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Adiela, la mujer que se convirtió

en matrona de los galleros en Urabá

El sometimiento del Clan del Golfo sigue pendiente,

pero sus tentáculos continúan intactos

En Aguablanca, al compás de la esperanzaEn pleno Distrito, dos hermanas crearon una fundación para enseñar salsa a los más pequeños y alejarlos así de vicios y pandillas. ‘Boom Salsero’ ha participado en el campeonato mundial de este género y en la Feria de Cali.

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TALENTOS

¿Es tan buena para todos la bonanza del agro?

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LA LUPA

La justicia se las arregla para llegar a pie, en chiva o a lomo de mula

UN GRANO DE ARENA

P U B L I C A C I Ó N M E N S U A L Y G R A T U I T A

SEMANA RURAL• E D I C I Ó N 8 • B O G O T Á • N O V I E M B R E D E 2 0 1 7 • 3 2 P Á G I N A S • I S S N 2 5 9 0 - 8 6 8 5 U N P ROY E C T O D E

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2 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

LA LUPA

Los pendientes para sostener la bonanza del agro De cara a la renovación del campo y las reformas al sector rural, el país presenta cifras positivas en productividad. Pero, ¿cómo lograr que también saquen provecho los pequeños agricultores? Análisis.

Pocos meses antes de dejar el Ministerio de Agricultura, Aurelio Iragorri presentó una

cifra alentadora para el campo: en el primer trimestre de este año hubo un crecimiento del 7,7 por ciento en el sector agro-pecuario. El aumento estuvo por encima de otras áreas de la economía. Incluso fue superior al incremento nacional en el mismo periodo, que se ubicó en el 1,1 por ciento. Es una no-ticia positiva de cara al revolcón agrario que el país tendrá en los próximos años.

Sin embargo, estos datos contrastan con lo que viene ocurriendo en las regiones: los agricultores siguen padeciendo por las fallas en la comercia-lización de sus productos, la infraestructura —como vías, centros de acopios o sistemas de riego— no es suficiente y continúan teniendo problemas con el acceso a tierras. Entonces, ¿a qué se debe el crecimiento que anunció Iragorri?

SEMANA RURAL consultó al Ministerio de Agricultura y de acuerdo con esta cartera, el buen momento se debe a la inversión en el sector para aumentar los cultivos y el movimiento del mercado internacional.

“En 2016 se cumplió la meta de siembra de un millón de hec-táreas nuevas. Los cultivos que más contribuyeron son: frutales, plantaciones forestales, arroz, yuca, maíz y cebolla”, asegura la entidad [Ver gráfico].

Asimismo, entre enero y agosto de este año se expor-taron 2 millones 300 mil to-neladas de productos agrope-cuarios, valorados en 3.800 millones de dólares. Los pro-ductos que más se venden fuera del país son: café, flores, aceite crudo de palma, banano, agua-cate y otras frutas.

Pero ante el aumento, Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC) señala que se debe apuntar a una rentabilidad sostenible, lo que mantendría el buen momento del campo. “Si usted mira lo que pasa con algu-nos productos, como el caso del arroz o la leche, han tenido buen crecimiento, pero ingresos muy bajos. Pienso que ese impulso se puede sostener, siempre y cuando sea rentable”, comenta.

¿CÓMO MANTENER EL BUEN MOMENTO? Si bien este crecimiento per-mitió que el Producto Interno Bruto del sector agropecuario

haya aumentado en el segundo semestre de este año —6,6 veces en el primer trimestre y 3,5 en el segundo—, esto debe ir acom-pañado con desarrollo rural y de vida para los campesinos y agricultores; todo para que se mantengan las cifras positivas.

Para el profesor César Ortiz, director del Departamento de Desarrollo Rural y Regional de la Universidad Javeriana, el au-mento en la productividad agra-ria no necesariamente significa que la vida en el campo esté mejorando. “Lo importante no

LAS CIFRAS DEL CRECIMIENTO

Productos que más aportaron:Ha = hectáreas

Frutales187.180 haPlantaciones forestales160.853 ha

Arroz108.685 ha

Yuca16.574 ha

Maíz15.052 ha

Cebolla12.548 ha

Fuente de los gráficos: Ministerio de Agricultura

LAS REGIONES MÁS PRODUCTIVAS

Vichada

Caquetá

Meta

Antioquia

Cesar

CasanareSantander

Norte de Santander

solo es ver las cifras, sino discutir la diferencia entre crecimiento agropecuario y desarrollo rural. No solo se necesita de inversión en semillas y herramientas, sino de atender los problemas en vías, vivienda y servicios básicos”, in-dica el académico.

Por su parte, el profesor Ye-sid Aranda, director del Depar-tamento de Desarrollo Rural de la Universidad Nacional, insiste en que no hay una planificación de la producción agrícola del país. Esto perjudica a los cul-tivadores porque representa problemas de comercialización, como ocurrió con el ñame y el arroz, dos productos que presentaron sobreproducción y tuvieron inconvenientes en ventas. “Existen agendas de competitividad en las zonas rurales, pero pienso que hay que ver qué tanto están alinea-das las apuestas nacionales y regionales”, agrega el docente.

Otra estrategia para soste-ner la bonanza del agro son la estrategias público-privadas. Este es uno de los retos de la Agencia de Desarrollo Agrario, creada en 2016 con el propósito de impulsar proyectos entre las asociaciones de pequeños y medianos productores. Para el presidente de la SAC, estos

Los productos que más se venden fuera del país son: café, flores, aceite crudo de palma, banano y aguacate.

convenios son indispensables en el revolcón que tendrá el campo, pues “ya es momento de volver empresario al agricultor”. Los buenos réditos que hoy muestra el sector solo se man-tendrán si se tienen en cuenta estas observaciones.

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NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 3

Cinco ‘agroapuestas’ para seguirles la pista

De cara a la renovación del campo y las reformas al sector rural, el país presenta cifras positivas en productividad. Pero, ¿cómo lograr que también saquen provecho los pequeños agricultores? Análisis.

Estos productos están impulsando regiones apartadas del país o afectadas por el conflicto armado. ¿Cuál es el panorama de cada uno?

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Es uno de los cultivos que más ha crecido en los últimos años en la región Caribe, con el apoyo del Gobierno. “Algunas áreas en donde existía ganadería o que eran pastos han pasado a palma”, dice Gabriel Urbano, director de la Corporación Desarrollo Solidario que apoya a organizaciones campesinas de los Montes de María. Según el Ministerio de Agricultura, es uno de los tres productos que más creció en el primer trimestre de 2017 (aumentó 36,9 por ciento).

Urbano explica que el modelo de producción no excluye a los campesinos, que en caso de tener al menos cinco hectáreas pueden entrar en el negocio a través de asociaciones público-privadas. Ellos ponen su tierra como garantía, mientras que la empresa aporta el resto: mano de obra, asistencia técnica y semilla.

La siembra de frutas es la gran apuesta agrícola del Valle del Cauca. En esta región se producen cerca de 600.000 toneladas al año, la segunda en esta actividad en el país. Piña, uva, papaya y banano, además de unas 76.000 toneladas de hortalizas, son los principales cultivos, de acuerdo con la Secretaría de Agri-cultura del departamento En ese sentido, el Valle cuenta con 30.000 millones de pesos este año para impulsar la siembra de frutas, de los cuales 18.000 millones los aporta la Gobernación. Se benefician de manera directa 3.281 pequeños productores de 53 asociaciones en 29 municipios. Además, este programa interviene renglones productivos como el aguacate, los cítricos, el lulo, el plátano, la mora, el chontaduro, la piña y la guayaba.

1. PALMA DE ACEITE

3. PISCICULTURA

5. CACAO

4. ARROZ

2. FRUTAS

En San Carlos, oriente de Antioquia, les sacan provecho a sus fuentes hídricas con la pro-ducción piscícola. “Estamos en un proceso de encadenamiento, que va desde el nacimiento de la larva hasta el pez procesado y empacado al vacío”, explica Franklin Ciro, secretario de Agroambiente del municipio.

Una vez la producción termina, a los cam-pesinos se les compra el pescado en una planta de beneficio —centro de sacrificio—. Al cumplir con toda la normatividad del Invima, el producto llega a los grandes su-permercados, lo que representa ingresos para más de 152 familias de la región que viven de esta actividad.

En San Carlos, Montes de María, Caquetá, Arauca y Tumaco también se está impulsando el cultivo de este grano. En el caso de Tumaco, cultivar ca-cao puede ser la salida a los cultivos ilícitos. Una empresa de la región, con el apoyo de la comuni-dad, tiene 14.000 hectáreas sembradas. Por otro lado, las cooperativas de cacao de Arauca, con el apoyo de la Federación Nacional de Cacaoteros, exportaron en septiembre las primeras 25 tone-ladas de cacao a Malasia. Es un logro histórico para los agricultores araucanos que se dedican a este cultivo, teniendo en cuenta que hubo mala comercialización, pues se hacía a través de interme-diarios que decidieron asociarse en cooperativas para ofrecer el producto directamente a las grandes compañías chocolateras. Pero hoy el panorama es diferente y hasta se tiene planeado exportar cien toneladas más en los próximos cuatro meses.

A pesar de los recientes problemas que ha tenido esta industria, en 2016 se cultivaron 599.799 hectáreas en todo el país. El pasado 29 de agosto, más de 500 arroceros del Tolima ocuparon las vías del Espinal, en protesta por la disminución del precio de este cereal, que pasó de estar en 140.000 pesos la carga en 2016, a 120.000 pesos para este año. El Ministerio de Agricultura, por su parte, asegura que este año se estableció el incentivo al almacenamiento de arroz, para evitar los precios bajos. Se asignaron 20.432 millones de pesos. También fueron adjudicados presupuestos para apoyar la comercialización del arroz paddy (16.800 millones) y compensar a los productores de Arauca (1.500 millones).

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RADIOGRAFÍA

El posible acogimiento de las llamadas Autodefensas Gaitanistas de Colombia a la justicia tiene en vilo al país, en especial las áreas donde es más fuerte su presencia.

Sometimiento del Clan del Golfo, cada vez más cerca

Aunque las leyes colombianas solo contemplan el so-metimiento indivi-

dual, al cierre de esta edición el presidente Juan Manuel Santos radicó en el Congreso un pro-yecto de ley que permitiría el sometimiento colectivo.

La fuerza armada del Clan del Golfo, como también se le conoce, se concentra en regio-nes de Antioquia y Córdoba como Urabá, bajo Cauca y el alto Sinú; mientras, en el resto de municipios su presencia

actúa bajo la figura similar de ‘franquicias’, que se apoyan en bandas criminales locales.

Este grupo ha sido obje-tivo de uno de los esfuerzos militares e institucionales más grandes en los últimos años: la Operación Agamenón 1 y 2, que les ha costado más de 1.500 capturas, la pérdida de alias ‘Pablito’ y alias ‘Gavilán’ y otros jefes abatidos en dife-rentes operaciones militares. En 2011, cuando aún eran conocidos como ‘Los Urabe-ños’, el ahora llamado Clan

del Golfo intentó los primeros acercamientos con el Gobier-no. Estos se dieron por medio de Piedad Córdoba e Iván Ce-peda y no prosperaron por cuenta de la fuerte ofensiva policial; algo similar a lo que ocurriría en 2015.

ENTRE NEGOCIAR Y ENTREGARSEFrente a la iniciativa actual, Ariel Ávila, investigador de la Fundación Paz y Reconcilia-ción, afirma que, aunque “ellos tienen aspiraciones a que los

reconozcan como actor político” y que por eso Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’ se pre-senta a la opinión pública uni-formado, con brazalete y con un discurso político, “el Estado claramente no lo reconoce”.

El diálogo se reactivó en mayo de 2016, luego de que el Clan hiciera expresa, en reiteradas ocasiones, su in-tención de sumarse al pos-conflicto. La incertidumbre luego de la victoria del No en el plebiscito dilató el diálo-go hasta la llegada de Óscar

LO QUE SIGUE

Ahora, basta esperar a que el Congreso avale por la vía rápida (fast track) el proyecto presentado por Juan Manuel Santos, lo que le permitiría a esta y otras bandas someterse a la justicia. Este proyecto judicial lo elaboró el Consejo Superior de Política Criminal, integrado por el Gobierno nacional, la Fiscalía y la Procuraduría.

La Operación Agamenón 1 y

2 le ha costado al Clan más de

1.500 capturas, y la pérdida de alias

‘Pablito’ y alias ‘Gavilán’.

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Naranjo a la Vicepresidencia, quien retomó las conversa-ciones bajo su dirección. En septiembre de 2017, ‘Otoniel’ apareció en un video expre-sando nuevamente su inten-ción pública de someterse.

Ávila asegura que ‘Otoniel’ se ha mostrado más flexible a una salida que no pase por una negociación política. “Hay una gente que está cansada de la guerra, la presión del Esta-do, el miedo a la extradición, las guerras internas que no los dejan sobrevivir. Una apertura del Gobierno permite pensar en un sometimiento”, asegura.

LA GÉNESISDe acuerdo con Juan Diego Restrepo, “los ‘gaitanistas’ surgieron en 2006, apenas se acabó la desmovilización de las AUC”. Sin embargo, es-tos hermanos Úsuga habían pertenecido a otros grupos al margen de la ley.

Alias ‘Otoniel’, líder máxi-mo de esta estructura, junto a alias ‘Geovanny’ y el abatido ‘Gavilán’, hicieron parte de di-versos grupos armados desde la década de 1980. Cuando llegó la desmovilización del EPL en 1991, ya eran mandos medios de esta organización. Ellos y otros compañeros no lograron incrustarse en las nuevas dinámicas civiles.

La Iglesia juega un pa-pel importante en esta región con las comuni-dades. ¿Cómo cree que

influye actualmente el Clan del Golfo en la dinámica social y regional del Urabá? Aquí hay un tema muy grave y es que no sabemos diferenciar a los miembros del Clan del Golfo de los de organizaciones que se cono-cen como Bacrim, entonces uno ahí no sabe cuándo actúan o quién es quién. Algunos campesinos, co-merciantes y empresarios dicen que eso es lo mismo, como si hubiera una red que los cobijara a todos.

El influjo en la zona es muy negativo, porque tienen atemorizada a la población: siguen cobrando vacunas. Mucha gente está obliga-da a pagar más, desde los grandes finqueros hasta los comerciantes.

¿Cómo se perciben en la región?Yo creo que la gente los re-chaza; los soportan por la presión que ellos ejercen en el ambiente. Hay dos casos que son muy graves y que he verificado: el influjo que tienen en el norte del Chocó, donde las familias están hartas de estos gru-pos porque espe-cialmente sien-ten temor por las niñas, por las hijas, que son en cierta forma forzadas a prestarles

maron a los administradores de fincas para obligarlos a que pagaran 70 centavos por cada caja de banano… y todo porque se ven acorralados. Lo más grave es que la gente sigue estando callada, es decir, no sabe uno hasta dónde hay denuncia real ante las auto-ridades. El mismo miedo los obliga a quedarse callados.

¿Cuál sería el papel de la Iglesia en este conflicto?El papel de las iglesias, no solo de la Iglesia católica, sino de todas las iglesias, es acompañar a estas comuni-dades, ayudar a fortalecer las organizaciones, para que ellas sean capaces de contrarrestar a estos intrusos. Nos tocaría ayudar a verificar los hechos y, si es necesario, presentar la denuncia ante los entes del Estado; y si toca que eso sea visibilizado en espacios más allá de Urabá, creo que eso sería otra tarea nuestra. Porque si la gente no habla por miedo, pues alguien tiene que hacerlo. A nosotros nos toca ver cómo disuadir a esos actores para que de verdad entren en esta dinámica de la paz, de la reconciliación, del cambio de actitud.

En cuanto al video que circu-ló donde ‘Otoniel’ expresaba su voluntad de sometimiento ¿Cómo concibe esa decisión?Pues cuando yo me di cuenta de eso estaba en el ‘reino’ del Clan: en el norte del Cho-có. Dije que eso era lo más inteligente que han hecho, porque el país lo necesita. No hay cuerpo que resista tanto tiempo tanta violencia.

El Gobierno también tiene que desarrollar otras estrate-gias de seguimiento militar para ir desestructurando esos otros grupos que a veces no tienen nada que ver con estos, pero usan su nombre para hacerse creíbles. Eso es lo que pasa especialmente en estas ciudades intermedias con las banditas de muchachos dedicadas a la delincuencia.

Con el apoyo de Francisco Caraballo, líder de la disidencia del EPL, conformaron un ala disidente en Urabá que contó a su vez con el respaldo del Quin-to Frente de las Farc, quienes buscaban aliados contra la in-cursión paramilitar de entonces.

Fracasaron en su intento por retomar el control que tenía el EPL, pues ya no contaban con el apoyo social. Las prác-ticas violentas que adelantaron contra la población provocaron enfrentamientos contra otros exmiembros del EPL que se habían armado para defen-derse: los Comandos Popula-res. Posteriormente, después de asesinar a un campesino defendido por las Farc, esta guerrilla los obligó a huir. Al llegar al municipio de Vigía del Fuerte decidieron vengarse. En ese momento acudieron a su antiguo enemigo, el líder paramilitar: Carlos Castaño.

