2009-Hábitats neolíticos al aire libre en Catalunya

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De Méditerranée et d’ailleurs… Archives d’Écologie Préhistorique Toulouse 2009 Jean Guilaine Mélanges offerts à

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De Méditerranéeet d’ailleurs…

Archives d’Écologie PréhistoriqueToulouse 2009

Jean Guilaine

Mélanges offerts à

Référence conseillée pour citer cet ouvrage :

Collectif, 2009. De Méditerranée et d’ailleurs… Mélanges offerts à Jean Guilaine.

Archives d’Écologie Préhistorique, Toulouse, 853 p., 389 fig., 14 tabl.

Site internet : http://archeoaep.free.fr

Courriel : [email protected]

Courrier : Archives d’Écologie Préhistorique

39, allées Jules Guesde

F-31000 Toulouse

De MéDiterranée et D’ailleurs…Mélanges offerts à Jean Guilaine

Ouvrage publié avec le concours :

du Collège de Francedu Ministère de la Culturede l’INRAPde la Région Languedoc-Roussillonde TRACES - UMR 5608de l’EHESSd’Archéologies

Archives d’Écologie PréhistoriqueToulouse 2009

Hábitats neolíticos al aire libre en Catalunya Josep MESTRES MERCADÉJosep TARRÚS GALTER

Résumé Le grand nombre de fouilles archéologiques de sauvetage de gisements de plein air, certains néolithiques, qui se sont déroulées en Catalogne ces 20 dernières années, nous ont permis de documenter plusieurs habitats de cette époque. Ce fait, avec le concours en outre de fouilles programmées sur quelques sites emblématiques (Guixeres de Viloví, La Draga, Ca n’Isach), a bouleversé nos connaissances et nous per-met aujourd’hui d’envisager des études territoriales.La découverte de plusieurs structures d’habitat de la période épicardiale et du Postcardial/Néolithique Moyen Initial ( faciès Montboló, Molinot, Baix Ebre) nous ont d’ailleurs confirmées l’importance réelle de ces groupes culturels du Ve millénaire avant J.-C. Il a ainsi été possible de combler l’ancien vide de popu-lation néolithique, dont on parlait dans les années soixante du XXe siècle, entre le Cardial et les Sepulcres de Fossa, soit durant la première moitié du IVe millénaire avant J.-C. Nous devons maintenant trouver des habitats de plein air en relation avec les nécropoles des Sepulcres de Fossa du Vallès, comme on en connaît déjà pour le Solsonià ( Juberri, Andorra) ou l’Empordanès (Ca n’Isach), ce dernier cas se rapportant à un faciès catalan du Chasséen.

AbstractOf numerous rescue excavations conducted in Catalonia during the last two decades, several have documented occupations at Neolithic sites, providing information which, combined with that derived from projects at key-sites such as Guixeres de Viloví, La Draga, Ca n’Isach, offer a wealth of data greatly broadening and altering knowle-dge of this period. Such is this increment, that studies of this period may now be conducted on a regional scale.Several structures dating to the Epicardial or the Post-Cardial period (i.e., an early stage of the Middle Neolithic period), emphasize the importance of the Montbolo, Molinot, Baix Ebre Groups during the 5th millennium BC. A once perceived ‘Neolithic hiatus’, a gap between the Cardial and the Sepulcres de Fossa (i.e., during the first half of the 4th millennium BC), so popular to researchers in the 1960’s, has now been filled. Settlements related to the necropolises known as Sepulcres de Fossa, which are expected to be found in the Vallès region, should pa-rallel those known for the Solsonià culture (Juberri, Andorra) or the Empordanès culture at Ca n’Isach (i.e., the Catalan facies of the Chassean Cultural Complex.)

1 - Poblados y silos agrícolas en el neolítico antiguo

En los últimos 20 años, gracias a la excavación de al-gunos yacimientos clave, algunos dentro de proyec-tos de investigación a largo plazo – Ca n’Isach (Tar-rús et al. 1992; Tarrús y Carreras 2006), Plansallosa (Buxó et al. 1998), La Draga (Bosch, Chinchilla y Tarrús 2000  ; Bosch, Chinchilla y Tarrús 2006)  ; Les Guixeres de Vilobí (Mestres 1981-1982) y otros  —, los más, como resultado de interven-

ciones de urgencia o preventivas –  Banys de la Mercè (Palomo 2006), St. Pau del Camp (Molist et al. 2008), Can Roqueta (Oliva et al. en prensa), Hort d’en Grimau (Mestres 1988-1989), Mas d’en Boixos (Farré et al. 2002), Camp del Rector (Font 2001), Barranc d’en Fabra (Bosch 1996)  –, se ha transformado el conocimiento que se tenía sobre los hábitats neolíticos al aire libre en Catalunya.

