Ensayo sobre desarrollo y capacidades institucionales en los municipios de México

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Instituto Politécnico Nacional Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales Maestría en Economía y Gestión Municipal Un ensayo sobre las capacidades institucionales de los municipios para promover su desarrollo económico Mario Gerardo Cruz Laiseca Materia: Desarrollo Económico Doctor Fermín Alí Cruz Muñoz Abril de 2014

Transcript of Ensayo sobre desarrollo y capacidades institucionales en los municipios de México

Instituto Politécnico NacionalCentro de Investigaciones Económicas,

Administrativas y SocialesMaestría en Economía y Gestión Municipal

Un ensayo sobre las capacidadesinstitucionales de los municipios

para promover su desarrolloeconómico

Mario Gerardo Cruz Laiseca

Materia:

Desarrollo Económico

Doctor Fermín Alí Cruz Muñoz

Abril de 2014

Introducción

En las últimas décadas, los gobiernos han puesto

especial énfasis en el desarrollo económico local. Por un

lado, se ha identificado a estos espacios como áreas

estratégicas y ejes de desarrollo para los países. Por otro

lado se han distinguido aspectos teóricos que permiten

distinguir entre el desarrollo económico local o regional,

del tradicional enfoque de desarrollo económico. Estos

aspectos son: los factores de localización; los bienes y

servicios públicos locales; la participación activa de

distintos agentes privados, y el enfoque multidisciplinario

de las teorías de desarrollo económico local (Tello, 2010).

En este sentido lo que hoy se conoce como vieja teoría

del desarrollo —la acumulación de capital constituía la

palanca central del incremento del PIB per cápita, que a su

vez era el indicador central del progreso económico a nivel

nacional— ha perdido validez. La principal causa: dicha

teoría no dio respuesta a las necesidades de un desarrollo

sostenible, llevando a sufir a la población los efectos más

crudos como consecuencia de los niveles de pobreza y

marginación.

En nuestro país a tres décadas de la reforma

constitucional de 1983, que amplió las facultades de los

municipios en México y con el que se inició un proceso de

descentralización de facultades, atribuciones y competencias,

los resultados de tal reforma y proceso han sido desiguales

en las distintas entidades federativas.

El propósito del presente ensayo es, en primer lugar,

distinguir el desarrollo económico tradicional del desarrollo

endógeno, local o regional, así como el desarrollo humano,

desde una visión más allá del crecimiento económico para

incorporar factores que inciden en la calidad de vida de las

personas; asimismo las dimensiones del desarrollo. En segundo

momento se analizaran las capacidades institucionales de los

gobiernos municipales como determinantes plausibles del

desarrollo humano en le ámbito local, intentando determinar

en qué medida las diferentes capacidades referidas con que

cuentan los municipios es la causa o determinan ese

desarrollo desigual. Por último se estudia concretamente el

municipio de Ixtapaluca, en el estado de México, con la

finalidad de recoger la experiencia de dicho municipio.

Desarrollo o desarrollo económico

La literatura académica argumenta que en las dos últimas

décadas, la globalización y la descentralización en América

Latina y otras latitudes del mundo, han provocado que los

gobiernos locales adquieran un rol protagónico en la

promoción de procesos de desarrollo económico local. Atrás

quedo el paradigma que suponía que la riqueza de las naciones

sólo dependía del número de fábricas, de la extensión

territorial, herramientas de trabajo y maquinas; ahora el

conocimiento y las habilidades del capital humano figuran

como las principales detonantes del crecimiento económico.

Las crisis económicas mundiales de las décadas de 1970 y

1980, y las consecuencias sociales que se derivaron de ellas,

propiciaron la incorporación de la noción de distribución de

la riqueza como complemento necesario del crecimiento

económico para alcanzar el desarrollo. Además, las crisis

fueron terreno propicio para las ideas neoliberales de

reducción y redimensionamiento del Estado, en la búsqueda de

la eficiencia del gasto público y la lucha contra la

corrupción.

En este sentido es evidente que en la literatura

económica no haya aún un consenso entorno al desarrollo

económico, y por ende se encuentren posturas diversas y hasta

cierto punto radicalmente opuestas. Empero esta multiplicidad

en el conjunto de los debates sobre la definición incluye un

acuerdo general sobre la opinión de que el desarrollo abarca

un cambio continuo en una variedad de aspectos de la sociedad

humana. Las dimensiones del desarrollo son muy diversas,

incluyendo las estructuras económicas, sociales, políticas,

jurídicas e institucionales, la tecnología en diversas

formas, el medio ambiente, la religión, las artes y la

cultura.

Es así que la discusión sobre el concepto de desarrollo

y las formas de medirlo o evaluarlo ha generado una rica y

diversa tradición de propuestas y enfoques, entre los que es

posible identificar dos grandes corrientes correspondientes a

dos etapas de la discusión. La primera se refiere sobre todo

al crecimiento económico (Producto Interno Bruto e ingreso

per cápita en el corto plazo) y la segunda, con una visión

más amplia, considera la calidad y las condiciones de vida,

además de las necesidades satisfechas.

La segunda corriente es la que se puede vincular a los

estudios sobre desarrollo y se ha consolidando en los últimos

años al demostrarse que el crecimiento económico es

necesario, pero no suficiente, para mejorar las condiciones

de una comunidad, es decir, para elevar su desarrollo. En

esta corriente resultan de particular interés las propuestas

de desarrollo endógeno (Becattini, Fuá, Garofoli, Stöhr,

Vázquez Barquero) y de desarrollo humano (Anand, Repetto,

Sen) debido a las dimensiones de análisis que consideran para

determinar el nivel de desarrollo de una comunidad, región o

país.

El desarrollo significa mejorar la calidad de vida y

aumentar las oportunidades de los habitantes de un territorio

o región, en este caso un municipio. El objetivo del

desarrollo endógeno es alcanzar el bienestar de la comunidad

en su conjunto con la participación activa de la población en

el proyecto de desarrollo económico, social y cultural de su

territorio. Las políticas y acciones no se concentran en

mejorar la posición del sistema productivo local en el

escenario económico nacional e internacional, sino en

optimizar el potencial endógeno (recursos humanos,

económicos, institucionales y culturales) para mejorar las

condiciones de vida de la comunidad.

La teoría del desarrollo endogéno propuesta por Barquero

(2002) considera que la acumulación de capital y el progreso

tecnológico son factores clave en el crecimiento económico.

Propone que el desarrollo económico se produce como

consecuencia de los procesos que determinan la acumulación de

capital, como son la creación y difusión de las innovaciones

en el sistema productivo, la organización flexible de la

producción, la generación de economías de aglomeración y de

diversidad en las ciudades y el desarrollo de las

instituciones. Asimismo identifica una senda de desarrollo

autosostenido, de carácter endógeno, al argumentar que los

factores, que contribuyen al proceso de acumulación de

capital, generan economías externas e internas de escala,

reducen los costos de transacción y favorecen la

diversificación en la economía.

