La construcción de la imagen de las Madres de Plaza de Mayo a través de la fotografía de prensa

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La construcción de la imagen de las Madres de Plaza de Mayo a través de la fotografía de prensa Resumen: La fotografía de prensa fue un pilar fundamental para la construcción de la imagen de las Madres de Plaza de Mayo. Desde los primeros años de la dictadura se fue gestando una estrecha relación entre las madres de detenidos- desaparecidos y un grupo de reporteros gráficos. Producto de ese vínculo especial surgieron fotografías emblemáticas que son íconos de la resistencia a la dictadura hasta hoy. Este trabajo se propone reconstruir las raíces de esa relación y analizar cómo se construyó la imagen de las Madres de Plaza de Mayo como el símbolo por excelencia de la lucha contra la última dictadura militar en Argentina Press photography was an essential pillar for the construction of the image of the Mothers of Plaza de Mayo. Since the early years of the dictatorship was brewing a close relationship between the mothers of disappeared and a group of photojournalists. Proceeds from this special relationship arose photographs are emblematic icons of resistance to the dictatorship until today. This work aims to reconstruct the roots of that relationship and discuss how they built the image of the Mothers of Plaza de Mayo as the quintessential symbol of the struggle against military dictatorship in Argentina. La fotografía de prensa fue un pilar fundamental para la construcción de la imagen de las Madres de Plaza de Mayo. Desde los primeros años de la dictadura se gestó una estrecha relación entre las madres de detenidos-desaparecidos y un grupo de reporteros gráficos. Producto de ese vínculo especial surgieron fotografías emblemáticas que son íconos de la resistencia a la dictadura hasta hoy. Este trabajo se propone reconstruir las raíces de esa relación y analizar cómo se construyó la imagen de las Madres de Plaza de Mayo como el símbolo por excelencia de la lucha contra la última dictadura militar en Argentina (1). El corpus que analizaremos está compuesto por fotografías, elegidas de entre cientos de imágenes, por ser las más utilizadas cuando se habla del golpe militar del veinticuatro de marzo de 1976 en libros, películas, videos, páginas web, folletos, suplementos especiales de diarios y revistas, documentales, reproducciones en la prensa internacional, muestras de fotos, exposiciones de autores, conmemoraciones, actividades relacionadas con los derechos humanos, entre otros. Por fuera de ese corpus, analizamos otra fotografía que representa justamente todo lo contrario. Para este trabajo entrevisté a varios de los reporteros que sacaron esas fotografías, analicé cómo fueron tomadas, en qué circunstancias y qué circulación tuvieron. También entrevisté a Nora Cortiñas, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora y relevé reportajes y conferencias de Hebe de Bonafini, presidenta de Madres de Plaza de Mayo. Las Madres de Plaza de Mayo y su lucha por la visibilidad A partir de la experiencia del golpe de Estado de A. Pinochet en Chile —cuya represión abierta en septiembre de 1973 había provocado una fuerte condena internacional en forma inmediata—, la dictadura argentina había resuelto que la represión que ejercería sería clandestina. Para su aplicación, el terrorismo de Estado necesitó de una clara política de Revista Afuera | Estudios de crítica Cultural http://www.revistaafuera.com/print.php?id=129&nro=9 1 de 16 28/04/2014 2:51

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La construcción de la imagen de las Madres de Plaza de Mayo a través de lafotografía de prensa

Resumen:La fotografía de prensa fue un pilar fundamental para laconstrucción de la imagen de las Madres de Plaza de Mayo.Desde los primeros años de la dictadura se fue gestando unaestrecha relación entre las madres de detenidos-desaparecidos y un grupo de reporteros gráficos. Producto deese vínculo especial surgieron fotografías emblemáticas queson íconos de la resistencia a la dictadura hasta hoy. Estetrabajo se propone reconstruir las raíces de esa relación yanalizar cómo se construyó la imagen de las Madres de Plazade Mayo como el símbolo por excelencia de la lucha contra laúltima dictadura militar en Argentina

Press photography was an essential pillar for the constructionof the image of the Mothers of Plaza de Mayo. Since the earlyyears of the dictatorship was brewing a close relationshipbetween the mothers of disappeared and a group ofphotojournalists. Proceeds from this special relationshiparose photographs are emblematic icons of resistance to thedictatorship until today. This work aims to reconstruct theroots of that relationship and discuss how they built theimage of the Mothers of Plaza de Mayo as the quintessentialsymbol of the struggle against military dictatorship inArgentina.

La fotografía de prensa fue un pilar fundamental para la construcción de la imagen de lasMadres de Plaza de Mayo. Desde los primeros años de la dictadura se gestó una estrecharelación entre las madres de detenidos-desaparecidos y un grupo de reporteros gráficos.Producto de ese vínculo especial surgieron fotografías emblemáticas que son íconos de laresistencia a la dictadura hasta hoy. Este trabajo se propone reconstruir las raíces de esarelación y analizar cómo se construyó la imagen de las Madres de Plaza de Mayo como elsímbolo por excelencia de la lucha contra la última dictadura militar en Argentina (1). El corpus que analizaremos está compuesto por fotografías, elegidas de entre cientos deimágenes, por ser las más utilizadas cuando se habla del golpe militar del veinticuatro demarzo de 1976 en libros, películas, videos, páginas web, folletos, suplementos especiales dediarios y revistas, documentales, reproducciones en la prensa internacional, muestras defotos, exposiciones de autores, conmemoraciones, actividades relacionadas con losderechos humanos, entre otros. Por fuera de ese corpus, analizamos otra fotografía querepresenta justamente todo lo contrario. Para este trabajo entrevisté a varios de los reporteros que sacaron esas fotografías, analicécómo fueron tomadas, en qué circunstancias y qué circulación tuvieron. También entrevistéa Nora Cortiñas, la presidenta de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora y relevéreportajes y conferencias de Hebe de Bonafini, presidenta de Madres de Plaza de Mayo. Las Madres de Plaza de Mayo y su lucha por la visibilidad A partir de la experiencia del golpe de Estado de A. Pinochet en Chile —cuya represiónabierta en septiembre de 1973 había provocado una fuerte condena internacional en formainmediata—, la dictadura argentina había resuelto que la represión que ejercería seríaclandestina. Para su aplicación, el terrorismo de Estado necesitó de una clara política de

