Capitulo 2 Libro Jhon Sobrino Jesus en America

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    Significado del Jess histrico

    en la cristologa latinoamericana*Los telogos de la liberacin y el pueblo cristiano querepresentan aceptan generalmente en la realidad de sufe y en la reflexin teolgica sobre ella la totalidad deJesu-Cristo. Esa totalidad, sin embargo, no es vista comouna totalidad acumulativa de Jess (histrico) y Cristo(de la fe), sino como una totalidad con dos momentosque por su naturaleza se complementan. La teologa latinoamericana,sin duda, ha privilegiado metodolgicamenteel momento del Jess histrico, dentro de la totalidadde Jesucristo y para mejor acceder a esa totalidad.1Con ello cree haber encontrado un mejor punto de partidapara articular la totalidad de la fe cristolgica por lo

    que toca a la realidad y relevancia de su objeto y elmejor modo de acceder en la actualidad hermenuticamentea ese objeto.La intencin de este trabajo es mostrar el hecho y elderecho de ese modo de proceder metodolgico, comparndolotambin y diferencindolo de otras cristologasque, de una u otra forma, estn revalorizando la figura* Este trabajo fue escrito en 1979 y hasta ahora no ha sido

    publicado. Su finalidad consiste en avanzar tericamente sobreel significado del Jess histrico en la cristologa latinoamericana,en presencia de otras cristologas actuales que tambinse remontan a l como punto de partida o revalorizan su importancia

    para la cristologa sistemtica. 1 Cfr. cap. 1, nota 19.96 JESS EN AMERICA LATINA

    del Jess histrico. Los puntos de comparacin que seestablecen no pretenden agotar la problemtica del Jesshistrico en otras cristologas, sino esclarecer aquellosmnimos de afinidad y diferencia que ayuden a comprenderlo que sea tpico del uso del Jess histrico en lacristologa latinoamericana.1. La historizacin de Jesucristo en las cristologas actuales

    Es indudable que en los ltimos decenios existe en lateologa sistemtica, tanto catlica como protestante, unatendencia a historizar a Jesu-Cristo,2 revalorizando elsignificado revelatorio de su existencia terrena y revalorizando

    sta para la compresin total de Jesu-Cristo.La cristologa latinoamericana se inscribe formalmenteen ese proceso, pero con caractersticas propias. Aldescribir a continuacin ese movimiento de revalorizarla historia de Jess, hay que tener en cuenta la direccinque va tomando esa historizacin, las razones teolgicasy pastorales a las que responde y las consecuencias parala cristologa sistemtica.1.1. La cristologa latinoamericnaa presupone ysustancialmente agradece determinados logros de lacristologa europea de volver a la historia de Jess. Recogiendo

    lo ms sustancial y provechoso de ese proceso,podemos recordar el ingente esfuerzo especualtivo deK. Rahner para recobrar para Cristo su verdadera humanidad

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    y evitar de ese modo la penosa sensacin de mitologaque, adems de ser contraria a la intencin dela Escritura y el dogma, haca culturalmente difcil laaceptacin de Cristo.3 Es ahora irrelevante aludir al mtodorahneriano para lograr la historizacin de Cristo,pero s es importante recalcar el contenido cristolgicoque va elaborando y la razn por la que lo elabora.Rahner recalca la verdadera humanidad de Cristo yla concibe, adems, sacramentalmente. Cristo fue real-2 Cfr. cap. 1, nota 1. 3 Problemas actuales de cristologa, enEscritos de TeologaI, Taurus, Madrid 1963, pp. 169-222; Para la teologa de laEncarnacin, enEscritos de Teologa IV, Taurus, Madrid 1964,pp. 139-157.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 97

    mente hombre; pero, adems, su humanidad concretaes la exgesis de la transcendencia de Cristo, de modoque fuera de esa humanidad vano es buscar el lugar decomprensin de Cristo y de la realizacin de la fe en l.4Esta reflexin no es puramente acadmica, ni est exigidaslo por la misma realidad de Cristo, sino que es necesariapara superar la profunda crisis de sentido que seocasiona en muchos creyentes cuando se les presenta unatranscendencia sin historia, un Cristo sin Jess. Por ello,el aporte de Rahner es profundamente pastoral y respondea una determinada crisis.5La vuelta teolgica hacia la humanidad de Cristo haseguido su proceso. Del nfasis rahneriano en el 'verdaderohombre' de la frmula dogmtica, muchos telogosy el mismo Rahner han avanzado a 'Jess de Nazaret'.

    Este segundo paso es l que propiamente da pie a lascristologas actuales que enfatizan al Jess histrico. Aeste paso han ayudado sin duda los numerosos trabajosexegticos y bblicos sobre Jess; pero lo ms importanteconsiste en que, al traducir 'humanidad de Cristo'por 'Jess de Nazaret', se ha replanteado el mismo significadodel quehacer cristolgico sistemtico. Los contenidosconcretos de Jess de Nazaret son los que han forzadoms all de la confesin de su verdadera humanidada que la cristologa se revise a s misma.En ese proceso de revisin la cristologa sistemticano comienza ya metodolgicamente con los dogmas cristolgicos

    aunque stos se acepten y desde el principioestn suministrando radicalidad y poniendo lmites a lasreflexiones sobre Cristo. Las frmulas dogmticas, bienen su sentido estricto de frmulas conciliares, bien en susentido amplio de frmulas bblicas que expresan la realidaddel Cristo de la fe, no son punto de partida de lascristologas sistemticas, sino puntos de llegada. La vueltametodolgica a la historia de -Jess muestra que slorecorriendo esa historia puede cobrar sentido el conteni-1 Eterna significacin de la humanidad de Jess para nuestrarelacin con Dios, enEscritos de Teologa III, Taurus,Madrid 1961, pp. 47-59. 5 Sobre la posibilidad de la fe hoy, enEscritos de Teologa

    V, Taurus, Madrid 1964, pp. 11-31.98 JESS EN AMERICA LATINA

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    do doxolgico de las formulaciones sobre Cristo.6 Y, msen concreto, muestra que slo partiendo de Jess se evitala universalizacin abstracta, con sus secuelas negativasde manipulabilidad de lo que es esencial en la mismacristologa, es decir, las realidades de Dios, hombrey Cristo.Tambin en este proceso de revisin se ha desabsolutizadola presentacin de Cristo, mostrando ms biensu relacionalidad constitutiva. Evidentemente, Cristosiempre ha sido visto en la reflexin trinitaria en relacincon el Padre y el Espritu; pero las cristologas tradicionaleshan presentado a Cristo de un modo regionaly absolutizado. La vuelta al Jess histrico ha forzado adescubrir una doble relacionalidad. Se descubre, por unaparte, su relacin constitutiva con el Padre y, ms enconcreto, con la ltima voluntad del Padre que es el acercamientodel reino de Dios.7 Se descubre, por otra parte,

    su intrnseca relacin con las prcticas eclesiales de lascomunidades que surgieron despus de la resurreccin,de modo que no se puede comprender adecuadamente aCristo sin referencia a esas comunidades que fueron recordndolo.8 Esta doble relacionalidad histrica (teo-lgicay pneumato-lgica) de Jess es de suma importanciapara no plantear hoy la cristologa de forma regional,como en los antiguos tratados, sino en relacin conaquello con que tambin se relacion Jess. Para comprendera Cristo habr que comprender al Dios del reinoy tambin la fe en Cristo que el Espritu suscita en lascomunidades. Todo ello hace cambiar la misma nocin

    de mtodo en la cristologa, prohibiendo por paradjicoque parezca una cristologa 'en s misma', peroposibilitndola en verdad al remitirla en ltimo trminoa un contexto trinitario.6 Cfr. D. WIEDERKEHR,Mysterium Salutis III/I, Cristiandad, Madrid1971, p. 558.7 Que Jess no se predic a s mismo, sino al reino de Dios,es hoy comnmente aceptado en las cristologas sistemticas(cfr. Rahner, Schillebeeckx, Kasper, Kng, etc.). Sin embargo, nosuele recalcarse suficientemente que su relacin es al reino deDios en lo que tiene de reino.8 Este punto lo ha recalcado vigorosamente SCHILLEBEECKX,Jess,New York 1969, pp. 43-57, as como W. KASPER,Jess elCristo, Sigeme, Salamanca 1976, pp. 27-30.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 99

    En este proceso se ha revisado, por ltimo, la hermenuticaadecuada para superar la distancia histrica ycultural entre Cristo y el presente. El inters de la hermenuticase ha desplazado de la comprensin del Cristode la fe y su significado para el presente a la comprensindel Jess histrico e incluso a la comprensin histricade su resurreccin. A partir del mismo Jess histricose ha visto en la 'praxis' el elemento para superar la distanciahistrica; de ah que hoy se hable de hermenuticasprxicas, liberadoras e incluso revolucionarias. Seancuales fueren los xitos concretos de esas hermenuticas,

    apuntan al seguimiento de Jess como modo de llegar acomprender a Jess como el Cristo; y en cualquier caso

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    son exigidas por Jess, contenido de la cristologa.El proceso de volver a Jess ha supuesto, por lo tanto,un abandono bastante generalizado depuntos de partidaunilateralmente dogmticos o 'desde arriba'; peroha supuesto tambin que la cristologa reflexione sobrenuevos contenidos de Cristo y sobre su acceso a l comotarea tambin de la cristologa.1.2. La teologa latinoamericana acepta en su formalidadla direccin de ese proceso, pero tiene algunas reservasy a veces rechazos con respecto a las cristologasque de ah surgen. Por supuesto que al enjuiciarlas nodesea caer en el anacronismo de esperar en los pionerosplanteamientos ms actuales, ni quiere ignorar la sanaintencin pastoral que movi a sus autores.9Observa, sin embargo, en ese proceso hacia el Jesshistrico, dos presupuestos que no comparte, si es quese convierten en la motivacin ltima para volver a Jess.