En 1996, él intervino para que esa pequeña guerrilla se desmovilizara en una finca de su propiedad, en presencia, incluso, del entonces ministro del Interior, Horacio Serpa. “Después de ese proceso, Carlos Castaño los empieza a vincu-lar a tareas. Los tenía como empleados para operaciones especiales, empezaron a ser una especie de comodines de la casa Castaño”, cuenta Agudelo.

Durante la desmovilización de las Autodefensas con el go-bierno de Álvaro Uribe Vélez, ninguno de los exmiembros de la disidencia del EPL tenía un rol relevante en las AUC; además carecían de antecedentes ante la justicia y sus pasados judiciales estaban limpios desde 1996; fue así como quedaron por fuera de la desmovilización.

Con la colaboración de Iván Álva-rez, estudiante de Periodismo de la Universidad de Antioquia.

servicios sexuales a los gran-des jefes de estas organiza-ciones. Las de 14 y 15 años ya están casi que obligadas a ese servicio sexual e incluso negocian con las familias. Eso es muy grave.

¿Y el fenómeno en Urabá se presenta en menos medida o cómo ocurre?Ese fenómeno se presenta tan fuerte en el sector de Unguía y Acandí, como en el sector de Arboletes y Ne-coclí; en esas zonas el fenó-meno es más fuerte.

¿Por qué no se presenta tanto en el Eje Bananero? ¿Cuáles podrían ser esas razones?Yo creo que ese sector del nor-te de Urabá ha sido de más dominio de ellos, en cambio en el Eje había más dominio de las FARC; entonces tienen toda la fuerza, tiempo y do-minio en ese primer sector.

¿Cómo cree que es la fuer-za, en estos momentos, del

Clan del Golfo y su in-fluencia social?

Yo creo que ellos es-tán muy debilitados por los golpes que les están dando el Ejército,

la Policía y la Armada. Es evidente que los es-

tán aporreando mucho, les han incautado

muchas tonela-das de droga; por eso algunos han vuelto a la extorsión. Aquí en el sector de Currulao-Río Grande, en estos días, lla-

MONSEÑOR HUGO TORRES

“Las familias están hartas de estos grupos armados”: Monseñor TorresEste grupo hace presencia en 148 municipios. Sus ingresos los obtienen principalmente del narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal.

ENTREVISTA

El papel de las iglesias es acompañar a las comunidades para que sean capaces de contrarrestar a estos intrusos.

CIFRAS

3.000y 3.500 hombres tiene el Clan

del Golfo en sus filas.

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PORGladys Seña

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6 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

MOVILIDAD

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Este servicio de transporte es cada vez más común, pero el Ministerio de Transporte lo considera ilegal. Ante esta situación, las administraciones locales tienen el desafío de brindar alternativas para los miles de colombianos que viven de esta actividad. ¿Qué está pasando en las regiones?

Regular el mototaxismo: tarea que no da espera

Cada vez hay más motos rodando por las vías del país. El último boletín del

Registro Único Nacional de Tránsito señala que el 67 % de las matrículas realizadas hasta el 21 de septiembre de este año corresponden a motocicletas, lo que equivale a más de la mitad de los vehículos registrados en lo que va de 2017.

Este dato es relevante cuan-do se tiene en cuenta que las motos están siendo utilizadas para el transporte público in-formal, más conocido como mototaxismo. A pesar de que no hay cifras oficiales que permitan saber con exactitud cuántas personas se dedican a esta actividad, en distintas regiones del país coinciden en que cada vez son más los colombianos que utilizan o prestan este servicio.

Sin embargo, el Ministerio de Transporte considera que el servicio público que se presta en vehículo de dos ruedas en línea es ilegal. “Es un tipo de vehículo que no tiene viabili-dad para ser homologado para la prestación de este servicio, porque no tiene los elementos necesarios que garanticen la suficiente seguridad requerida para su operación, en parti-cular para la seguridad de sus usuarios”, afirma el ministerio.

Las cifras de muertes de usuarios de motocicletas en accidentes de tránsito parecen dar razón al Gobierno para no formalizar este servicio. El año pasado, y por primera vez desde que tiene registro Medicina Le-gal, los conductores y pasajeros de motocicletas representaron más de la mitad de las muertes en accidentes de transporte. Además, estos son los vehícu-

los que más presentan evasión del Seguro Obligatorio de Ac-cidentes de Tránsito (SOAT): de las más de siete millones de motocicletas que hay en Colom-bia, más de cuatro millones no cumplen con esta obligación.

LAS CAUSASEl mototaxismo se ha conver-tido en una opción de trabajo para quienes no encuentran empleo. Este es el caso de José Morán, quien hace cuatro años decidió dejar de estudiar para ponerse a ganar plata arriba de una moto y hoy, a la edad de veinticuatro, labora como mo-totaxista en Buenaventura. “Me gustó más la idea de trabajar. Compré una motico y gracias a Dios me va bien”, cuenta.

Otra de las principales cau-sas de este fenómeno es la falta de cobertura del servicio de transporte en zonas rurales y

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Otros vehículos

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Tracto -camión, furgón,

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Bus, Buseta,

Microbus

Fuente: Forensis Medicina Legal, 2016.

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Las motos no son viables para ser homologadas como mototaxis porque carecen de los elementos de seguridad para sus usuarios.

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1. Turbo, Antioquia

2. San Vicente del Caguán, Caquetá

3. Corozal, Sucre

4. Buenaventura, Valle del Cauca

Leider Velásquez, de 21 años, se dedicó al mototaxismo porque es el trabajo más fácil de conseguir en Turbo, una región del Urabá antioqueño con una tasa de desempleo del 27,6 %. Aunque no existe un censo, la Secretaría de Tránsito estima que son más de 3 mil personas las que se dedican a esta actividad. Velásquez gana diariamente entre 30 y 50 mil pesos en 20 carreras. “Conseguí una moto y ahí estoy logrando la comida del diario desde hace tres años”, dice.

La administración local trabaja en un proyecto de acuerdo municipal para establecer 25 zonas de parqueo con la intención de regular esta actividad. Además, tiene como reto de movilidad implementar un transporte urbano que le permita a cada habitante transportarse por 1.500 pesos, mientras un mototaxi cobra 2 mil. “Esa es la comodidad y la tarifa que le podemos ofrecer al ciudadano”, asegura Dibia Escobar, secretaria de Tránsito.

Carlos David Prieto, de 22 años, vive de los 65 mil pesos que puede obtener en un día de trabajo como mototaxista, en el casco urbano del municipio. Prieto —quien llegó a la ciudad proveniente de la zona cocalera sin saber leer ni escribir— sale a trabajar todos días a partir de las 4:00 a.m. para hacer, al menos, 30 carreras por mil pesos, las cuales le permiten mantener a su esposa y a su hijo recién nacido, pagar la pensión en la que viven y cumplir con la cuota mensual de su moto.

En San Vicente del Caguán hay tres asociaciones que agremian a los mototaxistas de

la región: Asomotos, Motomas y la Asociación de Mototrabajadores de San Vicente (ASM). Solo la última aparece en los registros de ASMOSURCOL, la Asociación de Motociclistas del Sur de Colombia. Su presidente, Samuel Tafur Valderrama, quien tiene 56 años y es mototaxista desde hace diez, asegura que al municipio han llegado muchas personas y que el oficio ahora es un negocio. Tafur Valderrama afirma que porta un carnet que lo identifica como mototaxista, ya que desde la administración local exigen que cuenten con la identificación y tengan la documentación en regla.

La jornada laboral de Luis Ángel Arrieta Medina empieza a las 6:00 a.m. o antes, si algún vecino necesita urgente una carrera en moto desde Cantagallo, a 20 minutos de Corozal, por tres mil pesos. Tiene 21 años y aunque en su familia se dedican a la agricultura, Arrieta optó por hacer carreras en moto para costearse los estudios de Auxiliar Contable que adelanta los sábados. “Es trabajado, pero es rentable, porque mientras en un día como ayudante de campo me puedo hacer 18 mil, aquí pueden ser hasta 25 mil pesos”, explica.

De ese dinero, debe sacar 5 mil para la gasolina y 8 mil para el alquiler de la moto.

Según datos de la Secretaría de Tránsito de Corozal, como él hay unos 2.870 mototaxistas, todos entre los 20 y 40 años. De estos, el 70 por ciento no terminó el bachillerato. Aunque la mayoría de los mototaxistas se encuentra en el casco urbano, en Pileta, El Mamón y Cantagallo, tres de los 10 corregimientos de Corozal, hay en promedio unas 15 personas dedicadas a esta actividad.

Leonardo Lezcano Bastidas, de 23 años, decidió comprarse una motocicleta después de graduarse de bachillerato. “Como era muy joven y no tenía experiencia en nada, aprendí a manejar moto. Me dedico a esto desde hace seis años (como no había nada más que hacer) y ha sido mi sustento”. Hoy Lezcano es mototaxista del Bajo Calima, zona rural de Buenaventura, y cuenta que gana entre 50 y 150 mil pesos diarios, dependiendo del día y la cantidad de horas de servicio prestado.

Los mototaxis o motorratones —como los llaman en Buenaventura— son un servicio de transporte popular. Desde la Secretaría de Transporte calculan que en el casco urbano cerca de 5.500 personas prestan este servicio. “Cada dos kilómetros sobre la vía principal se encuentran puntos de motorratones. Son cerca de 110 puntos, y en las zonas rurales hay un estimado de 50”, asegura Alejandro Banguera, coordinador de Educación y Seguridad Vial de la Secretaría.

CUESTIÓN DE NECESIDADel mal estado de las vías tercia-rias. Para María Cruz Campo, secretaria de Tránsito de Bue-naventura, esto explica en parte el crecimiento del mototaxismo en este municipio del Valle del Cauca. “Las administraciones anteriores permitieron que estas personas trabajaran en algunos lugares donde era difícil el acceso de servicio público por la proble-mática de la ‘ruta no voy’. Esto fue lo que hizo que se proliferara”, afirma Campo.

LAS ALTERNATIVASEl año pasado, el exministro de Transporte, Jorge Rojas Giraldo, hizo un llamado a los alcaldes locales para combatir la ilegali-dad en el sistema de transporte público. Esto incluye sanciones para los mototaxistas, que pue-den ir desde una multa, hasta la inmovilización del vehículo y la suspensión o cancelación de la licencia de conducción.

Pero en la práctica, aplicar la directriz del ministerio resulta complicado. En San Vicente del Caguán, por ejemplo, la Policía Nacional, la Alcaldía y la Gobernación del Caque-tá firmaron un convenio para vigilar el cumplimiento de las normas de tránsito y sancionar las infracciones. La iniciativa no fue bien recibida entre los mototaxistas, quienes conside-raron que el acuerdo no estaba diseñado para resguardar la

movilidad del municipio, sino que iba en contra de quienes conducían motos. Al final, la administración llegó a un con-senso y estableció que deben estar debidamente identifica-dos y con la documentación en regla para poder circular en este municipio del Caquetá.

La Secretaría de Tránsito de Corozal, en Sucre, decidió adoptar una estrategia pareci-da. José Contreras, secretario de Tránsito del municipio, ex-plica que el mototaxismo ha venido aumentado desde 2013 y afirma que hoy, lejos de hacer controles para contrarrestarlo, adelantan campañas para pre-venir la accidentalidad. “Con-cientizamos a los mototaxistas y a los usuarios de que deben usar el casco, chalecos reflectores y mangas para protegerse del sol”, cuenta el funcionario.

Estas experiencias demues-tran que mientras las alcaldías del país no cuenten con un plan para mejorar el acceso de la población al servicio pú-blico reglamentado, o que dé alternativas viables para que los mototaxistas abandonen su actividad, no será posible acabar con esta práctica. “Las motos particulares y el motota-xismo surgen por la necesidad de la población por movilizarse en pueblos y ciudades. Por ello, urge que sea reglamentado jun-to con los otros medios de trans-porte”, afirma Oliverio García, presidente de la Asociación Colombiana de Vehículos Au-tomotores, ANDEMOS.

Un proyecto de ley presenta-do por un grupo de congresistas del Centro Democrático muestra un posible camino a seguir. La iniciativa plantea crear progra-mas de formación y capacitación a los mototaxistas para que pue-dan emprender labores en otros sectores de la formalidad.

Los usuarios de motocicletas concentran más de la mitad de los accidentes de tránsito y ponen la mayoría de los muertos.

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Con un promedio de 20 carreras, un mototaxista gana diariamente entre 30 y 50 mil pesos. Muchos no usan ni el casco.

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PA'LANTE

Hoteleros y comunidades rurales de San Carlos quieren convertir este municipio en potencia turística. Al lado de las impresionantes cascadas, las aves y las labores del campo serán protagonistas de su apuesta por un turismo sostenible.

Las aves y el agro: promesa turística de San Carlos

TEXTO Y FOTOS: Yénifer Aristizábal

Aníbal corre por la casa sosteniendo en sus pequeñas manos de escasos

cuatro años una lagartija que muestra a sus padres en medio de su emoción e incredulidad. Ellos sonríen serenamente y la lagartija se convierte en uno de los mu-chos animales que Aníbal ha logrado conocer y apreciar durante ese fin de semana.

Esta familia colombo-es-pañola lleva apenas un par de días en la casa finca La Au-rora, al lado de la cristalina quebrada La Chorrera, sector Macondo, en el municipio de San Carlos, Antioquia. Hasta allí llegan decenas de familias y grupos de amigos cada año que buscan un sitio apacible para descansar y disfrutar de la naturaleza.

Desde La Aurora, doña Cielo Salinas lidera un pro-yecto que va más allá de un lugar turístico y que aspira a movilizar parte de la econo-mía rural de la zona. Desde que su sobrino ornitólogo

visitó la finca, identificó el po-tencial que esta tenía para el avistamiento de aves; pues La Aurora queda justo en un área natural protegida, rodeada por ríos de aguas cristalinas, sen-deros ecológicos y bosques.

En la vereda Puerto Rico, parte baja, ornitólogos y afi-cionados al avistamiento han reportado 108 especies de aves silvestres documentadas en el país. Solo en el municipio de San Carlos, estudios realizados

por la ISAGEN y Fauna Nativa registraron 372 especies de aves en 2016; lo que corres-ponde aproximadamente al 20 por ciento de las especies totales en Colombia.

LA MUJER RURALCielo siempre ha tenido una conexión especial con el campo y la naturaleza. Hace un año decidió dejar definitivamente la ciudad después de vivir agi-tadamente en Bogotá y Mede-llín durante casi toda su vida. Ahora, todos los días desde las 6 de la mañana se dedica a este proyecto turístico que ahora es su proyecto de vida.

Además, la Asociación de Mujeres Rurales de San Carlos le ha permitido conocer am-pliamente el contexto, las lu-chas y logros de las mujeres del campo en este municipio. Con

ellas, además, desarrolla un

proyecto de meliponas (abejas nativas) en las que participan 15 familias, quienes se dedi-can a conservar las abejas “que polinizan el sesenta por ciento de nuestras comidas. Si no hay abejas, se acaba la comida”, explica Cielo.

Entre esta organización y la asociación de hoteles, ella encuentra la forma de poten-ciar no solo su vivienda como destino turístico y de descan-so, sino a todo el municipio. “En la asociación de hoteleros estamos empeñados en un tu-rismo sano, de naturaleza, que venga y deje recursos, pero que no contamine ni deprede”.

También considera que más allá de las impresionan-tes cascadas y charcos de San Carlos, el municipio tiene mucho que ofrecer, además del avistamiento de aves que poco a poco gana espacio en el público que lo frecuenta. “También tenemos actividades para las familias, que las ha-

cemos con las mujeres rurales y sus unidades productivas”.

Entre todas han diseñado y se han articulado para visitar entables paneleros, fincas ca-feteras y lograr que los turistas vivan de cerca la experiencia productiva de siembra y cose-cha. En adición, las familias de estas mujeres rurales son quie-nes realizan la visita guiada a algunos atractivos naturales y preparan la alimentación y la posada. Los ancianos y sus co-nocimientos alrededor de las aves de la zona también son incluidos en charlas interpre-tativas acerca de esta práctica.

“El campesino es quien cono-ce la región”, indica Cielo como una sentencia clara de que para que San Carlos sea reconocido como un sitio turístico más allá de su riqueza hídrica, deben unirse. “Toda la comunidad debe usufructuarse de los ingresos que se perciben por el turismo, eso es lo que da equidad y trae desarro-llo”, concluye.

Cielo Salinas dejó la ciudad para dedicarse a una nueva vida en el campo. Se enamoró de San Carlos y por eso potencia el turismo del municipio desde su casa.

En la vereda Puerto Rico, parte

baja, ornitólogos y aficionados al

avistamiento han reportado 108

especies de aves silvestres.

NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 9

Cerca de 20 familias del barrio Nelson Mandela, en Cartagena, le hacen resistencia al desplazamiento a través de la siembra de plantas medicinales. Un joven artista de esa comunidad lidera la iniciativa que ahora contará con el respaldo de País Móvil.

