunasórdenes,ylascompañíassepusieronenmarcha,afectandolaformadeunagigantescacuña,siendoAyeshaelmismovérticedelángulo,puesauncuando Oros y yo marchábamos junto a ella, nunca llegábamos a marchar connuestrascabalgadurasmásalláquelasilladesucaballo.

Frente a nosotros brilló un blanco penacho, siguiéndole un torrente de negrassombras.

Unalarido salvaje sonó,ycomosi fueraésa la señal convenida, escondidosdeentre los árboles y todas las defensas naturales salió disparada hacia nosotros lacaballeríaenemiga,mientraselcentrodelejércitosedirigíaaenvolvernos,comosifuera una enorme ola coronada de metálica espuma. Eran muchos, muchos,incontables,comosifueraunverdaderomardehombresquesembrasenlamuerte.

Nuestrofinestabapróximo.Estábamosperdidos,oalmenos,asíparecía.Ayeshadejócaerelveloque lacubríayque flotócomounenormepenachoel

empujedelviento.Densasymásdensassetornabanlasnubessobrenuestrascabezas,mientrascada

vezmáscercanoseoíael fuertegaloparde loscaballosen la tierrade losdiezmiljinetes que, como una avalancha, se dirigían hacia nosotros. La cumbre de laMontañacomenzóavomitarbocanadasdefuego.

Laescenaera terrible.Frenteanosotrosseveían losplanos tejadosdeKaloon,iluminados rojizamente como si fuera por unamonstruosa puesta de sol... Arriba,todonegrocomosifuerauneclipse...Anuestroalrededorlastinieblasylamuertealacecho...

Los jinetesdeAteneavanzaban, avanzaban; ladestruccióndenuestrodiminutoejércitoerainevitable.

AYESHAdejó caer las riendas de su caballo, y con susmanos agitó el blancoveloqueanteslacubría,comohaciendounaseñalaloinvisible.

www.lectulandia.com-Página178

Instantáneamente lasnegrurasde lanochesevieron rasgadasporun relámpagoqueiluminótrágicamenteelespacio...

AyeshadejabasentirelpesodesupodersobreloshijosdeKaloon.Elterrorllegóentalforma,comoojoshumanosnolovieronniloverán.Enormescorrientesdeairesedesataron,quelevantabanasuempujepesadaspiedras,llevandoconsigoárboles,tejados,casas...Todoiluminadopor la tétrica luzde losrelámpagosqueenelcielolanzaban sus destellos para estallar en horribles truenos que conmocionaban lamente...

Todo era como ella lo había previsto. Parecía que el infierno hubiera volcadotodossusmalessobrelatierra,perosinqueéstosnosperjudicasenenlomásmínimo.Efectivamente, todas estas furias pasaban ante nosotros, dejándonos indemnes. Niunajabalinasehabíaarrojado.Elterribleciclóneraelheraldodenuestrallegada.Susefectoserannuestrasespadasynuestrasarmas,ysusonidoel terriblesonidodeunmillóndeseresquegritaban:

"¡Guerra!",enunespantosoycruelgritodelucha.Nuestrosenemigoshabíandesaparecido.Aunquelaoscuridaderagrande,alaluzdelosfierosrelámpagoslosvicorrerde

aquíparaalláaterrados,envueltoseneltorbellino,espantadosyaterrorizadosporsuspropiosgritosdeagonía.Vicómo loscaballos rodabanen terribleconfusiónporelsuelolosunossobrelosotros,ycomosifueranhojarascasapiladasporelvientoviamontañasdehombresrevueltosyhacinadosporelciclóndeunamaneramonstruosa.Vienlosbosqueslosárbolestronchadosyarrancadosdecuajo,yvilasaltasmurallasde Kaloon derrumbarse como un castillo de naipes, mientras las casas, con sustejados incendiados, hundíanse bajo la espantosa fuerza de la lluvia, y vi cómoenormes llamas de fuego se precipitaban por el aire sobre las pobres ruinas deKaloon.

JuntoamíAyeshagritó,convozclaraypotente:—¡Teprometímaltiempo,Holly!Dime,¿nocreesqueyaeshoradeabandonar

estasaprisionadasfuerzasdelUniverso?TODOpasó.Sobrenosotrosbrillabaelcielotranquilo,yantenuestrocaminose

abríaelampliopuentequedabapasoalaciudaddeKaloon,Pero,¿dóndeestabanlosejércitosdeAtene?Allí,convertidoseninformesmasasdecarnehumana.

Sinembargo,niunosolodenuestrosjineteshabíasufridoelmenordaño.Trasdenosotros galopaban temblorosos, pálidos, como hombres que, cara a cara, hanluchadoconlavida,yhanresultadotriunfantesdelazarosoencuentro.

Al llegara laentradadelpuente,Ayeshadetuvosucaballoy. esperóque todosllegasen, descubriéndoles su peregrina hermosura. A la vista de aquella extrañaradiaciónquecoronabasucabezayquesustribusveíanporprimera.vez,lossalvajesprorrumpieronenungritoalunísono:

www.lectulandia.com-Página179

—¡Ladiosa!¡Adoremosladiosa!Ayesha,,volviendolagrupaasucaballo,seinternóseguidadesusadictos,porlas

largasyestrechascallesdelaincendiadaciudad,endirecciónalpalacio.Llegamos a su entrada principal. En el jardín todo era silencio; por todos los

sitios,silencio,interrumpidoúnicamenteporelcrepitardelashoguerasylosaullidosdelosMastinesdelaMuertepresosensusjaulas.

Ayesha, saltandode su caballo y despidiendo a todosmenos aOros y amí, seinternóporlasdesiertassalasdelpalacio.

Todo estaba vacío: o habíanmuerto, o .habían huido. Sin embargo,Ayesha nopareciódudarmuchoanteestasituación,pues,internándoserápidamente,tanrápida,queapenaslapodíamosseguir,subióporlaanchaescaleradepiedraqueconducíaalacámaraaltadelatorre.PorfinllegamosalahabitaciónqueservíaparalosestudiosdelviejoSimbríydesusobrinaAtene.

Supuertaestabacerrada,suscerrojosechados;sinembargo,conlasolapresenciade Ayesha los cerrojos y clavos saltaron como atraídos por un formidable imán,cayendolapuertaporsupropiopesoydejandolibreelmarcodesuentrada.

