Perspectivas y retos de la investigación para la Pedagogía Social

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Perspectivas y retos de la investigación para la Pedagogía Social Martí X. March Cerdà. [email protected] Carmen Orte Socias .[email protected] Universitat de les Illes Balears Palabras Clave: Pedagogía Social, Investigación, evaluación, dualidades y contradicciones 1. Contextualización y estado de la cuestión del tema Uno de los hechos más significativos que se ha producido en el campo de las Ciencias de la Educación ha sido, en las últimas décadas, sin duda alguna, el desarrollo de la Pedagogía Social, tanto en su ver- tiente académica y científica, como en su vertiente social y profesional. Efectivamente si analizamos indicadores de producción científica y académica, si analizamos el desarrollo de las titulaciones universitarias de Educación Social, si analizamos la implantación de colegios profe- sionales de educadores sociales o si analizamos los puestos de trabajo que se han creado para educadores sociales, podemos constatar este proceso progresivo de consolidación de la Pedagogía Social en todas sus dimensiones; una consolidación que, no obstante, necesita de cara

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Perspectivas y retos de la investigación para la Pedagogía

SocialMartí X. March Cerdà. [email protected] Orte Socias [email protected]

Universitat de les Illes Balears

Palabras Clave: Pedagogía Social, Investigación, evaluación, dualidades y contradicciones

1. Contextualización y estado de la cuestión del tema

Uno de los hechos más significativos que se ha producido en el campo de las Ciencias de la Educación ha sido, en las últimas décadas, sin duda alguna, el desarrollo de la Pedagogía Social, tanto en su ver-tiente académica y científica, como en su vertiente social y profesional. Efectivamente si analizamos indicadores de producción científica y académica, si analizamos el desarrollo de las titulaciones universitarias de Educación Social, si analizamos la implantación de colegios profe-sionales de educadores sociales o si analizamos los puestos de trabajo que se han creado para educadores sociales, podemos constatar este proceso progresivo de consolidación de la Pedagogía Social en todas sus dimensiones; una consolidación que, no obstante, necesita de cara

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al futuro de una reflexión que nos permita evaluar las posibilidades y las perspectivas de futuro de la misma.

Partiendo de la idea, tal como la plantea J. A. Caride (2005), de la Pe-dagogía Social como construcción histórica, es evidente que lo mejor de esta disciplina socioeducativa está todavía por llegar. Las razones de ello hay que buscarlas en esta perspectiva histórica de la Pedagogía Social. Efectivamente si se analiza el proceso de construcción de dicha disciplina se puede constatar que es, en el momento actual, cuando más podemos correlacionar los distintos elementos que posibilitan el surgimiento de esta disciplina de carácter socioeducativo: Incremento de los conocimientos socioeducativos, importante aumento del núme-ro de investigaciones sobre dicha temática, consolidación académica de la disciplina, existencia de valiosos proyectos profesionales de edu-cación social, importante y significativa presencia de publicaciones de impacto y de calidad contrastada, etc. La misma institucionalización del grado en Educación Social es uno de los ejemplos más caracterís-ticos de la importancia que está teniendo esta disciplina en el proceso de institucionalización académica de las Ciencias de la Educación, hasta el punto que está siendo la disciplina que está dando un sentido profesional y académico mas consistente, sobre todo si se compara con el proceso de construcción de la Pedagogía como disciplina académica y como profesión.

Sin embargo esta constatación del importante desarrollo de la Peda-gogía Social en los últimos años del siglo XX y de principios del XXI no puede plantearse sin tener en cuenta los problemas, los interrogantes, las debilidades con las que se enfrenta dicha disciplina. Se trata, pues, no sólo de conocer las potencialidades reales que tiene dicha discipli-na, sino, sobre todo, de poner de manifiesto los retos a los que debe responder si pretende, la Pedagogía Social, seguir desarrollándose en todos los niveles: académico, investigacional, profesional y social. Así, las preguntas, los retos a los que se enfrenta la Pedagogía Social debe situarse, desde nuestro punto de vista, a niveles distintos, aunque correlacionados de forma clara y significativa.