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desinformación, censura y manipulación mediática para la cual los medios fueron un actorcentral (2). El plan sistemático y masivo de secuestros, torturas y detenciones clandestinas necesitabaque esa desaparición física esté acompañada por una invisibilización mediática. Así como seocultaban los secuestros y el destino de los secuestrados, era vital para el terrorismo deEstado ocultar a los familiares y la búsqueda de sus seres queridos. La negación de laexistencia de los detenidos-desaparecidos se extendió a los familiares que los buscaban.Una de las formas de esa negación era la ausencia de dichas noticias en la prensa o supresentación confusa, tergiversada y/o descontextualizada. Como resultado de esa política represiva surgió, entre otros organismos, este movimientogenéricamente llamado de Madres de Plaza de Mayo, que incluía también a otros familiaresy amigos de aquellos que habían sido secuestrados y desaparecidos. Las innumerables gestiones, el dolor, la esperanza, el maltrato y la humillación de que eranobjeto en sus acciones de búsqueda las fue uniendo. Al principio ellas formaban parte deenormes grupos de gente que buscaba espontánea y desesperadamente a sus seres queridos,hijos, parejas, padres, hermanos. Sin saber muy bien qué hacer, ni dónde ir, sin encontrarrespuestas, se encontraban con otros como ellas en sus dolorosos peregrinajes. Lainorganicidad inicial se ve reflejada en su propio nombre, ligado a su lugar de encuentro, laPlaza de Mayo. Tampoco eran un grupo numéricamente importante al principio (3). Lafrustración tras las gestiones que realizaban y el profundo desconocimiento (al igual que lamayoría de la población) de lo que verdaderamente sucedía con ellos en los centrosclandestinos de detención, de la real dimensión de la represión y de los alcances y eldestino de la mayoría de sus hijos e hijas, hizo que tomaran decisiones que otros tildabande temerarias e imprudentes mientras para ellas eran de sentido común: interpelardirectamente al presidente de la Junta Militar que gobernaba, el Teniente General Videla enese entonces, frente a la Casa de Gobierno, con una simple consigna: “Los desaparecidos,que digan dónde están”. Esa ignorancia sobre el verdadero destino de sus hijos (productotambién de la experiencia vivida en dictaduras anteriores, donde la represión no habíallegado a la magnitud y grados extremos de crueldad de esta última) fue la fuente de suesperanza. Pensaban que sus hijos estarían vivos y detenidos en algún lugar y querían saberdónde poder visitarlos, llevarles comida y abrigo. No podían perder tiempo. Sus hijos, convida, en algún lugar desconocido, las necesitaban. Los fotógrafos de prensa durante la dictadura Desde comienzos de la década de los 60 en Argentina, se había dado en la fotografía deprensa un cambio radical. La imagen comenzó a tener un lugar destacado, especialmenteen las llamadas “revistas ilustradas” y salió del rol de decoración que había ocupado en laprensa masiva hasta el momento. Al mismo tiempo, una nueva generación de fotógrafos—surgida especialmente al calor de las publicaciones militantes de la década de lossetenta—, aparecía en la escena mediática no sólo con una mirada comprometidapolíticamente, sino también con una formación más profesional que la de los fotógrafos deprensa de los diarios masivos y comerciales hasta entonces. Dicha combinación dio comoresultado la aparición de una nueva generación de fotógrafos y de un nuevo tipo defotoperiodismo, tanto desde el punto de vista estético como político. Todo esto vioimpedido y frustrado su desarrollo a partir del golpe de Estado de 1976. Para los fotógrafosde prensa que estaban más comprometidos con la realidad social y política del país, lasituación laboral se hizo más riesgosa e inestable y en algunos casos, imposible de ejercer. Durante la dictadura (y ya desde antes), fotógrafos de la llamada prensa militante fueronperseguidos. Algunos de ellos fueron secuestrados y asesinados y otros tuvieron queesconderse o se exiliaron (4). A la estricta censura que impuso la dictadura en sus inicios sele sumó la gran cantidad de medios clausurados o intervenidos, con la consecuencia decientos de periodistas amenazados, cesanteados o despedidos —en especial aquellos quetenían una militancia política y/o gremial— o que se quedaron directamente sin su fuentede trabajo (5). Cambiar de área en la misma redacción, trabajar en medios de más bajaexposición o cambiar de empleo (haciendo fotos publicitarias por ejemplo) fueron algunasde las estrategias que periodistas y fotógrafos comprometidos utilizaron para sobrevivir yseguir ejerciendo la profesión. Esto hizo que, no obstante la represión y la censura, granparte de los fotógrafos continuase con su trabajo en las distintas redacciones y agencias enlas que lo ejercían aunque con muy poca libertad de movimiento y con un estricto controlde lo que se publicaba (6). Al mismo tiempo, en el inicio de la dictadura no había grandes acontecimientos quefotografiar, en la superficie política parecía que no pasaba absolutamente nada y laactividad central de los reporteros gráficos era cubrir actos militares uno tras otro (7), sacarfotos deportivas o de figuras del espectáculo. Esto hizo que algunos fotógrafos buscasennuevas formas de seguir sacando fotos interesantes y comprometidas aun bajo esascircunstancias. Surgieron así dos estrategias para obtener fotos visualmente atractivas ypolíticamente opositoras: la primera consistía en sacar, en esos mismos actos —a los que

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eran enviados por las agencias y medios para los cuales trabajaban—, fotos de los militares,miembros de la Iglesia o civiles implicados con el régimen, en gestos, actitudes y poses quelos ridiculizaran o los mostraran en actitudes sospechosas, equívocas. Es una “fotografíairónica” de gran valor simbólico. La segunda estrategia era sacar de todos modos fotos queestaban prohibidas de ser tomadas o que iban a ser directamente censuradas y guardarlasesperando que alguna vez pudieran salir a la luz. Gracias a esas fotos clandestinas que nosalieron en su momento publicadas en ningún sitio, tenemos hoy registro de los inicios de lalucha de las Madres y otros familiares. Un ejemplo de estas imágenes es del fotógrafo JorgeSanjurjo, que en ese entonces trabajaba en el diario Crónica. Los familiares y las Madres enparticular se encontraban haciendo interminables colas frente al Ministerio del Interior, enla calle Balcarce al cincuenta, reunidas en la Plaza de Mayo o en otras reparticiones, pordonde las distintas instituciones de la dictadura las hacían circular con una estrategia dehumillación y desgaste. El doce de agosto de 1976, Sanjurjo registró una de esas esperas.Sólo se ve una fila de gente haciendo cola frente al Ministerio del Interior, los familiares notienen aún identificación, ni pañuelos, ni fotos de sus hijos. No se sabe qué esperan ni porqué están allí. La foto no puede explicarlo pero lo registra (8).

12 de agostode 1976.Familiares dedesaparecidosfrente alMinisterio delInterior.FotógrafoJorgeSanjurjo.ArchivoCrónica.Publicada enCerolini,Reynoso(comps) 2006:101.

Esa nueva camada de fotógrafos que había surgido con la renovación de la prensa en ladécada de los sesenta va a emerger con fuerza hacia 1981. En octubre de ese año un grupode reporteros se reúne y organiza lo que sería la primera Muestra de Periodismo GráficoArgentino, con el objetivo de exponer las fotos que habían sacado durante esos años y queno habían sido publicadas o habían sido directamente censuradas por los grandes medios(9). Todavía en ese año, las Madres de Plaza de Mayo no eran conocidas masivamente enArgentina, se sabía más de ellas en el exterior gracias a la actividad de grupos de exiliados,de periodistas internacionales y a las imágenes que los reporteros nacionales y extranjeroshacían llegar a la prensa internacional. En el país, sólo se sabía de ellas en grupos reducidosmientras la gente común las ignoraba y la dictadura las perseguía, identificaba ymaltrataba. Las muestras de periodismo gráfico (tímidamente en 1981, con más fuerza en1982 y con un extraordinario despliegue en 1983) colaboraron para difundir sus imágenes enel país y mostrar a un público más masivo sus rostros y sus formas de lucha. Algunas de lasfotos que aún hoy son los íconos representativos de las Madres de Plaza de Mayo, y porextensión el símbolo de la resistencia a la dictadura militar, fueron expuestas por primeravez en esas muestras. El rol de periodistas y fotógrafos Pierre Bousquet era el subdirector de France Press entre 1975 y 1980 en Argentina, ademásde ser el único corresponsal extranjero acreditado ante las Fuerzas Armadas. A través de lasdenuncias que llegaban al exterior, la agencia francesa estaba al tanto de la situación de losderechos humanos en el país y le dio a su corresponsal en Argentina libertad para seguir eltema (Bousquet, 1983, citado en Gorini, 2006: 87). Mientras que para los periodistas

