Actitudes de los estudiantes universitarios ante la tutoría. Diseño de una escala de medición
Medición del perfeccionismo académico: desarrollo de un inventario para estudiantes universitarios
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ICSa-UAEH
No.13 ISSN 1870-5812
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MEDICIÓN DEL PERFECCIONISMO ACADÉMICO: DESARROLLO DE UN
INVENTARIO PARA ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS
Leonardo Andrés Aguilar, Leonardo1 ; Báez, Yorfélix; Barroeta, Glorys y
Colmenares, Diorelis
Escuela de Psicología - Universidad Central de Venezuela
Resumen El perfeccionismo se revela como un problema de importantes consecuencias
clínicas en los individuos, aunque hay numerosas escalas para evaluarlo, son
escasas las elaboradas con fines de detección en el entorno académico, desde
donde es probable que se promuevan comportamientos perfeccionistas. El
INVEPER-UCV es un instrumento psicométrico que –a partir de la teoría
desarrollada por Hewitt y Flett (1991)– es capaz de medir el perfeccionismo
académico orientado hacia sí mismo, hacia los demás y prescrito socialmente de
los estudiantes universitarios. Se siguió la metodología que dicta la teoría clásica
de los tests (TCT): el análisis cuantitativo de los reactivos empleó correlaciones
interítems (rii) e ítem-prueba (rip) mientras que el análisis cualitativo estuvo
mediado por la consulta a expertos, 30 ítems pasaron a formar parte del
instrumento; para validar el constructo se realizó un análisis factorial que demostró
una triada de componentes que explica aprox. 30% de la varianza total, también
se ejecutó un procedimiento de validez convergente con la Escala
Multidimensional de Perfeccionismo (MPS-H) cuyos resultados hablan a favor del
instrumento; la estabilidad temporal de los puntajes se demuestra mediante el
coeficiente de confiabilidad test-retest (rtt) y los valores del coeficiente alfa de
Cronbach (α) se encuentran entre ,70 y ,85 dando cuenta de la adecuada
consistencia interna. En atención a la asociación de las creencias perfeccionistas
con la psicopatología se necesita investigar la relevancia del constructo en grupos
culturalmente distintos y planear estrategias terapéuticas para el abordaje de la
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problemática y la prevención de trastornos.
Palabras clave: perfeccionismo académico, personalidad, evaluación
psicológica, psicometría, estudiantes universitarios.
Introducción “Yo nunca veo lo que se ha hecho, sólo me importa lo que aún queda por hacer”
Marie Curie.
Según lo indica el diccionario de la lengua española (2001) el término
perfeccionismo se refiere a la tendencia a mejorar indefinidamente un trabajo sin
decidirse a considerarlo acabado. Más allá del presente significado, importantes
autores de la psicología han hablado de alguna manera del perfeccionismo.
Según Hewitt y Flett (1991) el perfeccionismo se define teóricamente como un
rasgo de personalidad que consiste en el planteamiento de objetivos –para sí
mismo o para los demás– muy difíciles de cumplir, acompañado de una gran
exigencia, valoración excesivamente crítica del desempeño y preocupación por
cometer errores; existe además pleno convencimiento de que los demás esperan
resultados excepcionales derivados del rendimiento personal. Dichos autores
distinguen tres dimensiones del perfeccionismo:
1) El perfeccionismo orientado hacia sí mismo: incluye comportamientos
basados en un conjunto de metas no realistas que se mantienen casi
dogmáticamente e involucran una evaluación minuciosa del propio
comportamiento, un elevado nivel de crítica personal y censura de
determinadas conductas con el fin de evitar situaciones de fracaso.
2) El perfeccionismo orientado a otros: involucra un conjunto de creencias y
expectativas acerca de la capacidad de los demás. Tiene que ver con la
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aplicación de altas normas y metas no realistas a otras personas
significativas, lo que se suma a un elevado nivel de crítica y constante
evaluación del desempeño de aquellas.
3) El perfeccionismo prescrito socialmente: involucra la necesidad de cumplir
con las expectativas prescriptas por otros significativos. Tiene que ver con
la percepción de que otros significativos mantienen expectativas
exageradas e irreales hacia uno, que son difíciles y hasta imposibles de
cumplir, pero que deben alcanzarse para lograr la aprobación y aceptación.
Desde diferentes corrientes de la psicología se ha tratado de explicar el origen del
perfeccionismo. Casi existe un acuerdo interteórico en la consideración de dos
períodos claves en el aprendizaje o rechazo del perfeccionismo: 1) la niñez,
durante la cual se formalizan los principales hábitos del comportamiento y 2) la
adolescencia, donde se experimenta una mayor madurez psicológica y se es más
consciente de sí mismo y del entorno, esta fase es particularmente fértil para el
desarrollo del perfeccionismo socialmente prescrito (Bermejo, 2009).
Si bien existe consenso acerca de la multidimensionalidad del constructo, dicho
acuerdo no es el mismo cuando se intenta articular a objeto de su medición las
diferentes dimensiones propuestas por los autores (Rice, Ashby y Slaney, 2007).
La Escala Multidimensional de Perfeccionismo (MPS-H por sus siglas en inglés)
diseñada por Hewitt y Flett (1991) evalúa el constructo en tres dimensiones,
focalizándose en su aspecto negativo y de carácter interpersonal (perfeccionismo
hacia los demás, hacia si mismo, y socialmente prescrito), vale destacar que la
validación convergente del INVEPER-UCV se llevó a cabo con respecto a la
versión en español de la MPS-H.
