A Mourela (As Pontes, A Coruña): evidencias carpológicas de las prácticas de roza y del procesado...

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El registro paleocarpológico (los restos de semillas y frutos procedentes de contextos arqueológicos) es una de las ma- yores fuentes de información que tenemos los arqueólogos para aproximarnos a los sistemas de producción de alimen- tos en el pasado, pero también pueden proporcionarnos in- formación sobre otras formas de consumo de los recursos vegetales y, en definitiva, contribuir a un más profundo co- nocimiento de las estrategias de producción y reproducción de los distintos grupos humanos que habitaron un ambiente determinado en un momento concreto del pasado. 1. EL CONJUNTO ESTUDIADO El estudio carpológico que presentamos a continuación corresponde a las semillas recuperadas a partir de la reco- gida en campo (únicamente tres casos puntuales: MS-105- 012, MS-207-002 y MS-314-003) y, sobre todo, a partir de la recuperación sistemática de sedimentos y su posterior flo- tación y selección, llevada a cabo por el equipo de excava- ción. Debemos hacer hincapié en este punto sobre una cuestión metodológica de enorme trascendencia en el estu- dio aquí presentado. Los tamices utilizados para recoger los restos de la flotación fueron de 3 mm y 1 mm de luz de malla. Desgraciadamente, no son suficientes para obtener todos los restos carpológicos, puesto que es el tamiz de 0,5 mm de luz el que permite recoger la mayoría de semillas de malas hierbas y restos de las espigas y espiguillas de los cereales cultivados. Aún así, los resultados obtenidos son de gran interés para comprender las actividades llevadas a cabo en el yacimiento. El muestreo de sedimentos ha sido sistemático en todo el yacimiento. Sin embargo, casi todas las muestras recogidas que han proporcionado restos carpológicos se encuentran asociadas al fondo de cabaña (siglos XV-XVII) exceptuando las UE 22, 207 y 285 (en niveles anteriores al círculo lítico), la UE 171 (fosa exterior al conjunto, de época moderna) y las 312, 314 y 316 (agujeros de poste anteriores al fondo de ca- baña) (fig. 1). El total de sedimento procesado fue de 592,8 litros. Las UEs que dieron resultados negativos por lo que respecta a los restos carpológicos son: UE 5, 16, 49, 73, 90, 100, 110, 165, 175, 177, 184, 227, 236, 257 y 276. En la tabla 1 mostramos la relación de unidades estratigráficas que die- ron resultados positivos a nivel carpológico, así como el vo- lumen de sedimento tratado, el criterio aplicado en la recogida del sedimento y el tipo de unidad estratigráfica que constituyen, así como el conjunto al que pertenecen, criterio a partir del cual las agruparemos en el análisis. 2. METODOLOGÍA APLICADA PARA LA IDENTIFICACIÓN Y LA CARACTERIZACIÓN DE LOS RESTOS CARPOLÓGICOS El criterio de determinación de las semillas carbonizadas estudiadas ha sido el morfológico y el biométrico a partir de la comparación de las semillas con la colección de referen- cia de material actual del Laboratori d’Arqueologia del Grup d’Investigació Prehistòrica de la Universitat de Lleida y la del Laboratori d’Arqueobotànica de la Universitat Autònoma de Barcelona, así como mediante la consulta de atlas especia- lizados (Bojnansky & Fargasova, 2007; Schoch et alii, 1988, Capper, Bekker & Jans, 2006) y monografías (Renfrew, 1973; Zohary & Hopf, 1994). La unidad de análisis es el taxón, en- tendido como resto determinado al máximo nivel de preci- sión posible (variedad, especie, género, familia, etc.), siempre y cuando no haya otro resto dentro del mismo grupo identificado con mayor precisión. Hemos utilizado varias convenciones para la determina- ción de los restos en este trabajo. Estas se resumen en: 177 A Mourela (As Pontes, A Coruña): evidencias carpológicas de las prácticas de roza y del procesado y consumo de cereales en el monte gallego (siglos VII-XVII) Ferran Antolín Tutusaus 1 , Natàlia Alonso Martínez 2 1 Laboratori d’Arqueobotànica, Universitat Autònoma de Barcelona. Becario JAE-Pre vinculado alGASA - Institució Milà i Fontanals (CSIC). 2 Grup d’Investigació Prehistòrica. Universitat de Lleida.

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El registro paleocarpológico (los restos de semillas y frutosprocedentes de contextos arqueológicos) es una de las ma-yores fuentes de información que tenemos los arqueólogospara aproximarnos a los sistemas de producción de alimen-tos en el pasado, pero también pueden proporcionarnos in-formación sobre otras formas de consumo de los recursosvegetales y, en definitiva, contribuir a un más profundo co-nocimiento de las estrategias de producción y reproducciónde los distintos grupos humanos que habitaron un ambientedeterminado en un momento concreto del pasado.

1. EL CONJUNTO ESTUDIADO

El estudio carpológico que presentamos a continuacióncorresponde a las semillas recuperadas a partir de la reco-gida en campo (únicamente tres casos puntuales: MS-105-012, MS-207-002 y MS-314-003) y, sobre todo, a partir de larecuperación sistemática de sedimentos y su posterior flo-tación y selección, llevada a cabo por el equipo de excava-ción. Debemos hacer hincapié en este punto sobre unacuestión metodológica de enorme trascendencia en el estu-dio aquí presentado. Los tamices utilizados para recoger losrestos de la flotación fueron de 3 mm y 1 mm de luz demalla. Desgraciadamente, no son suficientes para obtenertodos los restos carpológicos, puesto que es el tamiz de 0,5mm de luz el que permite recoger la mayoría de semillas demalas hierbas y restos de las espigas y espiguillas de loscereales cultivados. Aún así, los resultados obtenidos sonde gran interés para comprender las actividades llevadas acabo en el yacimiento.

El muestreo de sedimentos ha sido sistemático en todo elyacimiento. Sin embargo, casi todas las muestras recogidasque han proporcionado restos carpológicos se encuentranasociadas al fondo de cabaña (siglos XV-XVII) exceptuando

las UE 22, 207 y 285 (en niveles anteriores al círculo lítico),la UE 171 (fosa exterior al conjunto, de época moderna) y las312, 314 y 316 (agujeros de poste anteriores al fondo de ca-baña) (fig. 1). El total de sedimento procesado fue de 592,8litros. Las UEs que dieron resultados negativos por lo querespecta a los restos carpológicos son: UE 5, 16, 49, 73, 90,100, 110, 165, 175, 177, 184, 227, 236, 257 y 276. En la tabla1 mostramos la relación de unidades estratigráficas que die-ron resultados positivos a nivel carpológico, así como el vo-lumen de sedimento tratado, el criterio aplicado en larecogida del sedimento y el tipo de unidad estratigráfica queconstituyen, así como el conjunto al que pertenecen, criterioa partir del cual las agruparemos en el análisis.

2. METODOLOGÍA APLICADA PARA LA IDENTIFICACIÓN Y LA CARACTERIZACIÓNDE LOS RESTOS CARPOLÓGICOS

El criterio de determinación de las semillas carbonizadasestudiadas ha sido el morfológico y el biométrico a partir dela comparación de las semillas con la colección de referen-cia de material actual del Laboratori d’Arqueologia del Grupd’Investigació Prehistòrica de la Universitat de Lleida y la delLaboratori d’Arqueobotànica de la Universitat Autònoma deBarcelona, así como mediante la consulta de atlas especia-lizados (Bojnansky & Fargasova, 2007; Schoch et alii, 1988,Capper, Bekker & Jans, 2006) y monografías (Renfrew, 1973;Zohary & Hopf, 1994). La unidad de análisis es el taxón, en-tendido como resto determinado al máximo nivel de preci-sión posible (variedad, especie, género, familia, etc.),siempre y cuando no haya otro resto dentro del mismo grupoidentificado con mayor precisión.

