La arquitectura en época de los Reyes Católicos. Lorenzo Vázquez de Segovia introductor del...

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Raúl Romero Medina * Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto “Construir y conservar lealtades colectivas. Soberanía y élites en la Monarquía de España (siglos XVI-XVII) “. (HAR2012-39016-C04-02) del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España. Ingen iería y Arq uitectura Campo Científico: Arquitectura (Historia)

Transcript of La arquitectura en época de los Reyes Católicos. Lorenzo Vázquez de Segovia introductor del...

Raúl Romero Medina

* Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto “Construir y conservar lealtades colectivas. Soberanía y

élites en la Monarquía de España (siglos XVI-XVII) “. (HAR2012-39016-C04-02) del Ministerio de Ciencia e Innovacióndel Gobierno de España.

Ingeniería y Arquitectura

Campo Científico:

Arquitectura (Historia)

Raúl Romero Medina

Doctor en Historia del Arte por la Universidad de Cádiz

PALABRAS CLAVE

KEYWORDS

Ingeniería yArquitectura

Campo Científico: Arquitectura (Historia)

RESUMEN

Durante el reinado de los Reyes Católicos Castilla, es el escenario de un momento artístico marcado

por unas tendencias arquitectónicas en las que se observa un diálogo entre las formas “modernas”,

las que se producen por asimilación de las influencias del tardogótico europeo, y las “antiguas”,

aquellas que se corresponden con el incipiente repertorio renacentista importado de Italia. En este

contexto, el apoyo dispensado no solo por los Reyes Católicos, sino por miembros de la nobleza

hispana como los Mendoza, favoreció especialmente la introducción de las formas del Renacimiento

italiano en Castilla, traídas de la mano de un arquitecto, Lorenzo Vázquez de Segovia. El presente

trabajo plantea una cronología documentada de esta figura, que resulta clave para comprender la

formación de la arquitectura hispánica del mundo moderno.

ABStRACt

During the reign of the Catholic Monarchs Castilla is the scene of an artistic moment marked by

some architectural trends observed in the dialogue between the "modern" forms, which are pro-

duced by assimilation of European late Gothic influences, and "old ", those that correspond to the

incipient imported Italian Renaissance repertoire. In this context, the support provided not only by

the Catholic Monarchs, but by members of the Spanish nobility as Mendoza, favored especially the

introduction of Italian Renaissance forms in Castilla brought by the hand of an architect, Lorenzo

Vázquez de Segovia. this paper presents a documented chronology of this figure that is key to un-

derstanding the formation of Hispanic architecture of the modern world.

1. Estado dE la CuEstión y objEtivos

En el primer cuarto del siglo XX eruditos de la

talla de Elías Tormo y Manuel Gómez Moreno

plantearon sus hipótesis sobre la introducción de

las tempranas formas del Renacimiento italiano

en Castilla, gracias al patronazgo de la familia

Mendoza y a un arquitecto castellano llamado Lo-

renzo Vázquez de Segovia(1). Desde entonces, la

historiografía artística se ha preocupado de ana-

lizar el proceso de asimilación del repertorio clá-

sico y señalar el triunfo que este tuvo en la

arquitectura hispana en la segunda mitad del

siglo XVI(2).

Así las cosas, en un intento por situar pronta-

mente la aparición del estilo, sin estimar la inercia

de la tradición y obviando el renovado episodio

historiográfico del tardogótico(3), se han realizado

lecturas forzadas de un fenómeno que, por defi-

nición, fue lento y estuvo repleto de torpes solu-

ciones a veces difíciles de concretar.

Las primeras muestras del estilo, en realidad

formas decorativas que se fueron añadiendo a la

arquitectura tradicional hispana, se producen du-

rante el gobierno de los Reyes Católicos. Es en

este momento cuando se inicia un intricado de-

bate entre lo antiguo o “al romano” y lo moderno

o gótico “ad modum hispaniae”(4), que provocó

cierto bilingüismo entre los arquitectos de este

período, y cuyo reflejo fueron unos edificios que

nos hablan de la permeabilidad del gótico a cual-

quier tipo de ornato, que comprendía tanto el ita-

liano como las formas mudéjares. La

historiografía se ha referido a estas construccio-

nes utilizando terminologías tan anacrónicas

como imprecisas, a saber: estilo Isabel, estilo

Reyes Católicos, arquitectura Hispanoflamenca

o flamígera, plateresco, estilo Cisneros o gótico

decadente.

Los primeros edificios en los que se aprecia “el

brote del Renacimiento”, al decir de Elías

Tormo(5), son la muestra patente del conocimiento

epidérmico que sus arquitectos tuvieron de los

principios del clasicismo quinientista mezclados

con elementos tradicionales de la arquitectura

hispana. Sus autores tuvieron especial dificultad

para comprender los conceptos demasiado abs-

tractos, y que le eran ajenos por tradición, de la

“perfetta regola dell´arte” que propugnaba Vasari.