El perfeccionismo negativo se asocia con una amplia variedad de trastornos tales
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como depresión (Blatt, 1995; Hewitt y Flett, 1991; Hewitt, Flett y Ediger, 1996;
Kawamura, Hunt, Frost y Di Bartolo, 2001; Mongrain y Leather, 2006), ansiedad
(Antony, Purdon, Huta y Swinson, 1998; Kawamura et al., 2001; Wei, Mallinckrodt,
Russell y Abraham, 2004), estrés (Hewitt y Flett, 1993), distrés psicológico (Flett,
Hewitt, Man y Cheng, 2008), trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad
(Hewitt y Flett, 1991; Rasmussen y Eisen, 1992), trastornos de alimentación,
sobretodo anorexia nerviosa (Cockell, Hewitt, Seal, Sherry, Goldner, Flett y
Remick, 2002; Franco, Mancilla, Vázquez, López y Álvarez, 2005), ideación e
intentos suicidas (Chang, 2002; Hewitt y Flett, 1991; Shaw y Segal, 1999), ataques
de pánico (Hewitt y Flett, 1991), fobia social (Antony et al., 1998; Arana, 2003),
baja autoestima (Ashby y Rice, 2002; Blatt, 1995; Hewitt y Flett, 1991; Kottman,
2000), entre otros.
El perfeccionismo también puede jugar un papel en otras formas de psicopatología
como el alcoholismo y la disfunción eréctil, desórdenes psicosomáticos como el
síndrome de colon irritable y la colitis ulcerosa (Frost, Marten, Lahart y Rosenblate,
1990), también la fibromialgia, la fatiga crónica, los dolores de abdomen, la
dispepsia gástrica, la aerofagia, el hipo, la dermatitis, el asma, la tos compulsiva,
las contracturas musculares, las jaquecas, las cefaleas tensionales y las
dificultades coronarias (Bermejo, 2009).
La literatura proporciona suficiente evidencia como para apoyar la idea de que las
creencias perfeccionistas actúan como factor de riesgo para la salud física, mental
y emocional de los individuos, razón por la cual, se está ante la necesidad de
planear estrategias terapéuticas para el abordaje de la problemática y la
prevención de trastornos a largo plazo.
En general la psicoterapia no ha mostrado gran efectividad en el tratamiento del
perfeccionismo (Barrow y Moore, 1983; Bermejo, 2009; Quiroga y Cryan, 2007).
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Barrow y Moore (1983) proponen el juego de roles como ejercicio clínico para
encontrar una alternativa de pensamiento más equilibrada y saludable a los
pensamientos perfeccionistas, también instan al terapeuta a solicitarle al paciente
la practica del autodiálogo positivo. Kotman (2000) aconseja el empleo de historias
o dramatizaciones con el fin de enseñar a los niños maneras adaptativas de
reaccionar ante el fracaso de algún objetivo. Oros (2005) sugiere un abordaje
temprano (desde la infancia) del perfeccionismo mediante la terapia racional-
emotiva (TRE) de Ellis. Por último, al decir de Bermejo (2009) será conveniente
hacer una evaluación de las áreas en las que se dan principalmente las conductas
perfeccionistas, así como su frecuencia y gravedad, la intervención tendría como
objetivos hacer consciente al paciente de las consecuencias emocionales
negativas derivadas de las actitudes perfeccionistas y enseñarle a ajustar sus
metas y ambiciones, haciéndolas más realistas.
Objetivos Se trazaron los siguientes objetivos: 1) elaborar un instrumento psicométrico
estandarizado que –desde la teoría de Hewitt y Flett (1991)– permitiera medir el
perfeccionismo académico de los estudiantes universitarios en relación a tres
dimensiones fundamentales: perfeccionismo auto-orientado (satisfacción en
plantearse metas académicas muy difíciles de cumplir), orientado hacia los demás
(fijar objetivos académicos muy ambiciosos para los demás y exigir que se
satisfagan siempre) y socialmente prescrito (esfuerzo por satisfacer expectativas
de excelencia académica percibidas en los demás) y 2) efectuar una serie de
estudios psicométricos tendientes a garantizar la calidad del inventario en términos
de su validez y confiabilidad.
Metodología Una definición integradora sugiere que la validez de contenido es el grado en que
el conjunto de ítems del instrumento constituye una muestra relevante para el uso
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que se dará a las puntuaciones y representativa de los elementos del constructo
que se pretende evaluar (Anastasi y Urbina, 1998; Hogan, 2003; Martínez, 1996;
Muñiz, 1992). Debe tenerse en cuenta que, tal como señala Magnusson (1975),
este tipo de validez no puede expresarse a través de un coeficiente, el análisis de
la validez de contenido se apoya más en la lógica y el juicio racional que en
hallazgos estadísticos de carácter empírico (Hogan, 2003; Kaplan y Saccuzzo,
2006; Muñiz, 1992; Nunnally y Bernstein, 1995).
