L LA AS S P PL LA AN NT TA AS

51
1 LAS PLANTAS Y LOS MINERALES Guía de Nutrición Mineral Carrera: Agronomía Editada por: CATEDRA DE FISIOLOGIA VEGETAL Facultad de Agronomía – Universidad de Buenos Aires 2008

Transcript of L LA AS S P PL LA AN NT TA AS

1

LLAASS PPLLAANNTTAASS YY LLOOSS MMIINNEERRAALLEESS

Guía de Nutrición Mineral

Carrera: Agronomía

Editada por: CATEDRA DE FISIOLOGIA VEGETAL

Facultad de Agronomía – Universidad de Buenos Aires

2008

2

INDICE

Introducción: La nutrición mineral y los cultivos ...........................................................Pag. 3

Absorción de nutrientes en la raíz ...................................................................................Pág. 6

Factores que afectan la absorción de nutrientes en la raíz.

- Factores externos.............................................................................................Pág. 10

- Factores internos.............................................................................................Pág. 18

Distribución de los nutrientes exportados por la raíz al vástago. Vías de movimiento

y control.........................................................................................................................Pág. 26

Redistribución de nutrientes en la planta......................................................................Pág. 31

El Nitrógeno y la producción vegetal........................................................................... Pág. 36

Efectos fisiológicos de la salinidad del suelo.................................................................Pág. 42

Bibliografía ...................................................................................................................Pág. 50

3

Introducción: la nutrición mineral y los cultivos

Las plantas, como todos los organismos vivos, poseen una composición

química cuantitativamente diferente a la del medio que las rodea (suelo y

atmósfera). Esta diferenciación se debe, en buena parte, a las propiedades de la

membrana plasmática que restringe y controla el pasaje de sustancias a través de

ella, en ambos sentidos.

Las plantas absorben del medio que las rodea agua, CO2, O2, y una serie de

sustancias minerales a partir de las cuales elaboran las estructuras y compuestos

esenciales para el funcionamiento de los órganos que las constituyen. Los

minerales son provistos principalmente por el suelo, que los posee en cantidades

variables y en distintos grados de disponibilidad.

Los ambientes edáficos donde crecen las raíces contienen cantidades finitas

de los nutrientes minerales, y en algunos casos, presentan combinaciones

desfavorables de elementos. Es por ello que en el proceso evolutivo se han

seleccionado diversos mecanismos que tienden a facilitar la provisión de los

nutrientes requeridos. Estos mecanismos se caracterizan por su elevada

selectividad y su alta afinidad con algunos iones, en particular con los que

generalmente se hallan muy diluidos en la trama del suelo. Sin embargo, los

mecanismos son suficientemente flexibles como para ajustarse a condiciones de

alta concentración de minerales, caso que puede presentarse a veces en forma

natural o más comúnmente por acción antrópica, como en la fertilización.

La comprensión de la nutrición de las plantas superiores exige no perder de

vista la importancia que tiene, no sólo la absorción selectiva de iones por las

células de la raíz, sino otros fenómenos fundamentales, como la exploración del

suelo por parte de las raíces en su proceso de crecimiento y el movimiento de los

iones en la solución del suelo. El suelo presenta una gran variación espacial y

temporal en la distribución de recursos, complejizada aún más con la diferente

movilidad de los mismos. Las concentraciones relativas de los iones en la solución

4

del suelo no reflejan las comúnmente halladas en el citoplasma, siendo el caso del

Na+ / K+ uno de los más notables.

Los diversos cultivos extraen del suelo cantidades importantes de nutrientes

que son retiradas del lugar en forma de productos agropecuarios. No todas las

especies tienen los mismos requerimientos cuantitativos de nutrientes y los

órganos cosechados integran distintas proporciones de la biomasa total del cultivo.

Por estas razones y como puede observarse en la Tabla 1, la cantidad de

nutrientes contenidos en el producto comercial de cada cultivo es variable.

Extracciones indiscriminadas pueden llegar a empobrecer el suelo en algunos

nutrientes a tal punto que la carencia de estos elementos se convierte en el factor

limitante de la producción.

Tabla 1 : Contenido en nutrientes de los órganos cosechados de diversos cultivos en

kg ha-1año-1.

Cultivo N P S K Ca Mg Fe

Trigo 58 11 4.5 11 2 2 0.2

Maíz 107 18 9 17 2 10 0.19

Arroz 24 5.2 – 10 1 2 1

Papa 90 5.5 2.5 112 3.3 3 0.23

Alfalfa 175 18 18 123 135 17 1

Los requerimientos cuantitativos de nutrientes de una planta o un cultivo no

son fijos, y varían con las condiciones de crecimiento actuales y pasadas, la

disponibilidad de agua, la luz y la temperatura. Por otra parte, la adecuada

disponibilidad de nutrientes tales como el Fe, Mg, Mn, P, K, Ca, etc., en el

compartimento y en el momento requerido condiciona procesos fundamentales

para la vida del vegetal tales como la fotosíntesis, la síntesis de proteínas, el

crecimiento celular, etc. La falta de uno o varios de los nutrientes requeridos

determina alteraciones en estos procesos, lo que provoca, aunque la deficiencia

sea muy leve, mermas en la productividad. En el caso que estas deficiencias sean

mayores, pueden sobrevenir verdaderas enfermedades fisiológicas como, por

5

ejemplo, la podredumbre de los frutos del tomate, derivada de la falta de calcio, que

origina malformaciones en las paredes celulares. También el exceso de ciertos

minerales en el suelo puede ocasionar trastornos fisiológicos por toxicidad. Sin

embargo, existen plantas capaces de crecer en medios con concentraciones de

algunos iones, que para muchas otras resultan tóxicas.

El conocimiento integral de los requerimientos de las plantas en materia de

elementos minerales, de las funciones que cumplen en las plantas, de la forma en

que son absorbidos, distribuidos y utilizados por la planta, resulta de fundamental

importancia para el manejo adecuado de los cultivos, los pastizales y los bosques.

Por ejemplo, es posible realizar los ajustes necesarios para que las especies

integrantes de una mezcla de una pastura cultivada se implanten correctamente y

estén presentes en la pradera sin variar una composición considerada óptima para

el sistema de producción en particular. La mayor o menor habilidad competitiva de

una especie en una comunidad puede depender de la disponibilidad de nutrientes.

Así, se puede comprobar que las leguminosas (que fijan N2 atmosférico en

asociación simbiótica) incrementan marcadamente su densidad en un pastizal

cuanto mayor es el contenido de fósforo en el suelo, compitiendo con ventaja sobre

especies gramíneas integrantes del mismo pastizal. Si por el contrario el nutriente

de mayor disponibilidad en el suelo es el N, las gramíneas resultan favorecidas

pues, bajo esas condiciones, pueden desarrollar mayor biomasa aérea y competir

más efectivamente por la luz con las leguminosas.

La distinta extracción de nutrientes que cada especie integrante de un

pastizal realiza, permite adecuar la composición del mismo para lograr una correcta

dieta nutricional para los animales que lo pastorean. Así, especies como el pasto

ovillo y el trébol rojo serían una herramienta muy útil para mejorar la fertilidad de un

rodeo cuyo bajo porcentaje de parición se atribuye a la deficiencia de manganeso.

Las especies mencionadas contienen normalmente dos o tres veces más de ese

nutriente que otras especies forrajeras como alfalfa y cebadilla.

El conocimiento de las proporciones de nutrientes que determinan la máxima

productividad de un sistema permitirá, mediante el análisis químico del suelo y de

las plantas, corregir a tiempo posibles deficiencias o desequilibrios nutricionales

6

capaces de reducir su rendimiento. Para estos fines se emplean los fertilizantes

que resultan una de las herramientas que posee la técnica agropecuaria para

mantener y aún incrementar el rendimiento de los cultivos. La intensidad, la

frecuencia, la profundidad, el momento y la forma de la aplicación de fertilizantes,

son aspectos de la práctica agronómica cuyo manejo depende, entre otras cosas,

del conocimiento de la nutrición de las plantas y los cultivos.

Uno de los aspectos que más hay que tener en cuenta para realizar un

aprovechamiento económico de la fertilización, es la forma en que son utilizados

los distintos nutrientes en cada etapa del desarrollo, en este caso de los cultivos.

Así, por ejemplo, resulta más oportuno fertilizar con nitrógeno cultivos de trigo en el

momento del macollaje, o aún más cerca de la espigazón, que en otros momentos

de su ciclo. En caso de realizar la fertilización con N inmediatamente disponible a la

siembra sólo se lograría un aumento apreciable en la masa vegetativa y se

aumentaría el riesgo de perder una mayor parte del fertilizante aplicado por

lixiviación a los estratos profundos del suelo con consecuencias negativas para el

ambiente.

En resumen, los conocimientos que se adquieren sobre la nutrición de las

plantas y de los cultivos constituirán una herramienta valiosa para poder resolver

problemas de índole práctica en lo referente al manejo nutricional de los cultivos y

las pasturas.

Absorción de los nutrientes por la raíz.

Dinámica de los nutrtientes en el suelo

El contacto de los nutrientes con la superficie de la raíz es un requisito importante

para que se produzca la absorción de los mismos. La misma se puede producir de

dos formas:i) en forma directa por el crecimiento de las raíces y ii) por movimiento

de los nutrientes por difusión o flujo masal desde el suelo hasta la superficie de las

raíces.

