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La Contravención Policial: desde la génesis de nuestra Patria
hasta la actualidad.
Un aporte para el Bicentenario de la Independencia
Por Mario Alejandro Herrera
Sumario: I. Introducción. II. Antecedentes históricos en general. III.-
Antecedentes en Argentina. IV.- Evolución histórica -local de la Contravención Policial
hasta la actualidad en nuestra Provincia. V.- A modo de conclusión. VI. Bibliografía.
I.- Introducción.
De mucho tiempo atrás, me viene el interés por el
Derecho Contravencional en la Provincia de Tucumán; y
llamativamente no encuentro la satisfacción de llenar
intelectualmente el vacío que existe en doctrina y en la faz
procedimental.
Por otro lado, cada vez que nuestros tribunales se
pronuncian en materia contravencional, surgen en los periódicos
locales títulos en catástrofe, que denotan asombro a raíz de un
“nuevo descubrimiento” en la aplicación de la Ley de
Contravenciones Policiales.
Asimismo, para algunos, genera escozor y es una braza
caliente que quema el alma del que clama justicia, en silencio. Otros
se rasgan las vestiduras, y ciertas apetencias surgen – no buscando
justica precisamente-.
Como sea, y sin ánimo de polemizar, la contravención
policial requiere un estudio sistemático y serio -aunque algunos
digan que es un tema superado-.
Sin embargo, la idea emergente es compartir con
Ustedes, la inquietud de buscar, en los albores de nuestra Patria y
en especial, el sistema imperante por estos lares, en materia de
contravenciones policiales, la génesis del problema y su evolución
histórica.
Desde ésta última perspectiva, nos hemos llevado una
gran sorpresa al comparar el sistema actual, con el imperante hace
más de un siglo; no solo esto, sino que, inconscientemente seguimos
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sometidos al yugo de nuestros conquistadores con institutos y
“tipos” contravencionales y sistemas sancionatorios anacrónicos.
Por ende el tema se justifica, por el hecho de contribuir
en un sencillo homenaje -desde lo doctrinario-, a los forjadores de
la Patria, con motivo de los 200 años de nuestra Independencia; y a
la vez, un llamado de atención para el poder político de turno, para
que de una vez por todas aseguren un vivir en plenitud, conforme al
legado y aspiraciones de nuestros fundadores.
II.- Antecedentes históricos en general.
Para comprender, los alcances del Instituto Jurídico
que se pretende estudiar; a mi criterio resultan menester acompañar
el camino con la Sociología, la Filosofía e Historia del Derecho, a los
fines de nutrir el pensamiento y acción de la Ciencia del Derecho.
Pues, el fenómeno contravencional no escapa a esa
premisa, sino que lo refuerza.
Las contravenciones -por lo general- se encuentran
esparcidas a lo largo de la historia de la humanidad.
El primer problema que se presenta, entonces, es
ubicarlo en el tiempo; en un lapso que coincida la transición del
fenómeno como hecho, hasta su aparición metodológica y si se
quiere científica.
Para algunos1, el sentido histórico que las
contravenciones tienen actualmente, se inicia con los Estatutos de
la época intermedia, los que al no encontrar en el derecho penal lo
que se buscaba, fueron fijando “una enorme cantidad de preceptos
penales concernientes a los intereses de las corporaciones, al
consumo, a la edificación, a las comunicaciones y a los transportes,
a la policía de Seguridad y así sucesivamente”2. Así, las
contravenciones fueron codificadas en el Código Francés de la
Policía de Seguridad de 19 de Julio de 1791 y posteriormente en los
códigos que inspiraron en la Legislación Francesa sea en forma
independiente o integrado al Código Penal.
1 LEVENE Ricardo (h). Introducción al Derecho Contravencional, Ediciones Depalma, Buenos
Aires, 1968, pág. 26. 2 MANZINI, Vicenzo, Tratado de Derecho Penal, T.II, Traducido al Español por Santiago Sentís
Melendo; Ediar S.A. Editores Buenos Aires, 1948, pág.64.
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En ese sentido, el Código Leopoldino de 1786, distinguía
las acciones punibles en delitos y transgresiones, término usado
por la Escuela de Toscana. Ahora bien, la palabra contravención fue
adoptada por la Escuela Napolitana, y por la Legislación Francesa a
la que imitaron los códigos sardo, napolitano e italiano de 1889 y
usada por la mayoría de los códigos y como antítesis -aparente- de
los delitos. La legislación española usa el término faltas; la inglesa,
Misdemeanor y la alemana Ubertretung3.
Compilaron en una estructura a la que regía en materia
penal, los códigos de Hungría de 1878, Zurich de 1871, de Basilea
de 1872 y el Proyecto Checoslovaco de 1926 y la Ley especial polaca
de 11 de junio de 1932. Por su parte, el Art. 5 de la ley alemana del
31 de mayo de 1870, que declaró vigente el Código Penal, establecía
un máximo de penalidad para las materias que no eran objeto del
Código Penal y que fuesen contempladas por leyes de los distintos
Estados Alemanes4.
Sin embargo, para otros la línea temporal descripta, no
es completa y menos para nosotros, que aún seguimos
asombrándonos con el Derecho Romano.
En efecto, el Derecho Romano es la fuente por excelencia
de las actuales clasificaciones sobre delitos y contravenciones, razón
por la cual debe ser incluida y otorgársele la merecida importancia,
ya que es el inicio de todo el sistema.
Allí se distinguieron los delitos de natura turpia sunt de
aquellos denominados civiliter et quasi more civitatis. Esta
separación esencial coincide con la muy conocida de delitos quia
mala in se o prohibita quia mala, y delitos mala quia prohibita, que
parece tener eco en las nociones de Garófalo, sobre “delito natural”
e “infracciones de creación política”. También nos llega la separación
entre los crimina pública, delicta privata y crimina extraordinaria5.
En el Derecho Romano, lo que hoy se denomina
contravención entraba en la competencia exclusiva de la policía, y a
la pena se sustituía la coerción directa o bien la castigatio6.
3 LEVENE Ricardo (h). Introducción al Derecho Contravencional, Ediciones Depalma, Buenos
Aires, 1968, pág. 27. 4 LEVENE Ricardo (h). Introducción al Derecho Contravencional, Ediciones Depalma, Buenos
Aires, 1968, pág. 27. 5 JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis, Tratado de Derecho Penal, T. III. Editorial LOZADA Buenos Aires,
nro. 995, p.109. 6 CORTAZAR María Graciela, “ Los Delitos Veniales” Editorial de la Universidad Nacional del Sur
Ediuns, pág. 16
4
A posterior, no cabe dudas, que la evolución del Derecho
Romano fue otorgando matices diferentes a los mentados
precedentemente; de suerte que en el derecho germánico y francés,
la división por la gravedad se halla en los textos primigenios. El
arcaico derecho germánico ya fragmentó las infracciones en graves
y leves. El derecho alemán separaba las conductas punibles en
“causae mayores”, o “ungerichte”, que era el maleficio que se
castigaba “con penas criminales en el cuello y en la mano”, y “causae
minores”, o “frevel”, que merecían “penas civiles en la piel y el
cabello”. A este orden de clases de infracciones, que son medidas por
la gravedad de la falta, responde el art.105 de la Carolina. Una
división semejante la vemos en Francia en el “Gran Coûtinier” de
Carlos VI7.
La Ordenanza Española de 1.602 que sigue figurando
en la Novísima Recopilación decía literalmente: “Declaramos que
sean tenidos por delitos y causas livianas en los que conforme a las
leyes no estuviere puesta pena corporal, o de servicio de galeras, o
destierro del Reyno...; procediendo solamente en las graves que
requieran las penas referidas; con lo que mandamos se tengan por
casos graves, para que los dichos Alcaldes mayores puedan conocer
de ellos fuera de la cinco leguas, los delitos contra usureros, lograros
y mahateros, conforme a la ley 5ª., tit.XXII y contra señores de
Vasallos, consejos y justicias, escribanos, alguaciles y merinos,
aunque por los delitos de que fueren acusados no estén puesta las
dichas penas por las leyes...”8.
III.- Antecedentes en Argentina.
Como antecedentes históricos en Argentina, podemos
mencionar la Recopilación de Indias de 1680 la cual contemplaba
en el Libro VII, Titulo VIII, Ley IX (D. Felipe II, en Madrid a 14 de
Julio de 1564), el hecho de portar estoque o espada de más de cinco
cuartas de vara de cuchilla, fijando las penas correspondientes para
quienes contraviniesen9. Así, por ejemplo, pena pecuniaria de diez
ducados y diez días de cárcel si era la primera vez, si era
“reincidente” se doblaba la pena y un año de destierro. Como puede
7 JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis, obra cit., T.III, nro. 998, p. 115.- 8 NOVÍSIMA RECOPILACIÓN, Ley VIII, Título XXXII, del Libro XII.-(Versión Digital
http://fama2.us.es/fde/ocr/2006/novisimaRecopilacionT1.pdf) 9 Recopilación de Indias de 1680. Versión digital.
(http://www.gabrielbernat.es/espana/leyes/rldi/indice/indice.html)
5
apreciarse similar al sistema de días-multa que posee la Ley N° 5140
de Contravenciones Policiales.