Para el análisis cuantitativo de los 60 ítems elaborados se aplicó el inventario a
una muestra de 120 estudiantes regulares de la Universidad Central de Venezuela
(UCV), tomados incidentalmente. Se efectuó la corrida de datos con el programa
informático “Statistical Package for the Social Sciences (SPSS) for Windows 15”
utilizando los siguientes procedimientos: 1) el número de personas que escogieron
cada una de las cuatro opciones que componen al ítem, 2) las correlaciones entre
los ítems (rii) y 3) las correlaciones de los ítems con la prueba (rip). La selección de
los reactivos que conformarían el inventario se realizó considerando: 1) que el
número de personas que seleccionaban cada una de las opciones de cada ítem
fuese más o menos equitativo y 2) que las correlaciones presentaran valores
ideales según ciertos baremos preparados con antelación; cada reactivo se evaluó
objetivamente en función de sus propiedades y se seleccionaron los de mayor
calidad.
Bajo la etiqueta de validez de constructo se agrupa toda la evidencia que garantiza
que las conductas observables del instrumento miden un constructo psicológico
determinado (Anastasi y Urbina, 1998; Hogan, 2003; Martínez, 1996; Muñiz,
1992). Con el objeto de obtener la validez de construcción se emplearon dos
métodos interpruebas según lo recoge Brown (1980), a saber: la validez factorial y
la validez convergente, estos toman en consideración las relaciones recíprocas
entre varias pruebas de manera simultanea, indican los aspectos que tienen en
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común varias pruebas o si miden o no la misma construcción.
El método de Análisis Factorial tiene como objetivo identificar rasgos psicológicos
o variables subyacentes (factores) que expliquen de manera reducida la varianza
dentro de un conjunto de variables observadas, es decir, lleva todas las
correlaciones posibles al mínimo de factores o rasgos comunes (Hair, Anderson,
Tatham y Black, 1999). Con tal propósito, se aplicó el instrumento (con los 60
ítems originales) a 120 estudiantes (n=120) de la Universidad Central de
Venezuela (UCV) seleccionados de manera intencional.
Cohen y Swerdlik (2001) afirman que un ejemplo de validez convergente sería que
las puntuaciones de la prueba que se está construyendo “tiendan a
correlacionarse altamente en la dimensión predicha con las puntuaciones en
pruebas anteriores, más establecidas y ya validadas, diseñadas para medir el
mismo constructo (o uno similar)” (p. 210); de ahí que se utilizó como medida del
constructo perfeccionismo a la versión española de la Multidimensional
Perfectionism Scale (MPS-H).
La Escala Multidimensional de Perfeccionismo (MPS-H por sus siglas en inglés)
diseñada por Hewitt y Flett (1991) es una de las medidas de auto-reporte más
utilizadas en la investigación de la variable, evaluándola en las mismas tres
dimensiones que el INVEPER-UCV (característica que permite la convergencia en
mejores términos), a saber: el perfeccionismo auto-orientado, una dimensión
intrapersonal caracterizada por una fuerte motivación a ser perfecto, esforzándose
por alcanzar metas irrealistas centrándose en los defectos y generalizando las
exigencias; el perfeccionismo orientado hacia otros que envuelve conductas
similares, pero dirigidas hacia otras personas en vez de a sí mismo, es decir, la
persona piensa que son los demás quienes deben esforzarse por ser perfectos
cumpliendo con estándares de exigencia definidos por esta; y, por último, el
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perfeccionismo socialmente prescrito que comprende la creencia de que los otros
tienen expectativas perfeccionistas hacia el individuo, y este debe cumplirlas para
no ser evaluado negativamente o rechazado (Damiani y Viloria, 2004). Cada
dimensión se compone de 15 reactivos para un total de 45 afirmaciones que
hacen referencia a características y rasgos personales, los ítems se encuentran
dispuestos en un formato tipo Likert de 7 puntos que va desde 1= completamente
en desacuerdo a 7= completamente de acuerdo. La versión francófona fue hecha
por Labrecque, Stephenson, Boivin y Marchand (1999) mientras que la versión
portuguesa la realizaron Soares, Gomes, Macedo, Santos y Azevedo (2003); la
versión en español se obtuvo de Damiani y Viloria (2004) y su adaptación también
se llevó a cabo siguiendo las directrices internacionales (Balluerka, Gorostiaga,
Alonso-Arbiol y Haranburu, 2007).
La fiabilidad y la validez de la escala que se comenta está ampliamente
demostrada en muestras clínicas y no clínicas (Hewitt y Flett, 2004). Hewitt y Flett
(1991) demostraron, en estudiantes universitarios (hombres y mujeres cuya edad
media fue de 21 años), que las tres subescalas de la MPS-H tienen un grado
adecuado de consistencia interna, debido a que obtuvieron coeficientes alfa de
Cronbach de ,86 para el perfeccionismo auto-orientado, ,82 para el perfeccionismo
orientado a otros y ,87 para el perfeccionismo socialmente prescrito, las
intercorrelaciones entre las subescalas oscilaron entre ,25 y ,40, lo que indica
cierto grado de superposición. Asimismo sus constructores evidenciaron la
estabilidad temporal de las dimensiones en estudiantes universitarios (hombres y
mujeres cuya edad media fue de 22,1 años), pues la fiabilidad test-retest –con un
intervalo de tiempo de 3 meses entre aplicaciones– fue de ,88 para el
perfeccionismo auto-orientado, ,85 para el perfeccionismo orientado hacia otros y
,75 para el perfeccionismo socialmente prescrito, probando así que la escala es
confiable y mide un rasgo de personalidad que es estable (Hewitt, y Flett, 1991).
