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• PÉNDULO21 / 1 / JULIO2016 • La Jornada Aguascalientes / Aguascalientes, México. JULIO 2016 / Año 7 No. 122 HOMENAJE A JESÚS TERÁN PEREDO CONTENIDO: Jesús Terán y los tiempos convulsionados de Aguascalientes en el siglo XIX. ENRIQUE LUJÁN SALAZAR Jesús Terán: un adalid de la Reforma. NETZAHUALCÓYOTL AGUILERA R. E.. C uando transitamos por el centro de nuestra ciudad y visitamos su mercado, cuando transitamos por el oriente de la ciudad y vemos la delegación que administra esta parte de la ciudad o cuando tomamos un vuelo aeronáutico en el aeropuerto, aparece el nombre de Jesús Terán Peredo. Pocas veces, los aguascalentenses nos preguntamos ¿quién fue ese personaje? ¿qué hizo para merecer que esos lugares o instituciones llevaran su nom- bre? ¿por qué no recordamos su nombre? Los tiempos que corren, entre el vértigo de la tecnología, las prisas laborales, la co- rrupción desbordada, son poco propicios para la memoria histórica, para el reconocimiento de los próceres que nos han legado un estado y nos han brindado un reconocimiento nacio- nal e internacional. Uno de ellos, uno entre los grandes políticos que ha dado nuestro estado fue José de Jesús Rafael Terán Peredo. 1 Por esto, nuestro suplemento le dedica estas pági- nas para evocar su genio y figura y contribuir a mantener viva su presencia y su legado. A cada generación le toca enfrentar sus propias dificultades. Los tiempos que le tocó vivir a Jesús Terán no sólo fueron difíciles sino convulsionados, llenos de penuria y escasez. Sin embargo, a 150 años del aniversario de su muerte, tenemos ya algunos atisbos para valo- rar la grandeza de este político. Su formación la realizó en instituciones eclesiásticas y no siguió la carrera sacerdotal para ocuparse de los asuntos familiares. Rápi- damente se vio involucrado en la política liberal y participó en ella de manera animosa, creativa y crítica hasta el fin de sus días. Los cambios de gobierno a nivel nacional, las guerras e intervenciones extranjeras que vi- vió nuestro país y nuestro estado, la desestabi- lización social así como las diferencias políticas con el grupo conservador nunca fueron obstá- culo para que cuando llegó a ser jefe político de 1 En el siguiente texto, el lector podrá leer más datos específi- cos de la biografía y aportaciones específicas de este insig- ne hidrocálido. Jesús Terán y los tiempos convulsionados de Aguascalientes en el siglo XIX Enrique Luján Salazar Aguascalientes en 1849, bajo la presidencia na- cional de José Joaquín Herrera, se preocupara por todos los aspectos de la agenda política y el engrandecimiento de Aguascalientes: la eco- nomía, la hacienda, la cultura, la urbanización, la educación, el fortalecimiento de la vida inde- pendiente de nuestro estado respecto de Zaca- tecas 2 . Destaca su trabajo en la promoción de la educación y de las políticas educativas, abrien- do instituciones públicas para la enseñanza básica y la creación del Instituto de Ciencias y Artes. Así lo afirma Jesús Gómez: Terán encabezó una administración “moralizada, ilustrada y benéfica”. Dio un impulso importante a la instrucción pública: estableció en el colegio las cátedras de francés, matemáticas y literatura; contrato los servicios de un francés ilustre, Carlos Godefroy, que ejerció una saludable influencia en la vida intelectual de la localidad. Los amantes de las letras se organizaron y […] fundaron una sociedad denominada El Crepúscu- lo Literario, que editaba su propio periódico y que fue la cuna de la generación de liberales que re- girían los destinos del estado entre 1855 y 1871. 3 Después de varios hechos aciagos, en 1857, Jesús Terán fue electo gobernador de Aguascalientes y cabe señalar que contó con el apoyo de una legislatura de gran nivel po- lítico, en la que sobresalían José María Chá- vez, Antonio rayón, Isidro calera y Juan G. 2 Para consultar estudios más amplios sobre este período, re- comendamos consultar Breve historia de Aguascalientes, de Beatriz Rojas y Jesús Gómez Serrano entre otros publicada por el Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica, también de Gómez Serrano, Eslabones de la historia regional de Aguascalientes, publicado por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Asimismo, pueden revisarse la fuentes seña- ladas en el siguiente magnífico texto de este suplemento. 3 Beatriz Rojas et. al., Breve historia de Aguascalientes, Cole- gio de México/ Fondo de Cultura Económica, México, 1994, p. 100. Alcázar, quienes dieron al estado una nueva constitución. 4 A partir de 1861, cabe resaltar su gran labor en el Ministerio de Justicia, Fomento e Educación Pública, así como su extraordinaria labor en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en el que no sólo apoyo a Manuel Doblado sino que representó a México como embajador ple- nipotenciario en Europa para disuadir a Ingla- terra, Francia y España de invadir a México de- bido a las deudas adquiridas con estos países. Tenemos el panorama conflictivo y difi- cultoso en el que Jesús Terán se desempeñó de manera pública poniendo siempre a Aguas- calientes y a México por encima de otros in- tereses particulares. Poniendo énfasis en la necesidad de la conformación de instituciones sólidas para un desarrollo armónico y pacífico del país. En particular, podemos señalar de ma- nera sobresaliente la defensa de la educación como elemento indispensable para superar la situación ruinosa de la nación y la formación de los mexicanos, desde las primeras letras hasta su preparación laboral, su oposición a la tiranía en el poder de quien fuera, dado que la libertad es el valor central del federalismo que defen- dió, aun con su propio peculio. Tenemos ante nuestra vista a un gran hombre, a un insigne y patriota hidrocálido que luchó de manera inteligente y denodada por los principios en los que creyó y ha dejado una impronta en nuestra ciudad y en nuestro esta- do que va más allá del mero reconocimiento al otorgar su nombre a sitios y lugares, una heren- cia que reclama más allá de su estudio la con- gruencia política, la participación ciudadana y el respeto a los principios que rigen el federalismo y la vida democrática. Sólo de esta manera re- conoceremos el legado de Jesús Terán Peredo. 4 Ibid., p. 104.

