"Comparando la escritura autobiográfica en España e Inglaterra durante la Edad Moderna", in J.C....

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEMAC 5407715409 EL OTRO, EL MISMO 4 BIOGRAFÍA Y AUTOBIOGRAFÍA EN EUROPA «• (SIGLOS XVÜ-XX) < J. C. Davis e Isabel Burdiel (eds.) MAOR/d BmjOTECA UNIVERSITAT DE VALENCIA

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEMAC

5407715409

EL OTRO, EL MISMO4

BIOGRAFÍA Y AUTOBIOGRAFÍA EN EUROPA «•(SIGLOS XVÜ-XX) <

J. C. Davis e Isabel Burdiel (eds.)

MAOR/d

BmjOTECA

UNIVERSITAT DE VALENCIA

COMPARANDO LA ESCRITURA AUTOBIOGRÁFICAEN ESPAÑA E INGLATERRA DURANTE LA EDADMODERNA. ¿QUÉ SE DEBE HACER?

James S. AmelangUniversidad Autónoma, Madrid

El hecho de quehayahabido muypocos intentos de comparar tradicionesautobiográficas específicas en la Europa moderna puede atribuirse a variascausas. Algunas son eminentemente prácticas, tales como laslingüísticas yotras dificultades de trabajo intercultural e interdisciplinario. Tampoco sedebe desestimar el efecto intimidante sobre loshistoriadores de lasdisputasentre los estudiosos de la literaturasobrelo que constituye exactamentela autobiografía y lo autobiográfico. Pero,quizás el mayorobstáculo es laclara insuficiencia de nuestro conocimiento. Últimamente se ha dedicadomucha atención a los escritos autobiográficos moderaos, pero la mayoríade los trabajos tienden a concentrarse en textos individuales y sus autores.1 Ha habido relativamente muy pocos intentos de síntesis, mucho menos algo tan ambicioso o impreciso como el intento de caracterizar algotan amplio comouna tradición literaria o una "cultura autobiográfica", untérmino problemático al cual me referiré más tarde.

Enlasobservaciones siguientes andaré conpiesde plomo y meaventuraré a hacer unas breves pero necesariamente esquemáticas comparacionesentre las tradiciones de los escritos autobiográficos ingleses y españoles.Espero provocar undebate sobre cómo se pueden hacer tales comparaciones y desarrollarlas provechosamente enel futuro. Pero antes deempezar,debo avisar al lector de dos problemas.

Elprimero serefiere a losvocablos "autobiografía" y "autobiográfico",loscuales yo uso —inadecuadamente, desde cualquier punto devista mmi-

1Una excepción delaevasión delacomparación son los trabajos sobre las autobiografíasinglesas y alemanas delaépoca moderna deKaspar von Greyerz. Véase VorschungsglaubeundKosmologie: Studien zu englischen Selbstzeugnissen des 17. Jahrhunderts. Gdttingen-Zu-rich, VerSffentlichungen des Deutschen Historischen Instituís London 25,1990, pp. 39-60, asícomo sumás reciente ensayo, "Was ¡tEnjoyable? Attitudes towards pleasure ofEnglish andGermán Early Modem autobiographers", enK.von Greyerzetal,(eds.), Von derdargestelltenPerson zum erinnerten Ich: Europüische Selbstzeugnisse aishistoriche Quellen, 1500-1850.Selbstzeugnisse derNeuzeit 9, Wien, K61n und Weimar, BShlau, 2001, pp. 183-198

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mámente respetuoso de las distinciones entre los géneros literarios— paraindicar algo para lo cual no tenemos un término mejor en inglés.Me refieroalo que recientemente se ha llamadoego opersonaldocuments, o self-writing,es decir, escritos en primera persona sobre la propia experiencia personal."Autobiografía" en este sentido tan laxo es deliberadamente una categoría que lo cubre todo, incluyendo diarios, crónicas personales y familiares,algunas cartas y narrativas de viajes, y autobiografías de tipo espiritual ysecular. Como categoría, es un lío, pero precisamente por ser un lío reflejafielmentela impresionante cantidad de caos formal que acarrea el hablar sobre uno mismo. Así que cuando me refiero a autobiografía en mi escrito, lespido que perdonen el uso del vocablo como si fuera una substitución léxicapara una serie de prácticas de escritura por, para y de uno mismo muchomás amplias y difundidas.

