BORGES: EL ELOGIO DE LA LECTURA

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BORGES: EL ELOGIO DE LA LECTURA Mauricio Ostria González Una oración de veinte palabras se presentó a su espíritu. La escribió gozoso; inmediatamente después le inquietó la sospecha de que era ajena. Al día siguiente recordó que la había leído hace muchos años. ["Los teólogos", A] [1] Que otros se jacten de las páginas que han escrito, a mí me enorgullecen las que he leído. ["Un lector", ES] Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros. ["Borges y yo", H] Una forma de felicidad es la lectura. ["El libro", BO] Intertextualidad y autorreflexibidad textual

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BORGES: EL ELOGIO DE LA LECTURA

Mauricio Ostria González

Una oración de veinte palabras se presentó a su espíritu. La escribió gozoso; inmediatamente

después le inquietó la sospecha de que era ajena. Al día siguiente recordó que la había leído hace muchos años.

["Los teólogos", A] [1]

Que otros se jacten de las páginas que han escrito, a mí me enorgullecen las que he leído.

["Un lector", ES]

Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros.

["Borges y yo", H]

Una forma de felicidad es la lectura.

["El libro", BO]

Intertextualidad y autorreflexibidad textual

(o metatextualidad) son procesos que en la inmensa mayoría de los textos borgianos (incluyendo su poesía) se explicitan no sólo como meros referentes bibliográficos o simplesmecanismos formales en la construcción de tramas más o menos complejas, sino en tanto fundamento, origen y causa de la escritura. Pero, además, y esto es quizá lo distintivo enBorges, el fenómeno incluye la relación dialógica escritura-lectura como factor determinante del hecho literario y, dentro de esa dinamia, se privilegia la función lectora en tanto instancia actualizadora por excelencia.

Dicho de otro modo, los textos de Borges se exhiben como reescrituras-lecturas (citas, traslados, copias, traducciones, versiones, transformaciones, inversiones, reversiones, transgresiones, perversiones, resúmenes, paráfrasis, alusiones, epígrafes, notas, simulacros, recuerdos, conjeturas, parodias, reflejos, sueños, fragmentos) de textos anteriores (escritos u orales), y, simultáneamente, fingen mostrar el proceso de producción escritural en su funcionamiento; esdecir, en el interior de los textos, el autor dice que escribe, que cita, que transcribe, que copia, que resume, en suma, que lee.

Se establece así, por un lado, un punto de partida convencional para textos siempre situados sobre el mecanismo sin fin de la reescritura, cadena infinita de relaciones diacrónicas y sincrónicas, y, por otro, una dinamia discursiva especular, en que los actosde producción y recepción textuales se multiplican recursivamente. Todavía más, este doble proceso (reescritura y autorreflexión) se reproduce en la mismísima historia contada,de modo que la mímesis narrativa viene a ser una instancia más de exhibición del dialogismotextual: el mundo como escritura que se lee y relee.

Un par de ejemplos: 1. En el cuento "El inmortal", la historia se basa en una 'versiónliteral' ('traducida' al español por Borges [2]), de un manuscrito, "cuyo 'original' está redactado en inglés y abunda en latinismos", encontradoen el último tomo de La Iliada de Pope (reescritura del original homérico) [3]. Precisamente, el manuscrito narra -entre otros eventos- el encuentro, en la ciudad de los inmortales, de su autor-protagonista, un anticuario de Esmirna, con el mismísimo Homero, quien apenas recuerda haber escrito alguna vez La Iliada: "muy poco me dijo -anota el

anticuario-. Menos que el rapsoda más pobre: 'Ya habrán pasado mil cien años desde que la inventé'[A:18].En consecuencia, mientras la memoria de Homero(autor real) se va empobreciendo, colmándose de olvido, la sucesión de lecturas (versiones,traducciones, etc.) de La Iliada va ampliando su espacio intertextual al infinito y, consecuentemente, acrecentando la memoria de Homero, en tanto sujeto de productividad textual.

