I OSrevista de teología y pastoral de la caridad
XIII
LA CONOMíA MU DIALDesafíos y contribuciones éticas
X CURSO DE FORMACiÓNDE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
N,> 96 e Octubre - Diciembre e 2000
CORINTIOS XIIIREVISTA DETEOLOGíA
Y PASTORAL DE LA CARIDAD
N.o 95. Julio-Septiembre 2000
CÁRITAS ESPAÑOLA. EDITORES.San Bernardo, 99 bis,7.a planta.28015 Madrid.Teléfono 914 441 000Fax 915 934 882E-mail: [email protected]: www.caritas-espa.org
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COLABORAN EN ESTE NÚMERO
JOAN BESTARD COMAS, Profesorde Doctrina Social de la Iglesia.Centro de Estudios Teológicos.Diócesis de Mallorca.
LUIS JOYANES AGUILAR, Catedráticode la Facultad de Informática. Universidad Pontificiade Salamanca.
ILDEFONSO CAMACHO LARAÑA,S.J., Profesor de la Facultad deTeología (Granada) ETEA (Córdoba).
JORGE ARTURO CHAVES, Directorde la Cátedra «Víctor Sanabria»de Ética de la Economía y del Desarrollo (Costa Rica).
RAMÓN SUGRANYES DE FRANCH,Director del Centro Internacionalde Documentación y de Investigación en Ética Social Cristiana. Universidad de Friburgo (Suiza).
JOSÉ T. RAGA, Catedrático de Economía Aplicada. Universidad deSan Pablo, CEU. Presidente de Semanas Sociales de España.
RICARDO DíEZ HOCHLEITNER,Presidente del Club de Roma.
JESÚS EQUIZA, Teólogo.
PABLO MARTíN CALDERÓN, Cáritas Española.
FERNANDO FUENTES ALCÁNTARA, Director del Secretariado dela Comisión Episcopal de Pastoral
.Social y Director del X Curso.
JUAN JOSÉ LÓPEZ, Cáritas Española.
SANTIAGO DONOSO GARCíA,Fundación Pablo VI.
PABLO MARTíN CALDERÓN, Cári tas Española.
JUAN MANUEL DíAZ SÁNCHEZ,Instituto Social León XIII.
CORINTIOS revista de teología y pastoral de la car idad
XIII
LA ECONOMÍA MUNDIAL Desafíos y contribuciones éticas
X CURSO DE FORMACIÓN DE DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
N . « 96 • Octubre - Diciembre • 2000
Todos los artículos publicados en la Revista C O R I N T I O S XIII no pueden ser reproducidos total ni parcialmente sin citar su procedencia.
La Revista CORINTIOS XIII no se identifica necesariamente con los juicios de los autores que colaboran en ella.
S U M A R I O
Páginas
P R E S E N T A C I Ó N 5
P R O G R A M A I I
A R T Í C U L O S
«Globolización y solidaridad». Joan Bestard Comas 19
«La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde
la nueva economía». Luis Joyanes Aguilar 53
«beneficios y desigualdades de la mundialización. Una re
flexión desde la Doctrina social de la Iglesia». Ildefonso
Camacho Laraña, S.J 159
«Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesta
metodológica». Jorge Ar turo Chaves 199
«Lo aportación de los episcopados católicos a una economía
social y de desarrollo». Ramón Sugranyes de Franch 223
3
Sumario
Páginas
«El comercio de mercancías y los flujos financieros: Conse
cuencias de las economías de los países subdesarrollados».
S E M I N A R I O S
Acciones y propuestas de la ONGs y de los organismos in
ternacionales en favor de una comunidad mundial justa
y solidaria. Director: Pablo Martín Calderón. Secreta-
Comentario y valoración desde la DSI del «Informe sobre
el desarrollo humano» (PNUD 1999). Director: Ilde
fonso Camacho. Secretario: Santiago Donoso García 323
D O C U M E N T A C I Ó N
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad
humana. XV Semana Monográfica, del 27 de noviem
bre al I de diciembre de 2000 Lugar: Sede de la OEI,
Madrid. Ricardo Diez Hochleitner 337
Controlar la mundialización. Documento de la Commission
justice et Paix-France. La Documentaron Catholique 381
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza. Jesús Equiza.... 425
¿Hacia un Gobierno mundial? Jorge Arturo Chaves 497
José T Raga 241
rio: Juan José López 307
B IBL IOGRAFÍA . 503
4
P R E S E N T A C I Ó N
Los Cursos de Doctr ina Social que promueve la C o m i
sión de Pastoral Social en unión con la Fundación Pablo VI ,
el Instituto Social León XII I y la Facultad de Sociología, tie
nen dos objetivos perfectamente definidos: por una parte,
dar a conocer la doctrina social de la Iglesia bajo unas condi
ciones de rigurosidad universitaria y de profundización teóri
ca (de ahí la presencia de 20 alumnos del Máster en Doctr i
na Social de la Iglesia), y por otra, ofrecer unos cauces de
acción práctica que derivan de la propia Doctr ina Social de
la Iglesia.
Si atendemos al ámbito temático, uno de los compromisos
necesarios que tiene ya desde hace tiempo la Doctr ina Social
es el análisis y la valoración de la economía mundial vista des
de los numerosos e importantes documentos y estudios que
han sido publicados en estos últimos años y que provienen de
instancias tanto del mundo científico como del ámbito eclesial.
Nunca como ahora hemos tenido este respaldo científico y
documental que analizan exhaustivamente los flujos y la diná
mica económica en toda su extensión.
5
Presentación
Pero la preocupación de estos cursos de Doctrina Social
no es sólo salir al paso de las grandes cuestiones sociales,
como bien ha indicado Juan Pablo II respecto a la economía
mundial; sobre todo, el interés viene a partir de un proceso
que se instaura, que es envolvente para la vida de las personas
y de los pueblos, y al que llamamos mundialización o globaliza-
ción. Este proceso es indicativo del riesgo que tiene el hom
bre de hoy de caer en manos de los mecanismos de produc
ción dado el peso y la relevancia de la vida económica en
la sociedad internacional; por ello el punto de partida del
X Curso es la clave de la solidaridad, bajo la cual se ha evalua
do el proceso económico que nos ocupa. H a sido el profesor
Joan BESTARD el que ha desentrañado las exigencias de una
economía mundial vista con otra mirada, la de la ética cristia
na, que seguramente coincide con otras miradas y en las que
hay que apoyarse.
N o estamos ante un fenómeno coyuntural ni limitado, esta
mos ante una dinámica mundial que afecta a todos y sobre la
cual «la labor actual de los cristianos y de la Iglesia (...) consis
te, pues, más allá de todo discurso moralizador o idealista, en
ofrecer una visión lúcida de esta etapa fundamental de la evo
lución de la Humanidad y aportan junto a otros, respuestas
concretas que permitan controlar la evolución en proceso. Si
bien los cristianos no poseen de forma alguna exclusividad so
bre este proceso» (Comisión Justicia y Paz de Francia, 1999).
Para estudiar este fenómeno desde la ética cristiana, se ha
invitado, en este Curso de Doctr ina Social, a especialistas que
sean capaces de unir el contenido de la Doctr ina Social y la
complejidad de la globalización. Especialistas como los profe
sores Ildefonso CAMACHO y José Tomás RAGA (ambos consul
tores de los Episcopados Europeos en las cuestiones de ética
6
Presentación
económica) que han forjado su análisis en contraste con otros
estudiosos universitarios, en organismos internacionales y
Consejos Pontificios que se han preocupado por este tema, tal
es el caso del Consejo Pontificio Justitia et Pax y el Consejo
Pontificio C o r Unum.
Es también una nota de prestigio para el X Curso de Doc
trina Social de la Iglesia la participación de ponentes proce
dentes de otros países que tienen un gran reconocimiento
tanto en el análisis desde la ética económica como en su
aportación a la doctrina social en el área económica. Hay que
destacar en este sentido la presencia de Ramón SUGRANYES de
FRANCH, director del Centro de Estudios sobre Economía So
cial y Desarrollo, de la Universidad de Friburgo; y también la
participación de Jorge Ar turo CHAVES, OP, quien desde la ata
laya latinoamericana ha puesto sobre la mesa uno de los gran
des temas que están siendo objeto de investigación y de de
bate amplio, me refiero a la ético de ¡as políticas económicas.
N o cabe duda que la doctrina social debe profundizar en las
actuales políticas económicas para poder hacer viable su men
saje de compromiso con un modelo de hombre integral y so
lidario. Tarea nada fácil en el contexto de una economía glo-
balizada y con tantos riesgos de economicismo.
Asimismo, el proceso de globalización no se entendería
sin atender a los cambios tecnológicos que se han dado en el
mundo desarrollado. D e ahí que hubiera un interés especial y
un tratamiento amplio sobre el hecho tan reconocido de la
«Carrera mundial del conocimiento», que tan importantes
consecuencias tiene para la sociedad en la que vivimos. Tal
cometido fue expuesto con abundantes datos e ilustraciones
por parte del catedrático de la Facultad de Informática Luis
JOYANES.
7
Presentación
El Programa del X Curso ha prestado una importante atención al estudio y profundización de los participantes en las cuestiones teóricas y prácticas de la economía mundial vista desde la clave solidaria. C o n este objetivo se han planteado los dos Seminarios de estudio «Acciones y propuestas de las O N G s y de los organismos internacionales a favor de una C o munidad Mundial justa y solidaria», bajo la dirección de Pablo MARTÍN; y el comentario y valoración desde la Doctr ina Social de la Iglesia del «Informe sobre desarrollo humano» (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, 1999), bajo la dirección de Ildefonso CAMACHO, y cuyas conclusiones se ofrecen entre la documentación de este volumen.
Es también un objetivo de estos Cursos de Formación y de la Revista C O R I N T I O S XIII ofrecer documentación y bibliografía que sea fundamental para el tema estudiado y algunos trabajos que bien por su dificultad para acceder a ellos bien por su relevancia específica convenga que lleguen a las manos de los lectores y de los estudiosos de la Doctrina Social.
C O R I N T I O S XII I , como revista que expresa el sentir de Caritas y que trata de promover el valor de la solidaridad, ha recogido estas aportaciones de la teoría y la práctica de la doctrina social, con el fin de continuar con la tarea de difundir una civilización de la solidaridad, tarea que debe insertarse en las condiciones económicas, políticas y sociales de nuestra sociedad y de la comunidad internacional. D e ahí que sean bienvenidos todos los esfuerzos que desde la Universidad y las asociaciones solidarias puedan aportar a este objetivo.
Finalmente, es necesario dar constancia de que para el adecuado desarrollo y calidad del Curso de Formación se ha contado con la colaboración del catedrático de Doctrina Social Juan Manuel DÍAZ, coordinador de los Seminarios de trabajo, y
8
Presentación
con la aportación de Juan José LÓPEZ (Caritas) y Santiago D O NOSO (Facultad de Ciencias Políticas y Sociología León XIII).
La gratitud se extiende a la Fundación Pablo VI, la cual ya tradicionalmente alienta y apoya con su infraestructura y medios económicos la existencia y realización de estos Cursos, y a los 140 alumnos que han participado en este X Curso de Doctr ina Social.
FERNANDO FUENTES ALCÁNTARA Director del Secretariado de la Comisión Episcopal
de Pastoral Social y Director del X Curso
9
C O M I S I Ó N E P I S C O P A L D E P A S T O R A L S O C I A L F U N D A C I Ó N P A B L O V I
I N S T I T U T O S O C I A L L E Ó N X I I I F A C U L T A D D E C I E N C I A S P O L Í T I C A S Y S O C I O L O G Í A D E L A U N I V E R S I D A D P O N T I F I C I A D E S A L A M A N C A
X C U R S O D E F O R M A C I Ó N D E D O C T R I N A S O C I A L D E L A I G L E S I A
F U N D A C I Ó N P A B L O V I
«LA ECONOMÍA MUNDIAL. DESAFÍOS Y CONTRIBUCIONES ÉTICAS»
Madrid, 11-14 de septiembre de 2000
Programa
P R O G R A M A
Lunes, 11 de septiembre
16-17 horas: Recepción y entrega de materiales.
17,00 horas: Sesión de apertura y Conferencia inaugural.
«Globalización y Solidaridad»
JOAN BESTARD COMAS
Profesor de Doctrina Social de la Iglesia. Centro
de Estudios Teológicos de Mallorca.
19,00 horas: Presentación de los seminarios.
Seminario I
Acciones y propuestas de las O N G s y de los
organismos internacionales a favor de una C o
munidad Mundial justa y solidaria.
Director: PABLO MARTÍN. Caritas Española.
Seminario 2
Comentario y valoración desde la doctrina so
cial de la Iglesia del «Informe sobre desarrollo
humano» (Programa de Naciones Unidas para
el Desarrollo, 1999). Director: ILDEFONSO CAMACHO.
Profesor de la Facultad de Teología de Granada y
de la Facultad de Ciencias Económicas y Empre
sariales de Córdoba.
20,00 horas: Eucaristía
12
Programo
Martes, 12 de septiembre
10,00 horas: 2. a Conferencia
«La carrera mundial por el conocimiento.»
Luis JOYANES.
Catedrático de la Facultad de Informática de la
Universidad Pontificia de Salamanca en Madrid.
12,00 horas: 3. a Conferencia
«Beneficios y desigualdades de la mundializa-
ción. Una reflexión desde la Doctr ina Social de
la Iglesia.»
ILDEFONSO CAMACHO.
Profesor de la Facultad de Teología (Granada) y
de ETEA (Córdoba).
16,30 horas: Seminarios
19,00 horas: Mesa redonda
«¿Hacia un Gobierno mundial?
Pros y contras del actual proceso de mundia-
lización.»
Intervienen:
JORGE ARTURO CHAVES, O.R
Director de la Cátedra «Víctor Sanabria» de Etica
de la Economía y del Desarrollo. Costa Rica.
ÁNGEL MARTÍN ACEBES.
Subdirector de Instituciones Financieras Interna
cionales. Ministerio de Economía.
13
Progromo
14
EDUARDO FERNÁNDEZ ESPINAR.
Consultor y experto de Nociones Unidos.
Miércoles, 13 de septiembre
10,00 horas. 4. a Conferencia
«Ética de las políticas económicas.»
JORGE ARTURO CHAVES, O.R
Director de lo Cótedro «Víctor Sonobrio» de Ético
de lo Economío y del Desarrollo. Costo Rico.
12,00 horas: 5. a Conferencia
«La aportación de los Episcopados católicos y
de las Iglesias cristianas a una economía social
y del desarrollo.»
RAMÓN SUGRANYES DE FRANCH.
Director del Centro Internacional de Documenta
ción y de Investigación en Etica Social Cristiana
(CIDRESOQ. Universidad de Friburgo.
16,30 horas: Seminarios
19,00 horas: 6.a Conferencia
«El comercio de mercancías y los flujos financieros. Consecuencias en las economías de los países subdesarrollados.»
JOSÉ TOMÁS RAGA.
Catedrático de Economía de la Universidad Ceu-San
Pablo y Presidente de Semanas Sociales de España.
Programa
Jueves, 14 de septiembre
10,00 horas: Puesta en común de los Seminarios.
12,00 horas: Conferencia de clausura.
«Los efectos de la globalización en la cultura y los derechos humanos.»
RICARDO DÍEZ HOCHLEITNER.
Presidente del Club de Roma.
15
GLOBALIZACION Y SOLIDARIDAD
JOAN BESTARD COMAS
Profesor de Doctrina Social de la Iglesia en el Centro de Estudios Teológicos
de la Diócesis de Mallorca
I N T R O D U C C I Ó N
Para muchos autores que hoy escriben sobre globalización
ésta no es un simple fenómeno económico, sino un cambio
de civilización. La historia se escribe con «g» de globalización
un fenómeno sociológico asombroso que reduce el tiempo y
el espacio y crea nuevos criterios de división del trabajo.
La globalización actualmente se ha convertido en el deba
te por excelencia, sobre todo en el campo económico-finan
ciero y en el cultural.
Economistas, políticos, sociólogos, medios de comunica
ción, organizaciones de derechos humanos, agricultores, aso
ciaciones de empresarios, pequeños comerciantes, escritores,
músicos, ecologistas, personas preocupadas por cuestiones
éticas hablan de globalización y, en torno a ésta, están surgien
do partidarios exaltados y detractores furibundos.
En esta conferencia inaugural del X Curso de Formación de
Doctrina Social de la Iglesia desearía adoptar una posición equi
librada de análisis de los principales pros y contras que entraña
19
Joan Bestard Cornos
este importante y creo que irreversible proceso de globaliza-
ción, que no es nuevo, pero que en estos últimos años, sobre
todo a partir de 1989, final de la «guerra fría» y caída del
«muro de Berlín», se ha hecho más patente y, gracias a las nue
vas tecnologías informáticas y telemáticas, ha adquirido una
fuerza extraordinariamente decisiva y ha alcanzado una escala y
un grado de aceleración sin precedentes. Nunca se había pro
ducido un cambio sociológico tan drástico a una escala tan glo
bal y tan claramente perceptible en todo el mundo. El vehículo
que ha potenciado esta globalización ha sido, sobre todo, la
«red de redes» (Internet). La revolución tecnológica con la Red
Mundial (World Wide Web) , como máximo exponente, cons
tituye para muchos' el cénit de la iniciativa privada, de la demo
cratización y de la libertad de expresión, ya que cualquiera pue
de tener su propia página web. Ningún Gobierno controla la
red de redes, y la única censura posible es negar el derecho de
los ciudadanos a un ordenador conectado a un módem.
Creo que hay tres caminos para afrontar la globalización:
rechazarla sin matices, aceptarla incondicionalmente o acep
tarla críticamente e intentar gobernarla, poniéndola al servicio
de cotas más altas de bienestar para todos.
La globalización es un fenómeno controvertido sobre el
que existen puntos de vista muy divergentes y encontrados.
Para algunos autores, la globalización constituye una oportu
nidad —diríase que la gran oportunidad— de avanzar hacia
mayores cotas de progreso y bienestar Para otros, sin embar
go, la creciente globalización es responsable de no pocos re
trocesos y fracasos en la senda del desarrollo económico y
social.
La globalización es un hecho que despierta fuertes emo
ciones. En lo que he leído hasta el momento sobre globaliza-
20
Globalización y solidaridad
ción he detectado más ideología que análisis. En torno a este
controvertido concepto sociológico de la globalización mero
dean más apologetas exaltados y detractores apocalípticos
que analistas precisos y serenos, que también los hay Al lado
de estos últimos desearía alinearme. Lo intentaré, sin que esto
signifique neutralidad aséptica ante dicho fenómeno. La presti
giosa publicación Revista de Fomento Social, en su número de
abril-junio de 2000, dedica su largo editorial, firmado por su
Consejo de Redacción, al tema de la globalización, y su afirma
ción inicial, plenamente coincidente con la de este artículo, es
la siguiente: «La globalización suscita las reacciones más en
contradas. C o n nada que se haya reflexionado sobre ella (¿a
veces sin haber reflexionado en absoluto?) se toma postura a
favor o en contra. Se la canoniza o se la demoniza. Y siempre
con una fuerte dosis de simplificación. Por eso el debate es di
fícil: en él es casi imposible acercar posturas» ( I ) .
También me parecen muy lúcidas al respecto estas pala
bras del economista Guillermo DE LA DEHESA en su reciente
obra Comprender la globalización: «Ni la "globafilia" ni la "glo-
bafobia" están totalmente justificadas. La globalización no es
una fuente inagotable de beneficios para la Humanidad como
predican unos, ni tampoco es responsable de todos los efec
tos perversos que le adjudican otros» (2).
Pienso que es imposible parar la globalización. Es un fe
nómeno irreversible. Lo que importa no es pararla, sino go-
( 1 ) Consejo de Redacción de la Revista de Fomento Social, editorial: «Globalización integradora vs. globalización excluyente», en Revista de Fomento Social, 5 5 (2000) , pág. 143.
( 2 ) DEHESA , G. DE LA: Comprender la globalización, Madrid, Alianza Editorial, 2000, pág. 13.
21
Joan Bestard Comas
bernarla y ponerla al servicio del bien común de la H u m a nidad.
La globalización es, tal vez, el principal desafío de la actual sociedad. Y desafío no es sinónimo de derrota ni de panacea. En sociología, un desafio es un estímulo punzante que nos urge a buscar nuevos caminos de salida a una situación de crisis que debemos afrontar con valentía y lucidez.
La globalización es un gran debate abierto que debe ser afrontado con clarividencia, precisión y sentido crítico.
I . N A T U R A L E Z A Y D I N Á M I C A D E L A G L O B A L I Z A C I Ó N
Hoy el «paradigma globalizador» avanza a nivel planetario en todas las áreas del pensamiento y de la acción. Y todo nuevo paradigma constituye un desafío y una posibilidad de revisión crítica de nuestros esquemas mentales. La globalización es un acelerado e irreversible proceso de unificación de la H u manidad y a la vez implica un cambio de gran calado en el mundo de la comunicación, que nos interpela a todos.
N o existe discurso político o intelectual en el momento presente que no termine refiriéndose de un modo u otro al fenómeno de la globalización y, sobre todo, a la globalización económica: internacionalización de los mercados financieros, deslocalización de empresas y sociedades, libre circulación de capital y mercancías y, en definitiva, «new economy» o economía del conocimiento.
Dos efectos claros de la globalización son la drástica reducción de distancias y la puesta en marcha de una constante
22
Globalización y solidaridad
y rápida movilidad, de una movilidad gozosa (turismo) y de
una movilidad forzosa (migraciones): dos fenómenos socioló
gicos muy destacables en el momento actual.
Unos se refieren a la globalización como a un nuevo hori
zonte de futuro preñado de promesas, otros la aceptan como
un reto ineludible con el que hay que contan pero cargado de
peligros, por fin, otros la combaten como el signo inconfundi
ble de un nuevo totalitarismo, el del «dios mercado».
Cuando hablamos de «globalización» nos encontramos,
pues, ante un concepto sociológico no meramente descripti
vo, sino también con derivaciones normativas o ideológicas,
en el sentido de exigir y fundamentar determinadas conduc
tas, así como de «naturalizar» procesos sociales y sus conse
cuencias.
«La globalización es un proceso (o conjunto de procesos)
consistente en una transformación en la organización espacial
de las relaciones y de las transacciones sociales que produce
flujos y redes transcontinentales o interregionales de activida
des, interacciones y poden> (3).
Gracias a la globalización, «el espacio se reduce cada vez
más, el t iempo se hace cada vez más breve y las fronteras
desaparecen, vinculando la vida de la gente de manera más
profunda, más intensa, más inmediata que nunca antes» (4).
La globalización es sinónimo de la creciente aceleración tanto
de la concreta interdependencia global cuanto de la concien-
(3) HELD, Q ; M C G R E W , A.; GOLDBLATT, D.; PERRATON, J . : Che cos'é la
globalizazione, Trieste, Asterios Editore, 1999, pág. 7. (4) PNUD: Informe sobre desarrollo humano 1999, Madrid, Ediciones
Mundi-Prensa, 1999, pág. I.
23
Joan Bestard Comas
cia de la totalidad global. La globalización es, en síntesis, y di
cho de una manera simple e introductoria, la compresión del
mundo en un lugar unificado (5). La globalización, hija de la re
volución cibernética (6), reviste fundamentalmente cuatro as
pectos:
— el aspecto económico;
— el aspecto de la información y comunicación;
— el aspecto político, y
— el aspecto cultural.
Estos cuatro aspectos de la globalización se refuerzan uno
al otro.
La realidad sociológica de la globalización y, sobre todo, su
uso se han visto influenciados por la idea de la «aldea global»
expuesta por Marshall MCLUHAN en su libro Explorations in
Comunication (1960).
Lo que nosotros llamamos hoy «globalización» ha sido un
proceso extremadamente largo, irregular y complejo.
(5) Cf. ROBERXSON, R.: Globalizzazione. Teoría sociale e cultura globale, Trieste, Asterios Editore, 1999, pág. 23.
(6) Cibernética, vocablo derivado del gñego «kybernetes», piloto. Expresión empleada por el matemático Norbert Wiener en 1948 para referirse al gobierno y control de aparatos y máquinas, que mediante servomecanismos o procedimientos electrónicos efectúan automáticamente cálculos complicados u otras operaciones. Actualmente, el término se encuentra en cierto desuso en los medios de comunicación, pero no en el mundo científico. (Cf. TAMAMES, R., y GALLEGO, S.: Diccionario de economía y finanzas de la COPE, Madrid, Alianza Editorial/Ciencias de la Dirección, 1995).
24
Globalización y solidaridad
La globalización es un cúmulo de vínculos entre las principales regiones del mundo y entre variados ámbitos de la actividad humana: más que un sólo proceso, ésta implica cuatro acciones o cambios diversos:
1 ° extiende las actividades sociales, políticas y económicas a través de las fronteras políticas, las regiones y los continentes;
2 o intensifica nuestra dependencia recíproca con el progresivo aumento de los flujos de comercio, inversiones, finanzas, migraciones y cultura;
3 o acelera el mundo: la introducción de nuevos sistemas de transporte y comunicación implica un más rápido movimiento de ideas, bienes, informaciones, capitales y personas, y
4 o determina un mayor impacto de los sucesos remotos sobre nuestra vida (7).
La globalización no dictamina el fin del Estado-nación o la muerte de la política, pero implica que la política no se fundamenta ni puede fundamentarse simplemente sobre los Estados-nación. N o podemos prever el futuro o saber cuáles serán los efectos finales de la globalización, pero ya podemos definir ahora el desafío central de la era global, repensando nuestros valores, nuestras instituciones y nuestras identidades de tal manera que la política pueda ser de verdad un medio eficaz para las aspiraciones y las exigencias humanas.
(7) Cf. HELD , Q; M C G R E W , A.; GOLDBLATT, Q ; PERRATON, J . : Che cos'éla
globalizzazione, o.c, pág. 8.
25
Joan üestard Comas
N o es tiempo de pesimismo ni de falso optimismo. Lo que
se impone es pensar de un modo nuevo. El marco ha cambia
do. El contexto es radicalmente diferente. Lo que hoy necesi
tamos son soluciones eficaces para un mundo siempre más in-
terdependiente.
La globalización, ¿amenaza o mito? Ni amenaza ni mito,
sino realidad nueva que paso a paso (pero de gigante) está
cambiando radicalmente el rostro del planeta tierra y, sobre
todo, revolucionando el mundo de la economía. La globaliza
ción de la economía es, sin duda, un desafío enorme que de
bemos afrontar con serenidad, lucidez y valentía.
2. L A G L O B A L I Z A C I Ó N E C O N Ó M I C A , U N A F U E R Z A I M P A R A B L E
El aspecto más sobresaliente de la globalización, hoy por
hoy, es sin duda el económico y, más concretamente, el finan
ciero.
La globalización económica deriva de la interdependencia
cada vez más estrecha de las economías de todos los países,
de la libertad absoluta en la circulación de capitales, de la su
presión de barreras aduaneras y reglamentaciones y de la in
tensificación del comercio y del libre cambio. Nunca la econo
mía había sido tan global y dinámica, pero tampoco tan volátil
e inestable. La globalización incorpora una gran inestabilidad a
los mercados financieros internacionales. Todo el mundo de la
economía está controlado por pocas compañías, que a veces
son más potentes que los mismos Estados. Desde el punto de
vista económico se habla mucho de la globalización de los
mercados financieros, expresión con la que se quieren descri-
26
Globalización y solidaridad
bir dos cosas: el crecimiento de los mercados financieros y la
facilidad y la libertad de movimientos del dinero entre ellos. La
facilidad de movimientos y la magnitud de las masas moneta
rias dispuestas a moverse a la menor oportunidad de obtener
una ganancia hacen que estos movimientos tengan caracterís
ticas de verdaderas avalanchas que entran o salen de los países
en pocos minutos, y en ese corto espacio de tiempo pueden
dar un vuelco drástico y espectacular al entorno económico de
cualquier país. Se estima que las operaciones diarias consis
tentes en compra y venta de moneda extranjera pueden llegar
a más de un billón (millón de millones) de dólares (8).
La globalización económica es la posibilidad real, que ya
está en nuestras manos, de que cualquier producto pueda ela
borarse en cualquier lugar de la Tierra y venderse en cual
quier otro, gracias a la innovación tecnológica, a los adelantos
en los transportes y las comunicaciones, a la libre circulación
del capital. Los mercados financieros y las autopistas de la in
formación pueden llegar hasta los últimos rincones del globo,
con lo cual los Estados nacionales son impotentes para con
trolar los flujos financieros, la producción y desplazamiento de
mercancías y de información, y el mercado internacional va
marcando la pauta.
«Gracias a la globalización económica —afirma Adela
CORTINA, catedrática de Ética y Filosofía Política en la Univer
sidad de Valencia— sabemos más claramente que los bienes
de la Tierra son bienes sociales, ya que se producen con el
concurso de distintas partes del mundo. D e ahí que hayan de
( 8 ) SEBASTIÁN, L DE: La mundialización económica, en A A . W : ¿Mundia-lización o conquista? Barcelona/Santander, Cristianime i Justícia/Ed. Sal Te-rrae, 1999, págs. 79-80.
27
Joan Bestard Comas
ser mundialmente distribuidos, y para lograr una distribución
justa urja potenciar las redes transnacionales e internacionales
de solidaridad, urja superar el egoísmo y el provincianismo, lo
cual es posible gracias a la globalización de las comunicaciones.
El viejo sueño del internacionalismo se va haciendo realmente
posible, con tal de que asumamos los problemas que global-
mente se presentan, abandonando por retrógrados tanto el
catastrofismo como el egoísmo oportunista» (9).
La globalización económica es un proceso sociológico que
ofrece enormes posibilidades, pero que presenta, a la vez,
puntos oscuros. N o se trata de bloquearlo (cosa probable
mente imposible) sino de ordenarlo, encauzarlo y guiarlo de
bidamente (10), respetando la democracia, es deán el reparto
del poder para que los diferentes agentes sociales puedan to
mar libremente sus decisiones en este nuevo, dinámico y vas
to escenario. Son muy pertinentes al respecto las palabras de
Joaquín ARRIÓLA, profesor de la Facultad de Ciencias Económi
cas de la Universidad del País Vasco:
«La globalización no tiene porqué ser un fenómeno negativo. No es cierto que sólo a escala local se puedan resolver los problemas de la gente: la cuestión no es el tamaño de la economía a regular; sino el reparto del poder para tomar las decisiones.
(9) MARTÍN , E. y VILAR, E.; ADELA CORTINA: «Entrevista sobre la glo
balización», en Éxodo, 39 (1997), pág. 14. (10) Es lo que los franceses llaman «maitriser la mondialisation». Del
6 al 8 de septiembre del año 2000 está prevista una Cumbre de las Naciones Unidas en New York en torno a la idea de ordenar y gobernar la globalización. Al anunciar esta cumbre del milenio, el Secretario General de la O N U , Kofi A N N A N ha afirmado: «La globalización ofrece grandes oportunidades, pero hoy sus beneficios son distribuidos de manera bastante desigual, mientras, al contrario, sus costes los deben pagar todos».
28
Globalización y solidaridad
Si el proceso de globalización avanza desde la esfera financiera a la producción y distribución, de la economía a la política y a la cultura, si "los de abajo" no están organizados para responder a escala global a estos desafíos, se facilita la centralización del poder en manos de quienes sí están participando activamente en la globalización: los grandes capitalistas, los tecnócratas internacionales, las burocracias de los organismos multilaterales» ( I I ) .
La globalización económica despierta temores. En los paí
ses ricos el temor principal radica en que ésta, y la c o m p e t i
vidad desenfrenada que ella provoca, lleve consigo desocupa
ción y desmantelamiento del Estado del bienestar («welfare
State»), mientras que en los países en vías de desarrollo
( P V D ) el temor consiste en quedar excluidos o dominados
por nuevas entidades económicas multinacionales que no res
ponden a ningún poder político. En todo caso se teme que los
costos sociales del fenómeno de la globalización sean excesi
vos. Pero las soluciones ya se pueden entrever Hay quien
piensa en un «gobierno global» de la economía mundial o en
nuevos organismos internacionales propuestos para ello, pero
son soluciones por ahora improbables. Resulta mucho más
realista pensar en la creación de un nuevo pacto social que
sustituya, a escala mundial, aquél nacional que se encuentra a
la base del «welfare State», una conquista irrenunciable de
nuestro siglo. El nuevo pacto debería ser formulado y realiza
do en un espíritu de solidaridad que se exprese en una mayor
cooperación a muchos niveles y que no excluya a ninguno de
los países pobres, como actualmente, por desgracia, sucede.
( I I ) ARRIÓLA, J . : «La globalización económica: ¿Por qué ha aumentado la desigualdad?», en Iglesia Viva, 199 (1999), págs. 25-26.
29
Joan Bestard Comas
A la globalización, como fenómeno mundial, es necesario
responder con una solidaridad también mundial, de manera
que el proceso pueda ser visto como una promesa y no
como una nueva amenaza por una parte inmensa de la H u
manidad que es aquélla que sufre los efectos devastadores
de la miseria. A este respecto me parecen muy clarividentes
las palabras de Francisco ENTRAÑA, profesor de la Facultad
de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de G r a
nada:
«La globalización es un hecho ineludible que no puede ser negado, salvo que nos queramos situar al margen de la realidad de una sociedad cada vez más interconectada e in-tervinculada a escala planetaria, en lo social, lo económico y lo político. Sin embargo, frente a la globalización entendida como creciente implantación de los principios neoliberales, cabe otra manera de entender la globalización como creciente voluntad internacional de regulación socio-económica tendente a eliminar las desigualdades y la injusta situación que sufre esa gran mayoría de la población mundial excluida de los beneficios de la competitividad neoliberal. Desde luego, evitando que dicha regulación implique, como en el caso del socialismo real, un estatismo que obstaculice o impida la realización y el desenvolvimiento de las libertades fundamentales.
Además, frente a las directrices de la globalización impuesta desde arriba, cabe, como alternativa, ahondar más aún de lo que se está haciendo en el desarrollo de una forma de globalización hecha y/o protagonizada desde abajo, desde la base de la sociedad, mediante la creación de cauces para la creciente articulación a escala planetaria de organizaciones, movimientos y reivindicaciones sociales encaminadas a propiciar y fortalecer vínculos de reciprocidad y solidaridad de alcance mundial.
30
Globalización y solidaridad
Por otra parte, en vez de replegarse en el fanatismo y en la renuncia a la libertad en aras de la seguridad, como suele manifestarse en las actitudes más o menos fundamentalistas, en vez de, en consecuencia, prescindir de la razón moderna ilustrada, lo que hay que hacer es precisamente seguir apostando por ella, mantener lo que de positivo tiene, perseverar en su apuesta tendente a erigir a los hombres en sujetos de la instauración de un mundo equilibrado, justo y transparente, más libre, igualitario y fraterno» (12).
La globalización económica reviste las siguientes características:
I . a la internacionalización de la producción y el desplazamiento rápido y masivo de la fabricación hacia los nuevos países industrializados del Sur;
2. a las economías nacionales están cada vez más interre-lacionadas, produciéndose la «unificación macroeco-nómica». Esto significa que los factores determinantes del ingreso y el empleo son cada vez más globales y menos nacionales, los patrones de producción y consumo son interdependientes; los mercados de bienes, servicios, capital, trabajo e instrumentos financieros están más integrados;
3. a una creciente y rápida movilidad del capital, sobre todo, del capital financiero;
4. a cambios en el conocimiento que han supuesto contar con comunicaciones transnacionales más rápidas, y
(12) ENTRENA, R: «Consideraciones a propósito del neoliberalismo», en Religión y Cultura XLV (1999), págs. 287-288.
31
Joan Bestard Comas
5. a un rechazo de estructuras centralizadas de poder y planificación (13).
En esencia, la globalización económica es aquel proceso por el cual las economías nacionales se integran progresivamente en el marco de la economía internacional, de modo que su evolución dependerá cada vez más de los mercados internacionales y menos de las políticas económicas gubernamentales.
La globalización económica es, sin duda, el resultado de la expansión del capitalismo hasta los confines del planeta, pero es también y, sobre todo, un proceso que pretende evitar, disgregar y, por último, eliminar las fronteras físicas y reglamentarias que traban la acumulación a escala mundial del capital. Economía global es, por tante , algo más que economía internacional. Esta última respeta las soberanías y se limita a interrelacionar, mediante el comercio, la inversión y el crédito, las partes autónomas de un conjunto aún no integrado. La globalización, en cambio, supone no tanto la prolongación de ese proceso de interrelación como su transformación. La creciente integración de las partes constitutivas de la economía mundial confiere hoy a la globalización una dinámica que se escapa cada vez más del control de los Estados. Algunas facultades propias de la soberanía, como la gestión monetaria y de las finanzas públicas, quedan mermadas. La rapidez con que, a raíz de la revolución en las telecomunicaciones, circulan por el mundo informaciones, imágenes y capitales ha hecho que las nociones de frontera
( 1 3 ) Cf. AGUIRRE, M.: Los días del futuro. La sociedad internacional en la era de la globalización, Barcelona, Icaria Editorial, 1995, págs. 63-64.
32
Globalización y solidaridad
y de territorio hayan quedado, en numerosos ámbitos, ob
soletas (14).
Las tres causas fundamentales de la globalización económi
ca son:
I . a la aceleración de los ritmos de apertura económica y
de los intercambios de mercancías y servicios;
2. a la liberación de los mercados de capitales que ha in
tegrado las plazas financieras y las bolsas de valores
de todo el mundo, y
3. a la revolución de las comunicaciones y de la Informáti
ca, que ha conectado el tiempo real con el espacio.
La globalización económica ha aprovechado al máximo el
desarrollo explosivo de dos sectores, considerados las colum
nas vertebrales de la sociedad moderna: los mercados finan
cieros y los medios de comunicación.
El mundo de las finanzas reúne las cuatro cualidades que
hacen de él un modelo perfectamente adaptado al nuevo or
den tecnológico: es inmaterial, inmediato, permanente y pla
netario. Se intercambian instantáneamente, día y noche, datos
de un extremo a otro de la tierra. Las principales bolsas de
valores están vinculadas entre sí, funcionan en bucle. Sin inte
rrupción.
El segundo eje vertebral de la sociedad, que ha influido en
la globalización económica, es el de los medios de comunica
ción; en los últimos años se ha originado una tan gran trans-
( 1 4 ) Cf. ADDA, J. : Globalización de la economía, Madrid, Ed. Sequitur, 1999, págs. 1-2.
33
Joan Bestard Comas
formación en este terreno, que muchos analistas la consideran tan importante y decisiva como la invención de la imprenta en el siglo xv. La explosión que actualmente se está dando en la tecnología, la información y las comunicaciones es una de las tendencias fundamentales hacia las que se encamina el planeta. Esta explosión, este big bang, consiste en una revolución del conocimiento, a la que se suma una rápida y masiva difusión de la información.
La nueva utopía es la de un mercado de la información y de la comunicación totalmente integrado gracias a las redes electrónicas y de satélites, sin fronteras, funcionando en tiempo real y de forma permanente. Es decir, por una parte la revolución multimedia proporciona el soporte tecnológico a un mercado globalizado en el que los capitales cambian de sitio a la velocidad de la luz; por otra, constituye en sí misma un poderosísimo sector industrial de vanguardia, que ha sustituido con éxito a las industrias de chimenea del siglo x ix y a las industrias clásicas del siglo x x . La globalización de los mercados financieros es la simbolización más or todoxa del capitalismo del siglo xx i (15).
3. L A A M B I V A L E N C I A D E L A G L O B A L I Z A C I Ó N E C O N Ó M I C A
La globalización económica es un proceso que produce efectos contradictorios, que tiene sus ventajas y desventajas, sus pros y sus contras. Los hay que entran en este proceso y
(15) Cf. ESTEFANÍA, J . : La nueva economía. La globalización, Madrid, Ed. Debate, 1996, pág. 21.
34
Globalización y solidaridad
de cada vez se enriquecen más y los hay que quedan exclui
dos y de cada vez son más pobres. La globalización está pola
rizando al mundo entre los conectados y los aislados. Es ver
dad que, gracias a Internet, los conectados a la Red son cada
vez más: en 1998 Internet tenía más de 140 millones de usua
rios, y se espera que sean más de 700 millones hacia el año
2001. Pero también es una terrible realidad que hoy casi 1.300
millones de personas viven con menos de un dólar diario y
cerca de 1.000 millones no pueden satisfacer sus necesidades
básicas de consumo (16).
La globalización económica ha tenido, sin duda, efectos
positivos para amplias zonas del planeta y para muchos ciu
dadanos. H a circulado la riqueza y se ha distribuido con alguna
graduación en el mercado sin fronteras; el consumo ha llega
do a sitios donde jamás lo habría hecho con el aislamiento y
la autarquía. Sin esa internacionalización de la economía no
habrían fluido capitales hacia algunos países emergentes, lo
que les ha permitido financiar su deuda ante la endeblez del
ahorro interno y, en definitiva, ha facilitado el crecimiento de
sus economías.
En cambio, hay otros autores que atribuyen a la globaliza
ción económica el desmantelamiento del Estado de bienestar;
afirmando que nos obliga a vivir peor y a sacrificar la política
racional en el altar de una economía imprevisible. Según ellos,
la globalización es una especie de incompatibilidad irremedia
ble entre la eficiencia y la equidad. Los excesos de la globali
zación preocupan entre los mismos que se encargan de ace
lerarla. Varios de ellos han sido muy críticos con los «efectos
indeseados» del mercado global en la reunión de 1996 del
(16) Cf. PNUD: Informe sobre Desarrollo Humano, o. c, pág. 22.
35
Joan Bestard Comas
Fondo Económico Mundial, que todos los años se congrega
en la localidad suiza de Davos:
El profesor Klaus SCHWAB, fundador del Foro de Davos,
dijo:
«La globalización ha entrado en una fase muy crítica. El rechazo se siente cada vez más. Se puede temer que tenga un impacto muy nefasto sobre la actividad económica y la estabilidad política de numerosos países.»
Y Rosabeth Moss KANTER, antigua directora de la Harvard
Busines Review, afirmó: «Hay que crear confianza entre los
asalariados y organizar la cooperación entre las empresas a fin
de que las colectividades locales, las ciudades y las regiones se
beneficien de la globalización. Si no, asistiremos al resurgimien
to de movimientos sociales como los que nunca hemos visto
desde la Segunda Guerra Mundial».
Finalmente, Percy BERNEVICK, patrón de la Asea Brown Bo-
very advirtió: «Si las empresas no responden a los desafíos de
la pobreza y del paro, las tensiones van a acrecentarse entre
los poseedores y los desposeídos y habrá un aumento consi
derable del terrorismo y la violencia» (17).
Afirmar que con la globalización los Estados-nación han
perdido el propio poder o sostener que no ha pasado nada,
son dos extremos no exactos que distorsionan el sentido real
de los acontecimientos. Es más sensato hablar de la transfor
mación del poder estatal que del fin del Estado. Ahora bien, el
actual proceso de globalización económica lleva dentro de su
(17) Citado por ESTEFANÍA, J , en La nueva economía. La globalización, o. c, pág. 31.
36
Globalización y solidaridad
propio dinamismo un déficit de participación democrática de las poblaciones. Hoy la economía es global en un sentido en que la política no lo es. Se va debilitando, a través de la globalización, el vínculo estable entre Estado, territorio, población y riqueza. La globalización económica pone en crisis el sentido y la función misma de los Estados nacionales. Si los Estados nacionales quieren entrar en el proceso global económico-político deben someterse a decisiones tomadas no por sus Parlamentos democráticamente elegidos, sino más bien por organismos internacionales no elegidos por la población. Pensemos en el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el Banco Mundial (BM), en el Banco Central Europeo (BCE) , etc., que en realidad son superiores a algunos Estados desde el punto de vista económico. As í los Estados se convierten en «correas de transmisión», reforzando desde este punto de vista su rol respecto a los ciudadanos, pero de manera no democrática, para imponerles las condiciones exigidas por la globalización.
Son muchos los autores que coinciden en afirmar que la globalización económica constituirá el epicentro de la nueva «cuestión social» del siglo xxi . En el terreno de la globalización económica se van redefiniendo las relaciones de fuerza del planeta, se redefinen las áreas de la inclusión y de la exclusión del desarrollo y se deciden los nuevos equilibrios geopolíticos.
La globalización económica repercute en las personas y en las poblaciones de manera muy desigual. Para unos es un fenómeno positivo y para otros, un hecho negativo. Para unos significa prosperidad y para otros, miseria y ex clusión.
Esta ambivalencia de la globalización económica la remarcó con claridad el Papa Juan Pablo II en su mensaje para
37
Joan Bestard Comas
la Jornada Mundial de la Paz del I de enero de 1998, al afir
mar:
«La globalización de la economía y de las finanzas es ya una realidad y siempre más claramente se van recogiendo los efectos de los rápidos progresos ligados a las nuevas tecnologías informáticas. Nos encontramos en el umbral de una nueva era, que conlleva grandes esperanzas e interrogantes inquietantes. ¿Cuáles serán realmente las consecuencias de estos cambios? ¿Podrá favorecer a todos un mercado global? ¿Tendrán todos la posibilidad de gozar de la paz? ¿Las relaciones entre los Estados serán más justas o por el contrario la competición económica y la rivalidad entre los pueblos y naciones conducirán a la Humanidad hacia una situación de inestabilidad aún mayor? [...] Es necesario no perder nunca de vista la persona humana, que debe ser puesta en el centro de todo proyecto social [...]. El desafío, ciertamente, es el de asegurar una globalización de la solidaridad, una globalización sin marginación.»
En síntesis, lo que importa es sustraer la globalización eco
nómica de un planteamiento radicalmente liberal y orientarla
según los valores de la solidaridad y de la cooperación.
Los PVD, siempre más integrados en la economía global
(no queda otra alternativa), ven en ésta grandes oportunida
des de desarrollo, pero también riesgos de nuevas domina
ciones o marginaciones. Y los países industrializados (Pl), de
bido a la globalización, ven en el desarrollo de los P V D la
aparición de peligrosos competidores, lo cual lleva consigo
desocupación y pone en peligro el Estado del bienestar
(«welfare State»).
Muchos de los países pobres del mundo viven la globaliza
ción como un universo complejo que se construye sin ellos y
38
Globalización y solidaridad
lo consideran una amenaza. Y no obstante, las extraordinarias
posibilidades de progreso ofrecidas por la globalización son ya
evidentes y operantes. Entre sus aspectos más positivos cabe
destacar: la organización, la eficacia, la productividad, la difu
sión rápida de los conocimientos, la mejora de las condiciones
de vida y la aproximación entre los hombres.
Los PVD, aunque en medida desigual, están ampliamente
inmersos en la globalización, sea por los procesos financieros,
sea por el tipo de producción industrial «global» localizada
también en éstos, sea por el continuo multiplicarse de los in
tercambios comerciales.
Son muchos, entre los mismos protagonistas de la globali
zación, que entrevén los riesgos que ésta entraña y hablan de
la necesidad de un mayor control sobre ella, que se inspire en
determinados valores, no fiándose solamente de los automa
tismos del mercado. Ya en los años setenta, el economista
norteamericano, premio Nobel, James TOBIN, propuso una
tasa del 0,5% sobre las transacciones financieras internaciona
les, que sería suficiente para reducir su dimensión puramente
especulativa.
Nadie pone en duda las grandes posibilidades de creci
miento y de producción de riqueza que la globalización per
mite. Lo que, sin embargo, está por ver es si ésa será en be
neficio de todos (o al menos de la mayoría) o solamente de
unos pocos. Hoy la riqueza producida permanece concentra
da, por desgracia, en pocas manos.
El Informe sobre el Desarrollo Humano 1999, publicado para
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
( P N U D ) por un grupo de notables expertos en economía,
bajo la dirección de Richard JOLLY, está dedicado al tema de la
39
Joan Bestard Comas
mundialización o globalización (18). Dicho Informe da un juicio
favorable sobre el proceso de globalización, pero a su vez, des
de la posición de los más débiles, denuncia con clarividencia y
precisión las graves desigualdades que este fenómeno provoca
o agrava, marginando poblaciones enteras que no consiguen
gozar de las ventajas del aumento espectacular de bienes y ser
vicios ofrecidos por las nuevas tecnologías. C o m o remedio el
Informe indica la necesidad de una «governance» global que
regule y gobierne este fenómeno ya en funcionamiento a esca
la mundial. La globalización huye de los poderes públicos na
cionales, pero todavía no se pone a las órdenes de los poderes
públicos mundiales porque éstos no existen. Lo que importa
es gobernar la globalización y ponerla al servicio de todos.
Para ello se hace necesario un nuevo pacto o contrato so
cial a nivel mundial. Hoy la gran pregunta es ésta: ¿Quién lleva
el timón de la globalización? La nuestra —dice José María
M A R D O N E S — es «una sociedad globalizada cuyo timón no pa
rece poseer nadie» (19).
El nuevo administrador del P N U D , Mark MALLOCH
BROWN, en el prólogo al Informe sobre el Desarrollo Humano
1999, afirma:
«Por el bien de todos, nosotros necesitamos trabajar juntos para construir el marco de una nueva sociedad y econo-
(18 ) En el mundo francófono se emplea con más frecuencia, casi exclusivamente, el término «mundialización», en cambio, el mundo anglófo-no, germano, italiano, hispano y portugués usa preferentemente el vocablo «globalización» (globalization, Globalisierung, globalizzazione, globalización, globalizagáo).
( 1 9 ) MARDONES, J . M.: Neoliberalismo y religión. La religión en la época de la globalización. Estella (Navarra), Ed. Verbo Divino, 1998, pág. 149.
40
Globalización y solidaridad
mía mundiales que respeten las diferencias, protejan a los débiles y regulen a los fuertes. Debemos hacerlo, sin embargo, de manera innovadora, que refleje las nuevas fuerzas de nuestras sociedades y que deje que los mercados sigan siendo libres pero que, a la vez, haga que sean equitativos» (20).
4. S Ó L O U N A G L O B A L I Z A C I Ó N , S I N Ó N I M O D E S O L I D A R I D A D , P U E D E S E R H U M A N A
En esta ponencia inaugural del X Curso de Formación de Doctr ina Social de la Iglesia, organizado por la Comisión Episcopal de Pastoral Social, la Fundación Pablo VI, el Instituto So cial León XIII y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Pontificia de Salamanca, quiero destacar que la principal aportación de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) al tema del desarrollo es el concepto de solidaridad y que sólo una globalización, sinónimo de interdependencia y solidaridad, puede ayudar eficazmente al desarrollo humano de los pueblos empobrecidos y conducir a la paz. En cambio, una globalización, sinónimo de dominio y de victoria de los pueblos ricos sobre los pueblos pobres, conducirá irremediablemente a la guerra. Si no actuamos solidariamente y con rapidez en favor del desarrollo de los pueblos del Tercer Mundo, seremos víctimas de su miseria que nos hemos limitado a observar con indiferencia. « N o habrá tranquilidad en el mundo —dice LE-BRET— mientras algunos países reciban aún el calificativo de subdesarrollados» (21). La miseria del Sur puede explotar en
(20) PNUD: Informe sobre Desarrollo Humano 1999, o. c, pág. VI. (21) LEBRET, L. J . : Dinámica concreta del desarrollo, Barcelona, Ed. Her-
der, 1966, pág. 23.
41
Joan Bestard Comas
el Norte. El resultado de la insolidaridad puede ser la guerra. Sólo a través de la solidaridad, el desarrollo humano de todos los pueblos del mundo es viable.
Todos los discursos política y culturalmente correctos hacen constantes referencias a la solidaridad y, no obstante, se constata la escasa funcionalidad práctica que tiene ésta para la vida social, sobre todo a la hora de ayudar al desarrollo de los países del llamado Tercer Mundo.
C o n voluntad política, solidaridad y coordinación entre los Estados, la erradicación de la pobreza en los P V D es una meta alcanzable.
«La mundialización (globalización) —afirmó el Papa Juan Pablo II en su discurso al Cue rpo diplomático, día 10 de enero de 2000, que ha transformado profundamente los sistemas económicos creando inesperadas posibilidades de crecimiento, también ha dejado a muchos al borde del camino: la desocupación en los países más desarrollados y la miseria en demasiadas naciones del hemisferio Sur continúan a tener alejados del progreso y del bienestar a millones de mujeres y hombres.
Por esta razón me parece que el siglo que se abre deberá ser el siglo de la solidaridad» (22).
Y el mismo Juan Pablo II, ya en su encíclica Solliátudo reí so-dolis, movido por esta misma idea fundamental de la solidaridad que tanto aprecia, había escrito:
«El lema del Pontificado de mi venerado predecesor Pío XII era "Opus iustitiae pax", la paz como fruto de la jus-
(22) UOsservatore Romano, 10-11 de enero de 2000, pág. 7.
42
Globalización y solidaridad
ticia. Hoy se podría decir con la misma exactitud y análoga fuerza de inspiración bíblica (cf. Is 32, 17; Sant 3, 18), "Opus solidarita-tis pax", la paz como fruto de la solidaridad.
El objetivo de la paz, tan deseada por todos, sólo se alcanzará con la realización de la justicia social e internacional, y además con la práctica de las virtudes que favorecen la convivencia y nos enseñan a vivir unidos, para construir juntos, dando y recibiendo, una sociedad nueva y un mundo mejor» (SRS 39).
Todo está cambiando por efecto de esta gran revolución
que se llama «globalización» y que puede conseguir unir a los
hombres si ésta está orientada y guiada debidamente. Negar
sus grandes posibilidades o ralentizar su evolución no es útil ni
posible. Lo que importa es avanzar hacia la globalización de la
solidaridad. Sin solidaridad, la globalización significará mayor
enriquecimiento de los países más ricos y más exclusión de
los más pobres. C o n solidaridad, en cambio, la globalización
puede convertirse en factor decisivo de progreso humano
para todos los pueblos de la tierra.
Hoy la globalización juega un papel cada vez más importan
te en la vida humana. Y esto vale tanto para la política como
para la economía y para la cultura, pero, por desgracia, tam
bién para la miseria. Todos estamos ligados con todos, todos
somos deudores de todos, aunque nos cueste reconocerlo.
La globalización no debe ser soportada como una fatalidad
ni celebrada como una esperanza. La globalización es una evo
lución socio-económico-cultural que debe ser orientada y do
minada con el fin de que pueda aportar a la mayoría de per
sonas, y especialmente a los más pobres, los frutos de la justi
cia y de la paz.
43
Joan Bestard Comas
Para los cristianos, la genuina globalización nos descubre
que Dios es Padre de todos los hombres, que Dios es univer
sal, común a todos los seres humanos del planeta, y de ahí se
deriva con fuerza la conciencia de la universalidad del género
humano, que conlleva la ¡dea de fraternidad universal y de jus
ticia igualmente universal.
La Comis ión Justicia y Paz de Francia, en un documento
de 1999, titulado «Maítriser la Mondialisatión», afirma: «La
globalización no es ni completamente buena ni completa
mente mala. Ella inscribe su camino entre dos universalismos,
el totalitario y peligroso, de Babel y el liberador de Pentecos
tés. ¿Hacia cuál se inclinará sobre todo, en el futuro, la globa
lización?»
El documento deja abierto el interrogante y nos invita a
rechazar el uniformísimo de Babel con su cortejo de domina
ciones e injusticias y a apostar decididamente por el verdade
ro universalismo de Pentecostés, fundado sobre el respeto a
las diferencias y a las libertades, con una exigencia creciente
de solidaridad.
5. E S U R G E N T E U N A F O R M A C I Ó N P E R M A N E N T E P A R A L A J U S T I C I A Y L A S O L I D A R I D A D
Nuestro cristianismo en España, a mi modo de ver, ado
lece de una grave deficiencia en formación social. La D S I to
davía no ha impregnado suficientemente nuestra pastoral,
sobre todo la predicación y la catequesis, y la separación en
tre fe y vida resulta alarmante en muchos de nuestros cris
tianos.
44
Globalización y solidaridad
Urge unir libertad, justicia y solidaridad. En la DSI son tres
realidades sociales inseparables.
«Una sociedad que sólo se preocupa de la justicia y, para
ello, sacrifica la libertad y la verdad (mediante la censura, por
ejemplo)..., acaba siendo una dictadura "de izquierdas", en la
que aparentemente todos son ¡guales, pero a base de repartir
pobreza para la mayoría y bienestar para unos pocos, para los
que detentan el poder.
Y una sociedad que sólo se centra en lograr la libertad y
para ello sacrifica la justicia y el amor o la solidaridad, acaba
siendo el típico Estado liberal, en el que en teoría todos son
libres, pero sólo una parte de la población tiene medios para
ejercer esa libertad y para ejercer sus derechos fundamenta
les» (23).
Una sociedad que no sepa conjugar estas tres realidades
sociales libertad, justicia y solidaridad no, es una sociedad real
mente humana. Una justicia que ahoga la libertad está conde
nada al fracaso. Una justicia que se construye sin libertad es
solamente justicia para unos pocos. Y una libertad que no tie
ne en cuenta la justicia y la solidaridad es un sarcasmo. ¿De
que le vale la libertad a un hombre que no tiene trabajo y no
puede llegar a final de mes? ¿Qué papel pinta la libertad si sus
derechos fundamentales son conculcados? ¿Que quiere decir
ser libre si no puede alimentar ni dar educación a sus hijos?
En la solidaridad con los excluidos nos hacemos personas.
Efectivamente, la solidaridad nos humaniza y la cerrazón egoís
ta nos deshumaniza.
(23) ECHARREN, R.: «Justicia social y bien común», en Almogaren-Revis-ta del Centro Teológico de Las Palmas, 25 (1999) págs. I 13-169.
45
Joan Bestard Comas
La ayuda solidaria hacia los más pobres y necesitados constituye uno de los más claros factores de humanización de nuestra sociedad.
El egoísmo confiere a nuestra sociedad un talante sombrío y deshumanizado; la solidaridad, en cambio, dota a nuestro mundo de luz y humanidad.
La solidaridad no es más que un amor realista y decidido que, teniendo muy en cuenta la libertad y la justicia, las quiere sobrepasar
La solidaridad es una fuente inagotable de humanismo. Se han hecho las revoluciones de la libertad y de la igualdad. Si se ganase ahora la batalla de la solidaridad, el mundo recobraría un talante más humano. Una sociedad libre y justa puede no ser plenamente humana. Para conseguir una sociedad llena de humanidad ésta debe sen además de libre y justa, solidaria.
La palabra «solidaridad» corre el peligro de convertirse en un estereotipo que lo hacemos servir para todo y luego lo gastamos. Y la palabra gastada es aquélla que a la euforia de su descubrimiento no le siguen realidades que la autentifiquen.
Podemos caer en la tentación de hacer servir la palabra «solidaridad» para todo, porque ahora está de moda. Y lo que importa es que este término recobre su genuino valor Para que la solidaridad no sea un simple vocablo grandilocuente, empecemos por hablar de «austeridad solidaria». Una manera muy realista de ser solidarios, por ejemplo, con los pueblos del Tercer Mundo es llevando un estilo de vida austera. Si voluntariamente somos austeros y parte de lo que ahorramos lo sabemos entregar a los pueblos oprimidos del Sur a través de orga-
46
Globalización y solidaridad
nizaciones serias y competentes, entonces sí ejercemos la solidaridad.
Trabajemos por hacer crecer la cultura de la austeridad solidaria, contentándonos con un nivel digno de vida y entregando lo restante para que los más pobres de la tierra puedan vivir con dignidad.
La reivindicación del 0,7% del producto nacional bruto de los países desarrollados en favor de los países del Tercer Mundo es una reivindicación justa, y si no se tiene en cuenta, el caos sociopolítico que puede derivarse de esta insolidaridad será pronto una terrible realidad que hasta pondrá en serio peligro el bienestar de las naciones del Primer Mundo.
C o n el tema del 0,7% nos jugamos la paz mundial en un futuro próximo. La no-solidaridad con el Tercer Mundo puede representar un suicidio colectivo de apocalípticas proporciones. Solidaridad, paz y bienestar son tres términos estrechamente interrelacionados. Sólo una solidaridad inteligente, entendida como inteligencia del sufrimiento de los otros, puede resolver esta dramática situación.
La vivencia de la solidaridad es una exigencia evangelizado-ra. Uno de los objetivos principales de la nueva evangelización, de la que habla con tanta insistencia el Papa Juan Pablo II, es la instauración de la civilización del amor en el mundo. Y el amor (la solidaridad) no debe confundirse con un vago sentimiento de compasión. Es más bien una exigencia ética que tiene dos grandes objetivos:
I ° la plena liberación de las víctimas y de los oprimidos de nuestra sociedad, y
2.° el constante progreso integral de toda la Humanidad.
47
Joan Bestard Comas
La creación de esta nueva mentalidad solidaria, con carac
terísticas universales, y dinamizada por la liberación y el desa
rrollo plenos, supondría probablemente el cambio sociocultu-
ral más profundo de la Humanidad y la apertura de un gran
cauce que orientaría todo el esfuerzo de esta misma Humani
dad hacia una era de paz sólida y duradera.
Solamente si la justicia social se convierte en el fundamen
to de la globalización, ésta estará al servicio de la solidaridad y
nos conducirá a una era de paz.
6 . L A E S P E R A N Z A C O M O F R U T O D E L A S O L I D A R I D A D
El teólogo de la Iglesia evangélica alemana Jürguen MOLT-
MANN es el autor de este punzante texto que invita a la refle
xión y a la conversión del corazón: «Mientras nuestro futuro
lleve a otros hombres a la desesperación, mientras nuestro
bienestar signifique la pobreza para otros, mientras nuestro
"crecimiento" destruya la Naturaleza, no será la esperanza,
sino la angustia nuestra compañera.»
La esperanza crecerá en nosotros en la medida en que
ejercitemos la solidaridad. Sólo una sociedad solidaria puede
abrir puertas a la esperanza. Si la miseria y la destrucción de la
Naturaleza siguen ganando terreno en el mundo actual, no hay
otro destino para la Humanidad que el miedo y la angustia.
Hasta por «egoísmo» deberíamos ser solidarios con los
pueblos del Tercer Mundo. Hasta por «egoísmo» debería
mos ser ecológicos y cuidar con mimo la Naturaleza. La so
lidaridad y la ecología son dos grandes pilares de la esperan
za. Ésta nos acompañará siempre que luchemos por un mun-
48
Globalización y solidaridad
do más justo e igualitario y por una Naturaleza más limpia. La insolidaridad y la destrucción de la Naturaleza, por el contrario, son nuestra propia tumba. A corto plazo pueden proporcionarnos placen pero a la larga resultarán para nosotros suicidas. Sin solidaridad y ecología el mundo no tiene salida posible.
La cuestión social reviste actualmente un cariz internacional, tiene una dimensión planetaria. Las dos grandes clases sociales de hoy son el hemisferio Nor te y el hemisferio Sur En el Nor te está el desarrollo, la riqueza y el bienestar; y en el Sun el subdesarrollo, la pobreza y todas la incomodidades imaginables.
Solamente un nuevo orden económico internacional más justo y humano puede salvar este abismo inmenso que hoy existe entre los países que lo tienen todo y los que carecen de todo. Si no se supera este abismo, nuestro mundo no tiene futuro y la violencia será inevitable.
C O N C L U S I Ó N
Desearía terminar este artículo haciendo mía la lúcida conclusión del editorial de la Revista de Fomento Social sobre la globalización, citado anteriormente. Dice así:
«La globalización es un hecho incuestionable e irreversible. Pero no hay que dejarse llevar sin más por él porque su propia dinámica es excluyente. Es necesario someterlo a control, no sólo reducir su alcance sino reconducir sus potencialidades. Se impone por consiguiente un esfuerzo por encauzar las fuerzas inmensas de este proceso hacia lo contrario de la exclusión: hacia la integración.
49
Joan Restara1 Comas
Es cierto que por integración se entienden cosas diferentes. Tal como nosotros la conocemos en la Unión Europea, es un elemento esencial para la cohesión de pueblos, regiones y territorios, gracias a unas instituciones con capacidad decisoria tanto en el ámbito político como en el económico. As í entendida la integración es un proyecto articulado y dotado de medios. Integración no es, pues, la mera eliminación de las fronteras para facilitar los movimientos de recursos económicos o de personas, sino el esfuerzo por hacer "mío" lo del "otro", como algo que me afecta y me obliga a obrar en consecuencia.
A escala planetaria es difícil concebir la integración en ese nivel, no sólo por la mayor complejidad del conjunto a integrar, sino también por la carencia de instituciones adecuadas. Pero esto no significa que haya que renunciar a todo intento integrador. Se trataría, por lo menos, de arbitrar mecanismos cuyo objetivo sea combatir la exclusión, que es el efecto espontáneo de la globalización incontrolada, o al menos los efectos negativos de ésta. Y cabría promover proyectos que garantizaran un trato preferencia! para los amenazados de exclusión. Las negociaciones co merciales en curso serán, una vez más, excelente ocasión para responder por fin a demandas ya antiguas de los países menos desarrollados.
Todo ello exige una sociedad consciente frente a los poderes políticos y económicos, no para anular a éstos, sino para ponerlos al servicio de la Humanidad. Exige, más concretamente, una sociedad con consciencia planetaria, con conscien-cia de humanidad. Y esta consciencia encontrará cauces para reconstruir el mundo de otra manera, desde unos presupuestos y unas instituciones.
50
Globalización y solidaridad
Puede que esta conclusión parezca una utopía. Pero no olvidemos que todas las grandes conquistas de la Humanidad comenzaron siendo "utopías" y encontraron el rechazo, cuando no el desprecio, de los más acomodados» (24).
C o n motivo de la Cumbre del Milenio celebrada en Nueva York, en la sede de la O N U , Kofi A N N A N , secretario general de las Naciones Unidas, ha escrito:
«Las protestas por la cumbre de la Organización Mundial del Comercio ( O M C ) , que se celebró en Seattle el pasado noviembre, nos demostraron que hay mucha gente descontenta con la globalización o, por lo menos, con la forma que se está llevando a cabo. Esas personas piensan que se presta demasiada atención a los intereses comerciales y no la suficiente a los sociales, culturales o de medio ambiente.
[...] Estamos viviendo una nueva era. La globalización es una realidad. Es muy beneficiosa para algunos y es potencial-mente beneficiosa para todos, pero sólo si los Estados trabajan conjuntamente para que estos beneficios lleguen a todo su pueblo.
Sin este esfuerzo mancomunado, miles de millones de personas quedarán abandonadas en la pobreza y la desnutrición, e incluso aquéllos que han empezado a mejorar estarán a merced de cualquier cambio económico súbito.
[...] Tenemos que trabajar juntos para preservar los recursos naturales, de los que depende toda la población de la T ierra. Seremos culpables de irresponsabilidad ante los ojos de
(24) Consejo de Redacción de la Revista de Fomento social, «Globalización integradora vs. globalización excluyente», a. c, págs. 159-160.
51
Joan Bestard Comas
nuestros nietos si les dejamos un planeta que sea en gran parte inhabitable o incapaz de sustentar la vida humana» (25).
C reo que ante tan sensatas palabras, todos estamos de acuerdo.
( 2 5 ) A N N A N , K.: «Una reunión de trabajo, no una celebración», en El País (6 -9 -2000) , pág. 4.
52
LA CARRERA MUNDIAL POR EL CONOCIMIENTO
Una visión desde la nueva economía
LUIS JOYANES AGUÍ LAR
Universidad Pontificia de Salamanca
El nuevo sistema económico internacional ha cambiado al
gunos paradigmas tradicionales, dando lugar a la llamada nueva
economía, que se ha identificado con largos períodos de creci
miento sostenido y estable (véase el caso de los más de nue
ve años de crecimiento de EEUU, y lo que ya empieza a ser
el caso de la U E y, naturalmente España). Las innovaciones
tecnológicas, la globalización y la movilidad de la mano de
obra permiten un crecimiento prolongado sin tensiones infla-
cionistas y empujado por la mejora de la productividad.
La nueva economía se caracteriza por su mayor estabilidad,
pero sobre todo porque el principal factor productivo y su
materia prima más valiosas es el conocimiento. Se han sustitui
do los bienes físicos por conocimiento (talento).
La nueva economía produce nuevas oportunidades, lo que
ha permitido que se desarrollen algunos países emergen
tes, que tradicionalmente se habían mantenido al margen del
desarrollo, rompiendo así la dualidad entre países ricos y po
bres (véase el caso de Irlanda, que sin ser un país pobre, pero
53
Luis Joyones Aguilar
no tecnológico, se está convirtiendo en el paradigma de país
de la nueva economía).
Se requieren políticas para la nueva economía que con
temple el desarrollo de modelos abiertos orientados a la ex
portación y a la apertura de mercados (Juan A . IRANZO) ( I ) y
es necesario ser más competitivos y acelerar la difusión tecno
lógica al conjunto del sistema productivo. Naturalmente, polí
ticas para la nueva economía requieren políticas de empleo, no
sólo gubernamentales, sindicales, profesionales..., sino y sobre
todo políticas empresariales.
Es vox populi que la nueva economía requiere una gran
cantidad de puestos de trabajo especializados que la sociedad
occidental no es capaz de proporcionar Los gobiernos de los
países más avanzados tecnológicamente y las empresas de
esos países buscan estrategias para hacer frente a esas caren
cias. Algunas muestras son las siguientes:
Alemania aprobó a principios del verano una disposición
para admitir a 20.000 inmigrantes, no comunitarios, de alta
formación en tecnologías de la información, lo que ha origina
do un torbellino político que parece influyó en las pasadas
elecciones de Renania —e l lander alemán más tecnológico—.
Bill Clinton ha solicitado aumentar el cupo de inmigración
para los especialistas en alta tecnología en el período 2001 -
2003 a la cifra de 200.000. En la actualidad sólo se prevén en
EEUU, 107.000 permisos de trabajo anuales en el año 2000 y
65.000 en el 2002 y 2003. Gran Bretaña ha anunciado re
cientemente su predisposición a abrir su mercado a 100.000
( I ) IRANZO, J . E: «Políticas para la nueva economía», en El Mundo, Suplemento Nueva Economía, 14 de mayo 2000, pág. 2.
54
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
especialistas en T I C . Varios países europeos tratan de eliminar
la cláusula preceptiva de la concesión de permiso de residen
cia con el objetivo de facilitar la movilidad laboral de los euro
peos especialistas en T I C .
En Amér ica Latina la fiebre de Internet también se está de
jando sentir en la región. El último ranking publicado por
Finanáal Times para Latinoamérica refleja que las cien prime
ras compañías latinoamericanas continúan estando dominadas
por los grupos de telecomunicaciones, servicios y banca, es
deán la nueva economía. Naturalmente, el problema citado
anteriormente no es tan grave, aunque está comenzando a
notarse y crecerá paulatinamente a medida que las políticas
gubernamentales se estabilicen. Tal vez pueda ser una buena
razón para que nuestros jóvenes graduados aprovecharan la
bonanza y además de conocer una cultura tan próxima a la
nuestra contribuir a paliar el desfase tecnológico que todavía
se aprecia respecto a Europa.
La prensa nacional se hizo eco de la visita de una comisión
de la empresa irlandesa Analog Device al campus de Burjassot,
de la Universidad de Valencia, para tratar de contratar a 30 es
tudiantes de último año o recién titulados para su fábrica de Li-
nerick, en Irlanda, una de las mayores del mundo. Los puestos
de trabajo disponible requerían: diseño de circuitos integrados,
evaluación de diseño, verificación, pruebas y aplicaciones. Ofre
cían cuatro millones de pesetas brutas y otras ventajas sociales.
Noticias como las anteriores surgen con frecuencia en la
prensa diaria ¿Tan grave es el problema del empleo en tecnolo
gías de la información? ¿Llegará el pleno empleo de la mano de
estos especialistas? ¿Los nuevos yacimientos de empleo sólo esta
rán relacionados con estas tecnologías? ¿Cual es el papel de la
empresa y de la Universidad en este problema social?
55
Luis Joyones Aguilar
¿Qué tienen en común todas estas noticias, informes...?
Todos están relacionados de una u otra forma con la necesi
dad de poseer conocimiento específico sobre T I C y sobre la
Nueva Economía o Economía del Conocimiento.
Esta ponencia trata de reflexionar sobre los retos, oportu
nidades y problemas que plantea la «batalla» por la conquista
del conocimiento y la consiguiente democratización del cono
cimiento hacia la que se dirige la Humanidad en esta nueva
sociedad, denominada «Cibersociedad», o tal vez más acerta
damente «Sociedad del Conocimiento» o incluso «Cibersocie
dad del conocimiento», para señalar la integración de las Tecno
logías que sustentan el Ciberespacio (la Red) y el Conoc i
miento, como materia prima fundamental de la sociedad.
P A R T E I
CAMINO A UN NUEVO FUTURO
1.1. L A E R A D E L C O N O C I M I E N T O : Hacia un nuevo orden mundial en Informática
La prestigiosa revista norteamericana Time, en su últi
mo número del año 1999 (27 de diciembre) declaró «Hom
bre del año» a Jeff BEZOS, creador y actual presidente de A m a
zon.com. Tres días después lanza un número extraordinario
(31 de diciembre) en el que declara «Hombre del Siglo» al
científico — p o r excelencia— el físico Albert EINSTEIN. ¿Qué
tienen en común ambos nombramientos honoríficos? ¿Qué crite
rios han regido ambos nombramientos? Sin lugar a dudas, esta
mos convencidos que entre los muchos factores que hayan
podido influir uno de ellos y de los más importantes es el in-
56
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
menso conocimiento que ambas personas tienen sobre temas que han revolucionado y transformado el mundo. EINSTEIN trabajó en Física teórica, pero inevitablemente sus teorías han estado asociadas al nacimiento de la era atómica, pero él siempre defendió con la brillantez intelectual y la inmensa creatividad que tenía los valores humanos frente a cualquier otra aventura que pudiera poner en peligro la paz del mundo. Jeff BEZOS ha demostrado tener no sólo grandes dotes de predicción de futuro sino y sobre todo conocimiento de una de las nuevas formas de organización de la economía: el comercio electrónico. Ambos han creado conocimiento. Cier to es que evidentemente el genio EINSTEIN siempre será el genio EINSTEIN, pero BEZOS ha demostrado y sigue demostrando que el conocimiento es una de las mejores armas para transformar el mundo.
Amazon.com es una de las empresas modelo en gestión del conocimiento, además de, naturalmente, en la puesta en marcha de proyectos de l + D sobre comercio/negocio-e. Pero hay más semejanzas entre el genio EINSTEIN y el creador y visionario BEZOS. Jeff BEZOS ha estudiado ingeniería electrónica y sistemas informáticos (eléctrico! engineering ond computer science) y sus biografías cuentan que eligió la Universidad de Princeton para estudiar su carrera atraído por el prestigio de su legendario Departamento de Física (Universidad en la que se estableció en 1933, cuando HÍTLER alcanzó el poder en A lemania y Albert EINSTEIN tuvo que emigrar a Estados Unidos).
Las Tecnologías de la Información y de las Comunicaciones (TIC) facilitan el flujo del conocimiento en la empresa, de modo que a mayor tecnología, mayor necesidad del talento para competir Las T I C aportan beneficios inmateriales que ahora se dan por descontado, pero que antes no existían, has-
57
Luis Joyones Aguilar
ta el punto de que la organización no puede funcionar sin
ellas. Dichas herramientas proporcionan ventajas competitivas
y, por consiguiente, constituyen un activo, hasta el punto que
las empresas tienen activos tangibles, que residen en el valor
contable de las mismas; pero son los activos intangibles, inma
teriales o intelectuales, los que están haciendo funcionar ópti
mamente a las empresas de cara al tercer milenio; dicho de
otro modo, los activos intangibles, que constituyen el capital in
telectual, son «la nueva riqueza de las empresas».
En las empresas y en las organizaciones, desde los direc
tores generales a los directores de sistemas de información,
pasando por los de recursos humanos, planificación estratégi
c a . . . , se enfrentan en el año 2000 y siguientes a una creciente
implantación de la nueva economía o «economía del conocimien
to». En un mundo donde prevalecen términos como downsi-
zing, outsourcing, reingeniería, fusiones, inversiones, desinversiones,
OPAs...} frases tales como «el personal, es el activo más impor
tante», suenan cada día más. Sin embargo, el comportamiento
de muchas de esas personas sólo consideran a los empleados
como un coste variable (atributos, en registros informáticos)
que como un activo. En la nueva economía, el capital humano y
el conocimiento en red son el fundamento para la creación de
riqueza. Las empresas que están entendiendo este cambio tie
nen grandes posibilidades de éxito y aquellas otras que no ges
tionen bien ese conocimiento tendrán dificultades de subsistir
La sociedad del conocimiento hacia la que viajamos es posi
ble no sólo al conocimiento, sino y — e n gran medida— al fe
nómeno de la globalización, consecuencia a su vez de la cre
ciente implantación de las Tecnologías de la Información y C o
municaciones (T IC) , o lo que es lo mismo, la convergencia de
la Informática y de las Telecomunicaciones. La muestra más pal-
58
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
pable de la globalización y, por ende, de la sociedad del cono
cimiento, es: I) el crecimiento sin límites del comercio electró
nico a través de Internet; 2) el aumento imparable de las comu
nicaciones personales, institucionales y corporativas gracias al
auge de la telefonía —esencialmente la móvil digital—, que fa
cilita el enlace humano y corporativo como nunca en la histo
ria se había dado, y 3) la implantación, también en auge, de la
Red (Internet), con un creciente acceso universal a la misma.
Ya es un hecho generalizado el acceso gratuito a Internet en
la Unión Europea —incluso ya existen tarifas planas muy reduci
das para el coste de las llamadas telefónicas—, el aumento im
parable del cableado de las grandes y medianas ciudades, la cre
ciente expansión de la telefonía móvil con tecnología dual (GSM-
900/GSM-1800), la implantación del protocolo IP, la convergencia
telefonía fija/móvil/lnternet, la explosión de la tecnología WAP y
la prometedora tecnología UMTS (GMDA en EEUU) de la que
disfrutaremos en España y Finlandia, según compromisos de las
operadoras concesionarias de las licencias, en el segundo semes
tre del 2001, y posteriormente el resto de países europeos...
Por otra parte, el binomio información-conocimiento no sólo
está produciendo la implantación del comercio electrónico
(e-commerce) sino que cada día es una realidad creciente la
implantación del negocio electrónico (e-busineess) y es más ya
se comienza a hablar por algunas grandes empresas, como
Hewlett-Packard —entre otras— de servicios electrónicos (e-
services) como una nueva estrategia empresarial, que al decir
de sus creadores englobaría al e-commerce y al e-business.
Todos estos cambios vienen impulsados por la tecnología
Internet, que lo está cambiando todo. El gran reto es, como
aventuraba The Economist (June, 26, 99), «adivinar qué, cómo
y la rapidez de los cambios».
59
Luis Joyones Aguilar
I. I. I. Cambio tecnológico versus cambio social versus
cambio en los negocios
Internet es la más fantástica acumulación de información
de la Historia de la Humanidad. La Red de Redes es la segun
da gran revolución de la comunicación después del invento de
la imprenta de Gutenberg. A finales de 1999 se habla de casi
200 millones de usuarios de Internet en el mundo, y se estima
que en el año 2005 habrá 1.000 millones de ordenadores co
nectados a la Red. En España el Estudio General de Medios
(EGM), en su última oleada publicada, estima en casi cuatro
millones los clientes/usuarios conectados a Internet.
Internet es un fenómeno muy distinto de otras innovacio
nes tecnológicas que le han precedido y es un mercado om
nipresente formado por conexiones de red, computadoras y
bases de datos llenas de información, que en conjunto tienen
un valor de un billón de dólares y a las que se puede acceder
gratis cualquiera que tenga una computadora y una línea tele
fónica, desde cualquier lugar del mundo, a cualquier hora del
día o de la noche.
1. 1.2. El Planeta Tierra versus la Aldea Global
Unos días antes del 12 de octubre de 1999, la O N U ma
nifestaba que ese día había nacido el habitante 6.000 millones
y que la población de la Tierra había crecido en mil millones
de habitantes en sólo doce años.
Los demógrafos de la O N U han calculado que hace 2.000
años éramos 300 millones de habitantes en la Tierra y que a
partir del citado 12 de octubre pasado éramos 6.000 millones,
60
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
y de aquí a medio siglo (el año 2050), pese a que han estima
do a la baja, calculan en 8.900 millones los habitantes de la
Tierra. Hoy la mitad del mundo es urbano y el Banco Mundial
(BM) reconoce además que el 60 por ciento de los 6.000 mi
llones de personas sobrevive con dos dólares diarios (las cifras
para Latinoamérica son del 51%, e incluso consideran que de
ellas, más del 15% lo hacen con tan sólo un dólar al día). Este
reparto extremadamente desequilibrado de la riqueza ahonda
la brecha entre países ricos y países pobres, pero es que la in
formación y el conocimiento puede paradójicamente ampliar
esa brecha o por el contrario reducirla mediante la expansión
de la telefonía móvil. Los agentes de la Nuevo Economío
sostienen que cabe pensar en fases de asentamiento práctica
mente indefinidas.
El informe publicado por la U IT (Unión Internacional de
Telecomunicaciones) durante Telecom.99 (Ginebra, octubre
1999) ha constatado que entre Estados Unidos, Canadá,
Europa, Japón, Australia y Nueva Zelanda acaparan el 94% de
los servidores conectados a Internet, mientras que el resto
del mundo ha de conformarse con un escuálido 6%. A pri
mera vista parece que esta tecnología está ahondando la di
ferencia entre ricos y pobre (info-ricos e info-pobres. En princi
pio es así, pero a medio plazo los países del Tercer Mundo
tendrán una oportunidad única de mejorar la educación y la
salud de sus ciudadanos, dos factores clave para el desarrollo
económico.
1.1.3. Internet como factor de cambio
Internet puede transformar los modos de vida y las formas
de trabajo, comunicación y compra de millones de habitantes.
61
Luis Joyones Aguilar
Los consumidores se beneficiarán de una selección más amplia
de productos y unos precios mejores. El comercio electrónico
impulsará la competitividad entre los minoristas. La comunica
ción entre fabricantes y proveedores a través de la Red puede
ahorrar costes y potenciar la productividad de las multina
cionales que operan en la región. Internet está contribuyendo
a mejorar el terreno de juego para las empresas, porque re
duce la corrupción a la concesión de contratos.
La Aldea Global (la Red Internet) de finales del siglo x x te
nía una población de 150 millones de habitantes. Latinoamérica
ha pasado de 4,8 millones de usuarios de Internet en 1998 a
7,5 este año y en el 2003 habrá 19 millones según la consultora
I D C . Las ventas del comercio-e pasarán de 167 millones de dó
lares en 1998 a 8.000 millones dentro de cinco años. Internet
ha de superar bastantes obstáculos estructurales (sólo una de
cada diez personas de la región tienen línea telefónica, mientras
que en EEUU, son, por ejemplo, de siete por cada diez).
1.2. E L F U T U R O M Ó V I L : La sociedad sin cables
El nuevo curso económico y académico se inaugura con
una nueva sensación: «la integración y convergencia telefonía
móvil-Internet conduce a la implantación mundial del comer
cio electrónico». Los acontecimientos más sobresalientes en el
mundo empresarial y en el de telecomunicaciones durante los
meses de julio y agosto —septiembre no será una excep
c ión— han seguido siendo las fusiones, compras, acuerdos,
alianzas, relacionadas directamente con tecnologías de la infor
mación o sin las cuales no será posible consumar esas opera
ciones. Los casos más recientes han sido: C o m p r a del portal
Ya.com de Jazztel —creada por el argentino MARTÍN VAR-
62
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
SAVSKY— por la operadora telefónica alemana Deutsche Tele
com, por valor de 92.000 millones de pesetas (con intercam
bio accionarial); la otra gran compra ha sido la de Wor ld O n
line —uno de los grandes proveedores de acceso a Internet
europeos y no propiedad de operadoras telefónicas— por la
empresa italiana de Internet, Tiscali (en este caso la operación
se ha elevado a diez veces la cifra de Ya, un valor de 5.900 mi
llones de euros). En particular Internet móvil o Internet inalám
brico o sin cable (Wireless Internet) constituye la piedra angu
lar de la nueva sociedad del nuevo futuro: «el futuro móvil».
Los enchufes, dicen los gurús de la nueva sociedad, son el
pasado. La necesidad de estar enchufado va desapareciendo
por dos motivos: tecnologías mejores para las baterías — o
unos dispositivos que consumen menos— y un uso mejorado
de las radiofrecuencias, las denominadas RF. A l final todo lo
eléctrico hablará al resto de aparatos de forma eléctrica, utili
zando unas comunicaciones inalámbricas muy perfeccionadas.
En definitiva, todo el tráfico de larga distancia se transmitirá
por fibra y todo el tráfico de distancias cortas se transmitirá
por frecuencias de radio (2).
La sociedad en que vivimos está influenciada por el bino
mio ¡nformadón-conocimiento. Las grandes empresas y organi
zaciones buscan fusiones, alianzas, acuerdos... , que permitan
adquirir mayor información y conocimiento general y específi
co. Este síntoma no deja de producirse y el conocimiento pri-
( 2 ) Así se expresaba recientemente Nicholas NEGROPONTE, autor de El Mundo Digital, en un artículo en la revista Time, reproducido por el diario El País, viernes 4 de agosto de 2000 (págs. 38-39). Recordaba NEGROPONTE en ese artículo que hoy se puede disponer de una o dos docenas de dispositivos inalámbricos (radio, televisor; teléfono móvil, buscapersonas, llaves del coche...) pero quizá mañana se disponga de miles de ellos.
63
Luis Joyones Aguilar
64
mordial que se busca es Internet y la telefonía móvil inalámbri
ca. Las compañías y organizaciones pretenden posicionarse en
Internet, no sólo en contenidos sino como proveedores de
servicios o de acceso a la Red. Para ello buscan la forma y ma
nera de alcanzar la mayor integración entre telefonía —funda
mentalmente móvi l— e Internet.
¿Qué síntomas conducen a la integración telefonía móvil-Inter
net? Algunos a considerar son:
/. Penetración de la telefonía móvil en Europa y España.
2. Continuación de las Fusiones/Alianzas/Acuerdos entre
grandes empresas.
3. Finanzas-e.
4. Implantación de la tarifa plana.
5. La portalmanía, una realidad empresarial.
6. Implantación de las tarjetas inteligentes.
P A R T E II
LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO
Es un tópico y a la vez una realidad que la nueva sociedad
está basada en el conocimiento más que en la información. El
conocimiento es la información almacenada por las personas.
La materia prima es la información, el producto es el conoci
miento. La información, sobre todo en cantidad excesiva, a
menudo supone un impedimento o una dificultad para que las
personas sean capaces de seleccionarla, entenderla y asimilarla
al propio conocimiento. Por esta razón hablaremos de la so
ciedad del conocimiento.
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
Esta nueva sociedad se organizará en función del saber que dispongan las personas y las organizaciones, que serán el ambiente donde se difundirá y asimilará la información y, en definitiva, el proceso de aprendizaje. Las personas aisladas quedarán al margen del conocimiento. Su posición en el seno de las organizaciones —organizaciones flexibles y conectadas en redes plurales, multiformes, cambiantes— determinará su capacidad de adaptación a las condiciones del entorno.
La participación de las personas en comunidades profesionales, geográficas, sociales, conectadas por redes a través de las cuales circulará la información y que serán el instrumento básico de comunicación, determinará su capacidad de competir, de seguir in, de no quedarse out Esta lucha será muy dura, y en definitiva determinará la posición socioeconómica y cultural de las personas y de los países en el siglo xx i .
Durante el primer cuarto del siglo xx i cifras fiables dadas por consultoras de prestigio dan como buenas que menos de un 10% de los trabajadores serán obreros tradicionales, dedicados a fabricar y trasladar mercancías. El resto, e incluso éstos, se verán sometidos a los requisitos de la nueva sociedad. Los incrementos de productividad de las organizaciones se basarán en la mejora del saber; en la innovación permanente del conocimiento aplicado a las organizaciones utilizando tecnologías cada vez más potentes. La cultura de los pueblos determinará su nivel económico. Se le habrá vuelto a dar la vuelta a la tortilla del pensamiento clásico, base de la cultura occidental (3).
(3) Miquel BARCELÓ: «La nueva sociedad del conocimiento», en La Sociedad del Conocimiento, Barcelona, Beta Editorial, 1998, pág. 17.
65
Luis Joyones Aguilor
2.1. L A I N F O R M A C I Ó N Y E L C O N O C I M I E N T O C O M O E L E M E N T O S D E I N T E G R A C I Ó N Y D E F U N C I Ó N S O C I A L
Las Tecnologías de la Información y sus productos de alta tecnología —hardware y software— son los productos y los símbolos de una nueva economía, la economía digital. Pe-ter DRUCKER, uno de los más notables e influyentes especialistas en el mundo de la empresa, afirmaba ya en 1993 (4) que las grandes transformaciones sociales se iniciaron cuando la información y el conocimiento empezaron a convert irse en el elemento central del funcionamiento de las economías nacionales y la economía mundial. En su conocida teoría sobre el desplazamiento de los países desarrollados al poscapitalismo y a la sociedad de «nuevas clases», considera el «conocimiento» o el «saber» como el nuevo recurso principal, y afirma categóricamente que el «factor de producción» totalmente decisivo ha dejado de ser el capital o el sueldo o la mano de obra; ahora es el saber. En lugar de capitalistas y proletarios, las clases de la sociedad poscapitalista son los trabajadores del saber y los trabajadores de los servicios (5).
El recurso económico básico, «el medio de producción», para utilizar el término de los economistas, ya no es el capital ni los recursos naturales ni la mano de obra, es y será el saber. Los grupos sociales dirigentes de la sociedad del saber serán, en opinión de DRUCKER, «los trabajadores del saber», ejecutivos del saben que saben cómo aplicar el saber a un uso pro-
(4) Peter DRUCKER: La Sociedad postcapitalista, Barcelona, Apostrofe, 1993, pág. 3.
(5) Ibíd., pág. 12.
66
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
ductivo. Por tanto, el desafío económico de la sociedad posca
pitalista será la productividad del trabajo del saber y del traba
jador del saber Pero DRUCKER es consciente del gran reto so
cial de la sociedad poscapitalista: la dignidad de la segunda cla
se de esa sociedad. Estos trabajadores, por regla general,
carecen de la educación necesaria para ser trabajadores del
saber; y en cualquier país, incluso en el más avanzado, consti
tuirán una mayoría. La productividad de quienes trabajan en
servicios que no requieran este saber será de forma creciente
el mayor reto social para la nueva sociedad. D e cómo respon
damos a él, afirma DRUCKER, dependerá la capacidad de esa
sociedad para asegurar unos ingresos decentes, y con ellos
dignidad y posición a las personas ajenas al saber (6).
La sociedad del saber—aunque el mismo DRUCKER prefiere
utilizar ya el término conocimiento— se apoya en la educación
como motor central de la misma. DRUCKER se pregunta: ¿Qué
saber es necesario para todo el mundo? ¿Qué combinación de
conocimientos son precisos para todos? ¿Qué es la «calidad»
en el aprendizaje y en la enseñanza? Paradójicamente, afirma
DRUCKER, puede que la escuela no sea la institución clave, ya
que en la sociedad del saber cada vez más conocimientos, es
pecialmente avanzados, se adquirirán mucho después de la
edad normal de escolaridad, y cada vez más, tal vez, mediante
procedimientos educativos que no tenga la escuela tradicional
como centro, por ejemplo, una educación permanente y siste
mática ofrecida en el lugar de trabajo.