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SUPLEMENTO DE LA JORNADA AGUASCALIENTES

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• PÉNDULO21 / 1 / JULIO2016 •

La Jornada Aguascalientes / Aguascalientes, México. JULIO 2016 / Año 7 No. 122

HOMENAJE A JESÚS TERÁN PEREDO

CONTENIDO:Jesús Terán y los tiempos convulsionados

de Aguascalientes en el siglo XIX. ENRIQUE LUJÁN SALAZARJesús Terán: un adalid de la Reforma. NETZAHUALCÓYOTL AGUILERA R. E..

Cuando transitamos por el centro de nuestra ciudad y visitamos su mercado, cuando transitamos por el oriente de la

ciudad y vemos la delegación que administra esta parte de la ciudad o cuando tomamos un vuelo aeronáutico en el aeropuerto, aparece el nombre de Jesús Terán Peredo. Pocas veces, los aguascalentenses nos preguntamos ¿quién fue ese personaje? ¿qué hizo para merecer que esos lugares o instituciones llevaran su nom-bre? ¿por qué no recordamos su nombre?

Los tiempos que corren, entre el vértigo de la tecnología, las prisas laborales, la co-rrupción desbordada, son poco propicios para la memoria histórica, para el reconocimiento de los próceres que nos han legado un estado y nos han brindado un reconocimiento nacio-nal e internacional. Uno de ellos, uno entre los grandes políticos que ha dado nuestro estado fue José de Jesús Rafael Terán Peredo.1 Por esto, nuestro suplemento le dedica estas pági-nas para evocar su genio y figura y contribuir a mantener viva su presencia y su legado.

A cada generación le toca enfrentar sus propias dificultades. Los tiempos que le tocó vivir a Jesús Terán no sólo fueron difíciles sino convulsionados, llenos de penuria y escasez. Sin embargo, a 150 años del aniversario de su muerte, tenemos ya algunos atisbos para valo-rar la grandeza de este político.

Su formación la realizó en instituciones eclesiásticas y no siguió la carrera sacerdotal para ocuparse de los asuntos familiares. Rápi-damente se vio involucrado en la política liberal y participó en ella de manera animosa, creativa y crítica hasta el fin de sus días.

Los cambios de gobierno a nivel nacional, las guerras e intervenciones extranjeras que vi-vió nuestro país y nuestro estado, la desestabi-lización social así como las diferencias políticas con el grupo conservador nunca fueron obstá-culo para que cuando llegó a ser jefe político de

1 En el siguiente texto, el lector podrá leer más datos específi-cos de la biografía y aportaciones específicas de este insig-ne hidrocálido.