2. "El acercamiento a Almotasin" alude a una 'novela' de un autor hindú, de la que existen 'dos ediciones' con cambios significativos entre una y otra. Los numerosos 'críticos' quese han ocupado, en distintas épocas, de la novela, observan 'a rather unconfortable combination' -Borges 'traduce' del inglés-, en la que se mezclan influencias y reminiscencias de 'poemas alegóricos islámicos' del siglo XII y formas y procedimientos del 'género policial'. Tengo a la vista -aclara Borges- una 'reimpresión dela 'segunda edición', que contiene un 'resumen' de las diferencias que la separan dela 'primera', con la que "no he logrado juntarme". Las conjeturas de Borges sobre el original -que se considera superior a la versión posterior- se basan, pues, en ésta

(la segunda) que lleva el sugestivo título de "Un juego con espejos que se desplazan". Claroestá, el lector tampoco accede al ejemplar queBorges tiene a la vista, sino, exclusivamente,al resumen que se nos hace de los dos primeroscapítulos (la novela total cuenta de diecinueve) y al plan general de la obra que Borges sintetiza como "una biografía que parece agotar los movimientos del espíritu humano (desde la infamia hasta la especulaciónmatemática) y de una peregrinación que comprende la vasta geografía del Indostán" [F:38]. Esa búsqueda es la búsqueda de un hombre a través de los reflejos que ha ido dejando en otros hombres, de modo que la anécdota reproduce el esfuerzo de adivinación del texto original a través de sus reflejos enversiones reimpresiones, apuntes críticos, resúmenes y conjeturas. La lectura es, así, elrastreo conjetural de huellas inseguras (de textos, de autores-lectores) que se multiplican infinitamente.

Pero, los textos borgianos no sólo exhiben su carácter reescritural en el interior de la mímesis, sino que lo explicitan una y otro vezen prólogos, epílogos, notas y explicaciones. A propósito, por ejemplo, de "La lotería en Babilonia", Borges confiesa: "no soy el primer

autor de la narración" [F:11]. Y al comentar el principio constructivo general en "El jardín de los senderos que se bifurcan", declara: "Mejor procedimiento es simular que esos libros ya existen y ofrecer un resumen, un comentario" [F:11]. La cadena continúa, porque a su vez, tal simulacro ya ha sido empleado por otros: "Así procedió Carlyle en Sartor Resartor; así Batler en The Fair Haven" [F:11-12]. [4] Ya en su primera colección de relatos, Borges anuncia:

Los ejercicios de prosa narrativa que integran este libro [...] derivan, creo, de mis relecturas de Stevenson y de Chesterton y aun de los primeros films de von Sternberg y tal vez de cierta biografía de Evaristo Carriego [...]. En cuanto a los ejercicios de magia que cierran el volumen, no tengo otro derecho sobre ellos que los de traductor y lector [HUI:7].

Un cuento que pareciera escapar a esta norma (explicitación de procesos reescriturales y autorreflexivos) es "Hombre de la esquina rosada", al que Borges llamó relato directo, porque su punto de vista coincide con el del protagonista-narrador, un compadrito orillero.Sin embargo, el lector conocedor de la obra deBorges deberá relacionar el relato con las "Historias de jinetes", incluidas en Evaristo Carriego. Allí, entre otros, Borges refiere

"un relato entre legendario e histórico". Estahistoria, que se encuentra diseminada en milongas y tangos, tiene -afirma Borges- unade las mejores versiones escritas en las novelas de Eduardo Gutiérrez, Hormiga negra y Juan Moreira; pero existen, además -agrega- numerosas versiones orales. "La primera que oí-anota- procedía de un barrio: 'Tierra del Fuego'" y "en el protagonista convergen todos los cuentos de coraje que andan por las orillas del Norte". Usando esta versión, Borges escribe -en 1927- el relato "Hombres pelearon", que originará más tarde, en 1950, "Hombre de la esquina rosada", que, a su vez, será el pretexto de un guión cinematográfico escrito en colaboración con Bioy Casares: Los orilleros. Pero la versión que en "Historias de jinetes" cuenta Borges no es ninguna de las anteriores, sino una oída en Chivilcoy, que élconsidera la más perfecta y cabal. En ella -"como me la contaron la contaré" [EC: 152]- el protagonista, que no sabe leer, recibe una carta -que tampoco es de quien la envía- que le lee el pulpero y que contiene dos versiones de los hechos. Así, tanto los procesos de reescritura como las situaciones comunicativas (relaciones narrador/narratario)se multiplican, otra vez, indefinidamente. Pero, además, Borges, aquí, se cuida de