La Centesimus annus — e n 1991— también advertía lo si
guiente: «Si en otros tiempos el factor decisivo de la produc
ción era la tierra, luego lo fue el capital, entendido como con-
(6) Ibíd., págs. 14-16
67
Luis Joyones Aguilar
junto masivo de maquinaria y de bienes instrumentales, hoy día el factor decisivo es cada vez más el hombre mismo, es decir; su capacidad de conocimiento, que se pone de manifiesto mediante el saber científico y su capacidad de organización solidaria, así como la de intuir y satisfacer las necesidades de los demás» (7).
2.1.1. Simbiosis de la información y del saber o conocimiento
En la encíclica Centesimus Annus, a principio de los 90, ya se anunciaba una teoría que sería premonitoria, y que los grandes gurús de la gestión recogieron posteriormente, como citaré más tarde. En el capítulo dedicado al orden sociopolítico se decía: « A lo largo de la Historia, en los comienzos de toda sociedad humana, encontramos siempre estos dos factores: el trabajo y la tierra; en cambio, no siempre hay entre ellos la misma relación. En otros tiempos, la natural fecundidad de la tierra aparecía, y era de hecho, como el factor principal de riqueza, mientras que el trabajo servía de ayuda y favorecía a tal fecundidad. En nuestro tiempo es cada vez más importante el papel del trabajo humano en cuanto factor productivo de las riquezas inmateriales y materiales; por otra parte, es evidente que el trabajo de un hombre se conecta naturalmente con el de otros hombres. Hoy, principalmente, trabajar es trabajar con otros y trabajar para otros: es hacer algo para alguien» (8). C o n estas palabras, la Centesimun Annus se adelantaba al concepto de Red y, en particular; de Red del Conocimiento, que
(7) JUAN PABLO II: op. cit, pág. 981.
(8) JUAN PABLO II: Encíclica Centesimus Annus, mayo 1991, pág. 981.
68
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
hoy prima en cualquier organización e institución, sea cual sea su talante. Pero es más, parece como si estuviese dando instrucciones a los ingenieros de software del futuro para la creación de sus nuevos productos de informática colaborativa, sustento de las nuevas herramientas de gestión del conocimiento que comienzan a invadir las empresas: trabajo en grupo (groupware) y flujo de trabajo (workflow).
En el umbral del siglo xx i , información y conocimiento están tan unidas que hoy día el referente histórico capital-trabajo ha sido sustituido por información-conocimiento. Las nuevas tecnologías de la Información tienen una incidencia importante en el sistema educativo y de formación, por cuanto las empresas y la sociedad en general han de adaptarse a los cambios en la estructura del empleo, en el contenido de los puestos de trabajo, las ocupaciones y los conocimientos requeridos. La evolución tecnológica está permitiendo la reducción del ciclo de desarrollo de nuevos productos, la configuración de nuevos procesos de negocios, la aparición de nuevos modos de trabajar, etc. Siguiendo las teorías de DRUCKER, la nueva empresa, y dentro de ella el trabajo y su reparto, se caracterizan por nuevas variables, y el conocimiento se convierte en la estrella de la escena empresarial (9).
Cifras fiables dadas por Andersen Consulting calculan que un 70 o un 80% del trabajo del siglo xx i requerirá amplias habilidades intelectuales. Esta cifra —afectada directamente por el factor información— y el hecho de que las restantes actividades laborales se verán afectadas también en mayor o menor medida por el citado factor información, hacen pensar que el
( 9 ) Peter DRUCKER: La Sociedad postcapitalista, Barcelona, Apostrofe, 1993, pág. 18.
69
Luis Joyones Aguilar
binomio información/conocimiento conducido por las Tecnolo
gías de la Información y en el marco de la nueva sociedad de
la información o cibersociedad, será el factor clave del cambio
tecnológico, aunque, como señala CASTELLS, «lo que distingue el
actual proceso de cambio tecnológico es que la información cons
tituye tanto la materia prima como el producto» (10).
2.2. G L O B A L I Z A C I Ó N D E L A I N F O R M A C I Ó N
Las tecnologías de la información están contribuyendo a la
globalización. Si se unen estos avances tecnológicos con otros
hechos históricos tales como la caída del "muro" de Berlín y
del socialismo en la Europa del Este, la terminación de la gue
rra de Bosnia, o los numerosos procesos de paz abiertos en
el mundo, a las cuales han contribuido notablemente las tec
nologías de la información, se puede decir que se ha acelerado
el proceso de globalización de la Humanidad.
La globalización derrumba comodidades, rompe esquemas
y rutinas, elimina privilegios y aumenta riesgos a comunidades
políticas, empresas e instituciones, sin olvidar a los ciudadanos.
Se derribarán barreras étnicas y culturales, para bien o para
mal, y se tenderá a crean muy lentamente, culturas más globali-
zadas, con reducción del monopolio occidental, que con menos
prerrogativas se integrará con las que hasta ahora despreciaba
y creía inferiores. En España, la globalización nos acercará por
un lado a Europa y por otro al Magreb y a nuestra extensión
natural, Iberoamérica. La globalización no se detiene, es irrever
sible, como ha sido —lamentablemente— la desaparición de
centenares de culturas autóctonas en los últimos cien años.
(10) Manuel CASTELLS: La ciudad informacional, Madrid: Alianza, 1995.
70
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
La información ha sido un bien escaso que monopolizaban
personas y organizaciones, desde la aparición del lenguaje
para la comunicación oral. La imprenta cambió brutalmente la
sociedad occidental y transformó la Edad Media en la Edad
Moderna. El conocimiento científico que se conservaba, casi
con exclusividad, en los monasterios, pudo ya llegar a todas las
personas que aprendían a leer y —naturalmente— aumentó
su interés por hacerlo, en detrimento de la historia oral, que
fue desapareciendo y quedó reducida a escasos pueblos en
África, Asia o Iberoamérica, o escasas tradiciones populares y
familiares que se transmitan de generación en generación.
Las nuevas TIC permiten percibir todo fácilmente, con he
rramientas para relacionar conocimientos muy diferentes. La
información enriquece a los pueblos que, tradicionalmente ais
lados por razones geográficas o políticas, acceden a las Tecno
logías de la Información. La revolución de la información ha
modificado radicalmente la organización de las grandes em
presas, que se diseñaron con ideas y organización centraliza-
dora y que ahora han pasado a descentralizarse casi en sü to
talidad y con grandes beneficios para estructuras aisladas efi
cientes, y han abierto la posibilidad del trabajo a domicilio.
Las zonas horarias mundiales desempeñarán un papel más
importante en nuestro futuro digital que las zonas comercia
les. Esto comienza a ser un hecho, y en el siglo xx i será una
realidad. Las autopistas de la información permitirán enviar un
proyecto industrial o convenio cultural al cerrar la jornada la
boral en Madrid, hacia Méjico o Estados Unidos, que en ese
momento están comenzando su jornada laboral, para que sea
estudiado a lo largo de ella, y a su terminación reenviarlo con
las conclusiones o nuevas propuestas y lo tengamos en Ma
drid al comienzo de nuestra siguiente jornada. En la actualidad,
71
Luis Joyones Aguilor
este sistema es ya utilizado mediante fax. La gran diferencia reside en que, usando las autopistas de la información, se podrá enviar documentos multimedia, que podrán ser estudiados sobre un P C , modificados en él, reenviados y leídos por otro P C , con un gran aumento en la eficacia, ya que todos los documentos podrán ser modificados, actualizados y reutilizados con los nuevos medios. Además, el correo electrónico podrá servir de complemento para el envío de cualquier documento complementario, carta o mensaje en general.
Las TIC facilitan el flujo del conocimiento en la empresa, de modo que a mayor tecnología, mayor necesidad del talento para competir y aportan beneficios inmateriales que ahora se dan por descontado, pero que antes no existían, hasta el punto de que la organización no puede funcionar sin ellas. Dichas herramientas proporcionan ventajas competitivas y, por consiguiente, constituyen un activo, hasta el punto que las empresas tienen activos tangibles, que residen en el valor contable de las mismas; pero son los activos intangibles, inmateriales o intelectuales, los que están haciendo funcionar óptimamente a las empresas de cara al tercer milenio; dicho de otro modo: los activos intangibles, que constituyen el capital intelectual, son «la nueva riqueza de las empresas».
2.2.1. Pensamiento único versus sostenibilidad
La ya famosa idea del pensamiento único ( I I ) , es decir, la ausencia de casi toda forma de pensamiento, sirve para deno-
( I I ) Lanzada en 1995 por Ignacio RAMONENT , director de Le Monde Diplomotique.
72
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
minar a la ideología surgida después del hundimiento del comunismo formal en Europa del Este, en coincidencia con la florecida de la mundialización de la economía. El pensamiento único, que viene a proclamar el triunfo absoluto del mercado sobre las decisiones políticas y también el final de la historia — e n cada período de tiempo hay alguien que lo hace—, es probablemente el más declarado enemigo del naciente paradigma sostenibilista. La clásica pugna entre capitalismo y marxismo está siendo reemplazada por el enfrentamiento entre sostenibilismo (la nueva izquierda emergente) y pensamiento único (la nueva vieja derecha de siempre), y por eso estamos de acuerdo con BARCELÓ (12) en que el establecimiento de las bases científicas del sostenibilismo es unos de los retos mayores de la ciencia moderna.
2.3. C A R A C T E R Í S T I C A S D E L A S O C I E D A D D E L C O N O C I M I E N T O
Es difícil predecir cómo será la nueva sociedad y, por consiguiente, difícil de definir con precisión sus características básicas, aunque todas ellas se sustentarán en las personas. La nueva sociedad plantea nuevos requisitos para las personas, que deberán adquirir y mantener una cultura de la información. La sociedad del conocimiento deberá tener ciudadanos «informacionalmente» cultos. Y ello plantea problemas importantes en el terreno de la educación y la formación permanente, en el de las políticas económicas y tecnológicas y en el de las políticas sociales.
(12) Miquel BARCELÓ, op. cit, pág. 50.
73
Luis Joyones Aguiíar
Respecto a la formación, y en general, a las políticas culturales, hay que decir que para asumir los retos que plantea la nueva sociedad no basta con que organizaciones y personas adquieran equipos y sistemas de información. Hay que disponer de personas con una elevada cultura de la información, cultura que se debe adquirir y fomentar a lo largo de todo el sistema educativo, desde la educación primaria hasta la Universidad, y también con unos adecuados mecanismos de formación permanente dentro de las organizaciones y con ofertas —presenciales y a distancia «virtuales»— que aseguran una oferta formativa de calidad dirigida a las necesidades de las personas.
Se puede diferenciar entre una economía de la información y una sociedad del conocimiento. Un país puede entrar en una economía de la información mediante un esfuerzo de inversión de equipos y sistemas, o con políticas de fomento de las redes de comunicación, o incluso con la estimulación de la creación y divulgación de contenidos, pero estas actuaciones no implican necesariamente el desarrollo de la nueva sociedad, que dependería más de la existencia de una cultura de la información suficientemente desarrollada.
Un sistema educativo que fomente el aprendizaje permanente facilitará la adquisición de la mencionada cultura de la información. Hoy día los sistemas educativos no pueden estar organizados al modo tradicional, es decir; proporcionarle al alumno toda la información que necesitará durante toda su vida; estos sistemas tienen poco que ver con los requisitos de la nueva sociedad. Parece que en el terreno de las políticas económicas y tecnológicas serán necesarios esquemas mixtos (públicos-privados) que favorezcan la creación de la referida cultura de la información.
74
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
Es preciso fomentar la creación de redes, equipos y siste
mas de información y favorecer el ingreso de la población en
la cultura de la información, a partir de un nuevo pacto social.
Este nuevo pacto debería ser plural, multiforme y no dirigido,
diseñado desde la realidad más cercana de los ciudadanos. Por
último, las políticas sociales. Los requisitos de la nueva socie
dad plantean la necesidad de realizar un esfuerzo permanente
de adaptación individual y colectiva, que puede comportar la
división de la sociedad en dos comunidades en función de un
nivel cultural que determinará el nivel de renta de la pobla
ción.
La sociedad industrial ha producido una división entre
países ricos y países pobres. La sociedad del conocimiento
está produciendo países info-rícos e info-pobres (ricos y po
bres en información). Se están configurando capas «ilustra
das» de la población que están entrando en la nueva socie
dad en países subdesarrollados, a la vez que grupos sociales
importantes de los países avanzados estarán marginados de
esta nueva sociedad.
La persona instruida (persona con conocimiento) pasará a ser
el nuevo protagonista de la sociedad del conocimiento, que
aplica su saber a los problemas del presente y ayuda a asentar
las bases del futuro.
2.4. L A R E D ( I N T E R N E T ) C O M O E S P I N A D O R S A L D E L A S O C I E D A D D E L C O N O C I M I E N T O
La Red (Internet) dice Esther DYSON es un hogar abierto
a todos nosotros; incluye Internet propiamente dicha y a otras
75
Luis Joyones Aguiíor
redes y computadoras conectadas entre sí mediante sistemas
privados, como América OnLine (en EEUU) , Eresmas, Terra,
Y a . . . , (en España), redes Intranets / Extranet de Empresa e in
cluso el servicio gratuito de correo electrónico (Hot Mail, Y a
hoo, MixMail). La Red incluye a todas las gentes, las culturas y
las comunidades que habitan en ella. C o m o en cualquier casa,
existen unas reglas, pero también unas normas sociales: unas
pautas de comportamiento determinadas que deberíamos se
guir, aunque nadie nos obligue a hacerlo (13).
La Red no tiene una existencia independiente; es impor
tante porque la gente la usa como punto de encuentro para
comunicarse, hacer negocios y compartir ideas, no como un
ente místico en sí mismo. Se trata de una herramienta pode
rosa para que economías locales se integren en la economía
global y establezcan una presencia en el mundo. Su impacto
transformará nuestras vidas; absorberá el poder de los gobier
nos centrales, de los medios de comunicación y de las grandes
empresas. La Red trasciende fronteras nacionales tradicionales
y elimina distancias. Funciona en tiempo real, pero permite a
personas de diferentes países comunicarse con suma facilidad.
Sin embargo, debe coexistir con regímenes nacionales, dife
rencias lingüísticas y culturales y las realidades de las infraes
tructuras físicas que afectan su teórica amplitud espacial (14).
Brinda a los individuos un formidable poder de ámbito global:
la posibilidad de hacerse oír en todo el mundo, de encontrar
información sobre cualquier tema — y también, como insiste
DYSON, el medio de difundir mentiras por todos los puntos
del g lobo—, de descubrir secretos sobre propios y extraños y
(13) D Y S O N ESTHER: Releose 2.0, Barcelona, Ediciones B, 1997, pág. 9.
(14) DYSON, op. cit, pág. 15.
76
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
de encontrar víctimas potenciales para un fraude, abuso de
menores o cualquier otro delito.
Internet es, tal vez, el elemento más representativo de esta
nueva sociedad. El desarrollo futuro de Internet, entendemos,
dependerá de la evolución del comercio electrónico y del de
sarrollo de un nuevo lenguaje de comunicación. Por ahora, el
comercio electrónico está despegando, pero las previsiones
para los primeros años del siglo xx i son impresionantes.
Desde el punto de vista de la comunicación, los diarios y
revistas electrónicas actualmente existentes en la red respon
den al lenguaje propio del soporte papel. Son páginas de pa
pel colocadas en la pantalla del ordenador Será necesario de
sarrollar nuevos instrumentos de comunicación de edición con
tinua, de modo que, en teoría, en cada momento serán
nuevas ediciones en la medida que se incorporará una nueva
información de cualquier parte del mundo. Asimismo, toda la
información acumulada debe estructurarse de modo que se
pueda consultar en cualquier momento. D e igual modo, se
perderá el concepto de redacción central y se pasará al con
cepto de redacción difusa: cualquier receptor será un potencial
emisor que deberá poder enviar su información. La redacción
central velará por asegurar los criterios éticos de la línea edi
torial.
La sociedad industrial típicamente jerárquica y vertical po
see unos medios de comunicación —diarios, televisión.. .—
unidireccionales y jerarquizados. La información se emite des
de un núcleo central y es recibida por millones de receptores
que no pueden ser emisores ni conectarse entre sí. La socie
dad del conocimiento se basa en organizaciones horizontales
y cooperativas que desarrolla un nuevo medio de comunica
ción interactivo, donde puede predominar la comunidad so-
77
Luis Joyones Aguiior
bre los centros emisores. Es posible que los Estados naciona
les centralizados se transformen en sociedades globales donde
las comunidades locales conviven con las globales y se comu
nican entre sí.
La Revolución del Conocimiento, en cuyo núcleo se en
cuentra el conocimiento que adquieren y que aplican a las
personas a través de las organizaciones y que a su vez deter
mina la forma en que las personas deberán de irse adaptando
a la nueva sociedad.
2.5. L A E C O N O M Í A D E L C O N O C I M I E N T O : E L N U E V O A C T I V O P A R A I M P L A N T A R E L C O M E R C I O E L E C T R Ó N I C O
En las empresas y en las organizaciones, desde los direc
tores generales a los directores de sistemas de información,
pasando por los de recursos humanos, planificación estratégi
c a . . . , se enfrentan en el año 99 y siguientes a una creciente
implantación de la Nueva Economía, la «economía del conoci
miento». En un mundo donde prevalecen términos como
downsizing, outsouráng, reingeniería, fusiones, inversiones,
desinversiones, OPAs..., frases tales como «el personal es el
activo más importante», suenan cada día más. Sin embargo, el
comportamiento de muchas de esas personas sólo consideran
a los empleados como un coste variable (atributos, en regis
tros informáticos) que como un activo. En la nueva economía,
el capital humano y el conocimiento en red son el fundamento
para la creación de riqueza. Las empresas que están enten
diendo este cambio tienen grandes posibilidades de éxito y
aquellas otras que no gestionen bien ese conocimiento ten
drán dificultades de subsistir
78
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
2.6. E L C A P I T A L H U M A N O S E V U E L V E P R I M O R D I A L
La citada encíclica Centesimus annus hablaba de otra forma
de propiedad, concretamente en nuestro tiempo, que tiene
una importancia no inferior a la de la tierra: es la propiedad
del conocimiento, de la técnica y del saber. En este tipo de pro
piedad, mucho más que en los recursos naturales, se funda la
riqueza de las naciones industrializadas (15).
En una economía basada en el conocimiento en lugar de
en la fuerza muscular el desplazamiento hacia el trabajo del
conocimiento y hacia los trabajadores del conocimiento se
vuelve una necesidad imperiosa. Las ventajas competitivas que
las innovaciones tecnológicas producen se están volviendo hoy
día efímeras y no garantizan el éxito, (véanse los mil casos
de C D , D V D , grabadoras, escáneres..., o en software, las mil y
una versiones para resolver los más diversos problemas). Las
empresas han de buscar constantemente nuevas formas de
crear valor Sectores completos de la economía están sien
do desplazados por nuevos procesos más rápidos, que se
realizan a través de redes y por nuevos intermediarios que en
tregan valor añadido a través de la W e b (véase el caso de Ly-
nux, cuyo va lo r—en líneas de código y en eficacia— aumenta
día a día).
Se la puede llamar capital intelectual, capital humano o ca
pital del conocimiento, pero la realidad es que en una econo
mía del conocimiento y en el comercio electrónico que le va
a dar sustento, en gran medida, los únicos activos que real-
(15) JUAN PABLO II: «Orden Sociopolítico», en Centesimus Annus,
mayo, 1991, pág. 981.
79
Luis Joyones Aguiior
mente cuentan son los activos intelectuales: el conocimiento contenido en los cerebros de los trabajadores del conocimiento y en documentos y bases de conocimiento en red (datawarehouses, datamining, groupware, workflow..., véase Da-tamation, septiembre 1998, n.° 147}. Naturalmente, no es fácil que este concepto cale en el mundo empresarial y en las organizaciones, pero es preciso constatar la influencia creciente del conocimiento. La batalla a librar es dura, pero son los trabajadores del conocimiento y no las fábricas, la maquinaria, ni el dinero, la clave para crear riqueza.
Las batallas que se producen en el campo de las Tecnologías de la Información entre las grandes corporaciones, IBM, Sun, Oracle, Yahoo, A O L , Amazon . . . , cada vez utilizan menos sus activos tradicionales. El conocimiento y la capacidad creativa de sus estrategas de productos, desabolladores, analistas de mercado.. . , son la clave. Hoy día lo que cuenta en una empresa es la capacidad de atraen retener y aumentar las capacidades de los trabajadores del conocimiento y proporcionarles el entorno adecuado para la innovación y creatividad.
Una organización será competitiva sólo si puede aprender más rápido que sus competidores. Cualquier empresa puede tener la misma tecnología que otra empresa; cualquier producto se puede copiar e incluso mejorar Dado que la producción se basará en el conocimiento, se abren unas grandes oportunidades para mejoras en calidad de vida y distribuir beneficios sociales.
En la economía tradicional todos los activos —capital, maquinaria, trabajo— se consideraban «propiedad» de la firma. En la Nueva Economía están emergiendo nuevos modelos de empresa y la riqueza se está creando por socios (partners) y colaboradores. Las estructuras más importantes son: I) las
80
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
RGC (Redes de Gestión del Conocimiento), redes al estilo tra
dicional que cumplen los requisitos básicos de definición, dise
ño y construcción: acceso universal, facilidad de uso y captura
automática del conocimiento; las CNE (Comunidades de N e
gocios Electrónicos: e-business, e-commerce, e-corporate...), re
des de proveedores, distribuidores, proveedores de comercio
y clientes que ejecutan comunicaciones de negocios sustancia
les y transacciones vía Internet y otros media electrónicos.
Permiten la creación y el marketing de este nuevo valor para
clientes de modo que reduzcan drásticamente el tiempo,
compartir riesgos y reducir costes. Los directores de Recursos
Humanos y de Personal han de conseguir que el trabajo del
conocimiento sea eficiente y para ello deben motivar a los tra
bajadores. Las empresas han de desarrollar nuevos méto
dos para compensar a los empleados en función del valor que
crean. Estos deben incluir una profunda democratización de la
propiedad corporativa. Incluso los reacios a la valoración y re
gistro del capital intelectual en la hoja de balances de la em
presa piensan que el ascenso del trabajo del conocimiento re
quiere nuevos enfoques para retener a la persona.
En el Foro económico de DAVOS de 1998, Tom STEWART,
editor de Fortune —uno de los mejores analistas del conoci
miento—, daba el dato de que la mitad de los activos de Mi
crosoft se compraban con capital tradicional —d inero— y la
otra mitad con Capital Intelectual. La nueva y futura genera
ción de empleados, generación Red, se tratará en los activos
como inversiones de capital intelectual. Los trabajadores del
conocimiento eficientes están invirtiendo su C l en la empre
sa. Ellos dan sus ideas, creatividad, know-how (saber/hacen sa
ber/cómo) y energía a empresas; aquellas que reconocen su
valor como Microsoft, aumentan continuamente su valor de
81
Luis Joyones Aguilar
capitalización bursátil. El D N S (Sistema Nervioso Digital) es la
muestra más palpable de ello. Es preciso considerar en este
campo a la información y conocimiento del cliente como par
te constituyente del capital humano; los clientes comienzan a
tener expectativas de obtener valoraciones efectivas por la in
formación y el conocimiento que proporcionan y que los pro
veedores utilizan en su beneficio, aunque con su permiso, y
que venden a otros. Contribuyen al crecimiento del C l de la
empresa proveedora, pero no reciben ninguna compensación
por ello.
Para tener éxito en la Nueva Economía, las empresas de
ben gestionar el conocimiento con preferencia a los datos y a
la información, y crean proteger, desarrollar y compartir el
mismo. La gestión del conocimiento es ahora posible porque
los trabajadores del conocimiento están interconectados a
través de redes (principalmente las redes Intranet/Extranet de
sus empresas). Interconectando a las personas a través de
R G C y el valor del capital humano se aumentan interconec
tando conocimiento a la empresa.
En los últimos años las empresas han pasado del proceso
de datos a sistemas de información. Hoy día posiblemente
habrá que estudiar el paso del director de sistemas de infor
mación a director de sistemas del conocimiento. En el siglo
xx i es posible que los gestores del conocimiento y el capital
intelectual sean más importante en el éxito de la empresa
que los procesos de reingeniería, la gran gran novedad de los
noventa.
Muchas empresas españolas están apostando decidida
mente por el capital humano. El BBVA y Unión Fenosa son
dos claros ejemplos de empresas que han apostado por incor-
82
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
porar el Capital Intelectual en los activos de las mismas. A d e
más, es preciso destacar el hecho de que Unión Fenosa a fi
nales de julio inauguró su Universidad Corporativa en la loca
lidad de Puente Nuevo, Avila ( U C U F ) . Los objetivos con los
que ha nacido este proyecto empresarial los señaló, muy acer
tadamente su presidente, José M.a AMÚSATEGUÍ: «la Universidad
corporativa nace con el objeto de promover el desarrollo perma
nente de las personas, alineando su formación con las necesida
des generadas por las estrategias de negocio, dentro de una cul
tura empresarial de compromiso con el conocimiento»; asimismo
afirmó — c o m o política corporativa— que «el capital humano
es el más importante dentro de una empresa, por encima del ca
pital tecnológico o financiero».
2.7. G L O B A L I Z A C I Ó N D E L A E C O N O M Í A Y D E L C O N O C I M I E N T O
El proceso de creación de la cibersociedad entraña la ex
tensión de la globalidad a todos los aspectos de la vida. D e to
dos estos aspectos, hoy día la economía es el factor más influ
yente, y por consiguiente la formación de una economía global
es uno de los objetivos clave de la sociedad actual. Las tecnolo
gías de la información están contribuyendo a la globalización.
Las TIC facilitan el flujo del conocimiento en la empresa, de
modo que a mayor tecnología, mayor necesidad del talento
para competir Aportan beneficios inmateriales que ahora se
dan por descontado, pero que antes no existían, hasta el pun
to de que la organización no puede funcionar sin ellas. Dichas
herramientas proporcionan ventajas competitivas y, por consi
guiente, constituyen un activo, hasta el punto que las empre
sas tienen activos tangibles, que residen en el valor contable de
83
Luis Joyones Aguilor
las mismas; pero son los activos intangibles, inmateriales o intelectuales los que están haciendo funcionar óptimamente a las empresas de cara al tercer milenio; dicho de otro modo, los activos intangibles, que constituyen el capital intelectual, son «la nueva riqueza de las empresas».
2.7.1. Conocimiento: la nueva materia prima de las empresas
En la era digital que vivimos la riqueza de las empresas comienza a apoyarse en el producto conocimiento. Conocimiento e información, no sólo el conocimiento científico, sino noticias, informes, ocio, comunicación, servicios... se han convertido en las materias primas principales de la economía y sus productos clave. El conocimiento hoy día se compra y se vende en cifras nunca vistas. Los activos de capital que se necesitan para crear riqueza no es la tierra ni el trabajo físico, ni las máquinas, herramientas o fábricas, son y serán los activos del conocimiento.
Nos adentramos en la sociedad del conocimiento, que convive sin fisuras con la sociedad de la información o cibersociedad. Las organizaciones empresariales y públicas disponen de un recurso vital e intangible que les permite desarrollar su actividad esencial: el conocimiento. Los soportes básicos del conocimiento son:
1. Los recursos humanos que intervienen en los procesos de producción o de soporte organizacional (formación, capacidades, cualidades personales, etc.).
2. La información manejada en dichos procesos que capacita a estas personas a incrementar su formación o habilidades para el desarrollo de sus tareas.
84
La carrero mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
La función de estos dos soportes hace emerger el conocimiento. La organización, en base a ello, necesita convertir los datos en conocimiento y difundirlos rápidamente dentro de ella misma allá donde sea preciso. Esta concepción ha hecho considerar a la organización como una suprarred de recursos humanos y de información y de comunicaciones. As í aparece como un concepto vital en las empresas la gestión del conocimiento y los sistemas y herramientas inteligentes. Las T I C juegan un papel fundamental en esa gestión del conocimiento y por extensión en el capital intelectual, y se están convirtiendo, donde todavía no lo son, en impulsoras de los cambios que reclaman las empresas para hacerse más competitivas y aceleradoras de su evolución.
2.7.2. El capital intelectual: El nuevo activo para la riqueza de las empresas
En el mundo actual caracterizado por el progreso sin límites de las T I C los activos más valiosos para las empresas ya no son los activos tangibles (máquinas, edificios, instalaciones, stocks, depósitos bancarios...) sino los activos intangibles, aquellos que tienen su origen en los conocimientos propios y de sus empleados, habilidades, valores y actitudes de las personas que forman el núcleo estable de la empresa. A estos activos intangibles se les denomina capital intelectual y comprenden todos aquellos conocimientos implícitos o explícitos que generan valor económico para la empresa.
El capital intelectual comienza a ser la principal fuente de riqueza de las empresas y, por ello, una gestión eficaz del mismo requiere de la dirección de las mismas una atención especial. Son muchas las empresas que comienzan a tener depar-
85
Luis Joyones Aguilar
tamentos específicos que de una u otra forma se dedican a la
gestión del conocimiento y del capital intelectual. Este es el
caso de Meta4, una de las empresas españolas punteras en
desarrollo de software empresarial, que ha sido implantadora
de una eficaz política de gestión del conocimiento propia y
para empresas clientes, apoyada en unos eficientes y rigurosos
productos de software.
En una economía basada en el conocimiento en lugar de
en la fuerza muscular, el desplazamiento hacia el trabajo del
conocimiento y hacia los trabajadores del conocimiento se
vuelve una necesidad imperiosa. Las ventajas competitivas que
las innovaciones tecnológicas producen se están volviendo,
hoy día efímeras y no garantizan el éxito. Las empresas han de
buscar constantemente nuevas formas de crear valor. Sectores
completos de la economía están siendo desplazados por nue
vos procesos más rápidos, que se realizan a través de redes y
por nuevos intermediarios que entregan valor añadido a tra
vés de la Web.
En una economía del conocimiento y en el comercio elec
trónico que le va a dar sustento, en gran medida, los únicos
activos que realmente cuentan son los activos intelectuales: el
conocimiento contenido en los cerebros de los trabajadores
del conocimiento y en documentos y bases de conocimiento
en red (datawarehouses, datamining, groupware, workflow). N a
turalmente, no es fácil que este concepto cale en el mundo
empresarial y en las organizaciones, pero es preciso constatar
la influencia creciente del conocimiento. La batalla a librar es
dura, pero son los trabajadores del conocimiento y no las fá
bricas, la maquinaria ni el dinero la clave para crear riqueza.
Las empresas han de valorar su capital intelectual. Para ello
se requieren metodologías de valoración de empresas y medi-
86
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
ción de intangibles. A veces se considera que la diferencia en
tre el valor de mercado y en libros de una empresa se debe
a su capital intelectual. Los grandes especialistas, como es el
caso del profesor José BAREA, afirman que aunque tal afirma
ción se acerca bastante a la realidad, no es exactamente co
rrecta, ya que una parte de esa diferencia son plusvalías ocul
tas no reflejadas en contabilidad por aplicación del principio
de coste histórico, pero que nada tiene que ver con el C l .
Igualmente la diferencia de valor por la variación en el tipo de
interés tampoco es imputable al C l (16). En cualquier forma,
el tema importante es cómo medir el capital intelectual de
una empresa. A título solamente informativo les puedo comu
nicar que en nuestro departamento se dirigen en la actualidad
dos tesis doctorales sobre capital intelectual, que se defende
rán posiblemente a lo largo de este curso académico.
2.7.3. La estrategia de convertir los datos en conocimiento para la empresa
Las empresas están cambiando el modo de capturan valo
rar y utilizar el conocimiento. El conocimiento corporativo se
define como el quehacer diario y los procesos que definen el
modo en que una organización lleva a cabo los negocios. Es
preciso convertir el conocimiento en negocio (knowledge ba-
sed business) mediante una adecuada gestión que mida y valo
re el conocimiento en los niveles clave: estratégico, del nego
cio y operativo. Para incrementar el conocimiento corporativo
las compañías deben crear una economía del conocimiento,
( 1 6 ) José BAREA: «Capital intelectual y creación de valor en la empresa», en Cinco Días, Madrid, 5 de septiembre 2000, pág. 10.
87
Luis Joyones Aguilar
cuyo alcance es global y que se debe distribuir a clientes, so
cios y proveedores.
Los elementos clave necesarios para gestionar el conoci
miento son, entre otros: páginas amarillas, mapa del conoci
miento, sistemas inteligentes y escenarios simulados, boletines
y noticias, redes virtuales, expertos virtuales, foros del conoci
miento, seguimiento de grandes clientes, dossier electrónico
de prensa, conferencias virtuales, herramientas y técnicas de
aprendizaje, formación con tecnologías hipermedia (multime
dia, Internet e hipertexto).
¿Cuáles son los herramientas tecnológicas que requiere la em
presa para una correcta gestión del conocimiento?
• Navegadores, como portales de acceso a la información,
tanto a Internet, a través de la red Intranet de la empre
sa, como a las redes Extranet de socios y proveedores.
Los navegadores deben incluir buscadores inteligentes.
• Almacenamiento de datos (datawarehousing) con bue
nos almacenes de datos (datawarehouse).
• Minería de datos (dataminig), como elementos de análi
sis y toma de decisiones.
• Tecnologías push (webcasting) para facilitar el acceso de
información y canales de distribución.
• Asistentes digitales personales ( P D A ) .
• Tablones de anuncios electrónicos.
• Sistemas de audio.
• Groupware (trabajo en grupo). Incluyen tecnologías
como correo-e, gestión documental, grupos de discu-
88
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
sión, sistemas de apoyo a la decisión, tales como Lotus Notes, Exchange, etc.
• Voicemail (almacenamiento y recuperación de mensajes de voz).
• Videoconferencias.
• ...
2.7.4. La gestión del conocimiento
D e todos los tipos de capital intelectual, el del conocimiento es el más complejo y el más difícil de gestionar Esta disciplina no es nueva, sino que sus raíces se remontan a la inteligencia artificial, cuyo objetivo final ha sido la sintetización del comportamiento humano mediante ordenadores.
La gestión del conocimiento comprende todas las actividades que se han examinado en el proceso de gestión del capital intelectual, pero este proceso es más complejo cuando se aplica a la gestión de conocimientos que a los activos de propiedad intelectual o de mercado. Los conocimientos relacionados con el capital intelectual se guarda, normalmente, en una base de conocimientos y no en una base de datos.
Las Bases de Conocimientos son depósitos o almacenes de datos (repositorios) del conocimiento del negocio (funciones, reglas, cálculos, informes, etc.) totalmente independientes de la plataforma de ejecución, que mediante tecnologías de Inteligencia Artificial son capaces de deducir; generar y mantener automáticamente estructuras normalizadas de bases de datos y programas.
89
Luis Joyones Aguiiar
El proceso de gestión del conocimiento de una empresa
comprende las siguientes etapas, según el gigante alemán del
software S A P : identificación, adquisición, desarrollo, distribución,
uso y preservación del conocimiento. Si consideramos las tesis
de Annie BROOKING, el proceso de gestión del conocimiento
entraña las etapas: Identificación, Auditoría, Documentación,
Base de Conocimiento (con protección y diseminación) y Creci
miento con relaciones con el mundo exterior y la política de de
sarrollo de la empresa.
2.7.5. El futuro es intangible
Los conocimientos que generan valor en las empresas, es
decir; el Capital Intelectual, son la clave del éxito de las empre
sas que compiten en el contexto económico, político, social y
tecnológico de nuestro tiempo, y su papel en el futuro será
con toda seguridad cada vez más significativo. Es vital, para las
organizaciones y empresas de cara al tercer milenio, estudiar y
desarrollar sistemas que le ayuden a identificar, estructuran
capturan almacenan recuperar y explotar su sabiduría o cono
cimiento vivo. Esto implica centrarse en la riqueza del conoci
miento existente en los empleados de la empresa, la activada
en los procesos propios de la organización y la acumulada en
la experiencia individual y colectiva. Es de necesidad vital que
las empresas creen o subcontraten Sistemas de Gestión del
Capital Intelectual que permitan su medida de modo fiel y que
eso les sirva para medir el valor crítico que implica en el pa
trimonio de las empresas. N o se olvide que, como SKANDIA
declaraba en el primer informe anual sobre Capital Intelectual
en 1993, el verdadero objetivo de la función del C l consiste
en el crecimiento y desarrollo de dicho C l como valor visible
90
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
y duradero, complementario del balance de situación tradicio
nal. En realidad, su verdadero objetivo es convertir el coefi
ciente de inteligencia en dinero.
La valoración del C l es el camino al futuro dentro de las
organizaciones y empresas, y aunque ya comienzan a ser cons
cientes — en su mayoría — de que su capacidad para triunfar
en el tercer milenio estará presidida por los activos intangibles,
es en la actualidad cuando se requiere comenzar a formar
equipos de capital intelectual. El futuro, como concluye en su
libro BROOKING, es intangible. Unión Fenosa anunció a media
dos de marzo pasado que incorporaba el capital intelectual
como activo en sus balances.
EL C O M E R C I O E L E C T R Ó N I C O
E N LA S O C I E D A D D E L C O N O C I M I E N T O
La implantación de la sociedad del conocimiento ha co
menzado ya y avanza a enorme velocidad y constituirá un nue
vo paradigma económico y social que entendemos se susten
tará en, al menos, estas ideas: I) el conocimiento es negocio;
2) el negocio del futuro, por excelencia, es el comercio electróni
co; 3) el comercio electrónico será una realidad total cuando el
acceso a Internet y las llamadas locales sean gratuitos y existan
políticas de ayuda a la adquisición de ordenadores para PYMES
y familias (muy pronto si el proyecto Info X X I del actual G o
bierno se cumple)
Los precios de los P C , portátiles y grandes servidores lle
van dos años en caída libre y los márgenes comerciales se han
reducido drásticamente. La venta de ordenadores P C al estilo
tradicional y la venta de acceso a servicios de Internet resulta
91
Luis Joyones Aguilar
cada día menos rentable. Los analistas prevén que el creci
miento del sector en 199 puede ser cero o muy próximo.
El negocio del PC — e n general— ya no es negocio. En con
secuencia, parece que las empresas dedicadas a él deben ac
tualizarse y cambiar su línea de productos a otros campos que
les puedan resultar más rentables. Entendemos que el negocio
(business) no es más que conocimiento. Las empresas tienden a
centrarse en su línea de negocio específico, y ese es el cono
cimiento que tienen, llámese hardware o software. Hay grandes
empresas que se están retirando o lo intentan del negocio del
P C para dedicarse a lo que saben hacer; a «su conocimiento es
pecífico». IBM parece va por esa línea y aunque ha hecho una
inversión para venta por Internet, el inventor del P C aparenta
dejar el negocio a otros, para centrarse en lo que sabe «solu
ciones globales de software», «venta de tecnología» y «nego
cios electrónicos» (e-business).
El E-Business:
La excelencia del conocimiento
Las grandes revistas económicas norteamericanas y espa
ñolas suelen publicar informes y estudios sobre la nueva eco
nomía, con estadísticas de las empresas más influyentes, de
mayor futuro, personas más ricas, etc. Este año no ha sido
menos: The Ecomist fvwwv.economist.com); BusinessWeek
(www.businessweek.com), Wired (www.wired.com) publica el
Wi red Index, la guía de las 40 compañías que controlan la
nueva economía; Business 2.0 (www.business2.com), una jo
ven, pero ya prestigiosa revista norteamericana de economía,
publica su lista de las 100 empresas que mejor aprovechan las
92
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
ventajas de la Economía Red; Forbes (www.global.forbes.com)
y Fortune (www.fortune.com) también publican informes simi
lares. En España, Actualidad Económica, Dinero, etc., también
publican informes similares.
¿Qué tienen de común todos estos informes/estudios de estas
prestigiosas publicaciones? Primero, que las empresas más bri
llantes y con mayor futuro de todas las listas son empresas de
Internet (Amazon.com, EBay, E*Trade, Inktomi, Dell, Microsoft,
AOL, Cisco, EMC, etc.). Segundo, la lista de las personas más ri
cas, según Forbes, además del sempiterno n ° I, Bill Gates y sus
socios Paul Alien y Steven Ballmer en los puestos 3 y 4, aparece
Michaell Dell en el puesto n ° 6, propietario de Dell C o m p u -
ters, cuya estrategia última se dirige a Internet.
Las tecnologías de Internet configurarán una nueva socie
dad y alterarán el comportamiento humano, pero la reorgani
zación de los negocios está ya sucediendo, y a mayor veloci
dad de lo que se puede apreciar a simple vista. El comercio-e
negocio/consumidor-a-consumidor es el más demandado en la
actualidad, pero es el comercio-e negocios-a-negocios (e-busi
ness) el que producirá un mayor impacto en la organización
comercial y empresarial. La consultora norteamericana Forres
ter Research proporciona cifras escalofriantes para el futuro
del e-business, 1,3 trillones de dólares para el 2003.
Las empresas deben prever que el comercio electrónico
ha de constituir una parte esencial de sus actividades y a ello
deben dirigir parte de sus esfuerzos de l + D de los próximos
años. Andy GROVE, el carismático ex presidente de Intel, ha
afirmado que en cinco años todas las compañías estarán en In
ternet o no serán compañías para entonces. Evidentemente,
además de la arrogancia y exageración que puedan suponer
93
Luis Joyones Aguilar
las palabras, emanadas de uno de los grandes del mundo de
las tecnologías de la información, lo que nos figuramos quiso
decir realmente GROVE es que las empresas tradicionales han
de estar presentes ya o prepararse para estar en Internet,
dado que Internet lo será y lo cambiará todo, y si no se está
allí, será difícil aguantar la competencia. Rememorando esce
nas de cine, podría ser buena aquella frase que se decía hace
años cuando se hacía propaganda del cine de terror «Si usted
no pasa miedo con esta película es que está muerto». Esta
metáfora es lo que pensamos quiso decir GROVE, sin faltarle
razón, aplicada a la empresa: «Si no estás en Internet en cinco
años, no existes», o mejor; «serás superada por tus competi
dores».
Aunque los media se esfuerzan en mostrarnos las bonda
des de la Web, especialmente las ventajas del comercio elec
trónico, y también, como no iba a ser menos, los peligros de
su mal uso, de lo que no cabe duda es que algo muy impor
tante está sucediendo detrás de la escena más pública: el auge
creciente del e-business. El fenómeno social y económico es
mucho más que la simple compra/venta en Internet; en reali
dad, lo que se produce es una profundización en el proceso y
cultura de las empresas, debido a un nuevo concepto de ne
gocio: el negocio-e (e-business).
Los costes y las infraestructuras son dos de las razones
para que el comercio electrónico vaya detrás de Estados Uni
dos. Otros obstáculos son las tarifas o aranceles que penali
zan, a veces, a las personas para hacer negocios en línea, la
existencia de 15 sistemas de regímenes de impuestos, incerti-
dumbres de regulación del comercio-e, un gran desnivel en T I
y sobre todo diferencias culturales que impiden o dificultan el
desarrollo de nuevas empresas. Sin embargo, no todo es de-
94
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
solador; Europa, por suerte, está ganando terreno y las tasas
de crecimiento previstas del comercio-e son enormes, aunque
por ahora la realidad es que las personas todavía «no sienten»
los efectos positivos del comercio-e y las empresas empiezan
a darse cuenta del fenómeno. El proyecto e-Europe servirá
para acortar este desnivel.
En España, ya casi todos los grandes operadores telefóni
cos ofrecen acceso gratuito a la Red, Y D E de calidad (Telefó
nica, Retevision, Airtel, Jazztel. . .) . Las tarifas telefónicas de fijo
y de móvil siguen bajando gracias a la competencia, aunque las
tarifas locales, que son las que afectan al acceso a Internet, no
se reducen en igual proporción. En cualquier forma la tarifa
plana ya es un hecho como en E E U U , en mayor o menor es
pacio de tiempo, ya que dependerá de la implantación de las
tecnologías A D S L , de la convergencia telefonía móvil con tec
nologías W A R UMTS, D E C T G P R S o cualquier otra de las
que se investigan en la actualidad.
Tecnologías para la gestión del conocimiento:
Portales de conocimiento
La gestión del conocimiento ( G C ) es la nueva filosofía em
presarial que pronto será aceptada por Universidades, organi
zaciones e instituciones de todo tipo, se ha convertido en una
necesidad más que en una moda. El nuevo activo de las em
presas, el capital intelectual, está basado en el conocimiento y
la experiencia que toda organización tiene dentro de sí. Sin
embargo, la estrategia de convertir datos en información, y
ésta a su vez en conocimiento para una correcta toma de de
cisiones, requiere el uso de una interfaz con el usuario (em
pleado, cliente, socio, proveedor...) . Esta interfaz se está con-
95
Luis Joyones Aguiíor
figurando como un portal corporativo: el portal de conocimien
to. La planificación, diseño, construcción y mantenimiento de
un portal de conocimiento requiere de tecnologías de la infor
mación y las comunicaciones que se convierten en la espina
dorsal (backbone) de los programas de G C . Las consultoras y
fabricantes de software se han convertido en adalides de esta
nueva estrategia empresarial. Este es el caso de Lotus, KPMG,
Cap Gemini, S A P . . . , que desde sus portales brindan conoci
miento de todo tipo..., eso sí, en su totalidad sólo a sus clien
tes, ya que cada vez es más frecuente la solicitud de los im
prescindibles nombre de usuario (user ñame) y contraseña (pass-
word) para navegar y que muy discretamente aparecen a modo
de ventanas, normalmente, en la página principal del portal
(como ejemplo véase el portal de SAP: www.mySARcom).
Inversión en conocimiento
La nueva economía (economía del conocimiento) se caracte
riza más que por fabricar, almacenar y trasladar activos físicos
de un lugar a otro, por su capacidad para crean difundir y uti
lizar conocimientos y técnicas. Las empresas que desean ser
punteras en la nueva economía han de realizar inversiones
considerables en la mejora de los conocimientos de sus em
pleados y en la adopción de medidas que permitan utilizarlos
de una manera más eficaz. A l igual que cualquier otro tipo de
inversión, las inversiones en conocimiento pueden considerar
se un despilfarro sino se rentabilizan, pero por suerte ya for
man parte de los activos intangibles de la empresa.
El volumen de estas inversiones indica la seriedad con la
cual una empresa se toma en serio su política de GC. Buena
prueba de ello serán su capacidad para soportar actividades
96
La carrero mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
basadas en el conocimiento y su intención de producir resultados de empresa relacionados con el conocimiento. Los volúmenes de inversión indican, aunque sea de una manera muy aproximada, el coste del conocimiento para la organización; esta medida puede llevar así a una empresa a evaluar cómo se está gastando ese dinero.
Una vez que sabemos en qué tipos de conocimiento está invirtiendo una organización, se puede uno dar idea de qué conocimientos considera importantes. Cuando se observa qué tipos de formación y educación ofrece una organización a sus empleados, empezamos a comprender qué conocimientos consideran los directivos que sus empleados deben adquirir
La evaluación de las inversiones en conocimiento pone de relieve en gran medida el grado de prioridad que se otorga a la adquisición y la utilización del mismo en la empresa. Si una empresa no invierte en conocimiento es poco probable que sea competitiva con otras empresas que sí invierten en los conocimientos a los que aspira.
La G C , espina dorsal de la organización, y el capital intelectual, su materia prima
La industria del G C está todavía inmadura y por ello es difícil definir G C como elemento integrador de tecnología, pero podría hacerse así: « G C es un conjunto de tecnologías punteras que capturan, buscan, recuperan, analizan, almacenan y difunden información con objetivos de inteligencia del negocio, Bl (business intelligence)». I D C define así G C : «suministrar y ofrecer la información adecuada, a las personas adecuadas y en el momento oportuno, de modo que sea contextualizable y reutilizable».
97
Luis Joyones Aguilar
Así pues, entendemos que las organizaciones con buenas
políticas de G C deben comenzar a considerar no sólo el co
nocimiento propio de la organización, sino y sobre todo el co
nocimiento del cliente, y por ende, de las necesidades de los
mismos. La razón es clara, los clientes se han convertido en
un medio muy valioso que ayudará a conservar e incrementar
las ventajas competitivas de las empresas. Esto entraña la ne
cesidad de entender cómo cambian y evolucionan esos cono
cimientos, desde la identificación y evaluación hasta los servi
cios permanentes, pasando por las ventas, mantenimiento...
Entonces es cuando se necesitan las T I C para dar respuestas
a todo este tipo de necesidades y vuelven a aparecer concep
tos como integración y globalización de procesos. N o en vano
la G C también se puede definir como «el proceso por el que lo
tecnología y las personas contribuyen a la identificación de la in
teligencia del negocio de una empresa».
Será por ello preciso considerar herramientas de planifica
ción de recursos empresariales ERP (Enterprise Resource Plani-
fication), redes virtuales privadas VPN (Virtual Prívate Network)
y gestión de relaciones con los clientes, CRM (Customer Rela-
tionship Mangament). Además las herramientas de flujo de tra
bajo (workflow) y de trabajo en grupo (groupware) permiten a
todos los equipos planificar, ejecutan hacer seguimiento y ges
tionar procesos comerciales de forma flexible y trabajar y
—sobre t o d o — colaborar en equipo. Pero una buena política
de G C en una organización no puede olvidar la necesidad vi
tal de almacenamiento y análisis de datos para una posterior
toma de decisiones. Eso requiere tecnologías de almacenes de
datos (datawarehouse) y minería de datos (dataminig). Y natu
ralmente, no se puede olvidar la necesidad ineludible de que
en un buen sistema de G C disponga de herramientas inteli-
98
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
gentes de búsqueda de información (metabuscadores y buscadores inteligentes). Se necesitan buscadores inteligentes que localicen información en fuentes especializadas y relacionadas con el negocio de modo que permitan acortar tiempos de búsqueda y acotar ámbitos de conocimiento. En su ausencia ayudarán notablemente metabuscadores (buscadores que buscan en buscadores).
Todo el proceso de gestión del conocimiento se manifestará externamente en los portales de conocimiento, que, fundamentalmente buscan aglutinar procesos de inteligencia de negocios, centros de llamada Web/IP, Software E R P / C R M , almacenes de datos y minería de datos, flujos de trabajo... y que a corto y medio plazo tratan de capturar todo el conocimiento que se genera en una empresa y ponerlo a disposición de todos los agentes que la componen con la meta de potenciar sus ventajas competitivas. Dicen los buenos analistas que «en realidad, la GC es el proceso en el que los trabajadores del conocimiento utilizan tecnologías de colaboración para mejorar la inteligencia del negocio y la gestión de relación con los clientes» y que la emergencia continua de soluciones de flujos de trabajo no es más que un método para encontrar una buena y práctica definición de G C que los gurús de la gestión todavía no han encontrado.
En el mundo actual caracterizado por el progreso sin límites de las T I C los activos más valiosos para las empresas ya no son los activos tangibles (máquinas, edificios, instalaciones, stocks, depósitos bancarios...) sino los activos intangibles, aquellos que tienen su origen en los conocimientos propios y de sus empleados, habilidades, valores y actitudes de las personas que forman el núcleo estable de la empresa. A estos activos intangibles se les denomina capital intelectual y compren-
99
Luis Joyones Aguilar
den todos aquellos conocimientos implícitos o explícitos que
generan valor económico para la empresa.
El capital intelectual comienza a ser la principal fuente de
riqueza de las empresas y, por ello, la dirección de las mismas
ha de prestar una atención especial a la gestión eficaz de di
cho capital intelectual. Son muchas las empresas que comien
zan a tener departamentos específicos que de una u otra for
ma se dedican a la gestión del conocimiento y del capital in
telectual. Este es el caso de Meta4, una de las empresas
españolas punteras en desarrollo de software empresarial,
que ha sido impulsora de una eficaz política de gestión del
conocimiento, apoyada en unos eficientes y rigurosos produc
tos de software.
La fiebre de los portales
La espina dorsal de una buena gestión del conocimiento
reside en la existencia de un portal corporativo eficiente.
Evidentemente será similar al portal público o corporativo
ya existente, pero su fortaleza residirá en su capacidad de
organización de la información de la empresa y de la facili
dad para que los miembros de la empresa puedan introdu
cir, capturar y difundir el conocimiento propio y el ajeno. El
portal es el nuevo entorno que crea el único punto de ac
ceso para patrones basados en conocimiento. Los desarro-
lladores de portales corporativos se basan en un sistema de
información centrado en el usuario —empleado, cliente, so
cio, p roveedor . . .— que proporciona acceso a información
relacionada con el trabajo a partir de una interfaz gráfica lo
más elegante y rica posible, y basada en tecnologías de la
Web.
100
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
Es preciso integrar las fuentes del conocimiento de la em
presa, para lo cual se necesita de una disciplina interna riguro
sa. As í se puede decir que se tiene un triángulo portal-acción-
empreso que servirá para tomar decisiones cuando se evolu
ciona en el lazo conocimiento tácito-conocimiento explíci
to. Las fuentes del conocimiento a integrar son muy diversas:
I) Sistemas de archivos, flujo de trabajo; 2) S G B D R , Aplica
ciones de empresa y Gestión Documental; 3) Almacenes de
datos (DataWarehouse), minería de datos (dotomining), co
rreo- E/Trabajo en grupo (groupware)', 4) Equipos de proyectos
y comunidades de práctica. Los portales corporativos están
utilizando las herramientas básicas X M L para crear poderosas
¡ntronets que se asientan sobre bases de conocimiento masivas
nuevas y heredadas (legacy).
Portóles y la portalmonía asociada ha dejado de ser «una
moda» y un «proyecto de futuro» y se ha convert ido en
una realidad, que a su vez es una poderosa industria y un
elemento clave en cualquier estrategia empresarial. Desde
Europa a Estados Unidos, desde Latinoamérica a China, no
hay empresa, organización o industria que no desee tener
un portal corporat ivo y naturalmente que éste sea renta
ble. Por otra parte el portal corporativo se ha convert ido
en el buque insignia de cualquier empresa Red y elemento
clave de su gestión del conocimiento. Los portales se han
convert ido en uno de los negocios críticos de Internet. Su
estrategia consiste en convert irse en la principal puerta de
entrada y de referencia de Internet, canalizando el mayor
número posible de usuarios. El fin último es generar mayor
tráfico, ya que a mayor número de usuarios, mayores ingre
sos futuros para alimentar la «gallina de los huevos de oro»:
el comercio-e y la publicidad.
101
Luis Joyones Aguilar
La integración móvil-Internet comienza a producir los nue
vos portales: los portóles móviles (oleado de Telefónica, Nove-
golio de AirteL.). ¿Pero, serán los últimos? Naturalmente que
no, pronto más tipos de portales especializados —entre ellos,
incluso personóles (no olvidemos que cuando se abre una
cuenta de Internet, gratuita o no, el proveedor nos concede
como mínimo 5 MB para nuestra página Web).
Tipos de portales
Los portales, como software que son, se pueden clasifi
car en un sentido amplio en horizontales y verticales. Los
portóles horizontales (Yahoo¡, Excite, Terra, Navegalia, Ya...)
son los más extendidos. Los portóles verticales o especializa
dos están comenzando a nacer. A h o r a bien, ¿hay sitio para
un crecimiento ilimitado de portales? Pensamos que no. A l
igual que está sucediendo con la banca, los operadores de
telefonía, las petroleras, o las industrias del automóvil, el
pastel se lo repartirán pocas empresas y todas ellas fuertes,
poderosas y de gran calidad, que ofrecerán muchos y varia
dos servicios.
El futuro, sin lugar a dudas, es el portal vertical, corporativo
o especializado. En realidad, se trata de crear comunidades vir
tuales, por ejemplo, de operadores de turismo de interior; de
amigos del aceite de oliva de Jaén, de ingenieros químicos, de
agentes comerciales o de cualesquiera otra actividad, ocio, de
porte, etc. Las ventajas son considerables: información menos
compleja y más homogénea, servicios de valor que los usua
rios estarán dispuestos a pagar; diseños menos complejos, de
sarrollos más simples...
102
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
El análisis anterior conduce hacia la definitiva e imparable
implantación de los portales. El lanzamiento de portales de
segunda generación, integrados con los navegadores, como es
el caso de Alehop; la popularización del acceso gratuito y la
tarifa plana futura, van a suponer el impulso definitivo en el
uso de Internet y acelerará el crecimiento del secton dando
por buena la tópica y manida frase de «Internet es el negocio
más importante del próximo siglo y los portales su buque insig
nia».
P A R T E III
INTERNET, AL SERVICIO DE LA EDUCACIÓN,
EL BIENESTAR SOCIAL Y LA SOLIDARIDAD
Las innumerables ventajas y factores positivos origina gran
des retos sociales, pero no se pueden ocultar los peligros e in-
certidumbres que ofrece la nueva sociedad y que pueden
afectar al Estado del bienestar Ot ro factor importante a tener
en cuenta es cómo Internet y las T I C , en general, pueden
contribuir a aumentar a la solidaridad entre los pueblos y po
nerse al servicio del Estado del bienestar
Desde un enfoque educativo se corre el riesgo del aumen
to de la marginación. Internet y las T I C deben servir para lu
char contra la marginación mediante la formación. Cabe pre
guntarse, ¿qué nuevas necesidades formativas exigirá la socie
dad del conocimiento? La educación en esta sociedad debe
estar diseñada para aumentar la cohesión social. Educar es
más que nunca una función social y todo lo que pase dentro
de los centros de enseñanza tienen consecuencias en la esta
bilidad de la sociedad. Más que hablar de contenidos de la pri-
103
Luis Joyones Aguilor
mana, secundaria y universitaria, hay muchas voces que cla
man por un replanteamiento de los objetivos de la formación.
La nueva sociedad exige que la enseñanza deje de ser casi
exclusivamente una actividad dirigida a la primera etapa de la
vida y pase a ser una función permanente que permita a las
personas cambiar radicalmente sus conocimientos en diversas
etapas de su vida. Esta readaptación profunda del sistema edu
cativo implica un cambio en los contenidos de la formación ini
cial y finalmente una renovación de las instituciones educativas.
O t ra pregunta clave es: ¿cual es el futuro del libro en la era
digital? Consideramos que Internet, por ahora, no ha supera
do el valor intrínseco del libro, aunque sí es cierto que está
constituyendo un complemento ideal del libro impreso. Así,
Internet y el libro electrónico favorecerán la difusión de la cul
tura y la educación, pero entendemos que no podrá sustituir
al libro tradicional.
Los desafíos de la nueva sociedad que permitirán su im
plantación se pueden sintetizar en:
1. Favorecer una estrategia mundial de reforma de los
servicios de comunicación.
2. Diseñar las condiciones de acceso a las T I C y a su
contenido.
3. Adaptación de los países — e n desarrollo e industriali
z a d o s — para dotarse de una estrategia de conjunto
que asocie la transferencia de las T I C a una política de
formación y de investigación.
El acceso al saber y la formación debe constituir para los
gobiernos una prioridad máxima. La adquisición del saber y
104
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
del conocimiento que juega el mismo papel que jugó la pro
piedad de la tierra y después del capital debe ser prioritario
en las estrategias de desarrollo de los estados. Las T I C se
muestran como un medio importante para completar y refor
zar las técnicas de aprendizaje y de educación tradicional.
3.1 • L A S I N I C I A T I V A S I N S T I T U C I O N A L E S I N T E R N A C I O N A L E S
La O N U , la U N E S C O , el G-8 (G-7 + Rusia), Estados Uni
dos, la Unión Europea, España, Iberoamérica, son organismos
y naciones preocupados por incorporar a sus habitantes a la
naciente Sociedad del Conocimiento. Veamos la solución euro
pea y española y posteriormente analizaremos cómo los paí
ses ricos han previsto ayudar a los países pobres para que és
tos se introduzcan en la nueva sociedad.
3.1.1. P N U D
El informe sobre el desarrollo humano 1999 de las Nacio
nes Unidas ya planteaba cómo los grandes adelantos recientes
de la tecnología brindan oportunidades enormes para el desa
rrollo humano, pero lograr esa potencialidad depende de la
forma en que se usa la tecnología sobre la mundialización y el
de ésta sobre la tecnología. El citado informe ya anunciaba
cómo las nuevas tecnologías, las T I C y la biotecnología, influían
en la economía del conocimiento y se convertían en impulso
ras de la globalización. Algunas directrices que recomienda el
P N U D en 1999 eran los siguientes: Suministrar la información
necesaria, permitir la potenciación, dar voz a las ONG, crear co-
105
Luis Joyones Aguiiar
merco poro pequeñas empresas, potenciar a los gobiernos de los
países pobres, informar a especialistas remotos (Internet, video-
conferencias...), aumentar la productividad, hacer frente a la cen
sura... y, naturalmente, la carrera mundial por el conocimiento
requiere el acceso a la sociedad en Red ¿Quién está incluido
en el mapa de Internet?
La sociedad de la Red está creando sistemas paralelos de
comunicaciones: uno para los que tiene ingresos, educación y
—literalmente— conexiones, con información abundante a
bajo coste y gran velocidad, el otro para los que carecen de
conexiones, bloqueados por barreras elevadas de tiempo,
costo e incertidumbre y dependientes de información que ya
no está actualizada. Está aumentando la diferencia a escala
mundial entre los que tienen información y los que no tienen,
los que saben y los que no saben. El P N U D se marcaba siete
objetivos básicos para conseguir que la sociedad del conoci
miento llegue a todos los pueblos:
• Conectividad. Establecer redes de telecomunicación e in
formáticas.
• Comunidad. Centrarse en el acceso de grupo, no en la
propiedad individual.
• Capacidad. Formar las aptitudes humanas para la socie
dad del conocimiento.
• Contenido. Poner en la Web las opiniones, las noticias, la
cultura y el comercio locales.
• Creatividad. Adaptar la tecnología a las necesidades y li
mitaciones locales.
• Colaboración. Formular un sistema de gestión de Internet
adaptado a las diversas necesidades en todo el mundo.
106
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
• Financiación. Hallar formas innovadoras de financiar la
sociedad del conocimiento.
3.1.2 Europa y la sociedad del conocimiento
As í como 1993 supuso el lanzamiento de la Sociedad de
la Información, el año 2000 será el comienzo de la Sociedad
del Conocimiento en Europa bajo la presidencia portuguesa y
con el presidente del Gobierno español como firme defensor
de ella. La estrategia de convertir datos en información y ésta
en conocimiento será la clave y el reto de los años futuros. El
prestigios sociólogo estadounidense Daniel BELL ha escrito re
cientemente (Letras Libres, n.° I 3, México DF, enero 2000)
que la fuente de cambio y la innovación tecnológica es la co
dificación del conocimiento teórico. Toda sociedad humana se
fundamenta en la transmisión del conocimiento. Lo que nos
vuelve únicos y nos distingue de todas las otras especies es el
desarrollo del lenguaje y de los códigos que los organizan en
recurrencias comprensibles. La codificación del conocimiento
teórico es algo nuevo y un rasgo distintivo del siglo x x , que se
manifiesta esencialmente en las nuevas filosofías empresariales
y tecnologías de gestión del conocimiento y de capital intelec
tual (ERR C R M , EAI, datawarehouse, datamining, workfiow,
groupware, búsqueda inteligente...).
La batalla por los chips más rápidos, económicos, mayor
memoria y menor consumo, aunque parezca paradójico sólo
ha comenzado y eso influirá en el aumento del control del co
nocimiento en organizaciones y empresas. Aprender a gestio
nar conocimientos en una organización es fundamental para
responder a los retos del cambio actual del milenio dada la si-
107
Luís Joyones Aguiiar
tuación científica, social y económica de nuestro tiempo. Es
te proceso facilitará el desarrollo de las organizaciones y su
conversión en entidades inteligentes. N o cabe duda que de
modo fehaciente el conocimiento se consolidará como ele
mento clave de la nueva organización en la Sociedad del C o
nocimiento.
3.1.3. e-Europe / I N F O X X I : Hacia la Sociedad del Conocimiento
A finales de 1999, la Unión Europea lanzó el proyecto
e-Europe con el objetivo principal de hacer frente al desfase
económico existente con Estados Unidos e introducir a Euro
pa en el mundo de las nuevas tecnologías y de Internet. A n
tonio GUTIERRES, el primer ministro portugués y presidente de
turno de la UE, convocó a sus colegas europeos para los días
23 y 24 de marzo pasado, con el siguiente mensaje: «Un nue
vo paradigma está emergiendo: el de la economía de la inno
vación y conocimiento, que se está convirtiendo en la princi
pal fuente de riqueza de nuestras naciones — y continuaba—,
Europa se está quedando significativamente atrás y debe defi
nir su propio rumbo para una nueva y más competitiva plata
forma mientras lucha contra los nuevos riesgos de la exclusión
social». El objetivo final era diseñar las estrategias de empleo y
reformas económicas que necesita Europa para alcanzar el
Pleno Empleo y la Cohesión Social. Estos objetivos debían
conseguir la implantación de las nuevas tecnologías para tratar
de lograr a su vez los resultados del modelo económico nor
teamericano sin sacrificar el sistema de cohesión social que ca
racteriza a la sociedad europea. España y Gran Bretaña pre
sentaron una estrategia común poniendo el énfasis en las nue-
108
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
vas tecnologías y en el impacto que las mismas tienen en la
economía mundial.
La cumbre concluyó con la aprobación de un paquete de
reformas cuyo objetivo es llevar a Europa el camino de la nue
va economía y la fijación de un calendario para llegar a la So
ciedad del Conocimiento. España ya ha comenzado la prepara
ción, pero nuestras empresas, organizaciones y las personas
que las dirigen ha de estar atentas no sólo para subirse a ese
nuevo tren sino para no bajarse nunca.
Los proyectos e-Europe (www.europa.eu.int), e INFO XXI
(infoxxi.min.es/Documentos) buscan una estrategia global que
permita a Europa y a España en particular enfrentarse con
éxito a Estados Unidos en Internet y las nuevas tecnologías
(es decir, en Economía del Conocimiento), y obtener los resulta
dos del modelo económico norteamericano sin sacrificar el siste
ma de cohesión social que caracteriza a la sociedad europea
3.1.4. INFO XXI: El proyecto español
En el mes de abril de 1999 el Gobierno español elaboró
una iniciativa estratégica para el desarrollo de la Sociedad de
la Información en España usando la nueva economía o Econo
mía del Conocimiento como nuevo modelo de crecimiento
económico y de organización comercial. El Gobierno enco
mendó a la Comisión Interministerial de la Sociedad de la In
formación, creada por el Real Decreto 1.289/1999, de 27 de
julio. Esta Comisión, que presidía el anterior Ministerio de In
dustria y Energía, ha elaborado la iniciativa «INFO XXI. La So
ciedad de la Información para todos», aprobada por el Consejo
de Ministros el pasado 23 de diciembre de 1999.
109
Luis Joyones Aguilar
Entre las líneas maestras de I N F O X X I destacan el énfasis
en la educación y en la formación, la creación de empleo, el
incremento de la innovación, la cohesión social, la mejora de
la calidad de vida de los ciudadanos y la proyección exterior
de España.
Los recursos financieros de origen público que se destina
rán a la iniciativa I N F O X X I para la fase 2000-2003 se cifran
en alrededor de 420.000 millones de pesetas. En resumen, el
Gobierno anterior; y en consecuencia el actual, se ha compro
metido a implantar la Sociedad de la Información (hoy ya de
nominada Sociedad del Conocimiento) de forma que sus be
neficios lleguen a todos los ciudadanos, y un acusado apoyo a
las PYMES y a las microempresas, dado que son, en gran me
dida, el más importante foco de creación del empleo.
El Gobierno español en el pasado mes de mayo aprobó
una serie de medidas que en el tema comercial buscaban la li-
beralización de numerosos sectores, pero que en el plano de
la Sociedad de la Información esperemos tengan también un
fuerte y positivo impacto. Entre olas medidas aprobadas des
tacaremos:
• Tarifa plana de 2.750 pesetas mensuales. Cierto que toda
vía en un horario no comercial (18 horas a las 8 horas),
pero sí que será obligatoria a partir del I de noviembre.
Algunas empresas ya se han lanzado a la arena y, por
ejemplo, Retevisión y EresMás (su portal) ha anunciado
una tarifa plana en la franja horaria anunciada por el G o
bierno, pero adelantando la fecha de funcionamiento al I
de julio de 2000 y abaratando el precio, 2.600 pesetas.
• Bonos de 10 horas/mes para llamadas locales a Internet
por 1.400 pesetas.
I 10
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
• Incentivos fiscales para las empresas que financien la
compra de ordenadores a sus empleados.
• Liberalización oficial del bucle local antes del 15 de no
viembre. Todos los operadores de telefonía podrán dar
servicios telefónicos y también multimedia hasta el mis
mo domicilio del abonado. España se adelanta en mes y
medio a la directriz de la Unión Europea, que lo exige
para el 15 enero de 2001. Cier to que hasta esa fecha,
en el caso de la telefonía, el abonado deberá marcar el
prefijo del operador siempre.
3.1.5. e-Europe: El proyecto europeo
El Consejo Europeo aprobó el programa e-Europe junto
con la iniciativa eLeorning en el campo educativo para acelerar
la adaptación de la educación y la formación en Europa. Se re
quiere para todo ello un equilibrio entre los intereses econó
micos y las preocupaciones sociales, culturales, ambientales y
de mantenimiento de la pluralidad en el Viejo Continente. Por
otra parte se destacó la importancia del desarrollo de las em
presas basadas en nuevas tecnologías como generadoras de
empleo y con un factor imprescindible: crear mentalidad em
presarial y permitir que un empresario cuyo producto o pro
yecto se pueda ver abocado a una quiebra o insolvencia tenga
una nueva oportunidad para evitar la pérdida de su empresa
y la salida al desempleo de todos sus trabajadores. Para mejo
rar la competitividad de la U E en la carrera de la Sociedad de
la Información, los Quince deben crear las condiciones que les
hagan atractivos para poder atraer «cerebros» a las nuevas
tecnologías, y naturalmente no perderlos. Eso nos conduce al
I I I
Luis Joyones Aguilar
hecho de que «una empresa debe tener la posibilidad del po
der contratar un gran profesional allá donde esté». En Inter
net, más que en otras áreas, se hará evidente la necesidad de
alcanzar la capacidad empresarial de Estados Unidos.
3.1.6. El futuro: La Sociedad del Conocimiento
El calendario europeo para llegar a la Sociedad del C o n o
cimiento fija esencialmente: adaptación de la legislación sobre
comercio electrónico, reducir costes de acceso a Internet; ayuda a
las PYMES que respondan a sus necesidades; en el 2001 ten
drán que estar liberalizados todos los mercados de las telecomu
nicaciones y garantizar el acceso de todas las escuelas a la Red;
en el 2003, el acceso electrónico a los servicios públicos tendrá
que ser una realidad, y en el año 2010, Pleno Empleo.
e-Europe e I N F O X X I en realidad lo que buscan es conse
guir que Europa, y en particular España, se convierta en el es
pacio económico más competitivo del mundo y adaptar a la
sociedad y las empresas a los nuevos retos del comercio elec
trónico y, en general, de Internet. Las personas que han de //-
derar nuestra sociedad en el siglo xxi deberán estudiar ambos
planes para comenzar cuanto antes su implantación y poder lle
gar de modo efectivo a la naciente Sociedad del Conocimiento.
3.1.7. Car ta de Okinawa sobre la Sociedad de la Información Global
El grupo G-8, reunido a finales de julio en Okinawa (J apón)
con el objetivo fundamental de lanzar la nueva ronda de la
O M C (Organización Mundial del Comercio) sobre la liberaliza-
ción del comercio, estudió el tema de la solidaridad con los
I 12
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
países más desfavorecidos. Aunque los resultados de la cumbre
no dejaron contentos ni a esos países ni a muchas O N G , sí al
menos es necesario destacar que en la Declaración Final el
G-8 apostó por la lucha decidida contra la pobreza y la necesi
dad de que los países ricos ayuden a los países pobres a entrar
en la Sociedad del Conocimiento. Es positivo, que si bien no se
atrevieron a condonar la deuda de los 20 países más necesita
dos, sí se comprometieron a «enseñarles a pescar y no a com
prarles o regalarles cañas de pescar». Merece la pena destacar
que los Jefes de Estado y de Gobierno manifestaron también en
su informe final su deseo de dar «rostro humano» a la globali
zación de la economía.
3.1.8. L a c u m b r e del mi len io d e la O N U
Los más de 150 líderes mundiales reunidos en Nueva
York, convocados por el Secretario General de la O N U , Kofi
Annan, han proclamado la globalización del progreso econó
mico. Buenas intenciones y pocas concreciones. Sin embargo,
es preciso ser optimistas. A l menos se ha estudiado la idea
fundamental del documento presentado por Annan en abril
pasado: «Compartir los beneficios de la globalización: mayor cre
cimiento, mejor nivel de vida y nuevas oportunidades», y de
modo concreto, «Mejorar las condiciones de vida de los 1.200
millones de personas que viven en condiciones de extrema pobre
za». La declaración final recoge las grandes líneas del docu
mento de Annan y se resumen en seis objetivos básicos con
fechas y cifras:
• Reducir a la mitad para el año 2015 la proporción de la
población mundial cuyos ingresos son inferiores a 200
pesetas al día (un dólar).
I 13
Luis Joyones Aguilor
• Reducir a la mitad para la misma fecha la proporción de
la población mundial (el 20%) que no tiene acceso a
agua potable.
• Garantizar la educación primaria para todos los niños
en los próximos cinco años.
• Detener la difusión del Sida y de la malaria.
• Reducir la mortalidad infantil de niños menores de cin
co años en dos tercios.
• Conseguir una mejora significativa de las vidas de los
100 millones de personas que malviven en las chabolas
del mundo.
Ahora bien, la pregunta que cabe hacerse es: ¿Cuáles y
cuántos son los medios que se von a poner a disposición de esos
países pobres para llevar a cabo esos objetivos? Sin lugar a dudas
enseñar a usar, manejar y desarrollar T I C , como medio para
difundir el conocimiento, debe ser uno los medios fundamen
tales para sacar a estos países del subdesarrollo y hacer que
puedan ir superando la gran brecha existente actualmente en
tre países ricos y países pobres en información. Será preciso
que los gobernantes se comprometan a sacar adelante estas
directrices. Así, SCHROEDER y BLAIR, junto con los primeros mi
nistros holandés y sueco, han publicado un artículo en diferen
tes medios en Europa en la que entre otras cosas se compro
meten a «ayudar a Europa para que se convierta en la base de
la economía del conocimiento más dinámica del mundo en torno
al 2010, mediante la reforma de los mercados de capitales, pro
ductos y laboral» (17).
( 17 ) Gerard SCHROEDER , Tony BLAIR, W in KOK y Goran PERSSON:
«Globalización y bienestar», en La Gaceta, 8 de septiembre 2000, pág. I I.
I 14
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
Para lograr el acceso a la Sociedad del Conocimiento se
requieren facilidades por parte de los Gobiernos, empresas e
instituciones para favorecer el acceso universal a la Red de to
dos sus habitantes con tarifas planas en telefonía e Internet, así
como facilidades o desgravaciones en la compra de ordenadores
para escuelas y colegios, PYMES y particulares, y también para
empresas que inviertan en compras de ordenadores para sus em
pleados con fines particulares o profesionales: es decir; llevar a la
realidad el anuncio hecho por la ministra de Ciencia y Tecno
logía a finales de julio pasado.
3.2. L A I N F O R M Á T I C A , A L S E R V I C I O D E L A S O L I D A R I D A D
Las T I C son una de las mejores herramientas existentes en
la actualidad para la integración laboral del discapacitado. Las
nuevas tecnologías abrirán el futuro para los discapacitados,
pero como anunció a finales de octubre en Madrid Alberto
ARBIDE —Presidente de CERMI (Comité Español de Repre
sentantes de Minusválidos)—, si no están pensadas para to
dos, pueden convertirse en una nueva barrera que aleje a los
discapacitados de la vida social. Tal vez esta fuese la idea cen
tral que llevó a suscribir un acuerdo de colaboración entre el
propio Bill GATES y la dirección de la O N C E . Técnicos de la
O N C E han trabajado con Microsoft para convertir la versión
de Windows 98 en una versión para invidentes y deficientes
visuales. Windows 98 para ciegos ha supuesto más de 50.000
horas de trabajo y ha dado fruto a dos versiones:
• Mega 98. Una especie de gran lente para quienes con
servan algo de visión.
I 15
Luis Joyones Aguilor
• Lector 98. Un lector con un sintetizador de voz y un transformador en Braille, los gráficos, los textos y me-nús que aparecen en pantalla.
Es un sistema pionero en el mundo y será distribuido gratuitamente a cualquier afiliado a la O N C E que lo solicite. La informática está sirviendo para anular las barreras naturales entre ciegos y no ciegos. Esta versión de Windows 98 se presentó con ocasión de la I Conferencia Transatlántica sobre personas con discapacidad, Empleo y Nuevas Tecnologías, celebrada en Madrid el pasado mes de octubre organizada por la O N C E . Las conclusiones fundamentales de esta Conferencia fueron las siguientes:
• El establecimiento de un fuerte compromiso en cuestión de derechos humanos y discapacidad.
• La idea de la Sociedad de la Información como verdadera revolución que permite a los discapacitados su incorporación al mercado laboral, y la necesidad de mantener y fomentar el diálogo sobre discapacidad entre Estados Unidos y la Unión Europea.
• Es necesario crear mercados adecuados para los discapacitados y utilizar la Sociedad de la Información y las nuevas tecnologías para crear puestos de trabajo, «sin excluir a nadie».
• La colaboración entre las organizaciones gubernamentales y las empresas y los lugares de trabajo inteligentes.
Hay una máxima que suelen repetir los buenos profesores: «el progreso de una sociedad se ve en cómo trata a los más desfavorecidos». A nuestra sociedad aún le falta
I 16
La carrero mundial por el conocimiento. Una visión desde la nuevo economía
una buena dosis de progreso. Sin embargo, Internet y las
modernas herramientas informáticas están sirviendo para
ayudar a algunos de estos colectivos más perjudicados, espe
cialmente los constituidos por los ciegos, los sordos y los dis
minuidos físicos y mentales. Hoy día son legión los discapaci
tados que desarrollan su labor como analistas, programado
res o ingenieros de software, e incluso casos de profesores
de Informática con discapacidades grandes que lo son de
Universidades.
Las últimas estadísticas publicadas hablan de 253.309 or
ganizaciones privadas sin ánimo de lucro en España, que em
plean a un millón de personas; de ellas, 548.360 remuneradas.
A éstas se añaden otro millón de voluntarios que dedican más
de cuatro horas de su semana a fines sociales y cerca de tres
millones que colaboran esporádicamente. Todo ello se susten
ta con una buena informatización de las O N G y el uso masivo
de nuevas tecnologías, entre ellas Internet, para el uso de sus
funciones.
3.3. L O S P E L I G R O S A L E S T A D O D E L B I E N E S T A R
Naturalmente, no todo son bondades para las T I C e Inter
net Pensadores de todo tipo alertan continuamente de los
peligros que supone el mal uso de Internet y de las T I C . Así,
con ocasión de la reciente visita de Noam CHOMSKY —un lin
güista de prestigio mundial y un hombre terriblemente preo
cupado y comprometido con la solidaridad entre el ser huma
no y la consecución de su bienestar— aportaba las siguientes
ideas con ocasión de su intervención en la Universidad Rovira
I 17
Luis Joyones Aguilar
i Virgili de Tarragona (18): «La aplicación de cualquier tecno
logía produce cambios de importancia en la representación
del mundo y por tanto también en nuestra creatividad. Inter
net es un fenómeno ambivalente; puede servir para el bien y
para el mal». A una pregunta del periodista sobre si Internet
aumenta la comunicación entre las personas, CHOMSKY contes
taba así: «El tipo de comunicación es muy superficial. Los jóve
nes tienen que aprender a relacionarse con los demás
seres humanos. Esto implica estar cara a cara con la gente,
cara a cara, ¡es muy importante! N o somos marcianos. Cuan
do los jóvenes se cuelgan de Internet están participando en
mundos imaginarios, donde se relaciona con gente imaginaria.
Internet es peligrosa, especialmente para los adolescentes,
porque crea la ilusión de que se está en contacto con la gen
te. Pero en realidad uno está completamente aislado. Los ado
lescentes tienen más contacto con personas virtuales que con
personas reales y esto es un grave riesgo».
Pero, CHOMSKY es mucho más duro sobre la economía
norteamericana y dice lo siguiente: «The New York Times se
ñala que es execpcional, sin precedentes. Pero esto es sólo
cierto para un 10% de la población. El resto está luchando
por mantener su salario y el nivel de vida que tenía hace 20
años».
Uno de nuestros grandes intelectuales, el escritor y aca
démico Francisco AYALA, Premio Príncipe de Asturias de las
Letras de este año, defendió durante los actos de entrega de
los premios el pasado 24 de octubre en Oviedo, la vocación
(18) Arcadi ESPADA: «Entrevista a Noam Chomsky», en El País, 3 de noviembre de 1998, con ocasión de su nombramiento como Doctor Ho-noris Causa por la citada Universidad.
I 18
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
y el trabajo fecundo frente a los desafíos del progreso tecno
lógico.
Son muchas las voces que alertan sobre los peligros que
acechan a la Humanidad y las nuevas tecnologías pueden ayu
dar a paliarlos en gran medida. Emma BONINO, Comisaria
Europea, una de las siete mujeres Premio Príncipe de Asturias
de Cooperación Internacional, alertaba, con ocasión de la ci
tada entrega, de esos peligros con las siguientes palabras:
«Creo que la Humanidad está volviendo a la barbarie en este
final de siglo. Los síntomas más evidentes son: mueren 45 mi
llones de seres humanos cada año de hambre y malnutrición.
Hay más de 23 millones de refugiados y desplazados a causa
de los conflictos que se multiplican desde los Grandes Lagos
hasta Kosovo o Afganistán. Mil millones de personas viven en
la más absoluta miseria en este planeta, que, por otro lado,
han conocido los avances más espectaculares en la ciencia y la
tecnología».
N o estamos hablando del delito informático, las intrusio
nes a la libertad e intimidad de las personas, el peligro de la
vigilancia electrónica, etc., sólo de los peligros que el bienestar
conseguido se pueda perder o por el contrario aumente la
brecha país rico/país pobre, por un mal uso de las nuevas tec
nologías, o todavía peor; por su no posesión.
3.4. L A I N V E S T I G A C I Ó N , A L S E R V I C I O D E L B I E N E S T A R Y L A S O L I D A R I D A D E N T R E L O S P U E B L O S
El premio Nobel de Economía de 1999 se concedió al
profesor indio Amartya SEN por «su contribución al análisis
I 19
Luis Joyones Aguilor
del bienestar económico». D e hecho la Academia de Ciencias
de Estocolmo señaló en el día de su nombramiento que la in
vestigación del economista abarca desde la teoría de la elec
ción social hasta las definiciones de las diferentes medidas del
bienestar y los estudios empíricos sobre el hambre padecida
periódicamente en algunos países.
Una de sus teorías clave es que la democracia pueda im
pedir las hambrunas. La democracia tiene un importante pa
pel económico que jugar D e hecho dos de sus grandes apor
taciones son sus estudios sobre la economía del bienestar y la
elección social.
¿Qué relación tienen las teorías de Sen con las aportacio
nes de la Informática al bienestar social? Entendemos que mu
chas. Nos explicamos.
Una de sus contribuciones a la economía ha sido «definir
el fenómeno de las hambrunas y asegurar que no se produ
cen nunca cuando hay libertades políticas, porque una prensa
independiente crea un estado de opinión que hace impensa
ble que los Gobiernos no se sientan afectados ante ese pro
blema (véase el ejemplo del Gobierno español y de la Unión
Europea, con ocasión del desgraciado huracán «Mitch» en
Centroamérica. Cier to es que en este caso el pueblo español
ha dado «una gran lección de solidaridad» y, naturalmente,
eso habrá servido para despertar^ aún más de lo que ya ha
hecho, al Gobierno y al mundo político).
Las T I C e Internet, en particular^ están favoreciendo el
aumento de las libertades democráticas en todos los pue
blos. La democracia electrónica es cada día más una realidad
tangible. Internet está permitiendo a O N G s españolas y euro
peas llegar al Tercer Mundo con sus acciones humanitarias. La
120
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
telefonía móvil digital no sólo está ayudando a favorecer la
ecología (no olvidemos que la no proliferación de tendidos de
cable bien de cobre bien de fibra óptica, mantiene el ecosiste
ma, al evitar talados masivos de árboles, obras, etc.).
O t ra prueba palpable de la simbiosis entre tecnología-so
lidaridad-cultura es el reciente acuerdo de Intermon de com
prar la deuda de un país con España (Mozambique). Intermon
ha comprado la deuda al Gobierno español, para luego con
donársela al Gobierno mozambiqueño con la condición de
que éste invierta el importe en educación.
3.5. L O S P E L I G R O S D E L A S T I C : I N T I M I D A D
Y P R O T E C C I Ó N D E D A T O S . L A S O C I E D A D V I G I L A D A
El valor que se puede asignar a la información, tanto di
recta como indirectamente, ha hecho que ésta sea motivo
de fuente de materia prima en la sociedad actual y motivo
de objeto principal en transacciones comerciales y fuente
de poder y a la vez preocupación para los Estados. La po
sesión de la información puede conducir a muchos benefi
cios y su no posesión es también causa de muchas desven
tajas e inconvenientes. Estas circunstancias han creado un
complejo y a veces oscuro conjunto de relaciones entre la
propia información, sus creadores, propietarios y proveedo
res, consumidores individuales o beneficiarios de informa
ción, y el aparato del Estado que busca regular estas inte
racciones.
En esencia, entre el propietario de la información y el
usuario/cliente de la misma surgen una serie de relaciones. A
121
Luis Joyones Aguilor
destacar: la propiedad intelectual, la protección de los datos,
la libertad de información y su protección, seguridad y fiabili-
dad en la transmisión de la información, etc.
Por otra parte, la disponibilidad de información actual con
duce a un enorme debate sobre los derechos y libertades de
los individuos, donde no sólo los expertos en Derecho y los
políticos, en su amplia acepción, tienen algo que decir; la co
munidad informática (usuarios, clientes, profesionales, etc.) ne
cesita hablar y que su voz sea escuchada, como parte muy sig
nificativa en este debate.
Las T I C (Tecnologías de la Información y las Comunicacio
nes) facilitan la instalación de cámaras de vigilancia en circuito
cerrado y en instalaciones en lugares públicos. Mediante Inter
net, estas cámaras y otras miles (webcam) instaladas en espa
cios privados, abren la angustiosa situación de ver todo, de vi
gilar todo. La videovigilancia está propiciando que el adveni
miento de la sociedad vigilancia se acelere y pueda ser una
realidad en breve plazo. Las empresas deben continuar inno
vando y los docentes enseñar en las aulas sus innovaciones,
pero es preciso meditar sobre la sociedad a que vamos dirigi
dos si no se pone algún coto o regulación al mal uso de la in
formación. El artículo trata de presentar una panorámica de la
sociedad de la vigilancia o el estado del arte en un asunto
como es «el control del Gran Hermano», que ya hace varias dé
cadas predijo ORWELL.
3.5.1. El derecho a la intimidad
El derecho a la intimidad, que incluye el honor, la persona,
la familia y la propia imagen, tiene en la actualidad un trata-
122
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
miento jurídico de origen norteamericano: ia privacidad (pri-vacy).
Privacidad es un término utilizado con muchos significados. Muchos argumentos se han dado en defensa de la privacidad personal, y es útil diferenciar la privacidad como un bien instrumental de la privacidad como un bien intrínseco (19). La privacidad es necesaria para relaciones de intimidad y confianza. En una sociedad en que los individuos no tienen privacidad, es fácil pensar que la amistad y la confianza no se pueden desarrollar Si se desea tener tales relaciones, se debe tener privacidad.
Un problema general de nuestros días es la falta de respeto a la intimidad que se plantea, sobre todo, para aquellas personas que tienen carácter de personas públicas (20). La cuestión es trazar la línea divisoria de estos dos mundos: el privado y el público. O t ro principio fundamental es el derecho a la propia imagen: el derecho implicado en el reconocimiento afectivo de la dignidad de las personas. Toda persona debe tener el derecho al reconocimiento efectivo de su dignidad y el derecho a la buena fama y a ser objeto del respeto y consideración que cada uno merezca. En esencia, el derecho a la intimidad incluye el honon la persona, la familia y la propia imagen.
El desarrollo de la Informática ha suscitado, a la vez que la esperanza de una sociedad mejor informada, más próspera y más libre, serios temores por el mantenimiento del equilibrio
(19) D. G. JOHNSON: Computer Ethics, New Jersey, Prentice-Hall, 1994, Second edition, pág. 89.
(20) Ibíd., pág. 62.
123
Luis Joyones Aguilor
de los poderes en las sociedades democráticas, así como por
los derechos del hombre y las libertades públicas. Se trata de
un delicado problema: conciliar el poder estatal y el interés
público con los derechos inviolables de la persona sobre la
base de un espíritu democrático y del Estado de Derecho. Es
por ello que se requiere prevenir los posibles abusos y peli
gros que la Informática puede generar
La mayoría de los Estados han legislado o están legislando
en este sentido. España, como joven democracia, previo estos
problemas y nuestra Constitución en su artículo 18.4 ya hizo
esa previsión de los posibles abusos y peligros que la Informá
tica puede generar El respeto a la intimidad se extiende hoy,
en los países de civilización política democrática, a una esfera
bastante amplia de la vida privada. N o sólo a los informes ín
timos, sino también a algunos comportamientos personales, a
los elementos distintivos de la personalidad, a las opiniones
religiosas y políticas. Los datos de este género se denominan
sensibles para distinguirlos de los que están a disposición del
público. La identidad de intimidad personal hace referencia a
una esfera de la persona y de su actividad que se sustrae de
liberadamente del conocimiento ajeno. Ello lo vincula a otras
facetas, como el honor o la imagen, en cuanto se trata de un
ámbito garantizado de la persona frente a intromisiones ilegí
timas e inconsentidas por ésta. El propio consentimiento y el
ámbito que por la propia conducta se reserva cada persona
son factores delimitadores del alcance de este derecho, de
acuerdo con las normas y usos sociales.
Nuestra Constitución, en su tratamiento del término pri
vacidad, hace una diferencia con el término intimidad, dice el
texto: «Nótese que se habla de la privacidad, y no de la inti
midad: aquélla es más amplia que ésta, pues en tanto que la
124
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
intimidad protege la esfera en que se desarrollan las facetas
más singularmente reservadas de la vida de la persona —el
domicilio donde realiza su vida cotidiana, las comunicaciones
en las que expresa sus sentimientos, por ejemplo—, la priva
cidad constituye un conjunto más amplio, más global, de face
tas de su personalidad, que aisladamente consideradas pueden
carecer de significación intrínseca, pero que, coherentemente
enlazadas entre sí, arrojan como precipitado un retrato de la
personalidad del individuo que éste tiene derecho a mantener re
servado».
