"SENATUS POPULUS QUE ROMANUS", Melo, 1936-1938. Avatares de un periódico ítalo-fascista en la...

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27 Las Migraciones al Cono Sur “SENATUS POPULUS QUE ROMANUS”, Melo, 9 1936–1 38. Avatares de un periódico ítalo-fascista en la frontera uruguayo-brasileña Juan Andrés Bresciano Universidad de la República 1. La prensa ítalo-fascista en el Uruguay En las primeras décadas del siglo xx, una parte significativa de los pequeños empresarios, comerciantes y profesionales italianos que Uruguay en consolidaron una pujante clase media, se consideraban herederos de Mazzini y de Garibaldi, y adherían a un liberalismo de corte clásico. Entre los sectores obreros y la pequeña burguesía, el anarquismo y el comunismo habían adquirido una influencia creciente, y algunos dirigentes locales de dichas filiaciones eran italianos o descendientes directos de ellos. Sin embargo, a comienzos de los años treinta, la situación nacional, regional y mundial experimentó cambios notab . les En marzo de 1933 el Presidente uruguayo Gabriel Terra disolvió el Parlamento e instauró una dictadura que demostraría notorias afinidades con la Italia de Mussolini. Para ese entonces, el Gobierno Provisorio de Getúlio Vargas estaba afianzado en Brasil desde 1930 y el General Agustín Pedro Justo, sucesor del dictador José Félix Uriburu, ya se había impuesto en Argentina en 1932.En Europa, el año 1933 upuso s el triunfo del nazismo en Alemania, y el nacimiento del III Reich. En tal contexto, la difusión del fascismo en la colectividad uruguaya encontró un clima propicio, aunque el peso de garibaldinos, anarquistas y comunistas no podría revertirse fácilmente. .

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Las Migraciones al Cono Sur

“SENATUS POPULUS QUE ROMANUS”, Melo, 91936–1 38. Avatares de un periódico ítalo-fascista

en la frontera uruguayo-brasileña

Juan Andrés BrescianoUniversidad de la República

1. La prensa ítalo-fascista en el Uruguay

En las primeras décadas del siglo xx , una parte significativa de

los pequeños empresarios, comer ciantes y profesionales italianos que Uruguay en consolidaron una pujante clase media, se

consideraban herederos de Mazzini y de Garibaldi, y adherían a un liberalismo de corte clásico. Entre los sectores obreros y la pequeña burguesía, el anarquismo y el comunismo ha bíanadquirido una influencia creciente, y algunos dirigentes locales de dichas filiaciones eran italianos o descendientes directos de ellos. Sin embargo, a comienzos de los años treinta, la situación nacio nal, regional y mundial experimentó cambios notab .les En marzo de 1933 el Presidente uruguayo Gabriel Terra disolvió el Parlamento e instauró una dictadura que demostraría notorias afinidades con la Italia de Mussolini. Paraese entonces, el Gobierno Provisorio de Getúlio Vargas estaba afianzado en Brasil desde 1930 y el General Agustín Pedro Justo, sucesor del dictador José Félix Uriburu, ya se había impuesto en

Argentina en 1932.E n Europa, el año 1933 upusos el triunfo del nazis

mo en Alemania, y el nacimiento del III Reich. En tal

contexto, la difusión del fascismo en la colectividad uruguaya encontró un clima propicio, aunque el peso de garibaldinos,anarquistas y comunistas no podría revertirse fácilmente.

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Desde que en 1932 el Conde Serafino Mazzolini asumió la Jefa-tura de Legación Italiana en el Uruguay, la fascistización de la colec-tividad ítalo-uruguaya fue orquestada de manera minuciosa por las autoridades diplomáticas que contaron con el respaldo de determi-nadas figuras y de ciertas organizaciones de la comunidad local.

La evidencia empírica demuestra que el fascismo se propagó de manera sistemática desde la Legación Italiana pero también de modo autónomo desde el interior de la colectividad. Prueba de ello lo nbrinda los periódicos ítalo-uruguayos que aparecieron entre 1922y 1944: todos ellos eran de ideología fascista o expresaban cierta afi-nidad con el gobierno de Mussolini.39 Cabe señalar, por otra parte, que las publicaciones antifascistas surgieron tardíamente, asociadas a una propaganda comunista disimulada. L os periódicos de oses se

años editaron mayoritariamente en Montevideo. Las excepciones las

constituyen, por una parte, Fascismo y Fiamma Italica, publicados en Salto —la segunda ciudad del país en población, en ese entonces— y por la otra, SENATUS POPULUS QUE ROMANUS [SPQR] apareci-do en la ciudad de Melo.