El desarrollo endógeno es una interpretación que incluye

diversos enfoques, que comparten una misma lógica teórica y

un mismo modelo de políticas. Se trata de una aproximación

territorial al desarrollo que hace referencia a los procesos

de crecimiento y acumulación de capital de territorios que

tienen una cultura e instituciones propias, sobre cuya base

se toman las decisiones de inversión. Desde esta perspectiva,

la política de desarrollo endógeno constituye la respuesta de

los actores locales a los desafíos de la globalización

(Vázquez Barquero, 2007).

La teoría del desarrollo endógeno, a diferencia de los

modelos neoclásicos, argumenta que cada factor y el conjunto

de factores determinantes de la acumulación de capital crean

un entorno en el que los procesos de transformación y

desarrollo de las economías toman forma. Además, sostiene que

la política de desarrollo local permite alcanzar de forma

eficiente la respuesta local a los desafíos de la

globalización, lo que convierte a la teoría del desarrollo

endógeno en una interpretación para la acción.

Boiser (2001), señala que el enfoque del desarrollo

local ha ido ganando fuerza a partir del fracaso de las

políticas de desarrollo nacional (desempleo y desorganización

económica) así como por la reestructuración global de la

economía, lo que ha obligado a impulsar modelos de desarrollo

local a partir de sus propios sistemas productivos.

El desarrollo local es un concepto que trasciende la

rigidez de la lógica político-administrativa y puede

explorarse desde las perspectivas gubernamental, comunitaria,

territorial y sectorial. Sin embargo, debe tenerse presente

que, independientemente del punto de vista que se elija, los

retos más importantes para el desarrollo local suelen ser la

desigualdad de oportunidades, la dispersión demográfica, las

restricciones geográficas, la falta de incentivos para

desarrollar capacidades, y la falta de claridad sobre las

facultades administrativas y las limitaciones financieras de

los gobiernos locales. Razón por la cual el papel que debe

jugar el gobierno federal debe enfocarse al fortalecimiento

de los espacios locales, respetando su autonomía de toma de

decisiones y de gestión, ya que desde la perspectiva de

desarrollo local, éste realiza una intervención más efectiva

en la medida que se planee de abajo hacia arriba, con

objetivos similares a los propuestos en el desarrollo

endógeno y el desarrollo humano, pero donde la comunidad

local controla el modelo de desarrollo del área. En lo

«local» existe una visión de la región o localidad como un

territorio construido en torno a un sistema complejo donde

interactúan las dimensiones ambiental, económica, social e

institucional con lógicas distintas que originan cada una de

las opciones de desarrollo existentes (Flamand, 2010).

En el desarrollo económico local añadidamente tienen

lugar otra clase de aspectos, tales como las acciones

encaminadas a generar un ambiente propicio que motive a las

empresas, tanto para las ya instaladas como para atraer

nuevas; las cuales mediante la competitividad contribuirán al

desarrollo económico local. Para el Banco Mundial el

desarrollo local se refiere al trabajo conjunto que desempeña

una comunidad con la finalidad de alcanzar un crecimiento

económico sostenido que permita beneficios económicos y

mejoras en la calidad de vida de las personas que viven en la

comunidad.

Asimismo las agencias internacionales no se han

mantenido al margen, y han enfocado sus esfuerzos

principalmente en la reducción de la pobreza y el

cumplimiento a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

De esta manera el Programa de las Naciones Unidas para el

Desarrollo (PNUD), desde 1990 ha sido un actor relevante en

el desarrollo de los países. En palabras de Sen el Índice de

Desarrollo Humano (IDH) surgió en el primer informe de

Desarrollo Humano en 1990, en reconocimiento de las

limitaciones de las medidas estándar de desarrollo, como

Producto Interno Bruto o Producto Nacional Bruto. Éstas

medidas se concentraban en el ingreso y los recursos que

tenía la gente, no en el tipo de vida que podían vivir en la

práctica (Sen, 2010). «El desarrollo humano, como enfoque, se

ocupa de lo que yo considero la idea básica de desarrollo:

concretamente, el aumento de la riqueza de la vida humana en

lugar de la riqueza de la economía en la que los seres

humanos viven, que es sólo una parte de la vida misma» (Sen,

1990).

En este sentido el desarrollo implica la expansión

sostenida y equitativa de las libertades individuales, pero

requiere una noción ampliada de libertad que vaya más allá de

la simple ausencia de restricciones e incluya una mínima

disponibilidad de alternativas a elegir. Así, el objetivo

fundamental del desarrollo consiste en extender las

oportunidades reales de los individuos en el contexto de sus

circunstancias sociales (PNUD, 2009, p. 16).

Dimensiones del desarrollo económico

Es congruente hablar de distintas dimensiones o temas

relevantes que el desarrollo —sea endógeno o humano— ha de

considerar necesarias integrar con la finalidad de lograr el

objetivo de brindar más y mejores oportunidades reales a los

individuos de un país, ergo aquí se presentarán las mas

usuales en la literatura.

En este sentido y de acuerdo al desarrollo humano el

cual consiste en expandir las oportunidades a las personas de

cierta localidad. La expansión de este rango de oportunidades

depende de la construcción de capacidades humanas: lo que la

gente puede ser o hacer durante su vida. Por lo que de

acuerdo a la metodología del PNUD (2000), algunos de los

temas y asuntos que se consideran de mayor importancia para

el desarrollo humano en la actualidad son:

Progreso social: mayor acceso a la educación, mejores

servicios de nutrición y salud

Economía: la importancia del crecimiento económico como

medio para reducir las desigualdades y mejorar los

niveles de desarrollo humano

Eficiencia en términos de uso y disponibilidad de los

recursos. El desarrollo humano propicia el crecimiento y

la productividad, siempre y cuando este crecimiento

beneficie de manera directa a las personas pobres, las

mujeres y otros grupos marginados

Igualdad en cuanto al crecimiento económico y otros

parámetros del desarrollo humano

Participación y la libertad, en especial mediante el

empoderamiento, la gobernabilidad democrática, la

igualdad de géneros, los derechos civiles y políticos y

la libertad cultural, particularmente en los grupos

marginales definidos por parámetros tales como

urbanos/rurales, sexo, edad, religión, origen étnico,

parámetros físicos y mentales, etc.

Sostenibilidad para las generaciones futuras, en

términos ecológicos, económicos y sociales

Seguridad humana: la seguridad ante amenazas crónicas de

la vida cotidiana tales como el hambre y las

discontinuidades repentinas como la desocupación, la

hambruna, los conflictos, etc.

Por el lado del desarrollo endógeno, las políticas y

acciones no se concentran en mejorar la posición del sistema

productivo local en el escenario económico nacional e

internacional, sino en optimizar el potencial endógeno

(recursos humanos, económicos, institucionales y culturales)

para mejorar las condiciones de vida de la comunidad. Por lo

tanto, además de la generación de riqueza a partir de la

competitividad y mayor productividad, el desarrollo endógeno

incorpora un componente de resolución de problemas y

desequilibrios sociales para mantener la cooperación, lo que

permite el avance del sistema territorial en su conjunto. Con

eso, se establece una dinámica de cooperación-competencia que

generará innovación en el sistema regional. Sin duda alguna

dos aspectos relevantes para el desarrollo de cualquier ente

local son: la innovación y la competencia.