Sentadoenunsillón,pálido,herido,perocon lamirada fieray retadora,estabaLeo; inclinado sobre él y con una daga en la mano, pronta a ser sepultada en elcuerpodesuvíctima,sehallabaelviejoSimbrí,ysobreeldurosuelo,mirandohaciaarriba con sus hermosos ojos, yacía muerta, pero majestuosa hasta en la mismamuerte,laKhaniadeKaloon.

Ayesha,conunlevemovimientodesumano,hizocaerelcuchillodelamanodeSimbrí,queenunosinstantesquedóinmóvilcomosisehubieraconvertidoenpiedra.

Entonces, con rápido movimiento, tomó la daga y de un solo golpe cortó lasligadurasquesujetabanaLeo;después,comorendidaporelesfuerzo,cayósentadasobre un banco, quedando en silencio. Leo se levantó, mirando a su alrededor,extrañado,comoaquélquedespiertadeunpesadosueño;después,convozdoliente,dijo:

—Llegasteatiempo,Ayesha;unsegundomás,yeseperroasesino—yseñalóaSimbrí—mehubieradadomuerte.Dime,¿cómofuelabatalla?¿Cómopudistellegarhasta aquí a través del huracán? ¡Oh, Horacio, gracias a Dios que al fin estásconmigo;penséqueaquellosasesinostehabíanmatado!

—La batalla fue bien para algunos —dijo Ayesha—. No vine a través delhuracán,sinoensusalas.Dime;Leo,¿quéhasucedidodesdequenosseparamos?

—Prisionero y herido me trajo hasta aquí, diciéndome que te debía escribirordenándotedetenerelavance,omorir;desdeluegomeneguéobstinadamenteaello;después...—ymiróalcuerpoqueyacíaenelsuelo.

—¿Después?...—repitióAyesha.—Aquellatempestadtanhorriblequeparecióquererdestruirlaciudadentera.Era

www.lectulandia.com-Página180

espantososentirtemblaralfuerteempujedelvientolamoledelpalacio,arrancandolaspiedrascomosisetrataradesecahojarasca...;despuéslosrayosquecaíancomosifueraunalluviadefuego...

—Ellos eran mis mensajeros. Los envié para salvarte —dijo Ayesha, consencillez.

Leolamirósorprendido,peronadadijo,ydespuésdeunapausa,comosihubieraestadopensandoloquehabíaoído,continuó:

—AlgodeesodijoAtene,peronolecreí.Pensésencillamentequehabíallegadoelfindelmundo.Bien;Atene,alvertodoaquello,sevolviómáslocadeloqueyaestaba.Medijoquesupuebloeradestruidosinquepudieralucharcontraelpoderdelinfierno.Peroqueyopagaríatodaslasculpas,ysedispusoadarmemuerte,tomandoesecuchillo.Yoledije:"Puedesmatarme";puessabíaqueacualquierlugarqueyofuera, túmeseguirías,yestaba tanenfermopor lapérdidadesangredeunaheridaquerecibíenlalucha,quemeabandonéamisfuerzas.Cerrélosojos,esperandoelgolpefatal;peroenvezdedarmemuertenotéquesuslabiosseposabanenmifrente,yleoímurmurar:"No,noharéeso.Notemataré;cumpletupropiodestinocomoyocumplo el mío. Por esta vez, la suerte me es adversa..." Abrí mis ojos y la mirésorprendido. Atene, ante mí, estaba de pie con un vaso en la mano, ése cuyosfragmentosestánjuntoaella."Vencida,¡peroyosoyquiengano!—gritó—.Puesnohagosinomarchardelantedetiparapreparartelasendaquenosconducirá,atiyamí,porelBajoMundo.Estoydestruida;losjinetesdemienemigaestánenlascallesde laciudadenvueltosen rayos,yacuyo frentemarcha lamismaAyeshagritandovenganza" Bebió y cayómuerta. No hace mucho.Mira su pecho, todavía alienta.Después,eseviejoquisomatarme;nopudeluchar,puesestabaagarrotado;graciasalcielo,lapuertaseabrióyllegastetú.Perdónalo;esdesumismasangreylaquería.

Leo volvió a caer de nuevo en el sillón, donde lo hallamos herido, quedandosumidocomoenunaespeciededesmayo,ymirándonosconojosangustiados.

—Túestásenfermo-gritóAyesha-.¡Oros,tusmedicinas,ladrogaqueteordenétraer!¡Rápido,telosuplico!

Elsacerdotehizounareverencia,ysacandodeunbolsillointeriordesusampliasropasunfrasco,selodioaLeo,diciendo:

—Bebed,señormío;estabebidaosdevolverálasaludylafuerza.—Estoysediento,puesnadahebebidodesde lapasadanoche,y la tormentaha

secadomigargantadetalformaqueparecedefuego.Conmanotrémulatomólabotella,yllevándoselaaloslabiosvaciósucontenido.Alguna virtud debía de tener aquella poción, pues el efecto que en mi amigo

produjo fue admirable. En unos minutos, sus ojos, antes mortecinos, brillaronintensamente,volviendoelcolorasuspálidasmejillas.

—Muy admirable es la medicina de Oros —dijo Leo a Ayesha—; pero más

www.lectulandia.com-Página181

admirableparamíesverteatidenuevosanaysalvajuntoamí,paraexpresartetodoel amordemi alma,mibienamada.Allí hayalgoquecomer—agregó, señalandounaalacenaen laqueseveíanvariasviandas—.Di,¿puedocomerdeellas?Estoydesfallecido.

—Sí,come;tú,Horacio,tambiéndebescomer:estaréissinfuerzas.Asílohicimos,sí;aunenpresenciadeaquellamujermuerta,majestuosaaunen'

su misma muerte; del viejo mago que allí estaba impotente y quieto, comopetrificado,ydeAyesha,aquelseradmirablequepodíadestruirunejércitocon lastemiblesarmasdequeseservíaasuvoluntad.

ÚnicamenteOrosnadacomió.Depie,nossonreíabenignamente.Ayeshanitocólacomida.

www.lectulandia.com-Página182

LARENUNCIACIÓNDEAYESHA

Cuandoquedésatisfecho,Leo todavíacontinuabacomiendo,pues lapérdidadesangre o los efectos nerviosos del tónico queAyesha había ordenado suministrarleparecíanhaberlodejadoextenuado.