En cuanto a las evidencias empíricas de validez, cada subescala se correlaciona
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positivamente con construcciones similares y, a su vez, negativamente con las
construcciones teóricamente diferentes, en concreto dichas dimensiones fueron
asociadas a un gran número de problemas clínicos tales como depresión,
ansiedad, trastornos de personalidad, ideación e intentos suicidas, trastornos de
alimentación, migrañas, entre otros (Hewitt y Flett, 1991, 2004). Empleando una
muestra de estudiantes universitarias (n= 582) cuya media de edad fue de 21,68,
Gelabert, García-Esteve, Martín-Santos, Gutiérrez, Torres y Subirà (2011)
encontraron una correlación parcialmente alta y estadísticamente significativa
(r=,750; p< ,001) entre la MPS-H y la Multidimensional Perfectionism Scale (MPS-
F) que se ha utilizado fundamentalmente en entornos clínicos, y cuenta con seis
dimensiones: preocupación por cometer errores, estándares personales, criticismo
parental, expectativas paternas, dudas sobre acciones y organización (Frost et al.,
1990).
Ambos instrumentos se administraron a una muestra de 150 estudiantes
universitarios (n=150) del Área Metropolitana de Caracas, los cuales fueron
seleccionados de manera intencionada, se contó con representaciones de dos
universidades nacionales: la Universidad Central de Venezuela (UCV) y la
Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), así como de dos universidades
privadas: la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y la Universidad Alejandro
de Humboldt (UAH). Tomando en cuenta que los instrumentos debían ser
contestados en sucesión inmediata (uno detrás de otro) por los participantes, era
de suponer que el desempeño de estos últimos mermara debido a la fatiga, así
que con el propósito que indica McGuigan (1996) de distribuir por igual los efectos
del orden sobre las condiciones se empleó el método de contrabalanceo: la mitad
de los participantes (75 sujetos) respondió primero el INVEPER-UCV y luego la
MPS-H (Forma AB), mientras que la otra mitad (75 sujetos) contestó primero la
MPS-H y luego el INVEPER-UCV (Forma BA). Los puntajes totales fueron
correlacionados a través del coeficiente de correlación producto-momento de
Pearson, a los fines de constatar cuán asociadas estaban las evaluaciones
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tomadas por el INVEPER-UCV y las recogidas con el otro instrumento que
examina la variable.
Según Cohen y Swerdlik (2001) la consistencia interna es “el grado de correlación
entre todos los reactivos en una escala” (p. 163) y es un indicador de la
homogeneidad de la prueba: el grado en que los ítems de la prueba miden el
mismo constructo o rasgo (Hogan, 2003). Debido a que los reactivos del
INVEPER-UCV son de calificación continua (no dicotómicos), para obtener la
estimación de confiabilidad de la consistencia interna se utilizó el coeficiente alfa
de Cronbach, el cual puede considerarse como “la media de todas las
correlaciones de división por mitades posibles, las buenas junto con las malas,
corregida por la fórmula de Spearman-Brown” (Cohen y Swerdlik, 2001, p. 166), tal
medida de consistencia entre reactivos se calcula a partir de una sola aplicación
de una forma única del instrumento (Cohen y Swerdlik, 2001). Para llevar a cabo
este estudio se administró el INVEPER-UCV a una muestra de 150 estudiantes
universitarios (n=150) del Área Metropolitana de Caracas seleccionados de
manera intencionada, contándose con representaciones de dos universidades
nacionales: la UCV y la UBV, así como de dos universidades privadas: la UCAB y
la UAH.
La otra modalidad de confiabilidad empleada fue la estimación test-retest, la cual
correlaciona pares de puntuaciones de las mismas personas en dos aplicaciones
diferentes –en momentos en el tiempo– del mismo instrumento (Cohen y Swerdlik,
2001); es apropiado usar este método porque el INVEPER-UCV mide un rasgo de
personalidad que es relativamente estable a lo largo del tiempo.
La American Psychiatric Association (2002) a través del Manual Diagnóstico y
Estadístico de los Trastornos Mentales define los rasgos de personalidad como
“patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse, pensar sobre el entorno
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y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos
sociales y personales” (p. 766). En esta misma línea, los teóricos de los rasgos
afirman que –en líneas generales– los rasgos psicológicos son relativamente
estables a lo largo del tiempo y un tanto consistentes ante diversas situaciones
(Larsen y Buss, 2005). Para Hewitt y Flett (1991) el perfeccionismo (y con él, sus
dimensiones) es un rasgo de personalidad que se mantiene relativamente estable
en el tiempo y cuyos orígenes –presumiblemente– se remontan a la infancia; de
hecho, los datos del estudio de test-retest reportados en referencia a las
propiedades psicométricas del instrumento con el que se realizó la validez
convergente, constituyen una prueba importante de que las tres dimensiones del
perfeccionismo son estables longitudinalmente.