Jesús Terán y los tiempos convulsionados de Aguascalientes en el siglo XIX

Enrique Luján Salazar

Aguascalientes en 1849, bajo la presidencia na-cional de José Joaquín Herrera, se preocupara por todos los aspectos de la agenda política y el engrandecimiento de Aguascalientes: la eco-nomía, la hacienda, la cultura, la urbanización, la educación, el fortalecimiento de la vida inde-pendiente de nuestro estado respecto de Zaca-tecas2. Destaca su trabajo en la promoción de la educación y de las políticas educativas, abrien-do instituciones públicas para la enseñanza básica y la creación del Instituto de Ciencias y Artes. Así lo afirma Jesús Gómez:

Terán encabezó una administración “moralizada,

ilustrada y benéfica”. Dio un impulso importante

a la instrucción pública: estableció en el colegio

las cátedras de francés, matemáticas y literatura;

contrato los servicios de un francés ilustre, Carlos

Godefroy, que ejerció una saludable influencia en

la vida intelectual de la localidad.

Los amantes de las letras se organizaron y […]

fundaron una sociedad denominada El Crepúscu-

lo Literario, que editaba su propio periódico y que

fue la cuna de la generación de liberales que re-

girían los destinos del estado entre 1855 y 1871.3

Después de varios hechos aciagos, en 1857, Jesús Terán fue electo gobernador de Aguascalientes y cabe señalar que contó con el apoyo de una legislatura de gran nivel po-lítico, en la que sobresalían José María Chá-vez, Antonio rayón, Isidro calera y Juan G.

2 Para consultar estudios más amplios sobre este período, re-comendamos consultar Breve historia de Aguascalientes, de Beatriz Rojas y Jesús Gómez Serrano entre otros publicada por el Colegio de México y el Fondo de Cultura Económica, también de Gómez Serrano, Eslabones de la historia regional de Aguascalientes, publicado por la Universidad Autónoma de Aguascalientes. Asimismo, pueden revisarse la fuentes seña-ladas en el siguiente magnífico texto de este suplemento.

3 Beatriz Rojas et. al., Breve historia de Aguascalientes, Cole-gio de México/ Fondo de Cultura Económica, México, 1994, p. 100.

Alcázar, quienes dieron al estado una nueva constitución.4

A partir de 1861, cabe resaltar su gran labor en el Ministerio de Justicia, Fomento e Educación Pública, así como su extraordinaria labor en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en el que no sólo apoyo a Manuel Doblado sino que representó a México como embajador ple-nipotenciario en Europa para disuadir a Ingla-terra, Francia y España de invadir a México de-bido a las deudas adquiridas con estos países.

Tenemos el panorama conflictivo y difi-cultoso en el que Jesús Terán se desempeñó de manera pública poniendo siempre a Aguas-calientes y a México por encima de otros in-tereses particulares. Poniendo énfasis en la necesidad de la conformación de instituciones sólidas para un desarrollo armónico y pacífico del país. En particular, podemos señalar de ma-nera sobresaliente la defensa de la educación como elemento indispensable para superar la situación ruinosa de la nación y la formación de los mexicanos, desde las primeras letras hasta su preparación laboral, su oposición a la tiranía en el poder de quien fuera, dado que la libertad es el valor central del federalismo que defen-dió, aun con su propio peculio.

Tenemos ante nuestra vista a un gran hombre, a un insigne y patriota hidrocálido que luchó de manera inteligente y denodada por los principios en los que creyó y ha dejado una impronta en nuestra ciudad y en nuestro esta-do que va más allá del mero reconocimiento al otorgar su nombre a sitios y lugares, una heren-cia que reclama más allá de su estudio la con-gruencia política, la participación ciudadana y el respeto a los principios que rigen el federalismo y la vida democrática. Sólo de esta manera re-conoceremos el legado de Jesús Terán Peredo.

4 Ibid., p. 104.

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Jesús Terán: un adalid de la Reforma

Netzahualcóyotl Aguilera R. E. [email protected]

...murió lejos de su patria, á la que se había consagrado noblemente, y que aún no

le recompensa otorgándole un premio de honor, proporcionado á sus esfuerzos.

