UNA MIRADA PSICOANALÍTICA SOBRE LA
VIOLENCIA CONYUGAL, EN LA
CINTA TE DOY MIS OJOS DE
ICÍAR BOLLAÍN
http://www.edualter.org/material/cineiddssrr/ojos.htm
NACIONALIDAD:Española
GÉNERO:Drama psicosocial DIRECCIÓN:Icíar Bollaín
PRODUCCIÓN: Santiago Garía de Leániz(Producciones La Iguana)
Enrique González Macho (Alta PC)
PROTAGONISTAS:Laia Marull como Pilar
Luis Tosar como Antonio
Kiti Mánver como Rosa
GUIÓN: Icíar Bollaín
Alicia Luna
FOTOGRAFÍA: Carles Gusi
MÚSICA: Alberto Iglesias
DURACIÓN: 106 minutos
En una macro-encuesta sobre la violencia contra la
mujer en el 2015, se calculó que un 12,5 % de
mujeres mayores de 16 años, que viven en España ha
sufrido violencia física o sexual de sus parejas o
exparejas a lo largo de la vida, indagación que,
en el 2011, arrojaba un porcentaje de 10.8%,
mientras en el 2006 era de un 6.3%; pero, hay que
advertir que esta última pesquisa incluyo
adolescentes de dieciséis y diecisiete años.
Y se distribuía así:
Pero, en búsquedas más amplias, como la elaborada
con la colaboración del Centro de Investigaciones
Sociológicas, siete de cada diez víctimas no
denuncia, lo que equivale a un 67.8%, porque un
44.6% le restan importancia a lo sucedido o no lo
consideran suficientemente grave; un 26.6% deja de
hacerlo por miedo o temor a las represalias y un
21% por vergüenza, de tal modo que una de cada
cuatro mujeres, un 23.4% continúa la relación pese
al maltrato, que incide en los hijos y aún se
consulta a profesionales de las ciencias ψ por
este motivo en un 29%, en la medida que se valora
bien este servicio, según nos informa Elena G.
Sevillano. 1
Pero Alba Mareca 2 nos alerta sobre la cantidad de
feminicidios durante el 2015, nada más que medio
centenar, cuando lo ideal sería que no hubiera
ninguno.
1
? Sevillano, E.G. Violencia machista: Un 12,5% de las mujeres ha
sufrido durante su vida en España. El País – España 30 de marzo
del 2015.
http://politica.elpais.com/politica/2015/03/30/actualidad/1
427722209_303241.html
2 Mareca, A. Medio centenar de feminicidios durante 2015. La Marea,
18 de julio del 2015.
http://www.lamarea.com/2015/07/18/medio-centenar-de-
feminicidios-durante-2015/
Gabriela Atencio, directora de Feminicidio.net,
citada por Mareca, nos dice que este número grande
de asesinatos de mujeres, nos permite ver otras
violencias machistas que se invisibilizan, sin
tener en cuenta la definición de la ONU de que
violencia contra las mujeres es el maltrato en el seno de las
relaciones de pareja, agresión sexual en la vida social y acoso
en el medio laboral, en la cual el feminicidio sería
apenas una de sus categorías clasificatorias, como
forma particular de violencia.
Esto señala que los mecanismos de prevención ante
este problema de Salud Pública son insuficientes y
debe ponernos alerta, a sabiendas de que ha habido
todo un retroceso en los últimos años en la
calidad de la atención de la violencia a la mujer,
tanto en el campo preventivo, como en el procesal,
en el punitivo y en la protección, dada la
fractura que se ha dado en el Estado de Derecho y
en el Estado de Bienestar, con las políticas
neoliberales, ahora imperantes.
Es muy posible que en la actualidad se esté
desmintiendo la existencia de feminicidios en
España, problema que se proyecta al Tercer Mundo,
como si aquí no se diera en grande.
Mi esposa asistió hace varios años a un curso, que
dio la socióloga Sofía Laiz, sobre violencia de
género, donde los alumnos tuvieron la oportunidad
de ver la cinta de Icíar Bollaín, Te doy mis ojos,
que siempre quise ver; pero que ahora sólo pude
ver parcialmente, porque Youtube está vedada la
transmisión de las últimas dos partes de la cinta,
que si bien no me parece de la calidad de También
el agua, pese a contar con actores de la talla de
Luis Tosar, pues pareciera no pasar de ser un
documental moralizante, sobre ese asunto tan
complejo que es la violencia dentro de la pareja,
con afectación de los hijos.