Como anticipó Schumpeter (1934) cuando se habla de

innovaciones se hace referencia a la producción de nuevos

bienes, a la introducción de nuevos modos o metódos de

producción, a la creación de nuevas formas de organización

y/o la apertura de nuevos mercados de productos y factores.

La innovación es sin duda una palanca para generar

nuevas formas de aprovechar los recursos naturales y humanos

existentes, utilizando el conocimiento tecnológico y

científico para construir satisfactores sociales más

accesibles y sustentables. Fomentar la innovación es apostar

a las potencialidades de una sociedad para mejorar sus

condiciones de vida. Es por ello que ahí donde florece la

innovación se vuelcan los capitales y la inversión. La

generación de nuevo conocimiento, el progreso tecnológico y

la innovación son factores determinantes en el crecimiento de

una economía. Estos factores se encuentran estrechamente

ligados al territorio y habitualmente se originan en el

ámbito local.

Sin embargo para generar innovación es necesario que los

gobiernos locales (a pesar de no ser una función in situ)

junto con los ámbitos estatales y federal apuesten por

invertir en educación de calidad, es decir no sólo basta con

garantizar la cobertura —ya que es un derecho plasmado en la

carta magna— sino en asegurar que la educación impartida sea

la misma para todas las personas —un factor de dificultad es

respetar las comunidades indígenas, así como sus usos y

costumbres, más no se tendría que traducir en un impedimento—

lo cual repercute directamente en la posibilidad de que las

personas tengan las mismas competencias, habilidades,

conocimientos, etc., y con ello las mismas oportunidades de

acceder a trabajos mejor remunerados; aumentar la

competitividad en las empresas, entre otros beneficios que

disminuirían la brecha de la pobreza entre regiones,

mejorando con ello la distribución de la riqueza.

Lo anterior es un reto y a la vez una urgencia imperante

teniendo en cuenta el tamaño de la población joven de México;

desafortunadamente en nuestro país aumentar el gasto en la

educación no se traduce necesariamente en un mayor gasto por

estudiante, ya que el mayor gasto en educación se destina al

pago de salarios del personal educativo y administrativo.

Según datos de la OCDE (2013) el gasto anual por estudiante

de primaria es del 15% del PIB per cápita, el gasto por

estudiante de secundaria y educación media superior es de 17%

del PIB per cápita, y por estudiante en educación superior,

el gasto anual se dispara hasta un 52% de PIB per cápita. El

gasto anual promedio por estudiante desde la primaria hasta

la educación superior es de 20% del PIB per cápita; inferior

a la media de la OCDE del 28% del PIB per cápita

Asimismo de acuerdo a los resultados del Informe de

Progreso Educativo (IPE) (2013), elaborado por el Instituto

de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey se tiene

que:

En una escala del 1 al 10, la educación de México obtuvo

un valor de 6.9 a nivel nacional en el año 2013

El nivel con mayor cobertura y logro es el de Primaria,

con niveles de 9.6 y 9.2 sobre 10, mientras que el que

ocupa el último sitio en estos indicadores es la

Educación Media Superior con niveles de cobertura y

logro de 7 y 8.3 puntos, respectivamente. En materia de

calidad el menor puntaje de todos se observa en la

Secundaria con 1.9 puntos

Entre 2008 y 2013 el avance ha sido en promedio de solo

0.2 puntos por año, lo cual indica que la educación ha

estado estancada

Mayores salarios de los docentes, y mayor gasto federal

y estatal por alumno no necesariamente implican mayor

progreso educativo

La competencia —desde la óptica microeconómica, y en

cualquiera de sus formas— significa que las empresas compiten

entre sí por la preferencia de los consumidores. Ello las

estimula a ofrecer los mejores productos posibles al menor

costo. Cada Empresa, por lo tanto, está «obligada» a ser lo

más eficiente posible, porque debe satisfacer a los

consumidores y obtener a la vez un beneficio. De esta presión

de fuerzas diferentes se deriva, en última instancia, el

efecto beneficioso de la competencia, pues ella obliga a las

empresas a situarse en la frontera de la eficiencia para

subsistir y ampliar su participación en el mercado. De otro

modo lo que ocurre es la «expulsión» de la empresa del

mercado.

La competencia expresa, por lo tanto, la soberanía del

consumidor: le otorga a éste el poder de decidir por cuales

productos está dispuesto a pagar. Los productos poco

atractivos, los métodos caros de producción y la combinación

ineficiente de factores tienden a desaparecer del mercado,

siendo sustituidos por nuevos productos y procedimientos. Por

ello la competencia acelera el progreso tecnológico y resulta

una forma de descubrir los productos más deseados por el

público y las escalas y los costos de producción mínimos. Por

competitividad debe de entenderse la promoción de un entorno

social, tecnológico, ambiental e institucional propicio para

el mejor desempeño de las actividades económicas y el

bienestar social.

Esta estrecha conexión hace que las acciones encaminadas

a potenciar los procesos de innovación desde la dimensión

regional resulten especialmente relevantes. Por esta razón,

actualmente existe un renovado interés en potenciar el

desarrollo económico desde el ámbito regional o local, el

cual se basa en la comprensión de que el territorio no se

comporta como un sustrato neutro para la actividad económica,

sino que implica un sistema dinámico de actores que

interactúan entre sí y presentan capacidades evolutivas

específicas (BID, 2011).

La mejora de la productividad y competitividad de las

ciudades depende de la introducción de innovaciones en las

empresas, de la flexibilidad y organización del sistema

productivo, y de la existencia de instituciones que favorecen

el funcionamiento de los mercados (Vazquez Barquero, 2002, p.4)

Así, desde la visión del desarrollo endógeno, es

necesario considerar tres grandes elementos para alcanzar la

sostenibilidad de los sistemas regionales o locales: la

eficiencia (productiva), la equidad (social) y el equilibrio

ambiental, partiendo de un grado adecuado de desarrollo de

las instituciones políticas y sociales que permitirá lograr

este equilibrio sistémico.

El desarrollo económico, por lo tanto, toma fuerza en

aquellos territorios, que tienen un sistema institucional

evolucionado y complejo. Por ello cuando las empresas están

integradas en territorios caracterizados por redes densas de

relaciones entre las empresas, las instituciones de formación

y de investigación, las asociaciones de empresarios y los

sindicatos, y los gobiernos locales, pueden utilizar mas

eficientemente los recursos disponibles y mejorar su

competitividad. Las barreras al desarrollo aparecen,

frecuentemente, como consecuencia de las carencias y mal

funcionamiento de la red institucional, que dificultan el

desarrollo de los procesos de crecimiento autosostenido. Es

decir, las instituciones condicionan los procesos de

acumulación de capital y, por lo tanto, el desarrollo

económico de las ciudades y regiones.

