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KARL KOHUT • ALICIA MAYER BRíGIDA VON MENTI • MARíA CRISTINA TORALES

EDITORES

ALEMANIA Y EL MÉXICO INDEPENDIENTE

PERCEPCIONES MUTUAS, 1810-1910

Herder

Karl Kohut, Alicia Mayer, Brígida von Mentz y María Cristina Torales (eds.)

ALEMANIA Y EL MÉXICO INDEPENDIENTE. Percepciones mutuas, 1810-1910

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Herder .. UNIVERSIDAD

IBEROAMERICANI CIUDAD DE MtxtcO

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ISBN: 978-607-7727-12-5

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LOUIS POSSELT (1817-1880), SUS IRES YVENIRES POR MÉXICO Y SU REPRESENTACIÓN EN EL CONGRESO DE QUÍMICOS DE

KARLSRUHE (1860)*

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Francisco Omar Escamilla

El presente trabajo proporciona algunos datos sobre la vida de Louis Posselt, nacido en Heidelberg en 1817. Obtuvo un diploma de medicina en su ciudad natal y hacia 1845 ocupó una cátedra en el Laboratorium Chemicum, que había sido fundado por Leopold Gmelin en 1818. En 1848, decidió probar suerte en las minas de México y EE.UU., donde permaneció desde 1849 hasta 1860. Además de dedicarse al beneficio de la plata yeloro en Zacatecas, Nuevo León y Carolina del Norte, fue dueño de boticas en Mata­moros y Nueva Orleáns. Al regresar a Alemania, encontró que el Laboratorium estaba bajo la dirección de Robert Bunsen. Sus discípulos, entre los que se encontraba August Kekulé, sentaron las primeras bases de la química orgánica y llevaron a cabo, junto con Stanislao Cannizzaro, una reunión para responder a las cuestiones más importantes para esa ciencia en el momento. Ésta se convirtió en el primer congreso internacional de químicos de fa historia, al que Posselt asistió como representante de México.

EL LABORATORIO DE QUÍMICA EN HEIDELBERG

La farmacia fue una de las actividades impulsoras del desarrollo de la química durante el siglo XVIII. Diversas cátedras de esta ciencia fueron fundadas en escuelas de medi-

* Agradezco al Dr. Marco Martínez, del Departamento de Física de la Facultad de Ciencias de la UNAM, por sugerir el tema de este trabajo. Él supo de la existencia de Louis Posselt mediante una referen­cia obtenida del libro de Abraham Pais, Subtle is the Lord: The Science and the Lije of Albert Einstein (Nueva York: Oxford University Press, 1982, 80), en un pasaje en el que se hace referencia al Congre­so de Químicos de Karlsruhe y el Internet. Durante la Feria de la Física, que se llevó a cabo en el Pa­lacio de Minería en octubre de 2005, se acercó al Acervo para solicitar algunos datos sobre Posselt; este artículo es la respuesta. Asimismo, doy gracias a la Dipl. Bibl. Petra Gabler, de la biblioteca del Instituto de Química de la Universidad Karl Ruprecht de Heidelberg, por facilitarme copias de diver­sos materiales sobre la vida de Posselt y la historia del laboratorio de química de dicha universidad.

Todas las traducciones al español de las citas que aparecen en este artículo son mías.

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cina, Kameralschulen y academias de minas (Hutbauer 1982, 31-52). El conocimiento que de ella debían tener las clases gobernantes y su integración para el mejoramiento de procesos industriales causaron un gran adelanto que concluyó en los avances teóriCCl propuestos por Antoine Laurent Lavoisier (1743-1794): la reformulación de la explica­ción del proceso de combustión mediante el oxígeno, la noción de elemento químico relacionada con el peso del mismo y la nomenclatura binaria. En el siglo XIX, las inves­tigaciones experimentales ampliaron las fronteras de esta ciencia debido a los estudios realizados en seres vivos. Por ello, hacia 1840, se tuvo un nuevo ímpetu en la fundación de laboratorios químicos. La mayoría siguió · el modelo del "laboratorio de enseñan­za" (Unterrichtslaboratorium) de Justus von Liebig (1803-1873) en Giessen. Liebiges considerado el padre de la química alemana del siglo XIX y se dice que fue la raíz de un "árbol de la química" en Europa. Ya fuese por influencia directa, como en el caso de August Kekulé, o por recibir los conocimientos a través de alguno de sus alumnos (como sucedió con Wilhelm Ostwald [1853-1932], futuro premio Nobel de química y cuyo profesor fue Cad Schmidt [1822-1894], discípulo de Liebig), Liebig tuvo en mu­chos casos relación con los grandes nombres de la química germana. Incluso su "árbol genealógico químico" se extendió hasta Rusia; baste mencionar a Dimitri Mendeléiev (1834-1907), inventor de la tabla periódica de los elementos (Fruton 1990,42; Maar 2006, 1134). Asimismo, Liebig fundó una revista que fue el vehículo de difusión de las investigaciones realizadas en su laboratorio: Annalen der Chemie und Pharmacit, la publicación más renombrada de dicha especialidad en Alemania. Uno de los tantos laboratorios que recibió la influencia de Liebig fue el de la Univer~idad de Heidelberg, sobre todo con la llegada de Kekulé a dicha ciudad. Las "ramas del árbol" de Liebig se extendieron, aunque a pequeña escala, hasta México, como se verá más adelante.

El origen del laboratorio de Heidelberg fue la cátedra de química de la Hohe Kamt­ralschule de Kaiserslautern, puesto que en 1784 fue trasladada a aquel1ugar con el nombre Staatswirschaftshohe Schule (Curtius 1908,2). El responsable de los cursos de matemáti­cas, física, química e historia natural fue Georg Adolph Suckow [1751-1813] (Hufbauer 1982,204). Como apoyo didáctico para la cátedra, se instaló una biblioteca, un gabinete de historia natural, y otro de aparatos de física y modelos a escala de maquinaria. También se construyó un jardín botánico y dos habitaciones para cristalería de laboratorio.

En 1804, la Escuela Superior de Economía fue integrada a la universidad; allí se concentraron varios gabinetes de física, entre los que se encontraba el del colegio jesui­ta. Las instalaciones del laboratorio se trasladaron a los Kameralgebaude en el antiguo convento dominico en la Hauptstraj3e. En la sección de anatomía, ubicada en el ala noreste del edifico, se destinaron dos habitaciones para el laboratorio de química; allí estuvo ubicado hasta 1850 (Curtius 1908,5-7).

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lto A partir de la mudanza, Suckow fue profesor de los cursos de química, física y de todos los de historia natural. Con su partida, en 1813, para ocupar una cátedra de filo-;os sofía en J ena, la enseñanza de la física y la química se vio separada. En 1817, se asignó ca- un nuevo profesor para esta última: Leopold Gmelin (1788-1853), quien ocupó el cargo ico a partir de abril de 1836 y hasta 1851, año de su retiro. Durante este período, el labora-es- torio tuvo una primera etapa en la que funcionó como Unterrichtslaboratorium. Gme-ios !in tuvo diversos asistentes, entre ellos Louis Posselt.

ESTUDIOS y ACTIVIDAD PROFESIONAL DE POSSELT. IDEA DEL VIAJE A AMÉRICA

Ludwig Friedrich Posselt, o Louis como él mismo se hizo llamar, nació el 22 de no­viembre de 1817 en Heidelberg. Su padre, Carl Ludwig Posselt (1782-1845) era bo­ticario, y su hermano, Heinrich Wilhelm Christian Posselt (1806-1887), doctor en medicina. 1 Louis siguió los mismos estudios que su padre en 1838 y obtuvo su diploma de farmacéutico en Heidelberg el 5 de junio de 1839 (DrüllI986, 208). En diciembre del año siguiente, obtuvo un doctorado en la misma materia. Se sabe que comenzó a trabajar como asistente del laboratorio de química de Heidelberg y, durante 1841, ocu­pó el mismo empleo en Giessen, bajo el mando de Liebig.