    El primer presupuesto tiene que ver con la identidadde Cristo. Se puede volver a Jess para saber realmentequin es l y tener conciencia refleja de que no se hadepositado la confianza en un mito. Pero ese mejor saber9 En esto est la positiva intencin pastoral y tambin lalimitacin de las cristologas de Pannenberg, Schillebeeckx, Kaspery Kng. Hay que notar, sin embargo, que recientemente Schillebeeckxha explicitado el deseo de que la cristologa se orientems en la lnea de la cristologa latinoamericana y recoja su inspiracinprofunda, con lo que parece conceder que l mismo deseasuperar su propio enfoque cristolgico: cfr. Befreiungstheologienzwischen Medelln und Puebla, en Orientierung,Nr. 1,Jhrg. pp. 6-10 y Nr. 1, 43 Jhrg. pp. 17-21.100 JESS EN AMERICA LATINA

    sobre Cristo a partir de Jess no garantiza sin ms quese haya cambiado radicalmente lo que significa conocera Cristo y no meramente saber sobre l. El segundo presupuestotiene que ver con la relevancia de Cristo. Sepuede volver a Jess porque su vida histrica garantizamejor y ms eficazmente la experiencia del sentido cuestionado.De nuevo, en el mundo actual es ms razonablebuscar el sentido de la propia vida en un Jess real queen lo que se presentase como mtico. Pero esto tampococambiara sustancialmente la intencin de la cristologa,que seguira siendo, comprensiblemente, ego-cntrica,aunque no necesariamente egosta. Por poner slo algunos

    ejemplos, en algunas cristologas actuales se recuperaal Jess histrico para que el hombre actual puedahacer la experiencia de la esperanza radical en un futurode gracia, para reconciliar a Dios con el mundo y superaras la crisis del sentido de la sociedad moderna o parahacer una experiencia de apertura, configuradora de lavida.El proceso de la historizacin de Cristo est entoncesal servicio de la solucin de un doble problema: el problemaque la crtica histrica presenta a la pregunta dequin es realmente Cristo (identidad de la cristologa) yel problema que el mundo desarrollado y en crisis presentaa la pregunta por su significado (relevancia de lacristologa).

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    La teologa latinoamericana conoce y comprende quealgunas cristologas orientadas hacia el Jess histricotengan esos problemas de fondo y traten de responderlos;pero no acepta que esos problemas sean los msradicales, ni los ms urgentes en Amrica Latina, ni siquieraque puedan ser resueltos si se los aborda en directo'.Por ello cree que con esos presupuestos no se superaun cierto liberalismo e idealismo.Es cierto que la superacin de una presentacin mitologizadade Cristo ha servido para recuperar mejor laidentidad y relevancia de Cristo para el creyente. Peroesa nueva presentacin es insuficiente y sera contrariaal mismo Jess si no sobrepasase el crculo Cristo-creyente,dejando a la realidad exterior abandonada a supropia suerte, que, en concreto, es de miseria, opresiny muerte.Por ello, la desmitologizacin de Cristo es importan-SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 101

    te; pero en Amrica Latina ms urgente es su desmanipulaciny el rescatar a Cristo de la connivencia con losdolos. La desmitologizacin es importante, pues sin ellaCristo permanece peligrosamente abstracto e idealista;pero es insuficiente si no conduce a su desmanipulacin.Desmitologizar a Cristo en Amrica Latina no significaprimariamente dar razn de su verdad histrica ante lacrtica racional, aunque esto se deba hacer tambin, sinoevitar que por su abstraccin histrica la realidad puedaser abandonada a su miseria. Por ello, ms urgente quela desmitologizacin es la 'despacificacin' permtasenos

    el neologismo de Cristo: que Cristo no deje en paza la realidad.Ms profundamente, sin embargo, y aunque resulteexcesivamente duro el lenguaje, lo que se pretende enAmrica Latina al volver a Jess es que no se puedapresentar a Cristo en connivencia con los dolos. Un dolono es exactamente un mito. El mito es productor designificados, y en su nombre puede ocurrir que la realidadsea abandonada a s misma. Un dolo, sin embargo, configurala realidad misma, pues exige vctimas para podersubsistir.La crisis ms profunda a la que debe responder la

    cristologa latinoamericana no est, entonces, en la lneade la pura desmitologizacin, sino en la lnea de que Cristono sea el alibi para la indiferencia ante la miseria dela realidad y mucho menos su justificacin religiosa. Enese preciso contexto se origina el proceso de historizacinde Cristo en la lnea del Jess histrico. Grficamentepodra decirse que lo que est en crisis no es puramente'el nombre' de Cristo, que hubiera perdido susignificado, sino lo que realmente ocurre 'en nombre deCristo'. Si una cultura posterior a la Ilustracin ocasionala duda sobre Cristo, en la realidad latinoamericanase produce la indignacin de lo que ocurre en el nombre

    de Cristo. La diferencia entre responder a una duda o auna indignacin10obviamente no en su especificidad

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    puramente psicolgica es lo que marca desde el prin-10 Cfr. L. BOFF, Jesucristo Liberador. Una visin cristolgicadesde Latinoamrica oprimida, enJesucristo en la historia y enla fe (ed. A. Vargas-Machuca), Sigeme, Salamanca 1977, pp.178ss.102 JESS EN AMERICA LATINA

    cipio los diversos caminos de historizacin de Cristo. Larecuperacin del Jess histrico acaece para que, ennombre de Cristo, no se pueda aceptar, ni menos justificar,la coexistencia de miseria de la realidad y fe cristiana;n dicho positivamente, para que la historia de salvacinsea salvacin histrica.12 Y acaece tambin porqueun mnimo de fe en Cristo, una mnima lectura del Evangeliode Jess, muestra que hay que rescatar a Jesucristo,y no se encuentra para ello una forma mejor, mseficaz y ms evidente, que volver a Jess.De lo dicho queda claro que la cristologa latinoamericanase alegra de que varias cristologas se hayan vuelto

    hacia el Jess histrico; pero pone sobre aviso deque no cualquier vuelta a Jess ni con cualquier finalidades suficiente para el desarrollo de una cristologaque haga justicia a Cristo y sea en verdad relevante.2. El punto de partida eclesial y social de lacristologa latinoamericana

    Hemos afirmado que el Jess histrico es el puntode partida metodolgico para acceder a la totalidad deJesu-Cristo, es decir, al 'objeto' de la cristologa. Enel siguiente apartado analizaremos el significado precisodel Jess histrico en la cristologa latinoamericana. Eneste apartado, sin embargo, queremos analizar el punto

    de partida del telogo, es decir, del 'sujeto' de la cristologa;ms en concreto: su ubicacin eclesial y social.Hacemos esta reflexin, y nos extendemos en ella untanto, porque creemos que existe una circularidad entreambos puntos de partida: una determinada ubicacinlleva ms obviamente a dar importancia y comprenderal Jess histrico, y el Jess histrico remite a una determinadaubicacin.2.1. Por ubicacin eclesial del telogo entendemosque ste elabora su reflexin cristolgica dentro de laIglesia y que acepta por ello, desde el principio, la totali-11 Cfr. P. MIRANDA,El Ser y el Mesas, Sigeme, Salamanca

    1973, p. 9. 12 Cfr. I. ELLACURA, Teologa Poltica, San Salvador 1973,pp. 11-13, 1-10.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 103

    dad de la fe de una determinada iglesia. En el caso deAmrica Latina, esto significa que el telogo que reflexionasobre Cristo posee y acepta, al menos genricamentey en mayor o menor grado segn su propia fe yla de la comunidad, la totalidad de la fe en Cristo. Perono es sa una totalidad puramente doctrinal, ni tampocoen cuanto totalidad realizada una totalidad indiferenciada.Es una totalidad con diversos elementos, cadauno de los cuales recobra en un momento dado mayor

    relevancia para la totalidad. Veamos dos de esos elementosimportantes en Amrica Latina hoy, que constituyen