Por su parte la Novísima Recopilación de 1805, en el
Libro XII, Título XIII, prohíbe las máscaras y pena a los que se
disfrazaren refiriéndose expresamente a la ley II y en la III de dicho
título a los contraventores. El Título XVI del Libro XII, legisla sobre
la vagancia; el título XIX, del uso de armas prohibidas ; el título
XXIII, de los Juegos Prohibidos, tratando en particular las rifas el
título XXIV; y el Título XXXI, de los vagos y modos de proceder a su
recogimiento y destino10.
IV.- Evolución histórica -local de la Contravención Policial hasta
la actualidad en nuestra Provincia.
La contravención policial a nivel local, no escapa a las
consideraciones históricas precedentemente consignadas.
En primer lugar, habrá que indagar por uno de los
sujetos que intervienen desde el inicio en la Contravención Policial:
la Institución Policial y el representante del Comando Institucional,
en tanto que Autoridad de aplicación del régimen de los delitos
veniales. Esta facultad que fue delegada por el Gobernador en su
momento.
Deberá observarse que la Policía -institución- tiene una
preponderancia desde los albores de la piedra basal.
En efecto la historia de nuestra Policía, tiene su génesis
desde el momento mismo de la fundación de San Miguel de
Tucumán, en 1565 por Diego de Villarroel; éste designó al Cabildo
que regiría la vida del nuevo centro de población.
Entre los integrantes del Cabildo, estaba el denominado
Alguacil Mayor, quien era el encargado de las funciones policiales.
Debe advertirse que estas se hallaban mezcladas con muchas que
hoy pertenecen a las municipalidades, además de algunas
atribuciones judiciales de menor cuantía. En la campaña, la tarea
policial se encontraba a cargo de los llamados Alcaldes de
Hermandad.
Todo ese sistema perduraría durante muchos años. No
se modificó al disponerse, en 1685, el traslado de San Miguel de
Tucumán al lugar que actualmente ocupa. Al diseñarse la nueva
10 LEVENE Ricardo (h). Introducción al Derecho Contravencional, Ediciones Depalma, Buenos
Aires, 1968, pág. 28.
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ciudad, se construyó el edificio del Cabildo (ubicado donde hoy se
halla la Casa de Gobierno), cuyas instalaciones incluían la “cárcel
pública”.
Vinieron luego la Revolución de Mayo, las guerras de la
Independencia y luego las luchas civiles.
El 29 de marzo de 1824 la Sala de Representantes
sanciona la supresión del antiguo Cabildo de San Miguel de
Tucumán11.
Ese mismo año apareció en la estructura institucional,
por primera vez, la Policía con el nombre de tal. El 30 de junio de
dicho año, el gobernador Javier López designó a Juan Venancio
Laguna con el título de “Intendente de Policía de esta ciudad y
campaña”.
La repartición si bien precariamente, quedó
establecida. Hubo muchos cambios en la denominación del
funcionario que la conducía. En 1827, el Intendente fue
reemplazado por un “Contador de Policía”, pero se lo restituyó en
1828. En 1829 hubo otra supresión, creándose un organismo
colegiado, la “Mesa de Policía”. Luego volvieron a cambiar los
11 (ASR, T. I, p. 77-78) SANCION. 29-III-1824. Extinción del Cabildo de San Miguel de Tucumán.
Tucumán, marzo 29 de 1824. La Sala de Representantes. En la Sala de Sesiones, habiéndose tomado
consideración de que el cuerpo Municipal era insignificante y sin objeto a quien consagrar sus
funciones por haberse el Gobierno reasumido el alta y baja Policía, después de discutido
suficientemente el asunto, se sancionó su extinción; añadiendo los señores Presidente Villafañe, y
Vicepresidente Rodríguez, la calidad de tratarse consiguientemente y con preferencia sobre un
establecimiento de policía: en seguida se volvió a leer el oficio de los Alcaldes ordinarios que fecha
20 del que rige dirigieron a la Honorable Junta firmado por cuatros capitulares haciendo dimisión y
renuncia de sus respectivos empleos y habiéndoseles admitido procedió la Honorable Junta, en
virtud de las facultades conferidas por el Pueblo por Noviembre del año anterior, para la elección de
oficios concejiles al nombramiento de los sujetos que habían de subrogarles en el empleo de
Alcaldes y recayó a pluralidad de votos en don Pedro Velarde y don Bonifacio Alba, los que
recibidos en forma por el Poder Ejecutivo deberían entrar a funcionar despachando los asuntos
seguidos y arraigados ante el Alcalde de primero y segundo voto por el orden material de su
nombramiento quedando en su mismo empleo el actual Síndico que deberá titularse Procurador
general, con las atribuciones de proteger la defensa de los Pobres, de Menores y negocios del Pto
común. Asimismo se tomó en consideración el que por una consecuencia necesaria los Propios y
arbitrios de la Ciudad habían variado de objeto y en su virtud se sancionó que todo su producto se
agregue a la masa común de Hacienda sin más pensión y gravamen que el pago de Sueldo a los dos
Ministros, al Escribano y los gastos de las fiestas de tabla regulados por el Poder Ejecutivo. Que los
Alcaldes en las casas contenciosas civiles hagan que las partes paguen el honorario a los Asesores
que se nombren y que las criminales se despachen por los Abogados que residan en la Provincia de
oficio y sin pretexto alguno, siempre que el Reo sea tenido en el concepto de Pobre, y si alguno se
excusase que se le declare por incurso en la pena de la Ley publicada sobre los empleados
mandándole salir de la Provincia por el término de un año, siendo de la inmediata obligación del
Escribano pasar los oficios que se ofrezcan a los Alcaldes y poner las causas de oficio en estado de
sumario para tomarse la confesión al Reo.
GREGORIO DE VILLAFAÑE, Presidente. Juan Bautista Paz, Secretario.
7
nombres de los responsables: “Comisario Principal” (1830) y
posteriormente “Juez General de Policía” (1832).
Ese año, 1832, el gobernador Alejandro Heredia dictó el
primer “Reglamento de Policía”12. En 1842, apareció la designación
de “Jefe de Policía”, a la vez que se dictaba otro reglamento. El mismo
continuaba otorgando a la Policía algunas funciones judiciales y la
facultaba para aplicar penas de azotes; todo esto mezclado con
funciones municipales, como la inspección de las obras públicas, o
la vigilancia de la regularidad de pesas y medidas, por ejemplo.
En 1856 se dictó otro Reglamente, y en 1867, al
sancionarse la Ley Orgánica de Municipalidades, e instalarse, de
acuerdo a ella los organismos comunales, la Policía fue aliviada de
las funciones de ese orden que, como dijimos, venía ejerciendo desde
hacía siglos.
En 1877 se dictó un nuevo y minucioso Reglamento. El
mismo establecía el “Departamento General de Policía” y
enumeraba, como sus atribuciones, las de “conservar el orden y la
tranquilidad pública, velar por la moral y buenas costumbres y
garantir las personas y las cosas, confirma a las prescripciones de
este Reglamento, leyes especiales, decretos gobernativos,
ordenanzas y edictos del ramo”. A la cabeza de la repartición, estaba
un funcionario denominado “Intendente General de Policía”13.
La denominación de Intendente General fue
reemplazada por la de “Jefe de Policía” en 1945, y la del Comisario
de Ordenes por la de “Subjefe de Policía”.
12 DECRETO. 19-I-1832 Designación del Comisario General de Policía.
Alejandro Heredia Coronel de los Ejércitos de la República y Capitán General de esta provincia.
Por cuanto es de suma necesidad para el mejor arreglo y servicio de la provincia restablecer la oficina
de Policía nombrando quien la dirija y presida aun ciudadano de reconocida probidad y aptitud ha
tenido a bien acordar y decretar lo siguiente:
Art. 1º. Queda nombrado Comisario General de Policía el ciudadano don Lorenzo Domínguez con
el sueldo asignado al que últimamente obtuvo este destino sin perjuicio de la reforma acordada el
10 del cte.
2º. Publíquese por bando en la forma acostumbrada, comuníquese a quien corresponda y dése al
Registro Oficial. Dado en Casa de Gobierno a 19 de Enero de 1832.
ALEJANDRO HEREDIA. Avelino Román, Escribano público y de gobierno. Juan Nepomuceno
Jiménez.
(AHT, SA, T. 39, f. 87) 13 LEY Nº : 418 -
REGLAMENTO DE LA POLICÍA. AUTORIZA AL PODER EJECUTIVO A HACER LOS
GASTOS QUE DEMANDE LA IMPRESIÓN DEL EXPRESADO REGLAMENTO.
SANCIONADA EN FECHA 11-06-1877 * PROMULGADA EL 12-06-1877 Derogada por Ley
2.463
8
Esta evolución no es ociosa ni caprichosa, debido a que
hasta la actualidad el Jefe de Policía es el Juez de la Contravención
policial.
En segundo lugar, y siguiendo nuestra exposición,
reviste importancia el sistema contravencional ya que su línea
evolutiva local, a parte de las mencionadas en la historia general,
parte del ACUERDO del 21-XI-1823 que contenía Disposiciones
contra los vagos y mal entretenidos14; que es una de las primeras
que hemos hallado, luego de 1810.-
Asimismo, el DECRETO. 13-III-1829, contenía
disposiciones sobre buen orden y policía y además, podríamos decir
que es nuestro primer antecedente de averiguación de antecedentes,
salubridad, etc15.