Las nuevas tecnologías hipermedias impulsadas por la Web
deben procurar al ciudadano una mejor sociedad, más justa,
equitativa, democrática e igualitaria que facilite su vida en la
misma. Es condición ineludible que las innovaciones tecnológi
cas y su posterior uso y disfrute por las personas de este pla
neta vengan de la mano de una protección de los derechos y
libertades del individuo, y que la sociedad de la vigilancia, a la
que viajamos, no tenga ningún «Gran Hermano» ni ningún ojo
electrónico que lo vigile continuamente, sino muy al contrario
ofrezca mayores cotas de libertad y de riqueza social.
3.5.2. La propiedad intelectual en el ciberespacio
El nuevo Código Penal español es posiblemente uno de
los más avanzados en la defensa de la propiedad intelectual en
las redes de computadoras, y aunque no se cita expresamente
Internet (con buen acierto, entendemos, pues aunque la publi
cación del nuevo Código ha sido a lo largo de 1996 y tal vez
hubiese permitido la alusión, no sabemos si en el futuro Red
Internet se seguirá llamando así, se llamará ciberespacio o cual
quier otro término que se pueda acuñar), la virtualidad del
125
Luis Joyones Aguilor
nuevo código es que se ha adelantado en la defensa de los
derechos de autor y la protección de los datos personales en
el ciberespacio.
Pese a esta nueva propuesta legislativa, que se adelanta a
muchas iniciativas de otros países occidentales, los temas le
gales en el ciberespacio requieren una gran atención, y en par
ticular las leyes del Copyright pueden ser especialmente difíciles.
En apoyo de este argumento se observa que la abruma
dora potencia de la conectividad digital, la duplicación instan
tánea y la distribución de cualquier trabajo es más fácil hoy
que antes. Muchas personas opinan que nunca como ahora
un individuo puede distribuir su propio trabajo más fácilmente
ante una amplia audiencia.
Un usuario en una red o un sistema de correo electrónico
o de intercambio electrónico de datos puede hacer hoy esta
difusión con una simple pulsación de una tecla o haciendo dic
en el botón de un ratón de computadora. Muchas personas
destacan las diferencias entre ciberespacio y comunicaciones
no ¡nformatizadas, dado que cuando originalmente el sistema
de Copyright fue desarrollado, esta potente manipulación de
propiedad intelectual era impensable.
Así, será preciso continuar evolucionando en la regulación
jurídica y tecnológica del correo electrónico, los grupos de noti
cias (news groups), charlas (chats), imágenes digitales, software
de todo tipo, etc.
Existe otra variedad de problemas que afectan a las leyes
de la propiedad intelectual y que afloran cuando están involu
cradas comunicaciones directas (en lineo) entre computado
ras. Especialmente el advenimiento creciente de los sistemas
126
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
hipermedia, que permiten digitalizar audio y vídeo, está planteando nuevos problemas para la protección del software basado en esta tecnología. Las conclusiones más inmediatas son el entrelazado existente entre la naturaleza legal del software y su protección y la ética del usuario y de las empresas, considerando —lógicamente— que la ética ha de ser una de las virtudes de las empresas que utilizan ese software, y que tienen muy fácil en ocasiones vulnerar la legalidad, cometiendo delitos de uso ilegal, pero difícilmente detectables.
En consecuencia, y dado que el software es y seguirá siendo uno de los productos estratégicos de la economía mundial y — p o r ende— de la sociedad de finales de este siglo y del próximo, se requiere de los gobiernos nacionales leyes que protejan esos productos ante usos indebidos o fraudulentos, tanto a nivel local como transnacional, y, además, la necesidad de una ética profesional, fundamentalmente de los informáticos y de las empresas distribuidoras o consumidoras de software, que ampare el correcto uso de los mismos.
3.6. C Ó D I G O S D E É T I C A E N I N F O R M Á T I C A Y E N I N T E R N E T
La cibersociedad exige la existencia de una ética, la necesidad de una ética informática y de las telecomunicaciones que obligara moral y profesionalmente tanto al simple usuario como al profesional informático, a ambos, pero sobre todo al informático, con responsabilidad profesional que cumplir
Se requiere de normas de conducta (deontología) y códigos éticos que entendemos no serán obligatorios mientras no sea reconocida la profesión de informático, mejor ingeniero in-
1 2 7
Luis Joyones Aguilor
formático o cualquier otra de las categorías usuales (analista,
programador; etc.), pero al menos sirvan de pauta a seguir en
el funcionamiento de la profesión. Hasta el día de la fecha, en
España sólo ha sido reconocido un Colegio de Ingenieros In
formáticos, y ha sido en la Comunidad Autónoma de Murcia.
Pensamos que a medida, proliferen estos reconocimientos ofi
ciales y sobre todo pueda surgir un Colegio o Federación de
Colegios a nivel estatal, la implantación de códigos deontológi-
cos de los Colegios y de la profesión será un hecho consuma
do. Mientras tanto aportamos en este artículo un estudio de
los más reconocidos códigos a nivel internacional, tales como
los de A C M , B C S , IEEE, y a nivel español uno reciente que está
proporcionando un buen punto de referencia, el de A E C E
(Asociación Española de Comercio Electrónico), así como una
propuesta de códigos de Internet realizada en la U P S A en Ma
drid (Universidad Pontificia de Salamanca en Madrid) por el
Departamento de Lenguajes y Sistemas Informáticos y dirigida
por el profesor responsable de Ética Informática, y que está sir
viendo de base para un borrador común que la Facultad de In
formática de la citada Universidad ha comenzado a redactar
con AL I (Asociación de Licenciados e Ingenieros en Informáti
ca) y en su día propondrá a la comunidad informática, a través
del IEDEI y el propio departamento y que tiene previsto pre
sentar en congresos nacionales e internacionales afines.
3.6.1. ¿Porqué un código de ética para los profesionales informáticos?
La ética informática, aunque pensada en los profesionales
informáticos, en realidad debería afectar también a todas
aquellas personas que de una u otra forma utilizan ordenado-
128
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
res en sus actividades diarias, profesionales, domésticas o de
ocio. ¿Es eso posible? Naturalmente, no. En consecuencia, nos
debemos centrar en los informáticos profesionales. ¿Quiénes
pueden considerarse informáticos profesionales? ¿A quién afecta
ría o para quién es importante la ética informática?
Los informáticos diseñan y desarrollan software y hardware
para uso de sus clientes o de sus empresas. Los aspectos éti
cos importantes se refieren a la Habilidad y seguridad del sis
tema y de los datos, la piratería del software y otros delitos in
formáticos que están tipificados y especificados en los códigos
penales correspondientes y aquellos que todavía no lo están,
pero que no por ello dejan de ser delitos.
Se han desarrollado y se seguirán desarrollando códigos
de ética informática por las más diferentes organizaciones pro
fesionales, instituciones y empresas. La pregunta que cabe ha
cerse es: ¿los profesionales informáticos necesitan un código de
ética? La respuesta categórica es sí y además pensamos que
«los códigos de ética deben ser una norma valiosa e impera
tiva para todos los profesionales informáticos actuales y futu
ros que deben conocer y utilizar en su profesión. Entonces,
¿qué códigos de ética obligará a los informáticos? Muchos son
los que existen, pero lo ideal es que hubiese uno sólo, aunque
luego pudiera tener variantes o ajustes según el país, lugar, or
ganización o empresa donde se utilice, como sucede con los
códigos de ética médica o de la abogacía.
3.6.2. Principios deontológicos en la cibersociedad
La ciberética (ética en la Sociedad de la Información) se
apoya en cuatro principios deontológicos que se conocen po-
129
Luis Joyones Aguilor
pularmente con el acrónimo PAPA (siglas de los términos ingleses, Privacym Accurace, Property Access). Estos principios hacen referencia a los problemas relacionados con:
• el mundo de la intimidad y vida privada de las personas;-
• la exigencia de exactitud, verdad y objetividad en la información;
• la propiedad intelectual;
• las normas, regulación y límites en el acceso a la información.
Estos principios, que fueron definidos pensando en Internet, son extrapolabas a todas las situaciones y actividades en la cibersociedad, no sólo relacionadas con Internet sino en el mundo Red en que se vive. A su vez estos principios no sólo comportan una simple aplicación de los grandes principios clásicos de la ética sino nuevas situaciones, nuevas circunstancias y, en consecuencia, requieren la emergencia de responsabilidades inéditas tanto para profesionales como para los usuarios de Internet.
3.7. L A C U L T U R A E N L A N U E V A S O C I E D A D D E L C O N O C I M I E N T O
Las tecnologías de la información y comunicación han tenido un impacto considerable en la cultura. Dejando de lado el impacto de los medios de comunicación clásicos (prensa, radio y televisión) por salirse fuera de nuestra investigación, nos centraremos en la influencia de la multimedia, realidad virtual
130
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
y autopistas de la información en el ámbito cultural, y que se
denomina «cibercultura»: es el nuevo concepto que define la
cultura, sociedad y vida de los próximos años, y es un término
que engloba todo lo que sea movimiento, evolución y en de
finitiva cultura a través del prefijo «ciber» que le proporciona
un nuevo estado, en el que el canal de desarrollo es su propio
flujo tecnológico.
La cibercultura abarca todo el conjunto de posibilidades
que ya existían, añadiendo la ventaja de un pensamiento ar
tificial y unos interfaces que simulan los procesos de creación
y los transportan a gran velocidad, ya sea en el interior de la
propia computadora, o a otras computadoras situadas a dis
tancia. La cibercultura se nutre de la cibernética y del ciberes
pacio, apoyándose en los factores tecnológicos ya conocidos:
Multimedia, Realidad virtual, Autopistas de la Información e In
ternet
Todos los aspectos de la cultura están siendo influidos por
las nuevas tecnologías de la información, y desde el uso de
computadora en las Bellas Artes, pasando por el cine, el de
porte, la edición, la música, etc., es difícil encontrar una par
cela del ámbito cultural donde no se «sienta» la presencia de
la nueva cultura digital. Las nuevas perspectivas culturales en
las nuevas Sociedades de la Información o sociedades digita
les se reflejarán en influencias culturales, en la educación y en
la religión, además de en otras manifestaciones culturales ya
citadas.
La revolución tecnológica está ya invadiendo la educación;
dentro de unas décadas habrá transformado la forma en que
aprendemos e incluso la forma en que enseñamos. La compu-
131
Luis Joyones Aguilor
tadora es mucho más que una herramienta de aprendizaje
para los jóvenes, y muy especialmente para los niños hasta los
doce o catorce años. Las redes de computadoras enlazadas
vía teléfono, satélites o fibra óptica, harán que la transmisión
directa audio, texto y sonido (multimedia) sea tan revoluciona
ria como la computadora, y cada vez más será una transmi
sión bidireccional e interactiva. Las lecciones y conferencias
virtuales permitirán que los profesores estén trabajando direc
tamente con los alumnos, aunque puedan estar físicamente al
otro lado del globo. El sistema de transmisión por satélite
hace posible el acceso a una enseñanza de alta calidad para el
país más pobre y la aldea más remota.
Cuanta más educación (instrucción) tenga una persona,
más a menudo necesitará más instrucción. El sistema educati
vo cada vez será más abierto, y permitirá que una persona se
incorpore a cualquiera de sus etapas a cualquier edad. Las es
cuelas, colegios y Universidades tendrán que competir con
otros proveedores de enseñanza y aprendizaje, como centros
de formación presenciales y virtuales de grandes empresas,
Universidades a distancia «virtuales». El probable proceso de
globalización en el que ya se está inmerso implica la revolu
ción lenta, universal y de consecuencias insospechadas que se
están produciendo y se van a producir en el mundo de la cul
tura.
La globalización que distribuye bienestar; contribuye a la
desaparición de culturas y el orgullo de lo propio, fenómeno
generalizado en la últimas décadas, por lo que se hace nece
sario admirar a aquellos núcleos étnicos o culturales que
arriesgan su vida para defender su «manera de ser», como ha
ocurrido durante milenios.
132
La carrera mundial por el conocimiento. Uno visión desde la nueva economía
3.7.1. El futuro del libro y su impacto en la cultura
¿Cuales serán los cambios y las transformaciones sociales de
bidas al libro y al acto de leer? ¿Cuál es el futuro del libro en esta
nueva era, conforme se acerca el final del milenio? Esta interro
gante plantea incógnitas que van desde la transformación de las
instituciones culturales dedicadas al almacenamiento y conserva
ción de los libros, hasta cambios en los procesos cognitivos de la
lectura y escritura que surgen directa o indirectamente de la in
troducción y uso de las tecnologías emergentes para leer y escri
bir; como es el caso de la hipermedia y su imbricación en Internet.
Umberto Eco , con ocasión de un simposio sobre el futuro
del libro, recordaba una cita de El jorobado de Notre Dame, de
Victor H U G O , cuando Frollo —e l archidiácono— comparando
un libro con su vieja catedral, dice: «Ceci tuera cela» (el libro
matará a la catedral, el alfabeto matará a las imágenes); es de
cir; ceci (el ordenador) tuera cela (el libro). La idea de que algo
acabará con otra cosa es muy antigua y desde luego se pro
dujo antes de H U G O y antes de los miedos medievales de Fro
llo. Estamos de acuerdo con E c o en que Internet no matará
al libro, al contrario, será un complemento ideal.
3.8. E L N U E V O F U T U R O D E L C O N O C I M I E N T O
La dimensión globalizadora se extenderá prácticamente a
todas las actividades de la sociedad. A medida que se globalice
el mundo de los negocios e Internet crezca, se producirá un
lugar de trabajo sin fisuras.
La globalización facilita que disciplinas y proyectos que an
tes estaban divididos están ahora colaborando y no compiten
133
Luis Joyones Aguilor
entre sí. Esta emergiendo un lenguaje común que antes no
existía y que permite a la gente entenderse sin importar las
fronteras. Este lenguaje es, por excelencia, el inglés; sin embar
go, iniciativas como Infovía de Telefónica o Iddeo de Retevisión
que permite acceder a Internet a precio de llamada local co
menzarán a influir en los próximos años, propiciando que el
español comience a ser el segundo idioma de la red.
Sin embargo, aunque la infinidad de revistas especializadas
editadas en español, junto con numerosos buscadores e infini
dad de páginas Web también están en español, el uso de
nuestro idioma en las redes telemáticas desciende de manera
preocupante si atendemos a las últimas cifras dadas por San
tiago D E M O R A - F I G U E R O A , responsable del Instituto Cervantes.
C o n ocasión del debate celebrado para inaugurar la sede del
Grupo Bertelsmann en Barcelona el día 18 de septiembre de
1998, M O R A - F I G U E R O A dio a conocer una estadística demole
dora: el inglés es el idioma de más del 70% de las páginas
Web de Internet, mientras que el español, con un 1,5%, va
perdiendo cuota.
Internet va a crear una sociedad global que estará más co
nectada gracias al correo electrónico y en breve por la video-
conferencia doméstica y a las aplicaciones de la Web (www).
Se van a crear muchas aldeas globales en torno a intereses co
munes, no la aldea global como la imaginaba M C L U H A N , sino
una confederación de aldeas.
La Red conduce a una sociedad que puede cambiar su
vínculo social —hasta ahora asociado con un lugar f ísico— y
liberarse de sus limitaciones, ya que la Red es un espacio para
compartir de forma libre y gratuita y que permite educar en
el civismo y la responsabilidad.
134
Lo correro mundiol por el conocimiento. Uno visión desde ¡o nuevo economía
Existen varios peligros (incertidumbres). N o hay libertad sin
medios. Casi todo el tráfico de la Red y de las Telecomunica
ciones, en general, entre Hispanoamérica y la Península pasa
por Estados Unidos, lo que implica que, por ahora, la globali
zación está marcada fuertemente por los imperios económicos
mundiales (léase E E U U y, por orden, Japón y Unión Europea).
La Internet 2, de uso restringido, y con un gran ancho de
banda, amenaza con crear un espacio aparte para los privile
giados. Servicios de pago están sustituyendo a los gratuitos
(una excepción ha sido el periódico norteamericano New
York Times NYT). Pequeños programas (cookies) invaden nues
tros ordenadores para examinar qué páginas visitamos. Las
nuevas técnicas de la Red no esperan a que vayamos a un si
tio, sino que nos envían sus páginas (21).
3 . 9 . P E N S A M I E N T O G L O B A L / A C T U A C I Ó N L O C A L
La revolución de los multimedia/hipermedia, el desarrollo
de la red mundial de telecomunicaciones y de Internet/Inter
net 2, que permite la desconcentración masiva del saber y la
información, instantánea, globalmente y a bajo coste. En este
sentido, nuestra esperanza es que esta resolución abre la po
sibilidad de una formidable democratización de la cultura.
Las grandes Organizaciones Gubernamentales y N o G u
bernamentales ( O N G ) suelen recurrir a Internet y a los me
dios para crear una «opinión pública global». Sin embargo, esto
(21) M I L L 4 N , José Antonio: «¿Hacia un nuevo horizonte?», en World Medio, El Poís, Madrid, 18 diciembre de 1997.
135
Luis Joyones Aguilar
no ha de significar la unificación de una cultura mundial bajo la hegemonía de una cultura hipermedia tecnologista, que a su vez estará controlada por las grandes empresas mediáticas, que a su vez también pertenecerán a los grandes bloques ge-opolíticos y financieros.
Por ello es necesario llegar a una conclusión que como hombre de ciencia preocupado por la sociedad en que vive lo sintetizaré en las frases: «conseguir que gane el humanismo en la revolución informática» y «ni promover —arbitrariamente— las redes informáticas ni rechazarlas». Para extraer beneficios auténticos es importante, antes que nada, prevenirse contra los riesgos de lo virtual, favoreciendo la apropiación de lo real en cada sociedad: luchando contra la exclusión, favoreciendo la movilidad en lo real, el acceso para todos a todas las satisfacciones de todos los sentidos y todas las ideas. Es importante también prevenirse contra la globalización virtual favoreciendo el acercamiento, y el movimiento, real intercultural, luchando contra el racismo y el cierre de fronteras (22).
Las nuevas tecnologías hipermedia impulsadas por la Web deben procurar al ciudadano una mejor sociedad, más justa, equitativa, democrática e igualitaria que facilite su vida en la misma. Es condición ineludible que las innovaciones tecnológicas y su posterior uso y disfrute vangan de la mano de una protección de los derechos y libertades del individuo, y que la sociedad de la vigilancia, a la que viajamos, no tenga ningún «Gran Hermano» ni ningún ojo electrónico que lo controle continuamente, sino muy al contrario, ofrezca mayores cotas de libertad y riqueza social.
(22) A . L I P I E T Z : «El futuro de las culturas», en Le Monde Diplomatique, París, noviembre 1996, pág. 27.
136
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
3.10. L A O B L I G A C I Ó N D E U N A É T I C A E N L A S O C I E D A D D E L C O N O C I M I E N T O
Las innumerables innovaciones tecnológicas y los avances
científicos que traen consigo la Informática y las telecomunica
ciones integradas con Internet y las redes Intranet y Extranet,
hacen casi imposible predecir con «exactitud» la naturaleza
precisa de las transformaciones que pueden suponer para la
vida profesional, la empresa y los negocios y en general la so
ciedad. Ya no se necesita sólo de una ética informática y de las
telecomunicaciones sino que el carácter global de la ética es
tá conduciendo a la necesidad ineludible de dotar de códigos
deontológicos a la profesión informática e incluso cualquier
profesión que utilice herramientas informáticas de modo pro
fesional.
Tal vez por estas causas el Congreso español, el pasado 10
de noviembre, ha solicitado al Gobierno la creación de un
Comité de expertos encargados de valorar los problemas éti
cos que se pueden derivar de los avances científicos y tecno
lógicos. El organismo, denominado Comité Nacional de Etica
para las Ciencias y las Nuevas Tecnologías, aunque sólo emitirá
valoraciones no vinculantes, «deberá entender de todos los
problemas éticos derivados de los avances de las ciencias de
la vida, la Medicina, la biología (en animales, plantas y medio
ambiente), así como de las tecnologías en todas sus aplicacio
nes y hacer un seguimiento atento de la investigación en to
dos los campos.
En cualquier caso, y al margen de las iniciativas guberna
mentales, también necesarias, se requiere de iniciativas que
apoyadas por las Universidades, instituciones, empresas, aso
ciaciones y Colegios de Ingenieros Informáticos, fragüen el de-
137
Luis Joyones Aguilor
sarrollo de códigos de ética para la profesión informática, al
estilo del que con muy buen criterio ha iniciado la joven A s o
ciación Española de Comerc io Electrónico, que ha hecho de
su Código de Ética un banderín de enganche para sus asocia
dos. También se necesita la mentalización de la Sociedad Infor
mática, por lo que los medios de comunicación generales y
especializados han de colaborar de igual modo en que estas
iniciativas se hagan realidad.
3.11. I N T E R N E T Y L A E D U C A C I Ó N
El mundo en que vivimos cambia con gran rapidez y, pre-
visiblemente, el proceso va a continuar con un ritmo aún no
determinado. Lo que a mi juicio ocurre es que el evidente
cambio es más externo que interno, más del ritmo que de la
melodía (23). La era de la tecnología abre nuevas y extensas
perspectivas, que, además de muchas otras cosas, van a alte
rar, ampliándolo, el factor tiempo; ello, añadido al crecimiento
de las expectativas de vida, va a exigir una preparación de la
Humanidad dirigida a utilizar del mejor modo posible este
tiempo con el que antes no se contaba y a tratar de alcanzar
una convivencia grata y comprometida con el entorno, con el
fin de que el t iempo añadido discurra del modo mejor y más
humano posible.
Habrá que iniciar el aprendizaje en la escuela, y será, una vez
más, el profesor/a la clave de la educación para el futuro. Sin
embargo, se avecinan nuevas exigencias para el profesor: tendrá
( 2 3 ) E L V I R A O N T A Ñ Ó N : «La educación y el mundo que viene», Madrid, El Poís Digitol (13-4-1999) .
138
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
que conocen practicar y habituarse a los adelantos informáticos
(especialmente Internet) para enseñar a los alumnos y sobre
todo, en su labor educativa deberá incidir en el buen aprove
chamiento de las ventajas que proporcionan las T I C .
Es necesario animar y autoimplicar al profesor en la cons
trucción del mundo futuro a través de las generaciones que lo
van a vivir y que lo deben disfrutar. C o n un papel tan relevan
te, tal vez se alcance el prestigio social, en el más elevado sen
tido, que la profesión de enseñar merece y que aún no se ha
alcanzado de modo suficiente.
El pasado día 8 se celebró el Día Mundial de la Alfabetiza
ción. En Occidente, a pesar de la globalización, hay unos 880
millones de personas que no saben leer ni escribir; y unos 250
millones de menores de 12 años están insuficientemente aten
didos, porque no acuden a la escuela, o porque asisten menos
de cinco cursos a lo largo de su vida, y además muchos los
hacen en condiciones realmente precarias. Para conseguir ga
nar la carrera del conocimiento será necesario luchar contra
el analfabetismo en el mundo, como arma imprescindible para
terminar con éxito esta carrera.
Será preciso vigilar que la revolución de la información,
causante principal de la globalización, no se vea «desbordada»
por una revolución biogenética que permitiera franquear el
abismo existente entre la manipulación de las representaciones
virtuales y la manipulación real de los cuerpos, ya que enton
ces, como afirma Alain L I P I E T Z en Le Monde Diplomatique, sí
habríamos «cambiado de era» y se actualizaría entonces para
nosotros la profecía de Sófocles: «Dueño de un saber cuyos re
cursos sobrepasan toda esperanza, el hombre puede tomar a
continuación tanto el camino del bien como el del mal».
139
Luis Joyones Aguilor
Es inevitable la adopción de las nuevas tecnologías en la
educación en particular y en la vida en general. Juan Luis
C E B R I Á N —e l académico— advertía en el citado congreso de
Barcelona que era necesario pasar de la información al cono
cimiento y de éste a la sabiduría (nosotros retocamos esta fra
se, y además de sabiduría, hablaríamos de toma de decisio
nes). Admitía que no había una receta para ello, pero advirtió
de que disponer de muchos datos no equivale a estar infor
mado, ni estar informado capacita para pensar También ¡nsitía
en el hecho de las nuevas tecnologías suponen un cambio de
civilización de consecuencias imprecisas, pero que son, dijo,
equiparables a las de la invención del alfabeto, y, posiblemente,
superiores a las de la invención de la imprenta.
Desde el punto de vista de la Universidad y como exten
sión de la enseñanza primaria y media, considérese el hecho
de que constituye una fabrica de conocimiento, generador y
productor de conocimiento. El rector de la Universidad de
Barcelona (24) afirmaba recientemente: «Nuestras aulas en
vían reiteradamente a los estudiantes este mensaje: vuestro
futuro en la sociedad del conocimiento pasa por el cambio
profesional continuo. Y según los múltiples expertos universi
tarios en organizaciones es incuestionable que el crecimiento
exponencial del conocimiento hace de ellas unas organizacio
nes de aprendizaje, en las que el cambio se integra en la es
tructura mediante mecanismo innovador-organizativos, donde
el cambio constante se responde con la prioridad estratégica
de la innovación y la mejora competencial de sus miembros
por el aprendizaje.
(24) Antoni C A P A R R O S : «La Universidad como sociedad del conocimiento», Madrid, El País Digital.
140
La carrera mundial por el conocimiento. Uno visión desde la nueva economía
P A R T E IV
EL FUTURO YA NO SERÁ LO QUE ERA
Europa, y en particular España, pueden convertirse en lí
deres en tecnologías de gestión del conocimiento y, por ende,
en comercio electrónico, si se superan las barreras y obstácu
los ya citados. Además la integración de las tecnologías euro
peas de telefonía móvil y fija, diseñadas específicamente para
el comercio-e móvil, jugarán un papel crucial en su crecimien
to.
Parece que las estrategias empresariales para el 2000 son
que vender P C s cada vez más va a ser menos rentable y el
negocio será proporcionar a las empresas todos los servicios
globales que necesita para Internet. Es difícil apostar un euro
por el futuro del P C . La idea es que los grandes productores
de P C —«dinosaurios de sobremesa», los llama Financial Ti
mes— están condenados a desaparecer; en este nuevo mun
do en Red, y aunque seguirán fabricando P C s por simple
«imagen», sus estrategias mirarán a Internet.
El conocimiento en Internet se está convirtiendo en negocio,
de modo que el e-business y sus soluciones, junto con herra
mientas de toma de decisión (data warehousing, data mining,
OLAP...), las soluciones ERR los sistemas de atención al cliente
(cali center), las tecnologías de trabajo en grupo (groupware) y
de flujo de trabajo (workflow) son los escaparates en los que
han de mirarse las empresas y organizaciones de cara al Ter
cer Milenio. Pero es una interfaz «amigable» en forma de por
tal Web, la herramienta eficiente para la gestión del conoci
miento y su posterior conversión en negocio y en riqueza
para la empresa. El portal es la mejor interfaz para obtener
141
Luis Joyones Aguilor
una gestión eficiente de la escala del conocimiento (datos, in
formación, conocimiento, toma de decisiones) y las Redes In
tranet y Extranet la telaraña organizativa de las empresas que
permite aumentar su rentabilidad y productividad.
La nueva era del conocimiento que se avecina seguirá
marcada en el campo económico por fusiones que buscan
mezclar conocimiento, contenidos y soportes de transmisión
de datos (cable, telefonía móvil/fija...), así como ciberempresas
—empresas de conocimiento— tales como Terra, Jazztel, Ly
cos, Amazon . . . La banca virtual y los portales financieros
—véase los proyectos del patagón, uno-e, bancopopular-e,
eBankinter...— serán una realidad cada vez más tangibles, en
una curiosa mezcla de activos tangibles e intangibles.
E L F U T U R O N O L E J A N O
Una descripción aproximada de la distribución de Internet
en el mundo podría ser esta: 50% corresponde a E E U U , el
40% a Europa, el 5% a Japón y Corea, y el 5% restante al res
to del mundo. C o m o augura N E G R O P O N T E (en Time, antes ci
tado), ¡menudo error! Es posible que en un plazo de tres años
el mundo en vías de desarrollo representará más del 50% de
Internet. Tres años después el idioma más utilizado en la Red
puede ser el chino, y el español, si continúa el crecimiento de
Iberoamérica, podría ser muy bien, el tercero en discordia.
Nunca, en la Historia de la Humanidad, se había el dado el
caso de que una pequeña y pobre empresa —pero con co
nocimiento específico grande sobre un determinado asunto—
pueda competir con las empresas grandes y ricas, pero es
preciso constatar que un pequeño país —incluso hasta po-
142
La carrera mundial por eí conocimiento. Una visión desde la nueva economía
bre— puede competir en el mercado mundial con los gran
des y ricos. En Europa tenemos dos casos sobresalientes en la
última década: Irlanda —gran fábrica de software— y Finlandia
— c u n a de Nokia, una de las mejores empresa, si no la mejor,
de telefonía móvil del mundo (25).
Por otra parte, es necesario insistir en que en los nuevos
negocios digitales «el conocimiento es la única ventaja compe
titiva duradera», sólo aquellas empresas que sean capaces de
crear nuevo conocimiento, distribuirlo rápidamente por la or
ganización y trasformarlo en nuevos productos y servicios se
rán compañías con capacidad para transformarse con éxito.
Algunos datos ilustrativos sobre empresas que utilizan bien el
conocimiento son las ya citadas BBVA y Unión Fenosa. En el
caso del BBVA, el programa de transformación personal del
Banco — q u e llegó a un acuerdo con IBM para la adquisición
de PCs, con acceso a Internet— afecta a sus más de 100.000
empleados, a quienes el Banco ya ha ofrecido un ordenador
multimedia con conexión a la Red para instalar en casa. Tam
bién se está ultimando un campus virtual para la plantilla, junto
con un plan de formación diseñado por el IESE, para 3.000 di
rectivos.
Las Universidades e instituciones de Enseñanza Media de
berán afrontar políticas de gestión del conocimiento para
aumentar su eficiencia y seguir ofreciendo sus servicios a la
comunidad. La enseñanza presencial en conjunción con la en
señanza virtual será una de las piezas clave de los próximos
años. C o m o botón de muestra, señalemos que la Comunidad
de Madrid ha presentado recientemente el proyecto Educa-
(25) En el sitio de Internet: http://kurellian.tripod.com se recopilan todos los sitios web que se dedican a predecir el futuro.
143
Luís Joyones Aguilor
Madrid, mediante el cual los alumnos de los 1.500 colegios
públicos de Madrid, sus familias, sus profesores y los centros
docentes entre sí estarán conectados por Internet a partir del
2001 con sólo acceder a la página web de la Comunidad, de
modo que todos los trámites educativos se podrán hacer por
Internet. Algunos servicios serán de libre acceso a todo el pú
blico, pero otros estarán limitados a personas autorizadas
«para preservar la identidad de los alumnos y la confidenciali
dad de algunos documentos».
Un simple vistazo, pero no por ello menos importante, en
esta panorámica que estamos ofreciendo sobre la sociedad
del conocimiento, a la biotecnología. Los alimentos modifica
dos genéticamente ya forman parte de la vida diaria en algu
nos países, en particular Estados Unidos. Las estadísticas sobre
crecimiento de la población y hambre son preocupantes. El
año pasado la población mundial llegó a los 6.000 millones. Y
Naciones Unidas calcula que hacia el año 2050 probablemen
te rondará los 9.000 millones. Casi todo ese crecimiento se
producirá en los países en vías de desarrollo. A l mismo tiem
po, la superficie de tierra cultivable por persona es cada vez
menor Las tierras arables no han cesado de disminuir desde
1960 y se reducirán a la mitad en los próximos 50 años. N a
ciones Unidas calcula que aproximadamente 800 millones de
personas en el mundo están i nfraal i mentadas. Los efectos son
devastadores. ¿De qué modo puede ayudar la biotecnología?
Muchos científicos creen que la biotecnología podría aumentar
la productividad de las cosechas. Los alimentos genéticamente
modificados son cuestionados entre los europeos bien alimen
tados, pero muchos científicos, humanistas, pensadores... cre
en que la biotecnología podría aumentar la productividad de
las cosechas, en general en los países en vías de desarrollo, en
144
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
un 25% y contribuir a evitar la pérdida de cosechas una vez recolectadas. Sin embargo, a pesar de todas estas promesas, la biotecnología dista mucho de ser la solución total.
Aunque la controversia está servida, de lo que no cabe duda es de que el conocimiento que se requiere para esta nueva ciencia, será necesario adquirirlo y aumentarlo en la forma y medida posibles. N o se puede pensar en el futuro del conocimiento sin una buena política y gestión de la biotecnología: sus investigaciones, las empresas constructoras y sus distribuciones.
A M O D O D E C O N C L U S I Ó N
" Una síntesis de nuestras conclusiones finales podría ser este breve decálogo de reflexiones:
• La Red (Internet) está alterando actualmente las relaciones de poder y afectará inevitablemente al mundo educativo, organizativo, institucional y empresarial.
• El modelo educativo que considera el conjunto de formación adquirido en la Universidad como válido para toda la vida está agotado: «El aprendizaje continuo y de por vida es el futuro».
• El conocimiento es el activo principal de riqueza de las organizaciones y en particular de las entidades educativas, que no sólo constituyen almacenes de conocimiento sino que son entidades creadoras de conocimiento.
• Las herramientas tecnológicas para la gestión del conocimiento se articulan alrededor de redes Intranet/Extranet y configuran a estas redes como espinas dorsales de la educación del futuro.
145
Luis Joyones Aguilor
• La estructura social se articula en torno a organizaciones
en Red en detrimento de las organizaciones jerárquicas.
• El conocimiento de las organizaciones debe compartirse
por todos sus miembros y debe abandonarse la política
de ocultación de datos a sus empleados y miembros.
• Las organizaciones, instituciones y empresas deberán con
siderar el capital intelectual como uno de sus grandes ac
tivos y poner en marcha métodos de valoración del mismo.
• La misión del profesor (maestro) seguirá siendo la tradicio
nal y se requerirá un reconocimiento real de su función
como bien social. Será preciso para ello poner a su dispo
sición los medios tecnológicos y saberes necesarios para su
labor de enseñanza.
• Se requiere la necesidad de una ética de la informática y
de las comunicaciones, que al igual que la ética en su
sentido general, deberá iniciarse en las aulas de colegios e
institutos y continuar en la Universidad.
• El acceso universal a la Red (Internet) debe ser conside
rado como un derecho fundamental y se requerirá faci
litar dicho acceso a todos los ciudadanos, favoreciendo
la adquisición de ordenadores y la implantación de tarifas
planas en telefonía y en Internet —políticas que ya ha co
menzado el actual Gobierno, pero que será necesario am
pliar y potenciar— sobre todo en las familias dotadas de
menos medios económicos, en las PYMES y en todos los
centros educativos públicos y privados.
El mercado seguirá demandando profesionales especialis
tas en Tecnologías de la Información, pero cada vez serán más
146
La carrera mundial por el conocimiento. Una visión desde la nueva economía
frecuentes los proyectos multidisciplinares, donde profesionales
del mundo informático trabajen codo a codo con economis
tas, abogados, filósofos, psicólogos o sociólogos, que aporta
rán sus visiones sobre el mundo de la economía, la sociedad,
el pensamiento o el conocimiento, necesarios para aprovechar
la mayor riqueza que hoy tienen las organizaciones y empre
sas: el conocimiento. C o m o diría el gran filósofo Groucho
Marx «£/ futuro ya no es lo que era».
Pensamos que la sociedad ya se encuentra en plena era di
gital y que afronta con mayor o menor éxito los nuevos retos
que eso le plantea, pero creemos que en la Red, por el con
trario — c o m o augura N E G R O P O N T E ( 2 6 ) — , lo bueno está por
llegar. Ahora bien, será preciso reflexionar como lo hace Er
nesto S Á B A T O en su última obra (La resistencia, Seix Barral,
2 0 0 0 ) , en la creciente falta de valores y la deshumanización a
que aboca la tecnología. Sin embargo, pensamos que la con
quista del conocimiento y su consiguiente democratización
pueden conseguir que esos temores que manifiesta S A B A T O no
se hagan realidad.
B I B L I O W E B
ABC: vwvw.abc.es
Amnistía Internacional: www.amnesty.org
Banco Mundial: www.worldbank.org
(26) Se pueden consultar muchos de sus escritos, junto con sus colaboraciones en la revista Wired —una de las fuentes espirituales del mundo Internet— en: www.media.mit.edu/Nicholas.
1 4 7
Luis Joyones Aguilar
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International Herald Tribune: www.int.com
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John Barlowhttp: www.eff.org/~barlow
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148
Lo correrá mundiol por el conocimiento. Uno visión desde lo nuevo economío
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The Economist: ww.economist.com
The European Information Society: www.ispo.cec.be/infosoc
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157
BENEFICIOS Y DESIGUALDADES DE LA MUNDIALIZACIÓN
Una reflexión desde la Doctrina Social de la Iglesia
ILDEFONSO CAMACHO LA RAÑA, SJ
Profesor de la Facultad de Teología (Granada) ETEA (Córdoba)
El objetivo central de estas páginas es tomar postura
como cristianos ante el fenómeno de la mundialización. D e
entrada, podemos adelantar que hay razones que nos animan
a entrar en esta temática, y para no hacerlo con una actitud
sólo de crítica negativa, como es frecuentemente la tentación
de muchas instancias eclesiales de todo signo. Para evitar este
sesgo tendríamos que partir del carácter universal que es intrín
seco al mensaje cristiano. Sin haber profundizado mucho toda
vía en el concepto de mundialización, podemos encontrar, ya
desde ahora, una sintonía entre dicho fenómeno, hoy tan de
modaí, y esa pretensión del cristianismo, tan esencial desde sus
orígenes, de llegar a todos los pueblos sin distinción de cultu
ras y razas.
Pero para adentrarnos en estas reflexiones necesitamos
delimitar mejor lo que hoy se entiende por mundialización: su
alcance, sus manifestaciones, sus causas y sus consecuencias
159
Ildefonso Comacho
(Parte I). As í estaremos en condiciones de abordar cuál pue
de ser la respuesta a la mundialización, planteada desde un
juicio ético y cristiano de la misma (Parte II). Terminaremos, a
modo de conclusión, sugiriendo algunas tareas para una Igle
sia a la que le ha tocado vivir en un mundo cada vez más glo-
balizado.
I. D E Q U É C O N C E P T O D E M U N D I A L I Z A C I Ó N P A R T I M O S
Una primera definición, muy sencilla pero muy intuitiva,
del fenómeno que estudiamos podría ser: la mundialización es
la presencia del mundo entero en nuestras vidas ( I ) . A pesar de
su simplicidad, tiene la ventaja de conectar un fenómeno
complejo con la experiencia cotidiana de cualquier persona.
Basta encender la televisión, mirar los escaparates, entrar en
una gran superficie o dedicar un rato a navegar por Internet,
para convencernos de que el mundo se ha reducido de tama
ño y que cosas y eventos de todas partes están presentes o
al alcance de la mano. Eso es experiencia directa de la mun
dialización.
Debemos, sin embargo, analizar con más profundidad el
fenómeno. Pero permítasenos antes una aclaración terminoló
gica, porque unas veces se habla de mundialización y otras de
globalización. C o n ambas palabras nos estamos refiriendo al
mismo hecho: globalización fue quizá la primera denominación,
procedente del mundo anglosajón; el universo cultural francés
ha preferido mundialización, un término que probablemente
( I ) C O M M I S S I O N J U S T I C E E T P A I X - F R A N C E : «MaTtrisser la mondialisation» (mars 1999), Documentotion Cotholique, 81 (1999), 330.
160
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión...
es más adecuado para designar esta nueva situación. Si en este
artículo se utiliza preferentemente mundialización es debido a
que ése era el término que figuraba en el título que se me
propuso. N o merece la pena, en este momento, detenerse
más en el debate terminológico.
I . U n concepto más elaborado de mundialización (2)
Inicialmente, la mundialización es un fenómeno de carácter
económico. En este sentido puede definirse como un proceso
dinámico de creciente libertad e integración mundial de los mer
cados de trabajo, bienes, servicios, tecnología y capitales (3). Este
proceso viene de lejos. Sus orígenes históricos hay que bus
carlos en el desarrollo mismo del capitalismo y de la econo
mía moderna: por consiguiente, al menos desde comienzos
del siglo xix. En estos dos siglos se ha ido ampliando geográfi
camente y profundizando en su alcance. Y este avance, que
progresó de forma cuantitativa durante mucho tiempo, ha lle
gado a producir hoy un cambio cualitativo. Este cambio cuali
tativo es el que justifica el uso de un nuevo término: globaliza
ción o mundialización.
¿Cómo concretar este cambio cualitativo? Su manifestación
más elocuente es que el mercado nacional deja de ser el prin
cipal marco de referencia de la actividad económica para ce
der su lugar al mercado mundial. A la hora de planificar la pro-
( 2 ) Sobre todo lo que sigue puede verse: «Globalización ¡ntegradora vs. globalización excluyente», Revista de Fomento Social, 5 5 (2000) , 143-160.
( 3 ) Cf. G. DE LA DEHESA: Comprender la globalización, Alianza, Madrid, 2000, 17.
161
Ildefonso Camocho
ducción o la colocación de los productos terminados, son mu
chas las empresas que ya no se atienen preferentemente al
mercado nacional, con sus restricciones y sus oportunidades,
sino que actúan desde las crecientes posibilidades que ofrece
todo el planeta, gracias a las facilidades para las comunicacio
nes, para los transportes y para las relaciones económicas de
todo tipo.
La mundialización ha sido identificada en un reciente infor
me de expertos de todo el globo como «el hecho de los múl
tiples lazos e interconexiones que unen a los Estados y las socie
dades y contribuyen a formar el presente sistema mundial». Y
añaden: la mundialización «describe el proceso según el cual
acontecimientos, decisiones y actividades que tienen lugar en un
punto del planeta acaban por tener importantes repercusiones
sobre los individuos y las colectividades que viven muy lejos de
allí» (4).
El efecto más significativo de la mundialización es la pérdi
da de relevancia de las dinámicas de carácter nacional, que du
rante siglos de historia han caracterizado a nuestras socieda
des. El Estado nacional como la forma última de organización
política y social, la identidad nacional como factor determinan
te de la existencia y la personalidad de los individuos y de los
grupos sociales, la historia nacional (lengua, cultura, sistema
educativo, red ferroviaria, equipos deportivos) como núcleo
en torno al que la sociedad se construía: todo eso como que
se difumina en un mundo que va perdiendo la conciencia de
las fronteras entre los Estados.
(4) G R O U P E D E L I S B O N N E : Limites a lo compétitivité. Pour un noveau con-trat mondial. Sous la direction de Riccardo P E T R E L L A : Labor, Bruxelles, 1995, 60.
162
Beneficios y desigualdades de ¡a mundialización. Una reflexión...
Quizá la consecuencia más trascendental de esto es el re
corte de capacidades de los Estados nacionales, cada vez más
impotentes para realizar las funciones que históricamente se le
han venido confiando. Y es que el marco que hacía posible
desarrollar sus acciones, las fronteras territoriales, cada vez
tienen menos vigor y entidad.
2. Las coordenadas de la mundialización
Para determinar mejor el alcance de la mundialización
pueden servir estos rasgos o coordenadas, tan representativos
de nuestro tiempo.
a) Una nueva relación mercado-Estado
C o m o acabamos de ver; el Estado pierde protagonismo
porque se diluye lo que es su marco de actuación, las fronte
ras territoriales. Simultáneamente se reconoce al mercado
sólo la capacidad de garantizar la eficiencia económica. El Es
tado tiene que abandonar el papel intervencionista que du
rante décadas se le reconoció y exigió, porque se considera
que lo hizo de una forma muy ineficiente.
b) El protagonismo de las empresas multinacionales
Estas grandes empresas, mucho más numerosas de lo que
se piensa y de lo que fueron hace unos años, son los agentes
fundamentales de la mundialización. En ellas se puede com
probar hasta qué punto son organizaciones que han abando-
163
Ildefonso Camocho
nado su identidad nacional y operan como entidades sin patria a escala mundial.
Estas empresas son responsables de una gran parte del volumen del comercio mundial. Pero se da aquí una paradoja digna de subrayar: sus intercambios son internacionales (de un país a otro) y a la vez intraempresariales (porque se realizan en el seno de una misma empresa, entre los distintos centros que ésta tiene en diferentes países). Un ejemplo, entre miles, podría ser el de Nestlé. Todo el mundo sabe que es una empresa suiza. Y efectivamente, en Suiza tiene su base. Pero sólo dos de sus diez principales ejecutivos son suizos; los ocho restantes son de cinco nacionalidades, y el presidente en un alemán. Además Nestlé está establecida en 150 países, mientras que las cifras de su negocio en Suiza son muy poco importantes (5).
c) La Informática como instrumento
En el terreno técnico éste ha sido sin duda el medio que ha hecho posible la mundialización, gracias a su capacidad para reducir el espacio y el tiempo. N o ha sido una revolución tecnológica más. Su rasgo más relevante es su carácter masivo: porque, a diferencia de los avances tecnológicos anteriores, no se ha limitado a ciertos sectores, ni se ha escalonado en el tiempo (6).
Entre las consecuencias de estas nuevas tecnologías está el aumento espectacular del transporte y las comunicaciones y la
( 5 ) Cf. G . D E L A D E H E S A : le, 19.
( 6 ) Cf. B. B A S T I D A , M . T. V I R G I L I : El reto del trabajo, Cristianisme i Justicia, Barcelona, 1999.
164
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión...
reducción considerable de los costes de ambos. Un ejemplo: el coste de una llamada telefónica de Nueva York a Londres era de 245 dólares en 1930, de 50 dólares en 1960, de 3 dólares en 1990 y de 35 centavos de dólar en 1999 (7).
d) El apoyo ideológico del neoliberalismo
Pero no han sido sólo los avances tecnológicos los que han hecho posible la mundialización y han acelerado el proceso de forma tan espectacular Todo ello no hubiera acontecido así sin el impulso ideológico que ha recibido del neoliberalismo. El neoliberalismo ha convertido lo que era un hecho masivo y pluridimensional, tal como lo venimos describiendo, en un ideal y un horizonte hacia el que encaminar toda la sociedad mundial.
Ahora bien, no hay que pensar que el neoliberalismo es sólo una propuesta económica sobre las ventajas del mercado para regular la economía y sobre la necesidad de reducir las dimensiones y las funciones del Estado. El neoliberalismo conlleva, además, todo un sistema de valores, que está transformando la cultura dominante. En dicho sistema se asigna una relevancia notable a la libertad individual y a la competitividad. C o n esto estamos pasando, imperceptiblemente, de los aspectos económicos de la mundialización a la transformación cultural que acarrea.
Para Luis D E S E B A S T I Á N el neoliberalismo es:
(7) Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, «Informe sobre desarrollo humano 1999. La mundialización con rostro humano», Nueva York, Madrid, 1999, 29. Todos los datos, en dólares de 1990.
165
Ildefonso Camocho
«...una manera de pensar y de actuar sobre la organización de la economía nacional e internacional, que, basándose en los principios de la economía neoclásica e impulsada por las actuaciones políticas de la señora Thatcher y el presidente Reagan, se ha extendido entre intelectuales, políticos y gobernantes en los últimos veinte años como una forma de pensamiento único e insustituible» (8).
El neoliberalismo no es un cuerpo de doctrinas homogé
neo, sino más bien una tendencia intelectual y política a primar
las actuaciones económicas de los agentes individuales sobre
las acciones de la sociedad organizada (grupos informales o
formales, asociaciones políticas o gobiernos). Por eso defiende
todo lo que garantice la libertad de acción de estos agentes
individuales, y ante todo la propiedad privada de los medios
de producción y de las ganancias y la defensa del patrimonio.
ej El liderazgo de Estados Unidos
Este factor no se puede olvidan porque sin él no daríamos
cumplida cuenta de todas las dimensiones de una realidad tan
compleja. Tras la crisis de los años 60, en parte consecuencia
del fracaso de la guerra de Vietnam, los Estados Unidos han
buscado una nueva estrategia para mantener la hegemonía
mundial, que fueron consolidando con las dos guerras mun
diales. La estrategia ideada ahora ha sido la de la liberalización
de los mercados, que les permite difundir los productos de su
potente economía y de su innegable capacidad de innovación.
(8) L D E S E B A S T I Á N : Neoliberalismo global. Apuntes críticos de economía internacional. Trotta, Madrid, 1997, I I; cf. también I. C A M A C H O : «Diez preguntas sobre el neoliberalismo», Almogaren, núm. 23 (diciembre 1998) 45-76.
166
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión...
f) Una cultura que se homogeneíza
Esta nueva cultura global se difunde gracias, sobre todo, a
los medios de comunicación de masas^que han visto multipli
carse espectacularmente sus posibilidades. A este respecto no
hay que olvidar el control a que están sometidos por parte de
poderosos grupos financieros, que actúan al servicio de los
propios intereses. También merece destacarse como factor di
fusor de esta cultura el papel de la movilidad humana (turis
mo, viajes en general...).
Pero se trata de una cultura de fuerte talante occidental, y
especialmente norteamericana. La matriz de esta nueva cultu
ra está, sin duda, constituida por los conceptos y valores de la
civilización occidental, tanto los que se refieren al valor de la
persona y sus consecuencias (derechos humanos, democracia
política) como los que tienen carácter económico (primacía
de los valores económicos y materiales y de los intereses in
dividuales). Pero el rasgo más destacado en estos tiempos es
esa primacía de lo económico, que se traduce en una cuasi-
obsesión por la competitividad.
1.3. En síntesis: la lógica del mercado
Esta última referencia a la cultura nos da ocasión para
identificar uno de los elementos más determinantes de la
mundialización: la lógica del mercado, en cuanto clave de com
prensión de este fenómeno. ¿En que consiste esta lógica? En
que el mercado se rige por el principio de equivalencia y, por
tanto, considera sólo aquello que tiene valor de cambio (que
puede ser demandado por otra persona, la cual está dispuesta
167
Ildefonso Camocho
a pagar algo para hacerse con ello). Es lo que la Comisión Justicia y Paz de Francia llama la lógica implacable de las empresas, y que describe así:
«Todo tiende a juzgarse según el criterio de beneficio posible, tanto las naciones como las personas. Un "buen" país será aquel en el que el beneficio sea fácil y rápido; un "buen" Estado será el que asegure la estabilidad de su moneda y el orden social e invierta en formación e infraestructura; una "buena" mano de obra será la que trabaje mucho, sea muy cualificada y poco reivindicativa en cuestión de salarios. La aplicación de esta lógica, de esta ideología, suele calificarse de "pensamiento único", porque se la cree efectivamente la única posible» (9).
1.4. Consecuencias de la mundialización
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo ( P N U D ) viene dedicando sus últimos informes anuales, desde 1997 principalmente, al estudio de la globalización y de sus consecuencias. Recogiendo algunos de sus contenidos cabe resumir las consecuencias de la mundialización en las cuatro que siguen.
I a La mundialización tiene un carácter selectivo. En principio, se propugna la necesidad de una liberalización que alcance a todos los mercados:
«La receta consiste en liberalizar los mercados nacionales y mundiales, en la creencia de que las comientes libres de comercio, finanzas e información producirán el mejor resultado para el crecimiento del bienestar humano. Todo se presenta con un
( 9 ) C O M M I S S I O N J U S T I C E E T P A I X - F R A N C E : l.c, 336.
168
beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión..
aire de inevitabilidad y convicción abrumadora. Desde el auge del libre comercio en el siglo xix no había una teoría económica que concitara una certidumbre tan generalizada (10).
Pero luego este principio, tan defendido en la teoría, se
aplica de forma discriminatoria, dependiendo de los intereses
más poderosos en el concierto mundial. El mismo Informe lo
subraya y lo denuncia en dos casos muy concretos (mano de
obra sin califican productos agrícolas y textiles) y de graves
consecuencias:
«Los principios de los mercados mundiales libres, sin embargo, se aplican de manera selectiva. Si así no fuera, el mercado mundial de mano de obra sin calificar sería tan libre como el mercado de las exportaciones o los capitales de los países industrializados. Las negociaciones mundiales avanzan rápidamente hacia un mercado mundial libre en inversiones y servicios extranjeros. Pero la intervención en la agricultura y los textiles sigue siendo elevada, lo que constituye un obstáculo para los países en desarrollo. Carentes de poder, con demasiada frecuencia se descuidan y socavan los intereses de los países pobres y de los pueblos pobres» ( I I ) .
2.a La mundialización ha incrementado las desigualdades y
pobreza. N o se puede dudar de las ventajas inherentes a un
mundo cada vez más abierto e interrelacionado, pero es pre
ciso añadir que la mundialización no aprovecha por igual a to
dos. Discrimina entre países ricos y pobres, pero también en
el interior de los países industrializados:
(10) Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, «Informe sobre desarrollo humano 1997. Desarrollo humano para erradicar la pobreza», Nueva York-Madrid, 1997, 92.
(11) Ibíd.
169
Ildefonso Camocho
«La globalización tiene ganadores y perdedores. Con la ampliación del comercio y la inversión extranjera, los países en desarrollo han visto profundizarse las diferencias entre ellos. Entretanto, en los países industrializados el desempleo ha subido a niveles que no se veían desde los años treinta, y la desigualdad del ingreso, a niveles que no se conocían desde el siglo pasado» (12).
Esta misma realidad se puede expresar con la siguiente
imagen:
«Se supone que una marea en ascenso levantará todos los botes. Pero algunos pueden navegar mejor que otros. Los yates y los transoceánicos de hecho se están elevando en respuesta a las nuevas oportunidades, pero las balsas y los botes de remo están haciendo agua, y algunos se están hundiendo rápidamente» (13).
Sin embargo, «la desigualdad no es intrínseca a la globali
zación». Pero para que así sea es preciso actuar contra la ex
pansión de la pobreza:
«El problema de la erradicación de la pobreza consiste en determinar las políticas que permitirán a los pobres participar en los mercados en términos más equitativos, tanto a escala nacional como mundial» (14).
(12) Ibfd. (13) Ibfd. (14) Ibfd. He citado ampliamente el Informe del P N U D porque difí
cilmente se le puede tachar de parcial en sus apreciaciones. Sus juicios son tanto más valiosos cuanto representan una corriente de pensamiento que no es común a todos los organismos de Naciones Unidas. Y su autoridad es indiscutible.
170
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión...
3o Lo mundialización ha aumentado el grado de inestabilidad y de inseguridad de los sociedades. Avanzando sobre los análisis del P N U D 1997, el Informe de 1999 profundiza en los inconvenientes de la mundialización (en este caso se ha sustituido sistemáticamente la palabra «globalización» por la de «mundialización»). Ahora se presta una especial atención al fenómeno de la fragmentación: la mundialización dispar trae no sólo integración sino además fragmentación, dividiendo a las comunidades, las naciones y las regiones entre los que están integrados y los que están excluidos:
«La mundialización, una fuerza dominante en el último decenio del siglo xx, está dando forma a una nueva era de interacción entre los países, las economías y los pueblos. Está aumentando los contactos entre la gente por encima de las fronteras nacionales en materia de economía, tecnología, cultura y estructura de gobierno. Pero además está fragmentando los procesos de producción, los mercados de trabajo, las entidades políticas y las sociedades. De esta manera, si bien la mundialización tiene aspectos positivos, innovadores y dinámicos, tiene también aspectos negativos, perturbadores y marginantes» (15).
Esta fragmentación social tiene como consecuencia un aumento de la inestabilidad y de la inseguridad de los ciudadanos en general. Entre sus manifestaciones pueden mencionarse: las disparidades de ingreso en aumento; la inseguridad en cuanto al empleo y al ingreso; los vaivenes rápidos en la coyuntura económica, muy relacionados con la volatilidad financiera, hoy tan importante; la facilidad de contagio y amenaza
(15) Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, «Informe sobre desarrollo humano 1999. La mundialización con rostro humano», Nueva York, Mundi-Prensa, Madrid, 1999, 25.
171
Ildefonso Camocho
de una recesión a escala mundial; el crecimiento de la delin
cuencia mundial, relacionado con el tráfico de drogas, el co
mercio ilegal de armas, el tráfico ilícito de mujeres y niñas para
la explotación sexual; la difusión del V IH /S IDA ; los conflictos
civiles y su nueva interacción con los negocios; la degradación
ambiental (recientes fenómenos de «El Niño» y «La Niña»).
Todo esto significa que:
«La mundialización aumenta las oportunidades de adelanto humano sin precedentes para algunos, pero reduce esas oportunidades para otros y reduce la seguridad humana. Está integrando la economía, la cultura y la estructura de gobierno, pero está fragmentando las sociedades. Impulsada por la fuerza de los mercados comerciales, la mundialización en esta era procura fomentar la eficiencia económica, generar crecimiento y producir utilidades. Pero yerra en cuanto a las metas de la equidad, la erradicación de la pobreza y el realce de la segundad humana» (16).
4.a La mundialización está significando, por fin, una amena
za para el Estado de bienestar y un cuestionamiento de su viabi
lidad. Esta es, sin duda, la consecuencia más percepetible en
nuestros ambientes de países desarrollados: que el modelo
socioeconómico que había encontrado el apoyo de todas las
fuerzas sociales, tras la superación de la fase más dura del ca
pitalismo liberal, y había logrado que los frutos del desarrollo
económico se distribuyeran con cierta equidad, parece ahora
inviable. Hechos tales como la reaparición de la pobreza en
nuestras sociedades, el deterioro de los niveles de protección
social alcanzados, el aumento del malestar social y la pérdida
de legitimidad de nuestro modelo de Estado, todos ellos
( 1 6 ) Ibíd, 44.
172
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión...
muestran la crisis de un sistema que no puede sobrevivir en un contexto tan competitivo como el de la globalización económica de esta época.
Esta creciente debilidad del apoyo social al Estado de bienestar es probablemente expresión de algunas profundas contradicciones inherentes a esta situación:
«Pero este proceso lleva consigo algunas contradicciones que es necesario reducir o eliminar Una de ellas es que los mercados se desarrollan a través de un proceso complejo de toma de decisiones individuales, mientras que la democracia se desarrolla a través de decisiones colectivas mayoritarias. Otra es que los mercados se desarrollan mejor y de una manera más eficiente cuanto menor es la interferencia de los gobiernos; sin embargo la sociedad, en su conjunto, aspira cada vez más a una seguridad económica y estabilidad social, basadas en reglas que eviten la desintegración de su cohesión social y desea que los gobiernos la garanticen» (17).
I I . H A C I A U N J U I C I O C R I S T I A N O D E L A M U N D I A L I Z A C I Ó N
Será bueno comenzar citando un reciente documento elaborado por diferentes organizaciones católicas alemanas sobre «Los numerosos rostros de la globalización» y publicado por la Conferencia Episcopal de dicho país. A l definir el objetivo del estudio que se proponen expresan de forma muy acertada cuál debe ser la perspectiva cristiana ante un problema de esta envergadura:
( 17 ) G . D E L A D E H E S A , l.c, 13-14.
173
Ildefonso Camocho
«El objetivo de este estudio es enjuiciar críticamente, desde la responsabilidad cristiana y desde la ética social, el proceso de globalización como un nuevo paso hacia una sociedad mundial. Puesto que en este proceso hay ganadores y perdedores, la Iglesia, en virtud de su opción preferencial por los pobres, está obligada a analizar la globalización desde la perspectiva de aquellos que quedan excluidos de las mejoras de bienestar que van ligadas a ella. La Iglesia debe tomar en serio las preocupaciones y las necesidades de estas personas, poner a disposición de ellas su propia voz y asumir sus intereses. Todo ello tiene como meta configurar el proceso de globalización de la forma más acorde posible con la dignidad humana, como corresponde al mensaje del Evangelio y de la tradición de la ética social cristiana» (18).
Si hemos dicho que la globalización tiene ganadores y perdedores, es claro que el creyente tiene que colocarse en la óptica de éstos últimos. N o es evidente que siempre que se estudia la globalización sea esa la perspectiva adoptada, ni siquiera entre los cristianos. N o es superfluo, por consiguiente, insistir en este punto al iniciar una reflexión ética sobre este fenómeno.
Esto supuesto, seleccionaremos algunos temas de la Doc trina Social de la Iglesia que puedan iluminar nuestro cometido, utilizándolos como instancia de crítica, pero constatando también ciertos puntos de convergencia donde la ética social cristiana ha ido incluso por delante de puntos de vista que más tarde han encontrado un consenso bastante generalizado.
(18) Die vielen Gesichter der Globalisierung-Perspektiven einer mens-chengerechten Weltordnung Eine Studie der Sachverstándigengruppe «Welt-wirtschaft und Sozialethik» und der kirchlichen Werke Adveniat, Caritas in-temational, Misereor, missio Aachen, missio München und Renovabis. He-rausgegeben von der Wissenschaftlichen Arbeitsgruppe für weltkirchliche Aufgaben der Deutschen Bischofskonferenz (Bonn, november 1999), n. 1.3.
174
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión...
I I . I . El capitalismo global y la ideología que lo inspira: dos puntos de crítica
Hay que comenzar por aquello que toca más directamen
te a la ideología que legitima el proceso globalizador y recurrir
para ello al más reciente de los documentos sociales del ma
gisterio papal: la Centesimus annus. Porque hay dos puntos en
que esta encíclica toma clara distancia de dicha ideología.
El primero de ellos es ¡a confianza absoluta en el mercado,
como el mejor instrumento para asignar recursos. Juan Pablo II afir
ma que el mercado tiene limitaciones, que le son inherentes: no
toda demanda vale en él si no va acompañada de capacidad de
pago; además hay ciertos bienes (los llamados «bienes públicos»,
los que no son susceptibles de apropiación excluyente), cuya
producción y distribución el mercado es incapaz de regular (19).
Más allá de estas críticas concretas, la encíclica afirma algo mucho
más fundamental: que la lógica del mercado es insuficiente para
atender a las exigencias justas de todo ser humano:
«Por encima de la lógica de los intercambios equivalentes y de las formas de justicia que los regulan, existe algo que es debido al hombre porque es hombre, en virtud de su eminente dignidad. Este algo debido conlleva inseparablemente la posibilidad de sobrevivir y de participar activamente en el bien común de la Humanidad» (20).
El segundo punto de crítica se refiere al dominio de la cul
tura del mercado. En mi opinión, éste es uno de los puntos
donde la crítica de Juan Pablo II al neoliberalismo es más cer
tera y novedosa: cuando cuestiona de él, no el sistema econó-
( 1 9 ) Cf. JUAN PABLO II: Centesimus annus, 3 4 y 40, respectivamente.
( 20 ) Ibíd, 34.
175
Ildefonso Comacho
mico del mercado libre ni el sistema político de la democracia
parlamentaria, sino la ideología o sistema ético-cultural que
inspira a uno y a otro. Hay que repetir aquí el pasaje tantas
veces citado sobre la aceptación del capitalismo:
«Volviendo ahora a la pregunta inicial, ¿se puede decir quizá que, después del fracaso del comunismo, el sistema vencedor sea el capitalismo, y que hacia él sean dirigidos los esfuerzos de los países que tratan de reconstruir su economía y su sociedad? ¿Es quizá éste el modelo que es necesario proponer a los países del Tercer Mundo, que buscan la vía del verdadero progreso económico y civil?
La respuesta obviamente es compleja. Si por "capitalismo" se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva, aunque quizá sería más apropiado hablar de "economía de empresa", "economía de mercado", o simplemente de "economía libre". Pero si por «capitalismo» se entiende un sistema en el cual la libertad, en el ámbito económico, no está encuadrada en un sólido contexto jurídico que la ponga al servicio de la libertad humana integral y la considere como una particular dimensión de la misma, cuyo centro es ético y religioso, entonces la respuesta es absolutamente negativa» (21).
N o me parece correcto quedarse en la afirmación en fa
vor de la iniciativa y la creatividad humanas como base de un
sistema económico apoyado en la libre empresa y el mercado,
(21) Ibíd., 42. Para comprender el contexto y alcance de este texto y de todos los que se refieren al capitalismo en dicho documento, véase: I. C A M A C H O : Creyentes en lo vido público. Iniciación o la Doctrina Social de la Iglesia, San Pablo, Madrid, 1995, 155-166.
176
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión..
queriendo ver en ello una sintonía total entre el pensamiento social cristiano, tal como lo expresa Juan Pablo II, y la mentalidad liberal. Porque el verdadero punto de disentimiento entre ambos está en la forma de entender la libertad — y la persona humana, en último término—: en el sistema de valores que prioriza la libertad económica por encima de cualquier otra dimensión de la libertad, sin caer en la cuenta de que esa priorización hace imposible el ejercicio efectivo de la libertad en muchos casos y a muchas personas. Dicho de otro modo: la afirmación tan decidida de la libertad redunda a la larga en la negación efectiva de la libertad de muchos.
Ahora bien, cuando estas consideraciones se aplican a la economía mundial, las conclusiones son más perentorias. Porque los efectos de esa prioridad concedida a la libertad económica son más graves cuando las diferencias entre los agentes que actúan en el mercado son mayores: entonces es más evidente que la capacidad de negociación favorece notablemente a los que tienen más poder
Todos los elementos de la Doctrina Social de la Iglesia que vamos a enumerar a continuación deben entenderse como complemento y como fundamentación de éste. Pero esta discrepancia entre el punto de vista cristiano y la ideología que sirve de base y estimula el proceso de mundialización, tiene sin duda una relevancia especial en estos tiempos. Por eso he querido empezar por él.
11.2. Prioridad de la persona
Q u e la persona es principio, sujeto y fin de todas las actividades e instituciones sociales y, específicamente, de las socio-
177
Ildefonso Camocho
económicas, quedó ya afirmado en el Concil io Vaticano II, como un principio que ha de presidir cualquier consideración de los hechos económicos (22).
Estos tres términos merecen alguna explicación para que no se interpreten como una pura acumulación retórica de palabras:
— C o m o sujeto, el ser humano tiene que tomar parte activa en la vida de la sociedad en todas sus manifestaciones, sin resignarse a ser sólo beneficiario de la acción del Estado, por muy positiva que ésta sea para los ciudadanos.
— C o m o principio, es la persona la que ha de dar sentido a todas las actividades humanas y sociales, sean culturales, económicas, políticas o de otra índole. Esto es lo que había dejado sentado Juan XX I I I con su encíclica Pocem in terris, en la que los derechos humanos son presentados como la base de una convivencia en paz y justicia, tanto a nivel nacional como internacional. La prioridad de la persona, de la que venimos hablando, se concreta en subordinar todo el orden social y las actividades que en él se desarrollan a la efectiva realización de los derechos humanos como derechos universales.
— Lo económico, entonces, no puede tener sino carácter de medio. La persona es el fin. Aunque nadie duda de este orden de medios afines (los bienes y las actividades económicas como medios al servicio de la persona, de sus legítimas aspiraciones y de sus derechos), en la práctica es frecuente que las cosas se organicen de forma bien diferente. Por eso no está de más recordar aquí la
(22) Cf. C O N C I L I O V A T I C A N O II: Constitución pastoral Gaudium et spes, 25a, 63a.
178
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión...
insistencia de Juan Pablo II en su primera encíclica social, la Labo-
rem exercens, en la prioridad del trabajo sobre el capital. Desde
este postulado hizo ya en 1981 un detenido análisis crítico tanto
del capitalismo como del colectivismo de aquellos años, cuando
todavía el colectivismo era un sistema del que no se preveía un
derrumbamiento tan espectacular y el capitalismo no había al
canzado aún las dimensiones globales que le caracterizan en el
presente. En el contexto mundializado de hoy, la prioridad del
capital, que es quien impone su ley y sus intereses, ha alcanzado
cotas inéditas. Quizá ahora ya el conflicto no se manifiesta sólo
ni en primer lugar en el mundo de la industria, pero lo hace de
forma más virulenta y más desigual en los mercados financieros,
donde no hay explotación directa del trabajo, pero sí un domi
nio sin límites de los intereses del capital financiero: se produce
entonces una subordinación total de toda la actividad económi
ca, y más concretamente de la economía productiva o econo
mía real a los dictados de la economía financiera (23).
11.3. Desarrollo integral y solidario
Una concreción de esta finalidad humana de la actividad
económica puede encontrarse en el concepto ético de desa
rrollo. Desde aquel concepto que dirigió la política económica
de muchos países en la época de la expansión económica de
mitad del siglo x x , que identificaba desarrollo con crecimiento
de la renta per cápita, se ha avanzado considerablemente. Y
(23) Sobre esta cuestión es útil consultar: A. SALINS, F. VILLEROY: Las modernas actividades financieras a la luz de las exigencias éticas del cristianismo, Consejo Pontificio Justicia y Paz, PPC, Madrid, 1994; cf. también, I. C A -MACHO: «Dimensión ética de las actividades financieras», Revista de Fomento Social, 51 (1996), 23-54.
179
Ildefonso Camocho
en este punto el pensamiento cristiano ha ido por delante y ha contribuido a humanizar la visión del desarrollo.
Esta visión ética del desarrollo fue ya formulada por la Gaudium et spes, con gran precisión, marcando las dos exigencias de todo desarrollo que aspire a llamarse humano: que sea de toda la persona (integra!) y que no se haga para unos a costa de otros (solidario). En palabras del Concil io:
«La finalidad fundamental de esta producción no es el mero incremento de los productos, ni el beneficio, ni el poder; sino el servicio del hombre, del hombre integral, teniendo en cuanta sus necesidades materiales y sus exigencias intelectuales, morales, espirituales y religiosas; de todo hombre, decimos, de todo grupo de hombres, sin distinción de raza o continente» (24).
El concepto de desarrollo integral mereció una elaboración de gran valor en la encíclica de Pablo VI sobre el desarrollo de los pueblos. El texto se comenta por sí solo y merece la pena citarlo a pesar de su extensión:
«Si para llevar a cabo el desarrollo se necesitan técnicos cada vez en mayor número, para este mismo desarrollo se exige más todavía pensadores de reflexión profunda que busquen un humanismo nuevo, el cual permita al hombre moderno hallarse a sí mismo, asumiendo los valores superiores del amor de la amistad, de la oración y de la contemplación. Así podrá realizar en toda su plenitud el verdadero desarrollo, que es el paso para cada uno y para todos de condiciones de vida menos humanas a condiciones más humanas.
Menos humanas: las carencias materiales de los que están privados del mínimum vital y las carencias morales de los que están mutilados por el egoísmo. Menos humanas: las estruc-
( 2 4 ) Ibíd., 64.
180
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión..
turas opresoras que provienen del abuso del tener o del abuso del poder, de la explotación de los trabajadores o de la injusticia de las transacciones. Más humanas: el remontarse de la miseria a la posesión de lo necesario, la victoria sobre las calamidades sociales, la ampliación de los conocimientos, la adquisición de la cultura. Más humanas: el aumento en la consideración de la dignidad de los demás, la orientación hacia el espíritu de pobreza, la cooperación en el bien común, la voluntad de paz. Más humanas todavía: el reconocimiento por parte del hombre de los valores supremos y de Dios, que de ellos es la fuente y el fin. Más humanas por fin y especialmente: la fe, don de Dios acogido por la buena voluntad de los hombres y la unidad en la caridad de Cristo, que nos llama a todos a participar como hijos en la vida del Dios vivo, Padre de todos los hombres» (25).
Ahora bien, este es uno de los casos en que el pensamien
to cristiano se ha adelantado a elaboraciones posteriores he
chas desde instancias laicas. En efecto, ha sido a partir de 1990
cuando una organización de Naciones Unidas (el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo, P N U D ) ha iniciado la ela
boración de un nuevo concepto de desarrollo, al que ha lla
mado desarrollo humano. N o es difícil percibir sus coinciden
cias con la idea de desarrollo integral que encontramos vein
ticinco años antes en el Vaticano II. Fue en el primero de los
Informes anuales del P N U D , en 1990, donde se asumió la ta
rea de definir este nuevo concepto de desarrollo humano. El
Informe comenzaba con estas palabras:
«La verdadera riqueza de una nación está en su gente. El objetivo básico del desarrollo es crear un ambiente propicio para que los seres humanos disfruten de una vida prolongada,
( 2 5 ) P A B L O V I : Populorum progressio, 2 0 - 2 1 .
181
Ildefonso Camocho
saludable y creativa. Este puede parecer una verdad obvia, aunque con frecuencia se olvida debido a la preocupación inmediata de acumular bienes de consumo y riqueza financiera» (26).
El desarrollo humano se definía como «el florecimiento
pleno y cabal de la capacidad humana» (27). Este nuevo con
cepto pretende superar aquél otro que entendía el desarrollo
sólo como crecimiento económico medido a través de la ren
ta per cápita y otros indicadores semejantes (28). En contraste
con este enfoque, ahora se afirma:
(26) Citado como comienzo del Informe de 1999: Programa de ios Nociones Unidos para el Desarrollo, «Informe sobre desarrollo humano 1999. La mundialización con rostro humano», Nueva York, Madrid 1999, I.
(27) La elaboración de este concepto encontró un apoyo importante en el trabajo teórico de Amartya S E N —economista y filósofo ético de la India, premio Nobel de Economía en 1998— sobre lo que él llamó la promoción de la capacidad humana. Según él, el nivel de vida de una sociedad debe evaluarse, no por el nivel medio de ingresos, sino por la capacidad de las personas para vivir el tipo de vida que para ellos tiene valor Tampoco los productos valen por sí mismos, sino por su carácter de medios para aumentar la capacidad en materia de salud, conocimientos, respeto por sí mismo y capacidad de participar en la vida de la comunidad.
(28) En los años 80 el interés de todos los gobiernos se había desplazado hacia las políticas de estabilización y de ajuste estructural: a corto plazo el objetivo fue la estabilización, para reducir los déficit comerciales y presupuestarios; a largo plazo el acento se puso en el ajuste de las principales variables macroecónomicas para adaptarse a las nuevas condiciones de la economía mundial en proceso acelerado de globalización. Estas urgencias relegaron la preocupación por los pobres a un segundo plano. Se llegó a pensar incluso que el aumento a corto plazo de la pobreza era un precio a pagar por la estabilidad a largo plazo y por el crecimiento económico. Pero un coro de voces de protesta -en el que participaron O N G , sindicatos, Iglesias y la misma O IT - comenzó a exigir que se distribuyera la carga del ajuste de forma más equitativa.
182
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión..
«El verdadero objetivo del desarrollo es ampliar las oportunidades del progreso de los individuos. El ingreso es un aspecto de estas oportunidades —un aspecto de suma importancia—, pero no lo es todo en la existencia humana. Igualmente importantes pueden ser la salud, la educación, un buen entorno físico y la libertad, para no mencionar sino unos cuantos componentes del bienestar» (29).
La dimensión ética del desarrollo había sido también tema
predilecto de la encíclica de Juan Pablo II sobre el desarrollo
de los pueblos. D e entre los aspectos más interesantes y no
vedosos de este documento hay que recordar sus aportacio
nes para una visión cristiana del desarrollo. Para ello se recu
rre a la fe cristiana en la creación y en la salvación. En ambos
casos se pone de relieve una visión dinámica de las cosas. La
Creación no se presenta como una obra que Dios consumó
por sí mismo — c o m o podría deducirse de una interpretación
literal de los primeros capítulos del Génesis—, sino como la
puesta en marcha de una obra que luego queda en manos del
hombre, hecho a imagen y semejanza del Creador Y la salva
ción en Cristo tampoco debe entenderse como algo sobreaña
dido a la historia y que nada tiene que ver con ella: la historia
humana, por el contrario, recibe todo su sentido de la vida y
(29) Cf. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Desarrollo humano: Informe 1991, Nueva York, 1991, 37. Supuesta esta concepción del verdadero desarrollo, se ha intentado luego elaborar un indicador capaz de medir esta realidad más compleja, que sustituya a los indicadores tradicionales (renta per cápita, etc.). El más perfeccionado es el índice del desarrollo humano. Ha sido definido en función de tres variables: la capacidad adquisitiva (o ingresos per cápita, pero corregidos con un coeficiente que responde al nivel medio de precios de cada país), el nivel educativo (combinando la tasa de alfabetización y la media de años de estudios) y la salud (mediante la esperanza de vida).
183
Ildefonso Camocho
el mensaje de Jesús, quedando en manos del ser humano la
tarea de hacerla avanzar por el camino de la solidaridad hacia
el encuentro con Dios (30). En un caso y en otro, por tanto,
la obra (creadora y salvífica) de Dios y la actividad del hombre
se unen. D e esta forma la iniciativa de Dios no anula ni priva
de sentido al esfuerzo humano, sino que le descubre su más
profundo significado.
Estrechamente conectado con este concepto de desarro
llo humano está el de desarrollo sosteriible. Encontramos una
primera definición del mismo en el Informe Brundtland de
1987, en el marco de la Comisión Mundial para el Medio A m
biente y el Desarrollo: el desarrollo sostenible es aquél capaz de
satisfacer nuestras necesidades sin comprometer la capacidad de
las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades
(31). El hecho que sirve de base para justificar este nuevo
concepto es la conciencia creciente de que el desarrollo pro
movido por el capitalismo contemporáneo genera, no sólo
pobreza y desigualdad, sino también un alarmante deterioro
del medio ambiente:
«Muchas tendencias del desarrollo actual hacen que sea cada vez mayor el número de personas pobres y vulnerables, y deterioran el medio ambiente. ¿Cómo puede ser tal desarrollo de utilidad para el siglo venidero, que duplicará el número de habitantes y deberá valerse del mismo medio ambiente? La conciencia de estos hechos amplió nuestra visión del desarrollo. Dejamos de verlo en el contexto restringido del crecimiento económico de los países en desarrollo y nos dimos cuenta de que hacía falta una nueva vía que sostuviera
(30) Cf. J U A N P A B L O II: Sollicitudo rei sociales, 30 y 31.
(31) C O M I S I Ó N M U N D I A L D E L M E D I O A M B I E N T E Y D E S A R R O L L O : Nuestro futuro común, Alianza, Madrid, 1988, 29.
184
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión..
el progreso humano no sólo en ciertos lugares y durante ciertos años, sino en todo el planeta y hasta un futuro lejano. De este modo el "desarrollo sostenible" se convierte en un objetivo no sólo de las naciones "en desarrollo", sino también de las naciones industriales» (32).
11.4. Solidaridad
Otra de las aportaciones más notorias de Juan Pablo II es
su propuesta de solidaridad como centro de un sistema de
valores alternativo al hoy vigente que tiene su eje en la com-
petitividad. En un mundo cada vez más interdependiente, la
respuesta más adecuada es la solidaridad, porque ella asume
el hecho de esa estrecha vinculación que liga el destino de to
dos los pueblos. Dicha solidaridad es, ante todo, una virtud
moral. C o m o tal virtud, afecta a las actitudes y al comporta
miento de la persona. En cuanto a su contenido, consiste en
que todos nos sintamos responsables de todos:
«Ante todo se trata de la interdependencia percibida como sistema determinante de relaciones en el mundo actual, en sus aspectos económico, cultural, político y religioso, y asumida como categoría moral. Cuando la interdependencia es reconocida así, su correspondiente respuesta, como actitud moral y social, y como "virtud", es la solidaridad. Esta no es, pues, un sentimiento superficial por los males de tantas personas, cercanas o lejanas. Al contrario, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir por el bien de todos y cada uno, para que todos seamos verdaderamente responsables de todos» (33).
( 3 2 ) Ibíd, 23-24.
( 3 3 ) JUAN PABLO II: Sollicitudo rei socialis, 38.
185
Ildefonso Camocho
Pero la solidaridad es algo más que una virtud personal. Es también un principio de organización de la sociedad a todos los niveles. Las actitudes personales solidarias son necesarias en la sociedad. Pero no bastan. Es preciso, además, que las estructuras sociales en que se insertan los pueblos y la Humanidad entera disponga de mecanismos para hacer efectiva esta responsabilidad compartida. En este sentido, las recientes Conferencias mundiales organizadas por Naciones Unidas, apuntan cada vez más en esta dirección. En ellas se ha ido manifestando un consenso creciente sobre la dimensión global de los grandes problemas de hoy, ya sea el medio ambiente, la demografía, el desarrollo social o las diferencias de género. La dimensión global de tales problemas está exigiendo también respuestas globales, desde un compromiso de cooperación de todos los pueblos y de todos los gobiernos. Esto ha quedado suficientemente claro en las sucesivas conferencias citadas. Lo que no se ha conseguido en ellas — y es su punto más criticab le— son compromisos concretos que muestren una voluntad política efectiva en los responsables de gobierno de los diferentes países, especialmente de los más ricos.
Y todavía la solidaridad tiene un aspecto más. Lo recoge Juan Pablo II cuando destaca las connotaciones cristianas que la enriquecen y la llevan a una mayor profundidad:
«A la luz de la fe, la solidaridad tiende a superarse a sí misma, al revestirse de las dimensiones específicamente cristianas de gratuidad total, perdón y reconciliación. Entonces el prójimo no es solamente un ser humano con sus derechos y su igualdad fundamental con todos, sino que se convierte en la imagen viva de Dios Padre, rescatada por la sangre de Jesucristo y puesta bajo la acción permanente del Espíritu Santo. Por tanto, debe ser amado, aunque sea enemigo, con el mis-
186
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión..
mo amor con que le ama el Señor y por él se debe estar dispuestos al sacrificio, incluso extremo: "dar la vida por los hermanos"» (cf. I Jn 3,16) (34).
Estos tres aspectos de la solidaridad ponen en marcha un
mismo dinamismo, que es lo más decisivo en ella: la considera
ción de «el otro» — s e a persona, grupo social o pueblo—, no
como competidor, ni como potencial enemigo, sino como par
te de la propia realidad con quien se comparten los problemas;
sus problemas no son ajenos, sino propios. Es aquí donde la so
lidaridad es verdadera alternativa a la competitividad (35).
11.5. Opción preferencial por los pobres
La opción preferencial por los pobres no es más que una
expresión de la solidaridad, propia de un mundo asimétrico y
desigual. Quienes más necesitan de la solidaridad son las vícti
mas de este mundo globalizado o los que pueden ser más vul
nerables a sus dinámicas perversas.
En la tradición eclesial, esta opción preferencial ha sido ela
borada sobre todo —¡y no es casualidad!— a partir de la ex
periencia de las Iglesias del Tercer Mundo. Sus propuestas han
servido como de revulsivo para los creyentes y las Iglesias de
los países avanzados del Norte: tales Iglesias, tan acomodadas
(34) Ibid., 40. (35) Para el tema de la solidaridad puede verse, desde una postura
filosófico-política, V. CAMPS: Virtudes públicas, Espasa Calpe, Madrid, 1990, capítulo 2° ; desde una perspectiva teológica, M. VIDAL: Para comprender la solidaridad, Verbo Divino, Estella (Navarra), 1996, especialmente los capítulos 3.° y 5 o
187
Ildefonso Camocho
en su mundo de bienestar; sólo parecen preocupadas por la creciente secularización e indiferencia religiosa en que se ven envueltas. H a sido esta interpelación venida de lejos la que nos ha hecho comprender que una de las raíces de esta indiferencia o del ateísmo abierto puede estar en la falta de sensibilidad social de los creyentes y en la imagen de Dios que esa actitud de tantos proyecta en la sociedad. Es, una vez más, el Dios prisionero de las incoherencias de los que dicen creer en él: esta es una de las grandes paradojas del Dios cristiano, el cual se adapta poco a los esquemas filosóficos del Dios omnipotente y nos descubre otro de los aspectos de su misterio impenetrable para la mente humana.
Esta opción preferencial por los pobres, que tiene profundas raíces en el Dios liberador del Antiguo Testamento y en el Jesús que tiende su mano a los marginados y a los excluidos de todo orden, hay que entenderla también, no sólo como virtud personal, sino com principio de organización de la sociedad: sólo en este segundo caso llegará a traducirse en mecanismos institucionales para reducir las desigualdades y discriminaciones de un mundo con diferencias tan injustificadas.
En este último sentido, es inevitable conectar dicha opción por los pobres con problemas tan acuciantes hoy como la cooperación al desarrollo (denunciando ese «regateo» escandaloso de las partidas vinculadas al compromiso del 0,7%) y el tratamiento de la deuda externa de los países más pobres desde criterios puramente contractuales, desde los que no hay lugar para hablar de cancelación o de reconversión de la misma (36).
( 3 6 ) Cf. I. CAMACHO : «Deuda externa: perspectiva ética y cristiana», Proyección, 46 (1999), 171-190, y, de forma más resumida, en Selecciones de Teología, 39 (2000), 315-326.
188
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión...
11.6. Autoridad mundial y sistema de Gobierno mundial
En un mundo tan interdependiente adquiere nueva actua
lidad un principio tan tradicional en la Doctrina Social de la
Iglesia como la subsidiañdad. Pero cabe reinterpretar su alcan
ce clásico para aplicarlo a un ámbito de mayor amplitud que
el de las sociedades nacionales. Recordemos su formulación
tal como la recoge Juan X X I I I en su primera encíclica social:
«...así como no es lícito quitar a los individuos y traspasar a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfuerzo e iniciativa, así tampoco es justo, porque daña y perturba gravemente el recto orden social, quitar a las comunidades menores e inferiores lo que ellas pueden realizar y ofrecer por sí mismas y atribuirlo a una comunidad mayor y más elevada, ya que toda acción de la sociedad, en virtud de su propia naturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo social, pero nunca destruirlos ni absorberlos» (37).
Nótese que este principio — c u y a formulación originaría
procede de Pío X I (año 193 I) y pretendía poner freno a la in
gerencia del Estado en los niveles inferiores de la soc iedad—
debe entenderse también en el sentido opuesto: el de justifi
car la acción del Estado en aquello que desborda las posibili
dades de esas instancias de menor rango.
Si en este último sentido se amplía su alcance hasta abar
car la sociedad entera, lo que se plantea entonces es la exis
tencia y las funciones de una institución de gobierno con com
petencias planetarias. Juan X X I I I ya lo preveía hace casi cuatro
décadas en su inolvidable encíclica sobre la paz:
(37) JUAN X X I I I : Mater et magistra, 53.
189
Ildefonso Camocho
«Además, así como en cada Estado es preciso que las relaciones que median entre la autoridad pública y los ciudadanos, las familias y los grupos intermedios, se regulen y gobiernen por el principio de la acción subsidiaria, es justo que las relaciones entre la autoridad pública mundial y las autoridades públicas de cada nación se regulen y rijan por el mismo principio. Esto significa que la misión propia de esta autoridad mundial es examinar y resolver los problemas relacionados con el bien común universal en el orden económico, social, político o cultural, ya que estos problemas, por su extrema gravedad, amplitud extraordinaria y urgencia inmediata, presentan dificultades superiores a las que pueden resolver satisfactoriamente los gobernantes de cada nación» (38).
Esta autoridad mundial es correlativa del concepto de bien común universal, que también proponía Juan X X I I I en su citada encíclica. Y lo hacía subrayando la insuficiencia de los Estados nacionales y de sus gobernantes para afrontar los problemas que la paz y la seguridad del mundo entero plantean:
«En nuestros días, las relaciones internacionales han sufrido grandes cambios. Porque, de una parte, el bien común de todos los pueblos plantea problemas de suma gravedad, difíciles y que exigen inmediata solución, sobre todo en lo referente a la seguridad y la paz del mundo entero; de otra, los gobernantes de los diferentes Estados, como gozan de igual derecho, por más que multipliquen las reuniones y los esfuerzos para encontrar medios jurídicos más aptos, no lo logran en grado suficiente, no porque les falten voluntad y entusiasmo, sino porque su autoridad carece del poder necesario.
Por consiguiente, en las circunstancias actuales de la sociedad, tanto la constitución y forma de los Estados como el
38 Juan XXIII, Pacem in terris, 140.
190
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión..
poder que tiene la autoridad pública en todas las naciones del mundo, deben considerarse insuficientes para promover el bien común de los pueblos» (39).
Este concepto de bien común universal fue considerado también en el Concilio, poniéndolo en relación con la interdependencia creciente de nuestro mundo:
«La interdependencia, cada vez más estrecha, y su progresiva universalización hacen que el bien común —esto es, el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia reflexión— se unlversalice cada vez más e implique, por ello, derechos y obligaciones que miran a todo el género humano. Todo grupo social debe tener en cuenta las necesidades y las legítimas aspiraciones de los demás grupos; más aún, debe tener en cuenta el bien común de toda la familia humana» (40).
Pablo VI volvió a abogar por una institución de este tipo en su discurso ante la Asamblea General de la Naciones Unidas en 1965, cuando el Vaticano II estaba para concluir Y repitió la demanda dos años después en su encíclica sobre el desarrollo de los pueblos:
«Esta colaboración internacional de alcance mundial requiere unas instituciones que la preparen, la coordinen y la rijan hasta constituir un orden jurídico universalmente reconocido. De todo corazón Nos alentamos a las organizaciones que han puesto mano en esta colaboración para el desarrollo, y deseamos que crezca su autoridad. "Vuestra vocación, dijimos a los representantes de las Naciones Unidas en Nueva York, es la de
(39) Ibid.: 134-135.
(40) CONCIL IO VATICANO II: Constitución pastoral Gaudium et spes, 26.
191
Ildefonso Camocho
hacer fraternizar no solamente a algunos pueblos, sino a todos los pueblos (...). ¿Quién no ve la necesidad de llegar así progresivamente a instaurar una autoridad mundial que pueda actuar eficazmente en el terreno jurídico y en el de la política?"» (41).
Sólo bastante tiempo después se ha formulado esta pro
puesta desde instancias civiles. Hoy es un tema de actualidad
ante la globalización creciente y la convicción, cada vez más
extendida, de que el mercado — y menos cuando es de di
mensiones mundiales y abarca pueblos tan diferentes en cuan
to a nivel de desarrollo y a culturas— no es suficiente para or
denar equitativamente la convivencia, por mucho que posibili
te una economía en permanente expansión (42). En el
Informe del P N U D de 1999 se dedica especial atención a este
asunto, con un capítulo que lleva por título «Reinventar la es
tructura de gobierno mundial en pro de la humanidad y la
equidad». El punto de partida es la siguiente afirmación: La
reinvención de lo estructura de gobierno mundial no es una op
ción, es un imperativo para el siglo xxi (43).
Entre las medidas concretas que se proponen está la de
«poner los derechos humanos en el centro del gobierno mun
dial». Se habla también de «la arquitectura mundial que se re
querirá en el siglo xx i», lo que permite utilizar una noción,
que es cercana del bien común universal de la tradición cristia
na: los bienes públicos internacionales:
(41) PABLO V I : Populorum progressio, 78. (42) Cf. I. CAMACHO : «El fracaso de Seattle y la necesidad de un sis
tema de gobierno mundial: el problema visto desde la Unión Europea», Proyección, 47 (2000), 139-154.
(43) Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, «Informe sobre desarrollo humano 1999. La mundialización con rostro humano», Nueva York, Madrid, 1999, 97.
192
Beneficios y desigualdades jde la mundialización. Una reflexión..
«Con las nuevas tareas de la mundialización y la necesidad de acción más decidida respectó a los problemas antiguos y nuevos ha llegado la hora de reconsiderar las instituciones mundiales (...). Se puede considerar que instituciones nuevas y más fuertes de la estructura de gobierno mundial constituyen bienes públicos mundiales. Se ha reconocido que en el plano nacional los bienes públicos son fundamentales cuando el mercado no tiene el incentivo ni los mecanismos para satisfacer una necesidad pública. Con la mundialización en aumento los bienes públicos internacionales son necesarios ahora por razones semejantes» ( 4 4 ) .