La segunda advertencia es igualmente banal, pero si no lo digo ahora, alguien me lo hará decir más tarde. Por supuesto es inadecuado referirse a unaúnica tradición autobiográfica nacional, gracias a la existencia de muchas diversidadesinternas, siendo las más prominentesentre ellas la clase,el género,la identidadétnica y la fidelidadconfesional.Sin embargo, aún admitiendoestasalvedad,sugiero que la incontestablepresencia de una pluralidad interior noexcluye la posibilidad de meditar con provecho sobre tradiciones de escrituramás amplias y extra-locales. Me atrevo a decir que nadie puede cuestionar laexistencia de diferencias significativas y visibles —así como sorprendentessemejanzas—entre, digamos,el teatro público español e inglésde esta época.De hecho, la naturaleza de estas diferencias y semejanzas ha sido objeto deunos valiosos estudios comparativos.2 Me aventuro a sugerir que podríamosextender la misma libertadanalíticaa la más privaday menos organizadaesferadel escrito personal.Talcomparaciónsuscita preguntas difícilesde respondery literalmenteimposiblesde resolver,pero buenas para pensar.

Dicho esto, me gustaría revisar tres puntos que me parecen particularmente provechosos para futuras investigaciones y análisis comparativos.

1. El primer punto cuestiona el esquema tradicional que da por sentado que la época moderna inglesa era una cultura autobiográfica y la española no.

"Cultura autobiográfica" es un término más fácilmente evocado que definido. Los estudiosos que lo usan tienden a tener tres criterios en mente.

2Talescomo W. Cohén,Dramaofa Nation: PublicTheatre inRenaissance EnglandandSpain. Ithaca y Londres,CornellUniversityPress, 1985.Para comparar un géneromenos obviamenteemparejado, ver E.M.Wilson, "SpanishandEnglishReligiousPoetryof the Seven-teenthCentury",en su Spanish andEnglish Literatura ofthe Sixteenth andSeventeenth Cen-turies:Studiesin Discretion, ¡Ilusión and Mutability. Cambridge, Universityof Cambridge,1980, pp. 234-249 (originalmente publicadoen 1958).

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Los dos primeros serefieren a loque podemos llamar factores sociales deproducción: la clara densidad de textos personales y en un menor grado,el alcance social de la autobiografía como práctica.3 Ladensidad refleja lafrecuencia de la escritura; tanto los contemporáneos en este tiempo comonosotros los historiadores retrospectivamente reconocemos unacultura autobiográfica gracias sobre todo a que ha producido muchos textos. Esto noes una competición, y hasta donde yo sé no hay ningún marcador que sepueda tener encuenta. Sin embargo, todo elmundo sabe, por ejemplo, quelos florentinos de la bajaEdad media y la épocamoderna engendraron unnúmero importante de textos en primera persona. Esta plétora está confirmada nosólo porlos impresionantes repertorios bibliográficos decrónicasfamiliares florentinas y la existencia de numerosas ediciones modernas dememorias, diarios y otras formas de escritos personales. También se evoca de una forma más anecdótica por situaciones tales como las descritaspor el rico mercader deseda Marco Parenti, cuyas disputas con suvecinoBernardo Rinieri sobre una terraza que sobrepasa sus límites y unas ventanas no autorizadas acabaron siendo documentadas separadamente en loslibri di ricordanze de ambos hombres.4

