UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ECONOMÍA
CURSO: SEMINARIO DE TESIS I Y II
TÍTULO: ESTRUCTURA Y POLÍTICAS ENERGÉTICAS DE JAPÓN: ANÁLISIS Y LECCIONES PARA PAÍSES EN DESARROLLO
ALUMNO: MARCO CARRASCO VILLANUEVA
PROFESOR ASESOR: JORGE MANCO ZACONETTI
CIUDAD UNIVERSITARIA, 2012
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I:
ASPECTOS METODOLÓGICOS
1. Problema de investigación
2. Formulación del problema y sistematización del problema
3. Objetivos de la investigación
4. Justificación de la investigación
5. Marco de referencia de la investigación
6. Hipótesis de trabajo
7. Aspectos metodológicos de la investigación
CAPITULO 2:
CARACTERÍSTICAS GENERALES Y ECONÓMICAS DE JAPÓN
1. Ubicación y geografía
2. Gobierno y administración
3. Reseña histórica
4. Sociedad y cultura
5. Descripción económica
CAPITULO 3:
ANÁLISIS HISTÓRICO Y ECONÓMICO DE LA ESTRUCTURA Y POLÍTICASENERGÉTICAS DE JAPÓN ANTES DEL 2011
1. Panorama energético mundial
2. Oferta y consumo de energía en Japón
3. Desarrollo de política energética japonesa
4. Promoción de la conservación de energía
CAPITULO 4:
PROBLEMAS ENERGÉTICOS DERIVADOS DEL GRAN TERREMOTO DE
JAPÓN Y DEL DESASTRE NUCLEAR DE FUKUSHIMA
1. Impacto del gran terremoto de Japón de 2011
2. Impacto del desastre nuclear de Fukushima
3. Consideraciones económicas entorno a los eventos del 2011
4. Consideraciones políticas y sociales entorno a los eventos del 2011
CAPITULO 5:
PANORAMA DEL FUTURO ENERGÉTICO DE JAPÓN Y LAS POSIBLES
REPERCUSIONES SOCIALES Y ECONÓMICAS
1. Panorama futuro de las energías tradicionales
2. Panorama futuro de la energía nuclear
3. Panorama futuro de las energías renovables
4. Consideraciones sociales a futuro
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
BIBLIOGRAFÍA
ANEXOS
INTRODUCCIÓN
La importancia de Japón en la economía mundial es innegable. Pese a que su crecimiento
se ha estancado en las últimas dos décadas, sigue siendo una economías más
desarrolladas del mundo. En este sentido es importante hacer una evaluación del
desarrollo de su estructura energética, que es la base de su desarrollo industrial. Japón se
ha constituido en un país principalmente importador de combustibles fósiles debido a la
carencia de fuentes de energía tradicionales en su territorio. Esto último también ha
conllevado a aumentar los niveles de obtención de energía nuclear y de energía
renovable (solar, eólica, geotérmica, de mareas, etc.).
Este desarrollo energético constante ha tenido recientemente un importante punto de
quiebre, el terremoto de Japón acontecido en 2011 y el desastre nuclear en Fukushima
surgido como consecuencia del primero. Por todas estas razones es importante realizar
una investigación sobre la estructura energética japonesa que tome como eje los
acontecimientos del 2011, de modo que permita visualizar un antes y un después del
modo de desarrollo proyectado por los japoneses en relación al aprovechamiento de
determinadas fuentes de energía, y su priorización frente a otras, considerando
importantes variables como: costos, contaminación, impacto, seguridad, entre otras. De
este modo se podrá tener un claro panorama de las posibilidades que tiene Japón para
mantener una estructura energética sostenible y que contribuya significativamente a su
desarrollo económico en el mediano plazo.
CAPÍTULO 1: ASPECTOS METODOLÓGICOS
1. Problema de investigación
Se procede a identificar y plantear el problema de investigación, así como a delimitarlo:
Identificación:
Japón depende en gran medida de la importación de petróleo, gas natural, etc.
para satisfacer su requerimiento de energía. En relación al petróleo este
representa cerca del 50% de su fuente de energía, y este a su vez está constituido
en cerca de 90% por petróleo importado del Medio Oriente. La energía nuclear
contribuye en más del 10%, sin embargo el incidente de Fukushima ocurrido en
2011 ha contribuido a reavivar la preocupación sobre la seguridad y los beneficios
reales del uso de la energía nuclear.
Delimitación:
El problema se evaluará principalmente del punto de vista económico,
considerando la información científica disponible en relación a las fuentes de
energía y los impactos sociales existentes. Se tomará como eje temporal el
desastre acontecido en el 2011 en Fukushima, debido a la importancia que ha
tenido en la significativa reconfiguración de los planes futuros del gobierno japonés
en cuanto a su estructura energética y su diversificación. Se considerará la
información anterior y posterior a este evento, de modo que pueda analizarse sus
consecuencias y con ello las características de la estructura energética del país
actualmente.
Planteamientos del problema:
La situación actual supone un desafío para Japón: el rumbo que tomará frente a su
dependencia de petróleo y gas natural, las controversias reavivadas en torno a la
energía nuclear luego del incidente de Fukushima, y las oportunidades del uso de
energías renovables: solar, eólica, mareomotriz, geotérmica, etc. Las decisiones
tomadas actualmente en relación a su estructura energética tendrán un importante
impacto en la evolución de la economía japonesa de los próximos años.
2. Formulación del problema y sistematización del problema
Se plantea el siguiente problema general:
¿Son adecuadas las actuales decisiones tomadas en relación a la estructura
energética japonesa y sus fuentes de energía (combustibles fósiles, energía
nuclear, energías renovables, etc.) para el desarrollo económico de Japón en los
próximos años?
Se plantean los siguientes problemas específicos:
1. ¿Qué características propias ha tenido la estructura energética japonesa a lo largo
de los años, hasta antes del incidente de Fukushima de 2011?
2. ¿Es adecuado para Japón reducir significativamente su dependencia del petróleo,
principalmente del proveniente de Medio Oriente?
3. ¿Es adecuado para Japón reducir significativamente sus importaciones de gas
natural, considerando que actualmente es el primer importador a nivel mundial?
4. ¿Qué cambios significativos en relación a la estructura energética y en especial en
relación a la energía nuclear se han producido luego del desastre de Fukushima?
5. ¿Qué oportunidades representan el mayor uso de las energías renovables para el
futuro desarrollo de la estructura energética japonesa?
6. ¿Qué características propias tiene la actual estructura energética de Japón, luego
del incidente de Fukushima acontecido en 2011?
7. ¿Qué impactos económicos y sociales podría tener en el futuro las decisiones
tomadas actualmente sobre las fuentes de energía?
3. Objetivos de la investigación
Se tiene el siguiente objetivo general:
Determinar si son adecuadas las actuales decisiones tomadas en relación a la
estructura energética japonesa y sus fuentes de energía (combustibles fósiles,
energía nuclear, energías renovables, etc.) para el desarrollo económico de Japón
en los próximos años.
Se tienen los siguientes objetivos específicos:
1. Determinar y analizar que características propias ha tenido la estructura energética
japonesa hasta antes del incidente de Fukushima de 2011.
2. Evaluar la factibilidad económica para Japón de reducir significativamente su
dependencia del petróleo, principalmente del proveniente de Medio Oriente.
3. Evaluar la factibilidad económica para Japón de reducir significativamente sus
importaciones de gas natural.
4. Describir y analizar los cambios significativos en relación a la estructura energética
y en especial en relación a la energía nuclear que se han producido luego del
desastre de Fukushima.
5. Investigar que oportunidades representan el mayor uso de las energías renovables
para el futuro desarrollo de la estructura energética japonesa.
6. Determinar y analizar que características propias tiene la actual estructura
energética de Japón, luego del incidente de Fukushima acontecido en 2011.
7. Explicar los impactos económicos y sociales que podría tener en el futuro las
decisiones tomadas actualmente sobre las fuentes de energía.
4. Justificación de la investigación
Se indica la justificación teórica, metodológica, y práctica de la presente investigación:
Justificación teórica:
La presente investigación buscará conocer las implicancias (principalmente
económicas) que tendrán las decisiones tomadas en torno a la estructura
energética de Japón, como consecuencia de los eventos acontecidos en el 2011.
En base a ello se contrastará la implicancia económica y social que supondría el
nuevo desarrollo de la estructura energética de Japón, con su situación y
evolución anterior al 2011. En base a ello se generará la respectiva reflexión y
debate en torno a las fuentes de energía, así como de las implicancias
económicas y sociales que estas supondrán para Japón.
Justificación metodológica:
Para el presente trabajo se recolectará y se analizará la información concerniente
a la actualidad de la estructura energética japonesa, así como específicamente la
relacionada con cada tipo de fuente de energía con las que cuenta Japón:
combustibles fósiles, energía nuclear, energías renovables. A partir de ello se
evaluarán y explicarán los cambios surgidos como resultado de las políticas en
torno a la estructura energética, posteriores a los eventos de 2011. A partir de la
estrategia anterior se podrá evaluar la situación, así como indicar el impacto que
tendrá en la economía japonesa, en el corto y mediano plazo.
Justificación práctica:
Si bien existen trabajos desarrollados actualmente al respecto, la mayoría son en
inglés y japonés, lo que resalta la significancia práctica del presente trabajo como
una referencia general en español sobre la situación actual de la estructura
energética japonesa y de su posible evolución en el futuro, así como de las
implicancias económicas que tendrá. Lo anterior supondrá también el
conocimiento de la estructura energética de un país extranjero, lo cual permitirá
una mayor reflexión y discusión sobre las posibilidades en torno a la energía y su
implicancia económica en la región.
5. Marco de referencia de la investigación
Se indica el marco teórico y el marco conceptual de la presente investigación:
Marco teórico:
o Economía energética: Toma como centro la relación presente entre la
economía y la energía como base para el desarrollo de las naciones. Su área
de estudio abarca todo lo relacionado a la oferta y uso de la energía en las
sociedades. En tal sentido ha desarrollado y trabajado con conceptos como el
de eficiencia energética, que propone la evaluación de eficiencia por medio de
la evaluación del producto obtenido por cada unidad de energía invertida. La
economía energética se ocupa del análisis de temas concernientes al mercado
de energía (oferta y demanda), política energética, elasticidad energética,
política ambiental, sostenibilidad, entre otros.
o Economía ecológica: Toma como centro la interdependencia entre el desarrollo
de las economías con su ecosistema. En tal sentido evalúa los
costos/beneficios de aplicar políticas que luchen contra la contaminación del
aire, la basura solida, el calentamiento global, entre otros. Desarrolla los
conceptos de equidad intergeneracional, irreversibilidad, desarrollo sostenible,
entre otros. Se contrapone significativamente a la afirmación que un
crecimiento de la oferta de energía conlleva directamente a un crecimiento del
bienestar (como postula la economía energética), en cambio resalta la
importancia del desarrollo de calidad de vida considerando los conceptos de
biodiversidad, creatividad, entre otros.
o Comercio internacional: El proceso de globalización y la dinámica de la
económica mundial han posibilitado la realización de acuerdos comerciales
entre diversas naciones. Esto permite el comercio de bienes/servicios a
menores precios. Las negociaciones comerciales son una forma de promover
el libre comercio, a través del cual se obtendrían los beneficios indicados por la
teoría económica. Estas negociaciones posibilitan la reducción de aranceles de
forma bilateral o multilateral, lo cual incentiva la eficiencia economía y elimina
el sesgo anti-exportador, y otorgan acceso preferencial en materia comercial a
determinados países, manteniéndose una protección frente a otras naciones.
Marco conceptual:
o Política energética: Son las medidas adoptadas por una entidad (generalmente
gubernamental) para la gestión de la energía, incluyendo temas de producción
de energía, distribución de energía, consumo de energía, desarrollo energético,
entre otros. La política energética puede incluir medidas como la aplicación de
leyes, el uso de políticas fiscales, tratados internacionales, uso de impuestos,
crear incentivos para inversión, entre otros. En relación a Japón, debido a la
larga dependencia de recursos energéticos del exterior y luego de haber
sufrido dos crisis del petróleo, se concretó una política energética que tenga
como guía los siguientes puntos: asegurar una oferta estable de petróleo,
promover el desarrollo y la introducción de energías alternativas al petróleo, y
promover la conservación de energía.
o Oferta de energía: Constituida por la distribución de los combustibles hasta su
punto de consumos. Comprende los procesos del flujo de energía: extracción,
transmisión, generación, distribución y almacenamiento de combustibles. En
relación a Japón, hasta antes de las crisis del petróleo, la oferta de petróleo
satisfacía el 80% del requerimiento de energía japonés. Posterior a las crisis la
dependencia del petróleo disminuyó hasta por debajo del 50%, sin embargo
aun persiste una dependencia del 80% de los combustibles fósiles en conjunto
(petróleo, GLP, carbón, gas natural). También se demanda la disponibilidad de
energía renovable y de energía nuclear. Esto justificado por el bajo ratio de
autosuficiencia energética de Japón, en comparación con otros países.
o Consumo de energía: Es la cantidad de energía demanda y utilizada en un
periodo determinado, generalmente es medida por kilovatios hora al año. En
relación a Japón, el consumo de energía puede dividirse en tres sectores:
sector comercial y residencial, sector de transporte, y sector industrial. El
consumo de este último sector ha permanecido prácticamente estable y fluctúa
alrededor de los mismos niveles posteriores a las crisis del petróleo. En
contraste, el sector comercial y residencial, y el sector de transporte, han
aumentado significativamente sus niveles de consumo a lo largo de los años.
