LA NUEVA CONQillSTA DE MEDIO ORIENTE - Dialnet

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Revista de Estudios, Universidad Costa Rica. No. 17, pág. 35-47,2003 LA NUEVA CONQillSTA DE MEDIO ORIENTE: UNA APROXIMACIÓN PSICOSOCIAL AL FENÓMENO DE LA GUERRA EN IRAQ "No hay caminos para la paz, la paz es el camino" (Manifestantes españoles). Dos de los últimos conflictos bélicos más importantes para la humanidad han ocurrido en Medio Oriente en los anteriores 12 años: la gue- rra del Golfo Pérsico en 1991 y la guerra contra Iraq el pasado marzo del año 2003, aunque no podemos obviar el ataque a Afganistán en el 2002. La importancia especial de estos ataques está relacionada sobre todo con los intereses eco- nómicos y geopolíticos que los subyacen. Así se han puesto en juego la demostración de poderío militar, la organización de fuerzas y alianzas po- líticas internacionales y la apropiación de los re- cursos de los países invadidos (que por tratarse de Oriente Medio nos estamos refiriendo básica- mente al petróleo) vía acción militar. Varios son los elementos en común de es- tos conflictos, pero quizá uno de los principales tiene que ver con que en los tres casos se trata de Occidente, y más específicamente Estados Uni- dos, quien ha iniciado las acciones bélicas, con- tando o no con el apoyo diplomático, militar y de la opinión pública internacional. En ese sentido, el caso más extremo lo constituyó este último ataque contra Iraq donde a pesar de las recomendaciones de los enviados de la ONU encargados del desarme de ese país, ade- más de la oposición de la mayoría de los países miembros de la ONU, argumentando que aún to- das las vías diplomáticas no se habían agotado y Vilma Leandro Zúñiga * Evelyn Martínez Garcia'" por último, de una abrumadora opinión pública a nivel mundial que de muchas formas dijo NO a la guerra contra Iraq, ese país del norte atacó e in- vadió dicha nación, violentando e irrespetando todos los convenios internacionales y el sentir de la gran mayoría de los habitantes del planeta. A partir del escenario anterior, haciendo referencia a Marín podríamos decir que Medio Oriente inicia y termina estos siglos tal cual ini- ció y finalizó el XIX y el XX: con Occidente in- tentando dominarlo. (2003) Sin embargo, en este momento histórico revisten mayor interés los conflictos en esta zona ya que es aquí donde se encuentran en su mayoría las más grandes reser- vas de petróleo, recurso que a partir de la Segun- da Guerra Mundial se ha convertido en el "mo- tor" de la economía mundial. Este artículo pretende ofrecer algunos ele- mentos básicos, desde una perspectiva psicoso- cial, para el abordaje y análisis de una guerra, sus causas, sus implicaciones y consecuencias. Abor- daremos el tema de la coyuntura y las circunstan- cias en las que se dan las guerras, hablaremos de las formas en que se legitima y valida la muerte y destrucción de los habitantes de un país, así co- mo de las consecuencias psicosociales: la situa- ción de los sectores civiles, el daño en la pobla- ción infantil, el lugar de las mujeres, y la posibi- lidad de construir un mundo sin guerra, de pro- mover y fortalecer una cultura de paz que permi- ta la convivencia entre los seres humanos respe- tando las diferencias, favoreciendo la equidad económica y social entre sus habitantes.

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Revista de Estudios, Universidad Costa Rica. No. 17, pág. 35-47,2003

LA NUEVA CONQillSTA DE MEDIO ORIENTE:UNA APROXIMACIÓN PSICOSOCIAL

AL FENÓMENO DE LA GUERRA EN IRAQ

"No hay caminos para la paz,la paz es el camino"

(Manifestantes españoles).

Dos de los últimos conflictos bélicos másimportantes para la humanidad han ocurrido enMedio Oriente en los anteriores 12 años: la gue-rra del Golfo Pérsico en 1991 y la guerra contraIraq el pasado marzo del año 2003, aunque nopodemos obviar el ataque a Afganistán en el2002. La importancia especial de estos ataquesestá relacionada sobre todo con los intereses eco-nómicos y geopolíticos que los subyacen. Así sehan puesto en juego la demostración de poderíomilitar, la organización de fuerzas y alianzas po-líticas internacionales y la apropiación de los re-cursos de los países invadidos (que por tratarsede Oriente Medio nos estamos refiriendo básica-mente al petróleo) vía acción militar.

Varios son los elementos en común de es-tos conflictos, pero quizá uno de los principalestiene que ver con que en los tres casos se trata deOccidente, y más específicamente Estados Uni-dos, quien ha iniciado las acciones bélicas, con-tando o no con el apoyo diplomático, militar y dela opinión pública internacional.

En ese sentido, el caso más extremo loconstituyó este último ataque contra Iraq donde apesar de las recomendaciones de los enviados dela ONU encargados del desarme de ese país, ade-más de la oposición de la mayoría de los paísesmiembros de la ONU, argumentando que aún to-das las vías diplomáticas no se habían agotado y

Vilma Leandro Zúñiga *Evelyn Martínez Garcia'"

por último, de una abrumadora opinión pública anivel mundial que de muchas formas dijo NO ala guerra contra Iraq, ese país del norte atacó e in-vadió dicha nación, violentando e irrespetandotodos los convenios internacionales y el sentir dela gran mayoría de los habitantes del planeta.

A partir del escenario anterior, haciendoreferencia a Marín podríamos decir que MedioOriente inicia y termina estos siglos tal cual ini-ció y finalizó el XIX y el XX: con Occidente in-tentando dominarlo. (2003) Sin embargo, en estemomento histórico revisten mayor interés losconflictos en esta zona ya que es aquí donde seencuentran en su mayoría las más grandes reser-vas de petróleo, recurso que a partir de la Segun-da Guerra Mundial se ha convertido en el "mo-tor" de la economía mundial.

Este artículo pretende ofrecer algunos ele-mentos básicos, desde una perspectiva psicoso-cial, para el abordaje y análisis de una guerra, suscausas, sus implicaciones y consecuencias. Abor-daremos el tema de la coyuntura y las circunstan-cias en las que se dan las guerras, hablaremos delas formas en que se legitima y valida la muertey destrucción de los habitantes de un país, así co-mo de las consecuencias psicosociales: la situa-ción de los sectores civiles, el daño en la pobla-ción infantil, el lugar de las mujeres, y la posibi-lidad de construir un mundo sin guerra, de pro-mover y fortalecer una cultura de paz que permi-ta la convivencia entre los seres humanos respe-tando las diferencias, favoreciendo la equidadeconómica y social entre sus habitantes.

