Escampes desde el Sonido | poesía (2008)

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ESCAMPES DESDE EL SONIDO P O E S Í A Luis Cruz Villalobos H E B E L

Transcript of Escampes desde el Sonido | poesía (2008)

ESCAMPES DESDE EL SONIDO

P O E S Í A

Luis Cruz Villalobos

H E B E L

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ESCAMPES DESDE EL SONIDO

P O E S Í A

Luis Cruz Villalobos

HEBEL Ediciones Arte-Santa | Poesía

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ESCAMPES DESDE EL SONIDO | POESÍA © Luis Cruz Villalobos, 2008 Poemario perteneciente a la obra: Poesía Toda 1991-2011

© Luis Cruz Villalobos, 2012. Registro de Propiedad Intelectual N° 213.820 © HEBEL Ediciones Colección Arte-Sana|Poesía Santiago de Chile, 2014 www.benditapoesia.webs.com

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A los que no se logran acomodar en la miseria

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… aprovechó una bandada

de pájaros silvestres para su evasión…

A. de Saint-Exupéry

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I. CAPRICES

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Poemas al son de los 24 Caprices de Paganini

Dedicados a los amables transeúntes A Soledad, Oscar y Hugo

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Caprice 1 Con un pincel Lleno de los más refulgentes colores Voy a pintar tu estrella predilecta Y el sistema planetario que gira en torno a ella Con un pincel Lleno de los colores del amanecer Voy a pintar tu mirada cuando sea pequeña Cuando sea triste o feroz.

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Caprice 2 Me escabullo detrás de los arreboles Encuentro el tesoro del arco iris Y me deleito en la miel de oro que en él había Nada más y nada menos que dulce miel verdadera Me río a carcajadas de los duros avaros Que por tanto siglos soñaron con este cofre infinito Y canto una canción nueva que tiene el color del rocío Que se deja caer por las praderas antes de la mañana Es un lujo nadar en este cofre inmenso En estas aguas espesas y calidas Donde sólo caven los pequeños que no roban Ni la más pequeña gota a lo esencial.

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Caprice 3 Me transformo en un cisne gigante Blanco y arcano Como esos que se ven en los sueños Y me poso sobre los pétalos del sol Para no tener ninguna pena Que me impaciente la risa o el vuelo Soy cisne y bebo del agua de las vertientes Que se me entregan como joven amada E integran mi ser sediento renovando Todo el néctar que mi corazón volador requería Un cisne blanco y tenue Como esos que se sueñan en la noche Como esos que miran en silencio Mientras toda la realidad duerme.

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Caprice 4 Me siento al borde de un arroyo Que no tiene ningún nombre Me dejo llevar por el silencioso canto De todas la aves y cigarras que acunan mi mente Me dejo ir en la hoja que flota Y me dejo llevar por la limpia corriente Surco las piedras y beso las orillas con sus juncos Y ya me hago arroyo sin saberlo Paso sutil y amable por los pies Del veterano joven que me mira y sueña Abrazo la piel fría de ese otoñal poeta y niño Que se deja ir con los sonidos y las hojas y las rocas Beso los dedos de ese principito barbado Que sueña ser arroyo que poetiza a su propio poeta Y por fin el arroyo y el joven trovador Se hacen uno y funden sus esencias en el claro silencio.

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Caprice 5 Las aves salpican el cielo con sus juegos de niños Y yo las atrapo en mi artefacto cazador de colores Las aves me miran como preguntando alguna cosa Y no saben que ya me pertenecen en secreto Yo les vuelvo a capturar en pleno vuelo Y ellas se quedan detenidas para mí por siempre Huelo sus retratos de prisión de cuatro ángulos rectos Y descubro abrumado que se han escapado realmente Y sólo he logrado cazar colores que ya no son los de ellas.

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Caprice 6 Un junco se mueve como si la mano de un fantasma lo estuviese zarandeando Y mi corazón es esa mano que zarandea al junco como mano de fantasma Y mi corazón es ese fantasma que iracundo y jocoso ocupa su mano Para zarandear a ese junco que se mueve al borde de ese bello río que imagino.