También desde otras propuestas teóricas adicionales a la del INVEPER-UCV se
hace hincapié en la estabilidad temporal del perfeccionismo: tal es el caso de
Meyen y Skrtic (1995) que propusieron al perfeccionismo como uno de los
elementos clave de la personalidad que no sufre alteraciones importantes;
asimismo Frost, Lahart y Rosemblate (1991) conciben al perfeccionismo como un
rasgo de personalidad que una vez establecido es muy difícil de modificar; en los
adultos el perfeccionismo es difícil de modificar –incluso terapéuticamente- puesto
que está fundado en un sistema de creencias y cogniciones mantenidas durante
largo tiempo (Blatt, 1995; Kottman, 2000), además, como lo mencionan Barrow y
Moore (1983), es probable que estas creencias y demandas perfeccionistas hayan
sido consideradas erróneamente como la causa de los éxitos, lo que las hace aún
más difíciles de abandonar.
Los coeficientes de confiabilidad test-retest se obtuvieron aplicando el INVEPER-
UCV a los mismos individuos en dos ocasiones diferentes, con un intervalo de
tiempo de dos semanas entre aplicaciones. La muestra estuvo integrada por 50
estudiantes (n=50; 28 mujeres y 22 hombres) de la UCV seleccionados de manera
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intencional, la edad media de los participantes fue de 21 años ( = 20,9; mín. 17 y
máx. 47). Se calculó una correlación de Pearson entre las puntuaciones de la
primera y la segunda evaluación.
Resultados Las evidencias de validez de contenido del INVEPER-UCV comienzan con la
definición cuidadosa del contenido que abarca, necesariamente esto implicó en
primer lugar una filiación teórica, es decir, una concepción sobre la esencia y
estructura del constructo perfeccionismo tal como la entienden los autores Hewitt y
Flett (1991), se partió desde un enfoque de gran aceptación que se focaliza en el
aspecto interpersonal del constructo y con un énfasis claro en su aspecto
negativo; en segundo lugar se definió lo que Martínez (1996) llama “el universo de
observaciones admisibles”, lo cual no es otra cosa que los indicadores o
conductas que pueden ser más o menos identificables en la realidad sobre cada
una de las tres dimensiones subyacentes, estos aspectos pasaron por un juicio de
expertos que efectuó modificaciones tendientes a especificar las conductas de la
manera más clara posible.
El proceso anterior fue generador de una tabla de especificaciones a fin de
estructurar y delimitar la manera de examinar la variable, tanto en el contexto de
los evaluados como en las dimensiones propuestas por la teoría implicada. El
propósito de su diseño, siguiendo a Gronlund (1974), es garantizar que el
instrumento examina una muestra de conductas representativas de los elementos
que lo constituyen teóricamente, es decir, garantizar que los reactivos cubren
todos los aspectos apropiados, importantes e imprescindibles del área de
conducta y en una proporción adecuada, sin perder de vista el área donde se
espera observar (Anastasi y Urbina, 1998; Muñiz, 1992).
La elaboración de tales especificaciones pasó de tener cierto grado de
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arbitrariedad a estar mediada por la consulta a expertos: tal como señala Martínez
(1996) el procedimiento inicial más común es asumir que todas las dimensiones
tendrán el mismo peso en la evaluación, la equidad en la distribución de los ítems
para cada dimensión fue pensada en tanto se pudo advertir como una constante
en las pruebas construidas en atención a la teoría y además no era la intención de
los autores asignar a algún tópico mayor importancia relativa sobre los demás que
se reflejara en el numero de reactivos dispuestos en cada área-dimensión, esta
pretensión fue confirmada por los jueces, sin embargo, se incrementó el número
de ítems que se había dispuesto originalmente para cada dimension (de 8 a 10
ítems) y se convino que el inventario admitiera una puntuación para cada
dimensión y una de carácter global.
De esta manera podemos describir el perfeccionismo orientado hacia sí mismo
como contentivo de una serie de cogniciones y comportamientos basados en
objetivos personales muy difíciles de cumplir, autoevaluaciones minuciosas
excesivamente exigentes, un elevado nivel de crítica personal, la búsqueda de la
perfección y la evitación del fracaso; cuando es orientado hacia los demás puede
ser entendido como una estrategia de control del entorno, implica un conjunto de
creencias y expectativas acerca de la capacidad de los demás que incluye la
fijación de objetivos muy ambiciosos para otras personas significativas, exigiendo
que se satisfagan siempre, lo que se suma a un elevado nivel de crítica y
constante evaluación del desempeño de éstas; y, si se trata de la dimensión
prescrito socialmente, describe la necesidad de cumplir con las expectativas
prescritas por otros significativos, tiene que ver con la percepción de que las
personas esperan un comportamiento perfecto por lo que se propende a satisfacer
tales expectativas con el deseo de ganar la aceptación y el afecto de aquellas
(Hewitt y Flett, 1991).
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Resulta importante al decir de Anastasi y Urbina (1998) y Matesanz (1997) que la
construcción de ítems fue precedida por una revisión de textos y artículos
científicos especializados en el perfeccionismo así como de otros instrumentos
que afirman medir la variable. Muestra especial de atención debe concederse a la
realización de entrevistas a estudiantes universitarios de diferentes semestres, la
interpretación de las respuestas concluyó que la población a la que se dirige el
instrumento considera al perfeccionismo una conducta negativa e indeseable
(apreciación que resulta similar a la de los autores), se procuró que las palabras
que los consultados asociaron al perfeccionismo (incluso términos ligados a la
psicopatología) tuvieran una presencia significativa en la redacción de los ítems,
siendo así la garantía de que los mismos pueden elicitar el fenómeno de interés;
además se verificó la existencia de ítems que van de la mano con algunos de los
lemas que los entrevistados creen propios de una persona perfeccionista.