Hemos utilizado varias convenciones para la determina-ción de los restos en este trabajo. Estas se resumen en:

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A Mourela (As Pontes, A Coruña): evidencias carpológicas de las prácticas de roza y del procesado y

consumo de cereales en el monte gallego (siglos VII-XVII)

Ferran Antolín Tutusaus1, Natàlia Alonso Martínez2

1 Laboratori d’Arqueobotànica, Universitat Autònoma de Barcelona. Becario JAE-Pre vinculado alGASA - Institució Milà i Fontanals (CSIC).2 Grup d’Investigació Prehistòrica. Universitat de Lleida.

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- cf: para indicar que la determinación que sigue a estaabreviatura no es del todo clara, por la ausencia de algúnelemento característico debido a la carbonización o laerosión de los restos.

- / : para indicar que no es posible a partir de las caracte-rísticas conservadas discernir entre los dos vocablos se-parados.

- sp: usado para indicar que únicamente se ha podido de-terminar los restos a nivel de género.

- tipo: término que pretende mostrar que el resto identifi-cado tiene características morfométricas parecidas altaxón que le sigue, aunque su determinación no es sufi-cientemente segura por la ausencia de alguno de los ca-racteres determinantes o la presencia de caracteres nonecesariamente propios del taxón al que hace referencia.

Los restos carpológicos de A Mourela han sido, además,caracterizados a partir de una serie de variables tomadas encuenta con la finalidad tanto de tratar aspectos tafonómicoscomo de obtener información de los procesos productivos delos que han podido formar parte. Las variables tenidas encuenta son (Antolín, 2008): la parte representada (semilla en-

tera, fragmento de semilla, etc.), vía de preservación (carbo-nización, mineralización, etc.), parte fragmentada (a partir dela cual contabilizamos el NMI en los cereales), el estado depreservación del pericarpio (intacto, rodado, etc.), grado dedeformación por efectos de la combustión y otros caracteres(adherencia de glumas, adherencia del embrión), así como eltipo de fragmentación (regular o irregular) y el momento enel que se produjo (antes o después de la combustión).

Entendiendo que la fragmentación de los cereales puedealterar de forma muy significativa los datos con los que setrabaja para interpretar los resultados, todo el análisis que seplantea en el apartado 3.4. de este trabajo utiliza la cifra delNMI por especie y no el número total de restos. Para calcu-lar el NMI hemos tenido en cuenta los distintos tipos de frag-mentación posible (ver fig. 2).

Para calcular el NMI (Antolín, 2008), se suma el númerode cariópsides enteras (C) con la cifra más alta entre TE, TAy TM , la cifra más alta entre LD y LV, y se le suman los LVDdivididos entre dos, ya que cada semilla origina dos frag-mentos longitudinales vientre-dorsales.

Tabla 1) Muestras estudiadas y número de restos carpológicos proporcionados por cada una de ellas.

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3. RESULTADOS Y CARACTERIZACIÓN DELOS RESTOS

De un total de 6880 restos recuperados, se han podidoidentificar 23 taxones en el conjunto, 5 de plantas cultiva-das, 13 de plantas sinantrópicas (malas hierbas y/o rudera-les) y 5 de plantas silvestres correspondientes a otrasasociaciones vegetales (ver tabla 2 y figuras 3 y 4):

3.1. Discusión arqueobotánica de los taxonesidentificados

3.1.1. Asteraceae

Asteraceae tipo Crepis sp

Las asteráceas son plantas principalmente de porte her-báceo que suelen dispersar sus semillas a grandes distan-cias por el aire. Algunos Crepis, como Crepis capillaris,crecen en brezales, comunidad vegetal que potencialmentepodría darse en el entorno de A Mourela. Únicamente se haconservado una semilla de esta familia (UE 316). Es de sec-ción pentagonal y con la superficie lisa.

3.1.2. Betulaceae

Corylus avellana, avellano.

El avellano suele ser un árbol de porte arbustivo (hasta 6metros de altura). Produce pequeños racimos de uno a cua-tro frutos cubiertos por brácteas foliosas dentro de las cua-les se encuentra una nuez con una gran semilla comestible.Maduran a partir de septiembre (Folch, 1999). El resto ha-llado en Mourela (UE 207) se corresponde precisamente conla semilla. Esta tiene una característica forma globosa y desección pseudocircular con tendencia a rectangular. Su su-perficie es lisa. El avellano es cultivable y hay larga tradiciónde dicha práctica en territorios como Cataluña o Asturias(Masclans, 1988). El fruto se puede comer crudo o tostado,así como también puede usarse para obtener aceite o man-tequilla de avellana (Folch, 1999).

3.1.3. Brassicaceae

cf Brassica, col/rábano/mostaza negra u otros.

Este género incluye varias plantas anuales mayoritaria-mente cultivadas, naturalizadas o sinantrópicas. Su fruto esuna silícua que contiene varias semillas. En Mourela hanaparecido varias semillas que podrían pertenecer al géneroBrassica sp (UE 285 y UE 291) que tienen en común una su-perficie con una retícula casi imperceptible y su forma glo-bosa con tendencia a angulosa en algunos casos. Además, laausencia de otros elementos diagnósticos como el hilo nosha impedido efectuar una identificación más exacta.

Tabla 2) Listado de taxones recuperados en A Mourela y correspondiente nombre común.

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3.1.4. Cyperaceae

Las ciperáceas son plantas herbáceas vivaces. Sus floressuelen agruparse en inflorescencias espiciformes organiza-das en espigas, glomérulos o panículas (Masalles et al.,1988). El fruto normalmente es en aquenio. Únicamente sehan recuperado dos semillas en A Mourela (UE 12 y UE 316),de indentificación muy complicada en el estado de conser-vación en el que se encuentran, ya que han explotado debidoal proceso de combustión y han perdido parte de su superfi-cie externa.

3.1.5. Caryophyllaceae

Silene latifolia/vulgaris, colleja (fig. 4.4)

El género Silene está muy bien representado en Galicia(Romero, 2008). Silene latifolia y Silene vulgaris son dos hier-bas robustas de hasta 60 cm de altura, siendo la primera pro-pia de herbazales húmedos y la segunda frecuente encampos y herbazales. Fructifican en verano-otoño. Las semi-llas de colleja recuperadas (UE 105 y UE 285) parecen perte-necer a una misma especie y tienen una formaredondeada-reniforme. El dorso y los lados son ligeramenteconvexos. El hilo forma una cavidad abierta que dibuja unarco de circunferencia con los extremos hacia arriba, de pa-redes gruesas y abultadas con forma elíptica con los extre-mos ligeramente orientados hacia arriba, igual que la cavidadque envuelven. La ornamentación de su superficie es tuber-culada, con pequeñas y redondeadas protuberancias. No seconoce un uso culinario de las semillas de esta planta, aun-que sí de los brotes jóvenes de colleja, consumibles una vezcocidos.