Resulta interesante observar que, en esas mismas fechas, el mexicano (nayarita) Vicente Ortigosa (1817-1877), quien posteriormente fue asesor del emperador Maximi­llano de Habsburgo, estuvo también en dicho laboratorio (Maar 2006, 1133). De hecho, Ortigosa obtuvo su doctorado con un trabajo sobre la nicotina, que publicó en 1842 en los Anales de Química y Farmacia de Liebig (Ortigosa 1842a). Su trabajo continuó con una investigación de la composición de la canina (Ortigosa 1842b). En este momento, Posselt también realizó su primera publicación en el periódico de Liebig: la Descripción y composición de algunas uniones de ferrocianuro (Posselt 1842). Podría pensarse que comenzó este trabajo durante su posterior estancia en Heidelberg, como se verá más adelante, pero una revisión de los índices de la Revue Scientijique et Industrielle de Quesneville, que publicaba en francés cuantiosos extractos de los Anales,2 demuestra

1 Heinrich Wilhelm Christian Posselt fue descubridor, junto con Ludwig Riemann, de la nicoti­oa(Drü1l1986,208).

2 Por desgracia, la Biblioteca "Ing. Antonio M. Anza" del Acervo Histórico del Palacio de Mi­nería sólo resguarda los números de los Anales de Liebig correspondientes a la década de los cin­cuenta del siglo XIX, por lo que fue necesario consultar la revista de Quesneville para ver el primer trabajo de Posselt.

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que las indagaciones sobre el ferrocianuro eran uno de los temas más trabajados)XI Liebig en el momento. Adicionalmente, Posselt afirmó en un pasaje de su artículo quei "Sr. Liebig me encargó hacer un examen" de una de las sustancias qu~ estudió y análisis incluyó ahí mismo,3 demostrando así que ambos estuvieron al mismo bajo la tutela de Liebig. Incluso el segundo artículo de Ortigosa y éste de Posselt cieron en el mismo volumen de la revista. El historiador de la química Joseph Fru. en un estudio clásico sobre el grupo de investigación de Liebig, los identifica deoIIt de la generación de alumnos que estuvo bajo su tutela entre 1841 y 1845 (Fruton 1990. 277-293). Sin embargo, los considera como parte de aquéllos que hicieron "pocas" (ro.

conociendo que este juicio es subjetivo) contribuciones en el campo de la química apIio cada (ibíd., 28). He aquí la prueba de la presencia del árbol de Liebig en México.

Si bien Brígida von Mentz (1982) ha demostrado las razones por las cuales MéD co era un país atractivo para la emigración alemana, sustentándose principalmenteeolt idea de recursos naturales ilimitados listos para ser explotados, no sería descabellada pensar que Posselt, al tener contacto con Ortigosa, hubiese sido animado para I"ellliw su viaje. Este mexicano fue uno de varios hijos de familias acaudaladas que buscaba adquirir conocimientos técnicos en Europa para después aplicarlos en el país. En d ramo de la minería, se cuentan también los casos de Bruno Aguilar, con quien Ortigoaa tuvo contacto,4 y de Ramón de Errazu (Soberanis/de LeónlGarcía 2002).

APARENTE INDEPENDENCIA DE POSSELT EN SUS INVESTIGACIONES EN MÉXICO

Uno de los estudiosos mexicanos que tuvo contacto con la producción científica aJe. mana e incluso publicó artículos en ese país,5 fue el ingeniero de minas Antonio drl

3 Posselt 1842, 53. Este artículo de Posselt parece ser el más difundido entre otros química Tal vez el personaje más relevante que lo ha citado es Leopold Gmelin (1852, 430).

4 Archivo Histórico del Palacio de Minería (México), Fondo Sociedad Científica "AntonioAhll­te", documentos en proceso de clasificación. Uno de los fundadores de esta asociación fue Aguilar y Santillán, hijo de Bruno. Entre los papeles de su padre, se encuentra el permiso proporqlJllo do por el Oberbergrat Johann Carl Freiesleben (1774-1846) para visitar instalaciones mineras en nia en 1838, y las acreditaciones de aprobación de los cursos de las Escuelas de Minas y de Puenlt:S Caminos de París. Existe otra carta, fechada en Berlín el 15 de marzo de 1839, en la que se soIi:iIt permiso para que, tanto Aguilar como Ortigosa, pudiesen visitar instalaciones industriales en Prusia.

5 Del Castillo publicó, entre otros, el artículo "Ueber eine neue Mineral-Species des Wislmulll,..'

[Sobre una nueva especie mineral del bismuto] en el Neues Jahrbuchfür Mineralogie, Ge%git Paleontologie, 1874,225-229 (Aguilar 1908,45).

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Castillo (1820-1895)6 -director durante los años 1876 a 1879 y 1881 a 1895 de la Es­cuela Nacional de Ingenieros y de la Sociedad Mexicana de Historia Natural-, quien tenía como corresponsal a un personaje que años antes había viajado a México: Joseph Burkart (1798-1894).7 De hecho, los químicos alemanes siempre estuvieron al tanto de

los procesos americanos de beneficio de metales, como se puede observar en algunos artículos en los que intentaban explicarlos (Karsten 1828). Incluso Karl Friedrich Ram­

melsberg (1813-1899) conocía algunos artículos escritos por mexicanos (Rarnrnelsberg 1881,81) como el de Vicente Femández, seguramente enviados por el mismo del Casti-110.8 Aunque hasta ahora no he encontrado indicios de que Posselt, más allá de conocer a Ortigosa, se integrara a estas redes de intercambio, forma parte de un universo de emigrantes, viajeros y corresponsales con conocimientos técnicos, hacia ambos lados

del Atlántico, que de~n ser estudiados en conjunto con mayor detalle. El 28 de mayo de 1842, Posselt fue contratado como miembro del cuerpo acadé­

mico del laboratorio en Heidelberg, por lo que dejó Giessen. En abril de 1845, ocupó el

cargo de visitador general de las boticas de la ciudad y, posteriormente, en febrero de 1847, fue nombrado profesor extraordinario de farmacia de la Universidad de Heidel­

berg. Durante ese tiempo, como ya se indicó, trabajó bajo las órdenes de Gmelin. En ese período, publicó dos obras didácticas para ser utilizadas en ellaboratorio,9

el Resumen en forma de tabla del análisis químico cualitativo para uso del trabajo

6 Karl Ramrnelsberg incluso publicó en Alemania un artículo sobre el descubrimiento de un nuevo mineral en México: la Castillita, en el Zeitschrift der deutschen geologischen Gesellschajt, (Berlín, 1866) XVIII, 19ss. Burkart afirma que dicho escrito nació porque: "A principios del año de 1865, el Sr. D. Antonio del Castillo me mandó varias muestras de minerales de México para rectificar suc\asificación, dirigiendo una parte de ellas al Sr. Ramrnelsberg de Berlín, para su análisis" (Burkart 1874-1876,248-249).

7 Christian Gottfried Ehrenberg (1795-1876) leyó la memoria "De la toba fitolitaria del Valle deToluca" en la Academia de Ciencias de Berlín en marzo de 1866. Fue publicada una traducción

castellana en el periódico mexicano La Naturaleza. El subtítulo dice "Comunicada por el señor doc­tor Burkart a Don Antonio del Castillo, ·con encargo de corregirla para su publicación en México". Más adelante, se aclara que "El mismo Sr. Burkart me remitió [a Ehrenberg] por conducto del Sr. Rarnmelsberg una muestra de toba gris que acababa de recibir del Sr. Castillo, de México" (Ehrenberg 1871 -1873, 118-119). La memoria apareció originalmente en 1866 con el título "Über einen Phytolitharien-Tuff als Gebirgsart im Toluca-Thal von Mexico" en el Monatsberichte der Konigl. Akad. der Wissenschaten zu Berlin, no. 66, 58ss.

