Re-pensando el Desarrollo Turístico, la Globalización, y la Identidad: Perspectivas...
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Pontlflcla Unlversldad Catdllca del PerdDepartamento de Humanidades
Centro de Investigaci6n en Geograffa Aplicada
ESPACIO Y DESARROLLO
Revista del Centro de Investigaci6n en Geografia Aplicada
N'15
Director: Dr.HildegardoC6rdovaAguilar
ComitC
Ejecutivo: Dra. Nicole Bernex de Falen, PUCPDr. Eugenio Garcfa Zarza, Universidad de Salamanca, Espafra
Ing. Zaniel Novoa Goicochea, PUCP
Dr. Daniel W. Gade, University of Vermont, EE.UU
Edltor: Dr. HildcgardoCdrdovaAguilar
Eryaoh y Dtunpllo rc publica una vez al aflo.
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ESPACIO Y DESARROLLO
N,u l5 2003
CONTENIDO
AETICULOS.
ftflfmO cultural: lRecurso o politica? La construcci6n de <est6ticas ex6ticas>
tmtO I <ostdticas del conflicto> en Argentina y la ciudad de Buenos Aires
Udnlea Eeatrlz Lacarrieu
kpfn;rndo al desarrollo turistico, la globalizaci6n y la identidad: perspecti-
fii lflo.antillanas sobre el turismo alternativo en Panam6
€erle Guerrdn Montero
[BlCOoturirmo como fuente de desarrollo sustentable? Un an6lisis critico a
Ifth dg casos andinos y centroamericanos
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!*{rmo en ol valle del Colca y sus impactos en el desarrollo
HlHqardo Cdrdova Agailar
roetcnible y turismo en Ecuador
Tbtesa Garcia Casado y Maria Teresa Palacios Estremera
rural o desenvolvimento sustentable: duas experiencias brasileiras
Andclo Almeida y Marcelino de Souza
doclsioncs para favorecer la cultura del ocio y el turismo en Mar del
Zuppa
como promotor del desarrollo econ6mico local: el inter6s econ6-
frints a la sostenibilidad
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ESPACTO Y DESARROLLO, N." 15, 2003
REPENSANDO EL DESARROLLO TUNISTTCO, LA GLOBALIZACION YLAIDENTIDAD: PERSPECTIVAS AFRO.A}6i;ANAS SOBRE EL TURISMOAUTERNATIVO EN PANEUA
Carla Gueniln Montero'
' Profesoraasistente,DeoaB- r o, o""".i Lo'iiil',1&1n"'ento
de sociologia, 3333 Regis Boulevard, Regis Universiry. 66digo po.rrtreo electr6nico: <[email protected]>.
RESUMEN
A trav6s de su historia como naci6n, Panam6 ha destacado sus raices hispanas. Altransformarse en un estado postcolonial, Panam6 explota su multiculturalismo con el finde atraer turistas. En este contexto, los afro-antillanos en el archipi6lago de Bocas delToro est6n desarrollando identidades raciales y de g6nero para consumo turistico comorespuesta a la limitada promoci6n turistica estatal y en brisqueda de una politica culturalmiis compleja. El turismo ha permitido que los afro-antillanos aspiren a insertarse en elestado-naci6n panameflo. Al mismo tiempo, las identidades afro-antillanas sontransnacionales: africanas, c4ribeflasypanamefras. Estas constucciones son contradictorias,ya que se insertan en una definici6n simuldnea de naci6n y de di6spora. En este articulo,se exploran estas complejidades y sus origenes: nacionalismo, migraci6n regional ytrasatl6ntica, y turismo. Su conclusi6n es que el proceso de globalizaci6n en este contextono resulta en la homogenizaci6n sino en laproliferaci6n de diferencias.
Palabras clave: Afro-Latinoam6rica, identidad 6tnica, nacionalismo, turismo
ABSTRACT
Throughout its history as a nation, Panama has emphasized its Spanish roots. As it becomesa postcolonial state, Panama now exploits its multiculturalism for the purpose of attractingtourists. In this context, Afro-Antilleans in the Archipelago of Bocas del Toro are developinggendered and racialized identities for tourist consumption, in response to the state's tourismpromotion and in pursuit of a more complex cultural politics. Tourism provides an occasionforAfro-Antilleans to reposition themselves within the Panamanian nation. At the sametime, Afro-Antillean identities are transnational: African , Canbbean and Panamanian. Theseconstructions are contradictory, at once national and diasporic. The article explores thesecomplexities and their complex origins: nationalism, regional and trans-Atlantic migration,and tourism. It concludes that so-called globalization, in this setting, results in a proliferationof conflicting differences rather than in homogenization.
Keywords: Afro-LatinAmerica, ethnic identity, nationalism/transnationalism, tourism
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INTRODUCCION
El t6rmino <globalizaci6n>> se refiere frecuentemente a las fuerzas homogeneizadoras de
la industria turistica internacional y a la circulaci6n mundial del capital. Se ha prestado
muy poca atenci6n a las tendencias contrapuestas que enfatizan particularismos resurgentes
o completamente nuevos y a sus relaciones con estas fuerzas homogeneizadoras. El turismoes, sin duda, una de las manifestaciones m5s claras de la tendencia mundial a los viajes y a
los desplazamientos producto de la globalizaci6n. Dos corrientes caracterizan a lasperspectivas recientes sobre el turismo en las ciencias sociales: una corriente <tradicional>,en la que los cientificos sociales han enfatizado los efectos negativos del turismo (Bonifacey Fowler 1993); y una nueva perspectiva, que se centra en la deconstrucci6n de la relaci6nturista/hu6sped y, de forma m6s general, en la reconceptualizaci6n del turismo como unproceso que produce resultados culturales y no solo econ6micos. Autores como Abram e,a/. (1997), Nash (1997), Chambers (1997),y Clitrord (1992) aftmanque es importante irmris all6 de la idea de que el turismo produce un efecto negativo en la poblaci6n local yque es un proceso fundamentalmente econ6mico hacia una perspectiva interactiva que
tome en cuenta los encuentros entre turistas y locales, y la producci6n politica y culturalque se relaciona con estos encuentros.