Sembrar plantas medicinales para sanar la memoria

TEXTO Y FOTOS: Antonio Canchila García

Carmen Alicia Or-tega ha sufrido la violencia de varias formas. Una y otra

vez ha sido víctima; pero hoy, lejos del odio y el rencor, se dedica a cuidar de las plantas de su huerta —sábila, oréga-no y hierbabuena— que tiene sembradas en el patio de su casa. De esa manera, dice, le hace frente al desplazamiento que la sacó de Flor del Monte, un corregimiento de Ovejas, Sucre, donde nació hace 59 años y del que salió hace más de tres décadas huyéndole al secuestro, las masacres y las muertes selectivas que se apo-deraron de la región.

La violencia se metió en su vida desde muy temprano. Cuando tenía apenas 2 años, Carmen perdió a su padre en medio de la guerra bipartidis-ta que marcó a la nación. “Mi mamá me contaba que él nunca votó, pero como era liberal por tradición, lo mataron los conser-vadores el 16 de agosto de 1960”, cuenta, mientras acomoda una mata que guinda sobre una cer-ca de tabla que hace las veces de reja, en la puerta de su casa en Nelson Mandela, un barrio de invasión en el suroccidente de Cartagena.

Sin su padre, aprendió a vivir del campo y, junto a su madre y sus hermanos, se de-dicó por años a la siembra de productos de pancoger. Esa estabilidad que había logra-do su familia tras superar la partida de su padre flaqueó en los ochenta. En ese entonces, la guerrilla empezó a pasearse por su pueblo. “Ahí yo decidí venirme para Cartagena a tra-bajar en lo que fuera, para no tener que estar tropezándome con esa gente (los guerrilleros) a cada rato”, cuenta.

SEMBRAR PARA RESISTIRMientras llega el tiempo de volver a Flor del Monte, Car-men pasa sus días en una de las labores que más le gustaba de su vida en el campo: sem-brar. “A mí me hace recordar la vida en mi casa materna. Por eso tú vez que yo por donde paso pido una matica de lo que sea; así sea de flores. Y esto ya es algo más productivo por-

que son plantas medicinales”, cuenta Carmen Alicia.

Su familia hace parte de un grupo de 24 hogares del barrio que integran la iniciativa ‘Man-dela resiste en verde’, que lidera el artista Dayro Carrasquilla. Dayro, quien llegó al barrio

LCarmen Alicia vive en un sector del barrio Nelson Mandela, en el suroccidente de Cartagena. Ahí llegó

en 1996 con los primeros pobladores de ese barrio en medio del desplazamiento forzado.

LAdemás de la siembra de plantas medicinales, el proyecto comprende jornadas de socialización de

experiencias que se realizan de forma periódica.

LYaqueline Mojica Puello llegó al barrio desplazada de Plato, Magdalena. Junto a su esposo

y sus seis hijos cuida del primer semillero del proyecto ‘Mandela resiste en verde’.

LDayro Carrasquilla está al frente de varios proyectos con los que busca visibilizar las dinámicas

socioculturales que se desarrollan en Nelson Mandela, más allá de lo que muestra la prensa.

Un grupo de 24 hogares del barrio integran la iniciativa ‘Mandela resiste en verde'.

en 1997 con su familia, busca convertir la siembra y el cuida-do de plantas medicinales en una forma de resistencia y de reconstrucción de la memoria de lo que hacían en los pueblos de donde salieron desplazados por el conflicto armado.

Las huertas hacen parte de un proyecto todavía más grande pensado por Dayro, que lleva por nombre ‘Nelson Mandela territorio de resis-tencia’. Para él, eso ha hecho su comunidad desde hace más de dos décadas cuando se conformó ese barrio que hoy cuenta con unos 50 mil habitantes, de los cuales el 80

‘MANDELA RESISTE EN VERDE’

Este proyecto empezó con cuatro hogares y luego fue creciendo gracias al respaldo de País Móvil, un programa de Estrategia País, en alianza con el Centro Nacional de Memoria Histórica y con el respaldo de la Agencia de Estados

Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, que opera en Colombia, ACDI/VOCA.  Además de la siembra de las plantas, el proyecto incluye otros espacios: ‘Naturistas’, que es la narración de los saberes

alrededor de las plantas en conversatorios que se realizan habitualmente, y ‘Recetario’, que es una recopilación de recetas y recomendaciones sobre el cuidado y el uso de las plantas medicinales.

por ciento son víctimas de desplazamiento por el con-flicto armado en Colombia.

Está convencido de que con su iniciativa le devuelve a su comunidad un poco de lo que la ciudad le ha quita-do al excluirla. “Es mucho lo que se ha tenido que resistir. Primero, el desplazamiento por el que llegaron muchos; luego la matanza selectiva en medio de la mal llamada ‘limpieza social’ que hacían algunos grupos paramilitares; y finalmente, resistimos esa discriminación permanente en la que vivimos por ser de Mandela”, dice Dayro.

10 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

UN GRANO DE ARENA

Atender las necesidades de justicia en los territorios rurales del país es el propósito que anima a comisarios de familia, inspectores de policía y personeros del oriente antioqueño, y de otros 33 municipios de Bolívar, Cauca, Caquetá y Nariño, a improvisar sus oficinas en coliseos y centros comunales.

La justicia llega a pie,a lo alto de la montaña

PORJenny Castaño, Marisol Gómez y Laura Suárez

Las grandes distancias para llegar a la cabe-cera municipal, las confusiones acerca de

quién debería escuchar y aten-der un caso o la desconfianza de acudir a algún funcionario, son algunas de las dificultades que enfrentan los campesinos para acceder a la justicia.

Por eso, mientras algunos labriegos se acercan con calma a la institución educativa de su corregimiento o vereda vecina, acompañados de algunos un poco más inquietos, inspectores, jueces, fiscales y otros servidores públicos se preparan con sus documentos y computadoras para recibir a las personas que acuden a la Jornada Móvil de Acceso a la Justicia, una estra-tegia que acerca las autoridades a las comunidades rurales.

Lo que motiva a muchos de estos funcionarios a salir de sus oficinas y llegar a las veredas es un propósito que

orienta ahora al Gobierno na-cional: acercar el Estado y la administración de justicia a la gente de la zona rural, para que ciudadanos como Emil Urial logren por fin tener cédula de ciudadanía y otros sean acom-pañados a legalizar su tierra.

LA TRAVESÍAA lomo de mula, chiva-escale-ra o mototaxi se recorren los lugares donde los árboles que se alzan hacia la luz, los sen-deros estrechos, las carreteras en mal estado y los ríos cau-dalosos son el paisaje común.

Ese 28 de julio la jornada que todo el pueblo esperaba llegó a Puerto Venus, Nariño, tierra bañada por las aguas de los ríos Venus y Samaná. A medida que los funcionarios se acercaban, veían cómo las nubes se movían cerca de las montañas y, a mer-ced del viento, se escondían y descubrían con rapidez.

Cuando el día todavía estaba oscuro, más de 300 personas se desplazaban al corregimiento. Desde Medellín, toma cerca de cinco horas llegar a la cabecera municipal de Nariño. De allí se

llega en chiva al corregimiento, luego de tres horas de camino que lleva del calor al frío, cada vez más intenso por cuenta de su paso por el páramo de Sonsón, una reserva natural, madre de siete ríos extensos que desembocan en las aguas del imponente río Magdalena.

Algunos cultivadores y ganaderos de 19 veredas del municipio de Nariño y del departamento de Caldas fue-ron al encuentro. A las once de la mañana, los campesinos de Montecristo llegaron con sus mejillas coloradas a Puerto Venus, después de cuatro horas de travesía, para escuchar de los labios de las autoridades una respuesta que quizás no habían recibido en años.

En esta, como en todas las jornadas, los operadores de justicia orientan a los ciuda-danos acerca de las rutas que deben seguir para garantizar sus derechos. Como no es posible resolver de inmediato algunos asuntos ligados a las secuelas de un conflicto armado que ha ro-bado décadas de sus vidas, des-pués de la visita los funcionarios revisan los casos que iniciaron su proceso, para continuarlos en la cabecera municipal.

“Que se haga todo por el bien de la región”, dice un campesino mientras espera que lo atiendan. La necesidad de reparación, aunque sutil, va surgiendo con firmeza en cada territorio. Es sanarse, hasta de los recuerdos, para construir sobre un pasado que para algunos quedó en rui-nas. En esta apuesta es necesario tener a la ruralidad como centro y acompañar a los líderes, una de las exigencias más sentidas en las comunidades del oriente de este departamento.

“La jornada es excelente, oja-lá esto lo hicieran en muchos más lugares. Yo creo que eso es lo que necesitamos, que el Esta-

Proyecto Justicia Local para la Paz

CIFRAS

16JORNADAS MÓVILES

de Acceso a la Justicia se han previsto este año

para Antioquia.

4MUNICIPIOS

del oriente antioqueño se benefician de estas jornadas locales en las que actúan de forma coordinada todos los operadores de justicia: San

Carlos, San Luis, Nariño y Argelia.

do llegue a las comunidades”, indicó Daniel de Jesús Loaiza Bedoya, habitante de la vereda La Tupiada de San Carlos.

La administración de justi-cia en Antioquia ya llegó a San Carlos y a Nariño, y prepara su maleta para un próximo destino, en alguna otra vereda de la ‘Colombia profunda’, la actual protagonista.

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"Al Estado le decimos que no nos deje solos", dicen los campesinos que van a las jornadas.

LLos operadores de justicia, antes dispersos,

ahoran viajan juntos para resolver las inquietudes de

la ruralidad.

NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 11

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Adiela, la ‘mamá de los galleros’Esta mujer de tinto, cigarrillo y gallos compite en la arena con su hijo, quien —como ella— heredó la tradición que se mantiene viva en los pueblos y que en las ciudades cada vez es más escasa y cuestionada por los animalistas.

POR Gladys Seña y Lina Arias

El canto de los gallos re-suena desde tempra-no en algunas calles de Chigorodó, en el

Urabá antioqueño. Las plu-mas rojas o negras con brillos, dispersas entre la fachada y acera, colorean una pequeña casa grisácea de puerta café y ventanas de madera ubicada en el barrio Kennedy.

Sentada en una silla a las afueras, se observa una mujer delgada, de cabello corto ador-nado por las canas, de lentes y estatura media. Se trata de Adiela Londoño. A sus 84 años aún cuida gallos para peleas. ‘La mamá de los galleros’, así la llaman en el Eje Bananero de Urabá, donde es reconocida por su experiencia en el cui-dado de estos animales.

Recuerda que fue su tío quien le enseñó cuando ella tenía diez u once años: ‘‘Con

él aprendí este arte, que es complicadito; es que los ga-llos son como niños chiquitos, puesto que hay que cuidarlos, limpiarlos, darles medicina y estar pendiente de ellos”. El interés por los gallos ha sido heredado, y así como a su tío,

a su papá también le gustaba ir a las galleras. Era él quien solía llevarla desde joven y esta afición también la heredó su hijo: “Él tiene sus gallos, se los cuidan en la gallera. Yo no se los cuido porque no nos enten-demos. Yo me he echado riñas con él, él me ha ganado y yo le he ganado”.

“Esa sí es la vida mía: el tinto, el cigarrillo y los gallos”. Algunos viernes en la noche sale en su bicicleta, que la ha acompañado casi 40 años, con una mochila donde lleva a sus mejores peleadores a la única gallera que le queda al pueblo. En Caldas —su lugar de origen— tuvo su primer acercamiento con los gallos y crio a su primer ‘lucha-dor’. Sin embargo, reforzó su saber en el municipio de Chigorodó, donde vive hace casi 70 años producto del desplazamiento padecido por los intensos enfrentamientos entre liberales y conservado-res en 1949.

Ella ha peleado gallos desde Necoclí hasta Muta-tá, ha recorrido cada una de

las galleras del Eje Bananero y

en todas tiene el respeto y afec-

to de cada uno de los hombres que pertene-cen a este grupo, por ser una mujer que a pesar de su edad se comporta como en la juventud. “A mí siempre me ha gustado el trago y la parranda, todavía me tomo algunos aguardienti-cos, pero sin emborracharme”, dice, mientras suelta una bo-canada de humo y recuerda sus noches de peleas.

‘La flaca’, como la conocen todos, tiene sus piernas marca-das con cicatrices hechas por los picotazos o las espuelas de los gallos que ha cuidado, y son las únicas marcas que ha tenido a lo largo de su vida. A pesar del desplazamiento, la muerte de su esposo y la violencia que en la década de los 90 se vivió en Urabá, ella seguía criando sus gallos y asistiendo a las peleas.

Actualmente tiene a cargo 25 gallos; de esos, siete son ajenos. A lo largo de su vida

ha criado aproximadamente 140 gallos, pero ahora, por su avanzada edad, solo se permite cuidar máximo 10 gallos de otros. Sin importar los límites que le imponen los años, ella cuida cada día de estos animales que la llenan de vida y espera seguir por-tando el título de ‘Matrona de los galleros’, no solo en Chigorodó sino en toda la región bananera.

LA PELEA DE GALLOS, UNA

TRADICIÓN QUE AGONIZA

Frente a los actos de crueldad y hechos dañinos, el actual Estatuto de Protección Animal tiene como excepción las corridas de toros, novilladas, corralejas, becerradas, tientas, rejoneo, coleo y peleas de gallos. Sin embargo, este año ha estado activo el debate desde la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes para que en Colombia se prohíban estos espectáculos que implican el maltrato animal. La iniciativa para abolir las corridas de toros incluyó también estas otras manifestaciones, hasta hoy tradiciones culturales. Se ha dado el primer de los cuatro debates necesarios y todos los votos fueron a favor de modificar este estatuto contenido en la Ley 84 de 1989.

Esta caldense, de 84 años, ha criado unos 140 gallos y actualmente administra 25.

Para 'La flaca', como la conocen,

estos animales "son como niños

chiquitos" que se deben cuidar y curar todo el

tiempo.

EN LOS ZAPATOS DE...

12 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

REPORTAJE

Muchos de los estudiantes de las escuelas del campo quedan varados porque en sus pueblos faltan opciones en educación superior. A esto se suman los pocos recursos económicos que tienen para pagar un semestre.

¿Es difícil ingresar a la ‘U’ para los jóvenes rurales del Meta?

TEXTO Y FOTOS: José Puentes Ramos

Sebastián Ramírez, de 17 años, y Cindy Barrera, de 16, terminan el co-legio este año. Él vive

en El Dorado y ella en Vista Hermosa, dos municipios del Meta que fueron afectados por el conflicto armado. Después de graduarse, quieren seguir estudian-do: Sebastián está interesa-do en la In-

geniería Civil, mientras que a Cindy le gustaría convertirse en actriz o diseñadora de modas.

Ambos jóvenes tendrán que viajar hacia Villavicencio, Bogo-tá u otra ciudad para estudiar las carreras que desean. En sus pueblos no hay universidades ni institutos que ofrezcan in-genierías o programas acadé-micos en artes. “Hay un técnico en Manejo Ambiental, pero lo debo hacer porque es requisito para graduarme, no porque me guste”, dice Sebastián.

La falta de oportunidades para ingresar a la educación superior en las zonas rurales es un problema al que se enfren-tan los campesinos del Meta, especialmente en las zonas de posconflicto. El Dorado y cua-tro veredas de Vista Hermosa (Albania, Puerto Lucas, Bue-nos Aires y Palestina) fueron reconocidas como sujeto de reparación colectiva debido al desplazamiento forzado y a otras violaciones de las que fueron víctimas la población.

La mayoría de universida-des del departamento tienen su sede en Villavicencio y son pocos los convenios con los colegios municipales. En El Dorado, por ejemplo, docentes de la Universidad de los Llanos —Unillanos— dictaban clases de Administra-ción y Salud Ocupa-cional. Sin embar-go, la alianza se terminó y los estudiantes quedaron

1. KARINA ANDREA RUIZ, 16 AÑOSVista Hermosa

Estudia Enfermería en Unillanos“Mi sueño era estudiar Medicina, pero esa carrera es

muy cara. El semestre en una universidad privada costaba 6 millones de pesos. Mi familia es de bajos

ingresos y la plata que llega se usa para pagar los gastos de la casa. Ahora estoy en Enfermería, en

una institución pública, y luego quiero Medicina”.

2. SEBASTIÁN SÁNCHEZ RAMÍREZ, 17 AÑOSEl Dorado

Piensa estudiar en Bogotá“Mi deseo es seguir estudiando para ayudarles a mis

papás. Me interesa la Ingeniería Civil porque mi papá ha trabajado en construcción y le he aprendido. Miré en la Unillanos, pero no hay la carrera. Estoy a la espera de los resultados en el examen de admisión

de la Universidad Nacional para irme a Bogotá”.

QUIERO SER INGENIERO¿CUÁLES SON LAS CARRERAS

DE SUS SUEÑOS?

Estudiantes de último grado de colegios de El Dorado y Vista Hermosa comparten sus proyectos de vida.

NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 13

sin acabar sus carreras cuan-do faltaban pocos semestres.

