Asocioaciones obreras en Mazatlán. Sociabilidad, política y vida cotidiana, 1875-1909

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De Las Labradas a MazatlánHistoria y arqueología

De Las Labradas a MazatlánHistoria y arqueología

CoordinadoresGilberto López Castillo

Luis Alfonso Grave TiradoVíctor Joel Santos Ramírez

De Las Labradas a Mazatlán. Historia y arqueología. Coordinadores: Gilberto López Castillo, Luis Alfonso Grave Tirado y Víctor Joel Santos RamírezCuliacán, Sinaloa, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia-Sinaloa, 2014.

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Índice

IntroduccIón. 500 años del Mar del sur 11

PrIMera Parte: HIstorIas del Mar del sur

1. Piratas en el Mar del Sur: un estudio de caso en las costas 11 del occidente novohispano, siglo XVII. Gilberto López Castillo y María Isabel Marín Tello

2. Un Mar Loretano para las perlas de la Virgen. Los Yaquis 11 en el buceo de perlas entre los siglos XVII y XIX. Raquel Padilla Ramos y Esperanza Donjuán Espinoza

3. NavegaciónyembarcacionesenelPacíficonortemexicano 11 durante la primera mitad del siglo XIX. Pedro Cázares Aboytes

segunda Parte: HIstorIas de Mazatlán en el sIglo XIX

4. Morirse en el mar. El cólera de 1849 en Mazatlán, Sinaloa. 11 Pedro Pablo Favela Astorga

5. VidaculturalenelPuertodeMazatlánduranteelporfiriato. 11 Rigoberto Rodríguez Benitez

6. La sociabilidad obrera en Mazatlán, 1875-1910. 11 Juan Luis Ríos

tercera Parte: arqueología en áMbItos costeros: el sur sInaloa

7. La industria lítica de Las Labradas: un acercamiento tecnofuncional 11

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a los artefactos líticos de La Flor del Océano. Víctor Joel Santos Ramírez y Gibrán de la Torre Vázquez

8. La cultura Chicayota, resultados de la tercera temporada del proyecto 11 arqueológico Las Labradas. Víctor Joel Santos Ramírez y Fernando Orduña Gómez

9. Siempre mirando hacia el mar. Arqueología de la ciudad de Mazatlán. 11 Luis Alfonso Grave Tirado

10. Vasijas y barro, pipas y humo. Objetos cerámicos e ideología 11 en la costa de Sinaloa. Emmanuel Alejandro Gómez Ambríz y Cinthya Isabel Vidal Aldana

11. La pesca y las salinas en las marismas del sur de Sinaloa. 11 Arqueología y etnohistoria. Luis Alfonso Grave Tirado y (probablemente) Gilberto López Castillo

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Índice

IntroduccIón. 11

PrIMera Parte: HIstorIas del Mar del sur 17

I. Piratas en el Mar del Sur: El Rosario y Mazatlán. 19 Estudio de caso en las costas del occidente novohispano, siglo XVII. Gilberto López Castillo y María Isabel Marín Tello Itroducción 19 La política internacional de la monarquía española 20 Relación entre la justicia y los piratas 21 Los piratas en las alcaldías costeras: una historia que contar Las estrategias defensivas 25 Bonanza en la costa de Sinaloa y defensa del territorio 28 Conclusión 31 Bibliografía 31II. Un Mar Loretano para las perlas de la Virgen. Los yaquis 33 en el buceo de perlas entre los siglos XVII y XIX. Raquel Padilla Ramos y Esperanza Donjuan Espinoza Introducción 33 El Mar del Sur 33 La ignota Tierra adentro 35 Los placeres de perlas 36 Yaquis en la costa 37 Los yaquis en la guerra, los yaquis en La Paz 39 A manera de conclusiones 41 Bibliografía 42 Hemerografía 43 Internet 43III. NavegaciónyembarcacionesenelPacíficonortemexicano 44 durante la primera mitad del siglo XIX . Pedro Cázares Aboytes Resumen 44

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NavegarenelPacíficonortemexicano 44 Entreelmarylabodega:comerciantes-marinerosenelPacífico 46 norte mexicano en la primera mitad del siglo XIX Embarcaciones y comercio: ¿Quiénes, de donde, cuantos salían y entraban? 48 ¿Compraroreparar?Defianzas,reparaciones,adquisicionesyotras 56 situaciones en torno a la navegación Consideracionesfinales 59 Bibliografía 63 segunda Parte: HIstorIas de Mazatlán en el sIglo XIX 65

IV Morirse en el puerto. El cólera de 1849 en Mazatlán, Sinaloa. 67 Pedro Pablo Favela Astorga Un puerto que nace hasta el siglo XIX 68 El “cólera chico” 70 Mazatlán en los tiempos del cólera 71 Morirse en Mazatlán 73 El retrato de la epidemia 78 La frialdad de los números 81 Epílogo 82 Bibliografía 83 Archivo 84V. Asociaciones obreras en Mazatlán: Sociabilidad, política y vida cotidiana, 85 1875 – 1909 Juan Luis Ríos Inicio y formación de las asociaciones obreras en Mazatlán 85 Sociabilidad y vida cotidiana del obrero 91 Las primeras huelgas de obreros en Mazatlán y la participación 96 de sus asociaciones en las elecciones políticas de 1909 Archivos Consultados 100 Bibliografía 100

VI. VidaculturalenelPuertodeMazatlánduranteelporfiriato 104 Rigoberto Rodríguez Benítez bIblIografía 120

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tercera Parte: arqueología en áMbItos costeros: el sur sInaloa

VII. Siempre mirando hacia el mar. Arqueología de la ciudad de Mazatlán 125 Luis Alfonso Grave Tirado Resumen 125 Introducción 125 Arqueología de rescate y salvamento en Mazatlán 128 El Rescate Arqueológico UPSIN 132 Conclusiones 141 Bibliografía 145

VIII. La industria lítica de Las Labradas: un acercamiento tecnofuncional 146 a los artefactos líticos de La Flor del Océano. Víctor Joel Santos Ramírez y Gibrán de la Torre Vázquez Introducción 146 Figuras 1-4 147 Sobre la metodología de registro 150

Tendencias tecnológicas de los artefactos de La Flor del Océano 152 Descripción tecnológica de las puntas de proyectil 153 Descripción tecnológica de los instrumentos de corte 154 Descripción tecnológica de los instrumentos de raspado 154 Tendencias funcionales 154 Instrumentosdecortedeusodirectosinenmangue(figura14) 156 Instrumentos de corte con posibles evidencias de enmangue 156 Puntasdeproyectil(figura15) 156 Instrumentosderaspado(figura16) 156

