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ACOMPAÑAMIENTO EN LA FE DE LOS JÓVENES ACÓLITOS
Una propuesta, desde la espiritualidad salesiana, para el acompañamiento del grupo
de acólitos del oratorio salesiano de la parroquia San Juan Bosco
QUANG VINH NGUYEN
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
Facultad de Teología
Programa de Pregrado
Carrera en Teología
Bogotá, D.C.
2019
2
ACOMPAÑAMIENTO EN LA FE DE LOS JÓVENES ACÓLITOS
Una propuesta, desde la espiritualidad salesiana, para el acompañamiento del grupo
de acólitos del oratorio salesiano de la parroquia San Juan Bosco
QUANG VINH NGUYEN
Tutor
David Eduardo Lara Corredor
Trabajo de grado para optar por el título de Licenciado en Teología
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
Facultad de Teología
Programa de Pregrado
Licenciatura en Teología
Bogotá, D.C.
2019
3
AGRADECIMIENTOS
Quiero agradecer, en primer lugar a Dios, por haberme permitido realizar este trabajo de
grado y culminar satisfactoriamente mi proceso académico, fortaleciéndome en los
momentos de dificultad y a su vez, por brindarme las herramientas necesarias parar ser
mejor cada día.
En segundo lugar, quiero expresar mi gratitud a mis profesores, especialmente al profesor
David Lara Corredor y al P. Hernán Darío Cardona Ramírez, SDB., quienes me
acompañaron en este proceso y ayudaron a profundizar mi hacer teológico.
Finalmente, quiero dar gracias a mi comunidad mis hermanos salesianos quienes han estado
presentes en los momentos más significativo de mi vida. De modo especial a mis hermanos
que han contribuido en el ejercicio reflexivo de este trabajo.
4
Dedicatoria
“A ser cristiano no se comienza por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva.”1
1Benedicto XVI. Carta Encíclica Deus caritas est, 1.
5
TABLA DE CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 8
1. PROBLEMA A INVESTIGAR................................................................................. 8
2. JUSTIFICACIÓN ...................................................................................................... 9
3. MARCO METODOLÓGICO ................................................................................. 11
4. MARCO TEÓRICO ................................................................................................ 12
4.1 Marco conceptual .................................................................................................... 12
4.2 Marco referencial ..................................................................................................... 13
Capítulo 1. UN ACERCAMIENTO TEOLÓGICO A LA REALIDAD DE LOS
JÓVENES ............................................................................................................................ 15
1. DESCRIPCIÓN DE LA POBLACIÓN .................................................................. 15
1.1 Realidad social ......................................................................................................... 16
1.2 Contexto religioso ................................................................................................... 17
1.3 Contexto educativo .................................................................................................. 20
1.4 Contexto familiar ..................................................................................................... 21
Capítulo 2. LA OPCIÓN POR LOS JÓVENES ................................................................ 25
1. LOS JÓVENES Y EL MAGISTERIO ECLESIAL ........................................................ 25
1.1 Dios ama a los jóvenes a través de su Hijo ............................................................ 26
1.2 Los jóvenes buscan a Jesús .................................................................................... 28
1.2.1 Jesús es un amigo ................................................................................... 29
1.2.2 Los jóvenes tienen sueños y realizan sus sueños junto con Cristo .......... 30
1.3 La necesidad de educar a los jóvenes ..................................................................... 31
1.3.1 El crecimiento y la maduración ............................................................... 34
1.3.2 Vivir la fraternidad y el compromiso....................................................... 35
2. LOS JÓVENES EN EL MAGISTERIO LATINOMERICANO ................................... 36
2.1 Los jóvenes en la Iglesia......................................................................................... 38
2.2 La formación de la fe de los jóvenes ...................................................................... 39
2.3 El compromiso de los jóvenes ............................................................................... 40
6
3. LOS JOVENES EN EL CENTRO DE LA MISIÓN SALESIANA .............................. 41
3.1 Don Bosco con los jóvenes de su época ................................................................. 42
3.2 Los lugares de la experiencia salesiana: el oratorio como criterio permanente ..... 44
3.2.1 La calle donde nace y se prolonga el encuentro educativo ..................... 46
3.2.2 La familia es una casa de puertas y corazones abiertos ........................ 48
3.2.3 Una escuela donde estudiar para construir el conocimiento y educarse
para la vida y un taller que capacita para el trabajo y dignifica al
trabajador ......................................................................................................... 49
3.2.4 Un patio donde se comparte la amistad con alegría y una comunidad
creyente ............................................................................................................. 50
3.2.5 Un lugar de la patria donde se forma para una ciudadanía activa y un
lugar de la naturaleza ....................................................................................... 51
3.3 Teologia Pastoral Juvenil Salesiana ....................................................................... 52
3.3.1 Jesús: Buen Pastor, la revelación el Misterio de Dios a los jóvenes ...... 52
3.3.2 La Iglesia continúa la misión de Jesús en la misión salesiana ............... 54
3.3.3 Un amor agradecido y filial a María ...................................................... 55
Capítulo 3. UNA PROPUESTA DE ACOMPAÑAMIENTO EN LA FE ......................... 56
1. ACOMPAÑAMIENTO EN EL AMBIENTE EDUCATIVO......................................... 57
1.1 La Familia ............................................................................................................... 58
1.2 La Escuela ............................................................................................................. 60
1.3 La Parroquia ........................................................................................................... 61
2. ACOMPAÑAMIENTO PERSONAL ............................................................................. 63
2.1 Practicar la vida cristiana ....................................................................................... 64
2.1.1 Espiritualidad cotidiana ......................................................................... 65
2.1.2 Espiritualidad de la alegría y la amistad con Jesús .............................. 66
2.1.3 Espiritualidad de comunión eclesial y servicio responsable ................... 68
2.2 El discernimiento vocacional ................................................................................. 70
2.2.1 Acompañar para discernir ....................................................................... 72
2.2.2 El proceso del discernimiento ................................................................. 73
7
2.2.3 Itinerario para una decisión vocacional ................................................. 74
3. ACOMPAÑAMIENTO DE GRUPO ............................................................................. 76
3.1 El grupo de acólitos del oratorio de la parroquia San Juan Bosco ......................... 76
3.2 Grupo de fe ............................................................................................................. 77
3.3 Ser misionero, saliendo con Jesús .......................................................................... 79
CONCLUSIONES ............................................................................................................... 82
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................. 85
ANEXOS ............................................................................................................................. 91
8
INTRODUCCIÓN
Esta investigación se desarrolla desde los planteamientos de la teología de la acción
humana, es decir, tiene como fuente de inspiración la realidad humana en toda su
complejidad. La teología de la acción humana busca descubrir cómo Dios se revela en la
realidad y, de este modo, conminar a la transformación de la realidad a luz de la Palabra de
Dios. En efecto, es la acción humana lugar privilegiado de la revelación de Dios y, del
mismo modo, ámbito donde se debe trabajar para generar procesos de cambio, para que
logremos vencer las estructuras que oprimen al ser humano, para hacerlo libre delante
Dios.2
El presente trabajo tiene como contexto, el Oratorio de la Parroquia San Juan Bosco, donde
los Salesianos de Don Bosco iniciaron la actividad misionera-evangelizadora desde el año
1954, junto a la comunidad del Teologado Salesiano3. Es el desde-donde vengo prestando
el servicio evangelizador, realizándolo los sábados y los domingos, con los jóvenes del
grupo de acólitos. Ellos, viven en un contexto demarcado por múltiples situaciones
problemáticas, entre las que se puede constatar, que no hay unas propuestas de formación
constante en la fe convincente, para responder a sus necesidades espirituales.
1. PROBLEMA A INVESTIGAR
En el trabajo con los jóvenes he observado que muchos de ellos deambulan por las calles
buscando distraerse, ocupar su tiempo libre y, a veces, caen en situaciones desastrosas, la
mayoría de ellos enfrenta dificultades en su familia. En la calle encuentran otras propuestas
para ocupar el tiempo libre, que no los lleva por el camino del crecimiento, sino que los
confunde e impregna de antivalores.4
Si el objeto principal de la teología es el estudio de la Revelación de Dios, en la persona del
Señor Jesús, teniendo presente el accionar de Dios en la historia y a través de la historia,
con el Concilio Vaticano II, en la constitución pastoral Gaudium et Spes, la Iglesia puso su
2 Parra, Alberto. “De camino a la teología de la acción”, 165.
3 Pongutá, Silvestre. Entrevista por los 80 años de fundación de la casa salesiana del Porvenir.
4 Pereda, Carlos; Walter Actis y Miguel Ángel de Prada. La juventud ante su inserción en la sociedad, 78.
9
mirada de manera especial en la acción humana, es decir, en la vida ordinaria de las
personas que luchan por construir un mundo mejor, ello tiene sentido teologal, de tal
manera, que se marca una línea para reflexionar sobre la acción de los grupos humanos, en
este caso de los acólitos de la parroquia.5
En el trabajo en el oratorio se ha logrado tener espacio de interacción que ha permitido
acompañar a los jóvenes en su tiempo libre. Creo que la pastoral salesiana presenta una
forma de ocupar el tiempo, de forma positiva, con los jóvenes. Por ello, la pregunta a
investigar es: ¿Cómo la espiritualidad salesiana puede favorecer una experiencia de Dios,
en los jóvenes del grupo de acólitos del Oratorio Salesiano de la parroquia San Juan
Bosco, como formación en la fe?
2. JUSTIFICACIÓN
La Congregación Salesiana, a la cual pertenezco, tiene como opción preferencial los
jóvenes, así lo expresa el artículo 26 de las Constituciones: “Con Don Bosco reafirmamos
nuestra preferencia por la juventud pobre, abandonada y en peligro, que tiene mayor
necesidad de ser querida y evangelizada, y trabajamos, sobre todo, en lugares de mayor
pobreza.”6 Así, en el presente trabajo, se ha hecho una opción por la acción humana de los
jóvenes acólitos, en la parroquia de San Juan Bosco. Por esta razón el trabajo va
encaminado a fortalecer en los jóvenes su vida interior, desde la Espiritualidad Salesiana
para motivarlos a dar respuestas positivas en la toma de decisiones y en la construcción de
su vida y plantear el proyecto de su vida.
Si aceptamos que un lugar privilegiado de la Revelación de Dios son los jóvenes, hay que
estar atentos a estos signos de los tiempos, que nos impulsan a dar una respuesta efectiva a
sus necesidades tanto espirituales como materiales. Si como Don Ángel Fernández afirma:
5 Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes, 12.
6 Sociedad de San Francisco de Sales. Constituciones Salesianas. Art 26.
10
“los jóvenes son nuestra zarza ardiente”7, recordando el pasaje del Ex 4, 3, por eso es
válido identificar las características de la espiritualidad juvenil salesiana en la cotidianidad,
con el fin de desarrollar una propuesta educativa-pastoral que favorezca una experiencia de
Dios al estilo salesiano en los jóvenes del grupo de acólitos del Oratorio Salesiano de la
parroquia San Juan Bosco.
La investigación tiene como objetivo conocer las diferentes problemáticas de los jóvenes
del grupo de acólitos de la Parroquia San Juan Bosco; de verdad el mundo interior del joven
es muy rico, diverso y es necesario partir de un diagnóstico de su situación personal, para
determinar las estrategias de acompañamiento: saber cuál es su contexto, determinar las
causas de sus problemas al encontrarse con realidades que en algunos casos pueden requerir
reorientarse y en otras fortalecerse
Como afirmaba el Concilio Vaticano II en la Constitución pastoral Gaudium et Spes, es
necesario ir a la realidad concreta del hombre, a sus situaciones muchas veces complejas;
conocer la realidad juvenil es necesario para llevar a cabo propuesta de pastoral eficacas.8
Por eso, esta investigación va a presentar la realidad concreta de la vida de los jóvenes del
grupo de acólitos, desde allí por medio de un ambiente de Oratorio y un acompañamiento
en la fe, ofrecer a los jóvenes una propuesta para ayudarles a ser buenos cristianos y
honestos ciudadanos.
Por ello, en esta investigación se propone una acción de acompañamiento en la fe, que
favorezca una experiencia de Dios, al estilo salesiano, en los jóvenes del grupo de acólitos
del Oratorio Salesiano de la parroquia San Juan Bosco. Para ello, se va a describir la
realidad de los jóvenes oratorianos de la parroquia San Juan Bosco; se analizarán, desde la
teología, los elementos de un acompañamiento en la fe, desde la opción por los jóvenes, en
la espiritualidad salesiana.
7 Sociedad de San Francisco de Sales. Capítulo XXVII, 187.
8 Concilio Vaticano II. Gaudium et Spes, 36.
11
3. MARCO METODOLÓGICO
La Congregación Salesiana, con el Capítulo General XVII, desarrolló sus plenarias con la
aplicación de los siguientes pasos: Escucha, lectura y camino9. Para los fines de esta
investigación se van a seguir estos mismos pasos de tal forma que primero, se haga una
escucha de la realidad desde la perspectiva teológica, cómo esa realidad se contrasta con las
situaciones que viven los jóvenes del grupo de acólitos del oratorio salesiano de la
parroquia San Juan Bosco.
Para realizar esa escucha se tendrá en cuenta el contexto social, religioso, familiar y
educativo donde se desenvuelven los jóvenes. Así mismo, con los datos arrojados de la
descripción de la realidad se hará una lectura teológica de tal forma que se aborde como
lugar teológico, donde se desprende oportunidades y desafíos, como lo dice el Rector
Mayor de los salesianos.
Segundo, hacer una lectura de la realidad de los jóvenes del oratorio, como signo de los
tiempos, iluminado tanto con los aportes de la teología como de la literatura salesiana, para
afianzar teológicamente esta opción por los jóvenes y el acompañamiento en la fe. Para
lograr esto, en primer lugar, se harán un acercamiento a los jóvenes y el Magisterio Eclesial
Luego los jóvenes en el Magisterio latinoamericano acerca de la realidad juvenil. Por
último se acudirá al magisterio salesiano sobre los jóvenes al centro de la misión salesiana.
Tercero, diseñar un camino como propuesta para que los jóvenes vivan la espiritualidad
juvenil salesiana en la cotidianidad. Esta propuesta se hará en la perspectiva de un
acompañamiento de ambiente los jóvenes reciben ambiente de la familia, escuela y
parroquia. Luego acompañamiento personal tiene como base el diálogo personal y familiar,
en la vivencia de los sacramentos para practicar la vida cristiana, sobre todo, ese
acompañamiento será bien llevado los chicos que pueden hacer su discernimiento
vocacional. Por lo último el acompañamiento de grupo ofrece a los jóvenes un grupo de la
fe y los ayudar a ser misionero para evangelizar la Palabra de Jesús.
9 Sociedad de San Francisco de Sales. Capítulo General XXVII, 9.
12
4. MARCO TEÓRICO
Un trabajo investigativo debe limitar el alcance de sus categorías y la literatura de base para
la reflexión, por ello, a continuación, se escribirán las palabras y se presentarán los autores
con los que se fundamentará el análisis teórico.
4.1 Marco conceptual
Espiritualidad juvenil Salesiana: se puede sintetizar de modo sencillo: vivir siempre
alegres, con Cristo, en la Iglesia para el servicio de la sociedad desde el Evangelio10
.
Además, la espiritualidad juvenil Salesiana ofrece a los jóvenes un proyecto de
espiritualidad salesiana, un camino de la vida para determinar: cómo vivir alegría en la vida
cotidiana, cómo servir a los demás, construir un Rey de Dios en la vida terrenal y hacerse
santo en el mundo de hoy.
Acompañamiento en la fe: es la necesidad de acompañar y ser acompañados, realización
personal, personalización y crecimiento la fe y el grupo es sujeto de acompañamiento de la
fe. Ofrecer a los jóvenes un acompañamiento personal y grupal y en comunidad, con este
acompañamiento ayuda a los jóvenes a construir un proyecto de la vida, desde allí
ayudarlos ser buenos cristianos y honestos ciudadanos.
El Proyecto educativo pastoral: es orientado hacia la evangelización de los jóvenes
mediante la educación, que pueda llegar a ser para todos, lo que la integran una experiencia
de Iglesia y de humanidad donde se pueda vivenciar la fraternidad en y con Cristo.11
Crear
a los jóvenes un ambiente educativo y comunicación personal, grupal y en comunidad.
Aunar los esfuerzos de todos en la animación de los procesos educativos, favoreciendo una
experiencia de vida cristiana y un camino progresivo de educción en la fe en ellos.
Oratorio salesiano: es un lugar para hacer oración; es segundo hogar donde los jóvenes se
sientan a gusto como una familia; es una escuela donde se aprende de manera informal,
donde se aprende acompañados por los amigos, donde se potencian las capacidades que
10
Rubio, Ramiro y Medardo Ángel Silva, Espiritualidad Juvenil Salesiana, 141-150. 11
Peresson Tonelli, Mario. Proyecto Educativo pastoral Salesiana, 16.
13
cada uno posee; es un patio o un lugar de convivencia y juego para el tiempo libre de los
jóvenes12
.
4.2 Marco referencial
La Iglesia, con la celebración del Sínodo Fe y discernimiento vocacional, puso su mirada
de manera especial en los jóvenes.13
Se puede constatar que la condición juvenil es
polivalente y compleja, es decir, tiene muchas características y a la vez confusas. De ahí
que esta investigación tenga como objetivo una propuesta de acompañamiento que, de
herramientas a los jóvenes para proyectar en el mundo, consolidar sus metas a corto,
mediano y largo plaza, y asimismo incidir significativamente en su vida.
De ahí la necesidad teológica de acercarnos a la realidad de los jóvenes de tal forma que se
responda de manera efectiva a sus demandas espirituales. Así lo pidió de manera especial el
Concilio Vaticano II en Gaudium et Spes cuando afirmaba que es necesario ir a la realidad
concreta del hombre, a sus situaciones muchas veces complejas; conocer la realidad juvenil
es necesario para llevar a cabo propuesta de pastoral eficacas.14
Con el libro Educar con el corazón de Don Bosco15
, del P. Mario Peresson SDB., cuenta
que la acción educativo Pastoral de San Juan Bosco estuvo inspirada y guiada por lo que el
ideó y llamó sistema preventivo fruto de su larga experiencia como educador de la juventud
especialmente de los sectores populares por eso este libro ilumina a este tema, para buscar
releer el “Sistema Preventivo” desde nuestros contextos particulares.
El libro trata de la experiencia de un arte educativo, el sistema preventivo de San Juan
Bosco, un proyecto pedagógico y una experiencia espiritual. Este texto nos presenta el
tema de evangelizar-educando, a través un proyecto de promoción integral orientado a
Cristo, también nos ofrece un método de amor para acompañar a los jóvenes como
educadores.
12
Quaglino, A.. Don Bosco en el mundo, 159. 13
Sínodo de los Obispos XV Asamblea General Ordinaria. Los jóvenes, la Fe y el discernimiento vocacional,
8. 14
Concilio Vaticano II. Gaudium et Spes, 36. 15
Peresson Tonelli, Mario. Educar con el corazón de Don Bosco, 12.
14
Los dos libros sobre Espiritualidad Juvenil Salesiana, de Ramiro Rubio y Medardo Ángel16
,
hablan de: la vivencia de la espiritualidad cristiana cuando se la experimenta en
profundidad y trasciende como lo hizo Don Bosco al dar la vida por cada uno de sus
jóvenes con los medios que crea, para llegar al corazón del mismo con la única finalidad de
ganarlos para Dios, para que se conviertan en protagonistas de su propio desarrollo con
ciertas características, forma de vida iluminada desde la fe como testimonio vital para la
sociedad en la que se encuentra. Este libro ofrece una propuesta vital para iluminar y
ayudar a los Jóvenes a tener una relación profunda con Dios,
Las Memorias del Oratorio de San Francisco de Sales17
, del P. Fernando Peraza Leal
iluminan y desarrolla una propuesta, desde la espiritualidad salesiana, para el
acompañamiento del grupo de acólitos del oratorio salesiano de la parroquia San Juan
Bosco. Este libro es el documento punto de partida para el conocimiento más cercano de
Don Bosco. Presenta a Don Bosco como un padre, un maestro, un amigo de los Jóvenes.
Además, invita a los jóvenes a vivir una experiencia desde la espiritualidad salesiana en la
vida cotidiana con alegría y esperanza, para ser ciudadanos de bien y cristianos coherentes
con su fe.