3.1.6. Ericaceae

Erica sp, brezo. (fig. 4.1 y 4.2)

Existen distintos tipos de brezo en Galicia (Romero,2008), siendo frecuentemente arbustos de menos de unmetro de altura que florecen y fructifican en distintos perí-odos del año, aunque básicamente lo hacen entre prima-vera y verano. Los frutos recuperados en A Mourela soncápsulas loculicidas aún cerradas, con numerosas semillasya formadas. Las semillas que se observan cuando las pa-redes de la cápsula no se han conservado tienen forma elíp-tica, estando su superficie característicamente arrugadaen sentido longitudinal, hecho que nos hace pensar que po-

dría tratarse de Erica arborea, actualmente presente entoda Galicia. Las ramas tiernas de Erica arborea son usadaspara el ramoneo de cabras y vacas, así como también deesta misma planta se pueden fabricar escobas (Folch,1999).

3.1.7. Fagaceae

Quercus sp., roble, encina.

Las bellotas son los frutos de distintas especies de árbolpertenecientes al género Quercus que pueden ser tanto dehoja caduca como perenne. La bellota es generalmente alar-gada y tiene forma ovalo-elíptica, con la base allanada y elextremo distal algo apuntado, sin embargo no hemos recu-perado ejemplares completos en A Mourela. Sí disponemosde varios fragmentos de cotiledón de bellota procedentes dedos unidades estratigráficas, la 105 y la 314. Estos fragmen-tos no proporcionan información alguna sobre la especie ala que pertenecen, pues para ello es necesario que se con-serven las cúpulas junto con el fruto (Jacquat, 1988). To-mando en cuenta que únicamente se han documentadocarbones de Quercus caducifolios (ver M. Martín, este volu-men), es posible que los frutos que hemos recuperado tam-bién pertenezcan al mismo grupo. Cabe destacar que elregistro antracológico de las unidades estratigráficas dedonde proceden nuestros restos está dominado precisa-mente por los Quercus caducifolios, siendo la única especiedocumentada en la UE 314.

Las bellotas que normalmente se han usado para consumohumano son las de Quercus ilex, una especie precisamenteperennifolia. Las bellotas de las especies caducifolias se handestinado, en cambio, al alimento del ganado, especialmenteporcino.

3.1.8. Lamiaceae

Las lamiáceas o labiadas son plantas perennes que con-tienen aceites esenciales en todas sus partes anatómicas.Es pues, una de las familias más importantes a nivel farma-cológico y médico. Incluyen varias especies muy utilizadascomo condimento en la alimentación, como la menta, la al-bahaca, el orégano o la mejorana. El fruto suele ser un te-traquenio. Sólo se ha recuperado una semilla en A Mourela(UE 104). Esta presenta una forma globosa, con un extremoapuntado desde donde salen tres aristas principales. La su-perficie de la semilla se observa ligeramente ribeteada lon-gitudinalmente.

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3.1.9. Papilionaceae

Trifolium sp, tréboles.

Los tréboles crecen generalmente sobre herbazales y pra-dos más o menos húmedos. Los restos de Trifolium sp de AMourela se concentran en la UE 285. Se caracterizan por suforma redondeada y su superficie lisa, así como por su radí-culo prominente. El trébol de prado se ha cultivado comopasto o forraje. Sus hojas se pueden consumir crudas o co-cidas, así como sus inflorescencias, las cuales se solíansecar y mezclar en la harina para hacer pan.

Tipo Melilotus sp., meliloto.

Los melilotos son hierbas anuales, bienales o perenni-zantes que suelen producir entre una y dos semillas porfruto. Tenemos un único resto de este tipo en la UE 103 deA Mourela. Tienen una forma más bien elíptica, con el em-brión en uno de los lados y, por encima del mismo, se ob-serva una prolongación del radículo. Algunas de lasespecies de meliloto se cultivan como plantas forrajeras opara mejorar los pastos pero no se les conoce valor ali-menticio en sí mismas.

Ulex europaeus, tojo (fig. 4.3)

Arbusto espinoso propio de brezales, setos y orlas espi-nosas. Es una planta pirófita y se quema con enorme facili-dad. En Galicia hay una larga tradición de agricultura de rozasen zonas donde abunda el tojo. Las semillas se caracterizanpor su forma casi triangular y de caras bastante planas, y portener el hilo basal, circular y hundido.

3.1.10. Plantaginaceae

Plantago sp., llantén

El llantén es una hierba perenne bastante común quecrece en prados, herbazales y como mala hierba. Sus se-millas son elípticas, con un surco ancho y una arruga lon-gitudinal en la cara ventral, siendo su superficie lisa. Sólose ha recuperado un resto en A Mourela (UE 8), y su es-tado de conservación es demasiado pobre para precisar suidentificación.

3.1.11. Poaceae

Avena sp, avena (fig. 3.2)

Las semillas de avena doméstica son elípticas y alarga-das. Se caracterizan por tener el área del germen con formatriangular. Los extremos están ligeramente redondeados ypresentan un surco ventral no demasiado profundo. La únicamanera de diferenciar entre la variedad silvestre y la culti-vada es a partir de la base de la espiguilla y no hemos con-servado ninguna. Sin embargo, dado el contexto histórico enel que nos encontramos, el número de restos recuperados ylas dimensiones de las semillas, creemos que no hay duda deque responden a la especie doméstica. De los granos deavena se hacen sémolas y harinas. Son particularmente ener-géticas y ayudan a entrar en calor.

Bromus sp, bromo.

A este género pertenecen mayoritariamente plantas de tiporuderal y malas hierbas de los campos. Las semillas se ca-racterizan por tener una estructura celular alargada, teniendocomo resultado la aparición de líneas longitudinales, espe-cialmente en la cara ventral. Únicamente se ha recuperadoun resto perteneciente a este género en A Mourela (UE 310).

Hordeum cf vulgare, cebada.

La cebada es un cereal doméstico de ciclo largo. Las se-millas suelen tener una forma angulosa con las caras con-vexas o ligeramente convexas, el ápex anguloso y de formaalargada. El surco ventral del resto recuperado (UE 8) es másbien estrecho y muy recto. La presión de la lema acostum-bra a dejar unas líneas muy características en la cara dorsal,aunque nuestro resto está demasiado rodado y fragmen-tado, de modo que no podemos apreciarlo claramente. Sepuede cultivar en invierno o a inicios de la primavera, aun-que parece que las cosechas sembradas en invierno dan me-jores resultados (Matterne, 2001). Se ha cultivado para laalimentación humana, pero especialmente para el malteadoy la obtención de mostos para la elaboración de cerveza.También se utiliza para la alimentación animal, especial-mente para cerdos. Su harina es panificable pero no es tanbuena como la del trigo común. A menudo se mezclanambos tipos.

Tipo Leersia oryzoides

Planta rizomatosa que se suele encontrar cerca del agua.Los restos que hemos podido atribuir a esta clasificación enA Mourela proceden de la UE 8 y la UE 310. Se caracterizanpor ser muy estrechas, con el ápex truncado y un área delgermen muy cóncava que termina de forma puntiaguda.

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Lolium perenne/rigidum, raygrás; Lolium temulentum,cizaña.