En este sentido es de vital importancia que los

gobiernos locales cuenten con sólidas capacidades

institucionales y organizativas que les permitan desempeñar

un papel protagónico en la toma de decisiones en cuanto a un

plan de desarrollo para su región. En el siguente apartado se

definen qué son dichas capacidades, así como la importancia

de las mismas en el desarrollo de una localidad.

Capacidades institucionales en los municipios

Las nuevas tendencia toman distancia respecto de la

administración tradicional, bajo el argumento de que este

esquema ya no es sostenible en un escenario de creciente

internacionalización y en el que la sociedad se ha vuelto más

demandante. Este nuevo orden, definido como una nueva

Gobernanza, se sustenta y legitima en la aplicación

generalizada de los principios de descentralización,

participación ciudadana, mejora de la gestión, desregulación,

transparencia, eficiencia y rendición responsable de cuentas

a la estructura y operación de las organizaciones públicas,

tanto añejas como de nuevo cuño (Pardo, 2004) y Aguilar

(2009) (2007).

De este cambio de paradigma se hace necesario dotar a

los gobiernos locales de las herramientas necesarias, dichas

herramientas son las capacidades institucionales,

entendiéndolas como las fortalezas que han construido los

gobiernos, organizaciones y ciudadanos de una demarcación, en

los procesos que cotidianamente realizan y que posibilitan

mejores niveles de bienestar del conjunto de sus pobladores.

De acuerdo a Cabrero (2004) las capacidades institucionales

se pueden objetivar en:

℘ El «intercambio horizontal de información» el cual

puede ser un factor importante a través, por ejemplo, de

las comisiones fiscales intergubernamentales o de las

asociaciones de gobiernos locales. En dichos espacios se

puede generar una dinámica de intercambio de

experiencias que generan ‘aprendizajes cruzados’

℘ la «intensidad democrática en la acción pública

local», que se expresará en la existencia de grupos

organizados, que, con menor o mayor conocimiento técnico

de los asuntos de su interés, buscarán influir en la

acción gubernamental y el sentido de las políticas

públicas

℘ El «marco regulatorio de las instituciones

presupuestales» puede hacer también una diferencia

importante entre avances y retrocesos en un proceso de

descentralización fiscal

℘ Las «estructuras organizativas emergentes» que surgen

en los gobiernos subnacionales con el propósito de

atender nuevas responsabilidades de política pública

℘ El «perfil profesional de las y los funcionarios

municipales», como otro factor determinante de las

capacidades institucionales en gobiernos subnacionales

El PNUD (2008, pp. 4-5) define capacidades como «las

habilidades de los individuos, organismos y sociedades para

ejecutar funciones, resolver problemas y fijar y lograr

objetivos de manera sostenible»; y al desarrollo o

fortalecimiento de capacidades, como «el proceso por medio

del cual dichas habilidades se obtienen, refuerzan, adaptan y

mantienen en el tiempo». Más aún, concluye que las

capacidades son a su vez herramientas fundamentales del

desarrollo de capacidades, debido a que para desarrollarlas

se requiere en mayor o menor medida de otras capacidades, por

lo que éstas representan simultáneamente el fin y el medio

del proceso de desarrollo.

Desde esta perspectiva, el gobierno local tendría una

alternativa posible: interactuar con los demás actores

estratégicos promoviendo la construcción de un espacio

territorial competitivo que favorezca el desarrollo local a

largo plazo. En esta dirección, podría facilitar a las

empresas el acceso a una serie de servicios e insumos que

fortalezcan su posición en los mercados, mejorando su

productividad y competitividad, tanto para profundizar el

proceso espontáneo mediante políticas adecuadas, como para

ayudar a crear capacidades necesarias en los actores

socioeconómicos, disminuyendo barreras y restricciones al

progreso. Por ello, la acción conjunta entre sector público y

sector privado en el ámbito local resultaría clave. El sector

privado podría contribuir con conocimiento especializado,

información o habilidades, mientras que el sector público

podría ofrecer fuerzas únicas para reunir tierra, acceso a

mercados exentos de impuestos, asegurar la zonificación y

permisos para garantizar que los proyectos se lleven a cabo,

y proporcionar varios incentivos necesarios para atraer el

capital privado.

Huther y Shah (1998) confirman que la participación

ciudadana y la responsabilidad del sector público van tomadas

de la mano, la presión por una rendición de cuentas por parte

de la sociedad crea, indudablemente, un ambiente propicio

para el fortalecimiento institucional local. En una

democracia, cualquier ciudadano tiene el derecho de hacer

preguntas incómodas a la autoridad. Esa es la esencia de la

rendición de cuentas. Al menos en teoría, en una República

los individuos estamos igualados por nuestros derechos y

obligaciones.

Asimismo desde el enfoque neoinstitucionalista económico

la cooperación y la solidaridad entre los miembros de la

sociedad así como la eficiencia y la equidad de sus

transacciones cotidianas dependen en gran medida del entorno

institucional adoptado. North (1993) define a las

instituciones como las reglas del juego en una sociedad o,

más formalmente, son las limitaciones ideadas por el hombre

que dan forma a la interacción humana. Por consiguiente,

estructuran incentivos en el intercambio humano, sea

político, social o económico. El cambio institucional

conforma el modo en que las sociedades evolucionan a lo largo

del tiempo, por lo cual es la clave para entender el cambio

histórico.

Las instituciones pueden ser de naturaleza informal o

formal. En el primer caso, se trata de información

transmitida socialmente; pueden ser normas preexistentes a la

conformación del marco institucional formal, vinculadas a la

cultura, religión y creencias, o bien extensiones,

interpretaciones o modificaciones de las disposiciones

formales. Por su parte, las instituciones formales son las

reglas políticas y económicas que conforman el conjunto

delimitaciones del sistema jurídico, que brindan reglas de

aplicación general (constitución, leyes, reglamentos,

disposiciones de orden general) y establecen los alcances y

términos en que se puede interactuar los individuos y

organizaciones (disposiciones civiles y régimen contractual),

así como la reglas a las que se deben sujetar las

organizaciones públicas encargadas de diseñar, ejecutar,

aplicar y resolver las controversias del marco institucional.

El enfoque institucional subraya la relevancia del

entorno de reglas que una sociedad en el desempeño económico.

Las instituciones pueden facilitar o entorpecer la

cooperación, productividad y eficiencia de los diversos

actores sociales, según reduzcan o incrementen los costos de

transacción y la incertidumbre en las actividades económicas.