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argentinos involucrarse era un riesgo físico concreto, para los corresponsales extranjeros sehacía más sencillo debido a que la Junta Militar quería evitar enfrentamientos con la prensainternacional. Bousquet y otros periodistas establecieron una verdadera “malla deprotección” alrededor de las Madres: asistían a la Plaza para que no se quedaran solasfrente a la policía, difundían sus reclamos por el mundo y hasta marchaban de su brazo paraevitar que las reprimieran. Varios fotógrafos fueron detenidos en ocasión demanifestaciones que las Madres organizaban (Bousquet, 1983, citado en Gorini, 2006: 87). Sin dudas los fotógrafos y periodistas ayudaron en un inicio a que este pequeño grupo demadres adquiriera una rápida trascendencia internacional. Bousquet señala: “Para hacer unfrente común, hicimos entre los corresponsales de las agencias AP, Reuter, EFE, ANSA,Prensa Latina y Tass un acuerdo no escrito de intercambiar datos” (Bousquet, 1983, citadoen Gorini, 2006: 88). En ese entonces la estrategia de la dictadura frente a las preguntas de los corresponsalespor la actividad de las Madres y por el destino de sus hijos, fue despreciar a las Madres,acusarlas de “subversivas al servicio del terrorismo internacional para dañar la imagen delpaís en el exterior” y tratarlas de locas. Pero su propia presencia imponía otra verdad. Susrostros angustiados, sus rondas y marchas, sus formas de reclamo, eran una denunciaconstante que había logrado superar el silencio impuesto por el terror. La ronda alrededorde la pirámide y el pañuelo blanco en la cabeza habían surgido de la necesidad pero setransformaban en símbolos. Las Madres comprendieron muy pronto que para que su reclamo sea escuchado ytrascendiera las fronteras nacionales necesitaban tener una estrategia frente a los mediosde comunicación. Se habían dado cuenta, desde sus primeras reuniones, que la presencia deperiodistas y fotógrafos extranjeros en la Plaza de Mayo las protegía, pero no sólo eso,esencialmente les daba la visibilidad que la dictadura y los medios nacionales les negaban.Resolvieron entonces que cuando llegaba algún personaje internacional importante al paísse harían presentes en los actos públicos. Cada ocasión que les permitiese llamar laatención de los medios no debía ser desaprovechada. “Querían ser vistas. Era una obsesión”(Gorini, 2006: 17). La primera vez que esto ocurrió fue con la visita en agosto de 1977 del subsecretario deAsuntos Interamericanos de Estados Unidos, Terence Todman, al que acompañaban ademásperiodistas norteamericanos. Las Madres gritaron y agitaron pañuelos blancos para llamar laatención. El hecho salió publicado en el diario Crónica, y fue esta la primera vez queapareció una foto de las Madres en un diario masivo (Gorini, 2006: 97). El éxito de estaestrategia las impulsó a repetirla. La siguiente oportunidad se les presentó con la llegadadel secretario del Departamento de Estado de Estados Unidos, Cyrus Vance. Hebe deBonafini, presidenta de Madres de Plaza de Mayo, lo relata: “Cuando vino Cyrus Vance,fuimos a la Plaza San Martín. Cuando ponían la ofrenda floral, gritamos y pedimos pornuestros desaparecidos y también hicimos que la prensa se interesara. Y de ahí hay unafoto, que ha dado la vuelta al mundo, donde las Madres estamos gritando y pidiendo pornuestros desaparecidos” (Bonafini, 1988 ). Es el caso de la foto de Associated Press que fue levantada por otras agencias y se publicóen medios internacionales. Fue el primer triunfo mediático de las Madres. La imagen es lasíntesis del dolor: las mujeres fotografiadas expresan en sus rostros la angustia y ladesesperación que vivían. Se ven cuatro madres, cada una de ellas refleja con su gesto lossentimientos y actitudes por los que atravesaban. Llanto incontenible en un caso, ruego enel otro, grito y reclamo en el tercer caso y mirada tensa e inquisidora en el último.

Noviembre1977. PlazaSan Martín.Visita deCyrusVance.Fotógrafo:Eduardo DiBaia,AssociatedPress.

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Mientras la dictadura negaba la existencia de los desaparecidos, su presencia pública ymediática —en sí misma una denuncia— lo desmentía. Al doble ocultamiento, de losdesaparecidos y de sus familiares buscándolos, se les opuso una doble visibilidad (10). Porun lado, las madres y otros familiares comenzaron a portar las fotos de sus hijos e hijas,esposos, mujeres, nietos y nietas, devolviéndoles un rostro, una identidad, una historia y unlazo social, volviendo visibles a quienes habían sido desaparecidos, es decir, ocultados a lavista social. Pero ellas mismas estaban invisibilizadas. Ahí es donde la acción de algunosfoto- reporteros permitió ayudar a quebrar esta segunda invisibilización. Varios fotógrafosde prensa (11) señalan que durante esos años documentaban las acciones de las Madres y deotros familiares, fotografiando muchas veces a escondidas, enfrentando las directivas de lasempresas de medios y en algunos casos bajo riesgo físico, sabiendo que ningún medio porentonces publicaría esas imágenes. Cuando estas fotografías se hacen visibles, en las primeras muestras de periodismo gráfico,no sólo se ponen al alcance de un público más numeroso sino que también son vistas por losmismos sujetos allí fotografiados. Daniel García, fotógrafo en ese entonces de la agenciaNoticias Argentinas y actual jefe de fotografía de France Press, recuerda los mensajes deagradecimiento emotivos que dejaban en los libros de visita de las muestras las Madres yotros familiares, que se veían por primera vez a sí mismas representadas como símbolos deresistencia en el país. Lo que se mostraba de ellas incidió en su autorepresentación. De esteestrecho vínculo, dan cuenta tanto las Madres como fotógrafos y periodistas. RobertoGómez, director del periódico Acción (12) durante los años de la dictadura militar, señala:

Si hablamos de la lucha contra la dictadura militar, aparece unsímbolo universal: las Madres de Plaza de Mayo, pero ¿qué fueron yqué son las Madres de Plaza de Mayo, sino fundamentalmente unaimagen, una imagen fotográfica? Resulta imposible separar al símbolopolítico más alto de la lucha contra la dictadura de su imagen visual.Esos pañuelos blancos, esas figuras dolorosas rondando la plaza, sonuno de los grandes aportes de los reporteros gráficos. Sin ellos, esesímbolo no se hubiera terminado de construir. (Gómez, en AA.VV.,2001)

Si bien podemos leer una exageración polémica en esta opinión, nos permite afirmar, sindudas, que estas fotografías ayudaron a conformar y amplificar la dimensión simbólica deeste movimiento. Nora Cortiñas, presidenta de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, destaca enconsonancia:

Las fotos sirvieron para identificarnos como grupo, siemprebuscábamos que hubiera fotógrafos en nuestras actividades yllamábamos a los diarios para avisar de las cosas que íbamos a hacer[…]. El rol de los fotógrafos ayudó totalmente para la denunciacuando no se podía poner en letras lo que el hecho representaba. Las[imágenes] de la represión en las calles, los milicos con los fusilesprovocándonos, todo eso ayudó para que en el mundo entero seconociera el drama que se vivía. Nosotros siempre le estuvimosagradecidos a la prensa gráfica. Cada año ellos en sus muestras ibanponiendo como evolucionaba el tema de derechos humanos(Entrevista realizada por la autora, 2009).