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El abordaje desde una perspectiva psicoso-cial implica dilucidar el momento en que lo sociales personal y lo personal se hace social: "En defi-nitiva, la psicología social es una ciencia bisa-gra, cuyo objetivo es mostrar la conexión entredos estructuras: la estructura personal (la perso-nalidad humana y su consiguiente quehacer con-creto) y la estructura social (cada sociedad o gru-po social específico)" (Martín-Baró; 1999: p. 16).Decidimos abordar este tema de esta manera yaque desde la psicología corremos el riesgo de caeren un reduccionismo psicologista que terminamuchas veces depositando todas las explicacionesen variables intraindividuales, omitiendo las cir-cunstancias y características político-económicas,históricas y sociales de los fenómenos.

La motivación para escribir este artículotiene que ver con nuestra inquietud y preocupa-ción ante los conflictos bélicos y sucesos interna-cionales acaecidos recientemente en MedioOriente. Creemos que la psicología como cienciaque estudia el quehacer del ser humano en condi-ciones concretas, no puede mantenerse en silen-cio y debe teorizar sobre esos acontecimientosque impactan de manera tan importante las vidasde todas las personas, es no solo una tarea acadé-mica necesaria sino un imperativo ético urgente.

I. "NO ES EL VIVIR EN PAZ,SINO EL OBTENER MÁs PODER ..." 1

Ningún conflicto bélico puede analizarsesin considerar la dimensión del poder. A lo largode la historia las victorias de los grupos o nacio-nes se han caracterizado por la tenencia diferen-cial de poder. Así pueblos como el romano o elespañol, por ejemplo, llegaron a ser imperios porel dominio de otros pueblos, dominio que estabasustentado en la posesión de recursos que no te-nían sus enemigos. En este sentido, Martín-Baróseñala que ..... el poder es más bien un carácterde las relaciones sociales que emerge por las di-ferencias entre los diversos recursos de que dis-ponen los actores, ya sean individuos, grupos opoblaciones concretas" (1996: 215) Esta defini-ción nos hace pensar entonces que el poder no esuna categoría en abstracto, sino que tiene su an-

claje en las situaciones concretas, en las relacio-nes cotidianas tanto entre los individuos comoentre las naciones.

Los países del Medio Oriente, por lo gene-ral han sido catalogados como parte de lo que seha llamado Tercer Mundo, categoría en la quetambién ubicamos a América Latina y África. ElTercer Mundo se caracteriza entre otras cosas,por una situación económica de dependencia, po-co desarrollo en la industria tecnológica, grandessectores de la población empobrecidos, sobre to-do mujeres y niños. Aunque estos tres continen-tes se ubican en la misma categoría cada uno pre-senta características distintas, tanto por la zonageográfica en la que se encuentran como por lahistoria que los antecede. Como ya dijimos ante-riormente, aquí nos centraremos en Oriente Me-dio. En este caso específicamente encontramosalgunas particularidades que creemos es impor-tante retomar de manera breve.

La expresión "Medio Oriente" es un tér-mino inventado por el colonialismo británico, esun concepto eurocéntrico pues define una regióndel mundo a partir de la cercanía o no del propiopaís (en este caso Inglaterra). A pesar de que lospaíses de esta zona llegaron a conformar un granimperio con grandes avances y aportes en lo ar-tístico, científico y económico durante muchosaños, no es sino hasta prácticamente finales delsiglo XIX e inicios del XX, cuando la industriatecnológica requería del petróleo para su creci-miento y desarrollo, que esta región del mundoadquiere interés para las naciones con mayor po-der de Occidente como Inglaterra, Francia, Ale-mania y Estados Unidos, aunque la Unión Sovié-tica siendo del sector oriental también se interesópor esta zona.

La expansión del Islam como religión ma-yoritaria de muchos de sus países, ha sido una delas características fundamentales del MedioOriente, pues la doctrina islámica no solo se tra-ta de premisas religiosas sino que incluye unplanteamiento político, entendiendo política, co-mo lo hace Gallardo (1986), como un fenómenoque tiene dos dimensiones. Una de poder que in-cluye relaciones de fuerza, recursos disponibles,posibilidades de dominio. La otra dimensión quetiene que ver con la construcción de identidades,

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es decir, que involucra los aspectos relacionales,de vinculación entre los' sujetos, que ofrece pau-tas de comportamientos, marcos valorativos dereferencia y todo un bagaje de actitudes y visio-nes de mundo. En este sentido, Marín afirma losiguiente: "No hay duda de que el Islam es esen-cialmente una religión. Sin embargo, y aun cuan-do haya surgido como tal ha llegado a abarcartodos los campos de la vida: la política, el arte,las costumbres, la filosofía, la moral, las reglassociales, el matrimonio, el divorcio, la herencia,la justicia, etc; por lo cual podemos inferir quees también un modo de vida, una organizaciónsocial, una cultura, una civilización ...".(1986:107)

Retomando lo anteriormente expuesto,cualquier guerra debe incluir la categoría de aná-lisis referida al poder. Poder para ganar la guerra,pero también poder para legitimarla, para validary justificar ante los otros que esa acción es justay necesaria. De esta forma nos encontramos quesiempre ha habido diversas razones que quienesinician las guerras exponen, sobre todo cuando setrata de naciones o pueblos que tienen una posi-ción o intereses hegemónicos. En las Cruzadaspor ejemplo, el argumento era la "evangeliza-ción", al igual que en la cruel conquista de Amé-rica por España, en la Segunda Guerra Mundialera la "amenaza" que constituía la población noaria? al bienestar alemán, en Vietnam era la"amenaza" para el mundo de la expansión y for-talecimiento de los regímenes socialistas y co-munistas. Al decir de Hinkelamer-' siempre ha ha-bido la necesidad de construir conspiracionescontra el mundo que permitan una invasión y unataque militar "justo" ante los ojos del mundo,porque casi siempre quienes inician las batallastienen mayores recursos para ganar que quienesson atacados. (2003)

De acuerdo con Martín-Baró el poder sur-ge del desequilibrio de fuerzas, donde los sujetoso grupos involucrados guardan una relación asi-métrica de poder, unos tienen superioridad sobreotros. (1999) Esta superioridad puede ser econó-mica, política o militar para citar algunas. Sinembargo, es necesario comprender que a pesar deesta particularidad del poder, no podemos defi-nirlo como un "poder absoluto" puesto que en to-

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da relación de poder, hay espacios o escenariosen los que los roles de los participantes puedenvariar y no ocupan posiciones rígidas de domi-nantes o dominados.

