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LA FlORA. ASPECTOS METODOLOGICOS PARA SU ESTUDIO por Pedro Montserrat-Recoder SEPARATA DE METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION CIENTIFICA SOBRE FUENTES ARAGONESAS 5 Instituto de Ciencias de la Educación (Universidad de Zaragoza)

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LA FlORA. ASPECTOS METODOLOGICOS PARA SU ESTUDIO

por

Pedro Montserrat-Recoder

SEPARATA DE

METODOLOGIA DE LA INVESTIGACION CIENTIFICASOBRE FUENTES ARAGONESAS

5

Instituto de Ciencias de la Educación(Universidad de Zaragoza)

SUMARIO

INTRODUCCIÓN

ASPECTOS DEL CONOCIMIENTO BOTÁNICO

1. Los antecedentes de la botánica aragonesa

a) El botánico viajero

b) Nuestro botánico organizador

e) El herborizador solitario

d) La escuela catalana

2. El presente de la f10rística espaflola

3. El futuro en Aragón

a) Los Jardines botánicos y su fuluro en Aragón

b) La geobotánica aragonesa

e) La ecología rural aragonesad) Epílogo

BffiLIOGRAFÍA

EL HERBARIO JACA COMO FUENTE DE DATOS ECOLÓGICOS Y BIOLÓGI­

COS: METODOLOGÍA PARA EXTRAERLOS (Comunicación)

El "HERBARIO" COMO HERRAMIENTA EN LOS ESTUDIOS ECOFISIOLÓ­

GICOS (ComunIcación)

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INTRODUCCIÓN

Entre las Ciencias Naturales, se ocupa la Botánica del estudio de lasplantas -los seres vivos verdes-, capaces de sintetizar su alimento y darlo aotros seres vivos. Hoy hablaremos de plantas con Geografía, es decir lasque tienen una "casa", ecología y raíces en un solar, el aragonés del Piri­neo, de las cordilleras Ibero-Maestracenses, junto con las grandes cubetascontinentalizadas, secas, hasta salobres o incluso salinas e impropias parael bosque denso que comentara Estrabón.

Flora y Florística corresponden a los aspectos concretos de una botánicasituada, de unas plantas con historia y geografía más una ecología que in­tenta conocer las fuerzas creadoras de comunidades vegetales (fitocenosis),en paisajes dominados por árboles y arbustos o matas que forzaron la evo­lución vegetal en los suelos aragoneses. Es obvio que las plantas sufrenacciones depredadoras, un consumo activo por unos rebaños que fueronprecedidos, en el tiempo geológico, por activos desbrozadores tales comolos Proboscídeos fosilizados en la cabecera del Jalón; pero algunos convi­vieron con nuestros antepasados, como el mamut y los rinocerontes, máslos herbívoros gregarios formadores del césped.

Clima e Historia modelaron nuestros paisajes, con bosques, páramos,sardas, romerales, pastos, albardinares, gramales, sisallares y ontinares, enlos que se forzó la evolución, la especialización vegetal; por una parte, a lasombra del bosque tupido, avasallador y protegido por el escambrón, ro­sales y zarzas, o bien hacia las fitocenosis soleadas, de ambiente luminoso,caldeado y con frecuencia fertilizado por deyecciones de unos animales quefomentan los céspedes, en especial los más gregarios en rebaños de ovejastranquilas, bien guardadas por los pastores.

Estamos en un Mundo Maravilloso, bien organizado en sistemas rela­cionados, interdependientes, bien trabados y aptos para ser estudiadoscientíficamente. La botánica nos permite conocer así la evolución de nuestrosolar, por integrar datos climáticos, hasta paleoclimáticos, los usos pretéri­tos y detectar también desastres actuales, como son los provocados por elhombre urbano, alejado y dotado de maquinaria potente, apta para cualquierdesaguisado. Se pierde ahora capacidad adaptativa natural del grupo hu­mano y, en cambio, ganamos en poder destructor de lo heredado, de bos­ques, matorrales, pastos y suelos residuales, los del pasado que se pierden

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inconscientemente, progresivamente, ¿hasta cuando? Para todo hay reme­dio y la misma naturaleza se adapt6 a los grandes fit6fagos, -tanto los rep­tiles mesozoicos como las aves y mamíferos-, creando como reacci6n lasplantas asimiladoras de detritus, desechos, del estiércol pisoteado, paraformar un renuevo apetitoso y cicatrizador de las heridas por rápido creci­miento; así naci6 el pasto como cepillo verde, un denso manto que adornalas montañas y forma parte del paisaje, en contraste con la severidad fores­tal; es el claroscuro ambiental y forma la trama del paisaje de montaña.

Las pinceladas anteriores nos sitúan ante la planta como eje del estudioambiental relacionado con el "oikos", la casa del hombre prehistórico, hastallegar al pastor trashumante, al ansotano que con su cultura tradicional al­canz6 nuestros días.

Existen rasgos culturales ligados al pasto, al ganado y a otros usos delas plantas como son los medicinales; los antepasados usaron las plantasmedicinales y aún he conseguido reunir en 1953 --en las Vilas del Turb6n-,a más de 10 "especialistas", a las abuelas con alacena de hierbas y unos co­nocimientos antiguos, de raíz prehist6rica. El uso cultural es propio delgrupo étnico que se adapta en continua evoluci6n; es peculiar, por tanto, deunas culturas arraigadas al terruño, con pasto y cultivos propios de cadamomento hist6rico. Es una fuerza natural y humana que contrasta con ladejadez y atonía de las organizaciones modernas y burocratizadas, yo diríaesterilizadas por el papeleo desalmado.