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Posiblemente, el Neolítico antiguo (fases Cardial y Epicardial) es el período que más novedades nos ha ofrecido, tanto por la calidad de algunos hábi-tats con estructuras de habitación bien definidas como por la gran cantidad de yacimientos, for-mados básicamente por campos de silos, hogares y sepulturas, que se han ido descubriendo, sobre todo en las comarcas del Vallès Occidental y del Alt Penedès.

La distribución de estos hábitats al aire libre del Neolítico antiguo en Catalunya nos marca, mucho mejor que las cuevas de habitación o sepulcrales, una ocupación intensa de las llanuras litorales y prelitorales, que surcan de norte a sur el país, y una penetración un poco más tardía de las vastas zonas cultivables de occidente, hasta el límite con Aragón. La vía de difusión tradicional, que luego se repetirá en el neolítico pleno, es la de los ríos Llobregat y Cardoner desde la costa central cata-lana y la del curso de Ebro, hasta el Cinca, a partir del área sur de Catalunya (fig. 1).

Por otra parte, cuanto más avanza la investigación, más evidente parece que la expansión de este primer neolítico se realizó desde poblados relati-vamente importantes, cerca de la costa como en La Corrège-Leucate en el Aude (Guilaine et al. 1984), Sant Pau del Camp (Molist et al. 2008), Can Xammar (Pou y Martí 2005), Cavet (Marta Fontanals y Gerard Martí, en estudio, campañas 2007 y 2008), Barranc d’en Fabra (Bosch 1996) ; en los valles interiores subpirenaicos (Plansal-losa) ; o en la llanura prelitoral, como en La Dra-ga, Pla de la Bruguera (Fígols 1992), Can Banús (García et al. 1982)  ; Can Filuà (en estudio por Arqueolític, campañas 2006-2007), Guixeres de Viloví (Mestres 1981-1982, 1987).

A su alrededor se detectan multitud de pequeños hábitats, ya sea en las cuevas de almacenaje o se-pulcrales de las sierras cercanas, como en el caso de La Draga o de Plansallosa, o bien en forma de establecimientos al aire libre con silos para el gra-no y sepulturas, en el modelo del Vallès Occiden-tal y el Alt Penedès (Bosch 1992 ; Mestres 1992b ; Mestres y Ribé 1992).

Si nos fijamos en los aspectos cronológicos vere-mos que los poblados importantes de la fase Car-dial, de mediados a finales del VI milenio aC, son pocos (La Corrège-Leucate, La Draga, Can Filuà,

Sant Pau del Camp, Guixeres de Vilobí), mientras que son bastante mas numerosas las manifesta-ciones de época Epicardial como las del Puig Mascaró en Torroella de Montgrí (Pons, Tarrús 1980) ; Plansallosa ; Codella, en la Vall d’en Bas (Gabriel Alcalde y Maria Saña, en estudio, cam-pañas de 2004-2005) ; Guixeres de Vilobí ; Timba d’en Barenys (Vilardell 1992a)  ; o Barranc d’en Fabra (Bosch 1996), en la primera mitad del V milenio aC.

Todo parece indicar que hubo una fase pionera Cardial, cerca de la costa, con poblados de una cierta importancia, de corta (La Draga) o larga duración (Guixeres de Vilobí), a cuyo alrededor se fueron formando más tarde comunidades de-rivadas con una cultura material menos compleja de tipo Epicardial y finalmente Postcardial, ya en los inicios del neolítico medio. Estos grupos, escindidos de los principales poblados cardiales, serán los que ocuparán de manera efectiva todo el territorio de Catalunya durante el V milenio aC, integrando los escasas bandas mesolíticas que su-ponemos que habría allí en la primera mitad del VI milenio aC (Mestres 1992b ; Mestres y Ribé 1992).