Huelga decir que notodas las ciudades europeas proporcionan ejemplossimilares de autobiografías tan literalmente contiguas. Sin embargo consideramos la Florencia renacentista como una cultura autobiográfica —yclaramente quizás la primera cultura autobiográfica— porotra razón también: porque la autoría de textos personales no estaba limitada a patriciosdel tipo de Parenti y Rinieri. Es evidente que la gran mayoría de autoresde diarios, crónicas familiares y personales, y otros textos autobiográficosprovienen de la alta sociedad. Esto eraesperable, debido a la sesgada distribución de alfabetismo, ocio, conciencia del linaje y demás. Con todo, yosugeriría queel segundo signo indicador de unacultura autobiográfica esla asunción del "acto autobiográfico" por personas que actúa fuera o másallá de los confines normales de los roles de género y clase prescritos. Unnúmero sorprendente de artesanos, campesinos y trabajadores de la épocamoderna, así como mujeres, tomaron la plumaparadocumentar sus vidas

3Para ver más comentarios sobrela razónde que los documentos personales seanmásabundantes en algunas partes de Europa queen otras, ver mi escrito "The Mental Worldof Jeroni Pujades", en R.L. Kagan y G. Parker, (edsJ, Spain, Europe and the AtlanticWorld: Essays in Honour of John H. Elliot, Cambridge, Cambridge University Press,1995, especialmente pp. 219-220, y "Cataluña desde Europa: Las raíces de unaculturaautobiográfica", enCatalunya i Europa a l'Edat Moderna: IV Congrés d'História ModernadeCatalunya, Barcelona, 1998 [2000], Pedralbes 18-11,1, pp. 457-462. He tomado prestadode ambos ensayos en la preparaciónde este texto.

4Descrito enM. Phillip, The Memoir ofMarco Parenti: ALife inMedidFlorence, Prin-ceton, Princeton University Press, 1987, pp. 50-51.

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interiores yexteriores.5 Ymientras que estas almas intrépidas se han podido encontrar por toda Europa, su tendencia a agruparse en unos sitiosmás que en otros estaba enraizada al menos en parte en tradiciones localesde auto-escritura suficientemente fuertes como para superar los obstáculossubstanciales en sus dispares caminos hacia la propia autoría.

Si aplicamos estos dos criterios de abundancia textual yamplitud social, podemos localizar las culturas autobiográficas no sólo en la Florenciarenacentista sino también en algunas otras áreas. Éstas, incluyen, para laBaja Edad Media, el sur de Francia (especialmente Provenza), así comolas ciudades del sur de Alemania, y luego empezando en el último terciodel siglo xvi, Inglaterra y los Países Bajos. Los cambiantes contornos deeste mapa sugieren que otro factor debe ser mencionado cuando se hablade culturas autobiográficas. Además de los factores de densidad ygama deescrituras, uno debe considerar los parámetros de carácter ytal vez inclusode "intensidad" de los propios textos. Una cultura autobiográfica entendidaen este sentido menos tangible nos aleja de las costumbres del medioevotardío de escrituras personales, ynos acerca a las cualidades que asociamos conel temperamento autobiográfico moderno.

Es bien sabido que el entendimiento burckhardtiano del Renacimientose acogió alos escritos autobiográficos como una señal inequívoca de modernidad. Leía estos textos literalmente como la manifestación por escritodel nuevo espíritu de individualismo que marcó la separación con la sociedad ycultura colectivas de la Edad Media que la Edad Moderna habíadejado atrás. Otras dos tradiciones interpretativas dieron un paso más alláde Burckhardt cuando registraron la migración de modernidad del sur alnorte de Europa. Feraand Braudel vio esta transición en términos sobretodo económicos. Así, puso énfasis sobre el desplazamiento del centro degravedad internacional de la economía europea desde el Mediterráneo yhacia el Atlántico. Sin embargo, más de una generación anterior, Max We-ber representó casi la misma trayectoria en parámetros fundamentalmenteculturales y religiosos, y es a una variante de la tesis de Weber sobre elprotestantismo como cultura de modernidad ala que debemos volver parapoder explicar cómo se formó el mapa europeo de culturas autobiográficasde la época moderna.