Un claro ejemplo del estrecho vínculo que se gestó entre los reporteros gráficos y lasMadres lo representa un caso particular: el archivo fotográfico de la Asociación deReporteros Gráficos de la República Argentina (ARGRA) fue donado y funciona en el actualMuseo de la Memoria en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Las Madres y las fotos de sus hijos Además de las estrategias por darse visibilidad a sí mismas, las Madres se dieronespontáneamente estrategias para hacer visibles a sus hijos desaparecidos. Para ello usaroncomo recurso esencial a las fotografías que cada una tenía de ellos. Fotos sacadas paraotros fines y en otros contextos: fotos de documento —a veces las únicas disponibles—, fotosescolares o imágenes de momentos felices, casamientos, bautismos, cumpleaños. Lafotografía tornaba visible la desaparición y permitía reconstruir la identidad de la personadesaparecida, darle un rostro, recuperarlo en su densidad personal, familiar e histórica.Como señala Da Silva Catela: “Si la categoría de desaparecido englobaba a todas lasindividualidades sin distinguir sexo, edad o trayectoria, las fotografías permitían mostraruna existencia individual, una biografía. La imagen permite la constitución de la noción depersona, haciéndola salir del anonimato de la muerte, para recuperar una identidad y unahistoria” (Da Silva Catela, 2009: 341). La fotografía de los desaparecidos desde entonces, en

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sus múltiples usos y soportes, se constituyó en una de las principales formas derepresentación de la desaparición. Desde sus inicios en el siglo XIX, la fotografía demostró ser un eficaz medio de lucha contrael olvido. El retrato, uno de sus usos más extendidos, sirvió históricamente para vivificar lomuerto, para recordar a los familiares fallecidos, para establecer nexos entre la vida y lamuerte. El uso que le dan las Madres a las fotos de sus hijos se apoya en esta tradiciónprevia a la que le suman la dimensión política. Los familiares no sólo usan la fotografía pararecordar, esencialmente buscan, denuncian y hacen re-aparecer en la escena pública al serdesaparecido. En un primer momento la foto de sus hijos comenzó a utilizarse como un instrumento debúsqueda (13), luego, las mismas imágenes fueron llevadas a encuentros con sobrevivientesde los centros clandestinos de detención, de nuevo con la esperanza de saber algo de sudestino (14). Muy tempranamente también se transformaron en una herramienta dedenuncia internacional. Las fotografías de desaparecidos y de niños apropiados recorrieronel mundo en manos de exiliados o de instituciones que se hacían eco de la desaparición depersonas en Argentina. Sin que haya sido planeada como estrategia sino como consecuenciadirecta de su propia práctica, esas fotografías se transformaron en un instrumento decontrapropaganda política, que denunciaba el accionar clandestino del Estado terrorista: almismo tiempo que secuestraba negaba las desapariciones. Fue un instrumento que ayudó aque organismos y medios internacionales se transformasen en activos denunciantes de loque aquí sucedía. También se utilizaron en la conformación de archivos y en la construcciónde legajos y, más cerca en el tiempo, se construyeron numerosos blogs y sitios de Internetdonde gracias a la fotografía se puede identificar y conocer la historia de los desaparecidos.Y por supuesto, las fotos tuvieron y tienen un uso intransferible y personal, dado por cadamadre y familiar en el interior de sus hogares. Pero el uso que nos interesa particularmentedesarrollar aquí es el que las Madres les dieron a esas fotos públicamente, portándolassobre su cuerpo, llevando a sus hijos arrancados con violencia de sus vidas, una vez mássobre sí mismas. Primero prendidas sobre su ropa con alfileres, luego colgadas en su pechoen pequeños cartones, luego llevadas como estandartes en alto, la foto les permitía llevaral hijo con ellas, tenerlo de alguna manera de nuevo cerca, mostrarlo vivo. De todos modos, hay que aclarar que las diferentes relaciones que las Madres de Plaza deMayo establecieron con la fotografía estuvieron atravesadas por los mismos desacuerdos queatraviesan políticamente al movimiento y que motivaron la división en dos sectores a partirde 1986. En un inicio todas ellas portaban las fotos de sus hijos con sus nombres, perocuando se divide el organismo, también comienzan a diferenciarse en el uso que les dan alas fotografías. El grupo liderado por Hebe de Bonafini, presidenta de Madres de Plaza deMayo, decidió dejar de individualizar las fotos del familiar secuestrado (lo mismo hicieroncon los pañuelos, a los que dejó de bordarse el nombre del familiar secuestrado) yproponían que cada madre lleve cualquier pancarta en las marchas y no necesariamente laque tuviese la foto de su familiar (15). Nora Cortiñas señala, por su parte, que para ella fue fundamental el uso de las fotografíasde sus hijos con su correspondiente identificación:

En las primeras marchas en las que fuimos con la foto y el nombre,nos encontramos que aparecían muchos compañeros de nuestros hijosque no sabían ni siquiera que estaban desaparecidos sus compañeros,en ese momento, en los primeros tiempos que fuimos. […] Porque porahí los conocían por apodo, entonces con la foto y el nombre veían yse enteraban […]. Con el nombre en el pañuelo lo mismo. Así nosidentificaban, sabían, esta es la mamá de tal chico o de tal chica. Yla foto fue fundamental. (Entrevista realizada por la autora, 2009).

Justamente ella relata cómo surgió la idea de portar las fotos de sus hijos como pancartas:

Un día vino un padre, Santiago Mellibovsky, que estaba trabajandocon nosotras, pensando siempre en hacer cosas y que tenía en su casaun pequeño estudio de fotografía y tuvo la idea de registrar la foto decada uno y hacerlas en grandes. Y lo hicimos. Le costó salud hacertodas esas miles de fotos. La primera vez que fuimos con las fotos engrande, fue terrible. Mi marido que estaba en la calle, esperando quellegáramos con la movilización, cuando vio venir la columna, queveníamos por Diagonal, con las fotos más grandes que nosotras, sedescompuso. Es que era impresionante. (Entrevista realizada por laautora, 2009)

Ese nuevo uso de las fotos de desaparecidos llevadas por sus familiares como pancartaspermitieron un despliegue visual que los fotógrafos supieron aprovechar y ayudaron aexpandir.