Es adecuado añadir que desde el final de las crisis del petróleo, Japón cuenta
con niveles altos de ahorro y conservación de energía.
6. Hipótesis del trabajo
Se tiene la siguiente hipótesis general:
Considerando la situación actual posterior a los eventos de Fukushima en 2011,
las medidas que tome Japón considerando una mayor diversificación de sus
fuentes de energía y una orientación al desarrollo de las fuentes de energía
renovable, serán las más adecuadas para permitir el desarrollo de su economía.
Se tienen las siguientes hipótesis específicas:
La alta dependencia del petróleo de Medio Oriente, supone un riesgo innecesario
para la economía japonesa considerando la posibilidad del desarrollo de fuentes
energéticas alternativas. En base a lo anterior, es también factible una reducción
gradual de las importaciones de gas natural.
El incidente de Fukushima ha tenido una significativa repercusión en el desarrollo
de las políticas energéticas de Japón. Lo cual abre la posibilidad de un re
direccionamiento que permita en el mediano plazo modificar significativamente el
nivel de dependencia de distintas fuentes de energía.
Una mayor diversificación de las fuentes de energía de Japón, orientada al
desarrollo de las fuentes de energía alternativas, es la mejor decisión que Japón
puede tomar en el mediano plazo, para permitir el desarrollo de su economía y
tener una menor dependencia de fuentes energéticas externas.
7. Aspectos metodológicos de la investigación
Se indica el tipo de investigación, el método, las técnicas y el tratamiento de información:
Tipo de estudio que se desarrollará:
El presente trabajo es del tipo exploratorio, descriptivo y analítico. Es exploratorio
al basarse en trabajos y análisis anteriores realizados en torno al tema. Es
descriptivo al describir las características propias del contexto actual y a partir de
ello de las variables a analizar para poder dar una respuesta al problema
planteado. Es analítico al realizar una evaluación de la situación actual y sus
variables, para a partir de ella desarrollar posibles efectos en el futuro.
Método de estudio que se aplicará:
o Método estadístico: Para una correcta tabulación y un adecuado manejo de la
información recolectada relacionada al problema planteado.
o Método analítico: Para poder entender la significancia de las variables
utilizadas y su impacto en relación al problema planteado en el estudio.
o Método deductivo: Para poder analizar la situación y los resultados de las
variables analizadas, llegando así a una respuesta al problema planteado.
Técnicas y procedimientos para la recolección de la información:
La técnica del presente estudio será principalmente estadística. En relación a la
recolección de información, se tomará en cuenta información histórica de la
estructura energética de Japón, así como también se recolectarán datos
estadísticos pertinentes, en relación a variables significativas para el problema.
Tratamiento que se dará a la información:
La información recolectada será tratada a modo de una investigación no
experimental longitudinal, al analizar datos que corresponden a diferentes
momentos del tiempo durante un periodo determinado, en relación al problema
planteado. A partir de ello, se realizarán los análisis de variaciones y
comportamientos, en base a los cuales se postularán las posibles situaciones
futuras.
CAPÍTULO 2: CARACTERÍSTICAS GENERALES Y ECONÓMICAS DE JAPÓN
1. Ubicación y geografía
Japón es un archipiélago ubicado frente a la costa oriental del continente asiático. Cuenta
con cuatro islas principales: Hokkaidō, Honshū, Shikoku y Kyūshū, las cuales abarcan el
96% de la superficie japonesa. Al oeste del archipiélago se ubica el mar de Japón y al
este el océano Pacifico. La superficie total del país es de 377 944 km2.
Honshū, la isla de mayor extensión, es atravesada por una cadena montañosa en
la cual se encuentra el pico más alto de Japón: el monte Fuji, con 3776 metros de
altitud. En esta isla también se ubica el río Shinano, el más largo de Japón con
367 kilómetros. En la desembocadura de este río se desarrollan extensas
plantaciones de arroz. Otros ríos importantes de la isla son el Kino y el Tone.
Hokkaidō es la isla mayor más septentrional del archipiélago japonés, su relieve
también es montañoso al ser recorrido por una cordillera volcánica. Los ríos
Ishikari y Tokachi forman valles y llanuras litorales, las cuales son ocupadas por
terrenos pantanosos.
Kyūshū es la isla mayor más meridional, en su relieve montañoso destacan los
volcanes activos Aso y Sakurajima. En su litoral destacan bahías como la de
Kagoshima, además de otras islas e islotes. Entre Kyūshū y el norte de Taiwán se
ubican las islas Ryūkyū, el archipiélago más meridional de Japón.
Shikoku es una isla mayor ubicada al noreste de Kyūshū, con un relieve de altura
principalmente en la zona sur. Es la menor y menos poblada de las islas mayores.
El principal río de la isla es el Yoshino.
La variedad climática de Japón está condicionada por varios factores. En invierno existe
una gran baja de temperatura debido a los vientos provenientes de Siberia, las masas de
aire favorecen la aparición de nieblas en las costas occidentales y la precipitación de
nieve en las zonas de mayor altitud. En verano predominan los mozones, vientos
provenientes del sur, además de los tifones. Esta variedad climática contribuye a la
diversidad forestal, la cual varía en función a la latitud. La zona norte está cubierta
principalmente de bosques de coníferas, la zona central de un bosque templado en el que
destacan el sauce y el bambú, en la zona sur es predominante el bosque templado de
robles, magnolias, camelias y también de bambú.
Japón se localiza en el punto de contacto de la placa pacifica y la eurásica, que forman
parte del anillo de fuego. El choque de las masas continentales ha dado como fruto la
presencia de 200 volcanes en el archipiélago japonés, así como también conlleva que el
territorio japonés sea una de las zonas de mayor riesgo sísmico del mundo. Esto último a
su vez vuelvo al país una víctima de los tsunamis, como derivados de fuertes movimientos
sísmicos. Anualmente se registran 500 terremotos de baja intensidad. En los últimos
años, dos de los sismos más importantes han sido el gran terremoto de Hanshin (también
llamado de Kobe) en 1995, y el gran terremoto de Tōhoku (también llamado del este de
Japón) en 2011, de 6.8 y 9.0 grados respectivamente.
2. Gobierno y administración
Japón cuenta con una monarquía constitucional, con el emperador Aikihito como “símbolo
del estado y de la unidad de las personas”. En la práctica el poder del Emperador es muy
limitado, al ser el Primer Ministro de Japón quien se encarga del gobierno. El sistema de
sufragio es universal para las personas mayores de 20 años. La población no vota
directamente por un presidente, sino vota para elegir los miembros del parlamento, los
cuales luego votan para elegir un Primer Ministro entre ellos. El actual primer ministro
japonés es (desde septiembre de 2011) Yoshihiko Noda.
El órgano legislativo del país es la Dieta japonesa, un parlamento bicameral. La cámara
alta corresponde a la Cámara de Consejeros, la cual cuenta con 242 asientos, los
miembros de esta son elegidos por voto popular cada 6 años. La cámara baja
corresponde a la Cámara de Representantes, que cuenta con 480 asientos, con
miembros elegidos por voto popular para periodos de 4 años.
El sistema judicial japonés se ha influenciado desde fines del siglo XIX por el derecho
continental europeo, principalmente por el alemán. El sistema de cortes de Japón se
divide en 4 niveles: la corte suprema y 3 niveles de cortes menores. El cuerpo legal
japonés es conocido como los “6 códigos”, el cual incluye al código civil, comercial, penal,
de la constitución de Japón, el procesal penal, y el procesal civil.
En relación a la administración del territorio japonés, este se divide en 47 prefecturas, las
cuales están agrupadas en 8 regiones. Los gobernantes de cada prefectura son elegidos
por la población. Tienen limitada su independencia por el monto del presupuesto que
destina el gobierno central a cada una. La capital de facto del país es Tokyo, ubicada en
la región de Kantō. El siguiente cuadro agrupa las prefecturas en sus respectivas
regiones.
Región Prefecturas
Hokkaidō Hokkaidō
Tōhoku Aomori, Iwate, Miyagi, Akita, Yamagata, Fukushima
Kantō Ibaraki, Tochigi, Gunma, Saitama, Chiba, Tokyo, Kanagawa
Chūbu Niigata, Toyama, Ishikawa, Fukui, Yamanashi, Nagano, Gifu, Shizuoka, Aichi
Kinki Mie, Shiga, Kyoto, Osaka, Hyōgo, Nara, Wakayama
Chūgoku Tottori, Shimane, Okayama, Hiroshima, Yamaguchi
Shikoku Tokushima, Kagawa, Ehime, Kōchi
Kyūshū Fukuoka, Saga, Nagasaki, Kumamoto, Ōita, Miyazaki, Kagoshima, Okinawa
3. Reseña histórica
Inicialmente Japón fue habitado por pueblos procedentes de Asia central, los cuales
mantuvieron relación con pueblos malayos y polinesios. A partir de ellos se desarrollan
las culturas Jōmon (12000 a.C. – siglo III a.C.) y Yayoi (siglo III a.C. – siglo III d.C.).
Durante el siglo VI se fue consolidando la influencia china en Japón, produciéndose una
transición desde un sistema de clanes hacia una organización imperial. La primera
constitución japonesa se aplica en el 604 d.C., posterior a ello, en el 660 d.C. se
desarrolla un poder central en Nara, lo cual afianza la figura del emperador Tenji. Durante
el siglo VII el emperador puso bajo su dominio las tierras de labranza, para repartirlas a
los campesinos. Al tener dificultad para pagar los impuestos, los lotes (shoen) de tierra
pasaron a depender de nobles o monasterios, naciendo un sistema similar al feudalismo.
A fines del siglo VIII la capital se traslada de Nara a Kyoto, con lo que se inicia el periodo
Heian (794 – 1192). En este tiempo crece la burocratización en el país, también se
desarrolla el dominio de altas posiciones de poder por parte del clan Fujiwara, lo que
convierte a la figura del emperador, en un títere manipulado por los nobles Fujiwara. En el
siglo XII se desarrolla un enfrentamiento entre los clanes Taira y Minamoto por la
hegemonía del poder imperial. El clan Minamoto resulta vencedor y establece un sistema
autoriario de gobierno militar con carácter centralista, conocido como shogunato
Kamakura. Se erige un shogun (general), el cual deja al emperador sin autoridad, este
mantiene el control de las provincias mediantes los daimyos (nobles terratenientes), los
cuales contaban con los servicios de los guerreros samurái.
En 1333 el emperador recupera el poder. El clan Ashikaga se hace con el poder en forma
de una dinastía. Desde Kyoto se intentó imponer la autoridad a los daimyos, lo que
ocasionó fuertes conflictos en los siglos XV y XVI. En 1542, llegan los portugueses a
Japón, y con ellos misioneros que introducen la fe cristiana. El ascenso del clan
Tokugawa al shogunato en los inicios del siglo XVII provocó un sistema más centralista y
absolutista. A mediados del siglo XVII, luego de una época de persecución y exterminio
de misioneros y japoneses convertidos, Japón se cierra al exterior. Los gobernantes
Tokugawa unifican Japón, establecen la capital en Tokyo e instauran un gobierno
centralizado. El empobrecimiento a inicios del siglo XVIII provoca motines en las urbes.
En el siglo XIX, el bombardeo de puertos por parte de potencias occidentales, junto con
las rebeliones campesinas y el descontento de los daimyos mantuvieron al país en crisis.
La crisis social facilitó a Estados Unidos abrir las fronteras de Japón al comercio
internacional. Amplios sectores se pusieron en contra del shogun y provocaron su
renuncia en 1867. El shogunato quedó abolido totalmente en 1868, con lo que se restauró
el poder imperial. El emperador Meiji hizo el traslado de la corte imperial desde Kyoto a
Tokyo, y puso fin al feudalismo. Con la restauración Meiji Japón inicia un proceso rápido
de modernización, siguiendo patrones occidentales en áreas importantes como la
educación, política, finanzas, ejército, etc. Se desarrolló un importante proceso de
industrialización a la par que una rápida expansión exterior. Las conquistas de nuevas
tierras como Corea y Formosa, contribuyeron a que Japón fuera, a inicios del siglo XX, la
única potencia del este asiático. Su proceso expansionista, encabezado por el poder
militar, devino en una política imperial más agresiva. En 1931, siendo Hiro Hito ya el
emperador de Japón, se ocupa la región china de Manchuria y se establece un estado
títere. El imperialismo japonés se desarrolló en una época de ultranacionalismo en el país
y de pérdidas de mercados extranjeros como resultado de la crisis económica. En 1936
Japón firma con Alemania el pacto anticomunista, el año siguiente continúa su expansión.