El género Lolium comprende tanto malas hierbas asocia-das a cereales de invierno (especialmente la cizaña) comoricos pastos forrajeros. Las cariópsides de Lolium presentanla cara ventral convexa y la cara dorsal plana con el surcoancho y el ápex redondeado. La distinción de especies eneste género es muy complicada, aunque hemos podido di-ferenciar entre Lolium perenne/rigidum y Lolium temulen-tum cuando el segmento de raquis se ha conservadoadherido a la semilla, siendo el extremo superior del seg-mento de raquis de los primeros completamente plano ensección y de truncadura plana o cóncava, mientas que el delos segundos es más grueso y de sección triangular en al-gunos casos (fig. 3.4 y 3.5). En la ausencia de raquis hemosidentificado, siguiendo propuestas realizadas por otros au-tores (Zeist et al. 1988, 252), como Lolium cf temulentumlas cariópsides más robustas (fig. 3.3.), mientras que las deLolium cf perenne/rigidum son más esbeltas y por tanto tie-nen un índice largo/ancho muy superior al de Lolium temu-lentum. Sin embargo, distintos autores (Buxó, 1997, 134;Alonso 1999, 85) han manifestado que esta relación puedeser orientativa pero en ningún caso un criterio eficaz de de-terminación de ambas especies. Si bien los restos de Loliumtemulentum con raquis se encuentran bien representadosen A Mourela, los de Lolium perenne/rigidum son más es-casos, especialmente los restos con raquis (UE 8 y UE 314).A nivel cuantitativo, los distintos tipos de raygrás constitu-yen el grupo más numeroso en A Mourela. Lolium temulen-tum es una conocida mala hierba, especialmente de loscampos de avena y centeno (Bojnansky & Fargasova, 2007).

Panicum miliaceum, mijo común.

El mijo común es un cereal de ciclo corto (crece en 3meses) y uno de los cereales con más resistencia a la sequía,motivo por el cual se suele sembrar en primavera y crece du-rante el verano (Zohary & Hopf, 1994). La semilla se puedecomer cruda pero es necesario descascarillarla primero. Lascariópsides son de elipsoidales a redondeadas, en algunoscasos con el ápex ligeramente apuntado, de hilo redondo yescutelo divergente que llega, como máximo, a la mitad dela longitud de la semilla.

Secale cereale, centeno. (fig. 3.1)

El centeno es un cereal desnudo muy apreciado por suresistencia a los inviernos rigurosos y a la sequía (Zohary &

Hopf, 1994). La semilla se caracteriza por tener el área delgermen muy grande, el embrión apuntado y el ápex trun-cado. La cara ventral es entre plana y convexa con un surcoestrecho y a veces profundo. Su sección es más bien re-donda. En el yacimiento de A Mourela es el cereal cultivadomás frecuente a nivel de número absoluto de restos y pornúmero de unidades estratigráficas en las que se encuen-tra presente.

Triticum aestivum/durum, trigo común o candeal.

El trigo común es una cereal doméstico que se suele cul-tivar en invierno. A partir de las cariópsides no es posibledistinguir entre las dos especies de trigo común: la tetra-ploide (Triticum durum) y la hexaploide (Triticum aestivum).Por este motivo adoptamos la nomenclatura propuesta porVan Zeist (1980) de Triticum aestivum/durum. Las cariópsi-des de esta especie acostumbran a ser ligeramente abom-badas, con la cara ventral plana o ligeramente convexa, conel ápex truncado y el surco estrecho y profundo. Tradicional-mente, el trigo común (Triticum aestivum) se ha cultivadopara hacer harina, ya que es uno de los trigos con mayor can-tidad de gluten, hecho que lo convierte en el más adecuadopara la panificación.

3.1.12. Polygonaceae

Polygonum convolvulus, polígono trepador.

Mala hierba anual de crecimiento rápido que aparece encampos y rastrojos. El fruto es trígono, con las caras apunta-das en los extremos y con el ancho máximo en el centro de lasemilla, resultando simétrica longitudinalmente. Se puedenobservar líneas longitudinales a lo largo de su superficie. Lasemilla recuperada en A Mourela procede de la UE 285. Tienenumerosas propiedades medicinales. Las semillas son co-mestibles, tanto enteras como trituradas en forma de harina.

3.1.13. Thymelaceae

Thymelaea sp, bufalaga.

La bufalaga es una planta frecuente en pastos y mediosdegradados. Sólo hay dos especies de este género actual-mente en A Coruña: Thymelaea coridifolia, que crece en bre-zales, y Thymelaea passerina, propia de pastizalesxerofíticos, barbechos y rastrojeras. Por el momento no po-demos discernir a qué especie o especies perteneceríannuestros escasos restos de A Mourela. Las semillas de bu-

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falaga tienen forma de gota, con la punta ligeramente cur-vada y con un pequeño orificio. La superficie muestra una es-tructura en forma de red.

3.2. Caracterización de los restos.Implicaciones tafonómicas.

La totalidad de los restos carpológicos de A Mourela seha conservado gracias a la carbonización. Este proceso con-vierte las semillas en estructuras altamente frágiles a cual-quier tipo de actividad mecánica. Sin embargo, comoveremos a continuación, parece que las condiciones tafonó-micas han sido excepcionales, favoreciendo una excelenteconservación del material carbonizado. Siempre y cuando elnúmero de restos sea suficiente, trataremos las UEs agrupa-das por los conjuntos especificados en la tabla 1, bajo un cri-terio no sólo cronológico sino también espacial.

En el gráfico 1 se puede observar que el conjunto se pre-senta, en general, muy poco fragmentado, siendo más de ¾partes del mismo restos enteros. Cuando uno considera losdistintos taxones por separado (gráfico 2) advierte tambiénque la fragmentación ha sido determinante en la identifi-cación de los mismos, ya que muchos de estos fragmentosse encuentran en categorías determinadas a nivel de fami-lia (Poaceae) o subfamilia (Cerealia), o incluso indetermi-nados, estando constituídas todas estas categorías por másde un 60% de restos fragmentados. Los restos de centeno(Secale cereale) son los únicos que muestran un grado defragmentación significativo, aunque no podemos valorartodos los taxones por igual, ya que no tenemos los residuosde menos de 1 mm y esto podría estar subrepresentando lafragmentación del conjunto, especialmente en relación alos taxones que producen semillas más pequeñas que elcenteno o la avena.

Es importante destacar que no hay ningún indicio de frag-mentación previa a la combustión, hecho que indica que losrestos estaban enteros cuando se quemaron y que algunosde ellos se fragmentaron posteriormente. Parece que la frag-mentación no se ha producido durante el proceso de exca-vación, actividad que suele producir fracturas regulares. Taly como se observa en el gráfico 3, donde únicamente se pre-sentan los resultados de cuatro taxones porque son los úni-cos que han proporcionado suficientes fragmentos como paraconsiderarse estadísticamente significativos, domina la frac-tura irregular en el conjunto. Esta se puede haber producidotanto en el pasado como, de forma inevitable, durante el pro-ceso de flotación de los sedimentos.

Para nuestro caso únicamente hemos podido analizar lacorrespondencia entre fragmentos apicales y embrionales deLolium cf temulentum y Secale cereale, ya que eran los úni-cos estadísticamente significativos por número de restos re-cuperados, procedentes del fondo de cabaña y de losagujeros de poste encontrados bajo el mismo. Como pode-

Gráfico 1) Frecuencias relativas de restos carpológicos en-teros y fragmentados de los distintos conjuntos de A Mou-rela (FC: fondo de cabaña).

Gráfico 2) Frecuencias relativas por especie de restos car-pológicos fragmentados y enteros.

Gráfico 3) Frecuencias relativas del tipo de fractura que pre-sentan los fragmentos de los taxones numéricamente másrepresentativos en A Mourela.