Mirésucara,sorprendidodeobservarenéluncuriosocambio,nomuyreciente,puescreoqueéstesehabíaoperadoenélmásbiengradualmente,aunqueeraahoracuandopodíaapreciarloentodossusdetallesdespuésdenuestrabreveseparación.Amásdeaquelladelgadez,de locualyahablé,habíaenélciertocontinenteunpocoetéreo;susojosestabanllenosdereflejosdecosasqueibanasuceder.

Suaspectomeapenó,noséporqué.NoeraaquélnimuchomenoselLeoquemeerafamiliar,deampliotórax,erguido,jovial,cazadoryhombredeluchaquetuvolasuertedeamaryseramadoporunserespiritualreencarnadoenelmoldedelamásperfectabellezafemeninaydotadacon todoelpoderde lanaturalezamisma.Todoestovivíaaúnenél,verdadera;peroelhombreeradistinto,yestoyseguroquetalcambioproveníadelainfluenciadeAyesha.

Ellatambiénlomirabaysuspensamientosparecíanserlosmismosqueturbabanmimente,hastaquealfinalgunaideacruzóporsuser,puesvicómoabríaaquellosdivinos ojos y el carmín teñía sus mejillas en encendido rubor. Sí, la poderosaAyesha,quesóloporélhabíaconducidoa lamuerteamilesdehombres, temblabaahoracomounacolegialatímidaalrecibirelprimerbesodesugalán.

Leoselevantódelamesa.—Hubieraqueridoestarjuntoatidurantelabatalla—dijo.—Enelríofuelaverdaderalucha—contestóella—;despuésnopasónada.Mis

mensajerosdeFuego,TierrayAirelucharonpormí;esofuetodo.Loshicedespertardesupesadosueño;amillamadoacudieronalucharportiparasalvarte.

—¡Cuántasvidasperdidasporladeunsolohombre!—dijoLeosolemnemente,comosielrecuerdoleprodujesehondodolor.

—Ymás que hubieran sido necesarias las hubiera entregado, una por una. Sumuerte no cae sobre tu cabeza, sino sobre lamía.Mejor dicho, en la de ella—yseñaló el yacente cuerpo deAtene—, que ha sido quien ha provocado esta guerra.Graciasdebedarme,quehaemprendidoelcaminodelassombrasacompañadadesusmásfielesguerreros...

—Peroesoesterrible;solamenteelpensarqueestástintaconlasangredetantoscrímenesmehorroriza.

—¿Por qué he de arrepentirme?—contestó con orgullo—.Deja que su sangrelavelasangrequeunavezestasimpíastehicieronderramaraldarlemuerte.

—Pero ¿quién soy yo para pedirte cuenta de ello —dijo Leo como hablandoconsigomismo—cuandoayermismodimuerteadoshombresparasalvarmividade

www.lectulandia.com-Página183

latraición?—No hablemos más de eso —exclamó Ayesha con sorda rabia—. Estuve en

aquelsitioyHollyfuetestigodequejuréquecienvidasseríaelpreciodecadagotadesangretuya,yhecumplidomipromesa.Miraaesehombrequeestáahíinmóvilypormi voluntad convertido enpiedra: estámuerto, pero, sin embargo, vive.Dime,¿quéesloqueintentabahacercontigocuandoyoentréaquí?

—Tomarvenganzaenmíporladerrotadesureinaydesusejércitos—contestóLeo—.

Perodime,Ayesha,¿cómoconocestúqueesafuerzaqueessuperioratupropiavoluntadconsientetamañocastigo?

Según hablaba, una sombra de palidez se reflejaba en su cara, tal como debeproducirelaladelamuertealcernirsesobresuescogidavíctima.EnlospétreosojosdeSimbríparecíabrillarunairónicasonrisa.

PorunosmomentoselrostrodeAyeshareflejóelterror,peroéstedesapareciótanrápidocomovino.

—No—dijo—,yotedigoqueéstonosucederá,puessalvoUnoquenonosoye,¿quépoderreinaenestemundoquenoobedezcamivoluntad?

Asíhablóysuspalabrasreflejabantodaaquellamagníficasoberbiaqueencerrabasu alma—¡estaba admirable!—ymientras hablaba,mi cabeza parecía girar comolocasobremishombros.

Hizo una pausa unmomento; su pecho temblaba ligeramente y su cara parecíaresplandecerconlapresenciadeuninvisibleesplendor.Despuéssedirigióhaciaunobjetoquehabíaenelsuelo,yquenoeraotracosaquelacoronaquehabíasaltadodelacabezadeAtenealcaeréstasobreelpavimento.

Alllegarsedetuvoylarecogió.Después,dirigiéndosehaciaLeo,lasostuvoconsumanosobresucabeza,pocoapocolafuedescendiendohastaquelacoronaquedópor unos momentos ceñida sobre su frente. Entonces, con una voz gloriosa queparecíasalirdelabocadeángel,taleralamelodíaysuavidaddesutonoyelacentodetriunfoydepoder,dijo:

—PormediodeestepobresignoterrenaltenombroReydelaTierra;¡sétúsureyyelmío!

Denuevolacoronafuelevantadaydenuevoceñidasobresucabeza.LavozdeAyeshasusurrómásquehabló.

—Porestaindestructiblecorona,tejuroconsagrarmeatufelicidadportodoslosinterminablesdíasdemivida.Vivemientraselmundoviva,ysésuSeñoryelmío.

PorterceravezlacoronaciñólassienesdeLeo.—Por esta corona de oro, juro entregarte el Saber humano y las inmensas

cantidadesdeoroqueposeaparaqueellosteabranelcaminoquetehadeconduciralpoder.¡Victoria!

www.lectulandia.com-Página184

¡Victoria!Gozarásdeella,marchandoporsu luminosocaminojuntoamíhastaque lleguemos al fin donde se levantan las gigantescas columnas de la Vida y laMuerte.

Después de esto, Ayesha arrojó la corona sobre el pecho de la difunta Atene,dejándolaallíabandonada.

—¿Estássatisfechodemisbondades,amadomío?—preguntó.Leolamiróysacudiótristementelacabeza.—¿Quémásquieresentonces?—preguntóAyesha—;pideloquequierasyserá

tuyo.—Tújuras,juras;¿perorecordarástusjuramentos?—Sí, te lo juro pormímisma y por la fuerza queme alienta. Si te rechazara

algunodetusdeseos,permitanloscielosqueladestruccióncaigasobremí,paraquesirvadesatisfacciónalalmadeAtene.

Yo oí todo esto yme pareció que no era yo solo; los vidriosos ojos de Simbrísonreíandenuevo.