El análisis cualitativo de la primera versión de ítems del INVEPER-UCV implicó
determinar, siguiendo a Hogan (2003), qué tan bien los reactivos de la prueba
cubren los elementos de las especificaciones de contenido, esto se llevó a cabo
por medio de un procedimiento estructurado como lo recomienda Martínez (1996)
de la manera que se detalla a continuación: se contactó a varios expertos por
separado y a cada uno se le hizo entrega de un formato que requería examinar
cada reactivo atendiendo, en primer lugar, a la calidad de su redacción (incluyó -
como indica Kaplan y Sacuzzo (2006)- considerar un nivel de lectura apropiado
para la población seleccionada) y, en segundo lugar, a la dimensión en donde
parecía encajar; como es pertinente, a los expertos se les indicó el dominio teórico
que debían considerar. Por último, el proceso devino en agrupar las coincidencias
y divergencias entre los jueces para tomar la decisión de efectuar los ajustes
correspondientes. En síntesis, inicialmente el INVEPER-UCV contaba con 60
ítems que constituían el doble de la cantidad final, como resultado del
procesamiento estadístico sólo los 30 mejores pasaron a formar parte del
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instrumento de conformidad con la tabla de especificaciones.
La medida de adecuación muestral de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) presentó un
valor mayor a ,5, indicando así que era pertinente realizar un análisis factorial con
los datos que se estaban analizando (Pardo y Ruiz, 2005). Por su parte, siguiendo
a los autores, la prueba de esfericidad de Bartlett indicó que el modelo factorial es
adecuado para explicar los datos en tanto que X2(1770)=3500,856, p< ,001. De
manera que se justificó la elección del método factorial como procedimiento para
analizar los resultados del INVEPER-UCV y se asomó la posibilidad de poder
confirmar las dimensiones de éste a partir de los componentes extraídos.
Se realizó un análisis factorial (ver Tabla 1) mediante el método de componentes
principales con rotación ortogonal tipo varimax; los resultados demostraron la
presencia de tres componentes que se ajustaban a las dimensiones del INVEPER-
UCV: el primero de ellos explicó el 14,058%, el segundo el 7,741% y, el tercero el
7,260% de la varianza correspondiente; así que la triada de componentes explican
aprox. el 30% de la varianza total recogida por el instrumento, resultado similar a
lo encontrado por Soares y cols. (2003), quienes en la población portuguesa
también reportaron una solución de tres factores que explicaba el 33,18% de la
varianza total.
Tabla 1
Varianza total explicada por los componentes del INVEPER-UCV
Autovalores iniciales Suma de las saturaciones al cuadrado de la rotación
Componente Total % de la varianza
% acumulado Total
% de la varianza
% acumulado
1 8,435 14,058 14,058 6,096 10,159 10,159 2 4,645 7,741 21,799 5,855 9,758 19,918 3 4,356 7,260 29,058 5,484 9,140 29,058
Método de extracción: Análisis de componentes principales.
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Referente a la validez convergente (ver Tabla 2) se observa la presencia de
correlaciones moderadamente altas y estadísticamente significativas entre ambos
instrumentos para las dimensiones del perfeccionismo orientado hacia sí mismo
(r=,503; p< ,001) y prescrito socialmente (r=,505; p< ,001), la dimensión hacia los
demás muestra una correlación moderadamente baja y estadísticamente
significativa (r=,200; p= ,014) y, la correlación entre el INVEPER-UCV y la MPS-H
(r=,480; p< ,001) es también moderadamente alta y significativa. Este resultado
habla a favor del instrumento en construcción, no sólo porque arroja un valor
estadístico dentro de los usuales para este tipo de estudio, sino porque tal valor es
considerable si se toma en cuenta la diferencia de contenido entre las escalas.
Tabla 2 Resultados de la validez convergente INVEPER-UCV – MPS-H
MPS-H
INVEPER-UCV Hacia sí mismo
Hacia los demás
Prescrito socialmente Total
Hacia sí mismo Pearson ,503**
Sig. (bilateral) ,000 N 150
Hacia los demás
Pearson ,200* Sig. (bilateral) ,014
N 150
Prescrito socialmente
Pearson ,505** Sig. (bilateral) ,000
N 150
Total Pearson ,480**
Sig. (bilateral) ,000 N 150
* La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral). ** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
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Los índices de la consistencia interna (ver Tabla 3) muestran una considerable
homogeneidad en las subescalas del perfeccionismo orientado hacia sí mismo
(α=,70), hacia los demás (α=,72) y prescrito socialmente (α=,73) así como en la
prueba total (α=,85).