En este articulo, discutir6 la politica cultural de turismo en el archipi6lago de Bocasdel Toro, un destino turistico fundamental en Panam6. Cenho mi an6lisis en la informaci6nrecolectada durante mi investigaci6n en el archipi6lago desde 1997. t Discuto las pr6cticas
materiales y discursivas que los afro-antillanos utilizan para afirmar y resaltar sus identidadesen una sociedad marcada por el desarrollo turistico. Uno de los principales argumentos de
este articulo es gue los afro-antillanos en el archipi6lago est6n desarrollando identidadesraciales y de g6nero para el consumo de los turistas como respuesta a politicas de Estadorigidas y en oposici6n a otros grupos 6tnicos que habitan en la regi6n. Las identidades que
resultan de estas interacciones son destacadas a trav6s de <mercancias 6tnicas> como lamrisica y la cocina en (zonas de contacto>r.2
El archipi6lago de Bocas del Toro se encuentra localizado en la costa noroccidental de
Panam6, en la frontera con Costa Rica (ver mapa n.o l). Tiene aproximadamente 18.000
habitantes distnlbuidos en nueve islas habitadas. La poblaci6n est6 compuesta de afro-antillanos, chino-panamefios, grupos indigenas (especialmente Ng6be), latinos panameflosy extranjeros residentes, especialmente de Europa y Am6rica del Norte. Al igual que otrospaises centroamericanos como Nicaragua y Honduras, la costa caribefla de Panam6
experiment6 una doble colonizaci6q espaflola y brit6nica, a partir del siglo XVI. Crist6balCol6n fue el primer europeo en llegar al archipi6lago el 6 de octubre de 1502, durante su
cuarto viaje a Am6rica. Bocas del Toro no fue un lugar de inter6s para los espafioles hasta
el siglo XVI[, y ello hizo posible que los colonizadores ingleses se establecieran en la
I La informaci6n de este articulo fue recogida durante 20 meses de investigaci6n ( I 997-2000) en el archipi6lagode Bocas del Toro y Ciudad de Paname como parte de mi disertaci6n doctoral.2 Tomo este concepto de Pratt (1992) y defino a las <<zonas de contacto> como <<1a co-presencia espacial ytemporal de sujetos previamente separados por disyuntivas geognificas e hist6ricas, y cuyas trayectorias ahorase encuentran en una intersecci6n>> (1992:7).
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MAPA N.O 1: LA REPUBLICA DE PANAMA
regi6n a principios del siglo XIX. Despu6s de que Panam6 se independiz6 de Colombia en
1903, Bocas del Toro fue declarada la primera provincia de la nueva repriblica.
Afro-antillanos en Bocas del Toro
Los afro-antillanos en Bocas del Toro son descendientes de esclavos negros de las AntillasBritinicas. La mayoria habla una variante local de ingl6s criollo conocida como wari-wari(Aceto 1996:2), 'ademiis del espaflol. Los primeros afro-antillanos llegaron a Bocas aprincipios del siglo XIX como esclavos de familias inglesas, escocesas e irlandesasprovenientes de Jamaica y Barbados. Se produjeron migraciones de afro-antillanos a Bocasdespu6s de la construcci6n del ferrocarril de Panam6 en 1855 (1850-1855), durante losesfuerzos de los franceses por construir el Canal de Panam6 desde 1880 a 1890 y despu6s
de la construcci6n del Canal por los norteamericanos en 1914. Otros afro-antillanos llegarona Bocas directamente desde las Antillas para trabajar en las plantaciones de banano de laUnited Fruit Company (UFC) (Diez Castillo l98l: 70 y Lowe 1975: 15)
Despu6s de la abolici6n de la esclavitud en Panam6 en 1852, los afro-antillanos formaronsociedades de campesinos independientes. Su sistema econ6mico estaba basado en laagricultura y pesca de subsistencia. A la llegada de la UFC en 1899, la regi6n se convirti6en una de las plantaciones de banano m6s productivas de Latinoamdrica. Esta situaci6nhansform6 a Bocas del Toro en uno de los productores de capital m6s importantes de la
fAflrtco
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naci6n (Stephens 1987:4-l4y 1997:4).Lacapital de la provincia, Bocas Town, lleg6 a ser
una ciudad activa y pr6spera. Sin embargo, esta prosperidad era sumamente fr6gil porquela poblaci6n se encontraba en casi total dependencia de la Compafiia (Ja6n Surirez 1998:
308). En 1906, el hongo conocido como <<enfermedad de Panamb> afect6 a las plantaciones
de banano de la regi6n. Por esta raz6n,laCompafiia moviliz6 sus oficinas desde Bocas a
Almirante en 1908, y eso provoc6 la decadencia gradual del archipi6lago. Sin embargo,
algunas familias afro-antillanas se beneficiaron de este traslado, ya que al movilizarse las
plantaciones de banano a tierra firme durante los aflos 20 y 30,la Compaffia vendi6 sus
tierras a precios accesibles a familias antillanas. Esta situaci6n gener6 un fen6menosumamente particular de la costa atl6ntica de Centroam6rica, ya que familias negras llegaron
a formar parte de la clase media rural. Este escenario <<difiere marcadamente de la de otros
trabajadores negros de Latinoam6ricu (Andrews 1997: l7).3
Desde los afios 40 hasta comienzos de los 90, la vida en el archipi6lago se caracteriz6 por
una economia lenta e inactiva, basada sobre todo en la producci6n muy limitada de la UFC,en la agricultura y pesca artesanal y en trabajos burocr6ticos. Bocas del Toro se convirti6 en
la <<zona de castigo>> para los bur6cratas de ohas provincias. Sin embargo, a pesar de estas
vidas sumamente locales, los afro-antillanos en el archipi6lago siempre se han caracteizadopor ser cosmopolitas e internacionales. Tienen como punto de referencia no solo a Ciudadde Panam6 y Col6n (las dos ciudades de mayorpoblaci6n afro-antillana, ademis de Bocas,
en el pais) sino, tambi6n, a la regi6n caribefla: la costa atlintica de Costa Rica, las Antillas ylos Estados Unidos. De hecho, los afro-antillanos han sido tradicionalmente una poblaci6nmigratoria y m6vil por la brisqueda de mejores condiciones de vida y posici6n social. Por
tanto, la condici6n del archipi6lago de Bocas como una (€ona de contacto> no es una situaci6nnueva sino el tiltimo capitulo en una historia de migraci6n e interculturalidad constantes. Losafro-antillanos en Bocas han sido productos hibridos, expuestos a migraciones por cientos
de aflos antes de la llegada del turismo a la regi6n.