Nuestras ciencias no escapan a la t6nica esbozada y ahora vemos máspreocupaci6n te6rica que práctica; parece más fácil elaborar abstraccionessin intentar siquiera establecer los principios te6ricos dinamizadores de lavida cotidiana, los adecuados al momento que vivimos y preparados para"mover" a quienes deben aplicarlo todo. Creo que lo anterior yanos sitúa laBotánica nuestra en su lugar preciso y nos exige una Florística útil a losaragoneses.

Como introducci6n al tema he pensado lo dicho ahora y expresa mi pre­ocupaci6n de años como científico, con una profesi6n: investigadora quedebe hacerme útil a España, a nuestro Arag6n con sus montañas y hombresatados al solar. Como es natural soy científico y creo en la Ciencia humani­zada, esencia de una técnicas aptas para cada momento y lugar. Una cienciasin aplicaci6n inmediata o remota ya no es ciencia sino un juego perturba-

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dor, una predestidigitación que distrae y nos hace olvidar lo esencial de laevolución cultural. Cada cultura tiene su capacidad transmisora, pero algu­nas ciencias la perdieron y siguen acumulando información para... la bi­bliografía.

Esa idea de ciencia humanizada, culta, dinamizada para lograr su rápidatransmisión, nos centra el tema en su perspectiva histórica, la del desarrollode la Botánica en el NE peninsular y centrada en la figura de LosCOS, consus intuiciones y limitaciones, hasta sueños que podemos compartir todoslos que seguimos sus huellas.

ASPECfOS DEL CONOCIMIENTO BOTÁNICO

Los usos ancestrales marcan un progreso cultural en el empleo de lasplantas como comestibles, oficinales, textiles, tintóreas, de construcción,etc. Así se clasificaron por sus usos hasta el progreso de los estudios com­parados de morfología y anatomía, del conocimiento sistemático, -la clasi­ficación o taxonomía vegetal modema-, que permitió catalogar los conoci­mientos botánicos actuales. El cambio fue muy espectacular durante los si­glos XVII y XVIII, Ymás acelerado precisamente cuando se inicia la clasi­ficación binaria o linneana.

En los tiempos de TOURNEFORT, siguiendo tradiciones antiguas, sedaba una corta descripción para cada planta (cinco hasta diez palabras, peroa veces bastaban dos o tres); en 1753 con su libro Species Plantarum LIN­NEO reduce a dos los nombres, uno sustantivo (genérico) y el calificativo(específico), facilitando así la catalogación con la descripción independientedel nombre. Unos criterios simples de catalogación dieron origen al sistemasexual, muy artificial por agrupar plantas distintas, sin afmidad natural.

Se persigue ahora la clasificación natural, la que destaca unas líneas deafinidad o supuesta filogénesis, líneas evolutivas que cada día vamos co­nociendo mejor; esta ciencia se retroalimenta y el orden clasificatorio hapermitido relacionar las entidades, táxones, hasta el origen de las estirpesaún faltando muchos eslabones, táxones y grupos de ellos extinguidos du­rante la evolución, tanto por los cambios climáticos como invasión porbosques densos o el mar.

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Mediado el "Siglo de las Luces" y con el poderoso instrumento de or­denación clasificatoria propagado por LINNEa, no era extraño ver renacer elinterés por los productos naturales, por la botánica en particular. Aragón noquedó marginado y tenemos figuras de primera línea tales como IgnacioJordán de Assa y el médico jacetano Martín SESÉ. El primero, extraordi­nariamente culto, planeó expediciones por los montes ibéricos, del Monca­yo al Maestrazgo, descubriendo así muchas especies que atestiguan superspicacia al planear los viajes, al observar las plantas aragonesas y estu­diarlas; tenía relación con botánicos extranjeros, en especial GauAN deMontpellier y además editaba sus trabajos.

SESÉ fue a Méjico y formó al indio MocIÑa, un hábil dibujante y cola­borador suyo en el estudio de la flora mejicana tan rica en especies. Assa ySESÉ son figuras señeras de la época, y de la botánica, y ellos prepararonlo que renacería casi un siglo después. Las guerras napoleónicas y carlistasfrenaron impulsos y dificultaron el progreso científico.

La botánica reciente, en germen casi irreconocible pero indudable, lainicia F. Lascas, eltierrabajino homenajeado hace tres años al cumplir loscien años de su muerte. Aprovecha lo alcanzado por IJ. de Assa e inicialos contactos científicos, el trabajo en equipo y propicia el cultivo de nues­tros endemismos, tanto en el extranjero como en su modesto jardín; cons­ciente de sus limitaciones busca colaboradores y crea una Agencia para losintercambios. Todo era modesto, pero su espíritu vislumbraba ya lo quedebe ser el estudio completo de nuestras plantas.

Como el horizonte marcado por Assa y Lascas aún presenta incógni­tas, no habiéndose resuelto muchos problemas y comprobado el descono­cimiento que tenemos de varias endémicas aragonesas o del NE peninsular,debo insistir ahora en algo tan viejo e iniciar en equipo la evolución de mé­todos hacia las metas lejanas que vislumbramos.

1. Los antecedentes de la botánica aragonesa

a) El botánico viajero

El "Siglo de las Luces" despierta la fiebre descubridora. Viajeros portierras lejanas aportan grandes novedades y algunos comprueban que aúnen España tenemos plantas desconocidas. Nuestro Assa es consciente de

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ello y se informa, tantea sus recolecciones e intuye que en las montañasmeridionales, en Ternel y Sierras bilbilitanas hasta las faldas del Moncayo,deben existir especies distintas a las europeas.

