La formación de los conceptos en psicología y su impacto en la creación de textos psicológicos

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La Formación de Conceptos en el aprendizaje de la Psicología y las Incumbencias del Psicólogo Julián Marino 1, 2 1 Universidad Nacional de Córdoba, Laboratorio de Procesamiento de Neuroimágenes 2 Universidad de Granada (España), Grupo de Neurociencia Cognitiva Este artículo tiene por objetivo analizar la experiencia lectora en Psicología, en el marco que comprende los textos que constituyen la formación académica obligatoria para acceder al título habilitante de Licenciado en Psicología. Este título conduce a la posibilidad de realizar las actividades reguladas por las incumbencias establecidas por la ley de ejercicio profesional. Esto significa que el estudiante ingresa a través de los textos a una organización institucional que norma el funcionamiento de la disciplina Psicología. En este proceso, y teniendo como eje la experiencia lectora, atraviesa diferentes niveles de análisis, que van desde la comprensión lectora hasta las prácticas para los cuáles será habilitado, pasando por la formación de conceptos y las diferentes posiciones activadas en la producción, distribución y consumo de conocimientos. Además, este análisis de la lectura de textos en Psicología pone en evidencia la existencia de prescripciones epistemológicas y de instancias de validación metodológicas que influyen en la Psicología y que de forma concreta se ciernen en operaciones sobre los textos y las prácticas. De este modo, tener como Unidad en Análisis la experiencia lectora los textos de Psicología que conforman la carrera académica que otorga un título legitimado para ejercer acciones sobre otros, nos muestra la lógica bajo la cual está constituida su enseñanza y nos permite realizar una evaluación crítica, mediante la construcción de criterios y categorías que se despliegan. Además de nuestro objetivo original de realizar una descripción de la experiencia lectora en sí misma (Abu-Rabia, Share, & Mansour, 2003) con los diferentes niveles de integración en que se desarrolla,

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La Formación de Conceptos en el aprendizaje de la Psicología y

las Incumbencias del Psicólogo

Julián Marino1, 2

1 Universidad Nacional de Córdoba, Laboratorio de Procesamiento de Neuroimágenes

2 Universidad de Granada (España), Grupo de Neurociencia Cognitiva

Este artículo tiene por objetivo analizar la experiencia lectora en Psicología, en el

marco que comprende los textos que constituyen la formación académica obligatoria

para acceder al título habilitante de Licenciado en Psicología. Este título conduce a la

posibilidad de realizar las actividades reguladas por las incumbencias establecidas por

la ley de ejercicio profesional. Esto significa que el estudiante ingresa a través de los

textos a una organización institucional que norma el funcionamiento de la disciplina

Psicología. En este proceso, y teniendo como eje la experiencia lectora, atraviesa

diferentes niveles de análisis, que van desde la comprensión lectora hasta las prácticas

para los cuáles será habilitado, pasando por la formación de conceptos y las diferentes

posiciones activadas en la producción, distribución y consumo de conocimientos.

Además, este análisis de la lectura de textos en Psicología pone en evidencia la

existencia de prescripciones epistemológicas y de instancias de validación

metodológicas que influyen en la Psicología y que de forma concreta se ciernen en

operaciones sobre los textos y las prácticas.

De este modo, tener como Unidad en Análisis la experiencia lectora los textos de

Psicología que conforman la carrera académica que otorga un título legitimado para

ejercer acciones sobre otros, nos muestra la lógica bajo la cual está constituida su

enseñanza y nos permite realizar una evaluación crítica, mediante la construcción de

criterios y categorías que se despliegan. Además de nuestro objetivo original de

realizar una descripción de la experiencia lectora en sí misma (Abu-Rabia, Share, &

Mansour, 2003) con los diferentes niveles de integración en que se desarrolla,

tenemos también la finalidad de fundamentar de qué manera la lectura de textos en

Psicología puede significar un objeto de investigación genuino. Existen diferentes

niveles que organizan la experiencia de lectura de textos en Psicología desde la

perspectiva del lector. Hay cuatro niveles que corresponden a la comprensión lectora

en general (Madruga & Larrea, 1999):

- Nivel de la representación superficial, donde los textos están compuestos de

palabras y es tarea del lector reconocer su significado.

- Nivel de la representación proposicional, donde más allá de un conjunto de

oraciones hay proposiciones a las que se pueden reducir las oraciones. El texto

pasa a ser un conjunto de proposiciones que pueden, por ejemplo, anotarse al

margen de los párrafos originales

- Nivel de la representación esquema, donde las proposiciones pueden

subsumirse en un esquema de organización del texto, que trasciende el orden

proposicional y presenta diferentes tópicos relacionados entre si por relaciones

lógicas, como el álgebra booleana

- Nivel del Modelo Situacional, donde el esquema del texto, las proposiciones y

las palabras determinan, en su mutua interacción, un modo en que se organiza

la relación entre el lector y el mundo, lo que significa por parte del lector una

recreación de las operaciones del texto de una forma de organización de “una

porción de la realidad del mundo”. La porción del mundo que le interesa a la

psicología interesa aquí es la mental, conductual y la continuidad existencial.