7

i) Intercepción directa por la raíz . A medida que la raíz crece, se ubica en

estratos de suelo en los que encuentra los nutrientes disponibles para la planta. La

cantidad de nutrientes que intercepta en forma directa la raíz se encuentra

relacionada con la cantidad de nutrientes disponibles en el suelo ocupado por la

raíz y el % de suelo explorado por la raíz. En general solo un pequeño % del total

de nutrientes absorbido por la raíz llega por esta vía (Tabla 2).

Movimiento por difusión y flujo masal de los nutrie ntes . El mayor % de los

nutrientes se mueve desde el suelo antes de ser absorbido por las raíces. Los

mecanismos de transporte involucrados en el movimiento de los nutrientes en el

suelo hasta su llegada hasta la superficie de las raíces son la difusión y el flujo

masal .

Difusión: Cuando las raíces absorben nutrientes se crea un gradiente de

concentración de nutrientes entre el suelo y la raíz. El resultado de este gradiente

es un movimiento de nutrientes hacia las cercanías de las raíces por difusión. La

cantidad de nutrientes transportadas por este mecanismo va estar a estar

relacionado con el gradiente de concentración y con el coeficiente de difusión del

nutriente ( que varía con el tipo de suelo y la movilidad del nutriente en el suelo). En

la Tabla 3 se encuentran rangos de valores para el coeficiente de difusión de

diferentes nutrientes para distintos suelos. El % de nutrientes (respecto del total

absorbido) que llegan hasta la superficie de la raíces por este mecanismo varía de

acuerdo al nutriente en cuestión (Tabla 2)

Flujo masal: Es el movimiento de agua y de los nutrientes que se encuentra

disuelto en la masa líquida que llega hasta las raíces como resultado del proceso

de transpiración de la planta. La cantidad de nutrientes que llega por este

movimiento está relacionado con la concentración del mismo en la solución del

suelo y con el volumen de agua que absorbe la planta. En la Tabla 2 se puede

observar la cantidad de cada nutriente que llega a la superficie de la raíz por este

mecanismo.

8

Tabla 2 . Distintos mecanismos de llegada de los nutrientes hasta la cercanía de las raíces en un cultivo de maíz con un rendimiento de 9,5 tn ha-1. Valores en kg ha-1 para cada nutriente

Nutriente Cantidad absorbida Cantidad de nutriente que llega por Intercepción directa Flujo masal Difusión nitrógeno 190 2 150 38 fósforo 40 1 2 37 potasio 195 4 35 156 calcio 40 60 150 0 magnesio 45 15 100 0 azufre 22 1 65 0 Barber, S.A. 1984. Soil Nutrient Bioavailibility. Wiley, New York.

Tabla 3. Valores para el coeficiente de difusión (m2 s-1) de diferentes iones para distintos suelos

Ion Coeficiente de difusión

NO3- 1,0 10-10

K+ 1 – 28 10-12 H2PO4

- 0,3 – 3,3 10-13 Cl- 2,0 – 29,0 10-10 SO4

2- 1,0 – 2,0 10-10 Clarkson, D.T. 1981. Nutrient interception and transport by roots sytem. In: “Physiological factors limiting plant productivity. C:B: Johnson (ed). Butterworths, London, PP 307-314.

.Localizción de la zona de absorción de nutrientes e n la raíz

La absorción de nutrientes desde una solución por la raíz es máxima en la

zona superior al ápice, decae rápidamente por encima de ella y luego más

suavemente hacia la base de la raíz. Conviene recordar la estructura axial de la

raíz en relación con la absorción de minerales. Inmediatamente por encima del

ápice se encuentran células en plena etapa de alargamiento, siendo

progresivamente más maduras y diferenciadas hacia la base de la raíz,

aumentando también progresivamente el grado de suberización de las células de la

endodermis. Por otra parte, el xilema, principal vía de exportación, está

diferenciado recién en la zona de los pelos absorbentes. El diseño de los patrones

9

FOSFATO CALCIO

Distancia al ápice (cm)

nmol

es m

-3 d

e ra

íz d

ía-1

de absorción- exportación varía a lo largo de la raíz presentando diferencias para

cada nutriente. La absorción de fosfato tiene lugar a lo largo de toda la raíz (Fig. 1)

aunque disminuye con el aumento de la distancia al ápice radical. El transporte

aumenta hacia la base en los primeros centímetros de raíz.

Figura 1: Absorción (barras blancas) y transporte al vástago (barras negras) de fosfato y

calcio a diferentes distancias del ápice de la raíz seminal de plantas de cebada.

La absorción y transporte de potasio presentan diseños similares a los del

fosfato (Fig.1). En cambio, el calcio se transporta al vástago solamente desde la

zona más joven de la raíz: su transferencia al tejido vascular cesa donde se

deposita suberina en la endodermis (ésta se desarrolla a 5-10 cm del ápice de la

raíz), es decir que el movimiento se produce predominantemente por vía

apoplástica. Es probable que las bases de raíces muy largas tengan muy poca

capacidad de absorción de sales, hallándose fuertemente suberizadas.

En el suelo resulta bastante complejo discernir la contribución relativa de

distintas porciones de la raíz a la nutrición de la planta. El grado en que se utiliza la

capacidad potencial de la raíz para absorber nutrientes será función del suministro

de iones a las superficies absorbentes de la raíz y principalmente de la movilidad

en el suelo de los iones involucrados.

10

Factores que afectan la absorción de nutrientes en la raíz

Factores externos

Contenido hídrico

La fase líquida de la solución del suelo contiene disueltos nutrientes

minerales y actúa como el medio para el movimiento de iones hacia y desde las

raíces. Las variaciones en el contenido de agua del suelo pueden tener una gran

influencia sobre la absorción de nutrientes. El efecto del bajo contenido hídrico del

suelo sobre la absorción (Figura 2)

puede deberse tanto a la menor disponibilidad de nutrientes como al menor

crecimiento de raíces con la consiguiente restricción del volumen de suelo

explorado, como a un cambio en la funcionalidad de las raíces.

La disponibilidad de nutrientes es afectada por dos vías. Por un lado, cuando

baja el contenido de agua del suelo disminuye la movilidad de iones debido a que

espacios de aire reemplazan al agua en los poros delimitados por las partículas de

Figura 2. Efecto del contenido hídrico del suelo,

sobre la biomasa de raíces (línea punteada) y la

absorción de fosfato por unidad de biomasa

radical (línea continua) en Lycopersicon

esculentum (tomate). Fuente: Lambers, Chapin III

y Pons, 1998.

11

suelo. Los efectos sobre la movilidad de los nutrientes son importantes aún en

rangos de contenido hídrico del suelo que afectan poco las relaciones hídricas de la

planta. Por otro lado, el bajo contenido de agua puede determinar la inmovilización de

algunos elementos en la fase sólida del suelo (por ejemplo fósforo y potasio).

Finalmente, es necesario tener en cuenta la influencia del contenido de agua

sobre la actividad de los microorganismos (lo mismo que la temperatura, el oxígeno

y el pH) ya que de ella depende la disponibilidad de algunos nutrientes, como el

fósforo.

pH

El pH es otra propiedad importante del suelo que afecta la disponibilidad

(Figura 3) y absorción de nutrientes. Un pH relativamente bajo favorece la

liberación de iones K+, Mg2+, Ca2+ y Mn2+, de la roca madre y aumenta la

solubilidad de sales de carbonatos, sulfatos y fosfatos. El aumento de la solubilidad

facilita la absorción por las raíces. Por otro lado, en suelo ácidos aumenta la

solubilidad de iones como el Al3+, que es tóxico en altas concentraciones.

El pH del medio afecta la absorción de nutrientes de varias formas. En el

caso del fosfato se modifica la especie iónica. A pH bajo, la especie predominante

es H2PO4-, hay iguales proporciones de H2PO4

- y HPO42- a pH 6.8. El HPO4

2-

predomina a pH inmediatamente superior a 6.8 y PO43- es la especie más

importante a pH alcalino. La facilidad con que se absorben los iones fosfato

disminuye al aumentar la carga, por lo que a pH alto se reduce la absorción. A pH

alto también hay interferencias con la absorción de hierro y otros micronutrientes.

12

Temperatura

La tasa de absorción de sales aumenta con la temperatura, hasta los 40°C

(Figura 4) aproximadamente, para decaer a temperaturas mayores. Esta relación

probablemente resulte del efecto de la temperatura sobre la actividad metabólica

de las células radicales. Por encima de los 40°C la desorganización de las

membranas celulares produce una disminución de la absorción y una mayor

pérdida de los iones absorbidos.

Figura 3. Efecto del pH del suelo sobre la

disponibilidad de nutrientes asimilables para las

plantas

13

Hay diferencias entre especies en cuanto a la capacidad de absorber iones

del medio a distintas temperaturas. También la oferta de nutrientes del medio

puede variar con la temperatura. Por ejemplo, en suelos fríos hay un predominio de

nitrógeno bajo la forma de NH4+, ya que la nitrificación está muy atenuada. Se

observó en plantas de Arrhenaterum elatius (especie de suelos calcáreos y

crecimiento estival), cultivadas en hidroponía, que la absorción de nitrato era mayor

que la de amonio a temperaturas altas. Por el contrario Poa annua (especie de

crecimiento primaveral) absorbía preferentemente amonio a bajas temperaturas.

Irradiancia

El efecto de la irradiancia sobre la cinética de absorción de nutrientes

depende en términos generales de su disponibilidad en el suelo. Cuando la

disponibilidad de nutrientes es alta, las bajas irradiancias pueden reducir la

absorción de nutrientes (Figura 5). En este sentido, la limitación en el crecimiento

de la planta consecuente de las bajas irradiancias reducen su demanda de

Figura 4. Efecto de la temperatura sobre

la absorción de fosfato por Carex

aquatilis. Fuente: Lambers, Chapin III y

Pons, 1998.