En este punto de partida debe situarse la figura

del castellano Lorenzo Vázquez de Segovia cuya

capacidad arquitectónica no es fácil de concretar.

La historiografía artística le ha otorgado el califi-

cativo de hacedor de las primeras manifestacio-

(1) Tormo (1917), pp. 58-65 y (1918), pp. 116-130. Gómez Moreno (1925), pp. 1-40.(2) El discurso historiográfico en Marías Franco (1989).(3) La bibliografía más reciente sobre el tardogótico en Alonso Ruiz (2011).(4) Nieto, Morales y Checa (1989).(5) Tormo (1917), pp. 58-65 y (1918), pp. 116-130.

nes de la arquitectura renacentista hispana, por

más que sus edificios hablan de un aprendizaje

indirecto más que de un conocimiento certero de

los principios del clasicismo aplicados de forma

postiza “cual máscara añadida de forma inor-

gánica”(6).

Se ha planteado que el arquitecto segoviano

aprendió lo italiano en un viaje que, gracias al

cardenal Mendoza, realizó, entre 1486 y 1487,

con la embajada del II conde de Tendilla, don

Íñigo López de Mendoza, desplazada en misión

diplomática(7). Ello no ha sido probado aún docu-

mentalmente y cobra cada vez más fuerza la

hipótesis del conocimiento de las nuevas for-

mas “al romano” a través de los tratados que

circulaban.

Sea como fuere, Vázquez de Segovia sembró

el paisaje artístico alcarreño de edificaciones que

contienen elementos propios del quattrocento tos-

cano, interpretados a la castellana, gracias al ac-

tivo mecenazgo que la familia Mendoza, un linaje

encumbrado por hechos de armas en los convul-

sos tiempos de los Trastámara(8), llevó a cabo.

El presente trabajo plantea, aunque breve-

mente por las limitaciones del espacio, la primera

biografía de Lorenzo Vázquez de Segovia,

autor de una de las mayores empresas artís-

ticas de la Edad Moderna, e introductor de

las incipientes formas del Renacimiento ita-

liano en Castilla.

2. lorEnzo vázquEz dE sEgovia (c. 1450-1515)

Se presume por su apellido que Lorenzo Vázquez

debió nacer en la ciudad castellana de Segovia

hacia 1450. Ello se colige porque hacia 1509, tras

un contencioso que lo tuvo preso en el castillo

de la Calahorra, el conde de Tendilla intercedía

por su liberación ante el marqués de Zenete adu-

ciendo su avanzada edad(9). Hemos de suponer

que el maestro rondaba en esa fecha los 60

años, momento en el que don Rodrigo Díaz le

retiraba la dirección de la fábrica de la Calahorra,

no precisamente por su senectud, sino por su su-

perficial dominio del Renacimiento italiano, y en

su puesto colocaba a un escultor genovés lla-

mado Michele Cardone(10).

(6) Marías Franco (1989), p.41.(7) Nader (1986), p. 257.(8) Sánchez Prieto (2001).(9) Gómez Moreno (1925), p. 34.(10) En 1499 se contrataba su fábrica con unos maestros moros de Zaragoza, a los que se les exigiótomar como modelo constructivo la fortaleza del Cid en Jadraque. Sin embargo, tras el segundo viajea Italia que realizara su propietario, don Rodrigo Díaz de Vivar, marqués de Zenete, entre 1504 y1506, este decide cambiar el primitivo proyecto por un edificio a la italiana y ante la imposibilidad desu arquitecto, Lorenzo Vázquez, por reproducir los modelos trasalpinos, importa los mármoles y ope-rarios para conseguir tal fin. Cfr.Morte García (1997), pp. 95-106. Asimismo, Zalama (1990), pp. 55-65y Marías Franco (1990), 118. Sobre los viajes a Italia del de Cenete, Falomir Faus (1994), pp. 101-109.

Hasta la fecha apenas se conocen datos en

torno a su origen y familia. Sabemos que tuvo

una hija, Catalina Vázquez, a la que casó en Va-

lladolid, antes de 1491, con el pintor Hernando

Rincón de Figueroa, otorgándole una dote de

80.000 maravedíes. Por la renovación de esta

dote y arras conocemos el fallecimiento aproxi-

mado del maestro, a quien se le cita “en santa

gloria” el 12 de enero de 1517(11).

Respecto a sus primeros pasos en el oficio,

hemos de suponer que Vázquez de Segovia

pudo iniciar su formación con el arquitecto Juan

Guas (activo 1453-1496), maestro bretón de ori-

gen a quien se le atribuye la renovación del len-

guaje tardogótico, en las obras reales que este

realizaba para los Trastámara en Segovia(12). Así,

el aprendizaje con Juan Guas justifica su pronta

vinculación con quienes se convertirán en sus

mecenas, la familia Mendoza, ya que el bretón

era desde 1475 maestro de obras del duque del

Infantado(13).