Tabla 3 Confiabilidad de consistencia interna del INVEPER-UCV
Dimensiones Alfa de Cronbach Nº de elementos Hacia sí mismo ,709 10 Hacia los demás ,728 10 Prescrito socialmente ,732 10 INVEPER-UCV ,855 30
En lo que respecta a la confiabilidad de test-retest (ver Tabla 4) se obtuvo un
coeficiente de confiabilidad elevado (r=,871; p< ,001) para la subescala del
perfeccionismo orientado hacia sí mismo, es decir, 87,1% de la varianza de las
puntuaciones observadas en esta dimensión es varianza de la puntuación
verdadera, la cual según Hewitt y Flett (1991) involucra cogniciones y
comportamientos tales como el establecimiento de altos estándares y metas para
sí mismo, autoevaluaciones y normas demasiado exigentes, en suma,
motivaciones que se traducen en la búsqueda de la perfección y la evitación del
fracaso en el área académica; el 12,9% restante es explicado por la varianza de
error (muestreo de tiempo).
Para la subescala del perfeccionismo orientado hacia los demás también se
obtuvo un coeficiente de confiabilidad elevado (r=,846; p< ,001), esto significa que
del 100% de la varianza total de la dimensión, el 84,6% es explicado por la
varianza de las puntuaciones verdaderas, la cual al decir de Hewitt y Flett (1991)
tiene que ver con las creencias y expectativas respecto a las capacidades y el
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rendimiento estudiantil de los otros compañeros significativos, el establecimiento
de normas poco realistas para los demás y la evaluación rigurosa de su
desempeño académico; mientras que la dimensión anterior era generadora de
autocrítica y autocastigo, aquí el perfeccionismo se orienta al exterior esperando
que la gente sea perfecta, conduce a proyectar los sentimientos de culpa fuera de
sí y a experimentar sentimientos de hostilidad y desconfianza hacia los demás; el
15,4% restante es explicado por la varianza de error (muestreo de tiempo).
Con relación a la subescala del perfeccionismo prescrito socialmente se observa
un coeficiente de confiabilidad elevado (r=,831; p< ,001), lo que quiere decir que el
instrumento es capaz es explicar el 83,1 % de la variabilidad de las puntuaciones
observadas en esta dimensión, esta variabilidad recogida de acuerdo a Hewitt y
Flett (1991) comprende la necesidad de lograr estándares y expectativas
establecidas por las personas significativas, esto fundado en la creencia de que
dichas personas evalúan el propio comportamiento de forma rigurosa ejerciendo
presión para el alcance de la perfección; estas normas acompañan la experiencia
de fracaso, el miedo a la evaluación negativa, la evitación de la desaprobación de
los demás y estados emocionales como la angustia, la ansiedad y la depresión; el
16,9% restante es explicado por la varianza de error (fluctuaciones aleatorias de la
ejecución de una sesión a otra).
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Tabla 4
Confiabilidad test-retest del INVEPER-UCV RETEST
TEST Hacia sí mismo
Hacia los demás
Prescrito socialmente Total
Hacia sí mismo Pearson ,871**
Sig. (bilateral) ,000 N 50
Hacia los demás
Pearson ,846** Sig. (bilateral) ,000
N 50
Prescrito socialmente
Pearson ,831** Sig. (bilateral) ,000
N 50
Total Pearson ,835**
Sig. (bilateral) ,000 N 50
** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).
Queda en evidencia la estabilidad temporal de los puntajes arrojados por el
instrumento, pues el coeficiente de confiabilidad test-retest del INVEPER-UCV –
con un lapso intermedio de dos semanas entre aplicaciones– fue de r=,835; p<
,001 entendiendo que 83,5% de la varianza de las puntuaciones observadas con
el instrumento es explicada por la varianza de la puntuación verdadera (alusiva al
perfeccionismo académico) y el 16,5% restante es explicado por cambios
ocurridos entre la primera y la segunda aplicación de la prueba.
Conclusiones
“Perfection does not exist. To understand it is the triumph of human intelligence;
the desire to possess it the most dangerous kind of madness” Alfred de Musset.
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Con frecuencia –y como es el caso– gran parte de la determinación de la validez
de contenido se realiza a través de procedimientos que involucran la participación
de jueces (Kaplan y Saccuzzo, 2006), ciertamente según Muñiz (1992) se trata de
un camino más indirecto y falible, no obstante, tales expertos eran poseedores de
amplio dominio tanto en elementos asociados a la construcción de escalas de
evaluación psicológica como de la teoría, aplicabilidad e investigación del
constructo a examinar: el perfeccionismo.
Los reactivos que conforman la versión definitiva del INVEPER-UCV son los que
mejor representan al constructo perfeccionismo académico ya que tienen cargas
importantes en las dimensiones que corresponden teóricamente, toda vez que el
análisis de ítems los había seleccionado como los mejores. En síntesis, la solución
factorial que se retuvo tiene un mayor sentido teórico, debido a que la estructura
factorial reproduce en buena medida tanto la organización original como la versión
definitiva del inventario y es la más parsimoniosa, en tanto los resultados
expuestos apoyan la propuesta de tres dimensiones como modelo susceptible de
interpretación.