14

nutrientes. Por el contrario, cuando la disponibilidad de nutrientes es baja, la

irradiancia no registra efectos de gran importancia sobre la absorción de nutrientes,

sino que es la misma escasez de nutrientes quien limita la absorción.

Aireación

El suministro a las raíces del oxígeno disuelto en la solución del suelo es

esencial para la respiración celular que es la fuente de energía metabólica utilizada

en los procesos activos de transporte de nutrientes a través de la membrana y para

el mantenimiento de la integridad de ésta.

La concentración de oxígeno en la atmósfera edáfica modifica la tasa de

absorción de nutrientes, observándose diferencias específicas en cuanto a

sensibilidad a este factor. Concentraciones por debajo del 3% producen

reducciones muy pronunciadas en la absorción por parte de las raíces de cebada,

mientras que las raíces de arroz pueden continuar absorbiendo con una velocidad

casi óptima, aún cuando la concentración de O2 sea cercana a 0%. La textura y la

estructura del suelo, el tipo de labores que se practican, el drenaje y las

precipitaciones, son todos factores que pueden alterar en forma más o menos

profunda la aireación del suelo, pudiendo determinar en algunos casos el fracaso

de una siembra por restricción en la absorción de nutrientes por las plántulas.

Figura 5. Evolución temporal de la absorción de N

(amonio) en plantas de Oryza sativa (arroz)

creciendo a alta irradiancia (línea discontinua) y a

baja irradiancia (línea continua). En ambos casos

la disponibilidad de nutrientes no es limitante.

Fuente: Lambers, Chapin III y Pons, 1998.

15

Al considerar los mecanismos de absorción hemos descripto su dependencia

de niveles adecuados de ATP. El crecimiento de las raíces también depende de la

energía disponible, por lo tanto es de esperar un efecto importante del O2. Por lo

tanto, la absorción de iones es drásticamente afectada por condiciones que

reducen la actividad metabólica como las temperaturas bajas, la anaerobiosis y los

inhibidores del metabolismo y así lo demuestran los datos del la Tabla 4.

Tabla 4. Efecto de la temperatura y la anaerobiosis sobre la absorción de potasio.

Tratamiento Absorción de K + % Del Testigo

Testigo (raíces bien aireadas a 25°C) 4.0 5 100

Anaerobiosis (burbujeo de N2 en la solución

nutritiva)

1.05 25

Baja temperatura (raíces a 2°C) 0.72 18

Rizósfera Es la zona de suelo que se encuentra íntimamente en contacto con la raíz

que se caracteriza por ser un microambiente que se diferencia del resto del suelo.

Su tamaño no es estática sino que varía en el tiempo y en el espacio. En la misma

se producen las interacciones de las raíces con el medio biótico (microflora y fauna

benéfica o patógena) y abiótico.

Las diferencias con el resto del suelo están dadas en la composición de

iones inorgánicos, por ejemplo se produce en la misma una disminución en la

concentración de fosfato debida a su rápida absorción por la raíz. En el caso del

calcio que se mueve por flujo masal hasta la raíz en la rizosfera puede producirse

acumulación del mismo. También existen diferencias a nivel de pH, en la rizosfera

puede medirse variaciones entre 1 y 2 unidades debidos a excreciones desde la

raíz de HCO3- y H+, también existen efectos debidos a las fertilizaciones

nitrogenadas. En suelos con problemas de drenaje se encuentran diferencias en

16

los niveles de O2 y de CO2. con respecto a suelos bien aireados. También las raíces

con exudados o secreciones de compuestos orgánicos (azúcares, amino ácidos,

ácidos orgánicos, hormonas, mucílagos) participan en la formación de este

microambiente.

Efectos de la rizósfera en la absorción de los nutr ientes .

La disponibilidad de muchos micronutrientes en la rizósfera es dependiente

de su pH. Este último parámetro puede ser afectado en gran medida por la

actividad de las raíces. La extrusión radical de protones y ácidos orgánicos puede

bajar sustancialmente el pH de la rizósfera. La fuente de nitrógeno utilizada por la

planta también puede afectar al pH de la rizósfera. Debido a que las raíces regulan

su carga eléctrica de tal manera que se acerca a la neutralidad, si se absorbe NH4+

como principal fuente de N, más protones serán liberados hacia la rizósfera

bajando su pH. Por el contrario, si es el NO3- la forma de N principalmente

absorbida por la planta, el pH tiende a permanecer constante o subir ligeramente. A

campo, la aplicación de fertilizantes nitrogenados en base a amonio puede, en el

largo plazo ocasionar problemas por reducir el pH del suelo. En este sentido,

pueden mobilizarse iones potencialmente tóxicos y como también reducirse la

disponibilidad de algunos nutrientes esenciales (Figura 3).

Cuando la disponibilidad de Fe es insuficiente, algunos genotipos de girasol,

maíz y soja disminuyen el pH de la rizósfera de modo que el Fe3+ inorgánico se

torna más soluble. Esto se produce por la liberación de ácidos orgánicos por parte

de las raíces que eleva la concentración de complejos-Fe en la rizósfera. Dicho

descenso de pH coincide además con un aumento de la capacidad para reducir el

Fe en la superficie de la raíz debido a la actividad de una reductasa específica

localizada en la membrana plasmática. La mayoría de las dicotiledóneas y

monocotiledóneas (no gramíneas) de baja susceptibilidad a la deficiencia de Fe

presentan este tipo de respuesta (estrategia 1, Figura 6). Por otra parte, en las

gramíneas se ha registrado la inducción y liberación de compuestos quelantes,

17

llamados fitosideróforos (derivados de la nicotianamina), que forman complejos con

Fe cuando la disponibilidad de este nutriente en el suelo es baja. Dichos complejos

Fe-fitosideróforos difunden a la superficie de la raíz y son absorbidos por las

células radicales (estrategia 2, figura 6). En el caso de los pastos la reducción de

Fe3+ a Fe2+ se realiza en el citoplasma de las células radicales, mientras que en el

caso de las dicotiledóneas se realiza a nivel de membrana. Algo parecido ocurre

con el Zn cuando la disponibilidad de l mismo es baja.

Figura 6. Inducción de la capacidad de absorción de Fe por deficiencia de hierro en cucumber spp. (estrategia 1) y Hordeum spp. (estategia 2). Fuente: Fuente: Lambers, Chapin III y Pons, 1998.

18

Factores internos

Regulación de la absorción por el estado

nutricional de la raíz

La absorción de nutrientes está muy influenciada por el estado nutricional de

la raíz. El flujo de iones hacia el interior de la misma está negativamente

correlacionado con la concentración en los tejidos de ese ion en particular. En la

Fig. 7 se observa el flujo de potasio hacia la raíz de cebada en función de la

concentración de potasio en el tejido.

Figura 7: Entrada de K+ a los tejidos de la raíz en función de la concentración de K+ en los

mismos. Medida de la entrada de K+ desde una solución de 60 µM K+.

Resultados similares se obtuvieron con el ion fosfato. La baja disponibilidad

de fosfato o potasio genera un aumento en la afinidad por estos iones (disminución

del Km ). Estas observaciones son coherentes con la existencia de mecanismos

que regulan la actividad de los transportadores de estos iones en la membrana

plasmática de las células radicales.

[K+] ΦΦΦΦM

Ab

sorc

ión

(m

mol

kg-1

s-1

x 3

600)

19

La tasa de transporte de un ion está determinada por el número de

transportadores en la membrana y la actividad de los mismos. El número de

transportadores depende de la síntesis y la vida media de dichas proteínas. Por

ejemplo, la tasa de recambio de un transportador de sulfato en raíces de cebada es

aproximadamente de 2,5 horas. Un punto crucial en el control de la síntesis de los

transportadores es la tasa de transcripción de sus genes. Esta tasa puede ser

controlada por la disponibilidad externa y/o el grado de utilización metabólica de un

determinado ion. En el caso del potasio se ha identificado una familia de genes

transportadores con algunos miembros que sólo se expresan en los casos en que

hay carencia de potasio en el medio de cultivo, dando lugar al transporte de alta

afinidad.

Se han aislado genes que codifican proteínas transportadoras de sulfato de

alta afinidad a partir de la legumbre tropical Stylosanthes hamata (SHST1 y

SHST2) y de cebada (HVST1). Esta familia de genes sólo se expresa en las raíces

y codifica para transportadores que tienen un Km entre 7 a 10 µM. La transcripción

de estos genes está regulada por la disponibilidad de sulfato, ya que es reprimida

cuando la disponibilidad de este ion en la planta es alta (retro-alimentación

negativa) y aumenta cuando la disponibilidad de sulfato externo es baja. En cebada

el gen HVST1, que codifica para un transportador de sulfato es regulado además

por otro mecanismo. El precursor (acetilserina) del aminoácido cisteína, que

requiere sulfato para su síntesis, regula positivamente la transcripción del gen

HVST1. Estas observaciones sugieren que el control de la síntesis de estos

transportadores depende de la disponibilidad del nutriente y de la demanda del

nutriente para los procesos de síntesis de metabolitos.