11.7. El protagonismo de la sociedad civil mundial
Hoy es frecuente hablar de sociedad civil en general, y se
va extendiendo cada vez más el discurso sobre la sociedad ci
vil mundial. ¿A qué se está apuntando con este concepto?
Ante todo, a una conciencia creciente de alcance planetario (y
aquí las Iglesias tienen un campo de acción de valor inaprecia
ble), en el seno de la cual se elaboran y expresan las necesi
dades, aspiraciones y objetivos mundiales, que se van convir
tiendo así en verdadera demanda social mundial. El papel de
las O N G y otras asociaciones voluntarias es aquí decisivo. Y
junto a él, el de diferentes élites ilustradas del mundo del pen
samiento y de la acción (45).
La Comisión Justicia y Paz de Francia ha abundando en
esta misma idea empleando el término de «nación planeta
ria», que prefiere al de «pueblo»:
( 4 4 ) Ibíd., I I I . ( 4 5 ) Sobre este punto son interesantes las reflexiones de Groupe DE
LISBONNE, l.c, 4 4 - 5 1 .
193
Ildefonso Camocho
«El término de pueblo no parece el mejor porque implica que todas las personas que forman parte de él tienen en común una misma historia, unas mismas costumbres y una misma lengua. Ese no es evidentemente el caso, y no debe constituir ni siquiera un objetivo (...). El término más adecuado es el de "nación", que designa a personas que ante todo tienen en común el aceptar un mismo destino colectivo, lo que supone compartir elementos culturales vecinos, si no idénticos» (46).
N o es, por consiguiente, el pasado, sino el futuro el que ac
túa aquí como elemento de convergencia en el que los distintos
pueblos de la tierra cada día nos encontramos más. Pero no es
tamos ante un destino que se nos impone inexorablemente,
sino un futuro a construir entre todos. Ahora bien, para que se
construya realmente entre todos, es preciso superar el estado
de masa amorfa e indiferenciada, así como el individualismo dis
gregación para articularse en el seno de una sociedad civil activa.
C O N C L U S I Ó N : T A R E A S Y R E T O S P A R A L A I G L E S I A
C o m o conclusión que es, sólo pretendo sugerir algunas ta
reas o, más bien, líneas de acción que me parecen especial
mente relevantes para la Iglesia y los creyentes en el contexto
de la globalización. Las reduciré a cuatro.
(46) COMMISSION JUSTICE ET PAIX-FRANCE , l.c, 337: La XLIII Semana So
cial Italiana («Quale societa civile per l'ltalia?») se ocupó también del tema. Véanse especialmente los dos informes de los relatores: G. PIAÑA: «Ethos cultúrale e collettivo e democrazia sociale», Regno Documentazione, 45 (2000), 15-21; R DONATI: «Proposte per promuovere una nuova societa civile in Italia», ibíd, 21-32.
194
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión...
I a El establecimiento de contrapesos jurídicos, sociales y
políticos a la lógica implacable de las empresas y de la rentabili
dad. D e lo que se trata es de que esa lógica implacable no do
mine por doquier Pero es una tarea de oposición constructi
va. N o basta la denuncia. Hay que buscar acciones eficaces en
el terreno jurídico, social, político y, naturalmente, en el eco
nómico (47). Y para ello hay que contar con la competencia
profesional de los que se mueven en esos campos, pero tam
bién suscitar en ellos la sensibilidad hacia estos temas. Por fin
es una tarea que los cristianos compartirán con otros ciudada
nos teniendo como base una ética civil elemental, que no
puede tener más fundamento ni marco que los derechos hu
manos.
2° La colaboración con las otras religiones en el esfuerzo
por contribuir a una ética civil mundial. En un mundo cada vez
más secularizado no se reduce el interés por la presencia y la
función que pueden desempeñar en él las grandes religiones.
Es esta una demanda que viene de instancias profanas, pero es
también una conciencia que crece en el seno de las grandes
religiones como una tarea a desarrollar superando las relacio
nes tradicionalmente conflictivas de otros tiempos y aunando
fuerzas en torno a aquello en que todas convergen: la fe en
un Dios trascendente y sus exigencias sobre la Humanidad.
(47) En este punto merece al menos una mención la economía alternativa, en la que pueden incluir iniciativas tan numerosas como diversas, todas ellas con un objetivo común: demostrar su viabilidad dentro de la economía capitalista, aunque introduciendo en su funcionamiento valores, criterios y formas de organización más humanas. Entre ellas: el comercio justo, la inversión ética, la agricultura ecológica, la banca de los pobres y, por supuesto, el cooperativismo. Cf. I. CAMACHO : «Economía alternativa en el sistema capitalista», Revista de Fomento Social, 51 (1996), 319-340.
195
Ildefonso Camocho
Por iniciativa de la U N E S C O o de grupos religiosos intercon
fesionales se han puesto ya en marcha varios foros para avan
zar en esta línea, menos preocupada por lo que nos sigue di
vidiendo y más atenta a potenciar lo que tenemos en común
y puede ser una aportación válida al mundo de hoy, tanto en
el terreno ético como en el estrictamente religioso (48).
3 a La aportación específica de la Iglesia desde su propia
misión. Sin renunciar a lo dicho sobre acción conjunta de todas
las religiones, la Iglesia ha de buscar también lo que es especí
fico de ella, en virtud de su origen y de la misión recibida de
su fundador Y en pocos sitios ha sido definida de una forma
tan concisa y rigurosa su misión como en la Constitución dog
mática del Vaticano II sobre la Iglesia. Se dice:
«La Iglesia es en Cristo como un sacramento o señal e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad del género humano» (49).
Se expresa aquí la doble coordenada de esta misión: la
apertura a Dios —tan difícil en un mundo volcado a lo inme
diato y lo pragmático, tan reacio a cuestiones de fondo o de
sentido— y la fraternidad humana —tan contradicha en una
sociedad marcada por las desigualdades e impulsada por la
competitividad—. Quizá el término sacramento resulta ya
en el lenguaje corriente, incluso de los creyentes, demasiado
«teológico» para hacer comprensible lo que está en juego:
nada menos que las vías para que la buena noticia de Jesús lle
gue a un mundo encerrado en la paradoja de una profunda
(48 ) Un reflejo de estos esfuerzos puede ser la obra de H . KÜNG: Proyecto de uno ética mundial. Trotta, Madrid, 1991.
( 4 9 ) CONCIL IO VATICANO II: Constitución dogmática Lumen gentium, I.
196
Beneficios y desigualdades de la mundialización. Una reflexión...
demanda de sentido junto a una escasa disposición para cap
tar dónde están las posibles respuestas a esa demanda. Es
como el sediento que no sabe reconocer el agua que está al
alcance de su mano. Ser «sacramento» implica traducir a ges
tos y realidades comprensibles para el mundo de hoy el men
saje salvador que Dios ofrece en Cristo a través de la comu
nidad de los creyentes.
4. a El reto para la Iglesia: ser, para una Humanidad cada
vez más mundializada, modelo de mundialización. ¿Cómo?: con
un universalismo que se armonice con el particularismo. El
documento, ya varias veces citado, de la Comisión francesa de
Justicia y Paz lo ha expresado contraponiendo el universalismo
que vivió la primitiva Iglesia en Pentecostés al particularismo
simbolizado por la torre de Babel. Un pasaje de él puede ser
vir como buen colofón a estas páginas:
«El universalismo cristiano se arraiga en el relato de Pentecostés. En el momento en que las lenguas de fuego se posaron sobre la cabeza de los Apóstoles reunidos, éstos se sintieron capaces de comprender a diferentes personas que no hablaban la misma lengua y de hacerse comprender por ellas, y de anunciar así el mensaje de Jesús a todos los pueblos, por diversos que éstos fueran. El sentido de esta historia es claro: el mensaje se dirige a todos los hombres sin que éstos tengan necesidad, para acogerlo, de hacerse semejantes unos a otros. El cristianismo naciente se sitúa por tanto de lleno en una perspectiva que podríamos calificar hoy de mundialista, pero un mundialismo unido al respeto a la diversidad (...)
A este universalismo se opone el de la Torre de Babel. Los hombres, culpables de haber querido construir una ciudad con una torre que llegara a penetrar en los cielos, son castigados de dos maneras: fragmentación de las lenguas (que hace imposible la comunicación) y dispersión por toda la tie-
197
Ildefonso Camocho
rra. Hasta entonces se servían de una misma lengua, de las mismas palabras, vivían en el mismo lugar el país de Babilonia, es decir; el país de la puerta de Dios (...) Aquí el universalismo sólo se ordena a sí mismo y al poder, y por eso desaparece junto con la unidad de los hombres y de las lenguas. Nos encontramos justamente en el polo opuesto a Pentecostés» (50).
( 50 ) JUSTICE ET PAIX-FRANCE, Le, 3 3 4 - 3 3 5
198
EVALUACIÓN ÉTICA DE LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS,
Propuesta metodológica
JORGE ARTURO CHAVES
Director de la Cátedra «Víctor Sanabria» de Etica de la Economía y del Desarrollo (Costa Rica)
El Premio Nobel de Economía 1998, Amartya S E N , en sus
escritos sobre bienestar ( S E N , 1998), nos recuerda uno de los
problemas centrales que nos plantea la discusión sobre la
prosperidad de una nación o región y sobre la calidad de vida
de sus habitantes. Este problema está encerrado en estas tres
preguntas: ¿cómo lo determinamos?, ¿de qué información re
querimos?, ¿qué criterios son verdaderamente importantes?
S E N observa que el problema es tanto más complejo cuanto
no se trata sólo de determinar lo que la población tiene o de
lo que carece, sino de qué tan capaces son de conducir sus vi
das. Es decir; que este tipo de discusiones nos llevan como
momento indispensable a una descripción rica de lo que los
habitantes de un país pueden hacer y ser. Pero esto nos en
frenta a un complejo problema de medida y evaluación de
bienestar; de calidad de vida, de desarrollo humano sostenible.
Amartya S E N tomó como referencia la perspectiva de ca
pacidades y funcionamientos para desarrollar su propia pro
puesta de medida del desarrollo. Lo hizo así porque estaba
profundamente insatisfecho con que algunos, como dice él,
199
Jorge Arturo Chaves
— y quizá sean mucho más numerosos de lo que puede pen
sarse—, no se asombran ante la complejidad de la vida huma
na, y por eso encuentran fácil mantenerse apegados a una fór
mula mecánica para medir el avance de un país. Siguen repi
tiendo, por ejemplo, el PIB como medida burda e incompleta
de la calidad de vida — y la dura frase es del propio Premio
Nobe l—. O siguen contentándose con la consecución de
equilibrios — p o r lo demás necesarios— de orden fiscal o de
comercio exterior y de disciplina monetaria.
La limitación de los enfoques convencionales para medir el
éxito de una economía — q u e caracteriza a Gobiernos y a or
ganismos financieros internacionales—, por supuesto que pro
duce insatisfacción, no sólo a personas de la estatura de
A . SEN, sino también a muchos de nosotros que, a niveles más
cotidianos, nos interesamos por el avance, el desarrollo y la
calidad de vida de pueblos como los nuestros latinoameri
canos. Es desde ese marco de inquietudes, e insatisfechos
también no sólo con los problemas sino con muchas formas
frecuentes de responder a los mismos, que elaboramos la
presente propuesta metodológica. Su formulación se refiere,
no ya a la evaluación general del desarrollo y del bienestar;
más bien se particulariza en el campo de las políticas econó
micas, aportando al respecto un método para evaluar ético-
interdisciplinariamente su realización (ex post), que es válido
también para su diseño (ex ante).
V I E J A S D I F I C U L T A D E S Y N U E V A S P E R S P E C T I V A S
Para comprender lo esencial del planteamiento que aquí
se hace se requiere explicitar, al menos, algunas premisas so-
200
Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesta metodológica
bre las que se basa. Una primera proviene de una reflexión sobre la experiencia de dificultades en este género de planteamientos.
Muchos habrán constatado como nosotros que en las reivindicaciones por un desarrollo humano sostenible ( D H S ) , mejora de calidad de vida, liberación de condiciones degradantes, que tienen lugar hoy día en nuestros países en vías de desarrollo, se ha producido un agotamiento de los discursos genéricos. Los grandes enunciados de valores han perdido capacidad movilizadora, así como las proclamas llamando a cambiar las raíces del sistema capitalista, por medio de procesos revolucionarios capaces de generar rápidamente sociedades «alternativas».
La confianza en la capacidad moral y de liderazgo de la clase política, por otra parte, se ha debilitado. Y las meras exhortaciones para practicar una conducta personal recta en el mundo de la gestión pública de la economía, libre de corrupción e inspirado en valores éticos, quedan incompletas en la medida en que no presentan una referencia clara a cuáles sean los instrumentos con que pueden ser aplicados en la práctica los valores que guían una conducta personal ética.
Para aspirar a medidas que transformen la actual situación parece, entonces, que hay necesidad de ir más allá de la ética personal y más acá del genérico análisis ético del sistema, hacia una posición en que podamos dar un contenido histórico a los valores (justicia, equidad, integración social.. .), pasar la discusión al plano de la construcción cotidiana del sistema y al plano de la mediación instrumental de la ética personal; y, finalmente, pasan por tanto, a discutir la realización de valores éticos en las políticas económicas.
201
Jorge Arturo Chaves
Otro hecho de experiencia en la reflexión sobre la moral
social muestra aquí, todavía más que en otras áreas, la exigen
cia en el ambiente contemporáneo por superar el discurso
ético extrínseco y el enunciado de juicios éticos de autoridad.
Existen en esta sentido corrientes de pensamiento abiertas a
otro tipo de enfoque ético que descubra los valores dentro de
la realidad misma.
En esta dirección, por ejemplo, Denis G O U L E T ( G O U L E T ,
1995) ha desarrollado su concepción de la ética como «me
dio de los medios»: una ética que entra dentro de los dina
mismos de valor de los instrumentos utilizados por los agen
tes de desarrollo. También es significativa su aproximación
analítica que para los problemas del desarrollo realiza una in
tegración circular de las racionalidades (técnica, política, ética)
que intervienen en todo proceso de decisión.
Para Georges E N D E R L E ( E N D E R L E , 1993) todo «proble
ma» contiene de manera embrionaria no sólo la totalidad
de sus aspectos esenciales, sino además la solución preferi
da. Además, con la convicción de que es la práctica la que
dicta la agenda de la ética, propone que esta disciplina en
lo económico esté fundamentalmente orientada a la toma
de decisiones y a la acción y enfocada a problemas. Para el
diseño de una ética económica «de base sólidas» destaca la
necesidad de realizarla según un modelo de cooperación
que reconoce la interdependencia e igual valor de las disci
plinas.
Son ampliamente conocidos también los estudios que rea
liza Adela C O R T I N A ( C O R T I N A , 1993) en el campo de la ética
aplicada con la perspectiva de la circularidad propia de la her
menéutica crítica en el que se transforma el concepto de apli-
202
Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesta metodológica
coción de tal manera que la ética empieza a ser un proceso de detección del principio ético en los diversos ámbitos de la realidad en la que se encuentra.
Sin desechar su importancia, hay otros dos enfoques respecto de los cuales me ha parecido necesario marcar cierta distancia: la reflexión ética sobre el comportamiento personal de los agentes económicos y la que se ha construido a partir de la crítica de los fundamentos éticos del sistema, en particular del sistema capitalista. N o se trata de un distanciamien-to de desinterés, sino del afán de complementar y no repetir el aporte que ambos dan. Hemos ido cobrando conciencia de que, en definitiva, el sistema se construye cotidianamente en la aplicación de las políticas económicas y en la consolidación de sus efectos en todos los órdenes. Y de que, por importante que sea la calidad moral del agente, éste está mediatizado en su acción económica por el uso de instrumentos, entre los que las políticas económicas son fundamentales a nivel macro.
En resumen, existe hoy en día una fuerte tendencia de búsqueda y necesidad de una ética de la economía «aterrizada» que oriente la diaria construcción de la justicia, la equidad y otros valores, en lo que dependen de las políticas del Estado, que sea útil para evaluar los procesos de gestación de estas mismas políticas. Por otra parte, los enfoques mencionados ayudan a elaborar una concepción de esta naturaleza, en cuanto contienen de una manera u otra elementos que fundamentan la construcción de un enfoque ético de la práctica macroeconómica que permite la historizaáón, la concreción de los valores que se persiguen en la economía y su redefinición conforme a los parámetros establecidos por el material social con que se cuenta.
203
Jorge Arturo Choves
P R O B L E M A S E N L A S P R Á C T I C A S D E E V A L U A C I Ó N , V A L O R A C I Ó N Y M E D I D A
Toda evaluación supone una comparación con algo o con
alguien conforme a un sistema de medida que podemos lla
mar métrica. A su vez, toda comparación con algo o con al
guien, puede ser consigo mismo (un poco como un corredor
va desarrollando una curva que relaciona distancia con la ve
locidad de su propio rendimiento); con los líderes de su cam
po; o con un patrón ideal, no histórico. El sistema de medida
o métrica, requerido para la comparación, puede ser estable
cido por referencia al desempeño de metas libremente fijadas
y conscientemente asumidas; o bien en relación al desempeño
de metas socialmente establecidas, comunmente aceptadas; o
bien, en fin, referido a la proximidad/lejanía de definiciones
ideales. Por lo demás, la elección de la métrica, conlleva, al
menos, la definición de indicadores de medida en determina
das variables. Esto presupone una conceptualización particular
compleja de lo que se trata de evaluar, una jerarquización de
intereses respecto a dicha realidad y un marco de valores en
el que se define dicha jerarquización y que condiciona la con
ceptualización misma.
A la hora de evaluar el desempeño global de un país en
materia económica, o de un aspecto específico del mismo
— p o r ejemplo, el uso o empleo del crédito externo en un
país subdesarrollado, durante un cierto período—, ordinaria
mente, sólo se toman dos caminos: en el caso de la evalua
ción global, el simple seguimiento de un sistema de indicado
res preestablecido y universalmente aceptado —las variacio
nes en las tasas del PIB, de las variables macroeconómicas, y
otras complementarias—. En el caso de la evaluación de un
204
Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesta metodológica
área, particular; quizá se llegue a medir conforme a las metas de la estrategia que prevalece internacionalmente — p o r ejemplo, en el caso de la deuda externa, los puntos de referencia serían apertura, liberalización, competitividad—. Sin embargo, ambas rutas presentan genéricamente un doble problema. Por una parte, el margen de acción de un país determinado, en materia de política económica, fundamentalmente no permite más que la incorporación o autoencua-dre en el esquema de evaluación socialmente vigente. Esto, desde la perspectiva de los intereses nacionales, constituye una situación muy restrictiva. Por otro lado, al realizarse una evaluación de un área específica, según una cierta práctica rutinaria, en ningún momento se plantea la discusión explícita de la métrica utilizada, de los intereses que la rigen, ni del marco de valores dentro de los cuales se realiza la evaluación. Entonces, la economía se mostrará avanzando o retrocediendo conforme a determinados patrones pero, en definitiva y en el fondo, no se podrá saber para qué y para quiénes importa o no dicho avance o retroceso al interior del propio país.
D e allí que una evaluación ética de una economía nacional no puede confundirse con la evaluación de resultados de la estrategia prevaleciente o según el crecimiento dentro del sistema de indicadores establecido, sino que será preciso contar con un sistema de medición, que supere el doble problema mencionado.
U N A P R I M E R A C O N C L U S I Ó N : N E C E S I D A D D E U N A É T I C A D E L A S P O L Í T I C A S E C O N Ó M I C A S
D e todas las premisas anteriores, podemos concluir que para construir un sistema de medida y evaluación ética de la
205
Jorge Arturo Choves
economía imbricado en la construcción cotidiana de una so
ciedad más justa, equitativa y libre requerimos:
• Pasar la reflexión ética, del campo de la ética personal y
de la ética del sistema, al campo de una ética de las po
líticas económicas;
Desarrollar allí un método de evaluación ético interdiscipli
naria que permita la historización de los valores éticos
buscados en la economía, y su redefinición conforme a
los parámetros establecidos por el material social con
que se cuenta, y que, al mismo tiempo,
Sea realizado conforme a una métrica que refleje los
valores e intereses de la población del país cuyas políticas
económicas se intentan evaluar.
Para lograrlo, superando las dificultades ya mencionadas, se
requeriría un método de evaluación que ofrezca tres rasgos:
— Q u e permita evaluar éticamente el proceso de elabora
ción de las políticas económicas, y no sólo sus resultados;
— Q u e parta desde dentro del análisis de las políticas eco
nómicas;
— Que involucre en el proceso a todos los potenciales afec
tados por la política económica en cuestión.
Dicho en breve, y utilizando el título de un libro, de lo que
se trata es de pasar « D e la utopía a la política económica» ( I ) ,
realizando en la práctica de ésta lo que la inspiración de aqué
lla supone.
( I ) Este planteamiento se explica ampliamente en Jorge Arturo C H A VES (1999): De la utopía a la política económica. Para una ética de las políticas económicas, Salamanca, España.
206
Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesta metodológica
O B J E T I V O P R I N C I P A L D E E S T A P R O P U E S T A M E T O D O L Ó G I C A
Podemos expresar el propósito fundamental de este mé
todo desde las dos perspectivas que nos interesa unir:
• Desde la ética, y
• desde el desarrollo humano sostenible.
Desde la perspectiva ética, intentamos formular metas éti
cas en el diseño de las políticas económicas, dándoles conteni
do histórico a la definición de los valores y aspiraciones éticas
prevalecientes en una sociedad concreta. Determinamos para
ello las condiciones de posibilidad socioeconómica y política que
definen la realización de dichos valores y aspiraciones.
Desde la perspectiva del desarrollo humano sostenible: preten
demos integrar democráticamente las metas de crecimiento, de
transformación institucional y de ampliación de la generación de
capacidades y oportunidades de las personas, con las metas de
consolidación social y de valores ético-culturales propios, tam
bién mediante la realización de un proceso éticamente definido.
M E D I O S P A R A H A C E R O P E R A T I V A E S T A P R O P U E S T A
Digámoslo primero de una forma negativa. N o se trata de
enjuiciar la situación económica «desde arriba» y «desde afue
ra» de la economía.
Existe una larga tradición de aplicar principios y demandar
logro de aspiraciones sociales, procediendo desde su enuncia-
207
Jorge Arturo Chaves
do general, desde una situación ideal, sin contenido histórico concreto. Pero esta tendencia contrasta con el hecho de que las políticas económicas son productos históricos concretos, definidos por el avance de la ciencia, el marco institucional dado y la estructura de relaciones sociales e intereses de grupos que siempre se refieren a situaciones concretas.
Por otro lado, también históricamente en el campo de la economía, se ha cedido a la tentación de aplicar medidas pretendidamente deducidas de un análisis científico riguroso, sobre el cual concuerde la comunidad de especialistas. Pero el problema es que no existe una ciencia económica unitaria que resuelva analíticamente y de manera indiscutible en qué consiste lo óptimo socio-económico y político ni existe, por tanto, tampoco una única comunidad de especialistas, ni las políticas económicas son mero resultado de la aplicación de la teoría económica a los casos concretos.
Dicho de forma positiva, se trata de encontrar y elegir la política económica factible más deseable (2), conforme a las condiciones existentes de posibilidad socio-política y económica que definen el contenido histórico concreto de la realización de valores y aspiraciones, en términos de contenidos relaciónales, y conforme a los intereses de los grupos afectados.
Un enunciado de valores genérico y universal, aun el que está implícito en aspiraciones concretas, no es aplicable a situaciones específicas y particulares. N o conlleva una apreciación diferenciada de condiciones de factibilidad conforme a los diversos niveles de horizontes históricos que determinan la acción en cada caso. En cambio cada situación concreta, con todos los elementos socio-económicos, políticos y culturales que la definen, tiene una
(2) Un «óptimo factible» o posible en las condiciones dadas.
208
Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesta metodológica
densidad ética propia particular cuya significación y exigencias deben ser captadas por la reflexión analítica. Precisamente si se puede plantear un cuestionamiento ético en relación a una situación dada es porque ésta, en su densidad propia, ofrece un espacio o estructura que definen el valor en cuestión, un margen de libertad para elegir entre diversas alternativas, delimitado por un marco de posibilidades reales para realizar dicho valor
Por supuesto, el significado ético de asumir una u otra posibilidad está definido adicionalmente por sus efectos potenciales sobre la estructura de relaciones sociales, es decir; por su impacto relacional en cuanto a modificaciones en la distribución de oportunidades, capacidades, ingreso, etc.
Y además, finalmente, es preciso destacar como factor clave en este método evaluativo, la participación de los poten-cialmente afectados («stakeholders» a nivel nacional) por la política económica en elaboración. Es un principio de democracia económica, que garantiza la calidad ética del proceso, al verificar que lo técnicamente factible corresponda a lo social-mente deseable, mediante la confrontación de los diversos grupos de interlocutores legítimos en el proceso de definición de una política económica.
S E G U N D A C O N C L U S I Ó N : U N A N Á L I S I S I N T E R D I S C I P L I N A R I O E N U N P R O C E S O D E M O C R Á T I C O
D e lo anterior se sigue que definir lo ético en referencia a la elaboración concreta de una política económica depende:
• D e la referencia a la tradición ética propia, para identificar el espacio/estructura propio del valor que se busca;
209
Jorge Arturo Chaves
• D e la identificación de las condiciones de posibilidad socio-política y económica históricas, que permiten la realización de cada valor al interior de la situación concreta, para determinar su contenido histórico;
• D e la estimación de las implicaciones de diversas medidas posibles, en términos de modificación de la estructura de relaciones sociales, y
• D e la participación activa de todos los potencialmente afectados por la política económica en discusión, en cada una de las dimensiones mencionadas.
La discusión ético-económica de una política concreta se transforma así, al mismo tiempo, en un análisis interdisciplinario, donde a la disciplina económica le corresponde un papel destacado, y en un proceso participativo democrático en el que todos los afectados tienen su palabra.
• Corresponde a la disciplina económica — a las diferentes escuelas principales—, con apoyo del análisis social amplio, determinar las condiciones de posibilidad socio-política y económica de los valores y el abanico o serie de medidas científico-técnicas factibles en ese marco.
• A l análisis socio-político le es propio determinar cómo queda la comunidad afectada con cada medida factible, en términos de los contenidos relaciónales implicados por la misma.
• A l análisis ético explícito, aparte de determinar específicamente las diversas perspectivas morales relevantes para la comunidad en cuestión, le corresponde conducir el proceso entero de enunciar; seleccionar y dar contenido histórico a los valores.
210
Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesta metodológica
• Y a todos los afectados potenciales por dichas medi
das, interlocutores legítimos en el proceso de decisión
ét ico-económica, corresponde garantizar el principio
fundamental de la ética del diálogo en cada momen
to, decidiendo en función del contenido histórico de
los valores éticos sobre los objetivos, metas y políti
cas generales — e n diverso nivel—, sobre y entre el
abanico de posibilidades reales que se le presentan y
conforme a sus diversas implicaciones relaciónales.
En resumen, en cuanto a lo que implica para la tarea de
economistas y analistas sociales en la construcción de una ética
de las políticas económicas, de una ética de lo posible, se pre
cisa de un esfuerzo de lo más científico que esté al alcance, en
el que se recoja todo el abanico de caminos posibles, factibles
o alternativos que se ofrecen al diseñador de las políticas pú
blicas para alcanzar metas determinadas de producción, estabi
lidad macroeconómica, distribución, consumo. Cada uno de los
integrantes de ese abanico debe ser presentado, por lo demás,
en sus implicaciones relaciónales —sociales, políticas, ecológi
c a s — para poder convertirse luego en objeto de una valora
ción ética que pondere y defina los valores deseables que pue
den ser realizados por una comunidad nacional, regional o local
en un momento dado de su historia, y conforme a los objeti
vos previamente definidos por esa misma comunidad.
¿ S E P U E D E P O N E R E N P R Á C T I C A
E S T A P R O P U E S T A ?
Podríamos pensar que esta propuesta conlleva un proceso
más bien complejo y no aplicable en la práctica. Sin embargo,
21 I
Jorge Arturo Chaves
si miramos en el quehacer diario de la democracia occidental,
el proceso de toma de decisiones de la política económicos
no es en absoluto menos complejo.
Dos factores definen la dinámica de este proceso: las insti
tuciones y las fuerzas socio-políticas. Entre las primeras tene
mos evidentemente al Parlamento, el Gobierno, los partidos
políticos y otras fuentes de poder político y judicial. Sin em
bargo, aunque no constituyan una institución en el sentido
usual de la palabra, los grupos de interés y presión y las in
fluencias internacionales deben ser incluidas en este marco
institucional. Las fuerzas sociopolíticas se desarrollan desde y
hacia cada una de estas fuentes y canales de influencia y con
figuran cada uno de los procesos de elaboración de la política
pública (reconocimiento, análisis, diseño, consulta, discusión y
ejecución).
Solamente para el enfoque convencional de política eco
nómica resulta verdadero decir que el resultado del proceso
puede definirse como «estrictamente técnico». Para quienes
sostienen esta posición, existe una separación bien diferencia
da entre tres momentos: el de la generación de opciones, el
de la decisión y el de la proyección de influencias. En esta
perspectiva, las opciones las transfiere la comunidad, vía elec
toral, hasta el poder político donde, con la asistencia de técni
cos, son transformadas en decisiones políticas sobre metas
mesurables.
Desde un punto de vista más moderno, sin embargo, las
interrelaciones de los diversos participantes se traslapan y nos
ofrecen un cuadro y un resultado diferentes. Las preferencias
y opciones surgen en cualquier momento del proceso y de
cualquier participante — n o sólo del cuerpo electoral—. Las
212
Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesta metodológica
preferencias reveladas de cada uno son, además, afectadas por un complejo proceso de instituciones. Incluso el sistema burocrático tiene su propia palabra que decir e influye sobre las decisiones. Las acciones del Gobierno y del Parlamento de ninguna manera son entonces neutrales ni independientes de los grupos de interés e influencias externas. La política económica resultante es, por tanto, más que una conclusión de carácter técnico; es más bien el resultado de un difícil balance de fuerzas entre los actores socio-políticos, dentro de las restricciones de un marco institucional, bajo la dirección de una instancia nada neutral de Gobierno.
U N C A M I N O S I M P L I F I C A D O : C I N C O P A S O S
Podemos decir que lo que la presente propuesta contiene no es más que una expresión elaborada, y respaldada éticamente de lo que el sentido común dicta cuando enfrentamos una decisión en materia que va a afectar el bienestar de otras personas. Por eso podemos resumirla de una forma simple observando cómo, en esos casos, la lógica y el sentido moral nos conduce a preguntar primero quiénes son esas personas y acto seguido a procurar que ellas mismas puedan expresar su voz, sus intereses, sus necesidades, sus objetivos a lo largo del proceso. Enseguida, guiados por la misma dinámica, lo normal es que conozcamos, por una parte, cómo se traducen esos objetivos en metas evaluables y, por otra, cuáles son los caminos alternativos con que contamos para alcanzar dichas metas. Una valoración, también realizada desde diversos puntos de vista, del impacto, del costo o del beneficio que se seguirá de adoptar uno u otro camino para cada grupo de afectados es la siguiente reflexión indispensable. Y entonces, y
213
Jorge Arturo Chaves
sólo entonces, con una información como ésta, se buscará una decisión consensuada con todos los grupos afectados, en la que se exprese la predilección por aquella solución, técnicamente correcta, que garantice mejores efectos sociales, es decir; para los intereses de los diversos grupos, y no simplemente «el bienestar mayor para la mayoría».
Este tipo de procedimiento de toma de decisiones en materia de política económica es en sí mismo un procedimiento ético, en tanto en cuanto, independientemente de sus resultados, parte del respeto fundamental a todos los afectados por la medida que se pretende adoptar Un respeto que se traduce en escuchar sus objetivos y aspiraciones, en cooperar para traducir éstos en metas accesibles y en discutir con ellos los diferentes medios para alcanzarlas y los efectos sociales de cada una de las medidas alternativas. A l mismo tiempo que constituye un procedimiento ético, es también una forma de profundizar y extender la democracia precisamente en aquellas áreas en las que se juegan cotidianamente los problemas de justicia, equidad y libertad. Por lo demás, al articular lo ético con lo económico por la vía del procedimiento de toma de decisiones, sobre la base del respeto a cada una de las personas involucradas y permitiendo el ejercicio de la libertad de éstas, se desarrolla un procedimiento ético que no atropella, sino que mantiene la autonomía propia de la disciplina económica. Más bien puede decirse que la fortalece al fomentar un mayor pluralismo académico en el análisis.
Para concluir; es conveniente, más allá de la expresión de sentido común, formalizar la secuencia. Puede dividirse en cinco pasos:
Primer paso (aproximación ético-político-económica de conjunto). Constituye el inicio de una práctica de deliberación de-
214
Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesta metodológica
mocrática que se mantendrá a todo lo largo del proceso eva-luativo. En este primer momento, sin embargo, tendrá como propósito establecer ante todo también quiénes son los sujetos, interlocutores, del mismo proceso de diálogo, partiendo de que deben ser todos los grupos beneficiarios o afectados de una forma u otra por la política económica en cuestión y decisiones implicadas. Es clave desde este momento el carácter inclusivo de la participación en decisiones, de interlocutores afectados, teniendo en consideración la diferenciación por género, zona rural —urbana, edad, clase. Aun cuando no sea posible un ideal acabado de participación, se trata de lograrla al máximo representativo posible.
Segundo paso Es el momento de la propuesta o enunciado de valores, o de determinación de aspiraciones de la comunidad nacional o regional o local de la que se trata. C o n todos los interlocutores mencionados, quienes deben participar consensuada-mente en la discusión, se establecen en primer lugar los grandes objetivos que se desean. Es el momento de determinación de grandes fines para la sociedad y economía, de las que se derivan las grandes políticas de ordenamiento económico que dan orientación a todas las demás. También se definen aquí los elementos del sistema y proceso de política económica existentes que se quiere modificar Un equipo técnico plural presenta luego la traducción de los grandes fines en objetivos cuantificables o mensurables, en cifras-objetivo, de las que se desprenderán las políticas finalistas. A esos objetivos cuantificables se asocia la medida en que se desean modificar índices, tasas... del respectivo sector o área de actividad económica que requerirán para su propósito de las políticas instrumentales específicas.
Tercer paso (técnico-económico): Es el momento de definición del contenido histórico de los valores éticos deseables, a par-
215
Jorge Arturo Choves
tir de sus condiciones de posibilidad socio-económicas. Para ello se trata de identificar el abanico de posibles caminos, es decir; de políticas instrumentales específicas alternativas con que se cuenta para alcanzar las diversas políticas finalistas y de ordenamiento. Se examina cada una en función de un óptimo factible, según diversas interpretaciones, y dadas las condiciones socio-políticas, económicas y culturales de una situación dada. D e nuevo podemos pensar en una realización por aproximaciones, de manera que siempre se tratará de determinar el mayor número posible de propuestas teórico-instrumentales con que se cuenta, conforme al estado del arte, como medios de realizar las políticas finalistas. Es importante estimar el carácter histórico de cada una de ellas, es decir, la medida en que no abstraen de rasgos esenciales del tipo de sociedad a la que intentan aplicarse, que valoran resultados obtenidos en situaciones semejantes y los costos previsibles económicos — e n sentido restrictivo— de la aplicación de cada una. Aquí es importante el pluralismo de enfoques alternativos de estimación de las políticas realmente aplicables. Este paso es clave por cuanto en él se define, desde una visión pluralista académica, la factibilidad científico-técnica, las condiciones de realización histórica (posibilidad) económicas, las restricciones y posibilidades para lograr una meta económica así como de la potencialidad para lograrla de cada uno de los instrumentos alternativos.
Cuarto paso (socio-político): Aqu í se trata de redefinir las posibilidades técnico-científicas descubiertas en términos de los contenidos relaciónales implicados en cada una de ellas. Para ello hay que determinar las implicaciones de cada una de esas políticas instrumentales alternativas en cuanto a la modificación de la estructura de relaciones sociales o, dicho de otra
216
Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesta metodológica
forma, del modo como afecta los intereses, las capacidades, las oportunidades de cada uno de los grupos y la relación entre éstos. Asimismo, al valorar el impacto de cada una de las alternativas en términos de modificación de la estructura social existente, también se realiza en términos del impacto en el medio ambiente y en relación a la mejor posición posible obtenida por esta sociedad u otras semejantes en parecidas condiciones. Podríamos decir que aquí se determinan las condiciones de realización histórica (posibilidad) socio-políticas y ecológicas. Es el momento en que se descubren las implicaciones principalmente en cuanto a acceso a ingreso y riqueza, desarrollo de capacidades y ejercicio de libertad de los afectados por la política en cuestión.
Quinto paso (socio-ético): Es el momento del juicio y decisión ética. Teniendo en cuenta las principales perspectivas éticas de las que parten en esa sociedad para valorar situaciones, se procurará un consenso sobre la propuesta de la política instrumental factible, más deseable según objetivos, metas y valores compartidos (historizados en los pasos anteriores). Desde el punto de vista económico estaríamos aquí concluyendo un proceso con la selección de una política económica factible y con el menor costo social de conjunto; éticamente se estaría logrando así el máximo factible de un valor deseable.
D e esta manera la realización del juicio ético sobre las políticas económicas, tras los pasos anteriores, culmina el proceso en un momento dialogal, concertador, democrático, exigencia que proviene del carácter pluralista de la sociedad contemporánea. Este es el momento de la deliberación y decisión final. La primera — l a deliberación— corresponde a todos los potenciales afectados por la política económica de que se trate, quienes se constituyen así en interlocutores adecuados del
217
Jorge Arturo Chaves
diálogo concertados La segunda — l a decis ión— pertenece
en la realidad política de nuestros países, a la instancia adecua
da según la estructura gubernamental propia de la comunidad
(Asamblea de Diputados, ministro del ramo.. . ) .
A los analistas éticos, que han contribuido al proceso ayu
dando a la determinación de interlocutores y determinación de
procedimientos éticamente correctos, corresponde en este
momento señalar las diversas posiciones éticas relevantes en
esa comunidad, conforme a las cuales es posible formular un
juicio ético democrático, en el que se llegue a decisiones so
bre cada política económica. Este aporte analítico ético ayuda
rá a interpretar los diversos contenidos relaciónales implicados
en las diversas políticas económicas, en términos de significa
ción ética.
R E S U L T A D O
El resultado de un proceso como éste será una evaluación
ética-interdisciplinaria de la correspondiente política económi
ca. Puede apreciarse que se trata de algo semejante al resul
tado que se logra con el llamado balance ético-social a nivel
de empresa, pero, en nuestro caso, a nivel macroeconómico,
más amplia, aplicable ex ante y ex post, y a diverso nivel de
factibilidad (nacional, regional, municipal...). El carácter ético
de esta práctica evaluativa no se reduce a algún momento
particular en que el análisis ético se hace explícito y asume un
papel más relevante, sino que está vinculado más bien al
modo de realizar el proceso entero, al carácter consensuado
pluralista y participativo como se realiza el proceso en su to
talidad y a la posibilidad, que se realiza en la secuencia, de irle
dando contenido histórico a los valores deseados.
218
Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesta metodológica
C O M E N T A R I O F I N A L : U T I L I D A D D E E S T A P R O P U E S T A
D e manera resumida podríamos caracterizar este proceso y su resultado con los siguientes rasgos. Es un proceso en el que:
• Intervienen todos los afectados por el impacto de esa política económica, estableciendo concertadamente un marco colectivo de valores.
• Intervienen todos los enfoques analíticos económicos relevantes para proponer las políticas económicas factibles.
• Intervienen todos los enfoques socio-políticos y ecológicos también relevantes que tienen que ver con el tema, conociendo y ponderando el impacto de las diversas alternativas.
• Intervienen todos los afectados seleccionando concertadamente la política factible más deseable según los valores historizados e intereses de todos los afectados y según las diversas perspectivas éticas.
Por tanto,
• es un análisis simultáneamente ético y científico que también profundiza la democracia y la equidad;
• es un proceso que une los valores ideales con las restricciones y factibilidades reales para realizar esos valores;
• no renuncia a valores y a aspiraciones, con sentido ético . . . ;
• pero les da contenido histórico, con factibilidad científico-técnica.
219
Jorge Arturo Chaves
Por tanto, intenta pasar de la utopía a la política económica, articulando y no negando ambos extremos.
Los pasos que incluye el proceso proporcionan a los interlocutores un rico material que les permitirá formular un juicio y una decisión más justos, más completos, más acertados, conforme a la evolución histórica de la sociedad en que se vive, y conforme a la evolución histórica de las mismas disciplinas económicas y sociales. Será lo éticamente más correcto en ese momento porque, al cabo, si hay ética es porque hay posibilidad y libertad de acción, pero también porque la realidad ofrece una cierta elasticidad o maleabilidad para ser modificada, conforme lo determine el conocimiento humano. Además, será política y pedagógicamente lo más conveniente. Desde el punto de vista político, un proceso que suponga esta dinámica reflexiva y participativa tendrá siempre más posibilidades de proponer medidas económicas capaces de ser aceptadas por todos y de convertirse así en un instrumento más eficaz de cambio. Pedagógicamente, además, el debate abierto y plural que explícita los valores en juego en la economía tiene una función formativa personal en cuantos individuos participan, y en la colectividad como un todo, al ir creando una cultura de los valores realizables. En todo caso, es un proceso mucho más completo y más correcto que todos aquellos otros que no incluyen los criterios éticos si no es, si acaso, ex post, para proponer medidas compensatorias de los efectos de signo negativo del funcionamiento de los mecanismos productivos y distributivos.
Incluir en el proceso deliberativo, de alguna forma, a todos los afectados por la política económica que se discute, tal y como aquí se propone, implica una incorporación y respeto efectivos por las minorías, y no una exclusión de sus intereses
220
Evaluación ética de las políticas económicas. Propuesto metodológica
con el golpe de fuerza de la «decisión por voto de mayoría»,
como suele hacerse en las imperfectas democracias que co
nocemos. En último término, el Estado de Derecho es el que
garantiza éste a todos los ciudadanos y no el que incorpora,
como excepción institucionalizada, la existencia de minorías
de excluidos o el fácil recurso de la «solución intermedia» con
la pretensión de satisfacer a unos y otros. Permanece aplica
ble, contra esa salida, la sabiduría que defiende que la «virtud
está en el medio», no puede entenderse aritméticamente sino
según la «recta razón». Por eso un proceso verdaderamente
democrático como el que aquí se propone es virtuoso en sí
mismo.
D e manera realista, todo este momento de la deliberación
concertada se constituye en la fase que alimenta pero no sus
tituye, en las estructuras de gobierno con que contamos, al de
la decisión política. Entonces es cuando el legislador el ministro
o el jefe del ejecutivo, tomarán la decisión, pero no ya a solas
con su conciencia, con sus propios criterios personales como
única referencia solipsista, sino sobre la base de principios de
contenido históricamente definido en un proceso social parti-
cipativo. Nada más apropiado para una decisión que, como es
el caso de toda política pública, es de alcance social de mane
ra directa y preponderante.
R E F E R E N C I A S B I B L I O G R Á F I C A S
CHAVES, Jorge A.: De la utopía a la política económica. Para una ética de las políticas económicas. Salamanca, España, 1999.
CORTINA, Adela: Ética aplicada y democracia radical. Madrid, España, 1993.
221
Jorge Arturo Chaves
ENDERLE, Georges: «¿Qué es ética económica?», en Economía, vol. XVI , núm. 31, junio 1993.
GOULET, Denis: Deveíopment Ethics, New York, 1995.
SEN, Amartya: «Capacidad y bienestar», en La calidad de vida. Mar-tha C . NUSSBAUM y Amartya SEN, compiladores. México D.F. 1998.
222
LA APORTACIÓN DE LOS EPISCOPADOS
CATÓLICOS A UNA ECONOMÍA SOCIAL Y DE DESARROLLO
RAMÓN SUGRANYES DE FRANCH Director del Centro Internacional de Documentación
y de Investigación en Ética Social Cristiana (CIDRESOC) Universidad de Friburgo (Suiza)
I . La tarea que aquí nos ocupa tiene un sólido fundamento teológico en la eclesiología del Concil io Vaticano II. Son múltiples los lugares en los documentos del Concil io — e s p e cialmente en Gaudium et spes, sobre la Iglesia en el mundo de hoy— donde aparecen afirmaciones dogmáticas de este tipo:
«Nacida del amor del Padre Eterno, fundada por Cristo Redentor, reunida en el Espíritu Santo, la Iglesia tiene una finalidad escatológica y de salvación, una finalidad que no puede ser alcanzada sino en el otro mundo. Y sin embargo, la Iglesia está presente ya aquí en la tierra, compuesta de hombres, miembros de la ciudad terrestre, llamados a formar dentro de la historia misma de la Humanidad la familia de los hijos de Dios, que ha de crecer constantemente hasta la venida del Señor... Por eso la Iglesia, que es a la vez asamblea visible y comunidad espiritual, camina al mismo ritmo que toda la Humanidad y está sujeta al mismo destino terrenal que el
223
Ramón Sugranyes de Franch
mundo: es como el fermento y el alma de la sociedad humana» (n ° 40).
Y más adelante:
«Es cierto que la misión que Cristo confió a su Iglesia no es de orden político, social ni económico; el fin que tiene prefijado es religioso. A pesar de lo cual, de su misma misión religiosa dimanan sin duda alguna una función, una luz y unas fuerzas que pueden ayudar a construir la comunidad de los hombres de acuerdo con la ley divina» (n ° 42).
Q u e nadie venga pues con la acusación de «hacer políti
ca» contra los obispos que se comprometen a favor de una
economía social.
Y hay que reconocer que en este punto las enseñanzas con
ciliares han sido objeto de un desarrollo^ más amplio y profundo
que en otros, tanto por parte del Romano Pontífice como de
los obispos de todo el mundo. Y no sólo la Iglesia católica ha re
conocido esta misión temporal. Al respecto, el Concilio añadió:
«La Iglesia católica es feliz de poder reconocer el valor de los esfuerzos que han hecho y están haciendo las demás Iglesias cristianas o comunidades eclesiales... para reparar y elevar la dignidad de la persona humana, consolidar la estructura de la sociedad e impregnar la actividad cotidiana de los hombres de un sentido y de una intención más profundos» (n.° 40).
Hoy día, la enseñanza social cristiana es un capítulo esen
cial de la actividad pastoral de la Iglesia en todas las latitudes.
«La doctrina social de la Iglesia — h a podido afirmar el Papa
Juan Pablo I I — es parte de su acción evangelizadora.» Y los
documentos episcopales sobre las exigencias cristianas en
economía son hoy día innumerables.
224
La aportación de ios Episcopados católicos a una economía social...
2. En la Universidad de Friburgo, Suiza, y en el Instituto
Internacional «Jacques Maritain», del que he sido presidente
durante veinte años, tuvimos la idea de recogen analizar y di
fundir esos documentos, que pocos conocen en realidad fuera
de las diócesis en que se producen. Su resultado es sin duda
la razón que me ha merecido ser invitado aquí.
H a sido una empresa de años la de reunir los textos origi
nales de centenares de documentos. Y de los publicados en
tre 1891 (Rerum novarum) y 1991 (Centesimus onnus) hicimos
fichas, de las que 1.454 se imprimieron en un volumen ( I ) .
Un comité científico dirigió la empresa, y en ella trabajaron
cinco colaboradores fijos en Friburgo y muchos otros en va
rias partes del mundo. Todo ello fue posible gracias a los sub
sidios del Fondo Nacional Suizo para la Investigación científica;
gracias también a los estudiantes extranjeros de esta Universi
dad, capaces de traducir o, por lo menos, resumir documen
tos en coreano o en bengalas, que generosamente nos man
daban las Conferencias Episcopales.
Durante los años de elaboración del estudio, el Instituto
Internacional «Jacques Maritain» organizó coloquios en varias
partes del mundo para estrechar los contactos necesarios (2).
(1) Roger BERTHOUZOZ, Roberto PAPINI, Carlos J . PINTO DE OLIVEIRA,
Ramón SUGRANYES DE FRANCH (ed.): Economie et Développement, Répertoi-re des documents éspiscopaux de cinq continents (1891-1990). Fribourg: Edi-tions Universitaires; Paris: Editions du Cerf, 1997, 808 pág. (Etudes d'éthi-que chrétienne, 69).
(2) Seminario de Cagliari, Cerdeña, sobre los países industrializados (1987); Madrid, sobre los documentos de América Latina (1989); Djakarta, Indonesia, sobre los de Asia (1990); Abidjan, Costa de Marfil, sobre los de África (1991), y Quezon City, Filipinas, sobre Asia y Oceanía (1994).
225
Román Sugronyes de Fronch
D e cada documento, la ficha identifica: la fecha, una sigla referencial, el autor, el resumen del contenido, las palabras claves de índole económica a que se refiere y las circunstancias históricas que lo originaron.
C o m o menciona el Cardenal Etchegaray en el prefacio al Reportorio, «por mi parte pongo dé relieve gozosamente el significado eclesial de esta iniciativa que aporta una especie de salubridad en la vida de la Iglesia desde la perspectiva local».
Después del primer resultado, e| Repertorio, procuramos proseguir la labor emprendida. Por fie pronto, la formula es un boletín cuadrimestral que va publicando fichas del mismo tipo sobre los documentos aparecidos desde 199 I (3). Y no puedo hacer menos que recomendar su lectura, mientras no logremos difundir una nueva compilación de textos en un C D .
3. Siempre la Iglesia, desde los tiempos apostólicos, se ha ocupado de ayudar a los pobres y la los menesterosos, para lo cual se crearon numerosas instituciones caritativas. « D e los pobres es el Reino de Dios», se decía. Pero entre tanto muy pocos se preocupaban de estudiar la realidad social de la pobreza y de poner remedio a ella. En este bajo mundo se les predicaba la resignación. Hay que llegar al Papa León XII I , con su memorable encíclica Rerum novarum, de 1891, para que la «cuestión social» fuese atacada por la Iglesia bajo el signo de la justicia y no sólo de la caridad huitiana.
(3) Centre International de Documentaron et de Recherche en Éthi-que Sociale Chrétienne: Economie Socole et diéveloppement, bulletin quadri-mestrel; Université de Fribourg, Miséricorde, Bureau 5227, CH 1700 Fri-bourg, Suiza; www.unifr.chlCidresoc
226
Lo aportación de ¡os Episcopados católicos a una economía social
Sin embargo, la perspectiva desde la que el Papa León XIII se encaraba con ella era sólo «terapéutica»: el Pontífice tenía ante sus ojos la trágica situación de los obreros de fábrica en los países industrializados y temía, no sin razón, que lo obreros se pasaran en masa al socialismo, de signo anticristiano. Por ello denunciaba los efectos perversos del sistema económico dominante y mostraba la exigencia de tomar en consideración a las personas y a los grupos sociales desfavorecidos por el orden económico. La carta pastoral de un obispo de Venezuela, poco después de la publicación de Rerum novarum, es un ejemplo clarísimo de lo que vengo diciendo: «El Papa ha publicado una encíclica sobre los problemas sociales —cito de memoria—. Esto es muy importante para los países que tienen problemas sociales; aquí no los tenemos». Y no dejaba de tener razón en cierto sentido, porque en aquel entonces no debía haber muchas fábricas con obreros industriales en Venezuela...
Con mayor acierto apostólico que el buen obispo venezolano, el Papa se atrevía a enfrentarse con el sistema económico que favorece la concentración de las riquezas y genera graves desigualdades entre los hombres; atacaba las injusticias incompatibles con el Evangelio, pero su análisis no iba más lejos: no se remontaba a las causas que las engendraban.
Pasaron cuarenta años hasta que el Papa Pío X I , en Qua-dragesimo anno, de 1931, empezó a desarrollar una reflexión sobre la necesidad de reformar las instituciones. Pero en su época se dejó tentar por la ilusión del corporativismo, que resultaba inviable. Los famosos radio-mensajes de Pío XII durante los años de guerra permitieron al mundo respirar ante la esperanza de un orden nuevo para la paz futura. Pero no se pasó de aquí. Y hubo que llegar a las dos grandes encíclicas de
2 2 7
Ramón Sugranyes de Franch
Juan XX I I I , Mater et magistra (1961) y Pacem ¡n terrís (1963),
para que por fin se plantease el tema de la reforma de las es
tructuras y del equilibrio entre los varios factores de la econo
mía (industria, agricultura, etc.), así como entre los pueblos de
sarrollados y subdesarrollados. Después del Concilio y bajo la
influencia del padre Louis-Joseph Lebret, verdadero profeta de
nuestro tiempo, Pablo VI reclamó nuevos modelos econó
micos para ponerlos «al servicio de todo el hombre y de to
dos los hombres», según su afortunada fórmula de «humanizar
la economía», en la encíclica Populorum progressio, de 1967.
A partir de este momento, queda claro que la Iglesia ha
ido definiendo los principios de una «ética económica». «La
Iglesia ha entrado en economía», pudo afirmar Emile POULAT
en una de nuestras reuniones. Y el Papa actual ha seguido este
camino en sus tres encíclicas (Laborem exercens, en 1981; Solli-
citudo rerum socialium, en 1987, y Centesimus annus, en 1991),
poniendo de relieve los nuevos problemas éticos surgidos o
agravados por la mundialización de las relaciones económicas,
por las desigualdades entre países ricos y pobres, por el siste
ma monetario internacional, por los precios de las materias
primas y de la energía, por la deuda externa, y tantos otros.
4. Hasta aquí, pues, la acción de los Papas, lo que se
acostumbra a enseñar bajo el epígrafe «doctrina social de la
Iglesia». Y a ello hay que añadir inmediatamente la creación
del Consejo Pontificio Justicia y Paz, autor de algunos docu
mentos importantísimos —sobre la deuda externa, por ejem
plo—. Pero, como decimos antes, el fenómeno actual es el
caudal impresionante de enseñanzas en materia de ética eco
nómica procedente de los Episcopados. La tarea fundamental
de ordenar éticamente la vida social pertenece a la Iglesia en
tera y debe ser adaptada a las circunstancias de cada lugar
228
La aportación de los Episcopados católicos a una economía social...
Precisa reconocer que no les fue fácil a los obispos meter
se en este berenjenal. N o cabe duda que no lo habrían hecho
sin el estímulo de lo alto. En un primer momento, las interven
ciones episcopales consisten sobre todo en comentarios a las
enseñanzas pontificias, presididas, como dijimos, por la «cues
tión social». Las nociones económicas propiamente dichas bri
llaban por su ausencia, excepto las de trabajo, justo salario,
propiedad privada y asociaciones obreras (corporaciones y
sindicatos). La fecha de 1931 representa un punto significativo
por la encíclica Cuadragésimo anno y las consecuencias de la
gran crisis de 1929, que hizo ver a los obispos de Alemania,
de Bélgica y de Francia la necesidad de pronunciar palabras de
consuelo para los que sufrieron y de esperanza para todos. En
1933 apareció la primera de las grandes cartas pastorales de
los obispos de los Estados Unidos, analizando las causas de la
gran crisis y sus consecuencias sociales.
Después del Concilio, el mismo año 1971, en que se cele
bró en Roma el Sínodo de los obispos sobre La justicia en el
mundo, Pablo VI, en Octogésima adveniens (n ° 4), invita a las
Iglesias locales a que «analicen con objetividad la situación
propia de sus países» y «elaboren principios de reflexión, nor
mas de juicio y directivas de acción» inspirados en el Evange
lio. Entre tanto, habían surgido ya los primeros documentos
del Celam, como el de Medellín en 1968 y el monumental de
Puebla en 1979. A partir de este momento, resultaba ya evi
dente que la doctrina social de la Iglesia estaba* contenida en
los documentos de los obispos, en contacto con las realidades
inmediatas, tanto como en las encíclicas pontificias, de alcance
mundial y por ende más abstractas.
La descolonización dio la palabra a los Episcopados de Asia
y de África. En el segundo de esos continentes, las pastorales
229
Ramón Sugranyes de Franch
más antiguas que hemos identificado son las de los obispos de
Madagascan en 1946, preparando la independencia, seguidas
por las de los obispos de África del Sur sobre la cuestión racial
y contra el apartheid, a partir de 1952. El documento más im
portante del continente africano es la carta pastoral de la
Conferencia Episcopal del Camerún, de 1990, sobre Las causas
de la crisis económica, analizando el origen de los problemas
que se abatieron en un país que parecía en pleno progreso.
«La causa del mal está en las estructuras de pecado que domi
nan el mundo actual, el desorden económico mundial basado
en el egoísmo de los ricos.» A las causas exteriores, como la
famosa deuda, se añaden las causas internas: el derroche y la
malversación de fondos públicos, los gastos militares, la co
rrupción y el incivismo, el fraude fiscal y la huida de capitales.
5. En el sudeste asiático no es de extrañar que los obis
pos de Filipinas fuesen los primeros en proclamar que sólo una
reconstrucción válida de la economía podía impedir los pro
gresos del comunismo, y eso en 1949, bajo el título La justicia
social. Y al cabo de medio siglo encontramos otro documento
de los obispos filipinos, de 1999, que es el más amplio y pro
fundo análisis de la economía mundial de este fin de siglo.
Entre los países de minoría cristiana, Sri Lanka, en 1955
(Ceylán en aquellos tiempos), dio el ejemplo con una carta
pastoral sobre Los derechos y deberes del hombre. Y más allá,
en Australia, los obispos, a partir de 1940, empezaron ya a
publicar cada año en septiembre una declaración sobre la jus
ticia social. Y es interesante recordar que fue precisamente en
los antípodas, en Australia, donde se produjo un verdadero
conflicto entre los obispos más adelantados en el terreno so
cial, agrupados alrededor de Monseñor Mannix, arzobispo de
Melbourne, y el grupo de los más conservadores, encabeza-
230
La aportación de los Episcopados católicos a una economía social...
dos por Monseñor Gilroy, arzobispo de Sydney, que se nega
ron a firmar una declaración sobre El hambre en 1956 y otra
en 1957, La atrevida aventura de Australia. El grupo de los pro
gresistas hubo de rendirse ante ellos bajo la presión de Roma.
Pero la Conferencia Episcopal australiana recobró pronto su
unidad en una importante declaración pastoral de 1960 sobre
La justicia social internacional, en la que se reconoce la urgencia
de que los países ricos ayuden a los más pobres, desarrollan
do un comercio internacional equitativo. En 1992, en la que
llamo la época de oro de las grandes pastorales, los obispos
australianos publicaron, después de cinco años de estudios
preliminares, una de 200 páginas intitulada Common Wealth for
the common Good (El bienestar común para el bien común),
exploración fundamental de la realidad social del país y de sus
perspectivas de futuro.
6. A l correr de los años ochenta, ya no ofrece ninguna
duda para un cristiano consciente la verdad que Marx había ya
difundido, es decir; la importancia vital de la economía en la
existencia diaria de los hombres y de los pueblos. Los obispos
de los Estados Unidos, al principio de su extensa carta pasto
ral Economic justice for All, 1986, se expresan así:
«Los seres humanos dan forma a la economía y a su vez
están formados por ella. La vida económica puede ser fuente
de contento, de esperanza y de solidaridad o, al contrario,
de frustración, de aislamiento y aun de desespero. Lleva ane
jas virtudes — y vicios— y día tras día contribuye a forjar
nuestros caracteres. Afecta a la calidad de vida de los indivi
duos; a veces incluso decide de su vida o de su muerte. Las
decisiones económicas serias van más allá de las cuestiones
puramente técnicas para afectar las cuestiones fundamenta
les sobre los valores y las finalidades de la vida humana.»
231
Ramón Sugranyes de Franch
Y añaden:
«Nuestra fe nos obliga a evaluar la economía no sólo en función de lo que produce sino también según la manera como afecta la vida humana, a fin de estimar si protege o amenaza la dignidad de la persona.»
Este es el punto clave de la enseñanza social cristiana, tan
to de los Papas como de las Iglesias locales: en palabras del
Concilio, «Honrar y promover la dignidad de la persona hu
mana, su vocación integral y el bien de toda la sociedad».
La carta pastoral de los obispos norteamericanos tiene
muchísima importancia. Y no sólo por el hecho de que emane
del Episcopado de uno de los países más poderosos del mun
do. La tiene también por su extensión de 250 páginas, por la
riqueza de su contenido y por las circunstancias en que fue
pensada y redactada. Su elaboración se prolongó durante
años y fue el resultado de múltiples consultas en los medios
teológicos como en los económicos. El animador de estos tra
bajos fue Monseñor Rembert Weakland, arzobispo de Mil-
waukee, que vino a presentarnos el proyecto definitivo a
nuestra reunión de estudios de Cagliari, Cerdeña, en 1987, y
nos estimuló en la idea de componer el Repertorio. También se
consultó a protestantes y judíos, largo proceso de elaboración
que siguieron asimismo los obispos australianos al preparar su
carta de 1990, a la que ya hice alusión. «Justicia económica
para todos» se puede considerar como el resumen de la doc
trina social para una sociedad industrial avanzada, dentro de la
cual se da el escándalo de una pobreza y de un paro obrero
en proporciones excesivas. Pero leída hoy, al cabo de sólo
quince años de su publicación, se tiene la impresión de que ya
no está al día: la mundialización de las relaciones económicas,
232
La aportación de los Episcopados católicos a una economía social...
lo que llamamos la globalización, ha creado nuevas situaciones,
más sensibles todavía en la economía de un país que está
prácticamente a la cabeza de todos los del mundo.
Pero como testimonio conserva todo su valor Empieza
por una amplia referencia a las bases bíblicas de la moral so
cial: la justicia en el Antiguo Testamento, la caridad evangélica
en el Nuevo —modalidad aplicada ya por los obispos austra
lianos—. Sigue la afirmación fundamental de que toda activi
dad económica debe ser juzgada según lo que haga en favor
de todos los hombres y en particular de los pobres. Los obis
pos americanos quieren ser concretos y prácticos: a los prin
cipios siguen siempre las aplicaciones inmediatas. Y como des
confían del liberalismo a ultranza —el neoliberalismo— sin re
negar el capital, reclaman la intervención del Estado,
especialmente en la defensa de los derechos humanos, tanto
en el plano nacional como internacional, insistiendo mucho en
el derecho al trabajo y en la opción preferencial por los po
bres —¡qué triunfo para los obispos latinoamericanos al cabo
de tantos años después de Medellín!—. Oponen la partici
pación en «partnership» a la competencia. Y reconocen que
la potencia financiera de los Estados Unidos tiene a pueblos
enteros de América Latina bajo su dependencia. Y subrayan la
necesidad de reformar las instituciones económicas en el or
den internacional y para reglamentar los flujos financieros.
¡Cuánto podrían y deberían aprender economistas y hombres
políticos de tantos países con la lectura atenta de este docu
mento ya clásico!
7. Esos años, alrededor del '90, fueron, como he dicho,
los años de oro de la enseñanza episcopal. Enardecidos por el
Concil io y los Sínodos continentales, los obispos se lanzaron a
enseñar Ya he hablado de un documento del Camerún, el de
233
Ramón Sugranyes de Franch
Australia y del grande de los Estados Unidos. Pero tenemos
muchos más, en número creciente: los hay que podríamos lla
mar de formación y otros de denuncia. Entre los primeros, es
tán los de Francia, de Alemania, de Bélgica, de Italia o del C a
nadá. Entre los de denuncia, en España, ya en los años '60, un
joven obispo de Solsona se hizo famoso por su valiente de
nuncia de los patronos fabriles de la cuenca del Llobregat, con
su carta pastoral El pan nuestro de cada día. En Amér ica Latina
tenemos el ejemplo de la actividad incansable de la C N B B
(Brasil) y de personalidades como don Helder Cámara o don
Pedro Casaldáliga, o de Chile, bajo la inspiración del Cardenal
Raúl Silva Henríquez y su Vicaría de la Solidaridad durante la
dictadura de Pinochet.
Cuando en 1993 presentamos el Repertorio, no menos de
32 Conferencias episcopales se hicieron representar en Fribur-
go, prueba del interés que tenían unos por otros los obispos
de tal variedad de países. Y por entonces, el presidente de la
C N B B , Monseñor Mendes de Almeida, escribía en su mensaje
a nuestro «congresillo»: «la Iglesia ha estimado necesario afir
mar con convicción las exigencias sociales en problemas como
lo del medio ambiente, la política agraria, los derechos de los
indígenas y de los trabajadores y las condiciones requeridas
para ofrecer una vida digna a las clases más desfavorecidas o
en situaciones locales penosas, como la sequía del Nordeste,
para orientar el nuevo orden constitucional y recordar las exi
gencias éticas de la democracia».
He citado ese texto porque es un catálogo referencial de
los problemas con que se encuentra el Episcopado, expuesto
por su propio protagonista. Un simple vistazo a través de do
cenas de documentos — n o puedo entrar aquí en detalles de
todos el los— hace ver cómo se van imponiendo a la concien-
234
La aportación de los Episcopados católicos a una economía social
da cristiana los problemas más angustiosos de nuestro tiempo: la plaga del desempleo endémico, las crisis económicas, la urgencia de un desarrollo sostenible, las emigraciones inevitables, la deuda externa y los problemas del Tercer Mundo, los de la propiedad agraria y por consecuencia la miseria de los campesinos sin tierra.
En documentos más recientes afloran los problemas nuevos que se han ido abriendo paso en la conciencia de los hombres, como los del medio ambiente y de la protección de la Naturaleza amenazada por nuestra civilización utilitaria, u otros antiguos que se nos habían tristemente olvidado, como el tratamiento de los pueblos indígenas esclavizados en tantas partes del mundo. El problema de los indígenas se actualizó en Australia y en Nueva Zelanda e incluso en el Canadá y triunfó en África del Sun donde los obispos, tanto católicos como anglicanos, jugaron un gran papel. Y en América Latina ha renovado afortunadamente la doctrina de Fray Bartolomé de las Casas. Recuerdo entre otros ejemplos que en el Brasil la CNBB ha constituido un Consejo Pastoral Indigenista. Y se ha hecho una gran obra de acercamiento a los indios en Guatemala desde 1976 con Unidos en la esperanza, y en Ecuador con La Iglesia frente al levantamiento indígena, en 1990.
A este propósito, en México, los obispos de la región Pacífico Sur (donde está Chiapas) vienen avisando desde hace más de veinte años de la agresión que golpea a los campesinos e indígenas y del peligro real de una legítima sublevación, continuando, hace apenas un año, en agosto de 1999, con un mensaje de la Comisión episcopal para la paz y la reconciliación en Chiapas, proponiendo «el perdón y la purificación de la memoria para conseguir la solidaridad de toda la población mexicana con los indígenas de la región».
235
Ramón Sugranyes de Franch
Sigue el pavoroso problema del paro obrero, tanto en los
países industrializados como en el Tercer Mundo, con las opor
tunas reflexiones sobre el sentido y el valor del trabajo. Y aquí
son los obispos ingleses quienes han dado ejemplo, con un vo
luminoso informe ecuménico de 300 páginas, publicado en
mayo de 1997 por el Consejo de todas la Iglesias cristianas de
Gran Bretaña e Irlanda. Recordemos que ya la Conferencia
Episcopal Española se había ocupado en 1981 del Grave proble
ma del paro. Y una vez más son los obispos brasileños, que pu
blican cada mes un Análisis de la coyuntura, los que difundieron
para la Cuaresma de 1999 un documento impresionante, Sem
trabalho... por qué? Cuando el desempleo es uno de los proble
mas mayores de nuestro mundo, el derecho al trabajo ha veni
do a ser uno de los principales derechos del hombre, pasando
por delante de los derechos civiles y políticos, que fueron el ca
ballo de batalla de los siglos x ix y x x . Pero no es el único y
nuestros obispos españoles lo saben, como lo demostraron al
celebrar el cincuentenario de la Declaración Universal con un
importante documento de 1998, La declaración universal de los
derechos del hombre: un signo del Espíritu en nuestros tiempos,
seguido a los pocos días por una pastoral análoga de la Confe
rencia episcopal portuguesa. Y esta es la ocasión para mí de
rendir homenaje a la Comisión de Pastoral Social de la Iglesia
española. Durante años hemos seguido con especial emoción y
agradecimiento la serie de sus comentarios anuales, notas doc
trinales y mensajes, trazando a los españoles una línea clara de
conducta en materia de moral social. Y no puedo dejar de evo
car ahora la declaración de la C E E sobre La condonación de la
deuda externa y el acertadísimo balance pastoral del siglo x x ,
La fidelidad de Dios dura siempre: mirada de fe al siglo xx, donde,
entre tantas cosas, se reconoce que «el Concilio impulsó a la
Iglesia a liberarse de su sumisión al poder temporal».
236
La aportación de los Episcopados católicos a una economía social...
Los documentos episcopales son el reflejo moral de las
condiciones sociológicas de cada país. En Suiza, por ejemplo,
país pequeño y rico, especialmente atractivo para los refugia
dos de Europa oriental y para los de África, tenemos una se
rie larguísima de documentos ecuménicos, de la Conferencia
Episcopal junto con la Federación de las Iglesias protestantes y
la Iglesia católica-cristiana (4), sobre la mano de obra extran
jera y la acogida de los refugiados.
En las inmensas masas humanas de Asia, en cambio, la
F A B C —Federación Asiática de las Conferencias Episcopa
les—, por medio de su Comisión Teológica Consultiva, elabo
ró en 1996 toda una teología de la armonía, noción que tiene
una resonancia fundamental en todas las religiones del Cont i
nente y, gracias a ella, busca resolver las crisis económico-po
líticas, los conflictos étnicos, culturales y religiosos, los proble
mas ecológicos y los daños que causan algunas tecnologías.
8. A partir de los años '90, la aceleración de la Historia,
la increíble multiplicación de los medios de comunicación, las
fusiones de los grandes bancos, la liberalización de los servicios
públicos y la privatización de grandes empresas nacionales, la
intensificación de los flujos financieros, junto con el peso de la
deuda externa del Tercer Mundo, todo ello nos ha hecho en
trar en un nuevo período de la historia sobre todo económica,
el que llamamos de la «globalización», cuyas víctimas son en
primer lugar las poblaciones trabajadoras y cuya consecuencia
más visible ha sido hasta ahora el hundimiento del espejismo
asiático, con el seísmo de las monedas que siguió al ensayo del
(4) La Iglesia católica-cristiana existe ahora en Holanda, en Alemania y en Suiza; es heredera del cisma que se produjo en 1870 a raíz de la proclamación dogmática de la infalibilidad papal.
237
Ramón Sugranyes de Franch
liberalismo en mayor escala y al aparente triunfo de los juegos
bursátiles. Quizá esta «financiación» del mundo tenga aspectos
positivos, como la mayor agilidad en los intercambios comercia
les; lo que no es admisible es que la globalización empeore la
situación de los pobres y que un corto número de decididores
especulen sobre los flujos financieros y sin el menor escrúpulo
ético pongan en peligro enteras economías nacionales.
Acerca de esa situación radicalmente nueva, un solo docu
mento episcopal de envergadura ha llegado a mi conocimien
to: precisamente el que los obispos filipinos consagraron en
julio de 1998 a la gran crisis y sus consecuencias. Pero se trata
de un documento importantísimo, cuyo análisis servirá de
conclusión a mi desordenada charla. La crisis, reconocen de
entrada los obispos, fue de carácter financiero, pero el «coste
humano» de la crisis es tal que no se puede soñar en resol
verla sólo por medios financieros. La primera parte del docu
mento describe con severidad la economía filipina, antes y
después de la crisis, con todas sus debilidades, entre otras la
que llaman la «agresión del desarrollo».
Un factor de agravación de la crisis fue sin duda la crecien
te deuda externa y la ilusión creada por la intervención del
FMI. Constituye una trágica ironía el hecho de que las remesas
de los emigrantes filipinos permitieran al gobierno presentar
durante años una imagen de color rosa de la situación econó
mica local; aportes que han disminuido considerablemente a
raíz de esta última crisis.
Ot ro factor endémico de debilidad es la corrupción, que
los obispos vienen denunciando desde hace once años. La en
trada en el país de inversiones extranjeras, que han exacerba
do más que contribuido a calmar la crisis, provocando la baja
238
La aportación de los Episcopados católicos a una economía social...
de los salarios en provecho de grandes empresas. Generalizando su crítica, el documento ataca «la liberalización, la desregulación y la privatización como los instrumentos del fenómeno de la globalización». En definitiva, el llamado «modelo asiático de desarrollo se ha reducido a un capitalismo salvaje, a una corrupción más extendida, a las irregularidades bancadas y a la falta de transparencia.
La segunda parte del documento lleva por título Hacia un desarrollo de rostro humano, y constituye un amplio resumen de la doctrina social cristiana, a lo largo del cual los obispos sacan las máximas consecuencias posibles de los documentos pontificios, especialmente los de Juan Pablo II. Les leo los títulos de los varios apartados, dejando que su conocimiento de la materia los vaya llenando de contenido:
• «la centralidad de la persona humana y de la solidaridad de los hombres», donde la solidaridad es la noción clave;
• «la opción preferencial por los pobres», excluidos de los beneficios de la globalización;
• «el destino universal de los bienes creados y la propiedad privada», con la hipoteca social de la propiedad y la condena de la concentración del poder económico;
• «el trabajo y la productividad»;
• «la tierra y la reforma agraria»;
• «la prioridad del trabajo sobre el capital y el derecho de los trabajadores a los beneficios de la empresa»;
• «el papel de las agencias internacionales», que se califican de instrumentos de dominación económica de las superpotencias, y
239
Ramón Sugranyes de Franch \
240
— 1
|
• finalmente, la lista de las tareas que le corresponden al
Estado, en todos los países. ¡
¡
La tercera parte es el catálogo práctico de recomen
daciones para salir del marasmo actual. ¡Y para terminar; una
llamada emocionante al «papel proféticq de la Iglesia frente a
la globalización»: «La Iglesia debe ser el profeta que anuncia la
Palabra de Dios, un mensaje en primer ijugar religioso y ético,
pero con profundas implicaciones culturales, políticas, sociales
y económicas». \
Así termino como he empezado, coh el valor esencial de
la doctrina social cristiana. Si la Iglesia universal «entró en eco
nomía» —gracias a D i o s — para haceri valer las exigencias
cristianas en las economías nacionales, hqy tenemos necesidad
urgente — c o m o sugiere el Padre Jean-fves Calvez, S J — de
que «entre en finanzas» para hacer valer j las exigencias cristia
nas en la economía mundial. j
EL COMERCIO DE MERCANCÍAS Y LOS FLUJOS FINANCIEROS: Consecuencias en las economías
de los países subdesarrollados
JOSÉ I RAGA
Catedrático de Economía Aplicada
Universidad de San Pablo, CEU
Presidente de Semanas Sociales de España
Permítaseme iniciar estas líneas agradeciendo del modo más sincero posible a la Comisión Episcopal de Pastoral Social, a la Fundación Pablo VI, al Instituto Social León XIII y a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Pontificia de Salamanca, la invitación que en su momento me cursaron para participar en este X Curso de Formación de Doctrina Social de la Iglesia, ante el que me presento con humildad cierta, buen conocedor de mis limitaciones, las cuales sólo podrán superarse gracias a su gran benevolencia.
El objetivo del tema que traigo ante ustedes se sitúa en un intento de reflexión acerca de los problemas que encontramos en el comercio y la financiación internacionales, combinando en ello, de un lado, objetividad y rigor económicos, y, de otro, compromiso decidido con los más necesitados.
241
José T. Raga
El método que me propongo utilizan con la elasticidad requerida para evitar compartimentos estancos consistirá en dividir la exposición en tres partes. En una primera parte trataré de aproximarles a la teoría del comercio internacional y de la financiación transfronteriza. En la segunda, es mi propósito acercarnos a las realidades que han derivado de aquella teoría y que hoy están presentes en el mundo en que vivimos. Finalmente, en la tercera y última parte, me gustaría ser capaz de hacer un llamamiento a la acción cristiana desde la Doctrina Social de la Iglesia.
El comercio como cambio o intercambio. Sin duda, del comercio cabría aportar aquí un buen número de acepciones. Lejos mi propósito de esta pretensión, me limitaré a decir que para nuestros objetivos es suficiente la que ve en el comercio, la actividad por la que entran en contacto un productor y un consumidor — u n oferente y un demandante, si se quiere utilizar una terminología más de mercado— bien directamente o bien a través de intermediarios, buscando, en cualquier caso, la perfección de una transacción.
Esa transacción implica prestación recíproca por las partes, de modo que, la entrega del bien o servicio por uno de los concurrentes, se ve correspondido —compensado— con la entrega del precio por la otra parte. Por otro lado, no cambia el carácter de la transacción el hecho de que el precio pactado lo sea en dinero, o bien mediante la entrega de otra mercancía o servicio. Revistiendo en este último caso dicha transacción la forma de «trueque» de mercancías o servicios.
El comercio, el cambio, en esta concepción, se presenta como necesidad en el paso de una economía de autoabaste-cimiento —subsistencia estricta— a una economía de espe-
242
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias.
cialización —desde la más rudimentaria hasta la más compleja—. Lo que acabamos de decir equivale a afirmar que el intercambio se produce de forma espontánea, siendo consecuencia directa del deseo de la sociedad de satisfacer las necesidades humanas. Frente a otras instituciones, creadas por el poder político o económico, el comercio surge de la necesidad de intercambiar bienes y servicios y por tanto, se configura lejos de cualquier creación artificiosa de los poderes y lejos también de cualquier diseño originado por equipos científicos.
Partiendo de esa espontaneidad, nada hay de extraño que aquella Escuela de Salamanca de teólogos y moralistas, viera con complacencia el fenómeno del intercambio y afirmara sin titubeos la legitimidad del cambio real. Su distinción se basaba en lo que en lenguaje actual llamaríamos la causa del comercio. Así, para los autores salmantinos del siglo xvi, el «cambio real» es siempre lícito, abarcando esta licitud tanto al cambio de mercancías por mercancías, como al de mercancías por dinero, e incluso al de dinero por dinero. Sin embargo, los «intercambios secos», que se caracterizan por carecer de «ser», por carecer de «causa», son siempre ilícitos. La razón de la ilicitud la encuentran los moralistas de la Escuela en que, dadas sus circunstancias, originan intereses elevados, de imposible o muy difícil satisfacción, entrando de este modo en el marco moral condenable de la usura.
Así las cosas, es esa necesidad de intercambiar mercancías la que ha llevado a la Humanidad, desde sus orígenes, a la práctica del comercio. Es más, desde sus inicios, es un hecho histórico la ampliación del marco geográfico en el que se van a desarrollar las prácticas comerciales o de intercambio.
243
José T. Raga
Recuérdese en este sentido, a título de ejemplo, la expe
riencia comercial de que hicieron gala los fenicios y la amplitud
del dominio marítimo en que se desarrollaron sus intercam
bios. D e merecido renombre fueron las rutas de Oriente a
Occidente, comerciando con la seda o con las especias. Y qué
decir de la ruta del Atlántico, conectando comercialmente el
Viejo Mundo con las tierras del Nuevo Continente.
As í pues, la Humanidad, a través de los tiempos, ha trata
do de alcanzar nuevos horizontes para sus productos, a la vez
que de descubrir en aquellas tierras los bienes que mejor po
drían dar satisfacción a sus necesidades.
Hoy, cuando nos aproximamos al fin del año 2000, y pron
tos a comenzar el Tercer Milenio, un nuevo término aparece
con fuerza inusitada, la «globalización». Ante él se presenta
una cuestión ineludible: ¿Hasta qué punto es la globalización
un paso más en ese devenir histórico?
En principio nada podría hacernos pensar que el fenóme
no de la globalización del comercio difiere cualitativamente de
forma significativa de lo que ha podido dejarse dicho respecto
del comercio internacional con carácter general. N o obstante,
hay que reconocer que la imagen que nos presenta la globali
zación se sitúa en un escenario geográfico sensiblemente ma
yor al que era habitual en las prácticas comerciales de tiempos
pasados, a la vez que las relaciones económicas actuales se
producen con una capacidad de penetración muy superior a
la que poseían las estructuras comerciales anteriores.
Si a esto añadimos el salto cualitativo y cuantitativo que ha
experimentado la Tecnología de la Información, por la cual el
mercado hoy, en la esfera mundial, es más transparente y de
más fácil acceso de lo que era en épocas pretéritas, nos será
244
£/ comercio de mercancíos y ios flujos financieros: Consecuencias...
simple concluir que la globalización mejora el funcionamiento
de los mercados, dando instrumentos nuevos a los que acu
den a él para operar en el mismo con mayor sencillez.
Dejar aquí las consideraciones sobre la globalización sería
tanto como cerrar los ojos a riesgos que, sin duda, pueden es
tar presentes en ese mercado amplio, transparente y pene
trante. Estoy pensando, cómo no, en el peligro del colonialis
mo económico. Un colonialismo consistente en la capacidad
de moldear gustos y preferencias de los sujetos, hasta el pun
to de modificar hábitos y comportamientos.
Salvado ese riesgo, quizá presente en la acción globaliza-
dora, no hay duda que la apertura del comercio mundial brin
da oportunidades mayores que el hermetismo económico.
Ofrece nuevas oportunidades tanto a los que producen los
bienes como a aquellos que tratan de satisfacer sus necesida
des mediante el acto del consumo.
El qué producir y el cómo producir vendrá determinado,
en ausencia de intervenciones distorsionadoras, por el clásico
principio ricardiano de la ventaja comparativa [véase David R I
C A R D O , Principios de Economía Política y Tributación, cualquier
edición, capítulo VII]. Según él, cada país, situado en el contex
to de una economía de mundialización, tenderá, repito, en
ausencia de intervención, a concentrar sus esfuerzos producti
vos en aquellos bienes para los que esté comparativamente
mejor preparado, intercambiando después sus productos y
dando de este modo satisfacción al mayor número posible de
necesidades.
El único requisito exigido para que el sistema funcione con
eficiencia es la ausencia de intervención del sector público, na
cional o supranacional. As í pues, ensombrece el funcionamien-
245
José T. Raga
to del sistema, la práctica, todavía demasiado habitual, del pro
teccionismo en el comercio internacional, ya que desfigura el
sentido de la ventaja comparativa. Añádase al proteccionismo
en el comercio el conjunto de prácticas de apoyo a los secto
res económicos o a las empresas que, conjuntamente, dejan
sin sentido una ley, puesta de relieve por el pensamiento clá
sico, que sería, de otro modo, una guía eficaz para el compor
tamiento económico de las economías de producción y para
los mercados.
Salvadas estas observaciones y cautelas, pocos dudarán en
af i rmar—ya lo hicieron en su momento los teólogos de la Es
cuela de Salamanca en el siglo x v i — que el comercio interna
cional, presupuesto significativo de la globalización económica,
es un fenómeno beneficioso. Por un lado, es un instrumento
de transferencia de rentas de compradores a vendedores, de
consumidores a productores. Para esta transferencia no es
óbice la distancia que separe el productor del consumidor ni
siquiera el número de intermediarios que hayan intervenido,
para que la mercancía llegue desde el lugar de producción al
del consumo. Tampoco se precisa el conocimiento y confianza
entre productores y consumidores para que el comercio se
perfeccione y, a través de él, la transferencia de renta entre
personas y países.
N o es extraño, pues, que dados sus efectos beneficiosos
de un lado y, de otro, la mayor agilidad de que se ha dotado
al sistema de comercio mundial, el volumen de éste experi
mente un crecimiento constante que, aproximadamente, llega
a doblarse cada diez años. Ya a finales del siglo x i x decía León
XIII que «... lo que más contribuye a la prosperidad de las na
ciones es la probidad de las costumbres, la recta y ordenada
constitución de las familias, la observancia de la religión y de la
246
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias.
justicia, las moderadas cargas públicas y su equitativa distribu
ción, los progresos de la industria y del comercio..., los cuales,
cuanto con mayor afán son impulsados, tanto mejor y más fe
lizmente permitirán vivir a los ciudadanos» ( I ) .
Obsérvese que, según se desprende de la Tabla I (Ane
xo I), el crecimiento del volumen del comercio de mercancías
de los años 1977 a 1999 ha sido espectacular en aquellos pa
íses que han abierto sus economías al mercado mundial, do
tando de libertad al tráfico de las mismas. Las inconcebibles
tasas de crecimiento de Méjico y de los cinco países asiáticos
de economía más dinámica y liberalizadora contrasta con las
de América del Nor te o de Europa Occidental.
Ot ro caso es cómo el desarrollo del comercio afecta a
la relación real de intercambio entre las distintas econo
mías, pues si comparamos los datos de la Tabla I con los de la
Tabla II, del mismo Anexo, en la que figura la evolución del va
lor del comercio de mercancías, podremos comprobar que,
frente a una mejora en esa relación en el caso de Méjico, ya
que a un incremento del volumen, en 1999, del I 3,5%, corres
ponde un incremento en valor del 16,5%, en los cinco países
asiáticos, que vieron incrementar su volumen, en el mismo
año, en un I I ,5%, el incremento de su valor no ha pasado del
9,5%. Información complementaria la encontramos también
en la Tabla III (Anexo I).
A análogas conclusiones llegamos, desde la expresividad
gráfica si analizamos los Gráficos l-A, l-B, ll-A a ll-E, lll-A y lll-B
(Anexo II).
( I ) L E Ó N X I I I : Carta Encíclica «Rerum Novarum» (15-5-1891) , núm.
23.
247
José T. Raga
Ponderada la importancia del progreso del comercio para
el bien de los ciudadanos por la encíclica leoniana, la universa
lización de éste tenía que llevar al Concil io Vaticano II a poner
de relieve la importancia de la interdependencia entre perso
nas y países. Así, puede leerse en los textos del Concilio: «La
interdependencia, cada vez más estrecha, y su progresiva uni
versalización hacen que el bien común... se unlversalice cada
vez más e implique por ello derechos y obligaciones que mi
ran a todo el género humano. Todo grupo social debe de te
ner en cuenta las necesidades y las legítimas aspiraciones de
los demás grupos; más aún, debe tener muy en cuenta el bien
común de toda la familia humana» (2).
Y es, cuando falta el sentido de interdependencia de toda
la familia humana, cuando afloran aquellos peligros a que he
mos hecho referencia con anterioridad. Ese riesgo al que cali
ficábamos con un término, en su más profundo sentido, lace
rante para los pueblos que lo sufren y que denominábamos
«colonialismo». Este peligro es tanto más evidente cuanto ma
yores son las situaciones de dominio o de poder de unos so
bre otros. As í se advertía por la doctrina pontificia: «... tam
bién las relaciones comerciales de toda índole se hallan some
tidas al poder de unos pocos, hasta el punto de que un
número sumamente reducido de opulentos y adinerados ha
impuesto poco menos que el yugo de la esclavitud a una mu
chedumbre infinita de proletarios» (3).
Ese yugo de la esclavitud económica, será retomado
ochenta años después, cuando en la historia de la Humanidad
(2) CONCIL IO VATICANO II: Constitución «Gaudium, et Spes» ( 1 4 - 5 -
1971), núm. 26.
( 3 ) LEÓN XI I I : Carta Encíclica «Rerum Novarum» (15-5-1891) , núm. I.
248
El comercio de merconcíos y los flujos financieros: Consecuencias...
se habían sucedido hechos muy significativos, para reformular con un lenguaje más del momento las cautelas de lo que hoy llamamos «globalización». Podemos leer: «Bajo el impulso de los nuevos sistemas de producción están abriéndose las fronteras nacionales, y se ven aparecer nuevas potencias económicas, las empresas multinacionales, que por la concentración y la flexibilidad de sus medios pueden llevar a cabo estrategias autónomas, en gran parte independientes de los poderes políticos nacionales y, por consiguiente, sin control desde el punto de vista del bien común. Al extender sus actividades, estos organismos privados pueden conducir a una nueva forma abusiva de dictadura económica en el campo social, cultural e incluso político» (4).
Los riesgos son evidentes. Frente a los beneficios que pueden derivarse del comercio globalizado, una actividad comercial, desprovista de una ética del comportamiento humano, y sin compromiso solidario con la familia humana, puede convertirse en un instrumento de opresión de los más fuertes sobre los más débiles, constituyendo, sin eufemismos, eso que Pablo VI llama «dictadura económica».
El fenómeno proteccionista. En las líneas que anteceden, y en el modelo de comercio internacional que implica la globalización económica, estamos considerando como un valor inherente a las relaciones comerciales el de la libertad. Una libertad que vendría a configurar una igualdad de oportunidades en y para el intercambio. Esta igualdad de oportunidades no implica necesariamente igualdad absoluta de condiciones en el comercio. Unas veces la igualdad y la libertad se ven
( 4 ) PABLO V I : Encíclica «Octogésima Adveniens», ( 1 5 - 5 - 1 8 9 1 ) , núm. 44 .
249
José T. Raga
transgredidas por las propias condiciones naturales, cuando en
ocasiones, y esto reviste mayor gravedad, aquéllas se ven des
plazadas por la voluntad de los agentes o de aquellos que cre
an sus condiciones —generalmente los Estados.
Efectivamente, tanto el comercio como la actividad econó
mica general se ven acompañados naturalmente de factores de
desigualdad: pensemos la desigual distribución geográfica de la
riqueza minera, por ejemplo, o de los recursos acuíferos, o del
acceso inmediato al tráfico marítimo de los países ribereños...
La propia Naturaleza es la que ha distribuido tan desigualmen
te el rango de las temperaturas o la ley temporal del amane
cer y del atardecer, y es el hombre y el sistema económico
que él configura el que lucha por adaptan en la medida de las
posibilidades, aquellas condiciones naturales a sus propias ne
cesidades.
D e entre esas condiciones naturales, y cuando hablamos
no tanto de producción como de comercio, destaca una con
especial relieve: el espacio geográfico.
El espacio geográfico, a la luz de la libertad de comercio,
se constituye como un instrumento natural de proteccionis
mo, tanto en sus vertientes positivas como en las negativas,
entendiendo como proteccionismo una situación, creada o
natural que permite mantener productivas actividades en las
que el proceso de producción se desarrolla a costes compa
rativamente superiores de aquellos que son típicos en idénti
cos sectores o industrias fuera del país de residencia. En defi
nitiva, estamos hablando de condiciones por las que no resulta
garantizado el principio de la ventaja comparativa. En torno a
este problema se ha desarrollado toda una parte de la teoría
económica, que conocemos como «teoría de la localización
250
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias.
económica», y que ha supuesto una aportación muy sustantiva a todo el análisis económico regional.
Pues bien, el espacio implica necesidad de transporte, y éste supone un coste que encarece las mercancías que proceden del exterior; frente a las que se producen en el mercado de residencia de los demandantes.
Configurando un modelo teórico de una economía sin espacio, para que una mercancía producida en la nación [A] pueda ser exportada y vendida en la nación [B], se requerirá que el coste de producción en [A] sea igual o menor que el coste de producir la misma mercancía en [B]. Así:
A
CPA < CPI
Ahora bien, este equilibrio de condiciones se ve truncado cuando pasamos del modelo teórico al modelo de economía real, en el cual la actividad económica se encuentra localizada en un lugar determinado, por lo que cualquier intento de vender sus mercancías en un mercado distante geográficamente supone la aparición de un coste adicional, que es el del transporte de dichas mercancías desde el lugar de la producción hasta el lugar donde se localiza el mercado de los demandantes. De este modo, el esquema anterior se vería modificado de la siguiente manera:
A B
CPA + CTA-> B < CPB
251
José T. Rogo
Es decir; que para que la exportación se produzca desde
la nación [A] y la venta de las mercancías de realice en la na
ción [B], es necesario que el coste de producción de la mer
cancía en [A], más el coste de transporte desde [A] hasta [B],
sea igual o menor que el coste de producir la misma mercan
cía en la nación [B].