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    de hecho 'puntos de partida' de la reflexin del cristlogo.2.1.1. La fe realizada en Cristo en muchas comunidadesincluye un sinnmero de aspectos: contacto personalen Cristo en la liturgia y la oracin, estudio y reflexinde los evangelios para encontrar en ellos nimo,juicio y normatividad, aceptacin de la doctrina de laIglesia sobre Cristo (que en la realidad es desconocidapor las mayoras, pero que es serenamente aceptada implcitamente).En la actualidad, la fe realizada en Cristoincluye ms novedosamente el ejercicio de una prcticasalvfica, de liberacin en el lenguaje latinoamericano,13 y la incluye como momento que es, por una parte,conditio sine qua non y, por otra, momento que concretizay potencia los dems elementos de la fe en Cristo.Una prctica segn Jess es, pues, elemento histricamenteesencial a la totalidad de la fe en Cristo.Segn eso, la fe en Cristo se realiza ms como invocacin

    a Cristo que como pura confesin de Cristo. Si ellugar de la confesin puede ser el culto, el ltigar de la invocacines la prctica.14 En una determinada prcticaliberadora se le invoca como el Cristo, nico, irrepetibley salvador. Desde ah cobran relevancia y verdad la con-13 Cfr. G. GUTIRREZ, Teologa desde el reverso de la historia,Lima 1977, p. 42. 14 Este pensamiento es anlogo al que propone C. DUQUOC(El Dios de Jess y la crisis de Dios en nuestro tiempo, en

    Jesucristo en la historia y en la je, Sigeme, Salamanca 1977,p. 49) para la invocacin que el mismo Jess hace de Dios: Esen la accin donde Jess decide que la invocacin al Padre alcanceuna forma nueva.104 JESS EN AMERICA LATINA

    fesin de Cristo en la liturgia y otras formulaciones doctrinales.2.1.2. Otro elemento importante de la fe eclesial enCristo es el lugar de su actual presencia. Para el telogoes sta una necesidad no slo en su calidad de creyente,sino de telogo reflexivo. Por una parte, es evidente quela articulacin de la cristologa necesita de un materialprevio sobre Cristo, que le remita a Jess, a su pasado.Ese material no se puede 'inventar', y por ello hay quetener en cuenta lo que se ha dicho sobre Cristo en losevangelios, en el NT en general y en las tradiciones ydogmas de la Iglesia. Pero, por otra parte, la reflexinsobre Cristo debe tener en cuenta su actual presencia y

    la presencia que es descubierta en virtud de lo que lmismo dijo.El tema de la actual presencia de Cristo es un temaclsico, pero no muy elaborado en las cristologas, quenormalmente reflexionan sobre Cristo a partir de documentosdel pasado. Sin embargo, es de suma importanciapara la cristologa observar los diversos tipos de presenciade Cristo en la comunidad eclesial o fuera de ella.La teologa kerygmtica, por ejemplo, vio este punto conclaridad y sac consecuencias para la cristologa. Cristoest presente en el kerigma y se hace presente cuandose anuncia su muerte y resurreccin en la palabra. Esapresencia tiene importancia para la cristologa del Cristode la fe.

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    En Amrica Latina, la fe realizada en Cristo privilegiael momento de su actual presencia en los pobres. Esel tema clsico de Mt 25, pero tomado con seriedad. Estepasaje no es slo til para saber algo sobre lo que dijoJess, sino para saber dnde se encuentra presente.2.1.3. La ubicacin eclesial es punto de partida de lareflexin cristolgica no slo porque la Iglesia es el lugarpropio de la tradicin sobre Jess, ni slo porque lamoderna teora de la institucinalizacin ofrece ventajaspara superar la limitacin de la subjetividad individualtambin en el orden cognoscitivo,15 sino porque en la comunidadeclesial se realiza la fe en Cristo. El telogo no15 Aqu se observa el diferente sentido de la eclesialidad dela fe en Cristo con referencia, por ejemplo, a KASPER(cfr. op.cit,p. 28).SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 105

    parte, por lo tanto, de una tabula rasa en su reflexin,ni pone metodolgicamente entre parntesis la totalidadde la fe en Cristo o algunos de sus aspectos.Pero esa realizacin de la fe tiene dos rasgos caractersticos:la prctica de la liberacin y la presencia deCristo en los pobres. Ambos rasgos remiten ms espontneamenteal Jess histrico. El primero remite al seguimientode Jess, exigido por el mismo Jess; el segundoremite a la encarnacin de Jess en la pobreza y el mundode los pobres. Tomadas ambas cosas en su conjunto,el lugar eclesial del telogo no es otra cosa que la Iglesiade los pobres.16En esa Iglesia se realiza la totalidad de la fe, pero

    esa totalidad es mediada por el acercamiento liberador alos pobres, reconociendo en ellos a Cristo y correspondiendoa Cristo en el acercamiento liberador hacia los pobres.17 En el acercamiento a los pobres, stos evangelizana quienes se acercan a ellos (cfr.Puebla n. 1147). Esa'fuente de conocimiento teolgico' es sumamente importantepara el telogo y le remite con ms obviedad al Jesshistrico.La ubicacin eclesial de la cristologa significa, por lotanto, algo distinto en Amrica Latina y en otras latitudes.18 Existe de hecho la fe eclesial en Cristo y existe,adems, como respuesta a una buena noticia. Esa fe tiene

    los elementos clave de la prctica liberadora segn elseguimiento de Jess y del encuentro con Jess en lospobres, que exige la encarnacin en el mundo de la pobreza.Estos dos elementos se integran en la totalidad de16 Cfr. I. EIXACURA, La Iglesia de los pobres, sacramentohistrico de liberacin, enECA 348/349, 1977, pp. 707-722. VV.AA.,Cruz y Resurreccin. Presencia y anuncio de una iglesia nueva,

    Mxico 1978. VV.AA.,Iglesia de los pobres y organizaciones populares,San Salvador 1978. I. ELLACURA, Una buena noticia: LaIglesia nace del pueblo latinoamericano, enECA 353, 1978,pp- 161-173.17 G. GUTIRREZ ha insistido en que la praxis eclesial liberadora

    ha tomado la perspectiva del pobre, de cuya liberacin precisamentese trata (cfr. op. cit.,pp. 43-50), y que en esa prctica

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    desde los pobres, stos nos evangelizan (pp. 50-53). As se da elcirculo que hemos descrito entre encontrar a Jess en los Evangelios,que lleva a evangelizar a los pobres, y encontrar a Jessen stos.18 Cfr. W. KASPER, op. cit.,p. 29.108 JESS EN AMERICA LATINA

    la fe en Cristo, pero le dan una determinada 'parcialidad';y sta constituye el punto de partida eclesial subjetivodel cristlogo.2.2. La ubicacin eclesial sealada va acompaada,de hecho, de una determinada ubicacin social. El telogono slo reflexiona dentro de la Iglesia, sino dentrode Amrica Latina. Esto ltimo podra parecer evidente,pero no lo es, pues se trata de estar en la verdadde AmricaLatina. Es difcil, como nos avisa Pablo, estar en laverdad de las cosas, pues los hombres tienden a aprisionarla verdad con la injusticia (Rom 1,18); y es difcil,sobre todo, permanecer fieles a esa verdad y sus

    exigencias. Esa verdad de Amrica Latina es, adems,una totalidad con mltiples elementos, lo cual exige determinaraqul o aqullos en que ms se concentra la verdadtotal y mejor ayudan al acceso a la verdad total.Determinar correctamente ese elemento parcial de larealidad no ha sido fcil para la teologa durante aosy siglos. Ha sido necesario, nada menos, que la realidadmisma se manifestara as en lo que teolgicamente sellama signo de los tiempos. Ese signo es siempre elpueblo histricamente crucificado que junta a su permanenciala siempre distinta forma histrica de crucifixin.19 Vivir en la realidad crucificada de Amrica Latina,aceptarla como es y no sofocarla con nada es el primerpaso para cualquier conocimiento teolgico.Si la situacin histrica de dependencia y dominacinde dos tercios de la humanidad, con sus 30 millonesanuales de muertos por hambre y desnutricin,no se convierte en el punto de partida de cualquierteologa cristiana hoy, incluso en los pasesricos y dominadores, la teologa no podr situar yconcretizar histricamente sus temas fundamentales.20Estas palabras de H. Assmann sirven ciertamente paraAmrica Latina. Si la teologa se hace al margen deesa realidad, tendr que or la acusacin de cinismo.