También se podría decir, la conexión entre mente y cerebro (Barrett, 2009).

Esto último será discutido por el profesor/a, que probablemente no esté de

acuerdo (teniendo en cuenta las particularidades de la formación de psicólogos

en Argentina).

Estos cuatro niveles se van integrando progresivamente, determinando

progresivamente la “maestría en el dominio”, del nivel más básico hacia el nivel

siguiente, hasta formarse como “lector experto”. Estos niveles se influyen

recíprocamente, emitiéndose restricciones entre sí: En textos de Psicología es

interesante observar de qué manera lectores que resultaban expertos en algún

dominio tienen dificultades hasta en el nivel superficial cuando abordan textos de otra

escuela de psicología, cuya superficie léxica tiene gran cantidad de palabras de uso

restringido en el habla común. De allí que la primer etapa del estudiante de Psicología

cuando ingresa al Conocimiento Psicológico Institucionalizado (CPI) se caracteriza por

una notable ansiedad ante el vocabulario de los textos y una notoria dificultad para

reconocer “de qué se trata” aquello de lo que se habla (una dificultad ontológica que

suele arrastrarse por los años ¿qué significa ‘dificultad ontológica?’). Aumenta la

dificultad para dominar niveles más complejos, teniendo en cuenta la influencia que

ejerce el nivel superficial debido a los procesos mencionados de interacción recíproca

entre niveles. Un ejemplo de esta situación lo constituyen las obras de Sigmund Freud,

cuya exquisita redacción hace habituales términos como “libido”, “pulsión de muerte”,

“superyó” y “transferencia” (Woody & Phillips, 1995), que pueden resultar dificultosos

para lectores expertos en neurociencias cognitivas. A nivel del Modelo Situacional el

lector “experto” convierte al texto en un esquema o modelo de una parte del mundo

(Johnson-Laird & Byrne, 1995) que permite una “organización del mundo”,

transfiriendo las codificaciones simbólicas a modelizaciones de lo existente de la

mundanidad. Los modelos mentales son transferibles, permiten ‘colonizaciones

cognitivas’ aplicables a diferentes dominios, implican codificaciones de la realidad en

términos de ‘si entonces’ ‘propiedad de’ ‘causa de’ por mencionar ejemplos. Esto

puede ser visto como una reconfiguración del Mundo para una persona a partir de

textos, ilustra de qué modo el procesamiento de textos transforma el mundo para una

persona, siendo que cada texto implica una transacción entre los modelos mentales de

una persona y un ‘pequeño mundo’.

A estos cuatro niveles se le agrega uno propio de la lectura de textos de Psicología bajo

la presión “académica”, se trata de una competencia de la Psicología. Este Nivel se

denomina Pragmático:

- En el Nivel Pragmático, el Modelo Situacional recreado por el texto de

Psicología, bajo la “presión profesional y científica”, debe ser transferido a una

acción en el mundo, para que el modelo recreado tenga consecuencias en el

hacer del lector, ya que en esta lectura sistematizada debe definir las prácticas

que le permitirán responder a las demandas que provengan de su inserción

laboral en el Mundo. La dimensión pragmática inaugura la Inteligencia

Ejecutivo- Semántica (Whitney, Kirk, O’Sullivan, Ralph, & Jefferies, 2011) de la

experiencia del lector de Psicología en el CPI. ¿Qué significa inteligencia

ejetivo- semántica? Qué el psicólogo deberá resolver problemas. Mejorar el

estado del ‘pequeño mundo’ que esquematizan sus modelos situacionales. Asar

de un estado inicial peor a uno mejor. Esa incluso es una noción de verdad para

un epistemólogo pragmático (Rorty, 1996).

Este último nivel nos conduce a reafirmar que nuestro objeto de análisis es la lectura

de textos de Psicología en el seno de la formación académica en Psicología; no

apuntamos a la lectura por placer o parcial, sino a la organizada en una institución que

formaliza una carrera que otorga un título habilitante de prácticas de Psicólogo. De

este modo, el nivel pragmático, ejerce una presión social sobre el lector y sobre los

restantes cuatro niveles. Es un nivel donde hay una interpenetración entre

tematizaciones sociales, como “adolescentes en crisis”, “consumo de drogas”,

“necesidad de mejorar la relación entre empleados y su trabajo”, “graves problemas

en la conducta de los conductores de automóviles en rutas” con el lector, a partir de la

traducción de este encuentro en Demandas.