Justo Sierra2

El abuelo

Felipe Terán, abuelo de Jesús, perteneció a una familia criolla que había acumulado una fortuna considerable durante la Colo-nia; su finca comprendía la manzana com-pleta donde se ubica actualmente la Casa Terán.

Descrito por el historiador Jesús R. González como un tirano que reprimió en forma cruel y sanguinaria a los insurgen-tes, don Felipe fue el último jefe político y militar del virreinato que gobernó, de 1814 a 1820, la Villa de Nuestra Señora de la Asunción de las Aguas Calientes pertene-ciente a la entonces Provincia de Zacate-cas, separándose de su cargo cuando con-sideró que la independencia era inevitable.

Valentín Gómez Farías encabezó en-tonces una regiduría que se hizo cargo del Ayuntamiento y proclamó la independencia el 6 de julio de 1821, casi tres meses antes de que Agustín de Iturbide firmara el acta de lo que se conoce como Consumación de la Independencia de México.

Infancia y adolescencia

Jesús Terán nació el 14 de enero de 1821, año de consumación de la Independencia. Su infancia se desarrolló en un ambiente familiar apacible. Su don de gentes y su temperamento tranquilo pero enérgico y tenaz, aunado a su certero juicio, permi-tieron a su madre moldear la personalidad amable y afectuosa pero a la vez encauza-da a la reflexión y al estudio,3 atributos que contribuyeron a forjar a uno de los políticos del siglo XIX de mayor valía y entrega des-interesada al servicio de la nación.

El medio social también influyó posi-tivamente en su formación, pues cursó la

1 Una versión preliminar fue publicada en La Jornada Aguas-calientes, los días 11, 18 y 25 de enero 2013. Autorizado para esta publicación por el autor y por Letras-Uruguay.

2 Justo Sierra, Juárez, su obra y su tiempo. Ballescá y Com-pañía, Sucesores. Apartado de correos 13, México. Oliva, impresor: Villanueva y Geltrú: Barcelona, 1906. p. 429. Uni-versidad de Toronto. http://www.archive.org/stream/jurez-suobraysu00sier#page/n494/mode/1up

3 Arturo Pani, Jesús Terán. Ensayo biográfico. Edición priva-da. México, 1949, pp. 18-21.

instrucción elemental en la única institu-ción de enseñanza existente en la ya ciu-dad que fue la Escuela de Cristo, que dejó grabada en su mente las bondades de la educación pública y gratuita.

En 1832, al concluir sus estudios pri-marios a los once años de edad, Jesús in-gresa en el Seminario de Guadalajara, el que, aparte de ser de excelente calidad, fue uno de los principales semilleros de lu-chadores liberales, ideología con la que se identificó de inmediato. Con avidez abrevó en las teorías económicas y políticas, la fi-losofía del derecho, etc., y su orientación ideológica se fue consolidando en el trans-curso de su vida no dentro del liberalismo economicista que ha llevado al mundo al desastre actual, sino del liberalismo social que lo llevó a situarse como uno de los li-berales mexicanos de primera línea alta-mente reconocidos por Jesús Reyes He-roles, emérito investigador de este período histórico.

Juventud

Al morir su padre en 1842, heredó la finca familiar que ahora lleva su nombre – res-taurada en 1992 para convertirla en cen-tro cultural – y otras en la ciudad, más el rancho La Paz, las haciendas Las Trojes, Los Cuartos, Chichimeco y Las Pilas, en Aguascalientes; y la hacienda San Francis-co del Potosí en Coahuila.4 La obligatoria necesidad de administrar estos bienes lo convirtió en el jefe de familia, razón por la cual tuvo que interrumpir sus estudios en el Seminario de Guadalajara.

En cuanto llegó a Aguascalientes, como acababa de arribar a la mayoría de edad que entonces era de 21 años, se afi-lió al Partido Liberal y se inició en la maso-nería, donde fue presentado en Logia por los distinguidos maestros masones José María Chávez y José María López de Na-va;5 en ambas instituciones estableció la-zos de fraternidad ideológica, en especial con los hacendados ilustrados que eran los que encabezaban la oposición al Partido Conservador.

Con gran habilidad y rapidez resuelve los problemas administrativos familiares,

4 José Ma. Mora Ruiz, “Obra de Jesús Terán a 125 años de su muerte”, ponencia inserta en Memoria. Homenajes a Je-sús Terán, Guadalupe Appendini, Gobierno del Estado de Aguascalientes, 1991, p. 46.