“El SENA va al pueblo y ofrece programas técnicos, pero tomarlos significa que los es-tudiantes deben desplazarse hasta sus centros, que quedan en otras zonas como Granada”, asegura Pedro Antonio Bernal Dueñas, profesor y coordina-dor de la Institución Educativa El Dorado. Llegar a Villavicen-cio desde este punto de la re-gión del Ariari tarda una hora y 40 minutos en carretera.

SON POCOS LOS QUE ESTUDIANOtro factor en contra de los jóvenes del campo son los re-cursos económicos. Muchos provienen de familias despla-zadas por la violencia o don-de los padres trabajan como jornaleros. Irse a estudiar a una ciudad implica gastos de vivienda, alimentación, trans-porte, material de estudio, en-tre otros. Y si se inscriben en una universidad privada, los costos aumentan. El semestre de una ingeniería en dos insti-tuciones del Meta cuesta más de $1.900.000 pesos, dinero que, por lo general, no tienen.

De acuerdo con el Minis-terio de Educación, la tasa de cobertura de educación superior en el departamento para el 2016 fue de 37,4 por ciento, cifra inferior a la media nacional, que es del 51,5 por ciento. Para ese mismo año, 33.765 estudiantes estaban matriculados en universida-des e instituciones del Meta —13.662 en pública y 20.103 en privada—. De ese número, 25.577 cursaban un pregrado y 7.070 estudiaban progra-mas técnicos profesionales y tecnológicos. Los demás ade-lantaban un posgrado (espe-cialización o maestría).

Sin embargo, los jóvenes de las zonas rurales tuvieron poca presencia en esa estadística. 3.349 provienen de los mu-nicipios Acacias, Castilla La Nueva, Cumaral, Gra-nada y La Macarena, San

3. CINDY LORENA BARRERA, 16 AÑOSVista Hermosa

Quiere estudiar Actuación o Diseño de Modas“Me gustaría estudiar para ser actriz, pero no puedo por falta de dinero. Aunque también me interesa el Diseño de Modas. Vine a la gira universitaria a ver cuál universidad me ayuda. De lo contrario, tendré que irme a la ciudad. En el campo no hay posibilidades de estudiar lo que me gusta.

Hay que dejar tanto arraigo a la región y cumplir los sueños”.

4. BRAYAN ALEXANDER VARGAS, 20 AÑOSVista Hermosa

Quiere estudiar Administración de Empresas“Deseo ser independiente. Por eso quiero estudiar

Administración y ser empresario. Mi plan era hacer una tecnología en el SENA y luego homologar. Ya

terminé el programa, pero la universidad está cara. Una opción es pedir crédito en el Icetex. Mien-tras, trabajo vendiendo planes de telefonía”.

YO, ACTRIZ DESEO SER EMPRESARIO

Desde hace 4 años, Acnur lleva a estudiantes rurales que cursan grado 11 a las universidades de la región para que conozcan los programas académicos que ofrecen las instituciones públicas y privadas. Los jóvenes también reciben información sobre créditos educativos, becas y oportunidades que da la Gobernación. Esta gira ya va en la octava edición.

Además, esta agencia de las Naciones Unidas también apoya la formulación e implementación del Plan Integral de Reparación Colectiva en El Dorado y Vista Hermosa a través de varias líneas de trabajo. Una de ellas es el acompañamiento a los jóvenes en su proceso de construcción de proyectos de vida y orientación vocacional, con el fin de que a largo plazo puedan aportar al desarrollo de su municipio.

LAS GIRAS UNIVERSITARIAS

*Este artículo contó con el apoyo de la oficina de Acnur en Colombia.

en educación superior en la región, pues en sus municipios no es fácil informarse sobre los programas que ofrecen las instituciones, las modalidades de estudio o las oportunidades de acceder a un crédito.

“Lo que hacemos es acer-carlos a las universidades, al SENA y a los programas de la Gobernación, para que conoz-

can toda la oferta educativa. Pero previamente se hace un proceso de construcción de proyecto de vida”, comenta Westling. La corporación Vínculos trabaja junto a Ac-nur en la orientación voca-cional de cada beneficiado. “Se crea un perfil del joven: qué quiere estudiar, con cuáles recursos económicos cuenta, cómo puede ser su futuro a corto y mediano plazo. Esto

lo reforzamos con formación en liderazgo, prevención de violencia y temas de género”, explica Diana Paola Viveros, consultora de la corporación.

Además de acercar la edu-cación superior a las zonas rurales, la labor de Acnur y Vínculos es también preve-nir que los jóvenes se unan a grupos armados o activi-dades ilícitas por la falta de oportunidades en sus pueblos. “La reactivación del campo tardará; tomará años. Para entonces, la idea es tener mu-chachos formados”, indica el Jefe de Oficina de Acnur.

A este propósito se suma el reto de que las nuevas ge-neraciones de campesinos no abandonen su territorio y que también puedan ser médicos, abogados, ingenieros o artistas en sus propias poblaciones.

Así como Sebastián y Cindy, otros estudiantes ru-rales quieren salir de los pue-blos e inscribirse en progra-mas que poco o nada tienen que ver con el campo. “En El Dorado sienten preocupación por el desarraigo de los chicos con el municipio y las labores del campo. Pero hemos visto que en la planeación de los territorios no está la perspec-tiva de los jóvenes. La idea es

impulsar iniciativas para que se vuelvan a interesar por sus tierras”, dice María Alejan-dra Tapasco, consultora de la corporación Vínculos.

Pero no solo es con más op-ciones educativas que se retiene a los jóvenes rurales. Westling cree que en Colombia se debe acabar con el estigma hacia los oficios como jornalear o dedi-carse a la agricultura. “Hay que

subir la reputa-ción de las labo-

res del campo. La reactiva-ción del sector debe incluir esto”.

Juan de Arama y San Martín. Es decir, en siete de los 26 pueblos de este departamento hay estu-diantes universitarios.

“La construcción de paz implica romper con la brecha que hay entre el sector rural y el centro. Ahí están la implemen-tación de los acuerdos de paz con las Farc, la reactivación del campo y el acceso a la educa-ción, que ha sido limitado por el conflicto armado”, señala Pär Westling, Jefe de la Oficina de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en Villavicencio, desde donde cubren los departamentos de Meta y Guaviare.

CREAR UN PROYECTO DE VIDAPrecisamente, Acnur acompa-ña a los jóvenes del Meta para

que conozcan las opciones

Para 2016 había 3.349 estudiantes provenientes del campo en las universidades e instituciones de educación superior del Meta.

Un grupo de jóvenes de Vista Hermosa consulta el valor de una carrera universitaria.

14 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

OPINIÓN

Si de alguna forma queríamos cerrar esta primera vuelta por la Colombia que forma parte de nuestra hoja de ruta, era así: con la participación de

todos los sectores que nos convocan en este proyecto y en el que ustedes han querido acompañarnos. 

Justamente, en eso consistió el lanzamiento de SEMANA RURAL en Bogotá, el pasado 27 de septiembre. Se trató de una suma de las diversidades que constituyen la piedra fundamental de la sociedad que nos hemos empeñado en construir, aquella en la que hay lugar para todos, sin distingos de ningún tipo. 

Ese día, allí, en nuestra sede de la capital de la república, se sentaron, hombro a hombro, los representantes de los sectores público y privado con personas provenientes del cañón de Las Hermosas, del oriente antioqueño, del Pacífico, del Urabá y de otras regiones del campo colombiano. 

No solo para estrechar sus manos, sino para renovar vínculos —ya sean rotos por la distancia o por los tiempos perdidos en la gue-rra—, en ese propósito general de acercar a las dos Colombias, al que ha decidido apuntarle el país. Precisamente, esta es una tarea que debe y tiene que contar con la comunicación como herramienta fundamental a la hora de multiplicar los alcances de las políticas de paz y de un desarrollo amplio y equitativo. 

Sin rodeos, los participantes invitados al conversatorio analizaron, desde sus respec-tivos ángulos, el papel de los medios en los momentos más agudos del conflicto y plan-

tearon los desafíos que ahora nos esperan en el posconflicto. En lo que a SEMANA RURAL y a esta casa editorial corresponde, tomaremos atenta nota para estar cada vez más a la altura de la responsabilidad adquirida.

Y qué mejor forma de seguirlo haciendo en nuestras ediciones que tomándole el pulso a los asuntos que figuran entre las prioridades de las gentes de los territorios que ocupan nuestra atención. En esta ocasión, lo hacemos sobre las oportunidades —sin olvidar riesgos y amenazas— de la actividad agrícola en el momento actual que vive el país. De esto, si algo queda claro, es que esa vieja vocación de nuestras gentes y de nuestras tierras no puede seguir siendo cosa del azar o de la improvisación.

No es coincidencia que una mirada como la que hacemos en el número que en este momento tiene usted en sus manos, llegue a la par con el anuncio de una nueva incur-sión de nuestra plataforma periodística, con página web y redes sociales ya en acción, en dos nuevos municipios de Antioquia, como son Briceño e Ituango. 

Estas páginas también comienzan a ser suyas, como ya lo son de miles de colombianos en las otras regiones en las que ya empezamos a ser familiares. Al fin y al cabo, ¡nuestra Colombia, nuestra Selección!, somos todos, como reza el eslogan del afiche que llevamos en páginas centrales de esa otra causa na-cional que nos une, la Selección Nacional de Fútbol, así como deben unirnos otras causas, empezando por la reconciliación.

EDITORIAL

En décadas pasadas, el oriente antio-queño sufrió con el paso del conflicto armado y el municipio de Nariño no estuvo exento de ello. Su ubicación

geográfica y las riquezas hídricas y boscosas hacen de este territorio un lugar propicio para las pugnas. Estos hechos han dejado secuelas en los pobladores del corregimiento de Puerto Venus, que congrega en la actualidad a alrede-dor de 2.200 habitantes de 12 veredas.

Perdieron familiares, bienes y cosechas con los enfrentamientos, que cuando alcanzaron su punto más alto, generaron el desplazamiento de más de mil personas (65 por ciento), 120 homicidios y alrededor de 40 personas desapa-recidas en el año 1995. Con los cultivos ilícitos

también se incrementó la violencia, la droga-dicción, la prostitución y el desplazamiento, por eso las comunidades no quieren volver a vivir estas dolorosas experiencias.

En el 2014 la comunidad de Puerto Venus fue incluida por la Unidad para las Víctimas como sujeto de reparación colectiva, por lo que diseñamos un plan de reparación que tuvo en cuenta el proceso que la comunidad ya había emprendido antes de que llega-ra esta oferta del Estado, en compañía de distintas agencias de la ONU, la estrategia Entrelazando y la Secretaría de Gobierno departamental, entre otros.

Como vocero de este proceso estoy con-vencido de que el diagnóstico de nuestro

corregimiento es uno de los más completos del país. Buscamos desarrollar un plan no solo reparador, sino que genere transforma-ciones territoriales que lleven a la comunidad a gozar de sus derechos y, por consiguiente, a la construcción de paz territorial. Por eso le pedimos al Estado que no nos deje solos.

Consideramos que en los ámbitos social y comunitario es necesario concretar un modelo productivo que respete la autonomía de las memorias históricas y las identidades culturales locales, que busque trascender la lógica mer-cantil, colocar en el centro las potencialidades de las personas y de las comunidades, y respe-tar el medioambiente. Aquí, las instituciones deben considerar a las comunidades y a sus entornos como sujetos de derechos.

Un ambiente apto para el diálogo, lazos de confianza y respeto son condiciones nece-sarias para un posconflicto y para impulsar los procesos transformadores, pues para lograr una paz sostenible y duradera, deben suceder las transformaciones, si no, seguirá siendo una frase de cajón.

No nos dejen solos

José Jair Cortés, de 41 años, líder del Consejo Comunitario Alto Mira y Frontera de Tumaco, es el dirigente comunal número 81 que en este 2017 muere asesinado a pesar de haberle expuesto a las autoridades temor por su vida (registro de la Fundación Paz y Reconciliación). Aunque no hay una causa o razón común, lo que queda en evidencia es la incapacidad del Estado para protegerles la vida.

EL PERSONAJE

RED DE BIBLIOTECAS PÚBLICAS

La Biblioteca Nacional tiene habilitada una línea nacional gratuita para que las 1.445 bibliotecas que hacen parte de su red puedan estar al tanto de novedades, dotaciones, nuevas sedes y conectividad, entre los principales aspectos.Se trata de la línea 018000 182302.

Poco sirve dotar la totalidad de las instituciones educativas del país si los dispositivos no se usan .

LA FRASE

FERNANDO BEDOYA, director de Computadores para Educar, programa encargado de la compra y dotación de computadores y tabletas para las instituciones de educación pública.Tomado de la edición No. 27 de la revista Semana Educación

Más juntos y más cerca

En memoria de José Jair

José Noé Rondón MoralesPRESIDENTE DE LA JUNTA DE ACCIÓN COMUNAL PUERTO VENUS, NARIÑO (ANTIOQUIA)

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NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 15

Cinco meses después de concluido el paro cívico en Buenaventura, los ser-vicios de agua potable y alcantarillado siguen sin fecha de cuándo se prestarán

continuamente. Muy a pesar de las promesas hechas desde el 2001, cuando el alcalde Jaime Mosquera Borja advirtió que “ahora sí tendremos 24 horas de agua en el casco urbano”, este anhelo tampoco se ha cumplido.

Han pasado 16 años y la comunidad de este recóndito lugar del Pacífico sigue esperando que el agua llegue a sus casas en forma constante, que los pequeños puedan ir a la escuela bañados y con sus ropas limpias, que los trajes de los traba-jadores en terreno no tengan el olor a humedad y, lo más significativo, que la gente no tenga que trasnochar esperando la llegada del líquido vital ni tampoco deba cargar baldes y canecas, por varias cuadras, para llevar el agua a casa.

Ese sueño se ha convertido en una pesadilla. Hidropacífico S.A. tenía esa misión desde la operación, mantenimiento y diseño de los sis-temas de acueducto y alcantarillado, pero no ha cumplido. Casi 20 años después, con algo más de 95 mil millones de pesos invertidos, no solo no se ha hecho realidad, sino que las horas diarias de servicio de agua han disminuido —menos de 6 en promedio—.

La gravedad de esto, es que se ha deteriorado lo que se entregó en servicio: Las plantas pasa-ron de tratar 450 unidades de turbiedad del río a solo 50 (en una de las zonas más lluviosas de Colombia). El tanque elevado de concreto de Escalerete se agrietó y no ayuda a lavar los filtros durante las crecientes, y la planta eléctrica no funcionó más. Los tanques metálicos elevados del centro de la ciudad están corroídos y su mantenimiento se hace una vez al año, cuando debería ser mínimo dos. La planta que evita las

inundaciones del centro no funciona bien, a pesar de haberle destinado más de 4 mil millones de pesos. Lo más triste es que las inversiones no se han hecho en su totalidad, las que ya se hicieron no cumplen con su cometido y las nuevas están en el tintero.

Durante su campaña de reelección, el presiden-te Santos dijo: “Intervendremos a Hidropacífico y en ocho meses habrá agua 24 horas”. Esa promesa, fue corregida por Findeter, unas semanas después, “será en 24 meses con el plan 24 x 24. 24 obras en 24 meses”. Tres años después terminaron dos de esas obras: las plantas de tratamiento de agua, que ayudarán a que no se vuelva a suspender, pero no podrán servir para esto hasta que no corrijan errores de diseño y ajusten el manual de operación.

La situación es tan desesperante que algunos hablan de promover un nuevo paro para exigir que se resuelva esta falta de agua potable. La goberna-dora y el alcalde se quedaron en el anuncio contra el operador. Los organismos de control no han encontrado el detrimento a la vista, la calidad del agua está en riesgo, pues no se activan los controles de la Secretaría de Salud del distrito y, mientras tanto, los más afectados son los bonaverenses, que sienten que el agua cada vez está más lejos. 

La transformación social, el baile, el teatro, la música y las artes plásticas, entre otras expresiones, nos permi-ten gozar de una vida cultural a la que todos tenemos derecho. En el Chocó estamos buscando que el cine

nos deje ver realidades que no vemos, aunque estén ahí. La politiquería, los sicarios, los extorsionistas, los

ladrones, la pobreza, la miseria, la corrupción, la droga-dicción, la masacre de Bojayá. Para muchos, esto es muy crudo; pero tengo que decir que eso es lo que se vive en los barrios que llaman de estrato ‘cero’ o ‘uno’ de nuestras ciudades colombianas, en donde los jóvenes siguen siendo reclutados para el mal.

Este proyecto cinematográfico hace del cine una herra-mienta de transformación social, de resilencia, para superar el dolor de las masacres, de la violencia rural y urbana. En el Chocó, además, más que una fuente de entretenimiento, es un proyecto para rescatar la cultura de la vida, porque busca acabar con las fronteras invisibles del Pacífico colombiano.

