Sentencia Corte constitucional 893

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Sentencia C-893/01 COSA JUZGADA CONSTITUCIONAL-Contenido de norma sustancialmente diferente ADMINISTRACION DE JUSTICIA POR PARTICULARES- Términos que determine la ley/ADMINISTRACION DE JUSTICIA POR PARTICULARES-Reserva de ley CENTROS DE CONCILIACION EN MATERIA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO-Incompetencia del Gobierno para reglamentar requisitos PRINCIPIO DEMOCRATICO-Reserva de ley GOBIERNO-Incompetencia de reglamentación por reserva de ley POTESTAD REGLAMENTARIA-Límites por reserva de ley ADMINISTRACION DE JUSTICIA-Competencia general ADMINISTRACION DE JUSTICIA-Competencia permanente y ordinaria/ADMINISTRACION DE JUSTICIA-Función pública estatal de naturaleza esencial DERECHO DE LIBRE ACCESO A LA JURISDICCION-Alcance En virtud del derecho constitucional del libre acceso a la jurisdicción, las personas tienen derecho a ser parte en un proceso promoviendo la actividad jurisdiccional que desemboque en una decisión judicial sobre las pretensiones que se le formulen. El artículo 229 Superior reconoce a todas las personas el derecho a obtener tutela judicial efectiva por parte de los jueces y tribunales que integran la administración de justicia,

Transcript of Sentencia Corte constitucional 893

Sentencia C-893/01 

COSA JUZGADA CONSTITUCIONAL-Contenido de normasustancialmente diferente ADMINISTRACION DE JUSTICIA POR PARTICULARES-Términos que determine la ley/ADMINISTRACION DEJUSTICIA POR PARTICULARES-Reserva de ley CENTROS DE CONCILIACION EN MATERIA DE LOCONTENCIOSO ADMINISTRATIVO-Incompetencia delGobierno para reglamentar requisitos PRINCIPIO DEMOCRATICO-Reserva de ley GOBIERNO-Incompetencia de reglamentación porreserva de ley POTESTAD REGLAMENTARIA-Límites por reserva de ley ADMINISTRACION DE JUSTICIA-Competencia general ADMINISTRACION DE JUSTICIA-Competencia permanentey ordinaria/ADMINISTRACION DE JUSTICIA-Funciónpública estatal de naturaleza esencial DERECHO DE LIBRE ACCESO A LA JURISDICCION-Alcance

 En virtud del derecho constitucional del libre acceso a la jurisdicción, laspersonas tienen derecho a ser parte en un proceso promoviendo laactividad jurisdiccional que desemboque en una decisión judicial sobrelas pretensiones que se le formulen. El artículo 229 Superior reconoce atodas las personas el derecho a obtener  tutela judicial efectiva por partede los jueces y tribunales que integran la administración de justicia,

garantía que entraña la posibilidad de acudir libremente a lajurisdicción siendo parte en un proceso promoviendo la actividadjurisdiccional que concluya con una decisión final motivada, razonable  yfundada en el sistema de fuentes. También implica obviamente laexistencia de pretensiones legítimas en cabeza de quienes accionan elaparato de la justicia. 

ADMINISTRACION DE JUSTICIA POR AUTORIDADADMINISTRATIVA-Función excepcional ADMINISTRACION DE JUSTICIA POR PARTICULARES-Función transitoria habilitada por las partes MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCION DECONFLICTOS-Transitoriedad y alternatividad MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCION DECONFLICTOS-Participación de la sociedad civil enasuntos que los afectan

 Los mecanismos alternativos de solución de conflictos no deben serinterpretados solamente como una manera de descongestionar elaparato de justicia sino también, y principalmente, como una formade participación de la sociedad civil en los asuntos que los afectan. En este sentido, es incuestionable su estirpe democrática, en la medida enque generan espacios de intervención de la comunidad en eldesarrollo de la función jurisdiccional evitando la conflictivización dela sociedad y logrando, por ende, el fortalecimiento de la legitimidaddel aparato de justicia estatal en la medida en que éste puede dedicarse a resolver aquellos asuntos que son de verdaderatrascendencia social. Desde esta perspectiva, se ha considerado que elpresupuesto básico para la efectividad de la justicia consensual es laexistencia de una sociedad civil organizada, integrada cultural,valorativa y normativamente, pues al decir Auerbach  “sólo cuando

existe congruencia entre los individuos y su comunidad, con valores  y deberes  compartidos, existe la posibilidad de justicia sin derecho”.      

MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCION DECONFLICTOS-Problemas que presenta/JUSTICIAINFORMAL-Problemas que presenta MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCION DECONFLICTOS-Complementarios de la justiciaformal/JUSTICIA INFORMAL-Complementaria de laformal

 La justicia informal proveniente de la aplicación de los mecanismosalternativos de solución de conflictos no es sustitutiva sinocomplementaria de la justicia estatal formal. De ahí la necesidad de quesea desarrollada gradualmente por el legislador, como expresión de unapolítica de Estado tendiente a propiciar la vinculación de la sociedad civilen la construcción de su propio destino.     

MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DECONFLICTOS-No imposición unilateral por elEstado/ADMINISTRACION DE JUSTICIA-Problemasestructurales

 Estas alternativas privadas para la solución de conflictos no deban serimpuestas unilateralmente por el Estado con el fin de solucionar losproblemas estructurales que aquejan a la administración de justicia,porque en vez de propender por la eficacia de ésta función pública seestarían generando serios problemas prácticos producto delresquebrajamiento de la autonomía privada y la consecuentedesconfianza de las partes en los árbitros y conciliadores. En verdad,esta clase de soluciones parciales pueden ser dañinas ycontraproducentes cuando se las concibe como remedios absolutos yunilaterales.

 SISTEMA JUDICIAL-Eficiencia/JUSTICIA-Alcance MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCION DECONFLICTOS-Regulación legal de conformidad con laConstitución MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCION DECONFLICTOS-Libertad de regulación legislativa CONCILIACION-Opción alterna para resolución deconflictos jurídicos CONCILIACION-Objeto

 Busca involucrar a la comunidad en la resolución de sus propiosconflictos, mediante la utilización de instrumentos flexibles, ágiles,efectivos  y económicos que conduzcan al saneamiento de lascontroversias sociales y contribuyan a la realización de valores queinspiran un Estado social de derecho, como son la paz, la tranquilidad,el orden justo y la armonía de las relaciones sociales; además de quepersigue la descongestión de los despachos judiciales, reservando laactividad judicial para los casos en que sea necesaria una verdaderaintervención del Estado. La conciliación es un procedimiento por el cualun número determinado de individuos, trabados entre sí por causa deuna controversia jurídica, se reúnen para componerla con laintervención de un tercero neutral -conciliador- quién, además deproponer fórmulas de acuerdo, da fe de la decisión de arreglo y elimparte su aprobación. El convenio al que se llega como resultado delacuerdo  es obligatorio y definitivo para las partes que concilian. 

CONCILIACION-Origen CONCILIACION EN MATERIA LABORAL-Voluntariedad

 ADMINISTRACION DE JUSTICIA POR PARTICULARES-Función transitoria/ADMINISTRACION DE JUSTICIAPOR PARTICULARES-Inconstitucionalidad pordelegación permanente CONCILIACION EXTRAJUDICIAL EN ASUNTOS DE LOCONTENCIOSO ADMINISTRATIVO-Inconstitucionalidadpor delegación permanente/CONCILIACIONEXTRAJUDICIAL EN MATERIA LABORAL-Inconstitucionalidad por delegación permanente CONCILIACION-Voluntariedad

 Por mandato del artículo 116 Superior  la conciliación tiene un carácteresencialmente voluntario, porque son las partes las que, en cada caso enconcreto, seleccionan en forma espontánea al particular que habrá dehacer las veces de conciliador, lo cual impide que, desde este punto devista, se establezca una suerte de permanencia en el ejercicio de dichafunción. 

NOTARIO-Función conciliadora transitoria CONCILIACION-Inconstitucionalidad por permanenciay onerosidad IGUALDAD DE OPORTUNIDADES EN ACCESO A LAADMINISTRACION DE JUSTICIA-Vulneración poronerosidad/ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA-Gratuidad CONCILIACION EN MATERIA LABORAL-Inconstitucionalidad por onerosidad 

CONCILIACION-Carácter potestativo yvoluntario/FACULTADES PARA TRANSIGIR Y CONCILIARSOBRE DERECHOS INCIERTOS Y DISCUTIBLES-Libertad CONCERTACION LABORAL-Promoción y no obligación CONCILIACION EN CONVENCION COLECTIVA O LAUDOARBITRAL-Inconstitucionalidad de deber deincorporación/CONCILIACION PARA CONTROVERSIASLABORALES-Inconstitucionalidad de deber deincorporación MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCIÓN DECONFLICTOS-Reserva de ley CONCILIADOR Y ARBITRO-Reserva de ley CONCILIADOR Y ARBITRO-Libertad de habilitación esde rango constitucional

 Debe reiterarse que el amparo concedido por la Constitución al derechode las partes de habilitar a los conciliadores y a los árbitros, es de rangoconstitucional y, en consecuencia, tal potestad debe ser respetada,incluso por la Ley que defina los lineamientos generales para suejercicio. De este modo, no obstante la regulación legal que se expidapara definir la forma y el modo de la habilitación no puede disminuir, enmanera alguna, la libertad de habilitación o escogencia de losindividuos, frente al conciliador que consideran más apto paraadelantar la audiencia. 

CONCILIACION EN CONVENCION COLECTIVA O LAUDOARBITRAL-Inconstitucionalidad de obligatoriedadpor potenciales beneficiarios

 

La Corte no encuentra válida la razón por la que el legislador quisohacer obligatoria la incorporación de una cláusula para escogerconciliadores únicamente en  los casos en que la convención colectiva oel laudo arbitral beneficie a más de trescientos trabajadores, toda vezque la cantidad de potenciales beneficiarios no es un motivo quejustifique objetivamente la exclusión para otros trabajadores de laposibilidad de acceder a un acuerdo conciliatorio a bajo costo y antepersonas que pueden inspirar confianza a la partes. 

MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCION DECONFLICTOS-Voluntariedad CONCILIACION EXTRAJUDICIAL EN MATERIA LABORAL-Inconstitucionalidad de requisito obligatorio deprocedibilidad CONCILIACION EXTRAJUDICIAL EN DERECHO-Inconstitucionalidad del requisito obligatorio deprocedibilidad ACCESO A LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA-No puedeser diferido ni obstaculizado por condición deprocedibilidad

  

Referencia: expediente D-3399 Acción pública deinconstitucionalidad contralos artículos 12, 23, 28, 30,35 y 39 (parciales) de la Ley640 de 2001 “Por la cual semodifican normas relativas a

la conciliación y se dictanotras disposiciones” Actor: Andrés De ZubiríaSamper Magistrada Ponente:Dra. CLARA  INÉS  VARGAS HERNÁNDEZ

  Bogotá D.C.,  veintidós (22) de agosto de dos miluno (2001) La Sala Plena de la Corte Constitucional de laRepública de Colombia, en nombre del pueblo y pormandato de la Constitución y previo el cumplimientode los trámites señalados en la Carta Política y enel Decreto 2067 de 1991, ha proferido la presentesentencia con fundamento en los siguientes,  I. ANTECEDENTES El ciudadano Andrés de Zubiría Samper, actuando ennombre propio y en ejercicio del derecho consagradoen los artículos 40-6, 241-4 y 242-1 de la CartaPolítica, demandó ante esta Corporación lainconstitucionalidad de algunas expresionescontenidas en los artículos 12, 23, 28, 30, 35 y 39de la Ley 640 de 2001. Mediante auto del 15 de febrero de 2001, se admitióla demanda, se ordenó su fijación en lista y se

dispuso correr traslado de la misma al Presidente dela República, al Congreso de la república, alMinisterio de Justicia y del derecho, al Ministeriode Trabajo y Seguridad Social, ala Cámara deComercio de Bogotá, a los Centros de Conciliación dela Universidad Nacional y de la Universidad de losAndes, al Instituto Colombiano de Derecho Procesal ya la Academia Colombiana de Jurisprudencia. Debe precisarse que según determinación adoptada porla Sala Plena de esta Corporación, la presentesentencia se aprobó con fundamento en un nuevoproyecto redactado por la suscrita MagistradaSustanciadora, debido a que en el proceso de lareferencia se configuró la situación descrita en elartículo 34 del Reglamento Interno de la CorteConstitucional. No obstante, se conservan algunos delos apartes de la ponencia original presentada porel Magistrado Marco Gerardo Monroy Cabra.  Cumplidos los trámites constitucionales y legalespropios de esta clase de juicios y  oído el conceptodel Procurador General de la Nación, procede la Cortea decidir de fondo la demanda de la referencia.  II. LAS NORMAS DEMANDADAS Se transcribe a continuación el  texto de lasdisposiciones acusadas, con la advertencia de que sesubraya lo demandado:   

“LEY 640 DE 2001(enero 5) “por la cual se modifican normas relativasa la conciliación y se dictan otrasdisposiciones.  “Artículo 12. Centros de conciliaciónautorizados para conciliar en materia de locontencioso administrativo.   El Gobierno Nacional expedirá el reglamento mediante elcual se determinen los requisitos quedeberán cumplir los centros para que puedanconciliar en materia de lo contenciosoadministrativo. “(…) “Artículo 23. Conciliación extrajudicial enmateria de lo contenciosoadministrativo. Las conciliacionesextrajudiciales en materia de locontencioso administrativo sólo podrán seradelantadas ante los Agentes del MinisterioPúblico asignados a esta jurisdicción yante los conciliadores de los centros deconciliación autorizados para conciliar enesta materia. “(…) “CAPITULO VII“De la conciliación extrajudicial enmateria laboral 

“Artículo 28. Conciliación extrajudicial enmateria laboral. La conciliaciónextrajudicial en derecho en materia laboralpodrá ser adelantada ante conciliadores delos centros de conciliación,ante losinspectores de trabajo, los delegadosregionales y seccionales de la Defensoríadel Pueblo, los agentes del MinisterioPúblico en materia laboral y ante losnotarios. A falta de todos los anterioresen el respectivo municipio, estaconciliación podrá ser adelantada por lospersoneros y por los jueces civiles opromiscuos municipales.  “Artículo 30. Del mecanismo conciliatorioespecial para resolver controversiaslaborales. Cuando una convención colectiva de trabajo o un laudo arbitral beneficie amás de trescientos (300) trabajadores,deberá incorporarse en ellos un mecanismopara escoger uno o varios conciliadores alos cuales se podrá acudir para resolverlos conflictos de los trabajadoresbeneficiarios, de acuerdo con las normaslegales que rigen la conciliación. Loscostos del servicio serán compartidos entrela empresa, el sindicato y el trabajador. Acada uno de estos dos últimos no se lepodrá asignar en caso alguno porcentajesuperior al diez por ciento (10%) de esevalor. “De no insertarse este mecanismo, seentiende incorporado en ellos el modelo

oficial que expida el Gobierno Nacional,siguiendo los mismos criterios.

  “CAPITULO X“Requisito de procedibilidad “Artículo 35. Requisito deprocedibilidad. En los asuntos susceptiblesde conciliación, la conciliaciónextrajudicial en derecho es requisito deprocedibilidad para acudir ante lasjurisdicciones civil, contenciosoadministrativa, laboral y de familia, deconformidad con lo previsto en la presenteley para cada una de estas áreas. “Realizada la audiencia sin que se hayalogrado acuerdo conciliatorio total oparcial, se prescindirá de la conciliaciónprevista en el artículo 101 del Código deProcedimiento Civil o de la oportunidad deconciliación que las normas aplicablescontemplen como obligatoria en el trámitedel proceso, salvo cuando el demandantesolicite su celebración. “El requisito de procedibilidad seentenderá cumplido cuando se efectúe laaudiencia de conciliación sin que se logreel acuerdo, o cuando vencido el términoprevisto en el inciso 1° del artículo 20 deesta ley la audiencia no se hubierecelebrado por cualquier causa; en esteúltimo evento se podrá acudir directamente

a la jurisdicción con la sola presentaciónde la solicitud de conciliación. “Con todo, podrá acudirse directamente a lajurisdicción cuando bajo la gravedad deljuramento, que se entenderá prestado con lapresentación de la demanda, se manifiesteque se ignora el domicilio, el lugar dehabitación y el lugar de trabajo deldemandado, o que este se encuentra ausentey no se conoce su paradero. “Cuando en el proceso de que se trate, y sequiera solicitar el decreto y la prácticade medidas cautelares, se podrá acudirdirectamente a la jurisdicción. De locontrario, tendrá que intentarse laconciliación extrajudicial en derecho comorequisito de procedibilidad, de conformidadcon lo previsto en la presente ley. “Parágrafo. Cuando la conciliaciónextrajudicial en derecho sea requisito deprocedibilidad y se instaure la demandajudicial, sin perjuicio de lo previsto enlos artículos 22 y 29 de esta ley el juezimpondrá multa a la parte que no hayajustificado su inasistencia a la audiencia.Esta multa se impondrá hasta por valor dedos (2) salarios mínimos legales mensualesvigentes en favor del Consejo Superior dela Judicatura.  “Artículo 39. Requisito de procedibilidaden asuntos laborales.   Si la materia de que

se trate es conciliable, la conciliaciónextrajudicial en derecho deberá intentarseantes de acudir a la jurisdicción laboralen los asuntos que se tramiten por elprocedimiento ordinario. “La conciliación extrajudicial en derechocomo requisito de procedibilidad suplirá lavía gubernativa cuando la ley la exija.”

 III.  LA DEMANDA El primer cargo de la demanda se refiere a lasupuesta violación de la función pública transitoriade los conciliadores. El actor sostiene que siendo transitoria la atribución de administrar justiciapor los particulares, por expresa disposición delcanon 116 constitucional, resultaninconstitucionales las disposiciones acusadas que laconceden dicha facultad de manera permanente a losconciliadores, a los centros de conciliación y a losnotarios. El segundo reproche consiste en la presuntainfracción del artículo 53 constitucional. Según elimpugnador, mientras la norma superior le atribuyecarácter facultativo a la conciliación en materialaboral, los artículos 35 y 39 de la Ley 640 de 2001la convierten en obligatoria al establecerla comorequisito general de procedibilidad de las accioneslaborales. Tal defecto, en su sentir,  se predicatambién del artículo 30 de la ley demandada, en lamedida en que hace imperativa la conciliación en las

convenciones colectivas o laudos arbitrales queinvolucren más de 300 trabajadores. Finalmente en parecer del demandante las normascensuradas de la  Ley 640 de 2001 quebrantan elprincipio de la cosa juzgada constitucional, porcuanto reproducen el contenido material de dosnormas de la Ley 446 de 1998, que fueron declaradasinexequibles por la Corte Constitucional y según lascuales, la conciliación se imponía como requisito deprocedibilidad para acudir ante la jurisdicciónlaboral.  IV. INTERVENCIONES Intervención de Luz Angélica Cáceres Fernández La ciudadana de la referencia intervino dentro de laoportunidad prevista para coadyuvar a la demanda encuanto a la inexequibilidad de los artículos 35 y 39de la Ley 640 de 2001. Según la interviniente, con la expedición de lasnormas demandadas el legislador desconoció loscriterios sentados por la Corte Constitucional en laSentencia C-160 de 1999, por virtud de la cual sedeclaró la inexequibilidad de otras normas queestablecían la conciliación como requisito deprocedibilidad en materia laboral, pues dichaprovidencia afirma que no podrá acudirse a laconciliación como etapa previa obligatoria mientrasno estén dadas las condiciones materiales ypersonales para garantizar un acceso efectivo a la

administración de justicia, y la intervinienteseñala que la infraestructura real de laconciliación en Colombia no es aún la adecuada paraasumir esta responsabilidad. Intervención del Ministerio de Justicia y del

Derecho El ciudadano José Camilo Guzmán Santos, enrepresentación del Ministerio de la referencia,solicitó a la Corte Constitucional declararexequibles las normas demandadas de la Ley 640 de2001, con fundamento en los siguientes argumentos. El representante del Ministerio manifiesta que, porun lado, el aparte demandado del artículo 12 de laLey 640/01 no tiene conexión con el primer cargo dela demanda, relativo a la transitoriedad de laatribución constitucional de administrar justicia.En efecto, el interviniente sostiene que la ordenimpartida al Gobierno por el artículo 12 para quereglamente los centros de conciliación de locontencioso administrativo, no concede per se unaatribución permanente para administrar justicia,pues los que concilian son los conciliadores, no loscentros de conciliación, unidades dispuestos apenaspara servir de apoyo logístico a las audiencias.Adicionalmente -sostiene-, la norma constituye enejemplo del ejercicio legítimo de la facultadconfigurativa del legislador y en nada quebranta loscánones constitucionales invocados. De otra parte -dice-, los artículos 23 y 28 concedena los particulares funciones jurisdiccionales

transitorias, no permanentes como lo sostiene lademanda, pues la actividad del conciliador se iniciacuando las partes en conflicto formulan la solicitudde conciliación y termina cuando se llega a unacuerdo o este fracasa. Sobre el particular,considera aplicables los argumentos expuestos por laCorte Constitucional respecto de la exequibilidad dela atribución de la función jurisdiccional a losárbitros en la sentencia C-431 de 1995 pues a losárbitros, como a los conciliadores, se les predicacompetencia únicamente del negocio puesto a suconsideración. Frente al cargo que descalifica la conciliación comorequisito obligatorio de procedibilidad de la acciónlaboral, el interviniente sostiene que las normasacusadas no imponen a los trabajadores la obligaciónde transigir o conciliar los conflictos surgidossobre derechos inciertos y discutibles. Lo que lanorma exige es el agotamiento de una etapa pre-procesal que busca el acercamiento de las partes enconflicto, mas no exige que el acuerdo se realice.El principio constitucional de la cosa juzgada no sealtera por virtud de las normas demandadas, dicefinalmente el Ministerio, pues aunque es cierto quela Corte Constitucional se pronunció sobre lainexequibilidad de algunas disposiciones queestablecían la conciliación como requisito deprocedibilidad en materia laboral, dichainexequibilidad no devino de una contradiccióndirecta entre dicha institución y la ConstituciónPolítica, sino de una incompatibilidad entre laobligatoriedad del recurso y una realidad materialque hacía imposible su aplicación efectiva, pues el

Estado no contaba con la infraestructura ni con lanormatividad necesarias para asumir ese compromiso. El Ministerio sostiene que, conforme a lo dicho porla Corte Constitucional en la Sentencia C-160 de1999, la conciliación laboral prejudicial puede serregulada por el legislador siempre y cuando se denlas condiciones materiales, personales y jurídicaspara garantizar el efectivo acceso a laadministración de justicia en materia laboral. Comola Corte impuso al Estado la carga de probar quetales condiciones estuvieran dadas con el fin deinstalar nuevamente el sistema de conciliaciónprejudicial, el representante del Ministerio seencarga de demostrar cómo en el término de un año,lapso en el cual empezarán a regir las disposicionesde la Ley 640 de 2001, las condiciones materiales ypersonales de los centros de conciliación seránóptimas para atender las peticiones de quienes estáninteresados en poner fin a un conflicto laboral. Así mismo, en cumplimiento de las exigenciascontenidas en la Sentencia C-160/99, la Ley 640definió los conflictos susceptibles de serconciliados y los que están por fuera de dichoprocedimiento; se esclareció que la conciliaciónsuple la vía gubernativa cuando la ley lo exige, sedeterminó que la petición de conciliación interrumpela prescripción y se instituyó el lapso después delcual, si los intentos por conciliar resultanfallidos, las partes quedan en libertad de acudir ala jurisdicción laboral. Así las cosas, elinterviniente reconoce que el nuevo panorama de laconciliación cumple con los requisitos establecidos

por la Corte Constitucional para que dichainstitución se avenga a los preceptos superiores. Intervención de Alexander Marín Ruiz El ciudadano de la referencia intervino en elproceso para solicitar la declaración deexequibilidad de las normas acusadas. A su juicio,la conciliación no es un escenario en el que seadministre justicia en sentido estricto: las partesse reúnen en presencia del conciliador, quien velapor el cumplimiento de la ley, y deciden elconflicto conforme a su voluntad. Así, gracias aeste sistema, se efectivizan los principios de laadministración de justicia consagrados en laConstitución Política. En el mismo sentido, las normas acusadas noconsagran la conciliación como una obligación,traducida en términos de requisito de procedibilidadde la acción judicial: no deben confundirse -a sujuicio- la conciliación como mecanismo y laconciliación como facultad de disposición de losderechos subjetivos. Finalmente, para el ciudadano de la referencia noexiste violación de la cosa juzgada constitucionalpues la razón que llevó a la Corte a declararinexequible el artículo 68 de la Ley 446 de 1998 enla Sentencia C-160/99, tuvo que ver con laincapacidad del Ministerio de Trabajo de asumirefectivamente el volumen de solicitudes deconciliación previstas para la época. Desde esafecha -dice- el Estado ha implantado las

instituciones y la normatividad necesarias pararobustecer el sistema de solución alternativa deconflictos. Para ilustrar dicha evolución, trae comoejemplo los Decretos 1818 de 1998, 1890 de 1999,1908 de 2000, 1214 de 2000. Intervención de la ciudadana Patricia Miranda