Inteligente y ordenado, se informa,planea sus expediciones y en dossalidas pasa casi tres meses herborizando hasta caer enfermo. Un trimestrebien aprovechado por un hombre tan inteligente, nos da la primera flora deuna parte aragonesa, y, por cierto, la más original; la Synopsis plantarumindigenarum aragoniae nos sitúa de golpe ya entre los pueblos con flora in­teresante, unas especies desconocidas que le estimular para darnos suMantisa y además otro suplemento pocos años después; estos apéndicesañaden varios centenares de especies al catálogo de la flora, en especialmuchas localizadas en las estribaciones pirenaicas.

Conocedor de las comarcas prospectadas por Assa y del método se­guido por él, me admira el ver cómo preparaba en invierno con gran minu­ciosidad sus salidas; se informaba preguntando a los pastores trashumantesy dejaba previsto el relevo de los caballos. No era posible realizar un tra­bajo útil en seis días, saliendo de Aragüés del Puerto, por Lizara, el Bozode Aisa, Canfranc, Izas, Forrnigal de Sallent, Sobas y Yenefrito de Panti­cosa; en la Enumeratio..., su segundo apéndice, se aprecia esta previsióndel hombre práctico dotado de un gran sentido de observación y una saga­cidad extraordinaria.

Assa influye de manera decisiva en Lascas que lee, copia y relee supublicaciones, toma notas para conocer mejor la flora aragonesa, la pasiónde su vida. Pero Lascas no puede viajar como Assa y debe buscar ayuda,quien pueda completarle y en eso está la parte noble, la más trascendente, laque tanto influirá en botánicos próximos, de la vecina Valencia y más tardede Cataluña.

b) Nuestro botánico organizador

A los cien años de su muerte, en el "Homenaje a LaScas" (Samper yCastelserás, noviembre 1986), ya señalamos la trascendencia de una obracallada y eficaz. En "Cartillas turolenses", N: Extr. 1, 1986, Dimas FER­NÁNDEZ GALIANa destaca mucho la influencia de LaSCaS en sus discí­pulos, equipos y Agencia para las relaciones internacionales, muy limitadas

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por medios escasos, pero que sí indican la intención, el deseo, la ilUuicióndel gran Lascas.

Insisto en ello porque ahí tenemos la raíz del desarrollo botánico mo­derno en toda la España oriental. Quiero destacar, por lo tanto, su preocu­pación por los herbarios, el eje coordinador de todos los esfuerzos, o labase científica para el conocimiento florístico de Aragón.

Hombre superdotado, tenía grandes deseos y un patriotismo que des­taca entre los de su época romántica, soñadora, pero al mismo tiempo rei­niciadora de las obras del pasado: con más buena voluntad que resultadostangibles, LaSCaS esboza todo un proyecto de investigación en la parte quepodía realizar, los estudios sobre flora aragonesa. Sus contactos con M.WILLKaMM, el autor de la primera flora española digna de tal nombre, am­plían el panorama científico de Lascas estimulándole a estudiar directa­mente algunas especies propias de la Tierra Baja, del territorio asequible, elinmediato que ya se le había mostrado pródigo en plantas especiales.

El cultivo experimental, la observaCión de nuestras plantas en un mediocontrolado, tanto en macetas como en su jardín, fue usado por Lascas ycon frecuencia lo empleaba para tener a mano las especies críticas, para quesu Agencia de Castelserás pudiera enviarlas con oportunidad al especialistamás adecuado. También recolectaba semillas y tubérculos junto con el plie­go testigo que guardaba en su herbario.

Creó dos herbarios. El de Assa se perdió acaso durante los bombar­deos de los Sitios de Zaragoza, en la época napoleónica. Parece que tam­bién el de ECHEANDÍA, discípulo de Assa. Al no disponer de material paracomparar determinaciones, Lascas tuvo que improvisar su Herbario deAragón y lo hizo con meticulosidad, pensando que debía estar en Zaragoza,donde continúa. La escasa movilidad que tenía, retenido por su farmacia yescasos medios económicos, le movió a proponer la confección del Herba­rio Nacional, obra suya y de sus colaboradores, unos aficionados que en élse apoyaban. En el segundo herbario quería reunir otros dispersos, los quepudieran encontrarse, dejándolo abierto para las generaciones futuras. Esteherbario se hizo en colaboración con el Instituto de Bachillerato de Ternelque aún lo conserva.

En los herbarios podemos estudiar las plantas, sus formas, el porte oaspecto, tamaños, etc. Es el método más general y en él se apoyan los es-

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tudios botánicos, no sólo del pasado sino también los modernos. Existenlos herbarios históricos, de museo, pero a su lado pueden prosperar otrospreparados para toda clase de estudios, aún los más modernos y sofistica­dos. Siempre conviene guardar una muestra testigo de lo estudiado, ya seasemilla, polen, madera, tejido foliar, etc. Ya veremos otros aspectos y losdiscutiremos después. Por cierto que un discípulo de LaSCaS, el segobri­cense C. PAU, llevó adelante otro gran herbario y con él acumuló una bi­bliografía adecuada.