Cualquier otro proteccionismo, al margen de los protec
cionismos que he llamado naturales, y de los que es un buen
ejemplo el espacio geográfico al que nos hemos referido,
muestra de forma nítida los aspectos más notables del egoís
mo económico.
C o m o no es nuevo el egoísmo en la comunidad humana,
tampoco son nuevas las más diversas formas de proteccionis
mo. Este, con toda la dureza económica de la afirmación, se
establece para proteger a la manufactura ineficiente de la na
ción protegida, frente a la más eficiente que procede del ex
terior
Este proteccionismo de la industria local frente a la ex
tranjera ya se presentaba doctrinalmente muy nítido en el si
glo xvi. La propia Escuela de Salamanca, a la que ya nos he
mos referido, era una híbrida combinación de liberalismo en
el mercado interior, con proteccionismo frente al exterior.
Desprendiéndose de buena parte de los tintes liberales de
aquéllos, el Mercantilismo —desde mediados del siglo xvi y
hasta la mitad del siglo xvm— estructurará, de manera decidi
da, la doctrina proteccionista. Desde su visión metalista de la
riqueza de la nación se considerará que las importaciones da
ñan la economía nacional, en cuanto que el pago de su precio
supondrá la salida de metales preciosos, empobreciéndose,
consecuentemente, la economía nacional. A sensu contrario, las
252
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias...
exportaciones, en cuanto que suponen entradas adicionales
de metales preciosos, favorecen la expansión económica y la
riqueza de la nación.
N o es extraño que desde tales principios una política ne
cesaria de protección contra la industria extranjera, justifique
un Estado fuerte y su decidida intervención en la actividad
económica. Por ello, aquel liberalismo visible, aunque contra
dictorio, de que habían hecho gala los teólogos y moralistas
de la Salamanca del siglo xvi, es inexistente en el mercantilis
mo, de corte británico, que le sucede en el tiempo.
Habrá que esperar a David H U M E (171 1-1776) para rom
per con el nacionalismo proteccionista que habían construido
los mercantilistas. Cont ra la estrecha visión concurrencial del
mercantilismo, H U M E afirma que, cuando una nación florece
económicamente, no sólo lo hace en provecho de sí misma,
sino que beneficia también al resto de las naciones. Afirma
ción ésta que, de ser convincente, conciliaria los intereses
propios del egoísmo con los del «bien para todos», presentes
en la teoría del libre comercio a través de las fronteras na
cionales.
Lo bien cierto, sin embargo, fue que las tesis de H U M E no
calaron en los agentes económicos y en los Estados con la in
tensidad que hubiera sido deseable. Y así, el proteccionismo,
fundamentalmente arancelario, siguió practicándose año tras
año hasta, prácticamente, nuestros días. Esta modalidad de
proteccionismo lo que consigue es el incremento artificial del
coste de las importaciones, al establecer un gravamen tribu
tario sobre el valor de las mercancías a su arribada a la fron
tera nacional, incluyendo por tanto, como base del impuesto,
no sólo el precio en origen de la mercancía, sino el precio en
253
José T. Rogo
frontera de destino; es decir, el de origen, más el precio del transporte (fletes) y el del seguro.
Ni que decir tiene que las posibilidades comerciales entre una nación exportadora y otra importadora se dificultan notablemente respecto al modelo anterior, de tal modo que el esquema utilizado anteriormente quedaría modificado en los siguientes términos:
CPA + CTA-> B + ArB < CPB
O lo que es lo mismo, que estando vigente un arancel, para que un país [A] venda sus mercancías en un país [B], el coste de producción en [A], más el coste del transporte de [A] a [B], más el arancel a pagar a la entrada en [B], tiene que ser igual o menor que el coste de producción de la misma mercancía en [B].
Vemos, pues, que, desde el punto de vista del bienestar de la población, un proteccionismo arancelario, además de mantener actividades económicas poco eficientes y, en consecuencia, no competitivas, disminuye el bienestar de la población, por cuanto eleva los precios de los bienes, disminuyendo, por el efecto renta correspondiente, el nivel de consumo posible de la colectividad.
Junto al proteccionismo arancelario, alternativo en ocasiones a él y, en momentos históricos no demasiado lejanos, aplicado como complementario de aquél, se ha desarrollado el proteccionismo de contingentes o de cuotas. En este caso, y
254
£/ comercio de mercancías y ios flujos financieros: Consecuencias...
cuando se aplica sin mezclas del anterior; se trata de reducir
artificialmente, por vía de prohibición, la oferta disponible de
un bien, por lo que, desplazándose la curva de oferta a la iz
quierda, por la contracción de esta, provoca un encarecimien
to —repetimos, de carácter artificial— en el precio de las
mercancías.
Las diferencias entre uno y otro medio de protección son
notables. En la aplicación del arancel, el encarecimiento artifi
cial viene determinado por el importe del arancel recaudado
por el Estado, por lo que el país exportador vende la mercan
cía a su coste interior Es decir, la diferencia entre lo que lla
maríamos el precio en un mercado libre y el precio que paga
el demandante en el mercado protegido por el arancel, es
exactamente el incremento de recaudación tributaria del Esta
do importador
Por el contrario, en la protección por contingentes, el in
cremento del precio resulta de una reducción de la oferta,
practicada la cual, se podría decir que el mercado opera como
si estuviera en libertad. El precio resultante se paga por igual
a los oferentes nacionales que a los extranjeros, por lo que los
ingresos unitarios de éstos no se ven discriminados respecto a
los que perciben los vendedores nacionales, lo que sí ocurría
en la protección arancelaria.
Ambos instrumentos proteccionistas se han aplicado con
profusión en la historia del comercio internacional, en ocasio
nes, como decíamos, de forma complementaria. Hoy sin em
bargo, las aguas van por otro cauce.
El teórico espíritu liberalizado^ que ha servido de procla
ma en las últimas décadas, ha ido reduciendo las prácticas
arancelarias, y no tanto las de contingentes, para dejar paso a
255
José T. Rogo
instrumentos de protección mucho más sofisticados y de más
difícil comprensión. Estas prácticas, estos instrumentos, han
venido a reunirse bajo la denominación común de «Nuevo
Proteccionismo».
Las diferencias entre éste y el que, por oposición, podría
mos configurar como proteccionismo clásico son verdadera
mente notables.
En primer lugar, merece destacar como novedad digna de
mención que éste, contrariamente a lo que había sido la tra
dición proteccionista, protege a los países ricos frente a los
países pobres. Algo que no deja de ser sorprendente.
Por otro lado, es un proteccionismo mucho menos trans
parente que aquel otro proteccionismo arancelario. Por esta
razón es más difícil conocer sus efectos reales en el comercio
internacional. Unido a esto, además, su nivel de sofisticación
no habilita a todos los países a su práctica, pues sólo los que
tienen un sistema de contabilidad nacional de gran sensibilidad
son capaces de prever las consecuencias de la medida protec
cionista para la economía nacional.
Finalmente, los argumentos en los que se basan las distin
tas medidas de protección, en la mayoría de los casos, no se
rían susceptibles de una aplicación recíproca. Recuérdense los
argumentos de la «industria incipiente» —¡nfant industry—, su
homólogo de la «industria problemática» —troubled in
dustry—, el de la «mano de obra indigente» —pouper labor—,
el de la necesaria participación en la estructura oligopolista del
mercado internacional, o aquel de la necesidad del soste
nimiento de los sectores estratégicos —financiero, agrícola,
aeronáutico, minero. . .—. Argumentos todos a los que reac
cionan en unos casos y toman la iniciativa en otros con prác-
256
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias.
ticas de «dumping» aquellos países en los que, desde el compromiso de la solidaridad, tendrían muy difícil explicación tales actitudes (5).
A la vista de la Tabla IV (Anexo I) y del Gráfico IV (Anexo II), resultaría difícil comprender la práctica ilícita del «dumping» en los Estados miembros de la Comunidad Europea, o de Japón o, incluso, de Estados Unidos, frente al sinfín de países en vías de desarrollo, en los que las apremiantes necesidades justificarían, por contra, tales prácticas restrictivas de la competencia internacional. Por ello, además de esclarecedor, es digno de reflexión, el dato que en el referido Gráfico se expone, acerca del número de investigaciones iniciadas, referidas a los países que más iniciaciones de expedientes han acumulado.
Frente a todo ello, frente a la excepcionalidad de las prácticas comerciales libres y competitivas, frente al hábito restrictivo al comercio de un perfil u otro, son cada día más fuertes las voces y proclamas acerca de la conveniencia y necesidad de un comercio libre, sin trabas y competitivo, necesario en un mundo de recursos escasos, en el que el máximo aprovechamiento no puede dejar de ser un objetivo para el mayor bienestar de la familia humana. Antes el G A T T y hoy la Orga nización Mundial de Comerc io ( O M C / W T O ) , estarían llamados a ser los garantes del escenario de relaciones, al que, desde la teoría del comercio internacional, contemplamos, de forma mayoritaria, como objetivo.
(5) Para ampliación de estos extremos, véasejosé T RAGA: «La dimensión internacional de la economía», en Alfonso A. CUADRON (Coord.):Ma-nual de Doctrina Social de la Iglesia. BAC y Fund. Pablo VI, Madrid, 1993, Cap. 26, págs. 613 y ss.
257
José T. Rogo
En ese escenario, no deja de ser preocupante la situación
de los países en vías de desarrollo. A la luz de los datos de la
Tabla III, ya vista, el optimismo, de existir; no puede ser más te
nue. Si tomamos el año 1998 como referencia, se deduce con
claridad que frente a una balanza comercial favorable, por tan
to expansiva, en los países industriales —67 ,3% de las expor
taciones mundiales, frente al 66,3 de las importaciones del
mundo—, los países en vías de desarrollo presentan en gene
ral una imagen contractiva, con un claro déficit en su balanza
de mercancías —31 ,7% de las exportaciones mundiales, frente
a unas importaciones que alcanzan el 32,9% de las totales del
mundo, siendo de destacar especialmente los países asiáticos,
con unas exportaciones del 15,2%, frente a unas importacio
nes del 18,1%—. Igualmente expresivo resulta el juicio que se
deduce de los Gráficos lll-A y III—B (Anexo II), ya analizados
con anterioridad, y que en esta ocasión muestran de forma
elocuente los desequilibrios positivos y negativos a que hacía
mos referencia.
¿Quiere decirse que, desconsiderando incluso los compro
misos de solidaridad con los más necesitados, las cifras ex
puestas están anunciándonos que vuelven a estar presentes,
de forma más o menos encubierta, las tesis mercantilistas?
Dejaremos sin responder de momento la cuestión, aunque
no se olvide que, según hemos indicado, el proteccionismo
está tan presente en la historia de la Humanidad como el ego
ísmo.
Los recursos financieros en la economía internacional La
actividad económica es de difícil parcelación. Quiere decirse
con ello que cualquier acción de los agentes económicos
comporta una multiplicidad de vertientes entrelazadas de
258
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias...
modo que sólo una consideración conjunta de los fenómenos aportará la comprensión de los problemas a los que se enfrentan personas y países o sistemas económicos.
Por ello, junto a la preocupación mostrada respecto al movimiento de mercancías y sus efectos, no está menos justificada la preocupación por el movimiento de los medios de pago que, en una economía moderna, no son otra cosa que los medios de financiación de la actividad económica.
Permítasenos anticipan como previa a cualquier otra consideración, la afirmación, quizá hoy un tanto extravagante, de que los recursos financieros están al servicio de la economía real. El culto que en estos momentos se está dando a la economía financiera y su pretendido aislamiento de la economía de la producción y circulación de los bienes y servicios, no permite variar un ápice la afirmación anterior El fin específico de un medio de pago no es otro que el de facilitar y agilizar el tráfico de las transacciones reales.
X en definitiva, ahí está la función social del dinero, que, desprovisto de esta misión, quedaría estéril y vacío de contenido. Así lo vio Pío X I al afirmar que «.. . el empleo de grandes capitales para dar más amplias facilidades al trabajo asalariado, siempre que este trabajo se destine a la producción de bienes verdaderamente útiles, debe considerarse como la obra más digna de la virtud de la liberalidad y sumamente apropiada a las necesidades de los tiempos» (6).
Aunque cabe otra acepción del problema, que siendo de signo contrario viene a confirmar lo que se acaba de decir Es
(6) Pío X I : Carta encíclica «Quadragesimo Anno» (15-5-1931), núm. 5 I.
259
José T. Raga
la visión de los recursos financieros como condicionantes efectivos de la economía real, en cuyo caso la circulación desequilibrada de tales recursos favorecerá o perjudicará el desarrollo de la economía real, según las vertientes positiva o negativa resultantes de dicha circulación.
Porque no perdamos de vista que también en los recursos financieros se produce ese hecho inapelable de la vida económica que es el de la escasez. Es más, quizá no haya un comportamiento más suicida que el de quien, olvidando la limitación natural de tales recursos, pretende multiplicarlos irresponsablemente, haciendo abuso, que no uso, de aquella facultad de creación que le fue conferida por la sociedad.
As í pues, recursos financieros también escasos y con un origen bien definido. Su procedencia no es otra que el sacrificio de un consumo presente. Ello, en cualquier economía y en toda economía, en la dimensión nacional y en la internacional. Teniendo en cuenta, además, que este ahorro, como resultante de una renta no consumida, es el único que está llamado a financiar los bienes duraderos y, especialmente, los bienes de inversión, los cuales vienen a dotar de capacidad productiva a una colectividad que se siente acreedora del bienestar; en compensación de aquel sacrificio de consumo que tuvo en su origen.
D e este modo, el ahorro de la comunidad nacional e internacional, para un determinado país, que es tanto como decir sus disponibilidades financieras, vendría determinado por:
AT = YT - [CPR + CPU + (SK - EK)]
Es decir; que para cualquier país, el ahorro total disponible está formado por la renta total de la colectividad, deducidos
260
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias.
el consumo privado, el consumo público y los capitales salidos
al exterior; y añadiendo la entrada de capitales procedentes
del exterior Y este ahorro es el único financiador de la inver
sión, cauce para el empleo — c o m o decía Pío X I — y para la
generación de rentas en la colectividad.
Dicho esto, lo que hay que tener muy en cuenta es la más
que probable falta de correspondencia entre ahorradores e
inversores. Es decir, entre el lugar donde se localizan las fuen
tes de ahorro y aquel en el que se requiere un ahorro adicio
nal para hacer frente a la inversión demandada. Falta de
coincidencia que conduce a que en unos lugares exista un
ahorro excedente, mientras que en otros puede presentarse
un claro déficit ahorrador
Esta falta de correspondencia, que es un hecho generaliza
do a escala individual, puede serlo también a escala de econo
mía nacional, por lo que se requiere una actividad que tenga
como objetivo conectar las fuentes de ahorro excedentario
con los espacios de déficit ahorrador; a fin de canalizar los re
cursos, de otro modo ociosos, de uno a las oportunidades de
rendimiento productivo de otro. Es la actividad que desarro
llan los intermediarios financieros.
En un escenario de recursos escasos es de temer que la
insuficiencia financiera no siempre se solventará mediante un
juego libre de los tipos de interés, sino quizá utilizando otros
criterios de decisión, distintos a los del mercado.
Lo que acabamos de afirmar supone aceptar la posibili
dad de la «no neutralidad» de los inversores y de los inter
mediarios financieros, en su caso, respecto a la atribución de
recursos ahorrados para las necesidades financieras de la in
versión.
261
José T. Rogo
Criterios de decisión, en la inversión. Si partimos de la po
sibilidad de la no neutralidad en la asignación de recursos fi
nancieros para financiar la inversión, cabe preguntarse, al me
nos en el ámbito teórico, cuáles son los criterios en los que se
basa la decisión de invertir.
Sin ánimo exhaustivo, podemos apuntar algunos criterios
que están presentes en el actuar económico de los agentes
que realizan las inversiones:
a) El primero que me interesa mencionar es el de la inver
sión eficiente y competitiva en la economía real. Este se
ría el criterio aconsejado por las reglas del mercado libre
y, en la medida en que se cumpliera, podría asegurar una
racionalidad en la decisión, que se vería reflejada en el
resultado eficaz del propio mercado. Digamos que este
sena el criterio que presidiría una economía globalizada
como la que estamos contemplando. Este criterio ga
rantizaría el mejor aprovechamiento de los recursos dis
ponibles, tanto a escala individual como a escala global.
b) Menos laudable es el criterio de la inversión subsidia
da. Según éste, la inversión se realiza en un lugar u
otro, manteniéndose lo demás constante, en función
del volumen del subsidio o de la subvención. Aquí de
beríamos entrar en la consideración ética de la propia
subvención. ¿Es el subsidio un medio lícito para atraer
inversiones? La capacidad de concesión de subvencio
nes, ¿no está relacionada con la propia capacidad eco
nómica de la nación que las concede? Si así fuera, ¿no
es discriminatoria para los países más pobres? ¿No
rompe la subvención el principio de igualdad de opor
tunidades entre los agentes económicos?
262
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias...
c) En otros casos, la inversión obedece al criterio pre
ferencia! entre la entidad madre y sus afiliadas, estable
ciendo criterios de prevalencia entre zonas geográficas
para la localización de las inversiones. Se trata, senci
llamente, de un criterio discriminatorio para el asenta
miento de la inversión. ¿Cabe en el año 2000, plantear
con impunidad tales criterios, diferenciando ricos y
pobres, o la distinción entre órdenes de proximidad
ideológica, histórica, cultural...?
d) En ocasiones la inversión tiene como objetivo evitar el
arancel con el que se vería gravada la mercancía, caso
de ser producida en el exterior Es lo que se conoce
con el nombre de «Tariff Jumping Investment». Este
tipo de inversiones se localiza en países de elevados
aranceles, y quien así invierte acaba solicitando del
Gobierno hospitalario la protección arancelaria, a ti
pos incluso superiores a los que estaban vigentes en
el período anterior
e) Finalmente, una inversión, común de los países en
tránsito al desarrollo, es aquella que se realiza para
sustituir importaciones: es la inversión conocida como
«Import Substitution Investment». Es un tipo de inver
sión que adolece, desde su nacimiento, del error en el
ámbito del mercado a considerar Se realizan con vo
cación de mercados estrechos, en los que, además,
suele darse una cierta protección para asegurar por
esta vía lo que no se asegura por las condiciones
competitivas de la producción. Tanto ésta como la an
terior sólo suelen tener efecto a un corto plazo, ya
que a largo la competencia desplazará las actividades
desarrolladas sin este referente.
263
José T. Rogo
Frente a todos estos criterios, algunos con racionalidad económica, mientras que en otros se detecta una clara voluntad discriminatoria, incompatible con la libertad y con el trato igualitario exigible entre países del mundo desarrollado y del subdesarrollado, e incluso entre los propios países del Primer Mundo, cabe preguntarse acerca de las circunstancias exigibles a cualquier inversión. O lo que es lo mismo, cuáles son los requisitos mínimos, por tanto, condiciones necesarias, pero no suficientes, para que la inversión tenga efecto.
D e un lado, las oportunidades de inversión se dan muy ligadas a las características de los sistemas políticos y económicos. En definitiva, libertad frente a intervención, mercado frente a planificación, sistemas democráticos frente a sistemas autoritarios, etc.
Por otro lado, el inversor; que está preparado para asumir el riesgo que comporta el mercado, no lo está en absoluto para riesgos que no pueda prever ni controlar Por ello, exige, como condición necesaria para estimar una oportunidad de inversión, el orden público y la estabilidad política. La previsión de incontroladas conmociones políticas, de revueltas, de paros reivindicativos constantes, ahuyenta la inversión, porque, siendo riesgos fuera del mercado, el empresario-inversor no tiene instrumentos para su evaluación.
Finalmente, el inversor exige un marco jurídico bien definido, nada arbitrario y muy estable. Un marco jurídico en el que estén bien delimitados los derechos y obligaciones de carácter económico, administrativo, mercantil, civil, laboral y fiscal, de suerte que no quepan riesgos en estas materias. Es el inversor especialmente sensible al reconocimiento del derecho de propiedad y a todos aquellos que emanan de éste, de tal modo
264
El comercio de mercancías y ios flujos financieros: Consecuencias...
que, cuando existen dudas respecto a estos extremos, se con
trae inmediatamente la actividad inversora.
A la vista de estos requisitos se concluirá fácilmente cómo
y por qué la escasa inversión en un buen número de países en
vías de desarrollo, dominados por Gobiernos autoritarios, en
algunos sin un reconocimiento explícito de derechos y en los
que el azar y la arbitrariedad, más que la norma, son los fun
damentos de cualquier decisión pública.
Obsérvese en la Tabla V (Anexo I) y en los Gráficos V - A
y V-B los flujos netos de capital privado a los países emergen
tes, haciendo una consideración especial a la Inversión direc
ta y a su evolución a partir del año 1995, creciendo su im
portancia en el contexto económico de tales países, con una
pérdida relativa de los créditos y también de las inversiones
en cartera.
Análogamente, puede comprobarse la tendencia creciente
de la financiación privada bruta a tales mercados, hasta el año
1997, con un peso claramente creciente del sector privado,
como perceptor de financiación y con un predominio claro
del escenario asiático, frente al resto de las alternativas [véase
Tablas V y VI (Anexo I) y Gráficos V-A, V-B, Vl-A, Vl-B y V l - C
(Anexo II)].
De la teoría a la realidad. Quizá cabría, sin escándalo para
nadie, comenzar afirmando en este epígrafe que, frente a la
bondad de la eficiencia productiva y asignativa del libre cam
bio, éste no garantiza por igual la solución al problema de la
desigualdad distributiva.
Una buena muestra de esta afirmación es que hoy, dis
puestos a comenzar el Tercer Milenio, frente a la opulencia del
265
José T. Raga
Primer Mundo, es un hecho la pobreza en el Tercer y Cuar
to Mundos. La denuncia es evidente en palabras de Pablo VI:
« . . . Siguen existiendo diferencias flagrantes en el desarrollo
económico, cultural y político de las naciones: al lado de regio
nes altamente industrializadas, hay otras que están todavía en
estado agrario; al lado de países que conocen el bienestar;
otros luchan contra el hambre; al lado de pueblos de alto nivel
cultural, otros siguen esforzándose por eliminar el analfabetis
mo» (7).
Aquel mecanismo que parecía asegurar la eficiencia eco
nómica, no ha sido, desde luego, capaz de estrechar la brecha
que separa los países ricos de los países pobres. « . . . Dejada
— l a economía— a sí misma, su mecanismo conduce al mun
do hacia una agravación, y no una atenuación, en la disparidad
de los niveles de vida: los pueblos ricos gozan de un rápido
crecimiento, mientras que los pobres se desarrollan lentamen
te. El desequilibrio crece: unos producen con exceso géneros
alimenticios que faltan cruelmente a otros.. .» (8).
Es cierto, pues, que la economía dejada en libertad, no ha
resuelto el problema de la desigualdad; quizá es que el merca
do nunca estuvo preparado para tal misión. Lo que resulta
más descorazonadon si cabe, es que, después de treinta años
de estado keynesiano, de Estado de Bienestar —cuando se
escribían estas líneas—, y después de más de sesenta años de
aquella política social, al día de hoy, la intervención del Estado
en la economía no ha sido capaz tampoco de resolver ade
cuadamente el problema de la desigual distribución de la renta
y de la riqueza.
(7) PABLO VI: Encíclica «Octogésima Adveniens» (14-5-1971), núm. 2.
(8) PABLO VI: Encíclica «Populorum Progressio» (26-3-1967), núm. 8.
266
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias...
La denuncia de Juan Pablo II es, por su concreción, más
alarmante: «Hay que notar que, a pesar de los notables es
fuerzos realizados en los dos últimos decenios por parte de
las naciones más desarrolladas o en vías de desarrollo y de las
organizaciones internacionales, con el fin de hallar una salida a
la situación, o al menos poner remedio a alguno de sus sínto
mas, las condiciones se han agravado notablemente.
. . . es necesario denunciar la existencia de unos mecanis
mos económicos, financieros y sociales, los cuales, aunque ma
nejados por la voluntad de los hombres, funcionan de modo
casi automático, haciendo más rígidas las situaciones de rique
za de los unos y de pobreza de los otros. Estos mecanismos,
maniobrados por los países más desarrollados de modo direc
to o indirecto, favorecen, a causa de su mismo funcionamien
to, los intereses de los que los maniobran, aunque terminan
por sofocar o condicionar las economías de los países menos
desarrollados» (9).
Esos mecanismos económicos han sido creados por el
hombre y manejados por el hombre, de donde se deduce la
responsabilidad que corresponde a aquellos que desempeñan
el papel de actor y más aún a los que lo hacen a título de
protagonista en el escenario económico.
C o n independencia de las estructuras específicas que, inte
resadamente, pueden desenvolverse con un cierto grado de
perversión, quizá el recurso más formalmente idolatrado y
substantivamente más infringido es el del propio libre mercado.
Una libertad a la que se apela entre fuertes y débiles, entre ri-
( 9 ) JUAN PABLO II: Encíclica «Soliicitudo Rei Socialis» (30-12-1987) , núm.
267
16.
José T. Rogo
eos y pobres. Una disparidad tal, entre unos y otros, que ne
cesariamente procede considerar hasta qué punto puede ser
real la pretendida libertad. «En el comercio entre economías
desarrolladas y subdesarrolladas, las situaciones son demasia
do dispares y las libertades reales demasiado desiguales. La
justicia social exige que el comercio internacional, para ser hu
mano y moral, restablezca entre las partes al menos una cier
ta igualdad de oportunidades» (10 ) .
Desde la desigualdad, desde el conflicto, no puede surgir la
armonía. Por ello no hay que confundir silencio o sumisión
con acuerdo; entre el vencedor y el vencido, con independen
cia del calificativo que le otorguemos, no cabe «pacto», como
no lo cabe entre el fuerte y el débil. « . . . el consentimiento
de las partes, si están en situaciones demasiado desiguales, no
basta para garantizar la justicia del contrato, y la regla del libre
consentimiento queda subordinada a las exigencias del dere
cho natural» ( I I ) .
El mercado libre exige, no lo olvidemos, orden jurídico y
un marco estable de relaciones justas y equilibradas entre los
agentes. Si esto no se garantiza, lo que se está operando es un
mundo selvático, donde impera la ley del más fuerte contra el
débil.
¿Cabe ese mercado libre entre los países del Nor te y los
del Sur? El grado de desarrollo económico, cultural y social,
¿nada tiene que ver para los términos de la negociación? Y en
última instancia, tomando al pie de la letra el referente del
mercado libre, ¿seríamos capaces los países del Nor te de afir-
(10) PABLO V I : Encíclica «Populorum Progressio» (26-3-1967), núm. 61.
(11) PABLO V I : Encíclica «Populorum Progressio» (26-3-1967), núm. 59.
268
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias...
mar, sin sonrojo, que practicamos la libertad de mercado?
¿Estamos dispuestos a escuchar la opinión de los países en
vías de desarrollo y considerar con humildad sus observacio
nes?
La llamada, el grito de los países pobres, por descarnado,
se oye en todo el mundo desarrollado. La diferencia de tono
entre unos y otros no impide su nítida escucha.
Unos reclaman la abolición de las restricciones demandan
tes, mientras que otros las sienten en la oferta. Los primeros
encuentran problemas de carácter restrictivo a la entrada de
sus productos en los mercados de los países desarrollados; es
el caso de los países de producciones agrarias, textiles, confec
ción, etc., a cuyas posibilidades exportadoras, en un mercado
libre y competitivo, al que siempre nos referimos los países ri
cos, respondemos con un proteccionismo lacerante para ellos
y humillante para quienes lo practicamos, además de ser doc-
trinalmente opuesto a cuanto estamos pregonando sin can
sancio.
La justificación de la injustificable actitud proteccionista
acaba no siendo otra que la política de sostenimiento de ren
tas en los países desarrollados, como si las criaturas de los
países pobres no fueran también hijos de Dios. La política de
protección europea es una buena muestra de este fariseísmo
discriminante.
El segundo bloque de países, aquellos que encuentran res
tricciones por parte de la oferta, son los que por su propia
estructura económica poco tienen que ofrecen siendo sus
economías altamente dependientes de uno o dos productos
que pueden comercializar. Es el caso de los productores de
petróleo, café, cacao, etc., productos que, en el contexto del
269
José T. Raga
mercado mundial, o bien están manejados por unos pocos oli-
gopolistas que pretenden el control del nivel de precios en el
mercado, o se encuentran con un oligopolio de demanda, con
análogos resultados.
Finalmente, el tercer grupo estaría formado por aquellos
países que ni siquiera están en condiciones de sufrir restriccio
nes por parte de la demanda o por parte de la oferta y cuya
situación es tan desesperante que su voz, ya tenue, implora
urgentemente ayuda.
Después de muchos años no contamos más que con la hi
pocresía de las presuntas medidas liberalizadoras, que po
drían dar solución, al menos parcial, a los países del primer
grupo, mientras que los del segundo esperan en vano la libe-
ralización de las rígidas estructuras de sus mercados. Los del
tercer grupo, simplemente, mueren de hambre, enfermedad y
miseria.
Ante este escenario, en el que quisiéramos pensar que no
hemos añadido un ápice de dramatismo a la situación real en
la que se desenvuelven sus vidas, ¿podemos permanecer iner
tes los que, sin mérito propio alguno, vivimos en el mundo
desarrollado? ¿Hemos agotado las posibilidades de ayuda a
quienes nos necesitan?
Quizá convendría recordar algunos conceptos acerca del
hombre, de la actividad económica, del destino universal de
los bienes, de la opción preferencial por los pobres.. .
La economía al servicio de la persona humana. Toda es
tructura, toda actividad económica, en particular la actividad
productiva, está al servicio de la dignidad del hombre. « . . . si
el funcionamiento y las estructuras económicas de un sistema
270
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias...
productivo ponen en peligro la dignidad humana del trabajador; o debilitan su sentido de responsabilidad, o le impiden la libre expresión de su iniciativa propia, hay que afirmar que este orden económico es injusto...» (12). D e ahí la urgente necesidad de reformas que planteaba, con razón, Pablo VI: « . . . la situación presente tiene que afrontarse valerosamente... El desarrollo exige transformaciones audaces, profundamente innovadoras. Hay que emprender; sin esperar más, reformas urgentes» (13).
Reformas de todo tipo, sin mezquindad, en el comercio, en el movimiento de capitales para la inversión, en las propias relaciones entre personas y entre Estados... «Queda por instaurar una mayor justicia en la distribución de los bienes, tanto en el interior de las comunidades nacionales como en el plano internacional. En el comercio mundial es necesario superar las relaciones de fuerza para llegar a tratados concertados con la mirada puesta en el bien de todos. . . Se ha de tener... la fortaleza de ánimo necesaria para revisar las relaciones actuales entre las naciones, ya se trate de la distribución internacional de la producción, de la estructura del comercio, del control de los beneficios, de la ordenación del sistema monetario...» (14). Y en cuanto a las inversiones, específicamente, « . . . deben orientarse a asegurar posibilidades de trabajo y beneficios suficientes a la población presente y futura... Tengan, además, siempre presentes las urgentes necesidades de las naciones o de las regiones menos desarrolladas económicamente» (15).
( 1 2 ) JUAN X X I I I : Encíclica (Moler et Magistra» (15-5-1961) , núm. 83. ( 1 3 ) PABLO V I : Encíclica «Populorum Progressio» (26-3-1967) , núm. 32. ( 1 4 ) PABLO V I : Encíclica «Octogésimo Adveniens» (14-5-1971), núm. 43. ( 1 5 ) CONCIL IO VATICANO II: Constitución «Gaudium et Spes» ( 7 - 1 2 -
1965), núm. 70.
271
José I Raga
Esta apelación a las responsabilidades de aquellos que ejercen el protagonismo económico, cultural y social se plantea por encima de las situaciones a que conduciría el libre mercado. Escribía el Papa Pío X I , en un momento de plenos efectos de la Gran Crisis que se inicia en Estados Unidos en 1929 y se deja sentir en la Europa de 1930, « . . . la libre concurrencia, aun cuando dentro de ciertos límites es justa e indudablemente beneficiosa, no puede en modo alguno regir la economía, como quedó demostrado hasta la saciedad por la experiencia, una vez que entraron en juego los principios del funesto individualismo... Por tanto, han de buscarse principios más elevados y más nobles, que regulen severa e íntegramente a dicha dictadura, es decir, la justicia social y la caridad social» (16).
Mayor concreción encontramos en Pablo VI, cuando afirma que «es evidente que la regla del libre cambio no puede seguir rigiendo ella sola las relaciones internacionales. Sus ventajas son sin duda evidentes cuando las partes no se encuentran en condiciones demasiado desiguales de potencia económica: es un estímulo del progreso y recompensa el esfuerzo... Pero ya no es lo mismo cuando las condiciones son demasiado desiguales de país a país: los precios que se forman en el mercado pueden llevar consigo resultados no equitativos» (17).
Debemos partir de un hecho incontrovertible que es la desigualdad de las personas entre sí, en ciencia, en virtud, en inteligencia, en aptitudes, en voluntad, en bienes materiales, etc. Pero es esa misma diferencia la que engendra, en
(16) Pío XI: Carta Encíclica «Quadragesimo Anno» (15-5-1931), núm. 88. (17) PABLO VI: Encíclica «Populorum Progressio» (26-3-1967), núm. 58.
272
El comercio de mercártelos y los flujos financieros: Consecuencias...
aquellas personas más dotadas, una responsabilidad para los
que lo están menos, de compartir los dones que recibieron.
En definitiva, lo que recibieron no les pertenece; lo tienen en
administración, de la cual se les pedirá cuantas al regreso del
Señor
Análogamente a lo que sucede con las personas, « . . . pue
de suceder que algunas naciones aventajen a otras en el gra
do de cultura, civilización y desarrollo económico. Pero es
ta ventaja, lejos de ser una causa lícita para dominar injusta
mente a las demás, constituye más bien una obligación para
prestar una mayor ayuda al progreso común de todos los
pueblos» (18).
Esta es una responsabilidad moral que impone a todos los
agentes, a cada uno desde su propia esfera de acción, un sen
tido social presente, de forma permanente, en cada una de
sus decisiones. Más todavía si cabe a aquellos cuyas actividades
se desarrollan en países en vías de desarrollo. «Nuestra... re
comendación —dice Pablo V I — va dirigida a aquellos a quie
nes sus negocios llaman a países recientemente abiertos a la
industrialización: industriales, comerciantes, dirigentes, a repre
sentantes de grandes empresas. Sucede a menudo que no es
tán desprovistos de sentido social en su propio país; ¿por qué
de nuevo retroceder a los principios inhumanos del individua
lismo cuando trabajan en países menos desarrollados? La su
perioridad de su situación debería, al contrario, convertirles
en los iniciadores del progreso social y de la promoción hu
mana allí donde sus negocios les llaman» (19).
( 18 ) JUAN X X I I I : Encíclica «Pacem in Terris» ( I 1-4-1963), núm. 88.
( 19 ) PABLO V I : Encíclica «Populorum Progressio» (26-3-1967) , núm. 70.
(Lo interlineado es mío.)
273
José T. Raga
Si seguimos no prestando atención a las exigencias de este
sentido social, si nos empeñamos en desconocer al mundo
que nos necesita, seguiremos sin encontrar solución a los pro
blemas que abaten a la humanidad.
En inversiones, constataremos cómo sólo el uno por ciento
aproximadamente de las inversiones mundiales se realiza en
países menos desarrollados. Las razones justificativas que se
aducen son de tinte vario: mano de obra poco cualificada;
mercado nacional reducido, por lo que es complejo conseguir
economías de escala; deficientes estructuras de transportes y
comunicaciones; mercados financieros rudimentarios, cuando
no inexistentes; gobiernos no democráticos, con gran tenden
cia a la corrupción, etc.
Junto a todo ello, no se arguye acerca de la importancia
de las políticas existentes entre la multinacional y la afiliada; el
propio aprovechamiento de la corrupción gubernamental, en
buena parte de los casos; o en fin, el gran volumen de recur
sos financieros que en estos momentos absorben las opera
ciones en los mercados financieros, que se caracteriza por su
modalidad especulativa «quick in, quick out».
Por ello no es extraño que, después de un largo período
histórico, sigamos en presencia de situaciones en las que se
aprecia: a) un desfase cultural y tecnológico que crea un abis
mo entre los países ricos y los pobres; b) actividades de los
países ricos, limitadas a la explotación de los recursos natura
les de los países pobres; c) «lobbies» nacionales e interna
cionales, en la economía real y en la financiera, que se convier
ten en aliados férreos de los gobiernos nacionales corruptos;
y d) cuando los países pobres precisan educación, enseñanzas
tecnológicas, conocimiento e información de nuevos horizon-
274
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias.
tes, sanidad, etc. a los países ricos y a las organizaciones supra-nacionales, nos es más fácil concederles créditos, sabedores de que difícilmente podrán pagar sus intereses y, más difícil aún, devolver el capital.
Ante todo este panorama, el mundo desarrollado, el mundo del conocimiento, sugiere «competencia» y «trato igual para todos». Y a nosotros nos surgen algunas cuestiones elementales: ¿Se puede tratar igual a los desiguales? ¿Es quizá esto, un nuevo criterio de justicia? Y si estamos dispuestos al trato igual, ¿cómo medimos, por ejemplo, los subsidios para atraer inversiones? ¿Por qué no contabilizamos el subsidio en especie —cultura, capacitación tecnológica de la mano de obra, infraestructuras, etc.— en beneficio del inversor privado en el mundo desarrollado y lo comparamos con el que se recibe en mundo en vías de desarrollo? ¿Podemos seguir pretendiendo hablar de igualdad cuando partimos de una flagrante desigualdad?
El resultado final para los países pobres ya lo conocemos: la deuda, que sustituye e incrementa la deuda anterior [véase Tabla VII (Anexo I) y Gráficos Vll-A y Vll-B (Anexo II)] y en ello, dos aliados de excepción: de un lado, los gobiernos corruptos, y de otro, los intermediarios financieros no comprometidos con la cuestión social, y en consecuencia, insensibles al gran problema que supone el volumen de la deuda para los países en vías de desarrollo.
Certera es la observación de Juan Pablo II, cuando afirma: «Actualmente... grava el problema... de la deuda exterior de los países más pobres. Es ciertamente justo el principio de que las deudas deben ser pagadas. No es lícito, en cambio, exigir o pretender su pago cuando éste vendría a imponer de
2 7 5
José T. Raga
hecho opciones políticas tales que llevarían al hambre y a la desesperación a poblaciones enteras. N o se puede pretender que las deudas contraídas sean pagadas con sacrificios insoportables» (20).
Más aún, cuando la referida deuda se contrae en un momento, y quizá por eso, de excedentes financieros en el mundo, y por tanto sin privaciones significativas para el mundo desarrollado. Esos excedentes facilitan la contratación y en consecuencia abren un camino más fácil al endeudamiento masivo de los gobiernos de los países pobres.
Por eso, « . . . es indispensable que se establezca entre todos el diálogo... Este diálogo entre quienes aportan los medios y quienes se benefician de ellos permitirá medir las aportaciones no sólo de acuerdo con la generosidad y disponibilidades de los unos, sino también en función de las necesidades reales y las posibilidades de empleo de los otros. C o n ello los países en vías de desarrollo no correrán en adelante el riesgo de estar abrumados de deudas, cuya satisfacción absorbe la mayor parte de sus beneficios. Las tasas de interés y la duración de los préstamos deberán disponerse de manera soportable para los unos y para los otros. . .» (21).
En el comercio internacional, basta un somero análisis para concluir en la necesidad de un cambio de orientación basado, fundamentalmente, en el estado en que se desenvuelven las economías de los países pobres de un lado, el respeto a su cultura de otro, y la responsabilidad que corresponde a los países ricos en la buena administración de los talentos.
( 20 ) JUAN PABLO II: Encíclica «Centesimul Annus» (01-5-1991) , núm. 35.
( 2 1 ) PABLO V I : Encíclica «Populorum Progressio» (26-3-1967) , núm. 54.
276
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias...
D e este modo, y aunque sólo fuera por congruencia inter
na de las máximas que profesamos a diario, con urgencia, sin
más dilación, se exigiría la apertura incondicional de los mer
cados de los países ricos a los productos de los países pobres.
Cuando defendemos los principios de la libertad de comercio,
tanto en el interior de los países como en la esfera interna
cional, resulta inconcebible la práctica de acciones proteccio
nistas que, en contradicción flagrante con los principios defen
didos, dañan gravemente las economías de aquellos países
más necesitados.
Junto a ello, una muestra de solidaridad internacional que
se manifestase en cláusulas asimétricas en las negociaciones
comerciales, con un trato de favor—nación más favorecida—,
en amplitud e intensidad tales, que supongan un beneficio sus
tancial para los países pobres.
Esta actitud solidaria nace de la aceptación de los pueblos,
que sufren en el contexto internacional, como hijos de un
mismo Padre, titulares de igual dignidad a los que habitan los
países ricos y, por tanto, sujetos de los mismos derechos y
acreedores al respeto que merece toda criatura.
D e aquí que la actitud de los países ricos no puede
quedar limitada a unas cláusulas contractuales, en un mo
mento de negociación, o a una ayuda esporádica cuando un
suceso, natural o promovido por la mano del hombre, sitúa
la miseria vital en niveles por debajo de la subsistencia, gol
peando con ello el más duro de los corazones. Los esfuer
zos, y decimos, claramente «esfuerzos», de los países ricos,
deben encaminarse a investigar y mostrar una vía de salida
a la situación de subdesarrollo que sufre buena parte de la
Humanidad.
277
José T. Raga
Renunciando, quizá, al modelo de desarrollo que ha llevado a los países a su nivel de opulencia, los que detentamos el conocimiento y los recursos económicos tenemos la responsabilidad de encontrar un modelo de desarrollo para los países pobres, compatible y adecuado a sus posibilidades productivas.
Un modelo en el que el factor humano de la producción ocupe un plano de relieve excepcional. Incrementar el conocimiento y la capacitación técnica mediante los oportunos procesos de instrucción y formación educativa a las poblaciones menos desarrolladas, y dedicar recursos a ello, es una grave responsabilidad de los que, sin mérito propio, disponemos de todo.
Y finalmente, tender la mano a aquellas sociedades para mostrarles las posibilidades de una convivencia a escala su-pranacional, de toda la familia humana. En materia económica, fomentando entre ellos los procesos de integración que puedan ofrecer mercados más amplios, a través de los cuales puedan encontrar un empleo más eficiente a sus recursos, al poder incrementar sus unidades de producción. Pero a su vez, como instrumento de permeabilidad económica y social en una esfera que les es próxima y, por tan te , conocida.
Juan Pablo II manifestaba su deseo de que « . . . naciones de una mismo áreo geográfico establezcan formos de cooperación que las hagan menos dependientes de productores más poderosos; que abran sus fronteras a los productos de esa zona; que examinen la eventual complementariedad de sus productos; que se asocien para la dotación de servicios que cada uno por separado no sería capaz de proveer; que
278
£/ comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias...
extiendan esa cooperación al sector monetario y financie
ro» (22).
La culminación de este proceso exigiría la necesidad de
sentar en un plano de igualdad, y con el respeto que merecen,
a los países pobres, a las mesas de negociaciones internaciona
les. Ello abriría luces a los países que viven en permanente os
curidad, sin horizonte, a la vez que les haría sentir su protago
nismo y responsabilidad en el contexto de la más amplia rela
ción humana, social y económica.
Consideraciones finales. En un Curso de Formación de Doc
trina Social de la Iglesia se exigiría que, llegado este momento,
a la Luz del mensaje cristiano y desde las enseñanzas de la
Doctrina Social, concluyéramos en nuestra posición ante el in
menso problema que hemos descrito.
C o n independencia de los aspectos que, con mayor con
creción, se han ido apuntando a lo largo de las páginas prece
dentes, interesaría dejar aquí un corolario. Estamos tratando
de construir un mundo dominado por el fenómeno que iden
tificamos como «globalización», esperando de él las mayores
ventajas en casi todos los órdenes.
Frente al optimismo de esa esperanza, no se olvide que,
si pretendemos que la globalización sea algo más que un
simple término retórico, resulta imprescindible desarrollar,
sin reparar en el coste de ello, el concepto de interdepen
dencia que se arraiga en el de «mutualidad». Todos, empre
sas, trabajadores, comunidades locales, gobiernos naciona
les y concierto mundial, deben sentirse miembros de una
( 2 2 ) JUAN PABLO II: Encíclica «Sollicitudo Rei Socialis» (30-12-1987) ,
núm. 45 .
279
José T. Raga
misma familia humana y, en ello, hacer propia la necesidad ajena, configurando un único bien común: el bien común de la comunidad universal.
Partimos de situaciones grandemente asimétricas entre los diferentes países, ricos y pobres, cultos y de analfabetismo generalizado, fértiles y desérticos, de población altamente cualificada y de personas sólo capaces de trabajos rudimentarios... En ese contexto, no cabe un esquema de relaciones basado en la reciprocidad, cómo si se tratase de iguales. En la familia humana, como en al ámbito de cualquier familia particular la reciprocidad deja paso a la generosidad, que se convierte así en el signo distintivo familiar.
La Organización Mundial de Comerc io ( O M C / W T O ) tiene en ello una gran tarea, a la vez que una grave responsabilidad de cohesión y de llamada a la solución del problema. Una solución que será tanto más factible cuanto mayor sea la conciencia del problema; cuando el compromiso social nos lleve a considerar que «la pobreza» no son estadísticas, sino «personas», como cada uno de nosotros, que sufren a diario la escasez en peligro real para sus propias vidas.
La cuestión social sigue presente. Las «cosas nuevas de hoy» se presentan quizá con mayor hondura que nunca, en un mundo en el que la miseria se hace compatible con la opulencia despilfarrante. «Hoy el hecho más importante del que todos deben de tomar conciencia es el de que la cuestión social ha tomado una dimensión mundial... Los pueblos hambrientos interpelan hoy, con acento dramático, a los pueblos opulentos» (23). Ante ello, una obligación de la que nadie
( 2 3 ) PABLO V I : Encíclica «Populorum Progressio» (26-03-1967) , núm. 3.
280
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias.
puede eludirse: « . . . los responsables de la gestión pública, los
ciudadanos de los países ricos, individualmente considerados,
especialmente si son cristianos, tienen la obligación moral... de
tomar en consideración, en las decisiones personales y de go
bierno, esta relación de universalidad, esta interdependencia
que subsiste entre su forma de comportarse y la miseria y el
subdesarrollo de tantos miles de hombres» (24).
Mientras no instauremos ese mundo de solidaridad inter
nacional, fehaciente en el compromiso firme por solventar los
problemas a que hemos hecho referencia, no mostremos ex-
trañeza ante los signos de violencia, guerra y destrucción en
los que viven buena parte del mundo.
La idea de globalización es una oportunidad para promo
ver esa equidad social, más allá de las fronteras de los Estados
nacionales, abarcando toda la comunidad mundial. Una tarea
excepcional, cuando nos disponemos a comenzar un nuevo
milenio que debería estar presidido por la fraternidad y por la
paz. Y se preguntaba Pablo VI, « . . . si el desarrollo es el nuevo
nombre de la paz, ¿quién no querrá trabajar con todas sus
fuerzas para lograrlo?» (25).
Q u e cada uno tome la carga que, por sus dones o posibi
lidades, le corresponde.
( 2 4 ) JUAN PABLO II: Encíclica «Sollicitudo Rei Socialis» (30-12-1987) ,
núm. 9.
( 2 5 ) PABLO V I : Encíclica «Populorum Progressio» (26-3-1967) , núm. 87.
281
José T. Rogo
A N E X O I
(Anexo de Tablas Estadísticas)
TABLA I
Crecimiento del volumen del comercio de mercancías (Variación porcentual 1997-99)
Exportación Importación
1997 1998 1999 1997 1998 1999
Mundo 10,5 4,5 4,5 — — —
América del Norte 1 1,0 3,5 4,5 13,0 10,5 10,5 Iberoamérica 1 1,5 7,5 7,0 22,5 8,5 (2,0)
Méjico 19,5 1 1,0 13,5 28,0 15,0 15,0 Otros países 6,5 5,5 2,0 20,0 4,5 (12,0)
Europa Occidental 9,5 5,5 3,5 9,0 8,5 3,5 U. E. (15) 9,5 6,0 3,5 8,5 8,5 4,0
Economías en Transición 10,5 5,0 (3,0) 13,5 5,0 (10,0) Asia 13,0 3,5 6,0 5,5 (8,5) 9,0
Japón 12,0 (1.5) 2,0 1,5 (5,5) 9,5 Asia (5) (b) 16,5 13,0 1 1,5 3,0 (22,5) 17,5
(b) = Indonesia, la República de Corea, Malasia, Filipinas y Tailandia. NOTA: N O se dispone de datos desglosados de África y Oriente Medio. FUENTE: Elaboración propia, a partir de: Organización Mundial de Comercio. Informe Anual 2000.
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TABLA III
Exportaciones e Importaciones del Mundo, a y de los países referidos (distribución porcentual)
Exportación
PAÍSES 1992 1993 1994 1995 1996 1991 1998
Países Industriales 69,5 66,5 66,0 65,3 64,7 64,8 67,3 Países en Desarrollo 29,6 32,1 32,4 33,4 33,9 34,1 31,7
África 2,2 2,0 1,9 1,9 1,8 1,7 1,9 Asia 15,2 17,1 17,8 18,6 18,5 18,1 15,2 Europa (a) 3,7 4,3 4,5 5,1 5,5 5,7 5,7 Oriente Medio 3,7 3,6 3,1 2,9 3,0 2,9 3,0 Hemisferio Occidental (b) 4,8 5,1 5,2 4,9 5,1 5,6 5,9
Otros países 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1
Importación
PAÍSES 1992 1993 1994 1995 1996 1991 1998
Países Industriales 70,4 67,8 67,1 66,6 65,6 65,5 66,3 Países en Desarrollo 28,8 30,9 31,6 32,4 33,4 33,6 32,9
África 2,2 2,1 1,9 1,9 2,1 2,1 1,9 Asia 15,2 16,8 17,2 17,6 17,9 18,0 18,1 Europa (a) 3,2 3,8 4,4 4,9 4,8 4,8 4,8 Oriente Medio 3,8 3,7 3,3 3,2 3,5 3,4 2,7 Hemisferio Occidental (b) 4,4 4,6 4,7 4,7 5,0 5,3 5,4
Otros países 0,1 0,1 0,1 0,1 0,1 (a) Se incluyen, entre otros, todos los países que formaron el bloque soviético del C O M E C O N . (b) Se incluyen, entre otros, los países iberoamericanos. FUENTE: Elaboración propia, a partir de: International Monetary Fund. «Di-rection of Trade Statistics Yearbook», 1999.
284
El comercio de merconcías y los flujos financieros: Consecuencias.
TABLA IV
Exportadores contra los que se iniciaron dos o más investigaciones antidumping (enero-junio de 1999)
País afectado Total País afectado Total
CE o sus Estados miembros 20 Turquía 6 Corea 18 República Checa 4 China 16 Rumania 4 Japón 1 1 Bielorrusia 3 Rusia 10 Hungría 3 Tailandia 10 República Eslovaca 3 Taipei Chino 9 Argentina 2 Brasil 8 Lituania 2 Indonesia 8 Singapur 2 Estados Unidos 7 Sudáfrica 2 India 6 Yugoslavia 2 Ucrania 6 TOTAL 162
NOTA: Los países contra los que se inició una sola investigación fueron: Antigua República Yugoslava de Macedonia, Arabia Saudita, Argelia, Australia, Bahrein, Bulgaria, Chile, Croacia, Cuba, Hong Kong, China, Irán, Malasia, Méjico, Nueva Zelanda, Suiza, Venezuela y Yugoslavia.
FUENTE: Organización Mundial del Comercio. Informe Anual 2000.
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• 1997 • 1998 • 1999
290
A N E X O II
(Anexo de Gráficos)
GRÁFICO l-A
Crecimiento del volumen del comercio de mercancías (Exportación)
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias.
GRÁFICO l-B
Crecimiento del volumen del comercio de mercancías
(Importación)
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Países
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GRÁFICO ll-A
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(Exportación)
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José T. Raga
GRÁFICO ll-B Crecimiento del valor del comercio de mercancías
(Importación) 30 - i
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GRÁFICO ll-C Exportaciones mundiales de mercancías, en 1999, por países
(miles de millones de $ USA)
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• Méjico ü Economías en transición m Exportador. Petról. s Asia (5)
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• Europa Occidental Federación de Rusia Asia
2 9 2
El comercio de merconcías y ¡os flujos financieros: Consecuencias...
GRÁFICO ll-D
Importaciones mundiales de mercancías, en 1999, por países (miles de millones de $ USA)
• América del Norte • U.E.(I5) • África • Japón
0 Iberoamérica Comercio estracom. (15) Sudáfrica • China
• Méjico • Economías en transición • Exportador. Petról. m Asia (5)
Otros países • Europa Central/Oriental • Oriente Medio
• Europa Occidental m Federación de Rusia m Asia
293
José T. Raga
G R Á F I C O ll-E
Exportaciones e importaciones de mercancías, en 1999, por países (miles de millones de $ USA)
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294
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias...
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(distribución porcentual)
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295
José T. Raga
G R Á F I C O l l l -B Importaciones del mundo, de los países que se indican
(distribución porcentual) 80-T
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Industriales Desarrollo Medio Occidental países
Países
• 1992 ü 1994 • 1996 • 1998
• 1993 • 1995 • 1997
296
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias...
G R Á F I C O I V
Exportadores contra los que se iniciaron dos o más investigaciones antidumping (enero-junio 1999)
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José T. Raga
G R Á F I C O V - A Flujos netos de capital privado en mercados emergentes
(miles de millones de $ U S A )
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298
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias.
GRÁFICO V - B Flujos netos de capital privado en mercados emergentes
(Porcentaje del PIB)
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1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 Período
| | Inversión directa neta Inversión en cartera | Créditos bancarios
299
José T. Raga
G R Á F I C O V I - A
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Mercados emergentes
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El comercio de mercancías y los Pujos financieros: Consecuencias.
G R Á F I C O Vl-B Tipo de financiación privada a mercados emergentes
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José T. Raga
G R Á F I C O Vl-C
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302
El comercio de mercancías y los flujos financieros: Consecuencias...
GRÁFICO Vll-A Volumen vivo de Deuda Internacional
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303
José T. Raga
GRÁFICO Vl l -B
Volumen vivo de Deuda Internacional en países en vías de desarrollo (miles de millones de $ USA)
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A C C I O N E S Y P R O P U E S T A S D E L A S O N G S Y D E L O S O R G A N I S M O S I N T E R N A C I O N A L E S
E N F A V O R D E U N A C O M U N I D A D M U N D I A L J U S T A Y S O L I D A R I A
Director:
PABLO MARTÍN CALDERÓN Caritas Española
Secretario: JUAN JOSÉ LÓPEZ
Caritas Española
En este Seminario, además de los participantes inscritos en
el Curso, han participado como invitados-expertos:
— Mariano Aguirre, Director del Centro de Investigacio
nes para la Paz (CIP) .
— Gonzalo Fanjul, responsable de Comerc io Interna
cional en Intermon.
— Jaime Atienza, del equipo de la Campaña «Deuda ex
terna ¿Deuda eterna?», promovida por Manos Unidas,
Justicia y Paz, Confer y Caritos.
— Andrés Aganzo, del Servicio de Estudios de Caritas.
El Seminario ha transcurrido en dos sesiones de trabajo.
La primera comenzó con una exposición de Mariano Aguirre
y posterior debate sobre la realidad internacional, tratando de
identificar los retos que dicha realidad plantea para la cons
trucción de una Comunidad Internacional más justa y solidaria.
307
Pablo Martín Calderón - Juan José López
Durante la segunda sesión pudimos contar con la presencia e intervenciones de Gonzalo Fanjul, Jaime Atienza y Andrés Aganzo, que han sido protagonistas directos de diferentes acontecimientos internacionales en los que las ONGs están exponiendo sus reflexiones, acciones y propuestas.
Mariano Aguirre desarrolló las siguientes constataciones sobre la realidad internacional:
1. La práctica de un modelo de crecimiento rápido con des
igualdad. Los indicadores económicos son positivos, pero se agudizan las desigualdades, se agrava la pobreza, aumenta el desempleo.
2. Creciente inestabilidad financiera. No es inversión productiva, sino movimiento especulativo de capitales buscando la máxima rentabilidad inmediata.
3. El sector privado marca la dirección del sector público y
de los Estados.
4. Concentración de la riqueza. Un sector amplio de la población mundial sigue cada vez más al margen de esta riqueza generada y la pobreza se acentúa.
5. Nuevos problemas sociales y económicos: redes criminales que adquieren proporciones desconocidas en el tráfico de personas y el narcotráfico. Dos de los pilares de la economía internacional son peligrosos e ¡legales.
6. El problema de la competencia. Para competir hay que ofrecer las mejores ventajas comparativas para sobrevivir y tener un punto de partida adecuado.
7. La ambigüedad del avance tecnológico. De la utopía de
un tiempo liberado a la realidad de expulsión en el mundo laboral.
308
Acciones y propuestas de las ONGs y de los organismos internacionales...
8. Hay cada vez más riqueza global, pero se lleva a cabo
en un marco de creciente pobreza. Es una tendencia
que se mantiene y se agrava.
¿Es realmente viable un sistema económico injusto que ge
nera desigualdad y que utiliza los recursos de manera agresiva?
El propio presidente del Banco Mundial afirma: «en el nivel de
las personas, este sistema no funciona».
N o es sólo un problema moral, sino político-práctico.
Aguantamos mejor altísimos niveles de desigualdad mientras
tengamos algo que recibir y consideremos que estamos so
breviviendo.
Frente a la situación descrita, podemos diferenciar tres
grandes posiciones o visiones del mundo que determinan sus
correspondientes modelos de actuación:
I . V I S I Ó N R E A L I S T A
— Es la visión de E S T A D O , de los altos mandatarios de
los países. El Estado es una entidad geográfica dada,
con unas instituciones y unos valores comunes que
se justifican en el ejercicio del poder político (explíci
tos o no).
— La idea fuerte es el I N T E R É S N A C I O N A L , concepto
dinámico que varía en el tiempo, a partin sobre todo,
de las presiones de los actores sociales.
— Desde esta posición el mundo se concibe como el re
sultado de 200 intereses nacionales con pesos espe
cíficos muy desiguales. C a d a país luchará por imponer
309
Pablo Martín Calderón - Juan José López
su respectivo interés, aliándose o enfrentándose con otros.
2. V I S I Ó N I N S T I T U C I O N A L I S T A
— Es la visión de los altos mandatarios de instituciones internacionales (Naciones Unidas).
— Se actúa manejando el concepto de «RÉGIMEN»: que trata siempre de buscar acuerdos en los puntos comunes para funcionar con unas normas consensuadas. Se redactan Convenciones Internacionales sobre diversos temas que luego son firmadas y posteriormente ratificadas por los Estados.
— Miran el mundo como un conjunto de países que tienen que coordinarse porque hay C U E S T I O N E S C O M U N E S o mínimos sobre los que es posible el acuerdo.
3. V I S I Ó N I D E A L I S T A , N O R M A T I V A O M O R A L
— Es la visión de algunas O N G s y de algunas iniciativas o movimientos internacionales.
— Miran el mundo como un sistema internacional construido por Estados, con más o menos avances de consenso en algunos temas, pero las prioridades están mal puestas. Consideran que la perspectiva clave hay que ponerla en la P E R S O N A , en lugar de ponerla en los Estados.
— Se actúa luchando por dotar a la persona de todos los avances reales y potenciales que se han ganado en los
310
Acciones y propuestas de las ONGs y de los organismos internacionales...
últimos siglos. La persona tiene derechos aunque no los esté ejerciendo, tiene capacidad de elección, de desarrollarse sobre una base de sostenibilidad, de participar en la gestión de uso de la ciencia y la tecnología. N o se acepta la desigualdad creciente.
Según este esquema:
• La visión R E A L I S T A está muy influenciada por las empresas multinacionales que buscan la libertad total, con la menor regulación posible.
• La visión I N S T I T U C I O N A L I S T A busca una regulación de las empresas multinacionales, así como del comercio y del sistema financiero internacional (BM, Fl y O M C ) .
• La visión I D E A L I S T A se corresponde con ese movimiento internacional crítico que busca reformar la práctica de las corporaciones internacionales en beneficio de las personas (Movimientos de Seattle, Praga, O N G s , etc.).
En el D E B A T E surgieron los asuntos siguientes:
El papel de las multinacionales
Parece que únicamente les preocupa la búsqueda del máximo beneficio, aunque, desde esa perspectiva, últimamente está surgiendo el marketing ético.
Aunque son las principales protagonistas de la mundialización, no entran en debatirlo, pues no les interesa. Si alguna vez se manifiestan sobre el tema, lo hacen adoptando la posición realista, siempre detrás de los Estados, a quienes usan como justificación de sus acciones.
31 I
Pablo Martín Calderón - Juan José López
Quieren acabar con las regulaciones en el mercado, pero no con los Estados, pues son los negociadores en cada zona.
C U E S T I O N E S C A N D E N T E S Q U E H A N S U R G I D O E N E L D E B A T E
El papel de las O N G s
Algunas O N G s entran en el juego de servir de justificación al Estado y a las grandes empresas, cuando actúan sin evidenciar las causas de los problemas que descubren y sin exigir responsabilidades a los propios Estados y a las empresas sobre los problemas que sus actuaciones producen. Buscan recolectar dinero para financiar proyectos que no cuestionen el sistema político ni el sistema económico, obstaculizando que la gente se una para acciones colectivas, o incluso sustituyendo a los actores políticos y, a veces, al propio Estado en su intervención.
Hay tres dimensiones que las O N G s deberían desarrollar en su conjunto:
• Una visión propia de la realidad social (hay que desconfiar de las O N G s que no desarrollan, de alguna manera, una visión propia de la realidad social y, consecuentemente, no pueden dar razón de por qué hacen las cosas).
• Desarrollar servicios y actuaciones; hacer el bien y hacerlo bien, incluso en los niveles más asistenciales, dada la urgencia de determinadas situaciones.
312
Acciones y propuestos de las ONGs y de los organismos internacionales...
• Elaborar propuestas de políticas sociales alternativas, lo que incluye una interpelación a los Estados para que asuman sus propias responsabilidades (De hecho, las O N G s no deberían prestar servicios directos a la población si, al mismo tiempo que lo hacen, no están proponiendo fórmulas para que esos mismos servicios se consoliden como derechos unlversalizados. D e hecho algunas de las ultimas conquistas sociales tuvieron su origen en propuestas de O N G s .
Dependencia y politización de las O N G s
Es necesario estar atentos para diferenciar las O N G s que actúan dentro de la estrategia de determinados partidos políticos, de las independientes políticamente.
También es bueno distinguir a las O N G s según sus fuentes de financiación. En nuestro país, las O N G s deberían hacer un esfuerzo para aumentar más su autonomía económica.
La democracia interna de las O N G s
Muchas O N G s se gestionan con fórmulas autoritarias, no participativas.
Las O N G s es un sector relativamente nuevo, en proceso de renovación, crecimiento y definición que aún pueden evolucionar hacia fórmulas más o menos democráticas.
N o hay que olvidar que muchas de las O N G s son fundaciones que jurídicamente no están obligadas a un funcionamiento democrático más allá de su patronato, cuando es colectivo.
313
Pablo Martín Calderón - Juan José López
Las iniciativas idealistas ante el panorama internacional
Son iniciativas dispersas que confluyen en ciertos foros de
globalización, favorecidos por las nuevas tecnologías en comu
nicación.
Algunos son O N G s , otros son movimientos críticos en los
que participan personas a título individual y O N G s .
En la actualidad, estamos asistiendo a un desarrollo de es
tas iniciativas ciudadanas, algunas de ellas implantadas en mu
chos países, que están conociendo un impacto cada vez ma
yor en los medios de comunicación, en los Gobiernos, y en
organismo internacionales, como el BM o el FMI.
En nuestro país destaca el desarrollo que se está haciendo
de la Campaña sobre la Deuda, que ha logrado movilizan alre
dedor de un tema complejo, a una parte importante de la po
blación de toda condición social e ideológica.
La segunda sesión del Seminario comenzó con tres inter
venciones, en las que se destacaron los asuntos siguientes:
Gonzalo Fanjul (participó en los movimientos de protesta con ocasión de la Conferencia de Seattle y de otras Conferencias Internacionales):
Las iniciativas de las O N G s son respuesta al desconcierto
que está creando la globalización y sus consecuencias concretas
en la vida diaria. Poca gente se beneficia de este sistema, y sin
embargo el sistema se va imponiendo.
En las organizaciones que están protagonizando la protestas
ante la globalización hay cientos de mensajes diferentes y conflu
yen una gran diversidad de actores, desde las organizaciones de
314
Acciones y propuestas de ias ONGs y de ios organismos internacionales...
desarrollo y cooperación internacional hasta los ecologistas más
radicales. El denominador común es el convencimiento de los
efectos perversos del sistema, ante los que todos protestan.
La O M C (Organización Mundial del Comercio) se ha
dado cuenta de que los asuntos que tratan importan a la so
ciedad mundial. Ya no puede actuar con una actitud oscuran
tista, aunque sus asuntos sean técnicamente complejos de
transmitin puesto que las consecuencias en la vida cotidiana
de las personas sí son muy claras.
En síntesis, las propuestas del movimiento generado en
torno a estas Conferencias están surgiendo sobre los siguien
tes ejes:
— Es necesario frenar el proceso de Hberalizaáón de barre
ras y estudiar a fondo las consecuencias que provoca,
ya que los países no pueden competir en igualdad de
condiciones, puesto que el punto de partida de cada
uno es muy diferente.
— Hay que reducir las desigualdades económicas entre los
países y entre las regiones mundiales, así como en el in
terior de cada país.
— Es urgente democratizar el funcionamiento de las Institu
ciones Financieras Internacionales (BM y FMI), así como
de la OMC.
Andrés Aganzo (participó en la Conferencia de Ginebra titulada «Copenhague*5», en representación de Caritas Española):
La Conferencia de Ginebra «Copenhague+5» ha supuesto
una apuesta internacional de debate sobre la dirección hacia la
que debemos caminar marcando objetivos y tiempos. Ginebra
315
Pablo Martín Calderón - Juan José López
2000 tenía como objetivo evaluar los compromisos de Copenhague.
Existe una amplia información sobre cada país, con diferentes indicadores, que está disponible.
El problema salta cuando al medir los objetivos, uno por uno, se constata que, a los cinco años de Copenhague, apenas se ha avanzado.
Hay un salto grande entre la mucha información descriptiva y el poco debate analítico a la hora de identificar las causas de la pobreza.
Lo cierto es que todos coinciden al señalar el crecimiento sin precedentes de la riqueza mundial, que coexiste con la persistencia de la pobreza.
Nuestra sensación es que ha habido un secuestro de la Organización de Naciones Unidas, por parte de las Instituciones Financieras Internacionales.
Resulta paradójico que, en el momento en el que más claro va quedando el papel tan negativo que han jugado las Instituciones Financieras Internacionales en el empobrecimiento de países y de regiones enteras, la ONU propone a estas mismas Instituciones como solucionadoras de los problemas del mundo.
Las Naciones Unidas deberían ser más ecuánimes y mirar desde la perspectiva de los países más pobres.
Como propuestas, surgen cuatro grandes corrientes:
— Ante un comercio voraz y que consume fundamentalmente el Norte, surgen asociaciones sindicales articuladas internacionalmente en torno a la agricultura, el comercio y el ecologismo, que se enfrentan a la OMC.
316
Acciones y propuestas de ¡as ONGs y de los organismos internacionales...
— Ot ra corriente de pensamiento es ¡a tipificada en ATTAG.
que propugna el control para los movimientos del ca
pital especulativo mediante la Tasa Tobin. Se trata de
una tasa o impuesto sobre las transacciones interna
cionales de capital, que sería utilizado para el desarro
llo de los países más pobres.
— El gran movimiento «Jubileo 2000», muy relacionado
con organizaciones de las Iglesias cristianas y apoyado
en la sólida posición del Papa Juan Pablo II sobre la
cuestión de la Deuda Externa. La deuda sirve como
pretexto para debatir otras muchas cuestiones relacio
nadas con el desarrollo.
— El mundo de las grandes ONGs, que, en su conjunto,
siempre ha abordado los asuntos de la exclusión social,
como son la pobreza, el género, el trabajo infantil, etc.
Estas corrientes coinciden en reivindicar:
• La PERSONA como centro de toda actuación interna
cional.
• La erradicación del escándalo de la pobreza en un mundo
de abundancia.
• La constatación de que no basta el crecimiento; hacen
falta planes paralelos de desarrollo social en cada
país.
• La certeza de que los cambios conseguidos son producto
de la participación social, puesto que la mayoría de los
avances que se están consiguiendo, a pesar de la com
plejidad de los problemas internacionales, se alcanzan al
echarse a la calle.
317
Pablo Martín Calderón - Juan José López
Jaime Atienza (participa en la Campaña Española «Deuda
externa, ¿deuda eterna?», que se enmarca dentro del Movimien
to Internacional «Jubileo 2000»):
El desarrollo de nuestra Campaña resulta una lucha des
igual, por lo que cuantos más aliados haya, mejor
Estamos en una sociedad civil que necesita unirse para dia
logar con actores poderosos.
La Campaña posee dos opciones básicas:
— Una visión de esa realidad y una denuncia de los pro
blemas que está generando la misma.
— Desde esa visión, una generación de propuestas para
tratar de influir en asuntos específicos que permitan
avanzar en la justicia y la solidaridad, como es el caso
de la condonación de la deuda externa.
La campaña mundial por la condonación de la deuda, en
torno al Jubileo 2000, ha generado un movimiento sin prece
dentes. Actualmente ha alcanzado 22 millones de firmas. Se
demostró que la sociedad civil, con un fin colectivo consigue ser
una voz reconocida. La campaña surge a partir de un grupo de
organizaciones del Reino Unido y aprovechando el Jubileo del
año 2000. Encuentran una razón colectiva que va creciendo
desde el año 1996 a partir de redes internacionales de las or
ganizaciones de Iglesia.
Las claves de la Campaña son las siguientes:
• Se elige la deuda porque es un problema de enormes di
mensiones, que afecta a muchas personas.
• La deuda externa es una manifestación de la injusticia
global, y es tangible, cercana y comprensible.
318
Acciones y propuestos de las ONGs y de los organismos internacionales...
• Es un tema con una larga trayectoria de denuncia.
• El concepto de perdón de la deuda surge de la tradi
ción cristiana, pero es un valor universalizable que hace
posible el trabajo con colectivos muy diferentes.
• Se valoró el posible efecto multiplicador dentro y fuera
de la Iglesia. La campaña D E D E como oportunidad de
encuentro.
• Es un esfuerzo sostenido desde abajo. D E D E salió adelan
te porque se miró hacia abajo, concienciando a la gente
y generándose así un sustento social.
• Se han comenzado a elaborar propuestas con rigor y
contrastadas, como son:
- Abr i r un ámbito de jurisdicción internacional para que
los problemas de la deuda puedan ser sometidos a
un juicio.
- Constituir instancias de arbitraje, evitando esa situa
ción de falta de marco legal al generar una deuda.
- La condonación de toda la deuda a los países más em
pobrecidos, con cifras de quiebra económica.
- Cambios en las reglas del juego. BM y FMI para conse
guir un funcionamiento más democrático.
En el debate surgió la siguiente pregunta, a la que se refirieron la mayor parte de las intervenciones:
¿Cómo responde la Iglesia (institución-jerarquía-pueblo de
Dios y sus organizaciones) ante la necesidad y exigencia de
319
Pobló Mortfn Colderón - Juon José López
caminar hacia un mundo más justo y solidario? Y se aportaron
los siguientes avances y retos:
A V A N C E S
— Los documentos de la Iglesia. L A DSI apoya y estimula
a los cristianos de base.
— La pedagogía desarrollada.
— El bagaje de trabajo cotidiano y de presencia en los lu
gares más recónditos. La Iglesia acompaña en el sufri
miento en lo local. Lo internacional tiene mucho que
ver con esa dimensión local.
— Voz autorizada
— El apoyo del Papa Juan Pablo II con el tema de la
deuda.
— D E D E ha sido ejemplo enormemente positivo por
parte de la Iglesia con declaraciones de naturaleza po
lítica y presencia significativa.
R E T O S
— Necesidad de nuevas posiciones en la Doctrina Social
de la Iglesia, que analicen e iluminen la realidad actual
de globalización.
— La Iglesia debe ser consciente de que debe ir con
otros, porque ninguna institución por sí sola será sufi
ciente.
320
Acciones y propuestas de las ONGs y de los organismos internacionales...
— Nuevos signos que hagan público lo oculto.
— Afrontar el conflicto que emana de la necesidad de co
herencia y de testimonio, hacia fuera y hacia adentro.
— Entrar desde la Iglesia en nuevos temas: transacciones
financieras internacionales, etc.
— El desarrollo de la función de denuncia profética.
— Avanzar en el compromiso de trasnformación de la
realidad.
— La globalización exige un perfil de cristiano de base
con una militancia específica.
— Una formación para la que lo importante es tomar
conciencia. Es «destapar», «ver», enseñar la realidad
para que la gente tome conciencia desde su propio
quehacer Hoy vivimos tiempos en los que se nos ciega.
— Una mayor incidencia política que equilibre la buena
pedagogía con una práctica social verdaderamente
transformadora de la realidad.
321
C O M E N T A R I O Y V A L O R A C I Ó N D E S D E L A D O C T R I N A S O C I A L D E L A I G L E S I A D E L I N F O R M E S O B R E E L D E S A R R O L L O
H U M A N O ( P N U D 1999)
Director:
ILDEFONSO CAMACHO LARAÑA Fac. de Teología (Granada). ETEA (Córdoba)
Secretario:
SANTIAGO DONOSO GARCÍA Fundación Pablo VI
En este Seminario se intentó abordar y discutir el INFOR
ME SOBRE EL DESARROLLO HUMANO del PNUD, año 1999.
Se justifica el debate en torno a este Informe en cuanto éste
recoge la realidad de los diversos países del planeta, contras
tando su desarrollo más allá del aspecto puramente económi
co, que es el que prevalece en la óptica de la mayor parte de
otros informes, y, por tanto, se analizan todos aquellos facto
res que confluyen en un desarrollo más humano, juzgando si
las diversas políticas aplicadas han favorecido o no este con
cepto de desarrollo.
Guiado este seminario por D. Ildefonso Camacho, el pri
mer día estuvo centrado en profundizar en los H E C H O S que
este informe señala. Para ello, Ildefonso Camacho expuso du
rante 45 minutos un resumen de dicho Informe, centrando su
argumentación en los ejes que siguen:
I • El desarrollo humano en esta era de mundialización. En
este eje se analiza el fenómeno creciente de la mundialización,
323
Santiago Donoso Garda
que tiene luces y sombras, ganadores y perdedores. Estamos en un mundo cambiado, con nuevo orden político tras la caída del «muro» de Berlín, con el avance del progreso tecnológico (Web), con una nueva estructura del gobierno económico tras el Acuerdo de Marrakech, y con un cambio ideológico con la progresiva liberalización económica y la reducción de la función del Estado. Esto ha creado una integración mundial rápida, pero desequilibrada, ya que crece el intercambio económico, no de personas; se expande una cultura mundial occidental... Todo ello configura un mundo con crecientes desigualdades, con inseguridad laboral y económica, con delincuencia, conflictos, etc.
2. Las nuevas tecnologías y la carrera mundial por el conocimiento. Aquí se aborda la influencia de las nuevas tecnologías en la mundialización (expansión financiera, de telecomunicaciones...) pero también de la mundialización en las nuevas tecnologías, que progresivamente se van privatizan-do conforme a los criterios de rentabilidad económica, por lo que es preciso reconsiderar las nuevas tecnologías (caso de transgénicos, propiedad intelectual de nuevos fármacos...).
3. El corazón invisible: la atención y la economía mundial. En este último punto se analiza cómo la globalización ha deteriorado el campo de la atención y el cuidado hacia los más débiles (especialmente en la familia), aunque no es su principal causa. Un desarrollo entendido sólo como aumento de ingresos arrastra tras de sí unas nuevas relaciones humanas en las que es muy difícil la atención y cuidado hacia los miembros de la familia y la solidaridad hacia los más débiles o desprotegidos. En este sentido, la expansión de los mercados y la búsqueda del beneficio ha deteriorado la solidaridad de la familia
3 2 4
Informe sobre el desarrollo humano (PNUD 1999)
y sociedad, por lo que urge encontrar un nuevo equilibrio en
tre empresa-mercado, Estado y Tercer Sector para garantizar
la solidaridad, base de este cuidado.
Tras esta exposición, se lanza a los asistentes unas cuestio
nes para así entablar el diálogo entre todos, especialmen
te sobre los retos que lo susodicho supone, y se pregunta si
es real y qué postura adoptar desde una vida cristiana.
En el diálogo de los asistentes surgen las ideas siguientes:
I • En diversas intervenciones se cuestiona, por unos, la
misma legitimidad del Informe: ha sido elaborado por un or
ganismo dependiente de la O N U , institución ésta parcial y
controlada por los Estados más fuertes, con lo cual carecería
de imparcialidad respecto a la realidad, maquillándola. Otros,
en cambio, reconocen cierta independencia y distanciamiento
de las posturas de la O N U , subrayando la postura crítica del
Informe, que, al menos, genera corriente de pensamiento.
También se constata que este Informe presenta coincidencias
de posturas con el cristianismo, por tanto muy compatibles, si
bien alguno señaló que para un cristiano, sobran informes
(pese a ser necesarios) y faltan testigos.
2. Analizando causas de la situación que el Informe de
nuncia, se enfatiza que el actual proceso de cambio mundial
es fruto de un modelo darwiniano anglosajón de entender la
vida, en el que hay que estar con los vencedores. N o s situa
ríamos ante una ideología, el neoliberalismo competitivo,
darwiniano, incompatible con el Cristianismo (que clama
«¿dónde está tu hermano?»). Estamos así ante un sistema
global y pluriforme en el que se introduce a todos desde pe
queños (Medios de comunicación, juego del fútbol...) y que
325
Santiago Donoso Garda
no sólo controla sociedades y países, sino que se justifica
como lo mejor D e ahí que pocos se oponen ante este sis
tema, ya que Estados y ciudadanos son impotentes, caso,
por ejemplo, de Brasil. En definitiva, ciudadanos, instituciones
y Estados estarían, para algunos, subyugados a los dictados
de los economistas (pocos) que son los que justifican ideo
lógicamente esta manera de organizar y dirigir la economía,
pero también la sociedad. Frente a esta visión pesimista y
casi fatalista, otros remarcan los nuevos aspectos esperanza-
dores que surgen en este horizonte: el Informe subraya que
el desarrollo no es crecimiento de la renta, y de ahí que
sean loables acciones y actitudes no economicistas, como la
del científico Patarroyo (que con su vacuna contra la malaria
ha contrastado un modelo de desarrollo distinto al de las
compañías y laboratorios farmacéuticos). Harían falta hoy
más hechos solidarios como éste, y que el Informe no ter
mina de señalar; caso de pequeñas iniciativas imperceptibles
en la lucha por los Derechos Humanos, que son portillos
muy esperanzadores frente al pesimismo que la situación
pueda sugerir
3. Respecto a los aspectos esperanzadores que el Infor
me recalca, no sólo basta el concepto de solidaridad: hay que
recuperar también el de subsidiariedad, organizando la socie
dad de arriba abajo y de abajo a arriba, marco en el que se
inserta una autoridad mundial. Si bien crece el voluntariado, se
expresaron cautelas ante el crecimiento de O N G y volunta
rios: no son tantos, y además, le hacen el juego y el trabajo a
Estado y empresas. En esta línea argumental, la de ser los ges
tos solidarios un afianzamiento de una sociedad injusta, algu
nos advirtieron de que el mercado trastoca todo, de tal ma
nera que hasta la «ética empresarial» (que algunos ven como
326
Informe sobre el desarrollo humano (PNUD 1999)
aspecto esperanzador) es utilización de la sociedad por el mercado.
4. Finalmente, por algunos de los asistentes se echó en falta que el Informe no reflejara lo suficiente el avance de la sociedad civil, que puede hacer frente al cuidado de las personas, así como democratizar la sociedad y los organismos internacionales (la O N U , G-7, etc., que son las instituciones que manejan el mundo y que no son democráticos). D e igual modo, se puntualizó que el Informe no ahonda bastante en el desarrollo de la Informática y la ingeniería genética, claves en este tiempo, ni tampoco en la emergencia de ciudades y lo local frente al marasmo que lo global pueda suponer para muchos.
Para concluir^ Ildefonso Camacho responde a algunas cuestiones que surgieron en el debate, como la «tercera vía» (salida ideológica de países europeos para paliar la crisis del Estado de bienestar y de las socialdemocracias), del mercado (que no debe satanizarse, ya que es necesario, siempre que la lógica del mercado no sea la de la sociedad y que se equilibre con el Estado y el Tercer Sector), de la ingeniería genética (que está en manos privadas por su rentabilidad económica), etcétera.
En el segundo día del presente Seminario se analizaron las P R O P U E S T A S que el susodicho Informe plantea. Éstas se articulan en torno a dos planos: el nacional (especialmente enfocado hacia los diversos países "en vías de desarrollo", no tanto hacia los países desarrollados) e internacional (en el juego de las relaciones mundiales en sus diversos aspectos relaciónales).
327
Santiago Donoso García
I . E N E L P L A N O N A C I O N A L
Debido a las políticas económicas recientes en los países menos industrializados, se han fomentado en esos Estados las restricciones fiscales, con la consecuente reducción de prestaciones sociales y de servicios hacia los más débiles. Estas progresivas restricciones sociales han acrecentado la franja de vulnerabilidad en todas las sociedades, con el riesgo creciente de aumento de marginación y pobreza. Ante esta nueva situación urge hoy:
— Aprovechar las nuevas oportunidades de los movimientos que se brindan a escala mundial, especialmente el comercio (sin entrar en la competitividad de precios que hunden los salarios), el movimiento de capitales (si es inversión y no especulación) y las migraciones en ambos sentidos.
— Proteger a la población ante la vulnerabilidad de la mundialización, especialmente mejorando la cualificación de los trabajadores, manteniendo empleos y salarios...
— Gestionar el coste social de las crisis financieras.
— Crear otros recursos fiscales, aumentando impuestos directos, redistribuyendo el gasto (aquí hay reducir gasto militar), introducir impuestos tipo IVA...
— Reducir las desigualdades, facilitando créditos blandos a los pobres, favoreciendo microempresas, reestructurando la tributación...
— Crear alianzas entre los actores nacionales: Gobiernos (siempre que no sean oligarquías), ONG, sector privado y empresas multinacionales.
328
informe sobre ei desarrollo humano (PNUD 1999)
— Nuevas estrategias, como concentrar competencias en un Ministerio (de distinta estructura a los actuales) que, absorbiendo competencias, tenga más fuerza en el exterior;...
2. E N E L P L A N O M U N D I A L
Lo más urgente es reinventar la estructura de gobierno mundial en pro de la Humanidad y equidad.
— Se trataría de crear una instancia no intergubernamental, sino supragubernamental, más allá de ser mero organismo, ya que incluiría la creación de normas mundiales, legislación planetaria, etc.
— Colocar los derechos humanos en el centro del gobierno mundial, con unas normas compartidas por todos, con un código mundial de conducta (especialmente para multinacionales)
— Proteger la seguridad humana en las crisis económicas, reduciendo inseguridad financiera y crisis mundiales, luchando contra la delincuencia mundial....
— Reducir las diferencias a escala mundial: potenciando el autocrecimiento de los países pobres (por ejemplo, con tasa Tobin, impuesto de movimientos financieros mundiales para crear un fondo de desarrollo), liberalizar el comercio mundial (especialmente rompiendo las barreras aduaneras de los países ricos), reduciendo la Deuda externa.
— Fortalecer la posición de los países pobres en la estructura del gobierno mundial, revisando los mecanis-
329
Santiago Donoso García
mos de votación, creando «defensores del pueblo» en
los mecanismos internacionales (FMI...), desde la inde
pendencia institucional.
— Comenzar ahora la arquitectura mundial que se reque
rirá en el siglo xx i , fortaleciendo las Naciones Unidas
(con acciones como suprimir el derecho de veto), for
taleciendo y democratizando el Banco Central Mun
dial, creando un organismo mundial de Medio A m
biente, iniciando un fondo fiduciario de inversión, ha
cer que la O M C sea más equitativa... y otras muchas
acciones posibles.
Tras la exposición de todas estas propuestas se lanzan es
tas preguntas al auditorio:
— ¿Son suficientes o insuficientes estas medidas? ¿Son vá
lidas? ¿Cuál sería la postura cristiana ante ellas?
— ¿Cómo encajamos nosotros aquí?
I. El debate, muy animado, comienza replanteando la ac
tuación de las O N G , en cuanto el Informe pide su co
laboración con los gobiernos y otros actores. Se critica
el que las O N G , que dependen de las subvenciones
de los gobiernos, están haciendo el juego a los pode
rosos, «dando migajas para tapar heridas del juego de
la mundialización». Según esto, no favorecerían el cam
bio de la sociedad, en cuanto no van al fondo y ma
quillan la realidad. Otros plantean que si transforman,
son buenas; además, crean corrientes de pensamiento
a pesar que muchas están vendidas a los gobiernos.
Otros acentúan que las O N G cubren un vacío hoy
necesario, y que el voluntariado es necesario más que
330
informe sobre ei desarrollo humano (PNUD 1999)
nunca, siempre que prime la calidad sobre la cantidad,
y que los voluntarios tengan una mística propia.
2. Se plantean dos posturas en el debate:
a) Unos son optimistas, ven esperanzas futuras ya que
crecen los microcréditos, el cooperativismo... o
existen propuestas como la tasa Tobin, para crear
un fondo de desarrollo.
b) Otros, pesimistas, señalan que estamos en manos
del capitalismo y no se puede ser optimista (cada
vez se cumple menos el 0,7%, no se condona la
Deuda externa...); ser optimista es desconocer esta
cruda realidad. El Informe acepta en principio las
reglas del juego que marca el liberalismo: hablar de
democratizar el G-7 es seguir con las reglas de jue
go, haciendo el juego a la situación actual, de igual
manera que la propuesta del Informe de estructu
rar un gobierno mundial es propuesta de la O N U
para reforzar su poder frente al gran poder que
tiene la Bilateral: no se creará tal poder porque no
quiere la Bilateral.
3. Ya que la mundialización es irreversible, que tiene lu
ces y sombras, ganadores y perdedores, las S O L U
C I O N E S pasan porque hay que gestionar entre todos
la globalización, y aquí tiene un papel importante la
Iglesia y las O N G . Alguno señala que la gran cuestión
es ser hoy anticapitalista sin vivir en la estratosfera, y si
se pueden proponer soluciones.
a) Se plantea que hay que prestar atención a la diversi
dad cultural actual, viendo lo pequeño, lo local (sin
331
Santiago Donoso Gordo
perder de vista lo global). La gran solución es crear corrientes de pensamiento e información, y aquí la Iglesia tiene una gran responsabilidad, ya que, por ejemplo, en África tiene muchos miembros para dar información al resto del mundo de lo que realmente pasa. Falta implicación política de los cristianos.
b) Otros señalan que a largo plazo hay que pensar en cambiar el sistema, estas reglas de juego injustas para el hombre, porque si no se hace, se acabará aceptando este sistema como el mejor Por eso hoy urge criticar la raíz del sistema, el concepto de libertad (que es defensa de oligopolios y poderosos). Mientras tanto, urge luchar a corto plazo por aprovechar Internet (medio que no es aséptico), crear eurosindicatos o mundisindicatos, extender la educación... todo para fulminar la actual sociedad de mercado, revisando la economía de mercado, y esto sin ser provincianos.
c) Hay que ser críticos, gentes de sospecha, aunque sin paralizarse. Urge reconstruir un debate ético tras los problemas, viendo valores y contravalores. La opinión pública es necesaria, y aquí debe entrar la Iglesia para conformarla, junto a otros, en una sociedad plural.
d) Urge hoy que personas y sectores se autolimiten para que todos participen y se ponga fin a la carrera de la competitividad que hoy domina.
e) Hay que distinguir libertad de mercado de sociedad de mercado; no se puede absolutizar el mercado (de ahí la sociedad civil), pero no se puede quitar.
332
Informe sobre el desarrollo humano (PNUD 1999)
f) El gobierno mundial es necesario, pero no es concepto equiparable a Estado mundial: es algo distinto, para así crear mecanismos de control al mercado.
En la exposición de estas conclusiones coincidieron algunos asistentes en una postura ante esta situación que «pueda ser realista»: hay que aceptar hoy la «economía de mercado» como un hecho (si no queremos estrellarnos por utópicos y ser ineficaces), aunque hay que cambiarla para hacerla más humana. En cambio, hay que luchar con todas las fuerzas contra la «sociedad de mercado», que es lo que actualmente impera.
333
A P R E N D E R P A R A E L F U T U R O . E D U C A C I Ó N A F A V O R D E L A D I G N I D A D
H U M A N A
X V Semana Monográfica, del 27 de noviembre al I de diciembre de 2000
Lugar: Sede de la O E I , Madrid
RICARDO DÍEZ HOCHLEITNER
Vicepresidente de la Fundación Santillana Director de las Semanas Monográficas
I. V A L O R E S Y C O N D I C I O N A N T E S D E U N D E S A R R O L L O S O S T E N I B L E S O C I A L Y H U M A N O
Las postrimerías de nuestro milenio parecen coincidir con
los albores de una nueva era de la civilización humana, carga
da de bienes, pero plagada, al mismo tiempo, de grandes de
safíos. D e todos modos, pese a todo cuanto de negativo ya ha
tenido lugar y de cuanto ocurre aún cada día, el futuro de la
Humanidad todavía puede reconducirse para bien gracias a
una intensa tarea colectiva y personal.
Sin embargo, la persistencia de algunas actitudes seculares,
junto con la globalidad y complejidad progresiva de un núme
ro cada vez mayor de problemas, aumentan la incertidumbre
colectiva, los desafíos a la paz, el bienestar y el desarrollo en
todos los órdenes poro todos ¡os seres humanos. La superación
de tan extendidas lacras mundiales debiera hacerse muy pron-
337
Ricardo Diez Hochleitner
to realidad en la vida de toda persona, sin discriminación algu
na, pese a las más diversas circunstancias que concurran en
cada una de ellas, siempre gracias al pleno reconocimiento de
la dignidad humana. Bastaría con formular, asumir y alcanzar,
en el seno de cada sociedad y para el mundo en su conjunto,
un desarrollo sostenido y sostenible, humano y social, para
asegurar y potenciar la viabilidad de nuestro planeta, nuestro
habitat común, pese a los límites y condicionantes que entre
todos hemos creado hasta ahora.
