El concepto de Creencia y su importancia en la Filosofía Pragmatista de William James

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EL CONCEPTO DE “CREENCIA” Y SU IMPORTANCIA EN LA FILOSOFÍA PRAGMÁTICA DE WILLIAM JAMES. Tesis para optar al grado de Magister en Filosofía Contemporánea. Instituto de Filosofía universidad de Antioquia AUTOR: Luis Daniel Ortiz Montoya. Licenciado en filosofía Universidad de Antioquia.

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EL CONCEPTO DE “CREENCIA” Y SU IMPORTANCIA EN LAFILOSOFÍA PRAGMÁTICA DE WILLIAM JAMES.

Tesis para optar al grado de Magister en FilosofíaContemporánea.

Instituto de Filosofía universidad de Antioquia

AUTOR:

Luis Daniel Ortiz Montoya.

Licenciado en filosofía Universidad de Antioquia.

ASESORA:

Paredes Oviedo Diana Melisa.

2012.

EL CONCEPTO DE “CREENCIA” Y SU IMPORTANTCIA EN LAFILOSOFÍA PRAGMÁTICA DE WILLIAM JAMES.

Este trabajo pretende investigar, en las obras deWilliam James, el concepto de “creencia”, y también, laimportancia de las raíces de lo religioso e inclinacióndel protestantismo norteamericano en la formación de lafilosofía del pragmatismo, y ver como desde esta idea de“creencia”, se ha conformado y desarrollado una de lasformas más importantes de la filosofía Americana en laactualidad, esto es, la filosofía del “Pragmatismo”.

Derechos reservados.

2012.

TABLA DE CONTENIDO

Pág.

Resumen…………………………………………………………….... 4

Agradecimientos……………………………………………………… 5

PREFACIO. …………………………………………………………… 6

I. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA……………………… 6II. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN………………..

10III. OBJETIVO PRINCIPAL………………………………………

11IV. CARACTERISTICAS DE LA INVESTIGACIÓN……………

12

INTRODUCCIÓN…………………………………………………….. 13

1. CAPÍTULO 1. El pragmatismo de William james y susraíces religiosas e históricas……………………………………………………….21

2. CAPÍTULO 2. El método pragmatista y el concepto deverdad en William James…………………………………………………34

3. CAPÍTULO 3. El concepto de dios y del libre albedrioen la filosofía pragmática de WilliamJames………………………………… 49

4. CAPÍTULO 4. El concepto de “religión y laimportancia de la creencia” en la filosofíapragmática de William James………………… 58

A MANERA DE CONCLUSIÓN………………………………………. 87

BIBLIOGRAFÍA PRINCIPAL…………………………………………. 90

BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA……………………………………… 92

Resumen

El trabajo de William James fue el inicio de una delas corrientes filosóficas más importantes en los EstadosUnidos llamada Pragmatismo, la cual ha marcado, no solola vida política y económica de la actualidad en losEstados Unidos y en otros muchos países, sino también laforma de pensar las creencias religiosas, morales y

éticas bajo el aspecto de la “utilidad” y de laposibilidad de generar bienestar a las personas de todaclase social, política, económica o religiosa.

Sin embargo, para el autor, el pragmatismo no soloes una forma de pensamiento, sino que también es unapostura de la vida que nos toca afrontar en nuestracotidianidad cuando nos empéñanos en la búsqueda delsentido de nuestras vidas y de la felicidad.

El pragmatismo de james hunde sus raíces en lascreencias y por tanto, son estas, las creencias, segúnél, las que han motivado y siguen motivando la búsqueda yel avance de la filosofía, la ciencia, la tecnología, lapolítica, la ética, y en definitiva el bienestar de lassociedades que creen en la democracia y en la defensa desus más intimas creencias.

AGRADECIMIENTOS

En este trabajo quiero agradecer de forma especial a:

1. Profesora DIANA MELISA PAREDES OVIENDO, quien me haayudado a dar buen término a mi tesis y a la cual leagradezco enormemente el haber asumido junto a miesta responsabilidad, mil y mil gracias.

2. Profesor JOSÉ OLIMPO SUAREZ por su iniciativa yacompañamiento en la primera fase de mi trabajo ypor sus consejos que han servido para laconfiguración de esta mi tesis.

3. A todos y cada uno de mis profesores que duranteesta Maestría me han aportado con su saber y con supedagogía en mi formación.

4. A CRISTIAN CAMILO JIMÉNEZ GUERRA el cual me brindo,no solo apoyo económico, sino también su hombro paraapoyarme cuando más lo necesite en mí caminarintelectual y personal, a él y su familia misafectos más profundos.

5. A mi familia que me ha sabido educar por las sendasde la honradez y el amor por las cosas bien hechas.

6. A la UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA por el apoyo para conmi formación profesional.

7. A todos aquello que de uno u otra forma han aportadopara que me encuentre en donde estoy.

PREFACIO:

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

El problema que se desarrolla en este trabajo, estáenfocado en la manera como William James crea todo unpensamiento filosófico a partir de la idea de lanecesidad y la utilidad de la creencia, (y de forma muyespecial la religiosa), como base importante de lacultura y del devenir humano, teniendo en consideraciónque toda persona posee una cierta inclinación a creer en“algo” o en “alguien” que le permite desarrollar unaconciencia personal y social de bondad para consigomismo y para con los demás; esta capacidad de bondad leha llevado al ser humano a darse cuenta que todos, en lomuy profundo de nuestro ser, necesitamos ser consoladosante los distintos problemas cotidianos y ante el posiblecaos y sin sentido que la vida nos puede parecer; y porello, las diferentes creencias, ya sea en la ciencia, enla política, en la moral o, de manera especial en lasideas religiosas, se convierten en herramientasconsoladoras ante este caos.

James dirá sobre las creencias en “Pragmatismo”:

“Las creencias de los hombres en cualquier tiempoconstituyen una experiencia fundada. Pues lascreencias son, en sí mismas, partes de la suma totalde la experiencia del mundo y llegan a ser, por lotanto, la materia sobre la que se asientan o fundanpara las operaciones del día siguiente.” (Cfr.JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 79).

William James ha creado toda una argumentaciónfilosófica a favor de las creencias (y en especial sobrelas creencias religiosas) y sobre la función que estasvan adquiriendo en la vida histórica de las personas; sutrabajo que empezó con “La voluntad de Creer” (1856), yse desarrolló a través de sus obras El filósofo moral yla vida moral (1897), “variedades de la experienciareligiosa” (1902), “Un mundo de pura experiencia” (1904),La noción de conciencia (1905) Razón y fe (1906), “Elpragmatismo” (1907), Las energías de los hombres (1908)“El significado de la Verdad” (1909), y terminó con “Elequivalente moral de la guerra” (1910), James explora elsentido de las creencias socio-culturales, políticas,científicas, filosóficas y en especial, religiosas y suinfluencia en todos los aspectos posibles de la vidahumana; este fue un trabajo realizado a través de más de54 años en los cuales logra plasmar en su pensamiento queel fin de la filosofía, más que dar respuestas a VerdadesÚltimas, Eternas e Inmutables es, mejor , la de ofrecerun poco de consuelo y bienestar a las personas quequieren dar un sentido a su existencia evitando el dolorpropio o ajeno, idea que desarrollarán los demásseguidores de la filosofía pragmatista posteriormente.

James afirma en razón de esto que:

“El Dios de los escritores teístas vive enalturas abstractas tan puras como el Absoluto. Elabsolutismo tiene cierto prestigio y audacia, entanto que el teísmo corriente es más insípido, peroambos son igualmente remotos y vacuos. Lo queustedes necesitan es una filosofía que no soloejercite sus facultades de abstracción intelectual,sino que tenga una conexión positiva con este mundoreal de vidas humanas finitas.Desean un sistema que combine ambas cosas, lalealtad científica a los hechos y el deseo detenerlos en cuenta, el espíritu de adaptación yacomodación, en resumen, pero también la viejaconfianza en los valores humanos y la espontaneidadresultante, sea de tipo religioso o romántico. yéste es su dilema: encuentran irremediablementeseparadas las dos partes de su quaesitum. Ven elempirismo unido con el humanismo y la irreligión: ohallan una filosofía racionalista que indudablementepuede llamarse religiosa, pero que se mantieneapartada de todo contacto definido con los hechosconcretos, las alegrías y las tristezas.No sé cuántos de ustedes viven en tan estrechocontacto con la filosofía como para comprendertotalmente lo que quiero decir con este últimoreproche; de manera que insistiré un poco más sobreesta irrealidad de todos los sistemas racionalistas,la cual forzosamente ha de repeler a los más serioscreyentes en los hechos.” (Cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 8).

Las relaciones que se quieren mostrar en estetrabajo están enfocadas a la manera como a través de lacreencia en todos los posibles ámbitos humanos (sociales,políticos, económicos, científicos, filosóficos,religiosos), se puede construir una sociedad más justa y

concertada, y cómo a través de la fe y la razón, sepuede argumentar filosóficamente en defensa de laspropias creencias sin importar que tan descabelladas nosparezcan en principio, siempre y cuando estas ofrezcancierta utilidad y bienestar a un gran número de personas,haciendo que sus relaciones entre sí crezcan y sefortalezcan y que este bienestar pueda transformar lavida propia o común.

En definitiva, lo que pretende mi investigación esmostrar cómo las creencias, y en especial las religiosaso de fe, pueden tener una base filosófica que las hagaválidas y dignas de ser tomadas en serio, como una partemuy importante y valiosa de la vida humana y de cómo lafilosofía pragmatista de William James puede mostrar quela religión no puede ser tomada como un obstáculo en labúsqueda de una “verdad” eterna e inmutable de la razón,sino que ella misma, hace parte de una “creencia” casireligiosa donde los limites de una lindan con los límitesde la otra, (los de la fe y los de la razón) y que comoambas son parte de la vida humana y de la forma cómo losseres humanos hemos alcanzado a entender el mundo, a losdemás y a nosotros mismos.

Este trabajo se compone de cuatro capítulos loscuales son enfocados de la siguiente manera:

Capitulo 1. El pragmatismo de William james y susraíces religiosas e históricas.

Un breve acercamiento histórico de los principiosdel pragmatismo desarrollados por James y Peircepresentando un sugestivo énfasis en la formación de estafilosofía gracias a las influencias de la “feprotestante” de la cual son herederos la mayoría de los

americanos y que fue la semilla que dio paso alpensamiento de William James.

Capítulo 2. El método pragmatista y el concepto de verdad en William James. En este capítulo se presentan las ideas más audacesdel autor sobre su proposición y argumentación de suteoría de la “verdad “, la cual no se ha de entender comoestática y acabada, sino, como cambiante y activa deacuerdo a la utilidad que pueda desarrollar en un momentohistórico social y/o personal.

Capítulo 3. El concepto de Dios y del Libre Albedrioen la filosofía pragmática de William James.

En este capítulo se muestran algunas ideasconciliadoras presentadas por el autor a fin de quererdarle una posible respuesta y/o solución al problemaentre la libertad humana y la providencia Divina, entrela determinación y el libre arbitrio y también, el porquéla creencia en Dios es importante para el pragmatismoesto es, el porqué la idea o creencia en Dios es útilpara mantener la continuidad y evitar el caos natural delas cosas y de las personas.

Capítulo 4. El concepto de “religión y la importancia de la creencia” en la filosofía pragmática de William James.

Este último capítulo se presenta a manera de en-globalización de las ideas que se han presentado en losanteriores capítulos y que encadenan la importancia delconcepto de creencia en la filosofía del pragmatismo deWilliam James y por ende, su teoría de la Creencia comopiedra angular del pensamiento pragmático, la cual es mitesis en este trabajo.

JUSTIFICACION DE LA INVESTIGACION:

Esta investigación a cerca del pensamiento eimportancia de la creencia (religiosa) en la filosofía deWilliam James, se justifica en la medida en que es uno delos pilares significativos de los cuales deviene una delas corrientes filosóficas más importantes de la culturanorteamericana, esto es, el pragmatismo, y como éste hainfluido, influye e influirá por mucho tiempo elpensamiento y la discusión filosófica actual.

Se justifica en la medida de que es posible entenderque un verdadero pensamiento filosófico no esnecesariamente el que devela las ultimas verdades de lascosas, el que determina sistemas ideales o materiales delconocimiento, sino que un pensamiento filosófico tambiénpuede ser entendido como un instrumento para hallarconsuelo y bienestar y tratar de entender que la vidasería mejor si evitáramos el dolor propio o ajeno, si lepudiésemos enseñar a los demás el valor de la toleranciay el respeto por las creencias propias o de otraspersonas y si les pudiésemos mostrar que la base de lacivilización son las mismas creencias que nos impulsan ainvestigar, a renovar o cambiar lo que pensamos delmundo, de los demás y de nosotros mismos, tal y comoJames trató de mostrar a través de sus diferentes obras yen especial, en “Pragmatismo”.

Y que en la filosofía, una pregunta por el estado delas cosas es una pregunta por la vida del hombre enrelación con esas cosas y con los demás; no en vanoSócrates nos recomienda que lo que hemos de anhelar es elconocimiento de nosotros mismos y que partiendo de él,pensar que una vida sin análisis ni indagación no vale lapena ser vivida. Y como nos lo da a entender James enmuchas partes de su pensamiento, es también preguntarnos

por la utilidad de esas mismas cosas o ideas en nuestrasvidas en concreto y no solo como elegantes abstraccionesmentales sin un uso determinado.

OBJETIVO PRINCIPAL.

El objetivo de mi trabajo, será Identificar eldesarrollo del concepto de creencia desplegado porWilliam James en la mayoría de sus escritos filosóficos yen especial en “Pragmatismo” y “la voluntad de creer”;teniendo muy presente el concepto de “creencia religiosa”en las anteriores obras del autor, y sobre todo,explorando las posibles interpretaciones que de él haceuso en sus otros escritos filosóficos y mostrar cómo, enestos, la idea de creencia en todos y cada uno de losámbitos humanos ha sido, de muy variadas formas, la basede la filosofía “pragmatista” ya sea en el mismo James,o en los demás autores de esta corriente del pensamientoamericano.

CARACTERISTICAS DE LA INVESTIGACIÓN.

Este trabajo está basado en la lectura de las obrasde William James que tienen implicación directa con elproblema de la creencia, la fe y la razón desde lafilosofía.

Se enmarca en un ensayo interpretativo de dichasobras teniendo como base las ideas del PragmatismoNorteamericano fundado y desarrollado por William Jamesy, (posteriormente por sus seguidores) prestando muchaatención a la defensa que hace el autor de las creenciasy de cómo estas pueden tener una justificación filosóficay de utilidad para la vida humana en general y/o enparticular.

Este trabajo no quiere ni pretende abarcar todo elpensamiento filosófico del pragmatismo actual, (aunqueencontrará de seguro una vinculación un tanto estrechacon el mismo), sino, que por el contrario, procuramostrar el lado más humano de las creencias según lafilosofía de William James y de cómo estas hicieron partede su pensamiento y actitud hacia la vida, hacia laciencia, la religión, la política, la economía, lapsicología y la vida social e histórica de los individuosy de las sociedades en general, y así construir su másbrillante logro en su pensamiento filosófico y decreencias, esto es, la configuración del pragmatismo, contodos los problemas que le conllevaron, con susdefensores y sus detractores hasta ir puliéndose,modificando o cambiando sus ideas o hasta tomar un rumbosignificativamente diferente como son hoy en día, lasideas del neo-pragmatismo.

INTRODUCCIÓN

Pensar en el pragmatismo es pensar en la filosofíanorteamericana, la cual ha tomado fuerza en las últimasdécadas a tal punto de convertirse en una fuerteinfluencia del pensamiento contemporáneo desde muchosámbitos tales como la política, la ciencia, la religión,la psicología, la economía, la sociología, entre otras;sin embargo, este pensamiento, como cualquier otro,también tuvo un inicio y una formación que se sigueenriqueciendo y entretejiéndose hoy en día.

Cuando pensamos en el pragmatismo, debemos suponerun pensamiento que privilegia la utilidad de las ideas yde las creencias, sobre su mera conceptualización, Jamesdirá de esto que:

“Cualquier idea sobre la que podamos cabalgar,por así decirlo, cualquier idea que nos conduzcaprósperamente de una parte de nuestra experiencia aotra, enlazando las cosas satisfactoriamente,laborando con seguridad, simplificándolas, ahorrandotrabajo es verdadera; esto es, verdaderainstrumentalmente. Esta es la concepción instrumental dela verdad enseñada con tanto éxito en Chicago, laconcepción de que la verdad en nuestras ideassignifica su poder de actuación, promulgada tanbrillantemente en Oxford”. (Cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 21).

Así, pues, nos cautiva la idea de que la verdad de unaidea se halla en su utilidad, siendo esto de tal modo, esrelevante suponer que el instrumentalismo de la verdadpragmática le garantiza una permanencia, no por seraceptable o no en toda una comunicad científica, sino por

ser útil a un grupo de individuos que ven en ella, unaherramienta de construcción socio-cultural acorde a susnecesidades más primarias.

Y más adelante él añadirá que:

“La verdad es el nombre de cuanto en sí mismodemuestra ser bueno como creencia y bueno tambiénpor razones evidentes y definidas. (Cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 27).

Además, el pragmatismo también nos dice que lasideas deben su utilidad a su aplicabilidad en la vida“común” de las personas, que sin ser filósofos,intelectuales o eruditos, sienten la necesidad de dar un“sentido a la vida” y a las circunstancias que les hatocado vivir. Así, según James:

“El pragmatismo vuelve su espalda de una vez parasiempre a una gran cantidad de hábitos muy estimadospor los filósofos profesionales. Se aleja deabstracciones e insuficiencias, de solucionesverbales, de malas razones a priori, de principiosinmutables, de sistemas cerrados y pretendidosabsolutos y orígenes. Se vuelve hacia lo concreto yadecuado, hacia los hechos, hacia la acción y elpoder Esto significa el predominio del temperamentoempirista y el abandono de la actitud racionalista.Significa el aire libre y las posibilidades de laNaturaleza contra los dogmas, lo artificial y lapretensión de una finalidad en la verdad. (Cfr.JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 18).

Este “sentido” que bien podría también llamarse“Punto de vista”, es lo que nos impulsa a manifestarnuestro “yo” personal, familiar y social, pero este “yo”en realidad no es producto de un azar o de un “ser

creador” que lo ha dispuesto todo de acuerdo a un ordenpre-establecido, no lo es, este “Yo” es, como lo diríaRorty, una “maya entretejida” de experiencias personales,familiares y culturales (cfr. RORTY Richard (1991)Contingencia, ironía y solidaridad. Ed Paidos Barcelona:España. 223p.).

Nuestro “yo” en realidad no es “nuestro” en sutotalidad, es el producto de la cultura en la quevivimos, aun así no es una “amalgama” informe de lacultura, también es auto-formación y critica de la mismacultura, es un “yo” activo de su realidad, que tomadecisiones y que concibe y ofrece respuestas a lasdistintas situaciones y problemas que se le presentan.

Pero, ¿qué puede hacer que ese “yo”, que naciendo delo colectivo, y que también es auto-formación, nosucumba ante la sociedad en la que es bombardeadoconstantemente por ideas y formas de apreciar y deentender la realidad?; en efecto, cuando crecemos en unacultura, nuestra personalidad y nuestras creencias sonformadas y modeladas por la cultura, no obstante, sitenemos la fortuna de conocer y criticar a la cultura enla que habitamos, podemos ser afortunados de contar con“razones” y “argumentos” que nos pueden distanciar oconcretar más lo que “creemos”; he ahí la actividad denuestro “yo”, lo que nos aleja de la alienación y nospermite, aunque permanezcamos en la cultura en quevivimos, tomar distancia de lo que no nos parece correctoo que no presta a nuestra existencia una “utilidad”consistente con lo que pensamos o “creemos”.

Esta “utilidad” bien entendida, puede dar sentido anuestra existencia, nos puede alejar del temor, nos puede

calmar en momentos de crisis y hasta puede darle un“sentido” de trascendencia a nuestra vida.

Es el derecho a “CREER” y a defender nuestro “Puntode vista” ante los demás, no a la fuerza, sino mejor,persuadiendo a los otros de que lo que “Yo creo”, tieneun “fundamento” y un sentido, y no solo eso, sino que loque yo creo no tiene por qué hacer mal o hacer que se meubique en una posición de desventaja ante otras culturaso creencias de cualquier tipo que estas sean, sino, quepor el contrario, puede enriquecer esas otras formasculturales de vida y/o la cultura en la que vivo.

James dirá en la voluntad de creer con respecto a ladefensa de lo que se cree:

“¡Jamás la ciencia hubiese avanzado en lamedida que lo ha hecho, si cuantos a su progresocontribuyeron no hubiesen puesto en susinvestigaciones el apasionamiento que encendiera lafe en el porvenir de su trabajo!” (Cfr. JAMES,William. “La voluntad de Creer”. (1856), "Lavoluntad de creer" (1897), P. 10).

Este es uno de los objetivos de mi trabajo, verhasta qué punto “las creencias”, ya sean científicas,culturales, políticas filosóficas o religiosas, puedenservir para dar un sentido y tranquilidad a laexistencia humana; llegando a la posibilidad de fomentarel diálogo sin temores entre las personas y entre lospueblos, (inclusive el intercultural), en el cual sepueda libremente analizar el poder de la persuasión comoherramienta de concordia y de Solidaridad” entre loshombres, para que ello nos permita evitar el dolor y laincertidumbre en, tal vez, la “única existencia real”.

Así pues, tener la mente abierta al diálogo sin otrapretensión que la persuasión por el peso de losargumentos y en razón del bienestar general,considerando que el mundo y nuestra instancia en él puedeser mejor si, como dice James y algunos pragmatistas,escuchando y dialogando con los demás, en vez deencontrar diferencias que nos separen, concordamos enideas y creencias que nos unan para evitar la discordia yla guerra entre los pueblos.

James dirá en “el significado moral de la guerra”sobre el peso de los argumentos y el dialogo que:

“Creo devotamente en el reinado último de lapaz y en el advenimiento gradual de algún tipo deequilibrio socialista. La visión fatalista de lafunción de la guerra me resulta absurda, pues sé queel hacer la guerra se debe a motivos definidos queestán sujetos a comprobaciones prudenciales y acríticas razonables, como cualquier otra forma deempresa. Y cuando naciones enteras son ejércitos, yla ciencia de la destrucción rivaliza enrefinamiento intelectual con las ciencias de laproducción, veo que la guerra se vuelve absurda eimposible desde su propia monstruosidad. Lasambiciones extravagantes habrán de reemplazarse enel dialogo por afirmaciones razonables, y lasnaciones deben hacer causa común contra ellas. Noveo razón por la que todo esto no debiera aplicarsea las naciones tanto amarillas como blancas, ydesear un futuro en el cual los actos de la guerrafueran formalmente proscritos entre las gentescivilizadas”. (Cfr. JAMES, William. “Elequivalente moral de la guerra” (1910), 16).

De esta manera, Ya en los inicios del pragmatismo yen los ideales de James, lo que se ha buscado es evitarel dolor propio y de los demás a través de un dialogolibre que permita la configuración de criterios quedeterminen nuestra concertación en asuntos “comunes” atodos y que presten un sentido práctico para evitar ladesigualdad entre los hombres.

James continúa diciéndonos que:

No hay nada que lo haga a uno indigno en elmero hecho de que la vida sea dura, de que loshombres deban esforzarse y padecer dolor. Lascondiciones del mundo son de tal manera que podemossoportarlas. Pero que tantos hombres, por los merosaccidentes del nacimiento y de la oportunidad,tengan una vida de nada más que trabajo duro, dolor,dureza y inferioridad impuestos sobre ellos, sinninguna vacación, mientras que otros de nacimiento noprueban este tipo de vida en absoluto, esto es capazde provocar la indignación en las mentes reflexivas.Puede terminar pareciéndonos vergonzoso a todos quealgunos de nosotros no tenemos sino una vida delucha, y otros no tienen sino desmasculinizadasfacilidades. (Cfr. JAMES, William. “El equivalentemoral de la guerra” (1910), IX, P. 26).

En su libro de “contingencia, ironía y solidaridad”(cfr. RORTY Richard (1991) Contingencia, ironía ysolidaridad. Ed Paidos Barcelona: España. 223p.) RichartRorty expone que es la solidaridad, entendida como unproducto y una construcción del dialogo y la concertaciónde ideales comunes entre las personas, la que debe unir ypostular criterios que la comunidad reconozca comovalidos para evitar el dolor propio o ajeno; es en estasolidaridad que nosotros encontramos el sentido de

comunidad, así entonces, una ley no lo sería si solofuera tomada en serio por un número reducido de personaso si solo algunos la propusieran sin que la mayoríaestuviera de acuerdo sobre ella; del mismo modo, cuandopensamos que todo puede ser concertado a través deldiálogo respetuoso con los demás, también entendemos quealgunas creencias o costumbres son el fundamento demuchas culturas altamente constituidas y que gracias aestas, en su desarrollo y complejidad de sus creencias,se vuelve evidente su compromiso social, político, éticoy moral, dando solidez y perfeccionamiento a la comunidadque han construido.

El pragmatismo de William James, nace de unanecesidad por dar sentido a la “utilidad” a cierto tipode creencias, que iban configurando en Estados Unidos“Viejas formas de pensar”, es en este sentido que lafilosofía norteamericana, a través de sus representantesmás importantes como Pierce, James, entre otros, hatomado el ímpetu que aun hoy, podemos vislumbrar enmuchos ámbitos de la vida, social, política, económica,religiosa, entre otros.

En sus inicios esta filosofía se fue gestandogracias al emblemático espíritu protestante de loscolonos americanos los cuales vieron en su fe, no unproblema que evitara el pensamiento libre, sino que porel contrario, una herramienta que les facilitaría lacreación de “un nuevo mundo”, razón por la cual emigraronde Europa para crear una sociedad basada en el respeto yla libertad de creencias, que con el tiempo serían losideales de constitución de Norteamérica y desde loscuales ella ha sido y es garante hasta nuestros días.

En su ensayo “Bases del ExcepcionalismoNorteamericano” el autor Luis Bueno Ochoa nos dice que:

“El pragmatismo encarna, así es comúnmenteadmitido, la filosofía del "americanismo" y ha dadolugar, desde luego, al ingreso del pensamientonorteamericano en el mundo moderno. Constituye,pues, una filosofía propia, clara y distinta quesupuso, ciertamente, un cambio de ideas” (Cfr. OCHOALuis Bueno, “Bases del ExcepcionalismoNorteamericano” Revista Telemática de Filosofía delDerecho, nº 10, 2006/2007, ISSN 1575-7382, Pp. 305-322).

O Louis Menand en su libro “El club de losmetafísicos. Historia de las ideas en América” el cualafirma:

“El pragmatismo no es un conjunto de ideas sinomás bien una idea sobre las ideas consistentes enque éstas no están esperando a ser descubiertas sinoque son herramientas que creamos para enfrentarnosal mundo”. (Cfr. Louis Menand: El club de losmetafísicos. Historia de las ideas en América,traducción de Antonio Bonnano, Barcelona, Destino,2002, P 13)

Según la historia norteamericana, y como lo afirmaLuis Rodríguez Aranda en el prologo a “El significado dela verdad” de William James, los colonos que emigrabande Inglaterra y de otras partes de Europa a los estadosunidos, querían que sus “creencias económicas, políticas,sociales y principalmente “Religiosas” formaran parte dela nueva tierra de Esperanza que constituirían; estascreencias perseguidas en Europa, podían ser discutidas y

puestas en práctica sin temor en América creando unanueva filosofía, Luis Rodríguez Aranda dice:

“No debe creerse, sin embargo, que el pragmatismo surgióespontáneamente en Norteamérica. No existe una filosofía autóctonaen Estados Unidos. El pragmatismo se debe a la lenta y contradictoriadifusión de la filosofía europea en aquel medio. Para comprendermínimamente lo ocurrido en el pensamiento norteamericano hay quetener en cuenta el espíritu y los problemas de la Ilustración europea.Norteamérica está formada por la Ilustración. Heredó de ésta el amorpor el empirismo, la tolerancia religiosa y política y, sobre todo, laigualdad de derechos entre la sociedad burguesa, todo lo cual fuerealidad en Norteamérica antes que en la propia Europa, predicadorade ellos”. (Cfr. JAMES, William. “El significado de laVerdad” (1909), P 4).

De otra parte, dice James en pragmatismo:

“la filosofía, que es tan importante en cada uno de nosotros, no esun asunto técnico. Es un sentimiento más o menos silencioso de lo quela vida significa, honrada y profundamente sentida” (Cfr. JAMES,J. Pragmatismo. (1907), P 2).

Y es este “sentimiento de una vida sentida” el cualfundamentará al pragmatismo como una filosofía basada,más que en hechos científicos demostrados, (los cuales noson descartados o desconocidos por James), en realidadesvividas y experimentadas por las gentes del común, porlos ciudadanos que, aunque no filósofos, también sepreguntan por el sentido de sus luchas y de sus vidas enel quehacer cotidiano, por las personas que sienten quesus vidas han de estar encaminadas al bien común, y queeste bien común ha de tener una cierta utilidad que lesayude a trascender para con los demás, que tienen suvalidez desde la funcionalidad de lo práctico y no solodesde lo teórico.

De esta manera, recurriendo y apelando a lo prácticocomo otro modo de “verdad” en el pragmatismo y de acuerdoa la obra de James, Variedades de la experienciaReligiosa” y “El significado de la Verdad”, la vida delser humano ya sea este un erudito, un filósofo, uncientífico, un político, un campesino, un clérigo, etc,adquiere un sentido cuando es capaz de realizar hazañasque le llenen de satisfacción, cuando es capaz derealizar actos altruistas o cuando es capaz, con suinteligencia y raciocinio de superar limites que antesconsideraba inalcanzables.