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La imagen de las Madres No todas las madres de desaparecidos formaron parte de las Madres de Plaza de Mayo. Enverdad, sólo una minoría conformó aquel grupo. La mayoría, según Gorini, (2006: 25) nosobrepasó la búsqueda individual. La impotencia, la imposibilidad de asumir un nuevo rolsocial, la negación, la depresión, la enfermedad, la muerte y el suicidio fueron en realidadlas respuestas predominantes. En algunos casos, aceptaron la desaparición como un“castigo” impuesto por la dictadura. Sin embargo, la idea de las Madres luchadoras es lavisión por excelencia que recorre aquella época. Creemos que la difusión de estasfotografías altamente simbólicas que sacaron los reporteros gráficos ayudó a crear estaimagen, que a su vez repercutía en el propio movimiento y en la mirada que las Madrescomenzaron a tener de sí mismas. La mayoría de las madres que buscaban a sus hijos no tenían formación ni militancia políticay eran amas de casa. Una cierta subestimación por parte de la dictadura y una percepcióntardía de la relevancia que podía adquirir su movimiento permitieron la emergencia de loque sería uno de los principales focos de resistencia frente al poder militar. Como señalaGorini: “El retraso en percibir a las Madres como una fuerza política tuvo también raíces enel propio núcleo de estas mujeres: tampoco ellas, en sus comienzos, se concibieron a símismas como un movimiento político” (Gorini, 2006: 26). En el imaginario social y cultural dominante, toda madre tiene el deber de cuidar y bregarpor la seguridad de sus hijos, y eso era precisamente lo que hacían estas mujeres, quiénespor lo general compartían esta idea de familia ideal (16). ¿Cómo cuestionar entonces a lasmadres que lo único que hacían era cumplir con su deber, deber que por otro lado coincidíacon el ideal dominante de familia? La dictadura comenzó entonces a tratarlas de locas y aacusarlas de malas madres (17). Su presencia en la Plaza de Mayo fue cada vez más efectiva y visible y empezaron a sufrir larepresión en carne propia: las golpeaban, las reprimían, les impedían permanecer paradas omarchar y las llevaban detenidas. Algunas de ellas, entre otras su primera presidenta,fueron asimismo secuestradas y desaparecidas. La característica especial de la imagen de las madres era exactamente eso, su rol demadres. Mujeres sencillas, amas de casa que andaban con carteras o bolsas de las compras,que caminaban sin descanso con sandalias o zapatos de taco bajo, a las que con granfragilidad e inocencia se las ve enfrentando a los caballos de la policía montada, rodeadasde policías, caminando juntas, tomadas del brazo, aguantando la lluvia. Mujeres llorando yconsolándose. Mujeres resistiendo. La imagen de las madres que la mirada y el trabajoprofesional de los fotógrafos permitió hacer circular favorecía la empatía con ellas,generaba compasión, llamaba a la solidaridad y provocaba indignación hacia el régimen,aun para aquellos que desconocían la verdadera dimensión de la represión. Hemos seleccionado para analizar en este trabajo un corpus de imágenes que son las másfamosas, premiadas y utilizadas fotos de las Madres de Plaza de Mayo. Hallamos en ellastres ejes bien claros de análisis que se reiteran en la construcción de su imagen. El primerode ellos lo denominamos el eje de la resistencia a la represión. En las siguientes fotos se puede ver a las madres con expresiones de dolor, de miedo y deingenuidad respectivamente, que sin embargo enfrentan a la policía montada que ladictadura utilizaba sobre todo para amedrentarlas. En las dos imágenes tienen especialprotagonismo los caballos. El mensaje es claro, no importa la dureza de la represión, ellasla enfrentan. La primera imagen es Daniel García, tomada en la Marcha de la Resistencia eldiez de diciembre de 1982. La madre que se ve reflejada en el vidrio es Lilia Orfanó. DanielGarcía cuenta que desde temprano se había armado un cordón de policías para impedir elingreso de las Madres a la plaza. Él se colocó detrás del cordón para poder fotografiarlas defrente sabiendo que ellas habían decidido llegar hasta donde se encontraba la policía ytratar de pasar. A partir de la repercusión que tuvo esta imagen, el fotógrafo estableció unarelación personal con la Madre allí representada y posteriormente armó un trabajofotográfico contando la vida de ella y de sus dos hijos secuestrados. “No puedo hablar portodos, pero había vínculos que pasaban por lo solidario, por lo ideológico y por lo afectivo.Terminamos construyendo una relación afectiva inevitable”, señala Daniel García (18). Unade las fotos de ese trabajo era la imagen de la puerta misma de la casa de la familiaOrfanó, que había sido pintada con la leyenda “Lidia y Lucas subversivos”.

Marcha dela

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Resistencia. 10-12-1982. Fotógrafo: Daniel García. La segunda imagen es de Eduardo Longoni y fue tomada en la manifestación del cinco deoctubre de 1982, dos madres se cubren juntas mientras un policía a caballo las embiste.Una de ellas parece envolverse y cubrirse con una bandera. Detrás hay más policíasmontados a caballo. Al respecto el fotógrafo cuenta:

Las Madres de Plaza de Mayo, con los pañuelos y las marcas de losdesaparecidos en las arrugas de las caras, peleaban en los despachosoficiales, en sus casas, en las calles. El día de la Marcha por la Vidaquerían llegar a su plaza, pero un poder en retirada quería impedirlo.En la esquina de Diagonal Norte y Piedras se enfrentaron con un cartely con su dignidad contra la policía montada. En medio de esaescaramuza recuerdo que pensé lo contrario de lo que Susan Sontagsostenía sobre la fotografía de prensa, quien la calificabaesencialmente como un acto de no intervención. Necesité estar a tirode los palos de los policías, casi bajo los hocicos humeantes de loscaballos. Allí donde estaban ellas, tratando de hacer pie. Sólo de esacercanía podía surgir una foto que mostrara el dolor, la impotencia,una imagen de la rabia (Cerolini, 2006: 181).

Marchapor la vida2 deoctubrede 1982.Fotógrafo:EduardoLongoni. La idea de intervención en la realidad política, la decisión de estar cerca de las Madres a

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riesgo de sufrir en carne propia la represión para poder documentarla, es una constante enlos testimonios de algunos de los fotógrafos de prensa de esos años. Si bien hay una visión“heroica” de su trabajo en este relato, es estrictamente cierto que los reporteros, por sumisma tarea, necesitaban estar cerca de los acontecimientos y esto los colocaba en elcentro mismo de la represión. El segundo eje de análisis que encontramos en las fotografías es el de la voluntad y laperseverancia. Cada una de estas imágenes, incluso con características y formas biendistintas, refiere a las formas de lucha. Son imágenes de resistencia, en el doble sentido deltérmino, en algunos casos como en la foto de Daniel García ellas están bajo la lluvia,literalmente con sus pies bajo el agua. El fotógrafo cuenta: “Era un jueves. Recuerdo quefue la única vez que vi inundada la Plaza de Mayo en la historia. Había llovido muchísimopero nunca había visto la plaza inundada. Quizás los mismos milicos taparon los desagüespara que la plaza se inunde y ellas no vayan” (Entrevista realizada por la autora, 2009).

28 de abrilde 1983.FotógrafoDanielGarcía. En laimagen de

Adriana Vestido (19), sacada en 1982, una madre y una hija se confunden en el mismo gestode grito y de bronca. Es el marido/padre el que está ausente. La niña también lleva elpañuelo blanco. La metáfora está presente, la lucha continuará de la madre a la niña. Sonfotos que hacen eje en la persistencia, en el dolor transformado en lucha. Año 1982,Avellaneda.FotógrafaAdrianaLestido. Es el casotambién de laronda en la imagen de Carlos Villoldo. Ese círculo perfecto que da la idea de movimientocontinuo, de algo que no tiene principio ni fin. Esta foto fue tomada en 1981. Al respecto elfotógrafo cuenta:

Era habitual, en la agencia Noticias Argentinas, encontrar los juevesen el recordatorio el anuncio de las Madres en la Plaza de Mayo […].

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Un día decidí separarme un poco de la ronda y conseguir un lugar enlos alrededores para reflejar, en una misma toma, la ronda, lapirámide y la indiferencia del resto. No fue fácil […] pude acceder auna ventana […] y para mi sorpresa tuve que pedir permiso a uno delos cinco o seis “fotógrafos” apostados con largos teleobjetivos…(Cerolini, 2006: 184) (20).

Ronda deMadres dePlaza deMayo. Año1981.FotógrafoCarlosVilloldo.

La siguiente foto que seleccionamos como parte del eje que denominamos de voluntad yperseverancia fue elegida para ilustrar la tapa del libro La rebelión de las Madres, historiade las Madres de Plaza de Mayo, Tomo I (1976-1983), de Ulises Gorini. Fue sacada en 1979por Omar Torres, reportero de la agencia DYN en ese entonces. Se puede ver en ella a seismadres de espaldas, con sus pañuelos avanzando hacia la Casa Rosada (21). La fotografíafue publicada por primera vez el lunes 4 de octubre de 1982 en el diario La Voz para ilustrarun texto sobre una petición de los organismos de derechos humanos y Clarín volvió autilizarla en abril de 1983. Omar Torres, entrevistado por Ana Bianco, comenta:

No recuerdo con exactitud la fecha, pero era seguro un jueves. Yotrabajaba para la Agencia DYN […]. Esa tarde, las Madres comosiempre habían dado vueltas alrededor de la Pirámide de Mayo enreclamo por el paradero de sus hijos. Finalizada la ronda, hablabanentre ellas y les pregunté qué iban a hacer, me contestaron que elpropósito era la entrega de un documento de denuncia en la CasaRosada. Luego comenzaron a caminar y noté que no había visto nuncauna fotografía de ellas tomada desde atrás y caminando hacia la CasaRosada. El sol me favorecía, porque al caer sobre los pañuelos blancoslos resaltaba contra la arquitectura de la Casa de Gobierno. Fue sóloeso, disparar con mi cámara Nikon con un lente de 180mm. Despuésllegué alas oficinas de DYN, hice las impresiones y las envié portelefoto a los periódicos. (Bianco, 2008).