Es importante distinguir claramente entre instituciones

y organizaciones u organismos. La función principal de las

instituciones en la sociedad es reducir la incertidumbre

estableciendo una estructura estable (pero no necesariamente

eficiente) de la interacción humana. Pero la estabilidad de

las instituciones de ningún modo contradice el hecho de que

estén en cambio permanente. Los organismos incluyen cuerpos

políticos, cuerpos económicos, cuerpos sociales, y órganos

educativos. Son grupos de individuos enlazados por alguna

identidad común hacia ciertos objetivos. Modelar los

organismos es analizar las estructuras de gobernación, las

capacidades, y la forma de aprender haciendo determinará el

éxito de la organización a lo largo del tiempo. Qué

organismos cobren vida y cómo evolucionen son hechos

determinados fundamentalmente por el marco institucional. Los

organismos se crean con un propósito deliberado, como

consecuencia de la oportunidad, la cual en general se debe al

conjunto de limitaciones existentes (tanto las

institucionales como las tradicionales de la teoría

económica), y en el curso de sus esfuerzos por lograr sus

objetivos constituyen una fuente principal del cambio

institucional. Las limitaciones institucionales incluyen

aquello que se prohíbe hacer a los individuos y, a veces, las

condiciones en que a algunos individuos se les permite

hacerse cargo de ciertas actividades.

Ergo si el desarrollo implica cambios constantes y un

marco institucional que evolucione incrementalmente, que

motive la innovación y por ende la competencia, con la

finalidad de asegurar las mejores condiciones para las

personas que habitan en una localidad; es evidente la

necesidad de medir las capacidades institucionales con la que

los gobiernos locales cuentan. Para ello se hace evidente la

construcción de indicadores o índices que permitan comparar

los espacios locales entre sí.

En este sentido (Flamand, 2010, pp. 139-140) identifica

dos motivaciones centrales para proponer que se utilicen

instrumentos como los índices:

a) Los gobiernos municipales desempeñan un papel cada

vez más activo en las actividades de promoción del

desarrollo, por lo cual es necesario que cuenten con

información desagregada a nivel municipal y, con instrumentos

para diseñar y evaluar programas gubernamentales

b) La participación social en el diseño e implementación

de políticas de desarrollo local es crucial (garantiza

mejores resultados, además de su permanencia en el tiempo) y

exige una gestión más transparente que incorpore elementos

técnicos en las decisiones tomadas durante la formulación e

implementación de las acciones gubernamentales

Sánchez-Bernal y García-Batiz (2010) construyeron el

índice de desempeño de los gobiernos municipales (Idegob), el

cual relaciona la forma en que los municipios captan y usan

los recursos económicos, manejan los recursos humanos, y

generan infraestructura. De esta manera abordan el tema de la

descentralización de funciones del gobierno central hacía los

gobiernos locales, pero visto desde un punto de vista más del

desempeño económico. Para ello se evaluaron los gobiernos

municipales durante los años 1990, 2000 y 2005, con la

finalidad de señalar la magnitud y tendencias en el desempeño

de éstos, con el fin de establecer argumentos sobre la

capacidad que pueden tener para generar procesos de

desarrollo económico local.

Otro índice importante es el Índice de Desarrollo

Municipal Básico (Flamand, 2010) (IDMb) que mide el nivel y

la sostenibilidad del desarrollo de los municipios mexicanos.

El índice parte de las aportaciones teórico-conceptuales de

desarrollo humano y de desarrollo endógeno: el objetivo

central del desarrollo es beneficiar a las personas y la

participación de la comunidad es crucial para aumentar el

desarrollo local. La innovación central del IDMb es que

incorpora, además de las variables socio-económicas empleadas

tradicionalmente para medir los niveles de desarrollo,

indicadores ambientales e institucionales.

El Índice de Desarrollo Municipal surge al integrar

cuatro dimensiones de desarrollo: la social (condiciones

educativas y sanitarias), la económica (generación de riqueza

y capacidad de cubrir las necesidades básicas de forma

digna), la ambiental (utilización racional y cuidado del

ambiente) y la institucional (efectividad de las actividades

gubernamentales y la participación ciudadana). De este modo,

el Índice de Desarrollo Municipal propone complementar la

evaluación de las condiciones socioeconómicas con indicadores

del desempeño gubernamental y de las condiciones ambientales

para crear un índice integral de la sostenibilidad del

desarrollo municipal en México.

Bajo esta tendencia, en el siguiente apartado se

analizará a fondo el municipio de Ixtapaluca, con la

finalidad de conocer sus capacidades institucionales, y

concoer en qué grado el gobierno municipal ha participado

para el desarrollo de dicha demarcación.

Diagnóstico del municipio de Ixtapaluca

El municipio se localiza en la zona oriente del estado

de México, está situado entre las carreteras nacionales de

México-Puebla y México-Cuautla .Dista 7 ½ kilómetros de

Chalco, a 32 km de la capital de la República Mexicana y a

110 km. de la ciudad de Toluca. Limita al norte con

Chicoloapan y Texcoco; al sur con Chalco; al este con el

estado de Puebla y al oeste con Chicoloapan y Los Reyes La

Paz.

En 1980 la superficie era de 206.13 km2 y 25

localidades, en 1990 tenía una superficie de 315.10 km2 con

37 localidades. En el año 2010 la superficie del municipio

fue de 327.1 km2 con 52 localidades, lo cual representa el

1.46% de la extensión territorial del estado (2,2351.46 km2).1

El incremento de la población en este municipio fue una

de las mayores en nuestro país e incluso en América Latina

pues en un perodo de 10 años (de 1990 a 2010) creció en 240

%, el mayor crecimiento de la población se presentó en el año

2000 (58%). Para el año de 2010 la población de Ixtapaluca

ascendió a 467,361 habitantes (INEGI, 2010) de los cuales

239, 515 son mujeres, y 227, 846 son hombres, ello representó

1 Dicha extensión de territorio se debe al reconocimiento de asentamientosirregulares que se plasmo en la modificación del Plan Municipal de Desarrollo Urbano de Ixtapaluca, publicado en la Gaceta del Gobierno del Estado de México el 24 de agosto de 2009.

el 3.08 % del total de población en el estado de México (15,

175,862).

Gráfica 1: Evolución de la población

1990 1995 2000 2005 20100

100000200000300000400000500000

Población

Población

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI

Gráfica 2: Tasa Anual de crecimiento de la población

1990 1995 2000 2005 2010010203040506070

TAC población

Población

Fu

ente: elaboración propia con datos del INEGI

Es notoria la concentración de la población de

Ixtapaluca en la cabecera municipal (Ixtapaluca), pues en

ella se concentra el 68.96% del total de las personas (322,

271). Los historiales del origen del fraccionamiento

irregular en el municipio de Ixtapaluca, no se gesto en una

forma delictiva, si no este fenómeno se debe ha causas

estructurales del sistema social del país, que en el marco de

la problemática urbana de la ciudad de México se reflejó en

la incapacidad de ofertar vivienda legal y barata acorde a

las pautas culturales que se caracterizan a los sectores de

bajos ingresos; sin embargo con este tipo de política pública

se ha pretendido legalizar lo ilegal, dando como resultado

mayores problemas en el futuro.

La dinámica de crecimiento metropolitano que entre otros

aspectos, en Ixtapaluca se tradujó en la demanda de suelo

barato para vivienda y la oferta de terrenos de régimen

ejidal de media y baja productividad agrícola, aunado a la

baja de los precios agropecuarios, así como el cierre de

varias fabricas en la región; lo anterior generó un ambiente

social propicio para el fraccionamiento irregular.