    Pero, ms importante an (por lo que toca a su condiwI. ELLACURA, Discernir el 'signo' de los tiempos, enDiakona17, abril 1981, p. 58.2 Op. cit.,p. 40.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 107

    cin epistemolgica): ser acusada de vaciedad. Suspreguntas no sern preguntas reales. Pasarn al lado delhombre real?1La opcin de estar en lo real, desde la flagrante situacinde miseria en Amrica Latina, es exigida para quepueda haber conocimiento real en el quehacer teolgico.22Ubicacin social del telogo significa, entonces, estar enesa realidad concreta y parcial como lo que da acceso ala totalidad de la realidad latinoamericana y jerarquizasus diversos elementos.

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    2.3. Esa ubicacin eclesial y social permite y exigeun determinado uso de la inteligencia teolgica aunqueen teora se puede descubrir, desde otras ubicaciones,que as debe funcionar la inteligencia para ser fiel a supropia esencia. I. Ellacura, al analizar la fundamentacinfilosfica del mtodo teolgico latinoamericano, afirmaque la estructura formal de la inteligencia es primariamentela de aprehender la realidad y la de enfrentarsecon ella; es hacer que el hombre se enfrente consigo mismoy con las dems cosas; es estar referida a la vida, yslo despus en el ejercicio concreto de enfrentarsecon la realidad tiene la funcin de captar el sentido dela realidad y del sujeto. Permtasenos una larga cita, peromuy iluminadora:Este enfrentarse con las cosas reales en tanto quereales tiene una triple dimensin: el hacerse cargode la realidad, lo cual supone un estar en la realidadde las cosas y no meramente un estar ante la idea

    21Ibid. (los subrayados son nuestros).22 H. ASSMANN (Tecnologa y poder en la perspectiva de lateologa de la liberacin, en Tecnologa y necesidades bsicas,San Jos 1979, pp. 31s.) ha vuelto a recalcar la primariedad de larealidad de A. L. y su exigencia de transformacin para el conocimientoteolgico. La TL dice que la experiencia crucial de esola no-satisfaccin de las necesidades bsicas es lo 'primero'.Y que en eso 'primero' est incluida la lucha por la justa satisfaccinde esas necesidades. Esa lucha es justa, real y normal.No necesita de ningn tipo de justificaciones adicionales. Si bienla teologa', como 'acto segundo' y reflexin crtica sobre la praxis,puede ser til para 'desbloquear resistencias', no es ni preteideser fundamentadora de la legitimidad de esa lucha. Por elcontrario, 'se libera' como 'teologa', o sea, como posibilidadde un discurso vlido y relevante sobre el 'Verbo de la Vida'(cr. Un, 1) a partir de la asuncin coherente de esa lucha delpueblo contra la Anti-vida.108 JESS EN AMERICA LATINA

    de las cosas o en el sentido de ellas, un estar 'real'en la realidad de las cosas, que en su carcter activode estar siendo es todo lo contrario de un estar csicoe inerte e implica un estar entre ellas a travs de susmediaciones materiales y activas; el cargar con larealidad, expresin que seala el fundamental carctertico de la inteligencia, que no se le ha dado alhombre para evadirse de sus compromisos reales,sino para cargar sobre s con lo que son realmentelas cosas y con lo que exigen; el encargarse de larealidad, expresin que seala el carcter prxico dela inteligencia, que slo cumple con lo que es, inclusoen su carcter de conocedora de la realidad y comprensorade sentido, cuando toma a su cargo un hacerreal.23Cuando la ubicacin eclesial y social fuerza a que asfuncione la inteligencia teolgica, es evidente que al reflexionarsobre Cristo se ve remitida en primer lugar alJess histrico; no porque esa inteligencia no puedallegar a conocer a Cristo como objeto transcendente ydador de sentido, sino porque necesita las mediacioneshistricas y materiales para que ese objeto pueda ser

    captado en primer lugar como realidad y no slo comoidea o sentido, para que pueda ser captado al cargar,

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    quien le conoce, con su propio compromiso tico y paraque pueda ser captado en su exigencia de un hacer real.Nada de esto impide que el Cristo as captado a travsde Jess no posea en s mismo un sentido y un sentidopara nosotros; ni impide que la inteligencia desemboqueen la fe, al reconocerle como el Cristo transcendente. Peroexcluye el que la inteligencia creyente se vea confrontadadirectamente con Cristo, sin ninguna mediacin histricaen su triple dimensin, para conocerle o dejarlede conocer. De otra forma, tambin remite a Jess alencontrar en Jess cmo estar en la realidad de las cosas,cmo conocerlas histricamente y cmo desde ellasanunciar lo transcendente. El estar de Jess en la realidadde las cosas fue un estar parcial, junto a lo ms clamorosode su realidad, la miseria de los pobres y pecadoresy la exigencia de la superacin de esa miseria;desde esa parcialidad comprendi Jess la totalidad de la

    realidad como negacin del reino de Dios y exigencia de23 Hacia una fundamentacin filosfica del mtodo teolgicolatinoamericano, enECA 322/323, 1975, p. 419.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 109

    ese reino, aunque ste se acercase en gracia. Su estar enla realidad de las cosas fue un ser fiel a las propias exigenciasticas de esa realidad, que le llev a la activadefensa de los pobres y a la denuncia y desenmascaramientode los poderosos. Su estar en la realidad de lascosas fue una prctica de predicacin, curaciones, exorcismos,etc., tendentes objetivamente a su transformacin.Fue, por ltimo, sufrir la realidad de las cosas ensu propia persecucin y muerte, y gozar la realidad delas cosas cuando el reino se acercaba y era conocido porlos pequeos.Desde ese estar histrico junto a las cosas, Jessanunci lo transcendente. No es que Jess fuese un 'telogo'en el sentido convencional del trmino; pero esevidente que su conocimiento funcion tambin teolgicamente.Jess anunci a Dios y l mismo se preguntpor Dios; en su vida 'teologiz' por necesidad. Pero, porlo que se puede entrever de las narraciones evanglicas,no hizo esto en un vaco intemporal o en un universalismogenrico. Lo transcendente, Dios, fue para Jess algo

    pre-dado. Pero la concrecin de su conocimiento genricose realiz a travs del estar junto a las cosas, en fidelidada sus exigencias y en una prctica transformadora.A travs de ello, Jess fue captando lo transcendentede Dios; por ello la Carta a los Hebreos menciona elaprendizaje de Jess, sus splicas y lgrimas a Dios.Su captacin de Dios como realidad y sentido no se produjoal margen de su captacin de lo histrico, sino atravs de ella.2.4. La cristologa latinoamericana cree, por lo tanto,que la ubicacin privilegiada del telogo es el mundode los pobres y la Iglesia de los pobres y que desde esa

    ubicacin parcial la inteligencia teolgica funciona msadecuadamente, conoce mejor la totalidad y el sentido de

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    la totalidad.24 Esta ubicacin le. remite ms espontnea-24 Cmo se desarrolla en concreto el conocimiento de la realidaddesde una determinada ubicacin social es algo que hayque analizar en detalle. De todos modos, es importante distinguirdos formas de la conciencia social surgida de la misma ubicacinsocial: una es producto de un conocimiento intuitivo y sapiencial;

    otra, articulada a travs de anlisis. La primera es necesaria,pero exige adems la segunda para la reflexin cristo-algica. Cfr. L. BOFF, art. cit.,pp. 178-187.110 JESS EN AMERICA LATINA

    mente al Jess histrico cuando aborda el tema de lacristologa, y desde ese punto de partida parcial cree accederms plenamente a la totalidad de Cristo. En estoencuentra en ltimo trmino la justificacin y la necesidadde su modo de proceder.3. Lo histrico de Jess como punto de partida dela cristologa

    La cristologa latinoamericana privilegia como puntode partida metodolgico para la cristologa al Jess histrico,

    es decir, la propia historia de Jess de Nazaret,que incluye su persona, actividad, actitudes, procesualidady destino. Sin embargo, hay que analizar ms endetalle el significado preciso de histrico al hablar delJess histrico, para comprender en qu sentido es puntode partida y a qu finalidad obedece ese punto de partidahistrico.3.1. Digamos primero brevemente en qu se diferenciala cristologa latinoamericana de otras cristologasque hacen tambin del Jess histrico punto de partida oponen gran nfasis en el Jess histrico.La cristologa latinoamericana no pretende en primerlugar enfocar biogrficamente a Jess, como en el movimientoteolgico que llev a escribir las llamadas 'vidasde Jess'. No cree en esa posibilidad; pero tampoco comparteuna de las razones histricas, por las que surgiese movimiento, es decir, la bsqueda de Jess comoayuda a la lucha liberadora frente al dogma.25 El cuestionamientopor la Ilustracin de todo conocimiento garantizadoslo por autoridad no es un cuestionamientoque formalmente desencadene el movimiento hacia elJess histrico en la cristologa latinoamericana.No trata, en segundo lugar, de encontrar en Jess su

    25 A. SCHWEITZER, Geschiche der Leben-Jesu-Forschung, Munich1966, p. 47. Otros ponen el horizonte del movimiento de lavida de Jess ms en superar el idealismo hegeliano que el autoritarismodel dogma. Cfr. C. PALACIO,Jesucristo. Historia e interpretacin,Cristiandad, Madrid 1978, pp. 51s.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 111

    histrica estructura prolptica,26 de modo que por definicinel Jess histrico dijera relacin a su propia resurreccin,slo desde la cual se descubrira propiamentequin es l. Con ser esta consideracin importante, lacristologa latinoamericana no entiende en primer lugarpor histrico aquello que est abierto al futuro, sloen el cual se decide qu es lo realmente histrico.