Este esquema rápido de expansión de la cultura neolítica funciona mejor en Catalunya que el de la aculturación lenta de las comunidades locales me-solíticas, que al parecer no eran muy importantes demográficamente, por lo que deducimos que no estaban especialmente bien adaptadas a las condi-ciones medioambientales de inicios el VI mile-nio aC. Cabe añadir que, incluso en las regiones (Provenza, País Valenciano), donde esta presencia mesolítica parecía mucho más consistente y que dieron lugar a la teoría del poblamiento dual con un aculturación lenta, se va imponiendo recien-temente una visión más dinámica de la neolitiza-ción, que relega a la población preexistente a un papel secundario (Mestres 1992a).

Por lo que respecta a la forma de las cabañas du-rante el Neolítico antiguo catalán y a su distri-bución en el poblado, los datos más fidedignos proceden de los yacimientos de la Draga (Ba-nyoles, Pla de l’Estany) y del Barranc d’en Fabra (Amposta, Montsià). Se trata de dos ejemplos complementarios que nos demuestran la exis-tencia de una cierta variabilidad, posiblemente relacionada más con el medio ambiente inme-

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1 Hábitats del Neolítico antiguo Cardial (5500-5000 BC) y Epicardial (5000-4500 BC), Neolítico medio inicial (4500-4000 BC) y pleno (4000-3400 BC) y Neolítico final (3400-2700 BC) en Catalunya:1-La Corrège (Leucate, Aude). NAC2-Feixa del Moro (Juberri, Andorra).NMI3-Banys de la Mercè (Capmany, Alt Empordà). NMP, NF4-Riera Masarac (Vilarnadal, Alt Empordà).NF5-Ca n’Isach (Palau-saverdera, Alt Empordà). NMI,NMP,NF6-Puig Mascaró (Torroella de Montgrí, Alt Empordà). NAE7-Font del Ros (Berga, Berguedà). NAC8-La Draga (Banyoles, Pla de l’Estany). NAC9-Plansallosa (Tortellà. La Garrotxa). NAE10-La Prunera (Olot, Garrotxa). NF11-La Dou (St. Esteve d’en Bas, Garrotxa). NMI12-Les Goges (St. Julià de Ramis, Gironès). NMI13-Can Xammar (Mataró, Maresme). NAC14-Els Castellàs (St. Andreu de Llavaneres, Maresme). NAE15-El Coll (Llinars del Vallès, Vallès Oriental). NF16-Ca l’Estrada (Canovelles, Vallès Oriental). NAE,NMI,NF17-Pla de la Bruguera (Castellar del Vallès, Vallès Occidental). NAC18-Turó Can Bellsolà (Sta. Perpetua de Mogoda, V.Occidental). NAC19- Can Filuà (Sta. Perpetua de Mogoda, Vallès Occidental). NAC

20-Bòbila Madurell (St.Quirze, Vallès.Occidental). NMI, NMP, NF21-Els Mallols (Cerdanyola del Vallès, V.Occidental). NMI22-Can Roqueta (Sabadell, Vallès Occidental). NAC, NMI, NMP, NF23-Sant Pau del Camp (Barcelona, Barcelonès). NAC, NAE, NMI24- Camp del Rector (Jorba, Anoia). NF25-Guixeres de Vilobí (St. Martí Sarroca, Alt Penedès). NAC, NAE, NMI26-Pou Nou II-III (St.P.Nolanta, Olèrdola, Alt Penedès). NAE, NMI, NMP27- Turó de la Font del Roure (Font-rubí, Alt Penedès). NMI28- Mas d’en Boixos (Pacs del Penedès, Alt Penedès). NAC,NMI,NMP,NF29- Pujolet de Moja (Vilafranca del Penedès,Alt Penedès). NAE, NMI,NMP30- Hort d’en Grimau (Castellví de la Marca, Alt Penedès). NMI31-Timba d’en Barenys (Riudoms, Baix Camp). NAE32- Cavet (Cambrils, Baix Camp). NAC33- Barranc d’en Fabra (Amposta, Montsià). NAE34- Pla del Gardelo (Juneda, Les Garrigues). NAE35- Riols-I (Mequinenza, Saragossa). NMI.

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diato que en factores cronológicos o de grupos culturales diferentes.