—Nadatepidoquenopuedasdarme;Ayesha,yotepidoati,atitoda,nodentrodemuchotiempo,cuandoseabañadoenlaesenciadelavida,sinoahora.

Ayesharetrocediócomosisefueraadesmayar.—Leo,yoesperabadeseosmassuperioresdeti.—Quizá,Ayesha,hubieraspensadopeordemísisólohubieraalentadoeldeseo

delpoderíoenlatierraylosotrosmundos,locualnideseonicomprendo.Siyotehubieradicho:sétúmiángelynomimujer,divideelocéanoendosparaquepuedapasarloapiesenjutos:divideendoselFirmamento;dimelosorígenesdelaVidaylaMuerte;dameeldominiodelasfuerzasparapoderdespertareldormidohuracán,ydame las riquezas del mundo para llenar mis deseos y amoldar las leyes de laNaturalezaamipropósito,tehubierapedidoserundios,comotúeres.PeroAyesha,yonoquieroserdios;yosoyunhombrequebuscaaunamujeraquienama.Ayesha,renuncia a todo ese poder sobrenatural,. que se interpone entre tú y yo y que nossepara.Sólo,aunquesóloseaporunanoche,olvidaesaambiciónqueminatualmayyoolvidarétugrandezaparaamartecomoaunamujer,¡comoamiesposa!

Ayesha no contestó; únicamente le tendió una largamirada ymovió su cabezahaciendoquesuscabelloscayeransobresuespaldacomounacascadadeoro.

—¿Teniegas?—dijoLeo transidodedolor—. ¿Ves? ¡Nohaces lo que juraste!Ayesha, tú me prometiste cumplir mis deseos y ahora faltas a ese juramento.Escúchame: rechazo tusmercedes.Nodeseoningún tronoenelmundo, sinohacerbienaloshombresynomatarloscomosontusdeseos.NoiréaKor,nomebañaréenlaEsenciadelaVida.Marcharédetulado,cruzarélasmontañasopereceréenellas;niauncontodaslasfuerzasqueposeespodrásdetenermeatulado,puesrealmentepara nadame necesitas. ¡No durarámás este continuo tormento, el tormento de tu

www.lectulandia.com-Página185

presencia, de tus palabras, de tusmiradas, de tus promesas para el próximo año!...Ayesha:¡cumpletujuramentoodéjamemarchar!

Ayeshaquedódepie,ensilencio; lacabezacaídasobreelpecho,conteniendoaduraspenas laangustiaque laahogaba.EntoncesLeo, llegandohastaella, la tomóconsusnervudosbrazosyapretándolacontraél,labesó.Ellasedeshizorápidamentedel amoroso abrazo, no sé cómo, pues cuandomedi cuenta, estaba separadade élunoscuantospasos.

—Nomeadmiro,Holly—murmurómirándome—:elfuegodelapasiónhumanacomienzaaencenderseenmicorazón...

—Seamosfelices,aunquesóloseaporunosinstantes...—Sí,Leo,pero¿porcuántotiempo?—¿Quéporcuántotiempo?Porunavida,porunaño,porunmes,porunminuto,

nomeimporta,Ayesha,notengomiedo,mientrastúseasrealidadparamí...—¿Seráposible?¿Aceptaráselpeligro?Nadapuedoprometerte.Estuvidalaque

peligra.¡Puedesmorir!—¿Yquémeimportaelmorir?¿Nossepararemos?—¡No,no.esonunca,noesposible!Nopodemossepararnosnunca,estoysegura

deello,asísemehaprometido.Peroenotrasvidas,enotrasesferas,nosobligaríanaceptarunadurasendapordondecaminarhastaencontrarnos.

—¿Porquétemeralazar,Ayesha?¡Tujuramento,Ayesha,reclamotujuramento!COMENZÓ entonces enAyesha el cambiomásmisterioso y admirable de sus

innumerables metamorfosis. Hasta aquí, aquella faz divina y hermosa me habíaparecido comouna soberbiamontaña cubiertadenieve, cuya cumbre eradifícil deescalarconelapoyodelosdeseos,pueséstossedeshacíanentreloshielosglacialesquecircundabansusladeras.

AyeshajuróaLeoqueloamaba,peroleprometíalasdulzurasdesuNirvanaalpreciodelamuerte.Unpocodudéyolaexistenciadeunapasiónentalsentido;mas,¿cómo puede una estrella descender hasta unamariposa, aunque ésta pueda llegarhasta aquélla?Aunque el hombre pueda adorar a una diosa, ¿cómo la diosa puededescenderdesdeelaltolugardondeseencuentraparaamaralhombre?

Peroahora,enesteinstante,todohabíacambiado.Mirad,Ayeshaseibahaciendocadavezmáshumana.Podíaverpalpitarsucorazónbajosutúnicaypodíaveraqueldivino reflejo que se esparcía por su cara y. que es sólo fruto del amor, del amorterrenal.Radiante,másradiante,dulce,másdulce.NoeraaquellaveladaermitañadelascavernasdeKor,nielOráculodelSantuario,nilaWalkiriaquecorríabravamenteen busca de la muerte en la batalla del río. No. Era sólo la más amante y felizdesposadaquejamáscontemplaronojosdeesposoalguno.

PocohablóAyesha,peroensuspalabrasdejótraslucirlaconquistadesímisma.—Mira—gritó mostrándole sus blancas vestiduras salpicadas por manchas de

www.lectulandia.com-Página186

sangre y por el barro y él polvo de la batalla—. ¡Mira cuáles sonmis adornos dedesposada,yoquedebíapresentarmeantetiadornadadelasmásesplendorosasjoyasquereinaenelmundoposee!

—Buscoalamujer,Ayesha,nobuscosusadornos—dijoLeofijandosusojosenlosdeella.

—¡Buscarlamujer!¡Ah,hayaquíunenigma!Dime,Leo,quésoyyo:¿unamujerounespíritu?Dime,oh,amadomío,quesoyunamujer,¡porqueahoralaprofecíadeAtenepesasobremialmacomosifueraunalosadeplomo!Lomortalyloinmortalnopuedennuncaencontrarse.

—No, Ayesha; debes ser una mujer, y no debes atormentarme como me hasatormentadodurantetantotiempo.

—Graciasportuspalabras,Leo;¿peroerarealmenteunamujerlaquesembróladestrucción¡enelllano?¿Eraaunamujeraquienlatempestadylosrayosobedecíanyreverenciándoladecían:"Aquíestamos,mándanosy teobedeceremos?"¿Eraa lavoluntaddeunamujeralaqueestapuertasequebrócomosihubierasidodecristal?¿PuedeunamujerconvertirenpiedraaunhombrecomoyohehechoconSimbrí?