Encontramos en este testimonio dos datos interesantes, por un lado el fotógrafo habla conlas Madres, quienes le anticipan sus movimientos, y así él puede planificar su foto. Por otrolado Omar Torres elige el ángulo, mide la luz, selecciona un nuevo encuadre que no habíavisto antes, o sea, cumple con su labor profesional. Pero su mirada destaca cómo, al caer elsol sobre los pañuelos, los resalta contra la arquitectura de la Casa Rosada. Su miradapermite una síntesis perfecta, brinda la metáfora necesaria. Los pañuelos, aun con toda lafragilidad, pero acompañados por el sol del atardecer, se enfrentan a toda la estructura dela Casa de Gobierno. Madres de Plaza de Mayo yendoa entregar un petitorio a la CasaRosada. Año 1979. Fotógrafo:Omar Torres.

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Por último tenemos las fotos quese centran en el tercer eje quedenominamos de la tristeza y eldolor. En el primer caso, lafotografía es de Pablo Lasansky,fotógrafo de la agencia Noticias Argentinas. El llanto de la madre, la única de la imagen a laque se le identifica bien el rostro, está rodeada de hombres con cascos rígidos, negros,cuyos portadores son anónimos, símbolos sin rostro. Por contraste, la madre con el pañueloblanco, que uno imagina suave como una envoltura tierna, se seca las lágrimas sin soltar labandera que porta. La imagen se compone de binomios opuestos: fragilidad/dureza,luz/sombra, nitidez/desenfoque, rostro identificable/anonimato.

Año 1983. Fotógrafo Pablo Lasansky Las otras imágenes que componen estetercer eje muestran el dolor pero en estoscasos unido a la solidaridad y el amor. Es el

caso de la foto de Daniel García, el llanto de la madre, casi en actitud de rezo, esconsolado por una mujer que la besa tiernamente mientras sostiene con firmeza unapancarta donde adivinamos la imagen de un desaparecido. La metáfora es ternura ysufrimiento pero sin claudicación Año 1982. Fotógrafo DanielGarcía. Por fuera de estos tres ejesencontramos la foto de MarceloRanea, una imagen inclasificable,la primera imagen de las Madres publicada en la tapa del diario Clarín —el de mayor tiradaen ese entonces en el país—. También fue tapa del Excelsior de México, del New York Timesy del diario El País de España. El fotógrafo obtuvo el premio Rey de España a la mejorfotografía periodística del año 1983, otorgado por el Instituto de CooperaciónIberoamericana y la Agencia EFE, premio considerado como el más importante delperiodismo de habla hispana. Fue sacada el cinco de octubre de 1982, en la Marcha por laVida, y es la imagen más odiada por las propias Madres. Ese aparente abrazo no fue tal.Como se puede ver en otras fotos tomadas desde otros ángulos, instantes antes y despuésde esa toma, y según relataron numerosos testigos y fotógrafos presentes en ese momento,

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la Madre que está siendo supuestamente abrazada en la foto tenía un ataque de nervios yquiso pegarle en el pecho al policía que les impedía avanzar hacia la Plaza de Mayo.

5 de octubre de 1982, Marcha por laVida. Fotógrafo Marcelo Ranea.

Fotógrafo no identificado. ArchivoMemoria Abierta.

El oficial (22) la agarrópara detenerla y,sabiéndose rodeado defotógrafos, creó esegesto ficticio. A pesar deexistir muchas otrasfotos que muestran locontrario, el diarioClarín, que tenía lasecuencia entera tomada

por el fotógrafo y que consistía en sieteimágenes de las cuales sólo una contiene estegesto (23), elige esta imagen y la publica entapa señalando: “En la foto un oficial depolicía consuela a una de las asistentes”. Aldía siguiente, Clarín vuelve a publicar la foto

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en el espacio destinado al editorial y señala:“[…] el problema de los desaparecidos ypresos sin proceso es uno de los más seriosque afronta la comunidad argentina, la cualno podrá avanzar sin dilucidarlo hacia lasmetas de la reconciliación y de la prometidademocracia” (Clarín, 7/10/1982). La foto deese falso abrazo era la imagen dereconciliación que el diario proponía (24). Algunas conclusiones Este grupo de fotógrafos y las Madres de Plazade Mayo se necesitaban y se apoyaronmutuamente. Cuando las Madres comienzan amanifestarse, en sus rondas, con suspañuelos, portando las fotos de sus hijos, se

produce un despliegue visual que fue potenciado por el trabajo de los fotógrafos de prensaque sacaron imágenes altamente simbólicas y conmovedoras, a través de las cualespudieron mostrar su potencial creativo y su profesionalismo que se había visto coartado ylimitado a partir del golpe. También eran fotos que les permitían a esta generación dejóvenes fotógrafos colaborar para desprestigiar una dictadura que los había perseguido,golpeado, censurado. La dictadura percibió rápidamente el impacto que tenían estasimágenes emotivas y de denuncia, lo que convirtió a los fotógrafos en un grupoespecialmente buscado para ser reprimido en las manifestaciones públicas. Era parte de lapráctica habitual de su trabajo a fines de la dictadura sufrir persecución, golpizas, robo derollos, rotura de sus cámaras o ser detenido. Por el lado de las Madres, a su vez, estas fotos eran un instrumento de visibilidad social quepermitió la expansión e identificación de una franja más amplia de la población con susreclamos, expandir su denuncia internacionalmente y desbaratar la política de ocultamientoimplementada por la dictadura. Este proceso de hechos —producción de imágenes de esos hechos, circulación yreconocimiento— es el que hace que las imágenes mismas se hayan transformado en unaforma de construcción que favoreció la difusión y el conocimiento de lo sucedido bajo elterrorismo de Estado. La forma en que estas mujeres eran fotografiadas fue un elementoclave en la búsqueda de la ampliación de su base social y de su reclamo. Sus rostros, sutristeza, su solidaridad, su imagen en definitiva, eran la contracara del estereotipo de“locas y subversivas” con la que la dictadura trató de identificarlas. Estas imágenes fueronun poderoso soporte comunicacional que contribuyó a difundir su búsqueda y sus reclamosde verdad y justicia y las transformaron en un ícono de trascendencia mundial. Las fotos delas Madres y otros familiares portando a su vez imágenes de sus seres queridos, como en eljuego de las muñecas rusas pero a la inversa, permitieron romper esa doble ocultación: lasdesapariciones mismas y la búsqueda de los desaparecidos. Por su parte los fotógrafos de prensa comprometidos, generacionalmente coetáneos conmuchos de los desaparecidos, querían y admiraban a esas Madres que podían también ser lassuyas. Al mismo tiempo son estas fotos emblemáticas las que les dieron un prestigio y unalegitimidad que no tenían los reporteros gráficos argentinos hasta entonces, mientras que alfotografiarlas realizaban un aporte a su lucha y se transformaban en una herramienta deprotección, difusión y defensa.