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2. Exposición y análisis de los temas y contenidos que aborda el trabajo

Así, de entrada, hay que poner de manifiesto que si analizamos el estado de la cuestión de la investigación en el ámbito de la Pedagogía Social, a pesar de los avances existentes, a pesar de las investigaciones realizadas, hay que señalar la necesidad de que se constituyan gru-pos competitivos de investigación en las diversas universidades o con carácter interuniversitario con el fin de poder llevar a cabo proyectos que sean capaces no sólo de dar respuesta a problemas reales, sino que se caractericen por su calidad y por su excelencia. Efectivamente un análisis de la realidad investigacional en las distintas universidades españolas en relación al amplio campo de la Pedagogía Social pone de manifiesto, de forma general, una serie de hechos: a)la debilidad institucional de los diversos grupos de investigación de carácter so-cioeducativo; b)la necesidad de posibilitar la continuidad de estos grupos de investigación; c)la necesaria potenciación de los grupos interuniversitarios de investigación tanto a nivel nacional como a nivel internacional, etc. No se trata, en cualquier caso, de no reconocer lo que se está trabajando desde la perspectiva investigacional, sino de manifestar todo lo que falta por desarrollar en un campo en el que se necesita trabajar más y mejor. Desde esta misma perspectiva de la investigación es evidente que, desde la Pedagogía Social, se debe trabajar a nivel metodológico desde una óptica, siguiendo a Denzin, de la triangulación metodológica, que sea capaz de integrar tanto las metodologías de carácter cuantitativo como las metodologías de carácter cualitativo a todos los niveles; se trata, en este sentido, de posibilitar que el enfoque metodológico de la Pedagogía Social, no sólo sea plural y holístico, sino también que destierre la percepción o el dogma, anclado en algunos sectores de esta disciplina, de que sólo se deben utilizan las metodologías cualitativas. Un planteamiento erró-neo que de aplicarse impediría a la Pedagogía Social su consolidación.

En todo caso, la investigación en Pedagogía Social, en el contexto de las Ciencias de la Educación, se ha de instrumentalizar y desarro-llar a partir de los ejes conceptuales y metodológicos siguientes:a) La pluralidad y la interdisciplinariedad de la Pedagogía Social con todo lo que este hecho implica desde la perspectiva teórica y epistemológica.

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b) La complejidad metodológica y conceptual de la educación social, con la multiplicación de espacios de educación social, con todo lo que ello implica desde un planteamiento global del concepto educativo-social. c) La utilización de los diversos paradigmas científicos existentes en el marco de las ciencias sociales, de las ciencias de la educación, tanto desde la perspectiva de la reflexión teórica como desde la in-tervención y de la investigación. d) La definición metodológica plural de la investigación educativo-social, partiendo de una concepción diversa de la misma, evitando el reduccionismo metodológico tanto en su vertiente cuantitativa como en su vertiente cualitativa. e) La transferencia de los conocimientos educativos obtenidos, a través de los diversos procesos de investigación, a las diversas instituciones y profesionales de la educación social, con el objetivo de mejorar tanto los procesos metodológicos de intervención como la eficacia de las en-tidades de educación social. f ) La institucionalización real y rigurosa de las diversas tradiciones educativas que posibiliten la continuidad de la investigación a través de la realización de proyectos investigacionales de carácter sistemático. g) La existencia de planes de investigación que desarrollen las diversas temáticas significativas y emergentes de la pe-dagogía social, objeto de preocupación científica, social y profesional. h) La construcción de sistemas operativos de trabajo de investigación en educación social entre el mundo universitario y el mundo profe-sional de la Pedagogía Social, rompiendo la barrera existente entre la teoría y la praxis que tanto daño ha hecho y hace al progreso no sólo a esta disciplina, desde la vertiente teórica, sino también, desde la perspectiva de la mejora de los procesos de investigación. i) La relación y la colaboración institucional necesaria entre el mundo científico y académico, y el mundo político y social de la educación. Se trata de un planteamiento que pretende unir los procesos de colaboración entre estos dos mundos con el objetivo de que la toma de decisiones de política en educación social se lleve a cabo a partir de datos rigo-rosos y contrastados. j) La institucionalización de sistemas potentes de comunicación científica de la investigación educativa realizada, a través de redes, equipos universitarios y de publicaciones de impacto científico, académico, profesional y social.