Vamos a ilustrar como quedan formuladas las demandas a Nivel Pragmático mediante

un ejemplo: Hay una tematización social que es el “riesgo de que los modelos de

belleza contemporáneos giren en torno a una excesiva delgadez”. Se publican textos

cuyo Modelo Situacional desarrollen mediatizaciones con esa tematización para

comprender, explicar y actuar sobre los constitutivos psicológicos (conceptos mentales

estables) que quedaron definidos y ser eficaces. A Nivel Pragmático interesa el valor

social que tienen los textos en cuanto el sistema social es una organización que debe

responder a un conjunto de necesidades y problemas mediante conocimientos que sean

validados como científicos. Subyace aquí una interacción que será de crucial

importancia: La relación entre la lectura de textos, la práctica y la tecnología, en

especial el desarrollo de operaciones computacionales y programación. Que en

Argentina sea privilegio la lectura de textos en la formación del psicólogo es una

particularidad. Una adecuada internalización de la formación (para eso no hace falta

más que tener contacto con otras realidades en facultades de psicología extranjeras)

brinda una notable relevancia a la tecnología en la formación de la psicología (Barrett,

2009). Eso es muy interesante para discutir con el profesor/a, y con otros docentes,

investigadores. En concreto, abrir la psicología argentina al mundo. Es una posibilidad,

como opinión personal, adhiero a los campos sociales abiertos y relacionados con lo

contemporáneo y mundial. Interesante debate para la clase y para atraer invitados/as.

El nivel pragmático admite como eficaz la adecuada comprensión del funcionamiento

de un órgano u objeto, de manera que es admisible que se considere dentro de las

exigencias pragmáticas la presencia de textos cuyo modelo situacional correspondan a

la denominada “investigación básica”. Un ejemplo es la presentación de un artículo

que describe adecuadamente la relación entre la disminución del nivel de conectividad

del fascículo uncinado del cerebro (buscar en Internet de que se trata) y la presencia

de comportamientos impulsivos, desorganizados, en especial en niños/as que

sufrieron deprivación afectiva temprana, como los huérfanos por la guerra de los

Balcanes (Eluvathingal et al., 2006). El Nivel Pragmático indica que en la carrera de

Psicología hay una presión por una práctica posterior, sea del tipo que sea, y que esa

práctica tiene un origen y desarrollo social que la fundamenta, sostiene la existencia de

la Institución Psicología; y se delega principalmente en los textos de Psicología la tarea

de formalizar la mediación entre Modelos Situacionales y Prácticas. Dicho de una

forma legal, el Nivel Pragmático dice: La Ley de Ejercicio de la Psicología le reserva una

serie de Incumbencias. Aquí daremos tres ejemplos de Incumbencias que la ley reserva

a los Psicólogos:

a) Realizar indicaciones psicoterapéuticas de internación y externación de

personas por causas psicológicas.

b) Indicar licencias y/o justificar ausencias por causas psicológicas.

c) Diagnosticar, evaluar, asistir, orientar y asesorar en todo lo concerniente a los

aspectos psicológicos en el ámbito jurídico-forense. Prescribir y efectuar

psicoterapias individuales, familiares, grupales y de pareja

Los textos de Psicología deben conducir a la acción eficaz en estas Incumbencias,

entendiendo que un texto es un “condensado de prácticas” con su historia y sus

disciplinamientos, y que la tarea de formación, que incluye docentes, actividades

denominadas “prácticas” y trabajo de aula constituyen la coordinación de prácticas

que van a nutrir luego la conformación de nuevos textos de Psicología (la posición P2

en el esquema relativista de la psicología) (Marino, 2009).

Esta lógica que va del texto a las incumbencias puede parecer trivial y generalizable a

todas las disciplinas y sus carreras, de no existir la siguiente situación, característica de

la Psicología: El conocimiento en Psicología plantea numerosos problemas, en el marco

de su carácter de disciplina límite entre la producción filosófica y sus aspiraciones de

cientificidad, cuestión que se trabajará en detalle posteriormente. Se puede afirmar

que la Filosofía y la Ciencia han forjado dos tradiciones de lectura, que conviven en

Psicología y originan parte de los problemas que acarrea la lectura de sus textos, ya

que la formación de expectativas filosóficas o científicas dejan un “sabor a

incumplimiento” por parte de textos que poseen una mayor inclinación hacia una u

otra de estas tradiciones. Tanto la lectura filosófica como la científica poseen sus

claves que definen las operaciones que debe realizar el lector para adecuarse a sus

exigencias, ya que ambas van formando a su modelo de lector, bajo estilos que les son

propios.