IX. La Cultura Chicayota, resultados de la Tercera Temporada del Proyecto 161 Arqueológico Las Labradas Víctor Joel Santos Ramírez y Fernando Orduña Gómez Localización 161 Objetivos 161 La Puntilla 164 La Chicayota y el Arroyo La Chicayota 166 Cerámica 167

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V. Asociaciones obreras en Mazatlán: Sociabilidad, política y vida cotidiana,

1875 – 1909juan luis ríos

UAS-Maestría en Historia

Inicio y formación de las asociaciones obreras en Mazatlán

El desarrollo industrial que se dio en Mazatlán durante la segunda mitad del siglo XIX provo-có el aumento de la fuerza de trabajo obrero. En este contexto, el gobierno estatal comenzó a implementar leyes -durante la última década del siglo XIX- que obligaban al trabajador industrial a cubrir ciertos requisitos para su contratación, como saber leer y escribir, tener conocimientosdearitmética,matemáticasydelaactividadarealizar,todasestas,influencia-das por los empresarios pertenecientes a la Cámara de Comercio de Mazatlán. La necesidad deladefensalaboralaunadaalainfluenciaculturalprovistaporlospersonajesdelmundointelectualenaumento,influyeronparaquelostrabajadoresdelpuertofuerancreandoor-ganizaciones gremiales, en forma de mutualistas o asociaciones obreras, que les permitiesen lograrunaidentificaciónsocialycultural.

Las organizaciones obreras establecidas en Mazatlán durante el periodo conocido como elporfiriatoyenSinaloacomoelcañedismo1,fueronunainfluenciamuysignificativaparaquelos trabajadores del puerto tuviesen un peso importante en el desarrollo social, creando escuelas ybibliotecasparaelbeneficiodesusagremiadosydelasociedadengeneral,lograndounaparti-cipaciónactivadentrodelasfestividadesoficialesyrealizandoellosmismosactividadescultu-ralescomoobrasdeteatro,zarzuelas,serenataspúblicas,fiestaspatriasycorridasdetoros,asícomo política, organizando huelgas en pro de mejores condiciones laborales y participando de maneraactivaeinfluyenteenelprocesopolíticoelectoralparalaeleccióndegobernadorquevi-vió Sinaloa en 1909, previo al movimiento revolucionario encabezado por Francisco I. Madero.

1 El general brigadier Francisco Cañedo Belmonte fue gobernador constitucional de Sinaloa de 1877 a 1909, excepto por los cuatrienios de 1880-1884 y 1888-1890, cuando paso el poder del ejecutivo a su compadre el Ingeniero Mariano Martínez de Castro.

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El aumento de industrias en Mazatlán no se dio de forma exponencial ni tampoco en un espacio corto de tiempo. Comenzó durante la segunda mitad del siglo XIX y fue poco a poco aumentando de acuerdo al crecimiento de la ciudad y a la importancia que tomó ésta como puerto de enlace para la salida de minerales y de otras materias primas a los Estados Unidos y Europa. Desde la última década del siglo XIX, la fuerza de trabajo en el Distrito de Mazatlán estuvo establecida predominantemente dentro del cuadro urbano, siendo un 92% (Ramírez, 1987: 10) de los obreros incorporados por alguna de las 180 fábricas pertenecientes a las industrias tabaqueras, textileras, zapateras, cerveceras y de fundición establecidas dentro de la ciudad. De esta forma Mazatlán logró concentrar el 60% de las industrias del estado de Sinaloa (Ramírez, 1987: 10), las cuales sumaban un aproximado de 2600 obreros en una ciu-dad de aproximadamente 19 mil habitantes (Román, en prensa); esto especialmente porque la demanda de bienes de consumo, como alimentos y bebidas, fue desplazada por la demanda de la población en aumento hacía productos que obligaron al desarrollo industrial.

Algunas de las industrias más importantes del puerto fueron las textileras, como la fábri-ca de hilados y tejidos “La Bahía” en donde laboraban 95 trabajadores y la fábrica textil “La Unión”, que contó con un número aproximado de 350 trabajadores. Entre una de las muchas industrias que revolucionó la tecnología de las maquinas a vapor estaba la del tabaco, ya que en Mazatlán funcionaron durante el periodo las fábricas “El Dios del Amor”, en 1870, con 154 trabajadores; “El Vapor”, en 1877, con 195 trabajadores y “La Universal”, en 1882, con 70 (Ramírez, 1987: 12-17), esto sin contar los múltiples talleres de fabricación artesanal de tabaco que existieron por toda la ciudad, los cuales llegaban a tener entre 5 y 10 trabajadores. La industria cervecera comenzó a tomar importancia con el establecimiento de la Cervecería Lang en 1882, la cual empleaba a 42 obreros; está industria aumentó en 1900, con la apertura delaCerveceríadelPacíficoyelcierredelaprimera,quedioempleoamásde120obreros.La fábrica de los hermanos Felton fue, junto con la de El Vapor”, propiedad de Antonio Díaz de León, de aquellas en donde no sólo se producían cigarros, sino que además, se produjeron un amplio número de artículos como hielo, madera, carrocerías, cerillos, escobas, chocolate, pastas, etc. Una de las fábricas más importantes establecidas en Sinaloa durante la segunda mitad del siglo XIX fue la Fundición de Sinaloa. Ubicada dentro de la ciudad de Mazatlán, la Fundición dio empleo a 150 obreros, los cuales aumentaban hasta 250 en épocas de mayor actividad (Southworth, 1980: 136).

ParafinalesdelsigloXIX,la“prosperidad”delaindustrialocalsereflejóenelaumen-to del comercio, instalándose en el puerto un sin número de casas comerciales, mercados y negocios de profesionistas que “daban vida, animación y relativo bienestar al puerto”, según publicó en 1897 el periódico El Correo de la Tarde; mencionaba también el citado diario, que éstos establecimientos proporcionaban el sustento a una buena parte de los habitantes de la

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ciudad y que el buen salario de los obreros colmaba sus exigencias y los mantenía alejados de las revoluciones y crisis sociales que engendraba el comunismo, el anarquismo y las huelgas.2

En El Triunfo de Sancho Panza. Mazatlán, continuación de Tomochic, novela autobio-gráficadeHeribertoFríasenlaquerelatasuestadía,omásbienladelperiodista,intelectualyexmilitar,MiguelMercado,enMazatlán,elautorserefierealosobrerosdelpuertocomo“personas limpias y bien calzadas” y al obrero Carlos Bonal, un trabajador de la Fundición de Sinaloa y personaje de la misma, el quien, por haber estudiado en una de las escuelas nocturnas para trabajadores obreros, pudo acceder a ser capitán de un barco de vapor en la Compañía Naviera, logrando con esto, un mejor sueldo (Frías, 2004: 112). Es en este sentido enquelasorganizacionesgremialesqueseestablecieronenMazatlánduranteelporfiriatotuvieron un éxito relativo. Las supuestas conquistas salariales fueron producto de una notable organización gremial en la que tuvo un papel decisivo el alto porcentaje de alfabetización de los obreros. Según cifras de El Correo de la Tarde, para 1890, un total de 1600 trabajadores industriales de Mazatlán ya sabían leer y escribir3.