Los índices de correlación encontrados en la validación por convergencia son
bastante respetables si se atiende a las diferencias funcionales entre los
instrumentos, pues si bien ambos evalúan la misma variable hay diferencias que
merecen ser puntualizadas: 1) se trata de una escala general de perfeccionismo
(MPS-H) versus una específica de perfeccionismo académico (INVEPER-UCV),
que de seguro describe de manera mucho más particular al examinado; 2) el
recorrido de los puntajes de ambos instrumentos difiere marcadamente en tanto
que la MPS-H plantea una escala tipo Likert de 7 puntos y el INVEPER-UCV una
de 4 puntos, lo cual generaría menor variación de los puntajes; y por último, 3) la
versión española de la MPS-H no ha pasado por un proceso de adaptación a la
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población venezolana, en este sentido, Sattler (2003) afirma que un instrumento
no se abstrae de las prácticas culturales (diferencias de valores, formas de
expresión, modos de pensar y estilos de vida) al medir una variable; especial
atención debe recibir el hecho de usar las palabras adecuadas que puedan
aparecer en los reactivos dirigidos a un grupo particular (Lezama, 2005).
Los resultados obtenidos en la confiabilidad de consistencia interna resultan
deseables por tres razones: 1) debido a que todos los valores del coeficiente alfa
de Cronbach se encuentran entre ,70 y ,90 se posibilita afirmar que la consistencia
interna del INVEPER-UCV y de sus dimensiones es adecuada, es decir, en cada
caso los ítems apuntan hacia una misma dirección (están midiendo lo mismo),
asumiendo que aquello que miden es el constructo para el que fueron elaborados,
con base en lo indicado por Oviedo y Campo-Arias (2005) en este caso puede
afirmarse que los ítems no se caracterizan por medir elementos ajenos al
perfeccionismo, ni tampoco hay varios ítems que estén midiendo exactamente el
mismo elemento del perfeccionismo y, por lo tanto, no hay reactivos redundantes o
duplicados que deban eliminarse; 2) las puntuaciones que se deriven de la prueba
pueden interpretarse con relativa sencillez, pues aquellas personas que obtengan
puntuaciones similares deberían tener características parecidas en la dimensión
examinada (Cohen y Swerdlik, 2001) y 3) un alto grado de consistencia interna es
una contribución necesaria –aunque limitada y ambigua– para validar el constructo
que mide el instrumento sin un patrón de referencia (Brown, 1980; Martínez, 1996;
Nunnally y Bernstein, 1995).
Los resultados de la confiabilidad test-retest son satisfactorios a la luz de algunos
parámetros de referencia sobre el grado de confiabilidad: Kaplan y Saccuzzo
(2001) plantean que las estimaciones de confiabilidad en el rango de ,70 a ,80 son
lo suficientemente buenas para casi cualquier propósito, de acuerdo con Murphy y
Davidshofer (1998, c.p. Hogan, 2003) las estimaciones de confiabilidad de ,80 o
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superiores deben considerarse entre moderadas y elevadas; por otra parte, los
resultados son congruentes con los de aquellos estudios que históricamente
reportan al perfeccionismo auto-orientado como la dimensión con mayor
estabilidad temporal, seguida por las subescalas del perfeccionismo orientado a
otros y el perfeccionismo socialmente prescrito (Hewitt y Flett, 1991; Soares y
cols., 2003).
La corrección del INVEPER-UCV consta de tres puntajes independientes
(parciales) arrojados por un similar número de dimensiones del perfeccionismo –
orientado hacia sí mismo, orientado hacia otros y socialmente prescrito–
examinadas cada una por 10 ítems para un total de 30 reactivos dispuestos en
una escala tipo Likert de cuatro (4) puntos, de Totalmente en Desacuerdo (TD) a
Totalmente de Acuerdo (TA), dichos puntajes se encuentran en un continuo que
va desde 10 a 40 puntos, donde un puntaje mayor es indicativo de un mayor nivel
de perfeccionismo en la dimensión evaluada; y, además arroja un puntaje global
que proviene de la sumatoria de las puntuaciones totales de cada dimensión y se
halla en un continuo que va desde 30 a 120 puntos, donde un puntaje mayor es
indicativo de un mayor nivel de perfeccionismo. Aunque se adelantó un estudio
normativo, el mismo no dispuso de una muestra lo suficientemente amplia como
para elaborar un baremo, por lo que una forma de establecer valores altos, medios
y bajos de perfeccionismo sería, según lo sugiere Oros (2003), mediante el cálculo
de percentiles.
Hasta aquí se ha presentado el proceso de construcción, validación y confiabilidad
de un inventario para medir el perfeccionismo académico en los estudiantes
universitarios, atendiendo a un modelo teórico de tres dimensiones fundamentales:
perfeccionismo auto-orientado, hacia los demás y prescrito socialmente. Algunos
de los aspectos que pueden ser atendidos en estudios futuros están referidos a la
necesidad de contar con evidencia más robusta respecto a la estructura factorial
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del INVEPER-UCV con miras a que los componentes expliquen un mayor
porcentaje de la varianza total, también se plantea recabar mayor apoyo al modelo
teórico determinando si el INVEPER-UCV resulta útil para estudiar la relación
entre perfeccionismo y ciertas conductas tanto saludables como desadaptativas o
patológicas; los resultados que se obtuvieron son limitados y necesitan
confirmarse por medio de la replicación de estudios en diversas muestras que
comprueben la dinámica perfeccionista observada en este trabajo, finalmente se
destaca la importancia de realizar estudios dirigidos a valorar si las diferencias
culturales moderan la conducta perfeccionista. Este trabajo constituye un aporte
novedoso en la exploración de una variable escasamente estudiada a pesar del
impacto que puede tener sobre la salud y el bienestar, son varios los ajustes que
podrían hacerse a fin de mejorar la calidad del instrumento.
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