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Caprice 7 Llorar como disfrazado de cascada Como vestido de catarata infinita Llorar sin ocultar ninguna gota Sin dejar espacio para ninguna mesura Llorar por todos y por todo Gritar de pena y de pavor De soledad y de despilfarro Un llanto inaudito y relampagueante Como el que jamás se ha oído en la tierra Un lamento sinfónico que no se acaba Un concierto avasallador que no para Sino que se expande como abanico Desde un horizonte hasta el otro Y no deja lugar para nada de nada Sólo para sus propios colores y aromas Sólo para su canto que ocupa el tiempo Y sólo para su textura que cubre todo el espacio.

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Caprice 8 Una golondrina se posó en mi cerebro Y me enseñó a ser niño Yo le discutía con mis razones añejas Le hablé de los deslustrados filósofos y teólogos Que ya duermen su sienta eterna Y ella no me entendió palabra Por eso no tuve más remedio que dejarme guiar Por su saltarelo volátil Que quería entregarme como única arma Y como única plegaria e ideología Imaginen que pobre quería hacerme Qué mendigo Tan sólo un saltarelo en mi corazón Como única herramienta para enfrentar el día Como único discurso y canto Tan sólo eso quería mi golondrina Y yo no tenía como oponerme Pues todos mis argumentos eran miserables Ý su alegría hecha vuelo Desmoronó mis serias cavilaciones y estructuras Dejándome desnudo y en la riqueza infinita.

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Caprice 9 Como flautista de Hamelin Voy tocando mi instrumento encantado Y todos los roedores del estío Me siguen como si en mí vieran a su rey Soy rey de los ratoncillos y sin trono ni cetro Tengo mi séquito multitudinario De fieles lacayos que quieren comen mi pan Que dejo caer de mis bolsillos horadados Y cuando los oscuros depredadores aparecen Mi centro de caña dura y robusta Se posa sobre sus cabezas y las parte en dos Pues mi pacto es proteger a mis súbditos diminutos.

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Caprice 10 Salgo corriendo por los bellos y enormes jardines de las casas de los montes Las nobles casas de los nobles que tienen gigantescas casas de nobles Y disfrazado de viento o de gato montés me hago ladrón de flores Y qué les importará a ellos una roza menos o un crisantemo o una cala Qué les importará a ellos una flor más o una menos Si son tan ricos a costa de nuestra miseria desflorada y marchita Que no tienen interés en estas claras florecillas que para mi serán el pan.

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Caprice 11 Voy por las alamedas Y beso a las doncellas en la mano Les pido un gesto de gracia Para este mendigo desprovisto de amor Todas me rechazan Y limpian su mano con blanco pañuelo Yo al despedirme limpio mi boca Con la manga de mi camisa sucia y raída Y sigo buscando la princesa perfecta Que sí aceptará mi oferta de ser el guardián Y cuidador de todas sus horas Sigo solo Caminando feliz Besando manos blancas y delicadas Que se aparezcan por mi camino Y sueño encontrar algún día A esa joven perfecta Que no existe ni jamás existirá.

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Caprice 12 Inefable delito el mío De querer salir corriendo con una espada bermellón Destrozando las gargantas de todos los soberbios De todos los rufianes que en rebelión Maldicen el cielo pisoteando a los más sencillos de la tierra Que inefable delito El tomar en mis sucias manos la limpia justicia divina Que se apronta como un sol en plena alborada Que inefable delito el mío De no poder contener mi dolorosa rabia Ante los orgullosos que escupen la llaga del pobre Y lo miran con un desprecio de los mil demonios Que inefable delito El de ser asesino de la abismal miseria por defender a la tierna.

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Caprice 13 Me subo a los árboles Como si llevara un canto en el pecho Busco un nido abandonado Para allí empollar mis retoños Canto un trinar sublime Y me quedo dormido Sueño ser árbol que cobija al poeta Que sueña ser ave en nido prestado.

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Caprice 14 Como hoja que cae en el verano Seca y hambrienta de una savia que no llegó Caigo en danza elocuente Caigo en baile impreciso En compás que no se prevé Y llego al humus nutritivo Donde me sumo como feliz nuevo abono.