La actividad de los transportadores también puede ser modificada después

de la traducción (es decir, cuando la proteína ya ha sido sintetizada). Algunos

transportadores pueden estar fosforilados o defosforilados alterando su actividad

en función del estado de fosforilación. Otros transportadores, como los

transportadores de fosfato, tienen regiones aminoacídicas altamente conservadas

que pueden ser glicosiladas (es decir que pueden ligar azúcares). Es posible que

20

estas regiones proteicas también sean importantes para regular la actividad de los

transportadores en función de la concentración interna del nutriente.

Disponibilidad de nutrientes en el suelo y la arquitectura de la raíz

Otro nivel de control que puede afectar la tasa de absorción de un nutriente

por las raíces depende del efecto de la disponibilidad del nutriente sobre la

arquitectura de la raíz.

El patrón de crecimiento de la raíz es influenciado por el estado nutricional

de la planta y por el patrón de distribución de los nutrientes en el suelo. Por

ejemplo, considerando la raíz individual, se comprobó que la densidad de pelos

radicales es regulada por la disponibilidad de fósforo en el suelo, aumentando

significativamente cuando las raíces crecen en un medio pobre en fósforo. Los

déficits de algunos otros nutrientes provocan la misma respuesta pero en una

medida mucho menor. Si se consideran los sistemas radicales completos, las

plantas son capaces de responder en forma local a la alta disponibilidad de

nutrientes, activando el crecimiento de las raíces secundarias. Un buen ejemplo de

esto es la respuesta de las raíces de cebada a las concentraciones altas y

localizadas de fosfato, nitrógeno o potasio. La Figura 8 muestra el aspecto de

raíces de plantas de cebada sometidas a cuatro tratamientos (ver leyenda de la

Figura 8). Las raíces crecieron en cámaras subdivididas en tres sectores

horizontales en los que se aplicaron soluciones con concentraciones distintas de

nutrientes , dependiendo de la posición en el perfil radical. La sección central

contenía una concentración 100 veces mayor del ion bajo estudio (potasio, nitrato o

fosfato) que las restantes. El control presentaba concentraciones altas en los tres

sectores. Se observó un mayor crecimiento de la raíz en las plantas sometidas a

diferencias localizadas de disponibilidad de nutrientes, hubo mayor proliferación de

raíces en la región con mayor concentración de

.

21

Control (HHH) Fosfato (LHL) Nitrat o (LHL) Potasio (LHL)

Figura 8: Respuesta del crecimiento de raíces de cebada a distintas disponibilidades de nutrientes. En cada caso las raíces se desarrollaron en una cámara compuesta por tres sectores que sólo se diferenciaban por la concentración del ion en cuestión (fosfato, nitrato o potasio). La sección central contenía una concentración 100 veces mayor que las restantes. Los tratamientos fueron: control (HHH) con disponibilidad alta de nutrientes; fosfato (LHL) con disponibilidad alta y localizada de fosfato; nitrato (LHL) con disponibilidad alta y localizada de nitrato (LHL) con disponibilidad alta y localizada de potasio. (Leyser y Fitter, Trends in Plant Science, Junio, 1998).

Figura 3: Modelo para la regulación de la producción lateral de raíces por nitratos en Arabidopsis. Existe una vía de regulación sistémica e inhibitoria que depende del estado nutritivo de la planta y una vía asociada a una cadena de transducción de señales en la que participa el gen ANR1 estimulando el crecimiento localizado de raíces secundarias

22

nutrientes, siendo particularmente importante en el caso del nitrógeno y el

fósforo.

Recientemente, un grupo de investigadores ingleses describió aspectos

importantes de la regulación por la disponibilidad de nitrógeno del crecimiento y la

arquitectura de las raíces de Arabidopsis. Estos investigadores observaron que el

crecimiento de la raíz primaria no era afectado por la concentración del nitrato,

mientras que la actividad de los meristemas de las raíces secundarias sí lo era.

Cuando las plantas de esta especie fueron cultivadas en un ambiente de alta

concentración de nitratos, el crecimiento de las raíces secundarias se inhibió. Sin

embargo, si las raíces de plantas provenientes de ambientes pobres en nitratos

eran expuestas a concentraciones altas de nitratos sólo en forma local, el

crecimiento de las raíces secundarias era estimulado sólo en aquellas áreas que

disponían de un alto contenido de nitrógeno. Esto indica la existencia de dos

efectos de la disponibilidad de nitratos: uno inhibitorio, que se pone de manifiesto

cuando toda la raíz encuentra altos niveles del nutriente, y otro promotor, que

permite el crecimiento de raíces secundarias en respuestas a la disponibilidad

localizada.

Es posible preguntarse si el efecto localizado está asociado a una mayor

disponibilidad de nitrógeno para los procesos de síntesis de nuevas moléculas o si

el nitrógeno es utilizado como fuente de información. Debido a que la asimilación

del nitrógeno en plantas requiere como primer paso la reducción del nitrato a nitrito,

se pueden separar los efectos asociados al metabolismo del nitrógeno anulando la

actividad de la enzima nitrato reductasa (por ejemplo por medios genéticos). El

crecimiento local de las raíces en respuesta a la alta disponibilidad localizada de

nitratos también ocurre en plantas que tienen su actividad nitrato reductasa

disminuida. Estos resultados indican que el nitrato actúa como señal (información)

iniciando una cadena de transducción capaz de modificar el crecimiento radical en

función de la disponibilidad local de ese nutriente (Figura 9). Aclaremos que, de

toda la información genética presente en el ADN celular, grupos particulares de

células expresan sólo algunos de los genes. Estos tienen que ver con los procesos

fisiológicos que ocurren en dichas células. Para identificar algún paso involucrado

23

en el proceso de respuesta a la disponibilidad de NO3- se investigaron los genes

que se expresan durante el tratamiento local de nitrógeno. Se identificó un gen, que

fue denominado ARN1, que no se expresaba en las raíces que crecían en

ambientes pobres en nitrógeno pero que se transcribía cuando se agregaba NO3- al

medio. Este gen codifica un factor de transcripción (es decir, una proteína que

regula la expresión de otros genes) que sólo se expresa en las raíces. Si la

expresión de este gen es abolida por ingeniería genética, la habilidad de alargarse

de las raíces secundarias es inhibida aunque las mismas hayan experimentado

cambios en la disponibilidad de nitrógeno. Si bien aún no se conocen todos los

componentes de esta cadena de transducción de señales, es posible proponer un

modelo en el que el nitrato afectaría la producción de las raíces secundarias a

través de dos mecanismos distintos: uno sistémico e inhibitorio que estaría

asociado al estado nutritivo de la planta, y otro, en el que el NO3- percibido por un

receptor, iniciaría una cadena de transducción en la que participaría el gen ARN1,

el cual promovería algún paso involucrado en el crecimiento local de las raíces.

Regulación de la absorción de nutrientes por el estado nutricional de las plantas

Las tasas de absorción de nitrato (y otros macronutrientes) también son

controladas por procesos que coordinan la absorción con la producción de biomasa

y estos controles pueden incluir respuestas determinadas en órganos de la planta

diferentes a la raíz. En el caso del nitrato dicho control podría estar vinculado con la

concentración de los aminoácidos que circulan por el floema desde las hojas a las

raíces y desde éstas por el xilema hasta las hojas (Fig. 10). Esta idea se basa en

experimentos en los que al agregar aminoácidos a la solución nutritiva donde se

encontraban las raíces o a la solución en que se sumergían los cotiledones de

plántulas de soja, se inhibió la absorción de nitratos por las raíces. Algunos

aminoácidos inhibieron fuertemente la absorción (Arg, Ala, Asn, Gln) mientras que

otros (Glu, Met, Asp) sólo tuvieron una leve acción inhibitoria. Los aminoácidos

24

podrían actuar directa o indirectamente sobre los transportadores de nitrato. Las

concentraciones de nitrato en el xilema, el floema y las raíces dependen de los

procesos que producen y usan aminoácidos en los distintos tejidos conectados con

los elementos de conducción, así como de los mecanismos que controlan la

entrada y salida de los aminoácidos de esos elementos (Fig. 10).

Figura 10: Diagrama relacional simplificado indicando los principales intercambios de iones y compuestos nitrogenados entre distintos compartimentos (rectángulos) del sistema suelo–planta y las conexiones entre los metabolismos de nitrógeno y carbono en la planta. Promoción ; Inhibición

25

En situaciones fisiológicas, la mayor tasa de crecimiento reduciría la

concentración de aminoácidos en el floema (por mayor tasa de utilización) lo que

reduciría la inhibición de la absorción de los nitratos a nivel de la raíz.

En resumen (Fig. 11): la tasa de absorción de los nutrientes depende de la

concentración del ion en la solución externa y, al menos en algunos casos, de

parámetros internos asociados a la utilización, por ejemplo: de la concentración del

ion en las células de la raíz en el caso del potasio (Fig. 7) y de la concentración de

aminoácidos en el floema en el caso del nitrato.

Figura 11: Representación esquemática de los controles de la absorción de nutrientes por parte

de las raíces.

Símbolos: Promoción ; Inhibición

ABSORCIÓN

Concentración

de la solución

externa

Ej: K+

Ej: NO3-

Concentración

en las células de

la raíz

Concentración

de aminoácidos

en floema

Uso

26

DDiisstt rr iibbuucciióónn ddee llooss nnuuttrr iieenntteess eexxppoorr ttaaddooss ppoorr llaa rraaíízz aall vváássttaaggoo

Vías de movimiento y control

La exportación de iones de la raíz, se hace principalmente por vía xilemática,

por donde se mueve la corriente transpiratoria a velocidades máximas del orden de

los 40 m h-1. La exportación por el floema, donde pueden circular sustancias a

velocidades del orden de 0,5 a 1 m h-1, es de mucha menor importancia. La

contribución relativa de esas dos vías de ascenso de nutrientes fue puesta en

evidencia por medio de un ensayo clásico llevado a cabo por Stout y Hoagland.