Por ejemplo, la Filosofía va educando a su lector en el reconocimiento de sistemas

argumentativos exhaustivos y minuciosos, con cadenas de razonamientos sumamente

amplios y detallados. La mayor parte de los textos de psicología en Argentina tienen

esa inclinación. En este tipo de textos el pasaje de una proposición a otra posee un

extremo cuidado y el lector vivencia en su recreación cada una de las formas lógicas

del pensamiento, originando una tendencia a la formación de sistema.

En la educación de la lectura científica el lector espera la explanación de una fase

conceptual que tenga por consecuencia la presentación formal de un objeto de

conocimiento para luego pasar a una fase empírica donde se presentan las matrices de

datos que ponen en revisión los objetos formalizados en la fase conceptual. El lector

científico espera encontrar las etapas clásicas de la construcción del conocimiento

científico, tal como una introducción, un marco teórico, una descripción detallada de

cuestiones metodológicas tales como los instrumentos de recolección de datos, la

muestra donde se aplicaron estos instrumentos, el procedimiento llevado a cabo,

luego los resultados y la discusión. Se detiene en las tecnologías utilizadas y valora la

interface entre los datos recolectados y la técnica empleada. Se conecta con las

matemáticas, la transducción de energías y los límites y posibilidades de cada

aparatología. Cuando el lector científico acude a manuales o libros consagrados,

espera conceptos estables, demostraciones empíricas, procedimientos técnicos y

manipulación de las consecuencias de su aplicación.

Estas dos tradiciones de lectura nos llevan a analizar de qué manera los textos en

Psicología son permeables tanto a tradiciones filosóficas como científicas, y será

nuestra tarea presentar diferentes características de la producción de Conocimientos

en Psicología tal que permitan analizar los efectos que producen en la lectura de sus

textos los intentos de acercamiento a una u otra bajo las peculiaridades del objeto del

“que dicen” los textos de Psicología. Se presentarán, para eso, categorías que

describen aspectos estructurales del conocimiento en Psicología, a modo de abordar la

particularidad de su situación. A pesar de que existen numerosos textos de

epistemología y metodología de la investigación que describen de modo general la

producción de conocimientos para cualquier ciencia y disciplina, en el presente se

retomarán algunas de estas categorías, sin embargo el objetivo está centrado en la

particularidad del conocimiento psicológico, partiendo de la premisa de que la relación

de conocimiento en Psicología es absolutamente singular, engendra una estructura

que le es absolutamente propia. Esto trasluce también nuestra intención de realizar

finalmente una contribución a la organización de la transmisión de los conocimientos

de la disciplina.

¿De qué manera los Modelos Situacionales que recrean los textos de Psicología

permiten la acción eficaz en cada una de las incumbencias para las que está habilitado

a ejercer el licenciado- Psicólogo? ¿De qué manera y bajo qué condiciones esto se

produce? Si nos situamos en la perspectiva de la lectura de textos para responder a la

integración de los cinco niveles, teniendo en cuenta que entre ellos hay una

integración que ha sido profundamente discutida por la neurolingüística y la pedagogía

científica, entonces debemos recorrer lo que afecta a cada Nivel para poder responder

a los interrogantes que hemos planteado. Se adoptará como hipótesis de trabajo que

para abordar el nivel Pragmático de Lectura de Textos en Psicología el Concepto

Psicológico es el pivote central sobre el que debe girar el análisis de los cinco niveles.

Se definirá al Concepto con vida dentro de un texto de Psicología como “el pequeño

mundo que se forma entre el texto y el entorno”, incluye en su constitución las

operaciones cernidas sobre el texto, la historia de las prácticas en psicología y su

recreación situacional.

Entre el texto y el mundo, como formador de las prácticas, surge el Concepto. Abordar

su naturaleza permitirá reconocer como primer paso qué significa leer en Psicología y

bajo qué condiciones esto se produce. Entre los textos, su representación superficial, y

el nivel pragmático, existe una relación que se puede caracterizar como de

interpenetración. Esta metáfora alude a un encaje, a la existencia de un factor

proximal que establezca esa posibilidad de “uno dentro de otro”. Vamos a plantear

que la interpenetración entre texto y práctica se realiza a partir de la existencia y

formación del Concepto.

A medida que el lector va avanzando sobre el texto, en su recorrido, va realizando la

formación del concepto: El lector, progresivamente, extrae el concepto de las palabras

que se encuentran distribuidas secuencialmente como oraciones en la superficie del

texto, para lo cual, el nivel 1 de comprensión superficial lectora debe estar

garantizado. Los textos se encuentran superficialmente compuestos por palabras: La

posesión de un concepto por parte del lector se produce en un proceso similar a la

formación de isotopías (Ricoeur, 2000), es decir, el contexto va estableciendo la

univocidad del concepto, de manera de reducir la polisemia qué lo define en cuanto

palabra.