16
Rubio, Ramiro y Medardo Ángel Silva, Espiritualidad Juvenil Salesiana, 141-150. 17
Peraza Leal, Fernando. Memorias del Oratorio de San Francisco de Sale escritas por San Juan Bosco, 3.
15
Capítulo 1.
UN ACERCAMIENTO TEOLÓGICO A LA REALIDAD DE LOS JÓVENES
El presente capítulo pretende hacer un acercamiento a las situaciones más complejas que
viven los jóvenes del barrio el Codito en el norte de la cuidad de Bogotá, de donde
provienen los integrantes del grupo de acólitos. De igual modo, busca hacer una escucha de
la realidad juvenil desde la perspectiva teológica, es decir, una escucha atenta de los
diversos ambientes en los que viven, desde el contexto social, religioso, educativo y
familiar. Desde esta lectura de la realidad, se puede describir la situación de los jóvenes
oratorianos de la parroquia San Juan Bosco. Con este acercamiento al contexto juvenil, se
procederá a llevar a cabo una profundización, donde se reconozca este ambiente, como un
lugar teológico, donde se desprenden oportunidades y desafíos desde las opciones
carismáticas y pastorales del ser salesiano.
1. DESCRIPCIÓN DE LA POBLACIÓN
El sector al que pertenece la Parroquia San Juan Bosco está catalogado en el estrato 1, 2, 3
y 4, en el que los estratos bajos son de escasos recursos económicos, algunos reciben
subsidios del Gobierno, sin embargo, muchas familias se dedican a diversos trabajos
informales que les permiten subsistir.18
Además, los estratos 3 y 4, tienen solvencia
económica, pues, trabajan para el sustento familiar. La población, que es atendida por la
parroquia, abarca personas que requieren apoyo espiritual, humano y pastoral, que les
permita ir adquiriendo mayor conciencia de su dignidad humana, así como de las
oportunidades que la sociedad les puede ofrecer. Dentro de este ambiente también se puede
identificar la presencia de familias y jóvenes inmigrantes venezolanos, que tras salir de su
país llegaron a la ciudad buscando nuevas oportunidades de vida.
Los niños y jóvenes, del barrio El Codito, en su mayoría estudian en los colegios públicos
del sector, aunque existe una pequeña población que no asiste a la escuela o al colegio, por
motivos económicos o familiares. Muy pocos de estos muchachos pasan a la universidad,
por la misma situación económica de las familias, que los llevan a salir a buscar trabajo y
18
Pereda, Carlos; Walter Actis, y Miguel Ángel de Prada. La juventud ante su inserción en la sociedad, 78.
16
0%
20%
40%
60%
80%
Ambiente socialnegativo
Fragilidad de suvoluntad para obrar
correctamente
Violencia juvenil
colaborar económicamente en el sostenimiento del hogar. Solo algunos logran obtener
cupos para estudiar en entidades públicas como el SENA.
La realidad familiar, tiene sus complejidades, como también sus fortalezas; se percibe que
hay familias disfuncionales, donde los hijos viven sólo con el padre o con la madre;
realidades donde familias tienen problemas y presentan conflictos, que muchas veces
repercuten en los niños y jóvenes que están en nuestro contexto social. También hay
familias tradicionales que cuentan con un hogar estable, y cumplen con las
responsabilidades, son familias cristianas católicas que participan asiduamente de la
Eucaristía dominical e inculcan valores cristianos y humanos a sus hijos.
1.1 Realidad social
Esta mirada a la realidad social se hace por medio de una encuesta a catorce jóvenes del
grupo de acólitos19
, lo que permitió descubrir que algunos problemas sociales tienen su
origen en la violencia juvenil que los rodea. Como se ve en la siguiente tabla:
a) Ambiente social negativo 0%
b) Fragilidad de su voluntad para obrar correctamente 40%
c) Violencia juvenil 60%
19
En los Anexos del presente trabajo
17
Del 100% de los jóvenes del grupo de acólitos del oratorio salesiano, de la parroquia san
Juan Bosco, el 60% manifiesta que “la violencia juvenil” es la fuente de la problemática
social, dato que indica una situación alarmante para ellos, a la vez que manifiesta la
afectación que eso genera en su vida cotidiana. La edición 2013 del Estudio mundial sobre
el homicidio afirma que:
… en 2012, casi medio millón de personas (437 000) perdieron la vida a causa de
homicidios dolosos en todo el mundo. Más de una tercera parte de éstos (36%) tuvieron
lugar en el continente americano, 31% en África, 28% en Asia, mientras que Europa
(5%) y Oceanía (0.3%). La mayoría de las víctimas de homicidio, tanto hombres como
mujeres, tienen en común que son relativamente jóvenes. Los grupos de edad de 15 a 29
años.20
En Colombia, el Defensor del Pueblo en su informe anual al Congreso dice: “Se presume
que, de los 24.000 guerrilleros del país, entre el 60 y 70%, esto es, de 14.000 a 16.800
guerrilleros son jóvenes entre 13 y 25 años”21
. Por eso, en la sociedad actual el ambiente
social puede contribuir a formar o deformar a las personas y es determinante en la
conformación de la personalidad y la manera de actuar de las personas.
La violencia no solo puede explicarse como consecuencia de la pobreza, sino también
expresa una desigualdad social incapacidad del desarrollo de organizaciones colectivas y de
transferir las demandas sociales al campo político22
.
1.2 Contexto religioso
La realidad religiosa de los jóvenes del grupo de acólitos se hace por medio de una encuesta
sobre la Indiferencia religiosa, la falta de experiencias espirituales e Incoherencia entre fe y
vida.
Según los chicos del grupo, los principales problemas espirituales son:
a) Indiferencia religiosa 30%
b) Falta de experiencias espirituales 30%
20
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. Estudio mundial sobre el homicidio, 8. 21
Muñoz González, Germán. “Temas y problemas de los jóvenes colombianos al comenzar el siglo XXI”, 6. 22
Canadian, Bailey. “The Colombian crisis in historical perspective”, 2.
18
c) Incoherencia entre fe y vida 40%.
Del 100% de los jóvenes encuestados, la opción “Indiferencia religiosa” ocupa un 30%,
seguida de “Falta de experiencias espirituales” con un 30%, y de “Incoherencia entre fe y
vida”, con un 40%. Estos datos pueden indicar que la experiencia de fe no se da con
profundidad, tanto a nivel personal como familiar y comunitario. La experiencia religiosa
de los jóvenes resulta fuertemente influenciada por el contexto social y cultural en el que
viven en indiferencia religiosa.
Si analizamos la conducta habitual de los feligreses católicos, encontraremos que hay
mucha gente que ofrece voluntariamente su servicio a los demás, pero también hay otros
que se manifiestan como católicos, pero en la realidad llevan una vida inmoral, actúan al
margen de las leyes, abusan de los pobres y débiles, priorizan sus intereses personales
mezquinas y sus corazones desconocen los sentimientos del amor y la solidaridad con
los demás23
.
Este hecho crea una situación de incoherencia entre fe y vida. Dentro de los problemas
espirituales que afectan la vida religiosa, están:
a) Religiosidad por conveniencia 20%
b) Indiferencia espiritual familiar 40%
c) Ambiente materialista. 40%.
23
Silvero, Ilde . “Incoherencia entre fe y vida”,1.
0%
10%
20%
30%
40%
50% Indiferenciareligiosa
Falta deexperienciasespirituales
Incoherencia entrefe y vida
19
Del 100% de los jóvenes encuestados: el 40% vive en un “ambiente materialista”, el 40%
vive en un entorno de “indiferencia espiritual familiar”, y el 20% vive en religiosidad por
conveniencia. Estos datos afirman que el mayor problema que los jóvenes viven es el
ambiente desarraigado de experiencias religiosas auténticas. La transformación de la escala
de los valores, que se ha dado en la familia y en la sociedad, es un hecho que ha
determinado la generación de una cultura materialista y llena de injusticias, que hoy en día
atrae fácilmente a los jóvenes, en quien reposa el futuro de la sociedad. De hecho, la vida
desde estas orientaciones afecta, por ejemplo, el materialismo y el excesivo cuidado
hedonista que han ido generando una mentalidad individualista e indiferente frente a lo
social y comunitario.
Además, a algunos padres de la familia les falta acompañar en la fe a sus hijos, muchos
padres estaban tan preocupados por su trabajo que no había tiempo para enseñarles la fe a
sus hijos, no solo una instrucción, sino ante todo la práctica. Estas realidades van
conduciendo necesariamente a los jóvenes hacia un alejamiento de los principios religiosos
y a la indiferencia de la fe en el ámbito familiar y comunitario.
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
40%
45%
Religiosidad porconveniencia
Indiferenciafamiliar espiritual
Ambientematerialista.
Series2
20
1.3 Contexto educativo
La educación debe contribuir al desarrollo de cada persona, y con estas dos respuestas se
percibe que los jóvenes tienen metas claras. Además, se muestra la realidad del contexto
educativo de los jóvenes acólitos.
Según su opinión, ¿la mayoría de los jóvenes tienen metas claras?
Del 100% de los jóvenes encuestados: el 30% menciona que la juventud no tiene metas
claras, lo cual se puede interpretar como que la vida juvenil en el contexto actual se
desenvuelve en una confusión total, los horizontes o los paradigmas ya no son capaces de
responder a los interrogantes que se plantea la juventud. Estas respuestas implican que las
metas o propósitos que se fijan los jóvenes no tengan la suficiente luz, que les permita
avizorar un futuro con dignidad. Es posible que las instituciones educativas tradicionales, la
familia y la escuela en Colombia, la transmisión de valores morales y religiosos a los
educandos no lo están haciendo hoy día, en buena parte, porque no se encuentran
preparados para tener metas claras, están desorientados y no se interesan en tenerlas.
Por eso, tanto los padres de familia como los educadores en general, deben reconocer los
valores nuevos frente a los cuales se encuentran sensibilizados los jóvenes de hoy y
aprovecharlos para inculcárselos, en especial, la conciencia de autonomía y la
responsabilidad.
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
1
Si 70%
No 30%
21
1.4 Contexto familiar
La familia es un lugar natural en donde esta relación de reciprocidad y comunicación entre
padres e hijos es muy importante para la vida de los jóvenes acólitos.
Para usted los principales problemas juveniles familiares son:
Del 100% de los jóvenes encuestados: el 70% manifiestan que la falta de comunicación
familiar es el origen de las problemáticas familiares, indicando una profunda necesidad de
ser conocedores y colaboradores de la vivencia familiar y que sus opiniones sean tomadas
en cuenta. Con un 20%, indican que la incoherencia entre el discurso y la vida son el origen
de los problemas familiares. Con un el 10% manifiestan que demasiada exigencia de los
padres. Estos datos pueden indicar que falta la experiencia de convivencia en una familia
con profundidad, tanto a nivel personal como familiar y comunitario.
La comunicación llega a ser una necesidad en el ser humano que debe ser suplida y
realizada todos los instantes de su vida, sin embargo, se constata que muchas relaciones
humanas son fracturadas o llegan a romperse precisamente porque no se hace uso
racional y respetuoso de la misma, muchos de los padres de familia no tienen tiempo
para hablar con sus hijos, no tienen tiempo para jugar y escucharlos a ellos. Por eso no
pueden crear una auténtica comunicación requiere respeto, tolerancia, empatía y la
mejor voluntad para llegar a acuerdos y soluciones.24
24
Mayte Rius. La falta de comunicación entre padres e hijos, 1.
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
Desintegraciónfamiliar
Falta decomunicación
familiar
Incoherenciaentre el discurso y
la vida
Demasiadaexigencia de los
padres
22
Los problemas personales son causados por:
Del 100% de los jóvenes encuestados: el 30% manifiestan que la falta de vivencia de los
valores humanos, es el origen de las problemáticas familiares, las situaciones familiares
difíciles. y ocupa un 70%, lo que indica que la familia sigue siendo el contexto más
importante e íntimo de la persona, que, cuando se ve afectada por factores de diferente
índole se constituye en un verdadero obstáculo para un normal desenvolvimiento de los
jóvenes.
Muchos jóvenes sienten que viven en unos hogares violentos en donde la agresión es la
regla y la violencia se convierte en una forma de control, se nota un exceso de rigidez a
causa de la falta de cercanía. Así, amenazas, discusiones, peleas y reconciliaciones forman
parte del ambiente cotidiano; también, el estrés, el alcoholismo y las enfermedades
mentales son frecuentes en este medio, como el caldo de cultivo para el suicidio, la vida
delictiva, los trastornos de la conducta y otros desórdenes de personalidad. Por otro lado,
hay hogares sobreprotectores: aunque no es preferible el rechazo, la sobreprotección puede
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
Situacionesfamiliares muy
difíciles
Falta de vivencia delos valores humanos
Ambienteindividualista
Series2
23
ser dañina para el desarrollo de la autonomía y maduración emocional, dando lugar a
personalidades dependientes, no asertivas25
.
Según su criterio la auténtica felicidad está en:
Del 100% de los jóvenes encuestados: el 70% manifiesta “Tener salud y una familia” y
30% consideran que el sentido de la vida está en “Amar y servir”, sorprende que no señalen
el sentido del “Tener éxito y dinero”. Podemos ver que para los jóvenes tener la felicidad es
tener una familia que les ayude a encaminarse en el amor y el servicio a los demás.
Aunque esta respuesta puede contradecir a las anteriores se puede interpretar que los
jóvenes, aunque no siempre se encaminen a vivir el amor y el servicio en su interior, ellos
sienten que estos caminos son necesarios en la búsqueda de la felicidad, por ello desean
tener una familia que los apoye y los sostenga en sus decisiones, que los anime a llevar una
vida puesta al servicio de los demás.
25
Pineda Duque, Javier. Género, Violencia Intrafamiliar E Intervención Pública En Colombia, 24.
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
Tener éxito ydinero.
Tener salud y unafamilia
Ser reconocido yprestigioso
Amar y servir
24
Por otro lado, muchos jóvenes quieren ser felices, pero no luchan por lo que auténticamente
les gusta y les haría felices; son muy vulnerables ante sus sentimientos y al no tener una
fuerte fundamentación de vida van y vienen, viviendo experiencias de las que muchas veces
ni siquiera reflexionan sobre sus consecuencias. Se podría decir que no se han planteado su
sentido de vida, por eso siempre necesitan a alguien que los acompañe en su vida.
25
Capítulo 2.
LA OPCIÓN POR LOS JÓVENES
El objetivo de este segundo capítulo, es realizar una aproximación crítica a la realidad de
los jóvenes presentada en el primer capítulo, desde un escenario de lectura cuyo eje
articulador es la fe; “los signos de los tiempos anuncian nuevos caminos para que el
evangelio influya en las dinámicas del mundo”26
, en otras palabras, entender la realidad de
los jóvenes, desde la óptica de la fe, es entender cómo ellos se convierten en un lugar
teológico donde acontecen, en todo su sentido, Dios. Se trata de escuchar y dejarnos
iluminar por los aportes teológicos del Magisterio de la Iglesia y desde la reflexión
teológica salesiana. Analizar los elementos que configuran el acompañamiento en la fe
desde la espiritualidad salesiana.
Para lograr lo anterior se propone en el primer apartado una aproximación a los jóvenes
desde el Magisterio eclesial; en segundo lugar, los jóvenes desde el Magisterio
Latinoamericano; y en tercer lugar, los jóvenes desde la reflexión pedagógica y teológica
salesiana.
1. LOS JÓVENES Y EL MAGISTERIO ECLESIAL
La Iglesia, con el Papa Francisco en la exhortación apostólica Christus vivit, reconoce la
necesidad de responder a los problemas de los jóvenes.27
Este documento ofrece
instrucciones muy específicas y claras que ilumina y motivan a que no se escatimen los
esfuerzos, que tenga como beneficiarios principales a los jóvenes; de tal forma que se
pueda hacer un camino específico que permita realizar opciones concretas de proyecto.28
Christus vivit entiende que el acompañamiento a los jóvenes es una modalidad específica
que permite orientar a los jóvenes en las decisiones más importantes de su vida. El Papa
26
Azcuy. Virginia R. “Signos de estos Tiempos Latinoamericanos”, 2. 27
Francisco. Exhortación Apostólica Christus vivit a los jóvenes y a todo el Pueblo de Dios, 114. 28
Ibíd.
26
Francisco insiste que Jesús les muestra a los jóvenes que sólo Dios es bueno, sólo Dios es
amor.29
Así, en la perícopa evangélica que la tradición ha denominado del joven rico Jesús
comprende la interioridad del joven, y es capaz de retarlo a dar una respuesta aún más
comprometida: no basta cumplir los mandamientos, también es importante dar la propia
vida, entregarse a sí mismo para dar con generosidad aquello que el dinero no puede
comprar: el amor (Mc 10, 17-27; Mt 19, 16-22).
Esta respuesta puede parecer difícil, pero a la vez es firme y verdadera; lleva en sí la
solución definitiva: con Jesús la vida es buena y exigente, y a los jóvenes los incita a dar
pasos con firme esperanza. Los jóvenes descubren en esta llamada de Cristo una invitación
concreta y personal, para que encuentren el camino interior que les ayude a realizarla
plenamente en su vida.30
1.1 Dios ama a los jóvenes a través de su Hijo
El primer anuncio, el kerigma, de los Apóstoles después de la muerte y la resurrección de
Jesús, tiene como núcleo central, tal como lo presenta Hechos de los Apóstoles que aquel
que habían puesto en un madero, está vivo, presente en medio de ellos; y que por su fuerza
ellos se sentían conminados a anunciar las maravillas del Señor realizadas en Jesús (Hch 4,
10). Así mismo, la Iglesia no puede olvidar que su anuncio es una profesión gozosa
comunica la acción de Dios; esta comprensión de fe es una urgencia constante de la Iglesia,
pues, es necesario tener la mirada puesta en un Dios está vivo en medio de nosotros, y de
esta forma poder alentar los corazones hacia el amor y la verdad. En este sentido se ha de
comprender, en Jesús se descubre a Dios como un Padre amoroso que ama a todos y, por
ende, ama a los jóvenes, quiere estar con ellos, apoyarlos en sus luchas cotidianas y
recordarles su amor es más fuerte que la muerte.
Pero un amor en abstracto no puede ser creíble, por eso Dios dispuso el camino para hacer
visible su amor por la humanidad. En Jesús se hace visible el amor que desde siempre Dios
29
Ibíd., 112. 30
Juan Pablo II, Carta Apostólica Dilecti Amici a los jóvenes, 4.
27
nos ha tenido (Jn 13,1), Él es el sacramento del Padre; su amor alcanza a todos desde la
Cruz con los brazos extendidos, disponiendo toda su vida como señal de una entrega
completa por amor en medio del sacrificio (Cf. Jn 3, 14-15). El amor de Cristo en la cruz es
un claro ejemplo para los jóvenes que los problemas no son el final; es necesario pasar por
la cruz para resucitar, en medio de las dificultades es como la cruz se convierte en signo de
esperanza.31
El Papa Francisco insiste que Cristo por la cruz salvó a los jóvenes de la esclavitud, de la
opresión, y, hoy Cristo continúa levantando de la opresión de sus problemas, dificultades y
pecados con el poder de la cruz.32
En Jesús los jóvenes son salvados porque los ama, y este
amor es mayor que las debilidades y pecados. Es más, en las debilidades y dificultades de
los jóvenes Cristo se hace verdadera ofrenda en la cruz y demuestra el poder del amor, un
amor que nunca se puede pagar. Por ello, los jóvenes están llamados a recibir con gratitud y
con alegría el amor que procede de él (1 Jn 4,19).33
Jesús, el Cristo, es quien llama, salva y libera de todas aquellas realidades que oprimen y
atentan contra la dignidad de los jóvenes. Dios que es amor no puede hacer otra cosa que
amar; con el Papa Francisco podemos decir que el nombre de Dios es misericordia, el amor
de Dios a los jóvenes se expresa en la misericordia ante las situaciones que viven a veces
cargadas de culpa que les impide levantar la mirada.34
En un mundo cada vez más orientado
a la individualidad, es importante asumir la tarea de romper el círculo de la soledad que
encierra y disminuye la vida. El papa Francisco afirma con lucidez: “todos tenemos
necesidad de consuelo, porque ninguno es inmune al sufrimiento, a la incomprensión.”35
Asumir la salvación de Dios es entrar en la lógica del amor que supera la soledad, el llanto
y la incomprensión; no para evitar las dificultades que de alguna manera pertenecen a la
31
Francisco. Exhortación Apostólica Christus vivit, 119. 32
Ibíd. 33
Ibíd. 34
Ibíd., 130. 35
Francisco, Misericordia et misera, 13.