2. SPQR: del discurso a la acción

En el segundo lustro de la década del treinta, Melo —capital del Departamento de Cerro Largo— era una ciudad que posiblemente no superara los veinte mil habitantes, situada a sesenta kilómetros de la frontera con Brasil. Tenía en ese entonces, una pequeña colectivi-dad italiana nucleada en torno a la Casa d’Italia, institución en la que el doctor Zolessi y su familia ejercían una notable influencia. Ampa-rada por un contexto local y mundial favorable, y motivada por el desarrollo de la Segunda Guerra Ítalo-Etíope, la Casa d’Italia comen-zó a publicar un periódico —SPQR— que se convertiría en uno de los más emblemáticos para estudiar la divulgación del fascismo en el Uruguay. En su segundo número, aparecido en junio de 1936, este

39 El surgimiento espontáneo de buena parte de ellos queda demostrado por su corta vida y por sus variados perfiles: Corriere d’Italia: 31/01/1932–28/02/1935; Fascismo: 04/11/1933; Fiamma Italica: 15/12/1932-23/03/1933: Il Dopolavorista: 01-08/1934; Il Messagero d’Italia: 01/08/1930-30/09/1930; Il Piave: 04/11/1924-11/06/1925; Il Piccolo: 12/05-30/12/1926; Italia Nova: 01/04-22/07/1926; L’Era Nuova: 25/08-26/11/1925; L’Italiano: 12/05/1912-24/05/1940; La Verità: 19/07-30/08/1925; La Voce d’Italia: 01/09/1926-07/11/1926; Marcia su Roma: 1924-1926; SENATUS POPULUS QUE ROMANUS: 30/04/1936-15/08/1938.

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órgano de prensa definió los objetivos que orientarían su acción. En-tre ellos, hay cinco que se destacan particularmente:

1. Promover la unidad entre los italianos y los descendientes de italianos en el Departamento de Cerro Largo.

2. Estimular los sentimientos patrióticos hacia Italia y conciliar-los con los sentimientos de gratitud hacia el Uruguay.

3. Ofrecer asistencia material y moral a todos aquellos inte-grantes de la colectividad que la precisen.

4. Divulgar la lengua y la cultura italianas, a través del conoci-miento de su historia, su arte, su literatura y sus tradiciones nacionales.

5. Comprometer a los italianos y a sus descendientes a partici-par en todas estas tareas.40

El periódico aspira a alcanzar estos objetivos con absoluta pres-cindencia de intereses particulares y de compromisos ideológicos, apelando al interés general de la colectividad italiana y a su unidad, por encima de partidos políticos. Lo cierto es que todos los objetivos anteriores se subordinan a un proyecto: el de la Nueva Italia y el del régimen fascista que la gobierna. Es difícil determinar las razones de este compromiso implícito por parte de la dirección del perió-dico. Puede que se trate de una adhesión al fascismo desde el na-cionalismo oficialista de algunos profesionales italianos radicados en Melo, o puede que obedezca a un compromiso ideológico pleno con el régimen de Mussolini. En los hechos, el resultado es equivalente: italianidad y fascismo se asocian tan estrechamente que terminan identificándose. En junio de 1936, el proceso de organización institu-cional de la Casa d’Italia culmina con la aprobación de sus estatutos, en cuya redacción participan Mario Rossi, Juan M. Frascolla y S. Lavecchia.41 En estos estatutos, se evidencia el propósito de fascistizar la colectividad, que impulsado desde la Legación Italiano, encuentra eco en algunos sectores de la colectividad montevideana y se difunde, con eficacia, entre algunos representantes connotados de la comuni-dad italiana de Melo.

40 “A Nuestros Connacionales”, SPQR, 30/04/1936, nº 2, p. 4.