El concepto es un pivote del pensamiento bajo el cual la búsqueda continua y

encadenada entre las palabras de la superficie del texto se detiene y realiza un giro,

para lograr una objetivación: de allí que, como se verá más adelante, el concepto tiene

la capacidad de transformarse en variable, de engendrar distribuciones que permiten

que esa objetivación sea científicamente productiva. Cada concepto puede ser visto

como un punto de apoyo desde el cuál se define un universo de relaciones con el resto

de los conceptos del mundo. Es decir, cada concepto se sitúa como una referencia

desde la cual se mediatiza la relación con el mundo: Tener un concepto implica

disponer de un sistema de mediaciones con el mundo, desde una referencia particular.

¡Resulta emocionante dominar desde los cinco niveles un concepto eficaz!

Así, por ejemplo, la posesión del concepto de Funciones Ejecutivas, generado por

Muriel Lezak, entre otros, implica la centración en la formación de metas, el ingreso

del futuro en la mentalización, la posibilidad de planificación, el resaltar del control

inhibitorio, la observación de que hay un espacio limitado de tareas, de que este

espacio va recibiendo modificaciones y actualizaciones, que la persona necesita

secuenciar, que tiene que hacer un esfuerzo para iniciar una actividad y para

sostenerla. Y que esto se relaciona con núcleos de sustancia gris y conectividades de la

sustancia blanca.

Captura del fórnix hecha en el Laboratorio de Neuuroimágenes de nuestra Facultad

mediante el software Explore DTI (Leemans, 2009)

Se aprecia que la posesión de un concepto implica el ingreso a un universo de

relaciones, que permite la activación de conceptos cercanos, de “realidades” que

quedan definidas e incluidas, y en su conjunto, permiten lograr la organización de una

realidad. Los conceptos habitan en sistemas teóricos y poseen un desarrollo histórico

que también es el del sistema al que pertenecen. Ese sistema está compuesto de otros

conceptos, con cuyos valores se relaciona, así como de los operadores que establecen

los vínculos lógicos entre los conceptos. Funciones Ejecutivas se relaciona con el

Sistema Central ejecutivo de Alex Baddeley, con el Sistema Atencional Supervisor de

Norman y Schallice, con las operaciones de Control y los procesos Automáticos de

Schiffrin (Schneider, Dumais, & Shiffrin, 1982). A la vez, con las capacidades cognitivas

de memoria, atención, lenguaje, a las que coordina, y con los avances tecnológicos en

neurociencias cognitivas. Son ejemplos de conceptos que viven en los textos de

psicología: “Narcisismo”, “Creencia”, “Estilos de Atribución”, “Operaciones Formales”,

“Asimilación”, “Compulsión a la Repetición”, “Nombre del Padre”, “Operación del

Farmakón”, “Memoria de Trabajo”: Es tarea de los textos permitir que ingresen y se

formen en el lector, de manera que el concepto se vaya “haciendo cuerpo” (tener en

cuenta el embodiment, preguntar al profesor/a de qué se trata) (Gibbs Jr, 2006) a

partir de las codificaciones del texto. Esto significa que del concepto a la práctica tiene

que haber una continuidad mediatizada por la lectura y la ejercitación. La tradición

científica de lectura facilita esta conexión porque exige la recolección de datos, la

tecnología y la disección de realidades en matrices de datos. Esta articulación entre lo

conceptual y las matrices de datos caracteriza al verdadero empirismo, no al que

resulta injustamente denostado por quienes simplemente no le comprenden. El texto

en Psicología “trabaja” para que el concepto se haga cuerpo en el lector y amanezcan

objetivaciones que constituyan realidades, incluyendo la captación de múltiples rasgos

a partir de su operación, relacionados entre sí.

Pero sólo una vez que la lectura garantiza el acceso exitoso a los niveles más básicos de

comprensión lectora puede iniciarse el proceso de formación del concepto, el cuál no

debe ser confundido con una palabra: Si bien para denominarlo muchas veces se

emplea una o varias de ellas, el concepto es un movimiento relativamente aislado de

objetivación que metafóricamente presenta un interior compuesto de múltiples

relaciones entre rasgos empíricos, fenómenos, partes de otros conceptos y

movimientos lógicos. Podríamos metaforizar el interior de un concepto con un

Universo cuyas relaciones definen también las relaciones con otros Universos, es decir,

con otros Conceptos.

Los Conceptos que habitan los sistemas teóricos que pretenden pertenecer a la

racionalidad científica tienen una propiedad particular, que es la capacidad de generar

Matrices de Datos, que definen lo que en Metodología de la Investigación se considera

como la fase Empírica de una investigación. Los Conceptos, en una disciplina científica,

pueden convertirse en variables, con lo cual acceden a una distribución cuyo “contacto

empírico” cuestiona la conformación de los sistemas teóricos: Esta dialéctica, privativa

de los conceptos científicos por la sistematicidad con qué se lleva a cabo, nos servirá

para analizar en profundidad la constitución de textos en psicología.