La filosofía en James no ha de representar unaimagen inalcanzable de pensamientos o teorías extrañas ala realidad cotidiana, sino que por el contrario, estadebe nacer de lo cotidiano, de lo que ésta a la vista dela experiencia de todos y cada uno de nosotros y por esonos dice James:

“La filosofía es a la vez el más sublime y el más trivial de los afaneshumanos. Acomete las más finas sutilezas y se asoma a lasperspectivas más amplias. No nos da de comer, como se suele decir,pero inspira valor a nuestros espíritus. Y aunque parezca, a la genteignorante, embrollada en su lenguaje, disputas y argumentaciones,ninguno de nosotros puede dar un paso sin ser guiado por losdestellos de luz que envía sobre las perspectivas del mundo. (Cfr.JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 3)

El pragmatismo es también una forma de creencia taly como lo dice James, de igual forma como lo es laciencia y todo tipo de teorías en las que confiamos, peroesta “creencia” que nos propone James, no está basadasolo en una “fe ciega” alejada de los hechos ysituaciones de la humanidad y, por ende indemostrables através de las múltiples formas posibles de lacotidianidad.

Y por no ser así, James sabe y dice que no se puedecreer ingenuamente en todo lo que se nos presenta ennuestra vida, por lo que es mejor la “creencia” basada enuna “voluntad” consciente que nos permita saber hasta quépunto podemos usar nuestras fuerzas ya sea de formaindividual o colectiva y es una creencia que ha de partirde las posibilidades humanas; el pragmatismo es como unamediación entre EL RACIONALISMO Y EL EMPIRISMO, entre loshechos que la ciencia nos dice que son o no posibles yla búsqueda de lo eterno y sutil de los postuladosracionales que creen en un Fundamento externo de lasposibilidades solamente humanas. (Cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P.12)

James nos dice que el mundo, lo real que percibimosen lo cotidiano, no está ni en uno ni en el otro bando,en el pragmatismo el mundo y la realidad humana son “unay múltiple”, por lo tanto él apela a la voluntad dellibre albedrio como el punto del cual las dos anterioresconcepciones deben ser concebidas y pensadas, él loexpresará así:

“El mundo es uno indudablemente, si se lo considera de un modo;pero es, sin duda alguna, múltiple, si lo consideramos de otro. Es uno ymúltiple: adoptemos, pues, una especie de monismo pluralista. Todose halla necesariamente determinado, y sin embargo, por supuestoque nuestras voluntades son libres: así, pues, una clase especial dedeterminismo del libre albedrío será la verdadera filosofía. La maldadde las partes es innegable, pero el todo no puede ser malo: así, unpesimismo práctico se combinará con un optimismo metafísico”…“Ofrezco una filosofía que puede satisfacer ambas exigencias y quetiene el raro nombre de pragmatismo. Es religiosa como elracionalismo; pero, al mismo tiempo, como el empirismo, conserva elmás íntimo contacto con los hechos”. (Cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P.12)

William James creó todo un pensamiento filosófico enla idea de la necesidad y la utilidad de la creencia (yen especial la religiosa) como base importante deldevenir humano, teniendo en consideración que todapersona posee una cierta inclinación a creer en “algo”que le permite desarrollar una conciencia personal ysocial de bondad para consigo mismo y para con losdemás; esta capacidad de bondad le ha llevado al serhumano a darse cuenta que todos, en lo muy profundo denuestro ser, necesitamos ser consolados ante el posiblecaos y sin sentido que la vida nos puede parecer; y porello, la idea y la necesidad de la creencia (creenciasfilosóficas, científicas o religiosas) es una herramientaconsoladora ante este caos. Necesitamos tener fe en algoque mueva nuestros intereses personales, sociales,políticos, económicos y de creencia a si sea desde laciencia misma o en la religión.

James nos dice al respecto de lo anterior que:

“La libertad de creer sólo comprende opcionesvivas, que aun cuando el intelecto individual noacierte a resolver por sí mismo, nunca parezcanabsurdas a quien se proponen….

……Nadie debe prohibir a cada cual su peculiarcreencia, ni motejarle por ella; por el contrario,la libertad mental debe ser profunda y cortésmenterespetada; sólo así prosperará la repúblicaintelectual; sólo con tal espíritu de íntimatolerancia no será un cuerpo sin vida toda nuestrabendita tolerancia externa, orgullo del empirismo;sólo así progresaremos en el mundo especulativo comoen el práctico. (Cfr. JAMES, William. “La voluntad

de Creer”. (1856), "La voluntad de creer" (1897), P37).

Y es en este sentido, en el que nuestras creenciasdeben ser escuchadas y debatidas de forma amigable, yaque ellas son “herramientas” que nos ayudan a configurarnuestras sociedades y por ello, no deben ser obstáculopara los progresos colectivos de la sociedad, por lo queconcuerdo con James en la idea de que, la libertad deexpresar y de defender nuestras creencias, ha sido, es yserá, la manera como los seres humanos construimos o de-construimos nuestro conjunto de ideas en pro de laprosperidad personal, grupal e inclusive, mundial.

Las diferentes creencias y su promulgación en pos deun espacio para el dialogo libre de prejuicios, ha deconvertirse en la base para la democratización del poderen el ámbito social, político, económico, filosófico yreligioso entre los pueblos, siendo una herramientaliberadora y no opresora de las conciencias de quienes seatreven a pensar el sentido de una vida más justa paracada uno de nosotros en esta realidad, la cual puede serdeliberada como la única que tenemos y de la que podemosdisponer con plena certeza de que sea susceptible o no,de equidad y de justicia social.

CAPÍTULO 1

EL PRAGMATISMO DE WILLIAM JAMES Y SUS RAICES RELIGIOSAS EHISTORICAS.

Para comenzar este capítulo y demarcar desde ahora elhorizonte de mi tesis diré con James, que la verdad deuna creencia, sea esta religiosa, política, filosófica ocientífica, se encuentra en su “utilidad”, más que en suinteligibilidad, elegancia o trascendencia, puesto que“la verdad es el nombre de cuanto en sí mismo demuestraser bueno como creencia y bueno también por razonesevidentes y definidas”. (Cfr. JAMES, J. Pragmatismo.(1907), P27). Ello es, la verdad debe ser útil para algoo para alguien.

Según E. Flower y M. Murphey y H. W. Schneider, ensus libros “historia de la filosofía en América” e“Historia de la filosofía norteamericana”; éstepensamiento tuvo sus orígenes en las creencias religiosasde los puritanos venidos de Inglaterra que fundaron enNorteamérica los nuevos estados de Pennsylvania, NuevaYork y principalmente Massachusetts; es en estos lugaresdonde el pensamiento puritano comenzó a entretejer loscimientos de la filosofía pragmática, estos dos autoresnos dicen que:

“Massachusetts fue la cuna de algunos de los pensadores,intelectuales y científicos más importantes de la historia de las ideasde Estados Unidos, como Charles Peirce o William James: “(...) con losPuritanos de Massachusetts comienza la historia de la filosofía enAmérica”. De este modo, a los Puritanos no sólo puede considerárseleslos pioneros de la colonización del Nuevo Mundo sino también elpunto de partida del que arrancó la filosofía en América, porque la

filosofía puritana “fue un sistema práctico enderezado a la acción”,justamente la filosofía que necesitaba el nuevo país que estabanaciendo para desarrollarse como nación”. (Cfr. E. Flower y M.Murphey, (1977) A History of Philosophy in America, Nueva York,Capricorn Books, I, p. 3.5 H. W. Schneider, Historia de la filosofíanorteamericana, (1950), México, Fondo de Cultura Económica, p. 21.)

Algunos Colonos ya desde la incipiente políticaNorteamericana, perfilaban el nacimiento de una nuevafilosofía muy distinta para la “nueva tierra de lalibertad”; Norteamérica seria para ellos como una “NuevaTierra Prometida” que Dios les daba para fundar unanación fuerte basada en los principios religiososprotestantes del puritanismo; este nuevo sistema depensamiento estaba dirigido a lo práctico, a los asuntoscotidianos, a las faenas de jornadas arduas y pesadas, locual no era de extrañarse en un lugar en el cual losnuevos colonos tenían que ganarse la vida de una formamuy diferente a como lo hacían en Inglaterra, esto era,labrando la tierra y sacándole el fruto con esfuerzo ydedicación constante, aferrados a la fe heredada de susantecesores británicos, pero modificada a un estilo devida menos burgués ya que, a diferencia de la vida enInglaterra, placida y sin muchas penurias, en La nuevaTierra, ellos llegaron como extranjeros, sin privilegiospor apellidos o por títulos, llegaban a ganarse la vida“con el sudor de su frente”.

Sin embargo, los lazos filosóficos y políticos conInglaterra estaban todavía muy fuertes, ello es evidenteen el principio de la historia americana, ya que elprimer territorio colonizado se le llamó “NuevaInglaterra” como una muestra de la añoranza hacia lo quedejaban tras de sí, y aun más, por mucho tiempo y desde

finales del siglo XVI la mayor parte de la costa orientalde América del Norte pertenecía a Inglaterra, esto esposible rastrearlo en la historia de los Estados Unidospor múltiples documentos históricos y diarios de loscolonos en los cuales ellos narraban las penurias que lestocaba pasar por “amor a la libertad”.

(Para una visión un tanto más histórica de estos avataresde los primeros colonos Americanos, les remito a ver losdocumentales de Historia Americana, estos pueden serhallados en la siguiente dirección electrónica:Cfr.http://www.cinetube.es/documentales/america-la-historia-de-eeuu/temporada-1/capitulo-1/200475.html)

También en el prologo de la obra de William james“El significado de la verdad” (1909) Luis RodríguezAranda reafirma este hecho cuando escribe:

“No debe creerse, sin embargo, que el pragmatismo surgióespontáneamente en Norteamérica. No existe una filosofía autóctonaen Estados Unidos. El pragmatismo se debe a la lenta y contradictoriadifusión de la filosofía europea en aquel medio. Para comprendermínimamente lo ocurrido en el pensamiento norteamericano hay quetener en cuenta el espíritu y los problemas de la Ilustración europea.Norteamérica está formada por la Ilustración. Heredó de ésta el amorpor el empirismo, la tolerancia religiosa y política y, sobre todo, laigualdad de derechos entre la sociedad burguesa, todo lo cual fuerealidad en Norteamérica antes que en la propia Europa, predicadorade ellos.

Esta dependencia respecto de la Ilustración europea semanifiesta, sobre todo, más que en el planteamiento de los problemasmismos en la realización práctica de las soluciones. La fidelidad aEuropa se acusó en que llevaron a cabo prácticamente la mayor partede las teorías de filósofos ingleses, franceses y alemanes. Este interéspor la realización, que se manifestó prontamente en la vida pública,

comenzó a caracterizar al país. Empezó a justificarse y ensalzarse laacción y a ver en todo lo que contribuía al desenvolvimiento de la vidaun bien estimulante, incluso ético. (Cfr. JAMES, William. “Elsignificado de la Verdad” (1909), P 5)

Tanto la educación como la mayoría de costumbresbritánicas acompañaron a los puritanos que pretendiendoescapar de “Las viejas costumbres”, lo que logran fuedisimular por mucho tiempo las ideas que añoraban y quenaturalmente tendrían que ir cambiando por las diferentessituaciones que ofrecía el nuevo territorio colonizado.

Esta nueva forma de asumir la situación enNorteamérica se ve reflejada en las ideologías de unpensador político de la época llamado Tocqueville en 1832cuando anunciaba lo que se pudiese cavilar como el primer“germen” de pragmatismo nacido de la situación por la queatravesaba el nuevo pueblo americano y por lascaracterísticas de un territorio casi indomable y hostila la forma y costumbres británicas obsoletas en estanueva tierra que necesitaba más de hombres de acción quede pensadores acomodados en un estilo de vida en el cuallas necesidades vitales ya estaban aseguradas;Tocqueville anuncia:

“Huir de la sistematización del yugo de loshábitos, de las tradiciones familiares, de lasopiniones de clase e incluso hasta cierto punto, delos prejuicios nacionales; tomar la tradición comoun dato y el examen de los hechos presentes sólocomo algo útil solamente si sirve para obrar de mododistinto y mejor; buscar por sí y en uno mismo larazón de las cosas, dirigirse al resultado sindejarse dominar por los medios y atender al fondo

sin detenerse en la forma: tales son los principalesrasgos que caracterizan lo que yo llamaría el métodofilosófico de los americanos7 (Cfr. A. Tocqueville,La democracia en América, (1832) II, P 9.)

Es innegable que la forma de pensar de los puritanosvenidos a América escapando de la opresión inglesa,traían consigo, toda la herencia británica de sustradiciones, creencias, economía, política y filosofía, yque, aun así, estas serían determinantes a la hora derenovar sus nuevas convicciones filosóficas; Además, elloinfluiría notablemente en la formación del pensamientopragmatista; pero también es indiscutible que fueronellos, los Puritanos, con su espíritu de lucha, de fe,de renovadas creencias y de laboriosidad los queempujaron los nuevos ideales de igualdad, de libertad, dejusticia, de oportunidad y de prosperidad.

“Los británicos, más que otro pueblo,influyeron en la formación de las institucionesamericanas; y los colonizadores de Nueva Inglaterra,especialmente los Puritanos de la costa deMassachussets, han dejado una huella profunda en elcarácter americano. (...) Los Puritanos estabanprofundamente inmersos en resolver el conflictoentre las doctrinas de la libre voluntad y deldeterminismo. Pero, en general, estaban de acuerdoen que la vida es un proceso moral, y que ciertasvirtudes morales, como la disciplina, la devoción,la honestidad, la moderación, la templanza, lafrugalidad y la laboriosidad, debían ser alabadas”.(Cfr. P. Kurtz, “American Philosophy”, (1967), P.Edwards (ed.), The Encyclopedia of Philosophy,NuevaYork, Mcmillan, I, Pp. 83-84).

De lo anterior también nos habla el Ministro SergioLeonardo de Ávila Ruiz en “El estado de bienestar y lapobreza de Los Estados Unidos de América” cuando escribe:

Los migrantes europeos que formaron trececolonias provenían de sectores marginados de loreligioso, en lo político y en lo social, cada unoiba con un sueño, a cumplir, de mejorar suscondiciones de vida y quizá realizar en esta tierraaun desconocida para ellos las utopías políticas yreligiosas imaginadas” .(Cfr. De Ávila Ruiz, S. “Elestado de bienestar y la pobreza de Los EstadosUnidos de América”. (2010). Ed. Universidad NacionalAutónoma de México, tesis de doctorado. P 17. 316p.)

El pueblo Americano se forjó en los ideales delibertad y de fraternidad, los cuales son el fundamentoactual de su constitución nacional; principiosencaminados a las libertades individuales que nopermitían ni permitirían la opresión de creencias y defilosofías alienantes, (las cuales formaban sistemascerrados que no permitían un nuevo desarrollo delpensamiento tal y como lo escribirá James en“Pragmatismo” (Crf P 18) despectivas, elitistas yesclavistas, (aunque como se sabe las políticas sobre laesclavitud fueron peleadas y derogadas mucho después enla historia americana) en una sola forma de pensar; lascreencias religiosas del puritanismo eran consideradas ensu época, más una especie de “Política renovadora”, queun sentimiento religioso propiamente dicho, de ello da feTocqueville al escribir que:

“El puritanismo (...) era casi tanto unateoría política como una doctrina religiosa. Apenas

desembarcados en aquellas inhóspitas costas (...) elprimer cuidado de los emigrantes es el deorganizarse en sociedad”. (Cfr. A. Tocqueville, Lademocracia en América (1832), I, P 37.)

También William James, en su remembranza de lapujanza e influencia del protestantismo, (en cabeza de lasecta de los cuáqueros), para con la formación delpragmatismo y su defensa de la “libertad” como máxima dela filosofía y creencias Norteamericanas, expresa en sulibro “Variedades de la experiencia religiosa” elesfuerzo de un personaje llamado “George Fox”: Él nosdice que:

“Si queréis un ejemplo concreto, ninguno comoel que representa la persona de George Fox. Lareligión cuáquera que fundó nunca será alabada lobastante, ya que en una época de fraudes fue lareligión de la veracidad arraigada en la mismaesencia espiritual, y el retorno a lo más parecido ala verdad original del Evangelio, nunca conocida enInglaterra hasta ese momento. En la medida en quenuestras sectas cristianas actuales evolucionenhacia la liberalidad, estarán simplemente volviendo,en esencia, a la posición que Fox y los cuáquerosadoptaron hace ya bastante tiempo”. (Cfr. William.James, Las variedades de la experiencia religiosa,(1986), traducción de Juan Francisco Yvars,Barcelona, Península, Pp. 16-17).

Por todo lo anterior, para los primeroscolonizadores, “América” fue (y aun lo es) “la tierranueva prometida de la libertad, de la igualdad y de lafraternidad”: y se puede decir que este sería la

originaria característica del nuevo pensamiento de lospobladores norteamericanos venidos de Inglaterra. Sinembargo, también es de anotar que estas ideas no eranpropiamente de los británicos protestantes, sino, de los“Reformistas Franceses” que impulsaron dichos idealescomo pilares de su revolución y que sería la inspiraciónde los Padres Fundadores del pueblo Norteamericano.

Esta osadía de la conquista de Norteamérica lesdemandaba no únicamente decisión a aventurarse a nuevosterritorios sin explorar sino también intrepidez yconstancia, y aunque todas ellas eran virtudes que nacíandesde la individualidad, estas se tendrían quetransformar en un ideal colectivo por parte de todosaquellos que soñaban con la “libertad”, por lo cual nodebían escatimar en fuerza y ahincó para con los recursosy los medios en esta nueva empresa de crear una de lasmás grandes naciones del mundo.

Consecutivamente otra de las características delpueblo norteamericano seria la creación de políticas degobierno basadas en la fraternidad y la libertad, ideasllegadas, como lo he enunciado antes, desde Francia y susublevación la cual marcó de forma directa el devenir demuchas naciones Americanas que soñaban con la libertad deexpresar sus ideales políticos y religiosos; para elloera necesario fortalecer las fronteras de la nuevaideología; en este sentido los pioneros americanoscomenzaron a elaborar su propia constitución con lo cualtomaban aun más distancia de sus antepasados británicos ysus lazos culturales se definían aun más. (Para mayorinformación sobre estos primeros aspectos de la historianorteamericana se puede consultar y visualizar losdocumentales expuestos en la siguiente dirección

http://www.cinetube.es/documentales/america-la-historia-de-eeuu/temporada-1/capitulo-1/200475.html.)

Así nace otro de los aspectos de la culturanorteamericana el cual será la idea de laindividualización de las leyes y la democracia por locual se declara que “los derechos individuales sonsagrados pero su logro y permanencia están supeditados albien común”, logrando de este modo que “los derechos delindividuo se confundan con los de la comunidad”.

Finalmente, un último rasgo importante sería eléxito alcanzado al conformar una Gran Nación, claro estácon el esfuerzo y el sacrificio de muchos colonos quemurieron por la creación y la defensa de las leyesamericanas, ya que debido al optimismo religioso puritanoprotestante y confianza en la Providencia divina creían ycreen que:

“Todo era y es posible, que basta querer parahacer: el éxito seguirá ineluctablemente”. Y porúltimo, lo que caracteriza también la ideologíaamericana heredada de sus antepasados colonizadoreses la idea del “destino manifiesto” pues en el fondode su conciencia, existe la idea de que “Dios haescogido a Norteamérica para defender el Bien, elDerecho, la Verdad”; aquellos hombres que emigrarona América tienen conciencia de una misión que es“construir un mundo nuevo en donde el hombre estaráa salvo de la opresión y libre para siempre”.(Cfr.G. Deledalle, La filosofía de los Estados Unidos, P23.).

De otra parte a la filosofía pragmatista leantecedió, por así decirlo, el deísmo y el

trascendentalismo, los cuales perfilaron una nueva formade interpretación de la realidad, la cual no debía serobra solo de la teoría y/o la experimentación fría yvacía, sino también de las acciones cálidas y más humanasde la experiencia cotidiana de la divinidad que inspirabay motivaba a los colonos a la acción, al sacrificio y ala entrega de sí por ideales mucho más grandes basados enla fe en la providencia; estas formas de pensar dieronpaso a una filosofía que buscaba o buscará la “verdad”(o las verdades) en el “Uso” de dicha verdad y no soloen el deleite de la creencia o en la elaboración deteorías racionales sobre las cosas. Las personas queríanver el “actuar de Dios” y sus designios en la laborconstante de la creación de una nación libre, en laconstrucción de un pueblo que se redime con la ayuda deuna Voluntad profunda en las creencias de sus gentes queven en este “nuevo mundo” una intervención que superatodo obstáculo posible a sus habitantes.

El pragmatismo nace como una reacción a ambas situacionesy como una forma de mostrar que existe una interpretacióndiferente al concepto de “verdad”.

“El trascendentalismo, al igual que elpragmatismo, tiene inicialmente un carácter dereacción frente a diferentes tendencias de lacultura y el pensamiento americanos. Filosóficamentelos trascendentalistas eran idealistas, fueroninfluidos por algunos idealistas románticos comoSamuel T. Coleridge (1772-1834) y Friedrich W.Schelling (1775-1854), y por Inmmanuel Kant (1724-1804) y el Platonismo: suele incluirse también poresta razón a Henry James, Sr. entre lostrascendentalistas cuyo pensamiento se caracteriza

por una mezcla de platonismo y misticismoswedenborgiano. Al mismo tiempo, reaccionaron contrael racionalismo del siglo XVIII, alejándose de lareligión racionalista defendida por el deísmo, quehabía imperado en la historia filosófica de losEstados Unidos.

Asimismo se posicionaron frente almaterialismo. También rechazaron la filosofíaempirista a la que limitaban a una merainvestigación que nunca podría ser capaz de dar unaexplicación total del universo, que nunca podríallegar a la “verdad última”.

Despreciaron el historicismo, la mirada alpasado para explorar la tradición, no tenían ningúninterés por el pasado; defendían fervientemente elindividualismo, y siguiendo la línea de su despreciopor la tradición, querían liberar al individuo de suciega adhesión a las costumbres y del apego a todaclase de convencionalismo.” (Cfr. Izaskun MartínezMartín. William james y miguel de Unamuno:(2006),una nueva evaluación de la recepción del pensamientopragmatista en España, Pamplona, P 30 ss.).

En su última etapa de formación y maduración, lafilosofía norteamericana pasaría por un periodo muy unidoa la filosofía del idealismo Hegeliano fomentado por laescuela de Saint Louis fundada en 1866, en Missouri; enésta escuela se reunían intelectuales y pensadores talescomo Henry BrokMeyer (1826-1906) de procedencia Alemana,William T. Harris (1835-1909), importante pedagogo,filósofo y lexicógrafo, y Denton J. Snider (1841-1925),filósofo e importante interprete de Hegel; ambos

intelectuales Norteamericanos. (Cfr. D. RichardsonRobert. (2007) William James: in the maelstrom ofAmerican modernism: a biography Hegel in Cambridge.Chapter 32. Ed: Houghton Mifflin Company. P 211.)

Ellos fueron los que le dieron institucionalidad yorigen académico a esta escuela que propagaba lafilosofía idealista gracias a sus interpretaciones delpensamiento Hegeliano en estados Unidos. Harris yBrokMeyer, y otros más, comenzaron a reunirse en 1858 demodo personal en un pequeño grupo que llamaron el “ClubKant” para hablar de los escritos Hegelianos. Y en razónde este reducido grupo de intelectuales de la filosofíase formaría la posteriormente llamada “Escuela de SaintLouis”.

Este establecimiento filosófico y académico conservóun gran dinamismo desde que fue fundado y en 1867 se diopor primera vez la edición del primer magazín sobrefilosofía Norteamericana al que llamaron The Journal ofSpeculative Philosophy. (Diario o revista sobre filosofíaespeculativa). Su principal empeño fue difundir lospensamientos de la filosofía idealista Alemana de autorescomo Hegel, Schelling, Fichte, y otros muchos, tambiénfue fundada pensando en la publicación de artículospropios y de traducir obras importantes del pensamientoAlemán a la lengua inglesa. Además, también se centró enla publicación y difusión de los ensayos de sus miembros,dentro de sus ediciones aparecieron asimismo en larevista, artículos originales de Emerson, James Ward(1843-1925), William James, John Dewey, y Charles S.Peirce.

Es en este foco del desarrollo y promoción delidealismo alemán en Norteamérica que dio nacimiento a lafilosofía pragmatista, y fue en las conferencias de 1898en la Universidad de Berkeley bajo el título dePhilosophical Conceptions and Practical Results[Concepciones filosóficas y resultados prácticos]. (Estaconferencia fue publicada originalmente en University ofCalifornia Chronicle en septiembre de 1898 (Pp. 1-24) yestá recogida en las obras completas dadas por WilliamJames donde el termino pragmatismo se hizo popular yconocido, no obstante James aclaró que fue Charles Peircequien acuño este término a este modo de pensar a travésde estas palabras:

“Consideremos qué efectos, que puedan tenerconcebiblemente repercusiones prácticas, concebimosque tiene el objeto de nuestra concepción. Nuestraconcepción de estos efectos es pues el todo denuestra concepción del objeto”.(Cfr. William James,“Philosophical Conceptions and Practical Results”(1898), F. Burkhardt, F. Bowers e I. Skrupskelis(eds.), The Works of William James, Cambridge, MA,Harvard University Press, I, 1976, Pp. 255-270).

El pragmatismo es también una “forma de creencia”que, según el autor, pretende apaciguar las disputasmetafísicas tales como: ¿Es el mundo uno o múltiple?¿Libre o determinado? ¿Material o espiritual?

El método del pragmatismo intenta hacer un“interpretación” hallando en estas, sus implicacionesprácticas, y si no es posible darle este sentidopráctico, afirma James, “entonces las alternativassignifican prácticamente la misma cosa y toda disputa esvana. Cuando la discusión sea sería, debemos ser capaces

de mostrar la diferencia práctica que implica el quetenga razón una u otra parte. (cfr. El pragmatismo.(1907)).

Es de anotar que la idea de que las verdades y lascreencias deben tener una incidencia practica para lavida de toda persona, es una de las doctrinas másremarcadas en las obras de James; también cabe decir queson las consecuencias prácticas de una creencia o teoríala que le dan cierta validez e importancia para elindividuo o para la comunidad, quien en definitiva, es laque debe beneficiarse de dicho saber.

Para James el origen de esta filosofía delpragmatismo se remonta a la etimología griega de lapalabra pragma:

“Una ojeada a la historia de esta idea, lesmostrará aún mejor lo que significa el pragmatismo.El término se deriva de la palabra griega pragma,que quiere decir acción, de la que vienen nuestraspalabras práctica y práctico. Fue introducido en lafilosofía por Mr. Charles Peirce en 1878. En unartículo titulado: How to make our ideas clear, en PopularScience Monthly de enero de aquel año, Mr. Peirce,después de indicar que nuestras creencias sonrealmente reglas para la acción, dice que paradesarrollar el significado de un pensamientonecesitamos determinar qué conducta es adecuada paraproducirlo: tal conducta es para nosotros toda susignificación. Y el hecho tangible en la raíz detodas nuestras distinciones mentales, aunque muysutil, es que no existe ninguna de éstas que seaotra cosa que una posible diferencia de práctica.

Para lograr una perfecta claridad en nuestrospensamientos de un objeto, por consiguiente,necesitamos sólo considerar qué efectos concebibles

de orden práctico puede implicar el objeto; quésensaciones podemos esperar de él y qué reaccioneshabremos de preparar. Nuestra concepción de talesefectos, sean inmediatos o remotos, es, pues, paranosotros, todo nuestro concepto del objeto, si esque esta concepción tiene algún significadopositivo.

Y es por eso que me interesaron las opiniones deJames y del pragmatismo, en donde la idea de que lasverdades o creencias tienen validez de acuerdo a su usopráctico que, para mí, esta filosofía tiene toda sufuerza y utilidad, en lo cual concuerdo con James, ya quees muy meritorio suponer que las cosas y las ideas sonconstrucciones del ser humano para superar o cambiarproblemas que pueden hacer de nuestras vidas un vivirmejor, tanto para sí mismo, como para los demás. No es suficiente con que una idea sea buena para símisma, ha de ser también buena y útil para quien lapiensa y ha de ser también buena y útil para la comunidaden la cual ha surgido, de lo contrario, las ideas ocreencias serían lo mismo como si no existieran, esto es,¿de qué le sirve a una persona tener una buena obrillante idea si en la realidad esta carece de la fuerzasuficiente para dar nacimiento y forma a una solucióntangible o a algún problema en algún campo delconocimiento?

En mi opinión, tal como sucedía en muchasoportunidades con algunas ideas Platónicas y de otrostantos teóricos que solo buscaron en sus verdades ocreencias, la belleza, la armonía o el deleite delpensamiento por el pensamiento ( y no es que yo ponga endesmerito éstos quehaceres del pensamiento), ellas noofrecían un uso concreto a ciertos problemas de laspersonas del común, como si lo hicieron, en su momentolas ideas de muchos de los presocráticos y de Aristóteles

( y muchos otros filósofos que hoy llamamos científicos)y por lo cual, considero que este rechazara muchos de lospostulados platónicos en su momento, no obstante, yaunque muchas verdades y creencias son bellas e inclusivesublimes para el pensamiento, nunca alcanzaron tantarelevancia y trascendencia para la humanidad comoaquellas, que además de ser todo eso, fueron tambiénprácticas. James continúa diciéndonos:

Este es el principio de Peirce, el principiodel pragmatismo. Ha pasado completamente inadvertidodurante veinte años, hasta que yo, en unacomunicación ante la unión filosófica del profesorHowison en la Universidad de California, volví apresentarlo aplicándolo especialmente a la religión.Por aquellas fechas (1898), el tiempo estaba ya ensazón para recibirlo. La palabra pragmatismo seextendió, y actualmente llena las páginas de lasrevistas filosóficas. Se habla en todas partes delmovimiento pragmatista, unas veces con respeto, otrascon menosprecio, a veces con clara comprensión de susignificado.