" ¡Oh, Leo, yo quisiera ser humana! Y he de decirte que arrojaría todo elesplendorquemerodeaenunaofrendaa tucariñosi tuviera laseguridaddepoderser,aunquesólofueraporuncortoaño,unamujer,sólounamujer; tuesposafeliz.Quieroponerfinaestavidadesufrimientosydedudas,ysideellovienelamuerteolavida,¡laafrontaremosbravamente!

Seremoselunodelotro,ahoramismo;pero,¿cómo?Hollynosunirálasmanos;¿quiénotropodríaser?Élquehasidonuestroguíaynuestroamigotearrojaráenmisbrazosyamíenlostuyos.Losvivosylosmuertosseránnuestrostestigosenlatierrayenelcielo.

Estaciudadhumeanteseránuestroaltar,yenlugardeceremoniaalgunajuntarétuslabiosconlosmíosenundulcebesodeamor,yportodamúsicatecantaréunamarchanupcialllenadeamorydeternuratalcomopoetaalgunocompuso,nioídosdeamantealgunohanescuchado.Vamos,Holly,cumpletucometidoydalafelicidadquetantoansíaestehombre.

Comounsonámbuloobedecílaordendeaquelser,tomandoentremismanosladeAyeshayladeLeo.Segúnlastuveconmigo-ydigoverdad-,mepareciócomosiunfuegoextrañocirculasepormisvenas,deélaella...

Con aquel fuego vinieron también extrañas visiones y acordes de músicasgloriosasdeamoryvida...

Junté sus manos, no sé cómo las uní, pronunciando unas palabras extrañas.Después,lentamente,fuiretrocediendohastatocarconlapared...

Estofueloquevi:Conunabandonoyunapasióntanintensayespléndidaqueparecíaalgomásque

www.lectulandia.com-Página187

humana,conunsalvajegritode¡Esposo!,AyeshasearrojóenlosbrazosdeLeodetal forros, que sus cabezas al juntarse parecían haberse fundido en una misma alencenderseenunardientebesodeamor.

Cuando se separaron un poco pude ver que la gentil diadema que adornaba lafrentedeAyeshasedeslizabadesufrenteatravésdesusropasportodosucuerpo.ConunasonrisafelizseseparódeLeo,diciéndole:

—Así,LeoVincey,asíporsegundavezmedoyatienestacarneyenestaalma.Todotelodoy,todoestuyo,lomismoalláenlascavernasdeKorqueenelPalaciodeKaloon.Hasdesaberlo,Leo,vengaloquevengaysucedaloquesuceda,nomesepararénuncadeti.

Mientrastúvivas,yoviviré.cuandotúmueras,yomoriré;teseguiréatravésdetodos losmundosyde todos los firmamentosynopodráncerrar elpasoanuestroamor todas laspuertasde loscielosyde los infiernos.Cuandotúduermas,contigodormiréyo,yserámivozlaquesientasmurmurarentussueñosdevidaodemuerte,yserámivozlaquetedespertaráenlaúltimahoraalanacienteaurora,cuandosedescorranparasiemprelasalasquenosllenandesombrasenestavidademiserias.Escuchaahoraatentomicanción,puesensusmelodíasconocerásalfinlaverdadquetodavíanopodíarevelarte.Conocerásquiénsoyyoyquiényquéerestú.Conoceráslosaltosdestinosaquenuestroamorestáreservado,yconoceráslosmotivosdelodiodeestamujerytodoloqueteheenseñadoyapormediodevisionesydeparábolas.Escucha,amormío,laCancióndelDestino.

Cesódehablarymiróhaciaelcielocomoaguardandoquedeélllegaseladivinainspiraciónynunca,nunca,niaunenlosfuegosdeKor,Ayeshapareciótandivinayhermosacomoenestosmomentosenqueapurabaladulcecopadelamor.

MisojosibandeellaaLeo,quedepie,pálido,todavía,einmóvilcomolapétreafiguradeSimbrí,ocomoelfríocuerpodelaKhaniaqueconsusojosmuyabiertosparecíainterrogarmudamentealcielo.¿Quépasabaporsucerebro?Nolosé.Parecíaabsorto, mudo, hipnotizado por la radiante belleza que ante él estaba, en unasilenciosaadoracióndetodosuser.

Ayesha comienza, a cantar con dulce y perfecta voz llena de suaves notas queparecíanpunzarmicorazóndeteniendomialiento:

No existía elmundo, no existía elmundo,Las almas de los hombres dormían,Todoerasilencioenelespacio,Perotúyyo...

Deprontosedetuvoysucarasecubriódeunamáscaradehorror.¡Oh! Leomiraba con vista extraviada las paredes y como un borracho, dando

traspiés, con los brazos extendidos en un frenético deseo de estrecharla entre susbrazos,cayódeespaldascontraelsuelo,quedandotendidoenél.

¡Oh, qué espantoso grito dio Ayesha! ¡Seguramente hubiera sido capaz deconmoverlosfríoscuerposdelosguerrerosdelllano!Después,silencio.

www.lectulandia.com-Página188

Lleguéhastaél;tronchadoporelbesodeAyesha,muertoporelfuegodesuamor,yacíaelcuerpodeLeo,¡muerto!,¡muertosobreelfríopechodeAtene!

www.lectulandia.com-Página189

LAMUERTEDEAYESHA

Ayesha habló y sus palabras se clavaron en mí como punzantes dardos, alcomprender la forzada aceptación de un hecho irremediable contra el cual se veíaincapazdepoderluchar.

—Parecequemiseñormedejaporalgúntiempo,masprontoloseguiré—dijo.Despuésno sé loquepasó.Era tal elgolpe recibido,queestaba inconscientea

todocuantomerodeaba.Aquelhombreeramiamigo,misermásquerido,mihijo;supérdidamehabíadeshechoporcompleto.Parecíaimposiblequeyo,viejoyagotado,hubiera de ver sumuerte en elmomento en que la gloria y la riqueza le sonreíancomohombrealgunoconoció.