Gómez En ejercicio de su derecho constitucional, la citadaciudadana presentó ante la Corte solicitud para quese declare la inexequibilidad de las normas acusadasporque, a su juicio, reproducen el contenidomaterial de los artículos 68 y 82 de la Ley 446 de1998, que fueron declarados inexequibles por laCorte Constitucional mediante la Sentencia C-160 de1999.   V. CONCEPTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN Dentro de la oportunidad procesal prevista en laley, el señor Procurador General de la Nación,Eduardo Maya Villazón, solicitó la declaración deexequibilidad de las normas demandadas. Luego de un estudio preliminar sobre los mecanismosalternos de solución de conflictos, el señorProcurador aduce que la transitoriedad de laatribución de administrar justicia por parte de losconciliadores se reduce únicamente a los casos subjudice y, dentro de éstos, a la tarea de proponerfórmulas de acuerdo durante la respectiva audienciapara el levantamiento posterior de las actas. Las

normas que el legislador expida para regular losmecanismos alternos de solución de conflictos nocobijan, por tanto, la atribución transitoria de queestá investido el conciliador. De allí que no puedadeducirse una concesión permanente de administrarjusticia por parte de los artículos 12, 23 y 28 dela Ley 640 de 2001. Por otra parte, no encuentra la Vista Fiscal que sehaya quebrantado el principio de la cosa juzgadaconstitucional visto que la declaración deinexequibilidad hecha en la Sentencia C-160 de 1999,se adoptó con base en las dificultades operativas ynormativas con que se enfrentaban las autoridadesdel Estado para aplicar las normas que establecieronla conciliación como requisito de procedibilidad dela acción laboral. Como el contenido normativo delos preceptos que regulan la conciliación en la Ley640/01, son diferentes a los que fueron retiradosdel ordenamiento jurídico mediante la Sentencia C-160/99, no puede decirse que, respecto de ellos,hayan operado los efectos de la cosa juzgada. Másaún, dice, la Corte reconoció al final de laprovidencia que la conciliación laboral prejudicialno era por sí misma contraria a la Carta Política. Finalmente, el Ministerio Público se adentra en eltema de si la nueva legislación, adoptó las medidasoperativas y normativas que fueron echadas de menospor la Corte cuando en la pluricitada Sentencia C-160/99, se decidió declarar inexequibles losartículos de la Ley 446 de 1998 que regulaban lamateria. La conclusión de la Procuraduría, luego deanalizar el cuerpo normativo en cuestión, es que la

nueva legislación sí acogió las previsiones de lasentencia de la Corte y, por tanto, debeconsiderarse superada la inexequibilidad que declaróesta Corporación en aquella oportunidad. Para el Procurador, “la obligatoriedad del uso delmecanismo alternativo de la conciliación en asuntoslaborales como lo disponen las normas acusadas noentraba este derecho fundamental; por el contrario,lo privilegia, en la medida que descongestiona elaparato judicial del Estado en procura de una prontay cumplida justicia como lo exige la Carta Política,para aquellos asuntos en los que la conciliaciónfracasó o no es procedente.” Además -dice-, el artículo 53 de la Carta Políticano debe ser interpretado de manera restringida,entendiendo que la facultad de transigir o conciliarse ve menguada por las normas demandadas. Como estosmecanismos de autocomposición, son voluntarios -continúa- porque son las partes las que “habilitanal particular para resolver la controversia y comosu objetivo es llegar a un acuerdo pronto y oportunosobre el conflicto, qué mejor para las partes enconflicto que sea requisito agotar esta vía antes deacudir al aparato judicial estatal en dondeindefectiblemente tendrán que asumir unos costoseconómicos y prolongar en el tiempo la definición desu conflicto”. Finalmente, en relación con el artículo 30 de la Ley640/01, la vista fiscal pide la inhibición por partede la Corte Constitucional por falta de nexo entreel contenido normativo de la norma y el cargo

formulado en su contra, visto que la disposición encomento no impone la conciliación como mecanismoobligatorio para resolver los conflictos laboralesque involucren a más de 300 trabajadores, cual es elreproche del demandante, sino que ordena, en lasconvenciones colectivas o laudos arbitrales quebeneficien a dicha cantidad, se incluya un mecanismopara escoger uno o varios conciliadores a los cualesse puede acudir en caso de controversia.  VI. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS 1. Competencia De acuerdo con el numeral del artículo 241-4 de laCarta Política, la Corte Constitucional escompetente para resolver la demanda de lareferencia, toda vez que las normas acusadas hacenparte de una Ley de la República 2. Lo que se debate La demanda que suscita la presente causa plantea lossiguientes problemas jurídicos que deben serresueltos por esta Corporación a efecto deestablecer la validez constitucional de lasdisposiciones censuradas:   Si es inconstitucional la norma que habilita al

Gobierno para expedir el reglamento de los centrosde conciliación en materia de lo contenciosoadministrativo.

 Si es inconstitucional la norma que autoriza a

los conciliadores de los centros de conciliaciónpara adelantar conciliaciones extrajudiciales enmateria de lo contencioso administrativo.

 Si es inconstitucional la norma que habilita a

los centros de conciliación y a los notarios paraadelantar la conciliación extrajudicial en materialaboral.

 Si es inconstitucional la norma que establece la

inclusión obligatoria del mecanismo de laconciliación en las convenciones colectivas olaudos arbitrales que beneficien a más de 300trabajadores. 

 Si es inconstitucional la norma que consagra la

conciliación extrajudicial como requisito deprocedibilidad en asuntos laborales. 

  3. Asunto previo: inexistencia de cosa juzgadaconstitucional Antes de abordar el fondo del asunto esindispensable establecer si con relación a lasnormas que en esta oportunidad se revisan ha operadoel fenómeno de la cosa juzgada constitucionalprevisto en el artículo 243 de la Carta, toda vezque para el actor tales disposiciones reproducen eltexto normativo de  los artículos 68, 82, 85 y 87 dela Ley 446 de 1998, que fueron declaradosinexequibles en  la sentencia C-160 de 1999.   

 Contrariamente a lo que piensa el demandante, parala Corte no se cumplen los presupuestos para que eneste caso se configure la cosa juzgadaconstitucional, por cuanto el contenido de lasnormas acusadas de la Ley 640 de 2000 essustancialmente diferente del texto de lasdisposiciones de la Ley 446 de 1998, que fueronretiradas del ordenamiento legal por medio de lacitada providencia. En particular, la  norma de la Ley 446 de 1998 queestablecía la conciliación como requisito deprocedibilidad fue declarada inexequible, porque encriterio de la Corporación al momento delpronunciamiento no existían las condicionesmateriales que aseguraran la efectividad de estadeterminación legal. Por lo tanto,  la Corte considera que no existeobstáculo que le impida proceder a examinar de fondola constitucionalidad de los artículos impugnados dela Ley 640 de 2000.  4. Incompetencia del Gobierno Nacional parareglamentar los requisitos de los centros deconciliación en materia de lo contenciosoadministrativo De conformidad con el artículo 12 de la Ley 640 de2001, demandado en su totalidad, al GobiernoNacional le compete expedir el reglamento medianteel cual se determinen los requisitos que deberán

cumplir los centros para que puedan conciliar enmateria de lo contencioso administrativo. La norma transcrita contiene dos elementosfundamentales: el primero refrenda lainstitucionalización de la conciliación en materiacontencioso administrativa; y el segundo autoriza alEjecutivo para que dicte el reglamento queestablezca los requisitos que deben cumplir loscentros de conciliación en este campo. En efecto, la norma reafirma la conciliación enmateria contencioso administrativa, la cual fueprevista en el capítulo V de la Ley 23 de 1991,reglamentado en el Decreto 173 de 1993 y fue halladaconforme a los cánones constitucionales de 1991mediante Sentencia N° 143 del 12 de diciembre de1991 de la Corte Suprema de Justicia.[1]

 Ahora bien, en lo que hace referencia a la ordenimpartida al Ejecutivo para que proceda areglamentar los requisitos de los centros deconciliación en materia contencioso administrativa,esta Corte considera que el artículo 12 bajoanálisis es inconstitucional por las razones quepasan a explicarse. Conforme a lo dispuesto en el tercer inciso delartículo 116 de la Constitución Política, losparticulares pueden ser investidos transitoriamentede la función de administrar justicia en lacondición de conciliadores o en la de árbitroshabilitados por las partes para proferir fallos enderecho o en equidad, “en los términos que determine

la ley”, lo cual significa que para la regulación deestas materias el Constituyente instituyó unareserva legal dada la trascendencia social queimplica el traslado a los particulares de la funciónpública de impartir  justicia. En consecuencia, mal hace el legislador en autorizaral Gobierno a través del artículo 12, bajo examen,con el objeto de reglamentar los requisitos quedeberán cumplir los centros de conciliación para quepuedan conciliar en materia de lo contenciosoadministrativo, toda vez que con esta medida estádesconociendo de manera flagrante la competenciaconstitucional del Congreso de la República paradeterminar estos asuntos.  Conviene reiterar que en virtud de la denominadareserva legal el órgano legislativo -en su condiciónde  garante del principio democrático- ha recibidodel Constituyente el encargo de desarrollardeterminados mandatos superiores, tal como lo haexpresado la jurisprudencia constitucional: “La reserva de ley es una institución jurídica, de raigambreconstitucional, que protege el principio democrático, al obligar allegislador a regular aquellas materias que el constituyente decidióque fueran desarrolladas en una ley. Es una institución que impone unlímite tanto al poder legislativo como al ejecutivo. A aquél, impidiendoque delegue sus potestades en otro órgano, y a éste, evitando que sepronuncie sobre materias que, como se dijo, deben ser materia deley”.[2]

 Por lo tanto, es claro que al Gobierno está vedadoreglamentar las materias respecto de las cuales

opera  la reserva de ley. Así lo ha precisado lajurisprudencia: “La potestad reglamentaria, o el poder reglamentario, es un derechopropio constitucionalmente otorgado al Presidente de la Repúblicacomo autoridad administrativa, para dictar las normas de caráctergeneral que son necesarias para la correcta ejecución de la ley.  Porconsiguiente, esta atribución no necesita de norma legal expresa quela conceda, pero su ejercicio se amplía o restringe en la medida en queel Congreso utilice en mayor o menor grado sus poderes jurídicos. “(..) “Ahora bien, la potestad reglamentaria se caracteriza por ser unaatribución constitucional inalienable, intransferible, inagotable, puesno tiene plazo y puede ejercerse en cualquier tiempo y, esirrenunciable, por cuanto es un atributo indispensable para que laAdministración cumpla con su función de ejecución de la ley.  Sinembargo, esta facultad no es absoluta pues encuentra su límite yradio de acción en la Constitución y en la Ley, es por ello que no puedealterar o modificar el contenido y el espíritu de la ley, ni puededirigirse a reglamentar leyes que no ejecuta la Administración, asícomo tampoco puede reglamentar materias cuyo contenido estáreservado al legislador.  Por lo tanto, si un Reglamento rebosa sucampo de aplicación y desconoce sus presupuestos de existencia,deberá ser declarado nulo por inconstitucional por la autoridadjudicial competente (El Consejo de Estado, de acuerdo con el artículo237-2 de la Constitución)”.[3]  Se subraya

 Por lo anterior, la norma acusada desconoceabiertamente el principio consagrado en el artículo113 de la Constitución Política que prescribe que“los diferentes órganos del Estado tienen funcionesseparadas…”, así como el establecido en el canon 121Superior en virtud del cual “ninguna autoridad delEstado podrá ejercer funciones distintas de las quele atribuyen la Constitución y la Ley”.

 Basten estas razones para que la Corte declareinexequible el artículo 12 de la Ley 640 de 2001.  5. Perfil constitucional de los mecanismosalternativos de resolución  de conflictos

 Con el objeto de dilucidar los restantescuestionamientos de la demanda, la Corte consideraindispensable fijar un marco teórico en el cual seprecise cuál es el perfil constitucional de losmecanismos alternativos de resolución de conflictos,de los cuales forma parte el de la conciliación. El artículo 116 de la Carta  preceptúa: 

La Corte Constitucional, la Corte Suprema de Justicia, el Consejode Estado, el Consejo Superior de la Judicatura, la FiscalíaGeneral de la Nación, los Tribunales y los Jueces, administranjusticia. También lo hace la justicia penal militar.El Congreso ejercerá determinadas funciones judiciales.Excepcionalmente la ley podrá atribuir función jurisdiccional enmaterias precisas a determinadas autoridades administrativas. Sinembargo no les será permitido adelantar la instrucción desumarios ni juzgar delitos.Los particulares pueden ser investidos transitoriamente de lafunción de administrar justicia en la condición de conciliadoreso en la de árbitros habilitados por las partes para proferirfallos en derecho o en equidad, en los términos que determine laley.

 De la norma superior se desprende que por reglageneral la función de administrar justicia estáconfiada a la Corte Constitucional, la Corte Supremade Justicia, el Consejo de Estado, el ConsejoSuperior de la Judicatura, la Fiscalía General de la

Nación, los Tribunales, los Jueces y la justiciapenal militar. El Congreso también ejercedeterminadas funciones judiciales (arts. 174 y 175de la C.P.).[4]

 Corresponde a estas instituciones satisfacer enforma permanente y ordinaria la demanda social detutela judicial efectiva. En este sentido, es claroque la administración de justicia es una funciónpública estatal de naturaleza esencial[5], porqueaparte de ser una actividad estatal continua eininterrumpida “...configura unos de los pilaresfundamentales del Estado democrático social dederecho, al garantizar que una persona investida deautoridad pública y con el poder del Estado parahacer cumplir sus decisiones, resuelva, de maneraresponsable, imparcial, independiente, autónoma,ágil, eficiente y eficaz, los conflictos que surjanentre las personas en general, en virtud de loscuales se discute la titularidad y la manera deejercer un específico derecho, consagrado por elordenamiento jurídico vigente”. [6]     La función pública de administrar justicia puede serconcebida desde este enfoque como la contrapartidadel derecho constitucional del libre acceso a lajurisdicción, en virtud del cual las personas tienenderecho a ser parte en un proceso promoviendo laactividad jurisdiccional que desemboque en unadecisión judicial sobre las pretensiones que se leformulen. Ciertamente, el artículo 229 Superior reconoce atodas las personas el derecho a obtener  tutela

judicial efectiva por parte de los jueces ytribunales que integran la administración dejusticia, garantía que entraña la posibilidad deacudir libremente a la jurisdicción siendo parte enun proceso promoviendo la actividad jurisdiccionalque concluya con una decisión final motivada,razonable  y fundada en el sistema de fuentes (art.230 de la C.P). También implica obviamente laexistencia de pretensiones legítimas en cabeza dequienes accionan el aparato de la justicia. [7]

 Retomando el texto del artículo 116 de la LeyFundamental, se tiene que excepcionalmente lasautoridades administrativas pueden ser investidaslegalmente de la función de administrar justicia enlas materias específicamente previstas en la Ley,siempre y cuando ésta habilitación no implique la instrucción de sumarios y el juzgamiento de delitos. Así mismo, la Carta Política permite extendertransitoriamente la potestad de administrar justiciaa los particulares en calidad de conciliadores oárbitros[8] habilitados por las partes para proferirfallos en derecho o en equidad. En este mandato está el origen de los denominadosmecanismos alternos de resolución de conflictos, envirtud de los cuales los ciudadanos son investidosocasionalmente por la ley de la función de impartirjusticia, en condición de árbitros o conciliadores. Tal como lo ha reconocido la jurisprudencia, estafacultad es esencialmente ocasional o transitoria yes además de carácter voluntario  o espontáneo, por

cuanto al tenor de la norma superior en comento sonlas partes quienes habilitan al particular pararesolver su controversia.[9]

 La transitoriedad  y alternatividad de estosinstrumentos deriva del hecho de que  constituyenuna forma de colaboración de los particulares parael buen suceso de la  administración de justicia(art. 95-7 de la C.P.). De ahí que por razones deorden público no sea concebible el trasladopermanente de la función jurisdiccional a losparticulares. En torno a este aspecto, la jurisprudenciaconstitucional ha sido enfática: 

“La coercibilidad, elemento que acompaña al derecho, requiere de laexistencia permanente de un aparato institucionalizado que administrela coacción de conformidad con la Constitución y la ley, las que a suturno le imprimen a su ejercicio, en razón del contenido y valores quedefienden, el sello indeleble de la legitimidad democrática. Sólo así, elempleo de las medidas de coacción por las instituciones permanentesdel Estado, no se identifica con la violencia o el terror organizado. “El ordenamiento jurídico no se limita a diseñar y establecer el aparatode fuerza y las condiciones para su ejercicio, sino que, adicionalmente,indica el método de su actuación y las formas procesales que debenobservarse cuando se viola una norma jurídica y se hace entoncesnecesario poner en marcha sus dispositivos de constreñimiento o dereparación. En este orden de ideas, el uso de la coacción resultainseparable de sus condiciones de ejercicio y de las formas procesalesque deben agotarse para su correcto empleo, fijadas en el derechoobjetivo. (...)      

“Según el artículo 116 de la CP., la ley puede transitoriamenteatribuir la función jurisdiccional a particulares que obren comoárbitros o conciliadores. En el Estado social de derecho, losparticulares colaboran de variadas maneras en el desarrollo de lasfunciones y fines estatales. Dicha colaboración, en el ámbitojurisdiccional, no obstante, tiene carácter transitorio y excepcional.En primer término, la conciliación y el arbitraje sólo pueden   tener por objeto asuntos que por su naturaleza sean susceptibles dedicho trámite, y es evidente que no todos lo son.   En segundo término,   la paz y el orden público, se ponen en peligro si a los particulares, así obren como conciliadores o árbitros, se   les atribuye directamente la facultad de disponer del poder coactivo.   No es concebible que   el ejercicio de la jurisdicción, como función estatal,   se desplace de manera permanente y general a los árbitros y conciliadores ( CP art 113). [10]   Se resalta

  Sin embargo, los mecanismos alternativos de soluciónde conflictos a que se hace mención no deben serinterpretados solamente como una manera dedescongestionar el aparato de justicia sino también,y principalmente, como una forma de participación dela sociedad civil en los asuntos que los afectan(Preámbulo y arts. 1 y 2 de la C.P.). En  estesentido, es incuestionable su estirpe democrática,en la medida en que generan espacios de intervenciónde la comunidad en el desarrollo de la funciónjurisdiccional evitando la conflictivización de lasociedad y logrando, por ende, el fortalecimiento dela legitimidad del aparato de justicia estatal en lamedida en que éste puede  dedicarse a resolveraquellos asuntos que son de verdadera trascendenciasocial. [11]  Desde esta perspectiva, se ha considerado que elpresupuesto básico para la efectividad de la

justicia consensual es la existencia de una sociedadcivil organizada, integrada cultural, valorativa ynormativamente, pues al decir Auerbach  “sólo cuandoexiste congruencia entre los individuos y sucomunidad, con valores  y  deberes  compartidos,existe la posibilidad de justicia sinderecho”. [12]      Con todo se han identificado algunos de los peligrosque encierra la puesta en práctica de la justiciainformal: las profundas desigualdades materialesentre las partes, que inclinaría la balanza a favordel más poderoso; la existencia de una justiciacomunitaria de tipo sancionador; la trivializaciónde las demandas ciudadanas de cambio social; ladesactivación de los movimientos de organizacióncomunitaria mediante la judialización de laparticipación social y  la legitimación de unadescarga  de trabajo para la administración dejusticia.     En este contexto resulta, pues, claro que lajusticia informal proveniente de la aplicación delos mecanismos alternativos de solución deconflictos no es sustitutiva sino complementaria dela justicia estatal formal. De ahí la necesidad deque sea desarrollada gradualmente por el legislador,como expresión de una política de Estado tendiente apropiciar la vinculación de la sociedad civil en laconstrucción de su propio destino.     Por las mismas razones, estas alternativas privadaspara la solución de conflictos no deban serimpuestas unilateralmente por el Estado con el fin

de solucionar los problemas estructurales queaquejan a la administración de justicia, porque envez de propender por la eficacia de ésta funciónpública se estarían generando serios problemasprácticos producto del resquebrajamiento de laautonomía privada y la consecuente desconfianza delas partes en los árbitros y conciliadores.[13] Enverdad, esta clase de soluciones parciales puedenser dañinas y contraproducentes cuando se lasconcibe como remedios absolutos y unilaterales. Por ello, en este campo se impone la necesidad deque el Estado y la sociedad civil aúnen esfuerzospara construir un sistema judicial eficiente, porque“la necesidad de justicia no es independiente deotras necesidades sociales. La justicia no es unagregado social autónomo, ni una fórmula milagrosacapaz de resolver todos los conflictos sociales. Eneste sentido, los esfuerzos, no solo estatales sinotambién comunitarios, destinados a crear mecanismosjudiciales o extrajudiciales para la solución deconflictos, deben ir de la mano con esfuerzosdestinados al fortalecimiento de la integraciónsocial. La justicia es una tarea que no se logra, demanera concomitante, sin la realización de otrastareas, tan complejas o aún más complejas que ella,que a falta de términos más específicos denominamosaquí como construcción social e institucional”.[14]   Aparte de ser reconocidos por la ConstituciónPolítica, los mecanismos alternativos fueronrecogidos por la Ley Estatutaria de laAdministración de Justicia (LEAJ) del siguientemodo:

 “ARTICULO 8º. ALTERNATIVIDAD. La ley podrá establecermecanismos diferentes al proceso judicial para solucionar losconflictos que se presenten entre los asociados y señalará loscasos en los cuales habrá lugar al cobro de honorarios porestos servicios”

  

Sobre este particular, la Corte dijo:  

“Para esta Corporación, las formas alternativas desolución de conflictos no sólo responden a lospostulados constitucionales anteriormente descritos,sino que adicionalmente se constituyen eninstrumentos de trascendental significado para ladescongestión de los despachos judiciales, problemaéste que desafortunadamente aqueja en forma grave ypreocupante a la administración de justicia en elpaís. Adicionalmente, debe insistirse en que con losmecanismos descritos se logra cumplir con los deberesfundamentales de que trata el artículo 95 superior,como es el caso de colaborar con el funcionamiento dela justicia (Num 5o.) y propender al logro y elmantenimiento de la paz (Num. 6o). Con todo, convienepuntualizar que el término “asociados” que hace partede la norma bajo examen, incluye, además de losparticulares, también a las entidades públicas"(Sentencia C-037 de 1996) 

En este sentido, tal como lo sentó la Sentencia C-037 de 1996, por la cual se efectuó la revisión deconstitucionalidad de la Ley Estatutaria de laAdministración de Justicia, la Ley está facultadapara regular los aspectos sustanciales yprocedimentales de estos instrumentos jurídicos, sinperjuicio de que los particulares, en aquellos casos“no previstos por el legislador, puedan fijar sus

propias reglas para el ejercicio de su labor deimpartir justicia, siempre y cuando se ajusten a losparámetros establecidos en la Constitución y en laley”. En relación con este punto conviene citar elsiguiente aparte del fallo en cuestión:   

“En conclusión, las formas alternativas de resolverconflictos pueden ser reguladas por la ley, deacuerdo con los lineamientos constitucionales. Através de ellas, no sólo no se desconoce el artículo116 superior sino que se interpretan y se desarrollanlos principios y valores que regulan a toda laConstitución, como es la búsqueda de la paz, laconvivencia y el orden justo.”(Sentencia C-037 de1996, subrayas fuera del original) Se subraya

