La formación de los conceptos en psicología y su impacto en la creación de textos psicológicos
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La Formación de Conceptos en el aprendizaje de la Psicología y
las Incumbencias del Psicólogo
Julián Marino1, 2
1 Universidad Nacional de Córdoba, Laboratorio de Procesamiento de Neuroimágenes
2 Universidad de Granada (España), Grupo de Neurociencia Cognitiva
Este artículo tiene por objetivo analizar la experiencia lectora en Psicología, en el
marco que comprende los textos que constituyen la formación académica obligatoria
para acceder al título habilitante de Licenciado en Psicología. Este título conduce a la
posibilidad de realizar las actividades reguladas por las incumbencias establecidas por
la ley de ejercicio profesional. Esto significa que el estudiante ingresa a través de los
textos a una organización institucional que norma el funcionamiento de la disciplina
Psicología. En este proceso, y teniendo como eje la experiencia lectora, atraviesa
diferentes niveles de análisis, que van desde la comprensión lectora hasta las prácticas
para los cuáles será habilitado, pasando por la formación de conceptos y las diferentes
posiciones activadas en la producción, distribución y consumo de conocimientos.
Además, este análisis de la lectura de textos en Psicología pone en evidencia la
existencia de prescripciones epistemológicas y de instancias de validación
metodológicas que influyen en la Psicología y que de forma concreta se ciernen en
operaciones sobre los textos y las prácticas.
De este modo, tener como Unidad en Análisis la experiencia lectora los textos de
Psicología que conforman la carrera académica que otorga un título legitimado para
ejercer acciones sobre otros, nos muestra la lógica bajo la cual está constituida su
enseñanza y nos permite realizar una evaluación crítica, mediante la construcción de
criterios y categorías que se despliegan. Además de nuestro objetivo original de
realizar una descripción de la experiencia lectora en sí misma (Abu-Rabia, Share, &
Mansour, 2003) con los diferentes niveles de integración en que se desarrolla,
tenemos también la finalidad de fundamentar de qué manera la lectura de textos en
Psicología puede significar un objeto de investigación genuino. Existen diferentes
niveles que organizan la experiencia de lectura de textos en Psicología desde la
perspectiva del lector. Hay cuatro niveles que corresponden a la comprensión lectora
en general (Madruga & Larrea, 1999):
- Nivel de la representación superficial, donde los textos están compuestos de
palabras y es tarea del lector reconocer su significado.
- Nivel de la representación proposicional, donde más allá de un conjunto de
oraciones hay proposiciones a las que se pueden reducir las oraciones. El texto
pasa a ser un conjunto de proposiciones que pueden, por ejemplo, anotarse al
margen de los párrafos originales
- Nivel de la representación esquema, donde las proposiciones pueden
subsumirse en un esquema de organización del texto, que trasciende el orden
proposicional y presenta diferentes tópicos relacionados entre si por relaciones
lógicas, como el álgebra booleana
- Nivel del Modelo Situacional, donde el esquema del texto, las proposiciones y
las palabras determinan, en su mutua interacción, un modo en que se organiza
la relación entre el lector y el mundo, lo que significa por parte del lector una
recreación de las operaciones del texto de una forma de organización de “una
porción de la realidad del mundo”. La porción del mundo que le interesa a la
psicología interesa aquí es la mental, conductual y la continuidad existencial.
También se podría decir, la conexión entre mente y cerebro (Barrett, 2009).
Esto último será discutido por el profesor/a, que probablemente no esté de
acuerdo (teniendo en cuenta las particularidades de la formación de psicólogos
en Argentina).