28
dinámica existencial del ser humano sino para generar procesos de acompañamiento hacia
una nueva perspectiva de realidad, una vida salvada y aumentada en humanidad.36
1.2 Los jóvenes buscan a Jesús
Los jóvenes tienen sed de buscar la felicidad eterna y en Jesús encuentran la fuente de la
felicidad. En la perícopa, anteriormente mencionada del joven rico, a la pregunta de ¿qué se
tiene que hacer para alcanzar la vida eterna? “Jesús poniendo en él los ojos, le amó y le
dijo: Una sola cosa te falta vete, vende cuanto tienes y dalo a los pobres, y tienes un tesoro
en el cielo; luego ven y sígueme.” (Mc 10, 17-22; Mt 19, 16-22; Lc 18, 18-23). Vemos
claramente que el Señor le ha mostrado al joven el camino para alcanzar la felicidad eterna
y, hoy, Jesús continúa invitando a todos los jóvenes a que sean amigos suyos.37
Los jóvenes necesitan un amigo para que los comprenda, acompañe y ame; este amigo es
Jesús, quien dio la vida en la cruz y dejó el Espíritu Santo, que se esparció como fuego en
el día de Pentecostés en el corazón de los Apóstoles, y en ellos a toda la Iglesia.38
Jesús es
el amigo que ama a los jóvenes y los nutre con un amor que no aplasta, un amor que no
margina, que no se calla, un amor que no humilla ni avasalla, un amor de todos los días,
que es discreto y respetuoso, amor de libertad y para la libertad, amor que sana y levanta.
Es el amor que sabe más de levantadas que de caídas, de reconciliación que de prohibición,
de dar nueva oportunidad que de condenar, de futuro que del pasado. Es el amor silencioso
de la mano tendida en el servicio y la entrega.39
Ese es el amor que nos une a nosotros. El mismo Jesús es quien nos invita a ser amigos por
medio de su enseñanza: “Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los
llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado
amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes.” (Jn
15,14-16).
36
Francisco. Exhortación Apostólica Christus vivit, 121. 37
Ibíd. 38
Ibíd., 126. 39
Francisco, Mensaje a los jóvenes para la Jornada Mundial de los Jóvenes en Panamá 2019.
29
1.2.1 Jesús es un amigo
Él está presente en la vida de los jóvenes para darles paz, alegría y amor, y al mismo
tiempo, repele toda tristeza y soledad; incluso si los jóvenes dejan a Jesús, Él no los dejará;
su promesa, al enviar a los Apóstoles a llevar el mensaje del Reino a todos los pueblos,
concluye con esa vitalidad: “Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”
(Mt 28:20).
Jesús es un amigo que se vive con los jóvenes y conduce a los jóvenes a comprender que
Si Él vive eso es una garantía de que el bien puede hacerse camino en nuestra vida, y de
que nuestros cansancios servirán para algo. Entonces podemos abandonar los lamentos
y mirar para adelante, porque con Él siempre se puede. Esa es la seguridad que tenemos.
Jesús es el eterno viviente. Aferrados a Él viviremos y atravesaremos todas las formas
de muerte y de violencia que acechan en el camino.40
El encuentro con Cristo vivo hace que toda la vida se convierta en experiencia de encuentro
alegre. En la misma perspectiva Francisco reconoce que si los jóvenes viven en unión con
Cristo y comienzan a hablar con él sobre las realidades que afrontan en sus vidas, entonces
tendrán una experiencia profunda que sostendrá toda su vida cristiana.41
Una vida cultivada
en Cristo se comparte y tiene la fuerza de contagiar a muchos más. Como ya lo afirmaba el
Papa Benedicto XVI: “no se es cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el
encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo un horizonte a la vida
y, con ello, una orientación decisiva”.42
Este encuentro, por tanto, es con una persona viva:
con Jesús resucitado.
La amistad sincera es un regalo de Dios que ayuda a los jóvenes a vivir sinceramente y a
cuidar de los demás. Cristo es ejemplo vivo de esta amistad que desborda el pensamiento
utilitarista y abre a la generosidad radical. Jesús dice “ya no los llamaré siervos, porque el
siervo no sabe lo que hace su señor; por eso los he llamado amigos” (Jn 15, 15). Esa
amistad permite que podamos compartirle los pensamientos y planes que empujan nuestras
40
Francisco. Exhortación Apostólica Christus vivit, 127. 41
Ibíd. 42
Ibíd., 129.
30
vidas. Por eso los jóvenes tienen un amigo que se llama Jesús. La amistad con Cristo es tan
simple, que si los jóvenes se hacen amigos de Jesús, nunca estarán solos, porque Él nunca
los deja; esta amistad se fortalece a través de la oración porque por medio de ella pueden
compartir con él los secretos más profundos, y Él les ayudará. Como el Santo Padre dijo:
Con el amigo hablamos, compartimos las cosas más secretas. Con Jesús también
conversamos. La oración es un desafío y una aventura. ¡Y qué aventura! Permite que lo
conozcamos cada vez mejor, entremos en su espesura y crezcamos en una unión siempre
más fuerte. La oración nos permite contarle todo lo que nos pasa y quedarnos confiados
en sus brazos, y al mismo tiempo nos regala instantes de preciosa intimidad y afecto,
donde Jesús derrama en nosotros su propia vida. Rezando le abrimos la jugada a Él, le
damos lugar “para que Él pueda actuar y pueda entrar y pueda vencer.43
Los jóvenes van a encontrar a Cristo a través de la oración y seguramente lo conocerán y
él les brindará la misma experiencia que los discípulos de Emaús: un encuentro cercano,
sereno, firme en la tribulación, que alienta a continuar el camino y a reconocer a Dios en
la fracción del pan que no es otra cosa que la entrega de su vida, del sacrificio que ha
hecho Jesús para darnos pleno sentido en la vida.44
Si los jóvenes entendieran lo que
significa la amistad con Jesús se darían cuenta del gran tesoro que les ofrece el mismo
Señor para que sean felices en el tiempo y la eternidad. Jesús es amigo de los jóvenes, y
la mejor forma para que ellos sientan eso en su vida y corazón es que nosotros,
educadores, acompañantes de la fe, seamos sus amigos.
1.2.2 Los jóvenes tienen sueños y realizan sus sueños junto con Cristo
Debemos comprender a cada joven como una persona concreta, una realidad vital que se
lanza a la vida, con sueños en lo profundo de su corazón; estos anhelos son abrazados por
ellos, están vivos en sus pensamientos, y no se apartan de su mirada. El papa Francisco
expresa esta realidad con toda claridad al afirmar:
43
Ibíd., 135. 44
Ibíd., 136.
31
Veo un chico o una chica que busca su propio camino, que quiere volar con los pies,
que se asoma al mundo y mira el horizonte con ojos llenos de esperanza, llenos de
futuro y también de ilusiones. El joven camina con dos pies como los adultos, pero a
diferencia de los adultos, que los tienen paralelos, pone uno delante del otro, dispuesto
a irse, a partir. Siempre mirando hacia adelante. Hablar de jóvenes significa hablar de
promesas, y significa hablar de alegría. Los jóvenes tienen tanta fuerza, son capaces de
mirar con tanta esperanza. Un joven es una promesa de vida que lleva incorporado un
cierto grado de tenacidad; tiene la suficiente locura para poderse autoengañar y la
suficiente capacidad para poder curarse de la desilusión que pueda derivar de ello.45
En los jóvenes hay que ver esos sueños que palpitan en su corazón y, por ello, es necesario
recordarles que para hacer realidad sus sueños se debe tener esperanza, paciencia y
compromiso. Hay que motivar el corazón de los jóvenes para que no tengan prisa ni duden
en arriesgarse o miedo de cometer error; pero incluso si los cometieran se convierta en una
oportunidad para que se levanten y comiencen de nuevo, porque nadie tiene derecho a
robarles la esperanza.46
Cristo es el camino, él nos acompañará y nos guiará, pero nos
ayudará a cambiar la forma en que vivimos. Cristo nos dará una gran esperanza para que
podamos resolver y cumplir nuestros sueños, basados no en nuestras cualidades y
habilidades, sino en la Palabra de Dios. Por eso es importante proclamar sin cesar que el
amor de Dios y nuestra relación con Cristo vivo no nos privan de soñar, no nos exigen que
achiquemos nuestros horizontes.47
Pero, esta amistad de los jóvenes con Jesús implica un proceso de formación, de
acompañamiento, de madurez, que le exige a la Iglesia unos procesos concretos de
educación y formación cristiana, para no dejarlos a las emotividades del momento.
1.3 La necesidad de educar a los jóvenes
Jesús resucitado desea caminar junto a cada joven, acogiendo sus anhelos aunque se hayan
visto decepcionados y a la vez sus esperanzas sean inadecuadas, Él no abandona a los
45
Ibíd., 139. 46
Ibíd., 138. 47
Ibíd., 142.
32
jóvenes.48
El ejemplo vivo y fundamental de Jesús, inspira a la Iglesia, en concreto a
quienes se dedican a trabajar con y por ellos, a ponerse junto a los jóvenes para caminar
durante las jornadas cotidianas de la vida, escuchar sus anhelos profundos y compartir la
experiencia de quien se siente acogido por un amor que llena de sentido.49
En Cristo, la
Iglesia reaviva el deseo de acercarse y ser instrumento de gracia para muchos jóvenes que,
se cuestionan por el sentido de sus vidas, que es no solo una pregunta a cuestiones
abstractas, como afirma Papa Francisco, sino una verdadera conexión con la vida que
acontece cada día.50
Los jóvenes viven en un mundo de desarrollo científico y tecnológico, en un mundo de
rápido desarrollo de la información. En esta sociedad, los jóvenes deben construir su
dignidad, libertad y derechos humanos. Pero, están influenciados por el ateísmo, el
hedonismo del disfrute y el placer. La Iglesia ha mirado, por lo que quiere acompañar a los
jóvenes para que puedan desarrollar la fe en la vida y así sabrán afirmar su fe en la vida y
en lo que da un sentido a la vida; la certidumbre de la existencia de un Dios justo y bueno.51
Todos los cristianos tienen derecho a la educación cristiana a través de la educación de la
fe; esta necesidad se hace más consciente cada día por el don de la fe; los jóvenes mientras
son iniciados gradualmente en el conocimiento del misterio de la salvación descubren el
valor que tiene la vida en Cristo. La relación con Cristo la vive en su experiencia de vida,
en su vocación, y están llamados a dar testimonio de la esperanza, a anunciar el Evangelio
al mundo mediante los valores contenidos en la consideración integral del hombre redimido
por Cristo y su vida cotidiana.52
Por eso, la educación cristiana de los jóvenes es muy
necesaria y el Concilio recuerda a los pastores su gravísima obligación de proveer la
48
Sínodo de los Obispos XV Asamblea General Ordinaria. Los jóvenes, la Fe y el discernimiento vocacional,
5. 49
Ibíd. 50
Ibíd. 51
Concilio Vaticano II. “Mensaje de Concilio a toda la humanidad”, 7. 52
Concilio Vaticano II, Gravissimum Educationis Momentum, 2.
33
formación para que todos los fieles disfruten de la educación cristiana, sobre todo los
jóvenes que son la esperanza de la Iglesia.53
Los jóvenes están llamados a contribuir con sus esfuerzos a construir un mundo mejor en la
tierra donde viven, pues, por fe están obligados a cumplir sus deberes de manera más
perfecta.54
Así, cada joven debe estar orientado a su vocación para intentar contribuir a que
el mundo esté cada vez más desarrollado; también, están llamados a continuar su misión de
vivir en un mundo, que en el momento es de los mayores cambios en su historia.55
La Iglesia desea, con la alegría del Señor resucitado, que los jóvenes reciban la fe en
relación con Cristo en su experiencia diaria, que puedan llevar el amor de Cristo a quienes
están desesperados, y si falta cultivar la fe en el Señor resucitado, ayudar a los jóvenes a
saber cómo afirmar su fe en la vida y lo que le da sentido a la vida.56
La alegría del Señor resucitado, ayudará a los jóvenes a saber abrir sus corazones a las
dimensiones del mundo, escuchar su llamado y dar su energía para servir. Hoy los jóvenes
están llamados a luchar contra todo egoísmo, negarse a ser violentos y cultivar odios que
causan la guerra, a ser generosos, con afecto sincero y entusiasta para construir un mundo
mejor. La Iglesia acompaña a los jóvenes con confianza y amor y les lleva a Cristo, el héroe
verdadero, humilde y sabio, el Profeta de la verdad y del amor, el compañero y amigo de
los jóvenes57
, y el amor de Cristo transformará a los jóvenes a ser buenos cristianos y
honestos ciudadanos.
53
Ibíd., 2. 54
Concilio Vaticano II. Gaudium et Spes, 42. 55
Francisco. Exhortación Apostólica Christus vivit, 260. 56
Ibíd., 146. 57
Concilio Vaticano II. “Mensajes del Concilio a toda la humanidad”, 7.
34
1.3.1 El crecimiento y la maduración
En el pensamiento del Papa Francisco, los Jóvenes viven en el corazón de Jesús58
y allí, en
lo más íntimo de su conciencia, pueden escuchar su Palabra y preguntarle: “Jesús, ¿qué
harías tú en mi lugar?”, Los jóvenes saben que son amados por Dios y aceptan la voluntad
de Dios:
Crecer es conservar y alimentar las cosas más preciosas que te regala la juventud, pero
al mismo tiempo es estar abierto a purificar lo que no es bueno y a recibir nuevos dones
de Dios que te llama a desarrollar lo que vale. .... Mejor déjate amar por Dios, que te
ama, así como eres, que te valora y respeta, pero también te ofrece más y más: más de
su amistad, más fervor en la oración, más hambre de su Palabra, más deseos de recibir a
Cristo en la Eucaristía, más ganas de vivir su Evangelio, más fortaleza interior, más paz
y alegría espiritual.59
Los jóvenes están en el corazón de Dios, están llamados a vivir en santidad. Y no hay que
pensar aquí cosas extrañas o ajenas: la vida misma los empuja a vivir una santidad con un
estilo particular que corresponde a sus intenciones más profundas.60
La juventud no se
queda en una etapa que se acaba al llegar a cierta edad, sino se va acrecentando, ampliando
y profundizando, a medida que se vive una relación profunda con el Señor; por eso se
puede hablar de corazones jóvenes, es decir, llenos de vida, esperanza e ilusión aunque los
años hayan pasado. En este sentido se comprende que la santidad es una tarea de cada uno y
de cada día; el Papa Francisco afirma:
Tú tienes que descubrir quién eres y desarrollar tu forma propia de ser santo, más allá de
lo que digan y opinen los demás. Llegar a ser santo es llegar a ser más plenamente tú
mismo, a ser ese que Dios quiso soñar y crear, no una fotocopia. Tu vida debe ser un
estímulo profético, que impulse a otros, que deje una marca en este mundo, esa marca
única que sólo tú podrás dejar.61
58
Francisco. Exhortación Apostólica Christus vivit, 158. 59
Ibíd., 161. 60
Ibíd., 175. 61
Ibíd., 162.
35
1.3.2 Vivir la fraternidad y el compromiso
El desarrollo espiritual de los jóvenes “se expresa ante todo en el amor fraterno, generoso y
misericordioso”62
. El vivir según la guía del Espíritu Santo, motiva a que el joven sea
transparente, generoso y comprometido; quizás hoy no haya otra forma más concreta del
compromiso que la participación de tantos jóvenes generosos en la colaboración de
programas sociales por medio del voluntariado63
; y es a través de estos trabajos como los
jóvenes se fortalecerán porque son capaces de salir de sí mismos y entrar en relación con la
vida del otro.
Los grupos de jóvenes en parroquias, colegios, movimientos o grupos universitarios
suelen salir a acompañar ancianos y enfermos, o visitan barrios pobres, o salen juntos a
auxiliar a los indigentes en las llamadas noches de la caridad. Con frecuencia ellos
reconocen que en estas tareas es más lo que reciben que lo que dan, porque se aprende y
se madura mucho cuando uno se atreve a tomar contacto con el sufrimiento de los otros.
Además, en los pobres hay una sabiduría oculta, y ellos, con palabras simples, pueden
ayudarnos a descubrir valores que no vemos64
Los jóvenes están llamados a ser testigos del Evangelio, a llevar a Cristo al lugar donde
viven y trabajan, y, además, a anunciar el Evangelio en la periferia, allí donde el mensaje de
Cristo es extraño y no porque no lo conozcan, sino porque las condiciones hacen in-creíble
el mensaje liberador del Señor.
El Evangelio no es para algunos sino para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo
a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más
lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su
misericordia y de su amor Y nos invita a ir sin miedo con el anuncio misionero, allí
donde nos encontremos y con quien estemos, en el barrio, en el estudio, en el deporte,
en las salidas con los amigos, en el voluntariado o en el trabajo, siempre es bueno y
oportuno compartir la alegría del Evangelio. Así es como el Señor se va acercando a
todos. Y a ustedes, jóvenes, los quiere como sus instrumentos para derramar luz y
esperanza, porque quiere contar con vuestra valentía, frescura y entusiasmo. 65
62
Ibíd., 163. 63
Ibíd., 157. 64
Ibíd., 171. 65
Ibíd., 177.
36
El Papa Francisco propone comprender la santidad desde una óptica del amor insistente de
Dios que desea una respuesta vital de cada joven.66
La preocupación se extiende más allá de
un formulario de verdades, es necesario adentrarse en la vida real de cada joven, exhortar
en lo profundo de su corazón, la palabra que da vida (Jn10, 10). La comprensión de la
llamada a ser santos parte de un Dios que ama, salva y vive en los hombres que luchan y
caminan en su vida cotidiana.67
La llamada a los jóvenes para que sean discípulos de Cristo significa escuchar una y otra
vez la invitación a seguirle, y a imitarle: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón" (Mt 11,29). Un discípulo es, de hecho, una persona que se pone a la escucha de la
palabra de Jesús que vive una amistad cercana con él. Además un discípulo debe
convertirse en evangelizador, es decir, en enviado-apóstol porque el compromiso misionero
es una dimensión esencial de la fe; no se puede ser un verdadero creyente si no se adquiere
un compromiso concreto con la misión de la Iglesia: la evangelización.68
La relación íntima
con Cristo obliga a proclamar el Evangelio de la verdad que es la consecuencia de la alegría
de haberse encontrado con Cristo. Por eso se podrá exclamar como Pablo: "¡Ay de mí si no
anuncio el Evangelio!" (1Co 9,16).69
2. LOS JÓVENES EN EL MAGISTERIO LATINOMERICANO
La condición juvenil de Latinoamerica tiene varios rostros, como lo afirma Puebla, según el
contexto específico ya sea de cada país o región. Los rostros de los jóvenes son la clara
expresión de los gozos, esperanzas, crisis y dificultades que experimentan en la sociedad.70
En particular, en América Latina hay una visión esperanzadora de la condición juvenil, que
va de la mano de situaciones adversas y contrarias a los valores del Evangelio, así lo hace
notar Santo Domigno, cuando afirma que:
66
Ibíd., 167. 67
Francisco. Exhortación Apostólica Gaudete et Exultante, El llamado a la santidad en el mundo actual, 110. 68
Benedicto XVI, Mensaje a los jóvenes para la Jornada Mundial de los Jóvenes, Río de Janeiro 2013, 2. 69
Francisco. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, 9. 70
CELAM Las 4 Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, Puebla “Opción preferencial por
los Jóvenes”, 1186.