8 Ver nota 6. Rarnmelsberg hace una referencia directa a la manera en la que Vicente Fernández, ¡xofesor del Colegio del estado de Guanajuato, creía que se formaba el cloruro de plata durante el proce­.,de amalgamación. No es claro si esto había sido comunicado por correspondencia directa o indirecta,

und osi simplemente leyó el artículo que Fernández publicó en La Naturaleza (Fernández 1877-1879). 9Los títulos de las publicaciones fueron tomados de Poggendorff 1863, n, 509.

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práctico en el laboratorio (Posselt 1845) y La química analítica en forma de tablas (Posselt 1846).10 Bettina Haupt, en su estudio sobre libros de texto de química entre 1775 y 1850, reconoce, en la presentación de tablas, una práctica común durante el si­glo XIX, debido a los grandes problemas de nomenclatura existente en la época (Haupl 1987, 227-232). Asimismo, aparecieron otros tres artícu10s suyos en los Anales de quf· mica y farmacia de Liebig: Sobre la composición del moho (Posselt 1843), Sobre las partes que componen la semilla de la hiedra (Posselt 1849a) e Investigaciones sobre lIII

nuevo tipo de bálsamo de copaiva [medicamento homeopático] (Posselt 1849b). Todos ellos tratan temas de química orgánica y muestran la labor de Posselt en Heidelberg, bastante alejada del beneficio de metales.

QUÍMICA y METALURGIA: ALEMANIA y MÉXICO

Durante la segunda mitad del siglo XVIll fue muy común que los médicos y los fanna­céuticos se dedicaran a la metalurgia, puesto que sus conocimientos químicos se lo permitían, o al menos así lo creían, ya que no siempre lo realizaron con éxito, como ea el caso de las fundiciones de cobre en Suecia (Fors 2003, 147-157). Lo mismo sucedió al fundarse el Real Seminario de Minería de México en 1792, siguiendo como modelo las academias de minas del mundo germano, en especial las de Freiberg, Schemnitz y Berlín. En esta última ciudad, el catedrático de química era un médico: Carl Abraham Gerhard. Para el caso novo hispano, Luis Fernando Lindner (ca.17 63-1805), nativo de Schemnitz y egresado de la Escuela de Medicina de Viena, fue el profesor de dicha disciplina (Escamilla 2004). Ni él, ni ninguno de los otros alemanes que viajaron I América durante el virreinato para mejorar los métodos de beneficio de metales precio­sos -todos convencidos de la química de Lavoisier- tuvieron éxito en sus pretensiones. En todos los casos, esto no ocurrió por la poca habilidad de los técnicos, sino porque el conocimiento químico de la época no era suficiente para desentrañar los procesos metalúrgicos ni encontrar para ellos una explicación teórica.

El comienzo de la siguiente centuria fue importante para la química. Ya reconoci­das las teorías de Lavoisier, se encontró que aquellos fenómenos inexplicables teJ!Í31 que ver con la materia orgánica y los seres vivos. En la primera mitad de ese siglo, se

10 Esta obra fue anunciada al menos en una publicación periódica científica de la época, el Ardir fúr Mineralogie, Geognosie, Bergbau und Hüttenkunde de Cad Johann Bernard Karsten, vol. XXI, 1847. Asimismo, parece haberse impreso una versión holandesa preparada y mejorada por S. BleekJo. de en 1848: "De analytische scheikunde in Tafels". UtrechtlDelft: Heijningen (Zuchold 1859,206).

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realizaron análisis sobre la composición de dichas sustancias, justo la temática de los trabajos publicados por Posselt en Heidelberg. Estas investigaciones fueron el punto de partida de una revolución que dio origen a la química orgánica, como se verá más ade­lante. Dichos avances permitieron una mejor comprensión de los procesos metalúrgicos americanos, pero las explicaciones llegaron demasiado tarde, puesto que los centena­rios métodos de amalgamación por patio y por cazo fueron sustituidos por el de cianu­ración a partir de la última década del siglo XIX.

/ EL VIAJE DE POSSELT

Justo en el momento en el que la química se transformaba radicalmente, Posselt decidió viajar a América para beneficiarse de las grandes riquezas de metales preciosos que existían en México y en los EE.UU., y cumplir así un deseo personal persistente (Pos­selt 1882, V): se repetía el modelo del médico con conocimientos químicos entusias­mado por la metalurgia. Es bien sabido que Posselt no fue el primer alemán que venía a los recién independizados países americanos con esas intenciones. Baste señalar el caso de la Compañía Alemana de Minas en México (Mentz 1990, 29), aunque la diferencia radicaba en que él decidió ir por su cuenta, sin ser contratado por alguna compañía. De hecho, estas empresas, como la inglesa Tlalpujahua Mining Association, preferían contratar egresados de academias de minas alemanas, como en el caso conocido de Joseph Burkart o de Karl Friedrich Schmiedel (1800-1880), quien llegó a México en 1825 (Schmiedel 1926, 3). La carrera científica de Posselt en Heidelberg podría haber llegado más lejos; sin embargo, prefirió comenzar de nuevo en América.

Posselt decidió incluso pedir ayuda económica a la Universidad de Friburgo de Brisgovia para visitar los distritos mineros de México y California. [[ N o es de extrañar que eligiera esta institución, puesto que su facultad de medicina fue una de las primeras que asignaron un local y presupuesto para un laboratorio de química en 1847 (Curtius 1908, 1). De acuerdo con el título de este expediente, el solicitante habría argumentado que su viaje tendría fines científicos, asunto que se reflejaría en sus publicaciones en revistas de minería. No obstante, también fue desmentido por las decisiones que tomó durante su periplo, en las que se advierte una motivación de carácter pecuniario.

11 Universitatsarchiv der Albert-Ludwigs-Univeritat, Friburgo de Brisgovia, Bestand A28, mstitute und Sammlungen, 013/II ka 8/1849. Gesuch des Prof. Louis Posselt aus Heidelberg um die Unterstützung einer wissenschaftilchen Reise Kalifornien und Mexico. Referencia en el catálogo digital en Internet: http://www.uniarchiv.uni-freiburg.delBestaende/a1 A028.pdf, 29-30.

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El viaje de Posselt está documentado en un libro titulado Louis Posselts Kreul: und Querzüge durch Mexiko und die Vereinigten Staaten von Nord-Amerika o ¡res, venires de Louis Posselt por México y los Estados Unidos de Norteamérica (figura 1~ publicado por Felix Maurer (1825-1893), esposo de su hermana Auguste (1827-1908),12 a petición de ésta, en 1882 (Posselt 1882, III). El texto se presenta en forma de cartas Y la fecha de éstas siempre se indica de manera incompleta como "18 ... ". No obstante, muy sencillo determinar las cifras faltantes. Uno de sus relatos, escrito en junio de 1849, hace referencia a la fundación de la ciudad de Brownsville, Texas; Posselt afirma que este hecho había ocurrido catorce meses antes. Ello sucedió en 1848 y, como la narración de Posselt se desenvuelve durante un mes de junio, sabemos, si seguimos las fechas hacia atrás, que partió de Londres el 31 de marzo de 1849.

