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PÜUS. Revista de ideas y formas políticas de la Antigüedad Clásica 19,2007, pp. 179-225 . LAS NUEVAS OPCIONES DE PODER: EL PROTAGONISMO DE LOS BÁRBAROS EN LA HISPANIA DEL SIGLO VI Purificación Ubric Rabaneda Universidad de Granada Los grupos bárbaros que intervinieron en Hispania durante el siglo V pro- porcionaron a sus habitantes una alternativa al poder romano, en la que mu- chos confiaron y depositaron sus esperanzas, sobre todo cuando el Imperio se mostró totalmente incapaz de mantener su hegemonía en este territorio. No obstante, esta opción bárbara era muy limitada, ya que si bien los bárbaros contaban con la fuerza de las armas, no supieron plantear un sistema estatal propio, distinto al romano", sino que se limitaron a beneficiarse de los restos de éste, sin solucionar los problemas que lo afectaban y prologando aún más su agonía', I Este trabajo, basado en uno de los capítulos de mi tesis doctoral, La Iglesia y los Estados bárbaros en la Hispania del siglo V (409-507), Granada, 2003, ha sido posible gracias a los fondos proporcionados por el Ministerio de Educación, la Junta de Andalucía y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional en sus programas de becas predoctorales y postdoctorales y por el proyecto I+D Diversidad cultural y uniformi- dad religiosa en la Antigüedad Tardía. La genealogía de la intolerancia cristiana (HUM2006-11240-C02-02). Mi agradecimiento además a los profesores Fergus Millar y José Fernández Ubiña. 2 Sobre el gobierno imperial en la Hispania del siglo V, sus intereses y evolución, cf. P. Ubric, "El ocaso de las instituciones y de la dominación imperial en Hispania (409-507)", Cvdas 3-4, 2002-2003, 2007, 85-102. 3 Este proceso es analizado detenidamente en P. Ubric, La Iglesia en la Hispania del siglo V, Granada, 2004. Es significativo que, según las investigaciones de E. K. 179

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PÜUS. Revista de ideas y formas políticas de la Antigüedad Clásica 19,2007, pp. 179-225 .

LAS NUEVAS OPCIONES DE PODER:EL PROTAGONISMO DE LOS BÁRBAROS

EN LA HISPANIA DEL SIGLO VI

Purificación Ubric RabanedaUniversidad de Granada

Los grupos bárbaros que intervinieron en Hispania durante el siglo V pro­porcionaron a sus habitantes una alternativa al poder romano, en la que mu­chos confiaron y depositaron sus esperanzas, sobre todo cuando el Imperio semostró totalmente incapaz de mantener su hegemonía en este territorio. Noobstante, esta opción bárbara era muy limitada, ya que si bien los bárbaroscontaban con la fuerza de las armas, no supieron plantear un sistema estatalpropio, distinto al romano", sino que se limitaron a beneficiarse de los restosde éste, sin solucionar los problemas que lo afectaban y prologando aún mássu agonía',

I Este trabajo , basado en uno de los capítulos de mi tesis doctoral, La Iglesia ylos Estados bárbaros en la Hispania del siglo V (409-507), Granada, 2003 , ha sidoposible gracias a los fondos proporcionados por el Ministerio de Educación, la Juntade Anda lucía y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional en sus programas de becaspredoctorales y postdoctorales y por el proyecto I+D Diversidad cultural y uniformi­dad religiosa en la Antigüedad Tardía. La genealogía de la intolerancia cristiana(HUM2006-11240-C02-02). Mi agradecimiento además a los profesores FergusMillar y José Fernández Ubiña.

2 Sobre el gobierno imperial en la Hispania del siglo V, sus intereses y evolución,cf. P. Ubric, "El ocaso de las instituciones y de la dominación imperial en Hispania(409-507)", Cvdas 3-4, 2002-2003, 2007 , 85-102.

3 Este proceso es analizado detenidamente en P. Ubric, La Iglesia en la Hispaniadel siglo V, Granada, 2004 . Es significativo que , según las investigaciones de E. K.

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Cuatro fueron los pueblos bárbaros presentes en Hispania durante el sigloV, vándalos, suevos, alanos y visigodos. Éstos no intervinieron de formaconjunta, sino que cada uno de ellos siguió su propia dinámica, en función desus componentes, evolución, desarrollo, intereses o capacidades, pues lasdiferencias de todo tipo (por ejemplo, étnicas, culturales o religiosas) entreunos grupos bárbaros y otros eran mayores que sus semejanzas. Cada uno deello s además estaba formado por contingentes étnicos de procedencia muydiversa , lo que dificulta aún más contemplarlos como una entidad homogé­nea . En sus acciones en Hispania estos bárbaros pers iguieron sobre todo laobtención de botín, de ahí que continuamente saquearan diversos lugares delterritorio hispano, sin consolidar en ellos su poder con solidez. En un procesopródigo en transformaciones dos fueron los grupos que a la postre sustituye­ron al gobierno romano en Hispania, los suevos y los visigodos. Veamoscuáles fueron las expectativas y la evolución de cada uno de ellos.

l . LA LLEGADA DE vÁNDALOS, SUEVOS y ALANOS A mSPANIA

Vándalos, suevos y alanos cruzaron junto a otras confederaciones de pue­blos" el Rin en su confluencia con el Main en la noche de san Silvestre de

Carr, Vandals to Visigoths. Rural Settlement Patterns in Early Medieval Spain, Mi­chigan, 2003 , la calidad de vida de los campesinos pobres del valle del Guadalquivirempeoró como consecuencia de los cambios del gobierno imperial al bárbaro, ya quelos gobiernos germanos no se ocuparon de la reparación de calzadas y estructuras nide proporcionar sum inistros en tiempos de necesidad y también se perdió la produc­ción de aceite de oliva que abastecía a las armadas estacionadas en el Rín.

4Este movimiento migratorio ha sido pormenori zadamente estudiado por diversosinvestigadores. Entre ellos siguen siendo valiosos los trabajos de J. B. Bury, Theinvasion ofEurope by the Barbarians, London , 1928; L. Schmidt , Die Ostgermanen,München, 1934; F. Lot, Les invasions barbares et le peuplement de l 'Europe, Paris,1937; Ch. Courtois, L~ Vandales et l 'Afrique, Paris, 1955; E. Stein, Histoire duBas-Emp ire, t. 1. De l 'Etat romain a l 'Etat byzantin (284-476), Paris, 1959 y E.Demougeot, La fo rmation de l'Europe et les invasions barbares, Paris, 1979, vol2**. Entre los más recientes, M. Cesa, Impero tardoantico e barbari: la crisi mili­tare da Adrianopo li al 418, Como, 1994; J. Moorhead, The Roman Empire Divided,400-700, Harlow-London y P. J. Geary, The Myth ofNations. The Medieval OriginsofEurope, Princeton, 2001.

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406, franqueando así las fronteras del Imperio occidental. Esta penetraciónfue inesperada, ya que los romanos no pensaban que estos grupos bárbarosfueran capaces de superar sus defensas'. La llegada de los bárbaros supusoun aumento de la inseguridad política en la que se encontrabañ sumidas lasprovincias galas", que apenas podían hacer frente a las incursiones bagaudasy que pronto contemplaron la usurpación del poder imperial por parte deConstantino m', quien obtuvo una importante victoria frente a los bárbaros"y suscribió un pacto con ellos, que supuso su desvío hacia zonas marginalesde las Galias.

La aristocracia hispana, que no podía esperar ayuda imperial" para acabar

5 Sobre la repercusión de estos hechos , cf. P. Courcelle, Histoire littéraire desgrandes invasions, Paris, 1964, 79-90 Y Ch. Courtois, Les Vandales et l 'Afrique, op.cit., 38-51.

6 Orientius (Commonitorium 11 184: CSEL 16.234) manifiesta que los bárbarosdejaron la Galia ardiendo como una gigantesca hoguera ("umo fumav it Gal/ia totarogo") y Jerónimo, en una carta que escribe en 409 a Geruquia (Ep. 123, 15), aludea los grupos bárbaros que han atravesado la frontera del Rin, así como a su inciden­cia en diversas provincias y ciudades. Ch. Courtois, Les Vandales et l 'Afrique, op.cit., 46 recoge en un mapa los testimonios literarios, numismáticos, toponímicos yarqueológicos de esta presencia de los bárbaros -en particular los vándalos- en lasGalias , junto a los itinerarios que pudieron seguir.

7 Sobre la usurpación de Constantino I1I , la rebelión de Geroncio, los bárbaros ysus consecuencias, cf. M. Kulikowski, "Barbarians in Gaul, usurpers in Britain" ,Britannia 31, 2000, 325-345; J. F. Drinkwater, "The usurpers Constantine III (407­411) and Jovinus (411-413)", Britannia 29, 1998,269-298; P. Wynn, "Frigeridus,the British Tyrants, and the Early Fifth Century Barbarian Invasions of Gaul andSpain", Athenaeum 85, 1997,69-117 ; H. B. Livermore, "Honorio y la restauraciónde las Hispanias", Boletin de la Real Academia de la Historia CXCIII , núm. 3, 1996,443-501 ; J. Arce, "Gerontius, el usurpador", en Ídem, España entre el mundo antiguo yel mundo medieval, Madrid, 1987,68-121; E. Demougeot, "Constantin I1I, I'empereurd'Aries", Hommenage aAndré Dupont. Études médiévales languedociennes, Mont­pellier, 1974,83-125; C. A. Stevens, "Marcus, Gratian, Constantine" , Athenaeum NS35, 1957,316-347; O. Seeck , Constantinus, n° 5, RE, t. IV, col. 1028-31 y E. A.Freeman, Western Europe in the Fifth Century, London , 1904,46-129.

8 Zós . VI 3, 2-39 Sobre la situación política de Italia en estos momentos y su relación con Hispa­

nia, cf. H.B. Livermore, "Honorio y la restauración de las Hispanias", op . cit., 443­501.

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con los bárbaros que estaban a punto de pasar a su territoric'", actuó porcuenta propia para hacer frente al peligro. La iniciativa partió de Dídimo yVeriniano" , parientes del emperador'", que dejaron a un lado sus antiguasrencillas ':' para organizar la defensa de sus intereses económicos amenazadospor los bárbaros". Para ello formaron un ej ército" que no llegaría a enfren­tarse directamente con los bárbaros'", pues tuvo que combatir con los efecti­vos que el usurpador Constantino había enviado a la Península' ? con el obje-

10 Jerónimo (Ep. 123, 15, 4, A Geruquia), tras reseñar la repercusión de las accio­nes bárbaras en la Galia, escribe, "Las mismas Hispanias , que están a punto de pere­cer, se estremecen diariamente al acordarse de la invasión úmbrica, y todo lo que losdemás ya han padecido una vez, ellas lo padecen continuamente en sus temores"(traducción de J. B. Valero , Jerónimo, Epistolario , Madrid 1993).

11 Dídimo y Veriniano eran jóvenes, nobles y ricos propietarios (Oros., Hist. VII,40,5).

1201impiodoro (frag. 17) los presenta como primos de Honorio, Sozomenos (HE,IX, 11,4) alude a que eran parientes ("syngen eis ') de la familia y Zósimo (VI, 4, 3)nos dice que formaban parte del génos del emperador Teodosio. Tenían otros doshermanos, Teodosiolo y Lagodio, que residían en otras provincias (Zós. VI, 4, 3-4;Soz. HE IX, 12, 1).

13 zós. VI, 4,1-2; Soz., HE IX 11-12 Y Oros., Hist. VII, 40, 5.14 Es ésta la tesis defendida por M" V. Escribano, "Usurpación y defensa de las

Hispanias: Didimo y Veriniano (408)", Gerión 18,2000,509-534, con la que coinci­do en la consideración de que Dídimo y Veriniano no pretendían defender los inte­reses del emperador legítimo, como intenta hacer creer Orosio, sino los suyos pro­pios, lo que no implica que aspiraran a usurpar el poder del emperador.

15 Las fuentes (Oros., Hist. V11, 40; Soz., HE, 9, 11; Zós., VI, 4, 3) difieren en elrelato de los hechos , aunque todas coinciden en subrayar la importancia de los efec­tivos privados en el ejército formado por estos potentes.

16 Los bárbaros de los que Dídimo y Veriniano pretendían defender Hispania(Oros. Hist. VII 40, 5) eran los que asolaban en esos momentos las Galias , esto es,vándalos, suevos y alanos, no, como sugiere J. Arce, "Gerontius, el usurpador", op.cit. 101, las tropas de Constante y Geroncio, que en su mayoria estaban constituidaspor bárbaros. Es probable que la defensa de Dídimo y Veriniano sirviese para conte­ner durante un tiempo la entrada de los bárbaros , ya que Isidoro de Sevilla (Hist.Wand. 71) nos informa de que vándalos, suevos y alanos fueron rechazados durantetres años de su paso a Hispania, por la barrera de los Pirineos y por los hermanosDídimo y Veriniano.

17 Zós. VI, 4, 1-2 Y Greg . Tur. Hist. Franc. 11, 9, citando a Renatus ProfuturusFrigeridus.

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tivo de apoderarse de ella", Si bien en un principio el ejército de Dídimo yVeriniano consiguió el repliegue de las tropas del usurpador, más tarde seríaderrotado. Entonces Dídimo y Veríniano fueron capturados junto a sus espo­sas y conducidos a Aries, donde serían ejecutados " . Constantino III exten­dió entonces su poder a Hispania.

El usurpador sustituyó a los tradiciona les guardianes de los pasos pirenai­cos20 por los Honoriaci, unos bárbaros con los que había establecido alianzasy que formaban parte de su ej ército" . Su decisión no fue muy acertada , pues-

18 Es posible, además , que Constantino 1II temiese un ataque conjunto sobre Ar­Ies desde Italia e Hispania (Zós. VI, 4, 2).

19 Soz., HE, IX, 12,2 Y Zós. VI, 5, 2.20Esta labor era desempeñaba por la población local: Oros . Hist. VII, 40, 8,

Soz., HE, IX, 12,2 Y Zós. VI, 5, 1. Para las diversas interpretaciones sobre quiéneseran los que se encargaban de la defensa de los Pirineos cf. J. Arce, "Gerontius, elusurpador", op. cit., 1I 1-112. La arqueología ha testimoniado la existencia de unaserie de fortines que bloqueaban el camino entre Narbona y Barcelona en L'EcIuse,en la ruta de col de Perthus, cuya construcción es dificil de fechar . M. G. Barruolduda entre época constantiniana, teodosiana y 408-411 , mientras que E. Oemougeot,"Constantin 1II, l'empereur d'Arles", op. cit., 108-110 opina que pudieron edificarseen 352-53, cuando Constancio 11 cerró Hispania a Magnencio (Jul, Oro 1, 33). Re­cientes excavaciones en Roe d'EncIar han sacado a la luz un lugar que desempeñóuna función defensiva de los pasos norte-sur durante el siglo V, como parecen suge­rir los restos arquitectónicos relacionados con tal función (cf. C. Yánez, X. Solé, J.M. Bosch, M. A. Ruf y A. Vila, "El Roe d'EncIar (Andorra). Un ejemplo de las in­fluencias del mundo romano en los Pirineos, siglos IV-VI", en Actas del CongresoInternacional La Hispania de Teodosio , 11, 1997, 735-747) .

21Es Orosio (Hist. VII, 40, 7-10) el único que menciona a los Honoriaci. Sozo­menos (HE, IX 12, 3 Y 12.6) no dice su nombre, sólo alude a quienes Constantehabía confiado la salvaguarda de los Pirineos . Para C. A. Stevens, "Marcus, Gratian ,Constantine", op. cit., 327, n. 82 los Honoriaci eran tropas bárbaras nativas de Brita­nia reclutadas por Estilicón durante su campaña del año 396, mientras que E. Oe­mougeot, "Constantin 1II, l' empereur d 'Aries", op. cit., 106-107 piensa que pertene­cerían a las unidades de Honoriani constituidas por Honorio . Por su parte H. Liver­more, "Honorio y la restauración de las Hispanias", op. cit. 462-464 (con referenciasa fuentes en las que los suevos son identificados con los alamanni) sostiene que lossuevos serían acogidos en sus filas por los alamanni, con quienes Constantino IIIhabía establecido pactos en virtud de los cuales éstos se dedicarian a la milicia , cons­tituyendo los efectivos de los Honoriaci. Así los suevos habrian gozado de una si­tuación muy distinta a vándalos y alanos, que tuvieron que bregar con la hostilidad

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to que estos Honoriaci dejaron que vándalos, suevos y alanos entraran en laPenínsula22

• Las razones que llevaron a vándalos, suevos y alanos a abando­nar las Galias y pasar a Hispania pudieron ser muy variadas, el agotamientode los recursos galos y la necesidad de nuevas fuentes de aprovisionamien­to23

, la presión de los ejércitos de Constantino III sobre los bárbaros' " o las

de los francos. Sin embargo, ninguno de estos investigadores reflexiona , en mi opi­nión, adecuadamente sobre qué sucedió con los Honoriaci tras unirse a vándalos,suevos y alanos ¿se integraron entonces en alguno de los grupos bárbaros?