Turismo en Panamd
El turismo en el archipidlago no puede ser comprendido sin colocarlo en el contexto de laindustria turistica en Panam6. Solo,en aflos recientes Panam6 se ha convertido en una
atracci6n turistica en el 6mbito nacional e internacional. Hist6ricamente, este pais no ha
sido un destino turistico popular, a excepci6n del Canal de Panam6 en Ciudad de Panam6,
la Zona Franca en la ciudad de Col6n y la Comarca de San Blas o Kuna Yala. Las
administraciones de Guillermo Endara (1990-1994) y Ernesto P6rez Balladares (1994-
1999) trataron de hacer del turismo una de las industrias m6s importantes del pais. Una de
las principales razones para este cambio fue el retomo del Canal de PanamS a manospanameflas (hecho que se produjo el 3l de diciembre de 1999), ya que el cierre de las
bases militares estadounidenses y la partida del personal civil y militar implico una reducci6nde las entradas econ6micas de la naci6n.
El presidente Endara declar6 al turismo como unaprioridad nacional que contribuiriaal desarrollo econ6mico del pais. En 1993, IPAT firm6 un acuerdo t6cnico de 658 millones
3 Esta y otras traducciones del ingl6s al espafrol son mi responsabilidad.
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de d6lares con el Departamento de Desarrollo Regional y Medio Ambiente de laOrganizaci6n de Estados Americanos (OEA) para formular un Plan Maestro de DesarrolloTuristico (PMDT). Este plan debia proveer un marco para el crecimiento futuro de laindustria (Anicetti 1998a: 70). EL PMDT dividi6 aPanami en nueve zonas turisticas(International Technical Cooperation Agreement I 993 : 36).
El 14 de Junio de 1994, el gobierno del presidente Pdrez Balladares instituy6 la ley 8,
en la cual se garantizalapromoci6n de las actividades turisticas en la Repriblica de Panam6.
Esta ley establece, adem6s, incentivos de impuestos especiales para la indushia del turismo(Anicetti 1998b: 7?).Lameta de la administraci6n de Balladares era la de transformar a
Panam6 en un pais orientado hacia el turismo, enfoc6ndose en dos tipos especificos de
turismo alternativo: el turismo de patrimonio y el ecoturismo (P5rez Balladares 1998: 4).
Este 6nfasis en el turismo de patrimonio ha motivado cambios fundamentales en las politicasculturales nacionales. En el pasado, los gobiemos panamefios han adoptado una imagen
latina de esta naci6n, con cierto nivel de aceptaci6n de los gupos indigenas Kuna, quienes,
adem6s de haber luchado y conseguido su autonomia en 1925, han sido comercializadoscomo el grupo <ex6tico>> de Panam6. En la actualidad, Panam5 se promueve como unlugar ideal para el ecoturismo pero, tambi6n, como un lugar de diversidad 6brica y mestizaje.
Esta diversidad precede al turismo, pero es adem6s reconskuida en el contexto del turismo.
Como resultado de estos esfuerzos concertados, la industria del turismo ha crecidoconsiderablemente. Para 1998, con una inversi6n en infraestructura de 200 millones de
d6lares, el turismo fue el tercer contribuyente mis importante al producto interno brutode Panam6 (Guill6n 2000: 2A).
Turismo en Bocas del Toro
A partir de los aflos 40, Bocas del Toro se convirti6 en ((una rosa que cay6 del ramo de
rosas)) de las provincias panameflas (enhevista M. F., 7 de septiembre de 1998; cf.Zetner1962: 24). Bocas ha sido una provincia ignorada, en parte debido a su composici6n racial.Los grupos dtnicos hist6ricamente marginados en el pais han poblado la provincia: grupos
indigenas -e\60%o
de la poblaci6n de la provincia est6 compuesta por indigenas ng6be,
teribe y bri-bri (Heckadon Moreno 1993: 6)-, asi como afro-antillanos. Como me dijoun hombre afro-antillano, <<hemos sido una provincia aislada por muchos aflos, porque
nuestra provincia est6 formada de las personas m6s desafortunadas: indios, negros-afro-caribeflos cuyos ancestros fueron africanos o vinieron a trabajar en el Canab> (entrevista J.