En el preciso momento en que el centro de la economía europea sedesplazaba de sur a norte, la autobiografía hizo lo mismo. En su versiónabreviada, lo que podríamos llamar la tesis de Weber de autobiografía con-

Detallesenmíhb^^

Stanford Stanford University Press, 1998. No tengo conocimiento de ningún intento deregistrar la distnbudón de los escritos autobiográficos de mujeres en la Europa moderna.

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trastael estilo individualista, interiorizado y fundamentalmente privadodela devoción del norte protestante, con la vida religiosa comunitaria, exteriorizada y ritual del sur católico. La mitad protestante e introspectiva deEuropa producía autobiografías mientras que el extrovertido sur vivía lareligión no en sus habitaciones privadas sino en la calle. Lo que decidíaesta pauta de diferencias entre protestantes y católicos era el hecho nadaaccidental deque cuanto más protestante seera más autobiografías seescribían. De este modo entre los protestantes, los puritanos en Inglaterra yNueva Inglaterra y los pietistas enAlemania superaron cualquier récord enEuropa al producir la mayor cantidad deescritos autobiográficos.

Esto seguramente os dará la impresión de ser una formulación excesivamente cruda, y lo es. Sin embargo, dejadme reiterar mi convicción deque mientras que esta tesis esraramente repetida como tal, esampliamentecreída, y no sólo entre los vencedores que contemplan sus riquezas bibliográficas. Cualquiera que haya trabajado en autobiografías españolas, o incluso literatura o historia española engeneral, está claramente familiarizadocon las quejas de los propios españoles sobre la ausencia deuna tradiciónautobiográfica nativa; una forma delamento ritual que tiene unequivalenteen lasigualmente pesimistas quejas sobre la falta de biografías enEspaña.José Ortega y Gasset es simplemente el más conocido entre los muchosescritores que han remarcado esta ausencia, algo que él atribuía al hechode que "el español siente lavida como un universal dolor de muelas".6

Hay más cosas que cuestionarenestos puntos devista que su indulgenciaenel pecado mortal del esencialismo. Sehan planteado varias objecionesa laplácida comparación entre la profundidad norteña y lasuperficialidad Nsureña. Laprimera deriva deuna más amplia mirada comparativa a la totalidad delosescritos autobiográficos delnorte protestante. Estudios recientesdeautobiografías calvinistas enlos Países Bajos yFrancia, por ejemplo, hanenfatizado suparecido con textos producidos porcatólicos locales. Elénfasiscompartido en la descripción dehechos externos en vez deprofundizar eneltipo deautorreflexión encontrada enlos textos ingleses puritanos plantealapregunta dehasta qué punto lareligión protestante omás específicamentelareligión reformada ayudó a diferenciar estos texto deotros.7

6J. Ortega y Gasset, "Sobre unas 'Memorias'", en Obras completas. Madrid, Revista deOccidente, 1961, III, pp. 589-592. Para una antología de tales ocurrencias, ver J. Marichal,Teoría e historia delensayismo hispánico. Madrid, Alianza, 1984, pp. 152n-153.

7R. M. Dekker, "Ego-Documents in theNetherlands, 1500-1814", en Dutch Crossing.AJournal ofLow Countries Studies, 39, 1989, pp. 66-67; P. Benedict, "Some Uses ofAutobiographical Documents inthe Reformed Tradition", enK. von Greyerz etal, (eds.),Von derdargestellten Person zum erinnerten Ich: Europüische Selbstzeugnisse ais historicheQuellen, 1500-1850, Wien, Koln und Weimar, 2001 (Selbstzeugnisse der Neuzeit 9), pp.355-368.