Ya hace unos cuantos años, el sociólogo de la educación Bill William-son (1983), en una ponencia presentada al primer Simposium Inter-nacional de Sociología de la Educación, celebrado en Madrid el año

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1981, se hacía, de forma más o menos ingenua, la siguiente pregunta: ¿Para qué sirve el conocimiento que se obtiene de la investigación en sociología de la educación o en cualquier otra disciplina pedagógica?, o si se prefiere, ¿Para quién se realizan los trabajos de investigación educativa?; ¿cuál es la finalidad de la investigación educativa? …En cualquier caso el mencionado sociólogo de la educación trataba de poner de manifiesto que tanto la localización institucional de los que practican la investigación educativa como la lógica de la financiación de dicha investigación en educación, han condicionado y condicionan los trabajos realizados, las líneas de investigación desarrolladas, los te-mas elegidos y seleccionados, las temáticas marginadas y marginales, los paradigmas científicos y metodológicos utilizados, el uso de los conocimientos adquiridos, etc.

Así, de acuerdo con lo planteado y partiendo de la Pedagogía Social, nos podemos formular las siguientes preguntas: ¿Quién selecciona los problemas objeto de la investigación en el ámbito de esta disci-plina?, ¿Cómo se seleccionan? ¿Con qué objetivos? ¿Para quien? Las respuestas a estas preguntas no son fáciles: ¿los investigadores?, ¿ los políticos?, ¿los colegios profesionales?, ¿las entidades privadas?, ¿los organismos públicos internacionales, nacionales o regionales? … Efec-tivamente si analizamos el desarrollo investigacional de la Pedagogía Social hay que tener en cuenta una serie de elementos de reflexión: ¿por qué se ha desarrollado de forma más importante la temática de la inadaptación social que otras que no se refieren a cuestiones de exclusión social?, ¿por qué la cuestión escolar ha tenido un desarrollo poco sustancial en esta disciplina?, ¿por qué los estudios de evaluación en la educación social son poco consistentes?, ¿por qué los resultados de la investigación en educación social han tenido poco relevancia en la definición de las políticas sobre los diversos campos de dicha disci-plina?, ¿por qué los estudios sobre la evaluación en educación social han sido poco desarrollados?, ¿por qué los estudios sobre los menores en proceso de inadaptación social son más frecuentes que los estudios sobre la educación de las personas mayores?...

Además, es necesario plantearse si la investigación educativa que llevan a cabo los investigadores universitarios está más en relación con necesidades académicas y personales que en relación a necesidades sociales, profesionales y culturales. En este contexto es necesario ha-

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cer una referencia específica a la existencia de una dicotomía, de una dualidad entre los intereses de los investigadores, de los académicos, y los intereses, las necesidades de la sociedad desde la perspectiva de la educación social. Pero ésta no es la única dicotomía en la investigación en educación social; me refiero a la dicotomía, a la dualidad existente entre la investigación socioeducativa básica y la investigación socio-educativa aplicada. Sin embargo, también, hay que referirse a la dico-tomía, la dualidad existente entre la investigación en educación social y la intervención socioeducativa. Efectivamente resulta evidente que uno de los elementos básicos de la Pedagogía Social es, sin duda algu-na, su doble componente en relación a la investigación y a la acción; es una disciplina para conocer y para actuar; y este doble objetivo es fundamental que se tenga en cuenta en el momento de llevar a cabo cualquier tipo de proyecto de investigación. En este sentido resulta básico llevar a cabo estos dos procesos de forma coherente, aplicando los modelos de la investigación y de la investigación-acción. Se trata, así pues, de una doble dicotomía en la que resulta básico tener en cuenta que, en determinadas ocasiones, cuando se conoce, cuando se investiga, también se actúa; mientras que, también, en determinadas ocasiones cuando se interviene, cuando se actúa, también se conoce. No se puede, pues, dejar de plantear esta dicotomía desde la óptica de su complementariedad, pero, al mismo tiempo, desde la óptica de la importancia y de la significación tanto del conocer como del actuar.

Finalmente es necesario plantearse otra dicotomía, otra dualidad en la investigación en educación social. Me refiero a la dualidad fun-damentada sobre su componente político, en la medida que sus com-ponentes pueden legitimar o deslegitimar una política socioeducativa o una institución de educación social. Efectivamente resulta una inge-nuidad plantearse la investigación en educación social al margen de los condicionantes políticos e ideológicos, en términos de neutralidad o de objetividad absoluta.