L.,25 de agosto de I 998). Olvidada por una serie de gobiernos nacionales, Bocas carece
de los servicios m6s b6sicos. Por ejemplo, m6s de una persona ha muerto durante el viajede l5 minutos por bote desde la isla de Bastimentos al Hospital de Bocas, debido a que noexiste un bote acondicionado para transportar pacientes entre las islas. El hospital tampocose encuenha suficientemente equipado para manejar emergencias m6dicas o complicacionesquirurgicas. Los afro-antillanos han sido uno de los grupos 6tnicos al final de la jerarquia
social, politica y econ6mica de Panam6 desde su migraci6n al pais. Por largos periodos,los afro-antillanos se han percibido a si mismos y han sido percibidos por los panameflos
de otros grupos 6tnicos como inmigrantes temporales. Esta percepci6n ocurri6 desde su
llegada a Panam6 en el siglo diecinueve, fue reforzada por la Constituci6n de 1941 y se
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mantuvo informalmente por d6cadas despu6s de estos sucesos. Debido al aislamiento alque fueron forzados dentro y fuera de la zona del Canal, y en las plantaciones de banano
en Bocas, los afro-antillanos pudieron mantener muchas de sus costumbres y tradicionesdistintivas (lenguaje, tradiciones religiosas y arquitectura, entre otras). Estas caracteristicas
peculiares eran percibidas por la sociedad panamefla en general como un problema,particularmente debido a que los afro-antillanos estaban decididos a mantener su estilo de
vida <britrinico) en una naci6n <hispana> (Lewis 1980: 20).
El desarrollo de la industria del turismo en Panam6 provey6 beneficios no esperados
en la forma de capital politico y cultural para el archipi6lago y para los afro-antillanos. ElPMDT reconoci6 las oportunidades turisticas de Bocas del Toro al clasificar este territoriocomoparte delazona2,Bastimentos(entrevista A.A.,22 deagosto del997).Lasmetasinmediatas del plan eran dos: preservar y declarar la arquitectura afro-antillana existente
como <<patrimonio nacional y prevenir que la ciudad [Bocas Town] se expandahorizontalmente en los suburbios> e incrementar el nrimero de alojamientos (InternationalTechnical Cooperation Agreement 1993: 40). El Plan propone, adem6s, <concentrar laconstrucci6n de hoteles>r en la isla Col6n y transfor-mar a la ciudad en un (campamento
turistico de base>> para toda la regi6n.
Pero Bocas habia llegado a ser una atracci6n turistica mucho antes de la consolidaci6ndel PMDT. Panam6 se encontraba en una crisis econ6mica, en parte debido a la invasi6nnorteamericana de I 989 (Beluche 1996:. 9-t2),cuando el 22 de abril de I 99 l, un terremotoespectacular sacudi6 arin mris la seguridad de los bocatoreflos. Temiendo otro terremoto,un nrimero considerable de personas vendi5 sus propiedades (casas, haciendas y terrenos)
aprecios sumamente bajos a especuladores internacionales de los Estados Unidos e Italia,que se proclamaban a si mismos como <<inversionistas>>. Esta venta de tierras debe ser
comprendida en el contexto de la economia cr6nicamente deprimida de Bocas. Elarchipi6lago ha dependido fuertemente de la agricultura de pequef,a escala, la cria de
ganado, la pesca artesanal, trabajos burocr6ticos en la educaci6n o salud y trabajosrelacionados con las compaflias bananeras. En su mayoria, los salarios son sumamente
bajos y las posibilidades econ6micas son limitadas. Como consecuencia, muchosbocatoreflos (afro-antillanos y no afro-antillanos) pensaron que al vender su terreno o su
casa por I .000 6 5.000 d6lares podrian vivir c6modamente por un largo periodo de tiempo.
Debido al inter6s que los medios de comunicaci6n nacionales e intemacionales pusieron
en Bocas como resultado del terremoto y a la afluencia de turistas de la regi6n de Talamanca(Costa Rica), el archipi6lago comenz6 a llamar la atenci6n de turistas j6venes europeos ynorteamericanos. En la actualidad, Bocas es uno de los puntos principales del desarrolloturistico en Panam6. El crecimiento turistico ha sido sumamente acelerado. En 1990,
solamente habia tres hoteles y cuatro restaurantes en el archipi6lago. En septiembre del2000, habia 30 hoteles, hostales y hosterias; 28 restaurantes; dos agencias de viaje; nueve
operadores turisticos; tres aerolineas; 26 taxis y seis mini-busetas; y siete negocios de
renta de bicicletas, motocicletas, kayak y equipos de buceo. La mayoria de facilidadesturisticas disponibles en Bocas del Toro son hoteles y restaurantes de bajo y medianoprecio, y la inversi6n local o extranjera es minima.
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En general, veo que muy pocos extranjeros han venido con la intenci6n de quedarse.
Si usted se pone a pensar, fios extranjeros] no invierten en nada; todo es alquilado oprestado por otra persona. Casi todos los restaurantes que est6n en manos de
extranjeros son alquilados; entonces no hay inversi6n, en realidad no hay ningunainversi6n ac6. Pero la gente local continua llamando a estas personas <<inversionistas>
(entrevistaA. E.,3 de julio del 2000).
La mayoria de extranjeros que se han dedicado a negocios turisticos lo han hechoviolando las regulaciones nacionales que estipulan que los inversionistas extranjeros deben
invertirun minimo de 100.000 d6lares para ser oficialmente considerados como tal. Algunosresidentes expatriados manejan negocios que requirieron rinicamente 10.000 d6lares de
inversi6n o menos y, por lo tanto, son legalmente considerados turistas y no inversionistas.a
Mi investigaci6n sugiere que los turistas que visitan Bocas est6n buscando <autenticidad>
sobre la base de sus preconcepciones del Caribe. El 17% de los turistas que entrevist6establecieron que no querian ningrin tipo de cambio en Bocas, por miedo a que esos
cambios <robasen el alma de este pueblo>. Un turista, antes de llegar a Bocas, veia alarchipi6lago como una (propaganda de Bacardi (con playas hermosas y aisladas)>. Aotroturista le informaron que el archipi6lago era (como Cuba cuando [Ernest] Hemingwayvivia ahi: playas hermosisimas, maravillosas y apartadas>.5
Bocas es presentado como un ejemplo fundamental de ecoturismo en el Caribe y se loconsidera, tanto en Panam6 como fuera del pais, como una <mercancia apetecidu que
todos quieren disfrutar. Bocas ya no es un destino misterioso y de dificil acceso, aunqueen algunos lugares continria siendo promocionado de esa forma. Muchos residentes localesprefieren no ser considerados asi, porque esto sugiere falta de servicios y recursos. Dehecho, y como mencion6 anteriormente, Bocas est6 localizado en la provincia con laspeores condiciones de vida del pais, y el turismo promete liberaci6n de estas condicionesa trav6s de la modernizaci6n y el avance. En contraste, la gran mayoria de turistas que
visitan Bocas est6 buscando paz, calma y un ambiente pristino.