establecer el modelo de relato. Se trata, dice, de historias que prueban el culto del coraje, en las que el provocador resulta siempre derrotado. Establecido el paradigma, Borges retrotrae la trama a una saga del sigloXII y, dentro de la tradición letrada, la extiende desde Homero hasta Emerson. "Hombre de la esquina rosada" no escapa, pues, a la ley general: se construye como un punto de convergencia de múltiples relatos, en cuyas relaciones laberínticas, no es posible establecer, como sucede en el libro de arena, ni el principio, ni el fin.

En la imaginación borgiana, que coincide cabalmente con las teorías acerca del dialogismo y la intertextualidad, cualquier texto -literario o no- se sitúa, como se ha visto, en una cadena sin fin de fuentes, antecedentes, versiones, consecuencias, proyecciones y derivaciones que la lectura competente adivina y actualiza. Siempre, fatalmente, se escribe una versión intermedia.Jamás, la primera; nunca, la última. Y como enBorges, las historias reproducen esta misma mecánica en abismo, sus cuentos sólo pueden comenzar in medias res, en encrucijadas de senderos cuyos inicios y términos son inaccesibles y, por lo tanto, conjeturales.

Pero, además, la acción lectora introduce variantes que convierten a cualquier texto en inabarcable: todo texto es susceptible de infinitas lecturas. Para Borges, como para losteóricos del dialogismo, el texto es un cruce de superficies textuales, un diálogo de múltiples escrituras: del escritor, del traductor, del copista, del glosador, del destinatario, del lector, de los personajes, del contexto cultural, anterior o actual. Todotexto es absorción y transformación de otro(s)texto(s); toda escritura es réplica de otras:junción o negación, inversión o transformación, reiteración o distorsión, memoria u olvido. Parafraseando a Borges, cadaacto (cada texto) "es el eco de otros que en el pasado lo antecedieron, sin principio visible o el fiel presagio de otros que en el futuro lo repetirán hasta el vértigo" [A:22]. Tal concepción lleva hasta sus últimas consecuencias las ideas de sistema y archisistema, donde se postula la relación plural de todo con todo y la consecuente alteración de la totalidad por la mutación de cualquiera de sus elementos. Es el reinado de la visión ecológica, 'sub specie bibliothecae', que, constituye, según parece, la secreta utopía borgiana.

Consideré que aun en los lenguajes humanos -se dice en "La escritura de Dios"- no hay proposición que no implique el universo entero, decir 'el tigre' es decir los tigres que lo engendraron, los ciervos y tortugas quedevoró, el pasto del que se alimentaron los ciervos, la tierra que fue madre del pasto, elcielo que dio luz a la tierra" [A:118].

Tal vertiginosa imaginación omnirelacional, ecosistemática de la escritura, reaparece continuamente en diversas instancias discursivas -narrativas y líricas- de los textos borgianos: "alguien [...] pronunció el nombre [...] y conjeturas y memorias / sucedieron a la mención eventual / como un ecoinsondable" [OP:36]; "lo supieron los arduos alumnos de Pitágoras: / los astros y los hombres vuelven cíclicamente, / [...] (David Hume de Edimburgo dijo la misma cosa)" [OP: 142]; "está soñando un claro laberinto. / No lo turba la fama, ese reflejo / de sueños en el sueño de otro espejo" [OP:273]; "Cuéntase que Alejandro de Macedonia vio reflejado su futuro de hierro en la fabulosa historia de Aquiles; Carlos XII de Suecia, en la de Alejandro..." [A:55] "[Averroes] ignorante delsiriaco y del griego, trabaja sobre la traducción de una traducción" [A:92]; "Alguien