Así, en el caso de La Draga las grandes cabañas de la zona húmeda del poblado, cerca de la orilla neolítica, parecen ser construcciones rectangu-lares de unos 10-12 m de largo por unos 3-4 m de ancho, ligeramente elevadas sobre el suelo y cuya entrada se orientaba hacia el lago. El poblado, en esta zona baja y húmeda, estaría formado por unas 10-12 cabañas, dispuestas en dos hileras paralelas con calles o espacios vacíos intermedios. En la zona alta y seca de la Draga, separada de la anterior por una empalizada, estarían los grandes hogares comunitarios; graneros de forma oval (4x3 m) con enlosados, agujeros de poste a su alrededor y dos de centrales; además de fosas variadas con residuos orgánicos (fig. 2 y 3).

En cambio, en el Barranc d’en Fabra, a juzgar por la excelente fotografía aérea en infrarrojos publi-cada, nos encontramos con 7 cabañas ovaladas, construidas con muros de piedra seca, de unos 6x4 m, al sur de las cuales se observan hogares ex-ternos de unos 0,90 m. Al parecer, también se de-tectó un enlosado (3,5x3 m) con agujero de poste central, que se interpretó como una construcción para el almacenaje de alimentos.

El uso de silos para el almacenaje de recursos agrícolas ya es una norma en la fase Cardial y Epi-cardial del Neolítico antiguo catalán. En efecto, aunque no muy numerosos, los tenemos referen-ciados en los yacimientos roselloneses del Serrat Gros (Ortafà) y el de Aspres del Paradis (Corneil-là del Bèrcol) (Manen et al. 2001) y, ya en la Cata-lunya sur, en la Font del Ros (Berga) (Mora et al. 1991), en la concentración del Vallès Occidental  – Can Banús (García et al. 1982) y Can Soldevila IV (Costa et al. 1982), Can Filuà, Turó de Can Bellsolà, Can Feu, Can Gafa, Pla de la Bruguera (Fígols 1992), todos estos últimos yacimientos aún en estudi  – y Oriental (Can Roqueta), así como en el hábitat St. Pau del Camp (Barcelona) o en el poblado de las Guixeres de Vilobí y en el Mas d’en Boixos (Alt Penedès).

Igualmente, en la fase siguiente, Epicardial, tene-mos constancia de la existencia de estos silos en el Pi de la Lliura (Vidreres, La Selva) ; en Sàlcies (Sta. Perpètua de Mogoda) (Castells y Costa 1982) y Ca l’Estrada (Canovelles) (Fortó et al.

2006), en la zona del Vallès ; y en el asentamiento con una sepultura en silo de la Timba d’en Barenys (Baix Camp, Vilardell 1992b) en los yacimientos de Pou Nou y Pujolet de Moja, en el Alt Penedès (Mestres et al. 1998).

Así pues, entre la segunda mitad del VI y la pri-mera mitad del V milenio aC, durante el Neolí-tico antiguo, se documentan diversos sistemas de almacenaje- construcciones ovales enlosadas y silos- que nos hablan de un cierto excedente agrí-cola, básicamente de carácter cerealístico (trigo, cebada y escanda), ya bien establecido en este nuevo sistema económico productivo. La gran ex-pansión del modelo y la consecuente mayor com-plejidad de los poblados y de las sepulturas llegará acto seguido, en la segunda mitad del V milenio aC, en la fase Postcardial, que consideramos un verdadero Neolítico medio inicial.

2 - Hábitats y necrópolis al aire libre en el Neolítico medio

No tenemos muchos estructuras fiables de los primeros hábitats al aire libre del Neolítico medio inicial (facies Montboló, Molinot, Baix Ebre) y mucho menos aún restos arquitectónicos.

La cabaña con el contorno excavado en la roca, diversos hogares y un silo del poblado de Ca n’Isach (Alt Empordà) serían los elementos más destacables. Junto a ellos los hogares de Juberri (Andorra), el nivel contemporáneo a las sepultu-ras en fosa de St. Pau del Camp, los hogares y silos de La Dou (Vall d’en Bas - Haro y Martín 2006), la posible cabaña elíptica de los Vilars de Tous (St. Martí de Tous, Anoia - Clop et al. 2005) y el po-blado de Riols-I (Mequinenza, Aragón - Royo y Gómez 1995), condensan la mayoría de los datos que tenemos hoy en día sobre los hábitats de este momento de finales del V milenio aC.