    No trata, en tercer lugar, de encontrar en Jess aquelloconcreto que impide que el kerigma sobre Cristo se

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    volatilice, tarea que emprendieron los postbulmanianos.27Evidentemente, la cristologa latinoamericana comparteesta intencin: concretizar el kerigma desde Jess de Nazaret.Pero la vuelta al Jess histrico no se realiza formalmentepor esa razn o, dicho de forma general, pararesolver el problema que plantea el NT en general: la relacinentre el Cristo predicado y el Cristo que predica.No trata, en cuarto lugar, de encontrar en Jess aquelloirrepetible y nico que sustraiga a la fe total enCristo de manipulaciones antropolgicas y sociolgicasy mantenga, por lo tanto, la originalidad de la fe enCristo. No se trata slo de mantener vivo y actualizarun recuerdo concreto, nico,28 aunque esto sea de sumaimportancia.Tampoco trata, por ltimo, de responder ante la crticahistrica, por una parte, y ante la necesidad personal,por otra, de superar en Cristo un modelo 'atemporal'

    de verdadera humanidad.29 La honrada confesinde E. Schillebeeckx, yo creo en Jess como la realidaddefinitiva salvadora que proporciona a mi vida un puntofinal y un sentido,30 es tambin verdad en la cristologalatinoamericana, pero a condicin de no concentraren el punto de partida de la cristologa lo que Jess significapara mi vida y de no comprender sta primariamentedesde su necesidad de significado.Evidentemente, la cristologa latinoamericana a excepcindel enfoque ingenuamente biogrfico integra26 Cfr. W. PANNENBERG,Fundamentos de Cristologa, Sigeme,Salamanca 1974, sobre todo pp. 67-135. 27 Cfr. la citada exposicin de C. PALACIO, op. cit.,pp. 36-51.28 W. KASPER, op. cit,p. 21.29 E. SCHILLEBEECKX, op. cit.,p. 28.3Ibid.,p. 30.112 JESS EN AMERICA LATINA

    de hecho o puede integrar los otros enfoques sobre elJess histrico y las finalidades a las que sirven. Peroformalmente no parte de esas finalidades ni de la comprensinde lo histrico que est detrs de ellas.3.2. La cristologa latinoamericana entiende porJesshistrico la totalidad de la historia de Jess, y la finalidadde comenzar con el Jess histrico es la de quese prosiga su historia en la actualidad. Esa historia totalde Jess contiene diversos elementos que se relacionan

    entre s y gozan cada uno de ellos de cierta autonomaSe puede discutir tericamente cul es la correcta jerarquizacinde esos elementos, de modo que desde ella seilumine mejor la complementariedad de todos ellos. Presentamosa continuacin, en una reconstruccin lgica,lo que en nuestra opinin es la jerarquizacin que hacela cristologa latinoamericana. La llamamos reconstruccinlgica porque en la realidad de la fe y de la reflexinlos diversos elementos aparecen unidos.3.2.1. Lo ms histrico del Jess histrico es su prctica,es decir, su actividad para operar activamente sobresu realidad circundante y transformarla en una direccindeterminada y buscada, en la direccin del reino deDios. Es la prctica que en su da desencaden historia y

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    que ha llegado hasta nosotros como historia desencadenada.Histrico es aqu como J. Moltmann afirma dela resurreccin de Cristo31 aquello que desencadenahistoria.Lo histrico de Jess no es por lo tanto, en primer lugar,lo que es simplemente datable en el espacio y en eltiempo, ni tampoco lo doctrinal, en cuanto esto se hipostasaa s mismo independientemente de su prctica; nila finalidad primera de una cristologa que vuelve al Jesshistrico es poder saber acerca de su geografa y temporalidado de su pura doctrina. Esto supone una comprensindel NT en general y de las narraciones evanglicasen particular, no slo ni fundamentalmente comodescripcin y doctrina, sino como relatos de una prctica,que son editados precisamente para que esa prcticasea proseguida. Lo histrico del Jess histrico es entoncespara nosotros, en primer lugar, una invitacin (y31

    Teologa de la Esperanza, Sigeme, Salamanca 1968, p. 237.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 113una exigencia) a proseguir su prctica; en el lenguajedel mismo Jess, a su seguimiento para una misin.Supone una nueva concepcin de la hermenutica. Sutarea clsica ha consistido en elaborar la posibilidad decomprender el significado de un texto del pasado y de larealidad que en l aparece en presencia de la dificultadde comprensin que ocasiona la distancia histrica y culturalentre el pasado y el presente. Segn lo dicho, sinembargo, la continuidad buscada entre el pasado y elpresente del texto no puede estar primariamente en un

    horizonte comn de comprensin, sino en un horizontecomn de prctica.Dentro de esa prctica comn se 'comprender' el textodel pasado; pero esa comunidad, en la prctica, no estal servicio de la mera comprensin del pasado, sino de larenovacin de la realidad en el presente. Se desabsolutizade esa forma la actual obsesin por 'comprender', enfavor de una urgencia mucho ms primaria que es elhacer. Lo que hay que asegurar cuando se habla del Jesshistrico es, antes que nada, el proseguimiento de suprctica.Esto para nada quita que, al acercarse el telogo al

    Jess histrico, no se pregunte por el sentido que Jessotorga, o que en la misma accin de proseguir la prcticade Jess no aparezca la pregunta por su sentido. Lapregunta por el sentido es inevitable y concomitante acualquier realizacin o destino humano. Lo que se desprendede nuestro planteamiento es que es desde dentrode la prctica donde aparece en mayor radicalidad lapregunta por el sentido y su posible respuesta; que, parael cristiano, Jess aparecer como otorgador de sentidopara la propia existencia personal cuando se prosiga 'su'prctica, y no cuando se haga de l en directo un smboloaunque fuese histrico que responda a las preguntas

    del cristiano sin ninguna otra mediacin.3232 En esto se diferencia radicalmente la teologa latinoamericana

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    de las hermenuticas desarrolladas por Rahner, Bultmann,Fuchs, Ebeling, Gadamer y Pannenberg, pues stas buscan lacontinuidad en un horizonte de comprensin, en crear un horizontecomn en el que, manteniendo la distancia entre el pasadoy el creyente actual, ambos se remiten el uno al otro. Y ese horizontecomn es desarrollado para que, en el caso de la fe cristiana,

    venga otorgado por Cristo.114 JESS EN AMERICA LATINAComenzar con la prctica de Jess como lo ms histricosuyo, significa entonces recalcar la necesidad delseguimiento de Jess como prctica histrica, dentro dela cual podr haber y, segn la fe, la hay continuidadtambin en el sentido de la propia vida de Jess, y a travsde la cual se dar tambin la experiencia de sentidoque otorga Jess.3.2.2. Se podra objetar que en este planteamientodesaparece la 'persona' de Jess tras su prctica y que,por ello, este planteamiento no hace ms que reproducir

    a otro nivel lo que tanto se le ha achacado al racionalismode hacer de Jess una pura idea, contra lo cualha luchado la teologa personalista. Sin embargo, no esas, simplemente porque no ocurre, al menos por principio.Ya hemos avisado antes de que el presente anlisises lgico, jerarquiza lgicamente los diversos aspectosdel Jess histrico, precisamente para mejor poderrecuperar todos ellos.La prctica que debe ser proseguida no es una prcticaindiferenciada, sino que tiene unos contenidos determinados,una modalidad y una direccin que de derechose remontan a la prctica de Jess.33 Una prctica cuyo

    contenido fundamental sea la liberacin de los pobres,cuya modalidad consista en la solidaridad efectiva conellos y en el espritu de los pobres (tal como aparece enlas bienaventuranzas), y cuya direccin sea el reino deDios, se remonta explcitamente a Jess, aun teniendo encuenta la necesidad de nuevas mediaciones histricas(que teolgicamente se remiten al Espritu de Jess).Este es el primer modo, mnimo pero eficaz, de recuperaral Jess histrico, que aunque todava no hagaobjeto reflejo de la reflexin a la persona de Jess, seve necesariamente remitida a Jess para la reflexin sobrela prctica. En este sentido, la cristologa latinoamericana

    no se detiene en la prctica de Jess, como sugierenalgunas lecturas materialistas actuales de las na-33 Cfr. I. ELLACURA, La teologa como momento ideolgicode la praxis eclesial, enEstudios Eclesisticos 53, 1978, pp.467ss.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 115

    rraciones evanglicas,34 sino que avanza a su persona. Parafraseandola famosa sentencia de W. Marxsen, DieSache Jesu geht weiter (la cosa de Jess sigue adelante),35la cristologa latinoamericana pretende realmente quecon su reflexin la cosa de Jess siga adelante, pero estigualmente interesada en el mismo Jess, tanto porque