El guión me resulta bastante simplón, ni siquiera,
diría yo, que llega a ser una sonata, una pequeña
oda a la liberación femenina; más bien he tenido
la impresión de estar ante un documental
pedagógico, cuya utilidad no niego, pero que dista
mucho de ser una verdadera obra artística.
Ambos protagonistas están en paro, un problema
cada vez más grave en España, - por más que se
maquillen las estadísticas - después del 2008, con
la crisis financiera mundial, que tanto ha
afectado al país ibérico.
Pilar trata de buscarse la vida en algo que
resulta de su agrado, el enseñar las obras de arte
del Toledo, donde viven; pero, Antonio es un
hombre inseguro, celoso, que da por cierto la
coquetería de su mujer, con unos celos cuasi-
delirantes, que le hacen estar seguro de que ella
va a allí a exhibirse y seducir a los hombres, por
lo cual en el acmé de una crisis de celos, que
termina en un franco maltrato, tratado con
bastante sutileza por la directora
cinematográfica, el marido la saque al balcón
semidesnuda, para ponerla en la picota y castigar
con la ley del Talión, lo que él supone que es un
pecado.
Así las cosas, pienso que estamos ante un hombre
enfermo, no me atrevería a decir si en sí mismo o
en la situación de vínculo conyugal, que vive en
un momento, en el que en el macrocontexto social,
hay una realidad ominosa: El desempleo, de donde
Antonio se convierte de víctima en victimario.
Un asunto, que desde el punto de vista del
psicoanálisis de parejas, dentro de esa
especialidad del psicoanálisis, que se ha dado en
llamar psicoanálisis de las configuraciones
vinculares, Elina Aguiar 3 nos habla de la
violencia en la pareja, como parte de esa
violencia constitucional, que todos llevamos
dentro y que tenemos que tramitar en el día a día;
pero, que en determinadas situaciones se
desencadena y, entonces, habrá que abordarla en un
eje diacrónico, longitudinal, histórico, para
3
? Aguiar, E. Violencia y pareja. http://www.vivilibros.com/excesos/10-a-06.htm
emplear la terminología de Ferdinand de Saussure 4,
muchas veces trasmitida por los antepasados, como
sería en el caso de Pilar, cuya madre aguantó el
autoritarismo de hombre machista y estaba decidida
a continuar, aún en lo consciente, ese discurso de
sometimiento y Antonio alude a una interpretación
del psicólogo, que apunta a su intolerancia a las
frustraciones, por haber sido un niño mimado por
la vida.
Aunque la cinta de Icíar Bollaín parece predominar
el eje sincrónico, del aquí y ahora, que más
interesa a los psicólogos cognitivo-conductuales.
Pero esa violencia se da en distintos espacios
psicológicos. Así, en los:
4 Saussure, F. de Curso de lingüística general. Akal, Madrid, 1991, 320 pp.
Espacio intrasubjetivo, en el interior del
sujeto, en su realidad psíquica más íntima.
Espacio intersubjetivo, en el mundo de las
relaciones con el otro.
Espacio transubjetivo, el cual incluye el
contexto sociocultural en el que se vive.
Y es preciso entender que agresión no es igual a
violencia; la agresión, para Konrad Lorenz 5, es un
pretendido mal, porque es lo que nos permite
oponer resistencia a las influencias del medio, al
adaptarnos de una manera activa, en la que nos
transformamos y obligamos al medio a hacerlo, sin5
? Lorenz, K. Sobre la agresión: un pretendido mal. 8ª. Ed. Siglo XXI, México, 342 pp.
una pasiva y deformadora acomodación, como bien lo
resalta Jean Piaget 6.
En la violencia, en cambio, como lo señala Janine
Puget, la opción de decisión del otro es anulada,
de tal manera que se lo manipula para invalidar su
posibilidad de pensar, como si se pretendiera
crear un agujero mental, algo que vemos de una
forma muy palpable en la siguiente escena:
https://www.youtube.com/watch?v=60VCU3deBhw
Así, la persona violentada se aliena, en una
situación que, si se vuelve crónica, se deja de
desear, aún, sexualmente; lo que puede exponer a
la violación, en el caso de la mujer, con la
6 Ferreira, E. Piaget. Colección Los Hombres de la Historia,
169 , Centro Editor de América Latina, Buenos Aires, 1995,
s.p.
provocación de un agujero en la mente del otro,
para arrebatarle la identidad a la pareja.