En dicho crecimiento de la población ha jugado un papel

fundamental la política de expansión del crédito hipotecario

que favorece el dinamismo del capital inmobiliario.

En su papel como determinante de la movilidad

residencial, esta modalidad de crecimiento urbano ha

provocado un gran impacto: en el periodo 1999-2008 se

autorizó el desarrollo de 293 conjuntos habitacionales, con

cerca de 488 mil viviendas para poco más de 2 millones 240

mil personas, en 27 municipios de la Zona Metropolitana del

Valle de México (ZMVM), con un consecuente incremento de la

población que cambia su residencia.

Sin embargo dicho crecimiento no se ha visto acompañado

de una mejora en las finanzas públicas de dichos gobiernos

locales; los cuales incluso carecen también de una visión

metropolitana para dimensionar su condición actual, potencial

y límites de crecimiento, de manera que al ignorar la

magnitud de los retos a enfrentar con el arribo de miles de

nuevos residentes, suelen ser abrumados por las ofertas de

las empresas inmobiliarias. Dichos gobiernos literalmente se

dejan impresionar por el aparente «gran negocio» de

desarrollo de grandes complejos habitacionales en sus

municipios; sin embargo si las haciendas públicas no reciben

el ingreso por el impuesto predial, mucho menos cobran otro

tipo de impuestos, derechos y aprovechamientos. Y lo que no

proyectan es que la llegada de miles de personas a sus

localidades se traducirá irremediablemente en la exigencia de

más y más servicios públicos, incluso en asentamientos

irregulares que ponen en peligro la vida de las personas,

además de la dificultad de llegar a dichas zonas.

Muestra de ello es que el muncipio de Ixtapaluca ha sido

incapaz de aprovechar el incremento de la población, lo cual

supondría un aumento de la base gravable y, por ende, mayores

ingresos que podrían traducirse en mejores y mayores

servicios, dotar de infraestructura al municipio con la

finalidad de atraer inversiones directas y mayores fuentes de

trabajo para las personas residentes como se puede observar

en la gráfica 3, donde se muestra la relación en las tasas

anuales de crecimiento de la población y de los ingresos del

municipio, es evidente que no han sido equilibirados dichos

crecimientos, dicho de otro modo la llegada de más personas

al municipio, no han representado incrementos significativos

en los ingresos propios del municipio. La gráfica 4, presenta

los ingresos propios constantes del municipio del año 2000 al

año 2012.

Gráfica 3: Relación de las tasas de crecimiento de la población y

los ingresos propios

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI, 2008=100

Gráfica 4: Comportamiento de los ingresos propios

2000 2005 2010-20

0

20

40

60

80

TAC población-ingresos propios

Ingresos propiosPoblación

2000

2002

2004

2006

2008

2010

2012

$- $20,000,000.00 $40,000,000.00 $60,000,000.00 $80,000,000.00 $100,000,000.00 $120,000,000.00 $140,000,000.00

Ingresos propios

Constantes

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI, 2008=100

Los datos del gráfico 5, permiten observar claramente lapoca participación de los ingresos propios, respecto a losingresos totales, lo cual se traduce en poco esfuerzo fiscalpor parte del municipio, el cual ha encontrado en lastransferencias federales una fuente de recursos que noimplican costos políticos ni mayores esfuerzos para obteneringresos. Por otro lado el gráfico 6 muestra en terminosporcentuales la aportación de los ingresos propios conrelación a los ingresos totales, y la gráfica 7 desagrega losingresos totales del municipio para el año 2012).

Gráfica 5: Relación de los ingreos propios contra los ingresos

totales

2000

2002

2004

2006

2008

2010

2012

$- $100,000,000.00 $200,000,000.00 $300,000,000.00 $400,000,000.00 $500,000,000.00 $600,000,000.00 $700,000,000.00 $800,000,000.00 $900,000,000.00

Ingresos

TotalesPropios

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI, 2008=100

Gráfica 6: Aportación de los ingresos propios a los ingresos

totales en términos porcentuales

2000

2002

2004

2006

2008

2010

2012

0%5%10%15%20%25%30%

Relación ingresos totales-propios

Constantes

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI, 2008=100

Gráfica 7: Ingresos Totales 2012

Impuestos5%

Derechos2%

Productos0%

Aprovechamientos2%

Contribuciones de mejoras

1%Participaciones federales y estatales

31%Aportaciones federales y estatales

48%

Otros ingresos

0%

Financiamiento10%

Ingresos (2012)

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI, 2008=100

Como puede observarse la dinámica de crecimiento

poblacional no ha sido acompañada de un mejor esfuerzo

recaudatorio, sino por el contrario se hace evidente la

creciente dependencia de las transferencias federales, que en

el caso de Ixtapaluca para el año 2012 representan el 79% de

sus ingresos totales, dependencia que ha provocado un poco o

nulo interés por parte de los gobiernos locales en innovación

en sus haciendas locales para obtener mayores ingresos

propios, los cual les daría una mayor autonomía financiera, y

por ende un margén mucho más amplio para poder invertir en

infraestructura productiva en sus regiones, así como brindar

mayores y mejores servicios públicos, ya que sin duda alguna

los servicios públicos son parte de los factores de mayor

impacto en el nivel de competitividad de un municipio, ya que

de su calidad dependen diversos elementos estrechamente

vinculados con la productividad, la confiabilidad de los

mismos, las decisiones de inversión que generan empleos, así

como el grado de bienestar, de convivencia y de vida de la

población. Por esta razón resulta importante analizar en qué

gasta el municipio, con ello se podra inferir el objetivo que

persigue en el corto, mediano y largo plazo.

Bajo esta premisa se ha estudiado de manera general el

destino de los egresos en el mismo periodo que los ingresos

para el caso de Ixtapaluca. La gráfica 8 nos permite

identificar que el municipio guarda el equilibrio contable

general, es decir sus gastos son iguales a sus ingresos. Lo

cual es importante para no incurrir en déficits

presupuestarios que obliguen al municipio a recurrir a

financiamiento nocivo; sin embargo dicho comportamiento

también nos habla que no hay margen posible para el ahorro y

subsecuente inversión, traduciéndose en limitantes para el

desarrollo económico de la región.

Gráfica 8: Evolución de los egresos

2000

2002

2004

2006

2008

2010

2012

$- $100,000,000.00 $200,000,000.00 $300,000,000.00 $400,000,000.00 $500,000,000.00 $600,000,000.00 $700,000,000.00 $800,000,000.00 $900,000,000.00

Egresos

Constantes

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI, 2008=100

Gráfica 9: Egresos totales

Servicios personales

39%

Materiales y suministros

8%

Servicios generales9%

Subsidios, transferencias

y ayudas13%

Adquisición de bienes muebles e inmuebles

5%

Obras públicas y acciones sociales

22%

Deuda pública4%

Egresos

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI, 2008=100

Gráfica 10: Gasto en servicios personales contra gasto en obras

públicas

$-

$50,000,000.00

$100,000,000.00

$150,000,000.00

$200,000,000.00

$250,000,000.00

$300,000,000.00

$350,000,000.00

Serv. personalesObras públicas

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI, 2008=100

La gráfica 9 muestra la desagregación del gasto

realizado por el municipio de Ixtapaluca para el año 2012,

haciendo evidente la concentarción del gasto en el rubro de

servicios personales (39%), lo cual es una tendencia en el

comportamiento del gasto de los muncipios del país.