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Una segunda crítica concierne a la propia noción de introspección. JohnBossy, con su característica franqueza, no acepta ninguna de lasdistinciones tradicionales entre el norte y el sur. Pero en vez de erradicarlas propone darles la vuelta manteniendo que el protestantismo fue mucho másexterno que el catolicismo, yaque se apoyaba en una disciplina impuestadesde el exterior, mientras que el catolicismo cultivó la autorreflexión yacogió un fuerte sentido de conciencia interior, ambas englobadas en loscélebres ejercicios espirituales de San Ignacio.8

Pero enmi opinión, laobjeción más importante esque limitando nuestrabúsqueda de"auto-escritura" a los más inmediatos precursores de las autobiografías modernas, hemos desestimado e incomprendido seriamente laproducción y distribución delos documentos personales enEspaña. Yesaeste asunto —mi segundo punto decomparación— alque megustaría ahora volver.

2. Yo no cuestiono enningún momento laexistencia deuna mayor abundancia de textos autobiográficos en la Inglaterra del siglo xvi y especialmente del siglo xvn. Me pregunto sin embargo, siestos ingleses mostraronuna mayor diversidad formal. Mi reflexión surge a partir dela sospecha deque el número y la variedad de tipos de textos autobiográficos españoleshan sido objeto deuna ilusión óptica causada engran medida no sólo pornuestra ignoranciasino también por la naturaleza bifurcada de la escrituraautobiográfica española.

Sencillamente hubo no una sino dos tradiciones autobiográficas enEspaña. La primera estaba en Levante y más específicamente centrada en Cataluña y Valencia. La segunda se encontraba grosso modo en el resto de lapem'nsula con, una vez más, al menos un área deconcentración específicaen Castilla laVieja.9 La tradición de Levante fue una cultura autobiográfica con pleno derecho enel sentido en que loeraFlorencia, y pormuchasde las mismas razones. Ambos eran lugares donde florecían diferentes tipos de auto-escritura como un desarrollo lógico de unacultura altamenteurbanizada y comercial que privilegiaba una amplia gama de formas deescritura y contabilidad. Esta peculiar genealogía ayuda aexplicar por quélas formas autobiográficas que predominaban localmente eran mayorita-

8J.Bossy, Christianity in the West, 1400-1700. Oxford, Oxford University Press, 1985,pp. 127-140. Ver también W.A. Christian, Jr., "Provoked Religious Weeping inEarly ModernSpain", en J.Davis, (ed.), Religious Organization andReligious Experience, Londres yNuevaYork, Academic Press, 1982, pp. 97-114, para comentarios sobre las costumbres religiosasdeintrospección yauto análisis enlaEspaña del siglo xvi.

*Para una apresurada idea general de los escritos autobiográficos españoles junto con másbibliografía, mirar mi ensayo "SpanishAutobiography inthe Early Modem Era" enW. Schulze,(ed.), Ego-Dokumente: AnnSherung an den Menschen in der Geschichte, Berlín, AkademieVerlag 1996, pp. 59-71; versión española en Historia-16, 18(209), 1993, pp. 96-105.

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riamente diarios, y crónicaspersonales y familiares, es decir, precisamente esas formas más cercanas a sus orígenes en prácticas económicas talescomo la administración del patrimonio familiar.