Con la película ‘Ejércitos sin esperanza, la verdad os hará libre (Juan 8:32)’, que se desarrolla en la urbanización 2 de mayo, cuyo nombre refiere a la masacre de Bojayá y otras operaciones de guerra que vivieron la gran mayoría de habitantes de este barrio, también conocido como el Reposo 3, los jóvenes entre los 14 y 27 años de edad que estaban en la praxis de la guerra urbana, asesinando, extor-sionando, cuidando sus territorios y eran juzgados por la comunidad civil y policiaca, tienen una nueva oportunidad de reconstruirse.

Ahora, con su participación en el proyecto producido por Made in Chocó y la Fundación Aasanaar, han adquirido la cultura de la vida, han creado una realidad espiritual de resilencia para ir dejando de lado las armas de la muerte y la droga, como forma de tomar coraje ante la violencia. Pero lo más importante, es que han visto cómo transformar sus habilidades para beneficiar su crecimiento espiritual, académico y económico.

Para ver el tráiler visite el canal Youtube de Made in Cho-có: https://www.youtube.com/watch?v=UOhDSXSPrp8

Un llamado a superar los hechos con cine

LA FOTO

Ubicada en Palmira, Valle del Cauca, mujeres cabeza de familia construyeron una ecoaldea, en tres hectáreas donde conviven

cerca de 400 personas de bajos recursos económicos, de las cuales muchas son víctimas del conflicto. Ellas se unieron para levantar 88 hogares bajo un esquema de economía solidaria que trabaja la seguridad alimentaria y la responsabilidad con el medioambiente.

El 11 de octubre pasado, Nashira, proyecto que nació hace 15 años, fue destacado como uno de los liderazgos colectivos de 2017, en la

séptima entrega del premio Los Mejores Líderes.

Nashira, ciudadela de las mujeres,

gana premio Líderes 2017

Por Eleormandis de Jesús Córdoba AguilarGuionista y director de la película ‘Ejércitos sin esperanza’

Por Rodrigo Victoria BoteroDirector del periódico El Porteño de Buenaventura

Foto: Juan Carlos Sierra – Semana

Y el agua potable, ¿para cuándo?

LA CIFRA

FAMILIAS CAMPESINAS NO tienen el título de propiedad

de la tierra que trabajan.

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16 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

SEMANA RURAL rinde un sentido homenaje a la Selección Colombia que clasi�có al Mundial de Rusia 2018. Gracias muchachos por hacernos sentir un solo país y una sola nación que sabe convivir sin distingos de raza, condición, ideología o región.

FÚTBOL

Foto: Carlos Julio Martínez / revista SEMANA

Nuestro sexto MundialAntecedieron la cita a Rusia: Chile 1962 Italia 1990 Estados Unidos 1994Francia 1998 Brasil 2014

James, el goleadorLos goles que nos llevan al Mundial fueron anotados, en su mayoría, por este cucuteño, que juega en el Bayern de Munich. Seis en total: en los partidos con Perú, Chile, Bolivia, Venezuela y Ecuador. Además, puso 4 asisten-cias que terminaron en la malla.

Falcao se lo mereceSi todo sale bien, Radamel Falcao García participará en su primer Mun-dial, luego de la lesión que lo alejó de Brasil 2014, donde Colombia logró ubicarse como la quinta mejor Selección del torneo.

Alineación en Barranquilla, sede de la Selección, partido Colombia-Paraguay (5 de octubre de 2017):

De izquierda a derecha parte superior Radamel Facao García (delantero), Crístian Zapata (defensa), David Ospina (arquero), Abel Aguilar (volante), Carlos Sánchez (volante), Dávinson Sánchez (defensa). De izquierda a derecha parte inferior James Rodríguez (volante), Frank Fabra (defensa), Juan Guillermo Cuadrado (volante), Santiago Árias (defensa) y Edwin Cardona (volante).

¡Nuestra Colombia, nuestra Selección!

AFICHE COLECCIONABLE

NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 17

SEMANA RURAL rinde un sentido homenaje a la Selección Colombia que clasi�có al Mundial de Rusia 2018. Gracias muchachos por hacernos sentir un solo país y una sola nación que sabe convivir sin distingos de raza, condición, ideología o región.

FÚTBOL

Foto: Carlos Julio Martínez / revista SEMANA

Nuestro sexto MundialAntecedieron la cita a Rusia: Chile 1962 Italia 1990 Estados Unidos 1994Francia 1998 Brasil 2014

James, el goleadorLos goles que nos llevan al Mundial fueron anotados, en su mayoría, por este cucuteño, que juega en el Bayern de Munich. Seis en total: en los partidos con Perú, Chile, Bolivia, Venezuela y Ecuador. Además, puso 4 asisten-cias que terminaron en la malla.

Falcao se lo mereceSi todo sale bien, Radamel Falcao García participará en su primer Mun-dial, luego de la lesión que lo alejó de Brasil 2014, donde Colombia logró ubicarse como la quinta mejor Selección del torneo.

Alineación en Barranquilla, sede de la Selección, partido Colombia-Paraguay (5 de octubre de 2017):

De izquierda a derecha parte superior Radamel Facao García (delantero), Crístian Zapata (defensa), David Ospina (arquero), Abel Aguilar (volante), Carlos Sánchez (volante), Dávinson Sánchez (defensa). De izquierda a derecha parte inferior James Rodríguez (volante), Frank Fabra (defensa), Juan Guillermo Cuadrado (volante), Santiago Árias (defensa) y Edwin Cardona (volante).

¡Nuestra Colombia, nuestra Selección!

SEMANA RURAL

18 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

INFORME ESPECIAL

El diagnóstico vuelve a ser el mismo: más inversión social, sin dejar de lado la seguridad. ¿Cómo acelerar procesos integrales que incluyan a miles de personas que quieren salir de las prácticas ilícitas en que terminaron vinculadas? El ejemplo del cacao.

En crisis, Tumaco busca su oportunidad

POR Gerardo Quintero T.

Un verdadero plan integral, que inclu-ya no solo el envío de policías y ejérci-

to, sino educación, carreteras y ayuda al campesino para culti-var sus productos legales, es lo que requiere Tumaco.

En eso coinciden diferentes líderes de la zona y analistas, quienes también lamentan que esta población del Pacífi-co nariñense solo sea el foco de la prensa cuando hay una masacre, como la ocurrida el pasado 5 de octubre, en la que fueron asesinados seis campe-sinos, en hechos que aún son investigados por las autoridades, así como la muerte posterior de dos más. Uno, como conse-cuencia de las heridas sufridas en este hecho (22 de octubre) y otro, José Jair Cortés, líder del Consejo Comunitario del Alto Mira y Frontera, en un atentado sicarial el pasado 17 de octubre, quien paradójicamente había expresado temor por su vida.

Razones no faltan. De acuerdo con un perfil pro-ductivo de Tumaco, elaborado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo —PNUD—, en este municipio el 48,7 % de las personas tiene sus necesidades básicas insa-tisfechas. En esta población en la que viven más de 200.000 personas, el 16 % se encuen-tra en la miseria y el déficit cuantitativo de vivienda es del

12,3 por ciento, mientras que el cualitativo es del 76,4 %.

Como si fuera poco, a este gris panorama se agrega el re-celo existente en la comunidad hacia los políticos y sus pro-mesas, a raíz de las constantes denuncias de corrupción que han minado la confianza en los procesos institucionales.

Si a esto se suman los indica-dores de violencia, ya se entiende por qué la comunidad pide me-nos armas y más compromiso social. El año pasado murieron en forma violenta 147 personas, una tasa de homicidios de 70 por cada cien mil habitantes, una de las más altas del país.

Para monseñor Orlando Olave, obispo de Tumaco, la única salida para esta crisis es que las comunidades cam-pesinas y afrodescendientes cuenten con alternativas reales que les permitan superar sus problemas de abandono. El prelado sostiene que se trata de una región sin carreteras, con niveles educativos muy bajos y donde los campesinos no tienen solucionadas sus ne-cesidades básicas. “Hay mucho abandono, una injusticia con estas comunidades”.

De acuerdo con los últimos reportes de la ONU, el año pasado Tumaco concentraba 23.148 de las 42.627 hectáreas de hoja de coca detectadas en el departamento de Nariño. Para entender la magnitud de esta situación, basta recordar que, según datos de la Arma-da nacional, por los esteros de

Tumaco salen anualmente unas 200 toneladas de cocaína.

Monseñor Olave asegura que la sustitución de cultivos

ilícitos es ahora el gran debate, una situación que no es nueva, dice, ya que desde hace mucho tiempo los campesinos han ve-nido subsistiendo a través de esos cultivos.

Visión similar comparte Alejandra Torres, líder política

de la Coordinadora Nacio-nal de Cultivadores de Coca, Amapola y Marihuana, Co-cam, quien atribuye al peren-ne abandono estatal la crítica situación en que se encuentra Tumaco y su zona rural.

“Es una región selvática, fronteriza con Ecuador, tiene salida al Pacífico, con accesos difíciles. Pero tiene problemas de infraestructura vial, incluso en la cabecera urbana. Lo que hay aquí es mucho abandono estatal y eso ha sido un caldo de cultivo para que la violencia en este territorio sea tan marcada”.

Para la vocera de la Cocam, lo que sucedió con la masacre de los campesinos cocaleros, ade-más del reciente asesinato del líder social José Jaír Cortés, es la historia de una serie de aconte-cimientos violentos que se veían venir. “Con el retiro de las Farc de las zonas que controlaban, uno

esperaba que el Ejército llegara, pero el control territorial les ha quedado grande. El Estado no ha podido garantizar la seguridad”.

SOLUCIONES INTEGRALESHarold Ruiz, asesor de paz de la Gobernación de Nariño y una de las personas que mejor conoce la zona rural de Tumaco, admite que la situación es muy compleja y que con la desmovi-lización de las Farc hay cuatro grupos armados que se están disputando el control, lo que deja a los campesinos cultivado-res de hoja de coca en la mitad del conflicto.

El experto explica que a los campesinos los presionan para que se opongan a la sustitución de cultivos ilícitos y también a la erradicación forzosa. Por eso, Ruiz sostiene que la única ma-nera de entrar a la zona es una

De acuerdo con un perfil de Tumaco, en este municipio el 48,7 % de las personas tiene sus necesidades básicas insatisfechas.

Se cons¡dera que al menos el

16 % de la población de

Tumaco vive en la miseria.

NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 19

combinación de seguridad y control estatal, pero de la mano con inversión social.

“La identificación de las ca-denas productivas necesita una solución integral, de lo contra-rio difícilmente se podrá superar esta situación. Hay que construir carreteras para transportar los productos legales, crear una cadena de producción, ajustar un precio de sustentación que sea competitivo y atractivo para los campesinos, y que haya una oferta que garantice un beneficio colectivo para que las comuni-dades se comprometan con el proceso”, enfatiza Ruiz.

En ese sentido, el gober-nador de Nariño, Camilo Ro-mero, planteó la necesidad de crear desde el alto Gobierno una gerencia para Tumaco, que se encargue de dinamizar los procesos y que estas soluciones se logren sacar adelante en el tiempo más corto posible.

De acuerdo con Camilo González Posso, del Instituto Estudios sobre Paz y Desarrollo —Indepaz—, el problema está en que el Estado pretende reali-zar un proceso de sustitución de cultivos a la fuerza, sin tener en cuenta que es indispensable ha-cer una reforma rural integral.

“La pieza central de este pro-ceso tiene que ser el desarrollo territorial regional, sino hay esa estrategia no va a funcionar y eso está escrito también en el punto 4 del Acuerdo de La Habana. Esto no es una rueda suelta, insisto, hay que retomar el enfoque del desarrollo rural integral y desti-nar recursos”.

El analista asegura que Co-lombia tiene su mayor opor-tunidad, puesto que para los programas voluntarios de susti-tución de cultivos ilícitos se han presentado 105.000 familias y cien mil están a la espera de que

les den espacio. “Es el único caso en el mundo donde la gente está tocando la puerta a la legalidad y la legalidad no les abre la puerta; eso es lo más curioso”.

Alejandra Torres, vocera de la Cocam, coincide en que es necesario convencer a los cultivadores de hoja de coca evitando la continuación de las erradicaciones forzadas.

LA OPORTUNIDAD DEL CACAO

ALLÁ EN TUMACO, EN LA misma zona invadida por los cultivos de hoja de coca, sobre-vive otra siembra. Esta sí es legal y con mucho futuro: el cacao. Al frente de Chocolate Tumaco, la empresa comercializadora, se encuentra Hermes Klinger, hijo de cultivadores, quien con el apoyo de Colombia Responde, siete consejos comunitarios y dos organizaciones campesinas, ha logrado sacar adelante este proyecto que agrupa a más de cinco mil productores.

Casi todas son familias que llevan más de 70 años cultivando exquisitas variedades de cacao en 14.000 hectáreas, gracias a que las plantas crecen al lado de cítricos, borojó y palmas de chontaduro. Su estrategia les ha permitido posicionar su produc-to, regular el precio, acceder a incentivos, distribuir ganancias y venderle sus frutos a empre-sas que los han apoyado, como Casa Luker. Incluso, hace poco,

Ferrero les ofreció comprarles directamente dos mil toneladas de cacao, pero Chocolate Tuma-co no estaba listo todavía para semejante producción.

Sin embargo, a pesar de todas las presiones y el complejo pano-rama, han logrado realizar ocho exportaciones, equivalentes a más de 174 toneladas del producto.

Hoy el cacao de Tumaco se ex-pone en ferias internacionales y ha sido catalogado como uno de los más excelsos del mundo. Por eso, muchos ven en este una de las grandes oportunidades para los campesinos de la región.

El economista Felipe Tascón, asesor de Rafael Pardo, ministro del Posconflicto, conoce de cerca

del proceso y dice que el cacao es una gran oportunidad, pero es necesario trabajar aún más en la calidad y para eso es necesario mejorar los beneficiadores, por-que la fermentación y el secado todavía son muy irregulares.

“Los que siguen unos parámetros que establecen las empresas com-pradoras están obteniendo buenas calidades y están vendiendo muy bien; eso es una cosa. La otra es que hay un modelito en el que se puede sacar pasta de chocolate; hay una pequeña fábrica que se podría re-producir y hacer pasta de chocolate de muchas partes. El potencial está. Hay un cacao de muy buena calidad que llaman el cacao regional, evi-dentemente hay que meter todo un tejido para trabajar con asistencia técnica, mejorar las unidades de fermentación y secado, ver las posi-bilidades de establecer más plantas procesadoras para sacar el licor de cacao. Estas son unas inversiones relativamente pequeñas y con eso habría un cambio en la calidad”.

La otra gran preocupación, sin duda, es la explosión de vio-lencia en la zona. La Cocam señala que los campesinos han reportado más de diez grupos armados y “se están regando también por la cordillera”. Ante esta compleja situación, la lí-der campesina alerta que “si el Gobierno no toma cartas en lo que tiene que ver con seguridad,

tráfico de drogas y armas, se va a generar una situación aún más grave que la actual”.

Para Luis Fernando Barón, profesor de la Facultad de De-recho y Ciencias Sociales de la Universidad Icesi, los trágicos hechos del Alto Mira ponen en evidencia cómo los conflictos sociales y políticos de más largo aliento, se han juntado con los económicos, militares y crimi-nales las últimas tres décadas.

“Por supuesto hay que atender de manera urgente los asuntos de seguridad y monopolio legítimo de las violencias, el respeto a la vida y los derechos de todos los ciudadanos, y la transición de las economías ilegales a la legalidad. Sin embargo, si en el mediano

plazo no se fortalece la sociedad, la participación ciudadana y las instituciones de la región, seguire-mos viendo y escuchando histo-rias terribles y dolorosas producto de las pugnas entre los poderes económicos y militares que se disputan el Pacífico”, enfatizó el analista.

Por todo eso, en medio de tanta incertidumbre, las pa-labras del inmolado José Jaír Cortes en un documental son más que un clamor: “… Que los tumaqueños cuenten con esa mano amiga. Que la alcaldía, el Gobierno y el presidente se pongan la mano en el pecho y miren también por la comuni-dad a la que han abandonado mucho tiempo”.

Como siempre, los niños y los

ancianos son los más afectados

por la pobreza y miseria que se

viven en el puerto nariñense.

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20 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

TALENTOS

Durante casi una década, Xiomara y su hermana Johanna se han encargado de enseñar salsa en el barrio Mojica, distrito de Aguablanca, al que llegaron cientos de familias que huían de la violencia y de la miseria de la costa nariñense y caucana.

Al son de la esperanza

POR Luis Eduardo Valencia

No se ve nada. Ni si-quiera logra enten-derse lo que hacen. A duras penas se al-

canzan a ver ellos metidos en un trance de vestimentas coloridas, sonrisas y braceos perfectos. De pronto, una pequeña es alzada como si fuera a tocar el cielo con las manos y gira en el aire como si se tratase de un trom-po. Es salsa. Así es la vida en la academia de baile de Xiomara, un ‘péguele’ encantador que por casi una década se ha dedicado a enseñar la cultura de la salsa en el oriente de Cali.