Gráfica 11: Tasa de crecimiento del gasto en servicios personales y

obra pública

2000

2002

2004

2006

2008

2010

2012

-150-100-50050100150200250300350

Serv. personalesObras públicas

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI, 2008=100

Como puede observarse en las gráficas anteriores, es

evidente que Ixtapaluca forma parte de la tendencia en el

incremento del gasto corriente, que en caso de representar

una mejora en el servicio, en la atención y resolución de

trámites relativos al municipio es viable dicho incremento;

de lo contrario sería un gasto poco eficaz y nada eficiente.

Por el contrario se encuentra el gasto en obra pública, que

es por demás importante para la creación de infraestructura

que permita atraer mayores inversiones y empresas; se muestra

claramente que el dinero destinado a dicho rubro es mucho

menor que el destinado a gasto corriente, asimismo el

comportamiento es muy errático, pues en el periodo estudiado

muestra tres momentos de inversión importante en dicho

sector, así como cuatro disminuciones alarmantes.

En este sentido es evidente que en nuestro país a tres

décadas de la reforma constitucional de 1983, que amplió las

facultades de los municipios en México y con el que se inició

un proceso de descentralización de facultades, atribuciones y

competencias, los resultados de tal reforma y proceso han

sido desiguales en las distintas entidades federativas. Sin

embargo aun con los intentos de descentralización tanto de

iure como de facto, el sistema fiscal mexicano sigue siendo uno

de los más centralizados de América Latina y, más allá de los

avances, la relación de subordinación de estados y municipios

a las transferencias federales sigue siendo asfixiante. No

debe olvidarse, en síntesis, que el centralismo en un país

como México está instalado en las raíces mismas del sistema

social, en el imaginario colectivo que da vida a esta nación

y que, por tanto, favorece la reproducción de estos vicios

centralizadores. Asimismo se enfrentan dilemas en la forma de

gobierno de nuestro país siendo principalmente de corte

organizativo, fiscal y de coordinación intergubernamental.

Lo anterior nos ha llevado, según Cabrero (2010), de un

federalismo centralizado a uno desarticulado. Es evidente que

este cambio en las condiciones políticas del sistema

favoreció que las iniciativas descentralizadoras impulsadas

en la década de los ochenta, hayan tenido un mayor alcance y

que las relaciones intergubernamentales evolucionaran. Sin

embargo, y más allá del fortalecimiento del control, la

descentralización de la infraestructura social ha evidenciado

la falta de capacidades y de controles institucionales de los

gobiernos municipales, además de que ha mostrado la forma en

la que una estrategia de descentralización con nulos

instrumentos de seguimiento y verificación puede ser

rápidamente «contaminada» por los objetivos e intereses

políticos de las autoridades municipales.

En términos generales se puede observar que el

federalismo fiscal mexicano que se ha consolidado a lo largo

de los años es altamente descentralizado por el lado del

gasto, pero altamente centralizado por el lado de la

recaudación de ingresos. Esta fuerte contradicción en el

sistema fiscal es una consecuencia clara de un proceso

bastante politizado de descentralización en el que el

gobierno federal ha tendido a incrementar de manera

significativa la descentralización de recursos para la

operación de políticas desconcentradas, pero se ha mostrado

ampliamente reticente a otorgar un mayor margen de maniobra a

los gobiernos subnacionales en la recaudación de ingresos

bajo el argumento de eficiencia tributaria. Lo cual ha

llevado a exacerbar la dependencia de recursos federales en

los gobiernos subnacionales.

Aunado a las participaciones, las aportaciones federales

son transferencias que se han venido ampliando de manera

importante y se convierten poco a poco en una «adicción» a la

cual los gobiernos subnacionales se acostumbran rápidamente,

en detrimento de su autonomía financiera y de su esfuerzo

recaudatorio. Con base en una medida muy simple de

desequilibrio es posible concluir que la autonomía del gasto

estatal y municipal en nuestro país es casi nula. Esto

contrasta con otras experiencias federales donde el nivel de

desequilibrio es marginal y la autonomía de gasto por nivel

de gobierno alcanza niveles de 80 y 90 por ciento. Si lo

anterior se le suma una preocupante tendencia —el incremento

en el gasto corriente, tanto en municipios como en estados—

el escenario es desolador. En el ámbito municipal la

centralización del gasto en componentes burocráticos se

agudiza aún más. En poco más de 15 años de evolución

municipal, el porcentaje del gasto destinado a sufragar

salarios y a mantener la estructura burocrática local se ha

mantenido casi inalterado, absorbiendo cerca de 60 centavos

de cada peso ejercido.

Propuesta y estrategía de desarrollo

Hasta aquí se ha presentado la evolución en los

conceptos de desarrollo económico y humano; los complementos

necesarios para alcanzarlos (tales como una mejor

distribución de la riqueza, la inversión en la educación de

calidad como fuente para propiciar la innovación y

competitividad entre regiones); las instituciones y

capacidades institucionales y organizativas como insumos

necesarios para la atracción de inversiones en los espacios

locales; los índices creados ante la necesidad de

cuantificar, evaluar, analizar, entre otros factores, con la

finalidad de comparar entre sí a los municipios; y por último

se presentó un breve diagnóstico de las finanzas públicas del

municipio de Ixtapaluca.

Derivado de lo anterior se ha podido corroborar por un

lado, la relevancia que ha retomado el ámbito local como

espacio idóneo para generar un desarrollo de abajo hacia

arriba, tanto en nuestro país como en el mundo. Por otro lado

en el caso específico de México es evidente la dependencia

que ha generado las transferencias federales en los estados y

municipios, limitando con ello su capacidad de innovar en la

manera de incrementar sus ingresos propios.

En este sentido algunas de las interrogantes lógicas

serían ¿Qué papel debe jugar el gobierno federal, desde la

perspectiva del desarrollo local? ¿Cuál es la estrategía que

debiera seguir el municipio de Ixtapaluca para lograr un

desarrollo económico sostenible?

Debido a los problemas que implica el actual marco

institucional del sistema federal, se han encontrado esquemas

que pretenden fortalecer el desarrollo local. Una de las

principales herramientas que utiliza el gobierno central para

coadyuvar en la mejora de las condiciones de los gobiernos

subnacionales es la provisión de recursos económicos a través

de fondos. Sin embargo, el impacto que éstos tienen, en la

mayoría de las ocasiones, es desconocido. O incluso la

incursión del gobierno federal en el desarrollo de los

espacios locales genera distorsiones o efectos negativos en

los espacios locales.