A pesar del desarrollo profesional que ha habido en los últimos años, hay que poner de manifiesto que es necesario conocer, de forma sistemática, lo que se está llevando a cabo, los proyectos de interven-ción socioeducativa existentes en los diversos ámbitos, los resultados obtenidos, las diversas evaluaciones realizadas en los diversos niveles con el fin de conocer los impactos de los proyectos existentes. Efecti-

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vamente el amplio campo de la Pedagogía Social, en sus diversos ám-bitos de actuación, necesita de reflexiones realizadas por los profesio-nales de la educación social. La necesidad de reflexionar sobre lo que se hace, cómo se hace o sobre los resultados obtenidos resulta esencial si queremos una disciplina socioeducativa potente y que sea capaz de combinar la teoría y la práctica. Además, sólo de esta relación entre la teoría y la práctica será posible avanzar en el desarrollo integral de la Pedagoga Social. Ello implica, pues, que hay que plantear las interven-ciones no sólo desde el objetivo de la eficacia, sino también desde el objetivo del cambio producido en el ámbito social y personal; por ello la utilización de las metodologías de intervención deben partir desde esto doble objetivo de eficacia y de cambio. No tener en cuenta estos dos objetivos es plantear la intervención desde una óptica ideológica que falsea el papel real de los educadores sociales. Así la dicotomía con la que se plantean, en algunos casos, los modelos paradigmáticos en la intervención socioeducativa, es otro error que debe ser replanteado si queremos la construcción de una disciplina que responda, entre otros, a los parámetros de la eficacia en la consecución de sus objetivos. Así pues, lo que es evidente es que la Pedagogía Social necesita, en defi-nitiva, de un desarrollo claro de la evaluación socioeducativa, que se fundamente en un proceso de planificación adecuada a las demandas y necesidades sociales y educativas.

Otro aspecto que es necesario tener en cuenta como reto de la Pe-dagogía Social, es la necesidad de potenciar, desde la universidad, des-de la academia, la reflexión teórica, epistemológica, intentando aunar los resultados de la investigación con los resultados de la intervención. Efectivamente, en este ámbito, es necesario intentar romper las fronte-ras existentes entre el mundo de la universidad, de la investigación y el mundo de la intervención socioeducativa. Y en este sentido el camino a recorrer es importante, respetando la autonomía de cada uno de los actores existentes. Se trata, en definitiva, de desterrar las reflexiones que se realizan o bien al margen de la realidad o bien al margen de la investigación. Se trata, en este sentido, de potenciar líneas de in-vestigación desde la perspectiva de los programas de intervención socioeducativa. Esta es, pues, una de las líneas más prometedoras no sólo para tener resultados de las intervenciones realizadas, sino para que las investigaciones respondan a necesidades realesLa confianza científica, académica, profesional y social en una disciplina como la

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Pedagogía Social necesita de múltiples aportaciones, pero ninguna puede realizarse sin una fundamentación de datos, de resultados, sobre los que podamos construir teorías potentes, contrastadas, serias, sobre las que apoyar los programas de intervención socioeducativa que posibiliten el cambio y la eficacia.

Asimismo hay que hacer referencia a la necesidad de plantear la Pedagogía Social desde un enfoque pluridisciplinar e interdisciplinar; efectivamente la definitiva institucionalizaciòn de esta disciplina socio-educativa no se puede llevar a cabo solo desde la óptica pedagogista; dicha institucionalización necesita de las aportaciones de otras disci-plinas que también trabajan la perspectiva socioeducativa desde su propio ámbito.. En este contexto de esta pluridisciplinariedad y de esta interdisciplinariedad, hay que evitar el intento de construir disciplinas que no sólo no respondan a tradiciones científicas serias y reconoci-das, sino que o bien impiden el desarrollo de disciplinas con tradición científica internacional, o bien suponen un intento de marketing o de traducción de disciplinas trasplantadas artificialmente.

Y además la Pedagogía Social no puede, no debe situarse al margen de la internacionalización; de la internacionalización que esta disciplina tiene, aunque sea con denominaciones distintas. Las disciplinas, que son convenciones, que son acuerdos entre académicos e investigado-res, no pueden desconocer lo que se lleva a cabo, lo que se investiga en otros disciplinas parecidas de los diversos países. En este sentido hay que apostar, desde la interdisciplinariedad por la internacionalización de la Pedagogía Social, con el fin de romper las fronteras que existen y que impiden la consolidación progresiva de dicha disciplina. Se tra-ta, en este sentido, de una planteamiento necesario; la solidez de las disciplinas en un mundo de globalización del conocimiento necesita de la interdisciplinariedad internacional, al margen de la existencia de esta disciplina con la misma etiqueta, con la misma denominación. Y en este caso los esfuerzos que se deben realizar para conseguir esta internacionalización son importantes; y en este sentido hay dos nive-les de trabajo colaborativo: a nivel académico y a nivel profesional.. La Pedagogía Social necesita dar el salto de calidad necesaria para su consolidación progresiva; un salto cualitativo en el que la internacio-nalización va a ser clave; una internacionalización que debe alejarse de

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los planteamientos corporativos y apostar por el trabajo interdiciplinar con otros profesionales de la acción social.