Estos cuatro niveles se van integrando progresivamente, determinando
progresivamente la “maestría en el dominio”, del nivel más básico hacia el nivel
siguiente, hasta formarse como “lector experto”. Estos niveles se influyen
recíprocamente, emitiéndose restricciones entre sí: En textos de Psicología es
interesante observar de qué manera lectores que resultaban expertos en algún
dominio tienen dificultades hasta en el nivel superficial cuando abordan textos de otra
escuela de psicología, cuya superficie léxica tiene gran cantidad de palabras de uso
restringido en el habla común. De allí que la primer etapa del estudiante de Psicología
cuando ingresa al Conocimiento Psicológico Institucionalizado (CPI) se caracteriza por
una notable ansiedad ante el vocabulario de los textos y una notoria dificultad para
reconocer “de qué se trata” aquello de lo que se habla (una dificultad ontológica que
suele arrastrarse por los años ¿qué significa ‘dificultad ontológica?’). Aumenta la
dificultad para dominar niveles más complejos, teniendo en cuenta la influencia que
ejerce el nivel superficial debido a los procesos mencionados de interacción recíproca
entre niveles. Un ejemplo de esta situación lo constituyen las obras de Sigmund Freud,
cuya exquisita redacción hace habituales términos como “libido”, “pulsión de muerte”,
“superyó” y “transferencia” (Woody & Phillips, 1995), que pueden resultar dificultosos
para lectores expertos en neurociencias cognitivas. A nivel del Modelo Situacional el
lector “experto” convierte al texto en un esquema o modelo de una parte del mundo
(Johnson-Laird & Byrne, 1995) que permite una “organización del mundo”,
transfiriendo las codificaciones simbólicas a modelizaciones de lo existente de la
mundanidad. Los modelos mentales son transferibles, permiten ‘colonizaciones
cognitivas’ aplicables a diferentes dominios, implican codificaciones de la realidad en
términos de ‘si entonces’ ‘propiedad de’ ‘causa de’ por mencionar ejemplos. Esto
puede ser visto como una reconfiguración del Mundo para una persona a partir de
textos, ilustra de qué modo el procesamiento de textos transforma el mundo para una
persona, siendo que cada texto implica una transacción entre los modelos mentales de
una persona y un ‘pequeño mundo’.
A estos cuatro niveles se le agrega uno propio de la lectura de textos de Psicología bajo
la presión “académica”, se trata de una competencia de la Psicología. Este Nivel se
denomina Pragmático:
- En el Nivel Pragmático, el Modelo Situacional recreado por el texto de
Psicología, bajo la “presión profesional y científica”, debe ser transferido a una
acción en el mundo, para que el modelo recreado tenga consecuencias en el
hacer del lector, ya que en esta lectura sistematizada debe definir las prácticas
que le permitirán responder a las demandas que provengan de su inserción
laboral en el Mundo. La dimensión pragmática inaugura la Inteligencia
Ejecutivo- Semántica (Whitney, Kirk, O’Sullivan, Ralph, & Jefferies, 2011) de la
experiencia del lector de Psicología en el CPI. ¿Qué significa inteligencia
ejetivo- semántica? Qué el psicólogo deberá resolver problemas. Mejorar el
estado del ‘pequeño mundo’ que esquematizan sus modelos situacionales. Asar
de un estado inicial peor a uno mejor. Esa incluso es una noción de verdad para
un epistemólogo pragmático (Rorty, 1996).
Este último nivel nos conduce a reafirmar que nuestro objeto de análisis es la lectura
de textos de Psicología en el seno de la formación académica en Psicología; no
apuntamos a la lectura por placer o parcial, sino a la organizada en una institución que
formaliza una carrera que otorga un título habilitante de prácticas de Psicólogo. De
este modo, el nivel pragmático, ejerce una presión social sobre el lector y sobre los
restantes cuatro niveles. Es un nivel donde hay una interpenetración entre
tematizaciones sociales, como “adolescentes en crisis”, “consumo de drogas”,
“necesidad de mejorar la relación entre empleados y su trabajo”, “graves problemas
en la conducta de los conductores de automóviles en rutas” con el lector, a partir de la
traducción de este encuentro en Demandas.
Vamos a ilustrar como quedan formuladas las demandas a Nivel Pragmático mediante
un ejemplo: Hay una tematización social que es el “riesgo de que los modelos de
belleza contemporáneos giren en torno a una excesiva delgadez”. Se publican textos
cuyo Modelo Situacional desarrollen mediatizaciones con esa tematización para
comprender, explicar y actuar sobre los constitutivos psicológicos (conceptos mentales
estables) que quedaron definidos y ser eficaces. A Nivel Pragmático interesa el valor
social que tienen los textos en cuanto el sistema social es una organización que debe
responder a un conjunto de necesidades y problemas mediante conocimientos que sean
validados como científicos. Subyace aquí una interacción que será de crucial
importancia: La relación entre la lectura de textos, la práctica y la tecnología, en
especial el desarrollo de operaciones computacionales y programación. Que en
Argentina sea privilegio la lectura de textos en la formación del psicólogo es una
particularidad. Una adecuada internalización de la formación (para eso no hace falta
más que tener contacto con otras realidades en facultades de psicología extranjeras)
brinda una notable relevancia a la tecnología en la formación de la psicología (Barrett,
2009). Eso es muy interesante para discutir con el profesor/a, y con otros docentes,
investigadores. En concreto, abrir la psicología argentina al mundo. Es una posibilidad,
como opinión personal, adhiero a los campos sociales abiertos y relacionados con lo
contemporáneo y mundial. Interesante debate para la clase y para atraer invitados/as.