Japón expandió su territorio en sudeste asiático y en el Pacífico. Japón entra al escenario
de la Segunda Guerra Mundial al perpetrar el ataque de Pearl Harbor el 7 de diciembre de
1941. En 1942 el dominio japonés era muy significativo en el este asiático. Sin embargo,
conforme al avance de la guerra, en 1944 la situación había cambiado. Desde fines de
1944 se esperaba la derrota, sin embargo el imperio japonés siguió en pie de lucha. La
rendición incondicional japonesa se dio el 2 de septiembre de 1945 luego de dos
sorpresivos ataques de bombas atómicas, una sobre Hiroshima y otra sobre Nagasaki.
Posterior a ello devino un periodo de ocupación estadounidense que busco establecer un
plan de reconstrucción económica, social e institucional del país, siguiendo un modelo
occidental. La soberanía japonesa regresaría en 1952. Desde entonces existen dos
grupos políticos que son ejes en el desarrollo político japonés: el partido liberal
democrático y el partido socialista, siendo el primero el dominante.
En 1973 se presenta la crisis del petróleo, la cual tuvo un impacto grave debido a la alta
dependencia energética japonesa del exterior. El estado interviene y promueve la
diversificación de las industrias, principalmente en sectores de bienes de consumo,
superando con ello la crisis y saliendo de ella con un alto nivel de competitividad en
relación a las economías de occidente, pese a ello también tuvo que afrontar algunos
problemas como el aumento de desempleo y la reducción de los beneficios
empresariales. Se dio el crecimiento del sector terciario, de la industria cultural, y de los
niveles de reconversión industrial y de tecnología. El desarrollo de los tigres asiáticos y las
medidas proteccionistas de países competidores, han afectado significativamente la
economía japonesa en las últimas décadas. Las crisis asiática y mundial acontecidas
también han contribuido a mermar el crecimiento japonés, lo cual provocó que Japón haya
tenido dos décadas “perdidas” en relación a su crecimiento económico. Es importante
mencionar que los últimos primeros ministros japoneses han tenido una duración
promedio de un año.
4. Sociedad y cultura
Japón presenta una alta tasa de homogeneidad étnica, con un 98.5% de población
japonesa, siendo esta tasa una de las más altas del mundo. El porcentaje restante es
integrado por coreanos (0.5%), chinos (0.4%) y otros (0.6%). Las dos religiones
mayoritarias son el budismo y el sintoísmo, agrupando entre las dos entre el 84% y 96%
de la población. Estas coexisten en armonía, dado que la mayoría de japoneses logran
interrelacionar los credos al adoptar distintos aspectos de cada uno. El idioma que
prevalece es el japonés, hablado por más del 99% de la población como idioma principal.
El país tiene el nivel de vida más alto de Asia con un IDH de 0.901, ubicándose en el
puesto 12 a nivel mundial. Japón presenta la segunda tasa de mortalidad más baja del
mundo, de 2.21 por cada mil. También presenta uno de los niveles de esperanza de vida
más altos del mundo, siendo este superior a los 82 años. El alto nivel de esperanza de
vida junto con un crecimiento nulo o incluso negativo de la población ha provocado que
Japón tenga una sociedad madura, con una media superior a los 40 años. El país cuenta
con una alta tasa de densidad (337.1 habitantes por km2), principalmente en la costa y en
los valles fluviales, donde la densidad promedio es cinco veces la nacional. Casi el 80%
de la población nipona se concentra en las grandes urbes. Tokyo, la capital de Japón, es
el área metropolitana más poblada del mundo, con más de 38 millones de habitantes.
La cultura actual de Japón combina la influencia asiática con la occidental. En relación las
manifestaciones tradicionales de su cultura, destacan la elaboración de textiles,
cerámicas, muñecas, espadas; también las presentaciones del kabuki, bunraku, danzas
tradicionales; y las prácticas de artes marciales, ikebana, caligrafía, origami, ceremonia
del té, entre otros. El arte japonés abarca el desarrollo de su arquitectura, pintura: ukiyo-e,
manga, anime, etc. En relación a su música esta es diversa, pasando de su música
tradicional a los actuales fenómenos del J-pop y J-rock, acompañados siempre por la
popular actividad del karaoke. La literatura japonesa está bien representada en cuentos
tradicionales como el de Kaguya Hime, asi como en destacados escritores
contemporáneos como Yasunari Kawabata, Kenzaburō Ōe y Haruki Murakami. La
gastronomía japonesa es una de las más reconocidas del mundo, destaca por su énfasis
en la comida marina.
5. Descripción económica
La economía japonesa es la tercera mayor del mundo, estando solo por debajo de EE.UU.
y de China (que la superó en el 2010). Japón forma parte del G8, G20, OCDE, OMC y
APEC. El nivel de PBI nominal en el 2011 fue de aproximadamente 5 870 billones de
US$, el nivel de PBI per cápita fue de US$ 46 mil aproximadamente. La tasa de
desempleo en los últimos años gira alrededor del 5%.
Las principales industrias japonesas son la de automóviles, de equipos electrónicos,
maquinarias, barcos, químicos, textiles, acero, metales no ferrosos, comida procesada,
entre otros. Actualmente el país tiene la mayor industria electrónica del mundo, además
es el tercer mayor productor de automóviles a nivel mundial. La producción nipona actual
pone especial énfasis en productos de alta tecnología, como los desarrollados por la
robótica. Si bien Japón es un país líder en este aspecto, el reciente desarrollo tecnológico
de países como China y Corea del sur ha puesto más competitivo este mercado.
En relación al comercio exterior, las exportaciones japonesas ascendieron en el último
año a 788 mil millones de US$, mientras que las importaciones fueron de 808 mil millones
de US$. Dentro de las bienes exportados destacan los automóviles, semiconductores,
productos de hierro y acero, entre otros. Los principales mercados receptores de las
exportaciones niponas son China, EE.UU y Corea del Sur. Dentro de los bienes
importados destacan el petróleo, el gas natural licuado (GNL), ropa, semiconductores,
carbón, entre otros. Los principales países de los que importa son China, EE.UU,
Australia, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Dentro del sector energético japonés es preciso mencionar que la producción de
electricidad asciende a 938 mil millones de kilovatios-hora (kWh), mientras que el
consumo es de 860 mil millones de kWh. En relación al crudo, la producción de 132 mil
barriles diarios se ve opacada por el alto nivel de consumo que asciende a 4.5 millones de
barriles diarios. Esto se ve compensado a través de la exportación de 4.4 millones de
barriles diarios aproximadamente. En relación al gas natural la situación es similar,
existiendo una producción aproximada de 3.4 mil millones de m3, y un consumo de 100.3
mil millones de m3, que es compensado por el alto nivel de importaciones que asciende a
98 mil millones de m3. Las reservas de crudo y de gas natural son de 44 millones de
barriles y de 21 mil millones de m3 respectivamente.
CAPÍTULO 3: ANÁLISIS HISTÓRICO Y ECONÓMICO DE LA ESTRUCTURA
ENERGÉTICA JAPONESA ANTES DEL 2011
1. Panorama energético mundial
Desde el inicio del desarrollo industrial de la humanidad, la preocupación por las fuentes
primarias de energía ha ido en aumento. La obtención de la energía considera
importantes aspectos como los costos, la contaminación, el impacto en el cambio
climático, entre otros. Conforme se han venido desarrollando las naciones los
requerimientos de fuentes de energía externas han sido mayores, esto se debe a la
necesidad de cubrir los requerimientos energéticos de la producción, manufactura,
transporte, ventilación, calefacción, climatización, refrigeración, entre otros, necesarios en
el desarrollo actual de una sociedad.
En base a lo anterior podemos analizar el siguiente gráfico, donde vemos el constante
aumento de los niveles de oferta de energía por tipo de fuente en las últimas décadas.
Fuente: International Energy Agency, Key World Statistics (2012).
Como se puede apreciar la oferta de energía esta medida en Mtoe (millones de toneladas
equivalente de petróleo), y muestra la variación de la cantidad ofertada para cada tipo de
fuente de energía desde 1971 al 2010. Es importante precisar que en 1973 la cantidad
ofertada total de energía correspondía a 6 107 Mtoe, lo cual se ha duplicado en el 2010
donde tenemos una oferta de 12 717 Mtoe. En relación a la composición total de la oferta,
podemos indicar que en 1973 la oferta de carbono correspondía al 24.6%, la cual ha
aumentado significativamente hasta 27.3% en 2010. La oferta de biocombustibles ha
mantenido su nivel de participación pasando de 10.5% en 1973 a 10% en 2010. El gas
natural ha aumentado su participación pasando del 16% a un 21.4% en 2010. Esto último
se relaciona con la perdida de participación del petróleo, el cual pasó del 46.1% en 1973 a
32.4% en 2010. Es importante también destacar la sextuplicación del porcentaje de
participación de la fuente nuclear, la cual ha pasado de ser 0.9%, a representar un 5.7%
del total en el 2010. La categoría otros que incluye las fuentes de energía renovables
(solar, eólica, geotérmica, etc.) también han conseguido aumentar al pasar de 0.1% a
0.9%, sin embargo como porcentaje del total, aún representan un nivel poco significativo.
El tipo de energía obtenida (principalmente el crudo) suele pasar por un proceso de
transformación, conocido como refinación, para obtener productos como
GLP/etanol/nafta, gasolina, combustibles para aviones, entre otros. En el siguiente gráfico
se puede apreciar la evolución de los productos obtenidos como resultado de las
refinerías.
Fuente: International Energy Agency, Key World Statistics (2012).
Otro gráfico importante a analizar es el referente al consumo final de la energía, a
continuación se puede observar dicho consumo por tipo de combustible, la unidad de
medida es millones de toneladas equivalente de petróleo (como en el caso de la oferta).
Fuente: International Energy Agency, Key World Statistics (2012).
El consumo total de energía pasó de 2 815 Mtoe en 1973 a 3 691 Mtoe en 2010. Si se
evalúa de forma desagregada se pueden observar algunos datos interesantes, se observa
una reducción de participación en el consumo total del carbón y el petróleo. En el caso del
primero su participación descendió notablemente pasando de 10.8% en 1973 a 3.5% en
2010. En el caso del segundo su participación se redujo del 56.3% a 47.9%. La
participación del consumo del gas natural ha aumentado, pasando de 17.7% a 20%. Así
también el consumo de electricidad como porcentaje, prácticamente se ha duplicado al
pasar de 11.5% a 21.9% en 2010. Es importante resaltar el significativo aumento del
consumo de biocombustibles y de la categoría otros (que incluye la energía solar,
geotérmica, eólica, etc.), los cuales han pasado de 3% a 4.9%, y de 0.7% a 1.8%,
respectivamente.
2. Oferta y consumo de energía en Japón
Para evaluar la situación energética de Japón, es importante resaltar el papel que juega
cada tipo de fuente de energía. En tal sentido es importante hacer una evaluación de las
principales fuentes: petróleo, gas natural, nuclear, renovables, entre otras. De este modo
se podrá formar un panorama claro de la participación de cada una de ellas dentro de las
mediciones de la oferta y el consumo de energía en Japón.
En relación al petróleo es bueno indicar la limitada cantidad de reservas internas con las
que cuenta Japón, teniendo a inicios de 2012 una cantidad de 44 millones de barriles.
Estas reservas se concentran principalmente a lo largo de la línea costera occidental.
Debido a lo anterior, Japón depende bastante de las importaciones para satisfacer sus
necesidades. El país mantiene una cantidad de 589 millones barriles de petróleo en stock,
ante cualquier problema de importación del recurso, de los cuales el 45% es stock
comercial y el 55% stock del gobierno.
El consumo de barriles de petróleo en Japón es de aproximadamente 4.5 millones de
barriles diarios, siendo el tercer mayor consumidor de petróleo, solo detrás de Estados
Unidos y China. Es importante recalcar que la demanda de petróleo en Japón ha
descendido significativamente en la última década (reduciéndose 20% desde el 2000).
Fuente: International Energy Agency, Key World Statistics (2012).
Existen diversas razones que han producido una disminución de la demanda, entre estas:
La sustitución de combustibles en el sector industrial y residencial, las metas de eficiencia
energética impuestas por el gobierno, y el aumento de la edad de la población que
repercute en el patrón de consumo. El gobierno japonés ha promovido constantemente la
reducción de la participación del consumo de petróleo, lo cual ha provocado la notable
reducción de la participación del petróleo dentro de la demanda de energía primaria,
cayendo desde un 80% en los años 70s a un 42% en 2010. Esta reducción ha sido
posible por el aumento del uso de otras fuentes, como el gas natural y la energía nuclear.
Fuente: Energy Information Administration, Country Analysis Brief: Japan (2012).
El sector petrolero japonés está compuesto de varias empresas estatales, privadas y
extranjeras. El sector estuvo dominado por la Corporación Nacional de Petróleo (JNOC)
desde 1967 hasta el 2004. Dicho año se escindió en nuevas compañías con el objetivo de
presentar una mayor competitividad en el sector.
De las nuevas compañías formadas, las mayores son INPEX y JAPEX. En relación a las
empresas privadas, estas son las que dominan principalmente este sector, debido a las
restricciones con las que se topan las empresas extranjeras. Pese a ello, en los últimos
años estas restricciones se han reducido, por lo cual se ha incrementado la competitividad
del sector petrolero (refinación, etc.). Entre las empresas extranjeras con presencia en
este sector japonés, destacan Shell, Chevron, BP, entre otras.