Estos investigadores utilizaron plantas de sauce y en ellas separaron la corteza

(incluyendo el floema) del cilindro central en un segmento del tallo. Aislaron estos

dos tejidos en algunas plantas por medio de papel parafinado dejando en otras

esos tejidos en contacto. Cinco horas después de regar las macetas con una

solución que contenía potasio radiactivo cosecharon las plantas, separando los

tallos en varias secciones y midiendo el contenido de K42 en la corteza y el leño de

los dos grupos de plantas. Los resultados obtenidos (Tabla 5) muestran que muy

poco del potasio circulaba por la vía floemática, pero por otro lado la transferencia

lateral del xilema a floema era rápida e intensa.

La mayor parte de los iones se mueve en solución en la corriente

transpiratoria. Muchos iones se mueven en el xilema bajo la misma forma en que

entran a la planta, pero otros son metabolizados rápidamente. Hay pruebas de que

el hierro se mueve formando complejos con ácidos orgánicos. El nitrógeno se

absorbe normalmente como NO3- o NH4

+, pero el primero debe ser reducido antes

de ser incorporado a aminoácidos. La forma bajo la cual se mueve en la planta

depende de la localización de la reductasa de los nitratos en la planta. En algunas

especies, ésta se localiza en la raíz, en otras en las hojas. En muchas especies

una proporción alta del nitrógeno se mueve en forma de compuestos orgánicos

27

como amidas, aminoácidos, etc. También pueden encontrarse en el contenido

xilemático compuestos orgánicos de azufre.

Tabla 5: Distribución de K42 en el tallo de sauce después de un período de

absorción de 5 horas.

Dada la importancia que tiene el xilema como vía de ascenso de nutrientes,

se podría suponer que la cantidad que llega a un órgano fuera función casi

exclusiva de la tasa de transpiración. El panorama real puede ser muy distinto para

algunos nutrientes, sobre todo para aquellos que pueden moverse por el floema; la

interacción entre floema, xilema y otros tejidos como el cambium modula en forma

muy efectiva la distribución de los nutrientes.

Se ha demostrado para algunos nutrientes tales como fósforo, potasio,

nitrógeno y azufre, que la cantidad retenida por una hoja cualquiera se correlaciona

con su tasa de crecimiento. Todo órgano crece lentamente al principio, luego

exponencialmente y lentamente de nuevo a medida que el órgano se aproxima a su

tamaño máximo. Si se mide la tasa de retención de uno de los nutrientes indicados,

por las hojas de una planta en distintos estados de expansión, desde muy

pequeñas hasta completamente expandidas, se encuentra que las mayores tasas

28

corresponden a las hojas que están expandiéndose más rápidamente. Esta

distribución no es sólo resultado del movimiento por vía xilemática, sino que

representa el funcionamiento de xilema, floema y cambium como una unidad

funcional que posee un ajuste muy preciso, y que es capaz de responder a los

requerimientos de distintos órganos.

Todas las células de los tejidos que no están en contacto con la solución

nutritiva obtienen sus nutrientes minerales de los elementos de conducción. En

esta situación se encuentran las células de la raíz en las porciones más viejas y

suberizadas y todas las células del tallo, incluyendo aquellas próximas a los

elementos del xilema en los tallos, ramas, pecíolos, etc. Estas células absorben

iones desde la solución en el xilema mediante el proceso de transporte activo y

selectivo como los ya comentados. El resultado de esa absorción es que la

composición de la solución en el xilema cambia cuantitativamente, disminuyendo la

concentración y a menudo alterando profundamente la composición iónica.

Las bajas concentraciones de sodio en la parte aérea de las plantas de

muchas especies se deben en buena medida a la retención de ese elemento por

parte de las células de la raíz y por las células que rodean el xilema en las

porciones basales del tallo.

En experimentos hechos con plantas de poroto La Haye y Epstein (Fig. 12)

encontraron que el contenido de sodio en la hoja era substancialmente menor que

el de las raíces y el tallo, aún cuando la concentración de NaCl en el medio fuera

de 50 mM.

Hojas

Tallos

Raíces

[Na+

] (

µm

oles

/mg

pes

o se

co)

[Ca++] (mM)

29

Figura 12: Concentración de sodio en diferentes órganos de una planta de poroto cultivada en una solución nutritiva con concentraciones crecientes de calcio. La solución contiene en forma constante 50 mM de NaCl (La Haye y Epstein).

La diferencia entre el contenido de sodio en la raíz y las hojas se amplifica

muchísimo si la solución nutritiva está adecuadamente provista de calcio. Cuando

el calcio está ausente, una proporción mayor del sodio absorbido se transporta a la

parte aérea. La capacidad de las raíces de regular el ingreso neto del sodio

depende del calcio, que es importante para la estabilidad y selectividad de las

membranas de las células de la raíz.

El efecto del calcio sobre la cantidad de sodio que llega a las hojas no sólo

se debe a su influencia en la proporción que se exporta desde la raíz, sino también

a que la cantidad de absorbida por la raíz en ausencia de calcio es mayor que en

presencia de niveles adecuados.

La importancia de las células que rodean al xilema en cuanto a la retención

del sodio en el camino entre las raíces y las hojas se pone de manifiesto en

mediciones de la tasa con que pueden absorber sodio y potasio los distintos tejidos

del tallo. Los tejidos que rodean al xilema absorben mucho más sodio que potasio,

mientras que las diferencias son mucho menores en las células del resto del tallo.

Por otra parte esa discriminación entre sodio y potasio depende de la especie, es

muy pronunciada en poroto pero no se manifiesta en algodón (Fig. 13).

La existencia de un mecanismo celular de discriminación entre iones abre la

posibilidad de una discriminación aún más intensa cuando hay transporte a larga

distancia ya que son muchas las células a lo largo del camino que participan en el

proceso.

30

Figura 13: Tasa de absorción (v, µmoles g-1 h-1) de sodio y potasio por secciones de tallo y tejido caulinar aislado de plantas de poroto y algodón. La concentración de sodio y potasio en el medio es de 0,1 mM y la de calcio 0,5 mM (Rains). T: secciones de tallo; E: epidermis, corteza y floema; X: tejido xilemático y médula.

31

RReeddiiss tt rr iibbuucciióónn ddee nnuuttrr iieenntteess eenn llaa ppllaannttaa

Los nutrientes que llegan a una hoja pueden pasar a formar parte de sus

estructuras o ingresar al reservorio de ese elemento que interviene en el

metabolismo de la hoja o pueden volver a ser exportados. Esta exportación forma

parte de los diseños de distribución de los elementos móviles en la planta. La

proporción del total de un elemento que sigue una vía particular de distribución es

función del elemento en cuestión, de la edad de la hoja y del estado ontogénico de

la planta. La designación de móvil o inmóvil se refiere a la capacidad de los

elementos de moverse por floema de un órgano a otro en una planta.

El floema constituye la vía de exportación de elementos móviles desde la

hoja. En el caso del fósforo, se ha comprobado que este elemento se exporta hacia

órganos que están hacia arriba y hacia abajo del órgano fuente por vía floemática.

Aunque se comprobó la existencia de una transferencia lateral del floema al xilema,

la proporción que se mueve por el floema supera a la que lo hace por xilema. La

Figura 14 muestra las tasas de importación y exportación netas de una hoja de

pepino a través de sus períodos de expansión y madurez, e indica las vías que

intervienen en el movimiento del fósforo en cada etapa. Es importante tener

presente que en hojas más longevas que la utilizada para generar la Figura 14,

puede transcurrir períodos considerables (semanas, meses y hasta años, según el

caso) entre el momento en que la hoja alcanza su tamaño máximo y el inicio de un

proceso cuantitativamente importante de exportación neta de nutrientes móviles.

32

(mg

hoj

a-1 d

-1) Á

rea

foli

ar (

cm2 )

P exportación

P importación

A B C Días

El fósforo puede ser tomado como un ejemplo de elemento móvil en la

planta; el comportamiento observado para el potasio, el nitrógeno y el azufre tiene

muchas analogías con el fósforo. El calcio, por el contrario, es elemento inmóvil por

excelencia, y no se mueve por el floema. La cantidad de este elemento que se

encuentra en una hoja aumenta a través de su vida. Otros órganos, caracterizados

por un rápido crecimiento y una tasa de transpiración reducida, son particularmente

susceptibles a las deficiencias de este elemento, tal como se observa en

desórdenes fisiológicos en frutos de tomate y manzano y en pedúnculos de tulipán.

El boro, el zinc y el manganeso son también elementos poco móviles, el magnesio

se considera móvil mientras que el hierro tiene una movilidad intermedia a baja. La

interacción de los procesos de distribución y redistribución determina una

composición muy variable en lo que hace al contenido de nutrientes de distintos

órganos (Tabla 6).

Figura 14: Importación, exportación y principales vías de movimiento de P por una hoja de pepino en distintas etapas de desarrollo foliar. A: no hay exportación; la importación se realiza principalmente por floema. B: hay exportación por floema, pero se produce importación neta debido a la importación por xilema. C: exportación neta por floema; continúa la importación por xilema.

33

Tabla 6 : Contenido de nutrientes en tejidos de tomate (en mg por kg de peso fresco).