41 “Estatutos Sociales”, SPQR, 15/07/1936, nº 7, p. 4

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2.1. El discurso proselitista y sus tópicos

SPQR dedicó numerosos artículos a describir los rasgos y atribu-tos de los italianos como pueblo, en particular de aquellos que han partido de su tierra natal para “colonizar” otros mundos. De este modo, los italianos en el exterior —expresión que el fascismo utiliza para evitar el uso del vocablo “emigrante”— llevan por el mundo las características de su cultura y propagan los valores de su civilización. Se los compara a los antiguos colonos romanos, acompañados por los augures y los agrimensores, quienes reproducían la sagrada forma de la urbe romana en la colonia que fundaban. 42 Desde la perspectiva del periódico, nada simboliza mejor la unidad de los italianos que ci-vilizan el mundo, que los fascios lictorios: múltiples pero firmemente unidos. El universalismo de esta italianidad que se proyecta —en for-ma anacrónica, obviamente— a los tiempos antiguos, se encarna en diversos genios de la historia. César es el primero de ellos. Napoleón es el penúltimo (el último es el Duce). Napoleón, por haber nacido en Córcega, pertenece a la “raza italiana” y en él se aúnan la luci-dez de Maquiavelo y la creatividad de Dante.43 Entre los genios de la italianidad figura, inevitablemente Colón, cuya recordación permite conciliar tradiciones. Precisamente, la conmemoración de “El Día de la Raza” cada 12 de octubre, permite resaltar los aportes italianos a esa herencia hispánica del que la cultura uruguaya es tributaria. Esta celebración que, en algunos contextos, recibe el nombre de “El Día de la Hispanidad”, recuerda el arribo de Cristóbal Colón al conti-nente que el futuro recibiría el nombre de América. Se trata, desde la perspectiva del periódico, de una hazaña de la hispanidad que se transforma en una hazaña de la humanidad. Pero el protagonista de esa hazaña es un “italiano”. Por lo tanto, en los hechos, el mundo hispánico nace de una contribución de Italia, que se pr yectao

más allá de sí misma y alcanza una dimensión universal.44 SPQR nace en el contexto de la Segunda Guerra de Etiopía y el

desenlace —momentáneo— del conflicto influye notablemente en el discurso propagandístico que reproducen sus artículos. El triunfo

42 “Algunas características del Pueblo Italiano”, SPQR, 30/04/1938, nº 50, pp. 2–3.

43 “Algunas características del Pueblo Italiano”, SPQR, 30/04/1938, nº 50, pp. 2–3.

44 SPQR, 15/10/1937, nº 37, p. 2.

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de Italia —a pesar de la oposición de la Liga de las Naciones, lide-rada por Gran Bretaña— se convierte en la prueba de que el régimen fascista es avasallante y que ningún obstáculo se impone en el resurgimiento de la Tercera Roma. A la Roma de los Césares del mundo antiguo, a la Roma de los Papas de la Edad Media y el Rena-cimiento, se agrega la Roma moderna de Mussolini, que se impone sobre la perfidia de sus rivales, como surge de este poema de Alfredo Argüello, publicado por el periódico:

“El águila dormía su sueño de victoria; dormía, indiferente al marchar del mundo que la acechaba en las sombras.Mas de pronto, cual nuevo Mesías, un gallardo aguilucho le gritó: ‘’Madre, despierta, levántate, resurge fuerte y poderosa, sé lo que fuiste.’Y el águila escuchó; y al influjo de la voz poderosa del Conductor de Pueblos, se sintió fuerte, pujante, invencible.El hijo habló de nuevo: ‘Prepárate a luchar, que aún hay esclavos que libertar y aún hay espacio para tus legiones’.Y el mundo vio la resurrección del ave gigante que un día tendió sus alas vic-toriosas sobre sus montañas, sus valles, sus selvas y sus ríos.Se alzaron de las sombras la Calumnia, la Infamia y la Traición.El águila se trae el odio del cuervo miserable, incapaz de hacerle frente.Mas nada detuvo el vuelo triunfal del ave del César.Siguió, impasible, hasta el fin de su ruta: La Victoria.Y hoy, cubriendo, protectora, maternal, con sus alas fuertes a un pueblo liber-tado, espera impasible la actitud del cuervo ya que habituada a la Altura, no llegan a esta ella los graznidos del miserable, despreciable pajarraco negro.45

La contraposición entre al águila romana y el cuervo inglés, entre el ave majestuosa y el ave carroñera, simboliza la lucha entre dos cla-ses de poder: el poder de una civilización de conquistadores que re-surge con fuerza renovada y el poder de una sociedad de mercaderes que viven de la intriga y del saqueo. Por eso, la anexión de Etiopía se presenta, entonces, como una expresión de la “tradición civilizado-ra” de la Antigua Roma, que una vez más imprime su carácter a pue-blos que habitan más allá de sus fronteras. También se justifica con criterios imperialistas y colonialistas contemporáneos: la densidad de

45 “El Despertar del Águila”, SPQR, 30/06/1936, nº 6, p. 1.