Para Janine Puget e Isidoro Berenstein, la violencia
sería un acto vincular cuyo objetivo es el deseo de matar, de
eliminar psíquica o físicamente al otro como sujeto… lo
humano en el otro, para transformarlo en un no sujeto, al
privarlo de todo posible instrumento de placer y, por ende, de
existencia.
Ahí, en el violento sólo impera el deseo de uno de
los sujetos, constituyentes del vínculo, de
transformarse en soberano, sin admitir la
existencia del otro 7; entonces, lo que se pretende
anular es a un polo del vínculo de pareja, en la
7
? Puget J. y col. El status psicoanalítico de la violencia social. 38th
International psychoanalytic Congress. Amsterdam, Julio
1993.
medida que la diferencia entre los miembros es
generadora de conflicto; de lo que se trata es de
desconocer al otro como sujeto singular y
autónomo, como una manifestación narcisista del
agente violento, que busca una fusión, donde no se
diferencien el yo-objeto del amor narcisista y el
yo-del otro, objeto de amor erótico, como objeto
distinto del sí mismo.
Icíar Bollaín se mete en la cotidianidad de la
vida de sus protagonistas y los presenta como a
cualquier hijo de vecino, no podríamos decir que
Antonio sea un monstruo, en apariencia es un
hombre común y corriente, aquejado por el paro,
inhibido en la búsqueda de alternativas, cosa que,
quizás, envidia en su mujer, quien pareciera
enfrentar el problema de una manera distinta, en
un proceso de subjetivización; Antonio es un
hombre al que vemos ubicado en la psicopatología
de la posición esquizo-paranoide 8; pero, que porta
algo ominoso dentro de él. Al menos si lo miramos
desde una perspectiva individual.
Pero creo que es pertinente detenerse en los
efectos de la desocupación de la pareja, que me
parece un eje fundamental del conflicto; ya que
ella busca una salida para dicho problema, incluso
con la posibilidad de llevarse su familia a vivir
en Madrid, como guía de exposiciones, para el
conocimiento del arte pictórico en alguna galería
e ir de una ciudad pequeña a la capital, con la
ilusión de que todos tengan allí más
posibilidades, como vemos en la siguiente escena:
8 Segal, H. Introducción a la obra de Melanie Klein.
https://psicologiadeldesarrollo1.files.wordpress.com/2012/0
7/h-segal-posicion-esquizo-paranoide.pdf
https://www.youtube.com/watch?
v=y00W1NU_vec&index=6&list=PL8B3D67CD275A082A
Y es que el paro es una forma de violencia social,
que atenta contra los Derechos Humanos, porque el
Derecho al Trabajo hace parte del Derecho a la
Vida y su pérdida puede implicar diversas formas
de muerte, con una angustia letal, con miedo a la
muerte bio-psico-social, que pone al sujeto en un
absoluto estado de desamparo, que impide la
búsqueda de proyectos de vida, porque todo queda
condenado a la más cruel de las incertidumbres.
Esta situación de angustia es descrita muy bien en
su libreta de notas:
El corazón se acelera y parece como que se nubla la cabeza,
que te ahogas; te parece que se te llena el cuello y la nuca de
hormigas, que te secas por dentro, se para el aire, el ruido, se
para todo.
Ello impide la ubicación en una temporalidad,
porque pareciera ser, que por delante, sólo queda
un No futuro, tal como nos lo presentara el
cineasta colombiano Víctor Gaviria en su magistral
película Rodrigo D. – No futuro, aunque, en este caso,
trascendería la situación de la adolescencia
colombiana; puesto, que el futuro, tanto en el
caso de Rodrigo D., como en el de Antonio, implica
desesperanza y el temor a quedar atrapado en esa
catástrofe social, lo que hace tambalear el marco
en el que se apoya la pareja.
Así el sujeto es atacado tanto en su espacio
intrasubjetivo, como en el intersubjetivo y en el
transubjetivo, en la medida que la civilización no
ofrece otra cosa que malestar, una molestia, que
altera los vínculos con los más allegados y daña
la realidad psíquica del sujeto en sí mismo.