M6s de un estudio turistico establece que los <locales> se encuentran a merced de lamirada de los turistas. Sin embargo, no podemos ignorar que las poblaciones localesinvariablemente retornan esa mirada a los turistas (ver foto n.' 1).
Eso sucede en Bocas. Los afro-antillanos establecen distinciones claras entre los tiposde turistas que visitan Bocas. Por ejemplo, tienen una relaci6n compleja con los mochileros,
a El articulo 8, capitulo 1 de la Legislaci6n de Turismo y Migraci6n establece que <los turistas no puedentrabajar u ocuparse en actividades lucrativas de ningtn tipo en el territorio nacional>r (F6brega 1986:25).5 Realic6 una encuesta a 200 turistas en Bocas del Toro en el periodo 1999-2001. Sobre la base de esa
encuesta, pude establecer que la edad promedio de los turistas que visitan Bocas es de 30,4 afros. La granmayoria (138 676.6%) se identific6 como blanco, europeo, cauc6sico o anglosaj6n. La mayoria de turistas sequedaron en Bocas por menos de una semana y se enteraron de Bocas a trav6s de una revista o un libro deviajes. En general, los turistas disfrutaron su permanencia en Bocas: 136 (7 5,5%) respondieron que regresarianal archipi6lago y solamente l3 (7,2%) respondieron que no regresarian.
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FOTO N.O 'I: TURISTAS INTERCAMBIANDO INFORMACI6N CON ESTUDIANTES
EN BOCAS
quienes son vistos como el tipo menos deseable de turista porque buscan experiencias de
bajo costo. Al mismo tiempo, los afro-antillanos comprenden que otros tipos de turistas
conocen del archipi6lago a trav6s de la informaci6n que les proveen los mochileros.
Los residentes expatriados constituyen otra categoria. Con el crecimiento turistico, un
nfmero considerable de extranjeros (en su mayoria anglosajones de Europa y Norteam6rica)
se han asentado en el archipi6lago por diferentes periodos de tiempo y diferentes razones.
Los extranjeros cuyo negocio es la compra y venta de terrenos est6n rodeados de un aura
de escepticismo, misterio e incertidumbre. La gente en Bocas distingue, adem6s, entre
residentes expatriados que escogen a Bocas como su hogar y se relacionan con la poblaci6n,
y aquellos que tnicamente est6n en el fureapararealizar transacciones de negocios. Muchos
residentes expatriados en Bocas son dueflos de agencias de bienes raices, agencias de
viajes, bares y restaurantes sin una visa apropiada y con la complicidad de las autoridades
locales. Al decir de Marco,6 quien viaj6 a los Estados Unidos y otros paises en un crucero,
Esta es nuestra tierra. Ningrin bocatoreflo podria ir a una playa en Califomia y abrrr
un negocio turistico. No tenemos nada que ganar en esos paises. Yo he viajado por
los Estados Unidos, y s6 lo que significa vivir en un pais como ese (entrevista M. G.,
8 de mayo de 1999).
6 He utilizado seud6nimos para referirme a los nombres de mis colaboradores, con la excepci6n de los nombres
de autoridades priblicas.
44
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Produccihn y respuestq cultural en una zona de contacto turistico
6Qu6 venden los afro-antillanos a los turistas? Las interacciones en las zonas de contacto
hacen que los afro-antillanos exhiban ciertos elementos para el consumo turistico. El IPAIse enfoca en la belleza ecol6gica del lugar, asi como en la atrn6sfera caribefia que se espera
del archipi6lago (arena, sol y mar). Las interacciones 6tnicas casi nunca se ponen de
relieve, aun cuando los afro-antillanos son presentados como la poblaci6n dominante,
mientras que las poblaciones indigenas son representadas como el grupo m6s <<ex6tico>.7
El archipi6lago de Bocas del Toro es vendido por el gobierno panameflo como un
paraiso ecol6gico con un gran nrimero de atracciones: parques nacionales, playas pristinas,
deportes de agua (esn6rquel, kayak, buceo y prdctica de tabl6n de playa), oportunidadespara excursionismo y ciclismo, y paisajes esc6nicos marinos y terrestres; en menor grado,
arquitectura caribefia <<tradicionab>, comida y atm6sfera caribefia, y, en general, una
sensaci6n de p azy relajaci6n. De hecho, Bocas ha sido publicitado al mundo como uno de
los riltimos <<tesoros>r del Caribe que han mantenido su belleza natural, un verdadero paraiso
ecoturistico.