De 1875 a 1908 se crearon en Mazatlán alrededor de quince asociaciones obreras dis-tribuidas en diferentes rubros, desde tabaqueros, zapateros, tipógrafos, incluso algunas en las que se unieron varios obreros de diferentes ramas del trabajo. Entre estas se encontraron la Asociación de Artesanos Unidos, una de las más importantes y de mayor duración, así como la Unión de Sastreros “Juan Escutia”, la Sociedad Mutualista de Zapateros, la Sociedad Mu-tualista “Hans Gutenberg”, la Sociedad “Ignacio Zaragoza”, El Gremio de Abastecedores, la Sociedad Protectora de Sombrereros, la Unión de Barberos, la Unión de Zapateros, la Unión de Marina, la Unión de Panaderos, la Unión de Tipógrafos Sinaloenses, la Unión de Cargadores y Carreteros “Heriberto Frías”, la Unión de Tabaqueros y el Club de Cargadores y Alijadores del Muelle.

Asociaciones de obreros en Mazatlán 1875-1909

Nombre Fundación y número de miembrosAsociación de Artesano Unidos 9 de septiembre de 1875 con 71 miembros.Unión “Juan Escutia” 13 de mayo de 1883 con 47 miembros.Sociedad Mutualista de Zapateros 8 de abril de 1885 con 33 miembrosSociedad de Artesanos Zapateros S/F. Ya existía para 1891 Sociedad Protectora de Sombrereros S/F. Ya existía para 1894Sociedad Mutualista “Ignacio Zaragoza” 30 de octubre de 1895 con 28 miembros.

2 El Correo de la Tarde, 25 de noviembre de 1897 (En adelante ECT).

3 ECT, 25 de febrero de 1890.

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Gremio de Abastecedores S/F. Ya existía para 1897Sociedad “Hans Gutemberg” 2 de junio de 1901 con 19 miembros.Unión de Barberos 4 de diciembre de 1903 con 29 miembros.Unión de Zapateros 11 de febrero de 1904 con 35 miembros.Unión Marítima 3 de marzo de 1905 con 154 miembros.Unión de Tipógrafos Sinaloenses 18 de agosto de 1907 con 27 miembros.Sociedad “Benito Juárez” Unión de Panaderos 15 de noviembre de 1907 con 47 miembros.Unión de Carreteros y Cargadores “Heriberto Frías” 24 de enero de 1908 con 24 miembros.

Unión de Tabaqueros 29 de julio de 1908 con 84 miembros.Club de Cargadores y Alijadores del Muelle 24 de octubre de 1908 con 78 miembros.

S/F: Sin Fecha.Fuente: Archivo Histórico Municipal de Mazatlán, El Correo de la Tarde y (Ramírez, 1987).

La primera gran organización gremial establecida en Mazatlán fue la Sociedad de Ar-tesanosUnidos.Fundadaen1875bajo la influenciadelGranCírculodeObreros (GCO)(Ramírez,1987),laSociedadlogróaglutinarentresusfilasatrabajadorestextiles,carpinteros,tabaqueros, fogoneros, albañiles, estibadores, peluqueros, sastres, zapateros y tipógrafos, lo-grando pocos meses después de su formación, aumentar a más de 350 el número de socios.

ElimpactodelaSociedaddeArtesanosenMazatlántuvoabieninfluirenelnacimientode nuevas asociaciones que comenzaron a trabajar en la seguridad laboral de sus agremia-dos,ensueducación,enobtenerbeneficiosdelayuntamientocomodescuentosentimbrespostales, en el tren urbano, en exención de impuestos, así como en la creación de espacios derecreaciónmutuaquesirviesentambiéncomosímbolodeidentificacióndecadaunadelassociedadesenloscualessellevaronacabobailesdeaniversario,festejodefiestaspatrias,reuniones periódicas y juntas directivas para la elección de la nueva mesa dirigente.

OtrodelasinfluenciascreadasconeléxitodelaSociedaddeArtesanosUnidosentrelos artesanos y obreros del puerto fue que todas estas nuevas asociaciones fueron confor-madasportrabajadoresdeunmismooficio,loquellevóasuespecializaciónyaunamayorprotección de sus intereses laborales. Ejemplo de esto fueron las dos asociaciones de zapate-ros, como la Sociedad Mutualista de Zapateros y la Unión de Zapateros, la Sociedad Unión de Panaderos, la Unión de Tabaqueros, la Sociedad Protectora de Sombrereros y el Gremio deAbastecedores.Tambiénsecrearonasociacionesdeoficiosqueyanosoloteníanquevercon el trabajo del taller artesanal o el obrero de las fábricas, estas correspondieron a traba-jadores,porunaparte,deoficiosrelativamentenuevos,comolosbarberos,queformaronlaUnión de Barberos y los trabajadores de imprenta que crearon en 1901 la Sociedad “Hans Gutemberg”,ydespués,en1907,laUnióndeTipógrafos,yporotra,asociacionesdeoficios

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antiguos introducidos a principios del siglo XX en Mazatlán a la tradición del apoyo mutuo como la Unión Marítima, fundada en 1905, fue conformada en su mayoría por trabajadores de barcos pesqueros, así como dos uniones de cargadores y alijadores, fundadas ambas en 1908 por trabajadores del muelle.

Estas formas de sociabilidad formal cumplieron además otros objetivos fundamentales: aglutinar a los miembros en puntos de interés múltiple compartido, facilitar las actividades solidarias,y,endefinitiva,crearlazosdeidentidadypertenenciaaundeterminadogrupo.Lassociedades obreras del siglo XIX fueron, sin más, expresiones puras y espontaneas de la vo-luntad asociativa popular (Navarro, 2003), formas de asociación que fueron moda naciente de otras formas de asociación iniciadas en Europa como el círculo o el club (Agulhon, 1994).