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Caprice 15 En mi choza clara Tibia y fresca De madera noble Me siento en paz Mirando el mar Que se asoma Por la ventana Y me habla claro Tibio y fresco De un otoño Que se asomará Ya muy pronto Sin más demora Que la precisa Y llenará mi choza De sus aromas Tibios y frescos Que sabrán cantar Una melodía Que me llevará Más allá del monte Y más allá del mar Con mi corazón Renovado y claro Tibio y fresco.

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Caprice 16 Cansado del calor me hago viento Y libre del cansancio me voy Por las casas alzando las cortinas Jugando a ser pícaro atrevido Que no deja flor sin despeinar Viento fugaz y furtivo soy En medio de esta tarde de verano Que derrite los tejados y el verdor.

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Caprice 17 Una mariposa en medio de la ciudad Qué peligro mayor Qué riesgo feroz y terrible Pobre ciudad indefensa Ante tan grande amenaza Pobre ciudad gris y difusa Ante tanto color puro Ante tanto síncopa de alegría Pobre ciudad maldita Ante tanta bendita belleza Ante tanta luz sublime Ante tanta intensa fragilidad Qué riesgo feroz y terrible Qué peligro mayor Una mariposa en medio de la ciudad.

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Caprice 18 Despertar en medio del amanecer Desnudo en las desnudas dunas del algún valle desértico Despertar desnudo bajo las últimas estrellas de la noche Sin saber porqué ni cómo llegaste allí Despertar y sólo ver un mar de arena fría Que se extiende hasta los siete horizontes Despertar cómo un niño desnudo Que se da cuenta que ha partido de su tibia morada Despertar indefenso y descubrir que siempre ha sido así Cada mañana Aunque te encuentres vestido y no exista el desierto.

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Caprice 19 Dialogar con el más insoportable de los engendros Dialogar sin dialogar Hablar con uno de esos que no escuchan palabra Que no sean las suyas Intentar contactarse de verdad Con esos caracoles que no avanzan ni se detienen Ante la mirada sedienta del que anhela un oído Insoportable misión Empresa que remueve la calma y la dicha profunda.

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Caprice 20 Subir al faro Justo al atardecer Cuando el cielo Comienza a arder En el horizonte Pues el océano Ha cobijado En su lecho marino Al cándido sol Subir al faro Para mirar extasiado El mejor atardecer Justo aquel único Ese preciso atardecer Que todos los días Llega a besar los ojos Del mundo entero Subir al faro Y tomar un café Acunado en el silencio Que canta su canción.

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Caprice 21 Cuando llega la noche No quiero más lugar Que mi tibio lecho de amor Mi lecho que es como urna Donde mis huesos se dormirán Un par de milenios Antes de ser reconstruidos Con nuevas materias perfectas Cuando llega la noche Pienso en la muerte que viene Que antes de besarme en la boca Intentará seducirme con su mentira A la que yo responderé Con la rotunda esperanza De que ya me he librado de su hoz Y no le temo al sueño reparador Que tejerá la nueva casa de mi esencia.

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Caprice 22 Escribir nuevamente en los muros En las claras superficies que fueron mis hojas Y mis telas predilectas Escribir con furtivo placer Un poema o un grito burlón Sobre los muros nocturnos de la ciudad Escribir en silencio veloz Para no ser descubierto por el sereno Que espía a los jovencitos que deambulan Escribir nuevamente en los muros Para dejar por algunos días Los desconocidos rincones de mi pecho.

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Caprice 23 Miro el reloj Y con mis manos de curandero Reparo las horas de mi tiempo Devuelvo las manecillas Y nadie logra detener mi oficio rejuvenecedor Nadie lograr detener las detenciones que yo pretendo Soy un loco relojero que algodón en mano Limpia su tiempo de basuras Y lo hace relucir como nueva caoba Devuelvo las manecillas Y sonrío en paz ante mi profunda aventura De alterar las incólumes estructuras del tiempo Miro el reloj Y el tiempo se rinde ante mis manos Pues reconoce mi calmado amor que lo transforma.