22Soz., HE, IX 12, 3 Y 12.6 YOros. Hist. VII, 40, 7-10. La entrada de vándalos,suevos y alanos en Hispania se produjo en el año 409 (Prosp., Chron ., 1237, MGHIX, 465; Cass., Chron., 1183, MGH IX, 155; Cons. Consto a. 409, Epit. Carthag.,MGH IX, 496). Hidacio (Chron., 34 [42]) recoge dos fechas, que corresponden a dostradiciones, 28 de septiembre y 13 de octubre de 409, que han sido interpretadas poralgunos historiadores como los momentos inicial y fmal de la penetración de vándalos,suevos y alanos en Hispania (cf. E. A. Thompson, "The End of Roman Spain",Nottingham Medieval Studies , 20, parto1, 1976, 3-28, en 20). No obstante, la Chroni­ca Gallica a. DXI, 27 [552] e Isidoro de Sevilla (Hist. Wand 72 y 84) fechan estosacontecimientos en el año 408. Hidacio, que no alude a la usurpación de Constantino IIIni a las guerras civiles, considera este hecho tan trascendental que lo asemeja al saqueode la Ciudad Eterna por las tropas de Alarico, acontecimiento que data también en 409(Chron., 34 [42] Y 34 [43]; cf. S. Muhlberger, The Fifih-Century Chronic/ers: ProsperoHydatius, and the Gallic chronic/er of 452, Leeds, 1990,218). Para las posibles rutasque pudieron seguir los bárbaros que penetraron en Hispania cf. H. Liverrnore, "Hono­rio y la restauración de las Hispanias", op. cit., 475-476 y W. Konig, "WandalischeGrabfunde des 5 und 6 Jhs", Madrider Mitteilungen 22, 1981, 299-360, en 346-360,así como los mapas sobre las invasiones del síglo V en Hispania que recogen J. J.Sayas y L. A. García Moreno, Romanismo y germanismo. El despertar de los puebloshispánicos (Siglos /V-X), Barcelona, 1983, 272-273 (reproducido en L. A. García Mo­reno, Historia de España visigoda, Madrid, 1989, 30) Y W. Konig, "WandalischeGrabfunde .. .", op. cit., 354. El acceso de los vándalos pudo producirse por Ronces­valles, Jaca y Somport , como parecen atestiguar los tesorillos vándalos y la toponi­mia (cf. J. Pampliega, Los germanos en España, Pamplona, 1998,209).

23 Cf. Ch. Courtois, Les Vandales et l 'Afrique, op. cit., 51 Y E. A. Thompson,"The End of Roman Spain", op. cit., 1, 20, tesis con la que no coincide J. Arce, "Ge­rontius, el usurpador", op. cit., 113- 116, al suponer que si en septiembre los bárbarosno disponían de cosecha en las Galias tampoco tendrían posibilidades en Hispania.Sin embargo, no tiene en cuenta Arce que vándalos, suevos y alanos pudieron obte­ner los recursos almacenados en las ciudades, que según Hidacio (Chron., 40 [48]),fueron saqueados por el exactor de impuestos y consumidos por los soldados. Como

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noticras, seguramente exageradas, del sustancioso botín que los Honoriacihabían logrado en su saqueo de los campos palentinos", donde la arqueolo­gía ha confirmado que existieron lujosas vil/ae, como Pedrosa de la Vega,Valdearados o Dueñas".

Ante esta dificil situación Constantino III actuó con firmeza, reclutandonumerosas tropas constituidas por auxiliares bárbaros, fundamentalmentefrancos, que envió a Hispania para eliminar a las hordas que habían penetra­do en sus provincias. Sus acciones fueron efectivas, pues el rey de los vánda­los asdingos, Godegiselo, fue capturado y empalado. Sólo la llegada de una

es sabido , desde época de Juliano o antes las reservas de trigo se conservaban engranero s fortificados (cf. H. Livermore, "Honorio y la restauración de las Hispa­nias", op. cit., 459). Además Sozomenos (HE, IX 12.6) dice que "habían oído que latierra era fértil y muy rica".

24 M. V. Escribano y G. Fatás, La Antigüedad Tardía en Aragón (284-714), Za­ragoza, 2001, 113.

25 El saqueo de los campos palentinos fue uno de los premios que recibieron porsu victoria sobre Dídimo y Veriniano: Oros. Hist. VII, 40, 8 Y Soz., HE, IX 12,6.

26 A partir de los trabajos de C. A. Stevens, "Marcus, Gratian, Constan tine", op.cit., 327-328 y P. Palol, "Problema ciudad-campo en el Bajo Imperio en relación a laciudad de Lugo", en Actas del Coloquio internacional sobre el Bimilenario de Lugo,Lugo, 1977, 157-173, muchos investigadores defendi eron que las propiedades de lafamilia teodosiana se encontraban en la zona de los campos palentinos, lugar en elque los Honoriaci obtuvieron un sustancioso botín y donde se han excavado sun­tuosas vil/ae. Contra esta teoria J. Arce, "Gerontius, el usurpador", op. cit., 94-96 y110-111 YEl último siglo de la España romana (284-409), Madrid, 1997, 153-154 Y156 cree que las posesiones de la familia teodosiana estarian situadas en Lusitania.En mi opinión los predios de la familia teodosiana no se concentrarían en una pro­vincia específica, sino que se extenderían por toda la Península. Por tanto, muchasde las rícas villae documentadas en la Lusitania, en los campos palentinos o en elvalle del Duero, entre otros, pudieron pertenecer a aristócra tas relacionados con estafamilia (cf. F. Regueras y J. del Olmo , "La villa de los Casares (Arrnuña, Segovia):Propuestas de lectura", Actas del Congreso in ternacional La Hispania de Teodosio, vol.1I, 1997, 675-686 en 682-684). Esto lo confirmaría el hecho de que cuando huyeronde la Península buscando refugio en las cortes de los emperadores Honorio y Teodo­sio 11 al conocer el fracaso de la iniciativa de Dídimo y Verinian o y su captura, sushermanos, Teodosiolo y Lagodio, residían en otras provincias (Zós., VI, 4, 4 Y Soz.HE, IX, 12, 1).

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fuerza de alamanni -quiz á suevos- los salvó de la muerte por inanición".El caos imperante se acrecentó entonces con la rebelión de Geroncio, el

general más valeroso de Constantino m28, que se aprovechó de la debilidad

del usurpador'" y del descontento que quizá existía en Hispania contra sur égimerr' " para liderar las tropas que éste había enviado para acabar con losbárbaros y nombrar a un nuevo emperador, Máximo, un cliente y dependien­te suyo" que probablemente pertenecía a la aristocracia hispana, lo que gran­jería a Geroncio importantes apoyos entre los hispanos'".

Para conseguir sus propósitos Máximo y Geroncio establecieron una

27 Esta es la sugerente interpretación de P. Wynn, "Frigeridus, the British Ty­rants . . ." , op. cit., 96-97 del pasaje de Gregorio de Tours en el que reproduce laspalabras del historiador Renatus Profuturus Frigeridus (Hist. Franc. 11, 9) Y deProcopius de Cesarea (Hist.bell . III. 3, esp. 3.33).

28 Soz. , HE, IX 13, I Y Olymp., frag. 17. Este britano (Zós. VI 2, 4) fue elevadoa esta posición por Constantino III tras las muertes de los generales lustinianus yNebiogastes (Zós . VI 2,4, 4,2, 5, 1; Olymp ., frag. 17; Soz. HE IX 13, 1; Oros. VII42,4; Prosp.s .a. 411). Geroncio era un excelente militar, pues sabemos que su desig­nación junto a Edobinco como magister militum de Constantino III hizo desistir aSarus de su asedio a Valentia, en la Narbonense (Zós. VI 2, 4). Había llegado a His­pania junto al césar Constante (Zós. VI, 1-2) Y su enorme pericia militar sería de­terminante en la derrota de Dídimo y Veriniano. Cuando Constante marchó a Aries,al ser llamado por Constantino I1I, lo dejó en Caesaraugusta al cuidado de su esposay su corte (Gregorio de Tours, Hist. Franc. 11, 9, citando textualmente a RenatusProfuturus Frigeridus), lo que prueba el enorme aprecio que le tenía y el grado deconfianza que era capaz de depositar en él. El prestigio y la popularidad de Geronciose vislumbra también en el hecho de que su nombre figure en sellos de bronce desti­nados a marcar panes (lRC I 199; PI. VIII (V, pp. 36-37».

29 La posición de Constantino III con los federados asentados en el Rin era preca­ria, ya que éstos habían aprovechado la concentración del ejército de Constantino IIIen Hispania para ganar posiciones y también se temía una ofensiva desde Italia (cf.P. Wynn , "Frigeridus, the British Tyrants . .. ", op. cit., 96-97) .

30 La primera intervención de Constantino III había supuesto la muerte de dosimportantes líderes locales, Dídimo y Veriniano. Además los auxiliares que habíaemplazado en los pasos pirenaicos dejaron pasar a los bárbaros a la Península (cf. P.Wynn, "Frigeridus, the British Tyrants . .. ", op. cit., 97).

31 Gregorio de Tours , Hist. Franc. 11 , 9; Olimpiodoro, frag. 17 Y Soz., HE, IX,13, 1.

32 Cf. J. Arce, "Gerontius, el usurpador", op. cit., 118-119.

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alianza con los bárbaros que habían penetrado en Hispania" . No conocemoslas cláusulas de este acuerdo pero es probable que en él los bárbaros se com­prometiesen a prestar auxilio militar a Geroncio y Máximo en sus iniciativascontra Constantino III y que Geroncio y Máximo permitiesen a los bárbarosactuar libremente en las provincias hispanas, excepto en la Tarraconense ,donde se encontraba la sede de Máximo". Como consecuencia de este pacto

33 Zósimo (VI, 5, 2) dice que Geroncio levantó contra Constante a los bárbarosque se encontraban en territorio celta y Olimpiodoro (frag . 17) alude a que el gene­ral hizo la paz con los bárbaros y se refiere a ellos como sus aliados. En mi opiniónla relación de Geroncio con vándalos, suevos y alanos es un tema de gran interés ,que precisa de un estudio mucho más profundo del que ha recibido hasta el momen­to, que conjugue criticamente los datos proporcionados por las fuentes literarias, laarqueología y la numismática, y que profundice en aspectos como la relación de losbárbaros con Geroncio o el impacto que tendrian las incursiones bárbaras sobre lapoblación y el territorio . Hasta el momento son varias las hipótesis que se han for­mulado. Así, para J. Arce, "Gerontius, el usurpador", op. cit. , 111-123, la penetraciónde vándalos, suevos y alanos en la Península fue consecuencia del pacto que estable­cieron con Geroncio, que tenía como objetivo acabar con Constantino III y Constan­te. Como puede observarse en mi interpretación de los hechos, no coincido con estateoría, ya que, a mi modo de ver, la entrada de vándalos, suevos y alanos en la Pe­nínsula fue consecuencia de otras motivaciones y el pacto de los bárbaros con Ge­roncio se produjo después de su irrupción, coincidiendo con la rebelión del general.Por su parte L. A. García Moreno, Historia de España visigoda, op. cit., 43 piensaque Geroncio estableció un pacto con los bárbaros y los Honoriaci, en virtud del cualestos últimos los dejaron penetrar en Hispania. A cambio de sus servicios Geronciopermitiría a los bárbaros saquear impunemente el territorio hispano y realizar requi­siciones fiscales. Aunque esta teoría es sugerente en mi opinión tiene algunos pun­tos que no están convenientemente explicitados, como por ejemplo si coincide lafecha del paso de los bárbaros a Hispania con la rebelión de Geroncio, qué tipo depacto se estableció entre Geroncio y los bárbaros, qué relación pudo existir entre elreparto de las provincias entre los bárbaros con el pacto que habían establecido conGeroncio y qué incidencia tendria su muerte en ello.

34 Soz., HE, IX 13, 1. La Tarraconense quedaria libre de la presenc ia bárbarahasta la instalación en ella de los visigodos en 415 (Oros., Hist. VII, 41, 1 Y8; Hid.,Chron., 52 [60] YOlymp., frag. 26). No obstante, H. B. Livennore, "Honorio y la res­tauración...", op. cit., 490, defiende que los "soldados galos" que, según Orosio(Hist. VII, 42, 5), despojaron de la púrpura a Máximo eran tropas leales a Honorio,quien recuperó así el control sobre la Tarraconense y por esta razón en esta provinciano se produjo el asentamiento de ningún grupo bárbaro .

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Purificación Ubric Rabaneda

los distintos grupos bárbaros se repartieron las regiones de las provinciashispanas" teniendo en cuenta su importancia política y militar, quedando losalanos en la Cartaginense y la Lusitania, los vándalos silingos en la Bética,los vándalos asdingos en la parte interior de Gallaecia y los suevos en lazona costera gallega".

3S En su comentario sobre estos hechos Hidacio (Chron., 41 [49]) habla de regio­nes. J. Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 280, defiende que los territoriosasignados no serian provincias sino circunscripciones conventuales de las provincias,como parecen mostrar los hallazgos arqueológicos.

36 Oros ., Hist. VII, 40, 10, Hid., Chron., 41 [49] e Isid. Hisp., Hist. Wand. 73, quefechan en el año 411 estos acontecimientos (la siguiente noticia de Hidacio (Chron .42[50]) es la muerte del usurpador Constantino 1lI), en contra de la Chronica Gallicaa. DXI 31 [557] que lo data en 412, cronología que es aceptada por Courtois, quienpiensa que en estos momentos los visigodos habían ocupado el sudoeste galo, por lo quelos bárbaros que se encontraban en Hispania sólo podían instalarse defmitivamente ensu territorio o pasar al norte de África . La naturaleza de este reparto entre los distintosgrupos bárbaros, así como su cronología, es uno de los hechos del siglo V hispano queha suscitado más controversia entre los historiadores. Mientras que algunos (Reinhart,Torres) defienden que se llevó a cabo en connivencia con Roma, a través de unfoedus,la mayor parte (Thompson, Liverrnore, García Moreno, Kulikowski, Arce, Pérez Pren­des, entre otros) consideran que el sorteo fue fortuito. Esta hipótesis la sustentan en suirracionalidad y en que no existen indicios de una alianza con Roma (cf. discusión ycrítica en E. A. Thompson, "The End of Roman Spain", op. cit., 1,21-24, aunque noestoy de acuerdo con su propia interpretación, pues sólo menciona el número de perso­nas que compondría cada una de las poblaciones bárbaras para demostrar la injusticiadel reparto, sin contemplar otras posibilidades que también serian interesantes, comouna diferenciación por su potencia política y militar entre los distintos grupos bárbaros;cf. además 1. M. Pérez Prendes, "Las bases sociales del poder político (Estructura yfuncionamiento de las instituciones político-administrativas)", en Historia de EspañaMenéndez Pida/, tomo 1lI, dirigida por J. M"Jover Zamora, Madrid, 1991,5-109, en 45­46). Al respecto L. A. García Moreno, Historia de España visigoda, op. cit., 44 exponeuna serie de hipótesis interesantes: el reparto pudo obedecer a la capacidad bélica decada uno de los grupos para hacer frente a una ofensiva imperial o pudo ser consecuen­cia de una alianza con Geroncio y Máximo, quienes, incapaces de obtener unos ingresosfiscales con los que recompensar a sus aliados bárbaros, les dejaron libertad para actuaren las distintas provincias. También es sugerente la teoría de M. V. Escribano y G.Fatás , La Antigüedad Tardía en Aragón, op. cit., 113-114, según la cual Geroncioestableció unfoedus con los bárbaros, en el que se les reconocía su asentamiento enlas provincias hispanas, excepto en la Tarraconense y los bárbaros decidieron repar-

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Las nuevas opcionesde poder: el protagonismode los bárbaros en la Hispaniadel siglo V

Con la ayuda de sus auxiliares bárbaros Máximo y Geroncio consiguierontomar ciudades y fortalezas de Galia e Hispania que estaban en poder deConstantino III, así como capturar a sus oficiales", Geroncio, por su parte,derrotó y asesin ó a Constante, hijo de Constantino I1I, en Viena38

, perocuando había sitiado ArIes, con el objetivo de matar al usurpador, se vioobligado a huir, pues la mayor parte de sus tropas se pasaron a las que almando del general Constancio había enviado Honorio para acabar con Cons­tantino'". Al regresar a Hispania Geroncio fue sitiado en su casa por sus sol­dados y tras una sangrienta trifulca se suicidó, no sin antes matar a su esposacristiana Nunichia y a un fiel alano esclavo suyo, quienes prefirieron que losmatase Geroncio a caer en poder de los soldados'", Entonces Máximo fuedepuesto y se refugió entre los bárbaros" .

tirse por su cuenta el territorio, teniendo en cuenta la importancia militar y políticade cada grupo. También J. Arce, Bárbaros y romanos en Hispania 400-507 A. D.,Madrid, 2005, cree que los bárbaros llegaron a un acuerdo con Máximo, por mediodel cual se dividían el territorio peninsular, que desconocían completamente, de ahíla desigualdad del reparto, dejándole la Tarraconense. M. Kulikowski, Late RomanSpain and lts Cities, Baltimore-London, 2004, 163 Y 165-167 piensa que no existióun tratado entre Máximo y los invasores y que los bárbaros, que desconocían el terri­torio hispano, sus características y extensión, se repartieron el territorio entre ellosmismos, sin ninguna intervención del gobierno imperial. Por su parte T. S. Burns,"The settlement of 418", J. Drinkwater y H. Elton (eds.) Fifth-Century Gau/: a cris isof identity?, Cambridge, 1992,53-63 en p. 53 cree que el reparto obedeció a unpacto de Geroncio y los suevos.

37 Soz., HE, IX 12,3.38 Oros. Hist. VIl 42,4 Y Soz., HE , IX 12,6 Y13, 1.39 OIymp., frag. 17, Soz., HE, IX, 13, 3 Y Oros. Hist . VIl, 42. 2. Este último

(Hist. VIl 42, 1-3 Y 15-17 Y43, 1-2) se muestra muy favorable a Constancio , al quepresenta en un tono exageradamente laudatorio , como el artífice de la recuperacióndel poderío imperial tras esta etapa convulsa

40 Estos acontecimientos son narrados por Olympiodoro (frag. 17) y sobre todopor Sozomenos (HE, IX 13,4), quien realiza un relato conmovedor de la muerte deGeroncio, plagado de resonancias románticas.