La intención de creación de las asociaciones de obreros fue brindar al trabajador no sólo la seguridad y el cumplimiento de los “derechos” laborales ante la falta de una regulación le-gal formal, sino algo mucho más complejo. Por ejemplo, la Asociación de Artesanos Unidos marcó como sus principales objetivos el “fomentar la instrucción, ilustración y moralidad entre sus socios, estimularlos a los socios por medio de buenos ejemplos para que cumplie-ran con sus deberes para con la empresa, cooperando así al engrandecimiento de la sociedad, conciliar el interés de cada empleado con los de la empresa en la cual sirve, revisando de común acuerdo los sueldos con el efecto de dar una retribución justa…” (Ramírez, 1987: 17). Se buscó pues, que el obrero lograra un bienestar laboral siempre y cuando se adaptara a las regulacionesempresariales,nohuboentoncesunaparticipaciónoficialdelgobiernoestatalen los asuntos de las industrias con sus trabajadores, aunque el nacimiento de dichas organi-zaciones no fue mal visto por el Estado en una primera instancia.

Para cumplir con los objetivos de formar obreros ilustrados, las asociaciones comenza-ron a crear escuelas nocturnas para sus obreros, lo cual fue el ejemplo de la sociedad Ignacio Zaragoza y la Sociedad de Artesanos Unidos. En ambas escuelas existían dos profesores que se encargaban de dar clases de moral, aritmética, historia, economía, política, dibujo indus-trial, entre otras, apegándose al programa de educación elemental aplicado por el estado en las escuelas públicas4. John Reginal Southworth, viajero estadounidense que se encargo de realizar un diccionario mercantil de Sinaloa en 1897 informó que en donde más se palpaba el adelanto de la enseñanza pública era en Mazatlán, la cual se hacía extensiva a las sociedades obreras, “en este puerto existen dos o tres sociedades obreras perfectamente bien organiza-das, y más que todo, moralizadas a tal grado que son una verdadera garantía para la sociedad y el gobierno” (1980: 27).

Estas escuelas nocturnas no funcionaron sólo para estas dos asociaciones, sino para to-

4 ECT, 22 de enero de 1897.

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das las asociaciones obreras y mutualistas que solicitasen los servicios para sus agremiados, estos también podían hacer uso de cualquiera de las bibliotecas con las que contaron am-bas organizaciones, constantemente, estas asociaciones pedían, por medio de la prensa, la donación de libros, folletos, revistas y periódicos para acrecentar las bibliotecas, las cuales eran de carácter público y cualquier persona podía asistir a consultarlas.5

El afán por la automejora social e individual del obrero a través de la educación le-gitimizó estas formas de sociabilidad desde el punto de vista moral (Navarro, 2003). Ello no quiso decir que desde este entramado asociativo obrerista no se intentara satisfacer tambiénlasnecesidadesdeociodesusafiliados,incluso,elincrementocuantitativodelasasociaciones obreras no solo se tradujo en que estas asumieran por sí mismas las deman-das del trabajador en cuestiones de defensa del trabajo o del salario, sino también en otros ámbitos básicos como la vivienda, el ocio y la cultura.

Otro de los resultados, producto de la organización gremial de los obreros del puerto, fue la publicación de tres periódicos, todos ellos de distribución quincenal, como lo fueron El Obrero de Occidente (1877) publicado por la Sociedad de Artesanos Unidos, La Es-pada de Damocles (1877), periódico que editase Dolores Valadés y El Mutualista (1892), periódico de la Sociedad Ignacio Zaragoza; en dichas publicaciones se daban a conocer las últimas noticias de las asociaciones obreras, bailes, cambio de directivas y festividades, así como artículos periodísticos de profesionistas e intelectuales locales como Martiniano Carvajal, Adolfo O´Ryan, Victoriano Siordia, Francisco Valadés y Carlos F. Galán y de los diferentes líderes obreros.

El gobierno de Francisco Cañedo fomentó la creación de asociaciones obreras solo hasta el punto en que estas fungieran como organizaciones que mantuvieran al obrero en un nivel de sujeción importante. En el Anuario Estadístico de Sinaloa, publicado por el gobierno del estado en 1901, por ejemplo, la administración de Cañedo solo reconoció como organizaciones obreras a la Sociedad de Artesanos Unidos, establecida en Mazatlán y a la Mutualista de Occidente (Sinaloa, 1901: 95), establecida en Culiacán, organizaciones conocidas por tener sus líderes, una relación cercana con el gobierno del estado. También muchos de sus presidentes a lo largo del tiempo contaron con puestos en el gabinete de Cañedo como el Ing. Manuel Bonilla, el Dr. Ramón Ponce de León, el Lic. Ignacio M. Gastélum y el Lic. José Castelló.

Por otra parte, en el Código de Procedimientos Civiles del estado de Sinaloa, se es-tableció desde 1903 en sus artículos 27, 28 y 29 que ninguna asociación o corporación

5 El Demócrata de Mazatlán, 22 de febrero de 1908. Dionicio Pérez y Manuel Mora, vicepresidente y secretario de la Sociedad Mutualista“IgnacioZaragoza”publicanunoficiollamandoalaciudadaníaadonarlibros,folletos,revistasyperiódicosalabiblioteca pública de esta Sociedad para incrementar su tamaño y valor (En adelante EDM).

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tenía entidad jurídica si no estaba legalmente autorizada o permitida por el gobierno del estado, y a su vez, aquellas a las cuales se les permitiese su establecimiento se convertían en una persona moral con carácter de jurídica y se sometían a las legislaciones estatales así fuesenfundadasparaunfinpúblicooparticular(Sinaloa,1903:83), locualhizomuchomáscomplicadoque lasnacientesasociacionesobreras,apesardesu formaciónoficial,pudiesennegociarconelEstadoyconlasempresasestablecidas,mayoresbeneficiosparasus agremiados.

Sociabilidad y vida cotidiana del obrero

La vida del obrero en Mazatlán durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX fue una vida de carencias a pesar de la preparación y del supuesto buen ingreso. La jornada laboral duraba de 12 a 14 horas con un solo día de descanso a la semana, como lo eran los domingos. Los jornales de los trabajadores se dividían en dos formas de pago: uno era en metálico, el cual variaba entre .50 centavos a 2.50 pesos según la importancia del cargo, el otro, en vales para las tiendas de raya, donde les entregaban una comisaría semanal consistente en un almud de frijol, un barril de seis kilos de maíz y dos kilos de manteca (Ramírez, 1987: 93).