Hojas Frutos

K 5120 2650

P 1318 333

Ca 2770 42

Mg 1060 105

N 5320 1530

Ya se ha visto que los órganos en crecimiento compiten muy efectivamente

por los nutrientes absorbidos por las raíces, sobre todo en el caso de los elementos

móviles. Cuando existen deficiencias en el suministro de nutrientes, la senectud de

las hojas maduras puede acelerarse y este proceso va acompañado por la

exportación de los elementos móviles desde esas hojas. Esa exportación permite el

suministro continuado de algunos elementos a los órganos en crecimiento, a costa

de una pérdida de área foliar. La localización de los síntomas de deficiencia

característicos de cada elemento se relaciona con su movilidad. Así, los síntomas

de deficiencia de algunos elementos poco móviles se evidencian más rápidamente

en las hojas jóvenes y a la inversa en el caso de elementos móviles.

El hecho de que las plantas sean capaces de utilizar la misma molécula de

nutriente varias veces durante su ciclo y en órganos distintos, tiene gran

importancia para el funcionamiento de la planta entera. Se ha observado en

repetidas ocasiones que la concentración de nutrientes por unidad de peso seco

tiene un diseño característico en relación al estado ontogénico de la planta en

especies tales como avena, tabaco y soja. Generalmente esta concentración

aumenta ligeramente a poco de germinar la semilla, pues ésta inicialmente

disminuye de peso. Luego decae continuamente durante el resto del ciclo

vegetativo. Este comportamiento es similar para todos los nutrientes y se

manifiesta aún en el caso de plantas que crecen en soluciones nutritivas

continuamente renovadas. La base de comparación utilizada (peso seco) no es del

todo apropiada, ya que idealmente se requeriría conocer la concentración de

nutrientes por unidad de material vivo ya que en la planta la proporción de paredes

celulares, fibras, etc., aumenta con la edad.

34

En todos los casos estudiados, la flor y el fruto se transforma en los destinos

dominantes, monopolizando los nutrientes removilizados desde otros órganos (Fig.

15). La proporción de los nutrientes móviles hallados en el fruto al terminar el ciclo

y que provienen de otras partes de la planta es siempre importante, citándose

valores del 93% del fósforo en la inflorescencia de avena y del 60% del nitrógeno

en el grano de maíz. En el caso de plantas anuales que crecen en suelo, la

diferencia entre suministro y demanda de nutrientes es mayor en el momento de

floración, sobre todo en cereales, debido a que la inflorescencia también

monopoliza los hidratos de carbono producidos por la hoja, deteniéndose el

crecimiento radical, que afecta la tasa de absorción de nutrientes desde el suelo.

Este efecto se observa en la Fig. 15b.

Figura 15: Variaciones durante el ciclo en contenidos acumulativos de fósforo en las raíces, hojas, tallos y espigas, de cultivo de trigo. Las letras indican los distintos contenidos de fósforo en el suelo: a = bajo; b = medio y c = alto.

No se conoce con el mismo detalle la redistribución que se produce en

plantas perennes, pero es probable que el crecimiento del fruto produzca la

35

movilización de nutrientes desde otras partes de la planta. El almacenamiento

transitorio de nutrientes en el parénquima del tallo y la raíz fuera de la época de

crecimiento, en árboles de hojas caedizas, seguramente introduce variantes

importantes en los diseños de circulación de nutrientes en el tiempo, con respecto a

los observado en plantas anuales. Cabe agregar que, actualmente y en términos

globales, los requerimientos de insumos agrícolas en relación al crecimiento de la

población mundial señalan que la mayor contribución a la producción de alimentos

en nuestro planeta deberá provenir de cultivos que crecen en suelos con fertilidad

relativamente baja. Esto significa que no solamente es necesario contar con

genotipos eficientes con respecto a la absorción de nutrientes por unidad de peso

(o mejor aún de área) de raíz, sino también con genotipos capaces de redistribuir y

utilizar más eficientemente los nutrientes absorbidos.

36

El Nitrógeno y la producción vegetal

El nitrógeno es el principal macronutriente y las plantas absorben el nitrógeno

del suelo sobre todo en sus formas iónicas (NO3- y NH4

+). En la mayoría de las

circunstancias el tenor de estos iones en el suelo baja rápidamente si el cultivo

tiene buenas condiciones para su crecimiento (radiación, agua, otros nutrientes,

temperatura), convirtiéndose así en un factor limitante para el crecimiento del

cultivo. La experiencia ha mostrado que en muchas situaciones en las que la

disponibilidad de nitrógeno es el principal factor limitante, se obtiene una fuerte

respuesta del rendimiento de los cultivos a la aplicación de fertilizantes

nitrogenados, tanto en biomasa total acumulada a la cosecha como en rendimiento

en grano (Fig. 16). El aumento de rendimiento con el agregado de nitrógeno ocurre

hasta un valor máximo, seguido eventualmente por una caída de rendimiento a

valores de nitrógeno muy altos.

37

Figura 16: Efecto de la fertilización nitrogenada sobre los rendimientos en biomasa (o) y grano

(•) a la cosecha de dos cultivares de trigo de invierno. Los valores entre paréntesis indican los

índices de cosecha porcentuales (peso de grano/peso total de la biomasa aérea *100%).

La importancia del nitrógeno como factor limitante de los rendimientos

agrícolas ha estimulado el estudio de las conexiones ente disponibilidad de N y

rendimiento. Las evidencias hasta ahora disponibles sugieren al menos tres vías

de acción separadas, que nos permiten explicar buena parte de las respuestas del

rendimiento.

Una vía de acción muy importante del nitrógeno sobre el rendimiento deriva

de sus efectos sobre la expansión foliar. El crecimiento y el tamaño final de las

hojas responden al suministro de nitrógeno (Fig. 17). En general, ante suministros

limitados de nitrógeno, se reducen tanto el número de células como la expansión

de las células de las hojas. Con disponibilidad muy baja de nitrógeno se puede

afectar también el número de hojas formadas, o el número de macollos en las

gramíneas. La reducción de la expansión foliar frente al estrés por nitrógeno puede

medirse mucho antes de que se detecte algún efecto sobre la tasa de fotosíntesis

foliar. Se ha observado que la escasez de nitrógeno altera el balance hormonal: en

particular se elevan los niveles de ácido abscísico y caen los de citocininas. Bajos

niveles de nitrógeno aumentan la rigidez de las paredes celulares, reduciendo de

este modo su capacidad de expansión. Es así que aun ante una incipiente escasez

de nitrógeno la expansión foliar se restringe. Esta respuesta rápida puede contribuir

a disminuir el desbalance entre el contenido de fotosintatos y el de compuestos

orgánicos nitrogenados.

38

Figura 17: Crecimiento y tamaño final de la hoja número 20 (contando desde la base) de plantas de

girasol con distinta provisión de nitrógeno (mínimo: N1= 0.25 gN/planta, máximo: N5 = 7.5 gN/planta).

La segunda vía de acción importante de la disponibilidad de nitrógeno sobre

el rendimiento de los cultivos es su efecto sobre la fotosíntesis . La Fig. 18 muestra

la relación existente entre la tasa de fotosíntesis máxima, medida a valores de

radiación cercanos a plena luz solar, de hojas de girasol de distintas edades,

conteniendo distintos tenores de nitrógeno foliar específico (contenido de nitrógeno

por unidad de área foliar).

La variación en tenor de nitrógeno en estas hojas se debió a dos causas: el

nivel de nitrógeno agregado a las macetas en las que crecían las plantas (N1 =

0,25 g N planta-1, N5 = 7,5 g N planta-1) y a la exportación de nitrógeno desde las

hojas maduras hacia los granos durante el crecimiento de estos últimos. Es

importante señalar que en las hojas jóvenes en expansión el tenor de nitrógeno por

unidad de superficie es regulado de forma

Hoja 20

39

Figura 18: Relación entre la tasa fotosintética a plena luz solar y el contenido de nitrógeno foliar para hojas de

girasol de distintas edades en plantas con distinta provisión de nitrógeno (mínimo: N1= 0.25 gN planta-1,

máximo: N5 = 7.5 gN planta-1). Los símbolos negros representan hojas jóvenes en expansión; los símbolos

abiertos, hojas maduras, completamente expandidas.

tal que la tasa de fotosíntesis medida a altas irradiancias se mantiene en sus

valores máximos (Fig. 18), salvo en los casos de escasez extrema de nitrógeno

(menos de 2 g N m-2). El mantenimiento del tenor de nitrógeno foliar deriva de la

regulación de la expansión foliar. Esto es: ante escasez de nitrógeno, se reduce la

expansión de las hojas jóvenes en crecimiento en tanto que, por unidad de

superficie foliar, la capacidad fotosintética de esas hojas se mantiene máxima. En

las hojas maduras (ya expandidas) independientemente de la causa de la variación

en tenor de nitrógeno foliar (suministro de nitrógeno o edad de la hoja), se observa

una relación directa entre el nitrógeno foliar específico y la fotosíntesis.

Fot

osín

tesi

s m

áxim

a ( ΦΦ ΦΦ

mol

CO

2 m

-2 s

-1)

Contenido de Nitrógeno en hoja (g N m-2)

40

La curva que relaciona capacidad fotosintética con el tenor de nitrógeno

foliar varía entre especies en lo referido al mínimo nivel de nitrógeno requerido para

que la fotosíntesis sea mayor que cero (menor en maíz y mayor en soja y girasol),

el nivel máximo de fotosíntesis (mayor en maíz que soja y girasol) y en la pendiente

de la porción cuasilineal de la relación (mayor en maíz que soja y girasol). Estas

diferencias pueden contribuir a determinar diferencias interespecíficas en cuanto a

requerimientos y respuestas al nitrógeno.