La Sociedad Botánica de Barcelona animó a nuestro LaSCas y le pusoen contacto con otros colegas españoles. Tambiért publicó sus Exsiccatacon gran esfuerzo personal y económico (LaSCaS, 1986, pp, 25-90). En­tre los botánicos que mantuvieron una relación con Lascas cabe señalarante todo J. PARDa, con el que inició los trabajos, y el fiel A. BADAL, quesostuvo la Agencia hasta el final. Custodio del CAMPa, farmacéutico deBie1sa y finalmente de Fiscal, entró en la órbita de su Agencia animado porella, así como Ramón MARTÍN y, en especial Bernardo ZAPA1ER de A1ba­rracín, imitador de Lascas hasta en los numerosos discípulos

Su pasión por enriquecer los dos herbarios --el entusiasmo contagioso yciertamente contagiado, con gran meticulosidad descriptiva-, la demostróen algunos estudios monográficos sobre Chaenorhinum, Allium, Carduusy varias especies que había cultivado para conocerlas mejor. No pretendoagotar el tema y en su obra Tratado de Plantas de Arag6n (Lascas, 1986)podemos ver el esfuerzo para dar a conocer lo que sabía y estimular a losjóvenes para que prosiguieran investigando, recorriendo Aragón.

Acaso perfile mejor su personalidad y la circunstancia que le puso enuna órbita europea, el conocer las vicisitudes para editar su Flora de Ara­g6n; era muy voluminosa y no encontró quién pudiera publicarla por ser elgasto excesivo para unas entidades con economía débil. Finalmente suamigo M. WILLKaMM le ofreció publicarla reducida, en latín y limitada alcatálogo con lo fundamental: Series Inconfecta fue publicada en Dresden,1863, con muchas especies descritas por primera vez y avaladas por el au­tor de la Flora de España, una autoridad en la materia.

Con PARDa inicia enseguida la edición de la obra en español y con adi­ciones: en los años 1866 y 1867, Alcañiz, aparece la Serie impeifecta de lasplantas aragonesas espontáneas. Esta obra ha sido y para nuestra vergüenza

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sigue siendo la única flora completa de Aragón; los suplementos sucesivosvienen en el Tratado de Plantas de Arag6n antes mencionado. Tambiénahora podríamos añadir centenares de especies y esperamos hacerlo pronto,al descargamos de otros proyectos de InvestigaciÓny tareas administrati­vas; la jubilación nos libera y predispone a culminar una obra en la que lle­vamos trabajando muchos años.

Lo publicado por LaSCOS destaca un aspecto esencial de su obra y la desus colaboradores; tuvo muchos pero al final se quedó casi solo.

e) El herborizador solitario

Iniciado en la Agencia de Lascos -pero discípulo independizado rápi­damente, un hombre genial, irascible, temible y temido por su críticaimplacable-, es en Segorbe donde Carlos PAU impulsa los estudios y acu­mulación del material botánico en su herbario personal. Rechazado por loscentros estatales, pero con medios económicos para seguir a pecho descu­bierto, planea varias salidas a los montes situados entre Aragón y Valencia,aspecto que ampliaremos a continuación.

Desconfiado, temeroso de que algunos botánicos le robaran sus ejem­plares, filtraba mucho sus relaciones científicas y creó así un herbario nu­trido, crítico, con mucho material del extranjero bien etiquetado; al encon­trar la mínima diferencia ya describe novedades no siempre acertadas, perocon frecuencia son hallazgos extraordinarios. Se relaciona con buenos es­pecialistas y al final de su vida es considerado por todos el oráculo, elhombre cuyo criterio indica la verdad, la deseada por unos botánicos quemanejaban poca bibliografía y carecían de un material fiable para lascomparaciones.

Este herbario, el prestigio conseguido, su valía indiscutible de hombreversado en el estudio botánico, más las obras importantes que pudo com­prar o conseguir por intercambio, hicieron de su botica en Segorbe un cen­tro privado de investigación que se mantuvo hasta nuestra Guerra civil. Eneste aspecto, completó la obra de Loscos y preparó lo que debería ser eldesarrollo moderno, retrasado ciertamente, pero el único posible para Es­paña.

De Aragón cabe mencionar también a los dos VICIOSO de Calatayud,Benito y su hijo Carlos, que con él mantuvieron estrecha relación, tanto que

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Carlos VICIOSO pasaba temporadas en su herbario sin la estrecha vigilanciade su anfitrión, según él mismo me contaba para hacer notar lo excepcionaldel tratamiento que le dispensaba.

También B. ZAPATER giró alrededor de C. PAU del que admiraba suvalía y juntos compartían las ilusiones de unos jóvenes botánicos como D.ALMAGRO Y Blanca CATALÁN de OCÓN, entre otros. ZAPATER era todosimpatía, muy sociable, compensando así al huraño C. PAU.

Me interesa destacar ahora la honradez científica y el herbario de C.PAU, así como las amistades que mantuvo como herencia de Loscos yZAPATER. Todo ello ha sido decisivo en el desarrollo botánico español.

d) La escuela catalana

Iniciada en el siglo XVI con la familia SALVADOR, poseedora de unherbario y relaciones internacionales con los creadores de la sistemáticamoderna (TOURNEFORT, JUSSIEU, POURRET, etc.), este foco de culturabotánica se mantuvo dos siglos en la rebotica de dichos farmacéuticos; sinUniversidad (trasladada a Cervera por Felipe V), en Barcelona fue la RealAcademia de Ciencias y Artes la que creó una cátedra de Botánica despuésde las convulsiones de la primera mitad del siglo XIX. Un valenciano,A.c. COSTA, empieza casi sin medios y sólo apoyado en el herbario de losSalvador. Recorre las localidades clásicas y forma un herbario que ha su­frido alteraciones posteriormente; su obra es un Catálogo que, ya entrado elsiglo XX, amplía notablemente J. CADEVALL junto con otros discípulos deCOSTA. Esta Flora de Catalunya sale con lentitud y sólo culmina bajo elempuje de Pío FONT QUER que nos moderniza.