14 ACUERDO. 21-XI-1823 Disposiciones contra los vagos y mal entretenidos. Tucumán, noviembre
21 de 1823. El Cabildo. Reunidos los señores del muy Ilustre Ayuntamiento a conferir los negocios
del público beneficio acordaron que no han tenido cumplimiento los reiterados acuerdos y Bandos
publicados sobre el importante punto de dar ocupación honesta a los vagos y mal entretenidos que
infestan el pueblo, y causan las funestas consecuencias que en todo tiempo se ha procurado evitar
sin que se haya conseguido el remedio por razón de la falta de cumplimiento de las providencias
expedidas o por la ineficacia de las medidas adoptadas; que por la misma razón han ocurrido quejas
de varios vecinos en los Juzgados ordinarios, y clamoreo que han hecho el Procurador general
rogándole que represente al Gobierno o pida a la Ilustre Municipalidad o que interponga su influjo
para que por medio de una partida celadora se recojan todos aquellos que se encuentren sin oficio ni
beneficio por cuanto la agricultura en las quintas inmediatas y los edificios que se fabrican
absolutamente carecen de brazos obreros al paso de experimentarse varios robos son que puedan
conseguirse a pesar de la paga que se les promete de modo que reunidos en la cárcel se distribuyan
a los Patrones que lo solicitan actualmente, como son los mismos que han reclamado ante el
Procurador general donde igualmente se les deberá dar sus respectivas papeletas a fin de que el vago
que no manifestase la suya en cualesquiera parte donde fuere encontrado sea preso y entregado a un
Patrón que se encargue de tenerlo acomodado con buena paga en su respectiva labor. Con lo que se
cerró este acuerdo y lo firmaron sus señorías de que doy fe.
Pelayo Arocena, Pedro Cayetano Rodríguez, José Mur, Manuel Posse, Ambrosio Colombres,
Serrano. Ante mí, Florencio Sal, Escribano Público y de Cabildo.
(AC, T. II, p. 398-399) 15 DECRETO. 13-III-1829. Buen orden y policía. Tucumán, Marzo 13 de 1829.
El Gobernador.
Aunque el Gobierno ha declarado vigentes los bandos y decretos expedidos por su antecesor para el
buen orden y policía de esta ciudad. Observándose que no se cumplen con la exactitud debida y
deseando que en ningún caso se alegue ignorancia ha acordado y decreta lo siguiente:
Art. 1º. Todo pasajero que viniese de fuera a la Provincia se presentará a las dos horas de su arribo
a esta ciudad ante el Gobernador con el pasaporte correspondiente y no realizándolo sufrirá una
multa de 12 pesos.
Art. 2º. El vecino o maestro de postas que alojare un habitante en su casa es obligado a dar aviso a
la policía especificando el destino de donde viniere y adonde se dirige y siendo de su deber prevenirle
que debe presentarse en el término marcado en el artículo anterior.
Art. 3º. Todo el que saliera afuera de la Provincia deberá sacar su pasaporte respectivo con indicación
de las personas que lleve en su compañía y no verificándolo sufrirá una multa de 29 pesos y los
gastos que origine el alcance de su persona.
Art. 4º. Se prohíbe el arrojar basuras a la calle bajo la multa de cuatro pesos.
9
Mediante DECRETO. 20-III-1840 se regulaba los
horarios de pulperías, mujeres sin papeleta y portación de armas;
quedando los infractores a disposición del Comisario General de
Policía16.
El DECRETO. 10-IX-1840 trataba sobre la obligación de
mostrador en las pulperías, que refería a la ebriedad en la vía
pública17.
Art. 5º. Asimismo es prohibido impedirle tránsito de los vecinos con leña, materiales o caballos bajo
la multa de dos pesos.
Art. 6º. Todo el que corriere a caballo por las calles en la circunferencia de dos cuadras de la plaza
pagará tres pesos de multa o perderá el caballo.
Art. 7º. El que apareciere ebrio en público o insultase a cualquier persona o profiriese palabras
obscenas será destinado por ocho días al servicio de obras públicas.
Art. 8º. Todo el que comprare alhaja robada, además de la pena de devolverla o abonarla en su justo
valor, pagará una multa de 12 pesos.
Art. 9º. Las multas que se saquen por la infracción a los artículos anteriores, serán aplicables a los
fondos de Policía, y los Comisarios las harán exhibir en la Contaduría.
El presente decreto se comunicará a los Comisarios para su cumplimiento, fijándose ejemplares en
el orden prescripto.
(Sin firma)
(AHT, SA, T. 32, f. 376) 16 DECRETO. 20-III-1840 Horario de pulperías, mujeres sin papeleta y portación de armas
El Gobernador y Capitán General de la Provincia.
Considerando que es uno de sus primeros deberes evitar del modo posible todos los males que atacan
directamente la moral pública, y notando el escandaloso abuso del decreto vigente, que con tan
loable objeto fue expedido a este respecto, ha acordado y decreta:
Art. 1º. Todos las pulperos en los domingos y días festivos tendrán cerradas sus pulperías desde las
nueve de la mañana hasta ponerse el sol, desde cuya hora podrán mantenerlas abiertas hasta el toque
de silencio, sin admitir reuniones de borrachera en sus trastiendas, bajo la multa de seis pesos
aplicables a las obras públicas, sin que pueda valer excusa, ni pretexto alguno al infractor del
presente artículo, siendo a más de la multa, responsable a los daños y perjuicios que se ocasionaren
de la embriaguez, siempre que pueda probarse haberse embriagado en su casa.
2º. Toda mujer de servicio, que no acreditare con papeleta, estar conchabada o en alguna ocupación
honesta capaz de proveer a su cóngrua mantención, será conducida a la cárcel, de donde no saldrá
sin haberse concertado con patrón o patrona en cuyo servicio (roto) con decencia; y en caso de no
encontrar a quién servir, serán destinadas al Colegio de Educandas, a ración y sin sueldo.
3º. Queda absolutamente prohibido el cargar cuchillo, puñal o pistola, dentro de la ciudad.
4º. Toda persona, de cualquiera clase y condición, a quien se le encuentre algunas de armas
designadas en el artículo anterior, a excepción de los viajeros, la perderá por la primera vez y por la
segunda sufrirá la multa de diez pesos; el que no pueda pagarla, quince días de arresto.
5º. El Comisario general de Policía queda encargado de la ejecución del presente decreto.
6º. Comuníquese y dése al Registro Oficial. Dado en la Casa de Gobierno a 20 de Marzo de 1840.
BERNABE PIEDRABUENA. José Colombres.
Por mandato de S.E. Pedro Gregorio Méndez, Escribano Público y de Gobierno.
Se publicó en los lugares acostumbrados, doy fe. Méndez.
(AHT, SA, T. 55, f. 141-141v) 17 DECRETO. 10-IX-1840 Sobre obligación de mostrador en las pulperías
El Gobernador y Capitán General Delegado de la Provincia.
Siendo un escándalo para la sociedad la vista de hombres ebrios en las calles y lugares públicos;
para evitar este mal, y la inmoralidad y desórdenes que de él resultan, el Gobierno ha acordado y
decreta:
10
En 1841 surge el primer edicto de carnaval mediante el
DECRETO. 20-II-184118.
El DECRETO. 2-I-1841, que regula sobre pesas y
medidas19.
Art. 1º. Todo dueño de pulpería o almacén en los que se despache aguardiente o vino al menudeo,
está obligado a poner dentro de tercero día un mostrador a la puerta a fin de que los compradores no
puedan introducirse a la casa de trato, ni hayan reuniones ni ebrios en ellas.
2º. El que infringiere lo impuesto en el artículo anterior en cualquiera de sus partes, sufrirá una multa
de cincuenta pesos.
3º. El Jefe de Policía queda encargado de la ejecución de este decreto, que se publicará en la forma
acostumbrada, y se asentará en el Registro Oficial. Tucumán, Septiembre 10 de 1840.
AVELLANEDA. Hermenegildo Rodríguez.
Por mandato de S.E., Pedro Gregorio Méndez, Escribano Público y de Gobierno.
(AHT, SA, T. 55, f. 338) 18 DECRETO. 20-II-1841. Disposiciones sobre el carnaval. Tucumán, Febrero 20 de 1841.
El Gobierno ha acordado y decreta:
Art. 1º. Se prohíbe galopar a caballo por las calles de la ciudad en los días domingos, lunes y martes
inmediatos, con la sola excepción de las personas que, andando en el servicio del Gobierno
necesitasen hacerlo.
2º. El que contraviniere a lo dispuesto en el artículo anterior, perderá el caballo y pagará una multa
de cuatro pesos.
3º. Prohíbese a toda clase de personas cargar en los mencionados tres días, sable, cuchillo, puñal,
pistola y cualquiera otra arma blanca o de chispa, bajo la pena de ocho días de prisión a los
contraventores.
4º. No están comprendidos en el artículo anterior los Jefes y oficiales del Ejército, los cuales pueden
llevar sus sables, como es de su deber, ni las personas que estuviesen empleadas en servicio del
Gobierno.
5º. Prohíbese el jugar carnaval por las calles antes de que se dispare un cañonazo en la plaza, y
deberá cesar dicho juego a la señal de otro tiro de cañón, que se hará al principio de la noche, bajo
la multa de cuatro pesos a los infractores siendo (ilegible).
6º. Ninguna pulpería podrá estar abierta desde que se tire el primer cañonazo hasta el siguiente día,
bajo la multa de 25 pesos.
7º. Cualquiera persona, que en los mencionados días se encuentre por las calles en estado de
embriaguez, será conducida a la guardia del Principal, y castigada con pena arbitraria.
8º. Para evitar las enfermedades que resultarían principalmente a los individuos del Ejército,
prohíbese jugar con agua en los mencionados días, bajo la multa de cuatro pesos.