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Caprice 24 Caprichos de poeta Dulces y nítidos caprichos de poeta Sencillos y humildes Pero ávidos de saltar por los aires Traspasando las nubes Caprichos hijos del estío Que se han asomado desde mi pecho Y han cantado su canción impertinente Al ritmo del año que comienza a florecer En medio de estas horas Donde el calor sabe golpear alto Caprichos azules y rojos Caprichos amarillos Caprichos blancos y negros Anaranjados, violetas y verdes Como los colores del corazón Del pobre poeta Que ha descubierto la riqueza mayor Justo en la esencia de su pobreza La cual se disfraza de gorrión De doncella O de poema breve y ligero Que hoy se asomó como caprice.

7 de enero, 2008

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II. SONATAS TREVERSAS

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Poemas al son algunas sonatas para flauta de J. S. Bach

Dedicados a mis fantasmas lectores

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Sonata Traversa 1 Qué dolor es éste Este dolor de no saber Este dolor de saber Qué dolor es éste que mana Que brilla y oscurece Este que clama y calla Qué dolor sediento Qué hambre Qué desdicha ésta Que se posa en mi sien Y no me deja dormir Sin pensar en la muerte Qué desdén este que acude Como si fuese madre En medio de la noche Que acude a su hijo Que llora y gime En medio de una fiebre embustera Que no se apiada Qué gemir este Que se apodera de mi pecho Por los siglos de los siglos Que han pasado de tanto absurdo Y si llego a detenerme En la posibilidad del absurdo eterno Mi corazón no soporta.

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Sonata Traversa 2 En medio de esta alameda de vida Que el sol enciende Puedo caminar en paz Puedo danzar al ritmo de las nubes Y mi corazón también disfruta Es cierto Mi corazón sabe alegrarse A pesar de la niebla que cae En las mañanas y las tardes Es mi corazón un rubí Sangrante y hambriento de luz Que lo haga brillar Y expandir destellos por los aires Y sin embargo aquí me tienen Preso de mi llaga De ésta que sangra Aunque por siglos he querido dejar en silencio Aunque por siglos he querido no recordar.

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Sonata Traversa 3 La belleza me alegra Me da paz Una paz leve y tierna Una paz amable Y yo me dejo caer en sus brazos Suaves de nodriza Oh belleza Que nodriza más mía eres Yo tu bebé doliente Tus caricias mi pan Tu regazo mi tierra completa Cómo no esconderme Entre tus senos y tu cabello Como niño frágil Que teme a la noche que se apronta Cómo no amarte Oh perfecta mía Si has sido y serás mi casa Mi refugio Pues eres hija de Dios Y en ti me he amparado Ante tantas horribles andanzas En ti me amparo Pues sé que tu regazo es también El del Padre.

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Sonata Traversa 4 Volar cual gorrión Sin medir el tiempo ni las distancias Volar simplemente Y no lograr esbozar pensamiento No medir ni circundar ningún proyecto Sólo salir raudo En escampe furtivo En escampa claro y dulce Por este mar aéreo que es el cielo Y olvidar todo Todo lo bueno y todo lo malo Marchase lejos Olvidando el propio nombre Durmiendo en estaciones Mendigando un pan y un vaso Así como ermitaño loco Volar por sobre esta tierra de granito Tan dura como la cara del soberbio Tan hosca como la mano del avaro Pero yo Feliz y sin remedio Me marcho Vuelo al horizonte que me llama.

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Sonata Traversa 5 Las caricias son preludio del cielo Son anuncio anticipado de la gloria que viene Las caricias de la madre Que como vertiente pura lavan la cara Las caricias de la esposa Que como mar potente dan frescor a la vida Las caricias de los hijos Que como florecillas se posan en los cabellos Las caricias de los hermanos Que como pan se dejar caer suaves en la mesa Ay qué luz Qué amor hay en estos preludios del día pleno.

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Sonata Traversa 6 Yo también sé cantar En medio de la tormenta En medio del huracán despiadado Sé cantar una estival canción Que me acerca a la dicha de la mañana A la dicha de la bonanza Y que allí deja mi corazón Librándolo veloz Del frío y cortante invierno Para arrojarlo A las playas esmeraldas de la dulce primavera Librándolo raudo Del seco y cortante verano Para arrojarlo A las praderas pardas del amable otoño.