41 En 416-417, cuando Orosio escribe sus Historias, nos informa (Hist. VII 42,5) de que Máximo fue depuesto por los soldados galos y vive desterrado y en lamiseria entre los bárbaros y Olimpiodoro (frag. 17) manifiesta que Máximo al ente­rarse de la muerte de Geroncio huyó a los bárbaros aliados. Otros testimonios deromanos viviendo entre los bárbaros son un mercader griego que fue hecho prisione­ro por Atila en Viminacium en 441 y que luchó en el bando huno en los campos

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Purificación Ubric Rabaneda

Los distintos grupos bárbaros quedaron entonces en las provincias hispa­nas, probablemente conviviendo con los hispanos'", Su suerte, sin embargo,fue muy distinta y variada con posterioridad, ya que el gobierno de Honoriose encontró c. 416 en condiciones de recuperar sus posesiones hispanas, tareaque encargó a los visigodos de Valia43

• Esto traería de nuevo la guerra y lossaqueos a los territorios en los que se desarrolló la contienda, posiblemente laB ética". Al término de esta lucha la única provincia en la que quedaron losbárbaros fue Gal/aecia45

Los acontecimientos que acabamos de comentar harían que estos añoscomprendidos entre 408 y 418 fuesen unos momentos terribles y desolado­res -quizá los más duros del siglo y4ó- para los hispanorromanos, que vieron

Cataláunicos, que prefería la vida con los hunos al Imperio, tanto en tiempos deguerra como de paz (Prisco, frag. 11, 407-510) Y el galo arte medicus Eudoxius,quien tras haber estado implicado en una oleada bagauda huyó a los hunos en 448(Chron. gal/. 452. no. 133 s.a. 448: MGH AA 9662).

42 Oros. , Hlst. VII, 41, 7. Sabemos que los hispanos se sometieron a la domina­ción de los bárbaros, que "se enseñoreaban de las provincias" (Hid. Chron., 41 [49])Y que los vándalos silingos controlaban el aprovisionamiento de trigo de la Bética(Olymp. , frag. 29.1). Algunos romanos , incluso, optaron por habitar entre los propiosbárbaros, lo que les parecía menos oneroso que el agobiante peso de los tributosromanos (Oros. Hist. VII, 41,7 Y Salv., De Gub. Dei, IV, 4, 21 Y 5, 21-23). J. M.Pérez Prendes, "Las bases sociales del poder político. . .", op. cit., 44-49 cree que seprodujo un acuerdo entre los bárbaros y los dirigentes hispanorromanos, que prefirie­ron vivir sometidos a los bárbaros para preservar sus riquezas y propiedades de susdevastaciones. L. A. García Moreno, Historia de España visigoda, op. cit., 45 consi­dera que la gran mayoría de los bárbaros no se dedicaron a la agricultura, como seña­la Orosio, sino que lograban su sustento a través de los impuestos que percibían de lapoblación hispanorromana, que eran menores de los exigidos por Roma, por lo quelos hispanorromanos se encontraban con los bárbaros en una situación más favora­ble.

43 Oros., Hist. VII, 43, 12-13; Hid. Chron., 52 [60]; Prosp., Chron., a. 416 yOlymp., frag. 30.

44 Así lo especifica Sidonio Apol inar (Carm., 11, 360-370). También contamoscon una serie de tesorillos localizados en esta zona, entre los que destaca el de oro deJerez de la Frontera, que ha sido fechado por Kent (RIC X, LC) en tomo a 415.

45 Hid. Chron., 55 [63] Y60 [68] e Isid. Hisp., Hist. Goth. 22.46 Creo que serían los más penosos, ya que en estos años los hispanorromanos se

enfrentaron a una situación que no esperaban, la llegada violenta y posterior asen-

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Las nuevas opciones de poder: el protagonismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V

su vida trastornada por la guerra y los saqueos, destrucciones y requisicionesde b árbaros" y soldados, lo que traería consigo el hambre" , la peste", lamiseria y cuantiosas muertes y prisioneros' ",

Este clima de inseguridad se encuentra atestiguado por numerosos tesori­llos monetarios datados en esta época" , ocultados por gentes atemorizadas

tamiento de grupos poblacionales con una cultura y un modo de vida muy diferenteal suyo propio. No comparto la deducción de W. H. C. Frend, "A new eyewitnessof the barbarian impact on Spain, 409-419", Antigü edad y Cristianismo VII, 1990,333-341, realizada a partir de la carta de Consencio a Agustín (Agustín, Ep. II *),según la cual hay que minimizar el impacto de los bárbaros en la Península y que sedeben leer con precaución los relatos de las invasiones de Orosio e Hidacio, ya queeste historiador no tiene en cuenta que el escenario donde se desarrollan los aconte­cimientos narrados en la Epístola 11*, la Tarraconense, no puede equipararse conotras provincias, como Gallaecia, Bética o Lusitania, puesto que la Tarraconense fuela única provincia hispana que quedó libre en el reparto de 411 de la presencia de losbárbaros. Tampoco en la fecha en la que se redactaria este documento, 419-422, lasituación era similar a la de 409-411 y los bárbaros a los que se refiere Consencio,que atacan en el camino a unos viajeros, roban su equipaje y luego se lo dan al obis­po Sagicio, seguramente eran federados del Imperio, cuya actuación no tiene, portanto, nada que ver con la de vándalos, suevos y alanos, a quienes aluden los relatosde Orosio e Hidacio.

47 Hid., Chron., 38 [46] Y40 [48], Oros. Hist. V1l40.1O e lsid. Hisp., Hist. Wand.72.

48 Hidacio (Chron., 40 [48]) YOlimpiodoro (frag. 29.2) señalan que el hambre llegóa tal extremo que se produjeron casos de antropofagia.

49 Hid., Chron., 39 [47] Y40 [48].50 Ag., Ep. 228, 5, quien alude a la huida, los asesinatos, la muerte en el asedio y

el secuestro sufridos por los hispanorromanos como consecuencia de los bárbaros.Hid., Chron., 40 [48] presenta un relato desgarrador de los hechos, que a pesar de sucarácter apocalípt ico puede contener datos certeros .

51 La ubicación de algunos de estos depósitos monetarios puede verse en el mapade tesorillos de finales del siglo IV-principios del V incluido en el estudio monográ­fico de las monedas de Conimbriga (1. Pereira, J. P. Bost YJ. Hiemard, Fouilles deConimbriga , 1lJ. Les monnaies. Circulation monetaire, Paris, 1974, 306-308), en elde depósitos de aes de época teodosiana tardía realizado por J. J. Cepeda, "Ma iorinaGloria Romanorum. Monedas, tesoros y áreas de circulación en Hispania en el trán­sito del siglo IV al siglo V", Archivo Español de Arqueología 73, 2000, 161 -192, en181 (este trabajo incluye además un análisis numismático de cada uno de los depósi­tos mencionados, así como referencias bibliográficas) y en el de tesorillos vándalosde W. K ónig, "Wandalische Grabfunde ...", op. cit., 354.

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con la esperanza de poder recuperarlos en un futuro más propicio'" , Llamamucho la atención que la mayor parte de estos depósitos monetarios se do­cumenten en contexto rural. Aunque es posible que esto sea fruto del azar,que ha propiciado que conozcamos más hallazgos en estos lugares, tales da­tos nos revelan que estas zonas fueron las más castigadas por las penetracio­nes bárbaras , lo que es lógico , ya que, por ejemplo, las vil/ae ricas serían unobjetivo muy codiciado por los bárbaros. Algunos arqueólogos han fechadoasimismo los niveles de incendio y destrucción de algunos castros, ciudadesy vil/ae53 en estos momentos, muchas veces sin poseer indicios suficientes

52 Las personas que ocultaron estos depósito s monetarios si consiguieron huir novolverían a Hispania o tal vez fueron masacradas o secuestradas.

53 Es el caso de los castros de Fiaes (Feira, Aveiro) y Britonia y de Castrogudín(San Pedro de Cea, Villagarcía de Arosa, Pontevedra), donde se han documentadoniveles de incendio (cf. 1. López Quiroga y M. Rodríguez Lovelle, "Castros y castel/atutiora de época sueva en Galicia y Norte de Portugal", HAnt. 23, 1999, 355-374, en358 y 363-65). Niveles de destrucción fechados en el siglo V se han constatado ade­más en dos zonas de Valencia. Uno de ellos corresponde a la calle Avellanas, dondeun tesorillo fechado entre 410-423 apareció asociado a un nivel de incendio y el otroa la destrucción o derrumbe del macel/um excav ado en la plaza de L' Alrnoina (cf. R.Albi ach , A. Badía, M. Calvo, C. Marín, 1. Piá YA. Ribera, " Las últimas excavacio­nes ( 1992- 1998) del solar de L'Almoina: nuevos datos de la zona episcopal de Va­lentia", V Reunió d 'Arqueologia Cristiana Hispanica, , Barcelona, 2000, 63-86 en69 y A. Ribera, "Valentía siglos IV y V: el final de una ciudad romana", en A. Ribe­ra (coo rd.), Los orígenes del cristianismo en Valencia y su entorno, Valencia, 2000,19-32 en 29). La devastación o abandono de diversas vil/ae del valle del Duero (cf.P. C. Díaz, "La ocupación germán ica del Valle del Duero : un ensayo interpretativo",Hispania Antiqua 18, 1994,457-476 en 460), de la Tarraconense (cf. J. C. Gorges,Les vil/es hispanorromaines, París, 1979 , 259-260 YR. Járrega, "El poblamiento ruralen el este de la Tarraconense en época Teodosiana", Actas del Congreso InternacionalLa Hispania de Teodosio, 11, 197,533-542 en 537-5 38), de la Bét ica (cf. J. C. Gorges,Les vil/es hispanorromaines, op. cit. , 249 y M. Romero y F. Melero, "La villa romanade la Estación. Antequera, Málaga", Revista de Estudios Antequeranos 12, 2001 ,235-258 Y F. Melero y M. Romero, "E studio num ismático de la villa romana de laEstación. Antequera (Málaga)", Revista de Estudios Antequeranos 12, 2001 , 259­270 ) Y de la Cartaginense (cf. J. C. Gorges, Les vil/es hispanorromaines, op. cit.,179 y 263) han sido fechadas as imismo entre finales del siglo IV y comienzos del V.Estas devastaciones y abandonos, sin embargo, no siempre pueden relacionarse conla acc ión de los bárbaros.

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Las nuevas opciones de poder: el protagonismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V

para relacionarlos con las acciones de los b árbaros".

2. LA EFÍMERA HEGEMONÍA DE ALANOS Y VÁNDALOS

Vándalos y alanos no lograron consolidar su poderío en Hispania. Enconsonancia con ello su presencia apenas ha dejado trazas en el registro his­tórico '". No obstante, hubo un momento en el que ostentaron la primacíasobre el resto de los pueblos bárbaros que se habían asentado en la Penínsulay es aquí donde centraremos nuestra atención.

La supremacía de los alanos sobre vándalos y suevos ya existía en el año409, cuando éstos penetraron en la Península". No sólo Hidacio lo señalaexpresamente ("A/ani, qui Vanda/is et Sueuis potentabantur'!", esto es "losalanos, que gobernaban sobre los suevos y los vándalos") sino que tambiénexisten otros testimonios que la confirman. Así, en el manuscrito P delChronicon del obispo de Chaves, en el relato de la entrada de alanos, vánda­los y suevos en Hispania, después de la palabra a/ani aparece la partícula

54 Algunos investigadores, como J. Arce, G. Ripoll y M. Kulikowski creen, noobstante, que no es posible constatar arqueológicamente la presencia de los bárbarosy sus destrucciones.

55 Por ejemplo en la toponimia se han documentado tres nombres de procedenciavándala, Quandalani , por Guandalines, Guandalari por Wandalari y Bandalés (cf.Ch. Courtois, Les Vandales et l 'Afrique, op. cit., 1059, n. 7) y uno alano, La Hour­quette d'Allans, situada en una zona próxima al valle de Ordesa (Huesca) (cf. J.Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 368, n. 29). Los testimonios arqueoló­gicos y las fuentes escritas sobre vándalos y alanos tampoco son muy numerosos.

56 El origen étnico de los alanos no es germánico, sino iraní, ya que surgieron enla zona del actual Turquestán durante el siglo 1.Con posterioridad este grupo emigróhacia diferentes lugares y se escindió en diversas ramas, una de las cuales se unió afinales del siglo IV, debido a la presión huna, a los vándalos en su movimiento mi­gratorio. Sobre la evolución de los alanos desde su origen hasta su llegada a Hispa­nia, cf. J. Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 359-368.

57 Hid., Chron. 60 [68]. Sobre la interpretación de este pasaje y el tipo de supre­macía alana, ver J. Arce, Bárbaros y romanos ..., op. cit., 107-108 y 125-126. M.Kulikowski, Late Roman Spain ..., op. cit., 367, n. 78, sin embargo, cree que estepasaje no implica un dominio de los alanos sino simplemente que los alanos eranmás poderosos que los vándalos y que los suevos.

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cum, lo que indicaría que a éstos correspondía la direcci ón'" . Otro indicio esla importancia de los alanos en la alianza que suscríbieron los bárbaros conGeroncio y el usurpador Máximo, que les permitió conseguir el territoríohispano más amplio y de una mayor importancia estratégica de los que serepartieron entre los bárbaros, las provincias Cartaginense, de gran relevan­cia comercial y Lusitania, donde se encontraba la capital de la Diocesis His­paniarum, Emerita Augusta": De la excelente relación de los alanos conGeroncio es también muestra el que el más fiel servidor de Geroncio fueseun alano, que permaneció con él hasta su muerte e incluso le pidió que lomatara antes de caer en manos de los soldados'" . Sin embargo esta hegemo­nía alana no sería muy duradera, ya que pocos años después, entre 416 y 418,fue coartada por los visigodos, que consiguieron acabar con su rey Addax ydescomponer así su "etnogénesis" . Los alanos supervivientes se refugiaronentre los vándalos asdingos de Gallaecid", cuyo rey adoptó en estos momen­tos el título de rex vandalorum et alanorum", Entre los vándalos los alanosseguirían manteniendo su entidad étnica, como parece demostrar una Novellaemitida por lustiniano en el primer tercio del siglo VI63

.

En los siguientes años serían estos vándalos los bárbaros preponderantes

58Aún cuando esta interpretación no fuese correcta, de lo que no cabe duda es deque son claramente los alanos los que aparecen primero en la enumeración de Hida­cio (Chron. 34 [42]). Cf. R. W. Burgess, The Chronicle 01Hydatius and the Consu/a­ria Constantinopolitana, Oxford, 1993,81 YJ. Pampliega, Los germanos en España,op. cit., 209, n. 35.

59 No obstante, los alanos abandonarían posteriormente la Cartaginense o ésta se­ría recuperada por el gobierno imperial, quizá con el objetivo de controlar mejor lascomunicaciones yel comercio en el Mediterráneo, pues cuando Hidacio (Chron. 52[60]) se refiere al inicio de las luchas de Valia contra alanos y vándalos silingosseñala que éstos se encontraban asentados en Lusitania y Bética. La zona centro­occidental, quizá el territorio circundante a Toledo, sería probablemente la base deoperaciones de los alanos. CfW. Kónig , "Wandalische Grabfunde...", op. cit., 355 yJ. Pampliega,Los germanos en España, op. cit., 217.

60 Olymp., frag. 17; Soz., HE, IX 13.6 1 Hid. Chron., 55 [63]Y60 [68] e Isid. Hisp., Hist. Goth.22.62 Sobre este título y las fuentes en las que se documenta, cf. J. Pampliega, Los

germanos en España, op. cit., 219, n. 72.63 Novella 30, I 1, 2. En este documento figuran moros, alanos y vándalos como

entidades étnicas que formaban parte del conjunto vándalo.

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Las nuevas opciones de poder: el protagonismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V

en Hispania'" , lo que tampoco era fruto de la casualidad. En efecto los vánda­los, que se encontraban divididos en las Sippen asdinga y silinga'", ya eranun grupo poderoso cuando franquearon los pasos pirenaicos en 40966 y en411 recibieron zonas privilegiadas en las provinc ias hispanas'", los silingos laBética, donde pronto controlaron los suministros de trigo'" y los asdingos laparte interior de Gal/aecia, el lugar más rico en riqueza mineral y metalesnobles de la Pen ínsula'", Al igual que los alanos , los silingos fueron elimina­dos por los visigodos y los que consiguieron sobrevivir buscaron refugioentre los asdingos '", La inclusión en sus filas de los restos de silingos y ala­nos fortalecería la posición de los asdingos en Gal/aecia, por lo que éstosdecidieron aumentar aún más su poderío, apoyando una nueva usurpación de

64 Sobre los vándalos en Hispania, cf. J. Arce, Bárbaros y romanos . . ., op. cit.,102-124.

65 J. Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 210-214 piensa que la etnogé­nesis vándala en virtud de la cual se formaron las Sippen asdinga y silinga se produ­ciría en tierras hispanas entre el último tercio de 409 y 411 Yque un factor que con­tribuyó a ello fue el aumento de las huestes de no-libres silingas con los cautivoshispanorromanos. .

66 Su asentamiento original fue Escandinavia, desde donde pasaron a otros luga­res. Los silingos se asentaron en la región bañada por el Neisse al norte, el Oder aloeste y el Vístula al este y los asdingos en las actuales Eslovaquia y Hungría Cen­tral, en una zona limitada por el Tisza al norte, el Maros al sur y bañada en el centropor el Koros. A finales del siglo IV, debido a la presión ejercida por los hunos, quie­nes habían obligado a desplazarse a s ármatas y taifales, tuvieron que emigrar endirección noroeste. En 392 se encontraban en Panonia y en 406 cruzaron la fronteradel Rin junto a otros contingentes poblacionales. Sobre la evolución histórica de losvándalos antes del 406, cf. J. Pampliega , Los germanos en España, op. cit., 202-205y Ch. Courtois, Les Vanda/es et l 'Afrique, op. cit., 11-37.

67Hid., Chron., 41 [49] e Isid., Hist. Wand. 73.68Sabemos que cobraban precios desorbitados por el trigo a los visigodos

(Olymp., frag. 29.1).69 También desde aquí podían controlar la vía estratégica Astorga-Burdeos. Cf.

W. Konig, "Wandalische Grabfunde .. .", op. cit., 355 YJ. Pampliega, Los germanosen España, op. cit., 214.

7oHid., Chron., 60 [68]. En los manuscritos F y C de Hidacio (Chron., [62aJ) semenciona la captura del rey vándalo Fredbal y su entrega como botín de guerra a Hono­rio. R. W. Burgess, The Chronicle ofHydatius, 85 no incluye este pasaje en su edicióncritica, ya que no figura en el texto original hidaciano.