9º. Publíquese por bando, y fíjense carteles en los lugares de costumbre.
MADRID. Elías Bedoya.
Por mandato de S.E. Pedro Gregorio Méndez, Escribano Público y de Gobierno.
(AHT, SA, T. 56, f. 46-46v)
19 DECRETO. 2-I-1841 Sobre pesas y medidas
Tucumán, Enero 2 de 1841.
El Gobierno ha acordado y decreta:
Art. 1º. El Jefe en el departamento de policía mandará construir un juego de pesos y medidas,
consistiendo en la vara, la libra, la cuartilla y cuarta de frasco, para servir de patrones.
2º. En el término de 30 días contados desde la publicación de este decreto, los dueños de tiendas,
pulperías e ingenios de azúcar presentarán a la policía sus pesas o medidas para ser comparadas con
las que sirvan de patrones.
3º. Hallándose conformes, el Jefe de policía les imprimirá una marca para comprobante de que es
legal la pesa o medida.
4º. Transcurrido el término, que se prefija por el art. 2º, ninguno podrá vender, sino con pesas o
medidas que lleven la marca del que habla el art. 3º.
11
Téngase presente que por ese año se crean los auxiliares
de la Policía mediante DECRETO del 11-III-184120.
A su vez, se reglamenta lo que se denominan hoy en día
las carreras cuadreras mediante DECRETO. 1-V-1843- Reglamento
sobre carreras de caballos- 21.
5º. Los infractores de lo dispuesto en el art. anterior sufrirán por la primera vez una multa de
cincuenta pesos o en su defecto treinta días de prisión; por la segunda cien pesos, y por la tercera,
inhabilitados para celebrar ventas de menudeo.
6º. El Jefe de policía en la capital y los Comisarios principales en la campaña visitarán una vez a lo
menos en cada trimestre las tiendas, pulperías e ingenios de azúcar para examinar, si son legales las
pesas o medidas de que se sirven, cuidando al mismo tiempo de examinar, si hay igualdad en el peso
de los platos de las balanzas.
7º. El Jefe de policía queda encargado de la ejecución de este decreto, que se publicará en la forma
acostumbrada y se insertará en el Registro Oficial.
GARMENDIA. Marco M. de Avellaneda.
(AHT, SA, T. 56, f. 8-8v) 20 DECRETO. 11-III-1841
Se establecen auxiliares de la Policía
Tucumán, Marzo 11 de 1841.
El Gobierno ha acordado y decreta:
Art. 1º. En cada manzana de la Capital, habrán cuatro cuidadores, que se denominarán "auxiliares
de la Policía".
2º. Será del encargo de ellos (1º) vigilar en la parte de su comprensión, para dar aviso al Jefe en el
departamento de Policía, de toda persona que entre o salga de la Capital; 2º. Inspeccionar y vigilar
igualmente si en alguna casa se asilan y ocultan algunos ciudadanos de los que deben ser enrolados
en el batallón constitucional en virtud de lo dispuesto por el decreto de 18 de Febrero último.
3º. Los auxiliares de Policía pasarán todos los días un parte al Jefe del departamento, ora haya o no
algún incidente de que dar aviso, y éste los elevará inmediatamente al conocimiento del Gobierno.
4º. Cualquiera falta u omisión de los auxiliares de Policía será castigada con pena arbitraria, según
las circunstancias que las atenúen o las hagan más dignas de una severa punición.
5º. Comuníquese a quienes corresponda, publíquese e insértese en el Registro Oficial.
AVELLANEDA.
Por mandato de S.E. Pedro Gregorio Méndez, Escribano Público y de Gobierno.
(AHT, SA, T. 56, f. 77-77v) 21 DECRETO. 1-V-1843.Reglamento sobre carreras de caballos
¡Viva la Confederación Argentina! ¡Mueran los salvajes unitarios!
Tucumán, Mayo 1 de 1843, Año 34 de la libertad, 28 de la independencia y 14 de la Confederación
argentina.
El Gobernador y Capitán General de la Provincia General Don Celedonio Gutiérrez.
Considerando que es muy general la diversión de las carreras de caballos y que es útil fomentarla y
reglamentarla para que de este modo pueda multiplicarse la cría de animales tan necesarios a las
costumbres y necesidades de todos los Argentinos, ha acordado y decreta el siguiente:
Reglamento sobre la diversión de carreras de caballos para ser observado en toda la Provincia
Art. 1º. Ajustada ya una carrera y una vez montados los caballos para correr en la cancha, no podrá
dejarse por ningún pretexto, debiendo perder la parada aquel que a juicio del juez faltare a lo tratado
o quebrante las disposiciones de este Reglamento.
2º. En toda carrera no se permitirán sino 10 partidas a lo más, quedando al arbitrio de los corredores
largar antes si les conviniere, pero pasando de las diez se pondrá un juez en la partida para que decida
de parte de quien está la falta, y en 4 partidas más darles el grito cuando igualando los caballos deban
romper; y si en estas cuatro partidas algún corredor mañoso no quisiese igualar su caballo,
sentenciará el Juez, debiendo perder la parada el culpado.
12
El 03 de enero de 1849 se emite un DECRETO. 3-I-1849
Sobre el carnaval y sobre las consecuencias del mismo -desorden-22.
3º. Se prohíben en el juego de las carreras: 1º, golpear con los pies el caballo contrario; 2º, cargarlo
para hacerlo salir de la cancha; 3º, tocar por ningún pretexto al corredor contrario.
4º. El corredor que obra contra lo dispuesto en el artículo anterior sufrirá doscientos azotes que en
la misma cancha le mandará aplicar el juez rayero, pidiendo auxilio al efecto a todos los
concurrentes.
5º. Cuando un caballo sin que lo cargue el contrario saliese de la cancha hará carrera o no según
convengan los interesados; entendiéndose lo mismo cuando los dos caballos salgan de la cancha.
6º. Cuando en la carrera hubiere algún accidente imprevisto, como es una rodada, o ponerse a
bellaquear un caballo, no se reputará por carrera y deberá volverse a correr.
7º. Los jueces que establece este reglamento serán nombrados por los dueños de la carrera y deberán
aceptar este cargo sin excusa ni réplica.
8º. En los casos dudosos los jueces antes de sentenciar deberán pedir dictamen en secreto a todos
los individuos que tengan más voto entre los concurrentes; y encontrando tres opiniones conformes
darán su sentencia.
9º. Ninguna persona sea quien fuese podrá hablar palabra sobre el resultado de la carrera antes que
el juez pronuncie su sentencia, y si alguno lo hiciese sufrirá allí mismo cien azotes aplicado en la
misma forma que a los malos corredores.
10º. Todos los concurrentes en la cancha de carreras deberán situarse formando dos líneas a lo largo
de ella, cancha en medio, dejando un espacio suficiente a más de la cancha de diez o doce varas para
evitar de este modo algún entorpecimiento de la carrera o las desgracias que pueden sobrevenir, y
nadie podrá cruzar de un lado a otro estando pendiente una carrera sin el correspondiente permiso.
11º. Fuera de lo dispuesto en este reglamento los dueños de la carrera pueden hacer todos los
convenios que creyeren justos y necesarios, pero una vez hechos y ajustados están obligados a
cumplirlos sin alteración ninguna.
12º. El jefe de policía por medio de sus celadores en la capital, y los jueces de distrito por medio de
sus comisionados en la campaña, quedan encargados de presidir las reuniones de las carreras y de
mandar cumplir todas las disposiciones de este reglamento.
GUTIERREZ. Adeodato de Gondra.
(AHT, SA, T. 59, f. 117) 22 DECRETO. 3-I-1849
Sobre el carnaval. Tucumán, Enero 3 de 1849. Año 40 de la Libertad, 34 de la Independencia y 20
de la Confederación Argentina. El Gobernador y Capitán General de la Provincia.
Considerando: que el juego del carnaval es causa de innumerables desórdenes y aun crímenes según
lo acredita la constante experiencia; que además es sumamente perjudicial a la salubridad pública
por los excesos de todo género en que indispensablemente incurre la parte más numerosa de la
población; que por estas graves razones ha sido justamente abolido en la mayor parte de las
Provincias de la Confederación, ha acordado y decreta:
Art. 1º. Queda suprimido para siempre el juego del carnaval en todo el territorio de la Provincia.
2º. Los días Lunes y Martes conocidos por de Carnaval, se reputarán días de trabajo como cualquiera
otro.
3º. Los infractores del presente decreto serán penados arbitrariamente según la gravedad de la
infracción.
4º. Nadie podrá eximirse de la pena que le corresponda, so pretexto de haber jugado en el interior
de su casa.
5º. El jefe de Policía, los jueces y en general todos los empleados civiles y militares en la capital,
velarán sobre la ejecución de este decreto para dar cuenta inmediatamente al primero de las
infracciones que notaren.
6º. En la campaña del mismo modo los Comandantes en jefe, los Comandantes de Escuadrones y
todos sus oficiales cuidarán escrupulosamente de que se cumpla este decreto por las milicias de su
mando, y los jueces de distrito velarán igualmente en que le cumplan todos los habitantes sin
distinción de persona; todo ello bajo de penas arbitrarias como se ha dicho para la Capital.
13
El DECRETO. 8-X-1850, regula sobre reuniones y
diversiones que “perjudica notablemente a los vecinos laboriosos y
consiguientemente al progreso de la agricultura y pastoreo, dan
lugar al mismo tiempo a desórdenes y delitos de todo género, como
lo demuestra diariamente la experiencia”23 e igualmente se imponía
penas a aquellos sujetos que no iban a misa.