En año pasado, 2011, la producción de petróleo en Japón fue aproximadamente 130 mil
barriles diarios, de los cuales solo 5 mil fue crudo. La mayor proporción de la producción
de petróleo japonesa es resultado de la refinación, producto del gran sector de refinería
petrolera presente en el país. Al día de hoy, el país cuenta con 148 pozos de producción
petrolera en 11 campos. Las empresas petroleras japonesas han buscado aumentar su
participación en la exploración y producción de proyectos alrededor del mundo. El
gobierno ha posibilitado esto a través de apoyos financieros, que buscan aseguran una
oferta constante de esta fuente de energía. La mayoría de proyectos japoneses
relacionados con el petróleo se ubican en el Medio oriente (Kuwait, Arabia Saudí,
Emiratos Árabes Unidos, etc.) y en el Sudeste asiático (Indonesia, Vietnam, Papúa Nueva
Guinea, etc.).
En relación a las importaciones, Japón se ubica tan solo por detrás de Estados Unidos y
China, al importar una cantidad neta de alrededor de 4.3 millones de barriles de petróleo
diarios. El país es altamente dependiente del Medio oriente, que le brinda el 87% de su
crudo importado, dentro de dicha región el principal país del cual Japón importa crudo es
Arabia Saudí, representando un 33% de sus importaciones totales (1.1 millones de
barriles de petróleo diarios). Otros países con una alta participación en el total de
importaciones de Japón son Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Irán, entre otros.
Actualmente el país busca diversificar sus importaciones de petróleo, y ha considerado
importar mayores cantidades de crudo principalmente desde Rusia, el Sudeste asiático
(Indonesia, Vietnam, Malasia, etc.) y África (Gabón).
Fuente: Energy Information Administration, Country Analysis Brief: Japan (2012).
Japón presenta una capacidad de refinación de petróleo de 4.7 millones de barriles
diarios, siendo esta la segunda mayor capacidad de refinería en la región del Asia-
Pacifico, tan solo después de China. La mayor compañía de refinería petrolera en Japón
es JX Nippon, la cual opera 7 refinerías y cuenta con una capacidad de 1.42 millones de
barriles diarios. En los últimos años se observa una sobrecapacidad en este sector,
debido al descenso del consumo del petróleo. En tal sentido JX Nippon tiene como
objetivo reducir su capacidad en 600 mil barriles antes de 2015. La búsqueda de
eficiencia por parte del gobierno japonés, conllevaría la reducción de la capacidad de
refinería japonesa hasta 1.3 millones de barriles diarios en el 2014.
En relación al gas natural licuado es importante mencionar que las reservas probadas de
gas natural del país han venido en descenso desde el 2007 en que eran un total de 1.4
TCF (billones de pies cúbicos) a ser 738 BCF (miles de millones de pies cúbicos) en 2012.
La mayor cantidad de reserva de gas natural se ubica en la línea costera occidental.
Empresas como INPEX, Mitsubishi y Mitsui están involucradas en la exploración y
producción de gas natural, tanto en el extranjero como a nivel local. Las mayores
empresas de venta de gas natural son Tokyo Gas, Toho Gas y Osaka Gas,
comprendiendo juntas un 75% de dicho mercado. Japón es el mayor país consumidor de
gas natural, por tal motivo tiene que exportar grandes cantidades del producto.
Pese a lo anterior, Japón cuenta con un limitado sistema de tuberías para transmisión de
gas natural a lo largo de su territorio, este debido a las características montañosas del
centro de su territorio y a las regulaciones previas que limitaron la inversión en el sector.
Actualmente el sector se ha abierto a recibir mayor inversión extranjera, por lo que el
número de empresas participantes se ha elevado y ha llevado a una mayor competencia.
En relación a la producción de gas natural, en 2010 esta alcanzó los 174 BCF (miles de
millones de pies cúbicos). Un 40% de la producción de gas natural japonesa proviene de
la costa oeste de Honshu, específicamente del campo de gas natural Minami-Nagaoka.
Empresas como JAPEX se ocupan de la localización de nuevas reservas locales en
regiones como Akita, Niigata y Hokkaido.
Fuente: Energy Information Administration, Country Analysis Brief: Japan (2012).
Como se mencionó líneas atrás, la limitada cantidad de reservas de gas natural en el
territorio japonés hace a Japón un país dependiente de la importación para poder
satisfacer sus requerimientos de gas natural. El país fue uno de los primeros en importar
gas natural, comenzando desde Alaska en 1969. El menor impacto ambiental del gas
natural en comparación con otros combustibles, ha sido uno de los motivos que llevó al
gobierno a promover un mayor consumo del producto. Las razones anteriores justifican la
actual posición de Japón como primer país importador de gas natural licuado.
Fuente: International Energy Agency, Key World Statistics (2012).
La mayoría de importaciones japonesas de gas natural licuado provienen del sudeste
asiático, es importante mencionar que el país tiene un portafolio balanceado en esta
región, por lo cual ningún país del que importa tiene una participación mayor del 20% del
total. A nivel mundial, algunos de los principales países de los cuales Japón importa gas
natural licuado son Australia, Rusia, Qatar, Malasia e Indonesia. Actualmente existen
negociaciones con Estados Unidos para poder contar también con importaciones
provenientes de allí. La mayor cantidad de acuerdos para importar gas natural licuado se
han realizado entre las empresas Tokyo Gas, Osaka Gas, Toho Gas, TEPCO y Chubu
Electric con países del Sudeste asiático y del Medio Oriente.
Fuente: Energy Information Administration, Country Analysis Brief: Japan (2012).
El principal consumidor del gas natural licuado es el sector eléctrico, con una participación
de 66%. El 34% restante contribuye a satisfacer la demanda en las ciudades, tanto para
los sectores industriales, residenciales, como comerciales. Aquí es importante describir el
sector de generación eléctrica de Japón, para a partir de allí describir en mayor detalle
algunas de las fuentes de energía primaria que posibilitan la transformación a energía
eléctrica (térmica convencional, hidroeléctrica, nuclear, renovables). En torno a esto
podemos indicar que Japón contaba con una capacidad de generación eléctrica instalada
de 282 GW (gigawatts), la tercera mayor del mundo, después de Estados Unidos y China.
Esta capacidad se vio mermada como consecuencia del terremoto de marzo del 2011,
siendo actualmente 243 GW. Del total de generación eléctrica japonesa, de
aproximadamente 1 TWh en 2010, el 63% provenían de combustibles térmicos, 27% de
energía nuclear, 7% de fuentes hidroeléctricas, y 3% de fuentes de energía renovable.
Como consecuencia de los eventos del 2011, el gas natural licuado y el petróleo han
tenido que reemplazar determinada participación de la energía nuclear en la generación
eléctrica, por esta razón a inicios del 2012 los combustibles térmicos elevaron su
contribución a la generación eléctrica alcanzando el 73%.
Fuente: International Energy Agency, Energy Balances of OECD Countries (2011).
La industria de electricidad en Japón está por 10 empresas privadas que operan como
monopolios regionales en el país. Ellas juntas representan más del 85% de la capacidad
de generación instalada del país. La mayor entre estas es TEPCO (Tokyo Electric Power
Company), la cual general el 27% de la electricidad del país. Otras dos empresas
importantes son: Japan Atomic Power Company y Electric Power Developement
Company. El total de las 10 principales empresas se encarga de controlar la
infraestructura del país correspondiente a la transmisión y distribución eléctrica. La
mayoría de estas empresas han tenido un significativo decrecimiento de ingresos en los
últimos años.
Fuente: The Federation of Electric Power Companies of Japan (2010).
Es importante hacer notar que el precio por KWh de electricidad en Japón tanto a nivel de
viviendas como industrial es relativamente elevado en comparación con otros países,
duplicando los precios existentes en Estados Unidos.
Fuente: International Energy Agency, Energy Prices and Taxes (2010).
Actualmente hay 61 plantas basadas en energía térmica y 6 en construcción. De estas 6,
una mitad corresponde a plantas que usaran carbón para la generación, y la otra mitad a
generación a través del gas natural licuado. Las plantas generación eléctrica basadas en
el petróleo han tenido una participación en decrecimiento, mientras el carbón y el gas
natural toman mayor protagonismo, con niveles de 25% y 27 % respectivamente.
Respecto al carbón, este aún es un importante combustible para el país. En el 2002
Japón vio terminada su producción nacional de carbón, por la importación de la materia es
vital para satisfacer sus requerimientos, actualmente importa anualmente más de 200
millones de toneladas cortas de carbón. Sin embargo, los daños producidos como
consecuencia de los eventos de marzo de 2011 redujeron significativamente el uso de
este insumo. Esto impidió que el carbón fuera usado como sustituto de la energía nuclear.
Fuente: International Energy Agency, Key World Statistics (2012).
Respecto al gas natural, se ha visto un aumento en las plantas de energía eléctrica que
reportan uso de este insumo, sin embargo la capacidad máxima de generación de
electricidad en base al gas natural está copada en más del 80%, por lo cual el incremento
del uso de gas natural en el corto plazo es limitado. Para cambiar esto, existen planes de
construcción de más plantas generadoras basadas en gas natural en un cercano futuro.
La energía nuclear cobró gran importancia dentro del patrón energético japonés, ello se
puede identificar que en los últimos años Japón fue el tercer mayor país en generación de
energía nuclear, tan solo detrás de Estados Unidos y de Francia. En 2010 el país contaba
con 54 reactores con una capacidad de 49 GW de capacidad. La energía nuclear resultó
importante también al aumentar a Japón su ratio de auto suficiencia energética, que ya de
por sí es baja en comparación con otros países del mundo.
Fuente: Agency for Natural Resources and Energy, Energy in Japan (2010).
En relación a la generación hidroeléctrica, Japón cuenta con una capacidad de 48 GW,
esta constituye un 16% de la capacidad eléctrica total. Como lo fue hasta hace poco la
energía nuclear, la energía hidroeléctrica es una fuente base de energía debido al bajo
costo de generación y por presentar una oferta estable. En los últimos años el gobierno ha
promovido la implementación de proyectos que incluya centrales de generación
hidroeléctrica en comunidades de mediano tamaño.
En relación a otros tipos de energías renovables, es importante mencionar que la
capacidad instalada para energías renovables como: la energía solar, de olas, eólica,
entre otras, se ha multiplicado en los últimos años. Como ejemplo se puede mencionar el
notable aumento que tuvo la capacidad instalada de estas, pasando de 0.8 GW en 2004 a
4.6 GW en 2009. Las fuentes de energía renovable (no nuclear) constituyeron en 2010 el
2% de la generación de electricidad del país, y el 4% del total consumo de energía.
Actualmente Japón incentiva el mayor uso de energía renovable, como alternativa a otras
fuentes de energía, este tópico ha tomado significativa relevancia posterior a los hechos
acontecidos en 2011 en Fukushima, que influenciaron la mirada del país sobre la energía
nuclear y su seguridad.
De forma general es preciso indicar último balance disponible antes del 2011, año de
impacto del incidente de Fukushima. Es importante hacer notal la vital importancia que
tienen las importaciones de carbón, petróleo y gas natural en el año 2010. Así también
resaltar la alta participación de la energía nuclear dentro de la oferta local de energía.
Fuente: International Energy Agency, Energy Balances of OECD Countries (2011).
3. Desarrollo de política energética japonesa
Como se ha indicado Japón es un país altamente dependiente de la importación de
fuentes de energía del exterior. Por ello el país ha puesto gran énfasis en contar con un
suministro estable de energía a bajos costos para así poder sostener su desarrollo
económico. Posterior a las 2 crisis del petróleo acontecidas en las décadas pasadas, el
gobierno japonés estableció 3 puntos básicos que guían su política energética:
1. Asegurar un suministro estable petróleo.
2. Promover el desarrollo e introducción de energías alternativas al petróleo.
3. Promover la conservación energética.
Posterior a ello, y conforme empezó a ganar importancia el problema del cambio climático
y la eficiencia de los mercados de energía, se estableció un “Acta básica” en relación a la
política energética del país en el 2002. En dicha acta se hace hincapié en 3 principios
básicos a considerar a futuro:
1. Asegurar suministros estables.
2. Adecuarse al medio ambiente.
3. Utilizar mecanismos de mercado.
En los últimos años (anteriores al 2011), el contexto nacional alrededor de las políticas
relacionadas a la energía ya había cambiado significativamente. Las constantes
fluctuaciones de precios de los recursos a importar, el aumento de la competencia a nivel
internacional por asegurar la disponibilidad de recursos energéticos, el aumento de la
preocupación de la sociedad por el calentamiento global, entre otros. En tal sentido,
Japón planteó hacer esfuerzos en mejorar la seguridad energética nacional, promover
medidas que reduzcan el calentamiento global, y velar por un crecimiento económico
sostenible que le permita hacer frente al contexto nacional.
En relación al petróleo, hasta el 2011 este venía con una participación de tendencia
decreciente, llegando a representar menos del 50% del total de oferta de energía primaria
en Japón. El gobierno japonés reconoce que el consumo de combustibles derivados del
petróleo ha sido indispensable en el desarrollo económico y social del país. Es importante
mencionar que si bien después de las crisis del petróleo el gobierno promovió políticas
dedicadas a la diversificación de las fuentes de energía, el petróleo aún representa una
participación muy significativa.