El sistema de trabajo desarrollado por Guas,

en el que compaginaba la dirección de varias em-

presas constructivas que él mismo supervisaba

pero en las que dejaba a cargo a miembros de

confianza de su taller, pudo favorecer el ascenso

profesional de algunos de sus discípulos en el

entorno mendocino de Guadalajara. Este fue el

caso de Alonso de Carvajal y Lorenzo Vázquez

vinculados al servicio del miembro más influyente

del linaje, el cardenal Pedro González de Men-

doza (1428-1495)(14).

Alonso de Carvajal, ignorado por la historiogra-

fía artística, trabaja activamente entre 1488 y

1493 en el castillo de Almenara (Cuenca), en la

fortaleza del Cid en Jadraque y en los castillos

de Sigüenza, Olivares y Alcaraz, teniendo a su

cargo a Juan de Tavernillas, Diego de Espina y

Juan García de Praves(15). Por su parte, Lorenzo

Vázquez está vinculado documentalmente al ser-

vicio del prelado a partir de 1490. Desde ese ins-

tante la documentación lo refiere siempre como

“vecyno de Guadalajara”, ciudad en la que el

maestro debió residir toda su vida.

Así las cosas, en el círculo del tardogótico to-

ledano creció Lorenzo Vázquez donde recibió una

formación integral, basada en el dominio del di-

bujo, que hizo desarrollar en él habilidades de

tracista y entallador. No podemos considerarlo,

por tanto, como un arquitecto en el sentido vitru-

biano del término, pues su conocimiento del len-

guaje renacentista fue epidérmico y aplicado a

una estructura estrechamente vinculada a la tra-

dición hispánica. Pero, quizá, fue el dibujo lo que

le permitió conocer el lenguaje “al romano” que

pudo aplicar gracias a los tratados.

(11) Ramos Gómez (1998), pp. 230-231, documentos 4 y 5.(12) López Díez (2006), 111-179.(13) Azcárate Rístori (1951), pp. 307-319 y (1956), pp. 9-42.(14) Muñoz Jiménez (1995), pp. 37-54.(15) San Román (1931), p. 157.

En este sentido, hace ya algunos años que Co-

oper relacionó los boliches de las torretas del cas-

tillo de Manzanares el Real y la planta del castillo

de Belmonte, fábricas atribuidas a Juan Guas,

con la obra tratadística militar del sienés Fran-

cesco de Giorgio Martini(16). En esta hipótesis ha

abundado Muñoz Jiménez(17), quien considera

que Vázquez pudo conocer lo italiano de manos

de su maestro y profundizar posteriormente en

ello gracias a la irrupción en la escena castellana

de dos maestros de origen lombardo, a los que

la historiografía no les ha prestado interés, con

los que mantuvo estrecha relación, Cristóbal y

Lorenzo Adongo o Aldonza(18). Así, el viaje no do-

cumentado de Vázquez a Italia comienza a ser

cuestionado.

Que Vázquez conoció la tratadística es un

hecho constatado. En este caso solo sería cues-

tionable por medio de quién o de qué conoció el

maestro los modelos italianos. El viaje a Italia no

está documentado; su maestro, Juan Guas, es

un arquitecto plenamente tardogótico que aplica

ciertos elementos islamizantes, y sus mecenas,

por más que se haya sustentado su italianismo,

no recibieron una formación estética plenamente

italiana. Estas cuestiones deben ser trabajadas

a futuro.

La tratadística italiana es patente en la obra del

segoviano. Así, el modelo del palacio alcarreño

de Cogolludo ha sido relacionado con la Banca

Medicea, detalladamente descrita y dibujada por

Filarete en su tratado de arquitectura(19). Del

mismo modo, se ha señalado el uso del Codex

Escurialensis en aspectos decorativos y formales

del castillo de la Calahorra(20) y del palacio de don

Antonio de Mendoza en Guadalajara(21).

En cualquier caso, el uso que Lorenzo Vázquez

hizo de la arquitectura clásica se concentra en

aspectos ornamentales, nunca en estructuras ni

tipologías que siguen vinculadas a la tradición

hispánica, sacados de los repertorios que circu-

laban por España desde comienzos del siglo XVI.

En sus Medidas del Romano Diego de Sagredo

lo testimonia contemporáneamente al decir cómo

los arquitectos castellanos “nunca cessan de

sacar muestras, debuxos, medidas, traças, mode-

los, figuras grimaças que se reparten por todo el

mundo”(22)

.