me dijo: no has despertado a la vigilia, sino a un sueño anterior. Ese sueño está dentro de otro, y así hasta lo infinito" [A:119]; "[Pierre Menard] un simbolista [...] devoto esencialmente de Poe, que engendró a Baudelaire, que engendró a Valery, que engendró a Edmond Teste"; "ciertas palabras deun mendigo que conversó con Fergus Kilpatrick el día de su muerte, fueron prefiguradas por Shakespeare, en la tragedia de Macbeth" [F:139], etc.

Esta concepción de la literatura como intertextualidad infinita ("en el orden de la literatura como en los otros, no hay acto que no sea coronación de una infinita serie de causas y manantial de una infinita serie de efectos" [OI:20]), tiene una doble consecuencia: Primero, la idea de que todos los textos no son sino versiones fragmentariasde un solo gran texto que los comprende

Los libros [de ficción] abarcan un solo argumento, con todas las permutaciones imaginables. Los de naturaleza filosófica invariablemente contienen la tesis y la antítesis, el riguroso pro y el contra de una doctrina. Un libro que no encierre su contralibro es considerado incompleto [F:27]

suprime, prácticamente, la posibilidad de

creación:

los hombres a lo largo del tiempo han repetido siempre dos historias: la de un bajel perdido que busca por los mares mediterráneos una isla querida, y la de un dios que se hace crcificar en el Gólgota [IB:133].

Segundo, la condena a una palabra subsidiaria,simulacro y máscara, estimula los esfuerzos por hallar la palabra primera, original. De ese esfuerzo derivan innumerables relatos borgianos de búsqueda, de pesquisas en procurade descifrar enigmas, resolver claves, encontrar palabras perdidas, así como el parentesco de esos relatos con el género policial:

Nadie sabe en qué punto la escribió ni con qué caracteres; pero nos consta que perdura secreta y que la leerá un elegido[...]; era imposible descifrar aquel texto [...]; yo sé que nunca diré esas palabras, porque ya no me acuerdo [A:116-21].

La rosa original se ha perdido, ya que el manuscrito encontrado [...] fue declarado apócrifo [HUI:83-4].

hallaron dos libros: uno era negro [...]; otro era blanco y no sepudo descifrar su enseñanza, aunque la escritura era clara [HUI:115].

El rasgo invariante de estas búsquedas es su fracaso, puesto que, como se ha visto, las infinitas lecturas posibles hacen del texto unobjeto inasible y cuyo principio y fin están siempre más allá de la mera letra impresa. El hecho de la palabra-fundamento perdida nos introduce, pues, en un universo de dudas e incertidumbres, de conjeturas y rumores, de fragmentos de mensajes olvidados o recordados a medias: "Sólo quedan palabras. Palabras, palabras desplazadas y mutiladas, palabras de otros" [A:26]; "he de rectificar y ampliar estas páginas" [A:27]; "otras versiones cambian el orden de estos hechos y niegan que hayan ocurrido en un solo día" [A:32]; "tuve la impresión de recuperar, bajo forma borrosa,algo que había sido mío" [A:49]; "un rumor quiere que la idéntica noche que se mató..." [HUI: 76]; "si no me equivoco, las fuentes originales de información..." [HUI:83]; "si los copiosos índices no me engañan" [A:35]; "El libro es un acervo indeciso de borradores contradictorios"; [F:105]; "mi verso es de interrogación y de prueba / y para obedecer loentrevisto" [OP:127]; "Es un instante desgarrado de un cuento que oí en un almacén [...] Sin mayor seguridad lo recobro" [EC:23];nuestro decir es una serie de adaptaciones,

vale decir, una educación del olvido" [D:70].