Japón intento reducir su dependencia de petróleo de la región del Medio oriente, sin
embargo el aumento del consumo de petróleo en países como China e Indonesia (de los
cuales Japón importa) provocó en los últimos años un significativo decrecimiento de las
importaciones japonesas de esos países, con lo cual la dependencia japonesa en el
petróleo de Medio oriente se ha elevado nuevamente desde inicios de los 90s. El gobierno
considera que esta alta tasa de dependencia continuará en los próximos años, por dicha
razón el gobierno ha incentivado la implementación de intercambios comerciales con
países productores de petróleo, a nivel privado (además del ya existente nivel
gubernamental). Esto favorecería la exploración conjunta y el desarrollo de proyectos de
cooperación en las aéreas de energía. Japón mantiene una reserva acumulada de barriles
de petróleo ante cualquier suspensión de las importaciones. La cantidad acumulada tiene
un valor de uso de alrededor de 200 días, y se ha mantenido tanto a través de reservas
nacionales como reservas de empresas privadas.
Fuente: Agency for Natural Resources and Energy, Energy in Japan (2010).
Otra fuentes de vital importancia para Japón es el gas natural, el gobierno considera que
la existencia de abundantes depósitos a nivel mundial y la menor emisión de CO2 en
comparación con el petróleo y el carbón, hacen de esta fuente una alternativa positiva en
expansión, multiplicando su participación en la oferta de energía primaria del país,
pasando de un 2% en 1973 a cifras cercanas al 20% actualmente. El grado de
dependencia en una región específica para la importación de gas natural es mucho menor
en comparación con el petróleo, existiendo niveles de dependencia balanceados: una
dependencia del Medio oriente de aproximadamente 25%, de Indonesia y Malasia en
alrededor del 20% cada uno, y de Australia alrededor del 18%.
Fuente: Agency for Natural Resources and Energy, Energy in Japan (2010).
En relación a la generación de energía nuclear, Japón reconoció su importante papel en el
suministro de energía eléctrica del país. Antes de los eventos del 2011, el gobierno
japonés consideró a la fuente de energía nuclear, una fuente limpia, al no producir gases
de efecto invernadero y al garantizar un suministro estable (en contraste con la situación
en potencia fluctuante de los combustibles fósiles). Estas consideraciones en relación a la
energía nuclear han tenido su base en las consecuencias surgidas de las crisis del
petróleo, y en los acuerdos firmados en 2005 en el tratado de Kyoto. Esto ha conllevado a
cambios significativos en la participación de las fuentes de energía utilizadas en el país.
Mientras en los tiempos de la primera crisis del petróleo (1973) el petróleo y la energía
nuclear constituían 73%y 3% respectivamente, en el 2008 sus participaciones para la
generación de energía eléctrica fueron de 12% y 26% respectivamente.
Respecto al carbón, el gobierno japonés resalta la abundancia de dicha en fuente en
varios países Asia y en Australia. Inicialmente el carbón constituía un recurso de
explotación local, sin embargo ahora es importado en su totalidad, principalmente de
Australia (alrededor del 60%). Si bien la eficiencia térmica del carbón es mayor a otras
fuentes fósiles de energía, tiene la desventaja de emitir mayor cantidad de CO2 que el
resto, esto supuso un reto para el gobierno. Tuvo que incentivar un aprovechamiento más
eficiente del carbón, en tal sentido la tecnología de uso del carbón de forma limpia ha
posibilitado que Japón cuente con la mayor tasa mundial de uso eficiente de este recurso.
Fuente: Agency for Natural Resources and Energy, Energy in Japan (2010).
Fuente: Agency for Natural Resources and Energy, Energy in Japan (2010).
Hasta inicios de 2011 el gobierno japonés indicaba la existencia de un “Renacimiento de
la energía nuclear”, al aumentar su dependencia en ella y considerar ya superados los
incidentes surgidos en torno a ella (como el incidente de Chernobyl en 1986). El gobierno
justificaba la expansión del uso de la energía nuclear en base a los planes similares de
otras potencias mundiales. Países como Estados Unidos, Reino Unido, Italia, China, India
y Rusia tomaron una posición más activa y favorable en torno a la energía nuclear en los
últimos años, luego de permanecer en contra o al margen como consecuencia de
accidentes nucleares anteriores.
En torno a los nuevos tipos de energía (solar, eólica, de biomasa, geotérmica,
hidroeléctrica, etc.), el gobierno considera que estas aun se encuentran en una etapa de
introducción, por ello su diseminación aún representa altos costos para el país. Del lado
positivo, estas nuevas fuentes de energía representan la posibilidad de mayor
diversificación de los suministros energéticos del país, así como también constituye una
energía amigable con el ambiente. Del lado negativo, está el problema de costos ya
mencionado, este tiene como uno de sus fundamentos principales el bajo porcentaje de
utilización de la infraestructura construida la obtención de energía solar o eólica, por
ejemplo. Esto se debe a la influencia que tienen las condiciones climáticas en la obtención
de este tipo de energías, así como también la capacidad de aprovechamiento energético
que tendrá la infraestructura construida para ello, que en líneas generales aún muestra un
porcentaje bajo en comparación con fuentes tradicionales de energía.
Fuente: Agency for Natural Resources and Energy, Energy in Japan (2010).
Considerando ambos puntos, el gobierno japonés considera que en el largo plazo es
beneficiosa la mayor participación de las fuentes de energía renovables, por ello ha
brindado apoyo a toda iniciativa (de gobiernos locales, comercial, no lucrativas, etc.) que
introduzcan nuevas fuentes de energía.
4. Promoción de la conservación de energía
Japón considera la promoción de la conservación de la energía un esfuerzo necesario
para la estabilidad de la economía del país. Si bien reducir el impacto en el calentamiento
global y mejorar la seguridad energética son puntos importantes, también es esencial
lograr mantener estable la economía ante las distintas circunstancias posibles dadas las
fluctuaciones del precio del crudo. La tecnología japonesa que posibilita la conservación
energética representa un esfuerzo importante para sortear estos posibles obstáculos.
Posterior a las crisis del petróleo, el sector público y el privado japonés unieron esfuerzos
para mejorar la conservación energética. Desde entonces (hace 30 años) ha aumentado
la eficiencia del consumo de energía en 37%, con ello el ratio nivel de oferta de energía
primaria por cada unidad de PBI real se ha reducido notablemente, logrando a ser el más
bajo a nivel mundial. Sin embargo, a la par aumentó el consumo final de energía, teniendo
actualmente un valor de 2.5 veces el de 1973 en sector privado principalmente. En tal
sentido es preciso mantener la promoción de conservación de energía, prioritariamente en
el sector privado que es donde ha ocurrido un notable aumento del consumo de energía.
Por medio de las leyes de conservación de energía, dictadas por el gobierno japonés, se
obligó inicialmente a que las oficinas de empresas que utilicen cantidades iguales o
mayores a 1 500 kL de energía (en medida de crudo) anuales y/o las plantas con
requerimientos mayores a 3 000 kL anuales, deban contar con una adecuada
administración de la energía. Cada una de estas empresas debió contar con un
administrador de energía, y emitir regularmente reportes que indiquen el estado y
aprovechamiento anual de las fuentes energéticas con las que cuenta.
Fuente: Agency for Natural Resources and Energy, Energy in Japan (2010).
En los últimos años la ley de conservación de energía fue modificada para poder hacer
mejor frente al aumento del consumo en el sector privado, ahora se obliga a cada
empresa en su totalidad (no solo a sus plantas) a hacer reportes del manejo de energía.
Cada empresa en su totalidad (oficinas, plantas, locales de ventas, anexos, etc.) debe
notificar al gobierno de la cantidad de energía usada, si es que esta excede los 1 500 kL
en medida de crudo. De la misma forma franquicias y edificaciones (no de vivienda)
deben notificar que medidas de conservación de energía aplican en sus locales.
Fuente: Agency for Natural Resources and Energy, Energy in Japan (2010).
Los aparatos de conservación de energía japoneses han logrado una gran eficiencia de
conservación, actualmente por medio de estos aparatos se revisan 23 tipos de artículos,
entre ellos: televisores, refrigeradores, cocinas a gas, etc. Se promociona que en las
viviendas exista una cultura de conservación de energía, por medio de mecanismos como
la prórroga del pago de impuestos para dar tiempo a las implementaciones necesarias en
relación la instalación de sistemas de ahorro de energía. Se brinda apoyo a los
ciudadanos que buscan introducir el sistema de uso eficiente de energía en sus viviendas,
este sistema es capaz de reducir el consumo de energía en aproximadamente 25% al
año. Medidas de este estilo continuarán siendo propagadas a través de la regulación y el
apoyo a iniciativas que contribuyan en el uso más eficiente de la energía. Para poder
facilitar la elección de artefactos de ahorro de energía se ha promovido la utilización de un
logo y una tabla informativa de la capacidad de conservación de energía de cada
artefacto.
Dentro de las medidas de conservación de energía, es importante para Japón el estado
actual de su sector transporte, puesto que este depende casi en 100% del petróleo. Por
ello, si bien la dependencia en el petróleo es conveniente y eficiente dentro de este sector
y no parece haber un cambio drástico en el corto plazo de la situación, existe un plan para
que se reduzca esta dependencia al 80% en 2030.
Fuente: Agency for Natural Resources and Energy, Energy in Japan (2010).
La alta vulnerabilidad de suministro de energía para el sector transportes, pone en boga el
desarrollo de fuentes alternativas de energía que estarían presentes en la siguiente
generación del parque automotor. Al mismo tiempo debe promoverse la diversificación del
uso de las fuentes de energía, considerando otros combustibles existentes como: los
derivados de la biomasa, GTL, entre otros. Las estrategias promovidas por el gobierno
japonés en base a este aspecto pueden resumirse en los siguientes puntos:
1. Promover el desarrollo de la tecnología concerniente a las baterías y la
construcción de estaciones de recarga eléctrica, de modo que el parque automotor
este dominado por autos eléctricos en el 2030.
2. Promover la investigación y el desarrollo de las celdas de combustible y de
oxígeno, de modo que los precios de su implementación se reduzcan y equiparen
los del uso de la gasolina como combustible en el 2030.
3. Promover el uso del diesel de bajo contenido de sulfuro.
4. Acelerar el desarrollo tecnológico y mejorar las medidas legislativas en torno al
biocombustible.
5. Buscar contar con un parque automotor más amigable con el medio ambiente y
con la sociedad. El desarrollo de tecnologías como el piloto automático y una
mejora en la eficiencia del control de tráfico, permitirán que se duplique la
velocidad de circulación en las áreas urbanas en el 2030.
CAPÍTULO 4: PROBLEMAS ENERGÉTICOS DERIVADOS DEL GRAN TERREMOTO
DE JAPÓN Y DEL DESASTRE NUCLEAR DE FUKUSHIMA
1. Impacto del gran terremoto de Japón de 2011
El 11 de marzo de 2011 aconteció en Japón el movimiento sísmico más fuerte de su
historia (y uno de los 5 más fuertes en el registro histórico mundial). El movimiento que
tuvo un epicentro a 70 km al este de la península de Tōhoku, tuvo un magnitud de 9.0 MW.
y resultó el desastre natural más costoso de la historia, con un monto calculado de costo
por el Banco Mundial de $ 235 miles de millones. El evento provocó el surgimiento de un
tsunami de altura superior a los 40 metros, que tuvo como algunas de sus consecuencias
varios accidentes nucleares, entre los que destacó el de nivel 7 acontecido en los tres
reactores de la central nuclear de Fukushima I.
Fuente: Wikimedia Commons (2011).
En relación al suministro de electricidad en la zona noreste, que es operada por la
compañía de energía eléctrica de Tōhoku, hubo un corte eléctrico a 4.4 millones de
hogares. Debido a la desconexión de varias plantas de energía nuclear y tradicional la
capacidad de suministro de la compañía de energía eléctrica de Tokyo (TEPCO) se redujo
en 21 GW. Se efectuaron rotaciones de apagones a partir del 14 de marzo debido a la
escasez de energía como consecuencia del terremoto. Posterior a ello TEPCO hizo el
anuncio que operaría para ofrecer un suministro de 30 GW debido a que el 40% de la
electricidad usada en Tokyo era suplida por reactores en las prefecturas de Niigata y
Fukushima. De abril a mayo continuó la rotación de apagones mientras TEPCO buscaba
tener una solución temporal en relación al suministro de energía. La medida voluntaria de
reducción del consumo de energía por los pobladores del área de Kanto contribuyó a
reducir la duración de los apagones. A 40 días de acontecido el terremoto, el número de
viviendas en la zona norte sin electricidad se redujo a 243 mil aproximadamente.
Fuente: Government of Japan, 2011 Annual Report on Energy (2011).
Para poder aliviar la escasez de energía, empresas fabricantes de acero como Nippon
Steel, Sumitomo Metal Industries y JFE Steel, contribuyeron con 500 MW, 500 MW y 400
MW de producción de energía eléctrica respectivamente, cedida a TEPCO para su
distribución. De igual manera fabricantes de autos y autopartes operaron sus fábricas
sábados y domingos (cerrando jueves y viernes) para ayudar a aliviar el déficit de
electricidad durante el segundo y tercer trimestre de 2011.