   Debe decirse, finalmente, que cuando la CartaPolítica facultó al Congreso para regular losaspectos atinentes a los mecanismos alternativos desolución de conflictos, también le confirió unalibertad de regulación que aquella potestad implica,de modo que el legislador es libre de establecer,dentro de los parámetros que le impone elOrdenamiento Superior, los requisitos, lasexigencias y, en general, las característicassustanciales a este tipo de mecanismos deadministración de justicia. 6. La conciliación. Génesis y características La conciliación es una de las herramientas ofrecidaspor el aparato jurisdiccional del Estado como opción

alternativa para la resolución de los conflictosjurídicos. La filosofía que soporta este tipo dealternativas pretende que los particulares resuelvanlas contiendas que comprometen sus derechosdisponibles, por fuera de los estrados judiciales,apelando a la búsqueda del acuerdo antes que alproceso formalmente entablado[15]. Con ello se busca involucrar a la comunidad en laresolución de sus propios conflictos, mediante lautilización de instrumentos flexibles, ágiles,efectivos  y económicos que conduzcan al saneamientode las controversias sociales y contribuyan a larealización de valores que inspiran un Estado socialde derecho, como son la paz, la tranquilidad, elorden justo y la armonía de las relaciones sociales(Cfr. Preámbulo, arts. 1° y 2° C.P.); además de quepersigue la descongestión de los despachosjudiciales, reservando la actividad judicial paralos casos en que sea necesaria una verdaderaintervención del Estado[16]. La conciliación es un procedimiento por el cual unnúmero determinado de individuos, trabados entre sípor causa de una controversia jurídica, se reúnenpara componerla con la intervención de un terceroneutral -conciliador- quién, además de proponerfórmulas de acuerdo, da fe de la decisión de arregloy el imparte su aprobación. El convenio al que sellega como resultado del acuerdo  es obligatorio ydefinitivo para las partes que concilian[17]. El origen de la conciliación se remonta a lossistemas jurídicos de las primeras sociedades, al

tiempo que fue desarrollado por los regímeneslegales más evolucionados, como el romano. Suimportancia como herramienta de control social ypacificación de la comunidad ha sido reconocida porcasi todas las culturas en todos los tiempos. La Leyde las XII tablas, por ejemplo, otorgaba fuerzaobligatoria a lo que convinieran las partes al ir ajuicio. En el régimen judicial de la antigua China,la mediación era considerada como el principalrecurso para resolver las desavenencias, tal como loplanteaba Confucio al sostener que la resoluciónóptima de las discrepancias se lograba mediante lapersuasión moral y el acuerdo, pero no bajocoacción[18]. En algunas regiones del África, la asamblea devecinos constituye el órgano de mediacióncooperativo para solucionar contiendas comunitarias,al igual que en la religión judía el Beth Din actúacomo consejo de rabinos para mediar en la soluciónde los conflictos. La iglesia católica también hafacilitado la solución concertada de las disputas aldisponer a los párrocos como mediadores. Rastros deinstituciones semejantes se hallan en el medioevo,para conciliar los asuntos que enfrentaban interesesde gremios, mercaderes y gitanos[19]; a la vez que enla legislación portuguesa, en el Código Manuelino de1521, se ordena acudir a la conciliación comorequisito previo antes de presentar la demanda. Enla Constitución Política de la Monarquía Española,que rigió en Guatemala antes de la independencia, sedispuso por expresa voluntad del artículo 282 que elalcalde municipal debía ejercer funciones deconciliador entre quienes pretendiesen demandar por

negocios civiles o por injurias, mientras que en elartículo 284 se impedía entablar pleito alguno si nose demostraba haber intentado el arreglopreviamente[20]. En épocas más recientes, estatutos legales de granincidencia para el desarrollo jurídico moderno hanreconocido la importancia de incluir la conciliaciónen su sistema judicial. Tal es el caso del Código deProcedimiento Civil francés de 1806, en el que seconservó la institucionalización de la conciliacióncomo procedimiento obligatorio que había sidoadoptada a la legislación francesa mediante la Leydel 24 de agosto de 1790. Por su parte, el derechocanónico la adopta en el Codex Iuris Canonici de1917, como la reproduce en la versión de 1983, alseñalar que: 

“Al comenzar el litigio, y en cualquier otromomento siempre que se abrigue algunaesperanza de éxito, el juez no dejará deexhortar y ayudar a las partes para queprocuren de común acuerdo buscar una soluciónequitativa de su controversia, y les indicarálos medios oportunos para lograr este fin,recurriendo incluso a personas serias comomediadoras.” (Cánon 1446)

 En los Estados Unidos, diferentes comunidades hanintegrado sistemas de resolución de conflictos apartir de la decisión de autoridades locales. Tal esel caso de  la Chinese Benevolent Association,establecida por los inmigrantes chinos; el JewishConciliation Board, fundado en Nueva York en 1920

como foro de mediación y arbitraje para la comunidadjudía; el Community Relations Service delDepartamento de Justicia, fundado en 1964 paraayudar en la conciliación de desavenencias raciales,y el Federal Mediation and Conciliation Service(FMCS), creado en 1947 para resolver controversiaslaborales e industriales, entre otros. A esterespecto debe anotarse que en Estados Unidos laconciliación no sólo es un sistema privado desolución de conflictos, sino un procesofundamentalmente voluntario.   En la legislación colombiana, la conciliación seremonta al Decreto 2158 de 1948, adoptado comolegislación permanente por el Decreto 4133 de 1948,por el cual se dicta el Código Procesal del Trabajo.El artículo 19 del estatuto (que corresponde alartículo 41 del Decreto compilatorio 1818 de 1998),establece que “la conciliación podrá intentarse encualquier tiempo, antes o después de presentarse lademanda”. La institución se encuentra reguladaademás en los artículos 20 al 24 del mismo estatuto.El artículo 15 del Código Sustantivo del Trabajotambién incluyó la transacción, advirtiendo que noes válida cuando se trate de derechos ciertos eindiscutibles. Con posterioridad, fue la Ley 23 de 1991 en sucapítulo tercero dictó el régimen atinente a laconciliación laboral, pero la misma no entró a regirdebido a que nunca se expidió el decreto quepretendía modificar la estructura del Ministerio deTrabajo y Seguridad Social para garantizar eladecuado funcionamiento del sistema de conciliación

obligatoria, cual era la condición de vigenciaimpuesta por el artículo 46 de la propia Ley 23.[21]

 La Ley 446 de 1998, expedida con el fin de regularíntegramente la materia, define la conciliación como“un mecanismo de resolución de conflictos a travésdel cual, dos o más personas gestionan por sí mismasla solución de sus diferencias, con la ayuda de untercero neutral y calificado, denominadoconciliador.” (Art. 64 Ley 446 de 1998,correspondiente al artículo 1º del Decreto 1818 de1998, por medio del cual se expide el Estatuto delos mecanismos alternativos  de solución deconflictos). La conciliación se ha extendido a otros campos delderecho. Así en la jurisdicción de familia existedos clases: la procesal, que se verifica en el cursodel proceso  y la extraprocesal que se puede surtirante el defensor de familia, ante el juez de familiao ante un centro de conciliación (art. 101 de la Ley446 de 1998).  En materia agraria el Decreto 2303 de 1989, en suartículo 31 dispone que en los procesos ordinarios yen el especial de deslinde y amojonamiento, habrálugar a una audiencia preliminar de conciliación. Entodos los procesos declarativos de índole agrariahabrá, igualmente una audiencia de conciliación(art. 35). Así mismo, en materia civil, la regla generalrespecto de la audiencia prevista por el artículo101 del Código de Procedimiento Civil consiste en

que se limita a los procesos ordinarios yabreviados, salvo disposición en contrario, lo cualsignifica que se excluyen los que ella expresamentemencione. No se incluyen los verbales, porque enellos tiene aplicación sin excepción alguna(artículos 432 y 439 del C.P.C.). Entre losordinarios de mayor cuantía donde no procede laaudiencia preliminar está únicamente el depertenencia (art.407-12 del C.P.C.). En losabreviados se excluye en la entrega de la cosa porel tradente al adquirente (art. 417 inc.4°);rendición provocada de cuentas (art.418 num.6°);pago por consignación (art.420. num 2° inc. 4°);declaración de bienes vacantes y mostrencos (art.422inc.6°); patronatos y capellanías laicos (art.423inc.3°) y restitución del inmueble arrendado (art.424 par.6°). Finalmente, esta institución jurídica fue elevada arango estatutario por el artículo 13 de la LeyEstatutaria de la Administración de Justicia, que laconsagró como mecanismo de ejercicio de la funciónjudicial en los siguientes términos:  

“ARTICULO 13º. DEL EJERCICIO DE LA FUNCIONJURISDICCIONAL POR OTRAS AUTORIDADES Y PORPARTICULARES. Ejercen función jurisdiccionalde acuerdo con lo establecido en laConstitución Política: “(…) 

“3. Los particulares actuando comoconciliadores o árbitros habilitados por laspartes, en asuntos susceptibles detransacción, de conformidad con losprocedimientos señalados en la ley…”

 La Ley 640 de 2001 introdujo nuevas modificaciones ala figura de la conciliación cuya validezconstitucional será analizada más adelante. Las características fundamentales de la conciliaciónson los siguientes: 

1)  La conciliación es un mecanismo de acceso a laadministración de justicia. Y lo es porque, comose desprende de sus características propias, elacuerdo al que se llega entre las partesresuelve de manera definitiva el conflicto quelas enfrenta, evitando que las mismas acudanante el juez para que éste decida lacontroversia. Independiente del fracaso o deléxito de la audiencia, la conciliación permiteel acercamiento de las partes en un encuentroque tiende hacia la realización de la justicia,no como imposición judicial, sino como búsquedaautónoma de los asociados.

 2)  La conciliación es un mecanismo alternativo de

solución de conflictos que puede realizarse porfuera del proceso judicial o en el curso delmismo. Puede ser voluntaria, u obligatoria comorequisito para iniciar un proceso. Puedellevarse a cabo por un tercero independiente opor una institución como un centro de

conciliación. Además, puede ser conciliaciónnacional o internacional para la solución deconflictos privados entre personas de distintanacionalidad o entre Estados e inversionistas deotros Estados, o entre agentes económicos dedistintos Estados. Conciliación hay en lasdistintas ramas del derecho como civil,comercial, laboral, contencioso administrativo yen ciertos aspectos del proceso penal.

 3)  Es una forma de resolver los conflictos con la

intervención de un tercero que al obrar comoincitador permite que ambas partes ganenmediante la solución del mismo, evitado loscostos de un proceso judicial.

 4)  La función del conciliador es la de

administrar justicia de manera transitoria,mediante habilitación de las partes, en lostérminos que determine la Ley. A propósito deesta disposición, que es la contenida en elartículo 116 constitucional, debe decirse que lahabilitación que las partes hacen de losconciliadores no ofrecidos por un centro deconciliación, es una habilitación expresa, en lamedida en que el particular es conocido por laspartes, quienes le confieren inequívocamente lafacultad de administrar justicia en el casoconcreto.

 Existe también la habilitación que procedecuando las partes deciden solicitar elnombramiento de un conciliador, de la listaofrecida por un determinado centro de

conciliación. En principio, esta habilitaciónsupone la aquiescencia de las partes respectodel conciliador nominado por el centro, perotambién implica la voluntad que conservan lasmismas para recusar al conciliador, siconsideran que no les ofrece la garantía deimparcialidad o independencia para intervenir enla audiencia. En este sentido, puede decirse que las figurasdel impedimento y la recusación  son esencialesa la conciliación, y son parte de su caráctereminentemente voluntario. Además, en estamateria se siguen las normas del Código deProcedimiento Civil.

 7)  Es un acto jurisdiccional, porque la decisión

final, que el conciliador avala mediante un actade conciliación, tiene la fuerza vinculante deuna sentencia judicial  (rei iudicata) y prestamérito ejecutivo (art. 66, Ley 446 de 1998).

 8)  La conciliación es un mecanismo  excepcional, 

porque dependiendo de la naturaleza jurídica delinterés afectado, sólo algunos de los asuntosque podrían ser sometidos a una decisiónjurisdiccional, pueden llevarse ante unaaudiencia de conciliación. En general, sonsusceptible de conciliación los conflictosjurídicos que surgen en relación con derechosdisponibles y por parte de sujetos capaces dedisponer.

 

A la conciliación le caben los mismos argumentosexpuestos por la Corte en relación con elarbitramento, en lo que tiene que ver con lasmaterias susceptibles de transacción. Así debedecirse que están excluidos de ser conciliablesasuntos relativos al estado civil o a losderechos de incapaces, o derechos sobre loscuales la ley prohíba a su titular disponer.[22] Del mismo modo, puede decirse que aconciliación no pueden ser sometidos asuntos queinvolucren el orden público, la soberaníanacional o el orden constitucional[23], o materiasrelacionadas con la legalidad de los actosadministrativos.[24]

 7)  Finalmente, por definición la conciliación es

un sistema voluntario, privado y bilateral deresolución de conflictos, mediante el cual laspartes acuerdan espontáneamente la designaciónde un conciliador que las invita a que expongansus puntos de vista  y diriman su controversia.La intervención incitante del terceroconciliador  no altera la naturaleza consensualde la composición que las partes voluntariamenteconcluyen, sino que la facilita y laestimula. [25]  

 Debe advertirse que en materia laboral, lavoluntariedad de la conciliación estáexpresamente reconocida en el  artículo 53 de laCarta Política, que al consagrar los principiosmínimos fundamentales del trabajo consagralas“facultades para transigir y conciliar sobre derechos inciertosy discutibles”.

  7.  Examen material de las normas acusadas Artículos  23 y 28 de la Ley 640 de 2001 Estas disposiciones son del siguiente tenor: 

“Artículo 23. Conciliación extrajudicial enmateria de lo contencioso administrativo. Lasconciliaciones extrajudiciales en materia delo contencioso administrativo sólo podrán seradelantadas ante los Agentes del MinisterioPúblico asignados a esta jurisdicción y antelos conciliadores de los centros deconciliación autorizados para conciliar enesta materia. “(…) “Artículo 28. Conciliación extrajudicial enmateria laboral. La conciliación extrajudicialen derecho en materia laboral podrá seradelantada ante conciliadores de los centrosde conciliación, ante los inspectores detrabajo, los delegados regionales yseccionales de la Defensoría del Pueblo, losagentes del Ministerio Público en materialaboral y ante los notarios. A falta de todoslos anteriores en el respectivo municipio,esta conciliación podrá ser adelantada por lospersoneros y por los jueces civiles opromiscuos municipales.

 Según el demandante las expresiones acusadas de estanormas son inconstitucionales, porque encontravención a lo dispuesto en el canon 116

Fundamental, le concede a los conciliadores de loscentros de conciliación  y a los notarios unafunción permanente para la resolución de asuntos denaturaleza judicial. Para la Corte el cargo está llamado a prosperar,pues en efecto las normas acusadas establecen unadelegación permanente de la función de administrarjusticia en los particulares, desconociendoflagrantemente el texto del artículo 116 de la Cartaque expresamente autoriza al legislador paraatribuirles dicha función pero en forma transitoria. Ciertamente, cuando el artículo 23 acusado alude a“los conciliadores de los centros de conciliación”,indudablemente se está refiriendo a un grupodeterminado de individuos que tienen como funciónhabitual actuar como conciliadores, toda vez que setrata de personas que por regla general deben serabogados en ejercicio que habiendo acreditado lacapacitación en mecanismos alternativos de soluciónde conflictos avalada por el Ministerio de Justiciay del Derecho, se inscriben ante un centro deconciliación y se encuentran, por ende, en continuadisponibilidad de servir como conciliador (art. 6°de la Ley 640 de 2000) Aparte de lo anterior, debe recordarse que pormandato del artículo 116 Superior  la conciliacióntiene un carácter esencialmente voluntario, porqueson las partes las que, en cada caso en concreto,seleccionan en forma espontánea al particular quehabrá de hacer las veces de conciliador, lo cualimpide que, desde este punto de vista, se establezca

una suerte de permanencia en el ejercicio de dichafunción. En el caso de los notarios ocurre algo similar. Aúncuando los notarios son particulares que ejercen unafunción pública[26] y, por ende, podrían ser enprincipio autorizados legalmente para que oficiencomo conciliadores,  la norma acusada no estableceun límite en el tiempo para el ejercicio de sufunción conciliadora contraviniendo de esta manerael artículo 116 Fundamental que le asigna caráctertransitorio a la conciliación.Aparte de estas razones, no deja de preocupar a la Corte que la funciónasignada a los conciliadores de los centros de conciliación y a losnotarios además de tener vocación de permanencia en el tiempo -hecho quepor sí solo la hace inconstitucional-, sea onerosa en términos económicospara quienes deseen hacer uso de ella[27], pues en este sentido se estaríadesconociendo la igualdad de oportunidades para acceder libremente a laadministración de justicia.   Sobre el particular valga tener presente que por disposición del artículo6° de la Ley Estatutaria de la Justicia “la administración de justiciaserá gratuita y su funcionamiento estará a cargo del Estado, sinperjuicio de las expensas, agencias en derecho y costos judiciales”. Alanalizar esta norma,  la Corte sentó la siguiente doctrina constitucionalcuyos fundamentos se prohíjan  en esta oportunidad: “A pesar de que la Carta Política no hace referenciaexpresa al principio de gratuidad en el acceso a laadministración de justicia, para la Corte éste seinfiere de los objetivos mismos que persigue la labor deimpartir justicia y de la realización plena del derechoa la igualdad contenido en el artículo 13 superior. “En efecto, como se estableció, uno de los pilaresesenciales del Estado social de derecho es la prestaciónseria, responsable y eficiente de la justicia, a travésde la cual es posible la materialización de un ordenjusto, caracterizado por la convivencia, la armonía y lapaz. Sin embargo, como lo ha señalado la Corte, la

aplicación y operatividad de la justicia “se haceefectiva cuando las instituciones procesales creadascomo instrumentos para asegurar su vigencia, arbitranlos mecanismos idóneos para que puedan acceder a ellastodas las personas en condiciones de igualdad”[28]. Pero,valga anotarlo, esas condiciones de igualdad no sepredican únicamente de las oportunidades para acceder ala administración de justicia, sino también de lascondiciones mismas en que se accede. Y en este puntojuega un papel preponderante la capacidad económica delas partes, la cual, como señala la sentencia citada,“no puede colocar a una de ellas en situación deprivilegio frente a la otra ni propiciar, porconsiguiente, la discriminación”. “El principio de gratuidad apunta, pues, a hacerefectivo el derecho constitucional fundamental a laigualdad. Con ello no quiere la Corte significar queaquellos gastos que originó el funcionamiento o lapuesta en marcha del aparato judicial, debido a lareclamación de una de las partes, tengan igualmente quesometerse al principio de gratuidad. Por el contrario,si bien toda persona tiene el derecho de acceder sincosto alguno ante la administración de justicia, nosucede lo mismo con los gastos necesarios para obtenerla declaración de un derecho. Por tal razón, la mayoríade las legislaciones del mundo contemplan la condena encostas -usualmente a quien ha sido vencido en eljuicio-, así como las agencias en derecho, esto es, losgastos en que incurrió la parte favorecida o suapoderado (a través de escritos, diligencias,vigilancia, revisión de expedientes) durante todo eltrámite judicial. Se trata, pues, de restituir losdesembolsos realizados por quienes presentaron unademanda o fueron llamados a juicio y salieronfavorecidos del debate procesal. “No obstante lo expuesto, encuentra la Corte que alseñalar la norma en comento que “en todos los procesos”

habrán de liquidarse las agencias en derecho y lascostas judiciales, se está desconociendo la posibilidadde que la Carta Política o la ley contemplen procesos omecanismos para acceder a la administración de justiciaque no requieran erogación alguna por parte de losinteresados. La acción de tutela de que trata elartículo 86 superior, reglamentada por el Decreto 2591de 1991, y la acción pública de constitucionalidadprevista en los artículos 241 y 242 del EstatutoFundamental y reglamentada por el Decreto 2067 de 1991,son algunos de los ejemplos que confirman los argumentosexpuestos. Así las cosas, esta Corte advierte que seráresponsabilidad del legislador definir, en cada proceso,si se amerita o no el cobro de las expensas judiciales,así como el determinar, según las formas propias de cadajuicio, si se incluye o no a las entidades públicasdentro de la liquidación de agencias en derecho, costasy otras expensas judiciales. “En ese orden de ideas, la Corte considera que elartículo bajo revisión, al consagrar el principio degratuidad y permitir que los interesados, incluyendo lasentidades públicas, sufraguen los costos judiciales,respeta el derecho a la igualdad contenido en laConstitución, así como la libertad para acceder a laadministración de justicia. Por ello, habrá dedeclararse su exequibilidad, salvo la expresión “quehabrán de liquidarse en todos los procesos sin excluir alas entidades públicas”, la cual, por las razonesanotadas, se declarará inexequible”.[29]

 Pero la onerosidad del servicio que ofrecen loscentros de conciliación y los notarios es másinquietante tratándose de los asuntos de índolelaboral, donde el trabajador, por lo general, carecede los medios económicos para acudir a estemecanismo alternativo de solución de conflictos con

el objeto de dirimir amigablemente una controversiacon su empleador.     Por los motivos expuestos, la Corte declarará lainexequibilidad de las expresiones acusadas de losartículos 23 y 28 de la Ley 640 de 2000.

  

Artículo 30 de la Ley 640 de 2000 Dispone esta norma: 

 “Artículo 30. Del mecanismo conciliatorioespecial para resolver controversiaslaborales.Cuando una convención colectivade trabajo o un laudo arbitral beneficie amás de trescientos (300) trabajadores,deberá incorporarse en ellos un mecanismopara escoger uno o varios conciliadores alos cuales se podrá acudir para resolverlos conflictos de los trabajadoresbeneficiarios, de acuerdo con las normaslegales que rigen la conciliación. Loscostos del servicio serán compartidos entrela empresa, el sindicato y el trabajador. Acada uno de estos dos últimos no se lepodrá asignar en caso alguno porcentajesuperior al diez por ciento (10%) de esevalor. “De no insertarse este mecanismo, seentiende incorporado en ellos el modelooficial que expida el Gobierno Nacional,siguiendo los mismos criterios.

 

El artículo 30 impugnado señala en su primer incisoque en caso de que una convención colectiva o unlaudo arbitral beneficie a más de 300 trabajadores,existe el deber de incorporar mecanismos paraescoger uno o varios conciliadores. Este deber, comose deduce de las consideraciones precedentes no sóloconstituye una clara violación del carácterpotestativo y voluntario de la conciliación (art.116 de la C.P.) sino también del principioconstitucional que obliga al Estado a tener encuenta la libre facultad de disposición de losderechos inciertos y discutibles de los trabajadores(art. 53 de la C.P.). Pero además, el hecho de que en las convenciones yen los laudos arbitrales, que son actos jurídicos dereconocimiento de derechos, se obligue la inserciónde mecanismos que permiten la resolución ágil yeconómica de los conflictos jurídicos derivados deaquellos, vulnera  el artículo 55 de la Carta queestablece el deber de promover -no de obligar-  laconcertación laboral. La norma en cita dispone: 

“ARTICULO 55. Se garantiza el derecho de negociacióncolectiva para regular las relaciones laborales, conlas excepciones que señale la ley. “Es deber del Estado promover la concertación y losdemás medios para la solución pacífica de losconflictos colectivos de trabajo”. Se subraya

 Además la Corte encuentra que  cuando el últimoinciso del artículo 30 de la Ley 640 de 2001,prescribe que “De no insertarse este mecanismo, seentiende incorporado en ellos el modelo oficial que

expida el Gobierno Nacional, siguiendo los mismoscriterios”, está vulnerando la reserva legal queestablece el artículo 116 para la regulación de losmecanismos alternativos de solución de conflictos. La inconstitucionalidad de esta disposición resideen que según el artículo 116 de la ConstituciónPolítica la habilitación de los conciliadores y delos árbitros es una potestad exclusiva de las partesque se ejerce de acuerdo con los lineamientoslegales. Es decir que por mandato del artículosuperior, el constituyente instauró una reserva deley en materia de habilitación de conciliadores yárbitros. Según se analizó anteriormente, conforme a esteprincipio las materias o asuntos sobre los cualesrecae dicha reserva sólo pueden ser reguladosmediante una norma de rango legal. Así las cosas, ellegislador está obligado a dictar la normatividadpertinente a través de una ley. No obstante, larestricción impuesta por dicho principio impide alCongreso desprenderse definitivamente de dichapotestad, transfiriéndola al Gobierno para que éstela desarrolle en ejercicio de su potestadreglamentaria[30]. A juicio de la Corporación, la intención delartículo 116 de la Carta Política es amparar, bajoel imperio de la ley, el derecho que tienen laspartes de habilitar autónomamente a losconciliadores. Ello, con el fin de garantizar laefectividad de las normas que regulan este aspectode la conciliación y a la vez dotar de legitimidad -

debido al carácter eminentemente democrático de laley-, las medidas que se adopten en relación con laforma, el modo y las condiciones en que debe hacersela habilitación a los conciliadores para aplicarjusticia. A propósito de este punto, debe reiterarse que elamparo concedido por la Constitución al derecho delas partes de habilitar a los conciliadores y a losárbitros, es de rango constitucional y, enconsecuencia, tal potestad debe ser respetada,incluso por la Ley que defina los lineamientosgenerales para su ejercicio. De este modo, noobstante la regulación legal que se expida paradefinir la forma y el modo de la habilitación nopuede disminuir, en manera alguna, la libertad dehabilitación o escogencia de los individuos, frenteal conciliador que consideran más apto paraadelantar la audiencia. El inciso final del artículo 30 de la Ley 640,contraviniendo la Carta dispone entonces que elGobierno Nacional expedirá el mecanismo al cualdeberán acogerse las empresas y los trabajadorespara nombrar conciliadores, si dicho dispositivo nose inserta en la convención colectiva. Estaautorización es, de acuerdo con lo dicho,inconstitucional, porque significa llanamente que lavoluntad del Ejecutivo estaría llamado a suplir lavoluntad de las partes, en caso de que éstas guardensilencio en relación con el tema de la conciliación;pero también supliría la voluntad de la Ley, siendoésta la única autorizada para regular lahabilitación en la materia, según quedó dicho.