No obstante, la imposibilidad de acceder a la palabra total, a la palabra origen y la consecuente necesidad de moverse en la precariedad conjetural, entre la memoria y el olvido, conllevan, contradictoriamente, como complemento dialéctico, la posibilidad de invención y de enriquecimiento de los textos. Tal posibilidad se centra en la lectura, puesto que escribir supone siempre leer (oír) un texto anterior. De ahí que la verdadera grandeza de un relato o de un poema radique, precisamente, en la capacidad de suscitar repeticiones, versiones y variantes. Los libros clásicos -anota Borges- son aquellos que se leen "como si en sus páginas todo fuesedeliberado, fatal, profundo como el cosmos y capaz de interpretaciones sin término [OI: 260]. Por eso el Martín Fierro es "un libro insigne", porque "es capaz de casi inagotablesrepeticiones, versiones, perversiones" [A: 53]. Parece como si el tiempo de la escritura borrara y olvidara (piénsese en el Homero de "El inmortal") y el tiempo de la lectura rememorara, reviviera, reinventara los textos.

El tiempo que despoja los alcázares -dice Averroes- enriquece los versos. El de Zuhair,

cuando éste lo compuso en Arabia, sirvió para confrontar dos imágenes, la del viejo camello y la del destino; repetido ahora, sirve para memoria de Zuhair y para confundir nuestros pesares con los de aquel árabe muerto. Dos términos tenía la figura y hoy tiene cuatro. El tiempo agranda el ámbito de los versos, y sé de algunos que a la par de la música, son todo, para todos los hombres [A:99].

"Por cada lectura -escribe Borges- lo que fue una vez vuelve a ser, infinitamente"; "el sueño de uno es la memoria de todos" [H:36]. Ala irrevocabilidad de la escritura, se opone la lectura plural y cambiante. Por eso "Don Quijote no logró jamás olvidar que era una proyección de Alonso Quijano, lector de historias fabulosas" [H:29]; por eso abundan los lectores en los cuentos borgianos; por eso, a la hora de construir argumentos y tramar intrigas, los manuscritos, las cartas, los relatos orales, los libros, en fin, valen más -en la perspectiva borgiana del circuito comunicativo- en tanto instancias de recepción, descodificación, desciframiento, que como meros escritos:

la poesía está en el comercio del poema con el lector, no en laserie de símbolos que registran las páginas de un libro. Lo

esencial es [...] la modificación física que suscita cada lectura [OP:11].

De aquí que Borges se presenta a menudo como lector y relector [5], como traductor y lectory aun "usurpador de versos" [OP:15]: "los buenos lectores -asegura- son cisnes aún mástenebrosos y singulares que los buenos autores" [HUI:7]. De ahí también que, en "Los traductores de Las mil y una noches", la versión de Galland sea la ganadora, no obstante ser, palabra por palabra, "la peor escrita de todas, la más embustera y más débil". Tuvo la suerte, sin embargo, de ser "la mejor leída" [HE:100]. Contó entre sus lectores a Coleridge, Tomás de Quincey, Stendhal, Tennyson, Poe, Newman... Su carácter de lectura y relectura hacen, igualmente, que el Quijote de Pierre Menard, a pesar de no contarsino con algo más de dos capítulos (idénticos a los cervantinos) [6], tenga un sentido diverso que, en cierta manera lo enriquece y distingue, derivado, precisamente, de su diferente situación contextual [7]. Al reescribir el Quijote, Pierre Menard ha descubierto (o inventado) una nueva forma de lectura:

Menard (acaso sin quererlo) ha enriquecido mediante una

técnica nueva el arte detenido y rudimentario de la lectura: la técnica del anacronismo deliberado y de las atribuciones erróneas [F:56].