Los daños principales dados en torno a la electricidad pueden sintetizarse en: Los daños
a las centrales de energía nuclear que redujeron la capacidad del suministro, y los
apagones regulares provocados debido a la interrupción en la distribución que incluyó
problemas en la red eléctrica. En respuesta a esto las medidas buscaron: Asegurar la
seguridad de la energía nuclear, resolver la escasez de capacidad eléctrica, y prevenir el
ajustado balance de oferta y demanda que podría afectar la industria. Las principales
medidas tomadas fueron: Implementar medidas para contener el accidente nuclear y
poder posterior a ello elevar la seguridad correspondiente, investigar las causas del
accidente a través de un comité de investigación (el cual emitió su informe a inicios de
junio del 2011), apoyar a los pobladores afectados por el accidente nuclear, la
implementación por un breve periodo de rotación de apagones, incrementar la capacidad
de suministro restaurando centrales de energía térmica, utilizando la generación privada
de energía, y limitando el consumo de energía así como promoviendo su ahorro.
En relación al impacto en los combustibles fósiles, es importante indicar el incendio en
una refinería de petróleo de la compañía de petróleo Cosmo (con producción diaria de
220 mil barriles) en la prefectura de Chiba, al este de Tokyo. El incidente duró 10 días y
destruyó algunos tanques de almacenamiento. Otras refinerías detuvieron su producción
por controles de seguridad y pérdida de energía. Una refinería en Sendai perteneciente a
JX Nippon Oil & Energy (con producción diaria de 145 mil barriles) fue también víctima de
incendio. En Sendai, una planta importadora de gas natural licuado resultó muy dañada,
por ello los suministros fueron cortados durante un mes. Análisis estimaron que los
consumos de petróleo y de gas natural licuado se incrementarían en 300 mil barriles por
día en el corto plazo, de modo que las plantas de energía que utilizan combustibles fósiles
pudieran compensar la pérdida de 11 GW que brindaba la energía nuclear.
Fuente: Government of Japan, 2011 Annual Report on Energy (2011).
Los principales daños en torno a los combustibles fósiles pueden sintetizarse en: El
requerimiento de restauración de suministro de gas en 400 mil viviendas, el corte de una
planta importadora de gas natural licuado, la reducción de la capacidad de suministro del
petróleo y del GLP, y el desastre en refinerías, centrales y terminales que resultaron
dañadas luego del tsunami. Las medidas tomadas tuvieron en consideración: La
necesidad de fortalecer la red de suministro de energía en todo el país, y el desarrollo de
un sistema para abastecer más fácilmente el petróleo en áreas afectadas. Las medidas
finalmente tomadas incluyeron: El trabajo de restauración llevado a cabo por los
suministradores de gas en todo el país (100 mil trabajadores de 58 compañías), contar
con un suministro adicional desde Niigata a través de tuberías de gas natural, proveer
facilidades para obtención de gas vehicular, responder a la demanda de combustible de
cada región afectada, establecer un plan de suministro de combustibles y apoyar la
restauración de las facilidades para ello.
2. Impacto del desastre nuclear de Fukushima
Japón promovió el uso de electricidad obtenida por energía nuclear en los últimos años
como medio de diversificar sus fuentes de energía y reducir las emisiones de carbono. La
energía nuclear llegó a contribuir bastante en asegurar el suministro de energía en el país,
al reducir el requerimiento de importación de energía, además al no emitir CO2 redujo las
emisiones nacionales de este en 14% anualmente. Hasta antes del incidente se
destacaba también la seguridad de la energía nuclear.
Posterior al acontecimiento del terremoto, las centrales nucleares de Fukushima II,
Fukushima II, Onagawa y Tokai fueron apagadas. Más de 10 GW de capacidad nuclear
en dichos lugares dejaron de operar inmediatamente. Luego de apagar las centrales fue
necesario el enfriamiento de las mismas para remover el calor por decaimiento. Los
sistemas de enfriamiento funcionan a base de generadores diesel de emergencia. En el
caso de Fukushima I y Fukushima II el tsunami llegó a destruir los sistemas de
emergencia, por ello se derivaron problemas que incluyeron 3 grandes explosiones y la
fuga de radioactividad. Se evacuó a 200 mil personas. Semanas después al incidente
expertos reconocieron que el desastre en Fukushima constituía, si bien no el peor
accidente nuclear, sí el más complicado. Análisis posteriores a los primeros 3 reactores
indicaron que hubo fusiones y fuga de refrigerantes. Algunos de los reactores siguen
permanentemente dañados y no hay planes definitivos de volver a tenerlos en operación.
Fuente: Wikimedia Commons (2011).
Japón declaró estado de emergencia posterior a las fallas del sistema de enfriamiento en
la planta de energía nuclear Fukushima I, lo que provocó la evacuación de la población
local. Reportes indicaron que los niveles de radiación en la planta se elevaron 1000 veces
lo normal, y la radiación exterior era 8 veces la normal. Se reportó yodo radiactivo en
aguas de los caños en Fukushima, Tochigi, Gunma, Tokyo, Chiba, Saitama y Niigata.
También se halló cesio radiactivo en Fukushima, Tochigi y Gunma. En la prefectura de
Ibaraki se llegó a prohibir la pesca de determinados peces al descubrir en ellos
contaminación por cesio radiactivo. En julio llegó a encontrarse carne de res contaminada
con radiación en algunas tiendas de Tokyo.
Para sintetizar, el incidente en la central nuclear de Fukushima y en otras centrales
impactó en el suministro de electricidad local, lo cual derivó en los apagones regulares
provocados debido a la interrupción en la distribución de electricidad. La energía nuclear
contribuía significativamente en el suministro eléctrico, por tal razón algunas de las
medidas tomadas ante el desastre tuvieron la meta de conservar la seguridad de la
energía nuclear, para así resolver la escasez de capacidad eléctrica. Se tomaron
importantes medidas para contener el accidente nuclear y poder posterior a ello elevar la
seguridad correspondiente. Así también se hicieron investigaciones sobre el accidente y
se fomentó el apoyo a las personas víctimas del incidente.
3. Consideraciones económicas entorno a los eventos del 2011
Al poco tiempo del terremoto, el índice Nikkei presentó una caída de futuros de 5% en el
comercio del mercado secundario. Otros mercados a nivel mundial cayeron a los minutos
del incidente: el índice alemán DAX cayó en 1.2%, el Hang Seng de Hong Kong en 1.8%,
el Kospi de Corea del Sur en 1.3%, el Sensex de la India en 0.84%. En Estados Unidos
los principales índices bursátiles aumentaron entre 0.5% y 0.7%. Pese a los entonces
problemas en Libia y en Arabia Saudí, los precios del petróleo cayeron como
consecuencia del cierre de refinerías japonesas. El precio del yen se elevó en relación a
las demás monedas extranjeras, llegando a tener un valor de 76.25 yenes por dólar (un
nivel no alcanzado desde el final de la Segunda guerra mundial) debido a la especulación
que inversores japoneses repatriarían activos para financiar la reconstrucción en el país.
Fuente: Google Finance, NIKKEI 225 (2012).
En relación a las zonas afectadas, se estima que más de 23 mil hectáreas de tierras de
cultivo (principalmente arrozales) fueron dañadas por el tsunami. El área dañada
representa cerca del 4% de la producción nacional de arroz. La industria pesquera de
Miyagi fue casi totalmente destruida, hubo una pérdida de 13 mil botes pesqueros. El
daño estimado a esta industria local es de $ 5 mil millones. A nivel nacional un 90% de las
embarcaciones en Miyagi, Iwate y Fukushima fueron dejadas inutilizables como
consecuencia del tsunami, el daño total a la industria pesquera japonesa se estima en $
1.26 billones. El terremoto y el tsunami provocaron la suspensión por 3 días de la
producción automotriz de importantes empresas como Nissan, Honda y Toyota. Otras
empresas como Sumimoto Rubber y Nippon Steel, suspendieron su producción. Sony
suspendió la producción en las plantas ubicadas en el área afectada. Empresas como
Toshiba, química Shin-Etsu, compañía eléctrica de Tokyo, ferrocarril del este de Japón,
etc. fueron las más afectadas. En relación a la población, esta acudió en gran medida
para adquirir bienes de primera necesidad y gasolina, por lo que se formaron largas colas
de espera en varias ciudades, especialmente las más próximas al incidente.
A los 3 días del terremoto y tsunami, el Banco de Japón inyectó 15 billones de yenes al
mercado monetario para asegurar la estabilidad financiera en medio de una caída de los
stocks y del aumento del riesgo crediticio. Posterior a ello también se estableció asegurar
la liquidez para el periodo posterior a la catástrofe, se llevó además un programa para
comprar bonos del gobierno por valores de 10 billones de yenes. Sin embargo, la
inyección monetaria resultaría insuficiente debido al impacto de los accidentes nucleares
que hicieron caer el índice TOPIX por 2 días consecutivos. Se indicó que los 200 miles de
millones de yenes que constituían el restante presupuesto para el año fiscal que
terminaría a fines de marzo, serían destinados para las medidas de rescate y
recuperación de la infraestructura dañada. Entonces ya estaba el temor constante que
medidas adicional que implicaran mayores gastos pudieran impactar significativamente en
la deuda pública japonesa, lo cual también afectaría la demanda de bonos del gobierno.
A un mes del incidente el gobierno japonés estimó que el costo material directo podría
exceder los $ 300 mil millones. El primer trimestre del año 2011, el PBI japonés se
contrajo en 3.7%. Esto último puede entenderse si se evalúan las regiones afectadas: La
región de Tōhoku al norte, la más afectada, contribuye al 8% del PBI por medio de sus
fábricas, manufacturas, infraestructura eléctrica, etc. Esta región incluye la prefectura de
Miyagi, donde se ubica Sendai, que cuenta con aéreas industriales y de manufactura con
plantas químicas y electrónicas.
En julio de 2011, aproximadamente el 75% de las empresas agrícolas y el 35% de las
pesqueras afectadas por el terremoto y tsunami (exceptuando las de la región de
Fukushima que continuaron paralizadas debido a la crisis nuclear) habían reanudado sus
actividades. Si bien en Tōhoku se experimentó un boom de la construcción y un aumento
en los residentes debido a ello, en el resto del país la situación no fue mayormente
positiva. A inicios de 2012 se reportaron 644 empresas en banca rota como consecuencia
de la catástrofe de 2011, entre este total se incluyen 150 de manufacturas, 157 de
servicios, 113 mayoristas, etc. Estas empresas han dejado en total un pasivo superior a
los 925 miles de millones de yenes, además de una cifra de 11 mil desempleados.
Los analistas económicos han estados divididos en cuanto al impacto definitivo de los
sucesos acontecidos en 2011. Por un lado algunos economistas han mencionado que si
bien se contraería la producción en el corto plazo, en el mediano plazo se elevaría la
producción a un ritmo acelerado. Otros economistas han indicado que la catástrofe daña
irreparablemente la economía, indicando que quienes consideran a los eventos un bien en
el mediano plazo para la economía japonesa no han tomado en consideración adecuada
los costes de oportunidad.
Fuente: Trading Economics, Japan GDP Growth Rate (2012).
4. Consideraciones políticas y sociales entorno a los eventos del 2011
El mismo día del terremoto, el entonces ministro Naoto Kan anunció que el gobierno había
movilizado las fuerzas de autodefensa de Japón a las zonas devastadas por el terremoto.
Se anunció también que varias plantas de energía nuclear fueron apagadas para prevenir
el daño y las fugas de radiación. Para poder coordinar de forma inmediata la respuesta
del gobierno, el ministro estableció una central de emergencia en su oficina. Los refugios
de evacuación enfrentaron por un tiempo la falta de agua comida, baños y abrigo mientras
el gobierno coordinaba el envío de estos productos de primera necesidad a las áreas
necesitadas en Japón. La interrupción del suministro eléctrico y del gas provocó la
inutilización de sistemas de calefacción, habiendo así problemas de disminución de la
temperatura en los refugios. A una semana del incidente se reportaban casi 340 mil
personas desplazadas de sus hogares, y una cantidad de refugios activos de 2 300.
Fuente: News Reports, Evacuation zones (2011)
A un mes del desastre se formó un concejo para la reconstrucción nacional luego del gran
terremoto, el cual estuvo presidido por el presidente de la Academia Nacional de Defensa.
Este concejo estableció un conjunto de recomendaciones para el gobierno a fines de junio
de 2011. Algunas de las medidas más importantes llevadas a cabo por el gobierno en
respuesta al desastre han sido: la limpieza de los escombros y la radioactividad presentes
en Fukushima, así como reevaluar y mejorar el sistema de defensa ante tsunamis.
En relación a la población, si buen hubo presencia de colas debido al aumento de
productos de primera necesidad en determinado periodo, en general hubo una aparente
calma en la forma de afrontar el desastre, en gran medida debido al gaman (resiliencia,
autocontrol y orden) japonés y a la fuerte presencia policial. Pese a ello hubo reclamos de
de la población sobre la provisión de comida, electricidad, abrigo y servicio telefónico.
Además se reportaron algunos casos de saqueos, hurtos y daños a vehículos en las
áreas golpeadas por el tsunami.