El nivel pragmático admite como eficaz la adecuada comprensión del funcionamiento
de un órgano u objeto, de manera que es admisible que se considere dentro de las
exigencias pragmáticas la presencia de textos cuyo modelo situacional correspondan a
la denominada “investigación básica”. Un ejemplo es la presentación de un artículo
que describe adecuadamente la relación entre la disminución del nivel de conectividad
del fascículo uncinado del cerebro (buscar en Internet de que se trata) y la presencia
de comportamientos impulsivos, desorganizados, en especial en niños/as que
sufrieron deprivación afectiva temprana, como los huérfanos por la guerra de los
Balcanes (Eluvathingal et al., 2006). El Nivel Pragmático indica que en la carrera de
Psicología hay una presión por una práctica posterior, sea del tipo que sea, y que esa
práctica tiene un origen y desarrollo social que la fundamenta, sostiene la existencia de
la Institución Psicología; y se delega principalmente en los textos de Psicología la tarea
de formalizar la mediación entre Modelos Situacionales y Prácticas. Dicho de una
forma legal, el Nivel Pragmático dice: La Ley de Ejercicio de la Psicología le reserva una
serie de Incumbencias. Aquí daremos tres ejemplos de Incumbencias que la ley reserva
a los Psicólogos:
a) Realizar indicaciones psicoterapéuticas de internación y externación de
personas por causas psicológicas.
b) Indicar licencias y/o justificar ausencias por causas psicológicas.
c) Diagnosticar, evaluar, asistir, orientar y asesorar en todo lo concerniente a los
aspectos psicológicos en el ámbito jurídico-forense. Prescribir y efectuar
psicoterapias individuales, familiares, grupales y de pareja
Los textos de Psicología deben conducir a la acción eficaz en estas Incumbencias,
entendiendo que un texto es un “condensado de prácticas” con su historia y sus
disciplinamientos, y que la tarea de formación, que incluye docentes, actividades
denominadas “prácticas” y trabajo de aula constituyen la coordinación de prácticas
que van a nutrir luego la conformación de nuevos textos de Psicología (la posición P2
en el esquema relativista de la psicología) (Marino, 2009).
Esta lógica que va del texto a las incumbencias puede parecer trivial y generalizable a
todas las disciplinas y sus carreras, de no existir la siguiente situación, característica de
la Psicología: El conocimiento en Psicología plantea numerosos problemas, en el marco
de su carácter de disciplina límite entre la producción filosófica y sus aspiraciones de
cientificidad, cuestión que se trabajará en detalle posteriormente. Se puede afirmar
que la Filosofía y la Ciencia han forjado dos tradiciones de lectura, que conviven en
Psicología y originan parte de los problemas que acarrea la lectura de sus textos, ya
que la formación de expectativas filosóficas o científicas dejan un “sabor a
incumplimiento” por parte de textos que poseen una mayor inclinación hacia una u
otra de estas tradiciones. Tanto la lectura filosófica como la científica poseen sus
claves que definen las operaciones que debe realizar el lector para adecuarse a sus
exigencias, ya que ambas van formando a su modelo de lector, bajo estilos que les son
propios.
Por ejemplo, la Filosofía va educando a su lector en el reconocimiento de sistemas
argumentativos exhaustivos y minuciosos, con cadenas de razonamientos sumamente
amplios y detallados. La mayor parte de los textos de psicología en Argentina tienen
esa inclinación. En este tipo de textos el pasaje de una proposición a otra posee un
extremo cuidado y el lector vivencia en su recreación cada una de las formas lógicas
del pensamiento, originando una tendencia a la formación de sistema.
En la educación de la lectura científica el lector espera la explanación de una fase
conceptual que tenga por consecuencia la presentación formal de un objeto de
conocimiento para luego pasar a una fase empírica donde se presentan las matrices de
datos que ponen en revisión los objetos formalizados en la fase conceptual. El lector
científico espera encontrar las etapas clásicas de la construcción del conocimiento
científico, tal como una introducción, un marco teórico, una descripción detallada de
cuestiones metodológicas tales como los instrumentos de recolección de datos, la
muestra donde se aplicaron estos instrumentos, el procedimiento llevado a cabo,
luego los resultados y la discusión. Se detiene en las tecnologías utilizadas y valora la
interface entre los datos recolectados y la técnica empleada. Se conecta con las
matemáticas, la transducción de energías y los límites y posibilidades de cada
aparatología. Cuando el lector científico acude a manuales o libros consagrados,
espera conceptos estables, demostraciones empíricas, procedimientos técnicos y
manipulación de las consecuencias de su aplicación.