En el fondo, la historia de Pierre Menard viene a ser una especie de alegoría de la lectura como tarea enriquecedora y perspectivizante de los textos; se nos proponeuna poética de la lectura que supone la idea del texto como dinamia relacional:

Un libro es más que una estructura verbal, o que una serie de estructuras verbales; es el diálogo que entabla con su lector y la entonación que impone a su voz y las cambiantes y durables imágenes que deja en su memoria. Ese diálogo es infinito [...] La literatura no es agotable, por la suficiente ysimple razón de que un solo libro no lo es. Ellibro no es un ente incomunicado: es una relación, es un eje de innumerables relaciones[OI:207]

La tragedia de un libro consiste, por lo tanto, en el abandono que de él hace el lector[OP:209]: la ciudad de Tlon se borraba a medida que iba siendo olvidada por los lectores. Y Borges confiesa en el "Prólogo" a Elogio de la sombra: "Espero que el lector

descubra en mis páginas algo que pueda merecersu memoria" [ES:10]. Sólo así sus páginas sobrevivirán.

Por otra parte, "toda lectura implica una colaboración y casi una complicidad" [OP:293].Todavía más, en la novela de Herbert Quain, "el lector descubrió otra solución que es la verdadera. El lector de ese libro singular es más perspicaz que el detective" [F: 79]. El lector inventa un nuevo verosímil que fracturael género policial canónico.

En verdad, la función lectora es tan importante que, en la perspectiva borgiana, determina hasta la naturaleza de los géneros literarios:

los géneros literarios dependen, quizá, menos de los textos que del modo en que éstos son leídos. El hecho estético requiere la conjunción del lector y del texto y sólo entonces existe [BO:72].

Este principio, se proyecta, incluso, a las épocas literarias:

Una literatura difiere de otra, ulterior o anterior, menos por el texto que por la manera

de ser leída: si me fuera otorgado leer cualquier página actual -ésta, por ejemplo- como la leerán el año dos mil, yo sabría como será la literatura del año dos mil [OI:208]

En resumen, por un lado, los textos de Borges suponen y exigen una lectura enciclopédica (enel sentido de Eco), capaz de llenar los intersticios y silencios de la escritura explícita. Así, el lector de Borges deberá entender que, por citar ejemplos obvios, La Iliada, La divina comedia, el Quijote o el Martín Fierro, están supuestos en la memoria del lector textual y, por lo tanto, contenidos, dealgún modo, en las escuetas líneas de los cuentos o poemas que los reescriben o dialogancon ellos. Y si quiere cumplir su rol cabalmente, tal lector deberá asumir la responsabilidad de esas escrituras-lecturas implícitas. Pero, por otro lado y al mismo tiempo, los textos de Borges suponen una defectividad radical que el lector deberá suplir con su perspectiva personal (su memoria, su creatividad).

Así, pues, en esta pragmática lingüística que

Borges nos propone, escribir y leer devienen las dos caras arbitrarias de una misma moneda:"es trivial y fortuita la circunstancia de queseas tú el lector de estos ejercicios, y yo suredactor" [OP:15]. Por eso, en las distintas instancias textuales, en las historias y en los discursos, los roles antagónicos, opuestos, contradictorios o complementarios tienden a neutralizarse y, entonces, "el ortodoxo y el hereje, el aborrecedor y el aborrecido, el acusador y el acusado, el verdugo y la víctima, el buscador y el buscado, el soñador y el soñado, el autor y ellector se funden y confunden en un mismo acto libre, es decir creador, porque "las palabras son símbolos que postulan una memoria compartida" [LA:37], la inmortalidad en la queBorges cree, capaz de habérselas con el universo-biblioteca, aunque siempre queden libros por leer: "todos los hombres que repiten una línea de Shakespeare, 'son' William Shakespeare" [F.:25], porque "todas las obras son obra de un solo autor, que es intemporal y es anónimo" [F:, y está destinadaa "que la descifren los hombres" [F:34].NOTAS

[1] Siglas usadas en las referencias (Consúltese la información bibliográfica

respectiva al final de este texto, en Obras citadas):

A = El Aleph;BO = Borges oral;D = Discusión;F = Ficciones;EC = Evaristo Carriego;ES = Elogio de la sombra;H = El hacedor;IB = El informe de Brodie;HE = Historia de la eternidad;HUI = Historia Universal de la infamia;

L = Libro de arena;OI = Otras inquisiciones.OP = Obra poética. 1923-1966.

[2] Borges es para nosotros el autor textual, la instancia autorial generada por el texto entanto producción.