Sin embargo, encontramos por primera vez configurada
una normativa contravencional sistematizada el 20 de octubre de
7º. Todo militar y empleado público que anduviese omiso en el cumplimiento de los deberes que
este decreto le impone, responderá de su conducta ante el Gobierno, quedando sujeto a pena
arbitraria como cualesquiera otro infractor.
8º. Comuníquese a quienes corresponda, circúlese a toda la Provincia por medio de la prensa y dése
al Registro Oficial.
GUTIERREZ. Adeodato de Gondra.
(AHT, TR, Hacienda, 6, 1838 a 1850, f. 215v-216) 23 DECRETO. 8-X-1850 Sobre reuniones y diversiones
¡Viva la Confederación Argentina! ¡Mueran los salvajes unitarios!
Tucumán, Octubre 8 de 1850. Año 41 de la Libertad, 35 de la Independencia y 21 de la
Confederación Argentina.
El Gobernador y Capitán General de la Provincia, considerando:
Primero. Que las frecuentes reuniones de gente en la Campaña, sobre perjudicar notablemente a los
vecinos laboriosos y consiguientemente al progreso de la agricultura y pastoreo, dan lugar al mismo
tiempo a desórdenes y delitos de todo género, como lo demuestra diariamente la experiencia.
Segundo. Que tales reuniones se aumentan cada día más, bajo el pretexto de las fiestas que en casi
todos los curatos se prolongan arbitrariamente, sin que de ellas resulte otra cosa que la degradante
embriaguez y las peleas que son la inmediata consecuencia.
Tercero. Que en la imposibilidad de reducir el número de los días festivos, como acertadamente se
ha hecho en otra diócesis de la Confederación, puede y debe el Gobierno contener el falso celo que
tiende a multiplicar esos días de holganza y quizá de crimen, sin utilidad para nuestra Santa Religión,
y con grave detrimento de la moral pública; ha acordado y decreta:
Artículo 1º. Sólo en los días de fiestas de ambos preceptos se permitirá a toda hora reuniones o
diversiones, siempre que en ellas con se contravenga a las leyes y reglamento de policía.
2º. En los demás días, aun en los de oír misa y trabajar, se prohíbe toda reunión después de la misa;
y concluida esta, todos los circunstantes deberán retirarse a sus ocupaciones respectivas.
3º. Los que infringieren el artículo anterior serán reputados por vagos, y remitidos a la Capital para
trabajar en las obras públicas.
4º. En los días, llamados de trabajo, ningún sirviente o peón conchabado podrá abandonar sus
quehaceres so pretexto de ir a la Iglesia sin permiso del amo o patrón. Y si lo hicieren, tienen los
amos o patrones el derecho de reprenderlos, y de pedir a la Autoridad su castigo en caso de
reincidencia.
5º. El jefe de Policía en la capital es encargado de hacer cumplir este decreto bajo su responsabilidad.
Y en la Campaña se faculta para ello a los Comandantes en jefe, y se les ordena lo hagan cumplir
con toda exactitud, por sí, y por medio de sus jefes y oficiales, todo bajo el más serio apercibimiento
en caso de omisión.
6º. El artículo anterior no impide a los jueces de campaña cooperar, como es debido, a que se cumpla
este decreto del modo más eficaz que estuviere en sus facultades.
7º. Para el mismo efecto, y no dudándose del patriotismo y moralidad que sobresalen en los Señores
Curas, pásense a éstos las copias necesarias en prueba de que se quiere y se espera su importante
cooperación.
8º. Comuníquese, publíquese por la prensa y dése al Registro Oficial.
GUTIERREZ. Adeodato de Gondra.
(AHT, SA, T. 70, f. 451)
14
1899, mediante Ley Nº: 786 -SANCIONADA EN FECHA 20-10-1899,
PROMULGADA EL 31-03-1900, la cual fue derogada por la Ley
N° 2.46324.
24 El Senado y Cámara de Diputados de la Provincia de Tucumán, sancionan con fuerza de
L E Y :
Artículo 1º.- Comete contravención el que infringe las
disposiciones de esta ley.
No son punibles las tentativas de contravención, ni se
admite en ellas la complicidad.
Art.2º.- El autor de varias contravenciones simultáneas
será castigado con la pena que corresponda a la más grave.
Si todas tuviesen la misma pena, esta le será aumentada en
una mitad más.
Art.3º.- Si el autor de una contravención se hiciese cul-
pable de otra de la misma especie, dentro de los dos meses
subsiguientes a la primera condenación, se le aumentará en
una mitad más la pena que corresponda a la infracción
cometida.
La segunda y subsiguiente reincidencia dentro del mismo
término, serán castigadas con el doble de la pena que cor-
responda a la infracción cometida.
Art.4º.- El derecho de penar por contravenciones o faltas
se prescribe a los tres de cometido el acto punible.
Art.5º.- La prisión preventiva procede en el caso de ser
aprendido in fraganti el autor de la contravención. Si se
tratase de personas de malos antecedentes o desconocidos en
el lugar, la autoridad policial puede detenerlas hasta la
organización del sumario. Cuando el contraventor fuese bien
reputado y domiciliado en la localidad, la prisión procederá
solamente, después que por el sumario se haya comprobado la
contravención que se le impute.
Art.6º.- Los menores de catorce años que cometan una con-
travención serán detenidos por la policía y entregados a sus
padres, tutores o guardadores, o al Ministerio de Menores,
si carecieran de ellos.
Si un menor reincidiese en la misma falta dentro del tér-
mino de dos meses, le será aplicada la pena corporal que
corresponda a la contravención cometida.
Art.7º.- Las penas de policía son: el arresto, la multa y
el comiso de los instrumentos de contravención.
Art.8º.- El arresto por contravenciones de policía no po-
drá exceder de treinta días, según las clases, distinciones
y casos que en seguida se expresan. Los días de arresto son
días completos de veinte y cuatro horas.
Art.9º.- Las multas por contravenciones podrán ser pro-
15
nunciadas desde diez pesos moneda nacional hasta cien pesos
inclusive, según las distinciones y casos que se especifican
y serán aplicadas en provecho del tesoro público de la
Provincia.
Art.10.- En todos lo casos, y conforme a la reglamenta-
ción que a este respecto dicte el P.E. la pena de arresto
puede ser sustituida por la de multa.
Art.11.- El Jefe de Policía podrá también, en casos de-
ter minados por la ley, o por decreto del P.E. que no se
oponga a la presente, pronunciar el comiso, sea de cosas
tomadas en contravención, o de las producidas por la con-
travención, de materias o instrumentos que hayan servido o
crean destinados a cometerla.
Art.12.- Si dentro del término legal de pronunciado el
decomiso, no se ha deducido apelación ante Juez competente,
el Jefe de Policía ordenará la venta en remate público de
las cosas, materias u objetos secuestrados. El producido de
estas ventas ingresará al tesoro público de a Provincia.
Art.13.- En los casos de contravención, se dictará sen-
tencia dentro de las 48 horas de cometida la falta.
Art.14.- Serán castigados con la pena de ocho días de
arresto o veinte pesos de multa:
1º.- Los que lleven armas en las calles y parajes públi-
cos sin un objeto lícito, como la compra-venta, la caza, el
tiro al blanco, o no estén previstos de un permiso especial
expedido por la policía.
2º.- Los que hayan usados armas de fuego, bajo cualquier
pretexto y en cualquier ocasión que sea, en el inferior de
la ciudad y aunque sea en patios, jardines o cercados.
3º.- Los que hayan ocasionado la muerte o heridas de
animales, por uso de armas sin precaución o con imprudencia.
En los casos enumerados, el arma será decomisada por la
policía.
4º.- Lo que en las calles, patios o jardines, por las
ventanas de las casas o en el interior, por cualquier causa
u ocasión que sea, hagan explotar bombas, cohetes, petardos
u otros fuegos de artificio, sin permiso expedido por la
policía.
5º.- Los que tengan en su casa más de veinte kilos de
pólvora cualquier cantidad de dinamita u otra materia explo-
siva de gran poder, sin permiso expedido por la policía.
6º.- Los que caen con armas de fuego dentro de los lími-
tes de poblaciones. La policía decomisará el arma de los
contraventores de este inciso.
Art.15.- Serán castigados con ocho días de arresto o
veinte pesos de multa:
1º.- Los que se encuentren en estado de ebriedad mani-
fiesta en las calles, caminos, plazas, cafés, almacenes,
tabernas, u otros despachos de bebidas o parajes públicos.
2º.- Los dueños o gerentes de los establecimientos indi-
cados en el precedente inciso que den de beber a personas
manifiestamente ebrias, o que las hayan recibido en sus
16
establecimientos, o que expendan bebidas a menores de diez y
seis años.
Art.16.- Sufrirán una pena de diez días de arresto o
treinta pesos de multa:
1º.- Los que dirijan reuniones tumultuosas en perjuicio
del sosiego de la población o en ofensa de personas deter-
minadas.
2º.- Los que recorran las calles o se estacionen en cual-
quier punto dando música con órganos o cualquier otro ins-
trumento, fuera de las horas que el Jefe de Policía haya
determinado por edicto.
3º.- Los que riñan públicamente sin hacer uso de armas y
sin inferirse lesiones.
4º.- Los que recorran las calles perturbando el orden y
la tranquilidad pública con gritos agresivos.