 Ahora bien, admitiendo en gracia de discusión labondad del mecanismo previsto en el artículo bajoanálisis, la Corte no encuentra válida la razón porla que el legislador quiso hacer obligatoria laincorporación de una cláusula para escogerconciliadores únicamente en  los casos en que laconvención colectiva o el laudo arbitral beneficie amás de trescientos trabajadores, toda vez que lacantidad de potenciales beneficiarios no es unmotivo que justifique objetivamente la exclusiónpara otros trabajadores de la posibilidad de accedera un acuerdo conciliatorio a bajo costo y antepersonas que pueden inspirar confianza a la partes.  Artículos 35 y 39 de la Ley 640 de 2000 

 “Artículo 35. Requisito deprocedibilidad. En los asuntos susceptiblesde conciliación, la conciliaciónextrajudicial en derecho es requisito deprocedibilidad para acudir ante lasjurisdicciones civil, contenciosoadministrativa, laboral y de familia, deconformidad con lo previsto en la presenteley para cada una de estas áreas. “Realizada la audiencia sin que se hayalogrado acuerdo conciliatorio total oparcial, se prescindirá de la conciliaciónprevista en el artículo 101 del Código deProcedimiento Civil o de la oportunidad deconciliación que las normas aplicables

contemplen como obligatoria en el trámitedel proceso, salvo cuando el demandantesolicite su celebración. “El requisito de procedibilidad seentenderá cumplido cuando se efectúe laaudiencia de conciliación sin que se logreel acuerdo, o cuando vencido el términoprevisto en el inciso 1° del artículo 20 deesta ley la audiencia no se hubierecelebrado por cualquier causa; en esteúltimo evento se podrá acudir directamentea la jurisdicción con la sola presentaciónde la solicitud de conciliación. “Con todo, podrá acudirse directamente a lajurisdicción cuando bajo la gravedad deljuramento, que se entenderá prestado con lapresentación de la demanda, se manifiesteque se ignora el domicilio, el lugar dehabitación y el lugar de trabajo deldemandado, o que este se encuentra ausentey no se conoce su paradero. “Cuando en el proceso de que se trate, y sequiera solicitar el decreto y la prácticade medidas cautelares, se podrá acudirdirectamente a la jurisdicción. De locontrario, tendrá que intentarse laconciliación extrajudicial en derecho comorequisito de procedibilidad, de conformidadcon lo previsto en la presente ley. “Parágrafo. Cuando la conciliaciónextrajudicial en derecho sea requisito deprocedibilidad y se instaure la demanda

judicial, sin perjuicio de lo previsto enlos artículos 22 y 29 de esta ley el juezimpondrá multa a la parte que no hayajustificado su inasistencia a la audiencia.Esta multa se impondrá hasta por valor dedos (2) salarios mínimos legales mensualesvigentes en favor del Consejo Superior dela Judicatura. “Artículo 39. Requisito de procedibilidaden asuntos laborales.   Si la materia de que se trate es conciliable, la conciliaciónextrajudicial en derecho deberá intentarseantes de acudir a la jurisdicción laboralen los asuntos que se tramiten por elprocedimiento ordinario. “La conciliación extrajudicial en derechocomo requisito de procedibilidad suplirá lavía gubernativa cuando la ley la exija.”

 Para la Corte las normas trascritas son inconstitucionales en los apartes que se acusan,puesto que dada la naturaleza voluntaria de losmecanismos alternativos de solución de conflictos engeneral, y de la conciliación laboral, enparticular, el legislador no podía establecerla comoun requisito obligatorio de procedibilidad paraacudir ante la jurisdicción laboral, además porqueal hacerlo desconoce el derecho de los particularesde acceder libremente a la administración dejusticia para solicitar la tutela judicial efectivade sus derechos.    

En efecto, el artículo 35 de la Ley 640 de 2001 aldisponer  que en los asuntos susceptibles de serconciliados, entre otros en materia laboral,  debehaberse intentado el arreglo conciliatorio para quela demanda judicial sea admisible, somete laposibilidad de acudir a la jurisdicción a unacondición que no resulta válida a la luz de la Cartaen la medida en que la obligación de un arregloconciliatorio obstruye la libertad de acceder a laadministración de justicia (art. 229 C.P.). En lo que se refiere a la conciliación comorequisito de procedibilidad de la acción laboral, lanorma quebranta abiertamente el principioconstitucional contenido en el artículo 53 de laCarta, según el cual, corresponde a la Ley tener encuenta la facultad de los trabajadores paratransigir y conciliar sobre derechos inciertos ydiscutibles, la cual se ve afectada cuando se exigeal particular acudir a la conciliación comorequisito previo a la presentación de la demanda. Por las mismas razones, resulta inconstitucional elinciso segundo de la disposición que se comentasegún el cual la“conciliación extrajudicial enderecho como requisito de procedibilidad suplirá lavía gubernativa cuando la ley la exija.”. Estadecisión legislativa tampoco es acorde con elespíritu general de la conciliación, porque si bienbusca prescindir del procedimiento contenciosoadministrativo laboral en asuntos que recaen sobremateria conciliable, agilizando la resolución delconflicto mediante la omisión una de las etapas dellitigio contencioso administrativo que es la vía

gubernativa, de todas formas parte del supuesto dela obligatoriedad de la conciliación que, tal comose advirtió, es a todas luces contraria alOrdenamiento Superior. Desde otro ángulo de análisis puede afirmarse que la inconstitucionalidad del requisito deprocedibilidad en asuntos laborales es contrario alconjunto de disposiciones superiores que leatribuyen al trabajo la condición de derechofundamental y le imponen al Estado el deber debrindarle especial protección. Efectivamente, la Constitución Política de 1991,además de enmarcar a Colombia como Estado Social deDerecho (art. 2°), prodiga al trabajo una especialprotección de parte del Estado. De ahí que cuando sedesconocen los derechos consagrados a favor de untrabajador, éste debe gozar de los mecanismosexpeditos de acción para defenderlos ante lasautoridades competentes, sin condicionamientos queenerven la efectividad de los mismos. Corolario de lo anterior es el precepto 53 de laCarta Fundamental, que  le señala al Estatuto delTrabajo la obligación de instituir unos principiosmínimos fundamentales, entre otros, los de igualdadde oportunidades para los trabajadores; remuneraciónmínima, vital y móvil; estabilidad en el empleo;irrenunciabilidad a los beneficios mínimoscontenidos en normas laborales; situación másfavorable al trabajador en caso de duda en laaplicación e interpretación de las fuentes formalesdel derecho; garantía a la seguridad social; y

facultades para transigir y conciliar sobre derechosinciertos y discutibles. Todo este elenco de normas protectoras, que arrancadel presupuesto indubitable de la diferencia en larelación individual de trabajo donde existe unaparte, el trabajador, en condición de inferioridad,podría quedar enervado, o al menos seriamenteamenazado, si  el titular de los derechos que le hansido vulnerados, tuviese limitantes o cortapisasimpuestas por el legislador como condición parapoderlos ejercer de modo expedito. El carácter social de estos derechos -que muchasveces tienen incluso un contenido vital-, y laespecial tutela estatal que se brindaconstitucionalmente a los mismos, exige que elacceso a la justicia no pueda estar diferido  niobstaculizado por una condición de procedibilidadimpuesta aún contra la voluntad del beneficiario,con mayor razón si para ese trámite obligatorioprevio al proceso se contempla la posibilidad de queel titular del derecho tenga en ocasiones quesufragar de su propio peculio, muchas veces escaso,  expensas significativas para poder accionar ante losjueces. No es que la conciliación en materia laboral vaya adesaparecer. Por el contrario, conserva su especialrelevancia histórica siempre y cuando no se lainstituya como un requisito de procedibilidad encontra  de los principios y valores constitucionalesdel trabajo y ante autoridades que en algunos casos

por no ser versados en esta especialidad la tornanineficaz y ocasionalmente onerosa. Aunque lo dicho anteriormente pone en evidencia lainconstitucionalidad de las disposiciones que seexaminan, existe otra razón que corrobora sucontradicción con los dictados superiores: al preverla Ley 640 de 2000 la conciliación obligatoriajudicial en todos los procesos ordinarios deltrabajo como requisito de procedibilidad, esto es,antes de la presentación de la demanda, no seconsulta la norma superior que distingue entrederechos inciertos o discutibles para efectos deacudir a este medio de solución de controversias. En efecto, la previsión contenida en lasdisposiciones que se revisan implica que aún cuandoel trabajador tenga la certeza de que le asiste underecho indiscutible y cierto, y realmente esederecho  tenga tal carácter, no lo puede ejercitardirectamente sin antes haberse sometido alprocedimiento conciliatorio previo y obligatorio, locual, sin duda, constituye no sólo una dilacióninexplicable sino también un contrasentidoconstitucionalmente inadmisible. Para finalizar, la Corte cree conveniente precisarque no obstante la plausible intención con la cualfueron adoptadas las disposiciones cuyainexequibilidad  se declara en esta providencia, losnotorios defectos estructurales que se advierten enla Ley 640 de 2000 en el diseño de la conciliaciónpara asuntos laborales hacen pensar que aúnsubsisten las causas que llevaron a la Corte en la

Sentencia C-160 de 1999 a retirar del ordenamientolegal las normas de la Ley 446 de 1998, queestablecían la conciliación como requisito deprocedibilidad.  Al respecto es pertinente señalar que en lamencionada providencia C-160 de 1999  la Corte enningún momento avaló la constitucionalidad de laconciliación obligatoria como requisito deprocedibilidad para acudir ante la justicia delramo. Allí simplemente afirmó que “no habría ningúnproblema en admitir la posibilidad de establecer laconciliación prejudicial en materia laboral, comorequisito de procedibilidad” si además de lasexigencias constitucionales se daban las condicionesmateriales establecidas en esta jurisprudencia, quepara el caso de las normas examinadas en aquellaocasión no se cumplían acarreando su declaratoria deinexequibilidad. En este pronunciamiento la Corte no pretendedesconocer la necesidad planteada en la sentencia demarras en el sentido de que  existan unascondiciones materiales mínimas para laimplementación de la conciliación como mecanismoalternativo de solución de conflictos,  siempre ycuando en el diseño de esta herramienta ellegislador además tenga presente las característicasconstitucionales que le atribuye el artículo 116 dela Carta Política, cuyo sentido y alcance han sidoanalizados extensamente en esta providencia.          

VII. DECISION En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional,administrando justicia, en nombre del pueblo y pormandato de la Constitución,

  

R E S U E L V E: PRIMERO.- Declarar INEXEQUIBLES los artículos 12, 30y 39 de la Ley 640 de 2001. SEGUNDO.- Declarar INEXEQUIBLES las siguientesexpresiones: “…y ante los conciliadores de los centros de

conciliación autorizados para conciliar en estamateria”, contenida en el artículo 23 de la Ley640 de 2001.

 “…ante conciliadores de los centros de

conciliación…” y “...ante los notarios...”,contenidas en el artículo 28 de la Ley 640 de2001.

 “...requisito de procedibilidad”...“laboral...”,

contenidas en el artículo 35 de la Ley 640 de2001, en los términos de esta sentencia.

  Cópiese, notifíquese, comuníquese, insértese en laGaceta de la Corte Constitucional, cúmplase yarchívese el expediente.

    

ALFREDO BELTRÁN SIERRAPresidente

   

JAIME ARAÚJO RENTERIAMagistrado

   

MANUEL JOSÉ CEPEDA ESPINOSAMagistrado

   

JAIME CÓRDOBA TRIVIÑOMagistrado

   

RODRIGO ESCOBAR GILMagistrado

   

MARCO GERARDO MONROY CABRAMagistrado

   

LUIS EDUARDO MONTEALEGRE LYNETTMagistrado

   

ALVARO TAFUR GALVISMagistrado

    

CLARA INÉS VARGAS HERNÁNDEZMagistrada

    

MARTHA V. SÁCHICA DE MONCALEANOSecretaria General

Salvamento de voto a la Sentencia C-893/01 

MECANISMOS ALTERNATIVOS DE RESOLUCION DECONFLICTOS-Denominación/MECANISMOS ALTERNATIVOSDE RESOLUCION DE CONFLICTOS-Procedimiento mínimo(Salvamento de voto) JUEZ-Imparcialidad (Salvamento de voto) CONCILIACION EXTRAJUDICIAL-Requisito deprocedibilidad constituye un procedimiento defácil acceso a la administración dejusticia/CONCILIACION EXTRAJUDICIAL-No esjusticia comunitaria de tiposancionador/CONCILIACION EXTRAJUDICIAL-Disponibilidad (Salvamento de voto) ADMINISTRACION DE JUSTICIA-Modificación decultura litigiosa (Salvamento de voto) CONCILIACION-Origen y aceptación (Salvamento devoto) CONCILIACION EXTRAJUDICIAL OBLIGATORIA-No dependede grado de cultura o civilización (Salvamento devoto) CONCILIACION-Mecanismo alterno de solución deconflictos (Salvamento de voto) CONCILIACION-No requiere de grado superior decivilización y cultura para funcionamiento(Salvamento de voto) 

ACCESO A LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA-Fundamental (Salvamento de voto) DERECHO DE ACCESO A LA ADMINISTRACION DEJUSTICIA-Fundamento último (Salvamento de voto)

 El fundamento último del derecho al acceso de la administración dejusticia reside en el derecho de toda persona a obtener una soluciónjusta de su conflicto ya sea en forma adversarial, o mediante elreconocimiento de la autocomposición mediante la negociación otransacción, o ante un tercero neutral e imparcial como sucede con laconciliación y el arbitraje. 

ACCESO A LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA-Novulneración por distintos procedimientos derealización (Salvamento de voto) ACCESO A LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA ENCONCILIACION EXTRAJUDICIAL-Alcance (Salvamento devoto) DERECHO DE ACCESO A LA ADMINISTRACION DEJUSTICIA-Regulación legal/CONCILIACIONEXTRAJUDICIAL-Regulación legal (Salvamento devoto) ACCESO A LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA-Presupuestos (Salvamento de voto)

 El acceso a la administración de justicia exige estos presupuestos: a) Queexista la persona particular en su calidad de conciliador o árbitro, oentidad pública cuando ejerza funciones jurisdiccionales, o ante una delas autoridades judiciales previstas en la Constitución, ante quien sepueda impetrar la solución del conflicto; b) Una normatividad que regule

el derecho sustancial invocado; c) Un procedimiento que no requiere sernecesariamente judicial; y, d) Un autoridad que haga cumplir ladecisión. 

CONCILIACION EXTRAJUDICIAL OBLIGATORIA-Cumplimiento de presupuestos (Salvamento de voto) CONCILIACION-Transitoriedad para el caso(Salvamento de voto)

 La conciliación no es una institución permanente sino que respecto decada caso es transitoria porque la función de los conciliadores y laactuación de las partes en conflicto es relativa a cada conflicto. Lafunción de los conciliadores es esencialmente transitoria para el casoque tramitan y cada conflicto es especial y en el mismo intervienenpartes determinadas para la solución de un conflicto específico. 

CENTROS DE CONCILIACION-Parte operativa(Salvamento de voto) CENTROS DE CONCILIACION-Administración dejusticia transitoria en cada caso/CENTROS DECONCILIACION-Función (Salvamento de voto)

 A la luz del artículo 116 de la Constitución Política, no son los centros deconciliación sino los conciliadores los que reciben la potestad deadministrar justicia de manera transitoria en cada caso determinado. Lafunción de los centros se limita, exclusivamente, a servir de baselogística para el desarrollo de las audiencias que habrán de celebrarseen materia de conciliación. 

CONCILIACION EXTRAJUDICIAL-Conciliador es unparticular distinto en cada caso (Salvamento devoto)

 CONCILIACION EXTRAJUDICIAL-No concesiónpermanente de función (Salvamento de voto) CONCILIADOR-Disposición permanente a serconvocados en audiencia (Salvamento de voto) CONCILIADOR-Selección por las partes en cada caso(Salvamento de voto)

 Las partes son, en cada caso concreto, quienes seleccionan al particularque desempeñará el papel de conciliador, lo cual evita considerar que sufunción se realiza de manera permanente. 

CONCILIADOR-Función transitoria (Salvamento devoto) NOTARIO-Falta de establecimiento de término paraejercicio de función (Salvamento de voto)

 La falta de establecimiento de un término no constituye per se, vicio deinconstitucionalidad de la norma, toda vez que de la naturaleza de laconciliación se tiene que la función de administrar justicia, conferida porel artículo 116 constitucional a los notarios que actúan comoconciliadores, finaliza cuando las partes firman el acuerdo o cuandoconvienen en que no es posible llegar a él. La transitoriedad de lafunción judicial, exigida por la constitución, no tiene nada que ver con elestablecimiento de un término dentro del cual puedan ejercersefunciones de conciliador, sino con la naturaleza misma de laconciliación. 

UNIDAD NORMATIVA-Integración (Salvamento de voto) 

CONCILIACION EXTRAJUDICIAL OBLIGATORIA EN MATERIALABORAL-Constitucionalidad del requisito deprocedibilidad/CONCILIACION EXTRAJUDICIAL ENMATERIA LABORAL-Obligatoriedad de intentar llegaral acuerdo (Salvamento de voto) CONCILIACION-Acepciones (Salvamento de voto) CONCILIACION-Procedimiento y convenio (Salvamentode voto) CONCILIACION-Acuerdo no obligatorio/CONCILIACION-Procedimiento es obligatorio (Salvamento de voto) CONCILIACION EXTRAJUDICIAL OBLIGATORIA-Observancia de trámite como requisito deprocedibilidad (Salvamento de voto)

 Cuando la ley hablaba de la conciliación extrajudicial obligatoria comorequisito de procedibilidad de la acción laboral, debió entenderse eltérmino en su sentido instrumental, procedimental y mediático, comoun trámite obligatorio que es necesario agotar antes de acudir a lajurisdicción, más no en su acepción sustantiva, vinculada al arreglo,según la cual, es obligatorio llegar al acuerdo para acudir a la víajurisdiccional, lo cual sería verdaderamente contradictorio. A loanterior se suma lo relacionado con el hecho de que la conciliación,como requisito de procedibilidad, constituye en sí misma unmecanismo de acceso a la administración de justicia. 

CONFLICTOS COLECTIVOS DE TRABAJO-Concertación ysolución pacífica (Salvamento de voto) 

CONCILIACION EN CONVENCION COLECTIVA O LAUDOARBITRAL-Obligación de presentación de fórmula dearreglo (Salvamento de voto) CONCILIACION EXTRAJUDICIAL OBLIGATORIA EN MATERIALABORAL-Precedente jurisprudencial en materia derequisito de procedibilidad (Salvamento de voto) CONCILIACION-Materias/CONCILIACION EXTRAJUDICIALLABORAL-Materias (Salvamento de voto) CONCILIACION EXTRAJUDICIAL-Sustitución de víagubernativa como requisito de procedibilidad(Salvamento de voto) CONCILIACION EXTRAJUDICIAL-Suspensión de laprescripción o la caducidad (Salvamento de voto) CONCILIACION-Tiempo para intentarse (Salvamentode voto) CONCILIACION-Medios materiales y personalessuficientes (Salvamento de voto) CONCILIACION EXTRAJUDICIAL OBLIGATORIA-Infraestructura (Salvamento de voto) LIBERTAD DE CONFIGURACION LEGISLATIVA DE FORMASPROCESALES-Diseño de estructura jurídica(Salvamento de voto) CONCILIACION EXTRAJUDICIAL OBLIGATORIA EN MATERIALABORAL-Descongestión judicial (Salvamento devoto)

  

Referencia: expediente D-3399. Demanda deinconstitucionalidad contralos artículos 12, 23, 28,30, 35 y 39 (parciales) dela Ley 640 de 2001 Actor: Andrés de ZubiríaSamper. Magistrado Ponente:Dra. CLARA INÉS VARGASHERNÁNDEZ

  

Con nuestro acostumbrado respeto, nos permitimossalvar el voto en el proceso D-3399, Sentencia C-893del 22 de agosto de 2001, que decidió la demanda deinconstitucionalidad presentada por el ciudadano dela referencia contra los artículos 12, 23, 28, 30,35 y 39 (parciales) de la Ley 640 de 2001 “Por lacual se dictan normas relativas a la conciliación yse dictan otras disposiciones”. Los magistrados que salvamos el voto disentimos dela sentencia respecto de la declaratoria deinexequibilidad de las expresiones“…y ante losconciliadores de los centros de conciliación autorizados para conciliaren esta materia”, contenida en el artículo 23;“…anteconciliadores de los centros de conciliación…” y “...ante los

notarios...”, contenidas en el artículo 28; “...requisito deprocedibilidad...” y “...laboral...”, contenidas en el artículo35; el primer inciso del artículo 30 y el artículo39 de la Ley 640 de 2001, mas no de la que derivó enla inconstitucionalidad de los artículos 12 y 30, ensu inciso final, con la cual estuvimos de acuerdo.Así entonces, este salvamento se restringirá acuestionar los argumentos que fundamentaron lasdecisiones antes mencionadas. 1. Constitucionalidad de los mecanismos alternativosde solución de conflictos. Los suscritos magistrados que salvamos el voto en lasentencia de la referencia, coincidimos con laposición mayoritaria en algunos de los argumentosque sustentan la constitucionalidad de losmecanismos alternativos de solución de conflictos. En efecto, muchos de los apartes de la providenciaen cuestión fueron tomados directamente de laponencia original, que fue derrotada en Sala Plena,en vista de que aquellos constituían la basediscursiva que justificaba, desde el punto de vistaconstitucional, la existencia de los mecanismosalternativos para la solución de los conflictosjurídicos. Por ejemplo, estamos de acuerdo con la mayoría enque se hubiera reconocido que por virtud de lodispuesto en el artículo 116 de la ConstituciónPolítica, la función de administrar justicia está acargo de la Corte Constitucional, de la CorteSuprema de Justicia, del Consejo de Estado, del