Se evidenció el autocontrol de las personas al aumentar la conservación de recursos y la
cancelación de eventos, pese a no haber ninguna regulación por parte del gobierno para
fomentar la austeridad en la población. También hubo participación de organizaciones no
gubernamentales, las cuales apoyaron la limpieza de las áreas víctimas del desastre.
Es preciso mencionar el importante flujo que hubo de los habitantes que no eran
ciudadanos japoneses luego del terremoto y tsunami, y del accidente nuclear en
Fukushima. El número de residentes extranjeros cayó en 55 mil personas en 2011. El
número total de extranjeros en el país que partieron como consecuencia de la catástrofe
fue superior a 530 mil, representando una reducción aproximada de 2.6% del total
población de extranjeros a nivel nacional. Fukushima, Iwate y Miyagi perdieron un 15%,
16% y 13% respectivamente de sus pobladores extranjeros.
CAPÍTULO 5: PANORAMA DEL FUTURO ENERGÉTICO DE JAPÓN Y LAS POSIBLES
REPERCUSIONES SOCIALES Y ECONÓMICAS
1. Panorama futuro de las energías tradicionales
Si bien el terremoto de 2011 en el noreste de Japón ocasionó el cierre inmediato de 6
refinerías con una capacidad de 1.4 millones de barriles diarios (30% de la capacidad total
del país), posterior a ello se evidenció el aumento de las importaciones de productos
refinados derivados del petróleo como medida para compensar el cierre de las refinerías
hasta su reapertura, por otro lado el aumento de la demanda del petróleo también supuso
una alternativa de compensación al cese de las centrales nucleares.
El consumo de petróleo se elevó significativamente en 2011 en 30 mil barriles diarios más
que en 2010. Esto debido al desastre acontecido que supuso en el corto plazo el
reemplazo de la suspendida energía nuclear por energías provenientes de combustibles
fósiles como el petróleo. Se espera que finalizado el 2012 el consumo de petróleo se haya
elevado en 80 mil barriles diarios más, considerando la inoperatividad de casi la totalidad
de las centrales nucleares.
A inicios de 2012, el total de reservas de petróleo de Japón ascendía a 44 millones de
barriles, una cantidad muy limitada y que representa una caída de los 58 millones de
barriles en 2007, y que denota la importancia de la importación para el país. Esta sigue
representando un punto clave para satisfacer los requerimientos energéticos de Japón, en
tal sentido el gobierno siempre ha fomentado en las empresas la exploración y ejecución
de proyectos en el extranjero, de modo que se pudiera fomentar un suministro estable al
país. Dados los incidentes de 2011, la Corporación de petróleo, gas y metales de Japón
indicó que este 2012 cerraría con un aumento superior a 1 120 millones de dólares de
inversión en proyectos de exploración en el extranjero.
Considerando su elevado consumo de petróleo y el alza de este desde 2011, Japón
cuenta con un reducido sistema de tuberías para la trasmisión del petróleo, por ello este
producto junto con el crudo es llevado por barcos petroleros, camiones cisterna y tanques
ferroviarios, además del sistema de tuberías. Se espera que la culminación en 2013 de un
largo sistema de tuberías ruso permita el transporte de cantidades aproximadas de 1.6
millones de barriles diarios provenientes de Rusia a Corea del Sur, China y Japón.
El petróleo presenta la ventaja de mayor disponibilidad en el corto plazo así como toda la
presencia de una fuerte estructura empresarial japonesa constituida en base a ella, sin
embargo la situación de inseguridad de suministro en el largo plazo y los altos niveles
contaminantes en la refinación del producto ponen en consideración del país que en el
mediano y largo plazo haya una mayor dependencia de las energías renovables como
opciones de reemplazo a las cesadas fuentes nucleares. Otro punto importante a
considerar es el reciente descubrimiento de hidratos de metano en los mares de Japón, lo
cual representa una posibilidad para atenuar la dependencia futura en otros combustibles
fósiles (principalmente en relación al petróleo, que no cuenta con gran diversificación de
países proveedores), por ello si bien en el corto plazo la dependencia en el petróleo
continuará, es probable que el aprovechamiento de las fuentes de metano contribuyan a
reducir la dependencia de este en el mediano y largo plazo.
Posterior al evento de Fukushima Japón ha venido reemplazando su capacidad nuclear
perdida principalmente por mayores importaciones de gas natural licuado. La única planta
de gas natural licuado cerrada como consecuencia del terremoto fue la terminal de GNL
de Shinminato, propiedad de Sendai Gas, la cual fue reabierta a fines de 2011. Es bueno
precisar que la mayor parte de la infraestructura japonesa para recibir importaciones de
dicho producto no fue dañada en el terremoto, debido que las plantas se ubican
principalmente al sur y oeste del país. Esto último fue clave para aumentar la dependencia
en el gas natural licuado como reemplazo de la energía nuclear, posterior a los incidentes
de 2011. Se espera que el 2012 cierre con cantidades importadas de GNL entre 4.1 y 4.5
miles de millones de pies cúbicos.
Como se indicó en un capítulo anterior, si bien Japón cuenta con un buen portafolio de
importaciones de gas natural licuado al no tener un proveedor que represente encima del
20% del total, la mayor parte de estas importaciones provienen de países del sudeste
asiático. Los principales 5 proveedores representan un total de 73%. Posterior a los
eventos del 2011 varios proveedores de Qatar, Rusia, Malasia e Indonesia exportaron
mayor cantidad de gas a Japón. Qatar superó a Indonesia para convertirse en el tercer
mayor proveedor de GNL a Japón. A fines de 2011 hubo la firma de acuerdos entre
empresas japonesas de servicios públicos y Qatar Gas para garantizar el suministro de
gas natural licuado en el largo plazo. En relación a las importaciones de Rusia, Japón esta
conversaciones con este país para incrementar las importaciones a través de nuevos
gaseoductos o mayores embarques.
En los próximos años se espera un aumento de la importación de gas natural licuado de
países como Papúa Nueva Guinea, Estados Unidos y Australia. El gas natural licuado
ofrece los beneficios de presentar un menor grado de contaminación para el país y
presentar un portafolio menos concentrado en relación a los países proveedores. Por ello,
este recurso representa un elemento vital en el corto y mediano plazo para poder
satisfacer los niveles actuales de demanda de energía en Japón. Se estima que la
dependencia en el gas natural (así como en el caso del petróleo) continuará en el futuro
previsible, mientras aún no se logre ver un mayor desarrollo de las fuentes de energía
renovable, que son a las que apuntará el país en el largo plazo. Esta mayor demanda de
GNL buscará hallar países que ofrezcan precios más baratos a los actualmente
manejados, algo que también será aplicado para otros combustibles fósiles.
En relación al carbón, la tercera principal fuente de energía tradicional para el país, se
prevé también una significativa ampliación de su demanda, junto con el petróleo y el gas
natural. El aprovechamiento del carbón también tuvo problemas debido a incendios
surgidos en algunas centrales de carbón próximas a Fukushima, por ello no fue usado
como sustituto de la energía nuclear al instante. Al finalizar el 2011 esta fuente tuvo un
crecimiento negativo. Sin embargo, se prevé que aumente significativamente la
dependencia en esta fuente, al menos en el corto plazo.
Finalmente es importante precisar más sobre los recientes descubrimientos de depósitos
de hidratos de metano. Esto se ha dado a fines de octubre de 2012 en las profundidades
del mar de Japón y del mar de Okhotsk. Se considera que estas fuentes pueden
representar en el futuro un nuevo tipo de combustible a aprovechar, lo cual podría
contribuir significativamente en la reducción de dependencia en otros combustibles fósiles
y en la energía nuclear. Algunas estimaciones indican que en el mejor de los casos estas
fuentes podrían contribuir al país en los próximos 100 años. Actualmente continúa la
exploración y los estudios concernientes a los depósitos recientemente hallados.
2. Panorama futuro de la energía nuclear
El plan energético de Japón antes de los desastres en Fukushima dependía de la
planeada gran expansión de su capacidad nuclear, la cual contribuyó al 26% de la energía
eléctrica en el 2010. Entonces ya había protestas por parte de la población en torno a la
seguridad de este tipo de energía. Actualmente la mayor parte de la población se ha
mostrado activamente en contra del desarrollo de la energía nuclear, y propugna apuntar
al mayor uso de las energías renovables.
Posterior al desastre ocurrido en Fukushima el país cambió drásticamente de dirección en
torno a la energía nuclear. El país perdió toda su capacidad de generación de energía
nuclear al apagarse en mayo de 2012 el último reactor hasta entonces activo en el país,
con ello por primera vez en 40 años Japón no presentó generación de energía nuclear.
Fuente: The Guardian UK (2012).
A inicios de junio del 2012, el gobierno japonés brindaba anuncios que la energía nuclear
tendría un menor rol en el futuro energético japonés. En dicho momento el gobierno
planteó 4 escenarios posibles para poder sostener a futuro la demanda de energía del
país. Estos escenarios fueron planteados por un comité asesor del ministerio de industria,
el cual había revisado desde octubre del 2011 los planes de energía planteados en el
2010, en los cuales se indicaba que la energía nuclear podría generar un 45% de la
electricidad del país en el 2030. El cambio en los planes hará que sea más difícil al país
lograr su meta de reducción de emisión de CO2 de 31% planteada para el 2030.
La política que apunta reducir la dependencia en la energía nuclear considera continuar la
dependencia de combustibles fósiles, y apunta en el mediano y largo plazo a una
dependencia prioritaria en fuentes de energía renovables, lo cual es apoyado activamente
por la mayor parte de la población actualmente. Pese a los planes de depender más en
energías renovables, varios académicos consideran que existe un exceso de confianza en
estas fuentes. Ellos indican que el escenario futuro libre de energía nuclear podría reducir
el producto bruto interno en 396 miles de millones de dólares anuales. En el mediano
plazo se verían afectadas varias compañías eléctricas del país, entre ellas Tokyo Electric,
las cuales incurrirían en pérdidas que llevaría a algunas a presentar un patrimonio
negativo. Debido a estas consideraciones algunos gobiernos locales han suavizado su
postura en contra de la energía nuclear.
Fuente: New York Times, Japan strives to go nuclear-free (2012).
Un caso particular dentro de la actual casi nula generación nuclear en el país es el que
presentan 2 reactores de la de la central de Ōi, los cuales han vuelto a ponerse
operativos, si bien existen reclamos de la población al respecto. Estos reactores ubicados
al oeste de la isla fueron apagados en julio del 2011 para ser parte de revisiones técnicas
y de seguridad. El 14 de mayo de 2012 una asamblea en Ōi dio visto bueno al reinicio de
las operaciones de los reactores, al considerar los daños económicos previsibles si se
daba un largo periodo de suspensión. En tal sentido, el primero de julio el reactor 3 fue
vuelto a poner en actividad, mientras que el reactor 4 reanudó actividad el 21 de julio.
Estos reactores constituyen actualmente los únicos activos en Japón posterior al apagón
de energía nuclear suscitado posterior al desastre de 2011.
La actual situación de dos reactores en Ōi ha dado lugar a constantes protestas por gran
parte de la población, que considera inadecuado el retorno a la energía nuclear. Pese a
ello esta situación parecía indicar a mediados del 2012 que el gobierno propugnaba un
escenario futuro con 15% de energía nuclear, que es lo que se produciría si los actuales
reactores fueran vueltos a poner en operación hasta su retiro definitivo cuando lleguen a
sus 40 años de operatividad.
En septiembre de 2012 la situación dio un significativo giro, cuando el gobierno dio avisos
que la opción a tomar sería dejar de depender totalmente de la energía nuclear, lo cual
supone un escenario más difícil para Japón, en el cual la eficiencia energética y los
recursos renovables jugarán un importante rol. En torno a los reactores activos en Ōi, la
ciudad y prefectura de Osaka han solicitado que se apaguen los reactores 3 y 4,
argumentando que dicha generación de energía no es indispensable.
En torno a la actual postura que apoya un futuro libre de energía nuclear para el país, es
importante mencionar que varios académicos consideran que la posición en contra de la
energía nuclear por parte de la mayor parte de la población y que actualmente se ve
reflejada a través de las últimas medidas anunciadas por el gobierno, no necesariamente
se verá reflejada en futuras decisiones políticas, principalmente considerando el costo que
representará para Japón la nula dependencia en la energía nuclear, así como también la
oscilante política japonesa que parece tendrá otro punto de quiebre en las elecciones a
ocurrir posiblemente antes del fin de 2012, especialmente si gana la oposición.
3. Panorama futuro de las energías renovables
La mayor parte de la población se ha mostrado activamente en contra del desarrollo de la
energía nuclear, y propone como alternativa el mayor uso de las energías renovables.
Prefecturas como las de Fukushima esperan lograr autosuficiencia en el futuro a través de
un uso mayor y más eficiente de las fuentes de energía renovables, para cubrir su anterior
dependencia de las centrales nucleares.
En tal sentido se han tenido en consideración distintos escenarios a futuro, para disminuir
la dependencia en la energía nuclear. Todos ellos dan un especial énfasis al desarrollo de
las fuentes de energía renovables para satisfacer la demanda futura de energía del país.
De los posibles escenarios, el que considera un nulo uso de la energía nuclear en el
futuro, apunta a que la energía renovable (solar, eólica, etc.) provea el 35% del total de
energía demandada en el 2030. Esto último es lo debe tomarse en cuenta actualmente
dados la últimos en septiembre de 2012, si bien las decisiones políticas en torno a la
participación de la energía nuclear pueden variar en el futuro.