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M áximo" e incorporando en su séquito a los débiles suevos", a los que aco­rralaron en los montes Nervasios" . En última instancia los vándalos aspirarí­an a implantar su hegemonía en Hispania. El gobierno imperial no estabadispuesto a que estas expectativas triunfasen, por lo que envió a Gallaecia alcomes hispaniarum Asterius y al vicarius Maurocellus '", quienes lograroncapturar a Máximo y salvar a los suevos pero no acabar con los vándalos,que pasaron a la rica provincia Bética, ya conocida por los silingos. La ne­crópolis vándala de Beiral do Lima (Portugal), muy cercana a Braga, en laque se han excavado más de veinte tumbas , podría ser un testimonio de esteproceso de expansión de los vándalos hacia el sur en su pugna con los sue­VOS

75. Asimismo es probable que en su marcha hacia la Bética pasaran los

7\ Máximo protagonizó en estos años una nueva usurpación en Hispania (Chron .Gall., 452 no. 85). Su relación con estos acontecimientos es una tesis de R. Scharf,"Der Spanische Kaiser Maximus und die Ansiedlung der Westgoten in Aquitanien",Historia 41, 1992,374-384 Y M. Kulikoswki, "The Career ofthe comes hispaniarumAsterius", Phoenix 54, 2000, 123-141 e Ídem, Late Roman Spain ... , op. cit., 173-175.

72 Si los suevos eran vencidos su aristocracia militar, portadora de las tradicio­nes , sería eliminada y los vándalos podrían incorporar en sus filas una gran masa depoblación no-libre. Cf. J. Pampliega, Los germanos en España, op. cit. , 223-226. J.Arce, Bárbaros y romanos. . ., op. cit., 111 cree , sin embargo, que fueron los suevoslos que intentaron expandirse hacia el territorio vándalo, causando así el enfrenta­miento.

73 Hid ., Chron. , 63 [71] e lsid, Hisp., Hist. Wand. 73. Hidacio alude a un certamenentre Gunderico y Hermerico, mientras que Isidoro se refiere a la ruptura de un pactode paz para explicar este enfrentamiento de vándalos y suevos. No sabemos dónde sesituaron estos montes Nervasios, que pudieron constituir el límite entre los territoriosvándalos y suevos en Gallaecia, con los suevos debajo de los vándalos (cf. J. LópezQuiroga y M. Rodríguez Lovelle, "De los Romanos a los Bárbaros: la instalación delos Suevos y sus consecuencias sobre la organización territorial en el Norte de Por­tugal (411-469)", Studi Medievali 38, fase . 11, 1997,529-560, en 535-536). Variasson las hipótesis propuestas. Así , según Ch. Courtois, Les Vandales et l 'Afrique, op.cit. , 55, n. 1, se emplazarían en la región montañosa que atraviesa el Sil, mientrasque para A. Tranoy, Hydace. Chronique, Paris, 1974, 11 & 70, 53-54, su ubicaciónconcreta sería el curso superior del río Sil, en el sistema montañoso que divide Gali­cia y la Meseta. Otras teorías en C. Torres, Galicia sueva , La Coruña, 1977,61-62.

74 Hid., Chron., 66 [74].75 J. López Quiroga y M. Rodriguez Lovelle, "De los vándalos a los suevos en Ga­

licia: Una visión critica sobre su instalación y organización territorial en el noroeste de

196

Las nuevas opciones de poder: el protagon ismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V

vándalos por la zona de Conimbriga, como sugieren las abundantes fíbulasde ballesta documentadas en este lugar".

Hasta dos años después no pudo ocuparse de nuevo el gobierno imperialde los vándalos, contra quienes envió al magister mi/itum Castino, ofensivade la que nuevamente los vándalos lograron salir inmunes, ya que cuandoestaban a punto de perecer de inanición, Castino les presentó una batallaabierta, en la que los federados godos desertaron" . A partir de estos momen­tos los vándalos adquirieron un enorme poderío e impusieron su supremacíaen varias provincias hispanas. Así, en los años siguientes los vándalos depre­daron las Islas Baleares y saquearon Carthago Spartaria e Hispalis . Tambiénrealizaron correrías por otros lugares de Hispania e invadieron Mauritania" .Sin embargo, el agotamiento de los recursos del territorio hispano, al quesometían a continuo saqueo" , unido quizá a otros motivos, como el enfren­tamiento entre los generales romanos Aecio y Bonifacio'", les llevaron a

la Península Ibérica en el siglo V", Studia Historica. Historia Antigua, 13-14, 1995-96,405-420, en 427 e Ídem, "De los Romanos a los Bárbaros.. .", op. cit., 535-536.

76 Cf. J. Pampliega, Los germanos en España , op. cit., 212. Ver, sin embargo, S.Brather, "Ethnic identities as constructions of archaeology. The case of the Ala­rnanni", en A. Gillett (ed.) On barbarian identity. Critical approaches to ethnicity inthe ear/y middle ages, Turnhout, 2002, 141-167 e Ídem, "Ethnische Identitiiten alsKonstrukte der frühgeschichtlichen Archaologie", Germania 78, 2000, 139-177,sobre la problemática del uso de elementos materiales como identificadores étnicos.

77 Hid., Chron. 69 [77]; también aparece esta noticia, aunque con variantes enProsp., 1278, p. 469, Salvian., De guber. Dei VII, 11,45 Y Chron. Gall. 452, 107,p.658.

78 Hid., Chron. 77 [86]. Es probable que en este período los vándalos tambiéntomaran los puertos de Elche y Málaga (cf. J. Pampliega, Los germanos en España,op. cit., 228-229). Su base de operaciones estaría en alguna de las principales ciuda­des costeras de la Bética, como lulia Traducta , Cádiz o Málaga (cf. M. Kulikowski,Late Roman Spain .. ., op. cit., 177).

79 Cf. L. Musset, Las invasiones. Las oleadas germánicas, Barcelona, 1982, 50 Yss. y L. A. García Moreno, Historia de España visigoda, op. cit., 52. Otra interpreta­ción de los hechos en M. Kulikowski, Late Roman Spain .. ., op. cit., 176-178.

SOSegún Procopio de Cesárea (Bellum Vandalicum, 1, 3,22), Bonifacio pidió so­corro a los vándalos de Hispania en 427 en su conflicto con Aecio y la corte impe­rial, enviando una embajada a los vándalos que atravesó el estrecho de Gibraltar(Proc., BV, 1, 3, 25). Cf. además Jordanes (Get. XXXIII, 167 YRom. 330). Esta in­terpretación es aceptada por muchos investigadores , como J. Arce, Bárbaros y ro-

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Purificación Ubric Rabaneda

trasladarse al norte de África en 42981, no sin antes demostrar a los suevos

que seguían siendo el grupo bárbaro más poderoso de Hispania'".El asentamiento de los vándalos en el norte de África y su hegemonía so­

bre este territorio tendría consecuencias cruciales para el desarrollo del Impe­rio romano occidental en los siguientes años". Aunque a partir de estos mo­mentos los vándalos centraron su política exterior en el Imperio, en ocasionesse relacionaron con Hispania. Así, en 445, en una ofensiva de la que desco­nocemos sus motivaciones, llegaron por sorpresa a Turonio, en la costa deGalicia y capturaron a muchas familias" y en 458, en un momento de inesta­bilidad política en el reino suevo enviaron legados a los suevos'", Tambiénfue durante su asentamiento en África cuando los vándalos consolidaron su

manos .. ., op. cit., 116-120 y G. Bravo, "El último siglo del occidente romano: cla­ves políticas", en Ídem, La caída del Imperio romano y la génesis de Europa, Ma­drid, 2001, 1-38 en 30 y rechazada contundentemente por otros, como L. Schmidt,Geschichte der deutschen Stiimme: die Westgermanen, Munich, 1970 y J. R. Moss,"The Effects of the Policies of Aetius on the History of Westem Europe", Historia22, 1973, 711-731 en 725, n. 129. Por su parte Ch. Courtois, Les Vandales etl 'Afrique, op. cit., 155-158 cree que e! principal motivo que impulsó a los vándalosal norte de África fue la espera de un mejor porvenir, aunque esto no implica queBonifacio no les pidiera su auxilio.

81 Hid., Chron. 80 [90]; Prosp., 1295, p. 472; Chron. Ga/l 452, 108; Cassiod.,Chron., 1215, MGH IX p. 156; Poss. Vit. Aug. XXVII1; Salv., De gub. Dei, VII,XII1, 56; Greg. Tur., Hist. 2.2.; Vict. Vit., H.P.Wand. 1, 1, 1. Según Victor Vitensis(cf. además Proc., BV 111 , 18), Genserico realizó un censo de población de los vánda­los asdingos y los restos de alanos. Su número era de 80.000 hombres, de los cualesconjetura A. H. M. Jones, The Later Roman Empire, 284-602: A Social, Economic,and Administrative Survey, Oxford, 1964,1, 195, que 25.000 serían guerreros . Sobrela credibilidad de esta cifra, cf. W. Goffart, Barbarians and Romans, A. D. 418-584.The Tecniques ofAccomodation, Princenton, 1980,231-234. Ysobre e! posible itine­rario que siguieron los vándalos en e! norte de África, ilustrado con material carto­gráfico, cf. Ch. Courtois , Les Vandales et l 'Afrique, op. cit., 158-171.

82 Hid., Chron. 80 [90].83 Cf. J. Drinkwater y H. Elton (eds.) Fifih-Century Gaul: a crisis of identity?,

Cambrid~e, 1992, 3, quienes destacan la enorme aportación científica que un estudiosobre la Africa de! siglo V podría suponer para e! conocimiento histórico.

84 Hid., Chron. 123 [131l.85 Hid., Chron. 186 [192].

198

Las nuevas opcio nes de poder: el protagonismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V

autoridad en Insulae Balearum 86•

Un indicio de la supremacía vándala durante los años que permanecieronen Hispania es la asimilación de elementos populares suevos, como se cons­tata en los enterramientos de grupos mercenarios germano-orientales en Cho­let, lugar situado entre las provincias de Badajoz y Sevilla, que usaban eltraje correspondiente a su etnia sueva'" y en una inscripción funeraria halladaen Hippo Regius en la que aparece una mujer sueva, Ermengon, esposa delngomar, que posiblemente pertenecía a la familia real sueva'" y que seriacapturada por los vándalos en su enfrentamiento con el suevo Heremigario'"o entregada a los vándalos en un compromiso matrimonial entre éstos y lossuevos .

Los escasos vestigios vándalos y alanos que han llegado hasta nosotrostestimonian la existencia de una considerable estratificación social entre suscomponentes. Así, una serie de objetos de gran calidad, fabricados en meta­les nobles , como espadas, puñales, joyas y útiles de carácter femenino perte­necerían a familias relevantes y a la aristocracia militar guerrera, mientrasque las relativamente abundantes fibulas de ballesta, de escaso valor, confec­cionadas con metales secundarios, corresponderían a la población libre y no­libre que acompañaba a los grupos vandálicos en sus expediciones peninsula­res'", Esta estratificación social se encuentra también atestiguada en otrostestimonios. Así, según Víctor de Vita91 entre los vándalos que pasaron a

86 Su primera incursión en estas tierras se había producido en el año 425 (Hid.,Chron. 77 [86]), pero no lIevaria consigo un domin io completo de las islas. Sobre lapresenci a vándala en las Baleares , cf. J. Amengual, Els orígens del cristianisme a lesBalears, vol. 1, Mallorca, 1991, 285-327.

87 Cf. J. Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 223-226.88 Su praenomen se relaciona con la raíz -er, caracteristica de la familia de Her­

merico .89 Cf. Ch. Courtois, Les Vandales et l 'Afrique, op. cit., Apéndice 11, n° 70,

planche Y; W. Kónig, "Archaologische Zeugnisse westgotischer Prasenz im5.Jahrhundert", Madrider Mitteilungen 21, 1980,220-247, en 227, 236-37 e Ídem,"Wandalische Grabfunde...", op. cit., 302-303 y 335 Y J. Pampliega, Los german osen España, op. cit., 236-237 y 291, n. 75.

90 Cf. J. Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 212 y 235. Inventario yrepresentación de algunos de estos objetos en F. Pérez Rodrigue z-Aragón, "Elemen­tos de tipo bárbaro oriental y danubiano de época bajoimperial en Hispania", enActas del Congreso internacional La Hispania de Teodosio, 11, 1997, 629-647 .

91 Hist. Pers. Afric. 1, 2.

199

Purificación Ubric Rabaneda

África se establecieron dos grupos o Uno diferenciado por edad (senes, iuve­nes, parvuli) y otro por condición social (servi vel domin ñ.

3. LA INESTABILIDAD DEL REINO SUEVO

La historia de los suevos durante el siglo V es muy peculiar, ya que par­tiendo de un grupo débil e insignificante políticamente, confinado en un terri­torio que era considerado el extremo del mundo'", consiguieron imponerdurante más de una década su hegemonía sobre la mayor parte de la Penínsu­la y tras un duro golpe a su monarquía, que parecía haber acabado para siem­pre con su potencialidad, lograron resurgir y consolidar su reino, incorporan­do incluso territorios que no les podrian arrebatar sus rivales, teóricamentemás fuertes, visigodos'", Su reino perduraría hasta el año 585, cuando fueanexionado por el rey visigodo Leovigildo'" . A la par que los suevos experi­mentaban esta evolución se transformó también la concepción que de ellostenían otros poderes, como el Imperio, los visigodos y los vándalos, hasta elpunto de que los suevos intervinieron en los asuntos políticos que concerníana estas entidades, en sus alianzas y enfrentamientos, enviando legados ysiendo también ellos los destinatarios de embajadas auspiciadas por estospoderes. Analicemos con más detenimiento el devenir de los suevos a lolargo del siglo V.

Cuando los suevos llegaron a Hispania" eran el grupo bárbaro menos

92 Gal/aecia era considerada, incluso por quienes allí vivían (por ejemplo Hid.,Chron. praef. 1), el extremo del mundo. Para otras referencias sobre esta concepciónde Gal/aecia en la Antigüedad, cf. E. A. Thompson, "The End of Roman Spain",op. cit., parto1, 5 YM. Kulikowski, Late Roman Spain, oo, op. cit., 171.

93 Un análisis de cómo se produjo este proceso de consolidación de los suevos,desde sus inicios en la Galia hasta el final de la Crónica de Hidacio en Jo Pampliega,Los germanos en España , op. cit., 267-3580

94 lohanni s Biclarensis, Chronicon, 72 (ed. C. Cardelle de Hartmann, CCSL173A, Turnhout, 2001).

95 Son muy diversas las hipótesis emitidas sobre quienes eran los suevos que lle­garon a Hispania, cómo lo hicieron y de qué contingentes étnicos estaban constitui­dos. Sobre éstas cf. L. Reynolds , "Reconsideration of the History of the Sueves",Revue beige de philologie et d'h istoire 35, 1957, 19-47 Y J. Pampliega, Los germa­nos en España, op. cit., 267-274.

200

Las nuevas opciones de poder: el protagonismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V

nurneroso'" y también el de más reciente etnogénesis'", por lo que su asenta­miento en la apartada Gal/aecia no preocupó en demasía al gobierno impe­rial, que los consideró inofens ivos" e incluso intervino a su favor cuandoestuvieron a punto de sucumbir ante los vándalos en los montes Nervasios" .Esta iniciativa imperial en beneficio de los suevos les permitiría, tras la mar­cha de los vánda los a la Bética, consolidar su posición en Gal/aecia y forta­lecer progresivamente su posición. En este proceso desempeñó un importantepapel Hermerico, que ya en 4 19 aparece como rex suevorum'í", En efecto ,bajo su gobierno y aprovechando el paso de los vándalos al norte de Áfricacomenzó la política expansionista sueva 101, tanto en el exterior de Gal/aecia,

96 Ch. Courtois, Les Vandales et l 'Afrique, op. cit., 48 cree que una parte de lossuevos se asentó tras su paso del Rin en la zona de Pas-de-Calais, por lo que la can­tidad que llegó a España sería muy mediocre. Según E. A. Thompson, "The End ofRoman Spain", 1, op. cit., 26-27 los suevos serían 20.000-25.000 personas con6.000-7.000 guerreros, lo que suponía un 3% de la población de Gal/aecia. Para L.A. García Moreno, Historia de España visigoda, op. cit., 55 esta hipótesi s de Thomp­son, aunque como cualquiera es mera conjetura, parece bastante razonable.

97 La monarquía sueva de Gal/aecia se había formado hacía poco tiempo a partirde varíos grupos pequeños procedentes del mismo tronco común, escasamente cohe­sionados y con pocos elementos armados a caballo. En un principio conviviríandiversidad de régulos, como era la tónica general entre los grupos germánico­occidentales (cf. J. Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 284 Yss.) .

98 Cf. L. A. García Moreno, "Nueva luz sobre la España de las invasiones deprincipios del s. V. La epístola Xl de Consencio a S. Agustín", Verbo de Dios ypa labras humanas, Pamplona, 1988, 153-174 en 162-163.

99 Hid., Chron., 63 [71] Y 66 [74] e lsid. Hisp., Hist. Wand. 73. Esta actuación deHonorio sería muy apreciada por los suevos, quienes en época de Rechiario utilizaríansu efigie en las monedas que acuñaron en lugar de la del emperador reinante en esosmomentos (cf. S. Suchodolski, "La silique du roi Rechiarius et les autres monnaiesdes suéves", Quaderni Ticinesi di Numismatica e Antichit áClassiche 18, 1989,353­362 esp. 360-361) .

100 Hid., Chron., 63 [71]. Sobre el protagonismo de Hermerico en la configuraciónde los suevos como monarquía militar, cf. J. Pampliega, Los germanos en España,op. cit., 287-303 .