Dentro del casco urbano de la ciudad, la modernidad comenzó a aparecer traducida en servicios como la luz eléctrica, el agua potable y las obras de drenaje. En caso contrario seencontraronlasclasesmásbajasdelpuerto,entre lasquefigurabanlamayoríade losobrerosyartesanos.Ladeplorablesituacióndelosobrerosnosolosereflejóenlafaltadeestos servicios, sino también, en el espacio en que habitaban. Los obreros con los sueldos más elevados tenían la oportunidad de rentar algún cuarto en las llamadas cuarterías, es-tas eran casas construidas en los límites de la ciudad, especialmente sobre lomas o cerros bajos, que constaban de un cuarto, cocina y comedor, lo bajo del techo, lo estrecho de la puerta y el hecho de que la única ventana con la que contaban fuera sumamente pequeña las hacía un medio propicio para generar enfermedades por ser extremamente húmedas y calurosas, sobre todo en la época de verano. Acerca de las viviendas de las clases bajas en Mazatlán escribió, en 1898, el periodista e historiador norteamericano Charles F. Lummis, alascualesserefiriócomochozashechasaldescuidoconcañabravahabitadasporlanche-ros, obreros, trabajadores, cargadores y pescadores (1898: 195).

A los obreros con sueldos más bajos se les imposibilitaba la oportunidad de rentar o construir un cuarto por lo que muchos se vieron obligados a vivir en habitaciones cons-truidas por los dueños de las fábricas alrededor de éstas, tal fue el caso de obreros de la fábrica de los hermanos Felton y la Fundición de Sinaloa. La situación de insalubridad de

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estosbarriosobrerosprovocóquelasenfermedadescomolasífilisyelcólerafueranalta-mente frecuentes, a éstas, se les unieron la sordera y la locura por causa de accidentes de trabajo, para los cuales las empresas no estuvieron obligadas a proveer servicio médico a sus trabajadores.

Quedademanifiestoentoncesquelapuestaenmarchadeunentramadosocietariode carácter popular y obrero desde mediados del siglo XIX en Europa, y años después, en México y especialmente, para nuestro caso, en Mazatlán, tuvo varios ejes inspiradores, siendo uno de ellos, la lucha por la satisfacción de necesidades básicas que no cubría la oferta del gobierno estatal. Esta unión obrera fue, en gran parte, porque la vida cotidiana de éstos era menos que insoportable en la mayoría de los casos, para lo cual, el estudiar los aspectos de su vida cotidiana forma parte de la búsqueda de las causas de su acción colectiva (Agulhon, 1994).

El lugar de trabajo puede ser de manera natural un lugar de reunión y de conversación amistosa. De esta forma la larga duración de la jornada fomentó que el taller o la fábrica se convirtieran en un espacio de sociabilidad informal en el cual se podía platicar de uno o varios temas mientras se laboraba o se tomaba el descanso de la comida, estos fueron com-plemento de otros espacios físicos destinados exclusivamente a cumplir este papel, como lo fueron los salones de las asociaciones obreras.

Efectivamente, en los salones de las diferentes asociaciones o en las explanadas de las fábricas, se llevaban a cabo constantemente bailes populares a los que asistían personas de todas las clases sociales y que no en pocas ocasiones terminaron hasta ya salido el sol. Se acostumbró tener en estas festividades algún invitado especial que proclamase un discurso a favor de los obreros, y también se llevaron a cabo también obras de teatro y serenatas.

El estudio de la sociabilidad obrera exige preguntarse sobre los espacios físicos en donde esta se ejercía, esto servirá para subdividir las prácticas formales e informales (Agul-hon,1994),aunqueestonosignifiquequeenelmismoespacionosepuedanllevaracabounas y otras, es decir, prácticas formales cuando una asociación constituida realizaba actos oficiales,comoelcambiodemesadirectiva;einformales,cuandodentrodelmismo,estasllevaronacabofiestasoactosdecarácterlúdico.Ademásdeesto,elsalóndelasasociacio-nes obreras era también un espacio de identidad propia y social, puesto que a diferencia de los espacios de sociabilidad de las clases altas, que tuvo lugar la mayoría de las veces en los salones de las casas de los aristócratas, los salones de las asociaciones obreras fueron lugares que los mismos agremiados ayudan a rentar o a comprar, a pesar de su pobreza monetaria y de la vida de estrechez que llevaban.

Después de 12 a 14 horas de trabajo y con sólo un día para el descanso, la vida coti-diana del obrero no dejaba mucho espacio para el baile, la charla y la tertulia, más allá del

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espacio de la fábrica al término de la jornada, por esto, los agremiados de las organizacio-nesobrerasporteñastratarondeintroducirseenlaparticipacióndelamayoríadelasfiestascívicascomoelcarnavalylasfiestasdemayoolasfiestasdeOlasAltas,aestoseleuniólanecesidaddeunreconocimientoaloficioyalaculturadelobreroyelartesanoporteños.

Algunos ejemplos de este tipo de celebraciones fueron las que constantemente ce-lebraron los obreros de la fábrica de tabaco “El Dios del Amor”, ya fuese por el aniver-sario del dueño de la fábrica o algún otro motivo.6 En 1893, el poeta Amado Nervo fue el invitado a proclamar un poema en los festejos del XVIII aniversario de la Sociedad de Artesanos Unidos, los festejos obreros fueron descritos en múltiples ocasiones por Nervo en su famosa columna de El Correo de la Tarde llamada “Lunes de Mazatlán”, a los cuales describió como festividades a las que asistía desde el capitalista más acaudalado. Hasta los dandis de la Hi-Life mazatleca.7

Laparticipacióndelasasociacionesdentrodelosfestejosdelasfiestaspatriasycar-navalesfueunaconstante.Enlasfiestascarnavalescas,porejemplo,lasasociacionessolíandecoraralgunacarretaparahacerrepresentacionesdesuoficioademásdeplasmarsusím-bolo.Eraordinarioqueenlosdesfiles,lassociedadesobreras,asícomootrasasociaciones,debeneficenciao literarias ahíparticipantes, encargasenaunbuenoradorquedieraundiscurso a favor de sus organizaciones. Para las asociaciones de obreros algunos oradores fueron el Lic. José Meza, Sabás Salazar, Adolfo O´Ryan y Amado Nervo, entre otros.8 Despuésdelaparticipaciónenlosactoscívicosoficialesdurantelosfestejosdelasfiestaspatrias del 5 de mayo y el 16 de septiembre 9, a las asociaciones más importantes, entre ellas, la Asociación de Artesanos Unidos, se les encargaba organizar bailes para los obreros10 queestuviesenseparadosdelascelebracionesoficialesorganizadasporelayuntamiento,lascuales, se daban en el Casino Mazatlán, a donde solo asistían los empleados públicos, así como los comerciantes y empresarios de la ciudad.