Creo queAyesha yOros intentaron volverlo a la vida de nuevo, sin resultado,pues contra lo irremediable no existen fuerzas capaces de poder luchar. Miconvicción era que Leo había muerto hacía largo rato, aunque por un extrañofenómeno de inercia vital todavía su cuerpo alentó la vida. Creo firmemente quemurió al abrazar a Ayesha y que fueron sus labios los que recibieron el postrersuspirodemiamigo.Ycreotambiénquecuandodespuéshabló,eraunmuertoelquehablabayquelascontestacioneserandirigidasaunespíritu.

Cuandopocoapocofuidándomecuentadelascosas,oíhablaraAyeshaconvozfríaytranquila-sucaranolapudever,pueshabíasecubiertoconelvelo-ordenandoavariossacerdotes:"Sacarelcuerpodeaquellamujermalditayenterrarlatalcomolecorrespondíaporsurango".

Leo,concaratranquilayfeliz,yacíasobreunaotomanaconlosbrazoscruzadossobre el pecho. Cuando los sacerdotes recogieron el yacente cuerpo de Atene ysalierondelahabitación,Ayeshapareciódespertary,levantándose,dijo:

—Necesitounmensajero,peronoparaunajornadaordinaria;debellegarhastaelPaísdelasSombras.—VolviéndosehaciaOrospareciómirarlofijamente.

Por primera vez vi que de la cara del sacerdote había desaparecido aquellaperennesonrisa,yquesufazestabapálidaytemblaba.

—¿Tienesmiedo?—dijoAyesha—.Sosiégate;noenviaréaunoquetengamiedo;Holly,¿quieresirpormíyporél?

—Sí—contesté—;estoycansadodelavidaynodeseosinosufin.Únicamentetepidoqueéstesearápidoysinsufrimiento.

Meditóunmomentoydijo:—No; tuhoranoha llegado todavía; aún tienesmuchoquehacer enestavida.

Vivetodavía,mifielHolly;lavidaessólounsoplo.EntoncesmiróalviejoSimbrí,elhombreconvertidoenpiedra,quedurantetodo

esetiempohabíaestadoinmóvilcomounaestatua,ygritó:—¡Despierta!

www.lectulandia.com-Página190

InstantáneamenteSimbríparecióvolveralavida;susmiembrosseestremecieron;supechocomenzóarespiraryvolvióaserloquesiemprehabíasido:unancianodeaviesaymalévolamirada.

—Te.heoído, señora—dijo inclinándosecomoelhombreque seve forzadoahumillarse ante la fuerza de quien odia.—Tú lo has visto, Simbrí—y le hizo unademán.

—Lohevisto.TodohasucedidocomoAteneyyohabíamosprofetizado.VedahíelcuerpoyertodelnuevoKhandeKaloon.

DespuésseñalóalacoronadeoroqueAyeshahabíaceñidoenlafrentedeLeoyunasonrisairónicasedibujóenlosfinoslabiosdelviejo.

—Has rechazado mis profecías —continuó el mago— que podían haberteprevenido de lo que iba a suceder, pero fue tu gusto rechazarlas y recién ahoracomprendeslaverdadqueellasencerraban.¡Oh,Hesea!,tehaslanzadodeloaltodelPináculo,cuyacúspidehastardadomilesdeañosenalcanzar.MiraquéesloquehasadquiridoalpreciodevidassincuentoqueahoraanteeltronodelaJusticialanzaránsusacusacionescontratiypediránqueéstacaigaentodosupesosobretucabeza.

—Losientoporellos.Sinembargo,Simbrí,bienempleadashanestadoesasvidas—contestóAyesha reflexivamente—. Tú, Simbrí, has de recibir un honormío. Túserás mi mensajero, y ten cuidado, ¡ten cuidado, te digo!, de cómo cumples tucometido,puesdecadasílabatendrásquerendircuenta.Veallá,alasoscurassendasde laMuerte,pueshoymipensamientonopuede llegarhastadondeélduerme.Veallá,tedigo,búscaloydilequelospasosdesuesposaAyeshamarchandeprisatrasdeél.Dilequenotengamiedodemí,queenesteúltimodolorhepagadoconcrecestodasmisculpas,yelbesoquemediomeharegenerado.Dilequeasíestabaescrito,yqueasíesmejor,puesdeestaformaescomorealmentesehasumergidoenlallamaeternadelavida.DilequemeespereenlaPuertadelaMuerte,dondeestáescritoquehedereunirmeconél.¿Hasoído?

—Heoído,¡oh,ReinayPoderosaMadre!—Un mensaje más. Di a Atene que la perdono. Su corazón era grande y ha

jugadoenestaexistenciasupartenoblemente.Allí,enlaPuerta,saldaremosnuestrasdeudas.¿Hasoído?

—Heoído,¡ohEstrellaEternaquehaconquistadolaNoche!—Entonces,¡ve!AlaordenrecibidadeAyesha,Simbrídiounoscuantospasosvacilantes,comosi

quisieradetener'elalmaqueseescapabadesucuerpo,yendoacaercontralamesadondeLeoyyohabíamoscomido.

Ellalecontemplóunosmomentos,diciéndomedespués:—Mira, aunque siempre me odió este mago que conoció a Ayesha desde el

principio, rinde fielhomenajeamiantiguamajestad.Nohacemuchooíelnombre

www.lectulandia.com-Página191

que su fenecida señora me daba. La Estrella que cayó, mas este nombre no eracorrecto;medebíallamarmejorEstrellaquelogrócautivarlaNocheyquesiemprebrillaráconresplandorinmortal.

Bien;élhapartido.Está fatigado,mi fielHolly;yeadescansar.Mañanapor latardeemprenderemoselregresoalSantuario,dondesecelebraránlasexequias.

Entré en lahabitaciónde al lado,quehabía sido ladeSimbrí, y caí extenuadosobreel lecho;peroera tantamipreocupación,queapesardelcansancionopodíacerrarlosojos.

La puerta estaba abierta, y al resplandor de los lejanos incendios pude ver, através de sumarco, aAyesha enmuda contemplaciónde su adoradomuerto.Horatrashorapermanecióasíconlacabezaapoyadasobresumano,silenciosa,extática.No lloraba, ni un suspiro de dolor se escapaba de su pecho; se limitaba amirarlefijamenteconternura,comomiralamadreeldormidocuerpodesuniñito,sabiendoquesóloduermeyquesehadedespertarconelnuevodía.

Desucarahabíadesaparecidoelveloquelacubría.Todaexpresióndesoberbiayderabiahabíadesaparecidodeella;estabaserena,llenadéconfianzaysosiego.