101 Son éstas las primeras ofensivas protagonizadas por los suevos que aparecenen el Chronicon de Hidacio. M. Kulikowski, Late Roman Spain.. ., op. cit., 179-180,cree que durante la mayor parte del reinado de Hermerico las provincias hispanaspermanecieron en una situación pacífica y que el rey suevo no emprendió ningunainiciativa para someterlas a su control. En contra de esta interpretación, J. Pampliega,

201

Purificación Ubric Rabaneda

como en el interior de esta provincia'I". Ambas tentativas, sin embargo, nofueron en principio exitosas, pues en el primer caso Heremigario, un desta­cado miembro de la familia real sueva, tal vez el hijo mayor de Hermeri­CO

I03, murió en Emerita Augusta durante su enfrentamiento con los vánda­10SI04 y en el segundo los suevos no consiguieron imponer su supremacíasobre los galaicorromanos con los que se encontraban en conflicto sino quesuscribieron con ellos tratados de paz lO5

• No obstante, durante el reinado deHermerico los suevos comenzaron a recibir legados imperiales'I" y visigo­dos 107, lo que muestra que ya en estos momentos eran considerados comouna entidad sólida. Además, el propio rey suevo envió una embajada a lasede del gobierno imperial en Ravena, encabezada por un obispo, Sinfosio,

Los germanos en España, op. cit., 296 considera que la expansión del reino suevo sehabía iniciado con anterioridad pero es a partir del momento en que Hidacio es nom­brado obispo de Aquae Flaviae, el año 427, cuando éste comienza a preocuparse porlas vicisitudes del reino suevo.

102 E. A. Thompson, "The End of Roman Spain", Nottingham Medieval Studies,23, parto IV, 1979, 1-21, p. I se pregunta si los reyes suevos siguieron una política deocupación del territorio hispano o si se limitaron a saquear ciegamente año tras añoalgún lugar que ellos previeran que podía proveerles de comida, recursos o dinero.Para A. Tranoy, Hydace. Chronique, 1, op. cit., 29 es evidente que los suevos siguie­ron un plan. Incluso lo refleja gráficamente en dos mapas (1y 11).

103 Esto es lo que han deducido algunos investigadores a partir de la onomástica(cf. J. Pampliega, Los germanos en España , op. cit., 297 y 305). No obstante, otros(cf. S. Muhlberger, The Fifih-Century Chronic/ers..., op. cit., 248 y E. A. Thompson,"The End of Roman Spain", Nottingham Medieval Studies, 21, parto11, 1977,3-31,en p. 8) creen que Heremigario guerreó por cuenta propia, al margen de Herrnerico.Martindale (PLRE 11, 546) lo supone rey suevo, pues así aparece en la Crónica deFredegario (MGH Ss.rer. Merov. 2 11 51). Por su parte, C. Torres, Galicia sueva, op.cit. , 59 y 68 defiende que Heremigarius fue el padre de Ricimer y que con él se casóuna hija de Valia.

104 Hid., Chron. 80 [90].105 Hid., Chron., 81 [91],86 [96],91 [100] Y 105 [113].106 Hid., Chron. 88 [98] Y 103 [111]. Estos legados fueron enviados por el magis­

ter militum Aecio, al que Hidacio había pedido ayuda contra los suevos.107 Aunque no está muy clara su misión ni tampoco a quién se dirigió, es proba­

ble que el visigodo Vettus (Hid., Chron. 87 [97]) pretendiera que los suevos se alia­ran a los visigodos en sus iniciativas contra el gobierno imperial (cf. A. Tranoy,Hydace. Chronique, 11, op. cit., 65-66).

202

Las nuevas opciones de poder: el protagonismo de los bárbaros en la Hispan ia del siglo V

quizá con el propósito de que el Imperio reconociese el estatus de los suevosen Gallaecia 108

• Por tanto, podemos afirmar que Hermerico sentó las basesque permiti rían adq uiri r a l reino suevo un gran poderío durante los reinadosde sus sucesores, Rechila y Rechiario.

La política de Rechila (438-448)109 se centró en la expansión sueva fuerade Gallaecia. Baj o su gobierno, aprovechando la debilidad de Aecio, quetenía sus fuerzas concentradas en la expansión vándala en el norte de África,los suevos extendieron su autoridad a las provincias Lusitania' !", Bética yCartaginense11

1, que teóricamente se encontraban bajo el control imperial. Lo

más probable es que no ocuparan fisicamente el territorio sino que se limita­ran a eliminar a los oficiales romanos y a controlar los restos del sistemaadministrativo romano para recaudar impuestos, pues durante los años si­guientes saquearon estos territorios en varias ocasiones112. En muchas de sus

108 Hid., Chron. 92 [101]. Un análisis más detallado de estos acontecimientos, susmotivaciones y resultados en P. Ubric, La iglesia en la Hispania del siglo V, op.cit. ,esp. 63-72 y A. Gillett , Envoys and Political Communication in the Late AntiqueWest, 411-533, Cambridge, 2003, esp. 42-64.

109 Su delicada salud llevó a Hermerico a confiar el gobierno de los suevos a suhijo Rechila en 438 (Hid., Chron. 106 [114]). Él moriria pocos años después, en 441(Hid., Chron. 114 [122]). No sabemos si durante esos años siguió desempeñandotareas de mando. Un análisis de las pretensiones de Rechila y sus logros en J. Pam­pliega , Los germanos en España , op. cit., 303-312 .

lIoEn 439 Rechila entró en Emerita Augusta (Hid., Chron. 111 [119]) . L. A.García Moreno , "Mérida y el reino visigodo de Tolosa (418-507)", en Homenaje a 1.Sáenz de Buruaga, Badajoz, 1982, 227-240, en 230 e Ídem, Historia de España visi­goda, op. cit. , 56 cree que el dominio de la capital lusitana, sede en otro tiempo delvicario de la Diócesis hispánica, permitiria al rey suevo controlar lo que quedaba delaparato administrativo romano en esta provincia. Además piensa que a partir de estosmomentos Mérida se convertiria en una especie de capital meridional sueva. Aunquea partir de 439 los reyes suevos prefirieran Mérida como lugar de residencia, Bragacontinuaria desempeñando un papel fundamental en su reino (cf. M. Kul ikowski,Late Roman Spain ... , op. cit. , 188 y P. Díaz, "El reino suevo de Hispania y su sedeen Bracara", en G. Ripoll y J. M. Gurt (eds.) Sedes regiae (ann. 400-800), Barcelo­na, 403-423).

111 Según Hidacio (Chron. 115 [123]) tras la entrada de los suevos en Hispalis és­tos pudieron extender su soberanía sobre ambas provincias, Bética y Cartaginense.

112 Hid., Chron. 126 [134], 129 [137] y 161 [168]. Cf. M. Kulikowski, Late Ro­man Spain .. ., op. cit. , 181-184.

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Purificación Ubric Rabaneda

acciones, como su entrada en Hispalis, los suevos recibieron el apoyo dealgunos potentes hispanorromanos, que de este modo desbancaron a sus riva­les y ejercieron el poder bajo el protectorado de los suevos'! ', Respecto algobierno imperial, Rechila abandonó la actitud dialogante de su padre e in­cluso sitió y cautivó al representante de Aecio en la Península, el comes Cen­sorio!".

La supremacía sueva llegó a sus máximas cotas durante el reinado del ca­tólico Rechiario (448-456) 115, que actuó de un modo muy independiente ydesafiante, que pretendía demostrar a Imperio y visigodos que los suevoseran la fuerza política preponderante en Hispania y, por tanto, podían inter­venir en ella con total autonomía e impunidad, sin presentar cuentas a nadie.En efecto, aunque al comienzo de su reinado Rechiario parecía haber optadopor una política de alianzas, que lo habían unido a los visigodos mediante sumatrimonio con una hija de Teodorico 1116 y al Imperio por medio de un tra­tado de paz!", con posterioridad su actitud hacia ambos se radicalizó, espe­cialmente tras las muertes de Aecio y Valentiniano m.

Uno de los aspectos en los que mejor se vislumbra esta actitud de Rechia-

113 Cf. P. Ubric, La Iglesia en la Hispania del siglo V, op. cit., 72-78. Otroejemplo muy significativo del colaboracionismo entre suevos e hispanorromanos esla derrota por parte de los suevos del ejército comandado por el magister utriusquemilitiae Vitus (Hid., Chron . 126 [134]).

114 Hid., Chron. 113 [121]. Censorio había desempeñado un papel muy importan­te en el diálogo de suevos e hispanorromanos (Hid. , Chron. 88 [98],91 [\00] Y \03[111]). Cf. P. Ubric, La Iglesia en la Hispania del siglo V, op. cit., 67-69.

115 Sobre la peculiar personalidad de Rechiario , cf. E. A. Thompson, "The EndofRoman Spain", IV, op. cit., 4.

116 Hid., Chron. 132 [140]. Poco después Rechiario visitó la corte de su suegro(Hid ., Chron. 134 [142]) . El propósito de Teodorico al aliarse con los suevos pudoobedecer a su temor a que prosperasen los planes de Atila y pudiera verse atacadodesde Hispania (cf. L. A. García Moreno , Historia de España visigoda, op. cit., 59).No era éste el primer pacto matrimonial entre suevos y visigodos, ya que en 418 unahija del rey visigodo Valia había contraído matrimonio con un aristócrata suevo.Éstos fueron los padres del patricio Ricimer (Sid. Apo\., Carm., Il , 360-370; cf. A.Gillett, "The birth of Ricimer", Historia 44, 1995, 380-384). Según J. Pampliega ,Los germanos en España , op. cit., 319-320 , al casarse con una hija del rey Teodorico1 Rechiario se convirtió en su Waffensohnschaft ("hijo de armas"), lo que implicaríala existencia de un pacto entre suevos y visigodos.

117 Hid., Chron. 147 [155] Y 163 [170].

204

Las nuevas opciones de poder: el protagonismo de los bárbaro s en la Hispania del siglo V

rio es el hecho de que fue el primer rey bárbaro que acuñó monedas con sunombre. Se trata de silicuas en cuyo anverso no figura el emperador reinante,Valentiniano I1I, sino Honorio, con la leyenda DN. HONORIVS P.f.AVG,lo que ha sido interpretado como un desafio a Valentiniano, con quien Re­chiario se encontraba enfrentado y una reafirmación de la supremacía y laimportancia del soberano suevo! " . En el reverso aparece una corona en cuyointerior se representa una cruz y las letras SR, que posiblemente hacen rcfc-

118 Los investigadores han emitido diversas teorías sobre la representación deHonorío, un emperador muerto hacía un cuarto de siglo, en una moneda cuya tipolo­gía no coincide con ninguna de las acuñadas por éste. Tanto A. Heiss, como A. Bel­tran piensan que la moneda había sido realizada por un italiano, probablemente ro­mano. P. Beltrán supone que en tomo a 420, cuando los vándalos se marcharon deGal/aecia, los suevos obtuvieron de Honorío el derecho de acuñación de moneda.Para 1. Lafauríe el anverso habría sido acuñado en un taller oficial, del que habríasido robado durante el saqueo de Roma y regrabado después. X. Barral i Altet haintentado sustentar esta última teoría refiríéndose a los ejemplare s de la tumba des­cubierta en Heilbronn-Bockingen en Suabia. Por su parte, Ph. Gríerson y M. Balck­bum creen que el nombre de Honorío figura en la silicua y también en el sólido por­que las monedas de este emperador eran las que se encontraban en circulación cuan­do los suevos se establecieron en Gal/aecia y que el resto se realizó con el consen­timiento de Honorio. Suchodolski atribuye a estas monedas un significado político.A su modo de ver el recurso de Rechiario a la representac ión de Honorio tiene unaexplicación similar a la de las monedas del siglo VI en las que se representa a Anas­tasio, es decir, el rey suevo, enemistado con el emperador reinante, Valentiniano I1I ,se niega a utilizar su efigie en sus monedas y la sustituye por la del emperador másprestigioso del siglo V, Honorío, quien además había sido benevolente con los sue­vos. Por otra parte, el hecho de ser Honorio un emperador fallecido podía significaruna ruptura del monopolio imperial de acuñación de moneda (discusión de todasestas teorías y desarrollo pormenorizado de esta última interpretación en S. Sucho­dolski, "La silíque du roi Rechiarius . . . ", op. cit., 353-362; cf. además X. Barral iAltet, La circulation des monnaies su éves et visigotiqu es. Contribution a I'histoireéconomique du royaume visigot, M ünchen, 1976, 24-25 Y 48-53 Y J. M. PeixotoCabral y o. M. Metcalf, A moeda sueva. Suevic Coinage, Oporto, 1997). F. LópezSánchez , "Suevic Coins and Suevic Kings (418-456): the Visigoth ic connection", enF. Curta, (ed.) Neglected Barbarians. The Smal/er Barbarian Peoples 01 Early Me­dieval Europe (en prensa), por su parte, cree que estas silicuas son una emisiónconmemorativa de la elevación de Rechiario al trono suevo, hecho que se produjocon el consentimiento del rey visigodo Teodorico ll , a quien la monarquía suevaestaba supeditada.

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rencia a Braga. A ambos lados de la cruz se lee IVSS RICHIARI REGES, loque indica que su acuñación emanó de la autoridad de este rey suevo'!" .

Las provocaciones de Rechiario no se limitaron a esta infracción sino quetuvieron un alcance mucho mayor. En efecto, en 455 el rey suevo depredó lasáreas de la Cartaginense que los suevos habían devuelto a los romanos 120, en456 despidió a los legados que le habían enviado Avito y Teodorico 11 e in­vadió la Tarraconense, la única provincia que hasta el momento había per­manecido libre de las razzias bárbaras y vinculada al gobierno imperial 121 •

Poco después los visigodos volvieron a enviarle legados, a lo que respondiócon una nueva incursión en la Tarraconense, donde capturó prisioneros quellevó a Gallaecia122

• Ante estas insolentes acciones el rey visigodo Teodorico11, en nombre de su protegido, el emperador Avito, emprendió una campañacontra los suevos de Rechiario, que tenía como objetivo frenar su poderío ysu orgullo y devolver al gobierno romano los territorios ocupados por lossuevos 123. El enfrentamiento, que tuvo lugar junto al río Órbigo, acabó conuna clara victoria de los visigodos sobre los suevos' r".

119 Cabe señalar que ninguna moneda de este siglo porta la efigie de un jefe ger­mánico, ya que esto se consideraba un privilegio del emperador romano . La magni­tud de la ruptura de este monopolio imperial se percibe en un pasaje de Procopio(Bell. Got.• 111, 33) que relata la gran indignación que se produjo en la corte bizanti­na cuando el rey franco Theudeberto (534-547) quebrantó este privilegio figurandocomo primer soberano en las monedas de oro en lugar del emperador.

120 Hid., Chron. 161 [168].121 Hid., Chron. 163 [170]. Con anterioridad, cuando Rechiario volvía de la corte

de Teodorico 1, ya habían saqueado los suevos la Tarraconense, esta vez junto a losbagaudas de Basilio (Hid ., Chron. 134 [142]) .

122 Hid., Chron. 165 [172].123 Para M. Kulikowski, Late Roman Spain .. ., op. cit., 186-189 gracias a la cam­

paña visigoda de Teodorico 11 toda Hispania volvió de nuevo al dominio del gobier­no romano.

124 Hid., Chron. 166 [I73]; lsid . Hisp., Hist. Goth. 31, Consularia Caesaraugus­tana 21a (CCSL 173A: 9) y Consularia Italiea, 305, 1. En su relato de los aconte­cimientos Jordanes (Get. XLIV , 231-232) contrapone el desmedido orgullo suevocon la mesura visigoda: "Su cuñado Teodoredo, como era moderado , le envió lega­dos para decirle en buenos términos no sólo que se retirara de territorios que no eransuyos , sino que se abstuviera de pretenderlos, porque tal ambición le acarrearía suenemi stad. Pero aquél le respondió henchido de orgullo: "Si protestas y te quejas deque haya venido aquí , iré a Tolosa donde tú estás. Detenme alli si puedes". A Teodo-

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Unos meses después de la derrota del río Órbigo Rechiarío fue capturadoen Portus Cale , donde se había refugiado, tras lo cual los suevos que habíanescapado de la batalla se entregaron a los visigodos, que asesinaron a muchosde ellos 125

, al igual que hicieron con su rey l26. Teodorico 11 nombró entoncesa un cliente suyo , Aiulfus, como gobernante suevo. Sin embargo, éste, apo­yado por algunos suevos, se rebeló contra su señor y actuó con soberaníapropia, por lo que sería castigado con la muerte ':".

Las consecuencias de la batalla del río Órbigo supusieron un duro golpe parala aristocracia militar sueva, lo que parecía haber puesto fin a su reino. Inclusoasí lo señala expresamente Hidacio : regnum destructum et finitum est Sueuo­rum128

• Sin embargo en los siguientes años varios líderes intentaron configuraruna nueva etnogénesis del pueblo suevo en tomo a sus personas 'Y, sumiendo a

redo le sentó mal escuchar esta respuesta, hizo la paz con los demás pueblos y diri­gió su ejérci to contra los suevos con la ayuda de los reyes de los burgundios, Gun­diuco e Hilperico , que le eran leales. Se trabó combate junto al rio Órbigo, que dis­curre entre Astorga e Iberia, y terminada la batalla resultó vencedor Teodoredo conlos visigodos, que luchaban por una causa justa, mientras que casi todo el pueblo delos suevos pereció aniquilado" (traducción de 1. M. Sánchez Martín , Jordanes, Ori­gen y gestas de los godos, Madrid , 2001, 183).

125 Hid., Chron. 168 [175]. Según Jordanes (Get. 232) Rechiario había intentadohuir en un navío pero una tempestad lo puso en manos de los visigodos. Aunque enesta noticia Jordanes confunda el mar Tirreno con el océano Atlántico, su contenidosustancial puede ser aceptado , ya que la opción más segura que tenía Rechiario paraescapar de los visigodos era recurrir al mar.

126 Hid., Chron. 171 [I78].127 Las fuentes, Hidacio y Jordanes, difieren al presentamos a Aiulfus. Si conju­

gamos ambas versiones podem os decir que Aiulfo era de estirpe vama, c/ientempropius de Teodorico 11 (Hid., Chron. 173 [180]; lord. Get. XLIV, 233-234) Yquemurió en Portus Cale en 457 (Hid., Chron. 180 [187]). Algunos investigadores loidentifican con el Agiulfus que asesinó al comes Censorio en Hispalis (Hid., Chron.131 [139]). Sobre la personalidad de Aiulfo, así como sus intereses y política, cf. J.Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 327-330; L. A. García Moreno, Histo­ria de España visigoda, op. cit., 62 y E. A. Thompson, "The End of Roman Spain",11, op. cit., 10-11, quien cree la versión de Hidacio , según la cual Aiulfo era un godoque desertó y que intentó hacerse con la realeza sueva .