Entre las obras de teatro que se realizaban regularmente en las instalaciones resalta-ron las adaptaciones de Francesco Bartolomeo Conti,11 zarzuelas de Emilio Arrieta, Federi-co Chueca o Fernández Caballero adaptadas perfectamente por actores locales entre los que

6 ECT, 8 de noviembre de 1899.

7 ECT, 27 de agosto de 1893.

8 ECT, 17 de septiembre de 1897.

9 El 5 de mayo en conmemoración de la batalla de Puebla y el 16 de septiembre en conmemoración del grito de Independencia.

10 “La Sociedad de Artesanos Unidos dará un baile en el Portal de la Aduana dedicado a los obreros y demás clases trabajadoras”, ECT, 15 de septiembre de 1892.

11 ECT, 6 de febrero de 1897.

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destacó el Sr. Ángel Beltrán12, bailes públicos amenizados por las orquestas de Emilio Mora y Enrique Navarro, así como bailes de disfraces13.

Además de los salones de las organizaciones gremiales, los obreros tuvieron como es-pacios de sociabilidad, las cantinas, salones, restaurantes, cervecerías y billares, como La Ve-racruzana, La Colmena, El Neptuno, La Puerta del Sol, El Progreso, El Pescador, entre otros espacios, que a diferencia de algunos otros salones o clubes como el Casino Mazatlán, o ya entrado el siglo XX, el Salón Roher, estaban abiertos a casi la mayoría de las personas que quisieran asistir. Obreros y artesanos acudían mayoritariamente los sábados por la noche, después de la jornada laboral o los domingos por la tarde, en ellas se podía comer, bailar, practicar juegos de mesa como el póker, el dominó o el ajedrez y hasta cantar, ya entradas las copas, gracias a los gramófonos.14

El Correo de la Tarde15 siguió el trabajo y el nacimiento de las asociaciones obreras. En este diario, se daban a conocer los cambios de directivas, los bailes y eventos que organizaban, asícomosuparticipaciónenlasfiestaspatriasycarnavales,peronosóloeso,fuetambiénen El Correo de la Tarde en donde se palpó el debate acerca de las asociaciones obreras y su papel dentro de la sociedad, fue el diario porteño el que, desde un inicio, apoyó y fomentó la organización de las mismas, sin dejar de lado las diferentes opiniones y puntos de vista de sus articulistas respecto a las propias asociaciones

En mayo de 1901 tuvo lugar dentro de las páginas de dicho diario un debate acerca del papel que jugaban las sociedades obreras en Mazatlán. En una nota del 7 de mayo, el diario publicó un artículo llamado “Socialismo en Mazatlán”, en el cual, el autor16 hizo alusión de que a pesar de las constantes acusaciones por parte de otros periódicos o particulares a tener cuidado de que dichas asociaciones obreras pudieran tomar tintes políticos socialistas o co-munistas, las asociaciones obreras de Mazatlán no hacían otra cosa sino fomentar la cultura

12 ECT, 15 de junio de 1903. El Sr. Ángel Beltrán fue escritor, actor, comerciante y miembro de la Sociedad –literaria- Aurora.

13 EDM, 28 de febrero de 1908.

14 Archivo Histórico de la Universidad Autónoma de Sinaloa – Fondo José Ferrel, 7 de julio de 1909. Durante la campaña política de 1909 muchas quejas se recibieron acerca de abusos de cometidos por los gendarmes de la ciudad, quienes, supuestamente solían emborracharse dentro de las cantinas para después vitorear a Diego Redo al son del Himno Nacional que sonaba en los gramófonos y tratar mal a los trabajadores y demás personas que ahí estaban de borrachos, prostitutos y ladrones (En adelante AHUAS-FJF).

15 ElCorreode laTardefuefundadoen1885porMiguelRetesyfuncionocomoelórganooficialde informaciónde losempresarios del puerto de Mazatlán unidos a la Cámara de Comercio de Mazatlán, con el tiempo fue incorporando secciones culturales, políticas, de opinión, etc., se daban a conocer también en él la entrada y salida de mercancías de la aduana de Mazatlán. En 1905 fue vendido a Francisco Valadés y a Andrés Avendaño, los cuales le comenzaron a dar un tinte de diario oposición política frente al gobierno de Francisco Cañedo, y posteriormente, al de Diego Redo.

16 Ningunodelostresartículoscitadosdentrodelpárrafosepublicaronfirmadosconelnombreopseudónimodelautor.

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individual, creando hábitos de sociabilidad, temperancia, economía y trabajo en el artesano, que comenzaba a descender de la tradicional situación providencial hacía un mundo positi-vo de observación y lucha, y terminaba aclarando, “El Correo de la Tarde apoya de manera constante la formación de las asociaciones mutualistas, las aplaude y las fomenta”.17 Tres días después apareció un artículo llamado “Las sociedades de obreros”, en este, el autor se refería a que en algunos sectores de la sociedad de Mazatlán se había estado llamando erróneamente alassociedadesdeobreroscomoasociacionesdeideologíasocialista,influíaenestaidea,se-gún el autor, la ignorancia con la que la predicaban algunos periodistas a las clases obreras el ideal socialista, acotaba: [“Esto comprende que es muy común que se entienda por socialismo a la asociación o a la sociabilidad, y como la palabra va adquiriendo dominio en el vocabulario delasmasaspopulares,infiltrándosepeligrosayerróneamenteenellaspormediodelperió-dico, la tribuna y las conversaciones privadas…”18,] terminando por aclarar que no habría que confundir socialismo con asociación, sociabilidad ni mutualismo, que sí son fuentes de bienes para las sociedades de obreros y contribuían al fomento del individualismo. Al igual que los anteriores, el 17 de mayo del mismo año, en un artículo llamado “Socialismo en Mazatlán” y publicado en el mismo diario, se decía que mucha tinta se había gastado y muchas ideas se habían expuesto ya en Mazatlán acerca del socialismo, pero nunca, continuaba el autor, “sería ocioso rescatar ese viejo tema de mucha iniciativa y poca práctica”.19

AfinalesdelsigloXIX,lasasociacionesobrerascomenzaronatomarunpesoimpor-tante dentro del desarrollo de las políticas laborales en el país, la Asociación de Trabajadores Ferrocarrileros y El Gran Círculo de Obreros fueron las más importantes, junto con otras formadas en estados como Veracruz y Puebla, pertenecientes especialmente al ramo de la industriatextil.EstomotivóaqueelgobiernodePorfirioDíazcomenzaraaponerunma-yorénfasiseneldesarrollodeestasasociacionesconlafinalidaddequetuvieranunmayoracercamiento con las políticas del Estado mexicano y no con otras ideologías políticas como el socialismo.