Adem6s de enfatizar la belleza ecol6gica del lugar, los afro-antillanos resaltan la
diversidad de su poblaci6n, el hecho de que Bocas fue por muchos siglos un lugar donde
varias culturas se encontraron e interactuaron. Por ejemplo, un viaje a Bocas del Drago
-localizado en la parte noroeste de la isla Col6n-con la compaflia de tours Pacifico
incluye un tour por la isla, observaci6n de su flora y fauna, y fiempo para disfrutar el mary comer en el restaurante local. El tour tambi6n incluye una visita al cementerio m6s
cercano, que contiene las tumbas de los primeros ciudadanos alemanes que poblaron laisla a finales del siglo XIX. Otro tour de la compaf,ia Pacifico incluye una visita a MacawHill para visitar un cementerio con tumbas inglesas, alemanas y francesas. Alli est6n
localizadas las tumbas de los dos primeros misioneros -doctor
John Eccles de India y el
pastor Frank J. Hutchens de los Estados Unidos-que establecieron la primera Iglesia
Adventista en Panam6 (especificamente en la isla de Bastimentos) de 1895 a 1897, y que
murieron en Almirante en 1902. Estos cementefios son el testimonio de la prosperidad ydiversidad cultural de Bocas por m6s de 100 afios. Una visita a estos lugares informa al
turista que, aun cuando el guia (y mucha gente del pueblo) tenga facciones negras, indias,
o asi6ticas, puede tener un apellido alem6n o una abuela francesa, blanca y de ojos azules.
En estos tours, los afro-antillanos construyen su propia historia y su propia imagen,
contrastando sutilmente la representaci6n del gobierno acerca de Bocas como un lugar
adormecido e inm6vil. Otros guias turisticos tambi6n representan a Bocas como el lugar
donde, hist6ricamente, varias culturas se encontraron y donde habia comercio y movimiento
constante. Al representar a Bocas con una imagen social y econ6mica m6s activa, los afro-
antillanos subrayan el hecho de que, a pesar de d6cadas de descuido por parte del gobierno,
7 Esto se debe en parte al concepto err6neo de que las poblagiones negras de Amdrica tienen una culturamenos <distintivu que la de los grupos indigenas.
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no son gente buchi o bush people sin conocimiento de la modernidad.8 El gobiernopanamefio tiende a representar a Bocas de una forma simplista, como un paraiso ecol6gicocon playas maravillosas. Los afro-antillanos presentan una imagen m6s compleja del
archipi6lago, destacando la cultura y nolanattraleza. Ya que la imagen ex6tica del <<otro>>
se encuentra hasta cierto punto denegada a la poblaci6n antillana, los guias afro-antillanosse enfocan en la figura del hombre de frontera (cf. Whitten 1994), acentuando la habilidaddel afro-antillano de conquistar la naturalezay de adquirir amplio conocimiento de la floray fauna de la regi6n. Al mismo tiempo, se distinguen de los hombres y mujeres indigenas,que son (gente experimentada de la junglu, pero que no pueden interactuar con el mundoexterior. Por ejemplo, cuando Gustavo lleva a sus turistas a Bocas del Drago y MacawHill, 6l hace todo lo posible por mostrar su habilidad para subirse a los 5rboles, identificarespecies o hallar animales peligrosos en sus lugares de escondite. Jorge muestra su
conocimiento del oc6ano al escoger rutas marinas peligrosas que luego navega con absoluta
maestria para impresionar a los turistas. Ashton, conocido en el pueblo como uno de los
mejores guias de Bocas, prefiere un acercamiento m6s tranquilo hacia el turismo. Inspiradopor la visi6n del IPAT del rol de los guias panameffos
-ejemplificado en la frase ((ser un
guia turistico es un privilegio> (Chang 1996: 41, Ashton est6 listo para contestar cualquierpregunta con una explicaci6n larga y detallada, y prefiere dejar que los turistas experimenten
un poco al tratar de pescar mientras el bote est6 en movimiento (troleando) o al mostrarles
cu6les plantas del bosque hrimedo tropical son comestibles.
Para la gran mayoria de mis colaboradores, amigos y conocidos, el desarrollo turisticoen Bocas ha sido positivo. Los bocatorefios (afro-antillanos y no afro-antillanos) distinguenentre los beneficios de la industria turistica y algunas de las formas problem6ticas en lasque el turismo ha sido manejado en el archipi6lago. Adem6s de los beneficios econ6micos
del turismo -las
oportunidades de habajo, influjo de recursos y mejoras de infraestructura(que benefician a los afro-antillanos fnicamente de forma relativa]-, los afro-antillanosnotan que el turismo les provee con un capital cultural intangible pero beneficioso a trav6s
de la interacci6n con extranjeros y conocimiento del mundo. Los hombres y mujeres que
son reconocidos como excelentes conductores de bote, guias turisticos, cocineros o
anfitriones adquieren un estatus particular. Muchos de mis colaboradores resaltaron laimportancia de interactuar con gente de diferentes culturas y aprender de ellos, de sus
experiencias y estilos de vida. Esta importancia dada al aprendizaje e interacci6n con otras
culturas puede ser una reacci6n a las d6cadas durante las cuales el archipi6lago fue unlugar olvidado, una zona de castigo, lajungla salvaje que nadie queria visitar. Los beneficios
tangibles del turismo se traducen en mejores oportunidades econ6micas e infraestructurapara la poblaci6n. Al respecto, Ashton me inform6: <Ahora tenemos un buen aeropuerto,
un buen puerto y buenas construcciones. El gobiemo ha apoyado, pero pienso que el
turismo ha ayudado a esta situaci6n arin mris. Debido al turismo, ahora tenemos buenoshoteles, buenos restaurantes; y la infraestructura ha crecido mucho> (entrevistaA. C., 10
de marzo de 2000). Los beneficios intangibles se traducen en acceso a capital cultural. Unpromotor pionero del turismo en Bocas me coment6:
8 Buchi o bushman es un t6rmino peyorativo que se aplica sobre todo a las personas indigenas que
supuestamente nunca han <dejado las montafiasr>, pero adem6s se usa para referirse a toda persona que no tieneconocimiento de la tecnologia moderna.