128 Hid., Chron. 168 [175].129 Este proceso de nueva etnogénesis del pueblo suevo tras la desaparici ón de

Rechiario es analizado con detalle por J. Pampliega, Los germanos en España, op.cit., 327-358.

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los suevos y a Gal/aecia en una gran inestabilidad polí tica. La disputa se des­arrolló entre dos familias aristocráticas, la de Masilia-Maldras-Frumario" y laque hasta la muerte de Rechiario había ostentado la monarquía sueva, es decir, lade Hermerico-Rechila-Rechiario-Frarntan-Rechimundo-RemismundoI31. Trasocho años de anarquía Remismundo, tal vez un hijo nacido del matrimonio deRechiario con una hija del rey Teodorico 1l32

, que había sido capturado por losvisigodos tras los acontecimientos del río Órbigo y llevado hasta Tolosa133

, con­siguió, con el apoyo del rey visigodo Teodorico n134

, unificar a todos los suevos,iniciando una nueva etapa en el reino suevo. Remismundo, que en un principioactuó siguiendo las directrices visigodas", acentuó paulatinamente su autono­mía de éstos, sobre todo tras la muerte de Teodorico nl36

, lo que desembocó enun virulento enfrentamiento con los visigodos por el dominio de varios territo­rios lusitanos137

• Es esta pugna entre visigodos y suevos lo último que del reino

130 Masilia sería un destacado aristócrata suevo que quizá murió en la batalla delrío Órbigo (cf. J. Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 333). Uno de susdescendientes fue el obispo de Mérida Masona (aprox. 573), nacido de los familiaresde Maldras que se asentaron en Lusitania (cf. L. A. García Moreno, Prosopografiadel reino visigodo de Toledo, Salamanca , 1974, 166-167). El prestigio y poderío deMasilia en el reino suevo serían tan elevados como para poder permitir a su hijoMaldras aspirar al poder del reino. Otro de sus vástagos, cuyo nombre desconoce­mos, también se vería involucrado en estas intrigas, pues sabemos que fue asesinadopor su hermano Maldras (Hid., Chron. 190 [195]) .

131 La prosopografía muestra que Hermerico, Rechila, Rechiario, Rechimundo yRemismundo tienen una misma raíz, lo que puede indicar que pertenecían a unamisma familia. Cf. J. Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 330-358. ParaM. Kulikowski, Late Roman Spain .. ., op. cit., 199 los aspirantes al trono suevoserían muchos más de los que Hidacio recoge en su Crónica.

132 Hid., Chron. 132 [140).133Cf. O. Devi1lers, Jordanés. Histoire des Goths, Paris, 1995, 183, n. 139; L. A.

García Moreno, "La conversion des Su éves au catholicisme et el l'arianisme", en M.Rouche (ed.) Clovis, Histoire et Mémoire, Paris, 199-216, en 204-205, n. 23 y J.Pamp,liega, Los germanos en España, op. cit., 346 y ss.

I 4 Hid., Chron. 215 [219] Y216 [220).135 Hid., Chron. 222 [226] , 226 [230] Y 228 [232] e Isid. Hisp., Hist. Goth. 33.136 Cuando tras su ascenso al trono visigodo, Eurico, que había asesinado a su an­

tecesor , envió legados a Remismundo, éste los despidió y dirigió por su cuenta em­bajadas al emperador, los vándalos y los visigodos (Hid., Chron. 234 [238]).

137 Hid., Chron. 239 [245] , 240 [246], 243 [249] Y 244 [250).

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suevo sabemos en el siglo V, pues es aquí donde culmina el Chronicon hidacia­no. De los años comprendidos entre la batalla del río Órbigo y el reinado deRemismundo cabe destacar la intensa actividad diplomática desplegada, tantopor los suevos, como por otros reinos con los que se relacionaron, sobre todo elvisigodo138•

De la relación que los suevos establecieron con los galaicorromanoshay que incidir, por una parte, en el apoyo que recibieron de algunos de ellos,fundamentalmente de los que vivían en el territorío en el que se asentaron' Vy, por otra, en la oposición y resistencia a someterse a su dominio presentadapor otros, en particular los que habitaban en la parte oriental-interior del con­ventus bracarensis. A medida que avanzó el siglo V y la autoridad de lossuevos se extendió por casi toda la Península, aumentó el número de suspartidarios140 . Es más, una vez que el gobierno imperial dejó de ser una op­ción a tener en cuenta y suevos y visigodos se disputaban la hegemonía sobrealgunas zonas de Lusitania, fueron mayoría los que optaron por los suevos,cuya política era menos centralista y represiva que la visigoda y con los quellevaban conviviendo varias décadas'?'. Esto explica el que les entregaran susciudades y que los visigodos castigaran con dureza no sólo a los suevos sinotambién a los romanos que allí habitaban 'Y. Por su parte también los suevos

138 De esta prolija actividad diplomática nos informa detalladamente el Chroni­con hidaciano: Hid., Chron. 186 [192], 192 [197], 200 [205], 203 [208], 215 [219],216 [220], 222 [226],226 [230], 227 [231], 229 [233],233 [237],234 [238], 236[240],238 [242,243 Y 244] Y 245 [251]. Sobre el papel de las embajadas en estaépoca, cf. A. Gillett, Envoys and Po/itica/ Communication ... , op. cit,

139 La convivencia de suevos y galaicorromanos está atestiguada en algunos ya­cimientos de Ga//aecia en los que se han documentado materiales pertenecientes aambos grupos en un mismo contexto estratigráfico (cf. J. López Quiroga y M. Rodrí­guez Lovelle, "Castros y caste//a tutiora .. ." , op. cit., en 366-367).

140 Sobre la actitud de la aristocracia hispanorrmana ante los bárbaros, cf. P.Ubric, "La adaptación de la aristocracia hispanorromana al dominio bárbaro (409­507)", Po/is 16,2004, 197-212.

141 Según M. Kulikowski, Late Roman Spain ... , op. cit., 202, los suevos estaríanen estos momentos totalmente integrados en la tierra en la que muchos de ellos ha­bían nacido. Los hispanorromanos no tendrían grandes problemas en aceptarlos perosí a los visigodos, a los que considerarían unos forasteros.

142 Este fue el caso de Ulixippona (Lisboa), que fue entregada por uno de sus ciu­dadanos más prominentes, Lusidius, a los suevos (Hid., Chron. 240 [246]). Lusidiussería enviado poco después por Remismundus como embajador al emperador, acompa-

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atacaron a quienes les presentaron algún tipo de resistencia, bien porque qui­sieran mantenerse independientes o bien porque sus simpatías se dirigiesen alos visigodos o al gobierno imperial. A esto obedecería el asesinato de variosromanos de origen ilustre'Y, su enfrentamiento con los aunonenses'i'", elsecuestro de Hidacio'Y y su cruel actuación en Conimbriga, donde en 464-5robaron a la noble familia de Cantaber", secuestrando a la madre y a loshijos 147 y en 466-7, además de cautivar a varias familias, saquearon despia-

ñado por dependientes suevos del monarca (Hid., Chron. 245 [251]). Pocos mesesantes el propio rey suevo se había trasladado a Lusitania (Hid., Chron. 236 [240]).

143 Hid., Chron. 191 [196] Y 194 [199].144 Hid., Chron. 229 [233],235 [239] Y243 [249]. En estos pasajes de Hidacio se

observa con claridad que los visigodos se erigieron en los defensores de los auno­nenses.

145 Hid., Chron. 196 [201] Y 202 [207]. Sobre estos hechos, cf. P. Ubric, LaIglesia en la Hispania del siglo V, op. cit., 78-85 y A. Isla, "L'episcopato della Spag­na nord-occidentale all'epoca delle invasione", en P. Delogu (ed.) Le invasionebarbariche nel meridione del/'Impero: Visigoti, Vandali, Ostrogoti, Cosenza, 2001, 79­98 en 88-90.

146 Una domus excavada en Conimbriga que destaca por su magnitud y lujo hasido denominada por sus excavadores como "casa de Cantaber" por creer que pudoser la residencia de esta familia. Esta mansión dejó de desempeñar tal función paraconvertirse en un espacio industrial de fundición en un momento del siglo V que susexcavadores relacionan con la destrucción de la ciudad por los suevos (cf. V. H.Correia, "Conimbriga, casa atribuída a Cantaber. Trabalhos arqueológicos 1995­1998", Conimbriga 40, 2001, 83-140, con abundante planimetria y fotos de sus es­tructuras y mosaicos).

147 Los suevos, que habían entrado por engaño en Conimbriga, también robarona la noble familia de Cantaber (Hid., Chron. 225 [229]). Estas iniciativas suevas notendrían mucho éxito, ya que en el siglo VI se atestigua en el Parroquial suevo en ladiócesis de Lamego una posesión en Cantabriano y a mediados del siglo VII unmiembro de esta familia ocupaba la sede episcopal de la ciudad, como se percibe enlas actas del concilio de Mérida. También estaba relacionada esta familia con lasmarcas de alfarero de sigillata procedentes de la ciudad (cf. L. A. García Moreno,Historia de España visigoda, op. cit., 225; J. Pampliega, Los germanos en España,op. cit., n. 266 y P. Díaz, "City and Territory in Hispania in Late Antiquity", en G. P.Brogiolo, N. Gauthier y N. Christie (eds.), Towns and their Territories between LateAntiquity and the Early Middle Ages, Leiden, 2000, 3-35, en 18-19).

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dadamente la ciudad y su territorio l48•

Según parece deducirse de los testimonios literarios, arqueológicos, epi­gráficos y numism áticos", hasta su derrota en la batalla del río Órbigo lossuevos ocuparon la zona comprendida entre el Miño y el Duero, con Braca­ra Augusta como centro principal. Es aquí donde se concentran los restosarqueológicos que pueden ser adscritos a los suevos, así como los hallazgosde las monedas que acuñaron, los nombres germánicos en la toponimia'" yla mayor parte de los tesorillos monetarios". Durante este período los sue­vos intentaron expandirse, sin éxito, por su territorio vecino, la parte oriental­interior del conventus bracarensis (la actual región de Tras-os-Montes yparte de la provincia de Orense), que tenía como centro Aquae Flaviae'[",pero aquí encontraron una sólida resistencia, liderada por el obispo de estaciudad, Hidacio153

• En el resto de las zonas en las que los suevos implantaron

148 Hid., Chron. 237 [241] . También la arqueología ha constatado esta destruc­ción sufrida por la ciudad y se han documentado tesorillos monetarios que se rela­cionan con este acontecimiento (cf. 1. Pereira, J. P. Bost e J. Hiemard , Fouilles deConimbriga. Lll ... , op. cit., 327-32 8).

149 Cf. J. López Quiro~a y M. Rodriguez Lovelle , "De los vándalos a los sue­vos... ", op. cit., 422-436; Idem, "De los Rom ano s a los Bárbaros. .. ", op. cit., 529­552; Ídem , "Castros y castella tutiora. . .", op. cit. , 355-374 e Ídem, "Topografía fune­raria rural entre el Miño y el Duero durante la Antigüedad Tardía (S. V-VII): aproxima­ción a un marco cronológico y tipológico", Madrider Mitteilungen 40, 1999, 228-253,en 229- 242 , cuyas teorias, basadas fundamentalmente en la Crónica de Hidacio y enel análisis territorial, sigo en aquellos puntos que considero acertados.

150 Entre Braga y Oporto se concentra el 90,5% de los nombres germán icos ates­tiguados en la topon imia de la antigua Gallaecia .

151 Cf. J. López Qui roga y M. Rodríguez Lovelle , "De los Romanos a los Bárba­ros . . .", op . cit., 529-552; 1. Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 356-357;W. Kónig, "Wandalische Grabfunde ...", op. cit. , 299-360; X. Barral i Altet, Lacirculation des monnaies suéves ... , op. cit. ,144 -145 y W. M. Reinhart, Historia ge ­neral del reino hispánico de los suevos, Madrid, 1952, 107 Yfig. 5, 101.

152Aquae Flaviae fue en época romana un centro urbano de notable importancia. Entomo a Braga y a Aquae Flaviae se han documentado diversos lugares fortificados, quizálos castella tutiora de los que habla Hidacio (Chron. 81 [91]), que, según J. López Qui­roga y M. Rodríguez Lovelle, pueden haber desempeñado tanto una función defensivacomo delimitadora de las áreas territoriales sueva y galaicorromana.

153 Cf. P. Ubric, La iglesia en la Hispania del siglo V, op. cit., esp. 78-8 5 e Ídem,"The Church in the Sue vic Kingdom (A. 0 .409-585)", en J. D' Emil io (ed.) Culture

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su autoridad no se asentarían permanentemente sino que se limitarían a con­trolar los restos del sistema administrativo romano que en ellas hubiese'".

Después de la derrota del río Órbigo, en consonancia con el enfrentamien­to entre las familias aristocráticas suevas, se diversificaron también sus basesgeográficas. La rama aristocrática sueva representada por Masilia-Maldras­Frumario, que en un primer momento ostentó la primacía en la disputa por elpoder, controlaría el territorio que desde su asentamiento había sido el cen­tro de dominio suevo, es decir, la parte costera del convento bracarense. Lazona de actuación de este grupo aristocrático y las depredaciones que come­tieron en territorios próximos'f", así lo demuestran. No obstante se introduci­ría un cambio respecto a la etapa anterior, ya que el centro principal pudotrasladarse en estos momentos desde Bracara Augusta, que había sido some­tida a un violento saqueo y destrucción por parte de los visigodos'", a lafortaleza más segura de Portus Ca/e, cuyo refuerzo de las murallas se hafechado en esta época157

• El que esta ciudad fuese el último refugio de Re­chiario tras su huida de los visigodos !", el que allí aspirara Aiulfus al tronosuevo!", el que Maldras atacara este lugar tras el asesinato de su hermano 'i"y un nivel de destrucción documentado en las excavaciones efectuadas en el n°5 de la Rúa D. Hugo, datado en el siglo y161, avalan esta teoría. Por su parte

and Society in Medieval Galicia: Cultural Crossroad at the Edge 01 Europe, Brill(en prensa)) .

154 Hay una serie de hechos que así lo demuestran. Entre ellos podemos señalar elque las silicuas de Rechiario se acuñaran en Braga, que fuese a Gal/aecia a dondeéste condujo a los prisioneros que hizo en la Tarraconense (Hid., Chron. 165 [172])Yel que zonas que teóricamente estaban bajo la dominación sueva, como las provin­cias Bética y Cartaginense, fuesen saqueadas por éstos en busca de botín en variasocasiones (Hid., Chron., 126 [134], 129 [137] Y 161 [168]).

155 Hid., Chron. 181 [188], 183 [190] Y 188 [193].156 Hid., Chron. 167 [174].157 Cf. J. López Quiroga y M.Rodríguez Lovelle, "De los Romanos a los Bárba-

ros . ..", op. cit., 552-558.158 Hid., Chron. 168 [175].159 Hid., Chron. 180 [187].160 Hid., Chron. 190 [195].161 Este nivel está constituido por tierra negra con carbón y en él se ha constatado

también el derribo de una estructura de piedra. Cf. 1. López Quiroga y M. RodríguezLovelle, "De los Romanos a los Bárbaros. ..", op. cit., 551-552.

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la base geográfica del grupo suevo de Framtan-Rechimundo sería Lucus ysus alrededores, porque los suevos que aquí vivían asesinaron en la Pascuade 460 a algunos romanos de la ciudad y a su rector'í" , porque será Lucus ellugar al que se dirigirá el pillaje contra los suevos de las tropas de Suniericoy Nepociano", porque en 463 es Lucus la ciudad en la que son recibidos loslegados visigodos enviados a Rechimundo'l" y porque son las áreas máspróximas a su base, la zona costera del convento lucense y el territorio de losAurengenses, las saqueadas por este líder suevo para obtener botín y prisio­nerosl65

De otras características del reino suevo, tales como su vida interna, la or­ganización de su corte, su modo de vida o costumbres, apenas tenemos nin­guna noticia", lo que nos impide valorar a los suevos desde sus propiostestimonios, así como comprender adecuadamente su evolución .

4. EL ASCENSO DE LOS VISIGODOS

De los pueblos bárbaros que penetraron en Hispania durante el siglo V se­rían los visigodos los que a la postre tendrían una continuidad más duraderay los que consiguieron ganarse el beneplácito de mayor número de aristócra­tas, con los que pactaron para dominar sobre la población y el territorio. Estecolaboracionismo fue el resultado de un proceso muy particular, derivadofundamentalmente de las peculiares relaciones que los visigodos establecie­ron con el Imperio romano. En efecto, su contacto temprano con éste y lasvicisitudes que experimentaron dentro de su territorio , a la par que se produ­cía su etnogénesis 'Í", propiciaron que adoptaran muchas costumbres, vesti­menta y peculiaridades romanas. Además, si bien en un principio actuaron encalidad de foederati, al servicio de los intereses del gobierno imperial de Rave-

162 Hid., Chron. 194 [199].163 Hid., Chron. 196 [201].164 Hid., Chron . 215 [219].165 Hid., Chron. 197 [202].166 Sobre este aspecto son sugerentes las consideraciones realizadas por E. A.

Thornpson, esp. "The End of Roman Spain", 11, op. cit., 6 y ss.167 Sobre este proceso de etnogénesis de los visigodos, cf. J. Pampliega, Los

germanos en España, op. cit., 21-199 y L. A. García Moreno, Historia de Espa ñavisigoda, op. cit., 30-37.

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na, paulatinamente, al hilo del desmoronamiento del poderío imperíal, su inter­vención sería cada vez más independiente, para fmalmente conseguir una plenaautonomía. Su supremacía, no obstante, no se sustentó sobre una base sólida .De ahí que fueran derrotados con facilidad por los musulmanes.