Ambaseran además culturas autobiográficas segúnel segundo criterio,la extensa distribución social de la práctica de auto-escritura. De hecho, elLevante puede haber estimulado contribuciones específicamente populares—es decir, de lasclases media y baja— a estos géneros enungrado superiora la mayoría del resto de Europa. Allí la escritura familiar y personal eracultivada mucho másalláde los círculos normales de lospatricios, mercaderes y notarios —los sospechosos habituales, si se quiere, desde Florencia a Nuremberg—. En Cataluña en particular esta práctica fue adoptadano sólo por los maestros artesanos, sino también por lospequeños propietarios rurales, quienes juntos produjeron un conjunto notable de libros decontabilidad, diarios y crónicas familiares.10 Varios factores contribuyerona la extensión social de los escritos autobiográficos en el este de España.Uno de los motivos más visibles, y a menudo explícitos, de este tipo deescrituraera la preocupación por la participación en política. Gentede todacondición se sentía atraída por la auto-escritura gracias a sus nociones deciudadanía, gracias a su sentimiento de ser participantes activos del mundo en el que vivían, y del cual escribían. Es bien sabidoque la asistenciacomomiembros del parlamento produjo docenas de diarios políticos en elsiglo xvn en Inglaterra. Meatrevería a suponer queunsentimiento parecidode implicación en lascuestiones públicas, aunque a un nivel más bajoquela nobleza, estimulaba mucho de lo mismo en lugares como Cataluña. Enotras palabras: lacultura autobiográfica de Levante eraenmuchos aspectosunacultura constitucional. Unaconciencia difusa de losderechos popularescontribuyóa explicarel recursoa la escrituraprivadasobreacontecimientospúblicos que caracerizó textoscomoel de Miquel Parets, un maestro zura-dordepieles quededicó prácticamente la totalidad desucrónica personal ainformar sobrela situación política contemporánea y militar en Barcelona,su ciudad natal, y alrededores."

¿Qué pasaentonces en el restode España? Aquílosapuntes sonmuchomás desiguales. Fuera de las regiones del este había menos diarios, librosde contabilidad, crónicas personales y familiares y autobiografías propiamentedichas. Los escritos en primera persona prosperaron, noobstante, enotras tres formas: en diariosy crónicas de viajes, particularmente relatosdeproezas militares y misioneras de ultramar; ficción autobiográfica, célebre

10 Parauncompendio más detallado deestatradición documental verX.Torres Sans, Els¡libres defamilia depagés. Memóries depagés, mentones demas, segles xvi-xvm. Girona,CCG edicions, 2000.

" Desarrollo estacuestión más detalladamente enThe Flight oflcarus, pp. 196-237.

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sobre todo bajo la forma de una de las principales contribuciones literarias españolas, la novela picaresca; y sobre todo, autobiografías y diariosespirituales. El último comprendía un número de textos verdaderamente

impresionante, especialmente en las secuelas del movimiento reformadorencabezado por Santa Teresa de Ávila, cuyo trabajo más extensamente leídofue su Vida, publicado por primera vezen 1588. Este libro tuvo una enormeinfluencia, e inspiró imitaciones tanto dentro como fuera de España. Ciertamente, no todas las autobiografíasespirituales de principiosde la Españamoderna estaban escritas en Castilla, ni tampoco siguieron todas el modeloespecífico de Teresa.12 En este sentido, no puedo sino mencionar el casocurioso de un monje catalán que publicó en inglés en 1621 un relato de suconversión al calvinismo bajo el atractivo título The Reformed Spaniard(El español reformado). Aún así, no se puede contradecir el protagonismode Castilla en estas tres líneas de escritos en primera persona.

Confío en que veáis a dónde me dirijo. No sé si había una diferenciación regional parecida en Inglaterra entre, digamos, norte y sur, aunqueesto es algo sobre lo que me gustaría oír otras opiniones. Lo que yo sugeriría, no obstante, es que si se juntan las dos mitades, por así decirlo,de la autobiografía española, los catalanes con los castellanos, no sólo sepuede señalar una mayor abundancia de textos. También se vislumbra unatradición más redondeada y abigarrada que es estrechamente paralela conla situación en Inglaterra, la cual presumía de reunir tanto las formas deescritura familiares y políticas encontradas en Cataluña, como los diariosy autobiografías espirituales y más introspectivos que eran la especialidadde Castilla.

En otras palabras, en vista de cuestiones tan cruciales como la variedadde formas literarias y la gama social de sus autores, había quizás menosdiferencias entre el norte y el sur de Europa de lo que uno se imagina. Ypor extensión, entre Inglaterra y España en particular.