Es evidente que el término se aplicaconvenientemente a un número de tendencias que hastaahora no habían hallado un nombre colectivo, y haentrado ya en uso.

Para comprender la importancia del principio dePeirce, hay que acostumbrarse a aplicarlo a casosconcretos. Hace algunos años supe que Ostwald, elilustre químico de Leipzig, había hecho un usoperfectamente claro del principio del pragmatismo ensus conferencias sobre filosofía de la ciencia,aunque no lo llamara por este nombre.

Todas las realidades influyen en nuestra práctica -meescribió-, constituyendo esta influencia su significado para

nosotros. Acostumbro a presentar en mis clases cuestiones en estaforma: ¿En qué aspectos variaría el mundo si fuera cierta estaalternativa o la otra? Si no puedo encontrar nada que llegue a serdiferente, entonces la alternativa no tiene sentido.”

Es decir, que las ideas contrarias significanprácticamente la misma cosa, y un significado que nosea práctico es, para nosotros, como si noexistiera.” (Cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907),P17).

El pragmatismo es una filosofía de las acciones y delas consecuencias de dichas acciones, es una filosofíaque le da carácter de “Verdad” (o veracidad) a los frutospositivos (posibles) de nuestro actuar y de nuestrascreencias constatables, no solo a través de métodos oexperimentaciones científicas, sino también, cuando estasson eficaces o significativas para nuestra vida y la delos demás.

Siguiendo la anterior sugerencia de James, ¿Cabe laposibilidad, pues, de que se analicen con los lentes delpragmatismo a tantas filosofías que solo son posiblesdesde la “idea” y que nunca podrán llevarse a la prácticao a la confrontación de su utilidad para un determinadoasunto, ya sea este propio de una realidad física omental, y que de alguna forma pueda, o no, transformar laconducta de un solo individuo o de una comunidad? Creoque esta cuestión sigue siendo hoy muy relevante eimportante y dejaría a muchas ideas y creencias sin unpiso firme donde sostenerse y en cambio, haría que otrasfueran tomadas muy en serio.

Luis Rodriguez Arnda nos dice en el prologo de “elsignificado de la verdad” (1909) de William James que:

"Las ideas verdaderas son las que podemos asimilar, validar,corroborar y verificar. Falsas las que no podemos"

Esto es debido a que la verdad de una idea, de un juicio, etc., no esuna propiedad estática de aquélla o de éstas. La verdad no "es" sino loque le "sucede" a una idea. La verdad del hecho mencionadoanteriormente se hace cierta por su verificación. Naturalmente, no esnecesario ni es posible recurrir a una comprobación experimental.Verificación significa, dice James, las consecuencias prácticas de unaidea y éstas son, a su vez, las que tenemos en la mente siempre quedecimos que nuestras ideas concuerdan con la realidad. Estasconsecuencias nos conducen a otras partes de la experiencia con lasque sentimos que están de acuerdo las ideas originales.

Tanto James como Dewey están de acuerdo en sostener que la pruebade la validez de la verdad radica en que realicen bien una función. Si lohacen con éxito, las ideas son válidas, verdaderas. Si en su actuaciónaumentan la confusión, la incertidumbre, entonces son falsas. (Cfr.JAMES, William. “El significado de la Verdad”(1909), P 14)

Estas experiencias no pueden ser menospreciadas ysubvaloradas por carecer de una posible constatacióncientífica, (tales como nuestras experiencias personaleso grupales sobre temas como la religiosidad, lascreencias socio-culturales y la superaciones de hechosque son imposibles de medir por las herramientascientíficas y/o racionales de la filosofía) y tampocopueden ser evaluadas como “verdaderas” dependiendo de lasola discusión infructuosa al tratar de enmarcarlas enconjeturas o en experimentos vacios que solo arrojencifras o teorías que al final carezcan de un contenidopráctico o que estén faltas de utilidad.

Así pues, en razón de lo anterior, para James lafilosofía pragmatista debe estar enmarcada en unsentido del USO PRÁCTICO de las ideas y creencias através, no solo del pensamiento, sino también, en lapuesta en común en lo cotidiano de la vida humana, y noen un solo sentido como si solo fuera un “adorno de larealidad de lo trascendente” de hechos que no nos tocan

en lo más mínimo con nuestra vida y con nuestra realidadsociocultural, política o de creencias; entendiendoestas, no como la búsqueda de una “Verdad trascendente” yajena a la vida practica, sino mejor como la consecuenciade lo que es posible lograrse a pesar de lo que unateoría pueda decirnos, para él:

“Toda la función de la filosofía debería consistir en hallar quédiferencias nos ocurrirían, en determinados instantes de nuestra vida,si fuera cierta esta o aquella fórmula acerca del mundo”… Elpragmatismo representa una actitud perfectamente familiar enfilosofía, la actitud empírica: pero la representa, a mi parecer, de unmodo más radical y en una forma menos objetable. El pragmatismovuelve su espalda de una vez para siempre a una gran cantidad dehábitos muy estimados por los filósofos profesionales. Se aleja deabstracciones e insuficiencias, de soluciones verbales, de malasrazones a priori, de principios inmutables, de sistemas cerrados ypretendidos absolutos y orígenes. Se vuelve hacia lo concreto yadecuado, hacia los hechos, hacia la acción y el poder. Esto significa elpredominio del temperamento empirista y el abandono de la actitudracionalista. Significa el aire libre y las posibilidades de la Naturalezacontra los dogmas, lo artificial y la pretensión de una finalidad en laverdad. Al mismo tiempo no representa ningún resultado especial. Esun método solamente. Pero el triunfo general de este métodosignificaría un cambio enorme en lo que yo llamé en mi anteriorconferencia el temperamento de la filosofía”.(Cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 18).

Y en cuanto a que el pragmatismo sea una forma decreencia y que sea producto de “viejas formas de pensar”,como lo he afirmado antes, el mismo James lo dice cuandoafirma que:

“No existe nada absolutamente nuevo en elmétodo pragmatista. Sócrates fue uno de sus adeptos.Aristóteles lo usó metódicamente. Locke, Berkeley yHume, con su ayuda, hicieron importantesaportaciones a la verdad. Shadworth-Hodgson insiste

en que las realidades son exclusivamente lo que soncomo conocidas. Pero estos adelantados delpragmatismo lo utilizaron fragmentariamente: nofueron más que sus precursores. No se hageneralizado hasta nuestro tiempo, haciéndoseconsciente de una misión universal y pretendiendoconquistar un destino. Creo en este destino y esperollegar a inspirarles a ustedes mi creencia”.(Cfr.JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 18).

En esta nueva forma de pensar, se combinan aspectosimportantes de las concepciones del mundo y de las formascomo éste es estudiado por las diferentes disciplinas yasean científicas, religiosas o filosóficas; en elpragmatismo se hace una especie de “Amalgama” de lasteorías, pues no se ve en estas un fin en sí mismo, sinomejor, una herramienta que puede ser usada y direccionadade acuerdo a un fin en común, para un bienestar general.

James escribirá:

“…las teorías llegan a ser instrumentos, norespuestas a enigmas, en las que podamos descansar…El pragmatismo suaviza todas las teorías, las haceflexibles y manejables. No constituyendo nadaesencialmente nuevo, armoniza con muchas antiguastendencias filosóficas. Está de acuerdo, porejemplo, con el nominalismo en su apelaciónconstante a los casos particulares; con elutilitarismo, en poner de relieve los aspectosprácticos; con el positivismo, en su desdén por lassoluciones verbales, las cuestiones inútiles y lasabstracciones metafísicas”. (Cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 19).

Por último, tomando otra fuente sobre el posibleorigen del pragmatismo en su escrito titulado “El estadode bienestar y la pobreza de Los Estados Unidos de

América”, el Ministro Sergio Leonardo de Ávila Ruiz nosdice a cerca de este origen:

“El pragmatismo encuentra su origen en dosfuentes principales: en la tradición de pensamientoestadunidense y en la filosofía kantiana. De laprimera abrevará a través del trascendentalismo deEmerson y de la segunda a través de la obra de KantCritica de la razón Práctica. Ambas fuentes seránreconocidas por los fundadores del pensamientopragmático entre los cuales ocupará un lugarprivilegiado William James.

Evidentemente también abrevará de manera más omenos evidente de las diversas tradiciones delpensamiento anglosajón, del empirismo inglés, sobretodo de la obra de John Locke, importado a tierrasamericanas por los colonos ingleses, así como latradición discursiva e intelectual de los pastoresprotestantes” ( Cfr. De Ávila Ruiz, S.( 2010). “Elestado de bienestar y la pobreza de Los EstadosUnidos de América”. Ed. Universidad NacionalAutónoma de México, tesis de doctorado. Pág 17.316p.).

En síntesis, para con lo que se ha dicho hastaahora, es posible afirmar que el pragmatismo se asemeja auna herramienta que sirve para separar lo útil de lo noútil; a un filtro que, al desprenderse en él lasdiferentes propuestas y teorías del conocimiento de larealidad humana y del mundo, tales como la política, laeconomía, la ciencia, las diferentes filosofías ycreencias de todas las culturas humanas, él solo dejarápasar las que sean fácilmente utilizables de acuerdo a suuso práctico y que no representen o presuman de ser el“único” medio para llegar a un fin “ultimo” de “verdad”(veracidad) o que éste alejado de las realidades ynecesidades del hombre común.

Esta nueva herramienta del pragmatismo, y digo nuevapor su poca difusión en los ambientes académicos yfilosóficos de nuestras instituciones educativas yuniversidades, podría encaminar de una forma mucho másenérgica y eficiente, algunos asuntos altamenterelevantes en lo tocante a algunas teorías políticas,económicas, filosóficas y religiosas que nos hanencasillado en pensamientos un tanto etéreos que por subelleza e idealización, nos han mantenido obnubilados ydistraídos pero que en definitiva, no han dado solucioneseficaces, efectivas y directas a las problemáticas delhambre, del desempleo y de la bien retrasada “educaciónpara la vida” y para el bienestar general de laspersonas, las cuales, siguen manteniendo una fe ciegaante las instituciones que les han mantenido en discursosalejados de una realidad tangible y que solo les hanprometido ideales inalcanzables.

Considero que, es importante enseñar a las nuevasgeneraciones, como nos lo dice James, el valor delpensamiento práctico, de las ideas que podríansolucionar, a si sea lentamente, los afanes del hambre yde la desigualdad social; pienso que es muy relevante quelas nuevas filosofías y pensamientos políticos,económicos y de la educación salgan de discursos “vacios”que nada aportan a la creación y a la transformación desujetos críticos y realistas de su cotidianidad y quesolo promueven el cumplimiento formal a la normatividadpero no a la utilidad de la misma en la formación depersona y en el aprovechamiento de los recursos públicos.

Por lo que es triste ver a tantos colegios, institutosy tantas universidades, (y entre ellas, la mía propia)sumidas en la burocratización de la educación, concuestiones vacías o carentes de un sentido práctico deformación, esto es, como si éstas, (la educación, o lasalud o la política, etc.) solo se tratasen del

ajustamiento a normas que promueven solo el que secumplan o no, directrices tales como si esta o aquellamateria es requisito o no de este o aquel componente, osi se han llenado “créditos estudiantiles” para obtenerun grado, o si es necesario pasar un test para que leatiendan o le den citas primero con un medico general ydespués un especialista, o si esta forma es correcta o sifalta una firma o no de un sujeto x para que sea legal lapetición de derechos fundamentales, etc; convirtiendo ala educación, la política, la economía y deburocratización, la salud y demás instancias legales, enun asunto de cifras económicas y no en la calidad deformación, transformación y cumplimiento de un sujetoútil a sí mismo y a la sociedad. Y lo mismo se podríadecir de muchos procederes, que están más pendientes dellenar formas y de su cumplimiento a cabalidad que delcontenido eficaz y eficiente de dichas convenciones.

Necesitamos sujetos que piensen en la utilidad de latransformación de sí mismos y de su entorno social y noen sujetos que presuman de títulos pero que esténcarentes de ideas prácticas en la aplicación de losmismos.

CAPÍTULO 2

EL METODO PRAGMATISTA Y EL CONCEPTO DE VERDAD EN RELACIÓNCON EL CONCEPTO DE CREENCIA EN WILLIAM JAMES.

Desde que la filosofía empezó hace ya más de XXIVsiglos uno de los problemas más relevantes de todos lostiempos ha sido el concepto de “Verdad” en elconocimiento humano y del contraste de esté concepto conel de las creencias, ya religiosas, ya morales ofilosóficas que también se disputan dicho puesto comoverdad. Así pues, ya sea desde lo religioso, lo ético-moral, dese la misma filosofía o desde la ciencia, esteproblema ha ocupado las mentes de cientos de personas entodas las culturas a nivel mundial, de igual forma, enlos planteamientos del pragmatismo de James, dichoproblema también ocupa un puesto importante en toda sufilosofía.

En mi modo de ver, la filosofía de James ha dado unaorientación muy particular al concepto de verdad como unaforma de creencia, de la cual comparto buena parte de la

misma; esto es, para mí y para mi investigación de lasobras de James, la idea de que las creencias (sean cualsean) son un punto de partida para el conocimiento humanoy para su desarrollo de acuerdo a su utilidad en lacomunidad en la cual se emplee, es una visión muy audazcuando se piensa que hemos estado discutiendo por largotiempo sobre si es conveniente o no que ciertas creenciasadquieran un rango tan elevado como el de verdad. La “verdad” o conocimiento que bien se puedeconsiderar “real” sobre las cosas que nos pasan a diario,es una forma de darnos seguridad en nuestras acciones ypensamientos, es la manera de orientarnos y de saber loque nos es propicio y lo que no lo es; la “verdad”, ocerteza sobre lo que creemos, sentimos y conocemos, nosaleja del caos y de la desesperación ante lo quedesconocemos, es una forma de tener control sobre lo quenos rodea y, principalmente, es uno de los aspectos másimportantes para la sobrevivencia individual y de laespecie.

Sobre ello James escribe en “El Significado de laverdad” que:

“Lo verdadero es lo opuesto a todo cuanto esinestable, decepcionante, inútil, mentiroso eilusorio, de todo cuanto es inconsistente ycontradictorio, indemostrable y falto de fundamento,de todo cuanto es artificial y excéntrico, irreal enel sentido de tener poca importancia práctica. Heaquí las razones pragmáticas de por qué nosinclinamos a la verdad; la verdad nos salva de unmundo así estructurado” JAMES, William. “Elsignificado de la Verdad” (1909), P 59).

Al igual que James, creo que la “verdad” (veracidaden general de las cosas que acontecen a diario) puede, dela misma manera que el ser humano, nacer en el seno de la

ignorancia, desarrollarse en la vida cotidiana de losseres humanos, crecer en la práctica constante ydesinteresada de la discusión tanto filosófica, política,científica como religiosa. Y he aquí un asunto importante en la anterior cita yes que la verdad ha de tener “Importancia práctica”; asíentonces, coincido al igual que James, en la idea de queuna verdad que no tiene una leve o tenue practicidad yasea para un individuo en particular o para una comunidad,no es un gran logro en sí para el desarrollo ni personalni social y ello ya es en sí, lo más inoficioso de labúsqueda de una herramienta que nos ayude a entendernos ya comprender el mundo y nuestra relación con los demás ycon la misma realidad, de la cual hacemos parte, ya paravivirla o ya para modificarla en lo material o en loideológico.

En esta nueva forma de entender la verdad como unaespecie de herramienta para el conocimiento y no como un“algo inamovible” que después de que se descubre, ya nose puede modificar, es mejor pensarla como si, la“verdad” de los hechos que podemos considerar comohistóricos, materiales, sociales, políticos, científicos,filosóficos e inclusive religiosos, rejuvenece y serobustece en la adultez y responsabilidad de las ideasque podemos compartir, mejorar o cambiar si no sonacordes a las necesidades emergentes o si no prestasen nila más mínima utilidad para nuestro bien y el de lacomunidad y por lo cual no sean útiles de alguna forma.

No obstante, la verdad no se petrifica, no seacomoda, no puede detenerse en una sola creencia y daresta como la única cierta, la verdad de muchas cosas y/oacontecimientos también puede morir y ser olvidada, opuede transformarse y resurgir apareciendo, en ocasiones,como algo muy diferente a lo que en antaño era. Esta esla nueva concepción que nos trae el pragmatismo de

William James y de la cual tomo parte desde mi punto devista, por su proyección y alcance en todos los posiblescampos de saber y que trataré de señalar y ampliar eneste capítulo.

La experiencia de la verdad que el pragmatista haconcebido como útil y práctica, y por lo tantosignificativa para la vida del hombre, está pensada en unsentido más elevado; esta debe ser entendida como laexperiencia de los logros más excelsos alcanzados por losseres humanos en la defensa y aceptación de un tipo deverdad concertada por un gran número de personas para elbien de todos, y de acuerdo a hechos que puedenconsiderarse como los logros más positivos del predominiode discursos estimados como verdaderos, en un momentohistóricamente determinado, y que favorecieron ofavorecen cambios positivos para la humanidad. No obstante, la experiencia de la verdad, también hade ser y entenderse como un alcance ideal de logrospersonales ya desde lo moral y ético como desde lomaterial y/o desde la experiencia de la resolución deproblemas cotidianos y que, aun así, para algunos puedaresultar triviales o insignificantes; James nos enseñaque la idea o ideal de verdad, ya desde la creencia,puede ser también una herramienta poderosa que puedeimpulsar a un hombre a desafiar problemas que, desde elpunto de vista científico, serían “imposibles” pero desdela experiencia particular son posibles; esto se puedehacer demostrable en “variedades de la experienciareligiosa” donde James muestra muchos casos en los cualesla “verdad” de que algo pudo ser superado aun cuando lasleyes de la lógica y de la razón lo daban por no posible,es prueba válida de su contenido de verdad, ya que al seresta utilizada como herramienta para sortear el problemafue válida ya como creencia y ya como verdad comprobadapara dicho fin práctico como en el caso del hombre quedebe saltar de un extremo de un precipicio al otro yaunque su lógica y su razón lo daban por imposible, solo

su creencia de que era posible lo impulsó a comprobarfísicamente que su “verdad en la creencia de que eraposible” le sirvió para hacerlo efectivamente.

Así pues, para el pragmatista, esta concertación dela verdad (o de las posibilidades de verdad) ha cambiadoel curso del acontecer humano de forma progresiva yauténtica, generando el mayor bienestar a los individuosy a la sociedad en general, y apartándola del dolor y elcaos, y por lo tanto, favoreciendo al mayor número deseres humanos en la lucha por la dignidad y la igualdadde los derechos políticos, económicos, religiosos y enpro del orden social.

De esta forma, la unión de las diferentesexperiencias de la humanidad, ha sido el resultado delcambio constante en una mutua modificación de loslenguajes que usamos para describir la naturaleza ynuestros sentimientos, de las leyes en nuestrassociedades, y por ende, de las ideas de verdad, lascuales han tenido parte desde el principio de lascivilizaciones que han dado lugar al dialogo y al debatede las viejas verdades y los nuevos y continuosdescubrimientos, favoreciendo el desarrollo de lo quetomamos como verdadero; James hace una muy hermosadescripción de ello al escribir.

“Las distinciones entre lo legal y lo ilegal enla conducta, o entre lo correcto y lo incorrecto enel lenguaje, se han desarrollado incidentalmenteentre las interacciones de las experiencias humanasen detalle; no de otro modo se han desarrollado lasdistinciones entre lo verdadero y lo falso en lascreencias. La verdad se injerta en otra verdadprevia, modificándola en el proceso, de la mismaforma que un idioma se injerta en otro previo y unaley en otra ley anterior. Dada una ley previa y uncaso nuevo, el juez elaborará con ambos elementos

una nueva ley. Dado un idioma previo, surge unanueva jerga, metáforas o rarezas que agradan algusto público, y muy pronto se forma un nuevoidioma. Frente a la verdad previa aparecerán nuevoshechos y entonces nuestro espíritu halla una nuevaverdad…Nuestros aciertos, desaciertos,prohibiciones, castigos, palabras, idiomas,creencias, son otras tantas nuevas creaciones que seañaden a sí mismas tan rápidamente como la historiaprosigue. Lejos de ser principios que anteceden yaniman el proceso, la ley, el lenguaje, la verdad,no son sino nombres abstractos de sus resultados.”.(Cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 85)

El equilibrio de todos los cambios del pensamiento através de la historia humana, siempre con la posibilidadde ser mejorada, cambiada o derogada por otros discursosde “verdad” conforme a nuestras creencias, es lo queJames denomina como “nueva verdad”. De esta manera todaslas clases de pensamientos filosóficos, metafísicos,políticos, científicos y demás, de los que se sirve laidea de transcendencia, se han originado históricamente,y se han ido ampliando y asentando o transformando concada nueva confirmación de su utilidad o no, para eldesarrollo de la sociedad.

Es en esta transformación constante, que lassociedades han creado mundo, historia, política, ciencia,filosofía y religión; aun así, algunas de estas“verdades” no han permanecido o prosperado hasta nuestrosdías, y una de las posibles razones de ello, es que lospensamientos y creencias, al igual que todas las cosas,no están del todo acabadas o finiquitadas, ellas, aligual que lo dijera Heráclito, están en un cambioconstante e incesante.

Con el paso del tiempo, muchas verdades soncambiadas por otras que resultan ser más útiles que las

anteriores, así estas nuevas verdades, carezcan de labelleza y del halo de misticismo de que gozaban las deantaño; son las necesidades y los nuevos problemas yretos, los que fuerzan a los hombres a modificar suspensamientos y creencias cuando estas carecen de lautilidad de la que participaban en tiempos anteriores.

Así, por ejemplo, en principio, como hoy lo sabemos, losmitos eran útiles para explicar la realidad y para alejarlos temores humanos, sin embargo y aunque algunos deellos son ciertamente, elegantes y bien elaborados,lentamente fueron perdiendo relevancia en ausencia de suuso práctico para dar respuestas eficaces a las nuevasproblemáticas que trajo consigo la civilización y latecnología en pos de un mayor bienestar personal, socialy de las nuevas relaciones socio-culturales, políticas,económicas y, por qué no, religiosas a las queenfrentaron y desplegaron el comercio y la políticaprimitiva entre los pueblos.

James escribirá sobre el uso del concepto de verdadque:

“En el reino de los procesos de la verdad, loshechos se dan independientemente y determinanprovisionalmente a nuestras creencias. Pero estascreencias nos hacen actuar y, tan pronto como lohacen, descubren u originan nuevos hechos que,consíguientemente, vuelven a determinar lascreencias. Así, todo el ovillo de la verdad, amedida que se desenrolla, es el producto de unadoble influencia. Las verdades emergen de loshechos, pero vuelven a sumirse en ellos de nuevo ylos aumentan: esos hechos, otra vez, crean o revelanuna nueva verdad (la palabra es indiferente) y asíindefinidamente. Los hechos mismos, mientras tanto, no sonverdaderos. Son, simplemente. La verdad es la

función de las creencias que comienzan y acabanentre ellos” (Cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P80)

Aunque es importante anotar que tal vez la idea deverdad pragmática puede tener un origen en la filosofíade Protágoras al este afirmar que:

“Homo omnium rerum mensura est («El hombre es lamedida de todas las cosas»), que traduce al latín lasentencia original en griego. Esta última, segúnDiógenes Laercio, habría sido la siguiente: πάντωνχρημάτων μέτρον ἔστὶν ἄνθρωπος, τῶν δὲ μὲν οντῶν ὡςἔστιν, τῶν δὲ οὐκ ὄντων ὠς οὐκ ἔστιν) “El hombre esla medida de todas las cosas, de las que son encuanto que son y de las que no son en cuanto que noson”. (Cfr. Diógenes Laercio L IX, 51. DiógenesLaercio (1999). Vidas de los más ilustres filósofosgriegos, traducción, prólogo y notas de José Ortiz ySainz, Barcelona: Ediciones Folio, S.A.. ISBN 978-84-413-1825-0. )

La frase figuraba, según refiere Sexto Empírico, enla obra perdida de Protágoras Los discursos demoledores, y hallegado hasta nosotros a través de la transcripción devarios autores antiguos. Aparte de Diógenes Laercio, escitado por Platón, Aristóteles, Sexto Empírico y Hermias.

Sin embargo, también es interesante saber que es elmismo James quien afirma que fue Charles Sanders Peircequien con su escrito “How to Make Our Ideas Clear” en1878, dio comienzo a este movimiento cuya idea es que:

“la prueba de la verdad de una teoría reposaen el examen de sus consecuencias” (Cfr. Peirci,C.S. (1878), How to make Our ideas clear.)

Y en sus escritos posteriores Pearce dice que:

“Consideremos qué efectos, que pudieran tenerconcebiblemente conexiones prácticas (practical bearings),concebimos que tenga el objeto de nuestra concepción. Entonces,nuestra concepción de esos efectos es toda nuestra concepción delobjeto”. (Cfr. Peirce, CH.S.( 1931 – 1935), CollectedPapers. (ed. Hartshorne y Weiss), Cambridge (Mass.).Vol. V, P. 402. )

Esta idea fue desarrollada durante las reunionesque realizaban tanto Peirce como James durante más de unadécada en el “Metaphysical cub” (el club de losMetafísicos) reunidos ya fuera en Boston o en Cambridge(Massachusetts); sin embargo, muy pronto las ideas deJames y Peirce los llevarían a distanciarse de lo quepara uno u otro era el pragmatismo, a tal punto quedespués de un tiempo, Peirce llamaría a su filosofía“Pragmaticismo”, mientras que James conservaría su nombreoriginal de “Pragmatismo”.

En este corto apartado, me centraré en las ideas, deuna manera no demasiado minuciosa, de la filosofía deJames, ya que es en este sentido que quiero enmarcar laidea de “verdad Pragmatica” que nos ofrece este autor.

James propone una idea de método “pragmático” en elcual la “verdad del mismo” está enfocada en sus efectosmás que en sus posibles descripciones teóricas, adiferencia de los pensamientos de Peirce que solo queríaaplicar la verdad a los “Efectos” de los objetos comomedida de su “verdad”, James va un poco más adelante alafirmar que no son solo los efectos los que logranacercarnos a la “verdad” del “objeto”, sino que tambiénestá presente en las creencias que tengamos de losmismos.

Mariano L Rodríguez en su ensayo “Conocimiento yverdad en el pragmatismo de William James”, nos dice que:

“Por su parte, William James entendió elprincipio como la generalización condensadora detodos los procedimientos analíticos concretosempleados por la tradición empirista clásica,inglesa y escocesa. Todo el sentido del pensamientohumano estriba en la obtención de la creencia(Beliefl), porque sólo con este pensamiento enestado de reposo podemos actuar firmes ydecididamente en el mundo. Las creencias son reglasde acción, y el pensamiento tiene como única misiónproducir en nosotros hábitos de conducta. De maneraque, si una parte de un pensamiento determinado noimplica diferencias en las consecuencias prácticasdel pensamiento en su conjunto, podemos afirmar quetal parte no está incluida en absoluto en elsignificado del pensamiento. Y ¿Qué significa undeterminado pensamiento? La única manera decontestar esta pregunta es determinar qué tipo deconducta estaría inclinado a producir en el caso deser verdadero, porque una diferencia intelectualsería un mero espejismo si no consistiera en unaposible diferencia” (Cfr. Rodríguez, M.L. (1990),Conocimiento y verdad en el pragmatismo de WilliamJames, Revista Enrahonar N 16. 1990. P 89 – 104.).

Para James, las teorías no son solo la constatacióndel conocimiento en los seres humanos, también las cosasy creencias pueden ser verdaderas cuando, más allá de lasteorías, las evidencias pueden demostrarnos la validez denuestras acciones frente a lo que pensamos o creíamosconocer; James tomará muchos ejemplos en obras como“Variedades de la experiencia religiosa” (1902), “Lasenergías de los hombres” (1908), “Pragmatismo” (1907) y“Razón y verdad” (1906); en estas obras el autorexplicará que existe una idea de verdad en elconocimiento que va más lejos que solo las teorías sobrelas cosas, que las respuestas a los hechos o a laspreguntas no están envueltas en las teorías, frías y

muchas veces solo pensadas desde una razón “naturalista”,sino que también están enmarcadas en las vivencias“cálidas” que los seres humanos podemos encontrar adiario en nuestras vidas”; James escribirá en“Pragmatismo”:

“De este modo, las teorías llegan a serinstrumentos, no respuestas a enigmas, en las quepodamos descansar. No nos tumbamos a la bartola enellas, nos movemos hacia adelante y, en ocasiones,con su ayuda, replanteamos la Naturaleza. Elpragmatismo suaviza todas las teorías, las haceflexibles y manejables. No constituyendo nadaesencialmente nuevo, armoniza con muchas antiguastendencias filosóficas. Está de acuerdo, porejemplo, con el nominalismo en su apelaciónconstante a los casos particulares; con elutilitarismo, en poner de relieve los aspectosprácticos; con el positivismo, en su desdén por lassoluciones verbales, las cuestiones inútiles y lasabstracciones metafísicas. Todas éstas, como vemos,son tendencias anti-intelectualistas. El pragmatismoestá perfectamente armado contra el racionalismocomo pretensión y método.