Selevantóyentróenmihabitación.—Crees que estoy caída y te apenas por mí, mi fiel Holly —dijo con voz

cantarina—.Conociendomiscrímenes,¿tienesmiedodequeéstoscaigansobremiseñor?

—Sí,Ayesha,temoportiypormítambién.—Ahorratupiedad,buenHolly.Aunquemientrashasidoserhumano,tuamigo

sehavistoligadoamí,nodebesolvidarquesuespíritu,asumuerte,seligaráamicomolohaestadosiempre,aúnmásfirmemente.Ahora,tardelocomprendo,enmialtanero reto de la Ley Universal, no he conseguido sino destruir nuestra propiafelicidad.Tresvecesheluchadocon,elángelytresvecesmehaderrotado,peroestanochehamurmuradoamisoídos frasesde esperanzay consuelo.Estas fueron suspalabras:"Lamuertedelhombreamadoteredime;desdelatumbanegraemergeunamorgloriosoypuro,quereinaráentiparasiempre".Aloírestosequémislágrimasymerevestídepaznuevamente,alentandolaesperanzadereunirmeaaquélaquienhe perdido allá donde nos espera; está escrito que he de ser yo quien vaya a suencuentro.Masmeolvidodequeestás fatigadoynecesitasdescansar.Duerme,mifielamigo,yovelarétusueño.

Mequedédormidopensandoen laextrañarevelaciónquerecibióAyeshayquetantoconsueloleproporcionaba.Nosésifuerealosólounaalucinaciónsuya.Puedosuponer,sinembargo,quealgunanueva luzsehabíahechoensualma,alsuponer,como ella decía, que la muerte de su bien amado Leo había puesto un fin deredenciónasusincontablesculpas.

Cuandodesperté,eradedía,peromequedédormidodenuevo.

www.lectulandia.com-Página192

EraelanochecercuandomedespertóAyesha,queestabajuntoamí.—Todoestápreparado—medijo—.Despiertaydisponteapartir.

***Nospusimosenmarchaescoltadosporunmillardejinetes.Frenteanosotrosiba

elcuerpodeLeoconducidoporsacerdotes;trasélibaAyesha,yyoasulado.¡Quéextrañocontrasteentrenuestrallegadaynuestrapartida!Antes,losescuadronesentrandocomounaavalanchaarrasándolotodoasupaso;

ahora, un cuerpo envuelto en blancas ropas; la lenta marcha de los caballos, losguerrerosconsuslanzasapuntandohaciaelsuelo...lasmujeresdeKaloonenterrandosusinnumerablesmuertos...

Y Ayesha, que ayer, cual Walkiria coronada por un nimbo de fuego, atacabafieramenteguerrera,hoy,cualhumildemujerllenadedolorqueseguíaconsuesposoelcaminodelatumba.

***Eradenoche.EnelmismositiodondefuedepositadoelcuerpodelKhan,aquien

dio muerte, el cuerpo de Leo permaneció en el Santuario ante la estatua de laDivinidad,cuyosojosinmóvilesparecíanmirarsutranquilafaz.

EnsutronoestabasentadaHesea,dandoórdenesalossacerdotesysacerdotisas.—Estoy cansada—dijo—y debo dejaros para siempre; voy tras lasmontañas.

Quizátardeunañoomilenvolver,¡quiénlosabe!Siesasí,quePapavaconOroscomo esposo y consejero, ocupe mi puesto hasta que yo regrese. Sacerdotes ysacerdotisas del Santuario de Hesea: He puestomimano sobre nuevos territorios;tomadloscomounaherenciamíaygobernadlosconjusticiayequidad.Deahoraenadelante, laHesea de laMontaña será también laKhania deKaloon. Sacerdotes ysacerdotisasdenuestraveneradafe:Nocomeremossiempreelpandelaamarguranibeberemoselaguadenuestraslágrimas.Traslanocheresplandeceelsolyelarcoirisaparece después de la lluvia. Estas vidas que parecen escapar de nosotros, comoescapadenuestrasmanoslanievederretida,seránalgúndíainmortalesfueradelaspasionesyesperanzashumanas,dondebrillanlasestrellasconmásintensidad.

Hizounapausayconsumanoesbozóunsaludoaltiempoquedecía:—Estehombreeselfielamigodemibienamado,yhuésped.Esmivoluntadque

loatendáisycuidéisaquíhastaqueceseelinvierno,ycuandollegueelveranoysuscaloresderritan lasnieves, leacompañaréisyprepararéis sucaminoa travésde lasmontañas,deformaquepuedallegarasupaíssanoysalvo.Noloolvidéis,ytenedlaseguridaddequetendréisquerendirmecuentasdeloqueaéllesuceda.

El alba se acercaba y solamente permanecíamos en la lengua rocosa sobre el

www.lectulandia.com-Página193

abismonosotros cuatro:Ayesha,Oros,Papavayyo.Los sacerdotesque trajeronelcuerpo de mi amigo habían sido despedidos por Ayesha. La cortina de fuego sealzaba ante nosotros como un rojo penacho perdiéndose por la inmensidad delespacioenaisladasnubesbermejas.

Ayeshahabló:—Lastinieblasseacercanamí,queridoHolly,esasprofundastinieblasalasque

sigueelalegreamanecerdelagloria.Noloolvidescuandotesientasmorir;llámame,yoacudiréati.Masnomellames

antesninadahablesdeello,puesnoestaréyamuchotiempojuntoatiynopodréguardartecomohastaahora.Tuimprudenciapodríasertefatal.Nopiensesqueestoyvencida,puesminombreesahora¡Victoria!NopiensesquelahistoriadeAyeshahaacabado,puesloquehasvistonoessinounapáginasolamente.Nocreasqueenestanochetétricaeltemorhincasuscruelesgarrasenmiespíritu,¡no!Regocíjateahora;mialmaylademiamadosehanfundidoenunasola.

Hizounapausayañadió:—Fielamigo, tomaestecetrocomorecuerdomío;mas tencuidadoencómolo

usas, pues servirá paraque a sus argentinos sonidos acudayo junto a ti.Tiene susvirtudes, no lo olvides—.Diciendo estomedio el enjoyado sistro, que aún poseo.Después añadió:—Ahora besa su frente, y retírate y sufre con paciencia la cruelseparacióndetuamigo.

***Ahora,comoenotraocasión, laobscuridadsehizocadavezmásprofundayel

solemnesilencioseviointerrumpidoporellevesusurroqueprodujeronunasalasdellamas,comoantañosucedieraenlatransformacióndeAyesha,aproximándosepocoapocohastaposarsesobre la lenguade rocadondeyacíaelcuerpodeLeoyeldeAyeshaqueloacompañaba.