El primer contacto de los visigodos con Hispania'P'' se produjo en el año414, cuando a las órdenes de Ataúlfo llegaron a la Tarraconense, estableciendosu centro de operaciones en Barcino y sus alrededoresI

69 . No arribaron aquíobedeciendo a un plan previo sino porque habían sido expulsados de Narbonapor Constancio, quien además les había bloqueado el acceso al comercio marí­timo y la importación de productos extranjeros ' ?", impidiéndoles así su avitua­llamiento! ". Si tenemos en cuenta estas circunstancias no es de extrañar que enla Tarraconense se dedicaran fundamentalmente al saqueo y a la devastacióndel territorio. Dos años después los visigodos, esta vez bajo el gobierno de un

168 Para la situación de los visigodos antes de su llegada a Hispania, cf. J. Pam­pliega, Los germanos en España, op. cit., 21-161, con abundantes referencias biblio­gráficas. Sobre ésta y su intervención en Hispania durante los años 414-418, cf. E. A.Freeman, Western Europe ... , op . cit., 171-234; M. Cesa, Impero tardoantico e bar­bari . .. , op. cit. y J. Arce, Bárbaros y romanos ... , op . cit., 72-90.

169 M. Mayer, Gal.la Placídia i la Barcelona del segle V, Barcelonal996, 20 y 23-24cree que las dimensiones de la ciudad no pennitirian acoger a todos los visigodos , por loque sólo se asentarían en ella, junto al tesoro real, Gala Placidia, una escolta y aquellos queno sirvieran para la guerra. El resto se acomodarían, según deduce del fragmento 26 deOlimpiodoro, en el 12 miliario, que, en su opinión, se situaría en dirección a la zona dePrat de Llobregat, St. Joan Desp í y St Pere del Romaní , en elfimdus Minicianus, es decir, elfundus de los Minicii Natales de Barcino, la familia senatorial más ilustre de la ciudad, quecomprendería un extenso territorio . Mayer añade además que la ocupación de Barcino porlos visigodos no fue violenta, porque éstos contaban con un valioso rehén, Gala Placidia,hermana del emperador y esposa de su rey Ataúlfo y apunta la posibilidad de que cerca deaquí se encontraran las tierras que Gala había heredado de su padre. Cf. además 1. M. GurtYC. Godoy, "Barcino, de sede imperial a Urbs Regia en época visigoda", en G. Ripoll y J.M. Gurt (eds.) Sedes regiae (ann. 400-800) , Barcelona, 2000, 425-466.

170 Oro s. Hist. VII , 43, I e Hid. Chron., 52 [60). Algunos investigadores, basándoseen lord. , Get. XXXI, 163, piensan que se produjo un acuerdo entre Constancio y losvisigodos de Ataúlfo para que éstos lucharan contra los vándalos y por este motivo pasa­ron a la Península. Cf. 1. Pampliega, Los germanos en España, op. cit., 160-161.

171 Además sabemos que en el año 416 se produjo una hambruna en las Galias(Chron. Gall. 452 , 72), que posiblemente afectó tambi én a Hispania.

214

Las nuevas opciones de poder: el protagonismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V

nuevo rey, Valia172, suscribieron un pacto con el gobierno romano, por medio

del cual se comprometían a luchar contra los bárbaros que se habían asentadoen territorio hispano, a entregar al usurpador Atalo y a devolver a Gala Placi­dia. El Imperio a cambio les concedía seiscientas mil medidas de trigo173

• Lasprimeras acciones de los visigodos de Valia tras estefoedus fueron muy efecti­vas, pues acabaron con los vándalos silingos y con casi todos los alanos' Í". Sinembargo, los visigodos no completaron su misión eliminando también a vánda­los asdingos y suevos, porque en 418 establecieron un nuevo fo edus con Cons­tancio175

, en el que, como compensación por su apoyo militar, recibieron tierras

172 Ataúlfo había sido asesinado por Evervulfo, un cliente de Sarus, que de estemodo vengaba la muerte de su anterior dueño (cf. M. Mayer, Gal.la Placídia ..., op.cit., 21-22). Sobre la muerte de Ataúlfo cf. Olymp. frag. 26; lord., Gel. 163; Chroni­con Paschale (entre 630 y 641), a. 415 y Philostorgios, Historia eclesiástica (hacia425-433) XII, 4.

173 Oros ., Hist. VII, 43, 12-13; Hid. Chron., 52 [60]; Prosp., Chron., a. 416 yOlyrnp., frag. 30. Un análisis detallado delfoedus de 416 en J. Pampliega, Los germa­nos en España, op. cit., 178-182. Jordanes (Gel. XXXI, 163, XXXII, 164-166) presen­ta una visión muy distinta de los hechos, en la que exalta el protagonismo godo y supropia iniciativa en el enfrentamiento con los vándalos. En su versión los visigodosaparecen como héroes de buenas intenciones que se apiadan de los hispanos y deci­den librarlos de los pesares que les causan los vándalos.

174Hid. Chron., 55 [63] Y60 [68] e Isid. Hisp., Hisl. Golh. 22. Tras la derrota de losalanos el gobierno imperial estaría en disposición de volver a administrar el vicariatode las Hispanias. Es entonces cuando se atestigua de nuevo la presenc ia de un vica­rius, Maurocellus (Hid., Chron. 66 [74]). Cf. M. Kulikowski, Late Roman Spain. . .,op. cit., 17l.

175 Se ha especulado mucho sobre las razones que pudo tener Constancia para ac­tuar de este modo. En consecuencia son diversas las teorías que tratan de explicar suproceder: el temor a que los visigodos pudieran hacerse demasiado fuertes tras haberacabado con alanos y vándalos silingos y que se asentaran en la rica Bética, unaposible alianza de los suevos con los visigodos, pues sabemos que Valia había esta­blecido alianzas matrimoniales con los suevos , ya que casó a una hija suya con unnoble suevo, matrimonio del que nació el patricio Ricimer (Sid. Apol., Carm., 11,360-370; cf. A. Gillett, "The birth of Ricimer", 380-384), una nueva usurpación deMáximo, apoyada por Genserico y un posible pacto de éste con los visigodos (cf. J.Pampliega, Los germanos en España , op. cit., 187-188), la incapacidad del Imperiopara suministrar la annona (cf. W. M. Reinhart, Historia general del reino..., op.cit.,36 ss.), una exigencia de los propios godos (cf. R. de Abadal , Del Reino de Tolo­sa al de Toledo, Madrid , 1960, 22), el interés de Roma por acabar con el problema

215

Purificación Ubric Rabaneda

para asentarse en las provincias de Aquitania Secunda, Novempopulonia yNarbonense Primeral 76

En los siguientes años la presencia de los visigodos en Hispania obedecerá aeste foedus suscrito con el Imperio, que los comprometía a prestar auxilio mili­tar al gobierno romano cuando éste lo necesitase. Así, el ejército con el que elcomes hispaniarum Asterio se enfrentó a una nueva rebelión de Máximo!"estaría constituido por federados visigodos. Algunos de los miembros de esteejército robaron el equipaje del presbítero Severo cuando éste se dirigía alcastellum que poseía en IIerda y luego intentaron vender su contenido parafinalmente entregárselo al obispo de la ciudad", En 422 los federados visigo­dos, comandados por el magister militum Castino, en una campaña imperialcontra los vándalos fueron los causantes de su gran debacle, ya que desertaronde las filas del ejército en un momento crucial de la contienda' f". También eranfederados visigodos los principales componentes del ejército que bajo las órde­nes del magister utriusque militiae Vito fue humillado por los suevos en la

de la bagauda, que en estos momentos había recrudecido sus ataques (cf. E. A.Thompson, "The Settlement of the Barbarians in Southem Gaul", Journal 01RomanStudies 46, 1956, 65-75 Y E. Demougeot, L 'empire romain et les barbaresd 'occident. Scripta varia, Paris, 1988, vol. 11, 472) o disuadir a los galorromanos,que recientemente habían apoyado a Constantino y a Jovino , de otra rebelion (cf. M.Kulikowski, "The Visigothic Settlement in Aquitania: The Imperial Perspective", enR. W. Mathisen y D. Shanzer (eds.) Society and Culture in Late Antique Gaul: Re­visiting the Sources, Aldershot, 2001, 26-38).

176 Hid. Chron., 61 [69] e Isid. Hisp. (Hist. Goth.22). Sobre el asentamiento de losvisigodos en Aquitania, sus antecedentes y consecuencias, con discusión y bibliogra­fia cf. los estudios de T. S. Bums, C. E. V. Nixon, J. H. W. G. Liebeschuetz y P.Heather, recogidos en J. Drinkwater y H. Elton (eds.) Fifth-Century Gaul: a crisis 01identity?, Cambridge, 1992; B. S. Bachrach, "Another Look at the Barbarian Settle­ment in Southem Gaul", Traditio 25, 1969,354-538 YM. Cesa, Impero tardoanticoe barbari..., op. cit. , 161-175.

177 Agustín, Ep. 11*, 7, 3. Acabar con Máximo fue, según R. Scharf, "Der spanis­che Kaiser Maximu s..." , op. cit. y M. Kulikoswki, "The Career ofthe comes...", op.cit. , 123-141, el principal propósito de la campaña de Asterío contra los vándalos (Hid .,Chron. 66 [74]).

178 Agustín, Ep. 11*, 2, 5. Cf. P. Ubríc, La Iglesia en la Hispania del siglo V, op.cit., esp. 86-87.

179 Hid., Chron. 69 [77]; Prosp. , 1278, p. 469, Salvian., De guber. Dei VlI, 11,45 YChron. Gall. 452 , 107, p. 658.

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Las nuevas opciones de poder: el protagonismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V

Bética en 446 180 y los que fueron asesinados por un grupo bagauda liderado porBasilio en la iglesia de Tyriasso't ', Otro ejército godo, esta vez comandado porFrederico, hermano del rey visigodo Teodorico Il, acabó en 453, en nombre deRoma, con los bagaudas' Y, que constituían una grave amenaza para los inter­eses de los possessores de la Tarraconense, lo que acrecentó el prestigio de losvisigodos entre esta capa social 183

A mediados del siglo V los reyes visigodos no habían mostrado ningún inte­rés por extender su hegemonía a Hispania. Esta situación cambió, sin embargo,con su rey Teodorico Il, quien en 456, arropado por el emperador Avito, inter­vino activamente en la política interna hispana, desplegando un poderoso ejér­cito que acabó con el expansionismo suevo en la Penínsulal84

. Como conse ­cuencia de esta acción, y aprovechando la delicada situación del nuevo empe­rador, Mayoriano, en las Galias e Hispania", el rey visigodo impuso su autori ­dad en las provincias Lusitania, Bética y Cartaginense' f", Aunque poco después

180 Hid., Chron. 126 [134]. M. Kulikowski, Late Roman Spain .. ., op. cit., 183­184, sin embargo, cree que la campaña de Vitus fue exitosa y que gracias a ella laBética y la Cartaginense volvieron a la potestad del gobierno imperial.

181 Hid., Chron. 133 [141].182 Hid., Chron. 150 [158].183 Cf. P. Ubric, La iglesia en la Hispania del siglo V, op. cit., esp. 87-88; M. V.

Escribano y G. Fatás, La Antigüedad Tardía en Aragón, op. cit., 119-122 y G. Bra­vo, "Ciudades, obispos y Bagauda. León, obispo de Turiaso", in Memoriam AgustínDíaz Toledo, Granada, 1985, 35-45 en 39-40.

184 Como he mencionado con anterioridad , la insolencia del rey suevo Rechiariohacia los visigodos y el gobierno imperial motivaron la campaña de Teodorico 11contra los suevos, que sufrieron una grave derrota a orillas del rio Órbigo. (Hid.,Chron. 166 [173]; Isid. Hisp., Hist. Goth. 31,Consularia Caesaraugustana 21a(CCSL 173A: 9) y Consularia italiea, 305, 1). L. A. García Moreno, "Mérida y elreino visigodo.. .", op. cit., 230 piensa que el principal motivo que tuvo Teodoricopara actuar contra Rechiario fue el temor a que pudiese aliarse con los provincialesde distintos estratos sociales y dominar así toda la Península.

185 Hid., Chron. 171 [178], 175 [182], 179 [186], 185 [192] Y 188 [193]. Sobrelos pormenores de este proceso cf. P. Ubric, La iglesia en la Hispania del siglo V,op. cit., esp. 78-85.

186 En una de las noticias sobre estos acontecimientos (Hid., Chron. 179 [186])Hidacio da a entender que aunque Teodorico II interviene en teoria en nombre deRoma, en la práctica actúa en su propio beneficio, "sub specie Romanae ordinationisintrauerant", M. Kulikowski, Late Roman Spain . .. , op. cit., 186-189, sin embargo,

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. . fi 1 b' 187 1 - destas provmcras pasasen e ímeramente a go terno romano ,as campanas eTeodorico habían constituido el comienzo de un proceso intervencionista pormedio del cual el protagonismo de los visigodos en Hispania fue cada vez ma­yor, sobre todo tras la desaparición de Mayoriano y el deterioro de las relacio­nes de visigodos e Imperio. Así, poco después del asesinato de este emperador,el rey visigodo se arrogó la facultad de destituir a su mando militar en Hispania,Nepotianus, y sustituirlo por uno de su confianza, Arborius 'Í", Intervinieronademás los visigodos en estos años activamente en la dinámica interna del reinosuevo, erigiéndose en defensores de los intereses de los hispanorromanos. Unamuestra de ello es que en 463 Palogorius, vir nobilis Galleciae, se dirigiera alrey Teodorico 11 en petición de ayuda contra los suevos 'f", y el que los visigo­dos considerasen como una ofensa propia el ataque de los suevos a la p/ebs deAunona. En efecto, cuando los suevos atacaron a la p/ebs de Aunona Teodo ­rico les envió legados, que fueron mal recibidos y tuvieron que regresar 'I",

cree que Teodorico 11 actuó realmente en nombre del gobierno imperial y retomó lasprovincias hispanas al dominio romano.

187Tal vez Mayoriano obligó a los visigodos a devolver estas posesiones allmpe­rio. Con ello pudo relacionarse la actividad de uno de sus colaboradores, Trygetius,en la Bética (cf. A. Loyen, Sidoine Apollinaire et L'esprit précieux en Gau/e auxderniers j ours de l'empire, Paris, 1943, 39, n. 11 y Sidoine Apollinaire , Lettres.,Paris, 1970, 2 vols., (Les Belles Lettres), 202, n. 51, quien sustenta estas hipótesis enSid., Ep. 1, 11 ,3 YEp . VIll , 12,2).

188 Hid., Chron. 208 [213]. Esta decisión de Teodorico pudo estar motivada porel enfrentamiento entre burgundios y visigodos (cf. A. H. M. Jones, The Later Ro­man Empire ..., op. cit., 1, 241) o porque Nepotianus era más poderoso de lo queTeodorico deseaba (cf. M. Kulikowski, Late Roman Spain... , op. cit., 198). Estoy deacuerdo con R. W. Burgess, "Frorn Gallia Romana to Gallia Gothica: the view fromSpain", en J. Drinkwater y H. Elton (eds.) Fifth-Century Gau/: a crisis 01 identity?,Cambridge, 1992, 19-27, en 24-25 en que Arborius no era un mando romano, comohan creído algunos investigadores, sino que actuaría bajo las órdenes del rey visigo­do. Sin embargo no coincido con su suposición de que Nepotianus era visigodo yactuaba bajo las órdenes de Teodorico 11, ya que es evidente que Nepotianus fue unode los hombres de confianza del emperador Mayoríano. Coincido con M. Kulikows­ki en que Nepotianus habría establecido importantes lazos con algunos galaicos. Dehecho, tres años después de su marcha de Gallaecia Hidacio se hace eco de su muer­te en su Crónica (Hid., Chron. 218 [222]).

189 Hid., Chron. 215 [219].190 Hid., Chron. 229 [233].

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y en un momento en el que la pugna entre suevos y aunonenses era muycruenta el legado godo Opilio tuvo que volver a Tolosa junto a otros godosenviados con él por el rey visigodo'?', También auspiciaron los visigodos laascensión al trono suevo de su protegido Remismundo, a través de varias em­bajadas intercambiadas con el rey suevo Rechimundo'l", acabando así con unperíodo de ocho años de anarquía en Gallaecia l 93

El nuevo rey suevo habría jurado fidelidad al visigodo Teodorico II pormedio del prohijamiento de armas, pasando así a formar parte de su séquito yconvirtiéndolo en su dominus , lo que equivalía a reconocer una subordina­ción del reino suevo al visigodo!". Desde que fue reconocido como rex sue­V0

195, Remismundo y Teodorico intercambiaron diversas embajadas. En una

de ellas, además de armas y regalos, el soberano visigodo le remitió a la quehabría de ser su esposa". Esta relación de dependencia de los suevos haciasu persona la reforzó Teodorico mediante el envío a Gallaecia de un misio­nero arriano, Ajax, con el objetivo de convertir a sus habitantes al arrianis­mo, tarea en la que fue apoyado por el rey Remismundo197

• Estas iniciativas,sin embargo, no tuvieron el resultado que esperaba el rey visigodo, puesto que

191 Hid., Chron. 235 [239].192 Hid., Chron. 215 [219] Y 2 16 [220]. En esta última participó el propio Re­

mismundo, quien poco después volvió a las Galias.193 Hid., Chron. 219 [223].194 Todo el proceso es analizado detalladamente en J. Pampliega, Los germanos

en España , op. cit., 346-358.195 Hid., Chron. 219 [223].196 Hid., Chron. 222 [226] e lsid. Hisp., Hist. Goth. 33. M. Kulikow ski, Late

Roman Spain ... , op. cit., 198, sin embargo, cree que la esposa de Remismundo seencontraba entre los visigodos como rehén y que los visigodos, incapaces de manejarla situación, se vieron obligados a devolverla y a tratar al reino suevo como un igual.

197 Hid., Chron. 228 [232]. Una política similar sería aplicada más tarde por Teo­doríco el Grande. No sabemos cuál sería la fe de Remismundo. Quizá en un primermomento fue católico , como su padre Rechiario , pero más tarde se convertiría alarrianismo en la corte de Tolosa, a la que habría sido llevado con pocos años deedad, tras el asesinato de su padre . Probablemente otros eclesiásticos arrianos ayuda­ron a Ajax en su evangelización (ver L. A. García Moreno , " La conversion des Sué­ves. . ." , op. cit., 206 y J. Pampliega, Los germanos en España , op. cit., 352-353).Sobre los eclesiásticos arrianos y sus funciones , cf. R. W. Mathisen, "BarbariansBishops and the Churches "in barbaricis gentibus" during Late Antiquity", Speculum72, 1997, 664-697 en 683-684.