Pero, al principio, no implica resultadosparticulares. No tiene dogmas ni doctrinas, exceptosu método. Como ha dicho muy bien el jovenpragmatista italiano Papini, se encuentra en mediode nuestras teorías como el corredor de un hotel.Innumerables puertas se abren ante él. Tras una, seencuentra un hombre escribiendo un libro ateo; en lasiguiente, otro, de rodillas, pide fe y fortaleza;en la tercera, un químico investiga las propiedadesde un cuerpo. En la cuarta, se elabora un sistema demetafísica idealista; en la quinta se demuestra laimposibilidad de la metafísica. Pero el corredor escomún a todos y todos deben pasar por él, si desean

seguir un camino practicable para entrar o salir desus habitaciones respectivas.

No supone resultados particulares, sinosolamente una actitud de orientación, que es lo quesignifica el método pragmatista. La actitud deapartarse de las primeras cosas, principios,categorías, supuestas necesidades, y de mirar hacialas cosas últimas, frutos, consecuencias, hechos. ¡Ypunto final respecto del método pragmatista! Podríadecirse que lo he estado alabando más queexplicando; pero se lo explicaré a ustedes ahorasuficientemente, mostrándoles su modo de actuar enalgunos problemas que nos son familiares. La palabrapragmatismo se ha usado también en un sentido másamplio, como una teoría de la verdad. Pienso dedicara esta teoría una conferencia completa, después depreparar primero el camino, de manera que seré breveahora. Pero, como la brevedad es muy difícil, lesruego una mayor atención durante un cuarto de horamás. Si algo queda oscuro, espero poder aclararlo enlas próximas conferencias”.(Cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 20)

Para James es importante diferenciar la idea de“verdad científica y metodológica” de la idea de “verdadenmarcada en los hechos prácticos de la misma”; y de cómoestos pueden transformar, el entorno de las personas quese ven envueltas en ellos, por eso es muy importante paraél identificar las consecuencias de cualquier teoría parapoder desenmascarar la verdad práctica de los hechos dela solo conceptualización verbal de las teorías, que a supensar, serian solo “juegos de palabras en los cuales novale perder el tiempo” por lo que:

“El método pragmático en tales casos trata de interpretar cadanoción, trazando sus respectivas consecuencias prácticas; esto es,¿Qué diferencia de orden práctico supondría para cualquiera que

fuera cierta tal noción en vez de su contraria? Si no puede trazarsecualquier diferencia práctica, entonces las alternativas significanprácticamente la misma cosa y toda disputa es vana. Cuando ladiscusión sea seria, debemos ser capaces de mostrar la diferenciapráctica que implica el que tenga razón una u otra parte”; o enotros casos si son “esquemas insuficientes” (Cfr.JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 18)

Y, por lo tanto, si estas no nos sirven para la“vida”, no tiene sentido defender una teoría que no tienealcances reales y vivenciales.

Los seres humanos nos movemos y vivimos en un mundoque nos plantea muchos problemas para la convivencia yacon nosotros, ya con los demás, ya con la naturalezamisma; siendo que esta experiencia nos es común a todos,la búsqueda de soluciones a todos y cada uno de losavatares humanos hace que la búsqueda de la verdad tengaun fin de utilidad, que responda de forma eficaz y lo máseficientemente posible a los problemas. La verdad nosdebe brindar una salida, nos debe ofrecer otra forma deentender y de afrontar las vicisitudes de las cuales lavida está llena y por la cual buscamos soluciones querespondan a las problemáticas que día tras día y en cadauna de las épocas de la historia humana, hemos tenido queluchar y superar, ya en nuestras creencias o ya en nuevasformas de pensar, dichas soluciones prácticas, esto es,pragmáticas.

En este sentido, el “pragmatismo” es más que unaelaboración filosófica o teórica de la verdad, puesto queno solo desea crear o modificar “viejas formas depensar”, sino que, se reelabora y se enriquece de acuerdoa nuestras vivencias personales de la realidad, y de lasexperiencias cotidianas de lo que podríamos llamar“verdades o creencias útiles” de lo que vivimos día trasdía, ya sea en la relación con nosotros mismos, en el

trabajo, en el estudio o en la vida en común con losdemás.

James en “El significado de la verdad” de 1909,escribe respecto de lo anterior:

"Admitida como cierta una idea o creencia —dice—, ¿qué diferencia concreta se deducirá de ello parala vida real de un individuo? ¿Cómo se realizará laverdad? ¿Qué experiencias serán diversas de las quese obtendrían si la creencia fuera falsa? Enresumen, ¿cuál es, en términos de experiencia, elvalor efectivo de la verdad?"… ideas verdaderas son las quepodemos asimilar, hacer válidas, corroborar y verificar; ideas falsasson las que no. Ésta es la diferencia práctica quesupone para nosotros tener ideas verdaderas; éste es,por lo tanto, el significado de la verdad, pues elloes todo lo que es conocido como verdad. (Cfr. JAMES,William. “El significado de la Verdad” (1909), P 16)

El pragmatismo afirma que es necesario “dudar” delo que los demás, o nosotros mismos, pudiéramos (opudiesen) decir o teorizar sobre lo que es la “verdad” delas cosas o experiencias personales o culturales, y nosinvita a pensar en la utilidad de la ciencia, o denuestras creencias, o de la política, o de la filosofía;en definitiva, de cada aspecto que nos sea importante anuestra vida.

Ya sea desde una teoría científica, por muycomprobada que esta esté desde lo teórico, o de una nuevafilosofía, o, inclusive, de una supuesta “Fe” tan levadaque se encuentre alejada del dolor y sufrimiento humano,en la cual, el consuelo y la dicha han de estar en un“más allá” separado de la vida en nuestro presente, aunasí hay que pensar y dudar de la utilidad práctica deesta o aquella teoría o creencia; James nos dice queestas ideas deben ser analizadas y confrontadas para

comprobar su verdad práctica y su utilidad para resolverlos problemas cotidianos, o comprobar que, por elcontrario, no se trata más que de una elaboración vacía,alejada de la experiencia humana concreta; en laspalabras del autor, él nos señala que:

“Lo que estas personas experimentan es larealidad. Ella nos muestra una fase absoluta delUniverso. Es la experiencia personal de los mejorescalificados en nuestro círculo de conocimiento paratener experiencia, para decirnos lo que es. Ahorabien: ¿qué viene a ser el pensar sobre laexperiencia de estas personas comparado con elsentimiento directo y personal que ellas sienten?Los filósofos operan con sombras, mientras que losque viven y sienten conocen la verdad. Y el espíritude la humanidad -no el de los filósofos ni el de laclase propietaria, sino el de la gran masa dehombres que piensan y sienten en silencio- estállegando a esta conclusión…Sorprende realmenteadvertir cuántas discusiones filosóficas perderíansu significación si las sometieran a esta sencillaprueba de señalar una consecuencia concreta. Nopuede haber aquí una diferencia que no repercuta enotra parte: no puede existir diferencia en unaverdad abstracta que no tenga su expresión en unhecho concreto y en la conducta consiguiente sobreel hecho, impuesta sobre alguien, de algún modo, enalguna parte y en algún tiempo. Toda la función dela filosofía debería consistir en hallar quédiferencias nos ocurrirían, en determinadosinstantes de nuestra vida, si fuera cierta esta oaquella fórmula acerca del mundo”. (Cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 11)

En la filosofía de James, todo postulado quepretenda demostrar una “verdad práctica” sobre algúnhecho o creencia para la vida humana tiene cabida, así se

hable de empirismo, racionalismo o religión, el cual es,y será, el aspecto más interesante de la idea de verdadcomo experiencia de creencia práctica en la vida delhombre, james escribe:

“La filosofía pragmatista, de la que me ocuparé en mi próximaconferencia, guarda también buena relación con los hechos; aunque,a diferencia de la filosofía de Spencer, no empieza ni acaba dejandofuera las construcciones religiosas positivas, sino que las tratacordialmente”. (Cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P15)

La verdad del pragmatismo es una confrontaciónconstante entre lo que creíamos que era verdad y lo quepodemos constatar de esa creencia; es una lucha continuaentre creencia y vivencia, entre teoría y práctica. Enesta confrontación nuestro “Punto de vista” puede cambiaro reafirmarse, sin embargo no es de suponer que seestablecerán Nuevas verdades inamovibles, sino que sedefenderán, hasta donde sea posible y de acuerdo a suutilidad práctica, lo que se considere verdad y lo quesea útil de dicha verdad a través de una Generalizaciónde opiniones; de este modo, según james este procesosería el siguiente.

“El individuo posee ya una provisión de viejasopiniones pero se encuentra con una nuevaexperiencia que las pone a prueba. Alguien lascontradice, o, en un momento de reflexión, descubreque se contradicen las unas a las otras; o sabe dehechos con los que son incompatibles; o se suscitanen él deseos que ellas no pueden satisfacer. Elresultado es una íntima molestia, a la que su menteha sido extraña hasta entonces y de la que intentaescapar modificando sus previas masas de opiniones.Salvará de ellas cuantas pueda, pues en cuestionesde creencias somos todos extremadamenteconservadores. Tratará de cambiar primero esta

opinión, luego aquélla (pues se resistirán éstas alos cambios en grado muy diverso), hasta quefinalmente surja alguna nueva idea que él puedainjertar en su vieja provisión con un mínimo detrastorno para ésta: una idea que sirva deintermediaria entre la provisión y la nuevaexperiencia, ajustándolas de modo feliz y expedito.

La nueva idea será adaptada como verdadera.Preservará la vieja provisión de verdades con unmínimo de modificación, ensanchándolas lo suficientepara hacer admitir la nueva, pero concibiendo éstatan familiarmente como el caso lo permita. Unaexplicación outré que viole todas nuestraspreconcepciones, nunca pasaría por verdaderaconcepción de una novedad. Debemos ahondarafanosamente hasta que hallemos algo menosexcéntrico. Las más violentas revoluciones en lascreencias de un individuo dejan en pie la mayorparte del antiguo orden. Tiempo y espacio, causa y efecto, naturaleza ehistoria y la propia biografía individual,permanecen intactos. Una nueva verdad es siempre unaespecie de guión, un suavizador de transiciones.

La antigua opinión concordará con el nuevohecho a condición de mostrar un mínimo de conmoción,un máximo de continuidad.

Consideramos que una teoría es verdadera enproporción a su éxito para resolver este problema demáxima y mínima. Pero el éxito en resolver esteproblema es, ante todo, cuestión de aproximación. Ydécimos que tal teoría lo resuelve, en conjunto, mássatisfactoriamente que tal otra, pero éste hacereferencia a nosotros mismos y cada individuosubrayará diversamente sus preferencias. Hasta

cierto punto, por lo tanto, todo es aquí plástico.(Cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 22)

En la filosofía de James, tanto las observaciones,las creencias y vivencias subjetivas como las objetivas,pueden alcanzar una validez de verdad siempre y cuandosean comprobables desde lo práctico en, o para, un grupode personas o posibles sociedades; esto es, nonecesariamente es verdad un postulado teórico sinotambién un postulado práctico que pueda servir a unacomunidad a evitar el mal y beneficiarse de un biencomún; para él, algunas verdades pueden ser“petrificadas” por su antigüedad, otras verdades lo sonen razón de su “mediación” cuando actúan con éxito en loque se proponen demostrar; y en una tercera instancia,algunas verdades, no se deberían discriminar por procederde una idea subjetiva en contra de una objetiva, ya queambas son importantes en la medida de su uso práctico.

Acá nos hallamos en una forma muy particular, diríayo, de entender el sentido y la búsqueda de una verdad (ode la verdad) y es que esta ha de responder a losintereses instrumentales en la solución de problemas quenecesitan ser resueltos. La verdad no es un objeto, laverdad es una herramienta que nos ayuda a corregirerrores sistemáticos en la manera de pensar y de procederde las personas; la verdad es como una lupa que nos debeampliar los horizontes de posibilidad que debemos emplearcon el fin de menguar, cambiar o modificar asuntosincómodos, ineficaces o que son insuficientes para darbienestar a nuestros problemas por muy insignificantesque estos resulten a los demás o por muy grandes einsospechados que le sean a una comunidad.

Es por esto que, James dice sobre el pragmatismo:

“El pragmatismo sería, pues, en primer lugar,un método, y, en segundo, una teoría genética de lo

que se entiende por verdad” (Cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 24).

Es un método porque no espera conformar creencias dela “verdad”, y teoría genética por que tratará de mostraren donde y como puede generarse una idea de verdad ycuando esta puede ser aplicable como tal y cuando no; ohaciendo una paráfrasis de Protágoras, “de las verdades queson en cuanto que son y de las verdades que no son en cuanto que no son”.

De este modo, en la filosofía de James, la verdad estambién una defensa de la creencia, ya sea personal ocolectiva, que a diferencia de la idea común de verdad,no tiene incidencia directa, necesariamente, con laelaboración de teorías científicas racionalistascomplejas y sin un uso común y concreto; sin embargo, élno desconoce la importancia de la ciencia y la teoría,solo que en su filosofía, amplía más, los horizontes delconcepto de verdad (o de verdades), aun rango mayor;James hace un paralelo entre la teoría y la practica enlo que se refiere a la verdad cuando afirma en unacomparación entre el pragmatismo y el racionalismo que:

“El pragmatismo quiere hechos; el racionalismo,abstracciones. El pragmatista habla de las verdadesen plural, sobre su utilidad y suficiencia, deléxito de su actuación, etcétera; todo lo cual, a lamente típicamente intelectualista, le parece unagrosera clase de verdad, coja y de segunda mano:estas verdades no son realmente tales; sustestimonios son meramente subjetivos. Frente aellas, la verdad objetiva debe ser algo noutilitario, altivo, refinado, remoto, augusto,exaltado.Debe existir una absoluta correspondencia entrenuestros pensamientos y una realidad igualmenteabsoluta. Sería lo que habremos de pensarincondicionalmente. Los modos condicionados por los

que pensamos son irrelevantes, y materia para lapsicología. ¡Abajo con la psicología y arriba con lalógica en toda esta cuestión!

¡Qué exquisito contraste de tipos mentales! Elpragmatista pende de los hechos y de lo concreto,observa la verdad tal como se da en los casosparticulares, y generaliza. La verdad, para él, seconvierte en un nombre para clasificar todas lasclases de valores definidos que actúan en laexperiencia. Para el racionalista permanece como unapura abstracción cuyo nombre debe bastarnos. Cuandoel pragmatista se propone probar detalladamente porqué debe bastarnos, el racionalista es incapaz dereconocer los términos concretos de que deduce supropia abstracción. El nos acusa de negar la verdad, mientras quesólo hemos tratado de expresar exactamente por quélas personas la siguen y deben siempre seguirla. Elultraabstraccionista típico se estremece ante lasrosas concretas, prefiere lo pálido y espectral. Sise le diera a elegir entre los dos universos,escogería siempre el esquema esquelético en lugardel rico árbol de la vida, pensando que es más puro,limpio y noble.” (Cfr. JAMES, J. Pragmatismo.(1907), P 25) .

La forma como James aplicó su idea de “verdad” alconcepto religioso de acuerdo al pragmatismo, fuebastante sutil para con las ideas filosóficas en sumomento, tanto de la escolástica, proveniente delCatolicismo, como con las alemanas del protestantismo yde la filosofía Hegeliana del concepto del “Absoluto”; yaque, como lo he mencionado en el anterior capítulo, élprovenía de una tradición protestante fuerte deInglaterra que, por amor a la libertad de las creenciaspolíticas y religiosas reformistas, habían decididoemigrar a una nueva tierra, a América, que les permitiría

a sus antecesores, hablar sin miedo de sus concepciones,ya fuesen religiosas, filosóficas o de sus pensamientospolíticos. Con este bagaje cultural, filosófico ypolítico, James, con un grupo reducido de amigos yfilósofos, formaría el “Club de los Metafísicos”; estesería un grupo ideológico con apertura a las nuevasideas de su época, que les permitiría difundir lospensamientos del idealismo alemán; sin embargo, desde lacreación del pragmatismo, James haría una muy interesantecrítica.

James quiso señalar que el pragmatismo era mucho másafable para con la religión de su época que las antiguasy establecidas formas filosóficas de pensar; por ello,hizo una crítica un tanto fuerte y a la vez sutil a lafilosofía racionalista que elevaba el concepto de Dios demanera muy abstracta desde la escolástica de Agustín deHipona hasta Tomás de Aquino, y que con el auge delracionalismo, lo trasforma a un panteísmo, si se quiere,desde los pensamientos de Espinosa, o del Absoluto en elidealismo hegeliano, el cual carecía de la calidez de lohumano en ella. Hecho por el cual dejaba a los sereshumanos que creían en esta especie de Religiónfilosófica”, a la merced de un Absoluto vacio y que noofrecería más consuelo que una vaguedad en su mismaconcepción, por cierto muy alejada de las personashumildes y no versadas en la filosofía y que esperaríanuna salvación un tanto más sencilla que la simplecontemplación de un concepto tan abstracto y vacio.

Así pues, James, para enmarcar su idea de que elpragmatismo podía perfectamente establecer una relacióndirecta y seria con las creencias religiosas de la feprotestante de su época, ( en especial con la fe Cátara ypuritana que se vivía en América desde sus inicios),estableció que estas creencias de la gente sencilla,eran también verdades que se podían apreciar desde lacotidianidad y que tenían un sentido práctico de unidad y

convivencia entre las personas que, al seguirlas,esperaban encontrar consuelo y regocijo desde susquehaceres humildes, desde su laboriosidad y desde suscreencias sencillas; factores estos muy importantes en lacreación de la cultura y política Americana; élescribirá:.

El pragmatismo puede ser un feliz armonizadorde los modos de pensar empíricos con las másreligiosas exigencias de los seres humanos.

Los hombres que aman los hechos portemperamento, como recordarán que ya he dicho, sonmirados con recelo por la filosofía idealista enmoda, debido a la escasa simpatía que ésta profesa alos hechos. El anticuado teísmo era ya bastantecalamitoso con su noción de Dios como un monarcaelevado, formado por una porción de atributosininteligibles y absurdos, pero en tanto se atenía ala prueba de la causa final conservaba el contactocon realidades concretas. No obstante, desde que eldarwinismo desalojó de una vez para siempre de lamente de los hombres de ciencia la idea de una causafinal, el teísmo ha vacilado, ha sido reemplazado ennuestra imaginación por una especie de deidadinmanente o panteísta que obra en las cosas más quesobre ellas. Los aspirantes a una religiónfilosófica, vuélvense hoy, por lo general, masesperanzadamente hacia el panteísmo idealista quehacia el antiguo teísmo dualista, a despecho de queel último cuenta aún con hábiles defensores.

Pero, como ya he dicho en mi primeraconferencia, la etiqueta del panteísmo será dedifícil asimilación para quienes son amantes de loshechos, o piensan empíricamente. Es la etiquetaabsolutista, que menosprecia el polvo y se basa enla lógica pura. No guarda conexión con lo concreto.

Afirmando que el Espíritu Absoluto, que es susustituto de Dios, es la presuposición racional detodos los hechos particulares, cualesquiera quesean, permanece olímpicamente indiferente a lo queéstos son en nuestro mundo. Pero sean lo que sean,el Absoluto los prohijará. Como en la fábula delleón enfermo, de Esopo, todas las huellas llevan asu caverna, pero nulla vestigio retrorsum. No se puedevolver a descender en el mundo de lo particular conla ayuda de lo Absoluto, o deducir de la idea de sunaturaleza consecuencia alguna de detalle importantepara la vida. Proporciona indudablemente laseguridad de que todo está bien con Él y para sueterno modo de pensar; pero luego, respecto de lasalvación, nos deja abandonados a nuestros propiosrecursos temporales.

Lejos de mí negar la majestad de estaconcepción o su capacidad para inspirar consueloreligioso a una respetable clase de espíritus. Perodesde el punto de vista humano, nadie puedepretender que no adolece de vaguedad y abstracción.Es, sobre todo, un producto de lo que me heaventurado a llamar el temperamento racionalista. Desdeñalas necesidades del empirismo. Sustituye por unpálido esquema la riqueza del mundo de lo real. Esarrogante, es noble en mal sentido, en el sentido enque ser noble es ser inepto para servicios humildes.Soy de opinión que, cuando en este bajo mundo unpunto de vista sobre algo es noble, deberíaconsiderarse como una presunción contra su verdad,como una descalificación filosófica. El príncipe delas tinieblas puede ser un caballero, se nos dice,pero sea cual fuere el Dios de la tierra y de loscielos, no puede ser seguramente un caballero. Y elcaso es que sus bajos servicios son necesarios anuestras vidas terrenas mucho más que su dignidad enel empíreo.

Ahora bien; el pragmatismo, aunque dedicado alos hechos, carece de una base tan materialista comoel empirismo común. Además, nada tiene que objetar ala realización de las abstracciones, en tanto nosdesenvolvamos con su ayuda entre hechos particularesy nos conduzcan a alguna parte. Interesadoexclusivamente en aquellas conclusiones en quelaboran conjuntamente nuestros espíritus y nuestrasexperiencias, no tiene prejuicios a priori contra lateología. Si las ideas teológicas prueban poseervalor para la vida, serán verdaderas para elpragmatismo en la medida en que lo consigan. Suverdad dependerá enteramente de sus relaciones conlas otras verdades que también han de ser conocidas.(Cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 26)

Sin embargo, y en razón de que una idea es verdadcuando es práctica para algo, James es consciente que suscríticas son un poco contrarias con su Filosofía y porello reafirma el criterio de utilidad en lo que serefiere al concepto Filosófico de lo “absoluto” en lamescla filosófico-religiosa de dicho asunto; él escribiráque:

“Comprendo bien la extrañeza que debe producir a algunosoírme decir que una idea es verdadera en tanto que creerla esbeneficioso para nuestras vidas. Admitiréis de buen grado que esbuena porque es útil. Si lo que hacemos con su ayuda es bueno,admitiréis también la bondad intrínseca de la idea misma, por cuantoseremos mejores por poseerla…”

Y es acá en donde james nos dice cual es su idea, enla filosofía pragmatista claro está, de “verdad” y deesta, con el concepto de creencia.

“LA VERDAD ES EL NOMBRE DE CUANTO EN SÍ MISMODEMUESTRA SER BUENO COMO CREENCIA Y BUENO TAMBIÉN

POR RAZONES EVIDENTES Y DEFINIDAS”. (Cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), Pag 27.)

Así pues La verdad significa, en primer instancia,la adecuación a la realidad practica y en segundainstancia, la respuesta a algún tipo de enigma ideal ofilosófico; en esto James está de acuerdo con latradición que califica de “intelectualista”, esto es, aque las verdades o ideas de verdad que son útiles paracalmar alguna inquietud filosofía pueden ser también untipo de verdad, mas, al no aplicarse a solucionar unhecho concreto de algún modo son considerablemente menosútiles. Pero a lo que decididamente se opone es aentender esta adecuación como una relación estática oinerte. La verdad acontece a una idea. La idea llega aser cierta, se hace cierta por los acontecimientos. Laverdad es un proceso, un suceso. Esta es la explicaciónexacta de la afirmación pragmatista de que la verdad deuna idea es su verificación, el proceso concreto de suvalidación.

Así, entonces, la verdad debe tener una incidenciacon la realidad de los sujetos y de la sociedad que latrata de buscar y de utilizar en cuestiones reales y nosolo intelectuales; no buscamos una verdad que se recreeen sí misma y para sí misma, por muy elegante que estasea, como es el concepto de “Espíritu Absoluto”;ciertamente este tipo de verdad lo es en cuanto quesatisface una necesidad del entendimiento humano portratar de vislumbrar una salida ideal a un asuntometafísico de lo que el ser puede ser, no obstante, yreconociendo la elegancia y/o belleza de la misma, estano soluciona emergencias más primarias y vitales dequienes buscan aplacar o dar explicación al dolor, alhambre, a la guerra o a la discordia entre los hombres oal sin sentido que la vida pueda resultar a una personaen particular, por lo que esta verdad tendrá cabida en elpragmatismo, pero no como un todo acabado sino como una

posibilidad de encontrarle mas adelante un sentidopráctico o de ser modificada para un uso posterior máseficiente que la mera contemplación pasiva e infecundo dela misma.

James dirá que esta es su tesis central de verdad:

“La verdad es el nombre de cuanto en sí mismodemuestra ser bueno como creencia y bueno tambiénpor razones evidentes y definidas…. Esta es la tesisque tengo que defender: La verdad de una idea no esuna propiedad estancada inherente a ella. La verdadacontece a una idea. Llega a ser cierta, se hacecierta por los acontecimientos. Su verdad es, enefecto, un proceso, un suceso, a saber: el procesode verificarse, su verificación. Su validez es elproceso de su validación. (Cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 27 - 70)

Sin embargo, James no es ingenuo al pensar que segúnlo que él ha dicho, todo lo que creemos seria entoncesverdad; y si es así, ¿cuál sería el límite para saber quelo que creemos no es errado o que no atenta contra unbien aun mayor y más verdadero si se quiere?

La idea de verdad es, igualmente, una “posibilidad”de concreción de un hecho real del cual podemos afirmar,defender o derogar algo; de esta forma es improbabledarle sentido de veracidad a las abstracciones, de igualmanera, como se lo daríamos a los hechos concretos; loscuales tienen un significado mayor para nuestrasexperiencias y son, en gran medida, modificadores denuestras conductas; así pues, al querer interpretar laidea de verdad en el pragmatismo, esta no sería otra cosaque un ejercicio de la mente por querer entender y tratarde adaptar los hechos con nuestras formas de pensar ydespués, ver el resultado práctico de lo que se piensa,esto es, ver cómo actúa en nosotros lo que pensamos, no

en el grado de una VERDAD inamovible, ya terminada yperfecta, sino, en el nivel de las verdades que nos tocanen nuestro ámbito común y cotidiano de lo práctico, en elcual, las experiencias se pueden hacer concretas y nossirven para mejorarnos mutuamente.

Él aclarará que para el pragmatista la verdad estambién poder sopesar que lo que nos conviene debemostomarlo como verdadero, a menos que la creencia no entreen conflicto incidentalmente con otra ventaja vital aunmayor. En este sentido la verdad del pragmatismo no esestática y acabada sino móvil y dependiente del valor deventaja; por ello escribe que:

“Seguramente admitirán ustedes que si no fueranbuenas para la vida las ideas verdaderas o si suconocimiento fuera positivamente desventajoso y lasideas falsas las únicamente útiles, entonces lanoción de que la verdad es divina y preciosa, y suconsecución un deber, nunca habría llegado aconvertirse en dogma. En un mundo como éste, nuestrodeber sería evitar la verdad, más bien. Pero asícomo ciertos alimentos no sólo son agradables anuestro paladar, sino también buenos para nuestrosdientes, estómago o tejidos, de igual formadeterminadas ideas son no solo agradables para serpensadas, o agradables por servir de fundamento aotras a las que somos aficionados, sino que tambiénsirven de ayuda en los menesteres de la vidapráctica.” (Cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P28)

Por último, en este capítulo diré que, en razón desu crítica y renuncia al idealismo alemán, para James ysu pensamiento, era preferible renunciar a su idea ycreencia filosófica en el “Absoluto” Hegeliano, que solole brindaba, como él lo decía, “unas vacaciones morales”

que a sus propias ideas religiosas de Dios; jamesconfiesa que:

“Si pudiera restringir mi noción de lo Absoluto a su mero valor deotorgante de vacaciones morales, no entraría en conflicto con misotras verdades.” (Cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P29)

En mi siguiente capítulo exploraré la concepción delpragmatismo de James y la Idea de Dios en él, y como ésteDios, no solo es una idea que se recrea en sí misma comola del “Absoluto” sino, que además, es supremamentepráctica para entender la relación del hombre con elmundo y con la divinidad.

Esta idea de Dios en el pragmatismo de James noofrece un descanso infértil a la moralidad delcomportamiento humano (o vacaciones morales) sino que porel contrario, lo alienta a buscar las razones suficientespara descubrir en el mundo y en las problemáticas moralesreales de sí mismo y de los demás seres humanos, unarespuesta práctica que sea aplicable a dichasproblemáticas.

Esta idea de Dios no se halla en las alturasinsondables de un “Absoluto” sino que se hunde en la vidamisma del hombre, ya que la idea de Dios en sí misma y elsentido de la vida del hombre que ha de luchar porencontrar el camino que le conduzca a la realización desí mismo y de las cosas, tienen un “plan divino” que leimplica a él y a toda la creación en un mismo fin; por loque el obrar de Dios en la historia moral del hombre y enla materialidad del mundo a través de las leyesnaturales, son hechos reales que el hombre experimentadiariamente y de los cuales la idea de la divinidad o deDios, han de estar en clara concordancia con su obrar.

En James la idea de Dios tiene un uso práctico, Él esel garante de que todo tiene una finalidad y que todotiene un sentido si se sabe cómo encontrarlo, en estecaso, la creencia o verdad sobre la existencia soporta oda suelo a la existencia misma del hombre y de las cosas,por lo que este Dios esta imbuido en la realidad misma detodo y no alejado de ellas, como si lo estaría la ideadel “Absoluto” que hace James de las ideas Hegelianas eneste tema.

CAPÍTULO 3

EL CONCEPTO DE DIOS Y DEL LIBRE ALBEDRIO Y SU RELACIÓNCON EL CONCEPTO DE CREENCIA EN LA FILOSOFÍA PRAGMÁTICA

DE WILLIAM JAMES.

Para James, Dios es un ser cercano a la realidad delhombre; Dios no puede estar lejos de la realidad, él esun Dios de la Acción que espera que los hombres obren.