37
… frente a la situación de la juventud latinoamericana muchos son víctimas del
empobrecimiento, no tienen trabajo, ni oportunidades de educación, y muchas veces las
propuestas formativas no responden a las exigencias que enfrentan en sus vidas; algunos
jovenes permanecen en la guerrilla, en las pandillas, en la prostitución, en el
alcoholismo, son víctimas de abusos sexuales, y muchos viven adormecidos por los
medios de comunicación social y por el pragmatismo inmediatista que ha generado
nuevos problemas en la maduración afectiva de los adolescentes y de los jóvenes.71
La Iglesia de América Latina ha dado instrucciones específicas en cada una de las
Conferencias de acompañar y ayudar a los jóvenes en el crecimiento en la fe, firmemente
en la esperanza, apasionados en la caridad para que sean constructores de nueva sociedad.72
Comunmente se les denomina a los jóvenes el futuro de la sociedad, pero, sabemos muy
bien que ellos son la visión esperanzadora del presente, que su vitalidad y compromiso es
capaz de transformar la sociedad.73
Llama la atención como los movimentos estudiantiles
en diversos países, y de modo particular en Colombia, han generado impacto en la
sociedad: gracias a ellos surgió la Constitución de 1991, se ha alzado la voz ante tantas
injusticias en solidaridad con los menos favorecidos.74
La juventud Latinoamericana es una porción esperanzadora, donde es posible la realización
de una sociedad más justa y solidaria. Y no nos basamos en sueños ilusorios, o que no
tienen asidero en la realidad, porque sabemos del potencial esperanzador que prometen los
jóvenes, nos atrevemos a decir que en ellos están, de forma plena y completa, los ideales de
un mundo más humano.75
¿Por qué hay tantos jóvenes sensibles a la realidad social de los
países latinoamericanos?, ¿acaso no es muestra del deseo de una sociedad distinta, la
realización utópica que transforme la sociedad?
2.1 Los jóvenes en la Iglesia
71
CELAM Santo Domingo, “la Nueva Evangelización” 1.3.6. 72
CELAM Medellín, “Juventus”, 10. 73
CELAM, Puebla, 1186. 74
Ibíd., 1187. 75
Ibíd., 1191.
38
La Iglesia ve en “la juventud la constante renovación de la vida de la humanidad”76
, la
juventud comienza a estar frente a las culturas que muestran signos de vejez y caducidad, y
por esto que ellos están llamados a dar nueva vida, revitalizar las estructuras de nuestra
sociedad77
. Los jóvenes, además, son sensibles a la experiencia de Dios; aunque se suele
creer que hay en ellos apatía por lo religioso, sin embargo se puede constatar, por lo menos
en los pueblos Latinoamericanos una gran sensibilidad a las expresiones de la fe78
que los
faculta a no perder la esperanza ante un mundo lleno de contradicciones.79
La Iglesia Latinoamericana invita a los jóvenes a sumergirse en las claridades de la fe,
porque a través de ella se puede descubrir el gozo pleno de sentir el amor de Dios80
; en
otras palabras: la fe es el modo en que los jóvenes son conscientes del ya-todavía no
escatológico, y a su vez permite que cultive en ellos el sentido pascual de su existencia, es
decir, la nueva vida en Cristo y a la vez, la renovación y el rejuvenecimiento de la
humanidad.81
Los jovenes deben sentir que son Iglesia, en ella se sienten pueblo nuevo, y
con las actitudes de Cristo promueven y defienden la dignidad de la persona humana. Por el
bautismo en Jesucristo, son hermanos y hermanas de todos los seres humanos y
contribuyen a la edificación de la Iglesia, y, se sienten más ciudadanos, en la construcción
de la comunidad latinoamericana y universal.82
La Iglesia confía en los jóvenes porque son, para ella, esperanza; la Iglesia ve en “la
juventud de América Latina un verdadero potencial para el presente y el futuro de su
evangelización” 83
. Sin embargo, los jóvenes piden a los pastores acompañamiento
espiritual y apoyo en sus actividades, de modo específico y claro en cada diócesis y en cada
76
Ibíd., 1178. 77
CELAM Medellín, “Juventus”,11. 78
Concilio Vaticano II, “Mensaje del concilio a los Jóvenes”, 7. 79
Ibíd. 80
Ibíd. 81
CELAM, Medellín, “Juventus”,12. 82
CELAM, Puebla “Opción preferencial por los Jóvenes”, 1186. 83
CELAM, Santo Domingo, “La Nueva Evangelización”,113.
39
parroquia.84
En los jóvenes hay una fuerte sensibilidad por la experiencia de Dios, necesitan
muchas veces una buena propuesta, acompañamiento y disponibilidad para generar
espacios de compartir la vida, en la que ellos se puedan sentir y ser protagonistas de
renovación y transformación social.85
2.2 La formación de la fe de los jóvenes
La educación de la fe para los jóvenes es muy necesaria y, al mismo tiempo, debe insertar
en la iglesia un deber de compromiso efectivo en la construcción de una civilización de
amor y paz. El fundamento de tal educación será “la presentación del al joven del Cristo
vivo que es Dios y Hombre, modelo de autenticidad, sencillez y fraternidad, y único que
salva liberando de todo pecado.”86
De ahí que la pastoral juvenil de la Iglesia debe hacer un
plan claro y específico para acompañar a los jóvenes a nivel nacional, diocesano y
parroquial.87
Una iglesia con:
La pastoral de juventud ayudará también a formar a los jóvenes de un modo gradual, para
la acción socio-política y, de acuerdo con la Doctrina Social de la Iglesia. tambien se
formará en el joven un sentido crítico frente a los medios de comunicación social y a los
contravalores culturales que tratan de transmitirle las diversas ideologías, especialmente
la liberal capitalista y la marxista, evitando así las manipulaciones. Además se empleará
un lenguaje sencillo y adaptado con una pedagogía que tenga presente las diferencias
sicológicas del varón y la mujer y esté signada por la mutua confianza y respeto recíproco
y se estimulará la capacidad creadora de los jóvenes para que ellos mismos imaginen y
encuentren los medios más diversos y aptos para hacer presente, de una manera
constructiva, la misión que tienen en la sociedad y en la Iglesia. y ultimamente se
procurará dar a los jóvenes una buena orientación espiritual a fin de que puedan madurar
su opción vocacional, sea laical, religiosa o sacerdotal88
Sin olvidar que, el encuentro de los jovenes con Cristo es fuente de justicia, solidaridad,
que aliente un proyecto esperanzador y generador de una nueva cultura de vida. Asimismo,
en los jóvenes se pueden descubrir nuevas formas celebrativas de la fe, propias de la cultura
84
Ibíd. 85
Ibíd. 86
CELAM, Puebla “Opción preferencial por los Jóvenes”, 1194. 87
Ibíd., 1195 – 1120. 88
Ibíd.
40
de los jóvenes, y de este modo fomentar la creatividad y la pedagogía de los signos,
respetando siempre los elementos esenciales de la liturgia.89
También los jóvenes descubren
que el mejor modo de comunicar a Cristo es en la vida cotidiana: es en la vida misma que
se anuncia al Dios de la vida que ama a los jóvenes y “quiere para ellos un futuro distinto,
sin frustraciones ni marginaciones, donde la vida plena sea fruto accesible para todos”90
.
La educación en la fe de los jóvenes, es ámbito privilegiado en que pueden profundizar el
misterio de Cristo, descubrir en su persona la fuente de gozo y paz que da nueva vida en el
espíritu; por eso es necesario desarrollar en todos los niveles, en los sectores urbano y rural,
una pastoral juvenil de conjunto que garantice, no solo actividades, sino sobre todo, un
proceso de acompañamiento en la fe. “La educación de los jóvenes debe partir de su vida,
de modo que les permita su plena participación en la comunidad eclesial, asumiendo
consciente y cristianamente su compromiso temporal”91
.
2.3 El compromiso de los jóvenes
La experiencia del encuentro con el Cristo resucitado, motivará a los jóvenes a
comprometerse a evangelizar; a anunciar la alegría pascual, que es fuente de vida espiritual
y gozo que motiva a las personas, y de modo especial a los jóvenes, a seguir dando vida con
su fuerza y dinamismo donde no hay esperanzas y la vida se torna sinsentido.92
Por eso, la
Iglesia evangelizadora hace un fuerte llamado a los jóvenes para ser evangelizadores en
ella, el lugar de su comunión con Dios y con los hombres, a fin de construir la civilización
del amor y edificar la paz en la justicia, con la situación que viven y teniendo predilección
por los más pobres,93
89
CELAM, Santo Domingo, “Los adolescentes y los jóvenes, conclusiones”, 115. 90
Ibíd., 115-117. 91
CELAM, Medellín, “Juventus”, 14. 92
CELAM, Puebla “Opción preferencial por los Jóvenes”, 1192-1192. 93
Ibíd., 1188.
41
La pastoral juvenil debe “tener en cuenta a los jóvenes en una interrelación fecunda, en
cuanto que los grupos deben ser fermento en el conjunto y deben propiciar una
evangelización total”94
. Y se estimule la acción evangelizadora de los jovenes en la
transformación de las personas y de las estructurasy se favorezcan sus esfuerzos en vista a
la formación de líderes de la comunidad.95
Además, la iglesia debe favorecer la creación y animación de grupos y comunidades
juveniles, que aseguren la continuidad y perseverancia de los procesos educativos de los
jóvenes y se comprometan a responder a los retos de la promoción humana, de la
solidaridad y de la construcción de la civilización del amor.96
También, favorecer, en todos
los niveles, el encuentro, el intercambio y la acción en común de los movimientos y
organizaciones juveniles católicos con otras instituciones y lleva a cabo iniciativas de
carácter ecuménico entre los grupos y organizaciones de juventud, que alimenten una rica
experiencia de Iglesia.97
3. LOS JOVENES EN EL CENTRO DE LA MISIÓN SALESIANA
El carisma salesiano participa de la misión universal de la iglesia; es una experiencia del
Espiritu, un don de Dios a la iglesia y a la humanidad a través de Don Bosco. Él se
convierte en el padigma de todo salesiano por su pasión por los jóvenes. Don Bosco solía
decir a los salesianos al referirse a los jóvenes: “Basta que sean Jovenes para amarlos”98
,
este amor es expresión de la caridad pastoral. Otra de sus afirmaciones contundentes es:
“yo por ustedes estudio, por ustedes, trabajo, por ustedes vivo, por ustedes estoy dispuesto
incluso a dar mi vida”99
. En Don Bosco identificamos un apasionado por los jóvenes, y no
simplemente en su promoción cristiana sino también humana, económica, familiar y
cultural. La mision salesiana comprende que, en Don Bosco está la fuente carismática y se
94
Ibíd., 1190. 95
CELAM, Medellín, “Juventus”, 17. 96
CELAM, Santo Domingo, “La Nueva Evangelización”, 120. 97
CELAM, Medellín, “Juventus”, 17-18. 98
Sociedad de San Francisco de Sales. Constituciones y Reglamentos de la Sociedad de Francisco de Sales,
14. 99
Ibíd.
42
ha inspirado en la caridad del Buen Pastor en la educación de la fe de los jóvenes
especialmete en los mas necesitados.
3.1 Don Bosco con los jóvenes de su época
Para comprender a Don Bosco es necesario conocer de los subsistemas sociales que
configura la Europa del siglo XIX; Don Bosco nace el 16 de Agosto de 1815, año en que se
celebra el Congreso de Viena que tenía por objeto restablecer el ordenamiento social,
político y religioso luego del impacto de la revolución francesa.100
Esto hace que Juan
Bosco nazca en un contexto donde se pretende volver al ordenamiento social, político,
económico y religioso del “Antiguo Régimen”.101
La vida de Don Bosco no eludirá las
notables tensiones políticas emergentes por el influjo del nacionalismo que pretendía la
unificación de Italia.102
La formación de Don Bosco se desarrolla primero en Castelnuovo d´Asti, entre 1815 y
1830; luego sus estudios secundarios hasta 1835 y posteriormente su formación en el
seminario de Chieri en 1835 a 1841 año en que se ordena como sacerdote.103
Aparentemente Don Bosco, durante sus estudios, no se vio afectado por las situaciones que
conmovían a la sociedad. Luego en el Convitto ecclesiastico conoció variados contextos de
extremada pobreza, se dio cuenta de la situación social que vivía Turín, con los jóvenes en
la cárcel y sintió la necesidad de dar respuesta clara a los retos que demandaba la sociedad;
con la ayuda de algunos colegas y benefactores crea la obra del oratorio que logra, luego de
unos años de inestabilidad, su sede en la casa Pinardi, en 1846.104
En el oratorio acoge a los
jóvenes pobres y abandonados para darles oportunidades de formación humana y cristiana;
y, en 1847, funda el oratorio San Luis Gonzaga en el barrio Porta Nuova.105
100
Fazio, Mariano. Historia de las ideas contemporáneas. Una lectura del proceso de secularización, 22. 101
Lenti, Arthur. Don Bosco. Historia y carisma 1, 127. 102
Ibíd., 157. 103
Ibíd., 285. 104
Ibíd., 333. 105
Ibíd., 335.
43
Mientras los deseos de unificación de Italia eran cada vez más fuertes, en Inglaterra estaba
en pleno furor la revolución industrial, en 1848, el papado se ve inmiscuido en la
problemática política de Italia, con los nacientes patriotismos fruto del nacionalismo
saliente en Europa, Don Bosco se dedica a consolidar la obra del oratorio.106
A pesar de los
problemas económicos que enfrenta debido a la guerra y las tensiones políticas, Don Bosco
busca subsanar la pobreza económica y moral de los jóvenes.107
Algunas características de
esta época son: la “precariedad laboral, malnutrición, falta de higiene, todo ello unido a la
ignorancia, a salarios bajos, la falta de ayudas sociales que repercute en el estilo de vida de
las personas”108
. Ante este panorama complejo, Don Bosco también piensa en el futuro de
su obra porque el clero, ante las presiones sociales, está tomando bandos políticos con
serias repercusiones en la Iglesia y también en la sociedad.109
Llama la atención que ante la presión política que vive Italia, Don Bosco no haya querido
tomar partido: sigue siendo fiel al Papa y aprovecha los nuevos escenarios sociales para
proyectar su obra. Entre los jóvenes escoge a algunos para formarlos en el espíritu
salesiano, inspirado en San Francisco de Sales.110
Al constituirse la obra salesiana como
una respuesta a los problemas sociales de Italia, gozó de buen aprecio de la opinión pública
y no faltaron benefactores que quisieron contribuir al desarrollo de la labor.111
La década de
1850 a 1860 constituyó para Don Bosco la madurez de su pensamiento pedagógico,
espiritual y la consolidación de las obras.112
En Italia se crea un ambiente inestable tras la proclamación de Roma, como capital del
Reino de Italia, el 3 de febrero de 1871, como “un Estado centralizador, burgués,
socialmente conservador y anticlerical”113
. La respuesta de la Iglesia no se hizo esperar, con
el Concilio Vaticano I se exaltó “el primado pontificio y la infalibilidad papal en materia de
106
Ibíd., 473. 107
Ibíd., 481. 108
Instituto Histórico Salesiano. Fuente Salesianas Don Bosco y Su Obra, 14. 109
Lenti, Arthur. Don Bosco. Historia y carisma I, 336. 110
Ibíd. 111
Lenti, Arthur. Don Bosco Historia y Carisma II, 7. 112
Ibíd. 113
Instituto Histórico Salesiano, Fuentes Salesianas Don Bosco y Su Obra, 17.
44
fe y costumbres”114
. En este contexto la obra del oratorio tuvo que dar respuesta a otras
problemáticas que se desprendían de la situación social: la necesidad de formación para el
trabajo, la capacitación laboral y a la vez la consolidación también de propuestas
recreativas.115
En 1868 el oratorio, llegó a tener la máxima ocupación con más de 800 jóvenes en los
diferentes programas de formación que ofrecía. Luego del oratorio con el surgimiento de
los colegios, cambio con una nueva mentalidad a la obra salesiana naciente, en donde se
sistematizarán los principios pedagógicos de su accionar educativo.116
Tras el Concilio
Vaticano I, la obra salesiana se dio a conocer a la Iglesia universal con la presencia de los
obispos de diversas partes del mundo.117
Don Bosco se convirtió en centro de muchas
iniciativas en favor de los jóvenes que responden a las exigencias del momento. Tras su
muerte Don Miguel Rúa es quien toma las riendas de la congregación en su progresivo
crecimiento.118
En ultimas, la educación que propone Don Bosco se realiza en primer lugar, en y a través
de un medio ambiente de vida, en un familia saludable donde los jóvenes respiran y viven
intensamente los valores humanos y cristianos que oxigenan y revitalizan el cuerpo y el
espíritu y donde encuentra un lugar para cultlivar su salud corporal, psíquica y espíritual.119
Don Bosco nos ofrece un gran modelo pedagógico, de este modelo podemos entender,
ayudar y acompañar a los jóvenes de diversan maneras:
3.2 Los lugares de la experiencia salesiana: el oratorio como criterio permanente
El Oratorio, para el salesiano, es criterio de acción permanente, que a través de la lectura
salesiana del Evangelio interpretamos y, a la vez, actuamos en medio de un relativismo de
114
Ibíd. 115
Ibíd., 29-31 116
Lenti, Arthur. Don Bosco Historia y Carisma II, 262. 117
Ibíd., 267. 118
Ibíd., 268. 119
Peresson Tonelli, Mario. Proyecto Educativo Pastoral Salesiano, 66.
45
los valores cristianos y humanos. Don Bosco se convierte en el criterio de acción salesiana,
y, el oratorio es la síntesis de las obras de Don Bosco; es preciso que, a través de la
reflexión, podamos volver a beber de esas fuentes, no tanto al momento histórico
específico, sino más bien la acción de Don Bosco cómo ilumina mi actuar como salesiano
hoy en medio de los jóvenes. La preocupación, no está en qué hizo, sino cómo lo hizo y de
ahí iluminar nuestra acción oratoriana.
En Don Bosco vemos una fidelidad dinámica, que a su vez se vuelve el motivo fundamental
para el desarrollo de la misión del salesiano. Volver a Don Bosco es volver a la raíz del
ideal. La respuesta de Don Bosco a la misión es una respuesta a la llamada de Dios a la
realidad que manifiesta en los sueños, con la firme esperanza de querer santificar su vida a
los jóvenes más pobres y en peligro.120
La acción de Don Bosco, en el oratorio, es
iluminada por la figura del Buen Pastor, además la solicitud de Jesús por los niños. Don
Bosco, inspirándose en estos rasgos fundamentales, desarrolla toda una propuesta que por
un lado pretende la formación cristiana en la catequesis y, por otro, la formación
ciudadana.121
Por tanto, la acción oratoriana está impregnada de la pedagogía del amor.
Algunos rasgos característicos del oratorio: es universal, acoge a todos, es casa, parroquia y
escuela.122
La fidelidad de Don Bosco, coloca como norma el celo suyo en el desempeño de
su ministerio; nos lanza a incrementar nuestro apostolado teniendo en cuenta un salto
cuantitativo y cualitativo. Para el cualitativo es necesario llegar a ambientes todavía no
atendidos, y para el cuantitativo, como nos enfrentamos a temas difíciles y novedosos es
indispensable estar preparados y dar respuestas definitivas.123
120
Peresson Tonelli, Mario. Educar con el corazón de Don Bosco, 126. 121
Ibíd. 127. 122
Ibíd. 123
Ibíd.
46
3.2.1 La calle donde nace y se prolonga el encuentro educativo
Las memorias del oratorio nos cuentan que, Don Bosco en su época daba vueltas por la
ciudad de Turín para encontrar a los jóvenes, los buscaba en los talleres, fábricas, en las
cárceles; se encontraba con ellos para hablar, para interesarse por sus problemas e invitarlos
al Oratorio: todos los jóvenes fueron amigos de Don Bosco.124
En este contexto tiene lugar
el episodio que constituyó el acto fundacional de la obra salesiana, cuando Don Bosco
encontró al Bartolomé Garelli el 8 de diciembre de 1841.
Como en los tiempos de Don Bosco, hoy día en las calles de Bogotá, especialmente en el
sector del Codito, se percibe un lugar donde se pueden encontrar y conocer a los y las
jóvenes, estableciendo con ellos un contacto, una comunicación y una relación directa y
dialogante, porque para ellos, la calle, es un lugar de autonomía e identidad y, donde ellos,
son de verdad protagonistas de sus vidas. La calle, en el marco de este trabajo de grado, ha
sido el escenario en donde se ha podido interactuar con los jóvenes, por eso haremos una
reflexión un poco más extensa, en comparación con las demás, para descubrir en este
espacio el ámbito educativo pastoral espontáneo donde se comparte la vida.
La calle, los parques, los centros comerciales, el tiempo libre, los espacios, etc., constituyen
lugares que los jóvenes de hoy, han conquistado para experimentar su autonomía y libertad;
en estos lugares el educador puede encontrarlos y conocerlos, si quiere establecer una
relación y una propuesta educativas.
La calle es un término que explica la función del grupo social y cultural en relación al
espacio geográfico de la vida cotidiana. Los jóvenes viven en esta calle como un escenario
que, por su propuesta múltiple genera una comprensión del mundo y su realidad y así
configura su forma de pensar.125
124
Peresson Tonelli, Mario. Proyecto educativo pastoral salesiano, 66. 125
Ibíd., 68.