Para el 30 de abril, ya había llegado a La Habana y tocó tierra continental el4 de mayo en Mobile, Alabama. Dos días después, llegó a Nueva Orleáns en un vapor para continuar a caballo hasta Galveston, Brazos y Brownsville, en Texas. Corría el mes de mayo y fue entonces que cruzó por primera vez a México. El 13 de junio del mismo año de 1849 escribió una carta en la que reportaba sus impresiones de Matamoros. Posselt compartía la visión de muchos otros viajeros en cuanto a que los mexicanos eran pere­zosos y por ello les era imposible explotar la infinita riqueza natural que tenían a su disposición. Asimismo, llegó a un México convulsionado por la violencia y constante­mente reporta la inseguridad presente en los caminos y la consiguiente necesidad de traer un arma durante cualquier traslado.

Pero su destino final no era ése, él buscaba las tierras rebosantes de plata. Por ello se embarcó por el río Grande hacia Reynosa. En julio siguió su paso por el rancho Bue· navista, Ciudad Mier y Camargo, en Tamaulipas. El 26 de julio ya se encontraba en Cerralvo, Nuevo León. Un día después pasó por el rancho de Papagayos para alcanzar Monterrey, donde permaneció dos días. Tomó una jornada más para llegar a Saltillo, donde estuvo aproximadamente semana y media.

BENEFICIADOR DE METALES EN ZACATECAS. TÉCNItA ALEMANA EN MÉXICO

El 25 de agosto de 1849 Posselt llegó a la ciudad de Zacatecas, y afirmó (1882, 106): "mis aventureros ires y venires han terminado por primera vez" (Meine abenteurlichen Kreuz- und Querzüge sind for 's Erste geschlossen; a partir de esta frase, su cuñado tal

12 Los datos de los parientes de Posselt fueron tomados del sitio Internet del genealogista de la familia, Norbert Posselt: http://www.posselt-ahnen.de

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tez eligió el título del libro de viaje). El objetivo de Posselt era tomar la dirección de b trabajos de una mina o estar empleado en varias. En aquel momento dice haberse asociado con otro médico alemán (de Hannover) que, según él, había llegado a México desde hacía quince años, aunque tenía sólo tres en Zacatecas. 13 Dicho personaje había establecido una hacienda de beneficio de plata en las afueras de la ciudad. Posselt deci­dió hacerse socio de la empresa y afirmaba, por un lado, que al cabo de catorce días se podía obtener una ganancia de 40 ó 50% de la inversión inicial. Por el otro, se quejaba de que resultaba altamente oneroso conseguir los reactivos químicos necesarios para kIs.ensayes requeridos en la hacienda. Hará falta revisar la documentación de la Casa de Moneda de Zacatecas para encontrar el nombre de su socio y determinar las ganan­cias de la empresa.

Posselt brinda su propia descripción del beneficio de minerales de plata (ibíd., 114-119). Aun cuando afirma, como es por todos sabido, que el método de patio, im­plementado en Pachuca por BartÓlomé de Medina en 1555, era el de mayor difusión (figura 2), también se usaba el de barriles, de Freiberg. Además de las cartas que al parecer enviaba a su hermana, que son las que constituyen su libro de viaje, parece baberotras dirigidas a su hermano (o tal vez no se incluyeron todas en el impreso). Una de ellas, escrita el 19 de diciembre de 1849, un día antes de otra que sí apareció en su h'bro (ibíd., 107-121), fue publicada en el Neues Jahrbuchfür Mineralogie, Geognosie, Gtologie und Petrefakten-Kunde, editado por dos mineralogistas de Heidelberg: Karl casar von Leonhard [1799-1862], y Heinrich Georg Bronn [1800-1862]), (Posselt 1850). La misiva aparecida en el periódico parece ser un resumen de la impresa en el 6bro e incluso pudieran ser la misma de la que su hermano hizo un extracto. O bien, es posible que Posselt enviara dos versiones distintas. 14 Lo importante es observar que sí bobo un informe de Posselt en una publicación alemana durante el tiempo de su viaje y habrá que buscar si hubo otros en otras páginas no editadas en Heidelberg para determinar el posible impacto de sus descripciones en otros científicos y técnicos ale­manes. Aunque el artículo de Posselt no se puede comparar en extensión con el informe hecho por JosefBurkart (1833) diecisiete años antes, resultaría interesante comparar la información referente a la longitud de los túneles y la profundidad de los tiros de las minas descritas, así como de los costos de producción.

13 Según el Mtro. Juan Matamala (Dirección de Estudios Históricos, Instituto Nacional de Antropología e Historia), quien en la actualidad realiza un estudio sobre la Casa de Moneda de Zaca­teas en el siglo XIX, entre los alemanes que en esas fechas vendieron plata a dicha institución, no igura Posselt.

14 Sobre todo por lo que aparece entre las páginas 111 y 115.

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En cuanto a las técnicas de beneficio, Burkart aún no menciona la amalgamm alemana por barriles, lo que denota un cambio, ya hacia el tiempo en que Posselt paI6 por Zacatecas, en la composición de los minerales, que requerían dicho método paa hacer costeable su beneficio.

Fueron diversas las técnicas metalúrgicas alemanas que se utilizaron en el México decimonónico traídas por empresas inglesas o germanas, aunque no todas se aplicrr ron. 15 Por el momento puedo afirmar que, al menos, el método de barriles sí tuvo adaptación mexicana. El procedimiento local de patio no era conocido en Europa, pueIt

to que no existió durante mucho tiempo una obra que lo explicara detalladameule. Sucedió lo contrario con el método de cazo inventado por el español Álvaro AlODIO Barba en Sudamérica, puesto que publicó su famoso libro El arte de los metales CII

Madrid en 1640. Dicho texto fue traducido infinidad de veces al alemán, al inglés y 11 francés. Cuando el consejero de minas austriaco Ignaz von Bom (1742-1791) ide6 el beneficio por barriles, no hizo otra cosa que mecanizar el de Barba e intentar sustel¡

tarlo con las teorías químicas del momento. Los aparatos necesarios para llevar a. este procedimiento de beneficio de plata requerían de una gran cantidad de maden¡

fabricación de piezas complicadas y fuerza hidráulica (figura 3). A fines del siglo XVIIIt el director del Tribunal de Minería novohispano, Fausto de Elhúyar (1755-1833), iJUea. tó introducir este procedimiento con la ayuda del alemán Friedrich Sonnesclut!Ml (1763-1824), egresado de la Academia de Minas de Freiberg y comisionado por laCo­rona española. Pocas veces se encontraban todas las condiciones necesarias para impIe. mentarlo y, por ello, fracasó. Los ingleses lo implantaron con su variante inventada ea Freiberg (igualmente mecanizada) en Real del Monte, pero en los distritos del nortedrJ país se adaptó a las condiciones mexicanas: en lugar de tener una complicada máquiaa movida por fuerza hidráulica, se tenían dos o tres barriles que giraban en torno a UD eje con tracción animal (Laur 1871; véase figura 4). Esta asimilación de la técnica aIema debería estudiarse en otras ramas productivas, a fin de determinar qué tan grande fue influencia, no sólo en México, sino en todo el continente americano.

Contrariamente a las innovaciones propuestas por ingenieros ingleses en Qua.

najuato y Real del Monte (por ejemplo, Bowring 1858), Posselt no parece haber inu. tado con demasiada insistencia la utilización de sus conocimientos químicos para _

15 Los ingleses incluso investigaron la factibilidad de introducir en Pachuca y Real del MOIIIe las técnicas de fundición de minerales utilizadas en Freiberg. Véase "Noticias de los metales debo­neficio por fuego de los metales de plata en Freiberg en Alemania, con respecto a la aplicación_ México". 1828. Londres: Arturo Taylor (editor). Agradezco a Rosario Villalobos Velázquez por bala hecho de mi conocimiento este material.