Hasta 1490, cuando Vázquez de Segovia con-

taba con 40 años, sus pasos siguen siendo una

(16) Cooper (1991), pp. 49-51.(17) Muñoz Jiménez (2002), pp. 603-608; (2004), pp. 567-580 y (2005), pp. 609-632.(18) Azcárate Rístori (1951), pp. 307-319 y (1956), pp. 9-42.(19) Chueca Goitia (1965). Fernández Gómez (1987). Recientemente ha sido relacionado con el palacioOrsini de Nola. Iborra Bernard (2011), pp. 339-351.(20) Sebastián (1978), p. 97. Marías Franco (1990), pp. 117-129. Zalama (1991), pp. 339-343.(21) Rodríguez Rebollo (2002), pp. 269-281.(22) Sagredo (1526). Puede consultarse el manuscrito en la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes.http://cervantesvirtual.com/

incógnita difícil de despejar. Es a partir de esta

fecha cuando su trayectoria profesional transcurre

ligada a la familia Mendoza donde actúa como

un moderno contratista de obra. El maestro se-

guía un sistema de trabajo destinado a dar trazas

cuya ejecución dejaba en manos de miembros

de su taller, de su escuela alcarreña(23). Ello le

permitía trabajar con celeridad y atender a varios

proyectos en puntos geográficos muy dispares.

Por ejemplo, en 1499 actúa como veedor de las

obras del I duque de Medinaceli, don Luis de la

Cerda, y trabaja en las obras reales de Granada

a la orden del conde de Tendilla, don Íñigo López

de Mendoza.

Sus años de mayor actividad corresponden al

período de entre 1490 y 1509, es decir, desde

que se documenta como maestro al servicio del

cardenal Mendoza hasta que el de Zenete decide

prescindir de él al frente de la Calahorra. Durante

esas fechas trabajó al servicio de varios miem-

bros del linaje Mendoza y realizó los principales

edificios en la Alcarria mendocina. Su vinculación

con el conde de Tendilla hizo que el arquitecto

acudiera a dar trazas a las obras reales de la Al-

hambra y a realizar peritajes en la capilla Real

de Granada, codeándose con los principales ar-

quitectos de la época. Estas obras andaluzas pa-

recen ser las últimas del maestro, quien ya anciano

debió fallecer en Guadalajara hacia 1515 o 1516(24).

3. rEsumEn dE la obra Construida

Como hemos señalado, las construcciones del

segoviano revelan un aprendizaje indirecto de lo

italiano a través de la aplicación de forma super-

ficial de elementos decorativos propios del quat-

trocento toscano. En ellas predomina el empleo

de líneas horizontales frente a las verticales, por-

tadas derivadas del concepto de arco triunfal, a

tutto sexto, enmarcado por pilastras, y ornamen-

tación a base de paramentos con aplicación de

almohadillado y grutescos, elementos entendidos

como signos de distinción.

La primera intervención documentada de Lo-

renzo Vázquez es en el Colegio de Santa Cruz

de Valladolid, una fundación de 1483 del cardenal

don Pedro González de Mendoza, cuyas obras

estaban ya muy avanzadas en 1488. A partir de

1490 se documenta su intervención en la que

sobre una estructura eminentemente gótica intro-

dujo en el paño central de su fachada, -de los

cinco de los que consta delimitados por seis con-

trafuertes góticos-. una elegante portada de ac-

ceso con arco de medio punto completo y

enmarque de pilastras clasicistas con decoración

de almohadillado y grutescos.

Desde 1491 se le cita como maestro de obras

del cardenal, aunque debemos intuirlo rodeado

ya de un grupo de colaboradores a los que, tras

(23) Romero Medina (2008), pp. 577-599, (2009), pp. 357-390, (2010), 1-22 y (2012), pp. 341-350(24) El 2 de abril de 1513 se finiquitaron las cuentas de Pedro García de Atienza, capellán mayor de laCapilla Real de Granada, en las que se vincula a Lorenzo Vázquez con obras de patrocinio real en laciudad nazarí, quizá las últimas intervenciones del maestro. Azcárate Rístori (1982), pp. 115-120.

dar trazas, deja al frente de sus obras. No olvi-

demos que, si seguimos a la más clásica histo-

riografía, la fábrica marquesal de Cogolludo se

inicia durante su vinculación al gran Mendoza.

No obstante, sobre lo que venimos denominando

el taller de Vázquez, su escuela alcarreña, nos

ocuparemos más adelante.

Por estas fechas se le debe relacionar con las

obras de acondicionamiento de la plaza y pórtico

de la iglesia de Santa María de la Fuente, como

espacio suburbano ante la Casa-palacio del car-

denal en Guadalajara. Sabemos que estas se ini-

cian hacia 1486 mediante trabajos cofinanciados

con el ayuntamiento de la ciudad(25). Pero lo más

significativo fue la traza y dirección de las obras

de la Casa-palacio del cardenal, levantada en lo

esencial entre 1491 y 1492, un edificio hoy des-

aparecido que incorporaba elementos renacen-

tistas, tardogóticos y decoraciones provenientes

del mudéjar aragonés(26). En estas mismas casas

realizó tasaciones hacia 1496(27).

Contemporáneas a estas obras debieron ser

sus trazas para los palacios de Cogolludo y el

conocido actualmente como palacio de los Dá-

valos, en Guadalajara. Respecto al primero, le-

vantado por orden de don Luis de la Cerda y de

la Vega (1442-1501)- I duque de Medinaceli-,

debió quedar finalizado en lo esencial hacia 1495,

aunque constan intervenciones del maestro que

actúa como veedor de las obras hacia 1499(28).