47
En consecuencia, la calle se convierte para el salesiano en la manera privilegiada de
conocer el mundo de los jóvenes y sus objetivaciones.
El grupo de pares, el tiempo libre, los espacios, y tiempos informales (en la calle, los
parques, los centros comerciales el ciberespacio) constituyen aquellos lugares que los
adolescentes y los jóvenes de hoy han conquistado para experimentar su autonomía y
libertad.126
Esto es, los jóvenes se desenvuelven en lo que denominamos calle. La calle es, ante todo,
espacio primigenio de la relación entre el joven y el mundo; de él parten las diversas formas
de comprender el mundo; un mundo comprendido por la multiplicidad y variedad de sus
propuestas.
Ahora, en la calle los jóvenes viven lo que se denomina el tiempo libre. En efecto, “el
tiempo más querido por los jóvenes es el tiempo libre. Es hacia esta dimensión temporal
que los muchachos y las muchachas orientan el mayor número de expectativas y de
energías”127
, es decir, en la calle se configura el espacio y el tiempo informal de las
relaciones humanas. En este sentido se puede afirmar que “los jóvenes han ido creando sus
propios espacios”128
.
Por esto, al analizar esta realidad social y cultural, se reconoce que “la escucha en particular
hace que el joven se sienta valorado en su realidad”129
; una realidad que conforma el
espacio vital cotidiano de los jóvenes y las diversas manifestaciones relacionables en
cuanto al hombre que vive y se identifica con el grupo.
Grupo, calle y tiempo libre, se convierten en los elementos concomitantes que constituyen
la forma de entender y comprender el entorno social de los jóvenes. En este sentido afirma
el Padre Mario Peresson, con respecto a la mirada que debemos tener al reconocer la calle
de los jóvenes, dice:
126
Peresson Tonelli, Mario. Educar con el corazón de Don Bosco, 134. 127
Ibíd., 136. 128
Ibíd. 129
Ibíd. 138.
48
Si la calle y el tiempo libre son el lugar y el tiempo en donde el joven se representa y
expresa más significativamente porque en ellos se siente entre iguales y libres, nos
corresponde como educadores redimensionarla, no como el lugar del vicio, del riesgo y
de la inseguridad, sino como espacio sociocultural donde los jóvenes, y desde ellos,
pueden engendrar alternativas que orienten y den sentido a sus vidas.130
Es así, la vida cotidiana del entorno social de los jóvenes del grupo es el escenario
privilegiado para conocer su realidad, interactuar con ella como calle: espacio vital de
relaciones y así mismo entender el tiempo libre como la realización de la calle. Calle y
tiempo libre, como caracterización del entorno social que desde la visión de los jóvenes
entienden y develan hasta el sentido de su vida y opciones fundamentales. Todo esto para
comprender el entorno social donde se desenvuelven los muchachos del Codito, porque en
la calle uno se puede encontrar con ellos y compartir la vida.
3.2.2 La familia es una casa de puertas y corazones abiertos
Don Bosco quería que todas las obras salesianas se llamaran casas y tiene un carácter de
familia. En esta casa los jóvenes se sienten como en familia, cada uno de ellos se siente
acogido, reconocido, valorado, respetado en su dignidad, querido, se convierte para ellos en
un sitio de encuentro fraterno, de convivencia y apoyo mutuo. En este lugar todos los
jóvenes son invitados a ser hijos de Dios, ser buenos cristianos y honestos ciudadanos.
Los jóvenes que viene a la casa salesiana deben ser visto y se sienten una familia de Dios
… en la casa salesiana se deben tener la experiencia del misterio de Dios, comunidad de
amor y del Reino de Dios en su novedad y promesa de vida, fraternidad y gozo. Allí
donde la casa salesiana es verdaderamente Hogar- acogedor, cálido celebrante-, se debe
experimentar el amor de Dios padre que ama a sus hijos e hijas; se siente la presencia de
Cristo Jesús Resucitado, hermanos nuestro; se vive y se palpan los frutos del Espíritu, el
amor la alegría y la paz131
.
Además, en la casa salesiana los educadores reconocidos por los jovenes como hermanos,
amigos y compañeros según la enseñanza de Jesús "Vosotros no os dejéis llamar "Rabbi",
porque uno solo es vuestro Maestro, y vosotros sois todos hermanos” (Mt 3,8). Sobre todo
los jovenes “deberán esforzarse por descubrir y valorizar su originalidad su potencialidades
130
Ibíd. 139. 131
Peresson Tonelli, Mario. Educar con el corazón de Don Bosco, 145.
49
y actitudes con la conciencia de que en fin de camino educativo consciente en acompañar al
joven hacia la propia autonomía y caminar solo y hacer las las elecciones a construir un
biografía que sea sentida por el verdaderamente como propia”132
, para ser buenos cristianos
y honesto cuidadanos.
3.2.3 Una escuela donde estudiar para construir el conocimiento y educarse para la vida y
un taller que capacita para el trabajo y dignifica al trabajador
En el oratorio hay un tiempo y un espacio para la enseñanza y el aprendizaje científico y
creativo en los distintos campos del saber.133
Este lugar tiende a generar procesos de
construcción de conocimientos significativos, de diálogo de saberes y de adquisición de las
competencias básicas para continuar la formación a lo largo de toda la vida. También
ofrece una formación integral de la persona.
Además, en la escuela salesiana del oratorio los jovenes deben convertirse en una
comunidad educativa:
Juvenil se exprese y crezca humanamente en un proceso de relación dialógica,
interactuando de manera constructiva, ejercitando la tolerancia, comprendiendo los
diferentes puntos de vista y creando confianza en un ambiente de auténtica armonía. Se
establece así la verdadera comunidad educativa, espacio agápico de las diferencias. La
escuela-comunidad es lugar de intercambio, promueve la articipación, dialoga con la
familia, que es la primera comunidad a la que pertenecen los alumnos; todo ello
respetando su cultura y poniéndose en actitud profunda de escuchar respecto a las
necesidades que le salen al paso y a las expectativas de que es destinataria.134
Por otra parte, en el oratorio no solo se aprende para la vida, además se aprende a trabajar.
Con los talleres del oratorio los jóvenes aprenden a valorar el trabajo como dimensión
fundamental de la existencia humana, a dignificar la persona del trabajador y a adquirir una
clara conciencia de sus derechos y deberes en la sociedad.135
También, el taller ayuda a los
132
Ibíd., 146. 133
Peresson Tonelli, Mario. Proyecto Educativo pastoral salesiano, 71. 134
Congregación para la Educación Católica. Varón y Mujer los creó, 40. 135
Peresson Tonelli, Mario. Proyecto Educativo pastoral salesiano, 71.
50
jóvenes que elaboren una idea porque con su trabajo participan en la obra creadora de Dios,
constribuyen a la construcción de un nuevo orden social justo y solidario. Por eso en la casa
de Don Bosco, “además de apreder a ser, aprender a convivir, aprender a aprender, se
aprende ahacer, a trabajar”136
.
3.2.4 Un patio donde se comparte la amistad con alegría y una comunidad creyente
El patio es no sólo un lugar físico, sino el lugar del encuentro y de la relación de entre los
educadores y los jóvenes y entren los mismos muchachos. Se expresan de manera
desbordante en la alegría juvenil.
El patio, en el Sistema Educativo Salesiano, es el lugar del encuentro de la relación de
tú a tú entre los educadores y los jóvenes y entre los mismos muchachos, es sinónimo de
espontaneidad, de libertad, de informalidad, de alegría, de cordialidad. Comprende todo
un conjunto de actividades y expresiones significativas para los niños y jóvenes: el
deporte, los juegos, el teatro, la música, el canto, las excursiones los grupo juveniles, las
fiestas, escalonadas a lo largo del año, las celebraciones, las veladas culturales, etc.137
Por eso se llama a la Pedagogía Salesiana. Don Bosco ayuda y logra educar a sus jóvenes
oratorianos para que se formen con una fuerte y profunda experiencia de comunidad, a
través de clases de catecismo para ayudarlos a encontrarse con Cristo, a conocerlo en la
vida cotidiana, a amarlo y seguirlo radicalmente.138
Muchos jóvenes se propusieron la
imitación de Cristo como proyecto de vida, como Santo Domingo Savio, Miguel Magone,
Miguel Rua, Bartolo Gareli, etc.
En el oratorio, san Juan Bosco, siempre se ha promovido la catequesis a los jóvenes para
educarlos en la fe, orientado a suscitar, hacer crecer, y llevar la madurez la fe cristina.
Especialmente prebautismal, primera comunión, acólito, coro, grupo juvenil, y
confirmación139
. Por eso “la casa salesiana se prende a creer y a vivir la fe como
136
Informe de la UNESCO de la Comisión Internacional presidida por Jacques de DELORS: “La educación
encierra un tesoro” sobre la educación para el siglo XX. 137
Peresson Tonelli, Mario. Proyecto Educativo pastoral salesiano, 71. 138
Ibíd.,73 139
Inspectoría Salesiana “San Pedro Claver” Bogotá. Programa educativo pastoral para las parroquias 2015-
2020, 23.
51
seguimiento de Jesucristo, siendo la catequesis la dimensión fundamental de la cacción
deucativo pastoral salesiana”.140
3.2.5 Un lugar de la patria donde se forma para una ciudadanía activa y un lugar de la
naturaleza
Don Bosco tenía una conciencia clarísima de la educación y su acción ayuda a los jóvenes
que lograron ser cristianos auténticos, viviesen coherentemente con su compromisos de fe,
y también ser honestos ciudadanos conscientes de sus responsabilidades sociales y políticas
para construirá una sociedad, los valores y promovidos en su dignidad humana.
Muchas actividades del oratorio ayuda a tener conciencia de pertenencia, responsabilidad
ante la sociedad civil y participación y compromiso en la búsqueda del bien común. Por
ejemplo el grupo Scout ayuda a defender la dignidad y los derechos humanos que
reconocen y garantiza.
Cuando era niño, su madre Margarita enseñaba lecciones de catecismo a Don Bosco de
naturaleza: “Don Bosco sintió la naturaleza como una indispensable y magnifica fuente
inspiradora de energía espirituales y de equilibrio humano.”141
Por eso en el oratorio siempre desarrollar en jóvenes el sentimiento de lo bello a partir de la
contemplación de la grandiosidad, armonía y sienten la responsabilidad de despertar en el
respeto y amor por la naturaleza y con toda la creación contemplarán en ella encuentran
signo de la sabiduría y del amor de Dios.142
140
Peresson Tonelli, Mario. Educar con el corazón de Don Bosco, 163. 141
Peresson Tonelli, Mario. Proyecto Educativo pastoral salesiano, 73. 142
Ibíd., 75.
52
3.3 Teologia Pastoral Juvenil Salesiana
La misión de los salesianos es educar en la fe y evangelizar a los jóvenes, siguiendo un plan
hacia el Cristo humano perfecto143
. Esto, lo podemos encontrar en las Constituciones de la
Congregación Salesiana, en el artículo 31.
Nuestra misión participa en la misión de la Iglesia, que realiza el plan salvífico de Dios,
la venida de su Reino, llevando a los hombres el mensaje del Evangelio en íntima unión
con el desarrollo del orden temporal. Educamos y evangelizamos siguiendo un proyecto
de promoción integral del hombre, orientado a Cristo, hombre perfecto. Fieles a la idea
de Don Bosco, nuestro objetivo es formar “honrados ciudadanos y buenos cristianos.144
La Pastoral Juvenil Salesiana exige una reflexión, no solo de tipo carismático sino tambien
de tipo teológico. La pastoral juvenil, como acción de la comunidad eclesial, nos impulsa a
una profundización teológica y eclesiológica145
. En lo que sigue, siguiendo las ideas del
artículo 31 de las Constituciones Salesianas se exponen los cinco núcleos fundamentales
que comprenden la misión salesiana: Jesús: Buen Pastor, la revelación de Dios; la Iglesia
continúa la misión de Jesús; la misión salesiana para los jóvenes; un amor agradecido y
filial a María.
3.3.1 Jesús: Buen Pastor, la revelación el Misterio de Dios a los jóvenes
El mismo Jesus dice: “Yo soy el buen pastor; El buen pastor da su vida por las ovejas,” (Jn
10,11). Jesus es buen pastor de los jovenes porque quiere estar con los jovenes, proteger
sus vidas y salvarlos.
Segun el evangelio del Mateo, cuando los niños querían ir donde Jesus, entonces los
discípulos lo impedían pero Jesús dijo: “dejad a los niños, y no les impidáis que vengan a
mí porque de los que son como éstos es el reino de los cielos” (Mt19,13-15 ); y en el
143
Sociedad de San Francisco de Sales. Constituciones y Reglamentos de la Sociedad de Francisco de Sales,
31. 144
Ibíd. 145
Dicasterio para la Pastoral Juvenil Salesiana. La pastoral juvenil salesiana, 41.
53
evangelio de Lucas para porteger a los niños, Jesus dice: “mejor le sería si se le colgara una
piedra de molino al cuello y fuera arrojado al mar, que hacer tropezar a uno de estos
pequeños” (Lc 17,2); luego para mostrar quiere entrar al cielo cuando dice: “Les aseguro
que si ustedes no cambian y se vuelven como niños, no entrarán en el reino de los cielos.”
(Mt18,2).
Además el propósito de Jesús es dar vida y proteger de la destrucción. Jesús da su vida por
nuestra protección. porque somos pecadores, hemos perdido la vida eterna que Dios tiene
para nosotros. Solo podremos entrar al cielo si aceptamos a Jesús, el Buen Pastor. Si
creemos en Jesus comprenderemos que la sangre de Jesús fue derramada como pago por
nuestros pecados, porque Él ya ha resucitado, ahora Cristo vive entre los jovenes.146
Como
dice Pablo: “porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en
Cristo Jesús Señor nuestro.” (Rm 6,23).
La fe cristiana nos enseña creer en el Dios de la Trinidad, Dios padre, Dios Hijo, y Espíritu
Santo; el mismo Jesús nos revela la comunión del amor de Dios a nosotros, también Él es
el rostro del Dios verdadero; el Padre se da al Hijo engendrándolo, y, juntos, donan el
Espíritu Santo: este es el corazón de la fe cristiana,147
En el evangelio de Juan, Jesús dice:
“El que me ha visto a mí, también ha visto al Padre (Jn14, 9) y Mi Padre y Yo, somos
Uno” (Juan 10,30).
Esta comunión de amor se manifiesta a los hombres por medio del Hijo, y se comunica
realmente mediante la acción de Jesús y del Espíritu Santo. Ella constituye el compromiso
fundamental del cristiano: construir en nuestro mundo el Reino de Dios, con la justicia, con
amor y con paz148
, en la comunión con Dios, como Jesús dice al Padre: “te ruego que todos
sean uno, como Tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para
que el mundo crea que Tú me has enviado” (Jn 17, 21).
146
Ibíd., 43. 147
Ibíd., 44. 148
Ibíd.
54
3.3.2 La Iglesia continúa la misión de Jesús en la misión salesiana
La Iglesia continúa la misión de Jesucristo, en el anuncio del Amor de Dios para todos los
seres humanos y la edificación de la comunión comunidad de los hijos e hijas de Dios.
Dice Jesús: “Vayan a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos;
bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28,16-20). La
experiencia de Iglesia, es experiencia de comunión con Dios y con los hombres. Es una
comunidad sostenida por el Espíritu, por la fe.
La iglesia continúa la misión de Jesucristo, se describe como una Iglesia que vive la
comunión, ama y celebra; una Iglesia que sirve a los pobres en la verdad, la justicia, la
caridad y la paz.149
Una Iglesia que expresa la alegría de Cristo resucitado; Cristo mismo
anunció la realización del Reino, en este mundo mediante gestos y palabras.150
Hoy en día,
se anuncia por medio de la experiencia del amor fraterno en las comunidades, el diálogo
ecuménico e interreligioso, la promoción humana que conduce a la superación de toda
discriminación y marginación.151
Por tanto, la Iglesia es esencialmente misionera, y lleva el anuncio de Cristo a todo pueblo
y cultura como su deber prioritario.152
Esta misión recibida de Cristo es para evangelizar a
los pueblos para unirse un solo pueblo nuevo en el Cristo.
El carisma salesiano participa de la misión universal de la Iglesia: es una experiencia del
Espíritu, un don de Dios entregado a la Iglesia y a la humanidad, a través de Don Bosco153
,
con propiedades distintivas: reunir a los jóvenes y los ayuda a ser buenos cristianos y
honestos ciudadanos.
los destinatarios específicos: reunir a los jóvenes;
149
Ibíd., 45. 150
Ibíd. 151
Ibíd., 46. 152
Juan Pablo II, Audiencia General “La Iglesia misionera”, 2. 153
Sociedad de San Francisco de Sales. “Sobre el camino de educación en la fe”, Capítulo General XXIII, 2.
55
la predilección por los más pobres, abandonados, en peligro: alejados de Dios,
marginados por la comunidad humana, los que mayor carencia sufren de la experiencia
del amor de Dios;
un estilo típico que privilegia el amor (amor educativo que hace crecer y crea
correspondencia) y la comunión (espíritu de familia), para superar la soledad y la
explotación;
la mediación privilegiada de la educación y la experiencia de la Comunidad Educativo-
Pastoral experiencia de Iglesia, reveladora del designio de Dios 154
3.3.3 Un amor agradecido y filial a María
Para los salesianos, María es quien guía y, estamos llamados, a cultivar hacia ella un amor
agradecido, filial y a comprometernos a transmitir este amor a los jóvenes.155
El amor a
María ha estado presente, de generación en generación, en todas las casas salesianas y en
los diversos contextos culturales y religiosos, porque la presencia materna de la Virgen
María es sostén de la obra salesiana. La damos a conocer como Aquella que ha creído,
ayuda e infunde esperanza.156
Una de las experiencias más fuertes que a menudo
experimentamos con los jóvenes y que, tratamos de tener en cuenta en la misión educativa,
es la de la presencia de María como Madre.
En la casa salesiana la presencia de María se sentía y se sienta cotidianamente como Madre
de Dios, María Maestra y Auxiliadora, que Jesús nos dejó como madre y con los discípulos
acogió en su casa. En la casa salesiana los jóvenes sienten la presencia de María, aquella
los acoge y protege y a quienes la invocan con devoción y confianza.157
154
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 46- 47. 155
Sociedad de San Francisco de Sales. Capítulo General XXIII, 44. 156
Ibid., 43. 157
Peresson Tonelli, Mario. Educar con el corazón de Don Bosco, 162.
56
Capítulo 3.
UNA PROPUESTA DE ACOMPAÑAMIENTO EN LA FE
Este tercer capítulo, diseña un camino como propuesta para que los jóvenes vivan la
espiritualidad juvenil salesiana en la cotidianidad, es decir, hace referencia a la aplicación
de las líneas pastorales. Esta propuesta ofrece a los jóvenes un encuentro real con Jesús en
su vida, que los conduzca a profundizar una relación vital con él y adquieran
progresivamente su mismo estilo con una proyección efectiva en la sociedad.158
Desde esta
perspectiva, el presente capítulo propone un acompañamiento en la fe desde la
espiritualidad salesiana, para los jóvenes del grupo de acólitos del oratorio salesiano de la
parroquia San Juan Bosco.
Para lograr este objetivo, en primer lugar, se reflexionará acerca de las implicaciones del
ambiente en el cual se desenvuelven los jóvenes que pertenecen al grupo de acólitos, ya sea
familiar, escolar o parroquial, que haga posible establecer un acompañamiento más
concreto a los jóvenes. En segundo lugar, se buscará señalar las consecuencias operativas
necesarias para el acompañamiento personal, en otras palabras, la personalización pastoral
salesiana. En tercer lugar, además del acompañamiento personal y el trabajo pastoral
procesual con el grupo, no tiene sentido que el acompañamiento salesiano se reduzca a la
persona simplemente, sin tener en cuenta las dinámicas propias del grupo donde el joven
está inserto. De ello, se hace clara la importancia del acompañamiento del grupo, de las
dinámicas propias de su formación, de la continuidad de los procesos, en nuestro caso, es la
opción que pretendemos para el grupo de acólitos en su proceso de formación.