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Gua­inren­¡otro-

ducir nuevas técnicas de beneficio; más bien intentó mejorar las existentes y, como veremos más adelante, las aplicó en los EE.UU.

Posselt deseaba hacer crecer su negocio mediante la búsqueda de minas abando­Dadas alrededor de la ciudad de Zacatecas que pudieran ser nuevamente explotadas. Visitó Huajucar, Monte Escobedo y Jerez. En enero de 1850, convencido de que no tendóa éxito en esta tarea, decidió explorar San Luis Potosí. Probó obtener mineral para beneficiar en Catorce y Noria de los Ángeles. En julio pasó por Charcas y Peñón Blan­co, para observar la extracción de la sal, tan importante para la metalurgia. El 31 de julio había regresado a Zacatecas; aunque tenía hechos algunos tratos en los distritos visitados, los convenios se malograron y nuevamente fracasó en su intento de expan­sión, por lo que buscó suerte en los EE.UU.

Para septiembre se encontraba en Brownsville. Una compañía con sede en esa ciudad y en Nueva Orleáns lo contrató para estudiar el mineral de las minas en Valle Silla, en el río Sabinas, un brazo del Bravo. Ésta le prometió la dirección de la explota­ción en caso de hacer un trabajo satisfactorio (Posselt 1882, 168). Por desgracia, los bÍneles estaban inundados y no logró realizar su tarea.

El 20 de febrero de 1851 estaba de regreso en Brownsville. Allí conoció a un socio de una "importante" casa de comercio inglesa (de la que omite el nombre) que había invertido en una compañía para beneficiar plata extraída de las minas en Charcas, San Luis Potosí. Aprovechando que ya conocía el distrito por su anterior visita y que desea­ba verificar el estado de su negocio en Zacatecas, regresó a México por Matamoros, Monterrey, Galeana y Matehuala. El 8 de marzo estaba en Laguna Seca para concluir d viaje en la ciudad de San Luis Potosí. Visitó Cerro San Pedro y Charcas, pero no le pareció que la empresa fuese rentable. Posselt afirmaba que los distritos mineros del lKIIte de México eran pobres y Aue los mejores del sur, sobre todo en Guanajuato, esta­ban acaparados por dos grandes compañías beneficiadoras a las que difícilmente podría hacer competencia con su capital, por lo que "mi estancia en el querido México no será ya muy larga" (ibíd., 194).

Regresó entonces a Brownsville para notificar su fracaso. La desesperación afloró por su mala fortuna en los negocios; sin embargo, afirmó que

[ ... ] no puedo decidirme sobre regresar a Alemania en las presentes circunstancias. Aún así

es poco mi deseo de continuar en la monótonamente científica y poco remunerante activi­

dad de mi sociedad de beneficio en la hacienda de Zacatecas (ibíd., 194).

sus negocios en Zacatecas y buscó comenzar de nuevo en Ta-

447

BOTICARIO, MACHACADOR DE PÍLDORAS

Y CURANDERO EN MATAMOROS

En noviembre de 1851, se avecinó en Matamoros, donde abrió una botica, pero después de seis meses la vida le pareció aburrida. Posselt (ibíd., 195) no se sentía feliz al imagi­nar que su vida terminaría en Matamoros como "machacador de píldoras y curandero" (Pillendreher und Quacksalber). Él mismo describe su botica como "más bien pequeña pero con aspecto amistoso y respetable" (ibíd., 196). Añadió que en México cualquier boticario automáticamente es llamado "doctor" y que, por lo tanto, tuvo que actuar como médico durante el tiempo que tuvo abierto su negocio. Su "verbalmente ganado diploma de médico" fue otra de las razones para partir (ibíd., 187).

Aquí también existe la posibilidad de buscar en archivGS documentación sobre su botica; no obstante, para imaginar lo que pudo haber tenido en ella, basta ver el Manual del farmacéutico de Agustín Guerrero (1881), que siguió imprimiéndose en México hasta ya entrado el siglo xx. Con el inventario en la mano, podrían compararse las sus­tancias propuestas por Guerrero y las utilizadas por Posselt para observar si existían algunos reactivos singulares en esa botica alemana en México.

"MI REINO POR UNA BOTELLA DE BURDEOS" :

PRIMERA ESTANCIA EN LA MINA JESÚS MARÍA EN NUEVO LEÓN

Posselt decidió entonces abandonar Matamoros. Para junio de 1852 se encontraba en la mina Jesús María en Nuevo León, propiedad de la Vallecillo Si/ver Mining Company de Nueva York -que la había adquirido en 1851 (Chism 1884, 351). En esta ocasión fue contratado "para reconocer su mineral y determinar el método más adecuado para su beneficio" (Posselt 1882, 198). Dicha explotación se encontraba a más de un día de camino de cualquier población y el alemán consideraba que el clima del lugar era "uno de los más cómodos y saludables de la Tierra".

Posselt afirmaba que la composición del mineral era poco usual y para beneficiar­lo se utilizaba el método de cazo. Realizó análisis de las sustancias asociadas a la plata y los presentó a los propietarios en 1852. En ellos determinó la composición química de las clases de mineral tradicionales: colorados, azogues ordinarios y azogues de cazo (Posselt 1853, 578-582). El principal problema para la selección del mineral en la mina era la mala condición de ventilación e iluminación; no obstante, el cuerpo rocoso en En el que se encontraban las dos vetas explotadas en la mina de Jesús María era tan blan- me do que Posselt consideraba superfluo el uso de explosivos para arrancar el mineral. "ql

448

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Incluso se aventuró a decir que había "mineral de tal riqueza y abundancia, que dan absoluta certeza en la recuperación del capital invertido y en la obtención de ganan­cias" (ibíd., 581).

En el lugar se encontraban otros europeos (entre ellos alguien llamado Dr. Prévost) encargados de la adecuación del lugar para la explotación. La compañía no escatimó en gastos e hizo traer una máquina de vapor para desagüe estilo Comwall de la compañía Thomas, Carson and West de Norristown, Pennsylvania. A decir de los propietarios, este aparato era el más grande en su tipo que se hubiera construido en México (Anónimo 1854,440). El desarrollo de la conformación de la empresa puede seguirse en la Mining

Magazine, que al parecer es la revista especializada en minería más antigua de los EE.UU., y de la cual he obtenido la mayoría de los datos referidos en este apartado. Allí

se explican la organización del trabajo y el manejo de capital siguiendo las Ordenanzas de Minería de 1783 que seguían vigentes con anexos y modificaciones (ibíd., 34-40), así como el contenido de las sesenta cajas de materiales para la construcción de la maquina­

ria necesaria con sus costos (Posselt 1855, 175-179). Esta última información, que con­tiene las medidas de los aparatos, junto con los planos de la mina que presenta la publi­cación, podría ser utilizada para hacer una reconstrucción virtual del sitio, que debería

compararse con las ruinas de algunas minas en Real del Monte. Ello nos daría una buena perspectiva de distintas bombas de vapor utilizadas en México a mediados del siglo XIX.

Vallecillo Mining también adquirió la mina Dolores, que se alimentaba de la misma veta que la Jesús María. Según Posselt (ibíd., 112-113), su explotación prometía más, puesto que se encontraba a mayor altura y, por tanto, parecía más fácil poder sacar el agua que la inundaba. Según Richard Chism, empleado en la región dos décadas después, resultó lo contrario. Afirma que durante el tiempo que estuvo Posselt, los principales trabajos realizados fueron los siguientes:

El primer punto donde había que trabajar era en un tiro de la mina conocida como Jesús María, que tenía las condiciones más favorables. Se erigieron grandes edificios y se inten­taron utilizar sucesivamente..dos tipos de bombas. Después de que la segunda, que tenía un cilindro de vapor de 5 pies de diámetro, una caída de 10 pies y un martillo de 20 pul­

gadas de diámetro, fracasó en hacer cualquier cosa excepto mantener el agua y [ .. . ] falló en sacar mineral, cuyo valor era de más de $30,000, se decidió abandonar las labores (Chism 1884, 351).