5º.- Los que con palabras, actos o ademanes ofendan pú-
blicamente el pudor.
6º.- Los que profieran palabras obscenas, exhiban objetos
pornográficos, ofrezcan en venta libros, láminas, figuras u
otros objetos inmorales en las calles, parajes o sitios
abiertos al público.
7º.- Las prostitutas que se exhiban en las puertas o ven-
tanas de sus casas o recorran las calles deteniendo, llaman-
do o provocando a los transeúntes.
8º.- Los que se exhiban desnudos o se encuentren en las
calles o sitios abiertos al público en traje que ofendan a
la moral y al pudor.
9º.- Los propietarios de café cantantes o toda otra casa
donde se den espectáculos, no sujetos al reglamento
municipal de teatros, que exhiban o permitan que se exhiban
a menores de diez y siete años en ejercicios gimnásticos o
de baile, provoquen o den lugar a escenas inmorales.
Art.17.- El que incite a menores a actos inmorales en las
calles, plazas, parajes o sitios abiertos al público.
Art.18.- Los propietarios o gerentes de casas de prosti-
tución con patente municipal que permita la entrada a meno-
res de diez y siete años. Las gerentes o propietarios de ca-
sas de prostitución que no estén munidas de la correspon-
diente patente municipal.
Art.19.- Serán penados con ocho días de arresto o veinte
pesos de multa:
1º.- Los que impidan el tránsito en las vías públicas,
depositando en ellas o dejando sin necesidad materias o co-
sas de cualquier naturaleza que impidan o disminuyan la li-
bertad o la seguridad del pasaje.
2º.- Los que hayan descuidado o rehusado ejecutar los
reglamentos o decretos que la Municipalidad dicte respecto
al tráfico público.
3º.- Los que arrojen piedras u otros objetos a las casas
vecinas.
4º.- Los que arrojen o expongan en el frente de los edi-
ficios que habitan, objetos o cosas que puedan herir con su
caída a los transeúntes o emanen exhalaciones insalubres.
5º.- Los que hayan dejado durante la noche en las calles,
17
plazas, o lugares públicos, pinzas, hierros, barrenas, cor-
tafierros u otras máquinas o instrumentos o armas de que
puedan servirse los ladrones u otros malhechores. Estos ins-
trumentos serán decomisados por la Policía.
6º.- Los que con otra circunstancia prevista por las le-
yes, hubieran tomado fruta o cualquier artículo expuesto a
la venta en los mercados, puestos de verduras y comercios en
general, siempre que lo tomado no tenga un valor que exceda
de un peso moneda nacional.
7º.- Los que imprudentemente hubieren arrojado aguas,
inmundicias o cualquier materia sobre alguna persona.
8º.- Los que no siendo propietarios ni usufructuarios, ni
locatarios, ni gocen de la posesión en virtud de derecho, de
un terreno o de un paraje, pasen por él y causen daño, si el
terreno o paraje está preparado o sembrado.
9º.- Los propietarios o encargados de casas deshabitadas
que las dejaren abiertas durante la noche.
Art.20.- Serán penados con ocho días de arresto o veinte
pesos de multa:
1º.- Los hoteleros, posaderos, propietarios o gerentes de
casas de hospedaje o de inquilinato con patente que no ins-
criban, en un registro tenido regularmente, los nombres,
cualidades, domicilio habitual, datos de entrada y de salida
de toda persona que hubiese entrado en calidad de huésped o
que hubiese dormido o pasado la noche en su casa. Tendrán la
misma pena los que hubieren dejado de presentar ese registro
en las épocas que determine el Jefe de Policía por un edicto
especial, o cuando hayan sido requeridos por la misma auto-
ridad policial y se hayan negado a presentarlo.
2º.- Los cocheros, carreros, conductores de vehículos de
cualquier especie o de bestias de carga que hubieran contra-
venido los reglamentos municipales por los cuales están
obligados a mantenerse constantemente en el pescante y al
cuidado de las bestias de tiro o carga en estado de guiarlas
o conducirlas.
3º.- Los que contravengan cualesquiera de las disposi-
ciones del reglamento de tráfico que la Municipalidad dicta-
re o exista en vigencia.
4º.- Los que establezcan o mantengan en las calles, pla-
zas, caminos o lugares públicos, juegos de lotería u otros
juegos de azar.
5º.- Aquellos que por negligencia o imprudencia hubieran
dejado salir a la calles o sitios públicos a locos furiosos
que tuvieran a su guarda o animales dañinos o rabiosos.
6º.- Aquellos que hubieran excitado a sus perros o no
procurarán retenerlos cuando ataquen a los transeúntes, aún
cuando no resultase mal o daño.
7º.- Aquellos que, pudiendo, hubiesen, rehusado prestar
auxilio a la autoridad policial cuando hubiesen sido reque-
ridos en las circunstancias de accidentes, tumultos, incen-
dios, perturbaciones del orden público, como también en los
casos de pillaje, flagrante delito o ejecución de mandos
judiciales.
8º.- Los que opusiesen resistencia sin armas o incitasen
a otros a desobedecer órdenes de la autoridad policial.
Art.21.- Serán penados con quince días de arresto o cin-
18
cuenta pesos de multa los dueños o encargados de casas de
juego de azar, donde se admita al público, ya sea libremente
o por presentación de los interesados o de otras personas.
Art.22.- Corresponde la pena de cinco días de arresto o
quince pesos de multa los que fuesen sorprendidos en juego
de azar en sitios o lugares públicos o en casas, centros o
establecimientos donde se juegue por dinero sea en efectivo,
en fichas o en otros signos equivalentes de valor.
Art.23.- En los casos de los dos artículos anteriores, se
decomisarán los instrumentos de la contravención a que ellos
se refieren.
Art.24.- Será penado con cinco días de arresto o quince
pesos de multa a todo el que use indebidamente o de un modo
inconveniente la Bandera Nacional, lo mismo que los que can-
ten el Himno Patrio u ocupen el Escudo de la Nación en con-
travención de los decretos vigentes sobre la materia.
Art.25.- Serán secuestradas y decomisadas las mesas ins-
trumentos, aparatos y accesorios de los juegos o de loterías
establecidas en las calles, caminos, plazas y sitios públi-
cos, sin perjuicio de la pena que establece el artículo an-
terior.
Art.26.- Serán castigadas con la pena de diez días de
arresto o treinta pesos de multa:
Las personas que hacen el oficio de adivinas y pronos-
tican los sueños.
Art.27.- Serán castigados con ocho días de arresto o diez
pesos de multa:
1º. Los que hallan arrancado o desgarrado los avisos pe-
gados en las esquinas o en sitios públicos por orden de la
administración.
2º. Los que arrojen piedras u otras materias a los faro-
les del alumbrado público.
3º. Los que destruyan las plantas o adornos de las vías y
plazas públicas.
Art.28.- La pena pronunciada por la ley contra los con-
traventores, podrá ser suavizada, modificada o examinada por
el Jefe de Policía, según sean los antecedentes del contra-
ventor y las circunstancias de la contravención.
Art.29.- En todas las materias y casos que no estén regi-
dos en la presente ley, y sobre los que haya leyes espe-
ciales, la Policía se ajustará a sus disposiciones penales.
Art.30.- El P.E. reglamentará la presente ley.
Art.31.- Esta ley estará en vigencia desde su promulga-
ción.
Art.32.- Comuníquese al P.E.
Dada en la Sala de Sesiones de la H. Legislatura a
19
Conforme se puede observar reviste idéntico formato a
la ley 5140, sin la modificación operada antes del Digesto Jurídico
introducido por ley 8240. Por esta razón la actual redacción no es
fruto de un gobierno de facto; sino que, si bien se introdujeron
modificaciones, su raíz la encontramos en 1899.
La LEY Nº 1.171¸ habilitaba a las Comisarías de la
Ciudad y Campaña a fin de que los infractores cumplan sus penas
allí.
Como dijimos otro punto importante es la Ley N° 2463
que deroga la Ley N° 78625. A posterior se operaría una nueva
veintiocho de marzo de mil novecientos.
25
El Senado y Cámara de Diputados de la Provincia de Tucu-
mán, sancionan con fuerza de
L E Y :
Artículo 1º- Comete contravención policial el que infrin-
ge las disposiciones de esta Ley.
No son punibles las tentativas de contravención, ni se
admite en ellas la complicidad.
Art.2º.- El autor de varias contravenciones simultáneas
será castigado con la pena que corresponda a la más grave.
Si todas tuviesen la misma pena, ésta le será aumentada en
una mitad más.
Art.3º.- Si el autor de una contravención se hiciese cul-
pable de otra de la misma especie, dentro de los dos meses
siguientes a la primera condena, se le aumentará en una mi-
tad más la pena que corresponda a la infracción cometida.
La segunda y subsiguiente reincidencias, dentro del mis-
mo término, serán castigadas con el doble de la pena que co-
rresponda a la infracción cometida.
Art.4º.- Las penas por contravenciones o faltas podrán a-
plicarse hasta tres meses después de cometido el acto puni-
ble, fecha en que opera la prescripción.
Art.5º.- La detención inmediata procede en el caso de ser
sorprendido infraganti el autor de la contravención. Si se
tratase de personas de malos antecedentes o desconocidas en
el lugar, la autoridad policial puede deternerlas hasta la
organización del sumario. Cuando el contraventor fuese bien
reputado y domiciliado en la localidad, la detención proce-
derá solamente después que por el sumario se haya comprobado
la contravención que se le imputa.