Esta relativa pobreza contrasta con las magnífi-cas sepulturas megalíticas en forma de cistas con túmulo que aparecen ahora en el área de Tavertet (Osona - Cruells et al. 1992) ; en el Alt Empordà (Vinya d’en Berta, Pau - Macau 1934  ; Tarrús 2002) y Baix Empordà (área de Romanyà de la Selva - Esteva 1978) ; o en el Fenollet (Camp del Ginebre, Caramany - Vignaud 1998), que serían el verdadero inicio del megalitismo catalán, al lado de las cistas con pequeños túmulos de can-tos del Baix Ebre (Bosch 2005) y del Barranc de

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la Mina Vallfera (Mequinenza - Royo y Gómez 1995).

Estas tumbas monumentales conviven con otras más sencillas. Unas tienen forma de fosas, como las sepulturas del Segudet (Ordino, Andorra - Yáñez et al. 2005), de Ca l’Estrada (Granollers), o de los Mallols (Cerdanyola del Vallès - Francès et al. 2007) ; otras están dentro de la bocas de mi-nas, como en la número 8 de Can Tintorer (Gavà, Baix Llobregat - Villalba et al. 1986) ; también las hallamos dentro de un silo reaprovechado, como en el Pujolet de Moja (Mestres et al. 1997) y en

Mas d’en Boixos ; y finalmente, en construcciones más sofisticadas, como las fosas con banco in-terno y cubiertas de cantos de l’Hort d’en Grimau (Mestres 1988-1989).

Por otra parte, es verdad que yacimientos de la im-portancia de l’Hort d’en Grimau (Castellví de la Marca), con silos y sepulturas postcardiales ; o el de Sant Pau del Camp (Barcelona) con 24 sepul-turas en fosa en un nivel de habitación del neolí-tico medio inicial, ya se conocían a finales de los 80 o inicios de los 90 del siglo XX. Pero, han sido las excavaciones preventivas del último decenio,

2 Cabañas rectangulares del poblado del Neolítico antiguo Cardial de La Draga (Banyoles, Pla de l’Estany).

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3 Vasos cardiales de La Draga (Banyoles, Pla de l’Estany).

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como las realizadas en las Goges (St. Julià de Ra-mis, Gironès) ; la Bòbila Madurell y Can Roqueta en Sabadell ; o el Turó de la Font del Roure (Font-rubí - Mestres et al. 1998), el Pou Nou, el Pujolet de Moja y el Mas d’en Boixos (Pacs del Penedès), las que nos han revelado la existencia de nume-rosos campos de silos postcardiales en las fértiles llanuras prelitorales, en especial en las del Vallès Occidental y el Alt Penedès. Este hecho nos señala que a mediados del V mi-lenio aC, desarrollando una tradición de más de un milenio (grupos cardiales y epicardiales ante-riores), se produce una verdadero salto en la pro-duccción agrícola, acompañado seguramente de una mayor demografía, que precisa ahora de cam-pos de silos de grandes dimensiones para almace-nar sus excedentes. Parece lógico suponer, además, que cerca de estos campos de silos, donde a me-nudo falta el nivel arqueológico de circulación, estaban los lugares de habitación, quizás pequeños hábitats relacionados entre si y que dependían de un poblado principal (Mestres y Ribé 1992).

Este modelo de ocupación, con sus poblados y ne-crópolis cercanos o incluso mezclados, pasará más tarde al neolítico medio pleno de los Sepulcros de Fosa de la misma zona, o del Solsonià y el Em-pordanès a oeste y al norte de ella, aunque en esta nueva fase de la primera mitad del IV milenio aC las necrópolis quedarán ya separadas del poblado y su importancia social se acrecentará hasta extre-mos inimaginables, dando lugar a la aparición de las primeras grandes sepulturas megalíticas, los se-pulcros de corredor del Empordà-Rosselló.

Cuando entramos de lleno en el neolítico medio, ya en la primera mitad del IV milenio aC, el pa-norama de poblados o de evidencias de asenta-mientos al aire libre se reduce aún más. La razón principal sería que en las áreas con mayor presen-cia de necrópolis del neolítico medio pleno, facies Vallesà o Solsonià, no se han hallado los suelos de circulación de esta época, ya sea por la acción pre-via de las máquinas excavadoras o por la extrema erosión de los suelos en algunas zonas de piede-monte (Muñoz 1965  ; Pou et al. 1996  ; Martín Colliga et al. 1996b).