En cuanto a la parte de extracción, se observan estas fallas; en cuanto al beneficio de metales, Chism asevera que Posselt había participado en experimentos metalúrgicos "que se extendieron por muchos años, en los que se intentaron casi todos los apara-

449

tos y procesos conocidos" (ibíd., 352). Por desgracia, parece que los análisis químicos del mineral hechos por Posselt no fueron los más detallados, debido -supongo- a la carencia de un buen laboratorio. No obstante, la compañía designó a Charles Enderlin, otro viejo alumno de Liebig, para determinar los componentes de los minerales en Nueva York (Anónimo 1854, 42-45). Nuevamente, sería recomendable comparar sus resultados con los realizados para minerales de otros distritos yasí poder detenninarsi había variaciones locales en los criterios de selección del método de beneficio adecua­do y las razones para ello.

Aunque en un principio el alemán estuvo cómodo en Jesús María porque la comi­da no era mala en el lugar, Posselt afirma que el agua que se bebía provenía de la mina y tenía sabor salado, por lo que no era muy saludable. Al cabo de seis meses, tal como lo confirma Chism, los costos de desagüe parecían superar a la ganancia del beneficio del mineral que era de baja ley (Posselt 1882, 200). En noviembre de 1852, expresaba su descontento por la lenta vida en el lugar, además de que comenzaba a extrañar los insumos disponibles en una gran ciudad. Incluso llegó a exclamar "Ein Konigreich für eine Flasche Bordeaux" (ibíd., 203). Todo ello, aunado a las noticias de levantamientos en el centro del país, lo llevaban a preguntarse qué sería de México si no lograba esta­blecerse como monarquía o como república, lo que lo indujo a decidir nuevamente su partida a los EE.UU.

BanCARIO EN NUEVA ORLEÁNS.

DIRECTOR DE LA MINA REED EN CAROLINA DEL NORTE

Para el 4 de julio de 1853, Posselt había adquirido en Nueva Orleáns la botica de un alemán quien, a su vez, había comprado otra en un mejor lugar de la ciudad. En mar­zo de 1854, expresaba que, contrariamente a lo vivido en Jesús María, "he disfrutado durante un año entero las ventajas de esta gran ciudad, pero nuevamente me ha llegado el momento de viajar" (en alemán, Wanderung, Posselt 1882, 217). Para ese momento contaba con propuestas de empleo de varias empresas mineras estadounidenses. El31 de ese mismo mes decidió abandonar la ciudad a bordo de un vapor. El 9 de abril se encontraba en Cincinnati, continuó en tren hacia Búfalo para, finalmente, visitar las cataratas del Niágara y la ciudad de Nueva York.

Posteriormente, decidió establecerse en Carolina del Norte. En agosto de 1855, encontró empleo en la mina McCulloch, "después de vagabundear de mina en mina". El lugar pertenecía a los mismos empresarios que las minas de Jesús María y Dolores (Partz 1854, 167-168). Posselt fue nombrado director de la mina Reed, conocida como

450

la pi dine

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la primera en la que se encontró oro en EE.UU. 16 Ahí dedicó una gran cantidad de dinero para renovar las instalaciones subterráneas y de superficie, a saber:

Construyó una pequeña ciudad con una casa de máquinas y un Molino, una gran cabina

para un malacate y un malacate para extraer el mineral, una oficina, un almacén de dina­

mita, establos, un taller de herrería y once cabañas. Para mediados de 1854, el suelo bajo

la colina Upper tenía 15 tiros y más de 500 pies de túneles. 17

Posselt utilizó técnicas europeas para la extracción del mineral e incluyó una máquina de vapor para desaguar los túneles y otra para poner en acción los aparatos de molienda. Para los estadounidenses, el bocarte que construyó parecía de la "Alemania medieval", porque seguramente les recordaba las ilustraciones del De re metallica libri XlI de Georgius Agricola (1556). Por otra parte, implementó un molino chileno y un arrastre mexicano, así como cribas para separar el oro de otros minerales.

A pesar de la sofisticada maquinaria, la mina quebró debido a la especulación en el mercado neoyorquino. Se presume que Posselt no calculó adecuadamente las reser­vas de mineral de la mina y que ésta habría sido la principal causa de la catástrofe. No resulta aventurado apoyar esta idea, puesto que Posselt casi no dedica espacio a este capítulo de su viaje.

Por otro lado, es importante señalar el traslado de la técnica utilizada en Hispa­noamérica, como el molino chileno y las arrastras mexicanas (véase figura 4), hacia los EE.UU., y cómo ésta convivía con la europea (bombas de vapor). La fiebre del oro estadounidense originó una inmigración importante y fue uno de los factores que causó la fundación y el desarrollo de las primeras academias de minas (Christy 1894). La primera fue la Columbia School of Mines, que abrió sus puertas en Nueva York en 1864 (Church 1871), casi un siglo después que en Alemania y ocho décadas con respecto a México. En estas instituciones y en las nuevas minas del oeste se idearon nuevos métodos de beneficio de plata, en específico el de cianuración, que sustituyó las técnicas virreinales y europeas, primero en los EE.UU. y luego en Latinoamérica cuando las minas mexicanas fueron adquiridas por estadounidenses al comenzar el siglo xx.

16 Se supone que el primer dueño de la mina, John Reed, en realidad fue un alemán de Hesse llamado Johannes Reith o Ried (Knapp 1999).

17 Cf The First Discovery ofGold in America: Reed Gold Mine Teacher's Guide. Consultado el lO de abril de 2006: http://reedmine.tripod.comlEducationls_Guide.pdf

451

VIAJE A CANADÁ y DIRECCIÓN DE LA MINA "JESÚS MARÍA"

Tras su fracaso en McCulloch, decidió continuar hacia Canadá. Para el 17 de agosto de 1855, había ya estado en Nueva York y se disponía a salir de allí por tren hasta Oswego, en el lago Ontario. Lo cruzó y visitó Toronto y Collingwood, donde tomó un vapor que lo llevó por el lago Hurón hasta la isla Makinow en el lago Michigan. Ahí espero dos

días para poder tomar un barco a Detroit. En ese lugar abordó otra nave que lo llevó al lago Superior, donde buscó nuevamente empleo en la minería; incluso escribió un artículo sobre las explotaciones de cobre del lugar, que apareció en la misma revista en la que fue publicada su carta de Zacatecas (Posselt 1856), aunque no tuvo suerte. Conti­nuó entonces su viaje hacia el sur a principios de 1856, por Detroit, Oswego, Pittsburg, Filadelfia y Nueva York con dirección a México, aunque no proporciona más detalles de la ruta ni del tiempo que empleó para su regreso.