Notas1. Este trabajo es parte de un estudio más amplio que analiza el tipo de imágenes que se publicabany el trabajo de los fotógrafos de prensa durante la última dictadura militar en Argentina y seenmarca en mi proyecto de doctorado: “Historia del fotoperiodismo en Argentina (1967-1987)”.Beca Ubacyt. Año 2008. Volver 2. Hablamos de medios en general porque, a pesar de existir diferencias entre los distintos diarios yrevistas, se puede decir sin duda que toda la prensa escrita comercial actuó en forma unívoca yhomogénea apoyando el golpe de Estado. Con la excepción que significó la cobertura del diarioBuenos Aires Herald, escrito enteramente en inglés, bajo la dirección de Robert Cox. Por otro ladolos medios radioeléctricos, radio y TV, pasaron directamente a funcionar bajo control militar. Volver 3. Al primer encuentro, relata Ulises Gorini, concurrieron 14 personas entre madres y otrosfamiliares. Para la reconstrucción de la historia de las Madres de Plaza de Mayo ver Ulises Gorini, Larebelión de las Madres. Historia de las Madres de Plaza de Mayo, Tomo I (1976-1983). Volver 4. Un listado completo de los fotógrafos desaparecidos se puede consultar en el Nº 3 de la revista

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Ojos Crueles, pág. 11. Volver 5. Antes de 1976, el gobierno de Isabel Martínez de Perón ya había clausurado los diarios El Mundo yNoticias (al que le habían puesto además una bomba en su redacción). Después del golpe, entre losdiarios y revistas clausurados, intervenidos o cerrados por sus directores en función de las amenazasy/o presiones recibidas, se encuentran: la revista Crisis, el semanario Cuestionario, los diariosCrónica y La Opinión, la revista de humor Satiricón, los diarios del interior La Mañana (Entre Ríos),La Arena (La Pampa), El Independiente (La Rioja), Crónica (Comodoro Rivadavia), Los Principios(Córdoba), La Época (Corrientes), El Intrasigente (Salta), entre otros (Ulanovsky, Carlos, 1997 yotros). Volver 6. En todos los medios de la época, la fotografía periodística estaba subordinada a la redacción, eljefe de fotografía presentaba opciones sobre un tema y se las entregaba a los jefes del resto de lassecciones para que seleccionen y editen. El fotógrafo no tenía en general injerencia en lo que salíapublicado. (Entrevistas a fotógrafos varios realizadas por la autora). Volver 7. Eduardo Blaustein, autor de Decíamos ayer. La prensa argentina bajo el Proceso, señala conironía: “En el 90% de las fotos que uno puede ver, por lo menos recorriendo rápidamente los diariosde entonces, son fotos de esas que cualquier fotógrafo en general lo mata a su editor fotográ co silo obliga a publicar eso: foto permanente de carnet del coronel Gutiérrez que pasa el caboGonzález, responsable de prensa permanente; foto de Videla hablando en un discurso televisivo;Videla hablando en una ceremonia religiosa; Videla en un des le; milico con la mano sobre elregazo; milico al lado de un tanque...” (Mesa redonda: “A 25 años del golpe, la fotografía de prensaen la dictadura”, III Jornadas de Fotografía y Sociedad, 2001). Volver 8. Esta foto fue publicada recién por primera vez recién en 2006 en el libro de Cerolini, Pablo;Reynoso Alejandro, (comps), (2006) En negro y blanco. Fotografías del Cordobazo al Juicio a lasJuntas. Pág. 101, que señala en su epígrafe: “Frente al Ministerio del Interior, una larga fila defamiliares espera conseguir información sobre sus seres queridos”. Volver 9. Una historia detallada de la formación de esta Muestra puede leerse en Gamarnik, Cora,Reconstrucción de la primera muestra de periodismo gráfico argentino durante la dictadura, 5ºJornadas de Jóvenes Investigadores, Instituto de Investigaciones Gino Germani, Noviembre 2009. Volver 10. Hay una tercera puesta en visibilidad de lo que trató de ser ocultado que es la que realizaron lasAbuelas de Plaza de Mayo utilizando la fotografía de sus hijos, yernos y/o nueras y nietosdesaparecidos en los casos en que existían imágenes, que han servido en numerosas ocasiones paraidentificar o identificarse como un posible hijo/a de desaparecidos. Volver 11. Entrevistas realizadas por la autora entre otros a Daniel García (fotógrafo en ese entonces deNA), Pablo Lasansky (en ese entonces trabajaba en NA), Eduardo Longoni (en ese entonces trabajabaen NA), Aldo Amura (en ese entonces free lance), Daniel Merle (en ese entonces reportero deSIGLA), Bécquer Casaballe (en ese entonces fotógrafo de Clarín), Carlos Pesce (en ese entoncesfotógrafo de 7 Días Ilustrados). Volver 12. El periódico Acción es el órgano de prensa del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos(IMFC) y fue uno de los pocos medios que durante la dictadura mantuvo un discurso que se animó asalir de los estrechos cánones establecidos. Fue también el único periódico que compraba ypublicaba fotos de esta nueva camada de fotógrafos. Todos los fotógrafos entrevistados señalanunánimemente el rol de apoyo que tuvieron por parte de Roberto Gómez, director del periódico poraquel entonces, quien muchas veces les compraba fotografías aunque no pudiese publicarlas. Volver 13. “La foto con el rostro del desaparecido pasó a ser, en esos momentos iniciales, una herramientade búsqueda, una esperanza frente a la incertidumbre. Muchas madres de desaparecidos (…) iban alas comisarías con la foto de su hijo para ver si alguien lo había visto allí. La foto era una estrategiapara individualizar al ser querido de cuyo destino nada se sabía. La foto acompañaba la búsquedaindividual de cada familiar con la esperanza de que alguien lo reconociera y pudiera dar algún dato.Las Madres pensaban que el rostro estampado en esos papeles fotográficos de 4 X 4 podía permitirun reconocimiento que el nombre y el apellido no siempre aseguraba en las instituciones a las cualesrecurrían” (Da Silva Catela, Ludmila, 2009). Volver 14. Me baso para esta genealogía de los usos de la fotografía de desaparecidos en el texto de DaSilva Catela, 2009. Volver 15. Hebe de Bonafini señala: “Un día, nos reunimos y charlamos mucho con otras compañeras, ydijimos que lo que teníamos que hacer era socializar la maternidad y hacernos madres de todos. (…)Sacamos el nombre del hijo del pañuelo y no llevamos más la foto con el nombre. (…) Para quecuando a la madre le vengan a preguntar, diga: ‘Sí, somos madres de 30 mil’. (…) Cuando íbamos ala Plaza intercambiábamos las pancartas de nuestros hijos. Empecé con esta idea para que la madrese dé cuenta que socializar la maternidad es un hecho impresionante, multiplicador y de amor. Laprimera idea fue que cada una llevara la pancarta de otro hijo. Las llevábamos en una camioneta, ycada una agarraba una, cualquiera. Pero ¿qué pasaba? Había muchas madres que se la pasabanmirando a ver dónde estaba la foto de su hijo, quién llevaba la foto de su hijo, si la llevaba bien, sila llevaba derecha, si la bajaba… Era como una pasión. Entonces yo decía: ‘Esto tampoco sirve