James al respecto escribe:

“Yo mismo creo que la evidencia de Dios descansasobre todo en la experiencia personal íntima….Dios noabandona al hombre en él, sino que le protege con su manode manera que no debe desear mirar otra cosa que no seael Dios eterno. JAMES, William. “Las variedades de laexperiencia religiosa” (1902), P 23)

Es de anotar que a diferencia de la forma de creerEuropea Católica, en la cual el ser humano está bajo latutoría de un Dios lejano al cual se le debe implorarpor la ayuda necesaria en los quehaceres cotidianos, yque en muchas ocasiones esta providencia de Dios no sehace visible, hecho atribuido muchas veces a la condiciónpecadora del hombre; En la creencia religiosaprotestante, Dios está presente en la vida del hombrepero es el hombre quien debe ganar su sustento, no através de las suplicas in-laboriosas, (parodiando a SanPablo que dice que “quien no trabaje que tampoco coma”cfr. Segunda carta a los tesalonicenses capitulo 3versículo 10 ) sino del trabajo diario; esta es pues,otra de las ideas que bien se la podemos deber al

protestantismo y al pragmatismo norteamericano como ya lohemos dicho, porque aunque Dios no se aleja del hombre,sin embargo, Dios tampoco le provee al hombre el sustentosin que este no se lo gane; él le da al ser humano lasherramientas de su inteligencia y le enseña a usarlas deforma práctica, de ahí un famoso dicho español que sepodría aplicar a las ideas pragmatistas que dice:

“a Dios rogando y con el mazo dando” (cfr.CERVANTES SAAVEDRA Miguel. El ingenioso hidalgo donquijote de la mancha capitulo LXXI, segunda parte.(1997), Ed Reicherberger, Madrid: España.)

Y como lo afirman las escrituras. “Con el sudor de tu frente ganarás el Pan hasta que vuelvas alsuelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvovolverás”, (Cfr. A.T. Génesis cap 3 versículo 19).

James dirá al respecto de esta idea de un Dios ajenoal hombre y su contraste con la idea protestante de unDios cercano a lo que los hombres viven en sucotidianidad que:

“El Dios de los escritores teístas vive enalturas abstractas tan puras como el Absoluto (…) Loque ustedes necesitan es una filosofía que no soloejercite sus facultades de abstracción intelectual,sino que tenga una conexión positiva con este mundoreal de vidas humanas finitas. (cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 8).

Esta es, pues, una creencia en el Dios más delantiguo testamento, esto es, en un Dios severo, peroamoroso a la vez, que quiere que el hombre lo siga y quele enseña el valor del esfuerzo y por ello, quiere que elhombre trabaje por su bienestar, por su propia libertad yno tanto en un Dios, como en el del nuevo testamento quedice al hombre “pedí y se os dará, buscad y hallareis,

tocad y se os abrirá” (Cfr. N.T. Evangelio de San MateoCap 7 Versículo 7 y ss.). Ideas muy loables de cierto,pero que no van de la mano con la fe protestante y conlas realidades vividas por los colonos que poblaronNorteamérica.

Es así, como en los pensamientos protestantes deNorteamérica, y en la fundación del pragmatismo, la ideadel trabajo como signo del favor de Dios, fue un motorque impulsó las concepciones sobre la importancia de laproducción y de las prácticas productivas como lasseñales más evidentes del apoyo y favor divino en lavida de las personas.

Para el pragmatismo la creencia sobre la existenciade Dios se puede encontrar en los lugares más comunes dela cotidianidad humana y su divinidad por ello nodisminuye en absoluto, Dios está en las cosas que elhombre puede percibir a través de la experiencia, de loshechos comunes y por tanto el pragmatismo

“Admitirá un Dios que habite en el polvo mismode los hechos particulares, si le parece un lugarverosímil para encontrarlo”. (cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 29).

Y en cuanto a la prueba de la existencia de Dios comouna hipótesis válida a la conciencia humana James dirá:

“Según los principios pragmatistas, si lahipótesis de Dios actúa satisfactoriamente, en elmás amplio sentido de la palabra, es verdadera”.(cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 107).

Para la filosofía pragmatista de James, aunque lamateria pueda entenderse perfectamente por su utilidadpara mantener la unidad del cosmos y de cuanto existe sinnecesidad de negar el papel fundamental de ella en la

configuración del mundo, también es cierto que para él lamateria no es garantía de lo eterno del cosmos ya quecomo él lo explicará, esta materia también declinará enalgún momento del tiempo y sucumbirá ante él; no así laidea o creencia de Dios como fundamento (aunque sea deutilidad) de la permanencia del cosmos, ya que es Dios (ola creencia en Él) quien garantiza que dicho orden semantenga eternamente; así pues, si el mundo está hecho dematerialidad, y ésta encuentra su estructura en lasformas que componen las cosas de nuestro mundo, tambiénes posible pensar que este orden esta dado por unaDivinidad que le antecede y que presta una utilidad alcosmos mayor que la misma materialidad; james lo diráasí:

“La noción de Dios, por el contrario, aunque noaparezca con tanta claridad como las nocionesmatemáticas corrientes en filosofía mecánica, tieneal menos superioridad práctica sobre ellas, algarantizar un orden ideal que debe ser conservado deun modo permanente. Un mundo con un Dios que diga laúltima palabra puede consumirse o congelarse, peropodemos imaginárnoslo como algo respetuoso de losviejos ideales que habrán de ser realizados aún; deforma que en él, la tragedia es solamenteprovisional y parcial, y el naufragio y ladisolución nunca son absolutamente finales. Estanecesidad de un orden moral eterno es una de las másprofundas de nuestro corazón. Poetas como Dante yWordsworth, que vivían con la convicción de talorden, deben a este hecho el extraordinario podertónico y consolador de sus versos. Así, pues, enestas diversas apelaciones prácticas, en estosajustes de nuestras actitudes concretas de esperanzay deseos, con todas las delicadas consecuencias quesus diferencias implican, descansa el significadoreal del materialismo y espiritualismo, y no en lassutiles abstracciones sobre la esencia íntima de la

materia o los atributos metafísicos de Dios”. (cfr.JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 38).

Esta idea de que Dios, y la materia, puedencoexistir en armonía y aun así querer demostrar la mayorUtilidad de la idea de Dios como soporte ultimo de laarmonía del mundo, es el reflejo en la filosofíapragmatista, de su espiritualidad y de su deseo dejustificar la “creencia” como un fundamento superior a lamera materialidad del mundo y como una verdad positiva;sin embargo, en James es posible dicha superioridad, nopor un afán personal a la importancia de la religión comomedio de verdad, sino, porque él busca esta justificacióndesde la “utilidad” de dicha verdades en su función deherramienta, de medio y no de fin en sí mismo; así deesta forma para james la idea de que Dios, por suutilidad para la permanencia de la misma, es superior queuna sola idea de la materia por muy brillante que sea,tiene mayor provecho y utilidad, por el solo hecho de querepresenta un fundamento más firme para la armoníacósmica que la sola materia.

Y efectivamente, acá, veo otra virtud delpensamiento de James; en que él trata de dar cabida yposible solución a la problemática que ya desde muchoantes había creado, y aun lo es, motivo de división yescasa reconciliación entre la filosofía y la teología enla unión entre Dios y el mundo o entre Él y suseparación. No es que yo pretenda decir que dicho problema encuentrauna plena solución o si acaso, una conciliación eficazentre materia y espíritu, pero sí encuentro en esto, uncamino, una forma de explorar de nuevo la relación entreambos extremos; James nos muestra otra forma de encararesta problemática de acuerdo, ya no a un acto de fe ciegao seguida por una verdad teológica inamovible, sinomejor, de utilidad para con las leyes y la configuración

del mundo y del orden lógico y moral del hombre y de susactos.

En esta filosofía james ve en la creencia de laexistencia de Dios, como alguien (algo) sublime que seencuentra por encima de cualquier otra verdad, y es lagarantía de las demás verdades que el hombre puedeconocer; así pues, para James, más allá de cualquierdemostración material de la unidad y de la funcionalidadde la materia y de la experiencia que tengamos de ella ennuestra vida, se encuentra una experiencia aun mayor ymás sublime que brota de la misma naturaleza personal delhombre con el mundo, y esta es, algo así como el rostroescondido de Dios que se deja ver en lo aparente de lasdistintas formas de la materia. Es en la materia, como manifestación de las formas yde la perfección de las mismas, en donde podemos sentir ydescubrir a Dios (una idea muy Tomasina, si se quiere, dela existencia de Dios), él está en la experiencia mismadel hombre con el mundo y una vez hallado superacualquier tipo de verdad; James escribirá:

“Los rasgos exactos de los salvadores hechosfuturos, que nuestra creencia en Dios nos asegura,habrán de ser descifrados por los interminablesmétodos de la ciencia: solamente podemos estudiarnuestro Dios, estudiando su creación. Peropreviamente a toda investigación podemos gozar denuestro Dios, si lo tenemos. Yo mismo creo que laevidencia de Dios descansa sobre todo en laexperiencia personal íntima. Cuando ésta nos ha dadouna vez a Dios, su nombre significa, al menos, laventaja de la paz. Recordaran lo que dije ayer sobreel modo en que las verdades chocan entre sí eintentan aniquilarse unas a otras. La verdad de Diostiene que desafiar a todas las demás verdades. Sehalla ante el tribunal de éstas, y éstas, a su vez,

ante el tribunal de ella. Nuestra opinión finalsobre Dios solamente puede ser establecida despuésque todas las verdades se hayan consolidadomutuamente. ¡Esperemos que hallarán un modus vivendi!”(cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 39).

Para James, la creencia en Dios es tan real como loson los hechos materiales, y por ello para él, no esningún problema pensar la relación entre lainterpretación divina de la naturaleza y losdescubrimientos revelados por la ciencia de su momento, yen especial por el Darwinismo y su teoría de la evoluciónde las especies; él ve una estrecha relación en lo quelos hechos de la naturaleza nos muestran y la “intenciónde Dios”, y por ello, en la idea y creencia de que Diostiene un plan para llevar a los hombres a una salvación.

James ve en la Naturaleza un medio para que elhombre conozca la perfección que se esconde de tras deesta, es una idea, como ya lo he dicho antes, muy similara la manera como los medievales concebían al mundo enrelación con Dios y de como, decían ellos, a través de la“perfección de los seres en la naturaleza se puedereconocer la providencia divina”; James, para con esteasunto, ha escrito en pragmatismo que:

“Los teólogos de nuestro tiempo se hanesforzado en abarcar los hechos darwinianos einterpretarlos con arreglo a un propósito divino. Seacostumbraba presentarlos como un debate entre elfinalismo y el mecanismo, lo uno o lo otro. Era comodecir: Mis zapatos se hallan evidentemente planeados paraadaptarse a mis pies, luego es Imposible que hayan sido producidospor una maquina. Nosotros sabemos que ocurren ambascosas: que fueron hechos por una máquina planeadapara adaptar los zapatos a los pies. La teologíanecesita solamente aplicar a los designios de Diosuna interpretación semejante. Así como el fin de un

equipo de fútbol no es exclusivamente llevar elbalón a una meta determinada (si así fuera bastaríasimplemente que lo colocaran allí una noche oscura),sino llevarlo cumpliendo determinadas condiciones(reglas de juego, oposición de los rivales), deigual forma la intención de Dios no es meramentecrear hombres y salvarlos, sino más bien hacer estopor medio del único agente del vasto mecanismo de laNaturaleza. Sin las maravillosas leyes ycontrafuerzas naturales, la creación y perfeccióndel hombre cabe suponer que sería una realizacióndemasiado insustancial para habérsela propuestoDios.” (cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 40).

Sin embargo, más allá de la vieja cuestión de si¿existe un plan divino para el hombre por parte de Dios?,para James carece de importancia si solo se viera de estaforma tan simplista, ya que en realidad el busca en loshechos concretos la realidad de las cosas que se nospresentan a nuestros ojos, y por ello lo que se debeinvestigar es con lo que contamos en nuestro momento;por ello resulta inútil tratar de incursionar en la“mente de Dios” para conocer el “plan divino” a el cualsi acaso le comprendemos en lo más mínimo o en nada.

No así los hechos del mundo que aparecen a nuestramente como un horizonte posible de comprender y deexplorar; ante las cosas de la naturaleza tenemos no solola voluntad de querer entender, sino también laposibilidad de conocerlos; Dios rebasa toda nuestracomprensión, la naturaleza en cambio no lo hace.

“Difícilmente comprendemos el carácter de unamente cósmica, cuyos propósitos se revelanplenamente por la extraña mezcla de bienes y malesque encontramos en este mundo real de hechosparticulares. O más bien. No damos con laposibilidad de comprenderlo. La mera palabra plan

carece de consecuencias por sí misma y no explicanada... La vieja cuestión de si existe un plan esinútil. La cuestión real es que es el mundo. Haya ono sido planeado, y esto solo puede ser reveladomediante el estudio de todos los hechos particularesde la Naturaleza.

Recuérdese que, sea lo que fuere lo que laNaturaleza pueda haber producido o pueda estarproduciendo. Los medios deben necesariamente habersido adecuados, deben haber sido adaptados a esaproducción. En consecuencia. El argumento de laadaptación al plan tendría que aplicarse siempre,cualquiera que sea el carácter del producto.” (Cfr.JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 40).

Pero, ¿por qué es tan importante para James el poderpensar un designo divino para las cosas y los eventosnaturales en la historia humana?, él mismo responderá aesta pregunta diciéndonos que:

“Si la fuerza que anima a las cosas no esciega, podemos esperar razonablemente mejoresresultados” en nuestra historia y en nuestromundo” Cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P41).

Es pues una cuestión de positivismo en el futuro dela humanidad; es la idea de la fe protestante de que Diosestá con el hombre cerca en sus quehaceres comunes y, portanto, al no dejarle solo, Él quiere que el hombre se décuenta de su presencia; además, ello le agrega un“sentido” de finalidad, esto es, de “designio divino”(destino), si se quiere a la existencia de todo cuantosomos y podemos hacer para mejorar nuestra condición enel mundo con nosotros mismos y con los demás.

Esta idea le agrega un “Valor” no solo moral, sinotambién existencial a nuestro trabajo, porque; paraJames, los esfuerzos del hombre por conocer el mundo y loque le acaece en su cotidianidad, no está solo dado desdeun “azar” sin principio ni fin; lo que el ser humanoconstruye tiene un “Valor”, sus esfuerzos por convivircon el otro, de formar una sociedad y del auto-cuidado desí mismo, tienen una finalidad y ésta, está enmarcada porla garantía que da la existencia de un Dios; james dirá:

“Esta vaga confianza en el futuro es el únicosignificado pragmático discernible actualmente enlos términos plan y designador”. (cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 41).

James sabe que no es posible darle importancia, deforma ingenua, a la idea de un “plan divino”. Él piensaque este concepto “gana valor” si suponemos que al creerque Dios ha ideado un designio para el hombre, ello haceque nuestra vida cobre mayor sentido; nuestras esperanzasen un futuro mejor y más humano serán la consecuencia denuestro conocimiento de las cosas y de nuestracotidianidad; es la construcción desde el presente quenos impulsa hacia el futuro, no de forma ciega, sino conla firme convicción de que existe un sentido, moral yreal, que hace que nuestras vidas valgan la pena de servividas, que hace que la sociedad y su orden social ymoral no sean caprichosos y desfavorables para los menosafortunados, y aunque la idea de un “plan divino” paranuestras vidas no sea posible de demostrar a través de laRacionalidad, es nuestra fe en la creencia de un Dios laque hará posible que lo que ahora pensamos y creamostenga un resultado práctico y por lo tanto, comprobableen un futuro no lejano.

“El plan, a pesar de su escaso valor comoprincipio meramente racionalista puesto detrás osobre las cosas para admiración nuestra, se

convierte, si nuestra fe lo concreta en algo teísta,en un término de promesa. Al volver con él a laexperiencia logramos una visión más confortante delporvenir” (cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P41).

Además de la idea de “Plan divino”, también parajames el concepto de “libre arbitrio” que la religiónprofesa, tiene un fin práctico, y es de aumentar ladignidad al hombre; ya que si este no está determinadopor una fuerza ajena a él, puede obrar de acuerdo a suvoluntad y puede ser culpable o no de sus hechos y enconsecuencia, sus hechos tendrán la marca indeleble de suresponsabilidad y, en efecto, deberán conducirlo a pensarcon mayor detenimiento en cómo debe de obrar y como debeentender la naturaleza de sus acciones.

Así entonces, el concepto de “libre albedrio”, tieneuna gran función en la filosofía pragmatista en razón dela reafirmación del derecho a la creencia como “principiode dignidad” en el hombre y en sus acciones, ya que este,“garantizaría” mayor seriedad y responsabilidad a loshechos humanos; James dirá:

“Es un principio, una virtud o facultadpositiva agregada al hombre, mediante la cual sudignidad resulta enigmáticamente aumentada… Imaginoque más de la mitad de ustedes participaran denuestra instintiva creencia en el libre arbitrio;admirar dicha creencia como un principio dedignidad, tiene mucho que ver con vuestrafidelidad….Si nuestros actos estuvieran predeterminados, sitransmitiéramos simplemente el impulso de todo elpasado, los librearbitristas dicen: ¿de quépodríamos gloriarnos o culparnos?... Seríamos agentessolamente y no jefes. ¿Dónde estaría, en tal caso,

nuestra preciosa imputabilidad y responsabilidad?”(cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 41).

Así pues, el concepto de “libre albedrio para elpragmatista será, según James, como una posibilidad dever la novedad en nuestro quehacer cotidiano. Unagarantía y manera de evitar la repetición de los hechos,que otro ora, pudieron hacer daño a la humanidad sopretexto de que, no he sido “yo”, sino la determinaciónque yace en lo profundo de mi establecida existencia, laque me conduce a obrar de esta o de aquella manera; enrazón de ello James escribirá:

“El libre albedrío, pragmáticamente, significanovedades en el mundo, el derecho a esperar que en susmás profundos elementos como en sus mássuperficiales fenómenos el futuro no se repitaimitando idénticamente al pasado…” (cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 42).

De acuerdo a lo anterior, es importante suponer que,para James y para su pragmatismo, los conceptos de “plandivino” y de “libre albedrío” son una especie de “seguropragmático en un futuro mejor”; y también, para evitarque el ser humano pierda la esperanza en la utilidad desu trabajo y de sus acciones y comience a pensar en quesus actividades cotidianas, solo sean la “repetición deuna voluntad determinista que pretenda desembocar, en unsin sentido de la existencia todo lo que hacemos, y que“siempre ha sido y será” gobernada por los instintosestablecidos por la naturaleza “ciega” de lamaterialidad, y no, de un Dios que le permite a lahumanidad equivocarse y enmendar sus errores a todos, enun acto libre de su voluntad y del perfeccionamientoconstante para bien suyo y de todas las cosas que lerodean; por ello el autor de pragmatismo señalará:

El libre albedrío es, pues, una teoríacosmológica general de promesa, como la de loAbsoluto, la de Dios, la del Espíritu o la del Plan…El gozo por la mera existencia, la pura emoción ydeleite cósmicos me parece que quitarían todointerés a estas especulaciones, si el mundo fuera yaun país de felicidad. Nuestro interés en unametafísica religiosa proviene del hecho de quesentimos inseguro el futuro empírico y necesitamosuna garantía más elevada.” (cfr. JAMES, J.Pragmatismo. (1907), P 43).

En sus planteamientos, el pragmatismo de Jamespretende dar una “herramienta” de análisis y señalar uncamino de posible “alivio” a la pregunta por laexistencia humana, al fundamento del perfecto orden quese puede apreciar en la naturaleza, y a la manera como elser humano ha tomado distancia de las cosas y de losanimales, a tal punto, de que él (el ser humano) puedadarse y crear sus propias leyes y modificar su propiocomportamiento; no solo a nivel personal, sino tambiénsocial, y en todo lo referente a lo político, económico,científico, filosófico, y por qué no, también a loconcerniente a las creencias religiosas.

Esta es la nueva directriz que James pretende dar alos viejos conceptos de “Plan divino y libre albedrio”,cumpliendo de esta forma lo dicho por él sobre la nuevamirada a los “Viejos modos de pensar”; y en consecuencia,el significado que él pretende desarrollar en sus ideasde libertad de pensamiento, análisis de todo tipo deteorías para encontrar su uso práctico e investigacióndel mundo y sus aconteceres, ya desde la ciencia o desdelas mismas creencias, y que debe ir mucho más lejos queuna simple idea “vacía” de contenido; él escribirá:

“Así, pues, el libre albedrío carece designificado a menos que sea una doctrina de

consuelo. Como tal, tiene su puesto al lado de otrasdoctrinas religiosas. Conjuntamente, edificarán loperdido y repararán las antiguas desolaciones.Nuestro espíritu, encerrado dentro del recinto de laexperiencia sensible, está continuamente diciendo alintelecto que está en la torre: Vigía, dinos si la nochetiene promesas, y el intelecto le contesta con términosprometedores. Aparte de este significado práctico, laspalabras Dios, libre albedrío, plan, etcétera, notienen otro (sentido práctico). Por oscuras que ensí mismas sean, aunque se las considere de maneraintelectualista, cuando las llevamos con nosotros alas espesuras de la vida, la oscuridad sedesvanece”. (cfr. JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P43).

En todo lo anterior, es evidente ver que para James,Dios, el mundo, el hombre y sus acciones tienen unaprofunda correlación; Dios, o la creencia en Él, será lagarantía del orden y de la permanencia de las cosas delmundo en razón de que Él es inmutable, eterno y aseguraun orden adecuado a cuanto existe, (cosa que la meramaterialidad como causa del mundo no puede hacer por sumisma mutabilidad y finitud).

Y el mundo, es y será el lugar en el cual el serhumano se ve obligado a interactuar y configurar suexistencia con los demás seres, dándole valor a superfeccionamiento constante para con sus pensamientos,teorías, creencias y acciones, las cuales han defavorecerle la creación de una sociedad en paz, justa yequilibrada, en la cual, se evite el dolor propio yajeno. Esto hará posible que todos y cada uno de susquehaceres, se les pueda otorgar un sentido y unaresponsabilidad propia de su dignidad, motivado por laesperanza en un futuro de bienestar garantizado por la

responsabilidad de su voluntad y libre albedrío para consus acciones.

Así, como se puede observar, las ideas de Dios,libre albedrio y creencia; Tienen un uso tan pragmáticopara la interpretación de instancias morales y/o leyesfísicas para con el mundo, que sería absurdo solo pensarque James trata solo de defender una creencia sin ningunautilidad para los seres humanos. James es consciente,como lo he mostrado, que fuera de esta utilidad, dichosconceptos no serian más que palabras o teorías sinincidencia directa con la existencia del mundo o con losproblemas morales y la responsabilidad valorativa de losmismos.

Por lo tanto, sin lo práctico de los conceptos Dios,libre albedrio y plan divino, todo lo que se haría conestos, no sería más (o menos) productivos que si seusaran o no en absoluto, como otros tantos más en lamanera de pura recreación del pensamiento en formasvacías e infértiles que no dan más que círculos depensamiento en sí mismos, elegantes de seguro, peroinfecundos ante los problemas reales del hombre, de sutrabajo, de su quehacer moral y de comprender larealidad y la finalidad práctica de la vida misma.

CAPÍTULO 4

EL CONCEPTO DE “RELIGIÓN Y LA IMPORTANCIA DE LA CREENCIA”EN LA FILOSOFÍA PRAGMÁTICA DE WILLIAM JAMES.

En éste último capítulo, trataré de sintetizar loque he estado direccionando desde el principio de mitesis; esto es, que para William James y para sufilosofía del pragmatismo, la idea y la importancia decreer en algo que está mucho más allá de nuestracomprensión racional (y no por ello podemos decir que noexiste o es falso, ya que podemos ver en la experienciasus hechos prácticos y su utilidad), y de defender“nuestro punto de vista”, ha sido vital para laconformación de lo que hoy en día es una de las másimportantes corrientes del pensamiento, no solo a nivelfilosófico, sino también económico, político y religioso,y que como lo ha dicho el mismo autor, además de que elpragmatismos sea un método para deliberar en laimportancia de la utilidad de lo que pensamos, “estambién otra forma de creencia”.

En sus conferencias sobre “la voluntad de creer”,James afirma que se debe defender el derecho a “creer”,que la creencia es importante en la medida en que nosayuda a dar orden y dirección a lo que hacemos; lascreencias son para los hombres parte importante de su“sentido” y de su encuentro con las realidades del mundoya que le justifican su obrar en él.

En nuestra vida común, el que creamos en algo o no,puede determinar la manera como entendamos el mundo ycomo obremos en él; en este sentido, comparto la idea deJames de que toda nuestra realidad esta soportada porcreencias ya sean estas personales, grupales y decarácter científico, filosófico o religioso; que esnuestro punto de vista el que hace posible que estas semodifiquen o no de acuerdo a los nuevos argumentos y a la

capacidad de aceptación que tengamos de estos ya paraincorporarlos a nuestros sistemas de creencias o paradebatirnos en pos de mejorar problemas de toda índole.

Hoy en día no aceptamos teorías por autoridad o portemor a infringir “normas” humanas o divinas, sino,porque estas nuevas creencias o ideas, sean o no más omenos útiles a nuestros fines particulares, y en casosmás loables, a los fines de una gran mayoría de personaso porque respondan mejor a la solución de problemasfísicos, políticos, filosóficos, económicos y religiososemergentes de acuerdo a la época y a las condiciones dela misma.

En la “voluntad de Creer” James hace una apología enla cual, según nos dice, la fe y la razón no pueden versecomo excluyentes, esto es, se puede ser creyente y aúnasí, mantener una actitud crítica y lógica frente alconocimiento; él introducirá con las siguientes palabrassu tesis sobre la defensa de las creencias y el derecho acreer de esta forma:

“os traigo para leeros esta noche algo así comoun sermón sobre la justificación por la fe: ladefensa de nuestro derecho a adoptar una actitudcreyente en materias religiosas, sin que por ellosalga condenada a coacción alguna la lógica denuestro intelecto. Mi disertación se titula "Lavoluntad de creer".(Cfr. "La voluntad de creer"(1897), Pp. 9-37)

James iniciará su discurso diciendo que para élexisten dos clases de “hipótesis” las cuales pueden serclasificadas entre “vivas y muertas”; de esta forma paraél, la diferencia entre estas dos consistirá en el gradode utilidad y de relevancia que cada una ofrezca a los

seres humanos y que les mueva en su voluntad al obrarconvenientemente.

“Apréciese, pues, que la vivacidad omortecinidad en una hipótesis, no es cualidadintrínseca a ésta, sino relación entre ella y elpensador, sirviendo para distinguir una de otra lamayor o menor voluntariedad a la acciónrespectivamente. El máximum de vivacidad en unahipótesis, indica voluntariedad irrevocable paraobrar; y realmente, esto define la creencia, puesdonde quiera que existe una tendencia a creer, hayuna voluntad en potencia”. (Cfr. "La voluntad decreer" (1897), Pp. 9-37)

La voluntad humana es la principal base de lascreencias, ya que es desde el carácter decidido sobre unahipótesis, lo que nos obliga a escoger entre lo querealmente se justifique para nuestro provecho, y por loque los seres humanos nos inclinaríamos a investigar y atratar de justificar sobre lo que se nos haya propuesto ysobre lo cual quisiésemos encontrar y/o demostrar suveracidad de acuerdo al uso práctico que nos brinde.Ello es lo que James llamará “Opción viva”, pero, si loque se nos propone sobre algo, no nos despierta ningúninterés, será una “opción muerta” pues carecerá de todaatención por parte de nosotros. James nos dirá:

“Demos el nombre de hipótesis a algo que puedaser propuesto a nuestra creencia; y, de modo igualque los electricistas hablan de hilos muertos ehilos vivos, permítasenos clasificar las hipótesisen vivas y muertas. Sea hipótesis viva la quesolicita con posibilidad real a aquel a quien sepropone. Si os pido que creáis en el Mahdi, ospropongo una creencia que no ofrece conexióneléctrica alguna con vuestra naturaleza, que no hacesaltar chispas en vuestra credulidad; es decir, que

os he presentado una hipótesis completamente muerta.Para un árabe, sin embargo, secuaz o no del Mahdi,la hipótesis estaría dentro de lo posible: seríaviva. Apréciase, pues, que la vivacidad omortecinidad en una hipótesis, no es cualidadintrínseca a ésta, sino relación entre ella y elpensador, sirviendo para distinguir una de otra lamayor o menor voluntariedad a la acciónrespectivamente. El máximum de vivacidad en unahipótesis, indica voluntariedad irrevocable paraobrar; y realmente, esto define la creencia, puesdonde quiera que exista una tendencia a creer, hayuna voluntad en potencia”. (Cfr. "La voluntad decreer" (1897), Pp. 9-37).