3. Habiendo apuntado tan lejos, dejadme dar un paso atrás. Incluso siaceptáis mis vastas comparaciones, el sentido común impone que se haganalgunas distinciones importantes dentro de éstas.

Sí, tanto Inglaterra como Cataluña cultivaron el género del diario político. Sin embargo, en Inglaterra tales textos eran en gran parte el dominiode los miembros del Parlamento, quienes se concentraban en lo que 11a-

12 Una vez más, es sorprendente que no haya estudios generales de la autobiografíaespiritual y diarios de la España moderna. Para unamplio resumen detextos de mujeres, ver1. Poutrin, Le voile etlaplume: Autobiographie elsaintetéféminine dans I'Espagne Moderne.Madrid, CasadeVelázquez. 1995. Ver también labibliografía alfinal demi"Women's SpiritualAutobiography in Early Modcrn Spain: From Sacred Conversation to Mistcro Buffo", enDimensioni c problemi della rícerca storica, 2,2002, pp. 63-74.

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muríamos política nacional o hicieron lo mejor que pudieron para ligar losasuntos locales con un sector más amplio de la nación." En Cataluñu, elsector público era cutegóricumente cívico; allí los asuntos nacionales es

taban refractados a través de los objetivos locales del pueblo o municipio.Así pues, a pesar de sus vigorosas tradiciones constitucionales, Aragóny Cataluña produjeron muy pocos diarios parlamentarios. Comentariospersonales sobre asuntos políticos tendían a estar restringidos a contextosmucho más locales.

Había igualmente diferencias importantes de contenido —más quizásque de forma— en los escritos autobiográficos espirituales de los autoresingleses y espuñoles.

Unu vez más, veo poco provecho en regresar a la variante autobiográficade la tesis de Weber que he esbozado previamente. El que los puritanos ylos católicos no escribieran el mismo tipo de cosas no era tanto una cuestión de contraste entre introversión puritana y extraversión católica. Muchomás importantes eran las diferencias reveladoras entre lo que escribieron lospuritanos extrovertidos y los católicos introvertidos, diferencias enraizadasen los contrastes fundamentales entre las culturas religiosas.

Así pues las autobiografías espirituales españolas no sólo tendían invariablemente a ser más místicas que sus homologas inglesas. También tendían

a ser más "exclusivamente" místicas, es decir, sólo se concentraban en las

formas de contacto con lo divino más trascendentales. Había mucho menos

sobre cómo el alma tenía que encontrar su camino a través del mundo real,

como Bunyan escribió en GraveAbounding,o la forma en la que el creyentesometía la existencia diaria a un escrutinio providencial a través de la escri

tura, como Samuel Jeake que dedica todo un párrafo a identificar la misericordia de Dios centrada en el hecho de que él no tropezara con un montónde leña en la oscuridad.1'1 Sobre todo, la autobiografía espiritual en Españaestaba mucho más estrechamente identificada con la autoría femenina queen el caso de Inglaterra, donde prevalecieron itinerarios espirituales tantomasculinos como no místicos. Esta regla parcial de la inhibición masculinaconcerniente a la auto-escritura espiritual en España es un asunto complejosobre el que sabemos demasiado poco. Sin embargo, la diferencia está ahípresente para que todos la vean y para que nosotros la rumiemos.

Tal y como corresponde a un texto tan experimental como éste, en vez

de ofrecer conclusiones, tengo una última tentativa. Tanto en Inglaterracomo en España, y como en toda Europa en ese momento, los principales

13 Tal y como ha sido argumentado convincentemente por David Harris Sacks en su"The corporatc town and the English state: 'Bristol's little businesses, 1625-1641'. PastandPresent, 110, 1986, pp. 69-105.'