Es normal, pues, encontrarnos con extensas ne-crópolis de fosas o de cistas enterradas, sin nin-gún resto de hábitat a su alrededor o solamente

con que sólo se ha conservado la parte más pro-funda de algunos silos del asentamiento. Este caso sería el más corriente en el Vallès Occidental y Oriental, el área por excelencia de las necrópolis de Sepulcros de Fosa. Recordemos también que el otro yacimiento emblemático de este período, las minas neolíticas de Can Tintorer (Gavà, Baix Llobregat), tampoco nos ofrece señales de ningún hábitat al aire libre, cercano la explotación minera, aunque, sin duda, debió existir.

La única zona que nos ha proporcionado restos arquitectónicos de poblados del Neolítico medio pleno es el Alt Empordà, cerca de la frontera con Francia. Allí, el año 2005, la empresa Arqueolític excavó parcialmente un posible hábitat, conocido como el Camí dels Banys de la Mercè (Capmany) dentro de las intervenciones preventivas causadas por el paso del Tren de Alta Velocidad (Palomo 2006). En el nivel de circulación de este asenta-miento, situado en un suave promontorio al no-roeste del valle de la Jonquera, aparecieron diver-sos agujeros de poste, hogares y algunos silos con una cronología comprendida entre el Neolítico medio pleno (Chassey o Empordanès), en Neolí-tico final-calcolítico (Veraza y Campaniforme Pi-renaico) y el Bronce antiguo.

Este sería el segundo poblado, junto con el mejor conocido de Ca n’Isach (Palau-saverdera) a unos 20 km al sureste, donde se ha detectado la facies Empordanès del neolítico medio pleno de Cata-lunya. Esta facies se caracteriza por poseer una cultura material, especialmente visible en la cerá-mica, que se sitúa dentro de la órbita del Chassey del sur de Francia, junto a elementos de tradición Montboló. La extensión de este grupo cultural lle-ga hasta el Baix Empordà, donde la tumba en fosa de Fonteta (La Bisbal) es su mejor exponente.

De todos modos, es el poblado de Ca n’Isach, que se excavó completamente entre los años 1987-1994 y 2002-2003, el que nos da la información más ex-tensa y fiable de cómo eran los hábitats al aire libre del neolítico medio pleno en Catalunya o, al menos, en el Alt Empordà (Tarrús et al. 1992 ; Tarrús et al. 1969 ; Tarrús y Carreras 2006).

Se trata de un pequeño conjunto de 6 cabañas, que ocupaban un espolón rocoso a 100 m de altitud en la vertiente occidental de la sierra de Rodes. Se han excavado unos 600 m2, aunque sabemos

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que la erosión ha hecho desaparecer al menos un área similar, por lo que su verdadera extensión es-taría cerca de los 1000 m2. Las rocas locales son el gneis y el esquisto, que se aprovecharon para la construcción de todas las estructuras.

Cuatro de las cabañas tienen forma de U, fueron construidas con muros de piedra seca de 1 m de anchura y están dispuestas en parejas de dos, uni-das por una pared medianera. Se situaron unas delante de las otras, de norte a sur, con una calle en medio. Sus dimensiones son modestas, puesto que contando la zona del porche, que forman 4 postes, dos por cada lado, las mayores alcanzan los 4x3 m. Su entrada se orienta al sur, de espaldas al fuerte viento local del noreste, la tramontana. Conservan, además, los postes centrales para sos-tén de la cubierta vegetal y al menos un hogar en su parte delantera (fig. 4).

Al este de este grupo de pequeñas cabañas en U existe una gran construcción oval, formada por muros de piedra seca más de 1,5 m de anchura, revestidos con grandes losas verticales. Su entrada es estrecha y su interior delimita un espacio de unos 7x6 m, donde hallamos tres hileras de 2 ho-gares, dispuestos de norte a sur como los aguje-ros de poste centrales, que corresponden a cada

etapa constructiva de la cabaña. También apare-cieron dentro de ella una cisterna, y diversos si-los pequeños, algunos enlosados. Los tres niveles arqueológicos de esta cabaña nos llevan desde el Chassey local o Empordanès hasta el grupo de Veraza, que sería, este último, el responsable de la forma final de la construcción (fig. 5).

Este pequeño poblado de Ca n’Isach nos mues-tra cómo debieron ser los hábitats al aire libre del Neolítico medio pleno en esta zona fronteriza, pero también, de momento, nos ofrece la mejor documentación sobre los usos arquitectónicos de esta época a nivel de Catalunya.