El poder permite definir en un grupo o so-ciedad qué es lo permitido, lo deseable, lo prohi-bido, lo bueno y lo malo. A partir de esto pode-mos afirmar que la realidad o la verdad no estádefinida por sí misma, sino a partir de la opera-ción de las instancias de ese poder. Así, nos pre-guntamos: ¿Qué es lo que marca la diferencia? Elcalificativo que le otorgue las instancias de po-der, Bandura señala que algunos de los criteriosque se deben usar para definir si un acto es vio-lento o no son el sexo, la raza, la edad, el statussocial y sobre todo la intencionalidad de dichoacto: "La conducta destructiva puede ser clasifi-cada como agresiva o de otra manera, segúnjui-cios subjetivos de si fue intencional o no. El mis-mo acto será juzgado de modo diferente confor-me a varios factores, entre ellos el sexo, la edad,el nivel socioeconómico y los antecedentes étni-cos del atacante" (1973: 309). Esto permite queentendamos que la muerte de un ser humano pue-de ser --depende de dónde la definamos- un ase-sinato, un crimen contra la humanidad o un "da-ño colateral". Esta categorización no es simple-mente nominal, efectivamente existen ciudada-nos de distintas categorías, y la valoración de lamuerte está en función del nivel de "humanidad"en que los sujetos hayan sido ubicados.

Tres elementos que no pueden ser olvida-dos al abordar este tema son:

El carácter relacional: significa que elpoder no actúa en lo abstracto sino en lasrelaciones concretas entre seres humanos:norteamericano / árabe, soldado / civil,hombre / mujer, adulto / niño y que por lotanto lo hacen visible.Su fundamento real: responde a condi-ciones concretas de desigualdad, en dondeun sujeto o grupo posee los recursos nece-sarios para dominar a otros.Su efecto histórico: no podemos entenderel acto de poder fuera de un contexto espe-cífico, pues es éste quien lo define y per-mite su legitimación y perpetuación. Esta

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última guerra contra Iraq tiene una particu-laridad fundamental que no podemos dejarpasar por la trascendencia para el devenirdel mundo en términos de relaciones polí-ticas y de posibilidad de cambio social, ytiene que ver con el atropello de EstadosUnidos y los aliados (Inglaterra y Españaprincipalmente) a todo el ordenamientopolítico y jurídico internacional. Este he-cho no solo es ilegítimo sino que moral-mente es repudiable y censurable, ademásde que en lo político es terriblemente peli-groso porque al transgredir las institucio-nes y disposiciones internacionales socavay destruye un ordenamiento mundial quedataba desde la Segunda Guerra Mundial,establecido justamente para evitar abusosy genocidios como los ocurridos durante laépoca de la Alemania nazi.

Ya Hinkelamert advertía desde la guerradel Golfo que se estaba conformando un nuevoorden mundial dictado por Occidente, basado enla dominación absoluta de una superpotencia,donde se anulan los derechos humanos. (1992)Pareciera que la Guerra Fría lejos de favorecerprocesos de paz, ha dejado un vacío en el contra-peso de fuerzas, y al desaparecer la Unión Sovié-tica, el mundo ha quedado expuesto a los proyec-tos y vaivenes de una sola potencia.

Al abordar el tema de la violencia, debe-mos partir del poder como el instrumento que per-mite la ejecución del acto violento. El orden sociales quien establece cuáles son las condiciones enque aquella pueda ejecutarse y bajo cuáles justifi-caciones (Martín-Baró; 1999). En este sentido nosencontramos con cuatro factores de los cuales de-pende el acto violento. En primer lugar, el agentede la acción, éste debe ser legítimo, la comunidado el estado le ha delegado el derecho de ejercer elacto de violencia. En el caso de la Guerra contraIraq, es importante mencionar que este agente deacción no obtuvo la legitimación de la comunidadinternacional. Además de que en algunos mediosde comunicación apareció una especie de "glorifi-cación" del soldado occidental, lo que contrastósignificativamente con los sentimientos y posicio-nes de la opinión pública internacional.

En segunda instancia está el status social.Quien es violentado debe tener un status socialmás bajo que el del agente de acción, para poderjustificar la violencia. Si en la conciencia de unagran parte de Occidente, los árabes son visual iza-dos como gente "ignorante", "subdesarrollada" yuna forma de convivencia considerada "retrógra-da", entonces puede ser legitimado un acto deviolencia contra ellos, pues el estereotipo tam-bién permite despojar al otro de su humanidad yverlo como un objeto o elemento que puede serviolentado.

El tercer factor es la situación en que seproduce, en este caso, el acto de violencia seejerce bajo la consigna del gobierno norteameri-cano de "liberar" a los países de la "barbarie" yla "opresión". Así Iraq y Afganistán ahora sonpueblos "libres" y "democráticos". Bajo esta jus-tificación, los actos de violencia tienen un senti-do que responde a supuestos valores supremos: lapaz, libertad y democracia, lo que permite ejercerla violencia sin que esto contradiga los principiosde la convivencia humana.

Y finalmente, el grado de daño produci-do, entre mayor sea el daño producido a la vícti-ma, más elaborada debe ser su justificación. Esasí como tras el ataque realizado en ciudades co-mo Basara, el ejército británico aseguró que uti-lizó la fuerza necesaria para proteger a la pobla-ción civil y a sus soldados, pues la amenaza quetendrían que enfrentar era gigantesca. Sin embar-go, los medios de comunicación alternativos co-mo la cadena AI-Jazira se encargaron de mostrar-nos que, por lo menos en Bagdad, la oposiciónfue mínima, pero los daños ocasionados por lacoalición son incalculables. Ante más daño, másjustificación. En este sentido, Hinkelamert apun-ta que se trata de inventar un enemigo, pero no escualquier enemigo, sino uno monstruoso, de talmanera que para luchar contra un monstruo de talcalibre es necesario convertirse en un monstruoigual o peor. (2003) Los daños en las guerrascontra Afganistán e Iraq son devastadores, en tér-minos de vidas humanas y de infraestructura. Enel caso dé Iraq los perjuicios contra las obras ar-quitectónicas, artísticas y culturales en generalson no solo irreversibles en algunos casos, sinoque dejan a la humanidad sin una gran parte de su

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historia. Todas las áreas deterioradas tardaránmuchos años en reconstruirse, y las heridas delodio, el dolor y la desesperanza más tiempo aúnen sanarse.

Sobre el terrorismo

A pesar de que el tema del terrorismo esmuy complejo y delicado, y definitivamente nopodemos poner en un mismo lugar todos los ac-tos terroristas, sí queremos aclarar que desdenuestra posición toda forma de terrorismo es con-denable, porque atenta contra la vida y contra ladignidad de las personas y de los pueblos.