En el caso de Cogolludo, con trazas de Vázquez

pero levantado por su escuela alcarreña, su fa-

chada ha sido relacionada con el modelo de Fi-

larete, aunque su estructura y decoración nos

remite a la tradición hispana(29). Por su parte, de

la casa de los Dávalos, cuyas reformas se eje-

cutaron por orden de Diego Hurtado de Mendoza-

segundo hijo del cardenal don Pedro- solo se

conserva su patio cuyos capiteles de “tipo al-

carreño” se han relacionado con el estilo del

maestro(30).

En 1497 consta su relación con don Íñigo

López de Mendoza, conde de Tendilla, bajo cuyo

mecenazgo trazó el monasterio de San Antonio

en Mondéjar(31). De su iglesia, de la que solo se

conservan los muros perimetrales y restos de su

portada, se deduce que el arquitecto sigue la tra-

dición tardogótica, pues utiliza una planta de

cajón con testero plano y coro a los pies, intro-

duciendo solo algunos elementos “al romano”

como las láureas que enmarcan los escudos del

conde encastrados en los muros, algún elemento

formal en la estructura, y su portada que sigue

los modelos de Santa Cruz y Cogolludo.

(25) San Román (1931), p. 156.(26) Romero Medina (2010), pp.1-22.(27) Diez del Corral (1980), pp. 280-285.(28) Romero Medina (2012), pp. 341-350.(29) Un revisión historiográfica del palacio en Romero Medina (2012), 341-350.(30) La descripción de los mismos en Tormo (1918), p. 123.(31) García López (1995), p. 85.

La relación con Tendilla le permitió relacionarse

con el círculo de maestros tardogóticos vincula-

dos a las obras reales de Granada, último bastión

del mundo islámico que, incorporado a la Corona

de Castilla, acometía importantes obras de acon-

dicionamiento y ex novo. Así las cosas, consta

que el maestro abandona momentáneamente la

ciudad de Guadalajara para desplazarse a la ciu-

dad nazarí, Granada, donde trabaja 65 días, entre

diciembre de 1498 y febrero de 1499, en la Al-

hambra “dando orden en ciertas muestras y lavo-

res que se azen y an de azer en ellas”(32). Aunque

el episodio fue corto, hemos de suponer que al

frente de las obras mendocinas dejó a los miem-

bros de su taller alcarreño. No sería la única visita

que el maestro realizara a Andalucía.

Tras su regreso a tierras de la Alcarria el

maestro se vincula fuertemente con los Medina-

celi y la documentación se refiere a él como ve-

edor de las obras de la casa ducal, ya en 1499(33).

Como ya hemos apuntado, además de posibles

intervenciones para rematar el palacio de Cogo-

lludo, el maestro realiza tasaciones en las obras

ducales. Así, en 1502 tasaba ciertas obras eje-

cutadas en el castillo de Cihuela(34) y en 1503 lo

haría en la muralla y castillo de Cogolludo(35). Co-

oper relaciona la traza de estos y otros castillos,

como Establés, Cobeta y Palazuelos, con el

maestro(36). Junto a ello, entre 1503 y 1507, da

las trazas y supervisa los trabajos del retablo

mayor de la iglesia de Santa María en Medina-

celi(37). Por estas fechas pudo dar trazas para los

soportales del antiguo ayuntamiento de la villa

ducal de Medinaceli.

Lorenzo Vázquez debió ocuparse contemporá-

neamente de las obras del palacio de don Anto-

nio de Mendoza en Guadalajara y del claustro de

la enfermería del monasterio de San Bartolomé

de Lupiana. Con respecto al primero, que era el

último hijo varón del I duque del Infantado, se ha

señalado como fecha de conclusión 1509, mo-

mento en el que se finalizaría la labra de los ca-

piteles del piso superior del patio y la portada, en

los que se aprecia elementos sacados del Codex

Escurialensis, justo cuando el maestro pudo venir

de su segunda visita, como veremos, a Granada

y concluir estas obras(38). Con respecto a San

Bartolomé de Lupiana, el estilo de los capiteles

ha permitido atribuirles las obras del claustro de

la enfermería, ejecutadas entre 1504 y 1507(39).

La etapa andaluza de Lorenzo Vázquez pudo

vincularlo a la obra que don Rodrigo Díaz de

(32) Domínguez Casas (1993), p. 485.(33) Romero Medina (2012), pp. 341-350.(34) Cooper (1991), p. 608.(35) López Gutiérrez (1989), pp. 241-244.(36) Cooper (1991), pp. 608 y ss.(37) Romero Medina (2009), pp. 357-389.(38) Rodríguez Rebollo (2002), pp. 269-281.(39) Zolle Betegón (1996), pp. 269-285.