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población italiana, la escasez de recursos, la necesidad de proveerse de materias primas, etc. Y se legitima, asimismo, con el ejemplo que brindan otros países europeos: Italia no hace nada diferente a lo que ha hecho Gran Bretaña, Francia, Holanda o Bélgica.46

La proclamación del Imperio, por otra parte, relaciona simbó-licamente tres instituciones que responden a realidad epocales y so-ciopolíticas diferentes: el régimen fascista, la monarquía italiana y el Imperio Romano. Mediante un acto que fusiona símbolos proceden-tes de pasados muy distintos, Vittorio Emanuele III, soberano de la casa real saboyana que unificó/creó Italia en el tercio central del si-glo XIX, recibe del Duce la corona imperial de Etiopía, fruto de una guerra colonial clásica, pero impulsada por un Nuevo Orden, que pretende ser el que regenere al Imperio Romano y a la civilización latina. La conquista colonial se presenta, entonces, como un triunfo de la civilización sobre la barbarie, de la racionalidad sobre la arbi-trariedad, en atención a una misión histórica que una Italia humani-tarista tiene con respecto a los etíopes oprimidos y empobrecidos por el gobierno tiránico del Negus. Con la anexión de Etiopía, una de las últimas regiones de África sometida a la barbarie y a la esclavitud es rescatada e incorpora al mundo civilizado y libre, gracias al fascis-mo.47 En una verdadera oda a la labor modernizadora y liberadora que supuestamente la colonización italiana lleva a Etiopía, SPQR reproduce el testimonio de un viajero italiano proveniente del África Oriental. En tránsito a Brasil, durante su paso por Melo transmite este relato:

“A casi dos años de terminada la conquista de Etiopía, la corporación ‘Ope-ra Nazionale Combattenti’ cuyos integrantes ncultiva el territorio de Olettaofrecieron a la población indígena, con la presencia del Virrey, Mariscal Gra-ziani, el aleccionador espectáculo de la recolección del trigo proveniente de la cosecha en esa localidad. [...]Junto a las trilladoras, prontas a entrar a funcionar, enormes parvas de trigo, sobre las cuales rígidos como centinelas del progreso, ex combatientes, en ca-misa negra y casco colonial, esperaban la señal para comenzar a echar en las fauces de las máquinas, las gavillas de rubio trigo.

46 “Italia necesita expansión colonial”, SPQR 30/04/1936, nº 2, p. 1.

47 “Vittorio Emanuele IIIo. Rex Italiae et Imperator Aethiopieae”, SPQR, 30/05/1936, nº 4, p. 1.

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Tal era el hermoso cuadro ofrecido a los atónitos ojos de los indígenas espec-tadores, realzado por un radiante sol y las incesantes aclamaciones al Rey Emperador, al Duce y al Mariscal Graziani y a Italia.De pronto el Virrey dio la señal de comenzar, y todas al mismo tiempo, las enormes máquinas comenzaron a funcionar, ante el gran asombro y estupe-facción de aquellas muchedumbres de indígenas, que jamás habían visto ni imaginado nada semejante. El tránsito del estado de barbarie al de civiliza-ción, es tan rápido y total, que en los indígenas, el asombro no deja lugar a la alegría.” 48

Reafirmando la idea de una Nueva Italia y de una Tercera Roma que conquistan para liberar y modernizar, desde las páginas de SPQR se entonan loas al fundador del Segundo Imperio Romano: el Duce Benito Mussolini. Se lo presenta como el César victorioso que luego de una guerra civilizadora contra los bárbaros, sienta las bases de una paz duradera. La nueva Pax Romana parece ser el estadio definitivo de la evolución de un régimen que parece haber alcanzado la cima que buscaba:

“[...] Y hoy, la Humanidad salvada de la tétrica hecatombe,vuelve sus miradas hacia el nuevo astro levantado en el horizonte, el nuevo Imperio Romano.Y hoy, la orgullosa Inglaterra da el ejemplo inicial y digno,de reconocer la supremacía civilizadora de la Italia Nueva,que levantando con puño firme el lábaro y los ‘haces’ romanos,se ha puesto al frente de la Humanidad,diciendo su Jefe y Fundador del nuevo Imperio Romano,parodiando al rey francés que dijo:‘seguid mi penacho blanco que os conduciré a la victoria’‘seguid nuestros ‘fasci’ que os han de conducir a días luminososy grandes, promisores de Paz Universal y Fraternal,disipados los negros nubarrones,que oscurecieron los horizontes del orbe,preñados de amenaza de barbarie y destrucción”.49

48 “Paz - Civilización - Trabajo”, SPQR, 15/08/1938, nº 56, p. 4.