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una vez en el trono suevo Remismundo actuó con una autonomía cada vezmayor, haciendo caso omiso a las advertencias de los reyes visigodos'". Seinició así un cruel enfrentamiento entre suevos y visigodos!", en el que proba­blemente estos últimos lograrían el control de zonas que habían sido recupera­das por los suevos, como la capital de la Lusitania y antigua sede del vicariato,Emerita Augustifoo.

El siguiente objetivo de los visigodos fue la única provincia hispana que has­ta el momento había permanecido ajena a la presencia bárbara, la Tarraconense.Con el propósito de incorporarla a sus dominios Eurico envió en 472 dos ejérci­tos. Uno de ellos, dirigido por el comes Gauterit, cruzó los Pirineos por los pasosoccidentales, llegó hasta Pampilona y desde allí hasta Caesaragusta y zonaslimítrofes. El otro, comandado por Heldefredus, sometió las zonas costeras de laTarraconense, hasta llegar a la propia capital, Tarraco. En esta campaña Helde-

198 En un principio , cuando los suevos arremeten contra los galaicorromanos(Hid., Chron. 225 [229]), envían embajadas a los visigodos, que pretenderían solu­cionar el descontento creado (Hid., Chron. 226 [230] Y 227 [231]). Sin embargo,paulatinamente acentuarán su independencia de los visigodos (Hid., Chron. 229[233]), sobre todo tras la muerte de Teodorico 11 (Hid., Chron. 234 [238]; 236 [240]Hid., Chron. 238 [242,243 Y244]; 239 [245]; 240 [246]), pues Remismundo consi­deraria que no debía al nuevo rey visigodo Eurico, asesino de Teodorico, el jura­mento de fidelidad que había prestado a su antecesor.

199 El conflicto seria muy violento, pues cada grupo intentaría consolidar su posi­ción en los territorios que aún no estaban controlados directamente por ninguno deellos. Los enfrentamientos entre suevos y visigodos jalonan las últimas noticias delChronicon hidaciano: Hid., Chron. 239 [245], 240 [246], 243 [249] Y 244 [250].

200 Hid., Chron. 239 [245]. Para L. A. García Moreno, Historia de España visigo­da, op. cit., 72 esto tendría como consecuencia la definición de un limes entre los rei­nos suevo y visigodo, cuyos límites geográficos establece basándose en los testimo­nios arqueológicos, numismáticos y literarios. Cf. además J. Pampliega, Los germa­nos en España , op. cit., 356-357, que coincide con esta interpretación . Este limesentre suevos y visigodos lo podemos ver cartográficamente en J. J. Sayas y L. A.García Moreno, Romanismo y germanismo, op. cit., 272-273 (reproducido en L. A.García Moreno, Historia de España visigoda, op. cit., 30). Los estudios numismáticosponen de manifiesto además que no existiría un contacto fluido entre los reinos sue­vo y visigodo, ya que las monedas suevas aparecen en contexto suevo y las visigodasen visigodo (cf. X. Barral, La circulation des monnaies suéves oo ., op. cit., 144-145).

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Las nuevas opciones de poder: el protagonismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V

fredus contó con la valiosa colaboración del dux Vincentius' ?', el último mandomilitar romano conocido en Hispania202

, lo que podría indicar que esta ofensivaencontró gran oposición y que hubo cierta resistencia por parte de los tarraco­nenses de las zonas costeras, que siempre habían permanecido unidos al Imperio,a someterse a los visigodos'?'. En los años siguientes los visigodos consolidaronsu posición en la Tarraconense mediante el envío de nuevos destacamentos mili­tares204 y el emperador Julio Nepote les reconoció la potestad sobre las zonasque habían ocupado en Hispania''". También fortalecieron su presencia en Eme­rita Augusta, donde el dux Salla colaboró con el obispo Zenón en el engrande­cimiento de la ciudad y la construcción de potentes murallas, que la protegeríande los ataques suevos206

• Tuvieron además que hacer frente los visigodos a lausurpación política de un tal Burdunelus/'", quizá un destacado mando militar delos visigodos que intentó suplantar a Alarico II en la Tarraconense/'" y que fue

201 Chron. Gall. 511, 78 [651] e Isid. Hisp., Hist. Goth., 34. También Jordanes(Get. 244) se refiere a esta hegemonía de Eurico en Hispania, aunque sin precisar sucronología.

202 Vincentius era el dux de la provincia Tarraconensis. Como tal aparece en lasegunda carta que los obispos tarraconenses enviaron al papa Hilario (Ep. 13). En473 Vincentius colaboró con la política de Eurico, sometiendo junto a Heldefredus laTarraconense costera, incluida su capital, Tarraco (Chron. Gall. 511, 79 [652]; Isid.,Hist. XXXIV). Ese mismo año fue nombrado quasi magister utriusque mi/itiae yenviado por Eurico a invadir Italia, donde encontró la muerte a manos de Alla ySindila (Chron. Gall. 511, 80 [653]). Cf. L. A. García Moreno, "Vincentius duxprovinciae Tarraconensis. Algunos problemas de la organización militar del BajoImperio en Hispania", Hispania Antiqua 7, 1977, 79-89 Y H. Wolfram, Storia deiGoti, Roma, 1985,326-329.

203 Cf. R. de Abadal, Del Reino de Tolosa ... , op. cit., 44.204Consularia Caesaraugustana 71a (CCSL 173A: 22). Según Isidoro de Sevilla

(Hist . Goth. , 34) la nobleza tarraconense había ofrecido resistencia a los visigodos.205 Sobre este tratado, firmado en 475, y sus cláusulas, cf. R. de Abadal, Del Re­

ino de Tolosa ... , op. cit., 50-51.206¡CER V 363 y J. L. Ramírez Sádaba y P. Mateos Cruz, Catálogo de las inscrip ­

ciones cristianas de Mérida, Cuadernos Emeritenses n° 16, Mérida, 2000, no. 10; cf.P. Ubric, La Iglesia en la Hispania del siglo V. op. cit., 88-92 y M. Alba Calzado,"Consideraciones en tomo al siglo V en Mérida: Repercusiones en las viviendas y en lamuralla", en Mérida Excavaciones Arqueológicas 1996, Mérida, 1998, 361-385.

207 Consularia Caesaraugustana 74a (CCSL 173A: 23).20S Cf. A. M. Jiménez Gamica, "Los primeros establecimientos permanentes de

Visigodos en Hispania", Hispania 152, 1982, 485-503, en 499-500; A. 1. Domínguez

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traicionado por los suyos y trasladado a Tolosa, donde recibió un castigo ejem­plar, siendo quemado dentro de un toro de broncéo9. Pocos años después ungrupo liderado por el aristócrata hispanorromano Petrus también se opuso a losvisigodos, quienes consiguieron nuevamente acabar con la rebelión, pues Petrusfue ajusticiado en Tortosa y su cabeza expuesta en Caesaraugustot'", Estosacontecimientos nos ponen de manifiesto que la posición de los visigodos enHispania no era muy sólida y que el gobierno visigodo se vio obligado a hacerfrente a la oposición de ciertos grupos para implantar su dominio'!' .

La problemática del asentamiento visigodo en Hispania sigue siendo un te­ma muy controvertido y de dificil solución, al menos mientras no se produzcaun análisis exhaustivo de las fuentes existentes. ¿Dónde?, ¿cuándo?, ¿con quéintereses?, ¿cuáles fueron sus características?, son sólo una muestra de las múl­tiples incógnitas que aún se encuentran sin resolver. Es por esto es por lo quesería mejor preguntamos cuándo se produjeron asentamientos visigodos querealmente indiquen un interés del Reino de Tolosa por Hispania. Al parecer enun principio el objetivo prioritario de los visigodos en sus intervenciones enHispania sería la obtención de botín y cumplir las órdenes del gobierno impe­rial devolviendo a su dominio territorios que habían sido ocupados por otrosgrupos bárbaros. Más tarde, cuando decidieron posesionarse de sus provin­cias, enviaron a ellas destacamentos militares al mando de generales de élite,encargados de someterlas y mantenerlas bajo su control , tarea que no siempresería fácil pues encontraron oposici óni " .

Monedero, "La "Chronica Caesaraugustana" y la presunta penetración popular visi­goda en Hispania", en Los Visigodos. Historia y Civilización. Antigüedady Cristia­nismo. Monografías históricas sobre antigüedad tardía Ill, 1986,61-68 en 64-65;M. V. Escribano y G. Fatás, La Antigüedad Tardía en Aragón, op. cit.,126-128. Encontra E. A. Thompson , "The End of Roman Spain", Nottingham Medieval Studies,22, parto 1Il, 3-22, en p. 8, para quien Burdunelo seria romano.

209 Consularia Caesaraugustana 75a (CCSL 173A: 23).2 10 Consularia Caesaraugustana 87a (CCSL 173A: 27). Cf. M. V. Escribano y G.

Fatás, La Antigüedad Tardía en Aragón, op. cit., 128. Para L. A. García Moreno,Historia de España visigoda, op. cit., 78-83 es posible que estos dos intentos de sece­sión contasen con el apoyo de los francos, que en estos momentos intentaban impo­ner su hegemonía sobre las provincias galas.

2ll Cf. M. Kulikowski , Late Roman Spain ..., op. cit., 197-209.2 12 Muchos investigadores consideran la campaña de Teodorico Il contra los sue­

vos de Rechiario como un punto de inflexión que conllevó una mayor presencia visigo-

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Las nuevas opciones de poder: el protagonismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V

Como puede deducirse de la documentación que ha llegado hasta noso­tros, la mayor parte de los visigodos permanecieron en el siglo V en sus do­minios galos. Sólo fue a partir de su derrota en Vouillé ante los francoscuando aumentó su presencia en Hispaniai". Aunque esta presencia visigoda

da en Hispania. No obstante A. J. Domínguez Monedero, "La "Chronica Caesaraugus­tana"... ", op . cít., 62 supone , aunque no aporta argumentos convincentes, que posi­blemente existieron asentamíentos visigodos en Hispalis antes de 421, en Barcino en444 y en Turiasso y su región antes de 449. En mi opinión la mayor parte de las cam­pañas de Teodorico 11 tampoco tuvieron como propósito implantar sólidamente suhegemonía, ya que su principal objetivo seguiría siendo la consecución de botín y paraello los visigodos expoliaron incluso a los hispanorromanos fieles al Imperio (Hid. ,Chron. 179 (186]). Cf además J. Arce, Bárbaros y romanos ..., op. cit., 134-149 yM. Kulikowski, Late Roman Spain ... , op. cit. , 197-209 , para quien no fue hastadespués de su derrota en Vouillé cuando los visigodos se interesaron en Hispania.Hasta entonces Hispania no fue sino un objetivo secundario para ellos .

213 A partir de una serie de necrópolis cuyo ajuar se adscribía a los visigodos (cf. H.Zeiss, Die Grabfimde aus dem spanischen Westgotenrich, Berlin-Leipzig, 1934) sedefinió la zona en la que éstos se asentaron en Hispania en los siglos V y VI. Segúnobservamos en el mapa publicado en W. M. Reinhart, "Sobre el asentamiento de losvisigodos en la Península", Archivo Español de Arqueología 18, 1945, 124-139, en p.137 habría una mayor presencia goda en un núcleo territorial con la provincia de Se­govia como centro, y las provincias de Madrid, Toledo, Palencia, Burgos, Soria y Gua­dalajara circundándola, lo que parecía estar confirmado por la Crónica Albendense, enla que se denomina Campi Gothorum a la actual Tierra de Campos palentina. P. Palol,"Demogra fía y arqueología hispánicas de los siglos IV al VIII", BSSA 32, 1966, 5­66, mapa IV, también plasmó cartográficamente la presencia visigoda en Hispania,aunque advirtió la necesidad de saber distinguir adecuadamente las necrópoli s corres­pondientes a los laetes, a los pueblos bárbaros que penetraron en Hispania en el 409 Yalos visigodos. Partiendo de estas teorías Ramón de Abadal, Del Reino de Tofosa ..., op.cit.,45 se sirvió de un fragmento de la Consularia Caesaraugustana (7la (CCSL173A: 22: His consulibus. Goti in Hispanias ingressi sunt) para defender la existenciade una emigración masiva de población goda de la Galiaa Hispania que tendría uncarácter fundamentalmente popular y que daría lugar a un poblamiento en vici, hipótesisque fue secundada por J. Orlandis, Historia de España. La España visigótica, Madríd,1977,63. Estas teorías han sido revisadas y críticadas por la investigación actual, sobretodo porque se ha demostrado que gran parte de las necrópolis que se habían vinculadoa los visigodos en realidad no pertenecieron a ellos. Además L. A. García Moreno ,"M érida y el reino visigodo. . .", op. cit. , 236-238 e Historia de España visigoda, op.cit., 80 y A. 1. Domínguez Monedero, "La "Chronica Caesaraugustana" .. .", op. cit. ,63-65, tras analizar los usos lexicales presentes en la Consularia Caesaraugustana

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Purificación Ubric Rabaneda

en Hispania ha dejado pocas trazas en el registro histórico cabe señalar quees probable que los visigodos se asentaran en estratégicas vías de comunica­ci órr'!". La elección de estas zonas obedeció fundamentalmente a que eran elterritorio hispano que brindaba a los visigodos unas estructuras sociales másacordes con su propia organizaciórr' ", Aquí, como se ha constatado en exca­vaciones arqueológicas realizadas en algunas necrópolis, pronto convivieronlos visigodos con la población hispanorrornana'!".

concluyen que el pasaje esgrimido por Abadal no alude a una entrada masiva de pobla­ción sino a la de un ejército cuyo objetivo seria la consolidación de los dominios hispa­nos por parte de los visigodos. El asentamiento visigodo en la primera mitad del sigloVI, teniendo en cuenta las nuevas consideraciones sobre la adscripción de algunos delos ajuares de las necrópolis de la Meseta a soldados o campesinos, es reflejado en unmapa por F. Beltrán Y F. Marco, Atlas de Historia Antigua, Zaragoza, 1987, 71; cf.además P. Palol y G. Ripoll, Los godos en el occidente europeo, Madrid, 1988, 96.Para un estado de la cuestión sobre esta temática cf. A.M. Jiménez Gamica, "Conside­raciones sobre la trama social en la Hispania temprano visigoda", Pyrenae 26, 1995,189-198 Y M. Kulikowski, Late Roman Spain ... , op. cit., 207-209 y 266-271. Esteúltimo, basándose en investigaciones recientes sobre arqueología étnica, realiza unadura critica a las asunciones historiográficas predominantes y expone cuáles son losdatos que conocemos con certeza y qué es lo que se puede deducir de ellos.

214 Según L. A. García Moreno ("Mérida y el reino visigodo ...", op. cit., 237 eHistoria de España visigoda, op. cit. , 79) los visigodos se asentaron en "la unión delvalle del Ebro con el del Tajo a través del Jalón por la región de Calatayud y hacia Alca­lá de Henares; en ese mismo Tajo y en las proximidades de Toledo; en la gran calzadade Burdeos a Astorga, con su variante meridional que enlazaba los valles del Ebro y elestratégico corredor del Jalón con el del Duero a través de Numancia, OXIDa y Clunía;en la misma vía de la Plata - en lugares tan estratégicos como el enlace con una calzadahacia Zaragoza, en la mansio Rusticiana y en la unión de ambas submesetas-; y en nú­mero muy crecido en las diferentes vías y calzadas que comunicaban las dos submesetasen sus porciones centrales de las sierras de Guadarrama, Gredos y Somosierra, y en elenlace de estas últimas con el corredor del Jalón por la altiplanicie de Atienza y con lascalzadas transversales del valle del Duero".

215 Cf. A. M. Jiménez Gamica, "Consideraciones sobre la trama socia!...", op.cit., 189-198 y P. C. Díaz, "La ocupación germánica. .. ", op. cit, 457-476 .

2 16 Cf. A. M. Jiménez Gamica, "Consideraciones sobre la trama social. . .", op. cit.,194-195, quien alude a las necrópolis de Afligidos y Camino de los Afligidos, en las queexiste una mezcolanza de individuos nórdicos y mediterráneos, para sustentar esta teo­ria, desmintiendo las hipótesis, ahora desprestigiadas pero que estuvieron muy en bogadurante gran parte del siglo pasado, que defendían una pureza racial visigoda. Cf.

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Las nuevas opciones de poder: el protagonismo de los bárbaros en la Hispania del siglo V

Resumen:Los bárbaros que intervinieron en Hispania durante el siglo V, vándalos, suevos ,

alanos y visigodos, proporcionaron a los hispanorromanos una alternativa al poderromano, en la que muchos confiaron y depositaron sus esperanzas, sobre todo cuan­do el Imperio se mostró totalmente incapaz de mantener su hegemonía en este terri­torio. Esta opción bárbara, no obstante, era muy limitada, ya que si bien los bárbaroscontaban con la fuerza de las armas, no supieron plantear un sistema estatal propio,distin to al romano, sino que se limitaron a beneficiarse de los restos de éste , sin solu ­cionar los problemas que lo afectaban y prologando aún más su agonía. De ahí quesus gobiernos fuesen efimeros y fáciles de desbancar.

Abstraet:Vandals, Alans, Sueves and Visigoths, the barbarians who settled in Hispania

during the fifth century, were for the Hispano-Romans an alternative to the Romanpower, in which many trusted and laid their hopes, especially when the Roman Empirerevealed itselfunable to keep its hegemony in this territory. This barbarian option, how­ever, was limited, as although the barbarians had military supremacy, they did not knowhow to set up their own govemment system, different to the Roman one. They just tookadvantage of the remains of the Roman administrative system, without solving its defi­ciencies and extending its agony. As a result, their govemments were ephemeral andeasy to remove.

además G. Ripoll, "The arrival of the Visigoths in Hispania: population problems andthe process of acculturation", en W. Pohl y H. Reimitz (eds. ) Strategies o/ Distinc­tion. The Construction o/Ethnic Communities, 300-800, Brill-Leiden-Boston, Koln,1998,153-187.

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