Estas dos tradiciones de lectura nos llevan a analizar de qué manera los textos en
Psicología son permeables tanto a tradiciones filosóficas como científicas, y será
nuestra tarea presentar diferentes características de la producción de Conocimientos
en Psicología tal que permitan analizar los efectos que producen en la lectura de sus
textos los intentos de acercamiento a una u otra bajo las peculiaridades del objeto del
“que dicen” los textos de Psicología. Se presentarán, para eso, categorías que
describen aspectos estructurales del conocimiento en Psicología, a modo de abordar la
particularidad de su situación. A pesar de que existen numerosos textos de
epistemología y metodología de la investigación que describen de modo general la
producción de conocimientos para cualquier ciencia y disciplina, en el presente se
retomarán algunas de estas categorías, sin embargo el objetivo está centrado en la
particularidad del conocimiento psicológico, partiendo de la premisa de que la relación
de conocimiento en Psicología es absolutamente singular, engendra una estructura
que le es absolutamente propia. Esto trasluce también nuestra intención de realizar
finalmente una contribución a la organización de la transmisión de los conocimientos
de la disciplina.
¿De qué manera los Modelos Situacionales que recrean los textos de Psicología
permiten la acción eficaz en cada una de las incumbencias para las que está habilitado
a ejercer el licenciado- Psicólogo? ¿De qué manera y bajo qué condiciones esto se
produce? Si nos situamos en la perspectiva de la lectura de textos para responder a la
integración de los cinco niveles, teniendo en cuenta que entre ellos hay una
integración que ha sido profundamente discutida por la neurolingüística y la pedagogía
científica, entonces debemos recorrer lo que afecta a cada Nivel para poder responder
a los interrogantes que hemos planteado. Se adoptará como hipótesis de trabajo que
para abordar el nivel Pragmático de Lectura de Textos en Psicología el Concepto
Psicológico es el pivote central sobre el que debe girar el análisis de los cinco niveles.
Se definirá al Concepto con vida dentro de un texto de Psicología como “el pequeño
mundo que se forma entre el texto y el entorno”, incluye en su constitución las
operaciones cernidas sobre el texto, la historia de las prácticas en psicología y su
recreación situacional.
Entre el texto y el mundo, como formador de las prácticas, surge el Concepto. Abordar
su naturaleza permitirá reconocer como primer paso qué significa leer en Psicología y
bajo qué condiciones esto se produce. Entre los textos, su representación superficial, y
el nivel pragmático, existe una relación que se puede caracterizar como de
interpenetración. Esta metáfora alude a un encaje, a la existencia de un factor
proximal que establezca esa posibilidad de “uno dentro de otro”. Vamos a plantear
que la interpenetración entre texto y práctica se realiza a partir de la existencia y
formación del Concepto.
A medida que el lector va avanzando sobre el texto, en su recorrido, va realizando la
formación del concepto: El lector, progresivamente, extrae el concepto de las palabras
que se encuentran distribuidas secuencialmente como oraciones en la superficie del
texto, para lo cual, el nivel 1 de comprensión superficial lectora debe estar
garantizado. Los textos se encuentran superficialmente compuestos por palabras: La
posesión de un concepto por parte del lector se produce en un proceso similar a la
formación de isotopías (Ricoeur, 2000), es decir, el contexto va estableciendo la
univocidad del concepto, de manera de reducir la polisemia qué lo define en cuanto
palabra.
El concepto es un pivote del pensamiento bajo el cual la búsqueda continua y
encadenada entre las palabras de la superficie del texto se detiene y realiza un giro,
para lograr una objetivación: de allí que, como se verá más adelante, el concepto tiene
la capacidad de transformarse en variable, de engendrar distribuciones que permiten
que esa objetivación sea científicamente productiva. Cada concepto puede ser visto
como un punto de apoyo desde el cuál se define un universo de relaciones con el resto
de los conceptos del mundo. Es decir, cada concepto se sitúa como una referencia
desde la cual se mediatiza la relación con el mundo: Tener un concepto implica
disponer de un sistema de mediaciones con el mundo, desde una referencia particular.
¡Resulta emocionante dominar desde los cinco niveles un concepto eficaz!