Con este camino propuesto, es necesario recurrir al aporte tanto del magisterio Salesiano
como del Magisterio eclesial, asimismo, las contribuciones de algunos autores relevantes
que nos permitan mostrar, con mayor solidez, la necesidad del acompañamiento tanto
personal como grupal y la importancia del ambiente educativo que favorezca dichos
procesos.
158
CELAM, Puebla “Opción preferencial por los Jóvenes”, 1194.
57
1. ACOMPAÑAMIENTO EN EL AMBIENTE EDUCATIVO
La obra educativa Salesiana se expresa en una propuesta de formación sostenida en
diversas expresiones pedagógicas, en tanto que su fundamento, sin ser propiamente
orientaciones en pedagogía, concentra la fuerza formativa del acompañamiento personal y
propositivo. Precisamente, esta manera de crear y garantizar todo un ambiente de formación
es lo que hace posible considerar que la operatividad carismática se encuentra en la
vitalidad de la vivencia de la fe. El ambiente propiamente educativo se crea como fruto de
la experiencia de Dios del educador, que, a su vez, es a dónde quiere llevar al joven.159
Como se ve, el acompañamiento en un ambiente o, mejor aún, en un ambiente de
acompañamiento, crea de inmediato un ambiente educativo, un entorno que va a brindar
herramientas formativas adecuadas. Por ello, cuando se hable del proceso de formación de
los jóvenes, dentro de la experiencia del Oratorio San Juan Bosco, se parte de la convicción
de que tanto la familia, la escuela, y la parroquia, son extensión de la vida familiar a la que
todo ser humano está deseoso de vivir y compartir. Así, el clima de fraternidad, de ayuda
mutua, de circulación de ideas y de afectos, les va dando propuestas educativas que los
animan a hacer opciones y comprometerse en la consolidación de ese mismo ambiente, en
tanto que el joven debe sentirse directamente involucrado en su proceso.160
Con esta perspectiva, se ha de evidenciar que, un ambiente de acompañamiento, favorece
en los jóvenes un proceso constante de formación en diversos niveles, ya sea espiritual,
humano, técnico, cristiano o salesiano.161
En la experiencia del Oratorio San Juan Bosco, el
horizonte del acompañamiento se desarrolla desde tres ámbitos: la familia, la escuela y la
parroquia. Ahora, se buscará dar cuenta de las implicaciones de dicho acompañamiento.
159
Rubio, Ramiro y Medardo Ángel Silva, Espiritualidad Juvenil Salesiana, 98. 160
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 114. 161
Ibíd.
58
1.1 La Familia
La familia es, sin lugar a dudas, el principal y primer espacio pedagógico para la formación
de los jóvenes. El Magisterio de la Iglesia ha comprendido que “la educación es la
obligación gravísima de los padres, ellos son responsables de la educación íntegra personal
y social de los hijos”.162
Del mismo modo, siendo un derecho que merecen los hijos, a la
vez, que un deber propio de los padres:
Se califica como esencial, relacionado como está con la transmisión de la vida humana;
como original y primario, respecto al deber educativo de los demás, por la unicidad de la
relación de amor que subsiste entre padres e hijos; como insustituible e inalienable y que,
por consiguiente, no puede ser totalmente delegado o usurpado por otros.163
Así pues, siendo “la familia célula primera y vital de la sociedad”164
, está orientada a
brindar una educación suficiente que contribuya en la comprensión y el fortalecimiento de
la identidad sexual y la afectividad. Asimismo, debe estar enmarcada hacia el ejercicio del
amor y la donación mutua.165
Además, como elemento indispensable, esta educación debe
ir orientada desde y hacia la comunidad evangelizadora, en tanto que la familia es el primer
lugar donde los jóvenes reciben el Evangelio y experimenta el Evangelio de la Familia,
como un gozo lleno de almas y vida.166
La experiencia de la comunión familiar activa es el
camino de la santidad y el auténtico crecimiento místico, una forma de profundizar la unión
con Dios. Si la familia se centra en Cristo, él unificará e inspirará toda su vida. Se
experimentarán momentos de dolor y dificultades en unión con la cruz del Señor, y su
cercanía los ayudará a superar esos momentos.167
De igual modo, desde el cultivo de la vida cristiana, las familias de oración son una forma
especial de hablar y fortalecer la fe, desde la experiencia renovadora de la resurrección. Es
muy importante dedicar unos minutos cada día a reunirse ante Dios para confesarle las
preocupaciones, orar por las necesidades de la familia, orar por alguien que lo necesita,
162
Concilio Vaticano II, Gravissimum Educationis Sobre La Educación Cristiana, 3. 163
Juan Pablo II, Familiaris consortio, 36. 164
Cabrejos Vidarte, Miguel. La Familia, Célula Primera Y Vital De La Sociedad, 1. 165
Francisco. Exhortación Apostólica Postsinodal, Amoris Laetitia La Alegría del Amor, 280. 166
Ibíd., 68. 167
Ibíd., 316.
59
pedir ayudar a saber cómo mostrar amor, agradecerle por su vida y sus bendiciones.168
En
este sentido, la experiencia de oración en la familia debe partir desde la sencillez de la
propia vida, es decir, unas pocas palabras simples, esta hora de oración puede traer
inmensas bendiciones a nuestras familias. Las diferentes expresiones de la piedad popular
son tesoros espirituales para muchas familias, especialmente la familia que comparte la
Eucaristía en el contexto del descanso del domingo.169
En consonancia con esta intención fundamental, de una familia iluminada por la vida de
oración, el oratorio de la parroquia San Juan Bosco, goza de un ambiente rico en la
participación de la familia. Si bien el espacio es abierto fundamentalmente para los jóvenes,
es indiscutible que las acciones pastorales alcanzan e identifican a las familias de estos
chicos. El oratorio permite que los jóvenes se sientan profundamente escuchados y
comprendidos, toda vez que, también, sus núcleos familiares encuentran espacio para el
diálogo y la participación en los procesos de maduración de sus hijos en el ambiente del
oratorio. De hecho, el magisterio salesiano afirma:
Esta experiencia en el espíritu de familia constituye un elemento característico de la
pedagogía: la asistencia salesiana, moldeada con actitudes de empatía, atenta acogida,
deseo de llevar a los jóvenes al encuentro con Cristo y disponibilidad a acoger sus
inquietudes. Solamente dentro de esta relación afectuosa y significativa, los jóvenes
advierten que es posible, aunque sea lentamente, el crecimiento del diálogo y la
circulación de los valores. En este clima se desarrollan todas las condiciones
fundamentales para que el joven pueda madurar en todos los aspectos y dimensiones.170
Como se ve, el oratorio sin pretender reemplazar o evitar el papel de responsabilidad de la
familia, se enfoca en fortalecer la vida espiritual, social y cultural de los jóvenes, brindando
a la vez, un ambiente rico en valores humanos y cristianos donde los jóvenes y sus familias
puedan seguir consolidando sus lazos de amor.
168
Ibíd., 318. 169
Ibíd., 318. 170
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 129.
60
1.2La Escuela
A la acción educativa de la familia se une a la de la escuela, porque ella se empeña en
promover al hombre integral, consciente de que todos los valores humanos encuentran su
plena realización y, también, su unidad en Cristo.171
En este sentido se afirma:
La escuela debe convertirse en una comunidad educativa como lugar de intercambio, que
promueve la participación, dialoga con la familia, que es la primera comunidad a la que
pertenecen los alumnos; todo ello respetando su cultura y poniéndose en actitud profunda
de escucha respecto a las necesidades que le salen al paso y a las expectativas de que es
destinataria.172
Una vez más, la escuela debe ser una extensión de la riqueza humana de la familia y
concreción de los valores de la cultura propia de los niños y jóvenes, de ahí que su misión
sea aportar elementos significativos que ayuden catalizar toda esa riqueza. Además de este
aporte por parte de la escuela, los jóvenes son acompañados por una comunidad que:
Los estimula a superar el individualismo y a descubrir, a la luz de la fe, que están
llamados a vivir, de una manera responsable, una vocación específica en un contexto de
solidaridad con los demás hombres. La trama misma de la humana existencia los invita,
en cuantos cristianos, a comprometerse en el servicio de Dios en favor de los propios
hermanos y a transformar el mundo para que venga a ser una digna morada de los
hombres.173
Por ende, siendo la familia el primer lugar de crecimiento en la identidad personal de los
niños y jóvenes, la escuela se convierte en el ambiente vital para asumir su identidad
partícipe de una comunidad. Asimismo, este es un ambiente rico en expresiones de
afectividad, allí los jóvenes continúan su desarrollo emocional y vital que los conduzca a
alcanzar la plena madurez, que a su vez les ayude a descubrir la vida con interés en medio
del compartir.174
La escuela y el ambiente de la comunidad deben ayudar a desarrollar
171
Congregación para la Educación Católica. La escuela católica en los umbrales del tercer milenio, 9. 172
Congregación para la Educación Católica. Educar al diálogo intercultural en la escuela católica, 58. 173
Congregación para la Educación Católica, la Escuela católica, 45. 174
Congregación para la Educación Católica. Varón y Mujer los creó, 41
61
Un sentido crítico ante una invasión de propuestas, ante la pornografía descontrolada y la
sobrecarga de estímulos que pueden mutilar la sexualidad, y ayudarles a reconocer y a
buscar las influencias positivas, al mismo tiempo que toman distancia de todo lo que
desfigura su capacidad de amar.175
La fuerza del testimonio y un ambiente rico en los valores culturales es la principal
característica de una escuela para los tiempos actuales. Entre tanto, el oratorio de la
parroquia San Juan Bosco ofrece, dentro de su apertura pastoral, espacios de aprendizaje
que brindan elementos para el discernimiento personal con miras a la profundización de la
vida, desde los valores cristianos. De hecho, se puede apreciar que la escuela de primera
comunión y confirmación, formación de laicos, pastoral juvenil, lectores, escuela deportiva
y música, tienen como fundamento la opción de humanizar desde la riqueza de los valores
del Evangelio. Así pues, cada escuela ofrece recursos útiles para que cada joven desarrolle
capacidades y actitudes fundamentales para la vida en la sociedad.176
No obstante, es importante que el educador busque y encuentre el punto accesible al bien de
cada joven, para que, desde éste, pueda madurar integralmente, pues, los jóvenes son los
protagonistas del propio crecimiento y maduración.177
La tarea del educador es acompañar
al joven en su camino, presentando las propuestas necesarias para el progreso armonioso de
su personalidad, en una vida social sustentada sobre el respeto y sobre el diálogo, para la
formación de una conciencia crítica y comprometida.178
1.3 La Parroquia
Así como la familia, es el primer lugar de crecimiento y desarrollo de los jóvenes, la
escuela lo es como continuadora de la riqueza de la cultura; ahora “la parroquia acompaña a
las personas y familias a lo largo de su existencia, en la educación y en el crecimiento de su
fe”179
. Es un lugar donde se celebra la Eucaristía y la vida sacramental, por lo tanto, hace
175
Francisco, Exhortación Apostólica Postsinodal Amoris Laetitia, 281. 176
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 131 177
Ibíd. 178
Ibíd. 179
CELAM, Puebla, 644.
62
presente, de modo más claro, la globalidad de la Iglesia. También, es centro de
coordinación y de animación de comunidades, de grupos y movimientos. Sobre todo, “la
parroquia viene a ser para el cristiano el lugar de encuentro, de fraterna comunicación de
personas y de bienes, superando las limitaciones propias de las pequeñas comunidades”.180
Por ende, en este camino de comprensión de la vitalidad de cada uno de los ambientes en
los cuales se desenvuelven los jóvenes, es claro que la pastoral de cada parroquia los debe
tener en cuenta, construyendo una interrelación fecunda, en cuanto que los grupos deben
ser fermento en el conjunto y deben propiciar una evangelización total. Para Puebla:
La parroquia debe tener en cuenta a los jóvenes en su capacidad creadora, para
que ellos mismos imaginen y encuentren los medios más diversos y aptos para
hacer presente, de una manera constructiva, la misión que tienen en la sociedad y
en la Iglesia. Para ello, se les facilitarán los medios y las áreas donde ejerzan su
compromiso. Sobre todo se procurará dar a los jóvenes una buena orientación
espiritual a fin de que puedan madurar su opción vocacional, sea laical, religiosa
o sacerdotal.181
Esta llamada fundamental, a convertir la parroquia en un ambiente en el cual los jóvenes se
sientan de verdad partícipes de la edificación comunitaria, se puede evidenciar en la
experiencia de la parroquia San Juan Bosco. Ella ofrece a los jóvenes una experiencia de la
de congruencia de fuerzas vivas, en el camino de crecimiento en la fe y la acción social de
todos sus miembros. Los dos pilares que se tienen en cuenta para la integración de estas
fuerzas son: en primer lugar, la convicción de que cada joven lleva escrito, en el propio
corazón el deseo de Dios, el deseo de una vida plena con Dios. En segundo lugar, una serie
de propuestas adaptadas a los destinatarios, para que puedan ir descubriendo su lugar en la
vida de la comunidad y su opción vocacional182
.
La parroquia es el espacio vital de los creyentes, quienes se congregan para celebrar la vida,
en la realidad cotidiana, la diversidad de los carismas y ministerios (1Cor 12,5), en últimas,
180
Ibíd. 181
CELAM, Puebla “Opción preferencial por los Jóvenes”, 1199-1200. 182
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 130.
63
es el lugar en que se humaniza desde la riqueza de la fe reflexionada, vivida, participada y
celebrada en una liturgia viva.183
2. ACOMPAÑAMIENTO PERSONAL
El acompañamiento en la formación de la fe de los jóvenes es un proceso que nunca acaba,
es decir, avanza siempre hacia nuevas metas.184
Al ser un proceso, en continua
transformación, se adapta a la realidad concreta del joven y respeta su dinamismo y
desarrollo. Cada joven tiene un paso distinto de los demás; los resultados de las etapas no
son iguales para todos, y, por consiguiente, el recorrido hay que adecuarlo a cada paso.185
La meta global a la cual se orienta todo el proceso educativo de formación y
acompañamiento en la fe es “la promoción integral del ser humano, orientado a Cristo, el
hombre perfecto”.186
Y, además, en concomitancia dialógica, con la promoción de los
jóvenes como “buenos cristianos y honrados ciudadanos”187
. De esta forma, el joven, en la
integración entre la fe, la cultura y la vida, podrá elaborar caminos auténticos de realización
humana, desde la visión cristiana y salesiana. No hay otra meta, en el proceso educativo,
sino que los jóvenes tengan una experiencia de Dios, enriquecida y respaldada por una
buena formación humana.188
Por ello: “La meta que se propone al joven es construir su
personalidad teniendo a Cristo como referencia en el plano de la mentalidad y de la
vida”.189
Un criterio fundamental es que el joven opte libremente por aceptar el proyecto formativo
de maduración en la fe, para que tenga efectos permanentes en su vida. Un proceso
impuesto, por más bueno que sea, no dará los resultados esperados y, más bien, provocará
183
CELAM, Puebla “Visión de la realidad eclesial hoy en América Latina”, 1.11 184
Ibíd., 105. 185
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 107. 186
Ibíd., 113. 187
Ibíd. 188
Ibíd., 114. 189
Ibíd.
64
repulsión. De ahí la exigecia que tenemos, como educadores salesianos, de implementar
estrategias que lleven a los jóvenes a aceptar la propuesta educativa. Por eso, el
acompañamiento personal presenta a los jovenes dos grandes aspectos a practicar en la vida
cristiana: desde la espititualdad salesiana y el discernimiento vocacional.
2.1 Practicar la vida cristiana
La reflexión carismática salesiana, ha comprendido la propuesta espiritual salesiana como
una espiritualidad de lo cotidiano, de la amistad con Jesús, del optimismo y la alegría, del
amor a la Iglesia, del amor a María y del compromiso por el Reino.190
De este modo, se
acentúan las bases de la espiritualidad juvenil salesiana, convirtiéndose en una propuesta de
vida orientada a la santidad desde la vida y la vocación de cada uno. Así pues, esta es
nuestra manera de vivir la vida de cada día en una radical inmersión en el plan de santidad
de Dios.
Hoy en día esta propuesta sigue resonando en la vida de muchos jóvenes inquietos que
desean vivir su espiritualidad cristiana, sin un ejercicio ministerial concreto, por eso,
encuentra en esta propuesta espiritual un camino para seguir de cerca la vida de Jesús en
una comunidad de fe y en camino de la llamada universal a la santidad.191
En esta línea de sentido, es válido afirmar que los jóvenes del grupo de acólitos de la
Parroquia San Juan Bosco encuentran y acogen a Dios en las personas, es decir, en todos
aquellos que hacen parte de la comunidad de fe, en la cual se sienten vinculados en su
proceso de maduración humana y cristiana. Como se ha insinuado antes, el lugar
privilegiado de encuentro con Dios es la vida y los espacios donde transcurre la vida: la
familia, el aula, el trabajo, la calle, el patio, los espacios de organización ciudadana y
política. Por ello es una prioridad constante el cuidado especial en la profundidad de la
experiencia de comunidad, de un buen acompañamiento personal y de adecuados procesos
formativos en orden al crecimiento y maduración integrales.
190
Ibíd., 130. 191
Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 39 – 42.
65
2.1.1 Espiritualidad cotidiana
La consideración en torno a la importancia de la creación de un ambiente formativo, parte
de la comprensión de la vida como lugar central del encuentro con Dios. La base de esta
valoración positiva de lo cotidiano y de la vida, radica en la comprensión de la
Encarnación, en tanto que, el acontecimiento de Cristo acontece en la historia humana, en
medio de los procesos vitales más insospechados. Así pues, esta espiritualidad se deja guiar
por el misterio de Dios que, con su Encarnación, Muerte y Resurrección, afirma su
presencia en toda la realidad humana como presencia de salvación.192
Desde esta afirmación de fe, lo cotidiano del joven, es decir, su relación social, juego,
tensión de crecimiento, vida de familia, desarrollo de las propias capacidades, perspectivas
de futuro, demandas de intervención, aspiraciones y deberes, se profundizan y se viven a la
luz de Dios. Según Don Bosco, para “hacerse santo basta hacer bien lo que se debe
hacer”193
; al considerar la fidelidad al deber, en su cotidianidad, como criterio de
verificación de la virtud y como signo de madurez espiritual.194
El reto fundamental para el creyente, especialmente para los jóvenes, es la de transformar la
experiencia de la vida en la experiencia del Evangelio, por la fuerza de la fe. Es fácil
proclamarse cristiano de una manera general, pero, es mucho más difícil vivir como un
cristiano, superar los problemas, que dificultan a veces la vida, y abrirse a las exigencias de
vivir en la santidad. En nuestra experiencia salesiana, tenemos una intuición, que es, a la
vez, alegre y fundamental, es decir, que no hay necesidad de desprenderse y salir de la vida
ordinaria para buscar al Señor.195
Además el redescubrimiento de la Encarnación, en la base de la evaluación positiva de la
vida cotidiana se encuentra el descubrimiento continuo de dicho acontecimiento. La
192
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 93. 193
Ibíd., 94. 194
Ibíd. 195
Sociedad de San Francisco de Sales. Capítulo General XXIII, 162.
66
condición humana de Jesús revela a Dios presente en la vida. Jesús como hombre es el
sacramento del Padre, la gran y definitiva mediación que hace a Dios estar presente y ser
cercano a nosotros. Él nos enseña que el lugar para conocer a Dios es la realidad humana: la
nuestra y la de los demás, todos los días y a lo largo de la historia. “Cuantas veces hicisteis
eso a uno de los más pequeños de estos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis” (Mt
25,40). Se trata de la vida humana, que nos introduce en el acontecimiento de la
Encarnación.196
Necesitamos amor por la vida, poder hacer frente de manera consistente a la propia
existencia, aceptar los desafíos, las preguntas y las tensiones del crecimiento; reunir sus
fragmentos en la unidad realizada por el Espíritu en el bautismo; “trabajar para superar las
ambigüedades presentes en la experiencia cotidiana”197
; servir y responder a todas las
opciones con el amor, todo esto es parte del proceso necesario “para descubrir y amar la
vida cotidiana como una nueva realidad en la cual Dios obra como un Padre”.198
Para que la vida cotidiana pueda vivirse como espiritualidad, es necesaria la gracia de
unidad que ayuda a “armonizar las diferentes dimensiones de la vida en torno a un corazón
habitado por el Espíritu Santo”199
. Esa gracia hace posible la conversión y la purificación,
por medio de la fuerza del sacramento de la reconciliación, hace que el joven mantenga
libre el corazón, abierto a Dios y entregado a los hermanos.200
2.1.2 Espiritualidad de la alegría y la amistad con Jesús
Don Bosco, entendió e hizo entender a sus jóvenes, que compromiso y alegría van juntos,
que “la santidad y la alegría son un binomio inseparable”201
. Don Bosco es el santo de la
196
Ibíd., 163. 197
Rubio, Ramiro y Medardo Ángel Silva. Espiritualidad Juvenil Salesiana, 142. 198
Ibíd., 164. 199
Chávez Villanueva, Pascual. “Da mihi animas, cetera tolle”. Aguinaldo 2014. 200
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 94. 201
Ibíd., 95.