Entonces aparece la amenaza de la marginación
social, se ocasiona una profunda crisis personal y
familiar, que repercute entre otras patologías, en
una patología del vínculo conyugal, por la carga
de tensiones, que pueden encontrar alivio en
actuaciones violentas contra el otro, o contra sí
mismo, con efectos impredecibles, entre los cuales
aparecen como más siniestros, el feminicidio, el
infanticidio y el suicidio.
Y así, Antonio siente herida su autoestima, con un
yo a punto de desintegrarse, que trata de
restituirse a través de la envidia inconsciente y
los celos, sin que pueda escuchar las fantasías
más optimistas de su mujer, porque siente que la
sociedad le ha arrebatado su condición de sujeto,
de donde su intento de fusionarse con su mujer,
quien pareciera estar en uno de esos momentos de
decisión, en que se pone a prueba la subjetividad,
dispuesta a buscar salidas más eróticas, al
servicio de la pulsión de vida.
Es como si la gente empezara a sentir que la
sociedad ya no tiene lugar para ella, que se ha
convertido en una naderías; aún, cuando tienen
algún trabajo; pero, tantas veces, las condiciones
laborales son muy degradantes y precarias, que la
gente empieza sentir que ya no importa, que ya no
interesa, que pertenece a una generación condenada
a un doble genocidio, cuando un hombre de cuarenta
años es rechazado de la vida laboral, por ser
demasiado viejo.
Se entra entonces a hacer parte de una masa
sobrante, en donde el sujeto se convierte en un
número, como pasaría en situaciones de Terrorismo
de Estado; yo diría cuando se está en el
Terrorismo de los Mercados, ese nuevo engendro de
la nueva economía, generadora de la gran
desigualdad, que ha denunciado Joseph Stiglitz 9,
de tal suerte que va in crescendo la gente en
condiciones de exclusión social, con todo el
desconocimiento del sujeto, que ello implica.
Si esta película parte de un falso documental,
entre la realidad y la ficción, con códigos y
convenciones del cine-ojo, pero, al fin y al cabo
una ficción, que pretende crear la ilusión de ser
una realidad, ejecutado por la propia Icíar9
? Stiglitz, J. E. El precio de la desigualdad. El 1% de la población
tiene lo que el 99% necesita. Editorial Taurus
Bollaín sobre psicoterapia de grupo para
maltratadores, en el cortometraje Amores que matan,
considero que ésta no es una estrategia
terapéutica muy aconsejable para estos casos, por
lo estigmatizadora que es y porque ignora que el
maltrato hace parte de una relación vincular,
inmersa en un macrocontexto socio-cultural e
histórico, en un momento dado.
De hecho, en la última escena, que vimos en este
mismo artículo, el hombre, al sentir que Pilar se
va a ir, tira la libreta de notas, que le
aconsejaron llevar como un diario, con lo positivo
en hojas verdes y lo negativo en rojas, al río y,
posiblemente, no volverá a terapia.
¿Qué pasaría si se atendiera a la pareja?
En un curso sobre Psicoanálisis de las Configuraciones
Vinculares, en Odres/Aleph, en Medellín, una de
nuestras profesora fue la psicoanalista Silvia
Gomel, quien nos hablaba de haber trabajado con
parejas, en las que ella, físicamente, tenía que
interponerse con su cuerpo, entre los dos miembros
de la pareja, para detener pasajes al acto
violentos, de la misma manera que nos comentaba
Ignacio Maldonado sobre sus intervenciones con
familias en México, donde impera tanto el
machismo, como en España y quizás en todo el mundo
latino, porque la violencia conyugal, que se
observa en películas anglosajonas, es de otro
tenor, como podemos constatarlo en la La luz que
agoniza o Encaje de media noche; es una violencia
menos brutal, más sutil acaso.
Pero, como bien lo señala Graciela Kasitzky de
Bianchi, en la vida de pareja pueden haber
desbordes de violencia, que generan muchísimo
malestar y el clima de intimidación se puede
extender a las sesiones psicoanalíticas mismas,
material que puede aprovecharse para hacer
conexiones con la historia de cada uno de los
miembros de la pareja; a pesar de en un encuadre
multipersonal, el clima pueda llegar a ser tan
crudo, en medio de la violencia emocional, los
reproches y quejas, amenazas de divorcio y
abandonos, pero, cuando se le logra mostrar a la
pareja como para cada uno el otro es un
inexistente, no tenido en cuenta como ser
sufriente, dado el desconocimiento del otro y la
falta de un ocultamiento de lo pulsional, cuando
el terapeuta funciona como un tercero.