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porque si todavía no logramos confiar en quién se lleva la foto del hijo, estamos lejos’. Despuésdijimos que no podían llevar la foto colgada en el pecho con el nombre porque el periodismosiempre lo enfoca. Porque si nosotros decimos que socializamos la maternidad porque nuestros hijosnos enseñaron que todos somos iguales y todos los hijos son iguales, ¡cuántos hijos no tienen fotos!¡Cuántas madres no tienen fotos de sus hijos! ¡Cuántas madres no vienen a esta Plaza! Entoncestenemos que identificarnos con todos: sin nombre y sin nada. Todos son todos. El rostro es como elrostro del Che: representa a tantos revolucionarios”. (Entrevista realizada a Hebe de Bonafini,presidenta de Asociación Madres de Plaza de Mayo, por Graciela Di Marco (Universidad Nacional deSan Martín). Publicada en: http://www.unsam.edu.ar/escuelas/humanidades/centros/cedehu/material/(36)%20Entrevista%20Bonafini.pdf 2006). Volver 16. Para profundizar este tema ver Filc, Judith, Entre el parentesco y la política. Familia ydictadura, 1976-1983, Buenos Aires, Biblos, 1997. Volver 17. El general Ramón Camps, jefe de la policía de la Provincia de Buenos Aires durante la dictadura,justificando el robo de bebés, dijo: “Personalmente yo nunca maté a un niño; lo que hice fueentregar algunos a organizaciones de caridad para que pudieran ser dados a nuevos padres. Lospadres subversivos educan a sus hijos para la subversión. Esto debe ser detenido” (Entrevistapublicada en revista La Semana. Nro 368, 22 de diciembre de 1983). Volver 18. Entrevista realizada por la autora a Daniel García el 18/7/09. Volver 19. Adriana Lestido tenía 24 años al momento de sacar esa foto y hacía una semana habíaconseguido trabajo como reportera gráfica en el diario La Voz. La fotógrafa declaró respecto de estaimagen: “Esta foto la saqué en 1982 durante una marcha en Avellaneda. Al empezar el acto unanena que estaba con su mamá se puso a llorar y los fotógrafos que cubrían la marcha se abalanzarona fotografiarla. A mí me dio como un pudor fotografiar a la nena llorando, pero en un momento lamadre la alzó, la nena dejó de llorar y ahí hice la foto. Es una madre de Plaza de Mayo atípica,porque pide por el marido, no por el hijo, y la nena está pidiendo por el padre, ese hombre ausenteque de algún modo ha sido el eje central de toda mi obra”. En reportajes posteriores Lestidomenciona que todo su trabajo posterior estuvo marcado por esta imagen. Volver 20. En correspondencia con lo que cuenta Villoldo, en el año 2008, se encontró, en lo que fue laDirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPBA), uno de los archivosmás importantes hallados hasta ahora pertenecientes a los organismos de seguridad vinculados a larepresión durante la última dictadura. Bajo la etiqueta “Asunto: Madres de terroristas”, seencontraron los informes que realizaba esa dependencia sobre las Madres de Plaza de Mayo. Conalgunas de las fotografías allí encontradas la Comisión Provincial por la Memoria organizó unamuestra fotográfica llamada “Imágenes Robadas, Imágenes Recuperadas”. Pueden verse allí fotoscon la identificación de cada una de las madres, fotos de las rondas y de otras actividades que ellasllevaban a cabo. En una de ellas puede verse a un grupo de madres saliendo de la catedral deQuilmes. Fue tomada en diciembre de 1981 después de una huelga de hambre. Con fibra arriba delrostro de cada una de ellas hay un número y en una hoja adjunta se observa el número con lacorrespondiente identificación del nombre de la madre. Hay fotos tomadas desde adentro de laronda, donde se señala que esas madres aún no fueron identificadas. Los fotógrafos cuentantambién que era usual encontrarse con supuestos colegas que también los fotografiaban a ellos. Volver 21. Las madres son, de izquierda a derecha, Angélica “Chela” Mignone, Laura Rivelli, Hebe Bonafini,Nora Cortiñas, Beatriz “Ketty” Neuhaus, María del Rosario “Negra” Cerruti (Ver Bianco, Ana,publicado en http://humanobsas.wordpress.com/2007/05/08/madres-por-ana-bianco). Volver 22. El oficial en cuestión es Carlos Enrique Gallote, quien se encuentra hoy detenido por haberparticipado de la llamada “Masacre de Fátima”, en la que aparecieron 30 cadáveres dedesaparecidos dinamitados en la localidad de Pilar, Pcia. de Bs. As. Gallone en aquel momentopertenecía a la Seccional 4ta de la Policía Federal e integraba un grupo de tareas de laSuperintendencia de Seguridad Federal que actuaba bajo las órdenes del entonces ministro delInterior, Albano Harguindeguy. Volver 23. Esto lo cuenta el propio fotógrafo Marcelo Ranea en el programa Un tiempo después, emitidopor Telefé en julio de 2008. El programa puede verse en: http://www.youtube.com/watch?v=JIW5IuOrOZQ&feature=related. Volver 24. Un análisis detallado de esta foto puede leerse en el trabajo de Sánchez, María Victoria,Abrazar una imagen. Algunas reflexiones acerca de las relaciones entre imagen y memoria desdeuna fotografía.Volver

BibliografíaAA. VV. 2001, CD III Jornadas de Fotografía y Sociedad. Mesa redonda: “A 25 años del golpe, lafotografía de prensa en la dictadura”. Panelistas: Eduardo Blaustein (periodista), Rafael Calviño(fotógrafo), Roberto Gómez (periodista), Carlos Mangone (profesor de Semiología) y MiguelMartelotti (fotógrafo y editor de fotografía). Coordinador: Tony Valdez (fotógrafo).

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Bianco, Ana, 2008. "La foto de Omar Torres", publicado en http://humanobsas.wordpress.com/2007/05/08/madres-por-ana-bianco/Blaustein, Eduardo y Martín Zubieta, 1999. Decíamos ayer. La prensa argentina bajo el Proceso.Buenos Aires, Colihue.Bonafini, Hebe, 1988." Historia de las Madres de Plaza de Mayo", Conferencia pronunciada enLiber/Arte el 6 de julio de 1988. Disponible en el sitio oficial de Madres de Plaza de Mayo.Bousquet, Jean-Pierre, 1983. Las Locas de la Plaza de Mayo. Buenos Aires, El Cid Editor.Cerolini, Pablo y Alejandro Reynoso (comps.), 2006. En negro y blanco. Fotografías del Cordobazo alJuicio a las Juntas. Buenos Aires, ARGRA.Filc, Judith, 1997. Entre el parentesco y la política. Familia y dictadura, 1976-1983. Buenos Aires,Biblos.Da Silva Catela, Ludmila, 2009. “Lo invisible revelado. El uso de fotografías como (re)presentaciónde la desaparición de personas en la Argentina”, en Claudia Feld y Stites More (comps.), El pasadoque miramos. Buenos Aires, Paidós Comunicación: 337-361. Gamarnik, Cora, 2009. “Reconstrucción de la primera muestra de periodismo gráfico argentinodurante la dictadura”, V Jornadas de Jóvenes Investigadores, Instituto de Investigaciones GinoGermani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, cuatro al seis de noviembre de2009.Gorini, Ulises, 2006. La rebelión de las Madres. Historia de las Madres de Plaza de Mayo, Tomo I(1976-1983). Buenos Aires, Grupo Editorial Norma.Novaro, Marcos y Vicente Palermo, 2003. La dictadura militar, 1976-1983. Del golpe de Estado a larestauración democrática. Buenos Aires, Paidós.Postolski, Glenn y Santiago Marino, 2005. “Relaciones peligrosas: los medios y la dictadura entre elcontrol, la censura y los negocios” en Guillermo Mastrini (ed.), Mucho ruido, pocas leyes...Economía y políticas de comunicación en la Argentina (1920-2004).Buenos Aires, La Crujía.Sánchez, María Victoria, 2009. "Abrazar una imagen. Algunas reflexiones acerca de las relacionesentre imagen y memoria desde una fotografía". Versión digital publicada en el CD del PrimerCongreso de Sociólogos de la Provincia de Buenos Aires, La Plata.Schindel, Estela, 2003. Desaparición y sociedad: una lectura de la prensa gráfica argentina(1975-1978). Berlin, Freien Universität Berlín.

Por: Gamarnik, Cora para www.revistaafuera.com | Año V Número 9 | Noviembre 2010

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