Art.6º.- Los menores de catorce años que cometan una con-
20
travención serán detenidos por la policía y previo sumario
entregados a sus padres, tutores o guardadores o al Ministe-
rio de Menores, si carecieren de ellos.
Si el menor infringiese nuevamente la presente Ley, den-
tro del término de dos meses, le será aplicada la pena que
corresponda a la contravención cometida.
Art.7º.- Las penas por contravención son: el arresto, la
multa y el comiso de los instrumentos de contravención.
Art.8º.- El arresto por contravenciones policiales no po-
drá exceder de sesenta días y se aplicará según los casos
determinados en la presente Ley.
Los días de arresto son períodos ininterrumpidos de vein-
ticuatro horas.
Art.9º.- Las multas por contravenciones podrán ser hasta
de doscientos pesos moneda nacional, según las distinciones
y casos que se especifican en la presente Ley.
Art.10.- En todos los casos y conforme a la reglamenta-
ción que a este respecto dicte el Poder Ejecutivo, la pena
de arresto puede ser sustituida por la de multa.
Art.11.- El Jefe de Policía podrá en casos determinados
por esta Ley resolver el comiso, sea de cosas tomadas en
contravención o de la producidas por la contravención; o ma-
terias o instrumentos que hayan servido o se crean destina-
dos a cometerla.
Art.12.- Realizado el comiso y si dentro de los noventa
días siguientes no se ha deducido apelación ante el Juez
competente, el Jefe de Policía ordenará la venta en remate
público de las cosas, materias u objetos comisados.
Art.13.- En los casos de contravención se dictará senten-
cia dentro de las cuarenta y ocho horas de cometida la fal-
ta. De las penas impuestas conocerán en grado de apelación
los jueces en lo correccional. El recurso deberá interpo-
nerse dentro de las cuarenta y ocho horas de la notificación
respectiva.
Art.14.- Serán castigados con la pena de ocho días de a-
rresto o cuarenta pesos moneda nacional de multa:
1) Los que sin justificar su tenencia o sin un objeto lí-
cito como la compraventa, el tiro al blanco, etc., o sin es-
tar provistos de un permiso especial expedido por la poli-
cía, lleven armas en las calles o parajes públicos.
2) Los que tengan armas largas de fuego en sus domici-
lios, en las condiciones especificadas en el inciso prece-
dente.
3) Los que sin causa justificada hayan usado armas de
fuego en ciudades, villas o poblaciones aunque fuere dentro
de inmuebles.
4) Los que hayan ocasionado la muerte o heridas a anima-
les por uso de armas sin precaución o con imprudencia y no
estén comprendidas en la ley penal.
21
5) Los que en cualquier lugar y ocasión hagan explotar
bombas, cohetes, petardos u otros fuegos de artificio, sin
permiso expedido por la policía.
6) Los que tengan en su poder cualquier cantidad de pól-
vora, dinamita u otra materia explosiva de gran poder, sin
permiso expedido por la policía o por autoridad competente.
7) Los que se encuentren en estado de ebriedad manifiesta
en las calles, caminos, plazas, parajes públicos, cafés o
almacenes, o en tabernas u otros despachos de bebidas.
8) Los dueños o gerentes de cafés, almacenes, tabernas u
otros despachos de bebidas que den de beber a menores de
dieciséis años.
9) Los que obstaculicen el tránsito en la vía pública de-
positando en ella, injustificadamente, materias o cosas de
cualquier naturaleza.
10) Los propietarios o encargados de negocios, bares,
confiterías, cafés, etcétera, que permitan a menores de die-
ciocho años de edad, jugar a los naipes, billas o billares o
cualquier otro juego destinado a mayores. A los menores in-
fractores se les aplicará igual pena.
11) Los que arrojen piedras u otros objetos a las casas
de propiedad ajena.
12) Los que arrojen o expongan en lugares públicos, obje-
tos o cosas que puedan herir con su caída a los transeúntes
o que emanen exhalaciones insalubres.
13) Los que durante la noche hubieren dejado en lugares
públicos, pinzas, hierros, barrenas, cortafierros u otras
máquinas, instrumentos o armas de que puedan servirse los
ladrones u otros malhechores. Estos instrumentos serán comi-
sados por la policía.
14) Los que escribieren, dibujaren o de cualquier forma
mancharen las fachadas de edificios ajenos.
15) Los que sin el permiso correspondiente instalaren en
la vía pública, mesas, instrumentos, aparatos y accesorios
de juegos, siempre que no se encuadraren en las faltas pre-
vistas en la Ley 1962. Los efectos mencionados serán decomi-
sados.
16) Los que hubieren arrojado agua, inmundicias o cual-
quier meteria o sustancia sobre alguna persona.
17) Los propietarios o encargados de casas deshabitadas
que las dejaren abiertas durante la noche.
18) Los hoteleros, posaderos, propietarios, gerentes o
encargados de casas de hospedajes o de inquilinato con pa-
tente, que no inscriban en un registro llevado regularmente,
los datos de entrada y salida de todo huésped y de las per-
sonas que hubiesen pasado la noche en las mismas y sus nom-
bres, cualidades y domicilio habitual.
19) Los que hubieren dejado de presentar el registro a
que se refiere el inciso anterior, en la época que determi-
ne el Jefe de Policía por un edicto especial, o se negaren a
exhibirlo a requerimiento de autoridad policial.
20) Los cocheros, carreros o conductores de vehículos de
cualquier especie o de bestias de carga que, en jurisdicción
no municipal, no permanecieren constantemente en el pescante
y al cuidado de las bestias de tiro en estado de guiarlas o
conducirlas.
21) Los que hubieren dejado salir a la calle o lugares
22
públicos a dementes que tuvieren a su guarda y cuyo estado
signifique peligro para el público.
22) Los que hubieren dejado salir a la calle o sitios pú-
blicos animales dañinos o rabiosos.
23) Los que hubieren excitado a sus perros o no procura-
sen retenerlos cuando ataquen a los traseúntes, aun cuando
no resultase mal o daño.
24) Los que incitaren a otros a desobedecer órdenes de la
autoridad policial.
25) Los que, pudiendo, hubiesen rehusado prestar auxilio
a la autoridad policial cuando hubiesen sido requeridos, en
circunstancias de accidentes, tumultos, incendios, perturba-
ciones del orden público, como también en los casos de pi-
llaje, la flagrante delito o ejecución de mandatos judicia-
les.
26) Los que hayan arrancado o desgarrado los avisos pe-
gados en las esquinas o en sitios públicos por orden o con
autorización de la administración.
27) Los propietarios de vehículos automotores que cedie-
ren la conducción de los mismos a personas no habilitadas
para el manejo.
28) Los que no tuvieren el carnet de manejo en regla o no
portaren el mismo.
29) Los que no llevaren las luces delanteras reglamenta-
rias alta, baja, de posición y posteriores.
30) Los que no llevasen iluminadas las chapas patentes.
31) Los que no efectuaren cambios de luces en curvas,
cruces de caminos y pasos a nivel.
32) Los que no llevaren en lugar visible la chapa patente
o fuere ilegible por deterioro o falta de limpieza.
33) Los conductores de vehículos automotores de carga pe-
sada que no llevaren la luz blanca indicadora del ancho y
alto.
34) Los que condujeren vehículos de tracción a sangre que
no llevaren luz indicadora.
35) Los ciclistas que no llevaren en sus máquinas luz y
timbre o bocina reglamentaria.
36) Los que condujeren vehículo automotor en general con
exceso de velocidad, conforme lo prevé la Ley Nacional 13893
o no se ajustaren al límite de velocidad determiando en las
señales indicadoras.
37) Los conductores de vehículos de transporte, cuya car-
ga exceda los límites de ancho y alto que determina la Ley
Nacional 13893.
38) Los que en la conducción de vehículos no observaren
su mano y señales de tránsito.
39) Los que estacionaren sus vehículos indebidamente so-
bre el sector de la calzada.
40) Los conductores de vehículos estacionados fortuita-
mente sobre el sector de la ruta o fuera de ella que no en-
cendieran las luces de posición.
41) Los que transfieran la chapa patente de un automotor
a otro.
42) Los que en vehículos automotores de carga transporta-
ren pasajeros sin permiso de autoridad competente debidamen-
te justificado.
23
Art.15.- Serán castigados con la pena de diez días de
arresto o sesenta pesos de multa:
1º) Los que organicen o dirijan reuniones tumultuosas en
perjuicio del sosiego de la población o en ofensa de perso-
nas determinadas.
2º) Los que recorran las calles o se estacionen en caul-
quier punto ejecutando música con cualquier instrumento fue-
ra de las horas que determine el permiso respectivo.
3º) Los que riñan públicamente sin hacer uso de armas y
sin inferirse lesiones.
4º) Los que profiriendo gritos agresivos o de cualquier
otro modo, alteraren el orden y la tranquilidad pública en
calles o lugares públicos.
5º) Los que con actos, ademanes o palabras, hechos o pro-
feridos en la vía o lugares públicos, ofendan a la moral o
al pudor, aun cuando se cometan o se digan en el interior
del inmueble, si es que son visibles desde el exterior o
trasciendan a este.
6º) Los que en sus domicilios tocaren música a alto volú-
men perturbando la tranquilidad de vecinos, como asimismo
los que realizaren festivales o no bajaren el volumen des-
pués de la hora veinticuatro.