Ese cambio necesario puede surgir desde la extensión
progresiva de una ética universal, frente o gracias al infinito
dolor sufrido ya a causa de tanto genocidio, injusticia y egoís
mo, concretamente a lo largo del siglo que ahora está a punto
de culminar
En todo caso, la dignidad humana exige como requisito
previo el pleno ejercicio de los derechos, así como de los de
beres humanos, empezando por cubrir las necesidades básicas
de nutrición, salud, seguridad, vivienda y trabajo. Sin embargo,
todo ello sólo se siente y vive en plenitud cuando se alcanza y
potencia gracias a la educación y el aprendizaje. Es así como
se deben formar y profesionalizar las personas para que pue
dan ejercer eficazmente el derecho a una igualdad de oportu
nidades, desde sentimientos de equidad y desde la aspiración
de alcanzar determinados objetivos para lograr el anhelado
mejor destino. A tal fin es imprescindible enmarcar los hábitos,
actitudes y actividades en el respectivo sistema de valores éti
cos y morales, los cuales no deben estar reñidos nunca con
los de participación democrática en libertad, tolerancia, coo
peración y solidaridad que hagan posible un desarrollo soste
nible social y humano para todos. D e todos modos, el reco
nocimiento universal de estos valores básicos tiene que ser
338
Aprender paro el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
siempre compatible con la pluralidad de creencias, ideologías
e identidades culturales que merezcan tal nombre.
Por de pronto, el hombre necesita formarse para el ejer
cicio coherente de los valores que proclama. Para ello, para
poder ser más plenamente hombre y para convivir en paz, li
bertad y progreso sin poner en peligro su propio futuro, hoy
como nunca precisa educación y aprendizaje, es decir; forma
ción y profesionalización, hábitos y actitudes positivas. Y para
que así sea, la sociedad en la que vivimos, empezando por la
familia, la empresa, los gobiernos, las instituciones culturales,
científicas y educativas, tiene que estar convencida de que es
necesario un esfuerzo colectivo para que cada cual, y todos a
la vez, podamos hacer realidad este sueño, esta esperanza ( I ) .
También conviene recordar que la dignidad humana y la
calidad de vida no están condicionadas tanto por la respectiva
concreta riqueza o pobreza sino por las disparidades nacidas
del egoísmo y de la injusticia. La ceguera de quienes no quie
ren ver el dolor o la indigencia, la envidia de los incompe
tentes e ignorantes, el desprecio o el odio de los sin amor, to
dos ellos se alian de hecho unos con otros para perpetrar lo
que, al fin y al cabo, es una culpa colectiva. D e ahí que calidad
de vida sea una expresión que solamente tiene sentido desde
o frente a un sistema de valores que permite medir el uso
que hacen los hombres de su existencia y devenir
Por otra parte, una formación integral junto al acceso al
conocimiento avanzado son la expresión suprema de la di
mensión cultural de una sociedad, esencial a su vez para su
( I ) R. D ÍEZ HOCHLEITNER: Aprender para el futuro: Desafíos y oportunidades, Fundación Santillana, Madrid, 1996.
339
Ricardo Diez Hochleitner
desarrollo y progreso (2). En esa perspectiva, la cultura nunca ha sido ni debe ser vista jamás como un lujo elitista, ni es patrimonio de una minoría privilegiada, ni se reduce a algunos momentos de íntima satisfacción y de felicidad gratuita durante el ocio frente a la monotonía de la existencia ordinaria o de la labor cotidiana. La vida cultural, por el contrario, está presente, de manera objetiva o consciente, en la condición humana y forma parte de toda vivencia creativa. De ahí también que la cultura sea por definición extensa y multiforme, inseparable de entre sus componentes humanísticos, científicos y tecnológicos que se integran e interrelacionan mutuamente. Gracias a esa realidad encuentra el hombre, en los valores que la cultura contiene, las opciones y alternativas a sus fundamentales interrogantes junto con la justificación de su irreductible dignidad. Más aún: Gracias a la cultura, la soberanía última que reside en cada hombre se ejercita más plenamente en relación con la convivencia humana en colectividad.
El reconocimiento a participar en la vida cultural como un derecho esencial del hombre tuvo su primera expresión en el artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Se trata de una reivindicación esencial, a saben el de una liberación integral del hombre y el prerrequisito para la plenitud de su desarrollo en todos los órdenes (3). De hecho, el desarrollo implica siempre la solución de problemas tanto técnicos como morales y, en todo caso, la superación de la indigencia y el mejoramiento de las condiciones de vida humanas no se reduce a un simple crecimiento de la ri-
( 2 ) R. D ÍEZ HOCHLEITNER: Educación y desarrollo: Aprender para el futuro, Fundación Santillana, Madrid, 1995.
( 3 ) R. MAHEU: La cultura en el mundo contemporáneo, UNESCO, París, 1973.
340
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad humano
queza (4) ya que debe ir acompañado de un progreso en la
calidad de vida a fin de no tener más simplemente sino, sobre
todo, de ser más, de crecer en dignidad.
En consecuencia, la dignidad humana es, en el fondo, una
cualidad de lo humano más que una simple pretensión, lo que
exige formarse y desarrollarse en el seno de la sociedad en la
que se desenvuelve cada cual (5). Por lo mismo, condición in
dispensable para el ejercicio de la dignidad humana individual
es la solidaridad mutua entre todas las personas, así como
asumir el indispensable deber de tolerancia para con los de
más.
Ejercer la tolerancia es ejercer una libertad democrática
esencial que no consiste en plegarse y aceptar sin más el enfo
que o las afirmaciones de los otros, sean éstos amigos muy
queridos, desconocidos o contrarios a uno. Por el contrario,
se requiere poseer y ejercer un espíritu solidario, de coopera
ción sin cortapisas, cargado de amor limpio, es decir, siempre
tolerante ante quienes piensan y creen diferente a nosotros
mismos. Las más de las veces, la tolerancia se parece mucho a
«poner la otra mejilla», sin ira, tras recibir un duro golpe en lo
más sensible de los propios sentimientos y frente a las propias
profundas convicciones. Tolerancia no puede ser entendida,
por tanto, como doblegarse a los demás, ni sonreír sobre
cualquier asunto con el desentendimiento propio del relativis
mo moral. Por el contrario, se trata más bien de reafirmar con
delicadeza y con redoblada firmeza fraterna los convencimien
tos propios, la experiencia vivida, las convicciones y la fe ejer-
( 4 ) H. CLEVELAND and all: «Crecimiento humano», Revista Docencia, Guadalajara (México), 1980.
( 5 ) E. OLMOS: La plenitud humana, Hono, Madrid, 1994.
341
Ricardo Diez Hochieitner
cidas en comportamientos coherentes y consecuentes, escu
chando y dialogando en pos de un enriquecimiento mutuo. En
suma, es una modalidad de la solidaridad ejercitada desde la
compasión y la cooperación (6).
Ante el nacimiento de un nuevo siglo, de un nuevo mile
nio, estamos por tanto insertos en un cambio profundo, en
plena transición hacia un mundo cargado tanto de inquietan
tes incertidumbres como de extraordinarias oportunidades y
promesas de equidad, paz, bienestar y felicidad. Y ello preci
samente cuando el acelerado proceso de globalización, que
parece poder y querer unificar y simplificarlo todo, está bajo
severo escrutinio puesto que conlleva una cada vez mayor
complejidad y diversidad, desde la afirmación del individualis
mo y de lo local, empezando por cada comunidad y por las
ciudades de un mundo que tiende hacia la urbanización total.
Las simas entre pobres y ricos se agigantan, por lo que es
hora de evitar los desgraciados excesos de la globalización en
curso.
El presente es lo que menos cuenta: Precisamente la cons
tante brevedad del presente muestra que cada instante es el
resultado de nuestra historia y el principio siempre renovado
de nuestro porvenir, de nuestro destino. Desde esa convicción
y de cara al futuro, la prioridad absoluta así concebida resulta
tanto más evidente por cuanto, en último análisis, siempre se
llega a la conclusión según la cual Educación y Aprendizaje son
la solución a medio plazo más eficaz y definitiva de los princi
pales problemas que aquejan y deben afrontar las más diver-
(6) R. D ÍEZ HOCHLEITNER: Retos y razones para ¡a esperanza de los jóvenes europeos, Encuentro Europeo de Jóvenes, Santiago de Compostela, 1999.
342
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
sas sociedades para lograr un desarrollo sostenible en paz y
progreso. Sin embargo y pese a lo muy extendido de tal con
vencimiento aún no se refleja debidamente en las decisiones
de los gobiernos y de los parlamentos, ni en la imprescindible
amplia cooperación de las empresas privadas, y mucho menos
como parte de la cooperación internacional. En cambio, la
gran mayoría de las familias sí tienen plena conciencia de la ca
pital importancia de lograr un desarrollo cultural junto con
una capacitación profesional apropiada, por lo que se esfuer
zan seriamente por proporcionarla a sus hijos aún a costa de
muchos sacrificios.
D e ahí que se empiece a extender la conciencia de que
es indispensable asegurar una educación desde valores que
contribuyan eficazmente a la convivencia democrática, a la to
lerancia y a un espíritu de solidaridad y de cooperación, tanto
más ante un mundo en rápido y profundo cambio hacia la
globalización en todos los campos, por la posibilidad y la vo
luntad de comprometerse en la solución de los numerosos
problemas cada vez más complejos y perentorios que se
plantean.
Y para que así sea, la sociedad en la que vivimos, empe
zando por la familia, la empresa, las instituciones culturales,
científicas y educativas, y no menos los políticos, así como los
Gobiernos, tiene que estar convencida de que es necesario un
esfuerzo colectivo a favor de la educación y el aprendizaje, lo
cual es torea de todos (7). Por su parte los jóvenes tienen que
asumir cuanto antes, desde la educación y el aprendizaje, su
propio destino.
(7) R. D ÍEZ HOCHLEITNER: El deber de enseñar. Educar, tarea de todos, Fundación Santillana para Iberoamérica, Bogotá, 1999.
343
Ricardo Diez Hochieitner
I I . E D U C A R S I N D I S C R I M I N A C I Ó N
Educación y aprendizaje no deben tener nunca lugar con
discriminación en razón de sexo, etnia, edad, condición física o
psíquica, ni debido a identidad cultural, religiosa o política. Por
el contrario, educación y aprendizaje deben tener lugar contra
la discriminación y en favor de las minorías, así como de todos
los grupos desfavorecidos. Tales son algunos de los cometidos
indeclinables de una educación para todos, la cual se viene pro
clamando a lo largo de décadas y últimamente, bajo ese mis
mo título, tanto en la Conferencia celebrada en Jomtien
(1990) como en el Foro Mundial de Educación en Dakar (Se-
negal) durante este mismo año. El compromiso esta vez ha
sido el de alcanzar tales metas en el año 2015, lo que lamen
tablemente fija muy probablemente una nueva fecha para una
nueva frustración, de las muchas a las que estamos acostum
brados cuantos seguimos queriendo confiar en las recomen
daciones y en los compromisos internacionales, pese a la
ausencia de la asignación simultánea de los medios necesarios
a tal fin. Afortunadamente, en Dakar incluso se llegó a hacer
una promesa solemne de acción.
La tarea propuesta no puede ser más noble: Motivar, for
mar y capacitar a todas y a cada una de las personas de acuer
do con sus respectivas aspiraciones, intereses y dedicación, así
como según su concreto potencial intelectual y físico. Tal pro
pósito es particularmente urgente para lograr una promoción
integral de la infancia y de la juventud. Esta tarea se reconoce
que tiene que llevarse a cabo siempre sin discriminación algu
na, por cualquier causa ajena a las propias personas, para que
así pueda realizarse plenamente el servicio al bien común y la
contribución al enriquecimiento del patrimonio cultural de la
Humanidad en todos los campos.
344
Aprender pora el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
Pese a lo inexcusable de metas tan fundamentales, enuncia
das previamente de una u otra manera a lo largo de décadas, el
poder y el egoísmo de muchos de los más privilegiados se ha
impuesto siempre a la hora de las actuaciones, además de refle
jarse en las limitaciones de los medios puestos a disposición
para tales fines. Por de pronto y a lo largo de siglos han tenido
trato preferencial las clases pudientes y dirigentes para la forma
ción de una élite en el nivel de educación superior accesible en
cada circunstancia concreta, a cuyo fin se fue ampliando progre
sivamente la base de una pirámide que permitiera la prepara
ción previa, con lo que terminó configurándose paulatinamente
un sistema educativo tal como lo conocemos actualmente.
Los principios democráticos que han ido propagándose en
el mundo han dado luego lugar a una extensión (democratiza
ción) de la enseñanza primaria o básica, a la vez que, tras la
Segunda Guerra Mundial, se extendió el afán de una alfabeti
zación y educación primaria universal que, sin embargo, ha de
jado aún por fuera de esta meta mínima a cerca de mil millo
nes de analfabetos. Las nada fiables últimas estadísticas sobre
la pobreza en el mundo aseguran que son 800 millones los
analfabetos, aunque por otra parte se reconoce unánimamen-
te que la marginación progresa de forma acelerada.
En los países económicamente más desarrollados, a medi
da que se ha generalizado de hecho la educación primaria y
secundaria, además de alcanzar una muy amplia oferta de
educación.superior; se ha extendido últimamente la educación
infantil, como parte del sistema educativo, así como los estu
dios de postgrado, de especialización y de educación perma
nente a lo largo de la vida, con lo que ha ido creciendo tam
bién progresivamente la oferta de una educación especial para
los discapacitados físicos y psíquicos.
345
Ricardo Diez Hochieitner
El énfasis se pone últimamente más sobre la necesaria cali
dad, aunque tal aspiración también se ha expresado con fuer
za a lo largo de muchos años. Sin embargo, estamos aún en
los prolegómenos de una educación realmente para todos,
sean éstos hombres o mujeres, discapacitados o no, inmigran
tes de cualquier raza y cultura, minorías tales como las del
pueblo gitano, creyentes y partidistas de otras religiones y par
tidos democráticos a los de nuestra adscripción, ancianos des
provistos de familia y de medios, etc., todos ellos en el ámbito
del respectivo país o más allá de las propias fronteras, en uno
u otro continente del mundo. Esa educación para todos debe
ser expresión máxima de nuestra verdadera solidaridad huma
na y, a fin de cuentas, es en interés de todos. Se trata de ase
gurar la convivencia y la paz de todos y entre todos; el pro
greso y el desarrollo sostenible de cada sociedad y del planeta
en su conjunto; el acceso a la información, al conocimiento y,
en la medida de los posible, a la sabiduría, partiendo de la in
vestigación básica y aplicada al alcance de todos y cada uno.
A esta bella utopía de hoy se oponen, entre otros hechos,
realidades ancestrales, limitaciones materiales, actitudes pro
pias de cada época, tradiciones locales, identidades culturales
encerradas en sí mismas, todo ello muchas veces exacerbado
por el egoísmo, la incomprensión y el rechazo de los demás,
sobre todo de los más favorecidos por la fortuna y deseosos,
a su vez, de reafirmar su identidad así como de no ver amena
zado su status quo.
Una de las primeras medidas contra el sinnúmero de dis
criminaciones de hecho que impiden la puesta en práctica ge
neralizada de una educación para todos es introducir precisa
mente el concepto y la práctica de una educación contra la ex
clusión social que ayude a alcanzar el conocimiento, los medios
346
Aprender pora el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
y el poder para que los marginado puedan resolver al menos
sus necesidades básicas por sí mismos.
La exclusión social que sufren determinadas familias reper
cute luego en modelos negativos de conducta de sus hijos
hasta llegar a afectar a la respectiva familia en su conjunto
dada la inseguridad que sienten sus miembros. Estos compor
tamientos se agudizan ante el hecho de que la mayor parte de
los centros educativos siguen estando orientados a atender
preferentemente a los hijos de familias de clase media o a los
más privilegiados, por lo que aquellos procedentes de ambien
tes de exclusión social sienten que tales centros les son aje
nos. En estos casos, una educación compensatoria previa, ante
los déficits culturales de origen, facilitaría la integración poste
rior en las escuelas.
Sin embargo, en términos globales, son la pobreza y las
disparidades en continuo aumento los desafíos principales al
principio del nuevo siglo. La pobreza es hoy la condición de
vida de cerca de las tres cuartas partes de la población del
mundo y de cerca de la mitad de los latinoamericanos (8). Los
grados de pobreza son muy diversos y van desde la miseria
de los pobres que viven en medio de la opulencia en los paí
ses más ricos hasta la de los que se conforman con la supervi
vencia o subsistencia, con no poco sentido fatalista, sobre
todo en zonas rurales o en medio de tradiciones y creencias
que les enseñaron a aceptar tal situación.
Más de la mitad de los pobres que viven en países en vías
de desarrollo corresponden a Asia. Sin embargo, la pobreza
(8) B. KLIKSBERG et olí: Pobreza, un tema impostergable, Fondo de Cultura Económica, P N U D y CLAD, México D. R, 1994.
347
Ricardo Diez Hochieitner
es hoy en día también un fenómeno de los países ricos del Norte. Así, por ejemplo, el porcentaje de pobres (personas que viven por debajo del índice de pobreza) en años recientes en el seno de los países de la OCDE incluía un 17% de la población de los EEUU, 13 de Italia, 12 de Australia y I 1% del Reino Unido. También hay que preguntarse sobre la pobreza de los 1.200 millones de habitantes del mundo, cifra que se establece porque subsisten con menos de un dólar al día. ¿Es que no son también pobres de solemnidad el total de cerca de 2.500 millones (incluidos los primeros) que subsisten con menos de dos dólares al día?
Últimamente la pobreza está creciendo-de forma explosiva, por culpa de las crecientes disparidades que provoca un proceso de globalización encauzado por ahora en beneficio sobre todo de los ya más favorecidos por la sociedad de la información y de las comunicaciones. Esta situación viola los derechos humanos esenciales, tiende a desestabilizar las democracias y afecta seriamente a los sistemas financieros internacionales y a las economías de los países, sobre todo de los menos desarrollados (9).
Otro de los grandes obstáculos ancestrales para educar sin discriminación es la discriminación de la mujer, empezando por la discriminación de una educación en igualdad de oportunidades. Aunque a lo largo de las últimas décadas se ha logrado dar a conocer y sensibilizar a la opinión pública mundial así como a las propias mujeres sobre sus derechos de principio y sobre sus posibilidades reales en su concreto entorno, alen-
(9) FUNDACIÓN ENCUENTRO: Inmigrantes en la convivencia democrática,
IV Conferencia de Ministros Europeos Responsables de Asuntos de Migración, Cuaderno 121, Madrid, 1991.
348
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
tando así una mayor confianza de cara al futuro, es preciso reconocer la gran resistencia que al respecto existe en amplias zonas del mundo y, concretamente, en el marco de culturas y creencias menos abiertas al progreso y a los valores aceptados en principio como universales. La mayor atención que da actualmente la opinión pública a la violencia doméstica y al recientemente tipificado «femicidio» deben contribuir a resolver tan odiosa situación. Por de pronto es indispensable insistir en abrir nuevas oportunidades por doquier encaminadas a lograr el reconocimiento de la total igualdad entre hombres y mujeres en su educación y empleo, siempre sin desmedro del reconocimiento, a favor de cada cual respecto de sus peculiaridades biológicas, psicológicas y afectivas (10). Un ejemplo interesante de entre los que tratan de superar la discriminación de la mujer es la promoción del crédito específico a las mujeres, además del sistema de minicrédito a familias modestas, el cual viene desarrollándose desde hace unas décadas a favor de los pobres.
Las transformaciones que se están produciendo en el mundo, en todos los aspectos de la vida social y económica, requieren de la participación conjunta de los hombres y de las mujeres. Se trata de lograr la plena participación tanto de las mujeres como de los hombres en el desarrollo sostenible de un mundo a la vez humano y social, en el que todos debemos tener un papel a jugar según nuestras capacidades y circunstancias, con soluciones tales como los horarios laborales flexibles de media jornada o las licencias postnatales. Y para que tanto las jóvenes como las mujeres estén preparadas para actuar como agentes activos y conscientes de tales transforma-
(10) UNESCO: La mujer, la educación y la igualdad, París, 1975.
349
Ricardo Diez Hochleitner
ciones y cambios, tienen que empezar por procurar que el
propio sistema educativo y los procesos de aprendizaje sirvan
a tales fines, sobre todo teniendo en cuenta que, al menos en
los niveles de la educación infantil y básica, suelen ser mayoría
absoluta las docentes, aparte del papel primordial que desem
peñan en la educación informal en tanto que madres.
En países como España la realidad desde hace ya más de
tres décadas es que la mujer ocupa porcentajes incluso supe
riores a los de los hombres en la educación superior equili
brándose progresivamente la distribución por carreras y espe-
cializaciones, si bien queda mucho trecho por recorrer a la
hora de las oportunidades para llegar a puestos directivos en
el empleo profesional posterior
La mujer ha demostrado ya sobradamente que puede
ejercer con extraordinaria competencia, en igualdad de opor
tunidades, cualquiera de los puestos de trabajo y de las res
ponsabilidades que hemos venido desempeñando los hom
bres. La formación de la opinión pública a este respecto es, sin
embargo, requisito previo para que la educación de las jóve
nes y de las mujeres aporte plenamente los frutos que de ello
es de esperar ( I I ) .
Ot ro de los principales factores de discriminación en ma
teria de educación se debe a las etriías o al plurietnicismo,
existente de origen en algunas sociedades y, sobre todo, por
el plurietnicismo resultante de las actuales migraciones masivas
de los exiliados económicos provenientes de países menos
desarrollados.
( I I ) R. D ÍEZ HOCHLEITNER: La mujer ante la educación, Fundación General Mediterránea, Madrid, 1976.
350
Aprender paro eí futuro. Educación a favor de la dignidad humana
Hay que tener muy presente que la mayor parte de los
grupos pequeños son, al mismo tiempo, calificados como indí
genas, aborígenes, autóctonos, nativos y similares. Es más, la
inmensa mayoría de estas sociedades se agrupan e introducen
en un apartado amplio que se etiqueta como analfabetos, ile
trados, ágrafos, incultos, etc., cuando no se les denomina en
las Américas simplemente «indios salvajes». En el caso de
África, muchos amplios territorios habitados han sido unida
des políticas y culturales antes de su colonización, los cuales se
fraccionaron luego con la independencia concedida por las
respectivas potencias ocupantes, dando lugar a un arbitrario
plurietnismo, multiculturalismo, bi o multilingüismo.
Sin embargo, las minorías étnicas reclaman siempre, más
pronto o más tarde, sus derechos respecto del uso de la len
gua propia, de su cultura y costumbres, religión, organización
social e identidad, además de exigir que se reconozca su digni
dad como seres humanos, lo que va a veces acompañado de
diversos grados de reclamaciones de carácter político y, sobre
todo, de competencias propias y poder de autogobierno.
La identidad cultural de cada pueblo merece en todo caso la
mayor consideración como parte integrante del patrimonio
cultural de la Humanidad, sobre todo siempre y cuando no se
utilice como arma arrojadiza en detrimento de la cohesión so
cial del respectivo país y Estado-nación, generalmente nacido y
desarrollado a lo largo de muchas vicisitudes históricas, hasta
hacer posible la realidad de su gobernabilidad presente. Baste
mencionar el actual proyecto de informe al Club de Roma bajo
el significativo título de «10.00 identidades culturales y una sola
civilización» (dirigido por nuestro colega Mircea M A L I T Z A ) , el
cual pone de relieve el muy elevado número de identidades
culturales bien definidas (de hecho existe un número aún más
351
Ricardo Diez Hochieitner
elevado del que recoge ese título) que podrían ser objeto de
reivindicaciones políticas ¡ndependentistas hasta hacer inviable
una cooperación internacional. Ello es tanto más así en estos
tiempos de un acrecentado proceso de regionalización y de
globalización, lo cual coincide nada casualmente con la insisten
te urbanización, que se prevé pase del actual 47% de la pobla
ción total del planeta a un 80% en menos de tres décadas más.
En otro orden de cosas, la discriminación educativa tam
bién puede tener lugar por razón de edad en la medida que
se reducen las posibilidades de acceso al aprendizaje y al con
secuente conocimiento para quienes no tuvieron la oportuni
dad de acceder al sistema educativo en la edad apropiada co
rrespondiente, muchas veces debido también a su insuficiente
bagaje cultural de origen, si bien se han ido introduciendo me
didas correctivas al respecto en la mayoría de los países al
ofrecer una segunda oportunidad de acceso y recuperación
del tiempo perdido con los correspondientes programas
compensatorios (12).
Sin embargo, hoy en día se plantea la discriminación por
edad, sobre todo en relación con las personas mayores, ante
su deseo de reciclarse, de actualizarse (una medida deseable
sería, por ejemplo, la organización de campañas de formación
informática de adultos) o simplemente de mantenerse intelec-
tualmente activos, conscientes que de lo contrario se acelera
gravemente un progresivo deterioro biológico y la aparición o
agudización de enfermedades tales como el Alzheimer El de
recho a una educación continua o permanente es por tanto
(12) UNED: Cursos compensatorios para adultos sin titulo de Bachillerato. Véase al respecto lo dispuesto por la Ley General de Educación de 1970.
352
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
una reivindicación cada vez más sentida y atendible en el caso
de las personas mayores o de la llamada Tercera Edad, tanto
más ante el actual fenómeno de unas expectativas de vida en
considerable alza. Ot ro aspecto educativo esencial ante la
edad avanzada es aprender; al menos desde la edad madura, a
envejecer con dignidad, es decir; aprender a comportarse siem
pre con decoro de acuerdo con el grado de mantenimiento
de sus respectivas facultades así como según los modales
ejemplares que de una persona mayor esperan los demás.
En otro orden de cosas, conviene recordar que todas las
creencias sectarias, pero también los sectores más fanáticos e
integristas de las grandes religiones, en el afán de fidelizar a sus
seguidores, los apartan de la igualdad de oportunidades edu
cativas que les ofrece la respectiva sociedad o son rechazados
por ésta en un intento de autoprotección.
La discriminación por motivos religiosos también se pro
duce a veces debido a la falta de la formación y atención es
piritual que observan los fieles para con una determinada
creencia en las respectivas instituciones educativas, incluso de
países que oficialmente reconocen y aceptan esas conviccio
nes y prácticas religiosas.
También la política o la pertenencia a un determinado parti
do o adscripción ideológica puede ser fuente de discriminacio
nes en materia de educación y oportunidades de aprendizaje,
desde luego así ocurre en el seno de Estados no democráticos,
aunque a veces ello tenga lugar de forma muy variada y sutil,
cuando no se cae en un simple y execrable ¡ndoctrinamiento.
Todos estos y otros factores tienen que poder ser plena
mente superados en todo el mundo para poder llegar; al fin, a
educar sin discriminación.
353
Ricardo Diez Hochleitner
La educación para el desarrollo y la integración de las mi
norías es, por su parte, factor tan importante para la paz y el
progreso en el mundo que merece una reflexión particular
(ver el siguiente capítulo).
I I I . E L D E S A R R O L L O E I N T E G R A C I Ó N D E L A S M I N O R Í A S , G A R A N T Í A D E F U T U R O
La igualdad de oportunidades educativas para los inmi
grantes, empezando por los niños, cualquiera que sea su etnia
u origen, debe ser objetivo prioritario de la política educativa
de todos los Estados. Ello supone que se reconozcan las difi
cultades especiales de escolarización de los niños de origen
extranjero y que se tomen medidas para ayudarles a superar
las. Igualmente es preciso tomar medidas a favor de los ado
lescentes y adultos para que se puedan incorporar en el nivel
de aprendizaje que les corresponda y convenga.
Es en el marco de las instituciones educativas donde los
jóvenes y adultos de etnias diferentes pueden entrar en con
tacto constructivo, unos con otros, y donde pueden desarro
llar las bases de una convivencia armoniosa de cara al mundo
exterior. Dentro de ese planteamiento importa centrar el es
fuerzo educativo en cada individuo y no simplemente en
grupos culturales, tratando de superar la dicotomía entre cul
turo del país de acogida y cultura inmigrada gracias a una educa
ción y pedagogía intercultural o pluricultural, a fin de ayudar a
todos los alumnos a comprender la universalidad de los valo
res humanos. También hay que enseñar a distinguir entre per
tenencia a una determinada comunidad y la identificación pura
y simple con la misma en todo. Un enfoque global ayudará a
354
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
favorecer el acceso de todos —inmigrantes y autóctonos— a
los mismos servicios educativos, sociales y culturales.
Las minorías, generalmente marginadas, han existido en
mayor o menor grado en todas las sociedades desde tiempos
inmemoriales. Las conquistas y las colonizaciones han contri
buido a extender el problema, agravado principalmente por
las migraciones masivas, que huyen de la inseguridad y de la
miseria.
Hoy en día se conjugan dos factores principales en favor
de las migraciones hacia los países democráticos económica
mente más desarrollados: Por una parte, las más bajas tasas
de natalidad de los países con mayor bienestar (España, segui
da de Italia, ocupa el primer lugar del mundo en tasa de natali
dad más baja) unidas a la cada vez mayor expectativa de vida
media, lo que da lugar a un porcentaje cada vez mayor de po
blación anciana. Ello se agudiza ante la explosión demográfica
que siguen registrando precisamente los países relativamente
más pobres. D e ese modo,.la emigración de los países pobres
se convierte en una necesidad de sus pobladores —aunque
rara vez deseada por sus actores— para poder sobrevivir y
acaso prosperar Por su parte, los países con disminución de
su población joven y total se ven obligados a recurrir a la inmi
gración para poder mantener el ritmo de actividad y de desa
rrollo económico.
Estas migraciones no están exentas de problemas aun en
el mejor de los casos. Incluso el admirable viejo modelo nor
teamericano del crisol de razas (melting pot) ha dejado de te
ner plena vigencia y dado paso a no pocos reductos raciales o
guetos en el interior de los países de acogida (véase el caso
de los turcos en Alemania o el de los magrebíes en Francia,
con no pocos asentamientos bien diferenciados en diversas
355
Ricardo Diez Hochleitner
ciudades de los E E U U ) . Afortunadamente, sin embargo, se
han superado fenómenos extremos tan odiosos como fuera
el apartheid en Suráfrica (13).
Las muestras más palpables de la grave discriminación sub
sistente en los países destinatarios de las migraciones actuales
son la prostitución, a la que se ven abocadas muchas mujeres
venidas en busca de un empleo humilde, y el número de men
digos, que se va extendiendo en las ciudades.
En todo caso, el deseable principio de una ordenada y ple
na integración de los inmigrantes en los respectivos países de
acogida hace necesaria una cierta regulación que asegure sus
derechos al igual que sus deberes de nuevos ciudadanos o re
sidentes circunstanciales, aparte del establecimiento de cupos
anuales de inmigración con cláusulas que favorecen a los pro
venientes de países culturalmente más afines (como debe ser
visto el caso de los hispanoamericanos o de los magrebíes en
España) y económicamente necesitados o en situación de
emergencia, tal como es el caso de los exiliados económicos
y, muy particularmente, el de los exiliados políticos. La «ame
naza» para Europa de migraciones masivas proviene, en pri
mer lugan del continente africano (magrebíes y subsaharianos),
así como de los países de la Europa del Este, incluidas las ex-
Repúblicas de la antigua Unión Soviética. Las migraciones pro
venientes de países latinoamericanos le siguen en importancia,
mientras van en aumento las procedentes de países asiáticos
(especialmente de Irán, Afganistán y China) hacia Europa, vía
los Balcanes. Estas tendencias están, por definición, muy in
fluenciadas por la situación económica coyuntural de los paí
ses de origen.
(13) Table ronde sur l apartheid, UNESCO, París, 1978.
356
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
Sin embargo, las cifras son por ahora exiguas. Los extran
jeros que viven en España representan hoy por hoy unos
800.000, o sea, el 1,8%. En Francia y en Suecia, el 6%, y en
Alemania, el 8,2% de su población total. Por su parte, 2,5 mi
llones de españoles viven en el extranjero.
En el caso de España bastaría con reavivar la memoria de
las dolorosas obligadas migraciones masivas del pasado hacia
tierras americanas y las posteriores hacia países europeos, en
los años 50 y 60, para ser comprensivos, acogedores y justos
ahora que han cambiado las tornas.
A principios de esta década (14) escribíamos: «El incre
mento constante de la inmigración de países del Tercer Mun
do hacia España planteará dentro de pocos años, por primera
vez en España, la escolarización significativa de niños y niñas
pertenecientes a comunidades y culturas bastante diferencia
das de las hasta ahora existentes en nuestro país. Lo que hoy
son casos más o menos aislados, pueden convertirse dentro
de unos años en una presencia importante de hijos de inmi
grantes en las aulas de los centros educativos, lo que hace
pensar en la urgencia de abordar desde las instituciones edu
cativas la incorporación y formación de estos colectivos, inclui
da una educación compensatoria ante las deficiencias cultura
les de origen, antes de que adquieran mayores proporciones».
En España se estima que el alumnado inmigrante corres
pondiente a la escolaridad obligatoria ronda ya los 100.000,
de los que ya cerca de 20.000 son africanos, aunque sus esco-
larizados son todavía minoría, seguidos en menor número por
jóvenes latinoamericanos y europeos.
( 1 4 ) R. D ÍEZ HOCHLEITNER: La educación infantil, una promesa de futuro. Fundación Santillana, Madrid, 1991.
357
Ricardo Diez Hochleitner
Conocer y comprender esta realidad es importante, si
bien lo decisivo es lograr transformar ese entendimiento en
actitudes positivas a favor de políticas multiculturales y mul-
tirraciales.
Afortunadamente se ha avanzado últimamente algo en el
reconocimiento de que nuestras diferencias y las diversidades
culturales que los inmigrantes aportan nos enriquecen y esti
mulan creativamente, pese a la experiencia de no pocos en-
frentamientos por el afán uniformista de unos y la exacerba
ción xenófoba de grupos extremistas intolerantes.
El pueblo español ha estado generalmente abierto a razas
y culturas desde muchas experiencias históricas de coloniza
ción, convivencia y mestizaje, aunque también jalonadas por
graves episodios de incomprensión y rechazo por razones po
lítico-religiosas (15). En Europa, en general, y pese a muchas
declaraciones de principio, aún son demasiado escasas y ex
cepcionales las medidas concretas tendentes a contribuir al
inevitable nacimiento de sociedades multiculturales sólidas.
«Todos los seres humanos nacen libres e ¡guales en dignidad
y derechos.» Este principio democrático, universalmente procla
mado, se encuentra sin embargo amenazado ante las relaciones
de grupos humanos influidas por desigualdades políticas, econó
micas, sociales o culturales. Uno de los conceptos de peores
consecuencias al respecto es el gravísimo error del racismo,
pese a que todos los hombres proceden del mismo tronco y
pertenecen a la misma especie del homo sapiens. Cualquier re
curso a la ciencia para tratar de fundamentar el racismo es pura
(15) Auu\ DE MIGRACIÓN: LOS vicios en extranjería. Ilustre Colegio de Abogados de Madrid. OTROSÍ Madrid, 2000.
358
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
y simplemente una impostura (16). Las diferencias que existen
entre los diversos grupos humanos, más o menos estables, se
deben a factores evolutivos de diferenciación por la frecuencia
de uno o varios genes particulares entre la multitud de genes
que constituye el genoma o conjunto genético común de todos
los seres humanos. En resumen, y tal como lo afirmaba ya la
Declaración sobre la Raza de 1950 (17), «las semejanzas (bioló
gicas) entre los hombres son mucho mayores que sus diferen
cias» y, en todo caso, nada les separa si acceden en igualdad de
oportunidades a los bienes de la cultura, del conocimiento y
del desarrollo económico, social y político en general.
Un caso singular de discriminación racista en el seno de no
pocos países es la que se ejerce contra la comunidad gitana y,
por consiguiente, respecto de la integración de los alumnos
de este grupo humano. Si se calcula que hay unos 180.000 es
pañoles gitanos en edad escolar (de una población total roma-
ní de casi 700.000), el absentismo escolar alcanza a unos
120.000, es decir; al 66% de los propios gitanos. Además, tan
sólo un porcentaje muy bajo llega al umbral de la enseñanza
secundaria y, menos aún, lo sobrepasa. A ello contribuye tanto
el carácter viajero itinerante propio de este pueblo, que se re
siste a normas legales que obligan a la escolarización y con
ello al sedentarismo, como el rechazo del que se sienten obje
to por parte de las comunidades locales desde un racismo
que se escuda en la acusación, cuando menos, de «conflicti-
vos» con que se tacha a los gitanos.
E l analfabetismo, la marginación y algunas de sus propias
tradiciones seculares han lastrado la evolución del pueblo gitano
( 1 6 ) R LEFAIT: Ciencia y racismo, U N E S C O , París, 1982. ( 17 ) Declaración sobre la raza y los prejuicios raciales, U N E S C O , París,
1978.
359
Ricardo Diez Hochleitner
o romaní y, sobre todo, de sus mujeres. Sin embargo, algo está
cambiando en el curso de estos últimos años, sin desmedro o
desdoro de su admirables valores familiares, con lo que está
surgiendo una nueva generación de gitanas modernas que tra
bajan fuera del hogar y, cada vez más numerosas, con estudios
superiores. D e hecho, los jóvenes gitanos luchan cada vez más
denodadamente contra los estereotipos y a tal fin recurren
cada vez más al asociacionismo y al voluntariado de las O N G s ,
concretamente y de forma muy destacada la Unión Romaní Es
pañola o la Asociación Nacional Presencia Gitana (18).
(18) Con fecha 27 de abril de 2000 dirigí un mensaje al Presidente de la Asociación Nacional Presencia Gitana que, entre otras cosas, decía así: «El Club de Roma felicita a esa Asociación por su denodada labor a favor de todas las minorías marginadas en el mundo y, más concretamente, en Europa. El "Día de Europa", que se celebrará el próximo 9 de mayo, con la muy probable publicación de un muy oportuno "Manfiesto de Toledo", representa un nuevo hito en la excesivamente larga y difícil marcha que ustedes están llevando a cabo para superar la grave injusticia histórica que padecen los gitanos, en general, y los españoles gitanos, en particular; entre otras minorías marginadas y desheredadas del mundo. Todos ellos son seres humanos que padecen a causa del extendido egoísmo e ignorancia de los demás hacia ellos. Decimos bien si nos referimos a los españoles gitanos y no a gitanos españoles porque, si bien la condición de gitanos debe ser sustantivo en razón del orgullo que esa herencia y tradición debe representar para todos sus integrantes, desde la óptica de cada nación es esencial considerar como adjetiva la condición de "gitanos" por cuanto tienen pleno derecho a considerarse y ser tratados como cualquier otro ciudadano, en este caso español, con todos los derechos así como con todos los deberes que a cada miembro de la comunidad obliga. Ya es hora que se reconozca el aporte enriquecedor de esa identidad cultural, al igual que el de las otras que componen el Reino de España o el de otros Estados-nación». Y añadía al final: «Los gitanos, al igual que toda otra minoría discriminada o marginada —económica, social o políticamente—, tienen que sen por lo tanto, objeto de inmediata atención para poder superar; de una vez por todas, la injusticia histórica que con esos ciudadanos se ha cometido hasta nuestros días».
360
Aprender paro el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
Aunque el Ministerio de Educación promueve la plena in
tegración de estos jóvenes, del mismo modo que la FERE está
empeñada en colaborar activamente al mismo fin, muchos
centros concertados siguen resistiéndose abiertamente o utili
zan artimañas para discriminar de hecho, tanto por culpa de
padres de alumnos como de algunos profesores, ya que todos
ellos desempeñan esta labor en condiciones a menudo difíci
les. Tales centros se mueven entre la tendencia a limitar la ad
misión, frente a cupos razonables, hasta acoger una absoluta
mayoría numérica que los convierte finalmente en una especie
de guetos.
También los padres de jóvenes que son o parecen ser dis
criminados en las instituciones educativas piensan a veces que
esos centros que se proponen formar a sus hijos pueden al
mismo tiempo robárselos, es decir, deformarlos culturalmente
y así distanciarlos de la familia y comunidad respectivas. Sin
embargo, todo niño, joven o adulto no sólo pertenece a una
cultura, que los procesos educativos y de aprendizaje tienen
que tener desde luego muy en cuenta, sino que además for
man parte de un medio sociocultural y político con el que de
ben poder llegar a sentirse, en general, plenamente identifica
dos. Para que así sea hay que empezar por respetar la esencia
de sus tradiciones y ayudar a mantener la lengua vernácula o
materna (empeño harto difícil en el caso del romaní dada la
escasez de profesores que lo hablen debidamente), a fin de fa
cilitar; en vez de entorpecer; el dominio de la lengua nacional
como vehículo cultural, además de una o más lenguas extran
jeras instrumentales.
E l Centro de Investigaciones Gitanas de la Universidad
Rene Descartes en París ha llevado a cabo una labor investiga
dora muy seria y meritoria, publicada a través de la Colección
361
Ricardo Diez Hochleitner
Interface (19), gracias al decidido apoyo de la Comisión Euro
pea y, concretamente dentro del programa Sócrates de la
Unión Europea. Esto representa un apoyo muy valioso para
las reivindicaciones del pueblo gitano y, por de pronto, para
una difusión de su realidad cultural, sociológica y económica
frente a los muchos estereotipos que sobre ellos se han acu
mulado. La finalidad que se persigue es que lleguen a ser reco
nocidos en toda su valía y ayudados en una libre y plena inte
gración en el seno de sus respectivos países de residencia, sin
merma de su propia identidad cultural. A tal fin habrá que re
parar algún día, muy pronto, la bochornosa «prisión general
de los gitanos» que se decretó en 1749, pese al indulto sui ge-
ner/'s acaecido en 1763. Tenemos que iniciar el nuevo milenio
con la satisfacción de haber reparado cuantas injusticias se ha
yan cometido previamente contra minorías como éstas de los
gitanos.
Lo más importante es que se remuevan las conciencias
de todos los hombres libres y justos a favor de cualquier mi
noría (20) que aún sufra discriminación en el mundo, sean
éstos gitanos, indios de cualquier tribu, negros, asiáticos,
europeos del Este, árabes, islámicos, judíos o cristianos de
cualquier Iglesia, quienes simplemente por ser minoría son
vistos como diferentes por la mayoría circundante, o exilia
dos por culpa de la miseria e inseguridad de sus pueblos de
(19) Colección Interface: A ) J . P. LIÉGEOIS: Minoría y Escolaridad: el Paradigma Gitano, Centre de Recherches Tsiganes, Editorial Presencia Gitana, Madrid, 1998. B) Europa se burla del racismo (en clave de viñetas de humor), Centre de Recherches Tsiganes. Editorial Presencia Gitana. Madrid, 1999. C) A . G Ó M E Z ALFARO: La gran redada de gitanos, Centro de Investigaciones Gitanas. Editorial Presencia Gitana. Madrid, 1993.
(20) C. JUNQUERAS: «Minorías étnicas, racismo y derechos humanos en los Estados contemporáneos», Sociedad y Utopía, Madrid, 1999.
362
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
origen. Es indispensable que puedan convivir al fin en paz e
igualdad de oportunidades, tanto más ahora que otros, sin
más causa que su ambición de poder total o de enriqueci
miento ilegal, recurren al terrorismo, a la violencia, a la ex
torsión, a las guerrillas o al narcotráfico, bien sea en nuestro
entorno, en la Amér ica Latina, en el Este, en Asia o donde
quiera que fuere.
Frente a la barbarie étnica, en pro o en contra, de unos
pocos, todo lo puede la convivencia en paz y armonía de la
mayoría fundada en la educación permanente, la integración
en la vida activa, la justicia y la libertad democráticas, así como
el desarrollo en bien de todos. Tal es la mejor garantía de fu
turo para unos y otros.
IV. E D U C A R P A R A I N T E G R A R A L O S D I S C A P A C I T A D O S
En 1996, la Asamblea General de las Naciones Unidas
adoptó la Resolución titulada «Normas uniformes sobre igual
dad de oportunidades para las personas con discapacidad»,
que resume y actualiza los trabajos que durante años se llevó
a cabo por otras instituciones de las Naciones Unidas, tales
como la OI~F tras un mandato de su Consejo Económico y
Social en 1990. Estas Normas también hacen referencia a los
aspectos educativos, generales y compensatorios, así como a
la formación profesional de los discapacitados, si bien aún
queda un largo camino por recorrer en materia de investiga
ción, legislación y aplicación en la práctica ordinaria de todos
los países, lamentablemente con deficiencias particularmente
graves en los países menos desarrollados.
363
Ricardo Diez Hochieitner
Hoy en día parece una obviedad que los discapacitados físi
cos y psíquicos tienen el derecho irrenunciable a una educación
especial que les permita integrarse lo más plenamente posible
a su respectiva familia así como a la sociedad a la que pertene
cen. Ello se refiere tanto al plano afectivo como al deportivo,
social, cultural y laboral, económico y político. En consecuencia,
la educación especial debe tener un alcance integral y va dirigi
da a las personas que por diversas causas —psíquicas, físicas o
emocionales— no se adaptan o no pueden seguir la formación
y el aprendizaje que normalmente imparten las instituciones
educativas ordinarias del sistema educativo ni los procesos tra
dicionales o más novedosos disponibles para el aprendizaje. Se
trata, por tanto, de una minoría importante en porcentaje y en
números absolutos en todas las sociedades pero que no puede
confundirse con todos aquellos niños, jóvenes o adultos que
por otras causas no pueden seguir con normalidad sus estu
dios. La simple inadaptación al proceso educativo o las dificulta
des de aprendizaje, tan frecuentes entre los pertenecientes a
minorías tales como inmigrantes, gitanos, etc., no son en modo
alguno causa para recurrir a la educación especial. En tales ca
sos debe procurarse a los alumnos los recursos educativos o
materiales que temporalmente requieran. Un diagnóstico mé
dico-psicológico se impone, por tanto, en cada caso antes de
decidir la pedagogía terapéutica/curativa más apropiada para
cada cual. Sin perjuicio de las obras especializadas sobre todas
y cada una de las discapacidades, debe quedar muy clara la to
tal diferencia existente entre las discapacidades físicas y psíqui
cas, en contra de la practica común, que las engloba en los es
critos generales sobre el tema.
El concepto de normalización, que se acuñó en los países
escandinavos al final de los años 60 y que luego adquirió gran
364
Aprender paro el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
auge en los países anglosajones, pone en evidencia la impor
tancia de «normalizan) las condiciones de vida de las personas
en todas las etapas de su vida. D e acuerdo con ese principio,
las personas con algún tipo de deficiencia o minusvalía deben
tener acceso a los mismos servicios que el resto de los ciu
dadanos. La normalización de servicios en el ámbito educativo
introduce la práctica de la integración escolan con todas las
ayudas auxiliares precisas para tales deficiencias. En cambio, en
el caso de los discapacitados físicos y psíquicos profundos, es
imprescindible contar con instituciones especializadas. A través
de una educación especial, esas personas deben poder llegar a
alcanzar la formación humana y la preparación necesarias para
integrarse personal, social y profesionalmente en la sociedad a
la que pertenecen.
En España, el Libro Blanco sobre «Bases para una política
educativa», de 1969 (21), ya señalaba a este respecto, con
afán innovado^ que «no se incluirán entre los necesitados de
educación especial a los retrasados, intelectual o culturalmen-
te leves, que pueden ser atendidos en clases de recuperación
en los centros docentes del sistema regular», y la Ley General
de Educación de 1970 (artículo 51) concreta que «la educa
ción de los deficientes e inadaptados, cuando la profundidad
de las anomalías que padezcan lo haga absolutamente necesa
rio, se llevará a cabo en centros especiales, fomentándose el
establecimiento de unidades de educación especial en centros
docentes de régimen ordinario para los deficientes leves cuan
do sea posible», solución ésta que también se propugna de
forma similar para el caso de los superdotados (artículo 53).
(21) La Educación en España. Bases para una político educativa. MEC. Madrid, 1969.
365
Ricardo Diez Hochieitner
La educación especial, cuya institucionalización data apenas
desde principios de este siglo, es objeto cada vez más de ex
pansión y replanteamiento en sus modalidades y contenidos
para asegurar su eficacia y eficiencia, sobre todo en los países
más desarrollados y a partir de los años 70, a medida que se
ha ido logrando en esos países la universalización de la educa
ción infantil y básica (22).
Uno de los cambios notables ocurridos desde aquellos
años ha sido la superación en muchas sociedades del senti
miento de vergüenza social de antaño, a consecuencia de las
cuales muchas familias protegían de la luz pública a sus hijos
con deficiencias profundas y aun moderadas.
El paso político y legal más importante se ha dado con el
artículo 49 de la Constitución Española de 1978, que dice:
«Los poderes públicos realizarán una política de previsión, tra
tamiento, rehabilitación e integración de los disminuidos físi
cos, sensoriales y psíquicos, a los que prestarán la atención es
pecializada que requieran y los ampararán especialmente para
el disfrute de los derechos que este título otorga a todos los
ciudadanos». La Ley de 1982 sobre Integración Social de Mi-
nusválidos (LISM, artículo 27) concreta que «solamente cuan
do la profundidad de la minusvalía lo haga imprescindible, la
educación para minusválidos se llevará a cabo en centros es
pecíficos. A estos efectos funcionarán en conexión con los
centros ordinarios.
Las principales causas que condicionan una educación es
pecial son: A ) Deficiencias mentales; B) Deficiencias físicas, a
saber: i) perturbaciones del aparato locomotor a causa de ac-
(22) R. DÍEZ HOCHLEITNER: La educación infantil, una promesa de futuro, Fundación Santillana, Madrid, 1991.
366
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
cidentes o de malformaciones perinatales (incluidos quienes
han sufrido parálisis cerebral o encefalitis aguda), e ii) deficien
cias sensoriales (fundamentalmente visuales y auditivas, totales
o residuales) y C ) Trastornos emocionales (especialmente
autismo grave).
A estos males se unen actualmente los derivados de las
agresiones graves al feto, muchas veces con secuelas neurolo
g í a s irreversibles, como ocurre en el caso de muchas madres
drogadictas o infectadas de SIDA. Además, por culpa del S I D A
no sólo disminuye el número de niños a escolarizar sino que
también muere un número creciente de profesores. Concre
tamente en muchos centros de África, del Este y Austral se ha
perdido gran parte del personal cualificado a causa del S IDA.
N o sólo han tenido que cerrar escuelas de maestro único en
zonas rurales sino también no pocas cátedras universitarias re
gidas por nativos.
D e ahí que la educación prenatal se haya extendido, en el
ámbito de la función preventiva, con la intervención médico-
quirúrgica durante el embarazo y de la estimulación precoz
del feto, transformando el período de gestación en una contri
bución al equilibrio psíquico y al desarrollo de la inteligencia
del futuro hijo, sobre todo durante los últimos cinco meses
del embarazo. D e todos modos, si bien las experiencias y eva
luaciones iniciadas a lo largo de los años 80 no son aún total
mente concluyentes en materia de estimulación precoz, y sí lo
son en cambio en no pocas medidas terapéuticas, sobre todo
respecto de fetopatías y patologías neonatales.
En la etapa de educación infantil o preescolar es donde
más y mejor se puede actuar para compensar la discapaci
tación y minusvalías psíquicas, sensoriales y físicas, además de
orientar el futuro educativo y profesional, empezando por
367
Ricardo Diez Hochieitner
atender todo lo relacionado con la variada patología del len
guaje, trastornos que pueden ser de muy distinto origen (tras
tornos del sistema central o afasias; trastornos secundarios
que producen mutismo selectivo o autismo; aspectos funcio
nales del habla, a saber, disfemia y dislalia; trastornos de la voz
o dislexia). Una vez más, el diagnóstico es muy importante
para conocer las causas y poder prevenir o curar por medio
de la reeducación dentro y fuera del centro educativo (23),
muchas veces gracias a convenios de colaboración interinstitu-
cionales.
D e cara al futuro, la atención prioritaria de la educación
especial se debe orientar hacia la regulación y ordenación
para su integración o ¡nterrelación con los demás centros y
niveles del sistema educativo y en armonía con una política
adecuada de educación permanente. En esa perspectiva es
esencial una eficaz orientación de las familias, así como de las
instituciones educativas ordinarias, que facilite una interven
ción temprana de los servicios de apoyo psicopedagógico, así
como de técnicas y materiales apropiados para las diversas
minusvalías sensoriales y físicas, incluidos los casos más extre
mos de tetraplejias y demás discapacitaciones totales, en
cuyo campo también se están logrando considerables avan
ces.
C o m o consecuencia de la asistencia educativa y el apren
dizaje de instrumentos para compensar diversas minusvalías,
todo ello potenciado ahora particularmente gracias a las nue
vas tecnologías de la información y de las comunicaciones, se
replantea cada vez más no sólo la posibilidad y conveniencia
(23) Disfunciones cerebrales de aprendizaje: Normalización escolar, Caja de Ahorros de Madrid, Instituto de Ciencias del Hombre. Madrid, 1898.
368
Aprender para ef futuro. Educación a favor de la dignidad humana
de una actividad laboral de estas personas sino también las
ventajas que ello conlleva para las empresas y sus empleado
res.
Hoy por hoy cerca de un 10% de la población europea
sufre algún tipo de minusvalía y todavía su tasa de desempleo
es muy elevada. En España se estima en cerca de un millón las
personas con algún tipo de discapacidad física, psíquica o sen
sorial en edad de trabajar, de las cuales tan sólo 40.000 apare
cen inscritas en el INEM en demanda de un empleo. Sin em
bargo, la designación de «discapacitado» no corresponde a la
aptitud laboral real actual de tal persona y mucho menos res
pecto de su próximo futuro, entre otros gracias al teletrabajo
que las nuevas tecnologías posibilitan, haciendo innecesario el
desplazamiento del hogar a los locales de una determinada
empresa y pudiendo utilizar todo el equipo sanitario e instala
ciones apropiadas para personas con problemas motores u
otros similares. Concretamente, el programa Iniciativa H O R J -
Z O N de la C E E supone un gran estímulo y ayuda a la hora de
la formación profesional y de la formación continua.
En 1992, transcurridos los primeros diez años de la im
plantación de la LISMI y a la vista de una primera evaluación
de los avances logrados, se adoptó un Plan de Acción decenal,
que culmina el próximo 2002. Este Plan marco pretende
coordinar todas las líneas de actuación que contribuyan a una
mayor integración social, económica y laboral de las personas
con discapacidad.
La experiencia a lo largo de esta última década muestra
que una formación previa, junto con los apoyos apropiados
en la actividad laboral, convierte a las personas con discapaci
dad en trabajadores cualificados que pueden ser sometidos
369
Ricardo Diez Hochleitner
con éxito a los más estrictos controles de calidad y eficacia.
Más aún, y como lo muestra la psicopedagogía experimental,
una discapacidad o minusvalía concreta redunda muchas ve
ces en ventaja de un desarrollo extraordinario de otras capa
cidades del individuo (por ejemplo, la capacidad de concen
tración de un ciego en tareas intelectuales o el desarrollo de
su tacto y oído; la aguda percepción visual de la mayoría de
los sordomudos; o la capacidad de coordinación intelectual
de los tetrapléjicos), de modo similar al hecho bastante gene
ralizado según el cual los superdotados intelectuales o físicos
sufren con relativa frecuencia alguna disminución relativa res
pecto de otras de sus funciones o capacidades, por lo que
hay que estar muy atentos a su detección para tratar de
compensarla.
En todo caso existe el convencimiento de que hay sobra
das razones para que las empresas aprovechen las aptitudes
y conocimientos de estas personas como parte de sus res
pectivas plantillas, aparte de las bonificaciones y subvencio
nes que diversas organizaciones estatales y no estatales
aportan cada vez más en aquellos países que van tomando
conciencia de tales ventajas, además del aporte que ello re
presenta a favor de la cohesión social de la población en su
conjunto y a favor de la imagen de las empresas que actúen
en consecuencia. D e ahí también que el Fondo Social Euro
peo de la Unión Europea propicie la adopción de legislación
favorable a tal fin, del mismo modo que ya acontece en los
E E U U y en mayor o menor medida, en otros países del
mundo (24).
( 2 4 ) COMUNIDAD EUROPEA. F O N D O SOCIAL EUROPEO: Añadiendo valor:
¿Por qué es bueno para su empresa contratar a personas con discapacidad? Madrid, 2000.
370
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
Una contribución notable al intento de afrontar en España
el empleo de las personas con discapacidad es la obra colecti
va que sobre su situación y posibles soluciones se publicó en
1998 por la Fundación O N C E (25).
A la vista de estos y otros estudios (26), así como conse
cuentes con las apreciaciones vertidas en la conferencia de
1999 celebrada en Viena, el Club de Roma ha encomendado
recientemente a la Fundación O N C E de España la elabora
ción de un Informe sobre la futura plena integración social de
los discapacitados en el mundo, como parte inseparable y valio
sa de cada sociedad y de la Humanidad en su conjunto.
V. E D U C A R P A R A P R E V E N I R L A V I O L E N C I A , L A I N T O L E R A N C I A , E L E G O Í S M O Y L A I G N O R A N C I A
El siglo xx i ha dado comienzo hace algún tiempo a causa
de cuanto de alguna entidad se ha hecho entre todos con re
percusión, a medio y largo plazo, para la Humanidad y para el
planeta en el que subsistimos. La historia de la Humanidad es,
al fin y al cabo, un continuo cuya trayectoria muestra afortuna
damente una línea ascendente pese a los gravísimos abismos
en los que se ha caído a menudo y frente a los aterradores
riesgos de destrucción en los que continuamos inmersos (27).
( 2 5 ) FUNDACIÓN ONCE: La situación del empleo de las personas con discapacidad en España. Propuestas para su reactivación, Colección Solidaridad-Escuela Libre Editorial, Madrid, 1998.
( 26 ) S. M U Ñ O Z MACHADO y R. DE LORENZO: Código Europeo de las
Minusvalías, Escuela Libre Editorial, Madrid, 1996. (27 ) R. DÍEZ HOCHLEITNER: «La educación, prioridad absoluta para el
siglo xxi», La educación ante el siglo XXI, Actas del Congreso de Educación en La Rioja, Logroño, 1999.
371
Ricardo Diez Hochleitner
Nada escapa a esa dinámica: Por de pronto está en marcha un
proceso de globalización creciente que ha comenzado por la
comunicaciones y la Informática, arrastrando con ellas por
ahora la economía, las finanzas y el comercio internacional,
todo ello en el marco de una economía libre de mercado de
masiadas veces desasida de principios esenciales de justicia so
cial y aún de consideración para con la propia dignidad huma
na. C o m o consecuencia, cada pueblo, cada hombre, procura
afianzar cada vez más su propia identidad, es decir; cuanto le
diferencia. Lo importante es que ello no ocurra con desme
dro de cuanto nos une o debe unir.
Cier to que pese a esa quinta parte de los habitantes del
planeta aún marginada para el pleno ejercicio de la dignidad
humana y no obstante una historia universal cargada de in
menso dolor — m á s de 65 millones de víctimas mortales de
conflictos armados en lo que va de siglo—, sacrificios e injusti
cias, nunca como ahora había alcanzado el hombre tan altas
cotas y, sobre todo, aspiraciones tan universales de progreso,
justicia y libertad (28), propias de su dignidad humana.
La dignidad humana es consubstancial a la condición del
hombre. En consecuencia esa cualidad está por encima del
comportamiento individual de las personas. En todo caso, to
dos y cada uno de nosotros tiene el grave deber de solidari
dad y el derecho, desde la propia realización, de contribuir
para que todos puedan vivir en plenitud, cualquiera que sean
las condiciones y circunstancias. A tal fin necesitamos todos de
la educación, es decir, de la formación en actitudes, hábitos y
saberes que nos ayuden en ese derecho, deber y empeño, so-
( 28 ) R. D ÍEZ HOCHLEITNER: El deber de enseñar, Educar, tarea de todos, Fundación Santillana para Iberoamérica, Bogotá, 1999.
372
Aprender paro el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
bre todo evitando, combatiendo y superando la violencia, la in
tolerancia, el egoísmo y la ignorancia. Ese sueño o utopía es un
objetivo posible que marca el caminar de la Humanidad a lo
largo de su historia, densa en altibajos y cargada de horrores,
aunque a la postre siempre en la senda de su propia supera
ción a largo plazo.
Ahora nos ha tocado vivir precisamente la singladura del
paso a un nuevo siglo, a un nuevo milenio, con todo cuanto
ello conlleva de desafío y, sobre todo, de oportunidades. Lo
que muchos consideran aún como un «sistema basado en el
poderío militar» podría llegar a convertirse en un «sistema ca
paz de fomentar y conservar la paz» (29). Esa es la esperanza
por la que vale la pena nos esforcemos, todos y cada uno, a lo
largo de nuestras vidas.
Por de pronto hay que educar y esforzarse por aprender a
fin de contribuir a la paz. Fomentar la búsqueda de la paz y ex
tender la cultura de la paz es absolutamente imprescindible.
Educación, ciencia, cultura e información no son fines en sí mis
mos, evidentemente, sino medios o métodos para llevar a cabo
la necesaria campaña intelectual y moral al servicio de la paz.
Sin embargo, la paz auténtica sólo se produce y subsiste cuando
está basada en el respeto de la justicia para con los hombres,
individual y colectivamente considerados. Se trata, por tanto, de
poner lo mejor del espíritu humano al servicio de la paz, cons
cientes de que la guerra y la violencia surgen cuando se niegan
los principios democráticos de dignidad, igualdad de derechos y
deberes, justicia y respeto mutuo de los hombres. En ese senti
do, la paz, al igual que la libertad, son indivisibles, cualquiera que
sea el principio pisoteado. Sentirse libre del miedo, sin amenaza
(29) H. KAHN et all: Futuro presente, vol. 3, Madrid, 1972.
373
Ricardo Diez Hochleitner
a la seguridad personal ni intromisión a la intimidad, forman parte inseparable de la paz y de la libertad.
La violencia, el terrorismo o el genocidio son parte de una cadena cruel que tiende a la espiral del odio y de la muerte. En ese mundo de horror no está en peligro tan sólo la calidad de vida sino la vida misma. Ante ese desafío y en esa encrucijada, la Humanidad se ve arrastrada bien sea a la autodestruc-ción o puede acceder a un bienestar sin precedente para todos (30). En todo caso, la razón, el derecho y la victoria final — p o r lejana que quede y costosa que resulte— estará siempre de parte de quienes, pese a toda provocación y agresión obstinada, se guíen y actúen de acuerdo con los principios universales relativos a los derechos humanos y ejerzan indefectiblemente la justicia. Tales son las únicas bases desde las que se legitima el derecho y deber de defensa con toda la energía y la eficacia necesarias ante la violación de los valores democráticos y el desprecio por la vida por parte de los agresores. En casos extremos también puede resultar imprescindible la cooperación internacional e incluso la consiguiente supuesta «injerencia internacional», reflejo de una solidaridad y cooperación activas, junto con la aplicación de penas dictadas por tribunales internacionales.
Terroristas, bandoleros, secuestradores, narcotraficantes, proxenetas, etc., son, todos ellos, parte de la misma ralea, junto con racistas, xenófobos o integristas intolerantes. El vacío de valores éticos y morales, de valores democráticos, así como el desprecio por la sociedad en aras de intereses siempre egoístas, es la mejor prueba de una ignorancia supina y fal-
(30) «Le défi d etre humain», Rapport de la Commission sur les ques-tions humanitaires internationales, Berger-Levrault, París, 1988.
374
Aprender para eí futuro. Educación a favor de (a dignidad humana
ta de toda sensibilidad o respeto para con la vida de los de
más. D e ahí también que, en último análisis, tales individuos
sean generalmente unos peligrosísimos tontos útiles manipula
dos por dirigentes del mismo jaez, tal como lo son los aspiran
tes a dictadores y los mafiosos de diversa calaña, quienes in
cluso recurren a disfrazar sus verdaderos objetivos con su
puestos ideales para engañar a los más ingenuos.
La agresividad es una vivencia instintiva que, de no ser do
meñada en la infancia y en la adolescencia, puede degenerar
en caracteres o personalidades violentas, mucho más difícil de
reconvertir posteriormente. Por tanto, quienes promueven y
alimentan la violencia entre los jóvenes terminarán siendo muy
probablemente víctimas de sus propios pupilos.
Pese a todo, sí se puede educar para prevenir la violencia,
es decir; educar en y para el ejercicio de la justicia, de la convi
vencia con amor en la familia, en cuanto principal institución
socializadora y colaboradora esencial de la escuela para convi
vir en libertad y democracia en el seno de la sociedad. Todo
ello exige, a su vez, un sistema de valores referencial y el ejer
cicio coherente de las creencias e ideologías libremente acep
tadas, sin relativismos morales ni la tan extendida permisividad
de una moral indolora, no punitiva, siempre contraria al ejer
cicio del verdadero amor de los padres y educadores que sa
ben o deben saber ejercer una corrección siempre comedida
y cargada de bondad.
Si no sabemos educar para prevenir la violencia es obvio
que tampoco hemos sabido educar para prevenir la intoleran
cia (31), primer síntoma y muchas veces causa de la violencia,
( 3 1 ) R. L. ACUÑA, et all: El deber de tolerancia. Universidad Complutense, Madrid, 2000.
375
Ricardo Diez Hochieitner
de modo similar a como el egoísmo y la ignorancia son caldos de cultivo y acicate constante de la violencia y de la intolerancia.
Estamos ante cambios considerables en vísperas de comenzar un nuevo siglo, un nuevo milenio. Ante el progresivo convencimiento de la primacía del conocimiento para la solución de tantos y tan complejos problemas globales y locales, cada persona, sus familias, las empresas, las instituciones religiosas, las Fundaciones, las Organizaciones Gubernamentales y N o Gubernamentales, las ciudades, las regiones autonómicas, el Estado y en suma la sociedad entera tendrá que promover y desarrollar la educación y el aprendizaje individual y colectivo de muy variadas formas. Esa es una tarea principal para todos si queremos garantizar un aprendizaje para el futuro.
Sin embargo, la reflexión esencial que tendremos que hacernos cuanto antes es: Q u é educación y qué oportunidades de aprendizaje queremos y estamos en condiciones de ofrecer y para qué sociedad de futuro. D e otro modo, todo esfuerzo será inútil o fuente de graves frustraciones.
N o queremos una educación egoísta, para unos pocos, para los ya más favorecidos, para grupos o países dominantes, para el imperio de una determinada civilización, sin consideración para con las numerosas identidades culturales existentes, o para el uso en exclusiva del conocimiento más avanzado y de las tecnologías más novedosas al servicio de unos pocos cada vez más ricos y más insensibles a la pobreza circundante, que avanza sin cesar
Lo que queremos es una educación para la paz, para la convivencia democrática en libertad, para aprender a compar-
376
Aprender pora el futuro. Educación o fovor de lo dignidad humana
tir, para la modernidad y el progreso que permita un desarro
llo sostenido y sostenible a largo plazo. La escuela del mañana
tendrá que ser instrumento para el diálogo, la convivencia y
no sólo para el aprendizaje si quiere acercarse al alma de la
educación, a la forma de hacer de los niños y niñas hombres y
mujeres de bien, despertando la responsabilidad y la colabora
ción en un esfuerzo colectivo a favor de una vida digna y no
sólo en el empeño de logros intelectuales o profesionales. En
tal caso, la nueva escuela será una escuela abierta y multicultu
ral para la formación de ciudadanos (32).
Queremos una educación humanista que forme sobre
nuestros orígenes, devenir, realidad presente y futuro posible
además de deseable, es deán una educación que permita al
canzar una cultura integral, tanto literaria como científica y
tecnológica —incluidas las nuevas tecnologías—, que es lo
que constituye el entramado del mundo del hoy y del ma
ñana.
Tenemos que procurar una educación que permita hacer
buen uso de la información para acceder al conocimiento y
llevar a cabo acciones inspiradas en valores éticos y morales,
desde las creencias e ideologías que libremente decidamos
adoptar y ejercer coherentemente a lo largo de la vida.
La educación es, al fin y al cabo, la suprema contribución al
futuro del mundo actual puesto que la educación y aún el
aprendizaje tienen que contribuir de manera directa y eficaz a
prevenir la violencia, la intolerancia, el egoísmo y, desde luego,
la ignorancia.
( 3 2 ) FUNDACIÓN ENCUENTRO: Educación pora la democracia, Servicio de Documentos, Madrid, 1993.
377
Ricardo Diez Hochleitner
Necesitamos una educación y un aprendizaje al alcance
de todos que permita formarnos, educarnos, instruirnos, en
trenarnos profesionalmente, además de actualizarnos y per
feccionarnos permanentemente, para poder vivir en plenitud
y con dignidad. Se trata de servir así también a los demás:
tanto a los que nos son más próximos, como también a los
que están más distantes de nosotros, con espíritu de solidari
dad, empezando por facilitar una igualdad de oportunidades
en el acceso al conocimiento, incluso al conocimiento más
avanzado (33).
Esa es la educación y el aprendizaje que queremos para
cada persona; para los miembros de cada familia; para los ciu
dadanos de cada pueblo o ciudad, de cada región del respecti
vo país o nación al que pertenecemos; para cada comunidad
supranacional que vaya surgiendo, y para todo ese mundo en
paz y bienestar que puede surgir y debe surgir si, entre todos,
procuramos honestamente lograr un nuevo orden mundial
justo y viable.
D e todos modos, sobre estos temas ya se ha dicho y es
crito mucho desde hace muchos años. Y, por cierto muy bien
dicho y escrito, empezando por los clásicos hasta los pensado
res de nuestro tiempo. Lo que urge cada vez más es poner en
práctica tantos buenos propósitos, ideales, ¡deas y proyectos
para que no tengamos que lamentar la inacción y la omisión
mientras aún sea tiempo de resolver los problemas que acu
cian seriamente el futuro de todos.
(33) R. DIEZ HOCHLEITNER: «Un futuro para el aprendizaje: La financiación de la educación», Documentos de un debote (Anexo), Fundación Santillana, Madrid, 2000.
378
Aprender para el futuro. Educación a favor de la dignidad humana
P A T R O N A T O D E L A F U N D A C I Ó N S A N T I L L A N A
Presidente del Patronato:
Vicepresidentes:
Patronos:
D. Jesús de Polanco Gutiérrez.
D. Francisco Pérez González,
D. Ricardo Diez Hochleitner
D. Juan Luis Cebrián Echarri,
D. Ignacio de Polanco Moreno,
D a Isabel de Polanco Moreno,
D. Diego Hidalgo Schnur;
D. Emiliano Martínez Rodríguez,
D. Ramón Mendoza Fontenla,
D Alvaro Noguera Giménez,
D. Adolfo Valero Cascante,
D Manuel Várela Uña.
Patrono Secretario: D. José María Aranaz Cor tezo.
I S E M A N A M O N O G R Á F I C A (del I /12 al 5/12 de 1986)
Los objetivos de la educación ante la vida activa en la sociedad
futura.
II S E M A N A M O N O G R Á F I C A (del 30/1 I al 4/12 de diciembre de
1987)
La educación ante las innovaciones científicas y tecnológicas.
III S E M A N A M O N O G R Á F I C A (del 28/1 I al 2/12 de 1988)
La educación postsecundaria ante la sociedad del conocimiento y
las comunicaciones.
IV S E M A N A M O N O G R Á F I C A (del I I /12 al 15/12 de 1989)
Prospectiva, reformas y planificación de la educación.
V S E M A N A M O N O G R Á F I C A (del 10/12 al 14/12 de 1990)
La educación no formal, una prioridad de futuro.
379
Ricardo Diez Hochieitner
VI SEMANA MONOGRÁFICA (del 9/12 al 13/12 de 1991)
La educación infantil, una promesa de futuro.
VII SEMANA MONOGRÁFICA (del 30/1 I al 4/12 de 1992)
Aprender para el futuro: educación ambiental.
VIII SEMANA MONOGRÁFICA (del 22/1 I al 26/1 I de 1993) Aprender para el futuro: educación para la salud.
IX SEMANA MONOGRÁFICA (del 21/1 I al 25/1 I de 1994) Aprender para el futuro: aprendizaje y vida activa
X SEMANA MONOGRÁFICA (del 20/1 I al 24/1 I de 1995)
Aprender para el futuro: educación y desarrollo.
XI SEMANA MONOGRÁFICA (del I l/l I al 15/1 I de 1996) Aprender para el futuro: desafíos y oportunidades.
XII SEMANA MONOGRÁFICA (del 10/1 I al 14/1 I de 1997) Aprender para el futuro: la educación secundaria, pivote del sistema educativo.
XIII SEMANA MONOGRÁFICA (del 23/1 I al 27/1 I de 1998) Aprender para el futuro: Nuevo marco de la tarea docente.
XIV SEMANA MONOGRÁFICA (del 25/10 al 29/10 de 1999) Un futuro para el aprendizaje: La financiación de la educación.
380
C O N T R O L A R L A M U N D I A L I Z A C I Ó N
D o c u m e n t o d e la C o m m i s s i o n J u s t i c e e t P a i x - F r a n c e ( I )
LA DOCUMENTARON CATHOLIQUE Traducción de Juan Manuel Díaz Sánchez
Instituto Social León XIII
I N T R O D U C C I Ó N
Fenómeno multiforme, la mundialización suele presentarse como una novedad sin precedentes y el debate limitarse a apreciaciones globales poco sutiles. N o es cierto que la mundialización actual carezca de raíces. Sucede a una primera mundialización, con la que Europa descubrió y pasó a gobernar el planeta entero desde el siglo x v hasta comienzos del x x . Se trata también de una nueva etapa de la revolución industrial comenzada a finales del siglo xvm en Europa Occ i dental. Frente a la complejidad de dicha realidad, el debate suele limitarse demasiado a menudo a una condena o a una aprobación de conjunto. Para determinadas personas se trataría del origen de tantos horrores que habría que aislarse y cobijarse en las identidades pasadas, adornadas entonces de todas las virtudes. Para otras, el liberalismo económico sería capaz de resolver todo siempre que no lo impidieran los Estados; la mundialización constituiría el camino hacia la felici-
( I ) Texto francés de la^Secretaría de la Commission Justice et Paix-France. Editado por Bayard-Éditions/Centurion, Cerf/Fleurus/Mame en un volumen con numerosos anexos.
381
La Documentaron Catholique
dad de todos gracias a la mano invisible del mercado planeta
rio. El debate, a favor o en contra, se centra además en los as
pectos económicos y financieros, descuidando todos los
demás, a pesar de ser igual de importantes. Los enemigos del
economismo o del «pensamiento único» sucumben fre
cuentemente a la influencia de la primacía de la economía a la
que, no obstante, denuncian, y con razón.
Nadie puede abstraerse totalmente de la mundialización o
negarla categóricamente. En efecto, nos encontramos sin lugar
a dudas ante el nacimiento de una civilización planetaria de la
que todos los hombres forman parte activa. Nadie puede ais
larse de una evolución global que afecta, cada vez más, a to
dos los aspectos de la vida. Por primera vez, es realmente pla
netaria, puesto que no se encuentra limitada a una zona geo
gráfica determinada ni la domina una sola región. El pasado,
con Grecia, Roma, China, la Cristiandad, el Imperio de los
Habsburgo, ya vio nacer pretensiones mundiales. Pero, en rea
lidad, el «mundo» así concebido sólo representó a una parte
de las sociedades humanas del momento, jamás a todos los
hombres y todos los rincones del mundo. La primera mundia
lización, la del descubrimiento y colonización del mundo de la
mano de los europeos, afectó a todo el mundo, aunque no
representó más que la proyección de Europa fuera de sus ba
rreras geográficas. N o fue universal, sino europea. El cristianis
mo, el islamismo, la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre y del Ciudadano tienen en común un enfoque uni
versalista, aunque, de hecho, y hasta la fecha, dicho enfoque
no había englobado nunca a todos los hombres. La gran nove
dad del momento actual de la Historia es que afecta a todos
los grupos humanos. Todos los hombres son sus actores y sus
sujetos, no sólo objetos. Viene acompañada de una revolución
382
Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
en las percepciones de la realidad que orientan nuestros conceptos y nuestras acciones. Q u é duda cabe que es necesario remontarse a la Alejandría de los primeros siglos después de Jesucristo para encontrar los rastros del primer intento análogo, aunque sólo fuera universal en su intención. N o olvidemos tampoco el temible mito de Babel, mucho más antiguo, aunque siempre presente.
El texto presentado por Justice et Paix-France se inscribe dentro del debate actual. Su primera preocupación consiste en tener en cuenta y explicitar la diversidad de aspectos de la mundialización, lo que excluye cualquier tipo de juicio global demasiado simplista. También deseamos suministrar al lector elementos y criterios de discernimiento para que pueda formarse su propio juicio. N o obstante, no somos neutros. Para nosotros, la mundialización debe entenderse de acuerdo con la perspectiva del proyecto divino: un mundo justo atento a los menos favorecidos, un mundo pacífico que no puede basarse en la violencia del dinero o de las armas. Este proyecto sólo puede llevarse a cabo a través de la diversidad de los hombres y el ejercicio de su libertad. La labor actual de los cristianos y de la Iglesia en la presente mundialización consiste pues, más allá de todo discurso moralizador o idealista, en ofrecer una visión lúcida de esta etapa fundamental de la evolución de la Humanidad y aportar; junto a otros, respuestas concretas que permitan controlar la evolución en proceso. Si bien los cristianos no poseen de forma alguna exclusividad sobre este proceso, tampoco son los peores situados: desde el Pentecostés, se inscriben en un universalismo portador de unidad a través de las diversidades personales y colectivas. Los cristianos se encuentran entre los «mundialistas» más antiguos; no tienen motivo alguno para sentirse angustiados por
383
La Documentaron Catholique
el nuevo mundo que se avecina. Sin embargo, y continuando
con su propia tradición, tienen que vincular la evolución en
proceso a su concepción del universalismo, orientarla hacia el
interés general y, en especial, de aquellos sin voz ni voto, de
los pobres, de los marginados. Han de tener en cuenta igual
mente las nuevas cuestiones éticas que se plantean en relación
con nuestra responsabilidad frente a las futuras generaciones
en los ámbitos de la ecología y la biología.
La propia elaboración del texto está muy ligada a esta
perspectiva cristiana. La ética no es algo añadido: gobierna el
proceso, la elección de los sujetos tratados y el plan escogido.
Este enfoque ético parte de dos universalismos legados por
nuestra tradición: el de Babel y el de Pentecostés. En efecto, el
universalismo cristiano se basa y ha ido evolucionando a lo lar
go de los años con arreglo a estos dos conceptos, que pue
den servir por tanto como base de un primer análisis. A conti
nuación, el texto se propone discutir diversas cuestiones que
nos parecen fundamentales para el futuro en relación con los
dos universalismos enunciados. Cada una de las cuestiones
abordadas se dedica de esta forma a una de las facetas de la
mundialización, vista desde la perspectiva del universalismo
cristiano. Estas facetas son interdependientes, aunque no pue
de deducirse una a partir de la otra.
El texto está dividido en dos partes. En la primera se ex
ponen los elementos del debate a través de una exposición,
lo más objetiva posible, del aspecto fenomenológico de la
mundialización, de sus motores y de las condiciones de una
evaluación ética. La segunda parte es un ensayo antropológico
de la mundialización. En él se abordan, sucesivamente, los si
guientes temas: la lógica implacable de las empresas, el naci
miento de una nación mundial, el desarrollo de la autonomía
384
Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
personal, la alternativa de los repliegues de identidad. En resu
men, formulamos cuatro recomendaciones para llevar a cabo
acciones prioritarias y posibles. El proceso viene completado
por un conjunto importante de diez anexos en los que se
profundiza en ciertos aspectos tratados por encima en el tex
to de base o no tratados a pesar de resultar interesantes. El
conjunto ha sido concebido con el objeto de permitir diver
sos niveles de lectura según los conocimientos y las necesida
des de cada uno; cada parte del texto de base termina con un
párrafo en cursiva a modo de síntesis. Aquellos puntos y jui
cios éticos importantes aparecen también en cursiva.
P R I M E R A P A R T E : L O S E L E M E N T O S D E L D E B A T E
I. C ó m o se nos aparece la mundialización
La mundialización es, ante todo, la presencia del mundo en
tero en nuestras vidas, tanto en los productos que utilizamos,
como en la información que recibimos, en los problemas del
paro y en las percepciones que hacemos del exterior; en las
posibilidades de viajar y en las de comunicar El mundo entero
está cada vez más presente en todas partes y en cada uno de
nosotros, cambiando así nuestras referencias más familiares.
Por tanto, no es de extrañar que nos sintamos desorientados,
puesto que de hecho lo estamos, en tanto en cuanto nuestras
antiguas referencias siguen estando presentes y las nuevas aún
poco definidas y no consolidadas. Vivimos por tanto entre dos
aguas desconcertantes pero ricas en innovaciones.
Examinemos con mayor detenimiento esta penetración
del mundo entero para constatar su amplitud y diversidad:
385
La Documentaron Catholique
— Los coches actuales están formados por piezas procedentes de más de veinte países distintos. Los bienes de consumo, perecederos o no, vendidos en Francia, proceden cada vez con mayor frecuencia de países muy distantes. La decoración y la moda se inspiran en las grandes corrientes culturales del mundo. Por el contrario, cada vez se acentúa más la preponderancia norteamericana en el cine y la televisión.
— A través de la televisión y la radio, el mundo entero está presente en el salón de cada casa, aunque sin inte-ractividad. Ésta se ha logrado a través del teléfono, fijo o móvil, y se desarrolla sobre todo gracias a Internet. Desde cualquier rincón del mundo, todos podemos comunicarnos con todos si disponemos de los aparatos necesarios y los sabemos utilizar C o n las telecomunicaciones, el espacio mundial puede «condensarse» en un único punto, aquel en el que uno se encuentra. Del mismo modo, es posible acceder físicamente a una gran parte del mundo en menos de un día desde cualquier sitio de esta otra parte. Si aplicáramos los criterios originales de delimitación por departamentos, esta gran parte de la tierra formaría uno solo.
— C o n la posibilidad de convertir las principales divisas y la desregulación del espacio financiero, todos podemos utilizar nuestro dinero en cualquier tipo de operación y desde cualquier lugar. Un único mercado financiero encierra, día y noche, a todo el mundo a través de una red de plazas financieras conectadas entre sí gracias a la Informática.
386
Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
— Si bien las lenguas mayor ¡tari as y las minoritarias están
cada vez más vivas gracias a la promoción de las iden
tidades, existe una, el inglés, que se ha convertido en
el idioma vehicular mundial. A escala regional, existen
otras lenguas que desempeñan funciones similares,
como el francés en África Occidental. Poco a poco,
todos hablaremos una o dos lenguas vehiculares ade
más de la nuestra propia, sin olvidar los sistemas de
explotación informática como Windows y Mac-Os,
que se están convirtiendo en verdaderos idiomas pla
netarios; en pocas décadas, todos los conocerán y ha
blarán.
— El desarrollo incesante de las comunicaciones y las te
lecomunicaciones transforma la noción de proximidad.
Si antaño lo cercano se confundía con lo vecino, poco
a poco, éste ya no es tanto el caso. Podemos estar
muy «lejos» de aquellos de nuestros vecinos que per
ciben ayudas estatales y muy «cerca» de un colega que
vive en las antípodas. Las proximidades espaciales que
antes constituían un elemento importante de la cohe
sión social tienden a desvanecerse: los suburbios suce
den a las ciudades, algo que incide en el desarrollo de
la violencia urbana.
— Los desplazamientos adquieren una importancia vital.
Las ideas y las modas viajan cada vez más lejos y más
rápido, al igual que las epidemias y las enfermedades,
los bienes, los servicios y el dinero. Ya existen empre
sas esparcidas por diversos emplazamientos, cada vez
es más común el teletrabajo y las conferencias especia
lizadas se multiplican. El comercio internacional crece
claramente más rápido que la producción de riquezas.
387
La Documentation Catholique
— Asistimos a una concentración rápida de empresas, especialmente en ámbitos en los que las economías de escala son importantes: automóviles, petróleo, transporte aéreo, aviación y armamento. Las grandes firmas nacionales se unen para crear grupos mundiales. Otras firmas intentan «mundializarse» cada vez más, concibiendo sus propios productos para un mercado mundial. Citemos, por ejemplo, el caso de las prendas de Benetton, la electrónica para el gran público de Sony o los neumáticos Michelin.
— Los únicos que no pueden moverse ni desplazarse son los poderes públicos, pues se encuentran arraigados en los territorios geográficos que los definen y los encierran en el interior de las fronteras. Frente a los fenómenos anteriormente expuestos, los Estados reaccionan asociándose y ejerciendo parte de sus competencias en común. Surgen pragmáticamente dos niveles de integración. Por un lado, un nivel planetario con las organizaciones multilaterales nacidas después de 1945, como la O N U , FMI, BIRD, U N E S C O , O M S , FAO, y más recientemente la O M C , y los grandes Estados se coordinan en el G8 . Por otro, el nivel regional con las Asociaciones regionales de Estados, siendo la Unión Europea, dotada con una moneda única, la más avanzada de todas ellas. N o obstante, no podemos descuidar la importancia de las asociaciones asiáticas y las de América del Nor te y del Sur.
— Cada vez es más común que se superponga un espacio único de normas jurídicas y éticas a los espacios meramente nacionales. Son numerosos los convenios internacionales que se encargan de definir un nuevo
388
Controlar la mundialización. Documento de la Commission justice et Paix-France
espacio jurídico de derecho público superior a los derechos nacionales. Impulsado por las O N G , la O N U y diversas autoridades morales, en especial las Iglesias, se va imponiendo poco a poco un cuerpo de normas para los derechos del hombre a pesar de numerosas resistencias. Por todos estos motivos, el Derecho y los jueces adquieren una mayor importancia social y política, y empieza a aparecer un verdadero «bien común» mundial.
— Las Iglesias no son ajenas al movimiento. También reaccionan coordinándose, especialmente en el mundo cristiano. La Iglesia católica constituye un caso específico, al ser mundialista su/ generís y estar organizada como tal.
— La acción sobre la sociedad también está cambiando. A través de las O N G especializadas, que operan en todos los niveles geográficos, la colaboración ciudadana ya no se limita a los partidos políticos y a las elecciones descuidando el territorio local. D e esta forma, todos pueden vivir la marcha del mundo y participar desde dondequiera que estén. El movimiento social responde a la mundialización de las empresas, aunque con retraso.
— C o n motivo de la hambruna, las guerras civiles, los atentados contra los derechos del hombre, la destrucción de espacios vivos o medios naturales, se despierta una opinión pública planetaria que comienza a tener peso en las decisiones políticas o económicas.
— Todos los países sufren ahora problemas similares, ya no existen, por un lado, países desarrollados sin po-
389
La Documentation Catholique
bres ni marginados y, de otro, países subdesarrollados donde todos son pobres. Las desigualdades de riquezas se acentúan sin remedio, tanto en el interior de cada país, como entre los propios países. Por este motivo, la lucha contra la exclusión adquiere un carácter prioritario y el desarrollo se convierte en una cuestión crucial.
Acordaremos denominar «mundialización» al conjunto de estos fenómenos. Más o menos, afectan a todos los hombres, a todos los puntos del planeta. Por primera vez, conducen a una sociedad humana realmente unificada que toma conciencia de los problemas comunes a toda la Humanidad, sin convertirse por ello en uniforme.
I I . Los motores de la mundialización
Si bien la mundialización actual presenta aspectos múltiples y se inscribe en una larga historia comenzada a finales del siglo xv, lo cierto es que sus motores son poco numerosos, simples y poderosos. La mundialización se deriva básicamente de la acción simultánea y conjugada de la revolución informática, del dinamismo de las grandes empresas y de la tendencia semiasumida de Estados Unidos de su función de super-po-tencia hegemónica. Tales son los tres motores fundamentales que, poco a poco, van a modificar todo el mundo, y dicha acción no ha concluido.
La revolución informática permite transferir y procesar volúmenes enormes de información a costes cada vez inferiores. En ella subyacen todos los elementos de la mundialización li-
390
Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
gados a la comunicación en todos los ámbitos. Desempeña en
la mundialización una función similar a la de la máquina de va
por en la revolución industrial del siglo pasado. Sin ella, la ac
tual mundialización habría sido imposible e incluso inconcebi
ble. N o obstante, no ha nacido con la mundialización, ha des
pegado lentamente a partir de los años 50. La mundialización,
con el crecimiento vertiginoso de los mercados abiertos, re
fuerza, acelera y frena la revolución informática. D e esta for
ma, vemos manifestarse el carácter acumulativo de los proce
sos de mundialización, lo que explica en gran medida la fuerza
y rapidez con que se están produciendo los cambios actuales.
Estados Unidos sufrió una profunda humillación tras su de
rrota frente a los vietnamitas. Su decisión de liberalizar los in
tercambios y suprimir en la mayor medida de lo posible las
normas nacionales (empezando por las suyas propias) ha sido
el principal vehículo del renacimiento de su potencia imperial.
Esto, por la simple y poderosa razón de que, al ser norteame
ricanas las grandes firmas mundiales, al igual que las mayores
plazas financieras, los beneficios derivados de la desregulación
redundan prioritariamente en los agentes estadounidenses.
Ello permite al mismo tiempo reducir el desempleo interior y
financiar una fuerza militar colosal beneficiosa para los recien
tes avances tecnológicos, financiación que, a su vez, resulta
provechosa para las empresas norteamericanas. Este punto de
vista aclara de paso la Guerra del Golfo de 1990: puede en
tenderse como el signo concreto del papel norteamericano
como líder de la mundialización, de las ideologías que la
acompañan y, por último, del nuevo mundo que se está edifi
cando. Sin estas decisiones norteamericanas, la informatiza-
ción del mundo habría seguido su camino inicial al igual que la
mundialización, aunque de forma más lenta.
391
La Documentaron Catholique
La revolución informática y la voluntad norteamericana
habrían tenido pocos efectos si, además, el mundo de las fi
nanzas y el de la economía no hubieran estado preparados
para recibirlas en beneficio propio, convirtiéndose de este
modo en los principales agentes activos de la mundialización.
En los años 70, los mercados se estancaron: la reconstrucción
posterior a 1945 había finalizado, el mundo socialista se ence
rraba en sí mismo y el desarrollo del Tercer Mundo distaba
de cumplir sus promesas. Los movimientos de liberación en
Latinoamérica, el fracaso estadounidense en Vietnam y los
movimientos estudiantiles y obreros del 68 habían debilitado
política e ideológicamente el orden capitalista, al igual que el
distanciamiento del dólar con respecto al patrón oro. En este
contexto, las grandes multinacionales anglosajonas ejercieron
presión sobre el Congreso y la Presidencia de Estados Unidos
para propulsar la desregulación, única capaz de abrir masiva
mente los mercados para propagar el liberalismo, e infinita
mente preferible a las intervenciones directas, como la que
desbancó al presidente Allende en Chile. El conjunto de las
empresas occidentales y asiáticas siguió sus pasos, más aún
porque la construcción europea seguía los mismos derrote
ros ideológicos. Iba a ser posible imponer la lógica de las em
presas y los bancos a todos los Estados, a todos los pueblos y
a cada uno de nosotros, al menos en el mundo capitalista.