Así, por ejemplo, la posesión del concepto de Funciones Ejecutivas, generado por
Muriel Lezak, entre otros, implica la centración en la formación de metas, el ingreso
del futuro en la mentalización, la posibilidad de planificación, el resaltar del control
inhibitorio, la observación de que hay un espacio limitado de tareas, de que este
espacio va recibiendo modificaciones y actualizaciones, que la persona necesita
secuenciar, que tiene que hacer un esfuerzo para iniciar una actividad y para
sostenerla. Y que esto se relaciona con núcleos de sustancia gris y conectividades de la
sustancia blanca.
Captura del fórnix hecha en el Laboratorio de Neuuroimágenes de nuestra Facultad
mediante el software Explore DTI (Leemans, 2009)
Se aprecia que la posesión de un concepto implica el ingreso a un universo de
relaciones, que permite la activación de conceptos cercanos, de “realidades” que
quedan definidas e incluidas, y en su conjunto, permiten lograr la organización de una
realidad. Los conceptos habitan en sistemas teóricos y poseen un desarrollo histórico
que también es el del sistema al que pertenecen. Ese sistema está compuesto de otros
conceptos, con cuyos valores se relaciona, así como de los operadores que establecen
los vínculos lógicos entre los conceptos. Funciones Ejecutivas se relaciona con el
Sistema Central ejecutivo de Alex Baddeley, con el Sistema Atencional Supervisor de
Norman y Schallice, con las operaciones de Control y los procesos Automáticos de
Schiffrin (Schneider, Dumais, & Shiffrin, 1982). A la vez, con las capacidades cognitivas
de memoria, atención, lenguaje, a las que coordina, y con los avances tecnológicos en
neurociencias cognitivas. Son ejemplos de conceptos que viven en los textos de
psicología: “Narcisismo”, “Creencia”, “Estilos de Atribución”, “Operaciones Formales”,
“Asimilación”, “Compulsión a la Repetición”, “Nombre del Padre”, “Operación del
Farmakón”, “Memoria de Trabajo”: Es tarea de los textos permitir que ingresen y se
formen en el lector, de manera que el concepto se vaya “haciendo cuerpo” (tener en
cuenta el embodiment, preguntar al profesor/a de qué se trata) (Gibbs Jr, 2006) a
partir de las codificaciones del texto. Esto significa que del concepto a la práctica tiene
que haber una continuidad mediatizada por la lectura y la ejercitación. La tradición
científica de lectura facilita esta conexión porque exige la recolección de datos, la
tecnología y la disección de realidades en matrices de datos. Esta articulación entre lo
conceptual y las matrices de datos caracteriza al verdadero empirismo, no al que
resulta injustamente denostado por quienes simplemente no le comprenden. El texto
en Psicología “trabaja” para que el concepto se haga cuerpo en el lector y amanezcan
objetivaciones que constituyan realidades, incluyendo la captación de múltiples rasgos
a partir de su operación, relacionados entre sí.
Pero sólo una vez que la lectura garantiza el acceso exitoso a los niveles más básicos de
comprensión lectora puede iniciarse el proceso de formación del concepto, el cuál no
debe ser confundido con una palabra: Si bien para denominarlo muchas veces se
emplea una o varias de ellas, el concepto es un movimiento relativamente aislado de
objetivación que metafóricamente presenta un interior compuesto de múltiples
relaciones entre rasgos empíricos, fenómenos, partes de otros conceptos y
movimientos lógicos. Podríamos metaforizar el interior de un concepto con un
Universo cuyas relaciones definen también las relaciones con otros Universos, es decir,
con otros Conceptos.
Los Conceptos que habitan los sistemas teóricos que pretenden pertenecer a la
racionalidad científica tienen una propiedad particular, que es la capacidad de generar
Matrices de Datos, que definen lo que en Metodología de la Investigación se considera
como la fase Empírica de una investigación. Los Conceptos, en una disciplina científica,
pueden convertirse en variables, con lo cual acceden a una distribución cuyo “contacto
empírico” cuestiona la conformación de los sistemas teóricos: Esta dialéctica, privativa
de los conceptos científicos por la sistematicidad con qué se lleva a cabo, nos servirá
para analizar en profundidad la constitución de textos en psicología.
En Psicología, la singularidad de la “residencia” de los conceptos subyace en que los
mismos se encuentran dentro de sistemas teóricos particulares, atravesados por lo
que se define como Situación de Escuelas (SE). La SE tiene su origen en la respuesta
que ofreció la pretensión de desarrollar una Ciencia Psicológica ante lo que de forma
simplificada denominamos la “demanda del Sistema Social (occidental) del siglo
diecinueve”, que bajo la égida del naciente positivismo, supo crear una serie de
prescripciones epistemológicas y metodológicas para generar y controlar la producción
y el acceso a las representaciones que podían presentarse como científicas (siempre
teniendo como horizonte que ese Sistema Social considera que el conocimiento
científico es el legítimamente “supremo” para solucionar sus problemas y responder a
sus necesidades).