Al hablar sobre el conflicto bélico en Iraqno podemos quedarnos sin retomar el tema delterrorismo, pues por lo menos para el gobiernonorteamericano y sus aliados, el terrorismo ha si-do la máxima justificación que permite entenderla invasión a dicho país, eso dejando de lado losintereses económicos que sirven de trasfondo."

Tal vez para referirnos al terrorismo es ne-cesario comprender su definición y diferentesformas en que éste se manifiesta.

En primera instancia el terrorismo puedeser definido como un ataque cuyo objetivo es in-fundir terror, va dirigido a la población civil, tie-ne un fin político y constituye un intento de cam-bio social y/o político (Martín-Baró; 1999). Apartir de esto podemos entender que quienes eje-cutan los actos terroristas pueden ser grupos va-riados que responden a intereses diversos y queen algunas ocasiones, un acto terrorista puede serjustificado por el poder, de acuerdo con las defi-niciones antes citadas. Para Martín-Baró (1999)"el terrorismo no es primero nifundamentalmen-te un problema de individuos y menos un proble-ma psicológico; el terrorismo es ante todo uncomplejo problema social y político" (p. 67)

El terrorismo puede definirse entonces,desde arriba o desde abajo, mostrando diferen-cias importantes tanto en sus objetivos como enlos recursos disponibles para ejercerlo. (Hacker;1976, citado por Martín-Baró; 1999)

El terrorismo desde arriba se caracterizaporque es ejercido por los Estados nacionales, eneste sentido, el terror es tanto la causa como la

consecuencia. Obedece a un orden totalitario yno respeta posiciones diferentes. Pensemos porejemplo el caso del Estado de Israel y su políticarepresiva contra la población palestina. Es sabidode los bombardeos e invasiones repentinas y es-pontáneas a las localidades palestinas de Gaza yCisjordania, donde el ejército israelí ataca a todala población, incluyendo el encarcelamiento ytortura de mujeres y niños con la excusa de sos-pecha de albergar terroristas de los grupos Ha-mas o el Jihad islámico. En una entrevista recien-te, Gema Otero, española, representante de laONG Asamblea de Cooperación por la Paz, quetrabaja con la Media Luna Roja palestina en Ra-malla señala lo siguiente: ".; hace dos días, ochopersonas que iban en una ambulancia, que tra-bajan conmigo, fueron detenidas por los israe-líes. No sabemos ni siquiera dónde están, muchomenos las razones por las cuales fueron deteni-das. La verdad es que, si osas salir a la calle, tematan". (sf)

Lo anterior nos muestra que en el terroris-mo desde arriba existe una sentencia previa. Enel terrorismo de estado, la población conoce deantemano las consecuencias de desafiar el ordenestablecido, o incluso, sin realizar acto alguno deoposición, tiene presente que en cualquier mo-mento se ejecutará un nuevo acto terrorista.

Además el terrorismo llevado a cabo desdearriba ofrece una justificación: las acciones del te-rrorismo de estado son justificadas como medidasnecesarias para proteger a la población contra elterrorismo de abajo. Es así como con cada bom-bardeo a la población palestina, con cada encarce-lamiento de supuestos líderes terroristas, el Esta-do Israelí justifica estos actos como actos de de-fensa y protección para la población israelí, paraque ésta no sufra los atentados de los grupos cali-ficados oficialmente como terroristas.t

La legitimación de la violencia es otra ca-racterística de esta modalidad de acciones terro-ristas. Toda forma de violencia tiene una justifi-cación concreta, que puede ser entendida deacuerdo con los elementos des glosados en losapartados anteriores y que plantea que las medi-das utilizadas son las únicas que permiten daruna solución concreta y definitiva a la inseguri-dad nacional.

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Como ya anotamos más arriba, quien de-tenta el poder de manera hegemónica requiere in-ventar un enemigo: este enemigo no puede sercualquiera, debe ser un monstruo tan grande ypoderoso como el estado mismo, capaz de ame-nazar y destruir el orden nacional o mundial. Esun enemigo casi omnipotente ante el cual toda lasociedad se muestra indefensa y desprotegida. Lainvención de este enemigo tiene un objetivo muyconcreto: entre más grande y poderoso sea, másrazón existe para eliminarlo y aprobar métodosviolentos que no respeten la vida de los otros,más fácilmente la población civil cederá en susderechos para lograr una seguridad falsa. Es asícomo a pesar de que la población palestina notiene los recursos técnicos, económicos ni milita-res para ejercer actos de violencia de los nivelesesperados por el Estado Israelí, éste justifica susintervenciones contra un enemigo poderoso anteel cual la única forma de combatirlo es arrasandocomunidades enteras, arrestando a cualquieraque considere sospechoso y limitando los dere-chos de la población.

Cabe aclarar que esta construcción del ene-migo se realiza desde los dos bandos involucra-dos en un conflicto bélico, quizá lo que hace la di-ferencia es la tenencia diferencial de recursos quepermiten permear la opinión pública, en mayor omenor medida, sobre este falso monstruo.

Por otro lado, el terrorismo desde abajosurge a partir de una percepción y experiencia deinjusticia, debido a las desigualdades a las que haestado sometida la población y los abusos de po-der ejercidos por el Estado. Esta situación es per-cibida como algo que puede cambiar, por eso seda el acto de terrorismo, como intento de cambio.

Otra de las características de esta forma deterrorismo es la modalidad de representación tea-tral. Los pequeños grupos que realizan estos actospor varios medios, buscan la participación de es-pectadores que sean testigos del acto terrorista.No es un acto privado, lo que busca es la miradade la comunidad que permita visualizar su causa,así tenemos ejemplos como los del grupo ETA enEspaña con los coches bomba que explotan fren-te a edificios importantes en plena ciudad, los ata-ques terroristas en Colombia y el atentado contralas Torres Gemelas en Nueva York en 2001.

En el caso de los sectores del fundamenta-lismo islámico, la promesa de la salvación instan-tánea es otro elemento importante de este terroris-mo. Desde esta posición ideológica, quien ejecu-ta el acto terrorista desde abajo, cree que éste locolocará en un lugar de mártir o héroe, creyendoincluso que así obtendrá la salvación de su alma.