Vivar, marqués de Zenete, hijo del cardenal Men-

doza y yerno de don Luis de la Cerda, realizaba

en tierras de dicho marquesado, en el castillo de

la Calahorra(40). No sabemos en qué fecha pudo

regresar a Andalucía pero sí que al frente de las

mismas se encontraba en la primavera de 1509

cuando informó junto con otros maestros tardo-

góticos de las obras de la capilla Real(41) y poco

después, entre el 12 de mayo y el 23 de junio,

debió producirse el episodio de su encarcela-

mient(42). Poco antes de la Navidad de ese mismo

año aparece en la escena la figura de Michele

Cardone, con el que los artífices italianos comen-

zaban a hacer su aparición en la obra del castillo

marquesal. A partir de estos momentos el maes-

tro se aparta de las obras.

Hemos de suponer que tras este episodio el

maestro abandonase la ciudad de Darro para re-

gresar a Guadalajara. Lo cierto es que, a partir

de 1509, no volvemos a encontrar alguna refe-

rencia de participación activa del mismo.

4. El tallEr dE lorEnzo vázquEz, su

EsCuEla alCarrEña

Las últimas aportaciones documentales, en las

que se sitúa a un Lorenzo Vázquez dando trazas

y muestras “de la forma que el queria y horde-

nava”, junto al funcionamiento de la cantería his-

pana del quinientos, permite plantear la existencia

de una escuela alcarreña en torno al segoviano.

El maestro actuaba como un moderno contratista

de obra que, tras dar las trazas, dejaba la ejecu-

ción de estas en manos de miembros de su taller

y las visitaba varias veces al año.

Al hilo de este asunto, Cooper formuló la exis-

tencia de una escuela alcarreña de fortificación,

basada en Lorenzo Vázquez, a la que se debía

los castillos de Cihuela, Cobeta, Establés y Pa-

lazuelos. Por mi parte, en relación con la mazo-

nería de retablos, ya planteé la existencia de una

escuela alcarreña de entalladores en torno al

maestro(43). En realidad, dado que son los mismos

artífices los que están implicados en la labra de

castillos, iglesias, palacios o retablos, como así

ha revelado la documentación, sería conveniente

hablar simplemente de escuela alcarreña.

Así las cosas, son muchos los maestros can-

teros, la mayoría de origen trasmerano y vizcaíno,

que aparecen implicados en las obras vinculadas

a la traza de Vázquez. Este muy temprano foco

de cantería en torno al año 1500 puede explicar,

tal y como ha demostrado Muñoz Jiménez, la co-

nexión italiana, pues este grupo pudo propagar

las decoraciones “al romano” en los edificios al-

carreños(44).

(40) Sebastián (1978), p. 97. Marías Franco (1990), pp. 117-129. Zalama (1991), pp. 339-343.(41) Gómez Moreno (1925a) p. 246, nota. 4. Pi y Margall (1850), p. 404, nota 1. Alonso Ruiz (2007), pp. 1249-1250.(42) Gómez Moreno (1925), p. 34.(43) Romero Medina (2009), pp. 357-389.(44) Muñoz Jiménez (2004), pp. 567-580.

Guadalajara, Cogolludo y Medinaceli, pertene-

ciente en estos momentos al obispado de Si-

güenza, registran importantes nombres

vinculados a los edificios mendocinos. En Gua-

dalajara, Layna Serrano dio a conocer los nom-

bres de Lorenzo de Trillo, Juancho de Garnica,

Miguel Sanz de Robles y Martín de Zapata(45). En

Cogolludo, López Gutiérrez documentó a Pedro

de Cubillas, Andrés de Hoyos, Juan de Hoyos “el

mozo”, Pedro de Hoyos, Sancho de Hoyos, Juan

López, Pedro de la Peña, Juan Pérez de Hoyos,

Juan de la Puente, Juan de Ballesteros, Juan de

la Vega y Juan de Veranga(46). Además, actúan

Pedro de Piedrahíta, Rodrigo de Carazo y Lo-

renzo Adonza(47). Un servidor hizo lo propio con

Medinaceli en los que dio a conocer los nombres

de Gutierre de Soto, Martín de Gamecho, Antonio

Flores, Juan de Segovia, Francisco de Coca,

Diego de Alcalá, Ortuño de Garnica, García

de Liébana, Juan de las Pozas y Francisco

de Medina(48).

Muchos de ellos fueron los encargados de eje-

cutar las trazas de Vázquez y pudieron formarse

a su sombra. Este fue el caso de Gutierre de

Soto(49), que trabajó en la cerca de Cogolludo, en

la iglesia de Santa María de Medinaceli y en la

Casa-palacio del cardenal Mendoza. Otros lo hi-

cieron bajo la maestría experta de Juan Gil de

Hontañón, como Pero de Cubillas(50), que trabajó

en la muralla de Cogolludo, en el castillo de En-

ciso y en la catedral de Segovia, o Martín de Ga-

mecho(51), yerno de Gutierre de Soto, en la iglesia

de Santa María de Medinaceli, en la galería del

jardín del palacio del Infantado(52) y en el alcázar

de Buitrago de Lozoya.