5 José María Mora Ruiz, Jesús Terán en la Historia de México, conferencia mecanografiada, pronunciada en la Casa Terán el 20 de octubre de 1995, pp. 11-12.

continuando de inmediato sus estudios en el Seminario de Zacatecas, tan liberal o más que el de Guadalajara, donde estable-ce estrechos contactos con los masones locales que le serán de gran utilidad pos-teriormente.

En 1845 se gradúa como abogado, regresa a Aguascalientes, establece su bu-fete jurídico e inicia en toda forma su bri-llante carrera política.

Es en este momento en el que toma la decisión de firmar todos sus documentos como Jesús Terán a secas,6 haciendo a un lado el nombre completo que está asenta-do en su fe de bautismo como José de Je-sús Rafael Terán Peredo. Y fue así como firmó hasta el fin de sus días, incluyendo la correspondencia dirigida a Benito Juárez. Debemos continuar respetando su volun-tad.

En las elecciones de ese mismo año resulta gobernador uno de los masones más relevantes y viejo amigo de la familia, con quien Terán había trabado estrecha amistad: Felipe Nieto, quien al frente de aquel equipo de liberales inició una labor en pro de la educación que no prosperó en ese momento debido al conflicto con Esta-dos Unidos por la anexión de Texas y su posterior invasión a nuestro país, así como por la oposición de Santa Anna al proyecto liberal de enseñanza; pero una vez pasa-do aquel trance en el que perdimos más de la mitad de nuestro territorio y sin ver hacia atrás, volvieron a acometer el pro-yecto educativo.

Madurez

El caso es que el esforzado trabajo de Te-rán le acarreó la simpatía de la población; y con el decidido apoyo liberal, en los prime-ros días de 1849 tomó posesión como Jefe Político del Partido de Aguascalientes,7 dependiente todavía del ya para entonces Estado de Zacatecas. Esto le permitió es-tablecer el primer sistema de educación pública en nuestro territorio y culminar el avanzado propósito de fundar, el día 25 del mismo mes de enero, el Instituto Lite-rario de Ciencias y Artes –que él consideró siempre como su “obra más preciada”– 8 con el que se superó la enseñanza esco-

6 Ibid., p. 4.7 José Ma. Mora Ruiz, Obra de Jesús Terán a 125 años... p.

65.8 Pedro de Alba, Viaje al pasado, Biblioteca de Autores Jalis-

cienses Modernos, Guadalajara, Jal., 1958, p. 202.

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Alberto Guerrero, Jesús Terán, 1957.

lástica medieval para ingresar en la del método científico con materias como filo-sofía, matemáticas, geografía, etc.

Al propio tiempo funda la Academia de Dibujo para artesanos a los que se enseña, entre otras cosas, “geometría y mecánica aplicada a las artes”. También se crea la revista científica y literaria El Crepúsculo –a la que Agustín R. Gonzá-lez atribuye el nacimiento de la literatura en Aguascalientes– todo con el apoyo de los más valiosos maestros, entre los que destaca particularmente el ilustrado Carlos Godefroy,9 contribuyendo así al surgimien-to de lo que se conoce como Nacionalismo Mexicano en el Arte, entre cuyos primeros frutos tenemos a creadores geniales como José Guadalupe Posada, Jesús Contreras, Saturnino Herrán, Manuel M. Ponce, Ra-món López Velarde, etc.

En 1850 es electo diputado al Con-greso Estatal (de Zacatecas),10 lo que facilita la organización de la primera ver-sión, al año siguiente, de la actual Feria de San Marcos que superó con creces a la de San Juan de los Lagos, heredera de las de Acapulco y Jalapa, porque incluyó como principal atractivo una “Exposición” de corte europeo (agrícola, ganadera, in-dustrial y artística)11 primera que se realizó en un país de América Latina, promovida por José María Chávez y otros liberales in-dustriosos.

En el año de 1851 ocupa la presiden-cia de la IX Legislatura que promulga la nueva Constitución del Estado de Zacate-cas en la que se proclama la abolición de los fueros y privilegios en ese estado, tres años antes que la Ley Juárez de 185512.

El 10 de diciembre de 1853, median-te un decreto personal, Santa Anna decla-ró Departamento a Aguascalientes desig-nando como gobernador a Felipe Cosío, no con el propósito de independizarlo sino para debilitar a Zacatecas, por ser éste uno de los estados que mantenían más viva la llama del liberalismo.