7º) Las prostitutas que se exhiban en las puertas o ven-
tanas de sus casas o recorran las calles deteniendo, llaman-
do o provocando a los transeúntes.
8º) Los propietarios o encargados de cabarets, dancings o
casas de citas en los que se permita la entrada de menores
de dieciocho años.
9º) Los propietarios, encargados o empleados al frente de
cabarets, dancings o confiterías que acepten bailarinas, ar-
tistas de ambos sexos que no posean documentos de identidad,
siempre que no fueren de conocida reputación artística.
10) Los propietarios de cafés cantantes o de otras casas
donde se den espectáculos no sujetos al reglamento municipal
de teatros, que exhiban o permitan que se exhiban a menores
de dieciocho años en ejercicio gimnásticos o de bailes que
provoquen o den lugar a escenas inmorales.
11) Los que inciten a menores a actos inmorales en las
calles, plazas, parajes o sitios abiertos al público.
12) Los que condujeren vehículos automotores sin poseer
el carnet habilitante correspondiente.
13) Los que no efectuaren el cambio reglamentario de lu-
ces (alta y baja) al avistar la proximidad de otro vehículo,
cualquiera que fuere.
Art.16.- Serán castigados con la pena de treinta días de
arresto o cien pesos de multa:
1º) Los que no teniendo ocupación o medios lícitos con
qué vivir no se los procurasen o concurran a casas de juegos
prohibidos, se los conozca como afectos al juego, frecuenten
lugares mal conceptuados o sospechosos, trasnochen en cafés,
confiterías o tengan trato con proxenetas y posean malos an-
tecedentes policiales o judiciales.
2º) Los que pudiendo, no trabajaren y se ocupen habitual-
mente de mendigar, siempre que se encontrasen comprendidos
por el artículo 172 del Código Penal.
24
modificación con la Ley N° 3.447, que no hace más que fijar el
aumento de la multa, al igual que la Ley N°4459.
La ley N° 4809 - PROMULGADA EL 29-04-1977 y PUBLICADA EL
11-05-1977-, sustituye el Artículo 1º, del artículo 15 de la Ley Nº
2.463; el inciso 9º), por el siguiente:
"Inciso 9º): Los propietarios, administradores,
encargados o empleados de cabaret, dancing y whiskerías que
contraten empleadas de sala, bailarinas y artistas de variedades de
ambos sexos que no posean carnet policial de autorización.
Asimismo, cuando permitan que estos dos últimos alternen con el
público o que se realicen exhibiciones bailables o artísticas
inmorales, infrinjan los horarios establecidos por la autoridad
competente para su funcionamiento o posibiliten la actuación de
menores de edad sin autorización otorgada por quien ejerza su
patria potestad o juez competente".
A posterior entrará en vigencia la Ley N° 5140 -
SANCIONADA EN FECHA 09-01-1980; PROMULGADA EL 09-01-1980; PUBLICADA
Art.17.- Serán castigados con la pena de treinta días de
arresto o doscientos pesos de multa:
1º) Los que usaren indebidamente los faros buscahuellas
de vehículos o encandilaren con ellos.
2º) Los motociclistas que condujeren en sus máquinas más
de una persona.
3º) Los conductores de vehículos en general que guiasen
en manifiesto estado de ebriedad.
4º) Los que hicieren llamados injustificados al Cuerpo de
Bomberos de la Provincia, requiriendo sus servicios.
Art.18.- Las penas pronunciadas de acuerdo con la presen-
te Ley, contra los contraventores primarios, podrán ser sua-
vizadas o eximidas por el Jefe de Policía, según sean los
antecedentes del contraventor y la circunstancia de la con-
travención.
Art.19.- Deróganse las leyes números 786 y 418 y toda
disposición que se oponga al cumplimiento de la presente
Ley.
Art.20.- Comuníquese.
Dada en la Sala de Sesiones de la H. Legislatura, a vein-
tinueve días de Abril de mil novecientos cincuenta y dos.
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EL 22-01-1980, tan cuestionada por estos días. Modificada por Ley 5.159
- 5.257 - 5.390 - 6.619 - 6.722 - 6.879 - 7.103 -7.438 - 8.519 - Deroga a Ley 2.463
- 3.447 - 4.459 - 4.809 - Consolidada por Ley 8.240 - Vinculada con Ley 7.409.
Más allá del acopiamiento jurídico indebido que fue la
consolidación de normas sin una adecuada técnica jurídica, dentro
de la Ley N° 5140; la misma nos rige hasta en la actualidad.
V.- A modo de conclusión.
Hemos observado, con detenimiento como se petrificó la
norma legal en el estrato real-social, que circunda el derecho; un
hecho contrario al imperio de la lógica más elemental.
El legislador, se nutre de un hecho de la realidad para
transformarlo luego, en una norma jurídica; en nuestro caso, la
petrificación de esa realidad data de más de un siglo -1899-;
momento en que se legisló la primera sistematización
contravencional tal como la conocemos en nuestros días.
Obsérvese, sin embargo, en la lectura histórica de la
contravención, un vestigio en la génesis impuesta por nuestros
conquistadores, que “tipificaron” algunas conductas que aún siguen
perdurando. La Ley en esencia es la misma y fue otorgada para la
comunidad erigida en los inicios de la patria; resulta lógico la
resistencia, si se tiene en cuenta que hoy la idiosincrasia es otra.
Pese a liberarnos del yugo; los forjadores del sueño
independentista tenían en mente una nación diferente; sin embargo,
dicho legado, es una braza candente que quema el espíritu de
nuestros gobernantes, los cuales hasta la actualidad no han sido
capaces, pese a la mora legislativa, de dotarnos de un verdadero
Código de Convivencia Urbana y adecuado a esas garantías que
pregonaron y nos legaron nuestros próceres.
A la inversa nosotros como recipiendarios, tenemos que
estar a la altura de este bicentenario y avanzar hacia una revolución
cultural, dejando de lado la transferencia de culpas y la cultura del
parche -pues copiamos y traspolamos culturas foráneas-; con el fin
de conllevar la regeneración moral -quiere decir abierta y edificante,
cercana a las premisas ética ghandianas y por ende alejadas a la
impronta opresiva y humillante del maoísmo26.
26 DURANTE, Alfredo Leonardo. Contravenciones y Anomia: ¿Reformas Jurídicas o Revolución
Cultural? Editorial Dunken, Buenos Aires, 2013, Pág. 134.-
26
“Hoy más que nunca estamos persuadidos que nuestra
República debe existir en nuestra realidad cotidiana y no solo en los
textos constitucionales. [ ] si bien la urgencia y preservación del
Estado de Derecho dependen de todos y en especial de los Poderes
Ejecutivos y Legislativos será a cargo de los buenos jueces miembros
del Ministerio Publico Fiscal- sin distinción de instancias- a quien le
corresponda poner freno al poder hegemónico en beneficio de los
ciudadanos para descubrir y castigar los actos de corrupción y hacer
funcionar el sistema institucional.[] Hasta tanto ello no ocurra serán
inútiles las reformas normativas y los discursos ideológicos de
quienes se presentan como salvadores de la República ya que en la
práctica no se concretan en hechos tangibles”27
Por otro lado, y nos compete a todos, preservamos la
cultura de los conquistadores, sumamos y desarrollamos y
perfeccionamos modalidades propias; una anomia rebelde, insolente
e indiferente por el deber ser y la práctica sistemática de los consejos
del viejo vizcacha (entrañas constitutivas de la viveza criolla) que nos
resumen y nos consumen28.
Creo que el desafío, al entrar en el tercer centenario de
nuestra patria, será analizar la realidad para instrumentar -a mi
juicio- un verdadero código de convivencia ciudadana, sin saltar
etapas y construida en base a una Teoría Trialista del Derecho.
He aquí el comienzo histórico del problema y su
evolución; queda para los “entendidos” en la materia, la
responsabilidad de sumar con su aporte, la salvaguarda de nuestros
derechos y el de nuestros descendientes.
27 CHIARA DIAZ, Carlos A. Normativismo, Ideología Jueces y Estado de Derecho, en el
DIAL.com- Biblioteca Juridica On Line- del 17/02/11. 28 DURANTE, Alfredo Leonardo. Contravenciones y Anomia: ¿Reformas Jurídicas o Revolución
Cultural? Editorial Dunken, Buenos Aires, 2013, Pág. 131.-
27
VI.- BIBLIOGRAFÍA.
- CORTAZAR María Graciela, “ Los Delitos Veniales” Editorial de la
Universidad Nacional del Sur Ediuns,
- CHIARA DIAZ, Carlos A. Normativismo, Ideología Jueces y Estado de
Derecho, en el Dial.com- Biblioteca Jurídica On Line- del 17/02/11.
- DURANTE, Alfredo Leonardo. Contravenciones y Anomia: ¿Reformas
Jurídicas o Revolución Cultural? Editorial Dunken, Buenos Aires, 2013.-
- ELIZALDE, Patricia N. El Derecho Contravencional. Bases para una
Teoría Sistémica- Dinámica.
- JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis, Tratado de Derecho Penal, T. III. Editorial
LOZADA Buenos Aires.
- LEVENE Ricardo (h). Introducción al Derecho Contravencional,
Ediciones Depalma, Buenos Aires.
- MANZINI, Vicenzo, Tratado de Derecho Penal, T.II, Traducido al
Español por Santiago Sentís Melendo; Ediar S.A. Editores Buenos Aires,
1948.
- DIGESTO JURÍDICO DE LA PROVINCIA DE TUCUMÁN.