En definitiva, estos maestros fueron los verda-

deros protagonistas del episodio del Renacimiento

y del reverso de su modernidad, es decir, el Tardo-

gótico, en la Alcarria mendocina. Para ellos fue bá-

sica la presencia de Lorenzo Vázquez de Segovia.

5. Cronología doCumEntada dE

lorEnzo vázquEz

• 1490: En los libros de cuentas del cardenal

se anotan pagos al maestro “a Lorenço Vas-

ques cuatro mill maravedis de merced, por carta

fecha en Seuylla a dos de abril de noventa

años”(53) y “a Lorenço Vasques cinco mill mara-

(45) Layna Serrano (1941)(46) López Gutiérrez (1989), p. 241.(47) Ibídem.(48) Romero Medina (2008), pp. 577-599.(49) Una semblanza del maestro en Romero Medina (2012a), en prensa.(50) Romero Medina (2006), pp. 49-66.(51) Romero Medina (2008a), pp. 161-186.(52) García López (2007-2008), pp. 77-98.(53) San Román (1931), p.160.

vedís de merced, por carta fecha en cordoua

diez y ocho de agosto de noventa años”(54).

• 1491: Ese mismo año recibe dinero de

cuenta del cardenal Mendoza y figura como su

maestro de obras “a Lorenço Vasques seis mill

e quatrocientos sesenta y seis maravedis que

los ovo de aver de su racion e quitación del ter-

cio primero de noventa e un año, por carta fecha

en Guadalajara a veinte de junio de noventa e

un años”(55) y “a Lorenço Vasques de Segovia

maestro de obras del señor cardenal, seis y cua-

trocientos y sesenta y seis maravedis, que los

ovo de aver de su racion e quitación del tercio

segundo de este presente año, por carta de mo-

jales fecha a dos de agosto de noventa e un

años”(56).

• 1492: Continúan los pagos en los libros de

cuentas del cardenal Mendoza en los que se le

libran tres pagos de 6.466 maravedíes por car-

tas expedidas en Córdoba (1 de junio),

Ágreda (6 de agosto) y Barcelona (22 de di-

ciembre)(57).

• 1493: Último de los pagos que consta en los

libros de cuentas del cardenal Mendoza en los

que se le abonan los salarios, desde el 1 de

enero al 3 de junio, por cuantía de 9.699 mara-

vedíes, por carta expedida en Barcelona (25 de

julio)(58).

• 1494: En el testamento del cardenal Men-

doza se le otorga una manda de 200.000 mara-

vedíes “para hacer un retablo a la capilla del

dicho colegio”, es decir, en el Colegio de Santa

Cruz de Valladolid. En el que se dice “quere-

mos e mandamos que el dicho retablo se faga

luego que de las dichas doscientas mil marave-

dises e que se faga por la orden que diese Lo-

renzo Vazquez vecino de esta ciudad de

Guadalajara maestro de nuestras obras e quere-

mos que los entablamentos del dicho retablo

sean de talla muy bien labrada a la antigua”(59).

• 1495-1496: Alonso Vázquez, mayordomo del

cardenal Mendoza, recoge en su resumen de

obras su intervención en el palacio del cardenal

en Guadalajara donde el maestro “dava las

muestras de la forma que el queria y

hordenava”(60). Esta intervención debió reali-

zarse mayoritariamente entre 1491 y 1492.

(54) Ibídem.(55) San Román (1931), p. 160.(56) Ibídem.(57) Ibíd.(58) Ibíd.(59) Álvarez Ancil (1914), p. 17.(60) Romero Medina (2010), p. 1-22.

• 1496: Junto con el maestro Lorenzo del Tri-

llo tasaban ciertos mármoles y una reja en la

Casa del cardenal Mendoza en Guadalajara “Lo

que Lorenço Vazquez y Lorenço de Trillo ave-

mos visto y determynado sobre el marmol verde

que esta en el oratorio de las casas del señor

Cardenal que santa gloria aya y de los ocho

marmoles que estan en el portal de la hermita

de la fuente y en el çenador junto con ella y asi-

mismo de la rexa que esta en el escalera que des-

çiende a la huerta segun nos fue cometido”(61).

• 1497: Trabaja en las obras del convento de

San Antonio de Mondéjar patrocinado por el II

conde de Tendilla quien, cuando el maestro

acude a una junta para las obras de la capilla

Real de Granada, afirmaba “He hecho venir al

maestro de cantería que hizo mi monasterio”(62).

• 1498-1499: Desde diciembre de 1498 a fe-

brero de 1499 se le documenta en las obras rea-

les de la Alhambra de Granada. Allí se le abona

6.500 maravedíes por trabajar “en las dichas

Casas Reales dando orden en ciertas muestras y

lavores que se azen y an de azer en ellas”(63).

