ARMARSE PARA LA VICTORIA

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“ARMARSE ” PARA LA VICTORIA Lección 7 para el 17 de noviembre de

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“ARMARSE” PARA LA

VICTORIA

Lección 7 para el 17 de noviembre de 2012

LA ARMADURA DEL CRISTIANODe la lectura

atenta de Efesios 6:10-18 se

desprenden varias ideas

fundamentales.

1. Estamos involucrados en una lucha contra poderes espirituales muy superiores a nosotros.

2. Necesitamos usar las armas que Dios a puesto a nuestra disposición para esta guerra. No es suficiente con usar parte de la armadura, debemos vestir “toda la armadura de Dios” (Efesios 6:13)

3. Aunque la guerra es universal, cada uno de nosotros debe pelearla individualmente. Ninguna persona puede luchar por mí, nadie puede vestir por mí la armadura de Dios.

“CEÑIDOS VUESTROS LOMOS CON LA VERDAD”

El cinto que ceñía al soldado mantenía unidas todas las partes de su armadura, que de otro modo le habrían estorbado los movimientos.

La verdad de la cual se habla aquí es la verdad de Dios abrigada en el corazón, que se ha arraigado y que mueve la vida.

Mientras nos aferremos a esta verdad –que nuestra salvación descansa en Jesús–, podemos estar protegidos de uno de los más eficaces ataques espirituales de Satanás contra nosotros: el desánimo.

“VESTIDOS CON LA CORAZA DE JUSTICIA”

Así como la coraza protegía el corazón del soldado, la justicia conserva la vida del creyente y protege los "órganos vitales" de su vida espiritual.

Algunos ven aquí la justicia de Cristo que cubre al hijo de Dios; otros, la lealtad personal del cristiano a los principios. Ambos aspectos de la justicia son esenciales para un combate victorioso; Pablo probablemente tenía ambos en cuenta.

Al igual que el ceñidor y la coraza, juntos, protegen todo el tronco del soldado, la justicia y la verdad están íntimamente ligadas.

“Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo? El que anda en

integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón” (Salmos 15:1-2)

Cuando dejamos de hacer lo que es correcto, cuando volvemos las espaldas y no hacemos lo que sabemos que es la verdad, somos presa fácil de los ataques de Satanás.

“CALZADOS LOS PIES CON EL APRESTO DEL EVANGELIO DE LA PAZ”

En este caso, no se trata tanto de la proclamación del Evangelio, si no del Evangelio que ha hallado cabida en el corazón del cristiano. Es hermoso y animador el pensamiento de que el guerrero puede estar firme y en paz en medio de los conflictos espirituales.El Evangelio es básicamente la buena noticia de que los hombres no tienen por qué morir, lo cual es muy animador para el guerrero que está enfrentando a enemigos implacables.El guerrero se mantiene firme en el conocimiento del Cristo encarnado, crucificado, resucitado y glorificado, que es el corazón del Evangelio y la causa de que disfrute de paz.

En Isaías 52:7 y en Romanos 10: 15 los "pies" y la proclamación del "evangelio de la paz" se relacionan íntimamente, lo que sugiere la acción de proclamar el mensaje de buenas nuevas; sin embargo, la idea que parece expresarse en este versículo es la de firmeza en la lucha cristiana.

“EL ESCUDO DE LA FE”

El escudo romano era grande, más largo que ancho, hecho de madera y cubierto de cuero. Sus medidas aproximadas eran 1.20 m de largo y 0.60 m de ancho, suficiente para cubrir el cuerpo del soldado. “Sobre todo” (o “en todo momento”) debemos tomar este escudo para poder defendernos.

La fe detiene los dardos de la tentación antes de que lleguen a ser pecados en el alma. Las tentaciones y todos los ataques del enemigo deben contrarrestarse antes de que alcancen las partes vulnerables del cuerpo espiritual.

La fe en Dios, sostenida en alto como un escudo, detiene los ataques de Satanás, apaga su llama y hace que caigan inofensivos al suelo.