Aquí se ingresa en el problema del Objeto de Estudio de la Psicología y de los intentos
para lograr su formalización mediante una metodología epistemológicamente
aceptada, de lo cual se deriva que numerosas fueron las construcciones para lograr su
legitimación. Las Escuelas de la Psicología (numerosas construcciones buscando su
legitimación como formadoras de representaciones válidas para las prescripciones
epistemológicas dominantes) heredaron la estructura de los estudios del “Alma” que
nutrieron las elaboraciones filosóficas clásicas, medievales y modernas e intentaron
formalizar un Objeto de Estudio científicamente aprobado bajo la necesidad, como se
señaló anteriormente, de aprobación de la ciencia normativa de la época, que en sus
orígenes establecimos como “la ciencia positiva”. Aquí se abren tres vías para una
continuidad responsable del texto:
La primera retoma el desarrollo sobre el Concepto, entiende que se pasó a escribir
sobre la Situación de Escuelas debido a qué es la casa donde el concepto de Psicología
habita y que se mencionó la herencia de los estudios del alma debido a que marcan la
génesis de la psicología y su posterior dispersión en Escuelas cuando intenta formalizar
un objeto de estudio “para la ciencia”; entonces, esta vía piensa que para continuar
desarrollando el concepto en psicología sería necesario determinar qué marca la
continuidad de la herencia del alma en la situación de Escuelas, ya que así la voz
Psicología tendría precisamente una línea de continuidad y lo qué sucede con sus
conceptos podría ser exhibido ahora como “la Herencia conceptual de los Estudios del
alma”. La segunda vía entiende que para caracterizar los conceptos tal como se
presentan en Psicología es necesario continuar desarrollando la Situación de Escuelas
como tal, estableciendo como está constituida y cuáles son las consecuencias
epistemológicas y metodológicas de su lectura. La tercer vía se centra en que los
Conceptos remiten a cómo está organizada la producción, distribución y consumo de
los conocimientos en Psicología, y a la necesidad de establecer la particularidad de su
situación debido las referencias a la situación de Escuelas, la herencia de los estudios
del alma y a la pretensión de cientificidad.
Las tres vías tienen continuidad en el presente texto: El lector deberá conservarlas y
reconocerlas en las diferentes partes que las retoman, por lo que, en lugar de llamarlas
“vías” las denominaremos Ejes Conceptuales.
De lo expuesto hasta aquí, resulta que:
a) Hay una interpenetración entre los textos de Psicología y las Prácticas
b) Las Prácticas remiten a incumbencias legales
c) La Formación del Concepto es el Factor Proximal que define la interpenetración
entre textos y prácticas
d) El concepto en psicología habita en sistemas teóricos bajo Situación de Escuelas
e) La Situación de Escuelas tiene su origen en la herencia de los Estudios del alma,
la pretensión cientifizante y por ende define una convergencia científico-
filosófica
f) Esta convergencia filosófico- científica genera problemas en las operaciones de
lectura que por ahora guían la necesidad de continuidad del texto
g) Y también, se abre una vía hacia el porqué de la existencia de la Psicología,
mirada que permite preguntar: ¿qué hay en los estudios sobre el Alma qué se
conserva en la Psicología que se pretende Científica, aunque sursumida en
ella? (recordar que ‘sursumción’ es un concepto que deviene de la filosofía
hegeliana, corresponde a los movimientos dialécticos de supresión,
conservación y superación: el Profesor/a puede extenderse sobre esto)
Cuando hablamos de la influencia de la Herencia de los Estudios del Alma, lo hacemos
porque se adjudica a la misma la permisión de la inclusión de supuestos filosóficos que
de modo apriorístico, fueron estableciendo constitutivos que integraron los “núcleos
duros” de cada programa de producción de conocimientos de Escuelas, provocando
distanciamientos entre sí. Los conceptos, desde esta visión que ya reconoce la
existencia de las Escuelas de Psicología, son productos de los núcleos de producción de
conocimientos, y se ofrecen intentando alcanzar respuestas “legítimas” en dirección a
un sistema social que desde sus necesidades y problemas realiza una evaluación
“global” y pragmática de las prácticas que se generan bajo el amparo de tales sistemas.