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siglos VII-VIII) y de la UE 171 (fosa exterior al conjunto prin-cipal fechada en los siglos XVI-XVII), estaríamos ante la evi-dencia de procesos de combustión muy diferenciados: uno,conformado por los restos del fondo de cabaña y por el con-junto de agujeros de poste estratigráficamente más anti-guos, donde se llevaron a cabo actividades de bajaintensidad; y otro, constituido por las fosas exteriores (UE285 y 171), donde se habría llevado a cabo la quema de plan-tas silvestres a altas temperaturas.

Un último elemento que nos proporciona informaciónsobre las temperaturas a las que se llegó durante la com-bustión de los restos es la presencia de semillas con las glu-mas o glumelas aún adheridas, puesto que éstas son muyfrágiles y sólo se conservan en combustiones de ratio baja yque no lleguen a temperaturas elevadas (p.ej. Lolium fig 3.3y 3.4). En el gráfico 7 mostramos cómo sólo hay presencia dedichos casos en el fondo de cabaña y en el conjunto de agu-jeros de poste de debajo del fondo de cabaña.

El conjunto de datos presentados nos hace pensar que nosencontramos ante un conjunto muy bien preservado de res-tos conservados prácticamente in situ y muy poco afectadospor las actividades antrópicas, tanto acontecidas durante el

Gráfico 4) Frecuencias relativas de fragmentos transversa-les embrionales (TE) y transversales apicales (TA) del con-junto bajo el fondo de cabaña y del fondo de cabaña (FC).

Gráfico 5) Frecuencias relativas del nivel de degradación delpericarpio de las semillas recuperadas en A Mourela (RR: muyrodado, R: rodado, SR: semirodado, SI: semiintacto, I: intacto).

Gráfico 6) Frecuencias relativas por taxón de semillas conevidencias del proceso de combustión en A Mourela.

mos observar en el gráfico 4, los fragmentos apicales son untanto superiores en los dos conjuntos comparados., aunquecreemos que podemos concluir que la fragmentación se hadado básicamente in situ o durante el proceso de flotación.Esto nos indica que los restos no han sufrido grandes proce-sos erosivos.

El grado de erosión del pericarpio de las semillas es otrode los elementos que nos permite conocer datos interesan-tes sobre los procesos tafonómicos sufridos por el conjuntoque estamos estudiando. Los resultados que mostramos enel gráfico 5 muestran el buen estado en el que se encuentrael conjunto carpológico de A Mourela, con un predominio ab-soluto de restos intactos y semiintactos.

La combustión puede provocar distintos efectos visiblesen las semillas (aumentan su volumen, en ocasiones pue-den llegar a explotar, o bien pierden su morfología inicialvolviéndose sus lados cóncavos) (a partir de Braadbaart,2008). El gráfico 6 muestra como los efectos de la combus-tión no son sólo apreciables en poáceas, sino que tambiénson muy significativos en las leguminosas, como se eviden-cia en el caso del tojo, el taxón de esta familia cuantitati-vamente más representativo. La presencia de semillas detojo explotadas es indicativo de temperaturas elevadas du-rante la combustión (vid. figura 4.3, ejemplar derecha), pro-bablemente bastante superiores a los 500° C (nodisponemos de datos de experimentaciones al respecto perotenemos en cuenta que según Guarino & Sciarillo (2004) lassemillas de leguminosa no se carbonizan hasta alcanzar los500° C) mientras que los cereales lo hacen a partir de los200° C y desarrollan signos de ensanchamiento y explosióna partir de los 250° C (a partir de Braadbaart, 2008). Te-niendo en cuenta que la mayoría de los restos de tojo pro-ceden de la UE 285 (fosa bajo el círculo lítico fechada en los

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pasado como en la actualidad (proceso de excavación y flo-tación). Esto nos permite afirmar que, si bien sabemos concerteza que el registro carpológico carbonizado no equivaleal conjunto de recursos consumidos por un grupo, por lomenos podemos pensar que tenemos bien representado elregistro carbonizado.

Esta primera aproximación también nos ha permitido dis-tinguir las UEs 285 y 171 del resto de unidades, ya que lapresencia de un número elevado de restos de tojo con sig-nos de haber sido expuestas a temperaturas elevadas es-taría indicando otro tipo de actividades que no son las detipo doméstico que se documentan en el fondo de cabañay en el conjunto de agujeros estratigráficamente anterioresal mismo.

3.3. Descripción numérica del conjuntocarpológico y primera valoración delos resultados

A continuación presentamos los resultados propiamentedichos de la determinación carpológica de los restos proce-dentes del yacimiento de A Mourela. Las tablas no sólo in-cluyen el número absoluto de fragmentos, restos enteros ytotal de restos sino que también reflejan el cálculo del NMI,el cual ha sido realizado como se ha especificado en el apar-tado 2. Además, a nivel de UE y global, se ofrece el númeroabsoluto de restos, la densidad de restos por litro y la riquezataxonómica de las unidades estratigráficas, lo que nos per-mitirá ver la información potencial que puede proporcionarcada conjunto y cada UE dentro de su conjunto. Dado que te-nemos cuatro conjuntos de estructuras diferenciados, losanalizaremos por separado.

3.3.1 Las fosas cronológicamente anteriores al círculolítico (siglos VII-X)

Dentro de este conjunto tenemos tres tipos de fosa: unafosa de combustión (UE 22), una pequeña fosa tipo agujero

de poste de función desconocida (UE 207) y otra fosa demayores dimensiones (UE 285). El número de restos y ladensidad de restos por litro que han proporcionado es muydesigual (Tabla 3) y probablemente se relaciona con su fun-cionalidad.

La estructura de combustión de los siglos IX-X (UE 22) deA Mourela no resulta analizable desde un punto de vista car-pológico, ya que el número de restos recuperados es muybajo y, por lo tanto, no son significativos estadísticamente.Esta baja presencia de semillas se podría relacionar con unade las posibles funcionalidades propuestas para esta es-tructura, que es la de producción de carbón (M. Martín et al.,este volumen).

La UE 207 sólo suponía un litro de sedimento, de modoque, aunque la densidad de restos no es de las más bajasdel yacimiento, no ha proporcionado suficientes datos. Des-tacamos, sin embargo, que se han podido identificar mijo ytrigo, lo que nos remite a un contexto doméstico agrícola. Aesta unidad pertenece también el único resto de avellanade todo el yacimiento pero no se han estudiado los carbonesde esta unidad, de modo que no sabemos si su presenciapuede deberse a un uso de este taxón como combustible.

La UE 285 es la que presenta mayor número de restos,densidad y variabilidad taxonómica de las tres fosas. Losrestos recuperados pertenecen únicamente a plantas sil-vestres o plantas sinantrópicas y, como ya hemos comen-tado, parece que el conjunto fue expuesto a altastemperaturas de combustión. Esto convierte a dicha estruc-tura en una de las más interesantes del yacimiento, más alládel propio fondo de cabaña, motivo por el cual será reto-mada más adelante para intentar aportar alguna hipótesisrespecto a su funcionalidad.

3.3.2 Los agujeros de poste anteriores al pavimentodel fondo de cabaña (s. XV)

Debajo del pavimento del fondo de cabaña se documen-taron tres agujeros de poste, muy próximos entre ellos.Como se ve reflejado en la tabla 4, muestran una diversidadtaxonómica importante, con profundas semejanzas con laque a continuación presentamos para el fondo de cabaña,así como también destaca la presencia significativa de plan-tas domésticas. Las mayores densidades las muestran lasUE 314 y 316 pero, de todos modos, son importantes en lostres casos y sugieren la proximidad de la actividad cotidianadoméstica.