Es necesario comprender las diferenciasentre estos dos niveles del terrorismo, pues bajoun estado absolutista, el terrorismo será aquelque ejercen los grupos "desde abajo", las mino-rías descontentas que no permiten el control y elejercicio del poder absoluto. Martín-Baró al refe-rirse a la guerra en El Salvador señala lo siguien-te: "Mientras la versión oficial tilda de terroris-mo el sabotaje a la red de energía o de comuni-caciones realizadas por los insurgentes, calla yhasta justifica como acciones de patriótico he-roísmo, requeridas por la lucha contra los 'terro-ristas' , una cadena continua de cateos, secues-tros, campañas estimulando la delación, 'desa-parición' de personas, torturas sistemáticas,hostigamiento de la vida privada , bombardeosde aniquilación, asesinatos, exhibicionismo ma-cabro y matanzas colectivas" (Martín-Baró;1996: 417). Para todos esos casos tenemos ejem-plos en Medio Oriente."

Volviendo al caso de la Guerra en Iraq,uno de los argumentos utilizados para la invasiónde los aliados ha sido la consigna de la "libera-ción" de este país, de los grupos terroristas, y dela renovación y modernización de su pueblo,considerado por muchos como "ignorante", "fa-nático religioso" y subdesarrollado que debe serliberado del "oscurantismo" y la represión 7, utili-zando para ello medios modernos, bombas "inte-ligentes", tácticas de liberación casi quirúrgicasque se presentan como si no dejaran heridas nisangre en el proceso y que si lo hacen, éstas res-ponden a la peligrosidad del enemigo.

Hinkelamert indica lo siguiente refirién-dose a la guerra del Golfo Pérsico: "Occidenteaparece como el espacio, geográfico e ideológi-co, en el que es posible que la sangre no dejemancha" (1991: 12. Nadie ve la sangre, nadie velas heridas, son operaciones militares que cons-truyen un imaginario social de la guerra distintoal de hace unos años, la guerra pareciera que ya

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no es tan terrible, hay formas de matar más espe-cializadas y "eficientes", la eficiencia en losbombardeos y asesinatos masivos es un nuevo ymacabro criterio que va contra toda la naturalezabiológica y psíquica de los seres humanos y quepor lo tanto tiene graves consecuencias en la es-tructuración del psiquismo humano.

11. "UN MONSTRUOQUE PISA FUERTE. .."

Cualquier guerra o conflicto bélico, ya seaperpetrado desde los Estados nacionales o desdegrupos minoritarios tiene consecuencias e impli-caciones no solo en el ámbito de lo político y loeconómico sino también a nivel psicosocial. Eneste artículo partimos de una premisa sistémicabásica: no puede existir una salud mental que nosea colectiva. Entonces ante situaciones de gue-rra o de violencia social todos los habitantes deeste planeta estamos afectados de alguna forma,algunos más directamente, otros menos, peroafectados siempre. Entre mayores dimensionesinternacionales tenga un conflicto armado mayo-res son los efectos en la población, y en el casode la guerra contra Iraq, como ya hemos apunta-do anteriormente, la trascendencia para la huma-nidad es fundamental.

Desde los enfoques tradicionales de la psi-quiatría y psicología se han planteado ciertos cri-terios de salud y enfermedad mental, que en unasituación de guerra es indispensable que se pon-gan en perspectiva. En este apartado del artículotrataremos de abordar las implicaciones psicoso-ciales de los conflictos a la luz de la contextuali-zación que hemos desarrollado a lo largo del do-cumento.

Cuando a Freud le preguntaron cómo seríauna persona sana mentalmente éste respondió"alguien que sea capaz de trabajar y de amar" (ci-tado por Martín-Baró; 1990: 31), y como es ob-vio en una situación de guerra difícilmente sepuede trabajar y los sentimientos de amor estánmatizados por el odio, la incertidumbre, la deses-peranza y la deshumanización.

Para abordar el tema de los efectos de laguerra, siguiendo a Martín-Baró hablaremos de

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trauma psicosocial en vez de trauma psíquico,como tradicionalmente se ha hecho en psicolo-gía. (1990) Aunque no negamos que haya even-tos traumáticos a nivel individual, aquí nos inte-resa los que se dan de manera colectiva.

Trauma se puede entender como una heri-da, una huella desfavorable en la vida. (MartínBaró; 1999. Sin embargo, el trauma psicosocialtiene dos particularidades: en primer lugar es unaherida que ha sido provocada socialmente, no demanera individual. Y en segundo lugar, la natura-leza misma del trauma mantiene una relacióndialéctica entre el individuo y la sociedad.

Existen algunos estudios psicológicos so-bre el impacto de la guerra en la vida psíquica delas personas, sobre todo en los niños. Muchos deellos han arrojado resultados similares: el papeldel padre y de la madre es determinante en losefectos sobre los niños. Así el grado de perturba-ción del padre y de la madre, como la ausencia ono de alguno o ambos, los recursos externos e in-ternos que tengan para enfrentar el conflicto y elnivel de vulnerabilidad social en que estén, sonalgunos de los elementos que influyen en la for-ma en que los niños y niñas reaccionan ante unasituación violenta de esta naturaleza.

Durante la Segunda Guerra Mundial,Freud y Burlingham en un estudio sobre la gue-rra demostraron que niños sometidos a bombar-deos muestran trastornos emocionales crónicos.Sin embargo, como se mencionó anteriormente,el estado emocional y la conducta de las madreseran los principales mediadores entre el funcio-namiento psicológico y experiencias traumáticasde los niños y niñas. (1942, citado por Punama-ki; 1990)

Asimismo Fraser hizo un estudio con ni-ños mayores de las áreas conflictivas de Irlanda,y concluyó que los trastornos mentales aumenta-ban. Entre los más frecuentes están la histeria yel llanto incontenible. Además se notó que los ni-ños muy afectados generalmente tenían a uno desus progenitores muy perturbado o ausente.(1977, citado por Punamaki; 1990)

Ortiz recopiló en un reportaje sobre la si-tuación de violencia social en Colombia, testimo-nios de niños afectados por el conflicto, e iniciasu artículo de esta manera: (1999)

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-"Hola", decía la voz de un niño en un comercialde radio transmitido en México hace poco.-"Hola", respondía otro niño.-"¿Qué tienes?"-"Nada ..."-"¿Qué tienes?, insistía el primer niño.-"Tengo miedo"-"¿Por qué?"-"Porque mi papá tiene miedo".

Esta cita revela muy bien la forma en quela reacción del padre y la madre pueden influir enel estado emocional y psíquico de los infantes.