En Psicología, la singularidad de la “residencia” de los conceptos subyace en que los

mismos se encuentran dentro de sistemas teóricos particulares, atravesados por lo

que se define como Situación de Escuelas (SE). La SE tiene su origen en la respuesta

que ofreció la pretensión de desarrollar una Ciencia Psicológica ante lo que de forma

simplificada denominamos la “demanda del Sistema Social (occidental) del siglo

diecinueve”, que bajo la égida del naciente positivismo, supo crear una serie de

prescripciones epistemológicas y metodológicas para generar y controlar la producción

y el acceso a las representaciones que podían presentarse como científicas (siempre

teniendo como horizonte que ese Sistema Social considera que el conocimiento

científico es el legítimamente “supremo” para solucionar sus problemas y responder a

sus necesidades).

Aquí se ingresa en el problema del Objeto de Estudio de la Psicología y de los intentos

para lograr su formalización mediante una metodología epistemológicamente

aceptada, de lo cual se deriva que numerosas fueron las construcciones para lograr su

legitimación. Las Escuelas de la Psicología (numerosas construcciones buscando su

legitimación como formadoras de representaciones válidas para las prescripciones

epistemológicas dominantes) heredaron la estructura de los estudios del “Alma” que

nutrieron las elaboraciones filosóficas clásicas, medievales y modernas e intentaron

formalizar un Objeto de Estudio científicamente aprobado bajo la necesidad, como se

señaló anteriormente, de aprobación de la ciencia normativa de la época, que en sus

orígenes establecimos como “la ciencia positiva”. Aquí se abren tres vías para una

continuidad responsable del texto:

La primera retoma el desarrollo sobre el Concepto, entiende que se pasó a escribir

sobre la Situación de Escuelas debido a qué es la casa donde el concepto de Psicología

habita y que se mencionó la herencia de los estudios del alma debido a que marcan la

génesis de la psicología y su posterior dispersión en Escuelas cuando intenta formalizar

un objeto de estudio “para la ciencia”; entonces, esta vía piensa que para continuar

desarrollando el concepto en psicología sería necesario determinar qué marca la

continuidad de la herencia del alma en la situación de Escuelas, ya que así la voz

Psicología tendría precisamente una línea de continuidad y lo qué sucede con sus

conceptos podría ser exhibido ahora como “la Herencia conceptual de los Estudios del

alma”. La segunda vía entiende que para caracterizar los conceptos tal como se

presentan en Psicología es necesario continuar desarrollando la Situación de Escuelas

como tal, estableciendo como está constituida y cuáles son las consecuencias

epistemológicas y metodológicas de su lectura. La tercer vía se centra en que los

Conceptos remiten a cómo está organizada la producción, distribución y consumo de

los conocimientos en Psicología, y a la necesidad de establecer la particularidad de su

situación debido las referencias a la situación de Escuelas, la herencia de los estudios

del alma y a la pretensión de cientificidad.

Las tres vías tienen continuidad en el presente texto: El lector deberá conservarlas y

reconocerlas en las diferentes partes que las retoman, por lo que, en lugar de llamarlas

“vías” las denominaremos Ejes Conceptuales.

De lo expuesto hasta aquí, resulta que:

a) Hay una interpenetración entre los textos de Psicología y las Prácticas

b) Las Prácticas remiten a incumbencias legales

c) La Formación del Concepto es el Factor Proximal que define la interpenetración

entre textos y prácticas

d) El concepto en psicología habita en sistemas teóricos bajo Situación de Escuelas

e) La Situación de Escuelas tiene su origen en la herencia de los Estudios del alma,

la pretensión cientifizante y por ende define una convergencia científico-

filosófica

f) Esta convergencia filosófico- científica genera problemas en las operaciones de

lectura que por ahora guían la necesidad de continuidad del texto

g) Y también, se abre una vía hacia el porqué de la existencia de la Psicología,

mirada que permite preguntar: ¿qué hay en los estudios sobre el Alma qué se

conserva en la Psicología que se pretende Científica, aunque sursumida en

ella? (recordar que ‘sursumción’ es un concepto que deviene de la filosofía

hegeliana, corresponde a los movimientos dialécticos de supresión,

conservación y superación: el Profesor/a puede extenderse sobre esto)

Cuando hablamos de la influencia de la Herencia de los Estudios del Alma, lo hacemos

porque se adjudica a la misma la permisión de la inclusión de supuestos filosóficos que

de modo apriorístico, fueron estableciendo constitutivos que integraron los “núcleos

duros” de cada programa de producción de conocimientos de Escuelas, provocando

distanciamientos entre sí. Los conceptos, desde esta visión que ya reconoce la

existencia de las Escuelas de Psicología, son productos de los núcleos de producción de

conocimientos, y se ofrecen intentando alcanzar respuestas “legítimas” en dirección a

un sistema social que desde sus necesidades y problemas realiza una evaluación

“global” y pragmática de las prácticas que se generan bajo el amparo de tales sistemas.