Gráfico 7) Número absoluto de semillas con glumas/glume-las adheridas en los distintos conjuntos de A Mourela.

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3.3.3 El fondo de cabaña de los siglos XV-XVII

Al contrario que el caso anterior, el conjunto carpológicocorrespondiente al fondo de cabaña excavado en A Mou-rela ha proporcionado un gran número de restos (Tabla 5),especialmente en la UE 8 (3137 restos), la UE 105 (1479 res-tos), la UE 306 (740 restos) y la 310 (218 restos). En cuantoal resto de unidades muestreadas, sin embargo, sólo la UE103 (54 restos) y la UE 104 (83 restos) han proporcionadomás de 35 restos. Así pues, hay diez unidades estratigráfi-cas que resultan estadísticamente no significativas, motivopor el cual no se incluirán en algunos de los análisis e in-terpretaciones que siguen, en cuyo caso será especificado.

Las mismas unidades que contienen un número elevado derestos son las que muestran una densidad por litro tambiénsuperior.

Siendo el conjunto con más taxones representados (19),hay que destacar la baja variabilidad taxonómica por UE, yaque el número máximo de taxones por unidad es 10 (UE 105).Las unidades que proporcionan más de 5 taxones son: UE 8,12, 104, 293, 306 y 310 (además de la ya mencionada). Hayque recordar que cuatro de estas unidades han proporcio-nado menos de 250 restos, de modo que muestran una va-riabilidad taxonómica relativa muy superior a las unidadescon más restos recuperados.

Tabla 3) Resultado de la identificación carpológica de las UE 22, 207 y 285.

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En cualquier caso, el núcleo constituído por las UEs 8, 105,306 y 310 se muestra como el más interesante para inter-pretar la funcionalidad de la cabaña y la gestión del espaciosocial de la misma.

3.3.4 La fosa exterior de los siglos XVI-XVII

La fosa a la que corresponde la UE 171 ha proporcionadoun número de restos muy bajo y éstos aparecen con una

Tabla 4) Resultado de la identificación carpológica de las UE 312, 314 y 316.

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densidad que también se presenta baja (tabla 6). Sin em-bargo, la variabilidad taxonómica resulta de interés ya que,aunque sólo tenemos dos taxones representados, éstos sonel tojo y el brezo, con lo que nos obliga a ponerla en rela-ción con los resultados de la UE 285, cronológicamente muyanteriores.

4. INTERPRETACIÓN DE LOS RESULTADOS

Hasta este punto hemos evaluado el estado de preserva-ción de nuestro objeto de estudio, y los resultados de sucuantificación. Para poder describir las prácticas económi-cas que originaron los conjuntos estudiados es aún necesa-

Tabla 5) Resultado de la identificación carpológica de los restos procedentes del fondo de cabaña de A Mourela.

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rio analizar la importancia económica de los taxones identi-ficados a partir de las frecuencias relativas que presenta lavariabilidad taxonómica de cada UE, así como la frecuenciacon la que aparecen dichos taxones y su distribución espacialen el yacimiento.

tivos en los conjuntos del fondo de cabaña. Sin embargoson mucho más escasos, cuando no inexistentes, en lasfosas exteriores.

4.1.1. Las plantas cultivadas

Sólo los conjuntos del fondo de cabaña y de los agujerosde poste bajo el pavimento del mismo fondo han proporcio-nado suficientes restos de plantas cultivadas como para eva-luar su importancia económica. La UE 207 también haproporcionado dos restos de cereales cultivados (mijo y trigo)pero estos no resultan interpretables y no serán tenidos encuenta en este apartado.

A nivel global, los resultados de los taxones de plantascultivadas (gráfico 9) muestran un dominio del centeno (fig.3.1.) y la avena (fig. 3.2.) por encima de los demás taxones,que aparecen de forma muy residual, especialmente el trigoy la cebada. El mijo, por el contrario, tiene una presenciaalgo más significativa. Debemos tener en cuenta también laposible pérdida de algunos restos de mijo más pequeños de1 mm.

Tabla 6) Resultado de la identificación carpológica de los res-tos procedentes de la UE 171 de A Mourela.

Gráfico 8) Frecuencias relativas de las comunidades vege-tales presentes en los distintos conjuntos.

4.1. La importancia relativa de los taxonesidentificados: plantas cultivadas, plantassinantrópicas y plantas silvestres.

Seguidamente vamos a abordar el análisis de la impor-tancia relativa de los distintos taxones que han sido deter-minados en A Mourela. Este trabajo es imprescindible parapoder posteriormente interpretar las actividades económi-cas de los grupos que generaron el conjunto carpológico es-tudiado. Para ello vamos a partir de las frecuenciasrelativas del NMI de cada taxón estudiando por separadolas plantas cultivadas, las sinantrópicas y las silvestres.Estas frecuencias serán siempre analizadas en función delos conjuntos arqueológicos que hemos presentado en elapartado anterior.

Primeramente, sin embargo, queremos hacer hincapié enla importancia diferencial que tiene cada comunidad vege-tal en los distintos conjuntos arqueológicos. Como quedareflejado en el gráfico 8 y en la figura 5, los conjuntos delfondo de cabaña (FC) y de las unidades estratigráficamentepor debajo de su pavimento muestran un predominio abso-luto de las plantas sinantrópicas (especialmente pertene-cientes al género Lolium, como veremos más adelante). Encambio, las fosas exteriores a dicho conjunto muestranunas proporciones muy distintas, con una importancia muysuperior de las plantas silvestres. En ningún caso se haidentificado Lolium en el conjunto de fosas anteriores al cír-culo lítico, tratándose de otros tipos de plantas sinantrópi-cas. Finalmente, es de suma importancia observar que losporcentajes de plantas cultivadas son bajos pero significa-

Gráfico 9) Frecuencias relativas de los taxones de plantascultivadas de A Mourela.

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A nivel particular, en el fondo de cabaña, hemos queridocomparar las tres UE señaladas como más interesantes (la8, la 105 y la 306) (figura 6). Las diferencias no son signifi-cativas y vienen a confirmar la tendencia observada a nivelgeneral, que es el predominio del centeno y la avena por en-cima del resto de cereales.

4.1.2. Las plantas sinantrópicas

Esta comunidad vegetal se encuentra representada no sóloen los dos conjuntos anteriores sino también en el de las fosascronológicamente anteriores al círculo, donde se adscribe laUE 285. Los taxones aparecidos en esta UE (Silene latifo-lia/vulgaris, fig. 4.4) Polygonum convolvulus y Trifolium sp)son de difícil interpretación al margen del resto de taxones dela misma, puesto que a pesar de formar parte del grupo deplantas sinantrópicas se encuentran asociados únicamente aplantas silvestres y creemos que deben ser vistos como tales.Aún y así, son cuantitativamente muy poco representativos(suman 23 restos en total). Uno de los elementos que distin-gue esta UE de los conjuntos asociados al fondo de cabaña esque no aparecen semillas del género Lolium.