James piensa que, aunque sean importantes losorígenes de las teorías e hipótesis que nos vienen de laciencia, por tener estos una base empírica demostrable,no por ello son despreciables los orígenes de lashipótesis y teorías que nos llegan de nuestras creenciasya que, en múltiples ocasiones, nos ofrecen en sufuncionamiento a nivel personal o social, un consuelo,una utilidad y un bienestar más apreciable que lasprovenientes del mundo racionalista, y ello es lo que, asu modo de ver, podría considerarse como "el criterioempírico", si se quiere, de su validez. En " variedadesde la experiencia religiosa" él escribirá apoyándose enel médico Maudsley que:

“la prueba definitiva de una creencia, enopinión del doctor Maudsley, no estriba en su origensino en su funcionamiento en general. Este esnuestro particular criterio empírico y es elcriterio que los defensores más resueltos del origensobrenatural se vieron forzados a utilizar” (Cfr.JAMES, William. “Las variedades de la experienciareligiosa” (1902), P 12)

O cuando escribe más adelante, en esta misma obracitando a Leuba, James nos dice sobre la utilidad de lascreencias que estas ayudan a mantener el ánimo, elahincó, a hacer que nuestras ideas se mantengan firmes ynos ayuden a la sobrevivencia, esto es porque en realidadlas creencias en sí mismas no son útiles por su grado deveracidad sino por su “utilidad” para mantener un ordensocio-cultural; así, y es el ejemplo que James resaltadel artículo citado de Leuba, la idea y creencia sobreDios y de su existencia, solo es funcional en la medidaen que ésta sirve como soporte para la concienciareligiosa en la vida del hombre haciendo que esta vidasea prospera para él, de esta manera James escribe que:

“Sin embargo, cuando un contenido intelectualpositivo queda asociado con un estado de fe aparece

indeleblemente grabado en la creencia, lo queexplica la apasionada lealtad de las personasreligiosas con respecto a los más pequeños detallesde sus diferentes credos. Si tomamos juntos loscredos y los estados de hecho, formando«religiones», y los tratamos como a fenómenospuramente subjetivos, sin importarnos la cuestión desu «verdad», estamos obligados, en razón de suextraordinaria influencia sobre la acción, aclasificarlos entre las funciones biológicas másimportantes de la humanidad. Su efecto estimulante yanestésico es tan grande que el profesor Leuba, enun reciente artículo (Cfr. Leuba.The Contens of ReligiousConsciousness, en «The Monist», XI, julio de 1901 p.536.) se atreve a ir aún más lejos y afirma que entanto los hombres puedan utilizar su Dios les importamuy poco quién sea, e incluso si es. «La verdad del

problema puede exponerse de esta forma -dice Leuba-Dios no es conocido, no es comprendido, es simplemente utilizado, aveces como proveedor material, a veces como soportemoral, a veces como amigo, a veces como un objeto deamor. Si demuestra su utilidad la concienciareligiosa no exige nada más. ¿Existe Dios realmente?¿Cómo existe? ¿Qué es?, son preguntas irrelevantes;no es a Dios a quien encontramos en el análisisúltimo del fin de la religión, sino la vida, mayorcantidad de vida, una vida más larga, más rica, mássatisfactoria. El amor a la vida, en cualquiera y encada uno de sus niveles de desarrollo, es el impulsoreligioso. (Cfr. JAMES, William. “Las variedades dela experiencia religiosa” (1902), P 109)

Y en “pragmatismo” él, hablando de la religión, ensu última conferencia nos dice:

“Según los principios pragmatistas, no podemosrechazar hipótesis alguna si de ella se desprendenconsecuencias útiles para la vida. Las concepcionesuniversales, como cosas que se deben tener encuenta, pueden ser tan reales para el pragmatismocomo lo son las sensaciones particulares. Carecen,indudablemente, de sentido y realidad si carecen deutilidad, pero si tienen alguna aplicación tienentambién una significación equivalente. Elsignificado será verdadero, si la aplicación cuadrabien con otras aplicaciones a la vida”. (Crf. JAMES,William. “El pragmatismo” (1907), P 97).

No se trata de solo creer por creer, es también laposibilidad de la discusión y poder reafirmar o no, lautilidad de las creencias en la vida humana a través del

diálogo. En la filosofía de James, existe un componenteque hace que nuestras creencias tengan aun, una mayorvalidez que solo la de seguir una tradición impuesta sinla participación conjunta de la voluntad general, y éstaes, la relevancia de la discusión sobre las propiascreencias y la verificación de su importancia como algoútil en el orden social. Él escribirá:

“Donde digo naturaleza voluntaria, no seentienda voliciones deliberadas que hayan ocasionadohábitos de creencia de los cuales no podamoslibrarnos: refiérome a los factores de creenciatales como el miedo y la esperanza, el prejuicio yla pasión, la imitación y la presión del espíritu decasta y secta. Hecho positivo es, que sin saber cómoni por qué, todos nosotros nos encontramos creyendo…mas, para nosotros, no otra apreciación que elprestigio de las opiniones, es lo que seguramente hacebrotar la luz que alumbra los cerrados depósitos denuestra fe. Nuestra razón queda del todo satisfechaen el noventa y nueve por ciento de los casos,cuando le es posible, al ser discutida nuestracredulidad, hallar unos cuantos argumentosdefensivos”. (Cfr. "La voluntad de creer" (1897),Pp. 9-37).

James también es consecuente en pensar que lascreencias son el resultado de la cultura y que estas hanayudado en el avance sistemático del conocimiento humano,él sabe y nos dice que cuando creemos en una “verdad”,esta es también el anhelo de la sociedad para sostenersey avanzar en la búsqueda del conocimiento el cual nosayuda a reconfigurar las concepciones sobre el mundo yestas deben ser o poseer, según él, (y yo también así locreo) un sentido “práctico” ya que han de ayudar aentender y transformar las distintas realidades delacontecer de la humanidad.

No se trata de una fe o una creencia sin un fin quese refleje en la realidad de cada hombre o de unasociedad que ve en sus creencias, un motor que la impulsea querer descubrir y entender lo que creen y la manera decómo ello ha influido o no en su progreso en todos y cadauno de los campos en los cuales la creencia (o arsenal decreencias) haya influido; de esta forma entonces, lascreencias cuando son evaluadas y juzgadas por su utilidadpueden ser o no susceptibles de ser cambiadas omodificadas e incluso derogadas si han dado más problemasque soluciones o si ya no se ajustan a las necesidades deun colectivo, lo mismo se diría en lo referente a lopersonal y particular de las creencias en cada sujeto.Así pues James escribe:

“Nuestra fe es la fe en la fe de otros; leytanto más comprensiva, cuantas más altas son lascuestiones a que se refiere. Nuestra creencia en laverdad misma, por ejemplo, que tal verdad existe, yque nuestra inteligencia y la verdad estándispuestas una para otra, ¿qué es sino unaapasionada afirmación del deseo en el cual nuestrosistema social se sostiene? Queremos obtener unaverdad; queremos creer que nuestros experimentos,estudios y discusiones deben llevarnos cada vez máshacia ella, y en esta línea combaten juntas nuestrasvidas pensantes. Mas, si un escéptico pirrónico nospreguntara cómo conocemos todo esto, ¿hallaríanuestra lógica una respuesta a mano? No; ciertamenteque no. Es una volición contra otra: nosotros vamoshacia la vida en busca de una verdad o presunciónque la vida no tiene interés alguno en presentarnos.En general, no creemos en aquellos hechos y teoríasque no tengan alguna importancia (práctica) paranosotros”. (Cfr. "La voluntad de creer" (1897), Pp.9-37).

Y en lo tocante a la importancia de las teoríascientíficas sobre los postulados de las creencias, jamesescribe: OJO VOY ACÁ

“La simple introspección y la lógica por símismos no son (no puede ser) los únicos factores denuestros credos.” (Cfr. "La voluntad de creer"(1897), Pp. 9-37).

Para James en “pragmatismo”, las ciencias y otrasimportantes construcciones teoréticas humanas tales comolas matemáticas, la biología, la física, entre otras,son también, “otras formas de creer” en lo que suponemosverdad, y por tanto pueden ser equiparables a lascreencias que devienen de la tradición cultural; ambas,son el resultado de discursos aceptados pero susceptiblesal cambio y a las modificaciones de acuerdo a su uso enun momento determinado y por lo tanto son móvilescreaciones nuestras.

“Las matemáticas y la lógica mismas fermentanen reordenaciones humanas; la física, la astronomíay la biología, para actuar, siguen con preferenciasugestiones masivas. Nos lanzamos impetuosamente alcampo de la nueva experiencia con las creencias quenuestros antepasados y nosotros hemos construido;éstas determinan lo que observamos; lo queobservamos determina lo que hacemos; lo que hacemosdetermina de nuevo lo que experimentamos; así, pues,de una cosa en otra aunque permanezca el hecho brutode que existe un flujo sensible lo que es cierto deello parece, desde el principio al fin, unaexclusiva creación nuestra”. (Cfr. JAMES, William.“El pragmatismo” (1907), P 91).

Además también en pragmatismo nos recuerda sobre elsentido de “veracidad” de una creencia cuando nos diceque:

“La verdad es el nombre de cuanto en sí mismodemuestra ser bueno como creencia y bueno tambiénpor razones evidentes y definidas…Los procesos quese verifican indirectamente o sólo potencialmente,pueden, pues, ser tan verdaderos como los procesosplenamente verificados.”. (Cfr. JAMES, William. “Elpragmatismo” (1907), P 27).

En lo referente a la idea central de James sobre lanaturaleza e importancia de “la creencia” en la vidahumana, y su valor como instrumento de consuelo frente ala decisión de no creer en algún tipo de fe, por éstacarecer de demostraciones científicas o por temor apensar que solo nos pudiese mover un sentimiento pasionalmás que lógico frente a este problema, y que por ellopudiésemos perder lo que sería o no considerado como“verdad”, de acuerdo a otros tipos de lógica máscientífica; el autor nos orienta sobre este inconvenienteal postular en su teoría que:

“Voy a defender la tesis que se resume de estemodo: nuestra naturaleza pasional, no sólo puede, sino que debe,obrando cumplidamente, optar entre proposiciones donde quiera quese presente una opción genuina, que por su naturaleza no puede serdecidida en el campo intelectual; pues decir, en tales circunstancias,"no decido, dejo la cuestión sin resolver", es en sí mismo una decisiónpasional, equivalente a decir sí o no; y se corre el mismo riesgo deperder la verdad que en el primer caso”. (Cfr. "La voluntad decreer" (1897), Pp. 9-37).

Para James en estos casos, existen dos tipos de“conocimiento”, uno en razón de nuestras creencias,sostenidas por argumentos que aboguen a la experienciapráctica de las mismas, y la otra, en razón de lo lógico,racional o científico que, de acuerdo a un método, puedandemostrar lo que creemos como cierto. Él hace unacomparación entre los empíricos, que buscan en lanaturaleza las evidencias de lo que creen, y de los

idealistas que buscan desde la razón solamente,justificar sus pensamientos y creencias aun cuando estascarezcan de una evidencia material que las apoyen; pero,en ambos casos, el límite entre lo demostrable ydogmatico puede ser similar cuando nos dejamos llevar porlo que pensamos como verdadero sin cuestionar su sentidopráctico.

“Una cosa es conocer y otra conocer por ciertolo que conocemos. Se puede sostener la posibilidadde lo primero, sin necesidad de lo segundo; de aquíque los empíricos y los idealistas, aunque no entrenen el calificativo general de escépticos, según elusual valor filosófico de este término, ofrecengradaciones diferentes de dogmatismo en su manera deser”. (Cfr. "La voluntad de creer" (1897), Pp. 9-37).

Y, aunque él no pretenda mantener un desconocimientosobre los hechos demostrables por la razón, aun así,afirma que inclusive desde la racionalidad es imposibleescapar a la creencia dogmatica, a tal punto, que sepuede llegar a declarar un hecho como cierto sin quenecesariamente se tenga evidencia totalmente clara deello de forma empírica. Él escribe:

“Ustedes creen en la evidencia objetiva y yotambién; apreciamos algunas cosas como ciertas;conocemos y conocemos que conocemos; hay algo ennosotros que automáticamente da la hora cuando lasmanecillas de nuestro reloj mental han llegado a susitio. Los mayores empíricos lo son como empíricosreflexivos; pero cuando se abandonan a susinstintos, dogmatizan como infalibles papas”. (Cfr."La voluntad de creer" (1897), Pp. 9-37).

No obstante, a pesar de que James es muy conscientey apoya el descubrimiento y los avances científicos de su

época, sigue teniendo para él, un valor fundamental y devital importancia en su discurso el hecho de la “dudapráctica”, que le permite tomarse la libertad de seguirpensando y cuestionando todo cuanto sea posible decomprender a través de la experiencia; ya que, de éstemodo; la veracidad de las opiniones, pueden modificarsey perfeccionarse o suprimirse, por su falta de utilidadpara la vida cotidiana o social; además nos recuerda queya sea por las teorías científicas o por los postuladosde fe en determinadas creencias, ambas deben ser tomadascomo medios y nunca como fines en sí mismas que nosimpidan cuestionar sus fundamentos, y ver hasta quépunto, nos resultan verídicas, tal y como la historia delpensamiento nos lo ha demostrado en múltiples ocasiones,inclusive, de verdades que creíamos en otro tiempoinamovibles; él escribe:

“Sin embargo, teniéndome como un completoempírico, tanto como alcanza mi teoría acerca delconocimiento humano, vivo en la fe práctica de quedebemos seguir experimentando y pensando sobrenuestra experiencia, pues sólo así pueden adquirirmás certeza nuestras opiniones; pero sostener quecualquiera de ellas, sea cual fuere, no serásusceptible de corrección o interpretación nueva,creo que es actitud profundamente errónea, y aunpretendo no engañarme al decir que lo demuestra todala historia de la filosofía”. (Cfr. "La voluntad decreer" (1897), Pp. 9-37).

Y en “Pragmatismo” escribe:

“Todo pensamiento humano es discursivo;cambiamos ideas; prestamos y pedimos prestadasverificaciones, obteniéndolas unos de otros pormedio de intercambio social. Todas las verdadesllegan a ser así construcciones verbales que se

almacenan y se hallan disponibles para todos”. (Cfr.JAMES, William. “El pragmatismo” (1907), P 77).

De esta manera, en nuestras sociedades lo único quetenemos como verdad es algo así como un “almacén” deexperiencias y de creencias que damos por ciertas y delas cuales hemos de usar en las circunstancias que seannecesarias ya para defender una idea, ya para comprobar omodificar un hecho de nuestra realidad. Ello no implicadesconocer que cada cultura tiene su “almacén” propio yque este puede ser tan válido como lo es el que cada unode nosotros considere como un tesoro y que en muchascircunstancias podemos compartir o intercambiar con losdemás en pro de una mejora de nuestro arsenal deinformación y creencias.

Desde antes de las ideas de James, y aún hoysuponemos que, nunca ha existido para la historia delpensamiento una medida, o canon ultimo, que determine loque ha de ser tomado como “Verdad absoluta” u objetiva;todos y cada uno de nuestros conocimientos pueden ser, enun momento determinado, cuestionados, reformados uolvidados cuando ya carezca de sentido significativo ennuestro avance social; este es para él el únicofundamento de lo que sería una correcta aproximación a la“verdad” en muchos de nuestros asuntos socioculturales,políticos, económicos, científicos, filosóficos oreligiosos, que se han dado a través de la historia delpensamiento humano.

Todo puede ser susceptible de un cambio o de unamodificación con el pasar del tiempo, todos nuestrospensamientos pueden moverse entre lo uno y lo múltiple;“nada permanece, todo está en continuo cambio” (cfr.AA.VV. Historia de la Filosofía (1980) traducción alespañol, editorial progreso, surgimiento entre lacontraposición entre dialéctica y metafísica. Heráclito.

Moscú: Rusia. P 55); tal y como ya lo había enunciadoHeráclito de Éfeso tiempo atrás.

James escribirá en “el significado de la verdad”que:

“Mediante la masa de creencias de que yaestamos en posesión, operamos intelectualmenteasimilándolas, rechazándolas o reordenándolas endiversos grados. (JAMES, William. “El significado dela Verdad” (1909), P 52).

En las ideas de James, dicho movimiento sistemáticode lo que el concepto de “verdad” y de sus implicacionespueden llegar a ser, a modificarse, cambiarse odemostrarse, es solo, si se puede decir así, cuestión deun “punto de vista” y este puede ser modificable conmayores investigaciones o reflexiones ya que como lo haescrito el autor:

“Nunca se ha admitido un fiel universal para loque debe ser considerado como realmente verdadero.Disputan algunos por tal, al criterio externo parael momento de la percepción, el cual puede estar yaen la revelación, ya en el consensus gentium, ya en losinstintos del corazón, ya en la experienciaorganizada de la raza. Consideran otros que el dichofiel de la verdad es el propio momento perceptivo,el cual, para Descartes, está constituido por susideas claras y distintas garantizadas por laveracidad de Dios; para Reid por su "sentido común",y para Kant por sus formas de juicio sintético apriori. La imposibilidad de concebir "el contrario";la posibilidad de demostración mediante lossentidos; la posesión de determinada unidad orgánicacompleta, o relación recíproca realizada cuando unacosa es su otro yo, son otras tantas basessistemáticas empleadas para justipreciar la verdad.

La muy venerada evidencia objetiva jamás apareceaquí triunfante: es una mera aspiración o Grenzbegriff,hacia el ideal infinitamente remoto de nuestra vidapensadora”. (Cfr. "La voluntad de creer" (1897), Pp.9-37).

Y en pragmatismo james escribe acerca de lapluralidad en la “verdad”, aplicable también a lasverdades religiosas:

“Nuestra interpretación de la verdad es unainterpretación de verdades, en plural, de procesosde conducción realizados in rebus, con esta únicacualidad en común, la de que pagan. Paganconduciéndonos en, o hacia alguna parte de unsistema que penetra en numerosos puntos de lopercibido por los sentidos, que podemos copiar o nomentalmente, pero con los que en cualquier caso noshallamos en una clase de relación vagamentedesignada como verificación. La verdad para nosotroses simplemente un nombre colectivo para los procesosde verificación, igual que la salud, la riqueza, lafuerza, etcétera, son nombres para otros procesosconectados con la vida, y también proseguidos porquesu prosecución retribuye. La verdad se hace lo mismoque se hace la salud, la riqueza y la fuerza en elcurso de la experiencia”. (Crf. JAMES, William. “Elpragmatismo” (1907), P 77).

James ha querido mostrar y señalar en todos susescritos y en su filosofía pragmatista, que no existe unaúnica “verdad objetiva” sobre ninguna cosa, ni en lapolítica, ni en la ciencia, ni en la filosofía, ni aún enla Religión y sus verdades, o entre lo uno y lo múltiple,y de forma más precisa, cuando escribe en el siguientepárrafo de una manera brillante, acerca de los postuladosque han tratado de enunciarse como tal (verdad absoluta uobjetiva); él dirá:

Alegar que ciertas verdades la poseen en laactualidad (la objetividad), es sencillamente decirque cuando las creéis ciertas y son ciertas, hanalcanzado la verdad objetiva y nunca de otro modo.Pero, positivamente, la convicción que cada unotiene de que su evidencia posee el carácterobjetivo, es sólo otra opinión sobreañadida. ¡Paraqué inmenso número de contrarias opiniones se hainvocado la evidencia objetiva y la certidumbreabsoluta! El mundo es racional en todas sus partes —su existencia es el último hecho tangible; existe unDios personal— un Dios personal es inconcebible;existe un mundo físico extra-mental inmediatamenteconocido— la mente sólo puede conocer sus propiasideas; existe un imperativo moral —la obligación noprocede sino de los deseos; existe en todo ser unprincipio espiritual permanente— no existen sinomudables estados mentales; hay una cadena sin fin decausas —sólo existe una causa primera absoluta;obedece todo a una necesidad eterna—todo es libre;existe un plan—no hay plan; todo procede de unaUnidad primaria—el origen es múltiple; hay en lascosas universal continuidad—el mundo es discontinuoesencialmente; hay un infinito—¿quién lo ha visto?;todo es esto... todo es aquello... Nada ha habidoque no haya sido invocado por absolutamente cierto ypor absolutamente falso. (Cfr. "La voluntad decreer" (1897), Pp. 9-37).

De esta manera, si se ve la verdad y la creenciacomo algo inamovible, cabria también la pregunta ¿paraquién la verdad es inamovible?...y si esta pregunta fueseposible de ser respondida entonces uno podría decir quela verdad es inamovible para quien realmente lo cree así,en otras palabras, la verdad es única para quien desea deverdad que su verdad o algún tipo de verdad sea única. Lahistoria nos ha mostrado en no innumerables veces que loque en un tiempo fue verdad y muy apreciada e inclusive,

muy defendida como cierta y absoluta, con el paso deltiempo y de nuevos discursos puede comenzar a tambalearseen sí misma ya por falta de utilidad o ya porque carecede los soportes necesarios de la comprobación o del apoyocomún para que se sostenga como tal.

Las leyes humanas y físicas son susceptibles de sermodificabas, derogadas, perfeccionadas, discutidas,comprobadas, ignoradas, puestas en común, creídas ensecreto o de forma particular, impuestas o no a lafuerza, y aun así nada permanece como eterno oinamovible ya que hasta les leyes religiosas son verdaden razón de la comunidad de personas que las usen o quelas crean verdaderas para la vida privada o la vida encomún; qué no decir de las leyes de la naturaleza que apasar de su universalidad no se hallan acabadas aun ysiempre estas propensas a ser mejoradas oreinterpretadas.

Es la finalidad de una teoría o creencia lo que lapuede hacer cierta y valiosa para una determinadacomunidad, y no su origen; esta afirmación que hace Jamestiene su razón de ser en que para él el centro delpragmatismo es la utilidad de las ideas y no suprocedencia:

“No perdamos de vista el hecho de que cuando atítulo de empíricos rechazamos la doctrina de lacertidumbre absoluta, no por esto damos de mano anuestro anhelo o esperanza en la verdad misma.Aunque con alfileres, apuntalamos nuestra fe en suexistencia, y aun creemos que a medida que nuestraexperiencia se acumula y sobre ella alzamos nuestravida mental, conquistamos mejores posiciones parapoder ganar la verdad ansiada. Nuestra grandivergencia de los escolásticos está en el caminoque emprendemos: se halla el fundamento del sistemade éstos en el arranque, en el origen, en el terminus

a quo de su pensamiento; el valor del nuestro estribaen el punto de llegada, en el fin, en el resultado,en el terminus ad quem. Lo que ha de decidirse no esde dónde se parte, sino a dónde se va. A un empíricono le importa de dónde pueda llegarle una hipótesis,ni si por medios rectos o torcidos, traída por lapasión o por el capricho, pues si el siguientediscurso del pensamiento, continúa confirmándola,quedará definida su certeza.”. (Cfr. "La voluntad decreer" (1897), Pp. 9-37).

Y de una forma un tanto extrema al afirmar enpragmatismo que:

El valor práctico de las ideas verdaderas sederiva, pues, primariamente de la importanciapráctica de sus objetos para nosotros…Escompletamente evidente que nuestra obligación dereconocer la verdad, lejos de ser incondicional, essumamente condicionada. La Verdad, en singular y conmayúscula, exige abstractamente ser reconocida, perolas verdades concretas en plural, necesitan serreconocidas sólo cuando su reconocimiento esconveniente. Debe preferirse siempre una verdad auna falsedad cuando se relacionan ambas con unasituación dada, pero cuando no ocurre así la verdadno constituye más deber que la mentira. (Crf. JAMES,William. “El pragmatismo” (1907), P 71).

De otra parte, regresando a los asuntos de lacreencia y de la fe, james es muy claro en su pensamientocuando sabe y escribe que es gracias a nuestradeterminación y fe en algo, que decidimos emprender unabúsqueda constante y sincera por lo que nos interesa demanera apasionada, y que esta fe, nos conforta enmúltiples momentos de nuestra vida: “Jamás la ciencia,nos dice, hubiese avanzado en la medida que lo ha hecho,si cuantos a su progreso contribuyeron no hubiesen puesto

en sus investigaciones el apasionamiento que encendierala fe en el porvenir de su trabajo”.

Y es que para él, siempre la fe y las creencias sony serán el motor que encienden la búsqueda del hombre porla verdad de las cosas, y aun, aunque no encuentre laverdad de un hecho tal de forma inmediata, siempre tendrála fe suficiente para aguardarlo. Aún más, la fe paraJames representa una instancia en la cual la “verdad deuna creencia”, que aunque no pudiese ser demostrada pormedios científicos, tiene validez en la medida en quefortalece la esperanza del hombre en dicha búsqueda de loque se cree, y ello con mayor razón cuando se trata decreencias morales.

“Las cuestiones morales hemos de resolverlas, porqueasí lo exige su planteamiento, sin pruebassensibles. Una cuestión moral no atañe a nada decuanto hiere nuestros sentidos, sino a lo que esbueno o lo sería si existiera. De lo primero es laciencia quien se encarga de hablarnos; mas parajustipreciar los valores comparados de lo que existey de lo que no, debemos consultar lo que Pascalllamaba nuestro corazón, porque la ciencia nada nosresolvería. Esta misma no hace sino invocar sucorazón cuando proclama que la certeza infinita delhecho y la rectificación de las creencias falsas sonel supremo bien del hombre. Y si le exigís pruebasno podrá sino repetir su afirmación como un oráculo;a lo sumo os aducirá una en la sencilla afirmaciónde que tal certeza y tal rectificación son manantialde bondades para el hombre, según su propio corazónle advierte”. (Cfr. "La voluntad de creer" (1897),Pp. 9-37).

Es pues una cuestión de Voluntad, esto es, de unalibre decisión , el hecho de que tengamos por ciertas ono, cierto tipo de creencias y a la vez, es también una

cuestión de voluntad el que a través del dialogo y losargumentos más eficaces y convincentes, que decidamoscambiar de creencias.

“La cuestión de tener o no creencias morales,la decide nuestra voluntad. ¿Son falsas overdaderas, o bien meros fenómenos biológicos porlos cuales apreciamos individualmente las cosas,indiferentes en sí mismas, como buenas o malas? ¿Esnuestra inteligencia quien deba fallar el pleito? Siel corazón no quiere, jamás ella podrá llevarnos a lacreencia en ese mundo de realidad moral”. (Cfr. "Lavoluntad de creer" (1897), Pp. 9-37).

James sabe que ante los postulados morales solopodemos, o aferrarnos a ellos y defenderlos con buenos yconvincentes argumentos, o simplemente, cambiarlos poraquellos que nos parezcan más sensatos; sin embargo,sigue siendo un asunto de creencia el que los aceptemos ono. No se trata acá de si pueden ser demostrados a travésde algún método científico o natural, se trata de cuál deesos postulados o teorías podrían ser más loables ybeneficiosas para cada uno o para cada sociedad. y yaque, en definitiva, es una opción ante cuestiones moralesque se nos pueden presentar a diario, el que sean más omenos certeras o verdaderas, en suma, carece deverificabilidad por nuestros medios y solo queda esperarque, de acuerdo a la “omnisciencia divina”, la decisiónque tomemos sea la mejor. Y en razón de ésta defensa delas verdades y/o creencias y su oposición ante ellas,James escribe:

“El escepticismo mefistofélico satisfará mejorque el idealismo alguno de los instintosintelectuales. Personas hay tan frías de corazón pornaturaleza (hasta en la edad de las pasiones), quepadecen anestesia absoluta para las hipótesismorales, y ante cuya presencia el defensor de

cualquiera de éstas se siente turbado, porque, alparecer, tienen ellas de su parte la evidenciademostrativa del conocimiento científico, mientrasque el moralista parece apóstol sencillo influidosólo por infantil credulidad ardientementecomunicativa. En su difícil posición, sin embargo,fortalecido y estimulado por la sinceridad, no searredrará, bien consciente de que no obra comoimpostor, pues con Emerson, se dirá que existe unreino en donde todo ingenio y toda intelectualidadno son superiores a la astucia de una zorra. Elescepticismo moral no puede probarse ni refutarsepor la lógica como el escepticismo intelectual.Cuando nos aferramos a una verdad (de cualquiera deambos géneros) ponemos en ello todo nuestro serateniéndonos a los resultados; lo propio que elescéptico, con igual ardor, adopta la actituddubitativa. En cuanto a quien acierte, sólo puedesaberlo la Omnisciencia infinita”. (Cfr. "Lavoluntad de creer" (1897), Pp. 9-37).

En lo referente a la existencia de la fe, él nosdice que ésta depende del empeño de las voluntadesindividuales que las personas de un tipo de creenciadepositan los unos en los otros, pues si no hay unconsenso general en un esfuerzo por mantener dicha fe,esta pierde su utilidad y se desvanece.

“El resultado de la acción cooperativa demuchos individuos independientes entre sí noexistiría sin la fe precursora de unos en otros. LosEstados, los ejércitos, el comercio, un colegio, unequipo atlético, existen bajo tal condición cumplidapor todas y cada una de las personas componentes; ysin tal fe previa desaparecería hasta el objetivo detales asociaciones”. (Cfr. "La voluntad de creer"(1897). Pp. 9-37).

Y para cerrar el asunto de la fe y de los hechos dela ciencia como los únicos verdaderos, él escribirá, confrases que tienden a mostrar más su lado de creyente quede hombre de ciencia, que:

“Hay, pues, hechos cuya existencia depende, enabsoluto, de la fe en su advenimiento. Y si la fe enun hecho puede crear el hecho, es atrevida ypretenciosa la lógica mantenedora de que la fe sincompleta evidencia científica es "la más detestableinmoralidad en que pueda caer un ser pensante". Tales, sin embargo, la lógica con que pretenden regularnuestra vida esos absolutistas científicos”. (Cfr."La voluntad de creer" (1897), Pp. 9-37).

De otra parte, regresando a la idea de la religión,en “Las variedades de la experiencia religiosa”, James leda un sentido filosófico válido a la idea de la religióncomo un conjunto de creencias colectivas que suponen unorden social, el cual, no es producto de laindividualidad sino de la colectividad; así pues paraJames la religión y su origen está determinado por unorden complejo de creencias socioculturales. El nos dice:

“La mayoría de los libros sobre filosofía de lareligión pretenden comenzar con una definiciónprecisa de su contenido esencial. Algunas de estassupuestas definiciones posiblemente nos apareceránen otras partes de este curso y no seré tan pedantecomo para enumerarlas ahora. Sin embargo, el hechoreal de que hay tantas y tan diferentes essuficiente para probar que la palabra “religión” nopuede significar ningún principio o esenciaindividuales, sino que más bien es un nombrecolectivo”. (Cfr. JAMES, William. “Las variedadesde la experiencia religiosa” (1902), P 16).