[3] Mecanismo semejante introduce el relato de"El informe de Brodie": "En un ejemplar del primer volumen de Las mil y una noches (Londres, 1839) de Lane [...] descubrimos el manuscrito que ahora traduciré al castellano [...]. El manuscrito, que yo sepa, no fue dado nunca a la imprenta./ Traduciré fielmente el informe, compuesto en un inglés incoloro [...]. Falta

la primera página" [IB:139-40].

Asimismo, recuérdese el comienzo de "Undr": "Debo prevenir al lector que las páginas que traslado se buscarán en vano en el Libellus (1615) de Adán de Bremen [...]. Lappenberg lashalló en un manuscrito de la Bodleiana de Oxford y las juzgó, dado el acopio de pormenores circunstanciales, una tardía interpolación, pero las publicó a título de curiosidad en su Analecta Germanica (Leipzig 1894) [...] Mi versión española no es literal,pero es digna de fe" [LA:63].

[4] Véase, a modo de otros ejemplos, los prólogos de "Artificios. 1944" [F:115], o de El informe de Brodie; los epílogos de El Aleph o de El Hacedor ("De cuantos libros he entregado a laimprenta, ninguno, creo, es tan personal [...]precisamente porque abunda en reflejos y en interpolaciones" [H:155]; las notas a "El acercamiento a Almotasín" [F:42-3], a "Pierre Menard, autor del Quijote" [F:48,49, 56] o a "Deutsches requiem" [A:93,95,96,99,100], la "posdata" a Tlön, Uqbar, Orbis Tertius".

[5] "Yo he tratado más de releer que de leer, creo que releer es más importante que leer, salvo que para releer se necesita haber leído"

[BO:24].

[6] El Quijote de Pierre Menard tiene que ver,significativamente, con cuestiones autorreflexivas o intertextuales: se trata, como se sabe, de la reescritura de los capítulos IX y XXXVIII de la Primera Parte delQuijote cervantino (que incluyen, respectivamente, alusiones a Cide Hamete Benengeli y el discurso sobre las armas y las letras) y de un fragmento del capítulo XXII (el episodio de los galeotes y la historia de Ginés de Pasamonte, un relato dentro de relato, que se vincula al género picaresco).

[7] "...el fragmentario Quijote de Menard es más sutil que el de Cervantes. Este, de un modo burdo, opone a las ficciones caballerescas la pobre realidad provinciana desu país; Menard elige como 'realidad' la tierra de Carmen durante el siglo de Lepanto yde Lope [...]. El texto de Menard y el de Cervantes son verdaderamente idénticos, pero el segundo es casi infinitamente más rico. (Más ambiguo, dirán sus detractores; pero la ambigüedad es una riqueza).

También es vívido el contraste de los estilos.El estilo arcaizante de Menard -extranjero al

fin- adolece de alguna afectación. No así el del precursor, que maneja con desenfado el español corriente de su época" [F:53-55].

OBRAS CITADAS DE JORGE LUIS BORGES

1960 Otras inquisiciones, Buenos Aires, Emecé.[1952]1962 El aleph, Buenos Aires, Emecé, 3ª. [1949]1965 Evaristo Carriego, Buenos Aires, Emecé, 3ª. [1930]1966 Discusión, Buenos Aires, Emecé, 4ª. [1932]1966 Ficciones, Buenos Aires, Emecé, 7ª. [1944]1966 Historia universal de la infamia, Buenos Aires, Emecé, 6ª.[1935]1966 Obra poética. 1923-1966, Buenos Aires, Emecé.1967 El hacedor, Buenos Aires, Emecé, 5ª. [1960]1968 Historia de la eternidad, Buenos Aires, Emecé, 5ª. [1936]1969 Elogio de la sombra, Buenos Aires, Emecé.1971 El informe de Brodie, Buenos Aires, Emecé, 4ª. [1970]1979 EL libro de arena, Madrid, Alianza/Emecé, 2ª. [1975]

1980 Borges oral, Barcelona, Bruguera.