    (como decamos anteriormente) acepta la totalidad de lafe, como porque cree que incluso para una mejor prctica

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    actual es esencial el recuerdo de Jess.Creemos que la prctica de Jess, como momento privilegiadode su propia totalidad histrica, es lo que permiteacceder a la totalidad de Jess, lo que permite esclarecery comprender mejor y jerarquizar los otros elementosde su totalidad: los hechos aislados de su vida,su doctrina, sus actitudes internas, su destino y lo msntimo suyo, que llamamos su persona. Lo que aqu sepresupone es que la prctica es el momento de mayordensidad metafsica y, por ello, con capacidad de organizarlos dems y de proporcionar la clave de acceso ala persona. Sea lo que fuere de este supuesto terico, loque no se puede negar en la prctica es que cristologasque comienzan, por ejemplo, con la actitud de Jess haciael Padre, difcilmente recuperan o valoran .hechos tanevidentes como la prctica proftica de Jess o su persecucinhistrica, mientras que, comenzando con su prctica,

    las cristologas siguen siendo capaces de recogersu relacin personal con el Padre e incluso potenciar esarelacin.Visto Jess desde su prctica, se descubren mejor yse esclarecen su determinada ubicacin social, la pticadesde la cual observa la totalidad de su realidad circundante,la persecucin y destino que le sobreviene; mejorse entiende su predicacin y sus contenidos fundamentales(reino de Dios, Dios del reino, sermn del monte,34 Cfr. F. BELO,Lectura materialista del Evangelio de Marcos,Verbo Divino, Estella 1975. M. CLEVENOT,Lectura materialistade la Biblia, Sigeme, Salamanca 1978, pp. 109-212. Lo que la

    cristologa latinoamericana aprecia de estos estudios es que presentanla vida de Jess como relato de una prctica, pero dehecho no ponen metodolgicamente entre parntesis al practicante, a la persona de Jess. 35Die Auferstehung Jesu von Nazareth, Gtersloh 1968.118 JESS EN AMERICA LATINA

    amor al prjimo, etc.). Incluso se esclarece su propiapersonalidad interna, lo ms ntimo de su relacin conDios, su oracin, su esperanza, etc. No decimos con estoque la totalidad de Jess, y especialmente su persona, enlo que tiene de ms ntimo, sea producto mecnico desu prctica; pero s afirmamos que desde sta se descubremejor la totalidad de su realidad personal.La cristologa latinoamericana intenta, por lo tanto,

    presentar al Jess histrico tambin en su ser persona.Comenzar con su prctica no significa deducir lgicamente,inventar o reconstruir arbitrariamente los demselementos de Jess. Para esos otros elementos, como parala misma prctica, habr que buscar sus bases en lasnarraciones evanglicas. Pero todos esos elementos sernesclarecidos y organizados diversamente, segn sed prioridad o no a la prctica de Jess.3.2.3. A travs de esa presentacin del Jess histricoy de lo histrico de Jess, la cristologa latinoamericanabusca el acceso personal a Jess. Eso lo hace nopresentando en primer lugar conocimientos sobre l, paraque el hombre decida qu hacer y cmo relacionarse conese Jess conocido, sino presentando su prctica para

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    y de la fe en general; pero replantea el lugar de la captacindel sentido. En otros lugares hemos reflexionado explcitamentesobre este tema, tanto por lo que toca al problema del sentidodel propio Jess como del creyente. Cfr. Cristologa desde Amrica

    Latina, Mxico 1977,2pp. 67-89, 123-151; La promocin de lal'usticia como exigencia esencial del mensaje evanglico, en

    ECA 371, 1979.118 JESS EN AMERICA LATINAcomo lo que posibilita el real acceso a Cristo. El nfasisen la prctica podra inducir a pensar que la gracia desaparecede todo el proceso. Hay que insistir, en cualquiercaso, en que el movimiento de salir del propio yo paraacceder a Cristo es gracia y no obra humana.Creemos que en la cristologa latinoamericana no hayun olvido de la gracia, aunque haya una formulacin apartir de su punto de partida. Sigue siendo cierto que'algo se nos ha dado', que Cristo no es producto de lacarne y de la sangre. Eso se puede decir con la sencillez

    paulina de que ha aparecido la benignidad de Dios;pero se puede decir tambin afirmando que ha aparecidola vida de Jess, ha aparecido la prctica de Jess, irrepetible,normativa y salvfica. Considerar a Jess y suprctica como algo que ha aparecido, que se ha manifestado,es la forma de seguir manteniendo la gratuidad queexiste en el origen del acontecimiento de Cristo. Ver aJess de esta manera es ya afirmarle como don.Pero adems la reproduccin de su prctica no es'pura' prctica del hombre. El seguidor de Jess puedereinterpretar y as sucede su propia prctica comoel don de las 'manos nuevas' para hacer, y puede reconocer

    en ello gracia y elsummum de gracia. No se ve porqu la gracia slo pueda ser expresada en los nuevos odospara or o los nuevos ojos para ver; tambin lasmanos nuevas son expresin de la gracia. Cuando, adems,se hace difcil mantener la misma prctica del seguimiento,cuando dentro de esa prctica surge la tentacinde detenerla, de la desesperanza, del absurdo, entoncesmantener la prctica es don y gracia. La fe en Cristoque vive de su seguimiento es vista tambin como gracia.3.2.4. Partiendo del Jess histrico y de lo ms histricode Jess, la cristologa latinoamericana pretendepoder ser estricta cristologa. Al nivel de mtodo aunque

    en la fe real de los creyentes y del telogo est dadadesde el principio la totalidad de la fe en Cristo lacristologa latinoamericana considera que el camino lgicode la cristologa no es otro que el cronolgico. Cronolgicamenteaparece: (1) la misin de Jess al serviciodel reino, su prctica; (2) la pregunta por la personade ese Jess; (3) la confesin de su irrepetible y salvficarealidad, la fe en Cristo.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 119

    En nuestra actual situacin, veinte siglos despus,se nos ha comunicado ya la totalidad del proceso cronolgico,el proceso acabado, por as decirlo, de la cristologa.

    Por ello, el punto de partida realde la cristologalatinoamericana es la fe total en Cristo. Pero el punto de

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    Por ello los evangelios narran las prcticas de Jess encorrespondencia a ese reino.37Narran tambin la historicidaddel propio Jess, sus conflictos, controversias, persecuciones;narran las actitudes externas y, mnimamente,sus actitudes internas. A travs de todo ello van describiendola relacionalidad de Jess con el Dios del reino.Narran tambin la exigencia de Jess a sus oyentes ala conversin y el seguimiento. Ese seguimiento es unproceso de asemejamiento a Jess, pero a travs delejercicio de una prctica. Ese seguimiento es exigido porJess por razones de teologa general, para servir al reinode Dios y corresponder a ese reino; pero es presentadotambin como el modo fundamental de tener acceso aJess y al conocimiento de su persona.En el modo de proceder del NT ve entonces la cristologalatinoamericana un criterio para su propio modode proceder. Aunque ya se posea la totalidad de la fe en

    Cristo, de forma verdadera pero muchas veces genrica,se avanza al Jess histrico para concretar y hacer asreal el contenido de la fe. En la presentacin del Jesshistrico se recalca su relacionalidad constitutiva, queimpide una cristologa en directo, pero que la posibilitacon contenidos histricos concretos, comenzando con su37 El contenido del reino surge de su (el de Jess) ministerioy actividad, considerados como un todo: E. SCHILLEBEECKX,op. cit.,p. 143.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 121

    prctica al servicio del reino. Encuentra en el Jess histricoel llamamiento a su seguimiento, es decir, a unaprctica con una modalidad para que se sirva al reinoy se acceda a Jess. La cristologa latinoamericana vepues, en el NT, un paralelismo fctico con su modo deproceder, que adems lo considera normativo. No es unavuelta mecnica al Jess histrico para hacer de l letraconcreta, ley, pero s para que la fe real que ya existe enel NT sea fe cristiana y eficaz. La funcin del Jess histricoes hacernos entrar en su dinmica.383.3.2. Hacer del Jess histrico punto de partida dela cristologa se justifica tambin por la actual situacinde Amrica Latina. Ya hemos aludido antes a los inmensospeligros de comenzar con el Cristo del dogma, que

    en cuanto abstracto se presta a todo tipo de manipulaciones.La situacin latinoamericana conduce ms espontneamenteal Jess histrico y a comprender lo histricode Jess tal como lo hemos presentado.Existe un mayor paralelismo entre la situacin latinoamericanay la situacin de Jess, sin que se pueda exagerarla importancia de ese paralelismo para la cristologani ignorar el carcter tambin universal de Cristo.Pero tampoco se puede ignorar que la encarnacin deCristo significa concrecin y parcialidad, y que sta tendrmayores o menores semejanzas con otras concrecioneshistricas.