Teniendo en cuenta el capítulo anterior, el nivel Pragmático, que anudaba los restantes
niveles, se encuentra ahora atravesado por la Situación de Escuelas, cuya estructura,
analizada desde una perspectiva epistemológica, es presentar las siguientes “capas”:
- un núcleo central, o programa de conocimientos de Escuela
- un cinturón protector compuesto de supuestos epistemológicos,
metodológicos y filosóficos, que “cuida” la permeabilidad del núcleo central
- un cinturón “racional” que contiene la matriz epistémica en el seno de la cual el
proceder del cinturón protector es racionalmente válido y acorde con las
premisas para obtener conocimientos confiables “de la época”
Si tenemos en cuenta ahora al Concepto en Psicología, en esta situación, quedan
definidos los siguientes Niveles de Análisis para ubicar cualquier referencia que se haga
al mismo:
Nivel 1: del Concepto en Psicología como posibilidad del pensamiento humano, donde
hay muchos otros tipos de conceptos: este es un nivel “de la persona” que estudian
por ejemplo las teorías representacionales de la mente (Fodor, 1997)
Nivel 2: del Concepto en psicología como pivote teórico posibilitador de objetivaciones
dentro de sistemas teóricos que se pretenden científicos
Nivel 3: de las Escuelas de Psicología como respuestas históricas a exigencias
epistemológicas y metodológicas para producir representaciones que sean
consideradas científicas
Nivel 4: de las Prácticas que generan las Escuelas de la Psicología y permiten que
agentes concretos conformen un campo social, el de la Psicología, y diseminen
capitales en juego por el cuál luchan estos agentes, ingresando a la lógica y
propiedades de los campos sociales
En el Nivel de Integración 4 tenemos a las Prácticas, coordinadas por la Situación de
Escuelas, donde habitan los conceptos a un nivel 2, en personas concretas donde hay
conceptos a nivel 1. Así, desde un Nivel 4, podemos establecer un corte y afirmar que
los conceptos tienen una génesis en el Núcleo Duro del Nivel 3, amparado por
conceptos del cinturón protector del mismo nivel y estos, en conjunto ingresan
progresivamente en la formación académica al Nivel 1. Este último proceso es uno de
corporización, a diferencia de lo que establecían las clásicas teorías representacionales
de la mente. Esa es una discusión aparte.
Los Modelos Situacionales, por ende, que se generan en el nivel 3, contienen
prescripciones filosóficas para proteger núcleos duros de producción, es decir, los
programas de generación de conocimientos de cada Escuela. El lector de Psicología va
a recibir, entonces, lo que denominaremos “Psicologización”, a la que consideramos
como tendencia a incluir postulados, peticiones de principio, caracterizaciones a priori
que determinan a la Persona de forma axiomática, permitiendo el posterior
levantamiento de un edifico teórico, bajo un programa de conocimiento. Uno de los
“tipos de conceptos”, entonces, que va a encontrar el lector de textos de Psicología,
corresponde a la Psicologización y su origen reside en la estructura de las Escuelas de
Psicología.
Ahora, ¿qué otros tipos de conceptos encuentra el lector de textos de Psicología?
¿Cómo los reconoce? ¿Qué consecuencia posee cada tipo en los niveles de
comprensión lectora? ¿Cómo se articulan a los niveles de “la presentación del
concepto? Antes de ensayar estas respuestas, que marcan la continuidad de los
siguientes apartados, es necesario repasar la idea de la génesis de los conceptos en
sentido general. Vamos a considerar que las Personas, al realizar sus prácticas tienen la
capacidad de “abstracción reflexionante” (Samaja, 1994) que permite universalizar
aquello que realizan de forma particular. En prácticas coordinadas como las que se
realizan en el campo de la Psicología se presenta una evolución marcada por una lucha
de tipo discursiva con otros agentes del campo mediante los conceptos que ya
pertenecen y habitan los sistemas teóricos contenidos en los núcleos de producción de
conocimientos. Esta visión permite observar que la génesis y desarrollo de los
conceptos muestran las huellas de las “luchas” que deben entablar para lograr
imprimirse en un sistema teórico. Una vez que lo han logrado, se presentan como
ahistóricos, es decir, como si el sistema de mediaciones con el universo que presentan
en su seno hubiera sido siempre y definitivamente el mismo.