En Sinaloa, el debate iniciado desde las tribunas de múltiples diarios20 sobre el trabajo de las asociaciones obreras comenzó a tener efecto en las políticas estatales. En 1894 el gobier-no estatal había eliminado ya de la Constitución del estado la posibilidad de asociarse para la formación de partidos o clubes políticos, en 1902, como veíamos anteriormente, con la ley

17 ECT, 7 de mayo de 1901.

18 ECT, 10 de mayo de 1901.

19 ECT, 17 de mayo de 1907

20 En el presente artículo solo se hace referencia al periódico El Correo de la Tarde por ser de nuestro interés para el desarrollo de la investigación, para mayor información sobre la opinión de los periódicos sinaloenses acerca de las asociaciones obreras afinalesdelsigloXIXycomienzosdelXXvéaseElMefistófeles,ElDiariodelPacificoyElDemócratadeMazatlán.

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de procedimientos civiles se obligó a que las asociaciones, ya fuesen públicas o privadas, se sometieran a la aprobación del ejecutivo, y por lo tanto, a la constante vigilancia del actuar de las asociaciones y de sus miembros.

Las primeras huelgas de obreros en Mazatlán y la participación de sus asocia-ciones en las elecciones políticas de 1909

Entrado el siglo XX, una serie de huelgas tomaron lugar en el puerto haciendo sentir la importanciayfuerzaorganizacionaldelasasociacionesobrerasasícomosuinfluencia,cadavez mayor, en la opinión pública. En julio de 1901, los obreros zapateros levantaron una huelga a raíz de que la compañía constructora de calzado pretendió aglutinar a los artesanos zapateros en una misma fábrica y a su vez una reducción de sueldo “inalcanzable para sus necesidades básicas”21. Los empresarios amenazaron a los obreros con reemplazarlos y a su vez, los obreros amenazaron con no dejar trabajar a la Compañía Manufacturera de Mazatlán si sus pretensiones no se cumplían. Los obreros de la huelga buscaron la protección de la Sociedad de Artesanos Zapateros, recorriendo también las calles de la ciudad y formando grupos de apoyo. Quienes durante estas movilizaciones se manifestaron, informó El Correo de la Tarde, fueron peones de albañil, choferes de ferrocarril urbano y obreros de la fundición de Sinaloa.22

La solución de los obreros huelguistas fue la de formar una sociedad cooperativa de producción, que fuera un brazo de la Mutualista de Zapateros, pero que les permitiese tra-bajar en sus propios talleres para emanciparse de la dependencia de los empresarios. En la tribuna de El Correo de la Tarde, varios intelectuales del puerto denunciaron constantemente los atropellos a los que se sometía a los obreros por parte de los sindicatos establecidos en las grandes empresas como en la Fundición de Sinaloa, en La Compañía Manufacturera del Calzado y en otras que se comenzaron a formar en el puerto y con los que los empresarios pretendían tener el control total de cualquier situación que pudiera derivar en desestabilizar la producción de la fábrica.

Los sindicatos formados por la compañía -Manufacturera de Calzado- solo buscan eliminar cualquier tipo

de competencia, lo que las lleva a imponer sus precios y sus salarios, ante esto, los que quedan aislados, los

humildes, están obligados a doblar el cerviz y buscar un campo virgen de trabajo hasta que con los años

llegue otra compañía y sindicato que los elimine y los desplace.

21 ECT, 9 de julio de 1901.

22 ECT, 18 de julio de 1901.

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No importa que diariamente se escriba contra esa rama, que se señalen los males que su presencia acarrea

al país donde se establecen que se denuncie la degeneración que nos amenaza con el contacto con esos

seres viciados.23

Otra de las huelgas obreras de principios de siglo fue la de los trabajadores de las obras del drenaje, que se comenzaban a realizar en Mazatlán en 1908. Los obreros contratados para esta obra se negaron a comenzar sus labores argumentando que la paga era de solamente un peso la jornada de 12 horas cuando en otras fábricas pagaban 1.25 o 1.50. Los trabajadores del drenaje igualmente se negaron a trabajar o a permitir que se continuase con las obras si no se les aumentaba el sueldo, argumentando que el peso que se les pagaba por dicho trabajo lo ganaba cualquier otro obrero en un trabajo menos duro.24

De igual forma fueron denunciados otros atropellos en contra de los obreros por los articulistas del El Correo de la Tarde, como el maltrato de los capataces americanos a los obreros mexicanos en el campamento de Urias durante los trabajos de la construcción del ferrocarrilSud-Pacifico,argumentabaeldiarioqueestosabusosdepodereransufridosdiaria-mente por los obreros y el gobierno había mostrado poco interés por solucionar el problema, al que llamó como “un verdadero problema social”.25

La condición de pobre y débil lleva al obrero acercarse a sus congéneres y a asociarse de manera natural, en muchas ocasiones, para protestar (Agulhon, 1994). Al no encontrar eco a sus demandas en la clase dirigente, las asociaciones de obreros encontraron un sustituto imaginario de esa clase en los intelectuales establecidos en el puerto como Manuel Bonilla, Heriberto Frías, Francisco Valadés, Martiniano Carvajal, Felipe Valle, Jesús Gómez Llanos, entre otros, quienes a través de su pluma produjeron opiniones a favor de los obreros del puerto, las cuales lograron llegar a una buena parte de la población, por la amplia distribución del El Correo de la Tarde en Mazatlán.

En junio de 1909 se convocó en Sinaloa a elecciones para elegir un nuevo gobernador del estado a raíz de la muerte de Francisco Cañedo.26 Dos grupos con poder político y social seenlistaronparacontenderporlagubernatura,unofueelgrupollamadooficial,encabezadoporDiegoRedocomocandidato.Redoestuvoligadoalgrupocientíficoporsuamistadypor ser socio en algunos negocios, especialmente de Ramón Corral y José Limantour. Así, al joven empresario se le unió gran parte de la estructura administrativa de los tres niveles del

23 ECT, 2 de agosto de 1901.

24 EDM, 7 y 8 de enero de 1908.

25 ECT, 19 de junio de 1909.

26 Francisco Cañedo Belmonte murió en su casa en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, la madrugada del 4 de junio de 1909.

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gobierno de Cañedo. Mientras que este primer grupo tuvo su base en Culiacán, la capital del estado, el segundo grupo la tuvo en Mazatlán. Éste fue integrado por empresarios, comer-ciantes e intelectuales porteños encabezados por el político y periodista José Ferrel como su candidato,ademásdelempresarioyfilántropoAndrésAvendaño,elempresarioyfarmacéuti-co Francisco Valadés, el periodista Heriberto Frías, los doctores Martiniano Carvajal y Miguel Maxemín, el abogado José María Dávila, entre otros.