En la primavera de 1857, se encontraba de nuevo en la mina Jesús María de Nuevo A

León. Allí fue nombrado director por los dueños de la empresa en Nueva York; proba- en blemente estuvo con ellos durante su viaje al norte. Aun cuando ya se tenían dos má- al

quinas de vapor para desagüe, continuó encontrándose mineral de baja ley. Para princi- vo pios de 1860, afirmó que "aunque en este año [1857] todavía observé cosas de algún Es interés, los tres siguientes se fueron en la monotonía más ordinaria". Este pasaje, que cé

resume los tres últimos años de la vida de Posselt en México en una frase, es una mues- cr tra de cómo, conforme pasaba el tiempo, el viajero reducía cada vez más la longitud de da sus relatos. Es claro que la falta de interés científico y de aventura lo orillaron a regresar aq a Alemania, más precisamente a Heidelberg. Su libro de viaje concluye diciendo: "sigo COI

estando orgulloso de ser alemán y, lo que es más, de ser un alegre individuo originario del Pfalz". Como gran final, agrega un antiguo dicho de la región minera del Harz:

Reverdece el abeto, aumenta el mineral

Dios regálanos a todos un gozoso corazón. 18

EL LABORATORJUM CHEMICUM EN LA DÉCADA DE 1850

Tres años después de la partida de Posselt, el laboratorio químico de Heidelberg cambió radicalmente su rumbo. Robert Wilhelm Bunsen (1811-1899) tomó el lugar de Gmelin

te de

18Posselt 1882, 253. "Es grüne die Tanne, es wachse das Erz / Gott schenke uns allen ein frohli- A ches Herz!" cie

452

y exigió una nueva sede en la Akademiestraj3e, que se constituyó en un instituto de química con mucha actividad (véase, por ejemplo, Bunsen 1858). A Bunsen, contrario

;0 de a Liebig, no le gustaba compartir su laboratorio, por lo que varios de sus alumnos es-'ego, tablecieron un laboratorio de enseñanza particular en la Hauptstraj3e (KekulélBaeyer : que 1858). Entre ellos se encontraba Friedrich August Kekulé (1829-1896), quien en su ~ dos tesis realizada en dicho lugar mencionó por primera vez la cuadrivalencia del carbón, llevó principio básico de la química orgánica (Kekulé 1858). Bunsen permaneció en Heide-ó un lberg mientras sus alumnos se repartieron por tierras germanas diseminando las ideas

emanadas de dicha ciudad.

EL CONGRESO INTERNACIONAL DE QUÍMICOS EN 1860

Aunadas a las nuevas investigaciones de química orgánica, existían otras discusiones entre los científicos. Aunque la revolución de Lavoisier asoció el concepto de elemento al peso específico del mismo (Ostwald 1919,37-42), no existía un método cuantitati­vo matemático preciso para determinar el cambio de masa en una reacción química. Esta falta de un edificio teórico comparable al de la física causaba molestias todavía a célebres químicos como Wilhelm Ostwald a fines del siglo XIX. Este científico incluso creyó necesaria la división de la química en particular, la que trataba sobre las propie­dades específicas de las sustancias, y general o físico-química (physikalische Chemie), aquella que intentaría encontrar leyes generales para los fenómenos químicos, tomando como ejemplo lo que se hacía en física. 19

Esta falta de una teoría cuantitativa originó nuevas problemáticas a partir de los ttabajos de Amedeo Avogadro (1776-1856). En 1811, en su artículo Essai d 'une maniere de déterminer les masses relatives des molécules élémentaires des corps, et les proportions selon lesquelles elles entrent dans ces combinaisons [Ensayo de una manera de determinar las masas relativas de las moléculas elementales de los cuer­pos y las proporciones según las cuales entran en esas combinaciones], publicado en eIJournal de Physique de Rozier (No. 73, 131-156), afirmó que "volúmenes iguales

'90stwald 1904, 3-12. Incluso (ibíd., 425-426) gustaba de citar una frase que él atribuía a Bunsen: "Ein Chemiker, der kein Physiker ist, ist gar nichts" [Un químico que no es físico, no es absolutamen­le nada]. Como dato curioso, el ejemplar de los Abhandlungen de Ostwald que consulté, propiedad de un particular, presenta los sellos de la biblioteca de la Schule der deutschen Kolonie de México. Asimismo, cabe mencionar que Ostwald fue nombrado miembro honorario, al igual que decenas de científicos en todo el mundo, de la Sociedad Científica Antonio Alzate en 1906.

453

de cualquier gas (medidos a la misma presión y temperatura) contienen el mismo número de moléculas". Según el enunciado anterior, un determinado número de moléculas de cualquier gas ocupa siempre el mismo volumen, siempre que sea Ill&­

dido en idénticas condiciones de presión y temperatura. Así, por ejemplo, un litro de hidrógeno contiene el mismo número de moléculas que uno de oxígeno, nitróge­no o amoniaco (medidos todos en estado gaseoso y en las mismas condiciones). La cantidad de moléculas que hay en un pequeño volumen de un gas es 6.023 x ion que es un número tremendamente grande. Avogadro tuvo que admitir, además de SI

famosa hipótesis, que las moléculas de los elementos gaseosos más familiares (hi. drógeno, oxígeno, nitrógeno, cloro, etc.) erim diatómicas, es decir, estaban formadas por dos átomos que podían separarse en una reacción química, pero que normal· mente se encontraban juntos. Este hecho causaba gran dificultad para enunciar los conceptos de átomo y molécula, así como para determinar los pesos específicos de los gases.

Kekulé y sus discípulos, junto con otro alumno de Liebig, el italiano Stanislao

Cannizzaro (1826-1910), deseaban organizar una reunión para discutir dichos proble­mas. El alemán dejó entonces a Carl Weltzien (1813-1870) la tarea de realizar los Ira­

bajos preparatorios de lo que sería el Congreso Internacional de Químicos, primero en su tipo, que se llevó a cabo en Karlrsuhe, del 3 al 6 de septiembre de 1860 (Meyer 1911). Cannizzaro, quien había publicado el importante texto Sunto di un testo difilo­

sofia chimica,z° en el que explicaba detalladamente la problemática de dicha ciencia, propuso las siguientes preguntas durante el congreso: 21

1. ¿Es conveniente establecer una distinción entre los términos molécula y átomo, nom­brar moléculas a las más pequeñas partes de los cuerpos que entran en una reacción y

La

que salen de ella, y que además son comparables en aquello que c@ncieme a las propie- No dades físicas; y nombrar átomos a las partes más pequeñas de los cuerpos que están habi contenida en las moléculas? quír

2. ¿La expresión "átomo compuesto" puede ser suprimida y reemplazada por las expre- sent siones "radical" o "residuo"? se il

que de 1,

20 En 1858 en Pisa: Tip. Pieraccini. La edición alemana de 1891, Abriss eines Lehrganges der tos 1

theoretischen Chemie , presentada en la K. UniversiUit Geñua (Leipzig: W. Engelmann) incluye una introducción escrita por Lothar Meyer, sobre la importancia de esta obra y sobre los temas científicos tratados durante el congreso. Véase Cannizzaro 1896, 367-375.

21 (Stock 1933, 21). Una discusión sobre las respuestas de ese tiempo a estas preguntas se en- pare cuentra en Baudrimont 1861. han

454

ismo 3. La noción de los equivalentes es empírica e independiente de la noción de átomo y

o de molécula.

me-litro La invitación a la reunión fue una circular en alemán, francés e inglés para convocar 'óge- a los químicos interesados. Se pretendía reunir a los más importantes y, aunque algu-). La nos como Liebig no asistieron, sí se presentaron otros como Charles Adolphe Wurtz 1023, (1817-1884), uno de los pilares de la química francesa. A finales de agosto no había

Je su más que 64 participantes confirmados. Para Wurtz esto fue sorpresivo, puesto que es-; (hi- peraba una mayor respuesta aun cuando se habían tomado medidas para "mantener a adas distancia a los farmacéuticos y al profanum vulgus" (Stock 1933, 18). mal- Las fechas de organización del congreso coincidieron con el regreso de Posselt,

!f los quien se vio en medio de una importante revolución científica. Días antes del comienzo l>S de del congreso, el número de participantes se había duplicado. Allí se menciona a un

"Posselt" como representante de México, el único participante proveniente de un país

no europeo. Hasta el momento no es posible determinar si este representante era Louis. Solamente existe una referencia secundaria que así lo testifica. La investigadora estado­unidense Clara DeMilt (1951) escribió un artículo sobre el congreso. En él menciona

que era muy poco probable que la convocatoria para el congreso, publicada en julio de 1860, hubiese llegado a tiempo para que algún investigador de América pudiera realizar el viaje, con excepción de Posselt, puesto que él ya había regresado a Alemania para el

momento en el que se organizaba la reunión.