Consejo Superior de la Judicatura, de la FiscalíaGeneral de la Nación, de los Tribunales, los Juecesy la justicia penal militar, que la ejercerán demanera permanente. Efectivamente, el carácteresencial de la función de administración de justiciaexige la institucionalización de organismosjurisdiccionales encargados de impartirlacontinuamente, sin interrupción ni obstáculo. También coincidimos en que este derecho de acudirante los órganos de administración de justicia delEstado se deriva directamente del artículo 229 de laCarta y que aquél incluye la garantía de asistirlibremente a la jurisdicción, como parte en unproceso, con el fin de obtener una decisión justaque ponga fin al conflicto. Admitimos también la excepcionalidad de la funciónde administrar justicia por parte de ciertasautoridades administrativas, según lo autoriza elpropio artículo 116 de la Carta, así como latransitoriedad de la misma potestad, en cabeza departiculares, cuando éstos actúan como conciliadoreso árbitros habilitado por las partes para proferirfallos en derecho o en equidad. Reconocemos que sería en todo contrario a lavoluntad del constituyente, afirmar que dichapotestad puede ser conferida de otra manera que nosea transitoria u ocasional (aunque éste últimovocablo no sea el empleado por la Constitución), yadmitidos el carácter netamente voluntario quedefine los instrumentos alternativos de solución deconflictos en la medida en que son las partes las

que habilitan al particular para resolver lacontroversia  y que está en la voluntad de lasmismas, decidir o rechazar la solución propuestapara la contienda. A nuestro juicio, la función de administrar justiciaa cargo de los particulares se entiendecircunscrita, además y por obvias razones, al deberque le asiste a los particulares de colaborar con elbuen funcionamiento de la administración de justicia(95-7 C.P.), y constituye no sólo una forma defavorecer el descongestionamiento del aparato dejusticia sino una vía para la realización delprincipio de participación de la sociedad civil enlos asuntos que la afectan. No obstante que, como se dijo, reconocemos lavalidez jurídica de las afirmaciones precedentes,los magistrados que salvamos el voto disentimos delas argumentaciones que prosiguen. La Corte sostiene, sobre la base de que losinstrumentos alternativos de solución de conflictosson instituciones de funcionamiento transitorio yvoluntario, que su implantación encierra “algunospeligros”, derivados de “las profundas desigualdades materialesentre las partes, que inclinaría la balanza a favor del más poderoso; laexistencia de una justicia comunitaria de tipo sancionador; latrivialización de las demandas ciudadanas de cambio social; ladesactivación de los movimientos de organización comunitariamediante la judialización de la participación social y  la legitimaciónde una descarga  de trabajo para la administración de justicia.” Comoconsecuencia de lo dicho, la Corte consideró en lasentencia que la “justicia informal”, con la cual se

identificó a la conciliación, debía ser instauradacomo elemento complementario de la justicia estatalformal, y que su regulación debía ser materiade “desarrollo gradual” por parte del legislador, de talforma que constituyera un tema de política de Estadotendente a propiciar la vinculación de la sociedadcivil en la construcción de su propio destino. Los reparos que nos surgen respecto de lasanteriores consideraciones son múltiples. En primer lugar, los medios alternativos de soluciónde conflictos no pueden denominarse “justiciainformal” o “justicia consensual”.  Además de estarprevistos en la Constitución (art. 116), existe unprocedimiento mínimo, se capacita a losconciliadores en técnicas apropiadas, se levanta unacta, y el acuerdo conciliatorio hace tránsito acosa juzgada y presta mérito ejecutivo. De otro lado, las “profundas desigualdadesmateriales entre las partes, que inclinaría labalanza a favor del más poderoso” es unacircunstancia que se presenta también en todos losprocesos judiciales que son decididos por juecesque, como los mediadores, actúan en forma imparcialsin que por esta situación de desequilibrioeconómico se pueda  enjuiciar a la administración dejusticia. El requisito de procedibilidad de la conciliaciónpara acudir a un proceso judicial no es “justiciacomunitaria de tipo sancionador” sino es unprocedimiento de fácil acceso a la administración de

justicia dado que los conciliadores administranjusticia por mandato de la Constitución. No seentiende tampoco cómo pueda estar involucrado elelemento sancionador en los proceso de conciliacióncuando la esencia de los mismos es la resolución deconflictos surgidos en torno a derechos disponibles,materia ajena a la de la potestad punitiva. No se presenta la “trivialización de las  demandas ciudadanas de cambio social” porque de lo que setrata es de modificar la cultura litigiosa del país,introduciendo un procedimiento ágil, breve, eficaz yque permite la solución del conflicto en formapronta lo que cumple una función social. En efecto,a los trabajadores se les permite solucionar losconflictos que tienen con sus empleadores en formaoportuna y con el abono del pago de honorarios a losabogados por la atención de los procesos judicialesrespectivos. Las demandas ciudadanas de cambio social no seejercitan ante los conciliadores ni ante los jueces,sino que tienen previstos otros procedimientosconstitucionales. Tampoco la conciliación extrajudicial tiene comoobjetivo “la desactivación de los movimientos deorganización comunitaria mediante lajudicialización  de la participación social y de lalegitimación de una descarga de trabajo para laadministración de justicia”.  En efecto, laconciliación extraprocesal obligatoria tiene como unfin legítimo la descongestión del sistema judicialal borde del colapso por el gran número de procesos

que impide su pronta resolución a pesar de laactividad de los jueces.  Los conflictos que sedeciden por conciliación y ante la justicia sonconflictos jurídicos y no políticos y por ende lasmencionadas afirmaciones son ajenas al controlconstitucional y a la validez de la conciliaciónextrajudicial obligatoria. Los métodos alternativos de solución de conflictos yentre ellos la conciliación extraprocesal no sonsustitutivos de la administración de justicia, sinoque constituyen alternativas previstas en laConstitución para lograr la paz y la convivenciasociales a fin de lograr pronta y cumplidajusticia.  No se puede asimilar la solución delconflicto con el proceso judicial porque laConstitución le otorgó a los particulares la funciónde administrar justicia en su condición deconciliadores. Ahora bien, en cuanto a la gradualidad a que serefieren las consideraciones de la Sentencia C-893/01, puede decirse que ésta se encuentra previstaen la ley que fue demandada y que existenmecanismos, para implementarla a fin de que logrelos objetivos previstos en la norma. La política deEstado al poner en marcha la conciliaciónextraprocesal cumple la función de participaciónciudadana en el logro de la paz social y el ordenjusto que son valores constitucionales. Es indudable que la conciliación extraprocesalobligatoria cumple la democratización de la funciónpública referida a la administración de justicia

porque los particulares investidos transitoriamentede la facultad de administrar justicia, contribuyena la convivencia y no obstaculizan del acceso a laadministración de justicia, pues la conciliaciónextraprocesal es un mecanismo de acceso a la misma. No puede asimilarse la conciliación extrajudicialobligatoria como requisito de procedibilidad a losjueces de paz porque estos tienen regulaciónespecial y obedecen a criterios diferentes.  Tampocose trata de justicia comunitaria no prevista en lalegislación colombiana. Finalmente, debe decirse que la justicia se logratanto en los procedimientos judiciales como en losmedios alternativos con la observación de que enestos se resuelve  el conflicto en menor tiempo, enforma mas expedita y con iguales efectos jurídicos.  La Sentencia C-893 de 2001, sostiene además “que elpresupuesto básico para la efectividad de lajusticia consensual es la existencia de una sociedadcivil organizada, integrada cultural, valorativa ynormativamente, pues al decir Auerbach  ‘sólo cuandoexiste congruencia entre los individuos y sucomunidad, con valores  y  deberes  compartidos,existe la posibilidad de justicia sin derecho’. [31]. Sobre este particular, debe decirse que laconstitucionalidad de la conciliación no puededepender de que el pueblo colombiano no hayaalcanzado un grado de madurez o cultura que lepermita utilizar adecuadamente esta institución comose declara en la sentencia.

 Como la misma providencia lo refiere al adoptar lareseña histórica que traía la ponencia original, laconciliación no es nueva y, además, ha sido aceptadapor todas las culturas y civilizaciones desde laantigüedad hasta hoy. En efecto, la conciliación como alternativa a lostrámites legales formales es institución de viejadata. Como lo expresan Jay Folberg y AlisonTaylor[32] “Las formas de resolución de conflictos enlas que una tercera parte ayuda a los contendientesa resolver sus conflictos y a llegar a sus propiasdecisiones probablemente han existido desde quehabía tres o más personas sobre la tierra. Lamediación, como la mayoría de los conceptos, no esuna innovación novedosa, sino una adaptación de laque ya existía en otras culturas o en otras épocas.”Como lo expresan estos autores a quienes seguimos enla referencia histórica, la conciliación ha existidoen todas las culturas y civilizaciones. No puede decirse que la conciliación extrajudicialcomo requisito de procedibilidad depende del gradode cultura o de civilización del pueblo colombianoque se le considera incapaz de conciliar. El éxitode la conciliación en los Consultorios Jurídicos delas Facultades de Derecho, y de la conciliaciónprevista en el artículo 101 del Código deProcedimiento Civil demuestran que el pueblocolombiano ha aceptado la conciliación comomecanismo alterno de solución de conflictos. 

Aunque esta referencia ya existe en la sentencia, lamediación ha sido uno de los mecanismos deresolución de conflictos más importantes en culturascomo la China, ( Brown, 1982, Taylor, 1992), dondetodavía se practica; en el Japón, (Henderson, 1965),donde fueron aprobadas antes de la segunda guerramundial; en el África, donde es potestativo decualquier persona convocar una asamblea para queactúe como conciliadora cooperativa de conflictos(Taylor, 1992); que ha sido aplicada por lasiglesias en las diferentes religiones ( Yaffe,1972), etc. El modelo más conocido de utilización de los métodosalternativos de solución de conflictos es el de losEstados Unidos y desde luego sirve para la soluciónde desavenencias en las relaciones obrero patronales( Merry, 1982). El modelo de solución alternativa deconflictos (ADR) surgió en 1960 con la Conferenciadel Chief Justice Warren Burger sobre las causas dela insatisfacción popular con la administración dejusticia (Pound Conference in Saint Paul,Minnesota). Los estudios se realizaron y elmovimiento de ADR fue aceptado en 1976 cuando laAmerican Bar Association estableció un ComitéEspecial para resolver las disputas menores. MuchosEstados y asociaciones federales establecieron estosComités y las escuelas de derecho establecieron ensu curriculum cursos sobre métodos alternativos desolución de conflictos. La Administrative DisputeResolution Act de 1990, 5 U.S.C.A, 581, requiere atodas las agencias federales desarrollar políticassobre el uso de los métodos alternativos de soluciónde conflictos ( Saner, 1976).  Estos métodos

incluyen la negociación, la mediación, el arbitraje,el “summary jury trial”, el denominado “earlyneutral evaluation”, “The mini –trial”, etc. Como se deduce de las anteriores consideraciones,pero además de las que ya fueron tenidas en cuentaen la Sentencia de la cual nos apartamos, laconciliación ha existido y existe en diversasculturas y no depende su aceptación del nivel dedesarrollo porque los conflictos siempre hanexistido y la solución neutral por un tercero es unmétodo prácticamente universal. De hecho, resultaextraño que la providencia en cuestión haya adoptadoel recurso de la referencia histórica, que incluyeel desarrollo de la conciliación desde tiemposremotos, para proceder luego a reservar suaplicabilidad a sociedades de avanzada estructuracívica. Muchos profesores de derecho han contribuido a unenfoque interdisciplinario y teórico de laresolución de conflictos, pero ningún autor hapuesto de presente, como sí  lo hace la decisiónmayoritaria de la Corte, que se requiera de un gradosuperior de civilización y cultura para que funcionela conciliación. Sobre este particular opinan losprofesores Folberg y Taylor: 

“Todas las actividades actuales encaminadas a laresolución no coercitiva de desavenencias tuvieron elimpulso y enriquecimiento, directo o indirecto de losescritos de numerosos eruditos, teóricos yprofesionales que estudiaron mecanismos alternativosde resolución de desavenencias. Los antropólogosculturales como Laura Nader (1969, 1978, 1979, 1980)

y P.H. Gulliver (1979), estudiaron los mecanismos deconciliación de desavenencias en distintos ambientes,y los interpretaron para que otros pudieran aplicarlos principios entre culturas.  El profesor dederecho Richard Abel (1973, 1982), prolífico autor yeditor, contribuyó con su enfoque interdisciplinarioy teórico a la resolución de conflictos.  Algunosestudiosos en derecho, en especial Lon Fuller (1963,1971), Frank Sander (1976, 1977, 1982), y RogerFisher (1978, 1983), todos ellos de la Harvard LawSchool, han contribuido en la formación delpensamiento profesional y público respecto a losprocedimientos, la aplicación y las técnicas para laresolución de conflictos fuera de los tribunales. Robert Mnookin y Lewis Kornhauser (1979), analizaronel papel de las normas legales en la conciliación delas desavenencias domésticas.  David Trubek, MarcGalanter, y Stewart Macaulay, del University ofWisconsin Dispute Processing Research Program (1983),dieron un carácter empírico al estudio de laconciliación legal de desavenencias.  Tres destacadosmediadores con estudios interdisciplinarios: O.J.Coogler (1978), Howard Irving (1980), y John Haynes(1981), han publicado durante los últimos años,libros que han contribuido a guiar y  promover unrápido desarrollo en la aplicación de técnicas demediación para desavenencias familiares y de divorcio.  Probablemente, el análisis de mayorinfluencia y profundidad sobre la resolución deconflictos en general es el que realizó MortonDeutsch (1973).  En su libro The Resolution ofConflict, examina proceso constructivos ydestructivos de conciliación de desavenencias y,según parece, han tenido una influencia profunda enel movimiento hacia la mediación y otros procesoscooperativos de conflicto.”[33]

 En consideración a lo dicho el argumento expuestopor la Corte en este sentido carece, a nuestro

juicio, de validez histórica, sociológica,antropológica y jurídica. 2. Objeciones a las declaratorias de inexequibilidadconsignadas en la Sentencia C-893 de 2001. Consideraciones generales Lo que fundamentalmente declara inconstitucional laSentencia C-893 de 2001 es la consagración de laconciliación extrajudicial obligatoria comorequisito de procedibilidad para la acción judicial.En términos generales y sin perjuicio de lo queadelante se expresará en relación con cada una delas consideraciones de la sentencia, los suscritosmagistrados consideramos que ese tipo específico deconciliación es una institución ajustada a losartículos 116 y 229 de la Constitución Política. La razón principal es que el artículo 116 de laConstitución les otorga a los particulares lafunción de administrar justicia en la condición deconciliadores o en la de árbitros habilitados porpartes, por lo cual los conciliadores efectivamenteadministran justicia. El acceso a la administración de justicia es underecho fundamental previsto en los artículos 2º,228 y 229 de la Constitución[34]. Este derecho lotienen todas las personas en condiciones deigualdad, tiende a la realización de la justicia y ala solución de los conflictos jurídicos surgidosentre los asociados. 

Esta solución debe realizarse por una autoridadimparcial que puede ser un juez, o ante unconciliador, o mediante un tribunal arbitral previoel procedimiento arbitral acordado por las partes oprevisto en la ley. El fundamento último del derecho al acceso de laadministración de justicia reside en el derecho detoda persona a obtener una solución justa de suconflicto ya sea en forma adversarial, o mediante elreconocimiento de la autocomposición mediante lanegociación o transacción, o ante un tercero neutrale imparcial como sucede con la conciliación y elarbitraje. La posibilidad de que la ley pueda establecermecanismos de solución alternativa de conflictosestá prevista, además, en los artículos 8º y 13 dela Ley Estatutaria de la Administración de Justicia(LEAJ) que autoriza al legislador ordinario paraestablecerlos, por lo que las normas atinentes de laLey 640 de 2001 eran un desarrollo de la leyestatutaria. Adicionalmente, la Corte Constitucional en laSentencia C-037 de 1996 dijo que “...las formasalternativas de resolver conflictos pueden serreguladas por la Ley, de acuerdo con loslineamientos constitucionales.” La jurisprudencia de la Corte Constitucional hareconocido que el acceso a la administración dejusticia debe realizarse mediante un procedimientopero no hay obligación de que el procedimiento sea

único o judicial, y por ende bien puede ser laconciliación extrajudicial. Al respecto, laCorporación ha dicho que “[e]l derecho de acceso ala justicia no se vulnera por existir distintosprocedimientos, sino- más bien- por exigir apersonas cuyo patrimonio es mínimo que para hacerefectivo su derecho tengan que acudir a procesoscomplejos y dilatados, lo que atentaría,precisamente, contra el propio derecho cuyaefectividad se pretende”[35]

 La conciliación extrajudicial obligatoria no impideel acceso a la administración de justicia  previstoen el artículo 229 precisamente porque las personascuando acuden a intentar resolver sus controversiasante los conciliadores están accediendo a laadministración de justicia. Cosa distinta es que enla conciliación no se configure la llamada relaciónjurídica procesal, que es la que se derivapropiamente del litigio formalmente entablado através de una demanda. La conciliación no vulnera el acceso a laadministración de justicia porque los particularesacceden a la misma ante el conciliador cuandointentan la conciliación extrajudicial. Elagotamiento de la vía gubernativa se ha consideradorequisito de procedibilidad y no se ha consideradoni inconstitucional ni que limita el acceso a laadministración de justicia. El acceso a la administración de justicia, conllevael que la decisión debe ser pronta y oportuna y estose cumple con la conciliación extrajudicial

obligatoria cuando se logra el acuerdo de las partesque así evitan acudir a un proceso que usualmentetiene una duración excesiva. El derecho fundamental de acceso a la justicia,siendo derecho fundamental, admite ser regulado porla ley para su eficaz ejercicio[36] Ahora bien, siendola conciliación extrajudicial obligatoria unainstitución procesal que permite el acceso a lajusticia, podía ser regulada por la Ley 640 de 2001. El acceso a la administración de justicia exigeestos presupuestos: a) Que exista la personaparticular en su calidad de conciliador o árbitro, oentidad pública cuando ejerza funcionesjurisdiccionales, o ante una de las autoridadesjudiciales previstas en la Constitución, ante quiense pueda impetrar la solución del conflicto; b) Unanormatividad que regule el derecho sustancialinvocado; c) Un procedimiento que no requiere sernecesariamente judicial; y, d) Un autoridad que hagacumplir la decisión. En la conciliación extrajudicial obligatoria la leyestablece los conciliadores, los centros deconciliación, la normatividad es la Ley 640 de 2001,el procedimiento está previsto en dicha Ley, el actade conciliación tiene valor de cosa juzgada y prestamérito ejecutivo  para la ejecución de lo acordado.Por tanto, se cumplen los presupuestos para elreconocimiento del derecho fundamental del acceso ala administración de justicia que no esexclusivamente judicial. 

La  administración de justicia, que es funciónpública y cuyas decisiones son independientes ( art228), corresponde a la Corte Constitucional, laCorte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado, elConsejo Superior de la Judicatura, la FiscalíaGeneral de la Nación, los tribunales y los jueces, yen cuanto a los miembros de la fuerza pública enservicio activo ( art 221), a la justicia penalmilitar. Pero, esta administración permanente dejusticia no se opone a que previamente al proceso ycomo requisito de procedibilidad se consagre laconciliación extrajudicial obligatoria en derechopor cuanto cuando los particulares acuden a laconciliación ya están accediendo a la administraciónde justicia en forma transitoria. La conciliación no es una institución permanentesino que respecto de cada caso es transitoria porquela función de los conciliadores y la actuación delas partes en conflicto es relativa a cadaconflicto. La función de los conciliadores esesencialmente transitoria para el caso que tramitany cada conflicto es especial y en el mismointervienen partes determinadas para la solución deun conflicto específico. Quienes concilian son las partes ante un terceroneutral e imparcial que es el conciliador. LosCentros de Conciliación constituyen la parteoperativa para que se desarrolle la conciliación.Estos Centros no administran  en forma permanentejusticia sino quienes administran justicia son losconciliadores que dejan constancia en un acta del

acuerdo a que llegaron las partes si concilian todoo parte de la controversia. Tan cierto es que los conciliadores administrantransitoriamente justicia que el acta deconciliación hace tránsito a cosa juzgada y prestamérito ejecutivo al tenor del artículo 91 delDecreto 1818 de 1998 que compila el artículo 109 dela Ley 446 de 1998 que modifica el artículo 87 de laLey 23 de 1991. La conciliación extrajudicial obligatoria es unainstitución procesal y el legislador en virtud delprincipio de la libre configuración legislativapodía establecerla  mediante ley. La Corte Constitucional en sentencia C-160 de 1999no dijo que la conciliación extrajudicialobligatoria en materia laboral fuerainconstitucional sino que se limitó a ponercondiciones para la operancia de la misma que se hancumplido en forma cabal como adelante se verá. Pasan entonces a desarrollarse de manera concreta,cada uno de los reproches formulados a la SentenciaC-893 de 2001 Argumentos específicos que sustentan laconstitucionalidad de las normas declaradasinexequibles Como primera medida, la decisión mayoritariaresolvió declarar inexequibles las expresiones

subrayadas de las siguientes normas, contenidasambas en la Ley 640 de 2001.  

 “Artículo 23. Conciliación extrajudicial enmateria de lo contencioso administrativo. Lasconciliaciones extrajudiciales en materia delo contencioso administrativo sólo podrán seradelantadas ante los Agentes del MinisterioPúblico asignados a esta jurisdicción y antelos conciliadores de los centros deconciliación autorizados para conciliar enesta materia. “(…) “Artículo 28. Conciliación extrajudicial enmateria laboral. La conciliaciónextrajudicial en derecho en materia laboralpodrá ser adelantada ante conciliadores delos centros de conciliación, ante losinspectores de trabajo, los delegadosregionales y seccionales de la Defensoría delPueblo, los agentes del Ministerio Público enmateria laboral y ante los notarios. A faltade todos los anteriores en el respectivomunicipio, esta conciliación podrá seradelantada por los personeros y por losjueces civiles o promiscuos municipales.