49 “Roma. Año 753 A.J.C. Año 1938 E.C. Año XVI E.F.”, SPQR, 30/04/1938, nº 50, pp. 1–2.

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En estos versos que publica SPQR, no se avizora en lo más míni-mo la guerra mundial que se iniciaría un año y medio después, ni se anticipa la fragilidad de un Imperio y de un régimen que pretendían ser la fuerza histórica renovadora del siglo XX. Por el contrario, el periódico se concentra en denostar al antagonista del César victorio-so, al Negus derrotado, al caracterizarlo como un tirano desquiciado, comparable a Nerón. Al igual que este último incendió Roma, según el periódico el emperador etíope ordenó el saqueo de Addis Abeba, así como el robo de los bienes de los europeos residentes en la ciudad. Se equipara, entonces, a Haile Selassie con Nerón, y se denuncia al Capitán Anthony Eden, Ministro de Relaciones Exteriores del Reino Unido, como a un instigador que actúa en las sombras.50 De hecho, SPQR ironiza al respecto, afirmando que Eden lo esconde en su casa de Londres. La presentación del León de Judá —título ceremonial del Negus— como la de un bárbaro cobarde amparado por un britá-nico pérfido, sintetiza el argumento propagandístico que el fascismo difunde por el mundo y que el período ítalo-uruguayo reproduce lo-calmente, con diversos toques de ironía.51

2.2. La acción proselitista y sus modalidades

SPQR no solo transmite un discurso que busca resignificar la identidad ítalo-uruguaya desde una perspectiva fascista, sino que lo pone en práctica al convocar a la realización de cierta clases de acti-vidades y al ofrecer una crónica idealizada de todas ellas, que motiva a los lectores a sumarse a un esfuerzo común. La acción proselitista se revela en al menos cuatro instancias: los festejos de aniversarios históricos, la organización de eventos culturales, la promoción de ac-tos benéficos, y el respaldo a los voluntarios uruguayos participaron que en la Guerra de Etiopía.

2.2.1. Las efemérides patrióticas

El ciclo anual de las conmemoraciones ítalo-uruguayas se inicia el 21 de abril, con la celebración de la fecha en que se fundó Roma,

50 “¡Bárbaro y cobarde!”, SPQR, 30/05/1936, nº 4, p. 3.

51 “¿Dónde está el León de Judá?”, SPQR, 30/04/1936, nº 2, p. 4.

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según la tradición prevaleciente en ese entonces. SPQR se hace eco de todos los detalles de la ceremonia. De hecho, desde sus páginas promueve la compra de banderas italianas y uruguayas, confecciona-das en la Casa d’Italia con autorización del gobierno nacional, para que los italianos residentes y los simpatizantes locales puedan izar ambas banderas en sus casas. Inclusive, se organiza una comisión encargada de distribuirlas, una vez recibidos los pedidos.52

En lo que respecta a los festejos de la fundación de Roma, co-menta SPQR que la celebración comienza con la ejecución del Him-no Nacional uruguayo y de la Marcha Real Italiana. El Presidente de la Casa d’Italia de Melo Francisco P. Zolessi, abre, luego, la parte oratoria recordando a los italianos presentes los deberes que tienen con respecto a su patria de origen. Posteriormente, lee un discurso en que pondera el papel que Roma ha tenido en la Historia de la Hu-manidad, durante la Antigüedad, la Edad Media, Renacimiento, el Resurgimiento y el presente, el de la Nueva Italia. Resulta de interés señalar la presencia, en este acto, del Cónsul en Melo de la Repúbli-ca del Brasil, Blas da Silva Abreu, a quien Zolessi le solicitó hacer uso de la palabra. En su discurso, se ponderan, precisamente, los lazos que unen a Brasil e Italia, en un contexto en que las afinidades ideológicas aproximan a los regímenes de Benito Mussolini, Getúlio Vargas y Gabriel Terra.53

Con igual solemnidad se conmemora el aniversario de la partici-pación de Italia en la Primera Guerra Mundial. De hecho, el artículo del SPQR que anuncia el evento celebratorio se titula “De triunfo en triunfo”, al relacionar la victoria de Italia en ese conflicto y la victoria de Italia en la Guerra de Etiopía. La conmemoración comienza tem-prano en la mañana, con un reparto gratuito de comestibles, tarea asumida por las damas de la colectividad. Luego se ejecutan los him-nos nacionales de Italia y Uruguay, seguidos de una parte oratoria, en la que participan integrantes del Directorio de la Casa d’Italia en Melo, así como representantes de los descendientes de italianos en la ciudad. En uno de los momentos de mayor simbolismo, Zolessi

52 “Aviso importante”, SPQR, 30/04/1936, nº 2, p. 4.