Es interesante señalar, además, que cerca del po-blado, unos 150 m al norte y al sur, se alzan dos sepulcros de corredor, de tipología antigua, la Bar-raca d’en Rabert a Pau y el Mas Bofill a Palau-sa-verdera, que podrían ser la necrópolis megalítica de las fases mediana (Chassey) y final (Veraza) de Ca n’Isach, a lo largo del IV milenio aC.

3 - Evidencias de lugares de habitación en el Neolítico final

Tradicionalmente, los posibles hábitats al aire libre del Neolítico final o Calcolítico antiguo (finales del IV y inicios del III milenio aC) en Catalunya,

4 El poblado del Neolítico medio-final de Ca n’Isach (Palau-saverdera, Alt Empordà).

5 Vasos cerámicos Chassey (grupo Empordanès) de Ca n’Isach (Palau-saverdera, Alt Empordà).

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mayormente del grupo de Veraza (Martín Colliga 1992), que se extiende a ambos lados del Pirineo, eran muy escasos y con poca extensión excavada. Ya desde los años 80 del siglo XX se conocían el del Coll (Llinars del Vallès, Vallès Oriental - Mar-tín Colliga 1979) y el de Riera Masarac (Pont de Molins, Alt Empordà). Sus estructuras se reducían a cubetas ovaladas rellenas de cantos en ambos ya-cimientos; aunque en el de Riera Masarc también aparecieron agujeros de poste, un hogar y grandes jarras con cordones lisos, una de las cuales se en-contró aún erguida y entera (Tarrús y Chinchilla 1985) . Cabe recordar que para las grandes jarras veracienses, erguidas in situ, tenemos otro ejem-plo en el yacimiento de las Escoles Nacionals de Sta. Perpètua de la Mogoda, en el Vallès Occiden-tal (Marcel y Morral 1982).

La gran novedad, entre 1987-1994, fue la excava-ción del poblado neolítico de Ca n’Isach (Palau-Saverdera), del cual ya hemos hablado para las fases del Neolítico medio. En el primer nivel de la gran cabaña oval de este hábitat al aire libre, ya se dectectaron tres hogares de este momento. Más adelante, en las campañas de 2002-2003, se halla-ron tres hogares más veracienses al norte de esta misma cabaña y la gran jarra, rota, dentro de un agujero de sustentación (Tarrús et al. 1992 ; Tar-rús y Carreras 2006).

En Ca n’Isach tenemos, pues, una gran cabaña, formada con muros de piedra seca, revestidos con losas, cuya última fase pertenece al Neolí-tico final, tipo Veraza. Esta clase de cabaña se parece bastante a los modelos del Neolítico final, calcolítico de Fontbouisse, que se desar-rolló en el Lenguadoc Oriental en la primera mitad del III milenio aC, por lo que podemos afirmar que existió una cierta variedad de tipo de cabañas de este período en Catalunya, según la zona geográfica donde nos situemos.

El panorama empezó a cambiar en los años 90 con el descubrimiento de las primeras cabañas del neolítico final, en forma de cubetas ovaladas, como las del yacimiento de la Bòbila Madurell (St. Quirze el Vallès - Díaz et al. 1995) y o las de otros asentamientos en el misma llanura del Vallès (Martín Colliga et al. 1996a ; Martín Colliga et al. 1996b). Por otra parte, estos asentamientos al aire libre nos confirmaban la fuerte presencia del gru-po de Veraza en la zona central el neolítico catalán.

Pero, sin duda, el mayor salto en el conocimiento de los asentamientos al aire libre del neolítico fi-nal en Catalunya se ha dado estos últimos años del siglo XXI, cuando se han podido excavar y fechar por 14C extensos asentamientos al aire libre, como los del Camí dels Banys de la Mercè en Capmany, la Prunera en Olot (Alcalde et al. 2005), Ca l’Estra-da en Granollers (Fortó et al. 2006), Can Roqueta en Sabadell (Oliva et al. en prensa), Can Vinyalets en Sta. Perpètua de la Mogola, el del Camp del Rector en Jorba (Font 2005), el Mas d’en Boixos y Camí de Santa Maria dels Horts en los alrededores de Vilafranca del Penedès (Mestres et al. 1998). Estos asentamientos se distribuyen por buena parte de la zona prepirenaica y las llanuras prelito-rales del país.