La campaña política ferrelista que dio inicio justo un día después de la muerte de Ca-ñedo tuvo como estrategia de campaña que todos los pueblos, ciudades y organizaciones formaran los más clubes ferrelistas posibles en todo el estado para que estos se unieran al gran club central denominado Club Democrático Sinaloense. Para entonces, las organizacio-nesobrerasestablecidasenMazatlán,contabanya,conunaimportanteidentificaciónsocialgracias a su trabajo y al importante número de agremiados. Fueron de suma importancia para el trabajo electoral, tanto en una, como en otra campaña política.

Desde 1905 Francisco Valadés y Andrés Avendaño habían adquirido el periódico El Correo de la Tarde de su anterior propietario que fue Miguel Retes, nombrando director de este a Heriberto Frías. Al ser los dueños del diario los líderes de la oposición política, este se convirtió de manera natural en la plataforma de expresión pública acerca del acontecer políti-co de la campaña electoral. En las páginas del mismo no sólo se daban a conocer los trabajos electorales o los recién formados clubes ferrelistas, sino también se plasmaron artículos de opinión por parte de diversos actores participantes en la campaña. Un ejemplo de ello fue un artículo escrito por el profesor Juan Puga, en el cual llamó a que las asociaciones obreras se unieran al escenario político que se avecinaba:

Tenemos también una multitud de agrupaciones obreras que cuentan con valiosos elementos […] Las

sociedades obreras deben reunirse y tomar los acuerdos convenientes a la situación. Y así habremos dado

un gran paso en nuestra evolución política, porque ejercitando en esta vez nuestros derechos electorales

aprenderemos a ejercitarlos siempre, haciendo difícil o evitando quizá, toda revolución.27

Aunque la participación de las asociaciones y de los obreros del puerto en la campaña políticaferrelistafueimportante,nohubounllamadooficialdepartedeestasagrupacionespara formar parte de la misma, sino que al interior de éstas hubo personajes, entre ellos cier-tos líderes, que se encontraron en algunos de los clubes ferrelistas o trabajando directamente con el Club Democrático Sinaloense.

Unodeestospersonajes,identificadocomolíderobrerodelaSociedadMutualista“Ig-

27 ECT, 5 de junio de 1909.

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nacio Zaragoza”, fue Lázaro Rodelo, quien fungió como vocal dentro del Club Democrático Sinaloense y el cual, por su calidad de líder, seguramente hubo de allegar a un buen número de obreros a la causa política del Ferrelismo. Otros casos que se dieron durante la campaña fueron que, dentro de las mismas asociaciones, algunos obreros formaron clubes políticos sinnecesariamentenombrarlosoficialmentecomo“ferrelistas”yhaciendosolamentedema-nera pública una adhesión a la campaña de José Ferrel. Tal fue el caso del Club Democrático Obrero conformado por miembros de la Asociación de Artesanos Unidos, con el liderazgo de Salvador Aguilar y José Pérez Alemán28, al igual que este, unos 70 obreros miembros de la Unión Marítima iniciaron el Club Democrático Marino para trabajar en la campaña electoral a favor de Ferrel bajo la presidencia de Rodolfo Martínez y la vice presidencia de Eusebio Pérez.29 Algunos miembros del Gremio de Abastecedores fundaron el club político “Sufragio Libre” bajo la presidencia de José Gómez Llanos;30 165 miembros del Club de Alijadores y Cargadores del Muelle establecieron el Club “12 de Abril”, bajo la presidencia de Arturo But-chart y vice presidencia de Aurelio Pereyra31, y de 48 miembros de la Unión “Juan Escutia”, pertenecientesaloficiodeojalaterosorganizaronlaformacióndelclub“Hidalgo”,elcualfuepresidido por Gaudencio Morales y por Cesáreo López32.

Todos los presidentes y vice presidentes de los clubes ferrelistas formados en el puerto de Mazatlán tuvieron la oportunidad de acudir a las reuniones extraordinarias que organizó el Club Democrático Sinaloense en las instalaciones de la pastelería y cafetería “La Fama”, en las cuales se tomaban acuerdos acerca del rumbo que debía de tomar la campaña política, los artículos a publicar en El Correo de la Tarde, las manifestaciones públicas a realizarse, así como dar seguimiento a demandas de hostigamiento en contra de los partidarios de Ferrel o de algún abuso de autoridad, compartir y discutir puntos de vista, y sobre todo, conocer las novedades de la campaña ferrelista y del grupo opositor, tanto en Mazatlán como en todo el estado.33

Aúnycuandolaadhesiónoficialdeestosclubespolíticosintegradosporobrerosdediferentesasociacionesfuetardíaenrelaciónaliniciooficialdelacampañapolíticaferrelista

28 AHUAS-FJF, 29 de junio de 1909.

29 AHUAS-FJF, 13 de julio de 1909.

30 AHUAS-FJF, 15 de julio de 1909.

31 AHUAS-FJF, 3 de agosto de 1909.

32 AHUAS-FJF, sin fecha.

33 AHUAS-FJF, 27 de julio de 1909.- Otros asistentes a estas reuniones fueron Andres Avendaño, Francisco Valadés, Heriberto Frías, Dámaso Sotomayor, Antonio Espinoza de los Monteros, Felipe Valle, Francisco Piña, Luis Arzac, Joaquín Milán, Marcos Noyola, Gonzalo Pérez Castillo, Rafael Miranda, Miguel Maxemín, Gaudencio Morales, José Gómez Llanos y Victoriano Siordia.

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–casi un mes después-, su participación dentro de esta a partir de su integración fue bastante activa, ejemplo de ello es la participación mediante el uso de la palabra que constantemente utilizaron dentro de las sesiones del Club Democrático Sinaloense, en las instalaciones del Circulo Comercial Benito Juárez.

Duranteydespuésde laselecciones,al triunfodelcandidatooficialDiegoRedo, losobreros se quejaron constantemente de amenazas y ataques en su contra, como los propicia-dos por gendarmes a algunos puestistas del mercado, miembros del gremio de abastecedores, por tener colgadas pancartas a favor de Ferrel.

Después de las elecciones, las asociaciones obreras siguieron trabajando con normali-dad e incluso tuvieron una participación activa durante los trabajos del antireeleccionismo en Mazatlán. Al estallido de la revolución, estas organizaciones se fueron diluyendo poco a poco, uniéndose algunos de sus miembros a algún jefe local durante la lucha armada.

Archivos consultados

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Archivo Histórico Municipal de Mazatlán (AHMM).CentroRegional deDocumentaciónHistórica yCientífica (CREDHIC),ElCorreo de la

Tarde, El Demócrata de Mazatlán.

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