P. FONT QUER conjuga la tenacidad de Lascos con la meticulosidad deC. PAU y además tiene la gran fortuna de conocer el Rif y una buena partede la Península con las islas Baleares. Multiplica las relaciones internacio­nales y crea un herbario aunando el esfuerzo de varios colaboradores, alestilo de LaSCOS. Se alía con C. PAU de Segorbe y juntos inician la redac­ción de una revista, "Cavanillesia", en la que se han publicado interesantestrabajos.

Los viajes, el intercambio de material de herbario con estudios encarga­dos a los mejores especialistas del momento, más la revista mencionada y la

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llegada de dos botánicos contratados por la Universidad Autónoma de Bar­celona, le abren unos horizontes insospechados antes y aceleran la moder­nización de los métodos de estudio con exposición clara de los resultados.Se desarrolla, pues, el germen de LOSCOS, que alentó PAU y modernizóFONT; ya piensa en una Flora occidentalis, complemento de la Flora orien­talis de BOISSIER, un botánico ginebrino explorador tanto del Mediterráneooriental como de los montes béticos en el occidenta!.

Quiero destacar esa fiebre por conocer y describir, algo que había sen­tido antes LOSCOS y comunicado a sus discípulos. La Exposición Interna­cional de Barcelona estimula la prospección de nuestrosendemismos quelleva a cabo FONT QUER con sus colaboradores. Así nace Flora Iberica Se­lecta con cada exiccatum recolectados en su localidad clásica, la que corres­ponde a su población típica. Un nombre debe corresponder a lo concreto, a!individuo que alÍn continlÍa en el mismo lugar. También publica variascenturias de su E;xsiccata Iter Maroccanum, obra fundamenta! para conoceruna flora hermana de la nuestra.

Crea un Instituto Botánico y el Jardín como elementos necesarios paraconocer a fondo nuestra flora y así preparar los estudios experimentales quetanto acariciaba. No pudo completar su obra y nuestra Guerra civil truncólas ilusiones hasta comprometer el futuro del Instituto.

Su herbario es modélico entre los de su tiempo y contagió la meticulo­sidad a sus discípulos, entre los que descuella J. CUATRECASAS, el hom­bre que salvó el herbario de PAU durante la guerra y ha contribuido de ma­nera excepcional al estudio de la flora colombiana, la de los Andes en ge­neral.

2. El presente de la fIorística española

La visión histórica de unas actividades realizadas por los hombres quemás han influido -por lo menos en la parte oriental de España- pennítedestacar unos métodos que, con gran retraso, se han implantado en España.Conviene ahora destacar dicho retraso.

Así, mientras otras naciones con flora poco rica, monótona y parecida ala de los demás países europeos ya conocen la fisiología y ecología de sus

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plantas, en España aún no tenemos una flora moderna y muchas especiesaparecen con el nombre inadecuado; deberíamos acelerar la marcha, reducirdistancias y además dar a conocer las riquezas de nuestro patrimonio botá­nico. Por 10 tanto, los trabajos florísticos clásicos tienen cabida entre noso­tros ya que no disponemos de una flora con nomenclatura moderna, ni unmal Catálogo de la flora de Aragón; nada tenemos comparable a las de Bél­gica, Italia, Francia o Inglaterra, por ejemplo, y sólo una parte de flora mo­derna está en redacción actualemente.

Los ordenadores con banco de datos y unos programas adecuados nospermiten preparar desde ahora dicho Catálogo aragonés. El Herbario Jaca-depositado en el Instituto PirellQico de Ecologfa- reúne material y muchosdatos; preparamos también los estudios sobre variabilidad de algunos táxo­nes, con adapt,ación ecológica y aplicación futura de algunas estirpesaragonesas, .tanto para pastos, como perfumería, farmacia, etc.

Urge concluir estos trabajos y además completar un herbario que ya re­cibe material europeo, desde la tundra ártica con la taiga finlandesa hasta elCáucaso y las estepas centroeuropeas.

El mencionado de Jaca se utiliza como Herbario Básico para el Proyectode investigación titulado "Flora Ibérica". Por cierto que esta flora fue pla­neada por FONT QUER y finalmente tuvo acogida como proyecto interna­cional en el que Portugal colabora con sus posibilidades y el material depo­sitado en el Herbario de Coimbra. También, después de haber terminado laFlora de Andalucfa occidental, el equipo dirigido por B. VALDÉS, de laUniversidad de Sevilla, estudiará simultáneamente Andalucía y el Norte deÁfrica, un proyecto que acariciaba FONT QUER.

Ahora se completa con prisas el panorama botánico, el estudio florísticobásico y al mismo tiempo aparecen perspectivas nuevas para el trabajo denumerosos botánicos españoles y los pocos de Aragón. Al trabajar para laFlora Ibérica ya estudiamos la flora pirenaica con la del resto de Aragón; elproyecto sigue y debemos estimularlo sin olvidar otras actividades. PorCierto que Aragón es muy rico en plantas y a nivel nacional destacan siem­pre las provincias aragonesas. La gran variedad de ambientes ysu historiaevolutiva nos explican dicha riqueza florística.

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3. El futuro en Aragón

Hemos visto el presente de los estudios flo~sticos aragoneses, de unabotánica con plantas situadas en el espacio y tiempo, que se suceden con laposibilidad de que aparezcan unos cambios, las mutaciones acumuladas quese manifiestan algún día. La Botánica es una ciencia y debe progresar enarmonía con las necesidades de Aragón, siempre condicionada por la es­tructura universitaria e investigadora, o sea con los medios y posibilidadesque se tienen a mano.