67
alegría de vivir; sus jóvenes aprendieron tan bien la lección de vida que afirmaba, con
lenguaje típicamente oratoriano, que “la santidad consiste en estar muy alegres”.202
Los jóvenes desean la búsqueda de la felicidad, y para la fe cristiana el Señor ha resucitado
verdaderamente es un anuncio de felicidad radical, promesa y entrega de vida eterna; estas
realidades son un don que nos muestra que Dios es la fuente de la verdadera alegría y de la
esperanza.203
Apreciar la alegría como acción del Espíritu Santo, fuente de compromiso y
fruto suyo204
, exige que se fomenten en los jóvenes algunas actitudes y experiencias:
La experiencia gozosa del afecto a las personas en un ambiente de participación
y de relaciones sinceramente amistosas y fraternas;
La libre expresión en las fiestas juveniles y en los encuentros de grupo;
La admiración y el gusto por las alegrías que el Creador ha puesto en nuestro
camino: la naturaleza, el silencio, el deber cumplido conjuntamente con
sacrificio y solidaridad;
La gracia de poder vivir la cruz y el sufrimiento bajo el signo y el consuelo de
la Cruz de Cristo.205
La educación y maduración en la fe, debe llevar al joven a que tenga un encuentro personal
con el Señor Jesús, hacer factible una relación de amistad y de confianza con Él,
engendrando un vínculo vital y una adhesión fiel. “Muchos jóvenes sienten un sincero
deseo de conocer a Jesús”206
e intentan responder a las preguntas sobre el sentido de su
propia vida a las que, sin embargo, solo Dios sabe dar una verdadera respuesta.207
Jesús es Amigo, Maestro y Salvador de los jóvenes, es interesante recordar que cuando Don
Bosco presentaba a Jesús, solía presentarlo a los jóvenes como maestro de vida y de
sabiduría; como modelo de todo cristiano; como redentor que entrega toda su vida en el
amor hasta la muerte para la salvación; como presente en los pequeños y los pobres.208
202
Sociedad de San Francisco de Sales. Capítulo General XXIII, 165. 203
Fernández Artime, Ángel. “La Santidad también para ti”. Aguinaldo 2019. 204
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 95. 205
Ibíd. 206
Ibíd., 96. 207
Ibíd. 208
Sociedad de San Francisco de Sales. Capítulo General XXIII, 167.
68
Solo los jóvenes podrán iniciar un camino auténtico de realización humana y cristiana, si
disponen de personas que además de ser testimonio, los acompañen. Para un camino de
conformidad con Cristo hay algunas actitudes y experiencias que desarrollar:
La participación de fe en la comunidad que vive de la memoria y de la presencia del
Señor y lo celebra en los sacramentos de la iniciación cristiana;
La pedagogía de la santidad que Don Bosco ejercitó en la reconciliación con Dios y con
los hermanos por medio del sacramento de la Penitencia;
El aprendizaje de la oración personal y comunitaria, mediaciones privilegiadas para
crecer en el amor y en la relación personal con Jesucristo. La oración salesiana es
sencilla y es para todos, ahonda sus raíces en la vida diaria;
La profundización sistemática de la fe, iluminada por la lectura y por la meditación de
la Palabra de Dios.209
2.1.3 Espiritualidad de comunión eclesial y servicio responsable
Si amamos a Cristo, nosotros también debemos amar a la Iglesia porque es la esposa de
Cristo y nuestra madre, y “la Iglesia es comunión espiritual y comunidad que se hace
visible a través de gestos y convergencias operativas.”210
A través de la Iglesia, quees el
lugar elegido y ofrecido por Cristo, en el tiempo y en el espacio de la historia, para poder
encontrarlo a Él, se entregó a los jóvenes en la Palabra, el Bautismo, su Cuerpo y su
Sangre, y, también, la gracia del perdón de los pecados, la experiencia de comunión y la
fuerza del Espíritu que llevan a la caridad hacia los hermanos.211
La espiritualidad juvenil salesiana es el amor a la Iglesia, y se demuestra con nuestra filial
fidelidad al Papa, sucesor de Pedro, a su Magisterio, a su comunión y colaboración con las
Iglesias locales, como Don Bosco dice: “Todo esfuerzo es poco, cuando se trata de la
209
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 96. 210
Ibíd., 97. 211
Ibíd.
69
Iglesia y del Papa”212
. Luego las Constituciones y los reglamentos salesianos de Don Bosco
afirman:
De nuestro amor a Cristo nace inseparable el amor a su Iglesia, Pueblo de Dios, centro de
unidad y comunión de todas las fuerzas que trabajan por el Reino.
Nos sentimos parte viva de ella, y cultivamos personal y comunitariamente una renovada
conciencia de Iglesia. La demostramos con nuestra filial fidelidad al sucesor de Pedro y a
su magisterio, y con la voluntad de vivir en comunión y colaboración con los obispos, el
clero, los religiosos y los seglares.
Educamos a los jóvenes cristianos en un auténtico sentido de Iglesia.213
Por eso, las actitudes y las experiencias que se deben fomentar son:
El ambiente concreto de la casa salesiana, como lugar en el que se hace experiencia de
una imagen de Iglesia fresca, atractiva, activa, capaz de responder a las expectativas
de los jóvenes;
Los grupos y, sobre todo, la Comunidad Educativo-Pastoral, que une a jóvenes y
educadores en un ambiente de familia en torno a un proyecto de educación integral de
los jóvenes; la participación en la Iglesia local que reúne todos los esfuerzos de
fidelidad de los cristianos en una comunión visible y en un servicio perceptible en un
territorio concreto;
La estima y la confianza en la Iglesia universal, vivida en relación de amor hacia el
Papa; el conocimiento de las situaciones en las que el pueblo de Dios ve limitados sus
deseos de vivir la fe; en el conocimiento de los santos y de las personalidades
significativas del pensamiento y de las actuaciones cristianas en los diversos
campos.214
Don Bosco pedía a sus jóvenes que se hicieran buenos cristianos y honrados ciudadanos,
con un encuentro con Dios en la vida cotidiana y en el camino de identificación con
Cristo.215
En la Iglesia, como comunión y servicio donde cada uno tiene un lugar y donde
se necesitan las dotes de todos, hacen que los jóvenes encuentren un lugar y maduren en la
convicción de que su vida lleva en sí una vocación de servicio.216
Don Bosco invitaba a sus jóvenes a practicar los mandamientos divinos, desde la opción
sincera de amar a Dios y a los demás en un ejercicio de correspondencia vital con el amor,
212
Bosco, Juan. Memorias de Oratorio de Don Bosco V, 577. 213
Sociedad de San Francisco de Sales. Constituciones y Reglamentos de la Sociedad de Francisco de Sales,
13. 214
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 97. 215
Sociedad de San Francisco de Sales. Constituciones y Reglamentos de la Sociedad de Francisco de Sales,
178. 216
Chávez Villanueva, Pascual. “Da mihi animas, cetera tolle”. Aguinaldo 2014.
70
que ellos mismos experimentaban de Dios.217
Por ello, la espiritualidad juvenil salesiana es
una espiritualidad apostólica, porque parte de “la convicción de que estamos llamados a
colaborar con Dios en su misión, respondiendo con entrega, fidelidad, confianza y
disponibilidad total.”218
A los jóvenes se les propone, por tanto, las vocaciones apostólicas y las vocaciones, en
especial la consagración a la vida religiosa.219
La Espiritualidad Juvenil Salesiana, quiere
ayudar a cada joven en el camino vocacional, para que “descubra el sentido de su vida, en
la verdad, en el diálogo con Dios”220
.
Por eso al proponer el servicio responsable les quiere señalar que lleva consigo algunas
actitudes y experiencias que deben favorecerse:
Apertura a la realidad y al contacto humano: Don Bosco pedía a sus jóvenes que fueran
buenos cristianos y honrados ciudadanos. Ser honrado ciudadano compromete hoy a un
joven en varios aspectos: promover la dignidad de la persona y sus derechos, en todos
los contextos; vivir con generosidad en su familia y prepararse para formar la suya
propia sobre la base de la entrega recíproca; fomentar la solidaridad, especialmente con
los más pobres; desarrollar su trabajo con honradez y competencia profesional;
favorecer la justicia, la paz y el bien común en la política; respetar la creación y
favorecer la cultura;
Compromiso serio de descubrir su propio proyecto de vida;
Maduración gradual y opciones progresivas y coherentes de servicio a la Iglesia y a los
hombres. Este servicio responsable se desarrolla con el testimonio de la vida y se
concreta en muchos campos: la animación educativo-pastoral y cultural, el voluntariado
y el compromiso misionero;
Prontitud en afrontar situaciones nuevas y capacidad de renunciar a cosas secundarias
para asimilar los valores esenciales. 221
2.2 El discernimiento vocacional
La apertura de sentido, que nos ofrece una lectura comprensiva de los rasgos de la
espiritualidad juvenil salesiana, nos ayuda a identificar la importancia del acompañamiento
217
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 141. 218
Ibíd., 99. 219
Ibíd. 220
Ibíd. 221
Ibíd.
71
y, dentro de él, la educación en el discernimiento vocacional. Uno de los primeros pasos
para formar a los jóvenes es la creación de las condiciones necesarias que impulsen su
promoción humana y cristiana, por lo tanto, el educador en la fe debe acompañarlos con
inteligencia y corazón, a fin de reconocer el valor inestimable de la vida.222
Para reconocer
el valor que tiene la vida es importante que los jóvenes tengan experiencias significativas
que les hagan entender eso: desde un saludo amable de parte del educador, hasta el
acompañamiento sistemático de profundización en la fe.223
Muchas veces, la insatisfacción de la vida puede tener orígenes y motivaciones diversas:
frustración ante la imposibilidad de alcanzar un modelo de felicidad anhelada, sentimiento
de vacío después de vivir propuestas que prometían colmar las propias necesidades. Por
ello, un acompañamiento bien definido, desde la realidad de los jóvenes, debe garantizar las
condiciones necesarias para que los jóvenes sientan pasión por la vida y se entusiasmen por
asumir el proyecto de Dios en su vida.
Para lograr esto, es importante que como educadores permitamos aflorar estas cosas
positivas mediante un paciente trabajo de atención sobre sí mismos. No hay otro camino
que el descubrimiento de su vida, de sí mismos, para alcanzar las metas espirituales que
propone el camino de acompañamiento en la fe; es desde las personas mismas, desde la
realidad del joven como se pueden dar luces para comprender el sentido de su vida y
vocación.224
Por eso, es fundamental el discernimiento vocacional, que no es otra cosa que el
acompañamiento sistemático que permite al joven el descubrimiento de sus potencialidades
más íntimas y el enriquecimiento de su vida desde la óptica de la fe. El discernimiento
vocacional, tiene su radical importancia, porque es desde allí como el joven descubre
caminos de realización humana auténticas para que sea, en el mundo, un buen cristiano y
honrado ciudadano.
222
Ibíd., 124. 223
Rubio, Ramiro y Medardo Ángel Silva. Espiritualidad Juvenil Salesiana, 137. 224
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 117.
72
2.2.1 Acompañar para discernir
Este discernimiento vocacional debe brindar al joven una capacidad de juicio y de
discernimiento ético suficientes. Por lo tanto, debe permitirle estar en condiciones de
distinguir el bien del mal, el pecado y las estructuras de pecado; pero, también, reconocer la
acción de Dios en su persona y en la historia. Luego de tender a un discernimiento de este
género, como eje de formación de la conciencia, es necesario también “aclarar el objetivo
de toda la formación moral” 225
, hacerse capaz de ejercer moralmente la propia autonomía y
responsabilidad.
Ahora bien, desde el trasfondo de la fe, lo primero y necesario para discernir la vocación es
la oración, especialmente con la Palabra de Dios. Porque un ambiente de recogimiento y de
oración, ofrece una oportunidad concreta para una nueva lectura de la propia historia, para
descubrir los dones y las debilidades a la luz de la Palabra de Dios. Además, permite
confrontarse como testigos que encarnan las diferentes opciones de vida. Del mismo modo,
el encuentro con los pobres, los predilectos de Dios, permite profundizar en lo que es
esencial en la existencia; entretanto que los sacramentos en particular la Eucaristía y la
Reconciliación alimentan y sostienen a quienes buscan la voluntad de Dios. 226
Formar conciencia es el camino de toda la vida, en el camino uno aprende a nutrir los
mismos sentimientos que Jesucristo, para alcanzar la dimensión más profunda de
conciencia, desde un punto de vista cristiano.227
Es importante prestar atención al interior y
al tiempo de silencio, contemplación de la oración y escucha de la Palabra de Dios, con el
apoyo de la práctica sacramental y las enseñanzas de la Iglesia.
Además, necesitamos practicar buenos hábitos, uno de ellos es el autoexamen: un ejercicio
en el cual no solo se trata de identificar nuestros pecados sino, también, de reconocer la
obra de Dios en nuestra propia experiencia diaria, en los acontecimientos históricos y en las
culturas donde vivimos. Todo esto ayuda a desarrollarse en la sabiduría concreta, esto es,
225
Rubio, Ramiro y Medardo Ángel Silva. Espiritualidad Juvenil Salesiana, 157. 226
Sínodo de los Obispos XV Asamblea General Ordinaria. Los jóvenes la fe y el discernimiento vocacional,
104. 227
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 143.
73
revela claramente la dirección global de la vida con opciones concretas, con una visión
pacífica de los dones y los límites. 228
Además, la educación al amor es muy necesaria para los jóvenes, por eso el Salesiano está
atento, en su labor educativa, a favorecer y promover su maduración afectiva, que les
permita reconocerse capaces de amar y de ser amados. Desde esta lógica, el joven logra
entrar en la experiencia viva de que el misterio de Cristo, su vida y sus hechos, son
propiamente la revelación plena y normativa del amor auténtico.229
Así pues, el educador
está atento a ayudar a los jóvenes para que tengan actitudes de disponibilidad y
generosidad, de modo que, escuchando la voz de Dios, lleguen a formular su propio
proyecto de vida. El discernimiento vocacional exige un verdadero camino de
acompañamiento, con el fin de que los jóvenes tomen las opciones fundamentales de su
vida, donde lleguen a asumir la propia historia como un don orientado a la puesta en obra
de aquello para lo que son idóneos230.
2.2.2 El proceso del discernimiento
El acompañamiento con los jóvenes, debería ayudarlos a alcanzar un discernimiento,
buscando descubrir la voluntad de Dios y realizarla; ello implica un proceso arduo, que
necesita ser acompañado. Puede ser comprendido en tres momentos: el primero es una
actitud de descentrarse interiormente, de modo que en esta búsqueda de la voluntad de Dios
debe dejarse guiar y centrar en la voluntad de Dios, en la presencia viva de su amor en él
como primer impulso para conocerse y hacerse responsable. La segunda actitud, es
comprender que en su proceso de discernimiento se encuentra bajo la guía del Espíritu
Santo, que le permite ver todo desde y como Cristo. La tercera actitud, debe ser cognitiva y
analítica, pero, se debe evitar el espiritualismo o el racionalismo. Para discernir y lograr la
voluntad de Dios, es necesario colocarse en Cristo. Enfocarse en lo que Dios quiere ahora,
228
Ibíd., 108. 229
Rubio, Ramiro y Medardo Ángel Silva. Espiritualidad Juvenil Salesiana, 160. 230
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 152.
74
hoy, e ir asumiendo paso a paso la respuesta desde nuestra propia iniciativa, disposiciones,
elecciones y determinaciones.231
Además, para tener un buen discernimiento es oportuno cuidar algunos aspectos:
Un buen discernimiento requiere también atención a los movimientos del propio corazón,
crecer en la capacidad de reconocerlos y de darles nombre. Finalmente, el discernimiento
requiere el valor de comprometerse en la lucha espiritual, ya que no faltarán las
tentaciones y los obstáculos que el Maligno pone en nuestro camino.232
El acompañamiento personal, resulta tan necesario como oportuno para la vida de los
jóvenes, pues está orientado a madurar las opciones vocacionales de manera personalizada,
llegando a la experiencia de cada persona en medio de la situación que vive y a las justas
exigencias de la comunidad. Por eso resulta esencial la propuesta concreta de espacios y
tiempos para el acompañamiento, para el encuentro y el diálogo personal, para la
interiorización y la personalización, eso fundamenta las bases honestas de un
acompañamiento espiritual sistemático. 233
El diálogo en el acompañamiento es necesario porque las diferentes tradiciones espirituales
coinciden en que un buen discernimiento necesita un constante diálogo con un director
espiritual. Expresar de manera honesta la propia experiencia permite esclarecer y orientar
con mayor profundidad las motivaciones y orientaciones existenciales. 234
2.2.3 Itinerario para una decisión vocacional
En el proceso de acompañamiento, el discernimiento vocacional se desarrolla a través de un
itinerario espiritual y pedagógico, que intenta ayudar a captar la acción del Espíritu en la
vida del joven, para que llegue, no solo a conocer la voluntad de Dios, sino también a
desearla y a optar personalmente por ella.235
Según el documento Los jóvenes, la fe y
discernimiento vocacional”, un auténtico discernimiento implica: reconocer, interpretar y
231
Alburquerque, Eugenio. El acompañamiento Espiritual en la Pastoral Juvenil, 80. 232
Sínodo de los Obispos XV Asamblea General Ordinaria. Los jóvenes la fe y el discernimiento vocacional,
111. 233
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 153. 234
Sínodo de los Obispos XV Asamblea General Ordinaria, Los jóvenes la fe y el discernimiento vocacional,
112. 235
Alburquerque, Eugenio. El acompañamiento Espiritual en la Pastoral Juvenil, 80.
75
elegir. 236
Así pues, se trata de reconocer la realidad actual de la existencia en relación con
el mundo; interpretar las múltiples voces de la realidad social y la convocación a ser parte
del mundo con un rol determinado; y elegir la opción de vida a la que está llamando el
Señor. Según Eugenio Alburquerque el itinerario se puede concentrar en cuatro niveles: la
percepción, comprensión, juicio y decisión:
El primero es el de la experiencia de las percepciones sensoriales y de las
representaciones imaginativas; el segundo es el de la comprensión práctico-intuitiva, que
lleva a una interpretación provisional de los datos de experiencia, dando lugar a una
intuición práctica de lo que se puede y debe hacer; el tercero es el de la reflexión crítica y
del juicio, que examina la línea de acción intuida, sus alternativas y posibles
consecuencias; finalmente, el cuarto nivel es el de la decisión, que parte de la
deliberación y desemboca en la opción concreta237
.
Estas fases, señalan el proceso metodológico del acompañamiento espiritual al servicio del
discernimiento y la maduración vocacional. Sin embargo, para que el proceso de decisión
no sea demasiado difícil, la pastoral juvenil, en la medida en que hace explícita la
dimensión vocacional de los jóvenes, encuentra las grandes motivaciones: hacer redescubrir
la vida como don en una perspectiva liberadora fascinante, porque se coloca ante el plan
sorprendente y magnífico de Dios.238
Este itinerario supone:
Un discernimiento vocacional ofrecido a todos los jóvenes, según la edad y las diversas
situaciones, que ayude a cada joven a descubrir el don de Dios, las propias riquezas y a
hacer fructificar los dones recibidos empleándolos en una respuesta generosa a esta
llamada;
La profundización del tema vocacional en las diversas etapas del itinerario de educación
en la fe, sobre todo en la adolescencia y en la juventud, y el ofrecimiento, al mismo
tiempo, de experiencias de servicio gratuito a los más necesitados;
Una propuesta clara y explícita, mediante encuentros, testimonios, experiencias,
informaciones sobre las diversas vocaciones en los varios ámbitos de la vida (el noviazgo,
el matrimonio, el sacerdocio ministerial, la vida consagrada);
Una formación espiritual profunda mediante la iniciación en la oración, en la escucha de
la Palabra de Dios, en la participación en los sacramentos y en la liturgia, y en la
devoción mariana; la participación activa en la vida de la comunidad eclesial mediante
236
Ibíd., 81. 237
Ibíd. 238
Dicasterio para Pastoral Juvenil Salesiana. La Pastoral Juvenil Salesiana, 153.