53 “En ‘La Casa d’Italia de Melo´”, SPQR, 30/04/1936, nº 2, p. 2.

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entrega anillos de acero a un matrimonio que donó sus anillos de oro para contribuir a financiar el esfuerzo bélico italiano en África Oriental. La ceremonia culmina con algunas piezas musicales, inter-pretadas al son de la guitarra.54

El ciclo de fiestas patrióticas se cierra con otras dos celebraciones: la de la batalla de Vittorio Veneto (4 de noviembre), decisiva en el desenlace de la Primera Guerra Mundial, y la del natalicio del rey Vittorio Emanuele III (11 de noviembre). Ambos eventos suelen con-memorase de manera conjunta. En los festejos de 1937, el acto que los evoca a ambos finaliza con un baile a cargo de la orquesta social de la institución, en el que participan los jóvenes de la

colectividad.55

La crónica pormenorizada de estos festejos durante los años en quese publica SPQR, revela el significado que la Casa d’Italia le otorga-ba a la hora de congregar a la colectividad para demostrar su respal-do a un régimen, mediante la recordación de eventos históricos que lo anteceden y que lo trascienden. En este sentido, el periódico no solo testimonia, sino que además convoca, mediante su relato, a la participación, y en buena medida, genera la ilusión de una unanimi-dad y una aceptación que en poco tiempo se diluiría.

2.2.2. Los eventos culturales

Los Estatutos Sociales de la 'd Italia Casa comprometen a la ins-titución al desarrollo regular de actividades culturales. SPQR suele realizar una crónica pormenorizada de algunas de ellas, en especial, las literarias y las musicales.

Con respecto a las primeras, cabría mencionarse muy especial-mente la visita del doctor Pietro Turi. Se trata de un médico italiano que reside en Cruz Alta, ciudad brasileña del Estado de Río Grande do Sul. Este profesional de la Medicina se dedica, en sus tiempos li-bres, a la composición literaria de carácter patriótico. A la ciudad de Melo lo unen motivos familiares, ya que tiene parientes que residen en ella. También existe estrecho vínculon u de amistad que lo une al Presidente de la Casa d’Italia, su colega el doctor Zolessi, así como al

54 “De triunfo en triunfo”, SPQR, 30/05/1936, nº 4, p. 4.

55 “El Festival del 11”, SPQR, 15/11/1937, nº 39, p. 3.

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agente consultar italiano, Mario Rossi y al secretario del Fascio local, el señor Gambi. En diciembre de 1937 visita finalmente la ciudad, y en su honor se celebra un acto en el que Turi recita algunos de sus poemas. 56 En el discurso inicial, recuerda que en Melo murió Fruc-tuoso Rivera, primer presidente uruguayo y “amigo” de Giuseppe Garibaldi. La evocación de ambos supone una conjunción de pasa-dos nacionales que se entrelazan en la identidad ítalo-uruguaya. La simbolización de la unidad no se limita, sin embargo, a evocar figu-ras del pasado. En sus poemas, Turi vincula el pasado y el presente, enlazando lo que él considera dos hazañas: la de los camisas rojas de Garibaldi y los camisas negras de Mussolini. La fascistización del garibaldinismo se hace patente en su texto literario L’Epopea Gari-baldina, mientras que el vínculo entre esta última y el Régimen que instaura Mussolini se explicita en el poema La Marcia di Roma57. De la conjunción de ambas epopeyas emergen la Tercera Roma y la Nueva Italia 58, verdaderas expresiones de la renovación de la civilización latina. En esta integración de pasados que legitiman, en el presente, las aspiraciones de un régimen, se confunden la Roma antigua y su Imperio, el Risorgimento y la Italia de la unificación, y el Fascismo y

la Nueva Italia. Por eso, no sorprende que en los meses siguientes a esta visita, SPQR publique otros poemas del médico ítalo-brasileño que desarrollan una lectura fascistizante del Risorgimento, como lo demuestra el poema que Turi le dedica a Giuseppe Mazzini. 59