Aquí merece la pena detenerse un poco para mencionar un hecho sobresa-liente: el dictador Anta Anna solicitó a los más ameritados políticos e intelectuales mexicanos sus recomendaciones para re-solver los graves problemas del país; como Jesús Terán fue uno de los que recibió su petición, le contestó con toda una mono-grafía titulada “Informe sobre las clases la-boriosas de la sociedad y medios para me-jorar su condición”, en la que, demostrando sus amplios conocimientos de Economía Política, le presenta un valeroso plantea-miento en el que le demuestra la necesidad de abandonar la despótica política conser-

9 Agustín R. González, op. cit., p. 120.10 José Ma. Mora Ruiz, op. cit., p. 7311 Jesús Gómez Serrano, Mercaderes, Artesanos y Toreros. La

Feria de Aguascalientes en el Siglo XIX. Instituto Cultural de Aguascalientes, Aguascalientes, México, 1985.

12 José María Mora Ruiz, Jesús Terán en la Historia de México, p. 23.

vadora para adoptar las nuevas doctrinas del desarrollo económico con justicia so-cial, bajo los principios de reparto equita-tivo de la riqueza, fraccionamiento de las haciendas, abolición de hipotecas y capi-tales “piadosos”, estímulo al incremento de la población con matrimonios mexicanos y no con inmigrantes, e industrialización.13

A Santa Anna ya no le quedó tiempo de reaccionar contra Terán porque el 1 de marzo de 1854 se declaró la Revolución de Ayutla a la que desde luego se une Jesús, misma que terminó por exiliar definitiva-mente al dictador.

En 1855 fallece Cosío, a quien suple Terán, en calidad de gobernador interino, y en un período de dos años adquiere la finca de la familia Rincón Gallardo para convertirla en el actual palacio de gobier-no; aplica la Ley de desamortización de los bienes del municipio y del clero; Isidoro Epstein elaborara la primera carta geográ-

13 Ibid., p. 58.

fica del Estado por su encargo; impulsa la libertad de expresión y la difusión del arte y la cultura y estimula la participación en la política de ciudadanos aptos. Y poniendo en práctica lo que le había recomendado a Santana, fraccionó la Hacienda Nueva entre los campesinos, instalando en uno de sus lotes una gran fábrica de hilados y tejidos, alrededor de la cual surgió el pue-blo de San Ignacio,14 como consecuencia de una iniciativa promovida a raíz de la Exposición abrileña; esto, como ejemplo para los gobernantes del resto del país. Es urgente rescatar esta finca que, supuesta-mente protegida por el INAH, está en pro-ceso de destrucción.

Y al promulgarse la Constitución Po-lítica de 1857 en la que Aguascalientes apareció ya como Estado integrante de la Federación, culminando así las largas ges-

14 José Antonio Gutiérrez Gutiérrez, Jesús Terán. Benemérito Aguascalentense, Archivalia 10. Archivo Histórico del Estado, Aguascalientes, 1998.

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La Jornada AguascalientesPÉNDULO 21Publicación mensualJulio 2016Año 7, No. 122

122EDITOR

Enrique Luján Salazar

DISEÑOGenaro Ruiz Flores González

COMITÉ EDITORIALIgnacio Ruelas OlveraLucía Carolina Muñiz LealCarolina Sánchez ContrerasWalkiria Torres Soto

tiones del sector liberal y seguramente las suyas ante su gran amigo Mariano Otero, legislador magnífico que presidió la Asam-blea Nacional Constituyente de 1857, Je-sús Terán toma posesión como el primer Gobernador Constitucional del Estado.

Terán en México

En 1858 Benito Juárez toma pose-sión como presidente y en 1861 designó a Terán Secretario de Justicia, Fomento e Instrucción Pública, quien además de cumplir con sus funciones apoyó en 1862 al Secretario de Relaciones Exteriores Ma-nuel Doblado en las negociaciones con los invasores europeos (Francia, Gran Breta-ña y España), los que habían desembar-cado en Veracruz con el pretexto de exigir el pago de la deuda externa suspendida como consecuencia de la bancarrota por la que atravesaba el país. Posteriormente, Terán también se encargaría del despacho de Relaciones Exteriores cuando quedó vacante ese ministerio.