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Sonata Traversa 7 Déjenme mirar en silencio Esos arreboles que hablan de la noche Ese cielo desangrándose por no querer partir Esa llaga abierta que deja el sol Por no querer dejar a sus pequeños En las tinieblas de la duda Pero los arreboles también son un heraldo Del descanso sencillo Que se posará en las frentes Del descanso del trajín de la conciencia Descanso para los corazones y las manos Descanso nutritivo que se apodera de la vida Como una muerte momentánea Como un pequeño dejar de ser Para reparar los desgarros de la jornada Para curar las heridas de los duros días.

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Sonata Traversa 8 Me puedo esconder en los árboles Y explotar en flores y frutos Me puedo zabullir en su savia Y no dejar caer ninguna hoja Hasta que sea el día preciso del llanto Cuando deban rodas por las calles Con su canto perfecto que es presagio de lluvias Me puedo esconder en los árboles En su centro En su vientre de gigantes de bondad Y desde allí saltar como oxígeno puro Que nutre los pechos de los niños Que alimenta la frente de los silvestres hombres Que besa los ojos de los hijos de la urbe.

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Sonata Traversa 9 Diálogo entre los amantes Diálogo de pena y desdicha Diálogo de dicha y júbilo ¿No es todo acaso tan triste y alegre a la vez? ¿No es todo acaso tan suave y abrupto? Los amantes se miran Y saben que la dicha es precaria Saben que el dolor es más largo Saben que la muerte llega Que no hay tiempo que perder Y que después de los años Compartiendo la vida completa El lecho y los frutos Nada quedará Sólo esbozos de sonrisas Dibujados en las arenas del mundo Y qué importa cuántas fueron las playas Si la ola de la muerte llega igual Y borra los recuerdos como si nada Los arroja a su fondo Donde el olvido es la bóveda más férrea La boca y estómago más feroces Ay mi amada Qué leve es el amor Qué fugaces son estos momentos de vida De fuego y de agua De sangre y de miel Qué frágil nuestro apego Auque esté en el centro de lo mandado por el cielo Qué leve y fugaz y frágil sigue siendo Déjame llorar Unos cuantos milenios Para conciliar el sueño Y creer que esta vida nuestra

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Con sus sinsabores y dulzuras Es algo más extensa y robusta que lo que será Déjame soñar Así como iluso Como borracho de tanta razón Como alucinado por la pena Que aflora cada día por no entender Estos pasos en su profundidad Por no alcanzar a encontrar el hilo de Ariadna Y quedarme en este laberinto Junto a la horrible bestia Muerta por mi victoria silenciosa.

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Sonata Traversa 10 Sí Sé que he hablado más de la cuenta Sé que mi voz es desconcierto Que mi oficio no me permite cantar estos cantos Que mis funciones legales Me coartan la dicha de cantar desnudo Y lanzarme desde los acantilados Al mar más otoñal y deleitoso de la verdad Pero aquí me tienen Ustedes Fantasmas míos Ustedes que son mis únicos oyentes Pues esta poesía muda Estas sonatas traversas No llegarán a los hombres Pues son inauditas Silenciosas son Inéditas por los siglos de los siglos Por eso me dejo llevar por esta pasión Que para algunos es carnal y maldita Por esta pasión que me ha sido dada Sembrada en el centro de mi centro En el corazón de mi corazón Pues allí fue arrojada Como semilla pequeña de árbol inmenso.

15 de febrero, 2008

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III.- FANTASIAS

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Poemas al son de Fantasías para clave de H. Purcell

Dedicados a la multitud incontable

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Fantasía 1 Volar Abrir las alas Sentir el aire como mar sosteniendo Alimentando la danza sobre su pecho claro Muy alto Veloz Ya sin espacio para más alegría Volar Aleteo de risas dejando tierra y penumbras atrás Muy lejos Tan lejos que ya no quede memoria para las llagas Muy leve Cual gorrión Cual golondrina Sin fin Sin tiempo Sin peso en la sien Solo Desprovisto de dolores y de nimias tinieblas Qué bello Amigos Hermanos Qué bello No queda nada más que desear en toda la tierra

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Este vuelo lo es todo Esta danza diminuta que es una pequeña eternidad Un sempiterno segundo amoroso Dulce Lleno del frescor más puro Lleno de los besos de la brisa y de Dios.