Si miramos hacia lo que sería necesario, lo que podría promover otrosestudios relacionados con la botánica, con la ecología terrestre y eldesarrollo de nuestra región, debemos considerar varios aspectos que acasopodríamos alcanzar coordinando esfuerzos.

Destaca ante todo la Palin%g(a aplicable a los estudios sobre alergias,-biología del aire-, pero muy particularmente a los estudios paleoclimáti­cos, a las sedimentaciones de polen y esporas en unos estratos que se ex­cavan o sondean. Tenemos buenos arqueólogos en Aragón y el polen, jun­to con el carbón de la leña utilizada por el hombre, proporciona informaciónambiental, paleoclimática, útil al prehistoriador.

Tuvimos intentos con becas aragonesas para dicho estudio, pero sinpreparar antes la infraestructura necesaria, por lo que no fue posible avan­zar. El Herbario Jaca penllite clasificar científicamente los tipos de polen,precisamente los más utilizados al interpretar palinogramas. Una Palinotecaes el complemento esencial para establecer en Aragón esos estudios.

La Dendrocron%g(a penllite obtener datos sobre la climatología de losúltimos siglos (hasta 6-8 siglos en algunos pinos) y en Jaca el InstitutoPirenaico de Ecología ya dispone de muchos sondeos, una colección de ci­lindros catalogados y aptos para el estudio de los "anillos de crecimiento",los testigos del pasado. La exploración realizada por nuestros botánicos decampo detecta la presencia de árboles apropiados y el herbarIo penllite laconservación de unas muestras para determinación de la especie y de otrascomprobaciones posteriores.

La Espermoleca de Jaca tiene muchos años y semillas, pero se podríacompletar con las extraídas del herbario. No es posible realizar unos traba­jos de selección, de cariosistemática o bien de cultivo experimental, inter-

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cambio con Jardines Botánicos interesados, etc., sin organizar y actualizarlas colecciones de semillas, bulbos, bulbillos y todo tipo de propágulos, talcomo hacía Lascas en su Agencia de Castelserás. Cada otoño hacemosrecolecciones para obtener semilla viable, precisamente la que nos piden losespecialistas mencionados y los extranjeros.

El Cultivo experimental y fitotrones son apropiados para el estudio de la"variabilidad práctica", la utilizable posteriormente por el forestal o agró­nomo, así como para establecer los pastos del futuro próximo, todo lo quedebería haber llegado ya. La falta de una Facultad de Biología hace aún másnecesario el disponer de ayudas, conexiones con otros organismos y ade­más las internacionales a través de nuestros Institutos y Estaciones experi­mentales. Por su importancia, voy a desarrollar algunos aspectos funda­mentales en el capítulo titulado "Jardines Botánicos y su futuro".

También debemos destacar -por la íntima relación que tiene con los es­tudios florísticos, tanto de campo como sistemáticos- el estudio fitoso­cio16gico, de las comunidades vegetales especializadas, las indicadoras delambiente y de una evolución serial hacia las etapas maduras, las finales oclimax. Tenemos solera en Aragón y no debe faltar un capítulo dedicado alos aspectos geobotánicos.

Finalmente dejadme soñar despierto, imaginar lo que debería ser unaEcologfa terrestre desarrollada en Aragón, con los hombres y ejemplos denuestro territorio; debería esbozar unas modalidades de gestión conser­vadora de los usos y costumbres, con su resultado, con las comunidades(Biocenosis) en funcionamiento normal y unos recursos naturales en au­mento forzado por el hombre. En este capítulo, volveremos al temaesbozado en la Introducción, ensayando el reencuentro cultural con unaCiencia que ya investiga la evolución gestora y sus resultados.

a) Los jardines botánicos y sufuturo en Arag6n

Tenemos el germen de los jardines modernos, unas reservas estableci­das hace años y los viveros forestales, los ensayos de plantas pratenses, yotras actividades similares. Además, ya estamos en plena informatización,con los Bancos de Datos que podrían justificar el establecimiento de unJardín Botánico aragonés difuso, unido a las estaciones en plena montaña ycon otras situadas en lo más árido y salobre de Aragón.

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Los jardines, en especial los pequeños de tipo experimental y dispersos,facilitan el estudio de la variabilidad con selección de ecotipos, de unas ra­zas apropiadas para lo que sea. Existe ya la infraestructura forestal y agro­ganadera, pero necesitamos coordinarlo todo. El Herbario de Aragón co­mentado antes debe servir para contrastar la denominación de plantas y asítipificar las estirpes, los ecotipos logrados.

Se han descrito, por ejemplo, unos dactilos diploides y adaptados a laestepa aragonesa, de los Monegros, con activo crecimiento invernal y muyaptos para obtener el forraje del futuro. También la alfalfa persiste muchosaños en ciertos prados y debemos multiplicarla para obtener las más apro­piadas para sembrar en la montaña, en lugares marginales donde ya no esposible labrar con frecuencia.

Resulta evidente, por lo tanto, que un buen Herbario y los Jardines co­nectados con él, con un personal idóneo para el estudio botánico y conoce­dor a fondo de la flora aragonesa, permiten forzar el estudio de las plantasútiles y mantener además unas relaciones internacionales. Por otra parte, yatenemos una Reserva, que dedicamos a jardín botánico casi natural, a lugarvisitado sólo en parte y preparado para estudiar la evolución del bosque, delquejigal con pinos y acirones, del escarrón con iliones y serbales. Aumen­tan unas especies y ahora sólo persisten las forestales, las que toleran lasombra, la competencia radicular.