Ahí, la presencia de lo pulsional puede resultar
un obstáculo para una talking cure; pero hay que
enfrentar la dificultad sin recurrir a un lenguaje
pedagógico por parte del terapeuta. 10
Es necesario que se pueda comprender en el proceso
terapéutico que el exceso, el maltrato y el abuso
pueden ser explicados como negatividades, que se
positivizan. 11
La violencia conyugal es una de las tantas formas
de violencia de la sociedad actual, que, como
contraparte, impone una violencia instituyente del
malestar en la cultura.
10
? Kasitzky de Bianchi, G. Límites del análisis, obstáculos de los
tratamientos. Psicoanálisis de las Configuraciones
Vinculares, Tomo XXXIII, Nº 1, 2010,p. 35-3611
? Ibid, pp. 39-40.
Esas violencias actuales, entre ellas la familiar,
requieren de un abordaje multidisciplinario, que
ponga a interactuar conceptos como los de Poder,
Dominio, destructividad y crueldad, íntimamente
relacionados; pero, no homologables entre sí.
Y en el caso de Te doy mis ojos, vemos como los
Poderes económicos establecen una condición de
desempleo, como telón de fondo, que resulta
exasperante en la medida que no se respetan las
subjetividades sino que son anuladas, mientras las
personas son consideradas prescindibles.
Estos poderes impiden que el sujeto haga lo que
desea, con lo cual lo lleva a una constante
frustración, con toda la ira, que ésta genera y
puede desplazarse sobre la pareja, donde se actúa
el conflicto entre el Poder y el Deseo, sobre
todo, si entendemos el Poder a la manera del
Michel Foucault, quien lo considera como la
multiplicidad de relaciones con un fuerza inmanente, que
ejercen un dominio, constitutivo de las organizaciones sociales,
puesto que el Poder está en todas partes… viene de todas
partes, aunque no sea una institución, ni una estructura, ni una
potencia de gente con ciertas dotes, sino una situación
estratégica compleja en una sociedad dada, que opera de una
manera asimétrica entre las partes, con dominio de un lado y
sometimiento de otro, aunque se den situaciones inversas en
una dialéctica hegeliana del Amo y del Esclavo, en la que
el sujeto subordinado (esclavo) puede terminar por
imponer un modo nuevo de ejercicio del Poder,
mientras para Max Weber era un concepto más
amorfo, el cual permite, en determinadas
circunstancias, que un sujeto se ponga alguna vez
en situación de imponer su voluntad y ¿dónde no
sino en las relaciones más íntimas como en el caso
de Antonio? 12 13
Pero, lo más cierto del caso es que el Sistema se
torna cada vez más excluyente, lo que genera una
rebeldía, una agresividad y una violencia, que no
se sabe muy bien adónde dirigirla.
Para el Heidegger de Ser y Tiempo, el sujeto no es
el que está ahí, en el mundo, pero fuera de sí
mismo, como otra cosa más, sino que es aquél que
está al frente de las cosas, de sí mismo, en una
posición activa, desde donde se lanza al mundo.
12
? Foucault, M. Historia de la sexualidad: 1. La voluntad de saber,
siglo XXI, Madrid, 1977, p.12,
13 Marina, J. A. La pasión del poder – Teoría y práctica de la
dominación. Editorial Anagrama, Barcelona, 2008, p.47.
Para Foucault, es un sujeto sujetado, a una
estructura exterior a él, un ser dinámico y
evolutivo; pero que, a su vez, atravesado por
distintos discursos, que, por momentos, parecieran
hablar por él, en distintos contextos, sean éstos
históricos, políticos o sociales, ya que el sujeto
deseante es histórico, en una constante relación
con el Sistema Político y las formas de Poder.
Así, para Foucault no existiría un sujeto; sino
que lo que se da son técnicas de subjetivación en
cada contexto cultural, con su episteme o sus
maneras de ejercer el Poder.