Las actividades musicales también concitaban el interés de la Casa d’Italia, como forma de gravitar culturalmente sobre la colecti-vidad local. Para ilustrar las características de esas actividades, podría citarse el evento realizado el 2 de julio de 1938, en el que participó un acordeonista chileno, Salvador Magallanes, cuyas presentacio-nes regulares en CX 46 Radio América (Argentina) y en Radio El Mundo (Uruguay) SPQR menciona a modo de antecedentes. En el salón de actos de la Casi d’Italia de Melo, con su acordeón piano de fabricación italiana el artista chileno interpretó “marchas y milongas

56 “El Doctor Pedro Turi”, SPQR, 15/12/1937, nº 41, pp. 1–2.

57 “La Marcia di Roma. Pietro Turi, Cruz Alta, 7 de noviembre de 1933”, SPQR, 15/12/ 1937, nº 41, pp. 2–4.

58 “Primavera Italica. Pietro Turi, Cruz Alta, 27/VII/1926”, SPQR, 01/1938, nº 43, p. 1.

59 “Mazzini. Cruz Alta, 2 de febrero de 1926”, SPQR, 15/07/1938, nº 4, p. 3.

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uruguayas, marchas y canciones italianas, tangos, rancherasy polkas ar agentin s, canciones chilenas, canciones mexicanas, paso-dobles españoles y Fox Trotx americano, además de composiciones musicales propias”.60 La combinación de estas formas musicales en un mismo programa, pone de manifiesto la apertura cultural de esta clase de eventos, que lejos de limitarse a reproducir un repertorio musical predecible, vinculado con la cultura italiana, parece querer abarcar todas las variantes estilísticas del Viejo y del Nuevo Mundo.

2.2.3. Los emprendimientos benéficos

Emulando las actividades “asistenciales” que realiza la Legación Italiana en Montevideo, en particular, las que impulsa el Conde Se-rafino Mazzolini, las autoridades de la Casa d’Italia de Melo organi-

nza repartos de comestibles a través de una comisión de damas, casi siempre esposas e hijas de los integrantes del Directorio. Esta clase de actividades están contempladas en el Programa de Acción de esta entidad, pero suele desarrollarse como un complemento a las conme-moraciones patrióticas. De hecho, se planifica una actividad benéfica específica en junio de 1936, con motivo de realizarse un homenaje a la promulgación del Estatuto Albertino, considerado la constitución del Reino de Italia. 61

En algunos casos, las actividades benéficas demandan el com-promiso de los integrantes de la colectividad con una causa que se presenta como humanitaria y desinteresada, pero que, en realidad, supone un respaldo implícito al régimen fascista. En 1938 la Cruz Roja Italiana edita un calendario artístico mural, así como la Agenda da Tavolo, que en sus cuatrocientas páginas contiene información va-riada sobre Italia, así como secciones de interés general, y un alma-naque para los años 1938–1939. La Casa d’Italia de Melo promueve la venta del calendario y de la agenda, apelando a tres razones: sen-timientos de patriotismo, sentimientos de italianidad, y sentimientos de humanitarismo. Entiende que se debe contribuir —por encima de las diferencias ideológicas— con la Cruz Roja Italiana, por la labor

60 “Próximo Concierto de Música Típica”, SPQR, 30/06/1938, nº 53, p. 3

61 “Nuevo reparto de comestibles”, SPQR, 13/06/1936, nº 5, p. 4.

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caritativa que desarrolla, y que es un deber moral de la colectivi-dad ítalo-uruguaya adquirir sus publicaciones. En cualquier caso, el humanitarismo se instrumentaliza, al igual que los sentimientos de italianidad, para colaborar con una institución que en ese entonces se hallaba bajo el control del régimen fascista.62