Son 83 chicos, solo que hoy Xiomara Rivas y su hermana Jo-hanna están sentadas en un par de sillas plásticas color caqui, en frente de cincuenta, que as-piran llegar a ser bailarines. La tertulia tiene lugar en Mojica, uno de esos barrios del distrito de Aguablanca al que llegaron a principios de los ochenta cien-tos de familias que huían de la violencia y la miseria de la costa nariñense y caucana, especial-mente. Todos están listos para dar inicio al espectáculo, unos más alegres que otros, pero to-

dos sintonizados con el propósi-to de escapar algunas horas de la realidad que los estropea a diario en Mojica.

“En este sector las mismas pandillas son conformadas por niños y jóvenes que no van a la escuela y que prefieren acudir a la violencia con el propósi-to de ganar respeto”, dice don Argemiro, uno de los tenderos más antiguos del lugar y que habla en voz baja mientras los pequeños corretean por una de las calles del barrio.

La vida en Mojica fue corta para muchos. Sus asentamien-tos de violencia más recono-cidos por los lugareños se dividen en tres: La Colonia Nariñense, Brisas del Caracol y Brisas del Encanto; y aunque este último suene bello, cabe decir que la aridez de sus calles ha sido producto del olvido

y la corrupción. Mucha gen-te ha denominado a Mojica como ‘un barrio de tantos en un distrito de muchos’.

PÉGUELE... ¡SÍ! SABROSO“… Póngale oído, en este barrio a mucho guapo lo han matao”, de-cía Héctor Lavoe en su pregón mientras cantaba ‘Calle Luna, Calle Sol’. Algunos dicen que ese disco le sale perfecto a Mojica, pero otros prefieren creer que con la llegada de Xiomara se ha abierto una luz de esperanza para decenas de chicos.

Su academia de baile se dis-tingue de las demás porque, a pesar de que no tiene lujo-sas instalaciones ni a los más grandes maestros del género en Cali, el corazón está puesto en cada rincón de este espacio para creer que se “puede llegar tan lejos como se desee” y Xiomara es la prueba misma de que “todo está en tener un poco de fe, más allá de las adversidades”.

A sus 27 años, ella reconoce que ha viajado a todas par-tes del mundo debido a la motivación que Johanna, su hermana mayor, le imprimió. “Gracias a ella conocí el baile y se convirtió en mi inspiración”. Xiomara tiene una energía in-

acabable. E l l a s han ga-nado una treintena de premios por su excelencia a la hora de cumplir con cada uno de los retos que exige ser una buena bai-larina. Y ahora, en su academia pro-pia ‘Boom Salsero’, se dedican a apo-yar a ese 18 por ciento de niños y jóvenes que viven en la comuna 15 de la ‘Sucursal del Cielo’, pelaos que le hacen mala cara al analfabetismo y a la violencia, con el propósito de apren-derse un ‘Aguanile’ de Lavoe, y huir del ‘soni-do bestial’ que retum-ba a diario en las calles del distrito, para en cambio aprenderse y bailar el original, el de Richie Ray y Bobby Cruz.

Todo comenzó en el 2009, cuando ensa-

yaban en un parque y les tocaba agacharse

porque las constantes balaceras que se ar-maban llegaban sin dar aviso. Pero eso quedó atrás; ahora practican en una casa

esquinera de tres pi-sos, costeada por los

padrinos que han adop-tado este proyecto. “Yo amo esta academia porque aquí crecí y he conocido a

muchos amigos. Además, aprendo algo que me encan-ta mucho, la salsa”, dice Ca-mila, una de las alumnas más antiguas de la acade-mia. Pero la realidad es que esto es más que sal-sa. La iniciativa pretende acoger a todos los niños de Mojica que quieran adentrarse en el mundo de este género musical, la cultura y la paz. “Aquí que-remos crear una familia a la que la comunidad respete y sienta. Una familia que crezca

tanto y muestre el talento que hay en el distrito”, asegura

Xiomara con esa sonrisa con-tagiosa que la destaca.

Los niños que integran la academia hacen del lugar un recinto de alegría y paz, en

un barrio que queda lejos de todo, pero que cuando estás allá todo parece es-tar cerca.

DATOS

LOS NIÑOS Y JÓVENES

que pertenecen a la academia se forman como bailarines

profesionales del género salsa. Su formación puede extenderse

hasta por diez años.

LA INDUMENTARIA, viajes y presentaciones son

costeados por la academia y sus patrocinadores.

LA ACADEMIA ‘Boom Salsero’ ha sido

destacada en el Concurso Internacional de Salsa de Cali y en los eventos regionales del género. También ha participado

con éxito en el tradicional Salsódromo de la Feria de Cali.

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'Boom Salsero' trabaja porque los niños que asistan

a su academia terminen convertidos

en los bailarines profesionales de salsa

del futuro.

83 jóvenes aspiran a ser bailarines en una de las zonas con más pandillas en Cali: el distrito de Aguablanca.

NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 21

El poder que irradian con su voz y la resistencia convertida en canto de este grupo de hombres y mujeres del corregimiento de Pogue, Chocó, develan la crudeza y sufrimiento que les dejó el conflicto armado.

‘Las Cantaoras de Pogue’, la voz de la resistencia afro

POR Nathalia Acosta

No sé si es por nues-tra cultura o por-que nuestro río es caudaloso, pero

tenemos una voz fuerte y eso significa entonces que los negros somos gente muy fuerte”. Así lo dice Máxima Asprilla Palo-meque, ‘cantaora’ del grupo de alabadoras de Pogue, mientras aclara de forma burlesca que no es que los blancos no lo sean, con todo el respeto que se mere-cen; sino que los negros, desde que nacen, se ven obligados a resistir para lograr vivir.

Dentro de la riqueza hi-drográfica colombiana nace en la Cordillera Occidental el río Atrato, uno de los más cau-dalosos y nave-gables del país. A través de su extensa longitud de 700 km riega con sus aguas casi la totalidad de los corregimientos del municipio de Bojayá. En su recorrido pasa por Pogue, corregimiento afrodescendiente perteneciente al Consejo Co-munitario de la Asociación Campesina Integral del Atra-to (Cocomacia). En él residen aproximadamente 900 habi-tantes, quienes entre cantos y botes buscan la conservación de una de las tradiciones más importantes y antiguas de su cultura: el ‘alabao’.

Son 37 alabadoras y 3 ala-badores los que conforman el grupo de las ‘Cantaoras de Po-gue’, quienes se unieron para conformar una sola voz… una voz que llegara más lejos y que pudiera, no sólo conmemo-rar a sus fallecidos, sino que también, con la creación de nuevos alabaos, denunciar el abandono estatal y exigir el cumplimiento de las promesas tantas veces defraudadas.

El canto de los alabaos an-cestrales, que era utilizado para despedir de este mundo terre-nal a los amigos, familiares, co-

madres y vecinos, tomó un sen-tido diferente luego de lo ocurrido la mañana del 2 de mayo del 2002, cuando en medio de los enfrentamientos entre el bloque 58 de las Farc y los paramilitares de las AUC se vivió una de las masacres más violentas en el municipio de Bojayá (Chocó).

La explosión de un cilindro bomba dentro de la iglesia, que dejó alrededor de 100 civiles muertos —en su mayoría ni-ños—, fue el detonante para convertir sus cantos tradicio-nales en letras cargadas de de-nuncia social.

“Decimoquinto aniversario y esto quedó pa’ la historia, díganle a los de la prensa que no borren la memoria”. Entona Luz Ma-rina Cañola, ‘La negra’, como de cariño le llaman, con su voz grave a todo lo que da.

La guerra deja cenizas en el corazón de quien la vive. La lucha por la reconstrucción de

la memoria y la identidad se convir-

tió en el único camino posible para encontrar peda-

zos de esperanza en un escena-rio tan estremecedor. “Hemos sido mujeres que trabajamos por la paz, por eso fuimos a Cartage-na a cantar nuestros alabaos en la firma de los acuerdos, porque queremos paz. Somos nosotros los campesinos los que sufrimos la guerra de lo que crean las cabezas principales en las ciu-dades”, dice Ereisa Palomeque Palacios, cantautora del grupo, mientras sus ojos revelan el dolor de sus palabras.

Con el fin de preservar su identidad cultural hacia las nue-vas generaciones, por más de un año y medio las mujeres y los hombres del grupo de ala-badoras de Pogue, en conjunto con el Centro de Estudios Afro-diaspóricos de la Universidad Icesi y el apoyo de la fundación Ford, estuvieron trabajando en ‘Voces de Resistencia, volumen 1’, un proyecto audiovisual que

da cuenta de su historia por me-dio de una manera alternativa.

El documental realizado y la recopilación de sus alabaos rinden honor a un grupo de ‘cantaoras’ que vio la posibili-dad de tomar una herramienta ancestral y convertirla en un discurso político, sin perder la tradicionalidad de sus cantos a nivel cultural.

Ana Oneida Orejuela Bar-co, integrante del grupo de ala-badoras, explica la importan-cia de la reflexión silenciosa. “Nosotras las cantaoras hemos venido trabajando temas como el perdón, la reconciliación y la paz. Si no logramos perdonar, no lograremos cultivar el amor, la justicia o la paz”.

Y es que así como dice ‘Bem-bé’ —integrante del grupo—, “cuando la opresión se vuelve tan fuerte, la resistencia se vuelve visceral”. Estos pogueños cantan desde lo más profundo de sus corazones y sus cuerpos; allí re-side la fortaleza que han tenido para sobrevivir al conflicto. Por medio de sus voces le muestran y enseñan a todo el país el poder de transformación.

LOS ALABAOS

La masacre

El día 2 de mayoUna pipeta cayó,

¡Ay!, cayó dentro de la iglesia,El cristo lo mutiló.

–––Esto quedó en el oscuroDe la bala desplotada,Como corría el agua

Y era sangre derramada. 

Virgen de la candelaria:

Virgen de la candelariaY al mundo vamo’ a cantarSe llenen de condolencia y

Se construya la paz.

Virgen de la candelaria…

Como somos campesinosNo podemos avanzar

La pobreza y la zozobraNo nos deja trabajar

Para darle a nuestros hijosLa canasta familiar.

La de Manuel Santos:

Oiga señor Manuel SantosLe vamo’ a pedir el favor

(X2)Que a ese diálogo en La

HabanaLe preste mucha atención.

 Oiga señor Manuel Santos…

 Nosotros los colombianos

Estamos pendiente’ de la paz (X2)

Y queremos que en esta mesaSí la puedan negociar (X2)

  Oiga señor Manuel Santos…

 Nosotros los campesinos

Estamos muy azarados (X2)Porque la maldita guerra

A mucha gente ha matado (X2)

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Treinta y siete mujeres y tres

hombres conforman el grupo de las 'Cantaoras de

Pogue'.

MEMORIA

22 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

MEDIOAMBIENTE

Trece mil hectáreas del Páramo de Anaime–Chilí harán parte de esta figura, por su valor patrimonial

y paisajístico. Una condición que, además de conservar a perpetuidad este invaluable ecosistema,

ayudará a mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la alta montaña. 

El Tolima tendrá un nuevo Parque Natural Regional

José Orlando Arellano ha vivido en la vereda Potosí Alto desde que tiene me-moria. Allí vivió su padre

y crio a su familia; y ahora su predio hace parte de lo que será el nuevo Parque Natural Regional (PNR) del páramo de Anaime-Chilí.

Este sector de 13 mil hec-táreas, ubicado a tres horas de la cabecera municipal de Ca-jamarca, es nada más y nada menos que el lugar donde nacen más de 25 ríos del Tolima y se regula la provisión de más de 70 millones de metros cúbicos de agua al año, gracias a la función que cumplen un sinnúmero de musgos, frailejones y pajonales asociados a suelos profundos y de abundante materia orgánica.

La iniciativa de convertir este sector en parque lleva una larga trayectoria de trabajo mancomunado entre organi-zaciones sociales y habitantes del sector, que buscaban la mejor manera de realizar ac-ciones de conservación por parte de las familias de la alta montaña y, a la vez, compartir

los beneficios ambientales con las poblaciones que habitan en la parte baja de estos ríos.

“Esta área de Anaime-Chilí es realmente indispensable porque es donde confluye la producción del recurso hídrico más impor-tante de la cuenca del río Coello”, comenta el director de la Cor-poración Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, Jorge Enrique Cardoso.

CREAR UN ESPACIO AMBIENTAL SOSTENIBLELa idea de iniciar un proceso de declaratoria no fue algo que nació de la noche a la maña-na. Hace 25 años el ganadero José Joaquín Quintero tomó la decisión de donar más de mil hectáreas, siendo esta acción “el primer ejemplo de compen-sación que se registró en el país”, cuenta David Díaz, director de la Corporación Semillas de Agua, organización que gra-cias a la gestión de Quintero pasó a ser titular del predio, a cambio de realizar acciones de gestión ambiental.

Este dominio, que es el eje conector del municipio de Pijao, Quindío y las veredas Santa He-

lena y Río Manso, del municipio de Cajamarca, tenía para ese en-tonces una fuerte expectativa de la actividad minera que estaba interesada en el sector, sumado a la ampliación de la frontera agrícola y demás factores de-rivados del cambio climático que empezaban a requerir de una protección especial.

Luego de la donación de este terreno, la corporación Semillas de Agua lo afilió a la Red de Reservas de la Sociedad Civil y desde ese momento empezó el proceso de declaratoria de Parque Natural Regional que busca integrar un sector aún más grande de este.

“Semillas inicia esa propuesta de la mano con la comunidad del páramo, tratando de generar un

afecto por estos ecosistemas, pero también un tipo de responsabi-lidad compartida, sobre todo de sectores altamente demandantes de agua como distritos de riego y acueductos complementarios”, cuenta el director de la reserva, Jorge Rubiano.

Es así como lograron la in-clusión de 13 mil hectáreas de páramo y bosques altoandi-nos en el polígono del futuro parque, donde se encuentra un predio del distrito de riego Usocoello, uno de Cortoli-ma, cuatro de la Corporación Semillas de Agua, tres de la reserva ProAves y otros mu-chos de los pobladores de la zona, quienes decidieron ser parte del proceso.

VALE LA PENA CUIDARLOEn la parte alta de la montaña, donde pervive un ecosistema frágil capaz de regular el agua de todo un municipio, exis-ten pobladores que cumplen una función semejante a la de un guardián, que ayuda a preservar el recurso para los habitantes y agroecosistemas que reciben el agua en la parte

José Orlando Arellano, uno de los finqueros del sector que hace parte del proceso de declaratoria del parque.

baja. Sin embargo, la calidad de vida de estos guardianes es precaria, es por eso que con la declaratoria se busca generar un mecanismo que compen-se y motive a esta parte del campesinado para que siga animándose con esta función.

Semillas de Agua propone generar incentivos permanen-tes y verificables para alentar a la comunidad del páramo y a las entidades responsables de la conservación de las tierras del nuevo parque para que realicen acciones de conservación. De acuerdo con la ley 99 de 1993, hay un rubro asignado a la con-servación de cuencas. “Ahora, en el marco de los pagos por ser-vicios ambientales, esta fuente de recursos es permanente y está previsto que un porcentaje de lo que aporta Usocoello a Corto-lima se destine al manejo y la protección del área regional que está en proceso de declaratoria”, explica Rubiano.

Esta figura implicará tam-bién que los campesinos dedi-cados a la ganadería en la zona deberán hacer una transición de sus prácticas pecuarias, “Las personas en ningún mo-mento tienen que irse, pero sí debe haber un cambio paula-tino de las prácticas pecuarias e incluso de agricultura que se realizan”, dice Arellano.

Ahora que ya se han termi-nado todos los estudios corres-pondientes se tiene previsto que en este noviembre Cortolima firme la declaratoria y el docu-mento sea enviado al Instituto Humboldt para oficializarla.

CIFRAS

EL PÁRAMO DE ANAIME-CHILÍ Se ubica en el sector norte del complejo de páramos Chilí-Barragán, con jurisdicción en los municipios de Cajamarca, Ibagué, Rovira y Roncesvalles.

70Regula la provisión

de más de Cuenta con

MILLONES de metros cúbicos de

agua al año.

ALLÍ NACEN las cuencas Coello, Cocora, Anaime,

Río Manso y Tuamo, que abastecen los acueductos, sistemas de riego y proyectos de generación de energía para el Tolima.

ESPECIES DE AVES registradas, gran parte de ellas en estado crítico; 12 especies de mamíferos y seis

especies de anfibios.

135

Tolima cuenta con el 28 % de los páramos del país, una extensión de 318 mil hectáreas de este tipo de hábitat.

TEXTO Y FOTO: Daiana González

NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 23

Recientemente se anunció que distrito, Corporación Autónoma Regional y Gobernación de Cundinamarca reunieron los recursos económicos para salvar este afluente. Le explicamos cómo será la recuperación.

Así es el nuevo plan para descontaminar el río Bogotá

A las aguas del río ca-pitalino caen 600 to-neladas de desechos orgánicos cada día,

de acuerdo con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de la ciudad (EAAB). La contami-nación proviene de los cerca de 9 millones de habitantes de Bo-gotá, más los de Soacha. Debido al desinterés de la ciudadanía por décadas, este afluente es considerado como uno de los más contaminados del país.