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Fantasía 2 En la áspera penumbra Como una sombra gruesa broto de la ciénaga y soy el lobo del hombre El destructor de la dicha Soy el triste hombre-lobo que no tiene pena ni gloria Que no sabe de conciencia Que no ha besado ojos ni frentes de niños suyos o al menos no lo recuerda Soy terrible gárgola Soy irremediable fiera Que llena del pesar clama pidiendo muerte y sangre para saciar en vértigo obtuso de no tener nada que perder ni tampoco que ganar Pues sólo se es esta flama anelante de hojas secas Anelante de penúrias De drástica venganza vil ciega y macabra por siempre Pues no hubo juicio alguno contra los infames que llenaron las calles de llanto que no debía brotar.

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Fantasía 3 Soy el ángel perdido que no recuerda su nombre Miro por los rincones de la tierra y ya no sé mi misión Ya no tengo voluntar regia que seguir sin demora Soy este alado príncipe que se ha sentado al borde de los acantilados preguntando por su horizonte Soy este señor lleno de bruma en el centro de la memoria Quiero desenvainar mi espada flameante y rubia Para liberar a algún lacayo del Rey Para someter a algún orco rufián Soy lo que soy por ahora Lo que recuerdo y no sé Soy ángel y niño dormido Soy guerrero sin rango ni nombre Miren mi paso de riachuelo Miren mis ojos de rojo crisol Aquí me tienen los que no saben Yo estoy para cuidar sus pasos Aunque no tengo encomienda Aunque soy nuevo en este mi oficio Nuevo nuevamente como una vez Pues pedí mis delegaciones Y me sumergí en el olvido terrible De no tener más que el día de hoy.

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Fantasía 4 Un lago soy Hondo Verde y azul Esmeralda Quieto Sereno como pocos Lejano Soy lago tibio A veces frío Soy agua Abrazo de partículas que se besan y construyen un todo Ven Acércate Bésame la boca El vientre La vida Súmate a mi abrazo y flota en mí ser Pero cuidado Puedes perderte Puedes no regresar.

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Fantasía 5 Pendo de mi árbol Yo que oxígeno elevé por los aires Yo que sol dispersé como savia Yo Pendo Cuelgo como ahorcado Como condenado sin motivo Soy breve Frágil Pero indispensable Ahora soy como lágrima Como simple lágrima y sé que partiré Sé que volaré y luego humus será mi ser Trozo de la comarca Del bosque Del valle De esta tierra que me vio nacer Y que me acoge como madre En su seno profundo Para mañana brotar nuevamente.

Otoño 2008

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IV. QUELTEHUES

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A mis queridos queltehues o trehülers

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1 Ahí van los queltehues Anuncian lluvias violentas Ahí van Con sus cantos de rocas Con sus arañazos bellos al aire.

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2 Yo me quejo de frío En esta tierra de granito Me quejo de hambre Y los queltehues pasan Suspendidos sobre mi frío Flotando como esporas Sobre mi aire y mi hambre.

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3 De dónde vienen Pájaros de buen agüero A dónde van Trehülers fugaces Queltehues de mi infancia Que se fue con ustedes.

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4 Nunca solos Siempre en manada ligera Como jauría etérea Como cardumen volátil Pues la soledad de la lluvia Sólo se vive en la tierra.

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5 Queltehues Niños oscuros Que profetizan el agua Vengan a profetizar También el sol Apuren la primavera Que tanto se tarda.

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6 Si partiera con ustedes Si me fuera a las dunas A las tibias estepas Si aprovechara Vuestra bandada silvestre Para mi anhelado escampe.

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7 Aves de mis años remotos Dónde llegan sus vuelos Que no logro descubrirlo En qué sitio están los nidos Donde se refugian del ciclón De la tormenta y el huracán Que sus voces presagian.

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8 Me iré a dormir con ustedes Justo cuando pasen cantando Me iré en sus alas En su grito belicoso Me iré por siempre Y me quedaré en silencio Hasta que brote en sus cantos Nueva y eternamente.

3 de agosto, 2008.

F I N

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