Ampliando esa posibilidad a otras partes, hasta fomentar las conexionescon los organismos de la Diputación General de Aragón, en especial conlos responsables de viveros forestales y de la investigación agropecuaria,sería posible obtener los instrumentos aptos para conocer y usar los recur­sos f!orísticos que aún tenemos sin utilizar. Una vez más, la seriedad delestudio realizado en los herbarios garantizaría el valor científico de todas lasactividades de tipo práctico y las potenciaría.

Se trata de algo que Aragón tiene casi a punto y debe canalizar el estudioflorístico regional, el de la variabilidad vegetal con selección orientada porlos conocimientos botánicos, de nuestra flora y apoyada por quienes, cien­tíficos o técnicos, sólo deseamos servir al País, hacer progresar nuestromundo rural, a los aragoneses más olvidados, los de nuestras montañasque envejecen sin unos jóvenes que quieran relevarles. Es un futuro quesería prometedor y nada difícil si queremos alcanzarlo poniendo los mediosnecesarios.

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b) La geobotánica aragonesa

Tuvimos tanteos geobotánicos ya con las correrías de Asso, de los co­laboradores de Lascos y, muy especialmente, los del Instituto de EstudiosPirenaicos en Jaca, primero, y del Instituto Pirenaico de Ecología, después,con sus "guías" y "mapas de vegetación"; se trata de unas actividades queconviene potenciar, relacionándolas con los estudios geomorfológicos yvarios tipos de erosión en la montaña. Los aspectosfitotopográficos, ladetección de topoc1imas o climas topográficos, la dinámica atmosférica enel Valle del Ebro, el sentido protector de los fraginales y todo tipo de setos,ya indican unas actividades de tipo geobotánico y climático importantes.

Para los ambientes algo áridos, resulta básico el trabajo realizado porlos fitosociólogos, por el maestro Josías BRAUN-BLANQUET y su mejordiscípulo, Oriol de BOLOS (1957), en la parte central del Valle del Ebro. Esun estudio geobotánico completo con interpretación dinámica y un análisisprofundo de las comunidades típicas de lo más original en Europa, de unas.estepas de albardín con sisallares comparables a los norteafricanos.

Ya es posible describir y analizar las comunidades vegetales estables,las que se mantienen por haber alcanzado el equilibrio entre producción yconsumo. En ambiente árido, el calor aumenta las respiraciones y una luzexcesiva la fotorrespiración que acabaría con toda la masa verde sin contarcon unas adaptaciones fisiológicas que ya podemos estudiar ahora y losjardines experimentales nos facilitarán.

Estamos preparados los botánicos aragoneses para potenciar estos tra­bajos y además las colaboraciones de tipo técnico-práctico que deben au­mentar su repercusión práctiCa, en los campos forestal, agropecuario, pas­toral. El Herbario de Arag6n cuando esté institucionalizado, por coordina­ción entre los investigadores y representantes de la administración regional,debe dar mucho juego si sabemos ordenarlo todo en provecho de quienesaprovecharán a fondo la oportunidad que se presenta y acaso no se repita.

e) La ecolog(a rural aragonesa

Para muchos científicos lo anterior, la geobotánica, basta y les sobrapara decir que hacen ecología; en la "Introducción" ya indicamos que paranosotros la Ecología debe integrar elementos geofísicos con los botánicos y

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culturales, los del hombre organizado, situado en el tiempo que ademástransmite una información integrada, apta para la gestión.

En los 45 años de actividad científica, preocupado desde 1945 por losproblemas de la ganadería tradicional-la extensiva incardinada en nuestrospaisajes-, he podido vislumbar la importancia que tienen las ideas integra­das, asimiladas, activas y generadoras de actividad coordinada, coordina­dora, contrastada por milenios o siglos de vida en común y siempre con di­ficultades.

La vida moderna --con mecanizaciones facilitadas por los abusos en elconsumo de carburantes fósiles,con la energía barata y empleada con de­sorden creciente-- propicia el desarraigo cultural, la mentalidad suburbial,del desorden mal organizado, recuperado aparentemente por un derroche demaquinaria y energía.

La montaña con sus precariedades, con limitaciones asimiladas pornuestros antepasados, aún conserva reliquias de la comunidad integrada, dealgo que funcionó y se degrada rápidamente. No veo reacción y su escasonúmero de votantes no estimula nuestra democracia; existen "parias" ac­tualmente y nadie se avergüenza. El traje típico vestido para la riota del in­culto les hace sentir como un "objeto" una cosa "very typical", para la fotoy el "Museo".

En nuestras montañas existen comunidades organizadas, casi autosufi­cientes, con unos equilibrios ecológicos extraordinarios que se pierden ynadie lo lamenta. Las fuerzas orientadas, tanto de la gravedad como la queorganiza o complica la fitocenosis forestal, detennina gradientes, unos flu­jos que dan sentido funcional a la estructura agropecuaria y forestal, anuestro mundo rural de montaña olvidada.

Podemos modelar, establecer unos sistemas físicos o matemáticos, perola mayoría de nuestros científicos se regodean en su sabiduría y crean"modelos" cada vez más alejados de la realidad; es lógico que, ante todo,debemos establecer unos modelos reales en pleno funcionamiento y conhombres cultos, poseedores de la cultura heredada. Paulatinamente podre­mos ensayar las modificaciones sectoriales, de algún detalle cuantificablepor el flujo de materiales o energía: .