    Un conocimiento puramente nocional sobre la historiade Jess se puede tener en otras latitudes y a veces

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    con mayor exactitud cientfica y exegtica que en AmricaLatina; pero una situacin histrica relativamenteafn a la de Jess sirve para comprender y ponderar mejorsu historia y para captar ms espontneamente lo queJess oper sobre su historia y lo que sus seguidoresdeben operar sobre la suya propia.La similitud de situaciones, por lo que toca a un puntofundamental (miseria, represin, opresin y muerte),permite un enfoque teologal comn en el presente y en lahistoria de Jess. Aunque pueda parecer mnimo, el ncleode ese enfoque es el horizonte de la vida y de lamuerte de los hombres; el servicio de Jess a la vida y38 C. PALACIO, op. cit.,p. 50.122 JESS EN AMERICA LATINA

    su lucha contra la muerte. Este horizonte comn hacecomprender al Jess histrico, exige que Cristo sea presentadodesde el Jess en favor de la vida, y hace que elmismo Jess histrico sea presentado desde ese ncleo

    fundamental: su defensa de los pobres, su denuncia ydesenmascaramiento de los poderosos; las consecuenciasque a l le sobrevienen por esa toma de postura.Por decirlo con sencillez, el Jess histrico se hace'evidente' una vez que se ha presentado su historia conun mnimo de veracidad, se hace 'exigible' para quehaya fe en l en Amrica Latina; y por otra parte, eseJess histrico hace 'evidente' y 'exigible' lo que debaser la fe en Cristo y cul deba ser su ncleo fundamental:el seguimiento de Jess como defensa de la vida ylucha contra la muerte. Todo esto puede parecer un mnimo,pero es un mnimo fructfero que hace avanzar enla totalidad de la fe; y es en cualquier caso un mnimoabsolutamente necesario, sin el cual no hay avance realen la fe y lo que se cree ser avance no es sino universalizacinabstracta y con frecuencia descristianizadora.Lo que ha ocurrido es que la fidelidad a la situacinlatinoamericana y en general a la situacin del tercermundo39 y a sus exigencias remiten ms obviamenteal Jess histrico; y la captacin del Jess histrico hallevado ms obviamente a profundizar en el conocimientode la situacin latinoamericana y sus exigencias. Es steen realidad un nico movimiento con dos momentos distintos

    y complementarios que lleva a la historizacin (segnel Jess histrico) y a la latinoamericanizacin de lafe en Cristo.Quiz no se pueda avanzar mucho ms al nivel de lareflexin para mostrar esa unificacin; pero es un hecho.39 Es interesante notar que, en la medida en que la propiasituacin es vista en continuidad con la de Jess, espontneamentese vuelve al Jess histrico, tambin fuera de AmricaLatina. Cfr. el libro del telogo indio S. KAPPEN,Jess and

    Freedom,New York 1977, y las cristologas ya citadas elaboradasen Espaa desde una perspectiva anloga a la de la liberacin,sobre todo el excelente libro recientemente publicado por J. I.

    GLEZ. FAUS,Acceso a Jess, Sigeme, Salamanca 1979, y sus artculos:En defensa de las cristologas sudamericanas, Sal Terrae,

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    enero 1979, pp. 45-51; Diccionario de trminos discutidosen Puebla, Sal Tcrrae, marzo 1979, pp. 206s., 21 ls.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 123

    Cuanto ms se ahonda en el Jess histrico, ms se facilitauna fe 'latinoamericana' en Cristo; y cuanto ms se'latinoamericaniza' la fe en Cristo, ms se remite sta al

    Jess histrico. Lo nico que se puede constatar, despusde ocurrido, es que, en la honradez de la captacin yrespuesta a situaciones histricas afines, surge una mayorafinidad con Jess, se le conoce ms por dentro comohermano comn y dando ya el salto de la fe se lepuede reconocer como el hermano mayor, el Cristo.4. El Jess histrico y las narraciones evanglicas

    Una cristologa que se remita al Jess histrico tieneque dar cuenta en algn momento de la verdad histricade ese Jess y, ms en concreto, de la verdad histricade las narraciones evanglicas, que son prcticamente losnicos documentos en que se ha transmitido a Jess.

    Esto se ha convertido, como se sabe, en un agudo problemade hecho y de derecho. De hecho, porque la crticahistrica presenta diversos grados de escepticismo sobrela realidad histrica que est detrs de esas narraciones.De derecho, porque la crtica literaria ha descubierto queesas narraciones pertenecen al gnero literario llamado'evangelio', que narra a Jess desde la fe y para la fe,y no pretenden, por lo tanto, presentar la verdad histricaen lo que sera su pura facticidad.La cristologa latinoamericana aparte de lo que loslatinoamericanos hayan trabajado en problemas exegticosno ha hecho un tratamiento reflejo de esos problemas.Sin embargo, los ha afrontado de hecho en el propioquehacer de la cristologa. Digamos para terminardos palabras sobre este punto.4.1. La cristologa latinoamericana acepta el planteamientonormal que se hace a la historicidad de lasnarraciones evanglicas. Sabe que las narraciones evanglicassobre Jess estn ya teologizadas, pues en ellasse trata de presentarle como el Cristo; pero observa tambiny lo valora grandemente para su reflexin sistemticaque, para teologizar a Jess, hay que historizarsu vida de una determinada manera.

    Esto hace que en los evangelios aparezca un Jessteologizado a travs de un Jess ya historizado, y no pro124JESS EN AMERICA LATINA

    pamente lo que podramos llamar el Jess-histrico-ens-mismo; los datos fcticos sobre ese Jess no son asequiblesdirecta e inmediatamente de las narraciones evanglicas.El problema histrico se presenta entonces comola tarea de descubrir al Jess histrico a travs del Jesshistorizado. La cristologa latinoamericana juzga dela siguiente forma sobre la finalidad y posibilidad de esatarea.Por lo que toca a su finalidad, es decir, al inters

    que mueve a descubrir al Jess histrico detrs del Jesshistorizado, la cristologa latinoamericana sistemticano est especialmente interesada en determinar con

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    exactitud datos, palabras y acciones concretas de Jess.Naturalmente que acepta esos descubrimientos en la medidaen que parezcan correctos, pero no hace dependeruna cristologa basada en el Jess histrico de las ipsissimaverba o jacta Jesu. Su inters consiste ms bien enpoder descubrir y asegurar histricamente la estructurafundamental de su prctica, predicacin y destino, a travsde los cuales se deja traslucir tambin la estructurafundamental de su historicidad interna y de su persona.Por lo que toca a la posibilidad de acceder a algohistrico del Jess histrico, la cristologa latinoamericanasistemtica no ha reflexionado en demasa, pero ensu quehacer real no participa de un radical escepticismo,sino que comparte lo que d alguna forma es patrimoniocomn de otras cristologas actuales (incluidas las europeas).40 Acepta as como histrico, a nivel de acontecimiento,su bautismo por Juan, un cierto xito inicial, unos

    primeros conflictos, la eleccin y envo de un grupo deseguidores, el uso de parbolas, una crisis hacia la mitado final de su vida, la ida a Jerusaln, algn tipo de cenacon los suyos, el prendimiento, crucifixin y letrero enla cruz; al nivel de comportamiento, ciertas actitudes haciala ley juda y el templo, hacia los marginados, los endemoniados,los detentadores del poder, ciertas prcticasde curaciones y acercamiento a los pecadores, exigenciade conversin y seguimiento, ciertas actitudes espcficashacia el reino de Dios y el Dios del reino; al nivel de palabra,algunas palabras claves como abba, reino de Dios,sigeme, etc.

    Cfr. J. I. GLEZ. FAUS,Acceso a Jess,p. 45.SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 125Tampoco ha elaborado la cristologa latinoamericanacriterios determinados para juzgar de la historicidadde las narraciones evanglicas. Creemos, sin embargo,que, al menos implcitamente, se deja guiar por algunoscriterios (de los que ha desarrollado extensamente E.Schillebeeckx41): (1) la aparicin de un mismo tema envarios estratos de la tradicin; (2) lo especfico y distintivode un tema a diferencia y hasta en oposicin a teologasy prcticas posteriores a Jess; (3) la congruenciaque su propia muerte otorga a lo que se narra de su vida.