Bryce y Walker estudiaron a mujeres liba-nesas y a sus hijos luego de la invasión israelí en1982 y encontraron que el número de experien-cias traumáticas de una familia se relacionabacon los problemas de comportamiento de los chi-cos, pero que cuando las madres tenían una ten-dencia depresiva se agudizaba la situación, requi-riendo incluso a veces la hospitalización del ni-ño. (1986, citado por Punamaki; 1990)

Protacio y Marcelino realizaron una inves-tigación sobre el estrés y los problemas de adap-tación de los niños que fueron detenidos políticosen Filipinas. Aquí se refleja el malestar profundode los niños cuando eran separados de sus pa-dres, pero también evidenció un amplio reperto-rio de mecanismos de adaptación tradicionalesasí como la actividad social y política. Se enfati-za en el hecho de que los problemas que enfren-tan los hijos de los presos políticos están insepa-rablemente relacionados con las realidades polí-ticas, económicas y sociales. (1985; citado porPunamaki; 1990)

Punarnaki también hace referencia a la si-tuación de los niños en el apartheid en Sudáfrica.Actualmente se sabe que la detención y tortura amiles de niños negros era una situación cotidia-na. Un vocero encargado de los derechos huma-nos informó que algunos de los trastornos psico-lógicos más frecuentes eran la ansiedad, la depre-sión, los trastornos de adaptación y de comporta-miento; y cuando son liberados los niños mues-tran sentimientos agudos de miedo, culpabilidady aislamiento. (1990)

El hecho de que las reacciones de los ni-ños esté muy vinculada a la de su padre o su ma-

dre exige detenernos un momento. Es sabido queen la mayoría de guerras los hombres son quienesusualmente van a la lucha armada y son las mu-jeres quienes se quedan cuidando a los niños yniñas. Por lo tanto, será la reacción de la madrela que en su mayoría afectará mejor o peor el es-tado anímico de los infantes.

Esa situación obviamente no resulta nadafácil para las madres, ya que a pesar de que en lamayoría de los casos lo saben, están en una posi-ción de vulnerabilidad, igualo similar que la desus hijos e hijas, ya que por el sistema de organi-zación social patriarcal las mujeres son socializa-das desde la vulnerabilidad y la indefensión, en-tre otras características. Además muchas vecesno tienen ni siquiera recursos externos, concretoscomo dinero, redes de apoyo, e información, pa-ra poder proteger a sus hijos, situación que lesgenera sentimientos de culpa e impotencia. Alrespecto, una mujer palestina entrevistada" afir-ma lo siguiente: "Cuando los soldados llegaronla semana pasada, rodearon la casa y volaronnuestro hogar, me volvieron frescos y reales losviejos recuerdos. Solo me sentí horriblementeimpotente. Me cuesta admitir y soportar la ideade ..que mi hijo tenga que pasar por una infanciasemejante a la mía" (Punamaki; 1990:95-96)Otra mujer comenta: "Tiene cinco años. Es muysensible y callado. Durante el interrogatorio es-taba temblando. Su cara estaba pálida y parecíaque estaba a punto de vomitar. .. pobre hijo. Loque más me impactó fue sentir que ese militar notenía ningún respeto por mí como ser humano ocomo madre. No le importaba que mi hijo peque-ño estuviera aterrorizado. Sabía que yo, comomadre, no podía expresar mis verdaderos senti-mientos frente a él, porque no quería aterrorizarmás a mi hijo. Se aprovechó de que estaba bajosu control y su poder arbitrario ..." (Punarnaki;1990: 96)

Los resultados obtenidos en esas investi-gaciones nos hacen pensar que, en términos desecuelas psicológicas y traumas psicosociales,las probabilidades de que existan algunas simili-tudes con las guerras libradas en el Golfo Pérsi-co, en Afganistán y ahora en lraq no tendrían queser muy distintas, sin embargo, hay que aclararque no todos los procesos son homogéneos y que

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una de las tareas que hoy se nos impone es la in-vestigación y el trabajocon quienes sobrevivie-ron a dichas guerras. Sobre todo en esta últimadonde ha sido claro que el ejército británico-es-tadounidense ha usado lo último en armamentomilitar. De tal manera que los iraquíes han pelea-do con las pocas y obsoletas armas que les que-daron y con sus cuerpos utilizados como bom-bas, y los aliados con todo el arsenal que duran-te años han venido construyendo", Aparte de quecomo muchos de los medios informativos anun-ciaron, hubo muchos "errores" y horrores de lasllamadas "bombas inteligentes", lanzadas a mer-cados, universidades, escuelas y centros de trán-sito civil, .donde murieron gran cantidad de ino-centes. Ya los medios han informado que en ciu-dades como Basara hay muchísimos muertos ydamnificados, donde los niños y las mujeres sonde los sectores más afectados.

III. "CUANDO HAY UN PORQUÉ VIVIR,NO IMPORTA CASI CUALQUIERCÓMO',lO

Samayoa parte de la hipótesis de que laguerra genera un marcado deterioro en las rela-ciones sociales y produce deshumanización. Paraeste autor las luchas armadas provocan la pérdi-da de cuatro atributos humanos fundamentalespara la sana convivencia social: la capacidad depensar lúcidamente, donde se apela a lo irracio-nal, a los estereotipos y a los mecanismos psíqui-cos más primitivos para defenderse; además de lapérdida de la voluntad y la capacidad de comuni-carse con veracidad y eficacia, que afecta la ho-nestidad, la libertad y la tolerancia; el empobre-cimiento de la sensibilidad ante el sufrimiento yel sentido solidario; y por último se afecta la es-peranza. (1990) Debido a esto, este autor señalaque la deshumanización es una de las patologíasmás severas: "En realidad, aunque he escogidoel término 'deshumanizacián/ para referirme ala globalidad del fenómeno, es posible que este-mos frente a un problema serio de patología so-cial" (Samayoa; 1990: 51).

El miedo es una de las principales conse-cuencias de las guerras. En Chile un grupo encabe-

zado por Elizabeth Lira (citado por Martín-Baró;1990) ha señalado que los sentimientos generadospor el medio ante una situación de violencia es-tructural!' son la sensación de vulnerabilidad, elestado exacerbado de alerta, sentimientos de im-potencia o pérdida de control y alteración delsentido de realidad y pérdida de la objetividad.Creemos que la situación de pánico creada por eldominio de las tropas norteamericanas y británi-cas en la guerra contra Iraq han generado senti-mientos como los citados. Los toques de queda,edificios y lugares para civiles que son atacados,servicios básicos suspendidos, medios de comu-nicación destrozados y por tanto la posibilidad deinformarse anulada, son algunas de las situacio-nes objetivas que podrían provocar estados depánico, sentimientos ligados a la falta de controlde la propia vida y la de los niños, incertidumbrepor no saber qué pasará.