La Ecología estudia el funcionamiento de unos sistemas complejos, debiocenosis situadas en el espacio y tiempo, en una topografía y con su his-

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toria evolutiva irrepetible muchas veces. Es algo muy complejo y sólo po­demos cuantificar pocas limitaciones, las establecidas en unas conexionesconcretas de cada subsistema.

Los botánicos hemos tenido la oportunidad de conocer muchos aspectosde la vida rural. El dinamismo de las fitocenosis depende, por una parte, desu evolución serial, la del matorral hacia su bosque que al final quedapermauente, con una producción que iguala las pérdidas de materia vegetal.

Los animales, en especial las cabras, équidos, vaca pirenaica y las mis­mas ovejas, vacían el monte y mantienen los ecotonos, unas membranasheteropolares y activas de hierba fomentada por dichos auimales gracias alos restos de materia vegetal movilizada, metida en la circulación tróficaacelerada. La estructura estabilizadora ---{;on las sales minerales y energíaretenida- se rebaja y moviliza por aceleración sectorial. Así nacieron yprogesaron los grandes herbívoros.

Se hau logrado equilibrios en el paisaje, unas estructuras reticulares conlos setos del fraginal que han llegado hasta nosotros sin que nadie intentarapotenciarlos, diversificarlos. Para ello haría falta disponer de unos auimalesadecuados y hombres cultos, con la cultura adecuada, la propia para cadacaso concreto.

Desde un punto de vista práctico, y para abreviar esta presentación deltema, se impone disponer de los "modelos reales", unas explotaciones si­tuadas en el sistema comunal que hayan persistido y además puedan ser re­vitalizadas. La ciencia moderna, bien orientada por los conocedores de lacomplejidad del sistema, puede y debe ayudar a conjuntarlos, incorporán­doles infinidad de técnicas y unos principios teóricos situados.

Así como proponemos los botánicos el establecimiento de jardines bo­tánicos, unas parcelas experimentales en varios puntos de Aragón, tambiénconviene establecer los modelos reales, fincas agropecuarias en las que seintroduzcan los ecotipos mejorados de plantas pratenses, por ejemplo, y,además, se conozca o cuantifique la reacción del sistema complejo aute lasvariaciones introducidas.

Los botánicos podemos ayudar mucho si logramos organizar las inves­tigaciones, con unos botánicos especializados en pastos que deben colabo­rar con los forestales y agrónomos o veterinarios interesados en el progreso

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del mundo rural, con la caza, unas ganaderías adecuadas, y la producciónde algo selecto que se consuma "in situ", como, por ejemplo, gracias al tu­rismo gastronómico, el de los quesos selectos, etc.

Creo sinceramente que ya tenemos el ambiente peparado y urge acelerarpara poder aprovechar lo que tenemos funcionando y después imitarlo enambientes similares, pero con todas las posibilidades del mundo moderno,de unas cosas que faltaron a nuestros abuelos y harán la vida rural másagradable que la del suburbio ciudadano.

Podría terminar, pero, como botánico especializado en pastos y en lamontaña, creo necesario ampliar unos detalles que hagan ver la necesidadde organizar las investigaciones a partir precisamente del Herbario Arag6n,una estructura científica pensada para conocer las plantas aragonesas quedeberá sostener todo el andamiaje, el montado sobre una estructura básicapara la Botánica y sus aplicaciones.

d)Ep[{ogo

He pretendido dar una idea de la importancia que los herbarios tienenpara sostener científicamente todos los estudios científico-técnicos apoya­dos en ellos, en el trabajo tan ordenado de unos exploradores que han co­nocido el país y también la degradación rápida del mundo rural nuestro, elque vaciamos por una incomprensión sostenida. El cambio al tractor y elabandono de los boalares donde pastaban los animales de labor y de trac­ción han disminuído nuestros pastos de calidad y aumentado el lastón quese incendia al menor descuido.

Se aprecian las consecuencias del abandono y no siempre tenemos cu­bierta la retirada. Debíamos conservar los pastos con animales de vientre,los destinados a producir corderos, cabritos y terneros para cebar en otroslugares más productivos. Perdimos posibilidades, una riqueza, y aumenta­ron los desequilibrios. Con eso quiero dar unas pinceladas que no agotan laproblemática real.

La recuperación nos exige un trabajo sostenido y de todos los relacio­nados con el tema, desde los mismos ganaderos o pastores que aún cono­cen su oficio con los montes que aprovechan ordenadamente, hasta loscientíficos más interesados en la fauna y la flora.

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La Flora Aragonesa ya hemos dicho que se hace ahora; progresa el co­nocimiento y aumentan las conexiones, la circulación de infonnación orde­nada. Si existen tantas posibilidades, aumentemos también la conexión en­tre científicos y los que tienen la responsabilidad gestora.

Este recorrido por el pasado, presente y futuro de la botánica aragonesanecesariamente tenía que ir acompañado de una propuesta metodológicaconcreta de trabajo. Dado que en el Instituto Pirenaico de Ecología, consede en Jaca, el trabajo investigador suele realizarse en equipo, se ha creídooportuno que los aspectos metodológicos fueran abordados por sendos in­vestigadores del mismo, de ahí que las comunicaciones de Luis VILLARPÉREZ (El "herbario" como banco de datos ecológicos y biológicos), deEustaquio GIL PELEGRÍN(EI "herbario como instrumento para los estudiosecojisiológicos) deban ser integrados en la ponencia, como si se tratara deuna parte de la misma.

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