• 1499: El 10 de junio iguala la madera que

se compra para las obras que el I duque de

Medinaceli, don Luis de la Cerda, lleva a cabo

en el palacio de Cogolludo y se le menciona

como “veedor de las obras de su señoría”(64).

• 1502: En este año tasa junto a Pedro de

Piedrahíta las obras del castillo de Cihuela rea-

lizadas por los maestros García de Liébana y

Juan López(65). Estas obras son patrocinadas por

don Juan de la Cerda, II duque de Medinaceli.

• 1503: Junto a Pedro de Piedrahíta mide y

tasa las obras de la muralla y castillo de Cogo-

lludo, patrocinadas por don Juan de la Cerda, II

duque de Medinaceli, realizadas por los maestros

Juan de Hoyos y García de Liébana. Deja testimo-

nio de su tasación de esta forma: “Yo, Lorenço

Vazquez, vi esta tasacion y medida, la qual va

buena. Lorenço Vazquez (rúbrica)”(66).

(61) Díez del Corral (1980), pp. 280-285.(62) Gómez Moreno (1925), p. 24. (63) Domínguez Casas (1993), p. 485.(64) Romero Medina (2012), pp. 341-349.(65) Cooper (1991), p. 608.(66) López Gutiérrez (1989), pp. 241-244.

• 1503-1507: Junto a Juan de Segovia tasan

la obra de talla y pintura realizada, respectiva-

mente, por Francisco de Coca y Hernando Rin-

cón de Figueroa, en el retablo mayor de la

iglesia de Santa María de Medinaceli. La obra

de talla quedó tasada en 100.000 maravedíes y

la de pintura en 220.000 maravedíes(67).

• 1509: En ese año junto a los maestros

Alonso Rodríguez, Pedro Morales y Adonza vi-

sitan la obra de la Capilla Real de Granada,

pues “venieron a ver la obra de la capilla e acre-

çentar el çimborio e tribuna veynte e tres mill e

syeteçientos e setenta maravedís”(68). De

acuerdo con Begoña Alonso, las cuentas reales

contienen el pago de 300.770 maravedíes “que

dio e pagó al maestro mayor de Sevilla y a xpo-

val de ado[n]çe y Pedro de Morales y a Lorenzo

Vázquez de su salario cuando vinieron a ver la

capilla a trezar [sic] el cimborrio”(69). En esta

fecha trabaja en el castillo de la Calahorra de

Granada y en un contencioso el conde de Ten-

dilla intercedía por él ante el marqués del Ce-

nete, que lo tenía preso, esgrimiendo la

ancianidad del maestro: “quantas raçones ay

para que suplique yo por la liberación de Lo-

renzo Vazques, y que no es la menor ver el de

la hedad que es […]”(70).

• 1517: En esta fecha el maestro ya había fa-

llecido, pues en la renovación de la primitiva

carta de dote y arras de su hija Catalina Váz-

quez (12 de enero), casada con el pintor Her-

nando Rincón de Figueroa se señalaba lo

siguiente: “Lorenzo Vázquez vuestro padre,

santa gloria aya [...]”(71).

(67) Romero Medina (2009), pp. 357-389.(68) Gómez Moreno (1925a) p. 246, nota. 4. Pi y Margall (1850), p. 404, nota 1. (69) Alonso Ruiz (2007), pp. 1249-1250. (70) Gómez Moreno (1925), p. 34.(71) Ramos Gómez (1998), pp. 230-231, documento 4.

6. ConClusión

Hasta aquí la primera biografía documentada de

Lorenzo Vázquez de Segovia, verdadero prota-

gonista del Renacimiento y del reverso de su

modernidad, el Tardogótico, en la Alcarria de los

Mendoza. Nacido en Segovia hacia 1450, se

formó en el ámbito de la escuela toledana, bajo

las enseñanzas de Juan Guas, y su trayectoria

profesional estuvo vinculada al servicio de distin-

tos miembros de la familia Mendoza. La fama al-

canzada hizo que se codeara con importantes

arquitectos contemporáneos a través del círculo

de las obras reales de Granada. Sus edificios

nos hablan de un aprendizaje indirecto de lo

italiano, a través de la aplicación de forma

superficial de elementos decorativos, pro-

pios del quattrocento toscano, sobre estruc-

turas que siguen la tradición hispánica.

Logró aglutinar a un importante círculo de

colaboradores, su escuela alcarreña, que di-

seminaron las decoraciones “al romano“ por

Castilla y que explican la conexión italiana

en torno a 1500.

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Imagen 1 -. Palacio de los duques de Medinaceli en Cogolludo (Guadalajara),

mandado construir por la familia Mendoza.

Imagen 1 -. Patio del Colegio de Santa Cruz, hoy Rectorado de la Universidad de

Valladolid. La traza de Lorenzo Vázquez sufrió reformas en los siglos XVI y XVII

(sustitución de columnas y piso superior).

ANEXO.- Imágenes