Esta noción o movimiento del concepto se denomina “recaída en la inmediatez”
(Samaja, 1994) y expresa que aquello que es histórico, y se ha constituido en luchas
entre agentes de un campo, frente a las aristas y captaciones de otros conceptos,
ahora se presenta como sin historia y definitivo, lo que significa que el concepto
pretende “haber estado siempre ahí”, poseer “la transparencia” de tener un referente
propio y natural, “ser evidente en lo suyo”, a pesar de que desde este nivel se puede
apreciar que la Razón Teórica y Práctica humana han forjado el concepto de la misma
manera que se construyen herramientas para el desarrollo tecnológico. Los conceptos,
por lo tanto, tienen su historia, y en el análisis de sus vidas dentro de los textos de
Psicología, se encuentra que se trata de una conquista a la que se denomina
“captación”, porque los conceptos son potentes condensados de operaciones que
permiten construir realidad, entablando una dialéctica transformadora con el
“mundo”.
Captación es una propiedad de los conceptos e indica su potencial generativo: Cada
concepto atrae un condensado de operaciones técnicas, percepciones,
procedimientos, en definitiva, un esquema de múltiples niveles que se redistribuye en
los sentidos humanos y se expresa en sus procedimientos y en sus actitudes. La
captación de un concepto está encarnada en el cuerpo: Por ejemplo, la Captación que
permite el concepto “Estilos de Afrontamiento” permite detectar estilos de habla en
las personas, escindir las situaciones que se relatan en una lógica de acción por parte
de un “actante” y un objeto que se engendra como pasivo de la acción, permite
abordar lo relatado mediante una lógica que se repite en la misma persona. El
concepto objetiva realidades, las situaciones en que se presenta cada persona dejan
de resultar contingentes. Este concepto indica que hay predisposiciones afectivas,
estilos actitudinales emocionales, por ejemplo ‘tendencia a sentirse herido’. En
situaciones estructuradas y ante relatos de “problemas” el concepto de “Estilo de
Afrontamiento” permite organizar las experiencias de una persona considerándolas
patrones que se reiteran y los acontecimientos mentales se organizan aún teniendo
contenidos específicos, que era el gran problema de los ‘contenidos’ en los
acontecimientos mentales de Davidson cuando se refería a la historización y la
generalidad de los actos como desear, pensar, querer. La captación que permite este
concepto es un condensado lógico y se relaciona con otros conceptos, Estilo de
Personalidad, Nivel de Ansiedad, tipo de apego, Estilos de Crianza. La captación del
concepto es un generador empírico, por lo que valores o “realidades” que allí no
estaban comienzan a “rellenarse” y activarse.El concepto es, en primer lugar, lo que
dentro de un sistema teórico “captura”.
En Psicología hay una “captación de Escuela”, la primer pregunta es si existe una
superposición en las captaciones de escuela, o bien si cada una posee un marco lógico
que la vuelve indiferente a cualquier otra. Esto resultaría extraño si se recuerda que se
trabaja sobre CE en su conversión a S1S2 , ver Marino (2009). La pregunta se hunde
en la ‘filosofía de la realidad’: Si se continúa esta vía habría un retorno a la polémica
entre posiciones metafísicas empiristas y racionalistas, se podría recurrir a soluciones
tan antiguas como la posición kantiana. Sin embargo, una vía de salida la constituye
nuestra distribución de la experiencia del concepto en diferentes niveles: En el Nivel 4,
(desde las Prácticas) se observa que las relaciones entre captaciones de escuelas se
dirime en el nivel de la organización de la práctica, porque es allí donde se establecen
los procedimientos que definen si hay superposiciones o no y desde donde puede
haber articulaciones. Esto significa que la resolución estaría en el terreno pragmático.
En este Nivel, que anuda los otros, indica que si hay una persona que ha formado los
conceptos psicológicos en una Educación que tiene por Niveles aquellos que implican
la comprensión lectora, y luego los sursume en su práctica, hay que discutir a un nivel
de Práctica Psicológica que operaciones están en juego cuando asume una posición P1
y convierte a CE en S1, más allá de la formalización declarativa de su Objeto de
Estudio provocado por la estructura de Escuelas. Le llamamos ‘formalización
declarativa’ a la definición de objeto de estudio que brinda de forma teórica en un
pedido de respuesta P2 (Marino, 2009).
Esto nos lleva también a preguntarnos bajo que matriz teórica nos representamos la
práctica de la psicología, y de qué manera, más allá de las presentaciones
epistemológicas y metodológicas, puede desarrollarse qué significa conocer en
Psicología mientras se incluyen las prácticas en situación de escuelas y las
correspondientes experiencias de lectura y formación de conceptos.
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