El género Lolium domina el registro de plantas sinantrópi-cas de las estructuras del fondo de cabaña y las UEs inferio-res al mismo (figura 3.3., 3.4. y 3.5.). Por ello, en el gráfico 11sólo representamos los resultados respecto a este género,ya que el resto de taxones no son estadísticamente signifi-cativos, estando representados por entre 1 y 3 restos. Dichográfico, pues, muestra la preponderancia de la cizaña, típicamala hierba de cultivos de centeno y avena (Bojnansky & Far-gasova, 2007). Todo lleva a indicar, pues, que estamos antedesechos de la limpieza de la cosecha de estas especies.

Esta relación entre Secale y Lolium temulentum se ha que-rido reflejar en el gráfico 12, donde se muestra la relación de

ambos taxones en las UEs más significativas (8, 105, 306 y316). En el gráfico se puede observar como esta relación esmuy constante en las cuatro UEs, exceptuando la 105, dondeel número de Secale es más bajo, quizás debido a la propiafuncionalidad de la unidad (es una estructura de combustión).

Al respecto de los taxones de malas hierbas no reflejadosen el gráfico 11 sólo queremos añadir que el fondo de cabañapresenta una mayor variabilidad taxonómica probablementedebido al mayor número de UEs excavadas y muestreadas.

4.1.3. Otras plantas silvestres

El número de restos de otras plantas silvestres recuperadoen A Mourela es muy bajo, especialmente si se compara conlos dos grupos anteriores. Así pues, a pesar de haber repre-sentado las frecuencias relativas de los distintos taxones en elgráfico 13, debemos tener en cuenta que únicamente los res-tos de las fosas anteriores al círculo lítico suman más de 35.

Por un lado, debemos destacar la reducida variabilidad ta-xonómica, que en ningún caso supera los 4 taxones por con-junto. En segundo lugar, observamos que Erica sp es uno de los

Gráfico 10) Frecuencias relativas de los taxones de plantascultivadas de las UEs 8, 105 y 306.

Gráfico 12) Relación entre el NMI de Secale cereale (eje iz-quierdo) y Lolium temulentum (eje derecho) en las UEs 8,105, 306 y 316.

Gráfico 11) Frecuencias relativas de Lolium temulentum yLolium perenne/rigidum.

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taxones mejor representados (básicamente cápsulas, figura 4.1y 4.2), juntamente con Ulex europaeus. Quercus sp apareceasociado únicamente a los conjuntos de la zona del fondo decabaña, mientras que Corylus sólo aparece en las fosas ante-riores al círculo lítico. Más adelante intentaremos relacionarestas asociaciones con la funcionalidad de cada estructura.

4.2. La distribución espacial de los restos.

La distribución espacial de los restos carpológicos puedeproporcionarnos información sobre las distintas tareas lle-vadas a cabo en el espacio doméstico, así como la posibledetección de estructuras con una funcionalidad especiali-zada. A su vez, permite terminar de valorar la importanciaeconómica de los taxones presentes en el registro.

En la figura 1 mostramos la densidad de restos carpológi-cos por litro de sedimento mediante la distinta coloración delas UEs estudiadas en la planta del yacimiento. Se puedeapreciar como las unidades con mayor densidad se concen-tran en el fondo de cabaña, concretamente la estructura decombustión (UE 105) y los agujeros de poste asociados a lamisma o cercanos (UE 8, UE 306 y UE 310). Creemos que elloes debido al hecho de que aquí se concentraron las activida-des domésticas de procesado de alimentos y deposición delos desechos y residuos.

Además de la densidad de restos, la frecuencia con la queaparece un taxón en un conjunto de UEs nos proporciona unavisión general de su distribución espacial. En la tabla 7 pre-sentamos las frecuencias (el número absoluto de UEs) con lasque aparece cada taxón dentro de su conjunto de unidades es-tratigráficas. En los conjuntos asociados al fondo de cabaña,avena, centeno y cizaña son los taxones más significativos,presentes en el 100% de unidades en el conjunto más antiguo

y en más del 50% de las del fondo de cabaña propiamentedicho. A continuación evaluaremos los resultados por conjunto.

4.2.1. Las fosas cronológicamente anteriores alcírculo lítico

Las fosas a las que corresponden las UEs 22, 207 y 285parecen responder a actividades distintas. La UE 22 y la 285,ubicadas, dentro y bajo el círculo lítico, respectivamente, secomponen exclusivamente de restos de plantas silvestres.La bufalaga es el único taxón común a ambas unidades. Paraexplicar este registro recogemos una de las hipótesis expli-cativas propuesta por M. Martín (este volumen) a partir delregistro antracológico, proponiendo una vinculación de estasestructuras con la agricultura de roza, motivo por el cual apa-recerían plantas de porte arbustivo. La otra hipótesis plante-ada es la de producción de carbón, práctica que difícilmentesería detectada a nivel carpológico.

La UE 207 está, en cambio, ubicada fuera del círculo lítico,cerca del fondo de cabaña pero estratigráficamente anteriora la misma. La variabilidad taxonómica de esta UE es muyreducida, así como el número de restos proporcionados, peronos remite a actividades de consumo alimentario, de modoque se podría plantear una continuidad a lo largo del tiempoen lo que sería la zona de hábitat del yacimiento.

4.2.2. Los agujeros de poste anteriores al fondo decabaña

Los tres agujeros de poste (UE 312, 314 y 316) muestran unregistro extremadamente homogéneo que nos lleva a inter-pretar que responden a un mismo tipo de actividades, pro-bablemente de tipo cotidiano y relacionado con laalimentación humana. La presencia de algunos taxones sil-

Gráfico 13) Frecuencias relativas de los taxones de plantassilvestres recuperadas en A Mourela (Erica se contabiliza apartir de las cápsulas). Tabla 7) Frecuencia de los distintos taxones por conjunto en

A Mourela.

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vestres como Erica o Quercus debería relacionarse con suconsumo como combustible, puesto que ambos taxones sehan documentado en el estudio antracológico de las mismasunidades (M. Martín, este volumen).

4.2.3. El fondo de cabaña

La dispersión de restos en las distintas unidades estrati-gráficas que constituyen el fondo de cabaña es muy desigual.Los restos se concentran en la zona oeste y especialmente enla zona suroeste, alrededor de la estructura de combustión105. La avena, el centeno y la cizaña dominan todo el con-junto exceptuando tres pequeños agujeros de poste en lazona noreste (UE 147, 149 y 154) donde únicamente se hanrecuperado restos del género Lolium.

Lo que nos sugiere esta dispersión de los restos es que lazona suroeste de la cabaña concentraría las actividades deprocesado culinario, de modo que los residuos de esta acti-vidad se acumularían en la zona más próxima a la pared delfondo de cabaña conformada por los agujeros de poste 9,11 y 308. El resto de unidades estaría reflejando una dis-persión no intencionada de los restos por todo el hábitat.

4.2.4. La fosa exterior: UE 171.

La fosa a la que pertenece la UE 171 es de difícil interpre-tación, puesto que se encuentra alejada del conjunto queconstituyen el fondo de cabaña y el círculo lítico. Sin em-bargo, es contemporánea a su última fase de ocupación (si-glos XVI-XVII). La variabilidad taxonómica que presenta (unacombinación de bufalaga y tojo) recuerda a la UE 285 y porello pensamos que se podría relacionar con el mismo tipo deactividades, es decir, las prácticas de roza. Desafortunada-mente ha proporcionado muy pocos restos (14) y no podemosser concluyentes al respecto.

5. LAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS EN A MOURELA A PARTIR DE LOS RESTOS CARPOLÓGICOS

El registro carpológico de A Mourela permite plantear elcultivo y consumo de 4 tipos distintos de cereales: avena,centeno, trigo común/duro y mijo.