La tasa de fotosíntesis máxima (no limitada por luz) depende de la

concentración de la enzima Rubisco. El 75 % del N en una célula del mesófilo de

una planta C3 se encuentra en el cloroplasto, y casi un tercio de esa cantidad lo

constituye el N que forma parte de la Rubisco (Fig. 19).

Figura 19: Distribución de N entre las distintas proteínas y otros compuestos nitrogenados

en una célula del mesófilo de una planta C3.

Un tercer efecto del nitrógeno (que tiene un impacto relativo menor sobre el

rendimiento que las anteriores) es sobre la partición de biomasa entre las partes

aérea y subterránea de una planta. Se ha encontrado que la relación entre el

aumento de peso de la parte aérea (vástago, o con menos propiedad, tallo) y la

subterránea (raíz) de una planta es una característica de cada especie y su etapa

ontogénica. Si se manipulan las condiciones ambientales o las posibilidades de

crecimiento de una u otra parte (por cambio de temperatura, poda, nivel de

radiación) se alteran esta relación, llegando a una nueva. Si se vuelve atrás a la

41

Pes

o fr

esco

del

vás

tago

(g/

pl)

Peso fresco de la raíz (g/pl)

+N

N

-N

Figura 20: Relaciones entre el peso fresco (escala logarítmica) del vástago y la raíz de plántulas de maíz. Los datos de peso provienen de cosechas sucesivas de plántulas durante el desarrollo de las mismas. Los tratamientos son: alta disponibilidad de nitrato en la solución nutritiva (●), sin nitrato en la solución nutritiva (■), y pasaje de bajo nitrato a alto nitrato a partir de la cosecha 4 (▲).

situación original, se restablece la relación anterior. La disponibilidad de nitrógeno

afecta esta relación, tal como se ve en la Fig. 20. La relación entre los pesos de la

parte aérea y radical se modifica según la disponibilidad de nitrógeno y si en un

momento determinado, se pasa las plantas de bajo nitrógeno a alto nitrógeno, se

restablece la relación propia de alto nitrógeno.

42

EEffeeccttooss ff iiss iioollóóggiiccooss ddee llaa ssaall iinniiddaadd ddeell ssuueelloo

Halofitismo

La salinidad es el problema de contaminación edáfica más antiguo de los

suelos agrícolas. Las sales presentes en el agua de riego se acumulan y

determinan la degradación y pérdida de los suelos agrícolas. Este problema es muy

grave en zonas áridas y semiáridas, donde las precipitaciones son insuficientes

para lavar las sales solubles aportadas al suelo.

La salinidad, definida como concentración excesiva de sales solubles en el

suelo, representa una restricción para el crecimiento de los vegetales en extensas

áreas. Estas áreas pueden tener características diversas, con temperaturas

elevadas o bajas, en lugares áridos o permanentemente anegados. El caso más

común es que la salinidad esté acompañada con evaporación intensa que arrastra

sales hacia la superficie. El cloruro de sodio es la sal que se encuentra más

abundantemente, aunque también puede haber exceso de calcio, magnesio,

sulfatos y bicarbonatos.

Se conoce con el nombre de "halófitas" a aquellas especies adaptadas que

pueden crecer en presencia de altas concentraciones de sodio y por oposición se

llama "glicófitas" al resto de las especies. La mayoría de los cultivos pertenece a

este último grupo, pero el grado de tolerancia a la salinidad es muy diverso; tanto

entre halófitas como entre glicófitas, varía entre especies y también entre

variedades dentro de la misma especie.

La presencia de una concentración elevada de sales en el medio donde

crecen las raíces produce, en plantas no tolerantes, disminución del crecimiento,

necrosis o lesiones en las hojas, y muerte en los casos más severos. Una

concentración alta de sales disminuye el potencial osmótico en el suelo y actúa en

consecuencia como una restricción en la disponibilidad de agua. A ello se agrega

un efecto de competencia con los nutrientes esenciales y efectos tóxicos

específicos. Es conveniente considerar separadamente a estos tres aspectos, pero

43

debe tenerse en cuenta que operan simultáneamente. Solamente en algunos tipos

de suelos alcalinos y sódicos el potencial osmótico no disminuye apreciablemente,

pero hay efectos tóxicos y deficiencia de nutrientes por competencia.

Efectos osmóticos

El bajo potencial osmótico reduce el crecimiento de manera similar al déficit

hídrico y la situación se agrava ya que generalmente los suelos salinos se hallan en

regiones áridas con alta evaporación. Las halófitas presentan característica

morfológicas similares a las xerófitas.

Para discriminar el efecto osmótico de los otros efectos debidos a la

salinidad, se compara el daño producido por concentraciones iso–osmóticas de

diferentes sales; si resulta similar, pueden descartarse los otros efectos. El

crecimiento de plantas de poroto disminuye en forma proporcional al ψo de la

solución en que crecen. En cultivos de arroz el crecimiento y el rendimiento se

reducen igualmente, cualquiera sea la sal presente en el medio: cloruro de sodio o

de calcio, o sulfato de sodio. El estrés osmótico desempeña posiblemente el papel

más importante en el control del crecimiento, especialmente en los cultivos poco

tolerantes a la salinidad. Una respuesta frecuente a la reducción del potencial agua

del suelo debida a la presencia de sales es el ajuste osmótico, pero la intensidad

de esta respuesta varía entre especies, tanto entre aquellas caracterizadas como

halófitas como entre glicófitas.

El crecimiento de la halófita Phoenix dactylifera por ejemplo, disminuye en

presencia de sales, y la absorción de sodio y cloruro no es proporcional a la

concentración externa; la acumulación de estos iones es independiente del nivel de

salinidad del medio. En cambio otras especies son capaces de absorber sales del

medio de tal manera que se produce un ajuste de potencial osmótico interno con

respecto al externo, aumentando de ese modo su capacidad de absorber agua.

Cuando una planta de poroto (glicófita) se coloca en una solución concentrada de

sales, se produce una pérdida transitoria de la turgencia, seguida de una

recuperación lenta, a medida que hay entrada de sales. En cebolla, (otra glicófita)

que es muy sensible a la salinidad, no se produce este tipo de ajuste osmótico.

44

En Atriplex, una de las halófitas más resistentes, el potencial osmótico de las

hojas disminuye proporcionalmente a la concentración externa, manteniendo en un

amplio rango de concentraciones un potencial osmótico inferior en 1,2 MPa al

potencial osmótico externo. Aunque es posible que el potencial osmótico interno

disminuya por presencia de otros solutos, por ejemplo azúcares, el ajuste osmótico

se atribuye principalmente a la absorción de sales. En algunas halófitas el potencial

osmótico de las hojas puede llegar incluso hasta valores de -7,0 y -8,0 MPa.

Efectos de competencia por nutrientes

La presencia de altas concentraciones de sodio y magnesio puede afectar la

absorción de potasio y calcio. Las plantas de Melilotus alba que crecen en suelos

con alto nivel de sodio presentan deficiencias de potasio, y en alfalfa se reduce la

absorción de calcio cuando hay exceso de magnesio. También puede haber

deficiencias de fósforo por exceso de sulfatos y cloruros.

Efectos tóxicos específicos

Es razonable que la entrada de sales afecte el balance iónico interno de la

solución del citoplasma, además del potencial osmótico, aunque resulta difícil

demostrar claramente el efecto primario y específico de un ion en el metabolismo

celular.

Cuando se compara el daño producido por distintas sales se acepta en

general que el magnesio es más tóxico que el sodio y que entre los aniones el

orden decreciente de toxicidad es: cloruro, sulfato, bicarbonato y nitrato. Desde

luego esto es muy variable; el maíz, por ejemplo, es más resistente al cloruro que

al sulfato. La presencia del cloruro produce síntomas característicos en frutales, en

especial citrus y palta. También el sodio produce aparición de lesiones en las hojas

de especies sensibles.

No se conocen cuáles son las alteraciones metabólicas que conducen a la

aparición de estos síntomas. Puede comprenderse fácilmente que la presencia de

iones afecte de algún modo la estabilidad de las proteínas y por lo tanto la actividad

enzimática.

45

Se han comprobado algunos efectos en fotosíntesis, respiración y síntesis

de proteínas. Debido a la compartimentalización celular en plantas superiores, es

posible que las sales queden confinadas, por ejemplo en vacuolas. Las enzimas de

algunas bacterias halófitas, donde no existe esa posibilidad, no sólo soportan altas

concentraciones de sales sino que las requieren para mantener su estabilidad y

actividad. En cambio algunas enzimas extraídas de halófitas superiores son tan

sensibles a la salinidad como las de glicófitas, de modo que estarían adaptadas

para tolerar el estrés osmótico pero no la presencia directa de sales.

En halófitas se ha encontrado que el NaCl reduce la actividad de las

ATPasas, lo que sugiere una diferencia en el funcionamiento de las membranas y

la regulación del intercambio sodio y potasio con respecto a las glicófitas, donde las

ATPasas son estimuladas por NaCl.