Teniendo en cuenta el capítulo anterior, el nivel Pragmático, que anudaba los restantes

niveles, se encuentra ahora atravesado por la Situación de Escuelas, cuya estructura,

analizada desde una perspectiva epistemológica, es presentar las siguientes “capas”:

- un núcleo central, o programa de conocimientos de Escuela

- un cinturón protector compuesto de supuestos epistemológicos,

metodológicos y filosóficos, que “cuida” la permeabilidad del núcleo central

- un cinturón “racional” que contiene la matriz epistémica en el seno de la cual el

proceder del cinturón protector es racionalmente válido y acorde con las

premisas para obtener conocimientos confiables “de la época”

Si tenemos en cuenta ahora al Concepto en Psicología, en esta situación, quedan

definidos los siguientes Niveles de Análisis para ubicar cualquier referencia que se haga

al mismo:

Nivel 1: del Concepto en Psicología como posibilidad del pensamiento humano, donde

hay muchos otros tipos de conceptos: este es un nivel “de la persona” que estudian

por ejemplo las teorías representacionales de la mente (Fodor, 1997)

Nivel 2: del Concepto en psicología como pivote teórico posibilitador de objetivaciones

dentro de sistemas teóricos que se pretenden científicos

Nivel 3: de las Escuelas de Psicología como respuestas históricas a exigencias

epistemológicas y metodológicas para producir representaciones que sean

consideradas científicas

Nivel 4: de las Prácticas que generan las Escuelas de la Psicología y permiten que

agentes concretos conformen un campo social, el de la Psicología, y diseminen

capitales en juego por el cuál luchan estos agentes, ingresando a la lógica y

propiedades de los campos sociales

En el Nivel de Integración 4 tenemos a las Prácticas, coordinadas por la Situación de

Escuelas, donde habitan los conceptos a un nivel 2, en personas concretas donde hay

conceptos a nivel 1. Así, desde un Nivel 4, podemos establecer un corte y afirmar que

los conceptos tienen una génesis en el Núcleo Duro del Nivel 3, amparado por

conceptos del cinturón protector del mismo nivel y estos, en conjunto ingresan

progresivamente en la formación académica al Nivel 1. Este último proceso es uno de

corporización, a diferencia de lo que establecían las clásicas teorías representacionales

de la mente. Esa es una discusión aparte.

Los Modelos Situacionales, por ende, que se generan en el nivel 3, contienen

prescripciones filosóficas para proteger núcleos duros de producción, es decir, los

programas de generación de conocimientos de cada Escuela. El lector de Psicología va

a recibir, entonces, lo que denominaremos “Psicologización”, a la que consideramos

como tendencia a incluir postulados, peticiones de principio, caracterizaciones a priori

que determinan a la Persona de forma axiomática, permitiendo el posterior

levantamiento de un edifico teórico, bajo un programa de conocimiento. Uno de los

“tipos de conceptos”, entonces, que va a encontrar el lector de textos de Psicología,

corresponde a la Psicologización y su origen reside en la estructura de las Escuelas de

Psicología.

Ahora, ¿qué otros tipos de conceptos encuentra el lector de textos de Psicología?

¿Cómo los reconoce? ¿Qué consecuencia posee cada tipo en los niveles de

comprensión lectora? ¿Cómo se articulan a los niveles de “la presentación del

concepto? Antes de ensayar estas respuestas, que marcan la continuidad de los

siguientes apartados, es necesario repasar la idea de la génesis de los conceptos en

sentido general. Vamos a considerar que las Personas, al realizar sus prácticas tienen la

capacidad de “abstracción reflexionante” (Samaja, 1994) que permite universalizar

aquello que realizan de forma particular. En prácticas coordinadas como las que se

realizan en el campo de la Psicología se presenta una evolución marcada por una lucha

de tipo discursiva con otros agentes del campo mediante los conceptos que ya

pertenecen y habitan los sistemas teóricos contenidos en los núcleos de producción de

conocimientos. Esta visión permite observar que la génesis y desarrollo de los

conceptos muestran las huellas de las “luchas” que deben entablar para lograr

imprimirse en un sistema teórico. Una vez que lo han logrado, se presentan como

ahistóricos, es decir, como si el sistema de mediaciones con el universo que presentan

en su seno hubiera sido siempre y definitivamente el mismo.