Fuente: NATURE, Japan considers nuclear-free future (2012).
En torno a las fuentes de energía renovable que se desarrollaran significativamente los
próximos años, es importante resaltar el notable aumento de la capacidad solar,
principalmente desde el 2009. Actualmente se promueven facilidades en relación a los
precios que las familias pagan para utilizar paneles solares en sus hogares. Así también
existen desde julio subsidios para plantas solares industriales. Industrias manufactureras
de tecnología basada en energía solar como Kyocera, se encuentran desarrollando mega
parques solares, por medio de esto se espera un aumento de la capacidad solar del país
entre 3 y 5 GW en el próximo año.
Fuente: Wikimedia Commons (2012).
Otra principal fuente de energía renovable en Japón es la hidroeléctrica, la cual cuenta
con una capacidad instalada de 16 GW (siendo la mitad del tipo reversible),
representando 16% de la capacidad total de generación de energía. En 2010 la
producción total fue de 73 TWh. A fines de 2011 se contabilizaron, además de las plantas
hidroeléctricas de mediano y gran tamaño, 1198 pequeñas plantas hidroeléctricas, las
cuales en conjunto representaban una capacidad de 3 225 MW, representando 6.6% del
total de capacidad hidroeléctrica del país. En los próximos años se propiciaría un aumento
del tipo de plantas pequeñas de modo que exista un suministro de energía adecuado para
la gran mayoría de poblaciones en el país.
Otras energías renovables como la eólica y la geotérmica también representan
importantes fuentes para el futuro, por lo cual se prevé un mayor desarrollo en los
próximos años. La energía eólica planea desarrollarse a la par con la solar, considerando
la estabilidad de la infraestructura diseñada para su obtención (ninguna turbina eólica que
totaliza 2 300 MW de capacidad instalada en el país fue afectada como consecuencia del
terremoto). Se planea la construcción en 2016 de un parque eólico flotante piloto en las
costas de Fukushima, de pasar la fase evaluación la iniciativa se extenderá para el
desarrollo de 80 parques similares. En relación a la energía geotérmica, Japón tiene un
potencial favorable debido a su proximidad al borde convergente de dos placas
tectónicas, llamado Izu-Bonin-Mariana. Posterior al terremoto de 2011 el ministerio del
ambiente de Japón indicó que el país cuenta con 19.14 GW de recursos geotérmicos
potenciales.
Fuente: Wikimedia Commons (2011).
4. Consideraciones sociales a futuro
Desde antes de los desastres acontecidos en Fukushima existía una oposición pública a
la energía nuclear de parte de un importante porcentaje de la población, un ejemplo de
ello es la marcha llevada a cabo a inicios de 2008 por parte de la unión de consumidores
de Japón, en conjunto con 596 organizaciones y agrupaciones, en la cual se presentaron
al gobierno 800 mil firmas en contra de la planta nuclear reprocesadora de Rokkasho.
Pese a eventos como el anterior, no es hasta después de los incidentes de Fukushima
que las manifestaciones en contra de la energía nuclear se volvieron más masivas.
A mediados de abril del 2011 (a un mes del terremoto) se registró el movimiento de 17
000 personas en activas protestas en la capital del país. La totalidad de los manifestantes
hacían hincapié en los serios problemas de la energía nuclear que se habían manifestado
en el entonces reciente incidente en las centrales nucleares de Fukushima. En los meses
siguientes han continuado estas marchas, las cuales han sido apoyadas por empleados,
estudiantes, padres con niños, etc. Es importante resaltar la participación de agricultores y
pescadores japoneses en estas protestas, quienes en agosto de 2011 demandaban al
gobierno y a TEPCO una compensación económica por las fuertes pérdidas que sufrieron
luego del desastre nuclear de Fukushima. Hasta antes del fin de 2011 las protestas iban
enfocadas a que el gobierno completara su plan de apagar la totalidad de centrales
nucleares del país, así también demandaban que se concretara una política prioritaria del
gobierno que promoviera el desarrollo de las energía renovables. Reconocidas
personalidades japonesas como el Ryuichi Sakamoto y Kenzaburo Ōe se unieron a las
protestas. En tal sentido la activa participación popular influenció significativamente en las
decisiones políticas que tomaría el gobierno en los siguientes meses.
A un año del terremoto y tsunami, hubo una serie de protestas a lo largo del territorio
japonés. Los principales focos de estas protestas fueron: Tokyo, Koriyama, Shizuoka,
Tsuruga, Saga, Aomori, Hiroshima y Nagasaki. En mayo del 2012 se apagó en el país la
totalidad de fuentes nucleares, dejando a la nación libre de energía nuclear en dicho
periodo. A la par de ello, una encuesta llevada a cabo en junio de 2012 arrojó como
resultados que el 70% de la población deseaba la reducción o eliminación del uso de
energía nuclear, así también mostró que el 80% de la población se mostraba desconfiada
de la habilidad del gobierno para manejar los asuntos de seguridad y medio ambiente
relacionados con la industria nuclear. Un punto a considerar dentro de todo este contexto,
fue el reinicio de operaciones de los reactores 3 y 4 en la planta nuclear de Ōi en julio,
pese a las protestas llevadas a cabo decenas de miles de personas en Tokyo y Osaka.
Entonces el primero ministro Noda indicó que los estándares de vida actuales no podrían
mantenerse sin el uso de energía nuclear.
En julio de 2012 también se dio la hasta ahora mayor protesta antinuclear en Tokyo, es
significativa esta participación al mostrar un cambio en las actitudes generales de la
población japonesa, quienes en general no han querido involucrarse en protestas políticas
desde la década de los 60s. En septiembre de 2012, el peso de la población demandante
de una política de cero energía nuclear influyó en el dramático cambio de dirección en la
política energética del país, el cual fue anunciado por el primer ministro Yoshihiko Noda.
Esta nueva política anunciaba un país libre de energía nuclear en los años 30s, para ello
se anunciaba que no habría nuevas construcciones de centrales nuclear, que las actuales
tendrían un periodo de operación máximo de 40 años, y que cualquier planta nuclear que
reiniciara actividad debería cumplir con altos estándares de seguridad que serían
supervisados por una nueva autoridad regulatoria independiente. Estas disposiciones
requerirán una inversión de 500 miles de millones de dólares en los próximos 20 años, de
modo que se pueda extender el mayor uso de energía renovable: solar, eólica, etc.
El actual contexto social entorno a la estructura energética japonesa, gira en torno al
rechazo mayoritario del uso de la energía nuclear por parte de la población, y la propuesta
de su reemplazo a través de una mayor dependencia de las fuentes de energías
renovables. No se estima que esto varíe en el corto plazo debido al impacto psicológico y
social que significó para los japoneses el desastre acontecido en Fukushima, catalogado
como la peor catástrofe nuclear en el país desde la detonación de las bombas atómicas
en Hiroshima y Nagasaki. Actualmente el gobierno ha propuesto políticas acorde al
clamor popular, sin embargo situaciones como la de los 2 reactores operativos en Ōi
indican la importancia de las consideraciones económicas. El desarrollo futuro energético
japonés tendrá como eje el desarrollo de las fuentes renovables, no obstante la
reintroducción de la energía nuclear no puede ser descartada totalmente.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Se tiene la siguiente conclusión y recomendación general:
En base al trabajo es posible afirmar el terremoto, el tsunami y el desastre nuclear
en Fukushima acontecidos en 2011, han marcado un importante punto de quiebre
en la política energética japonesa, la cual ponía anteriormente un especial énfasis
al desarrollo de la energía nuclear como fuente energética limpia y segura para
satisfacer las necesidades del país en el futuro. Las medidas tomadas por Japón
para conseguir una estructura energética libre de la energía nuclear suponen
mantener una dependencia significativa en las fuentes tradicionales de energía
Dado este requerimiento el país ha puesto en marcha acuerdos que buscan
diversificar en lo posible sus fuentes de combustibles fósiles, principalmente en
relación al petróleo, al mismo tiempo existe en marcha una política de búsqueda
de nuevas fuentes de recursos, principalmente en los mares del país. A la par con
lo anterior, el desarrollo de las fuentes de energía renovable supone un punto vital
para poder reemplazar el déficit de energía nuclear. Es preciso señalar que Japón
se convertiría en un país pionero en este ámbito en el futuro, si desarrolla
adecuadamente la energía renovable (solar, eólica, geotérmica, etc.), ampliando
gradualmente la capacidad instalada de esta. Si bien estas medidas devolverán al
país la autosuficiencia energética perdida, también representan un costo necesario
en el que se debe incurrir y que tendrá importantes efectos en el corto y mediano
plazo. Dada esta situación, y pese a los descubrimientos de nuevas fuentes de
energía y al actual apoyo de la población para el abandono de la energía nuclear,
es preciso que el gobierno considere cada cierto tiempo la reintroducción de la
energía nuclear, si bien no en la amplitud anterior a los desastres de 2011.
Se tienen las siguientes conclusiones y recomendaciones específicas:
La dependencia del petróleo se redujo del 80% (antes de las crisis del petróleo) a
niveles por debajo del 50% en la actualidad. El Medio oriente provee niveles
cercanos al 90% del total de importaciones japonesas de petróleo, por ello Japón
ha intentado reducir su dependencia en dicha región, sin embargo el aumento del
consumo de petróleo en países como China e Indonesia (de los cuales Japón
importa) ha provocado en los últimos años un significativo decrecimiento de las
importaciones japonesas de esos países, con lo cual la dependencia japonesa en
el petróleo de Medio oriente viene en alza desde inicios de los 90s. La alternativa
elegida por Japón posterior al desastre nuclear de 2011 y que apunta a
reemplazar la energía nuclear por completo en el 2030, involucra que continúe
cierta dependencia en el petróleo (pese al apoyo a las energías renovables). En
relación a las importaciones de gas natural, estas constituyen una fuente de
energía significativamente más limpia y que cuenta con una mayor diversificación
en su procedencia, por dicha razón no se avizora una reducción de la utilización
del gas natural, sino se lo considera un principal referente junto con las energías
renovables para el reemplazo de la energía nuclear. Los recientes
descubrimientos de hidratos de metano pueden contribuir significativamente en el
futuro a reducir gradualmente la dependencia en estos combustibles fósiles,
principalmente para reducir las importaciones de otros países.
El terremoto de 2011 y el desastre nuclear acontecido en Fukushima como
consecuencia del primero han modificado seriamente el desarrollo de las políticas
energéticas del país. El principal impacto ha sido entorno a la energía nuclear, la
cual hasta un año antes de los eventos era considerada segura y limpia, por lo
cual se apoyaba su desarrollo como principal fuente energética en el futuro.
Posterior al desastre, la energía nuclear ha visto cesada su participación como
fuente energética en el país, planteándose actualmente su total abandono en los
años 2030s. En relación a las fuentes de energía tradicionales: petróleo, gas
natural licuado y carbón, se estima que la dependencia en estas continúe en el
futuro previsible, como medida para cubrir el cese de uso de energía nuclear. A lo
anterior se le puede añadir la contribución que hará la explotación de nuevas
fuentes energéticas descubiertas. En relación a las fuentes de energía renovables
estas se constituirán en un importante eje para el desarrollo energético y
económico del país, en un futuro escenario sin energía nuclear las fuentes
renovables deberán cubrir el 35% de la demanda energética del país. Posterior al
desastre se han venido desarrollando más proyectos para ampliar la capacidad
solar, eólica, geotérmica, etc. del país. Es importante precisar que las decisiones
políticas en torno al uso o no de energía nuclear en el futuro pueden variar
significativamente luego de las elecciones a suscitarse antes de fin de año
(especialmente si gana la oposición), pese a que la mayoría de la población se
muestra activamente en contra del desarrollo de las fuentes nucleares y a favor de
las energías renovables.
Es importante que Japón desarrolle la capacidad de sus fuentes de energía
renovable, tales como solar, eólica, geotérmica, de mareas, entre otras. Si bien
permanece incierto (pese a los actuales anuncios) el futuro del uso de la energía
nuclear, la población japonesa se muestra activamente en contra de la
reactivación de esta, situación que permanecerá al menos en el corto y mediano
plazo. Las fuentes de energía renovable representan una alternativa de desarrollo
políticamente viable, y que si bien acarreará elevados incrementos de costos,
supondrá también una mayor autosuficiencia energética para el país, en
reemplazo de los objetivos planteados anteriormente a la energía nuclear. Las
fuentes de energía tradicionales también deben continuar representando una
importante proporción para satisfacer la demanda energética en el futuro próximo,
Japón ya ha tomado medidas para diversificar mejor sus fuentes energéticas,
principalmente en relación al petróleo. Tanto para el petróleo como para el GNL el
país busca obtener mayores suministros a menores precios a través de nuevos
acuerdos entre países que podrían brindarle mayores cantidades de estos
combustibles fósiles en el futuro. Un punto que contribuye a atenuar la
dependencia en combustibles fósiles extranjeros en este panorama, es el futuro
aprovechamiento de nuevas fuentes de energía descubiertas, como en el caso de
los depósitos de hidratos de metano.
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