Las víctimas suelen tener un discurso brutal, en
muchas ocasiones, que da cuenta de la anulación de
su subjetividad, lo que no es el caso de Pilar,
quien se preocupa por salir adelante como sujeto
deseante, para así poner fin a una situación
onerosa y calamitosa, que pudiera llevarla a la
muerte psíquica o a la muerte real, como lo
demuestran las estadísticas actuales, aún de hoy
en día; pero, es decisión interna suya, no
compartida por el marido, en un acuerdo conyugal,
lo que hace que, finalmente, él caiga en el vacío
más absoluto, que quizás lo lleve al suicidio.
Por ello, en lo terapéutico, se precisan nuevas
estrategias, para combatir la violencia, en su
insistente circularidad, que trata de provocar la
anulación de la palabra, en el terreno minado del
zócalo de la pareja, que de no ser atendido, puede
ocasionar probables traumas demasiado graves, que
pueden tener una transmisión transgeneracional, al
no poder ligar lo imaginario y parte de lo real
con lo simbólico; ese real puede constituirse en
una verdadera transmisión de lo negativo, según
René Käes, aquello que funciona como elementos β
no metabolizados por el Otro, de tal forma que no
se recuerda, por su condición de ausencia de
representación de cosa y de palabra, que deviene
en sufrimiento hasta que un día, sea posible
intentar arañarlo, para convertirlo en palabras,
cuando ambos miembros de la pareja se deciden a
romper el silencio ante un psicoanalista.
Pilar, lejos de caer en la máximas abyección y
degradación objetiva, de la que nos hablara Jean
Paul Marat, con la toma de conciencia de su propia
situación, no se transforma como suele suceder en
los pactos perversos, en una masoquista, cómplice
de un Poder que trata de perpetuar su miseria, su
ignorancia y su humillación.
Esta pareja, sin saberlo, creo que es víctima de
ese horrible sistema, que creó el economista
Milton Friedman, asesor económico de presidentes
republicanos de los Estados Unidos de América, la
economía del libre mercado, con la precarización
de la vida de millones de personas.
Si la depauperación económica y las crisis se
viviesen como catástrofes sociales, Friedman
aconseja una política inmediata de mano dura, con
imposición de una austeridad severa, como política
dolorosa, antes de que la gente se recupere; a esa
estrategia del Poder la llamó tratamiento de Schock,
con el fin de vulnerar las subjetividades, a lo
que se sumaría una aceleración de la carrera
armamentística en pro de la Seguridad, con la
creación de estados de guerra multifocales en todo
el planeta, en especial, en el Medio Oriente.
Todo ello, sumió a muchas personas en depresiones
mayores, que aumentaron la tasa de suicidios, con
un aumento de consultas psiquiátricas.
Y así mismo, los cirujanos de mano empezaron a
observar un aumento de cirugías de su especialidad
para curar los golpes, que muchos daban contra
superficies duras para descargar la violencia, que
albergaban dentro de sí, como una materialización
de la violencia en el propio cuerpo o en cuerpo
ajeno, sobre el que es desplazado el ominoso
Poder.
Esta foto de Anthony Suau, premio World Press
Photo 2008 del Time, da cuenta de la culpa
persecutorio de los generadores de deshaucios, que
muestra el estado cuasi bélico, por el miedo que
se tiene a la rebelión de las víctimas del
sistema, en medio de una crisis económica, que ha
dejado sin casa a una mayoría inmensa de gente,
con un incremento de tasas de suicidio. 14
14
? Merini, M. L. Del atravesamiento discursivo de los cuerpos a las
manifestaciones actuales de las violencias. Psicoanálisis de las
Configuraciones Vinculares, Tomo XXXIII, Nº 1, 2010, pp 173-
213
Creo que así, queda suficientemente demostrado,
como los discursos que nos atraviesan, portavoces
del Poder, afectan la vida conyugal, claro está
sobre la base de una psicopatología singular y
vincular, que hay que trabajar en el espacio
intersubjetivo e intrasubjetivo, que pueden llevar
al maltrato en la vida de pareja y aún al
feminicidio y el suicidio, como expresión de un
enorme malestar en la cultura, situación del
macrocontexto social, que también ha de hacerse
consciente en el psicoanálisis de pareja.
Jesús Dapena Botero
Vilagarcía de Arousa, 9 de septiembre del 2015
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