Esta noción o movimiento del concepto se denomina “recaída en la inmediatez”

(Samaja, 1994) y expresa que aquello que es histórico, y se ha constituido en luchas

entre agentes de un campo, frente a las aristas y captaciones de otros conceptos,

ahora se presenta como sin historia y definitivo, lo que significa que el concepto

pretende “haber estado siempre ahí”, poseer “la transparencia” de tener un referente

propio y natural, “ser evidente en lo suyo”, a pesar de que desde este nivel se puede

apreciar que la Razón Teórica y Práctica humana han forjado el concepto de la misma

manera que se construyen herramientas para el desarrollo tecnológico. Los conceptos,

por lo tanto, tienen su historia, y en el análisis de sus vidas dentro de los textos de

Psicología, se encuentra que se trata de una conquista a la que se denomina

“captación”, porque los conceptos son potentes condensados de operaciones que

permiten construir realidad, entablando una dialéctica transformadora con el

“mundo”.

Captación es una propiedad de los conceptos e indica su potencial generativo: Cada

concepto atrae un condensado de operaciones técnicas, percepciones,

procedimientos, en definitiva, un esquema de múltiples niveles que se redistribuye en

los sentidos humanos y se expresa en sus procedimientos y en sus actitudes. La

captación de un concepto está encarnada en el cuerpo: Por ejemplo, la Captación que

permite el concepto “Estilos de Afrontamiento” permite detectar estilos de habla en

las personas, escindir las situaciones que se relatan en una lógica de acción por parte

de un “actante” y un objeto que se engendra como pasivo de la acción, permite

abordar lo relatado mediante una lógica que se repite en la misma persona. El

concepto objetiva realidades, las situaciones en que se presenta cada persona dejan

de resultar contingentes. Este concepto indica que hay predisposiciones afectivas,

estilos actitudinales emocionales, por ejemplo ‘tendencia a sentirse herido’. En

situaciones estructuradas y ante relatos de “problemas” el concepto de “Estilo de

Afrontamiento” permite organizar las experiencias de una persona considerándolas

patrones que se reiteran y los acontecimientos mentales se organizan aún teniendo

contenidos específicos, que era el gran problema de los ‘contenidos’ en los

acontecimientos mentales de Davidson cuando se refería a la historización y la

generalidad de los actos como desear, pensar, querer. La captación que permite este

concepto es un condensado lógico y se relaciona con otros conceptos, Estilo de

Personalidad, Nivel de Ansiedad, tipo de apego, Estilos de Crianza. La captación del

concepto es un generador empírico, por lo que valores o “realidades” que allí no

estaban comienzan a “rellenarse” y activarse.El concepto es, en primer lugar, lo que

dentro de un sistema teórico “captura”.

En Psicología hay una “captación de Escuela”, la primer pregunta es si existe una

superposición en las captaciones de escuela, o bien si cada una posee un marco lógico

que la vuelve indiferente a cualquier otra. Esto resultaría extraño si se recuerda que se

trabaja sobre CE en su conversión a S1S2 , ver Marino (2009). La pregunta se hunde

en la ‘filosofía de la realidad’: Si se continúa esta vía habría un retorno a la polémica

entre posiciones metafísicas empiristas y racionalistas, se podría recurrir a soluciones

tan antiguas como la posición kantiana. Sin embargo, una vía de salida la constituye

nuestra distribución de la experiencia del concepto en diferentes niveles: En el Nivel 4,

(desde las Prácticas) se observa que las relaciones entre captaciones de escuelas se

dirime en el nivel de la organización de la práctica, porque es allí donde se establecen

los procedimientos que definen si hay superposiciones o no y desde donde puede

haber articulaciones. Esto significa que la resolución estaría en el terreno pragmático.

En este Nivel, que anuda los otros, indica que si hay una persona que ha formado los

conceptos psicológicos en una Educación que tiene por Niveles aquellos que implican

la comprensión lectora, y luego los sursume en su práctica, hay que discutir a un nivel

de Práctica Psicológica que operaciones están en juego cuando asume una posición P1

y convierte a CE en S1, más allá de la formalización declarativa de su Objeto de

Estudio provocado por la estructura de Escuelas. Le llamamos ‘formalización

declarativa’ a la definición de objeto de estudio que brinda de forma teórica en un

pedido de respuesta P2 (Marino, 2009).

Esto nos lleva también a preguntarnos bajo que matriz teórica nos representamos la

práctica de la psicología, y de qué manera, más allá de las presentaciones

epistemológicas y metodológicas, puede desarrollarse qué significa conocer en

Psicología mientras se incluyen las prácticas en situación de escuelas y las

correspondientes experiencias de lectura y formación de conceptos.

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