“EL YELMO DE LA SALVACIÓN”

La cabeza, sede de la inteligencia y de la voluntad, es una parte sumamente vital que necesita especial protección.

El yelmo que nos protege es “la esperanza de salvación” (1 Tesalonicenses 5:8).

Este yelmo victorioso que Dios viste (Isaías 59:17) se le da al creyente como una protección.

“Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura, y se cubrió de celo como de manto” (Isaías 59:17)La seguridad presente de la salvación que

se le da al creyente es un arma poderosa para sobrevivir al conflicto.

“LA ESPADA DEL ESPÍRITU, QUE ES LA PALABRA DE DIOS”

Las otras partes de la armadura son sólo defensivas, mientras que la espada del Espíritu es tanto defensiva como ofensiva.

El cristiano puede abrirse paso con la espada del Espíritu, la Palabra de Dios, a través de todas las vicisitudes de la vida.

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12)

¿CÓMO USÓ JESÚS LA ARMADURA?

Jesús estaba “lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14; ver Juan 8:46)

De Jesús se dice: “Has amado la

justicia, y aborrecido la

maldad” (Hebreos 1:9; ver Lucas 23:47;

Juan 5:30)

El Evangelio fue el centro de su ministerio: “recorrió

Jesús toda Galilea… predicando el evangelio del

reino” (Mateo 4:23)

Por fe realizó milagros y calmó las tempestades

(Lucas 8:25)

Llevaba la salvación allá

donde iba (Lucas 19:9)

Su mejor arma, tanto de defensa como de ataque, era la Palabra de

Dios (Mateo 4:1-11; Mateo 12:3-8;

Mateo 22:41-46)

“ORANDO EN TODO TIEMPO”La oración no es un arma más, sino es el espíritu, la manera en la cual debe llevarse la armadura completa y librarse la batalla. Pablo insta a sus lectores a que la oración sea en ellos un estado mental continuo, una actitud de permanente comunión con Dios(ver Lucas 18:1; Filipenses 4:6; Hebreos 4:16)

La perseverancia en la oración no tiene el propósito de cambiar la voluntad de Dios mediante nuestra tenaz insistencia, como el niño que a fuerza de persistentes ruegos obtiene lo que desea de un padre no dispuesto a ceder. Sin embargo, la perseverancia en la oración indica claramente que el suplicante se halla en un estado mental que da a Dios la oportunidad de hacer cosas que de otra manera no podría hacer sin peligro para el que ora.

“VELANDO EN ELLO CON TODA PERSEVERANCIA Y SÚPLICA POR TODOS LOS SANTOS”

Los santos deben sostenerse mutuamente mediante sus oraciones y su camaradería.

Velar está vinculado con la oración como algo constante que da

fortaleza espiritual al cristiano.

En Efesios 6:18, el énfasis está en ORAR POR OTROS. Sin duda, al orar por otros,

nosotros somos espiritualmente fortalecidos, y estamos mejor armados

para el conflicto.

“Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está

dispuesto, pero la carne es débil” (Marcos 14:38)

“No crean que Satanás no hace nada. No piensen que su ejército está pasivo. El y sus instrumentos ocupan el campo. Tenemos que ponernos toda la armadura de Dios. Habiendo hecho esto, permanezcamos en pie, enfrentando a principados y poderes y maldades espirituales en el aire. Si tenemos puesta la armadura celestial, encontraremos que los ataques del enemigo no tendrán poder sobre nosotros. Los ángeles de Dios estarán a nuestro alrededor para protegernos. Con la seguridad de Dios, sé que será así”

Elena G. de White, Recibiréis poder, 18 de agosto

“Tengamos presente que estamos en terreno ventajoso puesto que Cristo ha vencido en nuestro favor. Ha hecho completa provisión para que podamos vencer. El poder divino se coloca detrás de toda voluntad resueltamente determinada a hacer lo recto. Dios ha provisto la armadura, y las armas con las cuales cada uno tiene que combatir. Vístanse los soldados de Cristo toda la armadura de Dios y no vacilen frente a los ataques de Satanás”

Elena G. de White;En lugares celestiales, 10 de septiembre