Tolerancia a la salinidad

En muchas especies se han desarrollado mecanismos de tolerancia y, como

resultado, se encuentra una amplia gama de adaptación tanto inter como intra

específica. Algunos cultivos: remolacha, algodón, alfalfa, trébol y gramíneas en

general son moderadamente resistentes, y entre los más sensibles pueden citarse

los citrus, frutilla y poroto. En soja y en cebada, las variedades menos resistentes

son las que acumulan mayor cantidad de cloruro. En estas especies el mecanismo

de tolerancia (que alcanza distintos grados) sería la exclusión de ciertas sales. No

solamente se regula el ingreso del sodio, sino que la presencia de éste no interfiere

con la absorción de potasio y no hay deficiencia de nutrientes por competencia. Es

evidente que la selectividad diferencial desempeña un papel muy importante en la

tolerancia, tanto en la exclusión como en la acumulación de sales. Por ello la

presencia de calcio, que interviene en la selectividad, tiene una acción protectora y

reduce la absorción de sodio y el daño por salinidad.

En otras especies tolerantes hay absorción de sales, pero éstas quedan

confinadas en las raíces y son excluidas del vástago como ocurre por ejemplo en

Eragrostis tenella. En algunas halófitas se retienen también las sales en la base del

tallo, es decir que el mecanismo de exclusión actúa también en la translocación y

46

no solamente en raíz. En cambio en halófitas extremas como Atriplex, las sales se

transportan al vástago.

Existe en algunas halófitas un mecanismo de exclusión activa de sales por

medio de glándulas especializadas que las segregan. En algunos manglares,

Aegialitis annulata, por ejemplo, cada hoja recibe diariamente 100 mEq de cloruro

pero la concentración se mantiene constante debido a la acción de las glándulas

secretoras. Aeluropus litoralis segrega diferencialmente sodio, y retiene potasio y

calcio. Algunas especies de Atriplex tienen vesículas epidérmicas que acumulan

cloruro e impiden que la concentración en el parénquima alcance niveles tóxicos.

Además de la acción de estos mecanismos, las halófitas soportan altas

concentraciones de sales en la hoja.

Otra forma de tolerancia está dada por el efecto de dilución que se produce

en plantas suculentas, donde el contenido de sales es elevado pero la

concentración se mantiene en niveles tolerables.

En la Figura 21 se describe el comportamiento de diversas especies, que

fueron estudiadas por distintos autores. El grupo I está integrado por halófitas, en el

subgrupo IA (Suaeda maritima, Atriplex nummularia) el máximo crecimiento se

produce con 250 mM de cloruro .

47

Cl - (mM) en el medio externo

Cre

cim

ient

o (%

del

con

trol

)

1

2 3 4

Figura 21: Crecimiento en respuesta a la salinidad de diferentes especies. Curva 1: Suaeda maritima; Curva 2: Remolacha (0-150 mM) y Spartina townsendii (150-700 mM); Curva 3: Algodón; Curva 4: poroto. Se comparó el crecimiento con el control en ClNa 10 mM, para descartar posibles deficiencias de Cl o de Na. (Greenway y Munns, 1980)

En el subgrupo IB (Atriplex hastata, Spartina townsendii, remolacha) el

crecimiento es menor que en el control, pero mantienen valores considerables de

crecimiento entre 200 - 300 mM Cl- en el medio externo. Las plantas de estos dos

subgrupos pueden tener dos tipos de respuestas o una combinación de ambas. Un

tipo de respuesta es incrementar la producción intracelular de sustancias solubles

(e.g. betaina, prolina, sacarosa, manitol) y/o la absorción de sales del medio

ambiente que permiten reducir el potencial osmótico y en consecuencia su

potencial agua generando el gradiente necesario que facilita la entrada de agua del

medio exterior. El otro tipo de respuesta puede estar dado por adaptaciones a nivel

48

de membrana que evitan el desplazamiento del calcio por el sodio. El grupo II esta

formado por especies halófitas y no halófitas, que pueden ser tolerantes

(generalmente monocotiledóneas halófitas como Festuca rubra spplitoralis, pero

también otras especies no halófitas como algodón y cebada), intermedias como el

tomate, y sensibles como poroto y soja. El grupo III está formado por glicófitas muy

sensibles como citrus y palta.

Algunos factores ambientales influyen marcadamente sobre el grado de tolerancia.

La temperatura actúa a través de su efecto sobre la absorción y el transporte de

sales. La llegada de sales al vástago, y por lo tanto el daño producido, depende de

la temperatura en aquellas especies cuya tolerancia se basa predominantemente

en la exclusión de sales de las hojas.

Variaciones de la tolerancia a la salinidad en dist intos estados de desarrollo

En tomate y algodón la tolerancia es baja en plantas jóvenes, luego

aumenta, y nuevamente declina en el estado de floración. En cebada las

diferencias varietales en resistencia se acentúan con la edad de las plantas. La

germinación generalmente es afectada gravemente, debido a que en la capa

superficial del suelo hay acumulación de sales y déficit de agua. Es por ello que

puede fracasar el establecimiento de un cultivo que en estado adulto resulta

tolerante. Solamente en remolacha se ha demostrado que la germinación es menos

sensible que otros estados de desarrollo; en la mayoría de las especies ocurre lo

contrario. En general, la producción de semilla es menos sensible a la salinidad que

la producción de forraje, pero en arroz el rendimiento en grano es más afectado

que el crecimiento vegetativo.

Mecanismos moleculares involucrados en la toleranci a a la salinidad

Las plantas de muchas especies son capaces de ajustar su crecimiento a las

altas concentraciones de NaCl. Cuando las plantas crecen en condiciones de

estrés salino, un incremento en la concentración de calcio frecuentemente

49

disminuye los efectos negativos sobre el crecimiento. Si bien los mecanismos

subyacentes no son bien conocidos, se sabe que el calcio actúa regulando el

transporte de iones a través de los canales de iones, y por otra parte, que el calcio

participa como mensajero secundario en la cadena de transducción de señales

asociada a la tolerancia osmótica.

Para conocer más sobre los mecanismos de tolerancia a la salinidad se

seleccionaron mutantes de Arabidopsis que habían perdido la capacidad de crecer

en ambientes con estrés salino moderado. Se encontraron plantas hipersensibles al

NaCl. Sin embargo, un incremento en la concentración de calcio en el medio

permite suprimir el fenotipo mutante de estas plantas. El gen correspondiente a ese

locus mutado se denominó SOS3 (y al mutante sos3). Este gen codifica una

proteína que tiene regiones de alta homología con una proteína denominada

calcineurina que se expresa en una levadura (Saccharomyces cervisiae) cuando la

misma crece en condiciones de estrés osmótico. La calcineurina es una fosfatasa

de proteínas cuya actividad depende de calcio y regula la homeostasis de los iones

potasio y sodio. Por analogía, esto nos hace pensar que en las plantas, el calcio

podría actuar sobre la proteína SOS3 favoreciendo el balance entre sodio y potasio

en la célula.

El genoma de Arabidopsis thaliana está secuenciado en su totalidad. En

dicho proceso se identificó un gen, denominado atNHX1, cuya secuencia es

parecida a la del gen de levadura que codifica para un transportador de Na+/H+

localizado en la membrana vacuolar. Tal homología sugiere que ambos genes

podrían tener funciones similares. Para investigar la función del gen se produjeron

plantas transgénicas de Arabidopsis que sobreexpresan el gen atNHX1. Estas

plantas mostraron un incremento en la cinética de entrada de sodio a la vacuola

con respecto a las plantas normales. La actividad del transportador atNHX1 haría

disminuir la concentración de ese sodio en el citosol donde ocurren muchos de los

procesos metabólicos. Las plantas transgénicas se comportan en forma parecida a

las plantas normales cuando crecen en macetas regadas con agua. Sin embargo,

el crecimiento de ambos genotipos es muy distinto a altas concentraciones salinas:

las plantas normales mostraron clorosis, reducción en el tamaño de las hojas e

50

inhibición del crecimiento cuando crecieron en un suelo regado con una solución de

200 mM de NaCl, mientras que, las plantas transformadas crecieron normalmente.

Estos resultados demuestran que valdría la pena evaluar si plantas de especies de

valor agronómico transformadas con ese gen pueden crecer en suelos con alta

concentración salina que actualmente no son productivos. Sin embargo, si bien la

idea es muy atractiva, hay que ser muy cautos y no extrapolar las experiencias de

laboratorio a cultivos sin las necesarias pruebas.

Bibliografía

� Clarkson, D. y Hanson, J.B. 1980. The mineral nutrition of higher plants. Ann.

Rev. Plant Physiol., 31: 239-298.

� Epstein, E. 1972. Mineral nutrition of plants: principles and perspectives, 412 pp.

J. Wiley & Sons.

� Greenway, H. y Munns, R. 1980. Ann Rev Pl Phyiol 31:149-190.

� Hewitt, E.J. y Smith, T.A. 1975. Plant mineral nutrition, 298 pp. The English

University Press.

� Lambers, H., Chapin III, F.S. y Pons T.L. 1998. Mineral nutrition. En: Plant

Physiological Ecology. pp. 239-299. Springer-Verlag New York Inc.

� Laüchli, A. 1984. En: Roots, nutrient and water influx, and plant growth, p. 1-26.

ASA Special publication No. 49.

� Lüttge, U. y Higinbotham, N. 1979. Transport in plants, 468 pp. Springer-Verlag,

NY.

� Milthorpe, F.L. and Moorby, J. 1974. An introduction to crop physiology.

Cambridge University Press, 202pp.

� Novoa, R. y Loomis, R.S. 1981. Nitrogen and plant production. Plant and Soil

58: 177-204.

51

� Salisbury, F.B. y Ross, C.W. 1985. Plant physiology. 540 pp. Wadworth

Publishing Co.

� Taiz, L. y Zeiger, E. 1998. Plant physiology. 792 pp. Sinauer Associates, Inc. ,

Publishers.