Volveremos sobre este punto, pues la importancia de esta ló
gica resulta determinante en las dificultades derivadas de la
mundialización.
La mundialización se habría limitado al mundo capitalista
de no haberse beneficiado de dos acontecimientos tan
poco previstos como importantes. La desaparición del «so
cialismo real» en Europa del Este y en la U R S S , así como la
392
Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
desintegración de esta última y el paso de Ch ina al «socia
lismo de mercado» desembocaron en la apertura del mun
do entero a la economía de mercado. La India, por su par
te, comenzó a liberalizarse y a abrirse al exterior. Por este
motivo, la mundialización se hizo merecedora de su nom
bre.
Aunque el dinamismo de la ideología liberal aplicada por la
empresas, Estados Unidos y la Unión Europea es, histórica
mente, uno de los motores fundamentales de la mundializa
ción, no debemos identificarla con esta ideología. C o m o ya he
mos visto, la mundialización incluye un conjunto de evolucio
nes y fenómenos que supera ampliamente el ámbito
económico y se extiende a todas las parcelas de la actividad
humana. La Informática, otro motor capital de la mundializa
ción, no define por sí sola un tipo de sociedad; resulta indis
pensable para el funcionamiento de los mercados, pero su
utilidad es infinitamente más amplia. Del mismo modo que
favorece la comunicación, las redes de cualquier naturaleza y
la toma de conciencia de las diversidades a través de su ca
pacidad para tratar una gran cantidad de variables, ayuda
también a promover sociedades abiertas y múltiples sin re
ducirlas por ello a un modelo único. Sería po r tan te un gra
ve error de apreciación que podría desembocar en rechazos
injustificados confundir la mundialización con el neoliberalis
mo planetario.
La mundialización es el resultado de la expansión por todo el
mundo de la economía de mercado y de la lógica de las empre
sas en el marco de la revolución informática a la que acompaña;
es, al mismo tiempo, el medio y el resultado del liderazgo norte
americano. Por tanto, no deberíamos confundir la mundialización
con la ideología liberal.
393
La Documentation Catholique
I I I . P r imer enfoque ético
Nadie se sorprendería de que un golden boy se sintiera en
tusiasmado por la expansión mundial de los mercados finan
cieros, ni de que, al contrario, un empleado despedido tras un
proceso de reestructuración destinado a adaptar su empresa
a la competencia mundial, considerase la mundialización bas
tante amarga y la rechazara por completo. Frente a un movi
miento tan potente como presente, resulta especialmente difí
cil ser objetivo, y los juicios dependen directamente de la si
tuación de aquel que juzga. N o podremos evitar esta dificul
tad. N o obstante, conviene sacar partido de esa situación: al
no poder ser imparciales, expl¡citaremos el punto de vista del
que podrán partir los cristianos. Ello requiere explicitar la con
cepción cristiana de la universalidad, discernir el interés de un
primer enfoque ético y como contribución a la orientación de
la mundialización.
El universalismo cristiano se afianza en el relato del Pente
costés. Cuando se posaron lenguas de fuego sobre las cabezas
de los Apóstoles reunidos, éstos adquirieron la capacidad de
comprender a distintas personas que no hablaban el mismo
idioma, de hacerse entender por ellas y anunciar así el mensa
je de Jesús a todos los pueblos, por diversos que fueran. El
sentido de esta historia está claro: este mensaje se dirige a to
dos los hombres sin que éstos tengan necesidad de ser iguales
los unos a los otros para recibirlo. El cristianismo naciente se
sitúa, pues, de entrada en una perspectiva que podríamos cali
ficar en la actualidad de mundialista, aunque se trataría de un
mundialismo ligado al respeto de la diversidad. Apuntemos de
paso lo mucho que se asombraron los Apóstoles de lo que
les sobrevino: al igual que en la actualidad, por aquel entonces,
394
Controlar lo mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
la reacción espontánea de cada uno de nosotros consistía en
favorecer a nuestro propio grupo, mientras que el Espíritu de
Dios actúa de otro modo y así invita a hacerlo. Hay otras dos
características dignas de mención: Por una parte, el milagro del
Pentecostés no se produjo en individuos aislados, sino en los
Apóstoles reunidos. El mundialismo cristiano no es, por tanto, un
asunto individual, sino la obra colectiva de la Iglesia y de los hom
bres en sus distintos reagrupamientos. Por otra parte, este mun
dialismo naciente se asienta en hombres y pueblos, no toma
como sujeto la riqueza o, como diríamos hoy en día, la economía,
ni el poder; sino la comunicación y la comprensión entre los pue
blos.
Este mundialismo fue sometido a una dura prueba en el si
glo xvi, cuando los hombres empezaron a interrogarse acerca
de la naturaleza de los indios recientemente descubiertos. ¿Eran
realmente hombres? ¿Había que tratarlos como tales? Los inte
reses económicos de aquel entonces llevaban a una respuesta
negativa. Este fue el honor de hombre como Bartolomé de Las
Casas que se atrevió a dar una respuesta positiva, pidiendo al
mismo movimiento la solidaridad entre los hombres, entre los
pueblos, todos llamados por Dios al mismo título.
El pasaje de Pentecostés permite una primera aclaración
ética: debido al universalismo al que están llamados los cristianos,
les prohibe que rechacen en bloque la mundialización, ya que
asocia a todos los hombres y los hace solidarios. Pero, no por ello,
autoriza una aprobación global. Cada aspecto de la mundializa
ción debe someterse a un juicio basado en tres criterios: ¿tiene
como primer sujeto al hombre y a su desarrollo? ¿Se interesa por
todos los hombres? ¿Respeta su diversidad? Esto coincide con la
gran preocupación de la Encíclica Populorum Progressio: desa
rrollar a todo el hombre y a todos los hombres.
395
La Documentation Catholique
El universalismo cristiano no es un fin en sí. Si los Apósto
les intentan que los extranjeros los comprendan, no es para
hablar de lo que sea, sino para propagar la Buena Nueva: la de
la Encarnación y la salvación para todos. Este universalismo es
entonces el medio, la condición necesaria, del mensaje y de la
salvación. La mundialización actual será entonces a nuestros
ojos tanto mejor cuanto más creadora sea de las condiciones
de recepción de los deseos de Dios para cada uno según su
propia cultura, tal como indica el hecho de que cada uno
comprendía a los Apóstoles en su propia lengua.
A este universalismo se opone el de la torre de Babel. A
los hombres, culpables de haber querido construir una ciudad
con una torre que penetrara los cielos, se les castigó de dos
maneras: fragmentación de las lenguas (que hace imposible la
comunicación) y dispersión por toda la tierra. Antes utilizaban
una misma lengua, las mismas palabras y vivían juntos en el
mismo sitio: el país de Babilonia; es decir, el país de la puerta
de Dios. Subrayemos de entrada que este texto es sorpren
dentemente actual. Un grupo de hombres, reunidos, hablando
una misma lengua, ¿no es esto una metáfora de la globaliza
ción y de Internet? ¿Por qué se les castiga exactamente? Por
encima de las explicaciones clásicas, como el orgullo que se ha
instalado en ellos, se vislumbra otro. Aquí, el universalismo sólo
se ordena a sí mismo y al poder, por esto desaparece la unidad
de los hombres y de las lenguas. Nos encontramos exactamente
ante la negación de Pentecostés.
La tradición nos presenta también dos concepciones del
universalismo. ¿En qué se oponen? En cada una de ellas todos
los pueblos y todos los hombres se ven afectados y se unen.
Es precisamente sobre la manera de concebir la unidad sobre
la que se oponen ambos universalismos. En la ciudad de Babi-
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Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
lonia todos los hombres se reúnen, hablan la misma lengua y trabajan en la misma obra: una torre que una la tierra con el cielo. El concepto de unidad que subyace es el de la uniformidad totalitaria, porque, precisamente, no distingue la tierra del Cielo (lo que significa la metáfora de la torre) y reúne a gentes parecidas. Babel es una metáfora de cualquier totalitarismo, incluso de base religiosa. El concepto de unidad simbolizado por Pentecostés supone, por el contrario, el mantenimiento de la diversidad: la unidad descansa sobre la existencia de individuos diferentes y de ninguna manera busca abarcarlos o englobarlos a todos, es un movimiento común de individuos diferentes y que lo siguen siendo hacia la recepción de la Palabra de Dios. Es evidente que la mundialización actual puede decantarse hasta una u otra de las maneras de entenderla. La globalización del mercado financiero, por ejemplo, está muy relacionada con el concepto de Babel; lo mismo ocurre con el primado absoluto de la economía. Por el contrario, la difusión de las comunicaciones permite que los individuos se comuniquen mejor; y entonces refleja mejor el concepto de Pentecostés.
La Iglesia y los cristianos no pueden permanecer indiferentes frente a la mundialización. Pero tenemos que verifican sin cesan su adecuación al universalismo del que somos portadores, pero no por ello tenemos que convertirnos en jueces, como si fuéramos espectadores o ajenos a la acción. Para ser parte activa también tenemos que desarrollar nuestro universalismo en el seno de nuestras Iglesias y participar activamente en la orientación de la mundialización para evitar el peligro de recrear Babel.
Si queremos admitir que el mensaje de Dios sólo puede tener como objetivo el interés de los hombres, por muy dife-
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rentes que sean, incluso en sus dimensiones religiosas, entonces también debemos admitir que el universalismo cristiano (con los criterios que origina) no es válido sólo para los cristianos, sino también para los ateos, los musulmanes, los judíos, los budistas, etc. D e ninguna manera se trata de querer convertir a todos los hombres a la fe cristiana, sino simplemente de reconocer que el universalismo cristiano es también un universalismo humano, que está a disposición de todos y cada uno, que es capaz de ayudar a moralizar todas las dimensiones de la mundialización. La experiencia histórica confirma esta afirmación: todos los totalitarismos han llevado a la opresión de los hombres, al aislamiento y al miedo, a sociedades de silencio donde la comunicación es imposible.
El universalismo del tipo «Torre de Babel», basado en la reducción de la diversidad humana a un solo modelo, que niega hasta su límite la noción misma de sujeto, en realidad lleva a la dispersión de los hombres y a la imposibilidad de comprenderse, y por lo tanto a los conflictos y a la violencia. A esta concepción se opone el universalismo de Pentecostés, basado sobre la diferencia de los individuos y su autonomía, que permita a cada pueblo comprender a los otros en la vivencia de una unidad orientada hacia la salvación, el desarrollo de todo hombre y todos los hombres. Estas dos figuras que proponen las tradiciones bíblicas y cristianas pueden constituir un primer enfoque ético para evaluar y orientar la mundialización actual. Universalistas desde el principio, los cristianos no tienen que huir de la mundialización en curso ni rechazarla de lleno en bloque, sino orientarla hacia una unidad real de los hombres a partir de la necesaria diversidad de individuos. La Unidad es lo contrario a la uniformidad. Supone la pluralidad, la diferenciación de las personas y la comunicación entre ellas.
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S E G U N D A P A R T E : L E C T U R A A N T R O P O L Ó G I C A D E L A M U N D I A L I Z A C I Ó N
IV. La lógica implacable de las empresas
Las transacciones financieras transfronterizas y las inversiones realizadas en el extranjero son excelentes indicadores de la mundialización de las empresas. Mientras que las inversiones nacionales en el mundo se han multiplicado solamente por dos de 1980 a 1996, las efectuadas en el extranjero se han multiplicado por seis. En Francia, las transacciones financieras transfronterizas de acciones y obligaciones pasaron, en ese mismo período, del 5% del PIB al 227%. Estas cifras permiten comprobar el carácter masivo de la mundialización de las empresas y la apertura de las economías.
Estos movimientos no se suceden por casualidad. Obedecen estrictamente a la lógica que gobierna las empresas. Dicha lógica no es otra que la del imperativo categórico de la rentabilidad, ineludible para cualquier empresa, pues, de hacerlo, correría el riesgo de desaparecer La mundialización conlleva la aplicación de dicha lógica en todas las naciones y, en cada una de ellas, en toda la sociedad, a la cual se impone so pena de ver cómo se acentúa el desempleo, puesto que las producciones podrían empezar a emigrar sin obstáculo alguno. Por tonto, todo tiende a juzgarse con el rasero del beneficio posible, tanto las naciones como los hombres. Un «buen» país será aquel en el que los beneficios se obtengan de forma sencilla y rápida; un «buen» Estado será aquel que garantice la estabilidad de su moneda, el orden social y que invierta en la formación y los equipos; una «buena» mano de obra será la que trabaje mucho, esté altamente cualificada y sea poco reivindicativa en cuanto a los sala-
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La Documentation Catholique
ríos. La aplicación de esta lógica, de esta ideología, suele cali
ficarse de «pensamiento único», puesto que se considera la
única posible.
Es necesario comprender que esta lógica, llevada hasta sus
últimas consecuencias, no puede más que reforzar a los fuertes
y debilitar a los débiles. Aumenta las diferencias sociales. Esto es
precisamente lo que ocurre en Europa: las riquezas aumentan
con celeridad, pero también la marginalidad y el desempleo,
introduciendo la violencia en el corazón de la sociedad, en las
calles y en las escuelas. Por este motivo, las diferencias entre
los países desarrollados y los subdesarrollados se van redu
ciendo: la exclusión se codea con la riqueza, en el corazón
mismo de las naciones. Por todo ello, estamos lejos de redu
cir las diferencias medias del desarrollo. A pesar de los tipos
de crecimiento a veces elevados registrados en los países
emergentes, las diferencias de riqueza media por persona si
guen incrementándose y no parece que nada vaya a frenar
esta evolución. La cuestión del desarrollo no se resuelve con
la extensión de la mundialización económica. Esta, no obstan
te, transforma la problemática: en el pasado, había, por un
lado, países desarrollados sin desempleo ni exclusión y, por
otro, países que carecían absolutamente de futuro. En la
actualidad, todos se enfrentan más o menos a los mismos
desafíos, a pesar de seguir siendo muy diferentes en cuanto a
su riqueza media. ¿Podrá seguir aceptándose durante mucho
t iempo que los ingresos medios por habitante variaran en
1997 de I a I 10 entre los países industrializados y los menos
avanzados?
Por tanto, la lógica de las empresas puede aparecer con
traria al universalismo del Pentecostés, al reducir al hombre a
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Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
un factor de producción. Se está expandiendo un totalitarismo
del beneficio y de la economía. ¿Cómo conservar lo positivo (la
producción de riquezas) sin contar al mismo tiempo con lo ne
gativo (la alienación del hombre y la pobreza de algunos)? Es
ta cuestión dista mucho de ser nueva. Ya se planteaba en la
Europa del siglo pasado, con el nacimiento del capitalismo. Se
ofrecieron múltiples respuestas. Podía cambiarse completa
mente la propiedad y la sociedad: tal fue la utopía del comu
nismo, propagada por el Manifiesto de Karl Marx en 1848.
También se podría instaurar un Estado totalitario fundado en
una ideología única impuesta, que absorbiera a toda la socie
dad en el orden político: tales fueron las respuestas estali-
nistas, nazis o fascistas. Por último, podría aceptarse el desa
rrollo capitalista e intentar equilibrarlo, ya fuera por una acción
de redistribución del Estado en colaboración con la patronal
y los sindicatos (la socialdemocracia instaurada en todos los
países de Europa Occidental), ya fuera a través de la fortaleza
de una sociedad civil muy activa (respuesta liberal típica de Es
tados Unidos), o, por último, combinando ambos sistemas (el
New Deal de F.D. Roosevelt). Hasta el momento, los hechos
han resuelto más bien en favor de este último grupo de res
puestas, puesto que las dos primeras no han provocado más
que una barbarie peor que la del capitalismo. Portante, se po
dría pensar que la respuesta eficaz a los indiscutibles males so
ciales de la mundialización económica reside en la mundiali
zación de la socialdemocracia ligada al liberalismo, sin descar
tar por principio que distintas formas nuevas de socialismo
podrían responder igualmente a la cuestión, incluso a partir de
las ¡deas de Marx, aunque dichas formas están aún por nacer
Hasta que no se logre esta evolución, la mundialización eco
nómica seguirá siendo salvaje, tal como lo fue el capitalismo
en su nacimiento.
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La Documentation Catholique
En este camino se alza un obstáculo de gran envergadura: el desfase de los espacios económicos y políticos. Este desfase se daba ligeramente el siglo pasado, cuando las economías estaban poco internacionalizadas. La situación actual es bien distinta. Mientras que la economía y las finanzas se despliegan en un único espacio unificado y globalizado (el mundo entero, homólogo a la ciudad única en la que se erigía la torre de Babel) la política sigue estando demasiado fragmentada en espacios institucionales independientes. El poder político no puede por tanto actuar de forma global en el espacio más adecuado, el de un mundo único. Las Asociaciones regionales de Estados como la Unión Europea es porque la Europa unida, con su propia moneda, es indispensable para el control local de la mundialización. Sin embargo, en ocasiones, la cuestión se resolverá totalmente una vez que surjan organismos políticos especializados multilaterales y democráticos, los únicos capaces de obligar a una redistribución mundializada y de establecer unas normas sociales generales, sin constituir por ello un gobierno mundial que elimine los gobiernos nacionales. La promoción de Asociaciones regionales de Estados y la creación de organismos políticos mundiales democráticos son dos trámites complementarios, no opuestos. Estos organismos no existen todavía bajo sus formas adecuadas —e l sistema internacional actual entró en vigor a partir de 1945 y está todavía muy lejos—. Es una tarea urgente luchar por su nacimiento por todos nosotros y por los cristianos en particular; al igual que por la promoción de la cooperación entre Estados y la extensión de normas jurídicas internacionales. As í se podrá reducir, e incluso hacer desaparecer, la distancia creciente entre los espacios políticos y el espacio económico globalizado, problema central si se quiere civilizar la mundialización económica.
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Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
La mundialización de la economía es rápida y masiva, engendra una producción creciente de riquezas con consecuencias sociales a veces muy negativas debido a la primacía absoluta de la rentabilidad, que engendra un nuevo tipo de totalitarismo homólogo al de la Torre de Babel. Estas consecuencias no podrán controlarse más que mediante una mundialización del poder político asociado a la extensión de Asociaciones regionales de Estados. La Unión Europea, con el euro, es ya un intento de respuesta para nuestro Continente. Nosotros deberíamos entonces adherirnos plenamente a ella.
V. Hacia una nación planetaria
Las instituciones políticas evolucionan frecuentemente bajo la presión de una opinión pública tomando conciencia, en un momento dado, de que ellas han llegado a ser poco capaces de resolver los problemas que experimentan las personas. Esta constatación no es nueva, pero revela una fuerza que aumenta con la multiplicación y la mundialización de los medios de información de masas. As í pues se puede suponer con verosimilitud que la necesaria mundialización de lo político será tanto más rápida y profunda cuanto más la reclame una opinión pública mundial cada vez más consciente y exigente. La mundialización de lo político, antes que ninguna de las reivindicaciones, la globalización en cada uno de nosotros de la conciencia del mundo, la participación de cada uno en la acción a favor de un mundo nuevo y mejor para todos. Cuanto antes seamos concientes de formar un solo pueblo mundial que viva en una sola tierra, antes se modificará el carácter salvaje de la mundialización actual. D e hecho la palabra pueblo no es la mejor; porque permite suponer que todas las perso-
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La Documentation Catholique
ñas que lo integran tienen en común la misma historia, las mis
mas costumbres y la misma lengua. Evidentemente este no es
el caso y no debe constituir un objetivo, a menos que se corra
el riesgo de caer en el universalismo de Babel. El término más
adecuado es más bien el de «nación», que designa a personas
que en principio tienen en común la aceptación de un mismo
futuro colectivo, lo que supone evidentemente el reparto de
elementos culturales próximos, si es que no son idénticos. ¿A
qué altura estamos de la formación de una sola nación plane
taria, aspecto capital de la mundialización?
Actualmente se puede constatar la presencia de caracteres
culturales cada vez más comunes en mayor número de perso
nas. Por tadas partes se desarrolla una civilización común de la
vida diaria, que se difunde como una consecuencia de la mun
dialización de las empresas. Esta civilización está relacionada
con la urbanización, porque utiliza las ciudades como puntos
de apoyo y vectores de su difusión. Se observa entonces una
correlación entre mundialización y urbanización, lo que consti
tuye ya en sí un elemento capital de aproximación cultural. Se
venden productos análogos de gran consumo por todas partes
en grandes superficies, cada vez más parecidas. Aparatos au
diovisuales, coches, ordenadores, C D s , películas y series televi
sadas, ropas y calzado, productos de belleza, se venden cada
vez más en mercados múltiples, repartidos por el mundo ente
ro. Los aviones son los mismos en todas partes. D e hecho los
fabrican dos compañías. Se asiste a la fusión de empresas que
además quieren acelerar este movimiento, como, por ejemplo,
la reciente entre Chrysler y Mercedes-Benz.
Sin embargo, ahora con viajar y con vivir en diferentes paí
ses basta para darse cuenta que utilizar los mismos productos
y ver las mismas emisiones no significa vivir de manera idénti-
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Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
ca. Pero este movimiento de la vida diaria implica, no obstan
te, que se cree un nivel común de usos entre personas que
son diferentes. El ejemplo de los Talibán muestra por el contra
río la realidad de esta afirmación: destruyen sistemáticamente
este nivel porque para ellos es el único medio que les permite
aislar verdaderamente del exterior la vida del pueblo afgano.
A las diferentes culturas de los pueblos se integra cada vez
más un estrato común, según las modalidades variables en
función de las diversas áreas culturales. Se está aquí ante un
proceso totalmente aceptable, si se tiene en cuenta el universalis
mo de Pentecostés.
Lo mismo sucede con las lenguas y con ciertos valores éti
cos. El inglés tiende a convertirse en la lengua de la comunica
ción mundial, sin que por otra parte las otras lenguas desapa
rezcan. Solamente que se extiende cada vez más como su
plencia de las lenguas vernáculas. Los valores que los
reagruparán bajo el vocablo «Derechos Humanos» nacieron
en Europa; se asiste a su extensión progresiva por todos los
pueblos, incluso habiendo intentos, en Asia o en los países
musulmanes, para limitar su universalidad en nombre de con
ceptos regionales. Estos intentos de restricción son, por otra
parte, la mejor prueba de su actual expansión. Incluso aunque
no se respeten necesariamente en todas partes (¿se respetan
siempre en su país de origen?), su recuperación generalizada
significa la aceptación de normas comunes y, por tanto, de un
nivel ético común a todos, una concepción universal del hom
bre cada vez más extendida.
La nación planetaria se construye también mediante la
mundialización del Derecho, que, poco a poco, va creando
normas universales, acompañadas a veces de jurisdicciones
ad hoc. El Derecho Internacional se enriquece con las nue-
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La Documentation Catholique
vas reglas necesarias para los mercados planetarios, reemplazando así a las reglas nacionales, incompatibles con la liberalización de la economía, lo que plantea por otra parte la difícil cuestión de la perennidad de la soberanía de cada país. Los derechos del hombre quedaron proclamados en la Declaración Universal votada por la O N U en 1948, y más tarde en otros instrumentos jurídicos. A partir del precedente de Nuremberg, nacieron los Tribunales internacionales. El más importante de ellos es, sin lugar a dudas, el Tr ibunal Penal Internacional, cuyos Estatutos fueron aprobados en 1998. N o deberíamos infravalorar la importancia de la mundialización del Derecho, puesto que un conjunto común de normas jurídicas es un factor fundamental de unificación. Así, el mundo comienza a poseer el embrión de un único Estado de Derecho.
La concepción universal del hombre está evolucionando profundamente bajo la influencia de la ecología y de los avances en el ámbito de la comprensión intercultural. Estos factores afectan a un aspecto fundamental: la relación occidental entre el Hombre y la Naturaleza. La cultura y el desarrollo de Europa se han apoyado en la separación total y trascendental entre el hombre y todo lo demás, englobado bajo el término de «naturaleza». Desde esta óptica, la cultura era precisamente lo que escapaba al estado de naturaleza, a pesar de ciertos pesares pasajeros, mientras que muchos otros pueblos no europeos no hacían esta distinción. La ecología, nacida a mediados del siglo pasado en Alemania y difundida sólo desde hace poco, alteró los términos de esta separación mostrando que, al contrario, el hombre, incluso de forma radicalmente superior en dignidad, está ligado a todo lo demás y no puede vivir bien si no toma
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Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
conciencia de sus relaciones con el resto. Por su parte, las ciencias de la vida apoyan esta nueva visión dejando patente la continuidad profunda de todo lo vivo. Esta evolución conceptual tiene dos consecuencias capitales. La menos conocida, aunque no la menos importante, consiste en reducir la distancia que nos separaba de muchas culturas que juzgábamos primitivas y permitir a dichas culturas reintegrar la comunidad mundial. Desde ese momento, nos volvemos más capaces, por ejemplo, de comprender a las sociedades indias; a través de la ecología, los pueblos indios subsistentes pueden reintegrarse en la modernidad. Están surgiendo formas de comprensión mutuas inéditas, incluso entre las grandes culturas asiáticas. La otra consecuencia es más conocida: la ecología desemboca en la toma de conciencia de un destino doblemente común, entre los hombres y el resto del universo, a través de los ecosistemas, y entre los diferentes pueblos a través de la propagación de contaminantes, los cambios climáticos y la restricción de recursos. Y en virtud de este destino se acaba por preconizar un «desarrollo duradero», es decir, que integre la responsabilidad para con nuestros descendientes.
Si bien la ecología y la proclamación de los derechos universales llevan a tomar conciencia de un destino común, lo que constituye una forma de mundialización distinta de la económica y, a menudo, en crítico diálogo con esta última, no debemos olvidar el hecho de que esta conciencia común se alimenta también de la conciencia creciente de las interdependencias puramente económicas entre los pueblos. A partir del momento en que existen mercados económicos y financieros ligados los unos a los otros y, a veces, unificados, la prosperidad o las dificultades de una región se transmiten a las otras. La actual
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Lo Documentation Cotholique
crisis asiática es un buen ejemplo de ello: a corto plazo, hace
refluir capitales hacia Europa, algo positivo para nosotros, pero
su prolongación nos haría perder clientes preciados. Del mis
mo modo, la comunidad financiera internacional está obligada a
ayudar a Rusia para evitar la propagación de su actual recesión.
Son muchos los que perciben mal estas interdependencias pe
sadas y prácticamente automáticas, pero es bastante seguro
que acaben por reforzar la conciencia de un destino común y,
de esta forma, de la existencia de la nación planetaria.
La mundialización es también la aparición de elementos cul
turales y de la vida cotidiana comunes a todos los pueblos. Asisti
mos igualmente a la difusión de los Derechos del Hombre y, bajo
la influencia de la ecología, de la mundialización del Derecho y de
las interdependencias económicas, al nacimiento de una verdade
ra nación humana planetaria que se añadirá a las ya existentes.
Este nacimiento viene acompañado de una revolución cultural: la
modernidad ya no separa totalmente al hombre de la Naturale
za, lo que favorece la comprensión entre nuestra cultura y las
otras, así como el camino hacia un desarrollo duradero. La mun
dialización no es sólo económica, sino también social, y puede
abrirse al universalismo del Pentecostés.
V I . La mundialización desarrolla la autonomía personal
Una de las consecuencias más desconocidas de la mundia
lización es su capacidad potencial para desarrollar la autono
mía personal, lo cual puede constituir ciertamente un avance
siempre que cada uno sea capaz de utilizar ese potencial para
formarse más como sujeto. Esta afirmación no procede de
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Controlar lo mundialización. Documento de lo Commission Justice et Poix-France
cualquier idealista a príorí, sino de la constatación de una realidad ya tangible:
— Los vehículos del conocimiento y de la acción personales se multiplican y sus costes de acceso se abaratan sin cesar, ya se trate de libros, de programas de ordenador de C D o D V D , de programas de televisión, de los precios de los viajes y las telecomunicaciones, de la extensión de la estructura asociativa y de las O N G . Estas herramientas son cada vez menos pasivas, cada uno puede intervenir cada vez más y establecer su propio menú, sus propias combinaciones, su propio estilo de cultura y de vida. El desarrollo fulgurante de Internet va a convertir a la Red en uno de los medios de comunicación y conocimiento más importantes, un medio interactivo ajeno a todo control institucional.
— Esta auténtica explosión de los vehículos personales del saber se ve favorecida por la inserción de las culturas y de los conocimientos en la mundialización y la economía de mercado. Las culturas menos conocidas se hacen accesibles, se difunden y recuperan. El fenómeno resulta especialmente visible en la música, aunque también en las artes plásticas, la moda y la decoración con la aparición de los estilos «étnicos». Esta evolución no se produce en un único sentido: las culturas no occidentales se difunden entre nosotros y de forma recíproca.
— La intrusión de las empresas en los mercados culturales acaba con el monopolio ideológico de los aparatos institucionales: Estado, escuela, Iglesias, partidos y sindicatos, y relativiza sus respectivos discursos. Junto a los
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La Documentation Catholique
discursos organizados que producen, cada uno de ellos
con un conjunto coherente de saberes y reglas éticas,
surge ahora una oferta disparatada de elementos ideo
lógicos y culturales cuyo contenido se controla exclusi
vamente con arreglo al criterio de rentabilidad. Si bien
el desarrollo de este amplísimo «autoservicio de cono
cimientos» puede desconcertar y la penetración de la
idea de beneficio en la cultura y el saber puede inquie
tan se deduce, no obstante, una transformación positi
va importante: cada vez habrá menos pret-8-porter ide
ológico estandarizado, los márgenes de la libre elec
ción aumentan y cada uno puede formarse su propia
composición.
La mundialización conlleva igualmente la posibilidad, cada
vez para un número mayor de gente, de trazar su propio ca
mino entre una multiplicidad de elementos cognoscitivos cada
vez más accesibles, elementos ideológicos o éticos que perte
necen a múltiples sistemas diferentes. La coherencia de este
proceso se situará, en estas condiciones, en el nivel de la pro
pia persona y no, como antaño, en el del autor del discurso.
Por tanto, es posible plantear como hipótesis plausible que
una de las consecuencias de la mundialización, tanto social
como económica, es la aparición de una «sociedad del yo» en
la que se valora al sujeto individual en detrimento de los di
versos aparatos institucionales colectivos. El conjunto de los
sujetos individuales no constituye por ello un simple apila-
miento: está lleno de relaciones múltiples y variables. Se trata
de una sociedad de múltiples «yo», aunque ligados directa
mente entre sí en cuanto a la acción, según agrupamientos
parciales, provisionales y fugaces. Ello no implica no obstante
la desaparición de las instituciones que estructuran el campo
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Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
social; simplemente deberán demostrar constantemente su utilidad en pro del «yo», pudiendo apoyarse cada vez menos en el argumento de autoridad para lograr su legitimación. Los compromisos permanentes en una institución tampoco tienen motivo alguno para desaparecen aunque ya no constituyen la única forma de socialización o de intervención social.
Esta diversificación se aplica a todos los ámbitos, tanto a la familia como al compromiso social, político o religioso. Así, por ejemplo, el matrimonio y la familia clásica permanecen vivos al tiempo que se desarrollan otras formas de unión; la pertenencia a un partido o a un sindicato se sigue practicando al tiempo que nacen formas de coordinación o movimientos sociales limitados a un objeto concreto para una duración igualmente limitada. La sociedad estructurada en grandes instituciones permanentes no desaparece, aunque se relativiza y se ve amenazada por esta «sociedad del yo», en la cual la mundialización liberal hace posible el desarrollo.
A partir de ahora, corresponde a cada uno definir su propia evolución si lo desea, desarrollando toda la humanidad que lleva en su ser Nuestra libertad se incrementa con el mismo movimiento, al igual que nuestra responsabilidad. Si bien la mundialización permite la «sociedad del yo», no implica la uniformidad, como suele pensarse. Favorece, por tanto de forma potencial una universalidad satisfactoria al ser compatible con la del Pentecostés. Pero este cambio beneficioso inscrito en la lenta y antigua emergencia de la persona y en la visión cristiana de esta última, no podrá cumplirse más que si cada uno cultiva el aprendizaje de las lenguas de base (Informática, lógica, idiomas, publicidad) y es capaz de escogen aprendiendo por tanto a hacerlo. Es posible e incluso probable que esta formación necesaria para el ejercicio de la libertad personal
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La Documentation Catholique
precise una reestructuración de los contenidos y formas de
enseñanza. Frente al riesgo de encerrarse en sí mismo inhe
rente a esta nueva libertad, el aprendizaje, desde la escuela,
de la comunicación interpersonal y de la vida colectiva debería
desarrollarse con fuerza. La «sociedad del yo» refuerza la utili
dad de la escuela.
Por muy beneficiosa que pueda ser en muchos respectos,
esta «sociedad del yo» no está desprovista de riesgos, en espe
cial si se sustituyen los antiguos monopolios de los grandes apa
ratos ideológicos por otros más insidiosos. La enorme cantidad
de inversiones necesarias para los mercados culturales amenaza
con entregarlos a los mayores operadores, especialmente los
norteamericanos, premisas que podemos vislumbrar con el es
pectacular resurgir de Hollywood y el vertiginoso ascenso de
Microsoft o de Intel. Desde este punto de vista, el proyecto de
Accord Mondial sur /' Investissement (AMI) era peligroso en su
forma actual, puesto que trataba los bienes culturales de la mis
ma forma que el resto de los bienes, como el proyecto de la
zona de libre intercambio trasatlántico. La Unión Europea de
bería reaccionar cuanto antes si desea evitar la repetición de las
consecuencias negativas de la desregulación de los años 80. El
rechazo francés del proyecto AMI va a situar a la Organización
Mundial del Comercio, encargada ahora de la elaboración de
un nuevo proyecto, ante una gran responsabilidad.
N o obstante, si la «sociedad del yo» llega a evitar el con
trol de los grandes operadores planetarios, se desarrollará y
transformará el ejercicio de la política y de la acción colectiva.
Las personas sólo se movilizarán una por una si se sienten in
volucradas, por lo que esta movilización no será nunca perma
nente, sino provisional y móvil. Es necesario realizar con ur
gencia una reflexión acerca de la gobernabilidad de una socie-
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Controlar la mundialización. Documento de lo Commission justice et Paix-France
dad así. Es preciso que el Estado, los partidos y los sindicatos,
aunque también las Iglesias, tengan en cuenta esta nueva so
ciedad a la hora de actuar La pregunta que Jesús plantea a Pe
dro «¿Quién decís que soy yo?» adquirirá una nueva dimen
sión en la vida de los creyentes, al situar la relación de Jesucris
to en el mismo nivel que el sujeto.
N o obstante, no deberíamos disimular los riesgos inheren
tes a la «sociedad del yo». Estos riesgos son de dos tipos. En
el plano individual, la persona puede aislarse en su propio yo
en detrimento de todo lo demás y del resto del mundo y en
beneficio de su propio egoísmo. Esta tentación se refuerza a
través de la sociedad de consumo, que no considera a la per
sona más que bajo la perspectiva del consumidor individual y
que favorece el aislamiento al acentuar la propensión a consu
mir Del aislamiento voluntario a la soledad sufrida hay un solo
paso, fácil de franquear sin ser conscientes de ello por aque
llos cuyas aptitudes de relación son débiles. En el plano colec
tivo, el riesgo es la atomización de la sociedad, su fragmenta
ción en clanes y el desarrollo de una indiferencia a la condi
ción de los otros. D e esta forma, la exclusión o el desempleo
podrían tolerarse perfecta y colectivamente siempre que no
afectara directamente a uno mismo.
Las desviaciones y los usos potencialmente negativos son el
sino de todas las libertades y sobre todo de las nuevas. N o se
trata de una razón suficiente para condenar a la «sociedad del
yo», pero sí para velar porque cada yo pueda relacionarse con
los demás. Una buena «sociedad del yo» será aquella en la que
se desarrollen todas las redes, empezando por las asociativas y
las de las O N G . En una encuesta reciente de Sofres-L Vrdlna-
teur ¡ndividuel (número 99, octubre de 1998), se muestra que
es posible ser razonablemente optimistas. Los pioneros de la
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La Documentation Catholique
«sociedad del yo», que utilizan de forma intensiva los multime-
dios, son reformistas, partidarios de una moral fuerte, apósto
les de la diversidad, especialmente en Europa, muy demócra
tas, aunque dudan de los partidos y el voto, favorables a la
mundialización, activos y lúcidos frente a los medios, devorado-
res de libros, comprometidos con la protección social y con la
idea de que la escuela forma ante todo la reflexión y el sentido
crítico, en fin de cuentas, mayoritariamente optimistas.
La mundialización puede desembocar en una mayor autono
mía y libertad personales si los nuevos monopolios comerciales no
sustituyen a los antiguos poseedores del monopolio del discurso
ideológico y si cada uno se forma su propia nueva libertad y su
comunicación con los otros. Es posible que nazca una «sociedad
del yo» fundamentada en las relaciones directas entre personas.
La acción colectiva y la evangelización deberán tenerlo en cuenta.
Para evitar los riesgos de retraimiento, fragmentaciones sociales y
soledades, esta sociedad deberá equilibrarse mediante una fuerte
moral colectiva y cívica, así como a través del desarrollo de una
estructura asociativa y de las ONG.
V I I . La alternativa de los repliegues de identidad
Si la mundialización de la socialdemocracia y de la apari
ción de una «sociedad del yo» constituyen respuestas positi
vas a los desafíos de la mundialización, la observación de la
realidad actual demuestra que el resto de las reacciones más
negativas son igual de posibles y de reales. En efecto, existe
una gran tentación de intentar escaparse a la mundialización a
través de múltiples regresiones de identidad. ¿Es realmente
una coincidencia que la influencia del Frente Nacional aumen
tara en los 80 al mismo tiempo que la mundialización y las
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Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
desregulaciones, si las dificultades urbanas tienen la misma
concomitancia? N o lo parece, por lo menos no más que la
progresión del islamismo a partir de los mismos años y la
orientación de países enteros hacia sociedades totalitarias con
bases religiosas.
Las manifestaciones imprevistas y multiformes de la mun
dialización dan más miedo en tanto que son difíciles de com
prender a causa del cambio de referencias personales y colec
tivas de base. Además, vienen acompañadas por un incremen
to del desempleo o de la exclusión. La alteración del espacio y
del t iempo desconcierta a todos aquellos habituados a vivir en
un universo estable; la pérdida del monopolio del discurso ex
plicativo del Estado y de otras grandes instituciones regulado
ras alarma a los que no pueden realizarse más que en una so
ciedad de orden, aunque sea injusta o autoritaria; la facilidad
creciente de las comunicaciones y de los desplazamientos de
personas acorta las distancias entre los unos y los otros, algo
peligroso para determinadas personas. Es en estos niveles
profundos de la persona donde se arraigan los integrismos, los
comunitarismos y los repliegues de identidad.
A falta de creer en la posibilidad de adaptarse, la tentación
instintiva consiste en encerrarse en un pasado mitificado, los
grupos elementales, la autoridad carismática de un líder Este
repliegue viene acompañado inevitablemente por un rechazo
del otro, considerado distinto y peligroso por naturaleza.
¿Quién es ese otro? Puede ser el judío, el árabe, el musulmán
o, de igual forma, el europeo, el cristiano... Lo es también el
maestro, el conductor de autobús, el policía, es decir; todos
aquellos que vinculan lo local con la sociedad global, considera
da algo agresivo. Si «esos» otros pueden definir cada regresión,
los «otros» de todas las regresiones tienen en común simboli-
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zar el exterior, considerado o priori algo peligroso y que ame
naza su identidad. La cara oculta y oscura de la mundialización, el
aspecto negativo de la «sociedad del yo», es el encerramiento in
dividual o colectivo. En lugar de la nación planetaria, promueve la
dispersión, la incomprensión y el antagonismo que llevan directa
mente a la situación de la Humanidad después de Babel. D e la
misma forma que todas las culturas y todos los países se ven
afectados por la mundialización, también lo están por ese ence
rramiento. La mundialización engendra una dialéctica constante
entre la apertura al exterior y el repliegue de uno mismo, en
tre los dos universalismos legados por nuestra tradición.
Esta dialéctica presenta un aspecto positivo: evita el riesgo
de uniformización al que expone la mundialización a todos los
pueblos. Mientras que el retorno a uno mismo se limite a la
conciencia de su propia identidad y a la promoción de su cul
tura, existirá un antídoto seguro a todas las banalidades. Pero
si la identidad se estanca en el pasado y se hace impermeable
a los otros, nacerá entonces la espiral del encerramiento. Ser
francés no consiste en pertenecer a un pueblo mítico de abo
lengo, sino en vivir en la actualidad la herencia griega, romana,
árabe, cristiana, de los Ilustrados y de la República, permane
ciendo abiertos al mundo.
¿Cómo reducir el encerramiento que amenaza con esterili
zar a tantas personas y energías? Hay que comprenden aun
que también convencer y, si es necesario, combatir Convencer
mostrando que el encerramiento no conduce a nada bueno,
que puede transformar un país entero en un asilo de aliena
dos, puesto que conduce directamente al autismo ya la aliena
ción, engendra horrores como la limpieza étnica y conduce di
rectamente al subdesarrollo. El temor y el menosprecio del
otro se oponen a los valores humanistas y republicanos. En
416
Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
cuanto a las disciplinas de Jesús, hay que recordarse sin cesar
que el amor al que les invita no conoce frontera alguna de
raza, cultura, sexo o religión. El Pueblo de Dios no está dividi
do. Aquellos que se encierran buscan el orden y la seguridad,
hay que decirles que lograrán exactamente lo contrario: anar
quía y violencia. Esto puede demostrarse fácilmente a partir
de la historia europea de nuestro siglo y los acontecimientos
actuales.
En cuanto al necesario combate contra las ideologías de
exclusión, debe conducirse, evidente y exclusivamente, por
los únicos derroteros legales: ningún tipo de violencia es excu
sable en una sociedad de derecho; debe ser reprimida al igual
que el racismo. Pero resulta evidente que este combate pacífi
co será más sencillo si la propia mundialización se produce de
forma «civilizada», si no sirve exclusivamente a los más ricos, a
los más fuertes y a los más inteligentes.
Estos fenómenos de encerramiento y de aislamiento pue
den percibirse en la actualidad en todos los niveles, desde las
personas hasta países enteros. Ninguna sociedad se escapa a
ellos, puesto que acompañan de forma inexorable a la mundia
lización. N o obstante, no adquieren la misma apariencia ni ex
tensión en todas partes. Hemos de cuestionarnos si no encon
trarán un terreno más favorable en aquellos pueblos que han
desarrollado fuertes instituciones o ideologías de integración
colectiva. Francia, por ejemplo, se encuentra más afectada por
la extrema derecha que el resto de los países de la Unión
Europea. Se trata, asimismo, del país en el que el Estado ha de
sempeñado la función más importante para constituir los «ci
mientos sociales», llegando incluso a confundirse con la propia
nación. Los países musulmanes y la India, incluso Israel, parecen
especialmente vulnerables a las tentaciones de retraimiento a
417
Lo Documentotion Catholique
partir de una ley religiosa que engloba todos los aspectos de la
vida, determinando sociedades de orden completo. D e esta
forma, vemos reaparecer el riesgo de universalismos de tipo
«babeliano», es decir; totalitarios, y constatamos también las
consecuencias negativas. La peor de las hipótesis, para el futuro
de la mundialización, sena la connivencia entre la lógica del be
neficio o de la rentabilidad y estas sociedades totalitarias. Ejem
plos como los de la relación ambigua entre Estados Unidos
con los talibanes o con el régimen de Arabia Saudí demuestran
que esta situación no es objeto de la imaginación.
La mundialización y sus dificultades han establecido una dia
léctica constante entre la apertura a los otros y al exterior y el re
pliegue en uno mismo y en sus semejantes. Esta dialéctica se da
en todos los niveles geográficos, se encarna en diversos encerra
mientos, individuales, políticos, etnoculturales o religiosos, vividos
como alternativas a la sociedad de relaciones asociada a la mun
dialización. Contrarios a todos los valores humanistas y cristianos,
estos encerramientos han de ser combatidos, puesto que condu
cen directamente al universalismo negativo de Babel.
C O N C L U S I Ó N
Cuando, con el Tratado de Tordesillas (1494) España y
Portugal se repartieron el mundo, tratado que dio paso a la
primera mundialización, la de Europa fuera de Europa, lo hi
cieron con el respaldo y arbitraje del Papa de entonces. El
proyecto estaba claro: inventariar el mundo entero, conocerlo,
civilizarlo, explotarlo en beneficio de los europeos y, por últi
mo, convertirlo a la fe cristiana, considerada entonces la única
admisible. Ahora nos encontramos ante una segunda mundia
lización, hija al mismo tiempo de la primera, aunque diferente,
418
Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Poix-France
puesto que se debe a otros motores distintos de la voluntad
de poder de los europeos y la propagación de la fe cristiana.
En la actualidad, la Informática, Estados Unidos y las empresas
son las que dirigen el juego. Frente a esta mundialización, que
los cristianos no han iniciado ni deseado, ¿qué podemos hacen
qué queremos? Éstas son las preguntas que nos tenemos que
empezar a plantear
Algunos aspectos de la mundialización parecen irreversi
bles. Ante todo, su propia existencia: nadie sería capaz de de
tenerla, al igual que no se pudo detener la revolución indus
trial a pesar de su brutalidad, que subyugó a generaciones de
campesinos y proletarios. Por otro lado, la lógica de las em
presas, cuyos principios no se pueden poner en tela de juicio,
dado que no existe ninguna otra fórmula alternativa: el drama
soviético ha demostrado que no basta con socializar los me
dios de producción para edificar un futuro radiante. Por últi
mo, la revolución informática que, apoyada en poderosos gru
pos de interés, penetra por todas partes con fuerza gracias a
sus múltiples aplicaciones. Tal es el núcleo de la mundializa
ción, de la cual la potencia norteamericana ha sido un episo
dio histórico contingente indispensable al principio, pero que
no constituye un motor permanente necesario. Si bien este
núcleo es importante, está claro que dista mucho de determi
nar el futuro completamente por sí solo. La informatización
irreversible del mundo no implica en absoluto una forma úni
ca de sociedad.
Tal como intenta establecer este texto, la mundialización
no es ni completamente buena ni completamente mala. Inscri
be su camino entre dos universalismos, el totalitario y peligro
so de Babel y el liberador del Pentecostés. ¿Hacia cual tenderá
más? La problemática ética y de civilización reside en esta
419
La Documentation Catholique
cuestión, que permanece completamente abierta. La lógica de la rentabilidad en los mercados globalizados y la de los repliegues de identidad tienden a desviar la mundialización hacia Babel. El nacimiento de una nación planetaria y el desarrollo de las autonomías personales conducen, al contrario, hacia el universalismo del Pentecostés. La civilización que está naciendo ante nosotros sigue estando, afortunadamente, poco determinada. Se trata, efectivamente, de una civilización, puesto que la transformación actual afecta a todos los aspectos de la vida personal y colectiva, de una civilización planetaria al manipular a todos los hombres en su edificación tumultuosa.
Portante, corresponde a todos aquellos que se reconocen en el universalismo del Pentecostés hacer todo lo posible para que la mundialización se oriente hacia este tipo de universalismo y no hacia el de Babel. Corresponde a cada uno aplicar esta orientación allí donde viva. No obstante, parece posible proponer un primer esbozo bajo la forma de cuatro recomendaciones.
Primero, hay que construir cuanto antes contrapesos jurídicos, sociales y políticos a la lógica implacable de las empresas y de la rentabilidad. De la empresa en la que trabajamos a la comunidad internacional, la distancia es amplia y cada uno puede encontrar la forma de actuar. Del derecho laboral a la lucha para lograr organizaciones regionales o internacionales democráticas y eficaces, las acciones necesarias son numerosas en todos los niveles. Nuestro final de siglo presencia el desarrollo de verdaderas catástrofes ecológicas y crisis financieras internacionales temibles que determinan dos facetas verdaderamente importantes. Pero el futuro de la mundialización está en juego también en la evolución del trabajo y las contaminaciones urbanas, ámbitos en los que la mayoría de nosotros estamos di-
4 2 0
Controlar la mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
rectamente implicados y por tanto podemos intervenir N o
olvidemos tampoco que la construcción de una democracia
europea real puede encaminarse también para lograr una je
rarquía mejor entre poderes económicos y políticos, también
a escala mundial si la Unión utilizase toda su influencia en este
sentido en lugar de adecuarse a las posiciones estadouniden
ses, como suele hacer a menudo.
En el seno de este esfuerzo de conjunto, las fuerzas éticas
y, en especial, las Iglesias, precisan un plan de acción. La impor
tancia de esta segunda recomendación es tal que merece que
nos detengamos en ella: es necesario crear en todo el mundo un
verdadero Estado de Derecho que garantice la jerarquía de los
derechos necesaria para encaminarnos hacia el universalismo del
Pentecostés. La Declaración Universal de los Derechos del
Hombre de 1948 no puede considerarse la culminación: al
contrario, se trata de un punto de partida. Es absolutamente
necesario que el respeto de los derechos sociales y colectivos
permita dirigir el derecho internacional de la mundialización
económica. La forma jurídica de la Declaración de 1948, com
pletada por convenios posteriores y por nuevos derechos, de
bería ser de tal forma que este verdadero código mundial hu
mano pudiera imponerse al resto de los instrumentos de de
recho internacional, desempeñando así en todo el planeta una
función similar a la de la Constitución en una nación democrá
tica. C o n el fin de garantizar la eficacia de un código supremo
de estas características, es necesaria la existencia de jurisdic
ciones internacionales. El Tribunal Penal Internacional, cuyo es
tatuto fue aprobado en 1998, debería experimentar en el fu
turo una ampliación de sus competencias.
Tercera recomendación: Luchar contra los encerramientos y
los repliegues de identidad, puesto que crean sociedades segmen-
421
La Documentation Catholique
todas y violentas, al tiempo que alienan a las personas. Esta lucha debe llevarse a cabo favoreciendo ante todo la eclosión de la «sociedad del yo» unido a los demás, la sociedad de relaciones, puesto que de esta forma se puede reducir el número de personas tentadas por el encerramiento. Para ello será sin duda necesario proceder a una transformación profunda de la educación y de los maestros a partir de primaria, una difusión constante, mejorada y sencilla de la Informática interactiva, los viajes y los contactos. Así, esta lucha será efectiva si nos esforzamos por convencer a las personas encerradas en sí mismas de que tienen un comportamiento infantil y si reprimimos con fuerza cualesquiera violencias. Ni las Iglesias ni los Estados se escapan a esta lucha, que debe llevarse a cabo sin excluir a los que se encierran. En el plano internacional, esta lucha pasa por la negativa a pactar con los paladines de toda purificación étnica o religiosa. Para nuestras Iglesias, ello debería significar igualmente una recuperación de ecumenismo.
Queda una cuarta recomendación, la más evidente, pero al mismo tiempo quizá la más difícil: vivir uno mismo de forma consciente la mundialización y vivirla desde la óptica del Pentecostés, porque nada sustituye al ejemplo vivido. Ello implica comprender el mundo que se está formando, aceptar participar en todos los niveles, desde el conocimiento de sus movimientos al aprendizaje de sus lenguajes, aceptar la coexistencia de valores establecidos y de los nuevos, en especial el fin de una relación puramente instrumental con los recursos naturales. Ello implica también ser uno mismo autor de esta nueva civilización interviniendo junto a otros en las instituciones clásicas o en fórmulas nuevas como las O N G . En este esfuerzo personal, no puede pasarse por alto la dimensión financiera. Proporción de donaciones privadas dentro de la financiación de actividades sin áni-
422
Controlarla mundialización. Documento de la Commission Justice et Paix-France
mo de lucro sólo representa un 8% en Francia y las inversiones
éticas son aún poco comunes, si bien es cierto que podrían
constituir un elemento de respuesta alternativa a la lógica ex
clusiva del dinero y del beneficio mundializados.
Cristianos, nos corresponde participar plenamente en to
das estas tareas. Primero, como ciudadanos y como personas,
pero más concretamente como depositarios de una Palabra
de Dios que constituye una relación y voluntad universal; en el
fondo, somos los primeros mundialistas. Corresponde espe
cialmente a los católicos aportar su ya larga experiencia histó
rica de la inserción del mensaje cristiano en las diversas cultu
ras y de la dialéctica entre la unidad de la Iglesia a través del
magisterio romano y la unidad de los creyentes a través de la
comunión; puede servirnos a todos para civilizar mejor la
mundialización. Corresponde a todos practicar la caridad, es
cuchar a los demás y usar el don del tiempo y el dinero en
pro de nuestros hermanos menos favorecidos. Nos corres
ponde por último luchar contra las instrumentalizaciones de la
religión, bastante numerosas, trabajar con nuestros hermanos
de otras religiones y establecer entre nosotros la sociedad de
relaciones que está germinando con la mundialización.
H a llegado el momento, por último, de repetir que no te
nemos motivo alguno para temer la mundialización, pero sí
muchos para purgarla de sus defectos. N o podemos aceptar
un nuevo universalismo sólo fundamentado en el dinero y las
ganancias al precio que sea, debemos oponernos a Babel.
Pero ello no es un motivo para llorar por las sociedades ce
rradas del pasado, crispadas por sus identidades rivales, o para
añorar la época en que la Europa cristiana regentaba el mun
do a costa de la esclavitud y del genocidio etnocultural de tan
tos pueblos y ricas culturas. Por tanto, sí a la mundialización,
423
La Documentation Catholique
porque puede aportar un nuevo humanismo fundado en todos los pueblos, todas las culturas, todas las diversidades de cada uno, todas las religiones. N o s corresponde contribuir a civilizarla, permaneciendo fieles al Espíritu del Pentecostés y con la Esperanza que ofrece la promesa del Libro del Apoca lipsis: « H e aquí que hago todas las cosas nuevas».
424
A C T I T U D E S D E L O S S A N T O S P A D R E S A N T E L A R I Q U E Z A
JESÚS EQUIZA Teólogo
Los Santos Padres tuvieron un pensamiento económico, se
refirieron a los bienes de este mundo y pidieron actitudes
concretas ante ellos. Y no podía ser menos. Todo ser humano
es homo oeconomicus: está llamado a entrar en contacto con
las cosas: a multiplicarlas, a transformarlas, a mejorarlas por
medio del trabajo. La teología del trabajo nos habla de la di
mensión activa del ser humano.
Pero el trabajo no agota la relación económica. El hombre
necesita bienes para existir y crecer Necesita apropiarse de los
bienes necesarios. ¿En qué medida? Los pensadores cristianos
reflexionaron sobre ética económica desde distintos puntos de
vista. Lo iremos viendo cronológicamente y sistemáticamente.
I . L A J U S T I C I A E C O N Ó M I C A
La codicia ha sido una tentación humana de todos los
tiempos. Acumular bienes que no son necesarios es dejar a
otros sin los que él necesita. La codicia como pecado social se
opone a la justicia como virtud que regula las relaciones entre
la persona y el dinero.
425
Jesús Equiza
La justicia exige que todos los bienes sirvan a todos los
hombres y que nadie se quede sin la porción correspondien
te . . . Cuando se da este hecho, el ser humano sufre de mise
ria que es un atentado a la dignidad humana y se opone a la
voluntad de Dios.
I . I . San Policarpo, Obispo y Márt ir
Obispo de Esmirna, conoció probablemente a Juan el
Evangelista, discípulo de Jesús. Hacia el año 155 mantuvo una
serie de encuentros con Aniceto, Obispo de Roma, para lle
gar a un acuerdo sobre la fecha de celebración de la fiesta de
la Pascua. Acuerdo que no se produjo, pues mientras Policar
po defendía el uso cuartodecimano (es decir, el día de la luna
llena), Aniceto mantenía el domingo siguiente a la primera
luna llena de Primavera. Fue martirizado en el año 156 (algu
nos sostienen que en el año 177). Defendió la verdad de la en
carnación del Verbo frente a gnósticos y docetistas... y escri
bió diversas cartas dirigidas a comunidades cercanas a la suya,
de las que ha llegado a nosotros la dirigida a los Filipenses.
San Policarpo escribió a los Filipenses a propósito de la co
municación de bienes lo siguiente:
«No es por propia iniciativa mía, hermanos, que os escribo estas cosas referentes a la justicia, sino que lo hago porque vosotros mismos me habéis incitado a ello. Porque ni yo ni persona alguna semejante a mí puede competir con la sabiduría del bienaventurado y glorioso apóstol Pablo, el cual, viviendo entre vosotros y hablando cara a cara con los hombres que vivían en aquel entonces en vuestra Iglesia, enseñó con exactitud y con fuerza la palabra de verdad, y después de su partida, os escribió una carta que, si estudiáis con atención, os edificará en aquella fe madre de todos nosotros, que
426
Actitudes de ios Sontos Padres onte lo riqueza
va seguida de la esperanza y precedida del amor a Dios, a Cristo y al prójimo. El que permanece en estas virtudes, cumple los mandamientos de la justicia, porque quien posee la caridad está muy lejos de todo pecado.
La codicia es la raíz de todos los males. Sabiendo, pues, que sin nada vivimos al mundo y sin nada nos iremos de él, armémonos con las armas de la justicia e instruyámonos primero a nosotros mismos a caminar según los mandamientos del Señor...» ( I ) .
1.2. Clemente de Alejandría
Nace probablemente era el año 150, en Grecia, y fija su do
micilio en Alejandría. Convertido al cristianismo en fecha des
conocida, fue discípulo de Panteno. Ordenado de presbítero,
sirvió a la Iglesia de Alejandría y enseñó Teología en la célebre
Escuela Catequética de aquella ciudad. A la muerte de Panteno,
le sucedió en la dirección de la Escuela hasta su muerte acaeci
da en el año 215.
Escribió mucho, siendo sus obras principales: Protréptica,
Pedagogo, Stromata, ¿Quls dives salvetur?
1.2.1. El Pedagogo: la inutilidad y maldad de las riquezas
«Si tenemos necesidad de una azada y de un arado para
labran no forjaremos una azada de plata ni una reja de oro,
sino que emplearemos instrumentos propios por su materia,
no por su riqueza, para el trabajo de la tierra, ¿Quién nos im
pide tener los mismos sentimientos en cuanto a los muebles
que haya en nuestra casa? Q u e su medida sea la utilidad y no
( I ) D. Ruiz BUENO: Podres Apostólicos, B A C , Madrid, 1985, 663-664.
427
Jesús Equiza
su magnificencia. ¿Pues que?, decidme: ¿el cuchillo que se coloca en la mesa no corta si no tiene el mango adornado de clavos plateados y hecho de marfil? ¿O, para trinchar la carne, debe estar forjado de hierro indio?
El Señor se sirvió de un plato muy sencillo. Hizo acostar a sus discípulos en la tierra, sobre el césped, y les lavó los pies, ceñido con un lienzo. Dios, el Dios sin fausto y el Señor de todas las cosas, no trajo del Cielo una palangana de plata para eso. Pidió de beber a la samaritana que sacaba agua del pozo en una vasija de barro, y sin reclamar un rico vaso de oro, nos enseñó que es fácil aplacar la sed, mostrando también que la necesidad que hay que satisfacer es el fin, no la magnificencia inútil. Comía y bebía en los festines, pero no hacía abrir las minas de la tierra y no se servía de vasos que olían a oro y plata, es decir, a herrumbre, porque tal es el olor que exhalan al fin vasos tan preciosos...
En resumen, es preciso que los alimentos, los trajes, los muebles, y, de un modo general, todo lo que hay en la casa, esté conforme con nuestra calidad de cristianos y convenientemente adaptados a la persona, a la edad, a la condición, a las circunstancias...
Las cosas útiles son las mejores, las cosas sencillas valen más que las ricas. En una palabra, la fortuna que no es administrada con rectitud es la ciudadela de la maldad. La mayor parte no llegan al Reino de los cielos, porque están ciegas por ella, habiendo sido atacadas del mal de este mundo, viviendo orgullosamente a causa de las riquezas» (2).
( 2 ) Pedagogo lí, 3, 37-38; G . BARDY: Clemente de Alejandría, Aguilar; Madrid (sin fecha), 1789.
428
Actitudes de los Sontos Padres ante la riqueza
1.2.2. Quis dives salvetur: el buen uso de los riquezas
En su obra Quis dives salvetur Clemente es comprensivo
con las riquezas y le preocupa el uso de las mismas. Las rique
zas no son ni buenas ni malas en sí, sino que todo depende
del uso que se haga de ellas en favor del prójimo:
«Es preciso, pues, no rechazar las riquezas que sirven al prójimo. Porque la riqueza es deseable, la fortuna es útil; está preparada por Dios para el alivio de los hombres, y concedida y dada como una materia y un instrumento para el buen uso de los que saben. El instrumento, sirviéndose de él con arte, es artista, pero, si se carece de arte, participa de tu ignorancia sin ser responsable de ella.
Del mismo modo, la riqueza es un instrumento. Puedes servirte de ella como un instrumento. Puedes servirte de ella de una manera justa; está entonces al servicio de la justicia ¿Alguien se sirve de ella injustamente? Se hace, por el contrario, sirviente de la iniquidad, puesto que está hecha para servir y no para mandar. No hay, pues, que acusar a lo que en sí no es bueno ni malo, siendo irresponsable, pero que puede servir bien o mal, según la elección de quien lo emplea. Toca al espíritu del hombre que tiene en sí el libre discernimiento, la libertad de disponer de lo que le ha sido dado.
Que no se desechen, pues, las riquezas, sino más bien las pasiones del alma, que no permiten el mejor uso de la fortuna, a fin de que, cada uno, lograda la perfección, pueda hacer un buen empleo de sus mismas riquezas. La orden de desprenderse de todos los bienes y de vender toda la fortuna debe entenderse, por tanto, de manera aplicable a las pasiones del alma» (3).
( 3 ) 12-14; G . BARDY, op. cit, 2 2 2 - 2 2 3
429
Jesús Equiza
1.2.3. Todo es común
Dios creó el género humano para la comunión o comuni
cación de unos con otros, como que él empezó por repartir
de lo suyo y a todos los hombres suministró su Logos común
y todo lo hizo por todos. Luego todo es común y no preten
dan los ricos tener más que los demás. Así, pues, aquello de
«tengo y me sobra, ¿por qué no he de gozar?», no es humano
ni propio de la comunión de bienes. Más propio de la caridad,
es decir: «Tengo. ¿Por qué no dar parte a los necesitados? El
que así siente es perfecto porque ha cumplido el mandamien
to de "amar a su prójimo como a sí mismo"». Estos son los
verdaderos goces, este es el lujo que vale atesoran más los
gastos que se hacen para vanos deseos, no tiene razón de
gastos, sino de perdición.
Sé muy bien que Dios nos ha dado la facultad de uso pero
sólo hasta lo necesario, y quiso, por otra parte, que el uso
fuera común. Y es absurdo que uno sólo viva entre deleites,
mentiras, los otros estén en la miseria (4).
La comunicación de bienes es exigencia de la creación y
del mandamiento del amor: «Amaos unos a otros».
1.3. Tertuliano
Hombre culto, cristiano firme, abogado y teólogo, vivió de
155 a 220 después de Cristo. Fue escritor prolífico, una de las
estrellas teológicas de la Iglesia de Cartago. En el año 200, y
con ocasión de una persecución desatada contra los cristianos
(4) El pedagogo II, 12, págs. 6-8, 541.
430
Actitudes de los Sontos Podres onte la riqueza
por Plautiano, Gobernador de Occidente, acusados de ser
enemigos públicos del emperador; del Imperio, de la religión
de la patria, de la Naturaleza y del universo, Tertuliano salió
en defensa de los perseguidos, escribiendo Apología contra los
gentiles, libro dirigido al Senado.
Describiendo la vida de los cristianos, Tertuliano presenta
las reuniones de éstos de manera pormenorizada:
«Nuestra congregación es un cuerpo de miembros unidos con el conocimiento de Dios, con la unión de una doctrina y con la confederación de una esperanza. Juntémonos todos en una compañía y congregación, y allí como con mano armada, le ponemos a Dios cerco con nuestras oraciones. Es grata a Dios esta fuerza. Rogamos también por los emperadores, por sus ministros, por las potestades, por el estado del siglo, por la paz de todos y por la retardación del juicio final» ( 5 ) .
Estas reuniones no son informales ni desordenadas, sino
que están presididas por presbíteros, libremente elegidos,
«que aquí el honor no se compra sino con costumbres» y en
ellas se hace puesta en común de bienes:
«Y si en el arca se pone algún dinero, no es tributo del honor; ni precio con que la dignidad se compre o se redima, sino voluntarios donativos de los congregantes; que cada uno da una monedilla cada mes o cuando quiere; que la donación es graciosa. Esta suma es el depósito de la piedad que de allí se saca, no para gastos de banquetes, ni para bebidas desordenadas, ni para voluntarias glotonerías sino para sustentar y enterrar pobres, para alimentar niños y niñas huérfanos de padres y de hacienda, para viejos que no pueden salir de casa, para los que padecieron naufragio; para los presos en
(5) Apología contra los gentiles, Espasa-Calpe, Buenos Aires-México, 1947, X X X I X , 100-101.
431
Jesús Equiza
las cárceles, para los desterrados a las islas y para los condenados a las minas por causa de la religión tan solamente. Todos estos son ahijados que cría la religión, porque su confesión los sustenta» (6).
Es clara la praxis de comunicación de bienes y la razón es
patente:
«Y es así que los que tenemos las almas y los corazones unidos no rehusamos unir y comunicar los bienes. Entre nosotros, todos los bienes son comunes excepto las mujeres» (7).
Estas reuniones, acompañadas de una cena, llamada ágape,
que significa caridad, no tienen fines de lucro, sino de ayuda a
los necesitados:
«Con esta cena remediamos la necesidad de los pobres, no les compramos la libertad, como lo hacéis vosotros con los truhanes en los banquetes» (8).
Tertuliano, que se refiere aquí no a la asamblea eucarística,
que, en su tiempo, tenía lugar por la mañana, sino a los en
cuentros de oración y de ágape, pone de relieve la connatura
lidad, para la fe cristiana, de solidarizarse económicamente
con los pobres: solidaridad-caridad-justicia es lo que acompa
ña a estas reuniones.
1.4. San Hilario de Poitiers
N o se conoce con exactitud la fecha y el lugar de su naci
miento. Debió nacer hacia el año 315 en el seno de una fami-
(6) Ibídem. (7) Ibídem. ( 8 ) Ibídem.
432
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
lia pagana y convertirse al cristianismo siendo adulto. Desde
350 ocupó la sede episcopal de Poitiers, dando pruebas de su
gran fecundidad teológica. Escribió obras teológicas, históricas,
exegéticas (Comentario de Mateo, Comentario de los salmos)
e himnos.
Comentando el salmo 51, San Hilario se refiere a las ri
quezas como vanas e injustas:
«La opulencia hace que algunos ricos sean insolentes, y la confianza vana en las riquezas aparta grandemente del temor de Dios. Necios, no comprenden que, precisamente por ser ricos, es necesario que sean más religiosos, pues conviene que hagan acciones de gracias a quien les ha dado sus bienes con tanta largueza. Por otra parte, ¡cuan insensata es la confianza en las riquezas vanas: despreciar a Dios por el oro como si el oro no fuese criatura de Dios! Es como si alguien que esté sano de mente pretendiera conseguir la bienaventuranza por guardar su oro bajo tierra y transformarse de este modo en un hombre de naturaleza superior a los demás y de nacimiento distinto que el propio o como si creyera que le ha de servir para algo su dinero en la otra vida» (9).
2. L A L I M O S N A
La limosna es un término bíblico que los Padres usan fre
cuentemente para expresar una actitud correcta con respecto
a lo económico. Lo mismo que en la Biblia, por limosna se en
tiende la exigencia de compartir los bienes económicos y no
solamente económicos.. . La limosna para ellos no es un gesto
de supererogación, no es un donativo que se hace cuando y
(9) A ella se refiere en Apología contra los gentiles, XVI; en De corona, III; en De idolatría, XIV
433
Jesús Equiza
como a uno le parece, sino una necesidad, un imperativo de
conciencia.
Nace de la solidaridad y tiene carácter de devolución, de
restitución. Es también una exigencia de justicia. Las relaciones
humanas no han de ser puramente románticas, basadas en
sentimientos superficiales y en expresiones vacías de afecto,
sino que exigen actitudes de comunicación objetiva y con fre
cuencia, de comunicación económica. A l prójimo se le ama
compartiendo lo que se posee: dando pan al hambriento,
agua fresca al sediento, vestido al desnudo, posada al peregri
no, es decir, compartiendo los bienes de este mundo.
La limosna tiene otra función antropológica-espiritual en
los Padres: perdona el pecado. Es sacramento del perdón de
Dios y del perdón mutuo. El comportamiento generoso con
los hermanos no sólo honra a éstos en cuanto seres limitados,
seres que sufren por sus carencias, sino que glorifica a Cristo,
que se encarna en ellos y seduce a Dios Padre que se vuelca
magnánimamente en sus autores. Dios derrama su misericor
dia en los misericordiosos. C o m o dice el salmo 102: «Dios es
compasivo y misericordioso, lento a la ira y pronto al per
dón». ¡Qué mejor imagen de Dios misericordioso que el
hombre misericordioso y que el hombre objeto de misericor
dia!
Los teólogos de la liberación nos hablan del principio mi
sericordia: por una parte, se constata la existencia de los pue
blos crucificados y, por otra y a la vez, se siente la aspiración a
bajarlos de la cruz. Se trata de ensanchar la opción misericor
diosa, haciéndola pasar de la hondura interior, íntima e indivi
dual a la realidad colectiva y estructural. El samaritano del
Evangelio se compadeció del caminante asaltado y malherido...
434
Actitudes de los Sontos Podres ante lo riqueza
Hoy hay que compadecerse de pueblos enteros marginados,
maltratados, desvalidos. Hay que vivir la misericordia estruc
tural.
2.1. San . Cipriano
Fue una de las estrellas de las Iglesias de África. Nació ha
cia los años 200-210. N o consta con certeza la fecha de su
nacimiento. Pero lo más probable es que naciera a principios
del siglo ni, ya que esta década inicial concuerda con otros he
chos de su vida, como son la conversión a los 35 o 40 años
(era amigo del presbítero Ceciliano, que tenía más o menos
esa edad) y no haber conocido a Tertuliano, que murió en el
año 220.
D e familia burguesa, Cipriano estudió retórica y abogacía y
se dedicó a la enseñanza de la oratoria, siendo un hombre pú
blico de prestigio en la sociedad cartaginesa.
Convert ido al cristianismo, catecúmeno y bautizado, fue
ordenado presbítero hacia el año 245 . . . Y Obispo en el año
248. Esta fecha se conoce con certeza. Comenzó su episcopa
do con ganas, con vigor y con ardor Pero muy pronto, antes
de un año, el nuevo emperador; Decio, decretó una terrible
persecución contra aquellos que no rindiesen culto a los dio
ses y al mayor de ellos, al emperador «En Cartago se hacía
prueba de los sospechosos ante el templo dedicado a Júpiter;
Juno y Minerva, que constituían los dioses del Capitolio en
toda colonia romana. A l individuo sospechoso de no dar culto
a los dioses se le convocaba nominalmente, y debía presentar
se so pena de arresto a ofrecer una víctima o a quemar in
cienso en el altar y renegar de Cristo, haciendo una libación.
435
Jesús Equiza
Luego, participaba de la carne de las víctimas sacrificadas y del vino ofrecido a los dioses» (10).
La persecución fue dura. El control era férreo. A los que sucumbían a la prueba o apostataban se les extendía un certificado oficial (sacrificante). Algunos conseguían el certificado sin haber sacrificado (Hbelatici). Y otros se negaban a la apostasía y eran liquidados o martirizados. «Una de las primeras víctimas fue el Papa Fabián, sacrificado en Roma el 20 de enero de 249. Siguieron en el martirio al Obispo de Roma los Obispos Babila, de Antioquía, y Alejandro, de Je-rusalén» ( I I ) .
Cipriano vio y vio bien que él corría serio peligro de perecer si no huía. Y huyó. Situado ante el dilema o sacrificar o morir; prefirió romper el dilema: ni sacrificar ni morin sino huir
2.1.1. Unas cartas de Cipriano
Apenas pudo iniciar su episcopado, cuando se vio obligado a huir. Pero desde su escondite el Obispo de Cartago seguía velando por su grey. Se valió para ello de mensajes epistolares.
Escribiendo a los presbíteros y diáconos (12) les pide «que no falte nada, tanto a los que están en la cárcel como a los que, viéndose en pobreza y necesidad, permanecen no obstante fieles al Señor, pues todo el dinero recogido ahí está distribuido entre los miembros del clero para casos de este género, de manera que haya muchos que puedan sub-
(10) SAN CIPRIANO: Obras, BAC, Madrid, 1964d, Introducción, I I. (11) Ibídem.
(12) Op. cit, Carta 5,1, 2, 378.
436
Actitudes de los Sontos Podres onte lo riquezo
venir a las necesidades y apuros particulares». Esto ocurría
en el año 250.
Un poco más tarde, ese mismo año, Cipriano dirige una
nueva carta a los presbíteros y diáconos comunicándoles su
deseo vehemente de volver, aunque todavía no se atreve a
hacerlo por miedo a los tumultos..., y exhortándoles vivamen
te a socorrer a las viudas, enfermos, pobres y forasteros...,
para lo cual remite, por medio del acólito Narico, una canti
dad de dinero. En efecto, les dice:
«Os ruego tengáis extrema solicitud de las viudas, de los enfermos y de todos los necesitados. Pero aún para los forasteros si fueran necesitados, tomad socorros de mi peculio que dejé en poder de Rogaciano, nuestro copresbítero. Y por si este fondo se hubiese ya distribuido he remitido al mismo Rogaciano otra suma por el acólito Narico, con el fin de que con toda largueza y prontitud pueda hacerse la distribución» (13).
Ot ro tanto dice en Car ta 13 (14).
Parece que Cipriano tenía algún patrimonio residual (15)
que le fue confiscado (16) durante la persecución, aunque, al
convertirse y ser bautizado y elegido presbítero, había re
nunciado a casi todos sus bienes y los había donado a los po
bres (17). Conservó hasta su muerte una casa con jardines
en Cartago, donde habitaba (18). Es la última carta. Agosto
del 258.
( 1 3 ) Op. cit, Carta 7, 2, 384. ( 1 4 ) 7 , 4 0 8 .
( 1 5 ) Cartas 7 2 y 13,7. ( 1 6 ) Carta 66, IV, I. ( 1 7 ) PONTIUS: Vito Cyprioni, 2, ibídem. ( 18 ) Corto 81, 1,1.
437
Jesús Equiza
2.1.2. El tratado sobre los bienes, las obras buenas y la limosna
Después de haber pasado 15 meses ausente (enero 250-
marzo 251) Cipriano vuelve a la diócesis y afronta los graves
problemas que han surgido: el del cisma y el de la reconci
liación de los lapsi (apóstatas). C o m o Cipriano estaba sabedor
de ambos problemas, había reflexionado sobre el modo de
plantearlos y superarlos, y para ello había escrito dos opúscu
los: De Eclesiae unitate y De lapsis (sobre la unidad de la Iglesia
y sobre los apóstatas). Reunidos en Sínodo en el verano de
25 I los Obispos del África Proconsular decidieron conceder
el perdón a los libelaticos y someter a la disciplina de la peni
tencia pública a los apóstatas o sacrificati (19). A l año siguien
te, 252, otro Sínodo concedería el perdón también a los
apóstatas (20).
A los Obispos apóstatas se les concedió el perdón, pero
se les prohibió ejercer el sacerdocio, como lo hace ver a las
Iglesias de León, Ástorga y Mérida (21).
Los cismáticos fueron mantenidos en la excomunión: Felicí
simo y sus seguidores, y excomulgados Jovino y Máximo (22).
En el año 252 una peste asoló el territorio de las Iglesias
norteafricanas de la región de Cartago, causando no pocas
muertes y reduciendo a extrema pobreza a muchos. Cipriano
escribe dos opúsculos: De inmortalitate (Sobre la inmortalidad)
y De opere et eleemosgnis (Sobre las buenas obras y la limosna).
¡Hace teología sobre lo eterno y sobre lo temporal! Trata de
(19) Cartas 55, 6 y 17; 56, 2; 57, I; 59, 13. (20) Cartas 57, I y 5, 56, 3. (21) Cartas 67, 6; 72, 2. (22) Carta 59, X , 2.
438
Actitudes de los Sontos Podres ante lo riqueza
motivar a los cristianos para que estén a la altura de las cir
cunstancias fomentando la solidaridad y la esperanza. La so
lidaridad económica ahora y aquí
La solidaridad económica recibe el nombre de limosna,
que nos reconcilia con los hermanos y, en ellos, con Dios. Los
que hemos pecado, nos hemos apartado o hemos roto con
Dios y con los demás. Esta situación de ruptura se cura con la
limosna y las buenas obras. X como todos hemos pecado, to
dos debemos practicar la limosna para reencontrar la amistad
de Dios y la paternidad con el prójimo.
Cipriano se apoya en las Sagradas Escrituras:
«El Espíritu Santo afirma y dice en las Escrituras: los pecados se limpian con limosnas y la fe (Prov. 16, 6)... En otro lugar afirma de nuevo: como el agua apaga el fuego, así la limosna el pecado (Eceli 3, 33). Aquí viene a decir—continúa el santo— que así como en el baño de agua bautismal se extingue el fuego del infierno, así con las limosnas y obras santas se apagan las llamas de los pecados» (23).
San Cipriano compara la limosna con el bautismo en lo re
ferente al perdón de los pecados y destaca la mayor eficacia
de aquélla:
«Y porque en el bautismo sólo una vez se perdonan los pecados, la práctica continua e incesante de la limosna de nuevo nos reconcilia con Dios a imitación del bautismo» (24) (Ibídem).
El recurso al Nuevo Testamento es más expresivo todavía:
(23) Sobre la limosna, 3, en op. cit, 230-231.
(24) Ibídem.
439
Jesús Equiza
«Cuando fueron reconvenidos los discípulos por comer sin haberse lavado las manos, el Señor respondió así: "El que hizo lo de dentro, hizo también lo de fuera, dad limosna y todo os será limpio"» (Le. I I, 40) (25).
San Cipriano interpreta el texto de manera fiel, pues dice:
«Como si enseñara que no deben lavarse las manos sino el corazón y que deben quitarse las manchas interiores más que las exteriores; pero el que ya ha purificado su interior también ha comenzado a purificar lo exterior, y si tiene limpia el alma, igualmente tendrá limpio el cutis y el cuerpo.»
Y continúa:
«Además, para enseñarnos y mostrarnos cómo podemos estar limpios y purificados, añadió que han de hacerse limosnas. Como él es misericordioso, advierte que se haga misericordia, y como quiere salvar a los que redimió a gran precio, enseña que los que se mancharon después del bautismo pueden de nuevo purificarse» (26).
Q u e no se trata de paternalismo, sino de verdadera mise
ricordia, que el que da limosna se solidariza por amor a la per
sona y que se ocupa de llegar a la raíz de la pobreza, se dedu
ce de la citación de un texto de Isaías (58, I ) :
«Dios manda a Isaías: clama, dice, con valentía y no dejes de hacerlo. Levanta tu voz como trompeta, anuncia a mi pueblo sus pecados y a la casa de Jacob sus delitos.» Y habiendo previsto que fuesen reprobados sus pecados, y habiéndoles echado en cara, fiero de indignación, sus delitos y declarado que así aun con oraciones, y ruegos, y ayunos podían satisfacer por ellos, ni aunque se postraran con cilicio en ceniza po-
(25) Ibfdem.
(26) Ibídem.
440
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
dían aplacar la ¡ra de Dios, sin embargo, en último extremo, manifestó que sólo con limosnas podrían propiciarle, y añadió estas palabras:
«Parte tu pan con el hambriento y mete en tu casa a los necesitados que no la tienen. Si vieres a un desnudo, vístelo y no desprecies a los de la misma extirpe. Entonces romperá tu luz como la aurora, y de repente aparecerán tus vestidos, la justicia te precederá y te rodeará el resplandor de Dios. Entonces gritarás a Dios y te escuchará. Y aun no habrás acabado de hablar y te dirá: veme aquí» (59, 79) (27).
La limosna agrada a Dios, porque Dios está volcado a la
creación, desea vivamente que el hombre sea hombre y la li
mosna realiza los deseos de Dios, que no son veleidades, sino
exigencia de justicia.
2.2. San Basilio Magno (330-379)
Nació en Cesárea de Capadocia hacia el año 330. D e fa
milia numerosa (eran diez hermanos, entre ellos Gregorio de
Nisa y Pedro de Sebaste), estudió retórica en Cesárea, Cons -
tantinopla y Atenas. Después de unos años de enseñar retóri
ca en su ciudad natal, se convirtió al cristianismo y se hizo
bautizar Fue el fundador del monacato griego. Eusebio de C e
sárea le persuadió a que se ordenase de sacerdote y, a la
muerte de aquél, le sucedió en su diócesis.
Promovió instituciones dedicadas al socorro de los margi
nados. Escribió diversos tratados teológicos.
(27) Ibídem.
441
Jesús Equiza
Predicó homilías de gran enjundia. Por lo que se refiere a
nuestro tema destacan: la homilía sobre las palabras del Evan
gelio de San Lucas (12, 19): Diruam hórreo meo et majoro oe-
dificabo (sobre la avaricia), la homilía sobre el joven rico (con
tra los ricos), la homilía en tiempo de hambre y la homilía sép
tima sobre el Hexoemeron (sobre la Creación).
2.2.1. Homilío in Lucos 12: Detruom hórreo: lo limosno
es una restitución:
«¿A quién, dices, hago agravio reteniendo lo que es mío y
qué cosas, dime, son tuyas? ¿Las tomaste de alguna parte y te
viniste con ellas a la vida? Es como si uno, por ocupar primero
un asiento en el teatro, echara luego afuera a los que entran,
haciendo cosa propia lo que está allí para uso común. Tales
son los ricos. Por haberse apoderado primero de lo que es
común, se lo apropian a título de ocupación primera. Si cada
uno tomara lo que cubre su necesidad y dejara lo superfluo
para los necesitados, nadie sería rico, pero nadie tampoco sería
pobre.
¿No saliste desnudo del vientre de tu madre? ¿No has de
volver igualmente desnudo al seno de la tierra? Ahora bien, lo
que ahora tienes, ¿de donde precede? Si respondes que del
azar eres impío, no reconociendo al Creador y no rindiendo
gracias al que te lo ha dado. Mas si confiesas que todo proce
de de Dios dinos la razón por que lo has recibido.
¿Quién es avaro? El que no se contenta con las cosas inne
cesarias. ¿Quién es ladrón? El que quita lo suyo a los otros.
¿Con que no eres tú avaro, no eres tú ladrón, cuando te apro
pias de lo que recibiste a título de administración? ¿Con que
442
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
hay que llamar ladrón al que desnuda al que va vestido, y ha
brá que dar otro nombre al que no viste a un desnudo, si lo
puede hacer? Del hambriento es el pan que tú retienes; del
que va desnudo es el manto que tú guardas en tus arcas; del
descalzo, el calzado que en tu casa se pudre. En conclusión, a
tantos haces agravios, a cuántos puedes socorrer»
Y algunos piensan: esas palabras son muy bonitas, pero el
oro lo es más (los dólares todavía lo son más, GONZÁLEZ
FAUS). ES como hablar de la castidad a los lujuriosos, que si los
atacas por sus amantes, el frío recuerdo, ya les insta el deseo.
¿Cómo te pondría yo ante los ojos los sufrimientos del pobre
a ver si caes en la cuenta de qué gemidos producen tus teso
ros?
Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, porque tuve
hambre y no me disteis de comer... Fijaos que no se acusa ahí
al ladrón, sino que se condena al que no quiere dar «de lo
suyo». Yo os he dicho lo que creía seros conveniente. Ahora
toca a vosotros cumplirlo. Si lo cumplís, tenéis bien claros los
bienes que se os prometen. Pero si desobedecéis, también
está escrita la amenaza que yo pido a Dios no probéis por ex
periencia. Tomad el consejo bueno, para que vuestra riqueza
se convierta en vuestra redención y caminéis hacia los bienes
que os están preparados por la gracia de Dios» (28).
N o cabe mayor claridad al constatar la relación dialéctica
entre pobreza y riqueza. Hay relación de causalidad entre ri
queza opulencia y pobreza miseria. Dicho en lenguaje popu-
( 2 8 ) SANCTI BASILII (re et nomine) Magni (Caesareae Capadociae Ar-chiepiscopa Opera ad nos latine pervenerant), Omnia, Apud Henricum Aestt-sium, Antuespiae 1916, Homilía Destruam horrea mea in Lucam, 12, 115; P G 3 1 , 277
4 * 4 3
Jesús Equiza
lar: si hay ricos, es porque ha pobres, y si hay pobres, es por
que hay ricos. Es una constatación de sentido común. Global-
mente, no hay duda. N o hacen falta estudios estadísticos. Ya el
evangelio (Le, 16, 19-31) parece presuponer esta relación cau
sal. El rico no ha robado nada a Lázaro, pero no le ha dado lo
que era suyo. N o le ha restituido lo suyo.
La teología de la liberación contemporánea ha puesto de
relieve esta relación dialéctica entre ricos y pobres:
«El carácter dialéctico de los pobres reclama dialécticamente a su contraparte que son los ricos. Si los pobres son los empobrecidos, los ricos son los empobrecedores; si los pobres son los desposeídos, los ricos son los poseedores; si los pobres son los oprimidos y reprimidos, los ricos son los opresores y represores» (29).
2.2.2. Homilía sobre el joven rico (Le 18 ss) o contra los ricos
La riqueza es incompatible con el verdadero amor al próji
mo que constituye la esencia de la ley nueva. Aquel joven no
cumplía o guardaba la ley, aunque él decía que sí, porque era
muy rico.
Dice San Basilio:
«Tú posees muchas riquezas, ¿de dónde te vienen, pues? Se que has preferido tú solo gozar de ellas antes que socorrer con ellas a muchos. Esto está clarísimo. Por tanto, en la medida en que abundas en riquezas, en esa misma medida estás falto de caridad. Si amaras a tu prójimo, hace tiempo
(29) Y ELLACURÍA: Teólogo mártir por la liberación del Pueblo, Nueva Utopía, Madrid, 1990,44.
444
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
que habrías pensado en desprenderte de lo que tienes. Pero la verdad es que tu dinero está más pegado a ti que los mismos miembros de tu cuerpo y te duele más desprenderte de él que si te cortaran los miembros más importantes.
Estos son los hechos: si hubieras vestido al desnudo, si hubieras partido tu pan con el hambriento, si tu puerta hubiera estado abierta a todo transeúnte, si te hubieras hecho padre de los huérfanos, si te hubieras compadecido del necesitado, ¿por qué dinero tendrías pena ahora? ¿Cómo ibas a irritarte por desprenderte de lo que tienes, si antes te hubieses cuidado de distribuir la mayor parte a los necesitados?
Y ¿en qué vas a emplear tu riqueza? ¿Te quieres vestir de una ropa más preciosa? Pues la verdad es que una túnica de dos codos ya te basta y un solo manto cubre tu necesidad de indumentaria. ¿Emplearás tu dinero en comer? Pues un solo pan ya es bastante para llenar el vientre. Pero la verdad es que la mayor parte no pone tanto afán en tener dinero por razones de comida y vestido, sino que el diablo se ha dado buenas mañas en sugerir a los ricos infinitos pretextos para gastar, de modo que se busca lo inútil como necesario, y nada les basta para sus necesidades imaginarias...
Yo sé de muchos que ayunan, hacen oración, gimen y suspiran, practican toda piedad que no suponga gasto, pero no sueltan un duro para los necesitados. Y ¿de qué les va a servir toda esa piedad?
¡No se les admitirá en el Reino de los cielos! En cambio los que discurren sensatamente habrán de pensar que las riquezas nos han sido dadas para administrarlas no para gastarlas en placeres: y, caso de desprenderse de ellas, habrán de alegrarse como quien devuelve lo ajeno, no irritarse como aquel a quien se priva de un bien propio ¿Por qué, pues, te entristeces y te abate la pena cuando oyes decir: "Vende cuanto tienes?" (30)
( 30 ) SANCTI BASILII... Magni Opera Omnia, 164; P G 3 1 , 324.
445
Jesús Equiza
Dar limosna es restituir lo que injustamente se había apropiado, tal vez, dejándose motivar por necesidades imaginarias, por consumismo.
2.2.3. Homilía en tiempo de hambre
¿Cuál es la causa de todos estos desórdenes y confusiones? Examinémoslo, que para eso tenemos la razón... Si somos racionales, razonemos. ¿Es que no hay quien gobierne al universo? Es que Dios, el mejor de los creadores, se ha olvidado de la historia?
No. La causa por la que no somos gobernados de la manera ordinaria es clara y patente. Nosotros recibimos, pero no damos a nadie. Alabamos la beneficencia, pero no la practicamos con los necesitados. De esclavos fuimos hechos libres, pero no nos compadecemos de los que son esclavos junto con nosotros. Comemos cuando tenemos hambre pero pasamos de largo junto al que la tiene. Tenemos a Dios como nuestro provisor y despensero infalible, pero nosotros somos tacaños y decepcionantes para los pobres... Nuestros graneros y depósitos son estrechos para tanto como queremos meter en ellos, pero nos importa la estrechez de los demás. Por eso estamos tan justamente amenazados. Si Dios parece dejarnos de su mano, es porque nosotros hemos dejado al prójimo de la nuestra. La tierra se seca porque el amor se ha marchado de ella» (31).
La providencia de Dios se realiza en las mediaciones hu
manas de la solidaridad-limosna: Dios se ocupa eficazmente
de los pobres, cuando nosotros nos preocupamos de ellos
poniendo en común nuestros bienes.
(31) Ibfdem, 166; PG 31, 326.
446
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
2.2.4. Homilía Séptima sobre la Creación
D e las diez homilías sobre el Hexaemeron (Creación), la
séptima incide en el tema de la riqueza/pobreza:
«Los peces tienen distinta alimentación según su especie. Unos en efecto se alimentan de barro; otros, de algas; otros se contentan con las plantas que se crían en las aguas. Sin embargo, la mayor parte de los peces son ' alelófagos", es decir, que se comen los unos a los otros y el menor es entre ellos parte del mayor Y si por ventura sucede que el que se apoderó del menor es a su vez presa de otro mayor, los dos vienen a parar al mismo vientre.
¿Y qué otra cosa hacemos los hombres al oprimir a los débiles? ¿En qué se diferencia del último que hemos dicho el que por su ávido amor a la riqueza esconde en sus senos insaciables a los débiles? Aquel se apoderó de lo que era del pobre; tú tomándolo a él mismo, lo hiciste parte de tu opulencia. Te has mostrado el más inicuo de los inicuos y el más avaro de los avaros. Mira no tengas el mismo fin que los peces: el anzuelo, la caña o la red. Nosotros, habiendo hecho tanto mal, no evitaremos el juicio último, la pena última» (32).
Los bienes acumulados avaramente devoran al pobre. A l
substraerle lo que es suyo, lo fagocitan. La ley del amor; que
es la limosna, es antitética con la ley zoológica de las aguas, se
gún la cual el pez grande se come al chico.