  La razón fundamental para declararlas inexequiblesconsistió en que, según la Sentencia, los artículosacusados le conceden a los conciliadores de los

centros de conciliación y a los notarios una funciónpermanente para la resolución de asuntos denaturaleza judicial. La providencia en cita agrega: 

“Ciertamente, cuando el artículo 23 acusado alude a “losconciliadores de los centros de conciliación”,indudablemente se está refiriendo a un grupo determinado deindividuos que tienen como función habitual actuar como conciliadores,toda vez que se trata de personas que por regla general deben serabogados en ejercicio que habiendo acreditado la capacitación enmecanismos alternativos de solución de conflictos avalada por elMinisterio de Justicia y del Derecho, se inscriben ante un centro deconciliación y se encuentran, por ende, en continua disponibilidad deservir como conciliador (art. 6° de la Ley 640 de 2000)”

 El fallo de la Corte acogió el argumento de lademanda y sostuvo - equivocadamente a nuestrojuicio- que las normas acusadas consagraban enefecto una delegación permanente de la función deadministrar justicia a cargo de los particulares,sin reparar en las siguientes circunstancias quefueron puestas de manifiesto en su oportunidad. La referencia hecha por las normas demandadas a loscentros de conciliación, a los conciliadores o a lonotarios, no confiere por sí misma, potestad deconciliar en casos determinados, como tampococoncede potestad de administrar justicia de manerapermanente. En primer lugar, porque a la luz del artículo 116 dela Constitución Política, no son los centros deconciliación sino los conciliadores los que reciben

la potestad de administrar justicia de maneratransitoria en cada caso determinado. La función delos centros se limita, exclusivamente, a servir debase logística para el desarrollo de las audienciasque habrán de celebrarse en materia de conciliación. Ahora bien, el término “conciliador”, que seencuentra incluido en las normas acusadas, se usa enambos artículos como un referente genérico de quienha adquirido, para un caso particular, la potestadde conciliar. Este es –incluso- el término utilizadopor el constituyente en el artículo 116 cuandoafirma que “los particulares pueden ser investidostransitoriamente de la función de administrarjusticia en la condición de conciliadores…” La referencia hecha por la ley es, como resultalógico, abstracta, en la medida en que elconciliador o el notario designado para esemenester, puede ser cualquier particular que hagalas veces de tal. Así las cosas, sólo asume el rolde conciliador el particular que interviene encalidad de conciliador en una audiencia deconciliación. De allí que en cada caso, elconciliador sea un particular distinto. Contrario a lo sostenido por el fallo del cual nosapartamos, las expresiones atacadas no concedían, enabsoluto, la función permanente de administrarjusticia, pues sólo se limitaban a señalar que lasconciliaciones solicitadas por los particularespodían ser tramitadas ante los conciliadores de loscentros de conciliación, los cuales, para cada caso

particular, eran individuos escogidos de la listamanejada por los centros. El fallo en cuestión confunde el ejerciciopermanente de la actividad jurisdiccional con lacircunstancia de que los particulares se encontrarenconstantemente dispuestos a servir comoconciliadores, en los casos para los cuales fuesenseleccionados. Es entendible que, según los mandatosde la Constitución, no pueda haber particulares quede manera permanente administren justicia comoconciliadores, pero nada impide que losparticulares, merced al entrenamiento y a lacapacitación recibida en la materia, puedandenominarse genéricamente “conciliadores” y esténdispuestos, permanentemente, a ser convocados paralas audiencias de conciliación. Es elemento mínimode operatividad del sistema, que la administraciónde justicia cuente con un equipo de personascalificadas y permanentemente preparadas –nonecesariamente en permanente ejercicio - paraatender las audiencias que sea necesario dirigir. Además de lo anterior, y para responder a laargumentación de la Sentencia, es de fundamentalimportancia resaltar que la condición impuesta porel artículo 116 constitucional para admitir elejercicio de la función jurisdiccional por parte delos particulares, es que en los casos deconciliación se respete el derecho de las partes ahabilitar al conciliador. Las partes son, en cada caso concreto, quienesseleccionan al particular que desempeñará el papel

de conciliador, lo cual evita considerar que sufunción se realiza de manera permanente. Es más,dentro de la hipótesis de que un centro deconciliación asignara la celebración de unaaudiencia a un particular que se encontrare inscritoen la lista de conciliadores, es claro que losinteresados, en ejercicio del derecho constitucionalque les asiste, podrían perfectamente rechazar dichadesignación si consideran que ese particular no esapto para conducir la audiencia. Adicionalmente, y para recabar en la idea de que lafunción ejercida por los conciliadores no espermanente sino transitoria, debe recordarse que elejercicio de la función del conciliador se restringeexclusivamente al escenario de la audiencia yculmina con la concreción del acuerdo o con elfracaso de la misma, pero jamás se extiende ahipótesis o diligencias posteriores o anteriores. Además de lo anterior, la Sentencia sostiene que laasignación de funciones conciliatorias a losnotarios es inexequible porque, en primer lugar, nose establece un término para el ejercicio de esafunción. Al respecto valga decir que la falta deestablecimiento de un término no constituye per se,vicio de inconstitucionalidad de la norma, toda vezque de la naturaleza de la conciliación se tiene quela función de administrar justicia, conferida por elartículo 116 constitucional a los notarios queactúan como conciliadores, finaliza, tal cual sedijo, cuando las partes firman el acuerdo o cuando

convienen en que no es posible llegar a él. Latransitoriedad de la función judicial, exigida porla constitución, no tiene nada que ver con elestablecimiento de un término dentro del cual puedanejercerse funciones de conciliador, sino con lanaturaleza misma de la conciliación. En segundo lugar, la posición mayoritaria sostieneque el carácter oneroso de la conciliación celebradaante notarios, previsto expresamente en el artículo4º de la Ley 640 de 2001, es contrario al principiode gratuidad que caracteriza el sistema deadministración de justicia y hace que la disposiciónacusada sea inexequible. Sin perjuicio de la discusión de fondo en torno a silas conciliaciones celebradas ante notarios deben ono ser onerosas, pues a pesar de existir unprincipio de gratuidad en el acceso a laadministración de justicia, es lo cierto que la leytambién reconoce la necesidad del pago de expensas,agencias en derecho y costas judiciales, la verdades que en este caso la sentencia procedió de manerailegítima al derivar la inconstitucionalidad de unanorma demandada sobre la base de la supuestainexequibilidad de otra que no lo fue y con la cualprimera no tiene relación inescindible de conexidad. En efecto, el artículo 4º de la Ley 640 de 2001, quesirvió de fundamento “constitucional” a la sentenciapara declarar la inexequibilidad del artículo 28, nofue objeto de reproche en la demanda, pero tampocolo había sido antes de la sentencia. Sin embargo,como dicho artículo 4º aceptaba la posibilidad de

que los notarios cobraran por sus servicios comoconciliadores, y esta onerosidad -a juicio de lamayoría- era contraria a la Carta, se dispusoilegítimamente la inexequibilidad de una normadiferente, la expresión del artículo 28, que selimitaba conceder a los notario, potestadconciliadora. Sin proceder a la integración de la unidadnormativa, o por lo menos sin justificarla, laprovidencia dedujo la inexequibilidad de unadisposición legal, de la aparente inexequibilidad deotra con la que la primera no guarda conexidadinescindible que implicase su irremediableinexequibilidad: una cosa es que los notarios puedancelebrar audiencias de conciliación y otra, muydistinta, es que puedan cobrar por hacerlo. Es evidente que el estudio realizado en laprovidencia de la cual nos apartamos, vinculado conla gratuidad del acceso a la administración dejusticia, tuvo que ver principalmente con lainexequibilidad del artículo 4º de la Ley 640 (queademás no fue declarada), mas no con la del artículo28, que sí fue objeto de reproche por vía de acciónde inconstitucionalidad. a. Inconstitucionalidad de los artículos 35 y 39 dela Ley 640 de 2001. La Sentencia C-893/01 también declaró inexequibleslos apartes subrayados de las siguientes normas:  

“CAPITULO X“Requisito de procedibilidad

 “Artículo 35. Requisito deprocedibilidad. En los asuntos susceptiblesde conciliación, la conciliaciónextrajudicial en derecho es requisito deprocedibilidad para acudir ante lasjurisdicciones civil, contenciosoadministrativa, laboral y de familia, deconformidad con lo previsto en la presenteley para cada una de estas áreas. “Realizada la audiencia sin que se hayalogrado acuerdo conciliatorio total oparcial, se prescindirá de la conciliaciónprevista en el artículo 101 del Código deProcedimiento Civil o de la oportunidad deconciliación que las normas aplicablescontemplen como obligatoria en el trámitedel proceso, salvo cuando el demandantesolicite su celebración. “El requisito de procedibilidad seentenderá cumplido cuando se efectúe laaudiencia de conciliación sin que se logreel acuerdo, o cuando vencido el términoprevisto en el inciso 1° del artículo 20 deesta ley la audiencia no se hubierecelebrado por cualquier causa; en esteúltimo evento se podrá acudir directamentea la jurisdicción con la sola presentaciónde la solicitud de conciliación. “Con todo, podrá acudirse directamente a lajurisdicción cuando bajo la gravedad del

juramento, que se entenderá prestado con lapresentación de la demanda, se manifiesteque se ignora el domicilio, el lugar dehabitación y el lugar de trabajo deldemandado, o que este se encuentra ausentey no se conoce su paradero. “Cuando en el proceso de que se trate, y sequiera solicitar el decreto y la prácticade medidas cautelares, se podrá acudirdirectamente a la jurisdicción. De locontrario, tendrá que intentarse laconciliación extrajudicial en derecho comorequisito de procedibilidad, de conformidadcon lo previsto en la presente ley. “Parágrafo. Cuando la conciliaciónextrajudicial en derecho sea requisito deprocedibilidad y se instaure la demandajudicial, sin perjuicio de lo previsto enlos artículos 22 y 29 de esta ley el juezimpondrá multa a la parte que no hayajustificado su inasistencia a la audiencia.Esta multa se impondrá hasta por valor dedos (2) salarios mínimos legales mensualesvigentes en favor del Consejo Superior dela Judicatura.  “Artículo 39. Requisito de procedibilidaden asuntos laborales.   Si la materia de que se trate es conciliable, la conciliaciónextrajudicial en derecho deberá intentarseantes de acudir a la jurisdicción laboralen los asuntos que se tramiten por elprocedimiento ordinario.

 “La conciliación extrajudicial en derechocomo requisito de procedibilidad suplirá lavía gubernativa cuando la ley la exija.”

 El artículo 35 de la Ley 640 de 2001 establecía, enlo demandado, que en asuntos susceptibles de serconciliados, en materia civil, contenciosoadministrativa, laboral y de familia, debía haberseintentado el arreglo conciliatorio para que lademanda judicial fuera admisible. El artículo 39 demandado repetía, con énfasis en lolaboral, lo previsto en el 35, por lo que respectode esa norma, eran aplicables los argumentosdefendidos por la minoría. La razón principal que llevó a la Corte a declararinexequibles las normas señaladas fue que, “dada lanaturaleza voluntaria de los mecanismos alternativosde solución de conflictos en general, y de laconciliación laboral, en particular, el legisladorno podía establecerla como un requisito obligatoriode procedibilidad para acudir ante la jurisdicciónlaboral, además porque al hacerlo desconoce elderecho de los particulares de acceder libremente ala administración de justicia para solicitar latutela judicial efectiva de sus derechos.” La Sentencia en cuestión advierte además que “laobligación de un arreglo conciliatorio obstruye lalibertad de acceder a la administración de justicia”y que la misma disposición “quebranta abiertamenteel principio constitucional contenido en el artículo

53 de la Carta, según el cual, corresponde a la Leytener en cuenta la facultad de los trabajadores paratransigir y conciliar sobre derechos inciertos ydiscutibles, la cual se ve afectada cuando se exigeal particular acudir a la conciliación comorequisito previo a la presentación de la demanda”. Los suscritos magistrados consideramos, contrario alo sostenido por la mayoría, que la posibilidad deacudir a la jurisdicción se sometía a una condiciónplenamente válida, a la luz de la Carta, queconsistía en haber intentado la opción de un arregloconciliatorio. Las disposiciones demandadas enmanera alguna obstruían el principio de acceso a laadministración de justicia (art. 229 C.P.), sino quebuscaban su racionalización, evitando que porcongestionarse, se pusiera en entredicho el buenfuncionamiento de los despachos judiciales. En lo que se refiere a la conciliación comorequisito de procedibilidad de la acción laboral, lanorma tampoco quebrantaba el principioconstitucional contenido en el artículo 53 de laCarta, según el cual, corresponde a la Ley tener encuenta las facultades de los trabajadores paratransigir y conciliar sobre derechos inciertos ydiscutibles.  Creemos que la facultad de disposiciónsobre éste tipo de derechos permanecía incólume a laluz de la disposición declarada inexequible, noobstante se exigiera al particular acudir a laconciliación como requisito previo a la presentaciónde la demanda, pues como  reiteradamente se hadicho, lo que resultaba obligatorio, al tenor de lasdisposiciones acusadas, no era llegar a un acuerdo

efectivo entre trabajadores y empleadores, sinointentar llegar al acuerdo. Adicionalmente, según sedesprende del texto del artículo 8º de la Ley 640 de2001, una de las obligaciones de los conciliadoreses la de “velar por que no se menoscaben losderechos ciertos e indiscutibles, así como losderechos mínimos e intransigibles". De la mismamanera, es claro que, según el artículo 19 de la Ley640 de 2001, “sólo son conciliables las materiassusceptibles de transacción, desistimiento yconciliación, lo cual excluye, por supuesto, losderechos ciertos e indiscutibles.”. Concretamente, los magistrados que suscribimos elpresente salvamento de voto consideramos que losargumentos citados en la Sentencia confunden dosfenómenos jurídicos que deben ser claramentediferenciados. Tal como se ha dicho, la conciliación es “unmecanismo de resolución de conflictos a través delcual, dos o más personas gestionan por sí mismas lasolución de sus diferencias, con la ayuda de untercero neutral y calificado, denominadoconciliador.” (Art. 64 Ley 446 de 1998). De acuerdocon esta definición legal, la conciliación es unmecanismo, un procedimiento constituido por unaserie ordenada de pasos que persigue solucionar unadiferencia jurídica. No obstante, según las voces del Diccionario Real dela Lengua Española, la conciliación no sólo es laacción de conciliar sino también el efecto. Es, en

tal sentido, “componer y ajustar los ánimos de losque estaban opuestos entre sí.”. Por manera que el término admite dos acepciones: unajurídico procesal, que lo clasifica como unmecanismo extrajudicial o trámite procedimentaljudicial que persigue un fin específico; y otrajurídico sustancial que se refiere al acuerdo en sí,a la resolución del conflicto que pretendíacomponerse. De allí que en el argot jurídico se hableindistintamente, cuando la distinción no se exige,de conciliación como trámite y de conciliación comoacuerdo. Es decir, que se confundan el procedimientoy el convenio. La Sentencia C-893/01 incurre claramente en esteequívoco al analizar los cargos formulados contralos artículo 35 y 39, porque supone que laobligatoriedad del trámite es sinónimo deobligatoriedad del acuerdo. En efecto, si a la base de la conciliación seencuentra la libertad de disposición de los derechosdebatidos, sería ilegítimo –o cuando menosincongruente- que el Estado procediera en contra dedicha libertad, obligando al particular a cederderechos que éste no está dispuesto a entregar. Porello, el acuerdo no es -y no podría ser-obligatorio. Cosa distinta ocurre con la conciliación comoprocedimiento, pues ésta sí puede serlo. En efecto,

por el sólo hecho de acudir a ella, el particular nocede ninguno de sus derechos disponibles. Conformeal ejercicio de su libertad dispositiva, aúnsometiéndose al trámite conciliatorio, el individuoconserva el derecho de oponerse al acuerdo propuestoy, consecuentemente, mantiene la opción de recurriral órgano jurisdiccional del Estado para que un juezdesate el conflicto. Inclusive, las partes puedenasistir a la audiencia de conciliación paramanifestar que no tienen ánimo conciliatorio, y conello estarían cumpliendo con el deber que lesimponían las normas declaradas inexequibles. Lo queperseguía el legislador al imponer dicho trámite,era agotar todas las posibilidades de arreglotemprano del conflicto reduciendo al máximo laintervención judicial, cuando ésta no fueraindispensable. En este sentido, puede decirse con certeza que noexistía en la ley demandada, norma alguna queobligara a los particulares a disponer de susderechos sustanciales por fuera de su propiavoluntad. Adicionalmente, debe decirse que no hay en la CartaFundamental disposición que impida al legislador,convertir la conciliación -en su procedimentalacepción- en etapa obligatoria y previa, eincorporarlo, como efectivamente intentó hacerlo laLey 640, al proceso judicial. Entiéndase que lo quedebe protegerse es el derecho que le asiste a losparticulares de ceder sus derechos sustanciales,pero esto no incluye el cumplimiento de los deberes

relacionados con el acceso a la administración dejusticia. En resumen, cuando la ley hablaba de la conciliaciónextrajudicial obligatoria como requisito deprocedibilidad de la acción laboral, debióentenderse el término en su sentido instrumental,procedimental y mediático, como un trámiteobligatorio que es necesario agotar antes de acudira la jurisdicción, más no en su acepción sustantiva,vinculada al arreglo, según la cual, es obligatoriollegar al acuerdo para acudir a la víajurisdiccional, lo cual sería verdaderamentecontradictorio. A lo anterior se suma lo dicho con anterioridad eneste salvamento, relacionado con el hecho de que laconciliación, como requisito de procedibilidad,constituye en sí misma un mecanismo de acceso a laadministración de justicia. De allí que no puedadecirse –como lo hizo la Sentencia- que suinstitucionalización sea un obstáculo para dichoacceso, pues es visto que el acuerdo al que lleganlas partes respecto del conflicto planteado tienetodos los visos de una sentencia judicial, por loque, antes que impedir, lo que la conciliaciónpretendía era facilitar la solución del conflicto. Por esto resulta cuando menos sorprendente lacontradicción en que incurre la providencia citada,al admitir en el numeral sexto de lasconsideraciones generales que la conciliación es unmecanismo de acceso a la administración de justicia,y luego reconocer que aquél mecanismo constituye un

obstáculo para dicho acceso. Esta diferencia decriterios solo es entendible si se repara en elhecho de que en el fallo correspondiente seincluyeron importantes secciones argumentativas dela ponencia original que sustentaban la posicióncontraria. Finalmente, debe hacerse referencia al hecho de queen la parte resolutiva de la Sentencia C-893 de 2001se declararon inexequibles tanto laexpresión “requisito de procedibilidad” como laexpresión “laboral” contenidas en el artículo 35 de laLey 640, sin vincular dichas expresiones entre sí,lo cual podría conducir a que se interpretara que laexpresión, “requisito de procedibilidad” comprendetambién a la conciliación civil, contenciosoadministrativa y de familia, pues es predicado comúnde todas éstas. Sin embargo, entendemos que esta parte resolutivahay que entenderla de acuerdo con la parte motiva,que vincula el requisito de procedibilidad,únicamente en materia laboral. b. Inconstitucionalidad del artículo 30 de la Ley640 de 2001 Con similares argumentos a los expuestospreviamente, la Sentencia C-893 de 2001 declaró lainexequibilidad total del artículo 30 de la Ley 640de 2001. El texto de la norma era el siguiente: 

“Artículo 30. Del mecanismo conciliatorioespecial para resolver controversiaslaborales. Cuando una convención colectiva de trabajo o un laudo arbitral beneficie amás de trescientos (300) trabajadores,deberá incorporarse en ellos un mecanismopara escoger uno o varios conciliadores alos cuales se podrá acudir para resolverlos conflictos de los trabajadoresbeneficiarios, de acuerdo con las normaslegales que rigen la conciliación. Loscostos del servicio serán compartidos entrela empresa, el sindicato y el trabajador. Acada uno de estos dos últimos no se lepodrá asignar en caso alguno porcentajesuperior al diez por ciento (10%) de esevalor. “De no insertarse este mecanismo, seentiende incorporado en ellos el modelooficial que expida el Gobierno Nacional,siguiendo los mismos criterios.

 Quienes salvamos el voto coincidimos, como antes sedijo, en la declaración de inexequibilidad delinciso final, de acuerdo con las razones expuestasen la Sentencia.  No obstante, manifestamos nuestra oposición a ladeclaratoria de inexequibilidad del primer inciso dela norma porque, a nuestro juicio, la disposiciónacusada no constituye infracción a las normasconstitucionales, particularmente al artículo 116 dela Carta Fundamental. 

Conforme lo expuso la posición mayoritaria en laSentencia, no le está permitido al legisladorobligar al trabajador a implementar mecanismos deconcertación y solución pacífica de conflictos, sinoapenas a promoverlos, tal como se lo indica elartículo 55 Superior. La providencia sostienetambién que la norma atenta contra el principioconstitucional que obliga al Estado a tener encuenta la libre facultad de disposición de losderechos inciertos y discutibles de los trabajadores(art. 53 de la C.P.). Pues bien, los suscritos magistrados estimamos querespecto de este artículo, son aplicables losargumentos presentados en relación con laexequibilidad de los artículos 35 y 39 de la Ley640. La circunstancia de obligar a la inserción de éstetipo de cláusulas, antes que perjudicar a lostrabajadores, beneficia los intereses comprometidos,incluyendo los de los empleadores, porque promuevela concertación y la solución pacífica de losconflictos, derivada del artículo 55 de la Carta,que, a la letra, establece: 

“ARTICULO 55. Se garantiza el derecho denegociación colectiva para regular lasrelaciones laborales, con las excepciones queseñale la ley. “Es deber del Estado promover la concertacióny los demás medios para la solución pacíficade los conflictos colectivos de trabajo”.

 La obligación consignada en la norma no constituíatrasgresión de las normas constitucionales y, antesbien, promocionaba la aplicación del artículo 553 dela Carta que obliga al Estado a tener en cuenta lafacultad de disposición de los derechos inciertos ydiscutibles de los trabajadores. Esta es la razón por la cual, los magistrados quedisentimos del fallo consideramos que la norma debióhaberse conservado. El mecanismo de la conciliacióncomo herramienta de solución de conflictos, no veíadesdibujada su naturaleza ni cedía, a favor de losparticulares y de manera permanente, la facultad deadministrar justicia, visto que a pesar de que lostrabajadores y el empleador estaban obligados aincluir una cláusula de composición en la convencióncolectiva, los mismos podían optar por la solucióndirecta del conflicto, sin intermediarios, o porconvocar la conciliación según el mecanismo deescogencia previsto en el laudo o en la convencióncolectiva, o hacerlo a través de otra vía. Y ello es así, porque el carácter facultativo de laconciliación sólo se entiende por oposición a lapotestad que tienen las partes de resolver elconflicto por otros medios de composición como lanegociación y de la transacción, o a la facultad queasiste a las mismas para escoger un mecanismodistinto para el nombramiento de conciliadores, siexiste común acuerdo sobre su escogencia. La normasólo pretendía obligarlos a presentar una fórmula dearreglo, más no a acogerse a ella. Ello compruebaaún más que la conciliación prevista en el artículo

30 de la Ley 640 no debió ser entendida como unaimposición de arreglo, sino como una medidatendiente a precaver, por una sola vez, laformulación del litigio con las consecuenciasdesfavorables ínsitas al procedimientojurisdiccional. 

3. Precedente jurisprudencial, desconocido por laSentencia C-893/01

 Con la decisión adoptada por la Corte en laSentencia C-893 de 2001, se pone en entredichoademás el principio de la seguridad jurídica enmateria constitucional, visto que la institución dela conciliación laboral como requisito deprocedibilidad había sido considerada como ajustadaa la Constitución Política en Sentencia C-160 de1999, decisión a la cual se atuvo el legislador paraexpedir la Ley 640 de 2001. En aquella oportunidad, la Corte Constitucionalestableció, como punto de partida, que laconciliación laboral como requisito deprocedibilidad de la acción judicial estaba acordecon las disposiciones constitucionales que consagranel libre acceso a la administración de justicia. Enefecto, la Corte dijo que jurídicamente “No habríaningún problema en admitir la posibilidad deestablecer la conciliación prejudicial en materialaboral, como requisito de procedibilidad, con mirasa realizar los fines constitucionales antesmencionados,” aunque advirtió que ello era posiblesi se cumplían ciertas condiciones. 

No obstante reconocer la legitimidad de dichainstitución, la Corte reconoció que en lascircunstancias históricas reinantes a la fecha deexpedición de la Ley 446 de 1998, el Estado no seencontraba en condiciones de garantizar el correctofuncionamiento de este mecanismo alterno, pues elque había sido instaurado no cumplía con losrequisitos mínimos que aseguraran el cumplimiento desus fines, lo cual constituía, sin más, un obstáculoimportante para la presentación de la demanda antelos jueces. En esas condiciones, la Corporación declaróinexequibles los artículos 68, 82, 85 y 87 de la Ley446 de 1998. El artículo 68 declarado inexequibleconsagraba la conciliación como requisito deprocedibilidad de la acción laboral en lossiguientes términos: 

“Artículo 68. Requisito de procedibilidad. Laconciliación es requisito de procedibilidadpara acudir ante la jurisdicción en asuntoslaborales, de acuerdo con lo establecido enla presente ley.”

 Las demás normas retiradas del ordenamiento jurídicodesarrollaban aspectos derivados de la conciliacióncomo requisito de procedibilidad, por lo que,desapareciendo la norma principal, desaparecieronlas dependientes. La Corporación consideró que para sostener laexequibilidad de la conciliación como requisito de

procedibilidad, era necesario el cumplimiento de lossiguientes requisitos: 

“I) que se cuente con los medios materiales ypersonales suficientes para atender las peticiones deconciliación que se presentan por quienes estáninteresados en poner fin a un conflicto laboral; II)que se especifique concretamente cuáles son losconflictos susceptibles de ser conciliados, y cuálespor exclusión naturalmente no admiten el trámite dela conciliación; III) que se defina, tratándose deconflictos que involucran a la Nación o a entidades públicas descentralizadas o instituciones o entidadesde derecho social sí, además, del agotamiento de lavia gubernativa se requiere agotar la conciliación, osi ésta sustituye el procedimiento no relativo adicho agotamiento; IV) que se establezca que lapetición de conciliación, interrumpe la prescripciónde la acción; V) que se determine un tiempo precisodurante el cual se debe intentar la conciliaciónexpirado el cual las partes tienen libertad paraacceder a la jurisdicción laboral.”