En algunos de ellos se han excavado largas cube-tas rectangulares, rellenas de cantos rodados (Can Roqueta, Ca l’Estrada), en otros han aparecido silos, hogares y agujeros de poste (Camí dels Ba-nys de la Mercè, la Prunera) y, finalmente, en los del Camp del Rector y Can Vinyalets tenemos constancia de grandes cubetas ovaladas, conside-radas cabañas, y también de silos, hogares, agu-jeros de poste e incluso, en el último yacimiento mencionado, de un posible horno en cubeta.

4 - Consideraciones finalesLa intensificación de las excavaciones preventivas en Catalunya nos ha proporcionado, por primera vez, un amplio espectro de hábitats al aire libre, en especial del Neolítico antiguo y final, que su-pera en mucho cualquier previsión que se hubiera hecho hace 20 años. Dentro de este contexto, al-gunas excavaciones programadas de larga duración en asentamientos al aire libre (Guixeres de Viloví, La Draga, Ca n’Isach) han servido para profundi-zar en algunos aspectos (extensión real del hábitat, relación con su entorno de cuevas, sepulturas o campos de silos, seriación cronológica fiable), que las grandes campañas arqueológicas preventivas o de urgencia a menudo no pueden abordar.

Por otra parte, la aparición de numerosas estruc-turas de hábitats de época Epicardial y sobre todo del período Postcardial, Neolítico medio inicial (Montboló, Molinot, Baix Ebre) han confirmado, sin duda alguna, la existencia y verdadera impor-tancia de estos grupos que llenan, según la cro-nología por 14C calibrada, todo el V milenio aC. Son mil años más de comunidades neolíticas que

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ahora se insertan entre los primeros grupos del Neolítico antiguo Cardial, de la segunda mitad del VI milenio aC, y los clásicos grupos del Neolítico medio pleno (Vallesà, Solsonià, Empordanès) de la primera mitad del IV milenio aC.

Para acabar, cabe decir, que sorprende que en la zona del Vallès, tan rica en sepulturas en fosa del Neolítico medio pleno, sean mucho mejor co-nocidos, hoy en día, los hábitats al aire libre del Neolítico final (finales del IV y principios del III milenio aC) o de la edad del Bronce antigua que

los propios de los Sepulcros de Fosa del Neolí-tico medio pleno. Quizás, ello se deba al azar de la investigación, pero no podemos descartar que, en muchos casos, las excavaciones antiguas de las espectaculares necrópolis de Sepulcros de Fosa no tuvieran en cuenta las escasas trazas de los asentamientos contemporáneos, que debían estar en sus cercanías. De todos modos, tenemos que señalar, que tampoco las intervenciones preventi-vas recientes en esta misma área han conseguido localizar hábitats del Neolítico medio, por lo que la cuestión queda en el aire.

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ISBN : 978-2-35842-001-3

Achevé d’imprimer en octobre 2009sur les presses de l’imprimerie LUSSAUD

85200 Fontenay-le-Comte

Dépôt légal n° 5058 - 2e semestre 2009

Imprimé en France

9 782358 420013

Principalement axées sur la Préhistoire et la Protohistoire méditerranéennes

et toujours replacées dans des perspectives historiques, les recherches menées depuis près de cinquante ans par le professeur Jean Guilaine ont pu être transmises au plus grand nombre grâce à la chaire « Civilisations de l’Europe au Néolithique et à l’Âge du bronze » qu’il a animée entre 1995 et 2007 au sein du Collège de France. Plus d’une centaine de chercheurs de nationalités diverses ont souhaité, à travers cet ouvrage, rendre hommage à la richesse de ses travaux mais également à l’homme, passionné et toujours désireux de faire partager son savoir. La diversité des aires géographiques et la variété des thématiques abordées dans les articles ici rassemblés soulignent l’envergure de recherches qui contribuent à jalonner les routes de l’histoire européenne.

Focusing mainly on mediterranean Prehistory and Protohistory and

invariably placing it in a historical context, the research conducted by Professor Jean Guilaine for almost fifty years has been communicated to a larger audience thanks to the chair “Civilisations de l’Europe au Néolithique et à l’Âge du bronze” which he held at the College of France between 1995 and 2007. More than one hundred international researchers have provided their contribution to this publication in order to honour not only the variety of his work but also the person, passionate and always seeking to share his knowledge. The diversity of the geographical areas and the various subjects treated in the present papers underline the importance of his research, highlighting themes throughout European History.