Louis Posselt, registrado por México, había trabajado en México desde 1849 cuando aban­donó Heidelberg, pero regresó a Alemania a principios de 1860.22

No obstante, es imposible negar la alta probabilidad de una respuesta afirmativa. Él había sido miembro del cuerpo docente en Heidelberg, había escrito artículos sobre

química orgánica y tendría algún motivo, tal vez personal, para anunciarse como repre­sentante de México. En la monografía de Alfred Stock sobre el congreso de Karlrsuhe, se incluyen ediciones facsimilares de diversas cartas de los organizadores. Se supone que al menos en ese momento existía toda la correspondencia, incluidas las solicitudes de los participantes, en algún archivo en Karlsruhe. Habrá que rastrear estos documen­

tos para verificar la existencia de alguna referencia sobre Posselt.

22 DeMilt 1951, 421 n. No presenta fuentes documentales para hacer esta afirmación, aunque parece haber visto documentación original. También ha sido la referencia para otros autores que la han copiado, entre otros, Román 2002, 44.

455

Como hasta el momento no hay ninguna documentación que indique los motivos de Posselt, podría abrirse un debate al respecto. Sin embargo, sólo podemos especular que, o bien lo hizo por nostalgia del país en el que recién había pasado una década, o bien porque mantenía correspondencia con algún mexicano o alemán residente en México, a quien pudiera interesarle. Esto último se antoja complicado puesto que, has­ta el momento, no he encontrado información alguna como las antes mencionadas de Burkart. Sería aún más difícil proponer otra cosa, debido a que Posselt nunca llegó a la Ciudad de México y, al parecer, no se hizo miembro de ninguna sociedad científica del país, en particular de la de Geografía y Estadística. Sólo la investigación documental podrá ampliar la información al respecto.

EL FINAL

Después de su participación en Karlsruhe, la carrera científica de Posselt parece haber desaparecido. Sólo he encontrado una mención secundaria en un artículo de Wiechelhaus, publicado en los Anales de física y química de Poggendorff, que trata del análisis químico (realizado en el laboratorio de Bunsen) de un meteorito encon­trado por Posselt en la hacienda Santa Rosa en Coahuila (Wiechelhaus 1863). Por el contrario, existen otras referencias en tomo a su actuación como consejero del ayuntamiento de Heidelberg. Al parecer, su gestión tuvo alguna relevancia, puesto que en dicha ciudad incluso existe una calle con su nombre y en 1895 fue construi­do un mirador en el Drei-Eichen-Weg del bosque local con el nombre Posseltsturm o torre de Posselt (Amt der Stadt Heidelberg 2004). Tras su muerte en 1880, como germ ya he indicado, el esposo de su hermana dio.sus cartas de viaje a la imprenta, en 1882. 1896 La obra fue reeditada en 1888 en la misma imprenta universitaria de Cad Winter. parte la encargada de publicar todas sus obras. Este texto constituye el último rastro de del si su vida. con 1.

técnil pleto

CONCLUSIONES

No deja de ser curiosa la participación de Posselt en la reunión de Karlsruhe. Es nece­sario recordar que al primer congreso metalúrgico de la historia (realizado en Glasshüt­te, Hungría, actualmente Sk1eno en Eslovaquia), asistió Fausto de Elhúyar, quien pos­teriormente fue director del Cuerpo de Minería de Nueva España. De hecho su participación fue como miembro director de la allí fundada Sociedad de Laboreo de verifi<

456

>tivos Minas (Societiit der Bergbaukunde) en dicho reino, aunque nunca había puesto un pie :cular en él. Al primer congreso de químicos asistió Posselt, quien nunca más regresó a Méxi-lda, o co y parece no haber tenido ningún corresponsal que se enterase en el momento. Más te en allá de este hecho, es relevante señalar la necesidad de estudiar el perfil de conocimien-, has- tos de los viajeros alemanes en el México del siglo XIX. Brígida von Mentz ya ha esta-as de blecido muchos de los motivos que los atraían a este país. Tal es el caso de Posselt, ó a la puesto que vino deslumbrado con la posibilidad de obtener grandes riquezas con la :a del explotación de los metales preciosos, pero es preciso estudiar los conocimientos técni-lental cos que poseían, el éxito o fracaso que tuvieron al intentar mejorar o introducir técnicas

de explotación y beneficio de minerales, así como las redes científicas formadas tanto por alemanes, como por mexicanos e ingleses.

A pesar de su carrera en Heidelberg, sus publicaciones y las posibilidades de de­sarrollo que se le presentaban, Posselt decidió aventurarse en México de manera inde­pendiente. Su hermetismo respecto a nombrar a los personajes con quienes tuvo contac-

arece toen América y la tarea pendiente de revisar los archivos (municipal de Matamoros, de lo de Casa de Moneda de Zacatecas Jy de la Universidad de Friburgo de Brisgovia, entre trata otros) únicamente me ha permitido presentar una primera aproximación a la vida de lcon- este personaje. La información pendiente ayudará a ubicarlo en un contexto más amplio . Por para determinar quiénes eran sus conocidos alemanes en México y la probable relación [) del con.científicos mexicanos. ilesto Asimismo, la cercanía entre Alemania y México en el campo de ciencias de la ;trui- tierra, que parece haber estado guiada por la minería, el conocimiento de los meteoritos turm y la vulcanología durante todo el siglo XIX,23 fue coronada con la participación de varios :omo germanos en la organización y desarrollo del Instituto Geológico de México a partir de .882. 1896, por ejemplo, Emil Base, Friedrich Mülerried y Emst Wittich, quienes fueron lnter, parte importante de las relaciones científicas germano-mexicanas en el primer tercio '0 de 001 siglo xx. Este proceso de intercambio también deber ser estudiado y relacionado

con la gran cantidad de artículos sobre México aparecidos en publicaciones periódicas técnicas, más o menos conocidas, en Alemania y México, para dar un panorama com­pleto de los intercambios técnicos y científicos entre ambas naciones.

leee­shüt­pos­o su :0 de

lJ Basta ver la Bibliografía geológica y minera de la República Mexicana (Aguilar 1908) para Mificar la importancia de estas tres ramas para los científicos.

457

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1882.

Figura 1. Portada del libro de viaje de Louis Posselt: Kreuz- und Querzüge durch Mexiko und die Vereinigten Staaten von Nordamerika

(Posselt 1882, Colección particular)

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Figura 2. Beneficio de plata por el método americano de patio en la hacienda de Santa María Regla, en Real del Monte, 1899

(Fuente: Ordóñez y Rangel, 1899, lám. XXI. Biblioteca "Ing. Antonio M. Anza" del Acervo Histórico del Palacio de Minería)

464

Figura 3. Beneficio de plata por el método alemán de barriles según el consejero de minas austriaco Ignaz von Born

(Fuente: Born 1786. lám. XXI. Biblioteca "Ing. Antonio M. Anza" del Acervo Histórico del Palacio de Minería)

465

~~---r~t-~---r.~/ __ •

Figura 4. Beneficio de plata por el método de barriles como se practicaba en los distritos mineros mexicanos de Durango y Catorce

(Fuente: Laur 1871, lám. 111, fragmento. Biblioteca "Ing. Antonio M. Anza" del Acervo Histórico del Palacio de Minería)

466

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