Los comandantes de las flotas de España y Gran Bretaña se retiran, con-vencidos de la injusticia de la empresa. El ejército francés permanece, porque lo que realmente quería Napoleón III (apoyado por los conservadores y el clero que per-dieron la guerra de Reforma) era revivir las glorias imperiales y detener el desarrollo amenazador de Estados Unidos, lo que queda claro cuando al ser derrotada la tro-pa integrada por 5 000 efectivos del más poderoso ejército del mundo a manos del improvisado ejército mexicano en la bata-lla del 5 de mayo, la refuerza con 30 000 soldados más para tomar la ciudad de Mé-xico en 1963 y tratar de someter al resto del país que adoptó la guerra de guerrillas para combatir al invasor, ya que nuestro mal armado ejército era incapaz de enfren-tarse con posibilidades de éxito.

Como el hombre altamente reflexivo que era, Terán terminó ocupándose más de los asuntos diplomáticos que de la judica-tura; se sumergió en las aguas turbulentas de la política internacional pero ajustándo-se, gracias a su formación, a la doctrina ju-rídica y al propósito de justicia, para cuyo perfeccionamiento se valió de su amistad con Juan Antonio de la Fuente y José Ma-ría Iglesias, como atinadamente lo afirma mi querido amigo, maestro en la UNAM, especializado en la época de la Reforma, Juan Macías Guzmán, ya que ese equipo formidable estableció las bases de la “po-lítica exterior que fue orgullo de México y América Latina en el siglo xx” sustentada en los principios de no intervención, solu-ción pacífica de las controversias, igualdad jurídica de los Estados, etc., vigentes hasta la fecha en nuestra Constitución y en el de-recho internacional.

Terán en Europa

Ante lo angustioso de la situación, Benito Juárez designa a Jesús Terán como Emba-jador Extraordinario y Plenipotenciario ante las potencias europeas, con la delicada mi-sión de difundir entre pueblos y gobiernos la injusticia de la invasión.

En febrero de 1864 llega con su familia al puerto de Cádiz, España y es-tablece su residencia en Florencia, Italia. De allí viaja continuamente a París, Vie-na, Londres, Madrid, Roma, el Vaticano, la propia España, etc., apoyándose en las logias masónicas que le abren las puer-tas en toda Europa y en todos los niveles; entregando correspondencia diplomática, visitando funcionarios y entrevistando lite-ratos y toda clase de pensadores que le auxiliaban a distribuir la Revista America-na que publicaba en francés e inglés, uno de los más valiosos arietes que utilizó para forjar una opinión europea simpatizante de México y condenatoria de la invasión; la correspondencia cruzada entre Juárez y Víctor Hugo es una de las más fehacientes pruebas de ello. Toda esta labor titánica la realiza prácticamente solo, con su propio peculio, ya que el Gobierno de la Repúbli-ca no le asignó salario por las anémicas condiciones del erario.

Minada su salud por el esfuerzo sobre-humano, Jesús Terán dejó de existir en Pa-rís el 25 de abril de 1866, a los 45 años de edad, tres meses después de su última tra-vesía por los Alpes en pleno invierno, para enterarse de que el emperador Napoleón III había tomado la decisión de retirar sus tro-pas, lo que había notificado al gobierno de Juárez en su carta del 25 de enero,15 con lo cual quedaría cumplida su misión.

Lo anterior se confirmó mediante el parte que el emperador Napoleón III envió al general Bazaine “El 5 de febrero de 1867 (...) ordenando la retirada de las tropas francesas en México, en vista de la presión ejercida por la prensa, la opinión pública y el [propio] Parlamento francés...” Acción lo-grada gracias a la solidaridad que les había inspirado la lucha titánica, prácticamente solitaria, que había sostenido este mexica-no contra todo un imperio.16 Ésta es la es-tatura, la capacidad y la calidad humana de Jesús Terán, héroe aguascalentense de la Reforma que entregó su vida y su hacienda en defensa de la soberanía nacional, sin es-perar retribución alguna.

15 Elizabeth Buchanan y Pilar González, Cartas a Jesús Terán. Ins-tituto Cultural de Aguascalientes, Aguascalientes, 1998, p. 401.

16 Porfirio Díaz. Wikipedia: Referencia 20.- Parte de Maximi-liano a su hermano Francisco José. Viena, Austria, 20 de febrero de 1867.