76
grupos y movimientos apostólicos, considerados como lugares privilegiados de
maduración cristiana y vocacional; la posibilidad de un contacto directo con alguna
comunidad religiosa y la experiencia de discernimiento vocacional explícito;
La invitación personal a seguir una vocación, asegurando un discernimiento cuidadoso y
gradual; cuidando de modo particular las vocaciones al carisma salesiano en sus múltiples
formas, mediante el discernimiento y el cuidado de las semillas de vocación salesiana,
tanto consagrada como laica, presentes en los jóvenes.239
3. ACOMPAÑAMIENTO DE GRUPO
En nuestra experiencia como educadores pastores, queremos seguir respondiendo a las
necesidades de los jóvenes, y con relación a esto, queremos presentar el proceso del
acompañamiento del grupo de acólitos del Oratorio Salesiano de la parroquia San Juan
Bosco; para ello, se va a presentar la acción vivida y experimentada en tres momentos: el
´primero, se plantea qué es el grupo de acólitos del Oratorio de la parroquia San Juan
Bosco, en él se presentará cómo a partir de la experiencia oratoriana, se ha hecho un
acompañamiento pastoral, y cómo estamos en esta experiencia significativa.
En el segundo momento, se presentará el proceso de formar un grupo de fe, donde se parte
de los discursos de fundamentación, desde el punto de vista ético y ver así los
comportamientos y las dinámicas del ser humano en la acción hacia una apropiación
personal.
En tercer momento, el impulso para ser misionero de Jesús en salida, en donde se
presentará cómo la formación salesiana y el acompañamiento pastoral entendido también
como asistencia salesiana, les ha servido teniendo como base el trinomio Razón, Religión y
Amor en el contexto educativo y religioso.
3.1 El grupo de acólitos del oratorio de la parroquia San Juan Bosco
Como parte de la dinámica asociativa del oratorio, los acólitos son un grupo que nace de la
experiencia de la vida litúrgica de la parroquia. Así pues, dentro del oratorio llevan adelante
239
Ibíd., 153-154.
77
encuentros formativos todos los sábados en la tarde desde las 2:00 pm hasta las 5:00 pm.;
este es un espacio de formación en la fe y en la vida litúrgica. A su vez, se congregan los
domingos de 9:00 a.m. a 12:00 m., para hacer experiencia de patio y acompañar en la
animación de la eucaristía dominical. El objetivo del grupo, desde nuestro carisma
salesiano y la fraternidad de la Iglesia, es estar con los jóvenes más pobres y abandonados,
es ayudarles a entrar en la conformación de una comunidad corresponsable, evangelizada y
educada. Para este fin el oratorio, la catequesis, y las celebraciones litúrgicas, ayudan a
desempeñar la ministerialidad de cada uno, de suerte que todos contribuyen en la extensión
viva de la gracia de Dios en medio de la comunidad parroquial.
Según esto, se trata de contribuir en el conocimiento de las vivencias y realidades de las
comunidades y los jóvenes, para difundir y consolidar la propuesta salesiana, sobre todo
desde la figura del servicio y la comunión viva en la liturgia de la comunidad parroquial. Se
busca, pues, sensibilizar a las personas acerca de la vivencia de lo religioso frente a su
entorno familiar, escolar, parroquial, en orden a ser discípulos de Jesús en función de los
demás y de esa forma brindar elementos adecuados para ir consolidando la propuesta
vocacional.
Algunas iniciativas que se han ido concretando desde la operatividad y apertura del oratorio
los sábados: formación del grupo en ambiente familiar, formación de los agentes
animadores del grupo hay escuelas fútbol, música, baila, curso pre bautismal etc. Los
domingos: catequesis de iniciación cristiana para grupo, participación en la celebración
Eucarística dominical como servidores del altar y propósitos de acción a la luz de la lectio.
3.2 Grupo de fe
En el grupo de acólitos, los jóvenes fueron invitados vivir una experiencia de comunidad
orientada a cultivar una amistad con Jesús. De este modo, cada uno experimenta que Jesús
le llama y le convoca para ser parte de una comunidad, que desea servirle en la experiencia
litúrgica de la Iglesia parroquial. Como el profeta Isaías, descubre con asombro que Dios se
le acerca y lo purifica, el joven va comprendiendo que la acción divina no se ve
78
obstaculizada por sus imperfecciones, sino que le transforma en una persona nueva y, por
tanto, como Isaías, tiene la capacidad de responder a su llamada y decir: “Aquí estoy,
mándame” (Is 6,8).240
Los jóvenes de hoy, también como Isaías, tienen una profunda experiencia, porque
participan de la Iglesia de los últimos siglos y entran en la comunión con ella a través del
bautismo. Así, su experiencia de participación en el sacrificio dominical hace eco las
palabras de Papa Francisco:
En la Eucaristía y en los demás sacramentos experimentáis la íntima cercanía de Jesús, la
dulzura y la eficacia de su presencia. No encontráis a Jesús en un inalcanzable trono alto
y elevado, sino en el pan y el vino eucarísticos, y su palabra no hace vibrar las paredes,
sino las fibras del corazón.241
Por ello, cuando los acólitos sirven al altar, deben ser conscientes de que este servicio es
para gloria del Señor, como indica San Pablo en su primera carta a los Corintios: “Hagan
todo para la gloria de Dios. Sean imitadores míos así como yo soy imitador de Cristo”
(1Cor 10,31-11,1). Además, todos reconocerán a Cristo a través de nuestra unión con Él,
como concluyó el Papa "Depende de nuestra coherencia que nuestros hermanos reconozcan
a Jesucristo: el único salvador y la esperanza del mundo".242
Los acólitos son servidores del altar dentro del encuentro de la comunidad de fe en la
sagrada liturgia, en la Eucaristía y en el bautismo. Como servidores del altar, sirven muy de
cerca, no al sacerdote, sino junto a él, para que una vez en unidad de toda la comunidad se
haga presente el misterio del amor vivo, real y verdadero en las formas del pan y el vino.
En esa perspectiva, el acólito siendo parte de la Iglesia, le sirve en la liturgia viva para que
una vez más, en la comunidad que parte el pan y sale a llevarlo al mundo entero, se
renueven las palabras del profeta: “habla Señor que tu sirvo escucha” (1 Sam 3,9).243
240
Francisco, Texto completo del discurso del Santo Padre a los monaguillos, 1. 241
Ibíd. 242
Francisco. El Papa a los monaguillos: "Transformen el mundo con el amor de Cristo",1. 243
López Martín, Julián. Curso Para Servidores Del Altar, 4.
79
3.3 Ser misionero, saliendo con Jesús
Como servidores del altar, la misión de los acólitos se extiende a varios ambientes: Familia,
Escuela, y Parroquia, en donde son enviados a ser sal y luz del mundo para cuantos se
encuentren con ellos. Recordemos que “la familia es la primera comunidad llamada a
anunciar el evangelio a la persona en desarrollo y conducirla a la plena madurez humana y
cristiana, mediante una progresiva educación”.244
Por ello los acólitos tienen el gran
compromiso de cuidar las familias y hacer de la misión un camino de plena configuración
con Jesucristo, como acólitos misioneros deben estar dispuestos a hacer de la familia una
comunidad de amor, respeto, solidaridad y reconciliación permanente.
Jesús llamó a los discípulos para que vivieran con él, les enseñaba, les sirvió para
mostrarles cómo debían servir a los demás: es una escuela para la Misión. De esta manera
queremos que todos los chicos del grupo de los acólitos, de nuestro oratorio de la parroquia
San Juan Bosco, sean discípulos misioneros de Jesús. Los acólitos, deben hacer camino de
santidad y verdad, viviendo la experiencia de la formación misionera, espiritual, humana y
comunitaria, ya que desde su servicio al altar deben integrar estas dimensiones en su vida y
ser así unos verdaderos amigos y discípulos misioneros de Jesús. Además, desde la escuela
y llegando a la parroquia, pueden incentivarse a los jóvenes a que consideren sus
encuentros, como una pequeña comunidad, a partir de una metodología que los motive a
vivir un encuentro con Jesús en medio de la experiencia del compartir la vida.
Los acólitos, como todos los amigos de Jesús, han de aprender lo que implica aceptar a
Jesús en su vida. Este camino de discipulado misionero, debe permitir a los jóvenes ser
amigos de todos, de modo que, por su forma de ser, logren hacer extensiva la llamada a
participar de la vida en Cristo, desde comunidades de fe cultivadas por el encuentro, el
compartir sincero y el aporte de todos a la misión común de hacer visible el amor de Dios.
244
Juan Pablo II, Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, 2.
80
En la parroquia, los acólitos están llamados a ser misioneros dispuestos a vivir con alegría
la presencia de Dios en la propia vida desde tres formas muy maravillosas:
Cooperación Espiritual: con el ofrecimiento de la propia vida cristiana (testimonio), la
continua oración por las misiones y la ofrenda de los propios sacrificios, uniéndolos a
los de Jesús por la salvación de los niños y del mundo.
Cooperación Material: con la ofrenda misionera económica o con otros bienes
materiales.
Cooperación con Servicios Misioneros: Dios necesita nuestra colaboración, nos necesita
a nosotros mismos como misioneros. Además, necesita que le ayudemos a promover las
vocaciones misioneras.245
Finalmente, para poder llegar a ser misionero en los diversos ambientes en los que nos
encontremos, es oportuno recordar las palabras del Papa Francisco frente a este hecho de
ser sal y luz del mundo:
Para comprender mejor estas imágenes, tengamos en cuenta que la ley judía prescribía
poner un poco de sal sobre cada oferta presentada a Dios, como un signo de alianza. La
luz, entonces, para Israel era el símbolo de la revelación mesiánica que triunfa sobre las
tinieblas del paganismo. Los cristianos, el nuevo Israel, reciben, entonces, una misión
para con todos los hombres: con la fe y la caridad pueden orientar, consagrar, hacer
fecunda la humanidad. Todos los bautizados somos discípulos misioneros y estamos
llamados a convertirnos en un Evangelio vivo en el mundo: con una vida santa daremos
sabor a los diferentes ambientes y los defenderemos de la corrupción, como hace la sal; y
llevaremos la luz de Cristo a través del testimonio de una caridad. Por eso queridos niños
luchemos por ser y hacer presencia la luz de Cristo para los demás, ser efectivos en la
tarea de iluminar y dar sabor a nuestras actividades y a las personas con quienes
compartimos.246
Los acólitos han de tener siempre presente que, son luz y sal, es decir, han sido llamados a
brillar en medio de las más oscuras realidades del mundo. A su vez, su carisma es dar
sabor, para que el mundo vuelva a sentir la presencia vivificante del Espíritu que da fuerza
y sentido a las más diversas realidades humanas. No se puede olvidar que al ser lámparas
de la presencia vivificante de Dios, se es portador de una luz que da sentido a la vida y a la
realidad. Esa luz es Cristo, es a Él a quien tienen que dar gloria, el destino de un discípulo
es siempre seguir al maestro, una y otra vez acercarse a él y dejar que su luz renueve la que
llevamos en el corazón pues Él es la luz. En Cristo encontramos la fuerza de sentido para
245
Puccio, Natalia. Catequistas Discípulos dela Misericordia "Con Jesús cooperando a la misión", 1. 246
Francisco, Ángelus, Plaza de San Pedro Domingo 9 de febrero de 2014.
81
nuestra vida, Él nos hará ser lo que debemos ser en medio de nuestra comunidad y en
últimas, nos dará la fuerza en el corazón para encender el mundo con su fuego de amor
infinito.247
Vivir la experiencia de una comunidad de fe no es otra cosa que disponer la vida
como servicio, como camino de entrega al bien de cuantos se encuentran con nosotros en el
trasegar cotidiano.
247
Álvarez Rodríguez, Fredy Armando. Contenido de formación para monaguillo, 27.
82
CONCLUSIONES
Sí la pregunta a investigar es: ¿cómo la espiritualidad salesiana puede favorecer una
experiencia de Dios, en los jóvenes del grupo de acólitos del Oratorio Salesiano de la
parroquia San Juan Bosco, en el acompañamiento en la fe? La experiencia pastoral de
trabajo en el oratorio de la Parroquia San Juan Bosco, me permitió ejercer especialmente el
acompañamiento a los jóvenes del grupo de acólitos en donde se pudo conducir a una
experiencia de fe, para ayudarlos a ser buenos cristianos y honestos ciudadanos. El
ambiente de alegría, jovialidad y gozo que se vive en el oratorio permite que los niños y
jóvenes acólitos puedan sentir que son amados y que de esta forma son acompañados en el
proceso de la vida.
La motivación fundamental que mueve mi acción pastoral es la misericordia de Dios, que
me lanza hacia los jóvenes para amarlos con corazón de Padre, a ejemplo de San Juan
Bosco. Por esta razón, me aventuré en la tarea de investigar de qué manera se pueden
favorecer las condiciones necesarias para acompañar y guiar a los jóvenes en el camino de
la vida. En este escenario, en la vida cotidiana, es donde cobra importancia lo que uno
estudia en teología: no en los discursos sino en la experiencia de vida cotidiana, donde se
hace palpable con gestos concretos el amor de Dios.
En el primer capítulo la investigación, tuvo como telón de fondo la perspectiva teológica
para ver en la realidad de los jóvenes en la escucha, el modo en que se revela Dios por
medio de ellos; porque ellos son nuestra zarza ardiendo (cf. Éxodo 3:1-3). Por eso esta
investigación tuvo en cuenta el contexto social, religioso, educativo y familiar donde se
desenvuelven los jóvenes. Hoy en día con tanta problemática que vive la sociedad no es
fácil encontrar jóvenes que no tengan problemas, antes, todo lo contrario, la mayoría de
ellos han tenido alguna experiencia negativa, ya sea en la familia, por violencia al interior
de ella y fuera; un contexto religioso incoherente y que no es atractivo ni llamativo, la
escisión entre fe, cultura y vida y el impacto de la cultura materialista.
Todos estos elementos afectan la vida de los jóvenes y las dinámicas de los grupos a los
cuales pertenecen. En concreto, en el medio familiar hace falta mayor comunicación entre
83
padres e hijos, mayor conciencia de la importancia de la educación porque algunos niños y
jóvenes se encuentran desescolarizados, y porque la mayoría de ellos no tienen perspectivas
claras de proyecto. Los jóvenes, por tanto, son un lugar teológico porque su realidad dice a
Dios, porque por medio de ellos se da a conocer el rostro de Dios joven, que siente, ama,
vive y sufre con ellos.
El segundo capítulo se centró en los aportes de la teología desde el magisterio salesiano
para demostrar, cómo en la realidad de los jóvenes, en su vida en concreto se revela Dios,
de tal manera que el acompañamiento se convierta en una alternativa viable para fomentar y
educar en la fe. Desde el Magisterio eclesial, de modo especial desde el Papa Francisco en
Christus vivit, es el título de la exhortación apostólica que el papa Francisco escribió tras la
celebración de la XV Asamblea General Ordinaria del sínodo de los obispos, que tuvo
como eje central a los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional, resaltamos la
predilección de la Iglesia por los jóvenes, exponiendo de manera enfática algunas ideas del
Santo Padre: Dios ama a los jóvenes por medio de su hijo, y la importancia de la educación
en la fe.248
Desde el Magisterio Latinoamericano nos acercamos a la reflexión teológico pastoral de
nuestros contextos sociales, en la cual pudimos constatar que la Iglesia latinoamericana es
el rostro joven de la Iglesia, donde se pueden evidenciar notables aspectos de participación
e inclusión, como también algunas problemáticas más graves al respecto de la realidad de
los jóvenes.
Y, por último, se acudió al Magisterio Salesiano que tiene un patrimonio teológico pastoral
sobre los jóvenes. De modo especial resaltamos que los salesianos están llamados a ser
educadores de la fe de los jóvenes, en ambientes educativos de índole oratoriano, donde se
comparte plenamente la vida. En Don Bosco, el salesiano encuentra el modelo de
inspiración de la obra educativa para ayudarlos a ser buenos cristianos y honrados
ciudadanos. Don Bosco se convierte en el paradigma de todo salesiano, por su pasión por
los jóvenes. La pedagogia de la solidaridad es un valor fundamental de la vida de los
248
Francisco. Exhortación Apostólica Christus vivit, 118.
84
jovenes. La pedagogia cristiana se fundamenta en Dios que se ha revelado al hombre, no
para vivir aisladamente sino en familia. Don Bosco nos dejo un gran modelo pedagógico,
de este modelo podemos entender, ayudar y acompañar a los jóvenes.
El tercer capítulo se propuso diseñar una propuesta para que los jóvenes vivan con
intensidad y en la vida cotidiana los rasgos esenciales de la Espiritualidad Juvenil
Salesiana. Esta propuesta, orientada a fortalecer el proceso de acompañamiento, ayuda en el
proceso de madurez humana y cristiana en los diferentes ambientes de la familia, escuela y
parroquia, el oratoria salesiano: “lleva a los jovenes los contenidos y propuestas mas
significativas para su formacion integral como ícono de esa casa acoge, esa parroquia que
evageliza esa escuela que encamina hacia la vida y ese patio donde se encuentra amigos y
se pasa bien”249
.
El acompañamiento a los jóvenes tiene como base el diálogo personal, donde la familia
juega un papel importante. Además, en la insersión paulatina en la vida sacramental, como
favorecer espacios de discernimiento que permita a los jóvenes realizar plenamente las
pespectivas de proyecto, ya sean personales, familiares o comunitarias. Desde el carisma
salesiano, tal vez no haya otro lugar privilegiado para el crecimiento y desarrollo de la
persona que el grupo, donde experimenta la gracia del crecimiento y el sostenimiento de las
personas que ayudan en los procesos de maduración.
En últimas, el trabajo destaca la importancia del acompañamiento espiritual en su doble
escenario: personal y grupal. Desde lo personal, para guiar a los jóvenes en la realización
de la vida y las metas; además, cada uno de ellos pueda descubrir caminos de realización
humana auténticas, sienta pasión por la vida y se entusiasme por asumir el proyecto de Dios
en su vida. Desde lo grupal, para el fortalecimento de la dimensión comuntaria de la vida,
como de los diversos componentes que conforman la dimensión social de la vocación. Esto
no tiene sentido sino tiene una fuerte ligazón con la realidad, para responder de manera
eficaz en el mundo actual a los desafíos de la realidad juvenil.
249
Barra Blanca, Germán. La pedagogía de la Solidaridad, 70.
85
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91
ANEXOS
Encuesta aplicada a los jóvenes del grupo de acólitos del oratorio salesiano, de la parroquia
san Juan Bosco
Me llamo…………………………………………….
Sentido de la vida de los jóvenes.
1. Según su criterio, la auténtica felicidad está en:
a) Tener éxito y dinero.
b) Tener salud y una familia
c) Ser reconocido y prestigioso
d) Amar y servir.
Problemática juvenil espiritual
2. Según su criterio los principales problemas juveniles espirituales son:
d) Indiferencia religiosa 30%
e) Falta de experiencias espirituales 30%
f) Incoherencia entre fe y vida 40%
3. Para usted los problemas espirituales juveniles se originan en:
a) Religiosidad por conveniencia 20%
b) Indiferencia familiar espiritual 40%
c) Ambiente materialista. 40%
Problemática juvenil personal
4. Según usted los problemas personales juveniles son causados por:
a) Situaciones familiares muy difíciles 70%
b) Falta de vivencia de los valores humanos 30%
c) Ambiente individualista 0%.
Problemática juvenil familiar
5. Para usted los principales problemas juveniles familiares son:
92
a) Desintegración familiar
b) Falta de comunicación familiar 70%
c) Incoherencia entre el discurso y la vida 20%
d) Demasiada exigencia de los padres 10%
Problemática juvenil educacional
6. Según su opinión, ¿la mayoría de los jóvenes tienen metas claras?
Si 70%
No 30%
Problemática juvenil social
7. Según su criterio estos problemas sociales juveniles tienen su origen en:
a) Ambiente social negativo 0%
b) Fragilidad de su voluntad para obrar correctamente 40%
c) Violencia juvenil 60%