La idea sobre los sentimientos y creenciasreligiosas, ésta también enfocada, por parte de James, apensar en la religión como una “creencia útil ypositiva”, y como señal de una mente sana cuando laexperiencia humana de ésta, dirige a los hombres al bien,a la bondad, a la fraternidad y a evitar el mal, tantopara las otras personas, como para sí mismos. De otraparte el autor nos hace una clara diferenciación entrecuales son para él los dos tipos de ideas sobre lareligión y como diferenciarlos para poder tratar deentender los límites de cada una de estas partes; asípues, él escribe:

“Una manera de hacerlo fácilmente estriba enseñalar los aspectos del tema que dejaremos de lado.Al comienzo, tropezaremos con una profunda divisióndel terreno religioso. Por un lado, se sitúa lareligión institucional, por otro, la personal. Comodice Sabatier, una vertiente de la religión atiendea la divinidad, la otra no pierde de vista alhombre. Culto y sacrificio, procedimientos paracontribuir a las disposiciones de la deidad,teología, ritual y organización eclesiástica, sonlos elementos de la religión en la vertienteinstitucional. Si nos tuviésemos que limitarnecesariamente, tendríamos que definir la religióncomo un arte externo, el arte de obtener el favor delos dioses. En la vertiente más personal de lareligión, por el contrario, constituye lasdisposiciones internas del hombre el centro deinterés, su conciencia, sus merecimientos, suimpotencia, su incompletud. Y pese a que el favor deDios ya esté perdido o ganado, sigue siendo un hitoesencial de la historia, y la teología desempeña enél un papel vital: los actos a los que este génerode religión incita no son rituales sino personales.El individuo negocia solo, y la organizacióneclesiástica, con sus sacerdotes y sacramentos y

otros intermediarios, se encuentra en posicióntotalmente secundaria. La relación va directamentede corazón a corazón, de alma a alma, entre elhombre y su creador”. (Cfr. JAMES, William. “Lasvariedades de la experiencia religiosa” (1902), P17).

Sin embargo el interés de James en todas susconferencias, exceptuando la última de ellas, se centraráen la idea de la religión como la relación entre elhombre y sus creencias personales; esto es, a James no leinteresará tanto la institucionalidad de la Religiónsino, la forma como cada individuo siente la relación desus creencias con su vida y por ello escribe:.

“El individuo negocia solo, y la organizacióneclesiástica, con sus sacerdotes y sacramentos yotros intermediarios, se encuentra en posicióntotalmente secundaria. La relación va directamentede corazón a corazón, de alma a alma, entre elhombre y su creador”. (Cfr. JAMES, William. “Lasvariedades de la experiencia religiosa” (1902), P17)

Por lo tanto, al no querer hablar sobreinstitucionalidad en el concepto de “religión”, él decidehablar solo de “conciencia religiosa” como sinónimo de“Religión” durante todas sus conferencias, excepto, laúltima. Es importante aclarar que esta separación quehace James pudiese ser producto de su tradiciónprotestante, en la cual, lo más importante, no era lainstitucionalidad religiosa, como sí lo sería en lascreencias cristianas Católicas, sino la relación intimadel hombre para con lo que cree, como sucede inclusivehoy en día, con todas las sectas de pensamientoprotestante. Sin embargo ello, a mi modo de ver, no restabrillantez a su análisis sobre lo que la religión y las

creencias representan para el ser humano. El justificaráesta separación por las siguientes razones:

“Propongo que en estas conferencias ignoremospor entero la vertiente institucional; nada digamosde la organización eclesiástica, consideremos tanpoco como sea posible la teología sistemática y lasideas sobre los propios dioses, y nos limitemostanto como nos sea posible a la pura y simplereligión personal.

Para algunos de vosotros la religión personaltratada con sobriedad tal os parecerá, sin duda, unacosa demasiado incompleta para merecer el enunciadogeneral. “Es una parte de la religión - diréis -,pero nada más que su rudimento desorganizado. Si lahemos de considerar aparte, mejor sería decir laconciencia o la moral del hombre en lugar de sureligión. El sustantivo “religión” deberíareservarse al sistema plenamente organizado desentimiento, pensamiento e instituciones; para laIglesia, en definitiva, de la que esta llamadareligión personal no es sino un elementofraccionario”. Al hablar así sólo se demostrará máscrudamente que la cuestión de la definición tiende aconvertirse en una disputa nominalista.

No deseo prolongar esta polémica y aceptarécualquier nombre para la religión personal que mepropongo tratar. Llamémosla conciencia o moralidad,si así lo preferís; bajo cualquiera de estos nombresserá igualmente digna de nuestro estudio. Yo mismocreo que, en última instancia, resultará quecontiene algunos elementos que la moralidad simple ypura no contiene; son éstos los elementos que deinmediato intentaré precisar. Así, pues, continuaré

aplicando la palabra “religión” y, en la últimaconferencia, presentaré las teologías y los sistemaseclesiásticos y diré alguna cosa al respecto”. En ciertaforma la religión personal vendrá a demostrar que esfundamental en mayor medida que cualquier teología osistema eclesiástico.

Las iglesias, una vez establecidas, viven portradición de segunda mano, pero los fundadores de cadaiglesia debían originalmente su poder al hecho de sucomunión personal directa con la divinidad. No sólolos fundadores sobrehumanos, Cristo, Buda, Mahoma,sino también todos los creadores de sectascristianas han experimentado en esta situación. Porconsiguiente, la religión personal todavía deberíaparecer la cosa primordial, incluso a quienes siguenconsiderándola completa sólo parcialmente. (Cfr.JAMES, William. “Las variedades de la experienciareligiosa” (1902), P 17).

En mi moderado conocimiento de lo que la religiónrepresenta para el hombre y como esta es capaz de modelarsu conducta de una manera muy positiva en muchos de loscasos y de cómo en algunos otros la empeora, me gustaríaañadir, con James, que todo tipo de creencia es unaexperiencia personal del hombre con lo que este consideretrascedente y por tanto superior y extraordinario, queestas formas de creer le ayuden a ser mejor o aencontrarle un mejor sentido a lo que hace y vive yaconsigo mismo y para con lo demás, es un hecho innegablecomo también lo es el que a través de la vida la creenciamengue o se reafirme.

Las creencias particulares se configuran como unsoporte, como una ayuda necesaria para continuar con lavida misma y la de los demás, en mi parecer, es un hechoconstatable que la religión aunque sea institucional,siempre mueve a la interiorización de “principios” quecada individuo adopta de acuerdo a su utilidad moral y asu conveniencia vivencial, hoy en día, en razón de quelas grandes religiones no responden positivamente a lasnecesidades de grupos tales como los homosexuales, losmás pobres y los discriminados por sus particularidadesen el vivir, estas personas han comenzado a exigir otransformar los “preceptos” que antes eranincuestionables y se han ido apoyando en los mismos paradefender sus formas particulares de fe. Cabriapreguntarse entonces y ¿por qué lo hacen? ¿Por qué nomiran en la religión un enemigo sino un aliado? ¿Por quésu afán en justificar desde la religión el amor propio yel amor a sus formas particulares de ver la vida y de versu interacción con ella y con los demás?...¿es lareligión como el hecho institucional de mantener una fe,la única forma como los seres humanos valoran suscreencias? Ciertamente la experiencia ha demostrado queno, que más allá de lo que la institución les acoja o no,ellos siempre buscaran la manera de hacer que sucreencias y sus vidas tengan un reconocimiento desde losprincipios, que aun con carácter general, son reubicadoscon sentido apropiado a cada una de las formas deentender y de vivir la realidad que cada uno experimentaa diario, y es ahí, en esa realidad, en la cual laspersonas hacen de sus creencias una fuerza mayor a lamera institucionalidad.

Las aclaraciones de lo que es “religión” en Jamesquedan precisadas cuando él señala que en susconferencias sobre este tema, ha de entender dichoconcepto como los sentimientos, actos y experiencias queseres humanos experimentan por sí mismos cuando tratan detener una comunión con la divinidad. En consecuencia,dice James:

“La religión tal como ahora os pido arbitrariamenteque consideréis, para nosotros querrá significar lossentimientos, los actos y las experiencias de hombres particulares ensoledad, en la medida en que se ejercitan en mantener una relacióncon lo que consideran la divinidad. Ya que la relación puedeser moral, física o ritual, es evidente que fuera dela religión, en el sentido que la tomamos, creceránsecundariamente teologías, filosofías yorganizaciones eclesiásticas”. (Cfr. JAMES, William.“Las variedades de la experiencia religiosa” (1902),P 18).

Es de aclarar también, que la Palabra “divinidad” enJames, no hace alusión a un “Ser personal” sino a unarelación entre el hombre y lo que este considere comoimportante como creencia para rendirle culto en subúsqueda de la trascendencia. Él escribe:

En consecuencia, cuando en nuestra definiciónde religión hablamos de la relación del individuocon “lo que él considera la divinidad”, debemosinterpretar el término “divinidad” en muy ampliosentido, denotando cualquier objeto que poseacualidades divinas, se trate de una deidad concretao no. (Cfr. JAMES, William. “Las variedades de laexperiencia religiosa” (1902), conferencia 1 P 19).

Pero son las ideas del bienestar, del respeto haciasí mismo y los demás, de la unidad de una comunidad bajoun credo y unas leyes determinadas, de la colaboración,de la moralidad y mejoramiento constante tantoindividual como social y cultural, las que hacen que losseres humanos tiendan a la conformación del culto y de laReligión.

A si, pues, las personas se inclinan a las creenciaspor que estas les ayudan a la convivencia, porque lesayudan a entender la diferencia entre sí y el orden delmundo; y entre lo humano y lo que se podría considerarcomo “divino”, entendiendo este concepto como lo que notiene una explicación totalmente clara y/o racional desdelo cotidiano o desde lo experimental. Es por eso que enla segunda de sus conferencias James la titula “larealidad de lo no visible”, con lo cual inicia toda unaapología, si se quiere, sobre “aquello que existe, aunqueno lo podamos ver de alguna forma física. Él escribe:

Si nos pidiesen que caracterizásemos la vida dela religión por medio de los términos más amplios ygenerales posibles, podríamos decir que consiste encreer en un orden no visible y que nuestra felicidadestriba en ajustarnos armoniosamente a él; laactitud religiosa del alma consiste en afirmar estadoble creencia… Nuestras actitudes morales,prácticas, emocionales y religiosas se deben a los“objetos” de nuestra conciencia, a aquellas cosasque creemos que existen, sea real o idealmente.Estos objetos pueden estar presentes ante nuestrossentidos o bien únicamente en nuestro pensamiento,en cualquiera de los dos casos reaccionamosfrecuentemente con fuerza tanto en un caso como enotro, con independencia de que el objeto sea o no

accesible a nuestros sentidos…Pero además de lasideas de los objetos religiosos más concretos, lareligión está saturada de objetos abstractos quedemuestran tener un poder semejante…de la creenciaen un objeto que no podemos ver. (Cfr. JAMES,William. “Las variedades de la experienciareligiosa” (1902), conferencia 1 P 28).

Este carácter de lo transcendente, que solo puedeser sentido desde la experiencia personal y vivencial delser humano cuando éste se encuentra buscando lo divino,solo es posible, si se deja de lado toda pretensiónracional de explicación de lo divino; James dirá que escomo una especie de Intuición que sabe que hay “algomucho más allá” que la mera racionalidad y materialidadde lo que los sentidos externos nos pueden comunicar.

“Si tenemos alguna intuición, proviene de unnivel más profundo de nuestra naturaleza que elnivel verbal donde reside el racionalismo. Todanuestra vida subconsciente, nuestros impulsos,nuestras creencias, nuestras necesidades, nuestrasintuiciones han preparado las premisas y nuestraconciencia siente ahora el peso de los resultados;algo dentro de nosotros sabe con certeza que éstoshan de ser más verdaderos que ninguna otra charlaracionalista deducida por la lógica, por másinteligente que sea, que los pueda contradecir. Estainferioridad del nivel racionalista para fundamentarla creencia se manifiesta tanto cuando elracionalismo argumenta a favor de la religión comocuando lo hace en contra”. (Cfr. JAMES, William.“Las variedades de la experiencia religiosa” (1902),conferencia 2 P 37).

De esta manera, la religión es como una trama, que apesar de nacer como un sentir individual, se transformaen colectivo cuando es comunicada a otros, y se convierteen un reflejo en común, en el cual, la sociedad entretejesus temores y sus esperanzas con el fin de darle sentidoa sus ocupaciones, tanto físicas como intelectuales ymorales. El sentido de la experiencia de la religión comoel hecho de que yo no soy quien hace que todo sea sino,que yo soy parte de lo que es y lo que está en lanaturaleza y en la vida, es lo que se podría llamar comoel sentimiento de “creencia religiosa”; sin embargo, parael pensamiento de James, la religión es tambiénimportante, en cuanto que esta le ayuda a las personas afortalecer sus valores cívicos, intelectuales, políticos,sociales y morales para que viva en paz con los demás.

La intuición que nos brindan las “Verdadesreligiosas”, está mucho más allá que la sola percepciónque nos brindan los sentidos o las teorías que podamoshacer de las cosas, del mundo y de nosotros. Ellas (lasverdades religiosas) son casi imposibles de sermodificadas fácilmente cuando se han arraigado en loprofundo del “alma”. Éstas, son “verdades” que seencuentran y tienen sus certezas fuera del ámbito de loracional o evidente de un discurso; o inclusive, de lossentidos; y por ello, aunque sepamos que existanbrillantes y “mejores” disertaciones sobre el mundo ysobre lo que existe y podamos sentir; nada supera latranquilidad y el gozo que puede darnos las “verdades”del sentimiento religioso genuino en nosotros. Según loafirma James:

“Aquí, lo que establece el núcleo original dela verdad es siempre nuestra creencia intuitiva, ynuestra filosofía articulada verbalmente no es másque su espectacular traducción en fórmulas; loprofundo es la seguridad no razonada e inmediata de

la cual el argumento razonado tan sólo constituyeuna exhibición superficial: el instinto guía, lainteligencia sigue. Si una persona siente lapresencia de un Dios viviente tal como hemos vistoen los casos citados, vuestros argumentos críticospor elevados que sean, intentarán cambiar su fe envano”. (Cfr. JAMES, William. “Las variedades de laexperiencia religiosa” (1902), conferencia 2, P 38).

En “variedades de la experiencia religiosa”, Jamesnos dice que la creencia, puede adquirir sentido prácticoy útil, si ésta, no se convierte en una forma defanatismo o se le diese el valor de ser la únicaposibilidad de “verdad objetiva”, o de conducta única devida para sus miembros; ya que ella, nos puede mostrardesde lo empírico y/o práctico, que la vida humana, aunbajo la reglamentación de una creencia (o religióninstitucional o particular), puede dar resultados muypositivos en la lucha por la equidad y la igualdad y parala conformación y organización de la vida individual ysocio-cultural.

Así pues, la importancia de la creencia religiosaradicará, no en que ésta de por sí, sea ya una “verdad”,sino que, por el contrario, la experiencia religiosa deuna creencia puede ser tomada como una “herramientapráctica” que fortifique nuestra convivencia sobre lascosas que pudiésemos considerar como verdaderas,favoreciendo las relaciones entre la vida y conductaindividual y las vivencias cotidianas, sociales,políticas, científicas o de las mismas “religionesInstituidas” como posibles garantes de verdad y quedefiendan la igualdad y los derechos colectivos dandobienestar a la comunidad donde ésta se practique.

La creencia religiosa debe desarrollar en laspersonas un “sentimiento” de armonía, de paz interior con

los demás y consigo mismo, y principalmente de felicidad.Debe mostrar la relación existente del hombre con lanaturaleza; debe ser un instrumento que le permitaguiarse y guiar a otros en las posibles decisiones quedeba tomar ante la concertación y adopción de las leyes oante la autoformación ética y moral de sí mismo, y así,poder conformar e integrar una sociedad humana y justadonde prevalezca el respeto por la vida y la dignidad detodos los miembros de la comunidad. James nos dice que laprueba de ello, es el sentimiento de felicidadsobrenatural que los individuos experimentan en este tipode “creencias religiosas” y por lo tanto la adoptan comoverdadera sin más requerimientos que la promesa de dichafelicidad.

“Debemos reconocer que las formas más complejasde experimentar la religión son formas nuevas deproducir felicidad, maravillosos caminos interioreshacia una felicidad sobrenatural, cuando el primerdon de la existencia natural, con harta frecuencia,es la infelicidad. A partir de estas relaciones entre religión yfelicidad, tal vez no nos sorprenda que los hombresmiren la felicidad que comporta una creenciareligiosa como prueba de su verdad. Si un credo hacefeliz a un hombre, éste lo adopta enseguida: una delas “inferencias inmediatas” de la lógica religiosaque, correctamente o no, usan los hombres consisteen que “si esta creencia debe ser cierta, lo es”.(Cfr. JAMES, William. “Las variedades de laexperiencia religiosa” (1902), conferencia 4 y 5 Pp.40 y ).

De esta manera, el que una creencia sea compartidapor un grupo de personas, hace que ella, se constituya enun “Bien Práctico”, que les permite armonizar sus vidas

en un principio exterior y neutral carente de deseosindividuales y egoístas, ya que no debe entenderse éstareligión (o la creencia religiosa) como un “productoefímero y variable” de la voluntad humana, (porque lafelicidad que les produce la sienten como sobrenatural),sino como un principio de una “voluntad superior”, queles ayudará a configurar sus vidas y sus necesidadesvitales entre ellos.

De otra parte, para James, las hipótesis o ideassobre cualquier asunto (ya sea religioso o moral eincluso social, filosófico, científico o político),pueden madurar hasta convertirse en una especie de“creencia” cuando esta se entiende como “un sentir vital”en una comunidad determinada en la que sus miembros esténdispuestos a actuar de manera decidida en razón de lo queellos creen, en contra o a favor de otras posibleshipótesis, ideas o creencias; ya sea para refutarlas,cuando no les convence (o convenga), o para reafirmarlase incluso cambiarlas, en cuanto desempeñen para ellos unuso práctico y efectivo en la vida de cada uno o en lavida socio-cultural, política o religiosa, tendránvalidez; james dirá en su ensayo “Las energías de loshombres”

“Las ideas liberan creencias y las creenciasliberan nuestras voluntades (uso estos términos sinninguna pretensión de ser “psicológico”), por cuantolos actos volitivos registran dentro la presión dela fe. Por esto, habiendo considerado la liberaciónde nuestra energía en reserva por medio deexcitaciones emocionales y de esfuerzos, sea o nometódicamente, debo ahora decir algo sobre las ideascomo nuestro tercer gran agente dinamogénico.

Algunas ideas contradicen a otras ideas y nosllevan a creerlas. Una idea que niega de este modouna primera idea puede ser ella misma negada por una

tercera idea, y la primera idea puede así conservarsu influencia sobre nuestra creencia y determinarnuestra conducta. Nuestro desarrollo filosófico yreligioso procede así por creencias, negaciones ynegaciones de negaciones. Pero sea por crear o pordestruir creencias, las ideas pueden no sereficaces, precisamente como un cable puede conducirelectricidad en un momento dado, y en otro momentono hacerlo. Aquí nuestra visión de las causas nosfalla, y solo podemos advertir los resultados entérminos generales. Generalmente, que una idea seauna idea vital depende más de la mente en la queestá arraigada que de la idea misma. (cfr. JAMES,William. Las energías de los hombres (1908), "Lasenergías de los hombres", William James (1906), IX,pp. 129-146.)

En la filosofía de James, las creencias no sonvalidas por lo que son en sí mismas, sino mejor, por loque hacen para quien o quienes creen en ellas, de estamanera pensar en una creencia, es por así decirlo, pensaren el factor dinámico que esta puede encerrar. Así, lafuerza de la creencia es una relación establecida por suuso práctico y su eficacia para interactuar consigo mismoy el mundo o en una comunidad como si fuera un vínculoque une las voluntades individuales en un ideal colectivode mejora y de bienestar social.

De ésta forma para el autor, las creencias quepudiesen resultar “verdaderas” no se podrían reducir soloa verificación científica o demostrable por algún métodomedible o verificable, sino que también seríanverdaderas, en cuanto que funcionen y ayudenindiscutiblemente en la distribución de la justicia y elorden social, y en estas creencias, más que las posiblesevidencias tangibles o demostrables científicamente,(siello fuese posible), deberían ser valoradas como tal, las

que en la práctica cotidiana, proporcionen consecuenciasbenignas y útiles para los individuos de la comunidad.

Para james las creencias no pueden cohibir nuestrasaspiraciones a la búsqueda de la verdad ya que si bien escierto que ciertas verdades carecen de evidencia, tambiénsería imposible encontrar evidencia de algo si primero nocreyéramos en ese algo; esta idea es similar a la delmedieval San Anselmo de Canterbury “Credo ut intelligam”(Creo para entender) (cfr. San, Anselmo (1952).Proslogion, capitulo 3ª sección- Capítulo I: Exhortacióndel espíritu a la contemplación de Dios. Obras Completas.Madrid: BAC).

Existe otro asunto importante en relación con lareligión y la coherencia entre ésta y el conocimientohumano denominado científico o lógico, si se quiere, y esla que tiene que ver con el concepto de “Razón” en James.Él piensa que la facultad de la Razón no es para con loshechos como si se conformaran en sí mismos, por suvirtud, “principios” inequívocos; sino, que mejor, es unavinculación de las cosas que aparecen en la naturalezapensante del hombre y de las relaciones lógicas que estosobjetos establecen entre la mente humana, la razón y elespacio en el cual se encuentran; y por lo tanto, lafacultad de la “Razón” por sí misma no puede serautosuficiente para determinar que existe y que no. Jamesdirá:

“Si la Razón debe o no ser considerada comoautosuficiente depende de lo que se entienda porRazón. Estricta y técnicamente, la Razón es unafacultad no de hechos sino de principios yrelaciones. Al margen de sus propios recursos nopuede establecer qué hechos existen; pero si le esdado un hecho, es capaz de inferir otro, y se suponeque mediante ciertos principios que posee, es capaz

de establecer con anticipación qué relaciones debentener unos hechos con otros, que las causas porejemplo, deben preceder y no seguir a sus efectos, yotras parecidas. (Cfr. William James, "Reason and Faith"(1905) en Burckhardt F., Bowers F. Y Skrupskelis I. (eds.), The Worksof William James, Cambridge, MA, Harvard University Press, 1982,IX, pp. 124 128.JAMES, William. Razón y fe (1906),Traducción castellana de Oihana Robador (2004) P 2)

En James y en su pensamiento, no le es propio a lafuerza de la razón, por sí misma, determinar laexistencia o no de Dios ya que no tiene, de por sí, dichafacultad siendo que solo le es dado hacer inferencias deacuerdo a los hechos de la experiencia que se le sonpresentados.

“La cuestión religiosa es del todo una cuestiónfáctica. ¿Existe o no un Dios? ¿Se encuentra el mundorealmente conducido por sus fuerzas más altas o por lasmás bajas? Sentir que las cosas son más altas o más bajas,pero confesar que las cosas más elevadas carecen depotencia, sería una conclusión irreligiosa. Sihubiera un Dios, la Razón podría ser teísta y decirque existimos junto a él, o panteísta y decir quesomos parte de él; pero la Razón tan sólo puedeinferir que exista un Dios a partir de los hechos dela experiencia, de su naturaleza en cuanto quenecesitan una causa, o del propósito quemanifiestan. Si entendemos la Razón en este sentidoestricto de una facultad de inferencia, nada es másnotable que su insuficiencia para extraerconclusiones religiosas con una base sólida”. (Cfr.William James, "Reason and Faith" (1905), P 2)

En cuanto a la fe, James nos dice que ésta es algoasí como una idea de certeza sobre algo que nonecesariamente puede ser cierto o no puede serlo; para él

la fe como el empleo de una “lógica de la probabilidad”en la cual la certeza sobre algo depende más de lavoluntad del ser humano que de la razón misma.

“La Fe emplea una lógica completamente distintade la lógica de la Razón. La Razón exige certeza yfinalidad para sus conclusiones. La Fe se conformasi las suyas parecen probables y casi juiciosas.La forma de la Fe es algo así: Si consideramos unadeterminada visión del mundo, siente que "Es adecuadapara ser verdadera"; "estaría bien si fuera verdadera,tendría que ser verdadera; podría ser verdadera; puedeser cierta", dice, "debería ser verdadera” continua;"Será verdadera", concluye, "para mí; esto es, voy aconsiderarla como si fuera cierta en lo que a miadvocación y acciones concierne".(Cfr. William James,"Reason and Faith" (1905), P 2)

Y en “La Voluntad de creer” él escribe:

“Hay, pues, hechos cuya existencia depende, enabsoluto, de la fe en su advenimiento. Y si la fe enun hecho puede crear el hecho, es atrevida ypretenciosa la lógica mantenedora de que la fe sincompleta evidencia científica es "la más detestableinmoralidad en que pueda caer un ser pensante".(Cfr. JAMES, William. “La voluntad de Creer”.(1856), "La voluntad de creer" (1897), Pp. 9-37).

También en “Pragmatismo”, James reafirma su creenciade fe en lo trascendente más que en las experiencias delos sentidos, al subrayar que para él, existe una certezamayor al pensar y creer que, “hay en la naturaleza unpoder que sobrepasa el entendimiento humano”; y que estose puede constatar, si se quiere, con las “pruebasofrecidas” por una experiencia religiosa genuina enrelación con la experiencia del mundo, al observar las

disposiciones de las cosas y su correlación con un ordenuniversal. James escribe que:

“Personalmente no creo en modo alguno quenuestra experiencia humana sea la más alta forma deexperiencia que exista en el Universo. Creo más bienque estamos en la misma relación con la totalidaddel Universo que nuestros perros y gatos lo estáncon la totalidad de la vida humana. Estos andan pornuestros recibimientos y bibliotecas. Toman parte enescenas cuya significación no comprenden; son tansólo tangentes a curvas de historia cuyos comienzos,fines y formas caen fuera de su comprensión. De igual forma nosotros somos tangentes conrespecto a la más vasta vida de las cosas. Pero, asícomo muchos de los ideales del perro y el gatocoinciden y los perros y los gatos tienendiariamente una prueba viviente del hecho, asítambién podemos creer, por las pruebas que laexperiencia religiosa nos ofrece, que existenpoderes superiores y que actúan para salvar al mundocon arreglo a líneas ideales semejantes a lasnuestras”. (Cfr. JAMES, William. “El pragmatismo”(1907), P 108).

Siguiendo con el asunto de lo religioso, cuandoJames piensa en la palabra “religión”, él se preguntacuál es su real fundamento lógico en la construcción deesta hipótesis para que se pueda estudiar con vistas a unacierto más o menos objetivo, ya que es imposible,encontrar un principio demostrable a nivel científico queconvalide su “verdad” objetiva de lo que la religiónrepresenta a nivel filosófico para el hombre de ciencia.

Él pensando en este posible fundamento escribe en“la voluntad de creer”:

“¿Qué viene a significar la hipótesisreligiosa?

La ciencia dice que las cosas existen; la Moralque unas son mejores que otras, y la Religión afirmaen síntesis: primero, que las cosas más comprensivasson las más perfectas, las más eternas (al modo dela proposición de C. Secretan, "la perfección eseterna", es decir, que no puede ser objeto dedemostración científica); segundo, que por creer laprimera proposición adquirimos una supremacíamoral”. (Cfr. JAMES, William. “La voluntad deCreer”. (1856), Pp. 9-37).

Sin embargo James sabe que ante una disyuntiva,siempre se debe tomar partido por una u otra opción, porlo que, según él, si no lo hiciéramos y permaneciéramosen el escepticismo de forma permanente, sería comorendirnos por suponer que, de suyo, la hipótesis de laverdad en ella, es ya una evidente equivocación. Estetemor haría que la discusión resultara desde un principiovana. James escribe:

“En primer lugar, que la religión se ofrece detal modo como una opción momentánea, y que en elinstante en que creemos, nos suponemos gananciososde un cierto bien vital, que perderíamos en casocontrario. En segundo término, que la religión senos presenta como una opción forzosa en cuanto hacerelación al bien que podemos perder. No es posiblerehuir la opción, declarándonos escépticos, enespera de más pruebas, porque aun evitándonos de talmodo el caer en el error de admitir la religión comouna verdad, perderíamos el bien que por ellaadquirimos, otro tanto que si optáramos por no

creer. …El escepticismo no es, pues, la evitación deoptar; es una opción con determinada especie deriesgo: arriesgar mejor la pérdida de la verdad, quela ocasión del error, tal es la divisa de losescépticos. Y así como el creyente sostiene sucreencia religiosa contra la negación, el escépticomantiene ésta contra la creencia.

Intentar someternos al escepticismo religiosomientras logramos alcanzar una "evidenciasuficiente", equivale a decirnos que, presentada lahipótesis religiosa, lo más prudente es rendirnos altemor de su errónea existencia, antes que a laesperanza en su certeza”. (Cfr. JAMES, William. “Lavoluntad de Creer”. (1856), "La voluntad de creer"(1897), Pp. 9-37).

Lo cual como sabemos de acuerdo a todo el discursodel Pragmatismo, sería el más grande de los errores deuna mente que busque la claridad en los asuntos de fe,James, pues, nos invita a ser intrépidos y no permitirnosque asuntos tan escabrosos como los referentes a lareligión y a la creencia, detengan nuestro afán y nuestrafacultad natural a la indagación, y es tal su invitaciónque nos dice:

“No existe, pues, tal oposición en dos bandos,en uno de los cuales militen todas las pasionescontra la inteligencia pura, sino que a ésta laimpulsan también elementos pasionales. ¿Y quégarantías de suprema omnisciencia pueden arrogarseéstos, para ser los guías del intelecto? Engaño porengaño, ¿qué pruebas hay de que el engaño por laesperanza sea de peor linaje que el engaño por elmiedo? Yo desobedezco el mandato de la Ciencia paracumplir mejor el hecho en que ella funda tal génerode opción; y sigo mi inclinación propia, guía

suficiente para permitirme, en casos como el quetrato, correr mi riesgo.