14 Citado en Von Greyerz. "Was it Enjoyable?. op. cit., p. 187.

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propósitos tras la autoría de los documentos personales eran casi los mismos. Las motivaciones básicas humanas no conocían límites nacionales yterminaron produciendo más o menos los mismos tipos de escritos personales a pesar de estar marcados por diferentes cronologías y diversos grados de abundancia. Las verdaderas diferencias se centran en los resultados

literarios e incluso dentrode éstos,menos en la formaqueen el contenido.Lo cual nos lleva especialmente a la cuestión de la relación más ampliaentre autobiografíay religión, el verdadero punto de enfrentamientoentreestas tradiciones diversas de auto-escritura. Por supuesto que no se puedesostener una cultura protestante general contra una católica. Había demasiadas corrientes diferentes —radicalmente diferentes, de hecho— dentrodeambas confesiones paraquepudiéramos admitir unaoposición tan simple. Hasta ahora sehadedicado más atención a lasdiferencias entre, digamos, textos puritanos y anglicanos, o puritanos y cuáqueros, que a las queexisten entre las tradiciones autobiográficas inglesas y lasde otros países.Quizás encuentros como el que ha provocado este libro nos convenceránde la conveniencia de cambiar la dirección de nuestras comparaciones. Sepueden extender provechosamente no sólo en términos de geografía literaria, sino también analíticamente, hacia un reconocimiento más matizadode las formas en las que los textos autobiográficos evitan ser atrapados enlas demasiado imprecisas categorías que concebimos para intentar darlessentido tanto en el norte como en el sur.

MENOCCHIO Y YO. CARLO GINZBURG Y EL RELATODE LA IDENTIDAD

Justo Serna - Anaclet Pons

Universitat de Valencia

1. En las últimas décadas hemos visto desarrollarse con éxito diversas

perspectivas historiográficas que se han disputado la hegemonía académica,el consenso de los pares, de los profesionales,de los iguales, y el apreciodel público culto, al menos de ese público que suponemosatento a las novedades editoriales y a los avances de la disciplina. Entre estas corrientes,por ejemplo, una de las que ha logrado mayor favor y suficiente celebridad ha sido la microhistoria. No debe sorprendernos, por tanto, que muya menudo se le hayan dedicado —y aún hoy se le dediquen— congresosy seminarios, escrutinios y exámenes, evaluaciones sumarias o específicasque la aprueben o la discutan. Como tampoco nos chocará que entre estasaproximaciones sea la obra de Cario Ginzburg, El queso y los gusanos,aparecida originariamente en 1976 la que haya suscitado más controversias, adhesiones o rechazos, apostillas o enmiendas que la interpelen, quela corrijan o que la elogien. No es extraño, pues, que se hayan multiplicado el número de los libros y la lista de los artículos que tratan la corrientecon mayor o menor acierto, con tino o con acritud o con entrega, comotampoco es raro que esos volúmenes se detengan especialmente en Ginzburg. Al fin y a la postre, su obra más conocida ha alcanzado resonanciainternacional, ha atraído a una vasta comunidad de lectores y de intérpretesy en sus páginas ha querido verse, tal vez exageradamente,el rastro o elvaticinio o el compendio de nuestra época.1

1El librode CarioGinzburg aparecióinicialmentecomo llformaggio e i vermi.IIcosmodi un mugnaiodel '500, Turín, Einaudi, 1976. Como pruebasimple de su éxito, cabe mencionar el hecho de que haya sido traducido por el momento a una veintena de idiomas, elúltimo de los cuales es el catalán,del que somos responsables.Porlo que respectaal estudiode esaobray sus diversas implicaciones,nos remitimos a nuestrovolumen: Cómose escribela microhistoria. Ensayo sobre Cario Ginzburg, Madrid, Cátedra-Universitat de Valencia,2000. Véanse, además, el número 85 de la revista danesa Denjyske Historiker y el número3 de la revista argentinaProhistoria.También el volumen de M. Peltonen, Mikrohistoriasta,Helsinki,Hankija JáaVGaudeamus, 1999,asfcomo el libroeditadoporA. Colonnelloy A. delCol, Unostorico, unmugnaio, unlibro,Trieste,Universitá di Trieste,2003. En general, las