 La Corte profundizó en este asunto en términos que,por ser de vital importancia para estaargumentación, deben ser transcritos in extenso: 

 “Las referidas condiciones, a juicio de la Corte,constituyen las bases mínimas que permiten asegurar,no sólo las finalidades constitucionales que sepersiguen con la conciliación laboral prejudicial,instituida como un requisito de procedibilidadnecesario para dar paso al proceso judicial, sino elfácil y rápido acceso a la justicia.  Dicho acceso nopuede quedar supeditado a la exigencia de requisitosexagerados, irrazonables y desproporcionadoscontenidos en la respectiva regulación normativa, ni

ser obstaculizado en razón de omisiones dellegislador, que igualmente conduzcan a que lanormación se torne irrazonable y desproporcionada. “Estima la Corte que la norma bajo examen no superalas exigencias antes mencionadas, como se verá acontinuación: “En el proceso quedó establecido que el Ministerio deTrabajo y Seguridad Social no cuenta con los mediosfísicos y personales para atender en forma pronta,oportuna, eficaz y eficiente las funciones que enmateria de conciliación le han sido asignadas a losinspectores del trabajo. “Del informe rendido por el titular de dichoMinisterio, a petición de la Corte, se deduce que aúnno se ha reestructurado su planta de personal, con elfin de atender oportunamente las solicitudes deconciliación, pese a que la obligación de realizardicha reestructuración ya se había establecido en elartículo 46 de la ley 23 de 1991. “Es más, los inspectores dado el cúmulo de funcionesque deben cumplir  sólo pueden dedicar una parte muylimitada de su tiempo a las labores de conciliación.Es un hecho fácilmente comprobable que losinspectores del trabajo solamente atienden estasdiligencias en las horas de la mañana y que en lapráctica únicamente pueden despachar unos pocoscasos, con la consecuencia de que existe grancongestión en el trámite de las solicitudes deconciliación en las inspecciones y los interesadostienen que someterse al vía crucis de tener queesperar varias horas, en colas que comienzan desdeantes de las 6 a.m., simplemente para poderpresentarlas y para que se les expida la boleta decitación. Como si fuera poco las citaciones para

audiencia se están programando para 2 o 3 mesesdespués.   “Según las pruebas que obran en el expediente,tampoco el funcionamiento de los centros deconciliación han contribuido a la realizaciónoportuna de las conciliaciones, por varias razones: “Los que funcionan en las universidades sólo laborandurante 8 a 10 meses aproximadamente en el año, y suactividad se reduce básicamente a las capitales dedepartamento donde están concentradas las Facultadesde Derecho. “Los demás centros, autorizados por la ley paraconciliar, son escasos y no cuentan con la cobertura,el sistema logístico y operativo para satisfacer laspeticiones de conciliación laboral en todo elterritorio nacional. “En cuanto al señalamiento de los asuntossusceptibles de conciliación, ni la norma acusada nininguna otra de la ley 446/98 han determinadoclaramente los conflictos laborales susceptibles deconciliación, en la medida en que se establece laregla general de la conciliación de todos ellos, sindeterminar los casos que deben ser excluidos. Es asícomo existe la duda, en el sentido de si laconciliación opera en relación con los procesosejecutivos y de fuero sindical o si dichos asuntos seencuentran excluidos de la misma. “A juicio de la Corte, la conciliación no opera enlos procesos ejecutivos, porque en razón de sunaturaleza la conciliación busca crear una situaciónde certeza en cuanto a los derechos laborales que eltrabajador reclama al empleador, lo cual, porsustracción de materia no se requiere cuando ya seposee un título ejecutivo del cual emana una

obligación a cargo de éste que para el trabajadorconfigura un derecho cierto e indiscutible que no sepuede renunciar ni negociar, como lo prevé el art. 53de la Constitución Política. “Tampoco la conciliación opera para los asuntos defuero sindical, en cuanto a la garantía que tienenlos trabajadores aforados para no ser despedidos odesmejorados en sus condiciones de trabajo otrasladados a otro establecimiento de la empresa,porque el derecho al fuero sindical, reconocido porla propia Constitución (art. 39) se vinculaíntimamente con el derecho fundamental de asociaciónsindical, siendo por consiguiente, un aspecto nuclearde éste. De modo que, en principio, no pareceprocedente que se pueda negociar o renunciar underecho que es esencial para la vigencia efectiva delderecho fundamental de asociación; es mas en esteevento, por aparecer involucrado este derecho elasunto trasciende al simple interés personal deltrabajador, de naturaleza económica, para internarseen el ámbito de una cuestión vinculada a la vigenciay realización efectiva de un derecho fundamental, elcual no es susceptible de negociación. “Ni en la norma acusada ni en ninguna otra de la ley446/98, se resuelve el problema consistente en sabersi el agotamiento de la vía gubernativa y laconciliación prejudicial son mecanismos de respuestaa la solución de los conflictos laborales que operanindependientemente, o si ellos se excluyen, es decir,si el trámite de la vía gubernativa sustituye laconciliación o si ésta configura una excepción a lanecesidad de acudir a dicha vía. “No se prevé en la normatividad acusada si lapetición de conciliación interrumpe o no el términopara la prescripción de la acción. Podría pensarseque aquélla si interrumpe ésta, en cuanto se pueda

asimilar dicha petición al reclamo escrito alempleador que prevé la ley sustancial (art. 489C.S.T.) para interrumpir la prescripción. Sinembargo, existen opiniones divergentes, en el sentidode que no es viable una extrapolación de dicha norma,a efecto de regular una cuestión esencial en lainstitución de la conciliación que corresponde allegislador. “- La indeterminación normativa sobre las materiasantes mencionadas ha conducido a que no existacerteza para los operadores jurídicos en cuanto a losasuntos que están excluidos de la conciliaciónprejudicial, la compatibilidad o incompatibilidadentre vía gubernativa y conciliación, la interrupcióno no de la prescripción por la presentación de lapetición de conciliación, todo lo cual da lugar a laaplicación de criterios disimiles que hacen enextremo difícil la labor de los conciliadores y queinciden en la garantía del acceso a la justicia. “- El acceso efectivo a la justicia no puedeasegurarse sobre la base de reglas inciertas acercade si en un momento dado es procedente o no agotar laconciliación como requisito de procedibilidad y queestán libradas al criterio discrecional de losconciliadores y jueces, quedando las personas quedemandan justicia sujetas a la incertidumbre de sisus derechos sustanciales se harán efectivos como lomanda el art. 2 de la Constitución. “Por último, no contempla la normatividad examinadaun término prefijo prudencial dentro del cual debaagotarse la conciliación, ni este puede inferirse dela misma, razón por la cual el acceso a la tutelajudicial efectiva queda en suspenso, en laincertidumbre, al arbitrio de la voluntad de losconciliadores y a las maniobras dilatorias de laparte no interesada en buscar el arreglo amistoso del

conflicto por la vía de la conciliación. En opiniónde la Corte el establecimiento de dicho término esvital, porque la conciliación prejudicial no puedetornarse en una etapa indefinida que frustre eloportuno acceso a la justicia, que igualmente esanejo al principio de la seguridad jurídica. “Por las razones anteriores, la norma del art. 68será declarada inexequible”(Sentencia C-160 de 199)(Subrayas por fuera del original)

 Las consideraciones anteriores conducenindefectiblemente a sostener que la conciliaciónextrajudicial laboral obligatoria no es,jurídicamente considerada, una institución extrañaal ordenamiento constitucional y que por tanto, laSentencia C-893 de 2001 se pronunció en contravía dedicha jurisprudencia. Adicionalmente, la Sentencia C-893 de 2001 sostuvo que “no obstantela plausible intención con la cual fueron adoptadas las disposicionescuya inexequibilidad  se declara en esta providencia, los notoriosdefectos estructurales que se advierten en la Ley 640 de 2000 en eldiseño de la conciliación para asuntos laborales hacen pensar que aúnsubsisten las causas que llevaron a la Corte en la Sentencia C-160 de1999 a retirar del ordenamiento legal las normas de la Ley 446 de1998, que establecían la conciliación como requisito deprocedibilidad.” Y además dijo: “En este pronunciamiento la Corte nopretende desconocer la necesidad planteada en lasentencia de marras en el sentido de que  existanunas condiciones materiales mínimas para laimplementación de la conciliación como mecanismoalternativo de solución de conflictos,  siempre y

cuando en el diseño de esta herramienta ellegislador además tenga presente las característicasconstitucionales que le atribuye el artículo 116 dela Carta Política, cuyo sentido y alcance han sidoanalizados extensamente en esta providencia.” Quienes salvamos el voto consideramos que, si bienla Sentencia C-893/01 no consideró necesario abordarel estudio de las condiciones mínimas materialespara la implementación de la conciliación laboralcomo requisito de procedibilidad, este análisis seimponía como necesario, ya que fue uno de loscondicionamientos impuestos por la Corte en laSentencia C-160 de 1999. En efecto, como en la sentencia pasada la Corteconsideró que la inexequibilidad de la figuraconciliatoria no se derivaba de su naturalezajurídica sino de ciertas deficiencias conceptuales ymateriales en su estructura, bastaba con verificarel cumplimiento de las mismas por parte de la nuevanormatividad, para darle vía libre a la institución. La ponencia original incluía el estudio que acontinuación se relaciona. La Sentencia C-160 de 1999 determinó que laexequibilidad de la conciliación extrajudiciallaboral dependía del cumplimiento de ciertasexigencias. Pues bien, a juicio de quienes salvamosel voto, la Ley 640 de 2001 llenó satisfactoriamentelos vacíos alertados por la Sentencia C-160 y, enconsecuencia, la reciente normatividad cumplía con

los requisitos que la hacían acorde con laConstitución Política.          * Especificación concreta de los conflictossusceptibles de ser conciliados, y cuáles porexclusión naturalmente no admiten el trámite de laconciliación; La Ley 640, en su artículo 19, establece cuáles sonlas materias susceptibles de conciliación, a saber:“[s]e podrán conciliar todas las materias que seansusceptibles de transacción, desistimiento yconciliación...” Del mismo modo, la Ley 640 aclara en su artículo 39que la conciliación extrajudicial laboral opera paralos asuntos que se tramiten mediante procedimientoordinario, descartando con ello todos los demás,incluidos el proceso ejecutivo y el de fuerosindical, asunto que preocupó especialmente a laCorte en la citada Sentencia C-160/99 y que, con laexpedición de esta norma, ha quedado claro.

 * Que se defina, tratándose de conflictos que

involucran a la Nación o a entidades  públicasdescentralizadas o instituciones o entidades dederecho social si, además, del agotamiento de la víagubernativa se requiere agotar la conciliación, o siésta sustituye el procedimiento no relativo a dichoagotamiento;

 El inciso segundo del mismo artículo 39 recogía laapreciación contenida en la Sentencia C-160/99 aldeterminar con claridad que “[l]a conciliación

extrajudicial en derecho como requisito deprocedibilidad suplirá la vía gubernativa cuando laley la exija”, por lo que éste requisito también seentendía cumplido. La disposición en comento se expidió entonces enexpreso cumplimiento de las apreciacionesconsignadas en la Sentencia C-160/99, por lo que nose entiende que en la Sentencia de la cual nosapartamos, se haya dicho que esta decisión “no seencuentra acorde con el espíritu general de laconciliación”. 

* Establecimiento de que la petición deconciliación interrumpe la prescripción de laacción;

 En relación con este reparo, hecho en la SentenciaC-160 de 1999, la Ley 640 de 2001 en su artículo 21dispuso expresamente: 

“Artículo 21. Suspensión de la prescripción ode la caducidad. La presentación de lasolicitud de conciliación extrajudicial enderecho ante el conciliador suspende eltérmino de prescripción o de caducidad, segúnel caso, hasta que se logre el acuerdoconciliatorio o hasta que el acta deconciliación se haya registrado en los casosen que este trámite sea exigido por la ley ohasta que se expidan las constancias a que serefiere el artículo 2° de la presente ley ohasta que se venza el término de tres (3)meses a que se refiere el artículo anterior,

lo que ocurra primero. Esta suspensiónoperará por una sola vez y seráimprorrogable.

 De lo anterior se entiende que el legislador cumpliócon el requisito que, en esta materia, le impuso elfallo de la Corte. 

* Determinación de un tiempo preciso durante elcual se debe intentar la conciliación expirado elcual, las partes tienen libertad para acceder a lajurisdicción laboral. En relación con esta exigencia, debe anotarse quelos artículos 20 y 35 de la Ley 640 de 2001establecen en 3 meses el tiempo máximo durante elcual podrá intentarse la conciliación, tiempodespués del cual se entenderá cumplido el requisitoy se permite acudir a la vía jurisdiccional. Conello se cumple el citado requisito, impuesto por laCorte en la Sentencia C-160/99. El texto pertinentede los artículos mencionados es el siguiente:  

“Artículo 20. Audiencia de conciliaciónextrajudicial en derecho. Si de conformidadcon la ley el asunto es conciliable, laaudiencia de conciliación extrajudicial enderecho deberá intentarse en el menor tiempoposible y, en todo caso, tendrá que surtirsedentro de los tres (3) meses siguientes a lapresentación de la solicitud. Las partes pormutuo acuerdo podrán prolongar este término.” 

“Artículo 35. Requisito de procedibilidad…. “(…) “El requisito de procedibilidad se entenderácumplido cuando se efectúe la audiencia deconciliación sin que se logre el acuerdo, ocuando vencido el término previsto en elinciso 1° del artículo 20 de esta ley laaudiencia no se hubiere celebrado porcualquier causa; en este último evento sepodrá acudir directamente a la jurisdiccióncon la sola presentación de la solicitud deconciliación. “Con todo, podrá acudirse directamente a lajurisdicción cuando bajo la gravedad deljuramento, que se entenderá prestado con lapresentación de la demanda, se manifieste quese ignora el domicilio, el lugar dehabitación y el lugar de trabajo deldemandado, o que este se encuentra ausente yno se conoce su paradero. “Cuando en el proceso de que se trate, y sequiera solicitar el decreto y la práctica demedidas cautelares, se podrá acudirdirectamente a la jurisdicción. De locontrario, tendrá que intentarse laconciliación extrajudicial en derecho comorequisito de procedibilidad, de conformidadcon lo previsto en la presente ley” 

 

* Necesidad de los medios materiales y personalessuficientes para atender las peticiones deconciliación que se presentan por quienes estáninteresados en poner fin a un conflicto laboral; A partir de la expedición de la Ley 446 de 1998, ycon fundamento en la decisión de la CorteConstitucional (Sentencia C-160 de 1999), el EstadoColombiano ha venido dictando numerosasdisposiciones tendentes a consolidar un sistemaefectivo de solución alterna de conflictos. Lasnormas que a continuación se comentan, muestran unpanorama renovado en la materia, que daba pie paraconsiderar la exequibilidad de la norma demandada,en cumplimiento del último de los requisitosimpuestos por la Corte. 1) El Decreto 1818 de 1998, “por medio del cual seexpide el Estatuto de los mecanismos alternativos de solución de conflictos”, constituye el primerintento de compilar las normas aplicables a laconciliación, al arbitraje, a la amigablecomposición y a la conciliación en equidad, vigenteshasta la Ley 446 de 1998. 2) Por el Decreto 1128 de 1999, el Presidente de laRepública procedió a efectuar la reestructuracióndel Ministerio de Trabajo y Seguridad Social,concediéndole en el artículo 19 a las DireccionesTerritoriales del Ministerio de Trabajo y SeguridadSocial, la función de “participar en el proceso deconciliación administrativa laboral en losconflictos individuales y colectivos detrabajo.”(num. 7). A su vez, en el artículo 17, el

Decreto le confirió a la Unidad Especial deInspección, Vigilancia y Control del Trabajo,dependencia con autonomía administrativa, técnica yfinanciera, la función de “coordinar y vigilar laasistencia de los trabajadores que así lo requieran,en los casos de conflictos individuales”. 3) Por medio del Decreto 1169 de 1999, el GobiernoNacional, en ejercicio de las facultadesextraordinarias concedidas por el artículo 120 de laLey 489 de 1998, procedió a reestructurar elMinisterio de Justicia y del Derecho. Con fundamentoen esta disposición, el Gobierno confirió a laDirección de Acceso a la Justicia y Fomento a losMedios Alternativos de Solución de Conflictos lafunción, entre otras, de “elaborar iniciativas parapromover el desarrollo de sistemas de justiciacomunitaria de carácter autocompositivo yheterocompositivo, y en general, de mecanismosalternativos de solución de conflictos.”. En el mismo sentido, la Dirección tenía el encargo de “diseñarprogramas de fortalecimiento, promoción, divulgacióny seguimiento y control de la jurisdicción de paz,la conciliación, el arbitraje y otros instrumentosde solución extrajudicial deconflictos” y “organizar, promover y evaluar losprogramas, procedimientos y centros de conciliación,arbitramento y amigable composición”. 4) Mediante Decreto 1890 de 1999, el Gobiernoprocedió a dictar nuevas disposiciones en torno a lareorganización del Ministerio de Justicia, gracias alo cual complementó en puntos específicos las

funciones de la Dirección de Acceso a la Justicia yFomento a los Medios Alternativos de Solución deConflictos, así: se le concedió a la Dirección lafacultad de autorizar, de acuerdo con lo previsto enla ley, la creación y constitución de los centros deconciliación y arbitraje, así como las tarifas porlos servicios que prestan los mismos (num. 9º art.14) Finalmente, el Gobierno Nacional reconoció lanecesidad de reestructurar la organización internadel Ministerio de Justicia y del Derecho con el finde crear las condiciones necesarias para que estainstitución enfrentara definitivamente la función depromover la solución alternativa de los conflictosjurídicos. En desarrollo de esta nueva perspectiva,el Gobierno, con fundamento en el numeral 16 delartículo 189 de la Constitución, dictó el Decreto2618 de 2000. La norma fue expedida con el propósitode “de cumplir eficientemente con la labor de accesoa los mecanismos alternos de solución de conflictosy la reglamentación, creación y vigilancia de loscentros de conciliación”. Para su expedición, eldecreto tuvo en cuenta que “el Ministerio deJusticia y del Derecho, requiere una mayor einmediata atención a las futuras demandas delservicio y por ello se identifica la necesidad departicularizar en la atención del servicio que debeprestar el Ministerio con relación a los Centros deConciliación y Arbitraje”. El Ministerio dividió sus funciones entre lasasignadas a la Dirección de Acceso a la Justicia yFomento a los Medios Alternativos de Solución de

Conflictos y las asignadas a la Dirección de Centrosde Conciliación, Arbitraje y Amigable Composición. Estas dos dependencias se repartieron las funcionesen materia de mecanismos alternos de solución deconflicto, entre las cuales vale la pena destacarlas siguientes: 

”Artículo 2°. Funciones de la la Dirección deAcceso a la Justicia y Fomento a los MediosAlternativos de Solución de Conflictos1. Preparar propuestas de políticas deJusticia no Formal en coordinación con losplanes y programas de Justicia Formal y conobservancia de las políticas integrales deEstado en materia de Justicia.2. Elaborar iniciativas para promover eldesarrollo de sistemas de justiciacomunitaria de carácterautocompositivo yheterocompositivo, y en general, demecanismos alternativos de solución deconflictos.(…)4. Diseñar estrategias para fomentar lacreación, apoyar el funcionamiento,promocionar el servicio y hacer la evaluacióny el seguimiento de la jurisdicción de paz,la conciliación en equidad y los demásmecanismos de solución extrajudicial deconflictos.5. Diseñar los programas de capacitación alos encargados de la aplicación en medios

alternativos de solución de conflictos ydefinir estrategias para que estos tengan lacobertura y la calidad requerida.6. Diseñar y ejecutar, en coordinación conlas entidades y organizaciones quedesarrollan actividades afines, los programasde promoción, divulgación y capacitación a lacomunidad, preparándola para aprovecharintegralmente los mecanismos alternativos desolución de conflictos.(…)9. Controlar y evaluar el cumplimiento de losobjetivos, planes y programas de promoción alos mecanismos para la solución deconflictos.”Art. 3º Dirección de Centros deConciliación, Arbitraje y AmigableComposición. Son funciones de la Dirección deCentros de Conciliación, Arbitraje y AmigableComposición, las siguientes:1. Preparar propuestas de políticas deconciliación, arbitraje y amigablecomposición, en coordinación con los planes yprogramas de los otros medios alternativos desolución de conflictos, de la justicia formaly con observancia de las políticas integralesde Estado en materia de justicia.2. Establecer las normas y metodologías parala creación, puesta en funcionamiento ysostenibilidad de los centros deconciliación, arbitraje y amigablecomposición.

3. Diseñar estrategias para fomentar lacreación de centros de conciliación,arbitraje y amigable composición.4. Expedir la autorización para la creación ypuesta en funcionamiento de los centros deconciliación, arbitraje y amigablecomposición.5. Proponer programas y estrategias decapacitación en materia de conciliación, daraval previo a las organizaciones que losoliciten y hacer seguimiento a laactualización teórica y práctica de losconciliadores.6. Aprobar los reglamentos que presenten loscentros de conciliación y arbitraje deconformidad con los parámetros señalados porel Gobierno Nacional.7. Procesar la información recibida de loscentros de conciliación y arbitraje en losmeses de enero y junio, o cuando la direcciónse lo solicite, y llevar las estadísticascorrespondientes.(…)10. Apoyar y asistir a los centros deconciliación establecidos en el país en suorganización, administración, cumplimiento yaplicación de las normas y procedimientosadoptados.11. Designar los centros de arbitraje quedeben conocer de las controversiascontractuales previo rechazo del centro deconciliación designado por las partes.

12. Hacer control y seguimiento alfuncionamiento y servicio de los centros deconciliación, arbitraje y amigablecomposición y determinar y aplicar losincentivos y sanciones de acuerdo con elcumplimiento de los indicadores de gestiónpreviamente establecidos.13. Practicar visitas de inspección a loscentros de conciliación, con el fin deadoptar oportunamente, según lo aconsejen lascircunstancias particulares del caso, medidasen defensa de los intereses de los usuariosdel servicio.(…)15. Las demás funciones que le sean asignadasconforme a su naturaleza.”

  5) La Ley 497 de 1999 creó la llamada jurisdicciónde paz. Esta jurisdicción, diseñada para lograr lasolución integral y pacífica de los conflictoscomunitarios o particulares, concedió a los juecesde paz la competencia para conocer “de losconflictos que las personas o la comunidad, en formavoluntaria y de común acuerdo, sometan a suconocimiento, que versen sobre asuntos susceptiblesde transacción, conciliación o desistimiento y queno sean sujetos a solemnidades de acuerdo con laley, en cuantía no superior a los cien (100)salarios mínimos legales mensuales vigentes”. (Art.9º). Los asuntos sometidos al conocimiento de losjueces de paz deben agotar un procedimientocompuesto por dos etapas: una de conciliación y otra

de sentencia o resolutiva (art. 22).  La necesidadde agotar la primera de las etapas del juiciogarantiza que, a lo sumo, en los asuntos puestos aconsideración de los jueces de paz, se acudirá aeste mecanismo como solución alterna de justicia, locual constituye un factor de expansión en el uso delmismo. 6) Por disposición del Decreto 1477 de 2000 se creóen Colombia el Plan Nacional de Casas de Justicia,que tiene por objeto “facilitar a la comunidad elacceso a la justicia, prioritariamente en las zonasmarginales, en las cabeceras municipales y encentros poblados de los corregimientos de más 2.500habitantes” (art. 1º). Los objetivos de las Casas deJusticia son, entre otros, el de crear espacios paraampliar la cobertura de la administración dejusticia, involucrar a la comunidad en la resoluciónformal y no formal de los conflictos e implementarmetodologías para el uso y la difusión de losmecanismos alternativos de solución de conflictos. Ahora bien, de acuerdo con lo dispuesto en elartículo 4º del mencionado decreto, las casas dejusticia ofrecen los servicios de mecanismosalternativos de solución de conflictos, incluida laconciliación, ya que los centros de conciliacióntienen participación activa en aquellas (art. 5ºibídem). El Ministerio de Justicia y del Derechotiene además la función especial de promover laparticipación de los conciliadores en equidad y delos jueces de paz en estas casas (art. 7º-4 ibídem) 

7) Finalmente, al modificar el Decreto 196 de 1971en su artículo 30, la Ley 583 de 2000 dispuso quelos consultorios jurídicos de las facultades dederecho podrán disponer que sus estudiantes litiguenen causa ajena, actuando como abogados de pobres “4.En los procesos laborales, en que la cuantía de lapretensión no exceda de 20 salarios mínimos legalesmensuales vigentes y en las diligenciasadministrativas de conciliación en materia laboral”.Esta posibilidad de litigio en materia laboral, conun mínimo que determina la cuantía, incluye porsupuesto la posibilidad de representar al clientedel consultorio en las audiencias de conciliaciónque podrán realizarse para solucionar su conflictoparticular. 8) Lo anterior, claro está, sin contar con lasinnovaciones introducidas por la propia Ley 640 de2001, en materia de conciliación extrajudicial. Enla ponencia para primer debate ante la Cámara deRepresentantes, los ponentes, h. RepresentanteGermán Navas Talero y Hernán Andrade Serrano hacenexpresa mención de la Sentencia C-160 de 1999 endonde la Corte declaró inexequible la conciliacióncomo requisito de procedibilidad de la acciónlaboral. Consciente de las falencias del primerintento por institucionalizar este proyecto,contenido en la Ley 446 de 1998, el que fue sometidoa debate en la Cámara tuvo en consideración lossiguientes puntos: 

“Dentro de los inconvenientes planteados,merece especial mención el tema de la ofertade conciliadores, que el proyecto busca

asegurar de la mejor manera. Así, comoprimera medida se amplía el rango defuncionarios públicos habilitados para actuarcomo conciliadores, de forma tal que enadelante podrá tramitarse la conciliaciónante los inspectores de trabajo, losdefensores de familia, los comisarios defamilia, los delegados regionales yseccionales de la defensoría del pueblo, losagentes del Ministerio Público, los juecesciviles o promiscuos municipales, los juecesde familia y los personeros municipales. Perosi ello fuera poco, este rango deconciliadores se ve ampliamente fortalecidoal permitir que los notarios también puedanactuar como conciliadores, lo cual no sólo sepresenta en pro de la cantidad sino de lacalidad, legitimidad y cobertura delservicio. 