Si la religión es luz cuya incierta claridadcon esfuerzo vislumbramos, ¿por qué permitir quecoloquéis ante mis ojos, ansiosos de esa luz eterna,pantallas que me impiden poseerla en la únicaocasión oportuna, allegada por mi voluntariedad dearriesgarme a obrar por necesidad pasional, deconsiderar religiosamente el mundo, necesidad que yoaprecio como justa y hasta profética? No de otromodo suponemos nosotros la religión aun aldiscutirla en estos momentos, hipótesis viva, muyprobablemente cierta, que en los más de nosotrosactúa con fuerza de fe activa y aun acaso ilógica”.(Cfr. JAMES, William. “La voluntad de Creer”.(1856), "La voluntad de creer" (1897), Pp. 9-37).

En la “voluntad de Creer”, james desarrolla una ideamuy interesante sobre la “independencia y la libertad”que nos puede dar la religión cuando ésta es genuina;esta es una libertad que se fundamenta en la posibilidadde una autonomía de nuestra voluntad para obrar de una uotra forma que, a diferencia de las determinacionesmeramente materialistas que hacen de nuestrocomportamiento un producto determinado desde siempre, nosniegan dicha libertad; por lo tanto, la religión, vistade este modo, no puede ser, o podrá llegar a ser, unelemento opresivo y dictatorial de una única forma de verel mundo y las realidades de este, como en ocasiones loha pretendido la ciencia o algunas filosofías, alintentar colocar al hombre en un papel pasivo de surealidad en relación con el universo.

El mundo no es, desde la perspectiva de James, unente muerto y sin voluntad, ya que gracias a la realidaddel fenómeno de la religión, este puede serpersonalizado, y una vez hecho esto, se convierte para el

ser humano, no en un problema, sino en un ente conmúltiples posibilidades de ser conocido, y de interactuarcon él como si de otra persona se tratase. De estamanera, el mundo nos oculta realidades que superannuestra imaginación y que solo a través de nuestraexperiencia vivida, muchas verdades nos pueden sermanifiestas, ello hace que el mundo adquiera un nuevocolorido, que las creencias de renueven o se mantengan,por ejemplo, si en nuestra realidad solo existiese lamaterialidad del mundo y esta fuese razón suficiente paraque pudiésemos habitar de una forma equilibrada yecuánime con nosotros mismos y con nuestras realidadesfísicas y socioculturales, los seres humanos solo con lasdiferentes ciencias de la naturaleza nos bastaríamos pararecrear la existencia particular y general; sin embargo,y a la luz de la experticia de nuestra historia nos damoscuenta que la religión y la visión mística del mundo, nosolo como una “maquina” sino como un “otro”, persiste yes tan real y eficiente como lo son las explicacionesoportunas de la ciencia. James escribe:

El aspecto perfecto, eterno, del universo, estárepresentado en nuestras religiones como si tuvieranforma personal. Una vez adquirida la fe religiosa,el universo dejará de ser para nosotros un mero elloy será un tú, verdadero interlocutor invisible. Así,aunque en cierto sentido, aparecemos siendopartículas pasivas del universo, de este otro modogozamos de autonomía, viniendo a ser centrosactivos, independientes.

Además, percibimos que a esta voluntariedadhacia el bien en nosotros existente, es a la que lareligión se dirige, como si no pudiéramos jamásllegar a la evidencia sin adelantarnos hacia ella.(Cfr. JAMES, William. “La voluntad de Creer”.(1856), "La voluntad de creer" (1897), pp. 9-37).

Aún con todos y cada uno de los argumentos que Jamesnos ha podido dar sobre la importancia que tiene lacreencia en la vida del ser humano, él no es tan ingenuopara pretender que “Todo” lo que se nos presenta en lavida como creencia válida, es susceptible de ser creído;esto no es así, ya que lo que él ha defendido son las“creencias vivas”, esto es, aquellas que por suargumentación y por su eficacia en la vida práctica sondignas de ser mantenidas, mejoradas y defendidas conempeño por una comunidad. Y no solo si se tratan decreencias religiosas, sino también de todo tipo decreencia que mantenga la dignidad humana y evite el mal oel dolor; postulado también del neo-pragmatismo actualdefendido por Richard Rorty, y sobre el cual, muchasteorías, políticas, filosóficas y religiosas han sidoevaluadas y sopesadas en la actualidad. James escribirásobre este asunto que:

“En la libertad de "creer lo que queramos",acaso imaginan que comprendo hasta la fe claramentesupersticiosa, y tal vez lleguen a suponer quequiero admitir la fe que definen los chicos con elcatecismo de "creer algo que no es cierto". Bastapara desterrar esa torcida interpretación laaclaración hecha in concreto; la libertad de creer sólocomprende opciones vivas, que aun cuando elintelecto individual no acierte a resolver por símismo, nunca parezcan absurdas a quien se proponen”.(Cfr. JAMES, William. “La voluntad de Creer”.(1856), "La voluntad de creer" (1897), pp. 9-37).

Para terminar mi tesis de que existe, y ha existido,un fundamento muy fuerte en la filosofía pragmatista queadmite la importancia que tiene el concepto de“creencia”, sin importar de que tipo, en la fundación,construcción, fortalecimiento y cambio de las sociedades,por muy científicas y tecnológicas que hayan o pretendanser en nuestra actualidad, quiero dejar las últimas

palabras a William James y su defensa pragmática de quela ciencia, la política, la filosofía, la religión, y aunla vida misma, está soportada, tiene como fundamento LACREENCIA, la cual en muchas ocasiones, posee limites muyestrechos con la visión “Religiosa” personal o social quetenemos del mundo.

En “pragmatismo él dirá:

“La verdad es el nombre de cuanto en sí mismodemuestra ser bueno como creencia y bueno tambiénpor razones evidentes y definidas…En el reino de losprocesos de la verdad, los hechos se danindependientemente y determinan provisionalmente anuestras creencias. Pero estas creencias nos hacenactuar y, tan pronto como lo hacen, descubren uoriginan nuevos hechos que, consíguientemente,vuelven a determinar las creencias. Así, todo elovillo de la verdad, a medida que se desenrolla, esel producto de una doble influencia. Las verdadesemergen de los hechos, pero vuelven a sumirse enellos de nuevo y los aumentan: esos hechos, otravez, crean o revelan una nueva verdad (la palabra esindiferente) y así indefinidamente. Los hechosmismos, mientras tanto, no son verdaderos. Son,simplemente. La verdad es la función de lascreencias que comienzan y acaban entre ellos. (Cfr.JAMES, J. Pragmatismo. (1907), Pp 27 y 80).

En “El significado de la verdad” escribirá:

Surgió la filosofía en el pasado como un intento de justificar, desde unpunto de vista racional, el espíritu de las creencias y costumbrestradicionales… Mediante la masa de creencias de que yaestamos en posesión, operamos intelectualmenteasimilándolas, rechazándolas o reordenándolas endiversos grados. JAMES, William. “El significado dela Verdad” (1909), Pp. 11 y 52).

Y aun más en “La Voluntad de creer”:

“Cuando al considerar el problema religioso talcomo la realidad lo presenta aisladamente a cadahombre, y al propio tiempo, las variascircunstancias de orden práctico y teórico en queaquél se plantea, paro mientes en que por categóricomandato quiere la Ciencia exigirnos que arrinconemoslas tendencias íntimas, los arraigados instintos,los cálidos sentimientos que encienden nuestra fereligiosa (viviendo entre tanto como si la religiónnada tuviese de verdadera) hasta que la Ciencia ylos sentidos nos den de acuerdo su fallo y la pautade nuestra conducta, me doy cuenta de que jamás seha fraguado un canon más absurdo y ridículo en losantros de la Filosofía.

Si fuesen infalibles los juicios intelectualesy tuviéramos conciencia de que en determinadosmomentos éramos poseedores de certidumbresobjetivas, podría tenérsenos por desleales ysediciosos al rebelarnos impacientes contra lasdecisiones de tan perfecto órgano de conocimiento.Pero, como empíricos que consideramos imposible elsaber cuando llega la verdad absoluta a nuestrasmanos, no podemos esperar ese solemne instante.Claro que nos sería dado hacerlo y nadie supondráque haya negado tal posibilidad; más decidiríamostan a nuestro riesgo como si nos declarásemoscreyentes, y en ambos casos es la misma la vida y elporvenir de que juzgamos.

Nadie debe prohibir a cada cual su peculiarcreencia, ni motejarle por ella; por el contrario,la libertad mental debe ser profunda y cortésmenterespetada; sólo así prosperará la repúblicaintelectual; sólo con tal espíritu de íntima

tolerancia no será un cuerpo sin vida toda nuestrabendita tolerancia externa, orgullo del empirismo;sólo así progresaremos en el mundo especulativo comoen el práctico”. (Cfr. JAMES, William. “La voluntadde Creer”. (1856), "La voluntad de creer" (1897),Pp. 9-37).

Y En cuanto a su forma de creencias religiosas, quepara él, son un valor más vital en su vida práctica queen su quehacer filosófico, él prefiere defender elpragmatismo; tal vez, creo, este haya sido el factor quellevo a James a crear una filosofía tan distinta de laque en principio pensó difundir en Norteamérica. El mismoJames confiesa justificando su pensamiento pragmático yen razón de su creencia religiosa que el pragmatismo:

“En resumen, amplía el campo de la búsqueda deDios. El racionalismo se aferra a lo lógico y alempireo; el empirismo, a los sentidos externos. Elpragmatismo se halla dispuesto a ambas cosas, aseguir lo lógico o los sentidos y a tener en cuentala más humilde y la mayor parte de las experienciaspersonales. Tendrá en cuenta las experienciasmísticas, si poseen consecuencias prácticas.Admitirá un Dios que habite en el polvo mismo de loshechos particulares, si le parece un lugar verosímilpara encontrarlo”.

Su único criterio de la verdad probable es queserá mejor para orientarnos, que se adecua mejor ala vida y se combina con el conjunto de las demandasde la experiencia, no omitiendo nada. Si las ideasteológicas hicieran esto, si la noción de Dios enparticular probara hacerlo así, ¿cómo podría elpragmatismo negar la existencia de Dios? No tendríasentido considerar como no verdadera una noción quepragmáticamente tenía tanto éxito. ¿Qué otra clase

de verdad podría existir para el pragmatismo que unatotal concordancia con la realidad concreta? (Cfr.JAMES, J. Pragmatismo. (1907), P 29)

A MANERA DE CONCLUSIÓN

En el desarrollo del pragmatismo, el papel de lasconvicciones y creencias de las ideas protestantes sobrela laboriosidad, la fraternidad y el derecho a lalibertad de expresión del pensamiento, dieron comoresultado un importante aporte a la filosofía y a lahistoria de las ideas.

El pragmatismo, tal y como lo desarrolló WilliamJames, es una “herramienta” en la cual cualquier tipo decreencia o idea, ya sea de índole, religiosa, política,científica, económica, filosófica o socio-cultural,subjetiva u objetiva, tiene cabida, ya que lo que hace la“herramienta del pragmatismo” es encontrar en estas, su“utilidad”, tal y como lo escribió William James:

“El pragmatista habla de las verdades enplural, sobre su utilidad y suficiencia, del éxitode su actuación (Cfr. JAMES, William. “Elpragmatismo” (1907), P 24,).

Acá para mi, James tiene un gran sentido y humanidadpara con nuestra opinión en la tolerancia con laspropuestas que nos lleguen de afuera y de la manera comolas hemos de asumir o no a nuestra particular manera deconfigurar el mundo en el que nos movemos y existimos; nose trata ya de si esta o aquella verdad ha sido enunciadapor una autoridad incuestionable ora humana, ora divina;se trata mejor, de saber contestar a la preguntapragmática ¿Qué incidencias prácticas y que diferenciasconcretas nos dan como ventaja o no, el que aceptemosestas como verdad y las tengamos por tal? Si ello espositivo, entonces por qué no asumirlas como las otrastantas que nuestra comunidad o nuestro sentido de lautilidad nos hacen ver para con las nuevas ideas, mas porel contrario, y si ello no es así, ¿en valor a quetenemos que asumirlas y adoptarlas como verdad, solo porla supuesta autoridad de la que haya emanado y/o quealguien las haya enunciado? Ciertamente, concluyó conJames, ya no podemos pensar de esta manera, mejor aundigo con él:

“El valor práctico de las ideas verdaderas sederiva, pues, primariamente de la importanciapráctica de sus objetos para nosotros”. (Cfr. JAMES,William. “El pragmatismo” (1907), P 71).

“Según los principios pragmatistas, no podemosrechazar hipótesis alguna si de ella se desprendenconsecuencias útiles para la vida. Las concepcionesuniversales, como cosas que se deben tener encuenta, pueden ser tan reales para el pragmatismocomo lo son las sensaciones particulares. Carecen,indudablemente, de sentido y realidad si carecen deutilidad, pero si tienen alguna aplicación tienen

también una significación equivalente. Elsignificado será verdadero, si la aplicación cuadrabien con otras aplicaciones a la vida”. (Cfr. JAMES,William. “El pragmatismo” (1907), P 97)

Y en “El significado de la verdad”, él escribe:

“Todo lo que implica, pues, el métodopragmático es que las verdades deben tenerconsecuencias prácticas…. En Inglaterra se le hadado a la palabra un uso todavía más amplio: que laverdad de una enunciación consiste en susconsecuencias, y especialmente en sus buenasconsecuencias.” (Cfr. JAMES, William. “Elsignificado de la Verdad” (1909), P 48).

Esta idea de “verdad” en cuanto a su utilidad esaplicada por el método pragmatista tanto para lascreencias, como para las ciencias; el “pragmatismo” esuna herramienta para la acción que desea encontrar en lascosas y en las ideas que tenemos de la realidad,elementos que sirvan para el bien general, que ayuden albienestar, por lo cual, las ideas deben sobrepasar elámbito de lo puramente estético, o de la elegancia por lasofisticación del pensamiento ya sea desde la religión,la filosofía y la moral hasta las ciencias y lasmatemáticas.

A esto, seguidamente con James, estoy de acuerdo enque:

“Oímos ahora que las leyes científicas seconsideran como una "taquigrafía conceptual",verdaderas en cuanto que son útiles, pero nada más…La verdad debe aportar pensamientos claros, así comoaclarar el camino para la acción. (Cfr. JAMES,William. “El significado de la Verdad” (1909), P 51y 52)

Y en “Variedades de la experiencia religiosa”habla de la veracidad de la Religión al que ésta resultaser útil en la vida, él subraya que:

“Los servicios de la religión, su utilidad para elindividuo y la utilización que de ellos hace el propioindividuo en el mundo constituyen los mejores argumentosde veracidad”. (Cfr. JAMES, William. “Las variedades de laexperiencia religiosa” (1902), Conferencia XII P 216).

Y en razón de este asunto sobre que el “pragmatismo” es una visióninteresante en cuanto su aporte al pensamiento de nuestra época sobre lapracticidad de las ideas y de las creencias, nos lo hace más explicito LuisRodríguez Aranda en el prologo a la obra de James “El Significado de laverdad” al escribir:

Lo que hace ocupar al pragmatismo un puesto único en la historiade la filosofía son los grandes efectos que su aplicación prácticaprodujeron en la sociedad. En general, toda doctrina filosófica semantiene en un plano teorético alejada de las preocupaciones yafanes de la vida cotidiana. La originalidad del pragmatismo resideante todo en su tendencia a la acción y en su estrechísima relación conla experiencia humana. La configuración de la realidad fue el primerobjetivo propuesto una vez que quedó más o menos delineada ladoctrina pragmatista.

Aparte de su base empírica, la teoría fundamental que elpragmatismo tiene siempre en perspectiva, y que a la vez subyace entodas sus doctrinas, es la de la evolución. La exposición de la famosateoría por Darwin centró posteriormente la atención de lospragmatistas en la idea de que en el mundo no se dan seresinmutables sino procesos. Según el pensamiento de los pragmatistas,si esto era así, ocasionaba dos cosas: primero, que el inmutablemundo del ser que la metafísica tradicional estudiaba con tantoahínco era algo ficticio; segundo, que el pensar no era algo dado alhombre definitivamente, sino que posiblemente consistía en un

instrumento de adaptación al medio. (Cfr. JAMES, William.“El significado de la Verdad” (1909), P 6)

Además, para resaltar la importancia del “conceptode creencia” en la filosofía pragmatista James nos diráque:

“La parte fundamental de mi libro tituladoPragmatismo es la explicación de la relación llamada"verdad" que puede obtenerse entre una idea(opinión, creencia, enunciación o lo que sea) y suobjeto. "La verdad —digo allí— es una propiedad dealgunas de nuestras ideas. Significa adecuación conla realidad, así como la falsedad significainadecuación. Pragmatistas e intelectualistasaceptan esta definición como algo evidente". (Cfr.JAMES, William. “El significado de la Verdad”(1909), P 16).

Y por supuesto, me encuentro muy cómodo con la ideaque sigue a continuación de James en pragmatismo y porlo cual me interesado tanto en entender y trabajar sobresu pensamiento en mi tesis; en ella se refleja el anhelosempiterno de vincular a las verdades de la fe religiosacon las verdades de la ciencia y de todas las artes quetratan del mundo, del hombre y de su relación consigomismo y con los demás.

“Ya he insistido en el hecho de que la verdadestá hecha en gran parte de otras verdades previas.Las creencias de los hombres en cualquier tiempoconstituyen una experiencia fundada. Pues lascreencias son, en sí mismas, partes de la suma totalde la experiencia del mundo y llegan a ser, por lotanto, la materia sobre la que se asientan o fundanpara las operaciones del día siguiente. En cuanto larealidad significa realidad experimentable, tantoella como las verdades que el hombre obtiene acerca

de ella están continuamente en proceso de mutación,mutación acaso hacia una meta definitiva, peromutación al fin y al cabo…La verdad es la función delas creencias que comienzan y acaban entre ellos… Enel caso de la verdad, las creencias falsas actúan ala larga tan perniciosamente como beneficiosamenteactúan las creencias verdaderas…Todas nuestrasverdades son creencias sobre la realidad; y encualquier creencia particular la realidad actúa comoalgo independiente, como una cosa hallada, nofabricada”. (Cfr. JAMES, William. “El pragmatismo”(1907), Pp. 77, 80, 82 y 86).

Así pues, durante todo este desarrollo del temasobre el concepto de “creencia” y su importancia en lafilosofía pragmatista de William James, he tratado demostrar que en los inicios de la filosofía pragmatista,los precursores de esta forma de pensar, anidaron suherramienta de pensamiento en las bases religiosas de losPadres Fundadores, de bien marcada tradición protestante,venidos de Inglaterra; los cuales al estar en desacuerdocon muchos principios de su fe “institucional”, decidenapartarse de éste yugo opresor y buscar en el nuevomundo, un lugar libre para desarrollar una nueva forma depensar y de obrar valorada más por sus virtudes útiles yprácticas que por un surgimiento y aprobaciónautoritario.

Esta nueva forma de pensar y vivir su fe, no solo lesbrindó libertad sino que también, fue el terreno abonadopara la conformación de un territorio en el cual todotipo de creencias fueran discutidas sin temor a larepresión de la que habían escapado en Inglaterra; estamanera de encarar su situación, dio paso a la opinión deque la verdad, no solo de las creencias religiosas, sino

de todo tipo de saber, deberían pasar por una discusiónanimada en la cual se hallaran las diferencias útiles deestas o aquellas con el fin del fortalecimiento de laincipiente democracia y de las ideas de bienestarpersonal, social, económico y político que se estabangestando en Norteamérica.

Con la construcción conjunta de nación, lospensadores del pragmatismo vieron la oportunidad de crearesta forma de filosofía que plantea la utilidad de lo quese cree y de lo que se postula con el ánimo de “verdad”,por lo que toda nueva o antigua verdad debería de sertamizada en razón de su uso práctico tanto para los máshumildes como para los mas eruditos sin importar sidichas verdades deviniesen de autoridades“incuestionables” o de simples personas que vieran enellas ventajas útiles tanto para sí, en primerainstancia, como para la comunidad en general a la cualhacían partícipe.

Esta nueva “herramienta cognitiva” fue modelada porPeirce y por James a tal punto que sin ser propiamentenacida en estos autores, como nos lo dice James, siencontró en ellos, atención suficiente para adoptarlacomo la forma de mesura para determinar grados útiles delas diferentes verdades que día tras día puedan hacerparte del ser humano. James señala en este sentido treslímites a la idea de verdad ya desde la creencia o yadesde las verdades científicas, políticas y/ofilosóficas. Estas nos dicen que es desde el límite denuestras experiencias, ya sean estas positivas onegativas, donde se ha de verificar tanto las creenciasparticulares, como aquellas que se consideren generales.

James nos muestra, en “Variedades de la experienciareligiosa”, y con muchos ejemplos, el sinnúmero depersonas que han sobrevivido a condiciones extremasgracias a que se aferraron a sus creencias particularesignorando o reevaluando, en muchos casos, lo que lasciencias habían dicho sobre ello de que fueran “hechosverificados” como posibles o imposibles.

Sin embargo, visto desde la utilidad que le dieron asus creencias estas personas, en esas condicionesparticulares y a la solución a sus problemas, el queaparezcan como verdaderos “milagros” o como verdadesmanifiestas, y en estos casos, a la comprobación yutilidad de dichas creencias, es prueba suficiente, parael pragmatista, de la determinación de su “verdad”.

En el segundo lugar tenemos el límite “lógico” de lacreencia y de la “verdad de la creencia”, este nos diceque las creencias no deben ser tomadas solo por autoridadya que muchas entonces no serían serias si este fuerasolo el criterio de elección; así las cosas, todo tipo decreencias que por su aplicación obligue al individuo acentrar su pensamiento en el absurdo y a alejarlo, porlo menos de algo de lógica practica para con lo que cree,no podrá ser tomado en serio como una creencia “válida”,esto es lo que James llamará una “creencia viva” la cuallo será, no dependiendo de su origen, sino de sufuncionamiento en general, esto es de su utilidad (Cfr.JAMES, William. “Las variedades de la experienciareligiosa” (1902), Conferencia I P 12) además, estas deberántener una especie de coherencia aplicable a otro tipo decreencias si quieren permanecer o ser aceptada en undeterminado grupo social de creencias.

Y también se podría hablar, en tercer lugar, de unaespecia de límite de creencias previas, ello esfundamental cuando la discusión es seria, ya que el nivelde tolerancia o no, se encuentra, de cierta manera, en elgrado del conocimiento previo que una sociedad o unindividuo, tiene de sus propias creencias en razón a lasnuevas creencias y de su aplicabilidad y utilidad almundo en particular o en común, y a los resultadospositivos o no, que de estas se desprendan. Así, por ejemplo, como nos lo dice James en“pragmatismo”, hemos de atender, en primer lugar, enmuchas ocasiones, al “punto de vista” de las personas yde la sociedad en la que vivimos, para iniciar unadiscusión sobre nuevas formas de pensar y de juzgarnuestra realidad, a la luz o no, de nuevas creencias o denuevos discursos que nos obliguen ya a replantear,modificar, aceptar o rechazar las nuevas ideas, lasnuevas verdades o las nuevas creencias; por lo tanto, elanálisis de las creencias religiosas o de cualquier tipode verdad, ha de pasar por la pregunta de cómo éstaspueden ser incorporadas a un sistema de creencias dada suutilidad, pertinencia y aceptación o no, de quienes lashan de asumir y dados los estrechos límites que, como seha visto, James nos dice que hemos de aplicar a lascreencias nuevas.

En lo correspondiente a la utilidad o no, que la Ideao creencia en un Dios (o en algo trascendente) nos puedebrindar para un uso práctico y para la solución a losproblemas morales, políticos, socio-culturales, éticos oreligiosos, e inclusive, del mundo físico y científico,concuerdo con James en que creer o no en Dios para hallarsoluciones apropiadas o no a todas estas problemáticastiene dos tipos de dirección; en el primer caso,efectivamente, es posible encontrar soluciones prácticasa todo tipo de asuntos sin que necesariamente intervengauna creencia Metafísica en un Ente o un Dios enparticular, y esto no resta ni suma nada a los discursosque se propongan como verdaderos, ni hará que por ello,duren más o sean inmunes a la crítica y reevaluación aposteriores análisis en pro del cambio, mejora o

derogación de los mismos; no obstante, de igual forma, elque exista una creencia en un ente o un Dios enparticular, y siempre y cuando esta tenga una incidenciapráctica, ya a una persona, ya a un grupo socio-cultural,y que por ello le haga más fuerte y vivaz el sentido dela vida y de la responsabilidad moral, ética, política, yde la búsqueda de un sentido a lo que hace desde lamateria, desde el trabajo o desde la ciencia, para labúsqueda de un fin más elevado, para alguien o para unacomunidad, hace que dicha creencia adquiera un sentido deutilidad positiva y legalmente valido, y por lo tanto,también la hace válida librándola de su negación por elmero hecho de que solo represente un anhelo de que ello,sea más o menos cierto o comprobable desde el discursofilosófico o científico, y aun así, tampoco la excluye deque sea cambiada, olvidada o superada por otro discursoposterior.

Si la creencia en un ente superior hace que unapersona o un grupo de personas, viva mucho mejor y lesimpulse a darle mayor sentido a lo que hacen y al bienpropio y común, pues entonces sea esta bienvenida y sugrado de verdad o no, estará enmarcado por su utilidadmás que por una “fría comprobación científica”, tal ycomo lo ha dicho James en pragmatismo.

Sin embargo, he de aclarar que no deseo dar aentender que el fin justifique los medios, y sé de igualforma que en James esta idea, por lo que he leído de él,también está fuera de su pensamiento; lo que se ha deentender desde la perspectiva del pragmatismo y de locual como he dicho, comparto con agrado, es suponer queambas formas de creencias no son excluyentes sino mejor,se han de tomar como complementarias, esto es, no sería

licito solo creer que porque para mí me resulta máscómodo el que la ciencia o la religión, o un discursopolítico e inclusive, filosófico, sea la última palabra,ello lo haga condición suficiente para suspender unapostura o para tomarla como poco seria.

Como también es comprensible que el que alguien o ungrupo de personas no tengan en su repertorio la idea deun Dios o de un algo trascendente como parte de sucompilación de ideas y de creencias, los haga más o nodesarrollados; ciertamente los extremos solo nos conducenal error y a la negación a nuevas posibilidades deverdad. En ello, concuerdo con James en que elpragmatismo es solo un instrumento para comprobar lapregunta de: ¿qué cambios se darían para la vida prácticael que resulte o no que esta creencia sea tomada comoverdad? Y si los resultados dan por sentado que no hayninguna, entonces la discusión es vana y el que seaasumida como verdad o no carece de todo interés serio opráctico.

Por último diré que el acercamiento a la obra deJames para nuestros días nos ofrece una nueva visiónsobre los “viejos problemas” de la filosofía, de laciencia y de la religión y de cómo estas pueden serexcluyentes o no entre sí o si estas disputas tienenrealmente una incidencia en la vida común, en la vidapractica, en el arsenal de nuestras creencias o de lascreencias para con los demás.

Para mí, como lo he dicho al principio, en miinvestigación sobre el pragmatismo y el acercamiento quehe hecho a él y del cual he querido dar cuenta en estetrabajo, no es otro que el de mostrar que nuestro mundo

sería mejor si en vez de encontrar diferenciasinamovibles e indiscutibles sobre nuestros discursoscientíficos, políticos, filosóficos o religiosos, todosellos producto en primera instancia de nuestras creenciasparticulares o grupales, encontráramos mejor, una formade confrontarlos en un diálogo no excluyente, sino mejor,incluyente y valorativo que nos permitiese ladeliberación sin prejuicios de lo que pensamos y que estadeliberación diera paso a la construcción de nuevosdiscursos que hagan mejor la vida y la convivencia entrelas personas y las culturas.

De esta forma, ahondaríamos más en encontrarsoluciones prácticas que nos alejen del dolor propio oajeno, que le den un sentido a nuestra vida y a la de losdemás, y que nos permitan encontrar maneras de un dialogopoli-cultural basado en la fuerza de los argumentos, nopor la autoridad de quien los expone, sino por lautilidad y el beneficio al mayor número de personas ycomunidades posibles; y puesto que nos movemos y hemosconstruido nuestro mundo en el discurso, que este mismo,sea la herramienta para modificarlo de forma convenienteenseñándonos que no existen Verdades únicas, sino, quepor el contrario, debemos pensar que existen discursosmás apropiados o no, a la realidad y por lo tanto,debemos asumir que todos estarán sujetos al cambiocuando no respondan de forma eficiente y eficaz anuestras problemáticas sean estas simples o complejas.

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Traducción castellana de Izaskun Martínez (2005)Esteensayo, "Las energías de los hombres" ["The Energies of Men"], fue publicadopor William James en enero de 1907 en la revista The PhilosophicalReview (16, pp. 1-20), aunque originalmente fue el discurso que pronuncióJames en calidad de presidente ante la Asociación Americana de Psicologíaen la Universidad de Columbia, el 28 dediciembre de 1906. Un año mástarde, este ensayo, fue publicado de nuevo, después de omitir algunas cosasy añadir otras, bajo el título de "Los poderes del hombre" ["The Powers ofMen"]. Las energías, los poderes y las posibilidades son centrales en laantropología filosófica de William James. Ambos ensayos están recogidos ensus obras completas: "The Energies of Men" (1906) en Burkhardt F., Bowers F.y Skrupskelis I. (eds.), The Works of William James, Cambridge, MA,Harvard University Press, 1982, IX, pp. 129-146 y "The Powers of Men"(1908), IX, pp. 147-161.

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