2.2.4. La proyección de las instituciones fascistas

La difusión del fascismo en el seno de la colectividad ítalo-uru-guaya no constituye solo la proyección de una ideología política, sino de una cultura totalitaria que pretende organizar todos los aspectos de la vida social, a través de instituciones específicas. En tal sentido, puede hablarse de un intento de fascistización de la colectividad, en la medida en que aquellos que comulgan con la Nueva Italia, repro-ducen, en su existencia cotidiana, la forma de vida que impera en la Península, incorporándose a organizaciones que regulan todas sus actividades, desde las políticas, propiamente dichas, hasta las recreati-vas. De hecho, entidades como la Opera Nazionale Dopo Lavoro gravitan en la colectividad durante el segundo lustro de la década del trein-ta. No sólo se formaliza su presencia, sino que surgen publicaciones que anuncian sus actividades, como Il Dopolavorista, en Montevideo. Este influjo, sin embargo, no se limita a la capital uruguaya, sino que arriba a Melo. En julio de 1936, SPQR informa a sus lectores que el Directorio de la ‘Casa d’Italia’ de dicha ciudad, decidió incorporar la institución del Dopo Lavoro, para sumar nuevas adhesiones en la comunidad local, y profundizar el compromiso de los simpatizantes locales con la labor que impulsa Zolessi y sus allegados.63

2.2.5. La Guerra de Etiopía

Las acciones proselitistas de SPQR llegan a su paroxismo con su peculiar contribución a la causa de la Guerra de Etiopía. En febrero de 1936, la “Casa d’Italia de Melo” remite al Comando Italiano en el frente etíope, yerba mate, mates y bombillas para la voluntarios uruguayos. El envío de los insumos y los implementos para el consu-

62 “Croce Rosa Italiana”, SPQR, 15/09/1937, nº 5, p. 4.

63 “Il Dopo Lavoro”, SPQR, 15/07/1936, nº 7, p. 4.

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Dante Turcatti

mo de esta bebida tan tradicional, constituye un símbolo de la iden-tidad ítalo-uruguaya. Este hábito, que los descendientes de italianos adoptan de la cultura uruguaya, les recuerda su doble pertenencia, al combatir en nombre de la patria de sus ancestros en el continente africano. Consustanciados con la ideología del Nuevo Orden, estos combatientes afirman su italianidad a partir de una adhesión incon-dicional al fascismo, que los lleva a luchar en tierras extrañas. Y en ese contexto, reafirman su uruguayidad mediante el consumo de una infusión que les recuerda la patria en la que han nacido o que los ha acogido. El envío de este cargamento, por otra parte, establece una conexión entre una pequeña colectividad italiana en la frontera uruguayo-brasileña, una guerra que no los involucra directamente, ya que se desarrolla a miles de kilómetros, en el África Oriental, y los voluntarios ítalo-uruguayos que decidieron involucrarse en ella por convicciones ideológicas y por reafirmación nacionalista. Este envío recibe respuesta, por parte de las autoridades italianas en el frente:

“221 Legiones ‘Fasci all’estero’Il ComandanteSomalia Italiana 5 Aprile 1935-XV.È qui giunto un sacco di erba mate, donato dagli ‹Amici d›Italia› di Melo. Ho consegnato il gratidissimo dono, ai volontari provenienti dall’Uruguay, che mi pregano di sprimere il loro vivo e sentito ringraziamento.Firmado: Prarini, Il Comandante.”“Agli ‘Amici d’Italia’Melo Uruguay64

3. Conclusión

Para el comienzo de su tercer año de vida, SPQR exhibía un op-timismo desbordante. Consustanciado con la romanización fascista, saludaba a sus lectores con el clásico SALVE. Imaginaba, en abril de 1938, un futuro de prosperidad, basado en un orgullo manifiesto por una Italia que había encontrado su “lugar bajo Sol”. Nada parecía

64 “Grata Misiva”, SPQR, 30/05/1936, nº 4, p. 1.

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Las Migraciones al Cono Sur

anticipar que en apenas dos años, ese porvenir de supuesta paz y de prosperidad de la Nueva Italia sería sustituido por las penurias de una guerra mundial. Tampoco parecía haber indicios, en ese enton-ces, de que el flamante Imperio creado por el fascismo, colapsaría en 1941, que el propio régimen se derrumbaría en 1943, que el Duce moriría a manos de los partisanos en 1945, y que la República se impondría en 1946, poniendo fin al reinado de la Casa de Saboya.65

En síntesis, el periódico tenía sus días contados, al igual que el Nuevo Orden con el que se identificaba. Su corta existencia, sin embargo, ofrece un testimonio valioso del modo en que los debates ideológicos y los conflictos político-militares que dividieron al mun-do en los años treinta y cuarenta del siglo pasado, encontraron un espejo local en el que reflejarse, con la luz peculiar de la frontera uruguayo-brasileña.

65 “Nuestro nuevo aniversario”, SPQR, 30/04/1938, nº 50, p. 1.