Pero parece que por fin se recuperará la cuenca que nace en Villapinzón, en el nororiente del departamento, y desemboca en el río Magdalena, a la altura de Girardot (Cundinamarca). A principios de octubre, la Alcal-día de Bogotá, la Corporación Autónoma Regional (CAR) y la Gobernación del departamento anunciaron la inversión de más de 4 billones de pesos en su des-contaminación.

Los recursos se dan para cumplir la sentencia del Consejo de Estado del 28

de marzo de 2014, que or-denó limpiar el afluente. El dinero servirá para llevar a cabo dos obras importantes: la primera es la ampliación de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Salitre, la única que tiene la ciudad. Está ubicada en el occidente de Bogotá y recoge el 30 por ciento de las aguas contaminadas, principal-mente las del norte.

“Salitre tiene la capacidad de recibir cuatro metros cúbi-cos por segundo en tratamiento primario —retira los residuos sólidos del agua—. Una de las soluciones es ampliar esta planta para que pueda ma-nejar 8 metros cúbicos por segundo y haga tratamiento secundario —eliminar materia orgánica biodegradable—”, asegura María Carolina Cas-tillo, gerente de la EAAB. Los trabajos de ampliación ya se adelantan y se espera que la infraestructura esté funcio-nando en el 2020.

La segunda obra es la cons-trucción de la PTAR Canoa, en el municipio de Soacha, la cual recogerá el otro 70 por ciento de las aguas residuales de la capi-tal, provenientes del centro y el sur. “Esta planta tratará 14 metros cúbicos por segundo en tratamiento secundario”, señala la funcionaria.

La nueva planta tendrá que ser entregada en el 2024. Los desechos llegan al río por otros tres afluentes secunda-rios: Salitre, Fucha y Tunjuelo, donde los ciudadanos vierten las basuras.

LOS BENEFICIOS PARA LA REGIÓN CENTROEl río Bogotá tiene una ex-tensión de 308 km y su área de influencia es de 5.671 ki-lómetros cuadrados. Cruza 46 municipios de la Sabana, además del Distrito Capital. Por eso, el plan para salvarlo no solo beneficia a los bogota-nos sino también a los cundi-namarqueses y al país. La CAR se encargará de la intervención de las zonas altas y bajas de la cuenca; es decir, donde nace

y desemboca —en el Magda-lena— respetivamente.

“Es una cuenca multipropó-sito. La mayor actividad en la zona alta es agropecuaria e in-dustrial. La media recibe el agua residual de Bogotá. En la baja se pueden encontrar curtiembres y más agricultura”, indica Nés-tor Franco, director de la CAR Cundinamarca.

El plan de la entidad es eje-cutar obras de construcción o adecuación de plantas de tra-tamiento en los municipios que integran la cuenca del río. Hasta el momento se están ade-lantando al menos veinte, las cuales limpiarán las aguas de las tuberías de estos pueblos cundinamarqueses.

Los trabajos van acompa-ñados de adecuaciones de ja-rillones, mejoramiento de la navegabilidad y mejoramiento ambiental en sus áreas cercanas. La idea es asegurar que el río Bo-gotá no se vuelva a contaminar.

CIFRAS

ESTA ES LA INVERSIÓN PARA LA CUENCA

Distrito (Bogotá) = 2,94 billones de pesos (64,4 por ciento)

CAR Cundinamarca = 1,5 billones de pesos (33,3 por ciento)

Gobernación de Cundinamarca = 51.000 millones de pesos (1,35 por ciento)Fuente: EAAB

Cada mes, la PTAR Salitre recoge 60 toneladas de residuos arrojados al sistema de alcantarillado y que termina en los caños y demás cuerpos de agua que alimentan el río. Condones, envolturas, vello, cabello y hasta colchones contaminan el afluente.

¿CÓMO ENVENENAMOS EL RÍO?

La contaminación proviene de tres fuentes: desechos domésticos, industrias y agricultura.

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24 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

CULTURA

Los niños araucanos que viven en este municipio del oriente colombiano, vecino de Saravena y Tame, se reúnen junto a don Álvaro todos los jueves en la tarde para conversar sobre el libro de turno.

Una tarde de tertulia literaria en Fortul

TEXTO Y FOTOS: Leilin Candela

A don Álvaro ya no le alcanzan los libros para que cada niño tenga en sus manos

una obra impresa y pueda seguir simultáneamente el capítulo del día. Algunos tienen que com-partirlo con sus compañeros más cercanos. “Capítulo ocho: Algunos se habían hecho a la mar para buscarle, otros espe-raban en la orilla, en las playas de arenas finas y blancas…”, lee en voz alta Danna Juliana, mientras la siguen uno a uno los otros treinta y un niños que asisten puntuales ese día, a pe-sar de la llovizna.

Es el encuentro 398 de la tertulia literaria Fortulee, en el que se dan cita desde hace ocho años los niños de Fortul, uno de los siete municipios de Arauca, cuando una tarde de abril em-pezaron a reunirse en la biblio-teca municipal por iniciativa de González. ‘El secreto de las perlas’ del español Jordi Sierra I Fabra, es el libro que por estos días los tiene entusiasmados.

Pero esa misión no la cum-ple solo. Su esposa Patricia Uribe, quien “al principio era apática, pero con el tiempo se convirtió en su salvadora” es el cerebro que mantiene vivo el espíritu de las tertulias ante el Ministerio de Cultura, pues se da a la tarea de redactar y tramitar los proyectos, lo que garantiza financiar esta intan-gible labor. Esta sicóloga tam-

bién se encarga de acompañar el proceso de lectoescritura de los niños que llegan a su programa con dificultades en el aprendi-zaje. Trabaja con ellos en sus debilidades y sobre todo en su autoestima. Cuando se asegura del progreso individual de sus pupilos, los integra y suelta al grupo a tertuliar.

Construyeron el sitio don-de se reúnen hace siete años con la ayuda de los amigos de este espacio de esparcimiento intelectual y de construcción de sueños. Algunos regalaron la madera, otros la paja para el techo y unos más hicieron los dos quioscos en el patio de la emisora local, un espacio que su propietario les ha permitido usar hasta el momento.

Álvaro, Patricia y sus contertulios con frecuencia viven situaciones extremas. Como tantas veces sucedió en otros tiempos, en julio tuvieron una tarde de pánico cuando fue atacada la estación de policía con una granada, justo a la hora de su encuentro. Los niños estaban horroriza-dos, la explosión la sintieron

demasiado cerca, pues Fortul es un pueblo muy pequeño.

Salir a visitar escuelas en las zonas rurales como Caño Esme-ralda, en Saravena, les obliga a dejar su carro luego de cuarenta minutos de camino por una vía destapada para emprender hora y media de camino a pie, en el que tienen que atravesar caños hasta llegar a la escuela que sólo tiene tres estudiantes y un profe-sor que va cada dos días porque atiende otra escuela rural. Pero ahí está la recompensa, pues pasan del cansancio a la alegría de ver la sonrisa de los niños al verlos llegar.

Durante todo el año recorren la mayor parte de las veredas del Arauca. “Quisiéramos que más personas hicieran esto”, comenta don Álvaro. Ellos saben que su trabajo contribuye a mejorar la educación y se sienten orgullo-sos cuando hablan de los logros de sus pequeños. Fernando tie-ne seis años y ahora, después

de haber tenido dificultades, es uno de los que mejor lee en su salón de clase. Leidy Delgadillo, su mamá, llega especialmente motivada al encuentro del día: “hoy la profesora me felicitó”, dice con orgullo. Ella, sus geme-las y Fernando llegan cada se-mana desde una vereda lejana para compartir la lectura con el grupo. Las niñas también son de las mejores de la clase. A todos los chicos de Fortulee les va particularmente bien en sus colegios.

La iniciativa recorre también Puerto Rondón, Tame, Sara-vena y Arauquita, llevando a niños, adultos y a personas de la tercera edad, no solo lectura y diversión, sino, además, cariño, comprensión, confianza y hasta zapatos. Álvaro y Patricia han aprendido que la magia y el va-lor de un abrazo, un beso y un te quiero, acompañada de una buena lectura, pueden romper todas las barreras.

En 2016 asistieron a las tertulias literarias de Fortulee 1.040 niños y jóvenes, y 230 adultos.

DATOS

EN 2017 HAN PARTICIPADO

980niños y jóvenes

166adultos mayores

196adultos

NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 25

Aparte de ser el sitio de referencia musical, también aporta a la comunidad implementos escolares y de aseo, mercados, cobijas, sillas, entre otras ayudas, que llegan por medio de una fundación de Bogotá. Esta es la historia de una emisora que supo sobrevivir a las amenazas y a la guerra.

TEXTO Y FOTOS: Camila Torres

El dial 106.6 F.M. estéreo retumba desde hace 19 años, en un sector de las montañas que recorren

el sur del Tolima con su ‘Ama-necer planaduno’. La pegajosa melodía proviene de una pe-queña casa de dos pisos que hace las veces de gran emisora, como lo es en su espíritu y su servicio a la comunidad, y que iniciaron los hermanos Efrén y Elkin Silva bajo el nombre de Musicalia.

Desde ese momento ha esta-do allí, en la plaza principal de Planadas, uno de los municipios emblemáticos del otrora Toli-ma Grande, para el disfru-te y el servicio de sus po-bladores, pues además de ofrecer variedad de música, transmite diversas actividades de entretenimiento.

Tan metido en sus entrañas estará este proyecto para los hermanos Silva, que recuerdan el día y la hora de su primera emi-sión: un 4 de septiembre de 1998 a las 2 pm. Ni un minuto antes, ni un minuto después. Musicalia empezó a transmitir mientras simultáneamente tramitaban la licencia ante el Ministerio de Comunica-ciones. Recuerdan que les dieron un NO por respuesta, por ser zona roja.

Nos dijeron que “la guerrilla la utilizaría en beneficio propio”, comenta Durley Vásquez, re-presentante legal. A pesar de esta adversidad administrativa, la estación siempre ha contado con un respaldo sorprendente: “la misma gente dice que la emi-sora es como el poder del pueblo y la forma más fácil de llegar a cualquier sitio”, asegura.

Casi una década después, el 19 de diciembre de 2007, el

Ministerio concedió la licencia bajo la resolución 003219, con 250 vatios de potencia, lo que le permite cubrir cerca del 80 por ciento del municipio.

Actualmente, cuenta con un equipo de trabajo integrado por Efrén Silva, director, ganadero y comerciante; Nelson Reynoso, locutor, quien a sus 26 años es Dj y trabaja en discotecas; Dur-ley Vázquez, la representante legal, quien es ama de casa y se dedica a la labor social en el municipio; por último, un transmisorista que visita regu-larmente la emisora.

CONTRA EL MIEDOMusicalia no solo se dedicó a amenizar el diario vivir de los

planadunos. También, y ante los momentos de alteración del orden público, llamaron a la calma a sus oyentes median-te mensajes de tranquilidad y brindaron información de las fuentes oficiales, situación que los puso en medio de la tensión del conflicto: “yo siem-pre he dicho que hemos sabido sobrevivir en medio de tanta adversidad, guerra y amena-zas”, afirma Vásquez.

Fueron muchos los intentos de la guerrilla por enlazar su emisora con la radio comu-nitaria, que siempre se negó a prestarse como eco de la gue-rra. A pesar de esta negativa, en ocasiones el grupo guerrillero usó sus micrófonos, como la vez que secuestraron a un al-calde. “Lo dijeron por la emisora y también las exigencias para

liberarlo”, continúa relatando la representante.

La tensión se agudizó cuan-do el Ejército empezó a apoyar las actividades de la emisora. “Comenzaron a exigirnos vacu-nas por el trabajo con el Ejército”. Para la celebración del día de los niños, en octubre del 2009, la guerrilla se llevó los equipos de transmisión, luego de que en la mañana un coronel invitó al evento por medio de la emisora.

Sobre las cinco de la tarde, Musicalia dejó de sonar. “Los equipos no estaban y había una carta con exigencias, como sa-car ‘Río de Pasiones’, una radio novela de Usaid, y ‘Red Unidos’, un programa social del Estado. No querían nada más con el Ejército”, era eso o abandonar el municipio, recuerda.

LA PARRILLAHay que resaltar dos programas de gran impacto. El noticiero, definido como la franja VIP, porque es donde participa la comunidad, y ‘Amanecer Pla-

Musicalia pone a bailar a los planadunos

naduno’, programa musical de los sábados. Sin duda, uno de los que más conecta con la gen-te. Aquí se da la oportunidad a quien quiera cantar con su guitarra, acordeón o cualquier instrumento. Este programa dio paso a un concurso de música de cuerda, cuya convocatoria reunió a cerca de 40 partici-pantes entre dúos, solistas y agrupaciones.

Otros programas son ‘Por campos y veredas’, de carácter musical; ‘Amanecer con Jesús’, dirigido por el párroco; ‘Tomé-monos un tinto’, del comité de cafeteros; ‘La voz de los niños’, donde participan menores en-tre 7 y 12 años; y ‘Al día con la alcaldía’. Los domingos de 6:00 a 7:00 a.m. se abren los micrófo-nos para la eucaristía dominical, seguida por baladas de los años 60, 70 y 80, hasta las 8:00 a.m., hora en la que se da paso al ‘Des-enguayabe’, con música popular, hasta las 10 a.m., hora en que la emisora se vuelve 100 % musical, hasta las 4:00 a.m. del lunes.

Desde una pequeña casa de dos pisos transmite Musicalia, con una potencia

de 250 vatios que le permiten cubrir el 80 % del municipio.

26 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

ASÍ NOS VEN

El periódico gratuito y mensual, la moderna página web y la aplica-ción móvil especializa-

da en turismo de la Colombia profunda fueron presentados ante más de 300 personas que llegaron hasta las instalaciones de la revista Semana para co-nocer de cerca este proyecto y a algunos de sus protagonistas: líderes y colaboradores locales.

“Necesitamos contar nuevas historias, visibilizar nuevos lí-deres que también aportan a nuestra Ciudad Puerto y a lo que seremos como Colombia en

posconflicto”, aseguró Valentina Villegas, colaboradora e invitada especial de Buenaventura.

De allí también llegó Adria-na Minotta, quien participó en el panel ‘Conectando territo-

rios: medios, periodismo y sociedad’. Para esta periodista bonaverense, de la emisora Voces del Pacífico, una de las principales dificultades que tienen en este puerto a la hora de informar es que sus colegas tienen que lidiar, principal-mente, con la autocensura por cuenta de la presión que ejer-cen sobre ellos organizaciones ilegales que hacen presencia en este distrito del Pacífico.

En el panel se resaltó parte del estudio de ‘Cartografías de la Información’, realizado por la Fundación para la Liber-tad de Prensa en Colombia —FLIP —, con el que quedó claro el papel fundamental que tienen los medios locales para las comunidades. “El periodismo en Colombia es muy citadino, suele estar arriba y al lado del poder y es cuestionable su utilidad para algunas ciudadanías”, resaltó Pedro Vaca, director ejecutivo de esta fundación.

Lanzamiento en Medellín

Simultáneamente al lanzamiento en Bogotá, en la Univer-sidad EAFIT de Medellín tuvo lugar un debate en el que participaron periodistas y académicos sobre los retos ac-tuales para producir información en los territorios. A este asistieron más de 80 personas y fue realizado en el marco de ‘Los días de la comunicación’, espacio de reflexión pro-movido por EAFIT, nuestra aliada.

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Con la participación de periodistas, líderes de las diferentes regiones del país, delegados del Gobierno nacional, empresarios y organizaciones internacionales, se presentó SEMANA RURAL en la ciudad de Bogotá.

La ruralidad se toma la capital

287 municipios de los 509 mapeados son 'zonas de silencio', lugares donde no existen medios locales.

En el panel se resaltó parte

del estudio de ‘Cartografías de la Información’,

realizado por la Fundación

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Colombia, FLIP.

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NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 27

LA OLLA

Si quiere aprender de saberes y sabores del Pacífico colombiano, lea con cuidado la siguiente historia de una mujer trabajadora y enamorada de la cocina tradicional. Hasta allá llegamos y nos deleitamos.

¡Aquí es Aleida!, una tradición con sabor a Pacífico

TEXTO Y FOTOS:Valentina Villegas

Ana Alicia Murillo es una bonaverense de 58 años que diaria-mente cautiva con

su sazón a gran cantidad de personas que visitan su local, más conocido como ‘Aquí es Aleida’. La historia del nombre de su restaurante alude a una de sus primeras jefas, a quien simplemente ayudaba en la cocina, ubicada en la tradicio-nal galería de Pueblo Nuevo. Después de un par de años, doña Aleida decidió marchar-se, dejando su nombre y sus clientes a aquella joven con ganas de emprender, quien con su talento para combi-nar ingredientes de pancoger, hierbas de azotea y especies marinas, sorprende a propios y extraños con su cocina.

Doña Ana recuerda que comenzó a trabajar en la galería a partir de la se-paración con su esposo, hecho que la motivó a sacar a sus hijos ade-lante, con el empuje que caracteriza a las mujeres fuertes y traba-jadoras del Pacífico. Son más de 20 años aplicando saberes que aprendió al ver cocinar a familiares y cono-cidos, quienes han llegado a Buenaventura desde distintos pueblos de la región.