La abertura de campos de cultivo en esta zona de Galiciaha sido tradicionalmente mediante la práctica de la roza. Fe-lipe Criado (1988, 102) nos describe de forma excelente estapráctica en tierras gallegas:

“La agricultura de rozas (…) era un sistema de explota-ción del monte inculto que completaba las cosechas obteni-das en el labradío. A diferencia de estos últimos productos,el trigo do monte estaba exento de pago de rentas (…). Secultivaban siempre trigo o centeno. Las rozas eran un tra-bajo colectivo efectuado en parcelas de propiedad comunalque se otorgaban por suertes entre las diferentes casas (oveciños) de un lugar. El proceso consistía en cortar el mato-rral (normalmente toxo); después se cavaba la tierra y se re-movía junto con el matorral utilizando como únicoinstrumento el ligón (azada de gran tamaño y muy pesada);se hacían de este modo unos montones de tierra y maleza alos que se les prendía fuego; finalmente se expandía la ce-niza y se echaba la semilla. El cultivo en una misma parcelase podía repetir dos o tres años. Después se abandonabapara que se recuperase el terreno y la vegetación original”.El período de recuperación variaba entre seis y veinte años.Su duración dependía (…) de la regeneración del tojo, pro-ducto que ha sido vital para la economía campesina gallegaporque con él se obtenía el estiércol que se utilizaba comoabono en los campos de labradío”.

Así, pues, tal y como nos indica Criado, la práctica de laroza en el monte gallego no sería especialmente difícil (norequiere de un trabajo excesivo de la tierra) y, en todo caso,complementaria de los cultivos principales. El tojo, pues, po-dría haber sido recogido para alimentar al ganado y obtenerasí estiércol para estos otros cultivos (Criado, 1988, 103). Elautor también comenta que montañas de tojo y tierra seríanquemadas, actividad que de algún modo podría también jus-tificar la presencia de semillas de plantas silvestres en lasestructuras cronológicamente anteriores al círculo de piedras(UE 22, 207 y 285).

A diferencia de lo que describe Criado y se observa en elconocimiento actual sobre cultivos tradicionales en Mou-rela por parte de la población de As Pontes (ver M.A. Sar-tal & M. Llinares, este volumen), los cuales asocianúnicamente trigo y centeno a estos cultivos, el registro car-pológico de A Mourela también ha permitido documentarmijo y sobre todo avena. Las causas de la presencia demijos y cebada en el yacimiento podrían argumentarse devarios modos, pero creemos que la presencia de avena enel registro es suficientemente importante como para plan-tear su cultivo en la zona. Es posible que ésta se cultivarajuntamente con el centeno. Además, no hay que olvidar,que el mijo no sólo está presente en tres unidades estrati-gráficas del fondo de cabaña, sino también en la UE 207.Su presencia en el yacimiento, pues, puede deberse tanto

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a una aportación sistemática de mijo producido en los cam-pos de cultivo de la llanura como a un cultivo en los alre-dedores de A Mourela.

Hay varias técnicas de obtención del cereal (ver Alonso,1999, 178-179) en función de la parte del cereal que se quierarecoger (Sigaut, 1991). La mejor manera para aproximarnos aesta práctica es desde una perspectiva interdisciplinar en laque se integren los datos carpológicos y de los instrumentosutilizados en los trabajos de siega. A partir del registro delque disponemos para realizar nuestro estudio (falto de los res-tos de menos de 1 mm), no podemos hacer interpretacionesde la altura a la que se pudo realizar la siega en función de lasmalas hierbas presentes. Así pues, sólo podemos comentar elhecho que nos aparece raigrás y cizaña, principalmente, típi-cas plantas arvenses de campos de avena y centeno.

El procesado del cereal tuvo que hacerse necesariamentepor separado, ya que la avena y el mijo son especies vesti-das que hay que descascarillar, mientras que el centeno y eltrigo común/duro son especies desnudas que no necesitande este procesado. Las tareas de descascarillado no son do-cumentadas en Mourela, quizás debido a la parcialidad delregistro estudiado o bien porque éstas no se realizaban enel interior de la cabaña y no llegaron a carbonizarse. Lascondiciones de combustión del interior de la cabaña, comoya hemos mostrado anteriormente, sin duda habrían permi-tido su preservación en caso de haber estado presentes enel registro.

El procesado culinario de parte de la producción cerealís-tica obtenida parece que se llevó a cabo en el mismo lugarde ocupación, donde se encuentra una gran concentraciónde restos carpológicos alrededor de una estructura de com-bustión (UE 105). Estos restos serían residuos del procesadopara el consumo diario de cereal.

6. CONCLUSIONES

El estudio presentado al respecto de los restos carpológi-cos del yacimiento de Mourela ha proporcionado una cantidadde información significativa de gran utilidad para la interpre-tación general del yacimiento. No sólo se han podido deter-minar las principales especies que se consumieron ycultivaron en el yacimiento y sus alrededores sino que se hanpodido detectar áreas de actividades específicas dentro delmismo. Además, se han intentado proporcionar datos acercade los procesos tafonómicos que han afectado el conjunto,procesos que pueden ser a su vez de interés para otros restos.

En cuanto a la aportación de información respecto al perí-odo tratado, creemos que es interesante la variabilidad ta-xonómica que hemos podido documentar, algo más ampliade lo que citan algunas fuentes, y que puede ayudar a teneruna visión más plural de lo que fue el fenómeno de la agri-cultura de roza en los montes gallegos a finales del medioevoe inicios de la edad moderna.

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194 Círculo de engaños: Excavación del cromlech de A Mourela (As Pontes de García Rodríguez, A Coruña)

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Figura 1) Plano de las estructuras excavadas en A Mourela, con indicación de las unidades estratigráficas que han propor-cionado material carpológico y la densidad de restos correspondiente.

Figura 2) Tipos de fragmentación de los cereales (Antolín, 2008).

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195A Mourela (As Pontes, A Coruña): evidencias carpológicas...

Figura 3) Restos carbonizados de semillas y frutos recuperados en A Mourela: (1) centeno, Secale cereale (UE 8); (2) avena,Avena sp. (UE 8); (3) cizaña común, Lolium temulentum (UE 8); (4) cizaña común, Lolium temulentum, con glumas y seg-mento de raquis ejemplares modernos (izq.) y recuperados en el yacimiento (der.) (UE 8); (5) raygrás, Lolium perenne/rigi-dum, con glumas y segmento de raquis, ejemplar moderno (der.) y recuperado en el yacimiento (izq.) (UE 8) (Fotografias: SRI,Universitat de Lleida).

Figura 4) Restos carbonizados de semillas y frutos recuperados en A Mourela: (1) cápsulas de brezo, Erica sp. (UE 285); (2)cápsulas de brezo, Erica sp., detalle (UE 285); (3) tojo, Ulex europaeus (UE 285); (4) colleja, Silene latifolia/vulgaris (UE 285)(Fotografias: SRI, Universitat de Lleida).

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196 Círculo de engaños: Excavación del cromlech de A Mourela (As Pontes de García Rodríguez, A Coruña)

Figura 5) Representación gráfica sobre plano de los diversos tipos de plantas recuperadas en A Mourela en función de los con-juntos arqueológicos excavados.

Figura 6) Representación gráfica sobre plano de las frecuencias relativas de los taxones recuperados en las unidades estrati-gráficas más significativas de A Mourela (UE 8, UE 105 y UE 306).

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