Efectivamente, por disposición del artículo 28 de laLey 640 de 2001, en materia laboral adquirieronpotestad conciliatoria, además de los centros deconciliación y los inspectores de trabajo, losdelegados regionales y seccionales de la Defensoríadel Pueblo, los agentes del Ministerio Público enmateria laboral y los notarios. A falta de todos losanteriores en el respectivo municipio –dice lanorma-, esta conciliación podrá ser adelantada porlos personeros y por los jueces civiles o promiscuosmunicipales. Adicionalmente, la ponencia extendió a los abogadostitulados la posibilidad de actuar como

conciliadores. Las consideraciones que fuerontenidas en cuenta se expresaron del siguiente modo: 

“No obstante lo anterior, mediante una comparaciónjuiciosa entre las cifras estadísticas sobre elnúmero de procesos que entran a la jurisdicción y elde conciliadores, se ha concluido que la oferta queaportan los funcionarios públicos puede resultarinsuficiente a efecto de exigir la conciliación comorequisito de procedibilidad sin causar traumatismosen el acceso a la justicia. “En tal virtud, además de los funcionarios conciliadores, sepromoverá un giro estructural en el manejo de los conflictos através de la posibilidad de que los abogados en ejercicio puedanactuar como mecanismos alternativos de solución de conflictos,que los habilite para el ejercicio de tan importante misión ybajo la égida de los centros de conciliación que, en adelante,cambiarán su actual concepción para convertirse en la célula deun sistema más amplio de solución de conflictos a través delmecanismo conciliatorio.” (Gaceta del Congreso No 451 de 2000.Pág. 17)

 La norma a que hace referencia la cita anterior, esel artículo 7° de la Ley 640 de 2001 que dispone: 

“Artículo 7°. Conciliadores de centros deconciliación. Todos los abogados en ejercicioque acrediten la capacitación en mecanismosalternativos de solución de conflictosavalada por el Ministerio de Justicia y delDerecho, que aprueben la evaluaciónadministrada por el mismo Ministerio y que seinscriban ante un centro de conciliación,podrán actuar como conciliadores. Sinembargo, el Gobierno Nacional expedirá elReglamento en el que se exijan requisitos quepermitan acreditar idoneidad y experiencia de

los conciliadores en el área en que vayan aactuar. “Los abogados en ejercicio que se inscribanante los centros de conciliación estaránsujetos a su control y vigilancia y a lasobligaciones que el reglamento del centro lesestablezca. “Parágrafo. La inscripción ante los centrosde conciliación se renovará cada dos años.”

 Además de lo anterior y consciente de la necesidadde otorgar un compás de espera que permitieseconsolidar el funcionamiento de la conciliación comorequisito de procedibilidad, la ponencia delproyecto agregó las siguientes consideraciones: 

“Se ha considerado que la entrada en vigencia de laconciliación como requisito de procedibilidad paraacudir a la jurisdicción no puede ser inmediata pueses un hecho que se requerirá de algún tiempo parapoder cumplir integralmente con las condiciones quehagan del nuevo sistema propuesto, un éxito. Porello, se propondrá que la entrada en vigencia deestas normas se haga de manera gradual atendiendo aun índice que permita contar con la cantidad deconciliadores capacitados suficiente para atender elnúmero de procesos en los que deberá cumplirse con elrequisito. “Índice para determinar la entrada en vigencia delrequisito de procedibilidad “El índice mencionado se definió como un porcentajedel total de procesos que por año entran a la rama

jurisdiccional por cada una de las materias aludidas,atendiendo a una determinada carga laboral que sebusca mantener para los funcionarios y demás personasque serán conciliadores, de acuerdo con loestablecido por el Proyecto de Ley 148 de 1999.”

 Esta consideración, expuesta en el seno de la cámaralegislativa, condujo a que en el texto definitivo dela Ley 640 de 2001 se incluyera un artículo referidoa la aplicación gradual de esta institución que, ala letra, prescribe: 

“Artículo 42. Artículo transitorio. Lasnormas previstas en el presente capítuloentrarán en vigencia gradualmente, atendiendoal número de conciliadores existentes en cadadistrito judicial para cada área dejurisdicción. “En consecuencia, con base en el últimoreporte anualizado disponible expedido por elConsejo Superior de la Judicatura sobrenúmero de procesos ingresados a lasjurisdicciones civil, laboral, de familia ycontencioso administrativa,independientemente, el Ministerio de Justiciay del Derecho determinará la entrada envigencia del requisito de procedibilidad paracada Distrito Judicial y para cada área de lajurisdicción una vez aquel cuente con unnúmero de conciliadores equivalente a por lomenos el dos por ciento (2%) del número totalde procesos anuales que por área entren acada Distrito.

 “Parágrafo. Para la determinación del índicede que trata este artículo, no se tendrá encuenta el número de estudiantes que actúencomo conciliadores en los centros deconciliación de los consultorios jurídicos defacultades de derecho”.

 El sentido de la norma indica que la exigencia de laconciliación extrajudicial en materia laboral no seaplicaría de manera automática cuando se cumplierael término de entrada en vigencia de la Ley 640, quesegún el artículo 50 de la misma es de un añocontado a partir de su publicación, sino que seharía en forma progresiva, según lo determinara laverificación hecha el Consejo Superior de laJudicatura, relacionada con el número de procesosque ingresan a las jurisdicciones correspondientes yel número de conciliadores disponibles. Con esta medida se buscaba precaver el desequilibrioentre oferta y demanda de medios conciliatorios quefue temido por la Corte en la Sentencia C-160/99, yque justificó en su momento la declaratoria deinexequibilidad de ese mecanismo jurídico. La medida garantizaba entonces que la conciliacióncomo requisito de procedibilidad laboral, sólo seríaobligatoria cuando se contara con una cantidadmínima de conciliadores, que había sido calculadapor la Ley como equivalente al 2% del número totalde procesos que por área ingresan a cada distritojudicial, con el fin de que, según las proyecciones,a cada conciliador corresponda realizar, en

promedio, cuatro (4) conciliaciones por mes (cálculoprevisto en la ponencia para primer debate enCámara, Gaceta del congreso N° 451 de 2000, pág 19) Debe tenerse en cuenta además que esta implantacióndel sistema se podía hacer de manera sectorizada, esdecir, según que cada distrito judicial hubieraalcanzado el porcentaje de conciliadores requeridopor la Ley. Al respecto, es pertinente señalar que elrepresentante del Ministerio de Justicia y delDerecho en el proceso de la referencia, el Dr. JoséCamilo Guzmán Santos, remitió a la CorteConstitucional, mediante oficio 0900-DOJ, undetallado informe en el que incluyó las estadísticasy datos de la situación de la conciliación en elpaís, del cual se desprende importante informaciónque permitió evaluar, en su momento, la cobertura dela institución en relación con la demanda deconciliación en materia laboral y en las demásjurisdicciones. A dicho informe se hizo amplia referencia en laponencia que fue derrotada en Sala Plena, porque, ajuicio del magistrado sustanciador, las cifras en élcontenidas demostraban claramente que lainfraestructura que se encontraba a la base delsistema de conciliación, podía soportar plenamenteel funcionamiento de dicha institución. El documento ilustra, en un total de 10 tablascomentadas, las cifras que maneja el Ministerio deJusticia en relación con los recursos que cuenta el

Estado para asumir la carga de conciliacionesdemandadas por los ciudadanos. En primer lugar, el análisis incluye el número delos centros de conciliación existentes en el país,discriminados por distritos judiciales. Las cifrasarrojan un total de 145 centros, con sede en lasprincipales ciudades del distrito judicialrespectivo. A los centros se adicionan las cifras de losfuncionarios públicos facultados por la ley paraactuar como conciliadores. Las cifras finales eneste aspecto señalan que en el país hay un total de2.616 funcionarios, entre inspectores de trabajo,delegados regionales y seccionales de la Defensoríadel Pueblo, agentes del Ministerio Público, notariosy jueces civiles, promiscuos municipales ypersoneros, habilitados para llevar a caboaudiencias de conciliación en los 31 distritosjudiciales en que está distribuido el territorionacional. Ello, sin contar con los comisarios defamilia, cuyas cifras no fueron aportadas por elMinisterio, pero que también están investidos conpotestad conciliatoria. Los totales relacionados porel Ministerio de Justicia y del Derecho, provienende información oficial suministrada por el ICBF, laProcuraduría General de la nación, la Defensoría delPueblo, la Superintendencia de Notariado y Registro,el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y elpropio Consejo Superior de la Judicatura. El oficio también registra una proyección pordistrito judicial, del número de abogados litigantes

que será necesario capacitar, con el fin de que,sumados a los funcionarios públicos con potestadconciliadora, la cifra de conciliadores equivalenteal 2% del total de los procesos que ingresan a losdistritos judiciales, pueda ser alcanzada. Así, porejemplo, las tablas entregadas por el Ministerio dancuenta de que en el Distrito Judicial de Bogotá, esnecesario capacitar a por lo menos 1.300 abogadoscon el fin de que, sumados a los 217 funcionariosfacultados para conciliar, se alcance la cifra de1.517 conciliadores, necesarios para absorber lademanda ciudadana en la materia. En la ciudad deMedellín, la cifra de abogados es de 550, quedeberán sumarse al grupo de los 671 funcionariosfacultados, con el fin de llegar al 2% exigido porla Ley 640. El cálculo entregado por el Ministerio,incluye, como se dijo, cada uno de los 31 DistritosJudiciales. Adicionalmente, como el programa de capacitación deconciliadores es la base sobre la cual se estructurael sistema de conciliación diseñado por la Ley 617,el Ministerio aporta las cifras de las facultades dederecho y de los centros de conciliación autorizadoshasta la fecha por el mismo ministerio para dictarlos cursos de capacitación a las personas que deseenfungir como conciliadores, y a los funcionariosjudiciales que deberán hacerlo por mandato legal. Eltotal de facultades de derecho que podrán realizarlos programas de capacitación es de 105, a lascuales se suman los 145 centros de conciliaciónautorizados por el Gobierno para prepararconciliadores. 

Las etapas en la estrategia de capacitación de estegran total de conciliadores, también fuerondescritas en el informe que presentó el Ministeriode Justicia a la Corte Constitucional. El programaestá estructurado en tres fases de capacitación,cada cual correspondiente a uno los tres grupos enque se dividieron los distritos judiciales del país,según el volumen de procesos tramitados. Así, porejemplo, la primera fase estará destinada a educaren técnicas de conciliación, a los funcionarios delos Distritos de Bogotá, Cali, Medellín,Bucaramanga, Barranquilla e Ibagué, por ser éstoslos distritos que registran el mayor ingreso deprocesos judiciales, calculado en el 52% del totalnacional. Las dos etapas restantes cubrirán losdemás distritos judiciales del país. Además de haber sido dividido en tres fases, elprocedimiento de preparación de conciliadores,incluye una estrategia dirigida tanto a los abogadoscomo a los funcionarios, que se realizará medianteforos y/o seminarios y mediante la escogencia de unaentidad que se encargue de dictar los cursoscorrespondientes, con docentes calificados. Finalmente, el oficio remitido por el Ministeriorecoge los resultados finales de los cálculos hechossobre el número total de conciliadores que seránecesario capacitar en cada distrito judicial, a finde que se cumpla la cifra equivalente al 2% previstopor la Ley, extraída de la proporción que debelograrse entre conciliadores y número total deprocesos ingresados a la jurisdicción en los que se

exija la conciliación como requisito deprocedibilidad. En este sentido, y a manera de ejemplo, elMinisterio estimó que con base en los reportes delaño 1999, en Bogotá era necesario preparar a por lomenos 1.517 conciliadores, entre abogados yfuncionarios, con el fin de absorber el volumentotal de procesos que ingresaron a la jurisdicciónen ese año, el cual fue de 75.832. Ello, como quedódicho, va encaminado a que cada conciliador atiendaen promedio un total de 4 conciliaciones por mes. Por otro lado, valga resaltar que la conciliaciónextrajudicial obligatoria en materia laboral no erauna institución originaria del sistema jurídicocolombiano. Otros países del mundo la han aplicadocon éxito considerable. Tal es el caso de Australia,donde el sistema funciona hace más de 120 años. Endicho régimen, el Workplace Relations Act es el estatutoque regula el procedimiento al cual deben acogerseempleadores y empleados para resolver susdiferencias laborales previo a la presentación de sucaso ante la jurisdicción.  En nuestro continente, el ejemplo más relevante esel argentino. Mediante la Ley 24.573 de 1995, laRepública de Argentina implementó el procesoconciliatorio como etapa previa a la presentación dela demanda laboral que se encuentra a cargo delServicio de Conciliación Laboral Obligatorio(SECLO), administrado por el Ministerio de Justiciade ese país. El artículo 1º de dicha normatividadprescribe, a la letra:

 “Artículo 1º- Institúyese con carácterobligatorio la mediación previa a todojuicio, la que se regirá por lasdisposiciones de la presente ley. Esteprocedimiento promoverá la comunicacióndirecta entre las partes para la soluciónextrajudicial de la controversia. (…)”

 La Ley 24.573 fue reglamentada a su vez por elDecreto 1021 de 1995, modificado por el Decreto 477de 1996. De las consideraciones precedentes, los magistradosque disentimos de la posición mayoritaria concluimosque, contrario a lo que ocurría con lasdisposiciones de la Ley 446 de 1998, la Ley 640 de2001 fue cuidadosa en diseñar mecanismos adecuadospara implantar la conciliación como requisitoprejudicial, evitando que tal medida restringiera uobstaculizara el acceso de los ciudadanos alservicio de administración de justicia, pues éstafigura es ya, en sí misma, un mecanismo de acceso ala administración de justicia. En este sentido, consideramos que la infraestructuraque había sido construida para poner en marcha estainstitución, hacía de la conciliación extrajudicialobligatoria una figura jurídica razonada yjustificada desde el punto de vista de la realidadsocial colombiana, lo cual permitía afirmar que susnormas se ajustaban a la Carta Política. 

En efecto, la necesidad con que cuenta todo sistemade administración de justicia de optimizar losrecursos y de garantizar una prestación efectiva,involucra la incorporación de medidas que, como lapresente, racionalicen la utilización del aparato dejusticia, en aras de mejorar la calidad de lasdecisiones y de aminorar la carga de trabajo de losservidores públicos. En este sentido, la medida eranecesaria, porque perseguía un fin concreto y era elde la racionalización de los recursos de laadministración de justicia para lograr su eficazfuncionamiento. La institución tenía un objetivolegítimo, porque tendía hacia la consecución de unode los fines del Estado, cual era el de lograr laconvivencia pacífica y la vigencia de un ordenjusto, mediante la disminución de la tendencialitigiosa de los asociados. La medida también era útil porque gracias alrequisito de la conciliación como etapa previa a lademanda, se incrementaba el índice de procesos quepodían ser resueltos de manera prematura, sin laintervención del juez, lo cual favorecía el trabajode dichos funcionarios reduciendo su carga laboral ypermitiéndole dedicar más tiempo a los casos quefinalmente han sido puestos a su consideración. A lo anterior se suma lo ya dicho en torno a lavigencia de la medida, pues la Ley 640 de 2001entraría a regir a partir del año 2002, lo cualconcedía al Gobierno un amplio margen de preparaciónpara adecuar las instituciones a dicho mecanismo yotorgaba un periodo razonable para que quienestenían a su cargo el desarrollo de este plan,

recibieran la capacitación necesaria con el fin deejecutarlo con eficiencia. Lo anterior se afirma sin perjuicio de la aplicacióngradual de la medida, tal como quedó explicadoprecedentemente. En efecto, según quedó establecidoy argumentado en Sala Plena, es la propia ley la queestablecía el índice del 2%, para determinar elmomento en que debía entrar a regir la medida. Ni elMinisterio de Justicia ni el Consejo Superior de laJudicatura tenían la potestad de definir el momentode entrada en vigencia de la figura. Al primero lecorrespondía ponerla en marcha cuando el segundohubiera certificado que el porcentaje requerido porla Ley había sido alcanzado, pero en últimas, no erasu voluntad sino la del legislador la que establecíael momento en que el que la conciliación seconvertiría en requisito para la presentación de lademanda laboral. Por tanto, la gradualidad en la aplicación de laconciliación extrajudicial laboral obligatoria erarazonable, proporcional, acorde con los principiosdel Estado Social de Derecho -en cuanto perseguía unorden justo mediante la pronta y cumplidaadministración de justicia por medio deconciliadores- y, por ende, constitucional. Visto lo anterior, los magistrados que salvamos elvoto estimamos que el incremento de la cobertura delsistema, su diseño -específicamente encaminado aabsorber la demanda de las audiencias deconciliación-, el esquema jurídico que delineaba lasnormas básicas a las que debían ajustarse los

conciliadores y, en general, la nueva perspectivaque el ordenamiento jurídico le había dado a estainstitución, hacían de la misma una institución quecumplía con las garantías mínimas que debían tenerseen cuenta al erigir la conciliación como requisitode procedibilidad judicial y permitían afirmar quedicha figura, no sólo se ajustaba a los cánonesconstitucionales sino que prometía dotar deimportantes herramientas a la administración dejusticia para optimizar el ejercicio de su funciónpública.  4. Libertad configurativa del legislador. En apoyo de las consideraciones anteriores debedecirse que, en ejercicio de las funcionesconstitucionales que le asignan el artículo 150 ensus numerales 1 y 2 de la Carta, el Legisladorcuenta con un amplio margen de libertad deconfiguración para diseñar la estructura jurídica delas formas procesales, que sin embargo debe respetarlos lineamientos constitucionales que obligan agarantizar el derecho sustancial. Según se ha dichoprecedentemente, la conciliación constituye unmecanismo alternativo para la solución de conflictosque, además, se lleva a cabo mediante laintervención de un conciliador que, a la luz delartículo 116 constitucional, administra justicia enel caso particular. Estas consideraciones hacen dela conciliación una verdadera forma de acceso a laadministración de justicia que, como tal, puede serregulada ampliamente por el legislador, siempre ycuando se respeten los límites constitucionales

pertinentes. Entendida además como etapa obligatoriaen el trámite de acceso a la administración dejusticia, nada impedía al legislador ubicarla comodiligencia previa a la demanda. La conciliaciónextrajudicial obligatoria era un requisito deprocedibilidad y, por ende, era materia delprocedimiento que es de libre configuración dellegislador. Sobre este particular la Corte Constitucional habíadicho: 

“Ahora bien, ¿Qué se entiende por formas propias decada juicio? Pues son las reglas –señaladas en lanorma legal- que, de conformidad con la naturaleza decada juicio, determinan cada una de las etapaspropias de un proceso y que, a su vez, se constituyenen las garantías de defensa y seguridad jurídica paralos intervinientes en el respectivo litigio. Esasreglas, como es lógico, deben ser establecidas únicay exclusivamente por el legislador, quien,consultando la justicia y el bien común, expide laspautas a seguir –con fundamento en la cláusulageneral de competencia y, generalmente, a través decódigos (art. 150-2 C.P.)- dentro de cada procesojudicial. Es así como los procesos laborales, porejemplo, contienen procedimientos que difieren de lodispuesto para los asuntos penales, o losadministrativos, o las controversias relativas alderecho de familia”.(Sentencia C-140 de 1995) 

Adicionalmente, la Corte sostuvo en otraoportunidad: 

“De manera pues, que de conformidad con lo preceptuado por elartículo 150-2 del Ordenamiento Constitucional, le corresponde alCongreso de la República “Expedir los códigos en todos los

ramos de la legislación y reformar sus disposiciones”,es decir, goza el Legislador, por mandato constitucional, de amplialibertad para definir el procedimiento en los procesos, actuaciones yacciones originadas en el derecho sustancial. “Por lo tanto, como lo tiene establecido la doctrinaconstitucional, el órgano legislativo tiene unaimportante “libertad de configuración legislativa”, que lepermite desarrollar plenamente su funciónconstitucional y, en ese orden de ideas, lecorresponde evaluar y definir las etapas,características, términos y demás elementos queintegran cada procedimiento judicial”. (Sentencia C-927 de 2000)

  5. Conclusión. Consideramos que las expresiones demandadas de losartículos 23, 28, 30 (excepto el inciso final), 35 y39 han debido ser declaradas constitucionales porlas razones antes expuestas. Ello, por cuanto que la conciliación extrajudiciallaboral como requisito de procedibilidad se ajustabaa los artículos 116 y 229 de la Constitución. Al declararse la inconstitucionalidad de estaconciliación se ha perdido una oportunidad no sólopara hacer mas fácil el acceso a la administraciónde justicia en materia laboral, sino para resolvermediante la conciliación gran número decontroversias. La conciliación extrajudicial obligatoria en materialaboral hubiera logrado descongestionar en gran

parte la administración de justicia, se hubierapermitido  ir formando la cultura de la conciliacióncon el rechazo del carácter adversarial y litigiosoimperante en el medio jurídico colombiano, y sehubiera contribuido al logro de la paz social y delorden justo establecidos como valores en laConstitución de 1991. En esta forma dejamos cumplido el deber de sustentarlas razones de nuestro disentimiento. Fecha ut supra     

Marco Gerardo MonroyCabra

   

Jaime Córdoba Triviño   

 Rodrigo Escobar Gil

 Eduardo Montealegre

Lynett 

Aclaración de voto a la Sentencia C-893/01 

CONCILIACION-Reducción del ámbito constitucionallegítimo (Aclaración de voto) DERECHO LABORAL-Rasgos específicos/DERECHOLABORAL-Protección de derechos del trabajador(Aclaración de voto)

  

 Referencia: expediente D-3399 Acción pública deinconstitucionalidad contralos artículos 12, 23, 28,30, 35 y 39 (parciales) dela Ley 640 de 2001 “Porla cual se modifican normasrelativas a la conciliacióny se dictan otrasdisposiciones” Actor: Andrés de ZubiríaSamper Magistrada ponente:Dra. CLARA INÉS VARGASHERNÁNDEZ

 Con el debido respeto, manifiesto que comparto ladecisión de la Corte de declarar inexequible lanorma según la cual la conciliación es requisito deprocedibilidad para acceder a la jurisdicción

laboral contenida en el artículo 35 demandado. Sinembargo, estimo necesario aclarar mi voto. 1. El artículo 35, uno de los demandados, estableceque la conciliación extrajudicial en derecho esrequisito de procedibilidad para acudir antediferentes jurisdicciones en él enunciadas. Dentrode ellas se encuentra la jurisdicción laboral. Eneste proceso la Corte tuvo que resolver si escompatible con la Constitución que se obligue a untrabajador a agotar la etapa de conciliaciónextrajudicial en derecho antes de poder acudir a lajurisdicción laboral. La Corte declaró inexequibleeste sentido normativo por diversas razones, de lascuales sólo comparto algunas y por eso aclaro mivoto. 2. Las razones en que funda su decisión la Corte sonde dos tipos. Las primeras son de tipo generalpuesto que comprenden los mecanismos alternativos deresolución de conflictos y la conciliación como unode ellos. Mi voto en esta oportunidad no se funda enestas razones. En ellas se exponen argumentos quereducen demasiado el ámbito constitucional legítimode la conciliación y de los mecanismos alternativosde acceso a la justicia. Esto explica la nota de piede página n° 25 en la cual se recuerda la opinión deBentham al respecto. Las segundas razones son de tipo específico en lamedida en que se concretan a analizar la cuestión desi la conciliación puede ser un requisitoextrajudicial obligatorio de procedibilidad de lasacciones laborales. Comparto las razones allí

expuestas, con algunos matices que no viene al casomencionar, puesto que estimo que el derecho laboraltiene unos rasgos específicos que se reconocen en la Constitución debido a la situación desubordinación en la cual se encuentran lostrabajadores lo cual representa un contexto en elque los derechos constitucionales mencionados en laprovidencia merecen especial protección del juezconstitucional para evitar que la asimetría en larelación de poder entre el empleador y el trabajadorderive en menoscabo de los derechos de este último.  Fecha ut supra,  

MANUEL JOSE CEPEDA ESPINOSAMagistrado