El impacto de una guerra sobre la saludmental debe analizarse considerando varios nive-les (Martín-Baró; 1990), a saber: el individual, elfamiliar y el colectivo. Esto porque los recursostanto externos como internos podrían variar deuna persona a otra, de una familia a otra, o de unacolectividad a otra. No es lo mismo haber tenidolos recursos económicos para obtener los sufi-cientes alimentos, agua, etc antes de la invasión aAfganistán o Iraq que estar sujeto a la ayuda hu-manitaria de la ONU o la Media Luna Roja. Losefectos psicosociales son distintos si se tiene laposibilidad como país de juzgar a los criminalesde guerra en un tribunal adecuado, o si por elcontrario los asesinatos y genocidios quedan im-punes como ha sido el caso de muchas de las dic-taduras en América Latina, o Afganistán y ahoraen esta guerra contra Iraq.

Según Martín-Baró una de las variablesque influye en la forma en que una lucha armadaafecta tiene que ver con el involucramiento degrupos y personas en la guerra misma. En estesentido no es lo mismo ser soldado que ser civil.(1990) La psicología siempre ha puesto un princi-pal énfasis a los efectos en los soldados, así se hahablado de "neurosis de guerra" o de "cansanciode combate". Pero pocas veces se ha atendido lasituación de los civiles. Este fenómeno comportauna dinámica psicológica específica que merece y

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tiene que ser estudiada. Para Martín-Baró "la ex-periencia de vulnerabilidad y de peligro, de iiule-fensión y de terror, puede marcar en profundidadel psiquismo de las personas, en particular de losniños" (1990: 34). Para este autor, ver bombar-deos, asesinatos, explosiones, ejecuciones masi-vas es casi por necesidad traumático. Es imposibleno afectarse por esas situaciones, independiente-mente de los conflictos "individuales". Nadie pue-de mantenerse impávido ante esas acciones.

En el caso de la guerra contra Iraq, la si-tuación podría ser aún más dramática, porque nosolo se tienen en cuenta los efectos psicológicos,sino que la misma vida de los civiles ha estadoamenazada desde el inicio, como ya hemos veni-do apuntando. Carel de Rooy, director de UNI-CEF en Iraq indicó que "El mayor peligro es laconvergencia de dos o tres factores de riesgo so-bre el mismo niño. Si en un contexto de guerra elniño está desnutrido y encima sufre de diarrea,infección respiratoria aguda o sarampión, tienepoca probabilidad de sobrevivir" (La Nación, 30de marzo del 2003, p. 24A)

Y finalmente una tercera variable la consti-tuye la temporalidad, no es lo mismo que la guerradure una semana o un mes, que se prolongue pormás de dos o tres meses. Además los efectos de laguerra también son a corto, mediano y largo plazo.Es el caso de los refugiados, gente que emigra y seinstala en otro país o ciudad, después de ciertotiempo puede presentar lo que se ha llamado el"síndrome del refugio", donde al principio no semanifiestan mayores trastornos, pero poco a pocolas personas van manifestando crisis, que coinci-den justo cuando la situación bélica ha terminado yla situación política empieza a estabilizarse. Lo an-terior se entiende si se toma en cuenta que duranteel conflicto bélico las personas utilizan mecanis-mos tanto internos como comunitarios para podermantenerse alerta y funcionales, de lo contrario nose puede sobrevivir. Sin embargo, después de untiempo de mantener el estado de alerta y una res-puesta de estrés permanente, conforme el conflictobélico disminuye o se termina, las estrategias paraafrontarlo se extinguen, con lo que el desgasteemocional y psicosocial es más evidente.

A esto podemos agregar el efecto del de-sarraigo, consecuencia común del exilio y la in-

migración. En donde el refugiado puede perdersus raíces o vínculos comunitarios y familiaresque estructuraban su identidad y forma de vida,teniéndose que adaptar a una cultura diferente ala conocida o deseada. Además tendrá que lidiarcon las posibilidades limitadas de empleo y vi-vienda, así como la dificultad de lograr una reu-nificación del núcleo familiar.

Así que lo sucedido en Iraq está muy lejosde haber terminado como han insinuado algunasautoridades diplomáticas y algunos medios de co-municación. Los efectos de la guerra apenas empie-zan, y lo que transcurra y cómo transcurra se veráen su momento. Nadie puede saber con claridad có-mo están procesando los diversos sectores en Me-dio Oriente lo que ha sucedido, no sabemos qué es-tán sintiendo y pensando los sectores religiosos co-mo los shiitas, los sunnitas, los grupos fundamen-talistas, los grupos pro-occidentales, los niños, losjóvenes, los gobiernos, etc. Lo que parece que nocalcularon los aliados, porque no quisieron o porpura ignorancia, es que Medio Oriente es un com-plejo mosaico de situaciones, que no es monolíticoni homogéneo, como ellos pretenden que sea elmundo, y como el mundo jamás ha sido ni lo será.

Así los efectos de estas guerras, debido aesta rica y complicada diversidad de la comuni-dad musulmana se verán a mediano y largo pla-zo y es difícil anunciar desde ahora con preci-sión cuáles serán esas consecuencias. Una de lasmadres palestinas entrevistadas en la investiga-ción citada más arriba, al hablar de una situaciónde apresamiento e interrogatorio del ejército is-raelí estando ella y sus hijos presentes, hace én-fasis en la educación para la valentía y dignidadque ella les ha dado y refiere lo siguiente: "Yoconozco a mis hijos, los he criado y educado pa-ra luchar por la libertad. Tenemos un lenguajecomún. Nos entendemos unos a otros, aun cuan-do ahora estén presos. Por eso las humillacionesde los ocupantes no funcionan con nosotros"(Punamaki; 1990: 97) De esta forma podemossuponer que una ocupación militar no significaun dominio sobre todas las esferas de la vida delos ciudadanos y sociedad iraquí en general, unacultura milenaria no se destruye en pocos meses,pues trasciende lo infraestructural y como cual-quier grupo étnico y social ha interiorizado una

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serie de valores y normas que difícilmente desapa-recerán pronto y menos por la vía de la ocupación.

Además si se toma en cuenta que la des-confianza, el odio y los deseos de venganza sonotros de los sentimientos que una lucha armadagenera, podríamos decir de manera hipotética,como algunos ya lo han hecho, que las accionesterroristas desde abajo, es decir de grupos mino-ritarios, aumentarán, pues prácticamente esa serála única forma posible de resistencia y de visua-lizar un cambio en la situación.