En este orden de ideas resulta claro que el papel del

gobierno federal deberá de enfocarse en lo macroeconómico, de

acuerdo con Musgrave (1992, p. 7) las principales funciones

del sector público federal son:

La provisión de bienes sociales o el proceso por el que

el uso total de los recursos se divide entre bienes

privados y sociales y por el que se elige la combinación

de bienes sociales. Esta provisión puede ser denominada

«función de asignación» de la política presupuestaría

El ajuste de la distribución de la renta y la riqueza

para asegurar su adecuación a lo que la sociedad

considera un estado «equitativo» o «justo» de

distribución, aquí denominado «función de distribución»

La utilización de la política presupuestaria como un

medio de mantener un alto nivel de empleo, un grado

razonable de estabilidad de precios y una tasa apropiada

de crecimiento económico que considere los efectos sobre

el comercio internacional y la balanza de pagos. Nos

referimos a todos estos objetivos como «función de

estabilización»

Asimismo el gobierno federal tendrá que ser menos

protagonista, es decir descentralizar mayores funciones, así

como políticas y programas públicos. Modificar el actual

esquema de federalismo fiscal, volviendo al objetivo

fundamental de establecer una combinación óptima entre la

centralización y la descentralización en la asignación de

competencias entre los diferentes niveles de gobierno que

conforman una federación. Su potencial como forma de gobierno

reside precisamente en aprovechar las ventajas que cada uno

de estos procesos tiene respecto a la eficiencia y la equidad

en la provisión de bienes y servicios públicos. Lo anterior

permitiría un verdadero efecto de voto con los pies2.

Para el caso de México, los componentes básicos del

desarrollo humano, visto desde el enfoque del PNUD —

educación, ingreso y salud— son competencias concurrentes,

cuando no federales. A los gobiernos municipales no les

corresponden funciones sustantivas, sino complementarias en

estos ámbitos de competencia. Sin embargo, los municipios son

responsables de otras funciones que, justamente, crean las

condiciones necesarias para que dichas competencias puedan

incidir en la calidad de vida de los individuos. Por ejemplo,

2 El concepto votar con los pies expresa la posibilidad que tienen losciudadanos de manifestar sus preferencias sobre ingresos y gastospúblicos, desplazándose a aquella área en la que las políticas públicasque más se aproximan a sus preferencias. Es importante mencionar que sonnecesarias tres condiciones para dicha teoría: 1) La movilidad de laspersonas y capital debe ser muy alta. 2) El tamaño de las institucionesterritoriales es importante. 3) Los motivos del cambio deben de seridentificables por el sector público.

la participación en la política de salud de un determinado

gobierno municipal es limitada, pero su función en la

provisión de agua potable y alcantarillado es determinante en

la efectividad de los programas de salud, aun cuando éstos

sean federales.

Los municipos deberan tomar como referencia los modelos

de gestión pública municipal inspirada en los éxitos

relativos de algunos ayuntamientos que, como León

(Guanajuato), Cuquío (Jalisco) y Benito Juárez (Quintana

Roo), han logrado replantear sus modelos de desarrollo

económico y social. Sin duda deberan reconfigurar la agenda

pública municipal a partir de la promoción de intereses

sociales distintos a los estrictamente relacionados con las

elecciones (el valor y peso de la agenda territorial donde

los recursos naturales o los fenómenos climáticos cobran

fuerza).

En este sentido, los espacios locales, y sobre todo los

urbanos, competitivos serán aquéllos que cuenten con la

capacidad para participar en el entorno globalizado mediante

la creación de ambientes propicios para el desarrollo y la

propia competitividad de sus agentes económicos y sociales;

asimismo, será de gran importancia la capacidad de las

gobiernos locales para atraer inversión, retenerla y generar

mayor bienestar social. Dichos gobiernos cuentan entonces con

una tarea de grandes proporciones. Por un lado, su nuevo

papel en el entorno global les requiere de una participación

activa en los mercados nacional e internacional de bienes y

servicios. Y por el otro, deben encargarse también de

incrementar el ingreso real y el bienestar social de los

ciudadanos mediante la promoción del desarrollo sustentable y

la cohesión social.

La cuestión radica entonces en denominar a la

competitividad como un factor determinante en el desarrollo

urbano y regional, puesto que incrementa el bienestar de sus

ciudadanos a la vez que promueve un desarrollo sustentable,

acompañado del componente de la cohesión social.

En el caso específico de Ixtapaluca, y siguiendo las

líneas arriba planteadas, es imperante que se haga un

esfuerzo mayúsculo en la recaudación de ingresos; hacer uso

adecuado y con apego a la ley, de la deuda pública como

complemento de los ingresos del municipio con la finalidad de

dotar de una infraestructura productiva que atraiga

inversión, ya que si bien el municipio cuenta con una PEA de

aproximadamente 79,000 personas, según datos del Censo

Económico 2009 (INEGI, 2009) y del Censo de Población y

vivienda (INEGI, 2010) el municipio sólo ocupa a 40,787, y de

dicha cifra sólo 17,433 son remuneradas. Lo anterior se

traduce en una subocupación de personas que en lugar de

desplazarse hasta la capital del país, podrían quedarse en el

municipio y generar mayor valor agregado a la demarcación,

reduciría la diferencias entre los ingresos, y por ende los

ingresos propios se elevarían considerablemente.

Es importante recordar que las capacidades son un

constructo en constante evolución, que no tiene un

significado único y que por tanto está sujeto a

interpretación. La divergencia mayor en la discusión estriba

en la dificultad para la medición de dichas capacidades

institucionales, debido precisamente a la falta de un cuerpo

teórico unificado, una metodología propia e indicadores

empíricos pertinentes. Por tanto, el impulso de las

capacidades institucionales para el desarrollo humano es un

proceso inherentemente endógeno, técnicamente complejo y con

un alto contenido político, por lo que requiere de una

estrategia coherente y una estructura adecuada de incentivos

para poder incidir en el comportamiento de los individuos y

en el diseño de las instituciones. Por último las capacidades

no serán más que potencialidades de acción, mientras éstas no

sean traducidas en hechos y se cristalicen en beneficio de la

sociedad.

La ciudadanía espera del gobierno certidumbre

institucional, certeza jurídica y respeto a sus derechos

elementales; pero también seguridad social, servicios

públicos de calidad y empleos con ingresos dignos. Dicho de

otro modo: los individuos demandan derechos, pero también

oportunidades mínimas para su desenvolvimiento en libertad.

Es importante tener presente que el gobierno más

eficiente es insuficiente para gobernar, lo decisivo es crear

un nuevo proceso de gobernar, es necesario modificar la

visión gubernamental de la sociedad, la cual por menospreciar

las capacidades de los otros agentes (ciudadanía, empresas,

grupos de la sociedad civil, escuelas, centros de

investigación) no las suman ni aprovechan para la consecución

de objetivos sociales, en consecuencia se condena a la

ineficacia. Bajo sus limitaciones directivas que no son

pasajeras el gobierno de la sociedad es gobierno con la

sociedad o no será gobierno.

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