Todos los días llega a las 6:30 de la mañana a su local, lo limpia y lo deja listo para sus clientes, mientras va a buscar los mariscos e ingredientes que necesita para preparar en su antiguo fogón de carbón.

Actualmente, tiene el lo-cal número ocho y está ubi-cado de manera temporal, al igual que otros 17 restau-rantes, atrás de la iglesia de Pueblo Nuevo. Sin embargo, las cocineras piden ser reu-bicadas en la galería don-de por años han recibido a sus clientes. El mismo lugar

donde conoció a doña Chen-cha, una de las cocineras más populares de Buenaventura, quien recientemente falleció y a quien recuerda con cariño por los momentos que com-partieron: “Ella fue una gran compañera. Nosotras íbamos a su casa; en los cumpleaños la cogíamos de sorpresa... chenchita era una maravilla”, expresa doña Ana.

En su menú ofrece un sa-broso sancocho de pescado, sudados de piangua, camarón, calamar, tortuga, toyo y jai-ba. Sin embargo, su plato más

pedido es el famoso Triple, compuesto por tres mariscos, arroz, ensalada y patacón.

Este tiene un valor de $15.000 y se acompaña

con aguapanela. Ser sabe-dora en cocina tradicional

desde los 15 años le ha per-mitido a doña Ana ser dueña de su propio negocio, el mis-mo que le permitió obtener su ‘ranchito’, como ella llama a su casa.

En definitiva, ‘¡Aquí es Aleida! es una de las mejo-res opciones para comer en Buenaventura. El secreto está en utilizar sus conocimientos heredados, ingredientes natu-rales y el amor por la cocina. Por esto, Ana comenta que aunque trabaja con su her-mana, para ella la cocina es su lugar favorito: “Mientras esté yo, la cocina no se la doy a nadie”, dice mientras exhibe una amplia sonrisa.

Preparación:Sudado de jaiba: se cocina la jaiba con media taza de agua, cebolla cabezona y, cuando seque, se le agrega un cucharón de crema de coco con ajo picado.Sudado de camarón: se precoce el camarón con cebolla de rama y cabezona, pimentón, media taza de agua; se le agrega ajo, color y una pizca de sal. Luego se agrega crema de coco y bija.Sudado de piangua: primero se lava bien la piangua y se parte en varios pedazos. Alternativamente se refritan las cebollas, pimentón, ajo y se vierte todo lo anterior con la piangua en una olla a cocinar con leche de coco y un poquito del aceite de bija. Se le agrega sal al gusto y por último la crema de coco. Como postre puede disfrutar de tres copas de arrechón o crema de viche por $4.000 pesos.

Para tener en cuenta: • La piangua debe comprarse sin concha, al igual que

se debe comprar solo la carne deshuesada de la jaiba.• Las cantidades que normalmente utiliza doña Ana

son media libra de cada marisco, de las cuales pueden salir tres platos.

Ingredientes:Para realizar este plato se deben preparar los sudados de los tres mariscos. Sus ingredientes son casi iguales:

RECETA DEL TRIPLE

- Leche de coco- Crema de coco- Ajo - Media libra de jaiba

- Papa picada- Bija (achiote)- Cebolla larga y cabezona- Pimentón

El Triple está compuesto por tres mariscos,

arroz, ensalada y patacón. Vale 15.000 pesos y

se acompaña con aguapanela.

28 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

FOTOCLIC

Fotógrafos emergentes recorrieron el país captando increíbles imágenes que hablan por sí solas de la riqueza cultural de los colombianos. Uno de ellos pasó la última noche con guerrilleros de las Farc, antes de entregar las armas. Otro recorrió Soacha para exponer historias de los desplazados del Pacífico. Les invitamos a visitar nuestro portal web www.semanarural.com y conocer los contenidos allí publicados, para enaltecer la ruralidad del país.

ESTE FOTÓGRAFO BOGOTANO ACOMPAÑÓ EL RECORRIDO DE LOS CAMPESINOS, A BORDO DE SUS CABALLOS, POR LOS SENDEROS DE UNA DE LAS RESERVAS NATURALES MÁS REMOTAS DE COLOMBIA.'Cabalgando hacia el último rincón de Sumapaz' – Andrés Torres

Un zoom a Colombia

1

VIAJAMOS AL SUR DE LA GUAJIRA PARA RETRATAR LOS MOMENTOS Y TESTIMONIOS ALREDEDOR DE LUÍS, UN JOVEN WAYUU QUE ES TAN FÁCIL DE IDENTIFICAR COMO DIFÍCIL DE OLVIDAR.'Kasutai, ser albino wayuu' – Luis Fernando Jaimes

3

2 UN GRUPO DE INDÍGENAS DE

ESTA ETNIA SE ORGANIZA EN TORNO A SU TERRITORIO EN EL NORTE DEL CAUCA, DE DONDE HAN VENIDO SIENDO DESPLAZADOS DESDE LA ÉPOCA DE LA CONQUISTA.'La lucha del pueblo nasa'.

4 EN CAZUCÁ (SOACHA) SABEN QUE LAS

MUERTES DE JÓVENES SON CÍCLICAS Y LOS VICTIMARIOS INCIERTOS. PERO CAZUCÁ

RESISTE Y EN SU COTIDIANIDAD HAY UNA LUCHA CONSTANTE POR PRESERVAR LAS TRADICIONES Y CONSTRUIR TEJIDO

SOCIAL, EN MEDIO DEL DESARRAIGO.'Soacha negra' – Gabriel Corredor

NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 29

LOS NIÑOS SE DIVIERTEN EN LA CIÉNAGA DE ZAPAYÁN MIENTRAS SUS MADRES CUMPLEN FUNCIONES DE LAVANDERAS A ORILLAS DEL MAGDALENA.'Lavanderas de Zapayán' – Linda Aragón

5

6

EL FOTÓGRAFO OVIDIO GONZÁLEZ RETRATÓ A TRES FAMILIAS QUE SOBREVIVEN EN UNA DE LAS VEREDAS MÁS EMPOBRECIDAS Y GOLPEADAS POR LA VIOLENCIA EN TODO EL VALLE DE ABURRÁ Y MEDELLÍN. 'Granizal, la segunda oportunidad' – Ovidio González

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8

¿CÓMO CONTAR EL OLVIDO, EL ABANDONO, PERO TAMBIÉN LA VIDA

TRANQUILA QUE SE RESPIRA EN LA DESEMBOCADURA MÁS FAMOSA DE

COLOMBIA? EL RESULTADO: ESTA INOLVIDABLE POSTAL.

'Bocas de ceniza: La última aldea entre el río y el mar' – Luis Fernando Jaimes

VEREDA MIRAVALLE, EN SAN VICENTE DEL CAGUÁN,

CAQUETÁ, HORAS PREVIAS A LA ENTREGA DE LAS ÚLTIMAS

ARMAS DE LAS FARC.'La última noche de la Teófilo

Forero' – Andrés Cardona

30 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

AQUÍ ENTRE NOS

Cuando sienta que una situación lo ha sobrepasado y tenga miedo o ansiedad, lo ideal es buscar apoyo profesional para encontrar mecanismos que le permitan enfrentarlo. No espere a que la situación empeore.

Identifique si está sufriendo estrés postraumático

En la vida, tarde o tem-prano, las personas enfrentamos distintas situaciones que nos

generan sufrimiento, estrés o tensión emocional. Estas si-tuaciones pueden generarse, paradójicamente, por eventos deseables que implican cam-bios en nuestra cotidianidad como casarnos, tener un hijo, trastearnos, culminar estudios o conseguir un trabajo, todo lo cual implica asumir situaciones nuevas y, por lo tanto, descono-cidas. También puede tratarse de eventos propios del curso de la vida, como la pérdida de un ser querido o una ruptura amorosa; podríamos decir que estos eventos son esperados.

Sin embargo, hay otras situaciones que trascienden esta característica. Al ser sor-presivas y devastadoras nos llevan a condiciones extremas o traumáticas, que son difíciles de asimilar. Estas situaciones pueden vivirse de manera in-dividual, como el abandono, el maltrato, el abuso sexual, el acoso escolar; o colectiva, como el conflicto armado, el desplazamiento forzado o los desastres naturales (inunda-ciones, terremotos, avalanchas o erupciones volcánicas), entre otras. La exposición a estos eventos puede ser directa —en la persona que lo experimen-ta— o indirecta —cuando se es testigo o cuando le ocurre

a alguien cercano—. De ahí que una situación o evento traumático sea algo que pone en peligro la vida o constitu-ye una amenaza para la in-tegridad física o síquica de una persona. Esto genera en ella una respuesta, ya sea para protegerse o para defenderse.

Ante las situaciones trau-máticas, las reacciones son muy variadas, tanto en sus caracte-rísticas como en su intensidad. Muchos superan los eventos traumáticos de manera espon-tánea, gracias a su personali-dad y posibilidades, e incluso relatan aprendizajes positivos y de fortalecimiento personal. Sin embargo, algunos pueden desarrollar problemas en su

PAÍS TRAUMATIZADO

Se estima que entre el 50 y el 80 por ciento de la población en Colombia ha sufrido una experiencia traumática lo suficientemente intensa como para generar un trastorno de estrés postraumático. • ADOLESCENTES:

En Colombia, 1 de cada 3 personas han estado expuestas a algún tipo de

evento traumático, ya sea porque lo ha presenciado, lo ha experimentado o le ha sido contado. Los eventos más frecuentemente reportados son: accidente de tránsito (14 %) y robo o atraco (10,6 %). El 32,6 % declara que en los

eventos a los que estuvieron expuestos hubo algún

fallecimiento. El 88,1 % de esta población manifiesta que ha

experimentado un evento que ha generado en ellos algún tipo de trauma sicológico.

• ADULTOS: 4 de cada 10 han sufrido por lo menos un evento traumático que incluía un fallecimiento. El 10 % indica que ha estado expuesto a más de un evento traumático en su vida. Los hechos más recurrentes son: accidente de tránsito (18,6 %), delincuencia

organizada o común (10,7 %), conflicto armado (7,9 %) y violencia intrafamiliar, ya sea física, sicológica o sexual (7,7 %). Cuatro de cada diez mujeres y de tres a cuatro de cada diez adultos de la población expuesta a la violencia por delincuencia organizada afirman que sufren un trauma sicológico. Entre tres y cuatro de cada cien personas

expuestas a experiencias traumáticas están en riesgo de padecer Trastorno de Estrés Postraumático (TEP).

• NIÑOS: El 11,7 % de los niños mayores de 7 años ha estado expuesto a algún evento traumático; de ellos, el 38,6 % podría tener algún problema sicológico secundario. Un 9,2 % de la población infantil presenta riesgo de padecer un TEP.

La percepción del daño tam-bién incide en el impacto de estos eventos en nuestras vidas, pues, por ejemplo, mientras este se perciba como grave, mayor es la posibilidad de sentirnos superados por el mismo. Es por eso por lo que toda situación traumática que deba enfrentar un niño afecta su desarrollo físi-co y sicológico, haciendo que las consecuencias en su desempeño en la vida sean mayores frente a un adulto que enfrente una situación similar. En el mismo sentido, no será equivalente superar un evento traumático cuando se vive una disfunción familiar, cuando se está aislado de la comunidad o padeciendo una enfermedad, que cuando esto no sucede.

Cuando identifique en us-ted o en un familiar que haya vivido un evento traumático algún comportamiento, sín-toma o condición que lo haga pensar que la situación lo ha sobrepasado y sigue existiendo sufrimiento, dolor, miedo o ansiedad, lo ideal es consul-tar un sicólogo o un médico siquiatra. No espere a que la situación avance y las conse-cuencias sicológicas sean más complejas. Este apoyo profe-sional le ayudará a encontrar mecanismos que le permitan enfrentar lo vivido.

salud mental, con dificulta-des para relacionarse con los demás, regular las emociones, aprender y desempeñarse en la vida cotidiana; mientras otros pueden presentar cuadros clí-nicos de depresión, ansiedad, trastorno de estrés postraumá-tico, consumo de sustancias sicoactivas e, incluso, suicidio.

El cómo responda cada per-sona ante un evento traumáti-co dependerá tanto del tipo de evento, como de su intensidad y la interpretación que se haga del mismo; de igual forma in-tervienen factores como la edad, el estado de salud, el apoyo de la familia y la comunidad, así como la forma usual de rela-cionarse. Un evento que se vive de manera puntual, como por

ejemplo un accidente de trán-sito, un atraco o un atentando, puede tener menos conse-cuencias a nivel emocional que eventos que se viven de manera repetida o constante, como la violencia intrafamiliar, el acoso escolar, la violencia de género, las amenazas o la persecución.

Los adultos que asumen mejor los eventos traumáticos fueron niños cuidados en sus ambientes.

*Con la asesoría de la Pontificia Universidad Javeriana

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• Fuente: Encuesta Nacional de Salud Mental - 2015

NOVIEMBRE DE 2017 SEMANA RURAL • 31

• Fuente: Encuesta Nacional de Salud Mental - 2015

PASATIEMPO

HORIZONTALESEste parque natural es considerado una fábrica y reserva natural de agua. Es una especie de ron barato hecho del jugo de la caña de azúcar. Hija de Tisquesusa. Apellido de Úrsula, la mujer que Gabo nos contó “que partió del mundo de los vivos un Jueves Santo”.Registro Mercantil. Famosa canción de Jorge Villamil. Hallarse de una determinada manera. A esta planta se le conoce también como chochitos. Majestuoso árbol cuya madera es realmente dura y resistente. Se dice que el de muchos es consuelo de tontos. Da cuenta de mis actos. Farfulloso, tartamudo, en reversa. Sin embargo.Señor abreviado. Desviación para acortar el camino.

El verdadero guardián del páramo. Prefijo para ‘oído’.Lo es la guapuchona y la encontramos en el páramo de Sumapaz. Manar agua de sus manantiales. En el Parque Nacional Natural de Sumapaz, 106 hectáreas pertenecen a ellas. Una del pentagrama.Denota a veces la idea de excepción. Manoseado documento.En esta laguna del Sumapaz nace el río Tunjuelito. Planta pequeña que cumple un papel muy importante en la conservación del agua.La del páramo de Sumapaz quedó delimitada en 311 mil hectáreas. Planta herbácea aromática.

VERTICALESPor este punto cardinal de Bogotá está el páramo de Sumapaz. Una de las ocupaciones principales de los habitantes paramunos. Trabaja por la sanidad agropecuaria del campo colombiano.Un paso obligatorio para llegar al Sumapaz desde Bogotá. Lo es para este parque natural el turismo desaforado. Humedad relativa.Sílaba cariñosa. Seguridad y Salud

Ocupacional. Dativo o acusativo de pronombre. Diosa muisca del agua.Delimita visiblemente un terreno. Alianza de izquierda. Que no tiene arrugas o desniveles. Preciado reservorio de agua donde nacen muchos ríos. Procede una cosa de otra.Tienen la teja corrida. El disfrutar los placeres de la vida. Un formato de compresión muy utilizado en informática. Símbolo del sodio. Entidad del Distrito Capital. Lo guardan en la manga.Jabón gelatinoso usado para el baño. Sustancia para curtir pieles.Pueblo mágico en el mar Caribe mexicano. Lugar por donde fluye una corriente de electricidad. Señor inglés, abreviado. Tamaño de pilas. El principal tubérculo que el campesino del páramo puede sembrar. Si es de leña o carbón se llama brasa. Crece un centímetro por año hasta alcanzar los 5 metros. Consejo de Salubridad General. Vocales diferentes. Se debe hacer con los cultivos para no agotar la tierra. Vaya, dice el gringo.Gracias a él, nuestro cuerpo nos dice qué necesita. Como el burro, dice el conejo.

CRUCIGRAMA BANDERA

SEMANA RURAL Es un producto de Proyectos Semana S.A. financiado con

el apoyo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), a través del programa de Alianzas para la Reconciliación operado en Colombia por ACDI/VOCA. Los

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Diseñadora: Leidy Sánchez Correctora de estilo: Silvia Constanza Oviedo

Colaboran en esta edición: Leilin Candela, Camila Torres, Daiana González, Gladys Seña, Lina Árias, Jenny Castaño, Marisol Gómez,

Laura Suárez, Nathalia Acosta, Valentina Villegas, Antonio Canchila y Luis Eduardo Valencia.

Asesores editoriales: Marta Ruiz y Víctor Diusabá

Productora general: Angélica Sánchez Director creativo: Hernán Sansone Jefe de infografías: Javier de la Torre 

Directora de archivo periodístico: Fernanda Pizarro

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Pág. 12

Las dificultades de los jóvenes rurales del Meta para entrar a la universidad

Pág. 16

En Colombia, 1 de cada 3 personas ha estado expuesta a algún tipo de evento traumático

Pág. 30

Pág. 26

REPORTAJE

PORQUE UN NUEVO PAÍS NECESITA NUEVOS PROTAGONISTAS

32 • SEMANA RURAL NOVIEMBRE DE 2017

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Las ‘cantaoras’ de Pogue cuentan sus historias de dolor

Pág. 21

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