2.2.5. Las riquezas no son malas en sí mismas. Es el uso
solidario o insolidario de las mismas lo que cuenta
«¿Por qué manda el Señor vender lo que se posee y darlo
a los pobres?
(32) Ibídem, Homilía séptima inthexaemeron, 24; PG 29, 152.
447
Jesús Equiza
En primer lugar hay que responder que si los bienes parti
culares fueran de suyo malos, no habrían sido creados por
Dios. "Toda criatura de dios es buena, y ninguna debe ser re
chazada" ( I T im 4, 4). Y en segundo lugar; el mandamiento
del Señor no nos dice que hayamos de rechazar los bienes y
huir de ellos como si fueran males, sino que los administre
mos. Y el que se concedan, no se condena en absoluto por
que tuviera, sino porque sintió torcidamente de lo que tenía o
no lo usó bien. D e modo que una actitud sana y desapasiona
da respecto de los bienes de la tierra, y una sana administra
ción de ellos conforme al mandato del Señor; es ayuda grande
para muchas cosas necesarias» (33).
Hay que distinguir entre bienes económicos y acumulación
de bienes económicos, entre riqueza y acumulación de riquezas.
Lo primero es positivo, es don de Dios; lo segundo es lo
pecaminoso, lo injusto.
2.3. San Gregorio Nacianceno
Miembro de una familia acomodada y noble, nació en
Arianzo (Asia Menor) el año 330. Estudió retórica en Cesárea
de Capadocia, Cesárea de Palestina y Alejandría. Regresó a su
tierra el año 357, en que se convirtió al cristianismo y fue bau
tizado. Ordenado de sacerdote el año 362 y de Obispo un
poco más tarde, ejerció el episcopado en las sedes de Cons -
tantinopla y Arianzo, a la que renunció para dedicarse a la con
templación eremítica. Murió en 390. Escribió discursos (45 han
llegado hasta nosotros), un conjunto de poemas y cartas.
(33) ¡bídem, Reglas Breves de Conducta, 335; PG 31, I 145.
448
Actitudes de ios Santos Padres ante la riqueza
En su discurso a favor de los pobres, escribe:
«Reconoce de dónde te viene que existas, que tengas vida, inteligencia y sabiduría, y, lo que está por encima de todo, que conozcas a Dios, tengas la esperanza del Reino de los cielos y aguardes la contemplación de la gloria (ahora, ciertamente de forma enigmática y como en un espejo, pero después de manera más plena y pura); reconoce de dónde te viene que seas hijo de Dios, coheredero de Cristo y, dicho con toda audacia, que seas, incluso, convertido en Dios. ¿De dónde y por obras de quién te vienen todas estas cosas?
Limitándonos a hablar de las realidades pequeñas que se hallan al alcance de nuestros ojos, ¿de quién procede el don y el beneficio de que puedas contemplar la belleza del cielo, el curso del sol, la órbita de la luna, la muchedumbre de los astros y la armonía y el orden que resuenan en todas estas cosas como en una lira?
¿Quién te ha dado las lluvias, la agricultura, los alimentos, las artes, las casas, las leyes, la sociedad, una vida grata y a nivel humano, así como la amistad y la familiaridad con aquellos con quienes te une verdadero parentesco?
¿A qué se debe que puedas disponer de los animales: en parte como animales domésticos y en parte como alimento?
¿Quién te ha constituido dueño y señor de todas las cosas que hay en la tierra?
¿Quién ha otorgado al hombre, para no hablar de cada cosa una por una, todo aquello que le hace estar por encima de los demás seres vivientes?
¿Acaso no ha sido Dios, el mismo que ahora solicita tu benignidad, por encima de todas las cosas y en lugar de todas ellas?
¿No habríamos de avergonzarnos nosotros, que tantos y tan grandes beneficios hemos recibido o esperamos de él, si ni siquiera le pagáramos con esto, con nuestra benignidad? Y si el que es Dios y Señor no tiene a menos llamarse nuestro Padre, ¿vamos nosotros a renegar de nuestros hermanos?
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Jesús Equiza
No consintamos, hermanos y amigos míos, administrar de mala manera lo que por don divino se nos ha concedido, para que no tengamos que escuchar aquellas palabras:
"Avergonzaos, vosotros, que tenéis lo ajeno, proponeos de imitación de la equidad de Dios, y nadie será pobre."
No nos dediquemos a acumular y guardar dinero, mientras otros tienen que luchar en medio de la pobreza, para no merecer el ataque acerbo y amenazador de las palabras del profeta Amos: Escuchad los que decís: ¿Cuando pasará la luna nueva para vender el trigo y el sábado para ofrecer el grano?
Imitemos aquella suprema y primordial ley de Dios, que hace llover sobre los justos y pecadores, y hace salir igualmente el sol para todos; que pone en la tierra las fuentes, los ríos y los bosques a disposición de todos sus habitantes, el aire se lo entrega a las aves y el agua a los que viven en ella y a todos da, con abundancia, los subsidios para su existencia, sin que haya autoridad de nadie que les detenga, ni ley que los circunscriba, ni fronteras que los separen; se lo entregó todo en común, con amplitud y abundancia, y sin deficiencia alguna. Así enaltece la uniforme dignidad de la naturaleza con la igualdad de sus dones y pone de manifiesto las riquezas de su benignidad» (34).
Todos los bienes son de Dios: el hombre es su administra
dor y destinatario. Atesorar es una injusticia, porque es rete
ner lo ajeno. La limosna sustituye lo robado.
2.4. San Gregorio de Nisa
Nació hacia el año 335. Era el hermano menor de la fami
lia de San Basilio Magno. Natural, por tanto, de Cesárea de
(34) Sermón 14; en favor de los pobres, 23-25; PG 35, 887-890; Liturgia de las Horas, II, 82-83.
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Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
Capadocia, estudió y enseñó retórica en su juventud, retirándose a un monasterio del Ponto.
El año 371 fue consagrado obispo de Nisa, y el 380, de Sebaste, en Armenia. En 381 participó en el Concilio de Constantinopla. Murió el año 385.
Escribió contra las herejías del tiempo, sobre todo contra Eunomio, neoarriano, pero también excelentes homilías y estudios exegéticos y ascéticos. Y en lo referente a nuestro tema, merece leerse su «homilía sobre el amor a los pobres».
«¿Para qué te sirve ayunar y no alimentar de carne tu cuerpo, si con tu maldad das buenas dentelladas a tu hermano? Y ¿qué ganas ante Dios de no comer de lo tuyo, si le arrebatas injustamente lo suyo al pobre?... Los cristianos han de tener la sensatez como guía, y el alma ha de huir de todo el daño que le pueda hacer la maldad. Porque, si nos abstenemos de carnes y de vino, pero nos hacemos culpables de faltas que nacen de nuestro propósito deliberado, os digo y os aseguro de antemano que no os van a servir de nada el agua y la dieta vegetariana, porque vuestro espíritu interior difiere e vuestra apariencia exterior..
En estos días ha llegado una multitud de desnudos y desamparados. Una multitud de cautivos está llamando a las puertas de cada uno. No nos faltan forasteros y desterrados, y por todas partes podemos ver manos que se nos tienden. La casa de estas gentes es el cielo raso. Su techo son los pórticos y las encrucijadas de los caminos y los rincones más desiertos de la plaza pública. Se albergan en los agujeros de las peñas como si fueran murciélagos o lechuzas. Visten harapos hechos jirones, sus cosechas son la voluta de los que les largan una limosna, su comida lo que caiga de la mesa del primero que llegue, su bebida es la fuente pública como para los animales, su vaso el cuenco de la mano, su despensa los pliegues del vestido, si es que no está roto y deja escapar todo lo que se le eche. Su mesa son las rodillas encogidas, su lecho el santo suelo, su baño el
451
Jesús Equiza
río... Y llevan esa vida errante y agreste, no porque así lo hayan querido, sino por imposición de la desgracia y la necesidad.
Socórrelos con tu ayuno, sé generoso con estos hermanos víctimas del infortunio. Dale al hambriento lo que quitas a tu vientre. Modera con sabia templanza dos pasiones que son contrarias entre sí: tu hambre y la de tu hermano. No consientas que otros socorran al que está cerca de ti y se lleven el tesoro que estaba guardando para ti. Abraza al afligido como al otro. Estrecha con tus brazos al enfermo como si de ello dependiera tu salud y la de tu mujer y tus hijos, de tus criados y de toda tu familia. No desprecies a esos que yacen tendidos como si no valieran nada. Considera quiénes son y descubrirás cuál es su dignidad: ellos nos representan la persona del Salvador...
¡Poned, pues, medida a vuestras necesidades vitales! No penséis que todo es vuestro. Que haya también una parte para los pobres y amigos de Dios, Padre universal. Y nosotros somos hermanos de un mismo linaje. Y los hermanos han de entrar por partes iguales en la herencia, si queremos ser justos. Y aun que uno o dos se apropiaran la mayor parte, por lo menos debe quedar algo para los otros. Pero si alguno quiere apoderarse de todo absolutamente y excluye a sus hermanos aun de la tercera y cuarta parte, ese tal será un dictador tiránico, un bárbaro implacable, una fiera insaciable que quiere regalarse ella sola en el banquete. O, mejor dicho, ese tal será más fiero que las fieras...
Y mientras hay todos esos lujos dentro de casa, ahí a la puerta están tendidos mil Lázaros, que gritan y no se les oye, pues lo impide el sonido de la orquesta y los coros de cantos espontáneos y el estrépito de las carcajadas; pero, si llegan a molestar un poco más en las puertas, los echan...
Y así, los amigos de Cristo tienen que marcharse, llevándose de propina insultos y golpes, y sin haber conseguido un pedazo de pan o un bocado de comida, ellos que son el resumen de los mandamientos. Y dentro de esa morada de mansión, unos vomitan su comida como naves de oleajes, y otros se duermen sobre la mesa junto a las copas mismas y en esa
452
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
casa indecente se comete un doble pecado: uno por el hartazgo y la borrachera, y otro por el hambre de los pobres a quienes se ha arrojado de allí» (35).
2.5. San Juan Crisóstomo
C o n los tres anteriores, con los capedocios, Juan Crisósto
mo constituye el cuarteto de los grandes pensadores orienta
les. Nació entre el 344 y 354 en Antioquía, de familia noble y
rica. Convert ido al cristianismo y bautizado se retiró a hacer
vida monástica durante un período de cuatro años.
Regresó a Antioquía y fue ordenado de diácono en 381 y
sacerdote en 386, donde fue predicador de la iglesia principal.
A ese tiempo pertenecen la mayor parte de sus obras.
Elegido y nombrado Arzobispo de Constantinopla el año
397, desarrolló una actividad pastoral considerable. Debido a
los conflictos con la emperatriz Endoxia y con algunos obis
pos, fue depuesto y enviado al destierro por el emperador
Arcadio el año 403, a Bitinia. Llamado del destierro al año si
guiente, de nuevo incurrió en las iras de la emperatriz, que lo
gró nuevamente que desterraran a Juan, muriendo en el des
tierro, en Pitio (extremo oriental del Mar Muerto), el año 407.
Fue el más fecundo de los Padres griegos. Escribió trata
dos exegéticos o sermones de contenido bíblico (sobre Anti
guo Testamento, Salmos, Isaías, sobre Nuevo Testamento:
evangelios de San Mateo y San Juan, sobre los Hechos de los
Apóstoles, sobre algunas Cartas de San Pablo), tratados dog
máticos (acerca de la incomprensible naturaleza de Dios...),
( 3 5 ) P G 46, 455-468, GONZÁLEZ FAUS, 25-27.
453
Jesús Equiza
homilías (vgM pro Entropio), catequesis bautismales y tratados
varios, como Los seis libros sobre el sacerdocio...
2.5.1. Homilía XV de las estatuas
Tratando de la templanza y refiriéndose a la riqueza-po
breza, dice:
«¡A cuántos oigo que dicen: que no haya pobreza! Pues hagámosles enmudecer a los que mal la soportan: porque es blasfemia decir tal cosa. Mas nosotros digámosles: ¡Que no haya pusilánimes!, porque la pobreza atrajo innumerables bienes a nuestra vida y sin la pobreza inútiles son las riquezas. Así, pues, ni a éstas ni a aquélla calumniemos: tanto la pobreza como las riquezas, son armas que nos conducen a la virtud, si nosotros queremos. Lo mismo que el soldado valiente, con cualquier espada que coja manifiesta su valor así al cobarde y flojo todo lo estorba.»
Y para que veas cómo es verdad esto, acuérdate de aquel
Job, que sucesivamente fue rico y pobre y manejó ambas ar
mas, y con las dos venció. Y decía siendo rico: «Siempre estuvo
mi puerta abierta al pasajero (Job, 31 -32); y, siendo pobre, de
cía: El señor me lo dio, el señor me lo quitó; se ha hecho lo
que es de su agrado (Job, 1-2). Mientras fue rico manifestó mu
cha hospitalidad; mientras fue pobre mucha paciencia. Así, pues,
tú, si eres rico, da mucha limosna; si has quedado hecho pobre,
ten mucha paciencia y tolerancia. Pues no es un mal esencial ni
las riquezas ni la pobreza, sino que se hacen buenas o malas
ambas cosas según sea el ánimo de quienes las usan» (35 a).
(35 a) Las XXI homilías de las estatuas, ASPAS, Madrid, 1945, vol. II, I 12-1 13.
454
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
Hay que reconocer que San Juan Crisóstomo es aquí más
suave que en otros pasajes. Probablemente, la coyuntura en
que predica esta homilía, durante la Semana Santa, año 386
(cuarto sábado de Cuaresma), y en un momento de pesimis
mo y de angustia en la población y comunidad cristiana de
Antioquía. Hubo un mes antes, aproximadamente, unos he
chos luctuosos en la ciudad. C o m o reacción a la exacción de
un nuevo tributo impuesto por el Emperador Teodosio (365-
395), «los notables de la ciudad acudieron afligidos al Prefecto
en queja, y a Dios pidieron ayuda. Mas una amotinada turba
de extraños y circunvecinos, excitados los ánimos, se abalanzó
a los crímenes el 26 de febrero de 387. Destrozaron los ba
ños públicos, de allí se dirigieron a la casa del Prefecto, y rom
piendo cerraduras y puertas, la allanaron. A l verse reprimidos
se revolvieron contra el Emperador., arrancaron sus lápidas,
cargaron de dementas e injurias a los dos Augustos, desmon
taron las estatuas de Teodosio y Fiada, ya difunta, y las arras
traron por la ciudad. Habían cometido un crimen de lesa ma
jestad. Teodosio no podía dejarlo impune y, en el arrebato de
su cólera, decidió arrasar la ciudad» (36).
Se ve que San Juan Crisóstomo, que predicaba esta homi
lía un mes más tarde, se dedicó a consolar a los angustiados y
a exhortarlos a la compunción, mientras se esperaba que lle
gase el perdón imperial.
También la homilía II, de esta colección que trata de la ri
queza y pobreza, predicada el jueves o sábado antes del inicio
de la Cuaresma, empleó un tono más suave. Después de ha
blar de la inconsistencia de las riquezas, que no acompañan a
su propietario más allá de la muerte, dice:
(36) Op. cit, Introducción, 6.
455
Jesús Equiza
«Pero ya es tiempo de que se pregunte: ¿por qué no dijo: a los ricos de este siglo mándales que no se enriquezcan, ¡m-ponles que se hagan pobres, que agoten lo que tienen, sino que dijo: manda que no sean altivos ni se engreían? Conoció que la raíz y materia de las riquezas era la soberbia, que si alguien supiere vivir modestamente, no tendrá mucha cuenta de las mismas...
Además, conoció San Pablo que las riquezas no fueron prohibidas, si alguno usa de ellas por necesidad. Pues, así como dije que no es cosa mala el vino, sino la embriaguez, del mismo modo no son cosa mala las riquezas, sino que es mala la codicia. Una cosa es el avaro, y otra el rico: el avaro no es rico, el avaro está indigente de muchas cosas, y el que está indigente de muchas cosas, no es rico. El avaro es un guardia, no el señor de los dineros; es el siervo, no el poseedor de ellos» (37).
San Juan Crisóstomo está interpretando el texto de T i
moteo, 6, 17: « A los ricos de este siglo mándales que no sean
altivos y exhórtales a no esperar en lo incierto de las ri
quezas.»
2.5.2. Homilía sobre San Mateo, 61,3
¿Puede haber nadie más inicuo que estos (terratenientes)?
Si miras cómo tratan a sus pobres labradores, verás que son
más crueles que los bárbaros. Imponen exacciones continuas
y obligan a los más duros trabajos a hombres consumidos por
el hambre y que se pasan la vida trabajando. Creen que tienen
cuerpos de mulos, y no les conceden ni un momento de res
piro...
(37) Op. cit, I, 59 ss.
456
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
¡Qué espectáculo tan lastimoso! Después de haber traba
jado todo el invierno y de haberse consumido en heladas, en
lluvias y en noches en vela, ahora tienen que retirarse con las
manos vacías y encima cargados de deudas. Y aún más que
por el hambre, temen y tiemblan los desgraciados ante las tor
turas de los administradores, las amenazas de los tribunales,
las cuentas que se les exigen y las cargas inexorables que se
les imponen. ¿Quién podría decir los negocios que se realizan
con ellos, los viles trabajos a que se les somete, para que los
amos llenen lagares y graneros a costa del esfuerzo y del su
dor de aquellos infelices, mientras que a ellos no se les con
siente llevar a casa ni una pequeña parte? Todos los beneficios
tienen que ir a llenar sus toneles de iniquidad, mientras que el
trabajador sólo le tiran por ello unas monedas (38).
2.5.3. Discurso 5 sobre el Génesis
«Salimos de la iglesia y contemplamos hileras de pobres
que forman como murallas a uno y otro lado. Y pasamos de
largo, sin conmovernos, como si viéramos columnas y no
cuerpos humanos. Lo repito: apretamos el paso como si vié
ramos estatuas sin alma en lugar de hombres que respiran. "Es
que vamos con hambres", me contestáis. Pues precisamente
el hambre os habría de persuadir a deteneros, porque, como
dice el refrán: vientre lleno desconoce al hambriento, sólo el
que pasa gana reconoce la necesidad ajena por la suya pro
pia... vosotros vais a todo correr hacia vuestra mesa preparada
(38) P G 58, 591-592; J . J . GONZÁLEZ FANS: Vicarios de Cristo, Trotta, Madrid, 1991, 28. Este y los restantes textos proceden de San Juan Crisóstomo, están tomados de la obra citada de J . J . GONZÁLEZ FANS.
457
Jesús Equiza
y no aguantáis unos momentos de espera. Y el pobre estará
ahí de pie, hasta que caiga el día, a ver si así reúne el sustento
diario...
Ah í está nuestra mesa llena de cosas buenas (si es que
cabe llamar bueno a lo que comemos para condena de nues
tra inhumanidad), pero, en fin, como quiera que la llamemos,
nuestra mesa está puesta. Y oímos cómo, abajo, esos desgra
ciados van gritando por las calles y se lamentan en lo más ne
gro de las sombras y en la más absoluta soledad. Pero nada de
esto nos conmueve...
Y después de tamaña inhumanidad, nos atreveremos a le
vantar las manos al cielo y pedirle a Dios misericordia y per
dón para nuestros pecados. ¿Cómo no tememos que la res
puesta a esa oración sea un rayo bajado del cielo, luego de ta
maña crueldad e inhumanidad?...» (39).
2.5.4. Homilías 20 y 35 sobre el Génesis
«¿Os digo acaso que lo tiréis todo? No : disfruta de lo tuyo
pero, una vez hayas cubierto tu propia necesidad, haz algo ne
cesario con lo inútil y superfluo, y distribuyelo entre los que se
mueren de hambre y tintan de frío. Mándalo por medio de
ellos a tu verdadera patria: ellos serán tu mejor correo para
que, cuando regreses allí, lo encuentres todo preparado. Todo
lo que pongas en manos de los pobres, lo depositas en un
granero seguro que es la mano misma de Dios... Por ello os
exhorto a derramar en los vientres de los pobres todo lo que
guardamos, y a sembrar cuando todavía es tiempo, a fin de
(39) PG 54, 602-604; op. cít, 25.
458
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
cosechar cuando venga el momento... ¿Es que el Señor miseri
cordioso te ha hecho a ti mayores gracias, para que consumas
lo que él ha dado, únicamente en provecho tuyo, y encierres
en arcas y graneros lo restante?...
Quizá resulte pesado por aconsejaros inútilmente, día a
día, pero ¿qué se le va a hacer? Es inmenso el desastre de la
maldad, grande la tiranía de las riquezas y grande la rareza de
la bondad... ¿Por qué consentir que tu oro y tu plata se consu
man por el orín, cuando tu deber sería gastarlo para dar de
comer a los pobres? As í es como lo tendrías depositado en lu
gar seguro... Pero resulta cruel, después de gozar de tantos
bienes, encerrar lo superfluo en arcas y armarios, y no con
sentir que se remedie con ello la necesidad de nuestros seme
jantes. Preferimos el riesgo de que lo devore la polilla o expo
nerlo a las manos de los ladrones, y tener que dar cuenta de
ese mal uso, antes que administrarlo debidamente y ganarnos
con ello el salario de manos de Dios» (40).
2.5.5. Homilía 50 sobre el Génesis
«El dueño y creador del universo dice: "Tuve hambre y no
me disteis de comer". ¿Qué corazón no se conmovería con esa
palabra, aunque fuera de piedra? Tu Señor anda por ahí muerto
de hambre, y tú dándote a la gula. Y lo terrible es que, de este
modo, le desprecias tranquilamente a pesar de lo poco que te
pide: un pedazo de pan para remediar el hambre. El anda por
ahí aterido de frío y tú te vistes de seda y no te dignas mirarlo ni
mostrarle compasión, sino que pasas de largo despiadadamen
t e ) PG 53, 174 y 331 -332, op. cit, 25.
459
Jesús Equiza
te... Que no sea todo nuestro afán acumular riquezas a toda
costa y más que nadie. Pensemos también en administrarlas
bien, remediando la miseria de los necesitados, para no perder
esos otros bienes que no cambian y duran para siempre» (41).
2.5.6. Homilía sobre la carta a los Hebreos
«Cuando veas a un pobre no pases de largo. Piensa más
bien lo que serías tú en su lugar ¿Qué querrías entonces que
hicieran todos por ti? Piensa que él es libre como tú y participa
de tu misma dignidad. Q u e todo lo posee en común contigo.
Y sin embargo, a ése, que no te es inferior en nada, lo valoras
con frecuencia en menos que a tus perros; pues éstos se har
tan de pan mientras el otro se duerme con frecuencia muerto
de hambre. Así, resulta que alguien que es libre se ve más des
honrado que tus esclavos. "Pero es que éstos me prestan un
servicio", me dirás.. Y ¿qué dirás si te demuestro que ese po
bre te llena una necesidad más importante que todos los servi
cios que te prestan tus esclavos? Ese pobre estará a tu lado el
día del juicio y te librará del fuego eterno. ¿Acaso entre todos
tus esclavos podrían hacer algo semejante?.... Pues tú no tienes
con el libre la consideraciones que guardas a un esclavo» (42).
2.5.7. Homilía sobre la carta a los Tesalonicenses
Si Cristo no se desdeña de llamar a los pobres a su mesa
junto al emperador —pues llama juntos a unos y al otro—,
(41) PG 54, 450; op. cit, 25. (42) PG 54, 450; op. cit, 30.
460
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
¿te vas a avergonzar tú de que te vean que compartes con los
pobres y convives con ellos? ¡Qué arrogancia y qué humos!...
Si nos avergonzamos de quienes no se avergüenza Cristo, nos
avergonzamos del mismo Cristo al avergonzarnos de sus ami
gos. Por favor; invita a comer a lisiados y mendigos, que, a tra
vés de éstos, viene Cristo; no a través de los convidados ricos.
Quizás os reiréis al oír esto. Pero no penséis que son palabras
mías. Son de Cristo; y no para que os riáis, sino para que os
asustéis (43).
2.5.8. Homilía sobre el Evangelio de San Juan, 10
Debes procurar ser un hombre, para que la naturaleza no
resulte mentirosa al llamarte así. ¿Entendéis lo que estoy que
riendo decir? Me diréis que ya sois hombres. Pero con fre
cuencia se es hombre sólo de nombre, no de sentimientos. Si
yo veo que vivís irracionalmente, ¿cómo llamaros hombres y
no bueyes? Si veo que sois rapaces, ¿cómo voy a llamaros
hombres y no lobos?...
La verdadera riqueza no está en enriquecerse sino en
no querer enriquecerse. ¿Entendéis lo que acabo de deci
ros? El que quiere enriquecerse necesita bienes y dinero;
mas el que no quiere enriquecerse está siempre satisfecho...
C o m o los ricos suelen ser temidos, el Profeta nos los pone
al desnudo con aquella frase: « N o temas cuando un hom
bre se hace rico y crece su fastuosidad». ¿Por qué temer a
un árbol muy frondoso en hojas pero desprovisto de todo
fruto? ¿Por qué temer a un hombre que camina a la amar-
(43) PG 62, 467; op. cit, 30.
461
Jesús Equiza
gura? ¿Por qué temer a un hombre que constantemente
está él mismo temblando? ¿Por qué temer a quien vive en
continuo sobresalto?
Un esclavo no teme a su amo ausente. Pero el rico lleva
dentro por todas partes a su propio tirano. A dondequiera
que vaya, va con él su pasión por la riqueza. Tiene por enemi
gos a todos sin distinción: prójimos, esclavos, amigos, envidio
sos y bienhechores. Y es que en todas partes suscita envidias.
En cambio, el pobre no tiene por qué temer a nadie, puesto
que sus riquezas son su capacidad de aguante y su filosofía de
la vida. Pero el rico es aborrecido por todo el mundo, porque
es víctima de la avaricia. Quizá le adularán en su cara, pero ín
timamente le desprecian. Y la prueba es que, cuando sopla el
viento y caen las hojas, entonces se pone de manifiesto lo fin
gido de las amistades, se perciben bien las máscaras de los
aduladores y aparece claro y patente el coro de los hipócritas
y todo el escenario de aquella farsa...
Y al hablar así, no pretendo calumniar a la riqueza sino re
prender a los que usan mal de algo bueno. Ya os lo he dicho
mil veces: las riquezas, acompañadas de buenas obras, son
buenas ellas también. ¿Cómo son buenas? Si con ellas se re
media la pobreza y se socorre a quienes lo necesitan...
Me diréis: «¿Ya estás otra vez metiéndote con los ricos?».
Pero yo os digo: «¡Ya estáis otra vez vosotros contra los po
bres!». ¿Una vez más atacas a los rapaces? ¡Una vez más os
ponéis vosotros contra las víctimas de la rapiña! Si vosotros
no os hartáis de devorar y tragaros a los pobres, o no me
harto de echároslo en cara... Apártate de mis ovejas, apárta
te de mi rebaño. N o me lo destruyas. Y si me lo destruyes,
¿me acusarás de que te persigo? Si yo fuese pastor de ove-
462
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
jas, ¿me acusarías de no perseguir al lobo que invadiera mi
rebaño?
Pero soy pastor de una grey espiritual. Por eso no persi
go a pedradas sino con la palabra. O, mejor dicho: no te
persigo sino que te llamo. Entra tú también en el rebaño. •
¿Por qué devastas mi rebaño, tú que deberías acrecentarlo?
Yo no te persigo a ti sino al lobo. Y si no eres lobo no te
persigo. Pero, si te has hecho lobo, acúsate a ti mismo. Por
tanto: yo no estoy contra los ricos sino a favor de los ricos.
Hablando como hablo, hablo en favor tuyo aunque tú no te
des cuenta.
¿Que hablas en mi favor?
Sí, porque te libro del pecado, te saco de la rapiña, te
hago amigo de todos y amable a todos. ¿Es esto perseguir o
aconsejar? ¿Es esto aborrecerte o más bien amarte?
Pues sí, tú me aborreces.
Pues no, yo te amo. Tengo incluso un mandato del Señor:
«Amad a vuestros enemigos». N o me distancio de ti sino que
te curo... N o te persigo a ti sino a tu pasión. N o hago la gue
rra a ti sino a tu maldad. ¿No me tendrás por tu bienhechor?
¿No creerás que me cuido de ti y que soy el defensor de to
dos? ¿Qué otro te va a hablar de estas cosas? Los que mandan
sólo se preocupan de pleitos y litigios. Tu mujer sólo se ocupa
de adornos y joyas. ¿Quizás tu hijo? Tus hijos sólo piensan en
tu herencia, tu testamento y tu hacienda... ¿Tus parásitos tal
vez? Pero ésos sólo saben de banquetes, de cenas y de al
muerzos. ¿Te hablarán tal vez los jueces? Ellos sólo entienden
en testamentos, herencias, manumisiones y cosas por el estilo.
¿Dónde puedes oír todo esto si no lo oyes de mi? Todo el
463
Jesús Equiza
mundo te teme, pero yo, mientras eras como eres, te desprecio: desprecio tu pasión. Si yo corto, tu gritas. Pero no me han de impresionar tus gritos, porque deseo tu curación como un médico (44).
2.5.9. Homilías sobre los hechos
N o me digáis que es imposible cuidar de los otros. Si sois cristianos, lo imposible es que no cuidéis. Pasa aquí lo mismo que en otros campos de la naturaleza, donde hay cosas que no pueden ser contradichas. Pues igual aquí: el compartir radica en la naturaleza misma del cristiano. N o insultes a Dios; si dijeras que el sol no puede alumbran lo insultarías. Y si dices que el cristiano no puede ser de provecho a los otros, insultas a Dios y lo dejas por embustero. Más fácil es que el sol no caliente ni brille, que no que el cristiano deje de dar luz... Si ordenamos debidamente nuestras cosas, la ayuda al prójimo se dará absolutamente, se seguirá como una necesidad física (45).
2.5. / 0. Homilías sobre 2 Cor.
Quede claro que no trato ahora de levantaros hasta la cumbre más alta del desprendimiento. Por ahora sólo pido que recortéis lo superfluo y os contentéis con lo suficiente. Y lo suficiente se define por la necesidad de aquellas cosas sin las que no es posible vivir. Nadie pretende quitarte el sustento necesario; pero estoy hablando de sustento, no de deleites;
(44) PG 55, 500, 503-505; op. cit, 31 -32. (45) PG 60, 162; op. cit, 32.
464
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
estoy hablando de vestirse, no del lujo en el vestir O por me
jor decir: si miramos las cosas hasta el fondo, el mayor placer
está en la sobriedad (46).
2.5. / /. Sobre la Carta I a Timoteo
Decidme vosotros, por favor: ¿de dónde proceden vues
tras riquezas?, ¿de quién las habéis recibido? « D e mis abuelos
por medio de mi padre». Y bien: ¿sois capaces de iros remon
tando así por la familia y demostrar que lo que poseéis lo te
néis justamente? N o sois capaces. El principio y raíz siempre
es forzosamente la injusticia. ¿Por qué? Porque al principio
Dios no hizo rico a uno y pobre a otro, ni tomó a uno y le dio
grandes yacimientos de oro, privando al otro de este hallazgo.
N o señor Dios puso delante de todos la misma tierra. Y
¿cómo, siendo común, posees tú hectáreas y más hectáreas, y
el otro ni un terrón? «¡Me las transmitió mi padre!», me con
testas. Y él, ¿de quién las había recibido? « D e sus antepasa
dos». Pero es necesario remontarnos aun más arriba y llegar
al principio...
Y vamos a suponer que la riqueza sea justa y limpia de
toda rapiña, y que tú no eres responsable de lo que robara tu
padre. Lo que posees es fruto de rapiña, pero no lo robaste
tú. Y vamos a suponer que tampoco lo robó tu padre, sino
que su dinero brotó de no sabemos qué paraje de la tierra.
¿Diríamos sólo por eso que la riqueza es buena? D e ningún
modo. Y vosotros me replicáis: «¡Pero tampoco mala!». N o
será mala si tú no eres avaro y das de ella a los necesitados. Y
(46) PG6l,533;of>.c/t,32.
465
Jesús Equiza
tú insistes: « N o señor Mientras no haga un mal, aun cuando
no haga bien, no es mala.»
Muy bien: y ¿acaso no es mal tener uno solo lo que son
bienes del Señor y gozar uno solo lo que es común? ¿O es
que no dice la Escritura: «del Señor es la tierra y todo cuanto
la llena»? Pues si lo que tenemos pertenece al Señor común,
también pertenece a los que son siervos suyos como noso
tros. Lo que es de Dios es todo común. ¿No te das cuenta de
que ese mismo es el orden establecido en las grandes casas?
A todos se les da por igual su ración de alimento, pues sale de
los graneros del amo. La casa señorial está abierta en la misma
medida a todos los siervos. Comunes son también todas las
cosas del Imperio: las ciudades, las plazas o los paseos son co
munes a todos. Todos participamos de eso por igual (47).
2.5. / 2. Homilía 2 sobre Lázaro
Sin embargo, el rico Epulón no cometió propiamente una
injusticia con Lázaro, puesto que no le quitó sus bienes. Su pe
cado fue no darle parte de lo «propio»... Y es que el no dar
parte de lo que se tiene es ya un género de rapiña. N o os
maravilléis, y no tengáis por extraño esto que os estoy dicien
do. O s propondré un texto de la Escritura en donde se califica
claramente como avaricia, defraudación y hurto no sólo el
arrebatar lo ajeno, sino también el no dar parte de lo propio a
otros.
¿Qué testimonio es? Pues aquel en que, reprendiendo
Dios a los judíos por boca del profeta, les dice: «La tierra ha
(47) PG 62, 562-563; op. cit, 32-33.
466
Actitudes de ios Sontos Podres ante la riqueza
dado sus frutos y no habéis traído los diezmos, sino que la rapiña del pobre está en vuestras casas» (Mal 3, 10). Por no haber hecho las ofrendas acostumbradas, habéis arrebatado los bienes de los pobres: esto es lo que dice el texto. Y lo dice para demostrar a los ricos que tienen lo que pertenece al pobre, aun cuando hayan entrado en la herencia paterna, o les venga el dinero de donde quiera que sea. Como también dice en otro lugar: «No defraudes la vida del pobre» (Eclo 4, I). Defraudar significa tomar y retener lo ajeno. Luego por este pasaje se nos enseña también que, si dejamos de hacer limosna, seremos castigados al igual que los defraudadores.
En resumen: los bienes y la riqueza pertenecen al Señor; sea cual sea la fuente de donde los hemos recogido... Y si el Señor te ha concedido tener más que otros, no ha sido para que lo gastes en amantes y borracheras, en banquetes y vestidos lujosos o en cualquier otro despilfarro. Ha sido para que lo distribuyas entres quienes lo necesitan.
Y si un recaudador cobra los dineros del Estado y no los distribuye a quienes se le manda, sino que los emplea para sus propios vicios, tendrá que dar cuenta de ello y le espera una pena de muerte. Pues bien: el rico no es más que un cobrador del dinero que ha de ser distribuido a los pobres, y se le manda que lo reparta entre aquellos de sus compañeros de servicio que están necesitados. Si emplea para sí mismo más de lo que pide la necesidad, tendrá que dar la cuenta más rigurosa, pues lo suyo no es suyo, sino de los que son siervos del Señor como él...
Si no podéis recordar todos lo que os he dicho, os suplico que os quedéis para siempre con esto, que vale por todo: que no dar a los pobres de los bienes propios, es robarles y aten-
467
Jesús Equiza
tar contra su vida. Recordad que no retenemos lo nuestro sino lo de ellos (48).
2.5. / 3. Homilía 50 sobre San Mateo
No pensemos que basta para nuestra salvación traer a la iglesia un cáliz de oro y pedrería, después de haber despojado a viudas y huérfanos. Si quieres honrar el sacrifico de la Cruz, presenta tu alma por la que fue ofrecido. Esta es la que has de hacer de oro. Mientras que si tu alma sigue siendo peor que el plomo o que una teja, ¿qué vale entonces el cáliz de oro? No nos contentemos pues con traer dinero a la iglesia, sino miremos si procede de un justo trabajo. Porque más precioso que el oro es aquello que no tiene nada que ver con la avaricia. La iglesia no es un museo de oro y plata sino una reunión de ángeles.
En la Última Cena no era de plata la mesa, ni la copa en que el Señor dio a sus discípulos su propia sangre. Y sin embargo, «qué precioso era todo aquello y qué digno de veneración, ¡como rebosante que estaba de Espíritu Santo! Así que, si queréis honrar de veras el cuerpo de Cristo, no consintáis que esté desnudo. No le honréis aquí con vestidos de seda, mientras fuera le dejáis perecer de frío y desnudez. Porque el mismo que dijo «este es mi cuerpo», es el que dijo «me visteis hambriento y no me disteis de comer». Y su palabra fundamenta nuestra fe...
El sacramento no necesita preciosos manteles sino almas puras. En cambio los pobres sí que requieren mucho cuidado.
(48) PG 48, 987-988; op. cit, 34.
468
Actitudes de los Sontos Podres onte lo riqueza
Aprendamos, pues, a pensar con discernimiento y a honrar a
Cristo como él quiere ser honrado. Porque la honra más gra
ta para aquel que la recibe es la que él mismo quiere, no la
que nosotros nos imaginamos. Pedro pensaba honrar al Se
ñor no permitiendo que le lavara los pies, y eso no era honra
sino todo lo contrario. Así, pues, dale al Señor el honor que
él mismo quiere, empleando tu riqueza en los pobres. Por
que Dios no tiene necesidad de vasos de oro sino de almas
de oro.
El Señor acepta ciertamente las ofrendas, pero mucho más
la limosna. Pues en un caso sólo se aprovecha el que da; en el
otro el que da y el que recibe. En las ofrendas es posible que
sólo se trate de un afán de presumir En la limosna la caridad
lo es todo. ¿Qué le aprovecha al Señor que su mesa esté llena
de vasos de oro, si él se consume de hambre? Saciad primero
su hambre y luego, si sobra, adornad también su mesa. ¿O vas
a hacer un vaso de oro y después no darle un vaso de agua? Y
¿de qué sirve que cubráis su altar de paños recamados de oro,
si a él no le procuráis ni el abrigo indispensable?
Vamos a ver: si viendo a un desgraciado falto del sustento
necesario, te dedicaras a cubrir de oro su mesa, ¿te agradece
ría el favor o más bien se enfadaría contigo? Y si, viéndole ves
tido de harapos y aterido de frío, te entretuvieras en levantar
unas columnas de mármol, diciéndole que eran en honor
suyo, ¿no diría que le estabas tomando el pelo, y tomaría
aquello por una ofensa? Pues aplica todo eso a Cristo. El anda
efectivamente sin techo y peregrino. Y tú, que no le acoges a
él, te entretienes en adornar el pavimento, las paredes y los
capiteles de las columnas (49).
(49) PG 58, 508-509; op. cit, 35.
469
Jesús Equiza
2.5. I 4. Homilía sobre I Cor.
N o hablo así porque la riqueza sea un pecado. El pecado
está en usar mal de ella no repartiéndola entre los pobres.
Dios no ha hecho nada malo. Todo es bueno y muy bueno.
También las riquezas, a condición de que no dominen a quie
nes las poseen, y remedien la pobreza. Una luz que no deste
rrará las tinieblas sino que las aumentará no sería luz. D e
modo semejante, no es verdadera riqueza la que no destierra
la pobreza sino que la aumenta (50).
2.5.15. Homilía sobre II Cor. 8, 1-14
«¿Qué quiere decir el apóstol?» Ved como secretamente
añade: debe darse por encima de las posibilidades y de la mis
ma penuria. Dice: «si queréis recibir de la abundancia, dad
desde la abundancia, pero si anheláis alzaros con todo ofreced
por encima de las posibilidades y de la penuria. En modo algu
no dice esto; pero lo deja al buen juicio de los oyentes» (51).
2.5. / 6. Homilía 60 sobre el evangelio de San Juan
San Juan Crisóstomo comentando la pericopa de las vírge
nes necias y las sabias (Mt 25, 1-13; Le. 12, 35-38), interpreta el
término aceite como sinónimo de misericordia, de limosna.
Dice:
( 50 ) P G 6 I , I 13; op. cit, 36.
( 5 1 ) Homilía 17, 2 P G 6 1 , 519; texto tomado de J . QUEREJAZU: «Dar... también de lo necesario» (S. Juan Crisóstomo). Para una antropología de misericordia. Facultad de Teología del Norte de España, Sede de Vitoria, Lección inaugural del Curso 1996-1997, 13.
470
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
«Las vírgenes no fueron acusadas de fornicación ni de adulterio ni de envidia ni de odio; tampoco de nada referente a la fe o al bien sentir; simplemente no tenían aceite, es decir, no hacían limosna. Eso significa precisamente el aceite... Por consiguiente es preciso que también nosotros tengamos compasión de nuestro prójimo según la cantidad de misericordia que tengamos ¿Y cuál es la gran misericordia? La que da no sólo de lo superfluo, sino también de lo escaso» (52).
2.6. Asterio de Amasea
También Capadocio, aunque mucho menos conocido que
los tres «clásicos» (los dos Gregorios y Basilio); desconoce
mos la fecha de su nacimiento y de su muerte, pero sabemos
que fue abogado (lo que se nota a veces en su lenguaje) y
que fue consagrado obispo entre el 380 y 390. El texto que
presentamos es uno de los mejores resúmenes de la doctrina
patrística sobre la propiedad.
2.6.1. Homilía sobre la parábola del administrador infiel
« H e aquí lo que es nuestra vida humana, hermanos, todo
pasa, todo cae. Cuando oigo decir "este campo es mío" o
"esta casa es mía", no puedo menos de admirar cómo se
apropian de lo que no les pertenece, valiéndose de tres letras
engañosas y una silaba vana: mío. Igual que las máscaras de los
actores teatrales nadie las tiene como propias, sino que cada
actor recibe una según sea el argumento de la obra, así tam-
(52) 4, PG 59, 332; op. cit, 14.
471
Jesús Equiza
b i e n las propiedades terrenas son como vestidos que unos se
quitan y otros se ponen... Nosotros somos de Dios, que es el
verdadero y supremo propietario, y nosotros no somos más
que administradores y gerentes de sus bienes... Ni siquiera tu
cuerpo te pertenece. Y ¿qué diremos de esos que se imaginan
que son los dueños de su oro, de su lata o de sus campos y
del resto de sus posesiones? ¿De esos que creen que poseen
como propietarios absolutos, sin responsabilidad y sin estar
obligados a rendir cuentas a nadie?
Hombre, nada es tuyo. Todo es de Dios y tú no eres más
que un esclavo. Y el esclavo no puede disponer a su gusto
de los bienes que administra. Llegaste al mundo desnudo de
todo. Lo que tienes lo has recibido, según la ley establecida
por Dios, bien sea de tus padres, o por matrimonio, o por
adquisiciones sancionadas legalmente, o por la industria, el
comercio, la agricultura y cualquier otra forma de adquirir
que sea conforme al orden establecido por Dios y secunda
do por sus leyes y su concurso. Esta es la fuente de tus ri
quezas.
Por tanto, de todo lo que posees no te pertenece nada.
Lo que hay que ver es en qué condiciones posees, qué te
ha sido prescrito respecto al uso de tus bienes, cuál de
be ser la administración de lo que has recibido. Pues hela
aquí: "da pan al hambriento, viste al desnudo, cuida al enfer
mo", no descuides al pobre caído por los caminos, no te in
quietes por lo que te va a pasar mañana. Si obras así, te pre
miará el que te impuso estas leyes. Si las violas, estás castiga
do» (53).
( 5 3 ) Homilía sobre la parábola del administrador infiel, P G 40, 184-188, y J . GONZÁLEZ FANS, op. cit, 37.
472
Actitudes de ios Sontos Podres onte lo riquezo
2.6.2. Homilía sobre el rico y Lázaro
«Necesita, pues, el que quiere vivir con placer, ante todo,
de una casa lujosa, adornada, como una novia, de baldosas,
piedras y oro, y convenientemente situada de acuerdo con los
cambios de las estaciones del año. Se recomienda, en efecto,
caliente y abrigada en invierno y orientada hacia el mediodía;
vuelta, empero, por el verano, al Norte, a fin de que se refres
que por las duras auras, o por suaves y frescas de Bóreas. Des
pués de eso, son menester también vestidos preciosos, con
que se cubran los escaños, los lechos, camas y puertas, pues
entres esas gentes se viste y recubre todo, aun las cosas inani
madas, mientras los pobres van lastimosamente desnudos.
Añade los vasos de oro y plata, los graves gastos para co
mer faisanes y beber vino de Fenicia, que las viñas de Tiro
producen abundante y caro para los ricos...
Para adquirir todo esto, ¡qué de iniquidades no se come
ten con los pobres, a cuántos huérfanos no se abofetea, cuán
tas viudas no han de llorar largamente! ¡Cuántos, terriblemen
te destrozados, no corren voluntariamente a la horca! (54).
2.7. San Jerónimo
Nació en Estridon, entre Dalmacia y Panomia, en torno al
año 33 I, según San Agustín, y al 347, según F. CAVALLERA.
Cursó estudios en Roma hacia los años 360-367 y allí fue
bautizado. Después de pasar algún tiempo en su país natal,
(54) PL, 40, 68; cfr. Vido Nuevo, 22 (1973), 240.
473
Jesús Equiza
vivió un par de años (375-377) en el desierto de Caléis don
de un judío converso le enseñó el hebreo.
Ordenado de sacerdote en Antioquía por Paulino, vino
con éste a Roma, donde colaboró con el Papa Dámaso.
Peregrina a Palestina, instalándose en Belén y fundando una
selecta comunidad monástica. Fue muy activo, manteniendo re
lación epistolar con muchos de sus contemporáneos y con
temporáneas (escribió muchas cartas de contenido variado,
con frecuencia cargado de teología polémica), predicó homilías,
combatió enérgicamente a los pelagianos, haciendo un frente
común con San Agustín, y realizó su obra cumbre: la traduc
ción de la Biblia, del hebreo y del griego al latín: La Vulgata.
2.7. í. Epístola UOaHebidia
«Acertadamente llama el evangelio riquezas injustas, pues
todas las riquezas no tienen otro origen que la injusticia y no
se puede hacer uno dueño de ellas, a no ser que otro las pier
da o se arruine. Por lo cual me parece certísima aquella sen
tencia popular que dice: los ricos lo son por su propia injusti
cia o por herencia de bienes adquiridos injustamente» (55).
2.7.2. Epístola 58 a Paulino, presbítero
A Paulino, presbítero, y a su esposa que desean hacerse as
cetas, Jerónimo les acoge con cordialidad y entusiasmo y, entre
otras cosas, les dice que virtud y riquezas son incompatibles:
(55) PL 22, 982; S. Jerónimo, epistolario, edición preparada por J . B. VALERO: BAC, Madrid, 1993, núm. 530, II, 345.
474
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
«En fin, tú también has oído la máxima del Salvador: Si quieres ser perfecto, anda y vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres y ven y sigúeme (Mt. 19, 21). Tú deseas traducir estas palabras en otras, y siguiendo desnudo la cruz desnuda deseas subir más libre y más ligero la escala de Jacob. Cambias la túnica y también el alma. Y no eres de los que con la bolsa llena, buscan los desaliños ostentosos, sino que son manos limpias y corazón puro, te glorias de ser pobre de espíritu de riquezas. Pues no es precisamente noble poner cara triste y macilenta para simular ayunos o darlos a conocer abundar en réditos de propiedades y alardear de una capa raída. Crates el tebano, hombre en otro tiempo muy rico, cuando marchó a Atenas para profesar la filosofía, tiró una gran cantidad de oro, porque pensaba que no podía poseer al mismo tiempo virtudes y riquezas. Y nosotros, cargados de oro, seguimos a Cristo pobre, y so pretexto de limosna, nos acostamos sobre nuestros antiguos bienes. ¿Cómo podemos distribuir fielmente lo ajeno quienes guardamos, con tanto cuidado, lo nuestro? Un vientre repleto diserta fácilmente sobre ayunos. No es de alabar haber vivido en Jerusalén, sino haber vivido santamente en Jeru-salén. Esta es la ciudad que hay que buscar; no la que mata a los profetas y derrama la sangre de Cristo, sino aquella a la que alegra el caudal impetuoso de un río, la que, situada sobre el monte, no puede quedar oculta, la que el Apóstol llama madre de los santos (Gl 4, 26) y en la que se gloria de tener su ciudadanía con los justos» (Filp. 3, 20) (56).
2.7.3. De las homilías de Orígenes (traducidas por San Jerónimo) sobre Ezequiei
El santo tradujo a Orígenes y en la línea del Evangelio, hace suya la relación de incompatibilidad entre riquezas (bienes acumulados) y justicia:
(56) San Jerónimo, Epistolario, I, 565-566
475
Jesús Equiza
«Al rico Epulón no se la acusa en la Escritura de poseer sus riquezas inicuamente ni de haberlas derrochado con meretrices, ni de ser asesino o de haber cometido cualquier otra atrocidad. Si examinas lo que dice el Evangelio, verás que su mayor pecado entre todos sus pecados fue su soberbia: en su hartura y en su abundancia no tuvo conmiseración de aquel que estaba echado a su puerta cubierto de llagas. Se ensoberbeció con tantas riquezas y placeres, y despreció la pobreza de Lázaro. No tuvo en cuenta los sufrimientos de los pobres ni los derechos comunes de la humanidad, ni la necesidad de que el hombre tenga una sensibilidad humana y, en las calamidades humanas, se compadezca, de algún modo, de los que son de su misma condición» (57).
2.7.4. Carta 77. Sobre la muerte de Fabiola
Esta carta es una oración fúnebre por Fabiola, mujer no
ble, débil primero y generosa después, entregando sus bienes
a los pobres y entregándose ella misma al servicio de los me
nesterosos, superando el egoísmo y la repugnancia causada
por los socorridos. Jerónimo la presenta como modelo en
ambos aspectos. Dice:
«En el caso presente —le dice a Océano— me propones a Fabiola, gloria de los cristianos, prodigio para los gentiles luto de los pobres, consuelo de los monjes...»
Fabiola hizo penitencia por sus pecados, penitencia pública.
Y ¿después?
«Una vez recibida la comunión ante las miradas de la Iglesia entera, ¿qué hizo ella? ¿Acaso el día de la prosperidad
(57) P L 25, 758-769; J . J . GONZÁLEZ FANS, op. cit, 15-16.
476
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
se olvidó de las desgracias...? Todo lo contrario, dilapidó y vendió toda la hacienda de que pudo disponer que era cuantiosísima como correspondía a su alcurnia, y convirtiéndola en dinero, la destinó para socorro de los pobres. Ella fue la primera que fundó un hospital para recoger a los enfermos de las plazas públicas y restablecer los cuerpos de los miserables, consumidos de dolencias y de hambre... ¡Cuántas veces no cargó sobre sus hombros a enfermos invadidos por la ictericia o la gangrena! ¡Cuántas no lavó la materia purulenta de las llagas, que otros ni se hubiesen atrevido a mirar! Servía las comidas por su propia mano, y con infusiones medicinales aliviaba a aquellos cadáveres vivientes...
"Conozco mucha gente rica y religiosa que, debido a la repugnancia de su estómago, practica esta misericordia por medio de otros, y son clementes con su dinero, pero no con su mano. Yo no los censuro, por cierto, ni interpreto como falta de fe su debilidad de ánimo. Pero lo mismo que disculpo la flaqueza de estómago, de igual modo encumbro hasta el cielo el fervor de esta alma perfecta. Una fe grande desprecia todo eso. Sabe lo que aquel rico vestido de púrpura dejó un día de hacer con Lázaro, y a que castigo fue condenado aquel espíritu soberbio. Aquel a quien despreciamos, a quien no podemos ni mirar, cuya sola vista nos provoca náuseas es un semejante nuestro, formado del mismo barro, es un semejante nuestro formado del mismo barro que nosotros y plasmado con los mismos elementos que nosotros. Todo lo que sufre él, podemos sufrirlo nosotros. Por eso, debemos mirar sus heridas como nuestras, y esta mirada misericordiosa hacia nosotros mismos, reblandecerá la dureza de nuestro corazón hacia los demás." "Aunque lenguas tuviera y bocas ciento, y voz de hierro uno a uno los nombres no diría de los males (Virgilio, Acn. 6, 25 ss). Fabiola supo convertir esos males en otros tantos alivios de los miserables, de forma que muchos sanos de entre los pobres envidiaban a los enfermos"» (58).
(58) PL 22, 694; San Jerónimo, Epistolario, I, 784-786.
477
Jesús Equiza
N o cabe duda de que el comportamiento dadivoso de Fa
biola fluía de la convicción de que una vida cristiana auténtica
exige la puesta en común de los bienes.
2.8. San Agustín
Uno de los mayores genios de la Humanidad, Agustín de
Hipona nació el 13 de noviembre de 354 en Tagaste, Numidia
(África del Norte) , hijo de modestos propietarios.
Estudió en Tagaste, Madaura y Cartago. Fue profesor de
oratoria en Tagaste (año 374) y retórica en Cartago (años
375-383), Roma (año 384) y Milán (384-386).
Su itinerario filosófico-religioso experimentó un proceso
sorprendente y diverso. Habiendo leído el Hortensius de
CICERÓN, se adhirió al maniqueísmo. Le atraían su racionalismo
y la explicación del problema del mal. Desengañado del mani
queísmo tras su encuentro con el obispo maniqueo Fausto,
cayó en el escepticismo, hasta que escuchando a San Ambro
sio en Milán se convirtió al cristianismo.
Iniciado en la fe, fue bautizado por San Ambrosio en Milán,
juntamente con su hijo Adeodato y su amigo Asipio, el año 387.
Tras una leve estancia en Roma, camino de Tagaste (su madre
Mónica murió en Ostia), se instaló en su tierra. Ordenado de
sacerdote en Hipora en 391, fundó un monasterio. En 395, fue
nombrado obispo auxiliar de Hipona, auxiliar del obispo Aure
lio, al que sucedió como titular de la sede, en la que murió el
año 430 durante el asedio de la ciudad por los vándalos.
Su obra escrita es muy grande. Escribió libros autobiográfi
cos (Confesiones, Retractaciones), filosóficos, apologéticos,
478
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
dogmáticos, morales, pastorales, exegéticos, polémicos... Escri
bió 270 cartas y todavía un mayor número de sermones...
También se preocupó de la solidaridad económica, aunque
su teología giró con mayor amplitud en torno al tema de la gra
cia, de la justificación, del pecado, de la moral sexual... Agustín,
fiel a la tradición anterior, defiende estas cuatro tesis: la injusticia
de la riqueza, la necesidad de dar de lo superfluo, el carácter so
cial de la propiedad y la dignidad del hombre: del pobre.
2.8.1. Exposición sobre los salmos 48: Las riquezas son injustas
«"Hazte amigos con las riquezas injustas" (Le 14, 9). Las riquezas son injustas o porque las adquiriste injustamente, o porque ellas mismas son injusticia, por cuanto tú tienes y otro no tiene, tú abundas y otro vive en la miseria. En cualquier caso haz amigos con estas riquezas inicuas (o las que los injustos llaman simplemente riquezas, y obrarás sabiamente. Inviértelas para no verte defraudado... Los niños echan su dinero en una hucha y se sienten seguros. Y ¿vas a temer tú si lo pones en manos de Cristo? Sé sensato y mira por tu futuro en la otra vida» (59).
Las riquezas son injustas o porque se han adquirido injusta
mente o porque ahora dejan a otros sin lo que les corresponde.
2.8.2. Exposición de los salmos 147: El deber de dar lo superfluo
«Buscad lo que necesita la obra de Dios, no lo que necesita vuestra codicia. Pues vuestra codicia no es obra de Dios como lo son vuestro cuerpo, vuestra alma y vuestra figura. Inves-
( 5 9 ) P L 36, 552; J . J . GONZÁLEZ FANS, op. cit, 60.
479
Jesús Equiza
tiga las cosas que son necesarias y verás que son pocas... Pero, en cambio, ¡cuánto necesita el empresario de un circo para vestir a tantos gladiadores! Ved, pues, que no sólo es poco lo necesario, sino que ni siquiera Dios os exige mucho. Sólo te pide lo que te dio, y aún puedes quitar de ello cuanto te sea necesario. Los demás bienes, los que te son superfluos a ti, son necesarios a otros. Los bienes superfluos de los ricos son necesarios a los pobres. Y siempre que posees algo su-perfluo, posees lo ajeno» (60).
La limosna, pues, no es optativa, sino necesaria. La fe exige
dar al pobre lo que es superfluo.
2 . 8 . 3 . Sermón 50: Carácter social de la riqueza
«En realidad el oro y la plata pertenecen solamente a aquel que sabe usarlos. Incluso entre los mismos hombres se dice que no es digno de poseer algo cuando no lo usa bien. Y es que quien no usa justamente, no posee legítimamente. Y si
alguien que no posee legítimamente, se proclama dueño de algo, no será esta palabra de poseedor justo, sino injusticia de usurpador sinvergüenza» (61).
2.8.4. Sermón 239: La limosna debe ser hecha sin soberbia.
El pobre tiene la dignidad de Cristo y la tuya
«Que nadie sienta soberbia por dar al pobre. Pues Cristo fue pobre. Que nadie se envanezca por acoger al peregrino. Pues Cristo lo fue. Y mejor es Cristo acogido y socorrido que los que le acogieron y socorrieron. El que recibía era el dueño de todo. Quien le socorría recibía lo que daba de aquel a
(60) PL37, 1922; Ibídem.
(61) PL 38, 327; ibídem.
480
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
quien le socorría. Portante, hermanos míos, que nadie sea soberbio cuando socorre al pobre, ni diga en su corazón: yo soy el que recibe, yo le admito en mi casa, él carece de techo. Quizá careces tú de cosas más importantes: quizá ese a quien acoges es justo y si él necesita pan, tú necesitas verdad, él necesita techo y tú el cielo, él carece de dinero y tú de justicia» (62).
3. P R I N C I P I O S A N T R O P O L Ó G I C O - É T I C O S
Los Padres basan su ética económica en convicciones claras y operativas. N o hablan a la ligera. Podemos formular sus principios de la siguiente manera:
3.1. El principio de la creación
Todas las cosas originalmente fueron comunes. Porque todo fue creado. Todo lo que existe recibió el ser de otro. Lo mismo que el sol es de todos y para todos, así las cosas inicial-mente fueron destinadas al bien de todos los seres humanos... La propiedad privada no es el referente primero.
La fe en Dios creador facilita a los Padres la elaboración de un principio de solidaridad económica universal, sin límite. La tierra, la única riqueza original, es de Dios. A ello se refieren Clemente de Alejandría (1,2) y otros que citan los textos del Antiguo Testamento en que se afirma, que la tierra es mía, y no os la podéis apropiar (Lev 25, 23).
La creación para los Padres es una perspectiva que afecta a todos los bienes y a todos los hombres: todos los bienes
(62) PL38, I 128; Ibídem.
481
Jesús Equiza
han sido creados para todos los hombres, de tal manera que
la creación está en equilibrio cuando rige la equidad, la justicia
sin exclusiones. D e lo contrario la creación sufre violencia. Los
Padres valoraban la «mundialización» o universalidad de su
tiempo como una exigencia de solidaridad económica sin
fronteras.
3.2. El principio de la propiedad privada con hipoteca social
Basándose en una correcta antropología filosófico-teológi-
ca, los Padres sostienen que todos los hombres tienen el mis
mo origen: el corazón y los brazos de Dios, y la misma estruc
tura: son seres limitados y materiales, que necesitan de un pu
ñado de bienes económicos (y no económicos) para ser y
crecer Todos y cada uno han de apropiarse de lo necesario
para lograr su destino.
Dios ha creado al hombre no definitivamente hecho, sino
en germen y ahora quiere su desarrollo y felicidad. Por tanto,
desea que éste cuente con los medios adecuados para su rea
lización. Este acervo de bienes necesarios es lo que constituye
el derecho del ser humano a integrarlo en sí mismo.
Este es el derecho a la propiedad privada, que es legítimo,
pero que no es absoluto, sino subordinado al fin social/univer
sal de todos los bienes.
Los Padres no matizan si son bienes productivos o con
suntivos los bienes apropiables, pero por lo menos son estos
últimos: alimento, vestido, vivienda, cultura, ya que son impres
cindibles para subsistir y desarrollarse.
482
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
3.3. El principio de imagen y semejanza de Dios
El hombre ha sido creado a imagen y semejanza divina.
Por eso, ahora tiene que representar a Dios con autenticidad
y verdad: tiene que identificarse, en cierto modo, con el ser
de Dios.
A un Dios que actúa se le representa actuando. Dios inicia
la obra creada y el hombre, por el trabajo, la continúa... Traba
jar es concrear
A un Dios que ama se le representa amando. A un Dios
que ama solidarizándose con el hombre se le representa soli
darizándose con los hermanos, solidarizándose económica
mente.
A un Dios misericordioso se le representa practicando la
misericordia. El señor es compasivo y misericordioso, tardo a la
ira y pronto al perdón (salmo 102). Añádase a ello el consejo-
mandato de Cristo: Sed misericordiosos como vuestro Padre
del cielo (Le 6, 36). Los Padres y sobre todo, San Juan Crisós
tomo, insisten en esta motivación antropologico-teológica:
«Por la misericordia y la compasión nos es dado asemejarnos a Dios. Si eso no lo tenemos, todo lo perdemos. El señor no dijo: Si guardáis virginidad o haces oración sois semejantes a vuestro Padre. Ninguna de estas cosas tiene como objeto a Dios, ni Dios hace nada de eso. ¿Qué nos dijo Cristo?: "Sed misericordiosos como vuestro Padre del cielo".»
La fidelidad del hombre a sí mismo (y a Dios) siendo mise
ricordioso recurre en San Juan Crisóstomo:
( 6 3 ) Sobre 2.A Carta a Timoteo, Homilía 3; citado por J . QUEREJAZU, op. cit, 34. Ibídem.
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Jesús Equiza
«Sed misericordiosos como vuestro Padre. Muchas cosas dijo el señor, pero nunca se refirió a Dios, excepto cuando hablaba de misericordia. Nada nos hace tan ¡guales a Dios como cuando hacemos beneficio a los demás (64), de tal manera que el que carece de misericordia deja de ser hombre, se deshumaniza» (65).
A San Juan Crisóstomo más que la definición aristotélica
de hombre: animal racional o animal político (66), más que la
definición antropológico-teológica de hombre: imagen de Dios
por su dinamismo, por su libertad, por su racionalidad, por su
inmortalidad, por su sexualidad, le gusta la de hombre imagen
de Dios por su misericordia... El hombre es un ser esencial
mente solidario hasta la comunicación de bienes y hasta la
erradicación de la injusticia que produce la pobreza y de las
causas que la mantienen. Solidario hasta la ternura eficaz (67).
X si no es misericordioso, está alienado.
3.4. El principio de la relación dialéctica entre riqueza y pobreza
La desigualdad económica es un hecho. Basta abrir los ojos
para constatarla. Hay ricos y hay pobres.
Pero este hecho no es fatalístico, no es efecto de fuerzas
extrañas, que manipulan las relaciones socio-económicas.
Tampoco es un castigo divino. El Dios cristiano, el Dios de los
(64) Homilía 35 sobre el Evangelio de San Mateo, 35, 4; ibídem. (65) Homilías 52 sobre el Evangelio de San Mateo, 5; ibídem. (66) Política, 6. (67) San Gregorio de Nisa, Homilía sobre Gen I, 21; PG 44, 274 y
San Juan Crisóstomo, Homilía 52 sobre el Evangelio de San Mateo, 4 y 5, PG 60, 4547; ibídem.
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Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
Padres no ejerce justicia inmanente, castigando a los pobres por su pecado y premiando a los ricos por su virtud. C o m e n tando a Job, dejan muy clara esta constatación y su falsa interpretación. Job es justo y, sin embargo, sufre y es pobre.
La desigualdad social es un hecho humano, derivado de injusticia. Es la (irresponsabilidad humana la que genera esta situación de pecado. Si hay pobres, es porque hay ricos. Y si hay ricos, es porque hay pobres. San Basilio Magno es el que más incide en esta relación dialéctica entre riqueza y pobreza. Pero otros también lo aducen, sobre todo a propósito de la parábola del rico Epulón y del mendigo Lázaro.
3.5. El principio de que la riqueza es injusta
Hay algunos Padres que sostienen principios aparentemente contradictorios.
Por una parte, dicen que las riquezas no son ni buenas ni malas. Así, por ejemplo, San Juan Crisóstomo:
« N o hablo así porque la riqueza sea un pecado. El pecado está en usar mal de ella no repartiéndola entre los pobres. Dios no ha hecho nada malo, todo es bueno y muy bueno. También las riquezas, a condición de que no dominen a quienes las poseen, y remedien la pobreza. Una luz que no desterrara las tinieblas sino que las aumentara no sería luz. De modo semejante, no es verdadera riqueza la que no destierra la pobreza sino que la aumenta» (Sobre I Cor Cfr San Juan Crisóstomo, 2,8).
La bondad o maldad depende del uso. San Basilio habla de parecida manera. Pero, por otra parte, es voz común que las riquezas son injustas: injustos por su origen e injustas por su empleo o administración.
485
Jesús Equiza
a) En cuanto al origen, los Padres son sumamente claros:
toda riqueza es fruto de injusticia, originalmente la
riqueza es injusta (San Juan Crisóstomo, núm. 9: « D e
cidme, vosotros, por favor: ¿de dónde proceden vues
tras riquezas?, ¿de quién las habéis recibido? " D e mis
abuelos por medio de mi padre". Y bien: ¿sois capaces
de ¡ros remontando así por la familia y demostrar que
lo que tenéis lo poseéis justamente? No sois capaces. El
principio y raíz siempre es forzosamente la injusticia...».
San Jerónimo: « C o n razón habla el Evangelio de ri
quezas "injustas", pues todas ¡as riquezas no tienen
otro origen que la injusticia, y no se puede hacer uno
dueño de ellas a no ser que otro Ijs pierda o se arrui
ne. Por lo cual me parece muy exacto el refrán po
pular que dice: los ricos lo son por la propia injusticia
o por herencia de bienes injustamente adquiridos...»
(n-° !)•
Y San Agustín: «Hazte amigos con las injustas ri
quezas» (Le 14,9). Las riquezas son injustas o porque
las adquiriste injustamente o porque ellas mismas son in
justicia, por cuanto tú tienes y otro no tiene, tú abun
das y otro vive en la miseria (n.° I ) .
N o hay contradicción, pues, en el primer caso, por
riquezas se entienden bienes económicos que en sí,
en cuanto creados, son buenos: están destinados a
humanizarse. Riquezas son bienes económicos acu
mulados que, por esa razón, son deshumanizados, al
impedir que sirvan a los otros...
b) Las riquezas son injustas por su empleo o administra
ción. El rico no es propietario, sino administrador
486
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
Dios, al ser propietario de todos los bienes de este mundo, pide al rico que administre bien los bienes, esto es, que los destine a los pobres...
La codicia es la que hace injustas a las riquezas, apartándolas de sus legítimos destinatarios y, por ello, esterilizándolas.
El rico es un servidor; un diácono de Dios para la justa y equitativa distribución de los bienes económicos.
3.6. El principio de que la limosna es obra de justicia
La limosna corrige la desigualdad económico-social. En griego E d E W S significa limosna y misericordia. N o tiene sentido paternalista. Dar limosna es restituir al pobre-indigente lo que se le había usurpado. Dar de lo superfluo y aún de lo necesario es una exigencia de justicia.
Todos los pensadores cristianos hablan de la urgencia de renunciar a las necesidades imaginarias, a las necesidades superfluas (al consumismo, diríamos hoy) y de compartir con los pobres.
Pero, incluso, hay alguno, San Juan Crisóstomo, que exige renunciar también a algo de lo necesario.
3.7. La limosna no se propone mantener la situación, sino cambiarla
N o intenta corregir solamente los efectos, sino también las causas. La limosna quiere promover a la persona tratándola
487
Jesús Equiza
con justicia, instaurando unas relaciones nuevas, que permitan
a cada uno ser lo que está llamado a ser
Sin embargo, los Padres no hablan de cambios estructura
les, no postulan la introducción de leyes radicalmente innova
doras, prohibitivas de la acumulación. En términos de hoy, di
ríamos que llaman a la conversión personal, no a la conversión
estructural. C o n todo, no hay que perder de vista que, para
ellos, el cambio personal es exigencia de justicia y que las acti
tudes de justicia no son compatibles con el status quo.
Los Padres conocían, no cabe duda, estructuras veterotes-
tamentarias mucho más drásticas que las de su tiempo con
vistas a la distribución de la riqueza... ¿Por qué no las citan ni
las reclaman? Probablemente, no lo juzgan conveniente, dada
la mentalidad difundida de la época, que, por una parte, no
valora suficientemente el efecto de las estructuras sobre las
personas y, por otra, no ve oportuno el cambio.
C o n todo, no se puede infravalorar la cualificación dada a
la limosna, que es un acto de justicia, equivalente a no retener
lo robado: cualificación que hoy ha desaparecido de las
conciencias y no es considerada como perteneciente a la
identidad del cristiano. ¿Por qué se ha producido la pérdida de
este rasgo tan importante de la identidad cristiana? «Tal vez
—dice un teólogo de hoy (]. J . GONZÁLEZ FANS, op. cit, 45-
4 6 ) — porque los Santos Padres, aunque dejaron clara la obli
gación del rico, no subrayaron con igual claridad que a ella le
corresponde un derecho del pobre; más bien tienden a decir
que el rico debe dar libremente, y el pobre debe... ser pacien
te. As í suenan sus textos muchas veces, y puede que éste sea
su punto más negativo... Quizá pueda ser justificado desde el
empeño de la Iglesia primitiva por realizar la fraternidad a tra
vés de la libertad. C o n todo, y aun salvando su posible buena
488
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
intención, quizá hay que reconocer que al lenguaje de los Pa
dres, pese a toda su radicalidad, le falta esa punta reivindicati-
va. Ello hizo que este principio tan importante de la obligación
de la limosna no cuajara en una obligación legal (estructurado-
ra de la convivencia) sino sólo interior, moral.»
3.8. La limosna perdona el pecado...
San Cipriano, San Basilio Magno, San Juan Crisóstomo... in
sisten en la sacramentalidad penitencial de la limosna. Estando
acompañado de la conversión del corazón, el gesto misericor
dioso para con el pobre constituye un acto de amistad con
Dios-Padre.
Aquí se ponen de manifiesto la dimensión antropológica y
la dimensión teológica del pecado. Un mismo acto es, a la vez,
ruptura con el hombre y con Dios.
También se manifiestan simultáneamente la dimensión an
tropológica y teológica de la conversión y del perdón. La mi
sericordia de Dios y del hombre se derraman a la vez en el
dadivoso.
3.9. Visión histórico-salvífica de la limosna
El pensamiento de los Padres es continuación del pensa
miento neotestamentario sobre la riqueza y la pobreza. Lo
que Jesús había predicado en el discurso de las bienaventuran
zas, lo que había proclamado en la parábola del rico Epulón y
del mendigo Lázaro, lo que le había aconsejado al joven rico...,
eso es lo que los teólogos de los siglos ii-vm enseñan.
489
Jesús Equiza
Los Padres enriquecen la Tradición que ellos reciben. La
ética social, la opción por los pobres que como un torrente
brota y crece de los manantiales cristalinos del Ant iguo y
Nuevo Testamento, se hace más caudaloso al recibir los
afluentes de la reflexión teológica patrística. Los Padres
lo que hacen es actualizar el Evangelio de la justicia econó
mica.
Han cambiado las circunstancias económico-sociales, exis
te un mayor dinamismo en el ámbito de lo monetario y se
han hecho patentes las desigualdades económicas. El análisis
de la sociedad realizado por los Padres muestra la existencia
de clases dialécticamente relacionadas. Hay demasiados ricos y
demasiados pobres porque hay demasiados pobres y dema
siados ricos: esta constatación, que es de sentido común, les
ayudó (a los Padres) a anunciar el Evangelio como buena noti
cia de S O L I D A R I D A D E C O N Ó M I C A .
Este torrente de agua viva atravesaría la Edad Media tardía
arrancando a los grandes teólogos parecidas reflexiones.
Mirando las cosas o comunicación de bienes en perspecti
va histórica podríamos señalar tres etapas o fases:
I. La primera correspondería a la era de los Padres, si
glos II-VIII, y podría ser llamada la fase de la BENEFI
C E N C I A . Tendría estas características:
• Las aportaciones que se llaman limosna son exigen
cia de justicia. N o se señala la cantidad.
• El flujo de bienes está organizado. Normalmente
son las Iglesias los cauces de recepción y distribu
ción, como aparece ya en el Nuevo Testamento, en
San Justino (siglo n), en Tertuliano (siglo m).
490
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
• Los beneficiarios son todos los que lo necesiten. Y tienen derecho a ello. Pero este derecho más parece ser de caridad que de justicia. Es un derecho no exigible por ley.
2. La segunda fase correspondería a épocas más cercanas a nosotros. Podría llamarse la época de la PREVI S I Ó N S O C I A L Sus características serían:
• Creación de una asociación que se encarga de administrar los bienes recibidos y entregados.
• Los socios se comprometen a entregar una cuota para que, cuando se presente la eventualidad, enfermedad, accidente, vejez, invalidez..., sean debidamente atendidos.
• La prestación es hecha en justicia.
Participan en la práctica de solidaridad los que han formado parte de la asociación, no todos.
Esta práctica surgió a finales de la E D A D MEDIA, en los gremios y cofradías, y sobre todo en el siglo xix, en la era de la industrialización.
Supuso un avance en cuanto que tanto las aportaciones, como las prestaciones económicas tenían como motivación la justicia. Ambas eran exigibles por ley-
La pega que tal sistema conllevaba consistía en que solamente los más previsores y fuertes económicamente estaban integrados en él. Los más débiles en mentalización y en economía no participaban de sus ventajas.
491
Jesús Equiza
3. La Seguridad Social. Es el sistema más avanzado en comunicación de bienes. Consiste en el hecho de que, por ser persona, y por ningún otro título, uno es acreedor de los beneficios económicos, sanitarios, humanos... cuando se presentan las eventualidades temidas. A la vez, por el mismo título, todos asumen las cargas correspondientes.
Este sistema formaba parte del Estado de bienestar; hasta el punto de que constituía uno de sus rasgos de identidad y, por tanto, uno de los objetivos de las fuerzas políticas en liza. C o m o era un proceso, las diversas categorías profesionales y sociales iban accediendo a la Seguridad Social general. Primero, fueron los trabajadores por cuenta ajena, luego, los trabajadores, aunque fuesen empresarios, y los autónomos, más adelante los sacerdotes, religiosos y colegios profesionales... Y finalmente, los más débiles, que no formando parte de las categorías anteriores, no habían cotizado a las cargas generales...
Y ahora surge una nueva categoría social, que es la de los parados.
La Seguridad Social ha vuelto a poner de relieve la dialéctica entre riqueza y pobreza. Quienes cotizan a la Seguridad Social son la población activa y rica. Quienes perciben de la Seguridad Social, son la población pasiva y carente de bienes. La población activa es consciente de que trabaja para todos: para sí y para la población pasiva. Es un termómetro, pues, del grado de solidaridad de una sociedad.
A pesar de todos los avances hay que reconocer que la Seguridad Social no llega a todos los casos, a todas las necesidades; vg., las derivadas de la falta de salarios o de la insuficiencia de los mismos, de la falta de vivienda, de la incapaci-
492
Actitudes de ¡os Sontos Podres onte lo riquezo
dad de autoservicio (personas mayores en soledad, que no
tienen plaza en las Residencias de la Seguridad Social)...
Hace falta un suplemento que cubra esas deficiencias. Ese
suplemento está hoy grandemente cubierto por Caritas y
por Instituciones religiosas... Caritas aspira a llegar a todas las
insuficiencias y se propone promover a las personas: en ese
sentido, constituye una verdadera seguridad social... Por otra
parte, las Hermanitas de los Pobres regentan, en Navarra,
cinco residencias de ancianos... Y son varios los Patronatos
que se responsabilizan de otras tantas residencias para an
cianos.
Lo importante es atender humanamente a todos y to
das. Menos importante es que sean instancias públicas o pri
vadas... La secularización de la Seguridad Social no es un
dogma: es un desiderátum al servicio del bien común. C o n
todo, tanto la historia como la calidad de la atención privada
no ha de ser una coartada para la privatización apresurada
de la Seguridad Social, ocultando las verdaderas intenciones,
que no son otras que las económicas (insolidaridad econó
mica).
3.10. L A C A N T I D A D
Los escritores reseñados no fijan la cantidad. Son radicales
en la orientación: la riqueza es injusta. La limosna es una resti
tución. Pero no concretan. Hay uno que lo hace: Son Juon Cri
sóstomo.
Veamos:
Los criterios que regulan la limosna son dos:
493
Jesús Equiza
1. El que tiene, debe dar; porque lo que tiene no es suyo:
es administrador; y administra bien precisamente dando.
2. El que recibe, lo hace únicamente en base a su necesi
dad, es pobre, necesitado, carece, y, por carecer; pasa
necesidad, hambre y penuria. La necesidad es su único
título de limosna. Dice San Juan Crisóstomo:
«El pobre tiene un gran título para recibir el sustento necesario: su necesidad» (Homilías sobre el evangelio de San Mateo, Homilía 35,4).
«Si ves a alguien que pasa necesidad, no seas curioso tratando de averiguar quién es. Su estado de aflicción es el adecuado reclamo para ayudarle. Él es de Dios: sea griego, judío o incluso infiel, préstale auxilio» (Homilía sobre la carta a los hebreos, Homilía 10,4).
Pero tanto lo superfluo, por parte del rico, como lo nece
sario o la necesidad por parte del pobre, es muy amplio, es
inconmensurable, es inabarcable... Entonces, ¿hay un límite en
el dar y en el recibir? ¿Cuál es ese límite?
El Santo ofrece estos indicadores:
a) En algunos casos, dice que los cristianos deberían dar
más que los judíos, que daban el 10% de lo vendido
(véase Homilía sobre I C o r : Homilía 43,4) y hasta el
30% (los fariseos). Los porcentajes son mínimos. Por
eso, hay que ser generoso:
«¿No puedes vivir sin posesiones? Reparte por lo menos tus bienes. ¿No puedes con la carga de la pobreza? Pues divide tus bienes con Cristo. ¿No quieres darle todo? Dale, por lo menos la mitad, la tercera parte... Lo que le dieses a él, a ti mismo te lo das»... (Homilías sobre el Evangelio de San Mateo, Homilía 45,2.)
494
Actitudes de los Santos Padres ante la riqueza
b) En otras ocasiones San Juan Crisóstomo es más genérico. Dice que hay que dar lo superfluo... Y define lo superfluo como lo que excede a lo suficiente, es decir; de aquellos bienes de los que no se puede prescindir: vestido, calzado, habitación... (Homilías sobre las Car tas de San Pablo, Homilía sobre 2 Cor. 19,3).
c) Hay dos textos, en que San Juan Crisóstomo afirma que hay que dar incluso de lo necesario. Hay que proceder con misericordia, con gran misericordia. Ahora bien, la gran misericordia es la que da no sólo de lo superfluo, sino también de lo necesario (Homilía sobre 2 C o r Homilía 17, 2: 2, 5.15 de este estudio) y la que da no sólo de lo superfluo, sino también de lo escaso (Homilía 60 sobre el Evangelio de San Juan, 4: 2.5.16 de este estudio).
495
¿ H A C I A U N G O B I E R N O M U N D I A L ?
JORGE ARTURO CHAVES
Director de la Cátedra «Víctor Sanabria» de Ética de la Economía y del Desarrollo (Costa Rica)
1. Voy a concentrarme, para no repetir aspectos genera
les ya mencionados sobre el tema de la globalización, en esa
dimensión a la que nos abre la puerta la pregunta planteada
en el título de esta Mesa Redonda: ¿Hacia un Gobierno mun
dial? A mi modo de ver esta pregunta surge de la constatación
de un hecho de gran importancia para nuestras sociedades. Es
lo que algunos analistas han llamado el «déficit político» que la
globalización crea en nuestros Estados nacionales. Se trata,
pues, de un problema de índole política, de consecuencias so
ciales y éticas, pero creado e intensificado por un hecho de
naturaleza económica: la globalización de la economía y parti
cularmente de las finanzas.
2. Ya esta manera de plantear el problema, como pue
den apreciar, nos subraya un rasgo clave para el análisis de la
globalización: se trata de un fenómeno en el cual se interrela-
cionan aspectos económicos (financieros, productivos, fiscales,
monetarios), con aspectos políticos, sociales, culturales y éti
cos. D e ahí que cualquier solución realista a cualquiera de los
problemas que plantee la globalización debe de ser de índole
interdisciplinaria.
3. ¿En qué consiste ese «déficit político» introducido por
la globalización a la vida de los Estados nacionales? Podemos
497
Jorge Arturo Choves
responder de manera muy sintética diciendo que la expansión
de la transnacionalización de la economía agudiza la práctica
de tomas de decisión desde entidades económicas privadas
que trascienden en sus consecuencias las fronteras nacionales
y por tanto, trascienden el ámbito de acción de los Gobiernos
y, más importante todavía, trascienden el ámbito de control
del pueblo, de la comunidad social y política.
4. En segundo lugar, este hecho genera, como reacción,
un estímulo a nuevas fuerzas y energías políticas en los diver
sos países, cuyas actividades también van más allá de las fron
teras de su país de origen (vgr, Seattle).
5. Y finalmente, de ambos hechos parece desprenderse
un desplazamiento de los marcos políticos y éticos habituales,
en los que solía desarrollarse la actividad económica, basados
en la comunidad nacional, hacia nuevos marcos que piden es
tar basados en una dimensión más amplia. El poder económi
co se ejerce ahora en un marco más amplio.
6. Para quienes somos, al mismo tiempo, cristianos, cató
licos y demócratas, este nuevo escenario de la economía
mundial puede ser enfocado desde dos perspectivas comple
mentarias: desde los principios ético-religiosos del MSI y des
de la teoría y la práctica de una democracia representativa, in
quieta por desarrollarse como más profundamente participa-
tiva.
7. Desde el MSI, voy a utilizar un argumento único, por
brevedad y por concentrarme en nuestro tema, aunque exis
ten, por supuesto, otras enseñanzas del MSI sobre el orden in
ternacional. Ustedes recuerdan todos, probablemente, el ra
zonamiento de Juan Pablo II en Centessimus annus, sobre la le
gitimidad de la economía capitalista de libre mercado. El Papa
498
¿Hado un gobierno mundial?
resuelve la cuestión distinguiendo dos formas posibles de rea
lizarse la economía capitalista de mercado. Una, desechada
por el Pontífice, es la de un mercado autosuficiente, autóno
mo socialmente hablando. Y la otra, la que el Papa acepta, es
la de un mercado inserto en una comunidad social y política,
regida por un núcleo ético compartido. El mercado sólo pue
de cumplir su función económica adecuadamente cuando se
encuentra formando parte de una realidad social y política na
cional.
8. Pienso que este argumento, originalmente planteado
pensando en la economía del Estado-nación, es todavía más
válido y necesario, si lo extendemos al ámbito internacional
de hoy. Las leyes del mercado internacional sólo podrán de
sempeñar su tarea socialmente legítima y constructiva, en la
medida en que cuenten con un marco social y político inter
nacional y un núcleo ético internacionalmente compartido.
9. Desde la perspectiva de una teoría y una práctica demo
crática, de lo que se trata es de reconciliar el principio del go
bierno del pueblo y para el pueblo con un mundo en el que el
poder económico y sus consecuencias es ejercido creciente
mente a nivel transnacional. En la medida en que el planeta
está entrelazándose más y más estrechamente por la dinámica
de la globalización contemporánea, la democracia es confron
tada por una escala de organización socioeconómica que ya
no parece coincidir con los límites nacionales territoriales.
C o m o reconocen muy diversos analistas, se exige entonces
una nueva agenda para la práctica democrática en la que se
discutan y descubran nuevas formas de ejercer la democracia
más allá de las fronteras nacionales. Esto, manifiestamente, no
equivale a hablar de un Gobierno mundial unificado, que en
mi opinión es una ¡dea utópica inviable en la actualidad. Pero sí
499
Jorge Arturo Chaves
equivale a hablar de nuevos acuerdos internacionales, particularmente de nuevas formas de cooperación internacional y de un remozamiento democrático de las instituciones internacionales financieras.
10. C o m o podemos ven hay una convergencia desde ambas perspectivas, la ético-religiosa del MSI y la sociopolítica, de la práctica democrática. Ambas convergen en la búsqueda y construcción de un nuevo marco sociopolítico y ético a nivel internacional para la nueva realidad económica internacional. Si no se logra, tampoco tendrá éxito la misma dinámica de la nueva economía transnacional y global.
I I. Para terminar; podemos preguntarnos por nuestro propio campo de acción como agentes de pastoral social de la Iglesia. Pienso, en primer lugar; en la capacidad de la Iglesia para colaborar en la creación de un régimen de opinión pública favorable a esta globalización de la democracia ética y política, que permita humanizar la globalización económica. Una opinión pública cada vez más consciente y exigente de realizaciones a nivel práctico. Una opinión pública más preparada y comprometida, por tanto, en el debate de las políticas económicas nacionales, particularmente las del campo de la cooperación internacional. Esto requiere, por supuesto, el esfuerzo por comprender cada vez mejor; la manera como se entrelazan las reivindicaciones propias, en torno a nuestras propias necesidades y aspiraciones (paro, migraciones, importaciones de productos, ayuda, consumo.. . ) con las de nuestros hermanos de los demás países, en particular los del Tercer Mundo.
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Ú L T I M O S T Í T U L O S P U B L I C A D O S
P R E C I O N . ° 7 1 L a d o c t r i n a s o c i a l d e l a I g l e s i a , h o y 1 . 0 0 0 p t a s .
( J u l i o - s e p t i e m b r e 1 9 9 4 ) N . ° 7 2 L a I g l e s i a y l o s p o b r e s 1 . 4 0 0 p t a s .
( O c t u b r e - d i c i e m b r e 1 9 9 4 ) N . o s 7 3 / 7 4 C r i s i s e c o n ó m i c a y E s t a d o d e l B i e n e s t a r 1 . 8 0 0 p t a s .
( E n e r o - j u n i o 1 9 9 5 ) N . ° 7 5 H a c i a u n a c u l t u r a d e l a s o l i d a r i d a d ( F o r m a c i ó n
y a c c i ó n d e s d e l a D . S . L ) 1 . 1 0 0 p t a s . ( J u l i o - s e p t i e m b r e 1 9 9 5 )
N . ° 7 6 A n i m a d o r e s e n l a c o m u n i d a d ( E s c u e l a d e F o r m a c i ó n S o c i a l a ñ o 1 9 9 5 ) 1 . 1 0 0 p t a s .
( O c t u b r e - d i c i e m b r e 1 9 9 5 ) N . ° 7 7 I g l e s i a y s o c i e d a d p o r e l h o m b r e y l a m u j e r e n
p r i s i ó n A g o t a d o ( E n e r o - m a r z o 1 9 9 6 )
N . ° 7 8 L a p o b r e z a , u n r e t o p a r a l a I g l e s i a y l a s o c i e d a d . 1 . 1 0 0 p t a s . ( A b r i l - j u n i o 1 9 9 6 )
N . ° 7 9 P a r t i c i p a r p a r a t r a n s f o r m a r . A c o g e r p a r a c o m p a r t i r 1 . 1 0 0 p t a s .
( J u l i o - s e p t i e m b r e 1 9 9 6 ) N . ° 8 0 L o s d e s a f í o s d e l a p o b r e z a a l a a c c i ó n e v a n g e l i -
z a d o r a d e l a I g l e s i a 2 . 0 0 0 p t a s . ( O c t u b r e - d i c i e m b r e 1 9 9 6 )
N . ° 8 1 P r e p a r a n d o e l T e r c e r M i l e n i o . J e s u c r i s t o , c e n t r o d e l a P a s t o r a l d e l a C a r i d a d 1 . 5 0 0 p t a s .
( E n e r o - m a r z o 1 9 9 7 ) N . ° 8 2 E l h a m b r e e n e l m u n d o ( a p a r t i r d e l d o c u m e n t o
d e « C o r U n u m » ) 1 . 5 0 0 p t a s . ( A b r i l - j u n i o 1 9 9 7 )
N . ° 8 3 P r o b l e m a s n u e v o s d e l t r a b a j o 1 . 5 0 0 p t a s . ( J u l i o - s e p t i e m b r e 1 9 9 7 )
N . ° 8 4 C a r i t a s e n l a v i d a d e l a I g l e s i a ( M e m o r i a - p r e s e n c i a - p r o f e c í a ) . ( A c t a s d e l a s X I I J o r n a d a s d e T e o l o g í a ) 1 . 5 0 0 p t a s .
( O c t u b r e - d i c i e m b r e 1 9 9 7 )
PRECIO
N.° 85 Preparando el Tercer Milenio. El Espíritu, alma de la pastoral de la Caridad 1.590 ptas.
(Enero-marzo 1998) N.° 86 La acción socio-caritativa y el laicado 1.590 ptas.
(Abril-junio 1998) N.° 87 La enseñanza y la formación en la Doctrina So
cial de la Iglesia (Seminario de expertos y docentes en la Doctrina Social de la Iglesia 1.590 ptas.
(Julio-septiembre 1998) N.° 88 Universalización de los Derechos Humanos. Exi
gencias desde la caridad 1.590 ptas. (Octubre-diciembre 1998)
N.° 89 Preparando el Tercer Milenio: El Padre, fundamento de la Pastoral de la Caridad 1.600 ptas.
(Enero-marzo 1999) N.° 90 Hijos de un mismo Padre. Caritas: Compromiso
de Fraternidad en la Comunidad Cristiana 1.600 ptas. (Abril-junio 1999)
N.° 91-92 La deuda internacional, responsabilidad de todos. (IX Curso de Formación de Doctrina Social de la Iglesia) 2.000 ptas. (Julio-diciembre 1999)
N.° 93 Comentarios al Documento «Reflexión sobre la identidad de Caritas» 1.640 ptas.
(Enero-marzo 2000) N.° 94 La Trinidad 1.640 ptas.
(Abril-junio 2000) N.° 95 Cuestiones actuales de Teología de la Caridad 1.640 ptas.
(Julio-Septiembre 2000) N.° 96 La economía mundial. Desafíos y contribuciones
éticas 1.640 ptas. (Octubre-diciembre 2000)
P R Ó X I M O T Í T U L O
N.° 97-98 Por una pastoral de justicia y libertad. VI Congreso Nacional de Pastoral Penitenciaria 2.000 ptas. (Enero-junio 2001)
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F E D E E R R A T A S
N Ú M E R O 95 sobre « C U E S T I O N E S A C T U A L E S D E T E O L O G Í A DE LA C A R I D A D »
Suponemos que los lectores atentos de este número ya habrán percibido la reiteración existente entre la nota número 3 I que aparece en la página 353 y el texto final de este artículo (páginas 354 y 355).
Se trata de una redacción de trabajo que pertenece a una etapa anterior del artículo en fase de elaboración y que, por una traición del ordenador se nos ha colado en la publicación final.
Les rogamos acepten nuestras disculpas por este error que, por otro lado, pensamos que apenas afecta al contenido y calidad de esta significativa aportación.
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