Mas, ¡oh! ¿Qué ha sucedido?El lugar ha quedado desierto.Al desaparecer lasaladasllamashandesaparecidoLeoyAyeshalaimperial,ladivina...

¿Adóndefueron?Nolosé.Peromepareció,alfugazresplandordeunaexplosióndel cráter,verdos formasgloriosas flotandoenel espacioyqueeran lasdeLeoyAyesha...

***Durante los largos meses que siguieron a nuestra cruel separación, mientras

paseabaerranteporeltemploentrelasnievesdelaMontaña,unapreguntamartillabami cerebro. ¿Adónde fueron?preguntabami corazón a la inmensidaddel cielo, alespíritudeLelo,queamenudollegabajuntoamí...

www.lectulandia.com-Página194

Masnuncaobtuverespuesta...Sóloansiabaquellegaramihoraparapoderjuntarmeaelloscomosemehabía

prometido.EntoncessabríaquéesloqueellaibaarevelarleaLeocuandoéstemurióycuáleseranlospropósitosdeaquellosdossereslocosdeamor.

Así, pues, debía de aguardar con paciencia; con paciencia, sí, pues no tendríamuchoqueaguardar.Micorazónestabarotoymividanopodíadurarmucho...

Orosylosdemássacerdotesfueronmuybuenosparaconmigo.Losmesespasaronrápidos,yporfinseaproximóelverano,quedebíaderretirlas

nieves queme tenían prisionero.Entonces hablé demimarcha.Me dieron piedraspreciosas,partedesutesoro,porqueibaanecesitardineroparamiviaje,yeloroqueAyeshamehabíadadopesabatantoquehacíaimposiblesutransporteporunhombresolo.

Me condujeron a través del llano de Kaloon, donde los hombres que habíanescapado a lamuerte comenzaban la construcción de sus derruidos hogares. EntreaquelmontónderuinascalcinadasseerguíaincólumeelpalaciodeAtene.Noquiseentrar...¡teníaparamítantristesrecuerdos!...Acampéfueradelasmurallas,juntoalríoycercadelsitiopordondeLeoyyolocruzamosaldejarnoslibreselKhanloco.

AldíasiguienteembarcamosypocashorasdespuésllegamosalacasadelaGranPuerta.

Aquífuedondemeechésobreunlado,puesnopuedeotracosallamarseaaquelintentodereposo.Érameimposibledescansar.

Lamañanasiguientebajéhastaelbarrancoyviconsorpresaquesobreelrápidotorrentehabíasidotendidountoscopuente,yqueenprevisiónamillegadalargasyfuertes escaleras habían sido levantadas con objeto de alcanzar la cima deldespeñaderoopuesto.

Alpiedeéstas fuedondemedespedídeOros, el cual, por todadespedida,mesonrióbenignamentecomoeldíaenquenosencontramosporvezprimera.

—Muchascosasextrañashemosvistojuntos,amigoOros—dijealfin.—Muyextrañas—contestó.—Y que al fin se han convertido en vuestra recompensa: habéis heredado un

mantoreal.—Estoy envuelto en un manto real prestado y que algún día será necesario

desgarrar.—¿QueréisdecirquelaGranHeseanohamuerto?—QuierodecirqueHeseanomuerenunca.Cambia,esoestodo.Comoelviento,

vadeaquíparaallá.¿Quiénpuededeciraquéignotopuntodelatierrairáareposar?Recordadlasextrañascosasquehabéisvisto.AcordaosdelapartidadelmagoSimbríllevando elmensaje de ella.Acordaos de la transformación deHesea,más extrañaaúnquesimañanasalieraelSolporelPoniente.Ellavolverádenuevo,yyoenvuelto

www.lectulandia.com-Página195

enesterealmanto,quenomepertenece,esperarésuregreso.

***Acompañado por veinte hombres, escogidos soldados, escalé con bastante

agilidad la enorme altura que ante nosotros nos cerraba el paso. Esta vez conabundante comida y abrigo, crucé las montañas sin ningún contratiempo. Loshombresmeescoltaronhastallegaraldesierto,donde,alavistadelgigantescoBuda,medespedídeellossiguiendosolomijornada.Acampéaquellanocheeneldesierto.La mañana siguiente, cuando me desperté, tomé mis pertrechos y me dirigí a lalamasería,dondelleguéantesdelapuestadelsol.

Alapuerta,lafiguradeunviejo,envueltoenunrotomantoparecíaabstraídoenlacontemplacióndelespacio.EraelviejoKou-en.Ajustándosesusespejuelossobrelanariz,medijomirándome:

—Esperándote estaba, hermano del Monasterio llamado el Mundo.—Despuésañadió:

—¿Tanhambrientoestásquetienesquevolverdenuevoaestemíserolugar?—Sí,hermanoKou-en—contesté—;hambrientodedescanso.—Seré tu servidor por todos los días de mi presente encarnación. Mas dime,

¿dóndeestátuotrohermano?—¡Muerto!—contesté.—Y, por consiguiente, reencarnado de nuevo o quien sabe si reposando en el

Devachanparasiempre.Noteapenes,volveremosareunirnosdenuevo.Entra,comeydespuésmecontarásvuestrahistoria.

Comí. Aquella noche le conté todas nuestras aventuras. Kou-en escuchó conatencióny,poradmirablequefueralahistoria,nopareciósorprendersegrancosaporloqueacababadeoír.Despuéstratódeexplicarmeaquellasextrañascosasconayudademaravillosas teorías de reencarnación, pero al fin quedé aúnmás sumido en elterriblemardeladuda.

—Alfin—dijemediodormido—, todonoshacesuponerquenosotrosestamosganandoméritosenelantepenúltimoplanodenuestraexistencia...

—Efectivamente, hermano delMonasterio llamado elMundo; sin duda algunatodosestamosganandoméritos;perohedeadvertirtequelamujer,o,mejordicho,lahechicera, progresamuy lentamente. Sí, esamujer queme has dicho que se llama"Ella", "Hesea", "Ayesha" sobre la tierra y que en el Avitchi recibe el nombre deEstrellaquecayó.

(AquíquedótruncoelmanuscritodeHolly.LashojasquefaltansequemaronalarrojarloalfuegoensucasadeCumberland.)

www.lectulandia.com-Página196