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En el pasado, Bocas fue un lugar abandonado. Cuando yo era joven, si le decia aalguien que vivia en Bocas, ellos se reian de mi, porque decian que nosotros viviamosen tiempos prehist6ricos. Ahora, esto ha cambiado dnisticamente, ahora es un lugarturistico, y ahora se puede decir con orgullo: <Vengo de BocasD (entrevistaA. C., 10
de marzo del 2000).
Mientras tanto, el gobierno representa a Bocas como un 6rea intemporal, sin movimientoo transformaciones, donde la gente ha realizado las mismas actividades por siglos y dondela presencia de turistas no provoca ningrin cambio. Esta representaci6n se sugiere claramenteen un triptico de propaganda sobre las bellezas de Bocas: <Viva una aventura, como elAlmirante Crist\bal Coldr, descubriendo las numerosas islas y cayos, la riqueza ecol6gicadel Parque Nacional Marino Isla Bastimentos y sus atracciones turisticas> (IPAT; 6nfasisafladido). Hay una contradicci6n fundamental entre la forma en que los afro-antillanos se
representan a si mismos y a su lugar, y la visi6n que tienen el gobierno panameflo y losturistas de Bocas. Mientras que los afro-antillanos y otros bocatorefios est6n buscando elavance, el desarrollo y una imagen cosmopolita para vindicar d6cadas de descuido, losecoturistas est6n buscando una aventura ecol6gica en lugares que no han sido tocados odestruidos por la modernizaci6n y la civilizaci6n.
El dilema se encuentra en el hecho de que el deseo de los bocatoreflos por m6sfacilidades, servicios, caminos e infraestructura que mejoren sus condiciones de vida es
opuesto a las esperanzas y deseos de muchos turistas que visitan Bocas precisamente porsu infraestructura limitada y oportunidades ecol6gicas. Algunos turistas desean algrinnivel de comodidad y los bocatorefros, en general, prefieren a esos turistas que a losturistas que demandan menos, porque se asume que los primeros gastan m6s dinero. Esteinter6s en el turismo de alto nivel se debe, en parte, a la visi6n general de los panamefiosde que su pais es un lugar modemo, con acceso a tecnologia e infraestructura que no est6ndisponibles en otros paises. Sin embargo, para atraer a los turistas m6s acaudalados yexigentes, los bocatoreflos deben arriesgarse a alterar el medio ambiente arin m6s y destruirlos recursos que son sus atracciones m6s importantes.
El turismo y otros fen6menos globalizadores necesitan ser comprendidos en el contextode circunstancias hist6ricas y espaciales particulares. En Bocas, el turismo no es unintercambio de una sola via. Los turistas consumen a los afro;antillanos tanto como losafro-antillanos consumen a los turistas. Como sucede en toda zona de frontera turistica,solo los elementos m6s superficiales y evidentes de la cultura son representados y exhibidospara consumo turistico. En Bocas, los elementos que estdn en exhibici6n y sujetos alcambio a trav6s del turismo son mercancias 6tnicas tales como la cocina, la mfsica, ladanza,y las artesanias. Elementos m6s sutiles como la hibri dizaciony lamezclaracial sonmenos evidentes para los turistas.
6Est6n los afro-antillanos participando en una <venta de si mismos>? Hasta ciertopunto, los afro-antillanos est6n representando una <identidad 6tnica> caracterizadaporlacriollizaci6n y la hibridizaci6n. Como establece Friedman (1994),<mientras que virtualmentetodas las culturas son plurales y criollas en t6rminos de los origenes de sus constituyentes,
A1
no aparecen como tal y no son experimentadas como tal a menos que se identifiquen como
tal> (p. 100). Los afro-antillanos est6n usando estereotipos dominantes sobre su
<caribeanidad>: estilo de vida libre y relajado; tranquilidad; hombres negros viriles e
insaciables; y mujeres negras hermosas y exuberantes, visiones que contrastan con los
hombres y mujeres indigenas, percibidos como inocentes y asexuales. Los hombres afro-
antillanos que trabajan en turismo juegan a lo que yo llamo un <juego de seducci6n>. Por
ejemplo, Marcelo, un joven afro-antillano que trabaja como asistente de buceo, flexiona<<despreocupadamente) sus mrisculos frente aj6venes turistas femeninas durante las clases
de buceo. Obviamente, 6l est6 presentando un mensaje al mostrar su cuerpo y sabe que
esas mujeres disfrutan de esa interacci6n. En ohas ocasiones, 6l trata de atraer la atenci6n
de las mujeres al reirse con fuerza o al moverse de un lugar a otro del bote, siempre
asegurSndose de que su cuerpo est6 en exhibici6n. Tambi6n se sienta cerca de algunas
mujeres y mide sus reacciones con el fin de luego cortejarlas.
Las preguntas sobre la identidad son siempre preguntas sobre la representaci6n; <son
siempre preguntas sobre la invenci6n, no simplemente el descubrimiento de la tradici6n.
Son siempre ejercicios de memoria selectiva, y casi siempre incluyen el silenciamiento de
algo con el fin de dejar que algo m5s hable> (Hall 2001 :26). Los afro-antillanos se <<venden>
a si mismos para los turistas. Los hombres se presentan como personas relajadas ycomplacientes con muy poco que hacer excepto divertirse; ellos flexionan sus mrisculos
mientras hablan o bailan, cantan para los turistas y aparentan no tener preocupaci6n alguna.
Las mujeres se presentan como trabajadoras serviciales y dedicadas, y como excelentes
cocineras.
Los beneficios intangibles del turis4o son tan importantes como los beneficiosecon6micos para los afro-antillanos. Los afro-antillanos est6n aprendiendo nuevas
habilidades al trabajar en actividades relacionadas con el turismo y al participar en cursos
del IPAT y otros cursos financiados por el gobierno. Al interactuar con turistas de todo el
mundo y, en algunos casos, tener relaciones rom6nticas a corto o largo plazo con turistasy residentes extranjeros, los afro-antillanos aprenden sobre otras culturas. Un gran nrimero
de estudios turisticos parece asumir que las poblaciones construidas como <anfitrionas>
no pueden aprender de sus invitados, no pueden expandir sus horizontes y conocimientos.