3. Conclusiones y propuestasY finalmente, otro de los retos a los que debe dar respuesta la Peda-

gogía Social es la que plantea su concepción ligada a la construcción de una Pedagogía Social para la inclusión; una pedagogía para la in-clusión que sea capaz de plantear los diversos temas de esta disciplina, desde una filosofía en el que la estigmatización o la exclusión social no sean las señas de identidad de esta disciplina socioeducativa. ¿Cuál es, pues, el significado de este planteamiento?¿Cuáles son los elementos de esta Pedagogía Social para la inclusión? Si bien no pretendo llevar a cabo un desarrollo exhaustivo de este enfoque, el objetivo es poner las bases de lo que debe suponer la construcción de este planteamiento pedagógico-social. El refuerzo del papel inclusivo de la educación y de la educación social, en una sociedad como la nuestra que posibilita los procesos de exclusión social, resulta fundamental en este siglo XXI. En la consecución de este objetivo, la educación social, incardinada a una nueva institución escolar, debe jugar un papel primordial en la cons-trucción de una nueva justicia y equidad social. En este planteamiento se tendrán en cuenta los siguientes elementos:

1. La educación social, un nuevo derecho educativo (Morin, E. (2009 / Montagut, T. 2008 / Petrus, A. (Coordinador) 1997)

2. De la sociedad red a las viejas y nuevas desigualdades y exclusiones sociales (Castells, M. 2009 / Mominó, J. Mª/ Sigales, C./ Meneses, J. 2007) / Planella Ribera, J. (Coordinador) / Villar, J. (Coordinador) 2006 / Cebrian, J. L. (1998) )

3. La educación social en la escuela (Parcerisa, Aran, A. 2008 / Orte Socias, C. 2008)

4. Neoliberalismo y exclusión social: el papel inclusivo de la educación (Torres, J. 2001/ Pérez, A. I. 1998 / Beck, U. 2002)

5. La dimensión comunitaria y profesional de la educación social (Mínguez Alvarez, C. 2005) / Pérez Serrano, G. 2003) / Sáez Carreras, J/ Molina, J.G. 2006 / Llena, A./ Parerisa, A. Ucar, X. 2009 )

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Si bien el objetivo es plantear estos elementos de esta Pedagogía Social de la Inclusión, es evidente la necesidad de articular un desa-rrollo de los mismos, con el fin de vertebrar las características de esta Pedagogía Social, con el fin de dar una respuesta teórica y temática de la misma en todas sus dimensiones y perspectivas, de acuerdo con los diversos elementos descritos anteriormente. En este contexto plan-teado, las aportaciones realizadas por diversos autores nos pueden ayudar a poner las bases de lo que debe ser una pedagogía social para la inclusión, una Pedagogía Social para promover la competencia social del individuo, la conducta prosocial o la actitud integradora de la sociedad, de la comunidad.

La respuesta a estos retos resulta, desde nuestro punto de vista, fundamental si queremos que la Pedagogía Social dé un salto cuali-tativo capaz de situarse como una disciplina puntera en el ámbito de las ciencias sociales. Un salto cualitativo que, en todo caso, necesita del planteamiento interdisciplinar, de las aportaciones de las diversas disciplinas con las que, directa o indirectamente, trabaja la Pedagogía Social, en tanto que disciplina social o como disciplina de interven-ción. Éste es, pues, uno de los retos a los que la Pedagogía Social debe hacer frente si se quiere que este proceso de consolidación se siga dando desde todos los puntos de vista. Un reto, en cualquier caso, que necesita de otras respuestas, de otras reflexiones sobre las que es necesario debatir, investigar y proponer. Hay que tener en cuenta que la construcción de la Pedagogía Social debe realizarse teniendo en cuenta todas las dimensiones que condicionan la educación social a nivel legal, a nivel social, a nivel político o a nivel económico. La nueva realidad de la educación social y sus perspectivas para la Pedagogía Social exige reflexionar sobre el derecho a la educación social, la nueva realidad socioeducativa en el marco de la sociedad del conocimiento, etc. Se trata de construir una nueva Pedagogía social para la inclusión, para la equidad en la nueva sociedad del conocimiento.

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