    El primer criterio es evidente y es el que proporcionala base para la construccin de la cristologa. Los otrosdos criterios sirven ms bien como verificacin indirecta,pero eficaz. Estos dos ltimos criterios, adems, cobranespecial evidencia en la situacin concreta de AmricaLatina y no son slo, por lo tanto, criterios intrnsecos.Desde la realidad actual, social y eclesial de Latinoamrica,el tercer criterio es evidente. Hay centenares ymiles de personas cuya muerte es anloga a la de Jess,y las causas de cuyas muertes son histricamente semejantesa las de Jess. Que Jess haya tenido que vivir yactuar as, si su muerte es histricamente como la describen

    los evangelios, es algo no slo verosmil, sino quese impone por s mismo. El segundo criterio posee tambin

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    su propia actualidad desde Amrica Latina. Por ponerun ejemplo sencillo, pero que se entiende bien desdeAmrica Latina, si una vez muerto Mons. Romero y apesar de los intentos de silenciarlo por parte de algunos,estos mismos recuerdan palabras y actuaciones deMons. Romero que van contra lo que desearan para elpresente, es que lo que recuerdan de Mons. Romero esverdad; no de otra forma se puede explicar la actualizacinde ese recuerdo.A un nivel puramente lgico, nunca se puede desecharla posibilidad de que las narraciones evanglicas seanfruto de la imaginacin de las comunidades; que lo fueranen parte es ms verosmil; que lo fueran en su totalidades bastante inverosmil. De ah la necesidad del trabajominucioso exegtico e histrico-crtico. De todas formas,la cristologa latinoamericana tiene un presupuestoa favor de la historicidad fundamental de las narraciones41

    Op. cit.,pp. 81-102.126 JESS EN AMERICA LATINAevanglicas por la propia situacin en que se realiza.Para quien viva y sufra la historia en este continente esmuy verosmil que Jess haya sido as; las narracionesevanglicas cobran una coherencia interna en lo fundamental,porque la coherencia interna de esa vida se siguerepitiendo en lo fundamental a lo largo de la historia.4.2. Si en el punto anterior la cristologa latinoamericanano ofrece una originalidad especial, s creemos quela posee al recalcar lo 'evanglico' de las narraciones: aJess hay que presentarlo como Evangelio, como buena

    noticia, y slo as se puede hacer justicia al Jess histrico.Lo que desde el punto de vista de crtica histricasupone un problema, desde la reflexin sistemtica esventaja: las narraciones sobre Jess tienen que ser evanglicas.La cristologa latinoamericana recoge ese carcterevanglico de la presentacin de Jess; el mismo quehacercristolgico se hace con un talante evanglico, nopor recobrar el gnero 'literario' evangelio, sino por recuperarsu talante en otro gnero literario ms reflexivoy conceptual. Lo importante es que la cristologa latinoamericanaparte de la conviccin real de que: (1) Jesses buena noticia; y (2) que esa buena noticia es para las

    comunidades, y por ello existe una correlacin entre Jessy las comunidades, por ser aqul buena noticia.Por lo que toca al primer punto, la cristologa latinoamericanaparticipa, de hecho, de la misma intencin yconviccin histrica que subyace al haber escrito, publicadoy proclamado los evangelios: existe una buena noticiaque ofrecer. En esta conviccin fundamental se diferenciahistricamente de otras cristologas, no por mritospropios, sino porque as es todava hoy captadoCristo en Amrica Latina. Por las razones que fuere, enotros lugares Cristo no es visto ya automtica y espontneamentecomo buena noticia. Penosa labor de muchas

    cristologas y lo mejor de sus intenciones es precisamenterecobrar para las narraciones evanglicas su carcter

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    formal de buena noticia (y no slo investigar su verdad).En Amrica Latina, sin embargo, no es as. El Evangeliosigue siendo eu-aggelion, 'buena noticia' para el Continentey, como en tiempo de Jess, para los pobres delContinente. En esta conviccin subjetiva del telogo,enraizada en la realidad objetiva, estriba el talante evan-SIGNIFICADO DEL JESS HISTRICO EN LA C. L. 127

    glico de la cristologa, el hacer cristologa como buenanoticia.De ah tambin que la cristologa latinoamericana tratede asegurar que Cristo es buena noticia, sin agotar susmejores fuerzas en mostrar lo nico e irrepetible deCristo. Sin duda supone y elabora este aspecto formal deCristo, pero enfatiza su contenido de buena noticia. Enotros lugares, y en sus mejores esfuerzos, se trata depresentar a Cristo bajo ambos aspectos, cuando se le llama,por ejemplo, portador absoluto de la salvacin (K.Rahner) o punto omega de la evolucin (Teilhard deChardin). Ambos telogos recalcan ciertamente lo salvficode Cristo; pero, dada su situacin cultural, su especulacincristolgica tiene que concentrarse en mostrarcmo Cristo puede serelsalvador. En Amrica Latinael nfasis es el inverso. Ciertamente Cristo es elsalvadorpara la cristologa; pero la tarea de sta consiste msen mostrarle como liberador.Presentar a Cristo evanglicamente no significa slo,por lo tanto, privilegiar las narraciones evanglicas sobreotras presentaciones ms dogmticas, ni significaslo presentar a Cristo con una buena nueva, como si

    sta fuese uno entre los muchos elementos de su realidad,que pudiera haber estado tambin ausente; significams bien presentarle comobuena nueva.Por lo que toca al segundo punto, la cristologa latinoamericanareproduce, mutatis mutandis, el modo deproceder de las primeras comunidades. Precisamente porqueno trata de reflexionar en directo sobre el Cristo-ens,sino en su calidad de buena noticia, la referencia a lacomunidad para la cual es buena noticia le es esencial.El que haya cuatro evangelios y detrs de ellos unsinnmero de pequeos evangelios, lejos de dificultar lacristologa le muestra cmo se debe elaborar. Esta se

    elabora poniendo en contacto a una determinada comunidadcon el Jess histrico o con su recuerdo. La comunidadselecciona e historiza, hasta cierto punto, los recuerdosde Jess, de modo que ste sigue siendo buenanoticia concreta para la comunidad; de esta forma vaelaborando su cristologa. Esto es lo que hace tambin lacristologa latinoamericana, con la diferencia obvia deque no puede remontarse a los recuerdos 'cercanos' deJess, sino slo a travs de las historizaciones que ya128 JESS EN AMERICA LATINA

    hicieron las primeras comunidades. Pero no cabe dudade que los diversos nfasis de la cristologa latinoamericana

    (relacin de Jess con los pobres, su prctica liberadora,su conflicto, su entrega por amor, etc.) han

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    tomado relieve porque las comunidades 'recuerdan' estosaspectos en base a sus propias necesidades.No hay en este modo de proceder una manipulacinde Cristo o, al menos, no una manipulacin sustancialo de principio. El mismo hecho de que las primeras comunidadesy las actuales en Amrica Latina se siganremontando a Jess para escuchar y practicar la buenanueva y dejarse juzgar por l, muestra que Jess siguesiendo la norma normans. Existe ms bien una circularidadentre Jess, que es para las comunidades, y las comunidadesque se remontan a Jess, circularidad quedeben reflejar las cristologas. El magisterio de la Iglesiamostrar con razn la cristologa mnima, por unlado, y mxima, por otro, en cuanto a radicalidad. Perodentro de esa cristologa se podrn y debern desarrollarcristologas en plural, porque Jess es buena noticia ypara poder seguir presentndolo como buena noticia.

    Todo lo dicho significa que el hecho de que la informacinque nos llega sobre Jess se realice a travs degneros literarios llamados evangelios no es una dificultadpara el quehacer cristolgico en Amrica Latina,sino ms bien una exigencia a realizar la cristologa, enltimo trmino, como Evangelio. Del NT la cristologalatinoamericana aprende dos importantes lecciones. Laprimera es que no se puede teologizar la figura de Jesssin historizarlo, sin narrar su vida, prctica, destino, etc.;es decir, no se puede hablar teolgicamente de Cristo sinvolver al Jess histrico.La segunda es que no se puede historizar a Jess sin

    teologizarlo, es decir, en sentido bien preciso, sin presentarlocomo la buena noticia de Dios. La cristologalatinoamericana no pretende ser ni la reflexin sobrela 'idea' de Cristo ni tampoco mera jesusologa. Esa mutuarelacin de teologizar historizando e historizar teologizandoes lo que trata de incorporar en su propio quehacerla cristologa latinoamericana para ser fiel a su objeto,Cristo, que le ha sido entregado no de cualquierforma, sino a travs del Evangelio de Jess y de Jess