Sin lugar a dudas, las interacciones ente <<anfitriones>> e <invitados>> usualmente son
limitadas y asim6tricas. Sin embargo, aun en esos modelos de asimetria, los <anfitriones>>
son tambidn agentes con la habilidad de usar y transformar sus circunstancias de acuerdo
con sus propios deseos y necesidades. Los afro-antillanos crean y representan su identidadpara el consumo de los turistas, aprenden de los turistas e incorporan este conocimientoen sus vidas; asimismo, rechazan aquello que encuentran inapropiado. Para los afro-antillanos, es muy importante
-discursiva y pr6cticamente- (conocer nueva genteD,
<aprender sobre el mundo> y <<aprender cosas interesantes>. Tanto hombres como mujeres
han hallado oportunidades de crecer como personas a trav6s del turismo, aun si participan
en roles que un sector de la filosofia feminista pueda considerar <tradicionales>>, comococinar para las mujeres o realizar presentaciones musicales para los hombres. Muchosafro-antillanos est6n orgullosos de haber adquirido flexibilidad y comprensi6n delcomportamiento de otras personas (por ejemplo, turistas bailando solos, mujeres bailandocon mujeres, furistas que solo comen vegetales o que beben mucha agua), aun si no aprueban
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este comportamiento. Estas no son experiencias contradictorias; son experiencias complejasque resultan de un fen6meno complejo.
CONCLUSIONES
Las discusiones sobre la globalizaci6n a menudo ignoran o niegan la importancia de lasfronteras nacionales y las diferencias culturales. Sin embargo, las din6micas producidaspor el turismo deben ser entendidas en t6rminos de una politica de la diferencia muycompleja, la misma que es simult6neamente nacional y transnacional, y no simplementecomo un proceso de homogenizaci6n que se manifiesta en las corrientes globales. Comoestablece Weiss (1996), <<no se puede ya asumir que las fuerzas globales como lamercantilizaci6n llevan inevitablemente a la erradicaci6n de significados locales especificos,no importa cudnpoderosas y seductivas parezcan ser en apariencia las formas de mercancia>(p. 103).
En este articulo, he querido demostrar que el turismo representa la <zona de contacto)m6s reciente en la historia del archipidlago. En este momento de tolerancia oficial producidopor el turismo, los agentes afro-antillanos est6n explotando su ambigiiedad racial, 6tnica ypolitica para recolocarse en el contexto de la naci6n panamefla y la regi6n caribefia. Abramy Waldren (1997) sugieren que, <<en vez de afirmar que el turismo destruye la cultura localaut6ntica>, es importante analizar si el turismo provee <<el escenario para que la gentereconsidere c6mo se identifica a si misma, y c6mo se relaciona con el resto del mundo> (p.10). La industria del turismo ha proveido a los afro-antillanos la oportunidad de recrearuna identidad suprimida y representada en ciertos elementos culturales especificos,especialmente la mrisica y la cocina, los mismos que son claramente caribeflos. Pero larecreaci6n de esta identidad reprimida se la representa ahora, en este contexto, como unacontribuci6n de los afro-antillanos como ciudadanos panameffos a una industria nacional.Sin embargo, esta representaci6n no desestabilizalasjerarquias sociales presentes enPanam6. De hecho, como ocrure en otras partes de Latinoam6rica, la negritud es construidapor las 6lites nacionales, en el caso de Panam6 con el fin de <condimentan el crisol derazas panameflo. Bajo una m6scara de democracia racial, PanamS continria siendo unasociedad racista.
El influyente trabajo de Anderson (1991) sobre la construcci6n de naciones ynacionalismo subraya que las naciones son comunidades politicas, soberanas y limitadasimaginadas, en las que sus miembros imaginan que comparten un <tiempo vacio yhomog6neo>r con sus compatriotas @p. 6-7 y 28). Sin embargo, la pregunta siempre es
<i,de qui6n es esa comunidad imaginada?> (Chatterjee 1993). Debido a su condici6ngeogrifrca e hist6rica de <lugar de tr6nsito> mundial, Panam|ha luchado por establecerlos limites de una comunidad colectiva imaginaria y ha tratado constantemente de mantenersu identidad como una naci6n latinoamericana independiente con ascendencia espaflola.Este esfuerzo ha sido motivado en parte por su experiencia hist6rica (por 8l aflos fueparte de un departamento de Colombia), en parte por su dependencia de los FstadosUnidos cuando obtuvo independencia de Colombia en 1903 y en parte por tensiones intemas6tnicas, raciales y politicas. El apoyo que Panamd ha dado recientemente a los afro-antillanosy a otras minorias marginadas puede ser comprendido en el contexto m6s amplio de un
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pais en brisqueda de una identidad independiente y <<nacional>. El turismo en Panam6debe ser interpretado en un contexto en que ut Estado postcolonial busca inventarse a simismo como una naci6npostcolonial, aun cuando eso implique exaltar la heterogeneidady no la homogeneidad cultural. Wade (2000) nos recuerda que (un proyecto nacionalistano trata simplemente de negar, suprimir, o simplemente canalizar una diversidad rebelde; la
reconstruye activamente> (p. 7). Las representaciones de identidad de los afro-antillanosse han desarrollado sobre la base de preocupaciones locales y de una conciencia persistente
de un pasado colonial. El turismo posibilita el desarrollo de una politica cultural compleja,en la que esta minoria que ha sido hist6ricamente ignorada participa de una <politica de
reconocimiento> para mejorar su posici6n en el multiculturalismo panameflo y, al mismotiempo, construye identidades nacionales y diasp6ricas.
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