A esto podríamos sumarle, por las caracte-rísticas políticas particulares del conflicto en Iraq,el fenómeno de "soledad anta lógica" (Weber, citopor Castro; 1999), es como una sensación de "de-samparo global". Nadie se siente seguro en nin-gún lado. En cualquier momento y lugar realizanun ataque terrorista los grupos minoritarios. Encualquier momento la superpotencia invade unpaís que se le antoje por la razón que sea, bloqueacuentas económicas a cualquiera por sospecha deterrorismo, crea tribunales del terrorismo anóni-mos, obtiene información de la población latinoa-mericana para fiscalizar y controlar sus habitan-tes. Este Big Brother ha generado toda una sensa-ción de terror, alarma, indefensión e impotenciaque está socavando las bases de la convivenciasocial de la sociedad moderna, fundamentadaspor lo menos en teoría, en los derechos humanos.

La guerra revive los sentimientos más pro-fundos de desamparo e impotencia, tanto en losniños como en las personas adultas, destruye lasposibilidades de una cultura de paz y de equidad,mina cualquier probabilidad de una subjetividadsana, capaz de amar, de trabajar, de construir, deproducir, de crear, de imaginar, de desear; sologenera desesperanza, destrucción, dolor y muer-te, porque como dijo alguien alguna vez "en unatercera guerra mundial los ganadores morirán desegundo". Así que solo nos queda la paz, es elúnico, necesario y urgente camino.

IV. CONCLUSIONES

La sociedad actual atraviesa una severa cri-sis, no solo por la agudización de los problemassociales tradicionales como la pobreza y la dis-

criminación social, sino por la proliferación y re-forzamiento de una "cultura de guerra", que secaracteriza no solo por la ejecución de los actosviolentos sino por la legitimación y justificaciónde los mismos.

Como ya mencionamos anteriormente, laglorificación del soldado occidental como un es-pecialista que destruye de manera "eficiente" seestá convirtiendo en uno de los criterios funda-mentales de esa legitimación de los actos violen-tos, cualquiera que estos sean, desde la invasióna un país hasta bloqueos económicos. Esta nuevacultura de guerra reviste características bastantedistinta a las otras coyunturas históricas en quehan ocurrido otros conflictos bélicos y una deellas es la existencia de un mundo unipolar, asícomo la influencia determinante de los medios decomunicación en la opinión pública como con-formadora de criterio y de las identidades indivi-duales y colectivas.

Los efectos psicosociales de un conflictobélico no pueden limitarse al periodo de guerrapues hay consecuencias en el tejido social y en elpsiquismo individual que trascienden este perio-do y se manifiestan en épocas de "paz". Así quedesde ahora es difícil decir con precisión lo queocurrirá en Afganistán o Iraq, ya cada guerra ycada pueblo tiene particularidades que impiden lahomogenización de los procesos y efectos; lo quetampoco significa que no haya elementos en co-mún, habrá que esperar las intervenciones e in-formes de los organismos internacionales comoUNICEF o la Media Luna Roja para poder traba-jar de manera más concreta y comprometida conla realidad de esas naciones.

Como población vulnerable los niños y ni-ñas experimentan los efectos inmediatos de laguerra, como afirma Martín-Baró ellos son losverdaderos "hijos de la guerra" y es nuestra tareaimpostergable encargamos de que no estructurensu personalidad a través del aprendizaje de la vio-lencia, la irracionalidad y la mentira. (1990: 35)

Para finalizar creemos necesario enfati-zar que si bien en un orden mundial hegemóni-co todo parecería indicar que la única opción esel sometimiento a la estructura de poder, éste esun mecanismo ideológico más, en donde se anu-lan otras formas posibles de estar en el mundo.

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Consideramos fundamental que una de las tareasque la psicología debe encarar es contribuir a lareflexión para comprender que este poder no esabsoluto y que se pueden construir caminos alter-nativos dirigidos al respeto y tolerancia de la di-versidad y la vida.

NOTAS

l. Nietzsche, F. (sf). El Anticristo. Sin editorial, p.460.

2. Aunque históricamente se ha creído que el ré-gimen nazi persiguió fundamentalmente a lapoblación judía, debemos recordar que el ge-nocidio incluyó poblaciones como los gitanosy los negros entre otros al tratarse de una "lim-pieza étnica".

3. Hinkelamert, Franz. "Asalto al poder mun-dial" Conferencia dictada en la Facultad deDerecho. UCR. 25 de marzo del 2003.

4. Algunos datos interesantes citados por el Se-manario Universidad podrían ser: entre 1978y 1984 George W. Bush fue el ejecutivo supe-rior de Arbusto Energy/Bush Corporation,una compañía petrolera y de 1986 a 1990 deHarken, una empresa similar. Dick Cheney,vicepresidente actual de EU, de 1995 al 2000fue el director general de la compañía petro-lera Halliburton. Condoleeza Rice, actualasesora de seguridad nacional del gobiernonorteamericano, ocupó el cargo de 1991 al2000 de ejecutiva superior de la compañíapetrolera Chevron.

5. Aquí cabe resaltar que los servicios básicos co-mo agua y electricidad de Palestina pertenecenal Estado de Israel, que en cualquier momentodecide suspenderlos y dejar a la población pa-lestina desprovista de los mismos. Asimismo,mucho del arsenal israelí viene de los EstadosUnidos, por lo que este ejército cuenta con ar-mas mucho más poderosas que las de los pales-tinos, por lo que terminan siendo ellos mismoslas armas en los ataques suicidas.

6. Para más información sobre este tema verRalph Schoenman. El conflicto árabe-israelí. o

Marín, Roberto. "La ocupación militar israelíde Cisjordania y Gaza. De la guerra de losseis días a las declaración de principios(1967-1993)"

7. Cabe recordar que desde el año 3000 a.e. elterritorio en que está ubicado Iraq correspon-de a Sumeria, que para muchos historiadoreses el primer pueblo civilizado de la humani-dad. Allí se ubica el origen de la escritura, lainvención de la rueda y el arado, así como lacreación de uno de los códigos de derechomás importantes que es el Código de Hamura-bi. Asimismo Babilonia, territorio parte de loque hoyes Iraq se caracterizó por una econo-mía de libre mercado y por tener los primerosastrónomos.

8. Investigación realizada por Raija-Leena Puna-maki sobre las respuestas de las madres pales-tinas y sus hijos ante la ocupación israelí.

9. Creemos importante citar un dato de un re-portaje publicado en el Semanario Universi-dad donde se informa que el presupuesto mi-litar norteamericano asciende a los 360 milmillones de dólares, cifra que por supuestoIraq no puede invertir en armas ni aun con elpetróleo.

10. Víctor Frankl, psicólogo sobreviviente a loscampos de concentración nazi.

11. Estamos hablando aquí de la época del Chilede Pinochet, una cruel dictadura que ha dejadoen el pueblo chileno hondas heridas psicoso-ciales y políticas.

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